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del ~;is¡cma requieren diferentes modos de anÚhsis (unml1n- do flsiÓcrata es diferente de un Dlundo smilhiano: un Inundo marshalliano 65 diferente de un mundo keynesiano) y en parte porque en cada fase de desarrollo s,e han producido luchas de grupos en las cuales los economIstas han tomado posición, como cualesrluiera otras personas. Es posible ~'egis- trar analogías y continuidades en parte porqu~ en el fondo se trata del mismo sistema (en sus diJerentes tases de desa- rrollo) corno objeto de análisis de la economía, y en parte porque ciertas actitudes expresadas por una determinada ra- zón en una determinada fase del desarrollo se expresan de nuevo por una razón muy diferente en una fase de desarro- llo distinta. Lo que he intentado arguir en este ensayo es simplemente que resulta erróneo interpretar la hi.storia del pensamiento econÓmico sobre la base de sernej<:lDzasde este último tipo. Una interpretación de la historia del pensa- miento económico, si de verdad es digna de ese nombre, tiene sin duda que empezar por relacionar las principales teorías que se han formulado respecto de las diferentes fases de desarrollo a través de las cuales ha pasado el sistema del tráfico mercantil. No podemos postular la exis- tencia de un "camino" que lleva del mercantilismo al socia- lismo simplemente sobre la base .~~ cjertas, analogías fo~ma~ les entre la obra de Steuart y la economra controlada . SI procedemos así evitamos, ciertamente, la Escila del ;elativis- mo, pero sólo para caer en la Caribdis de la teleologIa. 32 R. L Meek Economía e Ideología Ediciones Ariel pp. 33-55 ADA\l S\HTH y LA TEOHíA CLASICA DEL BENEFICIO 1 1 "El entero producto anual de la tierra y el trabajo de cada pais", escribiÓ Adam Smith en el 1Vealth oi Nations, "o ]0 que equivale a lo mismo, el entero precio de ese produc- to anual. se divide naturalmente ... en tres partes: la renta de la tierra, los salarios del trabajo y los beneficios del capital; )' constituye llna renta para tres Órdenes diferentes de perso- nas: para aqucllos que viven de la renta de la tierra, para ~lque]Josque viven de salarios y para aquellos que viven del beneficio. Éstos son los tres grandes órdenes originales y constitutivos de toda sociedad civilizada, de cuyos ingresos se deriva en Último término el de cualquier otro orden".2 Las gentes de hoy estamos tan acostumbradas a la pos- tulaciÓn de ese esquema social básico de terratenientes, tra- bajadores y capital istas que viven respectivamente de la renta de la tierra, de los salarios y del beneficio que a veces nos es difícil recordar que tiene menos de doscientos allos de edad, Adarn Smith parece haber sido el primero, si no en percibir la exi~tenC'iade esa estructura de la sociedad que 1. Este ensayo es una versi/m ligeramente corregida de un artículo ]"lllblie.Hlo /,n el Scottislt ]orrrnol 01 Politicol ECOllOl/llj (junio de 1954). 2. 1Velllth 01 Notion,. ed. C~nn:1n (Londres, 1930), vol. 1, p. 248. CL \'01. TI, p. 412. 33 L

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del ~;is¡cma requieren diferentes modos de anÚhsis (unml1n-do flsiÓcrata es diferente de un Dlundo smilhiano: un Inundomarshalliano 65 diferente de un mundo keynesiano) y enparte porque en cada fase de desarrollo s,e han producidoluchas de grupos en las cuales los economIstas han tomadoposición, como cualesrluiera otras personas. Es posible ~'egis-trar analogías y continuidades en parte porqu~ en el fondose trata del mismo sistema (en sus diJerentes tases de desa-rrollo) corno objeto de análisis de la economía, y en parteporque ciertas actitudes expresadas por una determinada ra-zón en una determinada fase del desarrollo se expresan denuevo por una razón muy diferente en una fase de desarro-llo distinta. Lo que he intentado arguir en este ensayo essimplemente que resulta erróneo interpretar la hi.storia delpensamiento econÓmico sobre la base de sernej<:lDzasdeeste último tipo. Una interpretación de la historia del pensa-miento económico, si de verdad es digna de ese nombre,tiene sin duda que empezar por relacionar las principalesteorías que se han formulado respecto de las diferentesfases de desarrollo a través de las cuales ha pasado elsistema del tráfico mercantil. No podemos postular la exis-tencia de un "camino" que lleva del mercantilismo al socia-lismo simplemente sobre la base .~~ cjertas, analogías fo~ma~les entre la obra de Steuart y la economra controlada . SIprocedemos así evitamos, ciertamente, la Escila del ;elativis-mo, pero sólo para caer en la Caribdis de la teleologIa.

32

R. L MeekEconomía e Ideología

Ediciones Arielpp. 33-55

ADA\l S\HTH y LA TEOHíA CLASICADEL BENEFICIO 1

1

"El entero producto anual de la tierra y el trabajo decada pais", escribiÓ Adam Smith en el 1Vealth oi Nations, "o]0 que equivale a lo mismo, el entero precio de ese produc-to anual. se divide naturalmente ... en tres partes: la renta dela tierra, los salarios del trabajo y los beneficios del capital; )'constituye llna renta para tres Órdenes diferentes de perso-nas: para aqucllos que viven de la renta de la tierra, para~lque]Josque viven de salarios y para aquellos que viven delbeneficio. Éstos son los tres grandes órdenes originales yconstitutivos de toda sociedad civilizada, de cuyos ingresosse deriva en Último término el de cualquier otro orden".2

Las gentes de hoy estamos tan acostumbradas a la pos-tulaciÓn de ese esquema social básico de terratenientes, tra-bajadores y capital istas que viven respectivamente de larenta de la tierra, de los salarios y del beneficio que a vecesnos es difícil recordar que tiene menos de doscientos allosde edad, Adarn Smith parece haber sido el primero, si noen percibir la exi~tenC'iade esa estructura de la sociedad que

1. Este ensayo es una versi/m ligeramente corregida de un artículo]"lllblie.Hlo /,n el Scottislt ]orrrnol 01 Politicol ECOllOl/llj (junio de 1954).

2. 1Velllth 01 Notion,. ed. C~nn:1n (Londres, 1930), vol. 1, p. 248.CL \'01. TI, p. 412.

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le rodeaba, sí al menos el primero en apreciar su enorPl('importancia. En vano buscaremos una percepción de su irn-portancia en autores de los cuales habríamos podido espe-rar una comprensión real: Steuart/: Hutcheson y Ferguson,por ejemplo; ni siquiera Cantillon y, cosa aÚn más, sorprm,1-dente, tampoco el Smith de las Glasgow LectHres ofrece masque una ligera insinuación del hecho, Sin eluda los precurso-res de Adam Smith suministraron varios elementos del es-quema, pero él parece haber sido el primero en captarlo ensu integridad y en intentar conscientemente analizar suscomplejas relaciones internas .. ,

El rasgo especial del esquema que caracterizaba su dife-rencia respecto de los propuestos por economistas anterioresera la inclusión del beneficio del capital como categoría ge-neral de renta de clase que beneficia a todos los que utilizan"stock" en el empleo de trabajo asalariado y que es cualita-tivamente distinta de la renta de la tierra y de los salariosdel trabajo. Bastantes de los precursores de Smith habíanreconocido, desde luego, que los que emplean capital en em-presas mercantiles reciben generalmente una recompensaneta proporcionada no al esfuerzo -si alguno había-o reali-zado por ellos, sino al valor del capital empleado. En elnuevo modelo de Smith se reconocía que unas gananciasnetas análogas en este respecto al beneficio mercantil recaentamhién sohre el capital empleado en otras empresas econó-micas, como la agricultura y la manufactura. Pero -cosa to-davía más importante- se reconocía' también que el origende esas ganancias era ahora muy diferente de lo que habíasido antes, Para los precursores de Smith, y hablando engeneral, el heneficio se hahía presentado como "beneficioen la enajenación", esto es, como la ganancia debida al com-prar barato y vender caro. Para Smith, en camhio, el bene-ficio se empieza a presentar como una renta asociada unívo-camente con el uso de capital en el empleo de trabajo asa-

3. Cf. sup/'a, p. 19-21.

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brhdo. El beneficio se debía ahora primariamente al valorque los trabajadores asalariados utilizados añadían al va-]01' original de las materias primas, etc" con las cuales trabaja-ban, "El valor que los trabajadores añaden a los materiales",dice Smith, "... se resuelve ... en dos partes, una de las cualespaga sus salarios y la otra los beneficios de quienes los em-plean sobre toda la masa de materiales y salarios que an-ticipan" ,J

y no es eso todo. En el modelo de Smith el "orden cons-tituyente" cuya renta consiste en un beneficio del capital seconsidera en cierto sentido como el orden económico diri-gente, porque el muelle principal del mecanismo económicoes el deseo de los capitalistas individuales de maximizar sutasa de heneflcLo sobre el capital y acumular lo más rápida-mente posible. En sus lecciones de Glasgow, Smith habbdado ya UD gran paso hacia la cOlnprensión de la importan-cia del capital,5 pero todavía parecía tender a contemplarlos movimientos equilibradores del esfuerzo y de los recur-sos en la economía sobre la base de "la concurrencia de losdiferentes trabajadores",il En cambio, en el vVealth of Natíonsla tendencia a lnaximizar el beneficio y a acumular ca-pital se presenta como el requisito esencial y la causa básicadel crecimiento de la opulencia, La necesidad de acumularlo mÚs rápidamente posible no sÓlo conduce a la asignación

4. Ibid., vol. I, p. 50.5. '7éase, por cjernplo, Lectu1'es on Iuslicc, Police, licocJ1ue and A.nns~

eJ. Calman (Oxford, 189G), p. 220. Éo[e (:5 <]uLds un lugar adecuado lJaramencionar el hecho de que hace pocos ai'íos el rlrofesor Lothian, de laUnivcr:,idad de Abcrdeen, dcscubriÓ otro conjunto de apuntes de estudian-tes sobre las lecciiJne8 de Smith en Glasgow, mucho más completo y enmuchos aspectos superior al conjulito descubierto por Cannan. Lo ha adqui-rido hace poco la Universidad de Glasgow, y se publicará una versiÓndebidamente crítica en la ediciÓn definitiva de los Works Cllld Correspon-deílce de Smith que está preparando la Universidad de Glasgow. Pero porrazones obvias todas las referencias a las GlasgolV Lectures hechas en elpresente volumen se atendrán a la ediciÓn de Calman, y aquí se reprodu-cirán sin alteración las int'TpretaCÍones que ya hice sobre la base de laÚltima edición.

G. Lectures, p. 1'79.

¡'ptim,¡ dI:' r"'-'\lr.':()~; de!l! 1"" di' (':liLe ,plpl('(l ~ v ¡·'ni re d¡¡l~rj'll-

te'; empl¡'o:;,"j sino Lllnhi/'ll a \lil ;ullncnlo ililporl:lldc de Ltrenta real CJl el li('llIpO. Slllitl\ eSlaha, ell ('lcelo, pk'II<llllCI¡[C

dispuesto ;[ afirmar que el élllilE'nto s('cu]ar de la renta fC:¡]

esLth:l .v siempre hahía estado J't·1ac:ion:HJo I'\clu:;lvamr:ntecon el aumento eL, capiLd.1i La inten:;:l ,iC'clltU:ICi¡'I]¡ de lafunciÓn econÓnlica del bt;ndkío del c:lpiLd y de la aClHnu-1 . '. l' .r 1 ',. '] .' . t 1 l'¡ .aClun c.el capl,a: CS 10 <[ue lJl(L, (CClsl\'anKne la cl:1f o uni-dad y fuefza a la cstructura dei 'Vcal//¡ of So/ions.

Ll aparici(')l del hendicio de] e;¡pit:d ('!1 el "l'Jilido cLi-sien, C0l1l0 una nueva calegorÍa <1(' r(,lila de clas,', no fueun fen('mlUIO rncnunente conceptual. siuu también 1Iist,'¡rico.Engels observÓ en cierta oc,lsiÓn en un conlexto ulgo an(tlo-go: "Estanlos traLmdo aquí no Sl'¡O COIl 1l1l proceso pm:l-

mente lÓgico, sino con un proceso J¡¡s(I'1rico y con S1\ reflejoexplicativo en el P\clis,uniellto, la pcr,-:(,cul'i(HI lÓgica de SIlS

conexiones inti'l'l1<lS",1I1 Desde ]nc,!.';()que el hcneflcio del ca-pital y las clases sociales que rt·cihíal1 rentas de este tipoeran proChlctO:-; Ú1tin,os de v:¡¡ios sig10s de desarrollo econÓ-mico. Pero JXlrece que hasta el tercTr Cllilrto de] siglo X\'IIlel beneficio del c:lpit;d corno nll('VO lipo gCI\t''l'ico de rentade cla.c;e no se djjeruJciÓ con b suf1cicntc claridad de los¿em:ls tipos de renta corno para <¡ue los ('COlIOlnistas plldil'-ran captar toda >:11 importancia y trazar sus caraClcrísticasbásicas. Había <[uc snperar unos C'\LllJtOS oh:-;tÚcu]os ante-;de poder hacerlo.

G " 1" '1 . f' 1 1 l' 1:,,:,n pnrner lugar, .ilallla Clcrtas (11 ¡cn ta( es relaClOnac :1<;con la diferenciaciÓn entfe lJt'licDcio. v rCllla de la ticrra einterés del dinero. El hendicio se parecía formalmente aestos otros tipos de renia en el ~;entido de qne todos ellosparecían estar en una proporciÓn m;'¡s o nl('110S regular conuna Sl1rna de clpitaL ser renta de lln~t suma de dinero inver-

7. "/ealth 01 ¡"/O/"iOH.".', Vi)l. L p. :25Q.8, Ibid., p. 419,9. lhid,. pp, 325·32iL CL vol. n, p, 414,10. E"gcL, E"gels "" "C"pitd' iL,¡l<\re, o. 'l.I,. p, lUO.

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¡¡da en la (J)Jnpra de ¡ierr;!, 1) inicen'·s de una :-:uma de dillC'-ro prestada, y el brncí¡cio serio de olla S\1nn de dinero usa-da directa o indirectamente en el empleo dC' trabajo asala-riado. Durante el siglo :mterior a Lt ap:¡ricir'm del ,-'¡'cal//¡of Na/iolls la clishnciÓn vital enlre <finero test!) CS, cUnerocorno tesoro) y capital (es lo ('S, dinero utilizado péira obte-ner unos ingresos) empezÓ a ser recOllocida por ba~,t{lntesccolJOmist;ls, "NingÚn Homlm:: es 111;'t,', rico por tCller su Hi-({Iteza toda en Dinero, Plata & ~~lJ:U'dacla a su lado", cscrihi(')

orth en 1m)], "silio qll(', pOl~1,1 contrario, es mÚs pohrepor e.s:, 1"((/,(·,n. \:] llon¡\¡l'l' m;',s rico ('S aquel e¡¡":l Híquez;¡crece, en Ticrr;l !,;liJrada, e1\ Dilwro a I nleré:; o en lÚenes

cl' 'r' ." 11 '1r'n . ranCo .. i\ mismo tiempo se practicaha oira distinciÓni)l)portantc cntre (,j c:¡pihtl utiJi/adomÚs o menos pasiva-mente (corno ('[1 el caso de la "Tierra l,ahrada" o el "Dinero;1 Interés") y el capital uh1í7ado m;'ts ;l('¡¡'/:mH'111c C01110 ell

el caso de los "Bie~les en Tnífico"). Se hahía hecho ya evi-dente (lile mientras qn!:' los que utiii?aran el capital Í)i¡siva-mente recibirían normalmente como recompensa :-;Ó]ola tasaordinaria de inlen;'.'; () su equivalente, los que lo utilizaran;¡clivamente en el "tr;1[1co" tendrían t1orl1ulmenre llli;l Uan:m-

-' -. - .• - l~- --_ •. - .... -

cia neta o "beneHcio" superior a la tasa ordinaria dt' interés,(:0]) eso qucdaba abierto e] c~Hnil1o parH el dc,;';¡tTollo de!('()Ilccplo clÚsico de inU'rés con10 forma seculldaria de renldsllstraida al bcneficio hruto, regulada en Última in'.;talJcia poreste, Smith·-como [,oc1\e, Canti1lo11 y Jhune antes (lue ¿-1----:lcenluÓ el hecho de que ''siempre que' se puede conseguirl:na gran ~,1llancia 1101' el uso de dinero, se ebrit lfcneral-

'o' l.._ 'l.."')

mente una grall snma por su uso, y siempre qlH' se puedah:lccr poco con (',] se darÚ gC'l1cralllH'nlc poco por (T'Y.~y del mismo ¡nodo c¡ uc la el if('ITn<'ÍaciÓn c,1tre !wucficio e

ll, DiBCUU/'.'iC.'i upon '/'l'IIde (1(;011, ¡cinlprcsu:, ('11A SC!",t (:ui/('dioll

"1 Eorly El/gris/¡ Tracls 011 ConmlCrce (1.';::;6). Lil dtu ajJ,\['(''Cé' en la p. 52,,)de la Selccf (,'ullcdiOIl, CL :\brx, T/lcor':,,)' oí ,~.tI"'!!IS ¡'u/ut', f'11. BUUllcr \'

Bill'll.' {Lnndr;;s,}(l.51>, p, 3;~ ..12, \\'c<il/h "1 NII/IUII\', \ nI. J, 1', '10,

interés en la esfera del "tráilco" no fue posible mÚs que por1 .. , dI' d "t f' "" ! ta apanclOn e una case propm e . rallCanteS , aSl am-bién la diferenciación clara entre el beneficio y la renta de latierra en la esfera de la agricultura no fue posible más quepor la aparición de una clase de capitalistas agrícolas. Ladistinción clara entre capital que gana renta de la tierra (ca-pital invertido en la compra de tierra) y capital que ganabeneficio (capital invertido en la explotación directa o labran-za de la tierra) no fue posible (salvo por medio de unaanalogía con otras esferas de la producción) antes de quese difundieran de un modo considerable los métodos de orga-nización capitalistas en la agricultura.

En segundo lugar había ciertas dificultades relacionadascon la diferenciación entre beneficio y salarios. Al desarro-llarse el capitalismo en la industria y en la agricultura sefueron estableciendo gradualmente las condiciones objetivaspara el reconocimiento del hecho de que el rasgo esencialcomÚn a todos los usos activos del capital es su utilizaciónen el empleo de trabajo asalariado, y así también para elreconocimiento o postulación del beneficio como un tiponuevo de renta de clase nacida de la relación capital-trabajo.Pero en aquella época ocurría muy a menudo que los em-pleadores del trabajo asalariado procedieran de las filas mis-mas de los productores directos y participaran aÚn activa-mente en el proceso material de producción. Por eso siguie-ron considerando naturalmente la diferencia entre los costespor ellos pagados y el precio recibido por sus mercancíascomo una especie de "salario" superior por sus propios es-fuerzos personales, y no como un "beneficio" del capital, amenudo muy escaso, que habían empleado. Incluso cuandoestos" empresarios" se limitaron a funciones de simple super-visión siguió pareciendo posible hablar de su ganancia neta,como lo hicieron de hecho muchos economistas de la épo-ca como de "salarios de superintendencia". La insistencia queSmith se sintió obligado a aplicar sobre este punto es unindicio de lo difícil que fue en la época apreciar la natura-

teza de la diferencia entre los salarios y los beneHcios. SmJtIl,sin duda consciente de estar roturando terreno nuevo hastacierto punto, se aparta de su camino para insistir en quelos beneficios del capital no son "los salarios de una claseparticular de trabajo, el trabajo de inspección y dirección",sino "del todo diferentes" pues "están regulados por prin-cipios completamente distintos", El propietario de capital,dice Smith, aunque "se haya descargado de casi todo traba-jo", sigue esperando que "sus beneficios se mantengan enuna proporciÓn regular con su capital".lfl

Hahía, por {¡!timo, ciertos obstáculos que dificultaban laintroducción del concento de tasa medía de beneficio . .!\n«::'O~de que se pudiera ver que los beneficios del capital se en-cuentran en una razón regubr respecto de la cantidad decapital, cualquiera que sea la esfera de inversiÓn, era clara-mente necesario que el campo cubierto por los métodos ca-pitalistas de organización se ampliara considerablemente, quela competición en el comercio exterior y el interior fuera losuficientemente libre y que el capital fuera relativamentemóvil entre diferentes lugares y empleos. Sólo entonces sepodría decir con plausibilidad que el beneficio a tasa mediafuera un elemento constitutivo del precio "natural" de todaslas mercancías.

La aparición del beneficio del capital como nueva catego-ría de renta de clase, claramente diferenciada de los demástipos de renta, fue lo que clarificó el camino del pleno desa-rrollo de la economía política clásica. A medida que lascondiciones que he descrito se fueron satisfaciendo en elmundo real, las antiguas explicaciones del "beneficio" empe-zaron a parecer inevitablemente cada vez más inadecuadas.Era imposible seguir tratando el "beneficio" bajo el rótulode renta de la tierra, como había tendido a hacerla Petty;ni tampoco se podía seguir identificánc1olo con los salarios,como habían hecho Cantillon y Hutcheson; y era imposible

1:3. lbid., vlll. 1, pp. 50-51.

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seguir localízanclo .su origcn en la esfera del tnífico, dondeSteuart lo había situado. La relaciÓn entre el capital y eltrabajo asalariado se e.staba convirtiendo en la relación socío-económica dominante de la sociedad occidentaL v este bechoimponía una revisión completa de ciertos conceÍltos econÓrni-coso fUDC:it:llentales y la postuJaciÓn de llna nueva estructuraSOCIal baslca.

II

Eu este punto tropezamos con ¡lna C~p"C¡C de ¡nisterio.Está claro que la postulacíÓn de una estructura social bÚ~;i-ea como la presentada por Smith no puede ser anterior a la;¡pariciÓn de los fenómenos socio-económicos reales de losque pretende ser una generalizaciÓn. Estos fenÓmenos tiencnque ser, por 10 menos, 10 suficientemente dominantes en al-gun;1.s esferas-clave corno para revelar (aunque sea sÓlo a losobservadores mÚs sensibles) que se esL111 cOIlVirlíClldo endominantes. La divisiÓn de la ~ociedad por Srnith en terrate-nientes, trabajadores y capitalistas parece presuponer unacunsiderable implantación del capital y de los métodos c<l.pi-talistas de organizaciÓn en la agricultura y en la manubc;-tur:\. Pero si contemplamos la Gran I3rc[;ilCta -y aÚn mÚs lasDlaEscocia- de la época en que se formaron las ideasbÚsicas de Smith, nos vemos obligados a concluir que ese'proceso de implantaciÓn no había avanzado lo suficientecorno para hacer que la estructura básica de Smith fueraplausible como dibujo del estado general de las cosas eco-nÓmicas en esas tierras.

Consíd('rem()~;, por ejcrnpIo, la situaciÓn de la Dgricllltur;¡escocesa. En las décadas de 17.30 v 17GO. tornando el paísen su conjunto, la superficie cubierta por c\plotaciol1es Cll

las cuales las funciones de terralenicnte, Irahaj:l<lor V capita-lista fller:ll1 rCalUll'ntc ejercidas por tres individuos diferentestenía que ser relativamenle reducida. No ha;' cluda de rp..lC'

d capital clnpcLaba a Huir del comercio a la agricultura (par-te de él de los beneficios del comercio del tabaco, directa-mente o a través de los bancos de reciente instauraciÓn). nide que los resultados fueron lo suficientemente espectacu-lares como para lhnnar pock:ros:\l1lente la atención.l! El rno-vimiento de mejoras quc había empezado mucho (H¡tes,aeplc1 mismo siglo, en algunos distritos, comen7.r'J a acekré1rscdurante la seQunda mitad de la centuria. Pcro el grucso delc) 1...

capital invertido en mejoras lo fue por los terratenientes. nopor su, arrendatarios. Todavía en la década de 1770, cUélndu\mlrnv \Vip-ht realizÓ la nwvor [larte de sus célebres viajes,o •.h l1lcesidad urgeute en la mayorl<t de los distritos era (]tIC

acudieran arre~datar¡o,s capitalistas, "hombres de stock".,Á .

como los llama \Vight.':; que se vieran ":mimados por arrcn-damientos a lar:.;o plazo a continuar las nwjor;ls iniciada:; porlos tenatenientcs".¡liE:sle hecho se refleja t;¡] vez en lospasos del v"Vealth of NatioflS Cl! los quc Smith indica queaunque las mejoras se deben" a veces" a los ;urendal<uios.es en general Jll;ís probaldc (por raZOlle~j que Smith eX:llnill<l

COll cierto detalle) que las hagan los terrat('llicnles,J"iPero seria Ull error inferir de esto que no hubiera en rtin-

n distrito sciiales claras de b anaríci/m de una nueva clasc',de agricultores capitalistas, En las regiones mÚs progresiva',--y particularmente en las que Smith tuvo JnÚs posibilidac1c<,de estudiar- los métodos capitalistas de organizacj('lll de laaooricultura se habían difundido va bastante. Cuanclo el 1110-o .virniento de mejoras enlpezÓ a extenderse durante la :.;egun-da mitad del siglo " ... las pequeñas propiedade'; se fueronconcentrando en explotaciones grandes. La explotación por

l,~. D('sdc Ilt{':.!:l) 1111('c,-.:Ic !'l"(H:C:::O ¡II(' rlartícul~lrll;:'¡l¡(' \¡"lhl,' (Trl.·~-~ dI"

c!,,,lades como Gl:,-;g(l\\, CL \\o','r¡[!/¡ ni NU!íOlls, "\'(11. 1, pp, -t2!.!-1:W, ;):""j(j

v :382-38:3,1.5. A. \Vj~ht. l'rc.';c 11I -"I(¡fe 01 ill/slli/!lIlru I11 S/'o¡iuurl (Vdi!),l>ll!c"_

177S-178'1), vo!. ¡V, p. ~li;5,11), l/Jid .. vol. lll, 1'. 51'). cl. \oL ¡!l, 1'. ;}:21; \Id, \1, p. lll). ek,17. \Ii('ulfll 01 NuU""s. vol. r. pp. 1"5·]16. :.;(j". :j(,!j·'O. cle. (,1,

p :)''54,

41

el beneficio fue sustituyendo a b explotación de mera subsis-tencia ... En los Lowlands los primeros terratenientes quepracticaron mejoras se dieron cuenta de la importancia de laseguridad de sus arrendatarios, de modo que allí el sistemade arriendo largo se difundió rápidamente ... La seguridadasí ofrecida provocó la existencia de una clase de agricnlto-res profesionales, cuidadosamente seleccionados por los te-rratenientes, capaces de y decididos a mantenerse al día delos últimos adelantos de la agricultura".18 J<:steproceso fueparticularmente evidente en los Lothians. En la zona orien-tal de esta región, observa \iVight,

las mejoras en la agricultura se deben principalmente a losarrendatarios. East Lothian es buena tierra, y la agriculturase ha llevado allí hace mucho tiempo a mayor perfecciónque en ninguna otra región de Escocia. Esto hace que circulemucho dinero entre los arrendatarios, entre la yeomamy,como se dice en Inglaterra, los cuales están orgullosos de sutierra y nunca desean abandonar1a. Por eso siempre hay dis·ponibles suficientes arrendatarios para cuidar toda tierra va-cante; y el dinero y el crédito que tienen les permite sacarel mejor partido de su posesión. En otras partes de Escocialos nobles no tienen más camino posible para mejorar susposesiones que tomar la tierra en sus propias manos, mejo-rada y ofrecerla entonces a los arrendatarios. En esta regióneso es innecesario, y por eso es menor el nÚmero de hidalgosque se dedican ellos mismos a la agricultura.lB

No hay duda de que Smith conocía de cerca esos impor-tantes desarrollos, a causa de las discllsiones sobre agricul-tura sostenidas en la Select Society de Edimburgo, cuyosmiembros estaban "muv relacionados con los terratenientes"

,1

v en la cual se admitió a "cierto nÚmero de ;wricnltores Cl)~.. - -- , \:? - -. -

ejercicio" en 1756.2° Y es posihle que algunos pasos del

n/" lt I r 7\ r .•. 1 . t 11ir Cai H 01 L'wtwnscngan SU ongcn en c:~os(('sano -os, porejemplo, aquel en que Smith habla de los "grandes capita-les" que se utilizan en la agricultura en algunos lugares dela Gran Bretaña y de los "ricos y grandes agricultores" quehay en toda región y que son los "principales autores dernejoras" después de los pequeños propietariosP

Es evidente, pues, que el esquema básico de Smith sepodía observar en la agricultura, incluso en Escocia, sise sabía adónde dirigir la mirada. Pero en la mayoría de loscasos, incluso en los distritos más adelantados, la estructuratiene que haber estado muy lejos de ser clara. Como precisael mismo Smith, las tres clases diferentes de renta se suelen"confundir", particularmente en la agricultura. La renta dela tierra se confunde a menudo con el beneficio, como en elcaso de "un caballero que cultiva parte de su propia hacien-da"; los salarios se confunden a menudo con el beneficio,como en el caso de los H agricultores comunes"; y a veces larenta de la tierra y el beneficio se confunden con los sala-rios, como en el caso de un "hortelano que cultiva personal-mente su propia huerta".22 Está fuera de duda que el para-lelismo entre los desarrollos contemporáneos en las esferasagrícolas e industrial impresionaría fácilmente a una perso-na que frecuentaba tanto las reuniones de la Select Societyde Edimburgo como las del Polítical Economy Club de Glas~gow durante la década anterior a 1764. Pero la implantaciónde la relación capital-trabajo en una posición dominante tie-ne que haber sido más visible en la industda de Glasgowque en la agricultura de los Lothians, y fue probablementeel estudio de lo que estaba pasando en Glasgow lo que ejer-ció la influencia más decisiva en la evolución del pensamien-to de Smith.

Es evidente qnc al contemplar la organización económicade la industria de su época Smith fue capaz de observar

18.pp. 5 y

19.lO.

Hamiltoll, Tlw Industrial J{cvolLlUo!l in Scot/ulld (Oxford, 19:12),.55-56.Wight, ep. ciL, vol. 11. p. 27,3.H,,,,'. Life of Adow SII/itl/, pp. 1J I 1I ;'),

\F cI111h uf NuiiollS, \'\>I. l. [l. :17C, d. p. :3 J G.liJid., \'01. l, p, 55,

como cosa normal 10 (ll1e muchos historiadores de hoy ella,cuando contemplan retrospectiv;nnente el mismo período,son capaces de observ;u s¡'¡]o como excepciÓn. Mantonx, porejemplo, ha insistido en qllC antes de la HcvoluciÓn Indus-trial "Jos capitalistas que gana han Llllto de la concentraciÓn¡rradual de los medios de procluccic'm 110 eran indu::;triales ...o ..Eran sÓlo corncrcian tes, v la industria no era para ellos masque UIla forma de com(:r('io".~:3 1,as excepciones -las tem-pranas fonnas de org;uliDlcic'J11 industrial que ?\lar.\: JJarnÓ"rr¡,mufactura "-- fueron ~¡n duda imporLllJtcs, pero no pa-S:¡fOn de>, ser cxcepcio[J"s.:;; SegÚn f-.lantol1:;, sÓlo cuando lal' 1 .• r , t' 1 . 1 ... ,'1'1 ] . i . )1"') '1". li.'VO,UClOiI ¡nuu:; n;l1 e:·:l"¡;O Ulcn CnCdlTilal a e PH(l( ,( n ,,-

nufactunTo consiguiÓ levantarse "tan por encima de sus tra-bajadores que se encontró al mismo nivel 'lile los demÚscapitalistas, el banquero y el comereiante"Y;¡ Pero en elVVcalth of Natiolls, escrito antes de (JllC empezara realmentela HevoluciÓn Industrial, el patrono manufacturero se dis-tingue claramente, por un lado, del mercader y. por otro, del'lsaiariado. En los principales enunciados teorél ieos de Smithla esf('r~l industrial hah!an(lo bxamcntc, se considera separa-d:l de h mcrc¡mtiJ, v h relaci¡'¡n c:ipital ..tr:¡]wjo se consideradominante en ambas. Este hecho es tan importante queparece Útil preguntarse b¡tsta qué punto la c:-:posiciÓn deSmilh es resultado de ohscrvaciÓn de hecho y hasta quépunto lo es de presciencia o de profecía.

Desde luego que fue en la "manufactura" -en el. senti-do mar'\Íano del término- donde más claramente pudo ob ..scrvarse el proceso por el cual el patrono mmndacturero sefue separando del comerciante, por un lado, y del asalariado,por el otro. En la "1l1:ll1ulac!ura" cr:llJ mÚs Llciles de verlas potenci;didadcs de 1<1 forma capitcdisla de orgarnzaC1nl1

:2:3, 1\lantnux~ The Jn(J¡~\friflf lic!'n/ufiull in tlle E:¡:;!ilcenlh (7euturuoell. revi';ada (Lonclre:" ]CJ(j]!. p. CJ().

2~. [!Jíd., 1'1'. Tí j:J7:3.;:?,"l, Ihid., [1, :37n,

prOdti('tjv;., :,:t_¡.> (.>!! p:u"t¡("I!:lr, L\ c'un(~j~!¡.-·~_·:.thL~ I!~t'i_!i(Lt c.'n Lt(11al (':'[:1 fOfm:1 peillli1í:¡ el df'sarrollo de la divisiÚll dd Irabajo.::'; Es cvidcilte <[Ile ¡\(LUll SllIilh q"cdÓ IllUY illlprcsio·n;l(!o por las grandes lll;lllULICI uras de su I:'})oea.':' 1~1patro-no manufactllrero típico de! rVealth o/ Nalioils t'S una per-sona que jla invertido llru proporci('¡n b;l'itante grande de.'ill capital en mÚquinas (' "instrumentos de Sll tr;'¡!ico', porejemplo, "el horno para hmdir el mineraL la ILlgU:l, lo,> in,;-trurnentos cort,¡lltcS" que se encucntran <.:'11un "gran tallersiderÚrgico", o los POLOS, "las mÚquinas para evacu;\r el;l'fUa" V "\os caminos v raíles" construidos por el "e:npres:l-1'i;; de una mina".:;;' .. l':¡ gasto propiamente-hecho sohre un('¡(pital fijo de cualquier clase" oh<;crva Smitll, "cs siemprerepllcstO' C01l un gran herwficio", ) . :'ste . es cspt'ci:timcll-te el caso cU<UHIo los trahai;lclo1'cs "pueden dispom'j' deb IIH'jor rl!aquill<lri¡¡·'.::l Esta invcrsi/Ju CD clpital fijo eslo que constituye. por así decido, el riesgo del empresario enti manuFactma, '/ habJmldo gC'r¡(Ticamclítc, esta inversiÓn

20. Incluso en Ll nlanUractllLl~ desde lU('J:~o, t'l iIH~tr)l-L) de ol'g¡tniz¡1ci{n!(·';Uiha nUl(_"'}¡() n1('no'~ ~H,lclanLld(l qne en pl 11tH''',} tipo de unidad de pro~dtlcciÓn que empezó ;l':urgir a nH.·dida 'lue av.lllz(, !:1 Hevo!uci(m Indns-r.IJ1. CL Dohh, Sllu!in U! tll(' !Je, c1o¡Jllli'ill 01 CU¡ .!f/!i..m d.""dlf', 101bl]). 260. _Es notahle {,ti este cnntc'-:tn qlH' Srnidl ir,clnya ljl_.I)·n~~-dlnc-nt(' L-t.<.;

nlaterias I)rilTI •.ls con lns saLnin:-; flll lC1s ';\tV~U1C("~~'() ~!nti('ip(¡s qne (,1 c:q))-taI-ista hace a .su,>';t,'ahaiador(',~.

27. Srnith se di" CUI'llta, desde 1\1<.'go, de (¡tIC la <!i\·j";(·!!1 d('] tr::¡baiose ll('vaha a menudo t<ln leios, ,j no lI>;is, elJ i"cllhtria.' conlO "las manu-facturas de lino v hn::" (\Vcalt/¡ 01 Nlllioll", vol. I. p. 7), donde "cadadHerente I<t11l:l ci'ej tnihajo cmplea tantos trahaiadn]"I'S que es imposiblen'unirlos a todos en (,1 nli:~1I10 local (L' traba¡o"" (ihid.; vuL L p. ()LHc;¡;onociÓ, Pll':-'S, CL1Llfll('1Ih:' quC' Ll d¡V1Si(')j1 tI:.·,! tr:lhain d"~'pE'lldía e'~enl'ial-·Ilit'nte de la ·'a('1.1JTHIIaciÚn de capita[" Uhitf., voL 1 pp. 2 ,::s S-'2 ,59 l.

:28. Se fll.H'deu ver illh'rr"~f:u:l('s e\:jli!'~i('il¡neS CIHlternporÚne~tS de la:"miwuLlcturas de (;!dS~"W ("¡l ,,1 Iíhrn de J¡¡Jm 1\1'I}¡-(', ,[,hp llist¡;{1f uJC!ilS!f,Oli' 117:361, pp. :Z:Z7-2:JO, .l' 2.'57-:ZSS. \ 1'11 1'1 di.' Jnhn Cihson, The¡¡istury 01 Glasgo1/" (1777). pp. 2:36-2:'jD.

29. \Vealth uf to.'lItiUils, vol. L p. 2(i2.:30. Ihid., vol. 1, p. 290.:.31. lhid .• \",,1. 1, p. 2.70.

45

en capital fijo es lo que le diferencia como manufacturero,distinto del comerciante.

En aquella época y particularmente en Glasgow estabaafluyendo mucho capital cle los beneficios del comercio a lamanufactura. Algunas de las manufacturas más espectacu-lares de Glasgow se fundaron por iniciativa de comercian-tes, algunas de ellas simplemente por hallar ocupación afondos en busca de inversión, y otras para facilitar la pro-ducciÓn de bienes que vender a losc.olonos norteamerica-nos.32 Pero no todo el capital para esos nuevos proyectosvino de los comerciantes. Una gran parte de él procedía delos ricos maestros artesanos que se liberaban de las restric-ciones impuestas por sus gremios, se asociaban con gruposde comerciantes y se convertían en directores de nuevas ma-nufacturas montadas por esas sociedades. Hablando en gene-ral, los desarrollos como éste tendieron a largo plazo a au-mentar, no a disminuir la creciente distinción entre el co-merciante y el patrono manufacturero, porque promovieronla instauración de grandes manufacturas que requerían unainversión importante de capital fijo y facilitaban el ascensode los maestros artesanos al status de capitalistas industria-les. Está claro que Smith considera la diferencia entre el"empresario de una gran obra" y el maestro artesano queemplea a unos pocos jornaleros y criados como una dife-rencia de grado, y no de clase. Ambos eran para él maestrosmanufactureros.

El ascenso de una nueva clase de capitalistas industrialesque darían pronto el tipo del empresario o "capitán de in-dustria", tan característico del capitalismo moderno, tuvocomo correlato natural la formación de una clase trabaja-

32. Véase, por ejemplo, Rae, Lile of Adam Smith, pp. 88-90, y JamesGourlay, "1'he Tobacco Pcriod in Glasgo\v, 1707-1775", en A Glasgowmiscell(//IY (s. a.), passim. Scotlill1d (11/(1 Tobacco, tesis i;1édita de T. D.\Vilkinson, antes en la Universidad de Glasgow, tiene alguna informaciónÚtil sobre la relación entre el comercio del tabaco de Glasgow y el esta-blecimiento de nlo.nufacturas locales.

46

clor;l urball~l careni.e de propiedad, los "trabajadores, jorna-leros, sirvientes de todas clases"33 que Smith incluye en el"orden constituyente" de los que viven de salarios. Tambiénen este caso era en las manufacturas -donde los trabajado-res estahan generalmente separados de la propiedad de losmedios de proc1ucción- donde la distinciÓn entre el maes-tro manufacturero capitalista y el trabajador asalaliado resul-tÓ más evidente. Smith quedó impresionado por el hecho deque en GIasgow (a diferencia de lo que ocurría en Edim-hurgo) "los habitantes se mantienen principalmente por elempleo de capita1".:J4 Y la "cantidad de industria que puedeemplear un c;pital", observa, "tiene que ser, evidentemente,igual al número de trabajadores a los que puede suminis-trar material, herramientas y una manutención adecuada ala naturaleza del trabajo".31í Es evidente que Smith consideraque el trabajador típico de una manufactura depende engran medida de su patrono por lo que hace al suministro delas "herramientas de su oficio" ,36 Smith percibe que la ofer-ta de trabajadores sin propiedad anmenta en general "en

;j3. \Fealth 01 Natiol1s, vol. 1, [l. 70.34. lbid., vol. 1, ]J. 319.:35. lbid., vol. 1, p. 279.36. CL el paso del llamado "Prim(:r borrador del \Veolth of Natíon~"

"11 el que Smith hahla del "maestro de la obra" o taller de la famosafÚbrica de alfileres, el cual suministra a sus trabajadores "el alambre, lasherramientas y el emplco" (Scott, Adam Smith as Student (lIld Professor[Glasgo\v, 1937], p. 331). Algunos economistas -por ejemplo, Beer,A History of British Socialism (Londres, 1920), vol. 1, p. 197, Y Stark,The History oi Econornics in lts Relation to Social Development (Londres,1944), pp. 26-27 y 30-31- han observado que Smith omite frecuentementelas "herramientas" y se refiere sólo a los materiales y a los salarios cuandodescribe los "avances" hechos por el capitalista al trabajador, y han tomadoeste hecho como prueba de que en tiempos de Smith "el trabajador y losmedios de producción no estaban todavía separados" (Stark, op. cit.,p. 26). En algunos casos (hiladores y tejedores, por ejemplo) no hay dudade que esa opinión es en gran medida verdadera, y también es verdad queen clW ealth of N atiolls hay muchos restos de la costumbre de describirla manufactura como si fuera ejercida enteramente por "manufactureros"más o menos independientes. Pero la frecuente omisión de las "herramien-tas" por parte de Smith cuando habla de los "avances" hechos por el

47

dliU:' dic' l"('d.'.('¡;', ('1I;l1l.10 "10.\ Ir;¡)¡:li,ulorcs pollH's iudPlH'II-dientes COl1::llln"U f¡ycu1,'lilClI1ClI!e ]os p1:qllCl~I()S c:tpitcdes conque soHau cqllip<lrsl' con los lll:Ji('ri:des de su oficio y se venobligados a c~Hvertirse en jOl'J1;d(~l'OS para poder suhsistir",:\'/\quí también Srnilj¡ considera Lt diferencia entre el statusde un traha¡'ador cmt')!cado cn 1l11;1 "ran rnanllLtctura v el de

. ~ J

un jornalero crnpleado por un rnodesto maestro ;¡rte',anocorno una diferencia de !~rado, }I{) de clase,

Si atendemos, pucs, a uno de los grandes centros comer-ciales e industriales de la época de Smilh. como Clasgow,donde el capitctl afluía en cantidades considerables a la rna-nuFaétura, el esquema bÚsico propuesto en el\Vealth ofNatiolls resuita w-c lIWI aproxirnaciÓn mucho rnÚs cercana ala realidad (lllC si ('()lltcmplamos toda Escocia o toda la Gran13reta11a. En los centros C\¡dlOS, la c\tcusiÓn de los métodosde organizaci{rn capitalisbs estaba couduciendo a la apari-ciÓn de una nueva clase de patronos manufactureros capita-listas que se distinguían cada vez rnÚs lle sus propios emplea-dos v de los comerciantes. Estos maestros m:mufacturerosempezahan a recibir Hna renta no relacionada con sus es-fuerzos personaL-s sino con la dinlcllsil'¡n de su capital, unarenta visiblemente originada por el valor ([ue el trabajo asa-lariado emple~ldo por aquel capilal añadía a los materialesbrutos que tr:lhaj:tba, Smilh, ohscl'v:melo el creciente predo-

(apitali.,-;t~l ;1] tr:li):-\j;:~d(ir ¡lO e.-'; J)r11(·ba de qUf' ('\~1 sitl1~~ci/H\ fuera ,general.Smilh o-uele cmlsi,!,r;tl' la partí' del capital íljo en "rn{"luinas Útiles einstrumentos d,'! o(¡cio" CCtnO cC'l)ital qno suministra a S1I propietario unbeneficio por el lll'cho de "quedar en sus 1IIanOS", mientras que la partedel cap¡t~d con\i~;tt:nlT t:n in.1l-eria."; prirn~;.s y salarios sUluinistra en su npi-n,iÓn un l.H'nt-'C('il) al ('.;toiLt11:-;ta por (·1 hccho de ser "'~lvanzada" o de<·circular"-'. I"ns ":.1\'~j(tC(' ...; del capita!1:-ita a su~ tLlh,ljallun-'s, por 10 t;.lnto~cOll.sistcn ~'('jlo en H:ati-Tlal y .'i'aLlrios~ Pt)l" L1 ."'Únple raz{)n de qne ésas eranlas Únicas en',IS que el cC111italista 1llídía decir propiamente que habí;:¡ "¡¡r!,,-bntndo" a \0, trab"jadof('s. COI1l0 ,:1 he indic:.do, 10 importante es lainclusiÓn de LiS l11;ltt'rias primas entre ]", "a\':\1I('('s", no la exclusiÓn dern:lquinas y h{;j'J'cilJlielltas.

:37. \Feo/11t 01 NilNoIIS, vol. L p. 85. Pel'ií Smith "r,adiÓ que el procesoiin'f~rSd pucde (jcurrir L"fl ~'ar1(¡s uaratosH

,

43

mIstO de la relac.¡(lI1 capibll-traha¡o en esta esfera, y pre~viendo su predominio final en todas las dem:ls. reuniÓ el be-neficio der capital agrícola y mercantil con el del carita 1industrial, coulo especies diferentes dellllislllO nuevo género.

III

Pero en nuestra discusiÓn de los factores que contribu-veron a fonnar la nueva estructura social no debemos sub-;-ayar la función desempeÚada por la economía conten1-poránea hasta el punto de excluir la desempeñada por loseconomistas contemporáneos. En la época de Smith eranbastantes los economistas que empezaban a darse cuenta deque la clase social cuya renta toma la forma del "beneficic) ,>

no constaba va exclusivamente de comerciantes. Cuando cco-nomistas anteriores, como North o Locke, pensaban en duso activo del capital, lo imaginaban casi siempre en la for-ma de capital comercial. Pero algunos de los contempodtlleo,>de Smith, al usar las palabras "comerciante", "mercaller"," 1'" l' b bl t 'corree or , mc Ulan pro a emente en esas ea egonas nosólo a los comerciantes propiamente dichos, sino tambit'l1 a¡lcluellos otros cuyas verdaderas raíces económicas estabanen la industria y en la agricultura más que en el comercio.Por ejemplo, en un folleto de vVilliam Temple, un tratanteen paños de Trowbridge, fechado cn 17.58, hallamos la si-guiente interesante anticipación de la doctrina smithiana del"precio natural": "Puedo ver muy claramente que el valorde todas las mercancías, o el precio, es un compuesto delvalor de la tierra necesaria para producidas, el valor del tra-bajo ejercido en producidas y manufacturarlas y el valorde In correduría que las sirve y las hace circular ".:¡8 Como

38. A Vindicntíoll of Comlllerce nnd the Arts (1758), reimpreso enA Select Collect-ion of SCllrce and Va/Hable Tracts Ol! CUlIIl1lerce. Paltense refiere a la cita, que aparece en la p. 522 de la Select Collectioll, enThe Development af El1glisJ¡ Thollght (Nueva York, 1910), Pl?, 237-2:38.

494. - :\tUl;

muestra claramente el paso que sigue a ese, Temple estabapensando claramente en algo parecido a los "beneficios" enel sentido smithiano de la palabra. "Si las ganancias delcorredor no le satisfacen", sigue diciendo Temple, "il1telTl1ln-pirá sus ventas. El agricultor no sembrará, los manufacture-ros abandonarán sus oficios si sus empleos y ocupacionesproducen pérdida en vez de beneficio". Otro ejemplo quepodemos recordar es el siguiente extracto de una carta deDavid Hume a Turgol, de septiembre de 1766:

Le ruego que considere que además de los Propietariosde la Tierra y de los Pobres que trabajan en ella hay entoda Comunidad civilizada un Cuerpo muy grande y muyopulento que emplea sus riquezas en el Comercio y goza deuna gran Renta por el hecho de dar Trabajo a los hombresde la clase más pobre. Estoy convencido de que en Franciay en Inglaterra la Renta de este tipo es mucho mayor que laque procede de la Tierra: Pues, aparte de los Comerciantespropiamente dichos, incluyo en esta Clase a todos los Tende-ros y Maestros-Artesanos de toda especie. Ahora bien, esmuy justo que éstos paguen para el Sustento de la Comuni-dad, lo cual sÓlo puede ocurrir si se grava con Impuestos elConsumo. Me parece que no hay Justificación para decir queeste orden de Hombres necesita repercutir sus Impuestossobre los Propietarios de la Tierra, pues sus Beneficios y Ren-tas soportan sin duela la DeducciÓn.al)

Véase también el apéndice al folleto de Temple (no reimpreso en laSelect Collection) en el cual "correduría" aparece como un constitutivoimportante de la "renta nacional". El folleto de Temple estaba dedicadoal padre de Charles Townshend. Josiah Tucker lo puso en conocimientode Lord Kames y en una carta de 6 de julio de 1758 describi6 a Templecomo un hombre "que posee a su manera una erudici6n inmensa, entiendelos principios del comercio con extremada perfecci6n, aunque lleva algu-nos de ellos demasiado lejos" (Lord vVoodhouselee, Memoirs of the Han.Il. I-Iome of Kames, 2.a eel. [Edimburgo, 1814] vol. III, p. 161).

39. l'he Lette1's of David HWlle, ed. J. Y. T. Greig (Oxford, 1932),vol. II, p. 94. Agradezco al profesor A. L. MacRe el haberme llamado laatenci6n sobre este interesante lugar. Cf. el notable soliloquio del señorJonathan Wild the Great en el cap. XIV, libro 1, de la Life ue dichocahallero clehiJu a Henrr Fielding (17 c13).

50

Tampoco hemos de pasar por alto la importante funcióndesempeñada por el brillante círculo de pensadores encabe-zados por lord Kames y con el que tan Íntimas relacionestuvo Srnith. Parece perfectamente posible que la atención deSmith hacía ese nuevo modo de contemplar la organizacióneconómica de la sociedad hubiera sido solicitada por su ami-go .rames Oswald. Dugald Stewart, al discutir en sus cursosel análisis smithiano de las partes componentes del precio dela:; mercancías en renta de la tierra, salarios y beneHcios,dice que "resulta de un manuscrito del mismo señor Smith,

_L

ahora en mi poder, que el anterior análisis o división le fuesugerido por el señor Oswald de Dunnikier".40 Esta afirma-ción puede ser esencialmente verdadera. Como se desprendede las cartas que quedan de su correspondencia con DavidHume, Oswald era capaz de argiiir muy inteligentementesobre cuestiones de economía política, y estaba también,dicho sea de paso, plenamente convencido de la importan-cia de la acumulación.41

El descubrimiento del llamado "primer borrador delWealth of Naiíons" ha dado lugar a especulaciones referen-tes a la fecha aproximada en la cual Oswald pudo comu-nicar sus opiniones sobre este tema a Smith. El profesorScott, descubridor del "primer borrador", 10 fechó tanteandoen 1763, declaró que contenía sobre distribución mucho másde 10 que se puede hallar en las Lectures, y precisamenteque la división distributiva de renta de la tierra, salarios ybeneficios está ya explícitamente en él. De esto (inter alía)infería que Oswalc1 comunicó probablemente sus opiniones aSmith y que éste las utilizó ya antes de su marcha a Franciaa principios de 1764.42 Es verdad que el manuscrito contieneun 111garque trata de cuestiones distributivas -pero sólo un

,10. Stewcnt, Col/ectcd YVurks, \ul. IX (1856), p. G, eL vol. X (1858),p. 8I.

-11. Memorials of ]anlBS Oswald (1825), pp. 65-71. Véase sobre todopp. 07-G8 y d. pp. 122-123.

42. Adam Smíth as Student and Professol', pp. 117-118 Y 319-320.

51

lugar, en mi OpJl1lOn- del cual se puede decir acaso queno hay rastro alguno en los apuntes de los estudiantes sobrelas LecttIres, y eplC en ese paso se contempla claramenteuna división del producto entre el "beneficio" del maestroy los salarios de los artesanos (lue emplea.4B Pero, sea de ellolo que fuere, está fuera de duda, a la vista del manuscri-to en su conjunto, que en la época de su redacciÓn Smith nopensaba aÚn sobre la base del esquema básico del \Vealthof Nations. Esto queda claro por el esquema que hace Smithde la sección que estudia las circunstancias que regulan losprecios de las mercancías, esquema que sigue rnás o menosexactamente el de las Lectl/res. El precio natural reaparececomo "el precio que es sufic:iente para animar al trabaja-dor",44 y no hay rastro de sugestiÓn de que el beneficio ensu tasa media se tenga que considerar como uno de los cons-tituyentes del precio natural. Si las opiniones de Oswald es-tuvieron en conocimiento de Smith antes de la redacción del"primer borrador" y si realmente eran tan importantes comoparece indicarlo la nota de Ste\vart, entonces parece claroque Smith no se dio inmediatamente cuenta de sus impli-caciones. La mejor conjetura que me parece posible en estascircunstancias es que o bien la comunicación de Os\vald nole llegÓ a Smith hasta su vuelta de Francia o bien que si lellegó antes de su marcha no logró darse cuenta de su im-portancia real hasta sus conversaciones con los fisiócratasfranceses o después de ellas.

Esto no significa que hayamos de invertir totalmente lasantiguas creencias acerca del grado de dependencia de Smithrespecto de los fisiÓcratas. En muchas cuestiones no necesi-taba enseñanza de ellos -por ejemplo, sus ideas básicas

43. El paso aparece en la p. 3:31 del libro del proft'sor Scott. Pero apesar de todo se puede sostener perfectamente que las Últimas cuatro líneasde la p. 164 de las Lecttlres eran para el estudiante que las redactó unmero resumen del paso que aparece en las primeras trece líneas de lap. 331 del libro del profesor Scott, y que el estudiante omitió simplementela ilustraciÓn aritmética, como es frecuente en apuntes.

44. Sco.tt, op. cit., p. 346.

52

sobre las virtudes del laisse:z>faire y del librecambio pare-cen haberse formado ya en 174~)-4" Y si aprendiÓ algo deMercier de la Riviere y de Nicolas Baudeau, como resultadode la discusión personal durante su estancia en París o porlos libros que aquellos autores publicaron mÚs tarde, es muvprobable que éstos aprendieran no lnenos de é1. De tod(;smodos, es posible que aprendiera algo mÚs de Turgot, cuyasHeflexiones están probablemente redactadas durante la es-tancia de Smith en París. El tema central de la segunda mi-tad de las Reflexiones de Turgot es la idea de que "el cul-tivo de la tierra, las manufacturas de todas clases y todas lasramas del comercio dependen de una masa de capitales oriqueza mÓvil acumulada, que, luego de haber sido adelan-tada por los Empresarios en cada una de esas diferentes cla-ses de trahajos, tiene que volver a ellos cada ailo con unbeneficio constante". 46

Como hemos visto, Smith había notado ya la importan-cia de la "acumulaciÓn de stock" antes de ir a Francia, pero('s posible que no hubiera apreciado todavía plenamente lamedida en la cual lo que en las Lectures había llamado el"equilibrio natural de la industria" 17 depende de la acciÓnde capitalistas que, deseosos de maximizar su tasa de acu-mulación, dirigen constantemente sus capitales en las direc-ciones en las que se espera que arrojen la tasa de beneficio111.1selevada. Sus discusiones con Tun!;ot en París en 1766pueden haberle ayudado a desarrollar ~us propias opinionessobre este punto.18 Pero Smith tiene que haber quedado tan

,1.3. Scott, op. cit., pp. 53-5,1.46. Turgot, RellectiollS 011 the Formafiol1 olld tTIC Distribution 01

Riches, cd. inglesa de Ashley (Nueva York, 1898), pp. 62-6:3. Turgotsubraya que "este avance y este regreso continuo de los capitales es lo queconstituye ... esa Útil y fecunda circulación que da vida a todos los trabajo;;de la sociedad, que mantienen el movimiento y la vida en el cuerpo ])0-¡¡¡lCO" .

47. Lectures, p. 180.48. También parece muy probable que Smith leyera las Reflexio/les

de Turgot antes de escribir el Vilel11(I1 of N atio/lS. Sobre e~te punto discu-

53

impresionado por las limitaciones del pensamiento fisiócratacomo por sus rasgos positivos. ¿Podía ser verdad que, comosostenían entonces los fisiócratas, no hubiera ningún elemen-to "disponible" en las ganancias normalmente percibidas porel maestro manufacturero, el agricultor capitalista y el co-merciante? En cualquier caso, estaba fuera de duda que enla Gran Bretaña una importante porción de esas gananciasera "disponible" en sentido fisiócrata. Esto parecía evidentepor el hecho de que las clases mencionadas estaban ya acu-mulando capital a una velocidad muy superior a la que ha-bría sido posible de acuerdo con la teoría fisiócrata de las"privaciones". La actitud fisiócrata sobre este punto, que tie-ne que haberle parecido a Smith muy arbitraria y dogmática,puede haberle ayudado a convencerle de la importancia delfenómeno que los fisiócratas intentaban negar, y puede ha-berle ayudado a adelantar por su camino hacia la clasifica-ción de las rentas del manufacturero, el explotador agrícolay el comerciante como especies diferentes de un mismogénero.

IV

El peligro de una investigación como la presente es quese encuentran tantos factores que han influido en la forma-ción de la nueva doctrina estudiada que no parece quedares~acio para el genio. La investigación de este tipo puededCJar a veces decepcionado al investigador: empieza a asom-brarse no del genio del pimer creador de la doctrina, sinode la estulticia de todos los demás pensadores de la épocaque no la concibieron.

Pero 10 importante es sin duda que mientras el discer-nir qué es realmente típico puede requerir no más que una

¡jblc véase el excelClJte repaóo de los elementos de juicio dadD por Vincr Cl\

C-:Cuide tu ]ohll Rae's "Li/e oi Adam Smith" (0Jueva York, 1965)~ pp. 128 ss.

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observación aguda, el discernir 10 que se está convirtiendoen típico requiere a menudo contar con el genio. No hayduda de que Smith estuvo muy influido por lo que estabapasando en Glasgow durante su estancia en la ciudad, perola estructura social básica que adoptó finalmente era bas-lante más que una simple generalización de esos fenómenos.Lo que vio con notable claridad es que la ulterior extensiónde los métodos capitalistas de producción que habían pro-ducido resultados tan espectaculares en Glasgow y sus alre-dedores podía trasformar y estaba trasformando de hechotoda la sociedad occidental. Vio también que este ascensode la forma capitalista de organizaciÓn hasta adquirir elstatus de norma podía producir y estaba produciendo dehecho una copiosa cosecha de nuevas regularidades econó-micas, hasta el punto de que se hacía posible por vez pri-mera elaborar una ciencia de la economía política análoga alas ciencias físicas. Como ha dicho J. M. Clark, el pensamien-to de Smith era "progresivo" en el sentido de que acentua-ba "las fuerzas que existen ya, pero a las cuales las institu-ciones dominantes no dan salida adecuada ni prestan recono-cimiento proporcionado a su presente importancia y ener-gía". Una teoría así "tiene que acentuar las cosas que laépoca no ve todavía, no aquellas sobre las cuales estánconscientemente fundadas sus instituciones".4fJ La estructurasocial básica propuesta por Smith en el Wealth of Nationsera de este tipo, y no hemos de temer que un pensador queconsiguió resumir tan precisamente "el destino manifiesto dela época" en un período en que ese destino no era en modoalguno inmediatamente manifiesto vaya a quedar rebajadosimplemente porque practiquemos un análisis de los fenó-menos contemporáneos de los que se alimentó su genio.

49. J. M. Clark, "Adam Smith ancl the Currents of History", enAdllm Smíth, 17í6-1926 (Chicago, 1928), pp. 55 y 57.

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