reseña de aquino
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Recensiones
interpretaciones consagradas tradicionalmente. Por esa razn trata con todas sus fuerzas ytodo su talento de que no seasulectura, sino mucho ms que eso.
En esta misma lnea habra que entender el realmente sabroso captulo nal, dedicado
al anlisis de la justicia tributaria en Aristteles. Una autntica justicia distributiva tambin
en lo que respecta a los males o a las cargas derivadas de la necesidad de crear trabajo ode asegurar una educacin nica y regulada. Y es que el de Estagira deja claro que somos
parte de la ciudad, y que por tanto sera de justicia contribuir con nuestros impuestos a paliarla pobreza y la ignorancia, repartindonos proporcionalmente el peso de esos dos grandesmales que siempre amenazan con que la ciudad deje de cumplir su n propio, esto es, que
la ciudad deje de serlo.Hay algo que tambin sera indiscutible, y es que el profesor Soto consigue con este
trabajo algo endiabladamente difcil. Su sobriedad, su humildad, esa virtud tan rara en lostiempos que corren y que los ingleses denominanself-effacing, consistente en borrarse unoa s mismo de lo que dice y lo que hace, al nal dejan al lector paciente paradjicamente
entusiasmado con la teora aristotlica de la justicia, y su capacidad de iluminar nuestraactualidad. Nuestra terrible actualidad.
MarianoRODRGUEZGONZLEZ
DEAQUINO, Toms:Comentario al Libro XII (Lambda) de la Metafsica de Aristteles.Traduccin: Ana Mallea y Marta Daneri-Rebok. Buenos Aires: gape Libros, 2011, 223pgs.
La publicacin de la versin bilinge del comentario de Toms de Aquino al libro XII de
laMetafsicade Aristteles viene a llenar un vaco en la serie ya publicada por la Universi-dad de Navarra de diversos libros de esta obra capital de la losofa medieval. Esta versin
se debe a dos profesoras que tienen ya una trayectoria amplia de trabajo en este campo.Ana Mallea es directora del Centro de Traducciones Filoscas Alfonso el Sabio, en Buenos
Aires. Ha traducido del latn al castellano obras de Toms de Aquino, como el Comentario
a la tica a Nicmaco, el Comentario a la Poltica de Aristteles y la continuacin dePedro de Alvernia, la Cuestin disputada sobre las criaturas espiritualesy el Comentariode los Analticos posteriores. Marta Daneri-Rebok es profesora de Historia de la FilosofaModerna en la Universidad del Norte Santo Toms de Aquino en Tucumn, cofundadoradel Centro de Traducciones Filoscas Alfonso el Sabio y miembro del Consejo editorial
de la revista Versiones.El inters del comentario de Toms al libro XII excede en cierto modo al de otros co-
mentarios del Doctor comn, dado que el sentido de este tratado aristotlico ha suscitadouna fuerte controversia entre los intrpretes del pensamiento aristotlico. En este sentido,las pginas que le dedica Toms constituyen una referencia inapreciable para quien desee
adentrarse en el contenido de esta polmica.
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En efecto, el sentido de los textos en los que Aristteles ha expresado sus ideas acercade la divinidad ha sido histricamente motivo de viva polmica entre los comentaristas eintrpretes, ya desde la antigedad. Los primeros comentaristas helensticos de las obras
aristotlicas encontraron en ellos la justicacin para hacer patente su ideal de lasymphonia,la concordancia esencial entre las losofas platnica y aristotlica, pues lo que se enunciabacrpticamente Aristteles la existencia de un primer principio, motor de todos los movi-mientos, autoconocimiento, causa nal amada por s misma, etc. se consideraba que poda
complementarse con la reexin sobre la naturaleza de la divinidad que haba llevado a
cabo Platn. De este modo, los dos maestros griegos no habran hecho sino colaborar en laconstruccin del gran sistema de la sabidura comn. Lo que a uno le faltaba lo aportaba elotro, y, as, la claridad en la exposicin de la existencia de un Uno trascendente a la realidadmaterial, origen del ser y de la vida, de supuesto origen platnico, era complementada porel estudio de la realidad natural, la precisin en los conceptos y el recurso a tcnicas lgicasdepuradas de Aristteles. Sin embargo, pese a la persistencia de esta inclinacin sinfnica,
el reverso de este proceso fue el hecho de que, aun en el seno de esa losofa comn, con -cordataria de la obra de los dos maestros griegos, denominada neoplatonismo, se fueronacentuando las diferencias entre dos formas de abordar las cuestiones metafsico-teolgicas.Se constituy, as, el platonismo doctrinal, o, por mejor decir, la inclinacin platonizantedel neoplatonismo, en que se pona especial nfasis en la separacin y la trascendencia delUno respecto de la materia. Por el contrario, en el neoplatonismo aristotelizante se tendaa buscar nexos y a elaborar doctrinas que facilitaran la explicacin de la transicin e, inclu-so, interactividad, entre el mundo espiritual y el material.
El ideal concordatario fue asumido por el pensamiento cristiano, aunque, desde Agustn,los lsofos cristianos se encontraran ms cercanos al platonismo, que enfatizaba la supe-
rioridad del mundo espiritual. El Uno neoplatnico se recubri fcilmente con los rasgosdel Dios cristiano, en particular, y monotesta, en general, y se inici un largo periodo enque la antigua ecumene romana, asomada a las orillas del Mediterrneo, habl en un mismolenguaje teolgico en que la divinidad nica revelada en los libros sagrados adoptaba losrasgos de la divinidad losca helenstica.
Aunque la modernidad llev a cabo la denitiva separacin entre la teologa y una
metafsica que adopt el nombre de ontologa, alcanzando la polmica un estado dehibernacin que pareca denitivo, a nales del XIX los llogos alemanes comenzaron a
elaborar nuevas hiptesis sobre la naturaleza de los escritos aristotlicos. En ese momentovuelve a aparecer la dicultad de precisar el sentido de los textos teolgicos dentro del
corpus metafsico. Unos trataron, por diversos medios, de justicar la coherencia del pro-yecto de Aristteles, recurriendo a menudo a una explicacin gentica en que la teologa sesupona que era o el comienzo o el nal del proceso intelectual del Estagirita. En particular,
el debate se centr en la contextualizacin del libro lambdade la Metafsica. Por ejemplo,Bonitz conclua que este libro poda haber sido un tratado independiente interpolado en elcorpus metafsico. En cambio, para Jaeger, el discurso teolgico era el signo de la inuen-cia platnica en el joven Aristteles, que ira reclamando cada vez ms autonoma respectode su maestro, hasta centrarse en la investigacin sobre la naturaleza. As, oponindose ala interpretacin dominante entre los autores cristianos, segn la cual la teologa sera laculminacin lgica del sistema aristotlico, para Jaeger el libro lambdasera, en la gnesis
de los escritos de Aristteles, un tratado primerizo a excepcin del captulo 8 en el que
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se maniesta con fuerza la inuencia platnica, que luego desaparecera en los libros ms
ontolgicos. Otros autores, en cambio, aun aceptando el mtodo gentico jaegeriano sitanLambdaen el periodo tardo, lo que vendra, en cierto modo, a conrmar la hiptesis tradi -cional de que constituye la coronacin del sistema.
A partir Heidegger se ha atribuido a Aristteles el origen del olvido del ser, por cuan-to sera el responsable de haber distinguido la ontologa como metaphysica generalisde lateologa como metaphysica specialis, y, en cambio no habra hecho la distincin entre elsery el ente, lo que le lleva a armar que la ousiaes la esencia del ente, que puede atribuirseen su grado mximo a Dios segn una analoga de atribucin que conduce a la univocidad.Se explicara as la fcil absorcin de la metafsica aristotlica en la teologa escolsticamedieval. Basndose en ltima instancia en esta tendencia a interpretar que existe una claradisociacin entre la teologa y la ontologa en Aristteles, la interpretacin que se ha im-
puesto en las ltimas dcadas ha seguido la gua de Pierre Aubenque, quien deende la im-posibilidad de reconocer la coherencia entre el proyecto metafsico y el proyecto teolgico
aristotlico, lo cual no signica un resultado meramente negativo, sino que, en su vertientepositiva, viene a construir la imagen de un Aristteles adaptado a nuestra poca, ambiguo,perplejo, que fracasa en el intento por elaborar una teologa metafsica, escindida en unametafsica de la naturaleza que es posible pero incompleta, y una teologa sobrenatural quecompletara el sistema, pero que es imposible. Doble fracaso, pues, entonces la metafsicamisma pierde su sentido en cuanto que apunta hacia un ms all de lo fsico imposible deexplicar, y debe diluirse, a su vez, en una lgica y una fsica, disciplinas ambas asumibles
por lgica del pensamiento contemporneo.Si tiene sentido distinguir, en general, entre las obras teolgicas y las loscas en
Toms de Aquino, no cabe duda de que el comentario que le dedica a laMetafsicade Aris-
tteles (In duodecim libros Metaphysicorum Aristotelis expositio) pertenece a estas ltimas.Aunque es difcil precisar las fechas, parece que fue realizado entre 1269 y 1272 en Parsy quiz tambin en Npoles. El motivo que pudo haber inducido al Aquinate a abordar latarea de comentar los textos aristotlicos tiene que ver con su inters por proporcionar a losmaestros en artes que en aquellos aos eran el objetivo de la censura de los telogos unagua para la lectura de Aristteles que evitara los escollos de la interpretacin averrosta,objeto de sospecha. El comentario a la Metafsicano sigui el orden de la obra original,
pero se sabe que el del libro XII debi haber sido realizado antes que el del De caelo, quefue concluido hacia 1273. Precisamente, en la designacin del comentario al libro XII se
encuentra una clave que permite situar cronolgicamente muchos de los escritos tomistas
de esta poca, pues antes de que, hacia 1271, dispusiera de la traduccin de Moerbecke, queintroduce el libro , Toms se refera a Lambdacomo libro XI.
Por lo que sabemos, en la poca de Toms se dispona de hasta cinco versiones latinasde laMetafsicade Aristteles, de las que cuatro fueron elaboradas directamente a partir deltexto griego y otra es rabo-latina. La ms antigua es la de Jacobo de Venecia, del siglo XII,
llamada Metaphysica Vetustissima. De la segunda mitad del mismo siglo es la TranslatioVetus, realizada, probablemente en Constantinopla. Ya de comienzos del XIII es la annima
Metaphysica Media o Metaphysicae Mediae Translationis, que es probablemente la queutilizaba Toms en un principio, pues no inclua el libro K. La Metaphysica Nova, sobrela base del texto rabe, es atribuida por algunos a Miguel Escoto. Por ltimo, a instancias
de Toms fue elaborada laMetaphysica Novae Translationispor Guillermo de Moerbecke,
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quien, al parecer, slo verti por completo al latn el libro K, limitndose en los otros libros acorregir las versiones anteriores. Toms trabaja bajo la inuencia de Alejandro de Afrodisia,
cuyo comentario, aunque se haba perdido ya en el siglo XII, segua ejerciendo inuencia a
travs de del Gran Comentario(Tafsr) de Averroes, que compara constantemente el texto
aristotlico con la interpretacin de Alejandro, del que dispona de las primeras dos terceraspartes en una traduccin rabe tomada, a su vez, del siraco. En conjunto, puede decirse queel comentario de Alejandro es el responsable de la creacin de la teologa de Aristtelesal identicarla con la teora de los principios. La denicin del primer principio como forma
pura, su simplicidad, su actualidad eterna, su substancialidad o inteligibilidad son otros tan-tos atributos esenciales del principio divino, que se pensaran indudablemente aristotlicosa raz del comentario de Alejandro.
Las traductoras reconocen las dicultades a las que han debido hacer frente, como el
hecho de disponer tan slo del texto latino editado por Marietti en Turn en 1950:In duode-cim libros Metaphysicorum Aristotelis expositio, que carece de la equivalencia con el texto
aristotlico en la numeracin Bekker, lo que diculta en ocasiones la localizacin exactadel texto correspondiente que se est comentando. Por lo dems, quiz se echa de menosuna introduccin doctrinal ms amplia que site al lector ante el contexto de la obra, dadoque una traduccin parece necesariamente dirigida a un pblico ms amplio que el simpleespecialista, que seguramente no requerira tal cortesa. En denitiva, creo que se trata de
un trabajo correcto, que viene a completar una serie de traducciones al castellano de una delas obras ms eminentemente loscas del Aquinate.
FranciscoLENFLORIDO
ECHAVARRA,Agustn:Metafsica leibniziana de la permisin del mal, Pamplona: Eunsa,2011.
El presente estudio sobre la metafsica leibniziana de la permisin del mal es una claraprueba de que no slo es posible hacer historia de la losofa y losofa al mismo tiempo,
sino que no puede hacerse con provecho una sin la otra. Evitando la fcil alternativa entreexponer el pensamiento de Leibniz siguiendo nicamente el sucederse de sus escritos y
desarrollarlo de manera puramente ahistrica y sistemtica, con el riesgo de olvidar as larelevancia de lecturas, motivaciones y preocupaciones del autor, simplicando y en parte
deformando su signicado, Echavarra combina con rigor y ecacia ambos enfoques. Exa-mina todos los escritos leibnizianos sobre el tema, incluso algunos inditos al momentode realizar su estudio, y una amplsima bibliografa secundaria. Pero lejos de respondera un puro inters histrico o lolgico, la reconstruccin de la metafsica de Leibniz est
siempre en funcin de un juicio losco sobre su consistencia interna. El libro se divide
en tres captulos principales, en los que se estudian respectivamente la naturaleza del mal,la cuestin de su origen o fundamento y el tema central de su permisin por un principioinnito y creador. Como es de suponer, un captulo da lugar al otro movido por las exigen-
cias mismas del tema.