revisión sobre demandas físicas y fisiológicas futbol
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Revisión bibliográfica sobre Demandas físicas y
fisiológicas en futbolistas de alto nivel
-RUBÉN CIPRIANO ROMERO RODRÍGUEZ
-MIGUEL ÁNGEL VALDIVIA MAZA
Licenciatura en Ciencias de la actividad Física y Deporte, Universidad de Granada
Resumen:
En este documento se recoge diversa información acerca de las demandas físicas y demandas
fisiológicas en futbolistas de alto nivel. La información ha sido recabada de diversos artículos
científicos y revisiones relacionadas con el tema, todos ellos de actualidad y seleccionando únicamente
la información que nos interesa en relación a este tema. Como hemos visto existen diferencias
significativas en cuanto a puestos específicos, tanto físicas como fisiológicas en diferentes ligas de
futbol profesional, como veremos a continuación en este documento.
Palabras Clave: Futbol, Demandas Físicas y Fisiológicas, Puestos específicos
Introducción:
En la primera parte vamos a tratar de hacer un breve resumen de cada artículo revisado, comenzaremos
introduciendo con otras revisiones sobre el tema y posteriormente diferenciaremos los demás artículos
revisados entre los que hablan sobre demandas físicas y posteriormente los que tratan sobre demandas
fisiológicas, finalmente recogemos de forma resumida las ideas principales y mas importantes de todos
los documentos. Gran cantidad de los aspectos que hay que saber de este deporte quedan aquí recogidos
REVIEW:
FISIOLOGÍA APLICADA AL FÚTBOL
-Maynar, M, Maynar, J.I, Muñoz, D, & Timón, R., (2008) FISIOLOGÍA APLICADA AL
FÚTBOL. FÚTBOL: CUADERNOS TÉCNICOS N 42, 81-90
El fútbol demanda capacidades físicas y fisiológicas a los jugadores, siendo más acentuadas cuanto más
elevado es el nivel de la competición. Las demandas físicas, se relacionan a la vez con los aspectos
técnicos del juego y con sus elementos de contacto físico. Sin las capacidades necesarias, el jugador no
podría sobrellevar las exigencias de jugar al máximo nivel.
En este sentido, en el presente capítulo, incidiremos casi exclusivamente en el aspecto físico y
fisiológico del jugador de fútbol, analizando los aspectos de la carga externa e interna que se dan
durante un partido, aportando gráficas, estadísticas, porcentajes y cualquier otro tipo de datos y estudios
que contribuyan al clarificar y entender mejor los esfuerzos característicos del fútbol, y poder plantear
mejor los objetivos del entrenamiento.
Existen algunos estudios acerca de las distancias recorridas por los jugadores de fútbol a lo largo de un
partido, existiendo discrepancias entre los diferentes autores, atribuibles, no solo a los jugadores
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analizados (especificidad de la posición ocupada en el terreno de juego), sino también por los métodos
de investigación utilizados. En la tabla 1 resumimos algunas de estas investigaciones.
Estudios más recientes, muestran recorridos de 9,44 km de los jugadores, incidiendo en una caída en las
distancias recorridas durante el segundo tiempo del encuentro (Catterall, 1993). Un trabajo realizado en
mujeres muestra distancias medias de 10,3 km recorridas por jugadores durante un partido de fútbol,
con un volumen total de carreras de alta intensidad de 1,31 km. Estas carreras de alta intensidad las
llevaban a cabo una media de 125 veces con duraciones de 2,3 segundos (Krustrup, 2005). En otra
investigación obtuvieron volúmenes de desplazamiento de 12, 956 km, de los cuales 2,378 km se
recorrían a velocidad superior a 18 km/h (Castagna y cols., 2004).
Comparando el volumen de desplazamientos en jugadores del Sur de América y jugadores de la premier
League, obtuvieron que los jugadores ingleses recorrían más distancia que los sudamericanos (10,104
km, frente a 8,638 km), y en ambos grupos disminuía el volumen de desplazamientos en la segunda
parte del partido, de forma que los centrocampistas recorrían un mayor distancia de los delanteros y
defensas (Rienzi y cols., 2000).
Por su parte, Bangsbo y cols., en 1991, realizaron un estudio para determinar los desplazamientos
realizados por 14 jugadores de fútbol de alto nivel durante un partido, obteniendo un volumen de
desplazamientos medio de 10,80 km, donde los centrocampistas recorrían un 10% más de distancia que
defensas y atacantes, sin encontrar diferencias en las intensidades de los desplazamientos (Bangsbo y
cols., 1991).
Si nos fijamos en los desplazamientos que hace un jugador a lo largo del partido nos encontramos que la
mayor parte del juego se pasa entre andando y trotando (83-85%), Y algo menos corriendo rápido y
esprintando (7-10%) y muy poco tiempo parado (4-10%), (Weineck, 1997). Según estos datos,
observamos como el futbolista pasa un porcentaje muy bajo del tiempo de partido en condiciones de
máxima actividad o explosividad en sus acciones, aunque en muchos de los casos serán las acciones que
puedan decidir el resultado del mismo, desde el punto de vista físico.
Por su parte, Ekblom, 1986, establece porcentajes del 50-70% de los desplazamientos a baja intensidad,
20-30% a alta intensidad, y entro el 8 y el 18% a velocidad máxima, mientras que Davis, 1992 habla de
un 11,2% de Sprint, un 20,9% de carrera submáxima, 36,7% de trote, 24,8% andando, y un 6,4%
andando o corriendo hacia atrás.
Igualmente, existen diferentes estudios relacionados con los tipos y la intensidad de los desplazamientos
que se realizan en un partido de fútbol, que a continuación citamos, recogidos por Domínguez Lago y
cols. (1996).
Fuente Distancia recorrida (m) Método
Knowles y Brooke (1974) 4.834 Notación manual
Smaros (1980) 7.100 Cámaras de TV (dos)
Reilly y Thomas (1976) 8.680 (± 1.011 ) Grabadora
Ohashi y otros (1988) 9.845 Trigonometría (2 cámaras)
Ekblom (1986) 9.800 Notación manual
Agnevik (1970) 10.200 Película cinematográfica
Van Goal y cols. (1988) 10.245 Película cinematográfica
Bangsbo y cols. (1991) 10.800 Vídeo (4 cámaras)
Saltin (1973) 10.900 Película cinematográfica
Whiters y cols. (1982) 11.527 (± 1.796) Cinta de vídeo
Zelenka y cols. (1967) 11.500 No mencionado
Vinnai (1973) 17.000 No mencionado
Tabla 1. Distancias recorridas y métodos utilizados
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INDICADORES DE LA CARGA INTERNA EN EL FÚTBOL
Existen gran cantidad de estudios acerca de los esfuerzos realizados en el fútbol, referentes a la
frecuencia cardiaca, niveles de lactato, consumo de oxígeno y metabolismo energético, que exponemos
a continuación.
La frecuencia cardiaca ha sido objeto de muchas investigaciones, encontrando resultados diferentes en
muchas de ellas que representan un cuadro bastante exacto de la contribución del sistema aeróbico en el
fútbol. Reilly (1986) halló una FC media de 157 latidos/min, en un estudio con jugadores de la Liga
Inglesa en partidos amistosos. Otro estudio con jugadores turcos en partidos amistosos obtuvo
frecuencias cardiacas medias de 157 latidos/min (Eniseler, 2005). Las mediciones se han realizado
también en partidos de competición. Otro estudio obtiene frecuencias cardiacas medias de 165
latidos/min, y no encontrando diferencias entre ambos tiempos de partidos (Catterall, 1993). Otro
estudio estableció diferencias entre las frecuencias cardiacas registradas según puestos específicos,
obteniendo medias de 172 latidos/min en delanteros, 176 latidos/min en centrocampistas, y 166
latidos/min en defensas (Ali y Farrally, 1991). En estudios posteriores, obtienen porcentajes de
frecuencias cardiacas medias durante un partido del 73% de la frecuencia cardiaca máxima, con
intervalos entre el 60 y el 88% de la frecuencia cardiaca máxima (Krustrup, 2002). Smodlaka (1978),
observó que en los 2/3 de un partido analizado, la frecuencia cardiaca oscila alrededor del 85% de la
máxima, Ekblom y cols., en 1981, obtuvieron valores similares en jugadores aficionados (citados por
Basca, 1991).
En un partido de liga la FC media en seis jugadores daneses fue 164 latidos/min durante la primera
mitad y 10 latidos/min más baja en la segunda (Bangsbo, 1994). Otros estudios observaron que los
valores medios de FC máxima abarcan desde 179 latidos/min para los representantes del sur de
Australia (Whiters, 1977); 188 (±2) latidos/min para los profesionales de clubes de EEUU (Raven y
cols., 1976); y 198 (±1) latidos/min para los jugadores de la liga inglesa de fútbol (Reilly, 1979). Un
estudio llevado a cabo con jugadoras de fútbol, muestras frecuencias cardiacas medias de 165
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pulsaciones por minuto durante un partido, lo que constituía un 87% de la frecuencia cardiaca máxima
(Krustrup, 2005).
Respecto a los niveles de lactato, se han encontrado concentraciones medias de 3-9 mmol, con valores
individuales que sobrepasaban los 10 mmoll L (Bangsbo, 1994). Estudios anteriores indican valores
entre 4 - 12 mmol/L (Ekblom, 1986, Agnevick, 1970).
Otros autores han efectuado la medición en situaciones de partido simulado, en las que se realizan
acciones de corta duración y gran intensidad, y en las cuales, previsiblemente, predomina el
metabolismo anaeróbico (Dufour, 1993). Los resultados, en estos casos son superiores a los hallados
durante un partido real: entre 8 y 10 mmol/L.
Otro estudio, establece niveles medios de lactato de 4,7 Y 4,8 mmol/L en la primera y segunda parte de
un partido (Krustrup, 2002). En la siguiente tabla exponemos algunos estudios acerca de los niveles de
lactato tras la disputa de un partido de fútbol.
Año Autor Categoría 1º parte 2º parte
1970 Agnevik 1a división sueca ............. 10 mmol/L
1980 Smaros 2a div. finlandesa 4,9 mmol/L 4,1 mmollL
1986 Ekblom
1a div. sueca 9,5 mmol/L 7,2 mmol/L
2a divo sueca 8 mmol/L 6,6 mmol/L
3a div. sueca 5,5 mmol/L 4,2 mmol/L
4a div. sueca 4 mmol/L 3,9 mmol/L
1988 Rhode y Espersen 1a y 2a div sueca 5,1 mmollL 3,9 mmol/L
1993 Bangsbo Partido liga danesa 4,1 mmol/L 2,4 mmol/L
Partido liga danesa 6,6 mmol/L 3,9 mmol/L
1993 Smith y cols. 1a y 2a div danesa 4,9 mmol/L 4,4 mmol/L
Tabla 3.-Concentración de ácido láctico en función de los tiempos del partido. (Yagüe Cabezón, 2001)
Los niveles de consumo máximo de oxígeno también han sido objeto de estudio en jugadores de fútbol.
Los valores registrados de VOz máximo para futbolistas del máximo nivel en laboratorio tienden a ser
elevados, confirmando la creencia de que existe una gran contribución de la potencia aeróbica al juego.
Estos valores se encuentran entre 55 y 70 ml/kg/min (Hoff, 2005), tendiendo a encontrarse los valores
más altos al nivel máximo de juego y cuando los jugadores se encuentran en óptimas condiciones.
El promedio de VOz máximo registrado en 11 miembros de la selección sueca fe 56,5 ml/kg/min
(Astrand y Rodahl, 1985). Estudios mas recientes, obtienen datos similares de este parámetro, con
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valores en laboratorio cercanos a 65 ml/kg/min (Metaxas, 2005). Los valores de los jugadores
profesionales tienden a ser mayores que los de los amateurs, aunque esto puede depender de la calidad
del entrenamiento y del modelo de competición.
Existe alguna investigación en la que establece diferencias entre el VOz máximo según puestos
específicos, en la que obtuvieron niveles más elevados de VOz máximo en mediocampistas que en
delanteros y defensas, estableciendo así las diferencias existentes y la especificidad de los puestos
específicos, y su adaptación a las necesidades de estas posiciones (Mclntyre, 2005, Reilly y cols., 2000)
Respecto a la intensidad del esfuerzo en un partido de fútbol relacionado con el VOz máximo, algunos
estudios establecen que el ritmo de trabajo relativo promedio en un partido de fútbol parece ser
aproximadamente el 70% del VOz máximo (Bangsbo, 1994). Un estudio más reciente aporta un VOz
medio durante un partido del 65% del VOz máximo, con intervalos entre el 53% y el 80% del VOz
máximo (Krustrup, 2002). En otra investigación determinaron que la intensidad media en un partido se
encontraba alrededor de un 68% del VOz máximo (Drust, 2000)
El fútbol es un deporte intermitente, discontinuo y de gran intensidad, en el que se alternan carreras y
periodos de reposo con saltos o carrera continua de baja intensidad. La energía obtenida para hacer
frente a estas acciones proviene de las tres vías metabólicas (Ekblom, 1986), aunque no está claramente
definida la intervención de cada una de ellas en dicho proceso.
En cuanto a la obtención de energía durante un partido, podemos destacar el estudio realizado por
Generelo, en 1992, en la que obtuvo los resultados mostrados en la figura 4.
Por su parte, Jiménez Mangas (1993) realizó otro estudio para determinar la contribución de cada
sistema energético por puesto energético, mostrando los resultados en la figura 5.
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Existen también algunos estudios relacionados con la respuesta hormonal tras la disputa de un partido
de fútbol. Así, se han encontrado incrementos en los niveles de ACTH y cortisol (Carli, 1986). En este
sentido, otro estudio más reciente encontró incrementos en los niveles salivares de testosterona y
cortisol tras la disputa de un encuentro (Edwards, 2006).
- LA FATIGA EN EL FÚTBOL. MECANISMOS DE PRODUCCIÓN Y
MEDIOS DE RECUPERACIÓN.
Futbol táctico. Luis Fandiño, 2012
-Fandiño, L. (2012). La fatiga en fútbol. Mecanismos de producción y medios de recuperación. Futbol
táctico. Marzo 2012, 159-167. Fútbol y Ciencia. http://www.futbol-tactico.com.
Introducción:
En este artículo trata este tema a través de una breve revisión de la literatura científica existente e
intentando, posteriormente, extraer unas conclusiones una vez analizados los datos. En esta primera
parte se muestra el perfil fisiológico del fútbol, para, en posteriores artículos, desgranar los mecanismos
de fatiga que afectan a nuestro deporte y los medios de recuperación que podemos emplear para
controlar la fatiga y aprovecharnos de ella. Desde luego, si sabemos qué ocurre en el cuerpo de un
futbolista durante un partido seremos capaces de diseñar mejor el proceso de entrenamiento y
recuperación, si detectamos los principales mecanismos de fatiga conseguiremos ubicar mejor las
medidas de recuperación y con ello elevar el potencial de nuestros futbolistas
La fatiga puede ser central (cuando afecta a la parte nerviosa de la contracción muscular) o periférica
(cuando están deteriorados los procesos bioquímicos y contráctiles del músculo) pero,
independientemente del lugar donde ocurra la fatiga, siempre tendrá como resultado una disminución de
la fuerza y una alteración en la dinámica contráctil del músculo. La fatiga aguda o subaguda es necesaria
dentro del proceso de entrenamiento para que se produzca los fenómenos de supercompensación, pero
debemos evitar una fatiga crónica ocasionada por un exceso de carga o una planificación de los procesos
de recuperación. Debemos conocer en profundidad el fútbol y su fisiología para poder conocer las
situaciones de fatiga, para entender cómo suceden los procesos que determinan la fatiga y así poder
controlarla.
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La naturaleza del juego del fútbol se fundamenta en su carácter “lúdico, agonístico y procesal, en el
que los veintidós jugadores que constituyen los dos equipos se encuentran en una situación de
adversidad típica no hostil, denominada rivalidad deportiva” (Teodorescu, 1983)
Sin duda, el fútbol, como la mayoría de los deportes de equipo, se caracteriza por tener un número
elevado de estímulos a los que hay que atender; el futbolista debe estar atento al balón, a su posición
sobre el terreno, a la de sus compañeros, a la de sus adversarios, a un comportamiento táctico, a las
condiciones medioambientales y ambientales. Por ello, podemos decir que se trata de un deporte de
elevada dificultad en su carácter perceptivo.
Distancias totales recorridas:
Según Bosco (1991) se recorren en un partido de fútbol distancias en torno a los 11 km. Bansgbo
(1991) nos habla de distancias similares, pero observa diferencias entre defensas (10´1 km) y delanteros
(10,5 km) y centrocampistas (11, 4 km), recorriendo, como vemos, más metros estos últimos. Dufour
(1990) nos dice que ahora se recorren muchos más metros que antes; en los años 50 se recorrían
aproximadamente 4000- 5000 metros, mientras que en el fútbol de los 90 las distancias eran alrededor
de los 10000 m. Las ultimas referencias, tomadas ya registrando directamente los datos mediante un
sistema informático (AMISCO) nos hablan de 11240 metros (Martinez, 2004) o 5320 m. en 45 minutos
(Zubillaga, 2002). Estos datos concuerdan con los ofrecidos por Di Salvo et al (2007), también con
sistema AMISCO y analizando a 300 jugadores de élite europeos, encontrando distancias totales
recorridas de 11393 m (+/- 1016).
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Intensidades:
La diferencia de rendimiento físico durante un partido no viene dada por el número total de metros
recorridos, sino por la intensidad de los desplazamientos y el porcentaje de esos metros cubiertos a alta
intensidad Según Bosco (1990) un 70% de la distancia recorrida es andando o a un nivel de esfuerzo
bajo, un 20% es a velocidad submáxima, y un 10% es a velocidad máxima. Según Bill y Thomas
(1976): andando 22%; ritmo lento 37%; velocidad submáxima 20%; Sprint 10%; desplazamiento atrás
8%. Los estudios realizados por Ohashi y Yamanaska (1988) arrojan los siguientes resultados: se
recorren 6 km a menos de 7 km/ hora; se recorren 3 km a una velocidad entre 7 y 14 km/h, y se recorre
1 km a una velocidad superior a 14 km/h. Ya mucho más reciente y con sistemas informáticos, Martínez
proporciona los resultados de 18 equipos de la primera división española en la temporada 2002-2003.
En su estudio con 300 futbolistas de élite que juegan en Europa, Di Salvo et al (2007) encuentran
diferencias significativas en la distancia recorrida a Sprint (más de 23 km/h) entre jugadores de distinto
puesto; así, los jugadores que más distancia a Sprint recorren son los mediocampistas laterales, seguidos
de cerca por delanteros y defensores laterales, mientras que los defensores centrales y los
mediocampistas centrales son los que menos distancia recorren a velocidades por encima de 23 km/h.
La velocidad de Sprint en los partidos alcanza valores máximos alrededor de 32 km/h. (Bangsbo y
Mohr, 2005)
VO2máx. Consumo máximo de oxígeno.
Se define el consumo máximo de oxígeno (VO2máx) como la cantidad máxima de oxígeno que el
organismo es capaz de absorber, transportar y consumir por unidad de tiempo. La herencia genética
puede condicionarlo hasta un 70%, dejándole solamente en torno al 20 % al entrenamiento para poder
intervenir sobre él. En el siguiente cuadro mostramos los valores de consumo máximo de oxígeno de
futbolistas de alto nivel medidos en los últimos años en cinta rodante.
En general, los parámetros indicadores de la condición aeróbica (VO2máx) se sitúan en futbolistas en
valores intermedios entre los diversos deportes, en torno a los 56-58 ml/ kg/ min; por lo que no puede
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considerarse la condición aeróbica como un criterio decisivo para la selección de futbolistas; pero es
importante su desarrollo (sin perjudicar ni interferir en el desarrollo de otras cualidades) ya que viene a
considerarse la base y el sustento de cualquier otra cualidad, además de que tiene como principal
función facilitar una mejor y más rápida recuperación de los esfuerzos intermitentes de alta intensidad
que caracterizan el desarrollo de un partido.
En este punto debemos hacer mención también al concepto de umbral anaeróbico, el cual nos informa
de la resistencia aeróbica, o sea, del porcentaje de consumo máximo de oxígeno que podemos mantener
de forma prolongada. En el laboratorio el umbral anaeróbico para futbolistas profesionales de la liga
española se sitúa en torno al 83% de la velocidad máxima alcanzada, 91% de la frecuencia cardíaca
máxima y 79% del consumo máximo de oxígeno. (Casajús, 2001)
Los valores de VO2máx en el transcurso de un partido varían en función de la posición o de la labor del
futbolista sobre el campo, así un centrocampista estará por encima del umbral anaeróbico y un defensa
central estará por debajo. O sea, es probable que el consumo de oxígeno durante un partido se sitúe en
torno al 70%- 80% del VO2máx. (Ekblom, 1986)
Concentración de lactato.
El ácido láctico se produce en el músculo, incluso durante el reposo, pero en bajas cantidades, sin
embargo, existe una intensidad de ejercicio por encima de la cual la tasa de producción de lactato se
incrementa repentinamente. A este punto de intensidad se le denomina “umbral anaeróbico”. Esta
determinación de ácido láctico nos ayudaría en el análisis fisiológico del futbolista, ya que se trata de un
parámetro indicador de la participación de la vía anaeróbica láctica. Diversos trabajos valoran la
concentración de lactato en el futbolista entre 3 y 12 mmol/l, sin embargo, esto debemos tomarlo con
pinzas, ya que la concentración de lactato en sangre dependerá de los esfuerzos que el futbolista haya
hecho en los minutos anteriores, con lo que es muy distinto si ha intervenido con amplias carreras (8-12
mmol/l) o si en los minutos anteriores se habían lanzado dos saques de esquina a favor y perdido el
tiempo en una falta (3-4 mmol/l). Normalmente, los valores de lactato se toman en el descanso y al
final del partido, con lo que cualquier valoración que no tenga en cuenta las acciones realizadas por el
futbolista en los minutos previos a la toma de la muestra debería interpretarse con mucha precaución.
Además, el lactato muscular, en ejercicios intermitentes, como el fútbol, no se correlaciona con el
lactato sanguíneo (Krustup y col., 2003) que es el que luego medimos en micromuestra. Esto significa
que durante el ejercicio intermitente del fútbol la concentración de lactato en sangre puede ser alta
aunque la concentración en el músculo sea relativamente baja, ya que el aclaramiento del lactato es
significativamente superior en el músculo que en la sangre (Bangsbo, 1993). Todo esto lo debemos
tener en cuenta a la hora de interpretar el lactato sanguíneo como la medida de concentración del lactato
muscular. Pero en general, como decíamos, se habla de valores que oscilan en un partido entre 7 y 12
mmol/l, por lo que parece que en el fútbol, más que desarrollar una gran capacidad de producción de
lactato, interesa desarrollar la tolerancia a tasas medias de producción de lactato
Grosgeorge, citado por Martinez (2004), refiere lactacidemias obtenidas en intervalos de 15 minutos
durante un partido de fútbol. Cuanto mayor es el nivel de juego la concentración de lactato es más
elevada (respondiendo a un mayor ritmo de juego). También varía en función del puesto y función que
cumpla el futbolista dentro del campo, así, en los puestos de carrilero y lateral, la participación
anaeróbica láctica es importante y ello debería tenerse en cuenta en el entrenamiento.
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Se producen estos valores de concentración de lactato por una sucesión de esfuerzos cortos y repetidos
(mecanismo anaeróbico aláctico; estos esfuerzos son los más determinantes en el resultado de un partido
aunque supongan un % pequeño del tiempo del mismo, aprox 2-3´) en los cuales siempre se producen
pequeños valores de lactato, que se van acumulando a lo largo del partido a causa de las recuperaciones
incompletas, las cuales no permiten la oxidación total del ácido láctico producido.
Frecuencia cardíaca.
La frecuencia cardíaca es uno de los índices más utilizados en el control fisiológico del futbolista, tanto
en entrenamientos como en competición. Su accesibilidad y su relación lineal con el consumo de
oxígeno hacen esta variable imprescindible para conocer la intensidad del ejercicio. De cualquier forma,
también tiene sus limitaciones, y es que la frecuencia cardíaca no es un parámetro válido para medir la
intensidad de acciones cortas y explosivas, ya que no habría tiempo suficiente para que se estabilizase
en este tipo de esfuerzos. Además es probable que las frecuencias cardíacas medidas durante un partido
de fútbol nos lleven a una sobrestimación del consumo de oxígeno, ya que existen factores como la
deshidratación, hipertermia o el estrés mental que elevarían la frecuencia cardíaca sin afectar al
consumo de oxígeno. De cualquier forma, y como ya hemos señalado, las mediciones de la f.c durante
un partido parecen indicar que nos situamos en torno al 70% de consumo máximo de oxígeno. Durante
2/3 de partido la frecuencia cardíaca oscila alrededor del 85% de la máxima (Smodlaka, 1978),
alcanzándose la máxima en aquellas acciones de juego, o fases, que son de una intensidad
particularmente elevada. Y, raramente, la frecuencia cardíaca de un jugador está por debajo del 65% del
máximo, lo que significa que el aporte de oxígeno es alto. La frecuencia cardíaca máxima depende,
entre otras cosas, de la edad, por lo que debería tenerse en cuenta este factor para interpretar los
resultados. La frecuencia cardíaca media durante un partido puede situarse en torno a las 160 y 175 p/m,
(85% de la máxima) pero teniendo en cuenta que el jugador está mucho tiempo parado, lo cual baja la
media, y que existen diferencias significativas según la posición o función del futbolista.
Utilización de sustratos energéticos.
Para entrenar al futbolista debemos entender las demandas de energía del deporte y saber que sustratos
se utilizan durante un partido. Así, sabemos que el fútbol es un deporte con acciones explosivas y de alta
intensidad espaciadas entre sí, sobre una base de trabajo de baja intensidad, con lo que se trata de una
actividad que solicita todos los sistemas energéticos. Además existen gran variedad de factores que
influyen en la intensidad del ejercicio, como por ejemplo la motivación, capacidad física y estrategia
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táctica, con diferencias interindividuales en la producción de energía aeróbica y anaeróbica durante un
partido.
Pero, ¿cuánta energía gasta un jugador durante un partido de fútbol?
Reilly (2000) nos habla de un consumo de 5700 kJ (en torno a 1360 kcal) para un jugador de 75 kg con
un consumo máximo de oxígeno de 60 ml/kg/min. Podemos afirmar que se produce una gran demanda
de producción de energía en un partido con un total alrededor de las 1400 kcal. con una relación media
de producción de energía aeróbica en jugadores de élite en torno al 70% del VO2máx, siendo el
glucógeno el sustrato clave. El ejercicio intenso durante un partido lleva a una alta tasa de degradación
de fosfato de creatina, que es resintetizado en los siguientes periodos de trabajo a baja intensidad. La
fosfocreatina (PC) y el ATP, almacenados en el músculo, proporcionan la mayor parte de la energía
utilizada en los esfuerzos cortos y explosivos que componen el fútbol, el resto proviene de la glucólisis,
tanto aeróbica como anaeróbica.
Los mecanismos de fatiga:
Diversos estudios han comprobado el descenso del rendimiento físico en el fútbol cuando se aproxima
el final del partido. En las segundas partes los sprints no son tan frecuentes y disminuye la distancia
recorrida. Esta pérdida de rendimiento se ha asociado a la fatiga fisiológica de los jugadores (Mohr,
Krustup y Bangsbo, 2005; Ramapinini, 2007) tanto periférica, como central. Los mecanismos de fatiga
son una serie de procesos físicos y biológicos, de causas diversas, que condicionan la actividad
muscular contráctil y por tanto el rendimiento deportivo. Los mecanismos globales de fatiga son la
depleción de sustratos energéticos, el acúmulo de sustancias o metabolitos y factores físicos, como la
temperatura, que pueden ejercer cierta toxicidad o inhibición metabólica.
Una vez nos hemos aproximado al perfil fisiológico del fútbol en la primera parte de este artículo,
podemos ya saber cuáles van a ser los principales mecanismos de fatiga. Se trata de un deporte de
carácter intermitente dónde se alternan fases de ejercicio de intensidad máxima y de corta duración con
fases de baja intensidad que nos servirían como periodos de recuperación, pero normalmente estos
periodos de recuperación no son lo suficientemente largos, con lo que solamente nos recuperarían
parcialmente. Existe además, como hemos visto, una alta demanda del metabolismo anaeróbico, con lo
que podemos pensar que los principales mecanismos de fatiga para el futbolista serán los siguientes:
• Producción de hidrogeniones y caída del pH celular.
• Acúmulo de lactato.
• Depleción de glucógeno.
• Aumento de la temperatura. (Sobre todo si existe riesgo térmico)
• Daño muscular post-ejercicio. (Si hay muchos entrenamientos y con muchas acciones excéntricas)
Acumulo de sustancias o metabolitos.
Durante el ejercicio físico, la producción y mantenimiento de energía hace que se generen diversos
productos procedentes de los distintos procesos metabólicos. Alguno de esos productos generados
tienen, a su vez, un efecto inhibidor sobre los procesos metabólicos que limitarán la continuidad del
ejercicio. (Terrados, 2008)
Los principales metabolitos generados son los hidrogeniones, el fósforo inorgánico y el amoníaco, pero
no parece que el acúmulo de éstos sea un mecanismo importante de fatiga en el fútbol.
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Respecto al lactato
Teniendo en cuenta la concentración media en sangre de lactato en un partido de fútbol, que no
sobrepasa los 10 mmol y en muchos momentos está muy por debajo, podemos afirmar que la capacidad
para tolerar grandes cantidades de ácido láctico tampoco sería un factor limitante del rendimiento
durante un partido y tampoco sería un mecanismo principal de fatiga. Aunque sí podríamos pensar que
después de un periodo de ejercicio de alta intensidad se reduce el rendimiento durante los próximos
minutos, por acúmulo de sustancias (no exclusivamente lactato) y por disminución de los depósitos de
PCR (fosfocreatina) que se encargan de resistetizar el ATP. Pero, en un reciente estudio de Kustrup et al
(2006), en el que analizaron las respuestas metabólicas de 31 jugadores daneses en partidos amistosos,
los autores reportaron que el lactato muscular, el PH muscular o la concentración de fosfocreatina no
estaba relacionada con la disminución del rendimiento. Desde luego, las causas de fatiga luego de
acciones de alta intensidad en el fútbol son multifactoriales y son necesarios más estudios para
acercarnos a una explicación más precisa.
4.2. La temperatura.
Cuando se hace ejercicio físico se produce una gran cantidad de calor, ya que cerca del 75% de la
energía que se libera para producir la contracción muscular se pierde en forma de calor. En el fútbol el
catabolismo de energía es elevado y esto causa una enorme producción de calor, que ha de ser eliminado
para evitar el deterioro del rendimiento y para evitar que la temperatura corporal aumente
excesivamente. Sin embargo tenemos suficientes medios para eliminar el calor, el principal (80% de la
pérdida de calor durante el ejercicio) es la evaporación del agua por el sudor y la respiración, con lo que
en condiciones normales, la temperatura corporal no debería ser un mecanismo de fatiga en el fútbol, en
el que nos pasamos gran parte del tiempo parados o a baja intensidad, siempre que sigamos una correcta
estrategia de rehidratación. Pero ojo, hablamos de condiciones normales, pero… ¿y si jugamos a 33º y
con un 70º de humedad relativa? En ambientes calurosos (> 32º c), húmedos (> 70%) y sin viento, se
crea un microclima en torno a la piel que ocasiona que el sudor no se evapore, cayendo directamente al
suelo y no disipando calor. Sólo nos enfría el sudor que se evapora. El organismo se vería obligado a
seguir sudando para tratar de eliminar el calor, con lo que el peligro de deshidratación sería enorme.
Esta deshidratación induciría un aumento de la fatiga muscular, reduciendo el rendimiento. Incluso los
niveles bajos de deshidratación (alrededor del 1%) son suficientes para perjudicar el rendimiento en el
ejercicio (Gopinathan, P.M., Pichan, G., Sharma, V.N. 1988; Sawka, M.N., Montain, S.J. 2000). El
rendimiento cognitivo, fundamental en el fútbol, donde hay muchas decisiones que tomar, también se
ve afectado cuando se presenta una deshidratación severa e hipertermia (Dougherty, K.A. et al. 2006;
Baker, L.B. Conroy D.E., Kenney W.L. 2007). Se ha demostrado que el efecto negativo sobre el
rendimiento en las destrezas específicas del fútbol ocurre a niveles de deshidratación equivalentes al
2.4% de la masa corporal (McGregor, S.J. et al. 1997). El aumento de la temperatura central a 40º
coincide con la imposibilidad de mantener el ejercicio, debido a los efectos que el calor ocasiona tanto a
nivel periférico (aumento del flujo sanguíneo subcutáneo, para tratar de enfriarse, con lo que disminuye
el flujo sanguíneo muscular. Es decir habría menos cantidad de sangre disponible para irrigar a los
músculos que intervienen activamente en el ejercicio) como a nivel central (alteración de los centros
motores por aumento de temperatura). En estudios realizados con futbolistas suecos, la temperatura
media rectal en cuatro equipos de cuatro divisiones distintas fluctuó entre los 39º y los 39,5º. (Ekblom),
pero aunque el futbolista no se vea obligado a parar a causa de la temperatura, es un mecanismo
importante de fatiga fundamentalmente si el juego se desarrolla en condiciones climáticas extremas,
acentuando la deshidratación. Si al calor le unimos tasas altas de humedad el riesgo sería aún mayor. La
verdad es que si un deportista está deshidratado es fácil alcanzar una temperatura de 40º, por lo que
debemos tener cuidado.
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La fatiga producida por el calor, afectando al sistema nervioso, puede ser un mecanismo de defensa del
cuerpo para no sobrepasar una temperatura interna límite (42º; incompatible con la vida) y así prevenir
la lesión por calor y el golpe de calor. En situaciones de alto riesgo térmico, dónde existe una
temperatura elevada o una temperatura moderada pero con una elevada humedad, el organismo humano
tiene dificultades en el mantenimiento de una temperatura corporal adecuada. Este aumento de la
temperatura central produce un aumento de la acumulación de lactato y una depleción más rápida del
glucógeno, contribuyendo a las sensaciones de fatiga y agotamiento. (Fink et al.1975)
Este mecanismo de fatiga es quizás más importante que el de la reducción del glucógeno muscular si
jugamos y entrenamos en ambientes cálidos y/o húmedos. En ambientes fríos del norte de Europa, por
ejemplo, no sería tan grave y esta deshidratación no afectaría al rendimiento tanto como si el ejercicio se
realizara en clima caliente (Coyle, E.F. 2004), ya que la termorregulación en el frío es más fácil y no
incide tan claramente en la fatiga, como lo demostraron claramente Galloway y Maughan (1997) Sin
embargo, la deshidratación constituye una amenaza incluso cuando se entrena en climas templados o
durante el invierno, por lo que se debe prestar atención a este aspecto. Al hilo de esto podemos citar otro
mecanismo de fatiga en el fútbol, que puede estar asociado a la temperatura, las alteraciones
hidroelectrolíticas, producidas por la pérdida de agua e iones por el sudor.
La aparición de fatiga se acelerará en caso de alteraciones hidroelectrolíticas, ya que se provoca una
alteración en la transmisión del impulso nervioso que afectará al trabajo físico.
4.3. Depleción de sustratos energéticos.
La energía en forma de ATP que permite el trabajo muscular procede de los procesos metabólicos
energéticos. Esta energía se obtiene de la degradación de los sustratos energéticos (grasas e HC,
fundamentalmente) La mayor o menor cantidad de depósitos de estos sustratos van a ser factores que
condicionarán la aparición de la fatiga. Como veremos éste constituye el principal mecanismo de fatiga
en el fútbol, donde el metabolismo aeróbico es insuficiente para la producción de energía, con lo que el
glucógeno muscular es un factor determinante, ya que la producción de energía anaeróbica parte del
glucógeno. Es decir, en el fútbol gastaremos fundamentalmente glucógeno, además de los fosfatos. De
hecho, la fosfocreatina puede disminuir por debajo del 30% de los valores de reposo durante algunos
momentos del partido si realizamos varias acciones intensas con cortos periodos de recuperación
(Kustrup y col, 2006), pero de lo que no puede vaciarse el músculo es de ATP. El ejercicio intenso de
larga duración (ciclismo, maratón…) puede vaciar claramente los depósitos musculares de glucógeno.
En deportes interválicos, de equipo, como el fútbol, esto es mucho menos evidente, sin embargo el
glucógeno muscular puede ser un factor limitante del rendimiento, si la intensidad es alta, aunque sólo
dure la actividad 30 o 40 minutos. Por ello no es raro que los futbolistas realicen una segunda parte a
intensidades de carrera mucho más bajas, mientras se quejan de la falta de respuesta de sus piernas. Este
gasto de glucógeno muscular está directamente asociado con la fatiga. Como hemos visto, el fútbol es
un deporte donde las demandas fisiológicas dependen de muchos factores y varían durante el partido. La
concentración de lactato en sangre y de NH3 (amoníaco) durante periodos de partido, indica que se
produce un metabolismo muscular elevado y cambios iónicos. El glucógeno es el substrato clave, ya que
su disponibilidad, tanto en el músculo como en el hígado es reducida, pues sus reservas son pequeñas. Y
el descenso del rendimiento que se produce al final del partido está asociado a su depleción. Diferentes
autores (Saltin, 1973; Smaros, 1980; Jacobs y col., 1982) han estudiado la evolución de la concentración
de las reservas musculares de glucógeno durante un partido de fútbol para ver si en un ejercicio
intermitente realizado a esa intensidad media del 70-80% del consumo máximo de oxígeno, también se
acompaña de una utilización significativa del glucógeno muscular.
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Estos autores han encontrado que ya al finalizar la primera parte, se observa una disminución muy
importante de las reservas musculares de glucógeno. Además, en varios jugadores las reservas
musculares de glucógeno están casi agotadas al finalizar la primera parte. Al finalizar el partido todos
los futbolistas presentan un agotamiento prácticamente completo de las reservas musculares de
glucógeno. Por último, alguno de los estudios reveló que los jugadores que tenían una menor
concentración de glucógeno antes de empezar el partido, recorrían una menor distancia total durante el
partido. Además, el tiempo de carrera a máxima velocidad fue un 75% menor en los jugadores con bajos
valores iniciales de glucógeno muscular. Otros autores, como Kustrup y col (2006), nos indican que las
reservas musculares no siempre se depletan al final de un partido, pero que sí se depletan
completamente un número significativo de fibras musculares aisladas, impidiendo mantener el esfuerzo.
Por lo tanto, es posible que tal vaciamiento de glucógeno en algunas fibras no permita un esfuerzo
máximo tanto en los sprints aislados como repetidos.
Niveles de glucógeno muscular antes, durante y después de un partido (Kustrup et al, 2006)
El conjunto de estos resultados permite concluir que el glucógeno muscular es un substrato que tiene
una importancia clave en un partido de fútbol debido a que se utiliza de modo predominante y se puede
llegar a agotar precozmente. Además, si tenemos en cuenta que:
1) sus reservas en el organismo son muy pequeñas.
2) durante un partido se suelen agotar esas reservas.
3) el agotamiento de dichas reservas se acompaña de una disminución notable del ritmo de juego.
4) la recuperación completa de estas reservas puede alargarse más de 48 horas.
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5) diferentes estudios han encontrado que la ingestión de una dieta que contenga como mínimo un 60%
de hidratos de carbono y la ingestión de agua con hidratos de carbono durante el calentamiento (unos
70g en 400 mi de agua) y en el descanso (140g en 800 ml de agua) se acompaña de una mejora de las
prestaciones físicas (número y duración de carreras a máxima velocidad, mayor distancia recorrida) y de
las prestaciones técnicas durante el partido de fútbol y, especialmente, durante la última media hora de
partido, se puede concluir que se deberá prestar especial interés en elaborar cuidadosamente estrategias
desde el punto de vista de la nutrición y del control y la distribución de las cargas de trabajo y
recuperación para conseguir que los jugadores:
1) presenten antes del partido reservas de glucógeno elevadas en el músculo y en el hígado,
2) presenten un agotamiento retardado de las reservas musculares durante el partido,
3) recuperen dichas reservas rápidamente. (Gorostiaga)
Concluimos entonces que los jugadores que tienen un nivel inicial de glucógeno más bajo recorren una
distancia menor y esprintan relativamente menos (especialmente en los segundos tiempos) que los
jugadores que tienen niveles normales de glucógeno muscular antes del partido. (Saltin, 1973)
Los niveles de glucógeno muscular varían dependiendo de las cap. físicas del individuo, (estado de
forma, cantidad de músculo, tipo de fibra muscular...) dieta y el tipo de entrenamiento que esté
realizando. En una persona de 70 kg de peso con 21 kg. De músculo podría llegar a tener hasta 700 gr.
de glucógeno almacenado sumando todos sus músculos. (Terrados, 2008)
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Artículos científicos relacionados con las demandas físicas:
Physical demands of different positions in FA Premier League soccer
- Bloomfield, J., Polman, R., & O'Donoghue, P. (2007). Physical demands of different positions in FA
Premier League soccer. Journal of Sports Science and Medicine. 6, 63-70.
El propósito de este estudio fue determinar las demandas físicas en 3 diferentes posiciones (defensas,
mediocentros y atacantes). El análisis se realizo a través de video. Se analizaron un total de 55 jugadores
(10 defensas, 18 mediocentros y 19 atacantes de 12 equipos diferentes). En cada partido 6 jugadores
fueron seguidos por “PlayerCam” en franjas de tiempo de (0-15min, 15-30min, 30-45min, 45-60min,
60-75min, 75-90min). Se analizó los PM (movimiento intencionado). Tras el análisis se recogieron los
resultados de las tablas, en diferentes posiciones
Standing-de pie, walking-andando, joggin-trotar, running-corer, sprinting-sprintar, skipping-saltar,
shuffling-arrastrarse
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MÉTODO: El método utilizado la observación y la grabación de partidos usando una “playercam”, que
permite centrar la grabación en un solo foco (jugador) durante 15 minutos. De esta forma, se observaron
a 6 jugadores en cada partido, en períodos de 15 minutos, sabiendo que un partido tiene una duración
total de 90 minutos. El criterio pasa seleccionar los jugadores, era que pudieran ser observados los 15
minutos al completo. Para ello, debían estar desde el principio en el terreno de juego, y no estar más de
30 segundos sin participar en el juego.
RESULTADOS Y CONCLUSIONES
La posición tenía una influencia significativa en el tiempo durante el cual el jugador realizaba carrera,
un Sprint, un salto, estaba de pie o andaba. Sin embargo, no tenía una repercusión considerable en el
tiempo que gastaban realizando movimientos de baja, media, alta o muy alta intensidad.
Los defensas son los que pasaban un mayor porcentaje del tiempo del partido andando, trotando o
saltando, mientras que sus estadísticas eran menores en cuanto a la realización de sprines o carreras, con
respecto a las otras posiciones. Por otra parte, los centrocampistas, se pasaban la mayor parte del tiempo
corriendo y esprintando. De ahí, que las mayores distancias recorridas en un partido son las realizadas
por los jugadores que ocupan estas posiciones. Además, los centrocampistas demostraron una alta
presencia en las acciones de posesión de balón, al igual que los delanteros, que también presentaron una
cantidad similar de sprines. No obstante, los delanteros superaban con creces el tiempo que pasaban
andando por el terreno con respecto a los mediocampistas. Por otro lado, los centrocampistas y
sobretodo los delanteros, se ven envueltos con mayor frecuencia en otro tipo de movimientos con
respecto a los defensores, como son: caídas, deslizamientos, frenadas, levantamientos,…
Los defensores y los delanteros son los que más veces caen al suelo, siendo esto un aspecto importante a
tener en cuenta en la preparación física. Son estas posiciones además las que más saltos realizan. Con
respecto al cuerpo del jugador, probablemente los delanteros deberían ser los jugadores más fuertes,
porque van a sufrir muchas acciones de contacto corporal a alta intensidad, y tienen que ser capaces de
soportar empujones, contacto en los saltos, etc. Además, se observó que los delanteros eran los que
realizaban más paradas y frenadas en acciones de alta intensidad, aspecto fundamental a considerar para
el entrenamiento de fuerza en piernas, así como la prehabilitación. En relación a esto, los defensores
deberían tener características similares para poder hacer frente a los delanteros, de tal modo que son los
jugadores pertenecientes a estas posiciones los que presentan una mayor corpulencia, altura e índice de
masa corporal por lo general.
Los jugadores realizaron una media de 700 giros durante el partido, de los cuales la gran mayoría eran
de 0º a 90º principalmente en defensas, mientras que los delanteros y centrocampistas realizaban más de
270º a 360º, con motivo de la cercanía de jugadores del equipo contrario y la consiguiente necesidad de
liberarse de su marca o jugar el balón rápido. En cambio, los giros de 90º a 180º se encuentran
repartidos más o menos en la misma proporción entre todas las posiciones. Estuvieron implicados en el
equivalente a 111 actividades de movimiento de la pelota de media, sin que se detectaran diferencias
significativas entre posiciones sobre la participación total en la actividad sobre la pelota. En cuanto al
tiempo de partido durante el cual se está realizando algún movimiento, la media es del 40%, siendo los
centrocampistas los que presentan una tasa de movimiento más elevada, seguidos de los defensores, y
por último los delanteros. Sin embargo, existen diferencias notables en cuanto a la intensidad de dichos
movimientos, siendo los delanteros los que superan notablemente tanto a los defensas como a los
mediocampistas.
Casi el 50% del tiempo de movimiento dirigiéndose hacia delante (delanteros y centrocampistas
fundamentalmente), 20% sin moverse hacia ningún lado y el resto del tiempo, movimientos hacia a tras,
diagonales, laterales o arqueados (defensores principalmente).
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Todos estos factores, deberían ser tenidos en cuenta al evaluar el gasto energético de un partido,
teniendo en cuenta acciones, como el dribling (que supone un gasto energético extra), la intensidad, los
cambios de dirección, etc.
En conclusión; Este análisis ha mostrado que menos de la mitad de 'movimientos intencionados' se
realizan en una dirección frontal, los jugadores realizan diferentes tipos de movimiento con una gama de
intensidades diferentes y realizan giros frecuentes entre sus patrones de movimiento. Existen diferencias
significativas entre delanteros, centrocampistas y los jugadores que defienden. Los defensores pasan un
tiempo significativamente menor %PM corriendo y esprintando que los jugadores de otras posiciones,
pero un tiempo significativamente mayor % PM saltando que los otros puestos.
Los defensores también pasan un tiempo significativamente mayor %PM desplazándose hacia atrás
que las otras dos posiciones. Los Centrocampistas realizan giros significativamente menores durante el
partido que los delanteros y defensores. Estas diferencias indican que los jugadores, según sus
diferentes posiciones, podrían beneficiarse de programas de acondicionamiento específicos adaptados a
las necesidades físicas que con mayor frecuencia se utilizan en cada puesto. Por ejemplo, los
defensores y los delanteros podrían beneficiarse de las condiciones físicas tipo velocidad y agilidad,
mientras que los centrocampistas se beneficiarían más de intervalos de correr distancias más largas, de
acuerdo a los resultados de este estudio. Por lo tanto los delanteros y defensas son más veloces y ágiles,
y los centrocampistas deberían tener mas resistencia aeróbica.
En conclusión personal a este estudio, queremos recalcar la importancia del principio de especificidad e
individualización del entrenamiento, porque a la vista está que no todos los jugadores tienen las mismas
demandas físicas y se ven envueltos en una gran variedad de movimientos y situaciones diferentes, para
los que deben estar preparados. Por ello, resulta fundamental la planificación y la ejecución del
entrenamiento, de modo que tenga una transferencia positiva a la competición y se adapte a las
características y necesidades individuales de cada jugador.
Analysis of physical activity profiles when running with the ball in a
professional soccer team
-Carling, C. (2010). Analysis of physical activity profiles when running with the ball in a professional
soccer team. Journal Of Sports Sciences, 28(3), 319-326.
Análisis de los perfiles de actividad física de jugadores profesionales corriendo con el balón
-Resumen: análisis de las demandas físicas de los jugadores de futbol profesionales cuando corren con
balón, este estudio determino los perfiles de actividad durante el partido, examinó los efectos de la
fatiga, e investigo las diferencias entre cada posición de juego. En 30 partidos de la 1º liga francesa
durante dos temporadas, 2007-2008 y 2008-2009, fueron analizados usando sistemas computerizados de
multicamaras (AMISCO)
En futbol profesional, solo 1,2 a 2,4 % del total de la distancia cubierta por jugadores es en posesión del
balón, con distancias que dependen de las posiciones de juego (Di Salvo et al., 2007). Se han mostrado
que correr con el balón incrementa el stress psicológico en comparación a correr normal (Hoff, Wisløff,
Engen, Kemi, & Helgerud, 2002; Reilly & Ball, 1984)
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Durante los partidos, los jugadores cubren una distancia media de 191.0 +/- 80.3 metros en posesión del
balón (tabla 1). El 34.3% de la distancia en posesión de balón es cubierta a una velocidad inferior a 19.1
km/h, 25% entre 14.1 y 19 km/h, 12.5% entre 11.1 y 14 km/h y 27,6 % en menos de 11 km/h.
En todos los jugadores, el pico de velocidad en posesión fue de 24.7 +/- 6.1 km/h, con diferencias entre
posiciones de juego. El mayor y menor valor es entre mediocampistas y defensas centrales
respectivamente. El número de toques por posesión de todos los jugadores son entorno 2 +/- 0.2 y
varían entre posiciones de juego. Siendo mayor en mediocentros y menor en defesas. Los jugadores
pasan 53,4 +/- 8,1 segundos por partido en posesión de balón. Hay diferencias entre posiciones de juego
con mediocampistas pasando mas tiempo en posesión que los defensas centrales
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Demandas físicas en jugadores semiprofesionales de fútbol: ¿se entrena igual
que se compite?
-Casamichana, D. & Castellano, J. (2011). Demandas físicas en jugadores semiprofesionales de fútbol:
¿Se entrena igual que se compite?. Cultura, Ciencia y Deporte. 6, (1696-5043), 121-127.
INTRODUCCIÓN
Con el entrenamiento buscamos preparar de manera específica al deportista para afrontar la
competición. Sin embargo, pocos trabajos han comparado las demandas de la competición con las del
entrenamiento. Es más, podemos conocer las demandas que tienen los jugadores en la competición, pero
si no adaptamos nuestros entrenamientos en función de esas necesidades, no estamos preparando al
jugador de manera específica y adecuada para el momento en que se enfrente al partido. De ahí la
pregunta que da nombre al título, ¿se entrena igual que se compite? Este estudio podría considerarse
pionero en relación a esta comparativa en el ámbito del fútbol, puesto que ya se han realizado otros
similares para deportes como el Rugby.
Este estudio trata de describir las demandas físicas de la competición en jugadores semiprofesionales de
fútbol, en función de su demarcación, y si se asemejan o no en función del entrenamiento que realizan.
Se analizaron 32 de jugadores de fútbol semiprofesionales de un equipo de tercera división en la
temporada 2010-2011 tanto en competición como en entrenamiento, en el mismo período de la
temporada. El sistema utilizado para el registro fue la monitorización a través de dispositivos GPS. Ésta
se realizó durante 7 partidos con una duración media de 48,5+/-17,3 minutos. Los encuentros estuvieron
separados por al menos 72 horas y fueron jugados en horarios y condiciones climatológicas similares,
además de frente a equipos de parecido nivel.
RESULTADOS
Partidos amistosos: Con respecto a los partidos amistosos, en comparación con los entrenamientos,
mostraron diferencias significativas en las demandas físicas, presentando valores superiores en casi
todas las variables estudiadas excepto en la distancia recorrida a baja intensidad (0–6.9 km·h-1), que fue
superior en el entrenamiento.
Partidos de competición: En cuanto a los partidos de competición, los jugadores recorren más
distancia total por minuto (112.9 vs. 73.5 m·min-1) y a mayores velocidades de 7.0-12.9, 13.0-17.9,
18.0-20.9 y >21 km·h-1. Con relación a los sprints, en los partidos oficiales se dan con mayor
frecuencia por hora de juego (15.3 vs. 3.2), siendo además más largos (15.2 vs. 9.4 m), de mayor
duración (2.3 vs. 1.5 s) y de velocidad máxima superior (27.1 vs. 23.5 km·h 1).
Haciendo referencia a los indicadores establecidos, en competición se da una mayor Carga del
jugador·min-1 (13.4 vs. 8.6 UA) y ratio trabajo:descanso (2.4. vs. 0.9 UA) en comparación con el
entrenamiento.
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CONCLUSIONES
Resulta fundamental conocer el grado de exigencia de los partidos, las demandas físicas, para poder
reproducirlas en el cual son reproducidas en los entrenamientos, y poder actuar en consonancia,
aumentando la especificidad de la solicitación durante el entrenamiento. La optimización, tanto en
calidad como en cantidad, de las sesiones de entrenamiento pasa por la incorporación de ciertas pautas
de trabajo como por ejemplo:
-Aumentar en la medida de lo posible el tiempo de práctica, evitando pérdidas de tiempo entre
ejercicios.
-Diseñar tareas o formas jugadas donde los requerimientos energéticos tengan que ver con los de la
propia competición, es decir, incluyendo los rasgos propios del fútbol en lo que se refiere a los
elementos básicos como el número de jugadores por equipo, dimensiones relativas del espacio u
orientación del espacio.
High-intensity running in English FA Premier League soccer matches
-Bradley, P. S., Sheldon, W., Wooster, B., Olsen, P., Boanas, P., & Krustrup, P. (2009). High-intensity
running in English FA Premier League soccer matches.Journal Of Sports Sciences, 27(2), 159-168.
Resumen
Los objetivos de este estudio fueron: (1) determinar los perfiles de actividad de una amplia muestra de
los jugadores ingleses FA Premier League de fútbol, y (2) examinar carrera de alta intensidad durante
los partidos de fútbol de élite-estándar para los jugadores en diferentes posiciones de juego. Veintiocho
inglés FA Premier League se analizaron durante la temporada 2005-2006 la competencia (n = 370),
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utilizando una cámara multi-sistema de seguimiento informatizado. Durante un partido típico, los
centrocampistas de banda (interiores) (3.138 m, SD = 565) cubrió una distancia mayor en la carrera de
alta intensidad que los mediocampistas centrales (2825 m, SD = 473), los laterales (2.605 m, SD =
387), atacantes (2341 m, SD = 575), y los defensores centrales (1834 m, SD = 256). En los últimos 15
minutos de un partido de alta intensidad, la distancia de funcionamiento es un 20% menos que en los
primeros 15 minutos del partidos en los centrocampistas de banda (467 m, SD = 104 vs 589 m, SD =
134, P50.01), los mediocampistas centrales (429 m, SD = 106 vs 534 m, SD = 99, P50.01) y los
laterales (389 m, SD = 95 vs 481 m, SD = 114, P50.01), los atacantes (348 m, SD = 105 vs 438 m, SD =
129, P50 0.01), y los defensores centrales (276 m, SD = 93 vs 344 m, SD = 80, P50.01). Encontramos
una reducción de distancia similar para los desplazamientos de alta intensidad con y sin posesión del
balón entre los últimos 15-min y los primeros 15-min del período del juego. La media de tiempo de
recuperación entre carreras de alta intensidad fue de 72 s (SD = 28), con un tiempo de recuperación del
28% más durante los últimos 15 minutos que en los primeros 15 minutos del juego. La carrera de alta
intensidad tiene una disminución inmediatamente después del período mas intenso de 5 min, esto fue
más evidente en los atacantes (216 m, frente a 113 m) y los defensores centrales (182 m, vs 96 m). Los
resultados sugieren que la carrera de alta intensidad con y sin posesión del balón se reduce durante las
diversas fases de los partidos de fútbol de elite, así como sus perfiles de actividad y modalidad de fatiga
varían entre las posiciones de juego. Los nuevos resultados proporcionan información valiosa sobre el
funcionamiento de alta intensidad de los patrones de una amplia muestra de los jugadores de fútbol de
élite-estándar, que pueden ser útiles en el desarrollo y la prescripción de los regímenes específicos de
entrenamiento.
En la tabla 1 observamos los datos con las variables de las distancias cubiertas según el grado de
intensidad (en metros) y diferenciando en cada columna por puestos específicos de juego
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En la gráfica anterior se representan las distancias recorridas (en metros) corriendo a alta intensidad, se
diferencia entre primer tiempo, segundo tiempo y el tiempo total de partido. Como vemos son los
mediocampistas de banda o interiores los que recorren mayor distancia a alta intensidad, siendo esta
mayor en la primera parte que en la segunda. Los que menor distancia recorren a alta intensidad son los
defensas centrales y los delanteros.
Analysis of High Intensity Activity in Premier League Soccer
Di Salvo, V., Gregson, V., Atkinson, G., Tordoff, P., & Drust, B. (2009). Analysis of High Intensity
Activity in Premier League Soccer. International Journal of Sports and Medicine. 30, 205-212.
-Resumen:
El objetivo de la presente investigación era proporcionar un análisis detallado de la actividad de alta
intensidad corriendo completada por los jugadores de fútbol de elite durante los partidos. Otro objetivo
del estudio fue evaluar la importancia de la ejecución de actividad de alta intensidad para el éxito
general del equipo. En el estudio se observo las medidas individuales en el rendimiento de 563
jugadores de campo (con una media de 8 partidos observados por jugador) que compitieron en la Liga
Inglesa Premier League durante las temporadas 2003/2004 a 2005/2006 mediante un sistema
computarizado de rastreo (Prozone ®, Leeds , Inglaterra). Las actividades de alta intensidad
seleccionadas para el análisis incluyeron la alta intensidad total de la distancia recorrida (THIR), el total
de distancia Sprint (TSD) y el número y el tipo de carreras realizadas. La alta intensidad total de la
distancia recorrida en posesión y sin posesión del balón también fue analizada. Las variables diferencian
entre la posición de juego; con el centrocampista de banda (1 049 ± 106 m) y los defensores centrales
(681 ± 128 m) que completaron la distancia máxima y mínima, respectivamente (p
<0,001).
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La actividad de alta intensidad también fue relacionado con el éxito del equipo con los equipos de
acabado en la parte inferior cinco (919 ± 128 m) y media diez (917 ± 143 m) estas dos últimas
posiciones de la liga completan mucho más THIR en comparación con los equipos de los primeros cinco
puestos (885 ± 113 m) (p = 0,003). La variable TSD también se deterioró significativamente durante el
2 º semestre con los mayores decrementos observados en los centrocampistas de banda y jugadores de
ataque (p <0,05). Las diferencias de posición en la actividad de alta intensidad y el cambio observado en
la actividad a lo largo del juego también fueron influenciados por el éxito del equipo (p <0,05). Los
resultados del presente estudio indican que la actividad de alta intensidad en el fútbol de élite está
influenciada en cada partido por la posición de juego en cada jugador y la actividad anterior en el
juego. Estos patrones de actividad dependen también de éxito del equipo. Esto puede indicar que la
eficacia general técnico-táctica de un equipo son más importantes para determinar el éxito en el fútbol
en lugar de altos niveles de rendimiento físico en sí.
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The use of individualized speed and intensity thresholds for determining the
distance run at high-intensity in professional soccer
-Abt, G., & Lovell, R. (2009). The use of individualized speed and intensity thresholds for determining
the distance run at high-intensity in professional soccer. Journal Of Sports Sciences, 27(9), 893-898.
El uso de la velocidad individualizada y umbrales de intensidad para la determinación
la distancia recorrida a alta intensidad en el fútbol profesional:
Al igual que con otros sistemas de análisis de partidos, ProZone1 utiliza un umbral de
velocidad absoluta para identificar a la velocidad de carrera a alta intensidad. En este estudio, hemos
examinado el uso de un umbral de velocidad individual de alta intensidad sobre la base de la velocidad
en el segundo umbral ventilatorio (VT2speed) para la evaluación de la distancia recorrida a
alta intensidad durante los partidos. Diez jugadores profesionales de fútbol completaron una prueba de
esfuerzo máxima para determinar VT2speed. Los datos del partido fueron identificados por medio del
sistema de ProZone1 análisis del partido. Las distancias se ejecutan a alta intensidad durante los
partidos se calcula utilizando el valor predeterminado (19.8 km/h) y la velocidad de VT2. Las
diferencias entre VT2speed y por defecto se analizaron mediante una prueba no paramétrica
de señal media. Las distancias se ejecutan a alta intensidad se compararon con una prueba t
pareada. El VT2speed media fue de 15 kilómetros/h (rango de 14-16 kilómetros/h), que fue menor
que el valor predeterminado (P50.01). La media de distancia recorrida a alta intensidad basada en el
valor predeterminado y VT2speed fue de 845 m (s = 296) y 2258 m (s = 707),
respectivamente [diferencia de medias 1413 m; P50.001 (95% CI: 1.037-1.789 m)]. La intensidad
de carrera a alta velocidad basada en el umbral ventilatorio segundo son sustancialmente menor que el
utilizado en el defecto en el sistema de partido ProZone1análisis, por lo tanto la distancia recorrida a
alta intensidad pueden ser sustancialmente subestimada.
Diez jugadores profesionales de fútbol del mismo club que compite en la edición 2007-2008 del
campeonato inglés de Coca-Cola fueron reclutados y completaron el estudio. Sus características
antropométricas y la forma física se muestran en la Tabla I. El estudio fue aprobado por el comité de
ética institucional y conforme a la Declaración de Helsinki.
Hemos demostrado que los jugadores se diferencian en la velocidad a la que comienzan a ejecutar
carrera a alta intensidad, destacando la necesidad de individualizar el umbral de velocidad a alta
intensidad. Además, la intensidad de alta velocidad de carrera se basa en un método objetivo e
individualizadas como se utiliza en el presente estudio son sustancialmente menor que la
utilizada como defecto en el sistema de análisis ProZone1 partido, y por lo tanto la distancia recorrida a
alta intensidad puede ser subestimada.
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Comparison of physical and technical performance in European soccer
match-play: FA Premier League and La Liga
-Dellal, A., Chamari, K., Wong, D. P., Ahmaidi, S., Keller, D., Barros, R., & ... Carling, C. (2011).
Comparison of physical and technical performance in European soccer match-play: FA Premier
League and La Liga. European Journal Of Sport Science, 11(1), 51-59.
El objetivo de este estudio fue comparar el rendimiento en partidos de jugadores profesionales de
fútbol a través de dos grandes campeonatos de Europa: La Liga Española e Inglés FA Premier
League (FAPL). Los datos fueron recolectados a través de un sistema computarizado de análisis de
partido. Un total de 5938 análisis se registraron durante el 2006 / 2007 la temporada. Los jugadores
se clasificaron en seis roles posicionales: defensores centrales, defensas, centrocampistas centrales
defensivos, centrocampistas de banda (interiores), mediapuntas, y delanteros. Las variables
analizadas fueron: desempeño en los partidos: (i) la actividad física- distancia total recorrida, la
distancia recorrida a alta intensidad con y sin posesión del balón, (ii) las acciones técnicas del
partido y los duelos en el campo, los pases, la posesión, y toques de balón. La comparación de la
distancia total recorrida por la FAPL y los jugadores de La Liga no mostró diferencias entre las
distintas posiciones de juego, pero los jugadores FAPL generalmente cubrieron mayores distancias
en carreras de velocidad. En contraste, más de la distancia total en el Sprint fue cubierto por los
jugadores de La Liga, cuando su equipo estaba en posesión de, mientras que a la misma distancia
total de carrera, con independencia de la posesión, se observó en los jugadores FAPL.
La Liga ganó jugadores más duelos de título (49,32% vs 48,68%) y realizó la misma proporción de
pases con éxito (76,17%). FAPL los centrocampistas de banda tenían un 20% más toques de balón
por posesión que sus homólogos de La Liga. En conclusión, nuestros resultados muestran que la
FAPL y los equipos de La Liga presentan diferencias en diversos aspectos físicos y técnicos del
partido, lo que sugiere que pueden existir diferencias culturales entre ligas de fútbol profesional y
las similares posiciones de juego en diferente liga.
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Los resultados de este estudio muestran similitudes y diferencias en diversos aspectos del
rendimiento físico y técnico entre las dos principales ligas de fútbol europeas, con variaciones que
dependen de la posición de juego. Esta información ha permitido una comprensión más minuciosa
de las necesidades físicas y técnicas para jugar en la Liga y la FA Premier League y puede tener
consecuencias directas para programas de entrenamiento y proyectos específicos de identificación
de talentos. Estas diferencias culturales en el rendimiento también puede tener un impacto en las
transferencias, ya que sugieren que los jugadores que se mueven entre los países necesitan
adaptarse tanto física como técnicamente al estilo particular de estas ligas.
Selected physical attributes of male soccer players: A comparative analysis
-Rebelo, M., Smylie, S., Macintosh, S., & Lombard, R. (2010). Selected physical attributes of male
soccer players: A comparative analysis. African Journal for Physical, Health Education,
Recreation and Dance. December 2010, 85-92.
Estudio realizado con 55 hombres jugadores de futbol, de 17 años en adelante. Divididos en 3
grupos, grupo A jugadores profesionales; premier soccer league (n=22), grupo B jugadores semi-
profesionales; Vodacom Cup Team (n=18) y grupo C, nivel amateur, universitarios (n=15).
Todos los resultados obtenidos se muestran en la Tabla 1. Existe una diferencia significativa, se
encontró entre los jugadores profesionales y aficionados para la agilidad aeróbica, anaeróbica,
derecha e izquierda, la potencia, (20 y 40 m de velocidad). Los semi-profesionales
también mostraron una diferencia significativa (p <0,05) en comparación a los
aficionados de aeróbica, agilidad anaeróbico, derecha e izquierda y 40 m velocidad. No hubo
diferencias significativas (p> 0,05) en 5m y 10m de velocidad de entre los tres grupos. Sin
embargo, una diferencia notable se encontró que pueden relacionarse con implicaciones
prácticas. Además no hubo diferencias significativas (p> 0,05) entre los profesionales
y semiprofesionales para todas las pruebas realizadas. Una diferencia notable que podría alterar el
rendimiento era evidente
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Valoración de la potencia de salto en jugadores semiprofesionales de
fútbol y comparación de resultados por puestos
-Jiménez, R. R., Parra, G. G., Pérez, D. D., & Grande, I. I. (2009). Valoración de la potencia de
salto en jugadores semiprofesionales de fútbol y comparación de resultados por puestos. / Jump
power measurement in semi-professional soccer players and comparison of results by
positions. Revista Kronos,8(15), 79-84.
RESUMEN
Los test de salto vertical han sido seleccionados para la valoración de la potencia mecánica
desarrollada por la musculatura de las extremidades inferiores en futbolistas (Wislof y cols., 1998;
Casajús, 2001; Aranda y cols, 2004; Tessitore y cols., 2005). El objetivo principal de la
investigación fue valorar el nivel de potencia de salto de jugadores semiprofesionales de fútbol para
informar al cuerpo técnico y orientar el entrenamiento de esta capacidad. También se comprobó la
existencia de diferencias en esta capacidad en función de los puestos ocupados por los jugadores en
el campo. Se han analizado un total de 21 jugadores del Fuenlabrada CF. Se seleccionaron los test:
Squat Jump (SJ) y Counter Movement Jump (CMJ). Tras la comparación por puestos se ha
comprobado que los porteros son los jugadores que mayor altura de salto manifiestan (36.94±3.14
cm) y también los que más potencia desarrollan en el SJ (53.79 ± 3.12 W/Kg). Tras ellos se sitúan
los delanteros y en último lugar los centrocampistas. De la comparación por puestos de los
resultados del CMJ se desprende que los que mayor altura de salto (40.37±6.43cm) y potencia
(53.60±4.80 W/Kg) alcanzan son los centrocampistas mientras que los defensas son los que menor
altura de salto alcanzaron. Es interesante observar que la que la mayor diferencia entre los
resultados de altura en el SJ y CMJ la alcanzan los centrocampistas indicando su mejor utilización
de la capacidad elástica muscular. Las diferencias entre los grupos de estudio no son en ningún
caso significativas no pudiendo establecerse un grupo en el que sea mas destacada esta capacidad
frente a los demás grupos.
El material utilizado para la realización de los tests ha sido una Plataforma de Fuerza piezoeléctrica
con una sensibilidad de 0.1 N (kistler Quatro Jump), con una frecuencia de muestreo de 500 Hz,
conectado a un ordenador portátil que registra directamente la Altura
(cm) del centro de gravedad del jugador, Velocidad (m/s) del movimiento, Potencia (W/Kg)
desarrollada y Fuerza (%BW) aplicada en los saltos ejecutados sobre la propia plataforma.
También se ha calculado el Índice de elasticidad con las alturas del SJ y CMJ.
Todos estos registros fueron obtenidos mediante el software Quattro Jump v. 1.08 de 2004 (Kistler
Instrument AG, Suiza). Las variables extraídas de los saltos SJ y CMJ fueron:
• h (cm): Altura del salto calculado mediante el método de la doble integración.
• Fmax (%BW): Pico de Fuerza máxima en la fase concéntrica del salto (batida).
• Vmax (m • s2): Velocidad máxima (m • s2) previa al despegue del salto.
• Pmax (W/Kg): Pico de Potencia máxima previa al despegue.
• IE (%): Índice de elasticidad.
• %F en Pmax: Porcentaje de Fuerza alcanzado en el instante del Pico de Potencia.
• %V en Pmax: Porcentaje de Velocidad alcanzado en el instante del Pico de Potencia.
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RESULTADOS
En la Tabla 2 se recogen los valores de la altura del Squat Jump (SJ). Se observa que la media de
salto es de 30.28±10.25 cm, siendo los porteros los que más saltan con una media de 36.94±3.14
cm. En la misma tabla se puede observar valores de la potencia obtenida durante los saltos (SJ). El
promedio total de los jugadores analizados fue de 45.80 ±
15.63 W/Kg. De igual forma los jugadores que muestran una mayor potencia de salto fueron los
porteros con una media de 53.79 ± 3.12 W/Kg. Los que mostraron un valor mas bajo fueron los
delanteros con un valor medio de 50.10 ± 6.62 W/Kg.
En la Tabla 2 se observan los valores de la altura de salto Counter Movement Jump (CMJ). Se
calculó una media de altura del salto del total de la muestra analizada de 34.54±11.86 cm, siendo
los centrocampistas los que mayor altura alcanzaron con 40.37±6.43cm. En la misma tabla se
pueden observar los valores de potencia en el salto con contramovimiento Se observa que la media
de potencia fue de 47.53±16.08 W/ Kg siendo los centrocampistas los que mas potencia
desarrollaron con 53.60±4.80 W/Kg. Los que muestran un valor menor de potencia fueron los
delanteros con 51.71±5.41W/Kg. El resultado medio del Índice de elasticidad en los jugadores
analizados fue de un 14.46 ±0.14%. En las comparaciones por puestos no se encontraron
diferencias significativas tras el cálculo de Anovas. Siendo en la mayoría de los casos el índice de
significatividad 1 o próximo a 1. Se encontraron diferencias significativas (p<0.05) en todas las
variables comparadas entre el SJ y CMJ (Tabla 3). Las diferencias mas importantes las
encontramos en la altura del salto y la velocidad.
DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES
Tras la realización de la comparación por puestos se ha comprobado que los porteros son los
jugadores que mayor altura de salto manifiestan y también los que más potencia desarrollan en el
SJ (Tabla 2). Tras ellos se sitúan los delanteros y en último lugar los centrocampistas.
De la comparación por puestos de los resultados del CMJ se desprende que los que mayor altura de
salto alcanzan son los centrocampistas mientras que los defensas son los que menor altura de salto
alcanzaron. Es interesante observar la diferencia entre los resultados por puestos en el caso de uno
y otro test. Mientras que en el test mas específico de fuerza activa son los porteros los que obtienen
mejores resultados en el test de fuerza elastico-explosiva son los centrocampistas. El mayor
aprovechamiento de la elasticidad muscular por parte de los centrocampistas se pone de manifiesto
con estos resultados pudiendo indicar, de cara a optimizar los entrenamientos de los porteros, la
conveniencia de mejorar este aspecto.
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Las diferencias encontradas entre el SJ y el CMJ podrían estar vinculadas a la capacidad elástica de
los jugadores. Esto da lugar a que los que saltan más en el SJ no son los más destacados en el CMJ,
debido a que cada jugador tiene un aprovechamiento diferente de la tensión elástica generada en a
fase de estiramiento del músculo, lo que hace que se establezcan diferencias respecto al salto sin
contramovimiento (SJ). Se ha comprobado que la altura del salto y la potencia tanto en el SJ como
en el CMJ están relacionadas entre sí. En el caso del SJ (r: 0.86; p<0.001) y en el caso del CMJ (r:
0.53; p<0.05). De cara a optimizar el entrenamiento de los jugadores buscando un objetivo de
mejora de la capacidad de salto puede ser interesante el diseño de trabajos de musculación en
función de la potencia desarrollada en el ejercicio y no únicamente en la carga. La aplicación de
métodos de control de la potencia desarrollada en ejercicios comúnmente utilizados como la
sentadilla debería considerarse en este tipo de sesiones. Cabe destacar la relación directa
encontrada entre la velocidad máxima alcanzada por el deportista y la potencia máxima
desarrollada. En la siguiente gráfica, se puede apreciar una relación entre la velocidad y la potencia
en el CMJ (Figura 1). Se establece por tanto que los jugadores que más potencia desarrollan en este
grupo son los más veloces (r: 0.75; p<0.001 ***).
El valor de la Potencia analizado con los test de salto vertical puede ser un gran indicador de las
cualidades del futbolista puesto que nos informa de su capacidad de salto y de su velocidad.
Demanda fisiológica en juegos reducidos de fútbol con diferente
orientación del espacio
-Casamichana, D., Castellano, J., Gonzalez-Morán, A., García-Cueto, H., & García-López,
J. (2011). Demanda fisiológica en juegos reducidos de fútbol con diferente orientación del
espacio. International Journal of Sport Science. VII, (1885-3137), 141-154.
Los juegos en espacios reducidos constituyen una alternativa al entrenamiento tradicional
interválico, con los que se pueden conseguir los mismos efectos y en los que además se pueden
trabajar tanto aspectos técnico-tácticos como condicionales, introduciendo el balón como elemento
motivacional.
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Este estudio trata de comprobar las posibles variaciones en las demandas fisiológicas de los
jugadores en tres modalidades distintas de juegos en espacios reducidos con diferente orientación
en el espacio: sin el espacio orientado (mantenimiento de la posesión), con el espacio orientado con
porterías reglamentarias y porteros y con el espacio orientado con porterías pequeñas y sin
porteros, manteniendo constantes las demás variables: número de jugadores, balones, tamaño del
espacio, etc.
MÉTODO
Los sujetos analizados fueron 18 jugadores del mismo equipo senior aficionado, cuya frecuencia de
entrenamiento era de 3 sesiones a la semana de unos 90 minutos aproximadamente más el partido.
Se realizaron 3 sesiones durante 3 semanas en período competitivo, en cada una de las cuales se
realizaban las tres modalidades de juego descritas anteriormente. En todas ellas participaban 4 x 4
jugadores, en un espacio de 25 x 32. Se realizaban 3 series de 4 minutos, con 3 minutos de
descanso activo entre ellas (estiramientos), sin ningún tipo de regla que limitará los contactos con
el balón y con la normativa de fútbol 11, a excepción del fuera de juego. Se registró la frecuencia
cardiaca telemétricamente en intervalos de 5s (Polar Team Sport System, Polar Electro Oy,
Finland), tanto durante las situaciones de juegos reducidos como durante la realización del Test de
Valoración de la Resistencia Específica en Fútbol (TVREF-v1.0). Se tomaron los datos de la FC
media y la FC máx, así como de los intervalos de tiempo en diferentes rangos de intensidad.
RESULTADOS Y CONCLUSIONES
La intensidad en el juego: En primer lugar, se demostró que la orientación del juego, no influía en
los porcentajes de tiempo de trabajo en función de la intensidad (alta, moderada y baja). Sin
embargo, se observaron diferencias significativas a intensidades altas entre los centrocampistas con
respecto a los delanteros y a los jugadores de banda en los juegos de mantenimiento de la posesión
y por otra parte, entre los delanteros y los centrocampistas a intensidades bajas también en esta
modalidad. Además, se encontraron unos valores superiores en los delanteros que en los jugadores
de banda y los mediocampistas a estas mismas intensidades en los juegos con porterías
reglamentarias y porteros. No obstante, no se apreciaron diferencias significativas en las
situaciones de porterías pequeñas sin porteros en función de la demarcación para ninguna de las
intensidades estudiadas.
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Por otra parte, se estimó que la intensidad de los juegos de mantenimiento y con porterías pequeñas
sin portero era más o menos parecida, disminuyendo cuando se introducen porterías reglamentarias
y porteros. La explicación a esto, puede residir en que al introducir porteros y mantener constantes
las dimensiones del espacio, el espacio de interacción de los jugadores se reduce, experimentando
así un descenso la FC media.
En consecuencia, se podría decir que se podrían utilizar los juegos con porterías pequeñas y sin
porteros para mantener la intensidad, al mismo tiempo que le damos especificidad al
entrenamiento.
La frecuencia cardíaca
La Fc media experimentó variaciones en función de la posición táctica del jugador para los tres
juegos. Los jugadores de banda, fueron los que registraron una menor intensidad en los juegos de
mantenimiento y con porterías pequeñas, mientras que los defensas centrales y los delanteros,
hacían lo propio en los juegos con porterías reglamentarias y porteros.
Por lo tanto, tras la realización del estudio, solo se confirmó la hipótesis de las variaciones en
función de la orientación en el espacio para la FC media porcentual, mientras que para la FC máx
no se encontraron diferencias significativas.
Training and testing physical capacities for elite soccer players
-Hoff, J. (2005). Training and testing physical capacities for elite soccer players. Journal of Sports
Sciences. 23(6), 573-582.
INTRODUCCIÓN: Los jugadores de futbol profesional, dedican una gran cantidad de tiempo al
entrenamiento para la mejora de las capacidades físicas, como son la resistencia aeróbica, la fuerza,
y las fuerzas derivadas de la velocidad y la potencia, en las que se centra este artículo.
La fuerza y la potencia junto con la resistencia, son las capacidades fundamentales que un jugador
de fútbol debe tener en las mejores condiciones.
RESISTENCIA AERÓBICA: La intensidad media del ejercicio realizado por un jugador
profesional en un partido de 90 minutos, está en torno al umbral de lactaco o en torno al 80-90% de
la FC max. La respuesta de oxígeno media para el futbol internacional se encuentra en un abanico
que va desde 55 a 68 ml/kg/min.
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Recientemente se ha demostrado que el volumen de bombeo del corazón es el elemento de la
cadena de oxígeno que determina principalmente la resistencia aeróbica en atletas.
¿Cómo entrenar esto?
Como respuesta estas conclusiones, se proponen entrenamientos más intensos, para asegurar altos
volúmenes de bombeo del corazón, que además han demostrado tener efectos positivos sobre el
VO2max, así como sobre las actuaciones del futbolista, en términos de distancia recorrida,
contactos con el balón y número de sprines en un partido.
Dicho entrenamiento consiste en realizar 4 series de 4 minutos corriendo (cuesta arriba, tapiz
rodante, …)entre el 90% y el 95% de la FCmax, alternándolos con 3 minutos trotando al 70% de la
FCmax, para facilitar la eliminación de lactato. También podría realizarse con actividades
específicas del fútbol, que no sea solo correr, teniendo los mismos beneficios.
¿Cómo evaluar este entrenamiento?
Para comprobar en el fútbol de élite los parámetros en términos de resistencia, se recomienda
comprobar el VO2max directamente sobre los esfuerzos en el campo. Además, habría que evaluar
la economía en la carrera como complemento, para valorar los efectos del entrenamiento
específico.
FUERZA: Como se comentaba anteriormente para la resistencia, en fuerza en futbolistas del más
alto nivel, la RM en sentadilla oscila entre los 120 y los 180 kg. Pero con el trabajo de fuerza, no se
pretende desarrollar solo la fuerza máxima, obteniendo mejoras en la RM, sino que se pretenden
desarrollar las fuerzas vinculadas a la velocidad y la potencia, para conseguir mejorar parámetros
como la velocidad de un Sprint.
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¿Cómo entrenar esto?
Para entrenar la fuerza, consiguiendo mejorar aspectos como son la velocidad en Sprint y el salto
de altura, los autores proponen un entrenamiento que se ha desarrollado en un equipo de la
Champions League Europea, basado en realizar 4 series de 4 sentadillas, poniendo especial énfasis
en la movilización en la parte concéntrica del movimiento.
Este tipo de entrenamiento de fuerza para producir adaptaciones neurales a nivel nervioso, no solo
ha repercutido en la mejor de la RM, sino que ha permitido mejorar otros aspectos, como decíamos,
como la velocidad al sprintar, sabiendo que el Sprint, supone del 1 al 11% de la distancia recorrida
en un partido por un jugador, o el salto de altura, sin producir ningún tipo de modificación en la
masa del cuerpo. Este mismo entrenamiento, también contribuye a mejorar la economía de carrera
y la resistencia aeróbica.
¿Cómo evaluar este entrenamiento?
Con respecto a los parámetros referentes a la fuerza, incluirían 1RM de media sentadilla más de 10
sprints de entre 20 y 40 metros de distancia y salto de altura. Estas pruebas, pueden ser
complementadas con el uso de plataformas de fuerza, para realizar análisis más cercanos.
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Superando el mito de la fatiga en futbol. Influencia del tiempo efectivo de
juego sobre la distancia recorrida en futbolistas de elite
-Rey, E., Casáis, L., Lago, C., & Lago, J. (2011). Superando el mito de la fatiga en fútbol.
Influencia del tiempo efectivo de juego sobre la distancia recorrida por futbolistas de elitr. Revista
de Preparación Física en el Fútbol. 2, (1889-5050), 54-62.
El objetivo de esta investigación consiste en analizar la distancia recorrida en competición
por futbolistas de Elite, tomando como referencia una muestra muy amplia de sujetos. Para ello se
han analizado a 432 jugadores que se encontraban disputando la Eurocopa de Fútbol 2008 usando
un sistema automático de recogida de datos.
La media de distancia total recorrida durante un encuentro por los jugadores independientemente
de su posición fue de 10199 +/- 875 m, oscilando entre los 7645 y 12743 m. En la tabla 1 se
muestran los valores medios de la distancia total cubierta por cada puesto específico, así como las
diferencias existentes entre los mismos de acuerdo con los resultados del ANOVA y del test de
comparaciones multiples de Bonferroni.
El análisis de la actividad de los jugadores durante los partidos muestra que los MC (mediocentros)
y los I (Interiores) recorrieron una distancia significativamente mayor (p<0.05) que los defensas y
delanteros. La distancia recorrida pro los DC (defensa central) fue significativamente menor a la
del resto de posiciones, mientras que los DL (defensa lateral) no demostraron diferencias con los D
(delanteros)
Diferencias entre la primera y la segunda parte- tiempo efectivo de juego.
La distancia recorrida por los jugadores en la
primera parte de los partidos (5136 +/- 468) fue
mayor que en la segunda parte (5063 +/- 461).
Sin embargo, esta diferencia puede deberse a la
variación en el tiempo efectivo de juego que
existe entre la primera y la segunda parte de los
partidos. En la tabla 2, puede observarse como la
media del tiempo real de juego durante la
primera parte de los partidos fue
significativamente mayor que en la segunda
parte. La media del tiempo efectivo de juego en
cada partido fue de 54.4 +/- 4 minutos.
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Metros totales recorridos por partido - puesto específico - fase de la competición - tiempo efectivo
de juego
Conclusiones:
-Los Mediocampistas recorrieron una distancia significativamente mayor que los defensas y los
delanteros. La distancia recorrida por los defensas centrales fue significativamente menor a la del
resto de posiciones mientras que los defensas laterales no demostraron diferencias con los
delanteros.
-La distancia total recorrida por los jugadores en la primera parte de los partidos fue
significativamente mayor que en la segunda parte
-El tiempo efectivo de juego en un partido de futbol no se corresponde exactamente con el tiempo
reglamentario. La media de tiempo efectivo de juego en cada partido observado fue de 54.4 +/- 4
minutos
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-Los jugadores recorren menos distancia en la fase de eliminación directa de la competición en
comparación con la fase de grupos y que esta relación se aprecia en todos los puestos específicos.
Artículos científicos relacionados con las demandas fisiológicas:
Body composition of English Premier League soccer players: Influence of
playing position, international status, and ethnicity
-Sutton, L., Scott, M., Wallace, J., & Reilly, T. (2009). Body composition of English Premier
League soccer players: Influence of playing position, international status, and ethnicity. Journal Of
Sports Sciences, 27(10), 1019-1026.
La composición corporal es un factor clave en la constitución física de los jugadores
profesionales de fútbol. Los objetivos del presente estudio fueron determinar si la composición
corporal de los jugadores de fútbol profesionales varía en función de la posición de juego, situación
internacional o la etnia, y para establecer las variables que mejor distinguen a los jugadores de
fútbol de un grupo de referencia. La composición corporal se evaluó a través de energía
dual absorciometría por rayos X en 64jugadores masculinos de fútbol profesional. Las
variables medidas incluyeron la densidad mineral ósea y las cantidades relativas de masa magra
y grasa. Los datos se analizaron mediante análisis de varianza y la función discriminante por
etapas. Los mejores jugadores de fútbol registró valores que un grupo de referencia (n = 24) para
todos los compartimentos de la composición corporal. Porcentaje de masa magra y la densidad
mineral ósea fueron las variables que mejor pueden identificar a los jugadores de
fútbol (95,5% correctamente clasificados). Las diferencias en la composición corporal eran
evidentes entre los porteros y jugadores de campo, pero no entre posiciones del campo de
juego. No se encontraron diferencias en función de la situación internacional. Los jugadores no
caucásicos demostraron la grasa significativamente inferior del cuerpo por ciento (9,2 +2,0%) que
los jugadores de raza blanca (10,7 +1,8%). Se
concluyó que la composición del
cuerpo es importante para los jugadores de fútbol
de elite, pero que la homogeneidad entre los
jugadores en los mejores resultados de los clubes
profesionales de poca variación entre los
individuos.
Los porteros suelen ser más altos y pesados, con
una masa relativamente más grasa y menos masa
magra, que los grupos de jugadores de campo. El
estudio se realizo con 64 jugadores profesionales
de la premier league con las siguientes
características:
Que se clasificaron en 3 grupos:
1. Jugar la posición. Se realizaron comparaciones entre porteros, defensas, centrocampistas y
delanteros. Los porteros fueron retirados de la muestra para la comparación de la situación
internacional y el origen étnico.
2. Situación internacional. Los jugadores internacionales fueron comparados con los no
internacionales, los jugadores de los clubes de la Liga Premier mismos. En total, 31 de los
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39
jugadores había jugado en partidos internacionales, con partidos internacionales de entre 5 y 91
(37,2 decir 23,7 tapas).
3. Raza. Jugadores de raza blanca fueron comparados con los no caucásicos jugadores. No
caucásicos jugadores incluidos los de ascendencia africana y el Caribe y Asia y mestizos.
Lo que mas nos interesa son las características por posiciones:
Los jugadores profesionales de fútbol demostraron valores más convenientes en los
tres compartimentos del modelo DXA de la composición corporal que un grupo de referencia de
baja actividad, se ajustó para la edad, estatura y masa corporal. Porcentaje de masa magra y la
densidad mineral ósea fueron las variables de composición corporal más capaces de distinguir a
los jugadores profesionales de fútbol del grupo de referencia. Cuando los porteros fueron
excluidos, porcentaje de grasa corporal y densidad mineral ósea fueron las variables más capaces
de distinguir a los jugadores de campo del grupo de referencia. Cuando el grupo profesional
de fútbol se dividió aún más, no se encontraron diferencias evidentes entre los jugadores
internacionales y no internacionales. Los jugadores de fútbol del Cáucaso tendían a mostrar mayor
porcentaje de grasa corporal que los no-caucásicos, pero no difirieron en el mineral de los
huesos o compartimentos de masa magra. Las diferencias entre los grupos étnicos eran mucho
menos de lo que se ha informado anteriormente en los estudios de la población en general, pero su
presencia puede indicar la especulación de que la etnicidad se tendrán en cuenta al evaluar la
composición corporal en jugadores profesionales de fútbol. Los defensores eran más altos y más
pesados que los jugadores de medio campo, pero no distinta de delanteros .No hubo ningún
efecto de la posición de juego en cualquiera de las variables de composición corporal.
Los resultados del presente estudio sugieren que, mientras que los jugadores de fútbol son distintos
de los miembros de la población en general sobre la base de su composición corporal, hay muy
poca diferencia entre los jugadores profesionales de élite en los clubes profesionales. Al parecer, la
composición corporal puede ser necesaria para superar los niveles de umbral para el desempeño en
la parte superior, después de que la relativa homogeneidad es evidente en los jugadores de
fútbol del campo. Una vez que los jugadores de fútbol compiten en competiciones de élite, otros
factores distintos de la antropometría, composición corporal, y el origen étnico podrán determinar
si alcanzan estatus internacional.
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40
Physical and metabolic demands of training and matchplay in the elite
football player
-Bangsbo, J., Mohr, M. & Krustrup, P. (2012) Physical and metabolic demands of training and
matchplay in the elite football player. Journal of Sports Sciences. 24:07, 665-674
Este artículo trata de recopilando un poco lo que se ha estudiado hasta ahora sobre las
demandas fisiológicas en el fútbol, y las diferencias físicas que existen entre los distintos jugadores,
utilizar este tipo de información para la planificación del entrenamiento, buscando obtener el mayor
rendimiento posible en competición.
Es importante saber que el artículo se centra en jugadores de fútbol de élite, puesto que existen
importantes diferencias sobretodo en cuanto al ejercicio de alta intensidad realizado durante un
partido con respecto a jugadores de nivel medio (Sprint, carrera alta intensidad, etc.). Considerando
además también, que existen notables diferencias entre jugadores de un mismo equipo en función
de su posición en el campo y rol táctico. La idea fundamental de la que parte este estudio está en
base al esfuerzo intermitente que realizan los jugadores de futbol a lo largo de un partido,
combinando períodos de máxima intensidad con otros períodos de menor exigencia, siendo el
sistema de energía aeróbico muy requerido.
PRODUCCIÓN ENERGÍA AERÓBICA: En relación a las vías aeróbicas, la FC y temperatura
corporal, indican que el VO2 max medio en futbolistas de élite alrededor del 70%, teniendo en
cuenta que por encima del 70% del partido se realizan esfuerzos de baja intensidad. Quizás, como
variable, sea más útil para este deporte estudiar la tasa de elevación del consumo de oxígeno
durante acciones intensas cortas Además, las FC no es inferior al 65% de la máxima a lo largo de
todo el partido.
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41
PRODUCCIÓN ENERGÍA ANAERÓBICA
En cuanto a las vías anaeróbicas, un jugador de élite de este nivel realiza de 150-250 acciones
intensas a lo largo de un partido, lo cual hace que se produzcan altas tasas de degradación de
fosfocreatina, que en parte es resintetizada durante los períodos menos intensos, siempre y cuando
no se den varias acciones intensas seguidas de cortos períodos de recuperación. Añadir también que
aunque no han sido objeto de muchos estudios, previamente otros autores observaron las
concentraciones promedio de lactato sanguíneo, indicando que presentaban valores individuales
por encima de los 12 Mmol . l(-1). Acorde con este tema, aportan un dato interesante, como es la
relación dispersa que se produce entre en lactato muscular y el lactato sanguíneo durante un
partido, o en otro tipo de esfuerzos, como al realizar ejercicio intenso repetido usando el Yo-Yo test
de recuperación intermitente
SUSTRATOS UTILIZADOS DURANTE UN PARTIDO Y FATIGA: El glucógeno muscular
probablemente sea el sustrato más importante para la producción de energía, de tal modo que la
fatiga al final de un esfuerzo prolongado (partido), se puede relacionar con el agotamiento de éste
en algunas fibras musculares, que pueden ser compensados en parte por los ácidos grasos libres,
que aumentan en sangre a lo largo del desarrollo de un partido. Otros estudios, han demostrado que
el glucógeno muscular no solo se encuentra en niveles inferiores al final del partido con respecto al
pre-partido, sino que se encuentra a un 50% 2 días después del partido, y aún compensándolo con
una dieta de carbohidratos, será ligeramente superior.
ENTRENAMIENTO DE UN JUGADOR DE ÉLITE: Por último, los autores explicitan que
conocer todos los datos anteriores tiene una clara finalidad, que es utilizarlos para planificar los
entrenamientos en relación a la competición, con el objetivo de que los jugadores mejoren su
capacidad de realizar esfuerzos de alta intensidad y recuperarse rápidamente de estos períodos.
Proponen algún ejemplo de cómo serían los entrenamientos de un equipo de fútbol de élite en una
semana normal, en la que si solo disputan un partido, normalmente tendrán 6 sesiones de trabajo en
5 días. Resaltan para finalizar que es muy importante trabajar todo esto en una misma línea desde el
punto de vista nutricional de los jugadores.
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42
¿Es diferente el comportamiento de la frecuencia cardiaca del futbolista
profesional en competición según la posición táctica del jugador en el
campo?
-García, G., Arda, T., Rial, A., & Dominguez, E. (2007). ¿Es diferente el comportamiento de la
frecuencia cardiaca del futbolista profesional en competición según la posición táctica del jugador
en el campo?. Apunts - Educación Física y Deportes. 4º trimestre 2007, (90), 42-50. Preparación
Física.
El objetivo del estudio es el de profundizar en el conocimiento del comportamiento de la
FC de los futbolistas profesionales en competición. Para ello se han recogido los valores que
conforman el comportamiento de la FC de 6 futbolistas profesionales, con diferentes misiones en el
equipo, en el transcurso de partidos de competición. Los resultados derivados del análisis de estos
datos parecen indicar que existen diferencias significativas (<0,0001), entre las diferentes
posiciones tácticas, tanto en términos de valores como en términos de variabilidad, así como en
valores de percentiles, y de incrementos acusados, en los valores que conforman el comportamiento
de la FC de los jugadores de la muestra. Estos resultados podrían apuntar hacia que el
comportamiento de la FC parece algo directamente vinculado a la posición táctica ocupada y/o al
perfil físico y fisiológico de cada futbolista.
Centrándonos en el comportamiento de la FC, se han observado diferencias significativas en las
demandas fisiológicas de los jugadores en función de la demarcación ocupada dentro del sistema
táctico del equipo (Pablos y Huertas, 2000). En concreto, en la FC existen variaciones importantes,
ya que, los centrocampistas mantienen más tiempo sus valores de FC constantes, es decir,
presentan menos oscilaciones que los valores de FC de los delanteros y defensas (Kacani y Horsky,
en Sanuy y cols, 1995; Pirnay, Geurde y Marechal, 1993; Godik y Popov, 1998; Mombaerts, 2000),
y los defensas centrales son los que presentan valores de FC media más bajos en el partido (Ali y
Farrally, 1991b; Castellano, Masach y Zubillaga, 1996; Godik y Popov, 1998; Nogués Martínez,
1998; Ferreira, 2002).
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43
Por último, tomando como referencia el volumen de incrementos acusados que sufre el
comportamiento de la FC del futbolista, en cada posición táctica, por partido (tabla 9), también se
puede señalar que estos difieren notablemente según la posición táctica asumida por el jugador en
el campo. De esta forma, el medio centro tan sólo presenta 5 incrementos acusados por partido, es
decir, uno cada 18 minutos, sin embargo, en el caso del delantero estos ascienden a 35, es decir,
uno cada dos minutos y medio.
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Discusión y conclusiones
Tal y como se ha descrito en el apartado de resultados, se han encontrado diferencias significativas
en el comportamiento de la FC de los jugadores que actuaban en distintos posicionamientos
tácticos objeto de estudio. Este hecho ha sido planteado también por Pablos y Huertas (2000) que
determinaron diferencias significativas en las demandas fisiológicas de los jugadores en función de
la demarcación ocupada dentro del sistema táctico del equipo. Así, por ejemplo, en el caso concreto
del medio centro la variabilidad en el comportamiento de la FC resulta ser mucho menor que en el
resto de puestos específicos, lo que se encuentra en consonancia con los resultados derivados de los
estudios de Kacani y Horsky (en Sanuy y cols, 1995); Pirnay, Geurde y Marechal (1993); Godik y
Popov (1998); y Mombaerts (2000) que afirman que los centrocampistas mantienen más tiempo sus
valores de FC constantes, es decir, presentan menos oscilaciones que los valores de FC de los
delanteros y defensas. Este hecho está en clara consonancia también con los estudios que indican
que los centrocampistas emplean más tiempo corriendo a intensidad media y menos en estar
andando y parados que los delanteros y defensas (Yamanaka y cols, 1988; Bangsbo, Nørregard y
Thorsø, 1991; Ali y Farrally, 1991a; Castellano, Masach y Zubillaga, 1996), y con los que
determinan que los centrocampistas son los que más distancia cubren a intensidades medias
(Winkler, 1983; Van Gool, Van Gerven y Boutmans, 1988), es decir, con el tipo de esfuerzo físico
que desarrolla en la competición. Incluso esta en consonancia con los datos que sugieren que los
centrocampistas tienen mayor capacidad oxidativa muscular comparado con los defensores y los
delanteros (Parente y cols, en Rico-Sanz, 1997b) y con que presentan mayores valores de consumo
máximo de oxigeno que el resto de puestos específicos (Faina y cols, 1988; Van Gool, Van Gerven
y Boutmans, 1988; Chatard y cols, 1991; Davis, Brewer y Atkin, 1992; Reilly, 1994; Castellano,
Masach y Zubillaga, 1996; Wisløff, Helgerud y Hoff, 1998; Santos, Costa y Appell, 2002;
Bangsbo, Krustrup y Mohr, 2003). Además, se ha conseguido establecer una correlación positiva y
significativa entre el máximo consumo de oxigeno y la distancia total cubierta en el transcurso de
los partidos por los jugadores (Bangsbo y Lindquist, 1992; Reilly, 1994). Este hecho resulta lógico,
ya que, son los centrocampistas los que mayor distancia cubren en un partido de fútbol, los que
mayores valores de consumo máximo de oxigeno obtienen en los tests, y los que parecen tener una
distribución fibrilar de los músculos más oxidativa.
Los resultados de este estudio y las consideraciones anteriores, parecen poner de manifiesto que el
valor medio del comportamiento de la FC, sea expresado como valor absoluto, en función de la
FCM o de la FCR, no parece ser un buen indicador del comportamiento global que presenta la FC
del futbolista en competición, ya que, resulta ser muy similar para todas las posiciones tácticas
analizadas, aunque, sin embargo, dichos comportamientos manifiestan diferencias significativas
entre ellos al comparar la totalidad de registros que conforman el comportamiento de la FC de los
futbolistas en competición, revelándose realmente diferentes, tanto respecto de las variaciones que
estos experimentan, como de los valores que lo conforman. Este hecho también se puede ver
reflejado en la diferente distribución que toman los percentiles en cada una de las posiciones
tácticas estudiadas.
De igual forma, en el caso de utilizar otro indicador más de cómo es el comportamiento de la FC
del futbolista en competición, como son los incrementos acusados que sufren sus valores de FC en
momentos concretos, se puede apreciar que la diferente posición táctica que cada jugador ocupa se
ve reflejado en cuantas veces necesita incrementar de forma acusada su FC para cumplir con la
exigencia que le impone la situación de juego en la que se encuentra inmerso.
Todos estos hallazgos podrían interpretarse en el sentido de que el comportamiento de la FC parece
algo directamente vinculado a la posición y desempeño táctico y/o al perfil físico y fisiológico de
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cada futbolista, por tanto, tal y como sugieren Rienzi y cols (2000), se podría decir que la
preparación física de los jugadores debería ser específica al nivel y a la posición ocupada en el
campo.
No obstante, es necesario matizar que los incrementos acusados podrían variar en número y
distribución si se consideraran otras condiciones a cumplir, en este sentido, la inclusión del valor de
la FC de base del futbolista dentro de la condición o condiciones a cumplir podría hacer más
individualizada la determinación de cuando un futbolista sufre un incremento acusado en sus
valores de FC en competición. Además, la posición táctica que ocupa el jugador en el terreno de
juego, tradicionalmente se ha estructurado de forma poco precisa, dividiendo a los jugadores en
defensas, centrocampistas y delanteros, sin tener en cuenta el sistema táctico del equipo que
determinará en gran medida cual es la misión real y concreta del futbolista. Es muy posible que esta
misión desempeñada por el jugador sea diferente, para un mismo puesto específico, en distintos
sistemas tácticos.
Por último, se debe tener en cuenta que se trata del comportamiento de la FC de sólo 6 sujetos, uno
por posición táctica, lo que debe tomarse como una primera aproximación o referencia para
sucesivos estudios que nos permitan contrastar estos resultados, ya que, resulta muy dificultoso
para los investigadores que desarrollan su labor en este ámbito poder disponer de una muestra
amplia y debidamente controlada, que permita garantizar la validez de los resultados.
HEART RATE AND BLOOD LACTATE CONCENTRATIONS AS
PREDICTORS OF PHYSIOLOGICAL LOAD ON ELITE SOCCER
PLAYERS DURING VARIOUS SOCCER TRAINING ACTIVITIES
-Eniseler, N. (2005). HEART RATE AND BLOOD LACTATE CONCENTRATIONS AS
PREDICTORS OF PHYSIOLOGICAL LOAD ON ELITE SOCCER PLAYERS DURING
VARIOUS SOCCER TRAINING ACTIVITIES. Journal Of Strength & Conditioning Research
(Allen Press Publishing Services Inc.), 19(4), 799-804.
Comparación entre la FC y la concentración de lactato en sangre como predictores de la carga
fisiológica de jugadores de futbol de elite durante varios tipos de entrenamientos.
10 sujetos jugadores profesionales entre 24.4 ± 4 .1 años, 70.7 ± 3.1 kg, y 176.4 ± 6.2 cm,
respectivamente
Datos de los diferentes entrenamientos en cuanto a la FC (bpmPPM)
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Frecuencia cardíaca. La máxima frecuencia cardíaca media se observó durante el partido de
fútbol 157 ± 19 min-b '), seguido por el juego modificado (135 ± 28 min-b'), El entrenamiento
táctico (126 ± 21 'b-min), y entrenamiento técnico (118 ± 21 min-b ')
En cuanto a la concentración de lactato, hemos de fijarnos en los datos recogidos en las tablas:
% de concentración de lactato, >4 mMol; de 2 a 4 mMol; < de 2 mMol
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Relación entre FC y concentración de lactato en diferentes situaciones de juego
DETERMINACIÓN DEL CONSUMO MÁXIMO DE OXÍGENO DEL
FUTBOLISTA COSTARRICENSE DE PRIMERA DIVISIÓN EN
PRETEMPORADA 2008
-Sánchez, B.& Salas, J. (2009). DETERMINACIÓN DEL CONSUMO MÁXIMO DE OXÍGENO
DEL FUTBOLISTA COSTARRICENSE DE PRIMERA DIVISIÓN EN PRETEMPORADA
2008. Revista en Ciencias del Movimiento Humano y Salud. 6(2). 1-5
El objetivo de este estudio fue valorar el perfil cardiorrespiratorio (VO2 máx.) de los
jugadores de fútbol de la primera división de Costa Rica en pretemporada y comparar el VO2 máx.,
según puestos. Metodología: en este estudio se evaluó 9 equipos de la primera división del fútbol
en Costa Rica, para una muestra de 219 jugadores profesionales entre los 20 y los 36 con una edad
promedio de 24.64 años ± 4.35 de edad; un promedio de peso corporal 73.34 Kg ± 7.34 y un
porcentaje de grasa de 9.78 % ± 3.64. Para evaluar el VO2 máx. de los jugadores, se usó un
protocolo de rampa en banda sin fin según recomendaciones planteadas por Wilmore y Costill
(2007), la prueba fue de carácter máxima. Resultados: se encontró un VO2 máx., promedio de
57.71 ml/kg/min ± 8.8. Por otro lado, no se encontró diferencias estadísticamente significativas (p
= .752) entre puestos. Conclusión: no hubo diferencias en el VO2 máx., por puestos.
De acuerdo con MagDougall et al. (1995), el VO2 máx., es el principal indicador de las
posibilidades aeróbicas del examinado, debido a que integra múltiples funciones orgánicas
(ventilatorios, cardiovasculares, sanguíneos, musculares), por lo cual tiene una estrecha relación
con el nivel de acondicionamiento y con el estado de salud. Teniendo en cuenta que el VO2 máx.,
se define según Wilmore y Costill (2007) y MacDogall et al. (1995), como el ritmo más alto de
consumo de oxígeno alcanzado, durante la realización de ejercicios máximos o agotadores,
entonces este límite, el (VO2 máx.) dicta la intensidad del esfuerzo o el ritmo que se puede sostener
en el ejercicio, estos autores aclaran que se puede seguir realizando ejercicio durante un corto
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tiempo después de alcanzar el VO2 máx., movilizando las reservas anaeróbicas, pero estas tienen
también una capacidad finita.
Según Alba (2005), es importante citar que el VO2 máx., es ideal en etapa competitiva del ciclo de
entrenamiento de futbolistas. Asimismo, este autor, menciona que en futbolistas el VO2 máx.,
debería ser de 58ml/Kg./min, lo cual se encuentra en el rango establecido por de MacDogall et al.
(1995), quienes lo sitúan entre 50-70 ml/kg/min. Autores como Garrido y González (2006) y
Arecheta, Gómez y Lucía (2006); indican que el VO2 máx., es de suma importancia para un mayor
desempeño físico y una mejor planificación del entrenamiento, tanto en temporada como en
pretemporada. Bajo estos lineamientos autores como Silvestre, West, Maresh y Kraemer (2006)
han reportado el valor VO2 máx., de acuerdo al puesto en jugadores categoría sub 20, ya que la
planificación debe cumplir con esta especificidad, los porteros presentaron un VO2 máx., 55.94 ±
5.78 ml/kg/min., los defensas 57.20 ± 9.86 ml/kg/min., los mediocampistas 58.38 ± 9.85 y los
delanteros 57.87 ± 5.94 ml/kg/min., en términos generales reportan un VO2 máx., de 57.71 ± 8.80
ml/kg/min.
En la tabla anterior se resaltan los resultados de la muestra en total (n=219) presentando un
promedio general de 57.71 ±8.8 ml/kg/min, siendo los volantes quienes presentan un VO2 máx.,
más alto, y los porteros con el valor del VO2 máx., más bajo, sin embargo no se observó
diferencias estadísticamente significativas entres los distintos puestos (p = .752, F = .477).
Reilly (1996) indica que en el fútbol se utiliza un consumo de oxígeno correspondiente al
75% del VO2 máx. Valor probablemente cercano al umbral anaeróbico en los futbolistas de alto
nivel, esto sugiere hacer más investigaciones para determinar la tolerancia del futbolista
costarricense a trabajos cerca o por encima de su umbral anaeróbico
Physiological and Performance Effects of Generic versus Specific Aerobic
Training in Soccer Players
-Impellizzeri1, F. M., Marcora, S. M., Castagna, C., Reilly, T., Sassi1, A., Iaia, F. M., Rampinini,
E. (2006). Physiological and Performance Effects of Generic versus Specific Aerobic Training in
Soccer Players. International Journal Sports Medicine; 27: 483–492
El objetivo de este estudio era comparar los efectos del entrenamiento específico (juegos
reducidos) y el entrenamiento interválico aeróbico, general (carrera), con respecto a los objetivos
de cara a la actuación de los jugadores en el partido y a la forma física.
Se cogieron 40 jugadores junior de dos equipos diferentes de la misma competición (profesional),
que fueron divididos en dos grupos al azar, 20 para el entrenamiento específico y 20 para el
entrenamiento interválico. Dos días a la semana, 4 series de 4 minutos, con 3 minutos de descanso
activo entre series al 60-70% de la FC máx. Luego, el grupo de entrenamiento interválico realizaba
4 series de 4 minutos al 90-95% de la FC máx, con descansos activos entre series de 3 minutos,
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mientras que el otro grupo realizaba diferentes modalidades de juegos en espacio reducido. Los
resultados fueron medidos después de 4 semanas de pretemporada (entrenaban 5 días a la semana,
1 o 2 sesiones) y después de las 8 semanas más lejanas de entrenamiento dentro de la liga regular
(entrenaban 4 veces a la semana). En ellos, se analizaba desde el punto de vista fisiológico el
VO2máx, el umbral de lactato, la economía de carrera, la resistencia específica de fútbol (a través
del test de Ekblom) y los índices con respecto a la actuación física durante el partido (la distancia
total recorrida y el tiempo que pasó de pie, andando o corriendo a baja o alta intensidad).
A nivel físico
A nivel fisiológico
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Tras analizar los resultados obtenidos en el estudio, se comprobó que los juegos en espacios
reducidos (entrenamiento específico), se pueden usar en el entrenamiento de fútbol, puesto que son
eficaces para mejorar tanta la capacidad aeróbica de los futbolistas, así como su funcionamiento en
el partido. Teniendo en cuenta, que no se encontraron diferencias significativas entre ambos modos
de entrenamiento, sería más recomendable utilizar el entrenamiento específico, porque siempre se
debe buscar la mayor especificidad y transferencia al deporte en cuestión. De tal forma, con este
tipo de entrenamiento conseguiríamos una mejora del componente aeróbico trabajando
simultáneamente aspectos técnico-tácticos. Debería hacerse una especial incidencia en jugadores
jóvenes, ya que ayuda a la mejora de las habilidades motoras específicas del deporte. Además,
desde el punto de vista motivacional, se trata de un entrenamiento más motivante para el jugador y
la intensidad a la que se desarrolla favorece el trabajo aeróbico.
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EVALUACIÓN DE LA INGESTA NUTRICIONAL DE FUTBOLISTAS
EN FUNCION DE LOS PUESTOS ESPECÍFICOS DE JUEGO
Di Zoppola, M.,.P., Casamichana, G.,.D., García, G.,.J.A., & Robles, P.,.F.J. (2011). Evaluación de
la ingesta nutricional de futbolistas en función de los puestos específicos de juego. Póster -
Comunicación. Presented Universidad de Málaga, Málaga, Spain.
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52
En las tablas podemos observar las características de los sujetos evaluados en función de los
puestos específicos (tabla 1), la ingesta diaria de nutrientes y el perfil calórico de los jugadores con
respecto a los puestos específicos.
Tal y como podemos comprobar en los resultados de este análisis nutricional, los mismos nos
demuestran que no existen diferencias significativas entre el consumo de nutrientes entre los
jugadores que ocupan diferentes puestos específicos, alejándose de lo planteado en investigaciones
y literaturas relacionadas con la demanda física en competición, donde se manifiesta que la
distancia recorrida varía de acuerdo a la posición del jugador en un partido, según su ubicación en
el terreno de juego (Di Salvo et al.2007; Di Salvo et al.2009). Comparando con estudios similares
en féminas de categoría absoluta (Clark, Reed, Crouse & Armstrong, 2003), con una ingesta de
2290 Kcal/día de media, y en futbolistas italianos (Caccialanza, Cameletti & Cavallaro, 2007) con
cantidades medias de 2640 kcal/día, comprobamos que los jugadores de nuestro estudio tienden a
consumir menos energía de la que teóricamente necesitan si los comparamos con las
recomendaciones de tomar cerca de 3000 Kcal diarias para futbolistas. Estos datos se hacen aún
más evidentes en el caso de mediocampistas que recorren mayores distancias durante un partido
que los laterales (Ekblom, 1986 ; Reilly & Thomas,1976) sin embargo en nuestro estudio son los
que en segunda instancia menor consumo de energía tienen. Los carbohidratos son la principal
fuente de energía del fútbol y por tanto se recomienda una dieta alta en ellos superior al 55%
(Clark, 1994). Sin embargo, nuestros futbolistas no superan el 47.5% del aporte energético
proveniente de los carbohidratos, por lo que no se adecuan a lo recomendado para los deportistas y
están muy lejos de valores como los 53.4% recogidos por Caccialanza et al. (2007). Por lo que se
debería aumentar el consumo de los mismos en la dieta, para asegurar la reposición y
disponibilidad de glucógeno en el ejercicio y la recuperación (Mullinix, Jonnalagadda,
Rosenbloom, Thompson & Kicklighter, 2003). Los lípidos, por el contrario, nos muestran
cantidades mayores que las recomendadas por Clark (1994) con valores de hasta 37.2% en el caso
de los porteros, muy por encima de los 30% del máximo que deberían tener y en comparación con
los 29.6 de Caccialanza et al. (2007).
DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES GENERALES:
A continuación, después de haber revisado todo el material anteriormente expuesto, se expone una
síntesis de los aspectos principales extraídos de todos los artículos comparando a diversos autores. Por
una parte, se establecen unas conclusiones sobre las principales variables referentes a las demandas
físicas, y por otra parte, un análisis de los parámetros fisiológicos más importantes.
DEMANDAS FÍSICAS
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Como introducción a este apartado debemos considerar que en función de lo que dicen diversos
autores, la media de tiempo efectivo de juego en cada partido es de 54.4 +/- 4 minutos.
DISTANCIA RECORRIDA Y VELOCIDAD
A nivel general
La media de distancia total recorrida durante un encuentro por los jugadores independientemente de su
posición es de 11200, según los estudios más recientes que registran los datos a través del sistema
informático AMISCO.
Estableciendo diferencias entre puestos específicos, podemos decir que durante los partidos los
mediocentros y los Interiores recorrieron una distancia significativamente mayor que los defensas y
delanteros. La distancia recorrida por los defensas centrales parece ser significativamente menor a la
del resto de posiciones, mientras que los defensas laterales por su parte, no demostraron diferencias
con los delanteros.
Resulta interesante también, las diferencias encontradas entre la distancia recorrida por los jugadores
en la primera parte y la segunda de los partidos, siendo en la primera mayor que en la segunda. La
explicación a esta diferencia podemos encontrarla en parte a la variación en el tiempo efectivo de
juego que existe entre la primera y la segunda parte de los partidos, ya que la media del tiempo real de
juego durante la primera parte de los partidos es significativamente mayor que en la segunda parte.
En posesión del balón
En futbol profesional, solo del 1,2 a 2,4 % del total de la distancia cubierta por jugadores es en
posesión del balón, con distancias que dependen de las posiciones de juego. Durante los partidos, los
jugadores cubren una distancia media de 191.0 +/- 80.3 metros en posesión del balón. El 34.3% de la
distancia en posesión de balón es cubierta a una velocidad inferior a 19.1 km/h, el 25% entre 14.1 y 19
km/h, el 12.5% entre 11.1 y 14 km/h y el 27,6 % en menos de 11 km/h.
En todos los jugadores, el pico de velocidad en posesión fue de 24.7 +/- 6.1 km/h, pudiendo apreciar
diferencias entre posiciones de juego. El mayor y menor valor se da entre mediocampistas y defensas
centrales respectivamente. El número de toques por posesión de todos los jugadores es entorno a 2 +/-
0.2 y varían entre posiciones de juego, siendo mayor en mediocentros y menor en defensas. Los
jugadores pasan 53,4 +/- 8,1 segundos por partido en posesión de balón. Podemos encontrar
diferencias entre posiciones tácticas, donde los mediocampistas pasan más tiempo en posesión que los
defensas centrales.
INTENSIDAD DE LAS ACCIONES
En primer lugar, según los resultados obtenidos en los diferentes estudios revisados parece que la
orientación del juego no influye en los porcentajes de tiempo de trabajo en función de la intensidad
(alta, moderada y baja).
Los datos de los diversos artículos consultados, indican que la actividad de alta intensidad en el fútbol
de élite está influenciada en cada partido por la posición de juego de cada jugador y la actividad
anterior en el juego. La intensidad media del ejercicio realizado por un jugador profesional en un
partido de 90 minutos, está en torno al umbral de lactato o en torno al 80-90% de la FC max.
A continuación se establece una comparativa de diversos autores en referencia al porcentaje de tiempo
de partido a distintas intensidades. Según Bosco (1990) un 70% de la distancia recorrida es andando o
a un nivel de esfuerzo bajo, un 20% es a velocidad submáxima, y un 10% es a velocidad máxima.
Según Bill y Thomas (1976): andando 22%; ritmo lento 37%; velocidad submáxima 20%; Sprint 10%;
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desplazamiento atrás 8%. Los estudios realizados por Ohashi y Yamanaska (1988) arrojan los
siguientes resultados: se recorren 6 km a menos de 7 km/ hora; se recorren 3 km a una velocidad entre
7 y 14 km/h, y se recorre 1 km a una velocidad superior a 14 km/h. Por su parte, Ekblom, 1986,
establece porcentajes del 50-70% de los desplazamientos a baja intensidad, 20-30% a alta intensidad, y
entro el 8 y el 18% a velocidad máxima, mientras que Davis, 1992 habla de un 11,2% de Sprint, un
20,9% de carrera submáxima, 36,7% de trote, 24,8% andando, y un 6,4% andando o corriendo hacia
atrás. Ya mucho más reciente y con sistemas informáticos, Martínez proporciona los resultados de 18
equipos de la primera división española en la temporada 2002-2003.En su estudio con 300 futbolistas
de élite que juegan en Europa. Di Salvo et al (2007) encuentran diferencias significativas en la
distancia recorrida a Sprint (más de 23 km/h) entre jugadores de distinto puesto; así, los jugadores que
más distancia a Sprint recorren son los mediocampistas laterales, seguidos de cerca por delanteros y
defensores laterales, mientras que los defensores centrales y los mediocampistas centrales son los que
menos distancia recorren a velocidades por encima de 23 km/h.
Diferenciando por puestos, durante un partido, los interiores cubren una distancia mayor en carrera de
alta intensidad que los mediocampistas centrales, los laterales, atacantes y los defensores centrales.
Además, se produce una reducción de distancia similar para los desplazamientos de alta intensidad con
y sin posesión del balón entre los últimos 15 minutos y los primeros 15 minutos del partido. La media
de tiempo de recuperación entre carreras de alta intensidad es de 72 s aproximadamente, con un
tiempo de recuperación del 28% más durante los últimos 15 minutos que en los primeros 15 minutos
del juego. Por otra parte, la carrera de alta intensidad tiene una disminución inmediatamente después
del período más intenso de 5 min, lo cual parece más evidente los atacantes y los defensores
centrales.
ACCIONES EN FUNCIÓN DEL PUESTO
La posición parece tener una influencia significativa en el tiempo durante el cual el jugador realiza
carrera, un Sprint, un salto, está de pie o anda.
Los defensas son los que pasan un mayor porcentaje del tiempo del partido andando, trotando o
saltando, mientras que sus estadísticas son menores en cuanto a la realización de sprines o carreras,
con respecto a las otras posiciones. Sin embargo, pasan un mayor porcentaje de tiempo saltando y
desplazándose hacia atrás con respecto a los otros puestos. Por otra parte, los centrocampistas, pasan la
mayor parte del tiempo corriendo y esprintando. De ahí, que las mayores distancias recorridas en un
partido son las realizadas por los jugadores que ocupan estas posiciones. Además, los centrocampistas
demuestran una alta presencia en las acciones de posesión de balón, al igual que los delanteros, que
también realizan una cantidad similar de sprines. No obstante, los delanteros superan con creces el
tiempo que pasan andando por el terreno con respecto a los mediocampistas .Por otro lado, los
centrocampistas y sobretodo los delanteros, se ven envueltos con mayor frecuencia en otro tipo de
movimientos con respecto a los defensores, como son: caídas, deslizamientos, frenadas,
levantamientos,…
Los Centrocampistas realizan giros significativamente menores durante el partido que los delanteros y
defensores. Estas diferencias indican que los jugadores, según sus diferentes posiciones, podrían
beneficiarse de programas de acondicionamiento específicos adaptados a las necesidades físicas que
con mayor frecuencia se utilizan en cada puesto. Por ejemplo, los defensores y los delanteros podrían
beneficiarse de las condiciones físicas tipo velocidad y agilidad, mientras que los centrocampistas se
beneficiarían más de intervalos de correr distancias más largas. Por lo tanto los delanteros y defensas
son más veloces y ágiles, y los centrocampistas deberían tener más resistencia aeróbica.
Sprint
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Aunque en el apartado anterior ya se ha hablado del Sprint, conviene dedicarle un breve comentario,
puesto que se trata de una de las acciones con más importancia en este deporte.
En primer lugar, destacar que la velocidad de Sprint en los partidos alcanza valores máximos alrededor
de 32 km/h. Un jugador puede realizar 80 sprines en un partido, que normalmente no superarán los 3-4
segundos de duración.
Estableciendo diferencias por puestos en relación a las distancias recorridas en Sprint, los jugadores
que más distancia a Sprint recorren son los mediocampistas laterales, seguidos de cerca por delanteros
y defensores laterales, mientras que los defensores centrales y los mediocampistas centrales son los
que menos distancia recorren a velocidades por encima de 23 km/h.
DEMANDAS FÍSIOLÓGICAS
Antes de entrar en profundidad en cada uno de los apartados, conviene aclarar que aquí se exponen los
parámetros fisiológicos más importantes a considerar en este deporte y que han sido objeto de estudio.
No obstante, podríamos considerar la influencia de otros factores como la nutrición del deportista, las
condiciones del ambiente, la temperatura, etc.
SUSTRATOS ENERGÉTICOS UTILIZADOS
Un jugador de fútbol de unos 75 Kg consume aproximadamente 5700 kJ (en torno a 1360 kcal) con
un consumo máximo de oxígeno de 60 ml/kg/min. Podemos decir que se produce una gran demanda
de producción de energía en un partido con un total alrededor de las 1400 kcal, con una relación media
de producción de energía aeróbica en jugadores de élite en torno al 70% del VO2máx, siendo el
glucógeno muscular el principal sustrato utilizado. Teniendo en cuenta que un un jugador de élite de
este nivel realiza de 150-250 acciones intensas a lo largo de un partido, el ejercicio intenso durante un
partido lleva a una alta tasa de degradación de fosfato de creatina, que es resintetizado en los
siguientes periodos de trabajo a baja intensidad (recuperaciones incompletas). Entonces, la
fosfocreatina y el ATP, almacenados en el músculo, proporcionan la mayor parte de la energía
utilizada en los esfuerzos cortos y explosivos que componen el fútbol, el resto proviene de la
glucólisis, tanto aeróbica como anaeróbica. Además, un dato interesante es que glucógeno muscular no
solo se encuentra en niveles inferiores al final del partido con respecto al pre-partido, sino que se
encuentra a un 50% 2 días después del partido, y aún compensándolo con una dieta de carbohidratos,
será ligeramente inferior.
FRECUENCIA CARDÍACA
Después de comprobar los datos de los distintos estudios y las mediciones realizadas de la FC durante
partidos parece ser que durante 2/3 de partido la frecuencia cardíaca oscila alrededor del 85% de la
máxima , alcanzándose la máxima en aquellas acciones de juego, o fases, que son de una intensidad
particularmente elevada. Y, raramente, la frecuencia cardíaca de un jugador está por debajo del 65%
del máximo, lo que significa que el aporte de oxígeno es alto. La frecuencia cardíaca máxima oscila en
función de diversas variables, como la edad, por lo que hay que tener en cuenta también estos factores.
La frecuencia cardíaca media durante un partido puede situarse en torno a valores que oscilan entre
las 160 y 175 p/m, (85% de la máxima) pero teniendo en cuenta que el jugador está mucho tiempo
parado, lo cual baja la media, y que existen diferencias significativas según la posición del futbolista.
En concreto, los centrocampistas mantienen más tiempo sus valores de FC constantes, es decir,
presentan menos oscilaciones que los valores de FC de los delanteros y defensas, mietras que los
defensas centrales son los que presentan valores de FC media más bajos en el partido.
Por último, en relación a la FC, tomando como referencia el volumen de incrementos acusados que
sufre el comportamiento de la FC del futbolista, en cada posición táctica por partido, también se puede
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señalar que existen diferencias notables según la posición táctica asumida por el jugador en el campo.
De esta forma, el medio centro tan sólo presenta 5 incrementos acusados por partido, es decir, uno
cada 18 minutos, sin embargo, en el caso del delantero estos ascienden a 35, es decir, uno cada dos
minutos y medio.
CONCENTRACIÓN DE LACTATO
En primer lugar, aclarar que la concentración de lactato en sangre dependerá de los esfuerzos que el
futbolista haya hecho en los minutos anteriores, siendo muy distinto si ha intervenido con amplias
carreras (8-12 mmol/l) o si en los minutos anteriores se habían lanzado dos saques de esquina a favor y
perdido el tiempo en una falta (3-4 mmol/l).
Otro apunte muy importante es que, el lactato muscular, en ejercicios intermitentes como el fútbol, no
se correlaciona con el lactato sanguíneo que es el que luego se mide. Esto significa que la
concentración de lactato en sangre puede ser alta aunque la concentración en el músculo sea
relativamente baja, ya que el aclaramiento del lactato es significativamente superior en el músculo que
en la sangre. Todo esto lo debemos tener en cuenta a la hora de interpretar el lactato sanguíneo como
la medida de concentración del lactato muscular. Una vez sabido esto, en general, podemos hablar de
de valores que oscilan en un partido entre 7 y 12 mmol/l, por lo que podría considerarse que en el
fútbol, más que desarrollar una gran capacidad de producción de lactato, interesa desarrollar la
tolerancia a tasas medias de producción de lactato
Además, cuanto mayor es el nivel de juego la concentración de lactato es más elevada . También,
como ocurre con otras variables como la FC, experimenta diferencias varía en función del puesto del
futbolista. De esta forma, en los puestos de carrilero y lateral, la participación anaeróbica láctica es
importante y ello debería tenerse en cuenta en el entrenamiento.
Para finalizar, en lo que a concentración de lactato se refiere, es conveniente destacar que estos valores
de concentración de lactato se producen como comentábamos anteriormente por una sucesión de
esfuerzos cortos y repetidos (mecanismo anaeróbico aláctico). Este tipo de esfuerzos son los más
determinantes en el resultado de un partido aunque supongan un % pequeño del tiempo del mismo
(aprox 2-3minutos) en los cuales siempre se producen pequeños valores de lactato, que se van
acumulando a lo largo del partido a causa de las recuperaciones incompletas, las cuales no permiten la
oxidación total del ácido láctico producido.
COMPOSICIÓN CORPORAL
Aunque en base a la revisión que se ha hecho, la composición corporal no se trata mucho en los
artículos leídos, es un factor clave en la constitución física de los jugadores profesionales de fútbol, lo
cual influye en el resto de variables. En los estudios considerados, tienen en cuenta aspectos como la
altura, la densidad mineral ósea y las cantidades relativas de masa magra y grasa. En relación al
puesto específico de cada jugador, las diferencias en la composición corporal eran evidentes entre
los porteros y jugadores de campo, pero no entre posiciones del campo de juego. Tampoco, existen
diferencias notables entre en función de la situación internacional.
CONSUMO MÁXIMO DE OXÍGENO (VO2máx)
Se define el consumo máximo de oxígeno (VO2máx) como la cantidad máxima de oxígeno que el
organismo es capaz de absorber, transportar y consumir por unidad de tiempo. La herencia genética
puede condicionarlo hasta un 70%, dejándole solamente en torno al 20 % al entrenamiento para poder
intervenir sobre él.
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El VO2 máx podríamos considerarlo como el principal indicador de las posibilidades aeróbicas del
jugador, debido a que integra múltiples funciones orgánicas (ventilatorias, cardiovasculares,
sanguíneos, musculares), por lo cual tiene una estrecha relación con el nivel de acondicionamiento y
con el estado de salud del futbolista.
Los valores de VO2máx en el transcurso de un partido varían en función de la posición o de la labor
del futbolista sobre el campo, así un centrocampista estará por encima del umbral anaeróbico y un
defensa central estará por debajo, aunque según las conclusiones extraídas después de haber revisado
los artículos, no existen diferencias muy grandes entre jugadores según el puesto.
Por lo tanto, a nivel general, podríamos considerar que en un futbolista de élite, el consumo máximo
de oxígeno, se sitúa en torno al 65-70% (aproximadamente 60 ml/kg/min) teniendo en cuenta que por
encima del 70% del partido se realizan esfuerzos de baja intensidad.
Por último y como conclusión final a este trabajo, puesto que con el análisis tanto de las demandas
físicas como fisiológicas, lo que pretendemos es conocer con el máximo detalle posible cuales son los
requerimientos de los futbolistas de cara a la competición para poder adaptar el entrenamiento dándole
la mayor especificidad y transferencia positiva de cara a la misma, desde nuestro punto de vista
consideramos más adecuado el entrenamiento específico frente al entrenamiento interválico aeróbico.
La razón de esta elección, radica en que con el entrenamiento específico conseguimos esa
especificidad de la que hablábamos, de tal modo que conseguimos una mejora de la parte condicional,
al mismo tiempo que podemos trabajar el componente técnico-táctico. Sería a groso modo un
entrenamiento más completo.
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