revista biblioteca islámica

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Nº 1—Año I Contenido 4 Editorial 5 Descubriendo el Islam (Primera Entrega) por el Dr. Néstor Daniel Pagano 14 La Eternidad del Ser Humano por el Centro Islámico de Inglaterra 24 Muhammad el Enviado de Dios por la Mezquita At-Tauhid 26 EXÉGESIS DEL SAGRADO CORÁN Tafsir Al-Mizan, Sura 87 por Allamah Tabatabai (RA) Enero/Marzo 2005 39 RETAZOS DE HISTORIA La Alhambra de Granada por la Asociación Argentino Islámica 45 Los Rasgos Negativos del Mundo Actual y su Remedio: el Din del Islam por Imam Mahmud Husain 49 HADICES Conocer a Dios, Su Grandeza y Su Gracia 52 CONOCIENDO A LOS HERMANOS Entrevista con Sayed A. H. 'ali Shah Musawi por el Semanario Islámico (desde Chile) 55 LETRAS . El Circo / . La Cantante por Mustafa Al-Salvadori No hay más divinidad que Dios y Muhammad es el mensajero de Dios San Salvador, El Salvador, Centroamérica

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Nº 1—Año I Enero/Marzo 2005 Centro Cultural Islámico «Fátimah Az-Zahra» Comunidad Islámica Shiíta de El Salvador El Salvador – Centroamérica www.islamelsalvador.com

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Page 1: Revista Biblioteca Islámica

Nº 1—Año I

Contenido

4 Editorial 5 Descubriendo el Islam (Primera Entrega) por el Dr. Néstor Daniel Pagano 14 La Eternidad del Ser Humano por el Centro Islámico de Inglaterra 24 Muhammad el Enviado de Dios por la Mezquita At-Tauhid 26 EXÉGESIS DEL SAGRADO CORÁN Tafsir Al-Mizan, Sura 87 por Allamah Tabatabai (RA)

Enero/Marzo 2005

39 RETAZOS DE HISTORIA La Alhambra de Granada

por la Asociación Argentino Islámica 45 Los Rasgos Negativos del Mundo Actual y su Remedio: el Din del Islam por Imam Mahmud Husain 49 HADICES Conocer a Dios, Su Grandeza y Su Gracia 52 CONOCIENDO A LOS HERMANOS Entrevista con Sayed A. H. 'ali Shah Musawi por el Semanario Islámico (desde Chile)

55 LETRAS . El Circo / . La Cantante por Mustafa Al-Salvadori

No hay más divinidad que Dios y Muhammad es el mensajero de Dios

San Salvador, El Salvador, Centroamérica

Page 2: Revista Biblioteca Islámica

Nº 1—Año I Enero/Marzo 2005

Centro Cultural Islámico «Fátimah Az-Zahra»

Comunidad Islámica Shiíta

de El Salvador

El Salvador – Centroamérica

www.islamelsalvador.com

Correo electrónico: [email protected]

Teléfono: (503) 2230-0752

Publicación Trimestral

Director-Editor Mustafa Al-Salvadori

Asesora Fátimah Al-Salvadori

¡Con lo mejor del Islam en tu idioma!

REVISTA BIBLIOTECA ISLÁMICA

Page 3: Revista Biblioteca Islámica

En el Nombre de Dios, el Compasivo, el Misericordioso

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Editorial

En el Nombre de Dios, el Compasivo, el Misericordioso

S iendo el Islam un mensaje universal, ha llegado hasta nuestro continente americano y poco a poco el paisaje de los barrios se va tiñendo de un

‘Salam Aleikum’ por aquí, un ‘Inshallah’ por allá. Los vientos acompañan al llamado a la oración; en las calles se ve el brillo de los hiyab anunciando castidad. Los cerdos no se acercan a nuestras cocinas, el alcohol muere como de cirrosis y no es parte de nuestra rutina. Los hijos te leen una sura, te dicen un hadiz: El Islam ya estaba en sus venas, pues Dios nos ha bendecido a todos otorgándonos la fitrah, esa predisposición natural que tenemos hacia el mo-noteísmo (Tawhid), condición presente en nuestra misma esencia. Y es que «Ciertamente, la Religión, para Dios es el Islam» (Corán 3:19). Es por ello que, si Él quiere, atestiguaremos eternamente «no hay más divinidad que Dios y Muhammad es el Mensajero de Dios». Entonces, es a Dios que nos sometemos sin ninguna compulsión: somos musulmanes y nuestras voces y acciones Lo alaban. Así, con el deseo de llevar el mensaje del Islam a todas partes, hoy pre-sentamos –Gracias a Dios- el primer número de la «REVISTA BIBLIOTECA ISLÁMICA», publicación electrónica que ofrecemos con mucha alegría a toda la comunidad de habla hispana. Su contenido se basa principalmente en material aparecido en diversos sitios de Internet, por lo que al pie de cada uno de los artículos, el lector siempre encontrará la fuente de donde se ha tomado. No hemos querido abusar de la propiedad inte-lectual, y sabe Dios que nuestra única intención es la divulgación del Din a través de dichos trabajos, los cuales son producto del esfuerzo de cientos de hermanos de todos los rincones de la Tierra, gracias a los cuales hemos conocido y seguimos aprendiendo la sabiduría de nuestro amado Profeta Muhammad (PBD) y su fami-lia purificada (P).

Mustafa Al-Salvadori

San Salvador, 3 de enero de 2005.

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Nº 1 — Año I

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En el Nombre de Dios, el Compasivo, el Misericordioso

Descubriendo el Islam

Por el Dr. Néstor Daniel Pagano

Trabajo supervisado por el Sheij Huyyatul Islam Muhammad Moallemi Zadeh

(Una introducción al conocimiento de la religión islámica, sus creencias, pensamientos y prácticas)

Presentación El Islam es la religión que mayor crecimiento y expansión ha tenido y sigue teniendo en todo el mundo. Surgida en un ambiente inhóspito del desierto ára-be, la religión islámica se ha establecido en diferentes sociedades con culturas muy distintas entre sí. Tal es así que hoy en día sólo el 20 % de los musulma-nes son árabes, mientras que el 80 % restante no lo son, y el país con mayor número de musulmanes es Indochina, cuyos habitantes se encuentran muy ale-jados de la cultura y la historia árabes. En consecuencia, decir hoy que el Islam es una religión «de los árabes» es el primer paso para el completo desconoci-miento y la total ignorancia respecto de esta importante religión. ¿Y qué es el Islam? ¿Qué relación tiene con otras religiones? ¿Qué posee como para ser aceptado por civilizaciones tan disímiles y antagónicas como

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América, África, India o China? El libro que presentamos a continuación es un compendio resumido de di-versos tópicos que nos permiten introducirnos al conocimiento del Islam, su his-toria, su doctrina, sus creencias y prácticas, etc. Ha sido redactado en un len-guaje simple y directo para presentar el Islam a los occidentales de habla caste-llana que no conocen nada de esta religión o cuyo conocimiento de la misma proviene en su mayor parte de estudios orientalistas o de la misma propaganda antiislámica que en forma tendenciosa desvirtúa su realidad para mostrarlo co-mo lo que no es. Su autor, el Dr Néstor D. Pagano, es un argentino descen-diente de italianos y españoles, convertido al Islam a los 25 años de edad, que lleva más de 15 años de estudios e investigaciones de los diversos aspectos del Islam, la mayor parte de los mismos compartiendo el trabajo de traducción de textos islámicos al castellano del sheij Muhammad Moallemi Zadeh. Así, po-demos tener en este trabajo una visión del Islam desde la óptica del occidental y una serie de respuestas a las preguntas más frecuentemente planteadas entre no musulmanes, especialmente en países de Occidente. Esperamos que la obra sea de beneficio y utilidad para quienes desean acercarse al conocimiento del Islam en forma objetiva e imparcial, y sea una puerta para quienes buscan a Dios por Dios Mismo y anhelan alcanzar la luz de la verdad.

Y no hay Fuerza ni Poder sino en Dios Altísimo.

Fundación Imam Alí.

Introducción En los últimos años mucha gente, especialmente en occidente, ha vuelto su mirada hacia el Islam por razones diversas y se ha interesado en conocerlo. La mayor parte de la información que recibimos del Islam los occidentales es tendenciosa y contraria a esta religión, la cual pretenden mostrar como la cos-tumbre ancestral de salvajes incivilizados, totalmente opuesta a los más ele-mentales valores humanos y completamente alejada del pensamiento y la idio-sincrasia de Occidente. Se asocia al Islam con el terrorismo, el fanatismo, la vio-lencia, la esclavitud, la violación de los derechos humanos básicos, el desprecio a la vida, el desprecio a la mujer, etc. Se dice que su origen se dio a partir de un hábil comerciante árabe que se aprovechó de una viuda rica para tener una vida cómoda, que luego a partir de textos de la Biblia y enseñanzas cristianas que él tergiversó y adaptó a su conveniencia, creó una falsa religión que le permitiría

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saciar sus ansias de poder y dominación. Se dice que se expandió por la espa-da, dominando a los pueblos por la fuerza y obligándolos a adoptar el Islam co-mo religión. Se dicen muchas cosas del Islam, pero ¿son ciertas? Si todo lo que los opositores al Islam dicen es verdad, ¿cómo pudo sobrevivir 14 siglos y ex-pandirse a todos los continentes del mundo tan ampliamente? ¿Por qué hoy en día el Islam es la religión de mayor crecimiento de todas, con mayor número de seguidores? ¿Por qué cada vez más personas se acercan al Islam a pesar de toda la propaganda en su contra? En el siguiente trabajo vamos a presentar el Islam de la manera más sim-ple y clara posible para los lectores que no conocen nada del mismo, a fin de que puedan tener una visión lo más objetiva y abarcadora posible de esta noble religión que contiene todo lo que el ser humano necesita para alcanzar su felici-dad y bienestar, tanto físico, psicológico como espiritual, ya sea desde el punto de vista individual o social. Deseamos aclarar que luego de la mención particular o generalizada de un Profeta o una figura de noble y santa jerarquía, van a ver la letra ‘P’ entre pa-réntesis, lo cual significa «Con él/ella/ellos sea la Paz». Se trata de un saludo con el cual los musulmanes honramos a estas personalidades que tanto han be-neficiado a la Humanidad. Para el caso específico del Profeta Muhammad (‘Mahoma’ para los occidentales- BPD), las letras ‘BPD’ significan «Que la Ben-dición de Dios y la Paz sea con él y sus Descendientes purificados», sien-do ésta una salutación especial para él (BPD) debido a su altísima jerarquía y su proximidad a Dios. Deseamos agradecer a todas las personas que de un modo u otro han co-laborado con este trabajo. Y un agradecimiento especial para nuestro maestro el sheij Muhammad Moallemi Zadeh, quien supervisó el contenido de cada uno de los puntos de este libro para comprobar que estuviera libre de errores de concepto. Finalmente suplicamos a Dios que esta obra sea de utilidad para quienes desean introducirse al conocimiento y estudio del Islam, buscando a Dios con sinceridad. Y le rogamos que bendiga al Profeta Muhammad (BPD), a su familia (P) y a todos los musulmanes y las musulmanas, los creyentes y las creyentes del mundo. Y no hay Fuerza ni Poder sino en Dios Altísimo, el Único, el Imponente, el Gran-dioso.

Dr Néstor Daniel Pagano

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Primera Parte: Generalidades sobre el Islam

1. Islam: Definición 1.1.- ¿Qué es el Islam? El Islam es la última de las religiones reveladas por Dios a la Humanidad. No es «la única religión revelada», sino la última de todas, establecida por Dios como religión para toda la gente hasta el fin de los tiempos. Etimológicamente, ‘Islam’ significa ‘Paz’ y también ‘Sumisión’ o ‘Sometimiento’. Sumisión o sometimiento a la Voluntad de Dios. El musulmán es quien acepta el Islam con sumisión a la Voluntad Divina, respetando Sus Mandatos y Leyes como un siervo de Dios. El musulmán reconoce a Dios como Único Señor Absoluto, y al resto de las criaturas como sus semejantes, y se so-mete a Dios, no a las criaturas. Desde el punto de vista histórico, el Islam surge en la Meca (lo que hoy es

Arabia Saudita) hace 14 siglos a partir del Profeta Muham-mad (BPD), quien en occidente es conocido con el nombre de ‘Mahoma’ por una derivación de la fonética turca ‘Mahomet’, pero que los musulmanes llamamos ‘Muhammad’ por derivación de la fonética árabe, tal como era su nombre originalmente. La letra ‘h’ se pronuncia como una jota suave y la doble ‘m’ se pronuncian remarcando las mismas o hacien-do una pequeña pausa entre ambas. De esta manera, la pro-nunciación sería ‘Mu-jam-mad’.

Como decíamos, desde un punto de vista histórico, podemos considerar que el Islam surge a partir del Profeta Muhammad (BPD). No obstante, los mu-sulmanes consideramos que el Islam es básicamente el mismo Mensaje que Dios envió a todos los pueblos a través de los diferentes Profetas y Mensajeros (P), el cual adoptó otros nombres como ‘Judaísmo’ o ‘Cristianismo’, pero que en esencia no eran otra cosa que el Islam en sus orígenes. Si hoy vemos coinci-dencias entre el Islam y otras religiones, se deben a su origen común. Y si ve-mos diferencias y amplias divergencias en algunos aspectos de las religiones consideradas como auténticas en sus orígenes (como el Cristianismo), se de-ben a que tales religiones han perdido el Mensaje original y en algún momento de su historia lo han desvirtuado y alterado, distanciándose del Islam. En consecuencia, los musulmanes creemos en todos los Profetas (P), in-cluso los mencionados en la Biblia como Adán, Noé, Abraham, Isaac, Jacob, José, Ismael, Moisés, David, Salomón, Elías, Isaías, Zacarías, Juan el Bautista y Jesús (P). Los musulmanes creemos en los Libros revelados como la Biblia,

Islam es la última de las religiones reveladas por Dios a la Humanidad.

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aunque consideramos que el único Libro que se ha mantenido intacto desde su Revelación es el Sagrado Corán, Libro Sagrado de los musulmanes que le fue revelado al Profeta Muhammad (BPD) por Dios a través del Arcángel Gabriel (P). Los musulmanes creemos en la autenticidad original de religiones como el Judaísmo y el Cristianismo, y no rivalizamos con ellas ni las consideramos ‘obras del demonio’ ni ‘engaños de falsos Profetas’ en absoluto. Pero considera-mos que ellas fueron reveladas para un momento y lugar en particular, para un grupo limitado de personas, y que hoy su tiempo ha caducado y ellas han que-dado abrogadas por el Islam, la última religión revelada por Dios para todo tiem-po y lugar hasta el fin del mundo. Luego si Dios quiere, veremos más a fondo las similitudes y diferencias con estas religiones anteriores al Islam. 1.2. ¿En qué consiste el Islam? El Islam es un «modo de vida» (en árabe ‘Din’), que es el concepto original de ‘religión’. Se trata de un conjunto de creencias y prácticas que el ser humano adopta para su vida cotidiana, a fin de establecer sus acciones en la rectitud y encaminarse hacia el bienestar y la felicidad auténticas, reales. Luego de com-prender y aceptar las creencias libremente, el hombre pone en práctica determi-nadas acciones que van ordenando su vida cotidiana en la salud física, moral y espiritual, orientándose hacia Dios buscando Su Complacencia. De esta manera obtiene el bienestar completo, en este mundo y en el otro. El Islam contiene todo lo que el ser humano necesita para su vida, tanto individual como social. No se trata de un mero conjunto de rituales a ejercerse en un determinado templo a una determinada hora, sino de todo un conjunto de acciones a ponerse en práctica en la vida cotidiana. El Islam contiene indicacio-nes respecto a la comida, la bebida, la vestimenta, la conducta diaria del hom-bre, su relación con sus semejantes, etc. Hay indicaciones que van desde cómo debe el hombre ir al baño hasta cómo debe gobernar un país y establecer sus leyes, su economía, su política, etc. En el Islam no hay nada importante librado al azar ni dejado a la opinión y gusto de la gente, sino que sobre cada asunto vinculante para la vida humana existe un mandato, una norma, una indicación, un consejo, una obligación o una prohibición.

2. Creencias del Islam 2.1. ¿El Islam tiene dogmas? No, el Islam no contiene dogmas en el sentido de creencias que deben adoptarse ciegamente, más allá del razonamiento y la deducción lógica. No hay dogmas de fe en el Islam. Las creencias no pueden ser seguidas por imitación, por costumbre o porque son mandatos religiosos. El musulmán debe alcanzar la comprensión de las creencias con su mente, a través de su razonamiento. No

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puede adoptarlas por el hecho de que sus padres son musulmanes ni porque el Corán lo dice y nada más, sino que tiene que alcanzar la creencia y la fe más allá de toda duda e incertidumbre, las cuales surgen naturalmente en cualquier persona que razone, piense y medite en los asuntos de la vida. Es decir que las creencias deben ser confirmadas por el intelecto. 2.2. ¿Cuáles son las Creencias fundamentales del Islam? Existen 3 Principios de Fe que definen al musulmán en forma general y bá-sica: el Monoteísmo (o la creencia en Un Dios Único), la Profecía (o la creen-cia en los Profetas y Libros revelados, sean los conocidos anteriores al Islam, y en especial en Muhammad –BPD- como Mensajero de Dios y el Corán como el Libro de Dios) y la Resurrección en el Día del Juicio Final (donde se juzgarán las acciones de cada ser humano y se retribuirá el bien con el bien en el Paraí-so, y el mal con el mal en el Infierno). Si acepta los 3 Principios y cree en ellos libremente y sin compulsión, «de buena fe», entonces puede ser musulmán si acepta poner en práctica el Islam para su vida. Si rechaza alguno de estos Prin-cipios, queda fuera del Islam aunque pretenda ser de los musulmanes. Aparte de estos 3 Principios de Fe, existen otros dos que son la Justicia Divina (que particulariza el Atributo de Justicia por sobre otros Atributos Divi-nos) y la creencia en el Imamato (que destaca la importancia del líder conduc-tor o ‘Imam’) que individualizan al musulmán como ‘shiita’, en tanto que si cree en la Predestinación absoluta y no acepta el Imamato, será un musulmán sunnita, siendo éstas las dos corrientes o Escuelas más importantes del Islam que han sobrevivido a lo largo del tiempo.

2.3. Si no son dogmas, ¿cómo se alcanza la fe en los Principios men-cionados? Se deben alcanzar a través del razonamiento, la deducción, la lógica. Es el intelecto del ser humano quien debe alcanzar los Principios de fe por sí mismo. El Corán y las Tradiciones que reúnen las palabras y consejos del Profeta Muhammad (BPD), así como las obras de los grandes sabios y maestros del Is-lam, le sirven al hombre de guía, orientando sus pensamientos hacia una re-flexión positiva que le permita alcanzar la creencia. Pero el musulmán no es for-zado a creer en algo que va contra la razón y la lógica ni a aceptar dogmas sin ningún cuestionamiento, lo que produce una fe ciega en algo que no resiste el menor análisis y es contrario a cualquier pensamiento razonable y moralmente válido. Por consiguiente, vemos que las definiciones de ‘fe’ y ‘creyente’ en el Islam son distintas a la concepción que la gente comúnmente tiene en occidente sobre estos asuntos. 2.4. ¿Qué es la fe? En el Islam, la fe no es la creencia ciega y dogmática en algo que no se

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puede comprobar ni siquiera razonar. En principio, para el musulmán ‘fe’ es ‘conocimiento’, y el creyente es aquel que conoce la realidad, que tiene una visión más acabada y perfecta de la misma. En cambio, “incrédulo” es sinóni-mo de ignorante y ciego, pues desconoce la realidad y no puede percibirla (negándose a ello). Pues Dios es la mayor de las realidades, la más segura ver-dad de la cual hay pruebas delante de cualquier ser humano para que las pueda percibir con sus sentidos y analizar con su intelecto. Luego, aquel que ante la abrumadora cantidad de pruebas que confirman la existencia de Dios, se niega a aceptar la verdad y rechaza la realidad, no es otra cosa que un ignorante y ciego, por más que parezca ser inteligente y sano. 2.5. La fe y las obras Dijimos que ‘en principio’ la fe es sinónimo de conocimiento. Pero en reali-dad, la fe es algo más que mero conocimiento: la fe también es acción. El cre-yente es aquel que pone en práctica lo que conoce y obra en concordancia a lo que cree. Por lo tanto, el creyente se define no sólo por sus creencias, sino tam-bién por sus acciones. Es el conocimiento puesto en práctica lo que establece al ser humano en el sendero del bien, en el camino de la felicidad y la salvación. Una y otra vez, el Corán nos enseña que al Paraíso ingresan «los creyentes que practican el bien». Así, la salvación no se obtiene sólo por la creencia (como alegan los cristianos), sino que el hombre debe reunir la fe con las acciones buenas que exhiban su fe. 2.6. El creyente Por lo expuesto es claro que el creyente lo es no sólo por lo que cree sino por lo que obra o actúa. No basta con decir «Creemos», si-no que es necesario demostrar la fe en las obras, realizando el bien en nuestras acciones. El Corán distingue al verdadero creyente de quien sólo dice serlo: «Los beduinos dicen: ‘¡ Creemos !’ Diles: ‘Todavía no creéis. Decid más bien : ‘Nos hemos islamizado’, porque la fe aún no ha entrado en vuestros cora-zones». (49:14) Decir ‘cristiano’ o ‘musulmán’ sólo consiste en utilizar un título con el cual la gente se identifica (la mayoría de las veces por costumbre o por seguir la tra-dición de los padres), pero que no define la verdadera fe de la persona, en tanto no actúe en concordancia con las enseñanzas originales del Cristianismo o el Islam. Son las obras las que definen lo que el hombre cree en la intimidad de su corazón, poniendo de manifiesto su verdadera fe. 2.7. ¿Es posible obrar mal toda la vida para librarse de los pecados antes de morir? Sin duda el arrepentimiento sincero libra al hombre de sus faltas. Dice el

...Dios es la mayor de las realidades...

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Corán: «Quien obre mal o sea injusto consigo mismo, y luego pida el perdón de Dios, encontrará a Dios Indulgentísimo, Misericordioso.» (4:110) Pero en el Islam no existe un rito de confesión como en el cristianismo, por el cual la persona confiesa sus pecados, se le establece una penitencia y queda libre de los mismos. La persona debe arrepentirse con sinceridad, pedir el per-dón a Dios de todo corazón, comprometerse a no reincidir en su falta y reparar el mal que pudo ocasionar a otros, si corresponde. Si ha dañado a otra persona, no basta con pedir el perdón a Dios. Y si ha obrado mal toda su vida y al perci-bir la llegada de la muerte, tal persona busca la redención, dice el Corán: «No (se aceptará) el arrepentimiento a quienes cometan maldades hasta el momento de la muerte, diciendo: 'Ahora me arrepiento', ni tampoco a quienes mueran en la incredulidad. A estos les Hemos preparado un Castigo doloro-so.» (4:18) Por lo tanto, el hombre debe alcanzar el arrepentimiento y la corrección de sus acciones antes de que llegue su hora. Este mundo es el plano de las accio-nes para el hombre y el plazo de su vida es lo suficientemente largo para alcan-zar el bien y la salvación. Dice el Corán: «¿Piensan acaso los hombres que se les dejará decir ‘Creemos’ sin ser probados?» (29:2) En este plano de prueba, el hombre tiene las suficientes oportunidades y posibilidades para alcanzar la senda del bien y la verdad. No hay en el Islam un ritual de «extremaunción» que al momento de morir lo libre de lo que haya co-metido en el mundo. 2.8. ¿Y qué sucede con el «pecado original»? Los musulmanes no creemos ni aceptamos el «pecado original». No cree-

mos que cada ser humano nazca cargando la falta come-tida por su ancestro primero, Adán (P). Si bien creemos en Adán (P) y en su historia, el Islam tiene al respecto una visión particular, diferente a la del Cristianismo, y no acep-tamos que el error de Adán (P) se haya transmitido a toda la Humanidad, cargando a cada ser humano con un peca-do desde su nacimiento. Para el Islam, cada ser humano nace en la pureza, en un estado libre de toda mancha o corrupción o pecado. Y cada alma es responsable sólo por lo que hace, sin cargar con lo que hayan hecho sus

antepasados o sus contemporáneos. Dice el Corán:

...la muerte es una necesidad, es una puerta de paso hacia otro estado y no un castigo.

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«Dios no es injusto en absoluto con los hombres, sino que son los hombres los injustos consigo mismos». (10:44) Para el Islam, todo ser humano nace puro e inocente, en un estado llama-do ‘fitrah’, su naturaleza primigenia, que es pura y buena. Luego al crecer, a través de su libertad de acción y voluntad elige una de las posibilidades que tie-ne delante suyo: hacer el bien o hacer el mal. Así va juntando méritos o faltas, y el Día del Juicio será juzgado por esto, recibiendo su remuneración: el premio del Paraíso o el castigo del Infierno. 2.9. Profundas diferencias de conceptos con el Cristianismo Como podemos advertir, el Islam posee profundas diferencias de concep-tos con respecto al Cristianismo, la religión más conocida en Occidente. Por ejemplo, este mundo, en la visión islámica, es un lugar de prueba. No es un lugar de castigo del hombre por la falta de su padre Adán (P), ni es un sitio de residencia permanente, más allá del cual no hay nada. Es un lugar de paso don-de es sometido a una prueba por parte de Dios. Y como es un lugar de paso, tarde o temprano las criaturas tienen que abandonar este mundo para ir a la Morada Permanente. Por lo tanto, la muerte es una necesidad, es una puerta de paso hacia otro estado y no un castigo. Las condiciones del mundo son las óptimas para que cada ser humano su-pere con éxito su prueba y alcance el éxito en la Morada Permanente: el Paraí-so. Cada ser humano nace en el sitio y la época que son las más propicias para que supere su prueba y logre un buen resultado final. Como las condiciones de cada individuo son diferentes a las de los demás, existe entonces una gran di-versidad de estados, cada uno con su grado de responsabilidad y todos con las mismas oportunidades ante Dios. Todas los seres humanos tienen la misma posibilidad de superar la prueba y obtener la Gracia de la Recompensa Divina en el otro mundo. Dios es Sabio, Justo, Generosísimo y Misericordiosísimo. Otorga a cada individuo una posibili-dad igual a la de otros y toma en cuenta todas las consideraciones. Vemos que estas y otras grandes diferencias marcan una distancia con el cristianismo, por lo cual cuando el occidental desea conocer el Islam, debe olvi-darse de todo lo que sabe del cristianismo, o bien preguntar cuál es la visión is-lámica sobre los distintos temas. A continuación vamos a detallar cada uno de los Principios de fe para echar una mirada somera y resumida a los mismos.

Continuará… In Sha’a Al.lah

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Introducción

Tratar el tema de la Resurrección del ser humano, en realidad, es una respuesta a una pregunta general y universal. También es la respuesta a una necesidad individual y social, en el sentido que, al demostrar la vida después de la muerte se satisface una de las más importantes necesi-dades de la humanidad, esto es, el deseo de subsistir (el amor a la in-mortalidad y a la eternidad). Más importante que todo, la creencia en la resurrección y la vida eterna diri-ge, motiva y da propósito a la vida terrenal del ser humano y mantiene los momentos inapreciables de su vida alejados de la banalidad y la falta de propósito. Por otra parte, al debatir el tema de la Resurrección se enfoca una importante cuestión his-tórica, filosófica, científica y social, puesto que ello es lo que implica es-ta creencia doctrinal y religiosa que ha sido el objeto de una profunda atención por parte de todas las reli-

giones Divinas, incluido el mismo Islam, y hacia la cual han brindado mucha importancia.

Es tanto así que el Sagrado Corán,

siempre que ha mencionado la creencia en la Resurrección y la vida después de la muerte, lo ha hecho a continuación de la creencia en Dios. Es tal la importancia que el Sagrado Corán da a este tema, que los exege-tas de este Libro sagrado han mani-festado que un tercio del Sagrado Corán, directamente o indirectamen-te, trata sobre la Resurrección.

Debe entenderse que el concepto

de Resurrección es muy amplio y abarca una variedad de temas dentro de sí mismo; sin embargo, desde que el presente ensayo sólo trata la Re-surrección de una forma breve, es natural que muchos de los aspectos secundarios, e incluso algunos fun-damentales relacionados al tema no estén contemplados totalmente, o bien no se hayan extendido de una manera detallada. A pesar de ello, nosotros hemos tenido presente este hecho y hemos presentado la discu-sión de modo que el lector se vea innecesitado de tener que familiari-zarse con una serie de extensos y de-

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La Eternidad del Ser Humano Preparado por:

‘Centro Islámico de Inglaterra (Londres)’ Traducido del persa por:

Shaij Feisal Morhell

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tallados estudios. Este estudio en nuestra opinión será especialmente útil para los lectores jóvenes que, por medio de un análisis breve, de-seen obtener todo lo que se necesita saber sobre la Resurrección y lograr tener una información adecuada so-bre este tema.

Esta obra está conformada por

tres partes, a saber: Parte 1: La eternidad del ser

humano. Parte 2: ¿Muerte o un nuevo na-

cimiento? Parte 3: Los efectos multilatera-

les de la creencia en la Resurrec-ción.

La primera parte trata críticamen-te el concepto de Resurrección y sus implicancias. Luego, en un capítulo aparte, procedemos a tratar la posi-bilidad de la Resurrección y las pruebas que para ello se han presen-tado. A continuación, discutimos la necesidad de la Resurrección del ser humano después de la muerte. Debi-do a su importancia, hemos analiza-do en detalle esta parte, especial-mente el tema de la condición inma-terial del Alma. En el último capítu-lo, hemos discutido la resurrección corporal y así hemos concluido la primera parte.

En la segunda parte, la naturaleza

y realidad de la muerte han sido ob-jeto de nuestra atención y análisis. Seguidamente, la visión del Sagrado Corán y las tradiciones islámicas re-ferentes a la muerte ha sido sujetas a análisis. En este capítulo, también se ha enfocado el tema de la filosofía de la muerte. En el capítulo que si-gue a esta parte, se han tratado y analizado las causas y factores que llevan a temer a la muerte. En el úl-timo capítulo de esta parte, hemos tratado la manera en que este mundo está vinculado al más allá, siendo ello tratado desde la perspectiva Co-ránica.

En la tercera parte, la parte final

del libro, hemos enfocado nuestra discusión en exponer un resumen de los importantes efectos de la creen-cia en la Resurrección.

Cabe hacer notar que los temas se

han discutido en este libro de una manera fluida, accesible y libre de cualquier complejidad y de jergas innecesarias. En otras palabras, si bien el conjunto de los temas se en-cuentra asociado con temas filosófi-cos, académicos y místicos, no sólo es comprensible para los entendidos en la materia, sino que al mismo tiempo, también es completamente comprensible para los adolescentes y jóvenes.

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Parte 1. La eternidad del Ser Humano

Capítulo 1.

Los diferentes puntos de vista respecto al significado de la Resu-rrección

Antes de que procedamos a tratar

las pruebas de la eternidad del ser humano, es necesario que clarifique-mos nuestra propia concepción de «la vida después de la muerte» y «la eternidad del ser humano». Puesto que hay diferentes concepciones a este respecto, hemos seleccionado y analizado las cuatro más importantes.

1. A través de nuestras

obras o descendencia, lo-gramos una presencia viva y de esta manera alcanza-mos la eternidad. Podemos denomi-nar a esta concepción de la eternidad como “la Eternidad en el Recuerdo”. Artesanos, escritores y artistas dejan en sus obras algo de sí mismos (como sus creencias, esperanzas, preocupaciones y cosmovisiones). Ellos anhelan que lo que han forja-do, transcienda y alcance una dispo-sición estable dentro de su sociedad de forma que sus nombres se prolon-guen más allá que sus propias vidas. Otros alcanzan la inmortalidad a tra-vés del papel que han desempeñado en la historia.

2. La descendencia del ser huma-

no prolonga y extiende su existencia y de esta manera alcanza la inmorta-lidad. Todos los seres humanos com-parten el deseo de la inmortalidad y la subsistencia, y la reproducción es un medio para escapar del senti-miento de desazón producto de vis-lumbrar la extinción inevitable del ser humano. Es así que nosotros buscamos la prolongación de nues-tras vidas en las vidas de nuestros hijos. Muchas personas anhelan te-ner un hijo varón para que sus nom-bres familiares se perpetúen. Ellos llaman a sus niños con sus propios nombres o el de sus antepasados y

apremian a sus hijos para aceptar sus creencias, idea-les y valores, e incluso es-coger su profesión. 3. Después de la muerte, experimentamos una unión

con la Verdad Última la cual final-mente es Una. En nuestras vidas mundanas nos olvidamos de nuestra unidad fundamental con una entidad única (Dios), y equivocadamente consideramos que somos distintos a la entidad única. Habrá un día en que comprenderemos que nuestra separación de La Entidad Única no era nada más que una ilusión y me-diante nuestra liberación (de las res-tricciones de esa ilusión) otra vez nos uniremos con Él.

4. Podemos denominar a la cuarta

concepción de eternidad como «la Vida Individual después de la Muer-

La descendencia del ser humano

prolonga y extiende

su existencia

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te». Según este punto de vista, des-pués de la muerte física, o bien las personas continúan viviendo, o bien es después de un período de tiempo que nuevamente empiezan sus vidas.

Cada una de estas cuatro concep-

ciones, sobre todo la tercera y cuar-ta, pueden tener interpretaciones di-ferentes, en algunas de las cuales podemos enfocar la discusión de la Resurrección en el sentido que que-remos tratar.

En cualquier caso, debe hacerse

notar que la primera y segunda con-cepción no serán objeto de nuestro estudio, puesto que: Primeramente, tanto nuestra concepción como la de todas las otras religiones Divinas no se corresponden con las primeras dos, sino que implican algo más ge-neral, sutil, y trascendente.

En segundo lugar: En lo que hace

a las dos primeras concepciones, no-sotros no disentimos con los mate-rialistas y aquellos que niegan la Re-surrección, en el sentido que incluso ellos las aceptan.

En tercer lugar: La primera con-

cepción no es global, puesto que no incluye a todas las personas, sino que se restringe a los artesanos, ar-tistas, escritores, etc., siendo que la Resurrección considerada en Islam y las otras religiones Divinas incluye a todas las personas. Por otro lado, la segunda concepción carece de los

aspectos morales y espirituales que normalmente se esperan de la creen-cia en la Resurrección. En otras pa-labras, la creencia en la Resurrec-ción se considera una fuente de espi-ritualidad y virtudes, siendo que, la segunda concepción deja en el olvi-do estos fundamentales resultados.

En cuanto a la tercera con-

cepción, aunque en principio no es incompatible con las creencias del Islam y otras religiones Divinas res-pecto a la Resurrección, e incluso puede llegar a aceptarse en general, sin embargo, no podemos circuns-cribir a la misma la concepción islá-mica de la Resurrección, sobre todo, cuando consideramos las objeciones que enfrenta. Por ejemplo, según es-ta concepción, el ser humano des-pués de la muerte se une con la Enti-dad Única, y en ese estado no ad-vierte su individualidad o incluso su distinción, similar a una gota de agua que se une con el océano. Esta teoría sostiene que una vez que la gota se une con la Entidad entera (el océano), ésta no preserva su identi-dad.

Es por eso que en adelante nues-

tra discusión sobre la Resurrección será en base a la cuarta concepción, por supuesto, considerando particu-laridades que señalaremos durante nuestra exposición.

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Capítulo 2. ¿Es la Eternidad del Ser Humano Posible?

Aquellos que niegan la eternidad

del ser humano sostienen que la con-creción de tal asunto es radicalmente imposible. Ellos explican la imposi-bilidad de tal asunto mediante dos objeciones:

1) Ellos sostienen que Dios no

tiene el Poder para resucitar al ser humano después de la muerte, o concederle una nueva vida una vez muerto.

2) Su segunda objeción

es que es imposible re-componer cuerpos que se han deteriorado y se han vuelto polvo, y en seme-jante estado ellos no pue-den volver atrás a la for-ma de un ser humano. Pa-ra ello han citado consideraciones de los filósofos sobre las condiciones que deben satisfacerse para que al-guna cosa pueda existir. Los filóso-fos (islámicos o no) sostienen que para que cualquier cosa pueda exis-tir deben cumplirse dos condiciones, a saber:

1. El poder y la voluntad del eje-cutor. 2. Capacidad de recepción en el

receptor. Para abreviar, si por ejemplo, el

poder o la voluntad del ejecutor

existieran, pero al receptor le faltara la capacidad de recepción del asunto en cuestión, éste puede contarse co-mo imposible.

Aquí también, algunos son de la

creencia que el Poder de Dios es in-finito, pero recomponer los cuerpos deteriorados conforma en sí un acto imposible.

El Sagrado Corán, en respuesta a

la primera objeción procede a expli-car el Poder Infinito de Dios, y com-para la Resurrección del hombre

después de la muerte con la gran creación de los Cielos y la Tierra y nos recuerda que, Aquel Mismo que ha creado este universo entero posee el Poder para dar vi-da a los muertos: «¿Acaso Quien creó los

Cielos y la Tierra no es capaz de crear (de nuevo) lo que es igual a ellos? ¡Claro que sí! Él es el Crea-dor, el Sapientísimo.» (36:81)

Es evidente que la creación de los cielos y la tierra es más colosal que la creación del hombre. Entonces, desde que Dios es lo bastante Pode-roso como para crear la Existencia entera, ¿no será Él lo bastante Pode-roso como para crear de nuevo al ser humano, que es a su vez una parte de toda la Existencia?

El Sagrado Corán en respuesta a

Así, Dios, que creó al hombre la primera vez, tam-bién es Poderoso

para crearlo una vez más

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la segunda objeción también alude a la primera creación del hombre y dice:

«Y ellos dirán: ‘¿Quién nos de-

volverá (a la vida)?’. Di: ‘Quien os creó la primera vez’.» (17:51)

En otra aleya declara: «Nos propone un ejemplo y se ol-

vida de su propia creación. Dice: ‘¿Quién dará vida a los huesos es-tando ellos podridos?’ Di: ‘Les dará vida Quien los originó la primera vez, y Él es Conocedor de toda creación’.» (36:78-79)

La aleya anterior alude al argu-

mento filosófico que sostiene que si dos o más cosas son similares, en lo que hace a su contingencia (o posi-bilidad de existir) o a la carencia de la misma, tendrán la misma posibili-dad de existir o no existir; es decir, si uno es posible (para existir) el otro también será posible (para exis-tir), y viceversa, si uno es imposible (para existir), el otro también será imposible (para existir).

Así, Dios, que creó al hombre la

primera vez, también es Poderoso para crearlo una vez más, e incluso la segunda creación no solo será po-

sible, sino que en apariencia será más fácil de realizar (por supuesto, asumiendo que los términos «difícil» y «fácil» pudieran caber en la Presencia Santa de Dios), puesto que en la primera creación no estaba el factor de la experiencia, ni había un modelo, mientras que en la re-creación, se encuentran tanto la ex-periencia como el modelo1.

En cualquier caso, desde la pers-

pectiva del ser humano, es más sim-ple la recreación que la primera creación, si bien con respecto a Dios, las dos son similares e igual-mente fáciles.

Para demostrar que Dios es capaz

de resucitar al hombre, el Sagrado Corán se refiere a la vivificación de la tierra y el crecimiento de las plan-tas, y considera la Resurrección de los humanos como similar a la vivi-ficación de la tierra que tiene lugar todos los años en la primavera. ¿Acaso el hombre no observa cómo es que las hojas de los árboles caen todos los otoños y entonces se pu-dren y vuelven a la tierra, pero en la próxima primavera, las nuevas hojas y capullos visten las plantas, y la tie-rra se vuelve fresca y verde? A pesar de todo esto, cuando se expone su propia Resurrección y rena-

1. Es claro que estas palabras o vocablos presentan un significado desde nuestra perspectiva, la de las criaturas y seres humanos limitados, pero en relación a Dios, el Infinito, carecen de sentido. El Imam Alî (P), refiriéndose al hecho de que Dios no necesitó de razonamiento y experiencia para originar la crea-ción, dice lo siguiente: «Dios originó la creación, y la comenzó sin necesidad de razonamiento y análisis, y sin haberse valido de experiencia alguna». (Nahy Al-Balâgah, disertación Nº 1).

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cimiento, él considera que esto es imposible y extraño, e insiste en ne-garlo.

El Sagrado Corán dice: «Y Dios es Quien envía los vien-

tos que levantan una nube; enton-ces Nosotros lo conducimos a un te-rritorio muerto y mediante ello le damos vida a la tierra después de muerta. Asimismo es la Resurrec-ción.» (35:9)

Por consiguiente el mismo Dios

que todos los años trae a la vida y renueva la tierra muerta, tendrá el poder para crear al hombre de nue-vo, después de la muerte. Porque, haciendo crecer nuevamente las plantas todos los años, Dios en reali-dad, convierte la tierra muerta en cé-lulas vivientes, a través del creci-miento renovado de plantas y árbo-les. Además de esto, si enfocamos nuestra atención en el comienzo de la creación de la vida en la Tierra, concluiremos que, al principio, nada existía en la misma y que luego del surgimiento de la vida aparecieron las plantas por primera vez en la su-perficie terrestre. Este maravilloso y asombroso fenómeno continúa sien-do un misterio para los estudiosos. Sin embargo, es claro que la vida vegetal ha surgido de esta misma tierra muerta.

La Creación del Embrión Otro ejemplo que se cita en el Sa-

grado Corán con el propósito de atraer nuestra atención y demostrar el Poder Ilimitado de Dios, es la creación del embrión. Declara que aquellos que están en duda y se en-cuentran vacilantes respecto a la po-sibilidad de la Resurrección, deben reflexionar en cómo Nosotros los hemos creado de un gota de semen. Entonces, Nosotros convertimos este esperma-gota en un 'alaqah' (el gru-mo de sangre). Después de eso le hicimos crecer en el útero y fi-nalmente le dimos la forma de un humano completo. Nosotros los tra-jimos al mundo por medio de sus madres.

«¿Acaso no era más que una gota de esperma emitido? Luego fue un crúor de sangre, entonces Él lo creó y formó. Entonces hizo de él la pareja, el varón y la hembra. ¿Acaso no puede Él traer lo muerto a la vida?» (75:37-40)

La aleya anterior y otras que tra-

tan sobre el Más Allá, consideran la vuelta a la vida después de la muerte como un fenómeno natural y similar a la creación del embrión y el naci-miento de un niño, o como el brote y crecimiento de las plantas; en conse-cuencia, considera la Resurrección como cualquier otro acto divino, al contrario de aquellos que niegan la Resurrección y la ven como un fenó-

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meno extraño e imposible, y no piensan que en la Naturaleza pueda encontrarse algo similar.

En resumen, es posible decir que

fundamentalmente debemos equili-brar nuestra perspectiva sobre la Re-surrección y observar a la misma a través de la mira de las aleyas del Sagrado Corán. En tal caso, no sólo no consideraremos que la Resurrec-ción es posible, sino que compren-deremos que es algo necesario e in-evitable, lo cual trataremos en la sección siguiente.

La Transformación de la Energía

Las personas en el pasado pensa-

ban que la energía se agotaba y se destruía después del uso. Por ejem-plo, pensaban que la energía solar después de irradiarse hacia la Tierra y los otros planetas se destruía; pero hoy la ciencia ha demostrado que esa energía no se destruye sino que se transforma y se manifiesta en otras formas diferentes de energía. En otras palabras, la energía conti-núa existiendo en nuevas condicio-nes y en un nuevo ambiente.

El Sagrado Corán, también ha uti-

lizado este tema para demostrar la posibilidad de la Resurrección, di-ciendo:

«Y nos propone una parábola y se olvida de su propia creación. Di-

ce: ‘¿Quién dará vida a los huesos encontrándose éstos desintegra-dos?’. Di: ‘Les dará vida Quién los originó por vez primera; Él es el Conocedor de toda la Creación. Él es Quién os ha dispuesto el fuego del árbol verde, y he ahí que voso-tros con él encendéis (el fue-go)’.» (36:78-80)

La interpretación más apropiada para las aleyas anteriores según al-gunos de los exegetas del Corán, y que ha sido confirmada por los re-cientes avances y descubrimientos científicos, es que las plantas y los árboles, a lo largo de sus vidas ab-sorben regularmente luz y calor del sol, y además de ello, también ab-sorben agua y otras substancias ne-cesarias de la tierra por medio de sus raíces, y por la combinación de és-tos, generan la celulosa que forma el cuerpo y la madera de los árboles.

Es así que las plantas, para absor-

ber las substancias vitales de la tie-rra, deben utilizar el calor y luz del sol como una energía activa. Es de-bido a la utilización de esta luz y ca-lor que los árboles día a día crecen y se desarrollan, y acumulan una gran cantidad de energía solar dentro de sí transformándola en madera. En el proceso de quemar un pedazo de madera, se libera la energía solar contenida en el árbol volviendo a la forma de luz y calor. Según las ale-yas del Sagrado Corán, la Resurrec-ción del ser humano no es diferente

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a esto, y es por eso mismo que, estas aleyas hacen referencia a la primera creación del hombre, y luego de ello a la Resurrección y a otra realidad similar que es la transformación de la energía.

Otro punto interesante que se en-

cuentra en la aleya es que, normal-mente nosotros consideramos que la madera seca es más conveniente pa-ra ser quemada, siendo que en la ale-ya se hace referencia a un árbol ver-de. Quizás, la razón esté en que el verdor de los árboles y sus hojas es condición para la absorción del calor y la luz del sol. En palabras más cla-ras, es el árbol vivo y ver-de el que puede transfor-mar la energía del sol en madera y acumularla en su interior, siendo que el árbol seco no posee seme-jante capacidad. De esta manera, vemos que la aleya dice: «Ese Dios que ha dispuesto el fuego (para quemar) a partir del árbol ver-de, tiene el Poder para resucitar al ser humano después de la muerte.»2

En resumen, una de las cosas a las que el Sagrado Corán ha hecho refe-rencia para establecer la posibilidad o la necesidad de la Resurrección de los humanos, es el retorno de la energía o la transformación de la misma bajo condiciones diferentes.

Los Motivos para Negar la Resurrección

Hemos observado que los nega-

dores de la Resurrección no tienen ninguna prueba filosófica, datos ex-perimentales o incluso un argumento convincente en apoyo de lo que sos-tienen. Sus argumentos siempre se centran alrededor de lo increíble de dar vida a los huesos deteriorados y desintegrados, y sólo se restringen a ello. Debido a esto, el Sagrado Co-rán no procede a contestar sus dudas y objeciones, puesto que, fundamen-talmente, estas personas no sostie-nen ningún argumento científico pa-

ra sus pretensiones, al con-trario, en la sura Al-Qiâmah, luego de referir las palabras de aquellos que niegan la Resurrección, procede a indicar sus moti-vos para negarla, que con-

sisten en: la promiscuidad, el liberti-naje y en pocas palabras, escapar de la carga del compromiso y la res-ponsabilidad, desde que la acepta-ción de la Resurrección implica comprometerse y aceptar responsa-bilidades, cosa que algunas personas no aprueban y en cambio son de la creencia que uno debe dedicarse a buscar el placer y los beneficios ma-teriales de este mundo tanto como sea posible. Ésta es la razón princi-pal para rechazar la Resurrección y la creencia en Dios.

2. Tomado de Peiâm-e-Qur’ân (El Mensaje del Corán), t.5, p.194.

Los negadores de la Resurrección

no tienen ninguna prueba...

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Con respecto a esto, el Sagrado Corán dice:

«¿Supone el hombre que no reunire-mos sus huesos? ¡Claro que sí! No-sotros tenemos el poder de reconfi-gurar las yemas de sus dedos. Pero, el hombre desea corromper su devenir.» (75:3-5)

Los idólatras y los que niegan la Resurrección han expuesto otros ar-gumentos en apoyo de su postura que no son nada más que palabrerías sin sentido. Estos argumentos no contienen ninguna demostración ra-cional, filosófica, lógica o científica. ¡Ellos dicen que la creencia en la Resurrección es sólo una fábula heredada de los antiguos! En otras palabras, por el solo hecho de que la creencia en Dios y en la Resurrec-ción, que son comunes a todas las religiones divinas, han estado pre-sentes entre las personas religiosas desde tiempos inmemoriales y se han considerado de entre los princi-pios de la religión, los idólatras y los que niegan la Resurrección, en lugar de presentar evidencias que demues-tren la inexactitud de estas creen-cias, simplemente afirman que éstas no son sino mitos y leyendas del pa-sado.

El Sagrado Corán expone su argu-

mento como sigue:

«Y aquellos que descreen dicen: ‘¿Acaso cuando nos hayamos vuelto

polvo así como nuestros padres, se-remos extraídos (de la tierra)? Por cierto que ya se nos había antes pro-metido esto, a nosotros y a nuestros padres. Esto no es más que fábulas de los antiguos’.» (27:67-68) Cualquier persona sensata se percata de que tal palabrería ociosa no merece ninguna respuesta o con-testación, porque la antigüedad his-tórica de una idea no significa su desacierto, y una persona justa debe aceptar o debe rechazar una materia en base a la prueba y evidencia y no en base a si la materia en cuestión es anticuada o nueva. Es por esta razón que el Sagrado Corán no se ocupa en responder estas afirmaciones, si-no que más bien argumenta la posi-bilidad y la necesidad de la Resu-rrección. Estos razonamientos son tan fuertes y elucidadores que cual-quier persona que reflexione lo sufi-ciente en ellos, no sólo verá adecua-damente demostrada la creencia en la Resurrección, sino que incluso se le aclararán el resto de las dudas y dilemas.

FUENTE: www.islamoriente.org

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Muhammad el Enviado de Dios Derechos Reservados Mezquita At-Tauhid.

Muhammad (Mahoma) Ibn Abdallah nació en la ciudad de La Meca en el 570 d.C., en el clan más noble de la tribu que gobernaba dicha metrópoli. Pese a pertenecer a la nobleza de los árabes, su clan era pobre. Quedó huérfano de padre antes de nacer, y perdió a su madre cuando sólo contaba cuatro años, siendo a partir de entonces criado primero por su abuelo y luego por un tío pa-terno. La ciudad de La Meca gozaba desde antiguo de un privilegio especial en la atrasada Península Árabe. Era la sede de la Kabah, el primer templo al Dios Ú-nico que las tradiciones remontan a Adán, y que fuera reedificado por Abraham e Ismael su hijo. No obstante la pura tradición monoteísta de Abraham había sido oscurecida con el paso de los siglos y el templo de la Kabah se hallaba re-pleto de variados ídolos a quienes rendían culto las distintas tribus árabes. En este ambiente de atraso surgió el Sello de los Profetas, y esto constituye uno de sus galardones más notables por la transformación radical, realmente milagro-sa, que operó su prédica en esa sociedad, una de las más atrasadas e incultas de la Época, convirtiéndola en el germen de la civilización más sorprendente de la historia. Hasta los cuarenta años el futuro profeta vivió en el seno de su comunidad sin someterse a sus bajezas, y era tal su honestidad y espíritu de justicia que se lo apodó Al-Amín, que significa el verídico y leal, el digno de fe y confianza. Se casó con una mujer viuda de su propia tribu, de nombre Jadiya y tuvo varios hijos e hijas, de las cuales sólo sobrevivieron estas últimas. Sus hijas no Tuvieron descendencia, con excepción de la menor, Fátima, la más amada por el Profeta. Fátima se casó con Ali ibn Abi Talib primo del Mensajero de Dios), y tuvieron dos hijos: Al-Hasan y Al-Husain, la Paz sea con

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todos ellos. Cabe destacar que Ali había sido criado como un hijo por el Profeta, y que fue el primer hombre en creer en su misión y aceptar el Islam. Fátima, Alí, Al-Hasan y Al-Husain, constituyen la Gente de la Casa del Profeta (Ahlul-Bait), a quienes Dios purificó especialmente y en los que depositó la Sa-biduría y la Custodia del Legado del Mensajero de Dios. El Profeta Llamaba a sus nietos Al-Hasan y Al-Husain «mis hijos». Cuando tenía cuarenta años, durante uno de los retiros que solía realizar en las afueras de la ciudad de La Meca, recluido en una caverna, anhelante de la Verdad, recibió por primera vez la Revelación divina y la función profética A partir de ese momento su vida sufre un cambio total. Se dedica de Lleno a la misión que le es encomendada, proclama en La Meca la Unicidad de Dios y exhorta a abandonar la idolatría. Él, que no conocía la Lengua escrita ni mucho me-mos poseía antecedentes literarios o poéticos, de la no-che a la mañana les recitaba a sus conciudadanos versí-culos bellísimos en la más pura lengua árabe. La oligar-quía Quraishita temiendo que La Meca se convierta en la ciudad de un solo y único Dios desplazando la idolatría imperante persiguió encarnizadamente al Profeta y sus seguidores. Los trece años de prédica en La Meca fueron de persecución e injusticia hasta que el Mensajero de Dios recibe la orden de Dios de emigrar a Iazrib luego llamada Medina distante 400km al norte de La Meca. Este acontecimiento crucial es conocido como Hégira o emigración y es el punto de partida del calendario lunar islámico que lleva ya 1425 años. En pocos años y luego de sortear con éxito diversos ataques y guerras co-ntra los idólatras de La Meca Purificó ese territorio sagrado como era en época de sus ancestros Abraham e Ismael y destruyó todos los ídolos del templo de la Kabah.

FUENTE: www.organizacionislam.org.ar

...era tal su honestidad y espíritu de

justicia que se lo apodó

Al-Amín, que significa

el verídico y leal, el digno de fe y confianza.

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Exégesis del Sagrado CoránExégesis del Sagrado CoránExégesis del Sagrado CoránExégesis del Sagrado Corán

Tafsir Al Mizan

Una exégesis del Sagrado Corán escrita por Allamah Tabatabai (RA) Traducción del árabe al castellano por el Sheij Muhammad Moallemi Zadeh

Sura 87: El Altísimo (Al ‘Ala)

Mequinense. Contiene 19 aleyas.

En el Nombre de Dios, el Compasivo, el Misericordioso 1. Glorifica el Nombre de tu Señor, el Altísimo 2. que Ha creado y establecido el equilibrio, 3. que Ha determinado y dirigido, 4. que Ha hecho brotar el pasto, 5. y luego Ha hecho de él heno oscuro. 6. Pronto te leeremos (el Corán) y jamás olvidarás 7. excepto lo que Dios quiera, pues Él conoce lo manifiesto y lo que se oculta.

8. Y te facilitaremos la realización de lo bueno. 9. ¡Advierte, pues!, si la advertencia aprovecha. 10. Pronto quien teme a Dios se dejará amonestar. 11.Y la eludirá el desgraciado, 12. que entrará en el Gran Fuego, 13. donde, luego, no morirá ni vivirá. 14. ¡Bienaventurado es quien se purifica a sí mismo 15. que recuerda el Nombre de su Señor y ora! 16.- Pero vosotros preferís la vida mundanal, 17.- aunque la otra es mejor y más duradera. 18.- Esto se encuentra en los Libros anteriores 19.- como los Libros de Abraham y de Moisés.

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Explicación Consiste en la orden de exaltar Su Unidad, de acuerdo a Su Santidad, Exaltado sea, y apartar todo tipo de asociación a Su Esencia, como la mención junto a su Nombre del nombre de algún otro o el atribuirle a otro aquello que es obligatorio atribuirle exclusivamente a Él, como crear, administrar y proveer. Continúa con una promesa para el Profeta (BPD) de que lo apoyará con la ciencia, lo preservará y le dará poder de la manera más factible y sencilla para la difusión y convocatoria más conveniente. El contexto de estas primeras (trece) aleyas de la sura es mequinense. En cuanto a las siguientes, es decir desde la aleya 14 al final, nos ha llegado de parte de los Imames de la Gente de la Casa (P) y también de fuentes sunnitas, que su sentido es la caridad del día del desayuno y la oración de la festividad (del fin de Rama-dán). Como se sabe, el ayuno y sus consecuencias, como la caridad del desayuno y la oración de la festividad, sólo fueron prescriptas en Medina, luego de la Emigra-ción, por lo que estas aleyas serían medinenses. De esta manera, la primera parte de la sura es mequinense y la segunda medinense, lo cual no se contradice con lo que se encuentra en las tradiciones sobre que la sura es mequinense, pues esto se puede interpretar con relación a la primera parte de la misma. Sobre Su Dicho, Exaltado Sea: «Glorifica el Nombre de tu Señor, el Altísimo» Se trata de una orden (dada al Profeta -BPD-) de que aparte (toda asociación) a Su Nombre, Exaltado Sea, y lo santifique. No dice «purifica a tu Señor», sino al «Nombre de tu Señor», y como el nombre sólo se expresa con la lengua, por consi-guiente su purificación consiste en no mencionar junto al mismo lo que está aparte Suyo, Exaltado Sea. Por ejemplo, no mencionar a las divinidades, semidioses o intercesores (asociados). Tampoco pretender que el Señorío se origina en ellos ni atribuirle lo que le pertenece exclusivamente a Él, Exaltado sea, como (los atribu-tos de) Creador, Provisor, Quien da la vida, Quien da la muerte, etc. Tampoco mencionar algo que no concuerda con Su Santidad, Exaltado sea, respecto de las acciones, como la incapacidad, la ignorancia, la injusticia, la negligencia y otros calificativos de defecto y menoscabo semejantes, pretendiendo que los mismos se originan en Él, Exaltado Sea. En síntesis, purificar Su Nombre, Exaltado Sea, consiste en vaciar la palabra de todo aquello que no debe ser mencionado junto al mismo. Esta purificación de la palabra concuerda con la purificación de la acción, mediante la negación de la aso-

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ciación manifiesta. Esto es lo que requiere el monoteísmo perfecto. Tal es como se expresa en Su Dicho: «Y cuando se menciona a Dios Único, esto le repugna a los corazones de quienes no creen en la otra vida. En cambio, cuando se mencionan a otros en vez de Él, he aquí que se regocijan.» (39:45) Y también en Su Dicho: «Y cuando mencionas en el Corán a tu Señor Único, vuelven la espalda desdeño-samente.» (17:46) Entonces, el sentido sería «Glorifica el Nombre de tu Señor, Quien has tomado co-mo Señor, y convoca hacia Él, que es el Señor, la Divinidad, por consiguiente, no debes nombrar en tu palabra, junto a la mención de su Señorío, a ningún otro asociado a Él, lo cual se opone a la forma en que Él Mismo se presentó como Se-ñor.» En cuanto a su Dicho: «El Altísimo», que indica a quien está por encima de todo, elevado y subyuga a todas las cosas, se trata de un atributo de «tu Señor», no del Nombre (es decir no se trata de «Glorifica el Nombre Altísimo de tu Señor»). Él mismo fundamenta el sentido de la orden, es decir «Glorifica el Nombre de tu Se-ñor, porque Él es el Altísimo». Algunos consideran que el sentido de la orden consiste en decir «Glorificado sea mi Señor, el Altísimo», como ha expresado Ibn Abbas. De aquí se deriva que el sentido es «¡Reza!» (Es decir, es una orden para que el siervo rece). Otros sostienen que el sentido del nombre es Dios, y que (la aleya) significa: «Purifícalo, Exaltado Sea, de todo cuanto no concuerde con el dominio de su San-tidad respecto de los atributos y las acciones.» También se dice que se mencionó el nombre, pero que el sentido es engrandecer a Dios, es decir que sería: «Glorifica a tu Señor Altísimo». Otros consideran que se trata de la purificación de Sus Nombres, Exaltado sea, de todo lo inadecuado con ellos, como una interpretación caprichosa de los mismos, o una aplicación incorrecta, o adjudicarle a Dios lo que no es propio de Él y utilizar con otros aquellos nombres que son exclusivamente suyos, como el de la Majes-tuosidad y otros, o bien expresarlos en un lugar que no es conveniente, como por ejemplo el baño, etc.

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Nuestra opinión sobre el significado es más amplia y concuerda más con el con-texto de las aleyas posteriores (de la 6 a la 13), el cual se orienta al estímulo de la advertencia y la difusión. Así con la orden de glorificar el nombre de su Señor, se comienza con la purificación de la palabra (del Profeta -BPD-), apartando todo lo que tenga sentido de asociación, ya sea manifiesta u oculta. Luego se continúa con la promesa de leerle de tal modo que nunca más lo olvide, facilitándole el camino de la difusión. Después se le ordena la advertencia y la difusión. Debe meditarse atentamente esta cuestión. Sobre Su Dicho, Exaltado Sea: «Que Ha creado y establecido el equilibrio.» Crear una cosa es unir sus partes. Establecer el equilibrio implica colocar cada co-sa en su lugar adecuado, otorgándole su ubicación correcta. Por ejemplo, la colo-cación de cada uno de los miembros del ser humano en su lugar apropiado. Las expresiones «crear» y «establecer el equilibrio», aunque son generales, abarcan aquello de la creación que combina o mezcla más de un elemento. Esta aleya y las tres siguientes describen la Administración Divina y son una prueba de su Señorío Infinito, Exaltado sea. Sobre Su Dicho, Exaltado Sea: «Que ha determinado y dirigido.» Implica que establece las cosas que ha creado dentro de su dimensión específica y de los límites definidos, tanto en su esencia, sus atributos, como en sus acciones, sin que ellos sean excedidos. Además las Ha equipado con aquello que resulta apropiado para ellas, según lo que les Ha determinado, dirigiéndolas así hacia su destino. De esta manera, todas las cosas marchan hacia su objetivo por medio de una guía educativa y natural, como un niño que se dirige hacia el pecho de su ma-dre, un polluelo se dirige hacia el buche de sus padres, el macho se dirige hacia la hembra o cualquiera que posee un interés se dirige hacia su beneficio. Así dice, Exaltado sea: «No existe nada cuyas fuentes no estén en Nuestro Poder. Pero no las Hacemos descender sino en una medida determinada.» (15:21) Y también dice: «Luego le Ha facilitado el camino.» (80:20) Y también: «Cada cual tiene una meta hacia la cual dirigirse.» (2:148)

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Sobre su Dicho, Exaltado sea: «Que Ha hecho brotar el pasto.» «El pasto» (en árabe “Al mar'a”) es lo que comen los herbívoros. Literalmente dice que lo «hace salir» o «surgir», es decir, lo hace brotar. Y es Dios Altísimo Quien lo hace brotar. Sobre Su Dicho, Exaltado sea: «Y luego Ha hecho de él heno oscuro.» El termino árabe "Al gaza" (que hemos traducido como ‘heno’) alude a las hierbas y plantas que quedan a la vera de los ríos después de una inundación (o una creci-da). Su sentido aquí, como otros también consideran, es las plantas secas (o la pa-ja). En cuanto al término "Al ahua" (que hemos traducido como ‘oscuro’) es el co-lor negro. El hacer brotar el pasto para alimentar a los animales y luego transformarlo en al-go seco y negro, es una de las muestras y pruebas de la Administración Señorial (de Dios), al igual que las acciones de crear, establecer el equilibrio, determinar y guiar también lo son. Sobre Su Dicho, Exaltado sea: «Pronto te leeremos (el Corán) y jamás olvidarás, excepto lo que Dios quiera, pues Él conoce lo manifiesto y lo que se oculta.» En Al Mufadrat (diccionario árabe) dice que el término "qara't" (que hemos tradu-cido como ‘leer’) consiste en unir las letras y palabras en la recitación (o lectura) y que no se usa para cualquier tipo de unión. Por ejemplo, no se usa para la reunión de personas diciendo "qara'tul qaum". Tampoco se usa para indicar la pronuncia-ción de una letra aislada. En Al Mayma' (un tafsir shiita) dice: «El término "Al Iqra'" (la lectura) consiste en oír la lectura de un lector que recita, a fin de corregir sus errores.» Esto no significa que Dios haya escuchado la lectura del Profeta (BPD) para corre-gir sus errores, pues no se conoce que el Profeta (BPD) haya transmitido algo del Corán de manera equivocada por haberse olvidado la revelación, teniendo que ser corregido por Dios. El sentido es la capacitación (del Profeta -BPD-) para la reci-tación del Corán tal cual le fue revelado, sin ninguna modificación por agregado, merma, alteración u olvido. Así la expresión «jamás olvidarás» es una promesa

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hecha al Profeta (BPD) de que lo capacitará con la ciencia coránica y preservará la Revelación tal cual le fue transmitida, apartando de él cualquier olvido. De esta manera, el Profeta (BPD) lee el Corán tal como le fue revelado. Esta es la base de la difusión de la revelación sin alteraciones. Con respecto a la expresión: «Excepto lo que Dios quiera», es una excepción que nos da a entender la permanencia del ilimitado Poder Divino. Es decir, esta mer-ced de leer de un modo que no pueda olvidarse, no deja de estar supeditada a Dios, Glorificado sea, de forma tal que Él no pueda producir el olvido. Por el contrario, Su Poder permanece ilimitado, y Él puede hacer olvidar lo que quiera cuando lo desee. Esto es igual que la excepción hecha en Su Dicho: «En cambio los bienaventurados estarán en el Paraíso eternamente, en tanto du-ren los cielos y la tierra, a menos que tu Señor disponga otra cosa. Será un don ininterrumpido.» (11:108) Ya hemos explicado este tema en la sura 11. El sentido de la excepción no indica que puedan producirse algunos casos de olvido, por la cualidad intrínseca del ser humano de recordar algunas cosas y olvidar otras, pues no tendría sentido remar-car la merced con la que se distingue al Profeta (BPD) de que no olvide jamás lo revelado, si luego él (BPD) lo olvidase. Lo más correcto es el sentido que hemos expuesto anteriormente. El contexto de estas aleyas confirma la versión que dice que cada vez que el Ángel Gabriel (P) le traía una revelación al Profeta (BPD), él la repetía continuamente para no olvidarla, hasta que se reveló esta aleya, luego de lo cual no necesitó hacer esto, pues nunca olvidó nada. Lo más razonable es que esta aleya haya sido revelada antes de Su Dicho: «No muevas tu lengua apresurándote a recitarlo, pues reunirlo y recitarlo es de Nuestra incumbencia. Y cuando lo recitarnos, sigue la lectura. Luego, su explica-ción también Nos incumbe a Nosotros.» (75:16 a l9) Y que Su Dicho: «... No te precipites en la recitación antes de que concluya la revelación. Y di: '¡Señor mío! ¡Aumenta mi ciencia!'» (20:114) Con respecto a la expresión: «Pues Él conoce lo manifiesto y lo que se oculta», el término árabe "Al yahr" alude a la manifestación completa de una cosa ante la vis-ta o ante la percepción auditiva. Así vemos que se usa en la aleya:

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«Y dicen : '¡Muéstranos a Dios manifiestamente!...'» (4:153) Y en la aleya: «Él conoce lo que expresáis manifiestamente.» (21:110) Pero en este caso, el sentido evidente de "yahr" por contraposición con «lo que se oculta», depende de la comprensión y no se limita a la visión y la audición. Esta oración da sentido a la anterior expresión: «Pronto te leeremos y jamás olvi-darás», lo cual sería: «Pronto prepararemos tu mente para recibir la Revelación y memorizarla, porque Nosotros conocemos el exterior de las cosas y su interior; así conocemos tu estado exterior e interior, la importancia que otorgas al asunto de la Revelación y tus ansias para cumplir sumisamente lo que se te ha ordena-do.» En cuanto al cambio en la alocución de la primera persona del plural a la tercera del singular de una aleya a otra (pasa del «Nosotros» de la aleya 6 a «Él» de la 7), como refiriéndose a un ausente, implica un detalle: que el hecho de brindarle la ciencia al Profeta (BPD) y hacérsela memorizar, no resta la posibilidad de realizar algo en su contra. Porque Dios abarca en conjunto todos los Atributos perfectos, uno de los cuales es el Poder en absoluto. Luego de marcar este detalle, la alocu-ción vuelve a la tercera persona del plural (al «Nosotros») en la aleya siguiente. Sobre Su Dicho, Exaltado sea: «Y te facilitaremos la realización de lo bueno.» El término árabe "iusra" (que hemos traducido como «lo bueno», aunque es el fe-menino de "aisar", que es «facilitar» por lo que sería «lo fácil»), es un adjetivo que se encuentra en lugar de un sustantivo omitido, el cual sería «el camino fácil». Entonces, sería: «Te facilitaremos las cosas de tal manera que siempre tomes el camino más fácil para la difusión y la propagación, tanto de palabra como de hecho, para que así encamines a algunos y argumentes en contra de otros, perse-verando sobre sus molestias.» La expresión debería ser: «Haremos fácil para ti la realización de lo bueno», al igual que en la sura TAHA: «¡Haz fácil para mí mi situación!» (20:26) Pero ha sido cambiada por «Te facilitaremos la realización de lo bueno», indican-do que Dios quiere preparar el noble alma del Profeta (BPD) a través de inspira-ciones, para que pueda llevar a cabo la Misión y realizar la difusión (es decir, no

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indica que le allana el camino, sino que lo capacita para recorrerlo). Por otro lado, «Hacer fácil lo fácil» es una perogrullada ( y no tiene sentido que se exprese así. No es lo mismo con «Te facilitaremos la realización de lo fácil»). Por consiguiente, el sentido sería la preparación (del Profeta -BPD-) para que pue-da elegir un camino fácil, que es el natural. Por lo tanto, la aleya tiene el mismo sentido, que el relato sobre Moisés (P): «Es conveniente que no diga sobre Dios sino la verdad...» (7:105) Sobre Su Dicho, Exaltado sea: «¡Advierte, pues, si la advertencia aprovecha!» Deriva de lo anterior, de la orden de purificar el Nombre del Señor, la promesa de transmitirle la Revelación de un modo que no la olvide y de facilitarle la realiza-ción de lo bueno. Todos éstos son factores indispensables de los cuales depende el éxito de la difusión religiosa. El sentido sería: «como Hemos preparado para ti los medios para el acatamiento de lo que te Hemos ordenado, te Hemos recitado (la Revelación) de un modo tal que no la olvides y te facilitamos el hacer el bien, entonces ¡advierte!, si la adver-tencia aprovecha.» De esta manera, la orden de advertir fue condicionada al hecho de que sea benefi-ciosa. Esta es una condición basada en la realidad, pues cuando no resulta benefi-ciosa, es vana. Y Él, Exaltado Sea, es más Grande de ordenar lo vano. En primera instancia, la advertencia para quien teme (a Dios) es provechosa, por-que le sirve para orientarse hacia la verdad. Por eso en la aleya siguiente expresa: «Pronto quien teme a Dios se dejará amonestar.» Asimismo también es provecho-sa para el desdichado que no teme en su corazón, porque sirve para completar el argumento en su contra, trayendo como consecuencia su rechazo y alejamiento de la verdad. Por eso después dice «Y la eludirá el desgraciado». Pero la reiteración de la advertencia ya no resulta útil en nada, por lo que le fue ordenado (al Profeta -BPD-) apartarse de tal persona, donde dice, Exaltado Sea: «¡Apártate de aquel que vuelve la espalda a Nuestra Amonestación, y no desea más que la vida mundanal!» (53:29) Por otro lado, algunos consideran que la condición sólo es nominal, no verdadera,

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sirviendo para informar que la advertencia siempre es beneficiosa, acrecentando la obediencia y el alejamiento de la rebeldía. Así consideran que la partícula "In" en la aleya tiene el sentido de «Id» («porque»). Es decir que sería: «Amonesta, por-que la advertencia es provechosa.». Pero esto es objetable, pues la advertencia no siempre resulta beneficiosa, inclusive aunque se considere la completitud del argu-mento contra el enemigo de la verdad. Al respecto figura (en el Corán): «... Da lo mismo que les adviertas o no a los incrédulos: no creerán. Dios Ha se-llado sus corazones y sus oídos, y sobre sus ojos hay un velo.» (2: 6 y 7) Otros consideran que la frase está abreviada, habiendo una omisión, y que el senti-do completo sería: «Amonesta, ya sea que la advertencia sirva o no.» Se argumen-ta en que el Profeta (BPD) ha sido enviado para amonestar y para que nadie tenga excusas después suyo, por consiguiente, la advertencia es de su incumbencia y de-be realizarla, ya sea que resulte útil o no. De esta manera, la aleya sería semejante a Su Dicho: «... Y os proporcionó vestimentas que os resguarden del calor.» (16:81) Aquí también hay una omisión, que sería «y del frío». Sobre esta versión también existen objeciones, pues la obligación de la advertencia sobre él (el Profeta -BPD-), aún en los casos en que no produzca ningún resultado, es innecesaria. También se dice que la condición está indicando que lo menos probable es que la advertencia resulte beneficiosa. Entonces el sentido sería: «Haz lo que te fue orde-nado, y obtendrás tu recompensa, aunque no los afectes en nada.» Pero esto tam-bién resulta objetable, porque la siguiente aleya, «Pronto quien teme a Dios se de-jará amonestar», lo rechaza. Sobre Su Dicho, Exaltado sea: «Pronto quien teme a Dios se dejará amonestar.» Es decir: «Pronto se dejará amonestar y tomará consejo a través del Corán quien tiene en su corazón algo de temor a Dios y a Su Castigo.» Sobre Su Dicho, Exaltado sea: «Y la eludirá el desgraciado.» El sentido de «el desgraciado», por contraposición con la aleya anterior, es quien

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no tiene miedo de Dios Altísimo en su corazón. En cuanto a «eludirla», significa apartarse (o alejarse) de ella. El sentido sería «Pronto se alejará de la amonesta-ción quien no teme a Dios.» Sobre Su Dicho, Exaltado sea: «Que entrará en el Gran Fuego.» El «Gran Fuego» es el Fuego del Infierno, el cual es grande en comparación con el fuego del mundo. Se dice que alude al más abyecto de los grados del Infierno, donde está el Castigo más fuerte. Sobre su Dicho, Exaltado sea: «Donde, luego, no morirá ni vivirá.» El hecho de negar la muerte y la vida al mismo tiempo implica negar perpetua-mente cualquier salvación. Porque la salvación podría llegar de una de las dos condiciones: por la muerte, que consiste en el término de la existencia, con lo cual se apartaría del Castigo, o por la vida, implicando la transformación de la calidad de existencia de la desdicha a la felicidad, y del Castigo al reposo. Por consiguien-te, el sentido de «vida» en la aleya es la «vida agradable». Este estado sería como el de un enfermo incurable, del cual se dice que no está vi-vo, porque no tiene esperanza, ni muerto, como para ser olvidado. Sobre su Dicho, Exaltado sea: «¡Bienaventurado quien se purifica a sí mismo, que recuerda el Nombre de su Señor y ora!» La expresión «purificarse a sí mismo» implica tener la intención de purificarse, y alude a la purificación de las cosas mundanales que apartan del más allá, como lo indica Su Dicho de la aleya siguiente: «Pero vosotros preferís la vida munda-nal...» Esta purificación implica anhelar retornar a Dios y no permanecer eterna-mente en el mundo. Una purificación de la dependencia de la riqueza de este mun-do consiste en dar limosnas en el camino de Dios. Incluso la realización de la ablución para la oración es un ejemplo de purificación de lo que han adquirido nuestros rostros, manos y pies. En cuanto a la expresión «que recuerda el Nombre de su Señor y ora», el sentido explícito de «recuerda» es la mención verbal, y la oración a la cual alude es la co-mún, en especial la prescripta por el Islam. Así, las dos aleyas muestran un sentido

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general. Pero en las tradiciones de los Imames de la gente de la Casa (P) figura que ellas fueron reveladas sobre la caridad del día del desayuno y la oración de la festividad. También se menciona esto en la Escuela sunnita. Sobre Su Dicho, Exaltado sea: «Pero vosotros preferís la vida mundanal.» La partícula correctiva «pero» (en árabe "bal"), hace extensivo el sentido de la ex-presión a todo el género humano, por lo que su naturaleza incentiva sobre la de-pendencia del mundo y la preocupación por restaurarlo. Otros consideran que sólo se dirige a los incrédulos. De todas formas, la oración en su contexto contiene un reproche, el cual se confirma con el cambio de alocución de tercera persona singu-lar a segunda del plural. Sobre Su Dicho, Exaltado sea: «Aunque la otra es mejor y más duradera». La aleya expresa la preferencia del otro mundo sobre éste, estableciendo como ar-gumento suficiente para ello el hecho de que el otro mundo es más duradero que éste. Sobre Su Dicho, Exaltado sea: «Esto se encuentra en los Libros anteriores, como los Libros de Abraham y de Moisés.» El pronombre indicativo «esto» señala lo mencionado en las cuatro aleyas anterio-res, desde «Bienaventurado quien se purifica a sí mismo» hasta lo último. Otros consideran que indica sólo la última aleya anterior, «Aunque la otra es mejor y más duradera». Se dice que la vaguedad de la descripción inicial con la expresión «los Libros an-teriores» (o «primeros»), y su posterior aclaración de que se trata de los «Libros de Abraham y de Moisés (P)», obviamente sirve para destacar su jerarquía y consi-derar su importancia.

Una investigación en los relatos

En el Tafsir Aiashi (una exégesis shiita) figura que Aqabat ibn Amr Al Yahni na-rró: «Cuando fue revelada la aleya: 'Entonces glorifica el Nombre de tu Señor, el

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Grandioso' , el Mensajero de Dios (BPD) ordenó: ‘¡ Establecedlo en la inclina-ción (de la oración)!' Y cuando fue revelado 'Glorifica el Nombre de tu Señor, el Altísimo', dijo (BPD): '¡Establecedlo en la prosternación (de la oración)!'» Aclaro (dice el autor): Esto también figura en Durr Al Manzur (una exégesis sun-nita). En el Tafsir Al Qummi sobre «Glorifica el Nombre de tu Señor, el Altísimo» dice que se trata de mencionar la expresión: «Glorificado sea mi Señor Altísimo». Y sobre «Que ha creado y establecido el equilibrio, que Ha determinado y dirigido», dice que significa: «Ha determinado las cosas con el decreto inicial, y luego Ha encaminado hacia su destino a quien Él quiere.» Y sobre la aleya: «Que Ha hecho brotar el pasto», expresa: «Se trata de los vegetales, los que luego de crecer hasta su punto de maduración, se tornan secos y negros.» En Durr Al Manzur (sunnita) se menciona que el Profeta (BPD) repetía constante-mente el Corán por temor a olvidarlo. Entonces se le dijo: «Vamos a solucionarte esto», y le fue revelado «Pronto te leeremos y jamás olvidarás». En Al Faqih (un texto shiita) figura que le preguntaron al Imam Sadiq (P) sobre el Dicho de Dios, Poderoso y Majestuoso: «¡Bienaventurado Quien se purifica a sí mismo!» Contestó (P): «Se trata de quien da la caridad del desayuno (de la finali-zación de Ramadán).» Y luego se le preguntó sobre «Que recuerda el Nombre de su señor y ora», y respondió (P): «Se trata de quien va hacia el desierto y ora (el día de la festividad del desayuno).» Aclaro (dice el autor): Esto también se ha narrado del Imam Sadiq (P) con otras cadenas, y figura en otros textos shiitas como el Tafsir Al Qummi, aunque no men-ciona la fuente. En Durr Al Manzur figura: «El Profeta (BPD) decía '¡Bienaventurado quien se purifica a sí mismo, que recuerda el Nombre de su Señor y ora!', y después repar-tía la caridad del desayuno antes de dirigirse al lugar de rezo, el día de la festivi-dad.» Aclaro (dice el autor): Se menciona por otras cadenas que no incluyen a ningún Imam Infalible (P), que estas dos aleyas fueron reveladas sobre la caridad y la ora-ción del día del desayuno. Las cadenas son shiitas y sunnitas. En Al Jisal (un texto shiita) se transmite de Abu Dharr: «Le pregunté al Mensajero

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de Dios (BPD): ‘De lo que Dios te ha revelado, ¿qué es lo que figura en los Li-bros de Abraham y Moisés (P)?’ Me respondió (BIPD): 'Figura: "Bienaventurado quien se purifica a sí mismo, que recuerda el Nombre de su Señor y ora. Pero vo-sotros preferís la vida mundanal, aunque la otra es mejor y más duradera.”’» Aclaro (dice el autor): Esta tradición confirma lo que hemos expuesto, sobre que el pronombre «esto» alude a las 4 aleyas anteriores. En Basair (un texto shiita) figura que Abi Basir transmitió: «Dijo Abu Abdallah (el Imam Sadiq -P-): 'Con nosotros (los Imames -P-) se encuentran los Libros de Abraham y Moisés (P) mencionados por Dios (en el Corán).' Le pregunté: '¿Los Libros son las Tablas?' Me contestó (P) 'Sí.'» Aclaro (dice el autor): Esto mismo se ha relatado con otras cadenas. Aparentemen-te el sentido de «Los Libros» como «Las Tablas» se refiere a la Torah, la cual en algunos lugares del Corán se la menciona como «La Tabla», como por ejemplo: «Hemos escrito para él (para Moisés -P-) en la Tabla, una exhortación de cada cosa..." (7:145) «... y (Moisés) arrojó la Tabla ...» (7:150) «... y (Moisés) tomó las Tablas...» (7:154) En Al Mayma' (una exégesis shiita) se narra que Abu Dharr dijo: «Le pregunté al Mensajero de Dios (BPD): '¿Cuántos fueron los Profetas (P)?' Me contestó (BPD): '124.000' Continué '¿Y cuántos de ellos fueron Mensajeros?' Me dijo (BPD): '313’; el resto sólo fueron Profetas.' Inquirí : '¿Adán fue Profeta?' Respon-dió (BPD): 'En efecto. El fue la Palabra de Dios, quien ha sido creado por Su Ma-no. ¡Oh, Abu Dharr! Cuatro de los Profetas han sido árabes: Hud, Saleh, Shuaib y tu Profeta.' Le pregunté: '¡Oh, Mensajero de Dios! ¿Cuántos Libros ha revelado Dios?' Me dijo (BPD): '104’. De ellos, le fueron revelados 10 a Adán, 50 a Shuaib, 30 a Idris, quien fue el primero en escribir con el cálamo, 10 a Abraham, y los demás son la Torah, el Evangelio, los Salmos y el Furqán (el Corán).'» Aclaro (dice el autor): Esto mismo figura en Durr Al Manzur (sunnita), con la ex-cepción de que no menciona los 10 Libros de Adán, y sí le atribuye 10 Libros a Moisés (P) antes de la Torah.

Fuente: http://groups.msn.com/UnidadIslamica

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El monumento civil cumbre del arte musulmán en España es, sin duda, la Alhambra de Granada, y es también el más importante pala-cio musulmán que se conserva en el mundo. El nombre de la Alham-bra proviene de una abreviación de Qal’at al-Hamra, en árabe «la for-taleza roja», que hace referencia al color de sus muros, hechos con la arcilla de la colina sobre la que está construida, conocida como la Sabi-ka. La Alhambra está considerada como una de las joyas más precio-sas de la arquitectura y uno de los más bellos edificios de todos los tiempos. No muy lejos de ella, hacia el noreste, se yergue el ex-quisito palacio del Generalife, ro-deado de un primoroso jardín, al que con razón se llama «Paraíso del alarife o arquitecto» (Yannat al-arif). Recientes estudios científicos demuestran la mística escondida en la geometría de la Alhambra y la originalidad y belleza de la porten-

tosa decoración de entrelazados, estucos y alicatados azulejos del más notable testimonio islámico de Europa. El Patio de los Leones es uno de sus espacios abiertos más representativos. Igualmente, los jar-dines del Partal y de los Adarves con sus rimeros de macetas flori-das, con recortados setos que bor-dean acequias, con estanques y fuentes cubiertos de nenúfares, y todo un conjunto, esplendoroso y sutil, asomándose a la legendaria ciudad, al blanco barrio del Albai-cín, a las cumbres nevadas de la sierra, y a la aceitunada apacibili-dad de la Vega, confirman el refrán andaluz: «Quien no ha visto Gra-ná no ha visto ná». Los ejércitos musulmanes ini-ciaron, desde el norte de África, la expedición de socorro a los cristia-nos unitarios oprimidos en la Espa-ña visigoda, a partir de 710. Y el dominio musulmán en la Península Ibérica duró, con variaciones en los

Retazos de HistoriaRetazos de HistoriaRetazos de HistoriaRetazos de Historia

La Alhambra de Granada

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límites territoriales hasta 1492. Además, muchos musulmanes vi-vieron en España bajo dominio cris-tiano y, por lo menos hasta el siglo XVI, las influencias artísticas y cul-turales islámicas florecieron al ser-vicio de los príncipes católicos. A pesar de casi ocho siglos de auto-nomía musulmana y de una cultura en sumo grado islamizante, quedan muy pocos monumentos islámicos en España y casi ninguno en Portu-gal. Los que se conservan sirven sin embargo para ilustrar no sólo la riqueza cultural y espiritual del pue-blo y gobernantes del Islam en Es-paña, sino también la arquitectura de otras partes del mundo islámico, donde con frecuencia han desapa-recido monumentos importantes. Así pues, el palacio real y los jardi-nes nasríes de Granada sugieren no sólo otros palacios desapareci-dos de la España Islámica, sino además los conjuntos no conserva-dos del Irak abasí (749-1258), del Egipto tuluní (868-906) y fatimí (969-1171), de la Palermo islámico-normanda (como el Palacio de Zi-za, siglo XII) y de muchas otras se-des, especialmente las magrebíes, en Marruecos y Argelia. Historiografía de un Palacio

El historiador y diplomático norteamericano, de origen escocés, Washington Irving (1783-1859), fa-moso por su biografía sobre el Pro-feta del Islam (BPD), que fuera pu-blicada en 1849 (ver W. Irving, La vida de Mahoma, Austral, núm.

476, Buenos Aires, 1945), y por su obra cumbre «Cuentos de la Alam-bra» (1832), escribe en su libro «Crónica de la Conquista de Gra-nada»: «Los salones, ocupados hasta hacía poco por infieles (si alude a su postura frente a Occi-dente, no se equivoca) enturbanta-dos, estaban ahora llenos de da-mas distinguidas y de cortesa-nos cristianos, que recorrían con viva curiosidad aquel palacio de tanto renombre, admirando sus patios rebosantes de verdor y sus fuentes que manan sin ce-sar; sus salas decoradas con elegantes arabescos y adorna-das con inscripciones, y el es-plendor de sus techos dorados y pintados de brillantes colo-res» (de la edición en inglés, Fila-delfia, 1829, vol.1, pp. 648 y ss.). Gracias a este tipo de relato dramático, la Alhambra penetró en la imaginación romántica y popular, en la época en que España se con-vertía en el país accesible para los literatos franceses o para los aristó-cratas ingleses en busca de pinto-resquismo. Poco antes de Washington Irving, el escritor fran-cés François René, vizconde de Chateaubriand (1768-1848), había narrado los legendarios romances y trágicas batallas del Último Aben-cerraje (ver la versión de la Colee. Austral, núm. 50, Madrid, 1979), novela aparecida en 1826. En «Los Orientales» (1829) del escritor y re-volucionario francés Víctor Hugo (1802-1885) y en algunas de las páginas en verso y en prosa más

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inspiradas de su compatriota Théophile Gautier (1811-1872), en 1840 y más adelante, la Alhambra y, por extensión, Granada, se con-virtieron simultáneamente en sím-bolos de exotismo y en ideales es-téticos de belleza de la forma; en un «paraíso terrenal», tal como Gautier la llamó (citado por Albert Champdor, L’Alhambra de Grena-de, París, 1952, pp. 12-13), o en un lugar de «bárbara magnificien-cia», según Washington Irving (op. cit., p. 14). Estas románticas aso-ciaciones creadas por Irving, Cha-teaubriand, Gautier y muchos otros, tuvieron también como eco los innumerables hoteles, bares, cines y teatros llamados Alham-bra o Granada en los cin-co continentes. El escritor danés Hans Christian Andersen (1805-1875), que se hizo famoso mundialmente por sus Cuentos, visitó la Alhambra en 1862: «Aquello era delicioso, pe-ro muy pequeño; no hallé la grandeza y el espacio que había imaginado. Sin embargo, según iba avanzando por debajo de aquellos arcos, y a través de aquellos patios y salas, tenía la sensación de que el espacio se dilataba» (Viaje por España). Otro escritor, el anarquista norteamericano Jack London (1876-1916), autor de novelas co-mo «Colmillo blanco», «El talón de hierro» y «Martín Eden», nos brin-

da un sorprendente testimonio. A modo de prefacio, en un breve tex-to autobiográfico titulado «Mi vi-da», evoca que en 1885, a los nue-ve años de edad, deslumbrado por la lectura reciente de los Cuentos de la Alhambra de Irving, decidió construirse con los ladrillos de una chimenea «una pequeña Alham-bra privada, con sus torres, sus patios, sus miradores y demás detalles». Tal vez con un encanto más sutil que los escritores, los pintores y paisajistas del tipo del francés

Gustave Doré (1832-1883), el escocés David Roberts (1796-1864) y otros como Girault de Prangey, Fred. J. Lewis, Vivian, Bucknall, Asseli-neau..., dieron al mundo imágenes inolvidables de la Alhambra y acrecenta-ron notablemente su fama.

Desde 1807 a 1889, numerosos y prestigiosos viajeros europeos y norteamericanos llegaron a Grana-da con el objetivo primordial de co-nocer la tan ponderada fortaleza roja de los musulmanes: Chateau-briand, Alejandro de Laborde, Was-hington Irving, Víctor Hugo, Alejan-dro Dumas, Théophile Gautier, Ri-chard Ford, Edgar Quinet, Edmun-do de Amicis... Hasta los primeros años del siglo XIX, paradójicamente, la Al-hambra era una ilustre desconocida hasta para los propios españoles. En la época islámica la fortaleza

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Hasta los primeros años del siglo XIX, paradójicamente, la Alhambra era una ilustre desconocida...

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era capaz de albergar en su recinto exterior un ejército de cuarenta mil hombres. Cuando cayó en poder de los cristianos, la Alhambra fue habitada por los monarcas castella-nos. Dentro de su perímetro amura-llado el emperador Carlos V co-menzó a construir un monumental y pesado palacio, discordante con las armónicas líneas de la arquitectura islámica, que dejó inconcluso debi-do a los periódicos terremotos que conmovieron por aquel tiempo An-dalucía. Los últimos soberanos re-sidentes de la Alhambra fueron Fe-lipe V y su esposa, la reina Isabel de Parma, a principios del siglo XVIII, quienes se prodigaron en cultivar sus jardines y mantener las instalaciones. A su partida, el solar caería en la más completa desola-ción. Los magníficos sa-lones se vieron en ruinas, los primorosos jardines destruidos e invadidos por la maleza y el agua cantarina de las fuentes dejó de brotar. Dice Irving: «Gradualmente fue ocupando los pabellones una población vaga y relajada: con-trabandistas, que se valían de la independencia de jurisdicción para matutear atrevidamente en gran escala, y ladrones y pícaros y holgazanes, que convirtieron la fortaleza en refugio, dentro de cuyo asilo tramaban despojos y organizaban robos contra Grana-da y su vecindad» («Cuentos de la Alambra», Editorial Porrás, Méxi-co, 1992, pág. 30).

En el marco del enfrentamien-to franco-británico de 1793-1815, el ejército napoleónico entró en Anda-lucía en enero del 810. El coman-dante militar de Granada, Horace Sebastiani, un general revoluciona-rio, quedó fascinado al descubrir los edificios musulmanes que domi-naban las alturas de la ciudad y de-cidió instalar su comando en la for-taleza roja. La Alhambra, desierta y colmada de escombros, fue casi totalmente cubierta y restaurada. Los galos sacaron del abandono y la ruina al glorioso y legendario vestigio de la bizarría y del poderío

musulmán español. Repa-raron los techos, amparan-do así los salones y las galerías contra las incle-mencias y la acción des-tructora del tiempo; los curtidos zapadores y pon-toneros se convirtieron en jardineros creativos que recomponían setos, estan-ques, canteros y planta-ban arbustos y macizos de

flores; restableciendo el sistema hidráulico que permitió que las fuentes y surtidores volvieran a fluir alegremente. Al tratar de preservar la Alhambra, esos soldados de Na-poleón recuperaron para España el más bello y atrayente de sus monu-mentos históricos. El siglo XIX descubrió a los asombrados granadinos la existen-cia de una ciudadela más gloriosa, portentosa y muchísimo más bella y elegante que la urbe que habita-ban, que los haría célebres en el

En la época islámica la

fortaleza era capaz de albergar en su recinto exterior un

ejército de cuarenta mil hombres

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mundo entero. Finalmente, en 1920, el arquitecto e islamólogo Leopoldo Torres Balbás restauró el edificio y le confirió el aspecto ac-tual, sin duda romántico pero histó-ricamente equívoco, ya que las es-tancias palaciegas prevalecen so-bre la fortaleza. La Alhambra era una acrópolis concebida con fines preferentemente militares.

La Joya más Hermosa del Islam en Europa

El origen remoto de la cumbre fortificada de la Granada islámica data del siglo XI. Fue cuando uno de los últimos soberanos ziríes, Ba-dis lbn Habbús, hizo construir un palacete y algunos jardines dentro de un recinto fortificado, frente al palacio de su dinastía, ubicado en el lado sur del río Darro. Pero sería lbn al-Ahmar, de nombre propio Muhammad, perteneciente a una noble familia musulmana que de antiguo se había establecido en Ar-jona (Aryúna) en la cora de Jaén (Yayyán), el primitivo fundador de la Alhambra. Era descendiente de Sad Ibn Ubada, compañero del Santo Profeta (BPD). Uqail iba Nasr, tío de Muhammad, fue el pri-mero de la familia que tomó el ape-lativo de al-Ahmar, que quiere decir El Rojo. Los occidentales llaman nazaríes o nasríes, a los que los musulmanes granadinos conocían como alhamares (recomendamos muy especialmente consultar al respecto la obra erudita del profe-

sor doctor Cristóbal Torres Delga-do, El antiguo reino nazarí de Granada (1232-1340), Ediciones Anel, Granada, 1974). Dice la prestigiosa escritora mexicana Ofelia Garza de del Cas-tillo en la introducción al famoso li-bro de Irving: «La grandeza de la Alhambra co-mienza en 1238 cuando Muham-mad ben Alahmar, de la dinastía nasarí, se apoderó de Granada, después de haber dominado Jaén, Baeza y Guadix. Cuando Muhammad y su gen-te de armas llegaron a tierra grana-dina, quedaron extasiados ante la belleza del suelo que pisaban; sus vegas, su exubera vegetación, la nieve eterna de los picachos de La Sierra Nevada y el agua que corría abundante en el Darro produjeron en ellos emoción indescriptible. Habituados a vivir en tierra inhóspi-ta, nómades en el desierto por ne-cesidad y por atávica costumbre, los árabes, que llegaban de tierras ayunas y carentes de vegetación, se dejaron conquistar por el suelo de Granada. Y aquellos hijos del desierto, soñadores y poetas por naturaleza, encontraron en Grana-da lugar propicio para realizar sus sueños, y en la vegetación y las aguas, anticipados deleites del pa-raíso ofrecido por Mahoma» (Irving, op. cit., pág. IX). Muy relevante es el testimonio del investigador e islamólogo de

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origen suizo convertido al Islam, Titus Burckhardt: «...el arte de la Alhambra encontró su continuación directa en el norte de África y ahí se mantuvo vivo. La mezquita de París, que fue cons-truida en los años veinte de nuestro siglo por artesanos marroquíes, muestra todavía toda la belleza del arte árabe granadino. En el Islam no existe diferen-cia esencial entre el arte religioso y el arte civil; una habita-ción es siempre al mismo tiem-po un lugar de oración, en el cual se pueden eje-cutar los mismos ritos que en una mezquita. «La pila de agua en mi centro», reza una inscripción en la Sala de Embajadores o del Trono, «se parece al alma de un creyente, hundido en el recuerdo de Dios». El Patio de los Leones es una ima-gen del paraíso, pues es original-mente un hortus conclusus, un jar-dín rodeado de muros, y todo jardín de este tipo es, en el Islam, una imagen del paraíso, cuyo nombre coránico al-yanna encierra los dos significados de «jardín» y «lugar oculto». Hay que imaginarse las su-

perficies entre las cuatro corrientes de agua que hoy están cubiertas de arena, como arriates cubiertos de arbustos floreciente y hierbas aro-máticas. Al plano del jardín paradi-síaco pertenecen siempre los cua-tro ríos del paraíso que corren hacia los cuatro puntos cardinales o, procedentes de ellos, hacia el centro. Las corrientes de agua del Patio de los Leones nacen en las salas que se abren hacia el norte y hacia el sur y debajo de los balda-quines pétreos justo al este y al

oeste. El suelo de las salas se en-cuentra a un nivel más alto que el del jardín, así el agua que descan-sa primero en pilas re-dondas co-rre bajando por los um-brales hacia

la fuente, donde se estanca alrede-dor de los leones para hundirse. Sí alguien se lavaba en una de sus pilas, el agua permanecía siempre limpia y pura.» (Titus Burckhardt, «La civilización hispano-árabe», Alianza Universidad, 175, Madrid, 1979, págs. 250-251).

FUENTE: www.asociacionislamica.com.ar

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Los Rasgos Negativos del Mundo Actual y su Remedio: El Din del Islam

Por el Imam Mahmud Husain,

Director del «Centro de Altos Estudios Islámicos», Argentina

«¡Los que habéis creído!, no violéis las regulaciones de Allah [Sus mandatos, obligaciones y ritos]» (5:2), la palabra «regulaciones» aquí utilizada, en árabe sig-nifica también «las demarcaciones» o «términos», «las condiciones» por Él im-puestas. Así como se pone límite a un terreno, de la misma manera Allah Exaltado pone los límites de la vida buena. Observar dichas regulaciones o límites es lograr la felicidad, dentro del ámbito establecido por Allah para el bien. En una tradición, el Profeta (BPDyC) compara al Din, la Fe y las prácticas del Islam, con un predio delimitado donde la caza está permitida, es halal, lícita y buena, y compara al haram, lo vedado y nocivo, con aquel predio señalizado don-de la caza está prohibida. Dice que el halal es evidente, y el haram es evidente, y entre ambas cosas existen asuntos ambiguos. Así pues, el que se atiene a lo evi-dente y evita lo ambiguo se mantiene dentro del territorio sagrado, demarcado por las prohibiciones divinas, y el que transgrede las demarcaciones de Allah, siguien-do la ambigüedad, cae en territorio ajeno, y es muerto. La destrucción a la que conduce la vida actual en occidente a las personas no es una situación normal. Siempre ha habido bolsones de maldad, en todas las cul-turas, grupos humanos, marginados de la sociedad, que realizan todo tipo de per-versiones. Pero hubo siempre un gran grupo humano que dentro de sus posibilida-des se mantuvo en el bien, según lo que reconocían como tal. Por ejemplo, el carnaval es una práctica idólatra muy antigua, desde Sumeria

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en adelante, de Caldea, de Babilonia, etc., que significaba entonces, según pensa-ban los idólatras, liberar a la sociedad de todas las maldades, cuando todos las co-metían juntos al mismo tiempo, confundiéndose todos los roles: El más destacado disfrazarse como el peor, y el peor disfrazarse como el más destacado. De tal ma-nera de volver al desorden inicial que los idólatras creían había precedido a la creación del mundo, volver al caos, a la confusión, y restaurar así el orden. Incluso para los idólatras, la maldad era la parte menor, y se debía mantener siempre apar-tada de la sociedad, sin confundir con ella. Pero hoy, por el contrario, la maldad en occidente es la mayor parte, y la gen-te que se mantiene en el bien es una pequeña minoría, mientras que el resto acep-tan con naturalidad la corrupción, y la practican en tanto que pueden. De este mo-do se ha invertido la situación, y ya no hay un sólo día de carnaval, como en Babi-lonia, sino que todos los días lo son. Esto lo presenciamos en los diarios, en la te-levisión, en la radio, en todos los medios. Olvidaba que el carnaval es una tradición muy fuerte en el Brasil... Lógica-mente, debe ser porque Brasil tiene mucho orden el resto del año... Y no es en va-no que cito al Brasil, donde la persona más pobre ahorra durante todo el año para gastarlo en una semana, o menos, y durante ese lapso se cometen todo tipo de crí-menes. Como si toda la existencia de esa persona, su nacimiento, su muerte, su in-telecto, la maravillosa organización biológica que Allah le dio a su cuerpo, depen-diera de festejar el carnaval, y poner todos sus bienes y su persona al servicio de eso. Esta es la situación típica del hombre actual en occidente, apuesta todo lo que tiene a la vanidad, a la estupidez, y no le interesa, ni puede percibir, el bien que Allah puso en su propio ser, en su constitución biológica, en su intelecto. Crea pa-ra sí una fantasía y la vive durante todo el tiempo, siendo este proceder el funda-mento del cine, de la televisión, y de las demás «grandes artes». Es increíble que el hombre occidental actual tenga la capacidad de crear tanta maldad, como la bomba atómica u otras cosas parecidas, o se empeñe tanto en llegar a los planetas pero con un estado de conciencia inmoral e impío. Y cometa muchas necedades más, como con la ingeniería biológica, cambiando las características de los anima-les, y pudiendo cambiar las de las personas también, creando verdaderos mons-truos. Hoy poco le interesa a la gente en occidente conectar su vida personal con su vida social, e inclusive a ambas se las presenta como dos contrarios. Un caso típi-co y extremo al respecto es el de los políticos, cuya vida personal es totalmente

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diferente a lo que ellos dicen de sí mismos ante el público. Pues la comercializa-ción (marketing) se ha convertido en lo más importante para vender un producto, incluso el prestigio de una persona, mediante el engaño, la propaganda y la falsa publicidad. Todo esto es admitido naturalmente, e inclusive hay especialistas que se dedi-can a estudiar cómo engañar a la gente. Es decir, poco interesa éticamente quién sea el individuo, cuando se trata de conseguir objetivos de poder, de prestigio, de dinero, etc. Entonces queda anulada naturalmente la vida interior, del corazón, el vínculo con Allah, la ética. No habrá más ideales en la vida personal, todo se con-vierte en comercialización, como si se tratara de vender una mercadería. Esto sucede porque la vida social actual está regida por un eje economicista, donde todo se transforma en «valores económicos». Lo que tiene realidad actual-mente es el «valor económico», y fuera de eso no hay ninguna realidad posible. Los peritos de la realidad son los economistas teóricos, como si fueran grandes personalidades que contribuyen a la felicidad del mundo, pero cuyo conocimiento no tiene ningún fundamento metafísico ni humano.

EL REMEDIO DEL DIN Todo esto sólo el Din nos permite verlo, cuan-do nos servimos de él como parámetro de la vida personal y social. Pero si alguien no tiene esa medida, ese metro, no puede medir, y queda perdido en la confusión y en el caos de la vida actual, en que casi todos están lamentablemente metidos. Cuando los occidentales se asombran de que todavía la situación de los países islá-micos sea bastante normal, que si bien hay bolsones de corrupción, de maldad y de perversión, éstos quedan sin embargo marginados de la comunidad, la que en su mayor parte se mantiene en el bien, comprueban de este modo que el Islam es la única solución que tiene el mundo actual para sobrevivir dignamente, y no caer en la perversión y en la autodestrucción. No debemos considerar al Din como una simple devoción, como si estuviéra-mos en la Edad Media, en que la situación todavía no había cambiado para peor. Los musulmanes de los países islámicos, donde la corrupción intenta imponerse al servicio de sus enemigos, a pesar de ello todavía son ejemplo de bien para el resto la humanidad. Pero algunos, cuando vienen a occidente, no se dan cuenta de la re-al descomposición moral que aquí existe, y nos hablan como si estuviesen en sus países . Es como un médico que diagnostica una gripe, cuando de lo que se trata es

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...la vida social actual está regida

por un eje economicista...

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de un cáncer. Debemos tomar al Din como una realidad concreta, práctica, que se adecua a cada situación cambiante, a cada país, a cada cultura, y que sirve para los que conocen esa cultura. Porque muchos, aunque tengan la misma medida, no sa-ben medir. El mandato divino del Sagrado Corán: «Colaborad en la piedad y en la vir-tud (al-birr y al-táqua), confronta con su contrario: Y no colaboréis en la maligni-dad (al-izm) y la agresión (al-‘uduán), la violencia y la destrucción». (5:2). La maldad elimina el bien propio, la persona se destruye a sí misma, como podemos deducir de lo que dijimos anteriormente sobre la vida actual. Y la agresión, la vio-lencia, la transgresión, principalmente, destruyen el bien ajeno, el derecho de las personas, usurpan sus bienes, aniquilan su seguridad, su bienestar, su honor, etc. El Islam, por el contrario, atiende a la armonía de ambos aspectos, el personal y el social, englobados ambos en el Din, en el modo de vida, o método de la felici-dad, o arte del buen vivir, o vida buena, significados todos de «Din», y que tam-bién significa «prescripciones divinas», «mandatos y prohibiciones de Allah», «sendero mojonado o marcado» para alcanzar la meta.

FUENTE: www.senderoislam.net

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HadicesHadicesHadicesHadices

Conocer a Dios, Su Grandeza y Su Gracia 1- Dijo el Mensajero de Dios (BP): ¡Oh gente! Por cierto que no habrá profeta después de mí, ni habrá comunidad después de la vuestra, así pues, estad atentos y adorad a vuestro Señor, rezad vuestras cinco oracio-nes, ayunad vuestro mes (de Ramadán), peregrinad hacia la Casa de vuestro Señor, dad el zakat (el gravamen religioso) de vuestros bie-nes a fin de purificar vuestra alma, y obedeced a los dotados de autoridad entre vosotros; de esa manera ingresaréis al Paraíso de vuestro Señor.

Al-Jisâl, p.322

2- Dijo el Imam Amîr Al-Mu’minîn ‘Alî (P): Bienaventurado es aquel que consagra a Dios su tra-bajo, su conocimiento, su amor, su aborrecimiento, su acción de tomar y de dejar de lado, sus palabras, su silencio, su ac-cionar y sus dichos.

Bihâr Al-Anwâr, t.77, p.289

3- Dijo Fâtimah Az-Zahrâ’ (P): Dios dispuso la fe como purificación para vuestros corazones de la vileza de la idolatría, el rezo como forma de repeler la soberbia, el diezmo como purificación de vuestras almas e incremento de vuestras gracias, el ayuno como consolida-ción de la sinceridad, la peregrinación como exaltadora de la religión, la justicia para armonizar los corazones, la obediencia a Ahl-ul Bait como orden para la comunidad, nuestro imamato como salvaguarda de la diversificación, el yihad como grandeza para el Islam, la paciencia como ayuda hasta que llegue la re-compensa, encomendar el bien como beneficio general, el bien para con los pa-dres como refugio de la cólera divina, la unión entre parientes como medio para alargar la vida y aumentar el número de individuos, el talión para evitar el derra-mamiento de sangre, el cumplimiento de las promesas para que se manifieste el perdón, la honradez en dar el peso y la medida para evitar el menoscabo, la prohibición de tomar embriagantes como forma de alejar lo abominable e impu-ro, el impedimento de la acusación contra las mujeres castas como velo contra la maldición, y el alejamiento de las posesiones de las personas como respues-

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ta a la honestidad. Dios prohibió el politeísmo para que fuera testimoniada Su Unicidad en el señorío. ¡Temed a Dios de la forma en que se debe, y no muráis sin que seáis musulmanes! ¡Obedeced a Dios en aquello que os ha ordenado y prohibido, ya que solo temen a Dios, de entre Sus siervos, quienes tienen cono-cimiento!

Balâgât An-Nisâ de Ibn Taîfûr, p.12 4- Dijo el Imam As-Sayyâd (P): La alabanza sea para Dios y la alabanza es Su derecho, una alabanza tal como es acreedor a ello, una alabanza abun-dante; en Él me amparo de la maldad de las pasiones de mi alma, que en verdad que el alma es propensa al mal, excep-to aquella de la cual mi Señor se apiada. Me amparo en Él de la maldad del de-monio quien me incrementa pecados a los que ya tengo, y mediante Suyo rehu-yo de todo arrogante pecador, de todo soberano tirano y todo enemigo podero-so. ¡Dios mío! Disponme entre los de Tu ejército, que por cierto que los de Tu ejér-cito son los victoriosos; disponme entre los de Tu partido, que ciertamente que los de Tu partido son los vencedores; y disponme entre Tus amigos que por cierto que Tus amigos no tendrán temor ni se atribularán. ¡Dios mío! Enmienda mi religión puesto que en la misma se encuentra la inmu-nidad de mis asuntos, corrige mi vida en lo relacionado al más allá puesto que ahí se encuentra la morada de mi permanencia, y es ahí donde se encuentra mi escape de la compañía de los viles. Dispón la vida para mí como medio para incrementar en cada acto bueno, y la muerte como medio para aliviarme de to-do acto malo. ¡Dios mío! Bendice a Muhammad, el sello de los pro-fetas, quien completó el número de los mensajeros; asimismo bendice a los excelentes y puros de su familia y a los distin-guidos de entre sus compañeros, y otórgame tres cosas: no dejes en mí ningún pecado que no hayas perdonado, ni aflic-ción que no hayas alejado, ni enemigo que no hayas repelido…

Bihâr Al-Anwâr, t.90, p.187; y Mulhaqât As-Sahîfat As-Sayyadîiah, p.572

4 (Bis)- Dijo el Imam Amîr Al-Mu’minîn ‘Alî (P): Inferir la majestuosidad del Creador hace que las criaturas te parezcan insignifi-cantes.

Nahy Al-Balâgah, Sección de las máximas, p.129

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5- Dijo el Imam Ya‘far As-Sâdiq (P): El corazón es el recinto sagrado de Dios, así pues, no alojes en el recinto sagra-do de Dios a otro fuera de Él.

Bihâr Al-Anwâr, t.70, p.25

6- Dijo el Imam Ya‘far As-Sâdiq (P): Nuestros seguidores son aquellos que, cuando se que-dan a solas recuerdan a Dios abundantemente. (Esto es, que en la soledad, cuando no hay nada que les impida cometer pecado, el recuerdo de Dios les aparta del mismo).

Bihâr Al-Anwâr, t.93, p.162

7- Dijo el Imam Muhammad Al-Bâqir (P): ¡Juro por Dios, que Él no quiere de la gente sino que po-sean dos virtudes: que Le reconozcan las mercedes, de forma que las incremente, y que Le reconoz-can los pecados de ma-nera que se los perdone!

Al-Kâfî, t.2, p.426.

8- Dijo el Imam Al-Husain (P): Por cierto que Dios, engrandecida sea Su mención, no creó a los siervos sino para que Le conozcan, y cuando éstos Le conocen Le adoran, y cuando Le ado-ran, mediante su ado-ración se ven innecesitados de la adoración de otro fuera de Él.

Safînat Al-Bihâr, t.2, p.180

9- Dijo el Imam ‘Alî Ibn Al-Husain (P): Se salva de la aniquilación el creyente que se encuentra entre tres cualidades: el testimonio de que no hay divinidad más que Dios, Único y sin asociado; la in-tercesión del Men-sajero de Dios (BP); y la amplitud de la misericordia de Dios.

Safînat Al-Bihâr, 517

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asuntos para comprender cualquier asunto. Aunque yo no me desempe-ño como parte del «Illmiyat» estoy empezando a ser en ese sentido un representante de la Escuela Shiíta de Pakistán, aunque trataré de respon-der acorde a mis capacidades. El Tehrik Nafaz -e- Fiqh -e- Yajariya de Pakistán vino a ser una respuesta en la época del despótico dictador Zia -ul- Haq, quien cortó o causó la ruptura para declarar y hacer de Pa-kistán un estado para un sector espe-cífico, lo que derivó en una abierta desviación de los principios básicos del país, porque Pakistán es parte de la comunidad internacional, acción que fue hecha en nombre del Islam. Cuando esto ocurrió, muchas difi-cultades se presentaron para la con-vivencia entre musulmanes e hindú-es en la India. Ello aconteció el 14 de agosto de 1947. Hazrat-e-Quaid Azam, Muhammad 'ali Yinna (quien pertenecía a la Escuela Shiíta), con-cretó el sueño de un Pakistán, con-cebido en la poesía de Allamah Muhammad Iqbal (quien era de la Escuela Tasannun) y como tal, bajo el artículo 2 de la Constitución de 1973, se produjo el consenso de di-

El Líder nacional Yafarista Sayed Agha Hamid 'ali Shah Musawi no es sólo el único dirigente representati-vo del total de 65 millones de shiítas de Pakistán en el que se encuentra la Organización Tehrik Nafaz -e- Fiqh -e- Yafariya, pero es el más popular entre los maestros de pensamiento shiíta al interior de «Kalma -e- Haq» (Verdad) ha sido abiertamente distinguido en su curso, apoyándose en sus antepasados con mucho es-fuerzo. Él es respetado en la distin-guida Maraje Uzzam como notable. Su linaje se relaciona con Hazrat Imam Musa ibn Ya'far (La Paz sea con él) a través de Hazrat Ishaq. El equipo de Semanario del Islam des-de Chile le entrevistó a finales del mes de enero en 2003 a causa de su popularidad e importancia. El Tehrik Nafaz -e- Fiqh -e- Yafariya de Pakis-tán agradece sinceramente esta acti-tud.

EN EL NOMBRE DE DIOS

EL COMPASIVO

EL MISERICORDIOSO

¿Cómo nació su Partido? Para hacer una buena pregunta, es necesario estar interiorizado de los

Conociendo a los hermanosConociendo a los hermanosConociendo a los hermanosConociendo a los hermanos

Entrevista con Sayed Agha Hamid 'ali Shah Musawi (Fragmento)

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llegada), Dios mediante y así noso-tros nunca volveremos atrás en nuestros principios. No hay idea de cuán grande es el sacrificio que te-nemos para poner en esto, porque consideramos su lucha en el Yihad y Sawab (esfuerzo y recompensa). ¿Podemos hablar que Pakistán

es realmente una República Islámica?

Como respondí en la primera pre-gunta, la religión oficial de Pakistán es el Islam y esto se logró por vía democrática, y la democracia que se obtuvo es integral y solidaria. ¿Cómo ve el Tehrik Nafaz -e- Fiqh

-e- Yafariya Pakistán

la situación de Cachemira? Cachemira es la vena yugular de Pa-kistán y esto lo afirmó el fundador de Pakistán, Quaid -e- Azam, Muhammad 'ali Yinnah. Sin Cache-mira Pakistán está incompleto, en la misma vía que el mundo islámico lo está sin Palestina. Las Naciones Unidas reconocen el derecho a la autodeterminación de dicho territorio, y resolver este asun-to acorde con el deseo del pueblo Cachemir, ¿por qué si en Timor Oriental hubo un referéndum, no se puede realizar otro en Cachemira?.

¿Puede hacer un paralelo entre la situación

cha carta fundamental, entonces Pa-kistán se declaró al Islam como su religión y no otro sector o doctrina. Tehrik Nafaz -e- Fiqh -e- Yafariya Pakistán, ocupó el Secretariado en Islamabad a causa de un movimien-to pacífico, que frustró la conspira-ción del general Zia -ul- Haq. Lue-go, otra vez en 1984, él trató de ju-gar el mismo rol y nosotros abrimos el Hussain Mahaz (Frente Hussai-nista) y así continuamos haciendo otro movimiento por ocho meses; las cortes arrestaron a 14 mil perso-nas, incluyendo a mis hijos. Los mu-sulmanes sunnitas y los cristianos también fueron arrestados como re-sultado de esto . Dos nuevas agita-ciones se produjeron, una en 1980 y la otra el 21 de mayo de 1985, acor-dando la firma entre nosotros y el gobierno. Por tercera vez se decretó la ley contra las personas y otra vez el Tehrik Nafaz -e- Fiqh -e- Yafariya frustró dichas intenciones. Durante las manifestaciones, tres personajes encontraron el Martirio: Muhammad Hussaini Shad, (de Shorkot y Jhang), Safdar Hussaini Naqví (de Ravalpindi) y Ashraf Hussaini Rizví (de Melsí y Multán). Además hoy con la Gracia de Dios, Pakistán se encuentra en armonía con sus principios básicos y recorda-rán en ese sentido los memorables hechos ocurridos así como el adve-nimiento de Qa'im -e- Aal -e- Muhammad (Que Dios acelere su

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y Palestina, lo que nosotros conde-namos, mantenemos dicha actitud y la seguiremos teniendo, porque dijo Mola -e- Kainat, Hazrat 'ali Ibn -e- Abi Talib (La Paz sea con él): «Sed el enemigo del opresor y socorro del oprimido».

¿Le gustaría enviar un mensaje

a los musulmanes de América Latina?

Mi mensaje para todos los musulma-nes, incluidos los de América Lati-na, particularmente a los musulma-nes de Chile, es una enseñanza corá-nica de Hazrat Imam Ya'far As-Sadiq «Elijan las cosas de otros que tú escojas de ti y aleja las cosas de otros que de las cuales tu alejes de tí mismo», «Ve a través de Sus ojos como guía y espejo» y lo esencial de un dicho de Mola -e- Kaenat Hazrat 'ali Ibn -e- Abi Talib: «La vida entre la gente es de igual manera, que si tú estas vivo, ellos deseen estar en tu compañía y si tú estés muerto, ellos derramen lágrimas por ti», y final-mente, oro a Dios Todopoderoso pa-ra que la humanidad esté a salvo, la bandera de la justicia y de la equi-dad flamee sobre todo el universo, se alcance la supremacía del mundo islámico y se superen los actos de opresión.

Equipo de Semanario Islámico

Leé la entrevista completa en

www.islam.cl

entre Palestina y Cachemira?

El de Cachemira y Palestina no es sólo un asunto de los cachemires y de los palestinos, muy apreciados dentro del mundo islámico; por lo tanto, esto debe ser resuelto en el mismo contexto. Oprimidos y sin nada en ambas regiones, aportando grandes sacrificios generosamente por más de medio siglo, India e Is-rael han hecho de sus vidas un in-fierno, pero no se les escucha. La Organización de Países Islámicos -OPI- adoptaron una compleja y au-daz postura, pero las decisiones de sus 57 miembros es totalmente dife-rente cuando ellos asisten a cual-quier otro foro cuando las Naciones Unidas toman resoluciones en los encuentros con la OPI, (quienes principalmente se callaron en Guf-tán, Nashistán, Barjwstán y Jurdán), tuvo la OPI el poder de Veto y cual-quiera que lo tome debe hacerlo. En-tonces, tal vez el mundo islámico no vendría a considerar esto con mucha deshonra.

¿Qué opina sobre Palestina e Iraq?

Palestina e Iraq son las tierras de los Profetas de Dios y de los amigos de Dios, sitios sagrados que ahí existen. En Palestina está localizada Bait -ul- Moqaddas, mientras que en Iraq esta Nayaf-e-Ashraf, Karbalá, Kazimiya y Samarra, las más nobles tierras en las cuales ya hay opresión, y que se comete contra los pueblos de Iraq

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La Cantante

Este es el gran show

en el estacionamiento principal; el sol

está bárbaro; las voces hablan inglés

y piden feroces una canción; los vendedores de helado

ya arrastran sus nuevos carritos ver-de musgo

hacia el lugar; los aviones

preparan sus afiladas guitarras, los altoparlantes

dejan salir su estruendo, la multitud enloquece,

la cantante ha llegado en autoBúsh, su nombre

es La Muerte

y quiere barrernos a todos

con su guadaña.

El Circo

El mundo

protesta indignado contra el presidente

- bufón de la sociedad- que ríe indiferente

desde la pesada comodidad

de su sillón de cinco mil dólares.

Los entremetidos

(aduladores de lata) salen, miran,

mienten, dicen tonterías, invaden Irak; para colmo

los míos y los tuyos también se van para allá y en un suelo sagrado de datileras hermosas

el sueño de los niños y niñas de Nayaf se va.

LetrasLetrasLetrasLetras por Mustafa Al-Salvadori