revista cultural - diseño gràfico taller 4

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PLAN B opera prima de marco berger AUSENTE el tesoro de la juventud FERNANDO PEÑA a un año de su muerte 1

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Revista Cultural - Diseño Gràfico Taller 4 universidad de Palermo

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LLUVIACONSTANTE

RODRIGO DE LA SERNA | JOAQUìn FURRIEL

A veces, para salvarse hay que perderlo todo.

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PLAN B

HEDWIG FERNANDO

KUMBIAYEGUAS

AUSENTE

S U M A R I O

STAFF : Propietario: Gruposiete S.R.L. | Director comercial: Francisco Condorelli | Jefe de redacción: Juan María Fernández | Coordinadora de Producción: Soledad Rodero Gerente de Ventas: Lorena Curioni | Ejecutivas de Cuentas: Agustina Barris Violeta Taddeo | Redacción revistag7.com: Lucía Benegas | Backstage: Emilia Alvarez y Alejandro Puzzo | Administración: Romina Zollo | Suscripciones: [email protected] | Catering en exteriores: Bokoto | Asesoría contable: Estudio Duhart | Asesoría jurídica: Tomás Arecha | Prensa y RRPP: Colombo Pashkus

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Plan B, que ya se ve en el

Malba, y Otro entre otros, que

el jueves se estrenará en el

Gaumont, reflejan historias

a las que el cine argentino

no acostumbraba prestar

atención. “Ahora el público

está más abierto”, reconocen

directores y críticos.

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5 PLAN Bl tiempo no lo puede todo. Los tres siglos que atravesó el cine no lograron quitarle su extraordinaria

capacidad de manifestar los distintos estadios emocionales de la sociedad que lo concibe. Resulta inevitable que, aun en aquellos exponentes donde prima

la valoración mercantilista antes que la artística, los miedos, alegrías, tristezas, paranoias y costumbres se cuelen en cada fotograma: toda película es, ante todo, un retrato cargado de temporalidad. En esa acepción del arte como legado sociológico difícilmente resulte casual el

estreno de dos films con temática homo-sexual en la coyuntura actual. La ley de matrimonio igualitario da espacio a un cine otrora marginado del sistema y que ahora está allí, en la cartelera comercial, al alcance de cualquier espectador. Avi-dez por un material que difícilmente tras-

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cendía la experiencia personal del rodaje o el trabajo facultativo, modelo de familia en crisis y una nueva visión del rol del homosexual marcan apenas el comien-zo. “Es el inicio de un cambio global importantísimo”, coinciden las voces del ambiente. La tendencia comenzó en octubre pasado con Vil romance, donde José Campusano retrató con vísceras y corazón la relación homosexual entre Roberto y el cincuentón Raúl, en el con-urbano bonaerense. Le siguió Adopción, el falso documental de David Lipszyc que ficcionaba el largo periplo de una pareja gay para adoptar a un hijo. Ahora llega el turno de Plan B y Otro entre otros, donde lo gay adquiere una nueva dimensión.

Estrenada el mes pasado en el Malba, donde se exhibe los sábados a las 20 y los domingos a las 18.30, Plan B narra el intento de un joven por reconquistar a su ex novia, quien soslaya su soledad en los torneados brazos de un fotógrafo (Lucas Ferraro). “Cuando la dejaste, me llamó como seis meses. Si le decís, seguro va a volver”, lo alienta su mejor amigo. Pero el amor no sabe de lógica y Bruno vuelve con alma y orgullo heridos. Le aseguran entonces que su com-petidor tiene la “mente abierta” y tuvo

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“Plan B hubiera sido imposible años atrás, no por su temática sino por las condiciones por fuera del sistema con que la hice. Quizás un tiempo antes sí hubiera sido difícil, pero ahora el público está más abierto.”

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9“SON PER-SONAJES

CON CON-FLICTOS

PORQUE SON HU-

MANOS, NO UNIDIMEN-SIONALES.

cendía la experiencia personal del rodaje o el trabajo facultativo, modelo de familia en crisis y una nueva visión del rol del homosexual marcan apenas el comien-zo. “Es el inicio de un cambio global importantísimo”, coinciden las voces del ambiente. La tendencia comenzó en octubre pasado con Vil romance, donde José Campusano retrató con vísceras y corazón la relación homosexual entre Roberto y el cincuentón Raúl, en el con-urbano bonaerense. Le siguió Adopción, el falso documental de David Lipszyc que ficcionaba el largo periplo de una pareja gay para adoptar a un hijo. Ahora llega el turno de Plan B y Otro entre otros, donde lo gay adquiere una nueva dimensión.

Estrenada el mes pasado en el Malba, donde se exhibe los sábados a las 20 y los domingos a las 18.30, Plan B narra el intento de un joven por reconquistar a su ex novia, quien soslaya su soledad en los torneados brazos de un fotógrafo (Lucas Ferraro). “Cuando la dejaste, me llamó como seis meses. Si le decís, seguro va a volver”, lo alienta su mejor amigo. Pero el amor no sabe de lógica y Bruno vuelve con alma y orgullo heridos. Le aseguran entonces que su com-petidor tiene la “mente abierta” y tuvo

relaciones homosexuales por el puro fin de la experimentación. Así surge el plan B de Bruno (Manuel Vignau) y título

de la ópera prima de Marco Berger: enamorarlo para que él la deje a ella y así allanarse el camino para la recom-

de la ópera prima de Marco Berger: enamorarlo para que él la deje a ella y así allanarse el camino para la recom-posición amorosa. Pero la idea se sale de los carriles y la amistad artificial se torna un enamoramiento. “Quería darle otra visión a una historia de amor donde se plantea que al final de todo no es tan grave ni tan terrible. La película apunta a un público popular con desconocimiento del tema y a que el espectador haga el proceso mental de los personajes”, explica el director a Página/12. Más allá de la temática y la carga homoerótica latente en el metraje,

Plan B se vale de los resortes clásicos de la screwball comedy adosándole una reversión genérica: si en aquéllas la trama gira en derredor de “chica conoce chico”, aquí es “chico conoce chico”. “Hago las películas que no encuentro o creo que no hay. No lo hice como catarsis personal sino desde la catarsis cinéfila: querer ver lo que nadie hace. Veo todas comedias de varón-chica; bueno, ésta no, varón-varón”, explica el también guionista, para quien su film busca naturalizar la situación y “que el público entienda que nadie se convierte por ver una película así”.

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AUNQUE NO ESTÉ TAN LOGRADO COMO SU DEBUT, NO FALTAN VIRTUDES EN EL SEGUNDO FILM DEL REALIZADOR DE PLAN B. EL NUDO ES LA COMPLEJA TRAMA QUE ARMA UN ALUMNO PARA ENREDAR A SU MAESTRO.

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a atención de los cinéfilos de todo el mundo está fijada en estos días en Berlín, una ciudad que está

celebrando la Berlinale, uno de los cinco festivales de cine más importantes del planeta. Y en este marco, Ausente, del argentino Marco Berger, se ha hecho con el premio a la mejor película gay del festival, conocido como Teddy Award.

El Premio Teddy se entrega en este festi-val desde el año 87 en la noche anterior a la entrega del Oso de Oro, el máximo galardón del festival, para difundir las películas de temática LGBT.En la película ganadora de este año, Ausente, el director Berger centra la trama en la relación entre un joven adolescente de 16 años llamado Martín, y Sebastián, su profesor de natación. Durante la película, Martín tratará por todos los medios meterse en la vida de su profesor, llegando a quedarse una noche en el apartamento del profesor para intentar seducirlo, comprometiendo seriamente a este, ya que sabe que es el profesor el que lleva todas las de perder si el caso sale a la luz.Bajando un poco más ala trama, Martín sufre un accidente durante una clase de natación, y entonces, el profesor lo lleva

sufre un accidente durante una clase de natación, y entonces, el profesor lo lleva lógicamete al hospital, sin saber que el adolescente está maquinando para pasar la noche con él en su casa. Tras salir del hospital, Sebastián se ofrece a llevar a Martín a casa, pero el joven se inventa una excusa para no volver a su domicilio y poder poner en marcha así su plan. Martín le explica que quiere volver al club de natación, ya como su familia no está en casa, tiene que quedarse esa noche en casa de un amigo.

Evidentemente, el amigo de Martín no está en el centro, en el colegio no le cogen el teléfono, y entonces, dado que es demasiado tarde para hacer nada con él, el profesor decide hacerse respon-sable del adolescente, y lo lleva a su apartamento. Pero entonces, Sebastián descubre que Martín sí que podía haber ido a dormir a su casa.Martín (Javier De Pietro) tiene dieci-séis años y es alumno de un colegio secundario. Durante la clase de natación, observa con particular atención a Se-bastián (Carlos Echevarria), su profesor, no se sabe en principio porqué. Hay en su mirada algo de lascivia. Al rato, dice que algo le lastima el ojo y pide ayuda.

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MAR-CO

BERG-ER

MAR-CO

BERG-ER

Empecé a estudiar teatro a los 15 años -recuerda- y a los 16 hice un guión para cine con un amigo. Me encantaba el cine, pero le tenía mucho respeto. Así que seguí estudiando teatro, nueve años, con Julio Chávez y otros. Después me metí en Artes Combinadas, pero era muy orientada a la teoría y dejé. Como en teatro no me iba bien, a los 23 me fui a Noruega a estudiar cine, con la idea ya de quedarme a vivir allá. Hice unos cursos de cine, pero no me enganché. Y cuando salió la posibilidad de volver, lo hice. Me anoté en la FUC en 2005 y empecé con el cine acá.

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docente le ofrece llevarlo en su automóvil hasta un hospital. Una serie de obstácu-los que aparecen uno tras otro en el

relato del joven le impedirían regresar a su casa y fuerzan a Sebastián a invitarlo a la suya. Aquello que se mostraba

sugerente se explicita. Nada será igual desde entonces para ninguno de los dos. La mínima exposición y la mentira empiezan a hacer ruido. La situación se va definiendo, se tensa. Uno, esquivo; el otro, decidido; hasta que un simple hecho, un golpe y la reacción, cambian la perspectiva del relato que pasa de enc-uadrar al alumno a seguir definitivamente al docente. El título del relato deviene, valga la paradoja, presencia.

Marco Berger, con su anterior Plan B había demostrado ser un cineasta debu-tante prometedor, capaz de encuadrar la homosexualidad desde un ángulo diferente, aquí va por más, confirmando su talento para contar historias, en este caso una que se presenta como thriller y deviene en drama terminal de amor. No hay excesos en la exposición ni de dichos ni de hechos, solo un juego de miradas, unas pocas idas y venidas que son suficientes como para inquietar primero por la duda y angustiar una vez pasada la primera hora de relato, lo sufi-ciente como para aferrar al espectador a acompañar a uno y otro personaje hasta el final. Para Sebastián, la ausencia de Martín que vuelve fantasmal, presente al fin, es la revelación de algo, una verdad

que le cuesta reconocer, una culpa que no parece poder eludir.

Más allá de los aciertos de Berger, hay además buenos trabajos, no obstante es el de Echevarría el que tiene mayor peso, en especial cuando el relato lo pone en primerísimo plano, una com-posición que incluso logra superar a la de De Pietro como el alumno ambiguo que acaba de descubrir quién es y lleva su pasión hasta las últimas consecuen-cias y pone en jaque las convicciones de maestro aparentemente seguro de sí mismo.

La acertada descripción y participación de los personajes femeninos (el deAn-tonella Costa como la novia de Sebastián y Constanza Boquet como la que parece ser de Martín) completan el elenco de una película de cámara que básicamente inquieta y no descuida los detalles, en especial su ritmo, un tiempo por momen-tos casi real que permite compactar unos pocos días angustiantes en un hora y media que estremece.

Berger madura en todo sentido (en lo que cuenta y en cómo lo hace), un buen signo para los tiempos que corren.

PLAN B ERA UNA

COMEDIA Y AUSENTE ES, EN EL MÁS ESTRICTO

DE LOS SEN-TIDOS, UNA TRAGEDIA.

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HEDWIG AND THE ANGRY INCH

H edwig and the Angry Inch, el musical de John Cameron Mitchell que trata sobre la búsqueda del

amor por parte de Hedwig, la cantante transexual de una banda de Glam rock, se estrenará el próximo 24 de abril en Roxy, espacio cultural ubicado en Niceto Vega 5542 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Dirigida por Martín Alomar y Ángeles Porteau, el mencionado espectáculo que

Porteau, el mencionado espectáculo que estará por 12 únicas semanas en cartel no sólo contará con las actuaciones de Germán Tripel en el rol de Hedwig y de Florencia Otero como Yitzak sino que además habrá una banda musical dirigida por Gaby Goldman e in-tegrada por el propio Goldman en tecla-dos, Valeria Rosé Cholvis en bajo, Ribo Quesada y Santiago Greco en guitarras, y Osvaldo Tabilo en batería.

Por su parte Gustavo Carrizo se encagará de las coreografías mientras que la dirección vocal será de Ana Carfi, el diseño de iluminación de Sandro Pujía, el coaching actoral de Mosquito Sancineto y la adaptación de Marcelo Kotliar.

Hedwig and the Angry Inch, el musical de John Cameron Mitchell que trata sobre la búsqueda del amor de Hedwig.la can-tante transexual de una banda de Glam

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PUTO LINDOLa vida en el aire

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NOT DEAD

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orbellinoso y terremotista como es, Fernando Peña hace pie en la sesión de fotos y la aparición de

un globo terráqueo inflable le prende la lamparita: “¡El señor Atlas!”, dice, con su extrañísima forma de amabilidad adorable que no está en los protocolos –básicamente, dice lo que se le canta a quien se le cruce– ni, mucho menos, en el trato físico –detesta que lo toquen, frena a cualquiera que pretenda darle un beso– e increpa a esta cronista porque no tiene la menor idea del personaje al que él se está refiriendo aunque diga que sí para pasar el momento. Peña tira un dato: “Es el primer personal trainer de la historia”. Y Wikipedia salva las papas para quienes no lo conocieron en las revistas de historietas: Charles Atlas, un hombre que de niño solía ser un alfeñique, se puso a hacer mucho ejercicio hasta convertirse en “el hombre más perfectamente desarrollado del mundo”, según la revista Physical Cul-ture, y elaboró un método de ejercicio que todavía se vende por todo el mundo. Su forma de anunciarlo es aún hoy origi-nal: Mr Atlas creó un comic planteando situaciones en las cuales el protagonista dibujado –un alfeñique de 44 kilogramos, humillado, generalmente por temas de

cueros y, en algunas ocasiones, con el mundo entero cargado en sus brazos.

Y Peña encuentra en su homenaje un divertimento preciso con el globo terráqueo, visto y considerando que él acaba de publicar el libro Gracias por volar conmigo, en el que repasa sus 11 años como comisario de abordo. Sin embargo, el hombre que dice que a veces le gusta dar entrevistas porque así se explica y se entiende –casi como en el psicoanalista–, ya había arrojado algunos otros indicios de su simpatía por el esfuerzo de Charles Atlas durante la entrevista. Unos días antes había echa-do por tierra la idea de que las cosas le pasaron por suerte: “Existe romperse el orto y yo logré fabricarme esta vida. Cuesta mucho, es muy difícil, hay que darle y darle. Hacés, estudiás, escribís y no pasa nada. Tenés que esperar. Y yo ya le di. La vida es hacer abdominales, como se va a llamar mi próximo libro, y yo ahora estoy en la época de la elon-gación”. ¿Alguien dijo Sr. Atlas?

Más o menos a la altura en que el fornido Charles moría dejando impronta, en el año 1972, Peña, con menos de 10 años, recuerda haber tenido su primera erec-

ción y con ella, una primera inclinación a algo que podría llamarse “el escándalo sin querer”: “Yo fui feliz caminando a ver a mi mamá: ‘Mirá, mamá, ¡se me paró el pitito!’. Yo fui feliz de verdad, fui gozoso, diciéndome: ‘¡Me va a felicitar’. Cuando la vi, me miró y me gritó: ‘Sacá esa porquería de acáaaaaa’. Ahí empecé a darme cuenta de que no era que yo quería escandalizar todo el tiempo sino que a veces mis acciones, que para mí eran purísimas, causaban estupor. Y yo no puedo tener registro del margen del otro, porque no soy el otro”.

Fernando cuenta esas anécdotas con emoción y ternura, como siempre que vuelve al momento de la infancia y recu-erda en situaciones de lo más variadas a su papá –de quien cita tanto estratage-mas para atravesar una avenida cuando los policías impiden el paso como juegos pergeñados para que él y su hermano ejercitaran la memoria– y a su mamá, que llegó a vivir para verlo actor, triun-fante y provocador, y supo molestarse por este último aspecto: “Toda mi vida fue una lucha por liberarme. Ese fue mi objetivo desde chiquito, que no está relacionado con cómo los adoré y los amé.

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L A S

Y E G U A S

D E L

A P O C A L I P S I S

Nadie sabe el por qué se

llaman así, aunque hay

una que otra suposición

y el como empezó todo

esto. Estaba formado

por el gran escritor Pedro

Lemebel y el poeta y

artista Francisco Casas.

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o se sabe exactamente cuándo Pedro Mardones Lemebel conoció al poeta y artista Francisco Casas,

entonces un joven estudiante de litera-tura. Pudo haber sido en la Sociedad de Escritores de Chile, en el bar Jaque Mate o en la librería de Sergio Parra, donde Lemebel vendía postales antiguas e imágenes de la revolución cubana. El origen del nombre “Las Yeguas del Apocalipsis” tampoco es muy claro. Todo indica que surgió inspirado por el SIDA, entonces considerada como la plaga de fin de siglo. En respuesta a esta profecía, ellos decidieron personificar la versión femenina de los bíblicos jinetes del Apocalipsis y se autodenominaron “Las Yeguas del Apocalipsis”. Su debut fue la tarde del sábado 22 de octubre de

En dicha presentación, las “Yeguas” irrumpieron en la ceremonia para ponerle a Zurita una corona de espinas. En una fotografía aparecida en el diario La Época, medio que consignó el hecho, el poeta aparece sosteniendo la corona con una mano, mientras la nota al pie advi-erte: “Por si acaso y para salir de dudas, Zurita se apresuró en decir ‘no pienso ponérmela’”. Los periodistas preguntaron a Pedro Mardones y a Francisco Casas quiénes eran y ellos respondieron al unísono: “Las yeguas del Apocalipsis” (Brescia, Maura. “Una corona de espinas y un cristal roto para el poeta Raúl Zurita”, La Época, 23 de octubre, 1988). Las “Yeguas” pronto se transformaron en un mito. Eran el terror de los lanzami-entos de libros y de las exposiciones de

intervenciones del dúo no fueron más de veinte y existe escaso registro de ellas: sólo algunas fotografías de Paz Errázuriz y unos pocos videos. Esta falta de registro se debe a que el dúo trabajó con lo irrepetible y con la ausencia de la obra. Entre sus inter-venciones se recuerda la ocasión en Concepción donde se enterraron en cal y quedaron despellejadas, un pie de cueca sobre vidrios, su versión de las dos Fri-das y su cabalgata desnuda como Lady Godiva sobre un caballo blanco. El es-cándalo era la constante de las “Yeguas”. Para el encuentro de los intelectuales con Patricio Aylwin previo a las elec-ciones de 1989 no fueron convocadas pero llegaron igual. Subieron al esce-nario con tacos y plumas y extendieron un lienzo que decía “Homosexuales por el cambio”. Al bajar del escenario, Fran-cisco Casas se lanzó sobre el entonces candidato a senador Ricardo Lagos y le dio un beso en la boca. “Las Yeguas” se extinguieron de a poco. Sus últimas intervenciones fueron en la Bienal de la Habana de 1997 pero, para entonces, Casas y Lemebel ya habían comenzado a desarrollar sus proyectos por separado. la rodilla. Fuma, toma Coca-Cola, agita las manos como cortas

CON VIAGRA MENEM PARECE QUE TIENEN UNA AMBICIOSA COMPLICIDAD: ÉL, EXHIBIRLA

COMO PARTNER CON ESA ORDINARIEZ RECARGADA DE ORO, Y ELLA DISFRAZA SU

NÁUSEA CON BESOS MEZQUINOS PARA NO ESTROPEAR EL MAQUILLAJE.

N

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intervenciones del dúo no fueron más de veinte y existe escaso registro de ellas: sólo algunas fotografías de Paz Errázuriz y unos pocos videos. Esta falta de registro se debe a que el dúo trabajó con lo irrepetible y con la ausencia de la obra. Entre sus inter-

intervenciones del dúo no fueron más de veinte y existe escaso registro de ellas: sólo algunas fotografías de Paz Errázuriz y unos pocos videos. Esta falta de registro se debe a que el dúo trabajó con lo irrepetible y con la ausencia de la obra. Entre sus inter-

intervenciones del dúo no fueron más de veinte y existe escaso registro de ellas: sólo algunas fotografías de Paz Errázuriz y unos pocos videos. Esta falta de registro se debe a que el dúo trabajó con lo irrepetible y con la ausencia de la obra. Entre sus inter-

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23 KUMBIA QUEERS

LA ULTIMA ESTAFA DEL TROPIPUNK

on la Casa Zombie llena de fly-ers de boliches mexicanos, CDs con rarezas por todos lados,

afiches de la gira y las mochilas aún sin desarmar, las chicas ya están planeando los próximos recitales de She Devils para presentar Horario invertido en la Argen-tina. Tienen el Festival Belladona 2007 por delante y la edición local del disco de las KQ, a cargo de Grrr! Records, el sello del trío. Reconocen al unísono que

Reconocen al unísono que todavía están un tanto conmocionadas por el retorno a Buenos Aires, un lugar al que ya antes de partir sentían con una energía medio depre. Las chicas consideran que el incendio en República Cromañón, a fines de 2004, precipitó un proceso en la ciudad que tiene que ver con el cercenamiento de los espacios públicos en general y en particular de los lugares para recitales de bandas chicas. “Creo

de bandas chicas. “Creo que hay como una tendencia mundial, pero acá lo notamos más que en México”, advierte Patricia. “Allá en casi todos los lugares podías fumar, gritar, bailar, hacer lo que se te canta. Acá, en Unione e Benevo-lenza viene el de seguridad a decirte que no bailes.” Pero las chicas no se quedan en la queja; ellas fueron las que, junto con otras bandas, organizaron en marzo de este año el Musicalazo, una

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“SEIS LOCAS PUNK AND ROLLERS

ABURRIDAS DEL ROCK AC-

TUAL DECIDEN AUTOEXPLOTAR

SU LADO KUM-BIANCHERO

Y QUEER, HACIENDO

CANCIONES DE CHICAS

PARA CHICAS.”

de bandas chicas. “Creo que hay como una tendencia mundial, pero acá lo notamos más que en México”, advierte Patricia. “Allá en casi todos los lugares podías fumar, gritar, bailar, hacer lo que se te canta. Acá, en Unione e Benevo-lenza viene el de seguridad a decirte que no bailes.” Pero las chicas no se quedan en la queja; ellas fueron las que, junto con otras bandas, organizaron en marzo de este año el Musicalazo, una protesta musical en la calle. Interpreta-ban clásicos rockeros durante los cortes de semáforo en las avenidas Callao y Corrientes, para poner sobre el tapete el problema de la falta de lugares para tocar. “El primero y el segundo estuvi-eron excelentes, se vibraba la energía de la gente, la necesidad de protestar, repartíamos volantes y explicábamos de qué se trataba, terminamos todos juntos cantando, fue muy divertido.”

Aunque no se amilanan, el horizonte que avizoran, por lo menos en Buenos Aires, no les parece muy promisorio. “Quieren que la ciudad sea turística y que todo se mueva por plata –analiza Pilar–, con restaurantes y lugares de rock caros. La supuesta izquierda más progre se que-jaba de que Bussi hacía afiches con una

pero con la excusa de la seguridad están terminando con toda la cultura de estar y de circular por la calle. No quieren que haya puestos callejeros, de comida, gente haciendo música o tomando una cerveza en la puerta del almacén. Cu-ando yo era chica, acá la gente salía con un banquito a la vereda a tomar mate, o un vermut a la tarde; quieren que todo esto se termine, y creo que es una cosa cultural muy jodida.”Su primera producción independiente Kumbia Nena!, realizada bajo su propio sello discográfico Horario Invertido Records, ha sido editada en varios países, incluyendo Japón. El tema El Dolor de Micaela, un cover de La Sonora Dinamita, forma parte del soundtrack de la película Rudo y Cursi (México, 2008). Sus presentaciones van desde el Zócalo de la Ciudad de México hasta el Con-greso y la cárcel de mujeres de Ezeiza, donde han alternado con bandas como Damas Gratis, Pibes Chorros y Alika. La Gran Estafa del Tropipunk es el segundo material de las Kumbia Queers y está producido por Pablo Lescano, el líder de Damas Gratis, una de las bandas más emblemáticas de la cumbia en Argentina. Hugo Lobo, creador de Dancing Mood y trompetista de Los Fabulosos Cadil-

Celosa y Linda Argentina. Destacan además, las participaciones de Quique Rangel de Café Tacuba (Daniela), Flavio Cianciarullo de Los Fabulosos Cadillacs (Te Quiero un Chingo), Pablo Lescano y Mariano Tomassi. Kumbia Queers son seis chicas que tocan punk tropical.

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Es viernes a la noche todavía temprano, y desde la vereda ya se oye cumbia. El tumbado del bajo grave y con ataque, medio lento y medio mántrico, va calde-ando el sótano de la mutual de Unione e Benevolenza con apertura de DJ Karim a sala casi llena. Chicas, más chicas y también chicos, todos cadereando firme antes que empiece el show. “¡Es que el ritmo lo pide, marica, imposible resis-tirse!”, le dice una colombiana, fernet en mano, a su compañera de baile. Y la espera vale porque Kumbia Queers abre su temporada 2011 en la Argentina luego de 5 meses.

Con sillas y mesas afuera del salón (decisión sabia), el espíritu se predispuso directo al baile. Parejitas, una hinchada femenina del Oeste, amigos punkies, las primas de Juana, todos los colombianos en Buenos Aires y mucha gente más vacilando en la pista al son del ritmo. Entre fans con remera rayada y gorrito marinero al estilo Ali Guagua, cortes de pelo con flequillo, cresta rubia y sombre-ros baqueanos, la tribu de las Kumbia destila código y tendencia propia.Silencio y humo en el escenario. Sale el güiro, la guitarra, un colchón de platillos que arenga y... “¡Kumbia neenaaaa!”.

Inés pisa el bombo y enciende la máquina. Así nomás, los de adelante activan y todo el mundo salta en bloque: de la mitad para atrás del salón se baila cumbia, pero más suelto.

La banda sigue acumulando horas de vuelo, y eso se traduce en solvencia escénica y calidad sonora. Una hora y media sin parar tirando cumbia al palo y al mejor estilo de corrido, con güiro y cencerro sosteniendo un set que nunca, desde el punk rock que las parió (con un cover de “Metamorfosis adolescente” de Flema), pasando por el oscuro.

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