revista harwin

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Nuestro primer ejemplar de la revista Harwin. Todo un reto para nosotros que ha tardado en ver la luz pero que por fin ha llegado a vuestras manos. En él encontraréis varios artículos de nuestros escritores y alguna que otra sorpresa. Imágenes exclusivas, entrevistas y mucho más en este primer experimento con el que queremos sacaros una sonrisa. Bienvenidos al invierno, bienvenidos al nido, esto es Harwin.

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Page 1: Revista Harwin
Page 2: Revista Harwin

pág. 3 ARTÍCULOS pág.12 MÚSICAÍNDICE

SÍGUENOS TAMBIÉN EN:

www.harwin.es

Parque Harwin:UniRadio Jaén 95.6 FM, los martes a las 10:00 h / http://uniradio.ujaen.es/

https://www.facebook.com/harwin.es

@_harwin

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INTRODUCCIÓN

¿?

pág.12 MÚSICA pág. 17 POESÍA

¿Qué es Harwin? En este primer número la pregunta parece obligada, y a decir verdad ni yo mismo sabría responderos muy bien a qué es. ¿Por qué? Pues porque Harwin es algo tan dinámico que cuesta encontrar una definición atemporal para que cuando usted lea estas líneas, siga siendo verdad, así que os diré como empezó y porqué, seguro que así entenderéis qué hacemos aquí escribiendo esta revista, haciendo progra-mas de radio o cualquier otra cosa que esté ligado a nuestra nomenclatura.

Harwin comenzó entre las risas de unos amigos, podría ser el típico “no hay huevos” que todos hemos dicho en algún mo-mento de nuestra vida, con una sola premisa,

montar una plataforma para que todo el que tenga algo que decir, lo diga... sin más.Pues bien, mucha gente tenía y tiene cosas que decir, cada vez más y más gente se ha unido al proyecto y se siente parte de él, siempre hay gente con ganas de aportar ideas o nuevas sendas para Harwin.

Tal vez la definición más cercana a la realidad sea decir que Harwin es una comunidad abierta, una comunidad con nom-bres y apellidos, Harwin es Lorenzo García, Francisco Moreno, Laura Carmona, Adrián Palomo, Alfonso Ramírez, Mamen Ca-rrusel, Alma Gomis, Sheila Laso y muchos más nombres que desgraciadamente no podré listar aquí por falta de espacio. Al habla José María Fernández, coordinador de este proyecto que habéis elegido para darnos una oportunidad de llegar a vosotros, espero que las próximas páginas os aporten algo positivo, y de que os ayuden a daos cuenta de que vosotros aparte de leer, también podríais ser uno de los que tengan algo que contar.

¡Nos leemos en las próximas páginas!

pág. 24 RELATOS

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queando (y no les pusieron películas trágicas, como bien documentan en los artículos). De ahí se dedujo que la naranja no influía en prevenir ni en curar (y el refrán lloró al saberlo). Cuando sí que parece funcionar previ-niendo el catarro común es en el caso de los atletas (Cristiano Ronaldo y Messi es-taban muy ocupados, pero consiguieron hacer el experimento con la plantilla del Villanueva del Trabuco, Málaga).

Esto se veía venir, nos lo estaban anun-ciando. Por lo tanto, si eres una persona con una actividad física muy activa (no vale salir a correr media hora y hacer tres pesas con cada brazo), hoy es tu día de suerte. ¡Ya puedes salir a la calle a menos tres grados en manga corta si te tomas una naranja para desayunar! No te resfriarás y además serás la envidia (o no) de todo el vecindario.

Pero si eres un simple ciudadano más, que lo único que hace con su vida es trabajar, disfrutar de la compañía de la gente que le rodea y del aire libre, no te desanimes, sigue bebiendo zumo de naranja por las mañanas. Obviamente es saludable y si no se ha descrito su implicación en el resfriado, o bien es

Para que luego digan... Y ¿qué tiene CR7 o Messi que no tenga yo? Una vez entras en la universidad te de-jas llevar por los conocimientos que te van inculcando y olvidas parcialmente (o piensas que no tiene importancia) todo lo que ya tenías aprendido: <<Uni-versidad, ahora aprenderé todo lo que de verdad me importará en mi vida>>.

Es curioso que lo que más me ha lla-mado de mi carrera son cosas cotidia-nas, cosas que ya sabía. Cuando entra el profesor diciendo: <<las abuelas, no se sabe cómo llegaron a saberlo, pero el hecho es que eran conscientes de que si el zumo de naranja se deja mucho rato en el vaso sin beber, se “le van las vitaminas”. Esto es cierto, puesto que la vitamina C se oxida fácilmente en contacto con el oxígeno ambiental>>. Pero no estoy aquí para una cla-se de bioquímica aplicada a la ali-mentación, sino para compar-tir “lo que las abuelas no sabían”.

¿Sabías que el zumo de naranja no te ayuda a prevenir el resfriado? Estudios epidemiológicos (muchas personas, muchos días, muchas con-diciones... un tostón, vamos) no han sido capaces de demostrar el papel de la vitamina C en el contexto del resfriado. En dichos estudios, tanto la gente que tomaba vitamina C (na-ranja) como la que no, acababa mo-

ARTÍCULOS

La caída de los naranjosAutora: Sheila Laso Izquierdo@Sey_la

porque no la tiene, o porque todavía no se ha descubierto. Los científicos es-tán buscando la cura para el cáncer (sí, todos ellos), así que paciencia. Siem-pre nos quedará comer plátano para el aporte de potasio en los músculos (que la gente no sabe muy bien de qué va, pero bueno, son felices igualmente y si lo dice la tele será por algo).

ELLA

En mis sueños más inquietos puedo verte. Allí donde la realidad es una mera carcajada en la boca de un millón de almas atormenta-das, una ilusión que se pierde en el estruendo de las cabezas chocando con el metal de las puertas y el crujir de las co-rreas.Correas y cadenas… en este mundo todo son correas y cadenas…

Juguemos a leer con pausas. Encuentra el relato comple-to a lo largo de la revistapor: Paco Moreno Alcalá

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ARTÍCULOSEspaña, ¿por qué la clase obrera no tiene como base argu-mental para explicar la situación en la que vivimos el prin-cipio básico de que esto es una lucha de clases y vamos perdiendo? ¿Por qué la clase burguesa o clase social rica y sus perros fieles o políticos sí son conscientes de ello?

Lucha de clasesAutor: Danni Rojo

Pues la respuesta a la segunda pregunta está en el enuncia-do de la primera, porque practican la lucha de clases cada día y porque la van ganando, porque se benefician de lo que otros producimos comercializando ese producto o, dicho de un modo más gustoso para mí, saben que estamos los que trabajamos, y los que sin trabajar deciden cuánto van a pa-gar a los trabajadores, dejando siempre un buen margen entre el salario decidido y el precio del producto en el mercado, que determinará cuánto van a ganar estos vagos. - Pues bien, nuestra clase no lo tiene tan claro porque los que sí lo tienen dedican mucho tiempo y dinero para hacer que se nos nuble el pensamiento. Una de las estrategias más exitosas hasta el momento, aunque ha perdido fuelle, es la de hacernos creer que llegábamos a poder ser clase media (otro de tantos términos inventados por capitalistas), que podíamos acceder a un nivel de consumo más alto, y aquí se acabó el espejismo. A los que se lo creyeron los están echando de sus casas porque no pueden pagar la hipoteca, les embargan los coches, venden artículos que no son necesarios para vivir porque ahora lo importante es sobre-vivir.

- Dejaron que nos lo creyéramos porque sobraban unas migajas de los miles de millones que ellos se llevaban, entonces, un peón de la construcción podía ir al banco a pedir una hipoteca por-que tenía una nómina de 1200 o 1400 euros (como si eso fuera mucho). Pero aquello se acabó, y ellos sabían que iba a ocurrir, lo que ocurre es que nos dejaron “vivir por encima de nuestras posibilidades”, para, además de tenernos pillados por los huevos

endeudados hasta las trancas, también poder seguir ellos vivien-do entre lujos mientras nosotros nos hundimos en la miseria.

- Esta estrategia para hacernos perder el objetivo (luchar y derro-tar a la clase rica o burgueses fascistas, o colaboracionistas del fascismo español) no les ha durado mucho, porque las estrate-gias del sistema capitalista tienden a volverse contra él.

Ahora nos meten en la cabeza el “espíritu emprendedor”, va-mos a ver, señores míos, ustedes nos han tomado por gilipollas, y es que les hemos dado motivos, pero tened claro que todo tiene un límite, hasta la “gilipollardez” más absoluta. Ahora quieren que los obreros se hagan autónomos, para así asegu-rar que seguimos manteniendo este sistema, incluso aportando más, ya que de cada vez hay menos cotizantes a la Seguridad Social y se necesita más dinero para mantener a un sistema podrido que sólo alimenta a los buitres carroñeros de la política y la banca española. Estos nuevos emprendedores son obreros, y por mucho éxito que tengan (pocos lo conseguirán, aunque todos saldrán en la tele) pasarán a servir a una empresa mayor que los explotará y se llevará los grandes beneficios, por lo que seguirán siendo obreros, aunque divididos (otra buena estrate-gia para que no veamos la realidad cruda de la lucha de clases).

- Si antes nos daban las migajas de lo que robaban, ahora ni eso, lo que hacen los perritos fieles de empresarios y banqueros es que darnos unas ayudas sociales para “emprender”, que no prender, ayudas que salen de los impuestos que la clase obrera pagamos. Como el “sueño americano” nos venden el “sueño español”, di-viden a la clase obrera inculcándonos el ideal capitalista de que podemos y debemos conseguir el éxito de forma individual, que compitiendo se llega más lejos que cooperando..., pues eso se lo tragarán los yanquis, porque los obreros de España no, aquí sabemos que la unión lleva a la victoria, que la cooperación en-tre el proletariado nos conducirá al poder, porque aquí, señores míos, no luchamos por el “sueño americano”, aquí luchamos por el sueño obrero, por el de una clase social, y por mucho que intentéis vendernos la moto, el proletariado se unirá, dejará de creerse vuestras mentiras, apagará la televisión y entenderá que esto es una lucha de clases, y como clase social mayorita-ria tenemos la victoria asegurada, entonces tendréis miedo, vuestros privilegios peligrarán, y será entonces cuando vuestras estrategias no sirvan de nada, y ocurra lo in-evitable, el capitalismo, en España o donde sea, llegará

A SU FIN.

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Autor: Mamen Conde@mamen_cp

Soy mujer y soy feminista y no me avergüenza decirlo, ni tampoco me da miedo. No me dan miedo esas perso-nas que utilizan el término “feminazi”, ni las que ridiculizan o amenazan a las mujeres que luchamos por la igualdad. Lo que sí que me dan estas personas es asco, y rabia. Una rabia que en los úl-timos días se ha acrecentado, y mucho, gracias a la nueva reforma de la ley del aborto, ésa que hace que, como dice la secretaria de Educación e Igualdad del PP, Sandra Moneo, el aborto no pue-da ser un derecho sino una excepción. Vivimos en un país en el que todos los ciudadanos y ciudadanas nos ve-mos día a día afectados por políticas injustas, recortes brutales de derechos y libertades, y toda serie de atentados contra nuestra dignidad. Las mujeres, por supuesto, entramos en ese saco. El problema viene cuando por el hecho de ser mujer estás en ese saco y a la vez puedes entrar en muchos otros sa-cos bien jodidos: el saco de mujer mal-tratada sin medios o apoyo suficientes para dejar de serlo; el de trabajadora del sexo, prostituta, puta, a la que mu-chas veces no se respeta por el simple hecho de ejercer esa profesión pero que además no puede cotizar a la Seguridad

Desgraciadamente, haremos lo que nos salga del coño

Social o tener una baja por enfermedad ni protección efectiva ante los riesgos que su profesión supone; el de mujer que trabaja por cuenta ajena pero pue-de cobrar menos que sus compañeros varones, ser despedida por querer ser madre y además ve cómo en la mayo-ría de los casos, los puestos más al-tos siempre son para personas con un falo entre las piernas; el gran saco de la mujer ama de casa o cuidadora, sin sueldo, sin horarios, sin reconocimien-to alguno, y el de la que compagina este trabajo con otro fuera de casa sin morir en el intento; el saco de la mu-jer inmigrante, sin derecho a la Sanidad ni a circular libremente por la calle si no lleva un papelito encima que así se lo permita… y así, un largo etcétera.

Quieren convertirnos en ciudadanas de segunda, quieren engañarnos con una falsa capa de igualdad que no llega ni de lejos a eliminar las cuestiones que nos mantienen siempre por debajo de los varones en este sistema patriarcal y machista. Porque, nos guste o no admi-tirlo, vivimos en un sistema creado por y para hombres blancos y occidentales. Es por ello que, además, la igualdad que se propone desde los organismos en muchos casos es una igualdad que no respeta nuestras diferencias, y tampoco queremos eso. Queremos ser iguales sin tener por ello que renunciar a ser dife-rentes y únicas. Llamadme loca si que-réis, o llevadme a la hoguera, porque no me cansaré de decirlo. Y mientras las cosas funcionen así y la mayor parte de la sociedad siga creyendo en el falso espejismo de igualdad parcial que nos venden desde los organismos oficiales, no será extraño que pasen cosas como ésta, como este retroceso brutal en unos derechos que tanto trabajo costó adquirir (a medias en muchos casos) y que ahora nos arrebatan sin el menor pudor. Porque el aborto no es una abe-rración ni una excepción, es un derecho de las mujeres, y debería ser recono-cido y respetado como tal por la ley.

Es más: no creo que la solución sea mantener una ley de supuestos; una mujer debería poder abortar no sólo si cumple X requisitos, sino también si simplemente no quiere tener hijos en ese momento o nunca. ¿Qué creen, que si eso fuera así iríamos a abortar men-sualmente, por gusto? Sinceramente, no creo que un aborto sea una expe-riencia apetecible para ninguna mu-jer. Pero existen errores, fallos de los métodos anticonceptivos, violaciones,

riesgos. Es parte de nuestra condición de hembras la posibilidad de quedar-nos embarazadas, pero no debería ser, en ningún caso, nuestra obligación. La mujer tiene que poder elegir si ser o no ser madre, y cómo y cuándo serlo. A los (y las) que se les llena la boca diciendo que el aborto supone un asesinato, les hacen falta unas cuantas lecciones de biología, y también de vida. Dudo mu-cho que se hayan visto en la situación de no querer o no poder tener descen-dencia y sentirse obligadas a hacerlo.

ARTÍCULOS 5

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Estoy segura de que todos esos señores y señoras de “la alta sociedad” que es-tán en contra del aborto no dudarían en mandar a su joven hijita a abortar a Londres previo pago si el Borja de turno la dejara preñada. Y los que no tengan dinero para eso, pues nada, que no fo-llen. Y si lo hacen, que vayan a Cáritas o a Cruz Roja a pedir alimentos donados con los que alimentar a sus hijos, que ya se sabe: donde comen dos, comen siete. O que se jueguen el pellejo con métodos de aborto clandestinos.

Pero esto no es sólo una cuestión de clases: es de nuestro cuerpo y de nues-tra vida de lo que estamos hablando; la maternidad implica cambios a nive-les físicos y vitales que no deberían ser tomados a la ligera ni, por supuesto, impuestos. Las mujeres tenemos el po-der potencial de crear vida, y muchos hombres, demasiados, han intentado (en la mayoría de los casos, con éxito) controlar ese poder a lo largo de la his-toria a través de la religión, de leyes y de dictámenes morales, de quemas de brujas y de prohibiciones. Tratan nues-tros cuerpos como si les pertenecieran, los usan en la publicidad para atraer a otros hombres mostrando cuerpos su-puestamente perfectos e inalcanzables, y con esos mismos cuerpos tratan de esclavizar a las mujeres, intentando que se obsesionen con alcanzar ese proto-tipo de mujer de piel y peinado per-fectos, profesional pero buena madre, gran cocinera pero también una aman-te sexy y complaciente, capaz de poner una lavadora o cambiar unos pañales calzando unos tacones y sin perder ja-más la sonrisa. Bueno, si alguna mujer de verdad es capaz de ser así y elige serlo libremente, todo bien. Pero es necesario que comencemos a ver como el mayor y más legítimo derecho el de elegir libremente qué mujer queremos ser sin vernos continuamente condicio-nadas por la televisión, la Iglesia, las leyes, los hombres y las demás mujeres.

Bravo por aquéllas que eligen hacerse la depilación láser, y por las que prefie-ren no depilarse, y las que usan dema-siado pintalabios rojo, y las de las fal-das muy cortas, y las que prefieren no usar faldas ni maquillaje, las que eligen ser vírgenes hasta el matrimonio y las que prefieren acostarse con mil hom-bres y no casarse con ninguno, las que se enamoran de otras mujeres, y las que nacieron con cuerpo de hombre, las que quieren ser ejecutivas y las que prefie-ren ser amas de casa, las que quieren tener siete hijos y las que sienten mie-do de los niños, las que practican yoga y las que prefieren el boxeo, las que sólo comen ensaladas y frutas y las que no pueden vivir sin pizza y chocolate, las que están contentas con su cuerpo y las que se esfuerzan por cambiarlo, las amantes de las comedias románticas y las que odian la televisión, las que deciden utilizar su cuerpo como herra-mienta de trabajo y las que sólo son capaces de follar con la luz apagada. Bravo por ellas, bravo por nosotras si somos lo que somos por decisión pro-pia, si realmente somos lo que quere-mos ser y no lo que otros han decidido. Así que párate y piensa, reflexiona, y pregúntate a ti misma y a las muje-res de tu alrededor si os parece bien que los demás decidan por vosotras, o que os pongan límites insalvables a la hora de tomar una decisión. Si es-táis dispuestas a seguir viviendo en un mundo creado por los hombres y para los hombres, o si preferiríais vivir en un mundo en el que todas las perso-nas tuvieran las mismas posibilidades, en el que no fuéramos ciudadanas de segunda y en que pudiéramos ser real-mente las dueñas de nuestros cuerpos y de nuestras vidas. Y los hombres, pensadlo también, pensad si queréis compañeras que caminen a vuestro lado o que caminen detrás de vosotros. No podemos permitir que nos sigan re-legando a vivir nuestras vidas del modo que ellos decidan; no podemos y no queremos. Reclamemos nuestro derecho a decidir, luchemos, que no nacimos para ser sumisas y nuestros ovarios no están ahí para que otros decid

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Vivir un ERE en la época de las nuevas tecnologías y con la reforma laboral reciente puede ser una combinación peligro-sa. Y eso que se supone que en la era de las comunicaciones todo parecen ventajas. Yo misma, y aunque no sea típico de princesas, me levanto al alba y pierdo un poquito de tiem-po enredando con las redes sociales. Me gusta empezar con Facebook, para continuar por Instagram, Twitter, LinkedIn y últimamente estaba intentando coger el truquillo a Pinte-rest. Allí están todos, los que se definen, y los que nos di-fuminamos. Tenemos a Mario, dando cera a todo orco que se le pone por delante, en especial a los antiguos directivos de su banco. Mi querido padrino, incombustible, enarbolando

ERE 2.0.

la bandera de la marea blanca. Otros, como mi amiga Alba, firma finiquitos en empresas basura con una mano y con la otra clica de forma compulsiva “me gusta” en páginas de moda para despistar sobre sus inclinaciones políticas. Cada uno en la red tiene su perfil. Yo no sé dónde encajar, ni me importa. Me gusta colgar canciones en Facebook y hacer al-gún comentario aislado para mantener contactos imposibles con amigos a los que no veo hace siglos, cotilleo en pági-nas de moda en Instagram, y uso LinkedIn y Twitter para mantenerme al día en cuestiones más profesionales. Evito cualquier alusión personal o política. Al fin y al cabo, sólo soy una princesa cualquiera, como muchas de las que hay en este país.

Pero vayamos por partes que me embalo, y yo os quería con-

tar algo sobre los ERE y la tecnología. Para empezar, ya no se llama ERE, sino Despido Colectivo. ¿Cómo os quedáis? Pues ni más ni menos significa que con la última reforma laboral, se agiliza tanto todo el proceso que, en un abrir y cerrar de ojos, una empresa lo puede llevar a cabo sin la llamada au-torización administrativa, y además, con las llamadas causas objetivas, sale el despido a un precio mucho más atractivo para el empresario que cuando se llamaban ERE. De esto, me enteré de rebote en mi clase de Gestión Laboral del Máster que estoy cursando en una Escuela de Negocios. ¿Por qué un Máster? O, mejor dicho, ¿por qué un segundo Master siendo ya cuarentona asentada y princesa? pues para ser sincera,

maldita gana tenía de ponerme a estudiar a estas alturas algo que me aburre soberanamente, pero tal y como venían los tiempos, decidí reciclarme y apuntarme a un MBA para empaparme del llamado Business Administration. Y ahí es-taba yo, en una clase con más cuarentones de los que se pudiera desear, sudamericanos y alguna que otra princesa.Mi profesor decía que en España éramos unos privilegiados, y que teníamos un sistema de protección al desempleo que no era normal en Europa, y ya no digamos en Estados Unidos ni en el resto de la Tierra Media. <<Qué cosas>>, me dije, yo pensaba que el llamado subsidio ese que cobraban los ingleses en la película ‘Full Monty’ de por vida era mucho

Autora: Princesa Arwen

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más proteccionista que el nuestro. Pero claro, debe de ser que en Inglaterra los desempleados son lo suficiente proac-tivos y honrados, y se deben dedicar full time a buscar tra-bajo. Decidí no interrumpir la clase con esta incertidumbre y apuntármelo para mirarlo en mi palantir al llegar a casa, por pura curiosidad (luego acabé mirándolo en Internet, que la bola cada vez tiene más interferencias). A mí, algo me sonaba del llamado asistencialismo inglés, que había causa-do que generaciones de familias cobraran el desempleo y no trabajaran nunca, además de provocar miles de embarazadas adolescentes que sólo buscaban casa y prestaciones desde muy temprana edad. Se me fue la cabeza por unos momentos recordando alguna peli y aguanté una sonrisilla al rememorar el desternillante ‘Café Irlandés’ de Stephen Frears, pero se me congeló de inmediato al acordarme de las otras no tan

simpáticas de Kean Loach. Como aquélla, ‘Lloviendo Piedras’, que mostraba el estado lamentable en que quedó la clase trabajadora en Inglaterra tras el paso de la antigua servidora de Sauron, la Dama de Hierro. Pero bueno, que me voy. Lo dicho, si el profesor insistía en que en España éramos privi-legiados, él sabría, que para eso él era profesor y yo alumna, y encima, princesa.

Volví a prestar atención a la clase, e intenté enterarme de todo lo que decía el profesor, muy egoístamente, todo hay que decirlo, ya que no sólo tenía que aprobar la asignatura,

sino que yo misma, junto con la mayor parte de la gente que conocía, estábamos viviendo en carnes propias algún ERE (me importa un pimiento cómo lo llamen ahora). El mío, en concreto, de los más brutales que se han sufrido en España, y que hacía que las princesas nos sintiéramos amenazadas.

Avanzando en los pasos que deben seguirse para la tramita-ción de un ERE, el tema de la comunicación a mí me tenía es-pecialmente fascinada. Se supone que, cuando te despiden, tiene que haber una comunicación efectiva por parte de la empresa. Esto me llamó la atención, y no me sonaba que se hiciera así, pero tampoco lo podía contrastar fehacientemen-te, ya que otro de los efectos colaterales que tiene un ERE en los trabajadores es que los que quedan pasan más tiempo cuchicheando, enredando e intrigando, que trabajando en sí. Y los pocos que no lo hacen, es porque están tan abso-lutamente aterrorizados, que van puestos hasta las cejas de lexatin, orfidal, y otras sustancias legales para aguantar el tirón. Como dicen los gurús de los Recursos Humanos, no es que sea un clima laboral ideal el que se vive en esos momen-tos y, por si fuera poco con la que está cayendo, tienes que luchar con la puñalada trapera que te tienen preparada en cualquier momento. La verdad, aquí ya no se sabe quién es elfo o quién es orco. Con lo cual, la productividad y los ratios de eficiencia, deben de dar pena, y el orgullo de pertenencia, supongo que será nulo. En conclusión, no curra ni el tato: unos, porque ya no pueden, y otros, porque están demasiado ocupados al acecho de una silla disponible. A lo que iba, pues dice Radio Macuto, que el empleado de Recursos Huma-nos, pobre hombre, no da abasto, llama a una delegación y comenta: <<Puri, avisa a todas las personas de tu zona para que se vayan acogiendo al ERE. No hay nada que hacer, lo siento. Pero, oye, antes de irte, hazme un favorcito, me dejas la silla ergonómica esa que tienes, ¿sabes? Es que me va a venir muy bien para la lumbalgia, que a ti también te toca, guapetona>>. Esto ocurre cuando hay suerte y no les “toca” enterarse vía Whatsapp de grupo, que debe de decir algo así como <<Se comunica que por causas objetivas tenéis que ir pensando en acogeros voluntariamente al ERE, que de no ser así, encima cobras menos.>>

Continuando con la clase, mi profesor también nos conta-ba que la tradicional protección que tenía la maternidad en nuestro país queda congelada en un ERE. Y dice que es nor-mal, ya que la anterior normativa provocaba tantos abusos por parte de las madres, que había tenido un efecto contra-rio, pues el empresario se había vuelto reticente a contratar

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ERE

mujeres (a no ser que juraran ante la Biblia castidad, o se les hubiera pasado el arroz sin tener hijos). Al instante, me vino a la mente una chica de mi planta. Ana se llamaba, que recién reincorporada de la maternidad, llevaba dos meses sin trabajo ni destino fijo sentada en una mesa. Callada, dopada, sin llamar la atención para que, por si colaba, no se dieran cuenta de que estaba allí y el ERE le pasara desapercibido. A mí me recordaba a una peli que vi de la Guerra de Secesión norteamericana donde había un soldado del sur que se hacía el muerto entre los cadáveres mientras a su lado los solda-dos del norte recorrían el campo de batalla. Ana no tuvo la suerte del soldado y su actitud resultó infructuosa. Recibió vía email a las 14.56 de un viernes la temida comunicación, diciéndole que ya no viniera el lunes. Ella sólo consiguió hablar con un buzón de voz, y los correos le respondían con un <<Out of the Office>>, que para esto somos de un inglés que da gusto. Temeraria ella, se fue como alma que llevaba el diablo a la planta de personal preguntando por Recursos Humanos, ya que la comunicación venía de un buzón gene-ral y no sabía a quién dirigirse. La planta estaba desierta. <<¿Dónde están los de personal?>> — preguntó a la lim-piadora — <<Ni idea, creo que ahora trabajan desde otro lado>>. Por eso, se rumorea que hoy en día en las empresas, los viernes son especialmente intranquilos y hay quien se va incluso antes, alegando urgencias médicas ineludibles, y deja el <<Out of the Office>> programado para tomar delantera.

Ese día ya no podía más con la clase, que no podía evitar llevar a mi terreno, y me dediqué a escuchar sin pensar, en-trenamiento en el que había adquirido mucha habilidad últi-mamente: no pensar. El profesor disfrutaba en su alegato de que en España habíamos vivido muy bien y que ahora había que ajustarse. Empecé a sospechar que aquel hombre trajea-do era, ni más ni menos, el mismísimo Sáruman disfrazado. Y entonces, hice un esfuerzo para evitar pensar en la pasta gansa que me retienen todos los meses para Seguridad Social e IRPF, e hice un esfuerzo en no lamentarme por saber adón-de habían ido estos años los miles de millones que a todos los curritos, e incluso princesas, nos retenían. Luego por lo visto no había suficiente para que lo pudiéramos recuperar vía prestación, ya fuera de desempleo, sanitaria o pensión. Sáruman elevaba la voz y se le iba poniendo una cara de orco que tiraba para atrás, al contarnos que había sinvergüenzas autónomos que no declaraban y que lo peor para el país era la cantidad ingente de economía sumergida que había. <<Sí, y blanqueo de capitales, no te jode éste…>>, murmuré para mí misma. Pensé en Puri, en Ana, en Mario, en mi padrino, en Alba. Pensé sin más. Se acabó la clase sin que yo hubiera abierto la boca ni para dar mi opinión, ni para decir dónde trabajaba, ni para preguntar. Al fin y al cabo, sólo soy una princesa, poco puedo hacer.

Puedo verte revolviéndote en la oscuridad, follando con mis demonios y mis más gro-tescas pesadillas. Gimiendo de puro éxtasis mientras las bestias desgarran tu cuerpo y sus lenguas penetran tus heridas. Y tú te ríes, y tu risa se funde con mis gritos de horror que tras unos segundos también se convierten en carcajadas. Y juntos caemos-de la mano a un abismo negro repleto de manos que nos abrazan en la agonía de la cordura.

Abro los ojos y te encuentro desnuda a mi lado. Te acercas y me susurras discordia y caos al oído mientras te muerdes el labio hasta hacerlo sangrar. Te grito zorra y puta, y tú empiezas a reír al tiempo que montas sobre mí, abres tu pecho con tus manos y desparramas tus entrañas sobre mi cuerpo. El terror me invade como un niño, pero al mismo tiempo siento una extraña y profun-da sensación de paz.

Eres dicotomía, los dos extremos de una línea que me lleva desde el infierno a una felicidad que jamás nadie podrá compren-der. Eres dualidad, amor y odio, terror y paz, efímero y eterno.

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Tres despidos en tres meses consecuti-vos, en trabajos de dudosas condicio-nes y que nada tenían que ver con mi profesión, fueron los que aceleraron mi partida. Sí, no hay duda, soy española. En ninguno de los tres casos mi despido fue avisado con antelación sino que fue de un día para otro e incluso en uno de ellos todavía estoy esperando a ser despedida… pero claro ¿se pueden re-clamar en España los derechos del tra-bajador o sólo existen los derechos del empresario? Derechos, que no deberes. Durante esos tres meses yo pensaba en irme, pero pensaba sin pensar, en el fondo no quería irme. Tenía la es-peranza de encontrar mi oportunidad en España, pronto me di cuenta de que esperanza en España, poca. Esta si-tuación sólo me dejó una salida, hacer las maletas, pero ¿adónde? Demasiado duro era irme como para irme a ciegas, no quería empezar de cero. Tras man-dar mis solicitudes a rincones de todo el mundo me respondieron de Suiza: “Laura Carmona Ayuso, eres muy bienvenida en nuestro proyecto. Po-demos ofrecerte unas prácticas re-muneradas durante seis meses”. Sí, señores, existen prácticas remune-radas, hay países en los que tu trabajo se valora y recompensa, prácticas en las que no quedas como un egoísta e ignorante cuando preguntas tu sueldo. Junto con la noticia llegó mi último despido, conclusión: irme cuanto an-tes, no conocía el idioma (alemán), ni la sociedad suiza. El trabajo era en una clínica psiquiátrica, lo me-jor era ir conociendo la cultura sui-za. Los factores sociales y culturales moldean las enfermedades, ¿es igual un bipolar en Suiza que en España?

El 7 de enero me convertí en uno de cada dos jóvenes españoles titulado sin empleo ni aspiración a él. Ser licencia-da, haber estudiado un máster y hablar

Sin billete de vuelta tres idiomas no es suficiente y más que-riendo trabajar con personas, creyendo en la inclusión social y en la igualdad de oportunidades. Me resulta curioso cómo aunque son principalmente los bancos los que nos han llevado a estos lodos por el contrario los sectores más castigados profesionalmente sean los sociales, educativos, culturales, los hu-manos… ¿No creéis, señores y señoras que manejáis el mundo a vuestro anto-jo, que se os ve demasiado el plumero? Sin embargo, el 17 de febrero pasé a formar parte del grupo de “expa-triados” o, por otro lado, “jóvenes aventureros”, según quién hable se utiliza un nombre u otro. En defi-nitiva, me convertí en inmigrante.

¿Qué es emigrar? ¿Qué es ser una emigrante? Emigrar es romper con tu pasado para apostar por tu futu-ro, buscar una oportunidad, una vida o un lugar para tener una vida digna. Hacer la maleta con lo materialmen-te imprescindible y prepararte emo-cionalmente para el cambio. Tus ami-gos, tu familia, tus paisajes y parte de ti se quedan en el lugar de origen. En definitiva, emigrar es hacer una mudanza, buscas dónde ir, revisas qué llevar, lo empaquetas. Parte de las cosas las dejas, otras, a veces, se rompen en el camino y a lo que llega contigo le tienes que buscar hueco, colocarlo como crees que puede fun-cionar en tu nueva casa. En ocasiones, la manera de ordenar nuestras cosas

ARTÍCULOS10

Autora: Laura Carmona Ayuso

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no encaja con la manera que nuestra nueva casa pide, otras incluso pue-de asustarnos hacerlas encajar, hay que encontrar el equilibrio, adaptarse. A veces, sobre todo al principio, tu identidad se altera bruscamente, te conviertes en alguien que nunca habías pensado, y con quien en el fondo no te identificas. En mi caso soy au pair, aunque no quiero serlo, esto no estaba en mis planes, después de los esfuerzos formativos, este trabajo no alimenta mi ego, no es lo suficiente, pero de la frustración hablaremos otro día. Es mi precio para aprender el idioma y cono-cer a los suizos. Una primera parte de mi vida llena de excesos, derroches y de vivir por encima de mis posibilidades me ha llevado a ello. Nacer, educarme, estudiar, aprender, estudiar, luchar, tra-bajar, viajar… Cierto, he vivido 25 años por encima de mis posibilidades, mi vida hasta ahora ha sido un puro exceso. Au pair es una forma muy pro de llamar a las personas que se dedican a hacer de canguro, cuidadora o babysitter. Formal-mente consiste en vivir con una familia de un país distinto al tuyo, participar en el día a día, educación, intercambio cultural y principalmente la enseñanza de un idioma, con el tiempo “eres par-te de la familia”. En cuando al idioma, debe ser una enseñanza bidireccional, pero por lo poco que sé, a menudo es unidireccional (tú enseñas). La realidad de este trabajo es que eres un emplea-do sin horarios, cuya disponibilidad es absoluta, no siempre tienes tu espacio privado. Y si vas a parar a una familia de la alta sociedad serás tratado con inferioridad, también serás invisible y la naturalidad no existirá, esto ocu-rre sobre todo en los eventos sociales. España durante las últimas décadas ha sido un país receptor de inmigrantes, ahora somos los españoles los que emi-gramos, nos formamos y nos vamos. No llegamos en patera, nos llevan las low

cost, ni enviamos remesas de dinero (no la mayoría). El movimiento migratorio que se da en España ahora es principal-mente de jóvenes a los que, tras años de buscarse un futuro, “una mala gestión” se lo impide. Tras licenciarse, diplo-marse o cada uno con su circunstancia, en numerosos casos, nos convertimos en camareros, lavaplatos, pinches de cocina, au pairs… es un volver a em-pezar casi desde abajo, a veces con-siguen mantenerse en el mismo nivel profesional, otras no. Mientras tanto, el tiempo sigue pasando, los años corren. Ayer era una persona, hoy soy otra y tendrá que pasar tiempo para que mi nuevo entorno y yo misma encontre-mos la manera de convivir y ser sin sentirnos amenazados, sin tener miedo, ¿qué necesitamos para adaptarnos?,

¿cuándo dejamos de ser inmigrantes?

ARTÍCULOS

Autora: Laura Carmona AyusoNombre de la sección: Sin billete de vuelta

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Autor: Aitor Traver

El jabalí de Fausto

MúsicaEste mes, en la sección de música de la Revista Harwin, contamos con la presencia de El Jabalí de Fausto, un grupo de freak Rock que tiene su origen en la población caste-llonense de l’Alcora. En 2011 Alejandro Cabrera (voz), Je-sús Porcar (batería), Ximo Porcar (bajo), José Luís Clausell (guitarra) y Pepo Chiva (guitarra y acordeón) comenzaron a interpretar a su manera algunas canciones clásicas —y otras no tan clásicas— siguiendo su estilo particular. Des-de entonces el pueblo ya no sería sólo conocido por las fábricas de azulejos, sino también por los conciertos de una banda disparatada que provoca más de una carcajada. Estas actuaciones les llevaron en 2012 a recorrer los esce-narios de la provincia abriendo para bandas como Poncho K o Altall. Ese año la banda acogió a Juanmi Izquierdo (trom-bón) y en uno de tantos conciertos quedaron como primeros clasificados en el II Sequiol Rock, un concurso organiza-do por la castellonense Gaiata de Sequiol y con cuyo pre-mio pudieron entrar en el estudio a grabar su primer disco. Letras guasonas y música que varía entre el rock, el heavy metal, el ska o algunas canciones de pop actual, son carta de presentación. Todo esto lo podéis encontrar en el primer CD, que grabaron en enero de 2013 y que lleva por título el nombre de la banda. Este año se incorporó a la formación Toni Peña al saxo, aunque finalmente El Jabalí de Fausto decidió seguir sin los instrumentos de viento y volver a un sonido más clásico.

El pasado 25 de noviembre me reuní con Alejandro, Jesús, Ximo y José Luís en su local de ensayo para que nos con-tasen todos los detalles sobre la banda, el disco y sus con-ciertos. Les hicimos algunas preguntas (algunas de ellas con cierta maldad) y esto es lo más destacado:

Estoy con El Jabalí de Fausto casi al completo en su local de ensayo y voy a hacerles unas preguntas. ¿Con qué in-tención surge El Jabalí de Fausto? Es de-cir, ¿qué pretendéis con vuestra música?

(Jesús) Bueno, El Jabalí de Fausto nace en 2011 y nuestra intención era juntarnos unos amigos, hacer versiones y pa-sarlo bien un rato. Y nada, Alejandro conocía a José Luís y Alejandro y yo somos amigos. Decidimos quedar una tarde y a ver qué tal y empezamos a hacer versiones, pero sólo para pasarlo bien. Y nada, nos salió una canción, intentamos cambiarle la letra y vimos que nos gustaba y poco a poco fuimos haciéndolo con todas las canciones.

Es decir, que salió de forma natural, no fue una cosa premeditada, ¿no? (Alejandro) No, es completamente natural. Empezamos to-cando una versión de Tierra Santa y José Luís comentó: <<hay un grupo que se llama El Reno Renardo que hace esto. Bueno, ¿y por qué no probamos a hacer algo parecido no-sotros también?>>. Y la idea fue ésa. Empezamos a cambiar las letras, a descojonarnos en los ensayos, porque somos los primeros que nos lo pasamos bien, nosotros mismos. Y ahí estamos, intentando pasarlo bien nosotros y hacer que la gente que nos está viendo lo pase bien también.

¿Son ciertas las leyendas sobre la existencia de dicho jabalí?

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(Alejandro) Pues sí, Kiko existió en su día. Nosotros en nuestros conciertos, hacia la última canción, hacemos un pequeño homenaje a esta historia y la explicamos. La histo-ria surge de que en L’Alcora había un señor, por decir algo… (Risas) Bueno, es una bellísima persona. Es Fausto Justi-niano, es mecánico y tiene su taller allí en l’Alcora y es una persona súper divertida, una persona súper cachonda, que no tiene ningún tipo de problema en nada. Y bueno, Fausto durante muchos años tenía un jabalí que se llamaba Kiko. Lo tenía en el taller y desde pequeñitos lo hemos visto pasear por ahí y a ambos hacer animaladas. El nombre del grupo, pues, surge de esta historia. Es un homenaje a Kiko y a Fausto.

Eso es, ahí hay un apartado que explica cómo nace todo esto.

Bien, tenéis un primer disco homónimo que se puede adquirir en formato físico o descargar gratuitamente en vuestra pá-gina web, ¿qué podéis contarnos de él?

(Alejandro) Sí, hemos sacado nuestro primer CD. Esperamos que sea el primero de unos cuantos. Este año a principios salió y la idea es ésa, que está de manera gratuita en nues-tra web, porque nosotros no tenemos intención de lucrarnos con esto. Además, hacemos versiones y cualquiera que quie-ra puede entrar en nuestra web y escuchar las canciones de manera individual e incluso descargarse el disco completo. También tenemos unas copias físicas para el que quiera.

(José Luís) Bueno, en el primer trabajo hemos grabado trece temas de toda índole y clase social. Tenemos desde AC/DC hasta los Beatles, Lady Gaga, y dos temas propios también, para que no parezca que sólo hacemos versio-nes. Y bueno, se puede encontrar de todo. Desde un vals hasta ska. Rock and roll sobre todo, pues nuestro estilo es el rock y bueno, hay mucha diversidad en este disco. (Alejandro) Aunque diga José Luís que tocamos Lady Gaga y cosas así, que no se piense la gente que somos algo raro. A ver, todas las canciones las versionamos en rock y lo más importante es que cambiamos las letras, buscamos siempre el humor y pasarlo bien e incluso hacer un poco de crítica.

De todos modos, si alguien de los que está leyendo esta entrevista se siente cu-rioso, puede leer la historia contada por vosotros en vuestra página web, ¿no?

(Alejandro) El proceso compositivo es jauja. Nos juntamos por las tardes y empezamos a tocar, <<A ver, ¿qué can-ción os gustaría que tocásemos?>> y empezamos a tocar y <<¡Hostia! Pues ésta empalmaría perfectamente con ésta>> y empezamos a mezclar canciones y a buscar letras y real-mente no hay un patrón a seguir a la hora de componer. Está claro que luego las letras han de tener una coherencia, pero la música no. Tocamos lo que nos apetece, lo que nos gus-ta y muchas veces destrozamos las canciones directamente.

(José Luís) Todas, todas… Pero, por lo general, es un proceso natural también.(Alejandro) Sí. (Jesús) Lo bueno es que cada uno de nosotros tiene su estilo propio. José Luís es más orquestero, a Ximo y a mí nos gusta más la caña, y Alejandro y Pepo son los más bohemios... y esa mezcla hace que las canciones lleguen a buen puerto.

(José Luís) También en parte el proceso compositivo es crítica musical a músicos que no se curran nada las ar-monías y copian literalmente canciones que ya existen. Y precisamente es que es la misma canción, con la mis-ma armonía e incluso con la misma tonalidad. Así que también hay en parte crítica musical entre comillas.

El disco incluye dos temas propios ¿Cuál será vuestra línea a seguir en el futuro? ¿se-guiréis componiendo o preferís las versiones revisadas? (Alejandro) A ver, es que las versiones revisadas nos dan mucho juego, porque allí donde vayas a tocar, ya sea en casa

Y, José, ¿qué podemos encontrar en vuestro primer trabajo?

Bien, ¿cómo es el proceso compositivo? ¿Qué canciones o qué grupos están en vuestro punto de mira a la hora de hacer versiones?

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o a cien kilómetros, la gente las conoce y ahí la baza es que tú les cambias la letra y la gente las puede cantar. Porque realmente, si las están leyendo, la música la conocen. Por eso, el tema de hacer canciones propias está muy bien, pero yo pienso que preferimos de todas todas versionar.

¿Qué podemos encontrar en unc oncierto de El Jabalí de Fausto? (Jesús) En un concierto lo principal es la pantalla, que es donde se proyectan todas las letras y vídeos. Así la gente que está abajo en el público se anima más y se involucra más en el concierto. Y después, pues nos disfrazamos, con-tamos chistes y van saliendo cosas improvisadas a lo largo del concierto. (José Luís) Siempre hay alguna cosa nueva.(Alejandro) Y sobre todo es improvisación, es buen humor, es sarcasmo, es locura… (José Luís) Es buen rollo, es que la gente pase un buen rato y desconecte de su día a día y se lo pase bien con todos los medios que hay. Con música, con la panta-lla con las letras… que es una gracia, realmente. Como las canciones son todas versiones, la música la co-nocen pero la letra, que es la gracia la proyectamos.

Supongo que una banda como la vuestra es propensa en los conciertos a las anécdotas que se graban en la memoria, ¿podríais com-partir alguna con Editorial Harwin? (Ximo) Bueno, pues el 22 de septiembre de 2012 fuimos a

Madrid, al CIFICOM. José Luís nos dijo que había un festival de frikismo que no sé en qué consistía… en coleccionismo o no sé qué. Y nos alquilamos una furgoneta, una Mercedes Vito. Todo a lo grande. Nos vamos a Madrid los siete y... un viaje de cachondeo a tope. Llegamos allí, era un domingo, el acto que clausuraba el festival y, la verdad, había muy poca gente. Se acercaron unos actores de unas series españolas, como es Guillermo Campra, de ‘Águila Roja’. Nosotros sí que veíamos la serie y conocíamos a alguno de los que había por allí, pero aparte de ellos había muy poca gente. Ahora os explicarán ellos un poco en qué consistía el festival este.(Alejandro) Bueno, allí había mucho friki (risas). Gente pegándose con espadas láser. Bueno, de todo un poquito. Gente vestida de Indiana Jones, de ‘Street Fighter’. Y lo que comentaba Ximo es cierto, empezamos a tocar y, como era el acto de clausura, la gente empezó a recoger y allí se quedó el apuntador viéndonos. Pero en ese momento por allí pasó Guillermo, de ‘Águila Roja’; María, de ‘Cuéntame’, la niña pe-queña; este chaval que sale ahora en la serie ‘Vive cantando’, que salía antes en ‘Los protegidos’, y les encantamos. Empe-zaron a ver cómo estábamos actuando, se subieron encima del escenario, bailaron con nosotros… lo dieron todo. Bien, según tengo entendido, hay una can-ción vuestra que dice «la que enseñe una teta se llevará esta camiseta» ¿Habéis regalado muchas camisetas ya? (Alejandro) Ufff… vamos… hemos tenido que hacer tres o cuatro tiradas ya (risas).

Y ahora la respuesta de verdad (risas).

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(José Luís) Hemos regalado tres. Y una no estaba muy clara, pero como era amiga… «bueno, chica, yo no me acuerdo de verte la teta, pero como eres amiga… toma, te regalo la camiseta». O sea, que sí: dos y media.

(Alejandro) ¡Ah, bueno! Una anécdota de esto: como no nos las enseñan nunca, por supuesto, no llevamos camiseta preparada para dársela a nadie (risas).

Dos de vuestras canciones versan sobre la familia real, ¿fijación o coincidencia? (Alejandro) Fijación. Les tenemos mucha manía.

(José Luís) Dan mucho juego, la familia real da mucho juego y podríamos exprimirlo más, pero ya…

(Alejandro) Somos light, ¿eh? Hacemos crítica a la familia real, pero yo creo que en ningún momento llegamos a la ofensa. Bueno, a Urdangarín igual sí (risas).

(Jesús) Yo creo que si las escucharan, les gustaría.

(Alejandro) Independientemente de las ideas que tenga-mos cada uno, a la hora de hacer las letras, aunque seamos críticos solemos ser bastante respetuosos, porque muchas veces no sabes adónde vas a ir a tocar y con qué público te vas a encontrar. Con la gente, como tiene sentido del humor, nunca hemos tenido ningún problema. Pero bue-no, siempre procuramos ser un poco cautos en ese sentido.

¿Vuestras canciones sólo tienen intención humorística o hay una segunda lectura? (Alejandro) Sí, como te comento, un poco de crítica sí que hay, un poco de reivindicación. Hace poquito hemos estrenado un tema que habla del Proyecto Castor, de los terremotos de Vinaroz y nos reímos, pero la soltamos.

(José Luís) Y lleva nombre propio de presidente del Real Madrid. O sea, que sí que es crítica, crítica.

Por último, ¿algunas palabras para los lecto-res de Harwin? (Alejandro) Pues nada, que los invitamos a que nos es-cuchen y, más que a que nos escuchen, a que vengan a vernos, porque sólo con escucharnos no es suficiente. El Jabalí realmente es Jabalí encima de los escenarios.

(José Luís) En directo es donde se explota todo el concepto y donde la gente realmente disfruta y no-sotros disfrutamos. El disco, hay que tener un dis-co, porque… en fin… la difusión es vital. Pero no es

ni la mitad de lo que pueden encontrar en un directo.

(Jesús) La gente donde disfruta es en el directo y si vemos que la gente disfruta, nosotros nos venimos arriba para que salga todo mejor.

Bueno, pues muchas gracias a vosotros. Esto ha sido todo y esperamos que haya ser-vido para que la gente que está leyéndonos esto tenga curiosidad por descubrir nuevas bandas y éste es el caso ahora de El Jabalí de Fausto. Muchas gracias.

Para rematar este reportaje, voy a hacer una breve valoración de su primer trabajo —‘El Jabalí de Fausto’— con intención, no de dármelas de crítico musical, ya que como he aclarado en otras ocasiones_ yo no soy quien para juzgar el trabajo o pisar las ilusiones de las bandas. El CD está compuesto por trece canciones, de las cuales dos son temas propios. Sin embargo, lo primero que destaca cuando coges el disco es la portada. La pista que abre el compacto es ‘UrMANGArín’, de la que no hace falta aclarar la temática. Comienza con un guiño a ‘Thunderstruck’ de AC/DC, pero la canción es en realidad una conseguida versión/adaptación de algunas can-ciones de The Offspring. La letra resulta ingeniosa acerca del “duque empalmado”. ‘Soy muy friki’ es ‘Obladi Oblada’ de The Beatles, una jocosa mofa al frikismo. A continuación, suena ‘Lefa’, abierta por una famosísima banda sonora del cine que desemboca en la música de cabecera de los Power Rangers. Seguro que más de uno o de una se debatirá entre la arcada y la carcajada.

Lo cómico de la cotidianeidad también tiene cabida en este disco. ‘No hay papel’ da un paseo por diversas canciones del pop actual, desde Lady Gaga hasta Mónica Naranjo, contán-donos una historia que seguramente nos ha pasado a todos y a todas. ‘Tengo Hambre’ es un popurrí de versiones de Village People, por lo que seguramente armarán una buena fiesta en los conciertos. ‘El Ou’ (el huevo), en lengua valenciana, hace un repaso a diferentes canciones acabando con ‘Sweet child o’ mine’ de Guns ‘n’ Roses. Un testículo inflado es siempre un tema cómico, sólo espero que su inspiración no sea au-tobiográfica. ‘Metrosexual-vente a Benidorm’ es un conjunto de dos canciones de Michael Jackson y Pink Floyd, además de alguna que otra sorpresa en forma de pasodoble. Y ‘Camione-ro’ es la cabecera de ‘Calimero’, una revisión muy marchosa en clave de ska rock.

La primera de las composiciones propias es ‘Mario Moreno Cantinflas’, que comienza como un vals, cambia a un paso-doble y al final muta a un rápido ska rock. ‘Cena de Empresa’ mezcla versiones de La Oreja de Van Gogh, Depeche Mode y White Stripes, dando paso a ‘Súper Madre Superiora’, que

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es el otro tema propio incluido en el disco. Es una canción fiestera en plan ska que nos presenta una nueva súper heroí-na: monja de día, conversora de infieles de noche. ‘Kiko el Jabalí’ es otro de sus eclécticos batiburrillos musicales que incluye unos cuantos temas. Entre ellos, revisiones de Lady Gaga, Black Eyed Peas y David Guetta. Es la canción que na-rra la vida del jabalí que da nombre a la banda. Para acabar, ‘Juanka el Monarka’, es la versión de un archiconocido tema de Toy Dolls. La guinda de un disco divertido.

El álbum suena muy bien en general, pero lo más importante es que tras la escucha entran ganas de ver un concierto de ellos. Os animo a que les deis la oportunidad de entrar en vuestras listas de reproducción. Asimismo, me resulta inte-resante la forma en que esta banda realiza las versiones, ya que no se dedican a coger un tema, aprendérselo y cantarlo con otra letra. Ellos se rompen la cabeza cogiendo un pe-dacito de aquí y otro de allá y mezclándolo todo para hacer algo diferente.

Me levanto de la cama gritando y sudando pero tú ya te has ido. Pero nunca te vas del todo. Siempre estas susurrándome dentro de mi cabeza, cosas inteligibles que en el silencio de la noche puedo entender y rezo a Dios para que eso que oigo no sean mis propios pensamientos.

Bajo al comedor y encuentro a mi mujer y mi hijo desayunando. Me miran con un amor infinito y cuando salgo de la casa, vuelvo a estar bajando las escaleras hacía el comedor. Siempre es igual, siempre vuelvo a ese momento en que los en-cuentro desayunando. Y ella esta tumbada en el sofá, mirándome con interés mientras esa sonri-sa se vuelve a dibujar en sus labios. Mi mujer y mi hijo no pueden verla pero siempre está allí. Obser-vándome.

Corro hacía la puerta intentando escapar de aquel lugar, pero siempre vuelvo a esas escaleras una y otra vez. Lo he intentado cientos de veces, pero siempre es lo mismo. Ella se ríe desde el sofá y sé que no me dejará escapar hasta que no haga lo que hice. Así que desgarro mis venas con mis propios dientes y me tumbo en el suelo mientras la sangre empapa la alfombra y cada vez tengo más y más sueño.

Entonces se acerca hasta mí y me acaricia la mejilla. Todo cada vez es más oscuro y en el mo-mento antes de que todo acabe, me susurra su nombre aunque ya lo sé.

Se llama locura.

Abro los ojos lentamente y la intensa luz me mo-lesta. Es de día y estoy tumbado en un campo de flores. Oigo el canto de pájaros y la brisa juguetea suavemente con mi pelo y mis ropas.

Nunca he estado en este lugar, pero siento calma. Siento paz. De alguna manera siento que todo va bien.

Camino por aquel paisaje casi paradisiaco col-mado de belleza y en cierta manera soy capaz de olvidarlo todo. Me permito una pequeña sonrisa en los labios porque sé que todo ha terminado. Que ya está.

Ya está

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Poesía

Y de repente empieza a sonar una espantosa canción de amor ella quiso dejar la radio puesta para que no nos escucharan los vecinos

no se despierta duerme sobre mi pecho rodeada por mis brazos acaricio y huelo su pelo

me gusta almacenar un poco de su esencia estamos agotados

los pulmones aún están jadeando hasta hace poco ella estaba lamiendo los pelos de mis huevos hasta hace poco yo estaba lamiendo sus pezones de chocolate

chupando el vello de su culo comiendo su flujo de vainilla

lamiendo sus dedos se corría con mi lengua

me corría en su cara hasta hace poco estábamos riendo

follando poseídos por el éxtasis de los suicidas que están a punto de morir y ahora ella está dormida

y a mi me ha levantado una horrible canción de amor.

Justo antes de besarme ella también me dedicó una canción de amor

pero esta era hermosa una canción de amor resquebrajada.

Una canción de amor resquebrajada

Sección: Las pajas del Espantapájaros@PabloBenigni1

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“No te creas tan especial, hay muchos por ahí como tú, te crees que porque lees a Edgar Allan Poe, Kafka, Baudelaire o Bukowski y a todos esos escritores de los que tanto hablas y de los que tanto escribes, crees que eres original, pero en realidad solo eres vagamente inteligente, sin verdadera sustancia, solo eres un revoltijo inmaduro sin dirección alguna, sexual y arrogante, estás cabreado, sientes rabia por dentro, y es contra ti mismo, porque no llegas a ser lo que quieres, te sientes impotente a veces y eso te jode más de lo normal, quieres ser libre pero no haces nada por quitarte las cadenas, eres un perdedor David , todos siguen adelante pero tú no tienes nada, y a mi me dirás que eres sincero conmigo, que no me vas a mentir, y puede que sea verdad, que de verdad me quieras, pero eso no quiere decir que no hagas daño, por supuesto querrás hacerme feliz, y follarme en todas las notas musicales, pero algún día todo lo nuestro se joderá, por tu culpa, por la mía o por la de los dos, da igual, da igual porque algún estarás en la habitación de otra mujer, le hablarás de tus textos, se mojará con tus palabras como yo hice y todo volverá a dar igual, porque yo estaré en otra habitación con otro chico que también vino tocando a mi oído las trompetas del apocalipsis, proclamándose especial y se la chuparé también, y puede que acabe siendo especial, y que me vaya a vivir con él, mientras tú sigues por ahí lamiendo tus heridas, porque eres un perdedor David y tu morirás y yo no me daré ni cuenta. Y aunque me jodería verte enamorarte de otra persona, en el fondo no quiero que estés solo, pero lo estarás, porque eres como un niño pequeño y como no podremos jugar más juntos a la pelota, cogerás la pelota y te irás a casa a llorar, porque no quieres volver a jugar más, porque estás cansado, y si no estuvieras tan cansado, tan triste, las mujeres podrían ver lo genial que eres cuando se te llega a conocer, y dejarías de ser cruel y dejarías de ser solo un holograma, porque acabarás siendo solo un amante de amores horizontales, y un enamorado de una visión idealizada de lo que una vez sentiste como una historia de amor, y eso me pondrá triste, porque estás esperando a que suceda un milagro, que aparezca la magia y la magia no existe”.

Y justo después me miró a los ojos y me besó esa fue la canción de amor mas bonita que había oído

y era para mí es una canción de amor porque me ha desnudado

porque me ha enseñado mis tripas y las ha besado

creo que me gusta cuando una mujer se da cuenta de que no soy tan listo como intento aparentar, y en el fondo sé porqué ella me atrae, porque es indefinible, exótica, por el hecho de que en su fundamento, ella representa el desconcierto

de quien realmente soy, y eso duele, y a las mentes resquebrajadas como la mía, atrae...

Me quedé paralizado mirando sus ojos su beso fue como el viento que hacía volar mi diente de león.

Quiero dormir pero esa nefasta canción de amor no me deja

no quiero moverme y apagar la radio para no despertarla aunque después vendrá otra y otra

la miro y me tranquilizo nada más hablar con ella la primera vez supe que estaría dentro de mi mucho

tiempo y yo no sé que hacer con ese sentimiento

felicidad no sé que hacer con él

porque me devora siempre quiere más

siempre está hambriento me lleva persiguiendo un tiempo

y ahora con ella, me tiene y siguen sonando canciones de amor en la radio

y joder, yo aún creo en la magia.

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Page 20: Revista Harwin

Foto de http://nicoletheragamuffin.wordpress.com/

Puedo escribir los versos más guarros esta noche escribir sobre chorros de lefa en tu espalda sobre meter mi polla entre tus pechos tirarte del pelo mientras te beso el cuello sobre joder apoyados en la pared en el suelo, encima de la mesa o cargándonos mi cama puedo escribir versos guarros, los más guarros esta noche escribir sobre follarte con mi verga por la boca comiéndote el coño cada amanecer para darte los buenos días rociando de placer cada poro de tu cuerpo sumergida en escalofríos jadeando endorfinas mientras introduzco mis dedos dentro y hago que grites mi nombre créeme, puedo escribir los versos más guarros esta noche pero esta noche no quiero... Porque me he acordado de tu risa aquí en plena oscuridad me he acordado de tu risa jovial y encantadora refrescante y seductora ahora mismo es como abrir la ventana y recibir de frente la aurora; al oírla puedo ver como la bóveda del mundo se inflama como la tierra se desnuda en la ambrosía tenue, la claridad se embalsama con el rostro de tu son-riente cara la acompaña una dulce sinfonía acordes que de gozo se derraman

Puedo escribir los versos más guarros esta nochemi sonrisa entonces se despierta antes estaba oscura, sombría, no quería estar viva, el mun-do le deprimía y guiada mi sonrisa por esa fuerza prodigiosa de risa tuya sigue estelas, sigue a su destino es el beso del fuego que arrasa con toda la oscuridad que me poseía; es seducción que me agita y me hace temblar de ilusión es una fantasía de pensamiento que toma figura humana y sueño con que al despertar cuando me salude la mañana no se pierda en el firmamento tu sonrisa ¿Cómo coño sobrevivo entonces? Todo el mundo necesita un alba para así sonreír cada mañana aunque el camino de la vida le haya puesto la zancadilla esa sonrisa cura mi mal, hace que lo olvide y entonces el bien en vencer se empeña Abro la ventana para recibir la aurora su impetuosa tormenta su furia libertadora me haces ver que no hay pecho impertérrito ni corazón sin amores ecos eternos en mi cerebro son tus risas seductoras tu risa es pensamiento derramado en el espacio como si fuese luz proyectada por todo el universo como tu mirada que hace temblar cada hueso, músculo y órgano de mi cuerpo... Cuando miro a los techos de mi cráneo puedo ver tu sonrisa grabado en laminas puedo escucharla también si cierro los ojos y entonces he visto una libreta y he decidido escribir a la vieja usanza he sacado mi bolígrafo y he vuelto a oler la tinta es adictiva... Y podía haber escrito los versos más guarros esta noche pero he preferido escribir sobre tu preciosa risa. ¿Cómo coño sobrevivo ahora?

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POESÍA

(e)videncia nocturnaTras el letargo taquicárdico y las pasti-llas para el dolor de alma, un silencio que se rompe tras los cristales.

El escalofrío roto por la desconfianza del agnóstico, nueva balanza que pone a prueba mi resistencia al cambio.

No es razón ni clarividencia, ni siquie-ra una mala borrachera. Son todos los recuerdos y ninguno, polvo que se mueve para dejar ver la estela limpia del que sigue ahí.

Terquedad malsana que arruina mi sueño e intenta regalarme sueños que seguir. Soy un abanderado en la noche más profunda, el hijo del hombre de la cruz en el pecho.

Viene a por mí, pasillo arriba, apestan-do a alcohol y arrepentimiento. Quiere arreglar sin pararse a pensar si es esto lo que necesito realmente.

No creeré en dios esta noche, ni posi-blemente mañana. Pero creo en el ser humano, la madre tierra y los buenos.Toda la gloria para una Mula muerta que se empeña en seguir controlando hasta el más mínimo detalle.

Sección: El errático victorioso@Dianogos

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Buscando lunas en otoño

Lucen las rosas su color sin avisar de sus espinas, te llaman las sombras del pasado cuando menos te lo esperas y recobras el sentido de la presencia y el vómito de la velocidad. El cristal sigue roto, la forma es la corazonada de que todo saldrá bien; los agobios, sólo meros trámites para dejar constancia de la solidez y la presencia. Tu corazón, migajas del mío; mi corazón, juez y parte del presente. Saxo, sexo, sesos, sieso, tieso. Soledad, solidaridad, mediocridad, maldad. Bucando lunas en otoño, panzarriba, sin pestañear. Bucando tu mano y no tu coño, cabizbajo, sin fallar.

Siento ser tan blandoSiento ser el blando, las despedidas no se me dan muy bien. Tiendo todas las cosas que me dijiste justo el día que más llueve y el viento, indecente, las vuela hasta ventanas ajenas, concurridas de miradas extrañas que nada saben pero todo opinan. Te propongo coger un tren, el que tú decidas, un viaje largo hacia algún destino perdido. Yo te haré la maleta y meteré dentro lo que no necesitas; será fácil puesto que es lo que trajiste la primera vez que nos vimos. Tengo buena memoria así que incluiré tus tejemanejes y mentiras, tus ganas de estar sin estar y tus iluminaciones contra el espe-jo. Lo comprimiré un poco, quizá haya metido alguna cosa más que adquiriste conmigo: las ganas de llevar la contra-ria, el sinsentido gritado y golpeado, las (malas) maneras y las formas. Una vez en el tren, te buscaré asiento, colocaré tu male-ta y te obsequiaré con una botella vacía, aquella que nos bebimos la primera noche y nos supo tan bien. Te besaré la frente y cuando sonrías plácida te diré adios, bajando del tren con las manos vacías y los pulmones llenos, esperando convertirme en la Penélope lista del cuento. Siento ser tan blando, las despedidas, ya lo sabes, no se me dan nada bien. Cuando llegues, escribe.

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POESÍA

Se acercaSe acerca el momento de decir adiós, de levantarse de la silla y correr, de diluir las dudas acerca de mi cobardía y competir contra todos vosotros. Se acerca el momento de mirarte a los ojos, de decirte que sí, que sí te quiero pero que nunca pude demostrarlo con actos más allá de mi estupidez. Se acerca el momento, respiro hondo y me preparo para saltar a vuestro vacío, gesticulo, levanto los brazos y finiquito la autoestima que me quedaba. Sonrío. Hago el gesto de la victoria. Grito gol. Abrazo a alguien. Me compro el último Ipad, la última playstation, el último móvil. Lo tuiteo. Me gusta, decís. Noto como os acercáis, hermanos todos de la tragedia y el morbo; me arropáis entre cuchicheos, vencedores, glotones de historias tristes; historias predefinidas. Ya no soy yo. Ya soy vuestro. Suspiro, lo he conseguido, estoy entre vosotros... Ahora, toca vengarme. Desde dentro, con saña. Se acerca el momento, el cuchillo mellado está en su punto justo de oxidación y mi mala hostia retenida hasta justo antes del histerismo será la fuerza que me empuje hasta el sadismo y la saña. Se acerca el momento, hijos de puta. Y vosotros, no lo veréis llegar.

Entonces la veo, enrollada en la rama de un árbol cercano. Una camisa de fuerza. En ese momento comprendo que todo es mentira. Que ella es perversa, que es salvaje, que es retorcida… pero sobre todo que es una mentirosa. Una zorra mentirosa.

Y los gritos comienzan a oírse de nuevo. Primero lejanos pero poco a poco cada vez más cercanos hasta convertirse en un estruendo ensordecedor. Me arrodillo mientras tapo mis oídos con las manos. Ni siquie-ra puedo oír mis propios alaridos.

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DespeinadaSara PérezC’est ma vie@Srta_Bukowski

Llegas a mis tierras dispuesto a conquistar mi manojo de nervios, solsticios y equinoccios. No te enamores del fruto resultado de la putrefacción de los restos, por agujas que queman pajares harta(s) de sentir(me) invierno. No prometo ni que me entiendas pero sí me atravesaré con las pupilas -o negros precipicios- de aquel que más me odia. Tú apoyas en tus manos la cabeza y, yo, sonriente y ojerosa, vuelvo en mí mis entrañas, susurrándote al oído "por lo menos soy sincera, cariño".

Post-itEl transcurso del aprendizaje en esta vida a mis oídos ha hecho llegar el saber que los genios y grandes figuras algún día hemos de perecer. Y, por ello, es mi deber notificar a todo aquel que en mis bienes pueda recaer en ese día en el que de mí el mundo quede huérfano: mis disculpas, me fundí toda la pasta ayer.

De capa caídaYo le veía como a un superhéroe,aunque no su capa.

Prefería pensarque la tenía lavando.

Y, por lo visto,nunca terminó de secarse.

POESÍA

Gritos de rabia y horror, cadenas rechinando contra el óxido, correas hundiéndose en la piel… los locos reclaman su reino…

Las lágrimas resbalan por mis mejillas, pues ¿Qué es el dolor si no hay esperanza que pueda alimentar-lo? Y ella aparece mientras la luz del mundo es devorada por la decadencia y la devastación de mi cordu-ra. Emerge de la oscuridad como un ángel de alas negras. Hermosamente horrible, y danza al compas de los gritos que colapsan mi mente.

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RelatosAutor: Paco Moreno Alcalá

AZOGUEHabía una vez un brillante científico que vivía con su mujer en un tranquilo pueblo. La pareja era muy feliz, ya que hacían muchas cosas juntos, sin embargo no podían tener hijos, ya que el científico perdió la mitad inferior de su cuerpo al sufrir en un dedo gordo del pie una gangrena que se extendió con rapidez. Él mismo tuvo que operarse con urgencia cuando un día después de ver una película notó que sus piernas y la mi-tad inferior de su abdomen estaban completamente podridos.

La mujer del científico deseaba con fuerza tener un hijo y eso era lo único que perturbaba la felicidad de aquella pareja. Sin embargo el científico nunca se rendía y noche tras noche trataba de dejarla embarazada utilizando un pe-dazo de intestino que había quedado fuera de su cuerpo, pero el milagro nunca llegaba. Un día de mucho calor la mujer estaba cocinando una comida muy rica, cuando de repente comenzó a sentir que se iba a morir de sed. Rá-pidamente se dio cuenta de que no había bebido agua en todo el día, así que fue corriendo hacia el grifo mientras su cuerpo se deshidrataba. Tristemente no le dio tiempo a acercar sus labios al grifo y cayó al suelo muerta de sed.

El científico se puso muy triste y se pasó varios segundos llorando. Los segundos se convirtieron en minutos hasta que finalmente el hombre se puso en pie y decidió hacer realidad el sueño de su mujer. Tendrían un hijo. A partir de ese día, el científico dejó de comer y se preparó psicológicamente para su hazaña. Tres meses después, el hombre solamente pesaba 30 kilos y volvió a la cocina donde aún se encontraba el cadáver de su mujer. Poco a poco fue cubriendo con aceite su cuerpo y cuando estuvo completamente embadurnado, comenzó a introducirse por la boca de su mujer.

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Contorsionando su cuerpo y desencajando los podridos huesos de la mandíbula de su mujer, el científico fue descendiendo lentamente por su esófago. Con tranquilidad e imbuido por un sentimiento de amor y plenitud, el hombre llegó al vien-tre de su mujer y allí pudo contemplar algo verdaderamente hermoso. Repartidos por todo el vientre estaban los fetos de todos los hijos que habían intentado tener. Eran preciosos y comenzaron a darle besos a su papá en cuanto lo vieron.

Con las lágrimas llenando sus ojos, el científico descubrió el motivo de por qué no habían podido nacer. En la salida del útero de su mujer había un amasijo de ignorancia. El hombre se acercó hasta la ignorancia y cuando estuvo enfrente, una voz brotó del amasijo:

La dualidad del ser constituye un eco en la historia del pen-samiento animal.

En ese momento la ignorancia fue desapareciendo hasta que la salida del útero estuvo completamente libre. El científico ayudó a sus hijos a salir al exterior y lloró de alegría cuando los fetos comenzaron a saltar de alegría fuera de su madre.

Poco a poco, el científico comenzó a salir a través del apa-rato reproductor de su mujer, sin embargo, cuando tenía los hombros fuera, sintió un tirón. El hombre trató de salir por completo pero era inútil. Resultaba que el intestino que te-nía fuera había quedado enganchado en una de las costillas del interior de su mujer y había quedado atrapado. Pero eso no le importó mucho al científico, ya que había cumplido el sueño de su mujer y todos los hijos que había soñado con tener se encontraban delante de él. Desde ese día, a pesar de vivir siempre encallado dentro del vientre de su esposa, el científico fue feliz para siempre.

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Autora: Rosa Calzado@rosalnar

Mi pasajeraParece cansada. Me mira indiferente cuando le pregunto si tiene frío mientras nos adentramos en la oscuridad de la carretera comarcal. Mientras me rasco la entrepierna, recuer-do el tamaño de sus tetas, tan pequeñas, redondas, tersas y suaves; hechas únicamente a la medida perfecta de mis manos. Su cuerpo de muñeca. Sus ojos negros perdidos en la inmensidad. Su boca entreabierta y sin aliento. Su pelo, tan limpio y largo; esa melena negra que se arrastra por el borde de su cintura con olor a champú. Su piel, blanca como la luna y gélida como una noche en el desierto. Su olor corpo-ral hace rato que es neutro, ya no lo recuerdo. Echo un vis-tazo al reloj, son exactamente las dos y cuarto de la madru-gada, y su teléfono no deja de sonar. No me pone nervioso el sonido incesante, hasta cierto punto lo entiendo, ya debería haber llegado a casa. Sigue llamándola, mamá, sigue. Ya falta menos. Tiene diecisiete, aunque antes de entrarme al trapo juró que tenía veinte. Me pregunto si es lo primero de lo que se ha arrepentido al terminarse la copa. Supongo que los efectos de confusión y pérdida de conciencia debió de experimentarlos el tiempo justo como para ser consciente de lo que iba a suceder después, momentos antes de acabar en el descampado que hay detrás. Es tan fácil. Ése es el me-jor momento en que todo parece pasar desapercibido entre la multitud. Nada de forcejos, quejas o lloriqueo. Sólo es un coño dulce, limpio, tierno (tal vez virginal), muerto, un cuerpo más, mío. Un cuerpo que deja una huella más en el suelo donde nadie se va a parar a mirar después. Una noche más, en la que una simple desconocida se convierte en mi pasajera con destino a la eternidad. Tranquila, ya llegamos.

RELATOS

Y en ese momento me doy cuenta que no estoy en ningún paraíso. Vuelvo a estar en mi celda y la mugre y la pestilencia lo envuelve todo a mí alrededor. Los locos de las demás celdas gritan aberraciones y embisten sus cuerpos contra las paredes destrozando su carne y rom-piéndose los huesos.

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Autor: Lorenzo García@_LorenzoGarcia

Recordaréis, recor-daréis, el 5 de no-viembre (Primera parte)

Los primeros rayos de luz entran por la ventana, el silen-cio deja paso a los primeros sonidos matutinos que suelen darse en el bloque de pisos donde vive Iván: los pájaros interpretan su canto, los primeros coches comienzan a cir-cular y la muchacha del piso del al lado recuerda a todo el bloque lo bien que puede pasárselo uno por las maña-nas. De repente, Iván se despierta y comienza a gritarme:

- Joder, Pedro, ¡tú estás mal de la cabeza! Tú y tu puta ma-nía de venir a mi habitación a narrar historias. ¿Desde cuándo llevas ahí? Iván parecía alterado por mi presencia, sinceramente no lo comprendía, porque yo estaba.. - Pero no sigas narrando, ¿estás tonto o qué? ¡Déjame dormir! La mañana no podía empezar peor, ahora Iván estaba ca-breado y yo estaba en mitad del pasillo sin nada que hacer. No me quedaba más remedio que dirigir mis pasos hacia la cocina para prepararme el desayuno. Todo buen desa-yuno requería de un minucioso protocolo: primeramente, debía encender la radio para conocer la actualidad y co-nocer noticias de la madre patria; a continuación, tenía que hacer las tostadas, pero de una en una (pese a tener dos ranuras) para disfrutarlas recién hechas. Era impen-sable comerse la segunda tostada habiéndola dejado que

se enfriara mientras me comía la primera. Y, por último, prepararme un vaso de Colacao, cargaito hasta arriba. Una vez puesta en marcha la radio, Sáenz de Buruaga co-menzaba con su matinal... - ¿Pero qué mierda es esta? Otra vez se han dejao la puta COPE puesta por la mierda los deportes -grité como parte de mi protocolario desayuno. Pero antes de cambiar de cadena, me quedé intrigado por la noticia que estaban dando en ese momento. No estaban hablando de los ERE en Andalucía, tampoco de la pérdida de la virginidad de algún niño a manos de algún desalma-do, estaban hablando de algo que se salía de la normali-dad: el ministro de Educación, José Ignacio Wert, había sacado ese fin de semana una publicación en el BOE, me-diante la cual eliminaba las becas Erasmus, incluyendo a los estudiantes que están cursándola en este momento. Los niños violados tras el amén me dan igual, lo que pase en Palestina también, lo de los ERE también, hasta el caso Bár-cenas me da lo mismo... pero ahora estaban jugando con mi maldita Beca Erasmus... Así que subí escaleras arriba y llamé a la puerta de Iván para comentarle la noticia. Teníamos mu-cho trabajo que hacer hoy, porque este día será recordado, todo el mundo recordará el 5 de noviembre de 2013.

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Recordaréis, recor-daréis, el 5 de no-viembre (Segunda parte)

—¿Ves la luna cómo nos mira?

—...

—Es la única testigo de este logro, la que va a disfrutar plenamente con el espectáculo... Ahh.. La luna será la única que derramará una lágrima de emoción esta noche, porque se ha vestido de gala para la ocasión, ha traído su mejor vestido y brilla como nunca lo ha hecho. _Sabes que esta noche es especial, ¿verdad?

—...

—Mañana, muchas lágrimas caerán, algunas de alegría y otras de pena, pero nadie quedará indiferente. Déjame ayu-darte...

—¿Por_qué haces esto? No vas a conseguir nada, es una completa locura, ¡vas a arruinar tu vida, Pedro!

—Llevas toda la razón, puede que arruine mi vida, pero será por una causa justa. Mucho hemos aguantado hasta el mo-mento, ¡necesitamos hacer justicia!

—¡Así no estás haciendo justicia! Ésta no es la forma, estoy seguro de que hay otra...

—¡Calla! Bastante has hablado ya...

—...

—Vamos a dar un paseo, ¿conoces el Palacio de Cristal? Es el sitio perfecto para dejarnos llevar y hacer una obra de arte digna del mismo Miguel Ángel. Todo el mundo recordará El Retiro como el parque que dio paso al cambio, un cambio que muchos no habían percibido y que les llevará a una nue-va realidad. Vayamos...

—¿A que es magnífico? Es realmente un palacio espléndido, la vista desde dentro es inmejorable, con todas las vidrieras transparentes... Sí... Sublime.

—...

—¿A que es magnífico? Es realmente un palacio esplén-dido, la vista desde dentro es inmejorable, con todas las vidrieras transparentes... Sí... Sublime.

—...

—Toda la gente está en la Puerta del Sol manifestándose y alzando su voz. Sí, tres años llevan así, _y ¿qué han conseguido? ¡Nada! Seguimos rodeados de políticos sin-vergüenzas que viven a costa de todos nosotros... y ahí siguen... ¡Nadie hace nada!

—...

—Subamos a lo alto para contemplar las vistas, tenemos que disfrutar nuestro momento... Tienes que disfrutar de tu... momento: el espantapájaros que hizo que el miedo cambiara de bando.Un fuerte ruido me acaba de despertar, era Iván entrando en mi habitación.

—Vamos, Pedro, son ya casi las siete, tenemos que ponernos en marcha o perderemos el avión.

—Ya voy, ya voy...

—Te espero abajo, ¡no tardes!

Con la prisa que requería el momento, me levanté y co-mencé a vestirme. Tras una ducha rápida, bajé a desayu-nar. Allí estaba Iván, escuchando la radio y terminando su última tostada, con la tranquilidad de quien tiene todas las tareas hechas. Estaban hablando de los partidos de Champions de anoche cuando, de repente, interrumpieron la programación para adelantar una noticia de última hora:

—Conectamos con el parque de El Retiro, nuestra corres-ponsal Inés Rodríguez nos informa de un trágico aconteci-miento que ha ocurrido esta misma noche.

—Me encuentro a escasos veinte metros del Palacio de Cristal, podemos ver la figura de un hombre que se en-cuentra en la cima, está atado a una cruz. La policía ha comenzado a desalojar la zona puesto que la gente está comenzando a llegar a ver qué ha ocurrido. Es algo terri-ble, todo el palacio está cubierto de sangre. Parece obra de alguna mente perversa que, no sólo ha terminado con la vida de una persona, sino que además... Acabamos de recibir nueva información por parte de la Policía: todo hace indicar que se trata del ministro de Educación

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Autora: Princesa Arwen

EscarabajosYa ha llegado el momento. Puedo sentir la excitación del gentío y, sin embargo, tengo sueño, tengo mucho sueño. No puedo evitar cerrar los ojos. Quiero cerrar los ojos y pensar en mis hijos. Mis hijos. No recuerdo su cara. Abro los ojos y no me sorprendo del brío de los soldados, pala arriba y pala abajo, cavando mi agujero, mi propia tumba. «Ashraf, Asharf», oigo a lo le-jos. Levanto la mirada y reconozco a mi padre, con la mano levantada, aso-mándose entre la muchedumbre de las primeras filas.

De niña pasaba las tardes en el cam-po. Mataba escarabajos grandes y muy, muy negros. Me gustaba matarlos con una piedra. De una vez.

Los ojos de mi padre buscan los míos. «Ashraf», me decía, «sólo tus ojos re-flejan la belleza de las antiguas prin-cesas persas». Dos lágrimas surcan sus mejillas. Pobre padre, siempre tan cobarde. Sé que tampoco me salvará esta vez. Consintió mi boda con él. Con la bestia. Su recuerdo aún me produce arcadas. Los soldados se han detenido. Quizá dentro del hoyo haya escarabajos. Grandes y negros. No, no han acabado. Es pequeño, demasiado pequeño para mi cuerpo. Supongo que no han calculado que debe llegarme hasta el pecho. Comienzan a cavar de nuevo: pala arriba y pala abajo. Mi padre sigue gritando con la mano le-vantada.

La bestia vino con dinero, supongo que no mucho, y mi padre me vendió. A los trece años. Con la dote, mis hermanos comieron una temporada. Recuerdo la noche de bodas. Pasé el banquete entre juegos y bailes con mis hermanas. Nunca antes había visto a un hombre desnudo. Antes de que los invitados se fueran a sus casas, me había embestido tres veces. Me dejó en un charco de sangre y volvió a la celebración. Tardé semanas en verle de nuevo. Ya esta-ba embarazada. Se llevan a mi padre, que lucha por mirarme. No quiero que vea mis ojos tristes, hundidos. «Mi princesa de ojos negros», me llamaba. Le obligan a salir a empujones, le sigo con la mirada y entonces veo la pila de piedras. El código iraní es muy claro: «deben utilizarse piedras no tan grandes como para matar a la persona de uno o dos golpes ni tan pequeñas como para no poder considerarlas piedras». Creo que me acabo de orinar. El reguero fluye desde mis piernas y va directo al agujero, resbala y moja a uno de los soldados. Cierro los ojos y oigo sus gritos: «¡Zorra!, ¡adúltera!». Me acusaron de adulterio para poder apedrearme legalmente. Jamás me he atrevido a mirar a otro hombre. No sé leer, no sé escribir, pero en mis diez años de cautiverio he aprendido más leyes que en cualquier escuela. Las piedras relucen al sol, se amontonan redondas, grises, «ni grandes ni pequeñas». Desearía que fueran grandes, una roca gigante. Ya se lo dije a los extranje-ros, «que sea rápido». Estos extranjeros son amables. Dicen que millones de personas han firmado para evitar mi lapidación. A veces llegan en el último momento. Sí, eso, a veces. Llegan y te sueltan. Te sueltan sola, adúltera, con las manos vacías y vieja, muy vieja a los treinta y cinco. Por eso, yo sólo quiero una gran piedra. Un buen pedrusco que me aplaste, como yo misma aplastaba de niña a los escarabajos del campo. Uno tras otro. Mis hermanos los pinchaban con unos palos puntiagudos y los bichos ensartados se retor-cían hasta morir. Reían como locos al ver cómo movían sus patitas. Sin em-bargo, yo prefería matarlos de una vez. Como el día que maté a la bestia. Ni siquiera pensaba hacerlo, me levanté por la noche y le aplasté la cabeza con una enorme piedra. No importaba que me hubiera violado durante doce años. Yo era su mujer. En el juicio dijeron que un pastor del pueblo era mi amante. Varias personas testificaron habernos visto juntos en el manantial donde yo recogía agua a diario.

Esta vez sí han terminado. Los soldados me atan las manos, amordazan y tapan con una bolsa de tela mi cabeza. Me meten a empujones en el hoyo y comienzan a echar tierra dentro. En pocos minutos la tierra me cubre hasta el pecho. No quiero pensar en los extranjeros. Sé que a veces llegan. Llegan y te sueltan. La multitud grita. Supongo que me insultan, como me insultaban en los juicios. Me gustaría ver a mis niños, sobre todo a mi niña. Rezo todas las noches por ella, igual que recé para que no naciera. Igual que recé para que muriera el día que supe que se había casado. Con catorce años. No quiero a los extranjeros. Prefiero que venga una piedra, una piedra enorme, que me aplaste como yo aplastaba a los escarabajos. Me gustaría ser un escarabajo. Uno enorme y negro. No quiero sentir las piedras en mi cabeza, mis hombros, mi cara. Se hace un silencio y noto la primera. El golpe ha sido seco. Apenas lo he apreciado. El segundo impacto duele más, y entonces siento algo que sube por dentro de la tela de mis harapos. Debe ser bastante grande y corre por mi espalda, sorteando la tercera piedra. Ahora se desliza por mis hombros. Lo imagino grande y negro. Igual que la bestia. La cuarta piedra le da de lleno. De una vez.

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Autora: Laura Carmona Ayuso

Diálogos con la formaY ahí estoy, de pie, con el espacio en blanco delante, todo para mí, todo de mí. Cojo la brocha, la mojo en pintura y de camino a la impoluta y pura madera mis ojos a modo de proyector dibujan las primeras líneas de lo que será mi cuadro.

Ya está, ya no es blanco, el espacio se tiñe de color. Ese rectángulo ahora me sirve como metáfora de mi vida y sobre todo del momento (cuando pin-to, cuando creo siempre hay fecha de caducidad, lo efímero es parte del tra-bajo, o más concretamente, el mensaje cambia con el paso del tiempo).

Se ha dado comienzo a un intenso e ín-timo diálogo entre el soporte, el mate-rial y yo. Diálogo simbólico en un idio-ma que sólo los dialogantes entienden o eso pretenden, donde la mentira es imposible, donde las palabras son movi-mientos convertidos en formas de color.

Me alejo, me acerco, cambio de color, suelto la brocha, uso mis manos, pinto con mis dedos... La pintura está agua-da, la dejo libremente que cree sus for-mas y ante esas formas intervengo con mis manos, con mi cuerpo, balancean-do la madera... Escucho y luego hablo, observo y luego actúo.

La conversación fluye, hay sintonía, pero allá en una parte en que se escapa al control, si es que alguna vez lo hubo, donde la espontaneidad es la norma, aparecen manchas, manchas que inte-rrumpen la conversación y sobre todo la armonía, dialogantes no invitados a la conversación pero no faltos de un mensaje, ruido.

Entonces me dirijo allí, dispuesta a transformar el error en acierto, a inte-grarlo entre las formas. Busco los colo-res adecuados, las cantidades precisas y ¡pum!, eso que era una mancha que interrumpía, voces que hacían ruido, ahora son parte grata del cuadro (¿no es así como funciona la vida?, ¿se ha ido el problema?).

La pintura, además de en el soporte, también está en mi ropa, en mis ma-nos, en el espacio de diálogo, hay una fusión (¿somos todos parte de lo mis-mo?, ¿somos todos uno?). La conversa-ción sigue, las formas se fijan, el brillo de la pintura recién dada se va apa-gando. ¡Uh! Una vez más la sintonía se interrumpe, el ruido ha vuelto, las manchas han vuelto. Esta vez es más complejo controlarlas o integrarlas, lo intento pero quedan restos. Restos que sólo yo veo, el espectador no percibe tan íntimo y concreto detalle en tan abstracto lenguaje.

Dejo de pintar, me voy, al tiempo vuel-vo, me pongo delante, hay algo que no funciona, el ruido ha desestabilizado la armonía, no es grande, pero hace que

el resto de formas desaparezcan (¿cómo acabar con él?, ¿por qué insiste en que-darse?). No es cuestión de técnica, ni de espacio, ni de material, en este pun-to parece más fácil dejar el error ahí que arriesgar (¿enfrentarme?, ¿mejor vivir con miedo que vivir el momento de tempestad previa a la calma?).

A mi modo, sin ánimo de bloquear al ruido intento transformarlo en armo-nía, no tiene que desaparecer, sólo su-marse a la conversación, no lo consigo, mis soluciones son parches, el ruido vuelve, se repite una y otra vez.

Aunque no quiera admitirlo, soy yo la que crea la mancha, la que hace el rui-do. Me asfixio intentando callarlo, sólo por no querer ver la real manera de si-lenciarlo. El tiempo decide unirse, esta vez con más fuerza, trae paz al diálogo, me aleja, limpia mis manos, mis ojos, me prepara para volver a mirar, para volver a actuar.

Y ahí estoy, de pie, con el espacio delante, todo mío. Cojo la brocha, la mojo en pintura y de camino a la ya no impoluta y pura madera, mis ojos a modo de proyector guían a mis brazos, a mis manos a recuperar la armonía.

Art is a human activity consisting in this, that one man consciously, by

means of external signs, hands on to others feelings he has lived through, and the others are infected by theses

feelings and also experience them.

León Tolstói

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Autor: Adrián Palomo@mrignominioso

Tres cuentos de 100 palabras

REVOLUCIONARIO“Dedicado a mi abuelo, Manuel Palomo Coca”

Se pasó la vida combatiendo. A veces el enemigo fue el fas-cismo, otras el capitalismo exacerbado.

Después vino lo del cáncer de próstata. Cuando creció, se-guía con su revolución personal y con su impertinencia, aunque sus hijos idolatraran más a Pipi Calzaslargas que a los mitos que él adoraba. Después, su hijo fue el que pegaba carteles socialis-tas en la transición y el concejal más joven del condado. Se siguió haciendo mayor, y el hijo de su hijo se convirtió en su nieto favorito. Hoy, el abuelo y el nieto siguen en la lucha.Por eso, registraron en 2006 http://wikileaks.org/

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BESOS DE ANIMALESSe conocieron en el veterinario.Ella tenía predilección por los animales vertebrados y él por los invertebrados. Se veían una vez a la semana, mientras uno salía de la con-sulta, el otro entraba con su animal de compañía. El chico le pidió a la chica una cita.Se vieron. Se amaron. Con la confianza empezaron a inventarse besos con nombres de animales.Ella había inventado el beso gatito y el beso conejo.Él, los besos de mariposa y del quebrantahuesos. Es difícil saber quién de los dos lo inventó, pero el peor be-sos de todos fue el del beso delfín.

ADAPTACIÓN PER-FECTANo es que fuera perfecto en todos los sentidos, pero tenía la esencia de la perfección en su aura. Sólo tenía que trabajar con esa cualidad, demostrar toda su capacidad y su habilidad para conseguir todo, y de manera perfecta. Con cerrar los ojos muchas veces le servía. Otras muchas, tenía que inventarse genios y milagros para explicar la realidad y aportar lo que la sociedad necesitaba de él.

Era ciego, sordo, manco de un brazo y un muñón en el otro, tetrapléjico y del Atlético de Madrid. Aun así, era perfecto. Él sabía convertir todas sus carencias en virtudes.

RELATOS

Pero yo no puedo apartar la mirada del ángel dan-tesco que tengo enfrente. Me besa con aborreci-ble pasión y la sensación es tan deliciosa y espe-luznante que no puedo sino quedarme petrificado. Y entonces comprendo que ella es caos, que es una historia que nunca terminaré, que es madre selva… Es todo aquello tan sumamente terrible que jamás pude haberlo llevado a cabo aunque lo deseaba con todo mí ser.

Era la más hermosa poesía totalmente podrida.Me agarra la cara y vuelve a besarme vomitando sobre mí un torrente de lágrimas mientras notó que todo en mi interior se desmorona como un castillo de naipes. Sobre toda aquella enajenación oigo un chasquido seco y veo como la puerta de mi celda se abre. El ángel me suelta y entre terri-bles carcajadas me lanzó corriendo hacia la salida para escapar de aquel infierno.

De repente hay una cegadora luz blanca y mis risas cesan cuando descubro donde estoy.

Bajo lentamente las escaleras hacían el comedor y encuentro a mi mujer y a mi hijo desayunando. Me miran con amor infinito. Las lágrimas co-mienzan a brotar de mis ojos y la veo de nuevo allí. Tumbada en el sofá… Sonriendo…

Sé que no me dejará escapar hasta que no haga lo que hice.

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Autora: Alma Gomis

Brutalidad carnalUn día inspirada, dispuesta y decidida se despertó. Sus pies puso en el suelo y se levantó. Ella nunca lo había sentido, no sabía lo que era, lo había busca-do por cada lugar y cada ser que se había cruzado en su camino. Su mochila en los hombros colgó y un pedazo de moño do-rado en su cabeza dibujó. Por la puerta salió y , toda una nube de-pensamientos, el vuelo tomó. Los pensamientos fueron variados, desde los más dul-ces a los más guarros. Los dulces hablaban de sen-timientos y los guarros de gemidos hambrientos. Las montañas cruzó, en ríos desnuda se bañó. Mientras, sus pensa-mientos seguían volando… Efectivamente, volaban los guarros. Ella quería sentir, sentir lo que sienten todos, todos hablan de ello. Hablan de lo que sienten cuando rozan, cuando tocan, acarician y aman. Ella lo había visto en el lugar en el que vivía. Pero ella no lo sabía, no lo sentía. No enten-día por qué, ¿qué no tenía ella que tuvieran los de-más? O al revés, ¿qué era lo que ella tenía y que no te-nían lo demás? ¿Era una cuestión de tener o no tener? Vestida de nuevo, con el hombro cargado y su moño di-bujado siguió caminando. Apareció un lugar, un lugar de hormigón y con gente al montón. Allí se coló, dispuesta a apretujarse en medio de aquel monzón. Con la esperanza de que algún roce le hiciera sentir lo que nunca conoció. De repente, en un instante, una voz dulce escuchó:

<< ¿Puedo volverte a rozar? >>. No era la primera vez que se lo pedían, el caso es que ni ella sabía que había habido una primera vez, como la expresión “volverte” señalaba. Ella se giró, por primera vez algo notó, notó cómo se es-tremeció. No era ningún órgano en concreto, era justo ese hueco, el que está justo debajo del estómago. Pero no lo notó con el tacto, sino con la vista. La visión de aquel ser. Entre toda aquella muchedumbre se dirigió hacia él. Entre ilusionada y puede que excitada, pero no lo sabía realmente, se plantó delante de él. Era un ser extremadamente dulce. << ¿Puedes contarme qué has sentido y hacérmelo sentir?>> Dijo ella. Él sonrió, ella vio cómo la cogía de la mano y empe-zaron a esquivar a cada uno de los seres. Vio que él te-nía una mochila parecida a la suya pero más grande. Entraron a una enorme fortaleza de hormigón. Él lanzó su mochila y las escaleras junto a ella subió hasta llegar a una habitación. -¿Qué quieres sentir? Él preguntó

-Todo. Con los ojos como platos, de plástico pero como platos. -¿Una caricia? Dijo él sonriente - Más. Dijo ella. - ¿Un beso en la mejilla? Él de nuevo preguntó.

- Todavía más… Con los ojos más abiertos volvió a contestar.

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- ¡Espera! ¡No puede ser! Eso son cosas de mayores y yo…¡só-lo soy un niño de 10 años! ¡Además tú no puedes! - ¿Por qué no? Esta vez sus ojos verdes de plástico, estaban enfadados. -¿Pero no lo ves? ¡Eres una muñeca! La que mi hermana quería… pero te compraron todas la niñas del mundo. Los mayores decían en la tele que erais reales como una amigui-ta y las más suaves del mundo, y es verdad. -¿Qué dices? ¡Yo soy una chica que quiere hacer…“eso”! - SHHHHHHH ESO NO SE DICE. Y eres una muñeca, la muñeca de mi hermana. Y la más real. Al escuchar eso, la nube de pensamientos tronó y un chapa-rrón de recuerdos llovió… Todo era gris, una fábrica podemos decir, sus ojos ovalados y plastificados lo vieron así: tenía el pelo deshecho y los dientes separados, así lucía ese ser que veía por primera vez. Alrede-dor un montón de ellas que eran como ella, con moños dora-dos y hombros con mochilas cargadas, metidas dentro de una caja que decía: “Sweety. Tu amiga, más suave”. Los brazos de todas ellas se notaban suaves con sólo mirarlos. Pero no los brazos de él, el de los dientes separados, sus brazos de líqui-do rojo y espeso estaban manchados. Los brazos de ella, los de la otra chica. Otra, la única que no estaba metida en una caja, tirada en el suelo y con los ojos cerrados, tampoco eran suaves. Y no eran sus brazos los que de líquido rojo y espeso estaban manchados, sino sus pechos. Al ver a esta chica sus ojos de plástico se convirtieron en pla-tos asustados y en su pecho sentía que alguien marcaba unos pasos acelerados, alguien que no era ella misma o algo que no era suyo.

Así sin más, sus piernas corrían y por un pequeño agujero cayó. La cabeza se golpeó. Todo era verde, sus ojos ovalados y plastificados lo vieron así:

un muro gigante, donde se veía gente que hablaba. Y enfren-te, cosas de metal y círculos grandes de goma, donde cabía gente dentro. Toda esa gente era más grande que ella, como los de la fábrica. Claro que en la caja ponía su altura, quería recordar que ponía: 1,10 m de altura. Allí, dentro de las cosas de metal, la gente se tocaba entre ellos, solos y… les gus-taba. A partir de ahí sólo vivió intentando tocar, intentado sentir. Vivía en aquel autocine, persiguiendo su meta, pero la gente como mucho la miraba extrañada, a veces iba gente más bajita, que sí que se acercaba, pero lo altos decían: <<No, no sabes de quién es>>. Y así pasaban los días.

<< Mola mucho que tú también seas un juguete que habla de verdad. Vas a ser mi amiga y de mi hermana también. Y me va a perdonar por pegarle el chicle en el pelo>>, Dijo ese loco bajito. Ella, al principio, no se había percatado de que ese ser, era de los bajitos. Y, ahora le arrastraba por un pasillo, lo notaba por su posición acostada, iban a otra habitación. Y allí la dejó. << Quédate aquí >>. Le ordenó el niño. Al cerrar la puerta… ella pudo ver un peludo oso. ¡Oh, sí! Se notaba que ese oso era suave con sólo mirarlo. Al mirarlo, ese oso el ojo le guiñó. Ella lo volvió a no-tar, su hueco interior se estremeció; pero esta vez no era por la dulzura, esta vez sí, esta vez era… excitante, lo sabía… y sí, un poco dulce también… ¿Por qué no? << ¿Qué pasa baby? ¿También te fabricó ese tarado de pelo deshecho y dientes separados?>> Le preguntó con sonrisa pícara el oso peludo. Los escucharon llegar, pero les dio igual. Ese dulce ser y su hermana la puerta abrieron y esa niña con su voz repipi gritó: - ¡AAAAAAAAAHHHHHHHHHH! ¡ESTÁN HACIENDO COSAS DE MAYORES!

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Si tenéis alguna pregunta sobre Harwin o simplemente queréis decir cualquier cosa que se os ocurra, enviad un email a [email protected]. Responderemos a todas vuestros correos e intentaremos publicarlos todos.

Noé:Revista Harwin, ¡sois la caña! Empecé a leeros cuando a Dios le dio por inundar la Tierra y tengo que deciros que habéis conseguido que mi estancia en el puto barco de madera fuera mucho más llevadera. Al principio todos los días eran iguales. Me paseaba por el barco dando de comer a los animales y limpiando sus excrementos, pero un día pasamos cerca de un repetidor y mi tablet pilló wifi. Desde que descubrí Revista Harwin no hacemos más que navegar en círculos alrededor del repetidor. ¡Animo y que Dios os pille confesados!

EH: Nos alegra saber que te hemos sido de ayuda Noé. Hemos visto en tu fotolog la cantidad de veces que la situación te ha sobrepasado y has tratado de suicidarte metiendo la cabeza en el orinal del elefante, así que esperemos que nuestro trabajo te motive paraproseguir en tu sagrada misión: Dar vueltas al repetidor.

Tercera cara de Belmez empezando por la derecha:¡Hola a todos! Aprovecho unos instantes en los que no nos están echando fotos para elogiar vuestro colosal trabajo. Siempre que dispongo de tiempo, me sumer-jo en este remanso de calma e intelectualidad que es Revista Harwin. Las otras caras me miran raro porque, en contraposición a ellas, a mi me gusta hacer algo más que poner morritos e intentar salir atractiva en las fotos de los visitantes. Os quería hacer una petición, viendo el majestuoso nivel creativo y artístico de vues-tra revista, quisiera formar parte de ella. Aunque no lo parezca tengo muchos contactos con otras caras que salen en paredes de todo el mundo, y cada una tiene una experiencia que contar. Si queréis podría entrevis-

tarlas y tener una sección donde cuenten sus experien-cias. Saludos cordiales.

EH: Las gracias te las tenemos que dar a ti, por tu fi-delidad respecto a la revista y por tu constante apoyo. Estamos encantados de comprobar que el estereotipo de cara de Belmer creída, materialista y que solo le impor-ta su físico se rompe contigo. En cuanto a la petición, escribe un artículo de 500 palabras y envíanoslo y vere-mos si podemos tenerte dentro del equipo.

Mahatma Gandhi:Seré breve y conciso. Nunca en toda mi vida he visto una mierda semejante. Mira que he visto masacres, in-justicias, hambruna… pero sin lugar a dudas Revista Harwin es el aborto de la naturaleza mas jodidamente asqueroso que se pueda ni siquiera concebir. Os aseguro que el mismísimo Mengele hubiera cosido su propia car-ne a la espalda de un judío antes de leer esta supurante mierda ulcerada. Así que solo decir que deseo la agó-nica muerte de todos los integrantes de Harwin y que su semilla sea erradicada de la faz de la tierra. Gracias porvuestro tiempo.

EH: … Jo Gandhi, como te pasas…

Preguntas, comentarios y amenazas de los lectores.

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Page 37: Revista Harwin

¡Y se acabó!Ha costado sangre, sudor y lágrimas pero por fin este primer número está disponible, el primero de muchos que vendrán a partir de ahora.

Esperamos que os haya gustado, de ser así en nuestras vías de contactos podréis encontrar una cantidad de contenido de calidad enorme que cada día se expande más y más. En próximos números encontrareis a nuevos autores para descubrir y otros que ya han aparecido en esta primera revista, por lo que no perdáis la oportunidad de descubrir más mundos, más puntos de vista y profundizar en la mente de las personas que os hayan llamado ya la atención.

Igualmente si tenéis una sugerencia, queja o jamón que queráis hacernos llegar, utilizad nuestros contactos para hacérnoslas llegar que estaremos encantados de responderos en: [email protected]

Muchas gracias, y nos veremos muy pronto en este medio, pero más pronto en cualquier otro si tú lo deseas.

El equipo de Revista Harwin.

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Dirección / Coordinación: José María Fernández.

Textos: Sheila Laso, Francisco Moreno, Maria Pei y cada uno de los autores de estas páginas.

Maquetación: Laura Carmona.

Ilustraciones: Laura Carmona.

Page 38: Revista Harwin

FIN