revista instituto
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SherezadaedasadasTRANSCRIPT
y que siempre está en el
horizonte y siempre aleján-
dose con él. Por eso, decía
el escritor uruguayo:
―camino dos pasos, y ella
se aleja dos pasos
¿Entonces para qué sirve
la utopía? Para eso sirve,
para caminar.‖
En vuestras manos queda
Sherezade. Necesita de
vuestras aportaciones y
fantasía para seguir vivien-
do, narrando, contando. A
nosotros, quienes lanza-
mos esta iniciativa, nos
gustaría que su historia,
como en Las mil y una
noches, fuera interminable.
Francisco de Paz .
Tenéis ante vosotros el
primer número de Shereza-
de, la revista de nuestro
instituto. Queremos que en
ella tengan cabida las ini-
ciativas, creaciones y re-
flexiones de todos los
miembros de nuestra co-
munidad educativa.
Llegará tan lejos como
nosotros queramos. Porque
ha nacido para crecer, con
la imaginación, la inteli-
gencia y la fantasía de to-
dos los que aún estamos
convencidos de que la edu-
cación, y la cultura, consti-
tuyen el mejor instrumento
– quizás el único- para
seguir avanzando hacia un
mundo mejor.
Aquí caben razonamientos
y divertimentos. La memo-
ria del pasado y las adivi-
nanzas que nos ayuden a
descubrir el futuro. Las
matemáticas y la literatura.
La física y la química. Y
por eso, claro, el amor; que
ya lo dijo el inminente
sabio Severo Ochoa, antes
que Joaquín Sabina: ―el
amor es la fusión de la
física y la química.‖
Y también cualquier otro
saber que nos ayude a co-
nocer la diversidad del
mundo y sus consecuen-
cias, aunque no esté eti-
quetado en ninguna asig-
natura.
Queremos que sea la re-
vista de la realidad de la
vida y de los cuentos. De
muchos cuentos, de todos
los tamaños y colores. Por-
que, como decía es escritor
Luis Landero en su libro
El cuento o la vida: “Hoy
más que nunca la escuela
está bajo el signo fatal de
Sherezade‖ (aquella mujer
inteligente que utilizaba la
imaginación para seguir
viva).
Nosotros también necesita-
mos la imaginación para
seguir adelante, caminando
hacia esa utopía de la que
hablaba Eduardo Galeano,
QUERIDOS LECTORES . . .
Contenido de la revista :
Los 20 años del centro 1
Consejos de la enfer-
mera
2
Noticias culturales 3
Cuentos de Bucay 4
Creación literaria 5
Curiosidades 6
Galería de imágenes 7
El comienzo de una gran rev ista . . .
SHEREZADE, LA REVISTA DEL CARLOS III.
26-1-11
VOLUMEN Nº 1
Sherezade narrando las
mil y una noches.
La verdad es que las emocio-
nes se apretaban entre sí y pugnaban
por salir más allá de “la flor de la
piel”. Fue necesario “bajar la mano”
en varias ocasiones para no quedarse
“al descubierto” entre compañeros y
antiguos alumnos, ya médicos, ya abo-
gados, ya directores de empresa o co-
merciales, ya maestras, ya madres…
Los recuerdos saltaban alborotados y
se desparramaban en cientos de imá-
genes, próximas y precisas muchas,
casi tangibles; más borrosas otras en-
tre el fondo de las clases o de una ex-
cursión por la Ruta de Don Quijote…
Todas irrepetibles.
Menos mal que el alma se
había puesto a buen recaudo desde que
recibí la invitación para asistir a los
actos programados por la actual direc-
ción del Carlos III y había buscado
toda clase de protección para emocio-
nes y sobresaltos. No obstante, todo
aquello que habían atado y bien atado
la prudencia y la razón se vio desmo-
ronado en un instante al divisar un
grupo de gente que esperaba ante las
puertas del lugar elegido, que es lo que
yo había procurado: estar entre los
primeros en llegar y encontrarme, ya
ajustado, ante cuantos fueran llegan-
do. Las palpitaciones aumentaban y el
caballo cordial aceleraba su paso a
medida que me aproximaba al grupo,
y los apuros de no reconocer con la
precisión que yo quisiera a quienes me
saludaran los azuzaba con ahínco. Y es
cierto que en algunas ocasiones tardé
varios segundos, que se hicieron horas,
en identificar al antiguo alumno, a las
alumnas sobre todo: se acicalan de
tales maneras y tan diversas entre sí
que me proclamo incapaz de distin-
guirlas, de reconocerlas. Entonces, se
ponen todos mis sentidos en funciona-
miento y, al poco, ya por el oído que
me trae ecos reconocibles, ya por los
gestos que atrapo con mis ojos despa-
tarrados, reconozco perfectamente a
mi interlocutor. Eso sí, que no se me
pida que diga su nombre o el curso en
que nos encontrábamos a diario, pero
en muchos casos también consigo acor-
darme: entonces me entra una gran
alegría y repito David, Verónica o
Natalia varias veces; incluso, le pre-
gunto por el compañero o compañera
con quien, compartiendo pasillo, esca-
leras o patio, se inició en las artes
amatorias. Otras veces, son ellos
quienes despiertan recuerdos pun-
tuales o describen estampas anecdóti-
cas y puntuales también. “Me acuer-
do cuando me dijo la primera vez en
clase que tuviera cuidado porque me
iba a caer. Chaval, oye chaval, que te
vas a caer, fue como me dijo. ¿Que
me voy a caer?, si estoy bien sentado,
le contesté. Pues aunque estés bien
sentado, que a pesar de mi miopía bien
que lo veo, estabas ya en el alféizar de
la ventana. ¿En el alféizar de la ven-
tana? Cada vez entiendo menos. Que
sí, muchacho, que estabas cazando
mariposas fuera de la clase. Que esta-
bas despistado.
-Y a mí me dijo un día:
Chaval, que se te ha caído el libro. Y
como miraba hacia los lados y debajo
de la mesa para ver si veía el libro
que no había llevado a clase, mis
compañeros de reían y yo cada vez
me azoraba más.
-Que no veo libro ninguno,
profe.
-Chaval, quiero decirte que
tienes que traer el libro a clase.
¿Cuántas veces más debo decírtelo
para que hagas caso…?
En el acto propiamente
dicho, las fotografías se perseguían
unas a otras, como impidiendo que
ninguna se aposentara como una
señorona y desplazara a las demás.
Chispazos, fogonazos del pasado
próximo, tan próximo que aún se
roza con el presente. De los discursos
diré… Dijeron casi todos los orado-
res que veinte años es muy poco tiem-
po. ¡QUE veinte años es poco tiem-
po…! No lo doy por cierto: veinte
años es una eternidad, pues ahora
mismo ninguno de los alumnos del
Instituto cuenta con esa precisa y
preciosa edad. Y hablando de la his-
toria del Centro, toda ella segada por
la guadaña del 2 y encerrada en la
oquedad del 0, es mucha historia:
desde su ubicación el la Avenida de
su nombre, que yo no conocí, hasta
su llegada a los altos toledanos de la
Avenida de Europa, que ponían los
mismos pies de los cigarrales al al-
cance de la vista salvando el Tajo,
hay mucho trecho, y muchas selecti-
vidades, y muchos intercambios cul-
turales, y muchos enfados y disgustos
escolares, y muchas alegrías, y mu-
chas gargantas rotas y calcinadas…
Toda la historia de la literatura, des-
files de escritores, comentarios de
texto…, que muchas veces regresa-
ban a la cartera…Veinte años son
muchos años y marcarán una etapa
irrepetible del Carlos III, etapa en la
que se consumieron los últimos res-
coldos de lo que había sido un exce-
lente bachillerato. Luego llegó la
malhada LOGSE con todos su pro-
gres de pacotilla a cuestas, y con ella
el derrumbamiento y la hecatombe
escolar. Lamentablemente, no me
equivoco: ahí están las pruebas…
Y más fotografías, y más
oradores y más recuerdos entraña-
bles. De todas las fotografías retengo
una en mi retina: aquella en la que la
voluntad caprichosa del proyector
paralizó la imagen dejando al presi
Barreda como si estuviera entrerre-
jado, entrebarrotado. ¿La recordáis?
¿O fue una errónea sensación mía?
En la cena, la cordialidad se
deslizaba por los manteles de los co-
mensales, amigos y compañeros que
se encargan de prolongar la ardua
tarea de enseñar, de enseñar también
fuera de las clases, y los domingos y
demás fiestas de guardar...
Apreciados compañeros del
claustro del Carlos III, gracias por la
cordialidad y el buen rato que me
hicisteis pasar. Y a vosotros, aprecia-
dos exalumnos, que las varillas del
abanico vital se os vayan perfilando
cada vez más claras. Si aún no es así,
sabed que aún contáis con el beneplá-
cito de la juventud. Y a la dirección
del Carlos III, muchas gracias por
esta iniciativa y ánimo para esperar y
preparar el veinticinco aniversario
que, ¡ay!, está ya a la vuelta de la
esquina.
Juan José Fernández Delgado
LOS VEINTE AÑOS DEL CENTRO . .
Página 2
SHEREZADE, LA REVISTA DEL CARLOS I I I .
Impresiones y Recuerdos.
Estimados padres:
Durante el pasado curso
escolar, han pasado por la
consulta de Enfermería,
alrededor de 400 alumnos
por motivos diversos. Exis-
te un factor común en un
porcentaje amplio de los
escolares que acuden diaria-
mente a la enfermería: la
ausencia e escaso desayuno
que hacen antes de venir al
instituto.
Cuando un niño en pleno
crecimiento está en ayunas
desde la noche anterior,
aparecen efectos propios de
este ayuno, como son: dolor
de cabeza, irritabilidad, dis-
minución de la concentra-
ción, fallos de memoria, ma-
reos, etc.
Les recomiendo, que para el
buen desarrollo físico e inte-
lectual de sus hijos, insistan
en la realización de un des-
ayuno completo a base de:
Leche + Zumos o fruta +
Tostadas/galletas o cerea-
les.
Puedo entender que por la
mañana todo son prisas para
llegar al colegio, trabajo,
etc.; pero tal vez con ayuda
de dos pequeñas estrategias,
que ahora les comento, po-
damos conseguir que sus
hijos hagan en desayuno
completo que repercutirá
beneficiosamente en su ren-
dimiento escolar, así como
en su buen desarrollo físico.
Estrategias;
1.- Levantarse diez minutos
antes
2.- Dejar el desayuno prepa-
rado la noche anterior.
3.- El material escolar nece-
sario para el día siguiente
(mochila), debe dejarse pre-
parado el día anterior.
Agradeciendo su colabora-
ción y siempre pensando en
el bienestar de sus hijos.
Un saludo
Fdo. Blanca González Arévalo
Enfermera del IES Carlos
CONSEJOS DE LA ENFERMERA
Página 3
VOLUMEN Nº 1
Para que sus hijos tengan un buen rendimiento, deben tomar un
desayuno saludable.
Carta a los padres.
1. Disfruta de la comida
Intenta comer alimentos diferentes cada día para gozar de una alimentación variada y disfrutar de ella. Come con
tus familiares y amigos.
2. El desayuno es una comida muy importante
Tu cuerpo necesita energía después de dormir, por lo que el desayuno es esencial. Elige para el desayuno alimentos
ricos en carbohidratos, como pan, cereales y fruta. Saltarse comidas, y en especial el desayuno, puede provocar un
hambre descontrolada, que muchas veces lleva a comer en exceso. Si no comes nada para desayunar, estarás menos
concentrado en el colegio.
3. Come muchos alimentos variados
Consumir alimentos variados todos los días es la mejor receta para gozar de buena salud. Necesitas 40 vitaminas y
minerales diferentes para mantenerte sano, y no hay ningún alimento que por sí sólo pueda aportártelos todos. No
hay alimentos "buenos" o "malos", así que no tienes porqué dejar de comer las cosas que te gustan. Simplemente
asegúrate de que consigues un equilibrio adecuado y come una gran variedad de alimentos. ¡Toma decisiones equili-
bradas en cada momento!
4. Basa tu alimentación en los carbohidratos
Estos alimentos aportan la energía, las vitaminas y los minerales que necesitas. Algunos alimentos ricos en carbohi-
dratos son la pasta, el pan, los cereales, las frutas y las verduras. Intenta incluir alguno de estos alimentos en cada
comida ya que más de la mitad de las calorías de tu dieta deberían provenir de ellos.
5. Come frutas y verduras en cada comida
Puedes disfrutar de las frutas y las verduras en las comidas, o consumirlas como sabrosos tentempiés entre comi-
das. Estos alimentos aportan vitaminas, minerales y fibra. Deberías intentar consumir 5 raciones de frutas y ver-
duras al día.
6. La grasa
Todos necesitamos incluir algo de grasa en nuestra dieta para conservar una buena salud, pero consumir demasia-
das grasas, y en particular grasas saturadas, puede ser malo para nuestra salud. Las grasas saturadas se encuen-
tran en los productos lácteos enteros, los pasteles, bollos, carnes grasas y salchichas. Come de forma equilibrada -
si a la hora de la comida consumes alimentos ricos en grasas, intenta tomar alimentos con menos grasas en la cena.
7. Los tentempiés
Picar entre comidas aporta energía y nutrientes. Escoge tentempiés variados, como frutas, sándwiches, galletas,
tartas, patatas fritas, frutos secos y chocolate. Asegúrate de que tus elecciones son variadas para mantener el
equilibrio en tu dieta, y no comas demasiado, sino no tendrás hambre a la hora de la comida
8. Saciar la sed
Tienes que beber muchos líquidos porque un 50% de tu cuerpo está formado por agua. Se necesitan por lo menos 6
vasos de líquidos al día, e incluso más si hace mucho calor o haces ejercicio. El agua y la leche son excelentes, pero
también es divertido variar.
9. Cuídate los dientes
Cuídate los dientes y lávatelos dos veces al día. Los alimentos ricos en almidón o azúcares pueden influir en la apa-
rición de caries si se comen con demasiada frecuencia, así que no picotees o bebas refrescos a todas horas.
10. Ponte en movimiento
Estar en forma es importante para tener un corazón sano y unos huesos fuertes, así que haz ejercicio. Intenta
hacer algo de deporte cada día y asegúrate de que te gusta para que seas constante y no dejes de hacerlo. Si to-
mas demasiadas calorías y no haces suficiente ejercicio puedes engordar. El ejercicio físico moderado te ayudará a
quemar las calorías que te sobran. ¡No tienes que ser un atleta para ponerte en marcha!
CONSEJOS DE LA ENFERMERA
Consejos fundamentales para lo adolescentes :
Hay que procurar reducir los
malos hábitos para tener un
mejor nivel de vida
Miguel Hernández
(1910-1942). Celebra-
mos el centenario de su
nacimiento.
Su poesía señala
claramente la transi-
ción entre la generación
del 27, (Dámaso Alonso
lo llamó “genial epígo-
no”) y la generación
del 36, su influencia en
la poesía de la posgue-
rra ha sido considera-
ble.
Pero su obra está
cubierta de una espesa
capa de leyendas sobre
su persona, que en oca-
siones solapan sus lo-
gros poéticos; pues, se
ha exagerado su pobre-
za y su incultura, al ser
un cabrero que se esco-
larizó tarde (tenía nue-
ve años) y que por ne-
cesidades familiares
debió abandonar los
estudios para seguir
ayudando en el pasto-
reo, que compagina con
su avidez de libros, de
lecturas de los clásicos,
de aprender a escribir
poesía culta. El resulta-
do fue Perito en lunas
(1933) inspirado en
Góngora, este libro no
es más que un ejercicio
de estilo, que carece de
sello personal. El si-
guiente libro, El rayo
que no cesa (1936) es
una explosión de pasio-
nes e impulsos intensos,
como dice él mismo en
uno de los poemas “una
revolución dentro de un
hueso, un rayo soy suje-
to a una redoma”. El
tema principal es el
amor, pero mezclado
con el arrebato, el fu-
ror, el sentimiento, la
desesperación y las
sombrías premonicio-
nes de la muerte, como
nos muestra en su poe-
ma “Sino sangriento”,
que ha servido, otra vez
más, para acrecentar
esa leyenda de Hernán-
dez, pues profetiza su
trágico destino que se
cumpliría años más
tarde. Su “Elegía” es
uno de los poemas más
famosos, con ese respe-
to impuesto como fruto
de una sincera efusión
de dolor por la repenti-
na muerte de su
“compañero del alma”.
Durante la Repúbli-
ca se convirtió impulsi-
vamente del catolicismo
más ferviente al comu-
nismo, fruto de ello es
Vientos del pueblo
(1937) cuyo propósito
eran recitarse como
poesía de guerra entre
los camaradas. El
hecho de la guerra y
sus penalidades resultó
beneficiosa para la po-
esía de Miguel, pues su
obra se desnuda de ar-
tificios retóricos y de
dramatismo para al-
canzar en El hombre
acecha (1938) una sere-
nidad reflexiva y perso-
nal ante el panorama
de tristeza y sufrimien-
tos que ve reflejados en
sus compañeros.
Al término de la
guerra, Hernández fue
hecho prisionero y sen-
tenciado a muerte. Mu-
rió de tuberculosis en la
celda, con treinta y dos
años. Los poemas escri-
tos en la cárcel y publi-
cados bajo el título
Cancionero y romance-
ro de ausencias consti-
tuyen una queja con-
movedora, nos sensibi-
lizan sus sentimientos,
sus circunstancias de
un hombre separado de
su esposa y de su hijo, a
los que nunca volvería
a ver.
Lo nuevo es que en
su poesía van de la ma-
no los sentimientos y
los recursos poéticos
Su palabra parece di-
rectamente arrancada
del corazón (“la lengua
en corazón tengo baña-
da”), conjugada con el
arte popular y las técni-
cas más sabias. Todo
para buscar una mayor
densidad expresiva, que
hace inconfundible su
voz.
Piedad Martín
NOTIC IAS CULTURALES.
Página 5
SHEREZADE, LA REVISTA DEL CARLOS I I I .
Miguel Hernández
Miguel Hernández
Gabriel García Márquez se ha
retirado de la vida pública por
razones de salud: cáncer linfáti-
co. Ahora, parece, que es cada
vez más grave. Ha enviado una
carta de despedida a sus ami-
gos, y gracias a Internet está
siendo difundida.
“Si por un instante Dios se olvi-
dara de que soy una marioneta
de trapo y me regalara un trozo
de vida, aprovecharía ese tiem-
po lo más que pudiera”.
Posiblemente no diría todo lo
que pienso, pero en definitiva
pensaría todo lo que digo.
Daría valor a las cosas, no por lo
que valen, sino por lo que signi-
fican.
Dormiría poco, soñaría más,
entiendo que por cada minuto
que cerramos los ojos, perde-
mos sesenta segundos de luz.
Andaría cuando los demás se
detienen, despertaría cuando los
demás duermen.
Si Dios me obsequiara un trozo
de vida, vestiría sencillo, me
tiraría de bruces al sol, dejando
descubierto, no solamente mi
cuerpo, sino mi alma.
A los hombres les probaría cuán
equivocados están al pensar que
dejan de enamorarse cuando
envejecen, sin saber que enve-
jecen cuando dejan de enamo-
rarse!
A un niño le daría alas, pero le
dejaría que él solo aprendiese a
volar.
A los viejos les enseñaría que la
muerte no llega con la vejez,
sino con el olvido.
Tantas cosas he aprendido de
ustedes, los hombres... He
aprendido que todo el mundo
quiere vivir en la cima de la
montaña, sin saber que la ver-
dadera felicidad está en la forma
de subir la escarpada.
He aprendido que cuando un
recién nacido aprieta con su
pequeño puño, por primera vez,
el dedo de su padre, lo tiene
atrapado por siempre.
He aprendido que un hombre
sólo tiene derecho a mirar a otro
hacia abajo, cuando ha de ayu-
darle a levantarse.
Son tantas cosas las que he
podido aprender de ustedes,
pero realmente de mucho no
habrán de servir, porque cuando
me guarden dentro de esa ma-
leta, infelizmente me estaré
muriendo.
Siempre di lo que sientes y haz
lo que piensas.
Si supiera que hoy fuera la últi-
ma vez que te voy a ver dormir,
te abrazaría fuertemente y re-
zaría al Señor para poder ser el
guardián de tu alma.
Si supiera que estos son los
últimos minutos que te veo diría
“te quiero” y no asumiría, tonta-
mente, que ya lo sabes.
Siempre hay un mañana y la
vida nos da otra oportunidad
para hacer las cosas bien, pero
por si me equivoco y hoy es
todo lo que nos queda, me gus-
taría decirte cuanto te quiero,
que nunca te olvidaré.
El mañana no le está asegurado
a nadie, joven o viejo. Hoy pue-
de ser la última vez que veas a
los que amas. Por eso no espe-
res más, hazlo hoy, ya que si el
mañana nunca llega, segura-
mente lamentarás el día que no
tomaste tiempo para una sonri-
sa, un abrazo, un beso y que
estuviste muy ocupado para
concederles un último deseo.
Mantén a los que amas cerca de
ti, diles al oído lo mucho que los
necesitas, quiérelos y trátalos
bien, toma tiempo para decirles
“lo siento”, “perdóname”, “por
favor”, “gracias” … y todas las
palabras de amor que conoces.
Nadie te recordará por tus pen-
samientos secretos. Pide al Se-
ñor la fuerza y sabiduría para
expresarlos. Demuestra a tus
amigos y seres queridos cuanto
te importan”.
Fuente: Anónimo, recibido por Internet – Agosto 2005
NOTIC IAS CULTURALES.
Página 6
VOLUMEN 1, Nº 1
Testamento de García Márquez
Había una vez dos ranas que cayeron en un recipiente de nata. Inmediatamente se dieron cuenta de que se hundían: era imposible nadar o flotar dema-siado tiempo en esa masa espera como arenas movedizas. Al principio, las dos ranas pa-talearon en la nata para llegar al borde del recipiente. Pero era inútil; sólo conseguían chapotear en el mismo lugar y hundirse. Sentían que cada vez era más difícil salir a la
superficie y respirar.
Una de ellas dijo en voz alta: «No puedo más. Es imposible salir de aquí. En esta materia no se puede nadar. Ya que voy a morir, no veo por qué prolongar este sufrimiento. No entiendo qué sentido tiene morir agotada por un esfuerzo estéril». Dicho esto, dejó de patalear y se hundió con rapidez, siendo literalmente tragada por el espeso líquido blanco. La otra rana, más persistente o quizá más tozuda se dijo: «¡No hay manera! Nada se
puede hacer para avanzar en esta cosa. Sin embargo, aunque se acerque la muerte, pre-fiero luchar hasta mi último aliento. No quiero morir ni un segundo antes de que llegue mi hora». Siguió pataleando y chapoteando siempre en el mismo lugar, sin avanzar ni un centíme-
tro, durante horas y horas. Y de pronto, de tanto patalear y batir las ancas, agitar y patalear, la nata se convirtió en
mantequilla. Sorprendida, la rana dio un salto y, patinando, llegó hasta el borde del recipiente. Desde
allí, pudo regresar a casa croando alegremente.
BUCAY
CUENTOS DE BUCAY
Página 7
SHEREZADE, LA REVISTA DEL CARLOS I I I .
Las ranitas de la nata.
Libro del cual está extraido este cuento.
Página 8
VOLUMEN 1, Nº 1
Había una vez una princesa, que quería encontrar un esposo digno de ella, que la amase verdaderamente. Para lo cual puso una condición: elegiría marido entre todos los que fueran capaces de estar 365 días al lado del muro del palacio donde ella vivía, sin separarse ni un solo día. Se presentaron centenares, miles de pretendientes a la corona real. Pero claro al primer frío la mitad se fue, cuando empezaron los calores se fue la mitad de la otra mitad, cuando empezaron a gastarse los cojines y se terminó la comida, la mitad de la mitad de la mitad, también se fue. Habían empezado el primero de enero, cuando entró diciembre, empezaron de nuevo los fríos, y solamen-te quedó un joven. Todos los demás se habían ido, cansados, aburridos, pensando que ningún amor valía la pena. Solamente éste joven que había adorado a la princesa desde siempre, estaba allí, anclado en esa pa-red y ese muro, esperando pacientemente que pasaran los 365 días. La princesa que había despreciado a todos, cuando vio que este muchacho se quedaba empezó a mirarlo, pensando, que quizás ese hombre la quisiera de verdad. Lo había espiado en Octubre, había pasado frente a él en Noviembre, y en Diciembre, disfrazada de campesina le había dejado un poco de agua y un poco de comida, le había visto los ojos y se había dado cuenta de su mirada sincera. Entonces le había dicho al rey: - Padre creo que finalmente vas a tener un casamiento, y que por fin vas a tener nietos, este es el hombre que de verdad me quiere. El rey se había puesto contento y comenzó a prepararlo todo. La ceremonia, el banquete e incluso, le hizo saber al joven, a través de la guardia, que el primero de Enero, cuando se cumplieran los 365 días, lo espe-raba en el palacio porque quería hablar con él. Todo estaba preparado, el pueblo estaba contento, todo el mundo esperaba ansiosamente el primero de Enero. El 31 de Diciembre, el día después de haber pasado las 364 noches y los 365 días allí, el joven se le-vantó del muro y se marchó. Fue hasta su casa y fue a ver a su madre, y ésta le dijo: - Hijo querías tanto a la princesa, estuviste allí 364 noches, 365 días y el último día te fuiste. ¿Qué pasó?, ¿No pudiste aguantar un día más? Y el hijo contestó: - ¿Sabes madre? Me enteré que me había visto, me enteré que me había elegido, me enteré que le había di-cho a su padre que se iba a casar conmigo y, a pesar de eso, no fue capaz de evitarme una sola noche de do-lor, pudiendo hacerlo, no me evitó una sola noche de sufrimiento. Alguien que no es capaz de evitarte una noche de sufrimiento no merece de mi, Amor, ¿verdad madre? Cuando estás en una relación, y te das cuenta de que pudiendo evitarte una mínima parte de sufrimiento, el otro no lo hace es, porque todo se ha terminado.
BUCAY
CUENTOS DE BUCAY
La princesa busca marido.
Jorge Bucay.
—Soy una cebolla, una sucia y maloliente cebolla—se lamentaba—. Me pudro en el
tiempo, quiero pero no alcanzo. No soy más que una mísera cebolla.
—¿Me deshago de mis capas? ¿Qué sería de mí?—Se preguntaba—Entonces apenas
sería —se contestaba.
En aquel momento mil voces amigas lo calmaron: —Sólo me queda esperar—
dedujo.
Así fue que se quedó muy quieto bajo el sol, secándose y consumiéndose esperando
la llegada de su hora.
Con la piel ya descascarillada por los rayos, perdió el conocimiento. Allí yacía,
muerto, inmóvil, el hombre cebolla.
Llegó el día de su entierro y, por primera vez en su vida, nadie lloró por él.
Diego Castaño Chillarón
C RE AC IÓ N L ITE RA RI A
S ON E T O : L A M O N T A Ñ A
Verdes hojas mecidas por el viento, Claras aguas susurran al pasar,
Lo único que escucho, mi pensamiento, Me invita a un mundo donde reposar.
Tú que fuiste forjada a fuego lento.
Tú que nos das el aire del que respirar. Perderme entre tus bosques no lamento,
Ni tu hermosa belleza contemplar.
Es por ti, que los alados poetas, Con sus alegres y hermosos cantares,
Proclaman tu gran historia atemporal.
Desde tus oscuras, profundas grietas, Hasta las altas nieves invernales, Se aprecia,... tu grandeza natural.
Daniel Nieto
Página 9
SHEREZADE, LA REVISTA DEL CARLOS I I I .
Allium Cepa
Página 10
VOLUMEN 1, Nº 1
Fotografías de particulares
„‟ Desde el cielo‟‟
„‟ El Río Tajo‟‟
Castillo de San Servando, Toledo.
Nuestro e-mail: : [email protected]