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la revista de la ciudad y de los ciudadanos

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FundaciónSanta Fe de Bogotá

CALLE 21 Nº 6- 58 EDIFICIO ALASKA

Tel.: 2813252

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№ 6 - Diciembre - 20111

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Con la satisfacción de haberles devuelto a los

bogotanos la esperanza y de dejar proyectada la ciudad en materia de movilidad e inversión social, la alcaldesa de la capital de la República, Clara López Obregón, culmina su gestión este 1 de enero, con un sólido liderazgo político que será decisivo en el proceso de reinventar el proyecto de la izquierda colombiana.

Durante los seis meses que estuvo al frente de la Alcaldía de Bogotá, esta economista de Harvard y abogada de la Universidad de los Andes, candidata a doctorado de la Universidad de Salamanca, demostró su capacidad de liderazgo y sobre todo, su amplia experiencia administrativa, adquirida en el desempeño de diversos cargos públicos y su apego a la investigación y a la docencia.

La inclusión social mediante aten-ción integral a personas en si-

tuación de inseguridad alimenticia, garantizando diariamente el derecho nutricional a alrededor de un millón de ciudadanos, es uno de los progra-mas bandera del Gobierno de Bogotá que está finalizando y que lidera la al-caldesa, Clara López Obregón.

Este programa que además de repar-tir suplementos alimenticios en 316 co-medores comunitarios, localizados con un enfoque territorial, así como en los colegios distritales y en centros de protección tanto de infantes como de terce-ra edad, se enmarca dentro de la concepción de Ciudad de Derechos, eje político principal del Plan de Desarrollo “Bogotá Positiva, para vivir mejor” que ejecutó la administración distrital que le tocó culminar a Lópz Obregón y que muestra exitosos resultados.

ISSN: 0123-952X No. 6 / Diciembre 2011.

Una publicación de la Fundación

para la Recopilación y la Divulgación del Conocimiento. (FUNDOC)

Nit: 830.034.892-0

Dirección Postal: Calle 21 No 6-58. Oficina. 701

Teléfono: (57-1)3416948Celular: 310-6259167

E-Mail: fundoc95 @yahoo.comBogotá. Colombia. Sudamérica.

//EDITOR GENERAL//Rafael Enrique Ángel R

Con el acompañamiento periodístico deFernando Arellano Ortiz

www.cronicon.net

//REDACCIÓN//Fernando Arellano; Rafael

Enrique Ángel R.

//DOCUMENTACIÓN//Allis Betlana Ángel Pérez

//CORRECCIÓN//Fernando Iriarte

//COLABORARON EN ÉSTA EDICIÓN//

Miguel Arnulfo Ángel R; Ramiro Gutierrez; Rafael Enrique Ángel R;

Fernando Arellano; Fernando Iriarte; Rodrigo Rojas; Miguel Galvis;

Fernando Fonseca: Atilio Boron; Angela Robledo.

//PORTADA//Hernando Carrisoza

Rickens Mauricio González B.

//DISEÑO Y DIAGRAMACIÓN//Rickens Mauricio González B.

//IMPRESIÓN//

Alternativa Gráfica

Aviso Legal y clausula de privacidad.

Las opiniones, notas y comentarios son exclusiva responsabilidad de los firmantes o de las instituciones que facilitaron la información y no refleja necesariamente el pensamiento de los Editores. Todos los derechos reservados. Esta publicación no puede ser reproducida, parcial ni totalmente, registrada en, o transmitida por sistemas de recuperación de información, sea mecánico, fotoquímico, electrónico, magnético, ni traducida a cualquier idioma sin la autorización escrita de los propietarios del Copyright.

Copyright: FUNDOC

Una revista de la ciudad para los ciudadanos

ENTREVISTA

SEGURIDAD HUMANA

EL PAÍS

Alcaldesa Clara López Obregón hace balance de su gestión

El derecho a la alimentación

El presente documento es una lectura sobre las relaciones campo – ciudad, los ante-

cedentes lejanos y mediatos de los conflictos del campo, el panorama actual de lo rural, sus actores y planteamientos frente a los asuntos referidos a la tierra y el desarrollo rural, expresados a través de sus organizaciones o voceros en documentos, es-critos, foros, congresos y encuentros, teniendo en cuenta que el problema de la tierra ha sido el nudo gordiano de la sociedad colombiana.

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CONTENIDO

El nuevo alcalde y el desplazamiento en Bogotá...........................4

•EDITORIAL TOPOS, Una publicación para Comprender la ciudad y la ciudadanía........................................................................................7

•CARICATURASin Rumbo...............................................................................................6

•COLUMNAS..............................................................................................................15 Yo no opino: Pienso ...........................................................................33Hablar de paz en tiempos de guerra...............................................51

Álvaro Uribe y su conexión con organización miliar de ultraderecha Uno América..................................................................9Jugada burocrática contra Petro.......................................................9Presentadora ecuatoriana en Colombia con rabo de paja..........9Corte Constitucional sienta doctrina sobre laicismo..................9

Alcaldesa Clara López Obregón hace balance de su gestión...10

•PRODUCCIÓN SIMBÓLICA LiteraturaEntre la ciudad y la urbe....................................................................16•CIUDADANIA La ciudadania o el poder politico para obtener derechos.........23•PARTICIPACION CIUDADANAConfiar: Posibilidad de construir una cultura solidaria en colombia para superar la exclusion social.....................................31

•POLÍTICAS URBANAS Seguridad HumanaEl derecho a la alimentación............................................................34

•MEMORIA URBANABogotá, lo permanente en el centro y en la séptima................38

El campo: sus recursos y el modelo económico.........................44

América latina y su empeño por consolidar un polo de poder regional.................................................................52

La ambición por el oro sigue dominando al hombre..................58

El intelecto tambien necesita de musculos................................60

Rimax.....................................................................................................62Britania Modular..................................................................................62Totto......................................................................................................62Bancolombia........................................................................................63Oma........................................................................................................63 Colchones Spring................................................................................63

FOTOGENIA

URBE

EL PAÍS

EL MUNDO

HOY

DEPORTE

OFERTAS

OPINIÓN

ENTREVISTA

CIUDAD

CONFIDENCIAS

SEPARATA: Justicia Comunitaria

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FOTOGENIA

Bogotá tiene el mayor número de víctimas en su territorio, de diver-sas regiones y condi-

ciones. La violencia ha traído a Bogotá más de 400 mil personas. Aplicar la ley de víctimas es que el alcalde se coloque en el primer lugar para que esas personas, con ayuda del Gobier-no, puedan gozar de la restitución de sus tierras y sea el perdón la base de la reconciliación y la paz. (…)

Lo que significa este resulta-do (haber sido elegido), el que la ciudad de Bogotá, de manera mayoritaria, haya decidido aco-ger a un hijo del proceso de paz de 1989, a un hijo de la Consti-tución del 91, es ni más ni me-nos que Bogotá no cayó en la trampa de la política del odio y la guerra eterna, que le dice sí a la reconciliación, sí a la paz.

Gustavo Petro Discurso del triunfo electoralOctubre 30 de 2011

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CARICATURA

http://leosatira.blogspot.com

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EDITORIAL

A partir del siglo XX, particularmen-te en América Latina, es la ciudad donde reside el núcleo del cambio social, puesto que la distinción y el

continuo proceso de interrelación respecto de lo rural-urbano organizan en ella las sociabilida-des e ideologías. Consecuentemente, es la vida urbana la que con sus diversas contradicciones, consensos, costumbres e idiosincrasia produce una nueva sociedad.

La conformación de amplias regiones enlaza-das por la velocidad mercantil y los especulati-vos flujos comerciales y especulativos en los que campea el capital financiero, atenúan el papel he-gemónico de los Estados nacionales, y al mismo tiempo hace que las ciudades con sus nombres singulares, los sustituyan como referencias inelu-dibles en la comunicación y el intercambio.

Los comportamientos de los centros urba-nos se determinan con base en la relación en-tre dimensiones sociales y territoriales. Si bien los actores dependen de procesos estructurales (tanto económicos, como socio demográficos y políticos), el papel que juegan en la ciudad depende de la forma particular en que se orga-nicen tanto en unidades de acción como en su relación con el territorio.

Al despuntar el siglo XXI, las ciudades son el núcleo central de las transformaciones del sistema mundial en el proceso de globaliza-ción. En tal sentido el geógrafo y periodista brasilero Milton Santos (1947 - 2001) señala que frente a los efectos perversos de la glo-balización económica, “la ciudad gana una nueva dimensión y un nuevo papel, mediante una vida de relaciones también renovada, cuya densidad incluye las tareas ligadas a la produc-ción globalizada. Por eso la ciudad se torna el lugar donde mejor se aclaran las relaciones de personas, empresas, actividades y ‘fragmen-tos’ del territorio con el país y con el mundo”.

Dentro de este contexto, Bogotá, la capital de Colombia, ha venido experimentando desde hace más dos décadas un interesante proceso de evolución social, económica, política y cultural,

en medio del inveterado conflicto armado que subsume a este país suramericano.

En tal sentido, Bogotá se constituye en un apasionante laboratorio socioeconómi-co y político en Latinoamérica que ofrece la posibilidad de hacerle un seguimiento sociológico y político para comprender las múltiples aristas que encierra un conglo-merado social tan complejo y disímil, en el que la continuidad de políticas públicas ha permitido generar una dinámica propia de inclusión y desarrollo humano que se tradu-ce en el consenso institucional y social para enfrentar los problemas con miras a atinar en su solución.

Por eso hoy sale a la luz pública TOPOS (toponimio griego de lugar) que además de aspirar a convertirse en una herramienta versátil de comunicación, busca constituir-se en un valioso instrumento de análisis e investigación que permita hacer un segui-miento exhaustivo de la vida social e insti-tucional de Bogotá, teniendo en cuenta, por supuesto, las experiencias de otras ciudades con el fin de hacer un ejercicio comparativo de los procesos de participación de los ac-tores sociales y de gestión administrativa.

Con TOPOS pretendemos “armar” una trama que nos posibilite observar a Bogo-tá desde la óptica de cómo suceden las co-sas, en relación con el desarrollo urbano y la evolución sociopolítica de la ciudad. De esta manera, aspiramos a explicar en con-texto cómo los diversos actores ciudadanos se desenvuelven a partir de su base estructu-ral, su espacio territorial, la representación que construyan de la ciudad y las estrategias que al respecto se formulen y ejecuten. Pero al mismo tiempo, pretendemos también, que sea un espacio de debate y deliberación, en el que podamos ser receptores de inquietu-des, ideas y críticas sobre el interesante de-venir de una urbe que por su condición de capital de República debe enfrentar el am-bicioso reto de responder armónicamente a los ámbitos local, nacional e internacional. T

TOPOS,

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CONFIDENCIAS

Varios analistas internacionales encabezados por la destacada periodista argentina Stella Calloni, autora del libro “Operación Cóndor, pacto criminal” (La Jornada, México, 2001), han alertado a

los gobiernos progresistas de América Latina de la peligrosa alianza secreta que se ha consolidado entre la organización militar de ultraderecha Uno América que preside el golpista venezolano Alejandro Peña Esclusa y que reúne a exrepresores de Fuerzas Militares de la región, con el cuestionado expresidente colombiano Álvaro Uribe Vélez, quien a su vez acaba de establecer en Bogotá la Fundación Internacionalismo Democrático (http://fidauv.org/). Ambas fundaciones que cuentan con aportes económicos de las organizaciones de ultraderecha de Estados Unidos y del Partido Popular de España han elaborado una estrategia política-mediática mediante la cual buscan desestabilizar concretamente los gobiernos de Hugo Chávez en Venezuela, Rafael Correa en Ecuador, y Evo Morales en Bolivia.

La Fundación Uno América con el liderazgo de Peña Esclusa, hoy detenido por su relación terrorista con el salvadoreño Francisco Chávez Abarca, fue decisiva en el golpe de Estado contra el presidente Manuel Zelaya de Honduras en 2009 y en el intento de desestabilización contra Evo Morales en Bolivia en 2007. Con esa experiencia, Uribe Vélez desde Colombia cuenta con “excelentes” aliados en su propósito de convertirse en el máximo referente de la ultraderecha latinoamericana.

Ante los anuncios de algunos de los colaboradores del alcalde electo Gustavo Petro Urrego en el sentido de que a partir del 2 de enero va ser un barrido general en las 20 alcaldías locales de

Bogotá y en consecuencia se propone encargar de esas dependencias a funcionarios de la Secretaría de Gobierno del Distrito, varios de ellos ya tienen pensada una “jugada burocrática”. Para no dejarse “echar” tan pronto, varios de los actuales alcaldes de las localidades han previsto pedir vacaciones, con lo cual logran aplazar por varios días su despedida de la administración.

Ana María Serrano, la presentadora ecuatoriana del programa El Ventilador que diariamente se transmite por el canal de televisión Cablenoticias que acaba de ser adquirido por el empresario

golpista venezolano Alberto Ravel, propietario de la cadena Globovisión, tuvo que venir a Bogotá a hacer propagandismo político contra el gobierno del presidente Rafael Correa, porque en su país, no lo puede hacer debido a que tiene “rabo de paja”.

En efecto, su marido, Juan Esteban Arellano, estuvo varios meses detenido en un centro de reclusión en Quito, acusado de peculado por la Superintendencia de Compañías que lo denunció por serias irre-gularidades cometidas en la adjudicación de multimillonarios contratos cuando se desempeñaba como presidente de la telefónica ecuatoriana Andinatel. Claro que la presentadora alega en privado que el caso penal de su esposo se trata de “persecución política” del gobierno de Correa. En Colombia como no se conoce de las los autos jurídicos y andadas de su cónyuge, Serrano en sus intervenciones en el canal antichavista habla de moral y se rasga las vestiduras por los casos de corrupción.

El espíritu laico de la sociedad colombiana institucionalizado en la Carta Política de 1991 quedó refrendado recientemente por la Corte Constitucional en una importante sentencia que declaró

inexequible una ley de honores en virtud de la cual el Congreso de la República se unía a la celebración de los 50 años de la Catedral del municipio tolimense de El Espinal, convirtiéndola en monumento nacional para lo cual se le otorgaba un millonaria partida del presupuesto nacional a la curia de esa población.

Los magistrados de la Corte reafirmaron el precepto constitucional de que Colombia es un Estado laico en el que se garantiza la diversidad de credos, por lo cual la sentencia prohíbe en forma categórica aportes del erario a iglesias y para actos religiosos.

ÁLVARO URIBE Y SU CONEXIÓN CON ORGANIZACIÓN MILIAR DE ULTRADERECHA UNO AMÉRICA

PRESENTADORA ECUATORIANA EN COLOMBIA CON RABO DE PAJA

CORTE CONSTITUCIONAL SIENTA DOCTRINA SOBRE LAICISMO

JUGADA BUROCRÁTICA CONTRA PETRO

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ENTREVISTA

Alcaldesa Clara López Obregón hace balance de su gestión

Con la satisfacción de haberles devuelto a los bogotanos la esperanza y de dejar proyectada la ciudad en materia de movilidad e inversión so-cial, la alcaldesa de la capital de la República, Clara López Obregón, culmina su gestión este 1 de enero, con un sólido liderazgo político

que será decisivo en el proceso de reinventar el proyecto de la izquierda colombiana.

Durante los seis meses que estuvo al frente de la Alcaldía de Bogotá, esta econo-mista de Harvard y abogada de la Universidad de los Andes, candidata a doctorado de la Universidad de Salamanca, demostró su capacidad de liderazgo y sobre todo, su amplia experiencia administrativa, adquirida en el desempeño de diversos cargos públicos y su apego a la investigación y a la docencia.

López Obregón logró cambiar la percepción negativa que tenían los bogotanos de su administración. Llegó en un momento político-administrativo tremendamente complicado, pero a los pocos días fue cambiando esa desazón que se había apo-

“Con una inversión social sin precedentes

logramos bajar a una tercera parte

la pobreza en Bogotá”

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Juan Manuel Santos, con quien impul-samos el proyecto de la primera línea del Metro para Bogotá que se venía estudiando. Logramos levantar la sus-pensión que había sido decretada del proceso de contratación de los diseños de detalle de la primera línea. Con el Alcalde electo durante una reunión con el Presidente de la República se con-vino seguir adelante con este proceso de contratación de los diseños de inge-niería básica con algunos aditamentos muy encomiables hechos por el alcal-de electo, Gustavo Petro, en el sentido de que esta primera línea que parte de Kennedy al llegar al centro de la ciudad y recorrer la parte oriental busque una extensión hacia la localidad de Suba. Esto será objeto de estudios posterio-res, pero debo decir que dejamos el pla-to servido.

TOPOS: ¿Por qué dice que el proceso del Metro estuvo suspendido?

C L: Porque fue suspendido du-rante la etapa que estuvo encargada de la Alcaldía la ministra de Educación, María Fernanda Campo. Cuando lle-gamos nos correspondió reactivarlo y dejamos todo listo para la contratación

del diseño básico del Metro, pero tam-bién dejamos lista la financiación de la primera línea a través de un cupo de endeudamiento de la ciudad, cuyas fi-nanzas tienen calificación triple A en su grado de inversión, y lo que tiene que ver con la sobretasa a la gasolina que apenas termine de pagar la tercera fase de Transmilenio, en su próxima etapa, se dedica al Metro de Bogotá.

TOPOS: Y en cuanto a otro proyecto importante para la movilidad de la ciudad como es el Sistema Integrado de Transporte, ¿en qué queda?

C L: Queda adjudicado el Sistema de Recaudo Único, en proceso de im-plementación ese contrato que es muy ambicioso que cubre un periodo de 16 años, los primeros cuatro de empate con los actuales recaudadores. Deja-mos ya diseñados los nuevos equipos de transporte, los nuevos buses, adju-dicadas las trece zonas y un procedi-miento mediante el cual debe comen-zar a implementarse zona por zona a partir del mes de marzo o junio de 2011 dependiendo de la terminación de los últimos detalles de las obras y la soli-

citud de equipos que hagan los nuevos operadores del transporte colectivo ur-bano de Bogotá.

INVERSIÓN SOCIAL SIN PRECEDENTES

TOPOS: ¿Si se afirma que la inver-sión social que ha hecho esta admi-nistración en materia de educación, salud, nutrición, no tiene preceden-tes en Bogotá, es exacto?

C L: Sí, es correcto, es una inver-sión sin precedentes porque nosotros en este gobierno y con lo que dejamos proyectado del presupuesto para 2012 destinamos el 80% a inversión social. Los resultados hablan por sí solos y permítanme hacer un recuento muy corto, porque generalmente uno se queda en palabras y no cae en cuenta de la magnitud de los logros. Porque en razón de los grandes escándalos que rodearon la contratación pública y las alegaciones de corrupción se invisibili-zó lo que fue la profunda huella social que dejan las dos administraciones del Polo Democrático Alternativo en Bo-gotá. La ciudad tiene un activo muy importante que son las encuestas mu-tipropósito elaboradas por el DANE en coordinación con Planeación Distrital. Se han hecho tres de ellas: en el 2003, en el 2007 y en 2011, son extraordina-rias porque sirven de línea base para medir la gestión de cada administra-ción y a la vez permiten evaluar los lo-gros obtenidos.

Estas encuestas muestran que em-pezamos en 2003 con el 31% de la po-blación de Bogotá en pobreza medida por el indicador multidimensional que incluye educación, salud, vivienda y servicios públicos, trabajo y atención a la infancia y adolescencia; pasamos a 21% en 2007 y al 12% en el 2011; hemos logrado bajar a una tercera parte la pobreza en la capital de la Repúbli-ca. Casi 300 mil familias han salido de la pobreza, lo que significa un millón doscientas mil personas, es un logro que se puede atribuir, en gran parte

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desde luego no exclusivamente, a ese enorme esfuerzo en inversión social que ha hecho la administración distrital a razón de 4 billones 500 mil millones de pesos al año. Por eso tenemos edu-cación gratuita del grado 1 al grado 11; contamos con un sistema de prestación de servicio de salud fundamentado en la atención primaria con prevención, con amplia cobertura, con garantía de derechos, especialmente en gratuidad para los más vulnerables: menores de cinco años, mayores de 65, población en situación de discapacidad severa, los niveles 1 y 2 del Sisbén. Tenemos la red de comedores comunitarios y comedores escolares que cubren a un millón de personas; y una generación de espacio de tierra que nos permite de-cir que para vivienda de interés social el metro cuadrado en Bogotá está a un precio inferior al de Soacha lo que ha posibilitado reducir el déficit cuantita-tivo y el hacinamiento, lo cual es uno de los grandes logros de la adminis-tración en estos cuatro años. Pero todo esto en el contexto de finanzas sanas, más no infinitas, Triple A en finanzas, grado de inversión reconfirmado hace quince días.

Y en materia de trabajo, tal vez la gente no capta, pero esta administra-ción adelantó con la asesoría muy im-portante del exministro y exsecretario de la CEPAL, José Antonio Ocampo, algo novedoso y es una política de ge-neración de empleo que implicó Ban-ca Capital, temas de formación, de emprendimiento, de primer empleo, y desde luego las obras públicas que nos han permitido completar ya un año en Bogotá con desempleo de un dígito y llegar a un guarismo casi del primer mundo: 7.6% de desempleo el pasado mes de octubre, unido a una tasa de crecimiento económico muy robusta del 4.7, cinco décimas por encima del crecimiento reportado a nivel nacional del 4.2%. A veces uno dice estas son cifras cuantitativas, la gratuidad, la co-bertura ciento por ciento en educación, es un tema en el que hay que recabar porque esa es la crítica que siempre se

hace: cobertura pero sin calidad. He-mos hecho avances enormes en materia de calidad, pasamos en esta adminis-tración de 17% a 57% de los colegios distritales en los niveles superior y más del ICFES y ninguno en los niveles malo y peor.

TLC Y CONFLICTO ARMADO

TOPOS: Hablemos de los riesgos que se ciernen sobre la ciudad. ¿Bo-gotá estará preparada para los efec-tos del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos? ¿Habrá que ge-nerar políticas de mitigación para un peligro de esta magnitud?

C L: Yo creo que el peligro es para el país y como Bogotá no está exenta de ser la depositaria de todos los pro-blemas nacionales, lo hemos visto con el conflicto armado y el enorme número de víctimas y de desplazados que llegan a la capital de la República, son temas que uno no puede eludir ni evitar. Cuan-do uno ve las protestas de los cebolleros en Boyacá y aún no hemos implemen-tado el Tratado de Libre Comercio, por el hecho que se autorizaron importa-ciones del Perú que llevaron el precio colombiano a diez mil pesos el bulto, nos llama la atención en el sentido de que Bogotá va a recibir un impacto que puede afectar la generación de empleo

y otros aspectos. Yo diría que lo que tie-ne que hacer Bogotá para enfrentar esta realidad es prepararse para reinventar su economía y dirigirla hacia la innovación y la tecnología, y eso es precisamente lo que estamos haciendo nosotros con to-dos los proyectos que hemos presenta-do a consideración del Fondo Nacional de Regalías. A través de la Empresa de Telecomunicaciones de Bogotá (ETB) hemos hecho un convenio fundamen-tal para entregarle computadores con servicio de Internet a los estudiantes de últimos grados en los colegios distrita-les para que tengan acceso a contenidos académicos y plataformas interactivas. Al mismo tiempo, en desarrollo urbano, en el Plan de Ordenamiento Territorial (POT) y en las áreas de renovación se deben generar los espacios para la in-dustria sin chimeneas, que es la que tie-ne que reemplazar todo esto que nos va a caer encima con o sin el TLC. En ma-teria de globalización el que no se meta en la carrera de la tecnología no sola-mente va a perder el año, va a perder la posibilidad de participar en el progreso.

TOPOS: ¿Cómo ha sorteado Bogotá en los últimos cuatro años las repercusiones del conflicto armado?

C L: Yo creo que el país no está consciente de lo que hemos hecho en la capital de la República para afrontar

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los rigores del conflicto armado en lo que nos corresponde, y es la atención integral a las víctimas. Bogotá aten-dió a las víctimas antes de que hubie-se Ley de víctimas. Desde el año 2008 iniciamos un programa muy robusto al punto que hoy tenemos 14 centros de atención integral a víctimas de crí-menes de lesa humanidad, de viola-ciones graves de derechos humanos y desde luego del conflicto armado, con muchas especificidades como por ejemplo, ayuda jurídica a obtener las reparaciones por parte del Estado; apoyo inte-gral, sicosocial, acceso a toda la red social del Distrito en materia de salud, educación, alimentación; también tene-mos un centro especializado en género para atender espe-cialmente a mujeres víctimas de violaciones gravísimas a su dignidad en materia sexual; otro destinado a la protección de tierras que surgió del conoci-miento que adquirimos con la toma del parque Tercer Milenio por parte de los desplazados; otro más para asis-tir a defensores de derechos humanos y sindicalistas. En todos estos centros hemos atendido más de 14 mil perso-nas, y está el Centro Memoria de la Paz y Reconciliación que es el aporte de la ciudad a la memoria histórica y a esa reparación fundamental que es el derecho a la verdad. Creo que somos ejemplo a nivel nacional.

TOPOS: ¿Este drama del conflicto que tiene efectos muy graves sobre Bogotá, la hace reafirmar en su posición de hace muchos años en el sentido de que la única solución a la confrontación armada colombiana es la salida política negociada?

C L: Efectivamente, a pesar de los últimos acontecimientos tan condena-bles que han sucedido recientemente como el asesinato de cuatro unifor-mados en manos de la guerrilla hace pocos días que lo llenan a uno de de-sazón y de dolor, creo que Colombia

debe superar el conflicto y no veo una salida definitiva que no sea negociada, mientras tanto Bogotá seguirá viviendo el posconflicto dentro del conflicto, un tema bastante complejo que tiene po-cos antecedentes en el mundo.

TOPOS: ¿Por qué?

C L: Porque normalmente el trata-miento de las víctimas, de los desmo-vilizados, los procesos de construcción de paz y reconciliación suceden des-pués de terminado el conflicto. Pero aquí tenemos un conflicto que se repro-duce y se proyecta en el tiempo, Bo-gotá sigue recibiendo 20, 30 familias desplazadas diariamente, por lo que no veo una salida distinta a una nego-ciación política que le ponga fin a esta confrontación armada.

COHABITACIÓN Y FUTURO POLÍTICO

TOPOS: ¿Cómo se sintió en esta cohabitación política con un Pre-sidente de la República de distinta vertiente política que la suya, algo similar a lo que les ocurrió a Mite-rrand y Chirac en Francia?

C L: Creo que dimos una lección de gobernabilidad y legitimidad demo-crática en estos seis meses cortos de gobierno porque en la función adminis-trativa la colaboración, articulación y coordinación entre los gobiernos distri-tal y nacional son fundamentales para el bienestar de la población de la capital de la República. Encontramos un pre-sidente receptivo y presto a ayudar.

Tengo que decir que las rela-ciones fueron excelentes, de mutuo respeto y de una enorme colaboración del primer man-datario y su equipo de gobierno para con los programas Bogotá. Resalto proyectos como el Me-tro, el corredor verde, toda la articulación que logramos para atender la emergencia social de la población embera durante tres meses y su plan retorno, todo lo cual generaron buenos resulta-

dos para los habitantes de la capital.

Y tengo que decir además que me enorgullezco de haber sido la alcalde-sa que invitó al Presidente de la Re-pública de signo político distinto, por

primera vez en la historia, al Palacio Liévano, sede del Gobierno Distrital, lo cual demuestra que sí es posible generar unas relaciones en las que disentir no implica pelear.

TOPOS: Usted pertenece a la catadura de una familia política, cuyos más destacados exponentes los expresidentes López Pumarejo y López Michelsen dedicaron su vida a pensar el país. ¿En su caso y de aquí en adelante, va a continuar pensando a Bogotá y a Colombia?

C L: Sin lugar a dudas, esa es mi mayor aspiración. Tengo el proyecto con un grupo de amigos intelectuales interesados en el bienestar y en la pro-yección de una democracia profunda en nuestro país, de generar un centro de pensamiento donde podamos mantener vivo el debate de esa alternativa de iz-quierda que necesita no solamente Co-lombia sino el mundo.T

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OPINIÓN

№ 1 - Diciembre - 201115

El epígrafe sintetiza el espí-ritu de esta columna: ¡La paz es el camino! Hay que hablar de paz, y más aún en

tiempos de guerra; hay que asumir la paz profundamente, como un acto de co-responsabilidad, de construcción colectiva, de resistencia a la guerra, de exigencia a un Estado que por décadas no ha hecho apuestas radicales para frenar la industria rentable de la gue-rra y construir un modelo económico y social sostenible para la paz.

Esta columna surgió a partir del con-movedor Encuentro Nacional de Comu-nidades Campesinas, Afrodescendientes e Indígenas por la Tierra y la Paz de Co-lombia: “El Diálogo es la Ruta” realiza-do en Barrancabermeja entre el 12 al 14 de agosto de 2011. Encuentro diverso, plural, democrático y constructivo, en el cual escuchamos las diversas voces de integrantes de cientos de organizaciones y movimientos sociales quienes exigen vivir en un país en Paz. He repetido en diversos medios que dicho encuentro sí fue infiltrado, totalmente infiltrado, pero por los gestores y gestoras de paz, cam-pesinos, afrocolombianos, indígenas, artistas, niñas, niños, jóvenes y algunos representantes del Congreso de la Repú-blica. Allí encontramos un clamor ma-sivo dirigido al presidente Juan Manuel Santos para que encuentre esa llave de la paz que nos prometió en su discurso de posesión, de tal manera que entre to-das y todos, abramos esta puerta.

Algunas de las principales conclu-siones del encuentro fueron en palabras de los organizadores, las siguientes:

• Rechazar las políticas guberna-mentales que durante la última década se han venido implantando en el país, para promover un modelo económico que propicia la explotación intensiva de la tierra y los recursos naturales; favo-rece a las empresas transnacionales y a grandes grupos económicos; acentúa los conflictos por la tierra y la lucha por el territorio; estimula nuevos procesos de expropiación, despojo y de despla-zamiento forzado, y deteriora radical-mente los procesos sociales, al com-prometer las condiciones de nuestra soberanía y seguridad.

• Ratificar el derecho constitucional que tenemos colombianas y colombia-nos de vivir en paz. Propiciar conscien-temente la generación de nuevas condi-ciones para emprender el camino que pueda conducir a un trámite distinto del basado en el ejercicio de la violencia, de manera que la resolución de los con-flictos de nuestra sociedad, pueda tran-sitar por la vía del diálogo, la justicia social y la paz.

• Invitar a caminar en la dirección que demanda generar un clima favo-rable para la paz. Es urgente trabajar juntos para consolidar una cultura de la paz. Las partes comprometidas en la confrontación, deben contemplar como un gesto mutuo frente a la sociedad co-lombiana, un cese de hostilidades que abra el espacio para el diálogo.

• La solución política al conflicto armado, no puede ser un asunto de competencia exclusiva de las partes comprometidas de manera directa en

Hablar de Paz en tiempos de guerra

“No hay caminos para la paz; la paz es el camino”Mahatma Gandhi

la contienda militar.”Todas las voces todas, todas las manos todas” requieren ser escuchadas y movilizadas para sen-tar las bases que nos permitan avanzar en nuestra ruta.

Dos premisas fundamentales, en mi concepto animaron ese Encuentro: La paz no se decreta, la paz se construye y en segundo lugar, la paz en Colom-bia exige resolver los conflictos de la tenencia de la tierra y lograr la justi-cia social. Guerrillas, paramilitares, actores ilegales del Estado y narcotra-ficantes hacen parte de la violencia y la ilegalidad en nuestro país. El nar-cotráfico es quizás el más dañino de estos fenómenos, dada su capacidad potenciadora de violencias. Por eso es necesario un enorme y vehemente rechazo a toda forma de violencia y de ilegalidad. Las ciudadanas y ciu-dadanos de Colombia necesitamos un compromiso político para generar una revolución serena.

Las mujeres somos determinantes en este proyecto. Hemos dado muestras reiteradas de una enorme capacidad de resistencia, de organización y de solida-ridad. Muchas mujeres han sabido so-breponerse al dolor que ha traído tanto daño infligido sobre sus cuerpos y al-mas. Convertir ese dolor en indignación y en un potente motor cultural y poli-tíco para la paz.

Es tiempo de sentir indignación frente a los miles de muertos a lo largo y ancho de nuestra adolorida Colombia. Son nuestros muertos. Es tiempo de adoptar como camino la paz.T

Ángela Robledo*

*Representante a la Cámarawww.angelarobledo.com - En Twitter: @agelamrobledo

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CIUDADProducción Simbólica

Ensayo

El término ciudad es pródi-go en usos y también en significados que varían de acuerdo con el contexto

discursivo de las disciplinas y profe-siones o de las necesidades públicas del Estado y de los ciudadanos. No obstante, en todos los casos el térmi-no cumple con una función referencial que denota el espacio habitado, pleno de usos públicos y privados, distingui-do con un nombre propio. Lo mismo en textos sagrados y literarios que en textos académicos en el campo de las ciencias sociales, en particular la so-ciología, la ciencia política y la histo-ria, el término ciudad se rige más por la analogía que por el concepto.

DEFINICIÓN

Miguel Arnulfo Ángel (*).

*Profesor-Investigador en el Departamento de Política y Cultura de la Universidad Autóno-ma Metropolitana Xochimilco. De nacionalidad colombiana, residente en la ciudad de México. Es licenciado en sociología por la Universidad Na-cional de Colombia, maestro en sociología por la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales y Diplomado en letras modernas por el Instituto Tecnológico Autónomo de México.

E-mail: [email protected]

“La ciudad, denominada polis por los griegos y civitas por los romanos, es el resultado de una asociación previa que, como tal, elabora el mito de su fundación para compartirlo con sus habitantes y mantenerlo, generalmente en secreto, bajo la protección de los dioses. La urbe, por su parte, es el resultado de una decisión posterior, tendiente a definir la construcción física del lugar donde se celebra la reunión y se fijan el domicilio y el santuario de la asociación”.

Entre La Ciudad y La UrbeEntre La Ciudad y La Urbe

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ENTRE LA CIUDAD Y LA URBE

Una distinción se perfila desde la

Antigüedad, pues desde entonces en el término ciudad coexisten dos dimen-siones: una referida a la urbe, derivada de la urbs latina, en tanto espacio físico, y otra al simbolismo, entre cuya carga de significados se destaca el de la cen-tralidad. Se trataba de que la construc-ción urbana, protegida en ocasiones por murallas y fortalezas, coincidiera con el espacio contenedor del poderío, a partir del cual se orientan las direccio-nes de los puntos cardinales, a su vez símbolos de la apertura al infinito. Esto quiere decir que la ciudad -denominada polis por los griegos y civitas por los romanos– es el resultado de una aso-ciación previa que, como tal, elabora el mito de su fundación para compartirlo con sus habitantes y mantenerlo, gene-ralmente en secreto, bajo la protección de los dioses. La urbe, por su parte, es el resultado de una decisión posterior, tendiente a definir la construcción físi-ca del lugar donde se celebra la reunión y se fijan el domicilio y el santuario de la asociación.

Empero, existe un elemento in-eludible en la vida de la ciudad, que obedece a un sentido de realidad. Se trata de la economía doméstica, oikos, ubicada en el punto de intersección entre urbs y polis, en el terreno de la familia y de la casa de habitación. En efecto, el oikos se vincula, de una par-te, con la polis, y de otra, con la urbe, pues la familia, en tanto proveedora de ciudadanos, incide directamente en la primera, y en tanto constructora de viviendas para la familia, también incide en la segunda, en una íntima re-lación de complementariedad. De esta manera, la ciudad no sólo es el espacio de la política, del gobierno y la ciu-dadanía, sino también de la economía diferente de la agricultura.

Con todo este bagaje, la ciudad, en tanto polis, es acogida por Occiden-te como coadyuvante de su vocación racionalizadora y organizadora del mundo. En la propuesta griega, la ciu-

dad pierde su carácter mítico, pleno de secretos y exclusividades con base en el poder supremo del basileus, para devolverle su carácter público, y de esta manera hacerla accesible a los ha-bitantes, con la categoría de ciudada-nos. Fue en la ciudad donde la política se constituyó como actividad propia y el individuo definió su pertenencia al conjunto social. La polís se convirtió en el espacio donde se alcanzaba la plenitud de la autoridad del Estado, la participación organizada, así como la comunión de derechos y deberes, dis-tintivos de la ciudadanía. La política como terrenos del debate y la argu-mentación -mediante el recurso de la palabra, la retórica y el sofisma- con-tó con el ágora como espacio propio y exclusivo. Al mismo tiempo, quedó liberado lo público, entendido como terreno de lo común frente a los asun-tos privados. Los rasgos de la polis, en su proceder hacia la democratización, cuyo fin último es lograr que el demos ocupe el mundo hasta ahora exclusivo de la aristocracia, definen la estrecha relación entre el individuo y la ciudad y el sentido de pertenencia con el que logra realizar su vocación humana y, al mismo tiempo, su vocación social. Por eso, desde el inicio, la ciudad vuelta polis está asociada a la ciuda-danía, de tal manera que quienes la habitan gozan de ese derecho, el cual, a su vez, es fundamento de deberes, binomio que el mundo moderno desa-rrollaría ampliamente. En este mismo sentido, la ciudad es vida, proyecto y privilegio en los que está implícita la posibilidad de la exclusión y de algu-na manera el estigma de la no perte-

nencia, como ocurría con esclavos y extranjeros.

La urbe, por su parte, hace alusión a la expansión creciente del asenta-miento poblado con la secuela de pro-blemas derivados, circunscritos al pe-rímetro definido por el ordenamiento urbano, contemporáneamente poten-ciado por el gigantismo de la megaló-polis y sus distintas modalidades, que hoy preocupan a los urbanistas.

Sin embargo, las relaciones entre urbs y la polis son paradójicas y pro-pensas a ser contradictorias, pues, al tratarse de realidades diferentes y a la vez complementarias, conllevan po-tencialmente la posibilidad de tomar direcciones opuestas. Si la polis es la ciudad por excelencia, en torno a la cual todo un pueblo forja un derrote-ro “civilizador”, la urbs, por su parte, con la agudización de sus determina-ciones, se convierte en la anti-ciudad. En efecto, el proyecto político de la polis, en tanto asociación de ciudada-nos obedientes de la ley, llega a verse obstaculizado por los avatares de la urbs, que permanentemente debe ade-cuarse a las necesidades crecientes y a los intereses desiguales de los ha-bitantes. Aún hoy, uno es el término para la cité, lugar de origen, la iden-tidad y el destino, y otro para la ville, referida al resto del espacio generado por la urbanización.

NIVELES DE INTENSIDAD DEL CONCEPTO

Aunque el término ciudad no esté adscrito a un cuerpo teórico especifico, la denotación espacial antes señalada y ratificada en la génesis y desarrollo de Occidente contiene la oposición entre la polis y la urbe, a la vez que evidencia su desempeño como esce-nario de la acción de distintos sujetos portadores de la racionalidad domi-nante, prototípicos de la sociedad más evolucionada.

En varias circunstancias la ex-periencia de la ciudad, sea Atenas, Roma, Florencia, Venecia, Ginebra, París o Londres, y contemporánea-

“La ciudad, en tanto polis, es acogida

por Occidente como coadyuvante de su

vocación racionalizadora y organizadora del mundo.”

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mente las ciudades de la pos indus-trialización, ha sido tomada en cuenta por la reflexión teórica para articular los temas más sobresalientes de la po-lítica y la sociedad, que en conjunto contribuyen a definir su perfil concep-tual. En la Antigüedad, en connivencia con el esclavismo, en la experiencia de la Ciudad-Estado, Platón y Aristó-teles le asignan temas como el de la ciudadanía, la política y las formas de gobierno. En el amplio periodo de la transición del feudalismo al capita-lismo, entre los siglos XVI y XVIII, con el auge de la ciudad comercial, la reflexión de Bodino, Hobbes, Locke, Montesquieu y Rousseau le asignan los temas del derecho, la ley, el contrato, el estado de naturaleza, el estado de so-ciedad y el gobierno. Finalmente, entre los siglos XIX y XX, en el contexto de la ciudad industrial, con la reflexión desde distintas epidestimologías sobre la sociedad moderna, destaca el pensa-miento de Carlos Marx, Max Weber y Durkheim, así como el de los pensado-res que se han orientado por la óptica de la llamada sociología urbana, como Luís Wirth, Robert Redfield, Ferdinand Tonnies, George Simmel, Henri Lefe-bvre y Manuel Castells, entre otros. A la primera gama de pensamiento deri-vado de la ciudad industrial pertenecen temas tan variados como la división social del trabajo, la conciencia de cla-se, la dominación, la legitimidad y la solidaridad orgánica. A la segunda, en el contexto de la ciudad postindustrial, le es familiar la oposición campo-ciu-dad, comunidad-sociedad, folk-urbano

y la relación individuo-sociedad, en la tendencia a la hegemonización de la ciudad sobre el campo (Lefebvre, Re-dfield), lo mismo que la espacialidad de las relaciones sociales (Castells). La gran importancia de los medios de comunicación, el ímpetu de la so-ciedad de masas y la aplicación de la cibernética sugieren nuevos temas que cada vez se hacen más pertinentes en el estudio de la vida en la ciudad, como los relacionados con el imaginario, las formas de representación y los cam-bios suscitados en la vida cotidiana por la velocidad de las comunicaciones.

En toda la extensión del concep-to es evidente la herencia de la po-lis, con su inevitable referencia a la acción política, en tanto ciudadanía organizada que comulga con la cons-titución (Aristóteles). De ahí se deriva la ciudad como el gran “estado de socie-dad” requerido por la política (Locke). En este mismo sentido, las distintas ópticas coinciden en que la ciudad, opuesta al campo, es la porta-dora de la teléis de naturaleza “civili-zadora”, impuesta por las formas más evolucionadas de la racionalidad domi-nante, con la fuerza suficiente para dina-mizar la compleji-dad de la sociedad

moderna, en cuyas contradicciones se prefiguran los cambios de la sociedad futura. En efecto, en todos los casos, el espacio habitado por muchos que con-viven en vencidad, en casas próximas, obliga a formas de organización con el fin de sortear, de manera consensual y legítima, distintos intereses, entre los que sobresalen el de la participación política y el de la participación en el mercado (Weber). La ciudad es el te-rritorio por excelencia de las relacio-nes definidoras del mundo moderno, abierto a nuevas relaciones que van de las básicas –obreros y empresarios- a la gama de sectores medios (Tonnies). De ahí que la espacialidad física ini-cial, condición para la localización de los aparatos del poder y escenificación de la acción de los distintos sujetos

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En tanto fenómeno histórico-cul-tural, la ciudad está asociada, en todas las culturas, a la se-dentarización y estabilización

de los pueblos. Por eso, su origen se ubica en el neolítico, cuando aquellos adoptan la agricultura e inician su continuo proce-so de conformación de las instituciones y estructuración de la organización social, tarea siempre inconclusa que perdurará con la especie y tendencialmente en aso-ciación con las condiciones ofrecidas por la ciudad. Al mismo tiempo, la ciudad, en tanto espacio, recibe un nombre propio que no sólo la personaliza y lo ofrece a quienes la habitan, haciéndolos partícipes del gen-tilicio, sino que mediante el significado de su nombre la antemporaliza, recordando el momento primigenio, es decir, el origen de la fundación. El nombre asignado a la ciu-dad es insustituible en cuando a su papel referencial y de demarcación de un territo-rio geográfico, al tiempo que da identidad

HISTORIA, TEORÍA Y CRÍTICA

sociales, se convierta en condición de espacialidad política, en la que se pro-duce el encuentro entre el Estado y la sociedad, y entre estos y el individuo, en la ejecución y práctica de la política.

Al mismo tiempo, la ciudad es for-jadora de subjetividad, tanto en el pla-no de los modos de vida como en el de los derechos individuales y ciudadanos, a la vez que es concreción de distintas formas y relaciones de poder. La liber-tad social, ganada con la ciudad mo-derna, es de la misma naturaleza que la libertad de empresa y de trabajo y en la que se apoyará el ejercicio de la política con base en la libertad indivi-dual y la igualdad, en demanda de la democracia, como derecho del demos. La soberanía del pueblo en busca de su

representación y la libre aceptación de la ley es la máxima expresión del ejer-cicio de la libertad individual, que al sumarse y compartirse beneficia a cada uno en particular y a todos en general, meta última del contrato social (Rous-seau). Sobre este sustrato de libertad se funda el poder político, cuyo ejercicio sólo es posible entre las personas que deciden. La ubicación de la ciudad en la amplia división social del trabajo se particulariza en ser concentradora y contenedora de todos los recursos ma-teriales, demográficos e institucionales, complementarios entre sí y necesarios en la acumulación permanente de capi-tal, como sucede en la ciudad industrial. De esta manera, la ciudad industrial se convierte en la gran fuerza productiva,

garante de condiciones materiales, or-ganizacionales, culturales y políticas que, al reproducirse contradictoria-mente, agudizan la ambivalencia entre el progreso y el deterioro ambiental y humano (Tonnies).

Al ser escenario de las clases antagó-nicas, la concentración de obreros agili-za el despertar de su propia conciencia, motor de luchas sociales y políticas que avizoran los momentos de la revolución política. El notable crecimiento de la sociedad industrial masificada y anó-nima ha permitido la proliferación de estudios derivados de la urbanización, matriz de la despersonalización, mer-cantilización, competitividad y utilita-rismo, propios de la llamada “cultura urbana” (Wirth, Simmel).

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a un pueblo y, gracias a su nombre, la ciudad pasa a ser reconocida histórica-mente, en muchos casos con un sentido meta histórico. La fuerza analógica del lugar, entendido como topos totalizan-te en el que se espacializa la acción de los sujetos sociales, anónimos, remite necesariamente a la noción de tempo-ralidad. De ahí que la ciudad en tanto espacialidad, cumpla funciones en re-lación con el mito, la historia y la co-tidianidad.

En el mito, la ciudad es femeni-na porque simboliza a la madre en su papel de protectora y definidora de los límites. Los distintos discursos nos han escatimado las posibilidades simbóli-cas de la ciudad, y en particular el de las religiones. Tanto en Oriente como en Occidente, estas han explotado con más decisión su papel simbólico, en función de la administración de las creencias y la cosmovisión, pero, ante todo, en relación con la sacralidad y el destino. En la cristianización de Occi-dente está muy bien definida una Jeru-salén celestial, localizada en el mundo ultraterreno, y otra temporal, ubicada en el acá, como dos espacios opuestos y en ocasiones en disputa. Esta oposi-ción la exacerbó el catolicismo durante la Edad Media para asignarle al hom-bre ─pero no al individuo─ su carácter transitorio, semejante al del peregrino que va de la ciudad terrenal a la celes-tial, donde está ubicado el reino. La Bi-blia se estructura en torno a la historia del pueblo judío que propende por una ciudad, cuyo nombre, Jerusalén, es el que le da definición e identidad. De la misma manera, La Meca es, para los musulmanes, la referencia magnética en torno a la cual convergen sus creen-cias, con tal fuerza y vigencia que has-ta en determinadas horas del día debe ser tenida en cuenta por el creyente, volviendo el rostro en su dirección en cualquier parte del mundo en donde se encuentre, para ratificar su identidad y cumplir con sus preceptos.

También la historia elabora su dis-curso respecto de la ciudad, pues su presencia, en particular en el amplio periodo de la constitución del mundo

moderno, ha sido decisiva. La cultura oc-cidental es in-compresible sin referencia a Atenas, y el Re-nacimiento sin referencia a Flo-rencia, o ¿cómo pensar en los momentos de-cisivos de la modernidad sin contar con París y Londres? En América Latina, los Estados nacio-nales se fraguaron en torno a ciudades, y sus capitales guar-dan en sus nombres el aura del origen de la na-ción y el desarrollo de las ideas y luchas políticas por la consolidación de las instituciones mo-dernas. Los logros económicos en sus distintas fases, lo mismo que los de la organización político-estatal y de go-bierno, así como los de la sociedad en sus momentos de consenso o de con-flicto e incluso en los momentos más extremos, como los de la guerra, los ha escenificado la ciudad.

El tiempo cotidiano en la ciudad, expresado en modos de vida, ha servi-do para evidenciar los usos personales del mismo, el dedicado al trabajo, al descanso o al ocio, el exigido por lo público y por lo privado, en asociación con el ritmo impuesto por la industria-lización y la sociedad de masas.

LA EVOLUCIÓN HISTÓRICA

Como ya es sabido, el término ciu-dad es heredero de la modernidad, ya avizorada desde la Antigüedad grecola-tina. La herencia antigua en torno a la polis y a la urbs se conjuga en un nue-vo término, la cité, en los momentos de crisis económica de la primera Edad Media. Esta modalidad, cuya influencia trascendía a la región y a la nación en

tanto centro político, administrativo y de defensa, sirvió de base a la adminis-tración eclesiástica en torno a la dióce-sis episcopal. Paralelamente, el burgo, como sede del poder principesco y de la asamblea, cumple con funciones ad-ministrativas y militares, presidido por el alcalde, cuyo poder financiero y judi-cial le ha sido concedido por el prínci-pe. Su carácter defensivo, simbolizado por la muralla, revela las escasas posi-bilidades de cambio prevalecientes en ese momento. Las villas localizadas en zonas lejanas, como puntas de lanza de la colonización, se suman, de la misma manera, a las condiciones que sirven al funcionamiento y reproducción del feudalismo. Sólo con la irrupción estre-pitosa del comercio y la defensa de la libertad la ciudad sentó las condiciones para su transformación moderna. Rela-ciones sociales más completas e intrin-cadas dieron origen a una nueva econo-mía adscrita a la ciudad, conocida como “economía urbana”, llevada a cabo por

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El urbanismo, una nueva disciplina surgida de las secuelas dejadas por las

revoluciones industriales y política en el espacio de la

urbe, hace su aparición en el cruce del siglo XVIII al XIX.

instituciones con-tra la conjuratio, el

consulado, la orga-nización municipal,

la comuna o el regidor nutren la importancia ad-

quirida por el concejo, funda-mento de la autonomía municipal.

Así, la ciudad se consolida como lugar de mercado con derecho propio, con tendencia a la abolición de los derechos señoriales y rentas fiscales defendidas por los señores feudales.

El advenimiento de las relaciones capitalistas en la producción se reflejó con claridad en la ciudad. Al mercado de productos se sumó el de la mano de obra, enfrentada a la máquina y a las arduas condiciones laborales suscita-das por la industrialización que tuvo lugar a finales del siglo XVII y co-mienzos del siglo XVIII. La revolución industrial, a la que se sumaron masas ingentes de proletarios empobrecidos, vino a modificar ostensiblemente la fisonomía urbana de la ciudad. A este hecho material se sumó la demanda por la participación y el ejercicio creciente del Parlamento como lugar de repre-sentación en el que se enfrentaban sin ambages la amplia gama de intereses opuestos.

Una vez más, la economía y la po-lítica vuelven a estar presentes en la vida de la ciudad, en esta ocasión como componentes de la revolución social y

política. Este fenómeno, típicamente moderno, logra sus mayores alcances políticos en la vivencia de las contra-dicciones ofrecidas por la ciudad. Aquí conviven los aparatos y símbolos del Estado con los sectores sociales que, desde el proletariado o la burguesía, demandan con urgencia al cambio so-cial. Pese a que desde comienzos del siglo XIII se esbozaron en Inglaterra las demandas por los derechos, al final del siglo XVIII se vuelven a esgrimir abiertamente en la ciudad, en contra del ancien regime, a nombre de la revo-lución política (Revolución francesa). Un siglo después, la vieja experiencia de la comuna medieval adquiere el sen-tido de la lucha por la igualdad social y se intenta implantar la Comuna de París, bajo el control de la nueva clase obrera surgida de la industrialización capitalista.

UN “TOPOS” PARA LA CRÍTICA

La contradicción implícita ante la urbs y la polis ha sido una preocupación per-manente. La búsqueda de un lugar ideal en el que los males y las deficiencias deriva-das del proceso de urbanización se solu-cionen ha ocupado a los utopistas de todos los tiempos. La utopía es la ciudad ideal que, a modo de proyecto, ha surgido justa-mente en los momentos cuando la ciudad padece el asedio de la urbe.

comerciantes y artesanos, que en los momentos culminantes de las ferias pe-riódicas imponían su lógica mercantil. La transición del feudalismo al capita-lismo se consolida en buena medida por el papel de la ciudad en tanto espacio de una nueva situación social y asiento por excelencia de las clases en ascenso.

El pluralismo, la libertad la secula-rización, la organización administrativa y fiscal, el uso de la letra de cambio y el crédito, lo mismo que la corporativi-zación de la vida económica con base en organizaciones gremiales como guildas, clubes, cofradías, sindicatos y sus distintas formas de representación política en un sinnúmero de institucio-nes municipales, con los consabidos conflictos sociales ─las pugnas entre el popolo grasso y el popolo minuto─ por el control del gobierno de la ciudad, son los rasgos sobresalientes de la nueva si-tuación. Al mismo tiempo, una nueva situación jurídica tendiente a instituir el derecho urbano con base en conocidas

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LÍNEA DE INVESTIGACIÓN Y DEBATE CONTEMPORÁNEO

LA POLÍTICA Y LAS POLÍTICAS

La perdurabilidad de la con-tradicción congénita entre la ciudad y la urbe ofrece una amplia perspectiva que

cobija una gama de áreas de estudio e investigación relacionadas de diver-sas maneras y en distintos niveles con la acción política. Sin embargo, esta distinción con frecuencia se evade, lo que ocasiona confusión y dificultad en la identificación de los problemas. De ahí que sea necesario distinguir entre la investigación dedicada a los estudios de la ciudad, en cuanto espacio de la le-gitimación de la política, y los estudios de la ciudad en cuanto objeto de las po-líticas, generalmente provenientes del Estado y derivadas de la ingente gama de problemas generados por la desme-sura del crecimiento urbano, que hoy se expresa con términos nuevos como “megalópolis” o “ecumenópolis”.

En el horizonte definido por la ciu-dad en sí misma, como espacio de la

acción política, le son pertinentes los temas relacionados con la ciudadanía, la gobernabilidad, el civismo, la parti-cipación política, la reforma política, la relación entren lo público y lo privado, la cultura ciudadana, la diversidad cul-tural y el comportamiento de las mino-rías sociales.

En el horizonte definido por la gama de problemas derivados de la urbaniza-ción, susceptibles de ser tratados como objetos de políticas específicas e inclu-so con altos grados de especialización, le son propias las llamadas políticas públicas. En estas políticas, entendidas como la toma de decisiones cuyo fin es tratar los problemas de carácter públi-co, incluso con la participación social, se destacan las políticas urbanas en as-pectos relacionados con los servicios básicos como la vivienda, el transpor-te, la salud, la ecología, la recreación, la seguridad, usualmente acompañados del adjetivo “urbano”. Adicionalmente, los estudios relacionados con la comu-nicación en asociación con la cultura urbana, la cultura de masas, los ima-

ginarios urbanos, el tiempo libre, los modos de vida, la semiótica urbana, el ciberespacio o la configuración de los lugares funcionales para el uso masivo del espacio urbano y la segregación del mismo en relación con las minorías so-ciales ocupan el interés de los investi-gadores, pues finalmente son aspectos que inciden en la elaboración de políti-cas públicas.

No obstante, la imbricación de estas dos grandes dimensiones es inevitable, pues se trata de una sola realidad, cuyos elementos están entreverados y en mo-mentos coyunturales se confunden.

En América Latina, la particular manera de darse la urbanización en la región complica aún más los estudios sobre la ciudad. En efecto, el desfase estructural entre industrialización y ur-banización genera situaciones propias, entre las que el desequilibrio campo-ciudad se manifiesta en la incapacidad de la ciudad para ofrecer a los migran-tes las oportunidades de inserción tanto en la vida urbana como en la vida ciu-dadana. T

El sentido de la ciudad ideal es el de la crítica a la ciudad real, con la consiguiente propuesta de una ciudad en la que quedarían resueltos todos los males. La construcción de un topos al-ternativo conlleva un alto grado de ela-boración espacial, con el fin de mejorar las condiciones de vida de los habitan-tes, que no deben incluso sobrepasar un límite, considerado necesario para poder convivir de manera organizada.

Después de la utopía de Platón en la República y Agustín de Hipona en la Ciudad de Dios, quienes por diver-sas razones político-filosóficas fueron pioneros en la propuesta de la ciudad ideal, vinieron las utopías del Rena-cimiento. La plena conciencia de la crítica a la ciudad secular, acosada por el ímpetu avasallador del comercio, in-crementado al final de la Edad Media, la enarbola el inglés Tomás Moro en

el siglo XVI. Amauroto es el modelo pleno en el vivir en todos los aspectos de la vida humana. El monje italiano Tomás de Campanella propone, en el siglo XVI, su Ciudad del sol, organi-zada en círculos concéntricos con base en el sistema planetario. Con el auge industrial, una vez más la ciudad vuel-ve a resentir las secuelas de la industria implacable y sus nefastas consecuen-cias en el trasegar cotidiano de la urbe. De ahí que sea en Londres donde Ro-bert Owen (1771-1858) proponga en el siglo XIX una ciudad ideal organizada en torno a los usos básicos. Bajo la de-nominación de nueva armonía, Owen plantea un estilo de vida comunitario, proyecto que finalmente organiza en Indiana en el centro de los Estados Unidos. El francés Charles Fourier (1772-1837), con una concepción evo-lutiva del tiempo, propone el falanste-

rio, entendido como etapa final de una propuesta de vida comunitaria. De la misma manera, Etienne Gabet (1788-1856), en El viaje a Icaria, piensa en una manera de vivir más acorde con las necesidades humanas con base en una planificación de la producción y la cotidianidad, nutrida en los valores de la igualdad y la paulatina abolición de la propiedad privada.

Su propósito era darle un trata-miento “científico” a los distintos problemas de la ciudad. El urbanismo queda consagrado en La teoría general de la urbanización, de Cerdá, en 1867, que en adelante se convertirá en ins-trumento de políticas de planificación. El espacio convertido en objeto de po-lítica gubernamental se vuelve suscep-tible de manejo político, como quedó evidenciado en las políticas urbanas de Haussman en el París decimonónico.

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La Redacción El concepto de Ciudadanía de-riva de un proceso histórico social mediante el cual la sociedad civil, los ha-bitantes de la ciudad moderna, emprenden y

realizan luchas sociales y movimientos reivindicativos de Derechos frente al Estado, los gobiernos y los círculos de poder institucional. En ese proceso los individuos adquieren un poder colectivo y ciudadano frente a la autoridad insti-tucional y el Estado y generan procesos adicionales como los de participación, representación, democracia, elección, igualdad, justicia, etc. Esta generación y consolidación de Derechos también genera, como contrapartida, unos Debe-res ciudadanos.

La socióloga mexicana Velia Cecilia Bobes define el concepto de esta manera:

“La ciudadanía puede ser definida como un conjunto de de-rechos y deberes que hacen del individuo miembro de una comu-nidad política, a la vez que lo ubican en un lugar determinado dentro de la organización política, y que, finalmente, inducen un conjunto de cualidades morales (valores) que orientan su actua-ción en el mundo público”1.

1 Juan Manuel Ramírez, 1998.

CIUDAD

o el poder político para obtener derechos

Ciudadanía

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LOS DERECHOS DE NUEVO TIPO

El concepto de CIUDADANÍA no es estático, sino dinámico y evolutivo. Los tipos de DERECHOS concebi-dos en los siglos anteriores son insu-ficientes con relación a los derechos previstos hoy. Las condiciones his-tóricas, sociales y políticas actuales plantean la redefinición de los dere-chos económicos, sociales, culturales y ambientales, y la concepción de un nuevo “Derecho a la Ciudad”, conce-bido como un derecho colectivo de los habitantes de las ciudades a alcanzar un digno patrón de vida y un modelo sustentable de sociedad y de vida ur-bana basado en los principios de equi-dad, dignidad, solidaridad, libertad, justicia social y el respeto a la diversidad de las culturas urbanas.

De esta forma, los de-rechos hoy abordan reali-dades más complejas de las poblaciones, en cuanto a lenguas, costumbres, cultu-ras, identidades, códigos de valores y orígenes históricos. El incremento en las últimas décadas de las corrientes mi-gratorias mundiales y la di-versificación de los contactos culturales y mezclas raciales han creado la necesidad de concebir nuevos derechos sin discriminación de raza, etnia, género, creencia religiosa o política y conservando las identidades naciona-les y culturales.

Para la socióloga Velia Cecilia Bo-bes, la Ciudadanía comprende un con-junto de derechos sociales, civiles y políticos como estos:

“(…) la ciudadanía es un conjunto he-

terogéneo de derechos legales que incluye:

a. derechos civiles, que permiten la libertad individual (de palabra, religión, prensa, propiedad y justicia);

b. derechos políticos que posibili-tan al individuo participar en el ejercicio

del poder y en la toma de decisiones (de voto, a ser elegido, de asociación, organi-zación, etc.), y

c. derechos sociales que garantizan al individuo gozar de cierta igualdad en cuanto a la distribución de la riqueza so-cial a través de un mínimo de bienestar económico y seguridad social (educación, salud, etcétera).

Tales derechos constituyen un re-curso de poder de la sociedad frente al Estado, pero, a la vez, son garantizados

por el Estado, de ahí la imposibilidad de discutir la ciudadanía al margen de una referencia a éste; además, debido a que dimanan de principios abstractos, preci-san del establecimiento de mecanismos e instituciones que den la posibilidad real de acceder a los recursos necesa-rios para ejercerlos. Las cortes de jus-ticia y los tribunales (para los derechos civiles), los parlamentos, gobiernos y partidos (para los derechos políticos) y los sistemas educativos y de seguridad social (para los derechos sociales) son las instituciones encargadas de proveer tales mecanismos.” 2

LA CIUDADANÍA MODERNA IMPLICA LA IGUALDAD DE LOS CIUDADANOS

Según esta misma autora, no obs-tante que la noción de ciudadanía se en-cuentra ya en la Grecia antigua, su con-cepción como “pertenencia igualitaria” de unos ciudadanos a una comunidad política es propia de la época moderna, o mejor, la modernidad. La ciudadanía griega no resaltaba la igualdad, sino más bien la diferencia, porque excluía una buena parte de la población: muje-res, esclavos, deudores, etc.

Entre tanto, en la edad media el indivi-duo feudal es un súbdito, en muchos casos con derechos restringidos o inexistentes.

En la época moderna, en cambio, se construye la Ciudadanía como se manifiesta en la actualidad. Las so-ciedades feudales se transforman en regímenes modernos, el poder autoritario cambia por el poder autorregulado sobre la base del contrato social y la “soberanía popular”.

Según Velia Cecilia Bobes, “La noción de ciudadanía surge como el criterio que une a los individuos particulares en su re-lación con el Estado, y propor-ciona un nuevo criterio de ho-mogeneidad que permite obviar

las desigualdades (económicas, culturales, etc.) que persisten entre los

individuos”. 3 De acuerdo con la concepción mo-

derna, la ciudadanía constituye un “es-tatus” por medio del cual el individuo o ciudadano, en virtud de pertenecer a una determinada sociedad, tiene unos derechos y unas obligaciones, iguales a los demás.

La ciudadanía, entonces, constituye la conquista más importante de los go-bernados para lograr relacionarse con el poder político, mediante un marco nor-mativo. Consiste, fundamentalmente, en que el ciudadano deja de ser objeto de gobierno para ser reconocido como sujeto activo, con derechos y responsa-bilidades, en el proceso político.

2 Velia Cecilia Bobes, Socióloga, Facultad latinoamericana de Ciencias Sociales (sede México)3 Velia Cecilia Bobes, Ciudadanía, Léxico de la Política, Fondo de Cultura Económica, FCE, México, primera edición 2000, página 50.

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№ 6 - Diciembre - 201125

La concepción de ciudadano como sujeto de derechos y como epicentro de la acción del Estado obliga a éste a garantizarle unos mínimos básicos, puesto que si se entiende la ciudad no solamente como un hecho físico sino también como un hecho social, como escenario de convivencia y de cons-trucción de lo colectivo, como un bien público, se comprende también la nece-sidad de la gestión local de avanzar en la promoción de una cultura ciudadana, democrática y de respeto a la vida.

Según un estudio del investigador de la Universidad de Guadalajara, Juan Manuel Ramírez, al abordar el tema de la ciudadanía es necesario reconocer tres dimensiones: la civil, la política y la social.

Cuando se habla de ciudadanía civil se está aludiendo a las libertades per-sonales. La política hace referencia al sufragio universal y a la participación activa de la sociedad en su conjunto en la toma de decisiones; y la social, al bienestar ciudadano.

En esa dirección, el filósofo alemán Jürgen Habermas4 considera que la ciu-dadanía tiene que ser algo más que el goce pasivo de derechos otorgados por la autoridad del Estado:

“consiste en prácticas emancipatorias (sociales, legales, políticas y culturales) que explican el reconocimiento y la pro-mulgación de los derechos. Porque éstos son el resultado de demandas y luchas so-ciales enclavadas institucionalmente y que definen una persona como miembro com-ponente de la sociedad para intervenir en ella”.

De ahí que la ciudadanía tiene que ser un proceso constructor y ampliador del “derecho a tener derechos”, como lo sostenía Ana Arendt, dentro de un ambiente de pluralidad y democracia incluyente y participativa.

Ahora bien, la ciudadanía para que pueda ejercerse a cabalidad tiene que sustentarse no solamente en un mode-lo de relaciones jurídicas y sociopolí-ticas, sino en instituciones y procesos normativos que permitan garantizar y dar cumplimiento a los derechos de los

asociados, para que éstos se traduzcan en efectos prácticos.

EL DERECHO A LA CIUDAD

Desde la realización de la Cumbre de la Tierra ECO 92 5, una serie de organi-zaciones y movimientos de la sociedad civil, instituciones académicas, asocia-ciones de profesionales y movimientos populares, emprendieron la labor de es-timular y coordinar un debate sobre los derechos humanos aplicados a un nuevo concepto: el de “Derecho a la Ciudad”, como expresión de los intereses colecti-vos de los ciudadanos. Se trata de luchar por lograr ciudades más justas, huma-nas, democráticas y sustentables.

En este empeño se redactó la “Car-ta Mundial de Derecho a la Ciudad”, que contiene los compromisos que asumen los gobiernos nacionales, los organismos internacionales y las socie-dades civiles tendientes al desarrollo de las ciudades con base en principios de dignidad, justicia social, solidaridad, sustentabilidad ambiental y ecológica, libertad, equidad distributiva y de géne-ro, democracia, respeto a la diversidad

cultural y étnica, no discriminación, equilibrio entre lo rural y lo urbano, li-bre participación y fiscalización de las políticas públicas, etc.

Agencias de las ONU como el Pro-grama HABITAT y la UNESCO han ex-presado su apoyo a estas iniciativas y al objetivo de lograr una Carta vinculante y con exigibilidad internacional.

LA CONCEPCIÓN DE DAVID HARVEY SOBRE EL DERECHO A LA CIUDAD

El geógrafo y científico social bri-tánico, David Harvey, ha sido uno de los mejores exponentes sobre el Dere-cho a la Ciudad. Por eso que mejor que transcribamos su ya clásica reflexión sobre este importante concepto: La ciudad, escribió una vez el reputado sociólogo urbano Robert Park:

Es uno de los intentos más consisten-tes, y a la postre, más exitosos del hom-bre, de rehacer el mundo en el que vive a partir de sus anhelos más profundos. Si la ciudad, en todo caso, es el mundo que el hombre ha creado, es también el mundo en el que está condenado a vivir.

4 Habermas, Jürgen, Turner 1994.5 “Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo”, más conocida como la “Cumbre de la Tierra”, “Rio 92” o “Eco 92”, que se realizo en Rio de Janeiro en junio de 1992

David Harvey, Geógrafo y Científico social británico.

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№ 6 - Diciembre - 2011 26

Así, de manera indirecta y sin una conciencia clara de la naturaleza de su tarea, al hacer la ciudad, el hombre se ha rehecho a sí mismo.

El derecho a la ciudad no es simplemente el derecho de acceso a lo que ya existe, sino el derecho a cambiarlo a partir de nuestros anhelos más profundos. Necesitamos estar seguros de que podremos vivir con nuestras creaciones (un problema para cualquier planificador, arquitecto o pensador utópico). Pero el derecho a rehacernos a nosotros mismos creando un entorno urbano cualitativamente diferente es el más preciado de todos los derechos humanos. El

enloquecido ritmo y las caóticas formas de la urbanización a lo largo y ancho del mundo han hecho difícil poder reflexionar sobre la naturaleza de esta tarea. Hemos sido hechos y rehechos sin saber exactamente por qué, cómo, hacia dónde y con qué finalidad ¿Cómo podemos, pues, ejercer mejor el derecho a la ciudad?

La ciudad no ha sido nunca un lugar armónico, libre de confusión, conflictos, violencia. Basta leer la historia de la Comuna de París de 1871 o ver el retrato ficticio de las Bandas de Nuevas York de 1850 trazado por Scorsese para tomar

consciencia de cuán lejos se ha llegado. Pero bastaría pensar, también, en la violencia que ha dividido Belfast, que ha destruido Beirut y Sarajevo, que ha sacudido Bombay y que ha alcanzado, incluso, a la “ciudad de los ángeles”. La calma y el civismo son la excepción, y no la regla, en la historia urbana. Lo que de verdad interesa es si los resultados son creativos o destructivos. Normalmente son ambas cosas: la ciudad es el escenario histórico de la destrucción creativa. No obstante, la ciudad también ha demostrado

ser una forma social notablemente elástica, duradera e innovadora.

¿Pero de qué derechos hablamos? ¿Y de la ciudad

de quién? Los comune-ros de 1871 pensa-

ban que tenían derecho a recu-

perar “su” París de

manos de la

bur-

gue-sía y

de los lacayos

imperiales. Los monár-

quicos que los mataron, por su par-

te, pensaban que tenían derecho a recuperar la ciudad en

nombre de Dios y de la propiedad priva-da . En Belfast, católicos y protestantes pensaban que tenían razón, lo mismo que Shiv Sena en Bombay cuando atacó vio-lentamente a los musulmanes ¿No estaban todos, acaso, ejerciendo su derecho a la ciudad? “A derechos iguales” –constató célebremente Marx- “la fuerza decide” ¿Es a esto a lo que se reduce el derecho a la ciudad? ¿Al derecho a luchar por los propios anhelos y a liquidar a todo el que se interponga en el camino? Por momentos

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№ 6 - Diciembre - 201127

el derecho a la ciudad parece un grito lejano que evoca la universalidad de la Declaración de derechos humanos de la ONU ¿O será que lo es?

Marx, como Park, pensaba que nos cambiamos a no-sotros mismos cambiando el mundo y viceversa. Esta re-lación dialéctica está anclada en la raíz misma de todo trabajo humano. La imaginación y el deseo desempe-ñan un papel importante. Lo que distingue al peor de los arquitectos de la mejor de las abejas –sostenía Marx- es que el arquitecto erige una estructura en su imaginación antes de materializarla en la rea-lidad. Todos nosotros somos, en cierto modo, ar-quitectos. Individual y colectivamente, hacemos la ciudad a través de nuestras acciones cotidianas y de nuestro compromiso político, intelectual y económico. Pero, al mismo tiempo, la ciudad nos hace a nosotros. ¿Puedo acaso vivir en Los Án-geles sin convertirme en un motorista frustrado?

Podemos soñar e interrogarnos acerca de mundos urbanos alternativos. Con suficiente perseverancia y poder podemos aspirar inclu-so a construirlos. Pero las utopías de hoy en día no gozan de buena salud porque cuando se concretan, con frecuencia, es difícil vivir en ellas ¿Qué es lo que no funciona? ¿Carecemos acaso de la brújula moral y ética adecuada para orientar nuestro pensamiento? ¿Será que no podemos construir una ciudad socialmente justa?

Pero ¿qué es la justicia social? Trasímaco, en La República de Platón, sostiene que “toda forma de gobierno aprueba las leyes que lo benefician”, de modo que “lo justo es lo mis-mo en todas partes: la ley del más fuerte”. Platón rechazaba esta conclusión apelando a la justicia como ideal. En realidad, hay toda una plétora de formulaciones ideales de la justicia. Podríamos ser igualitarios utilita-rios a la manera de Bentham (el mayor bien para el mayor número), contractualistas a la manera de Rousseau (con su ideal de dere-chos inalienables) o de John Rawls, cosmo-politas a la manera de Kant (el mal contra uno es un mal contra todos) o simplemente hobbesianos, recordando que el Estado (el Leviatán) impone la justicia sobre intere-ses privados desconsiderados para evitar que la vida social se vuelva violenta, brutal y corta. Algunos incluso apelan a ideales de justicia locales, que sean sensibles a las diferencias culturales. Al final, nos quedamos frustrados frente al espejo, interrogándonos: ¿cuál es la mejor teoría de la justicia? En la práctica, sospechamos que Tra-símaco tenía razón: la justicia es simplemente lo que la clase do-minante quiere que sea.

Sin embargo, no podemos prescindir ni de los planes utópicos ni de los ideales de justicia. Son

indispensables para la motivación y la acción. La indignación ante la injusticia y las ideas

alternativas han inspirado durante mu-cho tiempo la búsqueda del cambio social. No podemos deshacernos cí-nicamente de ellas. Pero podemos y debemos contextualizarlas. Todos los ideales en materia de derechos pre-suponen una cierta concepción de los procesos sociales. Y a la inversa:

todo proceso social incorpora al-guna concepción de los derechos. Permítaseme un ejemplo.

Vivimos en una sociedad en la que los derechos inalienables a la propiedad privada y a las ganancias se imponen sobre cualquier otra concepción de derechos inalienables que se pueda tener. Esto es así porque nuestra sociedad está domina-da por la acumulación de capi-tal en el marco de un mercado de intercambios. Este proceso social depende de una determi-nada construcción jurídica de los derechos individuales. Sus defensores mantienen que esto estimula “virtudes burguesas” como la responsabilidad indi-vidual, la independencia de la interferencia estatal o la igual-

dad de oportunidades en el mercado y ante la ley; la recompensa de la propia iniciativa y un mercado abierto que asegure liber-tades para elegir. Estos derechos comprenden la propiedad privada de uno mismo (que permite ven-der libremente la fuerza de trabajo, ser tratado con dignidad y respeto y preservar la propia inte-gridad física). Y unidos a ella, los derechos a la libertad ideológica y a la libertad de expresión. Admítase: estos derechos derivados resultan atrac-tivos. Muchos de noso-tros recurrimos a ellos constantemente. Pero lo hacemos como mendigos que viven de las migajas

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№ 6 - Diciembre - 2011 28

que caen de la mesa del rico. Déjenme ex-plicarlo.

Vivir bajo el capitalismo supone aceptar o someterse a un conjunto de derechos necesarios para la acumulación ilimitada de ca-pital. “Nosotros”, explica el Presidente Bush mientras va a la guerra, “perseguimos una paz justa en la que la represión, el resentimiento y la pobreza sean reempla-zados por la esperanza de democracia, el desarrollo, los mercados libres y el co-mercio libre”. Estos últimos, afirma, “han demostrado su capacidad para sacar a po-blaciones enteras de la po-breza”. Los Estados Unidos repartirán al mundo entero, lo quiera o no, el regalo de la libertad (de mercado). Sin em-bargo, la existencia de dere-chos inalienables a la propie-dad privada y a los beneficios (también incorporados, a ins-tancias de los Estados Unidos, a la Declaración de la ONU) puede acarrear consecuencias negativas, incluso mortales.

Los mercados libres no son necesaria-mente justos. Como reza un antiguo dicho: “no hay nada más desigual que el igual trato entre desiguales”. Esto es lo que hace el mercado. En virtud del igualitaris-mo del intercambio, el rico se torna más rico y el pobre más pobre. Se entiende por qué los ricos y poderosos defienden estos derechos. Gracias a ellos, las divisiones de clase crecen. Las ciudades se guetifican: los ricos se blindan buscando protección mientras los pobres, por defecto, se aíslan en guetos. Y si a las luchas por adquirir in-gresos y una posición de clase se superpo-nen, como suele ocurrir, las divisiones ra-ciales, étnicas y religiosas, el resultado son ciudades atravesadas por divisiones toda-vía más amargas y bien conocidas. Las li-bertades de mercado conducen inevitable-mente al monopolio (como puede verse en el ámbito de los medios de comunicación o del desarrollo urbanístico). Treinta años de neoliberalismo nos enseñan que mien-tras más libre es el mercado más grandes son las desigualdades y mayor el poder de los monopolios.

Peor aún, los mercados necesitan la

escasez para funcionar. Y si la escasez no existe se crea socialmente. Esto es lo que la propiedad privada y la búsqueda del beneficio se encargan de hacer. El re-sultado es una carestía en gran medida innece-saria (desempleo, falta de vivienda, etcétera), en medio de la abundancia. Gente sin techo por las calles y mendigos en los metros. Hambrunas que pueden perfectamente producirse en un contex-to de superproducción de alimentos.

La liberalización de los mercados financie-ros ha desatado una tormenta de poderes especulativos. Unos cuantos fondos de in-versiones, en ejercicio de su inalienable dere-

cho a obtener beneficios por cualquier medio, des-

truyen a golpe de especula-ción economías enteras (como

las de Indonesia o Malasia). Des-truyen ciudades enteras, las reaniman con donaciones para la ópera y el ballet mientras sus delegados ejecutivos, como ocurrió con Kenneth Lay o Enron, se pa-vonean en el escaparate global y acumu-lan riquezas desorbitadas a expensa de millones de personas ¿Tiene sentido con-formarse con las migajas de los derechos derivados de la propiedad privada mien-tras algunos viven como Kenneth Lay?

Si es aquí donde conducen los dere-chos inalienables a la propiedad priva-da y al beneficio, no los queremos. Nada de esto produce ciudades que respondan a nuestros anhelos más profundos, sino mundos de desigualdad, injusticia y alie-nación. Estoy en contra de la acumula-ción ilimitada de capital y de la concep-ción de los derechos que la permite. Otro derecho a la ciudad es necesario.

Naturalmente, quienes hoy detentan estos derechos no los cederán de manera voluntaria: “A iguales derechos, la fuer-za decide”. Esto no supone necesaria-mente violencia (aunque por desgracia a menudo se acaba en ella). Pero exige movilizar el poder suficiente para cam-

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№ 6 - Diciembre - 201129

6 Harvey, David, Derecho a la Ciudad, www.sinpermiso.info, octubre 5 de 2008. http://www.sinpermiso.info/textos/index.php?id=2092

biar las cosas a través de la organización política o, si hiciera falta, en la calle. Dicho esto, ¿qué estrategia deberíamos adoptar?

Ningún orden social, decía Saint-Si-mon, puede cambiar si las grandes líneas de lo nuevo no se encuentren ya latentes en el presente. Las revoluciones no son rupturas totales, pero son capaces de dar un giro radical a las cosas. Los derechos que hoy se consideran derivados de la propiedad (como el derecho a ser tratado con dignidad) deberían volverse funda-mentales; y los derechos que hoy se con-sideran fundamentales (como el derecho de propiedad privada o el derecho al be-neficio) deberían considerarse derechos supeditados al resto ¿No era éste, acaso, el objetivo del socialismo democrático?

Como puede verse, hay contradiccio-nes en la concepción capitalista de los derechos. Estas contradicciones pueden explotarse ¿Qué habría pasado con el capitalismo global y con la vida urbana si se hubieran garantizado los preceptos de la Declaración de la ONU relativos a los derechos laborales derivados (a un empleo seguro, a estándares razonables de vida, a la auto-organización)?

Pero también pueden definirse nue-vos derechos. Como el derecho a la ciu-dad, que no es, como decía al comienzo, el simple derecho a acceder a lo que los especuladores de la propiedad y los fun-cionarios estatales han decidido, sino el derecho activo a hacer una ciudad dife-rente, a adecuarla un poco más a nues-tros anhelos y a rehacernos también no-sotros de acuerdo a una imagen diferente.

La creación de nuevos espacios ur-banos comunes, de una esfera pública con participación democrática activa, requiere remontar la enorme ola de pri-vatización que ha sido el mantra de un neoliberalismo destructivo. Debemos imaginarnos una ciudad más inclusiva, aunque siempre conflictiva, basada no sólo en una diferente jerarquización de los derechos sino también en diferen-tes prácticas políticas y económicas. Si nuestro mundo urbano ha sido imaginado y luego hecho, puede ser re-imaginado y re-hecho. El inalienable derecho a la ciudad es algo por lo que vale la pena luchar. “El aire de la ciudad nos hace libres”, solía decirse. Pues bien: hoy el aire está un poco contaminado; pero pue-de limpiarse.6 T

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RAZÓN PÚBLICA es un punto de convergencia y un instrumento para

la expresión de los intelectuales colombianos comprometidos con el proyecto de una sociedad pacífica,

democrática, legal, justa y productiva.

La Fundación RAZÓN PÚBLICA es una entidad sin ánimo de lucro que pretende ayudar a que los

mejores analistas y las comunidades académicas que reflexionan sobre los temas decisivos para nuestra sociedad tengan más incidencia

sobre la opinión de quienes influyen decisivamente sobre la toma de

decisiones públicas en Colombia.

twitter.com/#!/razonpublica

Revista Razón Pública

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Page 31: REVISTA TOPOS # 6 - Dic 2011

№ 6 - Diciembre - 2011 30

Participación Ciudadana

Carrera 7 N°35-49Línea Confiable: 307 70 20

Calle 41 No. 21 – 15Línea Confiable: 307 70 20

CIUDAD

La exacerbación del sistema capitalista y su última fase conocida con la denominación de neoliberal que se basa fundamentalmente en el sentido de ganancia a cualquier precio y en la especulación financiera en grado superlativo ha elevado los índices de exclusión social, la concentración de la riqueza en

muy pocas manos y, por sobre todo, ha generado una crisis civilizatoria de consecuen-cias impredecibles.

El espíritu rentista del capital y sus múltiples formas de explotación ha traído consigo una de las crisis económicas más acentuadas en las sociedades desarrolladas tanto de

Europa como de Estados Unidos de la que aún no se sabe cómo se logrará superar. En este contexto, las organizaciones de economía solidaria o economía so-

cial, basadas en la ayuda mutua, la colaboración sin ánimo de lucro y la coo-peración, adquieren plena vigencia. La estructura funcional de las coope-

rativas o la aparición de iniciativas asociativas, por ejemplo, constituyen un gran aporte a la sociedad para hacer frente al creciente desempleo y

dar efectivas soluciones a necesidades no satisfechas por el mercado ni por el Estado.

Page 32: REVISTA TOPOS # 6 - Dic 2011

№ 6 - Diciembre - 201131

CONFIAR, UN APORTE SOLIDARIO PARA COLOMBIA

Con el propósito de desarrollar formas asociativas de tipo autogestionario, solidario, democrático y humanista se ha ido consolidando paulatinamente en Colombia la Cooperativa Financiera CONFIAR que mediante una estrategia de integración promueve la equidad de género, el respeto por la diversidad, el diálogo de saberes, el trabajo, los derechos humanos y el desarrollo integral del ser humano como sujeto, actor y fin de la economía.

Su base social (asociados y ahorradores) está integrada por personas naturales asalariadas o con actividad económica independiente, fami, micro y pequeñas empresas que generalmente no tienen acceso al sistema financiero tradicional.

Aunque parece un banco, como dicen algunos de sus socios, su característica ha sido el espíritu cooperativo sin el afán desmedido del lucro que distingue al sector financiero. La fórmula de éxito de esta institución es haber sabido hacer con rigor la intermediación financiera, pero con una condición ineludible, que la solidaridad no esté ni antes ni después, ni a un lado. No se trata de darle preferencia al negocio para que después venga la solidaridad, pues se terminaría haciendo más de lo mismo, dos más dos igual a cuatro, contribuyendo con ello al paradigma de la desigualdad.

CONFIAR se soporta en un Sistema Integral de Gestión que incorpora y desarrolla el talento humano, los procesos, la información, la administración de riesgos, la tecnología y el servicio para lograr la excelencia organizacional, el cumplimiento de la formulación estratégica y la generación de valor para los grupos sociales objetivo. Cuenta con Certificación del sistema de gestión de calidad de los productos y servicios de ahorro y crédito, de acuerdo con las normas ISO 9001:2000, otorgado por la firma SGS, líder mundial en estas metodologías.

OFERTA DE SERVICIOS

Esta cooperativa financiera orienta los recursos captados para ampliar las oportunidades de crédito, buscando que trascienda la concentración en cartera de consumo hacia proyectos productivos (individual o asociativo) y de solu-ción de vivienda. La fijación de las tasas de interés para los productos de ahorro y crédito buscan mejorar la oferta de mercado.

Además de facilitar el acceso al crédito, CONFIAR ofrece:

• Asesoría efectiva acorde con las necesidades y expecta-tivas de los interesados.

• Compromiso y respuesta oportuna en la prestación de los servicios.

• Actitud y calidad humana en el servicio.

• Alta capacidad tecnológica soportada en sistemas de información , procesos, software, hardware y telecomuni-caciones.

• Una base social amplia y diversificada.

• Posicionamiento de marca e imagen corporativa.

LOS INICIOS

CONFIAR fue fundada el 13 de Julio de 1972, por un grupo de 33 Trabajadores de la Empresa Sofasa, localiza-da en el municipio antioqueño de Envigado que, transfor-maron su fondo de ahorro para navidad, en una pequeña pero prometedora Cooperativa de Ahorro y Crédito. Recibió personería jurídica de la Superintendencia Nacional de Coo-perativas de aquella época, en el mes de septiembre de ese mismo año.

Calle 145 N° 91-19 Centro Comercial SubaLocales 6-104 6-105 6-103Línea Confiable: 307 70 20

SUBA

Calle 65 Sur 78L -90Línea Confiable: 307 70 20

BOSA

Calle 40 sur No. 77A-54Línea Confiable: 3 07 70 20

KENNEDY

Page 33: REVISTA TOPOS # 6 - Dic 2011

№ 6 - Diciembre - 2011 32

Desarrolló su primera década al servicio exclusivo de los trabajadores de Sofasa, hasta llegar a tener algo más de 500 asociados que hacían sus aportaciones periódicas pero que poco ahorraban, convirtiéndose el capital de sus apor-tes sociales en la fuente fundamental del crédito. Fueron los tiempos de la cooperativa “cerrada”, sin proyecciones, sin planeación, atendiendo el día a día.

Pero llegaron nuevos vientos, a partir del año 1982 la Cooperativa hace cambios importantes a un modelo más abierto, que incorpora conceptos modernos de la gestión cooperativa y administrativa, que se traducen en nuevos pro-ductos y servicios, más asociados y un rápido crecimiento.

La década del 90 termina el ciclo de Cotrasofasa y surge CONFIAR Cooperativa Financiera, que se propone romper el cerco del descuento por nómina pasando a la vinculación combinada de asociados y ahorradores, asalariados e inde-pendientes; una entidad que planea el desarrollo, que incor-pora la tecnología y los procesos, que hace apertura de agen-cias para estar más cerca de la comunidad y que le apuesta a tener incidencia en el sector cooperativo aplicando la estra-tegias de integración solidaria.

Pero a la par del crecimiento, también llegaron los ries-gos propios de la actividad de intermediación financiera y del escenario de crisis del sector financiero tradicional y cooperativo, situación que implicó pasar a la vigilancia de la Superintendencia Bancaria –hoy Superintendencia Finan-ciera-, con mayores exigencias en materia de supervisión y control, derivado de un nuevo marco legal que llevó a con-vertirse en establecimiento de crédito, según Resolución 1200 del 11 Noviembre de 2003, y lograr la inscripción al Fondo de Garantías del Sector Cooperativo (FOGACOOP), entidad gubernamental que da cobertura y protección a sus ahorradores en materia del Seguro de Depósitos.

Superada esta etapa del desarrollo institucional hoy CON-FIAR enfrenta el presente con tranquilidad y un futuro lleno de optimismo. Actualmente es una de las seis cooperativas financieras que conforman el Sector Cooperativo Ahorro y Crédito del país, consolidada en su imagen y sus cifras, gra-cias a un modelo de gestión caracterizado por la excelencia en el desempeño organizacional, la calidad, confiabilidad y oportunidad del servicio.

Mario Ospina, gerente regional Bogotá afirma que CON-FIAR no es un fin en sí mismo, sino que es un medio que aporta al desarrollo integral de su base social, sus ahorrado-res, asociados, el sector solidario, las organizaciones sociales y expresiones culturales, los territorios y las comunidades donde actúa, para construir tejido social y circuitos econó-micos de mutua colaboración que posibiliten coadyuvar a la prosperidad colectiva.T

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№ 6 - Diciembre - 201133

OPINIÓN

№ 1 - Diciembre - 201133

La opinión pública se sus-tenta en un lenguaje irre-flexivo, bloqueando todo juicio sobre la cosa que

queremos definir y sobre todo cri-ticar. Por eso la opinión pública es una industria de la información que no descansa nunca para imponer y hacer creer que el hombre es libre de opinar sobre todos los asuntos divinos y humanos.

La opinión política por eso sus-tenta toda forma de poder difuso, haciendo del biopoder informático su censura más precisa a una liber-tad inexistente en toda operación que se dice libre.

Nada más falso que la mone-da falsa de toda información de sustentar la verdad dándonos una información mediada por una ins-trumentación mediática de oscuras maniobras del capital financiero por ejemplo haciendo de su liberación democrática de la palabra la nube de la dominación total.

Intentar por eso opinar desde cualquier soporte textual es el ab-surdo de enfrentar drones con una cauchera, y pensar que esos lejanos molinos convertidos transmutados en gigantes que muelen la opinión publican, podremos socavar desde estas páginas marginales.

En todo desafió y puede ser el úl-timo, nos jugamos el delirio de po-der opinar sin ataduras empleando el lenguaje de la dominación y sus estrategias poderosas, con el solo fin de que pueda existir una voz libre en este desierto colombiano donde la opinión es puro ruido que oculta las peores infamias.

Colombia entra al concierto de los topos logoi griegos que van formando un infinito número de intérpretes vanidosos y banales de OPINAR DE TODO, sin saber nada sabiendo que saben todo los famo-sos Doxosofos que algún comedió-grafo griego satirizaba.

METROPOLI Y MEDIOS

En nuestro medio los TODE-ROS, a veces, parecen más toreros, engañando al toro de la opinión pu-blica; con método de magos leyen-do el periódico del día, refritan o cortan y pegan en el noticiero radial de los barrios periféricos, los mas adelantados en medios digitales sa-can cámaras recreando una opinión de encuestas estadística sobre si es verdad o no, que los vacunos son los culpables del invierno que hundió la banca de una carretera veredal.

La circularidad de noticias efí-meras así traza el contenido de dife-

YO NO OPINO: PIENSO

En un siglo donde los medios de publicidad divulgan infinitas tonterías, el hombre culto no se define por lo que sabe sino por lo que ignora.

Nicolas Gomez Davila,

Escolios a un texto implícito I (1977: 283), Colcultura, Bogotá.

rentes medios sobre lo que al ama-necer opinan sin ton ni son la radio, la televisión, medios maquilladores de una segmentación informativa sin peso, sin verdad y donde el acci-dente más insignificante se convier-te en TEMA DEL DIA.

Los consumidores de noticie-ros NO pueden distinguir y menos relacionar una posible critica a la fugacidad de la noticia, quedado masajeados en la simple subjetivi-dad de espectadores devenidos en simples receptores que consumen y evacuan un mundo consumista, que se mueve en la neutralidad bloqueando la posibilidad de su-poner, que la opinión publica NO existe, y sea apenas simple artifi-cio mediático.

Por eso desde la marginalidad de lector, escribiré en contravía de las, opiniones mediáticas, meros tam-bores ruidosos que convocan el jol-gorio a la opinión de otros hombres que piensan.

Toda metrópoli urge de una co-municación alternativa sin corta-pisas, abierta al dialogo, no solo de la voz oficial y palaciega de tur-no, que variados medios de infor-macion. Existan como contrapeso a la uniformidad informativa que nos rige.T

Por: Luis Fernando Fonseca Leal

Page 35: REVISTA TOPOS # 6 - Dic 2011

№ 6 - Diciembre - 2011 34

Seguridad Humana

Políticas Urbanas

URBE

a inclusión social mediante aten-

ción integral a personas en situación

de inseguridad alimenticia, garanti-

zando diariamente el dere-

cho nutricional a alrededor

de un millón de ciudada-

nos, es uno de los progra-

mas bandera del Gobierno

de Bogotá que está finalizando y que

lidera la alcaldesa, Clara López Obre-

gón.

Este programa que además de re-

partir suplementos alimenticios en 316

comedores comunitarios, localizados

con un enfoque territorial, así como en

los colegios distritales y en centros de

protección tanto de infantes como de

tercera edad, se enmarca dentro de la

concepción de Ciudad de Derechos, eje

político principal del Plan de Desarro-

llo “Bogotá Positiva, para vivir mejor”

que ejecutó la administración distrital

que le tocó culminar a Lópz Obregón y

que muestra exitosos resultados.

Se trata, en síntesis, de no quedarse

solo en una política asistencialista sino

de posibilitar oportunidades de mejo-

ramiento de vida mediante políticas de

inclusión para que la población vulne-

rable deje de serlo.

Este es uno de los programas con

los cuales el Gobierno de Bogotá tra-

baja para hacer de esta capital un es-

pacio incluyente y equitativo. Es decir,

se propende por garantizar en forma

efectiva el Derecho a la Ciudad del que

habla el geógrafo inglés David Harvey,

habida cuenta que como bien afirma,

“vivimos, después de todo, en un mun-

do en el que los derechos a la propiedad

privada y el benefició aplastan todas las

demás nociones de derechos”.

EL DERECHO A LA ALIMENTACIÓN

La Redacción

Page 36: REVISTA TOPOS # 6 - Dic 2011

№ 6 - Diciembre - 201135

DIGNIFICANDO LA VIDA HUMANA

Los problemas socioeconómicos de Bogotá son muy complejos debido en buena medida a que, por un lado, es receptora diariamente de miles de des-plazados de la violencia por el invete-rado conflicto armado colombiano que llegan a esta capital en condiciones de pobreza y desprotección; y de otro, por los efectos perversos del modelo neo-liberal que sigue profundizándose y el cual ha sumido en el desempleo y des-esperanza a millones de personas.

En contraste con las políticas mer-cantilistas del esquema neoliberal, el Gobierno de López Obregón en Bogotá ha trabajado para que la ciudad no sea simplemente un bastión rentista para el gran capital especulativo sino una opor-tunidad para que a los sectores margi-nados se les garanticen sus derechos.

Se busca, en consecuencia, cuando se habla de consolidar a Bogotá como la Capital de los Derechos de dignificar la vida humana mediante la garantía real de los mismos, protegiendo, resta-bleciendo y promoviendo su ejercicio para la integración social de las perso-nas, las familias y las comunidades en los territorios.

SEGURIDAD ALIMENTARIA DENTRO DE GESTIÓN

SOCIAL INTEGRAL

La política pública de seguridad ali-mentaria y nutricional para Bogotá está diseñada dentro de una concepción de gestión integral con enfoque territorial, explica Pedro Agustín Valencia Laser-na, director Territorial de la Secretaría Distrital de Integración Social.

Es decir, se trata de territorializar la política pública para atender las ne-cesidades de las veinte localidades en las que se encuentra organizado el Dis-trito Capital de Bogotá para atender de manera expedita las necesidades de sus comunidades, privilegiando la partici-pación ciudadana en la definición de las soluciones, explica Valencia Laserna.

Con base en ese criterio están dis-tribuidos los 316 comedores comu-nitarios que diariamente atienden a más de cien mil usuarios, los cuales además cuentan con profesionales en trabajo social, sicólogos o sociólogos que se denominan inclusores sociales y quienes tienen la responsabilidad de promover entre estos comensales una diversidad de actividades educativas, culturales, deportivas, artísticas y pro-ductivas para que logren superar su

estado de vulnera-bilidad socioeco-nómica.

El programa, como se ve, no se queda solamente en la asistencia social sino que avanza en la consecución de soluciones efectivas para los usuarios de los comedores, dependiendo ob-viamente de sus características (edad, género, procedencia étnica, condición socioeconómica).

En los 316 comedores comunitarios que operan en Bogotá se les da aten-ción social integral a desplazados por la violencia, pobres extremos, pobres vergonzantes, desempleados, mujeres cabeza de familia, niños vulnerables, ancianos y población étnica.

Además, los comedores se han con-vertido en punto de encuentro de la

Pedro Agustín Valencia Laserna, director Territorial de la Secretaría Distrital de Integración Social “la política pública de seguridad alimentaria y nutricional para Bogotá está diseñada dentro de una concepción de gestión integral”.

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EL programa de los Comedores Comunitarios institucionaliza la política de seguridad

alimentaria y nutricional; se encuentra a cargo de la Secretaria Distrital de Integración Social dentro de la concepción de Ciudad de Derechos, eje principal

del Plan de Desarrollo Distrital “Bogotá Positiva, para vivir mejor”; esta iniciativa pretende ser garante del derecho a la alimentación en las poblaciones que presentan mayor grado de fragilidad social en el Distrito Capital.

Los Comedores tienen tres componentes que permiten la correcta prestación de servicios:

1. Componente Administrativo2. Componente Técnico Nutricional3. Componente de Inclusión Social

Con respecto al Componente de Inclusión Social, este busca integrar a la vida comunitaria, a todos y todas las personas que hacen parte de la sociedad sin discriminación de raza, sexo, origen o condición socioeconómica; este objetivo se cumple ejecutando diferentes metodologías para proveer a los sectores desprotegidos y discriminados, los medios necesarios para desarrollar un estilo de vida digna y estable.

En términos generales la Inclusión Social pretende asegurar a los ciudadanos la garantía de sus derechos fundamentales. La inclusión Social tiene un proceso definido que comienza con la focalización.

La focalización se refiere a enfocar la atención a las familias más necesitadas, con el fin de maximizar su importancia social y dirigir correctamente el gasto social

Tipos de focalización Focalización Inicial: Es realizada cuando el Comedor Comunitario va a operar por primera vez.

Focalización por rotación: se hace cuando en la operación diaria se realizan retiros de ciudadanos (as), lo que conlleva a priorizar a nuevas personas para mantener el cupo contratado. Esta labor la realiza el Inclusor social y del referente IPSAN.

Documentos que debe presentar

• Fotocopia de los documentos de identidad de los integrantes del núcleo familiar.• Fotocopia de recibo de servicios públicos.

¿QUE SON LOS COMEDORES COMUNITARIOS?

comunidad y a partir de ellos se han logrado generar condiciones para im-pulsar proyectos productivos y de ca-pacitación que permiten nuevas pers-pectivas de vida.

ALTO COMPONENTE

CALÓRICOEN RACIONES ALIMENTARIAS

Las raciones alimentarias que dia-riamente se distribuyen en Bogotá en los comedores comunitarios, colegios distritales y centros de atención a ni-ños y ancianos tienen un equilibrio nutricional, dependiendo las caracte-rísticas poblacionales.

A ello se agrega el estricto control y supervisión en el almacenamiento,

manejo procesamiento y distribución de los alimentos para garantizar los estándares de higiene y calidad.

Los comedores comunitarios atien-den de lunes a sábado entre las once de la mañana y las tres de la tarde y cuentan con 18 ciclos de menú. Es decir, cada 18 días de atención a los usuarios se repiten los menús.

CANASTA COMPLEMENTARIA DE ALIMENTOS Y

AGRICULTURA URBANA

Simultáneamente esta política pú-blica impulsa otros dos programas de alto impacto social como son la Ca-nasta complementaria de alimentos para familias en condición de inse-

guridad alimentaria y el proyecto de Agricultura Urbana.

El primero consiste en la entrega a cada familia de una canasta básica de alimentos que complemente los requerimientos de calorías, proteínas, vitamina A, calcio y hierro. Se brin-dan cuatro tipos de canastas:

1) para familias pertenecientes a cabildos indígenas reconocidos; 2) para familias residentes en el área ru-ral de Bogotá lo que permite atender a población campesina; 3) para familias que habitan zonas que no reúnen las condiciones higiénico-sanitarias es-tablecidas en la normatividad para el funcionamiento de un comedor; y 4) para familias de comunidad gitana o rom.

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PASOS ACCIONES

1Solicitar el servico en el Comedor Comunitario de interes o en las Subdirecciones Locales para la Integración Social.

2 Se entrega una citación para formalizar la solici-tud y adelantar la entrevista.

3

Se realiza una reunión con los solicitantes del servicio y se les informa todo lo relacionado con:A) La misión, proyectos y el carácter de la SDIS como una entidad estatal.B) El objetivo, criterios de ingreso y permanen-cia del Proyecto Comedores Comunitarios.C) Los compromisos que el ciudadano(a) ad-quiere al ingresar al proyecto.D) Los derechos y deberes que tienen las per-sonas que laboran en el Comedor Comunitario.

4

Se realiza la entrevista ciudadana, para conocer la situación de la familia, registrar la información del grupo familiar en la ficha SIRBE del proyecto y con su firma el ciudadano formaliza su solici-tud.

5El coordinador(a) local del proyecto, despues de verificar la información, procederá a informar la acción a seguir, el concepto técnico y el cambio de estado en el aplicativo del proyecto.

6El operador ingresa la información de las varia-bles básicas y especiales en la ficha SIRBE o en el aplicativo.

¿CUAL ES LA RUTA DE LA SOLICITUD Y LOS DOCUMENTOS QUE SE REQUIEREN?

Actualmente se atienden alrededor de 22 mil fa-milias a través de 16 subdirecciones de integración social en todas las localidades de Bogotá.

El proyecto de agricultura urbana promueve en-tornos saludables a través del aprovechamiento de espacios urbanos para la producción de alimentos, plantas aromáticas y medicinales, así como la promo-ción de tecnologías limpias que fomentan el uso de buenas prácticas agrícolas como el aprovechamiento de recursos como el agua lluvia, la energía solar y los residuos sólidos orgánicos para la producción de sustratos seguros.

A través del Jardín Botánico se han capacitado 3.108 personas en técnicas de agricultura urbana para autoconsumo, generación de ingresos, mejoramiento de hábitos alimenticios y cualificación de la canasta básica familiar.

DEMOCRATIZACIÓN DE LA CONTRATACIÓN Y

GENERACIÓN DE EMPLEO

En el plano laboral, la política de seguridad ali-mentaria y nutricional de Bogota ha democratizado la contratación ocasionando un alto impacto en la ge-neración de empleo.

En efecto, de los 316 comedores comunitarios, 74 son operados por 45 organizaciones sociales; 195 por 85 organizaciones no gubernamentales; 41 por 10 uniones temporales; y apenas seis por instancias gu-bernamentales, todas las cuales generan alrededor de 2100 empleos directos.

BOGOTÁ REVIERTE EL ENFOQUE NEOLIBERAL

Con esta política pública, Bogotá gracias a la con-cepción de equidad social del Gobierno que terminó liderando Clara López Obregón ha logrado superar el enfoque perverso de las políticas neoliberales cuyos objetivos rentísticos y mercantiles han hundido en la pobreza a la mayor parte de la población colombiana.

En efecto, la reducción de la producción agrope-cuaria en Colombia a partir de los años 90 por efectos

de la apertura económica al igual que el abandono estatal en que se encuentra la economía campesina del país y la irracional y especulativa comercialización de los alimentos, hicieron que el Gobierno de Bogotá desarrollara una política pública susten-table y de profundo calado social en el tema alimentario de la ciudad.

De esta manera, se garantiza que los bogotanos puedan ac-ceder en forma efectiva a los alimentos, participando al mismo tiempo en igualdad de condiciones en los progresos económi-cos, sociales, culturales y políticos de la ciudad.T

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Memoria Urbana

URBE

La carrera séptima es una persistencia, un fenómeno por lo menos extraño en el mundo contemporáneo: un

lugar preciso, perfectamente delimita-do y transitable (a pesar de los vende-dores ambulantes y de la policía), don-de todavía las personas ejercen diversas formas de vida pública (incluyendo la vida política), como si estuviéramos en el mundo liberal de la modernidad.

La anterior afirmación no es tan sencilla como parece y algunos (o mu-chos) estarán en desacuerdo con ella. Por eso, lo primero será explicar lo que entendemos por “carrera séptima”: de ningún modo el lugar físico constituido por la vía que nace en el sur de la ciudad

y se extiende hasta su extremo norte de manera paralela a la cordillera oriental, que delimita la sabana de Bogotá como una muralla y que exhibe, entre otras, las moles imponentes de Monserrate, Guadalupe, el Cerro del Cable y los Al-tos de La Calera. Esta carrera séptima, así descrita, efectivamente existe y es la que aparece denominada como tal en los planos de la ciudad, sin cambiar de nombre en ningún momento, pero no es la misma a la que nosotros nos re-ferimos.

Por cierto, la que podríamos llamar “gran carrera séptima” para diferen-ciarla de la nuestra, posee su historia y no deja de ser importante. En su extre-mo sur, por ejemplo, es la vía que con-

BOGOTÁ Lo permanente en el centro y en la séptima

Fernando Iriarte M. E-mail: [email protected]

Catedrático universitario, escritor, ensayista, periodista profesional, Doctor en Derecho, Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional de Colombia. Autor de los textos, entre otros: “Formación de la cultura en Colombia” y “País Plural: un ensayo sobre los colombianos”.

“La Calle Real, que no es otra que la carrera séptima,

como espacio en donde comenzaron a desarrollarse aspectos fundamentales de

nuestra vida histórica”.

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duce (o conducía) más directamente al santuario del “Divino Niño” del barrio Veinte de Julio, sitio de peregrinación religiosa de enorme trascendencia al cual acuden personas de todos los estratos sociales. Por su parte, en el trayecto inmediatamente posterior al Centro, rumbo al norte, alberga suce-sivamente el convento de arquitectura colonial más armonioso de la capital (el de San Diego); el edifico del Panóp-tico (hoy Museo Nacional), que fue un antiguo reclusorio; el Parque Nacional Enrique Olaya Herrera, durante déca-das el único parque público, y el ba-rranco apodado “barro colorado”, lugar de fusilamientos donde se ejecutaron condenas de muerte y fueron muertos a comienzos del siglo veinte, por orden judicial, los perpetradores del atentado al general Rafael Reyes, por entonces presidente de la república.

Este barranco en la actualidad es sólo un talud que resguarda una acera en terrenos de la Universidad Jave-riana. Por último, ya en el norte pro-piamente dicho, divide en dos las ins-talaciones militares de Usaquén, de donde hace un tiempo un extinguido movimiento guerrillero sustrajo miles de armas que no llegó a utilizar, y unos cuantos kilómetros adelante toca, por un costado, la vieja hacienda de Hato Grande, lugar de descanso presidencial hoy en desuso.

La carrera séptima que proponemos es más corta y aunque hace parte de la anterior, es diferente. Comienza en la calle sexta y termina en la calle veinti-siete, es decir, empieza en el Palacio de

Nariño (la Casa de Gobierno nacional) y culmina en inmediaciones del Plane-tario Distrital y, sobre todo, de la Plaza de Toros de Santamaría. Las razones de la escogencia no son geográficas, sino históricas y de uso.

En efecto, casi se puede decir que en este corto trayecto sucedió (¿y suce-derá?) todo lo que de real importancia sociopolítica ha ocurrido en este país.

Por ejemplo: La transformación del pequeño po-

blado hispánico (probablemente dado a luz en lo que hoy se conoce como Las Aguas) en una auténtica ciudad, según la nomeclatura imperial, si bien no en una megalópolis como las contemporá-neas, pues en términos fisicos era ape-nas un pueblo grande. Logró este cam-bio la delimitación y construcción de la Plaza Mayor, hoy Plaza de Bolívar, a partir de lo cual puede alegarse que hubo una capital de la Nueva Granada y no una simple aldea en tierra de indí-genas. Con ella nació y creció la Calle Real, que no es otra que la carrera sép-tima, como espacio en donde comenza-ron a desarrollarse aspectos fundamen-tales de nuestra vida histórica.

Pasados los siglos, en esta que en determinado momento se conoció también como Calle de la Carrera (en aquella época quizá con mucho sen-tido ─debido al hecho de que en ella se realizó alguna vez una carrera de caballos─ pero hoy casi un absurdo, pues denominamos calles a las vías que bajan de las montañas a la planicie y carreras a las que siguen paralelas a las mismas montañas, cortando las

primeras en ángulo recto, de manera que jamás una calle puede ser al mis-mo tiempo una carrera), tuvo lugar el Grito de Independencia del 20 de julio, que proclamó la liberación del yugo español.

Luego, se construyó a su vera el edificio del Parlamento, primero y único entre nosotros; se mejoró la iglesia Catedral hasta convertirla en el edificio que vemos en la actualidad y se adoptó el Edificio Liévano como sede de la Alcaldía Muncipal. En este mismo ámbito fue muerto de dos ha-chazos el general Rafael Uribe Uribe, el más importante de los generales li-berales que depuso las armas a princi-pios del siglo veinte y tomó el camino de la vida parlamentaria; también re-sultó asesinado Jorge Eliécer Gaitán, el lider indiscutiblemente carismático que pareció dividir la historia del país en dos mitades, cuya muerte todavía lamentan muchos, y se desarrolló el estallido social, espontáneo y efímero conocido como el “bogotazo”.

Como si lo dicho no bastara, finali-zando el siglo pasado, en sus terrenos fue tomado por insurrectos izquierdis-tas el Palacio de Justicia, caso singular en la historia de Occidente, destroza-do a renglón seguido por los cañona-zos militares según órdenes del poder ejecutivo, con un saldo de centenares de desaparecidos, quemados y acribi-llados.

Todo lo anterior, además de un lar-go etcétera que incluye lo que vendrá en el futuro, pues, como ya hemos dicho, nuestra carrera séptima es una persis-

“La carrera séptimaes el escenario predilecto de expresiones políticas multitudinarias de diversa naturaleza y sentido.”

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persistencia, especialmente de la vida política, con la evidencia de que su pro-tagonismo no se encuentra extinguido.

De inmediato, valga justificar por qué afirmamos que esta vía tan pecu-liar no es en realidad una existencia sino una persistencia. La razón estriba en que en el mundo de la posmoder-nidad (el que ha seguido después de terminada la modernidad en términos generales aunque no en todas partes, a falta de mejor nombre y a pesar del cuasi agotamiento de su significado) el viejo espacio público que contras-taba con el espacio privado donde las personas exponían sus actuaciones a las miradas de todos, se ha ido trans-formando, se ha privatizado hasta des-aparecer. Así ha ocurrido en las grandes urbes del planeta, especialmente en los Estados Unidos, pero también en el todavía llamado Tercer Mundo, como en Sao Paulo y un poco en Bogotá. Se privatizan las calles; los barrios se transforman en conjuntos residenciales circun-dados por rejas o enmallados; el comercio tiende a trasladarse a los Centros Comerciales, mun-dos cerrados con la apariencia de autosuficientes; las agrupa-ciones de vecinos languidecen y los vecinos mismos semejan au-tistas; por último, las distancias cre-cen y los habitantes se convierten en zombies motorizados, o semi personas llevadas de un lado a otro por el trans-porte masivo, que no hablan entre sí y, como consecuencia, no se ocupan de los asuntos comunes, es decir, de los asun-tos políticos.

Un panorama desolador colocado al otro extremo de lo que fueron las polis griegas en donde tuvieron origen las ideas democráticas, así fuera en el interior de una sociedad esclavista. Lo que nos hace preguntarnos si, además, los propios principios democráticos han quedado también en el extremo opuesto.

Pues bien, decimos que es una per-sistencia porque, a pesar de lo dicho, la carrera séptima continúa funcionando

al antiguo modo, es decir, como ámbi-to de lo público que es lo mismo que como espacio político, en el sentido de polis.

Los indicadores son múltiples:

Aunque ya casi nadie da el denomi-nado “septimazo” o paseo a lo largo de esta vía por el puro placer de caminarla, todavía miles de personas la transitan diariamente sin descanso, algunas de extremo a extremo, desde las diez de la mañana hasta las siete de la noche, en un hervidero de gente de todas las con-diciones. El propio Fidel Castro se sor-prendió de

ello en 1948, el mismo del magnicidio de Gaitán, cuando vino a la capital co-lombiana en su condición de dirigente estudiantil. Al preguntarle un periodis-ta lo que más recordaba de la ciudad de entonces, respondió sin titubear que la multitud a la que veía recorrer de ma-nera constante la carrera séptima.

Con toda evidencia, sigue siendo lugar de encuentro y de búsqueda de contacto y oportunidades; particular-mente, en los últimos años, por desem-pleados de clase media en proceso de proletarización, funcionarios que tra-bajan en oficinas de las inmediaciones, estudiantes, jubilados y toda suerte de vendedores ambulantes.

En el mismo sentido funcionan en su entorno numerosos “tertuliaderos” que de algún modo prolongan la tra-

dición de los antiguos conventículos frecuentados por burócratas, políti-

cos y empresarios en descanso de su oficio, artistas y desocupados que gastaban el tiempo en chis-morreos y especulaciones pero que, a menudo, podían aplicar-las en situaciones concretas. Hoy, la influencia de estos lu-gares está disminuida, pero no

ha dejado de operar, especial-mente en el ejercicio profesional

de cada participante, sea perio-dista, burócrata, maestro, abogado,

conspirador o, indudablemente, espía o detective. Hay nombres muy conoci-dos, como El Automático, El Pasaje de la Plaza del Rosario y el Pasaje San-tander, a los que se agrega de manera continua el sinnúmero de expendios de café a modo de “escampadero” de mini empresarios ante la crisis económica con que se ha iniciado el siglo XXI, o establecimientos de cadena, que son los que tienden a fortalecerse y no des-aparecer.

Finalmente, tampoco ha dejado de ser escenario predilecto de expresio-nes políticas multitudinarias de diversa naturaleza y sentido. En ella confluyen cada primero de mayo los desfiles de los trabajadores, como una especie de

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nes ─en un proceso dirigido y alimen-tado por la administración en su afán de apresurar el cambio a vía peatonal─ cuando deviene en una mezcla cari-caturesca de gran bazar de oriente, de objetos y libros reciclados, poco me-nos que al borde de la desintegración, y teatro de la miseria y el estruendo en el que salen a escena desde estatuas humanas que colectan monedas hasta imitadoras de la cubana Celia Cruz o émulos de tangueros argentinos, pasan-do por payasos que bailan con perritos, grupos de rock con aspecto de mecá-nicos y ‘gaiteros’-orquesta que inter-pretan las maracas con los pies. Con la desgracia agregada en tiempos muy recientes, relacionada con un brote ma-ligno y desproporcionado de bandas de estafadores y atracadores calleje-ros que aprovechan la multitud con las peores consecuencias.

De manera reiterada, las sucesivas administraciones municipales han en-frentado el problema y argumentado en favor de la defensa del espacio públi-co. Sin embargo, cabe aclarar que no se trata del viejo espacio público de la modernidad, es decir, del ámbito del pensamiento liberal, sino del espacio público físico que está concebido para permitir desplazarse a los peatones con tranquilidad, sin interrupciones ni inconvenientes, con el objeto de satis-facer necesidades; muy especialmente, adquirir mercancías en los estableci-mientos legales que pagan impuestos y generan ingresos a la municipalidad.

Este asunto implica unas cuantas aristas: de una parte, el que se trate de

movimiento inercial cada vez mas des-actualizado, ocurren las manifestacio-nes de protesta y rechazo de fenómenos como la globalización, las medidas anti populares relativas a alzas de servicios públicos o matrículas estudiantiles, pri-vatizaciones, agresiones a sindicatos y asociaciones y hasta, por supuesto, lan-zamiento de candidaturas al Parlamento, al Concejo Municipal o a la Presidencia de la República. No hay duda de que todavía las distintas fuerzas políticas y las personas mismas sienten que no se han expresado y no serán escuchadas a menos que el escenario de sus plantea-mientos comience en la Plaza de Toros de Santamaría y culmine en la Plaza de Bolívar, frente al Parlamento y la Alcal-día, a un paso de la Casa de Gobierno nacional. Tras varios años de una men-gua ostensible en este tipo de uso, nue-vamente crecen multitudes ‘indignadas’ que desfilan con nuevas y antiguas con-signas como “¡compañero mirón, únete al montón!”, “¡contra la privatización de la educación!” o “¡en defensa de los derechos de las minorías!”.

Bastaría a lo mejor con lo ya ex-presado para convencer a algunos de nuestro aserto inicial, pero se puede agregarse más:

Uno, el hecho de que la carrera sép-tima se ha convertido ─como en tantas ciudades “tercermundistas” otro tipo de vías– en un grande, desordenado e inconveniente mercado de chucherías, objetos de primera necesidad, textiles, juguetes y comestibles de bajo precio. Asunto agravado con la transformación que hasta hace poco sufrió cada vier-

un comercio ilegal, sin permiso de las autoridades, de modo que origina una competencia desleal; de otra, que por lo regular las mercancías ofrecidas sean “piratas”, de muy baja calidad o burdas imitaciones de productos de marca; de otra más, que todo ello dé lugar al ejercicio de actividades delin-cuenciales tales como estafas y robos, agregadas a la violación de derechos de patente que la “piratería” implica; y, fi-nalmente pero sin agotar el listado, que en su conjunto este tipo de fenómenos sea una manifestación del contrapoder de la multitud, tanto en su lucha por la supervivencia como en sus ansias de libertad. En efecto, en su construc-ción de la riqueza social, la multitud no solamente sobrevive sino que rompe barreras, viola estatutos y crea cami-nos inesperados, no previstos por los dueños del poder y de los medios de producción. Desde cierto ángulo, un problema semejante a la irrupción im-parable de desarrapados, trabajadores en su inmensa mayoría, que desde los lugares del mundo empobrecido o en estado de miseria se cuelan en el lla-mado Primer Mundo, el de los países ricos. En ambos casos, parece no exis-tir poder humano capaz de detener a los miles, centenares de miles o millo-nes de personas que toman de manera espontánea alguna de estas alternati-vas: ni guardias fronterizos, ni mallas electrificadas, ni buques guardacostas, ni perros entrenados, ni fuerza polici-va, ni administradores municipales, ni multas, que sean verdaderamente efec-tivos a largo plazo.

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Merece la pena agregar que con mucha probabilidad la última impli-cación mencionada es la que verda-deramente preocupa al “estableci-miento”, sobre todo si el gobierno municipal está siendo ejercido por una fuerza progresista. En este caso, la contradicción aparece de modo claro y doloroso, en flaco beneficio de un discurso que plantea defender precisamente determinados anhelos de la multitud.

En segundo lugar, una circuns-tancia particularísima de esta vía fundamental de la capital colombia-na: cierto remanente del comercio ilegal de piedras preciosas (esme-raldas) realizado a la vista del pú-blico en la confluencia de ella con la avenida Jiménez de Quesada. De alguna manera, se trata también de una manifestación del contrapoder ya aludido, quizá en un sentido pro-pio y único de nuestra ciudad, con relativa antigüedad pues existe des-de mediados del siglo XX.

No escapa al conocimiento que este comercio no es el tráfico

en grande manejado en la ilegalidad (a

menudo

con ropaje legal) o en la legalidad por las mafias nacionales e internaciona-les, capaz de generar ingentes recursos comparables a los de la fabricación y transporte de narcóticos, sino que es un mercadeo en cierta medida “popular”, todavía aprestigiado y de algún modo apetecido, que hace parte de la subje-tividad masiva, muy en contravía de la sociedad disciplinaria de la posmoder-nidad en otras partes del mundo.

Y en tercer lugar, como argumento por contradicción, aquello de que nues-tra carrera séptima tienda a ser conver-tida cada vez más en lugar preferido de la que algunos pensadores denominan la sociedad del espectáculo.

También en esto los signos son va-rios. No nos referimos, sin embargo, a los espectáculos de bajo perfil que ha-cen parte del llamado “rebusque” co-mún a todas las grandes ciudades del planeta y no exclusivamente colom-bianas. El de los performances de las “estatuas vivientes” que imitan robots o figuras históricas; el de los prestidi-gitadores y malabaristas esquineros; el de los cuenteros y mimos que aglome-ran transeúntes en los parques; el de los grupos musicales folclóricos en trance de obtener recursos para viajar al exte-rior o simplemente continuar su cami-

no; el de los deportistas callejeros que venden implementos o

muestran sus habi-lidades para

captar

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el caso anterior, no tienen mejores op-ciones de diversión gratuita y resultan “defendidos” por ellas ante cualquier tipo de posición crítica.

Hemos dicho: como “argumento por contradicción” pues (en rea-lidad y de tal modo que salta a la vista) el pretender convertir cre-ciente y paulatinamente la carrera séptima en lugar de la sociedad del espectáculo no es sino un manera (retorcida) de reconocer su persistencia, terca e intermi-nable, como viejo espacio de lo público. No en vano la Plaza de Bolívar, que hace parte de nues-

tra vía referenciada, fue hasta pla-za de toros y otras fiestas en tiem-pos del general Francisco de Paula

Santander. No en vano, además, la plazoleta de Las Nieves, otra parte suya, hizo en su momento las veces de plaza de festejos re-ligiosos. Pero, por último, tam-poco en vano fue en la carrera séptima donde se escenificó la muerte de las viejas construc-ciones del antiguo centro de la ciudad, incendiadas el fatídico 9 de abril de 1948, y donde comenzó a nacer su nueva es-tampa y a forjarse su nueva esencia, paralela a la del pro-pio país.

Esta ambigüedad (feliz para el caso) quizá la pre-serve de dar un salto al va-cío o a la posmodernidad sin política y sin concien-cia pública.T

monedas; el de los payasos que bai-lan con muñecas de su mismo tamaño o con perros entrenados; el de los que montan juegos de azar durante los días festivos con objetos o animales.

Hablamos aquí, por el con-trario, de los que sin duda es-tán concebidos para sustituir el espacio público como espacio político y confinar la política misma al lugar virtual que la pos-modernidad le reservó: el de los medios masivos de comunicación, distantes y manipulables:

La proliferación de ‘casinos’ de juego de bajo nivel, que combinan el vicio y la desesperación popular debida a la escasez o falta de in-gresos, con montajes privados a los que es muy sencillo acce-der desde la vía misma o vis-lumbrar los peatones aún sin necesidad de ingresar, como puestas en escena de la rique-za y la prosperidad.

Los desfiles teatrales pe-riódicos, de baja calidad pero realizados con estrépito, a la manera de una versión-mi-seria de los carnavales de otros lugares del mundo, incluyendo Barranquilla, cuyo festejo de auténtico origen popular es cada vez más manipulado por los medios.

Y los desfiles “pa-trióticos” oficiales, ab-sorbidos por masas de pobres que, como en

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El presente documento es una lectura sobre las relaciones campo – ciudad, los antecedentes lejanos y mediatos de los conflictos del campo, el panorama actual de lo rural, sus actores y planteamientos frente

a los asuntos referidos a la tierra y el desarrollo rural, expresados a través de sus organizaciones o voceros en documentos, escritos, foros, congresos y encuentros, teniendo en cuenta que el problema de la tierra ha sido el nudo gordiano de la sociedad colombiana. Finalmente recoge los lineamientos

y propuestas de política pública sobre tierras, victimas y desarrollo lanzadas por el gobierno del Presidente Santos, desde el día de su posesión y del señor Ministro de

Agricultura. Al final se presentan unas conclusiones y se formulan interrogantes sobre unos temas que siguen siendo cruciales para los colombianos, tanto para alcanzar la

paz o continuar en la guerra, como para la puesta en marcha de un tipo de desarrollo incluyente, que supere la desigualdad, la pobreza y la miseria que azotan a millones de conciudadanos.

PALABRAS CLAVES: Relaciones campo-ciudad, Conflictividad Rural, Actores Rurales. Campesinos, Tierra, Desarrollo Rural. Victimas.

EL PAÍS

Ramiro Gutiérrez [email protected]

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Con el presente documento se in-tenta compartir una lectura sobre

asuntos de vital importancia para toda Colombia. Se trata de otro punto de vista sobre los problemas rurales, que puede ser útil para las reflexiones de políticos, fun-cionarios institucionales, dirigentes de las organizaciones sociales del campo y la ciudad, en un momento en el cual los pro-blemas rurales y sus alternativas para supe-rarlos vuelven a ser parte de la Agenda Na-cional planteada por el Presidente Santos y diversos sectores de la sociedad colombia-na. Esta lectura se refiere a:

1. Exponer la importancia del cam-po para la ciudad y las transformaciones en las relaciones campo - ciudad, a pesar

de que ésta y la mayoría de los citadinos han vivido de espaldas a las viejas y nue-vas realidades rurales, a sus conflictos y a sus posibles alternativas de solución. Su-perar las inequidades e injusticias que se viven en el campo, implementar e impulsar un desarrollo sostenible e incluyente, son asuntos de gran importancia para el futuro de la nación.

2. Presentar un panorama general de la situación rural actual, sus actores, sus visiones y planteamientos sobre el desa-rrollo rural, a partir de sus mas recientes planteamientos, referidos a los conflictos por la tierra, el uso y los procesos produc-tivos como partes de un desarrollo que su-pere las desigualdades rurales en las que

viven campesinos, indígenas y afrodescen-dientes.

3. Síntesis de los dramas rurales: conflictos armados, narcóticos, despojo de tierras, concentración de la riqueza rural, presencia de las multinacionales de la mi-nería, industria de los agrocombustibles, la producción agroindustrial, biotecnológica y tradicional (campesina) de alimentos y la defensa de los recursos ambientales en medio de la crisis global de la economía de mercado agudizada y cuestionada por el cambio climático y los indignados.

4. Breve guión sobre el norte de las políticas y estrategias que está ofreciendo e implementando el gobierno del Presidente Santos.

Colombia ha sido considerada una so-ciedad rural hasta finales de la década del

setenta del siglo pasado. Antes de aquella época la mayoría de la población vivía en zonas rurales y sus principales actividades económicas se relacionaban con el campo. Sin embar-go, en Colombia ha existido, de manera permanente, una hegemonía de la ciu-dad sobre el campo. Las élites dirigentes, a pesar de sus tradicionales intereses rurales, siempre han privilegiado el desarrollo urbano a costa de lo rural.

Nuestra historia, de los últimos sesenta años ha estado signada por la migración campesina, de manera violenta o no, a la ciudad. La vio-lencia bipartidista de años ante-riores al Frente Nacional expul-so más de 300 mil campesinos. Despoblar el campo y concen-trar la población en las ciudades hace parte de la tradición del capi-talismo y de la historia colombiana. Progresivamente el modo de vida cita-dino se ha impuesto en detrimento del desarrollo rural y de sus pobladores, sin que en Colombia se desarrollara, de manera seria, el capitalismo.

En Colombia, como en otros países de América del Sur, el cam-po, los campesinos, los indígenas los afrodescendientes han signifi-cado atraso, barbaridad y estupi-dez. Con esta visión del campo se ha construido la ciudad presentándola siempre como el espacio civiliza-do, culto y humano.

En todos los países, la llamada Revolución Industrial transformó las relaciones entre el campo

y la ciudad. Las ciudades ofrecieron las condiciones para el nacimiento de la industria moderna, como la

posibilidad de usar los sistemas de distribución de energía y abastecimiento de agua, in-

fraestructuras necesarias para el funciona-miento de las fábricas o industrias. De esta

manera en la ciudad se concentro la mano de obra y el mercado con-sumidor. Subordinado el campo a la ciudad, su oficio sería liberar mano de obra y producir alimen-tos para las poblaciones urbanas.

Actualmente el campo tiene menos personas para produ-cir y en las ciudades hay mas

personas para consumir. Con el desarrollo de las fuer-

zas productivas (maquinarias) és-tas han sustituido la fuerza de trabajo

humana. Progresivamente también el consumo urbano de alimentos y materias primas fue determinando la producción

agrícola y el campo se ha convertido en un gran consumidor de maquinaria agrícola, fertilizan-

tes, químicos, herbicidas y pesticidas. Últimamente con los adelantos científicos en biotecnología de ali-mentos también el campo compra semillas y transgé-nicos, producción monopólica de las transnacionales de alimentos.

Las empresas de la biotecnología, mediante mo-dificaciones genéticas, han creado nuevas variedades de soya, maíz, papas, tomates, frutas, etc. Progresi-vamente las grandes empresas concentran la produc-ción, transformación o industrialización y comercia-lización de alimentos.

PRESENTACIÓN

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De otra parte los límites o diferencias cul-turales entre la ciudad y el campo tienden a desaparecer. Los modos y las formas de vida urbanas vienen siendo adoptados por la po-blación rural.

La relación campo-ciudad, en el contex-to de la economía global, expresa con mayor nitidez, la hegemonía de la ciudad y el mer-cado en detrimento del campo, la producción de alimentos sanos y sus culturas. El negocio de la producción mundial de alimentos pri-va de sus propios recursos a las poblaciones campesinas. Ahora los campesinos van a las ciudades a comprar alimentos. Despoblar el campo, concentrar la población en las ciu-

dades junto con la expansión del modo de vida urbano, acompañado de un consumismo irresponsable, están incrementando las dos enfermedades de la inseguridad alimentaria: el hambre y la llamada comida basura.

A pesar de esa subvaloración del campo de parte de la ciudad y sus ciudadanos, es ne-cesario recalcar que el campo es muy impor-tante para la ciudad por: i) la posibilidad de tener alimentos sanos, es decir sin agro tóxi-cos; ii) En el campo los campesinos pueden ser importantes productores de alimentos y generar empleo rural; iii) Defender el cam-po es proteger sus fábricas de agua, fuente de vida, necesaria para el riego, los acueductos

y la producción de energía hidroeléctrica. No se puede dejar el campo y sus habitantes en el abandono. Se necesita defender las riquezas rurales, amenazadas por la presencia voraz de las multinacionales que pugnan por la adqui-sición de tierras en Colombia. Estamos en la mira. El 15 de mayo pasado, Alfredo Molano informó en El Espectador que, autorizada por el anterior gobierno, una firma canadiense está talando y exportando a la China 5 mi-llones de metros cúbicos de maderas finas de las selvas del Chocó. En la Orinoquia se ade-cuan terrenos para empresas extranjeras. Las tierras de Colombia para los más ricos y las multinacionales parece ser la consigna.

Todas las situaciones por las cuales está pasando el país actualmente

son el producto de sucesos ocurridos desde antes antes de la existencia de Colombia como República.

Es muy cierto que en los últimos cincuenta años ha aumentado la violencia, de diversas procedencias, el tráfico de drogas, el Estado aparece políticamente débil, la Justicia disminuida, el monstruo de la

corrupción está sentado en todos los recintos, la politiquería es el instrumento para perpetuar el engaño colectivo y además importantes regiones y sectores de colombianos siguen subsistiendo como excluidos. Estas realidades configuran un drama nacional que para muchos es insoluble. Además diversas instancias internacionales consideran a Colombia

un país con gigantes desigualdades e inequidades, violento y peligroso.

Todas estas situaciones no son resultado exclusivamente de hechos recientes como la violencia “bipartidista” de los años cincuenta y sesenta del siglo pasado, o por las acciones de las guerrillas, las bandas paramilitares, el narcotráfico, porque en realidad estos fenómenos sociopolíticos y militares son mas bien el producto de enfermedades mas profundas. La situación

de la Colombia actual es el resultado de los componentes con los cuales se

construyó la sociedad colombiana, desde el periodo colonial y esclavista

hasta nuestros días, soportado, desde aquella época, en los valores

de un sistema excluyente como fue la Encomienda y su posterior conversión en la Hacienda, Sobre esos valores se construyeron las estructuras sociales, políticas y económicas de Colombia, a favor de élites muy restringidas e impidiendo la movilidad y la inclusión social de la mayoría de la población.

Durante dos siglos de vida republicana, las elites aristocráticas colombianas, a través de los dos partidos políticos, han utilizado el Estado como una mercancía de propiedad

BREVES ANTECEDENTES DE LA CONFLICTIVIDAD RURAL

privada y la política ha sido el instrumento para conservar y acrecentar prerrogativas y privilegios. Las élites colombianas se creen heredera de unos valores nobiliarios y sus comportamientos políticos y sociales son paternalistas, autoritarios y clientelistas. Por el otro lado tenemos una población con actitudes de lealtad, sumisión y fatalismo histórico, “nada va a cambiar” parece haber repetido durante siglos los sectores populares de Colombia, actitudes que hacen creer que las situaciones actuales existen por voluntad de la mayoría de la población.

La génesis del pueblo colombiano ha sido muy traumática. Nuestra sociedad comenzó a formarse a través del rojo fuego de la violencia colonial y esclavista, lo cual dejó cicatrices profundas en nuestra identidad colectiva que aún perduran. Recordemos que los primeros europeos que vinieron a América llegaron buscando piedras y metales preciosos. Cada uno traía en su mente amasar una fortuna que le permitiera alcanzar un lugar social de privilegio que, hasta ese momento, la jerárquica sociedad feudal europea le había negado. Para lograr acumular riqueza que les diera poder, honores y privilegios tuvieron que luchar, matar, robar y esclavizar.

Actualmente en los campos de Co-lombia tenemos actores de diversa

índole y procedencia. Se encuentran actores sociales, políticos, gremiales, empresariales, armados, culturales, nacionales e interna-

• PANORAMA DE LO RURAL: ACTORES RURALES, TIERRAS Y DESARROLLO RURAL

cionales. Se entiende como actor rural a un sujeto colectivo, con identidad propia, por-tador de valores, que actúa en el seno de la sociedad en defensa de los intereses priorita-rios de sus miembros y del colectivo general

que quiere representar. Cada actor se ubica como sujeto colectivo, entre el individuo, (sus miembros), y el Estado, convirtiéndose en constructor de estrategias de acción que le ayudan a la gestión de sus intereses.

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Una sociedad, a través de sus procesos de desarrollo y de conflictos, siempre da lugar al surgimiento y desarrollo de nuevos actores sociales, los cuales pueden repre-sentar nuevos conflictos, o dar lugar a otros, ligados a las características de evolución de la sociedad. Los cambios en el capitalismo y sus consecuencias traen también un entre-cruzamiento de actores, por ello encontra-mos actores tradicionales y nuevos, coyun-turales y transitorios, en una recomposición permanente de los tejidos humanos del campo. Los nuevos actores han emergido no como sustitutivos de los viejos, sino para generar nuevas dinámicas y en cierta forma multiplican las fuerzas transformadoras.

Todos estos actores rurales de Colombia, poderosos o débiles, actúan en una sociedad que siempre ha mantenido conflictos por la tierra, sus recursos, su uso y las relaciones sociales y de propiedad en el campo. Todos nuestros conflictos violentos, pasados y pre-sentes, han tenido y tienen como telón de fondo los problemas rurales en especial la tenencia, el uso de la tierra y sus recursos naturales.

En realidad Colombia siempre ha con-tado con una estructura económica, política y social latifundista, con todas las implica-ciones que ella ha tenido en la vida de los colombianos, en la aparición o desaparición

de la guerra o la paz, en el diseño, implementación y continuidad

de un sistema político y económico excluyente.

Algunos gobier-

nos,

mediante instrumentos legales, intentaron modificar la estructura terrateniente. López Pumarejo en los tiempos de la “revolución en marcha” con la Ley 200 de 1936. Asun-tos importantes de esa Ley fueron los jueces especiales para los conflictos de tierras, la función social de la propiedad y la figura de extinción de dominio. Otra Ley fue la 135 de 1961, inicios del Frente Nacional, para conjurar, en parte, consecuencias de la lla-mada “Violencia bipartidista”. Esta Ley creó el Instituto Colombiano de Reforma Agraria (Incora). Carlos Lleras, durante su gobierno, (1966– 1970) promovió la orga-nización de los campesinos lo cual dio lugar a la formación de la Asociación Nacional de Usuarios Campesinos “Anuc” en 1970. Es-tos reformismos hicieron parte de la política cepalina de “sustitución de importaciones”, por consiguiente la reforma se dirigía a am-pliar el mercado interno dándole al campe-sino alguna capacidad de compra.

En 1988 se volvió a hablar de reforma agraria y se expide la Ley 30, gobierno de Barco, donde se adopto la política del “mer-cado de tierras”. Adquirir tierras a precios del mercado, para vencer, por este camino, la resistencia de los terratenientes argumen-taron.

Durante los últimos doce años los cam-pesinos vieron gravemente afectadas sus actividades productivas porque las políticas agrarias beneficiaron a las élites agropecua-rias y la inversión extranjera. De otra parte, todos los indicadores señalan que los llama-dos cultivos transitorios, (maíz, frijol, yuca, hortalizas) producidos por los campesinos, cada vez es menor el número de hectáreas cultivadas, mientras aumentan las hectáreas de los cultivos permanentes, o de ciclo lar-go, como la palma aceitera o la caña de azú-

car para los agrocombustibles.En las zonas rurales aún perma-

necen doce millones

de campesinos, de los cuales más del sesen-ta y cinco (65%) por ciento vive en la po-breza y un 20% en la indigencia o miseria. De los campo llegaron a las ciudades más de cuatro millones de desplazados, en su gran mayoría campesinos, indígenas y afro des-cendientes, a quienes los actores armados les arrebataron sus tierras, sus bienes, sus territorios y hasta su cultura.

Los campesinos, el eslabón débil de lo rural, sienten que su situación de exclusión y pobreza esta en aumento por el efecto de cuatro fantasmas que azotan los campos de Colombia, a saber: i) La permanencia y continuidad de los conflictos violentos internos; ii) la economía del narcotráfico y sus implicaciones económicas, políticas y culturales; iii) la economía de mercado, expresada en Colombia en el extractivismo y la agro exportación en beneficio del gran capital nacional e internacional y los terrate-nientes y iv) El cambio climático global de imprevisibles consecuencias. Frente a estas realidades los campesinos, los indígenas, los afros colombianos han realizado movi-lizaciones de resistencia a las ofensivas del gran capital, proponiendo alternativas de so-lución a los viejos y nuevos problemas de la vida rural. Recordemos la Minga Indígena, La marcha Patriótica y el Congreso de los Pueblos.

Para todos los actores rurales los grandes asuntos que gravitan en el campo y desde el campo para todo el país se resumen en dos grandes enunciados: Tierras y Desarrollo Rural. Sobre ellos los actores se han pronunciado recientemente, desde los grandes señores hasta los despojados y los pobres con tierra o sin ella. También el Gobierno del Presidente Juan Manuel Santos, desde el día de su posesión, se ha referido a estos temas lo mismo que su Ministro de Agricultura el Dr. Juan Camilo Restrepo.

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Colombia posee 114 millones de hectáreas. Gremios económicos

como la SAC, FEDEGAN, FEDEPALMA y otros plantean que el conflicto actual de la sociedad colombiana es el uso del suelo y lo presentan como el problema prioritario a resolver a partir de las siguientes cifras: De ellas 4.2 millones están dedicadas a la agricultura, 41.7 millones de hectáreas a la

millones de hectáreas están en conserva-ción. En verdad estas cifras son una parte de la realidad rural pero no es toda.

Según la publicación del periódico “El Espectador del lunes 16 de agosto del 2010, pagina 6, nos presenta un cuadro que nos dice en manos de quién esta la tierra en Co-lombia. Allí se señala que en cifras del año 2003 el país tiene 16.352 propietarios y que cada uno de ellos tiene mas de 500 hectá-reas, acaparando de esta manera el 62,6% de la tierra. De otra parte existen 3’223.738 propietarios con menos de 20 hectáreas que

entre todos solo tienen el 8.8% de la tierra. (1) Esta es otra faceta de la

realidad.Hay quienes señalan que del

campo nos llegan casi todos los productos alimentarios, pero de allí también nos vienen todos los males: guerrilla, au-todefensas, paramilitarismo, narcóticos y narcoterrorismo.

Otra mirada diferente pero es solo una parte de los problemas

rurales. Para completar el cuadro es nece-

sario preguntarnos ¿cuántos campesinos tenemos en Colombia que no tienen tierra y que la necesitan? ¿Dónde están esos campe-sinos? El país no tiene cifras oficiales creí-bles al respecto. Algunos estiman que esos

TIERRAS

Mucho se ha hablado y escrito, des-de diferentes visiones e intereses,

sobre el desarrollo rural en Colombia. Las leyes de reforma agraria, se han formulado como los instrumentos legales para el de-sarrollo rural. Frente a la realidad actual se puede afirmar que el desarrollo no ha llega-do a todos los campesinos. El Estado con sus programas, instituciones y recursos ha sido ineficiente e insuficiente como lo de-muestran los cinco millones de campesinos desplazados, los millones de campesinos pobres, con tierra o sin tierra, excluidos del desarrollo después de tantos años de hablar del desarrollo rural.

Desde la década del ochenta del siglo pasado y especialmente en este nuevo siglo, los gobiernos en Colombia le dieron rienda

campesinos pueden estar entre 500 mil y/o 900 mil familias campesinas sin tierra.

De otra parte, en grandes extensiones del territorio nacional proliferan las fami-lias vinculadas a la producción agrícola en minifundios y microfundios. Estas áreas, están ubicadas en los departamentos de Na-riño, Cauca, Cundinamarca, Tolima, Antio-quia, Córdoba, Sucre, Boyacá y Santander. Podemos decir que es toda la zona Andina, con excepción de Córdoba y Sucre.

Un estudio realizado por el Incora y ci-tado por Darío Fajardo señala: “…la pala-bra minifundio se ha asociado a la idea de una pequeña parcela, cuyos .rendimientos son tan exiguos que no alcanzan a propor-cionar a sus poseedores los ingresos nece-sarios para la solvencia de las necesidades esenciales en la vida familiar” (2).

Para cerrar estas visiones es necesa-rio anotar que el gobierno de Uribe Vé-lez, dejó en marcha el modelo económico extractivista y agroexportador, de estirpe neoliberal, el cual ya está convulsionando extensas zonas rurales (La Colosa -Tolima, Turmequé –Cundinamarca, Santurban –Santander). Los fervorosos adoradores de la economía de mercado apuntan que el futuro del campo está en los macro proyec-tos agroindustriales, agroalimentarios y el turismo rural con todas las gabelas como zonas las francas, etc.

suelta al modelo extractivista agro expor-tador. En este nuevo contexto se vuelve a poner de moda hablar del desarrollo rural. Uribe lo impulsó con Leyes como el Esta-tuto de Desarrollo Rural, La Ley Forestal, ambas fracasadas. Se aprobaron los Planes Departamentales de Aguas, programas e incentivos institucionales al turismo rural o ecoturismo, Se dio vía libre a la producción de agrocombustibles, a las plantas indus-triales agroalimentarias. Se otorgaron más de cuatro mil licencias de minería, se entre-garon millones de hectáreas para la explora-ción de hidrocarburos. Estas actividades es-tatales son parte del gigantesco proyecto de desarrollo rural beneficioso al gran capital nacional y a las transnacionales. En ese pro-yecto no figuran ni caben los campesinos.

El investigador del CINEP Sergio An-drés Coronado, señala: “las políticas macro de desarrollo se consolidaron en Colom-bia…”. Soporta esta afirmación en documen-tos de Planeación Nacional y Visión Colom-bia 2010, donde se señalan las políticas que se ocupan de tres asuntos, a saber:

“1. Generar más y mayores crecimientos económicos en el sector privado, con la idea de que a partir de éstos se configuren dos si-tuaciones favorables para el bienestar: en pri-mer lugar el incremento de ingresos públicos a partir de la tributación a favor del Estado y en segundo lugar la generación de empleo como medio de distribución de la riqueza”.

“2. Modernizar los procesos producti-vos y la infraestructura, para lograr reali-zar una producción mucho más eficiente

ganadería; 10 millones son territorios agro-forestales, 9.9 millones son forestales y 47.9

(1) El Espectador del lunes 16 de agosto del 2010(2) “Notas sobre el minifundio en Colombia: su marco histórico y espacial” Darío Fajardo

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Es necesario el respeto y protección a la biodiversidad, los bosques. la fauna y la flora. Democratización en el uso y tenencia de la tierra y eliminación de las desigualdades. Defensa de la soberanía alimentaria.

y que pueda atender las demandas de los mercados externos”.

“3. Consolidar la economía a partir de la inserción y ubicación de los productos nacio-nales en los mercados externos, reconociendo aquellos en los cuales se pueden obtener ven-tajas comparativas”. (3)

Estos enfoques y realizaciones están pro-fundizando el conflicto social y la inequidad, lo cual se expresa en movilizaciones por el agua contra la minería y por trabajo digno en algunas regiones del territorio nacional.

¿Qué plantean los actores más débiles, los campesinos?

Respeto y protección a la biodiversidad, los bosques. la fauna y la flora. Democra-tización en el uso y tenencia de la tierra y eliminación de las desigualdades. Defensa de la soberanía alimentaria.

¿Que plantean los gremios económicos?

Los gremios económicos (Fedegan, Fedepalma, SAC) señalan la necesidad

de reducir el área dedicada a la ganadería en 10 millones de hectáreas y dedicarlas a la producción de alimentos, por la vía de la agroindustria y a las plantaciones para la generación de agroenergía, en el propósito de convertir a Colombia en una potencia mundial en alimentos y oferta

energética. En consecuencia para estos sectores el problema nacional a resolver en el sector rural se refiere principalmente al uso de la tierra, lo cual se traduce en una reflexión que supera lo meramente técnico y es un asunto cargado de componentes económicos, sociales y políticos.

EL GOBIERNO DEL PRESIDENTE SANTOS FRENTE A LOS CONFLICTOS RURALES

Hasta ahora el gobierno del Presiden-te Santos ha sido muy abundante en

anuncios sobre el campo y sus problemas. Desde su posesión colocó los temas de la Tie-rra y la reparación a las víctimas devolviendo las tierras a los campesinos despojados. En su discurso de posesión el 7 de agosto seña-ló: “Llegó la hora de que los bienes naturales que nos fueron otorgados con tanta abundan-cia y que los colombianos hemos multiplica-do con ingenio y sabiduría, no sean el privi-legio de unos pocos sino que estén al alcance de muchas manos. De eso se trata en esencia la Prosperidad Democrática.”

En relación con los campesinos y las tie-rras dijo: “Y quiero que me escuchen en los campos –en las montañas, en las llanuras, las selvas y las costas de nuestra tierra– los campesinos de Colombia. Vamos a defender al campesino colombiano, vamos a conver-tirlo en empresario, a apoyarlo con tecnolo-gía y créditos, para hacer de cada campesino un próspero Juan Valdez. Porque ese cam-pesino es la persona capaz de alimentar a Colombia y de ayudar a sustentar a un mun-

do ávido de alimentos. Colombia puede ser una despensa productiva para el planeta, y trabajaremos con empeño para que así sea. También vamos a trabajar para que los cam-pesinos sean dueños de las tierras más pro-ductivas de Colombia y para que las explo-ten.” Hablando del despojo de tierras indicó: “¡eso lo vamos a reversar! Presentaremos al Congreso un proyecto de Ley de Tierras, y aceleraremos los mecanismos de extinción de dominio, para que las tierras que el Es-tado les ha incautado a los criminales, y las que les vamos a incautar, regresen a las manos campesinas, a los que de verdad las trabajan con vocación y sudor.” (4)

Después de quince meses, de estas ofer-tas generales, solo se ha expedido la Ley de Victimas y Devolución de tierras cuya eje-cución es otro tema. Sobre Reforma Agra-ria o Desarrollo Rural no existen ni siquiera proyectos presentados al Congreso.

De otra parte el señor Ministro de Agri-cultura y Desarrollo Rural en entrevista pu-blicada en el periódico “El Espectador” del domingo 5 de septiembre del 2010, precisa

la política de tierras, al señalar: “Los pro-gramas de restitución con relación a los des-pojados son parte de un todo más amplio: la política integral de tierras, la cual tiene que ver con titulación de baldíos. El 50% de los predios de Colombia no la tienen en debida forma. Se hará un esfuerzo para formalizar la propiedad rural, lo cual implica avanzar con ideas que permitan gradualmente una mejor utilización del suelo –menos gana-dería extensiva mas agricultura- y avanzar en procesos que tengan que ver con el ce-rramiento de la frontera de bosques y de re-serva forestal que hoy está siendo erodada y destruida en gran parte por los cultivos ilícitos. Vamos a promover el desarrollo ru-ral con formas asociativas del campesinado de tal manera que no se trate solo de recibir unas tierras, sino de utilizar en ellas proce-sos productivos sostenibles.” Frente a estos planteamientos el periodista inquiere: ¿Por qué no llamarlo una reforma agraria de una vez? Y el Ministro precisa: “No estamos pensando en una reforma agraria al estilo de los años 60,…” (5) T

(3) “Desarrollo Rural en Colombia: Tendencias generales”. Sergio Andrés Coronado, Abogado Magister en Desarrollo Rural. Investigador del CINEP. Publi-cado en la página web Diálogos Textos Breves sobre desarrollo Rural solicitados por el IPDRS, Bogotá, 1 de Abril del 2010.(4) Apartes tomados del discurso de posesión del Señor Presidente de la República, Dr. Juan Manuel Santos Calderón pronunciado en la Plaza de Bolívar el 7 de Agosto del 2010.Publicado en el periódico “El Tiempo” de Agosto 8 del 2010. (5) El Espectador del 5 de septiembre de 2010.

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Pasaron tantos años, durante los

cuales los problemas rurales y de los campesinos

no hacían parte de los asuntos públicos, que los solos anuncios

del gobierno de Santos aparecieron como grandes novedades, la

transformación rural había llegado. El país se había acostumbrado

tanto al despojo que con anunciar la restitución de tierras estábamos volviendo al principio de la creación.Como superar la tragedia histórica

de los campesinos y el atraso rural? Colombia demanda convertir

la resolución de los problemas rurales en el objetivo prioritario

de toda la nación. Problemas como la restitución de los bienes

a los despojados, la propiedad y el uso de la tierra son partes importantes de ese objetivo

pero no son el todo. Colombia no puede seguir levantando de vez en cuando las pancartas de la transformación y convocando

a transitar caminos ya recorridos que solo han dejado frustraciones,

atraso, pobreza y miseria rural. La Locomotora de la Agricultura del

Presidente Santos es la continuidad de los macro proyectos agroindustriales,

agroalimentarios de las multinacionales y empresarios nacionales modernizados pero sin los campesinos o éstos como

peones o asalariados agrícolas. Ese es el futuro que se esta ofreciendo a los hombres y mujeres del campo.

Se trata de un crecimiento rural para la acumulación de riqueza

para el gran capital y no para llevar dignidad a los campesinos y demás

trabajadores del campo. El documento sobre desarrollo Humano del PNUD,

presentado recientemente refiriéndose al modelo económico señala: “Los

principales rasgos del modelo son: a. No promueve el desarrollo humano y hace más vulnerada a la población

rural. b. Es inequitativo y no favorece la convergencia. c. Invisibiliza las

diferencias de género y discrimina a las mujeres. d. Es excluyente. e.

No promueve la sostenibilidad. f. Concentra la propiedad rural

y crea condiciones para el surgimiento de conflictos. g. Es poco democrático. h. No afianza

la institucionalidad rural.”En Colombia no ha existido una

voluntad nacional, transformada en políticas y acciones estales dirigidas a incluir a los pobres del campo en el desarrollo general del país. Una

reforma rural de inclusión debe ser la columna vertebral de un modelo económico general de la sociedad.

El balance sobre lo rural, de los últimos cincuenta años, es lamentable, porque el enfoque

que han tenido todas las políticas, programas, planes y proyectos de

todos los gobiernos de este período, ha sido considerar lo rural como un

sector atrasado, ineficiente. Las pocas acciones de reforma agraria se ejecutaron como una actividad secundaria, como un costo para

el Estado y la sociedad y no como una inversión para el desarrollo.

BIBLIOGRAFIA

-“El Problema Social Agrario” Lleras Restrepo Carlos. Mensaje del Comité Nacional Agrario al Presidente de la República.- 24 de Octubre de 1960. Página 75.

-Sinopsis Nº 8 Agosto 2003, Publicación del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura IICA, de Costa Rica. Artículo de Elaborado por Melania Portilla Rodríguez.

-Agenda Mínima de Paz – Grupo de Paz de Planeta Paz – Sectores Sociales Populares para la paz en Colombia – Serie Documentos de Política Pública para la paz – Edición 2007.

-“LAS ZONAS DE RESERVA CAMPESINA: ¿Estrategia de Desarrollo Regional y contra el Desplazamiento?” Darío Fajardo Montaña artículo publicado en Abril del 2000 en la pagina web de “mama coca”

-Documento “Mandato Agrario” de las organizaciones campesina. Bogotá Colombia 2003. -Documento: “ELEMENTOS MÍNIMOS DE UN MODELO RURAL INCLUYENTE Y DE UNA POLÍTICA DE RESTITUCIÓN DE LOS BIENES USURPADOS A LAS VÍCTIMAS”. Por: Yamile Salinas Abdala. Consultora independiente. Bogotá, julio 1º de 2009

-Memorias XI Congreso de la Anuc –Asociación Nacional de Usuarios Campesinos de Colombia. Editorial Linotipia Bolívar y Cia. S. en C. Bogotá, Colombia. 2.004.--Relación campo ciudad. Pontificia universidad católica del Perú facultad de letras y ciencias humanas especialidad: geografía y medio ambiente disciplina: geografía urbana profesora: Rita de Cássia Gregório de Andrade. -Bases del Plan Nacional de Desarrollo 2010 -2014 del DNP-LEY 1450, mediante la cual se adopta el Plan Nacional de Desarrollo 2010 - 2014 Informe de Desarrollo Humano PNUD 2011

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OPINIÓN

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Como era previsible, la prensa del imperio si-lenció rápidamente el reciente incidente del

impensado “micrófono abierto” que reveló las verdaderas opiniones de Ni-colás Sarkozy y Barack Obama sobre el premier israelí Benjamín Netanyahu. Según quedó registrado en la conversa-ción sostenida entre ambos mandatarios el francés le dijo a Obama: “No lo pue-do ver más. Es un mentiroso”. Lejos de manifestar su desacuerdo, el ocupante de la Casa Blanca convalidó las pala-bras de Sarkozy diciendo que: “Tú estás harto de él, pero yo tengo que tratarlo todavía con más frecuencia que vos... ¡todos los días!”

El incidente es interesante por va-rias razones. Primero, porque demues-tra inapelablemente el talante moral de dos de los más importantes líderes políticos de Occidente. Lo menos que podría decirse de ellos al conocerse ese diálogo es que son hipócritas, cínicos e inescrupulosos en el manejo de los asuntos públicos y, en consecuencia, es dable pensar que esa deshonestidad e inescrupulosidad debe también presidir sus actos cuando, por ejemplo, declaran guerras o bombardean poblaciones civi-les indefensas como ocurrió hasta hace pocas semanas en Libia. Lo que ambos dijeron sobre el premier israelí, “menti-roso”, se les aplica como anillo al dedo a ambos mandatarios. Dos de las más importantes “democracias” del mundo -en realidad, sórdidas “plutocracias” en donde las grandes fortunas y las mega-corporaciones son las que detentan el poder real en sus manos- tienen en su puesto de mando a dos individuos que hicieron y hacen de la mentira uno de

sus instrumentos predilectos de domi-nio. ¿O no se deshicieron por años en elogios a Netanyahu? ¿No se respalda-ron incondicionalmente las iniciativas del “mentiroso” israelí? ¿Cómo expli-car lo inexplicable, el apoyo financie-ro, militar y politico a un insoportable mentiroso?

Segundo, Obama confesó que tiene que soportarlo a diario. Lo que no dijo es un secreto a voces: lo soporta a diario porque el lobby israelí en Estados Uni-dos tiene comprada, o alquilada, a la mayor parte de la dirigencia política del imperio, corrompida como está hasta la médula, y a buena parte de los emporios mediáticos. Así de simple. Obama tiene que aguantar las presiones del “mentiro-so” porque su carrera política ha sido, y sigue siendo, dependiente de poderosos lobbies corporativos y de varios países, entre los cuáles el más potente es el de Israel. Lo mismo vale para sus aliados en el Congreso, sean del partido que sean. Por lo tanto, cuando Obama habla no puede decir la verdad. Sus constan-tes apelaciones morales, propias de un predicador de baratos sermones domi-nicales, son un taparrabos de lo indeci-ble: la completa supeditación de la ma-gistratura más importante del mundo a las conveniencias e intereses de quienes pagan para que los sirvan. Pagan para hacer posible su carrera política y luego cobran con creces sus aportes a las cos-tosas campañas políticas del imperio. De ahí que un insoportable mentiroso como Netanyahu concite la permanente solidaridad de quienquiera que ocupe la Casa Blanca.

Por último, Estados Unidos anunció pocos días antes de la indiscreta con-

Obama, Sarkozy, Netanyahu: ¡A cuál más mentiroso!

versación entre Obama y Sarkozy que el próximo año las fuerzas armadas es-tadounidenses e israelíes realizarían los mayores ejercicios conjuntos de toda su historia. Cualesquiera que hayan sido las razones esgrimidas para justificar tama-ño esfuerzo el pútrido olor a la mentira se cuela por cada una de las palabras del comunicado oficial. ¿Cómo va a justifi-car ahora Obama esa iniciativa? ¿Cómo seguir tan promiscuamente asociado con un mentiroso como Netanyahu, no por azar el único que lo acompañó en la votación de la Asamblea General en donde 186 países repudiaron el bloqueo a Cuba y derrotaron por enésima vez la postura de Washington? Síntomas estos de una insanable descomposición mo-ral y de una alocada carrera encamina-da a inventar renovadas y cada vez más peligrosas mentiras: que Sadam tenía armas de destrucción masiva, que Ga-dafi bombardeaba con su fuerza aérea a civiles inocentes en Bengazi, que Irán está a punto de contar con un artefacto nuclear, que Venezuela y Cuba amparan al terrorismo, que Evo hace lo propio con el narcotráfico, etcétera. Calumnias y montajes necesarios para mantener un sistema ya condenado por la historia. Y para conjurar ese instante final los men-tirosos de todos los pelajes no vacilan en cerrar filas. El espectáculo es bochorno-so y repugnante, porque cada uno sabe que el otro, más allá de la nobleza de su investidura como gobernantes, es un mentiroso. Y ahora lo dijeron pública-mente, gracias a un “error técnico” de la conferencia conjunta que pronunciaran Sarkozy y Obama. No sorprende que a las pocas horas la noticia había dejado de ser noticia para los grandes medios del imperio. Nos tocará a nosotros re-cordarla día a día.T

Atilio Boron*

*Politólogo y sociólogo argentino, doctorado por la Universidad de Harvard. Actualmente, director del Programa Latinoamericano de Educación a Distancia en Ciencias Sociales (PLED) con sede en Buenos Aires. www.atilioboron.com.ar

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EL MUNDO

En medio de la crisis civili-zatoria o multidimensional que enfrenta el mundo a causa de los efectos perni-

ciosos del capitalismo y su última fase (una de las más predatorias) el neoli-beralismo, América Latina se consti-tuye prácticamente que en la única re-gión que está sorteando más bien que mal la debacle económica planetaria, y de alguna manera, apunta no obstante las infaltables dificultades y contradic-ciones sociopolíticas, hacia mejores niveles de desarrollo humano.

En efecto, en contraste con las profundas crisis económicas de Eu-ropa y Estados Unidos, los países latinoamericanos en su gran mayo-ría están rompiendo con los dogmas neoliberales y apuestan por una inte-gración que vaya más allá del mero interés comercial y se sustente en la solidaridad política que permita consolidar cauces de cooperación en diversos ámbitos institucionales para alcanzar un óptimo Estado de Bien-estar. Al fin y al cabo América Latina es la región con mayor desigualdad socioeconómica del mundo.

Por ello los gobiernos de América del Sur trabajan en la consolidación de un escenario como la Unión de Na-ciones del Sur (UNASUR) para poner en marcha mecanismos de desarrollo y defensa de la región. Simultánea-mente, varios gobiernos progresis-tas del continente gracias al impulso de Venezuela han hecho realidad la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA), la cual

no es una zona de libre comercio, sino un espacio político y económico orga-nizado, basado en la solidaridad y la complementariedad que tiene en cuenta las asimetrías.

Los pueblos del hemisferio han entendido que para salir de “la lar-ga y oscura noche neoliberal” de la que habla el presidente ecuatoriano Rafael Correa, y que tanto dolor hu-mano ha causado a millones de la-tinoamericanos, la región debe cir-cunscribir su política de relaciones internacionales en la cooperación y no en la competencia.

AMÉRICA LATINA Y SU EMPEÑO POR

CONSOLIDAR UN POLO DE PODER REGIONAL

La CELAC: ser o no ser

La búsqueda de autonomía, pero sobre todo, la integración política y la colaboración efectiva de la región, constituye “el ser o no ser” de la Comunidad de Estados de América Latina y el Caribe

(CELAC), dijo el presidente de Uruguay, Pepe Mujica, durante el acto de creación de este organismo que busca reemplazar a la desgastada y desprestigiada Organización de Estados Americanos (OEA).

La Cumbre de la CELAC realizada en Caracas entre el 2 y 3 de diciembre sin la presencia incómoda de Estados Unidos y Canadá es otro paso más en la ruta por solidificar políticamente a la región. Este nuevo organismo de integración latinoamericana buscará concretar en el corto plazo un fondo común de reservas para enfrentar las turbu-lencias financieras y la creación de un organismo de derechos humanos alternativo al de la OEA.

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UN DESPERTAR SOCIAL Y POLÍTICO

Para lograr el cambio de paradigma

económico y posibilitar la elección de gobiernos de tinte progresista que han jalonado este proceso de integración regional y ejecución de políticas pú-blicas de desarrollo social, muchas de ellas consideradas asistencialistas, La-tinoamérica debió soportar los embates de las medidas de ajuste y saqueo que impuso el funesto modelo neoliberal. Estas fórmulas de pillaje y de desco-nocimiento de las conquistas sociales inspiradas en el llamado Consenso de Washington que muy poco tuvo de consenso y mucho de Washington, ge-neraron el despertar de los pueblos que a través de su organización en movi-mientos sociales y en la movilización pública lograron convertirse en sujetos de cambio que posibilitaron llevar al poder a líderes con vocación de cambio cuyo propósito al llegar a los gobiernos ha sido la lucha contra la pobreza, el desempleo, la exclusión, garantizando el acceso gratuito y universal a la edu-cación y la salud. Es decir, hacer efecti-vo y real el rol del Estado de garantizar los derechos fundamentales.

HACIA UN POLO DE PODER

América Latina avanza paulatina-mente hacia su propio destino como región no obstante ser un continente muy disímil, heterogéneo, lleno de diversidades de todo género: étnicas, geográficas, costumbristas, históricas. En medio de esa diversidad y de los elementos comunes como el idioma y las similitudes culturales que son deci-sivos en un proceso de integración, la sociedad latinoamericana está llegando a cierto grado de madurez política que le ha permitido comprender a cabalidad las circunstancias de la globalización en el sentido de entenderla como una muy hábil estrategia de los países de-sarrollados para cautivar los mercados del planeta. Tras las fracasadas recetas

económicas del Consenso de Washing-ton que solo han beneficiado al capital financiero especulativo transnacional en perjuicio de los intereses locales, la dirigencia latinoamericana de postura progresista terminó dándose cuenta, por fin, de que la dinámica del capita-lismo salvaje que eufemísticamente lo denominan “globalización”, obliga a concretar sinergias, por lo cual Améri-ca del Sur se encuentra en pleno proce-so de estructurar un bloque común, en medio de las diferencias, para defender intereses compartidos en el ámbito in-ternacional.

Para algunos analistas en geoestra-tegia internacional como el mexicano Alfredo Jalife-Rahme, América del Sur en ese sentido ya cuenta con un pro-yecto y se encamina a constituirse en un polo de poder.

Jalife-Rahme se refiere a América del Sur por cuanto que México y Cen-troamérica siguen siendo parte consus-tancial de la órbita política, militar y económica de Estados Unidos.

NUEVA ARQUITECTURA FINANCIERA REGIONAL

Ese renovado espíritu integracionis-ta de los gobiernos de América del Sur expuesto en diversas reuniones presi-denciales se ha logrado concretar tanto en la creación de UNSAUR como en el fortalecimiento de instancias comer-ciales como MERCOSUR.

Las buenas intenciones de los jefes de Estado no solo se han quedado en retórica como en el pasado, sino que en medio de las normales limitaciones de un proceso de integración ambicioso, se avanza en la concreción de una pro-puesta para generar una nueva arqui-tectura financiera regional.

Los pilares básicos de esta propuesta que le dará sustento práctico a UNASUR se pueden sintetizar así, en palabras del representante del gobierno ecuatoriano Pedro Páez Pérez, quien en los últimos años ha venido trabajando para cristali-zar este empeño integracionista:Argentina, consolida su modelo

de reindustrialización.

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• Una banca de desarrollo de nuevo tipo, como la iniciativa del Ban-co del Sur, con un conjunto de nuevas prioridades en materia de alimentación, energía, cuidado de la salud, ciencia y tecnología, conectividad física, finan-ciamiento de la economía popular y nuevas prácticas bancarias.

• Una banca central alternativa, comenzando por la conexión directa, en red regional, de los bancos centrales, enlazados a sistemas de compensación de pagos, mercados virtuales de liqui-dez, sistemas multilaterales de créditos recíprocos, facilidades de emergencia de balanza de pagos, caja fiscal, y un fondo común de reservas regional.

• Desarrollo de un espacio mo-netario común, incluyendo la emisión de Derechos Especiales de Giro (DEG) regionales en el marco de convenios de compensación de pagos como la expe-riencia del SUCRE dentro de la Alianza Bolivariana para los Pueblos (ALBA).

• Bloquear la restauración del poder de chantaje de la vieja arquitec-tura financiera, pues el FMI ha dado más créditos desde la explosión de la crisis que en toda la década previa, y espera aún mayores aportes.

• Crear espacios para la políti-ca fiscal. La Conferencia de Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD), por ejemplo, ha sugerido una moratoria inmediata de la deuda externa que debe ser combinada con la generalización de procesos de audito-ría que podrían aprender críticamente de la experiencia ecuatoriana articu-lándose a la formación de un Tribunal Internacional de Arbitraje.

• Bloquear con medidas efecti-vas la ofensiva de los especuladores a nivel mundial.

• Para evitar retaliaciones políti-cas y sabotajes económicos a los proce-sos democráticos, es necesario impul-sar una definición pronta y universal de

controles de capitales y un impuesto a través de la denominada Tasa Tobin.

EL LIDERAZGO DE BRASIL Y ARGENTINA

El mapa político de Latinoaméri-ca permite observar con claridad los avances o retrocesos del proceso de cambio que se viene dando en buena parte del hemisferio.

Brasil y Argentina, los países líderes de Suramérica, son las eco-nomías de mostrar. Ambas naciones que hacen parte del G-20, es decir, el grupo de países con las economías más fuertes del mundo, evolucio-nan en un modelo de mejoría social e industrialización que les ha posi-bilitado reducir la pobreza, mejorar los índices de desarrollo humano y configurarse como los impulsores de la integración regional.

Brasil por sus condiciones geoes-tratégicas y económicas juega como polo en América del Sur, hace parte del grupo de países conocido como BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) que está en pleno ascen-so, y apuesta a consolidar el proceso de regionalización porque de él de-pende solidificar su influencia.

EL ROL DE LOS GOBIERNOS DE IZQUIERDA

Los gobiernos de Hugo Chávez en Venezuela, Rafael Correa en Ecuador, y Evo Morales en Bolivia, se caracte-rizan por sus posturas de izquierda en el sentido de proclamar un socialismo para el siglo XXI y ser críticos de los efectos negativos del capitalismo en el desarrollo de la sociedad.

Estos gobiernos ostentan un gran respaldo popular y coinciden en haber logrado revertir la negativa realidad social de sus pueblos mediante la eje-cución de políticas que han mejorado sustancialmente la situación de los sectores más vulnerables de la socie-dad.

Mientras Chávez tiene como ca-ballito de batalla un discurso anti-

estadounidense que le ha traído las simpatías de amplios sectores socia-les y políticos tanto nacionales como internacionales y el desprecio de las oligarquías venezolana y latinoameri-canas, Correa y Morales deben hacer-le frente no solo a sus adversarios de

la derecha sino a sectores de izquierda que los cuestionan y que intentan sin éxito organizarse para restarles sus-tento popular.

Los tres mandatarios tienen en co-mún que su popularidad ronda el 60% y por lo tanto esa legitimidad les per-mite seguir adelante con sus reformas sociales y antimonopólicas.

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¿HACIA DÓNDE VA PERÚ?

Tras la pesada herencia de los gobier-nos neoliberales de Alejandro Toledo (2001-2006) y Alan García (2006-2011),

quienes erigieron toda una arquitectura para favorecer el modelo de libre comer-cio entre Perú y Estados Unidos funda-mentalmente, el presidente Ollanta Hu-mala en sus primeros cien días ha dado tímidas muestras de querer avanzar hacia una política de contenido social.

En medio de los poderes fácticos de la derecha peruana, Humala se ha atre-

vido en este breve lapso de gobierno a aumentar el salario mínimo, incre-mentar los presupuestos de educación y salud y poner en marcha varias polí-ticas sociales. Sin embargo tiene como limitante que el modelo económico está sustentado en el extractivismo mediante la explotación de los recur-sos minero-energéticos.

El gobierno del mandatario perua-no es una mixtura política del que ha-cen parte sectores tanto de la derecha como de izquierda y lo complicado es que su propósito es el de quedar bien con todo el mundo, lo cual puede ter-minar favoreciendo más los intereses del gran capital y los mercados que respondiendo a las ingentes demandas sociales.

CHILE Y COLOMBIA: REPRESENTANTES DE LA DERECHA HIRSUTA

Finalmente, en el espectro político de Suramérica aparece lo más hirsuto de la derecha representado por los go-biernos conservadores de Sebastián Piñera de Chile y Juan Manuel Santos de Colombia, caracterizados por su apego irrestricto tanto a los dictados de Washington como a los principios fundantes del malhadado modelo neoliberal.

Tanto el heredero de Pinochet como del cuestionado expresidente colombiano Álvaro Uribe coinciden en ser agentes oficiosos del capital transnacional y como tales no tie-nen prejuicio alguno para entregar el patrimonio nacional a los grandes saqueadores que en términos neolibe-rales se conoce como “socios estraté-gicos” o “inversionistas extranjeros”, a quienes según su credo hay que dar-les todas las garantías de seguridad para el éxito de sus colocaciones fi-nancieras y empresariales.

Piñera y Santos, coinciden además en que, a diferencia del resto de go-bernantes de América Latina, consi-deran a la educación no como un de-

recho sino como un negocio que debe manejarlo el sector privado. Ambos se enfrentan a sendas protestas y movili-zaciones estudiantiles de gran aliento. El mandatario neopinochetista sigue adelante con su neoliberal propósito, mientras que el colombiano, más astu-to en el manejo político, vio pasos de animal grande y temeroso de las con-secuencias de la explosión social y del paro estudiantil en todo el país, se vio obligado a desistir de continuar con su desventurada reforma a la educación universitaria.

Para ambos mandatarios conser-vadores la “inversión extranjera” es fundamental para el desarrollo de sus pueblos y qué mejor entonces que en-tregar en manos de las transnaciona-les los recursos minero-energéticos para su explotación. Piñera busca de-nodadamente entregar un recurso es-tratégico para Chile como es el cobre mediante la privatización de Codelco, la corporación estatal dedicada a la exploración y explotación de este im-portante mineral. Santos, por su parte, fomenta la explotación de las trans-nacionales de minas de oro a cielo abierto, continuando con la política extractiva que dejó su mentor, el ex-presidente Uribe Vélez, cuyo gobier-no otorgó 8750 títulos mineros que prácticamente equivalen a la mitad del territorio colombiano.

Chile y Colombia como Centroa-mérica han unido su destino al de Es-tados Unidos, país con el cual tienen tratados de libre comercio y son ade-más sus satélites en el hemisferio en lo militar.

MÉXICO Y CENTROAMÉRICA MUY

CERCA DEL TÍO SAM

La región centroamericana, es decir la franja que geográficamente va desde Panamá hasta México depende eco-nómica, comercial y militarmente de Washington. Su dependencia se refleja en los dos últimos años en su lento cre-

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cimiento dada la crisis norteamericana y su panorama de seguridad es desola-dor. El narcotráfico, la criminalidad, la violencia en sus diversas expresiones y la corrupción permean los diversos ac-tores de prácticamente todos los países centroamericanos, lo cual amenaza la estabilidad política e institucional de esta región.

Este ambiente enrarecido sumado al accionar de los carteles del narcotráfico de México hace que Centroamérica sea la zona de mayor tensión en el hemisfe-rio. Políticamente la situación también es conflictiva. Si bien Nicaragua y El Salvador cuentan con gobiernos de tinte progresista sus pequeñas y débiles eco-nomías son dependientes de Washington.

Los gobiernos conservadores de Panamá, Costa Rica, Honduras y Gua-temala, en donde se eligió como man-datario a un militar represor como Otto Pérez Molina, mantienen el statu quo y obedecen instrucciones del Comando Sur estadounidense en materia de segu-ridad nacional.

GUERRA ASIMÉTRICA FINANCIERA

No obstante la adhesión y su com-plejo de dependencia a Estados Unidos

de Centroamérica y de países andinos como Chile y Colombia, Washington ha perdido influencia en las últimos dos décadas particularmente en Amé-rica del Sur. En 2005 a instancias de los mandatarios de Brasil y Argenti-na, Luiz Inácio Lula da Silva y Néstor Kirchner el hemisferio le dijo no al ALCA (Acuerdo de Libre Comercio de las Américas) en la propia cara del tristemente-célebre George W. Bush, durante la Cumbre de las Américas de Mar del Plata.

Y ahora, Argentina y Venezuela prácticamente le declaran a la Casa Blanca una guerra asimétrica financie-ra.

Desde la Casa Rosada en Buenos Aires se está desconociendo el orden financiero anglosajón y por si fuera poco, Argentina y Brasil pusieron en marcha los denominados swaps (per-mutas financieras) para evitar utilizar el dólar.

Entre tanto, desde el Palacio de Miraflores en Caracas, el presidente Chávez ordenó sacar buena parte de las reservas de oro. Según algunos analis-tas los halcones de Washington tarde o temprano pasarán cuenta de cobro a los gobiernos de Argentina y Venezuela por haberse atrevido a tanto.

LA GRAN AMENAZA DE AMÉRICA LATINA

Si bien Latinoamérica a diferen-cia de Europa y los propios Estados Unidos está logrando crecer económi-camente a un promedio del 5% anual según la CEPAL, los rezagos del mo-delo neoliberal son un gran riesgo para el desarrollo social y la defensa de su medio ambiente.

El resurgimiento del denominado neodesarrollismo que se plasma en el predominio del extractivismo de mate-rias primas, principalmente de recursos minero-energéticos, la extranjerización de la economía y el desplazamiento de las viejas burguesías nacionales por nuevos grupos exportadores, constitu-ye una verdadera limitación en el avan-ce por limitar los abusos y desafueros del capitalismo especulativo y depre-dador.

Este esquema lo único que busca al decir del economista y científico social argentino Claudio Katz, es remodelar el orden social vigente mediante la aplicación de acciones de regulación estatal y fuertes subsidios a los grupos empresariales que se desea promover como protagonistas de la vida económica.

“La minería metalífera a cielo abierto se ha convertido en la actividad más

cuestionada en la región, en una suerte de figura

extrema, un símbolo del extractivismo depredatorio, al

sintetizar este conjunto de rasgos particulares

directamente negativos para la vida de las

poblaciones y el futuro de nuestros países”.

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Y como protagonistas de prime-ra línea en la vida económica de los países suramericanos se encuentran actualmente las trasnacionales dedica-das a la explotación de recursos natu-rales, particularmente a los proyectos de minería a gran escala.

Es lo que el exministro de Energía ecuatoriano Alberto Acosta ha deno-minado “la maldición de la abundancia” para significar que “somos pobres, por-que somos ricos en recursos naturales”.

En el proceso de explotación de es-tos recursos como base para financiar la economía, explica Acosta, “los efí-meros boom acarrean profundas perver-siones. A la postre el conjunto social se empobrece, los derechos fundamentales de las comunidades son atropellados, la naturaleza es depredada, los ingresos ge-nerados no dinamizan la economía nacio-nal, la violencia y la voracidad se institu-cionalizan, el autoritarismo gana terreno y se mina la democracia”.

CONSENSO DE LOS COMMODITIES

Lo anterior lo confirma la docto-ra argentina en Sociología Maristella Svampa, quien en uno de sus múlti-ples análisis recientes sobre el mo-delo extractivista señala que en la actualidad, no hay país latinoameri-cano con proyectos de minería a cielo abierto “que no tenga conflictos sociales suscitados entre las empresas mineras y el gobierno versus las comunidades: México, varios países centroamerica-nos (Guatemala, El Salvador, Honduras, Costa Rica, Panamá), Ecuador, Perú, Colombia, Brasil, Argentina y Chile. Se-gún el Observatorio de Conflictos Mine-ros de América Latina (OCMAL) existen actualmente 120 conflictos activos que involucran a más de 150 comunidades afectadas a lo largo de toda la región”.

“La minería metalífera a cielo abier-to se ha convertido en la actividad más cuestionada en la región, en una suerte de figura extrema, un símbolo del extrac-tivismo depredatorio, al sintetizar este conjunto de rasgos particulares directa-mente negativos para la vida de las po-blaciones y el futuro de nuestros países.

En consecuencia, no se trata solamente de una discusión económica o ambiental, sino también de una discusión política sobre los alcances mismos de la demo-cracia: se trata de saber si queremos debatir lo que entendemos por desarro-llo sostenible; si apostamos a que esa discusión sea informada, participativa y democrática, o bien, aceptamos la im-posición de nuestros gobernantes locales y las grandes corporaciones, en nombre del nuevo consenso de los commodities y de un falso desarrollo”, puntualiza Svampa.

LA NUEVA CARA DE LAS LUCHAS SOCIALES

Los movimientos sociales de Amé-rica Latina siguen estando alerta para enfrentar los rezagos del funesto mo-delo neoliberal y muy seguramente serán capaces de volverse a movilizar cuando los gobiernos no sean capaces de frenar los abusos de los agentes del capitalismo especulativo y rapaz como en el caso de la infame explota-ción de la minería a gran escala.

En los últimos meses una nueva oleada de protestas sociales que em-palma perfectamente con la irrupción de los llamados Indignados de Euro-pa y Estados Unidos han sido las ex-traordinarias movilizaciones de los movimientos estudiantiles de Chile y Colombia. Podría afirmarse que son la nueva cara de las luchas sociales en la región, sobre todo, en el cora-zón del neoliberalismo suramerica-no. En Chile donde ha resucitado el espíritu político del pinochetismo y su afán utilitarista del capitalismo; y en Colombia, un satélite económico-militar de Washington, que al decir de la periodista María Antonia García de la Torre, es “el tercer país más desigual del mundo que cuenta con el ejército más temible de Latinoamérica y la educación más inequitativa”.

La expresión de inconformidad y rebeldía de los jóvenes así como de los sectores populares de la región constituyen el nuevo sujeto de trans-formación y la nueva cara del provenir de Latinoamérica.T

Carrera 7 No. 17 - 64 Oficina 505 Tel.: 342 5882

Bogotá - Colombia

Abogado Titulado

Rommel Augusto Rodriguez M.

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HOY

La historia del mundo ha es-tado ligada siempre al oro, metal que ha actuado como un perpetuum módem de la

evolución de las civilizaciones. En la mítica universal el sol y el oro fueron identificados con mandato divino. Y el oro significaba la señal de alteza de su poseedor discernida por la voluntad celeste. Es decir, desde el comienzo de las civilizaciones el oro ha sido un sím-bolo y, por supuesto, un instrumento de poder y causa de sangrientas luchas por poseerlo.

El oro ya era sagrado desde la edad de cobre (4,500 A.C.).

Para los griegos y romanos sus dioses estaban hechos

de oro, de acuerdo a Er-nesto Milà. Según el poeta griego Homero, la túnica, la balanza y el látigo de Zeus eran de oro igual como el escudo de Apolo, las riendas de Artemis, las

sandalias de Atenea y el látigo de Poseidón. El his-

toriador y biógrafo roma-no, Caius Suetonius escri-

bió que el edificio destinado a glorificar a Mitra, que en Persia e

India era el dios de la luz solar, esta-ba cubierto de oro. Para otras culturas, como la judía, el oro era más terrenal a pesar de todos los esfuerzos de Moisés de darle el símbolo divino. El mismo

Abraham, según Génesis, era rico por-que poseía oro y rebaños.

El uso de oro como dinero co-menzó, de lo que se sabe, en la ciu-dad griega Lydia en el año 610 A.C. y unos 60 años más tarde en China. Sin embargo, en Europa hasta el final del siglo XVI el oro era muy escaso, en total menos de 90 toneladas. Pero todo cambió después de la invasión espa-ñola al continente americano. El inca Atahualpa en Perú marcó el destino de su pueblo cuando les ofreció a los es-pañoles un cuarto lleno de oro y dos de plata, a cambio de su libertad. La sed por el oro fue tal que los conquis-tadores no solo lo asesinaron, sino que decidieron hacerse de todo el imperio. Así, la invasión española facilitó el saqueo de 700 toneladas de oro en las tierras conquistadas y el genocidio de su población. La nueva riqueza de los españoles y el crecimiento de su pode-río significaron también la destrucción del Imperio Incaico.

El oro para los españoles significaba una riqueza para explotarse, para pagar gastos de guerra, comprar voluntades y enriquecer a quienes lo poseyeran. En este afán las más bellas obras de orfe-brería, fueron fundidas menosprecian-do el valor artístico para convertirlas en lingotes de oro.

Para los nativos americanos, el oro, llamado en náhuatl “teocuitlatl”, signi-

LA AMBICIÓN POR EL ORO SIGUE DOMINANDO AL HOMBRE

Vicky Peláez

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ficaba excremento de los dioses. Su uso fue ritual y ornamental pero el verdade-ro valor, se lo daban a la habilidad de los orfebres para crear piezas de delica-da manufactura y la maestría aplicada en dichas piezas. Un texto de la época que menciona la admiración que causa-ba el trabajo indígena entre los artistas europeos contemporáneos, mientras los conquistadores españoles solamente le apreciaban un valor económico:

“...Así, en 1519, antes de la conquis-ta, los objetos que Hernán Cortés envió a Carlos I -una serie de objetos indios de oro, plata, piedras preciosas, plumería, etc., que había recibido de los mayas, de los totonacas y de los obsequios aztecas de Moctezuma-, causaron en Europa verda-dera impresión. Alberto Durero, que pudo verlos en Flandes en la corte del empera-dor, escribió en su Diario: «A lo largo de mi vida, nada he visto que regocije tanto mi corazón como estas cosas. Entre ellas he encontrado objetos maravillosamente artísticos... Me siento incapaz de expresar mis sentimientos»...”

De esos presentes, nada quedó en su estado original.

CASI NADA HA CAMBIADO EN EL MUNDO MODERNO

Siendo poseedor de grandes reser-vas de oro, Rusia recién comenzó a ex-traer su oro al final del siglo XVII bajo la iniciativa del Pedro el Grande. Trajo especialistas alemanes, holandeses y británicos para encontrar yacimientos de este metal. Y ya en 1719 fue produ-cido el primer lingote de oro extraído en las minas de Nerchinsky. Sin embargo, tuvo que pasar un siglo para que Rusia descubriera su real potencial convir-tiéndose finalmente en uno de los paí-ses con los más grandes yacimientos de oro en el mundo. Actualmente ocupa el octavo lugar por la producción 165 toneladas de este metal al año. Le an-teceden China (260 t), Sudáfrica (250 t.), EE.UU. (230 t.), Australia (225 t.), Perú (182 t.). En total, se produce en el mundo entre 1.500 a 2.200 toneladas del oro al año. Y se calcula que se ha

extraído durante unos 7.000 años algo de 100.000 toneladas, mientras que ac-tualmente hay cerca de 50.000 tonela-das en lingotes o monedas y joyas con sus respectivos dueños.

Decía Karl Marx que “a pesar de que el oro y la plata no son dinero por natu-raleza, el dinero por naturaleza es el oro y la plata”. En todas las épocas el oro ha sido el más seguro depositario del valor financiero. Los banqueros, que se reunieron en 1944 en EEUU para crear un Nuevo Orden Económico Mundial y así empezar el proceso de la globaliza-ción, lo sabían perfectamente al firmar el Tratado Bretton Woods. Los 44 paí-ses firmantes de este acuerdo, mayoría de los cuales eran latinoamericanos, dieron un poder absoluto al dólar como patrón oro-divisa comprometiéndose Norteamérica a mantener el precio de oro en 35 dólares por onza de oro. Para fortalecer este dominio crearon de paso al Fondo Monetario Internacional, al Banco Mundial y al Acuerdo General de Aranceles (GATT).

Los defensores actuales de este tratado, que duró desde 1946 a 1971 y trajo cierta estabilidad financiera en el mundo, no toman en cuenta que las ambiciones norteamericanas de expansión económica sin límites tenían que quebrar las condiciones de equilibrio financiero que establecieron los firmantes del Bretton Woods. La guerra en Vietnam aceleró este proceso y el patrón oro-divisa fue abolido por Richard Nixon en 1971 cuando las reservas de oro en Federal Reserve disminuyeron en 50 por ciento lo que obligó al gobierno a poner en marcha su impresora de dólares. Dijo en aquella época el Secretario de Tesoro de Nixon, John Connally: “el dólar es nuestra moneda y vuestro problema”.

Desde aquella época el mundo entero no se atreve a encontrar la solución a este problema y vive subordinado a la bolsa de valores que es manejada a su vez por un club secreto de nueve banqueros

que se reúnen en Manhattan, de acuerdo a New York Times (12-11-2010), cada tercer miércoles con el propósito de proteger sus intereses. Mientras tanto, la economía norteamericana está entrando en un nuevo ciclo depresivo con un desempleo real de 22 por ciento y un crecimiento del PBI cerca de uno por ciento. Es dudoso que el tercer estímulo económico solucione el problema.

Lo único que crece es el precio de oro, además de la plata y se es-pera que para el fin del año una onza cues-te más de 2.000 dóla-res y en el 2012 superará 3.000 dó-lares. Esto explica porque Hugo Chávez hizo nacionalizar el oro y traer parte de 211 toneladas que tiene en EEUU al país si es que los grandes banqueros le permitirán hacer-lo... Ya hay más de 22 juicios inter-nacionales contra el gobierno de Vene-zuela – un excelente pretexto para no devolver su oro. T

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DEPORTE

Hace ya más de dos milenios, Hipócrates, el más famoso de los médi-cos de la antigüedad, descubrió la vinculación existente entre el es-tado psíquico y físico del hombre al afirmar que las personas sanas y físicamente fuertes habitualmente estaban de buen humor, mientras

que quienes no gozaban de buena salud, a menudo estaban malhumoradas.

Estas ideas han sido desarrolladas por los médicos contemporáneos que han estudiado los mecanismos de vinculación recíproca entre la salud física y mental. Hoy la famosa frase “en cuerpo sano, mente sana” descansa en una sólida base científica.

Mijaíl Zalesski

TAMBIEN NECESITA DE MUSCULOS

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Durante toda la vida la gente se halla dominada por emocio-

nes positivas y negativas. A propósito, debemos aclarar que estas últimas son tan necesarias como las primeras. Otra cosa es cuando la vida nos depara una tras otra fuertes emociones negativas. Entonces en el cerebro nace un estable foco de excitación estancada, relacio-nada con ellas.

¿Cómo salir de semejante estados? Bueno, pues en este caso cabe acordar-se de los músculos. El hombre heredó de sus antepasados lejanos una rela-ción inquebrantable entre las señales –emociones y la actividad motriz, o sea, el trabajo de los músculos. Por eso, respondiendo a fuertes emociones negativas se reestructuran los sistemas vegetativo y endocrino del organismo. En tiempos, tal reestructuración ayu-daba a atacar al enemigo o burlar su persecución, es decir, de uno u otro modo salir airoso de una situación des-favorable.

El hombre moderno, por lo general, no puede permitirse responder a las emociones negativas con una reacción motriz. Esta conducta antinatural, que viola la armonía biológica, lleva a es-treses, neurosis, y otras enfermedades.

Pero si en situaciones de estrés no po-demos dar rienda suelta a nuestros ins-tintos biológicos, entonces deberíamos buscarnos cargas musculares que reha-biliten nuestra psiquis.

Se sabe que nuestro encéfalo es responsable no solo de la actividad psicoemocional, sino también de la motriz. Con el trabajo intelectual están relacionadas, como máximo, el 10 por ciento de las neuronas del encéfalo. La mayor parte de ellas dirigen los movi-mientos y la actividad de los músculos. De ahí la importancia que para las neu-ronas “intelectuales” tiene el estado del resto de las células nerviosas, el que depende directamente de los impulsos inversos, que llegan de los músculos en funcionamiento.

La acción profiláctica y curativa de los movimientos está vinculada con el hecho de que durante las contracciones musculares enérgicas y lo suficiente-mente duraderas, en el encéfalo, gra-cias a las señales que llegan de los mús-culos, nace un nuevo y potente foco de excitación. El brío, la afluencia de fuer-zas, las emociones agradables que uno experimenta en este caso refuerzan el potencial de este foco. De él la excita-ción inmediatamente se extiende a los

LA HONROSA MISIÓN DE LOS MÚSCULOS

ACERCA DE LA ARMONÍA DE LO ESPIRITUAL Y LO FÍSICO

sectores vecinos del encéfalo, inhibien-do a los focos estancados originados por las emociones negativas.

Este mecanismo funciona en todos nosotros. Pero no cabe duda de que en las personas físicamente fuertes, los impulsos trasmitidos de los músculos al encéfalo son mucho más potentes que en los hombres débiles, no desarro-llados físicamente. Todo esto explica por qué las personas fuertes, como re-gla, tienen buen humor y sufren pocas frustraciones, neurosis y enfermedades vinculadas con ellas.

Así, pues, la compañía de las cargas físicas resulta provechosa para el tra-bajo intelectual. Pero ¿son compatibles la perfección física y la fuerza muscu-lar con la perfección intelectual o estas cualidades se excluyen mutuamente? En otras palabras, ¿son justos los pro-verbios “el que tiene fuerza no necesita de sesos” o, peor aún, “la fuerza es la tumba de la inteligencia”?

Bueno, hay ejemplos históricos en defensa de la fuerza. Así, Pitágoras fue campeón olímpico de pugilato y Pla-tón, un magnífico luchador. Lomonós-ov, Toltoi y Plvlov eran fuertes; Byron, Lodon y Hamingway boxeaban como profesionales.

Hay numerosos métodos de pre-venir la fatiga del encéfalo

pero, a mi parecer, el mejor de ellos son los ejercicios físicos. Ya he dicho que los impulsos provenientes de los mús-culos inhiben los focos estancados en el encéfalo; paralelamente, los ejercicios físicos estimulan el trabajo de las glán-dulas endocrinas, y las hormonas que llegan a la sangre facilitan y aceleran las interacciones entre las neuronas. Ade-más, gracias a que la circulación san-guínea se vuelve más intensa, se acelera la expulsión de las sustancias tóxicas y de los productos del metabolismo del encéfalo, lo que, a su vez, ayuda a que este trabaje más apropiadamente.

Sin embargo, no cabe sobrestimar el papel de los músculos en el trabajo intelectual. Ni el más perfecto entrena-miento físico amplía los conocimien-tos o el intelecto y, lógicamente, ni los mejores aparatos deportivos podrán sustituir a los libros. En la actualidad, centenares de millones de habitantes de nuestro planeta practican cultura física y creo que en el siglo XXI esta cifra aumentará. Indudablemente, se ampliará el surtido de ejercicios. Aho-ra bien ¿qué ejercicios debe hacer si se ha convencido de que las cargas mus-culares diarias son indispensables para fortalecer y mantener el tono intelec-tual? Pues de correr, practicar aeróbi-

ca, pasear en bicicleta, nadar, esquiar y muchas cosas más. Pero, en primer tér-mino, le voy a recomendar ejercicios de fuerza sencillos, que usted podrá hacer con buenos resultados en solo 20 minutos.

La utilidad de los ejercicios depen-de en mucho de la regularidad con que lo hagan. Por eso los que le propone-mos son fáciles de hacer en casa, antes o después del trabajo. No necesitará nada, además de pesas y un amortigua-dor de goma. Semejante entrenamiento se combina a la perfección con otros ejercicios; Ud. podrá complementarlo con una carrera, un paseo en esquís, natación, etc.T

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№ 6 - Diciembre - 2011 62

OFERTAS

Un gran aporte a la estética, a la comodidad, al buen gusto como a la conservación de los bosques, es la

labor que viene realizando Plásticos Rimax desde 1987 cuando fue creada y desde ese ese entonces, produce la más completa línea de artículos para el hogar, la oficina y el comercio; Rimax ofrece, fuera de la conocida y tradicional línea de muebles, una amplia variedad de repisas colgantes, cestas para la ropa, papeleras, cajones móviles en diferentes tamaños y colores.

La empresa de Plásticos Rimax, para mantenerse en la cabeza en este campo, ha adquirido una moderna maquinaria y tecnologías que le permite ofrecer a sus clientes nacionales e internacionales una gran variedad de productos a precios accesibles.

Los productos de la Empresa de Plásticos Rimax se pueden encontrar en los distribuidores exclusivos de ésta marca y en los principales almace-nes de cadena del país como a través de su página www. rimax. com. co.

Diseños para durar

Una de las limi-tantes a la que

se encuentra abocado el ciudadano en su lugar de residencia y trabajo, es la falta espacios genero-sos para ubicar estética-mente los instrumentos e implementos que utiliza en el quehacer cotidiano; afortunadamente, encon-tramos empresas que se preocupan por contribuir a superar esa si-tuación y es así que, en nuestro país, la empresa Bri-tania Modular ofrece al publico bibliotecas y centros de computo fabricados sobre medidas en las mejores láminas de madera y molduras de acero.

La empresa Britania Modular ofrece sus productos en puntos de fabrica que se encuentran ubicados en la ciudad de Bogotá en la calle 134 No 19-36 (6 cuadras arriba de la Av. 19) Tel:

6254535 - 6267116; Autopista Norte, Calle 125 (costado occidental 50 metros abajo) Tel: 6195970;

Avenida Suba No 101-11 tel. 2260521 Avenida el Dorado con carrera 42 esquina Tel: 2445232.

Por diversas motivos se impuso en los habitan-

tes de la ciudad la informali-dad en el vestir; para suplir esa necesidad, la empresa privada ofrece una gran variad de pro-ductos de excelente diseño, a un buen precio y que además, son generadoras de empleo como de divisas al exportar estos pro-ductos.

Una de estas factorías es la re-conocida es la marca Totto; que diseña, elabora y comerciali-za productos cómo morra-les, chaquetas y accesorios entre otros. Estas prendas están diseñadas y elabo-radas de tal manera que suministran comodidad, frescura y movilidad ne-cesarias para ir y venir por la ciudad.

Los productos Totto se pueden adquirir en sus propios puntos de venta como en los diversos almacenes de superficie de la ciudad.

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¿Sabes qué se necesita para disfrutar de un buen Espresso? Detrás de todo buen café, hay un arte, que requiere a tra-

vés de los años, de gran experiencia y calidad. Un café espresso es una manera de preparar café, en donde participan todos los sentidos.

¿Qué se necesita para preparar un buen espresso?

Primero, necesitamos una excelente materia prima, es decir, una mezcla de café 1OO% excelso, además de un molido extra-fíno. De otra parte, otro elemento importante a tener en cuenta, es la máquina de espresso, en donde pondremos 8 gramos de nuestro Espresso OMA, con agua a 88 a 92 grados de Tem-peratura y una presión de extracción de nueve atmósferas. El tiempo de extracción del café tardará entre 25 y 3O segundos.

¿Cómo reconocer un buen espresso?

Por su aroma: Puede tener un aroma a caramelo, almendra, especies o tabaco, entre otros.

Por la crema: La cual debe ser de color avellana con tenden-cia hacia el marrón oscuro con estrías rojas, compacta y con un espesor de dos a cin-co milímetros, la cual debe mantener su persistencia en la superficie del líquido durante dos minutos.

Por último, hay que saber que el gro-sor del vaso o del pocilio, debe ser el ade-cuado para mantener el calor y permitir que la crema permanezca en la superficie.

Es así como se logra un espresso de arta calidad, Espresso que consigues en nues-

tras barras y restaurantes de OMA en diferentes variedades para dar gusto a

los más exquisitos paladares.

Somos el banco con mayor número de sucursales físicas en Colombia

De acuerdo con el informe presentado por la Superintendencia Financiera de Colombia, con datos sobre el número de sucursales físicas y la participación de mercado que tiene cada entidad financiera en el país, Bancolombia cuenta con

770 sucursales y tiene el 20.8 por ciento de participación de mercado. Esto nos convierte en la entidad que tiene la mayor cantidad en el consolidado nacional.

Entre las capitales de departamento también contamos con el mayor número de sucursales en Bogotá, Medellín, Barran-quilla, Cartagena, Manizales, Popayán, Montería, Neiva, Santa Marta, Pasto, Cúcuta, Armenia, Pereira, Bucaramanga e Ibagué.

Continuamos llegando a los rincones del país con aperturas recientes como la de San José del Guaviare, Guaviare; Villa Nueva, Casanare; Honda, Tolima y en Buganviles, un barrio en Neiva. En los próximos meses vamos a realizar aperturas en Leticia, Amazonas; San Vicente del Caguan, Caquetá, y Puerto Asís, Putumayo.

La industria de colchones Spring de larga trayectoria en

el mercado nacional ha venido dando pasos importantes en el campo tecnoló-gico para mejorar su producción y crear nuevos productos; la empresa producto-ra de colchones Spring, consciente de la importancia del colchón en la vida de las personas, ofrece nuevas línea de colcho-nes antialergicos y antimanchas que ga-rantizan una higiene permanente y unos precios muy cómodos en sus diferentes puntos de venta.

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