revsita bostezo - 01

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  • 8/17/2019 Revsita BOSTEZO - 01

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    Año 1 Nº 1 5

    www.revistabostez

    PLATICANDO CON

     Javier KraheUna alegre fatalidad

    ARTÍCULOS

    El espía Kapuscinsky

     Joan Fontcuberta

     Vivir desinformado

    Periodismo de investigación

    COLABORAN

    Ignacio Echevarrí

    Santiago Alba Ric

    David Barberá

     J.J. Pérez Benlloch

    DOSSIER La información como sospecha

    TERTULIA El 23F en Valencia

    BATISCAFO Suplemento literario

    REVISTA DE ARTE Y PENSAMIENTO

    México 60 Pesos | UE 5.50 € |Argentina 20 Pesos | Guatemala50 Qtz | Perú 20 N Soles | Brasil 15Reais | USA 7 $ | GB 5 ₤ | Tinduf(Argelia) 100 Drs |

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    RETROVISOR

    04. La verdad de las mentiras.Los libros de JoanFontcuberta, Ángela Sánchezde Vera

    06. El cine fronterizo de FrankZappa, Manuel de la Fuente

    08. Contra la comunicación, deMario Perniola, Miguel ÁngelHernández

    10. Cultura y simulacro, de JeanBaudrillard, Jesús Andrés

    10. Primera plana, de BillyWilder, Miguel Ángel Sánchez

    12. Malaprensa.com, Josu Mezo

    14. La obsolescencia de laslolitas y el síndrome deltercer LP, Epo

    16.

    Sexografías, de GabrielaWiener, Laura Domingo

    Director: Walter Buscarini(http://walter-buscarini.blogspot.com)

    Editor: Paco Inclán ([email protected])

    Director de arte: Enrique Ferrando

    ([email protected])Diseñador: Andrés García(www.setembre.es)

    Redactor-Jefe: David Barberá([email protected])

    Director Batiscafo: Salvador Salgueiro

    Mesa de redacción: Jesús Andrés, LauraDomingo, Albeliz Córdoba, EnriqueFalcón, Sonia García, Javi Llorens,Carlos Madrid, David Moya, AlejandroMorales, Alfonso Moreira, Pablo San-tiago, Paqui Santos y Gloria Vilches

    Fotógrafas: Eva Máñez, Laura Sánchezy Reyes Sedano

    Ilustradores/as: Javier Altabert, Este-ban Hernández, Sergio Luna, MartaPina y María José Reche

    Video Bostezo: Montse de Mateo ySergio Inclán

    Psicóloga: Eva Vives

    Traductores: Gloria Briseño (francés) yNelson Arditto (inglés)

    Consejo editorial: Sara Azorín, FermínAlegre, Julio Alonso, Pere Blasco, Gus-tavo Bueso, Arturo Castelló, VicenteChambó, Manuel de la Fuente, JesúsGonzález, McDiego, Epo, Herminio

     Javier Fernández, Nacho Fernández,Daniel Gascó, Viktor Gómez, Juli Leal,

    Guillermo López, José Luis Martín,Alicia Martínez, Abelardo Muñoz,Laura Navarro, Jaime Ortega, JJ PérezBenlloch, Carlos Pérez de Ziriza,Vicente Ponce, Rafael Porras, ÁngelaSánchez de Vera, Rogelio Villarreal,María José Vizcarro

    Foto de portada: Reyes Sedano

    Interior de contraportada: Montse deMateo y Sergio Inclán

    *La revista Bostezo agradece la atenciónculinaria de “Los fogones de María”

    DIRECCIÓN: CALLE TENOR ALONSO, 85. GODELLA(VALENCIA) 46110. ESPAÑA.

    CLUB ‘SALVEM BOSTEZO’:[email protected]

    PUBLICIDAD:  [email protected]

    TELÉFONOS:(0034) 961 820 804 / 661 313 646

    IMPRIME:Gráfcas Litolema (www.litolema.com)

    DEPÓSITO LEGAL: V-4401-2008

    Sumario

    0406

    14

    ARTISTAS COLABORADORES

    Berberecho: www.berberechoproductions.blogspot.comReyes Sedano: www.elojoquetodoloquierever.blogspot.comDani Sanchis: www.tardamucho.blogspot.comBorja Bonaque: www.borjabonaque.blogspot.comRoberto Herrera: www.alegrofotograas.blogspot.com

    Marcos López: www.marcoslopez.comDavid Friedman: www.davidfriedmanphoto.comKatherine Streeter: www.katherinestreeter.comEva Máñez: www.evamanez.blogspot.comSeñor García: www.elsrgarcia.comFernando Vicente: www.fernandovicente.esGloria Vilches: www.gloriavilches.blogspot.comNoaz: www.noazmadrid.blogspot.com Joan Fontcuberta: www.fontcuberta.comBenito Cabañas: www.abracadabra.com.mxEsteban Hernández: www.estebanhernandez.comBanksy: www.banksy.co.ukThe Unknown Artist: www.the-unknown-artist.org

    FE DE ERRATAS

    Inauguramos esta sección conun concurso. El primer lector/aque detecte una errata seráobsequiado con una camisetaBostezo. Envía tu error a editor@

    revistabostezo.com o envía SMSa 628135042

    IDENTIFICACIÓN

    Bostezo no se identifca nece-sariamente con la opinión de losautores de los textos.

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    walter-buscarini.blogspot.com

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      í  n  d  i  c  e

    DOSSIER LA INFORMACIÓN COMO SOSPECHA

    18. Usted ahorrará tiempo. Infomerciales de madrugada, Raquel Castro

    22. Los pies me huelen mal (los de foto), Laura Sánchez

    24. Alerta Roja. Análisis de los informativos de Antena 3, Arturo Quirantes

    28. Fábula del espía Kapuscinski, Paco Inclán

    31. La policía del futuro será invisible. Entrevista con Antonio Martín, Daría Barbate

    34. Periodismo de investigación: Autopsia de un maniquí indeseable, Pablo Santiago

    38. ETA nació en un vestuario (sic), Alejandro Morales

    46. La prensa diaria y la crisis fnal, Herminio Javier Fernández

    50. La televisión, Santiago Alba Rico

    53. No lea esto, Eduardo Romaguera

    56. Vamos a hablar de lo mío. Los medios de siempre en los nuevos medios, Guillermo López

    58. Información medioambiental, Maria Josep Picó

    61. Escasos minutos de vida entre la avalancha de triunfos en el deporte español, Daniel R

    64. Del acontecimiento a la alegoría. La destrucción de Guernica, Sonia García

    66. Vivir desinformado. ¿De qué sirve conocer la actualidad?, Matías Marini

    69. Resignación, Esteban Hernández (cómic)

    70. La función crítica, Ignacio Echevarría

    PLATICANDO...41. Con Javier Krahe

    TERTULIA BOSTEZO74. EL 23F en Valencia

    BATISCAFO Suplemento literario. Número 1

    18

    41

    7

    24 28

    7

    Y ADEMÁSBOSTEZO DIGITAL. Reseñas y artículos de opinión. Escriben: Pere Blasco, Kamel Daoud, Daniel Gascó, Herminio J. Fedez, Mariano José Larra, Carlos Madrid, Alicia Martínez, David Moya, Abelardo Muñoz, Carlos Pérez de Ziriza (y más)

    3446

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    RETROVISOR

    Fotografía: Joan FonMilagro de Carroll Lew

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      r  e  t  r  o  v  i  s  o  r

    La verdadde las

    mentirasLOS LIBROS DE JOANFONTCUBERTA

    ENSAYO

    H

    ay una rama del arte contemporá-neo que juega con el periodismo ysuplanta algunas de sus funciones

    para dejar al descubierto las tra-moyas del poder. Su programa anárquico nosuele ser sistemático, de ahí que sea unaagradable anomalía contar con la trayectoria,tan amplia y bien articulada, del fotógrafo Joan Fontcuberta (Barcelona, 1955).

    Fontcuberta lleva toda su vida, y todasu obra, poniendo la información de losmedios bajo sospecha, con acciones quelo emparentan eventualmente con artistastan peculiares como Jerry Dreva1, quienllegó a inventar sucesos para cubrir susnoticias en el periódico en el que trabajaba.En este juego con los medios, Fontcubertase ha especializado en poner en evidencia

    la rapidez e irresponsabilidad con que tra-bajan, infiltrando bulos cuya falsedad nadiese molesta en comprobar. Todo pareceindicar que los medios están al servicio delespectáculo, del mercado y no de la verdad,y Fontcuberta nos dinamita la confianza quedepositamos en la fotografía documentalcomo verificadora de la información. Susmontajes nos demuestran, por activa ypor pasiva, que la fotografía siempre esadaptable al discurso que se quiera dar. Peroalgo ha cambiado en la última década: se hahecho demasiado evidente el mensaje queFontcuberta apuntaba en todo momento(la fotografía siempre es manipulable),

    gracias a la digitalización de la imagen. Supopularidad ha transformado la naturalezade la fotografía periodística, que ya no puedeentenderse, simplemente, como la huellade lo real. La fotografía digital ha ejecutadoel programa de concienciación ciudadanaque Fontcuberta se había propuesto, y élha reaccionado adaptando sus proyectos aeste nuevo tipo de imagen, una imagen que

    sólo puede verificarse, bien por el créditode quien la pone en circulación o bien porsu contexto, esto es, por cómo se inscribeen un flujo narrativo.

    Es en este punto cuando empiezan atomar protagonismo los libros porque, paraponer en escena sus nuevos juegos, Font-

    cuberta necesita bastante espacio. Quienquiera acercarse a ellos, tiene dónde elegir:Fontcuberta ha publicado catálogos querecogen acciones y exposiciones, libros deteoría y divulgación sobre estética fotográfica,traducciones, recopilaciones editoriales y en-sayos críticos. Pero son sus últimos catálogos,casi novelas ilustradas, los que marcan ladiferencia. Cuando los hojeé por primera vez,

    pensé que Fontcuberta se había dejadpor la veta de ficción que asoma en sdesde sus primeras fotografías, que dejando aflorar libremente el recuerdolecturas adolescentes sobre viajes exgabinetes de coleccionista y selvas contruos mutantes. Con ‘Karelia: Milagro

    (Fundación Telefónica, 2002), me reíbajo al ver a Fontcuberta vestido dey agarrado a Harry Potter, pero no de pensar que ese montaje tan evrepresentaba cierta renuncia de su lacombativo, sustituido por un giro soque lo alejaba de la actualidad polítme daba cuenta de que estaba camla función de la fotografía en su obra

    ‘Milagro de la Piensamientografía’, 2004 (de la serie ‘Milagros

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    Él mismo justifica el giro de sus últimosproyectos como el resultado del desgastede su nombre, convertido en una marcaregistrada que se asocia, automáticamente,a la presentación de material documentalmanipulado. Joan Fontcuberta ha llegadoa convertirse en una identidad de la quesospechamos, como también le acabóocurriendo al propio Luther Blissett2. Pero

    toda acción de guerrilla sufre desgaste y,como en Pedro y el lobo, a Fontcuberta lepreocupa que nadie le crea. Sin embargo,sus lamentos son sólo lágrimas de cocodrilo,otro efecto escénico para que mordamosde nuevo su anzuelo. Para comprobar sumaldad sibilina sólo hay que fijarse en ‘Laisla de los vascos’ (Artium, 2003), el primerproyecto firmado, y bien firmado, con sunombre: Fontcuberta presenta en la sala ladocumentación de una investigación an-tropológica sobre un territorio canadiensecon el que entraron en contacto los balle-neros vascos. Sólo al leer los capítulos delcatálogo se hace evidente que el proyecto

    va más allá de otra vuelta de tuerca quelimpie su nombre: ha cambiado la funciónde la fotografía que, de ratificar el texto,pasa a transformarse en pura ilustraciónde un complejo relato. Para empezar, ‘Laisla de los vascos’ es incomprensible sinel libro, porque sólo en él se puede crearla densidad necesaria para contextualizarlo real entre lo falso. Fontcuberta incluyeen el catálogo cinco proyectos previos yreescribe su génesis para infiltrar entreellos una anécdota que sí es verdadera, unhecho tan insólito que parece inventado

    y del que desconfiamos en tan extrañacompañía. Fontcuberta consigue que loreal parezca falso, que sea otra secciónmás de la feria.

    Mucho más exagerado es el relato delas hazañas del monje Munkki Juhani en‘Karelia: Milagros & Co.’ Resulta llamativaesa burda recreación de cartón piedra ybarbas postizas que permite ver de lejos

    los hilos de la marioneta, y sus costuras,embellecidas por la manipulación digital...Fontcuberta está mintiendo, nos grita queestá mintiendo: no pretende infiltraseesta vez, no quiere que nadie se crea supuesta en escena. Quizás porque la mentiratambién nos habla, cuando sabemos quenos mienten: cuando estamos seguros deque alguien nos engaña, nos dice más consu mentira que con la verdad, nos habla desus debilidades, de lo que quiere ocultar,de lo que le hace daño. Una mentira esmás interesante que la verdad desnuda,y eleva el nivel de complejidad del mundoen el que nos movemos.

    Fontcuberta da por supuesto queestamos al tanto de la manipulación dela información en la vida pública, deja deinterrogarla y la magnifica: construyefarsas, se detiene en la belleza de logrotesco y plantea su necesidad en unmundo espectacular en el que tenemosque dar por sentado un elevado gradode cinismo: tenemos que aprender aleer en las mentiras, a movernos entretanto fasto.

    Fontcuberta no es el único artistaconceptual que ha dado un giro hacia la

    ficción: artistas tan dispares como MarceBroodthaers o Cindy Sherman tambiéhan acabado utilizando recursos de ficciópara recubrir una base documental3. Slo pensamos con detenimiento, Fontcuberta sólo está acentuando una serie dcaracterísticas que ya estaban en su obrdesde el comienzo: estamos asistiendo su maduración. Sus juegos entre verdad

    mentira no reniegan de su base conceptuaporque siguen respetando sus conquistaesto se hace evidente cuando nos fijamoen que ese giro hacia la ficción no significque ahora vaya a filtrar la realidad mediante su subjetividad de artista: aunquFontcuberta aparezca insistentementen las fotografías, disfrazado y posanden actitudes cómicas, sólo se trata de unactuación: es un simulacro, no la expresióde sus avatares biográficos, ni de sus creencias íntimas. Esta puntualización explicdesde otro ángulo su uso estridente de lmentira: sus poses desaforadas cuestionala veracidad del artista, la autenticida

    de una subjetividad privilegiada que lsociedad ha de tomar como guía: comantídoto contra esa falacia románticael artista posconceptual miente. Mientcon lo grotesco, con la exageración. Fontcuberta explota su vena más histriónicpara anunciarnos que nos está mintiendoDescaradamente.

    Ángela Sánchez de VerCoordinadora del proyect

    ‘La triste muerte de Luther BlisseImágenes cedidas por Joan Fontcubert

    1Dreva también creó el proyecto musical ‘Les Petits Bonbons in Hollywood’, una marca empresarial sin contenido ni componentes fijos, para demostrar que sepuede hacer carrera preocupándose tan sólo de la parte comercial. Home S. ‘El asalto a la cultura’. Virus Editorial. Barcelona, 2002.2Luther Blissett es una identidad múltiple creada a mediados de los años 90 para agrupar un conjunto de acciones con las que desestabilizar los medios: bajo sunombre, un colectivo de artistas publicaron noticias y libros falsos, boicotearon programas televisivos... Blissett, L. ‘Pánico en las redes’. Literatura gris. Madrid,2000.  3También en el cine se juega entre el documental y la ficción. Desde los años 70 contamos con obras como ‘F for fake’ (1973) de Welles o ‘Vertical Featuresremake’ (1978) de Greenaway, además de títulos españoles como ‘El sol del membrillo’ (1992) de Erice, ‘Tren de sombras’ (1997) de Guerin o ‘Aro Tolbukhin’(2002) de Villalonga. El falso documental lleva camino de convertirse en un nuevo género.

    ‘Manbaa Mokfhi rige una incursión en Makkram-Suyaz’ ‘Mokfhi y Bin Laden inspeccionan una posición en el norte de Tora Bora

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      r  e  t  r  o  v  i  s  o  r

    La música rock ha venido suscitando, desdesus inicios, el interés de numerosos cineastasque han reflejado el impacto social de estamúsica o que han reflexionado sobre los

    diversos aspectos que rodean al oficio del músico.Es conocido el caso de cineastas que, como Scor-sese, vuelven de vez en cuando su mirada hacia lamúsica popular para ofrecer su punto de vista. Sinembargo, es mucho menos habitual que los mismosmúsicos decidan ponerse tras la cámara. Cuando lohacen, sus películas acaban constituyendo experi-

    mentos aislados de una carrera cinematográficaque no termina de cuajar. En este sentido, resultaparadigmática la experiencia de Bob Dylan con sufilm ‘Renaldo y Clara’.

    Por todo esto, es interesante detenerse en laobra audiovisual de Frank Zappa, uno de los músicosde rock más creativos y originales del siglo XX, que,no contento con publicar una extensa discografíade unos setenta LPs, quiso desarrollar una obracomo cineasta que se traduce en la creación deocho películas. Cuando se cumplen, este mes dediciembre, quince años de su muerte, rescatar laobra cinematográfica de Zappa (prácticamentedesconocida en nuestro país) supone descubrir unaproducción coherente y audaz de quien fuera uno

    de los músicos más conscientes de las implicacionessociales y políticas que comportaba su trabajo.Desde su residencia en California, Zappa inició

    su obra en los años sesenta con una serie de discosen los que criticaba los aspectos que más le irritabande su entorno social. Uno de ellos era la escenahippie, y así, en 1968 publicó ‘We’re Only in It forthe Money’ (Estamos en esto sólo por la pasta),uno de sus discos más conocidos. En él, el músicoarremetía contra una escena cultural que consi-deraba totalmente alineada con el poder político:para Zappa, el consumo de drogas, lejos de liberarel espíritu, no hacía más que anular al individuopara la disidencia y la rebeldía, y los hippies, asípues, no eran más que unos hijos de papá que, en

    lugar de combatir el sistema, lo legitimaban consu actitud complaciente.Pero esta visión de la Norteamérica de su tiempo,

    en que la crítica iba de la mano de un sentido delhumor mordaz y demoledor, no se limitó a sus discos,sino que, desde bien temprano, la trasladó al cine.En 1971 realizó la película ‘200 Motels’, en la que,bajo la excusa argumental de un grupo de rock queva de gira, nos muestra los arquetipos más ridí-

    El cine fronterizode Frank Zappa

    CINE

    En su ver-tiente cine-matográfica,Zappa expe-rimenta conlos límitesdel medioe incorporadiversas téc-

    nicas compo-sitivas y demontaje pro-venientesde su oficiode músico

    csu país. Zap

    tica un modelo de sociedaanula la individualidad en beneficio de un s

    político que persigue la uniformidad socialpelícula, el pueblo ficticio de Centerville recucualquier villa apacible de la Norteamérica rel narrador (un Ringo Starr que salía de la redisolución de los Beatles) explica, mirando a lara, que el gobierno busca controlar las expre

    artísticas, para lo cual se han construido camconcentración para los músicos en cuyas puepuede leer, a la manera de Auschwitz, una sinadvertencia al respecto de esta voluntad de umidad: “El trabajo nos libera a todos”.

    Sería generoso decir, como es fácil suponla película tuvo una pobre carrera comercial. Pcon tal discurso, Zappa se vio relegado cada vea los márgenes de la industria, de tal manera en los años siguientes iniciaba un proceso legaWarner por el control artístico de sus discos, enrespecta al cine, tuvo que esperar ocho años paravolver a estrenar una película. Si en su primer apoyaba en las vivencias de un grupo de rock een ‘Baby Snakes’ (1979) partiría del concierto

    espacio para la generación de sentidos reivindicy disidentes. En esta película, la cámara se intren una serie de conciertos de Zappa en Nuevdonde el escenario es el auténtico protagoniese espacio transcurre una actuación caractepor la llamada a la participación del públictotalmente entregado, colabora en los div

     juegos que propone el músico, como un perforen el que se simula un acto de tortura de dire

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    15 º A NIV E RSA RIO  D E  LA  M U E RT E 

     D E  FRA N K ZA P PA

    de la industria musicalhacia un músico, quepermanece tumbadoen el suelo mientrasrecibe toda clase depatadas y latigazos.El artista como víctimade la industria musical.

    A partir de esemomento, Zappa novolvería a estrenarninguna película enpantalla grande. Elresto de su produc-ción audiovisual tuvoque orientarlo hacia elconsumo doméstico,con films destinadosal formato VHS. Es-tas obras reflejaríantambién el momentodiscursivo en que se hallaba Zappa,que en los años 80 se significó por suoposición al gobierno de Ronald Reagan.Una oposición expresada mediante un

    activismo social que se tradujono sólo en sus películas y dis-cos, sino también en numerosasentrevistas, en sus conciertos yen su propia comparecencia encomisiones legislativas (como sudiscurso en el Senado norteame-ricano en 1985) para defender lalibertad de expresión en la músicapopular, atacada en aquel momentopor las instancias del reaganismo.

    En este sentido, sus películasprofundizarían en esta inquietud.En ‘The Dub Room Special!’ (1982),Zappa hacía una acérrima defensa

    de la independencia artística y de lacreación al margen de los dictados dela industria. En ‘Does Humor Belongin Music?’ (1985) trazaba un retratosarcástico del reaganismo, conveniente-

    mente contestado porunas canciones en queapostaba por el humorcomo arma para com-batir las estrategiasde desinformación delpartido republicano. Yen ‘Video from Hell’(1987), Zappa insis-tía en este retrato,en el que el infiernodel título era, segúnconfesaba el músicoen la película, el mis-mo sistema políticode Reagan. La bandasonora de este pe-ríodo aparecía de unmodo siniestro en ‘TheAmazing Mr. Bickford’(1989), una película

    de animación construida en torno adiversas piezas instrumentalesde Zappa.

    Preocupado por el papel del artisten la sociedad, Zappa reflexionó sobrel oficio de cineasta en una de sus cintamás complejas, ‘Uncle Meat’ (1988). Eesta película, compuesta de materiaacumulado a lo largo de los años, emúsico da cuenta de sus esfuerzos (infructuosos) por realizar una película dciencia ficción. Al no cumplir su objetivoriginal, nos presenta una película sobrlas dificultades a las que ha de hace

    frente un artista para crear su obra. Eun curiosísimo ejercicio de cine dentrdel cine, en esta película asistimos ensayos, conciertos y diversas pruebas de rodaje de un proyecto que nomuestra los retos y limitaciones decine como medio de expresión. Zappinsistiría en este asunto en otra de sucintas, ‘The True Story of 200 Motels(1989), en la que volvía la mirada sobrsu primera película.

    Con un cine que se mueve en todomomento entre el documental y la ficciónZappa explora no sólo ésta, sino otra

    muchas fronteras expresivas. En svertiente cinematográfica, experimentcon los límites del medio e incorpordiversas técnicas compositivas y dmontaje provenientes de su oficio dmúsico. Se trata de una obra audiovsual que explica cuál es la relación deartista con el mundo, y qué papel tienque desempeñar en un momento demergencia y consolidación de lapolíticas conservadoras en EstadoUnidos. Descubrir, quince añodespués de su muerte, al FranZappa cineasta es reflexionasobre una obra con un discurs

    que mantiene toda su vigencien la actualidad.

    Manuel de la Fuenthttp://mfuente.blogspot.co

    Día: Jueves 4 de diciembre a las 19.30 horasProyección: Uncle MeatLugar: Colegio Mayor Luis Vives

    ENTRADA GRATUITA 

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      r  e  t  r  o  v  i  s  o  r

    Mario Perniola es una de las figuras más sol-ventes de la filosofía italiana de las últimasdécadas, a la altura de otros célebres con-temporáneos suyos como Giorgio Agamben

    o Gianni Vattimo. Aunque no haya tenido una entradainmediata en el contexto español, en los últimos años, suobra parece que, por fin, comienza a ocupar el lugar quele corresponde, el de un autor que cuenta a sus espaldascon una vasta y extensa obra ensayística compuesta pormás de una veintena de libros entre los que es posible en-contrar desde títulos míticos y de culto, como ‘El sexappeal

    de lo inorgánico’, hasta otros de carácter más divulgativo,aunque tremendamente necesarios, como su clásica y célebre‘Estética del siglo XX’.

    Perniola —y ésta sería la mejor forma de definirlo— es un pen-sador extraño. Deambula por un gran número de temas con unasoltura particular. Su enfoque es siempre ajeno a las modas y alos caminos más lógicos. Aunque se acerque a los lugares noda-les de la reflexión contemporánea, su visión es siempre escora-

    da y a contrapelo de los problemas que examinun equilibrio perfecto entre la alusión a la fierudita y la apertura al conocimiento cotidiaeste sentido, su obra roza en ocasiones la socila antropología o incluso la crítica de arte. Ptodo momento su reflexión se aferra al ámbla estética. No en vano ésta es su ocupaciófesor de estética, o al menos así siempre se dY es que para Perniola, la estética es, en el la atalaya desde la que mejor se puede ob

    el mundo contemporáneo. La estética, que p

    transitar de la experiencia a la abstracción con cierta facilEn ‘Contra la comunicación’, el libro que exploramos, dvo es la estética el lugar desde el que aborda los problemaestética que, en este caso, se presenta como la única salihegemonía perversa y totalitaria de la comunicación de muna de las mayores lacras de nuestra sociedad contempo

    Concebido casi al modo de un panfleto, este libro sea una larga tradición de demonización de los medios y la

    Contra la comunicaciónContra la comunicación. Mario Perniola. Editorial Amorrortu. Buenos Aires, 2006. Traducción de CR. Molinari

    ENSAYO

    Ilustración: Banks

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    nicación. Sin embargo, como no podría ser de otro modo,la visión que ofrece Perniola dista bastante de los lugarescomunes que nos han legado otros teóricos de la informa-ción, que aluden a la espectacularización de la comunica-ción y la hegemonía de los saberes. Para Perniola, en cam-bio, la comunicación de masas tiene menos que ver con elespectáculo que con el esoterismo. De hecho, y ésta esuna de las tesis fundamentales del libro, los orígenes de lacomunicación habría que buscarlos más en el oscurantismoy el conocimiento mistérico que en la transparencia y elcientifismo del saber. Mientras que el espectáculo, segúnla clásica definición de Guy Debord, desarrolla una lógicadel secreto, pues había ciertos poderes que tenían acce-so al conocimiento, la comunicación, según Perniola, tienemucho más que ver con el enigma, es decir, con la aboliciónde cualquier entrada al saber. O lo que es lo mismo, con laconfusión absoluta. Ya nadie sabe nada. Y la comunicaciónes la encargada de hipertrofiar ese no saber extendido.

    La estrategia de la comunicación es, pues, la confusión,el triunfo del parloteo, la cháchara, el ruido, el rumor, la in-definición... y todo para ocultar que ya nada hay debajo,que no hay un saber real, que no hay certeza alguna. Setrata de hacer que la superficie se convierta en lo únicovisible y que nos deslicemos eternamente sobre ella. Quizápor eso Perniola argumenta que la comunicación, al contra-

    rio de lo que se nos dicho, no satisface nuestros deseos,sino que los perpetua, los extiende en el tiempo, los inten-sifica y los deja sin resolver. Así elimina cualquier intenciónde mirar bajo la superficie, pues nos hace creer que allí estátodo dado, y que no hay nada más que ver, nada más queconocer.

    Según Perniola, la comunicación, reaccionaria y os-curantista, ha instaurado un nuevo despotismo, el des-potismo comunicativo, que somete a todos y cada unode los agentes de la sociedad contemporánea. Y frente aese nuevo despotismo, la única estrategia de resistenciase encuentra en la actitud estética. Una actitud y un sen-tir que tendrían que ver sobre todo con la idea clásica dela “discrección”. Esta idea habría que entenderla al menosen dos sentidos. En primer lugar, como discernimiento

    y capacidad de percibir las diferencias (frente a la masainforme y confusa de la comunicación); y en segundo,como moderación y mesura (frente a la exageración y laaspiración despótica y totalitaria de la comunicación). Laestética podría resistir así a la extrema violencia de lacomunicación, que banaliza todo lo que toca y le extraecualquier resquicio de interés. Frente a este desinterésabsoluto de la comunicación, sería necesario oponer el“desinterés interesado” del esteta moderno, cuyo epíto-me sigue siendo la figura del  flâneur , aquél que se intere-sa por las cosas pero mantiene una justa distancia.

    Al final, en cierto modo, Perniola llega a una conclu-sión semejante a la de otras obras suyas: que hay queremitirse al sentido común, que en este caso es el sen-tido estético, que sirve no sólo a las artes sino a toda

    actividad humana como un criterio deontológico. Comodice en algún momento, la estética constituye “no sólo lamás sólida alternativa a la comunicación de masas, sinotambién, probablemente, la única posibilidad de revertirla locura autodestructiva que aqueja a la sociedad occi-dental”.

    Miguel Á. Hernández-Navarrowww.nohalugar.blogspot.com

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    La ficción de lo realCultura y simulacro, La precisión de los simulacros. Baudrillard,

     Jean. I. Editorial Kairós. Barcelona, 2007. 8ª Edición

    ENSAYO

    En la generación de lonuevo, su copia, y lapérdida del original,hay tres hitos des-

    tacados en un periodo queabarca poco más de cien años.En 1863 Charles Baudelairedefine la modernidad como“extraer lo eterno de lo tran-sitorio”. El valor de lo nuevo.Walter Benjamin, en 1936,estudia la obra de arte en

    la era de su reproductibilidad técnica:afirma que el multiplicado de las repro-ducciones artísticas pone su presenciamasiva en el lugar de una presenciairrepetible. La devaluación del originalpor la copia. Y en 1978, Jean Baudrillardconstata la desaparición de la realidaden la era del simulacro. La copia sinoriginal. “Disimular es fingir no tener loque se tiene. Simular es fingir tener loque no se tiene”. Somos adoradores deiconos que no están respaldados porninguna realidad. San Cucufato, SanCucufato... es tan irreal como el PatoDonald. Y Disneylandia es una fantasía

    que pretende hacer creer que el restoes real. En este contexto, ¿cómo trazarel mapa de la contemporaneidad? JorgeLuis Borges fabuló con los cartógrafosdel imperio construyendo un mapa de lamisma extensión y detalle que el propioimperio. Creemos ver el imperio cuando loque percibimos siquiera es el mapa. Sonlos síntomas del mapa. “Hoy en día –afirmaBaudrillard- la abstracción ya no es delmapa, la del doble, la del espejo o la delconcepto. La simulación no correspondea un territorio, a una referencia, a unasustancia, sino que es la generaciónpor los modelos de algo real sin origen

    ni realidad: lo hiperreal”. La cuestión esmás complicada, puesto que simular noes fingir. Para explicarlo Baudrillard cita aLittré: “Aquél que finge una enfermedadpuede sencillamente meterse en la camay hacer creer que está enfermo. Aquélque simula una enfermedad aparentatener algunos síntomas de ella”. ¿Cómodiferenciar entre el síntoma producido

    y el síntoma auténtico? Esimposible. La simulaciónviene a cuestionar la dife-rencia entro lo verdadero ylo falso, lo real y lo imagina-rio. “El que simula, ¿está ono está enfermo contandocon que ostenta verdade-ros síntomas?”. Y entonces,¿qué es real? Cuando lo realse confunde con lo que pa-rece serlo, nada es real. Es

    hiperreal. Todo es un enorme simulacro.¿Cómo desmontar este teatro? ¿Cómohacer consciente al individuo-espectador-actor de que se encuentra en un teatro yforma parte de él? Una opción es releera Baudrillard para darnos cuenta de queel espectáculo se perfecciona. Que elsimulacro cada vez está más logrado.Que, como diría Gilles Lipovetsky, larealidad “a nadie le importa un bledo”. Laverosimilitud referencial produce efectode realidad. Todo está conectado. Y todoes ficción. Baudrillard se adentra en elmapa buscando el territorio, sabedorde que desvelar el engaño contribuye

    a sostenerlo. A pesar de ello explora loslímites de la verdad. De lo real. Cuando laguerra se ve en televisión no es guerra,es videojuego. Hamlet está “loco a nor-noroeste”, pero también afirma: “¿Pareceseñora? No, lo es. No sé lo que es parece”.El Enrique IV de Luigi Pirandello, basadoen el homónimo del dramaturgo inglés,recobra la cordura pero finge continuarenfermo. “Sé perfectamente que aquíhago el loco; y lo hago tranquilo. Lomalo es para vosotros, que vivís vuestralocura sin saberla y sin verla”. WilliamShakespeare desenmascara la realidadmediante un teatro especular. El italia-

    no desarma el teatro para mostrar laficción. El filósofo francés aún avanzaun paso más. Si simulamos estar locosde modo creíble es que lo estamos. Enun mundo hiperreal, ser o no ser, ya noes la cuestión.

     Jesús André[email protected]

    ParodismmediáticoFront Page (Primera Plana).1974. Director: Billy Wilde105 minutos.

    CINE

    La obra de teatro ‘Front Page’ cht y MacArthur fue llevada en varias ocasiones. ‘Luna nde H. Hawks (1940), con Gary

    y Rosalind Russell de protagonisthomónima ‘Primera plana’ de Billy (1974) han sido las versiones mábradas. Creo que hay algunas ver

    más antiguas, de Rouben MamouliaLewis Milestone, que no conozco,más moderna, la pasable ‘Interferede Ted Kotcheff (1988), que usa el de la televisión como escenario.

    La que más me gusta es la versWilder porque fija la atención en eto importante de la historia: la faética y de sensibilidad de los periodispuestos a todo por lograr una exclusiva. Y Wilder sabía de qué hapues antes de su exilio norteamehabía sido reportero en Viena.

    Aunque la película roza la pción no tuvo demasiado reconocim

    en el momento de su estreno: anominaciones a los Globos de OHollywood y el Premio Especial dedo en la SEMINCI de Valladolid (19es que los 70 no eran buena époclas comedias. El propio Wilder sila consideró una obra menor y lahaber versionado nuevamente etrabajo que había hecho su admHawks.

    El argumento original es posimo y explica el buen resultadomatográfico de casi todas las vnes: jueves, 6 de junio de 192Williams será colgado al día sigu

    acusado de asesinar a un policía. Lcución ha sido pospuesta hasta co“casualmente” con unas eleccionenicipales. Jack Lemmon es el repestrella del ‘Chicago Examiner’, jefe es Walter Matthau. Lemmonre dejar el periódico para aburguey casarse con una encantadora Sarandon; pero Matthau sabe q

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    ejecución de Williams venderá muchosperiódicos “mañana tendremos 300vendedores más, todos los alumnos deSan Pablo van a hacer novillos”. Así queperpetra las más sucias manipulacionespara que Lemmon no se vaya todavía ycubra la noticia. Basándose en la luchacómica entre la experimentada parejaLemmon-Matthau, se construye unadivertidísima comedia. Wilder tambiénintroduce en su versión al inolvidabley ridículo doctor Eggelhofer, “¡Marricas!¡Son todos unos barricas!”. Fue su parti-cular ajuste de cuentas con Freud y conel psicoanálisis.

    Sin embargo, el interés de la películano está principalmente en el ritmo trepi-dante de la cinta (con algunos guiños alcine mudo), sino en la sarcástica maneraen que Wilder nos cuenta lo mentirosos

    y despreciables que son los periodistas ylos medios de comunicación para los quetrabajan, que actúan siempre en conni-vencia con el poder. En la sala de prensade la penitenciaría, principal escenario dela historia, vemos a los reporteros beber y

     jugar, insensibles a la suerte que va a co-rrer el desdichado Williams. Manipulan lainformación de acuerdo a las líneas edito-riales de sus periódicos y no son mejoresque los caciques locales cuyos manejosdeberían censurar: el sheriff imbécil y elalcalde corrupto. Especialmente intere-santes (¡y muy contemporáneas!) son lascontinuas referencias del sheriff al peligro“rojo” mientras aprovecha para colocar enel cuerpo a todos sus parientes.

    Como buen ejecutivo de los mass-media, Matthau está obsesionado por labúsqueda de titulares que impresionen

    al público, peroque simplificanhasta lo absur-do la realidad:“El sheriff...¿compinche deStalin? o ¿simplemente estúpido?” Mientras, alardea de que en la cabecera de sExaminer se recalca que “cuenta siemprla verdad, toda la verdad y nada más qula verdad”. No se distinguen la mentira la verdad o la justicia y la infamia, sólhay audiencias y amarillismo.

    La prostituta Mallie Maloy es más respetable y humana que toda esta tropa“¡Caballeros de la prensa!”, les dice codesprecio y les escupe.

    Miguel Ángel Sánchez Romerwww.danielmochuelo.blogspot.co

    The Unknown Artist. www.t-uMODELO, JUANJO ARANGUREN

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    BLOG

    Tras muchos años quejándome en charlasde café de la innumerable cantidad dechapuzas que veía en los medios, queparecían pasar desapercibidas e impunes,

    en abril de 2004 me animé a lanzar Malaprensa.com, un blog de nombre provocativo pero inten-ción constructiva: fomentar la conciencia enperiodistas y lectores sobre la gran cantidadde mercancía averiada que se difundeen nuestros medios. Pensaba no tantoen el sensacionalismo, el sectarismo ola prensa-basura, que son problemas am-

    pliamente reconocidos, sino más bien enalgo menos discutido, aparentemente másbásico, y sin embargo también endémico: lasnoticias falsas, derivadas de errores, prisas,despistes, malas interpretaciones de datos,malas traducciones o simple ignorancia.

    La idea era hacer una entrada diariacitando una noticia errónea (excluyo losartículos de opinión, salvo que contenganafirmaciones fácticas claramente refu-tables) publicada en un medio español decierta importancia y prestigio (dejaba fueraa gratuitos, deportivos, pequeños periódi-cos locales, confidenciales y medios onlinede poca difusión). En la medida de mis po-

    sibilidades, explicaba en qué consistía elerror y cómo había podido producirse. Enun principio era yo mismo, con la ayuda deunos amigos, el que localizaba los ejemplosque iba publicando. Con el paso del tiempo,sin embargo, los lectores se involucraron yllegó un punto en que podía escribir el blogsobradamente con ejemplos enviados porellos, sin necesidad, prácticamente, de leerlos periódicos.

    Para que se hagan una idea de lo queestoy hablando, aquí van algunos ejemplosselectos y heterogéneos de malaprensasque he ido recogiendo en estos años: que lasmujeres cobran un 30% menos que los hom-

    bres por el mismo trabajo; que la mitad delos españoles son infieles en verano; que unmillón de personas desfilaron ante el féretrodel Papa en veintidós horas; que casarse porla Iglesia cuesta el doble que por lo civil; queel sistema electoral beneficia a los naciona-listas; que millón y medio de españoles usandiariamente los servicios de las prostitutas;que la CIA y el Vaticano boicotean la Wikipe-

    Muchosde esosfallos están

    a su vezvinculadosa un modeloempresarialcentrado enla cuenta deresultados,que nopercibe que

    sea rentableel gastoadicionalnecesariopara mejorarel producto

    Malaprensa.comErrores y desmanes de la prensa escrita

    dia; que Bush es el presidente con meeficiente intelectual de los últimos seaños; que un 9% de los españoles conalguien que ha practicado el turismo infantil; que la renta per cápita españha multiplicado por dos en los últimoaños; que los españoles necesitan 47para comprar una vivienda; que en sólo estará en disposición de traba10% de la población española; que Etriplica las emisiones de CO2 permpor Kyoto; que cualquier exposición

    baco triplica el riesgo de cáncer; qpaña tiene menor tasa de alfabetique Mongolia o Tonga; o que Espla fuente del 70% de los rumores qculan por Internet...

    Se trata en todos los casos formaciones erróneas que handifundidas por uno o varios mde comunicación importantenuestro país, y prácticamenningún caso han sido rectifi

    Es más, algunas de ellas, con actuciones o matices, son repetidas conta regularidad. ¿Cómo es posible? Epreguntaba yo cuando empecé con e

    como simple consumidor de medios. tos años, además de leer y pensar sotema, he conocido a bastantes perioque admiten que fallos como éstos sducen demasiado a menudo por exceconfianza en fuentes “oficiales” (incdo a las agencias), abuso del corta yde las notas de prensa, incumplimienlas reglas básicas sobre comprobacfuentes, y falta de formación de los distas en el manejo de ciertas fuentinformación secundarias (especialmestadísticas). Muchos de esos fallosa su vez vinculados a un modelo esarial centrado en la cuenta de re

    dos, que no percibe que sea rentagasto adicional necesario para mejoproducto, y un público masivo que phacer buena esa percepción, ya querentemente no se queja cuando recproducto defectuoso.

     JosuEditor de Mala

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    Por otra parte, y una vez diseñado el pro-ducto y reclutado el material humano,saben que todo será flor de un día. Pormotivos obvios, la vida de la lolita es limi-

    tada. Su periodo fértil iría desde los trece hastalos dieciocho o diecinueve como muchísimo: the

    teen years. Por debajo de esa edad estaríamoshablando de “estrella infantil” o “niña prodigio”, yen este mundo corrupto no es creíble la inocenciay el candor en una muchacha de veinte años, ano ser que sufra algún tipo de trastorno.

    Por si esto fuera poco, y en el caso de laslolitas pop, hay que contar con el conocido como“síndrome del tercer álbum”, dolencia que afectaa casi todos los ídolos que consiguen superar el

    estadio de one-hit wonder  pero no alcanzan aconvertirse en clásicos. A saber: después de unbombazo más o menos por sorpresa con el primerdisco, la maquinaria se engrasa para facturaren cuanto antes una reválida con la que repetire incluso aumentar los beneficios del debut.

    Se ha perdido el factor sorpresa, pero a pesarde su premura, los segundos álbumes suelencontar con presupuestos más holgados y con laexperiencia acumulada por los protagonistas delhype . Lo ideal es que entre el primer y el segundodisco no medien más de dos años. Pero claro,todo tiene un precio, y pasada esa temporadade promoción agotadora, y con un repertoriomuchas veces compuesto durante largos años

    La obsolescencia de las lolitas...

    MÚSICA

    Cuando a los capitostes de la industria del entretenimiento se les ocurre explotar el lolitismo,saben que están jugando con fuego. Lo suyo es jugar con el resbaladizo atractivo de las ninfaspero sin pasarse, so pena de cargar con el sambenito de comerciar y/o fomentar la pedofilia.

    La masaconsumises

    caprichosolvidadizy busca sdescansobrillo fugde lo nue

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    pero luego quemado en un par de giras, el tercerdisco se hace esperar más de lo debido. Mientrasnuestras lolitas maduran a pasos forzados, susmentores tienen que rediseñar el producto ocerrar la paraeta y buscarse la vida por otro lado:la masa consumista es caprichosa, olvidadiza ybusca sin descanso el brillo fugaz de lo nuevo.Además, el público potencial de estos montajesno es tanto el de los adultos pederastas de bajaintensidad como el de las adolescentes que buscanla identificación con sus ídolas. Total, que a la

    vuelta de esos dos o tres años, las chavalitas yase han hecho mayores, pasan de chiquillerías ycorren a engrosar las filas de tribus urbanas más“serias”: ahora son emos, metaleras, perroflautas,gafapastas o, en el peor de los casos, jennysbakalas y poligoneras.

    Auge y caídaLa pizpireta Alizée saltó a la fama en el año 2000con apenas 16 añitos y una canción titulada ‘Moi...Lolita’. En el video promocional, la adolescente es-capaba de su nada bucólica vida campestre paraculebrear a gusto en una disco llena de humo y ma-lotes. La jugada no se puede decir que fuera muy

    sutil, pero desde luego fue efectiva: éxito mundialy más de un millón de álbumes vendidos sólo enFrancia. Tres años más tarde repite la apuesta conun segundo álbum en cuya portada aparece en-fundada en un minúsculo vestido de marinerito yes casi aplastada por un zapato de tacón de agujadigno de ‘La mujer de 50 pies’. Hasta el psicoana-

    lista más tosco capta el mensaje. El disco no tuvo

    tanto éxito como el primero,pero tampoco fue undesastre. A partir de

    e n t o n -ces se

    toma un respiro y aprovecha para casarse y semamá. Tras algunos anuncios en falso, y ya sin layuda de la cantante y compositora Mylène Farmer, descubridora y principal responsable de séxito hasta entonces, Alizée publica en diciembre de 2007 ‘Psychédélices’, su tercer álbum deestudio. Agotado definitivamente el filón delolitismo con sus 23 añazos, en el videoclip d‘Mademoiselle Juliette’ juega la baza de ciertlesbianismo light . Parece que los únicos que hatragado han sido los mexicanos: para ese mercado (y para ningún otro) se ha preparado urecopilatorio.

    El morreo bajo la lluvia que Yulia Volkova, de 14y Lena Katina, de 15, se pegaban en el videoclide ‘Ya Soshla S Uma’ fue el primer paso de IvaShapovalov, psicólogo y avispado montajista, esu experimento mediático para explotar el morbque provocan las menores. En 2001 se ponía ala venta en Rusia el primer álbum de las t.A.T.useguido meses después por una edición internacional cantada en inglés. Las rusitas se pasearocogidas de la mano por los platós de todo el mundcivilizado, hasta terminar de segundonas en efestival de Eurovisión del 2003. Por aquel entonce

    ya se rumoreaba que su pretendido lesbianismera tan falso como el moreno de Yulia (rubia erealidad): un truco de mercadotecnia. Miles de jovencitas recién salidas del armario al son dsus chillonas melodías se llevaban la desilusióde su vida, confirmada después por la noticia deembarazo de Yulia, fruto de sus revolcones co

    un novio secreto. Así que, cuando en 2005, y

    ya lejos de las garras de Shapovalov, las t.A.T.upublicaron su segundo elepé, con producción dlujo (Trevor Horn) e invitados de postín (Sting y eeurítmico Dave Stewart), las rusitas ya no eran nteens, ni colegialas, ni lesbianas ni nada. Lástimaporque el disco no estaba nada mal. Poco tiempdespués se produce el temido parón, parcheadcon un recopilatorio (¡con sólo dos álbumes publcados!) y el consabido DVD en directo. Rumorede separación, expulsión de la discográfica silencio. Hasta ahora. Este otoño, y después dque Yulia haya sido mamá por segunda vez (ddistinto padre, por supuesto) el dúo se disponepor fin a lanzar su esperado (o no) tercer elepéUna película protagonizada por la petarda d

    Mischa Barton, en la que las rusas hacen de ellamismas, parece que no se vaya a estrenar nuncaMientras tanto, y lejos del despliegue mediáticde sus inicios, la pareja aprovecha la promocióviral de internet para enseñar mamellas.

    Epwww.ligres.com

    ...y el síndrome del tercer elepé

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    Crónica gonzo del sexoSexografías . Gabriela Wiener. Editorial Melusina. Barcelona, 2008.

    ENSAYO

    En la contraportada de ‘Sexografías’ la periodista Rosa Monterodice textualmente: “Gabriela Wiener se pasea por los mundosdel sexo como una antropóloga curiosa que visita un planetade alienígenas”. Un momento, me ha dado un calambre.

    ¿Una antropóloga curiosa? ¿Se pasea? ¿Planeta de alienígenas?Perdón: Por lo general los antropólogos viajan con una libreta denotas, observan y sí, a veces duermen sobre el suelo como hacensus indígenas objeto de estudio y, si les apuras mucho, llegan acomer insectos invertebrados, como ellos. Gabriela Wiener no esuna antropóloga, sino una periodista gonzo. No se pasea, sino quese mete en el fango oscuro, se retuerce con los ojos abiertos y locuenta. Sus personajes, por bizarros que resulten o poco comunes

    que sean sus prácticas sexuales, jamás aparecen como alienígenas,sino que se muestran con una humanidad tan rotunda que conmueve.Hay excéntricos, sí, pero son todos definitivamente terrícolas. Loúnico que no ha escapado a la sagaz vista de Montero es el sexo.Efectivamente, ‘Sexografías’ trata de los “mundos del sexo”.

    Gabriela Wiener ha querido explorar el sexo en sentido amplio,con sus infinitas aristas y redondeces, y lo ha hecho a lo gonzo. Elperiodismo gonzo requiere que el periodista entre delleno en la historia, sea partícipe de la misma(no sólo como testigo, sino como un personajemás) y que la cuente desde su personalísimoprisma. Si el periodismo jamás es objetivo, elgonzo mucho menos. El gonzo toma la subje-tividad y la lleva al extremo. Imaginarán, pues,que periodismo gonzo sobre sexo sólo podrá

    hacerlo: 1) alguien audaz y sin miedos, 2) alguienpoco pudoroso con el cuerpo propio y el ajeno, 3)alguien desprovisto de prejuicios y 4) alguien untanto exhibicionista y con una necesidad abrasivade contar lo vivido. Gabriela Wiener es todo eso yademás escribe sexy.

    Porque, sin duda, las 17 crónicas de ‘Sexografías’son interesantes en su contenido y esencia, peroes la voz y la mirada de Wiener lo que las convierte

    en material de gran calidad. Es decir, las historias son irresipor sí mismas: la de Badani, el gurú del sexo que vive con sesposas; la de la transexual Vanesa, que se prostituye comootras latinoamericanas en el Bois de Boulogne de París; el etro íntimo con el rey del porno Nacho Vidal y su célebre e inmiembro; los amoríos del verraco Loco, un cerdo semental granja porcina; o las extravagancias del aficionado al tuninconfiesa sin rubor que siente más debilidad por el chasis de suque por el de su chica. Estas historias y algunas más están reen los capítulos ‘Otros cuerpos’ (sexualidades heterodoxascuerpo’ (desviaciones del deseo y pornografías varias).

    Pero como buena gonzo dispuesta a arriesgar y a dar más,

    recoge sus mejores crónicas en la parte final (‘Mi cuerpo’), eleva la exposición del yo al máximo peldaño, tanto a nivel c(sin miedo a utilizar su propio cuerpo para excitar al lector) coel plano emocional y personal (compartiendo tales intimidadcerramos el libro convencidos de que Wiener es una vieja ala que deberíamos llamar un día de estos). Ahí quedan las g

    crónicas en las que Wiener se ofrece como donaóvulos, Wiener y su novio se intercambian conparejas, Wiener se somete al látigo de una domy Wiener se queda embarazada sin renunciaápice al apetito y a la curiosidad sexual.

    En ‘Sexografías’ el lector agradece que Wse desnude repetidamente, pero tanto codesnudez física y emocional, deslumbra sude desnudar a los que la rodean para mostra

    toda su carnalidad y humanidad. Porque ase proponga hablar de sexo y de cuerposgonzo y travieso de Wiener traspasa los del placer y la carne y rebusca más allá. Com Javier Calvo (no perderse el prólogo, por bien por Wiener.

    Laura DoPe

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    Ilustración: Benito

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    Usted ahorrará tiempo...

    Y perderá kilos, se curará del acné,recuperará su cabellera, será amadopor su familia, se convertirá en elalma de todas las fiestas, ascenderá

    socialmente y triunfará en la vida, sólo sillama en este instante al número que apareceen su pantalla.

    Gran desilusión: el jabón quita-kilos / re-afirma-piel / construye músculos viene conun instructivo que, en letra de cinco puntos,dice que sólo da resultado si se combina suuso (del jabón) con ejercicio regular y una

     buena alimentación. Tras la sorpresa y la

    tristeza inicial, la mayor parte de los clientesinsatisfechos optan por arrumbar el produc-to mágico y pasar a otra cosa, sin detenersea barajar siquiera la posibilidad de exigir unreembolso o demandar a la compañía. Estose debe, sobre todo, a que el engañado sienteuna gran vergüenza de haber “caído” en lasgarras de ese nuevo titán de la publicidad: elinfomercial televisivo.

    Este nuevo género es descendientedirecto de los publirreportajes de revis-tas y periódicos, pero más poderoso queéstos, ya que cuenta con más elementos(imágenes, efectos especiales, sonido,etcétera) y tiene un mayor poder de pe-netración: la televisión, incluso en loshorarios menos favorecedores para lapublicidad, llega a mucha más gente quela mayoría de las revistas.

    Sin embargo, si nos fijamos exclu-sivamente en sus características audio-

     visuales, de inicio es incomprensible

    el éxito de estos anuncios comerciales:en teoría, la publicidad televisiva debeser breve, original, vistosa y muy ágil,contar con música atractiva o pegajosa(canciones de moda o los ya casi fuerade uso  jingles) y brindar una idea con-creta en pocas palabras, nada de lo cualestá presente en el infomercial típico.¿Cuáles serían entonces las característi-

    cas estructurales de este tipo de anuncipublicitario?

    La más notoria es su duración: mientras que un anuncio comercial “tradicional” no sobrepasa el medio minuto (muchas veces es mucho más corto queso), el infomercial puede durar desddiez minutos hasta media hora, y a vecemás.

    Esa primera característica está íntmamente relacionada con la segundaen vez de luchar por el horario  primtime  (que es carísimo y obliga a que lo

    comerciales duren un parpadeo) los infomerciales se conforman con los espacioque nadie más quiere: canales con programación poco atractiva, horas a las qunadie prende el televisor... Obviamente, aelegir espacios televisivos prácticamentmuertos, los costos de los mismos somínimos, lo que permite la extensión anteriormente señalada.

    POR RAQUEL CASTROCOLLAGES DE GLORIA F. VILCHES

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    Por otra parte, y a diferencia del publi-rreportaje en prensa, que siempre toma-

     ba la forma de un reportaje (de semejanteobviedad es que viene su nombre), el info-mercial no se conforma con imitar el esti-lo de los reportajes y opta por copiar bur-damente la estructura de otros génerostelevisivos, principalmente el programade revista y el talk show . Esto en sí mismoes interesante: si la clonación del reporta-

     je se debía a que este género transmite lasensación de verosimilitud, ¿querrá decirque el público meta de los infomercialespiensa que programas como ‘Laura en

     América’ o ‘Viva la mañana’ son dignosde confianza? En cierta forma, pareceríauna pesadilla: el conductor aparece encuadro y saluda como si todos los díastuviera su espacio televisivo; la gente leaplaude y ríe sus chistes como si fueransus fans desde siempre; nos dice “el díade hoy les presentaré...” como si antesnos hubiera presentado otro producto ocomo si después fuera a hacerlo.

     Ya que mencionamos a los conducto-

    res, otra constante en el infomercial esque éstos sean conducidos por “viejas glo-rias” o hasbeens: principalmente, actores

     y actrices que alguna vez fueron media-namente reconocidos. Casi nunca se tratade grandes luminarias y, en los raros ca-sos en que se trata de gente que fue real-mente famosa, suele haber también unacaída estrepitosa del salón de la fama,previa al infomercial, por supuesto. Estefenómeno (el mediocre al que los asisten-tes al programa aclaman como si fuerarealmente importante y querido) acentúala sensación pesadillesca del asunto, y lalleva a niveles absurdos cuando, para col-

    mo, se trata de segundones de otros paí-ses (principalmente de Estados Unidos),de los que jamás habíamos escuchado yquienes no tendrían por qué convertirse,ni siquiera por media hora, en líderes deopinión. Eppur  sucede. Todos los días.

    Un fraude asumidoPor supuesto, el infomercial como granreportaje pagado sigue de moda. En esoscasos, no hace falta que haya una estrellaeclipsada en la conducción, pues usual-mente hay una voz en off que brinda lainformación. Sin embargo, cuando haytestimonios de usuarios del producto a

     vender, se repite la tendencia: se incluye el valiente testimonio (ajá) de gente media-namente desconocida presentada como sifuera memorable: la tercera finalista delconcurso Miss Acámbaro 1967; el lucha-dor que casi gana el cinturón de oro de laLiga del Sur de Estados Unidos en 1999;la actriz de telenovelas mexicanas que sefue a vivir a Miami (donde tampoco con-

    sigue trabajos dignos)... Estas vibrantesconfesiones son acompañadas de gráficas

     y animaciones hechas por computadora,así como por sorprendentes imágenesde “antes y después” de la ingesta / apli-cación / uso del producto (éstas, tambiénhechas por computadora). El elemento fi-nal, se trate de emular un talk show , unarevista o un reportaje, es la repetición adnauseam de la misma información: en uninfomercial promedio, se repite al menoscinco veces el resumen con las caracterís-ticas del producto.

    Sin embargo, el elemento más sante del infomercial es el propio pto que nos intenta vender. En el p(de nuevo refiriéndonos a la épocapublirreportajes) se trataba simplede novedades: la pluma fuente, ldias de nylon; mercancía que, de enpodía resultarle innecesaria o extrpúblico meta, por lo cual, en lugarner sólo la foto de una modelo usaartículo, se explicaba a modo de reppor qué valía la pena “invertir” (qgastar) en él. En el presente, infom

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    parece ser sinónimo de producto milagro y, ya que en nuestra época materialista ycínica los milagros verdaderos son pocofrecuentes, termina siendo equivalentede timo o fraude: el extractor de jugosque muele hasta los huesos y es capaz deaumentar nuestra expectativa de vida enun 200%; la máquina de hacer ejercicioque divierte y energiza a quien la usa, ala vez que le ayuda a bajar mil kilos a lasemana; la crema que cura la artritis; lamesita de plástico que disipa la tristeza;el arpa mágica, el frijol que crece al cielo,la gallina de los huevos de oro.

    ¡Compre ahora! Así volvemos al punto de partida: sabe-mos que es un fraude; y entonces, ¿porqué compra la gente lo que ve en un in-fomercial?

     Al parecer, serían tres los motivosprincipales: la urgencia, el vacío emocio-nal y el insomnio.

    “Llame ahora y se llevará, por úni-ca vez...”. ¿Quién puede resistirse a una

    oportunidad así? Mucha gente que dudaante la eficacia de tal o cual producto, vedestrozadas sus defensas con este simpleargumento. El infomercial hace sentiral espectador que, si no aprovecha esaoferta única en la vida, es un auténticotonto: ¿Quién se puede resistir a un nego-cio donde gana el doble o hasta el triplede lo que invirtió? Por supuesto, al tenertan poco tiempo para tomar una decisión(que además parece tan obvia, tan buena),la razón se nubla (por usar un eufemis-mo): incluso hay quien compra un pro-ducto que no le hace falta (digamos, unaseñora de sanísima y abundante cabelle-

    ra adquiere un producto para revertir lacaída del cabello) argumentando que, consemejante oferta, bien vale la pena “pre-

     venir” (por si un día comienza a perderel pelo, o su hija de cinco años crece y secasa con un hombre en dicha situación).

    Por si eso fuera poco (por si el almatemplada logra vencer la tentación de“hacer un negocio ventajoso”), hay quereconocer que en nuestra sociedad, elconsumo tiene una importancia paralela(y quizá mayor) que la económica: el quecompra tiene un estatus mayor que el queno lo hace; las penas con vales son me-nos; no hay mal que no se resuelva en un

    centro comercial. Por ejemplo, un folletopublicitario de Disneyland dice: Whatbetter way to make yourself or someoneelse happy than to give the gift of shop- 

     ping ; algo así como “Qué mejor forma deser feliz o hacer feliz a otros que darlesel regalo de hacer compras”. Comprar noes sólo obtener lo que se necesita, sinoque implica además demostrar que se esexitoso. Y si lo que se compra resuelvetodos nuestros problemas, nos convierteen las personas que soñamos ser y nosayuda a ahorrar tiempo (¿para dedicarloa ver más infomerciales?), sin duda esta-mos ante la respuesta para la depresión yla insatisfacción cotidiana. No hay dineroque compre eso, ¿no?

    El insomnio sería el tercer jinete deeste Apocalipsis. Y es que, al parecer, lasoledad más intensa, más demoledora,más dolorosa es la de las madrugadasde insomnio. A esa hora, uno siente que

     bien podría estar en un mundo post nu-clear, o en el Paraíso antes de Adán, o enla cara oculta de la luna: la soledad se

     vuelve concreta, sólida, corpórea. Des-pertar a alguien (si tenemos la suerte decompartir la cama, el cuarto, la casa) noes opción: sabemos que no obtendremos

    comprensión y compañía si sacamos a al-guien más del dulce sueño que a nosotrosnos esquiva. Ni modo. La única opción esla tele (desafortunadamente, los libros no

     brindan ese cálido contacto humano acasi nadie) pero – ¡oh fatalidad!– lo úni-co que hay en la televisión son infomer-ciales. Y con ellos, la promesa de que sillamamos en ese mismo instante (sin im-portar si hace frío o si acaban de dar lasdos de la mañana) habrá otro ser huma-no, también despierto, haciéndonos com-pañía al otro lado de la línea telefónica.Entonces el producto es sólo un pretexto:lo realmente importante es escuchar esa

    otra voz, saber que hay alguien más jodi-do que nosotros (porque el que compraestá realizando una actividad recreativa yel que vende está trabajando) y si el precioes una fuente de chocolate derretido que,de usarla, ocupará todo el espacio dispo-nible en casa y nos hará subir tres tallas(además de que hará peligrar nuestro pre-supuesto durante dos meses), bien vale lapena: ya vendrá otra noche de insomniopara comprar la alacena que funciona conespacios negativos, y por lo tanto permiteguardar todos los adminículos superfluosque hay en casa, o bien para adquirir lamáquina de ejercicios que hace trabajar

    todos los músculos, incluyendo la lengua y el esternocleidomastoideo. Pensándolocon calma, ¿quién nos da tanto por tanpoco?

    Raquel Castro es guionistay periodista mexicana, ganadora endos ocasiones del Premio Nacional de

    Periodismo por su trabajo en el programa‘Diálogos en confianza’ de Canal 11También es profesora de guiones y

    fundadora del colectivo Fatal Espejo(www.fatalespejo.com.mx)

    Artículo recuperado del número 14 de la revista mexicana ‘Replicante’ (www.revistareplicante.net). Publi-cado con la autorización del editor y la autora.

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    l mundo del arte, señoras, señores, está llenode pies. Excéntricos pies, pies hiperrealistas,pies de largas uñas, mimados pies. Los hayefímeros y consumados, marranos e incluso

    (rumor de vieja) hay cibergüenzas pies.Pies multimedia, snob & fashion’ pies que se-

    pultan a su paso los besos de siempre. Atento pie, vigilando sutil la vida entre la hier-

     ba, pie lavado cada noche duerma o no duerma

    conmigo, peludos pies. Y es que no en vano son famosos los pies. Esosalejados son puro reflejo del cuerpo que los usa, ytú te tocas así, en el centro, y das con el riñón, yun poco más arriba y hacia fuera está el pulmón,

     y metiendo el dedo sientes dónde duele, y ¡cómoduele! Yo, cuando meto el dedo en los pies de algu-nas fotos, siento cómo duele el corazón.

    El pie de cada foto revela sin escrúpulos laauténtica intención de quien lo firma, cómo deconsciente es esa obra y ante qué escalón evolutivonos hallamos (imaginémoslo así: el verbo se hacecarne y espera sentado en el museo la visita de unoído capaz de oír. Entonces se levanta y con gestodescuidado susurra desnudo cómo ocurrió todo, si

    musas o violines ebrios, si pasta de blanqueo en bancos suizos, si conexión con la fuente y el altar).Ese pequeño texto contiene mil mensajes, si sabe-mos combinarlo con la imagen que lo pretexta.

    Si no, es fácil engañarse.Nuestra percepción de la realidad no es bruta

    sino que llega predigerida a través de una seriede filtros; importantes son los de orden social ycultural que se comparten, pero no menos pode-

    rosos resultan los tamices que formamos a partirde nuestra experiencia peculiar e intransferible:son la pequeña o gran cultura personal, nuestrasinquietudes, nuestros vicios, nuestros asombros

     y nuestras quejas. Diríase que cada cual miradesde su color único de gafas; diríase que, quientiene un único martillo en la mirada, fácil es que

     vea clavos. Así las cosas, yo veo en la medida en la que soy

     y proyecto lo que soy en lo que veo. No soy objeti- va, no soy neutral. Resulto tan arbitraria como misfiltros. Cuando veo en una imagen una obra genial,mediocre o detestable, y es una imagen aislada, sinpistas ni acompañamientos, sin títulos ni pies nitextos, entonces más que nunca debo saber que loprimero que estoy viendo es a mí misma, proyecta-da como en un espejo. Porque la tendencia al mirares vernos a nosotras, y luego al resto.

     Algo más imparcial, acude en ayuda de mi buen criterio el pie de foto, importante en cuantoque gracias a él puedo saber si quien parió sabe desu parto y lo que veo es verdaderamente suyo; leosus capacidades intelectuales, su intuición genera-dora, su relación con el amor o la desidia. Porque

    desde allí, desde su pie, puedo tocarla por entero;porque el pie de foto cartografía, también, la esen-cia que habita el cuerpo que escribió.

    Llegadas a este punto, casi sucumbo a la tenta-ción de establecer categorías radicales, una espe-cie de diccionario ejemplar de pies de fotografíaartística. ¡Cuánto complace al ser cartesiano di-seccionar y separar, creyendo así poseer algo delo que llamamos real! Pero el arte es pura vida y,

    Los pies me huelen mal(los de foto)¡Qué sabia resulta siempre la metáfora! Alabado la he,y hete aquí que postrándome he alcanzado a olerlelos bajos... Y sí, habremos de admitir que, a veces,incluso a ella los pies le huelen mal.

    POR LAURA SÁNCHEZFOTOGRAFÍA DE DAVID FRIEDMAN

    La osadíaacecha decerca cuase intent

     justificaruna imag

    aleatoria(casual,brevemeencontracon palabgordas

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    como todo ser viviente, mal se deja destripar sinmorir en el intento. No voy a radiografiar cadáve-res; sería un sinsentido. No puedo sentar cátedra:sería infame. Lo que voy a hacer es hablar no decortes, sino de grados, que como la temperaturaen un termómetro nunca marcarán dónde acabael calor y empieza el frío.

    ¿Seguimos? Bien. Pie de foto artística equivalecasi siempre a decir título; más tarde puede haberaclaraciones, críticas o elogios, pero el privilegio (y laresponsabilidad) del primer texto lo tiene la artistaal nombrar su obra.

     Algo frecuente es acompañar imágenes con laobviedad del silencio (“Sin título”), a lo filmstills (nu-meración o seriación) o con la descripción pura. La

    imagen pesa más que el pie. En los mejores casosson textos descriptivos que informan sin atosigar,librándonos de redundancias y dejando a nuestrolibre albedrío el añadido de florituras casi pedorras.Sin embargo, es ésta una licencia sumamente arries-gada para quien no conoce bien lo que hace, y al notener demasiadas ganas de pensar (“yo soy artista,que piensen los demás”) ni mucho que decir, correel riesgo de que su “Sin título” resulte un “Sin con-

    tenido” o su “Taza de váter en casa abandonada conperro de fondo cruzando la carretera, 2006” resultaburrido de puro literal. También hay títulos máíntimos u originales, para lo que podríamos llamaimágenes híbridas, sostenidas conceptualmente podeclaraciones de intenciones. Son obras para cuycorrecta comprensión necesitamos de los pies qulas acompañan, de otro modo herméticas, insulsao fragmentarias; el peso se reparte. En equilibride calidades, la combinación de plástica y concept

    puede dar lugar a obras fascinantes, elevadas máallá de la apariencia por los pájaros de la palabraEnamoran a primera vista y más tarde, instaladel tiempo y el análisis, aún enamoran más. Invtan a instruirse y agrandan la mirada; son obradespegables, llenas de niveles de lectura, docenteinagotables. Mas la osadía acecha de cerca cuandse intenta justificar una imagen aleatoria (casua

     brevemente encontrada) con palabras gordas. El pipesa demasiado, el título es demasiado “original” tira hacia abajo de manera irremediable, hundiendla imagen tras de sí. No cuela. Quizá, si el conceptes bueno, podamos invertir en el proyecto de manera literaria, expositiva; pero desde luego será en fotografía una obra desubicada (lo que, por desgracia

    no evita que sea harto usual: lo conceptual gratuitestá muy de moda en los tiempos que corren, asque me ahorraré los detalles).

    En resumen, y como dije anteriormente, todo ecuestión de grados. Yo diría que de grados de higiene esencial, porque, para mí, la artista, la personase tiene que mojar, dejar en baño el pie (y por tantel cuerpo) hasta que salga lo suficientemente limpi

     y claro. Con jabón del bueno y sin desodorantes quabandonen, ya que visto lo visto y leído lo leído, parece que no tendremos más remedio que mojarnomás, en general, si queremos que los bajos del artdejen de oler tan mal. Desde aquí un humilde llamamiento al colectivo artístico mundial: ¿para cuándun buen aseo de intenciones y metáforas?

    ¡Cuántocomplaceal sercartesianodiseccionar

    y separar,creyendo asíposeer algode lo quellamamosreal!

    Laura Sánchez Artista, fotógrafay encant-hada de la vida.

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     Alerta rojaANÁLISIS DE LOS INFORMATIVOS DE ANTENA 3

    Dentro del panorama informativo televisado, los telediarios de Ante

    3 son un modelo único. No me refiero a que sean independientes,veraces o de calidad (que para eso hay que irse a la BBC, por lo menoSe trata de que tienen una forma de dar las noticias que linda con elApocalipsis. A veces, uno no sabe si están dando noticias o leyendouna novela de Tom Clancy.

    POR ARTURO QUIRANTESILUSTRACIONES DE BERBERECHO PRODUCTIONS

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    Vale, estoy de acuerdo con que lasnoticias de hoy día no son pararelajarse precisamente. Aquí matana una esposa maltratada, allí un

     borracho atropella a una vieja, en este sitiohay medusas y en ese otro bombardean a saco.Pero Antena 3 hace que incluso las noticiasmás banales resulten tan estresantes comola guerra del Líbano. He aquí algunas de misconclusiones, que seguro no difieren dema-siado de las del libro de estilo de la cadena.

    Comencemos por lo más cotidiano. Enmil y una ocasiones, los habitantes de unapoblación salen a la calle. Puede ser por losmotivos más inocentes, desde un conciertoa una fiesta popular, pasando por un mer-cadillo o una tomatina callejera. Para todosesos casos, la expresión a aplicar es “tomarlas calles”. En lugar de decir que la gente sereúne en la calle, o que sale a ella, tienenque saltar siempre con que los ciudadanos“toman las calles”. Ese cliché, que en mimente evoca a muchedumbres armadaslanzándose al asalto del Palacio de Invierno,se aplica en Antena 3 a cualquier reunión

    pública de personas. Incluso cuando subenlas temperaturas, los turistas toman al asal-to las terrazas, los chiringuitos y el paseomarítimo. Parece que eso de salir a pasearno suena lo bastante estresante.

    Siguiente peldaño en la escala de estrés:“la voz de alarma”. Siempre hay algún pro-

     blema que se sale de madre, desde el calen-tamiento global al uso excesivo de videojue-gos. En todos esos casos, hay que añadir lacoletilla de “los expertos dan la voz de alar-ma”. Normalmente es una noticia del tipo“la actividad X está muy extendida, pero enexceso es perjudicial”. Sustituya X por loque le dé la gana: obesidad infantil, comida

     basura, uso del coche, videojuegos, Inter-net, telefonía móvil. La actividad ni siquieratiene por qué ser perjudicial en sí. Inclusoactividades en principio benéficas, como elejercicio o la dieta saludable, se conviertenen un peligro si uno se pasa de la raya. Paraprobarlo, se entrevista al experto de turno,quien afirma que, en efecto, hay casos degente que se pone muy malita por hacerdemasiadas mancuernas o comer brócolien exceso. Los joíos de los locutores jueganen esto al despiste: X es bueno, pero tam-

     bién puede ser malo, a no ser que sea todolo contrario.

    Hay matices a la regla anterior. Cuando

    X es una actividad claramente beneficiosa,como comer bífidus, la norma impone lasuave expresión “los expertos advierten delpeligro de...”, acompañado a veces de un“no hay que bajar la guardia”, lo que puedetraducirse como “esto no tiene pinta de serpeligroso, pero yo he visto dispararse unaescoba y mi cuñado se mató con un corchode cava, así que usted mismo”.

    En el otro extremo, una actividad másclaramente perjudicial -digamos, la obe-sidad infantil- requiere una expresión deltipo se disparan todas las alarmas. Puedetratarse de algún suceso ocasional -que estemes haya habido más accidentes de tráfico-o permanente -que cada vez más jóvenesse droguen-, el caso es tomar una actividadchunga y convertirla en un jinete del Apo-

    calipsis. Vale, que los motoristas se matencon los quitamiedos esos es chungo, estoyde acuerdo. Pero hablar de “disparar todaslas alarmas” cuando se matan cuatro en unfin de semana no es más que ganas de sen-sacionalismo. Lo que usted y yo calificaría-mos de “joer, qué chungo”, para Antena 3es una de las señales del advenimiento del

     Anticristo, por lo menos; algo que marcará

    un antes y un después en la historia de lHumanidad. Los historiadores del siglo XXXreconocerán en las noticias de Pilar Galála señal que marca el declive de nuestra c

     vilización, no me cabe duda.Una variante especialmente apropiad

    para los casos de desastres naturales es ede “alerta roja”, o bien el de “máxima alerta

     Ya saben, ese estado de frenética activida

    previa al lanzamiento de misiles nucleare Antena 3 lo utiliza para todo tipo de catástrofes: tornados, huracanes, monzonePero también lo suelta sin cuento cada veque hay una amenaza terrorista, cuandETA saca un comunicado amenazador, un

     banda de albanokosovares asalta otro chalet o El Solitario atraca otro banco (aunquahora que la Guardia Civil lo ha detenid

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    podrán relajar su nivel de alerta, espero). En resumen:“máxima alerta” es el equivalente antenatresiano delgracioso que se acerca por detrás y grita “bu”.

    Habitualmente, todos estos clichés se usan apartir de una noticia en concreto. Puede que un díaun perro ataque a un niño. Esa noticia concreta seconvierte en una “alarmante tendencia” sin más queechar mano de la hemeroteca y recordar que, desdecomienzos de año, los casos de este tipo han aumen-tado un tropecientos por ciento, con lo que los ex-pertos dan la voz de alarma y advierten del peligrode bla, bla, bla. De una tacada, una noticia aislada(“puntual” dicen ahora) les ha dado para un “repor-taje de investigación”, al tiempo que se han rellenadofácilmente varios minutos del informativo. Cuandola cosa no es tan chunga -por ejemplo, el estudio se-sudo que dice que follamos poco o que nos lavamosmal los dientes-, la tendencia pasa de “alarmante” a“preocupante”.

    Otra de las coletillas favoritas de Antena 3 es lade la trampa mortal. Consiste, como su nombre indi-ca, en todo aquel lugar o situación proclive a que lagente muera, o por lo menos lo pase muy mal. Paraun muerto en carretera, su vehículo se convirtió enuna trampa mortal. Y fíjense en el matiz: no es que el

    coche fuese una trampa mortal, sino que se convirtióen una. Así se evitan que los fabricantes de cochesles demanden, al tiempo que eso les permite usar ellatiguillo en otros casos. Una puerta de discoteca, unascensor, un ático cerrado, un carrito de supermerca-do... todo puede convertirse en una “trampa mortal”.

     Y claro, nadie puede contradecirles, porque la palabra“puede” les permite introducirse en el universo de lohipotético impunemente. Igualito que todos esosproductos que “ayudan” a regular el nivel de coleste-rol: lo mismo no sirven para nada, pero ante la dudarazonable...

    Otras situaciones que no llevan connotacionesletales pueden asimismo convertirse en “trampas”,como las retenciones en la autovía o las aglomeracio-

    nes en aeropuertos, estaciones de tren, macroconcier-tos o rebajas de verano. En realidad, les pegaría mejorel apelativo de ratoneras, pero no se atreven todavía autilizarlo. Algún día lo harán, o si no, al tiempo.

    En el apartado belicoso, las noticias no sólo hande transmitir la idea de la violencia, sino la de vio-lencia continuada, en una especie de rictus de deses-peranza tipo “hay que ver, es que no escarmientan”.

     Así se habla de “la violencia que no cesa”, en relacióncon el último atentado o tiroteo en zona conflicti-

     va, o de “espiral de violencia” en los casos en que sehan pegado unos cuantos tiros y se esperan muchosmás. Curiosamente, la espiral siempre tiene que sercreciente, como si la violencia que sí cesa no fuesenoticia.

     Y, dependiendo de qué bando haga los destrozos,siempre hay que tomar partido, pero de modo disi-mulado. Si los atacantes son de los que consideramosmalos, siempre hay que hablar de un acto terrorista ode “violencia sectaria”; si por el contrario, los destro-zones son los buenos, se hablará de “respuesta” a losataques del pasado. En realidad, la cobertura informa-tiva de los conflictos armados daría para un manualde estilo entero, así que lo dejaremos por ahora.

    Cuando hay que dar cobertura a crisis pinternacionales, Antena 3 no duda en echar carne en el asador. Si interviene algún país de ellamado eje del mal, hay que sazonar la noticomentarios del tipo “desafío a la comunidad incional”. Si el problema se confina en las frontun solo país, se puede hablar de “inestabilidazona”; cuando otro país se contagia, nada com

     blar de “conflicto generalizado”, o mejor aún, “la inestabilidad se extiende” para dar la impreuna plaga que avanza inexorablemente. En lo qpecta a inestabilidad social, no hay más que haque el país está al “borde de una guerra civil”.

     Y siempre, siempre, SIEMPRE hay que ha Al-Qaeda cuando se mencione cualquier atentel que remotamente pudieran estar involucrado varios tipos con turbante. Como en nuestros Qaeda es más una franquicia que otra cosa, sque haya dudas sobre la autoría se incluirá eso gún algunas fuentes” (que significa: me lo ha dipajarito) y la expresión “grupo vinculado a Al-QEs mucho más emocionante y thrilling  que snombrajo de algún grupúsculo terrorista desdo, adónde va a parar.

    Cuando se trata de algún desastre natu

    cendio, inundación, terremoto) jamás hay queimpresión de que todo está controlado. Muy contrario, la situación es caótica, los servicios degencia siempre están desbordados, la orograterreno siempre hace muy difícil el envío de ede rescate... y, como probablemente la Fox o Rtodavía no les habrán enviado imágenes del hay que escudarse con un rollo sobre lo inaccesla zona. En el caso de desastres nacionales, sacon entrevistas a personas que siempre se quejetarde que han llegado los equipos de extinción, que sabían cómo apagar el fuego pero no les dealcaldes que reclamen la declaración de zona cafica, añádase voz en off sobre las décadas que tla zona en recuperarse, lo negro que lo tienen

    pervivientes, y listo. Y si estamos batiendo el de hectáreas quemadas respecto al año pasadmuertos en accidente de tráfico, JAMÁS dejar espectador lo olvide.

    Cada cierto tiempo, la amenaza domésticrita cambia. Antes fueron los ataques de perrpalizas de jóvenes grabadas en móviles, la quecoches, los episodios de “terrorismo callejero”, e

     Ahora está de moda (para nuestra desgracia) lacia contra las mujeres: violencia machista, de gdoméstica, llámenle como quiera. Bien, en estoel libro de estilo apocalíptico impone una coblo más morbosa posible. En primer lugar, nuncimpresión de que se trata de un caso aislado y En lugar de “caso de violencia doméstica”, es pre

    decir “nuevo caso de violencia doméstica” (o “caso”). Eso deja un regusto a continuidad: hubchos más como éste, los habrá en el futuro, y lemos cumplida información. A ser posible, incldetalles de destino fatal. Si la víctima murió a phaber denunciado, abandonado el domicilio faobtenido una orden de alejamiento, indíquesemente. Si, por el contrario, murió sin denunorden de alejamiento ni gaitas, no se moleste

    Los histo-riadores delsiglo XXXreconoceránen las noti-

    cias de PilarGalán la se-ñal que mar-ca el declivede nuestracivilización

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    Arturo Quirante(Granada, 1966). Profesode física en la Universida

    de Granada. Creadodel Taller de Criptograf

    (www.cripto.es). [email protected]

    Siempre hayque hablarde Al-Qaedacuando semencionecualquieratentado enel que remo-tamente pu-dieran estarinvolucradosuno o variostipos conturbante

    mentarlo. Total, eso de morir a pesar de cumplir contodos los pasos del anuncio del Ministerio impactamás, y es de lo que se trata.

    El estilo “crónica de una muerte anunciada” esasimismo asimilable a otro tipo de desgracias. Si hayun accidente en un paso a nivel sin barrera, incluyantodo tipo de testimonios sobre accidentes pasados,proyectos de reforma que llegan demasiado tarde ocasos similares en otros pueblos. Sobra gente deseosade contarnos cómo ellos ya lo veían venir, así que ¿por

    qué no aprovecharse? Así el presentador de turno po-drá ofrecernos ese aspecto compungido mientras de-clara lapidariamente que la tragedia “podía haberseevitado”, y son el contrapunto perfecto a la bonita es-tampa del delegado del gobierno intentando esquivar

     balonazos.En el apartado “imágenes espectaculares”, los

    informativos antenatresianos aprovechan para colar-nos todo tipo de videos cortos estilo “YouTube que loflipas”. La mayoría de ellos suelen provenir de EstadosUnidos, y no sirven más que para mostrar virgueríasantes de los deportes. Y, por supuesto, cuanto más im-pactantes, tanto mejor. Pueden clasificarse en:

    a) Persecuciones policiales en algún lugar de Es-tados Unidos. No importa que el perseguido huyera

    para no pagar una multa de tráfico, o que las imá-genes sean de hace dos años. Queda bonito, así quea la saca. Se dará preferencia a las imágenes desdehelicóptero, aunque valen también las de la cámaradel propio policía perseguidor. Hay mención de ho-nor para el negro pegando una paliza a una anciananeoyorquina, el tribunal de justicia que se convierteen un campo de batalla y escenarios tipo “sin rastro”en general.

     b) Tornados, por supuesto también en EstadosUnidos. A veces hay suerte y encuentran algún tor-nado pequeñito en Almería o Tarragona, pero encualquier caso siempre nos quedará Kansas.

    c) Inundaciones torrenciales, incendios espec-taculares, erupciones volcánicas y demás fenóme-nos meteorológicos llamativos. En caso de sequía(informativa), sirve cualquier noticia espacial, comoel descubrimiento de un planeta que a nadie le im-porta; con que incluyan gráficos por ordenador de

    la NASA, ya vale. Si no hay otra cosa, podemos echarmano a la invasión de medusas, topillos, langostassaharianas o piojo verde.

     Todo ello con el propósito de que el espectadorse sienta a) alucinado por lo visto, b) agradecido porno haberle caído ninguna desgracia encima, y c)confiado en que ha visto un gran despliegue infor-mativo.

    Lo gracioso es que, tras treinta minutos de suce-sos e imágenes capaces de cortarles la digestión almás pintado, al final los telediarios de Antena 3 re-matan la faena con su noticia gastronómica. No sécómo, pero siempre se las apañan para incluir unanoticia sobre alimentación. Puede ser un estudio so-

     bre hábitos, un congreso de cocineros, unas fiestas

    populares o las típicas noticias tipo “la cocina espa-ñola triunfa en Estados Unidos”, lo que traducido

     viene a decir: seremos el culo del mundo, pero a loscalifornianos les encanta nuestra paella, lo que de-muestra que somos un país puntero, vanguardista

     y  chiripitifláutico  a más no poder. Yo tengo la hipó-tesis de que el director de informativos de Antena 3pasó mucha hambre de pequeño y está obsesionadocon el tema. ¿Alguien me lo explica?

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    No entraré en divagaciones sobrela veracidad de esta noticia, máscuando el propio implicado yano puede defenderse de dichas

    acusaciones. Sin embargo, la mera supo-sición de que pudo haber sido un agentecomunista disfrazado de sagaz periodistame ha servido para releer su extensa obraen clave de espionaje. Y la he disfrutadomás que antes.

    Reconozco que en los cinco años en lafacultad de periodismo no le tuve muchaestima a Kapuscinski. Se me hacía un au-

    tor latoso con reportajes empíricos perdi-dos en anécdotas personales, a la manerade esos amigos que parece que se van de

     vacaciones a lugares remotos sólo parapoder narrarlas en soporíferos mensajesde e-mail. Claro que también fueron aque-llos años juveniles en los que una posturaiconoclasta me llevó a negar los preceptosestablecidos en el periodismo, entre los

    cuales estaba eseque definía a Ka-puscinski como“maestro del repor-taje”. Abandonada aquella etapa de insur-gencia contra los cánones impuestos porlos dinosaurios del gremio, me he acerca-do de manera más receptiva a la lecturade sus reportajes: ‘El emperador’, ‘La gue-rra del fútbol’ y ‘El imperio’, entre otros.Para lo cual me ha ayudado el hecho deimaginar que Kapuscinski fuera realmen-te un espía: he tratado de leer entrelíneas,

     buscar posibles mensajes encubiertos enclaves secretas o imaginarlo inmiscuidoen tramas conspirativas contra gobiernosafricanos. Es decir: le he buscado tres piesal gato (y casi me salen cinco).

     Aún así, no niego que resulta compli-cado defender la tesis de que Kapuscins-ki fuese realmente un agente secreto; alparecer, se vio obligado a enviar informa-

    ción a los servicios polacos de esppara poder desarrollar su trabajo dístico. Hay que recordar que, entr

     y 1981, Kapuscinski trabajó como ponsal en el extranjero para la AgenPrensa de Polonia, dependiente dedo, lo cual le permitió estar presela mayoría de conflictos del planetacialmente en los del continente af

    En el libro ‘Los cínicos no sirven paoficio’, el autor responde de mane

     bigua a la pregunta concreta de cómsu relaci