ruega a dios que el cielo no te vea_2010

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Ruega a Dios que el Cielo no te vea

Sergio Donoso Zegers 2

© Hernán Donoso Zegers [email protected] Inscripción Nº 162.373

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Ruega a Dios que el Cielo no te vea

Sergio Donoso Zegers 3

Indice

Nota del autor. (Porqué se escribió este libro) .................................................................

El fenómeno Ovni ..............................................................................................................

Primera Parte ....................................................................................................... Nota de Ralph Müller, investigador I. Un encuentro inexplicable ............................................................................................

II. La carta desde Calama .................................................................................................

III. Preparativos de vacaciones........................................................................................

Viernes 6 de enero de 1978 Primer Extracto redactado a partir de los apuntes de Inés Alcántara Domingo 8 de enero de 1978 IV. El viaje de vacaciones.................................................................................................

Lunes 9 de enero de 1978 Martes 10 de enero de 1978 V. El desierto más árido del mundo. Missing time.........................................................

Miércoles 11 de enero de 1978 VI. Cambio de planes.........................................................................................................

Segundo Extracto redactado a partir de los apuntes de Inés Alcántara Tercer Extracto redactado a partir de los apuntes de Inés Alcántara Jueves 12 de enero de 1978 VII. Subiendo a Calama .....................................................................................................

Viernes 13 de enero de 1978 VIII. Sunniva .......................................................................................................................

Primer contacto onírico – telepático de Luis Valdés con una entidad no humana Sábado 14 de enero de 1978 IX. Viaje a los géisers del Tatio ........................................................................................

Domingo 15 de enero de 1978 X. La Espantosa Revelación ............................................................................................ Cuarto Extracto redactado a partir de los apuntes de Inés Alcántara. XI. El Análisis de Ralph. ...................................................................................................

Lunes 16 de enero de 1978 XII. El fin del paradigma. La información condenada ................................................... XIII. La huída de la soledad ............................................................................................. XIV. El regreso de los Anunnaki ..................................................................................... XV. El dificultoso retorno. ...............................................................................................

Martes 17 de enero de 1978 Miércoles 18 de enero de 1978 XVI. Dos días de reflexión. ..............................................................................................

Jueves 19 de enero de 1978 Segundo contacto onírico – telepático de Luis Valdés con una entidad no humana XVII. El paseo a Viña del Mar. .........................................................................................

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Viernes 20 de enero de 1978 Sábado 21 de enero a Martes 24 de enero de 1978 Tercer contacto onírico – telepático de Luis Valdés con una entidad no humana XVIII. El evento Curacaví. .................................................................................................

Miércoles 25 de enero de 1978 La última charla onírica – telepática de Luis Valdés con el sacerdote XIX. La última defensa. ....................................................................................................

Viernes 27 de enero de 1978 Sábado 28 de enero de 1978 XX. El viaje de vacaciones ...............................................................................................

Lunes 9 de enero de 1978 Martes 10 de enero de 1978

Segunda parte ..................................................................................................... La investigación de Luis Valdés. Los últimos días de enero de 1978. Algunas reflexiones y datos específicos en torno al fenómeno OVNI .........................

1. Caso Thomas Mantell 2. Caso Bariloche 3. Caso Frederick Valentich 4. Caso del Rally sector Viedma en la Patagonia Argentina 5. Caso Isla Colares (Brasil) - Muertes de investigadores del fenómeno Ovni ............................................................ - Desapariciones ................................................................................................................. - Apariciones Marianas ...................................................................................................... - Mutilaciones de ganado .................................................................................................. - Ovnis estrellados ............................................................................................................. - Los amedrentadores .......................................................................................................

ANÁLISIS ........................................................................................................................... Cuestionario ..................................................................................................................... Leyendas Sumerias. ........................................................................................................

La aparición de las plantas domésticas La aparición de los animales domésticos Resumen de los antecedentes históricos más importantes .......................................... a. Los Nefilim o Anunnakis b. Entidades no humanas. Con características paranormales ......................................

b.1 Un libro muy extraño: El Pentateuco b.2 Matanzas de Israelitas por Yahvé b.3 Cifras extrañas en la Biblia b.4 Breve Resumen de aconteceres extraños en la Biblia b.5 La información ocultista c. Los Grises y los reptilianos ........................................................................................... Conclusión final ..................................................................................................................

APÉNDICE Las extrañas características del mundo en que existimos. ............................................ Un Universo “a medida”

1. Física del Cosmos 2. Estructura del ser humano La sorprendente coincidencia. Ley de Titius-Bode ................................................ Comentarios al informe de MILTON WILLIAM COOPER

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Nota del autor

(Porqué se escribió este libro) Hace muchos años, después de varias observaciones anómalas en los cielos y de numerosas narraciones de parientes muy cercanos y amigos, comenzó a germinar en mi espíritu la idea de, alguna vez, intentar escribir algo en relación a estas extrañas experiencias. Un cuento, una fantasía. Tenía la intención de crear y desarrollar una historia novelada en torno al fenómeno Ovni con pretensiones de dotarla de cierto contenido de “terror cósmico”, (un poco en el sentido Lovecraftiano). Reconozco que el tema me tenía atorado. Necesitaba una catarsis, ¿Y que mejor catarsis que plasmar por escrito las enormes y desesperantes dudas... dudas que pueden arrojar al tacho todo lo que nos han enseñado? Pero, lo que jamás imaginé, fue que la verdadera historia de terror iba a quedar relegada a la Segunda Parte Para construir la historia seguí el proceso que consideré mas lógico: 1º Repasar mis recuerdos, tanto de experiencias propias como de familiares y amigos que me merecen absoluta confianza. 2º Revisar mis libros y apuntes, 3º Recurrir a la información de los medios: prensa, documentales de televisión e Internet. El objetivo era reunir la mayor cantidad de información de apoyo, ya que la historia, si bien sería de ficción, pretendía que se basara en lo posible en experiencias consideradas reales. Como afirmo posteriormente, la mayoría de las experiencias Ovnis no se reportan jamás, total ¿Qué pueden ganar los testigos, salvo arriesgarse a ser descalificados, pasar malos ratos y lo peor, como ahora ya se sabe, de ser perseguidos, amenazados e incluso asesinados?. Lo que ocurrió a continuación fue sorprendente. La información contenida en la Segunda Parte es un brevísimo resumen de lo leído, estudiado y analizado. Aquello que consideré más cercano o importante, debido a que la cantidad de información relacionada con el fenómeno Ovni es simplemente gigantesca. Las experiencias varían desde datos vagos a otras absolutamente terroríficas y, lo mas increíble, los Gobiernos lo niegan y lo ocultan, especialmente el de los Estados Unidos. Al retomar la información que ya tenía del fenómeno, más algunas nuevas vivencias, me ocurrió algo que, repito, para mí fue sorprendente. Me sobrevino una violenta depresión, sin duda provocada por el conocimiento acumulado y la inevitable síntesis que se produce en la mente. Creo que a cualquiera que se informe a fondo le pasará lo mismo. Lo que está ocurriendo es, sin duda, el acontecer más terrible y peligroso en toda la historia de la Humanidad. El peligro es de tal magnitud que, solos, no tenemos la más mínima oportunidad. Si no lo cree, por favor, lea la Segunda Parte y el Apéndice y, lo más importante, infórmese, trate de reunir la mayor cantidad de antecedentes que pueda, investigue seriamente. Después saque sus propias conclusiones. No crea para nada lo que le dicen las jerarquías, cualesquiera que ellas sean. El futuro de la raza humana va depender de la conciencia que tengamos del peligro y, como dijera el ya fallecido Presidente de los Estados Unidos, Ronald Reagan en una asamblea de la ONU “quizás si experimentáramos el peligro de una invasión extraterrestre comprenderíamos lo pequeño de nuestras diferencias y nos uniéramos”. Reagan, curiosamente, fue el único presidente que trató de implementar el famoso programa “Guerra de las Galaxias”, programa que terminó con una serie de muertes inexplicables. Sin duda Reagan tenía mejor información que otros mandatarios... o era más honesto.

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El fenómeno Ovni Es un hecho que existen más cosas en este mundo de las que nuestros limitados sentidos son capaces de percibir. La parapsicología se encarga del análisis de gran cantidad de rarezas que la ciencia no logra clasificar. Sin embargo, existe un tipo de fenómenos que se encuentran en una posición límite. Nadie es capaz de definir si son paranormales o naturales. No obstante existen. Esta historia se desenvuelve en ese ambiente, lo que la hace más desesperante ya que confunde por completo nuestra concepción de la realidad y del universo. Me refiero al fenómeno Ovni. Millones de personas en el planeta han sido testigos de raras observaciones en el cielo, en la tierra y en el mar. Nadie sabe con certeza que son los Ovnis realmente, hay solo teorías, nada más. Se menciona, en calidad de rumor, que los gobiernos de las potencias saben mucho más de lo que aparentan. Es la teoría de la conspiración. Éstos lo niegan y no hay forma de sacarlos de esa postura. Esta conducta solo puede conducir a la paranoia y a la desconfianza, no obstante, podemos lograr una razonable comprensión poniéndonos en el lugar de los gobernantes. ¿Qué haría usted si fuera Presidente de una potencia mundial y supiera demasiado del fenómeno en cuestión? Todo dependería de la naturaleza de nuestro conocimiento. Una declaración mundial aterradora solo traería sufrimiento, caos, dolor y muerte. Y ¿Se obtendría algo de positivo con tal declaración? Probablemente nada. Bendita ignorancia. Esta es una historia de ficción, sin embargo varias de las experiencias aquí narradas están fundadas en acontecimientos que realmente ocurrieron, aunque experimentados por diferentes personas y en distintas ocasiones. Se han unido para formar una narración coherente en el tiempo. Se señala a pié de página los casos considerados reales. Los nombres y fechas se omitieron, en parte porque la información exacta se extravió a lo largo de los años y principalmente porque los testigos rara vez quieren hacer públicas sus terribles vivencias. La mayoría de las “experiencias ovni” no se reportan jamás… La historia transcurre de forma parcial en una atmósfera levemente psicótica, si no ¿de que otra manera se puede enfrentar lo inaceptable, lo espantoso? H.P.Lovecraft lo advirtió: los Dioses y los demonios acechan, lo han hecho desde los albores de la raza humana y antes, probablemente, con las otras especies vivas que moraron en nuestro planeta hace cientos de millones de años.

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Mapa del territorio en donde se desarrolla la historia Hitos principales

Distancia de Santiago de Chile a Calama = 1.650 Km.

Los Vilos. 1ª detención

1er evento. En la cuesta. Desaparición de una persona

Caldera – Bahía Inglesa 2º evento. Línea sobre el mar

Desierto de Atacama. 3er evento. Ovni ascendiendo sobre el desierto. Abducción

Antofagasta 4er evento. Visita de dormitorio

San Pedro de Atacama.

5º evento. Abducción

Curacaví.

Evento Final. Rapto

Zona de avistamiento real del chupacabras (2004 aprox.)

Mineral de cobre. Chuquicamata

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Primera Parte Nota de Ralph Müller, investigador de fenómenos paranormales: El texto que sigue a continuación fue escrito por mí, varios años después de los hechos que se narran, basados en todo el material que me entregara Luis Valdés, su primo Juan Carlos Valdés y su novia Inés Alcántara. Esto fue necesario debido a que, después de la alteración del continuum espacio-tiempo efectuada por los Anunnaki, no estaban en condiciones de redactarlo. Su recuerdo de lo acontecido se limitaba a un vago dejà-vu. No es importante la fidelidad textual de lo narrado, lo importante es lograr sacar a la Humanidad del estado de semi-sueño en que se encuentra para que se prepare ante la terrible amenaza que se cierne sobre el género humano. Antes que sea demasiado tarde.

I. Un encuentro inexplicable

(Primer extracto escrito a partir de la narración de Juan Carlos Valdés): Juan Carlos Valdés abrió aún temblando la reja del patio de su casa. Dejó la bicicleta cubierta de tierra a un costado de su automóvil y se dirigió en silencio a la puerta de entrada. Ojalá María no lo estuviera esperando. Se había demorado casi hora y media más de lo habitual y no sabía que explicación coherente podría darle. Sin dudarlo un instante se dirigió al pequeño bar, algo inusual en él. Era hombre de poco alcohol, sentía que le envenenaba, pero esa noche no era una noche como todas las anteriores en que acostumbraba a pedalear unos 45 minutos en los alrededores de Calama. Un ejercicio que efectuaba regularmente un par de veces a la semana y sentía que le venía de perlas. Esa era una noche muy diferente. Algo le había ocurrido, pero le era completamente imposible explicarlo. ¿Le creería alguien si contaba que se había topado con el mismo demonio o algo peor? No, lo mejor era guardar silencio. Preferible no decir nada a su mujer. Total, ya vivían en un ambiente de temor a causa del régimen militar. No tenía sentido agregar una nueva cuota de angustia a su pareja. Después de meditarlo largamente y, poco antes de quedarse dormido, decidió escribirle a su primo Luis. Hacía años que no sabía nada de él y sería bueno retomar la antigua y cálida amistad. Luis era un escéptico total y podía entregarle alguna explicación razonable. Necesitaba con desesperación alguien como Luis que le convenciera que solo se trataba de un tremendo mal entendido... Juan Carlos llevaba más de dos años laborando en el mineral de cobre de Chuquicamata. Casado y con dos hijos pequeños. Marido y padre excelente, trabajador meritorio y muy buen deportista. Acostumbraba a salir, al menos un par de veces a la semana a pedalear en su bicicleta por los entornos de Calama, ciudad donde vivía. Era un hábito que intentaba mantener para no caer en la molicie en que veía sumirse a sus compañeros y no emular sus ridículos aumentos de barriga. Era una persona profundamente cuerda y equilibrada. Racional hasta la exageración, marcado por su profesión de ingeniero y, aunque le costara reconocerlo, por las largas y un tanto ya pretéritas conversaciones con su primo Luis Valdés, otro racionalista acérrimo y tremendamente convincente. Juan Carlos lo apreciaba de verdad, aunque el destino los hubiera separado hacía ya cinco años. Este era el momento para intentar un nuevo acercamiento. Más allá de un sincero deseo de retomar la amistad, deseaba y necesitaba narrarle lo acontecido aquella noche. Era tan increíble, tan anormal, que solo alguien con la capacidad para ver más allá que el común de los mortales podría aclararlo. Ojalá Luis fuera esa persona...

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II. La carta desde Calama I

(Nota redactada por Luis Valdés, previa a la narración de los terribles hechos que los afectaron) Santiago, Febrero de 1978 Recordado y querido amigo Ralph: Como es muy probable que no nos volvamos a ver, te mando estas tristes reflexiones. Pienso que describen más o menos fielmente mi estado interior, en especial lo relacionado con mi postura previa a lo acontecido en el norte. Hay ocasiones que seriamente he pensado que todo fue una simple pesadilla y que en realidad me estoy volviendo loco. La conducta de Inés no hace sino reforzar esa presunción. Respecto a José y Laura mejor no me pronuncio. No encuentro palabras que me permitan expresar la pena infinita que me consume. ¡Cómo desearía poder volver atrás!... Pero eso es imposible... ¡Cuán pequeños e indefensos somos!. Paso a entregarte lo que dejé plasmado parcialmente el último día de nuestra estadía en Viña del Mar. Acomódalos tú, según estimes conveniente, aunque resulte un poco confuso para alguien que no haya vivido nuestra experiencia. Espero que te sea de utilidad. cariños Luis Valdés Fernández

....................................... (Documento redactado y actualizado por Ralph Müller en enero de 1998, a partir de la carta que le entregara Luis Valdés en 1978) “No obstante el intenso temor que me ha paralizado estos años, intuyo que no puedo dilatar mas la confesión pública de los increíbles acontecimientos que nos afectaron hace mas de 20 años. Cualquier día puedo partir de este mundo, sea por la vía natural, la muerte, o por medio de algo absolutamente anormal y espantoso, pero a lo cual, me temo, la humanidad va a tener que adaptarse, enfrentarlo,... o perecer. “Por eso debo darme prisa, vencer mi temor y dejar un testimonio escrito de las terribles vivencias que nos conmovieron tan profundamente hace ya tanto tiempo. Hasta ahora me había parecido absurdo y altamente riesgoso divulgarlo. El silencio y el olvido constituyen los únicos refugios para lograr medianamente la paz. “Informaciones que discretamente nos han llegado, advirtiéndome que el desenlace podría estar próximo, me han obligado a reconsiderar esa posición. El silencio autista, tanto mío como de mis compañeros de experiencia no puede continuar, es imprescindible informar a la Humanidad, créannos o no. Debemos superar el temor a la burla y escarnio, aunque tengo muy presente que el trauma sufrido es incomunicable. Debo hacer un esfuerzo... ojalá sirva de algo. “Mi querido amigo José habría insistido en guardar silencio - ¿Que puedes ganar con contarlo, solo nos va a traer problemas... y quien sabe que otra cosa...? Debo reconocer que el gran temor es a lo que él mencionó como “otra cosa”. “Sin embargo, necesito sobreponerme a la angustia que me produce rememorar lo acontecido. Es necesario advertir a mis semejantes, aunque tan solo sea por obedecer el mensaje que el Cristo nos dejara hace 2.000 años: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo y por ningún motivo le harás aquello que a ti no te gustaría que te hicieran”.

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“Desde luego, no me gustaría que no me informaran, al menos para que el desastre me pille en paz con Dios. Sé que voy a morir, como todos los seres vivos de este planeta, pero me agradaría que este trance fuera sin dolor, sin terror, y con esperanza. “Esta historia corresponde a los acontecimientos acaecidos durante un viaje de vacaciones que emprendimos cuatro personas, dos parejas, el verano de 1978, un viaje que cambió nuestras vidas por completo. He sido cuidadoso en la descripción del trayecto, especialmente en las distancias, ya que jugaron un papel determinante en la soledad de los entornos en que nos tocó desenvolvernos y, creo yo, en lo que nos ocurrió. Mi novia Inés acostumbraba a llevar un Diario de Vida el cual fue clave a la hora de tratar de reconstruir los hechos, los espantosos hechos que aún no me resigno a aceptar. “Mi nombre es Luis Valdés, de regular estatura, rostro agraciado (según dicen), y buen profesional. Soy ingeniero y trabajo desde hace cinco años como Analista de Sistemas. Creo ser un caso raro, mi labor me distrae y apasiona. Aunque suene muy extraño, normalmente no me interesa retirarme y siempre termino solo en la oficina. Soy el encargado voluntario de apagar luces y equipos. Mi vida transcurre así, entre computadores, actividades sociales y mi vida familiar, lo que incluye a mi actual pareja, Inés Alcántara. En lo personal, es decir, aquello que todos desarrollamos en los momentos de soledad, me agrada la lectura y, lo mas propio, el análisis lógico. De todo, especialmente de situaciones de la vida diaria. ...................... “A lo largo de mi vida, había perfeccionado hasta el límite mi pensamiento analítico. Deseaba seriamente plasmar el resultado de mis investigaciones en un libro, un documento que mostrara al mundo de que manera eran engañados, estafados y manipulados con patrañas. En el fondo quería racionalizar mis miedos, afirmar mi piso y sentirme seguro. Eso era hasta antes del viaje... “Los fenómenos que frecuentemente investigaba eran los mas accesibles a mi diario vivir. Las “casas embrujadas” y los fenómenos fantasmales ocupaban el primer lugar, seguido muy de cerca por el fenómeno Ovni. Este último evento era el más complejo de demostrar para los testigos y más fácil de desacreditar. Normalmente se basaba en declaraciones de personas cualesquiera, rara vez en fotografías y, más raro aún, en filmaciones. El placer que sentía al destruir los testimonios me sumía en un estado parecido al éxtasis. Mi precisa lógica contra la superstición. “Desde luego que esta actitud no pude mantenerla indefinidamente. Fue necesario un viaje, un largo viaje para que cambiara abruptamente de bando... Lo único que lamento fue el espantoso precio que tuve que pagar. “Hasta ese momento mi vida transcurría apaciblemente, como la de todo burgués que se respete. Una buena renta, una profesión de prestigio y alguna ocasional aventura amorosa en la cual, siempre cuidaba de no involucrarme demasiado. Amaba mi libertad y me negaba tozudamente a comprometerme. Es probable que debido eso, mi personalidad derivara, con el paso de los años, en la de un sujeto de conducta metódica y, debo reconocerlo, algo maniático. Llevaba un meticuloso registro de mis investigaciones.

II

(Continuación del Documento redactado y actualizado por Ralph Müller en enero de 1998 a partir de la carta que el entregara Luis Valdés en 1978) “A fines de noviembre de 1977 todo comenzó a cambiar. Lo que inició el proceso fue una inesperada carta que me llegó desde Calama, pueblo minero ubicado a 1.650 Km. al norte de Santiago, remitida por un primo a quien no veía hacía a lo menos cinco años. Sabía que, en razón de su trabajo relacionado con la minería, se trasladaba con frecuencia. Por eso me sorprendió gratamente su misiva. “Di por sentado que se trataba solo de un saludo familiar y un paso tendiente a reanudar las ya un tanto diluidas relaciones. No hay peores enemigos de la amistad que la distancia y el tiempo. Sin embargo mi sorpresa fue mayúscula cuando me enteré de su contenido, aunque decir sorpresa es un poco tímido. Fue

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un verdadero shock. No podía creer lo que me narraba en tres apretadas páginas. Nos conocíamos desde niños, habíamos pasado muchos veranos juntos y normalmente, durante el año, solíamos reunirnos compartir gratas veladas, ya fuese en juegos de salón o en divertidas partidas de fútbol. “Explico esto para señalar que me conocía absolutamente, conocía mi actitud y mi opinión de la vida, de la religión y de todas las grandes preguntas que suelen angustiar a la juventud. Al menos la de mi época. Me resulta más fácil transcribir su carta, lo que ahorra toda explicación. Calama, Noviembre de 1977 Querido y recordado primo Luis: Debo comenzar por pedirte que me perdones por mi desafección. No ha sido completamente voluntaria mi ausencia epistolar. Muchas cosas me han ocurrido en estos años. Tú bien sabes que el golpe militar puso sobre ascuas a muchos chilenos. Por desgracia, sospechaba que me encontraba en la lista negra y el más puro instinto de conservación me aconsejó ausentarme del país por un tiempo hasta averiguar más de mi situación. En otras palabras, hasta confirmar que no era perseguido. Recurriendo a las más increíbles fuentes, logré informarme que mi nombre había sido borrado de la nómina de los “enemigos del Estado”. Después de varias peripecias pude ingresar a trabajar al Mineral de Chuquicamata, como ingeniero metalúrgico. Mi estadía fuera de Chile, por tres años, me llevó a peregrinar por varios países, asentándome finalmente en México. Ahí conocí a María, una mexicana preciosa con la cual terminé casándome. Eso es un brevísimo resumen de lo más importante que me ha ocurrido. Los detalles espero contártelos personalmente cuando vengas para acá. Como puedes ver, te estoy invitando, a ti, a la novia que tengas en estos momentos y, para que sepas, tengo capacidad para tres personas mas aún. Para nosotros sería maravilloso que nos reuniéramos después de tantos años. Por favor toma esta invitación completamente en serio, y espero que respondas a la brevedad. Me vas a perdonar, pero el deseo de volver a sentir el calor familiar no es lo único que me ha impulsado a escribirte. Hay algo más, y creo que tu mentalidad analítica puede ayudarme. Como ya te mencioné, trabajo en el mineral de Chuquicamata, pero vivimos en la ciudad de Calama, ubicada casi a los pies del mineral, a unos dieciocho kilómetros. Si has visto la prensa de lo últimos días, debes haber notado que se hace bastante referencia, a extrañas observaciones en los cielos del norte del país. Sé que tú no crees en estas cosas, pero confío en tu raciocinio para que me aconsejes. Lo que te voy a contar, espero que permanezca entre nosotros, ya que no se lo he mencionado siquiera a María. Es demasiado extraño. Puede que se trate de una simple confusión, pero, por las dudas prefiero dejarlo por escrito. Debo contarte que la vida en los minerales no es precisamente un jolgorio. La verdad es que es bastante aburrida, probablemente debido al aislamiento de los grandes centros culturales del país. De ahí que, para no volverse loco hay que inventarse actividades. Para eso existen clubes de bolos, de fútbol, de tenis, gimnasios, piscina y cuanta cosa se le ocurra a la Gerencia o los Sindicatos. Lo que no abundan son las actividades de tipo intelectual, incluso, aunque tu no lo creas, no existe una biblioteca, al menos en el sentido en que, creo, ambos entendemos. Las actividades de esparcimiento están orientadas a fomentar la vida social. Durante un tiempo funciona, pero a la larga es inevitable una perturbadora sensación de vacío interior que puede llegar a ser exasperante. Aquí corre ese principio que comentaban los españoles en la época de Franco “Hijo, no pienses, caca”. Bueno, para no aburrirte con mis tontas depresiones, paso a narrarte el segundo motivo por el cual te mando esta carta.

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En las tardes y en algunas ocasiones, después del trabajo, acostumbro a salir a dar algunas vueltas en bicicleta por los entornos de Calama. Originalmente me acompañaba María, pero después del nacimiento de nuestro segundo hijo tuvo que quedarse en casa. Normalmente estos paseos no duran más de una hora, como mucho. La idea es hacer un poco de ejercicio suave por los entornos de mi casa, sin alejarme demasiado y sentir esa ya perdida sensación de libertad. Te comento que estos paseos no son más de dos veces a la semana. Fue exactamente hace dos paseos atrás, en que, distraído en mis meditaciones, (lo que tú acostumbrabas a llamar “tomar caldo de cabeza”) me alejé por el borde de la quebrada del río Loa, varios kilómetros. No entiendo cómo pudo pasar, pero la verdad es que de pronto me di cuenta que estaba comenzando a oscurecer. Eran cerca de de las ocho y media. Recuerdo haber parado bruscamente, girar la bicicleta y comenzar un pedaleo frenético hacia mi casa. Tras unos quince minutos, las luces de la periferia de la ciudad, aunque aún lejanas, me tranquilizaron lo suficiente como para disminuir mi acelerado ritmo. Lo que te voy a decir es importante, ya estaba casi oscuro, por lo que era fácil confundir los objetos. La aridez del desierto gris y la falta de irregularidades notable en el terreno contribuyen a esto. Fue en ese momento en que percibí algo en el medio del camino, (la huella, como lo llaman los mineros), y en que a esa hora no transitaba nadie. Describir lo que me pareció ver me resulta complicado, pero, por favor, no te queda más remedio que creerme. En el medio del camino se encontraba algo absolutamente anormal. La luz de la bicicleta, como tú sabes, está alimentada por el dínamo, de ahí que al detenerme, esta dejó de funcionar. Solo la débil luminiscencia del crepúsculo me permitió examinar aquello con detalle. Es difícil explicar lo que pasa por la mente cuando se enfrenta a algo para lo que no está preparado en lo más mínimo. Fueron varios segundos los que tardé en entender que era “eso” que me bloqueaba el camino. Lo intentaré. En un primer momento me pareció que se trataba de una nube o remolino de polvo concentrado... sé que suena tonto, pero los mini tornados, remolinos o “colas del diablo” son muy frecuentes en el desierto atacameño. El problema es que estos pequeños fenómenos atmosféricos ocurren siempre de día como consecuencia del calor sobre la árida superficie. Además son muy efímeros, débiles, se trasladan rápidamente y duran muy poco. La nube que te menciono estaba al medio del camino y completamente quieta. Su aspecto era cilíndrico (aproximadamente) de unos diez metros de alto y casi tres de ancho. Bloqueaba por completo el paso. Me bajé de la bicicleta y quedé unos instantes desconcertado contemplando el extraño fenómeno. En ese momento el cilindro se iluminó levemente, es decir, pareció emitir una radiación. La débil claridad alumbró fantasmalmente el camino. No pude evitar un grito de sorpresa. ¡Maldición, no fui capaz de contenerme! El cilindro de nube pareció adquirir vida y giró como buscando el origen del ruido. Sentí las piernas de lana, una intensa parálisis y un abatimiento que dio con mi cuerpo en tierra. Caí aún aferrado a mi bicicleta. Una sensación de muerte angustiosa comenzó a invadirme. Si te digo que sentí miedo quedaría corto. Era el terror más espantoso que había experimentado en mi vida, capaz de enloquecer al más analítico de los hombres. Mi corazón parecía salírseme del pecho en medio de una taquicardia desbocada. Te juro Luis, que la oscura nube cilíndrica contenía y ocultaba un ser, un entidad viva, (no sé como calificarlo) absolutamente horroroso y anormal. Es raro que te lo diga, porque, para ser rigurosos, no estaba viendo sino una rarísima formación gris de lo que aparentaba ser una nube, humo o tierra arremolinada. No obstante sabía, te repito, sabía y sentía que ese humo gris ocultaba un ser. En la parte superior de la nubosidad, supongo que a unos nueve metros de altura, la nube parecía diluirse y atenuarse. Ese fue el momento culminante de mi experiencia. Tras la leve disipación de la niebla en ese lugar, unos ojos gigantescos me contemplaron.

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Lo que te he narrado hasta aquí es un resumen de lo visible, de aquello que se podría haber fotografiado de haber portado con una cámara. Lo subjetivo, es decir lo que logré percibir en los segundos que duró todo el incidente, es lo que por poco me hace perder la cordura. Los ojos del ente me miraron fijamente irradiando un odio y una maldad como no creo existan en nuestro mundo y que no me siento capaz de describir. El cómo pude percibir lo que te estoy contando es algo que aún no logro explicarme. Pero te aseguro que lo sentí en mi cuerpo. Lo sentí en mi alma. Todo lo que laboriosamente te he narrado no debe haber durado más de veinte segundos, aunque para mi espíritu fueron siglos infernales. La cosa se movió hacia el sector del río. Se desplazaba, sin lograr comprender con que medios lo hacía. Fué durantes unos instantes un misterio, que por desgracia se me aclaró de golpe. ¡Cómo hubiera deseado no haber tenido jamás esa información! Luis, te juro por todos los santos que me pareció vislumbrar en la parte baja de la nubosidad formas tentaculares que se movían con repelentes movimientos ondulatorios. El remolino de pseudópodos se desplazó torpemente. Algo semejante a un haz luminoso surgió de la quebrada cubriendo al ser. Instantes después un objeto brillante y cilíndrico, enorme, se elevó violentamente. En segundos se perdió en dirección a la cordillera. Temblando, con intensas ganas de vomitar, no sé como, logré subirme a la bicicleta y con la energía que da el pavor pedaleé desesperado hacia mi casa. Por suerte, al llegar María estaba ocupada con nuestro hijo menor y no me prestó mayor atención. Hice algo que jamás hago. Me fui directamente hacia la licorera y me serví un enorme trago de whisky. Sólo el licor logró detener el temblor de mi cuerpo. Una explicación simple a María, en relación a que me había cansado más de lo esperado y que no se preocupara por mi cena, solo deseaba descansar. Por su expresión, noté que había captado algo extraño, pero no hizo comentarios. Medité mucho sobre lo ocurrido y finalmente opté por no decir nada. O bien, ella iba a dudar de mi cordura o, si me creía, se iba a aterrar. Una cosa como la que había visto no podía ser algo tan inofensivo. Me aterrorizaba que pudiera ser el preludio de algo espantoso que pudiera estar comenzando a gestarse. No creo que en lo que me resta de vida sea capaz de olvidar esa mirada demoníaca y maldita Como tú puedes ver, querido primo, la razón subyacente para comunicarme contigo, todo un señor ingeniero escéptico, es pedir ayuda y que quizás logres convencerme de que estoy medio loco y las tenebrosas sombras del desierto me jugaron una mala pasada. Espero una respuesta tuya y, lo más importante, tú presencia aquí para las vacaciones. Te adelanto que nosotros saldremos de vacaciones en febrero, por lo que enero es todo tuyo (y de ustedes) lo cual sería magnífico. Con todo cariño se despide de ti quien no los ha olvidado Juan Carlos Valdés P.D. Saludos y muchos cariños a los tíos, a los cuales espero pasar a visitar en febrero.

“Completamente paralogizado por la lectura de la carta, durante unos momentos no supe que actitud interior adoptar. Juan Carlos no era dado a este tipo de bromas y me resultaba absurdo que, después de cinco años de silencio, me escribiera para tomarme el pelo. Era obvio que había visto algo... ¿pero que? “Opté por dejar pasar un par de días antes de responderle. Quería madurar el asunto. No iba a renunciar tan fácilmente a mi elaborada actitud existencial por una simple carta. No podía comentarlo con nadie, el me lo pedía expresamente y era lo mas cuerdo. ¿Quién creería una cosa así? ................................

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Hasta aquí llega el primer documento escrito por Luis Valdés, el resto de la historia se adecuó a otros papeles y narraciones de los involucrados.

IV (Apuntes textuales de una de las hojas de los documentos de Luis Valdés) “El lunes en la tarde, poco antes del fin de la jornada, no recuerdo a título de que, saqué a relucir el tema de los ovnis en la oficina. Debe haber sido por una de las noticias de la prensa. Obcecado por mantener mi postura, comenté que opinaba que todas eran falsas interpretaciones de fenómenos naturales o simplemente mentiras. No mencioné para nada la carta de mi primo. “—Me cuesta creer que todo sea un engaño, hay demasiados testimonios —había afirmado Mario, mi compañero de oficina—. Lo mas probable es que se mezclen mentiras con verdades y en muchos casos quizás se trate de simples equivocaciones. Es decir, no creo en una carencia total de experiencias atípicas y solo haya una mala intención de fondo. “—No lo sé, pero si consideras el aumento de ventas de diarios, revistas, libros, películas, etc. No estoy tan seguro... “—Es probable que el ser humano necesite de lo sobrenatural para justificar, aunque sea un poco, la mierda de vida que le toca vivir a la mayoría. “—Quizás, pero el engaño no es la mejor forma, ni la más honesta... “—Luis, los fenómenos sobrenaturales existen desde que el hombre puso un pie en la Tierra. De hecho, son la base de todas las religiones... “—Las religiones... las patrañas mejor montadas de todas. Han esclavizado a la raza humana desde sus comienzos. “—Es probable que con el paso de los siglos se hayan desvirtuado y estructurado demasiado, en eso estoy de acuerdo. “Esta fue la breve y última discusión en torno a este tema que, por largo tiempo, mantendría con Mario Salas, mi amigo y compañero de oficina. No lo sabía en esos momentos, no podía saberlo, por estar contra los principios básicos de mi modelo de Universo y mi forma de pensar, construido durante treinta años de vida. El trabajo, siempre apurado, nos sumergió nuevamente en la tarea de todos los días. “Esa tarde le respondí a Juan Carlos. No deseaba ofenderlo descalificando su experiencia, simplemente opté por decirle que podría tratarse de algún fenómeno natural: los remolimos o “colas del diablo”. Por alguna extraña razón, se detuvo más tiempo de lo normal en el camino. Los ojos que el creyó ver en la parte superior, bien podrían explicarse por un simple y poco frecuente juego de luces. La nube se interponía entre él y el horizonte en donde recién se había ocultado el sol. Por lo tanto, la parte superior de la formación nubosa, en razón de su menor espesor, debía transparentar el cielo. Incluso pudo ser el lucero de la tarde, Venus seguramente. “Los pseudópodos que le parecieron ver en la parte baja de la nube, y que según él explicarían el desplazamiento de la formación hacia el río, creo, le dije, que lo mas probable que no fuesen otra cosa que polvo con arenisca levantado por el remolino. Todo esto visto en condiciones de extremo cansancio. “Para las otras luces, la que menciona que salió de la quebrada y ocultó la nube, y lo que vió elevarse, no tengo otra explicación que la de una simple, pero extraña coincidencia, provocada por los últimos rayos del poniente entre tanto polvo en el aire.

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“No obstante, le aclaré que me interesaría saber más de lo acontecido. Aproveché para darle los números de teléfono en donde podría ubicarme, oficina, mi departamento, o la casa de mis padres. El, probablemente aún alterado, había olvidado darme los suyos. En esos años no era fácil la comunicación telefónica, pero era factible. “La carta debe haber demorado tres días en llegar a sus manos, no más. Es un simple cálculo estimativo, porque justo seis días después me encuentro, debajo de la puerta, con una nueva misiva de Juan Carlos. No haré comentarios, simplemente la transcribiré. Calama, Noviembre de 1977 Querido primo Luis: Gracias al cielo que contestases pronto. Al menos sirvió para restablecer el contacto y asegurarme que los datos que poseía para ubicarte estaban correctos. A pie de página te doy la información de mis teléfonos, oficina y casa. Agradezco tus explicaciones y solo deseo que tengas toda la razón del mundo. ¡Dios quiera que todo se trate de una mala jugada del cansancio, de la penumbra y de los últimos rayos de un sol que se ocultaba! No obstante, como tú podrás imaginarte, después de la experiencia que te narré en la carta anterior he sido muy cauto en mis paseos en bicicleta. Solo con luz de día y no muy lejos de mi casa. Porto ahora siempre una cámara fotográfica, por si acaso, pero por ningún motivo desearía repetir la experiencia anterior. Aunque se trate de un simple juego de luces sobre un torbellino de polvo. Luis, algo muy raro está ocurriendo. Antes de ayer, se supo, en calidad de rumor, que tres mineros que laboraban a los pies de la cordillera en la extracción de azufre, fueron encontrados en muy malas condiciones. Uno estaba tan mal que falleció durante su traslado al Hospital de Chuquicamata. Los otros dos estaban completamente enloquecidos. No podían dormir y hablaban todo el tiempo de un ser, repitiendo compulsivamente una extraña palabra. Algo que sonaba como “Sothoth”. Ignoro lo que significa y menos como se escribe. Los médicos lo calificaron de stress post traumático, aunque no pudieron explicar a que se debía el trauma. Están en psiquiatría sometidos a un intenso tratamiento y sedantes. En los minerales como Chuquicamata, es fácil conocer gente o conocer a quien conoce a otra gente. El asunto es que una tarde logré filtrarme al Hospital y visitar a uno de los mineros, al que estaba en mejor estado. Resultó ser un sujeto joven, de menos de treinta años de edad. Para animarlo le expliqué vagamente que a mí también me había ocurrido algo muy extraño. Que había visto algo rarísimo. No me había hecho daño, pero el susto aún no se me pasaba. Te resumo lo que me narró el joven minero. Hace pocos días atrás, recién comenzaba a anochecer, cuando se disponían a merendar y acostarse en las pequeñas cabañas que existen al lado de la mina. Un objeto cilíndrico bajó del cielo a velocidad increíble. Los tres mineros contemplaron atónitos el anormal espectáculo. Uno de ellos mencionó la palabra Ovni. Los otros dos, mudos, observaron que el cilindro, de proporciones gigantescas, emitió de pronto una fosforescencia o un haz de luz, como prefieras llamarlo, hacia el costado en donde ellos se encontraban. Casi de inmediato la luz pareció asumir forma para materializarse en una apariencia descomunal. Un cilindro gaseoso de, a lo menos, unos cien metros de alto. Les aterró percatarse que, entre la grisácea nubosidad que se esparcía por el suelo, se vislumbraban de manera confusa algo que ellos no pudieron sino asociarlo con patas que se movían y comportaban como tentáculos. “Un revoltijo de tentáculos” me narró textualmente el minero. Muy arriba pudieron contemplar un par de ojos descomunales. En la zona inferior de la espantosa formación surgió un sonido atronador que casi les revienta los tímpanos. Lo único que ellos lograron captar fue la palabra Sothoth, que te mencionara. Aquí viene lo interesante, mas allá de lo horroroso del espectáculo en sí, lo que realmente los enloqueció fueron dos cosas. La espantosa sensación de maldad y odio que surgía de aquellos atroces ojos,

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sumado a un olor indescriptible. Lo peor ocurrió después. Algo los atrapó con violencia. Recuerda vagamente haber sido introducido al cilindro, para despertarse horas más tarde tirado en la tierra con una sensación de angustia mortal. Aún le dolía el pecho por la presión ejercida por el ente. Sus dos compañeros yacían como trapos a su lado. El que posteriormente falleciera, estaba pálido como un cadáver. Los médicos informaron después que le faltaban al menos dos litros de sangre. Tanto él como su compañero sobreviviente acusaban un fuerte estado de anemia. Te adelanto que en ningún momento ellos contemplaron a un ser o entidad propiamente tal. Lo que predominaba, como ya te he explicado, era una turbulenta nube gris oscura de forma más o menos cilíndrica, con contornos no muy definidos, como cualquier nube. Lo raro es que parecía bullir con violencia, lo que hacía aún más difícil determinar sus límites. Es decir, era como si la misma nube estuviera viva, lo cual no logra explicarse. Los dos mineros sobrevivientes se están recuperando aunque ambos declararon que no volverán a la mina de azufre ni por todo el oro del mundo. Son oriundos de la zona sur del país y pretenden volver y cambiar de actividad. Para finalizar, te cuento que ayer, al despertar, nos sorprendió encontrar en el patio delantero lo que parecían ser pisadas de niño, a juzgar por el tamaño. Las huellas eran muy extrañas, ya que la forma no era precisamente del zapato de un niño humano. En la noche sentimos algunos ruidos en el patio, pero no les tomamos asunto, ya que es frecuente que se cuelen perros en sus correrías nocturnas. Te envío para tu información fotografías de las huellas y un par de instantáneas que saqué antes de ayer de los extraños objetos en el cielo. Adjunto además, un dibujo de lo que yo vi en el camino. Créeme Luis los demonios realmente existen y están aquí. La verdad es que no sé que hacer. Sería mas práctico comunicarse por teléfono los próximos días, especialmente si puedes confirmarme tu venida y bienvenida visita por estos lares. Cariños Juan Carlos Valdés “Debo reconocer, muy a mi pesar, que esta segunda carta de Juan Carlos me dejó demasiado confundido. Realmente no sabía que pensar. Las tres fotografías y el dibujo que acompañaban la carta eran, por decir lo menos, realmente extrañas. Las fotos mostraban unas huellas pequeñas, como del zapato de un niño de cerca de dos años. La suela había dejado marcas bastante claras de algo semejante a los relieves de adherencia que le ponen a las zapatillas. En la zona del talón se distinguía confusamente una figura, la que bien podía ser tomada por el logo del fabricante. Pero era algo diferente, no sé si un raro símbolo o una figura muy extraña. Juan Carlos había ubicado al lado de las huellas una moneda, para que pudiera formarme una idea del tamaño de las marcas. “El dibujo, por su parte, era realmente sorprendente y estaba muy bien hecho. Si era eso lo que había visto, tenía toda la razón del mundo en haberse aterrado. No podía creer que esto fuera cierto. “Todo me parecía completamente imposible y absurdo. Previo a contestarle y verme forzado a dar mi brazo a torcer, acto que implicaba una terrible renuncia a mi paradigma del mundo, opté por hablar con Inés, mi novia, y proponerle pasar las vacaciones en el Norte. Algunos días en casa de mi primo y otros recorriendo la zona hasta San Pedro de Atacama. Ahí se aclararía todo. “Recuerdo haber sentido muy fugazmente una vaga ansiedad ante la posibilidad de tener que modificar mi acervo mental. ¡Pamplinas!... me sentía muy seguro en este mundo y todo estaba demasiado bien. “Mi experiencia y cultura me impedían aceptar fenómenos terroríficos como parte integrante de la realidad de la vida. Los seres humanos son y han sido los mayores creadores de situaciones de horror. No necesitamos entes sobrenaturales.

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“Para mi sorpresa Inés respondió entusiasmada. Le parecía una idea brillante, y sobre todo, diferente a las repetidas vacaciones en las playas de la zona central del país. Le emocionaba la posibilidad de ir a una parte tan alejada y solitaria, a la que pensaba, jamás tendría la oportunidad de ir. Incluso me sugirió convencer a José que nos acompañara. Así el paseo resultaría muchísimo mas entretenido. “Inés es una persona por esencia conservadora en todos los aspectos, especialmente en el concepto de la vida, la religión y los valores típicos de la familia. Poco dada a las aventuras sexuales de fin de semana. Por eso la califico como una mujer seria y a la antigua. Un espécimen infrecuente en estos tiempos de libertinaje que se estaban imponiendo en el mundo. Es alguien a quien vale la pena conservar, sobre todo para un sujeto tan estructurado como yo. “A José lo conocía hacía años, siempre en el ambiente laboral y en las muy contadas reuniones de solaz que suelen efectuar en algunas oficinas. Trabajaba en el área de mantención de equipos electrónicos, era bastante capaz y siempre me había parecido una persona cuerda, equilibrada y bondadosa. Poco dado a las aventuras extravagantes. “Fue fácil entusiasmarlo y sorprendentemente, esgrimió los mismos argumentos que Inés. Por lo tanto quedamos de emprender el viaje la segunda semana de enero de 1978. Los detalles serían coordinados los días previos a la fecha convenida. “Con estos antecedentes, finalmente llamé a mi primo Juan Carlos comunicándole nuestros planes. Respondió feliz. La soledad emocional suele ser muy deprimente en los minerales y siempre resulta grato reencontrarse, después de tanto tiempo, con las raíces familiares. En esa primera conversación no salieron a relucir en ningún momento las experiencias anómalas mencionadas en las cartas. Sería sabroso tema de conversación cuando nos encontráramos en su casa en Calama. Era lo que pensaba en esos momentos. Finalmente acordamos mantener contacto telefónico todos los viernes en la noche, en las semanas que restaban para de nuestro viaje. “Las tres llamadas telefónicas siguientes, tuvieron el mismo sabor de la primera: alegría y parabienes para uno y otro lado. Sólo una cosa, realmente insólita, alteró estas alegres charlas. Ocurrió entre Navidad y Año Nuevo. En la mitad de la conversación un fuerte ruido de estática interrumpió durante unos cinco segundos la charla. No se si fue producto de las cartas de Juan Carlos, que me tenían bastante sugestionado. Lo concreto: escuché clarísimo un sonido semejante a un ladrido o, mas preciso, una voz no humana aullando, y de eso estoy seguro, “Sothoth niiso...”. El ruido restante, tan intenso, me obligó a apartar el auricular de mi oído. “Quedé atónito. Le hice jurar a Juan Carlos que no se trataba de una broma. Si bien su juramento no habría tenido gran importancia, lo que terminó de convencerme fue la notoria alteración de su voz, y eso no era parte de un montaje. Sonó aterrado. “Ahora bien, ¿quién, cómo y con qué finalidad había efectuado la interferencia? No logré explicármelo. Nada tenía sentido. ......................... (Nota de Ralph Müller: Sothoth niiso = Sothoth viene, en lenguaje enoquiano)

V

(Narración de Juan Carlos) Juan Carlos se sintió realmente inquieto cuando su superior le informó que, en vista de la paralización de las faenas de la mina de azufre y de la increíble actitud del resto de los mineros, los cuales se negaban tozudamente a subir hacia la cordillera, no le quedaba mas remedio que enviarlo a él a cargo de una cuadrilla, para estudiar la manera de reanudar las faenas.

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En razón de la muerte del minero y de la increíble narración de los dos sobrevivientes, los acompañarían algunos soldados armados. No tenían porqué alarmarse, estarían bien protegidos en caso que se tratara de algún animal desconocido culpable de todo el problema. Juan Carlos estuvo a un pelo de narrarle su experiencia en el camino. Estaba seguro que a lo mineros los había atacado algo realmente espeluznante. Sin embargo, corrían tiempos difíciles y el simple instinto de conservación, especialmente de su trabajo, le indujo a guardar silencio. Tres días más tarde, una caravana de seis vehículos partió hacia la cordillera. Juan Carlos, en calidad de encargado de la operación, conducía la primera camioneta. El viaje era de cerca de dos horas. Lo más complicado era la altura en que se encontraba la mina. Llegaron a mediodía y estacionaron los vehículos en la explanada, junto a las cabañas de alojamiento del personal. El grupo descendió de sus transportes y, sin necesidad de esperar orden alguna, se desparramaron por el sector inspeccionando dormitorios, la mina y los alrededores. Reinaba un silencio de muerte. Solo el sonido del viento frío mantenía sus mentes lúcidas y les recordaba la razón por la cual estaban ahí. Nadie pronunciaba palabra. — ¡Que olor mas extraño tiene este sector! — Fue el comentario de uno de los ingenieros—. Incluso se sobrepone al olor a azufre. No había sentido nunca un olor semejante... Juan Carlos se acercó y sintió ganas de salir arrancando. El recuerdo de su encuentro aquella noche llegó de golpe. En ese momento se percató de algo que había olvidado mencionar a su primo Luis. El olor, el fuerte y anormal olor de “aquello”. Le era imposible definirlo, no cabía dentro de los parámetros de bueno o malo, era algo diferente... ¡Era un hedor por completo desconocido! Se sintió desfallecer... ahora comprendía... no era un aroma de este mundo... Sin saber que actitud tomar, decidió finalmente actuar como si nada anómalo estuviera aconteciendo. Impartió instrucciones de fotografiar todo el lugar y reunir los datos necesarios para el informe a gerencia. — ¡Juan Carlos! — Llamó un compañero—. ¡Ven a ver esto! A unos cien metros de las cabañas, un ingeniero le mostraba una enorme mancha de aspecto viscoso. Varios se acercaron corriendo. La mancha de color oscuro grisáceo parecía borbotear levemente emitiendo gases. Ahí, la fetidez era espantosa. —Saquen una muestra para que la analice el laboratorio —ordenó Juan Carlos —apúrense, esta cosa parece peligrosa. Efectivamente, el miasma emitía algún tipo de gas irritante, aparentemente tóxico. Les producía un fuerte ardor en los ojos. Reunieron muestras de la capa superficial de azufre de la mina y del terreno circundante. El interior de las cabañas parecía estar intocado, aunque varios sintieron una turbadora sensación al ingresar a ellas. Poco más tarde, un muchacho notó algo extraño en una parte alejada del sector. El terreno presentaba un anormal hundimiento. —Esto no estaba así antes —exclamó—, solo algo muy pesado pudo producir esta marca... En los entornos de la oquedad se notaban extraños rastros, semejantes a las que dejarían mangueras que se hubieran desplazado y arremolinado en el sector. Alguien comentó que le recordaba las huellas de una serpiente. Ese primer día nadie hizo comentario alguno. Juan Carlos presintió que sus compañeros estaban comenzando a intuir que algo muy anormal les había ocurrido a los mineros.

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Las cabañas no tenían capacidad para todo el grupo. La jefatura de la expedición no tuvo más alternativa que bajar hasta San Pedro de Atacama y dejar algunos trabajadores en las cabañas. Estarían comunicados por radio en todo momento y el personal quedaba, en cualquier caso, con suficientes vehículos. ......... Durante la noche no hubo comunicación con el personal en la mina. Una intensa estática tenía bloqueada por completo la transmisión. Antes de las siete de la mañana, bastante preocupado, el grupo retornó a la mina. Poco antes de llegar las transmisiones se normalizaron. Cinco sujetos, intensamente pálidos, los aguardaban en la puerta de una de las cabañas. El sexto permanecía en el interior, aquejado, según dijeron, de una extrema debilidad. La historia que contaron los jóvenes era increíble. Increíble para todos menos para Juan Carlos. Durante la noche, a pesar de haber definido turnos de vigilancia, todos se habían quedado dormidos, a lo menos durante tres o cuatro horas. No había ninguna explicación. Fue como si los hubiesen anestesiado. Pedro Rojas, alertado por un ruido exterior, fue el primero en despertar. Alrededor de las dos y media de la madrugada, linterna en mano, salió con dificultad a inspeccionar los alrededores. En el momento de proyectar el foco hacia la mina, había contemplado asombrado a un grupo de sujetos pequeños que parecían estar extrayendo azufre. Volvió corriendo a las cabañas a despertar a la fuerza a sus compañeros. — ¡Hay unos sujetos en la mina. Están robando... hay que detenerlos! —les gritó Pedro. Aún medio adormilados, cinco mineros salieron tambaleándose. El gélido aire cordillerano los despabiló por completo. Emprendieron rápida carrera hacia el lugar de la mina. Se asombraron al distinguir seis siluetas en la oscuridad, en evidente extracción masiva de azufre y sin dudar un momento se lanzaron los seis contra los intrusos. Ninguno llevaba arma, solo dos que precavidamente habían recogido un par de tablones gruesos. Lo que siguió fue digno de una opereta. En medio de la oscuridad, apenas alumbrados por la linterna que yacía en el suelo, se inició una trifulca de proporciones. Golpes por ambos lados. Los “ladrones”, que en un comienzo les parecieron hombres muy bajos, demostraron poseer bastante fuerza y agilidad. Con los violentos puñetazos de los rudos mineros, caían a varios metros, incorporándose casi de inmediato. Los ladrones se defendían empleando una rara luz que salía de sus cinturones. El rayo paralizaba momentáneamente al afectado, pero mientras tanto, otro minero le lanzaba una roca de azufre al atacante. Esto pudo haberse definido claramente a favor de los mineros, hasta que ocurrió lo inconcebible. A un costado del grupo, se materializó algo que ninguno se sintió capaz de interpretar. Se trataba de una especie de nube hirviente, oscura, de unos diez metros de alto o más, y bastante gruesa. Pedro, sorprendido, alumbró la nube y esta pareció girar. En ese momento el muchacho recuerda haber sido presa de una intensa sensación de fatiga. Tuvo que sentarse en el suelo. No sabe cuanto duró el fenómeno, al parecer varios minutos. Cuando recuperó el control, sus cinco compañeros yacían en el suelo como muertos. Intentó despertarlos, pero fue imposible, parecían estar drogados. Los arrastró como pudo hasta las cabañas. Agotado se tiró a un camastro y no supo mas de sí. Hasta aquí un breve resumen de lo obtenido por Juan Carlos de los muchachos. Pero había que hacer algo, se necesitaba el azufre urgentemente. Los stocks se estaban agotando. Juan Carlos tomó una decisión: se laboraría solo en horas de luz y los trabajadores bajarían todos los días hasta San Pedro en donde pernoctarían. Al menos, mientras durara el extraño fenómeno. Era una solución de emergencia y así lo comunicaría a la Gerencia. En el momento de retirarse del lugar, les pareció observar a un animal desconocido corriendo a lo lejos. Semejaba un avestruz, pero, interpretando las distancias, era evidente que medía al menos el doble.

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Lo fotografiaron. Después de una velocísima carrera el animal extendió unas enormes alas y emprendió el vuelo alejándose. Las alas le recordaron a Juan Carlos las de un murciélago. Eran membranosas. Fue el único que comprendió que era parte integrante del mismo fenómeno. Tembloroso y a punto de vomitar solicitó a su compañero que por favor manejara el vehículo. Adujo un fuerte malestar de estómago. Lo cual era parcialmente cierto. ¿Que demonios estaba ocurriendo?....

Historia narrada por Ralph Müller, a partir de toda la información obtenida.

III. Preparativos de vacaciones I

Viernes 6 de enero de 1978. Luis salió esa tarde un poco más temprano. Pequeña libertad necesaria para acomodar su espíritu a los días venideros. Debía comenzar a desconectarse mentalmente de la oficina. Después de todo ¿De que otra cosa se trataban, al fin de cuentas las vacaciones? Era el viernes 6 de Enero de 1978. El proyecto definitivo y bastante meditado, era viajar hacia el norte con su novia Inés, ojalá hasta San Pedro de Atacama. El fin último de esta larga gira era conocer, empaparse y sumergirse en la soledad de ese territorio en el cual la vida no había logrado abrirse paso. Contemplar el infinito en uno de los cielos mas transparentes del mundo. Sentir, aunque fuera solo una vez en la vida, nuestra pequeñez existencial en toda su intensidad. Se les unió Laura Cortés, actual pareja de José. Esto hacía necesario viajar en dos automóviles; para Luis fue una magnífica noticia. Solo en ese momento se le confirmaron sus sospechas: la relación de José con Laura Cortés era algo más que una simple amistad. De ir, pensaba ir con ella. Un viaje en dos vehículos era una garantía de seguridad, considerando la distancia hasta el objetivo final a más de 1.700 kilómetros. La mitad es un desierto, el yermo mas árido del planeta (menos de 25 mm. anuales). Estos viajes tan largos, en caminos de regular calidad, solitarios, con muy pocos sitios a los cuales recurrir en caso de problemas y a pesar de lo excitantes que pudieran ser para un santiaguino, no dejaban de inquietarlo. Nunca se sabía. Le pareció perfectamente lógico. A Laura la había visto en una ocasión, como amiga de José, asistiendo a una pequeña fiesta en su departamento. Habían hecho muy buenas juntas con Inés, a pesar de ser tan diferentes. Laura parecía tener una extraña propiedad, a la que Luis denominó “camaleónica”; se ajustaba y mimetizaba con cualquier ambiente. Carecía por completo de capacidad de enfrentamiento. No discutía con nadie de nada y rehuía hábilmente cualquier confrontación. Esa cualidad la hacía simpática a quien recién la conociera y resultaba ser la invitada perfecta para una reunión. Súmesele a eso el “plus” de un notable atractivo físico; era una mujer de curvas espectaculares, piel blanquísima, y un pelo negro tupido que contrastaba fuertemente con su tez. Sus ojos claros, un tanto alargados, poseían una rara capacidad hipnótica, capaz de dejar mudo al más osado de los pretendientes. En cierto modo se la podía definir como poseedora de una belleza diabólica. Intensa, pero terriblemente perturbadora. No lograba definir si sería capaz de excitarlo o de aterrarlo. Quizás debido precisamente a esa característica mimética no hizo la menor averiguación respecto a ella. Hacía sentir cómo si se la conociera desde siempre. Era secretaria e ignoraba desde cuánto tiempo y adonde laboraba. José la había contactado por casualidad en un estacionamiento. Según contó después, ella tenía dificultades para echar a andar su vehículo y él la había ayudado. Eso era todo. Luis no entendió porqué no le preguntó a José que diablos hacía en ese estacionamiento, en circunstancias que él se iba siempre a la oficina en Metro.

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V

Finalmente el viaje quedó proyectado para el lunes nueve de enero. Pensaban alojarse en hoteles, después en casa de Juan Carlos, y, finalmente, dormir en el desierto bajo la luz de las estrellas. La visión era fabulosa, les habían comentado, las estrellas tapizaban el cielo hasta el horizonte. Valía la pena verlo, aunque fuese por una vez en la vida. Un concienzudo estudio de los mapas camineros les permitió estimar la duración del viaje. El trayecto podía hacerse en tres días. Si salían temprano podían llegar a dormir en Copiapó a ochocientos kilómetros de la capital, el segundo día, otros ochocientos kilómetros cruzando el desierto de Atacama hasta Calama y, esta era la parte ingrata del viaje, el tramo Chañaral – Antofagasta, de más de cuatrocientos kilómetros, era en medio de la desolación y la soledad mas absoluta. El tramo siguiente, Antofagasta – Calama de doscientos cuarenta kilómetros, contaba al menos con el movimiento propio de los vehículos asociados al mineral de Chuquicamata. El último trecho, hasta San Pedro de ciento cuatro kilómetros lo harían en la mañana del miércoles once de enero. Es interesante observar a la distancia los proyectos de los seres humanos. Existe un dicho muy sabio que reza “si quieres ver sonreír a Dios, cuéntale de tus planes”. El sábado se levantó tarde, casi a mediodía. El trabajo de la semana, intenso hasta el último minuto le pesaba. La primera actividad de ese día fue el Supermercado. Lista de compras en mano partió a cumplir esa parte de los preparativos que le correspondían. Inés y José Álvarez se encargarían del resto. Hasta aquí todo trascurrió en la mas completa normalidad. La diferencia recién comenzó a perfilarse cuando, cargando las bolsas de vuelta a su automóvil, no pudo dejar de observar los titulares de los diarios en el kiosco a la salida del Local: “Espectacular avistamiento Ovni en el norte”. Perturbado, olvidó por unos instantes la razón por la cual se encontraba allí. Llevado por un impulso que reconoció propio de un neurótico, se detuvo en el kiosco. La vaga sensación de ansiedad afloró nuevamente. Algo lo descomponía en todo este cuento. — Esto es absurdo... —le comentó al dependiente, conocido desde hacía años. — ¿Ud. no cree en los ovnis, don Luis? —Algo puede haberse formado en el cielo, pero en ningún caso en el sentido que le dan estos periodistas... naves extraterrestres o qué se yo... son fenómenos naturales. —Mi hermano, don Luis, tuvo un encuentro bastante extraño en el sur, cerca de Villarrica, con un objeto rarísimo que lo siguió durante kilómetros. Por más que aceleró el auto, la cosa parecía estar pegada en el cielo. Pasaron un buen susto. Por suerte no pasó nada malo... lo único raro fue que al llegar a la casa en que estaban alojados...la casa de unos parientes... se habían atrasado como tres horas. Nadie entendió nada —fue el curioso comentario del dependiente. — En verdad, no puedo saberlo... todo tiene su explicación... sería necesario investigar el caso en detalle. De cualquier manera... ver para creer... hasta luego don Manuel. Ojalá pueda ver algo en estas vacaciones. Luis no conocía la sabiduría de esa recomendación, “cuidado con lo que pides, porque te puede ser concedido” …………………………..

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(Primer extracto redactado a partir de los apuntes de Inés Alcántara) Domingo 8 de enero de 1978 Inés se levantó temprano ese domingo. Por ningún motivo se perdía la misa de diez de su parroquia. Lo que en algún momento había sido una tradición familiar, con el tiempo se había transformado en una profunda necesidad espiritual. No estaba segura que todas las enseñanzas de la Iglesia Católica Romana fueran reales o solo correspondieran a viejas tradiciones deformadas por el paso de los siglos y los intereses de los hombres. No obstante, en tanto no encontrara otra escuela de pensamiento que le trajera más paz, prefería mantenerse en su querido cristianismo. Era una cuestión de inexplicable y poderoso instinto emocional. Se miró al espejo y contempló su rostro. A los veintisiete años de edad la tersura de su piel aceitunada, sus enormes ojos marrones y la armonía de sus facciones delataban una hermosa mujer, y ella lo sabía. Su trabajo en una empresa bancaria como ingeniero en informática, la habían permitido conocer, en uno de los tantos Simposios a los que son tan aficionados los trabajadores de este rubro, a Luis, un atractivo colega. La relación había sido promisoria desde un comienzo. Se sentía enamorada. Solo un aspecto de la personalidad de Luis la perturbaba; su profundo escepticismo ante el gran misterio que es la vida. No entendía como podía dar por sentado aspectos de la existencia que eran absolutamente asombrosos e inexplicables. Sin embargo ella lo comprendía y lo aceptaba. Conocía sus orígenes familiares y la formación atea en la cual su padre lo había educado. Un racionalismo francés llevado a extremo. A pesar de eso, esperaba un milagro. Algo, un acontecimiento capaz de cambiar la visión cerrada de Luis ante la vida. A mediodía se dirigió al Supermercado a completar los encargos de Luis, acordados para el viaje del día siguiente. Al ingresar al local no pudo evitar contemplar los titulares de la prensa, exhibidos en el puesto a la entrada. Extraños avistamientos en los cielos de las Regiones del Norte del país se habían producido los últimos días. Cientos de testimonios y varias fotografías respaldaban el fenómeno. En circunstancias normales habría sido una simple curiosidad noticiosa, pero en esta ocasión la perturbó desagradablemente. Las observaciones estaban centradas en la zona a la cual pensaban dirigirse. — ¡Inés Alcántara! Vaya casualidad —reconoció de inmediato la voz a su espalda. — ¡Laura! Tú también hija mía… —Supongo que estamos en lo mismo… las compras para mañana ¿No?... —Sí, espero terminar todo temprano para no andar a última hora corriendo y con olvidos… ¿Y tú que cuentas? ¿Cómo anda la relación con José? —Bastante bien. Recuerda que lo nuestro es solo “casual”. No estamos comprometidos ni nada parecido. Sólo somos amigos con algunas ventajas —se rió a carcajadas. Se veía notablemente hermosa. Sus extraños ojos verdes almendrados y enormes produjeron en Inés una rara incomodidad. Había en ella algo indefiniblemente no humano. Era muy sutil, imperceptible para un alma burda y carnal. Inés era un espíritu fino y delicado hasta el extremo. Quizás su exacerbada sensibilidad pudiese captar aspectos de la existencia imperceptibles para el común de los mortales. Laura Cortés vivía sola, sin compromisos ni complicaciones familiares. A Inés se le antojaba una mujer demasiado liberal, aún para los parámetros de aquella época. Su lista de conquistas, según ella, era extensa, lo cual, en vez de avergonzarla, parecía llenarla de orgullo. Sus inquietudes espirituales o trascendentes eran simplemente nulas. Vivía cada día a fondo. El futuro no le preocupaba ni interesaba en lo más mínimo. Era feliz.

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Coordinaron sus compras adecuadamente, había sido una magnífica coincidencia el haberse encontrado. Se dirigían a sus automóviles cuando se percataron de un sujeto rubio, muy alto, con aspecto nórdico, apoyado en el vehículo de Laura. — ¡Qué tipo mas estupendo! —exclamó Laura—. Me encantaría hacerle una llave de piernas… supongo que me estará esperando— terminó riéndose. —Con permiso joven. ¿Me permite guardar las bolsas en mi auto?—. Laura miró los ojos claros del sujeto sin poder evitar una sonrisa de coquetería. En ella era superior a su capacidad de disimulo. El individuo, con una leve sonrisa, se apartó del vehículo mirándola con atención. —Usted disculpe —su acento era claramente extranjero—. Preparándose para las vacaciones ¿verdad? Y, ¿adonde se dirigen?… si no es indiscreta la pregunta —dijo sin apartar la atención de Laura. —Para nada… partimos al Norte, esperamos llegar hasta San Pedro de Atacama. Alguna vez en la vida creemos que vale la pena llegar a esas soledades… ¿No lo cree Usted? —Es verdad. Debo confesarles algo —el atractivo sujeto se puso repentinamente serio—. La verdad es... las estaba esperando… — ¿A nosotras…? —Inés preguntó asombrada, ¿qué estaba ocurriendo? — ¿Quien es usted, señor? ¿Nos conoce?—. Ella, completamente diferente a Laura, estaba perturbada por la presencia de aquel sujeto. Presentía algo muy raro. En ningún momento se le ocurrió coquetearle. —Es complicado de explicar. Sobre todo el cómo puedo saber que pretenden dirigirse al Norte. No son las únicas personas con las cuales me he contactado estos últimos días. Bueno, voy al punto… en su viaje al Norte, por favor… escúchenme bien… por favor, no viajen de noche. — ¿Es por el toque de queda? —preguntó Laura —No, no es por eso. Es muy peligroso —sacó el periódico de su bolsillo y les mostró la noticia que había perturbado a Inés. — ¿Por eso? —Laura rió a carcajadas—. Son solo tonteras… ¿Qué tienen que ver esas cosas con nosotros? —Sólo cumplo con advertirles. Es demasiado peligroso, repito, circulen solo de día y si por casualidad ven uno de esos objetos, refúgiense en el primer poblado que encuentren. Por ningún motivo se queden observándolo —se despidió cortésmente y con paso rápido se alejó. Ambas quedaron de un palmo. —Cuando le cuente a José le va a dar un ataque de risa —fue el comentario final de Laura. Inés, conociendo la personalidad de Luis, pensaba narrarle la extraña experiencia de la manera más objetiva posible. Era demasiado atípico. Primera vez en su vida que veía de cerca a un sujeto claramente nórdico y, además, con tan rara y amenazadora advertencia. El sujeto no estaba loco ni nada semejante, parecía completamente lúcido y había sido demasiado cortés. Esa tarde, como todos los domingos, la pasaría acompañada de Luis, ahí le contaría acerca de aquel encuentro. Quizás si fuera bueno hacerle caso. El problema era el escepticismo de Luis… Algo perturbada, en la noche recitó con más fervor sus oraciones pidiéndole a Dios ayuda e iluminación. Se durmió bastante preocupada. ………………………….

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IV. El viaje de vacaciones Lunes 9 de enero de 1978

I De acuerdo a lo convenido, el lunes nueve de enero a las ocho de la mañana, se encontraron con José y Laura en el Servicentro, para cargar combustible y efectuar las últimas revisiones de rutina para dos automóviles, prestos a comenzar un larguísimo viaje. Luis recuerda con nostalgia lo festivo del ambiente. Llevaba un ejemplar del periódico con la noticia de los avistamientos, primicia repetida el domingo con más detalle. Incluso una borrosa fotografía mostraba una extraña formación en el cielo del desierto de Atacama. El grupo acordó los sitios de detención durante el trayecto. Los Vilos, La Serena para almorzar y Copiapó, la primera parada en donde buscarían donde pernoctar. Durante todo el viaje, los automóviles no debían perderse de vista por ningún motivo. En caso que el primer vehículo notara que el segundo se había retrasado demasiado, debía detenerse en la berma hasta que éste apareciera. Si transcurrido un tiempo prudente, esto no ocurría, debía devolverse. Era de suponer que algo le había acontecido. Era un tranquilizador acuerdo para los dos, por ningún motivo debían separarse. — ¿Todo listo muchachos? —preguntó Luis entusiasmado. —Todo en orden... por lo tanto... ¡adelante los expedicionarios! —respondió José—. Lo único que tengo claro es que cuando lleguemos vamos a necesitar un lápiz de carbón. — ¿Para qué...? —preguntó ingenuamente Inés. —Para dibujarnos la línea del culo. Sin duda se nos va a borrar con tanto viaje —replicó muy serio José. Risas generales. Fue la última manifestación de alegría “normal” de los cuatro amigos en Santiago. Cuando volvieran ya no serían los mismos... A las ocho y media, Inés y Luis en el primer automóvil y José con Laura en el segundo. El calor del verano, desagradable en la ruta cinco, aún no se manifestada con intensidad. En aquellos vehículos sin aire acondicionado, su interior podía llegar a convertirse en una verdadera tortura. En Chile no eran tiempos de automóviles con ese tipo de lujos, solo para millonarios. Artesanales cortinas confeccionadas por Inés, se ubicaban en los vidrios laterales, en un intento por bloquear el intenso sol cuando éste estaba en ángulo justo para dar de lleno al pasajero sentado en ese lado. Era el único lujo permitido, el dinero deseaban gastarlo en comidas, hoteles, combustible y diversiones. Los primeros doscientos cuarenta kilómetros hasta Los Vilos trascurrieron sin problemas, lo cual no dejaba de ser un pequeño logro en una ruta cinco desgastada, con bastante tráfico de camiones y con el control policial propio de la dictadura militar que mandaba en Chile, peligrosa y paranoica. A esto súmesele lo principal: Un camino de una simple vía, con una pista para cada lado, lo que hacía del adelantamiento de camiones una verdadera ruleta rusa. Para el conductor, una tortura. Inés era una compañía sumamente tranquilizadora, tanto por su temperamento relajado como por lo lúcido y simple de su pensamiento. Contrariamente a lo habitual en estos viajes, ella decidió viajar con polleras y no con los tradicionales pantalones vaqueros. —Son muy tiesos e incómodos —había explicado—. Con la pollera amplia me puedo ventilar cuanto desee —aseguró riéndose, al tanto que la levantaba mostrando sus bien torneados y provocativos muslos. — ¡Uyuyuy! — Fue todo lo que pudo comentar Luis mientras la contemplaba de reojo—. Mi amor, por favor, no abuse de este pobre e impedido hombrecillo.

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—Cuando lleguemos a un hotel podrás observarlos con más detalle —comentó ella, mirándole con ternura. —Dios la oiga, mi amor y los demonios no nos vean. —Si es verdad que esas cosas raras están en los cielos del norte, habrá que rogar que “desde cielo no nos vean”, tal y como nos advirtiera el gringo en el supermercado —respondió dubitativa. —En verdad, Inés ¿Tú crees realmente que seres de otros mundos nos están vigilando y son peligrosos? —Creo como la mayoría de las personas... es decir, no sé que pensar. No veo porqué vamos a ser los únicos en un Universo tan monstruosamente grande... sería un despilfarro espantoso. —Pero las distancias son enormes... de años luz, y la velocidad de la luz no se puede sobrepasar, según la teoría de la Relatividad. —Mira querido, siempre las culturas creen que sus conocimientos son lo máximo. En el siglo XIX se pensaba que todo lo que se podía inventar estaba inventado... y tú ves que... para nada. ¿Quién no te dice que el día de mañana la famosa teoría no será reemplazada por otra más completa? Te diré una cosa, siempre he desconfiado de las teorías absolutas, como es el caso de la doctrina marxista. Siempre, siempre se demuestra al final que contenían algún error... no veo porqué Einstein ha de ser elevado a la categoría del genio máximo y definitivo que puede producir la especie humana... — ¿Pero, porqué tu piensas que la doctrina marxista está equivocada? — Muy simple... por la naturaleza humana. No puedes obligar a los hombres a ser generosos, al menos en este nivel de evolución... salvo que los sometas a un lavado mental que les quite algunos de sus atributos humanos negativos... tales como el egoísmo y el miedo —contestó tranquilamente—.El problema es que cuando se elimina lo negativo del ser humano, también suele eliminarse lo bueno, lo que lo hace humano... — ¿Es decir, tú no confías en los seres humanos? — Desde luego no se puede generalizar. Existen seres humanos magníficos, pero son la excepción. Los llamamos santos, en el catolicismo. El vulgo es un ente de pésima calidad y cuando puede embromarte lo hace. De lo contrario este mundo sería mucho mejor... y el mundo, tal como está es... es una mierda —su respuesta tenía un leve dejo de angustia—, y eso lo hace extrapolable a los posibles seres de otros planetas que eventualmente pudieran visitarnos... ¿No veo por qué van a ser mejores? — Es verdad —la miró sonriendo al momento que acariciaba suavemente su muslo —pero, a pesar de todo, capto que aún hay cosas por las cuales vale la pena vivir. Se rió de buena gana. En ese instante se acercaban al primer servicentro de Los Vilos. Se detuvieron a cargar combustible. El suave olor de café express del restaurante los indujo a sacrificar unos minutos de viaje en ese relajo. Total, se suponía que estaban de vacaciones.

II Las casi cuatro horas de viaje tenso y caluroso ameritaban un pequeño interludio. Sabían por informaciones que, pasado La Serena el tráfico disminuía notoriamente y después de Chañaral, en pleno desierto, era casi inexistente. El único límite de velocidad era el que imponía la Ley, es decir cien kilómetros por hora más el estado de la carretera. El viento también solía jugar una mala pasada, los golpes laterales podían sacar fácilmente a un auto liviano de la angosta faja de asfalto.

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Esto último, la carretera y su entorno, eran lo más peligroso. No era raro encontrar vehículos volcados y destrozados de manera terrible. Seguramente una pérdida de control por exceso de velocidad o un pinchazo de rueda. Lo que fuera, el resultado eran muertos o heridos graves y la ayuda, si llegaba, era por milagro. Normalmente eran camioneros quienes auxiliaban y daban aviso a la policía. En cualquier caso, todo era cuestión de horas, y esto solía ser fatal. Las distancias eran muy grandes. Durante el breve descanso en el Servicentro, obsesionado con la noticia del periódico, Luis no pudo evitar derivar la conversación hacia el tema que le fascinaba, negativamente, pero le fascinaba. — ¿Qué opinan ustedes de esta noticia? —comentó mostrando el periódico. — Nada de raro, el fenómeno es muy antiguo. Aunque hasta ahora nadie ha podido dilucidarlo plenamente. Se rumorea que las potencias, tales como Rusia y Estados Unidos saben mucho del tema y lo mantienen oculto. Probablemente para no provocar pánico en el mundo —fue la respuesta de José. — Pero, dime, ¿Has tenido tú alguna experiencia personal, convincente? ¿Y tú Laura? — Una vez vi, en el sur, algo extraño en el cielo. No era avión ni nube, su movimiento era errático y se alejó a una velocidad increíble hacia el océano. El resto son cosas que he leído... — Yo también vi algo extraño una vez, semejante a lo de José, además, también he leído bastante. Nadie sabe realmente lo que está ocurriendo. Pueden ser naves de otro mundo investigando el planeta. Es obvio que no desean tomar contacto, sino ya lo habrían hecho —intervino Laura—. Aunque hay casos extremos, como el matrimonio Hill en los Estados Unidos. Dicen haber sido raptados por unos seres extraños que les efectuaron exámenes físicos... — ¿Pero tu crees eso? ¿No te parece más probable que improvisaran una mentira y ésta se les escapara de las manos? — ¿Quién puede saberlo, Luis....? Escucha, ahora vamos en viaje precisamente a la zona de los avistamientos. ¿Quién te dice que no nos vamos a llevar una sorpresa y que todas nuestras dudas sean respondidas? — Ojala que no. Ojalá que desde el cielo no nos vean —fue el comentario final de Inés. Luis y José salieron a fumar un cigarro, aprovechando el interludio. Las mujeres se habían dirigido a los baños. — Hay momentos en que todo este viaje me da mala espina —comentó José al momento de aspirar una bocanada —. No sé porqué, se ve tan hermoso el mar desde aquí... cuesta pensar la existencia de amenazas inconcebibles. —Tú sabes... soy escéptico por naturaleza. No creo ni puedo creer que tal cosa realmente exista. Se sabría. Es imposible mantener en la oscuridad algo de esa magnitud... —Quiero creer lo mismo que tú, Lucho, pero, te contaré, hace pocos días, conversando con un tío muy aficionado a lo paranormal, en lo que él incluye el fenómeno ovni, me narró varias cosas muy perturbadoras.

— ¿Cómo que...?

— Para empezar, el fenómeno viene por oleadas. No está siempre presente, es inesperado. Además me insistió en que los gobiernos de las grandes potencias, incluso el Vaticano, saben mucho de eso, pero por temor no lo difunden. No saben si podrán mantener siempre en esa actitud. Al parecer confían en que nunca pase nada realmente grave. — Me cuesta creerlo, en verdad ¿Cómo van a poder mantener un secreto de tal magnitud?

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— Se dice que silencian a quienes saben demasiado o pretenden difundirlo —respondió seriamente José—. Han muerto muchas personas involucradas con este tema. — En realidad, no sé que decir. Me falta información, Pepe. — ¿Tendrán alma esos seres? —se preguntó José, en voz alta. — Es una muy buena pregunta... ¿Estarán pagando el pecado original? ... El Universo no puede estar vacío. Va contra toda lógica. Eso si lo creo —respondió Luis, rascándose la cabeza. Inés y Laura volvieron riéndose, se veían alegres y animosas. La actitud de las mujeres reanimó por completo a los dos hombres. Total, nada ganaban con preocuparse por un fenómeno misterioso, elusivo y que escapaba por completo de su capacidad de control. .................... En el segundo tramo hacia el norte, un poco más solitario, en una carretera plena de curvas y subidas, comenzaba a notarse menos la vegetación. En tres horas llegaron a La Serena. El promedio de velocidad había subido notoriamente. Tras un breve refrigerio en un Ruta Centro, continuaron urgidos por llegar cuanto antes al programado destino, Copiapó. El tramo hasta Vallenar, a ciento noventa kilómetros, los obligaba a pasar por dos cuestas: Pajonales y Buenos Aires. Lo normal era encontrar camiones en ese tramo, lo que, aunado a la casi segura oscuridad que ya comenzaba a cernirse, hacían bastante riesgoso el trayecto. Ambos hombres confiaban en su buen manejo y en encontrar un camino más o menos despejado. El toque de queda y la oscuridad nocturna serían sus mejores aliados. Luis había tenido la precaución de conseguir un salvoconducto con un militar amigo. El control nocturno mayor se centraba en las ciudades. El problema era la certeza matemática que la noche cerrada los atraparía antes de llegar a Vallenar. Inés se lo advirtió a Luis, pero este respondió lo que ya era habitual en él. — Insistes en creer todo lo que publican los diarios. Mira, mi amor, no va a ocurrir absolutamente nada. Te lo puedo apostar—. Eso creyó, pensando para sus adentros, aunque, debió reconocerlo, ya no estaba tan seguro de nada. — Dios te oiga —fue lo único que atinó a decir Inés. Se persignó y suavemente rezó un Padre Nuestro. Pensaba en la advertencia del sujeto que había conocido en el Supermercado.

III Fue en una de éstas cuestas cuando notaron algo extraño por primera vez. Era inevitable el encuentro con camiones muy cargados ascendiendo lentamente la carretera y también era inevitable tratar de adelantarlos, solían ir a no a mas de 20 Km. por hora en las subidas. No podían más. Les llamó la atención, a lo lejos, un automóvil detenido en la berma de una curva; ya estaba bastante oscuro. Iban lentamente detrás de un camión con acoplado, esperando llegar a un sitio con visibilidad necesaria para sobrepasarlo. Precisamente dejando la curva, cuando el camión finalmente iba a permitir el adelantamiento, éste pareció querer detenerse y centrarse más aún en la ruta, cerrando por completo el paso. Algo ocurría con el automóvil estacionado en la berma. Optaron por detenerse completamente. — Debe haber ocurrido un accidente —comentó Luis bajándose. José lo siguió. — ¿Qué ocurre Luis? — No sé, veamos...

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Al acercarse a la cabina del camión observaron que estaba vacía. El chofer, al costado del camino, se veía inclinado acompañando a una mujer sentada en el suelo, sin duda del automóvil y conversando agitadamente. — ¿Qué ocurre... pasó algo... un accidente....? La mujer tenía el rostro mojado con lágrimas. No podía hablar, parecía en estado de shock. El conductor del camión, sin saber cómo actuar, finalmente sacó la voz. — Algo extraño, señores. El esposo de la señora se detuvo un instante, parece que no aguantaba las ganas de orinar... caminó hasta detrás de esa loma... y desapareció... — ¿Pero cómo?... —Luis permaneció estupefacto. José igualmente sorprendido, corrió a buscar su linterna y se dirigió a la zona indicada, a unos diez metros de allí. Estaba casi encima de la carretera, saltó hacia el otro lado y llamó. — Mira —le dijo —en estos parajes no camina nunca nadie... se ven claramente huellas de zapatos y... mira ahí... está la marca de la orina—. Una mancha de lo que en algún momento debió ser una pequeña poza estaba seca. La aridez del sector había absorbido rápidamente el líquido. Algunas gotas de marca de orina se alejaban casi un metro de la poza principal, como si el sujeto hubiera caminado orinando todavía. — ¡Que extraño! Aquí no hay para donde ir. Además se puede ver a kilómetros a la redonda... no hay árboles... solo matorrales raquíticos... ¿No se habrá caído a un hoyo?...Algún pique minero abandonado... ¿Notas un olor muy raro, Luis? No lo había sentido nunca... Como si el destino deseara responder de inmediato, José, alumbrando alrededor, encontró un zapato casi nuevo y una linterna con las pilas medio agotadas entre dos piedras. — ¿Este zapato y la linterna eran de él? —preguntó, añorando una respuesta negativa. — Si... eran de él —respondió la señora. — Pero, entonces, ¿Qué ocurrió realmente? — Cuando mi esposo subió la loma para ir al otro lado, gritó algo... una luz roja muy fuerte detrás de unos cerritos. Dijo que parecían un incendio —aseguró la mujer. — ¿Hace cuanto ocurrió esto? — Recién, señor, poco antes de parar yo vi el reloj y eran cerca de las seis —se detuvo desconcertada unos momentos—. Estaba apenas oscureciendo. — Señora, son casi las ocho de la noche. No puede haber estado dos horas sentada en el suelo y recién darse cuenta que su marido no estaba—. Su voz debe haber sonado casi como una amonestación. — Señora, discúlpeme —intervino José—, ¿no notó nada extraño antes que se detuvieran? — No sé que decir, una luz arriba del auto nos alumbró con un foco... nosotros creímos que eran lo militares, pero no tenía ruido de helicóptero... no, no eran los militares... no sé que era... después paramos para que mi marido fuera a orinar y... no sé mas. Se retiraron a prudente distancia a dialogar, las mujeres ya se habían acercado. — ¿Qué podemos hacer, Luis?

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— No se me ocurre otra cosa que llegar a Vallenar, informar a la Policía y dejar a ellos encargarse de esto. Finalmente resolvieron partir todos a Vallenar, el vehículo de la mujer lo manejaría Inés acompañada por Laura. Cada uno de los hombres conduciría su propio automóvil, ahora la caravana sería de tres coches y el camionero continuaría en su lento recorrido. 1 A pesar de la hora, Luis había perdido por completo el apetito. Una leve angustia comenzaba a molestarme nuevamente. Tan pronto llegaran le pediría a Inés un Valium...

IV El asunto les tomó más de lo esperado. La policía en régimen totalitario es particularmente desagradable, el trato pésimo, la suspicacia total. Hubo un momento en que pensaron que las vacaciones se habían ido al diablo y tendrían que permanecer en Vallenar hasta que el comisario lo determinara. O sea, cuando estuviera de humor. Gracias al cielo, la mujer se había recuperado del shock y le aclaró a todo el mundo que solo habían parado para ayudarla y ellos, junto con el camionero, quien finalmente apareció, eran “los buenos” y no sabía quienes eran “los malos”. Muchos años después llegó a comprender Luis el porqué de la suspicacia del policía. No lo podía saber en esos momentos. La dictadura chilena, al igual que la Argentina, se especializaba en hacer desaparecer gente. Eran “los malos”, y el policía lo sabía, de ahí su sospecha en algún raro “complot comunista” por parte del grupo. El oficial no era tonto y después de la llegada del camionero comprendió que algo muy anormal estaba ocurriendo y que el grupo no tenía nada que ver. Finalmente los dejó ir, previo registro de todos los antecedentes. Luis entregó sus datos a la mujer y le encareció que, por favor, le informara del desenlace de todo el asunto. La parada en Vallenar los demoró muchísimo más de lo proyectado y planificado por el grupo. — ¿Qué crees tú que le pasó a ese señor? —preguntó Inés, mientras se dirigían a Copiapó. Un camino, casi recto une ambas ciudades, se desliza en medio de los últimos tramos en donde aún puede verse alguna vegetación. Mínima, pero vegetación, al fin. En esta zona ocurre un fenómeno curioso. En las raras ocasiones cuando llueve, el desierto florece bruscamente. Las semillas pueden aguardar años por algo de agua. El espectáculo es sorprendente. — La verdad... no me lo imagino. No creo que estuviera tratando de arrancar de su esposa —le respondió sonriendo. — ¿Para dónde va a arrancar en ese peladero...? —contestó Inés muy seria — Lo estoy diciendo en broma, cariño. No me lo puedo imaginar. Lo único lógico es que se haya caído al pique de una mina abandonada... aunque no se veía ninguna. Es muy extraño... — Y si tú le agregas lo de las luces. La mujer dice que los siguieron... —notó la voz de Inés bastante perturbada—. Realmente es como si lo hubiera raptado un ovni. — Aún me resisto a creer que algo así pueda estar ocurriendo. ¿Cómo los gobiernos no van a hacer nada? ¿Por qué no informan a la población?... no puedo creerlo. — Luchito, es una lástima que no te hayas interiorizado más del tema. El ocultamiento y la desinformación son la norma en todo este fenómeno. Al parecer los gobiernos se han puesto de acuerdo de

1 Fenómeno típico de abducción reportado cientos de veces en todo el planeta

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ocultar todo este asunto. Parece que hay temor, mucho temor. Terror de lo que el conocimiento pueda provocar en la población y lo peor, es que no pueden hacer nada... — Sí, es verdad. La percepción de la vida cambiaría por completo —fue su último comentario. A unos ciento cuarenta y cinco kilómetros al norte de Vallenar, los esperaba la ciudad de Copiapó. Llegaron cerca de las doce de la noche y recién lograron dormirse a las dos de la mañana. De seguro la pasada del tramo Chañaral – Antofagasta (cuatrocientos kilómetros) iba a acontecer de noche. Estaban comenzando a preocuparse seriamente. No era lo programado; al día siguiente, es decir el martes diez de enero, harían un esfuerzo por levantarse lo más temprano posible y partir. Martes 10 de enero de 1978

V El cansancio del primer día de viaje, sumado a todo el incidente del pobre hombre desaparecido y la tensión con la policía pudieron más. Ninguno despertó antes de las nueve de la mañana. Casi arrastrándose se asearon, vistieron y buscaron donde desayunar. En todo el trámite demoraron cerca de dos horas. Recién a las once tomaron la ruta que conduce hasta Caldera, el puerto y balneario de Copiapó a setenta y cinco kilómetros de ésta. Este camino, casi diagonal hacia el Oeste, es decir hacia la costa, se desliza en el primer valle transversal de Chile. Antes de partir, Luis llamó por teléfono a Juan Carlos a su oficina. Deseaba informarle que estaban a mitad de camino y fuera preparando su ánimo y los aperitivos. Por desgracia no se encontraba en su escritorio y le respondió su ayudante o secretario. - Anda en el interior. Fue con un grupo a investigar en la mina de azufre... después de lo ocurrido con los mineros nos estamos quedando sin azufre para la Planta de Acido Sulfúrico y como usted debe saber es imprescindible para la Refinería Electrolítica... Resumiendo. Ningún minero se atrevía a subir a la zona del incidente y sin azufre no habría ácido, ni producción de cátodos de cobre. Un desastre. Finalmente la Gerencia había optado por mandar a un grupo de supervisores para investigar lo acontecido en ese sector. Los mineros son, por lo general, bastante supersticiosos, sus historias de encuentro con ánimas en pena y con el diablo eran frecuentes. De no contar con una solución rápida, sería necesario cancelar el contratista y enviar personal propio de Chuquicamata a laborar a la mina. Desde luego no serían tres mineros sino un grupo grande, probablemente apoyado por contingente del ejército. El problema debía resolverse a la brevedad. .................... Después de tantas horas de calor y desierto, la maravillosa vista del mar fue demasiado para ellos. Decidieron dar al traste con el pulcro y estudiado itinerario y aprovechar las tibias aguas de Bahía Inglesa en un intento por relajarse un poco. Fue allí en donde vivieron la segunda experiencia anómala. Ocurrió en el momento en que los cuatro chapoteaban alegremente entre las olas. — Oye José ¿Estás viendo lo mismo que yo?—. Una extraña línea oscura relativamente gruesa, inclinada unos veinte grados, se destacaba con nitidez en el cielo. Estaba quieta sobre el océano, a unos diez kilómetros de distancia y, según calcularon, a unos quinientos metros de altura. Era algo realmente extraño. 2 — Parece un Ovni —replicó José — ¿Qué otra cosa puede ser? Está bastante bien definido, no creo que sea una nube—. Luis no supo que responder, estaba atónito.

2 Imagen de OVNI registrada en numerosas ocasiones.

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Durante largo rato estuvieron contemplando el fenómeno. Luis debió reconocer que un escalofrío recorrió su espalda. Primera vez en su vida que era testigo de una anomalía en el cielo y el espectáculo no era agradable. No habría sabido explicar porqué, era una sensación subjetiva. Luis comentó después: “Sé que es absurdo lo que voy a decir, pero habría jurado que el objeto nos estaba examinado. Lo sentí en el alma, lo sentí en las vísceras... y la angustia tiene por compañera fiel a la náusea. Sentí ganas de vomitar... respiré hondo”. El baño y el consiguiente almuerzo, sagrado para los cuatro viajeros, los atrasó hasta las cinco de la tarde. Los noventa kilómetros a Chañaral por el camino costero, desértico y serpenteante, les iba a tomar más de hora y media. Era difícil pensar en alcanzar la cuesta que se aparta de la costa y los sumerge en el desierto más árido del mundo antes de las siete de la tarde. Tenían que ser realistas. Eso significaba tan sólo una hora y media de luz natural y alrededor de cinco horas en plena oscuridad hasta llegar a Antofagasta. Eran cuatrocientos kilómetros y cinco horas de viaje seguras, siempre que no se presentara algún inconveniente, nada que los atrasara y, aunque les era imposible saberlo, en este aspecto era en donde radicaría precisamente el problema: En los imprevistos. Esta fue la segunda vez que Inés recordó las advertencias del sujeto en el supermercado. — Luis… ¿No sería mejor alojar en Chañaral y partir mañana temprano a Antofagasta? — Mi amor, no seas pesimista… tómalo por el lado bueno. La noche nos va a librar del terrible calor seco del desierto. Además la noche se ve espectacular. Verás más estrellas que todas las que puedas imaginar en tu vida. Será una experiencia inolvidable… Secretamente deseaba llegar cuanto antes a destino. Cada momento estaba menos entusiasmado con el viaje, pero debía dominarse y mandar al diablo todas sus aprehensiones. Había escuchado, no recordaba dónde, que el mejor paliativo contra la angustia es la rabia. No se puede estar angustiado y enojado al mismo tiempo. Muy probablemente los sujetos reconocidamente mal genio, no sean sino angustiados en fase de enojo. Es una defensa inconsciente. La rabia me pertenece, pero de la angustia soy víctima. Inés no volvió a insistir. La vio rezar en silencio. No podía saber hasta que punto la experiencia sería inolvidable. Confiaba en que los santos a los que invocaba Inés ojalá la escucharan. No sabía a que otra cosa aferrarse en aquellos momentos.

V. El desierto más árido del mundo. Missing time.

I

La anormal línea negra se mantuvo inmóvil varias horas. Algunas personas tomaron fotos del fenómeno, seguro iba a ser noticia en la prensa local al día siguiente. Luis también gastó un par de tomas, después de todo no era algo que se viera todos los días, al menos en la zona central. Era lo que creían hasta ese momento... ¿Qué diablos era esa cosa y que estaba haciendo ahí, frente a Caldera? El objeto desapareció alrededor de las seis de la tarde, mientras se dirigían velozmente a Chañaral tratando de ganar terreno antes que anocheciera. No supieron si se desvaneció o se desplazó. En cualquier caso de nada servía saberlo; ninguno entendía de qué se trataba. En el puerto minero de Chañaral se detuvieron a reponer combustible. José, precavidamente, llevaba en la parrilla del techo un bidón plástico de veinte litros con bencina, lo que era una sabia medida. Finalmente enfilaron por la cuesta que conduce a la carretera, bastante larga y de pendiente considerable.

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La primera hora de viaje por el desierto transcurrió sin novedad. El lento oscurecimiento con el sol ocultándose tras los cerros costeros, configuraba extrañas figuras en las montañas. Los colores de los montes oscilaban en torno al rojo apagado, dando al paisaje el aspecto de otro universo. Las primeras estrellas hicieron su aparición y la noche llegaba rápidamente. Continuaban avanzando, tratando de mantenerse en torno a los cien kilómetros por hora, lo que no era tarea fácil. Aparte de la luz de las estrellas, la única otra iluminación que los podía orientar eran los focos de sus automóviles. El camino de asfalto no tenía demarcación de bordes y era muy fácil salirse en alguna de las curvas. La sensación de desamparo en medio de este desierto árido e inhumano, solo se soportaba con la música de los casettes que ambos llevaban. Las radioemisoras se percibían en medio de intensa estática. La siguiente detención estaba planificada en Agua Verde, un insignificante oasis y único punto en donde se podía repostar combustible, a unos ciento ochenta kilómetros de Chañaral. Era noche cerrada cuando Luis se sintió acometido por una urgente e intensas ganas de orinar. Un fuerte ardor en la zona genital. No le había ocurrido nunca. Disminuyó la velocidad y se corrió hacia la berma, deteniendo por completo el vehículo. José hizo lo mismo, y sin pensar que se trataba de una rarísima coincidencia, se bajó aduciendo igual contratiempo. Probablemente ambos habían ingerido demasiado líquido. Las mujeres no manifestaron necesidad alguna. Fue bastante extraño. La oscuridad de la pampa era de una densidad inhumana. Las estrellas parecían venírseles encima. La sensación podía variar desde lo sublime hasta lo terrorífico. Luis lo encontraba maravilloso y sobrecogedor... hasta ese instante... — Vaya panorama, realmente parece otra dimensión. No había visto jamás el cielo de esta forma, ni me imaginaba que hubiera tantas estrellas... — La verdad es que me da algo de susto... una sensación de insignificancia... vámonos rápido, por favor —contestó José, algo descompuesto. Fue en ese momento cuando ocurrió lo inconcebible. Vueltos hacia el lado derecho de la carretera contemplaban la lejana cordillera, vaga y fantasmal. Una planicie de desierto enorme yacía cual alfombra frente a ellos. No se divisaba vehículo alguno en ambos sentidos del camino, estaban solos a lo menos por treinta o cuarenta kilómetros a cada lado. De pronto, sorpresivamente, el desierto comenzó a levantarse, primero en forma silenciosa y luego emitiendo un zumbido profundo. — ¿Debe ser un terremoto... que otra cosa? — ¡Pero... el suelo no se está moviendo como en un sismo... es algo diferente, y está elevándose del suelo... arranquemos!—. Aterrado, José corrió hacia su vehículo. Luis permaneció paralizado y estupefacto ante el increíble fenómeno. En realidad, parte importante de la planicie se alzaba lentamente, dejando caer gran cantidad de tierra y polvo en sus bordes. Cuando alcanzó una altura estimada de unos cien metros, con un sonido espantoso, vibró bruscamente, librándose de la tierra que aún la cubría. Ante los ojos atónitos del grupo, un objeto curvo de cerca de un kilómetro se elevaba hacia el cielo. 3 Los segundos que siguieron fueron caóticos, saltaron a sus respectivos vehículos e intentaron poner en marcha los motores. Fue imposible, las baterías parecían estar muertas. Aterrado, se bajó del auto y recién se atrevió a mirar al objeto volante. Éste había acelerado su ascenso hasta quedar del tamaño aparente de la luna, ahí se detuvo.

3 Experiencia real vivida por dos ciudadanos chilenos hombres, que descendieron a orinar en las cercanías de Pozo Almonte, casi frente a Humberstone. Norte de Chile. Década de 1960 (fecha exacta desconocida). El fenómeno ocurrió de noche. El terror de los sujetos fue de tal magnitud que corrieron a esconderse bajo la camioneta en que se movilizaban.

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Lo que siguió a continuación solo consiguió aumentar el pánico. Del objeto, de forma claramente ovoide, comenzaron a desprenderse pequeñas luces. Pequeñas en relación al objeto desde donde salían. Éstas, tras unos instantes de reflexión, salieron disparadas en diferentes direcciones a una velocidad indescriptible. Una quedó oscilando bajo la monstruosa formación y se lanzó en una verdadera picada hacia el grupo de viajeros. Hasta ahí llegaron los recuerdos... Tras lo que parecieron instantes, Luis volvió en sí absolutamente confundido. Estaba aclarando.

II

— Luis... ¿Qué pasó?... me duele la cabeza —fue lo primero que murmuró Inés. Por el espejo retrovisor podía contemplarse a José y Laura aún durmiendo en su automóvil. — No lo sé... algo pasó... después de esa cosa que vimos... ¡Que raro!... voy a ver cómo están los muchachos. Golpeó suavemente la ventanilla de José. Éste se despertó de inmediato, se veía tan confundido como Luis. Fue inevitable juntarse a comentar el incidente. Estaban más sorprendidos que aterrados. La intensa claridad del sol del desierto reduce los recuerdos de la noche a simples conjeturas y reconcilia a los hombres con el hermoso planeta Tierra. — Probablemente el cansancio y el shock nos pasaron la cuenta y nos quedamos dormidos —fue todo lo que se le ocurrió decir. — ¿Pero cómo nos quedamos dormidos los cuatro y al mismo tiempo? Laura está con una tremenda jaqueca... —Inés también... no tengo explicación por ahora, pero de haberla... estoy seguro que la habrá.... ¿Qué demonios se levantó del suelo? Parecía un cataclismo. En mi vida había visto algo semejante. No sigamos calentándonos la cabeza y continuemos. Es lo más sabio. — ¿Dónde estábamos cuando nos quedamos dormidos? —consultó José. — Por el tiempo de viaje, a unos noventa o cien kilómetros de Chañaral. Había pasado cerca de una hora desde que partiéramos... O sea que nos faltan unos trescientos kilómetros. — Es verdad. Sigamos—. José estaba comenzando a preocuparse seriamente. Sentía que estaban perdiendo el control del bien planificado viaje. El paisaje, tremendamente monótono, se les antojaba igual. Era imposible ubicarse basándose en la geografía, no podían saber en donde se encontraban. Los motores encendieron sin dificultad, Luis prefirió no hacer comentario alguno, Inés por su parte, permaneció muda. Habría jurado, por la expresión de su rostro, que estaba asustada. Muy asustada Más o menos a los treinta minutos de haber reanudado el interrumpido trayecto, se encontraron de sopetón con el Control Policial de un punto denominado La Negra. Éste marcaba el fin de la solitaria carretera. Estaban solo a veintidós kilómetros de Antofagasta. Se habían saltado más de trescientos kilómetros y eran las siete de la mañana. Espantado miró el nivel de combustible, el estanque estaba casi lleno... 4

4 Pérdida de memoria, abducción y desplazamiento vehicular a veces de cientos de kilómetros. Un caso comprobado y documentado ocurrió el 23 de septiembre de 1978 a dos chilenos al sur de Argentina (Viedma) participantes en una competencia automovilística. (1976, aprox.). El desplazamiento fue alrededor de 70 Km. El piloto falleció años después y el otro tardó mas de 20 años en atreverse a hablar. (Programa OVNI de TVN de Chile de Patricio Bañados). Al final de la

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Miércoles 11 de enero de 1978

VI. Cambio de planes I

Completamente confundidos, estacionaron los vehículos y se dirigieron al Control Policial. Esta vez la experiencia trabajó en su favor. — Muchachos, es mejor que no digamos nada a la policía... ya vimos lo ocurrido en Vallenar. Estos sujetos andan en “caza de brujas” y son muy prepotentes, es preferible mantener la boca cerrada. — Totalmente de acuerdo, si no el viaje va a llegar hasta acá... Otra cosa, en vez de partir a Calama de inmediato propongo que pasemos por Antofagasta a descansar y a comer algo —propuso José. En adelante deberían coordinarse en aspectos no imaginados antes de partir desde Santiago. El desagradable Control anotó los datos y permitió el paso, sin antes hacer un comentario que los dejó atónitos. — De modo que ustedes son los del desaparecimiento en Vallenar... suerte para ustedes, el sujeto apareció finalmente con cara de idiota en la plaza de Vallenar. Estaba borracho el huevón, y tienen la patudez de molestar a la Policía. Como si no tuviéramos otra cosa que hacer. — Es lamentable que haya resultado así... que bueno que apareció —fue todo lo que Luis se animó a contestar. Sabían que la historia era completamente diferente, y aquel sujeto estaba hablando de ignorante. Lo mejor era alejarse lo más pronto posible de tan peligrosa compañía. Ya en Antofagasta, buscaron alojamiento en el Hotel Turismo, antiguo pero bien atendido. La arquitectura semejaba un hospital, pero para las necesidades momentáneas del grupo estaba sobrado, total solo pensaban pasar una noche allí. Por ser inicio de temporada, aún tenía habitaciones libres y pudieron darse el lujo de seleccionar cuartos con vista a la playa. No sabían lo importante que iba a ser eso en la definición sus próximos pasos.

II Ese día recorrieron la ciudad como turistas desaprensivos, sin apuro ni preocupaciones. En la tarde aprovecharon la playa del Hotel para bañarse y evitar moverse más de lo necesario. Nuevamente, la maldita línea negra sobre el mar, casi en el horizonte, se advertía en medio de un cielo brumoso; parecía que la mayor parte de las personas en la playa no se daba cuenta de lo anómalo del fenómeno. Solo un sujeto tomaba fotos y comentando algo con el grupo que lo rodeaba. El resto, conformado mayormente por mujeres y niños se veía ajeno a la extraña aparición. Daban la impresión de estar en estado de semi-sueño, hipnotizados o, en cualquier caso, en un estado alterado de conciencia. — José, creo que este viaje está tomando un rumbo algo diferente a lo programado. — Eso me parece. No sé si asustarme o entusiasmarme... Cerca de las ocho de la noche volvieron al Hotel a cenar. Era fundamental tranquilizarse para que el resto del viaje no se viera ensombrecido por la extraña experiencia vivida en el desierto. Luis decidió llamar a Juan Carlos, quería saber como se veía la cosa por allá, aunque daba por sentado que, aparte de lo informado en las cartas, nada nuevo había ocurrido. Por desgracia esta llamada no sería tan

entrevista, el copiloto, actualmente residente al sur y dueño de un taller mecánico, declaró: “ahora, cuando salgo al aire libre, lo primero que hago es mirar al cielo…lo primero…siempre… lo hago siempre…”. Mas detalles se dan en la Segunda Parte.

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festiva como la anterior. Deseaba con urgencia conocer el resultado de su expedición a la mina de azufre en la cordillera. Respondió María, su mujer, y para su espanto le dijo. — No sabemos nada de ellos, subieron hace tres días y la comunicación por radio está con problemas por una fuerte estática. Algo se ha logrado escuchar, afirman estar bien. Esperamos que vuelvan hoy, de lo contrario tendrá que partir un grupo de socorro andino, acompañado por la policía, en caso de que les hubiera ocurrido alguna desgracia. Estoy muy nerviosa... Algo muy raro está ocurriendo, Luis. Anoche nuevamente se vieron luces en el cielo... aquí todo el mundo está con el alma en un hilo. Por favor traten de llegar pronto. Eso fue todo. Inés, enterada de la conversación, por toda respuesta se dirigió a la Iglesia de la plaza a rezar. — Cuando el mal se decide a atacar, solo los ángeles de Dios pueden ayudarnos —comentó. Por primera vez en su vida, comprendió que la oración era un intento desesperado de establecer comunicación telepática con seres superiores, más allá de la miserable existencia terrestre. Ya de noche, cuando se dirigían al bar, se les acercó un sujeto con aspecto de extranjero. Pensaron que formaba parte de los promotores de Tours, tan abundantes en los hoteles de categoría. No obstante y, para sorpresa del grupo, su presencia se debía a algo completamente diferente. — Buenas noches señores, mi nombre es Ralph Müller y soy empresario e investigador. Discúlpenme que los interrumpa en sus vacaciones, pero solo les quitaré unos momentos. — ¿Investigador?.... de qué —preguntó Luis poniéndose sobre aviso ante cualquier intento de estafa. — De lo paranormal, o si usted quiere, de fenómenos anómalos. Formo parte de un grupo que tiene miembros en Chile y en el extranjero. Estoy aquí investigando los avistamientos ocurridos en esta zona. No tenemos fines de lucro... normalmente es el primer temor que experimentan las personas a las cuales entrevistamos —afirmó sonriendo. — ¿Y porqué se dirige a nosotros precisamente...? — Ustedes vivieron una experiencia de missing time en el desierto—. Era la primera vez que escuchaban ese término. — ¿Una experiencia de qué? —De tiempo perdido... Ustedes tienen un vacío de varias horas en su viaje por el desierto y recorrieron cerca de trescientos kilómetros sin gastar una gota de combustible. Ni siquiera recuerdan cómo llegaron a La Negra —respondió como lo mas natural del mundo. — ¿Pero cómo puede Ud. saber eso....? no se lo hemos contado a nadie. — Les dije que era investigador de lo paranormal y formo parte de un grupo que trabaja en eso... — Es sorprendente... desde luego... vamos a... la terraza a conversar, por favor—. En un minuto el interlocutor había disipado sus aprehensiones. De ahí en adelante serían ellos los que lo requerirían.

III Ralph Müller resultó ser un empresario agrícola del sur, de la zona de Valdivia y de origen alemán. Parecía tener una enorme experiencia en manifestaciones paranormales y había intervenido en innumerables casos. No era para nada egoísta con sus conocimientos y respondía sin ambages cuanta consulta desearan efectuarle. Había llegado en avión a Antofagasta y actualmente se desplazaba en un vehículo arrendado. También pensaba, en aras de sus investigaciones, ir hasta San Pedro de Atacama y se

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ofreció a formar caravana con los dos vehículos, por lo menos durante el trayecto en el desierto, una vez en San Pedro cada uno haría lo que mejor le pareciera. No deseaba importunarlos. Después de todo lo acontecido, sumado a la inquietante imagen de la línea negra sobre el horizonte oceánico, su proposición les pareció una alentadora idea. No querían pasar por lo mismo en condiciones de completa ignorancia sobre el tema. — ¿Ha observado esa cosa en el cielo Sr. Müller? —preguntó Luis mientras bebían el aperitivo en la terraza del Hotel Antofagasta. La solana miraba hacia la playa privada del Hotel y permitía una perfecta vista del extraño fenómeno. — Desde luego, es un “vigilante”... —su respuesta fue escueta y precisa, propia de alguien que parecía dominar perfectamente el tema. — ¿Es un Ovni, no es cierto? — Si, es un Ovni. Desde ahí se seleccionan lugares y personas sobre los cuales pretenden actuar. Ustedes fueron elegidos en Caldera, seguramente en Bahía Inglesa... La acción se materializó en pleno desierto y ustedes ahora no recuerdan nada, esto es parte importante de su accionar. — Pero, ¿Qué son los Ovnis, realmente? ¿Qué pretenden y de donde vienen? — Por desgracia la pregunta no es fácil de responder, básicamente porque implica dar al trasto con la mayoría de los conocimientos científicos y religiosos. — ¿Podría intentarlo?... Aunque comprendamos solo a medias el fenómeno. — Trataré de explicar aunque sea parcialmente. Ustedes ya sufrieron una experiencia y me temo que esto no termine ahí. No quiero ser alarmista. pero es lo que siempre se ha observado y es preferible tomen algunas providencias. — Bien —continuó—, para empezar, deben entender que las enseñanzas respecto al origen del hombre son falsas. El hombre no es completamente originario del planeta Tierra, sino que fue elaborado mediante manipulación genética hace más de trescientos mil años por una raza de aspecto muy semejante al hombre actual. Se trató de una siembra, no sabemos si con fines de experimentación, de explotación o por un mandato superior... de Dios, para emplear el lenguaje conocido. Esta misma manipulación y siembra se ha efectuado con gran cantidad de especies que pueblan nuestro mundo. La teoría de la evolución de Darwin es solo parcialmente correcta y no explica en absoluto la existencia de tan grande variedad de especies. Desde ya, no explica como pudieron aparecer vegetales y animales, por citar solo un ejemplo. — Es curioso, había pensado en eso y jamás he encontrado una explicación convincente en la literatura. — Ni la encontrará —fue su comentario—. Continúo... el universo está poblado por millones de especies, algunas muchísimo mas evolucionadas y antiguas que la humanidad. Y, no todas son amistosas... Otro aspecto que deberán aceptar es la coexistencia de universos paralelos, de otras dimensiones. Esto es lo mas difícil de asimilar y comprender. Eso no significa que vivan ocupando el mismo espacio en el mismo instante con nuestro mundo, sino que, desde su universo pueden acceder al nuestro a través de portales interdimensionales que construyen ellos mismos y en ocasiones se generan naturalmente en este universo y en la Tierra. Aún no se comprende bien como ocurre eso. Imagínense dos cintas infinitas ubicadas en forma paralela, una al lado de la otra. Unas de esas cintas es la línea de tiempo en que existe nuestro universo y la otra es de otro universo, un mundo paralelo. En algunos puntos, o en algunas ocasiones esas cintas se tocan o “alguien hace que se toquen”. Eso sería un portal. Estos Ovnis vienen de ahí. No son de nuestro universo y son extremadamente peligrosos.

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— Es verdad que cuesta un poco aceptar todo lo que usted dice... —fue lo único que atinó a comentar Luis. Sus compañeros permanecían mudos observando asombrados a Ralph, lo conversado era absolutamente ajeno a sus conocimientos y a los intereses que configuraban su vida. — Bien, señores —Ralph miró su reloj—, van a ser cerca de las nueve y debo encontrarme con un amigo en el comedor. Si ustedes lo desean, mañana o en alguno de los días siguientes podemos continuar esta conversación. En ningún caso es conveniente explicarlo todo de una vez, ya observo en ustedes cierta incredulidad... piensen un poco en lo que les he narrado. ¡A propósito!, pretendo salir mañana temprano a San Pedro de Atacama. Hasta Calama son doscientos cuarenta kilómetros y de ahí ciento cuatro hasta San Pedro. Hay que llegar hasta los tres mil metros de altura. La última parte del camino es de tierra y tiene partes pésimas, hay que pensar en cinco horas. Les sugiero no salir después de las diez de la mañana. — De acuerdo, partamos juntos ¿Qué tal si usted nos avisa cuando vaya a salir? — Conforme... entonces, hasta mañana—. Ralph se retiró con paso rápido hacia el comedor. El grupo permaneció un instante en silencio. José se rascaba la cabeza, mientras Laura no podía disimular un gesto de confundida. No había entendido absolutamente nada. Inés tomaba apuntes en un pequeño cuaderno que la acompañaba a todas partes, seguro iba a incorporar la conversación a su diario de vida. …………………………………………….. (Segundo Extracto redactado a partir de los apuntes de Inés Alcántara) Un sujeto con aspecto de alemán se nos acercó en el Hotel. Dijo llamarse Ralph Müller y ser investigador de fenómenos anómalos. Me dio muy buena impresión. Se nota una persona culta y fina. A pesar de ser, al igual que el adonis del supermercado, de tipo nórdico, éste, tanto por su estatura normal como por sus declaraciones me inspiró grata confianza. Sus ojos, contrariamente a la frialdad del anterior, denotan extrema bondad. En relación al missing time que nos ocurrió en el desierto, siento que es mi obligación dejar por escrito algunas impresiones. Cuando los dos hombres se bajaron al mismo tiempo de sus respectivos vehículos a orinar, el asunto tuvo algo de extraño desde un comienzo. Recuerdo que Luis iba manejando feliz mientras entonaba una de las canciones de los Bee Gees, tan de moda en esos momentos. De pronto, como si le hubiera dado un ataque, emitió un quejido y se llevó una mano a los genitales. — ¡Ayayay!... estoy que me hago pis… voy a tener que detenerme un momento… disculpa amor… no me había pasado nunca… ¿Tendré una infección urinaria?... pero ¿Cómo?... Lo que hasta aquí no habría pasado de ser una simple anécdota, muy posible en un sujeto que lleva manejando mas de mil kilómetros, se tornó sorprendente al ver tras nosotros al auto de José detenerse con exactamente el mismo problema y al mismo tiempo. Laura y yo aprovechamos de bajarnos a estirar las piernas por un momento y contemplar el apabullante espectáculo del cielo nocturno. Quien no lo ha contemplado, no creo se lo pueda imaginar. Lo peor es la sensación de insignificancia que invade. Se tiene la sensación de estar metidos en “algo inmenso” pero vivo. Al menos eso fue lo que yo sentí. Los hombres se alejaron unos quince metros. El desierto es completamente plano en ese sector, y no había ninguna loma tras la cual guarecerse. Los pobres tuvieron que resignarse en mantener su privacidad resguardados por la distancia y la oscuridad. No se observaba vehículo alguno en las enormes distancias que nos rodeaban. Nunca me había percatado hasta que punto los seres humanos nos necesitamos los unos a los otros. Esa soledad angustiosa debe ser una de las muchas formas de infiernos posibles.

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Estábamos completamente solos. Laura aprovechó para encender un cigarro de marihuana y echar un par de aspiradas. — Prueba Inés… esta maravilla se engrandece con la hierba —me comentó riéndose. Me disponía a negarme, no por puritanismo, sino por el riesgo que entrañaba quedar en estado de conciencia alterada, en circunstancias que aún nos restaban más de trescientos kilómetros para llegar a Antofagasta, cuando ocurrió algo increíble. El suelo comenzó a vibrar notoriamente. — Debe ser un temblor… y bastante fuerte —comenté asustada. Laura miró hacia todos lados alarmada. — Eso parece… ojalá no sea muy violento —replicó indiferente. Miro hacia donde estaban los hombres, momento en que observo algo inconcebible. El desierto parece estar levantándose. Por mi mente pasaron confusamente y en fracción de segundos, varias explicaciones posibles. ¿Se estará formando un volcán? ¿Será una explosión minera o militar? ¿Será un viento rasante? No había escuchado detonación alguna. Tras unos instantes, se observa, iluminado por las estrellas, que lo que se está elevando no es el terreno, sino que algo artificial. No sé que puede ser capaz de tal acción. Es increíble. La “cosa” se levanta aún más hasta que se despega del terreno. Es algo inmenso. Pienso que debe tener varias cuadras de longitud. Se encuentra paralelo a la carretera. No alcanzo a captar el ancho de la cosa. Se sigue elevando cada vez con más rapidez. En ese instante logro percibir el tamaño del objeto. Es gigantesco. Emite una desagradable vibración al momento que suelta gran cantidad de tierra. ¿De donde pudo salir una cosa semejante? Es como si se hubiera materializado en el suelo del desierto. Debe tener a lo menos un kilómetro de longitud. No se distingue ninguna abertura, es una cosa gigantesca, sólida y oscura. Estoy aterrada. Es evidente que ese objeto no es de este mundo. No puede ser que se haya elegido ese lugar para ocultarse. Es absurdo. Algo que es capaz de volar a esa velocidad, le sería mucho más fácil esconderse en las alturas. Digamos a unos cincuenta kilómetros… o, mas fácil aún, simplemente haberse ubicado en medio del océano Pacífico… cualquier posibilidad, menos enterrarse… Estoy segura que esa nave se materializó de golpe y calcularon mal y quedó bajo el suelo… No deben ser dioses… sin duda son de otro planeta. Espero que no sean malos… no sé que pensar… ¿Si no, para que se esconden?... La cosa aceleró su ascenso hasta detenerse a una altura indefinida. Su tamaño aparente es semejante al de la luna llena. Fue en ese momento en que varias luces salieron de la nave… porque es obvio que se trata de una nave ¿Qué otra cosa puede ser?... Las luces salen disparadas en diferentes direcciones salvo una que queda detenida unos instantes. Después de eso el objeto se abalanza hacia nosotros. Aterrada, alcanzo a meterme en el auto. No sé si Laura, drogada como estaba, consiguió resguardarse. Todo fue demasiado rápido. En ese momento, fugazmente, recordé la advertencia del hombre rubio en el supermercado. Pero ya era demasiado tarde... Despierto cuando Luis me habla, está aclarando. Me duele la cabeza… …………………………………………………...…….

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(Continuación del Informe de Ralph) Con los nervios alterados por todo lo acontecido, ya en el dormitorio, Luis sintió la angustiosa sensación de estar siendo observados, sabía que era un absurdo, pero... lo peor transcurrió muy avanzada la noche, alrededor de las tres de la mañana. En el Hotel el silencio era casi total, solo se escuchaba el sonido monótono del mar. Un zumbido débil pero persistente lo despertó. Las cortinas de las ventanas habían quedado corridas, en parte por olvido y en parte por vigilar al mentado “vigilante” del cual les advirtiera Ralph. A pesar de la oscuridad, una débil luminosidad podía apreciarse en el lugar del Ovni. La niebla costera, tan frecuente en el norte, había cerrado por completo el cielo, pero si uno sabía donde mirar podía percatarse que un pequeño sector de las nubes tenía una claridad anormal. Desagradablemente anormal. De pronto Luis se sintió inmovilizado, una presencia extraña estaba en la habitación. Podía observarla gracias a la luz que llegaba a través de la ventana. Había leído bastante de los fenómenos de abducciones, ya conocidos en esa época. No al nivel actual, en que en los Estados Unidos, más del uno por ciento de los norteamericanos dicen haber sido raptados por Ovnis. Lo cual, obviamente, no se lo creía. Todos describen lo mismo, unos seres pequeños de 1,2 metros de altura, cabezas grandes y ojos enormes. Los han llevado, por un método desconocido, al interior de una nave en la cual los habrían sometido a todo tipo de exámenes físicos, muchos de ellos dolorosos. Es decir, el mismo trato que la humanidad les daba a los animales hasta hace poco y que los laboratorios siguen efectuando. Todo este divagar fué para reforzar que lo que le aconteció difiere bastante de lo que les ocurre a los gringos. En opinión de Luis, es un pueblo terriblemente materialista. El dinero es su Dios, y por eso, cualquier camino que conduzca a su obtención es válido. No creía nada, nada que provenga de allí. Repito, lo que Luis pudo ver fue diferente, terriblemente diferente. Había dos seres en la habitación, pero no se parecían en absoluto a lo descrito por los medios. Gracias a Dios se encontraba inmovilizado, si no el grito se habría escuchado en todo el Hotel. Cuesta describirlos porque carecían por completo de características humanoides. Uno era una masa oscura, que radiaba una débil luminosidad. Tenía varios ojos en la parte superior de su “cuerpo” y apéndices semejantes a tentáculos brotaban de la masa, no les observó piernas o su equivalente. El otro era definitivamente un insecto monstruoso. Cuerpo delgadísimo, cabeza gigante con ojos enormes y al menos seis patas o brazos. No pudo percibir la textura de su piel, si es que tenían piel... Ambos parecían estar protegidos por un campo de energía que oficiaba a modo de vestuario. Supuso que era energía, no imaginaba que otra cosa podía ser. Le llamó la atención que sus cuerpos parecían no estar plenamente definidos, era como si estuvieran tratando de asumir forma y no lo lograran por completo. Lo que estaba viendo parecía una proyección holográfica. 5 Esta percepción ya era suficiente para hacer chillar a cualquiera, pero lo que realmente lo aterró fue la fría sensación de odio intenso que brotaba de ambas entidades, una maldad como no había conocido en toda su vida. Lo observaron un tiempo que no pudo definir. Finalmente un sopor, no supo si natural o inducido lo venció. ……………………… (Tercer extracto redactado a partir de los apuntes de Inés Alcántara) Aunque no lo comenté con Luis, algo muy raro pasó anoche. No sé que hora sería, pero un sonido como de radio mal sintonizada me despertó. Traté de decírselo a Luis pero no me pude mover. Creo que él dormía profundamente.

5 Visitas de dormitorio. Otro clásico de la Ufología. En general las entidades semejan o asumen la forma descrita para los denominados grises, pero no hay certeza que ese sea su verdadero aspecto. Algunos testigos describen cosas muy diferentes

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Al cabo de un momento advierto que hay dos sujetos parados al lado de la ventana. Apenas logro verlos, pero después de unos segundos me acostumbro a la oscuridad. Se trata de dos tipos disfrazados… pero ¿Qué diablos hacen en nuestra pieza?... ¿Estarán tratando de robarnos? Recuerdo que Luis acostumbra a dormir con la billetera debajo de la almohada… sin embargo es muy extraño. Como no puedo hablar, grito mentalmente. Es una vieja costumbre mía. Cuando no puedo expresarme libremente lo hago con mi mente… y grito. Sé que no me van a oír, pero he descubierto que me desahoga bastante. Y aquí sucedió lo increíble… uno de los sujetos pareció escuchar mi grito mental y juro que me contestó. — No se preocupe señorita. Solo estamos mirando… nos equivocamos de habitación. Usted disculpe, en ningún momento hemos pretendido perturbarla —contestó caballerosamente, lo cual me agradó. — ¿De donde sacaron esos disfraces? Son magníficos… ¿Porqué no nos contaron que había una fiesta en el Hotel? Estoy muy sentida —comento apenada. — Lo lamentamos mucho, mucho, usted sabe como son estos hoteles de desorganizados. Parece que la fiesta la planearon a última hora. Pero no se preocupe, pronto la convidaremos a otra fiesta de disfraces —ofreció con gentileza. — Está bien, pero lo voy a tener muy presente —dije en tono de reproche. — No se preocupe y usted por favor perdónenos, pero debemos retirarnos a nuestra habitación que está bastante lejos. Disculpe el mal rato —su amabilidad era exquisita. Lo que siguió aumentó aún más mi sorpresa. En vez de retirarse hacia la puerta, como era de suponer, lo hicieron hacia la ventana. Esta se abrió suavemente y ambos caballeros se asomaron al balcón. Después no los vi más. Los disfraces eran tan increíbles que me costó conciliar el sueño pensando en donde los habrían conseguido. El disfraz de insecto era espectacular. El otro no tanto, ya que parecía bolsa. Se deben haber puesto alguno de esos productos fosforescentes que venden, pues emitían una suave luz. Genial. Me dormí feliz. …………………………. (Continuación de la narración de Ralph) Jueves 12 de enero de 1978 Despertaron cerca de las ocho de la mañana, Inés estaba en la ducha. Les dolía la cabeza, especialmente la zona de la nuca. Luis buscó en la habitación señales de los intrusos, no había nada notorio, salvo una sombra débil en el muro que pronto descubrió no era producto del juego de luces que entraba por la ventana. No recordaba haberla visto la noche anterior. Tras meditarlo unos segundos decidió que lo mejor era no contarles nada a sus compañeros. No tenía sentido, ni Luis estaba seguro de lo que había visto. Lo iba a conversar con Ralph Müller. Antes de salir, llamó por teléfono a Juan Carlos. Finalmente había regresado de la cordillera y tenía algunas novedades que contarles. Se limitó a informarle que estaban por salir de Antofagasta y que, si todo se daba bien, en dos horas y media estarían por su casa. Aprovechó de mencionarle a Ralph Müller y que si existía alguna posibilidad de recibirlo en su casa. Le explicó que se trataba de un sujeto interesantísimo, experto en fenomenología paranormal y que pensaba que le sería muy útil conversar con él.

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Tal como lo supuso, Juan Carlos se manifestó de inmediato entusiasmado con Ralph y rogó que por ningún motivo lo dejáramos escapar. Los esperaba feliz a los cinco. El iba a pedir la tarde libre en su trabajo para poder conversar mas tranquilo con todos.

VII. Subiendo hacia Calama.

I Tras un rápido desayuno, los tres vehículos partieron en dirección a Calama a las nueve y media de la mañana. El viaje, tal como les habían advertido, era más interesante que el terrible trayecto anterior, Chañaral – Antofagasta. Tenía más vida. Solo se detuvieron en los restos de una Salitrera abandonada para tomar algunas fotos. El cielo lucía azul y límpido como no se veía en Santiago desde hacía décadas. La odiosa línea negra en el cielo finalmente había desaparecido. El camino hacia el interior se cruza con la Ruta cinco o La Panamericana, como suele llamársele. A veintiocho kilómetros al norte de Antofagasta se ubica el hito que señala el cruce con el Trópico de Capricornio (23°26'55 S de latitud y 70°26'68 O de longitud). Ya habían ingresado en la zona ecuatorial. La fotografía del grupo al lado del monumento fue inevitable. La grandeza del desierto podía apreciarse en toda su majestuosidad. A la una de la tarde entraron a Calama, previo control en el puesto de Carabineros. Bastante experimentados en este trámite, permanecieron en silencio esperando que el policía terminara de leer algo que yacía en su escritorio, al fin levantó la vista y les preguntó adonde se dirigían, anotó los datos de todo el grupo en un libro y levantó la barrera. La sensación de estar en un país que no les pertenecía era demasiado fuerte. Se dirigieron directamente a casa de Juan Carlos. Luis ansiaba cruzar unas palabras a solas con Ralph, situación que se dio poco antes de almorzar. Le narró escuetamente lo ocurrido en la noche anterior, Ralph pareció muy interesado en la descripción de las entidades. — Me lo temía, no son de este universo —fue su comentario—, vamos a tener que andarnos con cuidado. Son particularmente peligrosos y carecen por completo de emociones. Después de almuerzo, si lo desean les explicaré lo que hasta ahora hemos logrado descubrir en relación a estos visitantes... y otros también. Hay varias especies interactuando con la Tierra y sus motivaciones son diferentes, demasiado diferentes.

II Juan Carlos, algo mas envejecido de lo que lo recordaba, transmitía el mismo entusiasmo de siempre. Era un sujeto feliz y agradecido con la vida. María, su esposa mexicana, era tal como lo comentara en su primera carta, hermosísima y muy bien formada. Sentados en el living, la conversación comenzó por los lugares comunes típicos en estos casos. ¿Cómo anda la cosa por allá? ¿La dictadura se siente muy fuerte? ¿Cómo están los tíos? etc. Tras el primer aperitivo, en base a tequila, especialidad de María, entraron de lleno en los temas relacionados con los avistamientos. Para ser rigurosos, tenían preocupado a Juan Carlos desde hacía mes y medio y al resto bastante asustados desde hace tres días. Era la verdad. Luis, ya más relajado, le solicitó a Juan Carlos que, por favor, explicara a sus compañeros lo narrado en las cartas. Para él escucharlo de primera fuente era, ahora, después de lo acontecido en el viaje, importantísimo. Equivaldría a una confirmación. Juan Carlos, animándose ante un público en el cual confiaba ciegamente, se explayó con detalles de su experiencia vespertina en el camino, al costado de la quebrada del río Loa.

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En esencia, narró lo mismo de la carta, pero al ver sus expresiones faciales, el tono de su voz y sus ademanes comprendió por fin, que la experiencia era auténtica y de modo alguno se trataba de torbellinos de polvo y juegos de luces. ¿Qué diablos estaba ocurriendo? ¿Por qué estos seres se habían ensañado con ellos? ¿Qué pretendían? ¿Hasta dónde podía llegar todo esto? De paso les contó el viaje a la mina de azufre, lugar de la terrorífica vivencia de los mineros. Gracias al cielo, Juan Carlos no vivió ninguna experiencia anómala, salvo el extraño animal volador contemplado desde mucha distancia. No así el grupo que tuvo que pernoctar en la mina esa noche. Los habían encontrado notablemente débiles. La visión nocturna de los seres pequeños que parecían estar sacando azufre, la trifulca a golpes entre los mineros y, los que ellos supusieron eran ladrones, sumando a la tenebrosa nube bullente que apareció de repente eran, con mucho, algo tan sobrenatural que ninguno de los funcionarios que componían la jefatura atinó a emitir comentario alguno. La actitud general fue algo así como ¡Quizás que diablos fue lo que vieron esa noche! El terreno mostraba claras huellas de que algo muy anormal había acontecido. Una substancia viscosa de unos ochenta centímetros de diámetro en el suelo, emitía gases y un tóxico olor desconocido y nauseabundo. Nadie pudo explicar su naturaleza ni su procedencia. Un sector al lado de las cabañas de los mineros lucía como si lo hubieran barrido. Estaba completamente liso. Otro sector, algo mas alejado, mostraba una notoria hendidura circular cuyo fondo parecía quemado. Un silencio de muerte reinaba en el lugar. Fue poco lo concreto que lograron obtener para mostrar a la Gerencia. Muchas fotografías y una muestra del líquido viscoso guardado cuidadosamente en un frasco sellado. Nada más. Ninguno del grupo, salvo Ralph, tenía explicación para ninguno de estos acontecimientos. — Permítanme explicarles algo en relación al fenómeno que han estado viviendo; las damas, si les perturba el tema, pueden retirarse, ya que es frecuente que esta temática no les interese demasiado —dijo Ralph sonriendo. — Macanudo, vamos a dar una vuelta Inés, quiero buscar alguna artesanía—. Laura se levantó feliz de escapar de las, para ella, ya latosas e incomprensibles explicaciones de Ralph. — Acuérdate que vamos a almorzar, Laura. Si te aburres anda a ver televisión ¿Puede?—. Miró a María, quien, un tanto sorprendida, se levantó para indicarle a Laura en donde estaba el aparato de TV. Para el resto, la actitud superficial y desvaía de Laura era normal. Por lo tanto no hubo comentarios, quizás extrañamente, una sensación de alivio y de mayor libertad. — Pobre Laura —pensó Luis—, no sea que tenga que arrepentirse de su decisión y su desinterés en estos “aburridísimos temas” —. Desde luego no podía saberlo. No podía saber que las “cintas de universos” que Ralph graficara para explicar la estructura de la Creación, se estaban tocando en estos momentos. Aunque, para ser justos, después de la experiencia vivida en el desierto, el missing time, lo normal era estar profundamente interesado en todo el fenómeno. Lo penoso de todo el asunto, y que nadie se podía imaginar, era que Laura ya tenía unas leves diferencias con la Laura que salió de Santiago. En esencia eran la misma persona, pero, con pequeñas pero espantosas modificaciones con la anterior. Laura estaba intervenida. — Bien —continuó Ralph—, deben saber que nuestro planeta ha estado siendo visitado desde hace millones de años por diferentes entidades. Se han detectado al menos nueve tipos de razas, otros investigadores afirman que la cantidad es muy superior, la mayor parte de estas especies son inofensivas y sus visitas son accidentales y solo se limitan a explorar, es decir se trata de científicos investigadores o viajeros que llegaron por algún problema en su nave. Su nivel de desarrollo les hace innecesario interesarse en nuestros recursos. Lo mas frecuente es sacar agua de nuestros lagos y ocasionalmente muestras de tierra. »Su estado de conciencia es, por lo general, muy diferente al nuestro, lo que condiciona una conducta ética y moral superior. No solo no son peligrosos, sino intensamente compasivos.

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»Nuestro planeta es temido por muchas razas, especialmente por la cantidad enorme de bacterias y virus que conviven con nosotros. Para algunos de estos seres podría significar una muerte desastrosamente rápida. Tenemos información psíquica de algunos que pasaron por aquí y no llegó ninguno vivo a su planeta de origen. Sorprendentemente, evitan la Tierra, y es una de las razones por las cual es tan poco frecuente ver alguna nave posada y con sus ocupantes afuera explorando. Cuando, por casualidad, algo se ve, normalmente se trata de robots. — Ralph ¿Porqué no establecen un contacto oficial con la humanidad? — Hay varios motivos, dependiendo de la especie. Los que están ahora acá no tienen ningún interés, mas aún, no desean que se les detecte, son artistas de la desinformación y generar incrédulos. Pero hay un motivo básico y simple, el Universo es monstruosamente gigantesco, son cientos de miles de millones de planetas, de modo que nos salva la ley de los grandes números, somos uno más y no tenemos nada especial que pudiera suscitar su interés... por suerte... Otro motivo, es lo gigantesco del Universo en cuanto a distancias y eso, a pesar de sus enormes avances tecnológicos sigue siendo un problema, por esa razón las oleadas ocurren cada cierta cantidad de años, y no muy a menudo. — Pero, aún así, ¿No sería preferible que se contactaran oficialmente con la Tierra? — Piénsenlo un poco... ¿Con quién se van a contactar? ¿Con los norteamericanos o los rusos por ser las mayores potencias mundiales?... ¿Con el Papa?... Nuestras autoridades no son ni han sido nunca ángeles precisamente, su conducta ha sido mas bien maligna y abusadora... ¿se imaginan lo que harían los jefes de las potencias con una supertecnología? Estos seres, si son buenos y adelantados jamás entregarían conocimiento a personajes que solo traerían sufrimiento a la humanidad. Si son malos, menos aún... nadie entrega armas a un enemigo. — Nuestra especie —continuó Ralph—, es demasiado nueva y aún no logra un grado razonable de unidad. A diferencia de ellos nuestra evolución psíquica y espiritual está en pañales y, además, hay una razón muy importante, al parecer la energía que mueve sus naves, de alguna manera está relacionada con aspectos psíquicos de los ocupantes. No sabemos cómo, pero creemos que se controlan mediante energías psicoquinéticas. Para nosotros, los humanos, todo este asunto tiene una fuerte componente paranormal, y la humanidad está muy lejos de eso. »Bien, por ahora solo resta cuidarnos de los que en estos momentos están aquí... El grupo al cual pertenezco no tiene demasiada información de entes interdimensionales. Perdónenme por lo que les voy a decir. Tenemos poca información de los demonios, porque eso es lo que realmente son. Monstruos provenientes de una creación antiquísima. »Sabemos que interactúan y se comunican con otras especies inorgánicas, invisibles, de características mas bien eléctricas y que profitan de las especies vivas de este planeta. Ocurre desde hace cientos de millones de años. Es un tema muy poco investigado y en alguna ocasión espero poder comentarles con más detalle lo que hemos averiguado.

III

A pesar que inicialmente habían proyectado partir hacia San Pedro ese mismo día, por unanimidad el grupo de viajeros estimó que sería un absurdo y una descortesía hacerlo de inmediato. Optaron por postergarlo para la mañana siguiente. En la tarde, un par de horas después del magnífico almuerzo que les preparara María, Juan Carlos los llevó al sitio en donde había tenido el encuentro con el espantoso ser. En automóvil quedaba a unos quince minutos de su casa. Debido a la topografía del lugar, el camino para vehículos estaba al lado norte del río. La quebrada con el río Loa al medio, y la zona en que Juan Carlos había tenido el encuentro se encontraba al otro lado. Sin dudarlo un instante, Ralph bajó la quebrada y buscó un remanso por donde cruzar. El resto, sin vacilar lo siguió.

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La huella o sendero en ese sector es muy poco transitada, salvo por algún ciclista como Juan Carlos que deseara internarse por aquellos lugares solitarios. Esto era muy poco frecuente y no había ocurrido en el intertanto. Por ese motivo, el sitio estaba prácticamente intocado. Ralph, observando atentamente el terreno, señaló una serie de líneas curvas que aún permanecían en el suelo, al borde de la quebrada. — Aquí estuvo algo de bastante peso —acotó—. Puede deducirse por la profundidad de las huellas... efectivamente, parece que objetos circulares, como mangueras se hubieran revolcado en el terreno—. Caminó hacia el borde.

— Observen esto... la tierra está difuminada hacia los lados como si algo enorme hubiera soplado el suelo. Volviéndose a Juan Carlos, le comentó que no le cabían dudas de que había tenido un encuentro del tercer tipo, y de los más desagradables. Con un gesto de resignación nos miró y comentó. — Creo que estamos frente a una incursión como la humanidad no había presenciado en toda su historia, al menos desde que se tienen registros. — ¿No se puede hacer nada? — la pregunta surgió espontáneamente de Inés. Cualquiera involucrado en el tema la habría formulado. Ralph la miró seriamente y respondió. — Rezar, para los que creen, o pedir ayuda a otras especies benévolas, para los que no tienen fe. No se me ocurre otra cosa... Ralph y Luis fotografiaron el lugar haciendo hincapié en las huellas dejadas por “eso” que vió Juan Carlos. Sorprendió el cambio experimentado por él en esos momentos, de su natural alegría habíase tornado taciturno y con evidentes signos de depresión. Parecía distraído y un tanto ausente. Ralph, sin decir palabra, nos señaló el vehículo en una clara invitación a abandonar el lugar maldito. Aunque es probable que se debiera a la sugestión producida por todo lo experimentado, una fuerte sensación de abatimiento estaba comenzando a invadirlos. Miró a mis compañeros y le pareció que no era el único afectado. ¿Cómo podía ser eso? Finalmente, Ralph habló. — Vámonos pronto de aquí. Este lugar está alterado, la vibración telúrica no es la normal. Es frecuente en los aterrizajes de Ovnis que el lugar quede infestado durante mucho tiempo. Cuando hay vegetación esta muere, no vuelve a crecer e incluso los animales evitan el sitio. — Sí, vámonos, este lugar es muy feo... no sé porqué, pero siento náuseas – comentó ingenuamente Inés, al momento en que emprendía el retorno a los automóviles.

IV Esa noche, después de cenar, salieron al exterior a contemplar la majestuosa bóveda celeste. Resultaba increíble pensar que esa maravilla ocultara horrores que ni la más afiebrada de las mentes era capaz de imaginar. Debía reconocerlo, su rígido modelo de la vida y la creación se estaba cayendo a pedazos. Lo peor en su desasosiego era percibir que no solo no eran los únicos, sino que eran un material sin importancia, inmersos en un universo en que parecía estar ganando el mal. Sintió ganas de vomitar. Recordó las figuras religiosas que le habían acompañado en su niñez, durante los años de colegio, Jesús, la Virgen, los Santos, etc. ¿Realmente podían tener alguna influencia en todo lo que estaba

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ocurriendo? ¿Podrían ayudarlos? El silencio autista de los dioses era la mejor respuesta. ¿Por qué iban a ser más importantes que esos seres capaces de venir, quién sabe desde dónde, surcando años luz sin ninguna dificultad? Viernes 13 de enero de 1978

V A las nueve de la mañana cargaron combustible y partieron de inmediato hacia San Pedro de Atacama. Juan Carlos, por razones de trabajo no pudo acompañarlos, aunque aseguró que el sábado en la tarde haría lo posible por llegar a San Pedro para participar, si podía, en el paseo que pensaban efectuar a los geiseres de Tatio. En cualquier caso no pretendían estar más de tres días en el desierto y de todas maneras a la vuelta pasarían nuevamente por su casa. El tramo inicial del camino, cortísimo, solo tenía una pequeña capa de asfalto en pésimas condiciones, pero al menos tenía eso, más adelante era de tierra y en muy mal estado, se notaba que la mantención era casi nula. Ya se percibía claramente el ascenso y la pérdida de potencia de los motores. Cerca de San Pedro se detuvieron en el conocido “Valle de la Luna”. El paisaje, tal como les habían mencionado, no parecía pertenecer al planeta Tierra. Era realmente Lunar. El gigantesco cono casi perfecto del volcán Licancabur ubicado al fondo, señalaba el comienzo de la cordillera de los Andes y contribuía a acentuar aún más la sensación de irrealidad. La soledad del sector era absoluta, en todo el trayecto solo se habían cruzado con un camión cargado de azufre que seguramente se dirigía a Chuquicamata. Debían haber estado a unos treinta kilómetros de San Pedro y más de setenta de Calama. — Vamos Inesita... no creo que volvamos a ver algo tan increíble como este paisaje en lo que resta de nuestras vidas —la animó, entusiasmado. No pudo evitar mirar el cielo. Por si acaso. Se veía claro y despejado. Ninguna figura ominosa molestaba la natural belleza de nuestro planeta. A lo lejos se distinguía, cual punto de referencia, la eterna y humeante chimenea de la fundición de cobre de Chuquicamata.

VI Bajaron a tomarse algunas fotografías y a admirar con detenimiento el panorama que, salvo cuando retornaran, daban por seguro no volverían a contemplar. Las extrañas formaciones de yeso, que algunos confundían con cuarzo, agregaban un aspecto surrealista al paisaje. Tras unos quince minutos de pasear en este raro entorno se encaminaron a sus automóviles, ubicados en fila en el borde del camino. Deben haber estado a una cuadra del camino cuando se percatan de una mujer con extraño atuendo parada frente al capó del vehículo de Luis. Ya de cerca, observan que viste una falda larga semejante a las gitanas pero de color oscuro. El pelo negro le llega hasta la cintura y su rostro está vuelto de tal forma que no es visible. Ralph se ubica a nuestro lado y hace un gesto para que nos detengamos. Había algo muy extraño. — Pero... ¿de dónde pudo salir esa mujer? —exclamó Luis, desconcertado. — He ahí la cuestión... —fue la extraña respuesta de Ralph—, estamos cerca de ninguna parte... — A lo mejor es de un campamento gitano que se ubica aquí cerca —musitó José. Las mujeres estaban mudas, a Inés se le notaba nerviosa, no así a Laura que seguía con su cara de despistada. — Tanto hacia el norte como hacia el sur existe la soledad y el desamparo más absoluto —comentó Ralph.

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No podían quedarse parados, de modo que le sugirieron a las mujeres que no avanzaran, para sentirse con más libertad de averiguar lo que estaba ocurriendo. Pensar en un asalto era imposible, dada las características de la zona. No había donde huir. Continuaron caminando, esta vez con paso acelerado, casi corriendo. — Buenas tardes señora, ¿necesita algo, se descompuso su vehículo? —preguntó Luis, consciente que no existía ningún vehículo por lo menos en varios kilómetros. Ya al lado de la puerta de su automóvil y en el momento que toma la manilla para abrir la puerta, la mujer se vuelve y lo encara. Si hubiera mantenido sus ojos cerrados, habría sido para cualquiera una mujer de la onda hippee, aunque algo pasada de moda para ese año. El problema era que tenía los ojos abiertos, y eso marcaba toda la diferencia.

— ¡Diablos! – fue todo lo que pudo exclamar. José pegó un grito y Ralph permaneció mudo unos instantes.

— Es una abducida —declaró. Su voz sonaba segura. Los ojos de la mujer eran de un celeste tan claro, tan transparentes que a golpe de vista parecía no tener iris ni pupilas. Lucían lechosos. El contraste con el pelo negrísimo y la piel tostada, mas el simple hecho de estar en donde no podía estar, otorgaba a la visión un aspecto espantoso. La entidad, levantó un brazo hacia el cielo señalando con el índice al momento que lanzaba un aullido de tal intensidad, que los tres hombres solo atinaron a retroceder aterrados. Giró a la derecha y partió hacia el desierto a una velocidad claramente no humana perdiéndose tras un promontorio. Gracias a Dios que las mujeres no contemplaron al ser. El aullido, inevitablemente, sí lo sintieron. Al ver que la mujer desaparecía hacia el sur, corrieron hacia ellos. Jurarían que el grito correspondía a la palabra Sothoth, aunque por la intensidad del mismo ya no estaban seguros de nada. 6 — ¿Qué pasó, Luis? ¿Qué fue eso? ¡Que cosa más rara! ¿Por qué gritó?... —Hablaban atropelladamente. Se miraron con José y Ralph. No fue necesario que intercambiaran opiniones, con simples miradas bastó. — Parece que era una loca... quién sabe de dónde salió... después averiguamos en San Pedro... se ve que está en buen estado físico, corre bastante rápido... en fin, sigamos, en todas partes hay gente desequilibrada—. Eso fue todo

VII Finalmente, a las seis de la tarde arribaron a destino, habían recorrido más de mil setecientos kilómetros. También tuvieron que ir a registrarse al cuartel policial. Ralph se ubicó en la Hostería y el grupo, ingenuamente, insistió en su proyecto de permanecer lo más solitarios posible. Mal que mal para eso llevaban las carpas. Les recomendaron un lugar cerca del Pucará Quitor, las ruinas de una antigua construcción de la época de los Incas bastante cercana. El programa consistía en, después de cenar, instalar las carpas y dormir en contacto con la naturaleza, es decir, entre el cielo y el desierto. Por la mañana desarmar carpas y recorrer el pueblo, el museo, la iglesia y, si alcanzaba el tiempo, llegar hasta Toconao, pasando por el borde del salar de Atacama.

6 Muchas abducciones parecieran ocurrir solo una vez, no obstante existe información sobre abducciones reiteradas que perturban y alteran profunda y definitivamente a las víctimas. El caso aquí narrado es ficción.

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Todo se veía muy ordenadito, muy lógico, impropio de sujetos que ya habían vivido una experiencia que al más lerdo de los humanos le habría parecido traumática. Lo que complicaba todo era que José y Luis eran lógicos, y no hay cosa que afecte más la intuición que el exceso de lógica. Es increíble como el raciocinio exagerado puede lindar en la tontera. Y eso puede ser muy peligroso. No vieron a Ralph a la hora de comida, en el Hotel les dijeron que había salido. Al parecer tenía conocidos en todos lados, de modo que cenaron tranquilos conversando de sus últimas vivencias. Luis no comprendió como pudo ocurrir, pero el hecho fue que en ningún momento tocaron el fenómeno Ovni ni el missing time. Era como si un mandato superior les hiciera evitar hablar de la increíble experiencia. Parecía influir otro factor. Lo concreto, lo real que les había acontecido, salvo la línea negra observada en el horizonte marítimo en Bahía Inglesa, era demasiado difícil de encasillar en la imagen del mundo que todos tenían. Es decir, no había certeza si realmente había acontecido o había sido una espantosa confusión. Se trataba de narraciones, cartas, observaciones extrañas en la más profunda oscuridad y, lo más importante, una buena cuota de autosugestión, miedo y paranoia. Decidieron averiguar la manera de subir hasta los géiseres del Tatio, a cerca de cuatro mil metros de altura. Les recomendaron contratar un guía con transporte. A tanta altura los motores pierden fuerza y la subida se hace muy complicada. A todos les pareció una buena idea, solo deseaban disminuir la cuota de incertidumbre. Cualesquiera que ella fuese. Tras pasear por los alrededores de la plaza, se dirigieron finalmente al lugar seleccionado para acampar, debían apurarse, comenzaba a oscurecer. Luis echaba de menos la conversación con Ralph, tenía demasiadas preguntas pendientes. A las nueve de la noche terminaron de armar las carpas. Era fácil y rápido entre varios, pero con luz habría sido más rápido y mejor, al menos no habrían quedado apuntando hacia el pucará, lo que les impedía la visión panorámica del desierto. Esto fue un error. Cansados se acostaron pasadas las diez de la noche. El cielo lucía espectacular, las estrellas estaban por doquier; nunca un citadino tiene ocasión de percibir la grandiosidad del universo en que estamos inmersos. Y eso que solo se contempla una pequeñísima parte de su inmensidad. En cierto modo era aterrador ver algo tan monstruosamente grande e inalcanzable. Poco antes de ingresar a la carpa, donde las dos mujeres conversaban animadamente, le pareció observar en dirección del volcán Licancabur la odiosa línea negra en el cielo. Se había desplazado desde el océano hasta la cordillera. Se acostó algo inquieto, quizás si hubiera sido mejor alojarse en el Hotel... Los sacos de dormir no han sido jamás una panacea, son bastante duros y se soportan por el cansancio de los excursionistas que los utilizan. Después de esa primera noche quedaron con la profunda duda de si las carpas habían sido un acierto, especialmente porque despertaron todos con dolor de cabeza. Un pequeño arroyo cercano les permitió un mínimo aseo. — Propongo que esta noche sea la última en carpa —exclamó José—, sino vamos a terminar completamente molidos, ¿qué les parece? — Apoyo la moción —respondió Luis sin titubear. Las mujeres estuvieron de acuerdo—. Entonces, esta será la última noche de duro dormir, mañana nos alojamos en el Hotel.

VIII. Sunniva

I

El día transcurrió en medio de una actitud de relajo intencional, el largo trayecto aún les pesaba en el cuerpo y el alma. Las cosas no habían sucedido exactamente como lo habían programado, ni siquiera se puede decir que resultaran peor y, quizás la palabra “desconcertante” era la que mejor lo podría describir.

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Nada estaba saliendo según lo planeado, los hechos estaban comenzando a precipitarse siguiendo una tendencia tenebrosa, aunque en ese momento no se dieran cuenta de ello. La mente se niega tozudamente a aceptar aquello que la desestabiliza y la mueve de su punto de equilibrio, siendo el bloqueo o la amnesia lo más recurrente. La segunda noche, después de los paseos típicos en la zona, armaron las carpas empleando sólo la mitad de tiempo de la primera vez, esta ocasión tuvieron buen cuidado de posicionar la entrada apuntando hacia el volcán Licancabur. La extraña línea negra en el cielo no se veía, al menos en la ubicación que la recordaban. Por desgracia gruesas nubes, sin duda producto del invierno boliviano, tapaban parcialmente la cumbre en esos momentos, en cualquier caso el resto del cielo se veía despejado. Cansado, Luis, ayudado por un Valium que le convidara Inés, se durmió casi de inmediato. El problema es que el Valium produce sueños muy nítidos. …………………………………………………………………………………………………….. Primer contacto onírico – telepático de Luis Valdés con una entidad no humana ……………………………………………………...………………………………………….… Estoy en una sala redonda con el techo lleno de pirámides. Un ser con aspecto de mantis religiosa está parado en el medio, solo. — Don Luis —me dice con tono festivo—, que bueno que pasó a visitarnos. Los estamos siguiendo desde Bahía Inglesa. — ¿Desde tan lejos? ¿Y para qué? —pregunto sorprendido. — La verdad es que es para varias cosas… le voy a contar una confidencia… pero debe prometerme no contárselo a nadie —me dice con tono de complicidad. — Desde luego, nunca me he considerado una persona enredosa —respondo ofendido. — Que bueno… que bueno… ocurre que en este viaje hemos tenido que traer varias personas que, naturalmente, no son de nuestro grupo —su tono de complicidad se acentuó—, y eso puede traernos problemas. Viajamos con un varios estudiantes en práctica, que nos obedecen en todo, otros son simples turistas y deseaban conocer su planeta… hasta ahí todo bien. El inconveniente mayor lo producen unos sujetos que costó mucho introducirlos en la nave. Son muy grandes y —pareció apenado— y no nos obedecen en nada. Solo al Gran Jefe. — ¿Y quién es ese Gran Jefe? —le consulto curioso.. — Por favor hable despacio —se alarmó—, es el que manda en todo… —su voz se hizo casi inaudible —. Hay que obedecerle… de lo contrario…. —me pareció que palidecía. — Bueno, si hay que obedecerle… no queda mas remedio…—le digo tratando de reconfortarlo. — Usted no entiende…estos grandotes les gusta comer humanos… en su sangre —me dijo con tono de advertencia—, y no sabemos como impedirlo. A nosotros solo nos interesa un poquito de algo que a ustedes les sobra. — ¿Y que es eso? —me asusto. — No lo puedo decir… me lo prohíben… pero le aseguro que no les hará el menor daño… casi me atrevo a apostar que les va a gustar —se ríe a carcajadas. Lo miro con disgusto. — ¿Y que podemos hacer con los grandotes? —consulto, bastante preocupado.

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— Tienen que esconderse… no queda otra… pero, lo mas importante, cuando los vean, porque seguro que al final los van a ver… traten de no hacerse en los pantalones, sería lo peor de lo peor —su tono es de franca alarma. — ¿Pero… por qué? —me siento demasiado sorprendido. — Les fascina el olor a excremento humano… les abre el apetito al punto que se ponen mal genio si no se comen al menos a uno de ustedes —me responde — Que extraño, me parece increíble. Eso es una estupidez. Usted me está tomando el pelo. — Para nada —se hace el ofendido—. Lo que ocurre es que estos sujetos vienen de un Universo invertido. Tengan cuidado. — Gracias por el dato, lo tendré muy presente —afirmo—. Díganle a su Gran Jefe que no mande sujetos tan anormales en sus expediciones y que tenga la bondad de irse a la mierda. — Usted no sabe lo que me está diciendo… no lo sabe… es terrible —se pone a llorar. …………………………............................................................ Luis despertó bruscamente, asombrado de haber tenido un sueño tan absurdo. Trató de seguir durmiendo. No le interesaba ni le aportaba nada soñar con bichos neuróticos y estúpidos. Volvió a dormirse. Alrededor de las cuatro de la madrugada un murmullo en el exterior de la carpa despertó otra vez a Luis. Siempre tuvo el sueño bastante liviano y normalmente se resistía a tomar alcohol por la noche, lo que podría explicar porqué fue el único que se despertó. En la otra carpa se escuchaban suaves ronquidos. Durante unos momentos permaneció inmóvil en su saco de dormir, intentando ubicarse en el espacio y el tiempo. Una suave luz se filtraba por la ventana plástica ubicada a un costado. Con sigilo, tratando de hacer el menor ruido posible, bajó el cierre de su saco y se levantó intentando mirar hacia fuera. A pesar de que solo una delgada luna creciente iluminaba el entorno, distinguió con claridad dos figuras ubicadas a pocos metros de él. Temeroso de lo que pudiera estar ocurriendo se deslizó fuera de la carpa; el frío aire altiplánico lo despabiló por completo. Con movimientos suaves, linterna en mano, se acercó a las siluetas. En el momento de tender a enfocarlas se percata que ambas son mujeres y la que está de frente a él es Laura, la otra, durante unos segundos supone debe ser Inés. Confundido apunta hacia el interior de la carpa y ve a Inés durmiendo profundamente. — ¿Ocurre algo, Laura? —le pregunta. No contesta. Apunta directamente a su rostro. Nota asombrado que el foco de luz no la perturba en absoluto, diríase que está en estado sonambúlico. Algo asustado se dirige lentamente hacia la pareja de mujeres. Hasta ese momento la extraña que le daba la espalda, lo ha ignorado y sigue murmurándole algo a Laura. — ¿Pero qué está pasando aquí? —habla en voz alta. La sensación de anormalidad le hace perder por completo la compostura, sería bueno que sus compañeros también se despertaran. En ese momento la otra se vuelve. Luis queda paralizado por el miedo, es la misma mujer que encontraron en el Valle de la Luna, la del aullido espantoso. Le mira fijamente y le hace una señal para que se acerque, al tiempo que su índice se ubica en sus labios en señal de silencio. Indica hacia el cielo. 7 - Sothoth... — susurra. Arriba, a gran altura, Luis contempla aterrado un objeto ovoide, luminoso, aparentemente de tamaño descomunal y ubicado a gran altura.

7 Típica visión nocturna de OVNI , reportada y fotografiada miles de veces

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— No se queden otra noche aquí —por primera vez escucha su voz —es demasiado espantoso... no dejen que los atrapen... es posible librarse de ellos... no son dioses, son demonios... y de los peores, actúan de noche... son vulnerables, son mortales y son malignos... váyanse al Hotel, les cuesta atravesar paredes, gastan mucha energía, por eso los hacen salir al aire libre para atraparlos... no pueden estar mucho tiempo en este plano... hay otros seres, extraños también, que los persiguen y los derriban. — ¿Y usted quien es...? — Ya no lo sé... me tomaron hace meses... y lo han repetido muchas veces... no soy de esta zona ni de este país. No conozco a nadie... — ¿Pero, cómo has sobrevivido hasta ahora...? — Me lanzan una rara comida... tal como se hace con los animales... para ellos somos menos que eso... han manipulado mi cuerpo en forma horrorosa... — ¿Por qué no has pedido ayuda? — No he podido. Nunca estoy mas de un día en el mismo lugar... normalmente me dejan en sitios despoblados... en medio de la cordillera o aquí en el desierto. No comprendo porqué me raptan y luego me devuelven a la tierra continuamente... creo... quieren saber los efectos de las manipulaciones en mi cuerpo una vez vuelta a la tierra. — ¿Cuánto tiempo está ocurriéndole esto? — En forma exacta no lo sé, parte del tiempo lo pasé enjaulada en su mundo... que no es como éste... el tiempo se siente de manera diferente. Tengo veintiocho años según recuerdo, tampoco comprendo como puedo estar hablando su idioma... ¿será por todas las manipulaciones que me han hecho?... tengo la mente llena de recuerdos de situaciones que no he vivido... eso siento... no sé como pueden ayudarme, aunque sea a morir... esto es espantoso... — Pero ¿No puedes hacer nada para defenderte? ¿Cómo podemos ayudarte...? José e Inés se habían despertado y estaban parados en silencio tras Luis, se veían atónitos. — Hasta ahora no he podido hacer nada, esta es la primera vez que hablo con alguien de lo que me está ocurriendo. Me raptaron desde Noruega, ya no sé hace cuanto tiempo, la mayor parte lo he pasado en estado cataléptico o anestesiada, tal como está comenzando a quedar ella —señaló a Laura. Cayó de rodillas y, con las manos en la cara, comenzó a llorar desesperadamente. El temor inicial hacia ella dio paso a una intensa compasión que los desbordó por completo. José e Inés estaban demudados. — Tenemos que ayudarla —exclamó Inés—, esto es inconcebible, ¿Cómo las autoridades no van a saber nada? Reorganicémonos en las carpas, propongo que las tres mujeres durmamos en una y ustedes dos en la otra, si es que podemos dormir... yo ando con Valium... al menos para tranquilizarnos. Laura parece salir de su sopor, se acerca a ella y la abraza con ternura. — Ya… ya… calma, calma, ya pasará todo esto… —le dice suavemente. En ese momento, la figura de ambas mujeres abrazadas se ilumina. Asombrados, el resto retrocede. Las manos aprietan a Laura con fuerza. Parecen cambiar de forma, sus dedos se alargan y asumen un aspecto huesudo. Las uñas se encorvan cual garras de ave de rapiña. Todo transcurre velozmente.

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Sin comprender lo que está ocurriendo, intuyen que la mujer está agarrando a Laura como a una presa. La oscuridad hace más terrorífica la escena. Luis intenta adelantarse para auxiliar a Laura. Esta no ha emitido queja alguna, parece sonámbula. Al tratar de avanzar un par de pasos, la luminosidad de las mujeres deviene en un estallido semejante a un flash fotográfico. Enceguecidos, se tapan los ojos. — ¡¿Qué está pasando, Dios mío?! —el grito es de Inés. José y Luis quedan paralogizados. Lentamente recobran la visión. Ambas mujeres han desaparecido. Desesperados, buscan con linternas en todo el entorno. No hay nadie y tampoco existe lugar en donde esconderse. Están en una zona desértica con una vegetación mínima y raquítica. Los rodea un desierto árido y plano en kilómetros a la redonda. Las mujeres tan sólo se desvanecieron. — ¿Qué vamos a hacer ahora… cómo podemos explicar una cosa así? —la voz de José, angustiada, rompe la estupefacción en que se encuentra Luis. — No lo se ni me lo imagino, roguemos a Dios que, tal como se la llevaron la retornen. Ni soñar de ir a dar cuenta a la policía… sería lo peor de lo peor… estamos viviendo una situación paranormal y la solución solo puede llegar por ese camino. Consultemos mañana con Ralph. Es el único experto en esta fenomenología. Aún con el odiado objeto luminoso en el cielo, angustiados, deciden ingresar los tres en una sola carpa. No se atreven a separarse. La traumática experiencia los ha agotado, perciben como si les hubieran drenado energía. Luis siente que, de no acostarse, simplemente se va a desmayar. El efecto del Valium, potenciado por el cansancio y el extraño drenaje energético lo tiene al borde del colapso, optan por no seguir luchando contra lo imposible. — Mejor durmamos… mañana veremos que podemos hacer… —sugiere. Inés y José aprueban en silencio, su sentir debe ser idéntico. Descartan de plano intentar dormir esta noche en el Hotel, no pueden alejarse del punto en que desapareció Laura. Confían en su retorno. ¡Dios mío, adonde te has metido! Arrastrándose, emocionalmente demolidos y aterrados, se retiran a la carpa. Eran casi las cinco de las mañana y una leve claridad se insinuaba tras la cordillera. El amado sol venía a poner la percepción de nuestro mundo en orden. Sábado 14 de enero de 1978

II Alrededor de las once de la mañana un ruido en el exterior despierta a Luis. Abre el cierre de la carpa y se asoma. Laura y la extraña mujer están tiradas en el suelo, no parecen tener daños físicos. Llama a sus amigos y se acerca cautelosamente a los dos cuerpos. — Respiran… parecen estar físicamente bien… Inés palpa a las dos mujeres. Todo se ve normal, están profundamente dormidas. Al parecer han sido drogadas. Sin saber que acción tomar, las ingresan a una de las carpas, las tendrán bajo observación por lo menos durante un par de horas. Dios quiera que se recuperen… pero... ¿De qué?... Probablemente un shock emocional violentísimo. Una hora después aparece Ralph quien, sorprendentemente, parece estar enterado de todo.

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— Esta noche deben dormir en el Hotel —fue casi una orden— por ningún motivo a la intemperie. La mujer se llama Sunniva, fue raptada en Noruega hace tres meses terrestres. La selección que hacen es un tanto errática, solo se fijan en la edad y el sexo, están tratando de comprender este planeta, tal como nosotros estudiamos un hormiguero o una colmena. No sienten emociones. Es uno de los aspectos más inquietantes de este mundo y por eso son tan insensibles al sufrimiento humano. Del amor y la compasión, mejor ni hablar, simplemente no los comprenden. — Ud. dijo que venían de otra dimensión, ¿Cómo puede ser eso?... — Este asunto de las dimensiones es un problema demasiado complejo, tiene varias interpretaciones. Depende del enfoque con el que se aborde. Científicamente pareciera estar relacionado con el nivel vibratorio de las partículas sub atómicas, pero desde el punto de vista de la investigación oculta, la explicación es mucho más tenebrosa y no creo éste sea el momento de tratar ese tema. Analicemos lo que está ocurriendo ahora y la manera de ayudar a Sunniva. — Puede permanecer con nosotros. No me atrevo a dar aviso a la policía... usted sabe lo que está pasando en Chile... ella no tiene documentos. ¿Cómo justificamos su aparición? Ralph permaneció unos instantes en silencio, cavilando. — Es verdad. Lo más aconsejable sería que permaneciera a mi cuidado, puedo hacerla pasar por mi hija y llevarla a Santiago a casa de un amigo. De cualquier manera el viaje debería hacerse en avión... aunque también entrañaría cierto peligro, por la rapidez intuyo que éste se minimizaría. De Calama a Santiago son dos horas en avión. Hace escala en Antofagasta.... Otra cosa, necesito comprarle ropas apropiadas... podría ser en Calama. Ralph estaba pensando en voz alta y Luis seguía su raciocinio con atención buscando posibles dificultades. El control policial estaba después de Calama, aunque en el Aeródromo la presencia de los organismos de seguridad era sofocante. Sunniva carecía de documentos de identificación. A estas alturas no sabían si el problema mayor eran los alienígenas o la dictadura chilena. Pensaron por un momento en pedir ayuda a la Embajada de Noruega, pero así el problema solo se transfería y no se resolvía. Cualquier traslado hasta Santiago hacía necesario algún documento, fuera pasaporte o cédula de identidad. — La única solución es ir a la policía de San Pedro y explicar que a Sunniva se le extravió la cédula y pedir si es posible entregarle algún tipo de certificado que le permita circular hasta la capital—. Se volvió hacia Sunniva y le dijo: de ahora en adelante te llamarás Herta Müller Holtz, hasta retornar a Santiago. Sunniva sonrió débilmente y asintió.

— Herta Müller Holtz —repitió. Su pronunciación castellana era perfecta, excepto por un leve matiz que bien podía pasar por ser extranjera. Salvo, claro, estaba el increíble aspecto lechoso de sus ojos. — ¿Y nosotros que hacemos, nos quedamos o nos volvemos? — Imposible saberlo. Ustedes andan en vehículos y obviamente pretenden volver por tierra... aunque es posible enviar los automóviles por flete en camiones. Se hace todo el tiempo. Eso les permitiría retornar en avión desde Calama. Lo mas práctico es que pasen el resto de los días que tienen proyectados aquí, vuelvan hasta Calama, despachen sus automóviles por camiones y retornen en avión. Les va a salir algo costoso, pero dadas las circunstancias, es lo más aconsejable. El viaje por tierra es demasiado peligroso. Estos entes normalmente evitan testigos en sus incursiones y en el paso por el desierto es casi seguro que serían atacados... es demasiado largo y solitario. El grupo comenzaba a caer en una depresión aguda. ¡Vaya vacaciones!... — ¿Usted piensa volver de inmediato a la zona central?

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— Va a depender de lo que ocurra esta noche. Si el acoso es demasiado tendría que salir mañana temprano, sino podría esperar algunos días... tengo amigos que están siguiendo este caso desde otras partes y son de gran ayuda. La fuerza psíquica puede lograr verdaderos milagros. — ¿Se comunican por teléfono? — No, pero les aseguro que el contacto es real y muy efectivo. Normalmente empleamos la noche... les voy a anticipar algo demasiado importante para que no lo sepan. Siempre que se habla de extraterrestres, los humanos tienden a pensar en el gran avance científico de estas criaturas, lo cual permite explicarlo todo. Es la mitad de la verdad. Lo que se desconoce es el resto. El mayor peligro de estos seres radica en sus capacidades paranormales —paranormales para nosotros—. Poseen poderes asombrosos y malignos. Son poderosos magos negros. Desde luego son telépatas y pueden controlar otras mentes, pero lo más grave que hemos detectado es el polimorfismo aparente. Digo aparente, porque ustedes pueden verlos como un ser humano cualquiera, aunque su forma continúa siendo la de siempre, es una forma de manipulación mental muy fuerte. No pueden saber si la persona que está con ustedes es humana o no. — ¿Y si se toma una fotografía? —preguntó José. — En la foto aparece borrosa la parte ocupada por la entidad, aparenta ser una falla del revelado. O simplemente no aparecen en la foto. Emiten una energía paranormal.

III

El resto del día lo ocuparon entre el Museo Arqueológico del Padre Le Paige y un restorán, la diversión se había reducido a cero y estaban francamente asustados. Los Valium de Inés eran casi como un rito religioso, era el único paliativo para la sensación de angustia en que se habían sumido. Ralph se encargó de Sunniva, la llevó al Hotel para asearla y le compró algo ropa en el pueblo. Por desgracia, sólo vendían para turistas, es decir, de tipo aymará, gruesa y de violentos colores. Al menos era ropa limpia. Esto le permitió desechar las inmundas tiras que portaba. Curiosamente, Ralph no permitió tirarlas a la basura, las envolvió con cuidado en varias bolsas plásticas y las guardó entre su equipaje. Explicó que serían analizadas por un grupo de científicos especializados y por ningún motivo se expondrían a la luz pública. Debía evitarse a toda costa la intromisión de los norteamericanos en este caso. Había pésimas experiencias respecto a la conducta prepotente y peligrosa que solían asumir. Se llevaban todo y no se sabía más de ellas, incluso Sunniva corría peligro, podrían raptarla o forzarla a irse con ellos y la perderían para siempre. Muy probablemente la hicieran desaparecer. No era para proteger a la Humanidad, sino para detectar posibles gérmenes interesantes para su ya enorme acerbo militar, y mantener oculto y desinformado al mundo del fenómeno ovni, el cual sentían como propio y solo “ellos” tenían derecho a entender, profitar y manejar. Algo muy maligno estaba ocurriendo con estos sujetos en relación a toda esta fenomenología y era absolutamente necesario que supieran lo menos posible, de ahí que por ningún motivo la prensa debía enterarse del caso. Cerca de las seis de la tarde Ralph los ubicó en el restorán, del cual ya eran excelentes clientes. Venía con Sunniva, ella traía pulseras metálicas en sus dos brazos y lentes oscuros para ocultar el terrorífico aspecto lechoso de sus ojos — Voy a necesitar ayuda de ustedes —expresó —Sunniva está implantada y es imprescindible sacarle el aparato, como sea. — ¿Implantada?

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- Estas entidades insertan unos pequeños dispositivos en el cuerpo para rastrear a la víctima y repetir las abducciones. Ya ubiqué en donde se lo pusieron, ella está de acuerdo... les va a extrañar, pero venía preparado para esta eventualidad y traigo algunas herramientas... no es el primer caso que me toca... 8 — ¿Pero, cómo pudo saber en dónde estaba el aparato? — No es un método muy convencional, se parece mas a la radiestesia, pero es completamente confiable. No tenía sentido preguntarle a Ralph, era un hecho que estaba demasiado avanzado respecto al grupo, solo le consultaron en donde podían realizar la operación, el Hotel no les parecía seguro. — En alguna de las carpas que traen ustedes, reúnen todas las condiciones de aislamiento necesarias. — Vamos, las armamos en algunos minutos, aún es temprano. El cielo lucía límpido y no se veía la mierda extraterrestre por ninguna parte, aunque Ralph comentó que no había que confiarse demasiado, estos seres podían manipular la mente y sus naves no ser visibles al ojo humano. Ya en la tienda solicitó la ayuda de Inés y Luis, Laura aún permanecía en un lamentable estado de confusión. Jorge quedaría afuera en actitud vigilante. Nunca se sabe... Sunniva se tendió boca abajo. Ralph levantó su cabello y señaló una pequeña cicatriz en el cuello cerca de la raíz del pelo. Extrajo de un maletín una aguja hipodérmica e inyectó algo cerca de la marca.

— Es un anestésico local —explicó. Tras breves instantes de espera, realizó un pequeño corte en la piel aunque relativamente profundo.

— Por favor, limpia la sangre —le pidió a Inés alcanzándole algodón. Luego, ayudado por una

herramienta semejante a delgadas pinzas, extrajo de la herida una pequeña esfera de apariencia metálica recubierta de una sustancia gelatinosa. — Aquí está, mantén el algodón sobre la herida —rápidamente guardó el raro objeto en una pequeña caja metálica de color semejante al plomo, llena de una crema transparente y cerró el receptáculo.

— Les va a costar bastante detectar el implante —comentó. — ¿Qué piensas hacer con eso? —fue la pregunta general. — Hay varias alternativas. Una es destrozarlo, lo cual es poco práctico, otra es enterrarlo y otra es ponerlo en algún animal... es lo más conveniente. En este sector abundan las ratas tipo hámster, intentaré comprar una a los lugareños y lo pegaré entre sus pelos. En ese frasco tengo virus de gripe en cultivo... enfermaré al animalito ante que lo abduzcan. Será un pequeño recuerdo de los humanos a esos demonios malditos, hijos del infierno... —se rió. Con la habilidad de un cirujano Ralph cosió un par de puntos en la herida y la cubrió con un apósito. Sunniva se volvió. Sorprendentemente el color aguado de sus ojos se estaba tornando azul claro, era su color natural. Su tez retomaba el tinte normal. Su rostro estaba cambiando rápidamente. Era una hermosa muchacha escandinava. Todos miraban sorprendidos la increíble transformación.

8 Los implantes son un fenómeno recurrente en las abducciones. Aunque las Autoridades lo niegan, algunos investigadores han logrado extraerlos. Se trata de una tecnología completamente desconocida, en la que el control psíquico y la ubicación de los sujetos parecen desempeñar un papel importante. Aparentemente se trata de un microchip muy adelantado con componentes orgánicas. Para su funcionamiento emplea la energía de las células nerviosas humanas.

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IX. Viaje a los géisers del Tatio

I

El plan de Ralph se cumplió a la perfección, compró una pequeña rata y le pegó el sensor entre los pelos. Finalmente lo dejó libre en un maizal. El animalito corrió entre las plantas para su último viaje en la tierra. Luis pensó que sería fascinante poder conocer lo que ocurriría con el ratón; saber o ver, pero en ningún caso participar... Dios mío que equivocado estaba. Esa noche alojaron en el Hotel, aunque decir que durmieron sería poco realista. Se turnaron para intentarlo, lo que aconteció de forma natural, y en ningún momento se atrevieron a perder la conciencia simultáneamente. No durmieron más de cinco horas cada uno. Habían contratado a un señor llamado Roberto Sánchez como guía y transporte a los géiseres del Tatio, a mas de cuatro mil metros en la cordillera. Éste había acordado recogerlos a las seis de la mañana. Domingo 15 de enero de 1978 Partieron muertos de sueño y de frío, ignorantes de lo que sería la peor experiencia de todas sus accidentadas vacaciones. La mañana se anticipada con cielo transparente y nada parecía prever un mal rato, ningún objeto se veía en el cielo. Tras un cargado café comenzaron la ascensión por el camino hacia los géiseres. El señor Sánchez, curiosamente, era un lugareño nacido en la isla de Chiloé, a más de dos mil quinientos kilómetros de distancia hacia el sur y con un paisaje y clima absolutamente opuestos. No obstante era un antiguo y sagaz conocedor de la zona. Manejaba un antiguo vehículo de seis plazas y motor acondicionado, según nos dijo, para el funcionamiento en altura. En este viaje se pasaba por una zona de más de cinco mil metros sobre el nivel del mar. La primera media hora del trayecto transcurrió sin novedad. El cansancio había desaparecido dando paso a la excitación por la novedad. El aire enrarecido les hacía temer el fenómeno denominado “puna”. Optaron por limitar las conversaciones al mínimo y, desde luego, según les advirtiera el Sr. Sánchez, evitar toda actividad física. La puna se produce por falta de oxígeno en el cerebro y sus efectos son muy desagradables, jaqueca intensa, vómitos y mareos. Eventualmente puede ser fatal. Faltando pocos minutos para llegar a la zona de los géiseres, el chofer detuvo el vehículo. Levantó su mano y señaló hacia un punto cercano en la montaña. — ¿Qué es eso? —su voz denotaba asombro. — Parece un avestruz —exclamó José —por las patas tan largas... —intentando justificar su deducción. — Pero... no es una avestruz —acotó Luis —su tamaño es descomunal... En ese momento el ente caminaba con cierta lentitud entre las rocas de la montaña, giró bruscamente e inició una veloz carrera en dirección al vehículo. Por unos momentos pensaron se les echaba encima, pero pasó corriendo a toda velocidad a no menos de un metro del motor. Ahí lograron observarlo con más detalle.

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El largo de sus patas era a lo menos de 1.50 metros, su cuerpo cubierto de pelos gris oscuros remataba en una cabeza horrible. Semejaba un zorro por lo puntiagudo de su hocico. Durante un segundo los miró. Sus ojos eran amarillos, alargados y no denotaban ninguna emoción. Ni siquiera temor o curiosidad. La sensación fue la de estar observando una entidad ajena a este mundo. Un verdadero demonio. Lo más sorprendente siguió a continuación. En varios tramos, el camino hacia los geiseres es una cuesta que bordea el cerro y limita entre la arenisca de la montaña y un respetable precipicio a la derecha. El animal dio un salto formidable y se lanzó al vacío extendiendo unas gigantescas alas membranosas. Con un poderoso aleteo se alejó perdiéndose entre los pliegues de la cordillera. 9 El grupo permaneció mudo unos instantes, la impresión de los cuatro fue la misma: lo que acababan de ver, de alguna manera estaba relacionado con las desagradables experiencias vividas. No sabían cómo, pero era tan anormal como todo lo anterior. Luis tuvo la certeza de que se trataba de la misma criatura observada por Juan Carlos días atrás. Pero ¿Qué demonios hacía allí en medio de la cordillera?

II

Huelga decir que los comentarios del grupo ocuparon el resto del trayecto. El chofer, un hombre bastante mayor, había charlado durante la mayor parte del viaje, en general oficiando de guía turístico. Su plática era agradable y bastante didáctica, pero después de la experiencia, la atmósfera de la conversación cambió por completo. Su voz se hizo notoriamente aguda denotando un intenso estado de agitación. — La verdad es que había oído hablar que aquí solían pasar cosas raras, pero hasta ahora no había visto nunca nada, creía que eran exageraciones… — Es el bicho mas raro que he visto en mi vida —exclamó Luis—, parece una mezcla de varias especies… ¿Pero que hace aquí en medio de esta soledad?... — Yo creo que estás pensando lo mismo que yo, Luis —comentó José—. Tú sabes a lo que me refiero ¿No? — Señor Sánchez, ¿Ha observado algo extraño en el cielo estos días? —preguntó Luis sin poner mucho énfasis. — Desde luego, hace días que se están viendo luces bastante grandes. En general están quietas, pero de pronto se las ve desplazarse rápidamente hacia la costa. Hay temor entre la gente. No es natural lo que está ocurriendo. El otro día se observó una brillante luz al lado del sol. Duró desde, al menos las siete de la mañana hasta las once. Las vió todo Calama y los trabajadores de Chuquicamata. Algunos dijeron que se trataba de un globo… pero están locos. Un globo no puede permanecer quieto cinco horas a tanta altura… Los vientos por acá son muy intensos… Se supo que la Fuerza Aérea mandó dos aviones a investigar… llegaron al techo de vuelo y el objeto estaba muchísimo mas arriba. Se mencionó que estaba a más de cincuenta kilómetros de altura. Era enorme, y tenía la forma de una pirámide… Todo esto es muy raro y me da muy mala espina. 10

9 Experiencia real vivida por trabajadores de un importante mineral cerca de la ciudad de Rancagua. Fue filmado desde una camioneta, pero las cintas forzadamente tuvieron que ser entregadas en ese momento a un grupo de sujetos con aspecto de extranjeros que se desplazaban en un vehículo 4x4 con vidrios polarizados, persiguiendo a la criatura. Existe casi la sospecha que estos sujetos son norteamericanos de la CIA. La entidad observada se conoce actualmente con el nombre de “chupacabras”. Se ignora su origen. (año 2004, aprox.) 10 Este fenómeno. Un brillante objeto luminoso ubicado al lado del sol, fue presenciado por el autor, en el invierno de 1979, junto con miles de residentes del mineral de Chuquicamata – en donde trabajaba – y de la ciudad de Calama. El fenómeno duró al menos cuatro horas y, tal como se narra en el texto, fue investigado por aviones de la Fuerza Aérea de Chile. De cerca su forma

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— ¿No piensa Ud. que pueda tratarse de seres bondadosos? — No. No lo creo. Estos al menos no. Puede que existan otros buenos, pero éstos no… — ¿Cómo puede estar tan seguro? — Muy simple. Si fueran buenos ya nos habríamos dado cuenta, de alguna manera se habría notado, pero ha ocurrido todo lo contrario. Han desaparecido varias personas y se han encontrado muchos animales muertos. Todo malo… no se nota ninguna bondad… 11 Luis pensaba exactamente igual que el Sr. Sanchez. El caso de Sunniva bastaba para confirmarlo. En ese momento llegaron a una planicie; finalmente estaban en los géiseres del Tatio. ¿Qué diablos era el extraño y horrible animal volador que se les cruzó en el camino? Parecía un engendro del infierno. De lo que sí estaban seguros, era que ese ser no era de este mundo. No era un hermano de nuestro planeta Tierra.

III El Tatio es una planicie ubicada sobre los cuatro mil metros de altura que alberga gran cantidad de fumarolas volcánicas. Es interesante observar como, incluso en ese ambiente hostil, se desarrolla la vida. Se sorprendieron al comprobar que en varias pozas de aguas calientes y ubicadas muy cerca de líquidos hirvientes, vivía gran cantidad de pequeñas ranitas. ¿Cómo habían llegado hasta ahí?... El paseo por los alrededores de los geiseres duró el resto de la mañana. José incluso se bañó desnudo en una piscina natural de agua termal, no obstante la temperatura del aire estar a menos de cinco grados bajo cero. Luis no lo acompañó; se sentía demasiado congelado en ese mundo irreal, donde coexisten temperaturas gélidas con aguas hirvientes emergiendo de la profundidad de la tierra. ¿Qué tamaño tendrá la cámara magmática?... A las dos de la tarde, cansados, decidieron volver a San Pedro. La luminosidad del paisaje, la belleza del lugar y la sensación de pureza de toda la zona, les había devuelto el alma al cuerpo. Fue un rito de purificación y un recuerdo de las cosas preciosas de este planeta, que merecen ser conservadas y hacen más llevadero nuestro breve paso por este mundo. El Sr. Sánchez convidó algo del café que acostumbraba a llevar en su termo para estos paseos. Nadie había traído comida, mas aún, se les había advertido el peligro de estar a cuatro mil quinientos metros haciendo la digestión. Este proceso biológico ocupa gran cantidad de sangre del organismo, la cual se resta del cerebro. De ahí la sensación de sueño que suele acompañar a una cena abundante. El oxígeno atmosférico a esta altura es muy inferior a la de los niveles en donde nos desenvolvemos en la vida diaria. El balance de glóbulos rojos está ajustado a la cantidad de oxígeno que respiramos. Cuando bruscamente nos ubicamos en una atmósfera enrarecida, la sangre no logra transportar todo el oxígeno necesario para el cerebro. Eso genera la puna. Si a esto se agrega el proceso digestivo, el resultado es un apunamiento seguro. Náuseas, jaquecas intensas y vómitos. Ese es el resultado. Para poder comer normalmente se necesita una permanencia de al menos un día o dos en la altura, imprescindibles para que el organismo genere los glóbulos rojos suficientes. Alegres, se subieron al vehículo del Sr. Sánchez y emprendieron el descenso a San Pedro de Atacama. Ninguno se fijó que había algo extraño en el cielo. Al Sol lo acompañaba una brillante y anormal estrella.

era triangular y gigantesca. En ese mismo período, en el pequeño villorrio de Toconao, al sur de San Pedro, los pobladores dijeron haber visto un círculo nuboso en el cielo con “la Virgen María” en su interior. La aparición se repitió varios días. 11 Opinión compartida por el autor.

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Tras media hora de camino, al doblar una curva se encontraron de sopetón con una espesa niebla. — Vaya —exclamó el Sr. Sánchez—, hace tiempo que no me topaba con estas nubes de media altura, aunque no son infrecuentes. Tendremos que andar más despacio… paciencia. — No hay apuro Sr. Sánchez, lo importante es llegar enteros abajo. Al ingresar en la zona nublada un frío inusitado envolvió el vehículo. Lo que siguió podría describirse como un fogonazo de flash. Hasta ahí los recuerdos coherentes del grupo de amigos.

X. La Espantosa Revelación.

I

Sumidos en un profundo letargo y conduciendo cuidadosamente, el grupo descendió hasta San Pedro de Atacama. Solo el silencio y una intensa sensación de horror acompañaron esa media hora que restaba para llegar al Hotel. Esperaban encontrar a Ralph para consolarse con sus consejos y su sabiduría. Inés lloraba desconsolada. Para su sorpresa, Ralph estaba esperándolos en la puerta del Hotel, Sunniva descansaba en su habitación. Los miró seriamente. — Terrible experiencia ¿No?, Gracias a Dios los soltaron. La policía quería subir a buscarlos, los detuve explicándoles que pensaban pasar el día en la montaña. — A usted Ralph, ¿Le ha ocurrido algo así alguna vez? — Si, fue hace años. Tuve suerte, me tocaron seres de este Universo y eran de los buenos. — No comprendo como puede estar ocurriendo esto y nadie hace nada…—fue todo el comentario de Luis. — No creo que puedan hacer nada, esa raza tiene serios problemas en su mundo. Al parecer, ahora están intentando crear un híbrido con humanos, una nueva raza con mejores potencialidades y agradables a los Grandes Antiguos, Dioses Primordiales, o demonios malditos como quieran llamarlos. Entremos, quiero explicarles lo que hemos descubierto hasta este momento… ¿están muy cansados? — Yo no, aterrorizado si quieres, pero físicamente bien. Las mujeres puede que deseen retirarse por hoy —respondió mirando a Inés y Laura. En ese momento se percató que el rostro de Laura tenía una sutil modificación, imperceptible para quien no la conociera muy bien. Tanto su semblante como su porte en general estaban levemente cambiados. Ante el evidente bloqueo de los recuerdos, Ralph ofreció dirigir una sesión de relajación e hipnosis. — Sería necesario hacerlo por separado a cada uno de ustedes. Es la única forma de evitar generar falsos recuerdos y la creación de una egrégora poderosa. Podría terminar por deformar toda la experiencia. — ¿Una egrégora? Y... ¿Qué es eso? — Un elemental artificial creado por vuestros inconscientes. Es la base de la magia negra. A pesar de comprender parcialmente la explicación de Ralph, acceden sin dudar. La sesión debía efectuarse a la brevedad, antes que los recuerdos se diluyan o se distorsionen con el tiempo.

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Comenzaba a oscurecer, lo más adecuando era realizar la sesión en el Hotel. Cuentan con tres habitaciones. Ralph decide que en una pieza se ubicará él con el sujeto a hipnotizar y otra persona, la cual tomará notas y grabará en cassette la experiencia. Luis se ofrece como primer voluntario. Lo narrado a continuación es una compilación de sus confusos recuerdos, los de Inés, y los de José. La concordancia entre todas las narraciones es lo que le confiere solidez al relato.

II

(Narración textual de Luis tomada de la grabación efectuada bajo hipnosis profunda) “Despierto en una habitación circular muy iluminada. Estoy sentado en una superficie lisa y apoyado contra una pared fría. No me puedo mover. José está a mi lado recién abriendo los ojos. El sitio me parece inmenso. “— ¿Dónde diablos estamos? ¿Qué pasó?.... —Es todo lo que atino a murmurar. “— Creo que nos agarraron los demonios de los ovnis… ¡Que Dios nos ampare!... —exclamó José al momento que comenzó a rezar en voz alta, pidiendo ayuda al cielo—. Señor, no dejes que estos demonios nos maltraten, Señor ayuda a tus hijos, no nos abandones…. “No obstante estar inmovilizados, logramos comunicarnos, no sé si de manera verbal o en forma telepática. Nos rodea una atmósfera extraña que no corresponde en absoluto a la terrestre. Un raro olor, completamente anormal impregna el ambiente. No entiendo como podemos estar vivos. Supongo que en alguna forma de animación suspendida. “Sorprendentemente no me aterro. Todas mis funciones motrices están paralizadas. Observo a mí alrededor, la claridad es de un desagradable color amarillento, tiene algo de infernal. Al centro hay un promontorio rectangular sólido de poco más de un metro de altura. El techo es una cúpula formada por salientes de forma piramidal. “Hacia un costado se destacan tres objetos transparentes semejantes a sarcófagos, inclinados en un ángulo de unos cuarenta y cinco grados. En cada uno de ellos se observa un ser pequeño de gran cabeza sumergido hasta el cuello en un líquido rojizo. Tras este aparato, una intensa luz lo ilumina haciendo visible el contenido del artefacto. Mangueras conectadas indican que el líquido está circulando. El cuerpo esmirriado del ser permanece en reposo. “De pronto la circulación de los fluidos se detiene y el sarcófago se desocupa. Lentamente se abren las cubiertas y los tres pequeños salen con sus cuerpos enrojecidos. Esto dura solo unos momentos, el líquido parece estar siendo absorbido por sus cuerpos, los que rápidamente van tomando un color grisáceo. Los sujetos se retiran por un pasillo e ingresan otros tres. Se cierra las tapas y el proceso comienza a repetirse. ¿Qué están haciendo? ¿Qué es ese líquido rojo? “Como un flash, mi mente capta bruscamente la verdad. Me inclino y vomito... el líquido rojo de las cápsulas es sangre diluida y los grises la están absorbiendo por la piel... se están alimentando... “Pasan unos minutos, no estoy seguro, el sentido del tiempo lo tengo demasiado alterado. Un ser con rostro de reptil, de unos tres metros de alto, se acerca al túmulo. Su cuerpo recuerda vagamente a una mantis religiosa. Es como una mezcla de ambas especies. No sé de que otra manera explicar en lenguaje y conceptos humanos lo inconcebible. Su forma de desplazarse es extraña, no parece mover las patas. Lo siguen varios sujetos pequeños de aspecto humanoide e idénticos a los de los sarcófagos, extremadamente flacos y con una cabeza enorme. Años después me enteraré que corresponde al tipo denominados grises. “Traen flotando en posición horizontal a un ser humano desnudo. Lo ubican en el promontorio.

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“De alguna parte extraen lo que parecen ser instrumentos médicos. Uno de éstos es algo equivalente a un escáner. La luz que emite hace casi transparente el cuerpo del pobre sujeto ubicado en la mesa. No se escucha ningún sonido. Se les ve observando atentamente aquel organismo. “El “reptil” señala un punto del cuerpo humano. Dos grises, absolutamente obedientes, toman unos instrumentos y los introducen en cuerpo del sujeto. Este no emite grito alguno… lo escucho quejarse con suavidad. Es todo lo que puede hacer. Contemplo la escena aterrado, impotente… ¿Cómo nos paralizaron estos demonios? ¿Qué pretenden?... “Durante un instante tengo la percepción de que no nos han hecho nada aún y nuestra parálisis se debe al solo hecho de estar en un ambiente de otro plano de existencia, probablemente de otra dimensión. Estamos en una forma de animación suspendida. “Sacan algo del cuerpo. Sus movimientos son extremadamente rápidos. De alguna manera cierran la herida del hombre y se lo llevan. Parecen haber extraído parte de una víscera. El ángulo desde el suelo no me permite ver con claridad. “El movimiento de seres que entran y salen de la sala circular aumenta, algunos grises permanecen e ingresa un ente absolutamente aterrador. Debe tener alrededor de tres metros de ancho. Lo que me horroriza por completo es percatarme que lo que entra a la sala es solo parte de su cuerpo, el resto, ¡Prefiero ni imaginármelo!, permanece fuera del recinto. “José continúa con su letanía de oraciones. Al ver el ente que entra cambia sus rezos. “— Odontine, Pepsodent, Signal, Colgate…—repite enloquecido. Marcas de dentífricos. “De pronto comprendo el horror de su divagar. Exactamente, la monstruosa entidad que ingresó a la sala, semeja el cilindro de pasta de dientes aflorando cuando se aprieta el pomo. Un cilindro oscuro de casi tres metros de diámetro. Yo pienso en forma más brutal. Semeja como si la abertura en la pared estuviera cagando a la monstruosidad. Me cuesta respirar, siento que me ahogo... “El ente es casi marrón brillante con una textura semejante a un reptil. La parte que se ubica al lado de la mesa emite varios seudópodos parecidos a los de un pulpo terrestre. En la parte superior de lo que supongo es su cabeza se estiran algunos apéndices; deben ser ojos. Estoy a punto de vomitar nuevamente. Percibo la letanía de oraciones de José con más fuerza. Estamos desesperados… ¡Qué mundo es este en que nos tocó nacer…! Ese horror no puede pertenecer a nuestro Universo, es demasiado diferente. Dios... ¿Dónde mierda te metiste? “El ingreso de la entidad fue acompañado de una clara perturbación en la atmósfera de la sala. Algo cambió. Me siento mareado, creo que me voy a desmayar. “Despierto sobre la “mesa de operaciones” totalmente inmovilizado. A mi lado yacen restos de vísceras. La mesa está cubierta de sangre. Espero no sea de alguno de mis compañeros. “Aterrado, contemplo a Laura de pie a mi lado. Sus ojos se ven más grandes. Varios rasgos de su cara están cambiados, pero tengo la certeza que es Laura, o mejor dicho, era Laura. La entidad monstruosa ya no está, solo quedan los pequeños seres grises. El reptiloide tampoco vuelve a aparecer. “De inmediato, un ser de aspecto muy parecido a los grises acerca su rostro al mío. Sus ojos son gigantescos y me miran con atención. La sensación original de terror ha ido dejando paso a un estado de completa resignación. “Nunca hubiera imaginado que la religión, el cristianismo que tan débilmente me acompañara durante mi infancia y ya sepultado en el olvido, sería lo único que me ayudaría a mantener la cordura en ese trance. “Un vago mareo acompañado por extrañas imágenes y sonidos inunda mi mente. El ser se está comunicando telepáticamente conmigo, no emplea lenguaje. Lo mas angustioso son las sensaciones

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percibidas o que mi cerebro interpreta como tal. Son extrañísimas, al punto de perder durante unos momentos la noción de ser yo. Supongo así debe ser una posesión. “Me resigno y me dejo llevar, no lucho más. La maldita atmósfera de la nave me tiene paralizado por completo. La resignación parece ser la mejor defensa para mi integridad mental y espiritual. “Un mundo poblado de entidades de diversas apariencias, desde pequeños como los grises, hasta entidades gigantescas de decenas de metros de altura y con aspecto vagamente semejante a calamares. Estos últimos están envueltos en una densa niebla. Extrañas construcciones se observan por doquier. “No logro comprender el significado de la imagen telepática. Algunas entidades se mueven forma caótica, arrancan de algo. Una nave estelar de dimensiones inconcebibles, de kilómetros de longitud, se materializa sobre estos seres. Muchos comienzan a caer, aparente atacados por algo que sale de la nave. Gigantescos pseudópodos salen por la base y recogen los cuerpos caídos. Los atrapan y los llevan a su interior. El caos es total. En unos instantes apenas quedan unos pocos de los seres más grandes, el resto se ha refugiado en alguna parte. “La nave, cual bestia estelar, ha cosechado decenas de cuerpos, se eleva y a los pocos instantes desaparece, no se desplaza, se desmaterializa. Transcurre un tiempo indefinible. Los seres salen de los refugios y se alejan del lugar con una actitud que revela profunda desesperación. “Comienzo a comprender que los habitantes de ese mundo en general son pequeños, los gigantes gaseosos ofician de guardias o vigilantes. No son de ese planeta. Los dejan irse con la actitud de alguien que tiene poder y sabe que los volverá a reunir cuando lo desee. “Momentos después los monstruos neblinosos desaparecen de la escena. Otra nave gigantesca ha venido a recogerlos, se van. “Veo a varias criaturas pequeñas, de gran cabeza y ojos enormes. Su piel no es gris y su vestimenta los cubre parcialmente. Se comunican entre ellos, están aterrados, cada vez van quedando menos. Noto que la atmósfera que percibiera oscura al comienzo está aclarando. Su sol, una estrella rojiza, está surgiendo por el horizonte. Ellos, los “grises” se llaman a sí mismos con un nombre que no logro ubicarlo en la fonética castellana, suena algo parecido a “Shaggoths”. “Otra imagen compleja penetra mi mente. Días después, ya en la tranquilidad de mi hogar logro interpretar su significado. “Millones de años atrás, naves estelares originarias de este planeta colonizaron muchos mundos deshabitados u ocupados por especies mas jóvenes y de menor nivel de desarrollo. El orgullo de la raza de los “Shaggoths” alcanzó un cenit. Su sentido del bien y el mal estaba por completo obnubilado. Se creyeron los seres más poderosos de la galaxia. Eran los más antiguos y desarrollados científica y psíquicamente, hasta que cometieron un error, un terrible error. “Hacía miles de años que habían percibido la existencia de otras dimensiones o Universos correspondientes a otros procesos de Creación. No tardó su ciencia en descubrir la forma de comunicarse con aquello existente al otro lado de la barrera. Al comienzo los contactos fueron esporádicos y muy prometedores. Lo que había mas allá parecía ser un Universo con inconcebibles beneficios. Los seres, a los que no habían visto jamás, se mostraban inteligentes y amistosos. La comunicación era básicamente de información, de señales. “Pasaron cientos de años con esa forma de contacto. Para generar un Portal, les dijeron, se necesitaba mucha energía concentrada, la cual debía ser aplicada desde los dos universos de manera simultánea. El otro lado tenía esa energía, advirtieron, pero estaba muy dispersa… lo mejor era aunar esfuerzos y definir un momento exacto en que los dos mundos la proyectarían a un punto específico del espacio.

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“Finalmente llegó el momento en que las condiciones estaban dadas y las dificultades superadas. Los “Shaggoths”, ayudados por otras especies de sus colonias, coordinaron esfuerzos con los del “otro lado” y la puerta al fin se abrió. Una apertura gigantesca, de miles de kilómetros, cual cristal que se quiebra bruscamente, se manifestó en el vacío estelar y en segundos, cientos de naves de este Universo fueron absorbidas hacia el otro lado. Casi de inmediato un tentáculo monstruoso, de dimensiones inconcebibles, apareció por la puerta interdimensional. Un ser horroroso y de tamaño gigantesco asomó parcialmente su corporeidad hacia este Universo, resistió solo unos minutos y se retiró. Había comenzado a disolverse.

“Un nombre suena en mi mente: Sothoth. ¿Qué es eso?... ¿Será el nombre de la monstruosidad que intentó ingresar a nuestro Universo? Tiene que ser eso... ese horror. “Solo una nave de los Shaggoths, solo una, logró escapar. Las noticias que trajo eran espantosas. Habían sido metódicamente engañados durante siglos. No existía tal paraíso sino un mundo demoníaco. De dimensiones incomprensibles para nuestra escala de tamaños. Las escalas estaban en relación de uno a mil, según estimaron. El otro mundo era un oscuro océano difuso, ocupado por las más diversas formas de existencia, muchas de ellas de tamaños planetarios, de cientos de kilómetros de longitud. No existía una diferenciación entre cielo y tierra, y era como sumergirse en las profundidades de los océanos de la Tierra. Los seres flotaban en esa informidad sin un arriba ni abajo. Puntos de luz delataban lo que solo podían ser estrellas ubicadas a distancias infinitas. Escasos planetas se movían erráticamente en esa inmensidad aterradora. Era un mundo de tinieblas, un Universo en disolución. “En el momento del contacto, esos seres no tenían una tecnología material propiamente tal. Había quedado sepultada y desechada en un pasado que se medía en miles de millones de años. Todas las creaciones y formas que generaban las criaturas de ese Universo tenían origen en un enorme poder psicoquinético y éstas se plasmaban en otra dimensión parapsíquica a la que consultaban continuamente. Eran notables manipuladores de la magia negra en su más perversa expresión. Una copia maligna del Dios Creador. “Los pequeños Shaggoths intentaron cerrar el portal, pero les fue imposible. La fuerza paranormal del “otro lado” bloqueó todos sus intentos. A partir de ese fatídico día sus vidas cambiaron totalmente. Creaciones mentales comenzaron a viajar a este Universo a cosechar la más grande riqueza que poseía: la infinita variedad de vidas conscientes. Lo planetas fueron quedando vacíos de toda forma de existencia. Era lo que en verdad les interesaba. Fagocitaban la vida de sistemas completos, al tiempo que su poder se incrementaba día a día. Para los Shaggoths estaba claro que ese Universo correspondía a una fase anterior de evolución de la Creación. Estos seres malditos se estaban “colando” forzada y violentamente a este ciclo, sin piedad ni compasión por los seres aquí nacidos.

“Con el tiempo comprendieron que Sothoth era el Dios rector de esos espacios tenebrosos, el poseedor de la mente creadora de las atroces formas que ahí habitaban y tanto él como las otras abominaciones que le servían, no podían vivir en esta dimensión. Pensaban que, solo capturando y manipulando seres de este Plano, eventualmente, podrían introducirse en nuestro Universo protegidos por la energía vital de seres que emplearían a modo de coraza, hasta que, con los siglos, su maldita anatomía mutara, si es que lo hacía, lo suficiente como para poder existir con libertad en este Universo y dominarlo. “Para los Shaggoths fué evidente que toda la “amistosa” comunicación previa no había sido sino una diabólica manipulación para atraerlos, capturarlos y utilizarlos en su afán de ingresar a nuestro universo. Su tamaño gigantesco les planteaba una dificultad adicional; necesitan la energía de millones de vidas concientes para construir sus atroces vestuarios. “El panteón de demonios y sus enormes tamaños casi habían acabado con la raza de los Shaggoths y otras especies menos evolucionadas. Los Shaggoths buscaban en la Tierra y en otros planetas formas de vida superiores que ofrecer a sus Dioses. Muy rara vez encontraban seres que reunieran las condiciones exigidas por los del “otro lado”. “En estos momentos recorrían el planeta Tierra intentando ubicar humanos que, manipulados genéticamente, produjeran el tipo de vida que sirviera a sus amos. Al parecer debían tener un cierto grado de coraza psíquica natural. Un aura poderosa.

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“Sothoth no tenía paciencia, había esperado millones de años para emigrar a un Universo joven. El suyo estaba en pleno proceso de descomposición. Continuamente ingresaban naves astrales a cazar seres vivos a este Universo. Lo había contemplado en la primera visión que me transmitiera este ser. “Por otra parte, y en secreto, estaban tratando de, alguna manera, alterar el campo de energía vital de los seres vivos para que los demonios no pudieran utilizarla. Sin embargo eran plenamente concientes que esto solo aplazaría lo que temían con intenso horror: el ingreso de los Dioses Primigenios a este Universo con todas sus consecuencias. De éstas entidades malditas solo podía salvarlos alguien infinitamente superior, alguien a quien ellos habían descartado hacía cientos de millones de años. “Ya se estaban introduciendo en este Plano las primeras entidades, las mas pequeñas. Su corporeidad quedaba cubierta y protegida por una nubosidad energética de cruel origen. Era lo que algunos humanos habían presenciado: bullentes nubes cilíndricas que escondían todo ese espanto y malignidad. El infinito odio de seres de un Universo en extinción para con los seres del nuevo Universo. “Me transmitió telepáticamente que el contacto, es decir la apertura interdimensional había ocurrido, mas o menos, hacía mil quinientos millones de años terrestres. La vida en la Tierra recién comenzaba. “En resumen, los Shaggoths habían cometido el error mas increíble que una especie viva pudiese cometer y habían comprometido a toda la galaxia. “Recuerdo haber sido sometido a un somero examen físico con extracción de muestras de sangre, piel, pelos, jugos gástricos y semen. Después que el ser cesara la comunicación telepática caí en un profundo sopor. Lo último que me comunicó era que él, en su mundo, era conocido como Krunam. “El ser de ojos penetrantes, que me contemplaba en la nave, terminó lo que para mí fue la más horrorosa de las lecciones o explicaciones que ser humano alguno pudiera recibir en su vida. “No sé cuanto tiempo transcurrió, no tengo claro si el tiempo en la nave concordaba con el terrestre. Desperté recostado en el interior del vehículo del Sr. Sánchez. Estaba oscureciendo, por lo que supongo, deben haber transcurrido más de seis horas. (Fin de la narración textual de Luis tomada de la grabación) ..................................................................... (Cuarto extracto redactado a partir de los apuntes de Inés Alcántara.) No realizó la sesión de hipnosis. Ralph consideró que Inés había generado un violento mecanismo psíquico de defensa, entrando en un estado altamente psicótico. No obstante por lo sorprendente de sus declaraciones, las cuales plasmó en estos apuntes tan pronto volvió al Hotel, se consideraron importantísimas para el análisis general de la experiencia y la manera en que puede afectar a algunos seres humanos.

Después de un agradable paseo por las alturas del los geiseres del Tatio. Salvo, claro, salvo el extraño y amenazante bicharraco que nos encontramos a la subida, el resto fue simplemente exquisito. Nos compensa en algo de todos los sustos que hemos pasado hasta ahora. Nos salimos de “La Dimensión Desconocida” para estar unas horas en nuestra querida y amada dimensión. Veníamos de vuelta, bajando la cordillera, cuando el Sr. Sánchez nos advirtió de una cerrada niebla posada a media altura en el cerro. No había alternativa, teníamos que cruzarla. — Tómeselo con calma Sr. Sánchez, no tenemos apuro —le dijimos. Hasta ese momento llegan mis recuerdos normales, después me pareció entrar en un mundo de sueños… o de pesadilla. Contrariamente a mis compañeros que no recuerdan nada, yo creo poder recordar casi todo. No entiendo como pudo ser así.

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Debe ser algo de mi estructura mental… Reconozco que los recuerdos son muy extraños, casi oníricos, pero los percibo como muy reales. La secuencia de hechos que vienen a mi mente es la siguiente: En el momento de ingresar a la niebla, el exterior del vehículo se iluminó intensamente seguido por un sonido semejante a un chasquido de látigo. Pensé que nos había alcanzado un rayo. Quedé semi aturdida. Instantes después retorné a mi estado normal de lucidez. Sin entender que me estaba pasando, me encuentro sentada en lo que parece ser el suelo de una habitación extrañamente iluminada. No veo a mis compañeros por ninguna parte. La sala parece circular. Estoy semi paralizada pero puedo mover la cabeza y los ojos. El techo del lugar no es liso, está conformado por protuberancias piramidales. El color predominante es el amarillento. Al medio de la sala hay objeto rectangular de cerca de un metro de alto. Me hace recordar la piedra de sacrificios de algunas culturas antiguas. No se ve a nadie. Siento una voz humana que parece estar rezando. Viene detrás del túmulo… es la voz de José. Comprendo… los hombres están al otro lado de la habitación.

Transcurre un tiempo indefinido. De pronto ingresan tres sujetos bajos idénticos, con un cuerpo esmirriado y una enorme cabeza en forma de pera invertida. Los sigue un bicho espantoso. Es una mezcla entre insecto gigantesco y reptil. Su apariencia me hace recordar a las mantis religiosas, pero con mucho de lagarto. Traen flotando en el aire en posición horizontal, a un ser humano desnudo. Lo ubican en el túmulo. Los enanos rodean el “altar”. La mantis porta un objeto en una de sus patas. Emite una rara luz que, observo sorprendida, hace transparente el cuerpo del sujeto. Señala un lugar y parece dar una orden. Los enanos obedecen de inmediato. Se ubican en pequeñas tarimas y proceden a efectuar lo que, a todas luces, es una operación quirúrgica. El pobre sujeto permanece inmovilizado y emite leves quejidos. La intervención es extremadamente rápida. Uno de los enanos extrae algo del cuerpo del hombre y lo ubica en una bandeja. La mantis se retira con su pequeña presa. Transcurren unos minutos. Algo extraño me está ocurriendo. Encuentro tan horroroso lo que nos está pasando, que empiezo a sentirme mareada. Me acuerdo de mi madre y me dan ganas de estar en mi cama leyendo un libro. Pienso que estoy en el cine viendo una película que no me gusta. Trato de pararme, me voy a ir de la sala… no aguanto más. Cada día hacen películas más absurdas… trato de pararme. No puedo… no puedo… El mareo empeora. Observo a un costado tres cámaras que se me antojan baños naturistas. Tres sujetos están muy quietos, uno en cada recámara. Es evidente que se están refrescando... deben ser baños de hierbas, tan saludables y recomendados. ¿Qué mezcla estarán empleando para que de ese color tan rojizo? Es un hermoso color... Felices ellos... Un ruido me saca de la grata contemplación. Por un enorme hueco del costado derecho de la sala ingresa una entidad absolutamente espeluznante. Una cosa gigantesca, que mezcla a los caracoles con los pulpos y las serpientes. Es café oscuro y brillante. Se dirige al túmulo. No hay nadie ahí… ¿Quién será el próximo? Comienzo a alucinar… La atmósfera está cambiando, está tomando un tinte amarillento oscuro. Siento que me estoy saliendo de esta realidad, pero me siento perfectamente lúcida. Juro que estoy en una oficina pública de mi país, en que la atención es pésima. Sí, es un Consultorio de Salud Estatal… ¿Por qué se demoran tanto? Estos sujetos creen que una tiene todo el día… hasta cuando vamos a aguantar… Uno de los empleados se dirige a mí… — Le toca a usted señorita. Tiene número… ¿no es verdad? —Siento que me dice…

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— ¿Por qué andan todos de gris? ¿No debieran andar de blanco? —le digo molesta—. La atención deja mucho que desear… — Le ruego nos perdone, señorita, hemos tenido demasiado trabajo… ¿Sabe usted? los militares nos obligaron a ponernos tenidas grises. Debemos estar igual a ellos. Es una orden. — ¡Ah! está bien —respondo muy seria —si es una orden superior debe acatarse… discúlpeme… — No es problema, por favor, pase usted, el médico la está esperando. Sin comprender nada, me siento levitar hasta el túmulo. Entretanto, para aumentar mi confusión, juro que escuché avisos comerciales de marcas de pasta dental. Alguien está haciendo propaganda. Sin duda estoy en un estudio de televisión… ¡Pero que bien hechos están los efectos especiales!... Mi confusión mental se agudiza. ¿Por qué el médico tiene ese aspecto tan extraño? Parece una montaña de gelatina café. Al igual que los caracoles, dos ojos se proyectan desde su cuerpo, al momento que unos rarísimos brazos emergen desde los lados y comienzan a tocarme. Me espanto. — Doctor, por favor, no se sobrepase, a mi novio no le va a parecer nada de bien… —exclamo confundida. Uno de los tentáculos se introduce por mi vagina. — ¡Ah! Ahora comprendo… discúlpeme… no sabía que usted era ginecólogo… yo creo que estoy completamente sana —digo convencida. Contemplo al “doctor” con mucha dificultad. Para mí está claro que se ha disfrazado para la televisión. No siento nada, al menos ningún dolor, algo saca del interior de mi cuerpo y lo entrega a unos de los ayudantes de gris. Supongo que me está efectuando el examen de Papanicolau. Me parece muy bien. Mi madre siempre me ha dicho que debiera efectuarlo todos los años. Después de todo el servicio estatal está funcionando bastante bien. El empleado gris me devuelve a mi lugar. — Servida señorita… disculpe las molestias —me dice cortésmente. —Gracias a ustedes y perdonen mi impaciencia —le respondo—. ¿Cuándo estará listo el resultado de mi examen? —Muy pronto. Nosotros le avisaremos —me contesta con gentileza. El “médico” disfrazado se retira, tal como un caracol se mete en su concha e ingresa un sujeto igual a los empleados grises, solo que éste es más alto. Sus ojos deben ser muy delicados porque parece tener unas gafas gigantescas. ¿O son sus ojos? No puede ser… sin duda son gafas… De pronto me percato que Laura está parada al lado del nuevo médico que ingresó… No sabía que Laura trabajaba en el Servicio de Salud Estatal… que extraño… una nunca termina de conocer a las personas… Me está dando la espalda. Se vuelve hacia mí y noto que tiene algo extraño en la cara. Pero estoy segura que es Laura… Mi confusión aumenta… me siento completamente mareada. Me confundo aún más. Luis está ahora en el túmulo. Parece estar conversando con el “doctor”. No comprendo como puedo saber eso, pero estoy segura que están conversando. Noto que Luis pone cara de pena. ¿Qué cosas tristes le estará contando el “doctor”? A mí tantas cosas me dan pena que gustaría participar en la conversación… pero comprendo que existe un acuerdo de confidencialidad entre médico y paciente… y eso debo respetarlo…

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Le ponen algo en el pene. Me recuerda de los aparatos que emplean para ordeñar a las vacas. El “médico”, cariñoso, le pone una delgada mano en su frente. Después de un momento Luis se retuerce levemente. Los ayudante de gris retiran lo que supongo es el producto del proceso, es decir el semen de Luis y se lo llevan. Con José ocurre lo mismo, aunque estoy segura que no tuvo la delicadeza de conversar con el gentil facultativo. José no es muy buen conversador, se limita a gritar oraciones de todo tipo. Hasta en latín. Al “doctor” le costó un poco sacarle su esperma. José es muy obstinado para algunas cosas. Luego ocurrió algo que me molestó de sobremanera. Los ayudantes de gris parecieron mezclar el semen de ambos hombres, sacaron un poco en lo que, a todas luces era una jeringa, y, para mi espanto se lo inyectaron al “doctor” entre sus delgadas piernas. El “doctor”, que ahora comprendo es una “doctora”, facilita la introducción levantando una de las extremidades. Inmediatamente le sellan la zona con algo que semeja una tela adhesiva. No comprendo para que desea tener un hijo de uno de nuestros hombres. ¿Qué clase de Servicio Público de Salud es éste? Me voy a quejar con el Ministerio… al menos pudo tener la decencia de realizar la operación en privado… no ahí delante de todos… ¿No se tratará de una investigación de inseminación artificial? Se está poniendo tan de moda en estos tiempos… No creo que a Luis le guste tener un hijo con una persona que no conoce para nada… En ese momento vomito… una angustia espantosa me sobrecoge por completo. ¡Dios mío! ¡Dios mío!... esto es real… esto está ocurriendo realmente… me desmayo. …………………………. (Continuación de la narración de Ralph)

XI. El Análisis de Ralph.

I

Terminan a las dos de la mañana. Horrorizados, se reúnen en el dormitorio de Ralph, no sabían que actitud adoptar, que hacer... ¿Se podía hacer algo?... — Recapitulemos —dijo Ralph—, existe concordancia en las narraciones de Luis y José, aunque Luis fue el único que recibió el mensaje de la historia última de estos seres, o al menos el que la pudo retener, José estaba bloqueado por el miedo. Laura solo recuerda la manipulación física en forma muy general. Inés tiene los recuerdos alterados por el estado altamente psicótico en que se refugió. Creo, y esto es parte de mi investigación, que la amnesia post rapto es producida por una droga. No por un poder mental superior. — Ahora, aconsejo retirarse a descansar. Mañana, si se sienten con ánimo, nos juntamos. Debo aclararles algunas ideas en relación a lo ocurrido. ¿Cuándo piensan volver a Calama? —terminó Ralph. — Después de lo acontecido nos vamos mañana, tan pronto podamos. No me atrevo a quedarme otro día aquí, en la soledad de este desierto. No sé que opinan mis compañeros—. Un tembloroso asentimiento confirmó los planes de Luis. El miedo puede dar alas aún al más tullido de los mortales. Durante la estadía en la montaña, Juan Carlos y su familia habían llegado a San Pedro. En vista de la ausencia del grupo decidieron emprender un corto viaje hasta Toconao con Ralph, un pequeño poblado aymará ubicado algunos kilómetros al sur. El paseo fue agradable y libre de todo tipo de experiencias anormales. Lo único fuera de lo corriente fue la actitud de temor de los lugareños cuando vieron a Ralph. En

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su complejo lenguaje le instaron a no acercarse. Lo miraron con franco temor. Juan Carlos, más acostumbrado al trato con ellos, logró entender porqué Ralph les provocaba tanto miedo. Ralph era muy parecido a unos seres que bajaron de cielo hacía tan solo una semana. …………………… Decir que durmieron como lirones es un tanto exagerado. Un pozo negro sin fondo los tragó en una agradable nadidad. Hay ocasiones en las cuales la opción de la no existencia es, lejos, preferible a una existencia de pesadilla. ¿Será así el infierno? Un sitio de demonios que gozan de poderes inconcebibles y utilizan a los otros seres como objetos de estudio y placer. ¿Por qué Dios permite este estado de cosas? ¿O es que no existe ningún Dios personal? Lunes 16 de enero de 1978 A las once de la mañana se reunieron los seis, es decir, el grupo original más Ralph y Sunniva, en el comedor del Hotel. El leve olor a comida que impregnaba el ambiente les produjo una sensación tan grata, que contrastaba demasiado con la realidad vivida el día anterior. Se negaban a aceptar la calidez humana de la vivencia. Lo sentían como algo tan frágil, tan efímero, tan agradable que en cualquier momento, podría ser arrebatado por seres espantosos. Imaginaban que no tenían derecho a ello, que era un préstamo... Luis se aterró ante la posibilidad de estar volviéndose loco. La angustia, la verdadera angustia, para él desconocida, comenzaba a inundarlo. Una fuerte taquicardia lo hizo tambalear, al tiempo que una sensación de ahogo y ganas de llorar terminaron por descomponerlo por completo. No obstante, por su arraigado sentido del ridículo, logró sacar las fuerzas necesarias para mantener la compostura. Estaba intensamente pálido. Ralph lo miró en silencio. Pareció comprender a la perfección lo que le estaba ocurriendo. Sus ojos bondadosos lo miraron con afecto. Puso su mano en su hombro y le dijo: — Luis, es perfectamente normal para un ser humano caer en una fuerte depresión después de ciertas experiencias. Se denomina stress post traumático. Es transitorio y durará el tiempo que demores en integrar la experiencia a tu personalidad. Tú ya no eres el mismo de hace una semana. Coexisten en ti dos Luises, el anterior y el actual, éste último tiene vivencias completamente diferentes a todo lo vivido en tu anterior existencia. Ten paciencia y todo se normalizará, cuando los dos Luises se fundan en uno solo, más sabio y más maduro. Luego, volviéndose al resto de sus compañeros sonrió. — Espero que hayan descansado bastante —comenzó Ralph—. Necesito aclararles algunos puntos en relación a la experiencia de ayer. Lo que les voy a explicar no es creación mía, sino producto de exhaustivas investigaciones efectuadas por personas de diferentes partes del mundo. Los métodos empleados han sido tanto psíquicos como de terreno, es decir, sumando experiencias reales vividas por sujetos altamente confiables con métodos de proyección astral. Aunque esto último pertenece a otro aspecto de la investigación paranormal. El grupo permaneció expectante. Para Luis era un hecho cierto que Ralph pertenecía a una clase especial de seres humanos. — Se ha detectado, con absoluta certeza, que las entidades que interactúan en los Ovnis no son confiables. Son extremadamente mentirosos y mezclan mentiras con verdades, creando una gran confusión en los testigos. Por lo tanto, el mensaje telepático del ser, auto denominado Shaggoths, o perteneciente a una civilización que se llama a si mismo con ese nombre, transmitió mentalmente a Luis una historia de su pueblo que, creemos, es falsa. Traten de comprenderlo, son demonios menores y así los han identificado tanto la humanidad como todas las especies que la precedieron. Recordad, por sus obras los conoceréis....

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» Si bien las entidades del Universo paralelo en la cual su dios sería Sothoth o Yog Sothoth, que es

su nombre completo, es probablemente real, el resto, es decir la historia en la cual ellos serían víctimas inocentes de esos demonios que pretenden ingresar a nuestra dimensión, a nuestro universo, es falso. Es una maniobra destinada a debilitar sus defensas y evitar bloqueos de energía. Ellos no tienen emociones pero saben manipular las humanas. En el fondo se trata de un lavado mental. — ¿Y para que harían eso? — Es un poco largo de explicar —respondió Ralph. — No importa el tiempo. No creo que exista un tema más importante para nosotros en estos momentos —exclamó José completamente alterado. Luis observó a José con envidia. Su horror estaba a flor de piel. No supo si sentía la misma sensación angustiante que él. No, era diferente, lo suyo era miedo en su más pura expresión.

II

— Muy bien, continúo. En Antofagasta les expliqué lo que, para mí, fue una introducción al tema Ufológico. El asunto tiene más aristas—. Ralph encendió un cigarro y pidió otro café. — Desde los albores de la Humanidad, desde que se tienen registros escritos, nuestra raza ha sido intervenida por entidades no humanas. El origen de todas las religiones se basa en experiencias vividas con estos seres en diferentes épocas. Se han presentado con las más diversas apariencias y, dependiendo de la entidad, es cómo se desarrolla el encuentro. Para aclararles el asunto, trataré de hacer un análisis de los hechos conocidos más relevantes. » En la antigüedad, en Summer, se hablaba de dioses que bajaban del cielo en carros de fuego: los Annunakis. Seres de una cultura muy antigua, provenientes de un planeta llamado Nibiru, los cuales habrían llegado a la Tierra hace cuatrocientos cincuenta mil años. Según esa teoría, los Annunakis crearon al hombre por manipulación genética para utilizarlos como mano de obra esclava en trabajos de minería principalmente. En la Biblia a esos seres los llamaron Nephilim. Otros pueblos tienen leyendas muy parecidas, el factor común es el contacto con dioses o demonios que bajaron de los cielos. — Pero… ¿Los seres humanos no son producto de la evolución de las especies? — Piensa un poco Luis. Hay especies que son anteriores a la extinción de los dinosaurios, es decir sesenta y cinco millones de años atrás, y su cambio ha sido mínimo. Ejemplo: los cocodrilos, los tiburones, las arañas, etc. Se dice que las aves son los descendientes de los reptiles, de los dinosaurios. ¿Cómo ocurrió el cambio? Se han encontrado muy pocos vestigios de los estados intermedios… ¿O fue que, un día cualquiera, por azar, a partir de los huevos de un saurio, salieron las aves completas, con plumas y todo…?. Los dinosaurios gobernaron la tierra por ciento setenta millones de años. Es una cifra gigantesca. ¿Cómo se puede explicar que en un lapso tan enorme no desarrollaran inteligencia? » Si la evolución es, por definición, paulatina, necesariamente tiene que haber transcurrido un muy largo período de tiempo con dinosaurios con alas a medio camino. Es decir apéndices que serían futuras alas, las cuales, por cientos de miles de años solo serían un estorbo mayúsculo. Este concepto se puede aplicar a prácticamente todas las especies… Al parecer existe evolución, pero muy lenta y bastante limitada… O bien la cosa transcurre de forma muy diferente a lo que enseñan… — Entonces… ¿Cómo se explica la enorme variedad de especies que existe en el planeta? — No lo sabemos con exactitud. Existe demasiada diferencia entre un homínido y una cucaracha, aunque compartan mucho de su patrón genético y, en relación a esto, la probabilidad que se forme una cadena genética por azar, es decir el programa molecular que da origen a los seres vivos, es prácticamente cero.

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» La sopa primordial, esa poza tibia ubicada en la Tierra hace más de mil millones de años y que generó las primeras trazas de vida por simple combinación errática de sus átomos, ha sido muy cuestionada. Según científicos de prestigio, si ponemos células vivas en condiciones semejantes, lo que se obtiene es química, no vida. La química por sí no produce vida, lo contrario es cierto. Se le llama principio de entropía o tendencia al desorden. — ¿Entonces… de dónde venimos…? — He ahí la cuestión. Esperamos obtener la respuesta alguna vez… Por ahora sigo con el asunto que nos complica. Existe, por lo tanto, antiquísimas leyendas que confluyen a lo mismo: la intervención de entidades no humanas en este planeta. — Me gustaría explicarles algunos aspectos del Universo en que vivimos. ¿Ustedes creen en Dios? — Preguntó de repente. — Este… yo no sé que pensar… creo que no realmente... no se nota su bondad por ninguna parte. José dijo algo semejante, solo Inés se declaró creyente. Laura parecía estar en trance. — Permítanme narrarles algunos detalles extraños en relación a nuestro mundo.

XII. El fin del paradigma. La información condenada.

I

La disertación que siguió, remeció en profundidad aquellos conceptos que, para ellos, eran absolutamente sagrados, al punto de considerarlos incuestionables. El contenido de la Segunda Parte puede dejar profundamente perturbada a una persona corriente. En él se narran las explicaciones de Ralph. La historia continuó… no obstante… vale la pena leerlo e informarse de aspectos de la realidad, en general desconocidos, y que caen dentro de lo que Charles Fort en su obra “El Libro de los Condenados” clasifica como hechos malditos o condenados por el modelo y la comunidad científica vigente, debido a que, por lo perturbadores, desarman el paradigma. Habría que repensar el mundo… ¡Y de que manera! Ralph continuó: — El Universo en que estamos inmersos es, con mucho, más extraño de lo que parece a simple vista. Tiene todas las apariencias de ser un diseño. Un diseño bastante inteligente. Necesariamente debe ser el producto de una inteligencia que lo diseñó. Sigue leyes semejantes a un programa de computador, en que el resultado, el producto, es este Universo. — ¿Y el programador sería Dios? —preguntó Luis anonadado. — ¿Cabe otra explicación? — Respondió Ralph con un encogimiento de hombros—. Hablar de Dios no es muy científico en los tiempos que corren, pero, de manera paradójica, sumergiéndose mucho más en el conocimiento del mundo, con una ciencia bien avanzada, el concepto de la Mente o Espíritu Creador vuele a emerger. Va llegar un momento en que solo los muy ignorantes van a negar la existencia del Ser Supremo. Aunque falta mucho para eso, por desgracia... A estas alturas el grupo permanecía en silencio. Cerca de una hora demoró la charla de Ralph, una hora que confundiría todos sus parámetros mentales y transformaría sus inquietudes para siempre. Luis no se conformaría nunca más, en lo que le restara de vida, con las explicaciones pedestres de la realidad, las que como un anestésico, se repiten majaderamente en la sociedad humana.

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Explicaciones que intentan con desesperación eludir la responsabilidad existencial de cada cual, ignorando una realidad que está frente a sus propias narices. No hay peor ciego que el que no quiere ver... — He escuchado la teoría del diseño inteligente, pero entiendo que muchos científicos se oponen tenazmente y la refutan por completo —comentó Luis, al recordar algo que había leído hacía tiempo en una revista. — Muchachos, le voy a responder de dos maneras—. Ralph se aclaró la garganta. — Primero con un ejemplo un tanto metafórico. Si a un escéptico le muestras una foto nítida de un Ovni, te va a decir que es un truco, es demasiado clara para ser verdad, que es la tapa de una olla. Si la foto está borrosa te dirá que puede ser cualquier cosa. No va a aceptar ninguna prueba gráfica. » Segundo. ¿Por qué existe tanto escéptico cerrado de mente? La explicación está en dos frentes: a) El proceso de desinformación general manejado por los estadounidenses, en el cual, existen fundadas sospechas de que todo corresponde a una confabulación o acuerdo con las entidades. Siempre esperan obtener beneficios materiales. Especialmente en el avance tecnológico. Los alien se ríen de ellos; jamás les van a entregar de forma gratuita conocimientos que pudieran ser peligrosos para sus incursiones. Dentro de esta explicación, puede también tratarse de un estado fatalista de sumisión ante lo inevitable. Ustedes deben haber oído hablar de los Hombres de Negro, entidades encargadas a acallar a los testigos de la presencia alienígena. Aún asesinando si lo creen necesario. b) La mayoría de los seres humanos tienen terror a que se les desmorone el paradigma o modelo de la realidad. Hay muchos intereses en juego. La estructura social, las religiones, las clases sociales, las luchas de poder, el dinero. Para muchos, la realidad podría ser devastadora. Su psiquis no lo podría soportar y les ocurriría lo que a Inés en la nave. La mente humana tiene sorprendentes mecanismos de defensa para enfrentar lo inconcebible. Piensen que, solo la posibilidad de una guerra cualquiera, basta para alterar los valores de las Bolsas de todo el mundo. ¡Imagínense lo que sería esta revelación! » Resumiendo, respecto al origen del hombre. Aunque parezca increíble, como les he explicado, la estructura física del ser humano no es propia de un ser que evolucionó naturalmente en la tierra. O bien el hombre es producto de una manipulación genética que aceleró en millones de años el proceso natural de evolución, o, simplemente no es de la Tierra… — ¿De dónde podría ser, entonces? — Quizás del Paraíso Perdido… que es otra forma de nombrar nuestro verdadero hogar —respondió Ralph con una sonrisa—. Bien, dejemos esta exposición hasta aquí y veamos como podemos enfrentar la amenaza que está acechando. Otro detalle importante. Todo parece indicar que estos demonios buscan la soledad para realizar sus ataques y la noche es la que ofrece mayores facilidades, pero en ningún caso excluye el peligro en las horas del día. La soledad de los parajes lo mas peligroso.

II Juan Carlos y su familia emprendieron raudos el retorno a Calama. Todo lo escuchado, sumado a su propia y terrible experiencia, los alentó a retornar a su casa a la brevedad. Era un hecho que algo increíble y peligrosísimo se cernía sobre la zona. Deseándoles un viaje sin incidentes y advirtiéndoles que por motivo alguno se fueran a detener en el camino de ciento cuatro kilómetros. Si Juan Carlos sentía urgentes ganas de orinar, debería aguantar y, en última instancia, hacerse en los pantalones. Después los lavaría en su casa. Cualquier detención podía ser fatal. Quedaban advertidos. María, oriunda de un país en el cual los avistamientos eran frecuentes, estaba más que convencida de la realidad de todo lo que les estaba ocurriendo. La diferencia estribaba en la

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imagen que ella tenía de los alien. Para ellas eran algo que estaba cerca de los ángeles de la Biblia. No obstante, después de lo narrado tuvo que aceptar que tal como existen ángeles también hay demonios y pueden ser tan peligrosos como los habitantes del inframundo. Finalmente, un tanto agobiados, decidieron almorzar en el Hotel, descansar una hora y partir de inmediato hacia Calama. Corría el mes de enero y la luz diurna permanecía casi hasta las nueve de la noche. Tenían tiempo. Ya en su pieza, con Inés repasaron, conversando en voz baja, como si temieran ser escuchados por aquellos entes malditos, la traumática experiencia vivida el día anterior. — Luis, estoy aterrada… ya no sé que pensar. Este señor Ralph parece un sabio y creo que tiene poderes paranormales. Sabe cosas que es imposible conocer por vías naturales—. La voz de Inés denotaba su angustiado estado psíquico. — Mi amor, escucha, sé que no es consuelo, pero estamos todos en las mismas. Lo que tú llamas paranormal en Ralph, creo yo, no es sino ignorancia nuestra respecto a las potencialidades del ser humano. Nos han convencido desde niños de que somos solo unos animales conscientes sin ninguna capacidad superior y que toda nuestra posible “salvación” dependerá de la buena voluntad de un ser superior muy extraño al que llamamos Dios. Trata a sus “hijos” de una forma en que yo jamás trataría a un hijo mío. Con una crueldad increíble. — Quizás si el Dios del cual nos han enseñado desde niños no es sino una imposición mental de estos mismos seres para mantenernos sumisos y atemorizados. Eso les permite hacer lo que quieran con nosotros. Creo que intencionalmente tratan que no desarrollemos ciertas facultades que tú consideras paranormales, y que para ellos podrían ser peligrosas. — No me puedo olvidar de lo que vi en esa nave horrorosa. Te juro que si me raptan y me llevan con ellos prefiero suicidarme. — Opino igual que tú. Tratemos de descansar un poco antes de emprender el viaje a Calama.

XIII. La huída de la soledad

I

Las mañanas, como todos los días en el desierto y en altura, son despejadas y frías. Sabían que después de almuerzo haría calor, aunque nunca en la medida que se daba en los valles. Rara vez alcanzaba los treinta grados. La sequedad del aire eliminaba la transpiración de inmediato. Solo en el interior de los vehículos se apreciaba la sensación sofocante del verano. Decidieron partir tan pronto realizaran los arreglos para el corto viaje, ordenar sus bultos y obtener documentos para Sunniva. Finalmente apareció Ralph con buenas noticias. Le habían dado un salvoconducto para Sunniva, lo había logrado después de una bien urdida mentira. Aunque todos sospecharon que Ralph empleó alguna de sus capacidades paranormales. No lo dijo, pero para Luis constituyó una certeza. La policía no se molestó en averiguar en Calama si esta mujer se había registrado al ingresar a esa ciudad. Era evidente que tenía que estar registrada, si no ¿De adónde había salido? Todos los pasos estaban controlados. La salida de San Pedro obligaba a enfrentar una subida de tierra suelta y era muy fácil quedar enterrado. El Sr. Sánchez les había recomendado: —Pongan segunda y no modifiquen la marcha hasta que estén arriba. Solo eso hay que hacer…

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Siguiendo su consejo, y a pesar que algunos momentos el vehículo derrapó un poco se mantuvieron hasta llegar a la cumbre. De ahí en adelante el camino era malo, pero transitable. Entraron al denominado Valle de la Paciencia, una gran extensión cóncava con una anormal belleza desértica no parecida a nada de este mundo. Subieron a la siguiente colina e ingresaron en la zona del ya visitado Valle de la Luna. La luz del sol pegaba implacable. El paisaje lucía interesante, pero en ningún momento se les ocurrió, ni por casualidad, detenerse. Estaban choqueados y solo ansiaban volver a lo conocido, a la civilización con todos sus defectos, en la que se sentían seguros como los peces de un cardumen que se agrupan configurando la apariencia de un gran ser que no es otra cosa que la suma de todos ellos. Buscan, sin estar conscientes, la seguridad de la ley de los grandes números. Disminuir la probabilidad que le toque a cada uno de ellos ser atrapados por los depredadores. Fue al doblar una curva cuando el motor del vehículo de Luis, quien iba primero en la pequeña caravana se detuvo. Los otros dos automóviles separados por unos quinientos metros cada uno, continuaban la marcha, acercándose. La separación entre los automóviles la habían determinado con antelación. En camino de tierra, sobre todo tierra no apisonada, los vehículos dejan una desagradable estela de polvo que hace muy difícil, incómodo y peligroso el manejo para el siguiente. — Vaya —comentó a Inés — es lo único que nos faltaba. Todavía quedan sesenta o setenta kilómetros para llegar a Calama. Nuestros amigos tendrán que ayudarnos. Esperemos. Tanto Inés como Luis confiaban en que los autos de Ralph y José deberían estar muy cerca. Solo a minutos. Estaban vueltos hacia la parte del camino en donde esperaban verlos surgir en cualquier momento. Finalmente apareció José y se detuvo tras ellos. — José… estoy en pana… se paró el motor y no sé que pasó... puede ser que tanta tierra haya tapado el carburador —gritó acercándose a su vehículo. José permanecía mudo en su carro. Tenía los ojos muy abiertos mirando algo atrás de ellos. Abrió su puerta y se alzó agitadísimo. — Ahí... ahí… —gritaba señalando hacia un pequeño cerro. En ese momento llegó Ralph. Se bajó de inmediato, contemplando en la misma dirección que señalaba José. Luis se gira, para descubrir con espanto que, en la cumbre de una pequeña loma, un disco plateado oscilaba levemente. Era el clásico Ovni de tantos avistamientos. De unos aparentes treinta metros de diámetro con la clásica forma de dos platos soperos enfrentados. No se observaban ventanas ni puerta alguna. Tras unos segundos de estupor, se percata de un persistente zumbido que llenaba todo el entorno. — No es de los mismos —exclamó Ralph acercándose —creo que son los Anunnakis... Se llevó la mano a la frente y pareció concentrarse un instante. — Están investigando… solo eso… —declaró En ese momento la nave pareció oscilar y saltó hacia la derecha en un ángulo de unos cuarenta y cinco grados, desapareciendo en el espacio a una velocidad inconcebible. — Mantengan la calma —aconsejó Ralph. Inés lloraba desesperada y José se había sentado en la tierra con la cabeza entre sus manos. Luis sentía un nudo en el estómago e intensas ganas de vomitar. No sabía si llorar o gritar. — Repito, tranquilícense, no son de los mismos… estos son de los “buenos” — Pero, ¿cómo puedes estar tan seguro?… después de todo lo que nos ha pasado… —replicó angustiado.

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— Es una sensación y un débil pero claro mensaje… “no se asusten”. Sigamos… — Yo no puedo. Mi vehículo está en pana… el motor se detuvo solo. Ralph sonrió.

— Prueba de nuevo —le dijo.

Efectivamente, el motor partió de inmediato. El vehículo estaba perfecto, el motor se había detenido por la acción de algún campo de energía que emanaba del Ovni. Con Inés aún llorando, continuaron el viaje hacia Calama. Finalmente, hora y media después se encontraron en casa de Juan Carlos. Gracias a Dios, el cielo a ellos no los había visto. Todo indicaba que el encuentro con el engendro en el mes de noviembre había sido solo casual. No estaban en la nómina de sujetos a manipular. Llegaron cerca de las cuatro de la tarde y María los recibió con una calidez extraordinaria, consciente de sus angustias. Hizo todo lo posible por hacerles olvidar los horrores vividos. Su fe en Dios era contagiosa. — Los podrán manipular, angustiar, pero más temprano que tarde los ángeles del Señor intervendrán para impedir el ingreso del infierno en la Tierra. Estoy segura que la hora del Apocalipsis aún no ha llegado. El Cielo ha invertido mucho esfuerzo en la creación y educación del hombre. No se va a desperdiciar y entregar a los demonios tan simplemente. De eso pueden estar seguros.

II Después de un grato té y descansar poco mas de una hora, salieron a caminar por la pequeña ciudad que era Calama. Juan Carlos los acompañó. Ya estaba demasiado metido en toda la fenomenología, aunque él, hasta ahora pareciera ser un simple y aliviado espectador. Calama es un poblado enclavado en medio del desierto de Atacama. Vive del mineral de Chuquicamata, ubicado a unos pocos kilómetros. Como el mineral está en altura (2.800 mts.), puede contemplarse plenamente desde el llano. Chuquicamata está ubicado en la ladera sur de una cadena de cerros. La chimenea de la fundición, eternamente humeante y las montañas artificiales de material estéril, denominadas “tortas” por su aspecto, dominan por completo la visión hacia el norte. Se sentaron un momento en la plaza. Como todas las plazas antiguas de Chile, se caracterizan por su templo católico, principal construcción del pueblo, legado de la colonización española. Ralph, como buen alemán, no concebía perder el tiempo. Había partido de inmediato después de almuerzo. — Voy a averiguar el asunto del traslado de los vehículos a Santiago —les había dicho. El pequeño grupo, bastante desmoralizado, optó simplemente por relajarse. A todos los invadía la misma sensación de angustia y el mismo terror. ¿Para qué afanarse tanto si en cualquier momento todo se podía ir al diablo? La sola posibilidad de ser atrapados de nuevo por aquellos demonios bastaba para hundirlos en la más completa desesperación. Permanecieron en silencio, contemplando los paseantes que a esa hora empezaban a aumentar. Se sentían totalmente inútiles y les daba algo de vergüenza que fuera Ralph quien se estuviera encargando de todo. — ¡Qué tal muchachos! ¡Arriba ese ánimo! —la voz de Ralph trataba de sacarlos de su marasmo, de despercudirlos. El mundo aún no se había acabado, después de todo.

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— Que tal Ralph… ¿Cómo te fue en los trámites? —Bien, bien. Hay bastantes ofertas de traslado hacia Santiago y los precios no son tan caros como supuse en un principio. Ocurre que muchos camiones traen mercaderías hacia el mineral y con frecuencia se devuelven desocupados… ¿Ven… las cosas se van arreglando de a poco? Hay que tener fe, muchachos. Al fin una buena noticia. Ojalá el excelente ánimo de Ralph fuera un buen augurio. — Ralph, deseo hacerte una consulta que considero terrible. Te voy a hablar con total franqueza… lo hemos conversado con Inés… ambos estamos de acuerdo en que, si esos demonios nos raptan de nuevo y nos quieren utilizar para, vaya a saber para que fines atroces, sea que nos quieran llevar a su mundo como mascotas, o a un zoológico o simplemente para carnearnos como presas… hemos decidido que preferimos morir rápidamente —tragó saliva. Ralph los contempló unos momentos en silencio y pareció dudar. Luego extrajo algo de un bolsillo de su parka. Sin decir una palabra les enseñó un pequeño cilindro metálico. Lo abrió con facilidad y exhibió una cápsula transparente. Contenía un líquido amarillento. — Si… yo y el grupo al cual pertenezco hemos pensado muchas veces en lo que ustedes me están planteando. De ser abducido en forma definitiva por esos entes, es mil veces preferible la muerte rápida y piadosa a un sufrimiento que puede ser enloquecedor. No creo que el Cielo considere inaceptable esta acción. Se nos ha conducido a una situación aberrante, por completo ajena a nosotros y sin duda no contemplada en el plan de divino… En fin, como sea, ese aspecto no lo podemos saber… — Lo que tengo aquí es para ser empleado por los astronautas en caso que la situación lo amerite —continuó. — ¿Pero qué situación puede ser esa…? —consultó asombrado. — Piensa en las más probables: quedar varado en el espacio sin poder volver antes que puedan ser rescatados y mueran por falta de aire. Otra, por ejemplo, que en una caminata espacial se separen de la cápsula y se queden flotando en el vacío… mas otras, las peores de todas, precisamente aquellas que no nos podemos imaginar siquiera… y que a ustedes les ha tocado vivir. — ¿Qué sustancia es? ¿Y... cómo funciona eso? — La fórmula química es secreta, pero al parecer es una combinación de cianuro, tetradotoxina y otro compuesto desconocido. Es completamente indoloro y mata en segundos. En menos de cinco segundos se produce inconsciencia, un paro cardio respiratorio e inhibición de las funciones del sistema nervioso central. Es lo más efectivo. De hecho parece que actúa en dos a tres segundos. Considerando lo anormal de la situación les voy a entregar una cápsula a cada uno. El cómo emplearla va a depender de vuestro criterio. »Según se ha estudiado por analistas, cuando se justifica la situación de suicidio en una situación límite, lo normal es sacar la cápsula de vidrio del cilindro metálico y ubicarla entre las muelas. Es relativamente dura y no se rompe con facilidad. Hay que morder con fuerza. No obstante si no se puede morder por parálisis total, como suele ocurrir en el interior de esas naves, la cápsula se disuelve sola al cabo de tres minutos más o menos. Está hecha de un material semejante al caramelo. — ¿Las entidades no tratarán de quitártela? — Es poco probable, pero si tú mantienes la boca cerrada y la cápsula entre las muelas, tendrían que forzarte a abrirla con algún instrumento. Otra cosa… con exceso de calor, sobre cuarenta y cinco grados, o en presencia de un campo electromagnético muy intenso se torna frágil y se parte muy fácilmente. Por eso se guarda en el cilindro metálico.

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»Nuestro grupo —continuó Ralph —está desarrollando un implante subcutáneo que tendría iguales propiedades mortales pero que no podría ser extraída por los entes. Se activa en presencia de ciertos campos de energía que no se dan en esta dimensión. — Disculpa la pregunta… me estoy poniendo en una situación límite —preguntó Luis—. ¿Cómo se puede ingerir la cápsula si uno es abducido bruscamente y no tiene tiempo de nada… — Sin duda es una situación límite. Tendrán que recurrir a su intuición. En circunstancias normales antes de ocurrir el rapto suelen presentarse algunos fenómenos precursores, tales como luces en el cielo y en ocasiones puede verse la nave encima de uno. Por lo demás —acotó—, entiendo que la parálisis se da inicialmente en el proceso y parece ceder después. » ¡Ah! Se me olvidaba un dato importante. El envase metálico de las cápsulas es para protegerlas en condiciones de presión normales. No son irrompibles, si se mascan con fuerza también se rompen y se pueden tragar completas. Los ácidos estomacales las disuelven en pocos minutos… al metal y a la cápsula que contiene la sustancia… creo que eso es todo. En la casa les entregaré una a cada uno, incluido a Sunniva…. »Se que es espantoso, pero lo otro puede ser mucho peor —Fue todo su comentario. — ¿Dónde conseguisteis está sustancia? — La organización a la cual pertenezco tiene ramificaciones en todo el mundo —fue su escueta respuesta. — Ralph… A propósito de lo que nos ha ocurrido ¿Existen seres humanos raptados y no devueltos jamás? — Por desgracia sí, y muchos. No sabemos el destino de ellos. Se ha sugerido que los utilizan como esclavos, lo que me cuesta aceptar. ¿Cómo una tecnología tan avanzada no va a poseer robots u otros elementos automáticos para efectuar trabajos pesados? En verdad no lo creo, pienso más bien que los usan en razón de su cuerpo físico o de su energía vital. Una suerte de vampirismo. Es decir, los emplean como ganado. Aunque reconozco que se trata de conjeturas solamente. Puede ser también que estén efectuando siembras humanas en planetas nuevos. Quizás si la leyenda del paraíso perdido tenga su origen en una situación como esa… No hay como saberlo… El grupo permaneció en silencio, propio de una fatalista resignación ante lo que pensaban podría ser el fin de su paso por la Tierra. La idea de la cápsula mortal los aterraba pero, increíblemente los consolaba. Entre dos males, el menos horrible. El corazón de Luis acusó una leve arritmia. Se vio agobiado por la náusea, la angustia y una sensación de desamparo. Sintió unas intensas ganas de llorar. Odiaba a Dios en esos momentos.

III Poco antes de las nueve de la noche recién se iniciaba el ocaso. Se disponían a volver a casa de Juan Carlos cuando dos sujetos altos y de cabello rubio se les acercaron. Turistas europeos, pensaron. Es frecuente que lleguen hasta esta zona, atraídos por la soledad del desierto. — Buenas noches señores —dijo uno de ellos, con marcado acento extranjero—. ¿Podríamos conversar unos momentos con ustedes? —su actitud era gentil. — Dios mío, que no vayan a ser de la policía secreta de la dictadura. —Luis se paralizó. — Si… desde luego. ¿Por qué será? —preguntó Ralph. Tenía los mismos temores. — Es en relación a ciertos encuentros no habituales que ustedes han tenido los últimos días.

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Encuentro no habitual… hermoso y elegante forma de nombrar las pesadillas. — ¿Quiénes son ustedes? Creo que a usted lo conozco… —aseguró Inés señalando a uno de los sujetos. Su voz temblaba, parecía a punto de echarse a llorar. Sin embargo mantuvo la compostura con dignidad. — No somos de aquí, desde luego —respondió cortésmente el sujeto—, si pudiéramos ubicar algún lugar mas privado para conversar, sería muy conveniente… No es necesario que estemos todos juntos. Creo que bastaría con los señores… Si… ya nos conocimos en el Supermercado —explicó sonriente, dirigiéndose a Inés. En la plaza a esta hora circulaba una verdadera multitud y el aspecto de extranjeros, tanto de Ralph como de los dos sujetos, era bastante llamativo. Eran demasiado altos. Desconcertado, Luis miró al resto de sus compañeros. Confiaba en que no se fueran a sentir discriminadas, pero la idea tenía una cierta ventaja. Si algo les acontecía, quedarían ellos como testimonio vivo de su desaparición. Inés asintió, aparentemente, con bastante alivio. Las otras dos muchachas parecían zombis. Acatarían cualquier cosa. Juan Carlos, sorprendido e intuyendo que los sujetos tenían relación con todo lo que les había acontecido, suavizó el ambiente. — Vamos a mi casa muchachas. Tengo un aperitivo, receta exclusiva en espera —convidó sonriendo. Con paso rápido los extraños los condujeron hacia un vehículo que tenían estacionado a una cuadra. Caminaron en silencio, con cierta resignación. Ya se estaba acostumbrando a ser introducido en sitios que no le atraían en lo mas mínimo. ¡Vaya vacaciones!

XIV. El regreso de los Anunnakis.

I

Uno de ellos tomó el control del vehículo y se dirigió a la zona de Topater, a la orilla del río Loa. El sector carecía de construcciones y se ubicaba aguas arriba, cerca del camino que conducía al villorrio de Chiu–Chiu. Era un paseo tradicional de los lugareños que llegaban al lugar los fines de semana en busca de un poco de verdor y de naturaleza, que les recordara algo de lo que habían dejado atrás. Muchos de los trabajadores del mineral provenían del sur. Pimientos de buen tamaño conformaban un pequeño bosque. El sujeto detuvo el coche detrás de unos raleados matorrales y se bajó. — Por aquí señores —indicó. Ya estaba completamente oscuro y no veían casi nada. La noche, como todas las noches del desierto, estaba iluminada solo por un grandioso techo de estrellas el cual, en momentos, resultaba aterrador. Caminaron con dificultad hacia el sector del río. Este riachuelo, el más largo de Chile, se inicia en la cordillera y, para los parámetros normales, no es otra cosa que una acequia un poco más grande. Sin embargo, la geología nos indica que es bastante antiguo. Tal vez de cientos de miles de años. Ha socavado en su curso una quebrada o cajón que en algunas partes es de respetable tamaño. Llegaron al borde de la quebrada y contemplaron absolutamente horrorizados, casi posado sobre las aguas, el mismo disco que los aterró en el camino hacia Calama.

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— ¿Qué hacemos, Ralph? —preguntó Luis angustiado. Tenía unas desesperadas ganas de salir corriendo. José, repitiendo el gesto que realizó en el encuentro anterior, se sentó en el suelo con la cabeza entre las manos. Gracias a Dios que Inés no estaba ahí. — Por favor, no teman… venimos a ayudarlos… acompáñenos —su voz sonaba afectuosa. Ralph los miró resignado, se encogió de hombros y obedeció. José y Luis le siguieron. ¿Qué otra cosa podían hacer?

II Cerca del disco, se percataron que el objeto estaba posado en el terreno. Tres patas habían surgido de la base del platillo. Una puerta se abrió al costado mostrando un interior débilmente iluminado. Una rampa facilitó el acceso. Escoltados por los extraños ingresaron a la nave. Un suave olor perfumado impregnaba el ambiente. Dos sujetos vestidos con atuendo blanco los esperaban en el interior. Durante unos segundos, Luis sintió que el corazón iba a salírsele por la boca. Si bien el aspecto general de los personajes era humano, su rostro tenía diferencias que en esos momentos, demolido emocionalmente como estaba, se le antojaron espeluznantes. Sus facciones eran perfectas, anormalmente perfectas, y su cabeza parecía albergar un cerebro más grande que el humano. Sin saber que actitud tomar se volvió hacia los que los habían traído. Uno de ellos se estaba desprendiendo una máscara de increíble fidelidad respecto a los rostros humanos. La parte correspondiente al cabello rubio, que supuso no era otra cosa que pelo en abundancia, era en realidad su cráneo. El que parecía ser el jefe, se volvió a uno de los que los habían traído y preguntó: — ¿Gchisge erm ciaof ? —Ip —respondió el aludido—. Chisa noromi oiad. Ol Babalon od amma Shaggoths yolci mir od teloch od ciaof, apila ollog. —Larag train teloch —afirmó el jefe con gesto adusto— anunnaki yolci teloch a Shaggoths. Ralph abrió los ojos y sonrió relajándose. Comprendió donde estaban. ......................... (Nota de Ralph: Reconoció el idioma como enoquiano. La traducción aproximada de la conversación es la siguiente: — ¿No están aterrados? — No. Son hijos de Dios. De los malvados y malditos Shaggoths, que traen tormentos y muerte y terror, vivieron estos hombres. — Ninguno resultará muerto, los anunnakis traerán la muerte a los Shaggoths.) ..................... — No se asusten. Mi nombre, para ustedes, es Elkin —dijo el sujeto que parecía ser el jefe—. A mis compañeros pueden llamarlos Elkin -2, Elkin -3 y Annu —señaló al de la máscara y que era uno de los que los habían traído. Annu tenía un tono amarillento en su piel y los ojos eran casi el doble que los humanos, pero notoriamente rasgados, tipo oriental. Las bocas y las orejas de todos ellos eran pequeñas. Los tres sujetos eran bastante altos, estimo que de un metro noventa y cinco o más. Annu era algo mas bajo.

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— Siéntense, para poder proceder —les indicó unas oquedades que parecían estar en la pared interior de la nave. — ¿Dónde? —pregunta confundido Luis. El sujeto se ríe. Su voz parece normal según nuestros parámetros. — Acérquense hacia allá —señaló los huecos. Obedientemente se acercan. De los muros emergen superficies horizontales acolchadas que parecen ser asientos. Sendos brazos surgen de los costados sujetándolos de manera semejante a los asientos de las montañas rusas. El ambiente había adquirido una luminosidad normal tan pronto se cerró la puerta de ingreso. El color predominante en el interior era un celeste muy suave. El olor de la atmósfera se apreciaba agradable. El sector en que estaban, en apariencia, correspondía a un tercio de la nave total. — Trataremos de ser precisos y rápidos. No es conveniente que se ausenten demasiado—. Giró a lo que parecía un consola y presionó algo. Una ventana circular apareció en el costado. Afuera solo se veía la negrura del espacio. Ninguno comprendió en que momento habían emprendido el vuelo y, menos aún, ¿cómo no se habían percatado en absoluto? — Estamos a ochenta kilómetros de su planeta, una adecuada distancia para no ser molestados. Estaban mudos. ¿Qué pretendían estos sujetos? — Bien. Voy a explicarles, hasta donde sea posible, la razón por la cual los hemos traído hasta acá. — Millones de años antes que su especie fuera creada… y apareciera, este planeta ha sido visitado por diferentes especies inteligentes. La mayoría corresponden a científicos o investigadores inofensivos. Pasan por la Tierra, efectúan algunos estudios y luego siguen hacia otro mundo. Normalmente tratan de no intervenir ni contaminar el planeta. Es una norma ética acatada por todas las especies evolucionadas. Si embargo hay excepciones… ………………………. Luis se sintió incapaz de narrar el diálogo completo con estos seres, no lo recordaba en detalle. Su estado de shock era tan violento que hubo momentos en que sintió un intenso deseo de dormir. No era sensación de desmayo, sino de agotamiento extremo, de incapacidad para adaptar su mente a todas las experiencias que habían vivido los últimos días. José estaba mirando al ser con expresión de zombi y solo Ralph parecía psíquicamente preparado para la experiencia. Solo una parte de la plática la recuerda por lo normal. — ¿Por qué nos está pasando a nosotros esto? —murmuró. Elkin se volvió hacia él y respondió. — Simplemente porque ustedes estaban ahí en el momento en que “ellos” buscaban humanos y ustedes reunían las condiciones—. Que era otra forma de decir “porque estaban en el lugar equivocado en el momento equivocado”. — Los eligieron en la playa del lugar que ustedes denominan Bahía Inglesa. En el desierto los abdujeron por primer vez e implantaron dispositivos de seguimiento, control y acción sobre vuestros cuerpos. En el Hotel, efectuaron una segunda revisión para comprobar que todo estuviera marchando según sus planes. La tercera vez correspondió a una segunda abducción y fué cuando bajaban del El Tatio. En su nave efectuaron las comprobaciones finales de vuestros estados físicos y sacaron muestras de sus secreciones. El objeto final era comprobar el resultado de sus experimentos —contestó. El resto de lo conversado con estos seres perduró, gracias a lo que Ralph les aclaró después. Luis sentía incapaz, estaba demasiado confundido.

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— Son los Anunnaki. Los creadores de la especie humana, los antiguos dioses... Creía que habían desaparecido para siempre—. Informó posteriormente Ralph, bastante excitado.

III Desde hace miles de millones de años, en el Universo existe una guerra o confrontación, entre dos grupos de especies inteligentes. Aquellas de las cuales ellos forman parte y otros grupos, con gran adelanto tecnológico, pero sin evolución espiritual y carente de los más elementales principios éticos. Estas especies no provienen de las mismas líneas evolutivas que el resto. Corresponden a una evolución paralela. La vida en el Universo, cuando éste se enfrió lo suficiente como para soportar la generación y permanencia de vida, tuvo un solo origen por creación del Absoluto. Lo que nosotros llamamos Dios. La primera forma de vida, ayudada por fuerzas que no podemos comprender, evolucionó muy rápido. Tras pocos millones de años comenzaron a sembrar vida en otros mundos, los que reunieran las condiciones para ello. La vida se propagó velozmente por el Universo, galaxia tras galaxia, y evolucionó en cada planeta según las condiciones que éste aportaba al proceso. Fue una panspermia universal. Pocos millones de años después del comienzo de este proceso. En un mundo en particular, ocurrió algo extraño. Los seres que allí se desarrollaban entraron en conflicto con los otros mundos habitados y comenzaron a efectuar su propia siembra planetaria. El problema fue que esta siembra tomó un camino diametralmente opuesto a la original. Tuvo desde un comienzo características malignas. Carente de emociones. El porqué y cómo se produjo esto, se vino a conocer cuando el proceso estaba avanzado. Seres inmateriales, energéticos, provenientes de una dimensión extraña, crearon, manipularon y ayudaron desde las primeras etapas de evolución a entidades insectoides, que reunían las condiciones mas adecuadas para esta penetración. Los seres por ellos creados, a su vez, trabajaron con otros mundos, hasta lograr una enorme cantidad de planetas bajo su dominio. Al parecer los seres provenientes de esa dimensión extraña obedecían a una entidad dominante y muy poderosa. Ese se supone que sería el Gran Rebelde. El demonio por definición, el Satán de las religiones, un psicópata de una malignidad y crueldad inconcebible. Estos entes correspondes a las primeras formas de demonios que la raza humana conoció desde hace miles de años. Algunos son completamente visibles y su estructura es material, tal como la entendemos nosotros, aunque no pueden vivir de manera natural en nuestro Universo. Requieren protecciones. Otro grupo, no menos importante, es copia fiel de los seres del otro plano. Son los “invisibles” , seres energéticos, inorgánicos o, si se quiere, fantasmales, con características semejantes a un campo eléctrico. Hay gran variedad de ellos, según su origen. Extraordinariamente peligrosos debido a su accionar y, dependen por completo de la energía vital y el aura de los seres vivos de este plano. Entre los que nos encontramos nosotros. Ambos grupos de especies, en especial los invisibles, son astutos, inteligentes y, al morar en una dimensión diferente, pueden anticipar cosas que a los humanos les es imposible. Suelen presentarse como seres divinos amables en los primeros momentos. Cuando logran un cierto grado de veneración, comienzan una segunda fase con exigencias cada vez más crueles. Para los invisibles lo más frecuente es controlar con telepatía a uno o más humanos, de manera que puedan verlos, aún vagamente, induciendo anormales éxtasis en sus mentes. Siempre se aparecen a sujetos con capacidades psíquicas de videncia. En ocasiones logran hacerse visibles cuando logran juntar suficiente público, tal que puedan succionar la energía que les permita un cierto grado de materialización. Realizan algunos “milagros” menores tendientes a lograr admiración y reverencia del público que ahí se reúne. Utilizan la inclinación por lo religioso, tan marcada en los seres humanos, para lograr el control mental.

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Un detalle muy importante a tener en cuenta, es el hecho que estos entes pertenecen a ese aspecto de la Creación en que predomina el caos. Es necesario entender esto, debido a que por nuestra forma de vivir, por nuestro instinto gregario, tendemos a organizarnos en comunidades y a regir nuestras vidas por reglas y leyes. Los invisibles no tienen una estructura social organizada. Se desenvuelven en una existencia caótica en la cual solo interesa la supervivencia y el placer. Se pueden reconocer por su forma de actuar. Es muy semejante en todos los casos y se detalla en la Segunda Parte de esta historia. La mejor salvaguarda para la Humanidad es, curiosamente, el tamaño del Universo. Nos ayuda la ley de los grandes números. No es fácil que lleguen hasta acá. El problema surge cuando llegan, o mejor dicho, cuando nos incluyen en sus catálogos. Y… ese es nuestro problema actual. Ya estamos en sus catálogos… O recibimos ayuda de una instancia superior, o estamos embromados. La Humanidad será el criadero para alimentación, experimentación y reproducción de especies desalmadas y malditas. Nada más. Jamás nos dejarán evolucionar…

IV Las tripulaciones de ciertos Ovnis, es decir, de naves piloteadas por entidades no humanas, son los denominados grises y corresponden a seres provenientes de la creación extraña. Estas naves suelen confundirse con otras formas de existencia o de vida, que en raras ocasiones logran hacerse visibles. Los Ovnis, si bien en muchas ocasiones interactúan con los invisibles o vampiros energéticos, por tener el mismo origen, su devenir transcurre casi siempre en el plano material. Están organizados socialmente y poseen una avanzada tecnología y capacidades paranormales obtenidas del lado oscuro de la Creación. Del “otro Universo”. A ambos tipos de criaturas no les interesa en los más mínimo el devenir de los seres que moran en este plano. Para ellos somos simplemente material utilizable. No tienen emociones ni menos compasión. Desde nuestro punto de vista serían psicópatas avanzados. El nivel vibratorio de su cuerpo pránico es demasiado diferente a los seres de este plano, de ahí que no logren albergar un alma. Los seres materiales sufren otro tipo de problemas. No obstante su gran adelanto científico, ya que tienen millones de años de existencia, no han podido controlar bien los mecanismos de reproducción, algo falla, y falla casi siempre. Los retoños de esta raza salen de diferentes tamaños y con características alteradas. Muchos afloran extremadamente crueles o idiotas. Creen que la causa de su problema tuvo su origen hace millones de años, cuando comenzaron a generar sus hijos fuera de los úteros, en verdaderas líneas de producción. Ese “algo” que andaba mal, aparentemente tuvo su causa en un plano inmaterial… o espiritual y eso es un concepto que ellos no entienden en absoluto. Por eso tratan de obtener información de los humanos y otras especies semejantes. El problema es ¿Cómo obtener información de algo que no comprenden y que está más allá de su naturaleza misma? Por ahora, la tarea de los Anunnaki es interferir hasta donde sea posible en las incursiones de los demonios, sean grises, insectoides, reptilianos u otros. Además, cuando pueden los derriban. Existe información confusa y manipulada por las potencias, acerca de varios sitios en los cuales se habrían estrellado ovnis.

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Siempre Ralph se preguntó ¿Cómo es posible que seres capaces de llegar desde una lejana estrella se caigan de la misma manera que una avioneta Piper en mal estado? La respuesta era simple. No se caen, los derriban… y los que los derriban no son humanos… El último mensaje de los Anunnaki y que impactó profundamente a Ralph es el que se transcribe a continuación: Los seres humanos, como especie, tienen grandes potencialidades. En el campo de los denominado fenómenos paranormales son capaces de verdaderas proezas, pero, para lograr su desarrollo máximo, es necesario que se unan. La Humanidad sintonizada como UN TODO, generaría una egrégora formidable, capaz de enfrentar cualquier amenaza. Es por eso que los entes se han encargado desde el comienzo de los tiempos, que los humanos no “sean como dioses”. Para esto han recurrido a varias estrategias: los idiomas, las religiones, las razas, los países, las clases sociales, en fin, cualquier truco que los mantenga divididos y débiles. Solo así somos vulnerables y pueden cosecharnos como ganado. Han engañado a los hombres desde los comienzos. El mensaje de Cristo “amaos los unos a los otros”, busca precisamente esa unión. Es el único camino, y no es para darle gusto a un Dios caprichoso, sino para salvarnos a nosotros mismos de un destino infernal. Si esto no se logra, estamos perdidos y condenados para siempre a ser alimento de otros entes. Estamos prisioneros.

XV. El dificultoso retorno.

I Después del increíble encuentro con los seres a los que terminaron por denominar Anunnakis, en algo les volvió el alma al cuerpo. Después de todo, no estaban solos… pero ¿Por qué la Humanidad ignora todo esto? ¿Cómo no se dan cuenta que ocurre algo muy anormal en la vida del planeta? Pareciera que una poderosa fuerza psíquica mantiene adormilados a los hombres para que se mantengan sumisos. La Humanidad es una especie astuta y brutalmente engañada. Esto se aclara en gran medida recurriendo al origen etimológico de las denominaciones de lo demonios. Del griego. La palabra demonio aparentemente es derivada de daio: "dividir". Demonio también es sinónimo de diablo De la raíz del verbo griego “diabálló”, que significa, entre otras cosas: "calumniar, falsear, mentir". De entre todas las acepciones posibles "calumniador, falseador, mentiroso" es la apropiada. La antigua percepción intuitiva de los humanos respecto a las características del ente es genial: Alguien que divide y que además se caracteriza por calumniador, falseador y mentiroso. Con esto basta para aclarar el lío en que la Humanidad está metida y con que clase de entidades les toca lidiar. Es un hecho que solos no van a poder librarse…

II En casa de Juan Carlos, Ralph, según lo prometido, les hizo entrega de las cápsulas de suicidio. Repitió, por si la memoria les traicionaba, la forma de emplear esa sustancia. Se sobreentendía que solo se trataba, por sus características de irreversibilidad, de una opción última.

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Estaban de acuerdo, ninguno de ellos deseaba suicidarse. Eran demasiado jóvenes y todos tenían planes e ilusiones de realización futura. Parecía increíble haber llegado a esta situación. No ganaban nada con lamentarse ante lo ocurrido… ¿Podrían haber hecho algo?... Quizás. No haber venido hasta acá era lo único que tenían claro. Los designios del Altísimo estaban mucho más allá de la comprensión de Luis y sus amigos. Alguna razón habría. Ralph, con Sunniva tomada de su brazo, que lo aferraba como buscando protección, constituían un curioso espectáculo para Luis, que conocía el origen de ella. Para el resto de la población calameña no eran otra cosa sino turistas de paseo. — Ralph ¿Para qué nos llevaron estos seres a su nave…? No comprendo — preguntó Luis mas tarde. Ralph lo miró sonriendo. — He pensado lo mismo —respondió— y solo se me ocurre una explicación. Para que no nos desesperemos, para que no nos sintamos solos e impotentes. Que mantengamos la fe al saber que existen seres a los cuales les importamos desinteresadamente. — Es verdad, es la única explicación lógica… estos seres al parecer están hace tiempo entre nosotros… recuerdo lo que me contó un amigo de Chiloé. Existe una leyenda allá que en una isla en el archipiélago del sur de Chile hay una base de extraterrestres… creo que son éstos. La descripción coincide. ¡Vaya... quien se lo hubiera imaginado! Vivimos sumergidos en un mundo tan gris y triste para la mayoría… y parece que no es para nada así… .......................... Hay un tenebroso hecho que no se puede dejar pasar en esta narración, aunque en ese momento ignoraban lo que podía implicar. La misma noche de la generosa y voluntaria abducción por parte de los Anunnakis, ocurrió algo muy raro. Ya en casa de Juan Carlos, Ralph, el único anímicamente en buen estado, les narró a Juan Carlos y María los detalles de la extraordinaria experiencia. Luis, aunque fatigado, su mente se negaba a conducirlo al sueño. En la oscuridad de su pieza, conversó largo rato con Inés antes que el agotamiento los venciera por completo. Deben haber sido cerca de las cinco de la madrugada cuando un ruido, semejante a un zumbido, los despertó de manera súbita. Le vibraban hasta los huesos. Se sentó en la cama. En medio de las penumbras de la habitación estaba Laura. Su cuerpo, apenas cubierto por su camisa de dormir, emitía una notoria fosforescencia. Su rostro, vuelto hacia ellos, estaba terriblemente desfigurado. Con los ojos desorbitados y la boca abierta intenta decirles algo. Inés se baja de la cama y se acerca a ella intentando tranquilizarla. — Inés… no te acerques… ten cuidado —fue lo único que Luis atinó a decir. Se levantó con premura para detener a su pareja. El instinto le dice que “eso” que está en la estancia no es Laura o bien es una Laura completamente manipulada. — Por favor, no la vayas a abrazar… recuerda lo que pasó en San Pedro —casi grita. Gracias a Dios, Inés recapacita a tiempo. Laura, con los brazos estirados como esperando un abrazo de su amiga, parece enfurecerse y avanza hacia Inés. Está cambiando con rapidez. Sus manos y su cuerpo se adelgazan al momento que sus ojos se agrandan ostensiblemente. Emite un grito gutural aterrador; una luminosidad intensa inunda la habitación, luego el ruido de un chasquido y todo queda en silencio. Espantados salen al pasillo. Juan Carlos y María se asoman con evidente expresión de asombro..

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— Fue solo una pesadilla… por favor disculpen… está muy nerviosa —les explicó Luis—. Mañana te cuento Juan Carlos. Se dirige a la pieza donde duermen José y Laura. Se acerca despacio a la puerta y la abre con suavidad. La débil luminosidad del pasillo permite ver apenas el interior, no obstante es suficiente para percatarse que en la amplia cama matrimonial se observan dos bultos. Para él queda claro que ambos amigos están durmiendo. Lo único que le desconcierta es el hecho que no se hayan despertado con todo el lío que ocurrió en el otro dormitorio, máximo cuando ambas piezas colindan. — Están aquí —le dice a Inés—, están durmiendo — Son los únicos que no se despertaron —responde. Ralph aparece en esos momentos. Su habitación está al otro lado de la casa. Nos pregunta por lo acontecido. Le narran brevemente la extraña experiencia y concluyen explicándole que la pareja está durmiendo en su habitación. Ralph se nota alarmado. — Yo trataría de confirmarlo mejor —dice, al momento en que se dirige decidido a la estancia de José y Laura. Ingresa sin mayores preámbulos y se acerca a la cama. Con una linterna que porta, ilumina el rostro de José. Parece dormir profundamente. Luego ilumina a Laura y nos hace un gesto con la mano. Nos acercamos. — ¡Qué diablos es eso! —exclama despacio Luis. Al lado de José está lo que, evidentemente, debe ser un cadáver no humano. Un ser semejante a los grises, pero más grande. Está muerto, no les cabe duda. Ahora, el cómo pudo llegar hasta ahí, solo les queda conjeturar. Pero ¿Dónde está Laura? — Se trata de un intercambio. Suelen hacerlo cuando se encuentran muy acosados. Así se mantiene el balance de humanos en la zona. No creo que dure demasiado, de lo contrario se la habrían llevado sin mayores contemplaciones. Recemos porque la devuelvan. De seguro está demasiado intervenida. Por ahora no podemos hacer nada más. Tranquilicémonos y tratemos de dormir, es muy probable que mañana esté todo normal, al menos en apariencia. José parecía estar en un trance profundo y no creyeron se fuera a despertar pronto. Resignados, pero con los nervios deshechos se retiran a intentar seguir durmiendo

Martes 17 de enero de 1978

III Como había predicho Ralph, Laura amaneció en su cama sin recordar nada en absoluto. Se le notaba ojerosa, demacrada y su estado de conciencia era propio de una persona drogada. Ninguno de los testigos de la espantosa experiencia de anoche dijo palabra alguna. No tenía sentido agregar más horror a lo ya vivido. Se reunieron cerca de las doce del día. Después de meditarlo algunos segundos optaron por salir hacia el sector de la plaza y ubicar algún restorán más o menos desocupado para comer algo. No deseaban darle trabajo a María. Juan Carlos estaba en sus quehaceres en la Planta. Ralph les contó que, dadas las circunstancias, había reservado pasajes para Santiago para el día siguiente. En esa época los aviones comerciales llegaban solo tres días a la semana a Calama. Otra alternativa era irse en un bus interprovincial hasta la ciudad de Antofagasta donde había viajes diarios. Y, una tercera alternativa, era arrendar una avioneta particular del club aéreo de la zona y que éste les dejara en el aeropuerto de Antofagasta. — No sé que opinas tú Ralph, pero me da miedo irme en avioneta. Temo que podrían atacarnos.

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— Opino lo mismo, por eso encontré preferible esperar hasta mañana. Nos da algo de tiempo para embarcar los vehículos en los camiones que van a Santiago y así poder hacer todo con más calma. Acuerdo unánime. Esperarían hasta el otro día a las seis de la tarde; el avión despegaba alrededor de las siete. La pista, muy rústica, no tenía luces para ayudar al aterrizaje, pero en enero, a las siete de la tarde el sol pegaba aún con fuerza. Lo único diferente era el sentido que tenía que tomar el avión para aterrizar, condicionado por los vientos, lo hacía apuntar directamente al sol poniente. También para el despegue. Aún les quedaban treinta y seis horas de permanencia en la zona. El resto de la tarde lo ocuparon en pasear por el pequeño poblado, adquirir algunas artesanías indígenas y descansar. Inés, por su parte se concentró profundamente en sus apuntes; una gruesa libreta que portaba para todos lados. La cantidad de hojas manuscritas era sorprendente. Lo único que pretendían de esas treinta y seis horas era un poco de paz. Que los dejaran tranquilos. Ralph les efectuó una última advertencia. Era muy probable que los cuatro estuvieran implantados por los demonios, al igual que lo estuvo Sunniva. Consultó si deseaban investigarlo ahora, en la casa, o dejarlo para después, en Santiago. — He pensado en eso, Ralph, pero, ¿sabes? tengo la sospecha que una de las razones fundamentales por la que los Anunnakis nos llevaron a su nave fue, precisamente, para retirarnos estos implantes. No se comprendería que tan solo para informarnos hubieran tenido que realizar tanta parafernalia… el ovni oculto en Topater… el viaje espacial… el descubrir su verdadero aspecto… etc. —Tienes toda la razón, Luis… toda la razón… no lo había pensado de ese modo. Sin embargo, solo por salir de dudas, ¿aceptarían una inspección radiestésica con un péndulo? —reflexionó Ralph. Se miraron los cuatro y sin dudar un segundo, aceptaron. La sesión se efectuó en la pieza de Ralph. Tenía allí sus instrumentos de trabajo. Resumiendo. Según el análisis, de los cuatro, tres tenían algo muy superficial en la zona del cuello, cerca de la garganta, en el quinto chacra, según les explicó. Laura tenía incrustado más de un aparato en el cuerpo y a mayor profundidad. Esto último lo comunicó Ralph a Luis en privado, horas después. Ralph pidió que lo dejaran solo un par de horas, para efectuar un trabajo algo difícil de explicar, y que no se retiraran de la casa de Juan Carlos. Efectivamente, cerca de las nueve de la noche los invitó a caminar por los alrededores. — El resultado es muy bueno. Lo que tienen implantado es un anti localizador; es decir, los nórdicos, y no imagino como lo hicieron, pusieron en los cuerpos de ustedes tres, un dispositivo que anula las señales de los grises. Los hace casi invisibles al sondeo. »Es para evitar que los localicen por medio de la señal que emite el dispositivo que implantan los demonios. En buenas cuentas, es casi como un amuleto, una protección electrónica muy sofisticada. Imagino que también debe servir para que los nórdicos sepan en donde están —terminó riéndose— ¡Qué mundo éste! Aunque no lo mencionaron, para todos quedaba pendiente la terrible situación en que se encontraba Laura Cortés. No imaginaban como podrían solucionarlo.

IV Esa noche, milagrosamente, no ocurrió nada extraordinario, en apariencia. El día siguiente, el ansiado día del retorno a Santiago, pareció ser de una normalidad tan absoluta que los asustó. Los cinco

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turistas amanecieron de buen talante, después de haber dormido casi diez horas con ayuda de tranquilizantes, obvio, pero eso era un detalle menor. En la mañana fueron a entregar los vehículos a la empresa de transporte y optaron por almorzar en un restorán cercano a la plaza. Hubo un momento un tanto cómico en que Inés se aterró al ver dos sujetos con aspecto de gringos circulando. Resultó ser que eran mormones, miembros de otro movimiento religioso que tuvo su inicio en un raro contacto de Joseph Smith, el fundador, con el “ángel Moroni”. Sin comentarios… La presentación en el aeródromo, ya que no daba para clasificarlo en mayor categoría, debía hacerse a las cinco de la tarde. Sabían, por averiguaciones, que el control policial era terriblemente exagerado. La policía hacía todo lo posible por incomodar hasta lo inimaginable la vida de los ciudadanos de la zona. La dictadura se manifestaba con toda su fuerza. Puntuales se presentaron a la hora señalada, aún sabiendo que tendrían que esperar cerca de una hora. El examen de documentos, de maletas y del vestuario fué exhaustivo. En el momento de pasar el sensor manual de metales por la ropa de Ralph. El aparato detectó mediante un pequeño pito, algo en uno de sus bolsillos. El sujeto a cargo de la tarea le obligó a vaciar el bolsillo. La cápsula de suicidio quedó ubicada en el mesón de la oficina. El aspecto nórdico de Ralph, sumado a sus modales educados, parece que fueron demasiado para los burdos y prepotentes sujetos. — ¿Y qué es esto? ¿No se tratará de una droga… usted sabe a que me refiero…no? —preguntó de malas maneras. — Para nada… es un medicamento para el corazón —mintió Ralph. — Yo también tomo medicamentos para el corazón y no recuerdo este remedio… - le dijo el sujeto —lo voy a tener que requisar para analizarlo… porque si se trata de cocaína u otra cosa vamos a tener serios problemas… — Es preferible consultar primero un médico… puede ser peligroso —Ralph trató de convencerlo. No hubo caso. Inés, siempre atenta, les comentó momentos después haber escuchado al individuo conversar con otro, diciéndole algo como: — Estos gringos de mierda tienen lo mejor en remedios… lo voy a probar mas tarde… seguro es de última generación… No volvieron a ver al individuo. Poco más tarde se alejó raudo del aeropuerto. Sin duda quería probar el milagroso remedio. Buena suerte muchacho… Faltarían unos diez minutos para las seis de la tarde cuando pudieron distinguir a lo lejos el avión. Venía a dejar y tomar pasajeros para retornar de inmediato a Antofagasta y de ahí a Santiago. Era un antiguo Boeing 727.

V El apacible y normal día llegaba a su fin. Lamentablemente. La pista está orientada en sentido Este – Oeste, por lo que el avión debe realizar una curva alejándose más allá de Calama para poder aterrizar. El fuerte viento proveniente de la costa obligaba a realizar esta maniobra. El público apostado en el lugar, tanto viajeros como acompañantes, disponían de un amplio ventanal para contemplar el aterrizaje.

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Fue en el momento en que el avión se encontraba al comienzo de la pista, a punto de tocar tierra, cuando contemplaron sorprendidos como la aeronave, emitiendo un ensordecedor ruido por sus turbinas, volvía a levantar vuelo. — Vaya… ¿Qué es lo que está pasando?... —dijo alguien. — No le gustó la pista —comentó un chistoso. El avión no se limitó a elevarse, sino que en una arriesgada maniobra, se desvió a muy baja altura hacia la derecha. — Hay algo en la pista —comentó Inés— hacia el final… ¡Oh, Dios mío! ¡Oh, Dios mío!... Luis no necesitó más explicaciones, aún antes de intentar mirar, ya sabía lo que estaba ocurriendo. Un objeto extraordinariamente luminoso estaba suspendido al final de la pista. Su forma era inconfundible. ¿Qué pretendían los alien con esta actitud? ¿Derribar el avión? ¿Asustar? ¿Para qué?... — Es difícil comprender muchas de las acciones de éstos sujetos —explicó Ralph—, tal vez están haciendo una demostración de poder…12 Para mí es evidente que no pretenden ocultarse. O bien están cosechando energía… Algunos opinan que “los Dioses son bromistas”. Al segundo intento, tras una larga trayectoria el Boeing tomó nuevamente posición de acercamiento y logró aterrizar. El extraño objeto se había disparado a velocidad impresionante hacia la costa. Al fin lograron abordar, no sin cierto recelo. Luis estaba muy preocupado por Inés, le notaba claros síntomas de perturbación mental. Cuando subió al avión portaba un rosario y rezaba en un murmullo claramente audible, al menos para sus compañeros. José mantenía su actitud de zombi, nada parecía importarle. Laura, por su parte estaba cada vez mas cambiada; hubo momentos en que tuvo la terrible sospecha que quizás no fuera la querida amiga, la de los impresionantes ojos almendrados. Inés estaba comenzando a demostrar de nuevo síntomas psicóticos. — Yo no sé para que hemos gastado todo este dinero en avión y en mandar nuestros autos por flete si existen esos caballeros tan gentiles que nos ahorraron trescientos kilómetros en el desierto de Atacama —comentó en voz alta Inés, como lo más natural del mundo. Veinte minutos después, el avión iniciaba tranquilamente su acercamiento al aeródromo de Cerro Moreno de Antofagasta. Lo normal en este lugar, es que todos se mantengan en el avión mientras ingresan nuevos pasajeros y cargan maletas. Para sorpresa de todos, la azafata les solicitó que, por órdenes del capitán de la nave, descendieran de la aeronave. Sin más explicaciones. Al bajar hacia la sala de espera Luis contempló espantado, hacia el sur, una estrella demasiado brillante. Fue el único que se percató de lo anómalo del fenómeno. Para los demás, si es que miraron el cielo, era solo una estrella más, Venus quizás. Caminando desganados, se dirigieron a las oficinas de pasajeros en tránsito. ¿Hasta cuándo iba a durar todo esto? Mierda de mundo… ¿Es qué acaso no existen otros humanos en todo planeta para que la hayan tomado con nosotros?- pensó Luis exasperado. Recordó la explicación del Anunnaki. Habían sido ellos y no otros los seleccionados para un experimento. Por eso.

12 Un hecho semejante al aquí narrado ocurrió en la noche del 31 de julio de 1995 en el aeródromo de la austral ciudad argentina de Bariloche a un avión comercial, un Boeing 727– 200.

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VI Mientras descansaban en el Terminal Aéreo, Ralph, empleando sus prismáticos, no apartaba su vista de la brillante estrella. — ¡Increíble! —exclamó de pronto. Luis saltó como resorte y corrió al ventanal. — Primera vez que tengo la felicidad de ver un ataque en directo —comentó—. Una nítida línea plateada se le fue encima a la “estrella”. Parece que le disparó algo… no cabe duda. Los nórdicos estaban empezando a poner orden. Quince minutos después la azafata invitó a retornar a la aeronave. Cualquiera que fuera el problema técnico, éste se había solucionado. Poco después se enteraron, por Ralph, que los habían hecho bajar debido a que ninguno de los instrumentos del avión funcionaba. Sin razón aparente, los instrumentos habían dejado de funcionar, luego se habían normalizado espontáneamente. El capitán había optado por seguir su viaje, ya tenían una hora de atraso. Eran cerca de las nueve de la noche. El sol se hundía con lentitud en el horizonte marino y comenzaba a oscurecer. Algo que conversó Luis después con Ralph y confirmó lo que suponía: los pilotos de líneas aéreas deben estar informados de este tipo de fenómenos anómalos y, aunque no lo comenten ni con su esposa, saben lo que puede acontecer y que medidas mínimas tomar. Al retirarse el Ovni, supieron que los habían dejado en paz y podían continuar su ya atrasado vuelo. El viaje a Santiago transcurrió en relativa paz. Solo Inés puso la nota discordante. Juraba que en uno de los asientos delanteros iba uno de esos gentiles caballeros de la sala de operaciones. Pero claro, iba muy bien disfrazado. Ninguno supo que pensar… capaz que fuera cierto. Cuando volaban a la altura de La Serena, donde se encuentra el valle de Elqui, ya famoso por sus avistamientos anómalos, Ralph señaló algo hacia la costa. Bastante alejado pero aún visible se distinguía un pequeño círculo plateado. Los estaban escoltando. Gracias a Dios. Cuesta expresar la alegría del grupo cuando tocaron loza en el aeropuerto de Santiago: Pudahuel. Les faltó besar el suelo. Necesitaban planificar las actividades para los próximos días, aún restaban bastantes no empleados de sus vacaciones. El paseo al norte había ocupado solo la mitad del tiempo programado. Jamás habrían imaginado que tendrían que salir huyendo. Deprimido, Luis se hacía la pregunta: ¿A cuantas personas les ha ocurrido lo que a nosotros?... creo que a nadie. Éramos los reyes de la mala suerte… su ánimo pasaba de angustiado a furioso. Días después se refugió en el denominado “consuelo de los tontos”. No eran los únicos, según relató Ralph, mas aún, habían tenido suerte. Por lo general esos entes cuando toman a una persona la liquidan. Sea por la vía del rapto o matándola. Según ellos, el mejor silencio es el de un cadáver. Les importamos menos que insectos… Decidieron juntarse la tarde siguiente en casa de Luis u otro sitio a elegir. Inés se ofreció a acompañar a Laura, pero esta declinó. Dijo estar muy cansada y quería dormir todo lo posible. Pareció muy comprensible aunque bastante riesgoso. Pensándolo bien y de manera bastante egoísta, Luis optó por no insistir. No fuera a ser cosa que Inés se transformara en otra Laura más. Con uno malogrado era suficiente. ¡Oh, Dios mío, es ahora cuando se te necesita, no en la Iglesia! Luis afirmó después: “No puedo decir que esa noche dormí como angelito. Desperté varias veces completamente desorientado, no sabía donde estaba”.

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Miércoles 18 de enero de 1978

XVI. Dos días de reflexión.

I

Luis tuvo la astuta idea de no comunicar a nadie su anticipado retorno a Santiago. El resto de sus compañeros, de manera espontánea, hicieron lo mismo. ¿Qué otra alternativa tenían? Ralph les había advertido de la inconveniencia de divulgar las espantosas experiencias. Salvo un pequeño grupo de investigadores del fenómeno Ovni, la sociedad en general tenía una actitud escéptica. La mañana siguiente lo llamó Inés. No había podido ubicar a Laura. — Puede que esté con su familia —sugirió. — No se me ocurre otra cosa. Lo malo es que no tengo idea donde ubicar a su familia… fíjate que ahora… me acabo de percatar que Laura jamás me ha hablado de sus parientes. Su forma de ser, tan festiva, echando todo a la broma, me bloqueó siempre cuando traté de preguntarle algo personal… ¿Por qué no te comunicas con José? El debe saber algo. Lo llamó de inmediato. José sonó un tanto adormilado, pero aún así insistió. Su sorpresa fue mayúscula cuando respondió que no tenía idea. La relación con Laura databa solo de hacía tres meses y lo que más hacían era juntarse para tener sexo. No conversaban demasiado, solo lo justo y necesario para mantener una atmósfera festiva. A José le encantaba Laura y poco le importaban sus orígenes. — José, es decir ¿No tienes idea de quien es realmente Laura Cortés? —preguntó asombrado. — Como que no. La conozco enterita —contestó riéndose— mira… sé que trabaja en…—citó el nombre de una Empresa. — Está bien… perdona que te haya despertado. Ocurre que Laura no está en su departamento y, con Inés estamos preocupados. — No se preocupen. Debe andar de compras, es lo que mas le gusta —respondió bostezando. Ubicó en el Directorio telefónico el número de la Empresa en que trabajaba Laura y llamó. Ahí entró en franca paranoia. Nadie conocía a Laura Cortés. No entendía nada. ¿Con que finalidad los iba a engañar en relación a su lugar de trabajo? Arrendaba un departamento, por lo que necesariamente debía tener ingresos. Pero ¿Cómo? Durante unos instantes le asaltó la duda que quizás Laura fuera prostituta, tenía algo del carácter esperable en ese tipo de mujeres.

II Agotado, volvió a dormirse. De almuerzo, ni soñar. En esos instantes lo que menos sentía era hambre. En el momento de ir a acostarse, a las dos de la tarde, no pudo evitar mirar el cielo, se veía despejado y límpido. La cordillera imponente y sin nieve en esta época, le hizo sentirse gratamente en casa. Por fin. Se sentía frustrado por las abortadas vacaciones, por todos los malos ratos y las espantosas experiencias. A pesar de todo, debía reconocer un cambio total en su apreciación de la vida, de la existencia y del Universo. Sin embargo un vacío angustioso llenaba su espíritu. No se trataba solo de compensar los malos ratos pasados, era mas profundo, era la necesidad de reconciliarse con la existencia en este planeta, de pensar que aún valía la pena estar aquí, y que si existía un poder superior, éste también tenía una cara amable. Probablemente la cercanía del mar aplacara esa tensión interior que no lograba soltar.

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En verdad necesitaba descansar, olvidarse del infierno. Olvidarse que, para otros seres, la humanidad no era sino conejillos de Indias, materia prima... Algunos días contemplando el océano, el mar, el ambiente madre de los seres de este planeta... Viña del Mar podría ser una buena alternativa, quedaba cerca y era agradable y acogedor. Lo consultaría con sus amigos, esperaba que Inés tuviera ánimo aún. Había una terrible lógica en tanto horror. La vida en nuestro planeta es cruel, la naturaleza, implacable. El más poderoso abusa y mata al más débil. El pez grande se come al chico… ¿No veía por qué el resto del Universo debía ser diferente? ¿Quién diablos hizo un Universo tan espantoso? y ¿Para qué? La explicación de los Anunnaki, respecto a la lucha entre dos fuerzas, calzaba perfectamente y era la única explicación del actual estado de cosas. Otro aspecto que lo deprimió por completo, fue resignarse a la funesta intervención extraterrestre en el devenir de la Humanidad. Aún le costaba aceptar que el accionar de los hombres estuviera influenciado y manipulado por fuerzas diabólicas y que para esos entes no fuéramos otra cosa que comida… Transpirando logró conciliar el sueño. ………………… Lo despertó el teléfono. Gracias a Dios era Ralph, estaba atorado de preguntas y le sugirió que viniera a su departamento o se juntaran en algún restorán a cenar. Lo último le agradó y le pidió que convidara a sus tres compañeros de “aventuras”. Sentía todo lo que le rodeaba tan normal que le costaba creer que lo ocurrido en el norte fuera real. ¿No habría sido una pesadilla?... Se controló, temeroso de caer en un estado psicótico como había ocurrido con Inés. Pobre Inés, ¿Qué conflictos encerraría su hermosa cabeza que la hacían enloquecer ante una situación límite? y... José, buen hombre y buen amigo, tan simple en su mirada ante la vida, pero tan sin dobleces... ¿Por qué a ellos, un grupo de personas afables, tuvo que ocurrirles eso? Pareciera ser el sino de los hombres de Dios, el sufrimiento y el abuso. Ojalá Ralph tuviera una explicación para tanta injusticia… A las nueve de la noche se juntaron en un restorán de la calle Vitacura. Ante la sorpresa del grupo, Laura apareció como si tal cosa, como siempre muerta de la risa. Llamó la atención lo excesivamente maquillada que se encontraba. También sorprendió ver que portaba gafas oscuras. Parecían ser lentes ópticos. Ignoraban que tuviera problemas en la vista. La cena transcurrió en un ambiente de normalidad tan completo que llegó a dar miedo. O el grupo tenía una capacidad asombrosa para sobreponerse al horror o el trauma había superado sus capacidades de asimilación y estaban todos bloqueados. El proyecto de relajarse unos pocos días en Viña del Mar tomó fuerza de inmediato. Todos sentían la misma sensación de vacaciones abortadas y se merecían una pequeña vuelta de mano. El camino a la costa, en esa época, no era de doble calzada como ahora, esto hacía un poco mas lento el trayecto, pero en todo caso, el viaje completo, de puerta a puerta no debería demorar más de dos horas. Eran en total unos ciento veinte kilómetros, se pasaba por dos pequeños poblados: Curacaví y Casablanca. Se sentían absolutamente seguros en ese camino. El tránsito era abundante, casi excesivo en verano. Laura mencionó, por casualidad, tener amigos en un fundo cerca de Curacaví y si lo deseaban y tenían tiempo, podrían pasar a visitarlos. Eran personas muy acogedoras y sería una grata experiencia. Les pareció una buena idea para rematar los pocos pero agradables días de relajo. Como la distancia era mínima, en comparación a la cubierta en el viaje a San Pedro de Atacama, no necesitaban llevar comestibles ni nada parecido. Solo ropa y bronceadores. La capa de ozono se estaba debilitando peligrosamente. Acordaron reunirse al día subsiguiente. Optaron por ir en dos automóviles, aunque parecía una redundancia, Laura insistió por la mayor libertad que otorgaba el que cada pareja tuviera sus propios medios de transporte. Sonó muy lógico.

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Ralph, por su parte se abstuvo de incorporarse al paseo, debía aún preocuparse de Sunniva. En esos momentos estaba en casa de unos amigos en Santiago. Los contactos con la Embajada de Noruega habían sido positivos y el embajador en persona iría a buscarla. Ralph les había narrado, como pudo, la experiencia de la pobre muchacha. Ralph les contó, bastante sorprendido, la expresión del diplomático cuando le explicó cómo y dónde había encontrado a Sunniva. Creyó que lo iba a tomar por chiflado, pero, para su sorpresa, el embajador resultó ser un firme creyente del fenómeno Ovni y de lo paranormal. Al parecer tenía información privilegiada. No se asombró para nada, más aún, mencionó que no era el único caso de abducción en Noruega. Sunniva estaba siendo buscada hacía meses en su país. Figuraba en una lista de personas desaparecidas. También opinó que las grandes potencias tenían un siniestro trato con entidades no humanas y esa era la principal causa del ocultamiento. En esa época de dictadura en Chile, las puertas de muchas embajadas estaban controladas por agentes del régimen. Era para impedir que algunos buscados personeros de izquierda trataran de asilarse. Por lo tanto la única forma segura de ingresarla era que lo hiciera con él en persona. No se podía arriesgar a Sunniva a otra experiencia de terror. Mañana Sunniva sería internada por la embajada en una Clínica para un examen completo. Estaría bajo protección, todo el tiempo necesario, por personeros de esa repartición diplomática. Un último detalle curioso, el embajador también opinó que era imprescindible mantener toda la situación en secreto, especialmente de los norteamericanos.

III Jueves 19 de enero de 1978 El siguiente día, Luis lo asumió como descanso absoluto. En realidad lo único que deseaba era dormir y relajarse. Aprovechó para informarse lo más posible del fenómeno Ovni. El libro de Antonio Rivera, “El Gran Misterio de los Platillos Volantes” al parecer, era lo más completo en aquella época. No pudo negar el resabio de miedo que le dejó la lectura de ese libro. Puede que mucho de la casuística ahí narrada no sea absolutamente real, o esté distorsionada, debido a la gran confusión que queda después de una de éstas experiencias. Pero, en general la mayoría de las vivencias son efectivas. Un caso le llamó mucho la atención: es un análisis comparativo que hace Rivera entre las fotografías tomadas por una sonda enviada al planeta Marte y otras correspondientes a la Luna. Parecen ser idénticas. Es decir, o la NASA engañó al público con las imágenes o “algo” desconocido manipuló las imágenes de Marte. O se trata de una casualidad increíble. Aún no se había cuestionado la llegada del hombre a la Luna, como está ocurriendo ahora. ¿Cómo se puede explicar que después de una inversión multimillonaria en investigación y desarrollo, en la cual el mayor gasto ya estaba efectuado, el hombre no haya vuelto jamás a nuestro satélite? Se habla de ahorrar en gastos inmensos y se menciona que la exploración Lunar no ofrece ventajas económicas. ¿No ofrece ventajas? ¿Cómo lo van a saber si no han efectuado dichas exploraciones? ¿Por qué Rusia, en plena Guerra Fría no hizo el más mínimo amago de llegar a la Luna? ¿Cómo se entiende que EE.UU. hable de economías cuando no vacila en gastar cientos de miles de millones de dólares en invasiones y guerras absurdas e injustas y en que no dudan en mandar a su juventud a la muerte? Con el sorprendente avance tecnológico, sobre todo en el campo de la electrónica, un viaje debería ser más fácil y económico de realizar. Mal que mal han puesto robots en Marte que está “algo” más lejos que

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la Luna. Y ¿De dónde salió este avance en microelectrónica tan espectacular que logró reducir el costo de un computador de millones de dólares a solo unos cientos y con una capacidad miles de veces superior? ¿Por qué no se ha logrado algo semejante en otros aspectos del desarrollo científico? Los automóviles siguen funcionando de manera idéntica a los que hizo Henry Ford hace casi un siglo: la explosión controlada de un combustible. Los aviones vuelan por obra y gracia de un impulsor (hélices o reactores) y todos se componen de un tubo con alas. El avance ha sido en tecnología de metales, electrónica y adición de nuevos materiales, tal como los plásticos, pero el concepto de fondo en que se basan estos ingenios no ha evolucionado nada. Absolutamente nada. ¿Les habrán prohibido ir a la Luna? y ¿Quiénes y por qué?... “Será verdad que estamos presos en el planeta, como criadero por unas especies malditas.” De ser así, se comprende que las potencias pretendan ocultar la espantosa verdad a la Humanidad. Esa noche se duerme bastante tarde. Tarde para quien pretende viajar temprano al día siguiente. ¡Qué manera de trastocarse su vida y sus valores en tan pocos días! Poco a poco se sumerge en un profundo abismo onírico… ………………..…………….................................................................................................. Segundo contacto onírico – telepático de Luis Valdés con una entidad no humana ………………………………................................................................................................. Estoy conversando con un ser de raro aspecto. Mucha cabeza y poco cuerpo. Ojos tapados por lentes oscuros, lo que le da la apariencia de tener ojos gigantes. ¿O son sus ojos? — ¿Hasta cuándo van a estar ustedes aquí? ¿No se dan cuenta que molestan y hacen daño? —le pregunto —Nosotros también necesitamos alimentarnos —me responde muy serio—. Por ahora estamos efectuando otra siembra en un planeta a veinte años luz de aquí… cuando esté listo los dejaremos tranquilos y solitos —termina con gesto despectivo. — ¿Veinte años luz? —le contesto— no se puede sobrepasar la velocidad de la luz. ¿Cómo lo hacen? — ¡Ja!... Eso es lo que nosotros queremos que ustedes crean. Sí se puede sobrepasar, pero hay que saber el cómo. Ustedes, como son estúpidos, están investigando por el lado equivocado… desde luego influenciados por nosotros… no van a llegar a ninguna parte por ese camino —me respondió sonriendo con tono doctoral y suficiente. — ¿Dios no se opone a que ustedes nos tengan sojuzgados? —le pregunto. — Por el mismo motivo que Dios no se opone a que ustedes tengan sojuzgadas a todas las otras especies de vuestro mundo —me contesta riéndose. — Pero nosotros somos seres racionales e inteligentes —respondo enojado—, no es lo mismo. — Ustedes se matan y perjudican entre ustedes, los de la misma especie… nosotros no hacemos eso —me contesta muy suelto de cuerpo. — Mire —le respondo—. Tengo la sospecha que muchos de nuestros problemas han sido fabricados por ustedes. — Sí, es verdad, algunos —me parece que se sonroja—, pero valga a modo de compensación. Si no los hubiéramos manipulado genéticamente, todavía andarían arriba de los árboles, como monos.

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— ¿Ustedes son los Dioses? —pregunto realmente sorprendido—. No lo puedo creer. — Cuando digo “nosotros” me estoy refiriendo a las inteligencias no humanas… nosotros exactamente no fuimos, fueron los Anunnakis… pero da lo mismo —me contesta en el colmo de la frescura. — Pero... ¿En realidad existe Dios? —Pregunto enojado— no me gusta nada este Dios. — Depende de lo que entiendas por Dios —contesta haciéndose el confundido. — Sabes perfectamente a lo que me refiero —le digo con firmeza. — Mira, es un tema que no me agrada tocar, me acarrea muchos problemas existenciales —responde con pena —mi especie ya eligió su Dios y no pensamos cambiarlo, por mucho que insistan. La verdad es que no podemos... — ¿Vuestro Dios es el que llaman Sothoth? —pregunto con sorna. — ¡Ah! Ya sabía que no se podía conversar con personas tan poco civilizadas como ustedes —responde alterado. — Pero… ¿Por qué? ¿Qué tiene de especial Sothoth? —consulto. Para mi sorpresa el sujeto comienza a emitir unos rarísimos gritos, porque supongo que son gritos después de todo. Se lleva sus larguísimas manos a la enorme cabeza en un claro gesto de consternación. Me dio lástima en ese momento. Se veía realmente asustado. — Veo que no amas realmente a tu Dios —le digo con seriedad— malo… muy malo. — Si lo conocieras… —se puso a llorar desconsolado—. Son puras amenazas y castigos. No está nunca conforme… Con decirte que me estoy volviendo ateo… Además su aspecto es espantoso... horrible... inimaginable. Apenado por su dolor trato de tomar su mano para consolarlo…. Despierto de un salto. Son las siete de la mañana. ............................................................

XVII. El paseo a Viña del Mar. Viernes 20 de enero de 1978

I

El grupo se reunió y partieron alrededor de las diez de la mañana a la costa central de Chile. El día, como todos los del mes enero, se presentaba caluroso y despejado, en especial hacia Santiago. A unos veinte kilómetros de Viña del Mar se notaba el cambio climático. Es muy frecuente que, cuando en Santiago hace mucho calor (unos 32 grados), la costa esté nublada. Felizmente no era el caso. — Que descanso… que alivio —comentó Inés—, poder viajar distancias cortas y sin temor. Aquí si llegáramos a tener una pana en el auto, no creo que sea gran problema. Hay tanto a donde recurrir… además por aquí el cielo se observa deliciosamente libre de objetos extraños. Este comentario lo hizo al momento en que inclinaba sobre el parabrisas para observar el cielo. Queda en silencio como paralizada. Luis la mira y nota que su barbilla está temblando. — ¿Qué… que ocurre? —pregunta espantado.

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— No lo puedo creer… no puede ser… —comienza a llorar— no puede ser… ¿estaré volviéndome loca? Esto es el Infierno… maldita sea… Un poco más adelante, varios automóviles se están deteniendo en la berma. Los pasajeros fuera de los vehículos mirando el cielo. Algunos están tomando fotos. No necesita saber más, se le recoge el estómago. Con cuidado se desplaza hacia la derecha tratando de encontrar un lugar amplio en donde estacionarse. Se detiene, José se ubica tras ellos. En el cielo despejado, se destaca una luz. En la noche podría pasar por una estrella. Pero el reloj marca las 11 y 15 de la mañana. La luz es notablemente brillante. Podría ser cualquier cosa, por la altura aparente del fenómeno, no se distingue contorno alguno, solo una poderosa luz. — Aquí vamos de nuevo —comenta José acercándose—, estos demonios están desenfrenados. Deben tener mucha hambre… ¿O será una invasión...? Se lleva la mano al bolsillo de su casaca y extrae la cápsula que le entregara Ralph. La mira con rara expresión, sonríe y la guarda. — Conmigo no se las van a llevar fáciles —es todo su triste comentario. Luis palpa su bolsillo de manera instintiva. Sí… está ahí. Recuerda que en la mañana, en un acto automático, había tomado desde su velador la cápsula acerada. Lo había efectuado sin pensar. Escucha algunos de los comentarios de los pasajeros de otro automóvil. — Es un Ovni, papá —le dice una muchacha a un sujeto con bigotes parado a su lado. — Pero… se dice que esas cosas no existen… lo mas probable es que sea un globo —contesta—. Aunque en verdad, es bastante raro… mira, se está moviendo. En efecto, la luz inició un rápido desplazamiento hacia el mar, perdiéndose a gran velocidad. Sin comentarios continuaron el viaje. Recuerda que Ralph les había advertido que el fenómeno Ovni ocurre en oleadas de diferente duración. Lo que no sabía es que ésta iba a durar casi ocho años con diversos grados de intensidad. Por lo visto, estábamos en un peak. Mas que una oleada era un verdadero maremoto. Lo mejor era no darle más vueltas al asunto y confiar en la ley de los grandes números. La población que los rodeaba en la zona Santiago – Valparaíso – Viña del Mar sobrepasaba los cinco millones de habitantes. Esperaban que les tocara a otros vivir la “interesante experiencia”. -¿Habrán raptado alguna vez a un cura?- se pregunta Luis.

II

En Viña del Mar se dirigieron al Hotel en el cual Inés ya había efectuado las reservas, necesitaban solo dos piezas matrimoniales. Llegaron sin problemas pero algo abatidos, eso era evidente. El resto de la población, hasta donde se pudieron percatar estaba bastante excitada con el avistamiento. — Era un Ovni, Manuel — una mujer conversaba con el recepcionista del Hotel—. ¡Tenía tantas ganas de ver uno! Es una lata escuchar y leer y no ver jamás nada… pero al fin lo vi. Hasta le tomamos fotos. Me encantaría ver uno de cerca… Leí que son nuestros Hermanos del Cosmos que vienen a ayudarnos… Estoy fascinada… — ¿No le da miedo que la rapten?… dicen que suele ocurrir —le contestó Manuel. — Para nada. Imagínate la de cosas que te pueden enseñar… he leído que los gringos tienen Ovnis que se han caído… el caso Roswell… —comentó. Parecía una mujer informada.

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— A mí me daría miedo —respondió Manuel— ¿Y si después no lo devuelven a la Tierra y se lo llevan para siempre? — Fascinante… irse a vivir a una súper civilización. Deben ser hermosos como los ángeles. Cambiaría mi latosa vida por una experiencia como esa. — Señora Carmen, que bueno que usted sea tan optimista… —dijo Manuel—. Lo que no me calza es ¿Porqué, si vienen “en buena” son tan evasivos? ¿Por qué no bajan directamente y hablan con las autoridades de nuestro planeta? — Ya lo harán Manuel… ya lo harán. Puede que no haya llegado el momento. Somos tan atrasados —respondió Carmen. Escucharon esta curiosa conversación mientras llenaban los datos de registro en la recepción. Ninguno del grupo dijo palabra alguna, el silencio es lo mejor cuando se sabe demasiado. Ojalá que la señora Carmen no vea cumplidos sus deseos, sino se va a llevar la mas horrible de las desilusiones. Sin perder tiempo, tomaron posesión de sus habitaciones, desempacaron y se cambiaron ropa a tenidas playeras. El proyecto inicial era dirigirse a la playa, como suelen decir las mujeres, “para aprovechar el día”. Lo que es a Luis, el maldito avistamiento le había quitado las ganas de todo, a José le ocurría lo mismo. Inés, con tendencia a evadirse había entrado en un estado de euforia. Estaba haciendo todo tipo de proyectos, absurdos para un lapso de menos de una semana. Había dos alternativas; partir de inmediato a la playa o, ir a un Bar a beber algo y luego a la playa. Esta última opción fue la ganó por unanimidad. Gracias a Dios, a ninguno le agradaba estar horas asándose al sol sin hacer otra cosa, ni siquiera a Inés. Cuidaba su piel. Optaron, debido a la cercanía, por dirigirse a un local frente al Casino de Viña. Ninguno pensó que el aperitivo y el posterior almuerzo se iban a prolongar hasta las tres de la tarde. Un tanto mareados se dirigieron finalmente a la playa. Todo terminó con una siesta a todo sol. Sobra decir el grado de quemaduras que consiguieron; Inés, con su perfecta piel, parecía tomate. Sin embargo, este percance tan tonto, tuvo la propiedad de congraciarlos con los normales problemas de la vida. Todo retornaba a lo que se suponía es la vida en este mundo… hasta que recordó las enseñanzas de Ralph. “El ser humano no es originario de este planeta… su piel no corresponde para nada a lo que debería ser”. En el desesperado intento del cuerpo humano por defenderse de la mortal radiación ultravioleta trata de generar mielina, pero no logra hacerlo con suficiente rapidez. El resultado son peligrosas quemaduras… ¿Cómo es posible que un ser propio de este planeta no pueda andar libremente bajo “su sol”? y… ¿Si no somos originarios de la Tierra, de dónde diablos somos?

III Esa noche, tras una reconfortante ducha, se dirigieron al Casino. Habían instalado las primeras máquinas tragamonedas. Antes, los gobiernos democráticos no lo permitían, era un hecho que había una apertura en lo económico. No hay nada más natural para un turista que ir a botar su dinero a un Casino de juegos. El problema, en su caso, y esto lo comentó Luis por pura sospecha, (no tenía ninguna prueba) es que los implantes tuvieron algo que ver en lo que pasó después. Salvo Laura, quien dijo no desear jugar, pero le entretenía montones mirar a la gente desesperarse al perder su dinero.

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— Son unos estúpidos —dijo— se sabe que el sistema está diseñado para que pierdas… — Yo voy a jugar solo un poquito —contestó Inés—. Mira, me fijo una cantidad y cuando se me acaba me despido del juego… punto. No hay para que complicarse, es cosa de uno. Lo que ocurre que hay personas con perturbaciones de la personalidad, ludópatas, que no se pueden detener. Es como el caso de los alcohólicos… ves tú… tan simple como eso. Llegaron temprano y muchas máquinas tragamonedas estaban desocupadas. Más tarde el local se llenaría. Esto les permitió ubicarse juntos. El juego si inició normalmente, gastando fichas y, rara vez ganando algo. El sistema estaba calculado para producir una pérdida progresiva en el apostador. El casino, como todos los casinos, no perdía jamás. Lo extraño comenzó a ocurrir a la media hora del inicio del juego. José comenzaba a sentirse frustrado, muy frustrado. Perdía casi siempre. Luis, por su parte, con los bolsillos vacíos y cansado del continuo drenaje de monedas, se acercó a la máquina de José. De manera casual y un tanto hastiado se apoyó en ésta. José metió en la ranura la penúltima moneda que portaba y activó el mecanismo. La máquina marcó un máximo, se encendió una luz y comenzó a sonar un timbre. De inmediato se acercó un funcionario del casino, observó los indicadores y emitió un vale por un millón de pesos. Lo máximo que entregaba la máquina y que no se expresaba en fichas. Realmente sorprendido, José miró el vale y riéndose, comentó — Voy a cambiarlo… Contento por la suerte de José, lo vió alejarse bailando a la sección cajas. Luego de este alegre percance miró a Inés, quien concentrada ingresaba ficha tras ficha a la máquina. No ocurría nada. — ¿No pasa nada, mi amor? —le preguntó sonriendo. — No he visto ni una —respondió desconsolada. La máquina en que jugaba Inés era distinta a la de José, parecía más moderna y elaborada. Su textura era diferente. Luis la acaricio tratando de comprobar si es metálica o de plástico. Una luz parpadeante se encendió en la parte superior y un timbre avisó premio máximo. Al igual que en caso de José, un funcionario del casino se acercó y luego de inspeccionar los indicadores le extendió un vale por un millón de pesos. Fue en ese momento en que comprendió que lo acontecido no tenía nada que ver con buena suerte. En los dos casos el proceso se había activado en el momento en que él había tocado la cubierta de la máquina. No podía ser casualidad…. Un brusco insight, lo sacudió… los implantes…. de alguna manera debían estar afectando el sistema. Confundido por el descubrimiento se acercó a José. Con una sonrisa de oreja a oreja, no terminaba de convencerse de su buena suerte. —José... Inés… no se han dado cuenta de que algo extraño pasó… los dos casos ocurrieron en el momento en que toqué las máquinas… — Pero… tú perdiste todo… yo creo fue que pura suerte, para compensarnos de todo lo que nos pasó… — respondió José entusiasmado. — Creo que se necesitan dos de nosotros para que se produzca el fenómeno —fue su reflexión. — Probemos con una persona diferente —propuso Inés. — ¿Por qué no aprovechamos y desbancamos el casino? — José se reía feliz.

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— No… por ningún motivo debemos llamar la atención. ¿No te das cuenta que se trata de un fenómeno anómalo? … nos investigarían y saldríamos en todos los diarios y de ahí a que nos agarren de nuevo los demonios hay solo un paso —éste último argumento los convenció por completo. Ambos, bajo su piel enrojecida, palidecieron. Se descartó de plano la posibilidad de enriquecerse usando éste sorprendente método. Miraron a su alrededor buscando un posible personaje que sirviera de comprobación a lo que parecía estar ocurriendo. En una de las máquinas divisaron a un señor mayor de aspecto sencillo. Se le veía serio y algo triste. Parecía estar solo y jugaba con monedas de bajo valor. Se miraron y sin necesidad de pronunciar palabra alguna se dirigieron a la máquina del anciano. Inés se ubicó a la derecha y Luis, simulando contemplar el juego del sujeto del otro lado, quedó de espalda al elegido. Con sus manos atrás, se apoyó con suavidad en la máquina del anciano. Inés, cordialmente le dirigió la palabra. — ¿No ha tenido suerte? — Pésima… no sé que voy a hacer… es la última vez que vengo a botar la plata de mi jubilación… con decirle que el resto del mes voy a tener que vivir a crédito —respondió compungido. — Si ganara un premio grande ¿Se retiraría? —preguntó Inés, con tono casual. — Desde luego, estas cosas están creadas para esquilmar a los estúpidos como yo… — Pruebe la última ficha —le dijo—, pero júreme que si gana no volverá a arriesgar su dinero aquí. El hombre la miró sorprendido y con una rara intuición le respondió: — Se lo juro por mi madre y mi esposa enferma. Inés puso su mano en la máquina, el anciano metió la última ficha que le quedaba y activó el mecanismo. La luz roja ubicada en la parte superior del ingenio se encendió al momento que un timbre anunciaba otro ganador del premio máximo. Un funcionario se acercó presto y le extendió un vale por un millón y medio de pesos, unos 38.500 dólares de esa época. No se percató de la presencia de Inés y menos de Luis quien estaba de espaldas. El anciano estaba tan confundido que le temblaba la voz. — ¿Pero... qué hicieron? —preguntó azorado—. ¿Es usted un ángel?... — Es un regalo del cielo… —respondió Inés—, pero, recuerde su promesa— Sonriendo se alejó hasta perderse en el gentío que ya comenzaba a llenar el recinto. Se reunieron en el restoran del casino. Tenían que celebrar el fausto e increíble acontecimiento. El cómo había ocurrido era algo que no atinaban a comprender, pero suponían y estaban seguros, esto jamás estuvo en los planes de los Anunnakis. No había que abusar, además los casinos no son precisamente una organización de santos y tan pronto se percataran que algo anormal estaba ocurriendo los echarían con cajas destempladas y con prohibición de volver a ingresar. En cualquier caso, lo que más los aterraba era la posibilidad aparecer en la prensa, la cautela era cuestión de vida o muerte. — De nosotros, el único que perdió todo es Luis —comentó José—, no creo que sea justo, menos cuando él fue quien descubrió el fenómeno. Deberíamos hacer un último intento para él y retirarnos de inmediato. En realidad no estamos jugando, estamos haciendo trampa…

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— Estoy de acuerdo y que sea el último —afirmó Inés—. Busquemos una máquina desocupada. Yo me apoyaré, José se mantendrá alejado y tan pronto suene la alarma, me retiraré de inmediato. Sin entrar en detalles, todo ocurrió en la forma prevista. Con las pingues ganancias en los bolsillos se retiraron agotados a sus habitaciones del Hotel. Gracias a Dios, la noticia de su buena suerte no se había difundido y pudieron continuar sus cortas vacaciones sin mayores problemas. ¿Qué otra propiedad tendrían los implantes de los Anunnakis? No se atrevía a efectuar conjeturas. Para Luis era un hecho que aumentaban las capacidades psicoquinéticas. Sábado 21 de enero a martes 24 de enero de 1978

IV Los días siguientes los disfrutaron en recorrer las playas aledañas a Reñaca. Una noche les pareció percibir una luz en el cielo, la cual, sin duda no era un aerolito. El período de relajo fue como un regalo celestial para cuatro seres humanos cruelmente torturados. En otra ocasión a Inés le pareció ver en las cercanías de la playa, a un sujeto rubio y alto que le recordó demasiado a los extraterrestres de Calama. A pesar que fueron bondadosos con ellos, les era imposible substraerse al recuerdo del fenómeno como conjunto, con todo lo de espantoso que había tenido. Se habían librado por obra de un verdadero milagro. ¿Qué hacían esos entes con los humanos, aparte claro, de masacrarlos físicamente? Por su parte, Luis tenía una tenebrosa sospecha, basándose en lo que los humanos hacían con las especies inferiores. Tenía la impresión de que pasaban a formar parte de un zoológico de otro mundo, quizás en condiciones espantosas. No creía que ninguno pudiera mantener la cordura. Tal vez todos enloquecían y trataban de suicidarse, maldiciendo al Dios que podía permitir ese horror. Desde luego, Inés estaba confundida, se trataba de un simple turista alemán. Sin embargo eso bastó para que tomaran conciencia del verdadero contenido de sus subconscientes. Ese día, el último, se acostó demasiado cansado. No podía creer que algo tal inocuo como la presencia de un gringo alto vestido en forma poco habitual fue suficiente para desencadenar una crisis de paranoia. El pozo profundo del sueño lo atrapa. Siente que cae con suavidad a un abismo… ……………………………............................................................................................... Tercer contacto onírico – telepático de Luis Valdés con una entidad no humana ……………………………............................................................................................... De nuevo me encuentro enfrentado al sujeto de ojos gigantes y cuerpo esmirriado. — Vaya don Luis, no se imagina cuanta alegría me da su visita… debería efectuarlas mas a menudo —su tono es exquisitamente cortés. — La verdad es que no entiendo cómo llego hasta aquí… ¿Usted tiene idea? — Desde luego, no olvide que nosotros somos dioses —me responde ufano—. Nosotros establecemos el contacto telepático… el resto transcurre de forma espontánea. Su curiosidad es lo que lo trae hasta acá — termina dándose importancia. — ¿Mi curiosidad?... sí, es posible. Sabe, no me gusta dejar cabos sueltos —afirmo.

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— Ve que tengo razón… siempre la tengo — me contesta con gesto lánguido. — Ese bicharraco que vimos cerca de los géiseres del Tatio… ¿Es de ustedes? — ¡Ah! sí, se trata de un recolector. Es una mascota muy efectiva. La capturamos en otro planeta, no es del nuestro, pero es muy servicial — afirma convencido. — ¿No es ese personaje el que está desangrando animales en nuestro mundo? —pregunto molesto—. ¿Cómo puede llamarlo servicial….? —Desde luego, hace una magnífica recolección de sangre sin tener que secuestrar a nadie. Es un experto. Después en nuestra nave lo hacemos vomitar y listo. Por lo demás… hay mas de uno —responde orgulloso. — ¿No ataca a seres humanos? — No es la idea… aunque han ocurrido algunos casos y han sido lamentables errores. Este bicharraco como lo llama, es muy impulsivo y no le gusta perder el tiempo. Su método de extracción es magnífico. Los paraliza con un aliento especial que expele y procede. — ¿Para qué necesitan tanta sangre? — Tenemos muchas especies que alimentar. La nave que ustedes ven no es la principal. Esa está detrás de la Luna. Es una verdadera arca de Noé —me dice con orgullo. — ¿Han estado siempre ahí, no es verdad? —pregunto con ansiedad. — No siempre, pero con bastante frecuencia. Lejos de sus pobres telescopios —denota soberbia. — ¿Y ustedes de que se alimentan? — ¿Nosotros? ¡Uf!... usamos varios métodos… el original es en base a clorofila, agua y a luz solar. Tenemos una gran componente vegetal... Aunque también, en caso de apuro, podemos usar sangre directamente. Claro que debemos tratarla y desinfectarla con mucho cuidado. Su planeta es un espanto de sucio – me responde cada vez más ufano — Quiero aprovechar ahora que lo veo tan comunicativo, que me explique todo ese asunto del Sothoth ¿Es verdad o otra mentira más? —mi voz le debe haber sonado brusca. — ¡Cielos! Era lo que me temía. Ya me lo había advertido mi Maestro, bendito sea él. Con ustedes es difícil mantener un diálogo amistoso — se le nota tembloroso. — ¿Pero no comprendo por qué le molesta tanto una pregunta tan natural y que supongo es la base de su religión? —insisto realmente confundido. Siento que estoy cerca de núcleo de todo este asunto. Debo insistir. — Verá… ¿Le gustaría que nosotros le preguntáramos acerca de todos los seres que pululan su planeta, que les chupan la energía, les meten ideas idiotas en la cabeza, que son la causa de casi todas sus guerras y ustedes adoran como dioses o diosas y les creen cuanta estupidez les dicen. Profecías cataclísmicas y otras idioteces mas… ¿Ah? ¿Les gustaría que les preguntáramos acerca de eso? No, no es cierto… de la virgencita de esto o de lo otro y que se aparece para asustarlos nada más ¿No les gustaría…no, no es verdad? — Entiendo a medias lo que me está diciendo. Es verdad que en este planeta se adoran muchas apariciones… y pensándolo bien casi todas las religiones se basan en alguna aparición — quedo bastante perturbado.

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— Creen todas las historias que cuenta ese librito que ustedes adoran como dictado por Dios. Nada menos que por Dios… ese espíritu que creó un Universo de más de cien mil millones de galaxias, cada una con cientos de miles de millones de estrellas… —está ofuscado y siento que es el momento de sacarle más información. — ¡O sea… que según ustedes, la Biblia no es verdadera? —estoy llegando al punto, no debo aflojar ni molestarlo. — ¡Ay! mi débil amigo… piénsalo un poquito nada más… aunque se te gasten algunas neuronas— responde alegre—. ¿Crees, por ventura, que ese Espíritu inconcebible, va a necesitar bajar en una nube de fuego a una montaña y demorar como cuarenta días en darle dos tablas con diez leyes grabadas en piedra, para que el sujeto al volver a su tribu montara en cólera y las hiciera añicos… o sea, ese Dios no tenía idea que abajo estaban aburridos de esperarlo. Los de abajo creían que se había mandado cambiar y armaron una fiesta —me responde eufórico—. Y ¿para que crees que le hizo quitarse las sandalias la primera vez que lo vió? – me pregunta insidioso. — Dijo que estaba en terreno sagrado —respondo haciendo memoria. — ¡Ja! No seas tarado, se las hizo sacar para que no se fuera a cargar eléctricamente. Estaba aislado con el cuero seco de sus secas sandalias y corría el riesgo de electrocutarse al hacer tierra si tocaba algo —se ríe a gritos—. Cuando ese Dios bajó generaba un fuerte campo eléctrico. La entidad es esencialmente eléctrica. Si no, ¿Por qué crees que Moisés tenía el rostro transfigurado?... Le había subido el kundalini de golpe, sin ninguna consideración. Estaba como batería cuando bajó, luminoso y con los pelos de punta... »¿No te parece raro que ese bondadoso Dios abriera el Mar Rojo para que pasaran los judíos y después lo cerrara en unos pobres egipcios que no tenían pito que tocar en todo este asunto y que los mandaba un faraón aún más estúpido… —se tira al suelo riéndose. — Tengo entendido que se trata del pueblo elegido —respondo confundido. — ¡Pero que Dios tan poco ecuánime! Y el resto de los humanos… no sirven para nada… Tu Biblia está llena de matanzas dirigidas por ese Dios para favorecer a ese pueblo elegido… y la pregunta del millón: ¿Y por qué no los protegió cuando los nazis comenzaron a eliminarlos? Se hizo el distraído… parece que estaba ocupado en otra cosa... chupando energías de las víctimas... creciendo… — está cada vez mas excitado —. ¿Cómo pueden ser tan brutos? Se creen cuantas idioteces les dicen. Basta con meterles un poco de susto y… listo — su voz tenía un tono de profunda ironía. »Mira… hay partes de tu Biblia que parecen recetas de cocina y otras de una crueldad propia de un psicópata, como el caso de Abraham con su hijo. ¡Tenía que matarlo para demostrar obediencia!... ¿No quedamos en que ese Dios es omnipotente y sábelo todo? ¡Hasta yo puedo leer en las mentes! y ¿ese Dios no podía?... al parecer no. Despierta humanito… despierta… no seas tan bruto. Ese mismo Dios no tenía la menor piedad con cualquiera que le desobedeciera en lo más mínimo. Le encantaba asesinar… y finalmente ¿todo para qué?… para darle a los judíos un terreno pequeño, semi desértico y metido en un lugar lleno de problemas… hasta el día de hoy… - el alien suena como un erudito que goza demostrándome lo estúpido que soy. — No tengo la menor posibilidad de rebatir eso. Ocurrió hace tanto tiempo —le contesto bastante descompuesto. — Entiende, muchacho, tu sagrada raza humana no es otra cosa que un criadero para otras especies y que no le importa un pucho a nadie —me dice en tono compasivo—. La religión de los griegos y los romanos estaba mucho más cerca de la verdad que la tuya… — Entonces… ¿Qué podemos hacer? —pregunto afligido.

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— La liberación está dentro de ustedes mismos… deben unirse y dejar de pelear entre ustedes por seguir mandatos divinos que son puros gazapos y mentiras para manejarlos a su regalado gusto. O lo hacen o están en verdad embromados. Ya ha pasado en otros planetas —concluyó volviendo a su tono erudito. — Pero ustedes también se aprovechan del desastre —le respondo indignado. — Desde luego. El trabajo está hecho y solo hay que cosechar… por lo demás nuestra cosecha es irrelevante y esporádica. Se corre la voz entre los planetas que hay un mundo lleno de idiotas y que cuestión de llegar y tomar... — dice como disculpándose. — ¡Cielos!... pero que hay de tu Dios… te has corrido siempre con la respuesta —lo acoso. El ente se remueve incómodo. No sabe que actitud tomar. — Haré un inmenso sacrificio… pero lo que voy a contar debe quedar entre nosotros, como el más sagrado de los secretos —me urgió a comprometerme. — Te lo puedo jurar —respondo, ya que no sé a cual Dios hacer referencia. Estoy confundido. — Lo nuestro fue pura mala suerte. Ocurrió hace miles años… se nos coló un ser de otro plano de existencia y nos tiene, como diría, agarrados de un coco… no podemos hacer nada. Aunque, desde luego hay planes —bajó la voz como si el “Ser” fuera a escucharlo—, si podemos deshacernos de él, la felicidad y la paz volvería a nuestros mundos y… lo más importante… podríamos ascender… — ¿Ascender adonde? — Esa es la clave de todo el asunto, mi querido humanoide. La Creación está compuesta por diversos niveles de evolución. Lo peor que puede ocurrir es cuando un ser de un nivel inferior logra dominar a otro superior. Es raro, pero pasa… son psicópatas, pero muy astutos y muy crueles—. El ser me está hablando con cordura.

»A tu especie la tienen paralizada, de eso se trata todo, que no evolucionen a un nivel superior. Y esto es lo último que voy a confidenciarte, ¿No te parece extraño que el estado de conciencia de Dios, del Creador de todo, esté en un nivel absolutamente incomprensible para ustedes? Por lo tanto no pueden ni sospechar como es eso… No les queda otra que obedecer los “mandatos” de, vaya a saber que entidad, se les cuela y los engaña diciéndoles puras idioteces que ustedes, como estúpidos que son, se las creen todas y les hacen caso…

»Mira este tema es demasiado largo… te podría hablar horas para demostrarte que a ustedes los han engañado desde los primeros tiempos y que jamás el Dios Creador se ha comunicado con ustedes para darle instrucciones. No sería necesario… es omnipotente ¿O no? Porque si es omnipotente, ¿para qué permite tanto dolor pudiéndolo remediar con facilidad ?… Aquí voy a terminar porque necesitas dormir un poco, sino mañana la vas a pasar mal, tu débil cerebro no da para tanto —termina en forma amistosa. — Espera, una última pregunta… ¿Todos los de tu especie son como tú? — Para nada, yo soy un ser evolucionado, algo así como un “sacerdote”. ¿De que otra manera crees que habría podido comunicarme contigo? Ustedes me dan lástima. A mis congéneres nos les importan nada… nada en absoluto… así que tengan cuidado, ya que lo acontecido en el norte podría repetirse… yo me tengo que ir de este planeta en el próximo viaje a mi mundo, o sea en algunos días más, pero queda el resto. Tengan cuidado, al menos hasta que termine la oleada - concluye mirándome con pena. Rompo a llorar, el ente me acaricia la cabeza y me recuerda que muchos mundos en la galaxia están peor que nosotros. Paciencia, no lo olviden, el camino es hacia adentro… y recuerden: tienen que estar unidos. ……………………..

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XVIII. El evento Curacaví. Miércoles 25 de enero de 1978

I Despierta agotado cerca de las nueve de la mañana. Está seguro que no se trató de un sueño, fue demasiado vívido y todo coincide. Es espantoso, se trata de un lío descomunal y no se imagina cómo van a salir de todo esto. El ente que le conversara en sueños, sospecha, no representa para nada la actitud normal de esos seres. El mismo se definió como una especie de sacerdote… necesita comunicarme con Ralph. Puede que tenga alguna explicación. Ojalá. No les cuenta a sus amigos, es todo tan extraño. Ralph ya les advirtió de la gran tendencia a la mentira de los alien, pero por otro lado, muchas cosas que le explicó el ser corresponden a dudas que ha tenido toda su vida. Si existe un Dios, cómo es posible que permita tanta maldad en “su mundo”, o tendrían razón los cátaros en el sentido que el demiurgo que controla el Universo es el demonio y el Dios bueno está en otro plano de existencia… Recuerda el pasaje de los Evangelios en que Satanás le ofrece el Mundo a Jesús, afirmándole que es de él, si a cambio lo adora. Jesús no lo rebate en ningún momento, solo le dice “No tentarás al Señor, tu Dios”… ¡Cielos! Parece que es cierto… Prefiere no pensar más en el asunto y se pone el pantalón de baño. Parten felices a la playa a generarse un futuro cáncer y a arrugarse antes de tiempo, después de todo, como dijera el alien, éste es un mundo de idiotas. ¿Qué se gana con actuar distinto? ¿Cuál será la próxima moda que, influenciada quien sabe por que entidad maldita, se impondrá la siguiente temporada? ¿Pollera corta o pollera larga o pantalones anchos o ajustados de quien sabe cual color o el increíble hilo dental? ¿Cuál será el automóvil o la canción o el ritmo de moda? ¿Qué valores se impondrán?... Maldición… súper maldición. Creced y multiplicaos… ¿Hasta cuándo? ¿Hasta que la mitad del planeta coma mierda? ¿O irá a caer maná del cielo? ¿Hasta que estemos tan apretados que tengamos que vivir en tres metros cuadrados y la violencia enloquezca a toda la Humanidad? ¿Cómo los curas pueden ser tan brutos en sus preceptos acerca de la vida? Los porfiados hechos demuestran majaderamente que pedirle ayuda a Dios es una vulgar pérdida de tiempo ¿Si Dios nos dio la inteligencia, por qué no la usamos? Recuerda a un curita en la televisión cuando se le preguntó acerca del dogma de la resurrección de los muertos. — ¿Y dónde van a caber tanta gente? —inquirió la periodista. — Eso no es ningún problema para el “caballero” (o sea Dios) —contestó, como si fuera la respuesta más inteligente del mundo—. Agrandaría la Tierra. Todo está basado en promesas de futuros premios o castigos, según obedezcan o no las instrucciones y los caprichos de este extraño Dios. Todo para el futuro. Mientras tanto pueden pasarlo como las pelotas… pero no importa, Dios te va a premiar… en el futuro, es decir cuando te mueras y no puedas reclamar nada ni avisar a nadie que todo es una maldita mentira y una cagada de diabólica estafa. ¡Por el Cielo!... ¡Hasta cuándo tanta idiotez! Todo para el futuro… por ahora aguántate y si tienes la oportunidad ándate a la misma mierda. Como todos tus hermanos de la Tierra que día a día lo hacen sumisos como ovejas aterradas. El futuro será mejor… ¿?... el futuro… ¡Ja!

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Será verdad lo de la reencarnación, se le olvidó consultárselo al alien. Piensa que, dentro de toda esta basura, es lo más lógico. Al menos la vida no sería como una piedra al agua que se pierde para siempre en un retorno imposible. Tiene que haber una explicación lógica para todo esto. Espera encontrarla algún día. …………………….

II Temprano parten hacia Santiago. Gracias al Cielo, ninguna de las dos mujeres tiene la tan femenina costumbre de “aprovechar hasta el último, ya que el día está tan bonito”. Por lo demás están tan quemadas que casi se les puede notar la fecha del cáncer a la piel. Cuestión de tiempo. Lo grave es que ahora hay mucha mas radiación en el ambiente que años atrás. El viaje hasta Curacaví, un pequeño poblado ubicado a unos cuarenta kilómetros de la capital, transcurrió sin inconvenientes. Desde que salieron de Santiago habían programado la posibilidad de pasar a la hacienda del amigo de Laura en ese sector. Si las condiciones lo permitían, se quedarían a dormir en la zona. Sería la última noche de ese espantoso verano en que tendrían la posibilidad de sentir la naturaleza, y mirar el grandioso y terrorífico cielo estrellado antes de volver a sumergirse en sus odiosas vidas de oficinas y departamentos. Una vida de cementos. Al llegar al pueblecito de Curacaví, ocurrió algo sorprendente. Laura se les perdió un largo rato y apareció para explicar que no podía acompañarlos al campo de su amigo. Se había comunicado con su familia, que ninguno del grupo conocía, y le era imprescindible volver de inmediato a Santiago. Físicamente no era problema, muchos buses circulaban por el poblado y el viaje tomaba menos de una hora. José, desconcertado, se ofreció a llevarla, pero Laura con rara firmeza, le replicó que por ningún motivo. Ya había avisado a su amigo del campo y los esperaba encantados. Esta fue la última vez que vieron a Laura Cortés. Un camino de tierra prácticamente sin movimiento los condujo a la hacienda. Sabían que el dueño se llamaba Bernardo, nada más. Una casa de campo con muy buenas terminaciones parecía ser el hogar del dueño. Los recibió de pié en la puerta una mujer con aspecto de sirvienta. Sorprendida, les señaló que el dueño se encontraba en Santiago en esos momentos. — Va a volver mas tarde —les dijo— si quieren lo esperan. Desconcertados dudaron unos momentos, pero por desgracia, la mujer les insistió. — A don Bernardo le gustan las visitas… además falta poco para que oscurezca, aquí hay camas de sobra… —afirmó. — La verdad es que nosotros solo pretendíamos conocer el lugar. Vemos que es muy bonito —comentó Luis—. En ningún caso quedarnos a alojar gratis, menos en casa de una persona que no conocemos. — Yo los puedo recibir en esa casita… hay tres camas y les cobraría —citó una cifra— por la noche con comida y desayuno. Luego de ese ofrecimiento todo pareció adquirir un aire de normalidad. Tras conversarlo en un aparte concordaron en que, ya que estaban aquí, aceptar la oferta. Luis no se lo iba a perdonar jamás.

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III La cabaña que les ofreció doña Carmen resultó ser un agradable lugar. Dos piezas con seis camas más un rústico amoblado de living las alhajaban. A las ocho de la noche, aún de día, les comunicó que la cena estaba lista y podían disfrutarla en la cabaña o al aire libre, en la terraza de la casa principal. Optaron por esto último, ansiaban el contacto con el verdor de la naturaleza. Media hora después, con el sol ya en el horizonte, se sentaron los tres en la acogedora mesa dispuesta por doña Carmen. Para su sorpresa, les ofreció probar del vino producido en la hacienda. —A modo de aperitivo —les dijo. Felices de sentirse rodeados de un ambiente que, por alguna extraña razón, percibían amable y familiar. Quizás todos los seres humanos guardaran aún, tras cientos o miles de años de vivir en ciudades, el vago recuerdo de su ancestral origen en medio de la naturaleza. La abundante cena sumada al riquísimo vino, libre de todo tipo de agregados, los reconcilió una vez más con la existencia en este planeta. La conversación entre los tres tomó un giro de completa normalidad. Comenzaba un nuevo año y los proyectos eran inevitables. Todo lucía de maravillas. Deben haber sido alrededor de las once de la noche. La señora Carmen, previa limpieza del lugar, como típica persona de campo se había retirado a sus habitaciones. — Cualquier cosa que se les ofrezca, yo estoy en esa pieza —señaló una ventana—, golpee en los vidrios, soy muy liviana de sueño. Estaban los tres contemplando con cierto arrobo el maravilloso espectáculo del cielo estrellado. No se observaba ninguna anomalía y eso para ellos, después de todo lo experimentado era casi un regalo. Regalo que, por desgracia, no duró demasiado. Sobre las colinas que rodeaban el lugar, una luz rojiza asomó casi rasante a uno de los cerros. Comenzó a descender velozmente al instante que su brillo aumentaba. Se detuvo en medio de una explanada iluminando el sector con intensidad. Por un instante pareció querer acercarse al grupo. Después ascendió hasta perderse en el cielo.13 Los tres quedaron paralogizados, todo el avistamiento no había durado más de dos minutos. Lo único a que atinaron fué a consumir el resto del vino que les ofreciera la señora Carmen. José, linterna en mano, se dirigió a su automóvil a buscar una botella de whisky.

— Necesito relajarme un poco —explicó, al momento que lo vieron llevarse la mano al bolsillo de su casaca, extraer algo, contemplarlo a la luz de la linterna y volverlo a guardar. Luis supo de inmediato lo que José había examinado. La premonición humana puede ser muy útil en ocasiones. Deben haber transcurrido unos veinte minutos cuando vieron salir a la señora Carmen corriendo en pijama hacia la terraza. Con gesto alterado se sentó en las gradas, sus manos temblaban. La miraron espantados. — ¿Se siente mal...? — Había algo en mi pieza... parece que me penaron... —se refería a una aparición fantasmal. Su actitud era de absoluto terror y desconcierto. Después de ofrecerle un trago del whisky de José y que Inés la abrazara ofreciéndole su apoyo, lograron que les contara lo ocurrido.

13 Acontecimiento real ocurrido en Curacaví en 1985

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Resumiendo. Despertó con la sensación de una presencia en su pieza. Un ser de baja estatura estaba parado a un costado de su cama. Según su declaración, parecía mojado y el agua le escurría por el cuerpo. (Se supone fue la interpretación que le dio a un fuerte campo de energía). El ente había tratado de acercársele para tocarla, pero ella, aterrada, lo había rechazado con fuerza. Luego una luz... y nada. Completamente confundida salió hacia la terraza.14 Dos acontecimientos anómalos seguidos, en apariencia sin relación, terminaron por eliminar cualquier atisbo de sueño que pudieran tener. Alterados, decidieron no acostarse esa noche. Permanecerían conversando hasta la madrugada y que si el sueño los derrotaba, que fuera en la mañana.

— Yo no me acuesto hasta que vuelva el patrón —fue el comentario de la aterrada campesina. El licor, la adrenalina y cierta angustia mezclada con la euforia del peligro ya lejano, les mantuvo conversando hasta las tres de la mañana cuando aconteció lo inimaginable. Un automóvil oscuro surgió por el camino de ingreso al sector y se detuvo a unos setenta metros de donde se encontraban. — ¿Es el dueño de casa? —consulto a la señora Carmen. — No... Ese auto no es de él. En medio de la oscuridad aparece Laura Cortés. ¿Qué hace aquí a esta hora? y ¿De dónde sacó ese vehículo?... Viene sonriendo y agitando la mano en gesto de saludo. José, desconcertado pero feliz, se levanta y camina rápido hacia ella. Luis declaró después que estuvo a un pelo de decirle que esperara un segundo, pero, “¿Cuándo voy a aprender a escuchar la tremenda sabiduría del Ser Interno?”. No hizo nada, quedó en silencio viendo como su amigo se aproximaba a Laura con ambos brazos extendidos, hasta fundirse en un abrazo propio de enamorados. El encuentro fue a mitad de camino, es decir a unos treinta metros del resto, lo que le permitió ser testigo fiel de lo que siguió a continuación. La luz de la terraza les daba de lleno. Tal como ocurriera en San Pedro de Atacama, los brazos de Laura, cruzados en la espalda de José, comenzaron a cambiar. Durante unos segundos pareció que era una falla en la percepción de los testigos. Solo fueron dos o tres segundos, luego, Luis comprendió el horror de la situación. — ¡José...José!... apártate... algo anda mal... parece que no es Laura —gritó desesperado, al instante que echó a correr hacia ellos. No sé si fueron sus gritos o bien algo que José notó en medio del abrazo, lo concreto y lo que alcanzó a ver fue la mano derecha de José desprendiéndose del abrazo y sacando algo de su bolsillo. Ambos cuerpos comenzaron a brillar intensamente. La mano derecha de José llevándose algo a la boca fue su último recuerdo antes del violento fogonazo. Con el corazón saliéndosele por la boca, horrorizado se detuvo en medio del camino de tierra. Sin poder creer lo que acababa de presenciar, cayó de rodillas mirando hacia el cielo. Recuerda haber levantado el puño y embargado por un odio infinito hacia esos entes malditos, abusadores y parásitos, maldijo a Dios, a su Creación infernal, y todas las cagadas de divinidades de las que tanto esperan los pobres seres humanos.

14 Esta “visita de dormitorio” ocurrió la misma noche en la hacienda en que se narra esta historia. Pocas noches después, en esa Hacienda, ocurrió un violento ataque del chupacabras con más de doce ovejas muertas en una noche. Todas desangradas con un orificio en al cuello. Los perros ladraron desesperados pero ninguno se atrevió a acercarse. Extrañamente, durante la semana los siete perros murieron de manera inexplicable. Suceso real, ocurrido en 1985. (año del gran terremoto en la zona central de Chile)

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Inés llorando desesperada corrió hacia él. Luis deshecho y apoyado en su brazo volvió a la terraza. No podían hacer nada. Para él era un hecho que José estaba muerto y lo comprendía perfectamente. Era seguro que esta abducción era solo con pasaje de ida.

IV

Después del trágico evento, Luis, incapacitado emocionalmente, se acostó sollozando. Inés, bajo el efecto del fuerte sedante que le había proporcionado el dueño de casa, dormía también. Luis no se podía resignar, menos quitarse de la mente la imagen de José sacando la cápsula de su bolsillo e introduciéndosela en su boca. Sabía lo que ese acto significaba. Los entes, los malditos entes que lo raptaron parecieron no darse cuenta de nada. Tal vez el quitarse la vida fuera un concepto desconocido para ellos. Quizás el suicidio fuera una alternativa existente solo en las especies superiores, esas que podían prever sin necesidad de mayor información un próximo horror. Algo de una maldad inconcebible y absolutamente inaceptable para la dignidad de un ser humano. Esa noche deseó con todas sus fuerzas “soñar” con el “sacerdote”, establecer comunicación telepática. Había tantas cosas que deseaba consultarle. Tantas cosas… agotado de pena fue cayendo en abismo onírico sin fin… …………………………………………………………………………………….. La última charla onírica – telepática de Luis Valdés con el sacerdote ……………………………………………………………………………..……… — ¡Veo que mi presencia se le ha hecho agradable! —Comentó el alien con su característico tono—. Me alegro demasiado… no se imagina lo poco frecuente que es para mí tener este tipo de contactos… le diré —aquí su voz adquirió un matiz de confidencialidad—. Para los de nuestro oficio sacerdotal, es muy importante comunicar y enseñar a otras especies ignorantes las verdades eternas. Traerlos a la luz y abrirles sus ojos… en ningún caso llenarles la cabeza de dogmas y otras estupideces semejantes… eso lo hacen ustedes… nosotros somos parteros cósmicos de la mente… —se le veía ufano y realizado. — Es verdad, sacerdote, necesito con desesperación que me aclare algunas cosa terribles que le han ocurrido hoy a nuestro grupo —le imploré. — No hay problema, te he dicho que es mi oficio alumbrar la oscuridad —contestó mirando hacia arriba. — ¿Por qué raptaron a mi amigo José? ¿Para qué? — Ya te advertí antes que tuvieran cuidado, hasta que se fueran algunos sujetos peligrosos. No se los llevan para nada bueno… tú te lo imaginas… lo siento tanto… debes comprender que, en nuestros mundos, no somos todos iguales —me dijo con aire contrito. — Creo que José se suicidó… —le afirmo llorando. — Es algo que los nuestros no logran comprender… ¿Para qué matarse si vas a morir de todas maneras? —me dice asombrado—. Es una idiotez. — Para disminuir el sufrimiento —respondo alterado. — Lo comprendo… pero supongo que me has contactado para algo mas trascendente, ya que lo acontecido no tiene remedio…— me dice con gesto de pena y retomando su aire doctoral. — Si… respecto a la reencarnación… la vida después de la muerte ¿Existe? —pregunto.

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— ¡Al fin! ¡No lo puedo creer!... —su extraño rostro exuda felicidad—. Eso es lo mas importante de todo y solo me habías hablado de las leyendas de la Biblia. Mira… para eso tienes que entender la estructura oculta de los seres vivos lo que, desde luego no te voy a explicar ahora. Ustedes tienen muchos libros y religiones que tratan el asunto. La respuesta escueta es sí, si existe el mundo espiritual o mundo invisible como le llamamos nosotros. — ¿Y existen el Cielo y el Infierno? — Desde luego, y muchos sitios más, muy interesantes —me responde entusiasmado. — Pero… ¿Qué clase de Dios va castigar por toda la eternidad una maldad efectuada en una corta vida? ¿No lo puedo creer? —estoy azorado. — ¡Ah! Entiendes mal el asunto… Dios no tiene nada que ver en todo eso. El Cielo, el Infierno y todos los otros sitios son creaciones de la mente que se materializan en el plano espiritual. Por ejemplo, un sujeto malvado genera una intensa energía que se plasma en uno de los planos invisibles… plano astral creo que le llaman ustedes… en donde el espíritu del sujeto queda atrapado como en un rollo sin fin… Es importante que entiendas que el Infierno es repetitivo. Aún en el caso de los psicópatas, que no tienen emociones, es el medio espiritual el que reacciona generando automáticamente un ambiente idéntico al que el sujeto manejó en su vida. Y para hacerlo mas entretenido, se reúne con todos sus iguales. Precioso ¿No?—. Lo veo feliz con sus explicaciones. — ¿Y la reencarnación? —pregunto. — Eso es algo complicado, depende del sujeto… hay dos aspectos: la estructura de experiencias y vivencias del individuo permanece un tiempo y podría eventualmente tomar materia de nuevo, pero lo más frecuente es que, por falta de energía se disuelva o sea absorbida por el Todo. El segundo caso ocurre cuando el ser posee mucha vida interior sana y constructiva. Si eso ocurre, durante la vida genera un cuerpo espiritual poderoso que persiste más allá de la muerte y adquiere otra vez materia, conservando muchos de los atributos que tuvo en la vida anterior —me explica con detenimiento. — ¿O sea, la otra vida no está asegurada para nada a todos los humanos? —consulto apenado. — Usa tus neuronas, humano. ¿Qué es lo que va a reencarnar si el sujeto ha sido un perfecto pelmazo, materialista, egoísta, mala persona, etc.? ¿Qué va a reencarnar de ese pastelito?... su montaña de bajezas ¡Ja... absurdo! Su ciclo vibratorio es muy bajo y no tiene fuerza ni permanencia. Todo eso va a parar al basurero cósmico en donde se borra. La base central del alma del sujeto sí que nace de nuevo, pero eso no se puede llamar reencarnación. En la nueva vida es otro sujeto… para que comprendas… te daré un ejemplo. Cuando ustedes filman una película de cine y la escena sale mala, el director dice “corten” y obliga a hacer la escena de nuevo, hasta que queda bien —me explicó—. Me encanta como ustedes hacen sus películas… las he visto casi todas —adopta una expresión de persona erudita. »Todo lo que vive ha existido siempre y existirá para siempre… mal que les pese a algunos —continúa su explicación—. Las almas (ustedes lo llaman de esa manera) creadas al comienzo de éste ciclo no se eliminan. Lo peor que le puede ocurrir es que pierda su identidad y sea reabsorbida por el Todo. — ¿Puedo consultarte algo de las creencias de mi raza respecto a leyendas y religiones? — Desde luego —me dice satisfecho—, es mi especialidad… consulta no mas… —Tú debes saber que nosotros tenemos diez mandamientos, es decir en el judeo -cristianismo. ¿Es cierto que lo más importante es amar a Dios sobre todas las cosas? — Vaya… ¡Qué manera de meterles el dedo o el tentáculo en la boca!... me espanta —se le ve consternado—. Para variar, voy a tener que poner un ejemplo. Si yo te dijera que para que no te vayas al Infierno es imprescindible que ames con toda tu alma a un Ser que existe en las Islas Fiji y que se llama Kaukoa Talán. ¿Qué me dirías tú?...

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— Que es absurdo… ¿Cómo puedo amar a un sujeto que no he visto en mi vida? —respondo riéndome. — ¡Ah! Es lo mismo… ¿Qué clase de Dios va a exigir a sus creaciones que lo amen, si los pobres humanos ni siquiera entienden lo que es amar? y ¿Para qué? ¿Quiere decir que tiene una carencia? ¡Vaya Dios!... —me mira con compasión—. A ustedes los han engañado en todo. Lo que me está diciendo el sacerdote es algo que siempre he sospechado. — ¡Por el Gran Absoluto! —asumió el aire de alguien profundamente agobiado— tendré que explicarte algo obvio. El Yahvé de tu Biblia no es ni fue jamás el Dios Todopoderoso. Se trata de una entidad que se las ingenió para tener su propio criadero. Por desgracia, aún está entre ustedes. Era un espíritu poderoso, muy antiguo, inteligentísimo y maligno. Para acortar este asunto, que te diré… me resulta desesperante por lo malvado y bien logrado que está todo el entuerto que creó. »Consiguió asustarlos para siempre. Puras amenazas y ningún beneficio y sigue metiéndolos en tremendos líos. Es el gran artífice de las guerras... ¡Vaya personaje! Se alimenta de ustedes, de la energía vital que extrae preferentemente de la sangre, y cuando no le resulta, se las ingenia para angustiarlos. ¡Supieras tú la enorme cantidad de energía vital que se pierde con cada susto. Algunos llegan a envejecer con todo esto...! — Algunos beneficios hubo… por ejemplo… ¡El maná! ¡El maná que cayó del cielo! —respondo de inmediato. — Pamplinas —me contesta como quien habla con un estúpido—. Si el mismo Yahvé los tuvo dando vueltas por el desierto cuarenta años, tal como lo haría un pastor con su ganado, en circunstancias que no habrían demorado mas de tres meses en llegar a la famosa “tierra prometida”… que mal que mal resultó un cacho…—me dice apuntándome con su largísimo dedo—. Si no les tira comida, se le hubieran muerto todos… de hambre y sed… ¡Ja! — Pero… los otros mandamientos —pregunto esperanzado. — Puras obviedades… Si no les daba unas normas de conducta mínimas, se habrían matado a palos entre ellos a la primera… eran unos brutos —me dice con tono de infinita paciencia. »Escucha… humano… te voy a contar algo que deberías saber pero veo que lo ignoras. Según tus eruditos conocimientos, al pueblo elegido lo sacó Yahvé de Egipto para llevarlos a la tierra prometida… entre medio pasó de todo. Ocurre que la famosa tierra estaba ocupada y hubo que sacar, esclavizar o matar a los ocupantes… ¡Muy divino…puro amor! —el alien se retuerce de risa. Me doy cuenta que le encanta celebrar sus chistes… » ¿Sabías tú que ocurrió algo muy parecido, por no decir idéntico con los Aztecas —me pregunta achicando sus enormes ojos—. Según sus tradiciones, ya que los pobres no tenían una Biblia, hace unos ochocientos años se les apareció su dios: Huitzilopochtli… vaya nombre… y les dijo que tenían que abandonar la región en que vivían y moverse hacia el sur hasta encontrar un lugar en que verían a un águila comiéndose a una serpiente… Ocurre que estos indios vivían en la zona que actualmente es el estado de Utah, por lo que la caminata hasta Tenochtitlan fue de unos tres mil kilómetros. ¿Qué tal?... Pero aquí viene lo bueno. La personalidad de Huitzilopochtli era muy parecida a la Yahvé. Ambos eran protectores, pero exigentes hasta el abuso y prontos a la ira y a aplicar castigos terribles. »Sigo… ambos acompañaron a sus protegidos. Yahvé en forma de nube y el de los aztecas en forma de un gran pájaro blanco que también les iba mostrando el camino. Yahvé los tuvo caminando cuarenta años en un viaje que pudo durar, como te dije, tres meses. Huitzi los tuvo vagando dos siglos… ¡Genial!, además ambos pueblos tuvieron que enfrentarse con otros que ya ocupaban los territorios. Magníficas matanzas. Para dejarlos finalmente en un terreno pantanoso que va a terminar por hundir a toda la ciudad. Todo un ingeniero ese Huitzi… —hizo un gesto de desprecio.

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»Prosigo…—se ríe a gritos—, ambos pueblos fueron obligados a adoptar un rito tan raro y antinatural como la circuncisión. Además ambos dioses les exigían a sus protegidos sacrificios de sangre y para rematar… ambos dioses abandonaron de manera inexplicable a ambos pueblos cuando más los necesitaban. »Aún me queda lo último. Ambos dioses les dieron precisas instrucciones de cómo construir sus templos. Típico de estas entidades, y lo más increíble, ambos pueblos transportaban un arca que utilizaban para comunicarse con su dios. »Mira, no sigo porque me aburro… te sugiero que leas de tu Biblia los párrafos siguientes: Levítico 3, 1 y siguientes; Levítico 4,1 y adelante. Y para terminar con esta latosísima charla acerca de la Biblia ¿Sabías, humanito, que en ese libro se habla solo ciento sesenta veces del amor y doscientas ochenta veces de la sangre?... » Y para culminar mi querido y patético humano, ya te lo dije, los han estado engañando por miles de años. Los tienen aterrorizados con amenazas y castigos… piénsalo un poco. El verdadero Dios no puede ser sino bondad y amor, no esa bazofia y otras parecidas que los han estafado por milenios y que hasta ahora sigue provocando muertes. Entiende, existen seres de diferentes planos de existencia y que no son mejores que ustedes. La verdad es que son peores. Nosotros los llamamos vampiros energéticos, parásitos de la creación, demonios de peor ralea. No los adoren, ya te dije, el camino es hacia adentro, ahí está la comunicación con Dios. Ahí tienen todos los recursos para librarse de éstos entes malditos. La información que me entregaba el sacerdote había sido demoledora para mi espíritu. Sabía que no lograría asimilarla en forma rápida. — Una última pregunta—. El sacerdote me mira con compasión.

— Si... si… pregunta no más… —me responde en un susurro. — ¿En otros mundos ocurre lo mismo que aquí? — En algunos, en otros más astutos han tenido la genial idea de mandarlos a la misma mierda —me responde muy serio. — ¿Pero la entidad no se ha vengado? Esa es una de sus características ¿No? —pregunto. — En algunos casos. Como ocurrió acá, se han aprovechado de algún cometa, lo han desmembrado de manera de provocar un diluvio, o han apurado una época de deshielo, el fin de una glaciación, o cualquier otra cosa —me cuenta—, pero te digo que no en todos los casos se han asustado. Algunas razas tienen, por genética, una percepción psíquica muy superior a la de ustedes y han captado la maniobra. Ahí la mandada a la mierda ha sido de antología... » ¡Ah! se me olvidaba algo muy importante! — Me dice excitado—, los entes o dioses son formas de existencia con capacidades telepáticas y psicoquinéticas. Casi todo los milagrillos los hacen empleando estas dos facultades. Bueno, aquí voy al punto… ustedes, como especie en conjunto, pueden lograr lo mismo, es decir, le podrían hacer la pelea de igual a igual. Pero para eso tienen que estar unidos y los entes tratan de evitarlo. ¿Qué tal? —creo que no había visto nunca al sacerdote tan satisfecho. Irradiaba algo como felicidad. — Amigo sacerdote… no sé que voy hacer cuando tú te vayas. No he encontrado sabiduría como la tuya en este mundo —le digo apesumbrado—, creo que te he tomado cariño. — No lo tomes así, mira que no tengo ningún interés en reemplazar a Yahvé o a Huitzi. Mi tarea es abrir las mentes y obligarte a pensar. Nada más —me miró con ternura—. El verdadero Dios está más cerca de lo que te puedes imaginar. — ¿Cómo así? Sería fabuloso —me entusiasmo.

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— Hay algo de verdad en la religión que tu profesas —me responde—, ustedes dicen que Dios es una trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo. Este último, que las otras religiones ridiculizan, es la clave de todo. ¿Qué crees tú que es el Espíritu Santo? — La verdad… no tengo idea —respondo confundido. — Ves tú… ese es el problema… te contaré. Lo que llaman Espíritu Santo es la esencia divina que permea todo el Universo… ¿O crees que todo este mundillo en que estamos metidos no es otra cosa que vacío y materia?... para nada, la energía del Creador interpenetra todo, sino el Universo no podría sostenerse. Sé que no es fácil de entender, pero haz un esfuerzo. Esta energía espiritual es inteligente, es poderosísima y es accesible… aunque existen algunos seres que se las han ingeniado para construir su propia coraza espiritual y aislarse… supongo que te imaginarás quienes son —me dice adoptando su estilo de profesor. — Los demonios, supongo. — Y supones bien. Este Espíritu Santo es parte de Dios y de alguna manera es Dios también. Lo que ocurre es que Dios, antes de la creación, era una entidad espiritual única. Al crear el Universo fue necesario poner su presencia en todo lo creado y su idea fue genial. Proyectó parte de su espíritu en lo creado. Solo así podía mantenerlo y vigilarlo, amorosamente creo yo. Tus Evangelios hacen alusión a eso en una parte en que dice que “una ofensa contra el Espíritu Santo no sería perdonada”. La razón es simple, esa energía también te interpenetra a ti. Si la atacas te haces daño a ti mismo… — ¿Y es posible verla o percibirla? —consulto con ansiedad. —Para algunas razas del Universo eso es pan de todos los días. Ustedes pueden verlo bajo el efecto de algunas drogas psicotrópicas y siempre que el sujeto tenga ya una cierta apertura mental. Se puede ver la energía de Dios vibrando suavemente en torno a ti. ¡Y es en colores! —me dice entusiasmado—. Da algo de susto, ya que se capta el terrible poder que encierra, pero también se percibe lo amorosa que es. — Entonces… te pregunto de nuevo… ¿Por qué existe tanto mal en el Universo? — Ya te dije… —parece agobiado—. Porque hay sujetos que logran crear su propio ”espíritu santo”, que como supondrás no tiene nada de santo y, siempre, siempre, terminan jugando a ser dioses. ¡Y se las creen!... pobres… hacen tanto daño…—me dice realmente compungido—. No se dan cuenta que lo único que van a lograr con esta artimaña es condenarse a la disolución. Han sacado la verdadera esencia de Dios de su ser y… eso sería todo —suspira—. Siempre he dicho que el peor pecado es la estupidez revestida de sabiduría. — ¿Pero, es culpa de ellos haber nacido idiotas, como dices tu? —me parece una pregunta clave. — La estupidez no conduce al mal. Más aún, en general los tontos son los mejores espíritus, carentes de toda maldad. El mal es algo ajeno al intelecto. Te diré una última cosa, y con esto termino mi sabia charla —me dice con el más doctoral de los tonos. — En tu mundo sobran los inteligentes, lo que faltan son buenas personas —concluyó—. Tu Dios, Jesús, jamás habló de la inteligencia. Solo habló del amor y la bondad. Dijo…”Bienaventurados los pobres de espíritu porque ellos heredarán la tierra”…. Adiós querido humanito, me despido, espero que el destino de ambos vuelva a reunirnos otra vez. Me has hecho muy feliz al interesarte por mis conocimientos… La imagen del sacerdote empezó a alejarse con suavidad, al tiempo que me sentía caer. De un salto desperté en mi cuerpo, transpirando y con una tremenda opresión en el pecho. Tenía intensas ganas de llorar. Me recosté de lado e intenté volver a conciliar el sueño…solo que esta vez no estaría el querido sacerdote. Llorando me hundí nuevamente en la nadidad.

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XIX. La última defensa. Viernes 27 de enero de 1978

I Ralph Müller desde su llegada a Santiago, se había alojado en casa de unos antiguos amigos y a quienes conociera durante un terrorífico evento que tuvo lugar en la ciudad de Valdivia diez años atrás. Sergio y su esposa Anna, ambos, al igual que él, investigadores avanzados de lo paranormal. — Es realmente espantoso —comentó Sergio, mientras Anna, atenta a la conversación, servía unas copas en el grato living de su casa. — ¿No se puede hacer nada para evitar lo ocurrido? —preguntó ella sentándose en el brazo del sillón que ocupaba Sergio. — Solo se me ocurre una cosa… aunque… no sé si los Anunnakis estarán de acuerdo—. Ralph meditaba. Su rostro denotaba la angustia que lo embargaba. — ¿Y… qué? — Alterar el pasado. Sé que lo pueden hacer… y lo han hecho en otras ocasiones, cuando en promedio se minimiza el daño —respondió Ralph. — ¿Pero es posible el viaje en el tiempo? —inquirió Anna asombrada—. Hasta ahora siempre lo tomé como un argumento de los libros de ciencia ficción. — Es posible… aunque parezca increíble… pero, como ustedes se imaginarán es demasiado complejo y hay que tener un cuidado enorme en minimizar los efectos colaterales. — Si es tan posible, ¿Por qué no se impidió la llegada de Hitler al poder en Alemania? —preguntó la mujer. — Se estudió en profundidad esa posibilidad, pero todo resultaba peor. Si Hitler hubiera muerto de niño, el nazismo habría se habría atrasado cinco años en tomar el poder. Todas las energías, la egrégora que lo hizo posible, ya estaba creada por entidades no humanas. El odio racial tenía raíces muy profundas. Según ellos, los judíos habían abierto un portal interdimensional por donde se introdujo un espíritu maligno y terriblemente poderoso, y que era la causa de todos los males que asolaban a la Humanidad en aquellos momentos. Los nazis habrían alcanzado el poder total en Alemania en 1938, en vez de 1933, y la guerra habría comenzado en 1947. »En esa época los alemanes tendrían la bomba de hidrógeno y un gran desarrollo en cohetería. Contarían con misiles intercontinentales. EE.UU. y la Unión Soviética habrían desaparecido del mapa así como varios países de la Tierra. La radiación resultante se habría esparcido por el globo matando al noventa por ciento de la raza humana. En diez mil años más en el planeta predominarían los insectos y estaría ocupado por una especie alienígena desconocida. Los pocos humanos sobrevivientes vivirían reducidos en algunas islas del pacífico. Otro grupo habría sido rescatado por los Anunnakis y estarían viviendo en un planeta de la constelación de la Hydra. Además habrían sido reeducados…. en fin, eso fue lo que se pudo descubrir. — Es decir, no es tan simple la modificación del pasado —fue el lúgubre comentario de Sergio. — Para nada, depende del posible daño colateral y de la futura influencia de las personas involucradas en la modificación temporal. Si éste es pequeño, se produce un efecto de disolución del cambio. Es decir todos los millones de eventos que están ocurriendo paralelamente envuelven la alteración

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temporal. La absorben. El efecto no se transfiere mas allá de unos pocos años y su repercusión es mínima. Es como poner una pequeña piedra en un curso de agua o poner una gran peñasco que genere una represa —fue el comentario de Ralph. — ¿Y este caso, no crees que corresponde a un evento mínimo? —preguntó Anna. — Es lo que hay que averiguar. José es soltero y es muy probable que se case en el futuro y, más aún que tenga descendencia. Esa es la parte que hay que analizar. Los nórdicos tienen computadores espacio-temporales y creo, pueden determinar el efecto mariposa. Esa noche Ralph, apoyado por sus amigos, intentó un contacto telepático con los nórdicos, lo que se produjo en las primeras horas de la madrugada del sábado. Ante la urgencia de los requerimientos del grupo, le indicaron un sitio solitario en las cercanías de Santiago para efectuar el encuentro. La hora sería a las nueve de la noche. Previniendo el alcance del fenómeno que estaba por producirse, Ralph ubicó con urgencia a Luis e Inés y les explicó su proyecto. En principio ambos se aterraron, pero después de darles muchas vueltas al asunto tuvieron que reconocer que parecía ser la única alternativa. — Además de informarles, he venido a solicitarles en préstamo sus apuntes… los que ambos escribieron durante el viaje y recién… temo que si se logra la alteración temporal van a desaparecer y tienen un valor incalculable para el grupo de investigación del cual formo parte. — Desde luego, también existen las grabaciones… pero ¿No van a desaparecer también en tus manos? — Consultó Luis. — Si permanezco en la Tierra, desde luego, pero pretendo pasar todo el fenómeno en la nave. Esta se encuentra fuera del continuo espacio tiempo. Ahí perdurarían y pretendo, si ustedes no se oponen, escribir, quizás si en forma un tanto novelada, el total de la experiencia. Luis miró a Inés y ambos hicieron un gesto de conformidad. — No veo el problema, menos si su finalidad es formar parte de las investigaciones de tu grupo. Me encantaría leerlas después —terminó sonriendo. —Esto del viaje en el tiempo y las alteraciones del continuo es muy difícil de comprender. Desde luego que les mostraría el documento final, mal que mal es de ustedes. Pero les aseguro que se llevarían una sorpresa. Probablemente no entenderían mucho. — Es decir ¿Se pierde todo lo acontecido en el período rectificado?. — Sí y no… es complejo. Lo vivido fue experimentado en realidad y queda formando parte de vuestro samskara, es decir de vuestro acerbo de experiencias reales, porque en verdad ocurrieron. En la práctica va a quedar como dejà-vu, como recuerdos inconscientes que no van a lograr entender de donde salieron — les explicó Ralph. Las tres horas restantes las ocuparon en repasar diferentes momentos del atroz período vivido. Ralph se conmovió hasta el fondo de su alma al ver a un Luis amargado y a Inés con claros signos de psicotización. Eso afirmó aún más su resolución de intentar, hasta donde sus medios se lo permitieran, remediar los eventos. Al final, portando un bolso con los valiosos apuntes y las grabaciones de casettes, se dirigió a casa de Sergio.

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Sábado 28 de enero de 1978 II

Ralph fue dejado por Sergio en el sitio acordado. Aunque no se había precisado, ambos entendieron que a la reunión debía ir solo. No obstante, por lo que pudiera acontecer, Sergio decidió esperar en las cercanías. Temía una interferencia de los demonios. A la hora señalada, se observó una estrella en movimiento sobre la cordillera de Los Andes. Con súbito desplazamiento, la nave pareció materializarse al lado de Ralph. De inmediato descendió un sujeto alto de aspecto nórdico. Le hizo un gesto a Ralph, invitándolo a entrar. Este obedeció y se perdió en el interior del aparato seguido por el extraterrestre. Sergio, tratando de pasar desapercibido, a unos cien metros de la nave, contempló aliviado el suceso. El alien en el momento de ingresar al Ovni, se volvió y miró hacia donde éste se encontraba, sonrió e hizo un gesto de saludo con su mano. Sorprendido, Sergio contestó agitando ambos brazos. La puerta se disolvió y el vehículo salió disparado a una velocidad imposible. El lugar quedó tristemente solitario, con un suspiro entró en su automóvil y retornó a su hogar. Solo restaba esperar el resultado de la proposición de Ralph. Ojalá fuera posible. ¿Qué sentiría si había una perturbación en el continuo espacio tiempo?

III

El Anunnaki miró a Ralph con preocupación. Se paseaba con las manos atrás mientras sus compañeros consultaban el computador del continuo espacio-tiempo. Elkin - 2 se volvió y comentó. —L a única forma segura de efectuar la alteración, sería atrasando su futura reproducción biológica nueve años. El punto de comienzo de todo el problema es la introducción del ente llamado Laura en el mes de octubre de 1977. Lo hicieron los Shaggoths… Laura es un ente clonado. No es humana… Habría que comenzar por impedir esa maniobra, probablemente habría que abducirla y volverla a la nave de esos seres. Entenderían el mensaje y creo que no insistirían por ese camino. Después sería necesario eliminar la nave madre… Elkin observó los datos del ingenio espacio-temporal y asintió. — Sí, procedamos —fue todo su comentario. Volviéndose hacia Ralph le dijo: — Tendrás que permanecer en la nave, hasta reajustar el continuo a cómo debió ser. Eso minimizará el efecto mariposa, ya que tu has formado parte de todo este acontecer. — ¿Puedo hacerles una pregunta? —consultó Ralph. — Si, desde luego. — ¿Cuál es la base energética de esta nave?... sus motores—. Ralph se sintió tonto. El Anunnaki sonrió, lo contempló unos momentos con ternura, hizo un gesto con su cabeza y respondió. — Es difícil de explicarte, dado tu nivel de conocimientos. Lo que te puedo decir es que se trata de un amplificador psicoquinético. Está más allá del modelo de Universo que ustedes manejan. Ralph, asombrado, hizo un gesto de comprensión. Confiaba absolutamente en estos asistentes de los servidores del Señor. Los Anunnakis comenzaron a efectuar una serie de precisas maniobras en la increíble máquina. Se les veía demasiado concentrados. La atmósfera de la nave se tornó celeste claro al tiempo que una suave

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pero persistente vibración invadía todo. El último recuerdo de Ralph fue la sensación de mareo, irrealidad y una impresión de velocidad hasta ahora por él desconocida. …………………………………………………….

XX. El viaje de vacaciones (Apuntes finales de Luis Valdés) Lunes 9 de enero de 1978

I De acuerdo a lo convenido, el lunes nueve de enero a las ocho de la mañana, nos encontramos con José y Rebeca en el Servicentro, para cargar combustible y efectuar las últimas revisiones de rutina para un automóvil que comienza un largísimo viaje. Recuerdo que el ambiente era festivo. Llevaba un ejemplar del periódico con la noticia de los avistamientos, noticia que se había repetido el domingo con más detalle. Incluso una borrosa fotografía mostraba una extraña formación en el cielo del desierto de Atacama. Con José acordamos los sitios de detención durante el trayecto. Los Vilos y La Serena para almorzar, y Copiapó, la primera parada en donde buscaríamos donde pernoctar. Durante todo el viaje, los automóviles no debían perderse de vista por ningún motivo. A pesar del calor reinante en esos primeros días de enero, persistimos en nuestro itinerario y logramos llegar a Copiapó a la hora prevista. Eran las once de la noche, una hora antes del inicio del toque de queda. Gracias a Dios el paso las dos cuestas, Pajonales y Buenos Aires transcurrió sin inconvenientes. De los lentísimos camiones que cruzan el sector, solo encontramos tres y logramos adelantarlos sin dificultad. Martes 10 de enero de 1978 Llegamos a Caldera a las once de la mañana. El tibio mar lucía grandioso. —Tratemos que el viaje sea también parte de las vacaciones —había comentado Inés—, no corramos como enfermos y hagámosle caso al señor que nos recomendó a Rebeca y a mí, no viajar de noche. Siempre es muy peligroso… no se ve nada y me encantaría contemplar el desierto de día… para poder verlo. Luis tomó muy en serio la petición de su novia y reconoció que tenía toda la razón. Las vacaciones no eran solo el punto de llegada sino que, formaban parte del viaje en sí. ……………………. Después de tantas horas de calor y desierto, la vista del mar fue demasiado para nosotros. Decidimos dar al traste con el itinerario y aprovechar las tibias aguas de Bahía Inglesa en un intento por relajarnos un poco. Fue en ese sitio en donde vivimos la más extraña experiencia de nuestras vidas. Ocurrió en el momento en que los cuatro chapoteábamos alegremente entre las olas. — Oye José ¿Estás viendo lo mismo que yo? —. Una extraña línea oscura y gruesa, inclinada unos veinte grados, se destacaba nítida en el cielo. Se encontraba suspendida sobre el océano. — Parece un Ovni —replicó José—. ¿Qué otra cosa puede ser? Está bastante bien definido, no creo que sea una nube—. No supe que responder, estaba sorprendido. El raro objeto, me dio la impresión, parecía contemplarnos. Fue una sensación absurda, sin embargo algo en mi interior me decía que era cierto. Continuábamos nuestro alegre baño cuando José gritó:

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— ¡Mira!... ¡Mira!... ¡otro Ovni… y otro más! —señalaba hacia el horizonte marino. En efecto, dos objetos plateados de forma circular, se acercaban a toda velocidad hacia la línea negra. Parecían haber descendido directamente desde lo alto. Lo que ocurrió a continuación habría sido la envidia de muchos productores de películas de ciencia ficción. Uno de los objetos plateados se lanzó contra el cilindro negro disparándole lo que parecían ser proyectiles de energía. El cilindro intentó escapar hacia el sur, pero el segundo disco le cortó el paso con una andanada de proyectiles luminosos. El ataque en total, no debe haber tomado más de diez segundos. Contemplamos atónitos el increíble espectáculo. El cilindro negro estalló en cientos de fragmentos que comenzaron a caer al océano como una lluvia de objetos. Lo más sorprendente, para todos en la playa, fue la velocidad con que los dos discos comenzaron a volatilizar los trozos que caían. No lo lograron con todos. Un par cayó al mar. Instantes después, alrededor de veinte segundos, un poderoso trueno remeció la costa haciéndonos tambalear. A varias casas del sector se les quebraron los vidrios que apuntaban hacia el mar. Tal y como habían aparecido, ambos discos se elevaron a una velocidad indescriptible hacia el infinito. — Si no lo hubiera visto no lo hubiera creído… parece una guerra de las galaxias —fue el comentario de José. Luis, Inés y Rebeca permanecieron largo rato paralogizados en el agua. Otros bañistas del sector parecían estar tan asombrados como ellos. En ese momento el oleaje se alteró notoriamente. Las olas, tan suaves en ese sector, dieron paso a una secuencia de ondas de cerca de dos metros que mojó y arrastró las pertenencias de varios bañistas. El suceso completo no demoró mas de cinco minutos, luego todo volvió a la calma. El humo en el horizonte no tardó en disiparse. — Mejor vistámonos, busquemos en donde tomar un café y partamos hacia Chañaral. Ahí podemos alojar, descansamos y mañana, fresquitos nos lanzamos por el desierto a primera hora… ¿Qué les parece? — El resto estuvo absolutamente de acuerdo. Una hermosa amistad se estaba consolidando entre nosotros. Al día siguiente la prensa local informó del increíble espectáculo, atribuyéndolo a un ejercicio de la fuerza aérea. Tres días después, esta misma prensa informó de un extraño animal varado en la playa al sur de Bahía Inglesa. Según los niños que lo encontraron, era de color café y su piel les recordaba a una serpiente. Se asustaron mucho. Cuando llegaron los expertos a examinar el hallazgo, los restos se habían decolorado y lucía un gris plateado con algunos trazos café. Era descomunal, no obstante estar bastante aplastado, calcularon que su diámetro, dentro del agua, no podía ser inferior a los tres metros, su longitud superaba con facilidad los ciento veinte metros. Parecía una mezcla entre un calamar y una babosa gigante y emitía una fetidez espantosa. Se estaba pudriendo, por lo que desistieron de cualquier intento de efectuar una investigación más profunda en el interior del cuerpo del animal. Concluyeron que tal vez se tratara de los restos de un cachalote o un calamar, seguramente de las profundidades. La autoridad ordenó enterrarlo en la arena y en esa misma playa, ya que, por suerte, distaba más de diez kilómetros del sector de bañistas. Como era muy tarde, optaron por efectuarlo la mañana siguiente. Al otro día, cuando llegaron los trabajadores para definir en que punto iban a proceder a su entierro, se llevaron una sorpresa. De la monstruosidad no quedaba sino un caldo espeso, viscoso y fétido. Los asustó de sobremanera encontrar entre la masa viscosa lo que parecía un brazo humano. El oleaje del mar estaba disolviendo y retornándolo al océano. Al parecer esa cosa no podía existir en nuestro mundo. ………………………

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El resto del largo paseo hasta la meta, San Pedro de Atacama, transcurrió felizmente. El viaje de retorno se hizo en paz y con paradas continuas. Nos importaba conocer bien el territorio y tomar muchas fotografías. La llegada a Santiago, el veintiuno de enero, nos dejó a todos con la sensación de que en la vida, muchas cosas pueden programarse y ocurrir tal como se planearon, a condición que se efectúen con el alma en paz. Solo dos sucesos me parecieron fuera de lo esperable. José, ya en su casa, experimentó algunas molestias en los testículos. Tendría que consultar un médico. Yo, por mi parte, me obsesioné con los persistentes sueños que tuve en varias ocasiones y en los cuales conversaba con un extraño ser. No obstante no poder recordar los detalles, mi concepción del mundo cambió, cambió para siempre. Un par de años después José y Rebeca se casaron. Yo todavía lo estoy pensando, y a pesar de querer mucho a Inés, la encuentro un poco desequilibrada. Voy a dejar pasar un tiempo todavía… Dios dirá. (Fin de la narración de Luis Valdés)

II

(Últimos apuntes redactados y novelados por Ralph) Completamente mareado, bajó de la nave. Los Anunnakis se despidieron de él con afecto. Le recomendaron que tuviera paciencia, que la confusión mental podría durar algunos días y, lo más importante, no tomara el avión a Antofagasta como lo tenía proyectado. Se encontraría con él mismo y se generaría una paradoja temporal. El Ralph en viaje al norte se desvanecería en el trayecto entre el aeropuerto de esa ciudad y el Hotel. El chofer del taxi se llevaría el susto de su vida. La existencia de dos Ralph en el mismo tiempo implicaba una violación al principio de la conservación de la energía. Durante algunas horas en este continuo espacio-tiempo habría ochenta kilogramos sobrantes. Lo estaban compensando mediante una proyección de esa misma cantidad de materia a otro continuo. Solo durante unas horas. Siempre hay que pagar un pequeño precio por estas alteraciones del espacio-tiempo. Ralph, un tanto confundido, tocó la puerta de sus amigos Sergio y Annita en Santiago. Ni el mismo sabía la razón por la que había venido hasta acá. ¡Ah! Recordó de golpe… los avistamientos en el Norte. Esperaría un par de días más por si la oleada continuaba, de lo contrario se ocuparía de otras actividades. Lo mas importante era revisar el material que guardaba celosamente es su bolso. Poco a poco estaba recobrando la memoria. Eso le ayudaría a redactar la información de los papeles que aparecían firmados por Luis e Inés.

Epílogo “Me he preguntado hasta la saciedad, el porqué de mi actitud y posición existencial. Me refiero a mi actitud antes del viaje. No creo para nada ser un caso único, he descubierto que la mayoría de las personas con las cuales he conversado actúan y sienten igual. “De generación en generación, la raza humana se traspasa, cual delicado presente, un conjunto enorme de conceptos que configuran el marco valórico y existencial tras el cual cada individuo oculta su fragilidad y su miedo. Sí, su miedo, su terror a la muerte y la no existencia. Su pavor ante lo desconocido e incontrolable.

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“Las enseñanzas religiosas, todo aquello que “es como debe ser”, es bien venido y todo lo nuevo, lo raro o aquello que se encuentra en un nivel que nos supera y nos aplasta como especie es refutado de plano. No se acepta, son estupideces, supersticiones propias de una persona ignorante. Se desconocen, se hacen mofas y se atacan, tanto más furiosamente cuanto más espantosa es la verdad que intenta demostrar. “Lo que pocos se dan cuenta es que, si retiras las cuidadosas barreras mentales de protección, surge la peor de las angustias. Queda un pobre ser humano, delicado como un cristal, ante un infinito incomprensible y al cual solo le resta pedir piedad. “Da lo mismo cuan importante sea el sujeto, da igual si es un empresario dueño de medio país, un monarca, un artista venerado, un héroe, o un pobre sujeto que duerme bajo un puente tapado con periódicos. Ante esta realidad son exactamente iguales. Todos terminarán podridos en un hoyo, sin que los que aún están sobre la Tierra sepan, para nada, si existe otra vida justa y retributiva. “Creo que solo una introspección en lo más antiguo de mis recuerdos y orígenes, podría arrojar la luz que explicara mi caso. Siempre las experiencias tempranas de la vida moldean y hieren el espíritu. “Provengo de una familia de clase media profesional, culta e intelectual. Mi padre, masón racionalista, sin duda fué determinante en la estructuración de mi personalidad. Yo era ordenado hasta la neurosis, detallista, de vestir impecable y apegado a la moda. De preconceptos rígidos y confiado de la validez de mis conocimientos y valores. “Es probable que la lectura, en mi juventud, de las novelas de Connan Doyle y sus historias de Scherlock Holmes con sus métodos deductivos y su increíble capacidad para atar cabos sueltos y reconstituir casos a partir de pequeñísimas e inadvertidas señales, me indujeran a emularlo. De niño busqué de forma inconsciente personajes notables a quienes imitar y sirvieran de ejemplo y guía en mi conducta. Aunque estos héroes fueran de ficción. “Me quedaba claro que todo esto solo constituía una exacerbación de la conducta y valores de mi padre. Es lo que en terapia Fisher – Hoffman se denomina amor negativo: copiar los defectos de nuestros padres. “No me considero una persona particularmente temerosa ante la transitoriedad de la existencia, pero siempre aceptando que esta se deslice en los cómodos rieles que enmarcan lo transmitido por nuestros antepasados. Que todo ocurra “como debe ser”. Pero... ¿Y si me acontece algo que no es “como debe ser”?... “A lo largo de mi vida, había perfeccionado hasta el límite mi pensamiento analítico. Deseaba en verdad plasmar el resultado de mis investigaciones en un libro, un documento que mostrara al mundo de que manera eran engañados, estafados y manipulados con patrañas. En el fondo quería racionalizar mis miedos, afirmar mi piso y sentirme seguro. Eso era hasta antes del viaje... “En el caso que me ocupa, la verdad es que no recuerdo como comenzó esta fijación. Algo lo debe haber despertado, un comentario de mi padre, o una simple observación de alguna persona a quien yo consideraba un idiota. Empecé a experimentar una grata sensación al rebatir y demostrar que todas las informaciones de los llamados fenómenos paranormales eran simples estupideces, y podían ser desmentidas con facilidad a condición de efectuar una seria y científica investigación. “Esto, con el tiempo, derivó en un hobby, manía o vicio. No sé en realidad que. El hecho es que dedicaba parte de mi tiempo libre a descifrar lo indescifrable. Cualquier problema con características anómalas me atraía como flor a un abejorro. Eran desafíos intelectuales en los cuales intentaba, a partir de breves retazos de información, reconstruir la verdad tras los hechos que habían dado origen, tan fácilmente, a explicaciones sobrenaturales de manifestaciones que yo consideraba naturales. “Me había convertido en un escéptico investigador de lo paranormal. Mi intención última era descubrir, mediante análisis lógico, la falsedad y los errores de las declaraciones de testigos, fotografías o

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cualquier prueba que pudieran exhibir. Me sentía un Scherlock Holmes de este tipo de noticias. Mi ego había encontrado una patológica forma de expresión, y eso debo reconocerlo. “Los fenómenos que investigaba, eran con frecuencia los mas accesibles a mi diario vivir. Las “casas embrujadas” y los fenómenos fantasmales ocupaban el primer lugar, seguido muy de cerca por el fenómeno Ovni. Este último evento era el más complejo de demostrar para los testigos y más fácil de desacreditar. Normalmente se basaba en declaraciones de personas cualesquiera, rara vez en fotografías y, más raro aún en filmaciones. El placer que sentía al destruir los testimonios me sumía en un estado parecido al éxtasis. Mi lógica contra la superstición. “Desde luego que esta actitud no pude mantenerla de forma indefinida. Fue necesario un viaje, un largo viaje para que cambiara abruptamente de bando... Lo único que lamento fue el espantoso precio que tuve que pagar. “Hasta ese momento, antes del viaje, mi vida transcurría apacible, como la de todo burgués que se respete. Una buena renta, una profesión de prestigio y alguna ocasional aventura amorosa en la cual, siempre cuidaba de no involucrarme demasiado. Amaba mi libertad y me negaba con tozudez a comprometerme. Es probable que debido eso, mi personalidad derivara, con el paso de los años, en la de un sujeto de conducta metódica y, debo reconocerlo, algo maniático. Llevaba un meticuloso registro de mis investigaciones............ El resto ya ha sido narrado. Cada uno saque sus propias conclusiones

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Segunda parte

La investigación de Luis Valdés

Los últimos días de febrero de 1978. Pocos días después de todo lo acontecido, Ralph Müller se reunió con Luis. Quería comprobar su estado general. Una alteración temporal no era cosa de broma y tenía curiosidad por saber lo que recordaba de la extraña experiencia. Para su sorpresa, los recuerdos semejaban a sueños. Eran completamente oníricos, y él juraba que no se trataba de otra cosa. Después de leer los documentos que Ralph le trajera más los propios apuntes de Luis y en los cuales reconoció su letra, experimentó un verdadero shock, entrando en una profunda depresión. Ralph, experto en conducta humana, trabajó su estado anímico lo mejor que pudo, pero, le recomendó que intentara asimilar la experiencia, que pusiera todo de su parte, en fin, que asumiera la realidad por impactante y horrorosa que pudiera ser. La verdad y solo la verdad siempre es mejor que un bloqueo psíquico que lo perturbaría de por vida. Tres días después volvieron a reunirse. Esta vez se veía a Luis mucho mejor, aunque se notaba emocionalmente demolido. Le confesó que había llorado hasta el agotamiento. La revisión y reordenamiento de los valores de toda una vida no se hacen sin pasar por verdaderos infiernos. A partir de las dos conversaciones con Ralph, Luis comenzó a interesarse por el fenómeno Ovni. Le costaba resignarse a la pequeñez y la fragilidad de la raza humana. Dos meses después, se comunicó con Ralph para narrarle sus nuevas inquietudes y mostrarle la recopilación de la información que estaba comenzando a efectuar. Fue la última vez que vió a Ralph Müller, sin embargo, algo que Luis jamás olvidó, fueron las recomendaciones que éste le diera: “separar la paja del trigo, aprender a dudar, pero jamás perder sus inquietudes”, y sobre todo, recordaba con tristeza, la enorme capacidad de Ralph para contagiar un entusiasmo inagotable, que acompañaría a Luis por el resto de su vida. No siempre el destino nos permite reunirnos con seres de la calidad moral, la generosidad y el desprendimiento de Ralph Müller. Fue el año 2000 que Luis dio por terminada lo que el consideró la primera parte de su investigación y es la que se resume en las siguientes páginas.

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Algunas reflexiones y datos específicos en torno al fenómeno OVNI Nota: Toda la información aquí consignada es de público conocimiento, solo la he ordenado un poco. Como la casuística Ovni es gigantesca, es demasiado difícil filtrar la información. Creo que basta con solo un caso Ovni absolutamente comprobado para demostrar que el fenómeno es real. Para mí no cuenta la cantidad sino la calidad de las experiencias. De ahí que solo he seleccionado cinco casos que para mi reúnen las características principales de la fenomenología. Podría haber seleccionado otros... Pero, parto por aquél que dio comienzo a todo. Intencionalmente he dejado de lado las informaciones basadas en contactos “telepáticos” tales como los del grupo Casiopea de la hipnoterapeuta Laura Knight-Jadczyck y los del grupo Elron de Raúl Olguín, Horacio Velmont y Ronald Hubbard. La razón es muy simple. No existe forma de comprobarlo y sus enseñanzas, ambas dictadas por “seres de niveles superiores de vibración”, no coinciden en lo principal. Por lo tanto me he basado en lo más simple y el resto ha sido solo deducción. Recordemos la frase de Connan Doyle: “Cuando se descarta lo imposible, lo que resta, por improbable que sea, tiene que ser la verdad”. En la parte final de este análisis, se mencionan las leyendas sumerias y hebreas, ambas consignadas en antiguos escritos. Y esto último es lo que le da una relativa validez, al menos como leyendas que han marcado fuertemente a esos pueblos. La única excepción es la explicación de John Baines en relación a Yahvé, que se incluyó porque parece demostrar, por otro medio, lo que muchos investigadores sospechan: que la humanidad está siendo sojuzgada desde hace miles de años por una o varias entidades no humanas semejantes a los demonios.

Casuística I

PENDLETON, Ore. -- (AP) -- Nueve objetos brillantes con forma de “plato” volando a increíble velocidad a una altura de tres mil metros (10.000 pies) fueron reportados ayer [Junio 24, 1947] por el piloto Kenneth Arnold en Boise, Idazo, quien desestimó especular acerca del origen de los mismos. Arnold, empleado del Servicio Forestal de los EE.UU. se encontraba abocado a la búsqueda de un aeroplano perdido, cuando observó los misteriosos objetos el día jueves a las 15:00 hrs. Los objetos volaban entre el Monte Rainier y el Monte Adams en el estado de Washington, según afirmó, y parecían hacerlo en formación. Arnold indicó haber cronometrado su vuelo y estimó que se desplazaban a una velocidad de cercana a los dos mil kilómetros (1.200 millas) por hora. ………………….. Con este cable de la Associated Press se inicia en nuestros tiempos, para el gran público, la era actual de los Ovnis. Digo actual, porque informaciones sobre el fenómeno se pierden en el tiempo, desde los albores de la Humanidad. En los párrafos que siguen no pretendo hacer una cronología del fenómeno ni menos un tratado de la casuística Ufológica. Se han escrito demasiados libros al respecto. Estas líneas apuntan a otro aspecto. Por desgracia, para poder analizar tendré que citar lo más escuetamente posible algunos casos considerados por el autor como emblemáticos, o si se desea, impresionantes. Intentaré hacer lo que en esta novela hace el “sacerdote” con Luis Valdés, nuestro protagonista, mediante un método onírico – telepático. Ayudar a pensar. Tan simple como eso. Ya lo dijo un investigador de los fenómenos parapsicológicos, en una crítica al Dr. Rhine y sus métodos estadísticos y probabilísticos para demostrar la realidad de los fenómenos paranormales: telepatía,

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psicoquinesis, premonición, clarividencia, etc. Una crítica en el sentido que, basta con un buen sujeto de experimentación (una Eusapia Paladino, por ejemplo), para demostrar que lo paranormal es real. El estudio del fenómeno Ovni está tan contaminado de desinformación que resulta casi imposible separar la realidad de la ficción, lo sobrenatural y no terrestre de lo “real”, lo terrestre y pedestre.

II Analicemos cinco casos con características diferentes: Uno se refiere a un ataque con resultado de muerte de un piloto de guerra, el segundo a la extraña conducta de un Ovni con un avión comercial, el tercero al ataque por Ovni y desaparición del avión y piloto, el cuarto a la abducción y tiempo perdido de dos personas y el quinto al ataque masivo a una población. El primero es un poco más extenso en su exposición.

1. Caso Thomas Mantell. Copiaremos parte seleccionada de un informe parcial de la Comisión “Libro Azul”, para ilustrar la “atmósfera” que rodeaba este evento. Mantell no era un piloto solitario, como Arnold. … El oficial de operaciones de la Base Godman que prestaba servicio en ese momento, Gary W. Carter, tomó los prismáticos de campaña y observó el objeto. No hizo ningún comentario. Carter tomó el teléfono y llamó al coronel Hix. —Lo hemos comprobado desde las 13,15 hasta ahora. Es un objeto no identificado. No existen vuelos experimentales en la zona. Lo estamos observando a simple vista. Puede tener unos cien ó ciento cincuenta metros de diámetro. (Era una esfera) Eran cerca de las 14,30 horas de la tarde. A las 14,40 se acercaba hasta Godman Field una escuadrilla de cuatro cazas P-51 Mustang y que venían desde Marietta a Standford Field. El oficial de operaciones, capitán Gary W. Carter, ordenó al sargento Blackwell: — Tome contacto con los aviones e indíqueles que se acerquen al objeto para hacer una observación más detallada—. Blackwell, operador en la torre, puso en práctica la orden inmediatamente. — Hay un objeto situado al sur, en el rumbo 210" ascendente. Acérquense y si pueden identifíquenlo. — Recibido. Iniciamos maniobra. Cambio. El jefe de escuadrilla era el capitán Thomas Mantell, con cerca de tres mil horas de vuelo, tripulaba un caza Mustang NG-3869. Thomas Mantell transmitió el comunicado a su escuadrilla de cazas. El caza NG-336 de la formación, con el piloto Hendrichs, tuvo que aterrizar en Standford inmediatamente porque le faltaba combustible. Los otros tres cazas ascendieron en dirección al objeto. Hammond, que tripulaba el NG-737, llamó a Clements que tripulaba el NG-800 y le dijo: — Oye, muchacho, estamos sin equipo de oxígeno, no podemos seguir ascendiendo. Regresemos. Clements le respondió: — Y a mí me falta también combustible, regresemos. Ambos pilotos tocaron tierra en Standford. El NG-3869 del capitán Mantell seguía ascendiendo en dirección al objeto. El piloto Clements tomó combustible y reinició la observación del objeto hasta una altura de once mil pies con su caza NG-800.

Los pilotos comunicaron que el objeto aún seguía por encima de ellos y añadieron: "...éste extraño objeto está demasiado alto para que lo alcancemos y además va demasiado rápido...".

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Luego comunicaron por radio que el objeto había desaparecido entre las nubes a una velocidad espectacular. Fue así que abandonaron la persecución. Durante los veinticinco minutos que durara la operación, Thomas Mantell se comunicó dos veces con la torre de control. A las 15,15 dijo:

... "He visto el objeto, lo tengo ahora sobre la cabeza, trataré de aproximarme a él, para verlo bien... Ahora lo tengo enfrente..., parece metálico... es de un tamaño tremendo... ahora se eleva y va tan rápido como yo (unos 600 Km./h), voy a subir hasta 6.000 metros y si no puedo alcanzarlo abandonaré la persecución...".

Mantell siguió ascendiendo, cuando comunicó: "...no consigo alcanzarlo, pronto tendré que abandonar la persecución...". Esto fue lo último que el piloto alcanzó a decir a la torre de control.

A las 17,50 llamaron de Standford a Godman: — El NG-3869 se ha estrellado con Mantell a bordo, a cinco millas al suroeste de Franklin. Hora aproximada, a las 16,45. A esa hora de la tarde y a partir de las dieciséis horas, por cambio de turno, se encontraba a cargo de los operadores el capitán Arthur T. Jehli. Arthur Jehli, notificó a NG-737 y NG-800 que había recibido el aviso. Y amplió la información del NG-3869 al Centro de Servicio de vuelo de Maxwell. Dicho Centro hizo una llamada a Franklin, lugar del accidente. — Habla Arthur Jehli, de la Base de Godman (Kentucky). Se ha estrellado el caza NG-3869, pilotado por el capitán Thomas Mantell, al suroeste de esa base. Hora aproximada, las 16,45. Los restos del NG-3869, a unos ciento cuarenta kilómetros del campo de aviación, estaban esparcidos en una distancia de varios metros, el cadáver del piloto se encontraba al costado de la parte principal de los restos. El informe pasó al Mando de Defensa Aérea de la Base Mitchel, del estado de Nueva York. En el informe se decía: «El capitán Mantell perdió la consciencia por falta de oxígeno en un momento determinado del vuelo. En ese momento, debido a la falta de control, y por influencia de las enormes presiones, el NG-3869 inició una caída en espiral cerrada y se desintegró. En esa fecha, y en la dirección que siguió Mantell, se encontraba Venus. Es posible que fuera algún reflejo solar la causa del accidente. O también un globo lanzado por la Navy que se encontraba a más de diez mil metros de altura por encima de su aparato en el momento de ocurrir el accidente.» Mientras se realizaba este informe, sin embargo, el aparato metálico volvió a hacer acto de presencia en los cielos de Kentucky y fue detectado por la torre de St. Louis, Kansas City, Olmsted, Maxwell, la policía militar de Madisonville... etc. Lo vieron miles de personas. De cualquier manera, Thomas Mantell fue la primera víctima histórica de un Ovni, y al parecer se había producido en el momento de su persecución... Explicación oficial : Confusión del piloto, producto de la falta de oxígeno. Objeto probable: Planeta Venus, reflejo solar, globo de investigación lanzado por la marina. Permitámonos pensar: ¿Es posible que Thomas Mantell, veterano piloto de la Segunda Guerra Mundial, confundiera, al punto de costarle la vida, un objeto volante desconocido, con lo que afirman las autoridades?

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¿Tan pobremente adiestrados estaban los pilotos norteamericanos, en especial recién terminada la guerra? ¿Tan difícil era para un avión de combate perseguir a un globo que flotaba merced a las corrientes de aire? El capitán Mantell había manifestado su intención de abandonar la persecución, ¿Entonces...? ¿Cómo se explica el avistamiento, por miles de personas después de ocurrida la tragedia? ¿Cómo se entiende que el objeto se elevara en un evidente acto de evasión de sus perseguidores? Me sorprendió de sobremanera un programa de unos cuarenta y cinco minutos de duración transmitido por Discovery Channel, destinado a demostrar que Mantell se confundió con el sol de frente y el planeta Venus. Huelgan los comentarios. Veamos otro caso, ya citado en nuestra novela. Capítulo XIII, apartado V

2. Caso Bariloche:

Lo concreto, 31 de julio de 1995 en el aeródromo de la austral ciudad argentina de Bariloche, un avión comercial, un Boeing 727 – 200, comandado por el Sr. Polanco, no logra aterrizar en su primer intento debido a un apagón generalizado en la zona, incluido el aeropuerto. “Es en este descenso donde el Sr. Polanco (Comandante de la nave con diez mil horas de vuelo) observa a su derecha a una distancia que él estima entre cuarenta y ochenta metros, un supuesto objeto en forma de plato invertido con luces verdes en los extremos y un fulgor naranja en el centro que le impedía ver la estructura media del mismo”. La parte superior semejaba una cúpula verde anaranjada que parecía respirar. En un momento el OVNI se ubicó en el Terminal de la pista, bloqueando el posible aterrizaje. Fue durante todo este acontecer, que un apagón oscureció por completo la ciudad incluido el aeródromo. Logró aterrizar al segundo intento. El objeto lo persiguió en las maniobras que efectuó el avión al elevarse nuevamente y dar una vuelta completa para intentar un segundo aterrizaje. Polanco afirmó que el objeto parecía adivinar sus movimientos e intenciones. Los observadores de tierra lo describen como un objeto triangular. Se desplazaba casi sin ruido y efectuaba maniobras imposibles. El Comandante Polanco, después de este evento, y bastante perturbado, tardó mucho tiempo en divulgar con detalle su experiencia. Explicación oficial: a) La luz en el cielo se debió a focos de una discoteca en inauguración. b) Se trataba de un avión Avro. Permitámonos pensar: Nuevamente lo mismo. Descalificación de los testigos y origen natural de la luz en el cielo. El problema radica en que no se trataba simplemente de una luz. Era un objeto…Aparte del personal del aeropuerto lo vieron muchas personas en otros lugares. ¿Qué hacía ese objeto ahí? ¿Para qué interfería intencionalmente el aterrizaje de un avión comercial cargado de pasajeros? ¿Cómo es posible que pareciera adivinar el pensamiento y las intenciones del piloto?¿Es buena o mala esta actitud?... ¿Es irresponsable? Pensemos…

3. Caso Frederick Valentich. (Ocurrido en el estrecho de Bass, entre Australia y Tasmania)

En 1978, el piloto australiano Frederick Valentich despegó del aeropuerto de Moorabbin, en

Melbourne con dirección a King Island cruzando por la zona -ufologicamente muy activa- de Bass Strait (estrecho de Bass). Esto es, entre Australia y Tasmania. A las 18´19 h del veintiuno de Octubre, nuestro

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piloto realizaría el despegue de su último vuelo. A las 19´04 horas el DJS contactaba con el Servicio de Vuelo, en seis minutos Valentich desaparecería... A las 19´06 horas Valentich comunica la existencia de otro "tráfico" en la zona de grandes dimensiones, potente luz (verde brillante y metálico) y extrema velocidad, de origen desconocido. El Servicio de Vuelo comunica que no hay tráfico en la zona, pero aquel objeto seguía allí... El Cessna 182 del joven Valentich comenzó a fallar y nunca más se supo de él. La angustia del joven piloto quedó grabada en los registros de la torre de control. El objeto, descrito como un gigantesco cigarro puro, lo persiguió y lo hostilizó; en un momento se alejó sobre el océano, para volver y continuar con sus maniobras en torno al pequeño avión. La comunicación se interrumpió al momento de escucharse el sonido de un golpe. A pesar de la intensa búsqueda aérea y marítima, no se encontraron rastros del avión ni del piloto. (Manchas de aceite o restos flotantes). Explicación oficial: Se trató de un suicidio. Permitámonos pensar: El joven Valentich, de veintiún años, era un fanático de la aviación. Su sueño era ser piloto comercial y todos sus intereses se orientaban a lograr ese objetivo en el futuro. No se tenía conocimiento que padeciera de depresión ni menos que pensara en acabar con su vida. ¿Si alguien desea suicidarse va a elegir algo tan complicado como simular una situación de agresión por un objeto desconocido? La salud física y mental es rigurosamente controlada para el otorgamiento de licencias de piloto. En todo el mundo. ¿Qué ocurrió, entonces? Como dato adicional, muchas personas en tierra vieron el objeto cilíndrico pero, por las razones que explicaremos, optaron por guardar silencio. Más de una década después y gracias a las intensas gestiones del acongojado padre de Valentich narraron sus experiencias.

4. Caso del Rally sector Viedma en la Patagonia Argentina. Resumen del caso. En la madrugada del 23 de septiembre de 1978, dos pilotos chilenos en competencia a bordo de un Citroen GS 1220, Carlos Acevedo y Miguel Angel Moya, fueron abducidos y transportados a un lugar (¿una nave?). El fenómeno significó un salto de setenta y un kilómetros en la ruta y un missing time de cerca de dos horas. Los inundó una luz “espesa” que elevó el vehículo. Después se encontraron desplazándose en un “pasillo”. Toda la atmósfera era de intensa luminosidad, no se veían el cuerpo ni a su compañero, no obstante lograron conversar entre ellos. Parte del diálogo textual fue: — ¿Qué es lo que está pasando, huevón? —preguntó Acevedo aterrado. — Parece que nos agarraron los marcianos… —fue todo lo que atinó a responder el otro. Fueron desplazados por una especie de pasillo hasta una sala circular. Aquí se interrumpe el relato. Algo ocurrió en la sala, que “tenía un techo extraño, conformado por pequeñas pirámides” y había un objeto parecido a una mesa al medio. Durante su traslado por el pasillo Moya describió aberturas a ambos lados y unos seres pequeños de gran cabeza que circulaban indiferentes entre estas “puertas”. De regreso en Buenos Aires, y debido a que el fenómeno se había difundido a la prensa, les fue imposible pasar desapercibidos. Oficiales argentinos los entrevistaron y les solicitaron no hacer más declaraciones para no sembrar el pánico. Es lo habitual y era comprensible.

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Lo extraño es lo que siguió a continuación. Tres sujetos desconocidos, que Moya los describió como de la NASA (por su aspecto), tuvieron una conversación atemorizante para nuestros ya aterrados y jóvenes pilotos. Entre las cosas que les dijeron y que Moya logra recordar fue, que no opinaran, porque ellos no sabían nada de nada, no sabían quien era Dios, y que no se metieran en esto (¡Como si lo hubieran solicitado!). Les quitaron el vehículo y las ropas que llevaban en el momento del encuentro. Dos días después les devolvieron el Citroen, pero no así las ropas. No les dieron ninguna explicación ni les pagaron lo requisado. Los jóvenes pilotos, ya demasiado atemorizados, no atinaron a reclamar ni menos a exigir un pago. Acevedo falleció pocos años después y Moya se las ingenió para apartarse. En la actualidad tiene un taller mecánico al Sur de Chile. Su último comentario fue: “Ahora, cuando salgo al aire libre, lo que siempre hago es mirar al cielo, siempre…siempre” Explicación oficial: Felizmente no hay. Por la gran cantidad de testimonios que presenciaron la luz en el cielo y testigos que atendieron a los pilotos apenas ocurrido el evento, se optó por el amedrentamiento y echarle tierra al asunto.

5. Caso Isla Colares (Brasil) Resumen del caso. El fenómeno alcanzó su máxima intensidad, entre Septiembre y Diciembre de 1977. Se caracterizó por luces que bajaban del cielo y proyectaban potentísimos haces de luz sobre los habitantes del pequeño poblado. Fué una auténtica cacería contra la población que huía aterrada de las luces que los perseguían. Los sujetos alcanzados por la poderosa luz, quedaban con marcas semejantes a quemaduras por radiación más una serie de pinchazos en una zona reducida de su piel de aproximadamente 10 a 15 cm. Casi siempre en el tórax. Se registraron cerca de ochenta ataques violentos. Dos mujeres murieron como resultado de las agresiones. El terror en el poblado llegó a un punto en que la Prensa obligó a intervenir a la Fuerza Aérea Brasilera. Muchos habitantes abandonaron la zona. Para sorpresa de todos, los militares llegaron sin armas, pero con gran cantidad de máquinas fotográficas, filmadoras y telescopios. Se entrevistaron a más de tres mil personas. El oficial a cargo de la operación (denominada Operacao Prato, es decir Operación Plato) fue el Capitán Uyrange Hollanda Lima. Como todos los casos a cargo de las FF.AA. el asunto se redujo a un secreto. En 1997, por presión pública, se abrieron los expedientes del Caso Colares. El capitán Hollanda, ya retirado, llamó al periodista e investigador de Ovnis, Sr. Gevaerd. Le contó que se habían tomado cerca de quinientas fotos y detectado gran cantidad de naves de diversas formas y tamaños, algunas de más de cien mts. Lo más impresionante narración fue la siguiente: En esa ocasión, ya de noche, estando tendido en su cama de costado, una luz brillantísima inundó la habitación. Algo lo atrapó por la espalda y frente a él se ubicó un ser de 1,50 mts de altura, aprox. vistiendo un traje ajustado gris plomo. La cabeza la tenía cubierta por algo semejante a un casco y su rostro cubierto por una protección que parecía pegada a la piel. Se acercó a su oído y le dijo, en portugués. “No tengas miedo”. La voz sonaba metálica, como emitida por una máquina. Hollanda enseñó lo que él intuía era implante en su antebrazo derecho. El objeto bajo su piel, blando, con consistencia semejante al plástico y de unos cuatro cm. de largo por uno de ancho, se notaba cilíndrico y flexible. No aparecía en las placas de rayos X.

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El ex capitán, residente en Río de Janeiro, llamó al periodista Sr. Gevaerd, porque declaró que deseaba narrar lo ocurrido antes de su muerte. Se le encontró muerto el 2 de octubre de 1997. Al parecer la causa fue suicidio. Su mensaje final fue: “Nos están visitando”.... El fenómeno fue disminuyendo de frecuencia en los meses siguientes de 1977 hasta que finalizó por completo. Explicación Oficial: No hubo. Solo como rumor para la prensa, que se trataba de un caso de histeria colectiva. La ventaja para los investigadores, es que, el pueblo brasileño por temperamento no se “calienta la cabeza” demasiado y asume las cosas tal como son, sin la siniestra actitud de los norteamericanos. Permitámonos pensar: Se trata de un caso espectacular con miles de testigos, cientos de fotografías, cerca de un centenar de atacados físicamente. Dos muertes. Resulta impresionante lo narrado por la Odontóloga Helena Marques (atendió a decenas de atacados) en relación con la segunda fallecida. “Antes de ser derivada al Hospital, aún viva, estaba en tal estado de rigidez que hubo que ponerla en la parte posterior del automóvil con las piernas fuera de la ventanilla”. Creo que este caso, por lo descarado, frente a quien quisiera verlo, no requiere de un mayor cuestionamiento. Solo me quedaron dos interrogantes:

1. ¿El Sr. Hollanda se suicidó o lo mataron? Las opiniones en Brasil están divididas. 2. ¿Qué pretendían los tripulantes de los Ovnis con este ataque? En mi opinión, solo existe una

respuesta posible. Como diría Salvador Freixedo: “Los estaban vampirizando”. Simplemente.

III

Muertes de investigadores del fenómeno Ovni

El investigador Andreas Faber Kaiser, en su libro "¿Sacerdotes o cosmonautas?" hace una recopilación de nombres de científicos e investigadores que han sido enigmáticamente silenciados en su estudio el fenómeno ovni. Figuran en esa lista los nombres, entre otros, Morris K. Jessup, general Ailleret, Richard Turner, Albert K. Bender, Edward Ruppelt, James Mac Donald. Yo me he permitido agregar varios.

1. Morris Jessup, había estudiado de cerca las desapariciones registradas en el Triángulo de las Bermudas, murió de un modo extraño. Poco antes de su fallecimiento se mostraba taciturno y preocupado. Fue encontrado muerto el 20 de abril de 1959, hacia las 6:30 de la tarde, en el condado de Dade en Miami (Florida, EE.UU.) en el Parque Matheson's Hammock, por inhalación de gases dentro de su coche, justo cuando se disponía a entregar cierta documentación sobre casuística ovni. Era un excelente investigador que tuvo acceso a los archivos "Top Secret" de la Fuerza Aérea estadounidense y del Pentágono,

2. El escritor e investigador James R. Wolfe, siguió los pasos del antes mencionado Jessup e hizo pública su creencia de que éste había sido eliminado por haber llegado a conocer demasiado en temas prohibidos, desapareció inexplicablemente. 3. Richard Turner, célebre investigador británico, muere de un repentino cáncer el 25 de junio de

1967, después de haber estado estudiando durante varios años los fenómenos ocurridos en el golfo Pérsico (sobre las misteriosas ruedas fosforescentes) y siendo presidente del grupo de estudios sobre los ovnis de la

Universidad de Cambrige. 4. El General francés del estado Mayor Ailleret, cuando viajaba en su avión a retropropulsión, en 1968, estrellándose en la ladera de una montaña en Madagascar. El General erró en su viraje (a pesar de haber sido un "as" de la aviación gala) al doblar hacia la derecha, en vez de doblar al lado opuesto y dirigirse

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al mar libre, cuatro días después de haber anunciado públicamente sobre la creación de un Centro Oficial de investigación de los MOC (Misteriosos Objetos Celestes),

5. La repentina muerte del ufólogo Waverey Girvan (director de la Flying Saucer Review) en Inglaterra.

6. El doctor Olavo Fontes, investigador Ovni, muere de cáncer de pulmón en la primavera del año

siguiente. 7. Wilberth Smith muere por causas desconocidas a los 52 años, en Canadá, fue uno de los primeros creadores de la comisiones de información del problema ovni. Director del proyecto Magnet (asunto secreto relacionado con los ovnis). 8. Inexplicable fue la muerte por suicidio, (el 23 de junio de 1971), del profesor James E. McDonald, investigador Ovni, catedrático de la Facultad de Meteorología de la Universidad de Arizona, que parecía un hombre optimista y con grandes deseos de vivir. 9. El físico Charles A. Maney, del Defiance College, de Ohio, murió de un infarto después de publicar su libro "Unidentified Flying Saucers”. Acababa de concluir un segundo libro que, curiosamente, su viuda no llegó a editar.

10. Ron Rummel, ex agente de Inteligencia de la Fuerza Aérea Estadounidense se "suicidó" con su pistola el 6 de agosto de 1993. Era el editor de "Alien Digest" y de acuerdo con las informaciones policiales su arma no presentaba señales de haber sido usada (sin sangre ni huellas digitales). Su revista, sólo alcanzó siete ediciones, tocaba asuntos sensibles, como las relaciones alienígenas y humanos.

11. Cabe aclarar que Ron Rummel también cooperaba con otro "suicida" como lo era Phill Schneider.

12. Roger Hill quien se suicida en marzo de 1985 mientras trabajaba para Marconi Sistemas de Defensa. (Relacionado con el Programa Guerra de las Galaxias)

13. El capitán profesor Edward Ruppelt, autor del libro "The report on Unidentified Flying Objects" y director del proyecto "Libro Azul", fallece por cáncer. Es curioso que haya sido de cáncer de los que murieron muchos investigadores cuando no acataron las amenazas veladas recibidas de enigmáticos agentes, y que continuaron sus estudios.

14. Paul Schilieman heredó los conocimientos que había logrado su abuelo sobre la Atlántida. (el investigador Heinrich Schilieman, descubridor de Troya). Paul se dedicó a proseguir sus estudios, viajando durante seis años por Egipto e Ibero América. En 1912 desapareció misteriosamente.

15. James Forrestal, ex ministro estadounidense, que fundó en 1947 el "Proyecto Sing", la primera comisión destinada a investigar el tema ovni, después de sufrir una fuerte depresión se suicidó

16. Frank Edwards era un popular comentarista radiofónico, realizador de un programa sobre acontecimientos misteriosos, entre ellos inexplicables desapariciones de personas, y autor de varios libros sobre el fenómeno ovni. Apareció muerto una mañana, en 1966, en la habitación de su hotel, víctima de un fallo cardíaco.

17. El Capitán de Aviación español Antonio González de Boado, desaparecido.

18. El periodista e investigador Danny Casolaro, activo buscador del Área 51 se "suicida" en 1991.

19. Se le suma la muerte de la ufóloga Mae Bussell, también de cáncer, gran difusora de un programa de investigación radial.

20. El astronauta Deek Slayton cuando estaba a punto de dar a conocer públicamente los encuentros OVNI en el espacio exterior.

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21. Jonathan Walsh, empleado de una firma arrendataria de Marconi, fallece en un hotel en extrañas circunstancias.

22. En octubre de 1986 otro científico Ashad Sharif se agrega a la gran lista ... (también científico de Marconi Sistemas). Matándose supuestamente con una cuerda en el cuello y el otro extremo amarrado a un árbol, para luego entrar a su vehículo y acelerar...

23. En marzo de 1988 Trevor Knight muere envenenado por "monóxido de carbono" dentro de su auto.

24. También Peter Ferry director de Ventas (ambos asociados a Marconi) aparece electrocutado en agosto de 1988 con un cable dentro de su boca.

25. El capitán Don Elkin, piloto de Eastern Airlines, se "suicida" en la década de 1980. Otro activo buscador de los OVNI. Por más de diez años, indagó el ocultamiento oficial OVNI.

26. Ron Johnson murió también el 9 de noviembre de 1994, siendo Vice Director de Investigaciones del MUFON (Mutual UFO Network), contando con 43 años de edad, mientras participaba de un encuentro en la Society of Scientific Exploration en Austin, Texas.

27. Alistair Beckham también fue encontrado electrocutado con 2 cables conectados a su cuerpo y otro dentro de su boca. El era ingeniero de una firma llamada Pleasey Systems de Defensa.

28. La muerte de David Runyon Jr. en Washington en 1988. Nuevamente suicidio

29. Milton William Cooper. Nacido el 5 de mayo de 1943 y asesinado por la policía el 6 de Noviembre de 2001. Se hizo conocido por un extenso informe sobre alienígenas. Sea verdadero o falso, resulta sorprendente su contenido y muchas de las afirmaciones que plantea se han verificado como efectivas o al menos como altamente probables. 30. Capitan Uyrange Hollanda Lima. A cargo de la investigación “Operación Prato” del “Caso Colares” (Brasil). Se le encontró muerto el 2 de octubre de 1997. Se supuso suicidio.

31...... Más de 30 (treinta) muertes asociadas entre los años 1985 a 1988, todos integrantes de la SDI (Proyecto Guerra de las Estrellas),

Solo un caso, sorprendente, se aparta de esta lista:

George Adamsky, hoy difunto. Adquirió celebridad por sus informes en los que aseguraba haber estado en contacto con seres procedentes de otros mundos. Relató visitas de seres extraterrestres, así como sus viajes en ovnis, hasta llegar a la Luna, que casi nadie creyó. Hoy día, después de tantos relatos y pruebas, no puede uno ya estar tan seguro de que Adamski no dijese la verdad.

En todo caso, hay algo muy singular: ¿Por qué, a pesar de haber sido considerado como un mentiroso, fue enterrado en el cementerio de Arlington, reservado a los norteamericanos ilustres?.

Un comentario: Todas las muertes aparecen como naturales, suicidios, o desapariciones. Se cree, y con bastante fundamento, que se trata de simples asesinatos. No obstante, existen casos en que pareciera que el suicidio fue real. En estos casos ¿Qué conocimiento pudo perturbar tanto a un sujeto inteligente y culto como para llevarlo al suicidio? ¿Qué pudo conducirlo a una depresión tan profunda, que no viera otra salida?... Solo cabe especular... En cualquier caso la conclusión no puede ser más terrible. Pero, en el caso de los crímenes ¿Quién los asesina?...

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IV

Desapariciones “Los alienígenas raptan cada año a unas diez mil personas y la cosa se está poniendo peor a medida que necesitan más gente para sus trabajos". El Dr. Atlee Spoor, Holandés, experto en el fenómeno OVNI es quien dice lo anterior y añade “los extraterrestres echaban mano en un principio de los descarriados y de los transeúntes solitarios, pero que ahora no reparan en las clases sociales”. El Dr. Spoor basa sus cálculos en el estudio de miles de personas desaparecidas, tal como figuran en los archivos de la policía europea y lo que resulta realmente curioso es que un 18 % de estas personas dijeron que habían visto un ovni o un extraterrestre poco antes de desaparecer. “En el año 1969, se produjeron en el pueblo de Vila Velha (Espíritu Santo, Brasil) varias desapariciones de niños que, si bien dieron alguna luz, no explicaron del todo el misterio. En el mes de agosto, durante varios días, estuvieron desapareciendo niños de manera aislada. Nadie sabía a donde iban a parar. Al cabo de un mes y medio, cuando ya los daban por muertos, comenzaron a reaparecer, también aisladamente, deambulando por el pueblo como si fueran autómatas. Cuando sus padres y las autoridades les preguntaron donde habían estado, no recordaban nada de lo que les había pasado en todo ese tiempo. Sin embargo, hubo varios casos en que algunos niños dijeron que un señor de negro lo había invitado a dar un paseo en un automóvil muy elegante y que le había dado un cigarrillo para fumar; a partir de ese momento ya no se acordaba de más. Una niña contó que un señor, también vestido de negro la había llevado a las afueras del pueblo, hasta un aparato raro y brillante, le dijo que era su avión y la invito a dar un paseo, la niña tuvo miedo y le dijo que no. El hombre vestido de negro le dio unos caramelos y le dijo que volviera a su casa. En el caso anterior las personas fueron afortunadas, ya que los niños fueron devueltos. Diferente es el caso ocurrido el día 14 de Junio de 1977, cuando un grupo de setenta y seis jóvenes salieron de excursión en dos buses. Viajaban por el estado de Wyoming (EE.UU.). Como al llegar la noche no regresaron a sus casas, sus padres denunciaron el hecho a la policía y se inició enseguida la búsqueda de los jóvenes. Hasta que por fin se logro encontrar los autobuses, estaban intactos, en un camino apartado. Pero de los muchachos no se ha vuelto ha tener noticia alguna. En EE.UU. no es el único caso. Recuerdo una narración del hermano de este autor quien, en 1975 cursaba un Master en Berkeley. Una convocatoria de “místicos de los ovnis” a reunirse en el desierto (¿Mojave?). Más de doscientas personas literalmente se esfumaron. Nunca se volvió a saber de ellos. La conmoción fue inmensa, pero como todo, finalmente se optó por echar tierra al asunto y blandir diferentes hipótesis más o menos creíbles. No se podía hacer otra cosa.

También cabe mencionar la desaparición de otras doscientas personas, en un plazo de cuarenta horas, en un camping de Nueva Zelanda, y los ciento sesenta y cinco tripulantes de un barco que navegaba de Barcelona a Túnez. Y así una extensa lista de desapariciones en las más diversas y recónditas áreas del planeta.

En un poblado esquimal de Anjiku, a mil doscientos kilómetros al Norte de Churchill, en Canadá, el 16 de noviembre de 1930, los cincuenta habitantes del pueblo mencionado, desaparecen de forma misteriosa. En sus chozas se hallaron recipientes conteniendo comida sobre el fuego, rifles colocados, como siempre detrás de las puertas, y hasta prendas de vestir atravesadas por agujas que interrumpieron para siempre su labor.

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La lista es demasiado grande e incluye, entre otros, barcos a la deriva sin su tripulación. El objetivo final de todos estos secuestros y abducciones es desconocido. Permitámonos pensar: Es comprensible que la ocurrencia de éste tipo de desapariciones resulte demasiado increíble para la mayoría de las personas normales. El problema radica en que los hechos son reales y, como todo lo que rodea el ambiente Ovni, se entremezclan verdades con mentiras haciendo muy difícil ubicar el límite. Lo señalado como ejemplo de desapariciones, al igual que los ejemplos anteriores de casuística Ovni y muertes son, por razones obvias, solo la punta de un iceberg de tamaño desconocido. Lo concreto es que, periódicamente, “alguien” dispone de seres humanos, como se dispondría de reses. Los “hermanos mayores venidos del cielo” son, a todas luces, los verdaderos y terribles enemigos de la Humanidad...

V

Apariciones Marianas Más de alguien se preguntará ¿Qué tienen que ver las apariciones marianas o cualquier otro fenómeno religioso con los Ovnis? La respuesta es simple: Manipulación. La primera pregunta que debería hacerse un creyente, es ¿Por qué a los cristianos se les aparece la Virgen María y no directamente Jesús, quien se supone, es el verdadero objeto de culto, una de las divinidades de la Santísima Trinidad? Las características principales de estas apariciones, en general, son las siguientes: - La mayoría de las veces la entidad se hace visible a personas con capacidades mediúmnicas naturales o mentalmente dóciles, a menudo niños, adolescentes o individuos de bajo nivel cultural. - El ente es inteligente y engañoso; dice ser alguna deidad ya venerada por los humanos de ese lugar. Tal como la Virgen María o algún santo muy reverenciado. - Piden grandes sacrificios a la Humanidad. El objeto de esto, según el ente, es expiar los imperdonables pecados de los hombres, bajo amenaza de terribles castigos en caso de incumplimiento. Se debe lograr el perdón de Dios. Lo cual no está en modo alguno asegurado. Mucha penitencia, sufrimiento y sacrificio, nada más, y esperar que Dios se compadezca de los humanos. Esto angustia terriblemente a los testigos. Ahí comienza el drenaje de energía vital. - Exigen que se les construya un templo en el lugar en que se produce el contacto. La finalidad oculta de esta petición es lograr la aglomeración de multitudes en el templo o sus alrededores. Y por mucho tiempo. Lo logran en la mayoría de los casos. - Todo tipo de multitudes les atraen y, lo sorprendente es que, de algún modo que no comprendemos, logran que la turba se desenfrene y entre en estados de alta excitación. La cosecha energética es ahí cuantiosa. Un caso recurrente son los estadios deportivos. - El “vidente” muere o enferma, por lo general, poco tiempo después de la aparición. Aunque esto no es condición absoluta. Algunos suelen librarse y vuelven a hacer una vida normal. Matrimonio incluido. (Caso Garabandal) - Efectúan profecías cataclísmicas para la Humanidad o los residentes del lugar de la aparición. - Las apariciones terminan bruscamente después de un período.

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- Las profecías no se cumplen jamás, ya que no son tales, pero dejan tras sí una enorme estela de terror y dolor. - La entidad logra con esto debilitar psíquica y energéticamente a los humanos que reúne. En realidad les succiona la energía. El templo construido sigue atrayendo gente al lugar, a hacer penitencia, a ofrecer dádivas, a sacrificarse. De los miles que llegan solo muy pocos obtienen algún beneficio. Solo los necesarios para que los humanos no pierdan la confianza y el sistema se mantenga. En el templo se genera una egrégora o elemental artificial que sirve de acumulador para la entidad principal. - Durante el ciclo de apariciones suelen presentarse fenómenos celestes, tales como avistamientos, luces extrañas en el cielo o sobre el lugar en que dice presentarse la entidad, fenómenos asociados al sol. El fenómeno solar ha sido recurrente en varias apariciones. Se ve lo que parece ser el disco solar, como si se moviera, girara y acercara a la Tierra, y, lo más sorprendente, se le ve parpadear con violencia. Existen filmaciones del fenómeno. - Con frecuencia estos fenómenos se presentan poco antes o durante una catástrofe, tales como terremotos, guerras o epidemias. Al parecer, el sufrimiento humano atrae como moscas a la miel, desde otro plano de existencia, a estas entidades. También es posible que la angustia y el dolor de millones de seres abra un portal interdimensional. Esta es la forma habitual de proceder de los “invisibles”. Resumiendo, son demonios engañosos disfrazados de divinidades. Carecen de los más elementales principios de ética. Tal como los humanos utilizamos carnadas para atraer presas, ellos hacen lo mismo, con la diferencia que las carnadas son mucho más astutas: los éxtasis estáticos del vidente, divinidades amenazadoras, templos y lugares “sagrados”, además de algunos milagrillos de tercer orden. Finalmente, un aspecto clave en todo esto. Existen muchos tipos de estos seres. No son, en modo alguno solo dos especies, son muchísimas. De 1830 a 1989 se han registrado alrededor de ciento sesenta y cinco apariciones marianas, considerando solo las que han logrado mayor impacto. Se han efectuado estudios de correlación por J. Fernández y Fina d’Armada, investigadores del fenómeno Ovni de Portugal, entre las apariciones y las observaciones de Ovnis. La correlación es casi completa. Es decir, ambos fenómenos andan tomados de la mano. Pero, ¿Qué es exactamente lo que ve el vidente? Por lo general, en la primera aparición el o los videntes se encuentran solos en un lugar aislado, normalmente cerca de alguna fuente de agua. Al comienzo ven luces fuertes e imágenes borrosas, las que poco a poco se van convirtiendo en “la Virgen”. Hay excepciones en que la aparición es francamente fea. En ocasiones los videntes han narrado que la “Virgen” vino en una esfera muy brillante o en un disco todo rodeado de luz. Se escuchaban zumbidos, silbidos y vibraciones al llegar y al retirarse. En el caso de Fátima, la vidente Lucia do Santos narró que el “ser” venía dentro de un globo transparente, medía alrededor de 1,20 mts de altura y su vestuario estaba conformado por una serie de placas. Tenía en una de sus manos un objeto luminoso. De los tres niños videntes, solo Lucía podía verla y escucharla con claridad. Francisco solo la veía vagamente sin escuchar sonido alguno. Jacinta, al parecer la escuchaba de manera parcial. Francisco y Jacinta murieron para la gran epidemia de 1918, en la denominada gripe española que mató más personas que la Gran Guerra (dio la vuelta al mundo en cuatro meses y mató alrededor de veintiún millones de seres humanos, como dato censado, aunque epidemiólogos estiman que la cifra fue mayor, de cincuenta a sesenta millones de personas ). ¿De dónde salió esa epidemia?...Se cree que se originó en los Estados Unidos y que lo ocultaron (¡Qué extraño!) por razones de guerra.

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La imagen que se propagó al público posteriormente, la mostró vestida con un manto blanco, con rosario en la mano y declarando ser la Virgen María. Se trató a todas luces de una intervención de la Iglesia Católica quien, renuente al comienzo, optó por aprovechar el fenómeno en vistas del gran fervor popular que había provocado. No es la primera vez que se da una situación así. Semejante fue el caso de Lourdes. El milagro del sol ha sido visto varias veces en la historia. Los últimos casos conocidos son en Medjugorje (Ex Yugoslavia), y en Argentina. Existen filmaciones del fenómeno, en que se ve parpadear y rotar violentamente al Sol, semejante a un estroboscopio. Fuera de la zona de la aparición, desde luego el Sol permanece como siempre. Una de las características principales de las apariciones es la amenaza directa a la Humanidad señalada a través de varios “secretos” que la “Virgen” da a los videntes y que estos solo podrán revelar mucho más adelante. Normalmente la aparición tiene mensajes como el siguiente: “Muchos sacrificios deben ser hechos. Mucha penitencia debe ser hecha. Debemos hacer muchas visitas al Santísimo Sacramento.... pero antes que nada debemos ser buenos... si no hacemos esto, el castigo nos espera...ya la copa se encuentra rebosante, y si no cambiamos seremos castigados." Para finalizar, un dato curioso en relación a este fenómeno. En pleno auge de las apariciones de El Escorial, las que comenzaron el 14 de Junio de 1981 en España, en el cual la vidente Amparo Cuevas era la intermediaria entre el “Ser Celestial” y los fervientes seguidores, se convidó a un grupo de adelantados maestros hindúes. Durante la sesión se produjeron los fenómenos recurrentes en estos casos: ruidos extraños, algunas luces y, lo más impactante, un fuerte y persistente olor a rosas que inundaba todo el lugar. Terminado el episodio, se les consultó a los hindúes que opinaban ahora. Ellos permanecieron impertérritos. — Nada extraño — dijeron —. Son devas. Los devas forman parte del modelo hindú de la estructura del cosmos y corresponden a entidades inorgánicas o, si se quiere de otro plano de existencia. Las han aceptado y reconocido desde siempre. Las leyendas occidentales antiguas las identifican con las hadas, duendes y toda la cohorte de seres fantásticos que, después de todo, son tan reales como nosotros y comparten su vida con la humanidad.

VI

Mutilaciones de ganado

El 9 de septiembre de 1967, en el condado de Alamosa, Colorado, una potranca llamada Lady fue encontrada muerta y con la cabeza descarnada. Al efectuar el examen patológico, el Dr. John Altshuler quedó estupefacto, pues el cerebro, la espina dorsal y algunos órganos del pecho, incluido el corazón, habían sido retirados con increíble precisión. Lo que más le asombró era que la sangre había sido totalmente vaciada sin manchar el cuerpo ni sus alrededores.

Cuando el Dr. Altshuler examinó muestras de tejidos en el microscopio, quedó asombrado al descubrir que "tenían un color negro como si la carne hubiese sido abierta y cauterizada (quemada con un calor intenso para abrirla) con un bisturí cauterizador quirúrgico... como si se hubiese empleado un láser". Aunque los láseres se habían inventado en los primeros años 1960, en 1967 todavía no existía la tecnología capaz de producir estas incisiones.

Otro misterio era la ausencia de huellas cerca del cuerpo. En efecto, las únicas huellas que se encontraron eran las pisadas de la potranca, que terminaban a unos treinta metros de su cuerpo.

Con este caso se inicia públicamente la era de las “mutilaciones de animales”, aunque cabe pensar que el fenómeno es mucho mas antiguo. Se estima en un mínimo de veinte mil animales mutilados a la fecha, aunque la cifra puede ser muy superior.

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Es, sin duda, uno de los hechos más desagradables e impactantes relacionados con toda esta fenomenología. La sangre siempre ha figurado entre las prioridades de los entes que se mueven en los Ovnis. Desde los extraños sacrificios (holocaustos) que tanto agradaban a Yahvé en tiempos antiguos, pasando por los sacrificios mayas, aztecas e incas, pareciera que es un recurrente en las preferencias de los “dioses”. La autoridades y los escépticos han buscado y rebuscado explicaciones para el increíble fenómeno en donde de la noche a la mañana aparecen, en ocasiones, hasta una docena de reses muertas. Siempre desangradas y con precisas mutilaciones del hocico, ojos, ano y genitales del animal. Del cuerpo ha sido extraída toda la sangre. Las razones dadas por las autoridades son tan absurdas que los estudiosos del tema terminan por reírse a carcajadas.

VII

Ovnis estrellados Es de uno de los hechos más sorprendentes y absurdos dentro de toda la fenomenología. ¿Cómo es posible que, naves que se supone surcaron el espacio sideral se caigan con tanta facilidad?... ¿O no surcaron ningún espacio...? ¿O alguien los derribó?... Según Salvador Freixedo, conocido investigador del fenómeno Ovni, entre 1947 y 1978 se han producido al menos treinta y ocho eventos de caídas con un aproximado de ciento veinte cadáveres de alienígenas recuperados. Los sitios de los cuales se ha filtrado mayor información sobre ovnis estrellados ha sido, como cabe esperar, Estados Unidos, pero existen datos de caídas en: Noruega, Alemania, Inglaterra, Marruecos, Australia, Bolivia, Nepal, México, Sudáfrica. Se han recuperado cuerpos que, según se ha filtrado, corresponden a los entes denominados “grises”.

VIII

Los amedrentadores Hay ocasiones en que un evento desconocido tiene lugar, trátese de un avistamiento ovni, de un estudio serio sobre el fenómeno en cuestión, del mentado “chupacabras” u otro que se pueda presentar. Cito, como algo fuera de lugar, “un estudio serio sobre ovnis”, debido a que es precisamente en estos casos en donde se presenta con mayor frecuencia la presencia de amedrentadores, los denominados “hombres de negro”. Para precisar, analicemos el caso narrado en nuestra historia en el capítulo VII, ap. II, de la visión de una entidad extraña, probablemente el “chupacabras”. Cuando conocí la historia (que no apareció en ningún medio), comenté que la existencia de una entidad aparentemente no terrestre y en atención a todos los casos denunciados, su realidad era demasiado probable. De hecho, en esa misma época se habían informado de muchos avistamientos en la zona norte de Chile, En especial en la carretera entre Iquique y Arica. Es decir, muchas personas habían comprometido su prestigio denunciando la aparición. El caso narrado ocurrió en el camino que va de la ciudad de Rancagua al mineral de cobre “El Teniente”. Hasta aquí, todo tiene visos de una experiencia extraña. Nada más. Sin embargo, lo que en mi opinión puso la rúbrica de fenómeno anómalo o maldito, fue la aparición de los “silenciadores”. Es decir de los sujetos con aspecto de “gringos”, que convencieron a los ocupantes chilenos de la camioneta que les entregaran el rollo con la filmación.

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El cómo lo hicieron es algo que no logro explicarme. No se si fue con amenazas o con un increíble poder de convencimiento. Como sea, esta sola actitud demuestra que lo visto por los ingenieros no era nada normal y era necesario acallarlo. Algo semejante ocurrió con los participantes del rally en la Patagonia Argentina, Carlos Acevedo y Miguel Angel Moya. Aquí los sujetos que los abordaron en Buenos Aires, también con aspecto de “gringos”, fueron en realidad amenazantes. Resulta explicable que los dos jóvenes, traumatizados por todo lo vivido, no tuvieran energía ni ánimo para oponerse a la prepotencia de estos sujetos. Solo querían olvidar cuanto antes la desagradable experiencia. Situaciones de amedrentamiento se cuentan por cientos, rayando muchas en lo surrealista. En resumen, el mensaje que intento transmitir es el siguiente: ¿Cómo es posible que, ante situaciones que podrían llegar a explicarse de diferentes maneras, confusión, alucinaciones, bromas, etc. aparezcan personajes extrañísimos amenazando a los testigos con la muerte si siguen con sus investigaciones o difunden sus vivencias? Para mí, este hecho, por sí solo, basta dotar de credibilidad total al evento. Ahora ¿Quiénes son y por qué lo hacen, es algo de lo que solo caben conjeturas? En ocasiones pareciera que no se trata de seres humanos. Algunos investigadores opinan que son agentes de la CIA. Pero ¿Qué es lo que intentan acallar, aún a costa de la vida de las personas?

Existen precedentes del siglo XIX. El escritor Yves d’Alveydre recibió ¡en el año 1885! una comunicación anónima por la que se le daba orden terminante de quemar su último libro, "Mission de l ’inde". El autor obedeció pero hubo un ejemplar de la obra que se libró de la destrucción y muchos años más tarde la reeditó en Francia la casa Dorbon. Pues bien, ocurrió algo muy curioso: cuando los nazis entraron en París, un comando especial procedió a secuestrar y hacer desaparecer todos los ejemplares de dicho libro que pudieron hallar.

Caso Bender: En septiembre de 1953, tres individuos visitaron al experto en ovnis Albert K. Bender, organizador de la Oficina Internacional de Platillos Volantes que había emprendido en serio la tarea de aclarar los misterios en torno a los ovnis. Bender pensaba que había dado con la solución, y poniendo sus opiniones por escrito, las envió por correo a un amigo. Cuando estos individuos llegaron, tenían en su poder el material, que nunca llegó a su destino. Le dijeron que había sido el único entre todos los investigadores en dar con la respuesta. Le añadieron unos cuantos detalles más que no conocía, asustándole de tal forma que se puso enfermo y no probó bocado en varios días. A partir de entonces Bender fue un hombre cambiado, que no quiso volver a hablar de ovnis con nadie. Terminó escribiendo un libro titulado Flying Saucers and the Three Men (Los platillos volantes y los tres hombres), en el que dijo que contaría todo lo que le había sucedido. En realidad lo único que hizo fue complicar más las cosas cuando mencionó su proyección astral a una base de platillos volantes situada en el Antártico. Declararía haber recibido de sus visitantes el siguiente mensaje: "Estamos entre vosotros y conocemos todos vuestros procesos mentales. ¡Ten bien presente que estamos aquí, en vuestra Tierra!".

Lo que sea, no puede tratarse algo simple y natural. Solo una verdad horrorosa ameritaría tal actitud. Y todo apunta a que el hecho que se está ocultando es realmente espantoso.

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ANÁLISIS

Esta breve historia novelada se inició, como señalé al comienzo, con la intención de crear un simple cuento de ciencia-ficción con un débil toque Lovecraftiano, es decir, incluyendo un suave sabor de terror cósmico. La idea de H.P.Lovecraft y su panteón de Dioses Primigenios que ocuparon la Tierra hace cientos de millones años, y que fueran expulsados del planeta por los Dioses Arquetípicos debido a su intensa maldad y al empleo perverso de la magia negra. Estos Dioses no han muerto sino duermen esperando las condiciones favorables para retornar a tomar el control del planeta. Esta mitología fascinó a muchos, entre los cuales me incluyo, tanto por lo novedoso de la misma y, lo más importante, por la persistente sensación que algo muy extraño y perverso está ocurriendo con la Humanidad. Hay seres humanos que captan, desde hace mucho tiempo, que algo terriblemente desquiciado y anómalo está ocurriendo en el planeta. Los seres humanos se están comportando casi como bestias irracionales, tratando de vivir con desesperación el momento, a cualquier costo, casi como si intuyeran que el futuro no existe. El fenómeno de alienación más potente se percibe dentro de la juventud. El ocultamiento gubernamental es muy real, la desinformación forma parte integral de un sistema que se está aplicando a gran escala. La actriz de cine Shirley Mclaine, gran aficionada a lo oculto, narra en uno de sus libros algo que me sorprendió de sobremanera. Ella, como actriz famosa (en especial en la década de los sesenta), le ha tocado estar en reuniones con muchos de los más prominentes líderes mundiales. En las ocasiones en que, llevada por su pasión por el tema, les consultó que opinaban del fenómeno Ovni, se encontró con un muro de extraño silencio. Sin bromas ni respuestas razonables. Solo silencio. Entre los líderes a los cuales consultó incluye al presidente de Los Estados Unidos (de aquellos años), al Premier Ruso y al Papa. Mclaine es una mujer inteligentísima, suficiente como para percibir que estaba tocando un tema del que no podían hablar... Para mí es increíble que casi todos los investigadores del fenómeno Ovni se hayan transformado en recopiladores de casos, de declaraciones de testigos, de cuestionamiento o aprobación de fotos y filmaciones. Revisando la Internet cuesta mucho encontrar personas que vayan más al fondo del asunto. (Excepción hecha de Salvador Freixedo y quien creo está mas cerca que nadie de la verdad). En los párrafos siguientes planteo algunas preguntas que me formulado y, a continuación, un breve análisis de lo que me parece mas probable como respuesta.

Cuestionario 1- ¿Cómo es posible que con la cantidad gigantesca de testimonios, los investigadores aún se entretengan tratando de convencer y convencerse de que el fenómeno es real? ¿Hasta cuándo? ¿Por qué no pasan directamente y de una vez por todas a las etapas siguientes? Respuesta: Porque su afición o hobby es precisamente dedicarse a recolectar datos y juntar fotos y declaraciones, jamás aventurar respuestas posibles. Creo que los investigadores Ovnis son los primeros manipulados en todo este fenómeno, lo cual es una conducta muy esperada en toda esta maquinación controlada por inteligencias poderosísimas. 2- ¿De dónde vienen? ¿De otro planeta en esta galaxia, de otra galaxia, de otra dimensión, de la Tierra? Respuesta:

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Se han dado todo tipo de orígenes por diferentes “contactados”: de Venus (Adamsky), de Ganímedes (Yosip Ibrahim), de Betelgeuse en la Constelación de Orión, de las Pléyades (Billy Meier), de Zeta Reticuli (Betty y Barney Hill), de la estrella Vega, de la constelación de la Hydra, del interior de la Tierra, de una dimensión paralela, del futuro, de aquí mismo, pero no nos damos cuenta... Es decir, no se tiene idea de donde provienen y “ellos”, son los grandes artífices de la desinformación. No desean que se sepa de donde vienen, eso está claro. Toda la información que eventualmente entregan a un contactado se contradice con la entregada a otro contactado. Repito, se trata de inteligencias poderosísimas ante las cuales nosotros somos algo así como monos. Y, un concepto clave ¿Por qué no desean que sepamos su origen?... Tiene que haber alguna explicación. 3- ¿Qué están haciendo aquí? ¿Por qué no se les ve más a menudo? Respuesta: Nadie, ningún ser vivo hace algo sin razón aparente, siempre existe una motivación y éstos entes no pueden ser una excepción, es imposible que estén todavía explorando. Llevan cientos de años en esto. Por muy ineficientes que pudieran ser, cosa que no lo creo, ya deberían haber concluido su investigación. Por lo tanto, sus intenciones son otras y todo indica que en sus designios está incluido el ser humano. Con esto quiero decir que no están explorando... están haciendo otra cosa... ¿Qué?... he ahí la cuestión. Por lo poco que se sabe, pareciera que actúan como dueño de hacienda con su ganado. Y aquí me asalta una sospecha, la que agrego como remate de estas conclusiones, al final. Creo que lo que opina Freixedo es lo que mejor se ajusta a lo observado. Hasta ahora, nada bueno ha surgido de “ellos”. Al menos de los visitantes actuales. El lograr contemplar un Ovni no es asunto de todos los días. Al parecer no siempre están rondando y “explorando”. Eso hace el fenómeno mucho más confuso e impredecible, independiente que algunos investigadores han buscado relaciones entre los ciclos de cercanía del planeta Marte y la “oleadas”. Pareciera, no hay certeza, que no siempre están aquí, aunque bien se podría suponer lo contrario y postular que sí lo están, pero no se hacen visibles a ojo desnudo. No deben tener problemas en manejar la luz. Los testigos del fenómeno abarca todo el espectro social y cultural de la humanidad, es decir, profesionales universitarios, empresarios agrícolas, hombres de negocios, obreros, profesores, médicos, agentes de policía, amas de casa, hombres de ciencia, aviadores, niños, buscadores de minerales, transeúntes ocasionales, etc. Las personas que tienen contactos se sienten inquietas, atemorizadas o asombradas y sienten una obligación obsesiva de discutir con amigos o informar a las autoridades, aunque con frecuencia después se arrepienten y tratan de no ahondar en el tema. Muy pocos de los miles de testigos buscan publicidad, pronuncian conferencias o escriben libros acerca de sus encuentros. Sin embargo, la misma naturaleza de los contactos con los humanoides, su rareza, la calidad inquietante de muchos de los informes, las muchas actividades cuestionables o inútiles de las criaturas son argumento a favor de que los relatos puedan ser correctos. En cualquier caso, las grandes oleadas de Ovnis sí transcurren con cierta periodicidad. De los casos aquí citados, que son una insignificante muestra del total de lo ocurrido, tres ocurrieron en una gran oleada que se prolongó desde 1976 hasta 1985 aproximadamente: Valentich, Carlos Acevedo y Miguel Angel Moya en el rally de la Patagonia y Caso Isla Colares. También se dio, en 1976, la famosa abducción del cabo Valdés en el norte de Chile, cerca del poblado de Putre, en la cual al volver, quince minutos después de haber desaparecido y con señales de haber estado cuatro días en “otra parte”, antes de recuperar por completo la conciencia musitó: “ustedes no sabrán jamás quienes somos ni de donde venimos”. Ahí está resumido todo el asunto.

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¿Qué bondadosos “Hermanos Mayores” actuarían de esa manera? ¿Y para que? ... me cabe solo una respuesta: para seguir manipulando y efectuando aquello que acostumbran: sangre y cadáveres. Nota: El autor de este trabajo tuvo la oportunidad de presenciar el fenómeno Ovni en tres ocasiones en ese período. Dos en el Norte, en el mineral de Chuquicamata y una en Santiago, (1979, 1982 y 1985). En resumen, si no aparecen visiblemente es por que no quieren. 4- ¿Son peligrosos? Respuesta: Todo indica que si. No se conoce de ningún beneficio cierto que la Humanidad les deba a estos personajes, mas bien se sabe de lo contrario. De ahí el consejo entregado por un anciano investigador mexicano: “Si, por accidente se topa con un Ovni en zona despoblada, ponga pies en polvorosa, arranque como alma que persigue el diablo, y, si no puede, ocúltese donde sea. No vaya a ser que lo capturen... podría ser la experiencia más terrible de su vida...”. Por favor, no se crea el cuento de los “Hermanos Mayores” que vienen a salvarnos... ¿Salvarnos? ¿De qué?... al parecer de nosotros mismos y de los problemas creados por ellos. Un ejemplo: El 7 de enero de 1970, dos finlandeses que estaban descansando durante una carrera de esquí alpino en el claro de un bosque, vieron aparecer un disco con cúpula, rodeado de niebla con un rayo que se dirigía directamente al terreno. Cuando el rayo tocó la nieve saltaron chispas y, de repente, apareció un pequeño ser en el haz de luz. La criatura tenía brazos y piernas delgados, nariz ganchuda, mono verde y botas, un casco cónico y brillante y medía menos de un metro. Apuntó una “caja” en dirección a uno de los esquiadores, Aarne Heinonen, y después, tanto el rayo como el ser se desvanecieron en dirección al “platillo” que desapareció de pronto. Heinonen estuvo varios meses enfermo después del incidente. El caso narrado califica como “liviano”. Otros son mortales. De acuerdo a lo observado, los peligros mayores son, entre otros: a) Rapto y desaparición definitiva. b) Ataque por alguna forma de energía con resultado de parálisis y en ocasiones de muerte semejante a la producida por violenta radiación. Se han observado severas quemaduras y un completo cocimiento de la carne. c) Confusión mental intensa. d) Manipulación mental y engaño, en ocasiones a gran escala, induciendo al “contactado” a creer que es un elegido con un importante mensaje que entregar al mundo. Todos terminan con fuerte deterioro psíquico. e) Ataque con mutilación y desangre de ganado. En ocasiones ocurre en docenas de animales en solo una noche. Ha ocurrido con seres humanos. Uno fue en Brasil y otro en Estados Unidos. f) Rapto y manipulación genética brutal. Estos abducidos son devueltos y suelen no tener recuerdos. Solo confusión y, en ocasiones malestares físicos y psíquicos. Estos son los principales peligros observados a nivel personal o individual. A nivel colectivo solo caben suposiciones, basándonos en lo que cualquiera que despierte un poco puede notarlo. Solo observando el devenir de la humanidad y los personajes que lo dirigen. 5- ¿Si desean invadirnos, por qué no lo han hecho antes? Respuesta: Veo tres posibilidades: 1.- No tienen interés, ya que lo que realmente les importa es el “ganado humano”, no el planeta en sí.

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2.- Otra posibilidad es, alguna otra especie no humana se lo impida, sea por acción directa o, como ocurre con los delincuentes que, una vez perpetrado el delito, la justicia los persigue hasta lograr castigarlos, y eso lo temen. 3.- Y una última posibilidad es que no nos han invadido aún, están preparando el terreno. Alguien comentó que Hitler fue un estúpido al ponerse a pelear contra Estados Unidos y Rusia al mismo tiempo. Lo que debiera haber hecho es conseguir que se agarraran entre ellos. Con esto se habría evitado todos los problemas. ¿No estarán haciendo lo mismo con nosotros? Debilitándonos como especie. 6- ¿Cómo es su estado de conciencia? Respuesta: Los seres humanos bajo el efecto de algunas substancias psicotrópicas, (la mayoría de origen natural, mezcalina o peyote, psilocibina u honguitos, ayahuasca o yagué, LSD, etc.), la mente humana se expande, logrando estados de conciencia en los cuales es posible percibir la grandeza de la vida, se capta el aura, incluso de vegetales, y se logra un estado de comunión con todos los seres vivos con gran amor por todas las formas existentes, como dice el budismo que proclama la compasión a todos los seres sintientes (que sienten). Ahora, estos seres parecen carecer por completo de la conciencia expandida, a pesar de su notable adelanto tecnológico. De aquí pareciera deducirse algo: Los humanos, a pesar de estar mas atrasados que esos seres, (somos mas nuevos) como especie, seríamos espiritualmente superiores. Es decir tenemos algo que esos entes no poseen. Me atrevo a pensar que los humanos tenemos alma y esos entes (los grises) no la poseen, o bien la poseen de una forma degradada. Quizás todas las leyendas religiosas de “la caída de Lucifer y sus ángeles” esté basada en antiquísimos conocimientos del origen y accionar maligno de éstos y otros seres. Conocimiento deformado por decenas de miles de años de transmisión oral y que ha sido adoptado por las grandes religiones organizadas como una manera de explicar el mal. 7- ¿Esos seres poseen arte: pintura, escultura, poesía, música, literatura o sus equivalentes? Respuesta: No se sabe. Por lo menos no se tiene conocimiento de expresiones artísticas provenientes de ellos. De algo superior a las carnicerías y la sangre. La única excepción serían los círculos en los trigales de Inglaterra (y de otros sitios), aunque se desconoce su significado, su origen y la intención, son innegablemente hermosos. 8- ¿Si en realidad son tan adelantados, como es posible que sean incapaces de sintetizar químicamente la sangre, las enzimas y las hormonas de que se dice, carecen? Respuesta: Es absurdo, de ahí que la intuición de Freixedo debe estar muy cerca de la verdad. Pareciera que lo que buscan es inmaterial, al menos en el sentido que en la actualidad le damos a esta palabra. Algo imposible de reproducir en laboratorios físicos: la energía vital de los seres vivos. En relación a éste concepto me resulta sorprendente la intuición de los guionistas de la serie de TV Puerta a las Estrellas, en la cual se habla de “los espectros”, una raza que hace precisamente eso. Absorbe la energía vital de los seres vivos, es su alimento. Alguien aún más pesimista, podría decir: están tratando de absorber las almas...

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9- ¿No van a terminar nunca y, desde cuándo están? Respuesta: Todo apunta a señalar a estos seres como verdaderas maquinas depredadoras, carentes por completo de sensibilidad, de empatía, de compasión, de amor, en fin, de todos esos atributos que nos hace seres humanos y que estos entes parecieran están tratando de corromper a través de todos los medios disponibles. Van a estar hasta siempre... hasta que nosotros despertemos y los detengamos o, hasta que otra raza espiritual lo haga por nosotros. Si no, seremos una raza de corderos, alimento de estos “entes”, hasta el fin de nuestra especie... o sea, hasta no demasiados años más. Ahí buscarán otro planeta a cual ordeñar. Al parecer, están desde que los “buenos”, por algún motivo, se fueron del planeta. Su llegada coincide con la aparición de Yahvé, aquel dios al cual le gustaba la sangre y que no se podía contemplar su rostro, so riesgo de ser asesinado. Sin duda su apariencia no era exactamente humana. 10- ¿Existe ocultamiento a nivel gubernamental? Respuesta: Si, absolutamente. El porqué es otro asunto. Se barajan cuatro hipótesis: a) Miedo. Al menos fue la explicación del astronauta del Apolo XIV, Edgard Mitchell para explicar la conducta de su gobierno. Impotencia ante lo incontrolable y terror a un derrumbe de los esquemas culturales en boga. b) Tratar de obtener alguna ventaja o adelanto científico de los entes para su propio beneficio. El no desear compartirlo con el resto de la humanidad les granjearía aún más fastidio del resto del planeta del que ya han logrado. Para ser egoísta con éxito se requiere cierto cinismo. c) Ya están en contacto, están aterrados y tratando de conseguir algún acuerdo, statu quo o dilación que les de tiempo para intentar fabricar armas que acerquen en algo la enorme desventaja tecnológica. d) El fenómeno es completamente anómalo, que es otra forma de decir que corresponde a una realidad separada, multidimensional, paranormal o como desee llamársele. Está más cerca de la religión que de la ciencia. 11- ¿Tiene el fenómeno Ovni una componente paranormal? Respuesta: Para mí, este es uno de los principales aspectos del fenómeno Ovni. Se habla de teleportaciones, de raptos de dormitorio, de telepatía, de movimiento de objetos, de desapariciones y apariciones de la nada. Para esto no existe explicación alguna, salvo que nos planteemos el fenómeno de otra manera. Hasta ahora la Humanidad ha insistido en observar a estos entes como se supone que serán los humanos miles de años en el futuro. Es decir, como simples seres biológicos que nos llevan una delantera de siglos en el conocimiento científico, habiendo llegado a dominar la gravedad y el viaje inter espacial. Nada más. ¿Y si todo este asunto fuera mucho mas complejo? ¿Y si las antiquísimas leyendas religiosas que hablan de una confrontación entre el bien y el mal, de ángeles caídos, de demonios, estuviera sustentada en hechos que en realidad ocurrieron y aún perduran entre nosotros? Aparentemente se da una contradicción ¿Cómo puede explicarse que entidades que parecen poseer un manejo de la materia casi absoluto tengan problemas de reproducción, de alimentación y genéticos al igual que los tenemos nosotros? ¿Entonces...? Creo que la respuesta está en la interpretación que le damos a todo lo observado. Suponemos, como ya se dijo, que estos entes no pueden ser sino una especie mas antigua que nosotros y que por lo tanto, sufrirían de los mismos problemas que actualmente tenemos, pero proyectados algunos cientos o miles de años en el futuro.

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Es decir, tendemos a humanizar la visión del fenómeno, y, todo indica que el asunto se mueve por un lado que nos resulta inconcebible. Un lado paranormal, entendiendo por esto, algo que no sigue las reglas que conocemos y que creemos gobiernan la naturaleza. Es evidente que buscan algo de lo que carecen, de otro modo no tendría sentido su incursión en este planeta y, al parecer les preocupa de sobremanera que sepamos demasiado de “ellos”. Evitan, a como de lugar, todo tipo de contacto espontáneo, sea a nivel personal o con organizaciones, lo que solo se explica por la necesidad absoluta de ocultar debilidades. Si fueran tan poderosos ya estarían aposentados aquí. ¿O ya lo están, pero no lo sabemos? La única forma de pescar en el océano es engañar a los peces y atraparlos sin que se den cuenta que están siendo depredados. ¿Qué ocurriría si de pronto los peces adquirieran conciencia e inteligencia? ¿Podríamos atrapar alguno? Desde luego que no, salvo que fuéramos tan astutos que lo hiciéramos sin que se dieran cuenta que existimos... ni de donde venimos... Descarto, por absurdo, la teoría de la degradación genética y física. En apariencia sus necesidades están en otro plano. .......................................................

Un dato muy interesante en relación al aspecto paranormal del fenómeno: Según algunos investigadores, existen pruebas de que los ocupantes de los Ovnis eligen clarividentes y sujetos hipnotizables como contactos (tal como ocurre en las apariciones Marianas). Maxwell Cade, un radiólogo, en Flying Saucer Review, sugería que los ocupantes de los Ovnis podían leer los temores de los testigos (¡Dios mío! ¿Un platillo volante! ¿Habrá adentro un monstruo peludo?). Esa emanación, amplificada, podría ser retransmitida a la mente del testigo y... ¡aparece un monstruo peludo! Según Maxwell Cade hay muchas formas de provocar alucinaciones, desde una simple sobredosis de alcohol, la hipnosis, la sugestión y las drogas (LSD, Ayahuasca y otras), hasta la irradiación del cerebro con ondas de alta frecuencia. Si estas técnicas están a nuestro alcance, ¿Quién puede imaginar los métodos para influir en la mente que podrían ser utilizados por inteligencias superiores? ..................................................... La hipótesis fundamental de Freixedo en relación a “los dioses” es que son muchísimos y variados, tanto en su naturaleza como en su origen y todo parece confirmarlo. Por ejemplo, en el caso Colares ocurrido en Brasil, el Capitán Uyrange Hollanda Lima declaró haber distinguido decenas tipos de “naves” diferentes. ¿Es esto posible, o se trata, como dicen los ufólogos, de un fenómeno al cual denominan polimorfismo, es decir que la misma nave cambia de forma? Tan extraño, tan ilógico, tan absurdo que parece magia... ¿Y para qué hacen eso? Aparte de confundir, engañar a los espectadores y dar una falsa idea de poder en cuanto a número, no se me ocurre otra explicación. ¿O no se trata de naves? Por muy “superiores” que sean o nos hagan creer que son, necesariamente debe haber alguna lógica mínima en todo el fenómeno. 12- ¿Hay antecedentes de actividad inteligente no humana en la antigüedad? Respuesta: Muchísima, aunque siempre expresado a través de creencias religiosas. ¿De qué otra forma una sociedad pastoral, sin ciencia ni tecnología podía interpretar lo que estaba ocurriendo a su alrededor? Por lo demás, al contrario de lo que opinan los sociólogos y los historiadores, una religión perdurable en el tiempo (en los siglos, realmente) no puede sustentarse en el simple temor de los hombres a los fenómenos naturales de nuestro planeta, por muy aterradores que estos puedan ser: terremotos, rayos,

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granizadas, sequías, hambrunas, pestes, etc. Todo aquel rosario de “encantos” que nos acompañan en nuestro paso por este mundo. Ningún grupo humano va a aceptar indefinidamente ser sacrificado y carneado a cuchillo en aras de unos dioses que piden sangre y que no sirven para nada y no resuelven nada. Cuando esto ha llegado a ocurrir, es decir, la cosa no está mejorando, como pasó con los mayas, la civilización simplemente se derrumba. Ninguna cultura acepta el sufrimiento en forma indefinida. Vaya a título de curiosidad. Investigaciones recientes se han preguntado que ocurrió en el mundo en el lustro que va del año 535 DC al 540 DC. Se ha detectado que cayeron en ese mismo período, el Imperio Romano, la civilización China, y las culturas amerindias. Europa entró en un período de oscurantismo que duró casi mil años. Estudios de los anillos de árboles milenarios y de los hielos polares descubrieron una grave alteración en el clima de todo el planeta, con baja radiación solar y cantidades de azufre en la atmósfera. Resumo: se descubrió que una mega erupción en el volcán Krakatoa había generado una nube de polvo y gases monstruosa, que cubrió el mundo por casi dieciocho meses. Con esto, bajó la temperatura del planeta, disminuyó la radiación solar, se arruinaron las cosechas y se desató el hambre. Todo se fue al diablo; incluso hay registros de canibalismo en esa época. Ni la revolución francesa ni la rusa habrían tenido lugar en una sociedad de abundancia. Este mecanismo trivial, bienestar o sufrimiento es lo que conduce el accionar de los seres humanos. También puede aplicarse a las religiones. Todas las religiones, repito, todas, están sustentadas en algún hecho real que las impulsó y, cuanto mas impresionante ese hecho, mas fuerte esa religión. Las antiguas religiones de la wicca no habrían tenido fuerza alguna si de ella no se hubiera desprendido algún beneficio palpable, y no hubiera existido además, una percepción real de fuerzas inteligentes que parecen convivir con nosotros en este mundo, confirmando que la existencia es algo más de los que nuestros pobres sentidos nos logran enseñar. Los seres humanos suelen actuar como idiotas, pero, colectivamente y en el tiempo, siempre se impone la razón, quizás impulsados por la desesperación y la necesidad de supervivencia. De otra manera no estaríamos aquí. De ahí, se deduce que el origen de las religiones no pueden haber sido simples terrores a los fenómenos naturales, peligrosos, mortales e incontrolables. Ninguna religión ha evitado jamás un cataclismo. Eso lo deben haber notado nuestros antiguos antepasados. No deja de tener razón ese pensamiento: “pídele ayuda a Dios y siéntate tranquilito a esperar, porque no va a ocurrir nada, te vas a ir a la mierda de todas maneras”. Por lo tanto, el origen de las religiones, antiquísimo, tiene que estar basado en hechos sumamente reales y que pudieron ser observados no solo por muchas personas, sino por multitudes. La intervención de poderosas inteligencias no humanas en la vida de los hombres es lo que marca el verdadero origen de las religiones. Eso y nada más. En general las tradiciones cuentan cosas muy parecidas. Dioses que bajaron de los cielos (incluso hoy, la oración principal del cristianismo comienza “Padre nuestro, que estás en los cielos...”) y transmitieron a los humanos diferentes enseñanzas tendientes a facilitarles la supervivencia. Por lo general, lo primeros contactos con los dioses eran pacíficos y constructivos. No hay grandes referencias a matanzas masivas. Al menos como un hecho habitual. Como la información es mucha e indemostrable, elegiré algunas que, por la importancia y lo sorprendente de sus afirmaciones o bien por el hecho de existir registros escritos merecen ser consideradas.

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12.1. Leyendas Sumerias. (Obtenidas a partir de las tablillas, escritas en cuneiforme) Se trata del caso más sorprendente. Según investigaciones efectuadas por Zecharia Sitchin, a partir de las tablillas cuneiformes, los humanos fueron creados por seres provenientes de un planeta llamado Nibiru (o Marduk), que orbita en torno al sol cada 3.600 años. Estos seres, los Anunnakis (también llamados Nefilim), liderados por Enlil, bajaron a la Tierra en busca de oro que necesitaban para modificar la atmósfera de su planeta. Su aspecto es completamente humano. (O nosotros somos similares a ellos). La llegada de los Anunnaki ocurrió hace cerca de cuatrocientos cuarenta y cinco mil años y su descenso se dio en la zona que actualmente corresponde al Norte de Irak. Es obvio que estos seres circularon por el planeta hasta encontrar los yacimientos más prometedores. La zona de Irak se eligió por una serie de razones, entre las que se cuenta, el combustible fácil y a ras de tierra (petróleo), el clima templado y su ubicación más o menos equidistante de otros sitios importantes. Durante toda la estadía de los Anunnaki, al menos una nave permanecía en órbita y ellos efectuaban continuos viajes entre la Tierra y su (s) naves madre. Hace trescientos mil años crean al hombre, “el trabajador primitivo”. La necesidad de mano de obra, los llevó a manipular genéticamente a homínidos o monos mas avanzados que encontraron en África del Sur, en la zona en que se encontraban los principales yacimientos. Esta manipulación se efectuó combinando sus genes con los de los monos. De ahí salió el hombre. Los escritos mencionan que tal manipulación no fue sencilla. Al comienzo intentaron con otros animales y resultaron monstruos espantosos. De pronto, como de un día para otro, aparece la civilización Sumeria, una civilización completa, repentina y revolucionaria, capaz de construir casas, templos, vestimentas finas, herramientas manufacturadas, con escritura, un sistema educacional organizado, leyes, organización social, agricultura avanzada y cuanto desarrollo civilizado sea imaginable. De hecho todas o casi todas las características de nuestra civilización actual tienen un precedente en Summer. . ¿De dónde y cómo se formó esta civilización y, por qué no ocurrió lo mismo en otras partes del planeta? ¿Por qué hasta el día de hoy existen tribus casi en la edad de piedra en Nueva Guinea y Amazonia?... Porque ellos han estado aislados, es la explicación... pero ¿aislados de qué? Han estado viviendo en el mismo planeta que el resto... ¿Entonces? Según Sitchin, no hay ninguna razón lógica para que toda la raza humana no esté más o menos en el mismo estado que las mencionadas tribus. El hombre moderno debería estar tipificado por los habitantes de la selva y no por nosotros. Al hombre le llevó dos millones de años percatarse que podía modificar las piedras para transformarlas en herramientas ¿Y por qué no otros dos millones de años para aprender a utilizar otros materiales y quizás otros millones de años para dominar las matemáticas, la ingeniería y la astronomía? Y, sin embargo, aquí estamos, menos de cincuenta mil años después del hombre de Neandertal, construyendo computadores, poniendo satélites en órbita y llevando sondas a Marte. La pregunta final es ¿Fuimos realmente nosotros y nuestros antepasados mediterráneos los que desarrollamos tan avanzada civilización?... Existen cosas en nuestro entorno, seres, objetos, plantas que, por costumbre, asumimos como lo más natural del mundo. Entre estas se cuentan las plantas y los animales domésticos... pero... ¿Lo son? 12.11 La aparición de las plantas domésticas El caso de la agricultura es sorprendente. ¿De dónde salió el trigo, la cebada y otros cereales básicos? Es una pregunta que me he hecho desde joven. Nunca he obtenido respuesta, salvo la de Lloyd Pye quien, en su trabajo Evidencias de la Creación Humana por Intervención Extraterrestre, dice: “Ningún botánico puede explicar concluyentemente cómo las plantas salvajes dieron lugar a plantas domésticas. Los botánicos no tienen ningún problema para plantear hipótesis de escenarios en que, en el Neolítico (la Nueva Edad de la Piedra), los granjeros dedujeron, de algún modo, cómo hacer híbridos de

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hierbas salvajes, granos y cereales, no diferente de Gregor Mendel cuando él cruzo y engendró plantas de arvejas para deducir la mecánica de la herencia genética. Todo suena tan simple y tan lógico, que casi nadie fuera de los círculos científicos alguna vez lo examina estrechamente. “Gregor Mendel nunca manipuló su planta de arvejas para que saliera algo más que la planta de arvejas. Él creó plantas chicas, altas y de diferentes colores, pero siempre fueron plantas de arvejas que produjeron arvejas. Por otro lado, esos granjeros de la Nueva Era de Piedra que estaban recién fuera de sus cuevas y que solo entonces habían comenzado a abonar la tierra por primera vez (como el escenario "oficial" así lo acepta), de algún modo se organizaron para transformar las hierbas salvajes, los granos y los cereales que crecían alrededor de ellos en sus "primos" domésticos. ¿Eso es posible? ¡Sólo a través de un curso en milagros! “Realmente, se requieren innumerables milagros dentro de dos grandes categorías de milagros. El primero era que las hierbas salvajes y los granos y los cereales eran inútiles para los humanos. Las semillas y granos eran enloquecedoramente pequeños, como hojuelas de pimienta o los cristales de sal, los cuales estaban más allá de la capacidad de asir y manejo de los dedos humanos. Ellos también eran duros, como las avellanas diminutas, haciéndolo imposible de convertirlos en algo comestible. Por último, su química era satisfactoria para nutrir animales, no a los humanos. Así tenemos que: las variedades salvajes eran completamente pequeñas, demasiado duras y nutritivamente impropias para los humanos. Necesitaban ser extendidas ampliamente en tamaño, ablandadas en textura y reparadas a nivel molecular, lo cual resulta un desafío imponente para los botánicos modernos, imaginemos para los granjeros del Neolítico. “A pesar de la aparente imposibilidad de satisfacer esos desalentadores objetivos, los botánicos modernos están seguros de que los primeros domadores de tierra herbórea tenían todo lo que ellos necesitaban para hacerlo: tiempo y paciencia. Después de centenares de generaciones de mestizaje selectivo, conscientemente dirigieron la transformación genética de las pocas docenas que resultarían ser las mas útiles para los humanos. ¿Y cómo lo hicieron? ¡Por el asombroso hecho de doblar, triplicar y cuadruplicar el número de cromosomas en las variedades salvajes! En unos pocos casos, hicieron mejor que eso. “El trigo y la avena doméstica fueron elevadas de un antepasado con siete cromosomas a su actual cuarenta y dos -- una expansión por un factor de seis. La caña de azúcar se extendió de una antepasada de diez cromosomas al monstruo de ochenta cromosomas que es hoy -- un factor de ocho. Los cromosomas de otros, como los plátanos y las manzanas, sólo fueron multiplicados por los factores de dos o tres, mientras los cacahuetes, las patatas, el tabaco y el algodón, entre otros, fueron expandidos por factores de cuatro. Esto no es tan asombroso como parece, porque muchas florecientes plantas salvajes y árboles tienen juegos múltiples de cromosomas. “Pero eso plantea lo que el propio Charles Darwin llamó el "abominable misterio" de las plantas florecientes (con flores). Las primeras aparecieron hace ciento cincuenta y ciento treinta millones de años en el registro fósil, preparadas para multiplicar por encima de doscientos mil las especies conocidas. Pero nadie puede explicar su presencia porque no hay ningún eslabón de conexión con cualquier forma de planta que los preceda. Es como ¿si me atrevo lo digo? Fueron traídas a la Tierra por algo semejante a “Usted Sabe Que”. En ese caso, entonces podría suponerse que ellas fueron creadas con una capacidad incorporada para desarrollar juegos múltiples de cromosomas, y de algún modo, nuestros antepasados Neolíticos resquebrajaron los códigos para aquellas más ventajosas para los humanos. “A pesar de que los códigos fueron resquebrajados, la gran expansión de material genético en cada célula de las variedades domésticas, ocasionó que crecieran en una escala mucho mayor que la de sus antepasados salvajes. Cuando ellas crecieron, sus semillas y granos llegaron a ser lo bastantes grandes para ser vistos fácilmente, recogidos y manipulados por los dedos humanos. Simultáneamente, las semillas y los granos se ablandaron en un grado dónde podrían ser molidos, cocinados y consumidos. Y al mismo tiempo, su química celular fue lo suficiente alterada para empezar a proporcionar nutrición a los humanos que los comieran. La única palabra que se iguala con ese logro es: milagro.

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“Por supuesto, el "milagro" implica que existió la oportunidad de que, tan complejas manipulaciones de la naturaleza, podrían llevarse a cabo por primitivos agricultores en ocho áreas geográficas por más de cinco mil años. Esto fatiga la credulidad porque, en cada caso, en cada área, alguien tenía que mirar a un salvaje vástago vegetal e imaginar lo que podría llegar a ser, o lo que debería llegar a ser, o llegaría a ser. “Ellos tenían que asegurarse, de algún modo, que su visión sería transportada a través de innumerables generaciones, que tenían que comprometerse a plantar, cosechar, escoger y mestizar selectivamente plantas salvajes que no servirían de comida en sus mesas durante sus vidas, pero que podrían alimentar a sus descendientes en algún futuro remotamente distante. “Es difícil intentar confeccionar un escenario más improbable, más absurdo, sin embargo para los botánicos modernos es un evangelio, en el que creen con un fervor que deja a muchos Creacionistas de los "seis días" avergonzados. ¿Por qué? Porque confrontar su altísima irracionalidad les obligaría a que se volvieran hacia “Usted Sabe Quien” para una explicación más lógica y creíble. “Domesticar a una planta salvaje sin usar manipulación artificial (es decir, genética), debe ser modificada por mestizaje dirigido y que sólo es posible a través de los esfuerzos de los humanos. Así que la ecuación es simple. Primero, los antepasados silvestres para muchas (pero no todas) de las plantas domésticas resultan claras. Segundo, la mayoría de las versiones domésticas aparecieron hace diez mil a cinco mil años. En tercer lugar, los humanos vivos en ese momento eran bárbaros primitivos. En cuarto lugar, en los últimos cinco mil años, ninguna planta, que sea casi tan valiosa como las docenas que fueron creadas por los primeros granjeros alrededor del mundo, ha sido domesticada. Pon un signo igual después de esos cuatro factores y no se suma a cualquier tipo de modelo Darwiniano. “Los botánicos saben que tienen un serio problema aquí, pero todo lo que pueden sugerir es que tenía que haber ocurrido por medios naturales, simplemente porque ninguna otra intervención -- por Dios o Usted Sabe Que -- puede ser considerada bajo ninguna circunstancia. Esa firme posición es mantenida por todos los científicos, no sólo botánicos, para excluir la aplastante evidencia. “En 1837 en el Jardín Botánico de San Petersburgo, en Rusia, empezaron concertados intentos para cultivar centeno salvaje en una nueva forma de domesticación. Todavía lo están intentando, porque su centeno no ha perdido ninguno de sus rasgos salvajes, sobre todo la fragilidad de su tallo y su grano pequeño. En eso está el más embarazoso de los rompecabezas que los botánicos enfrentan. “Para domesticar una hierba salvaje como el centeno o cualquier grano o cereal salvaje (qué lo hizo el tiempo y, de nuevo nuestros antepasados Neolíticos), deben resolverse dos imponentes barreras. Éstos son los problemas de "raquis" y "glumas". Glumas son el nombre de la botánica para las cáscaras, las tapas delgadas de las semillas y los granos que deben quitarse antes de que los humanos puedan digerirlos. Los raquis son los tallos diminutos que atan semillas y granos a sus tallos. “Mientras crecen, las glumas y los raquis son fuertes y durables, así la lluvia no golpeará y sacará las semillas y los granos fuera de sus tallos. En la madurez, ellos se ponen tan quebradizos que una brisa los romperá y soltará su carga para que se propague. Tal alto grado de fragilidad hace imposible cosechar plantas salvajes porque cada grano o semilla sería golpeado y soltado durante el proceso de cosecha “Así, además de agrandar, ablandar y alterar nutricionalmente las semillas y granos de docenas de plantas salvajes, los primeros granjeros también tenían que deducir cómo ajustar la fragilidad de las glumas y los raquis de cada planta. “Ese ajuste era de una complejidad desalentadora, quizás más complejo que el proceso transformacional en si mismo. Los raquis tenían que ser lo suficiente duros para sostener semillas y granos en sus tallos durante la cosecha, sin embargo permanecer bastantes quebradizos para ser recogidos por el esfuerzo humano durante lo que ha sido conocido como "trillar". De la misma manera, las glumas tuvieron que ser hechas lo suficientemente duras para resistir la cosecha después de que se alcanzara la completa madurez, y sin embargo ser bastante quebradizas para romperse durante el proceso de trilla. ¡Y-- aquí esta la dificultad inesperada -- las glumas de cada planta salvaje y los raquis requirieron grados diferentes

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de ajuste, y la cantidad final de cada ajuste tenía que ser demasiado precisa! En resumen, no hay ninguna posibilidad de que esto ocurriera, como los botánicos claman que sucedió. 12.12 La aparición de los animales domésticos “Como con las plantas, la domesticación animal siguió un patrón de desarrollo que se extendió de diez mil a cinco mil años. También empezó en la Media Luna Fecunda, con los "mejores cuatro" que eran el ganado, las ovejas, las cabras y los cerdos, entre otros animales. Después, en el Lejano Este, aparecieron los patos, los pollos y el búfalo de agua, entre otros. Más tarde aún, en el Nuevo Mundo, vinieron las llamas y la vicuña. Este proceso no fue simplificado, extendiendo el número de cromosomas. Todos los animales--salvajes y domesticados-- son diploides, lo cual significa que tienen dos juegos de cromosomas, uno de cada padre. El número de cromosomas varía tan ampliamente como en las plantas (los humanos tienen cuarenta y seis), pero hay siempre sólo dos juegos (los humanos tienen veintitrés en cada uno). “Las únicas "herramientas" disponibles para los pastores del Neolítico eran aquellas disponibles para los parientes que cultivaban: tiempo y paciencia. Por las mismas técnicas de mestizaje selectivo en apariencia utilizadas por los granjeros, los animales salvajes fueron selectivamente engendrados generación tras generación hasta que las suficientes modificaciones graduales acumuladas crearon las versiones domésticas de los antepasados salvajes. Como con las plantas, este proceso requirió en cualquier parte de centenares a miles de años en cada caso, y también requirió ser cumplido docenas de veces en áreas separadas alrededor del globo. “Una vez más, enfrentamos el problema de intentar imaginar a esos primeros pastores con suficiente visión para imaginar a un "modelo final", para empezar el proceso de crianza durante sus propias vidas y tener que llevarlo a cabo durante siglos hasta que el modelo final fuera alcanzado. Esto era mucho más complicado que delinear que los animales tenían un fuerte instinto de grupo o para reunirse en rebaño, que les permitiría en el futuro a los humanos tomarlos y ser como "líderes" de la manada o el grupo. “Por ejemplo, se requirió mucho valor decidir traer a un cachorro de lobo a un campamento con la intención de enseñarle a matar y comer selectivamente, ganando su subsistencia ladrándole a los intrusos (los lobos adultos raramente ladran). ¿Y quién podría mirar el macizo, atemorizante, mal genio bisonte europeo y visualizar una vaca mucho más pequeña y amable? Aun cuando alguien pudiera visualizarlo, ¿cómo pudieron haber esperado lograrlo? Un ternero de bisonte (o un cachorro de lobo, para el otro caso), cuidadosa y amorosamente criado por "padres" humanos, aún crecería para ser un adulto corpulento con instintos de adulto bien arraigados. “Aunque fue hecho, no fue por mestizaje selectivo. Colecciones enteras de genes deben modificarse para cambiar las características físicas de los animales (En un contrapunto interesante a las plantas salvajes y domésticas, los animales domésticos son normalmente más pequeños que sus progenitores salvajes.) Pero con éstos, algo más, algo más inefable debe cambiarse para alterar sus naturalezas básicas de salvaje a dóciles. Lograrlo permanece más allá de las habilidades modernas, así que atribuir tal capacidad a los humanos del Neolítico es un insulto para nuestra inteligencia.

12. 2 Resumen de los antecedentes históricos mas importantes Haré un resumen final de simples reflexiones que estimo basadas en una lógica mínima y que supongo gobiernan la existencia en este Universo, cualquiera que sea su origen. Sintetizando la mayor parte de la información existente se llega a la conclusión que la Tierra ha estado (o está) intervenida por al menos tres tipos de entidades:

a. Los Nefilim o Anunnakis, ya mencionado en párrafos anteriores, los dioses que crearon al

hombre y lo utilizaron y ayudaron durante miles de años. Tal creación no tuvo una motivación mística ni generosa. Fue simplemente por necesidad: precisaban de mano de obra. Ellos eran muy pocos. Según las tablillas sumerias no pasaban de los novecientos. A pesar de los esfuerzos de los primeros Anunnakis, el

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hombre fue evolucionando en su inteligencia y comprensión más allá de las intenciones de sus creadores. Desarrolló una conciencia y un alma. Los Anunnakis “vieron que las hijas de los hombres eran hermosas”... dice la Biblia. El asunto es que muchos de estos personajes “bajaron” y las tomaron por esposas, dicho en otras palabras, tuvieron sexo con ellas, lo cual dio origen a nuevos especimenes mestizos, lo cual estaba lejos de los programas iniciales. La Jerarquía de los Anunnakis decidió exterminar al hombre, ya que todo el asunto se les estaba arrancando de las manos. Sin embargo, y esto delata sus características superiores, algunos de ellos se opusieron y ayudaron al hombre. Cabe señalar que no se trató de un exterminio provocado por los Anunnakis, sino de un ocultamiento de información. Al parecer, detectaron que un cataclismo inevitable estaba por producirse. Era el fin de una era glacial y se comprobó que un gigantesco trozo de hielo polar de la Antártida (del Sur), estaba por desprenderse, lo que daría origen a un macro tsunami que barrería casi toda la Tierra. Enlil, Jefe de la misión Tierra, era el dios partidario del exterminio de los humanos y, ordenó la evacuación de los Anunnaki a su nave en órbita y el completo ocultamiento a la Humanidad del cataclismo en ciernes. Sin embargo otro, al parecer su hermano, Enki, le informó a uno de sus protegidos y le explicó como debían construir a toda prisa una nave calafateada, de modo que pudiera resistir cualquier embate o volcamiento. A la nave, que construyeron en pocos días con ayuda de toda una comunidad, subieron todos los que ayudaron en su construcción más algunos animales y semillas. Incluso Enki les dijo que trataran de hacer la nave lo más cerca posible de las cadenas de montes que rodean la zona de Mesopotamia y en la cual está el monte Ararat. Cuando llegó la ola, la nave resistió y... el resto es historia. Un detalle curioso en relación a esta odisea. Los dioses cuando subieron hasta su nave, pasaron hambre y frío y se dieron cuenta de “cuanto amaban a este planeta”. Pasada la catástrofe, bajaron de nuevo a la Tierra. Todo parece indicar que aún están entre nosotros, en parte mezclados y en parte puros. No hay forma de distinguirlos. Nosotros somos idénticos a ellos. Recordemos que a los Nefilim les atraían las “hijas de los hombres”. Ellos civilizaron al hombre y les impulsaron en todo el proceso que se está viviendo hasta el día de hoy. Summer fue el primer asentamiento humano realmente civilizado del que se tenga noticias y fue por completo obra de los Anunnakis. El porqué se quedaron, probablemente tenga que ver con las inadecuadas características de “su” planeta. Especulando un poco (o bastante) y hurgando en viejas tradiciones, es muy probable que estuvieran huyendo de una amenaza estelar de enormes dimensiones. No se entiende de otra manera que prefirieran vivir en Nibiru, con una órbita súper elíptica, de tres mil seiscientos años en torno al sol (al menos eso dice Sitchin), y que no puede ser otra cosa que un mundo congelado cerca del cero absoluto. ¿Qué atmósfera van a tratar de mantener sin un sol visible que les de energía? ¿Cómo van a crecer las plantas sin luz ultravioleta? y ¿Cómo puede evolucionar la vida en un mundo como ese? Creo más probable que Nibiru sea tan solo un planetoide errante no propio del sistema solar. Me parece más creíble que, si tal planeta en realidad existe, no sea otra cosa que un punto de posta después de una huída desde otro mundo ubicado a años luz. Es imposible pensar en la evolución de la vida hasta el nivel de los Anunnaki en ese infierno helado, en que hasta el nitrógeno sería líquido. Otra posibilidad es que tal planeta sea artificial, es decir un planetoide construido por los Anunnakis como vivienda permanente Por lo tanto, la simple lógica en relación a la física, pone en duda a Nibiru como planeta de origen de los Anunnaki. Al menos de un origen natural. Finalmente, la pregunta del millón: Si los Anunnakis crearon al hombre ¿Quién creó a los Anunnakis?....

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b. Entidades no humanas. Con características paranormales o de otro Plano de Existencia

(Según nuestra percepción de la realidad). Yahvé sería el exponente principal o al menos el más famoso, aunque bien podría tratarse de toda una especie que se presenta ante los humanos como si fueran siempre la misma entidad. Sus características principales se enseñan en la Biblia. No parece ser un ente biológico en el sentido que lo entendemos nosotros. Sus características apuntan más bien a una entidad de tipo eléctrico. Lo que lo ubica en una categoría completamente diferente a los Anunnakis es su extraña conducta. b.1 Un libro muy extraño: El Pentateuco: Para comprender a cabalidad la diferencia con los Anunnakis es necesario leer la Biblia, al menos el Pentateuco. Esto corresponde al testimonio escrito más importante de hechos antiquísimos con que contamos. A modo de resumen y para destacar lo afirmado veamos lo siguiente: Desde el comienzo de la Biblia, Génesis 8, 20 hasta Números 29, 38 se registran cerca de 80 (ochenta) instrucciones de Yahvé relativas a los holocaustos, el sacrificio de animales y el manejo de la sangre. Son más o menos del siguiente tenor: “Degüella el novillo ante Yahvé, a la entrada del tabernáculo de la reunión; toma la sangre del novillo, y con tu dedo unta de ella los cuernos del altar, y la derramas al pié del altar.... (Éxodo 29: 11)” “Tomarás luego uno de los carneros, y Arón y sus hijos pondrán sus manos sobre la cabeza de aquél; degüella el carnero y riega con su sangre el altar todo en rededor. Descuartiza el carnero, y lavando las entrañas y las piernas, las pones sobre los otros trozos y la cabeza, y lo quemarás todo sobre el altar. Es el holocausto a Yahvé de suave olor; al sacrificio a Yahvé por el fuego. (Éxodo 29: 15,18)” Con diferentes variaciones estas instrucciones se repiten más de ochenta veces. Esto no es todo lo extraño de la personalidad de Yahvé. Veamos otras: “Yo haré pasar ante ti toda mi bondad y pronunciaré mi nombre, Yahvé, pues yo hago gracia a quien hago gracia y tengo misericordia de quien tengo misericordia; pero mi faz no podrás verla, porque no puede verla el hombre y vivir” (Éxodo 33: 19,20)....... “Los hijos de Arón, Nabad y Abiú, tomaron cada uno un incensario, y, poniendo fuego en ellos y echando incienso, presentaron ante Yahvé un fuego extraño, cosa que no les había sido ordenada. Entonces salió de ante Yahvé un fuego que los abrasó, y murieron ante Yahvé... Arón calló. (Levítico 10: 1,3). “Tomará después dos machos cabríos, y presentándose ante Yahvé a la entrada del tabernáculo, echará sobre ellos las suertes, una de Yahvé y la otra de Azazel. Arón hará acercar el macho cabrío sobre el que recayó la suerte de Yahvé, y lo ofrecerá en sacrificio por el pecado; el macho cabrío sobre el que recayó la suerte de Azazel lo presentará vivo ante Yahvé, para hacer la expiación y soltarlo después a Azazel. (Levítico 16: 7,10)” “Diles: He aquí el sacrificio de combustión que ofreceréis a Yahvé. Cada día dos corderos primales, sin defecto, como holocausto perpetuo...” (Números 28: 3) b.2 Matanzas de Israelitas por Yahvé: Números 11: 1 “Aconteció que el pueblo se quejó a oídos de Yahvé, y al oírlo Yahvé ardió en ira, encendió contra ellos un fuego que abrasó una de las alas del campamento...”

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Números 16: 48 “...y se quedó entre los muertos y los vivos hasta que cesó la mortandad. Habían perecido en aquella mortandad catorce mil setecientos, sin contar los que murieron por lo de Coré.” Números 25: 9 “... En aquella plaga murieron veinticuatro mil.” Etc., etc. Las instrucciones de Yahvé en relación a los pueblos que vivían en la tierra prometida fue de exterminarlos a todos: cananeos, jeteos, amorreos, fereceos, jeveos, y jebuseos. ¡Que tal!... Y esto sin contar las muertes de egipcios. b.3 Cifras extrañas en la Biblia. En Números 1:1 se efectuó un censo, por orden de Yahvé y fue el día primero del segundo mes del segundo año después de la salida de Egipto. El resultado (Números 1: 45) los israelitas de mas de veinte años, listos para la guerra sumaron seiscientos tres mil quinientos cincuenta (603.550), por lo que la población total tiene que haber sobrepasado el millón. El problema de alimentación lo resuelve la Biblia con el maná, que los alimentó durante los cuarenta años de peregrinaje por el desierto. Por la prodigalidad de Yahvé en sacrificar todos los días a varias bestias se deduce que el ganado que los acompañaba tiene que haber sido gigantesco. No sale la cifra original, pero en Números 31: 32 después de la guerra contra los madianitas (no mencionado en el listado original de pueblos a exterminar) el botín fue de 675.000 ovejas, 72.000 cabezas de ganado vacuno y 71.000 asnos, lo cual da una idea de las cantidades de animales que se movían en todo el éxodo. La pregunta que surge es, ¿De qué se alimentaba tal cantidad de animales en pleno desierto de Sinaí? ¿Tenía pastos en esa época? A juzgar por los reclamos de los israelitas no existía. Era un desierto sin agua. Todo esto es un suma y sigue, pero la historia se puede resumir en unos pocos puntos: b.4 Breve Resumen de aconteceres extraños en la Biblia 1. Yahvé ayudó, según la Biblia, a salir a los israelitas de Egipto mediante de una serie de estropicios y matanzas (la famosas diez plagas de Egipto). Cabe señalar que la “esclavitud” de los israelitas no fue provocada por los egipcios. Fueron ellos los que se fueron a meter allá por problemas de subsistencia. Todo esto a partir de José y duró mas de cuatrocientos años. ¿Por qué Yahvé esperó tanto para liberarlos? ¿Para qué Yahvé endureció el corazón del Faraón haciéndolo negarse a dejar partir a los israelitas? ¿Para organizar las plagas y las muertes? ¿No habría sido más fácil y bondadoso haber hecho todo lo contrario, es decir ablandar el corazón del faraón? 2. La tierra prometida por Yahvé, de la cual “mana leche y miel”, estaba ocupada por diversos pueblos contra los cuales los israelitas tendrían que luchar hasta el exterminio. ¿Por qué no los condujo hacia un territorio menos conflictivo como pudo ser por el Nilo aguas arriba, más allá del lago Victoria, por ejemplo? Mal que mal, la caminata duró la friolera de cuarenta años. Con esto habrían llegado al sur de África. 3. ¿Para qué “Dios” necesitaba una matanza diaria de ganado con especial énfasis en el manejo de la sangre la cual, muy expresamente, era de Yahvé y estaba prohibida para los israelitas? (Números 28: 3 y etc.) 4. ¿Por qué no podían ver la faz de Yahvé, so pena de muerte? ¿Qué ocurría con la faz? (Éxodo 33: 19,20) 5. ¿Por qué asesinaba a los israelitas ante la menor señal de rebelión o descontento por parte de éstos?

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6. ¿Por qué tuvo tantas consideraciones con Azazel en circunstancias que se trata de un demonio? (Levítico 16: 7,10) 7. ¿Merecían los hijos de Arón, Nabad y Abiú, la muerte por el terrible pecado de ofrecer un incienso que aparentemente no le gustó a Yahvé? 8. La enseñanzas de Yahvé a los israelitas fueron mínimas. Se reducen a dos aspectos: Normas de convivencia mínima, resumidos en el Decálogo, el cual ya tiene precedentes en Summer y normas de profilaxis e higiene, básicas para asegurar la permanencia del pueblo durante el Éxodo. ¿Por qué no les enseñó algo de medicina, de ciencia, de tecnología, de respeto a la vida y la naturaleza? En general ¿Por qué les enseñó tan poco en tanto tiempo y porqué los trató tan mal? ¿Por qué gastó una cantidad enorme de tiempo y energía en detalladas instrucciones relativas a su santuario, con gran énfasis en el lugar de los holocaustos y el manejo de la sangre? Diríase que todo su templo portátil se orientaba casi únicamente a esto último. Solo puede haber una explicación: No les enseñó porque no sabía. No tenía idea de ciencias (matemáticas, física, química, biología, botánica, etc.) ni filosofía, artes, etc. Solo era una entidad no física, muy neurótica, (para no decir maligna), que deseaba un grupo coherente de seres humanos para su propio beneficio. Tal como un ganadero con sus reses. He leído y escuchado análisis de la Biblia en los cuales se señala que casi todo el Pentateuco es simbólico, es decir, no hay que tomarlo al pié de la letra. Por otra parte, curiosamente, muchas películas documentales han intentado demostrar que la apertura del mar Rojo fue un hecho real, al igual que las diez plagas de Egipto, la caída de los muros de Jericó, el maná, la conversión de agua no potable en agua dulce, la salida de agua de una roca, etc. Por lo tanto ¿En qué quedamos...? No me parece confiable un texto que se adapta como camaleón según la crítica que se le haga. Dícese que “la Biblia tenía razón”, es decir, se trata de la historia del pueblo judío. Por lo tanto lo que narra ocurrió realmente. De otra manera, ¿que sentido tenía escribir un texto tan enorme para que solo unos pocos iniciados pudieran comprenderlo... y a su manera? b.5 La información ocultista Para terminar con todo este resumen relativo a Yahvé, citaré lo que según John Baines en su libro “El Hombre Estelar” menciona como parte de la tradición hermética (oculta). “En un momento crucial de la historia de la humanidad un poderoso Arcángel Diabólico logró penetrar las defensas ocultas que protegen al planeta Tierra e ingresar en la atmósfera. “Tal invasión se debió a Moisés. Éste guiado por el deseo de liberar a su pueblo de la esclavitud en que había caído en Egipto, ideó un audaz plan. Moisés había sido entrenado en la magia ritual por los Hierofantes o sacerdotes egipcios y decidió aplicar sus conocimientos con el fin de contactar a una deidad o ángel que lo ayudara en su emprendimiento de liberación de los israelitas. “Después de una larga preparación, llevó a cabo en la mas profunda soledad la ceremonia ritual con las palabras mágicas e invocaciones correspondientes. En medio de impresionantes fenómenos atmosféricos y telúricos hizo su aparición un ser de impresionante presencia, que hizo temblar de pánico a Moisés por la tremenda fuerza que proyectaba. Jamás sabremos ni nos será posible averiguar las condiciones en las cuales se llevó a cabo el pacto entre el hombre y el cielo. El ángel accedió a todo lo que Moisés le solicitaba y prometió ayuda, exigiendo en cambio una irrestricta obediencia. Le reveló su nombre que era Y, y le pidió que en señal de unión de todos sus seguidores debían experimentar una pequeña operación quirúrgica de tipo ritual, con leve derramamiento de sangre. Todo hombre que pasara por esto, llegaba a ser hijo de Y. La sangre que se derramaba sellaba este pacto. “A partir de ese día Moisés, revestido de un poder sobrehumano comienza a realizar toda clase de actos de magia, convirtiendo en el centro de su poder al Arca de la Alianza...

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“El resto es conocido. Las plagas de Egipto, muertes y sufrimientos. Luego, los israelitas incrédulos y rebeldes serán fulminados por la ira de Y. Así el pueblo de Moisés iniciaría el éxodo que habría de durar cuarenta años. “Posteriormente, Y, el poder oculto tras el líder Moisés, comenzó a cambiar de un momento a otro su manera de proceder, empezando a formular extrañas exigencias, cuyo común denominador era el derramamiento de sangre. “Moisés, sobrecogido, empezó a darse cuenta de la magnitud del error cometido, al comprender que el “ángel divino” era en verdad “ángel de las tinieblas”, polo opuesto al de la potencia luminosa que él había pretendido evocar. “¡Este “ángel infernal” era uno de los integrantes de las huestes de las sombras, vampiro que, para mantener su poder y fortaleza necesitaba beber sangre humana, esencia cargada de la vitalidad que otorga la chispa divina!.... “¿Quién era realmente Y? Digamos que era un ser muy anciano por su evolución, la cual ignoramos donde se originó. A través de larguísimos períodos de tiempo cósmico, este ente conservó su individualidad, pero evolucionó hacia el lado negativo, negro, o destructivo, como un anciano que al pasar el tiempo se hubiera amargado más y más hasta llegar a una concepción totalmente destructiva y negativa de la vida. “Muchos seres similares a Y existen en el Universo. Por fortuna las defensas magnéticas del planeta Tierra constituyen para estos entes una coraza impenetrable. Sin embargo, el ritual mágico de Moisés abrió una puerta y formó la vía a través de la cual pudo penetrar Y a la Tierra. ....................... “Con este hecho se inició para la humanidad una era oscura y sangrienta. Para el pueblo judío comienza así una etapa de sufrimiento, martirio y dolor, al convertirse en inocentes víctimas de las fuerzas negativas de Y... El verdadero Anticristo es Y, y él ha desdoblado su influencia negativa en sus servidores, las personas de instintos bestiales, las cuales a su vez han incorporado esta vibración a la muchedumbre, entidad amorfa y ciega, receptora de cualquier fuerza de suficiente potencia. Cogida por esta fuerza maléfica, la gente vive de manera demoníaca: odia, destruye, roba, asesina a sus hermanos, devuelve el mal con un mal mayor, comercia con la honra y el honor, esclaviza a los débiles, explota a los desvalidos, y denigra a los justos.....” ....................... De todo esto y de muchísimo más que se obtiene de leer el Pentateuco surge una tremenda duda. ¿Era Yahvé Dios realmente, es decir el Espíritu que toda la Humanidad define como el creador del Universo y dador de la vida en este y otros mundos? Que cada uno saque sus propias conclusiones...

c. Los Grises y los reptilianos. Los grises corresponden al fenotipo más popular de

extraterrestres denunciados en nuestros tiempos. Los Ufólogos los tipifican como seres de baja estatura, enorme cabeza, sin orejas, nariz y boca mínima, enormes ojos de color oscuro y cuerpo muy delgado de color gris. Son la principal cara de los extraterrestres en todo el fenómeno Ovni. Información (imposible de confirmar para el hombre común) los señala como los principales depredadores de la sangre, tanto de animales como humana. Su origen es desconocido. Aunque se afirma que son un producto de los reptilianos, la verdadera raza peligrosa para la Humanidad y que, como se mencionara, no tienen alma. Los grises son los que, según las leyendas populares, se han estrellado en la Tierra varias veces y, de acuerdo al Informe de Cooper mantendrían un acuerdo secreto con los Estados Unidos según el cual, este Gobierno (y posiblemente otros) harían la vista gorda ante raptos, ataques a humanos y animales. Todo esto a cambio de tecnología de avanzada. Lo que mas parece importar a los norteamericanos es la

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tecnología de manejo de los campos gravitatorios. No se sabe si tal traspaso de tecnología ha ocurrido realmente, al menos en la vida práctica solo se ha notado un avance desproporcionado en microelectrónica (computadores, teléfonos celulares, etc.). En transporte y en medicina el avance ha sido cero. Los ataques y desangramiento de animales no han cesado, y parecen venir por oleadas. No es un fenómeno continuo y siempre coinciden con avistamientos de Ovnis. Cooper, en su Documento hace una feroz acusación al gobierno estadounidense en relación al acuerdo entre los alienígenas y las Humanidad. Mal que mal le costó la vida. Se podría citar otros tipos de entidades no humanas informadas de manera ocasional por testigos solitarios. Tipos reptilianos, insectoides, alados, indescriptibles (como el hombre polilla), etc. No obstante el pánico demostrado por los testigos, la falta de pruebas y lo poco frecuente de tales encuentros hacer dudar hasta el más entusiasta. Puede ser que correspondan a visitas ocasionales y no repetidas a nuestro planeta o bien a manifestaciones paranormales. El caso de los reptilianos es especial. Innumerables investigadores los citan como los verdaderos enemigos de la raza humana. Existe una curiosa hipótesis propia de la ciencia ficción, (pero en absoluto descabellada) que plantea lo siguiente: Los reptiles dominaron la Tierra durante ciento cuarenta y cinco millones de años, hasta el evento KT, (entre el Cretáceo y Terciario) cuando un gigantesco meteoro habría exterminado casi toda la vida en el planeta. Esto habría ocurrido hace sesenta y cinco millones de años. Surge la pregunta ¿Cómo es posible que en un ambiente evolutivo, como postula la ciencia moderna y en un período de tiempo tan enorme no haya surgido la inteligencia en alguna de las formas de vida existentes? ¿O sí surgió? La hipótesis plantea que los “reptilianos” son realmente una especie terrestre que evolucionó en ese período. Desarrollaron tecnología y abandonaron el planeta hace millones de años. Curioso ¿No?

Conclusión final 1º Lo que los aliens están haciendo en el planeta Tierra con sus habitantes humanos y animales es, después de todo lo observado, dañino, maligno y peligroso en extremo. Es lo que el público, especialmente personas sencillas y ajenas a toda investigación mañosa, han podido percibir. Nadie, ya lo dije, actúa porque sí, menos en algo tan complicado como venir desde otro mundo. Siempre se busca algún beneficio y en este caso parece que tiene que ver con la sangre, la energía vital o como quiera llamársele. No solo de animales sino que también de plantas. No sabemos si esto se va a mantener para siempre así o irá en un in crescendo hasta desembocar en una catástrofe y no imagino como pueda disminuir... Solo los humanos dejan de “ir a la Luna” después de seis viajes exitosos, y dejan de ir para siempre. (Las promesas de la NASA de reanudar sus viajes son a tan largo plazo – 2020, según último informe - que da lo mismo... muchísimos ya no estaremos para observarlo... si es que ocurre) 2º No son todopoderosos ni mucho menos. Por lo general evitan, y a como dé lugar, la cercanía humana. Incluso matando si les cuesta mantener el control. No obstante nunca se ha sabido que un testigo atrapara vivo a uno de estos seres, salvo el caso, ya mencionado, de las caídas de Ovnis. Y esto enreda aún más el asunto. He mencionado en varias ocasiones la mezcla de mentiras con verdades. La desinformación como mecanismo preferencial para enredar y crear confusión. En cualquier caso, de ser efectivos estos accidentes de Ovnis, menos se creería en su grandiosidad. Se menciona que en la Unión Soviética se emitió una orden de disparar contra los ovnis y lograron derribar a mas de uno (décadas 1950-1980). Estos posteriormente se vengaron atacando por sorpresa instalaciones Rusas.

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3º Personalmente no creo que sean varias razas con origen en diferentes mundos. Y esto por una razón muy simple: los grises o quienes sean, son depredadores y toda especie con esas características es excluyente, es decir, pelea con otras especies para mantener su territorio. Es lo que podemos observar en la naturaleza. Nunca se ha visto dos especies diferentes unirse para cazar. Salvo que se turnen para venir a a la Tierra, cosa que tampoco me la creo. Por otra parte, es muy posible que esto explique las caídas de ovnis. Cuando, casualmente aparece una nave procedente de otro mundo diferente a los grises, estos tratan de eliminarlos o correrlos. Hay testigos que afirman haber presenciado verdaderas batallas en los cielos. También es muy posible que los grises se hayan topado más de una vez con seres suficientemente avanzados para oponerles una seria resistencia y hayan perdido el combate. Sin alejarse demasiado, se menciona que en el famoso caso Roswell se vieron dos objetos en el cielo... 4º Existe una interferencia en los asuntos humanos. Hay demasiadas señales de que esto está ocurriendo en realidad. Se le ha llamado manipulación psicológica profunda y cuyo fin último es que nos quedemos tranquilos, que no progresemos más allá de un cierto límite. Ni en el campo científico ni en el desarrollo de las potencialidades latentes del ser humano. Los mensajes contra la “brujería” en la Biblia son clarísimos. Los brujos deben ser muertos. ¿Y qué es un brujo, después de todo? Alguien que trata de ir más allá de la triste realidad y descubrir los secretos ocultos de la naturaleza. Un sujeto así puede llegar a ser extremadamente peligroso y ¡qué decir de la raza humana en su conjunto! La adquisición de poderes considerados paranormales, tales como la telepatía, la clarividencia, la psicoquinesis, sería fatal para estos entes. ¡Ahí se acabaría el engaño! Aquí la desinformación corre con alto vuelo. La mezcla de verdades con mentiras llega a extremos increíbles. Pocos creen realmente en las capacidades latentes del ser humano. Están programados para creer eso y se burlan. Se burlan de lo que podría ser la única vía de salvación. Casi todo el bombardeo informático de los medios principales, cine, TV, prensa, etc. ha ido derivando a una absoluta alienación. Ya lo dijo Homero Simpson, angustiado, en uno de sus capítulos: “enciendan la televisión que estoy comenzando a pensar” Finalmente, es dolorosamente obvio que la mayoría de la humanidad QUIERE ser engañada. 5º La intervención extraterrestre en el planeta existe desde millones de años antes que apareciera el hombre. Hay grupos que afirman que una invasión es inminente dentro de un máximo de diez años (año 2017). Solo me asalta una duda. ¿Por qué estos seres tan adelantados esperaron a que apareciera el hombre sobre el planeta para iniciar una invasión? ¿O es qué necesitan de humanos para poder vivir, comérselos, encarnar, o lo que sea aquí? Se afirma algo que, obviamente no puedo demostrar, y es que las dos grandes guerras mundiales fueron manipuladas psíquicamente por entidades no humanas. De alguna manera provocadas. (¿Por el Yahvé de la Biblia?) La Primera Guerra significó 8.540.000 muertos y 21 millones de heridos, cifra que es 7 veces superior a las 901 guerras precedentes en la Historia. A la Segunda Guerra Mundial se le atribuyen 56 millones de muertos y 35 millones de heridos. Millones de personas elevaron sus oraciones antes del estallido de los conflictos, pidiendo, rogando, implorando a Dios que la tragedia que se veía venir, no tuviera lugar. Conclusión: Fue una pérdida de tiempo. Ningún Dios escuchó nada. Esto debe servirnos de advertencia en caso que la prevista invasión tenga lugar: ningún Dios va a ayudarnos.

FIN

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APÉNDICE

Nota: Originalmente este apartado formaba parte integral de la historia. Luego, debido a la longitud del texto, se optó por derivarla a esta parte. Se mantuvo parcialmente el tono coloquial.

Las extrañas características del mundo en que existimos.

Un Universo “a medida”

1. Física del Cosmos

I —Los átomos más pesados que forman nuestro cuerpo y los planetas, se han formado en el interior de las estrellas. No de manera continua, sino violentamente en explosiones gigantescas denominadas novas y supernovas. Si en este momento explotara una supernova, digamos a unos quinientos años luz de la Tierra, en quinientos años, cuando la onda energética de choque llegara hasta acá, barrería con toda la vida existente. Es decir, para que exista materia que pueda dar origen a la vida, se necesitan supernovas, pero no deben ser tan frecuentes que arrasen con toda la vida que pueda existir en mundos habitados. — O sea, las explosiones estelares son imprescindibles pero mortales. Tienen que ocurrir dosificadamente... y ocurren de forma gradual. — Que sepamos, en la Tierra se han producido cinco extinciones masivas. La primera fue hace unos cuatrocientos cuarenta millones de años, al final del Ordoviciense. La segunda hace unos trescientos sesenta y cinco millones de años, a fines del Devoniano. La tercera, la peor de todas, hace doscientos veinticinco millones de años a fines del Pérmico en que murió el 96% de las especies marinas y los tres cuartos de los vertebrados terrestres. La cuarta se produjo a fines del Triásico, hace unos doscientos diez millones de años. Después de éste evento se dieron las condiciones para que aparecieran los dinosaurios, los que duraron hasta la última extinción masiva, hace sesenta y cinco millones de años. — Veamos solo éste último intervalo, de doscientos diez a sesenta y cinco millones de años. ¿Cómo es posible que en un lapso tan prolongado como ciento cuarenta y cinco millones de años la evolución no trabajara con estos reptiles, modificándolos hasta hacerlos seres inteligentes? ¿O sí ocurrió?.... es toda una pregunta. — Otro aspecto de lo extraño que es nuestro Universo lo constituyen las estrellas. — ¿Por qué?... — Porque, una estrella se forma por la interacción entre dos fuerzas: la gravitatoria, que aglutina el hidrógeno estelar, y la fuerza explosiva de la reacción en cadena – una bomba de hidrógeno – que se produce en su interior. El margen de valores que permiten que la estrella permanezca es muy estrecho. En un extremo se producen las gigantes azules y en el otro las enanas rojas que no permiten la aparición de vida. Por una rara coincidencia, las constantes fundamentales de la naturaleza lo hacen factible. Si, por ejemplo la fuerza gravitatoria difiriera en, digamos una parte en 10 elevado a 40, el equilibrio se alteraría y no existirían soles amarillos para permitir la vida. Y esa es una variación insignificante.

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- Otro aspecto extraño son los valores de las fuerzas fundamentales de la naturaleza. Son cuatro: la gravitatoria, la electromagnética, la nuclear fuerte y la fuerza nuclear débil. Si el valor de la fuerza nuclear fuerte, que mantiene unidos los protones en el núcleo fuera un poco menor, los átomos no se formarían jamás y si fuera un poco mas fuerte solo se formaría el átomo de hidrógeno… es decir, no existirían estrellas ni Universo.

II — El caso más extraño, es el del agua. — ¿Del agua? — Tal cual. Este líquido tiene propiedades increíbles. Para empezar, su composición química es simplísima. Dos átomos de hidrógeno y uno de oxígeno. La mayor parte de los elementos o substancias se contraen al enfriarse y se expanden al calentarse. Sin embargo el agua hace algo muy extraño. Cuando se enfría al punto de congelación se expande y adquiere menor densidad que cuando estaba en estado líquido y eso le permite flotar. Otras substancias hacen lo contrario. Al pasar del estado líquido al sólido se hunden, se hacen más densos. — Si el agua se comportara así, no podría existir la vida. El fondo de los océanos estaría congelado y los océanos se congelarían por completo. — Además, la tensión superficial 15del agua, solo es superada por el selenio líquido. Esto permite que penetre por las grietas de las rocas. Al congelarse las rompe en pedazos. Si fuera menor esta tensión, no se podría formar el suelo en los planetas. Además, la viscosidad del agua es precisa. Si fuera mayor, no podrían existir los sistemas circulatorios en los seres vivos.

III — Quiero narrarles un pequeño análisis sobre la estructura de nuestro sistema solar que han efectuado algunos investigadores. Como ustedes sabrán está conformado por nueve planetas principales más un cinturón de asteroides y una zona exterior llamada nube de Oort. Hay discrepancias de forma si todos los cuerpos que lo conforman merecen el calificativo de planetas, pero eso es otro asunto... — Las distancias de los planetas con respecto al Sol siguen una ley aritmética denominada Ley de Titius-Bode que no guarda relación con ninguna causa física conocida. Es un poco complejo. Sacó un lápiz y en el cuaderno de Inés efectuó unas anotaciones. (Ver final de este Apartado) — Para rematarla, una curiosidad estética. Los colores de los planetas exteriores, es decir, más allá de la Tierra, a partir de Marte forman un arco iris. Comenzando por el rojo de Marte, para terminar con el violeta de Plutón. — Puede decirse que se trata de meras coincidencias, pero como dijera el astrónomo de Munich, Alexander Wilkens, “La palabra coincidencia también tiene sus límites”... ¿Cómo se explica todo esto?... Coincidencias... Al parecer “El Hacedor de Estrellas” tiene sentido del humor.

15 La tensión superficial es el fenómeno por el cual la superficie de un líquido tiende a comportarse como si fuera una delgada película elástica. Esto se debe a que las fuerzas que afectan a cada molécula son diferentes en el interior del líquido y en la superficie. Así, en el seno de un líquido cada molécula está sometida a fuerzas de atracción que en promedio se anulan. Esto permite que la molécula tenga una energía bastante baja. Sin embargo, en la superficie hay una fuerza neta hacia el interior del líquido. De ahí la forma redonda de una gota de agua

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2. Estructura del ser humano I

— Les voy a hablar algo respecto al ser humano. Un ser biológico que no se sabe que hace en este planeta. — Dimos un salto. ¿Cómo?... — Tengo entendido que, según Darwin, el homo sapiens es la evolución de un primate, es decir, que el hombre y los monos tienen un antepasado común — exclamé sorprendido. — Nos enseñaron que los humanos somos primates muy estrechamente relacionados con todos los otros primates, sobre todo los chimpancés y los gorilas. Esto esta tan inculcado en nuestras psiques que parece inútil incluso cuestionarlo, mucho menos desafiarlo. Sin embargo eso es lo que pretendo hacer, afirmó Ralph con tranquilidad. »Puede sostenerse con bastante fundamento que nosotros no pertenecemos en absoluto a la Tierra y que ni siquiera somos de la Tierra, porque no parecemos habernos desarrollado aquí. Les detallaré algunos aspectos:16

Huesos. Los huesos humanos son mucho más livianos que los huesos de primates. Peor aún nuestros huesos son mucho más livianos que los huesos de cada antepasado "pre-humano" desde un principio hasta el Neardenthal. Los huesos de los antepasados parecen como los huesos de los primates; los huesos humanos modernos no. Músculos. Los músculos humanos son mucho más débiles que los músculos equivalentes en los primates. Somos cinco a diez veces más débiles que cualquier otro primate. Cualquier mono que se tenga como mascota es prueba de eso. Sorprendentemente, volvernos "mejores" nos hizo muchísimo más débiles. Piel. La piel humana no está bien adaptada a la cantidad de luz solar que llega la Tierra. Para tolerar y sobrevivir a su exposición debe incrementar en gran medida la melanina (el pigmento oscuro) en su superficie, lo cual sólo la raza negra ha logrado. El resto debe cubrirse con ropa o andar por la sombra, o ambos, o enfermar de envenenamiento por radiación. ¡Vaya mejora! Pelo del cuerpo. Los primates no necesitan preocuparse sobre la exposición directa a la luz del sol porque están cubiertos de la cabeza a los pies con un adecuado patrón de vello corporal largo. El pelo más espeso está en sus espaldas que apunta al Sol, mientras que el más delgado esta en el pecho y en el abdomen. Los humanos han perdido todo el pelaje que rodea el cuerpo y solo restan trazas en el pecho, el abdomen y la espalda. La hembra humana casi no tiene pelo corporal. Grasa. Los humanos tienen diez veces más células grasas en la capa inferior de su piel que los primates. Si un primate está herido por un objeto cortante en la piel, cuando el sangramiento se detiene, los bordes de la herida caen planos uno cerca del otro y pueden cerrar la herida rápidamente por un proceso llamado "contractura". En los humanos, la capa grasosa es tan espesa que empuja a través de las heridas y hace a la contractura difícil si no imposible. También, para intentar explicar esta rareza, la grasa bajo la piel humana no compensa el pelo del cuerpo que hemos perdido. Sólo en el agua su capacidad aislante es útil; en el aire, es mínimamente la mejor.

16 Esta información fue recopilada por Lloyd Pye, en su artículo “Evidencias de la creación

humana por intervención extraterrestre” y obtenido de Internet.

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Pelo de la cabeza. Todos los primates tienen pelo en la cabeza que crece a una cierta longitud y entonces se detiene. El pelo de cabeza humano crece a tales longitudes que podría ser peligroso en una situación primitiva. Es decir, nos vemos obligados a cortarnos nuestro pelo de la cabeza desde que nosotros nos volvimos una especie. Uñas de las manos y de los pies. Todos los primates tienen uñas en las manos y en los pies que crecen a una cierta longitud y entonces se detienen, nunca necesitan cortarlas. Las uñas de la mano y del pie de los humanos siempre han necesitado ser cortadas. Cráneo. El cráneo humano no es nada parecido al cráneo de los primates. Hay algunas comparaciones morfológicas que hacer, aparte de lo general y que son lo mismo. Su diseño y ensamble son tan diferentes que hace inútiles los esfuerzos de comparación. Cerebros. La comparación aquí es aún más radical, porque los cerebros humanos son inmensamente diferentes. (Decir "mejorado" o "superior" es injusto y no pertinente, porque los cerebros de los primates funcionan a la perfección para lo que los primates tienen que hacer para vivir y reproducirse.) Locomoción. La comparación aquí es tan amplia como la comparación de los cerebros y los cráneos. Los humanos son bípedos; los primates son cuadrúpedos. Eso dice más que suficiente. Habla. Las gargantas humanas están rediseñadas por completo en comparación a las gargantas de los primates. La laringe ha caído a un posición mucho más baja, así los humanos pueden romper los típicos sonidos de los primates en diminutos pedazos de sonido (por modulación) que se han transformado en el habla humana. Sexo. Las primates hembras tienen ciclos de celo y están sexualmente receptivas solo en momentos especiales. Las hembras humanas no tienen ningún ciclo de celo en el sentido de los primates. Son incesantemente receptivas al sexo. Cromosomas. Ésta es la diferencia más inexplicable de todas. Los primates tienen cuarenta y ocho cromosomas. ¡Los humanos son considerados inmensamente superiores a ellos en una amplia serie de áreas, sin embargo de algún modo nosotros tenemos sólo cuarenta y seis cromosomas! ¿Cómo nosotros podríamos haber perdido dos cromosomas completos- lo cual representa mucho ADN -en primer lugar, y en el proceso volvernos muchísimo mejores? Nada sobre eso tiene sentido lógico. Trastornos genéticos. Como con todos los animales salvajes (las plantas también), los primates tienen pocos trastornos genéticos extendidos a lo largo de sus reservas de gen. Sin embargo, la mayoría de los defectos serios se suprimen en el mundo salvaje. A menudo, los padres u otros en un grupo harán el trabajo rápido y seguro, así las reservas salvajes de genes permanecen relativamente limpias. En contraste, los humanos tienen más de cuatro mil trastornos genéticos, y varios de aquéllos matarían a cada víctima antes de que la reproducción fuera posible. Surge la pregunta de ¿Cómo tales defectos pueden entrar en la reserva del gen humano, y mucho menos cómo permanecen tan extendidos? Parentesco genético. Una estadística Darwinista favorita es que el genoma total (todo el ADN) de los humanos difiere de los chimpancés por sólo 1% y de los gorilas por solo 2%. Esto hace parecer como si la evolución es correcta y que los humanos y los primates son primos de sangre. Sin embargo, lo que ellos no enfatizan, es que el 1% de los tres mil millones de pares base del genoma humano es treinta millones de pares base- y para cualquiera que pueda diestramente manipular genes, treinta millones de pares pueden sumar fácilmente una tremenda cantidad de diferencias. —Lo anterior son las categorías más grandes en discusión de las discrepancias, entre los primates y los humanos. Hay docenas más, listadas como subcategorías, bajo una o más de éstas. Bien - continuó - todo lo narrado y, que espero no los haya confundido demasiado, apunta a dos aspectos.

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II — El Universo en que estamos inmersos es, con mucho, enormemente mas extraño que lo que parece a simple vista. Tiene todas las apariencias de ser un diseño. Un diseño muy inteligente y que, por fuerza, tiene que tener detrás una inteligencia que lo diseñó. Sigue leyes semejantes a un programa de computador, en que el resultado, el producto, es este Universo. — ¿Y el programador sería Dios? —pregunté anonadado. —Es la mejor explicación. La otra, es que el Universo no exista realmente y nosotros, con todo el sistema solar, estemos metidos en una burbuja gigantesca (para nosotros) y esta burbuja no sea otra cosa que una especie de pecera o terrario para una especie inconcebible. Un juguete... —respondió Ralph. .............................................

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La sorprendente coincidencia. Ley de Titius-Bode

La llamada Ley de Titius-Bode expresa de una manera fácil la distancia de los distintos planetas al Sol. La formulación clásica de la Ley de Titius-Bode dice así:

n + 4 a = ————

10

Donde a es la distancia buscada expresada en unidades astronómicas (UA, distancia media de la Tierra al Sol, 147.597 x 106 Km.) y n es un número gobernado por la secuencia

0 3 6 12 24 48 96 192 384 768...

Como se ve, cada número es el doble del anterior. Si, siguiendo la fórmula de la ley, sumamos 4 a cada número:

4 7 10 16 28 52 100 196 388 772...

Y luego los dividimos por 10, tendremos:

0,4 0,7 1 1,6 2,8 5,2 10 19,6 38,8 77,2...

Que en verdad define con increíble precisión la distancia de cada uno de los planetas al Sol expresada en UA.

La tabla siguiente muestra la asombrosa concordancia de la Ley de Titius-Bode con la realidad de nuestro sistema solar. Por supuesto que Plutón no se había descubierto a esas alturas, por lo que lo hemos agregado nosotros:

Planeta n Titius-

Bode Realidad

Mercurio - 0,4 0,39

Venus 0 0,7 0,72

Tierra 1 1 1

Marte 2 1,6 1,52

-- 3 2,8 2,8

Júpiter 4 5,2 5,2

Saturno 5 10 9,54

Urano 6 19,6 19,2

Neptuno - -- 30,1

Plutón 7 38,8 39,4

Pareciera que el sistema solar fue, hace miles de millones de años, manipulado artificialmente por fuerzas inteligentes e inconcebibles...

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Comentarios al informe de MILTON WILLIAM COOPER17

Milton William Cooper nació el 5 de mayo de 1943 y fue asesinado el 6 de Noviembre de 2001. Trabajo durante muchos años en la inteligencia naval de los EE.UU., a las órdenes de destacados almirantes, actuó en operaciones "negras" al más alto nivel, y se licenció debido a los problemas éticos que su trabajo le estaba proporcionando.

Durante quince años denunció los enormes encubrimientos que se estaban efectuando por parte de su gobierno, así como la falta de escrúpulos del mismo, a la hora de tomar crueles decisiones en contra incluso de la propia población norteamericana.

El Sr. Cooper fue abatido por un grupo de policías que lo esperaban en su casa, aparentemente Cooper se negaba a pagar al fisco, y el día 6 de Noviembre de 2001, al intentar detenerle un grupo policial, el Sr. Cooper sacó un revolver que portaba en su vehículo, de inmediato las fuerzas policiales lo abatieron delante de su familia, he de reseñar, que Cooper era paralítico de una pierna.

El presidente Bill Clinton, lo calificó como "... el locutor de radio más peligroso de Norteamérica...", ya que disponía de un espacio de radio, donde denunciaba públicamente las terribles y secretas acciones que su gobierno estaba desempeñando a nivel mundial.

Si todo lo narrado por Cooper fuera real, significaría que estamos absolutamente embromados. A pesar de lo increíble de algunas de sus afirmaciones el contexto general de su documento merece ser tomado en cuenta.

El problema de este informe, como tantos, es, paradojalmente el exceso de información, que para el lector común es en verdad indemostrable. Nos caben dos alternativas, o se toma en serio, aunque sea de manera parcial al mensaje general, o se le considera un fraude de punta a rabo. Sin embargo, hay algunos aspectos que deben considerarse. ¿Para qué Cooper iba a escribir este largo informe sabiendo que arriesgaba su vida? ¿O no tenía idea? Necesariamente tiene que haberlo sabido, por la naturaleza de su trabajo, y considerando el tipo de gente que tenía que tratar. Por otra parte, no tenía pretensiones económicas, como nadie de los que investigan este fenómeno con seriedad. Si bien la muerte de Cooper se explicó por el hecho que él habría sacado un arma para defenderse de los policías que iban a detenerlo... ¿defenderse?... ¿detenerlo? Por favor, pensemos un poco, Cooper, como todo norteamericano, tenía que saber que “su” policía es una de las más criminales del mundo. Gatillo fácil, les llaman. Por lo demás, con Cooper muerto, se podía dar cualquier explicación. Ya no podía defenderse. No podemos saber la verdad absoluta, solo nos resta rendir un homenaje póstumo a éste, uno mas de lo mártires buscadores de la verdad. Buscadores que tratan con desesperación de despertar a un mundo que, cada día más, parece estar siendo manipulado e idiotizado por todos los medios disponibles: una televisión aborrecible, violenta y antivalórica; drogas embrutecedoras y criminales que se filtran entre la juventud; gobiernos corruptos, sin rumbo, incapaces de dotar a sus pueblos de una mística mínima; formación de clases todopoderosas, multimillonarias, mínimas en cantidad, pero que ningún gobierno se atreve a tocar, so riesgo de aumentar la cesantía y la pobreza; continuas denuncias de corrupción sexual

17 El informe Cooper puede obtenerse fácilmente de Internet. No se incluyó aquí por su longitud y para evitar problemas de propiedad intelectual.

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entre religiosos, que debieran ser ejemplo de amor cristiano; guerras absurdas y odios inexplicables entre etnias y grupos religiosos. En mi opinión caben dos opciones. O la Humanidad está conformada por una masa de idiotas autodestructivos, o, lo más probable, está siendo astutamente manipulada por inteligencias inconcebibles y malignas. En cualquier caso, a la raza humana no le quedan más de cien años de supervivencia en las condiciones actuales. O cambia radicalmente de conducta o simplemente se exterminará. Ese es el mensaje que Cooper trató de dar en su Informe.

FIN

P.D. Recuerda: “Ruega a Dios que el Cielo no te vea”