ruta literaria 2011
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Ruta por Zalamea, Cancho Roano y encuentro con el escritor Justo VilaTRANSCRIPT
Ruta
Literaria
2011
Visita a Zalamea de la Serena,
Cancho Roano y encuentro
con el escritor Justo Vila
Alma Muñoz Zapata - 4ºD
Cogimos el autobús con
destino a Zalamea. En él las
profesoras de lengua nos
dieron unos cuadernillos con
mapas y los resúmenes que
todos habíamos estado
haciendo las semanas
anteriores a la excursión.
Nuestra primera parada fue
en un restaurante donde
paramos a tomar algo. Dentro
había un loro de color azul
plateado que comía los Fritos
agarrándolos con la pata.
Cuando llegamos a Zalamea
estuvimos viendo la fuente
que hay en la plaza, con la
estatua de Calderón de la
Barca, y leyendo lo que ponía
en unos azulejos de la
fachada del Ayuntamiento,
que mencionaban a Nebrija a
Pedro Crespo.
Después una guía nos
acompañó hasta el dístilo y
nos explicó qué eran aquellas
dos columnas y su historia.
Después fuimos a visitar la
casa de Pedro Crespo, pero
antes de eso nos asomamos al
castillo de Arribalavilla,
antiguo palacio de D. Juan de
Zúñiga, desgraciadamente
estaba en obras.
Cuando acabamos de ver el
pueblo, y tras nuestra
conversación con la simpática
señora Zapatilla a la vuelta de
la casa de Pedro Crespo,
subimos nuevamente al
autobús, que esta vez tenía
como destino Cancho Roano.
Allí entramos en el centro de
interpretación, que contenía
fotos, murales y una maqueta
de los restos arqueológicos
que perduran en la
actualidad.
La guía nos habló del
hallazgo de Cancho Roano y
de las piezas y vasijas que se
habían hallado allí.
Posteriormente hicimos un
recorrido por el yacimiento y
pudimos pasar, verlos y
hacernos fotos con los amigos
y compañeros.
Al terminar, buscamos sitios a
la sombra de los árboles y nos
comimos el bocadillo, porque
ya eran casi las dos. Allí se
acercó Mara (nuestra
profesora de Lengua) y nos
ofreció empanada, que es una
de las pocas cosas que no me
gustan, pero Victoria decía
que estaba rica. Mara también
nos enseñó a Virginia y a mí a
hacer monaguillos con los
capullos de las amapolas.
Cuando terminamos la
comida y el descanso,
cogimos por tercera vez el
autobús, que esta vez tenía
órdenes de llevarnos al
encuentro con el escritor
Justo Vila. Paramos en un
lugar muy bonito, la ermita
de Belén, que estaba rodeada
de árboles y mucha sombra,
pero con lugares de sol, y
bastantes mesas de picnic.
Un guía nos explicó la
historia de la ermita y lo que
significaban sus pinturas e
inscripciones.
Al terminar, salimos y
estuvimos charlando con el
escritor Justo Vila y
preguntándole curiosidades y
dudas de sus libros.
Al final de la tarde nos
montamos por última vez en
el autobús, esta vez con
destino a Cáceres, de donde
partimos. Fue un día
estupendo.