samaja- el epistemólogo de la salud

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Samaja- El Epistemólogo de La Salud

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    bre,2007 325OPININ / OPINION

    RESUMEN El da 12 de mayo de 1997, Juan Samaja (Juan Alfonso Samaja Toro) defen-di su tesis de doctorado "Fundamentos Epistemolgicos de las Ciencias de la Salud", enla Escuela Nacional de Salud Pblica "Srgio Arouca" de la Fundacin Oswaldo Cruz, enRo de Janeiro, bajo la orientacin de Maria Ceclia de Souza Minayo. En esa ocasin,como Miembro Titular del jurado, present los comentarios que son aqu transcritos,exactamente como fueron realizados en aquella fecha. Samaja, filsofo, socilogo ydiplomado en Salud Pblica, quien fue profesor de varias universidades argentinas y endiversos pases latinoamericanos, falleci el 3 de febrero de 2007, dejando un legadointelectual de fundamental importancia para la Salud Colectiva. PALABRAS CLAVE Conocimiento; Filosofa; Ciencias de la Salud; Ciencia; SaludPblica.

    ABSTRACT On May 12th., 1997, Juan Alfonso Samaja Toro defended his doctoral the-sis entitled "Epistemological Grounds of Health Sciences" in the "Srgio Arouca"National Public Health School at the Oswaldo Cruz Foundation, in Rio de Janeiro,under the guidance of Maria Ceclia de Souza Minayo. In that occasion, as a full Committeemember, I presented the comments transcribed here exactly as they were made backthen. Samaja, who was a philosopher, sociologist and graduate in Public Health, andworked as a professor in several universities in Argentina and other Latin Americancountries, died in February 3rd., 2007, leaving an intellectual legacy of vital importancefor collective health.KEY WORDS Knowledge; Philosophy; Health Sciences; Science; Public Health.

    Samaja: el epistemlogo de la salud

    Samaja: the health epistemologist

    Everardo Duarte Nunes1

    1Lic. en Ciencias Sociales,Universidad de San Pablo.Doctor en Ciencias Mdicas,Universidad del Estado deCampinas (UNICAMP).Profesor asociado de laFacultad de CienciasMdicas, UNICAMP, SanPablo, [email protected]

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    La tesis "Fundamentos Epistemolgicosde las Ciencias de la Salud", elaborada bajo elformato de libro, trabaja sobre temas complejosque demuestran una larga convivencia con laFilosofa, en especial con uno de sus campos: laEpistemologa. Esto, sin duda, apunta hacia ladificultad de los no iniciados para acompaar sucompleja elaboracin. El propio autor resalta lanecesidad de una "introduccin elemental" (1, p.20) para los lectores del rea de la salud, "quizs,no habituados a lecturas epistemolgicas".

    Como seala el autor, son muchas lasreferencias al "problema" y el "camino" a serdesarrollados en esta obra. Ellas son buscadasen Hume, Kant, Hegel, filsofos de los siglosXVIII y XIX, y en muchos otros del siglo XX, lle-gando hasta los contemporneos ms cercanos,sin poder dejar de citar al autor con el cual esta-blece una interlocucin bsica: GeorgeCanguilhem. Esto constituye, por un lado, unenorme esfuerzo del autor, pero, por otro,ampla las dificultades de analizar corrientesfilosficas tan diferentes. El autor no se acotar,obviamente, a los filsofos, sino que en suextensa fundamentacin trabajar con lingis-tas, socilogos, psiclogos, antroplogos, histo-riadores, etc., aunque afirma:

    Los temas de esta tesis no son tema ni de la

    Medicina Biolgica, ni de la Psicologa de la

    Salud, ni de la Antropologa de la Salud, ni de

    la Sociologa, etc. (1, p.15). La tarea que me

    propongo consiste en alentar una perspectiva

    epistemolgica con la capacidad suficiente

    como para sintetizar la comprensin de las

    grandes regiones ontolgicas (Naturaleza y

    Cultura, de un lado; y Realidad y Discurso, del

    otro lado). (1, p.14).

    El "examen de la forma, contenido yaplicacin de los conceptos nucleares de lasCiencias de la Salud", se desarrollar desde laperspectiva epistemolgica, dentro de una pro-puesta que ubica en el ncleo de la discusin ala defensa de la posibilidad de las ciencias nor-mativas, en su enfrentamiento con las tesis empi-ristas. Como prosigue el autor:

    est en juego la atribucin o no, a la Razn y

    a la Ciencia, de la capacidad de distinguir en

    el objeto entre lo correcto y lo incorrecto;

    entre lo normal y lo patolgico; entre lo sano

    y lo enfermo...

    El problema es complejo, y exige unabordaje y una consecuente exposicin que nosean ni reduccionistas, ni simplificadoras.

    Sin duda, este trabajo es muy oportunoy relevante. Aparece en un momento en que sepercibe un recrudecimiento de la Filosofa. En1976, el filsofo Jos Arthur Giannotti deca que"Hoy en da es ms fcil hacer un elogio de lafilosofa que diez aos atrs, por ejemplo". Estaposibilidad se presentaba en un momento enque se haca una crtica al pensamiento tecn-crata, como "una especie de solucin universal",segn ese autor (2, p.17). No pretendo aqurever 20 aos para situar la evolucin del pensa-miento filosfico, pero existen manifestacionesevidentes de su presencia, desde obras eruditashasta de divulgacin general que se transforma-ron en best-sellers, como "El mundo de Sofa",de Jostein Gaarder (3), hasta la excelenteIntroduccin a la Filosofa y tica de lasCiencias, denominado "A construo das cien-cias", de Grard Fourez (4), con un captulosobre el paradigma de la medicina cientfica, porcitar solamente dos ejemplos, escritos reciente-mente para no filsofos.

    Ms alentadores han sido algunos acon-tecimientos en el rea de la salud, incluyendoseminarios, la elaboracin de tesis como las deJose Ricardo Ayres y Roland F. Schramm, y lostrabajos de Naomar de Almeida Filho, VeraPortocarrero, Maria Ceclia de Souza Minayo(muchos de ellos citados por usted), que han tran-sitado por el campo de la epistemologa, la meto-dologa del conocimiento cientfico y la historiade la ciencia. Debe incluirse adems al propioautor de esta tesis, que a lo largo de los aos, haelaborado eruditas reflexiones sobre cuestionessociolgicas y filosficas de la salud: ctese su tra-bajo de1977, bajo el ttulo Lgica, Biologa ySociologa Mdica (5,6).

    En realidad, usted atraviesa los distintosanlisis realizados durante veinte aos, retomn-dolos como un punto importante del presente tra-bajo. Fuera de Amrica Latina, una de las msrecientes publicaciones sobre el tema fue elnmero especial publicado por The Journal of

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    Medicine and Philosophy, bajo el ttulo"Reconceptualizing Heath and Disease", espe-cialmente los artculos de George Khushf (7),Roberto Mordacci (8), James G. Lennox (9),Robert M. Sade (10) y Robert D' Amico (11), queabordan temas cercanos a los de esta tesis.

    Debe sealarse que son muchos lostemas abordados en esta tesis, dividida en trespartes y nueve captulos densos que exigen unalectura atenta, pues, como dije anteriormente, elautor traza un extenso panorama conceptualsobre la estructura del conocimiento cientfico,segn refiere al situar el "campo disciplinario dela Epistemologa" (1, p.16). Otra cuestin que meparece importante es que el autor se valdr de unamplio espectro de "ideas importantes" (segn laexpresin de Giddens) "sin la menor concesinal temor de ser acusado de eclecticismo" (1,p.18). Me parece que el eclecticismo se relacio-na con una idea expuesta por Giannotti (2, p.18),quien afirma que:

    En estos ltimos 50 aos, desde mi punto de

    vista, sucedi un fenmeno muy interesante.

    Fueron destruidas las grandes lneas de investi-

    gacin filosfica. Si el fin del siglo XIX asisti a

    la decadencia de los grandes sistemas, la pri-

    mera mitad del siglo XX asisti a una verdade-

    ra atomizacin del pensamiento filosfico.

    Para l, la disolucin podra ser marca-da a partir de dos problemas bsicos: la cuestindel poder y el renacimiento de la cuestin onto-lgica. Me refiero a esta cuestin porque, comodice Giannotti, estar presente tanto en elestructuralismo como en la fenomenologa, yconstituye la piedra angular de esta tesis, comousted aclara cuando seala que "no existe unaciencia (ni muchas ciencias) de la salud" y que,frente a las tres perspectivas: una basada en lasciencias naturales, otra a partir de las relacionessociales y una tercera, que la considera comoconstruccin discursiva, se trata de "una durabatalla ontolgica" (1, p.56). Pero, tambin, laidea del pluralismo terico estar presente en lasociologa. El propio Giddens (12) se refiere alhecho de que:

    la desintegracin del "consenso ortodoxo" en

    su forma parsoniana y en otros propsitos menos

    sofisticados abri el camino para una polemi-

    zante diversidad de escuelas de teora social [...]

    De un modo general, es probablemente verdade-

    ro decir que la mayora de estas escuelas de pen-

    samiento han intentado enfatizar aspectos subje-

    tivos del comportamiento humano.

    Sin duda, lo que se coloc en tela dejuicio fue el determinismo sociolgico y de ungrupo que le dio la bienvenida a "la abundanciade puntos de vista tericos". Giddens (12, p.30)tambin seala que:

    Estn o no directamente influenciados por

    Feyerabend en base a la filosofa de la ciencia

    natural, ellos han intentado argumentar que el

    pluralismo en teora es deseable; [pues una

    perspectiva terica unificada, sera en general,

    vista como seal de] una exclusin autoritaria

    de puntos de vista competitivos, dado que la

    realidad social es mutifactica.

    Retomo las ideas de Giddens, pues con-sidero que son importantes para la argumenta-cin desarrollada por usted en su tesis. Me pare-ce que, segn Giddens (12, p.30,31), en las cien-cias naturales hay una "nica hermenutica",mientras que "las ciencias sociales actan dentrode una doble hermenutica, vinculndose enambos sentidos con las acciones e institucionesque ellas estudian". Es extremamente pertinentela idea de Giddens de que:

    Los socilogos dependen de los conceptos

    legos para generar esmeradas descripciones de

    los procesos sociales; y los agentes regular-

    mente se apropian de teoras y conceptos de la

    ciencia social cuando actan, cambiando

    potencialmente el carcter de la teora. Esto

    introduce inestabilidad en la teorizacin socio-

    lgica que inevitablemente toma cierta distan-

    cia del modelo "acumulativo e incuestionable"

    que los socilogos de inclinacin naturalista

    tienen en mente.

    Existen, como usted sabe, muchos otrospuntos que podran ser citados para evidenciar lasituacin sui generis de la sociologa. Giddensincluso dice que:

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    La nueva sntesis que probablemente surja diferi-

    r de la antigua, no slo en su contenido, sino en

    cuanto al reconocimiento de que los aspectos

    clave de interpretacin de la vida social tienen

    probabilidad de seguir siendo contestados.

    Debo repetir que sent la necesidad deleer al propio Giddens, pues los puntos de vistade ese autor son de gran relevancia para su tesis.Si las variantes de Latour (naturalizacin, sociali-zacin, desconstruccin) son las variantes onto-lgicas que organizarn el largo recorrido haciala entificacin de la Ciencia de la Salud, sinduda el abordaje de la Teora Social (inclusodentro del abordaje de Giddens) ser muy rele-vante. Principalmente porque veo que en su tra-bajo, de estar en lo cierto, la concepcin devalor que recorre su tesis se asienta tanto en unaconcepcin sociolgica como tica: la salud,como debe ser, slo es sociolgicamente rele-vante por ser socialmente orientada.Refirindose al anlisis de Canguilhem, comousted dice, no se trata de "una interpretacin delo social como mera prolongacin de lo vital" (1,p.11). Da lo mismo entender el Bien y laEticidad como "cultura" o "espritu": lo impor-tante es, sin duda, tomarlos como referenciapara no agotar la concepcin de salud como unser. An porque en sus orgenes etimolgicos,tanto en griego como en latn, el significadoextrapola la simple realidad material y toma laexistencia humana integrada a un universo signi-ficativo. El trmino salud deriva del latn salus,que significa sano, entero, salvo, salvacin y del derivan salvus, solidus y soldus, que quieredecir lo que es de una nica pieza, entero, com-pleto. A su vez, la expresin latina deriva delgriego, que quiere decir entero, innato, no des-naturalizado, real, etc. En resumen: el sentidoexacto de salud entre los griegos es "integridad".Existen, evidentemente, otras ideas que surgencuando se verifica la etimologa de enfermedad.El trmino enfermedad deriva del latn in-firmus,que literalmente quiere decir no-firme y, segnlos estudiosos, los diversos vocablos que losgriegos usaban para designar las enfermedadesno pertenecen al mismo universo semntico dela salud, refirindose a la esterilidad de la tierra,al sufrimiento moral, a la pasin, a la locura, etc.Por estas races, salud-enfermedad no pueden

    ser consideradas como condiciones antagnicasde un mismo proceso, y, en sntesis, la salud cons-tituye un estado relativamente permanente, tieneun substrato bsico, relativamente estable; laenfermedad es un proceso que aparece y desapa-rece. De este modo, si ellas se asocian terica-mente, a nivel semntico son diferentes. Un deta-llado desarrollo de estos aspectos y de la estructu-ra normativa del concepto de salud fue realizadopor Roberto Mordacci (8), quien incluso argumen-ta que el concepto de salud tiene una prioridadlgica con relacin al de enfermedad, aunqueeste ltimo tenga una prioridad experiencial.

    Hice esta rpida digresin porque laconstruccin de este trabajo se asienta, en miopinin, sobre el establecimiento de dualidades,como salud-enfermedad. Entiendo dualidadcomo el par de trminos entre los cuales existeuna relacin esencial (13, p.276). Intent enume-rarlas, pero son tantas que fue imposible; sinembargo, hay algunas que deben ser citadas:sano-enfermo, normal-patolgico, entes natura-les-interacciones sociales, sujeto-objeto, ser-noser, ser en s-ser dentro de s, cualidad-mutabili-dad, saliencias-pregnancias, yo-no yo, etc. Aunconsiderando que no se puede establecer unaescala de importancia entre ellas, en especialsobre una que me parece, por lo menos en la lec-tura de un socilogo, de gran relevancia. Se tratade la dualidad reproduccin-transformacin.Retomando a Giddens (14), se verifica que, parala construccin de una teora social, se debe dargran importancia a los "intereses ontolgicos" yque para eso se debe comprometer

    en primer lugar y por sobre todo, en la reelabo-

    racin de concepciones del ser humano y del

    hacer humano, reproduccin social y transfor-

    macin social.

    Es redundante afirmar que al tomaralgunos puntos de esta tesis para comentarlos, sepierde lo que en realidad es la base de esta tesisy cuyo punto "metodolgico" central es el deasentarse en el modelo dialctico (1, p.207), pueses el que conduce a la nocin de totalizacin,jerarquas, interfaces, idealidad, etc. Por otrolado, el modelo orientador para la comprensincompleta de las relaciones duales es el de lasTotalidades Complejas Adaptativas.

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    Otro punto que me parece de granimportancia en su trabajo, es el haber realizadouna larga y detallada argumentacin que le posibi-lit ofrecer un elaborado referencial para unaTeora de la Salud. Como usted sabe, el rea de laSalud Colectiva, cuando an no utilizaba ese nom-bre, tuvo una etapa en que sus intelectuales propo-nan la construccin de una Teora Social de laSalud y hoy la propuesta se ampla hacia unaTeora de la Salud. Es sabido que tales tentativaspueden no concretizarse de forma absoluta, yentre los intentos que quedaron a medio caminopueden citarse los que trabajaron con mediaciones(como es el caso del nexo bio-psquico), que, aun-que se afirmaran en el contexto socio-poltico-organizacional, no fue suficiente para explicar la"determinacin" de la enfermedad; o las propues-tas que partieron de un determinismo estructural,y que dejaron al margen el amplio dominio de lossignificados y de las representaciones. Pienso queusted, al escribir este trabajo, alcanza otro nivel.Basta con observar sus "conclusiones ontolgicas"(1, p.210) sobre el objeto de las Ciencias de laSalud, cuando seala su carcter normativo, dra-mtico, reflexivo, onto-socio-gentico y las "con-clusiones epistemolgicas": el sujeto de laCiencia que se expande del psiquismo orgnico-individual, hacia el sujeto representacional socio-morfo y culmina como sujeto discursivo; lasCiencias de la Salud como campo de producciny formulacin sobre lo normal y lo patolgico quese proyecta en el campo poltico-universal. Laidea de que ontologa-epistemologa-ciencia seexpresan en la interfaz Personal/Estado,Conocimiento Particular/Conocimiento Pblico yestablecen la sntesis jerrquica para la conforma-cin del Campo, o como usted desarrollar en elCaptulo IX, la Arquitectura del Objeto de lasCiencias de la Salud me parece estimulante y alta-mente promisoria en el desarrollo de la concep-cin de una Teora de la Salud. No sintetizar estaltima parte de su tesis, donde en mi opinin,usted reencontrar la dimensin macro a partir delos "estratos o planos de Ia vida humana": lo bio-social, lo comunal, lo societario, y lo poltico, enuna "relacin ascensional" (1, p.319). El largocamino se est completando y, con l, el rescatede dos elementos cruciales de los agrupamientos

    humanos: la solidaridad y la sociabilidad, funda-mentales, como usted afirma, para que una Teorade la Salud pueda distinguir "Ios planos de emer-gencia en que se delimitan los problemas y Iasacciones posibles" (1, p.321). Como usted mismoseala, visto de esta forma el objeto de lasCiencias de la Salud se ampla enormemente (1,p.325), pero como usted dice, esto sera relativi-zado en la medida en que las Ciencias Humanasincorporaran a su anlisis la nocin de normal ypatolgico, y para la salud se desarrollase un an-lisis interdisciplinario. Esto se hace evidente, pien-so yo, cuando se analizan cmo se vienen consti-tuyendo las llamadas Medicinas Alternativas yMedicinas Complementarias. Sin duda, al realizareste esfuerzo por encontrar un camino para laconstruccin de esa Teora, tenga condiciones deresponder como usted vislumbra su extensin alcampo de las investigaciones.

    Retomo al filsofo Giannotti (2, p.22,28)que, al analizar la funcin de la filosofa, deca:

    al mismo tiempo que esbozamos la crtica onto-

    lgica, inmediatamente excedemos los campos

    de la propia Filosofa. [A continuacin, remite su

    anlisis al mundo cotidiano, al ''Logos prctico"

    y la Filosofa] sin negar sus problemas tradicio-

    nales, por el contrario, profundizndolos, des-

    emboca en un conocimiento y en una poltica

    [...] El camino de la crtica filosfica no es tan

    slo la crtica del lenguaje, tampoco es slo una

    crtica superficial, que denuncia las ilusiones a

    partir de las cuales se desciende a la vida social.

    Es crtica que necesariamente se transforma en

    crtica poltica, denunciando los contenidos ilu-

    sorios de nuestra sociabilidad y, por eso, com-

    prometindose con su completa conversin".

    Fue de este modo que le su trabajo, y noes gratuito que finalice con la transcripcin de undocumento donde se relata una experiencia queaplica el modelo terico desarrollado. En la concre-cin de la experiencia, buscando, como ustedmismo escribe, "abordar la complejidad de eseobjeto que 'llamamos vida humana'", se establecael "Logos prctico" que nutre el saber filosfico.

    Felicitaciones por el trabajo! (a).

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    NOTAS FINALES

    a. El film "Despertares", que en Brasil recibi elnombre de "Tempo de Despertar", citado porusted como ilustrativo de las "Iecturas alternati-vas", fue utilizado por nosotros este ao en laintroduccin de un Curso de Ciencias Sociales enSalud y realmente fue de fuerte impacto entre losestudiantes que lo vieron.

    REFERENCIAS BIBLIOGRFICAS

    1. Samaja J. Fundamentos Epistemolgicos de lasCiencias de la Salud. [Tesis de Doctorado]. Ro deJaneiro: Escola Nacional de Sade Publica; 1997.

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    10. Sade RM. A theory of health and disease: Theobjectivist-subjectivist dichotomy. The Journal ofMedicine and Philosophy. 1995;20(5):513-525.

    11. D'Amico R. Is disease a natural kind? TheJournal of Medicine and Philosophy.1995;20(5):551-569.

    12. Giddens A. Social Theory and ModernSociology. California: Stanford University Press;1987.

    13. Abbagnano N. Dicionrio de Filosofia. 2a ed.San Pablo: Mestre Jou; 1982.

    14. Giddens A. A Construo da Sociedade. SanPablo: Martins Fontes; 1989.

    Recibido el 22 de julio de 2007

    Versin final presentada el 20 de septiembre de 2007

    Aprobado el 2 de octubre de 2007

    FORMA DE CITAR

    Nunes ED. Samaja: el epistemlogo de la salud. Salud Colectiva. 2007;3(3):325-330.