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SECCIÓN DE AMPARO EXP.
En San Andrés Cholula, Puebla, a las nueve horas
con cincuenta y un minutos del veintisiete de mayo de
dos mil dieciséis, hora y día fijados para que tenga
verificativo la audiencia constitucional en el juicio de
amparo **********, promovido por por propio derecho y en
representación de la menor**** Estando en audiencia
pública, **********, Juez de Distrito en Materia de Amparo
Civil, Administrativo y Trabajo y Juicios Federales en el
Estado de Puebla, asistida del Secretario ********** con
quien actúa y da fe, procede a celebrar la audiencia
constitucional sin la asistencia de las partes.
Acto seguido, el Secretario hace relación de las
constancias que obran en autos, entre las que se
encuentran las siguientes: A. demanda de amparo (fojas 2
a 10); B. auto admisorio de veinticinco de noviembre de
dos mil quince (fojas 39 a 42); C. informes justificados del
Juez Tercero de lo Familiar del Distrito Judicial de
Puebla, Juez del Registro Civil Número Cinco de
Puebla, Directora General del Registro Civil de las
Personas, Director del Periódico Oficial del Estado,
Consejero Jurídico del Gobernador y Congreso del
Estado de Puebla (fojas 83, 88, 111, 229, 239 y 255); D.
designación de representante especial (foja 132). E. escrito
de ampliación de demanda (fojas 209 a 211). Finalmente.,
el secretario hace constar que ha transcurrido en su
totalidad el término previsto en el artículo 117 de la Ley de
Amparo para que la parte quejosa y tercero interesada se
impongan del contenido de los informes
justificadosrendidos por las autoridades responsables.
1
Enseguida, la Juez de Distrito acuerda: se tiene por
hecha la relación de constancias que antecede para los
efectos legales a que haya lugar.
A continuación, con fundamento en el artículo 124 de
la Ley de Amparo, se declara abierto el período de pruebas
y el secretario hace relación de las remitidas por el Juez
Tercero de lo Familiar del Distrito Judicial de Puebla,
Juez del Registro Civil Número Cinco de Puebla y
Directora General del Registro Civil de las Personas,
respectivamente, consistentes en:
- Copias certificadas del procedimiento familiar
privilegiado de visita y correspondencia **.
- Copias certificadas del acta de reconocimiento y
apéndice.
- Copias certificadas del formato de nacimiento * y
formato de reconocimiento de hijos *.
Asimismo, hace relación de las ofrecidas por la
quejosa, relativas a:
- Original y copia de pasaportes a nombre de **********y
********** de cartilla de vacunación, de extracto de
nacimiento ********** formato de nacimiento **********
caratula de póliza de gastos médicos mayores “Seguros
Monterrey”, constancia de bautizo, impresión de la Clave
Única de Registro (CURP), tales documentos a nombre de
**********.
- Copias certificadas del juicio de paternidad *.
SECCIÓN DE AMPARO .
De igual, forma, se hace relación de la ofrecidas por el
representante especial, relativas a: los informes justificados
de las autoridades responsables con sus anexos e
instrumental de actuaciones.
La Juez de Distrito acuerda: Con fundamento en los
artículos 123 y 124 de la Ley de Amparo, ténganse por
admitidas y desahogadas las pruebas de referencia, dada su
propia y especial naturaleza, con lo que se cierra el presente
período.
A continuación, se declara abierto el período de
alegatos, donde el secretario hace relación de las
manifestaciones vertidas por la parte quejosa, tercero
interesada y por el representante especial.
La Juez de Distrito acuerda: téngase por formulados
los alegatos de las partes en comento y las vertidas por el
representante especial **********.
Finalmente, al no existir escrito pendiente por acordar
ni diligencias por practicar, la Juez de Distrito da por
concluida la audiencia y procede a dictar la resolución
siguiente.
V I S T O S, para resolver los autos del juicio de
amparo indirecto número ********y,
R E S U L T A N D O:
3
PRIMERO. Presentación de la Demanda. Por escrito
presentado el cuatro de noviembre de dos mil quince, ante la
Oficina de Correspondencia Común de los Juzgados de Distrito
de Amparo en Materia Civil, Administrativa y de Trabajo y
Juicios Federales en Cholula, Puebla, y turnado al día siguiente
a este Juzgado Quinto de Distrito de Amparo en Materia Civil,
Administrativa y de Trabajo y Juicios Federales en Cholula,
Puebla, **********por propio derecho y en representación de la
menor**********demandó el amparo y protección de la Justicia
Federal, en contra de la autoridad y por los actos que a
continuación se transcriben:
“III.- LAS AUTORIDADES RESPONSABLES.
a).- EL JUEZ QUINTO DEL REGISTRO CIVIL DEL ESTADO DE PUEBLA, CON DOMICILIO OFICIAL BIEN CONOCIDO EN ESTA CIUDAD DE PUEBLA. b).- AL DIRECTOR DEL REGISTRO CIVIL DEL ESTADO DE PUEBLA, CON DOMICILIO OFICIAL BIEN CONOCIDO EN ESTA CIUDAD DE PUEBLA. c).- JUEZ PRIMERO DE LO FAMILIAR DE ESTA CIUDAD DE PUEBLA, CON DOMICILIO OFICIAL BIEN CONOCIDO EN ESTA CIUDAD DE PUEBLA. d).- AL CIUDADANO JUEZ TERCERO DE LO FAMILIAR DE ESTA CIUDAD DE PUEBLA, CON DOMICILIO OFICIAL BIEN CONOCIDO EN ESTA CIUDAD DE PUEBLA.
IV.- ACTO RECLAMADO LA CONCESIÓN DEL RECONOCIMIENTO EXTEMPORÁNEO DE MI MENOR HIJA **********NOMBRÁNDOLA ********** EN EL JUZGADO QUINTO DEL REGISTRO CIVIL, SIN CONCLUIR JUICIO DE PATERNIDAD INICIADO EN EL JUZGADO PRIMERO DE LO FAMILIAR DE LA CIUDAD DE PUEBLA Y DEL QUE NO SE LE DIO CONTINUIDAD AL JUICIO PARA CONOCER EL PARENTESCO DE MI MENOR HIJA CON EL SEÑOR *********Y LA JUEZ TERCERO DE LO FAMILIAR EN TURNO ADMITIÓ UNA DEMANDA DE VISITA Y CORRESPONDENCIA DE MI MENOR HIJA CON UN ACTA QUE ES NOMBRADA ********** CONOCIENDO QUE NO SE CONCLUYÓ EL JUICIO DE PATERNIDAD Y ADMITIENDO NUEVA ACTA DE RECONOCIMIENTO DEL SEÑOR **********YA QUE EL EXPEDIENTE **********VISITA Y CORRESPONDENCIA CUENTA CON LAS COPIAS CERTIFICADAS QUE SE AGREGARON A LOS AUTOS DEL JUICIO DE PATERNIDAD DE NÚMERO **********
SEGUNDO. Prevención de la demanda. Mediante
auto de seis de noviembre de dos mil quince, se radicó la
demanda en el libro de gobierno con el número de juicio de
amparo ********** y se previno a la parte quejosa a efecto de
que precisara el acto que de cada autoridad se
reclamaba, la fecha del auto en que se reconoció la
paternidad del tercero interesado o el oficio en el que se
comunicó dicha determinación al Registro Civil, para que
manifestara si fue oída y vencida en juicio o bien si
señalaba como acto reclamado la falta de emplazamiento
en el expediente *y para que informara cual era el estado
procesal de dicha controversia.
A lo anterior, la parte quejosa presentó el escrito
recibido en este Juzgado de Distrito el veinticuatro de
noviembre de dos mil quince, en el que señaló lo siguiente:
“1. RESPECTO DE PRECISAR CUÁL ES EL ACTO QUE SE LE RECLAMA A CADA UNA DE LAS AUTORIDADES SEÑALADAS COMO RESPONSABLES, MANIFIESTO: A).- DEL JUEZ QUINTO DEL REGISTRO CIVIL DE PUEBLA, Y DEL DIRECTOR DEL REGISTRO CIVIL DEL ESTADO DE PUEBLA, RECLAMO EL HABER ASENTADO EN SUS ASIENTOS REGISTRALES LA MODIFICACIÓN DEL NOMBRE DE MI MENOR HIJA DE NOMBRE *EXPIDIENDO EXTRACTO DE RECONOCIMIENTO NÚMERO * CON NÚMERO DE FOLIO DEL ACTA DE NACIMIENTO ** DE FECHA VEINTE DE ABRIL DE DOS MIL QUINCE, Y REGISTRÁNDOLA CON EL NOMBRE DE **, CUANDO NO EXISTE SENTENCIA DEL JUICIO NÚMERO RADICADO EN EL EXPEDIENTE *PROMOVIDO EN EL JUZGADO PRIMERO DE LO FAMILIAR DE PUEBLA
RESPECTO DEL JUICIO DE PATERNIDAD
5
PROMOVIDO POR EL HOY TERCERO ** B).- DEL JUEZ PRIMERO DE LO FAMILIAR DE LA CIUDAD DE PUEBLA MANIFIESTO.- A MANERA DE ACLARACIÓN SEÑALO QUE NO DEBE TENERSELE COMO AUTORIDAD RESPONSABLE, EN ATENCIÓN A QUE NO SE HA DICTADO RESOLUCIÓN JUDICIAL DEFINITIVA POR LA CUAL SE HAYA DECLARADO LA PATERNIDAD DE MI MENOR HIJA EN FAVOR DEL HOY TERCERO INTERESADO SEÑOR *DENTRO DEL EXPEDIENTE *, POR LO QUE DESDE ESTE MOMENTO Y A FIN DE ACREDITAR LO ANTES SEÑALADO SOLICITE GIRE ATENTO OFICIO A DICHA AUTORIDAD PARA QUE RINDA SU INFORME CONFORME A DERECHO RESPECTO DE DICHO EXPEDIENTE Y QUE ESTA AUTORIDAD FEDERAL CONSTATE MI DICHO . C).- DEL JUEZ TERCERO DE LO FAMILIAR DE ESTA CAPITAL, RECLAMO EL HECHO DE HABER TENIDO POR RECONOCIDA LA PERSONALIDAD DEL HOY TERCERO INTERESADO SEÑOR ** COMO PADRE DE MI MENOR HIJA *EN SU AUTO DE RADICACIÓN DICTADO DENTRO DEL JUICIO DE VISITA Y CORRESPONDENCIA SEGUIDO BAJO EL EXPEDIENTE NÚMERO **; AL ADMITIR LA DEMANDA ENTABLADA EN MI CONTRA EN CALIDAD DE PADRE DE MI MENOR HIJA CUANDO EL MISMO SEÑOR *AGREGÓ A SU DEMANDA INICIAL EN DICHO EXPEDIENTE COPIAS CERTIFICADAS DEL JUICIO ** DEL JUZGADO PRIMERO DE LO FAMILIAR, DONDE A LA FECHA NO SE HA DICTADO SENTENCIA RESPECTO DEL JUICIO DE PATERNIDAD ABIERTO POR DICHA PERSONA EN FAVOR DE MI MENOR HIJA DE NOMBRE *. 2.- POR LO QUE HACE AL REQUERIMIENTO DE SEÑALAR SI FUI OÍDA Y VENCIDA EN JUICIO O POR EL CONTRARIO PRECISAR COMO ACTO RECLAMADO LA FALTA DE EMPLAZAMIENTO AL EXPEDIENTE *DE LOS DEL JUZGADO PRIMERO DE LO FAMILIAR DE LA CIUDAD DE PUEBLA:DEBO MANIFESTAR NUEVAMENTE Y A MANERA DE ACLARACIÓN QUE NO SE DEBE TENERSE COMO AUTORIDAD RESPONSABLE AL JUEZ PRIMERO DE LO FAMILIAR DE LA CIUDAD DE PUEBLA, EN ATENCIÓN A QUE NO SE HA DICTADO RESOLUCIÓN JUDICIAL POR LA CUAL SE HAYA DECLARADO LA PATERNIDAD DE MI MENOR HIJA EN FAVOR DEL HOY TERCERO INTERESADO SEÑOR * DENTRO DEL EXPEDIENTE NÚMERO *, SIN EMBARGO A FIN DE CORROBORAR LO SEÑALADO SOLICITO DESDE ESTE MOMENTO SE GIRE ATENTO OFICIO A DICHA AUTORIDAD PARA QUE RINDA SU INFORME CONFORME A DERECHO. 3.-POR LO QUE HACE AL REQUERIMIENTO DE SEÑALAR LA FECHA DE LA RESOLUCIÓN EN LA QUE SE RECONOCE LA PATERNIDAD DEL HOY TERCERO INTERESADO **.- DEBO DECIR A ESTE AUTORIDAD FEDERAL NUEVAMENTE Y A MANERA DE ACLARACIÓN QUE NO DEBE TENERSE COMO AUTRIDAD RESPONSABLE AL JUEZ PRIMERO DE LO FAMILIAR DE LA CIUDAD DE PUEBLA EN ATENCIÓN A
SECCIÓN DE AMPARO
QUE NO SE HA DICTADO RESOLUCIÓN JUDICIAL POR LA CUAL SE HAYA DECLARADO LA PATERNIDAD DE MI MENOR HIJA EN FAVOR DE HOY TERCERO INTERESADO SEÑOR *DENTRO DEL EXPEDIENTE *. SIN EMBARGO A FIN DE CORROBORAR LO ANTES SEÑALADO SE GIRE ATENTO OFICIO A DICHA AUTORIDAD PARA QUE RINDA SU INFORME CONFORME A DERECHO Y ESTA AUTORIDAD FEDERAL ESTÉ EN APTITUD DE CORROBORAR MI DICHO. 4.- FINALMENTE Y EN CUANTO A INFORMAR CUAL ES EL ESTADO PROCESAL QUE GUARDA EL EXPEDIENTE DEL QUE EMANA EL ACTO RECLAMADO EN LA PRESENTE VÍA EXPEDIENTE NÚMERO *DE LOS DEL JUEZ PRIMERO DE LO FAMILIAR DE LA CIUDAD DE PUEBLA.- DEBO NUEVAMENTE SEÑALAR QUE DENTRO DE DICHAS ACTUACIONES A LA FECHA NO SE HA DICTADO RESOLUCIÓN JUDICIAL POR LA CUAL SE HAYA DECLARADO LA PATERNIDAD DE MI MENOR HIJA A FAVOR DEL HOY TERCERO INTERESADO SEÑOR * DENTRO DEL EXPEDIENTE NÚMERO *(SIN EMBARGO A FIN DE CORROBORAR (SIC) LO ANTES SEÑALADO SE GIRE ATENTO OFICIO A DICHA AUTORIDAD PARA QUE RINDA SU INFORME CONFORME A DERECHO Y ESTA AUTORIDAD FEDERAL ESTÉ EN APTITUD DE CORROBORAR MI DICHO, DE AHÍ LA VIOLACIÓN DE LOS DERECHOS CONSTITUCIONALES DE MI MENOR HIJA Y DE LA SUSCRITA COMO MADRE DE ELLA EN ATENCIÓN A QUE SIN QUE SE HAYA DICTADO RESOLUCIÓN JUDICIAL A LA FECHA SE HA EMITIDO UNA RECTIFICACIÓN DE NOMBRE DE MI MENOR HIJA DE NOMBRE ** SIN MI AUTORIZACIÓN COMO MADRE”
TERCERO. Admisión de la demanda. En
consecuencia, mediante proveído veinticinco de noviembre
de dos mil quince, se tuvo por desahogada la prevención
formulada y se admitió a trámite la demanda; se solicitó a
las autoridades responsables su informe con justificación;
se ordenó el emplazamiento del tercero interesado (foja
40); se dio a la agente del Ministerio Público de la
Federación adscrita, la intervención legal que le compete;
y, se citó para la celebración de la audiencia constitucional
(fojas 39 a 42).
7
CUARTO. Ampliación de demanda. Por auto de
cinco de abril de dos mil dieciséis, se tuvo por ampliada la
demanda respecto del acto reclamado consistente en el
artículo 64 del Código Civil del Estado de Puebla y como
autoridades responsables al Congreso, Gobernador y
Director del Periódico Oficial, todos del Estado de
Puebla (foja 212).
Hecho lo anterior, y seguidos los trámites de ley, la
audiencia constitucional se llevó a cabo en términos del
acta que antecede.
C O N S I D E R A N D O:
PRIMERO. Competencia. Este Juzgado Quinto de
Distrito en Materia de Amparo Civil, Administrativo y de
Trabajo y de Juicios Federales en el Estado de Puebla
es competente para conocer y resolver del presente juicio
de amparo, de conformidad con lo dispuesto por los
artículos 103 fracción I y 107 fracción VII de la Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos; 37 de la Ley de
Amparo; y 54 de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la
Federación; en concordancia con los Acuerdos 8/2013 y
23/2015 del Pleno del Consejo de la Judicatura Federal, el
primero relativo a la determinación del número y límites
territoriales de los circuitos judiciales en que se divide la
República Mexicana; y al número, a la jurisdicción territorial
y especialización por materia de los tribunales de Circuito y
de los Juzgados de Distrito y el segundo al cambio de
denominación, domicilio y competencia de los once
Juzgados de Distrito en el Estado de Puebla; a la
conclusión de las funciones del Juzgado Cuarto de Distrito
SECCIÓN DE AMPARO
del Centro Auxiliar de la Segunda Región, y su
transformación en Juzgado Cuarto de Distrito de Amparo
en Materia Penal del Estado de Puebla; al inicio de
funciones, denominación, residencia, competencia,
jurisdicción territorial y domicilio del Juzgado Quinto de
Distrito de Amparo en Materia Penal en el Estado de
Puebla; así como a las reglas de turno, sistema de
recepción y distribución de asuntos entre los órganos
jurisdiccionales de la entidad en mención, y a la creación y
cambio de denominación de las respectivas oficinas de
correspondencia común, por tratarse de un juicio de
amparo promovido en contra de normas generales locales
y su aplicación, emitidas por autoridades que tienen su
residencia dentro del ámbito territorial donde ejerce
jurisdicción este Juzgado Federal.
SEGUNDO. Precisión del acto reclamado. En
principio, es necesario precisar el acto reclamado, que se
desprende a plenitud del estudio íntegro de la demanda de
amparo, de los escritos de aclaración y ampliación, así
como de las constancias existentes en el expediente, pues
constituyen un todo, con la finalidad de fijar lo que la parte
quejosa quiso decir y no únicamente lo que en apariencia
señaló como tal, acorde con lo establecido en el artículo
74, fracción I, de la Ley de Amparo, así como con la tesis
P.VI/2004, sustentada por el Pleno de la Suprema Corte de
Justicia de la Nación, con el rubro siguiente: "ACTOS
RECLAMADOS. REGLAS PARA SU FIJACIÓN CLARA Y
PRECISA EN LA SENTENCIA DE AMPARO"1.
1 Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Época, Tomo XIX, Abril de
2004, p. 255.
9
Sentado lo anterior, se precisa que los actos
reclamados por la quejosa, consisten en:
Del Congreso del Estado de Puebla:
- La emisión o expedición del artículo 64 del Código
Civil del Estado, publicado el treinta de abril de mil
novecientos ochenta y cinco, en el Periódico Oficial del
Estado de Puebla.
Del Gobernador del Estado de Puebla:
- La emisión o expedición del artículo 64 del Código
Civil del Estado, publicado el treinta de abril de mil
novecientos ochenta y cinco, en el Periódico Oficial del
Estado de Puebla.
Del Director del Periódico Oficial del Estado.
- La emisión o expedición del artículo 64 del Código
Civil del Estado, publicado el treinta de abril de mil
novecientos ochenta y cinco, en el Periódico Oficial del
Estado de Puebla.
Del Juez Tercero de lo Familiar del Distrito
Judicial de Puebla:
- El auto de veinte de mayo de dos mil quince,
dictado dentro del procedimiento familiar privilegiado de
visita y correspondencia **, de su índice, por el que admite
a trámite dicha controversia.
SECCIÓN DE AMPARO
Del Juez del Registro Civil Número Cinco de
Puebla (denominación correcta)
- La expedición del extracto reconocimiento de hijos
** a nombre de *
Del Director del Registro Civil del Estado de
Puebla.
- Las anotaciones del acta de reconocimiento **a
nombre de *
TERCERO. Inexistencia del acto reclamado del
Director del Periódico Oficial y Gobernador, ambos del
Estado de Puebla. Por razón de método, en toda
sentencia de amparo, en primer término se debe analizar y
determinar la certeza o inexistencia de los actos
reclamados, y sólo en el primer caso, estudiar las causales
de improcedencia aducidas o que de forma oficiosa se
adviertan, para por último, de resultar procedente el juicio,
analizar el fondo del asunto.
Corrobora lo anterior, la jurisprudencia número 10,
sustentada por el Segundo Tribunal Colegiado del Décimo
Séptimo Circuito, Octava Época, Tomo 76, del mes de
Abril de 1994, página 68, del Semanario Judicial de la
Federación y su Gaceta, de rubro y texto:
“ACTOS RECLAMADOS, CERTEZA O INEXISTENCIA DE LOS. TÉCNICA EN EL JUICIO DE AMPARO. El artículo 91, fracción IV, de la Ley de Amparo, establece que procede revocar la sentencia recurrida y mandar reponer el procedimiento cuando, entre otros casos, el Juez de Distrito o la autoridad que haya conocido del juicio en primera instancia haya incurrido en alguna omisión que pudiere influir en la sentencia que deba dictarse en definitiva. Por otra parte, de acuerdo con la técnica que rige al juicio de garantías, en toda sentencia de amparo, sea directo o
indirecto, la autoridad que conozca del mismo, en primer lugar debe analizar y resolver respecto de la certeza o inexistencia de los actos reclamados y sólo en el primer caso, lo aleguen o no las partes, debe estudiar las causas de improcedencia aducidas o que en su criterio se actualicen, para, por último, de ser procedente el juicio, dictar la resolución de fondo que en derecho corresponda. Lo anterior es así, entre otras razones, ya que de no ser ciertos los actos combatidos, resultaría ocioso, por razones lógicas, ocuparse del estudio de cualquier causa de improcedencia y en el evento de ser fundada alguna de éstas, legalmente resulta imposible analizar las cuestiones de fondo; en otras palabras, el estudio de alguna causa de improcedencia o del fondo del asunto, implica, en el primer caso, que los actos reclamados sean ciertos y, en el segundo, que además de ser ciertos los actos reclamados, el juicio de garantías sea procedente. A mayor abundamiento, el no estudio de la certeza o inexistencia de los actos reclamados por parte del Juez de Distrito, independientemente de que es contrario a la técnica del juicio de amparo en los términos antes apuntados, entre otras cuestiones, trastoca la litis del recurso de revisión que hagan valer las partes y limita las defensas de éstas, porque la sentencia que se dicte en dicho recurso, podría carecer de sustento legal, al no poder precisarse con exactitud, en primer lugar, la materia del recurso y, en segundo lugar, sobre qué actos de los reclamados es procedente, en su caso, conceder el amparo, sin que el tribunal del conocimiento pueda suplir la omisión apuntada por carecer de facultades para ello, pues es obligación del Juez de Distrito ocuparse de la cuestión de que se trata, siguiéndose con ello el cumplimiento de la obligación constitucional de otorgar a las partes plenitud de defensa en contra de un acto de autoridad que afecte su esfera jurídica, como puede ser la resolución definitiva por él dictada. Así pues, si el Juez de Distrito omitió, previamente al estudio de la causa de improcedencia que estimó fundada, el análisis de la certeza o inexistencia de los actos reclamados, se actualiza la hipótesis jurídica que contempla el artículo 91, fracción IV, de la Ley de Amparo, procediendo, en consecuencia, revocar la sentencia recurrida y mandar reponer el procedimiento”.
Bajo esa óptica, el Director del Periódico Oficial y
Gobernador, ambos del Estado de Puebla, al rendir su informe
justificado (fojas 229 y 239) aceptaron la existencia del acto
consistente en la publicación y promulgación, respectivamente
del artículo 64 del Código Civil del Estado; sin embargo, dichos
actos no están señalados de manera destacada como reclamados
por la parte quejosa.
En consecuencia, en términos del artículo 63, fracción
IV, de la Ley de Amparo, procede sobreseer en el presente
juicio de amparo.
Lo anterior, pues si bien la quejosa dijo que reclamaba
del Director del Periódico Oficial y Gobernador, ambos
del Estado de Puebla, la expedición o creación de una
norma –artículo 64 del Código Civil del Estado- lo cierto es
que esa atribución corresponde al Congreso del Estado,
ello en atención a que los artículos 57, fracción I, de la
Constitución Política del Estado de Puebla. Por lo que,
el Director del Periódico Oficial y Gobernador, ambos
del Estado de Puebla, no tiene facultades para crear o
expedir leyes. De ahí que si la quejosa no señaló dichos
actos como reclamados, es correcto proceder en los
términos apuntados.
CUARTO. Certeza de los actos reclamados. Es
cierto el acto reclamado del Congreso del Estado de
Puebla, consistente en la emisión del Código Civil del
Estado de Puebla, publicado el treinta de abril de mil
novecientos ochenta y cinco, en el Periódico Oficial
Número Treinta y Cinco, específicamente el artículo 64, por
□ así haberlo manifestado expresamente al rendir su informe justificado (fojas 255 a 265).
13
Además, debe considerarse que la existencia de los
referidos actos, se encuentran demostrados de conformidad
con lo dispuesto por los artículos 86 y 88 del Código
Federal de Procedimientos Civiles, de aplicación
supletoria a la Ley de Amparo, pues tratándose de amparo
contra leyes y decretos, no es necesario acreditar su
existencia con algún medio de convicción, de conformidad
con el principio jurídico de que el derecho no es objeto de
prueba.
Sobre el particular, resulta aplicable la jurisprudencia
65/2000, sustentada por la Segunda Sala de la Suprema
Corte de Justicia de la Nación, publicada en la página 260,
Tomo XII, agosto de 2000, Novena Época, del Semanario
Judicial de la Federación y su Gaceta, que señala:
“PRUEBA. CARGA DE LA MISMA RESPECTO DE LEYES, REGLAMENTOS, DECRETOS Y ACUERDOS DE INTERÉS GENERAL PUBLICADOS EN EL DIARIO OFICIAL DE LA FEDERACIÓN. Respecto de las leyes, reglamentos, decretos y acuerdos de interés general, no se necesita probar su existencia en autos, pues basta que estén publicados en el Diario Oficial, para que la autoridad judicial esté obligada a tomarlos en cuenta, en virtud de su naturaleza y obligatoriedad, y porque la inserción de tales documentos en el órgano oficial de difusión tiene por objeto dar publicidad al acto de que se trate, y tal publicidad determina precisamente que los tribunales, a quienes se les encomienda la aplicación del derecho, por la notoriedad de ese acontecimiento, no puedan argüir desconocerlo”.
También tiene aplicación la tesis emitida por el Pleno
de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, publicada en
la página 15, Tomo 65, Primera Parte, Séptima Época, del
Semanario Judicial de la Federación, que dice:
SECCIÓN DE AMPARO
“LEYES. NO SON OBJETO DE PRUEBA. El juzgador de amparo, sin necesidad de que se le ofrezca como prueba la publicación oficial de la ley que contiene las disposiciones legales reclamadas, debe tomarla en consideración, aplicando el principio jurídico relativo a que el derecho no es objeto de prueba”.
Por su parte, la autoridad responsable Juez Tercero
de lo Familiar del Distrito Judicial de Puebla, (foja 83),
al rendir su informe justificado, aceptó la existencia del auto
de veinte de mayo de dos mil quince, dictado en el
procedimiento familiar privilegiado de visita y
correspondencia ***por medio del cual admitió a trámite tal
juicio.
Asimismo, el Juez del Registro Civil Número Cinco
de Puebla, al rendir su informe justificado, aceptó la
existencia del acto reclamado, consistente en la expedición
del acta de reconocimiento * a nombre de *
De igual forma, la Directora General del Registro
Civil de las Personas del Estado, al rendir su informe
justificado (fojas 111 a 113), admitió el acto reclamado
consistente en las anotaciones del acta de reconocimiento
* a nombre de **
En ese tenor, se tiene por ciertos tales actos
reclamados.
Sirve de apoyo a lo precedente, la jurisprudencia
número 278, del Pleno de la Suprema Corte de Justicia de
la Nación, visible en el Apéndice del Semanario Judicial de
15
“INFORME JUSTIFICADO AFIRMATIVO. Si en él confiesa la autoridad responsable que es cierto el acto que se reclama, debe tenerse éste como plenamente probado y entrarse a examinar la constitucionalidad o inconstitucionalidad de ese acto”.
Certeza que, además, se corrobora con las copias
certificadas del procedimiento familiar privilegiado de visita
y correspondencia ** y con las copias certificadas del
formato de reconocimiento ** -que por tratarse de
documentos públicos, conforme al artículo 129 del Código
Federal de Procedimientos Civiles de aplicación supletoria
a la Ley de Amparo, se le concede valor probatorio pleno,
en términos de los diversos numerales 197 y 202 del
invocado ordenamiento adjetivo- de las que se desprende
que el veinte de mayo de dos mil quince el Juez Tercero
de lo Familiar del Distrito Judicial de Puebla, admitió a
trámite el juicio * y la Juez del Registro Civil Número
Cinco de Puebla expidió el formato de reconocimiento a
nombre de *, asentándose en los registros de la Dirección
General del Registro del Estado Civiles de las Personas
del Estado.
QUINTO. Causales de improcedencia. Sea que las
partes la aleguen o no, debe examinarse de oficio la
procedencia del juicio de amparo, por ser cuestión de orden
público, pues así lo dispone el precepto 62, de la Ley de
Amparo.
En la especie, este órgano de control constitucional
considera que se actualiza la causa de improcedencia
contenida en el artículo 61, fracción XXIII, en relación con
el diverso 108, fracción VIII y 63, fracción V de la Ley de
Amparo; en virtud, que la parte quejosa fue omisa en
expresar conceptos de violación en contra del artículo 64
del Código Civil para el Estado de Puebla reclamado.
SECCIÓN DE AMPARO
A efecto de sostener lo anterior, se estima necesario
citar los artículos citados, que dicen:
“Artículo 61. El juicio de amparo es improcedente:-- …XXIII. En los demás casos en que la improcedencia resulte de alguna disposición de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, o de esta Ley.”
“Artículo 108. La demanda de amparo indirecto deberá formularse por escrito o por medios electrónicos en los casos que la ley lo autorice, en la que se expresará:--…VIII. Los conceptos de violación.”
“Artículo 63. El sobreseimiento en el juicio de amparo procede cuando:--…V. Durante el juicio se advierta o sobrevenga alguna de las causales de improcedencia a que se refiere el capítulo anterior.”
De la interpretación sistemática de los artículos
transcritos se desprende que si en la demanda de amparo
no se expresan conceptos de violación enderezados a
combatir el acto reclamado, el juicio de amparo resultará
improcedente, al ser jurídicamente imposible analizar la
constitucionalidad de dicho acto; en ese sentido, por
conceptos de violación se entiende que son la manifestación
razonada que el quejoso realice en contra de los motivos,
fundamentos o legalidad del acto tildado como
inconstitucional, o contra la ausencia de ellos, en donde
deberá expresar con claridad, la causa de pedir, y señalar
cuál es la lesión o agravio que estima le causa el acto
desplegado por la autoridad responsable, así como los
motivos que originaron dicho agravio, para estar en aptitud
de realizar su estudio.
□ Cabe señalar que para la cita de los conceptos de
violación, la Ley de Amparo no exige formalidades
17
indispensables, ni que se establezcan en algún capítulo en
específico, sino que resulta suficiente la expresión de
argumentos tendentes a demostrar la ilegalidad o
inconstitucionalidad del acto reclamado.
Sustenta la anterior afirmación la jurisprudencia2 del
Primer Tribunal Colegiado en Materia Administrativa del
Primer Circuito, que establece:
“CONCEPTOS DE VIOLACION, AUSENCIA DE FORMALIDADES EN LA EXPRESION DE LOS. La Ley de Amparo no exige, en sus artículos 116 y 166, que la expresión de los conceptos de violación se haga con determinadas formalidades solemnes e indispensables. Por otra parte, la demanda de amparo es un todo que debe considerarse en su conjunto, de lo que se sigue que, aun cuando la costumbre ha llevado a los litigantes a expresar los conceptos de violación en un capítulo destacado, en busca de claridad, deben tomarse como conceptos de violación todos los razonamientos que, con tal contenido, aparezcan en la demanda, aunque no esté en el capítulo relativo. Basta que en alguna parte de la demanda se exprese un argumentó que tienda a demostrar la ilegalidad o inconstitucionalidad de los actos reclamados, para que deba ser estudiado en la sentencia como concepto de violación, ya que es evidente que la sentencia debe ocuparse de todos los que la parte quejosa exprese. Por lo demás, para que existan conceptos de violación en una demanda de amparo administrativo, que es de estricto derecho, es suficiente que se exprese con claridad la causa de pedir, señalándose cuál es la lesión o agravio que el quejoso estima le causa la resolución impugnada, y los motivos que originan tal agravio”.
Además, para considerar que una demanda de
amparo contiene conceptos de violación, basta que los
razonamientos aparezcan en la demanda, aunque no estén
en el capítulo relativo, ni guarden un apego estricto a la
forma lógica del silogismo, siendo suficiente que se
exprese con claridad la causa de pedir, señalándose cuál
es la lesión o agravio que el gobernado estima le causa el
acto, resolución o ley impugnada y los motivos que
2 Visible en la página 155, Tomo 78 Sexta Parte, Séptima Época, del Semanario Judicial de la Federación.
SECCIÓN DE AMPARO
originaron ese agravio, para que el Juez de amparo deba
estudiarlo.
En el caso en concreto, mediante auto dieciocho de
marzo de dos mil dieciséis, este Juzgado de Distrito,
estimó posibles manifestaciones encaminadas a atacar el
artículo 64 del Código Civil del Estado de Puebla, pues
indicaba -en general- la inconstitucionalidad de los actos y
preceptos citados. Lo que originó el requerimiento relativo
a que la peticionaria de amparo, señalara como acto
reclamado dicho dispositivo jurídico, para que, en todo
caso, no se le dejara en estado de indefensión.
Sin embargo, del análisis integral de la demanda de
amparo y de una correcta interpretación de los argumentos
que en ella se vierten, se desprende que las
manifestaciones de que se habla no están orientadas a
atacar el artículo 64 del Código Civil del Estado de Puebla,
por lo contrario, la quejosa tomando como base lo ahí
contemplado e interpretado en sentido amplio tal precepto
(64), sustentó los conceptos de violación que atañen a la
expedición del formato de nacimiento **pues señaló que
dicho numeral no expresaba un orden a seguir en los
apellidos al momento de realizar el registro del nombre de
una persona.
En ese orden, a través del escrito presentado en este
Juzgado de Distrito, el cuatro de abril de dos mil dieciséis
(fojas 209 a 211), por medio del cual desahogó el
□ requerimiento formulado en el sentido de ser su deseo tener como acto reclamado el artículo multicitado, no
19
formuló concepto de violación alguno, lo que pone de
manifiesto que no existe motivo de inconformidad en
contra del contenido el numeral 64 del Código Civil del
Estado de Puebla.
Bajo ese tenor, toda vez que los conceptos de
violación constituyen la exposición del criterio de la parte
quejosa, mediante el cual se conforma la idea sobre la
inconstitucionalidad imputada al acto reclamado, con el
objeto de evidenciar si aquel acto es o no contrario a
derecho, la parte quejosa debió señalar a través de
razonamientos lógicos jurídicos, cuál es la lesión o agravio
que estima le causan el acto reclamado en su demanda de
amparo, así como los motivos que originaron dicho agravio,
sin embargo, esto no aconteció por los motivos
mencionados.
Consecuentemente, la demanda de amparo no
reúne los requisitos contemplados en el artículo 108,
fracción VIII, de la Ley de Amparo y, por ende, tal
circunstancia impide juzgar legalmente sobre la
constitucionalidad del acto combatido.
Sirve de apoyo a lo anterior la tesis de
jurisprudencia de la Séptima Época, sostenida por el Pleno
de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, publicada en
el Semanario Judicial de la Federación, Volumen 42,
Primera Parte, visible en la página: 51, de rubro y texto
siguientes:
“CONCEPTOS DE VIOLACION QUE NO REUNEN LOS REQUISITOS DEL ARTÍCULO 116 DE LA LEY DE AMPARO. Si los quejosos no cumplieron con el artículo
SECCIÓN DE AMPARO
116 de la Ley de Amparo, porque los conceptos de violación aducidos no reúnen las condiciones necesarias para que sean considerados como tales, faltando conceptos de violación y considerados éstos como esenciales en el juicio de garantías, por ser el medio eficaz y único para establecer la violación o violaciones, se debe concluir que se surte la causal de improcedencia prevista en la fracción XVIII del artículo 73 de la ley citada”.
Así como la tesis de jurisprudencia 1693, sustentada
por la entonces Tercera Sala de la Suprema Corte de
Justicia de la Nación, cuyo sumario es del tenor siguiente:
“CONCEPTOS DE VIOLACION EN DEMANDAS DE AMPARO INDIRECTO, CUANDO NO EXISTEN DEBE SOBRESEERSE EN EL JUICIO Y NO NEGAR EL AMPARO. Si se omite en la demanda de amparo expresar los conceptos de violación, o sólo se combate el acto reclamado diciendo que es incorrecto, infundado, inmotivado, o utilizando otras expresiones semejantes, pero sin razonar por qué se considera así, tales afirmaciones tan generales e imprecisas, no constituyen la expresión de conceptos de violación requerida por la fracción V del artículo 116 de la Ley de Amparo, y el Juez de Distrito, salvo el caso de suplencia de la queja deficiente, no puede juzgar sobre la constitucionalidad de los actos reclamados sin la existencia de conceptos de violación, lo cual determina la improcedencia del juicio, de conformidad con la fracción XVIII del artículo 73, en relación al artículo 116, fracción V, de la Ley de Amparo, y con apoyo en el artículo 74, fracción III, de dicha ley, debiéndose sobreseer en el juicio y no negar el amparo”.
Sin que pase desapercibido la tesis de rubro:
“AMPARO INDIRECTO CONTRA LEYES. NO SE
ACTUALIZA LA CAUSAL DE IMPROCEDENCIA QUE
DERIVA DE LA INTERPRETACIÓN DE LOS ARTÍCULOS
61, FRACCIÓN XXIII Y 108, FRACCIÓN VIII, DE LA LEY
DE AMPARO (AUSENCIA DE CONCEPTOS DE
VIOLACIÓN), SI EL JUZGADOR TIENE EL DEBER DE
SUPLIR LA DEFICIENCIA DE LA QUEJA EN LOS
□ SUPUESTOS EN QUE OPERA”, pues se trata de un
3 Visible en el Tomo VI, página 114, del Apéndice al Semanario Judicial de la Federación 1917-1995.
21
criterio aislado en el que no opera la obligatoriedad para su
aplicación. Además, aun considerando que en el caso,
procede suplir la deficiencia de la queja ante la ausencia de
conceptos de violación por intervenir derechos de un
menor, a nada práctico conduciría realizar el análisis de la
norma civil citada si no existe intención de la parte
promovente del juicio de amparo para declarar
inconstitucional el contenido de la misma, pues -como se
dijo- lo contemplado en ésta fue invocado en la demanda
de amparo a su favor.
En consecuencia, al haberse demostrado que la
parte quejosa fue omisa en formular conceptos de violación
en contra del acto reclamado al Congreso del Estado de
Puebla, lo procedente es sobreseer en el presente juicio
en términos del artículo 61, fracción XXIII, en relación con
el diverso 108, fracción VIII, conforme a lo ordenado en el
artículo 63, fracción V, de la Ley de Amparo.
En diverso orden, respecto del acto reclamado
consistente en el auto de veinte de mayo de dos mil quince,
dictado en el procedimiento familiar privilegiado de visita y
correspondencia ****por el Juez Tercero de lo Familiar del
Distrito Judicial de Puebla, este órgano de control
constitucional considera que se actualiza la causa de
improcedencia contenida en el artículo 61, fracción XXIII,
con relación al diverso 107, fracción V, de la Ley de
Amparo.
Antes de exponer las razones que justifican el
sobreseimiento anunciado, se estima pertinente traer a
colación los antecedentes que dieron origen al acto
reclamado, derivado de las constancias que remitidas por
SECCIÓN DE AMPARO
Juez Tercero de lo Familiar del Distrito Judicial de
Puebla, consistente en copias certificadas del
procedimiento familiar privilegiado de visita y
correspondencia *, a las cuales -por tratarse de documentos
públicos, que conforme al artículo 129 del Código Federal
de Procedimientos Civiles de aplicación supletoria a la Ley
de Amparo, se le concede valor probatorio pleno, en
términos de los diversos numerales 197 y 202 del invocado
ordenamiento adjetivo-, de las que se advierte:
1. Mediante escrito presentado el diecinueve de
mayo de dos mil quince, *, presentó demanda sobre
derecho de visita y correspondencia en contra de la aquí
quejosa ** (fojas 1 a 4 del tomo de pruebas II)
2. El veinte de mayo de dos mil dieciséis, el Juez
Tercero de lo Familiar del Distrito Judicial de Puebla, la
admitió a trámite, la registró bajo el número * y ordenó
emplazar a la parte demandada aquí quejosa (fojas 36 a
38 del tomo de pruebas II).
3. Seguido el juicio, el catorce de noviembre de
dos mil quince, la parte actora **** compareció ante el
juez de conocimiento a desistirse del juicio, a lo cual se dio
vista a la contraparte a efecto de que manifestar lo que a
sus intereses conviniera (fojas 82 a 84 del tomo II de
pruebas).
Ahora bien, los numerales 61, fracción XXIII, y 107,
fracción V, de la Ley de Amparo, señalan.
“Artículo 61. El juicio de amparo es improcedente: (…)
23
XXIII. En los demás casos en que la improcedencia resulte de alguna disposición de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, o de esta Ley.”
“Artículo 107. El amparo indirecto procede: (…) V. Contra actos en juicio cuyos efectos sean de imposible reparación, entendiéndose por ellos los que afecten materialmente derechos sustantivos tutelados en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y en los tratados internacionales de los que el Estado Mexicano sea parte…”
De los artículos transcritos se advierte que el juicio de
amparo es improcedente en todos aquellos casos en que la
improcedencia derive de alguna disposición de la Carta
Magna o de la Ley de Amparo y, del segundo numeral se
aprecia que una de las hipótesis de procedencia del juicio
de amparo indirecto la constituye cuando se promueva
contra actos emitidos en juicio cuyos efectos sean de
imposible reparación, entendiéndose éstos únicamente los
que afecten materialmente derechos sustantivos
tutelados en la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos y en los tratados internacionales de los que el
Estado Mexicano sea parte.
De lo anterior se concluye, que el juicio de amparo
indirecto es improcedente cuando se promueva contra
actos emitidos en juicio que no tengan efectos de
imposible reparación, esto es, que no afecten
materialmente derechos sustantivos tutelados en la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos o
en los tratados internacionales de los que el Estado
Mexicano sea parte.
En ese sentido, los Tribunales de la Federación han
establecido qué se debe entender por actos de imposible
reparación, en atención al nuevo texto del artículo 107,
fracción V, de la Ley de Amparo, en relación con el
SECCIÓN DE AMPARO
dispositivo 107, constitucional.
Dicha jurisprudencia se puede localizar con el número
IV.2o.C J/2 (10a.), visible en la página 1539, Libro 6, Mayo
de 2014, Tomo III, Décima Época, con número de registro
2006338, que versa al tenor siguiente:
“ACTOS DE IMPOSIBLE REPARACIÓN. NO LO SON LAS VIOLACIONES PROCESALES, AUN CUANDO PUEDAN CALIFICARSE COMO DE GRADO PREDOMINANTE O SUPERIOR, PARA EFECTOS DE LA PROCEDENCIA DEL AMPARO INDIRECTO (LEY DE AMPARO, PUBLICADA EN EL DIARIO OFICIAL DE LA FEDERACIÓN DE 2 DE ABRIL DE 2013). El Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, al resolver el amparo en revisión 6/95, que dio lugar a la emisión de la tesis aislada P. CXXXIV/96, publicada en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Época, Tomo IV, noviembre de 1996, página 137, de rubro: "PERSONALIDAD. EN CONTRA DE LA RESOLUCIÓN QUE DIRIME ESTA CUESTIÓN, PREVIAMENTE AL FONDO, PROCEDE EL AMPARO INDIRECTO (INTERRUPCIÓN PARCIAL DE LA JURISPRUDENCIA PUBLICADA BAJO EL RUBRO 'PERSONALIDAD. EN CONTRA DE LA RESOLUCIÓN QUE DESECHA LA EXCEPCIÓN DE FALTA DE PERSONALIDAD SIN ULTERIOR RECURSO, ES IMPROCEDENTE EL AMPARO INDIRECTO, DEBIENDO RECLAMARSE EN AMPARO DIRECTO CUANDO SE IMPUGNA LA SENTENCIA DEFINITIVA').", sostuvo que la distinción entre actos dentro del juicio que afecten de manera cierta e inmediata algún derecho sustantivo protegido por las garantías individuales y los que sólo afecten derechos adjetivos o procesales, era un criterio útil para determinar que, en el primer caso, procede el amparo indirecto y, en el segundo, el directo, pero que ese criterio no debía ser absoluto, pues se consideró que algunas violaciones procesales podían ser combatidas en amparo indirecto, de modo excepcional, cuando afectaran a las partes en grado predominante o superior. Posteriormente, emitió la jurisprudencia P./J. 4/2001, publicada en los mismos medio de difusión y Época, Tomo XIII, enero de 2001, página 11, de rubro: "PERSONALIDAD. EN CONTRA DE LA RESOLUCIÓN QUE DIRIME ESTA CUESTIÓN, PREVIAMENTE AL FONDO, PROCEDE EL AMPARO INDIRECTO.", en la cual reiteró el criterio que sustentó al resolver el citado amparo, precisando en éste que la interpretación que se había dado a la fracción III, inciso b), del artículo 107 constitucional, debía restringirse o moderarse en los términos que se sustentaba, entre otras razones, porque dicho artículo constitucional, al establecer la procedencia del juicio de amparo, contra actos en juicio
□ cuya ejecución sea de imposible reparación, no hacía
25
distinción entre actos sustantivos y adjetivos o intraprocesales, ni excluía a estos últimos, los que, se sostuvo, también podían tener una ejecución de imposible reparación y, por ende, se estimó que no existía ningún inconveniente de carácter constitucional para enmendar o moderar la tesis en los términos propuestos. Ahora bien, con la reforma de seis de junio de dos mil once, prevalece la circunstancia de que el artículo 107, fracción III, inciso b), constitucional, no define el concepto de actos en juicio que sean de imposible reparación; sin embargo, la Ley Reglamentaria de los Artículos 103 y 107 Constitucionales, publicada en el Diario Oficial de la Federación de 2 de abril de 2013, en la fracción V de su artículo 107, ya define a los actos de imposible reparación, como aquellos "... que afecten materialmente derechos sustantivos tutelados en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y en los tratados internacionales de los que el Estado Mexicano sea parte ...". Lo que implica que una violación procesal, que sólo produzca una afectación de esa naturaleza, aun cuando pueda calificarse como de grado predominante o superior, no puede ser sujeta al análisis inmediato en el juicio de amparo indirecto, pues a la luz de la Ley de Amparo publicada en el Diario Oficial de la Federación de 2 de abril de 2013, esa vía se encuentra reservada a aquellos actos que, aunque procesales, produzcan una afectación material a los derechos sustantivos del gobernado, como podrían ser, el embargo, la imposición de multas, el decreto de alimentos provisionales o definitivos, el arresto, etcétera”.
Así, es válido concluir que la existencia de
violaciones al procedimiento que hubieran afectado sus
defensas, las podrá hacer valer a través del juicio
constitucional uniinstancial, al impugnar la sentencia
definitiva, siempre que esas transgresiones hubieran
trascendido al resultado del fallo.
En este sentido, de la redacción actual del artículo
107, fracción V, de la Ley de Amparo, interpretado en
sentido contrario, se obtiene que el juicio de amparo
indirecto es improcedente en contra de las resoluciones
que constituyan una violación procesal cuya afectación
se estime de grado predominante o superior, en virtud de
que esas violaciones no afectan materialmente derechos
sustantivos, sino solo adjetivos o formales. Es decir, sus
consecuencias no tienen tal gravedad que impidan en
SECCIÓN DE AMPARO
forma actual el ejercicio de un derecho, sino que
únicamente producen una lesión jurídica de naturaleza
adjetiva que no llega a trascender al resultado del fallo.
Bajo ese orden, en el caso en concreto, la quejosa
reclama el auto de veinte de mayo de dos mil quince,
dictado dentro del procedimiento familiar privilegiado de
visita y correspondencia **, por medio del cual el Juez
responsable admitió a trámite dicha controversia, el cual
se advierte es de naturaleza meramente formal o
adjetiva, cuya única consecuencia jurídica es que se inicie
un juicio, por lo que el juicio constitucional es
improcedente.
Lo anterior, pues no se aprecia que se haya
decretado alguna medida precautoria en contra de la
quejosa o de la menor ni tampoco que existe
pronunciamiento alguno por el cual se le esté privando
de algún derecho de convivencia o modificación de esta.
De ahí que se considere que la simple admisión del
procedimiento familiar privilegiado de visita y
correspondencia * no afecta de manera inmediata algún
derecho de **o de la menor**
En estas condiciones, se advierte que el acto
reclamado no le causa perjuicio alguno a la parte
quejosa, al no afectar dicha resolución derechos
sustantivos tutelados en la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos y en los Tratados
□ Internacionales en los que el Estado Mexicano sea parte,
□ es decir, que dichos actos produzcan una afectación material a derechos sustantivos, que sus consecuencias
□ sean de tal gravedad que impidan en forma actual el
27
ejercicio de un derecho, y no únicamente que produzcan
una lesión jurídica de naturaleza formal o adjetiva que no
necesariamente llegara a trascender al resultado del fallo.
Además, que deberían recaer sobre derechos cuyo
significado rebasara lo puramente procesal lesionando
bienes jurídicos cuya fuente no proviniera exclusivamente
de las leyes adjetivas.
Aunado a que el hecho de que el auto combatido
haya admitido la demanda asentando el nombre de la
menor como * no decide ni declara algún derecho bajo ese
nombre, pues -como se dijo- la admisión que reclama es
meramente formal. Por lo que como ha quedado asentado
no afecta derecho alguno.
Por lo tanto, de conformidad con el artículo 61,
fracción XXIII y 107, fracción V, ambos de la Ley de
Amparo, procede sobreseer en el presente juicio de
amparo, respecto del acto consistente en el veinte de mayo
de dos mil quince, dictado por el Juez Tercero de lo
Familiar del Distrito Judicial de Puebla dentro del
procedimiento familiar privilegiado de visita y
correspondencia **.
Por otra parte, el Director de Periódico Oficial del
Estado, solicita se decrete el sobreseimiento por lo que
hace a los actos a él reclamado. Sin embargo, no es posible
analizar una causal de improcedencia respecto de un acto
que resultó inexistente, pues así se determinó en el
considerando tercero del presente fallo.
En otro orden, el representante especial *, aduce que
los actos reclamados son derivados de otros consentidos.
SECCIÓN DE AMPARO
Sin embargo, no señala cuál es la razón del por qué
estima tal circunstancias ni a qué actos se refiere,
pues en el caso, son diversos los que reclama la
quejosa.
Por ello, no se entra al estudio de dicha
causal de improcedencia dado que la sola
manifestación que la parte quejosa no promueve
el amparo contra disposiciones generales no es
suficiente para que este órgano jurisdiccional
procede al estudio. Máxime que no se advierte
motivo alguno de oficio para que opere tal causa.
Finalmente, tampoco procede el estudio de la
causal de improcedencia prevista en el artículo 61,
fracción XIV, de la Ley de Amparo, en el sentido es
el presente juicio es extemporáneo, respecto del
acto consistente en el artículo 64 del Código Civil
del Estado de Puebla, dado que por tal acto se
sobreseyó en términos de la fracción XXIII, del
mismo numeral con relación al diverso 107, fracción
V, del mismo ordenamiento legal, como está
expuesto en párrafos procedentes
Al no existir diversa causal de improcedencia
advertida de oficio ni hecha valer por las parte, se
procede al estudio de los restantes actos
reclamados.
SEXTO. Conceptos de violación y estudio
del fondo del asunto, respecto del acto
consistente en la emisión del acta de
reconocimiento de hijos *. No se transcriben los
motivos de disconformidad por no causar ningún
perjuicio a las partes y no existir disposición legal
que obligue a ello, según lo establece la
jurisprudencia 2a/J.58/2010 de la Segunda Sala de
la Suprema Corte de Justicia de la Nación, cuyo
rubro es:
“CONCEPTOS DE VIOLACIÓN O AGRAVIOS. PARA CUMPLIR CON LOS PRINCIPIOS DE CONGRUENCIA Y EXHAUSTIVIDAD EN LAS SENTENCIAS DE AMPARO ES INNECESARIA SU TRANSCRIPCIÓN.”4
En principio, es necesario precisar que el presente
juicio al estar inmiscuidos derechos de menores se analizará
atendiendo al interés superior de ** por lo que en caso de
existir necesidad de suplir la deficiencia de la queja para su
beneficio, quien aquí resuelve lo hará en tal sentido.
Deviene aplicable la jurisprudencia 1ª./J.191/2005,
emitida por la Primera Sala de la Suprema Corte de
Justicia de la Nación, visible en la página 167, Tomo XXIII,
Mayo de 2006, Novena Época del Semanario Judicial y su
Gaceta, que señala lo siguiente:
“MENORES DE EDAD O INCAPACES. PROCEDE LA SUPLENCIA DE LA QUEJA, EN TODA SU AMPLITUD, SIN QUE OBSTE LA NATURALEZA DE LOS DERECHOS CUESTIONADOS NI EL CARÁCTER DEL PROMOVENTE. La suplencia de la queja es una institución cuya observancia deben respetar los Jueces y Magistrados Federales; suplencia que debe ser total, es decir, no se limita a una sola instancia, ni a conceptos de violación y agravios, pues el alcance de la misma comprende desde el escrito inicial de demanda de garantías, hasta el periodo de ejecución de la sentencia en caso de concederse el amparo. Dicha suplencia opera invariablemente cuando esté de por medio, directa o indirectamente, la afectación de la esfera jurídica de un menor de edad o de un incapaz, sin que para ello sea determinante la naturaleza de los derechos familiares que estén en controversia o el carácter de quién o quiénes promuevan el juicio de amparo o, en su caso, el recurso de revisión, ello atendiendo a la circunstancia de que el interés jurídico en las controversias susceptibles de afectar a la familia y en especial a menores e incapaces, no corresponde exclusivamente a los padres, sino a la sociedad, quien tiene interés en que la situación de los hijos quede definida para asegurar la protección del interés superior del menor de edad o del incapaz. Se afirma lo anterior, considerando la teleología de las normas
referidas a la suplencia de la queja, a los criterios emitidos
4 Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Época, Tomo XXXI, mayo de
2010, p. 830.
SECCIÓN DE AMPARO
por la Suprema Corte de Justicia de la Nación, así como a los compromisos internacionales suscritos por el Estado mexicano, que buscan proteger en toda su amplitud los intereses de menores de edad e incapaces, aplicando siempre en su beneficio la suplencia de la deficiencia de la queja, la que debe operar desde la demanda (el escrito) hasta la ejecución de sentencia, incluyendo omisiones en la demanda, insuficiencia de conceptos de violación y de agravios, recabación oficiosa de pruebas, esto es, en todos los actos que integran el desarrollo del juicio, para con ello lograr el bienestar del menor de edad o del incapaz.”
Antes de entrar al estudio de los conceptos de
violación, se estima pertinente traer a colación los
antecedentes que dieron origen al acto reclamado, derivado
de las constancias que remitidas por Juez del Registro
Civil Número Cinco de Puebla, consistente en copias
certificadas de las documentales que dieron origen a la acta
de reconocimiento *, a las cuales -por tratarse de
documentos públicos, que conforme al artículo 129 del
Código Federal de Procedimientos Civiles de aplicación
supletoria a la Ley de Amparo, se le concede valor
probatorio pleno, en términos de los diversos numerales
197 y 202 del invocado ordenamiento adjetivo-, así como de
las constancias que obran en autos, de las que se advierte
lo siguiente:
1. El ocho de abril de dos mil catorce, la Juez del
Registro Civil Número Cinco de Puebla, expidió el
formato de nacimiento ** a nombre de **** (foja 27 de
autos).
2. Posteriormente, previa solicitud del aquí tercero
interesado *** la citada Juez del Registro Civil Número
□ Cinco de Puebla, el veinte de abril de dos mil quince,
□ expidió el acta de reconocimiento de hijos * a favor de ** (fojas 26 y 90 del tomo de pruebas).
31
3. En contra de tal determinación, la aquí quejosa **
en representación de la menor ** promovió el presente
juicio de amparo.
Ahora bien, la quejosa alega que la menor ya contaba
con un nombre y apellidos, por lo que la expedición del
formato de reconocimiento de hijos en el que se
modificaron los apellidos es extemporánea. Además, le
causa perjuicio, dado que ya existen diversos documentos
con el nombre con el que inicialmente fue registrada; a
saber, *****lo que impide que prevalezca su identidad.
Lo anterior, resulta infundado, por lo siguiente:
En principio, conviene precisar que el artículo 7 de la
Convención sobre los Derechos de los Niños y el 22 de la
Ley de Protección de los Derechos de las Niñas, Niños y
Adolescentes, disponen:
“Artículo7
1. El niño será inscrito inmediatamente después de su nacimiento y tendrá derecho desde que nace a un nombre, a adquirir una nacionalidad y, en la medida de lo posible, a conocer a sus padres y a ser cuidado por ellos.
2. Los Estados Partes velarán por la aplicación de estos derechos de conformidad con su legislación nacional y las obligaciones que hayan contraído en virtud de los instrumentos internacionales pertinentes en esta esfera, sobre todo cuando el niño resultara de otro modo apátrida.”
“Artículo 22. El derecho a la identidad está compuesto por: A. Tener un nombre y los apellidos de los padres desde que nazca y a ser inscrito en el Registro Civil.
SECCIÓN DE AMPARO
B. Tener una nacionalidad, de acuerdo con lo establecido en la Constitución. C. Conocer su filiación y su origen, salvo en los casos que las leyes lo prohíban. D. Pertenecer a un grupo cultural y compartir con sus integrantes costumbres, religión, idioma o lengua, sin que esto pueda ser entendido como razón para contrariar ninguno de sus derechos. A fin de que niñas, niños y adolescentes puedan ejercer plenamente el derecho a su identidad, las normas de cada Entidad Federativa podrán disponer lo necesario para que la madre y el padre los registren, sin distinción en virtud de las circunstancias de su nacimiento”.
Tales numerales son coincidentes al sostener que el
niño tiene derecho desde que nace -entre otros- a un
nombre como parte de la identidad. El primero de los
dispositivos es preciso al señalar que el registro se hará
inmediatamente después del nacimiento.
Por su parte, el segundo artículo, señala
específicamente el derecho de nombre y apellidos de los
padres. También expresa que el registro se podrá hacer
por parte de la madre y el padre sin distinción en virtud de
las circunstancias del nacimiento.
Sirve de apoyo a lo anterior, el criterio 1a.
CXLII/2007, de la Novena Época, sostenido por la Primera
Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación,
publicado en el Semanario Judicial de la Federación y su
Gaceta, Tomo XXVI, Julio de 2007, visible en la página:
260, de rubro y texto siguientes:
“DERECHO A LA IDENTIDAD DE LOS MENORES. SU CONTENIDO. El artículo 7 de la Convención sobre los Derechos del Niño (ratificada por el Estado Mexicano y publicada en el Diario Oficial de la Federación el 25 de enero de 1991) dispone que el niño tiene derecho desde que nace a un nombre, a adquirir una nacionalidad y en la medida de lo posible a conocer a sus padres y a ser cuidado por ellos. En concordancia con lo anterior y conforme al numeral 3 de la Ley para la Protección de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes (de orden público, interés social y observancia obligatoria para toda la República), son principios rectores de la protección de
33
los menores, entre otros, el del interés superior de la infancia y el de la tutela plena e igualitaria de los derechos humanos y de las garantías constitucionales. En ese tenor, el artículo 22 de dicha Ley establece el derecho a la identidad, el cual se compone por el derecho a tener un nombre y los apellidos de los padres desde que nazca, a tener una nacionalidad y a conocer su filiación y su origen, salvo en el caso que las leyes lo prohíban. Así, el hecho de que el menor tenga la certeza de quién es su progenitor, constituye un principio de orden público que es parte del núcleo esencial del derecho fundamental a la personalidad jurídica, cuya importancia no sólo radica en la posibilidad de solicitar y recibir información sobre su origen, la identidad de sus padres y el conocimiento de su origen genético, sino que a partir de esos elementos puede derivarse, por una parte, su derecho a tener una nacionalidad y, por otra, el derecho a que sus ascendientes satisfagan sus necesidades de alimentación, salud, educación y sano esparcimiento, para su desarrollo pleno e integral.
Bajo ese tenor, no puede considerarse extemporáneo
el registro de la menor, en virtud que si en la fecha en que
la quejosa registró a la menor bajo el nombre ** dando
origen al acta de nacimiento **, se debió a que en esa
época las circunstancias así lo permitieron.
Sin embargo, ello no impide al progenitor de la menor
para acudir a realizar el registro correspondiente en el que
se incluya su apellido como parte del nombre e identidad
de la misma, pues –como se dijo- el artículo 22 en cita,
señala que el nombre llevara los apellidos de los padres,
en lo que también se logra la realización del derecho de
identidad y filiación de todo menor, esto es, de tener un
nombre y apellidos y así tener conocimiento de su origen y
pertenencia a la familiar de ambos padres.
Por ello, Juez del Registro Civil Número Cinco de
Puebla, únicamente actuó con base a las facultades que le
otorga la legislación aplicable, que en el caso resulta ser el
artículo 555 del Código Civil del Estado de Puebla, que
permite el reconocimiento junta o separadamente de un
SECCIÓN DE AMPARO
hijo, lo que dio origen al acta de reconocimiento de hijos **,
en el que se incluyó el apellido paterno del padre **
En tales condiciones, la circunstancia de la
temporalidad de la expedición del documento atacado (acta
de nacimiento) expedida a favor de * con los apellidos *, no
puede ponerse por encima del derecho de la menor a
conocer su filiación, esto es, la identidad de sus
ascendientes, lo cual no se reduce a un aspecto
meramente formal u objetivo como es lo asentado en el
acta de nacimiento, sino el hecho innegable de conocer
quiénes son sus padres, que trasciende a la seguridad y
estabilidad emocional.
De ahí, que se considere que el derecho que aduce
la quejosa le asiste para que subsiste la primer acta de
nacimiento emitida, está por debajo del derecho de la
menor a que su nombre esté integrado por los apellidos de
ambos padres.
Sirve de apoyo a lo anterior, la jurisprudencia I.5o.C.
J/15, de la Novena Época, sostenido por los Tribunales
Colegiados de Circuito, publicada en el Semanario Judicial
de la Federación y su Gaceta, Tomo XXXIII, Marzo de
2011, visible en la página 2188, de rubro y texto siguientes:
“INTERÉS SUPERIOR DEL MENOR. SU RELACIÓN CON LOS ADULTOS. El concepto interés superior del menor, cuya salvaguarda es prioritaria en el sistema jurídico mexicano, permite delimitar con precisión y claridad los derechos y obligaciones que corresponden a las personas adultas en relación con los niños, para lo cual se privilegia el deber de atenderlos y cuidarlos, con el objeto permanente de alcanzar el mayor bienestar y beneficio posibles para ellos, como un imperativo de la sociedad; de manera que su protección se ubica incluso por encima de la que debe darse a los derechos de los adultos, con lo cual se cumple una trascendente función social de orden público e interés social.”
35
Sin que sea obstáculo a lo anterior, la manifestación
de la quejosa en el sentido que se expidió el formato de
reconocimiento de hijos *, sin su consentimiento y sin haber
concluido el juicio de paternidad número *, pues ha
quedado precisado que la Juez del Registro Civil Número
Cinco de Puebla, únicamente actuó con base a la
legislación aplicable.
Lo anterior, pues los numerales 864 y 930 del Código
Civil del Estado, señalan expresamente lo siguiente:
“Artículo 864.- Para que un hijo sea reconocido al registrar su nacimiento, bastará que el padre o la madre, o ambos pidan al Juez del Registro del Estado Civil que se mencione su nombre y su carácter de padre o madre, respectivamente, en el acta de nacimiento y así se asentará en ésta, la cual surtirá tanto los efectos de acta de nacimiento, como de acta de reconocimiento.”
“Artículo 930.- La rectificación o modificación de un acta de estado civil, se hará ante el Poder Judicial y en virtud de sentencia de éste; salvo el reconocimiento que voluntariamente haga un padre de su hijo ante el Juez del Registro del Estado Civil correspondiente.”
De las citadas porciones normativas, se desprende
primero, que para el reconocimiento de un hijo, basta que
así lo solicite el padre o la madre o ambos. Asimismo, que
para la rectificación o modificación de un acta del estado
civil será en virtud de una sentencia salvo el
reconocimiento que voluntariamente haga un padre. Es
decir, no imponen la obligación que necesariamente tengan
que solicitarlo ambos padre sino con uno basta.
Además, el reconocimiento procede cuando
voluntariamente lo haga un padre, lo que pone de
manifiesto que no exige la existencia de una sentencia que
reconozca la paternidad del hijo a registrar, pues
SECCIÓN DE AMPARO
precisamente es ésta la excepción que contempla el
numeral citado en segundo término.
En otro orden de ideas, la quejosa ** estima que en
todo caso, la menor debe ser registrada primero con su
apellido paterno y posteriormente el del padre ** dado que
el artículo 64 del Código Civil del Estado de Puebla, no
expresa un orden en los apellidos, lo que considera le irroga
perjuicio en los derechos de igualdad y no discriminación.
El anterior argumento, deviene fundado, por lo
siguiente
En principio, se estima apropiado analizar los
derechos humanos consagrados en los artículos 1º, último
párrafo, y 4º, primer párrafo, ambos de la Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos, los cuales son
del tenor literal siguiente:
“Artículo 1º.-…Queda prohibida toda discriminación motivada por origen étnico o nacional, el género, la edad, las discapacidades, la condición social, las condiciones de salud, la religión, las opiniones, las preferencias sexuales, el estado civil o cualquier otra que atente contra la dignidad humana y tenga por objeto anular o menoscabar los derechos y libertades de las personas.”
“Artículo 4o.- El varón y la mujer son iguales ante la ley. Esta protegerá la organización y el desarrollo de la familia.”
Los dispositivos constitucionales arriba transcritos,
prescriben para lo que al presente caso interesa, el
principio de igualdad de género, esto es, en términos
□ generales, que el hombre y la mujer son iguales ante la ley, teniendo así los mismos derechos y obligaciones, sin que
□ el hecho de ser hombre o mujer, importe un
37
condicionamiento para adquirir derechos o privilegios, o
bien, implique obligaciones, que el otro sexo no tendría de
distinta manera.
Se debe tomar en cuenta, que una de las bases
alrededor de la cual se estructuran las sociedades
humanas, es sobre la distinción entre los sexos de hombre
y mujer, a los cuales se les asignan determinados roles
sociales.
Históricamente la asignación de tales roles sobre los
que participan la mujer y el hombre, se determina en
función de lo que se estimó eran las capacidades o
características físicas de cada uno de ellos, de tal suerte
que se pensó que existían tareas diferenciadas para los
hombres y las mujeres, que luego conllevaban ciertos
derechos para unos, y obligaciones para otros. Sin embargo,
esto se tradujo en auténticos privilegios y cargas
injustificadas, correspondientes a cada uno de los sexos,
sin mayores consideraciones o méritos.
Este paradigma es conocido en la sociología
moderna como la construcción de género. Es decir, la
creación de la identidad de los hombres y mujeres, a partir
de los roles que desempeñan dentro del seno de la
sociedad, basándose tradicionalmente, en el hecho de
pertenecer al género masculino o femenino, lo que en sí
mismo traslada a cada uno determinadas ventajas y/o
desventajas.
Ahora bien, el problema con las construcciones de
género, es que precisamente debido a la conceptualización
que hacen de lo masculino y de lo femenino, encierran un
sesgo que implica una discriminación que por lo general,
SECCIÓN DE AMPARO .
siempre ha sido más perjudicial para la mujer, pues debido
a su situación de menor fuerza física, ha tenido que asumir
labores que la limitan para tener un rol más activo en las
sociedades humanas, restringiendo entonces muchos de
sus derechos fundamentales básicos, toda vez que
culturalmente sus necesidades se hacen invisibleS sobre la
base de una perspectiva que toma en cuenta, la concepción
del mundo basada en las ideas y necesidades masculinas.
En este sentido, el principio de igualdad de género,
nace como una concepto de justicia material o efectiva,
que busca brindar las mismas oportunidades en lo
económico, político, social, cultural, entre otras dimensiones
del ser humano, a las mujeres y a los hombres, sin que
los estereotipos social y culturalmente construidos,
puedan impedir el ejercicio de los derechos que den
acceso a las personas, ya sean hombres o mujeres, a esos
aspectos de la vida en sociedad; o dicho en otras palabras,
que el hecho de ser hombre o mujer, no sea un obstáculo
para que los individuos logren la plena realización de sus
derechos fundamentales.
Así, el principio de igualdad de género consagrado en
los artículos 1º, quinto párrafo, y 4º, primer párrafo, de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos,
aplicado en lo que al presente estudio interesa, implica que
el Estado, debe procurar dentro del ámbito competencial
de los tres poderes de la Unión, y dentro del de los tres
órdenes de gobierno, generar todas aquellas medidas que
□ reduzcan la desigualdad entre hombres y mujeres,
□ basadas en una preconcepción sesgada de las tareas, derechos, obligaciones, o privilegios, que corresponden a
□ cada uno en función de su identidad de hombre o mujer,
39
pues tal paradigma puede producir la limitación de derechos
tanto de uno como de otro; por lo que, las leyes hechas
por los Congresos, las políticas públicas formuladas e
instrumentadas por los poderes ejecutivos, y la aplicación
de la justicia impartida por los órganos jurisdiccionales,
deben observar el principio de igualdad de género, esto es,
se repite, estudiar si una norma, una política pública, o una
decisión judicial, respeta y promueve, la igualdad de
oportunidades, para que los hombres y las mujeres, tengan
los mismos derechos y obligaciones, en los ámbitos político,
social, económico, jurídico, y demás que integran las
diversas dinámicas de la vida en sociedad.
Sirve de apoyo a lo anterior, la tesis 1a.
CLXXVI/2012, de la Décima Época, sostenida por la
Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación,
publicada en el Semanario Judicial de la Federación y su
Gaceta, Libro XI, Agosto de 2012, Tomo 1, visible en la
página 482, de rubro y texto siguientes:
“DERECHO HUMANO A LA IGUALDAD ENTRE EL VARÓN Y LA MUJER. SU ALCANCE CONFORME A LO PREVISTO EN EL ARTÍCULO 4o. DE LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS Y EN LOS TRATADOS INTERNACIONALES. Al disponer el citado precepto constitucional, el derecho humano a la igualdad entre el varón y la mujer, establece una prohibición para el legislador de discriminar por razón de género, esto es, frente a la ley deben ser tratados por igual, es decir, busca garantizar la igualdad de oportunidades para que la mujer intervenga activamente en la vida social, económica, política y jurídica del país, sin distinción alguna por causa de su sexo, dada su calidad de persona; y también comprende la igualdad con el varón en el ejercicio de sus derechos y en el cumplimiento de responsabilidades. En ese sentido, la pretensión de elevar a la mujer al mismo plano de igualdad que el varón, estuvo precedida por el trato discriminatorio que a aquélla se le daba en las legislaciones secundarias, federales y locales, que le impedían participar activamente en las dimensiones anotadas y asumir, al
SECCIÓN DE AMPARO .
igual que el varón, tareas de responsabilidad social pública. Así, la reforma al artículo 4o. de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, da la pauta para modificar todas aquellas leyes secundarias que incluían modos sutiles de discriminación. Por otro lado, el marco jurídico relativo a este derecho humano desde la perspectiva convencional del sistema universal, comprende los artículos 1 y 2 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, así como 2, 3 y 26 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos; y desde el sistema convencional interamericano destacan el preámbulo y el artículo II de la Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre así como 1 y 24 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos.”
Precisado lo anterior, se considera necesario precisar
a qué se refiere el nombre como parte de la identidad.
El nombre es la forma de identificación que las
personas tienen para poder entablar relaciones entre ellas,
ya que desde una perspectiva humana básica y funcional,
necesitamos de palabras, términos y conceptos, para
interactuar, y a partir de allí, construir las diversas
interacciones interpersonales que se originan en la vida de
un ser socialmente complejo como el ser humano, quien
construye a su alrededor relaciones políticas, jurídicas,
económicas, familiares, entre otras muchas.
En este contexto, se puede considerar que el nombre
se compone de dos elementos, que son: 1) el prenombre
o nombre de pila, el cual se considera como la palabra
exterior que reconoce a una persona en su calidad de sujeto
individual, pues lo distingue del resto de los miembros
de una familia en un primer estadio, y después, desde un
círculo de interacción humana más amplio, como
□ miembro integrante de la sociedad, y; 2) el patronímico, nombre de familia o apellido, que es el calificativo común
□ relativo a los miembros de una familia, y que obviamente
□ sirve para relacionarlo con dicho grupo.
41
Por otra parte, el nombre tiene las siguientes
características: 1) es obligatorio, porque hay una
necesidad de individualizar a la persona, de ahí que sea
menester su identificación a través de un nombre desde su
nacimiento, de ser posible; 2) es inmutable, pues toda vez
que desde cierto aspecto, se constituye como una
herramienta de identificación, que sirve a un propósito de
seguridad pública, ya que individualiza a las personas
frente al conjunto de la sociedad, de ello deriva que su
cambio voluntario o caprichoso no sea posible, cuestión
que no es absoluta, puesto que hay ocasiones en que es
permitido el cambio del nombre; 3) es inalienable e
intransmisible, lo que quiere decir que no es objeto de
comercio, sino que es un atributo de la persona humana,
de ahí que no sea traslativo de dominio o gravable, y; 4) es
imprescriptible, es decir, que no se adquiere o pierde con
el paso del tiempo.
De tal panorama, se tiene que el nombre es una
característica íntimamente relacionada con la persona
humana, pues la identifica ante los demás, dotándolo de
individualidad, y en este sentido, es un elemento
constitutivo de su dignidad, pues el entendimiento que los
hombres y las mujeres tienen de la realidad, parte en un
inicio de la toma de conciencia de sí mismos, y de ahí, se
proyecta a las relaciones con el exterior, afuera de sí; por
lo que es válido colegir, que desde un punto de vista tanto
psicológico, cognoscitivo, y personal, el nombre es una
herramienta esencial del ser humano para comprender,
relacionarse, y autovalorarse, con relación al mundo en el
que se desenvuelve.
SECCIÓN DE AMPARO .
Igualmente, se tiene que es una herramienta social,
pues identifica al individuo frente a la sociedad, por lo cual
las autoridades pueden ejercer un control sobre los
gobernados en aras de cuidar el orden y el interés
públicos.
De ahí que el nombre sea reconocido como un
derecho humano, ya sea en favor de hombres, mujeres,
niños, niñas, ancianos, ancianas, más allá de cualquier
condición social, creencia religiosa, sexo, preferencia
sexual, raza, o nacionalidad.
Así, la Convención Americana sobre Derechos
Humanos, medularmente consagra en su artículo 18, el
derecho que tienen todas las personas al reconocimiento
de un nombre, compuesto con su(s) prenombre(s) y
apellido(s):
“Artículo 18. Derecho al Nombre. Toda persona tiene derecho a un nombre propio y a los apellidos de sus padres o al de uno de ellos.
Por tanto, se tiene que el derecho al nombre es
fundamental para la configuración de la dignidad humana,
pues coadyuva a la constitución de sus dimensiones
personales, psicológicas, cognoscitivas, sociales, jurídicas,
e inclusive políticas, toda vez que el nombre identifica al
individuo frente a sus semejantes, y lo vuelve visible frente
al Estado, por lo que sólo de esa manera, puede decirse
que una persona puede ser sujeto de derechos y
obligaciones, lo que en otras palabras significa que tiene
□ una existencia legal que le permite interactuar con su entorno.
43
En síntesis, el derecho al nombre es uno de los más
fundamentales del ser humano, pues es parte de su
configuración más íntima, sin la cual no podrá desplegar
ninguna otra de las dimensiones de la persona, y en
consecuencia, tal prerrogativa no admite limitación alguna,
lo que en contrapartida, implica un deber del estado de
salvaguardarlo en todo momento, al ejercitar cualquiera de
sus tareas, ya sean legislativas, ejecutivas, o judiciales y
que no se suspende incluso en tiempo de excepción.
Los razonamientos anteriores relativos al nombre y
sus características, encuentran sustento en lo sostenido en
las consideraciones vertidas por la Primera Sala de la
Suprema Corte de Justicia de la Nación, al resolver el
amparo directo en revisión 2424/2011, que en la parte que
interesa, son del tenor literal siguiente:
“55. Así pues, el nombre tiene por finalidad fijar la identidad de una persona en las relaciones sociales y ante el Estado, de suerte que la hace distinguible en el entorno, es decir, es una derivación integral del derecho a la expresión de la individualidad, por cuanto es un signo distintivo del individuo ante los demás, con el cual se identifica y lo reconocen como distinto. 56. De lo anterior, se desprende que la identificación cumple con la función de ser el nexo social de la identidad, siendo uno de sus elementos determinantes el nombre; por tanto, éste al ser un derecho humano reconocido como tal, no emerge de las legislaciones particulares de cada Estado, sino que es inherente a la persona humana como tal, siendo, además, inalienable e imprescriptible. 57. Con base en lo expuesto y atendiendo a la interpretación sistémica y al principio pro personae, esta Primera Sala concluye que el derecho al nombre contenido en el artículo 29 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos es un derecho humano con el siguiente contenido y alcance: •El nombre es el conjunto de signos que constituye un elemento básico e indispensable de la identidad de cada persona, sin el cual no puede ser reconocida por la sociedad. Está integrado por el nombre propio y los apellidos. (…) Es un derecho no suspendible, incluso en tiempos de excepción.”
SECCIÓN DE AMPARO .
Sentado lo anterior, los numerales 64 y 859 del
Código Civil para el Estado de Puebla, señalan:
“Artículo 64.- El nombre propio será puesto libremente por quien declare el nacimiento de una persona y los apellidos serán el del padre y el de la madre, o en su caso, sólo los de aquél o de ésta, sean tales apellidos simples o compuestos”
“Artículo 859.- El acta de nacimiento se extenderá con asistencia de dos testigos, que pueden ser designados por los interesados; contendrá la Clave de Registro e Identidad Personal que se asigne al nacido, el año, mes, día, hora y lugar del nacimiento; el sexo del registrado, el nombre y apellidos que se le pongan, los que no deben omitirse, la razón de si se ha presentado vivo o muerto, y la impresión de la huella digital del registrado.”
Del primer artículo transcrito, se desprende que como
lo refiere la quejosa, no establece la obligación de asentar
en el acta de nacimiento primero el apellido del padre y
posteriormente el de la madre, pues si bien lo menciona
primero a aquél, lo cierto es que únicamente es de manera
enunciativa sin imperar una manifestación expresa que
debe de ir en primer orden el apellido paterno del padre, y
después el apellido paterno de la madre.
Lo que se corrobora con lo dispuesto por el segundo
numeral transcrito, pues éste señala que en el acta de
nacimiento se expresara el nombre y apellidos que se le
pongan. Es decir, en tal dispositivo tampoco se impone la
obligación de anteponer el apellido paterno del padre, dado
que incluso es más genérico al referir solo “apellidos” sin
hacer distinción alguna.
De ello, se advierte, que se consagra el derecho a
□ recibir un nombre desde el momento en que se nace acompañado de los apellidos de los padres, lo que
45
coadyuva a la realización de otros derechos como es la
personalidad jurídica, la salud, la educación, entre otros
tantos; pero en un segundo aspecto, el dispositivo de mérito
contiene también, el derecho de los padres, y las madres,
a poner sus apellidos a sus descendientes.
Al respecto debe decirse que el nombre, como se dijo
anteriormente, es un atributo de la personalidad jurídica de
un ser humano, el cual inclusive puede cambiarse por la
persona que lo ostenta, cuando hay motivos
suficientemente razonados y fundados para ello, pero no
se debe perder de vista, que en las etapas iniciales de la
vida, tal prerrogativa corresponde al padre y a la madre.
En ese orden, la Juez del Registro Civil Número
Cinco de Puebla, emitió el acta de reconocimiento de hijos
* en la que asentó el nombre de la menor *seguida del
apellido paterno del padre *y, posteriormente el apellido
paterno de la madre **
Como se desprende del artículo 1 constitucional,
citado con anterioridad, queda prohibido cualquier acto de
discriminación por razón de origen étnico o nacional,
género, edad, discapacidades, condiciones sociales o de
salud de una persona, religión, opiniones de cualquier tipo,
estado civil, preferencias sexuales, y otras que denigren y
por tanto priven a los seres humanos de su dignidad.
Ahora bien, si el artículo 64 del Código Civil del Estado
de Puebla, señala que el nombre propio será puesto
libremente por quien declare el nacimiento, incluyendo los
apellidos del padre y de la madre, pero sin establecer la
obligatoriedad en su orden y el diverso 859 del mismo
ordenamiento legal solo se refiere a asentar
SECCIÓN DE AMPARO
“apellidos” entonces, el documento del que se duele la
quejosa puede ser válidamente modificado.
Ello, porque si bien se puede considerar que el Juez
del Registro Civil Número Cinco de Puebla, actuó
basado en la costumbre, pues es un hecho notorio que en
nuestro país así queda asentado el nombre de las
personas; esto es, el prenombre o nombre de pila,
apellido paterno y apellido materno, lo cierto es que el
dispositivo jurídico citado no establece ninguna limitante
para que el apellido paterno de la madre esté en primero
que el del apellido paterno del padre, tampoco –como se
dijo- se contempla la obligatoriedad de que sea al contrario,
pues –se insiste- el texto normativo señala que “los
apellidos serán el del padre y el de la madre”, pero de
manera enunciativa, en virtud que si hubiera sido la
intención del legislador imponer tal obligatoriedad así
estaría plasmado en el artículo mencionado. Opinión
diferente se adoptaría si el numeral estableciera que “el
nombre se asentara seguido del apellido del padre y
posteriormente el de la madre”, pues en ese caso, sí se
advertiría la obligación de asentarlos en tal orden.
De ahí, que no obstante de existir costumbre en
nuestro país de asentar los apellidos como se aprecia del
acta de reconocimiento de hijos que se reclama, debe
decirse que conlleva un fuerte significado, que ubica al
hombre como propietario de los integrantes de su familia, y
por tanto, que posee mayor jerarquía no sólo familiar, sino
social que la mujer.
□ Por ello, tal situación hace que encuadre en un supuesto de discriminación que prevé el artículo 1º, de la
□ Constitución Federal, específicamente el que dispone que
47
nadie pueda ser discriminado en función de su género, es
decir, el sexo que tenga, sea masculino o femenino.
Con motivo de lo anterior, es posible estudiar en la
presente vía, si el derecho que tienen los padres a poner el
nombre (como parte de la identidad) que deseen a sus
hijos e hijas, es una elección que toma libremente la pareja
sin interferencias, o si las leyes la limitan o no
injustificadamente, convirtiéndose así en una práctica que
refuerza los estereotipos, pues entonces se estaría
aprobando una conducta que resta visibilidad e importancia
social a las mujeres, dado que se desconoce el derecho a
ser tratadas de forma igual que los hombres, en la especie,
en el ámbito del círculo familiar que trasciende al social.
Se debe de considerar, que un juzgador a fin de
coadyuvar a la plena realización del principio de equidad
de género, debe observar si una institución jurídica, de
forma directa o indirecta, refuerza patrones de conducta
que demeritan a alguna categoría de las llamadas
“sospechosas”, las cuales contempla el propio artículo 1
constitucional, analizándolo desde todas las perspectivas,
para determinar de esa forma, si efectivamente se reducen
los derechos de un grupo vulnerable con relación a un
grupo no vulnerable, quebrantando así la meta de igualarlos
en la medida de lo posible, sin más mérito que el pertenecer
a uno u otro.
Sirve de apoyo a lo anterior, la tesis 1a. XXIII/2014 de
la Décima Época, sostenida por la Primera Sala, publicada
en la Gaceta del Semanario Judicial de la Federación, Libro
3, Febrero de 2014, Tomo I, visible en la página 677, de rubro
y texto siguientes:
SECCIÓN DE AMPARO
“PERSPECTIVA DE GÉNERO EN LA ADMINISTRACIÓN DE JUSTICIA. SU SIGNIFICADO Y ALCANCES. El artículo 1o., párrafo último, de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos establece que queda prohibida toda discriminación motivada, entre otras, por cuestiones de género, que atente contra la dignidad humana y tenga por objeto anular o menoscabar los derechos y las libertades de las personas. En este sentido, el legislador debe evitar la expedición de leyes que impliquen un trato diferente e injustificado entre hombres y mujeres. A su vez, los órganos jurisdiccionales, al resolver los asuntos que se sometan a su conocimiento, deben evitar cualquier clase de discriminación o prejuicio en razón del género de las personas. Así, la perspectiva de género en la administración de justicia obliga a leer e interpretar una norma tomando en cuenta los principios ideológicos que la sustentan, así como la forma en que afectan, de manera diferenciada, a quienes acuden a demandar justicia, pues sólo así se puede aspirar a aplicar correctamente los principios de igualdad y equidad, ya que a partir de la explicación de las diferencias específicas entre hombres y mujeres, se reconoce la forma en que unos y otras se enfrentan a una problemática concreta, y los efectos diferenciados que producen las disposiciones legales y las prácticas institucionales.”
Bajo esa óptica, es claro que no solo
constitucionalmente sino a través de los diversos pactos
internacionales de los que el Estado es parte, se establece
la prohibición de realizar cualquier acto de discriminación,
especialmente por parte de los órganos gubernamentales
jurisdiccionales, pues son los encargados de vigilar que
éstos se respeten. La discriminación por razón de género
que es la que en el caso nos ocupa, debe estar siempre
sujeta a los principios de igualdad y equidad para que no
se haga patente.
En la ideología masculina, que ha sido el punto de
vista dominante de las necesidades humanas, la familia no
□ es sino otro espacio, en el cual el hombre despliega su
autoridad para ser propietario de la misma, teniendo el
derecho primario para trasladar el apellido, lo cual denota
□ que los hijos e hijas, son efectivamente suyos,
49
garantizando con ello su legado material. Sin embargo, la
mujer no debe ni tiene que pasar a segundo plano sino
estar en la misma posición de igualdad que el hombre.
En este sentido, es un hecho que en sociedades como
la mexicana, un porcentaje significativo de las mujeres
aún sufren discriminación por el simple hecho de
pertenecer a ese género, esto es, que no tienen igual
accesos a oportunidades que ayuden a empoderarlas en
los diferentes aspectos de la vida, como el laboral, el
económico, el social, o el político, lo que quiere decir que
existen aún hoy en día, actitudes, costumbres, y
tradiciones, que las limitan, evitando que como grupo su
situación de vulnerabilidad mejore, por lo que en esta
tesitura, a fin de garantizar una plena realización del
principio de igualdad de género, las leyes que emanen de
las autoridades legislativas deben evitar siempre, reforzar
estereotipos que denigren la dignidad de grupos
vulnerables, en este caso, las mujeres.
Esto no se logra al momento en que los Jueces del
Registro Civil emitan las acta de nacimiento, anteponiendo
el apellido paterno del padre y después el de la madre,
pues refleja un mensaje discriminatorio hacia la mujer, pues
se desconoce su derecho consagrado en la ley aplicable y
mucha más el de la ley suprema, a que se le considere
igual que al padre, obligándola a asumir un papel secundario
sin justificación alguna, que de forma alguna da a entender
que el hombre está en una situación de superioridad
respecto de las mujeres.
No debe pasar desapercibido, que el derecho de las
mujeres a participar activamente en los diferentes aspectos
de la vida en sociedad, está garantizado por diversos
SECCIÓN DE AMPARO
instrumentos internacionales, como la Convención sobre la
eliminación de todas las formas de discriminación contra la
mujer, aprobada por la Asamblea General de las Naciones
Unidas, en su resolución 34/180, del dieciocho de diciembre
de mil novecientos setenta y nueve, que dispone
medularmente en su artículo 16.1, inciso d), lo siguiente:
“Artículo 16. 1. Los Estados Partes adoptarán todas las medidas adecuadas para eliminar la discriminación contra la mujer en todos los asuntos relacionados con el matrimonio y las relaciones familiares y, en particular, asegurarán en condiciones de igualdad entre hombres y mujeres: (…) d) Los mismos derechos y responsabilidades como progenitores, cualquiera que sea su estado civil, en materias relacionadas con sus hijos; en todos los casos, los intereses de los hijos serán la consideración primordial;”
De la anterior disposición convencional, se tiene que
la mujer y el hombre tienen los mismos derechos al
momento de conformar su espacio familiar, de lo que se
sigue que un acto de autoridad como lo es el acta de
nacimiento que pone primero el apellido paterno del padre
y posteriormente el de la madre, tiene una restricción
injustificada, que contraviene lo dispuesto por la norma
internacional, pues indebidamente pone en un plano
superior al padre, lo que no tiene justificación, dado que el
numeral aplicable no le impone esa obligación, lo que
implica un desconocimiento a la igualdad de género.
Por otra parte, tampoco debe ser inadvertido, que si
se admitiera el tipo de desigualdad de la que se viene
hablando, ello también conllevaría una transgresión al
□ derecho de los padres a escoger el nombre de sus descendientes en ejercicio de la patria potestad, pues si
□ una pareja se pusiera de común acuerdo en que los hijos e
□ hijas, llevarán primero el apellido paterno de la madre, y
51
después el apellido paterno del padre, no existiera
discriminación para ninguna de las partes, pues al existir
un acuerdo previo de las personas que legalmente pueden
registrar al nacido, la desigualdad no se patentiza, al
haberse agotado ya una opinión de las partes.
De ahí, que si los padres pueden formular los
apellidos en el orden que deseen -pues así lo permite la
ley- entonces no existe obligación de que impere primero el
apellido paterno y después el materno.
De todo lo anterior, se concluye, que la emisión del
acta de reconocimiento de hijos ** expedida a nombre de
*** emitida por la Juez del Registro Civil Número Cinco
de Puebla contiene una violación al derecho de igualdad
de género, dado que la misma fue emitida sin justificación
para asentar primero el apellido del padre ** y después el
apellido paterno de la madre *
Es preciso destacar que la presente sentencia está
basada en impulsar un respeto más amplio respecto a la
igualdad de género y erradicar la discriminación en ese
ámbito, pues este órgano jurisdiccional está comprometido
para hacer valer de forma efectiva, los derechos
contemplados en la Constitución Política de los Estados
Unidos Mexicanos y garantizar un verdadero acceso a la
justicia, especialmente en el caso particular pues se
encuentran inmiscuidos derechos de menores que deben
ser protegidos con especial atención, previo a verificar los
elementos que constituyen la materia del conflicto.
Orienta lo anterior, la jurisprudencia 1a./J. 22/2016,
de la Décima Época, sostenido por la Primera Sala de la
Suprema Corte de Justicia de la Nación, publicado en el
SECCIÓN DE AMPARO
Semanario Judicial de la Federación, Libro 29, Abril de
2016, Tomo II, visible en la página 836, de rubro y texto
siguientes:
“ACCESO A LA JUSTICIA EN CONDICIONES DE IGUALDAD. ELEMENTOS PARA JUZGAR CON PERSPECTIVA DE GÉNERO. Del reconocimiento de los derechos humanos a la igualdad y a la no discriminación por razones de género, deriva que todo órgano jurisdiccional debe impartir justicia con base en una perspectiva de género, para lo cual, debe implementarse un método en toda controversia judicial, aun cuando las partes no lo soliciten, a fin de verificar si existe una situación de violencia o vulnerabilidad que, por cuestiones de género, impida impartir justicia de manera completa e igualitaria. Para ello, el juzgador debe tomar en cuenta lo siguiente: i) identificar primeramente si existen situaciones de poder que por cuestiones de género den cuenta de un desequilibrio entre las partes de la controversia; ii) cuestionar los hechos y valorar las pruebas desechando cualquier estereotipo o prejuicio de género, a fin de visualizar las situaciones de desventaja provocadas por condiciones de sexo o género; iii) en caso de que el material probatorio no sea suficiente para aclarar la situación de violencia, vulnerabilidad o discriminación por razones de género, ordenar las pruebas necesarias para visibilizar dichas situaciones; iv) de detectarse la situación de desventaja por cuestiones de género, cuestionar la neutralidad del derecho aplicable, así como evaluar el impacto diferenciado de la solución propuesta para buscar una resolución justa e igualitaria de acuerdo al contexto de desigualdad por condiciones de género; v) para ello debe aplicar los estándares de derechos humanos de todas las personas involucradas, especialmente de los niños y niñas; y, vi) considerar que el método exige que, en todo momento, se evite el uso del lenguaje basado en estereotipos o prejuicios, por lo que debe procurarse un lenguaje incluyente con el objeto de asegurar un acceso a la justicia sin discriminación por motivos de género.
Por otra parte, no pasa desapercibido que el artículo
9.2, de la Convención sobre los Derechos del Niño, señala:
“Artículo 9 1. Los Estados Partes velarán por que el niño no sea separado de sus padres contra la voluntad de éstos, excepto cuando, a reserva de revisión judicial, las autoridades competentes determinen, de conformidad con la ley y los procedimientos aplicables, que tal separación es necesaria en el interés superior del niño. Tal determinación puede ser necesaria en casos particulares, por ejemplo, en los casos en que el niño sea
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objeto de maltrato o descuido por parte de sus padres o cuando éstos viven separados y debe adoptarse una decisión acerca del lugar de residencia del niño.
2. En cualquier procedimiento entablado de conformidad con el párrafo 1 del presente artículo, se ofrecerá a todas las partes interesadas la oportunidad de participar en él y de dar a conocer sus opiniones.”
De lo anterior, se obtiene que las partes en un
procedimiento que incluya a los niños, tienen el derecho a
participar en la medida de su capacidad de entendimiento,
en las decisiones que mayor trascendencia tengan en su
desarrollo e integridad personal, lo que es conocido como
el principio de participación democrática de los niños,
niñas, y adolescentes.
Así, en el presente caso, se advierte de la copia
certificada del acta de nacimiento de la menor de edad *,
registrada primero con los apellidos ** y posteriormente **,
que al momento del dictado de esta sentencia tienen dos
años tres meses de edad, por lo que, se considera que
todavía no cuentan con la madurez y entendimiento
suficientes, para poder participar en el acto consistente en
el asentamiento de su nombre y apellidos ante el Registro
Civil y por ello, no se ordena, por el momento, darle el
derecho a participar en la formulación de su nombre en los
términos solicitados por sus padres.
No obstante lo anterior, se reserva y se le deja
expedito el derecho a escoger el orden de sus apellidos,
para el momento en que cuenten con la edad y madurez
suficientes, para poder comprender la trascendencia en su
vida de la configuración de su nombre.
Sirve de apoyo a lo anterior, por analogía, la
jurisprudencia II.1o.C.5 C, de la Décima Época, sostenida
SECCIÓN DE AMPARO
por los Tribunales Colegiados de Circuito, publicado en la
Gaceta del Semanario Judicial de la Federación, Libro 4,
Marzo de 2014, Tomo II, visible en la página 1777, de rubro
y texto siguientes:
“GUARDA Y CUSTODIA DE MAYOR DE CATORCE AÑOS. ALCANCE DEL PRINCIPIO DE PARTICIPACIÓN DEMOCRÁTICA DE LOS MENORES EN LA TOMA DE LAS DECISIONES QUE LES AFECTAN, CONTEMPLADO EN LA LEY PARA LA PROTECCIÓN DE LOS DERECHOS DE LAS NIÑAS, NIÑOS Y ADOLESCENTES, INCORPORADO EN LA REGLA ESTABLECIDA EN EL ARTÍCULO 4.228, FRACCIÓN II, INCISO C), DEL CÓDIGO CIVIL, AMBOS DEL ESTADO DE MÉXICO. De una interpretación sistemática de lo establecido en los artículos 2 y 38 a 42 de la Ley para la Protección de los Derechos de las Niñas, Niños y Adolescentes del Estado de México, se obtiene que son niñas y niños las personas de hasta doce años incompletos, y adolescentes los que tienen entre doce años cumplidos y dieciocho años incumplidos; distinción que obedece al grado de madurez y a las circunstancias individuales y específicas de unas y otros, pues se parte de la base que el adolescente cuenta ya con un grado de desarrollo que le permite una mayor participación en la toma de las decisiones que le afecten. Esta inclusión de su opinión es lo que se denomina principio de participación democrática de los menores y constituye un elemento fundamental para la toma de las decisiones que involucran sus derechos, siempre sobre el eje rector de su interés superior, previsto en el artículo 4o. constitucional, esto es, que las decisiones que se adopten siempre deberán atender a la finalidad de su protección, de modo que podrá resolverse en forma contraria a su elección, sólo cuando haya elementos objetivos e irrefutables que demuestren que no puede ser adoptada porque afectaría su interés superior, es decir, la regla general es respetar este principio y la excepción es no observarlo, si hay una afectación objetiva a su interés superior, en la inteligencia de que tal principio comprende el derecho a formarse un juicio propio, a expresar su opinión y a ser escuchado, lo que exige que sea informado de su derecho y de las consecuencias de su decisión, para que ésta pueda ser expresada de manera libre, responsable e informada. Bajo esta perspectiva, la regla del artículo 4.228, fracción II, inciso c), del Código Civil del Estado de México, que dispone que los mayores de catorce años elegirán cuál de sus padres deberá hacerse cargo de ellos, debe interpretarse bajo la premisa de que el menor tiene derecho a formarse juicio propio, a expresar su opinión y a ser escuchado, respecto a la
□ toma de las decisiones que le pueden afectar, es decir,
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que si el legislador plasmó la facultad del adolescente de elegir con cuál de sus dos padres quiere vivir, es porque aplicó el principio de participación democrática del menor, lo que a su vez exige del juzgador que, a través de la entrevista, informe al adolescente de la facultad de elección que le otorga la norma, para decidir con cuál de sus dos progenitores quiere vivir, así como las consecuencias de su decisión, ya que posee un cierto grado de autodeterminación o libre albedrío, que lo hace responsable, hasta cierta medida, de sus actos u omisiones y de las consecuencias que generen, con la sola limitante de que deberá atenderse siempre a su interés superior.”
En las condiciones apuntadas, con fundamento en el
artículo 77, de la Ley de Amparo, se concede el amparo y
protección de la justicia federal, a **por propio derecho y
en representación de la menor** para el efecto de que la
Juez del Registro Civil Número Cinco de Puebla:
- Deje sin efectos el acta de reconocimiento de hijos
**a nombre de *** y emita otra en la que asiente el nombre
de la menor * y aparezca primero el apellido paterno de la
madre, y el apellido paterno del padre después.
Lo anterior, trae como consecuencia directa que se
invalide el acta de nacimiento ** a nombre de ****a efecto
de dar certeza jurídica a la menor respecto de su identidad
y que solo prevalezca un nombre y apellidos.
Sin que sea obstáculo a lo anterior, el hecho de que
ya existan diversos documentos a nombre de ***, pues
tomando en consideración la edad de la menor, éstos
puedes ser sustituibles para que en lo subsecuente, se
expidan bajo el nombre de ** **, en virtud que si bien se
podría ocasionar cierto perjuicio, al aclarar el nombre en el
documentos tales como el de seguro popular, póliza de
seguros, Clave única de Registro de Población, bautizo y
una afectación monetaria en el caso de tramitar
SECCIÓN DE AMPARO
nuevamente el pasaporte, lo cierto es que, el derecho de la
menor a tener un nombre como parte de su identidad en
que se incluya los apellidos de ambos padres está por
encima de tales perjuicios.
La concesión del amparo se hace extensiva a los
actos reclamados a la Directora General del Registro Civil
de las Personas de Puebla, por no reclamarse por vicios
propios sino en vía de consecuencia. Sin embargo,
también deberá informar una vez que cause ejecutoria la
presente sentencia, la anotación del acta de nacimiento
que en su momento emita la juez responsable.
Asimismo con la concesión de amparo, en los
asientos que se realicen del nombre de la menor de edad
quejosa, ante el Registro Civil, se deberá especificar de
manera expresa que se registran, con el apellido paterno
de la madre primero y el apellido paterno del padre
después, para que en un futuro que tengan una relación de
concubinato o matrimonio, se eviten filiaciones prohibidas
por ley, sin que ello signifique un tratamiento
discriminatorio, sino una protección en sus relaciones
filiales.
Finalmente, no se analizan los alegatos hechos valer
por las partes, pues éstos no forman parte de la litis.
Se cita por su aplicación, la jurisprudencia emitida por
el Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación,
□ consultable en la página 14, Agosto de 1994, de la Gaceta
□ del Semanario Judicial de la Federación, que sostiene:
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“ALEGATOS. NO FORMAN PARTE DE LA LITIS EN EL JUICIO DE AMPARO. Esta Suprema Corte de Justicia de la Nación, en la jurisprudencia publicada con el número 42, en la página 67, de la Octava Parte, del Apéndice al Semanario Judicial de la Federación 1917-1985, sostuvo el criterio de que el Juez de Distrito exclusivamente está obligado a examinar la justificación de los conceptos violatorios contenidos en la demanda constitucional, en relación con los fundamentos del acto reclamado y con los aducidos en el informe con justificación; pero, en rigor, no tiene el deber de analizar directamente las argumentaciones que se hagan valer en los alegatos, ya que no lo exigen los artículos 77 y 155 de la Ley de Amparo; este criterio debe seguir prevaleciendo, no obstante que con posterioridad mediante decreto de treinta de diciembre de mil novecientos ochenta y tres, publicado el dieciséis de enero de mil novecientos ochenta y cuatro, se hubiera reformado el artículo 79 de la Ley de Amparo, que faculta a los Tribunales Colegiados de Circuito y a los Jueces de Distrito para corregir los errores que adviertan en la cita de los preceptos constitucionales y legales que se estimen violados, así como examinar en su conjunto los conceptos de violación y los agravios, "así como los demás razonamientos de las partes", a fin de resolver la cuestión efectivamente planteada, pues basta el análisis del citado precepto para advertir que no puede estimarse que tal reforma tuvo como finalidad incorporar forzosamente los alegatos dentro de la controversia constitucional, sino que exclusivamente está autorizando la interpretación de la demanda con el objeto de desentrañar la verdadera intención del quejoso, mediante el análisis íntegro de los argumentos contenidos en la misma y de las demás constancias de autos que se encuentren vinculadas con la materia de la litis, como lo son: el acto reclamado, el informe justificado, y las pruebas aportadas, en congruencia con lo dispuesto por los artículos 116, 147 y 149 de la invocada ley, ya que sólo estos planteamientos pueden formar parte de la litis en el juicio constitucional, además, de que atenta la naturaleza de los alegatos, estos constituyen simples opiniones o conclusiones lógicas de las partes sobre el fundamento de sus respectivas pretensiones, sin que puedan tener la fuerza procesal que la propia ley le reconoce a la demanda y al informe con justificación, por lo que no puede constituir una obligación para el juzgador entrar al estudio de los razonamientos expresados en esos alegatos.”
SÉPTIMO. Publicidad. De conformidad con los
artículos 3, 5, 6, 9, 15 y 16 de la Ley Federal de
Transparencia y Acceso a la Información Pública
SECCIÓN DE AMPARO
Gubernamental, publicada en el Diario Oficial de la
Federación el nueve de mayo de dos mil dieciséis
– que entró en vigor al día siguiente de su
publicación- y; 1, fracción I, 14, 25 y 34 del
“Acuerdo General del Pleno del Consejo de la
Judicatura Federal que establece las
disposiciones en materia de transparencia, acceso
a la información pública, protección de datos
personales y archivo”-aplicable al caso concreto,
de conformidad con el segundo párrafo del
artículo Segundo Transitorio del Decreto por el
que se expide la ley en cita- el Poder Judicial de la
Federación debe garantizar el derecho al acceso
a la información Pública, siendo responsable de los
datos personales contenidos en sus acuerdos y
resoluciones y, cumplir con las obligaciones
establecidas en las leyes de la materia. Entre
ellas, la clasificación y custodia de los datos
personales que se encuentren bajo su resguardo
con el objetivo de asegurar a los gobernados el
derecho de decidir sobre su uso y destino.
Por tanto, de conformidad con el artículo 6,
fracción II, de la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos, el Estado se
encuentra obligado a proteger la información
relativa a la vida privada y a los datos personales
de los particulares, considerada como confidencial
la que, de acuerdo con los artículos 113, 117 de
la ley citada y 34 del acuerdo referido, debe ser
entendida como aquélla cuya difusión,
comercialización o distribución requiere
necesariamente consentimiento expreso de las
personas titulares de la misma.
En este contexto, al encontrarse obligado este
órgano jurisdiccional a proteger dicha información en
las constancias y actuaciones judiciales, con
independencia de que las partes no hayan hecho
valer ese derecho, se ordena la publicación de
esta resolución, con supresión de datos
personales a que se refiere los artículos 3 y 113
de la citada legislación.
Sustenta lo considerado, por analogía el criterio
01/2011 emitido por el Comité de Acceso a la Información y
Protección de Datos Personales del Consejo de la
Judicatura Federal al resolver la clasificación de información
241/2010-J, de veintisiete de enero de dos mil once, de
rubro y texto:
“DATOS PERSONALES DE LAS PARTES EN LOS
JUICIOS. LA FALTA DE MANIFESTACIÓN EXPRESA POR LA QUE SE OPONGAN A LA PUBLICACIÓN DE LOS DATOS, NO EXIME A LOS ÓRGANOS JURISDICCIONALES NI A LAS UNIDADES ADMINISTRATIVA DE SU PROTECCIÓN. De conformidad con lo dispuesto en el artículo 6o., fracción II, de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, el Estado, a través de las dependencias, entidades y organismos que lo integran, se encuentra obligado a proteger la información relativa a la vida privada y a los datos personales de los particulares. Por otro lado, los artículos 18 de la Ley Federal de Transparencia y Acceso a la Información Pública Gubernamental, y 8 del Reglamento de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y del Consejo de la Judicatura Federal para la aplicación de dicha ley, prevén como información confidencial aquélla cuya difusión, comercialización o distribución, requiere necesariamente del consentimiento expreso de las personas que son titulares de los datos, por lo que deberá protegerse dicha información en las constancias y actuaciones judiciales que se encuentren en los expedientes jurisdiccionales o administrativos, independientemente de que las partes hayan hecho valer el derecho que les asiste para oponerse a la publicación de sus datos. En este sentido, la omisión de manifestar el consentimiento o la oposición, no exime a los órganos jurisdiccionales y a las unidades administrativas de suprimirlos en las sentencias, resoluciones y constancias que obren en los expedientes bajo su resguardo, y que fueron requeridas vía solicitud de acceso a la información, protegiendo así la privacidad y la vida íntima de los ciudadanos”.
SECCIÓN DE AMPARO
OCTAVO. SISTEMA INTEGRAL DE SEGUIMIENTO
DE EXPEDIENTES (SISE). Finalmente, de conformidad con
el Acuerdo General 29/2007 del Pleno del Consejo de la
Judicatura Federal, que establece el uso obligatorio del
módulo de captura del sistema integral de seguimiento de
expedientes (SISE), relativo a las sentencias dictadas en
los Tribunales de Circuito y Juzgados de Distrito; captúrese
el día de su publicación la presente sentencia, con la
certificación secretarial respectiva; y agréguese al
expediente el acuse de recibo electrónico que justifique su
registro.
Por lo expuesto, fundado y con apoyo además en los
artículos 103 y 107 de la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos, 73, 74, y 75, de la Ley de
Amparo, se
R E S U E L V E:
PRIMERO. Se sobresee en el presente juicio de
amparo, promovido por *por propio derecho y en
representación de la menor**** respecto de los actos
reclamados y por las autoridades precisadas en el
considerando tercero y quinto, por los motivos ahí
expuestos.
SEGUNDO. La Justicia de la Unión AMPARA Y
□ PROTEGE a *por propio derecho y en representación de la
□ menor** respecto de los actos reclamados y autoridades precisados en el considerando sexto para los efectos
□ precisados en el mismo.
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TERCERO. En términos de la parte final del
considerando séptimo, se realiza la publicación respectiva
con supresión de datos.
CUARTO. En acatamiento a lo resuelto en el último
considerando de este fallo, captúrese el día de su
publicación la presente sentencia, con la certificación
secretarial respectiva; y agréguese al expediente el acuse
de recibo electrónico que justifique su registro.
Notifíquese
Así lo resolvió y firma ***********, Juez ********** de
Distrito en Materia de Amparo Civil, Administrativo y
Trabajo y Juicios Federales en el Estado de Puebla, ante
***********, Secretario que autoriza. Doy fe.
Esta hoja corresponde a la parte final de la sentencia dictada el veintisiete de mayo de dos mil dieciséis, dentro del juicio de amparo *********, y se libraron los oficios 22547, 22548, 22549, 22550, 22551 y 22552 en términos de la minuta que se agrega y el Secretario CERTIFICA que la presente sentencia se encuentra digitalizada y agregada al expediente electrónico, el cual concuerda fielmente con el expediente físico en el que se actúa el presente asunto se concede de FONDO.- Conste.