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SECRETARÍA FEDERAL DE LOS SECTORES LOCAL Y AUTONÓMICO
ESTATUTO BÁSICO DEL AGENTE FORESTAL
SINDICATO PROFESIONAL DE AGENTES FORESTALES Y MEDIOAMBIENTALES
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ESTATUTO BÁSICO DEL AGENTE FORESTAL
EXPOSICIÓN DE MOTIVOS
En la sociedad actual se ha incrementado sensiblemente la preocupación por los problemas relativos a la conservación de nuestro patrimonio natural y de nuestra biodiversidad. La globalización de los problemas ambientales y la creciente percepción de los efectos del cambio climático; el progresivo agotamiento de algunos recursos naturales; la desaparición, en ocasiones irreversible, de gran cantidad de especies de la flora y la fauna silvestres, y la degradación de espacios naturales de interés, se han convertido en motivo de seria preocupación para los ciudadanos, que reivindican su derecho a un medio ambiente de calidad que asegure su salud y su bienestar. Esta reivindicación es acorde con lo establecido en nuestra Constitución que, en su artículo 45, reconoce que todos tienen el derecho a disfrutar de un medio ambiente adecuado para el desarrollo de la persona, así como el deber de conservarlo, exigiendo a los poderes públicos que velen por la utilización racional de todos los recursos naturales, con el fin de proteger y mejorar la calidad de vida y defender y restaurar el medio ambiente, apoyándose para ello en la indispensable solidaridad colectiva.
En la conservación de los recursos naturales y del medio ambiente juega un papel destacado los Agentes Forestales, Agentes Medioambientales, Agentes de Medio Ambiente, Agentes del Medio Natural y Agentes Rurales de las distintas Administraciones Públicas (Administración General del Estado, Comunidades Autónomas y Entidades Locales), como funcionarios especializados en la materia y dotados del carácter de agente de la autoridad que constituyen una policía mixta, de naturaleza administrativa especial y judicial en sentido genérico en el ámbito medioambiental, cuyo origen más reciente lo encontramos en la creación en el año 1907 de la Guardería Forestal del Estado, al que se le encomienda la vigilancia de los montes, entre otras misiones, y que regulada inicialmente por el Reglamento de 1912, venía a facultar a los Guardas Forestales, como consecuencia de los insultos, amenazas y agresiones físicas sufridos, para “defenderse con el arma reglamentaría” y se señala la importancia de “impedir los abusos y daños, antes de denunciarlos.”
En el año 1935, durante la 2º República, se crea la Guardería del Patrimonio Forestal del Estado, cuyos miembros serán considerados funcionarios públicos y auxiliares de Orden Público. Posteriormente, en el año 1941, se reforma profundamente el Patrimonio Forestal del Estado, mediante Decreto de 30 de diciembre, y se aprueba el 2º Reglamento del Cuerpo de Guardería Forestal del Estado que será modificado en 1957 por el Decreto de 11 de julio.
Durante la Dictadura, y dependiendo de la Dirección General de Montes, Caza y Pesca Fluvial, coexisten la Guardería Forestal del Estado, la Guardería del Patrimonio Forestal del Estado y la Guardería de Caza y Pesca Fluvial, a los que las leyes de montes, caza y pesca fluvial de entonces les encomendaba la vigilancia, protección y custodia de dichos bienes jurídicos ambientales. En el año 1971, se crea el Instituto Nacional para la Conservación de la Naturaleza (ICONA), creando su propia Escala de Guardería Forestal en base a la fusión de las Guarderías Forestal del Estado y de Caza y Pesca Fluvial, quedando como agregada la Guardería del Patrimonio Forestal. Tras cambiar la denominación de Guardería Forestal por el de Agente Forestal, por RD 609/1978, dichos funcionarios fueron transferidos a las Comunidades
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Autónomas a partir del año 1985, adoptando distintas denominaciones y régimen jurídico en cada comunidad autónoma, sin un nexo común básico. En 1966 se aprueba el Reglamento Especial del Cuerpo Especial de la Guardería Forestal del Estado, aprobado por Decreto 2481/1966, que contempla el régimen jurídico y las facultades de los Guardas Forestales, disponiendo que, “Todos los individuos del Cuerpo de Guardería tendrán el carácter de Agentes de la Autoridad, siempre que se encuentren de servicio y ostenten su uniforme e insignias, debiendo ir provistos de documento que pueda acreditar en todo momento su personalidad y carácter. Como elemento auxiliar de los servicios de Vigilancia y Seguridad del Estado, los Guardas cooperarán a la defensa del orden y de la seguridad general, con la sujeción a las disposiciones legales y a las circulares y bandos de los Gobiernos Civiles”. Respecto de los medios de defensa personal empleados por los entonces Guardas, venía a decir que “los guardas usarán el armamento reglamentario que por la Dirección General de Montes, Caza y Pesca Fluvial se les asigne, siendo obligatorio ir provistos del mismo en todos los actos de servicio” (Artículo 45). “Los Guardas, como Agentes de la autoridad y como individuos de la Policía Judicial tienen el deber de intervenir en todos los hechos justiciables. A tal efecto, si se hallaren en el monte con alguna persona sospechosa le exigirán la documentación, y si no la tienen la conducirán al puesto más inmediato de la Guardia Civil para que se haga cargo de ella, recogiendo recibo como comprobante de su celo. Lo mismo harán con la persona o personas que encontraren delinquiendo” (art. 46). Por su parte, la Estrategia Forestal Española, aprobada en el 2002, en su Anexo V, ya pone de
manifiesto la necesidad de “regular por Ley de las Cortes Generales, la conexión de las
funciones de estos cuerpos, escalas y categorías profesionales con las de la legislación de
Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado a efectos de clarificar el uso de armas no teniendo
sentido alguno que en los supuestos en que estos colectivos sean funcionarios ejerzan
potestades de coacción administrativa, el uso de sus armas se regule como si se tratase de una
guardería privada”.
En lo que se refiere al ejercicio de sus funciones de inspección y policía administrativa especial,
es necesario significar como los Agentes Forestales ya no quedan limitados en sus funciones a
la vigilancia del monte y de la caza y la pesca, sino que tras su transferencia a las comunidades
autónomas han asumido nuevas funciones esenciales para la protección del medio ambiente,
que desempeñan habitualmente como funcionarios especializados, entre las que se encuentran
las referentes a las funciones de policía e inspección en materia de residuos, evaluación de
impacto ambiental, ordenación de territorio y urbanismo, patrimonio cultural en el medio rural,
exóticas invasoras, protección de animales domésticos en el medio rural, etc…., sin que se
cuente con un régimen jurídico regulador suficiente al respecto para garantizar la labor de los
Agentes Forestales. Igualmente se ha de recodar que los Agentes Forestales tienen actualmente
la consideración de servicios públicos de intervención y asistencia en emergencias de protección
civil, de conformidad a lo dispuesto en el art. 17 de la Ley 17/2015, de 9 de julio, del Sistema
Nacional de Protección Civil, interviniendo en las emergencias por incendios forestales, por
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condiciones meteorológicas adversas y otras de carácter ambiental, y participando en la forma
prevista en las leyes, en la ejecución de los planes de protección civil.
En este sentido, es necesario igualmente recordar el reciente fallecimiento en accidente laboral de otro Agente de Medio Ambiente del Cabildo Insular de La Palma, en operaciones de extinción de un incendio forestal en la isla de La Palma, que hace necesario potenciar la aplicación de la vigente normativa en materia de prevención de riesgos laborales a las tareas de prevención y extinción de incendios forestales. En relación a lo dispuesto en el art. 3. 2 de la vigente Ley 31/1995, de Prevención de Riesgos Laborales (en adelante LPRL), se ha de aclarar que tras la entrada de España en las Comunidades Europeas, actual Unión Europea, y la recepción del acervo comunitario en nuestro ordenamiento jurídico, incluido el principio de primacía del derecho de la Unión Europea y la doctrina del TJUE, que dicha disposición tiene su origen en la trasposición de la Directiva Marco 89/391/CEE, del Consejo, de 12 de junio de 1989, relativa a la aplicación de medidas para promover la mejora de la seguridad y de la salud de los trabajadores en el trabajo, en cuyo art. 2.2 venía a disponer lo siguiente:
“2. La presente Directiva no será de aplicación cuando se oponga a ello de manera concluyente las particularidades inherentes a determinadas actividades específicas de la función pública, por ejemplo, en las fuerzas armadas o la policía, o a determinadas actividades específicas en los servicios de protección civil.
En este caso, será preciso velar para que la seguridad y salud de los trabajadores queden aseguradas en la medida de lo posible, habida cuenta los objetivos de la presente Directiva”.
Al respecto, el entonces TJCE había establecido una doctrina restrictiva sobre las exclusiones de la citada Directiva Marco, en sus sentencias de 3 de octubre de 2000 (Asunto SIMAP, C-303/98) y de 5 de octubre de 2004 (Asunto Pfeiffer y otros, C-397/01 a 403/01) y en el auto de 14 de julio de 2005 (Asunto Personalraf der Feuerwehr Hamburg, C-52/04), en el que se cuestionaba la aplicabilidad de la Directiva Marco en materia de prevención de riesgos laborales al personal del Servicio contra Incendios de Hamburgo.
De acuerdo a dicha doctrina del TJCE, el ámbito de aplicación de la Directiva Marco ha de ser entendido en sentido amplio, considerando que su objeto es promover la mejora de la seguridad y de la salud de los trabajadores en el trabajo, y su propia dicción literal; debiendo en consecuencia interpretarse restrictivamente las excepciones a dicho ámbito previstas en el párrafo primero del art. 2.2 de la citada Directiva Marco.
En cuanto a la exclusión relativa a la protección civil, el alto Tribunal interpreta que no se excluyen los servicios de protección civil en cuanto tales, sino únicamente “determinadas actividades específicas” de dichos servicios cuyas particularidades se puedan oponer de manera concluyente a la aplicación de las normas de la referida Directiva Marco. Aclara que la exclusión únicamente se adoptó a efectos de asegurar el buen funcionamiento de los servicios indispensables para la protección de la seguridad, de la salud y del orden público en circunstancias de excepcional gravedad y magnitud –por ej. una catástrofe- que se caracterizan
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por el hecho de no prestarse, por naturaleza, a una planificación del tiempo de trabajo de los equipos de intervención y socorro.
De todo ello, se ha de concluir necesariamente la aplicación de la LPRL a los trabajos de prevención y extinción de incendios forestales, salvo concurrencia de una “situación de grave riesgo colectivo” (apartado 53 del Auto), que no es el caso presente, y ello sin olvidar que aun en dicha situación, la Directiva Marco exige a las Autoridades competentes que velen para que la seguridad y salud de los trabajadores queden aseguradas en la medida de lo posible. En tal sentido, igualmente se pronuncia el informe del Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, relativo a la aplicación de la Ley 31/1995, de Prevención de Riesgos Laborales, a las actividades contra incendios en el sector agrícola, de fecha 30 de marzo de 2007.
Especialmente preocupante es el incremento del número de insultos, amenazas y agresiones
físicas sufridas en los últimos años por los Agentes Forestales en el ejercicio de sus funciones de
inspección y policía, o con ocasión de ellas, todo lo cual ha culminado recientemente en el
asesinato de dos Agentes Rurales a manos de un cazador furtivo cuando era inspeccionado por
los agentes de la autoridad que no disponían de medios de defensa, y el potencial riesgo que
ello supone para los mismos, al desempeñar sus funciones sin medios de protección o defensa
en parajes aislados del medio natural y sin posibilidad de contar con apoyo o auxilio inmediato de
las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, hace necesario abordar una reforma de la normativa en la
materia, tendente evaluar de manera efectiva dichos riesgos laborales y adoptar las
correspondientes medidas de protección, dotando a dichos funcionarios de una formación
específica en materia de violencia externa en el lugar de trabajo, y de los medios técnicos,
operativos y de defensa personal necesarios para garantizar su seguridad y salud en el
desempeño de su trabajo de inspección y policía, todo ello en consonancia con lo dispuesto en el
art. 40. 2 de la Constitución Española, conforme al cual, “los poderes públicos fomentarán una
política que garantice la formación y readaptación profesionales; velarán por la seguridad e
higiene en el trabajo y garantizarán el descanso necesario, mediante la limitación de la jornada
laboral, las vacaciones periódicas retribuidas y la promoción de centros adecuados”.
Igualmente se hace necesario para alcanzar un protección eficaz de la función pública
encomendada legalmente a los Agentes Forestales, tras la derogación del libro III del vigente
Código Penal de 1995 por la L.O. 1/2015, entender que todas aquellas conductas de
desobediencia, obstrucción a su labor, negativa a identificarse o facilitar datos de identificación
falsos, insultos y agresiones a los Agentes Forestales que no sean constitutivas de infracción
penal, han de ser reconducidos para su debida sanción a la vigente L.O. 4/2015, de 30 de
marzo, sobre Protección de la Seguridad Ciudadana.
En lo que refiere al ejercicio de las funciones de policía judicial en sentido genérico en auxilio de
Jueces, Tribunales y Ministerio Fiscal, es necesario destacar la importante labor de los Agentes
Forestales en la lucha contra la delincuencia ambiental puesta de manifiesto por la propia
memoria anual de la Fiscalía General del Estado, y los obstáculos que muchas de sus
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Administraciones Públicas de pertenencia les ponen para el cumplimiento de su deber de poner
en conocimiento de Jueces, Tribunales y Ministerio Fiscal la “notitia criminis”, como dispone la
vigente normativa en la materia.
En esta materia, es necesario recordar que las normas que regulan la policía judicial, se
encuentran dispersas en distintos cuerpos legales de nuestro ordenamiento jurídico estatal como
son la LOPJ, la LECrim y la LO de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad; así como el RD de Policía
Judicial, si bien todas tienen en común un principio básico de naturaleza constitucional, como es
la dependencia de la policía judicial de los Jueces, los Tribunales y del Ministerio Fiscal.
Atendiendo a lo dispuesto en el art. 126 de nuestra Carta Magna, “La policía judicial depende de
Jueces y Tribunales, y del Ministerio Fiscal en sus funciones de averiguación del delito y
descubrimiento y aseguramiento del delincuente, en los términos que establezca la Ley”. En tal
sentido, la Ley Orgánica del Poder Judicial de 1985, en su art. 443 dispuso que, “La policía
Judicial depende de los Jueces, de los Tribunales y del Ministerio Fiscal en la averiguación de
los delitos y en el descubrimiento y aseguramiento de los delincuentes”.
Por su parte, la vigente Ley de Enjuiciamiento Criminal dispone al respecto en su art. 282 que,
“La policía judicial tiene por objeto, y será obligación de todos los que la componen, averiguar los
delitos que se cometieren en su territorio o demarcación; practicar, según sus atribuciones, las
diligencias necesarias para comprobarlos y descubrir a los delincuentes, y recoger todos los
efectos, instrumentos o pruebas del delito de cuya desaparición hubiera peligro, poniéndolos a
disposición de la Autoridad Judicial”.
En los mismos términos se pronuncia su desarrollo reglamentario, realizado a través del RD
769/87, de 19 de junio, de Policía Judicial, cuyo artículo 2, aplicable al ejercicio de la funciones
de policía judicial de los Agentes Forestales y Medioambientales, nos viene a decir que, “…en
sus funciones de policía judicial, desarrollarán los cometidos expresados en el art. 1º, a
requerimiento de la Autoridad Judicial, del Ministerio Fiscal, o de sus superiores policiales o por
propia iniciativa, en los términos previstos en los artículos siguientes”, referidos a los cometidos
de “prestar la colaboración requerida a la Autoridad Judicial o al Ministerio Fiscal en actuaciones
encaminadas a la averiguación de delitos o descubrimiento y aseguramiento de delincuentes”.
Por su parte, el art. 5 del citado RD, dispone en relación a dicho asunto que, “Cualquiera que sea
el funcionario policial que haya iniciado la investigación, habrá de cesar en la misma al
comparecer para hacerse cargo de ella la Autoridad Judicial o Fiscal encargado de las
actuaciones, directamente o a través de la correspondiente Unidad Orgánica de Policía Judicial,
a quienes harán entrega de las diligencias practicadas y de los efectos intervenidos…”.
Conforme al art. 283. 6 de la citada LECrim, referido a los actuales funcionarios de los Cuerpos
y Escalas de Agentes Forestales y Medioambientales, como policía judicial en sentido genérico,
“La policía judicial depende de Jueces y Tribunales, y del Ministerio Fiscal en sus funciones de
averiguación del delito y descubrimiento y aseguramiento del delincuente, quedando obligados a
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seguir las instrucciones que de aquellas autoridades reciba al efecto de la investigación de los
delitos y persecución de los delincuentes”.
Se reconoce legalmente por tanto a los Agentes Forestales y Medioambientales, en el ejercicio
de sus funciones de policía judicial en sentido genérico, un carácter de auxiliar y colaborador de
los Jueces y Tribunales competentes en materia penal y del Ministerio Fiscal, en cuanto
funcionarios de policía mixta, de naturaleza administrativa especial (ambiental) y judicial
(genérica); estando obligados a practicar en cuanto tal, y dentro de su ámbito profesional de
actuación y especialización, las primeras diligencias de prevención y aseguramiento así tengan
noticia de la perpetración de un hecho presuntamente constitutivo de infracción penal, debiendo
hacer entrega de las diligencias practicadas a la Autoridad Judicial o al Ministerio Fiscal (art. 5
RD 769/87).
No obstante lo anterior, y a pesar de su consideración legal como policía judicial en sentido
genérico, no forman parte dichos funcionarios de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, tal y
como puede deducirse del propio texto del art. 2 de la LO 2/86, de FF y CCSS, no existiendo por
ello, base para una dependencia jerárquica o subordinación de los Agentes Forestales respecto
de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, al no quedar dentro de su ámbito normativo o
competencial de actuación, más allá del deber constitucional de colaboración que vincula a las
Administraciones Públicas de las que dependen, en aras a garantizar la eficacia de los servicios
públicos, deber derivado implícitamente del modelo territorial de Estado.
Por tanto, las relaciones entre los Agentes Forestales de la Administración General del Estado,
de las Comunidades Autónomas y de las Corporaciones Locales, y las Fuerzas y Cuerpos de
Seguridad, ha de basarse en los punto coincidentes de actuación (policía administrativa y judicial
genérica medioambiental), en el principio constitucional de colaboración, actuando ambos bajo
sus propios mandos naturales, y conforme a las instrucciones dictadas por sus Administraciones
Públicas de pertenencia (en el ámbito de la policía administrativa), y de los Jueces, Tribunales y
Ministerio Fiscal (en el ámbito de la Policía Judicial), y conforme a su propia legislación orgánica.
Es necesario destacar al respecto, que no existe en el mencionado RD 769/1987, ni en otra parte
de nuestro ordenamiento jurídico, la asignación de un monopolio de las funciones de policía
judicial a favor de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, como así ha reconocido
nuestro Tribunal Supremo en sentencia de 22 de noviembre de 1989, al conocer sobre la
impugnación de dicha disposición general por la Generalitat de Cataluña, con fundamento en la
exclusión que a su juicio dicho RD conllevaba de otras policías, declarando el Alto Tribunal al
respecto que, “No se advierte en el art. 7 del RD 769/1987, de 19 de junio, la asignación de un
monopolio sobre las funciones de dicha policía a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del
Estado, ya que dicho precepto ha de ser interpretado en el contexto de la reglamentación de que
forma parte, en la que atribuyen a la totalidad de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad de
cualquier naturaleza y dependencia, …, funciones generales de policía judicial por vía de
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colaboración…”. En similares términos se pronunciaría posteriormente el Ministerio Fiscal,
mediante la Consulta 2/1999, de la Fiscalía General del Estado, sobre el Servicio de Vigilancia
Aduanera como Policía Judicial, negando la existencia de monopolios en el ejercicio de las
funciones de policía judicial por parte de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.
Dicha interpretación jurisprudencial y doctrinal, resulta perfectamente extrapolable a las
relaciones entre los Agentes Forestales y las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, derivadas del
ejercicio de las funciones de policía judicial en sentido genérico, la cual se confirma
posteriormente en la redacción dada por el legislador estatal a la Disposición Adicional Primera,
párrafo segundo, de la Ley Orgánica 12/1995, de 12 de diciembre de Represión del
Contrabando, conforme a la cual, “El Servicio de Vigilancia Aduanera, en la investigación,
persecución y represión de los delitos de contrabando actuará en coordinación con las Fuerzas y
Cuerpos de Seguridad del Estado y tendrá, a todos los efectos legales, carácter colaborador de
los mismos”; lo que no hacía otra cosa que reproducir los mismos términos en que se
pronunciaba previamente el apartado segundo del art. 29 de la LO 2/86, de FF y CC SS,
conforme al cual, “Para el cumplimiento de dicha función (de policía judicial), tendrán carácter
colaborador de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado el personal de Policía de las
Comunidades Autónomas y de las Corporaciones Locales”.
Respecto al significado y alcance del mencionado “carácter colaborador”, asignado a dichos
cuerpos funcionariales por la Ley, y si ello habría de suponer obstáculo alguno para la realización
de funciones autónomas de investigación de delitos, entendido ello sin perjuicio de su papel
auxiliar o colaborador de las Unidades Orgánicas de Policía Judicial (policía judicial en sentido
específico), la mencionada Consulta 2/1999, de la Fiscalía General del Estado sobre el Servicio
de Vigilancia Aduanera como Policía Judicial, interpretó que no había necesariamente
dependencia orgánica ni funcional de estos cuerpos de seguridad sobre los estatales, que no
conllevaba subordinación alguna, y que además el hecho de que las Unidades Orgánicas se
sujetaran a los principios de especialización y exclusividad en el ejercicio de sus funciones, no
suponía que dispusieran de un monopolio de la función de policía judicial.
Posteriormente, mediante Ley 10/2006 de 28 de abril, de modificación de la Ley 43/2003, de
Montes, se modifica el art. 6 q) de dicho cuerpo legal, anticipándose el legislador estatal a
posibles interpretaciones y conflictos que reprodujeran la situación de inseguridad jurídica vivida
con el Servicio de Vigilancia Aduanera, definiendo y reconociendo a los Agentes Forestales en
su consideración como Policía Judicial en sentido genérico, en los términos ya dispuestos por el
mencionado art. 283. 6 de la LECrim.
Conforme a dicho precepto de la vigente Ley de Montes, se define al agente forestal como aquel
“Funcionario que ostenta la condición de agente de la autoridad perteneciente a las
Administraciones Públicas que, de acuerdo con su propia normativa y con independencia de la
denominación corporativa específica, tiene encomendadas, entre otras funciones, las de policía y
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custodia de los bienes jurídicos de naturaleza forestal y la de policía judicial en sentido genérico,
tal como establece el apartado 6 del art. 283 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal”.
En el art. 58. 4 del referido cuerpo legal, se aclara que “los agentes forestales y
medioambientales, en el ejercicio de sus competencias, actuarán de forma coordinada, y con
respecto a las facultades que atribuye su legislación orgánica reguladora, con las Fuerzas y
Cuerpos de Seguridad”, estableciendo por tanto, para el ejercicio de sus funciones, un modelo
de colaboración entre dichos cuerpos de policía, en los ámbitos profesionales concurrentes,
entre los que se encuentra la policía judicial genérica medioambiental, opción que con el devenir
de los años se ha manifestado como la más adecuada y eficaz.
Por su parte, la Instrucción 1/2008, de la Fiscalía General del Estado, sobre la dirección por el
Ministerio Fiscal de las actuaciones de la Policía Judicial, recuerda que en nuestro ordenamiento
jurídico, lejos de crearse un cuerpo específico y diferenciado de Policía Judicial, coexisten dos
modelos, el genérico y el específico, con la única diferencia entre ambos de la especialización en
técnicas de investigación con que cuentan los miembros de las Unidades Orgánicas de Policía
Judicial.
Mediante la presente Ley por tanto, se trata de establecer un mínimo común denominador
normativo regulador de un estatuto básico de la figura profesional del Agente Forestal, en
aquellos aspectos no regulados específicamente por la legislación del estado aplicable a estos
funcionarios públicos, en atención a su especial naturaleza como agentes de la autoridad
habilitados para el ejercicio de las funciones de policía administrativa especial y judicial en
sentido genérico de carácter medioambiental y su consideración de servicios públicos de
intervención y asistencia en emergencias de protección civil, de conformidad a lo dispuesto en el
art. 17 de la Ley 17/2015, de 9 de julio, del Sistema Nacional de Protección Civil; respetuoso con
las competencias de las comunidades autónomas, que son las que actualmente disponen de la
mayoría de los Agentes Forestales en sus plantillas para el cumplimientos de sus competencias
de conservación de los recursos naturales y protección del medio ambiente, quienes conservan
sus facultades de regulación del régimen jurídico propio de sus agentes, en atención a las
peculiaridades propias.
Art. 1.- CONCEPTO DE AGENTE FORESTAL: Funcionario que ostenta la condición de agente
de la autoridad y se encuentra vinculado a una Administración Pública por una relación
estatutaria regulada por el derecho administrativo para la prestación de servicios profesionales
retribuidos y que, de acuerdo con su propia normativa y con independencia de su denominación
corporativa específica, tiene encomendadas entre otras funciones, las de vigilancia, protección,
custodia y policía de los bienes jurídicos de naturaleza medioambiental y forestal; y las de policía
judicial en sentido genérico, actuando de forma auxiliar de los Jueces, Tribunales y del Ministerio
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Fiscal, y en coordinación con las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, a cuyo fin tendrá a
todos los efectos legales, el carácter colaborador de las mismas.
Art. 2.- LEGISLACIÓN PROFESIONAL DE APLICACIÓN: Los Agentes Forestales se regirán
además de por este Estatuto, por la normativa básica en materia de función pública y, en su
caso, por la legislación que les resulte de aplicación del Estado, de las comunidades autónomas
o por la legislación estatal y la de las comunidades autónomas que sea de aplicación a las
entidades locales, con respeto a su autonomía local.
En lo referente al ejercicio de sus funciones de policía judicial en sentido genérico, en todo lo no
dispuesto por este Estatuto Básico, los Agentes Forestales se regirán por lo establecido en la
vigente normativa procesal penal.
Art. 3.- PRINCIPIOS BÁSICOS DE ACTUACIÓN: Sin perjuicio de lo dispuesto en la normativa
específica que les sea de aplicación, serán principios básicos de actuación de los Agentes
Forestales, los siguientes:
1.-Ejercer sus funciones con respeto a la Constitución y al resto del ordenamiento jurídico,
actuando en el cumplimiento de las mismas con absoluta neutralidad política, con objetividad e
imparcialidad, y evitando toda actuación que pueda generar discriminación a los ciudadanos.
2.-Sujetarse en su actuación profesional a los principios de jerarquía y subordinación, sin que en
ningún caso la obediencia debida pueda amparar órdenes que entrañen la ejecución u omisión
de actos que manifiestamente constituyan delito o infracción del ordenamiento jurídico, en cuyo
caso pondrán las órdenes recibidas inmediatamente en conocimiento de los órganos de
inspección procedentes.
3.-Colaborar con los Jueces, Tribunales y con el Ministerio Fiscal, auxiliándolos en el ámbito de
sus funciones profesionales.
4.-Observar en todo momento un trato correcto y atento en sus relaciones con los ciudadanos, a
quienes procurarán auxiliar, informar y facilitar el ejercicio de sus derechos y el cumplimiento de
sus deberes, siempre que las circunstancias lo permitan o aconsejen, o fueren requeridos para
ello.
5.-En el ejercicio de sus funciones deberán actuar con la diligencia necesaria, y sin demora
cuando de ello dependa evitar un daño grave, inmediato e irreparable para los bienes jurídicos
cuya protección tiene encomendada, rigiéndose al hacerlo por los principios de congruencia,
oportunidad y proporcionalidad.
6.- Guardarán riguroso secreto respecto a todas las informaciones que conozcan por razón o con
ocasión del desempeño de sus funciones, sin que puedan hacer uso de la información así
obtenida para beneficio propio, de terceros o en perjuicio del interés público.
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7.- Responderán personal y directamente por los actos que en su actuación profesional lleven a
cabo infringiendo o vulnerando a sabiendas o por ignorancia inexcusable las normas legales, así
como las reglamentarias que rijan su profesión y los principios enunciados anteriormente, sin
perjuicio de la responsabilidad patrimonial que pueda corresponder a la Administración Pública
por las mismas.
8.- Prestación simultánea e indiferenciada con las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, de las
funciones propias de policía administrativa especial de carácter medio ambiental.
9.- En sus relaciones con las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, deberán prestarse mutuo auxilio
e información reciproca en el ejercicio de sus funciones concurrentes, colaborando para el buen
fin de las actuaciones.
10.- Observar en todas sus actuaciones las normas sobre seguridad y salud que le sean de
aplicación, y mantener actualizada su formación y cualificación profesional para el eficaz ejercicio
de las funciones legalmente asignadas.
Art. 4.- FUNCIONES BÁSICAS: De conformidad a lo que se establezca por sus respectivas
Administraciones Públicas en la regulación específica que les resulte de aplicación, los Agentes
Forestales podrán desempeñar las siguientes funciones:
a) Policía mixta, de carácter administrativa especial y judicial en sentido genérico, en
materia medio ambiental: Las funciones de policía administrativa especial tendrá por
finalidad velar por el cumplimiento de las leyes y demás disposiciones del ordenamiento
jurídico sobre conservación de la naturaleza y medio ambiente, espacios naturales
protegidos y zonas de especial conservación, protección del suelo rústico, protección del
paisaje, residuos y vertidos en el medio no urbano, recursos hidráulicos, protección de
dominio público hidráulico, protección del dominio público marítimo terrestre, protección
del patrimonio cultural en el medio rural, protección de los animales domésticos en el
medio rural, vías pecuarias, exóticas invasoras, riqueza cinegética, piscícola, forestal y
de cualquier otra índole relacionada con la protección y conservación de la naturaleza.
Las funciones de policía judicial en sentido genérico, comprenderá el ejercicio de las
primeras diligencias de prevención y aseguramiento en el ámbito de sus atribuciones
profesionales, con la finalidad de poner en conocimiento de la Autoridad Judicial o del
Ministerio Fiscal los hechos que pudieran ser constitutivos de delito de los que tuvieran
conocimiento con ocasión del ejercicio de sus funciones, actuando de manera
coordinada con las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, a cuyos fin se les
reconoce a todos los efectos legales el carácter colaborador de las mismas.
En el ejercicio preprocesal de sus funciones de policía judicial en sentido genérico, los
Agentes Forestales serán dirigidos y coordinados por el Ministerio Fiscal.
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b) Intervención y asistencia en emergencias y seguridad ambiental: Los Agentes
Forestales tendrán la consideración de servicios públicos de intervención y asistencia en
emergencias de protección civil, de conformidad a lo dispuesto en el art. 17 de la Ley
17/2015, de 9 de julio, del Sistema Nacional de Protección Civil, interviniendo en las
emergencias por incendios forestales, por condiciones meteorológicas adversas y otras
de carácter ambiental, y participando en la forma prevista en las leyes, en la ejecución
de los planes de protección civil.
Igualmente, podrán colaborar con las autoridades competentes en la búsqueda de
personas desaparecidas en el medio natural, en el control de animales peligrosos en el
medio rural y cualesquiera otras actuaciones de seguridad ambiental en los términos que
determinen sus comunidades autónomas, o en su caso, las entidades locales a las que
pertenezcan.
c) Trabajos de gestión medio ambiental y educación ambiental: Podrán participar en
los trabajos de gestión y ordenación medio ambiental y forestal, en tareas de control de
exóticas invasoras, en seguimiento de flora y fauna silvestre y cinegética, en actividades
de educación ambiental y en el uso social, recreativo y didáctico de los espacios
naturales, así como aquellas otras actividades de índole similar que determinen las
comunidades autónomas o, en su caso, las entidades locales.
Art. 5.- FACULTADES DE LOS AGENTES FORESTALES: En el ejercicio de sus funciones, los
Agentes Forestales tendrán las siguientes facultades:
a) Entrar libremente, en cualquier momento y sin previo aviso, en lugares sujetos a
inspección y permanecer en ellos, con respeto en su caso, a la inviolabilidad del
domicilio. Al efectuar una visita de inspección, deberán comunicar su presencia a la
persona inspeccionada o a su representante, a menos que consideren que dicha
comunicación pueda perjudicar el éxito de sus funciones.
b) Practicar cualquier acto de investigación, inspección, examen o prueba que consideren
necesaria para comprobar el cumplimiento de las disposiciones del ordenamiento
jurídico en el ámbito de sus atribuciones. En particular podrán tomar o sacar muestras y
materiales, levantar cebos y cadáveres de fauna, realizar mediciones, obtener imágenes
o fotografías, videos, grabación de imágenes, y levantar croquis y planos, siempre que
se notifique al titular o a su representante, salvo caso de urgencia, en los que la
notificación podrá realizarse con posterioridad.
c) Intervenir, en los términos establecidos legalmente, los procedimientos masivos o no
selectivos prohibidos para la captura de la fauna; los aprovechamientos forestales
obtenidos ilegalmente; los ejemplares de flora y fauna silvestre cuya posesión estuviera
prohibida; las armas utilizadas en la comisión de infracciones, dándole a las mismas el
destino dispuesto en la legislación del estado sobre armas, y demás medios, efectos o
instrumentos utilizados en la comisión de infracciones dispuestas en la ley.
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d) Podrán requerir la identificación de las personas cuando existan indicios de que han
podido participar en la comisión de una infracción, o de las personas que sean objeto de
inspección, cuando sea necesario para el cumplimiento de sus funciones.
e) Requerir el auxilio de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, cuando fuera necesario para
el desempeño de las funciones que tengan encomendadas, especialmente en caso de
negativa a identificarse, desobediencia, obstrucción a su labor, agresión o amenaza.
f) En el ejercicio de sus funciones de inspección y policía, estarán facultados para requerir
y examinar toda clase de documentos relativos al planeamiento y su ejecución,
comprobar la adecuación de los actos de transformación, construcción, edificación y uso
del suelo y subsuelo a la normativa de ordenación de los recursos naturales, territorial y
urbanística aplicable y obtener la información necesaria para el cumplimiento de su
cometido. Las administraciones públicas y los particulares estarán obligados a prestarles
la colaboración que precisen.
g) Investigar la causalidad de los incendios forestales y de los envenenamientos de la
fauna.
h) Elaborar los informes técnicos que se le encomienden en el ámbito de su especialidad
profesional; así como redactar las actas de denuncia o atestados que procedan por la
comisión de las infracciones de las que tuvieran conocimiento en el ejercicio de sus
funciones, para su remisión a la Autoridad competente.
Art. 6.- PRESUNCIÓN DE CERTEZA O VERACIDAD: Las actas de denuncia e inspección que
se extiendan por los Agentes Forestales de las distintas Administraciones Públicas en el ejercicio
de sus funciones, gozarán de la presunción de certeza o veracidad respecto de los hechos
reflejados en la misma que hubieran constatado personal y directamente, salvo prueba en
contrario.
Art. 7.- SELECCIÓN, INGRESO, PROMOCIÓN Y FORMACIÓN PROFESIONAL: La selección,
ingreso, promoción, movilidad y formación profesional de los Agentes Forestales se regulará y
organizará respectivamente por sus Administraciones Públicas de pertenencia, de acuerdo a la
normativa que les resulte aplicable. Sin perjuicio de lo anterior, la fase de oposición de los
procesos selectivos de personal de nuevo ingreso constará al menos de una prueba de
conocimientos específicos en la materia de su especialización, otra práctica y un examen de
aptitud física.
La formación profesional de los Agentes Forestales, estará orientada al perfeccionamiento y
actualización en las materias propias de su especialidad y en aquellas otras materias que por
razones de prevención de riesgos laborales sean necesarias para garantizar su seguridad y
salud en el ejercicio de sus funciones de inspección y policía.
Las comunidades autónomas, o en su caso las entidades locales, podrán considerar a efectos de
aprobar su oferta de empleo público, las plazas de Agente Forestal como prioritarias o que afecte
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al funcionamiento de los servicios públicos esenciales, para determinar la tasa de reposición de
efectivos de conformidad a lo dispuesto por las leyes de presupuesto del estado, sin perjuicio del
cumplimiento del principio de estabilidad presupuestaria.
Art. 8.- UNIFORMIDAD, MEDIOS TÉCNICOS, OPERATIVOS Y DE DEFENSA PERSONAL:
Los Agentes Forestales deberán vestir el uniforme e insignias que determinen
reglamentariamente sus respectivas Administraciones Públicas de pertenencia, siempre que se
encuentren de servicio, salvo los casos excepcionales que por razones de servicio puedan
autorizarse por las mismas. Igualmente, deberán contar con una tarjeta de identidad profesional
que les acredite como agentes de la autoridad ante los ciudadanos y Administraciones Públicas.
La uniformidad de los Agentes Forestales, tendrá la consideración de equipo de protección
individual, a los efectos determinados por la vigente normativa en materia de prevención de
riesgos laborales.
En el ejercicio de sus funciones, o con ocasión de las mismas, los Agentes Forestales quedarán
identificados a todos los efectos legales mediante un número de identidad profesional que será
facilitado por su Administración Pública de pertenencia.
La Administración General del Estado, las comunidades autónomas o las entidades locales en su
caso, determinarán respectivamente los medios técnicos, operativos y de defensa personal que
se estimen necesarios para que sus Agentes Forestales puedan ejercer sus funciones con
garantía de su seguridad y salud, de conformidad con su deber de protección eficaz. Cuando así
lo estimen oportuno sus respectivas Administraciones Públicas de pertenencia, podrán portar
entre otros medios de defensa personal, armas de fuego en ejercicio de sus funciones de policía
de caza y en otros servicios en los que por su conflictividad o dificultad se presuma riesgo o
peligro para la vida o integridad física de los agentes, atendiendo en todo lo relacionado a la
licencia y uso del arma a lo establecido en la legislación estatal.
Los Agentes Forestales se incorporarán a los protocolos del número de emergencia 112 de sus
respetivas comunidades autónomas, en atención a su condición de funcionarios de policía mixta
de carácter administrativo especial y judicial en sentido genérico en materia medio ambiental y
en su consideración de servicios públicos de intervención y asistencia en emergencias del
Sistema Nacional de Protección Civil, en los términos que así se determinen por sus respectivas
comunidades autónomas, o en su caso, entidades locales de pertenencia.
DISPOSICIONES ADICIONALES
DISPOSICIÓN ADICIONAL PRIMERA. EXCEPCIÓN A LA PERMANENCIA EN EL SERVICIO
ACTIVO.
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Los Agentes Forestales quedan exceptuados de la posibilidad de permanencia voluntaria en la
situación de servicio activo, salvo las excepciones legalmente previstas.
DISPOSICIÓN ADICIONAL SEGUNDA. LICENCIA DE ARMAS Y VEHÍCULOS OFICIALES DE
LOS AGENTES FORESTALES.
El Estado modificará la vigente normativa en materia de armas reglamentadas, a efectos de que
la tarjeta de identidad profesional de los Agentes Forestales sea considerada como licencia de
armas clase A, y facilitar que por los mismos se porten otros medios de defensa personal
alternativos a las armas de fuego y adecuados para su protección en el ejercicio de sus
funciones de inspección y policía.
Los Agentes Forestales, en lo relativo a la tenencia y uso de armas, atenderán a lo dispuesto en
la normativa de armas del Estado, siendo sus respectivas Administraciones Públicas de
pertenencia, quienes decidirán sobre la necesidad de su porte y uso, de conformidad a la
evaluación de los riesgos laborales concurrentes.
Los vehículos oficiales de los Agentes Forestales tendrán, a los efectos dispuestos por la vigente
normativa sobre tráfico y circulación de vehículos a motor, la consideración de vehículo policial y
de emergencias.
DISPOSICIÓN ADICIONAL TERCERA. NORMATIVA DE PREVENCIÓN DE RIESGOS
LABORALES.
La vigente normativa de prevención de riesgos laborales será de aplicación a todas las actividades profesionales de los Agentes Forestales, incluidas sus funciones de policía y protección civil, al objeto de promover la mejora de la seguridad y de la salud de los mismos.
DISPOSICIÓN ADICIONAL CUARTA. IDENTIFICACIÓN DE PERSONA E INFRACCIONES A
LA L.O 4/2015, SOBRE PROTECCIÓN DE LA SEGURIDAD CIUDADANA.
Cuando no fuera posible por cualquier medio, incluida la vía telefónica o telemática, la
identificación de una persona sobre la que existan indicios de haber podido participar en la
comisión de una infracción grave o un delito, o cuando la persona se negase a identificarse ante
los Agentes Forestales, los mismos podrán requerir a quienes no pudieran ser identificados a
que les acompañen a las dependencias de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad más próximas
en las que se disponga de los medios adecuados para la práctica por las citadas Fuerzas y
Cuerpos de Seguridad de la diligencia de identificación regulada en el art. 16 de la L. O. 4/2015,
sobre Protección de la Seguridad Ciudadana.
La negativa a identificarse o facilitar datos de identificación falsos a los Agentes Forestales, la
obstrucción a su labor no amparada en ejercicio de derechos, así como los insultos, amenazas o
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agresiones a los mismos que no sean constitutivos de infracción penal, se castigarán de
conformidad a lo dispuesto en la L.O. 4/2015, de Protección de la Seguridad Ciudadana.
DISPOSICIÓN ADICIONAL QUINTA. CREACIÓN DEL CUERPO DE AGENTES FORESTALES
O MEDIOAMBIENTALES EN LAS ENTIDADES LOCALES.
El Estado modificará los arts. 172 y 173 del vigente Texto Refundido de Régimen Local,
aprobado por RDL 781/86, de 18 de abril, incorporando una nueva letra al segundo apartado del
citado artículo, para crear específicamente en la Administración Local las plazas de Agente
Forestal / Agente de Medio Ambiente, dentro de la escala de administración especial, subescala
de servicios especiales, aclarando en el art. 173 que dichos funcionarios de la Administración
Especial se regirán por lo que determinen las normas específicas que le sean de aplicación, sin
perjuicio de cualesquiera otras legalmente procedentes, quedando su redacción final de la
siguiente manera:
“Art. 172. 2.
Se comprenderán en esta Subescala, y sin perjuicio de las peculiaridades de cada Corporación, las siguientes
clases:
a) Policía Local y sus auxiliares.
b) Servicio de Extinción de Incendios.
c) Agentes Forestales o Agentes de Medio Ambiente.
d) Plazas de Cometidos Especiales.
d) Personal de Oficios.
Art. 173:
La Policía ejercerá sus funciones de acuerdo con lo previsto en el Título V de la Ley Orgánica de Fuerzas y
Cuerpos de Seguridad.
Los Agentes Forestales y los Agentes de Medio Ambiente ejercerán sus funciones de conformidad a las
normas específicas que le sean de aplicación”.
DISPOSICIONES FINALES
DISPOSICIÓN FINAL PRIMERA. HABILITACIÓN COMPETENCIAL.
Esta Ley se dicta al amparo de lo dispuesto en los arts. 149. 1. 17, 149. 1. 18 y 149. 1. 23 de la
CE, y tienen por tanto carácter básico en dichos extremos, sin perjuicio de lo dispuesto en la
misma en ejercicio de las competencias exclusivas del Estado previstas en los arts. 149. 1. 6,
149. 1. 7, 149. 1. 13, 149. 1. 21 y 149. 1. 29 CE, y de su desarrollo y ejecución por las
comunidades autónomas en ejercicio de sus competencias asumidas estatutariamente.
DISPOSICIÓN FINAL SEGUNDA. ENTRADA EN VIGOR.
La presente ley entrará en vigor al día siguiente de su publicación en el Boletín Oficial del
Estado.