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Secuencia. Revista de historia y ciencias sociales ISSN: 0186-0348 [email protected] Instituto de Investigaciones Dr. José María Luis Mora México Zárate Toscano, Verónica Alain Musset, De New-York à Coruscant. Essai de géofiction, Presses Universitaires de France, París, 2005, 190 pp. Secuencia. Revista de historia y ciencias sociales, núm. 67, enero-abril, 2007, pp. 207-210 Instituto de Investigaciones Dr. José María Luis Mora Distrito Federal, México Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=319127422012 Cómo citar el artículo Número completo Más información del artículo Página de la revista en redalyc.org Sistema de Información Científica Red de Revistas Científicas de América Latina, el Caribe, España y Portugal Proyecto académico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto

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Secuencia. Revista de historia y ciencias

sociales

ISSN: 0186-0348

[email protected]

Instituto de Investigaciones Dr. José María

Luis Mora

México

Zárate Toscano, Verónica

Alain Musset, De New-York à Coruscant. Essai de géofiction, Presses Universitaires de France, París,

2005, 190 pp.

Secuencia. Revista de historia y ciencias sociales, núm. 67, enero-abril, 2007, pp. 207-210

Instituto de Investigaciones Dr. José María Luis Mora

Distrito Federal, México

Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=319127422012

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del barrio bajo el calificativo de obrero,sino también el potencial del mismo paramantenerse cohesionado en el presente yreforzar su carácter de comunidad.

Comunidad que, citando a RichardSennett, evoca las dimensiones sociales ypersonales del lugar. Un lugar se vuelvecomunidad, escribe Sennett, "cuando lagente utiliza el pronombre nosotros L.Jcuando la gente traduce las creencias com­partidas y los valores en prácticas concretasy cotidianas"." Es aquí donde, en mi opi­nión, reside en el presente la esencia delbarrio de La Fama Montañesa.

Por último, me gustaría comentar labelleza de las fotografías que aparecen enel texto y que aportan otros elementos alos interesados y a los estudiosos de la ima­gen para el análisis de la realidad históricosocial y, para quienes no nos dedicamos aesto, agregan simplemente el placer decontemplarlas como objetos estéticos rela­cionados con esta comunidad.

María Patricia Pensado LegliseINSTITUTO MORA

Alain Musset, De New-York aCoruscant.Essai degéofiction, Presses Universitaires deFranee, París, 2005, 190 pp.

EN UNA GALAXIA LEJANA O AQUÍ

EN LA TIERRA

En el otoño de 200S, un titular figuró,palabras más, palabras menos, y con surespectiva traducción, en los medios noti­ciosos del mundo: "Arde París". la infor-

4 Richard Sennett, La corrosi án del carácter, Ana­grama, Barcelona, 2000, p . 144.

RESEÑAS

mación referíaque decenas de adolescentesincendiaban un elevado número de ve­hículos y establecimientos. la informa­ción era imprecisa y manipulada, ya que,por un lado, las cifras de vehículos incen­diados parecían referirse a un total acu­mulado, cuando en realidad indicaban elnúmero de siniestros perpetrados cada no­che. la otra cara de la moneda estaba re­lacionada con el espacio geográfico dondeocurrían tales sucesos. Hablar de un Parísardiente ponía, en la imaginación de losque recibían la información, las imágenesde las zonasmáscéntricas de la ciudad con­vertidas en el escenario de disturbios enca­bezados por jóvenes inconformes. Yaun­que en esa parte central hubo algunasdesgracias, fueron mínimas respecto a lasocurridas del otro lado del principal cin­turón de seguridad de París . Los distur­bios ocurrían atravesando el periférico querodea la capital francesa, donde las demar­caciones pierden la numeración y empie­zan a adquirir nombre, en la banlieu; don­de habita una población de migrantes ysus descendientes que ocupan un elevadoporcentaje de la población de la He deFrance.

La semejanza entre tales hechos y laspáginas del libro con el inquietante títulode De Coruscant aNueva York, escrito porAlain Musset, era escalofriante. y es quela ciencia ficción y la realidad parecían,una vez más, tomarse de la mano al de­mostrar, mediante escenasdemasiado fuer­tes, que las situaciones llevadas a los extre­mos nos llevan a visualizar un futuro pocoprometedor. Porque casos como el men­cionado -y muchos más que pudieranmultiplicarse al infinito- corresponden auna realidad de miedo que quisiéramosque fuera ficción y no realidad. Y elli­bro que nos ocupa se adentra en muchas

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situaciones en las' que podríamos cruzar,sin pensarlo, la línea que divide a la verdadde la imaginación.

En este libro publicado por PUF y apo­yado en una aguda observación, el autorpropone una relectura de la ciencia ficcióncomo una proyección y magnificación deproblemas reales que, de seguir evolucio­nando, pueden llegar a mezclarse y seraterradores. Porque imaginar otros tiem­pos no sólo implica evocar esas román­ticas imágenes que Stanley Kubrick nosmostraba de naves que no sólo surcabanlos cielos para ir de una ciudad a otra sinode la tierra al espacio exterior en 2001,Odisea del espacio (1968). También existela perspectiva de la película Cuando eldestino nos alcance, de Richard Fleischer(1974), donde el material alimenticio sonlos propios seres humanos, o de Elplanetade los simios, de Franklin J. Schaffner(1968), cuyo final nos muestra al emble­ma de la ciudad de Nueva York, la esta­tua de la Libertad, semisumergida en elpolvo de los siglos .

En el caso de La guerra delasgalaxias(George Lucas, 1977-2005), esa aparentetransposición entre lo real y la ficción, en­tre el pasado y el futuro no sólo se haceevidente en los dos primeros episodios conla presencia de la ciudad-planeta de Corus­cant, tema de este libro, sino también enel episodio IV, cuando una de las bases re­beldes de los massassi resulta estar insta­lada en el cuarto satélite de Yavin, y queno es sino otro sitio real del planeta tierra.La ciudad maya de Tikal, en la actualGuatemala, sirve de escenario para unabreve secuencia. Y no es gratuito queGeorge Lucas haya seleccionado ese lugar,pues no sólo está cargado de un simbolis­mo histórico, sino que representa los gran­des avances tecnológicos de nuestros ante-

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pasados que en el siglo IX de nuestra eraconstruían verdaderos rascacielos.

Las coincidencias o incluso las correla­ciones entre espacios y construcciones uti­lizados en La guerra de las galaxias y losmodelos terrestres en los que se basaronse multiplican a lo largo del libro, y se evi­dencian mediante la inclusión de grabadoso esquematizaciones de las escenografíasde la película y fotografías, imágenes avista de pájaro y a ras de tierra, tomadas ensu mayoría por el propio autor, que nosmuestran similitudes no sólo con la GranManzana, sino con Sao Paulo, Varsovia,Quetzaltenango y Marsella.

Y si atendemos el aspecto temporal dela saga, recordemos que cada episodio nosubica Ha long time ago in a galaxy so faraway", así que algo que pensamos ocurri­ría en el futuro ya era un hecho pasado.Y así las proyecciones de las ciudades noserían sino realidades ya vividas .

Pero lo que finalmente interesa es queAlain Musset ha hecho un estudio entre lahistoria y la ficción, entre la geografía y...En realidad ha sabido conjuntar las vir­tudes de unas disciplinas que no deberíanestar tan separadas y que más bien se apo­yan. No se puede pensar en la historia sinla geografía pues, según afirmó Elisée Re­clus: "La geografía es la historia en el espa­cio y la historia es la geografía en el tiem­po." Pero en el libro que nos ocupa elautor se desplaza también con gran solturasobre el terreno de la literatura para llegara la geoficción.

Al abordar el libro con ojo crítico, deinmediato prestamos atención a las fuentessobre las que se basó para la investigacióny se hace evidente que se apoya en la lite­ratura clásica, los estudios geográficos ysociológicos y, por supuesto, la ciencia fic­ción futurista. Igualmente encontramos

núm. 67, enero-abril 2007

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referencias no sólo de las películas, sinode las tiras cómicas, juegos, libros y demásparafernaliaque ha generado esta saga queha cautivado a por lo menos un par de ge­neracionesde niños y también de adultos .Musset, además, ha sabido sacar provechode una vena humorística fina, y a la vezelegante, que saca a relucir el niño quelleva dentro. Pero una cosa es ser aficio­nado a las tiras cómicas y sus personajes,y otra es dedicarle un libro de profundidada una serie de películas de ciencia ficción.Precisamente ese puede ser su mérito: sindejar de lado la seriedad, ha logrado juntarsus pasiones personales y sus habilidadesprofesionales, y para ello ha bebido en to­das las fuentes disponibles.

El propio autor reconoce que la sagaha participado en la mundialización deimágenes, modelos y estereotipos de unasociedad muy americana y muy mestiza .Pero al mismo tiempo pone de manifiestolas relaciones conflictivas entre la ciudady la sociedad, con una urbanización des­controlada que, simultáneamente, debeesforzarse por mantener una simbiosis en­tre la naturaleza y la ciudad. Y finalmen­te Coruscant, la ciudad planeta, es la ex­presión de ese proceso de segregación yde fragmentación del espacio que carac­teriza a las "ciudades globales" de nuestrosiglo XXI. Porque aquella ciudad se con­viene en la parábola de un mundo urbanoen crisis que busca soluciones y no las en­cuentra más que en la separación de losgrupos socialesy el desarrollo separado delas razas.Así, las cuatro panes del mundoy las cuatro esquinas de la galaxia se mez­clan en un mundo cosmopolita y a la vezexcluyente que vive sus crisis y protestacon lo que tiene a mano.

Así pues, Musset considera que sepuede "leer" la saga en dos sentidos: limi-

RESEÑAS

tándose por las barreras que nos imponenlas ciencias sociales para estudiar las so­ciedades urbanas, o comprendiendo cómose percibe la ciudad contemporánea alaplicarle las imágenes y los discursos desa­rrollados sobre este tema por las cienciassociales. Y el libro apuesta por esta segun­da opción, logrando dar una perspectivadistinta a los estudios urbanos.

Tal vez una de las semejanzas entreCoruscant y Nueva York es que ambasson ciudades que tienen tanta vida de díacomo de noche ("] want to wake up ina city that doesn'csleep"dice una conocidacanción). Pero también una gran diferenciaes que la primera no se muestra como unresquicio de la historia ya que, como afir­ma el autor, "la memoria colectiva tienepoco lugar en esta ciudad en búsquedapermanente de la modernidad y que nose beneficia de ningún proyecto patrimo­nial". De esta manera, las calles que for­maban su traza urbana no sólo han pasadoa un plano inserto en el olvido, sino que,precisamente a consecuencia de esto, hanperdido sus nombres. Y con la pérdida dela nomenclatura, han perdido oficialmentesu identidad, pasada y presente. En vezde nombres personalizados, han pasado aser una combinación de letras y númerosque si bien establecen una forma de con­trol , se vuelven una manifestación deshu­manizada del orden.

Esta es sólo una muestra de algunosde los aspectos tratados de manera amenae inteligente en el libro que reseñamos.Sus Cuatrocapítulos nos hablan de Corus­cant como ciudad mundial y capital galác­tica, de la megalópolis planetaria, de lasdisparidades sociales y la segmentaciónvertical , y finalmente de los mil pedazosde Coruscant . A estos capítulos se añadenuna introducción sobre ciudades imagina-

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rias y modelos urbanos, y unas conclusio­nes sobre el Apocalipsis de Coruscanr queverdaderamente logran redondear el libro.

El propio Musset reconoce que, sibien entre Coruscant y Nueva York la rutainterestelar es grande, sólo unas páginasseparan las galaxias entre la imagen y el

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modelo. Yen este libro encontramos a laciencia ficción como espejo de una reali­dad temida y a la geoficci ón como espejode situaciones llevadas al extremo.

Verónica Zárate ToscanoINSTITUTO MORA

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