segunda naturaleza

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1.1.5, 2013. De la serie Posibilidades de una Estructura, sub-serie CosmosHebra de lana sobre tabla de madera cubierta en cera de Campeche.130 x 130 x 7 cm. Cortesía del artista y galería Proyectos MonclovaFotografía: Diego Berruecos

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Fotografía: Archivo Eduardo Terrazas

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Pragmatismo de una teoríaPaula DuarteCuradora, Museo de Arte Carrillo Gil

La interpretación de nuestras observaciones nos lle-va a generar hipótesis. Éstas, dentro de un sistema ló-gico-deductivo, construyen teorías, que tienen como fin explicar ideas, pero que también son variables, y pueden ser ampliadas, corregidas, refutadas e incluso falseadas por experimentos o teorías posteriores.

Bajo esta premisa, Eduardo Terrazas observó una evidente brecha entre el origen del todo, a lo que denominó “primera naturaleza”, y uno de sus sub-productos, el hombre, el cual, a su vez, mediante su capacidad creadora, constituyó plataformas para su bienestar, bienes tangibles e intangibles, que Terrazas nombró “segunda naturaleza”.

En un principio, la naturaleza fue un todo, constitui-do como un órgano vital que proveía una matriz de sustento, de desarrollo orgánico; un agar de nutrien-tes que permeaban la evolución de sistemas nano y macro que posibilitan hoy nuestra subsistencia. Sumados a ese potencial orgánico, fuerzas físi-cas, gravitacionales, químicas reactivas, detonaban subreacciones, liberando radicales libres que por ge-neración esporádica suscitaban otro tipo de enlaces.

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Percibimos el universo como un núcleo que perma-nece y se cohesiona a partir de la idea misma de creación. La integridad de ese hecho orgánico, con-siderado como la primera naturaleza, es el resultado de la expansión observable del universo que involu-cra su principio y su evolución. Es inicio de la materia, su desarrollo y camino, preludio de lo visible, útil e indispensable para nuestra aparición en el origen de los tiempos. El mundo mineral, vegetal y animal con-vergen en este eje primario. El hombre forma parte de la primera naturaleza, esencia, pero todo lo que lo rodea y permite su soporte en el mundo también es esencia.

Sin embargo, ¿qué aleja al individuo de la natura-leza? ¿Quizás la apertura inminente, propia del ser humano, que deviene en el acto creativo? El hombre desde el inicio de los tiempos ha tenido la necesi-dad de crear soportes que le permitan comprender el universo, la evolución y el desarrollo a partir de métodos y patrones reconocibles para sí mismo, ha sentido una constante obligación de categorizar e imitar el acto creador propio de la naturaleza. Para establecer un diálogo con sus semejantes, creó un lenguaje; al principio en mímesis con las plantas, y con el viento, a partir de movimiento; luego con sus símiles, los animales, mediante el sonido; la imagen siempre presente fue un referente. El origen de la segunda naturaleza, la comunicación, surgió a partir de las necesidades de los seres de la primera.

El potencial creador del ser humano dio pie al len-guaje, la música, los sonidos emulados, los símbolos,

las pictografías, las matemáticas, el fuego, el arte, la arquitectura, las ciudades, la economía, la religión, etcétera. Todo responde a una necesidad eminente y agobiante del ser humano de dar respuesta, de bus-car y de encontrar las razones del porqué.

Todo remite al individuo a racionalizar y diseccionar la naturaleza para comprender perfectamente su funcionamiento, con el fin de manipularla, manejarla, para su bienestar. Su fin es convertirla en artificio; su máximo, imitarla hasta el punto de convertirla en artilugio.

De esto trata Segunda Naturaleza. Eduardo Terrazas, dentro de su obra, deja en claro que forma parte “de esa veta interpretativa, y responde a la necesidad del ser humano de reconocer el mundo en el que habita a partir de sus propias interpretaciones”.

Esta muestra no sólo es la evidencia de una teoría puesta en práctica plásticamente, sino un ejercicio crítico exacerbado que ha transgredido a todo ni-vel las investigaciones conceptuales del artista; una preocupación latente de cómo y el por qué, en este evidente proceso de emulación con la naturaleza, el hombre, en contra de lo racionalmente lógico, de la sensatez, en una vía inconsciente y obtusa, opta por distanciarse del organismo vivo, del núcleo latente del todo. En un intento de acaparar, el hombre ha confundido el bienestar con el beneficio, ha pre-ferido modificar el lazo de dependencia, coartarlo, buscar provecho y terminar denominándolo como materia prima.

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1.3.4, 1973-1985. De la serie Posibilidades de una Estructura, sub-serie DiagonalesHebra de lana sobre tabla de madera cubierta en cera de Campeche. 100 x 100 x 7 cm. Cortesía del artista y galería Proyectos MonclovaFotografía: Diego Berruecos

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En esta sala se suma el trabajo multidisciplinar que por más de cuarenta años ha llevado a cabo Terrazas. Se trata de una exposición que revalúa su queha-cer como artista, arquitecto, urbanista y diseñador. Pretende, tal como se evidencia en este texto y en su título, poner en escena el resultado que involu-cra el producto de su faena creativa, totalidad de su factura corresponde a la segunda naturaleza. Es así como aquí se suman sus primeras prácticas plásticas (1960), sus investigaciones acerca del modernismo y que se transpolan en diagramas estadísticos, prác-ticas gráficas que se diversifican y dan pie a inter-pretaciones sobre el crecimiento y la evolución del hombre, que generan crecimientos orgánicos y ex-ponenciales que no tienen fin, o experimentos que sorprenden y aluden a un infinito mundo de posibi-lidades; un cosmos que se transforma a través de la diversidad del crecimiento orgánico; la práctica de percibir y concebir un campo de expansión inimagi-nable para la mayoría. De esta manera, el mundo de lo factible, de las expectativas, de las ideas, se ex-pande hasta el campo mismo de la abstracción.

Sin embargo, la exploración en el ámbito de la abs-tracción no viene sola: está ceñida en concreto al manejo del material, a la versatilidad de la explora-ción del uso y la posibilidad, de la forma y el color. Quién mejor para esta tarea que un profesional in-terdisciplinario. Terrazas encontró en la simplicidad de la representación, en el uso común y cotidiano de la imagen, la riqueza de la forma; en la artesanía, un recurso para el arte factual; en el reúso del producto artesanal, una visión para crear mosaicos y nuevos

Sin título, 1960Óleo sobre tela. 74 x 62.5 cmColección Eduardo TerrazasFotografía: Agustín Estrada

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patrones, para emplear el material, brindarle otro va-lor por medio de su aplicación y dotarlo de un nuevo significado, contemporáneo.

Esta tarea es la que ha emprendido Eduardo Praxedis Terrazas de la Peña, una relación consciente con el medio, para la planeación y ejecución de sus ideas. Traspasa el plano artístico siempre bajo el criterio del ¿qué pasaría sí?, pero no a manera de una inocente indagación, sino que cada pregunta viene acompa-ñada de una hipótesis, ligada a una coherente diges-tión de razones dispuestas en tiempo y espacio a causas conceptuales.

Detenernos a reflexionar por qué una obra de geo-metría abstracta, cuya investigación inició en 1965, recobra ahora tanta importancia y valor, transcurri-do el tiempo en la historiografía del arte mexicano, nos lleva a encontrar el velo del que mucho se ha hablado y que nubló las producciones artísticas del México moderno. Sin embargo, la obra de Terrazas permanece, trasciende el tiempo y los posibles lí-mites, tal y como las posibilidades de sus estructu-ras, tal y como perdura y continúa en evolución la segunda naturaleza.

0.5, 1969De la serie Posibilidades de una Estructura, sub-serie DiagonalesHebra de lana sobre tabla de madera cubierta en cera de Campeche122 x 102 x 3 cmColección privadaFotografía: Diego Berruecos

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Parteaguas, 2014. De la serie The Predicament of MankindBacklight sobre acrílico con caja de luz. 204 x 559 cm. Colección Eduardo TerrazasFotografía: Archivo Eduardo Terrazas

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La más compleja y ambiciosa serie de Terrazas, por mucho, es Posibilidades de una Estructura. Ésta comprende docenas de trabajos que le han tomado varios años y continúa en una constante evolución. Su rasgo esencial es el interés por la belleza de la línea y el modo en que la forma puede ser incorpora-da y desintegrada. La más sucinta descripción de la premisa subyacente de esta serie se encuentra en la monografía sobre el trabajo del artista de 2012: “La belleza que emana del conjunto es un resulta-do de la verdad establecida por el juego, una verdad basada en el estudio metódico y meticuloso de las limitaciones de la posibilidad.”1

La primera subserie se llama Cosmos. Es una estruc-tura compleja de círculos bisecados por líneas hori-zontales, verticales y en ángulo recto. Nos recuerda el primer verso en el Evangelio según San Juan, en la versión de la Biblia Latinoamericana: “En el Principio estaba el Verbo”. Excepto que aquí el principio es la imagen, el círculo bisecado. Los principios detrás del Hombre de Vitruvio, de Leonardo da Vinci –la quinta esencia de la perfección y el triunfo de la Creación divina– es inherente a esta imagen introductoria de la serie conocida como Posibilidades de una Estructura.

dinamismo y divergencia de la línea: eduardo terrazas-una mirada desde el extranjero*Edward J. Sullivan(Fragmento)

*Dynamism and Divergence of the Line: Eduardo Terrazas-a View from Abroad

Página anterior: Crecimiento Exponencial, 2014Instalación Multisensorial. Dimensiones variablesColección Eduardo Terrazas

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Desde ahí todo el resto deviene elaboración y com-plejidad, con interrupciones de la línea, desaparicio-nes y ornamentaciones sobre la base del color. A veces el círculo desaparece completamente y es su-gerido por una tonalidad sutil. En otras ocasiones, la composición se desarrolla en una suerte de staccato de líneas horizontales, recordándonos algunos de los apuntes más sobrios y abstractos del Neo-plasticista Piet Mondrian. La densidad juega con el vacío. En otros ejemplos, el horror vacui, el miedo al espacio en blanco, es la regla; en otras ocasiones la imagen entera parece estar en el umbral de la disolvencia. Posibilidades de una Estructura es un tour de force de la experimentación y las reflexiones sobre las posibilidades de las figuras y los límites de su de-finición. Cada componente de la serie nos obliga a mirar indefinidamente y a tratar de definir el rol que nosotros –observadores– tenemos en este juego eterno. Como un cubo de Rubik, con lo que aparen-tan ser una infinidad de posibilidades de elaboración, nos encontramos dibujando esta serie como si fuera un laberinto de color con múltiples significados que finalmente nos rebasan.

Casi como una conclusión lógica (o ilógica) de Posibi-lidades se presenta la serie llamada Deconstrucción de una Imagen. En estos trabajos la pieza original es representada por una serie de intersecciones trian-gulares, que gradualmente se rompe en imágenes individuales que son fragmentadas aparte, compro-metiendo la integridad del primer miembro del grupo. El artista realiza un acto de destrucción pictórica, y, eventualmente, de re-ensamblaje. Cada componente de las perturbadoras imágenes puede ser compren-dida en sus propios términos, dado que la naturaleza fragmentaria de cada uno lleva consigo la inevitable tensión o la indicación de un trauma visual. Terrazas parece estar probando al observador –tratando de ver que tan lejos puede ir sin conducirnos a un estado de angustia acerca de la desunión del todo.

1 Jaime Ripollés et. al, Eduardo Terrazas. Possibilities of a Struc-

ture (Mexico City: Turner, 2012), sin paginar.

Página siguiente: 1.1.121B, 2014. De la serie Posibilidades de una Estructura, sub-serie CosmosHebra de lana sobre tabla de madera cubierta en cera de Campeche.130 x 130 x 7 cm. Cortesía del artista y galería Proyectos MonclovaFotografía: Diego Berruecos

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Terrazas concibe al Universo como un cuadrado.

Divide su espacio, creando diagonales, que unen los ángulos rectos, estableciendo cuatro triángulos.

Conecta los puntos de las mediatrices con diagonales.

Une los puntos de las mediatrices de los lados con líneas que pasan por el centro del espacio.

Establece la bóveda celeste que nos rodea.

Crea la tierra como centro al centro del espacio del universo.

descriPciÓn del símBolo Que terrazas crea del universo

Símbolo del universo

Estudio Eduardo Terrazas

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semBlanza eduardo terrazas

El arquitecto, diseñador y artista Eduardo Terrazas pertenece a la generación que encabezó el movi-miento modernista en México en los años cincuenta, y que incluye a figuras emblemáticas como los arqui-tectos Luis Barragán y Juan O’Gorman y el artista Mathias Goeritz. Abandonada por mucho tiempo mientras que la escena del arte se enfocaba en el arte conceptual, la carrera de Terrazas resurgió con fuerza en 2012, cuando se mostró su obra simultá-neamente en la Colección Jumex, en la Casa Luis Barragán y en Proyectos Monclova. Fue seleccionado como el representante oficial de México en la Sharjah Biennial 11 (2013).

Terrazas nació en Guadalajara en 1936 y obtuvo su título de arquitecto en la unam en la Ciudad de Méxi-co y una maestría en la Cornell University en Ithaca. Como arquitecto joven en Londres, París y Nueva York, su práctica respondía a lo que él describe como “una forma de creación para el bienestar de la socie-dad”. Mientras que estaba en Europa, trabajó con el reconocido museógrafo Fernando Gamboa, quien le mostró una manera nueva de enfocar el arte folkló-rico mexicano, que luego él expondría junto a piezas arqueológicas en exhibiciones itinerantes. De regre-so a México en 1966, Terrazas fue nombrado por el arquitecto Pedro Ramírez Vázquez (quien acababa de terminar el Museo Nacional de Antropología y era presidente del Comité Olímpico de México), coor-dinador para realizar el diseño y los visuales de los Juegos Olímpico en la Ciudad de México. Influencia-

do por la artesanía huichola del noroeste de México, Terrazas creó el famoso logotipo de las Olimpiadas, que describe como “arquitectura hecha a mano”, una hábil combinación del símbolo de cinco aros de los Juegos Olímpicos y de “México68”. Este logotipo no fue solamente usados para los impresos de las Olim-piadas sino para ropa y balones que Terrazas también diseñó.

Inspirado por los principios de la Bauhaus, del mini-malismo de Nueva York y del Op art, Terrazas con-tinuó sus labores artísticas en paralelo a su trabajo como diseñador y arquitecto. “Como artista es como mejor se puede expresar uno”, observa justificando así su trabajo continuo con la pintura y el dibujo.

Como uno de los pocos mexicanos que trabajan con la abstracción geométrica, estableció un diálogo en-tre la estética formal occidental y las tradiciones in-dígenas. Fascinado por el ingenio de los artesanos mexicanos, quienes no están limitados por lo cáno-nes académicos de las combinaciones de colores o de las texturas, observa que “en México, la gente piensa con las manos”. Para una de sus series más conocidas, Posibilidades de una Estructura (1974), Terrazas crea configuraciones geométricas elabora-das usando hebras de lana de colores sobre un ta-blón cubierto de cera de Campeche, experimentando con una variedad infinita de composiciones que giran en torno a las formas básicas como el cuadrado o el círculo. La utilización de la geometría euclidiana

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ACTIVIDADES PARALELAS

Conversaciones abiertasRecorrido guiado por la exposición; con el artista, Eduardo Terrazas, la curadora Paula Duarte y espe-cialistas invitados; en el que se revisa la exposición comentando sobre la producción, historia y desarrollo de las piezas que la conforman.Sábados, 12:00 horas28 de febrero 21 de marzo2 de mayo

ConversatorioCharla con el arquitecto Eduardo Terrazas y el escritor Guillermo Fadanelli, en la que platicarán sobre arte, arquitectura e intereses compartidos por ambos, en torno a la muestra Segunda naturaleza.Miércoles, 19:00 horas 4 de marzo

Programación sujeta a cambios sin previo aviso

Consulta todas nuestras actividades en:

www.museodeartecarrillogil.com

SEGUNDA NATURALEZA. EDUARDO TERRAZASDel 30 de enero al 10 de mayo, 2015

Museo de Arte Carrillo GilAv. Revolución 1608, San ÁngelC.P. 01000, México, D.F.Tel: 8647 5450

mezclada con la técnicas indígenas era “un uso más dinámico de las estructuras que de otro modo serían más bien rígidas”, comenta. Continuó su trabajo con la antigua técnica huichola de la chaquira –cuentas de colores colocadas sobre tablones cubiertos de cera de Campeche– en su serie más reciente, Constela-ciones (2013).

Al apropiarse de las técnicas tradicionales artesa-nales para creas obra abstracta, Terrazas le da una nueva vida a estas formas de expresión. “Mi intención es encontrar la relación entre el mundo tradicional de México –no tanto del mundo prehispánico sino del artesanal– y la creación contemporánea”, dice con-cluyendo que “en México el arte está por todos lados en las calles, sólo tienes que aprende a verlo”.

Cortesía de Contemporary Art Mexico copyright TransGlobe Publishing, London.

Portada1.1.61, 2013De la serie Posibilidades de una Estructura, sub-serie CosmosHebra de lana sobre tabla de madera cubierta en cera de Campeche130 x 130 x 7cmCortesía del artista y galería Proyectos MonclovaFotografía: Diego Berruecos

ContraportadaCrecimiento Orgánico, 197516 páneles de 60 x 60 cm c/u de acrílico sobre telaColección FEMSAFotografía: Diego Berruecos

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Consejo Nacional para la Cultura y las ArtesRafael Tovar y de Teresa

Presidente

Saúl Juárez VegaSecretario Cultural y Artístico

Francisco Cornejo RodríguezSecretario Ejecutivo

Instituto Nacional de Bellas ArtesMaría Cristina García Cepeda

Directora general

Xavier Guzmán UrbiolaSubdirector general del Patrimonio Artístico Inmueble

Magdalena Zavala BonacheaCoordinadora Nacional de Artes Visuales

Vania Rojas SolisDirectora del Museo de Arte Carrillo Gil

Roberto Perea CortésDirector de Difusión y Relaciones Públicas

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