segundo matta

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SEGUNDO MATTA Había una vez un hombre llamado Cecco que había sido rico pero lo perdió todo por su derroche. Ya le era imposible recuperarse de esa miseria, además todos los niños se burlaban de él y sus madres lo comparaban con la fábula de la cigarra y la hormiga: “Mientras nosotros trabajábamos, él se divertía y ahora está hundido en la miseria”. El hombre pasaba hambre pero Mamá Margarita por las noches siempre le dejaba una olla de menestra caliente. Cecco pasaba por allí para comer. Juan, viendo el comportamiento generoso de su madre, aprendió mucho y esto le sirvió con un niño que conoció más adelante llamado Segundo Matta. Segundo Matta trabajaba en un caserío donde el patrón le daba un pedazo de pan negro como merienda mientras llevaba a las vacas a pastar al valle. Allí, en el valle, se encontraba con Juan. Juan a diferencia de Segundo llevaba un pedazo de pan blanco, mucho más rico y caro. Recordó lo que hacía su madre con aquel señor y decidió cambiárselo. Entonces le dijo: - ¿Me haces un favor? - Claro, encantado.- le responde. - ¿Me cambias tu pedazo de pan por el mío? El tuyo me parece más apetecible. Segundo aceptó sin dudarlo ya que el pan de Juan le gustaba más. Hicieron este cambio durante dos

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Page 1: Segundo Matta

SEGUNDO MATTA

Había una vez un hombre llamado Cecco que había sido rico pero lo perdió todo por su derroche. Ya le era imposible recuperarse de esa miseria, además todos los niños se burlaban de él y sus madres lo comparaban con la fábula de la cigarra y la hormiga: “Mientras nosotros trabajábamos, él se divertía y ahora está hundido en la miseria”.

El hombre pasaba hambre pero Mamá Margarita por las noches siempre le dejaba una olla de menestra caliente. Cecco pasaba por allí para comer.

Juan, viendo el comportamiento generoso de su madre, aprendió mucho y esto le sirvió con un niño que conoció más adelante llamado Segundo Matta.

Segundo Matta trabajaba en un caserío donde el patrón le daba un pedazo de pan negro como merienda mientras llevaba a las vacas a pastar al valle. Allí, en el valle, se encontraba con Juan.Juan a diferencia de Segundo llevaba un pedazo de pan blanco, mucho más rico y caro. Recordó lo que hacía su madre con aquel señor y decidió cambiárselo. Entonces le dijo:

- ¿Me haces un favor?

- Claro, encantado.- le responde.

- ¿Me cambias tu pedazo de pan por el mío? El tuyo me parece más apetecible.

Segundo aceptó sin dudarlo ya que el pan de Juan le gustaba más. Hicieron este cambio durante dos primaveras enteras.

Años más tarde, cuando Segundo ya era mayor, se dio cuenta de la inmensa bondad de Juan Bosco.