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Semana del 20 al 26 de Mayo
[E. Libro] [E.M.T] [R. Servicio] [Atalaya]
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[Cantico Nº 70][E. Libro] [Inicio]
[14][15][16][17][18][19]
jr cap. 9 párrs. 14-19
LA TRAMPA DE LAS “COSAS VALIOSAS”
14, 15. ¿Cómo pudieran las riquezas convertirse en
“cosas grandes” para nosotros?
[14] [Textos] Consideremos la posibilidad de que las
―cosas grandes‖ que ansiaba Baruc consistieran en las
riquezas. Como hemos indicado antes, si él hubiera
estado especialmente apegado a sus bienes y
propiedades en Judá, le habría costado mucho
obedecer la orden divina de entregarse a los caldeos.
El rico suele confiar en sus ―cosas valiosas‖, pero la
Biblia asegura que la protección que ofrecen está ―en su
imaginación‖ (Pro. 18:11). A todos los siervos de Jehová
nos viene bien recordar el punto de vista equilibrado que
nos da su Palabra sobre las cosas materiales (léase
Proverbios 11:4). Llegados a este punto, tal vez alguien
se pregunte: ―¿Y qué tiene de malo disfrutar un poco de
lo que el mundo ofrece?‖.
[15] [Textos] El apego a las posesiones puede llevar
al cristiano a ansiar cosas que forman parte de un
mundo destinado a la ruina. Eso no les pasó a Jeremías
y Baruc. Muchos años después, Jesús lanzó una
advertencia a la gente que viviera cuando ―el Hijo del
hombre [hubiera] de ser revelado‖. Dijo: ―Acuérdense de
la esposa de Lot‖. Igual de válida podría ser para los
cristianos la exhortación: ―Acuérdense de Jeremías y
Baruc‖ (Luc. 17:30-33). Si nos encariñamos demasiado
con las cosas materiales, será difícil seguir la
recomendación de Jesús. Tengamos presente que
Baruc puso a salvo su vida porque se tomó muy a pecho
el consejo que Dios le dio.
16. Relate una experiencia en la que los siervos de
Dios mantuvieron los bienes materiales en su
debido lugar.
[16] [Textos] Fijémonos en la experiencia de los
hermanos de Rumania durante el régimen comunista.
Cuando los agentes del gobierno allanaban sus
hogares, a veces les confiscaban sus efectos
personales, sobre todo objetos que pudieran vender
(Lam. 5:2). Muchos hermanos estuvieron dispuestos a
perderlo todo. Algunos tuvieron que dejar atrás sus
pertenencias y propiedades cuando fueron reubicados
en otros lugares, y aun así se mantuvieron fieles a
Jehová. Si a nosotros nos tocara pasar por tal prueba,
¿permitiríamos que el apego a los bienes materiales se
interpusiera en nuestra lealtad a Dios? (2 Tim. 3:11.)
17. ¿De qué manera pudieron haber sido una fuente
de ayuda para Jeremías y Baruc algunos de sus
contemporáneos?
[17] [Textos] Vale la pena destacar que Jeremías y
Baruc recibieron el apoyo de algunos de sus
contemporáneos. Sofonías profetizó durante el reinado
de Josías, mientras Jeremías efectuaba su ministerio.
¿Qué habrá pensado Jeremías de las palabras
consignadas en Sofonías 1:18? (Léase.) ¿Verdad que
no es difícil imaginarlo comentando con Baruc esta
profecía inspirada? Otro coetáneo suyo fue Ezequiel,
quien fue llevado cautivo a Babilonia en 617. Algunos de
sus actos y mensajes tenían que ver directamente con
los judíos que permanecieron en su patria, por lo que es
probable que Jeremías estuviera enterado de lo que
Ezequiel decía o hacía, y viceversa. Entre sus
declaraciones figura la que leemos en Ezequiel 7:19
(léase). De seguro, Jeremías y Baruc sacaron provecho
de aquellas palabras inspiradas, y nosotros también
podemos hacerlo. En el día de Jehová, los hombres
invocarán a sus dioses para que los salven, pero ni sus
dioses ni sus riquezas los librarán del furor divino (Jer.
2:28).
¿RECIBIREMOS NUESTRA “ALMA COMO
DESPOJO”?
18. ¿El “alma” de quién queremos recibir como
despojo, y cómo lo lograremos?
[18] [Textos] Recordemos que Jehová ha prometido
darnos nuestra ―alma‖ como despojo. Aun si algunos de
sus siervos mueren en la persecución que pueda
desatarse durante ―la gran tribulación‖ cuando los
cuernos políticos de la bestia salvaje embistan a la
religión, estos fieles en realidad no saldrán perdiendo.
Cuentan con la garantía de que su ―alma‖ volverá a vivir
y de que disfrutarán ―de la vida que realmente lo es‖ en
el nuevo mundo prometido por Dios (Rev. 7:14, 15;
1 Tim. 6:19). No obstante, podemos tener la seguridad
de que la mayoría de los cristianos que se mantengan
fieles sobrevivirán a la gran tribulación. Sabemos a
ciencia cierta que cuando Dios traiga la calamidad sobre
las naciones, ninguno de sus fieles se contará entre ―los
muertos por Jehová‖ (Jer. 25:32, 33).
19. ¿Cómo fortalecen nuestra resolución de no buscar “cosas grandes” para nosotros los ejemplos de Jeremías y Baruc?
[19] [Textos] A algunos quizás les desilusione la idea
de que el único despojo que obtendrán será su ―alma‖, mas no hay razón para ello. Recordemos que mientras los habitantes de Jerusalén morían de hambre, Jehová veló por la vida de Jeremías. ¿Cómo? El rey Sedequías ordenó que lo custodiaran en el Patio de la Guardia y que le dieran todos los días ―un pan redondo de la calle de los panaderos, hasta que todo el pan de la ciudad se agotó‖ (Jer. 37:21). Así fue como sobrevivió Jeremías. En efecto, Jehová puede utilizar cualquier medio para conservar vivo a su pueblo. Y que lo hará, lo hará; la esperanza de la vida eterna está garantizada. Baruc sobrevivió a la destrucción de Jerusalén porque no siguió ―buscando cosas grandes‖. Nosotros también anhelamos sobrevivir al Armagedón para alabar a Jehová con nuestra ―alma‖, de la cual gozaremos como despojo por la eternidad.
¿Por qué es sabio no buscar “cosas grandes” ahora, sino esperar anhelantes a que se nos dé nuestra “alma” como despojo?
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[P.S] [Nº1] [Nº2] [Nº3]
[P.S] Lectura de la Biblia: Juan 8 a 11 [Puntos
Sobresalientes]
*** w95 1/2 pág. 9 párr. 3 Una gran muchedumbre de adoradores verdaderos, ¿de dónde vienen? ***
Unos cuatro meses antes de morir, Jesús dijo que era ―el pastor excelente‖, y sus seguidores, las ―ovejas‖ por quienes daría la vida. Habló específicamente de las ovejas que halló en un aprisco figurativo y que después cuidó de forma especial. (Juan 10:1-18.) En muestra de su amor, Jesús entregó su alma a favor de las ovejas y así pagó el rescate que se requería para liberarlas del pecado y la muerte.
*** w10 15/3 pág. 26 párr. 10 Un solo rebaño, un solo pastor ***
Jesús habló de ―otras ovejas‖ que no pertenecerían al mismo ―redil‖ que el ―rebaño pequeño‖ de cristianos ungidos (Juan 10:16; Luc. 12:32). Con referencia a ellas, dijo: ―A esas también tengo que traer, y escucharán mi voz, y llegarán a ser un solo rebaño, un solo pastor‖. ¡Cuánto se fortalece nuestra fe al ver el cumplimiento de estas palabras! En efecto, se han unido dos grupos: el más pequeño, los ungidos, y el mayor, la gran muchedumbre de otras ovejas (léase Zacarías 8:23). Este último grupo no presta servicio en el patio interior del templo espiritual, sino en el patio exterior.
11:33-36. Expresar las emociones no es señal de
debilidad.
[Nº1] Núm. 1: Juan 8:12-30
[Nº2] Núm. 2: ¿Cómo nos protegemos de los apóstatas
y los falsos maestros? (Rom. 16:17; 2 Juan 9-11)
(Romanos 16:17) Ahora los exhorto, hermanos, a que vigilen a los que causan divisiones y ocasiones de tropiezo contrario a la enseñanza que ustedes han aprendido, y que los eviten.
(2 Juan 9-11) Todo el que se adelanta y no permanece en la enseñanza del Cristo no tiene a Dios. El que sí permanece en esta enseñanza es el que tiene al Padre y también al Hijo.
10 Si alguno viene a ustedes y no trae
esta enseñanza, nunca lo reciban en casa ni le digan un saludo.
11 Porque el que le dice un saludo es partícipe
en sus obras inicuas.
[Nº3] Núm. 3: ¿Por qué no decretó sencillamente Dios
que todos los que le obedecieran podrían vivir para
siempre? (rs pág. 321 párr. 5–pág. 322 párr. 2)
¿Por qué no decretó sencillamente Dios que, aunque Adán y Eva tenían que morir por su rebelión, todos los de la prole de ellos que obedecieran a Dios podrían vivir para siempre?
Porque Jehová es ―amador de justicia y derecho‖ (Sal. 33:5; Deu. 32:4; Jer. 9:24). Así, su modo de manejar la situación sostuvo su justicia, satisfizo los requisitos de la justicia absoluta y, al mismo tiempo, magnificó su amor y misericordia. ¿Por qué se dice eso?
1) Adán y Eva no habían tenido hijos antes de pecar, así que nadie nació perfecto. Toda la prole de Adán fue procreada en pecado, y el pecado resulta en muerte. El que Jehová sencillamente hubiera pasado por alto esto habría significado que rechazaba sus propias normas justas. Dios no podía hacer eso y hacerse así partícipe de la injusticia. No puso a un lado los requisitos de la justicia absoluta; por eso ninguna criatura inteligente podría jamás tener razón válida para criticar a Dios a este respecto. (Rom. 3:21-26.)
2) Sin pasar por alto los requisitos de la justicia, ¿cómo se podía hacer provisión para librar a los de la prole de Adán que demostraran obediencia amorosa a Jehová? Si un humano perfecto hubiera de morir como sacrificio, la justicia podría permitir que tal vida perfecta proveyera una cobertura para los pecados de los que con fe aceptaran la provisión. Puesto que el pecado de un solo hombre (el de Adán) había sido la causa de que toda la familia humana constara de pecadores, la sangre derramada de otro humano perfecto (en efecto, un segundo Adán), por ser de valor correspondiente, podría equilibrar la balanza de la justicia. Ya que Adán había sido pecador por propia voluntad, no podría beneficiarse de esta provisión; pero porque, del modo que se ha indicado, el precio que toda la humanidad tenía que pagar por el pecado lo pagaría otra persona, la prole de Adán podría ser librada. Pero no había tal humano perfecto. La humanidad nunca podría satisfacer esos requisitos de la justicia absoluta. Por eso, como expresión de su maravilloso amor, y a gran costo personal, Jehová mismo hizo la provisión (1 Cor. 15:45; 1 Tim. 2:5, 6; Juan 3:16; Rom. 5:8). El Hijo unigénito de Dios estuvo dispuesto a desempeñar su parte. En despliegue de humildad, Jesús dejó atrás su gloria celestial, llegó a ser humano perfecto y murió a favor de la humanidad. (Fili. 2:7, 8.)
Ilustración: Digamos que un cabeza de familia se convierte en delincuente y es sentenciado a muerte. Sus hijos quedan en la miseria y llenos de deudas. Quizás el bondadoso abuelo de ellos interviene a su favor y, mediante un hijo que vive con él, se encarga de pagarles las deudas y les presenta la posibilidad de emprender una nueva vida. Por supuesto, para beneficiarse, los hijos del delincuente tienen que aceptar el arreglo, y, como es razonable, el abuelo quizás les pida que cumplan con ciertos requisitos como garantía de que no imitarán el derrotero de su padre.
[R. Servicio] [Inicio]
Cántico 96
10 min: Maneras de ampliar nuestro ministerio
(tercera parte). Discurso basado en el libro
Organizados, página 116, párrafos 1 a 4.
Entreviste brevemente a un publicador que haya
participado en la construcción de un Salón del
Reino.
CAPÍTULO 10
SERVICIO DE BETEL
Servir en alguno de los muchos hogares Betel del
mundo es un privilegio especial. El nombre Betel
significa “Casa de Dios”, y tal designación es muy
adecuada para estos centros de actividad teocrática.
Los hermanos y hermanas que sirven en Betel
efectúan una labor esencial relacionada con la
producción y distribución de las publicaciones que
usamos los testigos de Jehová en todo el mundo.
Desde el Betel de Brooklyn, el Cuerpo Gobernante
supervisa y dirige a las congregaciones de toda la
Tierra.
Gran parte del trabajo que se efectúa en Betel
requiere energía física, por lo que principalmente se
invita a hermanos varones, dedicados y bautizados,
que sean jóvenes, fuertes y tengan buena salud. Si le
gustaría servir en Betel, y la sucursal de su país
necesita más hermanos, puede informarse de los
requisitos asistiendo a las reuniones especiales que a
tal fin se celebran en las asambleas de distrito. El
superintendente de circuito también puede
orientarlo.
SERVIR COMO VOLUNTARIO DE CONSTRUCCIÓN
La construcción de Salones del Reino y Salones de
Asambleas constituye también servicio sagrado, tal
como lo fue la construcción del templo de Salomón (1
Rey. 8:13-18). Muchos Testigos manifiestan su celo
por la organización de Jehová ofreciendo su tiempo y
sus bienes para sostener esta labor de construcción y
tomar parte en ella.
(1 Reyes 8:13-18) He tenido éxito en edificar una casa de
morada excelsa para ti, un lugar establecido donde mores
hasta tiempo indefinido‖. 14
Entonces el rey volvió su rostro y
se puso a bendecir a toda la congregación de Israel, mientras
toda la congregación de Israel estaba de pie. 15
Y él pasó a
decir: ―Bendito es Jehová el Dios de Israel, que habló por su
propia boca con David mi padre y por su propia mano ha dado
cumplimiento, al haber dicho: 16
‗Desde el día en que saqué a
mi pueblo Israel de Egipto no he escogido ciudad de todas las
tribus de Israel para edificar una casa para que continúe allí mi
nombre; pero escogeré a David para que llegue a estar sobre
mi pueblo Israel‘. 17
Y llegó a estar junto al corazón de David
mi padre el edificar una casa al nombre de Jehová el Dios de
Israel. 18
Pero Jehová dijo a David mi padre: ‗Por razón de que
resultó estar junto a tu corazón el edificar una casa a mi
nombre, hiciste bien, porque resultó estar junto a tu corazón.
¿Puede usted colaborar? Si es un publicador
bautizado y desea participar en dicha actividad, el
Comité Regional de Construcción agradecerá mucho
que se ofrezca. Si no tiene ninguna especialidad en el
campo de la construcción o es un publicador no
bautizado que goza de buena reputación en la
congregación, podría colaborar con la construcción
de algún Salón del Reino de su zona. ¿Por qué no les
comunica a los ancianos de la congregación y al
superintendente de circuito que pueden contar con
usted? En el caso de algunos publicadores bautizados
que reúnen los requisitos, su situación incluso les ha
permitido ofrecerse para trabajar en la construcción
internacional edificando Salones del Reino y Salones
de Asambleas en otros países.
10 min: Jehová nos ayuda a cumplir con nuestras
asignaciones (Éx. 4:10-12; Filip. 4:13). Análisis con el
auditorio basado en el Anuario 2013, página 101,
párrafo 3, y página 111, párrafo 2, a página 112,
párrafo 2. Pida a los presentes que hagan
comentarios sobre las lecciones aprendidas.
(Éxodo 4:10-12) Entonces Moisés dijo a Jehová:
―Dispénsame, Jehová, pero no soy persona que hable con fluidez, ni desde ayer ni desde antes de eso ni desde que hablaste con tu siervo, porque soy lento de boca y lento de lengua‖.
11 Ante esto, Jehová le dijo: ―¿Quién asignó boca al
hombre o quién asigna al mudo o al sordo o al de vista perspicaz o al ciego? ¿No soy yo, Jehová?
12 Ahora pues, ve,
y yo mismo resultaré estar con tu boca y ciertamente te enseñaré lo que debes decir‖.
(Filipenses 4:13) Para todas las cosas tengo la fuerza en
virtud de aquel que me imparte poder.
10 min: “¿A quién podría interesarle este tema?”
Preguntas y respuestas. Pida a los presentes que
mencionen algunos negocios u oficinas
gubernamentales del territorio de la congregación
que podrían estar interesados en algún artículo de las
revistas.
¿A quién podría interesarle
este tema?
1. ¿En qué deberíamos pensar cuando leamos
nuestras revistas, y por qué?
Las revistas La Atalaya y ¡Despertad! se redactan
para un público mundial. Por eso, contienen una
inmensa variedad de temas. Al leerlas, sería bueno
que tratáramos de determinar a quién podría
interesarle cada artículo y nos pusiéramos la meta de
presentárselo.
2. ¿Qué temas de nuestras revistas podrían
interesar a otras personas?
¿Se analiza en La Atalaya un asunto bíblico del que
hayamos hablado con algún compañero de trabajo?
¿Hemos visto un artículo sobre la familia que pudiera
serle útil a algún pariente? ¿Sabemos de alguien que
planee viajar a un lugar que se haya descrito en un
artículo de ¡Despertad!? ¿Hay alguna revista en
particular que pudiéramos ofrecer en ciertos
negocios u oficinas del gobierno dentro del
territorio? Por ejemplo, en un asilo podríamos
ofrecer una revista que analice ciertos problemas de
la edad avanzada. Y si una revista trata sobre la
delincuencia, no sería mala idea presentarla en
lugares como los tribunales o las comisarías.
3. Cuente una experiencia que demuestre la
importancia de ofrecer números específicos de
las revistas a quienes pensemos que podrían
interesarles.
Resultados. Después de recibir la ¡Despertad! de
octubre de 2011 titulada “Cómo criar hijos
responsables”, un matrimonio de Sudáfrica telefoneó
a 25 escuelas del territorio de su congregación. Como
resultado, 22 centros aceptaron las revistas y las
distribuyeron entre los estudiantes. A otra pareja de
ese país se le ocurrió lo mismo y logró dejar
ejemplares en las escuelas de su territorio. Enana de
estas, algunos maestros los utilizaron en su programa
semanal de orientación y lectura. Esta pareja le contó
lo ocurrido al superintendente de circuito, quien a su
vez animó a las congregaciones a hacer lo mismo. Al
final, en la sucursal se recibieron tantas solicitudes de
esa revista que tuvo que volverse a imprimir.
4. ¿Por qué queremos que las revistas tengan la
mayor distribución posible?
Nuestras revistas explican el verdadero significado
de los acontecimientos mundiales y dirigen la
atención de los lectores a la Biblia y al Reino de Dios.
Además, son las únicas revistas que “publica[n]
salvación” (Is. 52:7). Por lo tanto, queremos que la
mayor cantidad de personas posible las lea. Y una
buena manera de lograrlo es preguntándonos: “¿A
quién podría interesarle este tema?”.
Cántico 92 y oración
[Cántico 51][Atalaya] [Inicio]
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Jehová es nuestra morada
“Oh Jehová, tú mismo has resultado ser una
verdadera morada para nosotros durante
generación tras generación.” (SAL. 90:1)
Cántico 95
¿QUÉ RESPONDERÍA? ¿Cómo fue Jehová “una verdadera morada” para los fieles de la antigüedad? Párrafos 4 y 5 ¿Qué aprendemos de un hombre tan fiel como Abrahán? Párrafo 11 ¿Cómo podemos demostrar que Jehová es nuestra “verdadera morada”? Párrafo 18 1, 2. ¿Cómo se han sentido los siervos de Dios en
este sistema de cosas, y qué “hogar” tienen?
[1] [Textos] ¿SE SIENTE como en casa en este
mundo? Si no es así, usted no es el único. A lo largo de
la historia, todos los que han amado de verdad a
Jehová se han sentido como forasteros en este
sistema de cosas. Por ejemplo, hubo fieles siervos de
Dios que, mientras se mudaban de campamento en
campamento en la tierra de Canaán, “declararon
públicamente que eran extraños y residentes
temporales” (Heb. 11:13).
[2] [Textos] Al igual que ellos, los discípulos ungidos
de Jesús, cuya “ciudadanía existe en los cielos”, se
consideran “forasteros y residentes temporales” en
este sistema de cosas (Filip. 3:20; 1 Ped. 2:11). Y las
“otras ovejas” de Cristo “no son parte del mundo”, así
como él tampoco lo fue (Juan 10:16; 17:16). Pero los
siervos de Dios no están “sin techo”. Al contrario,
disfrutan de la protección del hogar más seguro y
acogedor imaginable, un hogar que puede verse con
los ojos de la fe. Moisés escribió: “Oh Jehová, tú
mismo has resultado ser una verdadera morada para
nosotros durante generación tras generación” (Sal.
90:1). * ¿Cómo resultó Jehová ser “una verdadera
morada” para sus siervos leales de la antigüedad? ¿De
qué manera lo es hoy para el pueblo que porta su
nombre? ¿Y cómo resultará ser la única morada
segura en el futuro?
JEHOVÁ FUE “UNA VERDADERA MORADA” PARA
SUS SIERVOS DE LA ANTIGÜEDAD
3. ¿Qué protagonista e imagen hallamos en Salmo
90:1, y en qué se asemejan?
[3] [Textos] Como sucede con muchas otras
comparaciones de la Biblia, Salmo 90:1 tiene un
protagonista, una imagen y varios puntos en que se
asemejan. El protagonista es Jehová. La imagen es la
de una morada, un lugar donde alojarse. Y Jehová
tiene mucho en común con un lugar así. Por ejemplo,
brinda protección a su pueblo, en armonía con el
hecho de que él es la misma personificación del amor
(1 Juan 4:8). También es un Dios de paz que permite
a sus leales “morar en seguridad” (Sal. 4:8). Piense, si
no, en su trato con los fieles patriarcas, comenzando
con Abrahán.
4, 5. ¿Cómo fue Dios “una verdadera morada”
para Abrahán?
[4] [Textos] Podemos hacernos una idea de cómo se
sintió Abrahán, que aún se llamaba Abrán, cuando
Jehová le dijo: “Vete de tu país y de tus parientes [...]
al país que yo te mostraré”. Si aquel hombre fiel sintió
algún temor, sin duda se le disipó al oír lo que Jehová
siguió diciéndole: “Haré de ti una nación grande y te
bendeciré y de veras haré grande tu nombre [...]. Y
ciertamente bendeciré a los que te bendigan, y al que
invoque mal sobre ti lo maldeciré” (Gén. 12:1-3).
[5] [Textos] Con esas palabras, Jehová se
comprometió a ser un refugio seguro para Abrahán y
sus descendientes (Gén. 26:1-6). Y cumplió su
promesa. Por ejemplo, impidió que el faraón de
Egipto y el rey de Guerar, Abimélec, violaran a Sara y
mataran a Abrahán. También protegió a Isaac y
Rebeca de un modo parecido (Gén. 12:14-20; 20:1-
14; 26:6-11). Y “no permitió que ningún humano los
defraudara, antes bien, a causa de ellos censuró a
reyes, diciendo: ‘No toquen ustedes a mis ungidos, y a
mis profetas no hagan nada malo’” (Sal. 105:14, 15).
6. ¿Qué le dijo Isaac a Jacob que hiciera, y cómo
puede haberse sentido Jacob?
[6] [Textos] Entre esos profetas estuvo Jacob, el
nieto de Abrahán. Cuando llegó el momento de que se
casara, Isaac, su padre, le dijo: “No debes tomar
esposa de las hijas de Canaán. Levántate, ve a Padán-
aram, a la casa de Betuel, padre de tu madre, y de allí
tómate una esposa de las hijas de Labán” (Gén. 28:1,
2). Jacob obedeció sin vacilar. Abandonando la
seguridad que le proporcionaba su familia inmediata,
que vivía en Canaán, viajó cientos de kilómetros,
probablemente solo, hasta la región de Harán (Gén.
28:10). Puede que se preguntara: “¿Cuánto tiempo
estaré ausente? ¿Me acogerá bien mi tío y me
concederá una esposa que adore a Dios?”. Cualquier
preocupación de ese tipo sin duda desapareció
cuando llegó a Luz, a unos 100 kilómetros (60 millas)
de Beer-seba. ¿Qué ocurrió allí?
7. ¿Qué garantía le dio Dios a Jacob en un sueño?
[7] [Textos] En Luz, Jehová se apareció a Jacob en un
sueño y le dijo: “Aquí estoy yo contigo y ciertamente
te guardaré en todo el camino por el cual estás yendo,
y ciertamente te haré volver a este suelo, porque no
voy a dejarte hasta que realmente haya hecho lo que
te he hablado” (Gén. 28:15). ¡Cuánto debieron de
tranquilizar y consolar a Jacob aquellas afectuosas
palabras! ¿Puede usted imaginárselo caminando
resuelto después de esa experiencia, ansioso por ver
cómo iba a cumplir Dios su promesa? Si usted ha
dejado su hogar, quizás para apoyar la predicación en
otro país, con toda probabilidad entenderá los
sentimientos de Jacob. Y sin duda habrá visto pruebas
de la protección de Jehová en su propio caso.
8, 9. ¿Cómo fue Jehová “una verdadera morada”
para Jacob, y qué aprendemos de ello?
[8] [Textos] Cuando Jacob llegó a Harán, su tío Labán
le extendió una cálida bienvenida, y más tarde le dio a
Lea y Raquel por esposas. Sin embargo, con el tiempo
trató de aprovecharse de él, tanto que le cambió su
salario 10 veces (Gén. 31:41, 42). Jacob aguantó
aquellas injusticias, confiando en que Jehová lo
seguiría cuidando. Y, de hecho, así fue, pues cuando
regresó a Canaán poseía “grandes rebaños, y siervas y
siervos, y camellos y asnos” (Gén. 30:43).
Profundamente agradecido, le dijo a Jehová: “Indigno
soy de todas las bondades amorosas y de toda la
fidelidad que has ejercido para con tu siervo, porque
con solo mi bastón crucé este Jordán y ahora he
llegado a ser dos campamentos” (Gén. 32:10).
[9] [Textos] Estos ejemplos nos muestran por qué
Moisés pudo afirmar: “Oh Jehová, tú mismo has
resultado ser una verdadera morada para nosotros
durante generación tras generación” (Sal. 90:1). Sus
palabras siguen vigentes hoy, pues Jehová, con quien
“no hay la variación del giro de la sombra”, continúa
siendo una morada acogedora y segura para sus
leales (Sant. 1:17). Veamos de qué manera.
JEHOVÁ ES “UNA VERDADERA MORADA” PARA
SUS SIERVOS DE HOY
10. ¿Por qué podemos tener la certeza de que
Jehová sigue siendo una morada segura para sus
siervos?
[10] [Textos] Imagínese que está testificando en un
tribunal contra una organización criminal presente
en todo el mundo y sabe que su líder es un embustero
y un asesino sumamente inteligente, poderoso y
despiadado. ¿Se sentiría seguro al salir del juzgado al
final del día? ¡Difícilmente! En realidad, tendría
buenas razones para solicitar protección. Esto ilustra
la situación de los siervos de Jehová, que con valor
testificamos a favor de él y denunciamos a su
malvado enemigo, Satanás (lea Revelación 12:17).
Pero ¿ha podido Satanás silenciarnos? ¡Desde luego
que no! De hecho, continuamos prosperando
espiritualmente, y eso solo tiene una explicación:
Jehová sigue siendo nuestro refugio, “una verdadera
morada” para nosotros, en especial en estos últimos
días (lea Isaías 54:14, 17). Con todo, él no puede ser
un refugio seguro para nosotros si permitimos que
Satanás nos atraiga fuera de nuestra morada.
Los ángeles apoyan y protegen a los siervos de Dios
11. ¿Qué otra lección aprendemos de los
patriarcas?
[11] [Textos] He aquí otra lección que aprendemos
de los patriarcas. Aunque vivían en la tierra de
Canaán, se mantuvieron apartados de la gente del
lugar, cuya maldad e inmoralidad detestaban (Gén.
27:46). Eran hombres de principios que no
dependían de una larga lista de cosas que podían o no
podían hacer. Les bastaba con lo que sabían de
Jehová y su personalidad. Puesto que él era su
morada, no deseaban acercarse al mundo tanto como
pudieran. Al contrario, guardaban toda la distancia
posible. ¡Qué magnífico ejemplo para nosotros!
¿Procura usted imitar a los fieles patriarcas al elegir
sus compañías o diversiones? Por desgracia, algunos
miembros de la congregación cristiana dan muestras
de que, al menos hasta cierto punto, se sienten
cómodos en el mundo de Satanás. Si usted se siente
así aunque sea solo un poco, ore a Jehová en cuanto a
ello. Recuerde, este es el mundo de Satanás y, como
tal, refleja su frialdad y egoísmo (2 Cor. 4:4; Efe. 2:1,
2).
12. a)?¿Cómo cuida Jehová de sus siervos?
b)?¿Cómo se siente usted al pensar en todas las
ayudas que nos da Jehová?
[12] [Textos] Para no caer víctimas de las trampas
del Diablo, tenemos que aprovechar por completo las
ayudas espirituales que Jehová ofrece a sus siervos, a
quienes hacen de él su morada. Entre tales ayudas
figuran las reuniones cristianas, la adoración en
familia y las “dádivas en hombres”, es decir, pastores
nombrados por Dios para consolarnos y apoyarnos
en nuestra lucha con las dificultades de la vida ( Efe.
4:8-12). El hermano George Gangas, quien fue
miembro del Cuerpo Gobernante por muchos años,
escribió: “Cuando estoy entre [los siervos de Dios]
siento que estoy en casa con mi familia, en un paraíso
espiritual”. ¿Se siente usted del mismo modo?
13. ¿Qué importante lección aprendemos al
examinar Hebreos 11:13?
[13] [Textos] Algo más que aprendemos de los
patriarcas es que no les importó ser diferentes de la
gente que los rodeaba. Como vimos en el párrafo 1,
“declararon públicamente que eran extraños y
residentes temporales en la tierra” (Heb. 11:13).
¿Está usted decidido a ser diferente? Claro, eso no
siempre es fácil. Pero con el apoyo de Dios y de sus
hermanos en la fe, puede lograrlo. Recuerde que hay
muchos otros cristianos en su situación. De hecho,
todos los que deseamos servir a Jehová tenemos una
lucha constante ( Efe. 6:12). Pero es una lucha que
ganaremos si confiamos en Jehová y hacemos de él
nuestra morada segura.
14. ¿Qué “ciudad” esperaban los siervos de
Jehová?
[14] [Textos] También es de vital importancia que
imite a Abrahán manteniendo la vista en el premio (2
Cor. 4:18). El apóstol Pablo escribió que Abrahán
“esperaba la ciudad que tiene fundamentos
verdaderos, cuyo edificador y hacedor es Dios” (Heb.
11:10). Esa “ciudad” resultó ser el Reino mesiánico, y
él, por supuesto, debía esperar a que llegara. En
cierto sentido, nosotros no tenemos que esperarlo,
pues ya está gobernando en los cielos. Lo que es más,
las pruebas indican que pronto tomará pleno control
de la Tierra. ¿Es el Reino una realidad para usted?
¿Influye en su modo de ver la vida, en lo que opina de
este mundo y en sus prioridades? (Lea 2 Pedro 3:11,
12.)
NUESTRA “VERDADERA MORADA” AL ACERCARSE
EL FIN
15. ¿Qué futuro les espera a quienes confían en
este mundo?
[15] [Textos] A medida que el mundo de Satanás se
acerque a su fin, sus “dolores de angustia” irán
empeorando (Mat. 24:7, 8). Y, desde luego, las cosas
se pondrán aún más difíciles durante la gran
tribulación. Los servicios públicos y demás sistemas
organizados de este mundo se vendrán abajo, y la
gente temerá por su propia vida (Hab. 3:16, 17).
Completamente desesperados, buscarán refugio, por
así decirlo, “en las cuevas y en las masas rocosas de
las montañas” (Rev. 6:15-17). Pero ni las cuevas
literales ni las organizaciones políticas y comerciales
que ahora parecen firmes como montañas les
brindarán protección alguna.
16. ¿Cuánto debemos valorar la congregación, y
por qué?
[16] [Textos] Los siervos de Jehová, en cambio,
seguirán disfrutando de la seguridad de su
“verdadera morada”, Jehová Dios. Se sentirán como el
profeta Habacuc, quien dijo: “Me alborozaré en
Jehová mismo; ciertamente estaré gozoso en el Dios
de mi salvación” (Hab. 3:18). ¿De qué maneras será
Jehová “una verdadera morada” durante ese
turbulento período? Tendremos que esperar para
verlo. Pero una cosa es cierta: lo mismo que los
israelitas de la época del éxodo, la “gran
muchedumbre” permanecerá organizada,
constantemente alerta a las instrucciones divinas
(Rev. 7:9; lea Éxodo 13:18). Esas instrucciones
vendrán por un canal teocrático, probablemente la
congregación. De hecho, parece que los miles y miles
de congregaciones de todo el mundo están
relacionadas con los “cuartos interiores” protectores
predichos en Isaías 26:20 (léalo). ¿Valora usted las
reuniones de la congregación? ¿Obedece sin vacilar
las instrucciones que Jehová nos da mediante ella?
(Heb. 13:17.)
17. ¿En qué sentido es Jehová “una verdadera
morada” incluso para sus siervos leales que han
muerto?
[17] [Textos] Incluso quienes mueran fieles antes de
que comience la gran tribulación estarán seguros con
Jehová, su “verdadera morada”. Mucho después de
que los fieles patriarcas murieron, Jehová le dijo a
Moisés: “Yo soy [...] el Dios de Abrahán, el Dios de
Isaac y el Dios de Jacob” (Éx. 3:6). Tras citar estas
palabras, Jesús agregó: “Él no es Dios de muertos,
sino de vivos, porque para él todos ellos viven” (Luc.
20:38). Es como si sus siervos leales que han muerto
todavía vivieran, pues es un hecho que los va a
resucitar (Ecl. 7:1).
18. En el nuevo mundo, ¿cómo será Jehová “una
verdadera morada” para su pueblo de un modo
especial?
[18] [Textos] En el nuevo mundo que está a las
puertas, Jehová será “una verdadera morada” para su
pueblo en un sentido más. Revelación 21:3 nos
promete: “¡Mira! La tienda de Dios está con la
humanidad, y él residirá con ellos”. Jehová residirá
con la humanidad por medio de Jesucristo, a quien
utilizará para gobernar la Tierra durante los
primeros mil años. Concluido ese período, Jesús
entregará el Reino a su Padre tras haber cumplido el
propósito divino para la Tierra (1 Cor. 15:28). A
partir de ese momento, Jehová gobernará
directamente a los seres humanos, que ya serán
perfectos. ¡Qué magnífico futuro nos aguarda!
Mientras tanto, luchemos por imitar a las
generaciones fieles de la antigüedad haciendo de
Jehová nuestra “verdadera morada”.
Volver al recuadro de repaso.
Textos del Libro
Párrafo 14
(Proverbios 18:11) Las cosas valiosas del rico son su pueblo fuerte, y son como un muro protector en su imaginación.
(Proverbios 11:4) Las cosas valiosas no serán de ningún provecho en el día del furor, pero la justicia misma librará de la muerte.
Párrafo 15
(Lucas 17:30-33) De la misma manera será en aquel
día en que el Hijo del hombre ha de ser revelado. 31
‖En
aquel día, el que esté en la azotea, pero cuyas cosas
movibles estén dentro de la casa, no baje a recogerlas;
e, igualmente, el que esté en el campo no vuelva a las
cosas atrás. 32
Acuérdense de la esposa de Lot. 33
Cualquiera que procure mantener segura su alma
para sí mismo la perderá, pero cualquiera que la pierda
la conservará viva.
Párrafo 16
(Lamentaciones 5:2) Nuestra propia posesión hereditaria ha sido transferida a extraños, nuestras casas a extranjeros.
(2 Timoteo 3:11) mis persecuciones, mis sufrimientos, la clase de cosas que me sucedieron en Antioquía, en Iconio, en Listra, la clase de persecuciones que he soportado; y, no obstante, de todas ellas el Señor me libró.
Párrafo 17
(Sofonías 1:18) Ni su plata ni su oro podrá librarlos en el día del furor de Jehová; sino que por el fuego de su celo toda la tierra será devorada, porque él hará un exterminio, realmente uno terrible, de todos los habitantes de la tierra.‖
(Ezequiel 7:19) ‖‘En las calles arrojarán su plata misma, y su propio oro llegará a ser una cosa aborrecible. Ni la plata ni el oro de ellos podrá librarlos en el día del furor de Jehová. A sus almas no satisfarán, y sus intestinos no llenarán, porque ha llegado a ser un tropiezo que es causa de su error.
(Jeremías 2:28) ‖¿Pero dónde están tus dioses que has hecho para ti? Que se levanten, si pueden salvarte en el tiempo de tu calamidad. Porque tantos como el número de tus ciudades han llegado a ser tus dioses, oh Judá.
Párrafo 18
(Revelación 7:14, 15) De modo que le dije inmediatamente: ―Señor mío, tú eres el que sabe‖. Y me
dijo: ―Estos son los que salen de la gran tribulación, y han lavado sus ropas largas y las han emblanquecido en la sangre del Cordero.
15 Por eso están delante del
trono de Dios; y le están rindiendo servicio sagrado día y noche en su templo; y El que está sentado en el trono extenderá su tienda sobre ellos.
(1 Timoteo 6:19) atesorando para sí con seguridad un fundamento excelente para el futuro, para que logren asirse firmemente de la vida que realmente lo es.
(Jeremías 25:32, 33) ‖Esto es lo que ha dicho Jehová de los ejércitos: ‗¡Miren! Una calamidad va a salir de nación en nación, y una gran tormenta misma será levantada desde las partes más remotas de la tierra. 33
Y los muertos por Jehová ciertamente llegarán a estar en aquel día desde un extremo de la tierra hasta el mismísimo otro extremo de la tierra. No serán plañidos, ni serán recogidos ni enterrados. Quedarán como estiércol sobre la superficie del suelo‘.
Párrafo 19
(Jeremías 37:21) En conformidad, el rey Sedequías dio
orden, y entonces custodiaron a Jeremías en el Patio de
la Guardia; y diariamente se le daba un pan redondo de
la calle de los panaderos, hasta que todo el pan de la
ciudad se agotó. Y Jeremías continuó morando en el
Patio de la Guardia.
Textos Atalaya
Párrafo 1
(Hebreos 11:13)En fe murieron todos estos, aunque no
consiguieron [el cumplimiento de] las promesas, pero las
vieron desde lejos y las acogieron, y declararon
públicamente que eran extraños y residentes temporales
en la tierra.
Párrafo 2
(Filipenses 3:20)En cuanto a nosotros, nuestra
ciudadanía existe en los cielos, lugar de donde también
aguardamos con intenso anhelo a un salvador, el Señor
Jesucristo,
(1 Pedro 2:11)Amados, los exhorto como a forasteros y
residentes temporales a que sigan absteniéndose de los
deseos carnales, los cuales son los mismísimos que
llevan a cabo un conflicto en contra del alma.
(Juan 10:16)‖Y tengo otras ovejas, que no son de este
redil; a esas también tengo que traer, y escucharán mi
voz, y llegarán a ser un solo rebaño, un solo pastor.
(Juan 17:16)Ellos no son parte del mundo, así como yo
no soy parte del mundo.
(Salmo 90:1)Oh Jehová, tú mismo has resultado ser
una verdadera morada para nosotros durante
generación tras generación.
Párrafo 3
(Salmo 90:1)Oh Jehová, tú mismo has resultado ser
una verdadera morada para nosotros durante
generación tras generación.
(1 Juan 4:8)El que no ama no ha llegado a conocer a
Dios, porque Dios es amor.
(Salmo 4:8)En paz ciertamente me acostaré y también
dormiré, porque tú, sí, tú solo, oh Jehová, me haces
morar en seguridad.
Párrafo 4
(Génesis 12:1-3)Y Jehová procedió a decir a Abrán:
―Vete de tu país y de tus parientes y de la casa de tu
padre al país que yo te mostraré;2 y haré de ti una
nación grande y te bendeciré y de veras haré grande tu
nombre; y resulta ser tú una bendición. 3 Y ciertamente
bendeciré a los que te bendigan, y al que invoque mal
sobre ti lo maldeciré, y ciertamente se bendecirán por
medio de ti todas las familias del suelo‖.
Párrafo 5
(Génesis 26:1-6)Ahora bien, surgió un hambre en el
país, además de la primera hambre que ocurrió en los
días de Abrahán, de modo que Isaac se dirigió hacia
Abimélec, rey de los filisteos, a Guerar. 2 Entonces
Jehová se le apareció y dijo: ―No bajes a Egipto. Reside
en el país que yo te designe. 3 Reside como forastero en
este país, y yo continuaré contigo y te bendeciré, porque
a ti y a tu descendencia daré todas estas tierras, y
ciertamente pondré por obra la declaración jurada que
juré a Abrahán tu padre: 4 ‗Y ciertamente multiplicaré tu
descendencia como las estrellas de los cielos y
verdaderamente daré a tu descendencia todas estas
tierras; y por medio de tu descendencia ciertamente se
bendecirán todas las naciones de la tierra‘, 5 debido a
que Abrahán escuchó mi voz y continuó guardando sus
obligaciones para conmigo, mis mandatos, mis estatutos
y mis leyes‖. 6 De modo que Isaac siguió morando en
Guerar.
(Génesis 12:14-20)Sucedió, pues, que tan pronto como
Abrán entró en Egipto, los egipcios llegaron a ver a la
mujer, que ella era muy hermosa. 15
Y también los
príncipes de Faraón llegaron a verla y empezaron a
alabársela a Faraón, de modo que la mujer fue llevada a
casa de Faraón. 16
Y él trató bien a Abrán por causa de
ella, y este llegó a tener ovejas y ganado vacuno y
asnos y siervos y siervas y asnas y
camellos. 17
Entonces Jehová tocó a Faraón y a su casa
con grandes plagas por causa de Sarai, esposa de
Abrán. 18
Por lo tanto Faraón llamó a Abrán y dijo:
―¿Qué es esto que me has hecho? ¿Por qué no me
informaste que era tu esposa? 19
¿Por qué dijiste: ‗Es mi
hermana‘, de modo que yo estuve a punto de tomarla
por esposa? Y ahora, aquí está tu esposa. ¡Tómala y
vete!‖. 20
Y Faraón dio mandatos respecto de él a unos
hombres, y estos se fueron acompañándolo en
despedida a él y a su esposa y todo cuanto tenía.
(Génesis 20:1-14)Ahora bien, Abrahán mudó su
campamento de allí a la tierra del Négueb y se puso a
morar entre Qadés y Sur y a residir como forastero en
Guerar. 2 Y repitió Abrahán respecto a Sara su esposa:
―Es mi hermana‖. Ante aquello, Abimélec rey de Guerar
envió, y tomó a Sara. 3 Después Dios vino a Abimélec
en un sueño de noche y le dijo: ―Mira que puedes darte
por muerto a causa de la mujer que has tomado, puesto
que es poseída por otro dueño como esposa‖. 4 Sin
embargo, Abimélec no se había acercado a ella. Por eso
dijo: ―Jehová, ¿matarás a una nación que es
verdaderamente justa? 5 ¿No me dijo él: ‗Es mi
hermana‘?, y ella... ¿no dijo ella también: ‗Es mi
hermano‘? En la honradez de mi corazón y con
inocencia de mis manos he hecho esto‖.6 Ante aquello,
el Dios [verdadero] le dijo en el sueño: ―Yo también he
sabido que has hecho esto en la honradez de tu
corazón, y también estaba deteniéndote de pecar contra
mí. Por eso no te permití tocarla.7 Pero ahora, devuelve
la esposa del hombre, porque es profeta, y él hará
súplica por ti. Así que, sigue viviendo. Pero si no la vas
a devolver, sabe que positivamente morirás, tú y todos
los que son tuyos‖. 8 De modo que Abimélec se levantó
muy de mañana y procedió a llamar a todos sus siervos
y a hablar de todas estas cosas a oídos de ellos. Y a los
hombres les dio mucho miedo. 9 Entonces llamó
Abimélec a Abrahán y le dijo: ―¿Qué nos has hecho, y
qué pecado he cometido yo contra ti, para que hayas
traído sobre mí y sobre mi reino un pecado grande?
Obras que no debieran haberse hecho has hecho tú
respecto a mí‖. 10
Y Abimélec pasó a decir a Abrahán:
―¿Qué tenías en mira para que hayas hecho esta
cosa?‖. 11
A esto Abrahán dijo: ―Fue porque me dije a mí
mismo: ‗Sin duda no hay temor de Dios en este lugar, y
ciertamente me matarán por causa de mi esposa‘. 12
Y,
además, ella en verdad es mi hermana, hija de mi
padre, solo que no es hija de mi madre; y vino a ser mi
esposa. 13
Y aconteció que, cuando Dios me hizo salir
errante de la casa de mi padre, entonces le dije a ella:
‗Esta es tu bondad amorosa que puedes ejercer para
conmigo: En todo lugar adonde lleguemos, di de mí: ―Es
mi hermano‖‘‖. 14
Después de eso Abimélec tomó ovejas
y ganado vacuno y siervos y siervas y los dio a Abrahán,
y le devolvió a Sara su esposa.
(Génesis 26:6-11)De modo que Isaac siguió morando
en Guerar.7 Ahora bien, los hombres del lugar
preguntaban de continuo acerca de su esposa, y él
decía: ―Es mi hermana‖. Pues tenía miedo de decir: ―Mi
esposa‖, por temor de que, según decía él, ―los hombres
del lugar me maten a causa de Rebeca‖, porque era de
apariencia atractiva.8 Aconteció, pues, que como se le
extendían los días allí, Abimélec, rey de los filisteos,
estaba mirando por la ventana y observando la escena,
y allí estaba Isaac divirtiéndose con Rebeca su
esposa. 9 En seguida Abimélec llamó a Isaac y dijo:
―¡Claro está que ella es tu esposa! Entonces, ¿cómo es
que dijiste: ‗Es mi hermana‘?‖. Ante esto, le dijo Isaac:
―Lo dije por temor de morir a causa de ella‖. 10
Pero
Abimélec continuó: ―¿Qué es esto que nos has hecho?
¡Un poco más y ciertamente alguno del pueblo se
hubiera acostado con tu esposa, y habrías traído sobre
nosotros culpa!‖. 11
Entonces mandó Abimélec a todo el
pueblo, diciendo: ―¡Cualquiera que toque a este hombre
y a su esposa, de seguro será muerto!‖.
(Salmo 105:14, 15)No permitió que ningún humano los
defraudara, antes bien, a causa de ellos censuró a
reyes, 15
[diciendo:] ―No toquen ustedes a mis ungidos, y
a mis profetas no hagan nada malo‖.
Párrafo 6
(Génesis 28:1, 2)Por consiguiente, Isaac llamó a Jacob
y lo bendijo y le mandó y le dijo: ―No debes tomar
esposa de las hijas de Canaán.2 Levántate, ve a Padán-
aram, a la casa de Betuel, padre de tu madre, y de allí
tómate una esposa de las hijas de Labán el hermano de
tu madre.
(Génesis 28:10)Y Jacob continuó su salida de Beer-
seba y siguió encaminándose hacia Harán.
Párrafo 7
(Génesis 28:15)Y aquí estoy yo contigo y ciertamente te
guardaré en todo el camino por el cual estás yendo, y
ciertamente te haré volver a este suelo, porque no voy a
dejarte hasta que realmente haya hecho lo que te he
hablado‖.
Párrafo 8
(Génesis 31:41, 42)Van ya para mí veinte años en tu
casa. Te he servido catorce años por tus dos hijas y seis
años por tu rebaño, y seguiste cambiando mi salario
diez veces. 42
Si el Dios de mi padre, el Dios de Abrahán
y el Pavor de Isaac, no hubiera resultado estar de parte
mía, me habrías enviado ahora con las manos vacías.
Mi miseria y el afán de mis manos los ha visto Dios, de
modo que te censuró anoche‖.
(Génesis 30:43)Y el hombre siguió aumentando más y
más, y llegaron a ser suyos grandes rebaños, y siervas
y siervos, y camellos y asnos.
(Génesis 32:10)indigno soy de todas las bondades
amorosas y de toda la fidelidad que has ejercido para
con tu siervo, porque con solo mi bastón crucé este
Jordán y ahora he llegado a ser dos campamentos.
Párrafo 9
(Salmo 90:1)Oh Jehová, tú mismo has resultado ser
una verdadera morada para nosotros durante
generación tras generación.
(Santiago 1:17)Toda dádiva buena y todo don perfecto
es de arriba, porque desciende del Padre de las luces
[celestes], y con él no hay la variación del giro de la
sombra.
Párrafo 10
(Revelación 12:17)Y el dragón se airó contra la mujer, y
se fue para hacer guerra contra los restantes de la
descendencia de ella, los cuales observan los
mandamientos de Dios y tienen la obra de dar
testimonio de Jesús.
(Isaías 54:14)Resultarás estar firmemente establecida
en la justicia misma. Estarás lejos de la opresión —pues
no temerás— y de cualquier cosa aterradora, porque no
se acercará a ti.
(Isaías 54:17)Sea cual sea el arma que se forme contra
ti, no tendrá éxito, y sea cual sea la lengua que se
levante contra ti en el juicio, la condenarás. Esta es la
posesión hereditaria de los siervos de Jehová, y su
justicia proviene de mí‖, es la expresión de Jehová.
Párrafo 11
(Génesis 27:46)Después Rebeca siguió diciendo a
Isaac: ―He llegado a aborrecer esta vida mía a causa de
las hijas de Het. Si alguna vez Jacob toma esposa de
las hijas de Het como estas de las hijas del país, ¿de
qué me sirve la vida?‖.
(2 Corintios 4:4)entre quienes el dios de este sistema
de cosas ha cegado las mentes de los incrédulos, para
que no pase [a ellos] la iluminación de las gloriosas
buenas nuevas acerca del Cristo, que es la imagen de
Dios.
(Efesios 2:1, 2)Además, a ustedes [Dios los vivificó]
aunque estaban muertos en sus ofensas y pecados, 2 en
los cuales en un tiempo anduvieron conforme al sistema
de cosas de este mundo, conforme al gobernante de la
autoridad del aire, el espíritu que ahora opera en los
hijos de la desobediencia.
Párrafo 12
(Efesios 4:8-12)Por lo cual él dice: ―Cuando ascendió a
lo alto se llevó cautivos; dio dádivas [en]
hombres‖. 9 Ahora bien, la expresión ―ascendió‖, ¿qué
significa, sino que también descendió a las regiones
inferiores, es decir, a la tierra? 10
El mismísimo que
descendió también es el que ascendió muy por encima
de todos los cielos, para dar plenitud a todas las
cosas. 11
Y dio algunos como apóstoles, algunos como
profetas, algunos como evangelizadores, algunos como
pastores y maestros, 12
con miras al reajuste de los
santos, para obra ministerial, para la edificación del
cuerpo del Cristo,
Párrafo 13
(Hebreos 11:13)En fe murieron todos estos, aunque no
consiguieron [el cumplimiento de] las promesas, pero las
vieron desde lejos y las acogieron, y declararon
públicamente que eran extraños y residentes temporales
en la tierra.
(Efesios 6:12)porque tenemos una lucha, no contra
sangre y carne, sino contra los gobiernos, contra las
autoridades, contra los gobernantes mundiales de esta
oscuridad, contra las fuerzas espirituales inicuas en los
lugares celestiales.
Párrafo 14
(2 Corintios 4:18)mientras tenemos los ojos fijos, no en
las cosas que se ven, sino en las que no se ven. Porque
las cosas que se ven son temporales, pero las que no
se ven son eternas.
(Hebreos 11:10)Porque esperaba la ciudad que tiene
fundamentos verdaderos, cuyo edificador y hacedor es
Dios.
(2 Pedro 3:11, 12)Puesto que todas estas cosas así han
de ser disueltas, ¡qué clase de personas deben ser
ustedes en actos santos de conducta y hechos de
devoción piadosa, 12
esperando y teniendo muy
presente la presencia del día de Jehová, por el cual [los]
cielos, estando encendidos, serán disueltos, y [los]
elementos, estando intensamente calientes, se
derretirán!
Párrafo 15
(Mateo 24:7, 8)‖Porque se levantará nación contra
nación y reino contra reino, y habrá escaseces de
alimento y terremotos en un lugar tras otro. 8 Todas
estas cosas son principio de dolores de angustia.
(Habacuc 3:16, 17)Oí, y mi vientre empezó a agitarse;
al sonido mis labios temblaron; podredumbre empezó a
entrar en mis huesos; y en mi situación estuve agitado,
para esperar calladamente el día de la angustia, para
[su] subida al pueblo, [para] hacer él incursión contra
ellos. 17
Aunque [la] higuera misma no florezca, y no
haya fruto en las vides; la obra de[l] olivo realmente
resulte un fracaso, y los terraplenes mismos realmente
no produzcan alimento; [el] rebaño realmente sea
cortado de[l] aprisco, y no haya vacada en los cercados;
(Revelación 6:15-17)Y los reyes de la tierra y los de
primer rango y los comandantes militares y los ricos y
los fuertes y todo esclavo y [toda] persona libre se
escondieron en las cuevas y en las masas rocosas de
las montañas. 16
Y siguen diciendo a las montañas y a
las masas rocosas: ―Caigan sobre nosotros y
escóndannos del rostro del que está sentado en el
trono, y de la ira del Cordero, 17
porque ha llegado el
gran día de la ira de ellos, y ¿quién puede estar de
pie?‖.
Párrafo 16
(Habacuc 3:18)sin embargo, en cuanto a mí,
ciertamente me alborozaré en Jehová mismo;
ciertamente estaré gozoso en el Dios de mi salvación.
(Revelación 7:9)Después de estas cosas vi, y, ¡miren!,
una gran muchedumbre, que ningún hombre podía
contar, de todas las naciones y tribus y pueblos y
lenguas, de pie delante del trono y delante del Cordero,
vestidos de largas ropas blancas; y había ramas de
palmera en sus manos.
(Éxodo 13:18)Por lo tanto, Dios hizo que el pueblo
rodeara por el camino del desierto del mar Rojo. Pero
fue en orden de batalla como subieron los hijos de Israel
de la tierra de Egipto.
(Isaías 26:20)‖Anda, pueblo mío, entra en tus cuartos
interiores, y cierra tus puertas tras de ti. Escóndete por
solo un momento hasta que pase la denunciación.
(Hebreos 13:17)Sean obedientes a los que llevan la
delantera entre ustedes, y sean sumisos, porque ellos
están velando por las almas de ustedes como los que
han de rendir cuenta; para que ellos lo hagan con gozo
y no con suspiros, por cuanto esto les sería gravemente
dañoso a ustedes.
Párrafo 17
(Éxodo 3:6)Y siguió diciendo: ―Yo soy el Dios de tu
padre, el Dios de Abrahán, el Dios de Isaac y el Dios de
Jacob‖. Entonces Moisés ocultó su rostro, porque temía
mirar al Dios [verdadero].
(Lucas 20:38)Él no es Dios de muertos, sino de vivos,
porque para él todos ellos viven‖.
(Eclesiastés 7:1)Mejor es un nombre que el buen
aceite, y el día de la muerte que el día en que uno nace.
Párrafo 18
(Revelación 21:3)Con eso, oí una voz fuerte desde el
trono decir: ―¡Mira! La tienda de Dios está con la
humanidad, y él residirá con ellos, y ellos serán sus
pueblos. Y Dios mismo estará con ellos.
(1 Corintios 15:28)Pero cuando todas las cosas le
hayan sido sujetadas, entonces el Hijo mismo también
se sujetará a Aquel que le sujetó todas las cosas, para
que Dios sea todas las cosas para con todos.
Cántico 70
Asegúrate de lo más importante (Filipenses 1:10)
1. Hoy es vital saber distinguir
la verdad de la falsedad,
saber también a qué cosas quiere Jehová
que des prioridad:
que odies el mal y ames el bien,
que seas fiel
y no descuides jamás la oración,
que oigas su voz
y a diario leas su justa ley.
2. ¿Qué puede ser de más importancia
que hablar del Reino de Dios
y hallar a las ovejas perdidas
llevándoles salvación?
Deben oír y conocer
qué han de hacer
para obtener libertad de Satán
y disfrutar
de la amistad del Señor Jehová.
3. Si prestas atención a lo que es primordial,
tu fe crecerá,
la paz de Dios, que el mundo no alcanza a entender,
te protegerá.
Líbrate ya de la inquietud,
sigue a Jesús,
miles de amigos y hermanos tendrás.
Y en su bondad,
tu Dios, Jehová, velará por ti.
(Véanse también Sal. 97:10; Mat. 22:37; Juan 21:15-17;
Hech. 10:42.) Volver
Cántico 96
Busquen a los merecedores (Mateo 10:11-15)
1. Jesús enseñó cómo hay que anunciar
las nuevas del Reino de Dios:
“En cada ciudad busquen sin descansar
hasta hallar quién es merecedor.
Saluden la casa deseándole paz;
si es digna, la recibirá.
Si no, no se lleven ni el polvo al salir.
Otros hay que querrán escuchar”.
2. El que los recibe, recibe a Jesús,
y Dios le abrirá el corazón.
Su disposición noble y leal lo pondrá
en camino de la salvación.
Y no se preocupen por qué han de decir,
pues Jehová por su boca hablará.
Su contestación sazonada con sal
al humilde sabrá conquistar.
(Véanse también Hech. 13:48; 16:14; Col. 4:6.) Volver
Cántico 92
“Predica la palabra” (2 Timoteo 4:2)
1. Dios te ha confiado una misión:
pregonar las nuevas de salvación.
Prepárate para responder
a quien te pida cuenta de tu fe.
(ESTRIBILLO)
¡Ve a predicar
hasta el último confín!
Haz saber
que muy pronto viene el fin.
Anda y di
que Jesús gobierna ya.
Hazlo, sí.
¡Ve a predicar!
2. En tiempos de dificultad
nuestra voz intentarán silenciar.
Mas los fieles del supremo Dios
jamás nos callaremos por temor.
(ESTRIBILLO)
¡Ve a predicar
hasta el último confín!
Haz saber
que muy pronto viene el fin.
Anda y di
que Jesús gobierna ya.
Hazlo, sí.
¡Ve a predicar!
3. En tiempos de favor habrá
quienes la verdad querrán escuchar.
Proclama el mensaje salvador,
al manso instruye siempre con amor.
(ESTRIBILLO)
¡Ve a predicar
hasta el último confín!
Haz saber
que muy pronto viene el fin.
Anda y di
que Jesús gobierna ya.
Hazlo, sí.
¡Ve a predicar!
(Véanse también Mat. 10:7; 24:14; Hech. 10:42; 1 Ped.
3:15.) Volver
Cántico 51
A ti somos fieles, Jehová (Josué 23:8)
1. Jehová, Dios eterno, Gran Rey del universo,
tus sendas son rectas, no hay nada en ti perverso.
Tus bellas promesas las cumplirás, Señor.
A ti somos fieles, pues eres el Creador;
a tu Reino justo mostramos adhesión.
2. Justicia y derecho son bases de tu trono;
amor y verdad van delante de tu rostro.
Los mansos aceptan tu invitación con fe.
A ti somos fieles, supremo y justo Juez,
pues todas tus obras son para nuestro bien.
3. Aunque eres más alto que el cielo de los cielos,
a ti acudimos sin miedo ni recelos.
Son tus enemigos los que han de temblar.
A ti somos fieles por ser el Dios leal.
A ti, Padre amado, a ti y a nadie más.
(Véanse también Deu. 4:4; 30:20; 2 Rey. 18:6; Sal.
89:14.) Volver
Cántico 95
“Gusten y vean que Jehová es bueno” (Salmo 34:8)
1. Feliz quien a Dios adora,
quien siempre le da lo mejor.
No deja pasar la oportunidad
de hablar de Su Reino de amor.
(ESTRIBILLO)
La Biblia invita: “Gusta y ve
qué bondadoso es Jehová”.
Haz cuanto puedas con devoción,
y gran ganancia tendrás.
2. Si a tiempo completo sirves,
tendrás bendiciones sin par.
Confiando en Jehová en toda ocasión,
su inmensa bondad palparás.
(ESTRIBILLO)
La Biblia invita: “Gusta y ve
qué bondadoso es Jehová”.
Haz cuanto puedas con devoción,
y gran ganancia tendrás.
(Véanse también Mar. 14:8; Luc. 21:2; 1 Tim. 1:12; 6:6.)
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Juan 8 a 11
8 Pero Jesús se fue al monte de los Olivos. 2 Al
amanecer, sin embargo, se presentó otra vez en el templo, y todo el pueblo empezó a venir a él, y se sentó y se puso a enseñarles.
3 Entonces los escribas y los
fariseos trajeron a una mujer sorprendida en adulterio, y, después de ponerla de pie en medio de ellos,
4 le dijeron
a él: ―Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en el acto de cometer adulterio.
5 En la Ley Moisés prescribió que
apedreáramos a mujeres de esta clase. Tú, pues, ¿qué dices?‖.
6 Por supuesto, decían esto para ponerlo a
prueba, a fin de tener algo de qué acusarlo. Pero Jesús se inclinó y empezó a escribir en la tierra con el dedo. 7 Como persistieron en preguntarle, se enderezó y les
dijo: ―El que de ustedes esté sin pecado sea el primero en tirarle una piedra‖.
8 E inclinándose de nuevo, siguió
escribiendo en la tierra. 9 Pero los que oyeron esto
empezaron a salir, uno a uno, comenzando por los ancianos, y lo dejaron solo, y a la mujer que estaba en medio de ellos.
10 Enderezándose, Jesús le dijo: ―Mujer,
¿dónde están? ¿No te condenó nadie?‖. 11
Dijo ella: ―Nadie, señor‖. Jesús dijo: ―Tampoco yo te condeno. Vete; desde ahora ya no practiques pecado‖.
12 Por lo tanto Jesús les habló otra vez, diciendo: ―Yo
soy la luz del mundo. El que me sigue, de ninguna manera andará en oscuridad, sino que poseerá la luz de la vida‖.
13 Por esto le dijeron los fariseos: ―Tú das
testimonio acerca de ti mismo; tu testimonio no es verdadero‖.
14 En respuesta, Jesús les dijo: ―Aunque yo
doy testimonio acerca de mí mismo, mi testimonio es verdadero, porque sé de dónde vine y adónde voy. Pero ustedes no saben de dónde vine ni adónde voy. 15
Ustedes juzgan según la carne; yo no juzgo a nadie. 16
Y sin embargo, si juzgo, mi juicio es verídico, porque no estoy solo, sino que conmigo está el Padre que me envió.
17 También, en la propia Ley de ustedes está
escrito: ‗El testimonio de dos hombres es verdadero‘. 18
Yo soy quien doy testimonio acerca de mí mismo, y el Padre que me envió da testimonio acerca de mí‖.
19 Por
lo tanto procedieron a decirle: ―¿Dónde está tu Padre?‖. Jesús contestó: ―Ustedes no me conocen a mí, ni a mi Padre. Si me conocieran, conocerían a mi Padre también‖.
20 Estos dichos los habló en la tesorería
mientras enseñaba en el templo. Pero nadie se apoderó de él, porque todavía no había llegado su hora.
21 Entonces les dijo otra vez: ―Yo me voy, y ustedes
me buscarán, y sin embargo morirán en su pecado. A donde yo voy ustedes no pueden venir‖.
22 Por eso
empezaron a decir los judíos: ―Él no va a matarse, ¿verdad? Porque dice: ‗A donde yo voy ustedes no pueden venir‘‖.
23 Así que él pasó a decirles: ―Ustedes
son de las regiones de abajo; yo soy de las regiones de arriba. Ustedes son de este mundo; yo no soy de este mundo.
24 Por eso les dije: Morirán en sus pecados.
Porque si no creen que yo soy [ese], morirán en sus pecados‖.
25 Por lo tanto se pusieron a decirle: ―¿Tú
quién eres?‖. Jesús les dijo: ―¿Para qué les hablo siquiera?
26 Muchas cosas tengo que hablar respecto de
ustedes y sobre las cuales pronunciar juicio. En realidad, el que me ha enviado es veraz, y las mismas cosas que oí de parte de él las hablo en el mundo‖. 27
No comprendieron que les hablaba del Padre. 28
Por lo tanto, dijo Jesús: ―Una vez que hayan alzado al Hijo del hombre, entonces sabrán que yo soy [ese], y que no hago nada por mi propia iniciativa; sino que hablo estas cosas así como el Padre me ha enseñado.
29 Y el que
me ha enviado está conmigo; no me ha dejado solo, porque yo siempre hago las cosas que le agradan‖.
30 Al
hablar él estas cosas, muchos pusieron fe en él.
31 De modo que Jesús siguió diciendo a los judíos
que le habían creído: ―Si permanecen en mi palabra, verdaderamente son mis discípulos,
32 y conocerán la
verdad, y la verdad los libertará‖. 33
Ellos le respondieron: ―Somos prole de Abrahán y nunca hemos sido esclavos de nadie. ¿Cómo es que dices tú: ‗Llegarán a ser libres‘?‖.
34 Jesús les contestó: ―Muy
verdaderamente les digo: Todo hacedor de pecado es esclavo del pecado.
35 Además, el esclavo no
permanece en la casa para siempre; el hijo permanece para siempre.
36 Por eso, si el Hijo los liberta, serán
realmente libres. 37
Yo sé que son prole de Abrahán; pero procuran matarme, porque mi palabra no hace progreso entre ustedes.
38 Cuantas cosas he visto con
mi Padre las hablo; y ustedes, por tanto, hacen las cosas que han oído de [su] padre‖.
39 En respuesta, le
dijeron: ―Nuestro padre es Abrahán‖. Jesús les dijo: ―Si son hijos de Abrahán, hagan las obras de Abrahán. 40
Pero ahora procuran matarme, un hombre que les ha dicho la verdad que oí de parte de Dios. Abrahán no hizo esto.
41 Ustedes hacen las obras de su padre‖. Le
dijeron ellos: ―Nosotros no nacimos de fornicación; tenemos un solo Padre, Dios‖.
42 Jesús les dijo: ―Si Dios fuera su Padre, ustedes me
amarían a mí, porque de Dios vine yo y estoy aquí. Tampoco he venido por mi propia iniciativa, no, sino que Aquel me ha enviado.
43 ¿Por qué no saben ustedes lo
que hablo? Porque no pueden escuchar mi palabra. 44
Ustedes proceden de su padre el Diablo, y quieren hacer los deseos de su padre. Ese era homicida cuando principió, y no permaneció firme en la verdad, porque la verdad no está en él. Cuando habla la mentira, habla según su propia disposición, porque es mentiroso y el padre de [la mentira].
45 Porque yo, por otra parte, digo
la verdad, ustedes no me creen. 46
¿Quién de ustedes me prueba culpable de pecado? Si yo hablo la verdad, ¿por qué no me creen ustedes?
47 El que procede de
Dios escucha los dichos de Dios. Por esto no escuchan ustedes, porque no proceden de Dios‖.
48 En respuesta, los judíos le dijeron: ―¿No decimos
correctamente: Tú eres samaritano y tienes demonio?‖. 49
Jesús contestó: ―Yo no tengo demonio, sino que honro a mi Padre, y ustedes me deshonran a mí.
50 Pero
yo no busco gloria para mí mismo; hay Quien busca y juzga.
51 Muy verdaderamente les digo: Si alguien
observa mi palabra, no verá la muerte nunca‖. 52
Los judíos le dijeron: ―Ahora sabemos que tienes demonio. Abrahán murió, también los profetas; pero tú dices: ‗Si alguien observa mi palabra, no gustará la muerte nunca‘.
53 Tú no eres mayor que nuestro padre Abrahán,
que murió, ¿verdad? También, los profetas murieron. ¿Quién pretendes ser?‖.
54 Jesús contestó: ―Si yo me
glorifico a mí mismo, mi gloria no es nada. Es mi Padre quien me glorifica, el que ustedes dicen que es su Dios; 55
y sin embargo ustedes no lo han conocido. Pero yo lo conozco. Y si dijera que no lo conozco sería como ustedes, mentiroso. Pero sí lo conozco, y observo su palabra.
56 Abrahán el padre de ustedes se regocijó
mucho por la expectativa de ver mi día, y lo vio y se regocijó‖.
57 Por eso le dijeron los judíos: ―Todavía no
tienes cincuenta años, ¿y sin embargo has visto a Abrahán?‖.
58 Jesús les dijo: ―Muy verdaderamente les
digo: Antes que Abrahán llegara a existir, yo he sido‖. 59
Por lo tanto, tomaron piedras para arrojárse[las]; pero Jesús se escondió, y salió del templo.
9 Entonces, al ir pasando, vio a un hombre ciego de
nacimiento. 2 Y sus discípulos le preguntaron: ―Rabí,
¿quién pecó: este hombre, o sus padres, para que naciera ciego?‖.
3 Jesús contestó: ―Ni este hombre pecó,
ni sus padres, sino que fue para que las obras de Dios se pusieran de manifiesto en su caso.
4 Tenemos que
obrar las obras del que me envió mientras es de día; la noche viene cuando nadie puede trabajar.
5 Mientras
estoy en el mundo, luz soy del mundo‖. 6 Después de
decir estas cosas, escupió en la tierra e hizo barro con la saliva, y puso su barro sobre los ojos [del hombre]
7 y
le dijo: ―Ve a lavarte en el estanque de Siloam‖ (que se traduce ‗Enviado‘). Y él se fue, pues, y se lavó, y volvió viendo.
8 Por lo tanto, los vecinos y los que solían ver que
era mendigo empezaron a decir: ―Este es el hombre que estaba sentado y mendigaba, ¿no es así?‖.
9 Unos
decían: ―Es este‖. Otros decían: ―De ninguna manera, pero se le parece‖. El hombre decía: ―Soy yo‖.
10 Por
consiguiente, empezaron a decirle: ―Entonces, ¿cómo se te abrieron los ojos?‖.
11 Él contestó: ―El hombre que
se llama Jesús hizo barro y me [lo] untó en los ojos y me dijo: ‗Ve a Siloam y lávate‘. Por lo tanto fui y me lavé, y recibí la vista‖.
12 Entonces le dijeron: ―¿Dónde está ese
[hombre]?‖. Él dijo: ―No sé‖.
13 Condujeron al hombre mismo que antes había sido
ciego a los fariseos. 14
A propósito, era sábado el día en que Jesús había hecho el barro y le había abierto los ojos.
15 Esta vez, pues, los fariseos también se pusieron
a preguntarle cómo había recibido la vista. Él les dijo: ―Me puso barro sobre los ojos, y me lavé, y tengo vista‖. 16
Entonces algunos de los fariseos se pusieron a decir:
―Este no es hombre de Dios, porque no observa el sábado‖. Otros decían: ―¿Cómo puede un hombre pecador ejecutar señales de esa clase?‖. De modo que hubo una división entre ellos.
17 Por eso dijeron otra vez
al ciego: ―¿Qué dices tú de él, ya que te abrió los ojos?‖. El [hombre] dijo: ―Es profeta‖.
18 Sin embargo, los judíos no creían, respecto de él,
que hubiera sido ciego y hubiera recibido la vista, hasta que llamaron a los padres del hombre que había recibido la vista.
19 Y les preguntaron: ―¿Es este
su hijo que ustedes dicen que nació ciego? ¿Cómo es, pues, que ve ahora?‖.
20 Entonces sus padres dijeron en
respuesta: ―Sabemos que este es nuestro hijo, y que nació ciego.
21 Pero cómo es que ve ahora, no lo
sabemos, o quién le abrió los ojos, no lo sabemos. Pregúntenle. Es mayor de edad. Él tiene que hablar por sí mismo‖.
22 Sus padres dijeron estas cosas porque
temían a los judíos, porque los judíos ya habían quedado de acuerdo en que, si alguno lo confesaba como Cristo, fuera expulsado de la sinagoga.
23 Por eso
sus padres dijeron: ―Es mayor de edad. Interróguenle‖.
24 Por eso ellos llamaron por segunda vez al hombre
que había sido ciego y le dijeron: ―Da gloria a Dios; nosotros sabemos que este hombre es pecador‖.
25 Él, a
su vez, contestó: ―Si es pecador, no lo sé. Una cosa sí sé: que, siendo el caso que yo era ciego, ahora veo‖. 26
Por tanto le dijeron: ―¿Qué te hizo? ¿Cómo te abrió los ojos?‖.
27 Él les contestó: ―Ya se lo dije a ustedes, y
sin embargo no escucharon. ¿Por qué quieren oírlo otra vez? No quieren hacerse discípulos de él también, ¿verdad?‖.
28 Ante esto, ellos lo injuriaron y dijeron: ―Tú
eres discípulo de ese [hombre], pero nosotros somos discípulos de Moisés.
29 Nosotros sabemos que Dios ha
hablado a Moisés; pero en cuanto a este, no sabemos de dónde es‖.
30 En respuesta, el hombre les dijo: ―Esto
sí que es una maravilla, que ustedes no sepan de dónde es, y sin embargo me abrió los ojos.
31 Sabemos que
Dios no escucha a pecadores, pero si alguien es temeroso de Dios y hace su voluntad, a este escucha. 32
Desde la antigüedad jamás se ha oído que alguien abriera los ojos a uno que hubiera nacido ciego.
33 Si
este [hombre] no fuera de Dios, no podría hacer nada‖. 34
En respuesta le dijeron: ―Tú naciste del todo en pecados, ¿y sin embargo nos enseñas a nosotros?‖. ¡Y lo echaron fuera!
35 Jesús oyó que lo habían echado fuera, y, al
hallarlo, le dijo: ―¿Pones tú fe en el Hijo del hombre?‖. 36
Él contestó: ―¿Y quién es, señor, para que ponga fe en él?‖.
37 Le dijo Jesús: ―Lo has visto y, además, el que
habla contigo es ese‖. 38
Entonces él dijo: ―Pongo fe [en él], Señor‖. Y le rindió homenaje.
39 Y Jesús dijo: ―Para
[este] juicio he venido a este mundo: para que los que no ven, vean, y los que ven, queden ciegos‖.
40 Aquellos
de los fariseos que estaban con él oyeron estas cosas, y le dijeron: ―Nosotros no somos ciegos también, ¿verdad?‖.
41 Jesús les dijo: ―Si fueran ciegos, no
tendrían pecado. Pero ahora ustedes dicen: ‗Vemos‘. Su pecado permanece‖.
10 ―Muy verdaderamente les digo: El que no entra
en el aprisco de las ovejas por la puerta, sino que trepa
por otra parte, ese es ladrón y saqueador. 2 Pero el que
entra por la puerta es pastor de las ovejas. 3 A este le
abre el portero, y las ovejas escuchan su voz, y él llama a sus propias ovejas por nombre y las saca fuera. 4 Cuando ha sacado todas las suyas propias, va delante
de ellas, y las ovejas le siguen, porque conocen su voz. 5 A un extraño de ningún modo seguirán, sino que
huirán de él, porque no conocen la voz de los extraños.‖ 6 Jesús les habló esta comparación; pero ellos no
sabían lo que querían decir las cosas que les hablaba.
7 Por lo tanto Jesús dijo otra vez: ―Muy
verdaderamente les digo: Yo soy la puerta de las ovejas. 8 Todos los que han venido en lugar de mí son ladrones
y saqueadores; pero las ovejas no les han escuchado. 9 Yo soy la puerta; cualquiera que entra por mí será
salvo, y entrará y saldrá y hallará pastos. 10
El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir. Yo he venido para que tengan vida, y la tengan en abundancia.
11 Yo
soy el pastor excelente; el pastor excelente entrega su alma a favor de las ovejas.
12 El asalariado, que no es
pastor, y a quien las ovejas no pertenecen como suyas propias, ve venir al lobo y abandona las ovejas y huye —y el lobo las arrebata y las desparrama—
13 porque es
asalariado y no le importan las ovejas. 14
Yo soy el pastor excelente, y conozco a mis ovejas y mis ovejas me conocen a mí,
15 así como el Padre me conoce y yo
conozco al Padre; y yo entrego mi alma a favor de las ovejas.
16 ‖Y tengo otras ovejas, que no son de este redil; a
esas también tengo que traer, y escucharán mi voz, y llegarán a ser un solo rebaño, un solo pastor.
17 Por eso
el Padre me ama, porque entrego mi alma, a fin de que la reciba de nuevo.
18 Nadie me la ha quitado, sino que
la entrego por mi propia iniciativa. Tengo autoridad para entregarla, y tengo autoridad para recibirla de nuevo. El mandamiento acerca de esto lo recibí de mi Padre‖.
19 Otra vez resultó una división entre los judíos a
causa de estas palabras. 20
Muchos de ellos decían: ―Demonio tiene, y está loco. ¿Por qué le escuchan?‖. 21
Otros decían: ―Estos no son dichos de un endemoniado. Un demonio no puede abrir los ojos a los ciegos, ¿verdad?‖.
22 Por entonces se celebraba la fiesta de la
dedicación en Jerusalén. Era invierno, 23
y Jesús estaba andando por el templo, en la columnata de Salomón. 24
Así que los judíos lo rodearon y se pusieron a decirle: ―¿Hasta cuándo has de tener nuestras almas en suspenso? Si eres el Cristo, dínoslo francamente‖. 25
Jesús les contestó: ―Se lo dije a ustedes, y sin embargo no creen. Las obras que hago en el nombre de mi Padre, estas dan testimonio acerca de mí.
26 Pero
ustedes no creen, porque no son de mis ovejas. 27
Mis ovejas escuchan mi voz, y yo las conozco, y ellas me siguen.
28 Y yo les doy vida eterna, y no serán
destruidas nunca, y nadie las arrebatará de mi mano. 29
Lo que mi Padre me ha dado es algo mayor que todas las otras cosas, y nadie puede arrebatarlas de la mano del Padre.
30 Yo y el Padre somos uno‖.
31 Otra vez los judíos alzaron piedras para
apedrearlo. 32
Jesús les respondió: ―Muchas obras
excelentes les exhibí de parte del Padre. ¿Por cuál de esas obras me apedrean?‖.
33 Los judíos le contestaron:
―No por obra excelente te apedreamos, sino por blasfemia, sí, porque tú, aunque eres hombre, te haces a ti mismo un dios‖.
34 Jesús les contestó: ―¿No está
escrito en su Ley: ‗Yo dije: ―Ustedes son dioses‖‘? 35
Si él llamó ‗dioses‘ a aquellos contra quienes vino la palabra de Dios, y sin embargo la Escritura no puede ser nulificada,
36 ¿me dicen ustedes a mí, a quien el
Padre santificó y despachó al mundo: ‗Blasfemas‘, porque dije: Soy Hijo de Dios?
37 Si no hago las obras
de mi Padre, no me crean. 38
Pero si las hago, aun cuando no me crean a mí, crean las obras, a fin de que lleguen a saber y continúen sabiendo que el Padre está en unión conmigo y yo estoy en unión con el Padre‖. 39
Por eso, otra vez trataron de prenderlo; pero se les fue de las manos.
40 De modo que se fue de nuevo al otro lado del
Jordán, al lugar donde Juan bautizaba al principio, y se quedó allí.
41 Y muchas personas vinieron a él, y
empezaron a decir: ―Juan, en realidad, no ejecutó una sola señal, pero cuantas cosas dijo Juan acerca de este hombre, todas eran verdaderas‖.
42 Y muchos pusieron
fe en él allí.
11 Ahora bien, estaba enfermo cierto hombre,
Lázaro de Betania, de la aldea de María y de Marta su hermana.
2 Esta fue, de hecho, la María que untó al
Señor con aceite perfumado y le enjugó los pies con sus cabellos, cuyo hermano Lázaro estaba enfermo.
3 Por lo
tanto, sus hermanas le despacharon un recado, diciendo: ―Señor, ¡mira!, está enfermo aquel a quien le tienes cariño‖.
4 Pero cuando Jesús lo oyó, dijo: ―Esta
enfermedad no tiene la muerte como su objeto, sino que es para la gloria de Dios, a fin de que el Hijo de Dios sea glorificado mediante ella‖.
5 Ahora bien, Jesús amaba a Marta y a su hermana y
a Lázaro. 6 Sin embargo, cuando oyó que este estaba
enfermo, entonces realmente permaneció dos días en el lugar donde estaba.
7 Luego, después de esto, dijo a los
discípulos: ―Vamos otra vez a Judea‖. 8 Los discípulos le
dijeron: ―Rabí, hace poco procuraban apedrearte los de Judea, ¿y vas allá otra vez?‖.
9 Jesús contestó: ―Hay
doce horas de luz del día, ¿no es verdad? Si alguien anda en la luz del día no choca contra nada, porque ve la luz de este mundo.
10 Pero si alguien anda de noche,
choca contra algo, porque la luz no está en él‖.
11 Dijo estas cosas, y después de esto les dijo:
―Nuestro amigo Lázaro está descansando, pero yo me voy allá para despertarlo del sueño‖.
12 Por lo tanto los
discípulos le dijeron: ―Señor, si está descansando, recobrará la salud‖.
13 Sin embargo, Jesús había
hablado de la muerte de aquel. Pero ellos se imaginaban que él estaba hablando de descansar en el sueño.
14 Entonces, por lo tanto, Jesús les dijo
francamente: ―Lázaro ha muerto, 15
y me regocijo, por causa de ustedes, de que yo no haya estado allí, a fin de que ustedes crean. Pero vamos a él‖.
16 Por eso
Tomás, que se llamaba El Gemelo, dijo a sus condiscípulos: ―Vamos nosotros también, para que muramos con él‖.
17 Por consiguiente, cuando Jesús llegó, halló que
hacía ya cuatro días que aquel estaba en la tumba conmemorativa.
18 Pues bien, Betania estaba cerca de
Jerusalén, como a tres kilómetros de allí. 19
Así que muchos de los judíos habían venido a Marta y a María para confortarlas respecto a su hermano.
20 Entonces
Marta, cuando oyó que Jesús venía, salió a su encuentro; pero María se quedó sentada en casa. 21
Marta entonces dijo a Jesús: ―Señor, si hubieras estado aquí mi hermano no habría muerto.
22 Y sin
embargo, actualmente sé que cuantas cosas pidas a Dios, Dios te las dará‖.
23 Jesús le dijo: ―Tu hermano se
levantará‖. 24
Marta le dijo: ―Yo sé que se levantará en la resurrección en el último día‖.
25 Jesús le dijo: ―Yo soy la
resurrección y la vida. El que ejerce fe en mí, aunque muera, llegará a vivir;
26 y todo el que vive y ejerce fe en
mí no morirá jamás. ¿Crees tú esto?‖. 27
Ella le dijo: ―Sí, Señor; yo he creído que tú eres el Cristo, el Hijo de Dios, Aquel que viene al mundo‖.
28 Y cuando ella hubo
dicho esto, se fue y llamó a María su hermana, diciendo secretamente: ―El Maestro está presente, y te llama‖. 29
Esta, cuando oyó esto, se levantó pronto y se encaminó a él.
30 Jesús, de hecho, aún no había entrado en la
aldea, sino que todavía estaba en el lugar donde Marta se había encontrado con él.
31 Por lo tanto, los judíos
que estaban con ella en la casa, y que la confortaban, al ver que María se levantó pronto y salió, la siguieron, pensando que iba a la tumba conmemorativa para llorar allí.
32 Así que María, cuando llegó a donde Jesús
estaba y alcanzó a verlo, cayó a sus pies, y le dijo: ―Señor, si tú hubieras estado aquí, mi hermano no habría muerto‖.
33 Jesús, pues, cuando la vio llorando, y
a los judíos que vinieron con ella llorando, gimió en el espíritu y se perturbó;
34 y dijo: ―¿Dónde lo han puesto?‖.
Ellos le dijeron: ―Señor, ven y ve‖. 35
Jesús cedió a las lágrimas.
36 Por eso los judíos empezaron a decir: ―Mira,
¡cuánto cariño le tenía!‖. 37
Pero algunos de ellos dijeron: ―¿No pudiera este [hombre], que abrió los ojos al ciego, haber impedido que este muriera?‖.
38 Así que Jesús, después de gemir otra vez en sí
mismo, vino a la tumba conmemorativa. Era, de hecho, una cueva, y había una piedra recostada contra ella. 39
Jesús dijo: ―Quiten la piedra‖. Marta, la hermana del fallecido, le dijo: ―Señor, ya debe oler mal, porque hace cuatro días‖.
40 Jesús le dijo: ―¿No te dije que si creías
habrías de ver la gloria de Dios?‖. 41
Por lo tanto, quitaron la piedra. Entonces Jesús alzó los ojos hacia el cielo y dijo: ―Padre, te doy gracias porque me has oído. 42
Cierto, yo sabía que siempre me oyes; pero a causa de la muchedumbre que está de pie en derredor hablé, a fin de que crean que tú me has enviado‖.
43 Y cuando
hubo dicho estas cosas, clamó con fuerte voz: ―¡Lázaro, sal!‖.
44 El [hombre] que había estado muerto salió con
los pies y las manos atados con envolturas, y su semblante estaba envuelto en un paño. Jesús les dijo: ―Desátenlo y déjenlo ir‖.
45 Por eso, muchos de los judíos que habían venido a
María y que contemplaron lo que él había hecho pusieron fe en él;
46 pero algunos de ellos se fueron a
los fariseos y les dijeron las cosas que Jesús había
hecho. 47
Por consiguiente, los sacerdotes principales y los fariseos reunieron el Sanedrín y empezaron a decir: ―¿Qué hemos de hacer, porque este hombre ejecuta muchas señales?
48 Si lo dejamos así, todos pondrán fe
en él, y los romanos vendrán y nos quitarán nuestro lugar así como nuestra nación‖.
49 Pero uno de ellos,
Caifás, que era sumo sacerdote aquel año, les dijo: ―Ustedes no saben nada,
50 y no raciocinan que les es
de provecho a ustedes que un solo hombre muera en el interés del pueblo, y no que la nación entera sea destruida‖.
51 Esto, sin embargo, no lo dijo por sí mismo;
sino que, como era sumo sacerdote aquel año, profetizó que Jesús estaba destinado a morir por la nación,
52 y
no por la nación solamente, sino para que a los hijos de Dios que están esparcidos también los reuniera en uno. 53
Por eso, desde aquel día entraron en consejo para matarlo.
54 Así que Jesús ya no andaba en público entre los
judíos, sino que partió de allí al país cerca del desierto, a una ciudad llamada Efraín, y permaneció allí con los discípulos.
55 Ya estaba cerca la pascua de los judíos, y
mucha gente del país subió a Jerusalén, antes de la pascua, a fin de limpiarse ceremonialmente.
56 Entonces
iban buscando a Jesús y se decían unos a otros mientras estaban de pie en el templo: ―¿Qué opinan ustedes? ¿Que ni siquiera vendrá a la fiesta?‖.
57 En
todo caso, los sacerdotes principales y los fariseos habían dado órdenes de que, si alguien llegaba a saber dónde estaba, [lo] expusiera, a fin de prenderlo.
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