será justicia nº 27

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P · A V · N 27 · E 29 11 A 2013 · : 1853-8290 E L D IARIO DEL J UICIO L A P ERLA · C ÓRDOBA · A RGENTINA 27 L U: Páginas y · P C P Quienes estamos en el camino de construir la verdad y la justicia con mu- cho esfuerzo, no estamos dispuestos a cerrar los ojos ni a traicionarnos. Mu- cho menos a quedarnos callados. Quien ha sostenido con inquebrantable com- promiso la política de derechos huma- nos no dudará en ceder el espacio que sea necesario para dejar actuar a las instituciones de la Nación. No creemos que quienes hoy denun- cian al secretario de derechos humanos de la Nación hayan sufrido un repenti- no vuelco político e ideológico. No cre- emos que renieguen de acciones como la ‘semana santa’ de Alfonsín, las leyes de impunidad, la designación de mili- tares genocidas como jefes de las fuer- zas armadas, la negación de extradi- ción de genocidas prófugos, la promo- ción a jefe de policía de Yanichelli –hoy condenado a prisión perpetua– en épo- cas de Mestre y Aguad ni de las fotos en palcos oficiales con el paladín del te- rrorismo de Estado, como Menéndez. Estamos convencidos de que la tra- ma del poder y la defensa de sus intere- ses es la matriz profunda de los conf lic- tos políticos de nuestros días. No es que repentinamente los sectores del stablishment se convencieron de nues- tra prédica por memoria, verdad y justi- cia. No. Vienen por quienes han puesto en peligro seriamente sus intereses. El juicio a Papel Prensa dejará al desnudo la complicidad del poder mediático con la dictadura, manchándoles de sangre las manos. Las políticas de memoria convertidas en políticas de Estado no se negocian. De ninguna manera estamos dispues- tos a encubrir a nadie y ellos lo saben. Es en este complejo escenario en que escuchamos la sentencia de la Causa Ayala, en la que se pone en evidencia qué quiere decir democratizar la justi- cia desde nuestra perspectiva. Nos en- contramos con un tribunal corporativo y cerrado, en el que los pasos procesa- les dejaron afuera a las querellas de los equipos de investigación y los aboga- dos de los organismos. Las querellas en estos juicios significan mucho más que la representación legal de las víctimas. Significan la presencia de quienes lle- vamos adelante un silencioso trabajo de investigación y recolección de prue- bas aportadas a la justicia durante treinta años. Es por ello que esta sen- tencia a doce años de prisión como su- puesto partícipe secundario nos deja más dudas que certezas. Pedimos la palabra Manuel Bomheker Manuel Bomheker EDITORIAL C Los usos de Perón “El nombre de Juan Domingo Perón es un significante que puede ser llenado con significados políticos dispares y hasta antagónicos”. P A O · Página LUEGO DE LA FERIA JUDICIAL, RECOMENZÓ EL RITMO DE LAS AUDIENCIAS. QUERELLAS, DEFENSAS Y FISCALES EVALUARON LO ACTUADO HASTA HOY. EL ÚNICO IMPUTADO EN ESTA CAUSA (UN DESPRENDIMIEN- TO DEL JUICIO VIDELA) FUE CONDENADO POR SU PARTI- CIPACIÓN EN EL ASESINATO DE SEIS PRESOS POLÍTICOS DE LA UP1: MIGUEL ÁNGEL MOZÉ, DIANA FIDELMAN, LUIS RICARDO VERÓN, JOSÉ ALBERTO SVAGUSSA, RICAR- DO ALBERTO YUNG Y EDUAR- DO ALBERTO HERNÁNDEZ, EL 17 DE MAYO DE 1976. AYALA INTEGRABA EL CO- MANDO RADIOELÉCTRICO EN ESE MOMENTO, Y EN EL JUI- CIO SE DEMOSTRÓ LA EFECTI- VA INTERVENCIÓN DEL ACU- SADO EN LOS HECHOS OCU- RRIDOS AQUEL DÍA. R E JUICIO LA PERLA 12 años de prisión para el policía Juan D. Ayala Balance y testimonios EL PASADO MIÉRCOLES 24 DE JULIO, EL TOF2 DICTÓ SENTENCIA EN LA CAUSA AYALA CONTRA EL ÚNICO ACUSADO Festejo popular. Unas personas se concentraron frente al edificio de Tribunales Federales II para aguardar la sentencia. Emoción luego del testimonio. Yamila Argañaraz al abandonar la sala de audiencias el martes de julio.

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Page 1: Será Justicia Nº 27

P · A V · N$ 27 · E 29 11 A 2013 · : 1853-8290

EL DIARIO DEL JUICIO LA PERLA · CÓRDOBA · ARGENTINA 27

L U:

Páginas y · P C P

Quienes estamos en el camino deconstruir la verdad y la justicia con mu-cho esfuerzo, no estamos dispuestos acerrar los ojos ni a traicionarnos. Mu-cho menos a quedarnos callados. Quienha sostenido con inquebrantable com-promiso la política de derechos huma-nos no dudará en ceder el espacio quesea necesario para dejar actuar a lasinstituciones de la Nación. No creemos que quienes hoy denun-

cian al secretario de derechos humanosde la Nación hayan sufrido un repenti-no vuelco político e ideológico. No cre-emos que renieguen de acciones comola ‘semana santa’ de Alfonsín, las leyesde impunidad, la designación de mili-tares genocidas como jefes de las fuer-zas armadas, la negación de extradi-ción de genocidas prófugos, la promo-ción a jefe de policía de Yanichelli –hoycondenado a prisión perpetua– en épo-cas de Mestre y Aguad ni de las fotos enpalcos oficiales con el paladín del te-rrorismo de Estado, como Menéndez.Estamos convencidos de que la tra-

ma del poder y la defensa de sus intere-ses es la matriz profunda de los conflic-tos políticos de nuestros días. No esque repentinamente los sectores delstablishment se convencieron de nues-tra prédica por memoria, verdad y justi-cia. No. Vienen por quienes han puestoen peligro seriamente sus intereses. Eljuicio a Papel Prensa dejará al desnudola complicidad del poder mediático conla dictadura, manchándoles de sangrelas manos.Las políticas de memoria convertidas

en políticas de Estado no se negocian.De ninguna manera estamos dispues-tos a encubrir a nadie y ellos lo saben. Es en este complejo escenario en que

escuchamos la sentencia de la CausaAyala, en la que se pone en evidenciaqué quiere decir democratizar la justi-cia desde nuestra perspectiva. Nos en-contramos con un tribunal corporativoy cerrado, en el que los pasos procesa-les dejaron afuera a las querellas de losequipos de investigación y los aboga-dos de los organismos. Las querellas enestos juicios significan mucho más quela representación legal de las víctimas.Significan la presencia de quienes lle-vamos adelante un silencioso trabajode investigación y recolección de prue-bas aportadas a la justicia durantetreinta años. Es por ello que esta sen-tencia a doce años de prisión como su-puesto partícipe secundario nos dejamás dudas que certezas.

Pedimosla palabra

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EDITORIAL

CLos usos de Perón“El nombre de Juan Domingo Perónes un significante que puede ser llenado con significados políticos dispares y hasta antagónicos”.P A O · Página

LUEGO DE LA FERIA JUDICIAL, RECOMENZÓ EL RITMO DE LAS AUDIENCIAS.QUERELLAS, DEFENSAS Y FISCALES EVALUARON LO ACTUADO HASTA HOY.

EL ÚNICO IMPUTADO EN ESTACAUSA (UN DESPRENDIMIEN-TO DEL JUICIO VIDELA) FUECONDENADO POR SU PARTI-CIPACIÓN EN EL ASESINATODE SEIS PRESOS POLÍTICOSDE LA UP1: MIGUEL ÁNGELMOZÉ, DIANA FIDELMAN,LUIS RICARDO VERÓN, JOSÉALBERTO SVAGUSSA, RICAR-DO ALBERTO YUNG Y EDUAR-DO ALBERTO HERNÁNDEZ, EL17 DE MAYO DE 1976.AYALA INTEGRABA EL CO-MANDO RADIOELÉCTRICO ENESE MOMENTO, Y EN EL JUI-CIO SE DEMOSTRÓ LA EFECTI-VA INTERVENCIÓN DEL ACU-SADO EN LOS HECHOS OCU-RRIDOS AQUEL DÍA.

R EJUICIO LA PERLA

12 años de prisión parael policía Juan D. Ayala

Balance y testimonios

EL PASADO MIÉRCOLES 24 DE JULIO, EL TOF2 DICTÓ SENTENCIA EN LA CAUSA AYALA CONTRA EL ÚNICO ACUSADO

Festejo popular. Unas personas se concentraron frente al edificio de Tribunales Federales II para aguardar la sentencia.

Emoción luego del testimonio. Yamila Argañaraz al abandonar la sala de audiencias el martes de julio.

Page 2: Será Justicia Nº 27

2 EL JUICIO POR DENTRO 29 de julio al 11 de agosto | Será Justicia

L , -- E.

Desde el comienzo del juicio porla megacausa “La Perla - La Ribe-ra”, el 4 de diciembre de 2012, seha alcanzado, a lo largo de 61 au-diencias, la cifra de 102 testigosque han prestado declaración.En el aspecto cuantitativo, sepuede estimar que ya se desarro-lló un tercio de un proceso queincluye 17 expedientes, 416 vícti-mas –entre asesinados, desapa-recidos y sobrevivientes– y 41acusados, encabezados por Lu-ciano Benjamín Menéndez. Además, el TOF1 y las partes

han realizado tres inspeccionesoculares: en los ex campos deconcentración de La Perla y LaRibera, y en el ex centro de de-tención del Departamento de In-formaciones (D2) de la Policía deCórdoba, sitios que actualmenteson espacios de memoria.A su vez, en lo cualitativo ha

quedado expuesto el funciona-miento del implacable aparatorepresivo pergeñado desde el co-mando del Tercer Cuerpo deEjército durante la dictadura, ysu prolegómeno ejercido por elComando Libertadores de Améri-ca –versión cordobesa de la Tri-ple A–, en el período posterior algolpe policial acaecido el 27 defebrero de 1974.Los testimonios apuntalan con

creciente evidencia la acusaciónelaborada durante la instrucciónde las causas y develan cómo searticularon las fuerzas ‘de seguri-dad’ –Policía, Servicio Peniten-ciario y Gendarmería– bajo elmando militar, en un circuito queincluyó las dependencias policia-les, las cárceles de barrio SanMartín y el Buen Pastor, la Casade Hidráulica y los campos mili-tares de concentración de La

Perla, La Perla Chica y La Ribera.En la experiencia narrada por

cada sobreviviente ante los jue-ces aparecen elementos comu-nes: el secuestro ilegal, la torturay el asesinato, como método sis-temático de exterminio de mili-tantes revolucionarios y popula-res. Pero también asoman otrosdelitos imposibles de justificardesde la ideología, como la re-ducción a servidumbre, el ultrajesexual, la extorsión económica yel saqueo patrimonial.

L . Asimismo,van quedando en evidencia losintereses ‘civiles’ detrás del bra-zo armado del terrorismo de Es-tado: los grupos económicosconcentrados, la partidocraciatradicional, la jerarquía de la Igle-sia Católica, la corporación judi-cial, la burocracia sindical y laprensa hegemónica, factores depoder cuyo influjo y acción encu-bridora se extendió hasta muchotiempo después de recuperada lademocracia.Por último, el juicio desborda

humanidad, con el estremecedorcontraste entre las actitudes devictimarios y de víctimas. En eseplano, abundan las lecciones devida de los que a pesar de todosiguieron luchando por un mun-do más justo. O quienes asumie-ron su histórico mandato de so-brevivientes, como definió unode los últimos en declarar: “Salircon vida de La Perla significabala obligación y responsabilidadde relatar lo sucedido”.

La trama de la represión,cada vez más en evidencia

JUICIO LA PERLA • BALANCE DEL DESARROLLO DE LAS AUDIENCIAS, TRAS LA FERIA JUDICIAL

O En las narraciones de los so-brevivientes, aparecen el se-cuestro, la tortura y el asesi-nato como métodos de elimi-nación del “enemigo” políti-co, pero también delitos im-posibles de justificar, como elsaqueo, la servidumbre y elultraje sexual.

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Madre. El testimonio de Sara Luján reconstruyó la historia de su hijo, Raúl Mateo Molina.

TESTIMONIOS • SARA LUJÁN HABLÓ SOBRE SU HIJO

A Sara Rosenda Luján de Molina la se-cuestró, el de marzo de , un co-mando del Ejército que buscaba a suhijo Raúl Mateo Molina, presidente delcentro de estudiantes de la Facultad deArquitectura en los años y . Aloja-da en las cárceles del Buen Pastor y SanMartín, fue trasladada luego a La Ribe-ra, donde al ser interrogada sobre suhijo planteó: “¿Por qué lo buscan, si to-do lo que ha hecho es legal?”. “Los queestán en la Universidad son todos co-munistas”, respondieron sus captores.

Liberada en septiembre del , Sarasupo por su nuera que su hijo Raúl ha-bía sido secuestrado el de octubre del

, en La Cañada y de Abril, al salirde visitar a un abogado para gestionarla libertad de su madre.

Años después, por el testimonio dela sobrevieinte Teresa Meschiatti, cono-ció su destino: “Cuando mi hijo entra aLa Perla, lo recibe (Héctor ‘Palito’) Ro-mero con una trompada que lo tiracontra un escritorio, le hace pegar en lanuca y murió instantáneamente. Y(Héctor) Vergez, que estaba a cargo enese momento de La Perla, parece quele hizo una recriminación. Y Romero semoría de risa, porque decía que se lehabía ido la mano”, narró Sara, con sus años de edad a cuestas.

Memoria de una madreOTROS ESCENARIOS

Jorge Olivera y Gustavo De Marchi,condenados el de julio de este añoa prisión perpetua y veinticinco añosde cárcel respectivamente, se escapa-ron el pasado jueves del Hospital Mi-litar de Palermo. Habían sido procesa-dos en San Juan, en un juicio por deli-tos de lesa humanidad. Luego de lasentencia, ambos fueron trasladadoshasta el penal bonaerense de MarcosPaz. Bajo custodia del Servicio Peni-tenciaro Federal, fueron llevados alHospital Militar para un chequeo mé-dico. Debido a esta situación, sietemilitares, entre ellos el director delHospital, fueron pasados a retiro.

G: F

PRIMERA ETAPA • LAS PARTES ANALIZAN LA MEGACAUSA

La opinión de los actores

Hasta el momento, los tes-timonios corroboran loshechos contenidos en laacusación y la participa-ción de los acusados en losmismos. Pero algunos deesos testimonios, además, echan luzacerca de la complicidad civil: relacio-nes entre grandes empresas y la dicta-

dura, plasmadas en el he-cho de que algunas perso-nas eran secuestradas den-tro de las fábricas cordobe-sas; o que en las “oficinas”de La Perla les hacían ver a

los secuestrados álbumes fotográficosde las mismas empresas que permitíanel secuestro de sus empleados.

Los representantes de las par-tes analizan y opinan sobre eldesarrollo del proceso. Másallá de los roles e intereses an-tagónicos de los distintos acto-res, el común denominador esel reconocimiento de la tras-cendencia institucional del jui-cio, además de la complejidad

y magnitud del trabajo que im-plica. El derecho de las vícti-mas y de los imputados, el pe-so probatorio de los testimo-nios, la evidencia de la índole“cívico-militar” de la represióny la repercusión política y so-cial del debate, son algunos delos tópicos en discusión.

FACUNDO TROTTA, fiscal general

Es un juicio de gran com-plejidad, por la cantidad decausas, hechos, víctimas eimputados. Además de ladisparidad entre los impu-tados, porque representa-mos desde (Luciano Benjamín) Menén-dez hasta suboficiales de la policía.

Dentro de esa complejidad,tratamos de ejercer nues-tro magisterio de la mane-ra más objetiva y profesio-nal, y de velar por las ga-rantías del debido proceso.

Estos juicios no serían posibles sin elcompromiso de la defensa pública.

FEDERICO CARNIEL, defensor público

El balance a nivel probato-rio es altamente satisfacto-rio. En algunos casos, haysobreabundancia de prue-bas; y en otros, es menor,lo que creemos que se va aequilibrar. Y desde un análisis sociopo-lítico, procesos como este funcionan

como biopsias de la enfer-medad que fue el terroris-mo de Estado, y muestranclaramente cuáles fueronsus integrantes: no sólo losmilitares, sino la participa-

ción de los funcionarios judiciales, dela Iglesia y del sector empresarial.

MIGUEL CEBALLOS, abogado querellante

Hemos recibido ya a másde cien testigos, en su ma-yoría sobrevivientes de LaPerla, y cada uno desde susobservaciones personalescoincide en el métodoatroz, feroz e ilegal de la represión; y serepiten así los nombres o apodos de losrepresores, dueños de la vida y de la

muerte de cada víctima.Queda un largo camino porrecorrer, pero paso a pasonos acercamos a un hori-zonte de condenas que es-peramos sean ejemplares

para los propios autores, para las gene-raciones futuras y, en especial, paraquienes estén a cargo del Estado.

CLAUDIO OROSZ, abogado querellante

El juicio se viene desarro-llando con los vaivenespropios de un proceso tancomplejo y tan largo. Sibien se le ha dado una am-plitud exagerada a la de-claración de los testigos, en muchos de

los testimonios poco handicho de las incriminacio-nes concretas. Los dejaronampliar mucho, sin pedir-les que se limiten a lo quevieron, escucharon o saben

sobre los hechos que se investigan.

PEDRO LEGUIZA, abogado defensor particular

Nosotros cuestionamos eljuicio en sí mismo y la acu-sación, en tanto considera-mos que el fiscal está ilegí-timamente designado, demodo que no hay una acu-sación válida y por lo tanto el juicio esnulo. Por otra parte, consideramos queen el caso de que algunos testigos novengan o alguna de las partes los re-nuncien, los testimonios anteriores no

van a poder ser incorpora-dos al debate, porque estáen juego el derecho del im-putado de confrontar a lostestigos, lo que debió ha-ber existido también du-

rante la instrucción. No obstante ello,creo que los testigos están declarandocon toda tranquilidad y no ha habidoningún incidente que haya afectado elnormal desarrollo del juicio.

OSVALDO VIOLA, abogado defensor particular

Page 3: Será Justicia Nº 27

3El diario del Juicio La Perla| Año V · Nº 27 EL JUICIO POR DENTRO

La Causa Ayala ha llegado a sufin. En Tribunales Federales II, sesigue ahora con la rutina habi-tual, sin la carga incómoda de unproceso judicial que desde su ini-cio trajo mala espina. Una nuevacondena por delitos de lesa hu-manidad tiene asiento en nuestraciudad y ratifica el rumbo firmede las políticas de memoria, ver-dad y justicia. La complicidad dealgunas instituciones con el te-rrorismo de Estado, como el Co-mando Radioeléctrico de la Poli-cía de Córdoba, no está sujeta adiscusión. En todo caso, restaprofundizar la investigación paradeterminar cuáles fueron las res-pectivas colaboraciones. Juan Domingo Ayala, miembro

de este Cuerpo y único imputado–entre los seis acusados–, fuecondenado a doce años de pri-sión por su participación en elasesinato de Miguel Ángel Mozé,Diana Fidelman, Luis Ricardo Ve-rón, José Alberto Svagussa, Ri-cardo Alberto Yung y Eduardo Al-berto Hernández.

P . El 17 demayo de 1976, al caer la noche, el

cabo Ayala salía de la UP1 mane-jando uno de los automóvilesque acompañaban el traslado delos seis presos políticos, que mi-nutos más tarde, serían acribilla-dos en la calle Neuquén al 900. Sunombre aparece registrado en unacta del Comando –encontradapor el Archivo Provincial de laMemoria– que describe la opera-ción. Esas líneas dieron inicio aesta causa que lleva su nombre,y sumadas al resto de las prue-bas que surgieron a lo largo deljuicio, demostraron la efectiva in-tervención del acusado en los he-chos ocurridos aquel día.Esto explica que, durante la

lectura de los alegatos, la fiscalGraciela López de Filoñuk pidierala sentencia de prisión perpetua,entendiendo que la evidencia re-cabada era lo suficientementecontundente como para declarara Ayala partícipe necesario enlos crímenes que se estaban juz-gando. Como contrapartida, ladefensa solicitó, en primer térmi-no, la absolución. En caso de noser concedida, pidieron que seconsiderara al acusado comopartícipe secundario, por no

acreditarse la materialidad de suaccionar en los homicidios deaquel 17 de mayo.Finalmente, el tribunal –confor-

mado por Eduardo Belforte, Ma-rio Garzón y Roque Rebak– hizolugar a una parte de lo propuestopor la defensa, resolviendo “con-denar a Juan Domingo Ayala co-mo partícipe secundario, penal-mente responsable del delito dehomicidio calificado doblementeagravado por alevosía y plurali-

dad de partícipes”. A raíz de estainterpretación, los jueces esta-blecen una pena de doce años deprisión, descartando la solicituddel Ministerio Público Fiscal.Consultada acerca de este dic-

tamen, López de Filoñuk afirmó:“Si bien no estoy altamente sor-prendida, yo esperaba prisiónperpetua, porque para mí Ayalaes tan autor de los seis homici-dios calificados, como los impu-tados que fueron condenados enel juicio a Videla”. Por su parte,Carlos Casas Nóblega, abogadodefensor, se mostró conformecon el fallo: “Considero que se hahecho lugar a alguna de las pre-tensiones de la defensa, que erala participación secundaria, locual me parece un logro”.

P R. Atodos los presentes, tanto dentrocomo fuera del TOF II, sorpren-dieron las palabras pronuncia-das por el presidente del tribu-

nal, Eduardo Belforte, momentosantes de la lectura de la senten-cia. “Por lo menos en esta sala,no quiero disturbios. No por unacuestión nuestra, sino por unacuestión de respeto a la Repúbli-ca, porque este tribunal –no nos-otros miembros circunstancia-les, sino el Tribunal– representaa la República, gracias a la cualse ha llegado a esta instancia yha sido posible la ejecución deeste juicio, como tantos otros”,advirtió el juez, en medio de unmar de miradas desconcertadas.

P . Unas150 personas se acercaron a vi-venciar el final de este sexto jui-cio por delitos de lesa humani-dad en Córdoba. Desde tempra-no se intervinieron las veredascon flores rojas de papel y fotosde las víctimas, y se entonaroncánticos en celebración de unanueva condena al terrorismo deEstado en nuestra provincia.

VOCES DE LA SENTENCIA

“¿Cómo ubicamos a un vehículo cargado de detenidos, vendados, atados, quevan a ser fusilados, sin la participación necesaria de ese chofer (Juan DomingoAyala)?”, expresó el abogado Claudio Orosz –quien había sido querellante de losfamiliares de las víctimas en – tras el fallo. Luego, agregó: “La querella esfundamental porque es la voz de las familias, de las pruebas que hemos recogi-do durante años los organismos de derechos humanos, que muchas veces lajusticia, por más buena voluntad que tenga, no las conoce o no las sabe com-prender”, haciendo referencia a la inexplicable omisión de la justicia federal queno notificó la elevación a juicio de la Causa Ayala a las familias querellantes.

Por otra parte, Olga Tello, cuñada de Diana Fidelman, se expresó así tras la sen-tencia: “Yo no quiero decir ‘estoy conforme’ porque estoy muy enojada, porque(Ayala) no estará para toda la vida en la cárcel. Porque ellos han vivido en liber-tad, tranquilamente durante tantos años (...) Entonces, a medias... porque peorhubiera sido que lo absuelvan”.

Ayala: un necesariopartícipe secundario

SENTENCIA EN LA CAUSA AYALA • EL PASADO 24 DE JULIO, EL ÚNICO IMPUTADO EN ESTA CAUSA RECIBIÓ SU SENTENCIA EN TRIBUNALES FEDERALES II

E J D A - 12 17 1976. L - J V (1).

Esposado. Ayala salió del edificio de Tribunales Federales II rumbo a la cárcel de Bouwer y con años sobre su espalda.

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Secuestrado el 1º de julio de1976 junto a Patricia Astelarra,Gustavo Contepomi fue uno delos prisioneros que más tiemposoportó en el campo de La Perla,de donde fue liberado recién a fi-nes del 77. En su declaración porteleconferencia desde Barcelo-na, nombró a un centenar depersonas cuyo destino fue el“pozo” y otra decena que muriópor la tortura, mientras él per-maneció en La Perla. “Había se-ries de 400 números de prisione-ros. Hasta que yo estuve, ya ibanpor la cuarta –reveló–; y por lostestimonios de gente que estuvodespués, por lo menos hubootra serie, o sea un total de1.800. Al menos veinte sobrevivi-mos después de un largo cauti-verio; otra veintena fue liberada

después de muy poquitos días.Calculo que otras 200 personashabrán sido legalizadas. Con locual, más de un 80 por ciento delas personas que pasaron por LaPerla están desaparecidas, esdecir, fueron asesinadas”.El testigo, su esposa y el hijo

que esperaban pudieron sobre-vivir, pero cuando –tras la vueltaa la democracia– intentaronaportar esa información a la jus-ticia, comenzó un nuevo calva-rio. “Pagamos un precio altísimopor culpa de funcionarios judi-ciales corruptos que pusierontodo su esfuerzo en evitar quedenunciáramos. El fiscal (Anto-nio) Cornejo, el juez (Gustavo)Becerra Ferrer y el secretario(Luis) Rueda, a partir de prue-bas ilegítimas, me procesaron.

Filtraron mis declaraciones y deotros testigos al Departamentode Inteligencia 141. Tergiversa-ron nuestras declaraciones. Enuna oficina contigua se reuníancon los represores”, enumeró.Esto llevó a que el abogado Clau-dio Orosz pidiera que la Fiscalíainvestigue la acusación, paraque “de una vez por todas co-nozcamos la coparticipación delPoder Judicial en la represión”.

TESTIGOS • GUSTAVO CONTEPOMI DECLARÓ POR MÁS DE SEIS HORAS DESDE ESPAÑA

Testificar, contra viento y mareaE 1.800 LP 80% . S - B F L R.

Contepomi en el Juicio a las Juntas ().

Delitosde LesaHumanidad

Los delitospor los que secondenó al expolicía JuanDomingo Ayala, fueronconsideradosy constan enla sentenciadel tribunal acargo de lacausa comocrímenesde lesahumanidad.

Page 4: Será Justicia Nº 27

4 29 de julio al 11 de agosto | Será Justicia

El sistema que los militares idearon parallevar a cabo el terrorismo de Estado a lolargo del país tuvo aceitados mecanismosde funcionamiento. Los centros clandesti-nos de detención ocupaban un lugar cen-tral en ese esquema. Por lo general, cuando hablamos de es-

tos centros ponemos la atención en lospuntos neurálgicos de la represión, aque-llos en los que decenas de miles de dete-nidos-desaparecidos fueron mantenidosen cautiverio, del que la gran mayoría ja-más pudo regresar. Pero lo cierto es quelos grupos de tareas formados por inte-grantes de las fuerzas de seguridad y civi-les contaban con varios puntos donde seconcentraba la represión. Algunos funcio-naban como lugares de paso, como sitiosde detención desde los cuales se traslada-ba a los detenidos-desaparecidos a cen-tros de mayor envergadura, y en los quelas prácticas llevadas a cabo por los re-presores tenían las mismas lógicas. En Córdoba, la estructura represiva de-

pendía del Tercer Cuerpo de Ejército. Lascabezas de esa pirámide habían ideado loque se conoce como el ‘circuito del te-rror’: una especie de ruta y espacios –porlo general ubicados en dependencias pú-blicas– en los que se mantenía a los se-cuestrados, se los torturaba y se decidíasu suerte, que se debatía entre traslados ofusilamientos. Los testimonios de los so-brevivientes y las investigaciones llevadasa cabo hicieron que muchos de esos espa-cios fueran descubriendo su historia. Unode ellos es la ex comisaría de Unquillo. Según se detalla en el libro Cachorro. Vi-

da y muertes de Luciano Benjamín Menén-dez del periodista Camilo Ratti, muchasde las dependencias de las fuerzas poli-ciales quedaron subsumidas bajo las lógi-cas del terrorismo de Estado. De hecho,aunque no se haga referencia directa enlas investigaciones, hacia 1976 todas lasdelegaciones policiales fueron informadasde una disposición de la junta de coman-dantes que así lo establecía. En Córdoba,la orden se efectivizó cuando el coronelSasiaiñ envió la disposición a las depen-dencias provinciales, estableciendo “regí-menes especiales” para todos los deteni-dos considerados “de peligrosidad”. Ade-más, al igual que en relación a otros pun-tos de detención del país, existen testimo-nios que dan cuenta de que las prácticaseran llevadas a cabo con anterioridad algolpe del 24 de marzo. Ubicada en el área 311 de la subzona 31,

la vieja comisaría de esta localidad de las

Sierras Chicas funcionó como centro clan-destino de detención (CCD) entre 1975 y1977, junto con otros 12 centros de deten-ción de la Provincia. El funcionamiento dela ex comisaría de Unquillo como CCDquedó plasmado en el informe que la CO-NADEP realizó luego de la recuperacióndemocrática. Allí puede leerse: “De la de-claración prestada por el señor F.R. (Lega-jo P.5 y R.9 Delegación Córdoba) surge lautilización de comisarías del Departamen-to Colón a los fines indicados. El testimo-niante expresa: ‘Fuimos trasladados a lasComisarías de Unquillo, Río Ceballos ySalsipuedes, desde donde nos sacaban,nos llevaban al Cerro Pan de Azúcar, don-

de nos ataban y nos decían que nos iban atirar (...) En ese lugar estuvimos unosveinticinco días al cabo de los cuales re-cuperamos la libertad. A los quince díasfui detenido nuevamente, aproximada-mente el quince de febrero de 1977, ac-tuando el mismo personal (comisario Díazque presta servicios en Jesús María, alias‘El Perro’; ‘El Tuerto Celiz’, ‘Quevedo’, em-pleado municipal; un sumariante de ape-llido Pereyra que está en la Calera) quienlo hizo en mi casa y me condujeron a laMunicipalidad (...) De allí fuimos traslada-dos nuevamente de Unquillo, donde cincopersonas, empleados municipales; fuimossometidos nuevamente a torturas’”.

Hace un tiempo, integrantes del EquipoArgentino de Antropología Forense reali-zaron trabajos de excavación en cercaníasde la localidad, en el marco de una inves-tigación sobre enterramientos clandesti-nos que está en manos de la fiscal federalde Córdoba, Graciela López de Filoñuk.Los restos óseos encontrados por los ex-pertos y los posteriores trabajos en el lu-gar, que se expanden a otras zonas cerca-nas, apuntan a encontrar fosas comunes,que según se especula, eran utilizadas pa-ra enterrar los cuerpos de las personasque eran secuestradas y luego asesinadasen los centros clandestinos de detenciónde la Provincia.

El primer espacio de memoriaen el interior de la provincia

Organizados. En el año 2010 la ex comisaría fue señalizada por el Archivo Provincial de la Memoria (foto), el municipio y los vecinos demandan ahora la apertura del espacio.

REPORTAJE • EN LAS SIERRAS CHICAS, LA COMUNIDAD ARTICULÓ ESFUERZOS PARA RECUPERAR LA EX COMISARÍA DE UNQUILLO | Por César Pucheta

Nico

lás Castig

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GERMÁN JALIL • INTENDENTE DE LA MUNICIPALIDAD DE UNQUILLO

La historia que gira en torno a la excomisaría de Unquillo permanecióoculta durante décadas para los veci-nos de la localidad. Al ser consultadopor la iniciativa de convertir a la viejacomisaría en espacio de memoria, elintendente Germán Jalil se refirió enestos términos: “Desde el principio,nosotros nos propusimos trabajar entorno a la reivindicación por la me-moria, la verdad y la justicia. Y en esesentido, nos propusimos instalar en laagenda de la ciudad este tema y empezar a hablar de esas co-sas, sobre todo lo que significó el ‘corredor de la muerte’ enlas Sierras Chicas y, particularmente, lo que significó la viejacomisaría de la ciudad”.

“Este símbolo oscuro de la dictadura militar era práctica-mente desconocido por los vecinos de nuestra localidad. En-

tonces, nosotros nos propusimos tra-bajar en la construcción de la memo-ria y de la historia de nuestros veci-nos y nuestros pobladores en el mar-co de la dictadura”.

Será Justicia: ¿En qué estado estánesas instalaciones?

Germán Jalil: Es una de las cosasque más nos preocupa. Hace seis osiete años construimos una nueva se-de policial. De hecho, tomamos la de-cisión a partir de la fuga de un preso

que fue posible por las pésimas condiciones en que se encon-traba el lugar. Incluso murió un policía intentando evitar la fu-ga. Y, en función de eso, pensamos que tanto la policía comola gente necesitaban otro edificio. Desde ese momento, el edi-ficio de la vieja comisaría está prácticamente en ruinas y esonos preocupa porque todo puede perderse.

"Trabajamos en la construcción de la memoria y de lahistoria de nuestros vecinos y nuestros pobladores"

INFORME ESPECIAL • LA EX COMISARÍA DE UNQUILLO IN

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5El diario del Juicio La Perla| Año V · Nº 27

U .Hasta el 2008, la comisaría siguió funcio-nando en el mismo edificio de la calle RíoNegro como dependencia oficial. En di-ciembre de ese año, fue trasladada y lavieja sede quedó destinada al depósito devehículos judicializados. Pese a que, en te-oría, el viejo edificio de la calle Río Negrohabía quedado inhabilitado para la deten-ción de personas, en la oficina de protec-ción de derechos de Unquillo existen de-nuncias que señalan que el lugar continuósiendo usado para llevar detenidos. Segúntestimonios, algunas personas eran man-tenidas en el viejo edificio por uno o dosdías en donde se les aplicaban técnicas de“ablande”, para luego ser trasladados alos calabozos “legales” de la comisaría“oficial”. Los datos constan, al menos,hasta el pasado carnaval. Desde hace un tiempo, el Colectivo de la

Memoria de Unquillo –con sede en la Casade la Cultura– trabaja a la par de organi-zaciones de derechos humanos de las Sie-rras Chicas generando una propuesta pa-ra convertir el predio de la vieja comisaríaen un espacio para la memoria. De ser así,esa localidad del Gran Córdoba se conver-tiría en el primer lugar del interior en elque un ex CCD se transforma en un espa-cio de esas características. El pasado 2 de Julio, la Comisión Pro-

vincial de la Memoria, los directores delos tres sitios de memoria de Córdoba, au-toridades municipales, policiales y me-

dios de comunicación, realizaron una ins-pección ocular para comenzar a proyectarel funcionamiento del espacio. La pro-puesta del municipio local es que la viejacomisaría sea transferida a la ComisiónProvincial de la Memoria, bajo los térmi-nos que se establecen en la ley provincialde la memoria y la ley nacional acerca delos sitios de memoria. El acuerdo consisti-

ría en que el edificio sea cedido en como-dato al ejecutivo local, quien se encarga-ría de las refacciones necesarias y deafrontar los gastos de funcionamiento. Pa-ra ello, se conformará una comisión muni-cipal especial integrada por organizacio-nes sociales bajo la supervisión del Archi-vo Provincial de la Memoria y la ComisiónProvincial de la Memoria.

EL JUICIO POR DENTROOTRAS VOCES • EL RELATO DE YAMILA ARGAÑARAZ | Por Aracely Maldonado

COMISARÍA CON HISTORIA • EL TESTIMONIO CLAVE DE CHARLIE MOORE

En Unquillo, las pato-tas y los militares en-contraron un lugardonde fueron for-mándose para inser-tarse luego en la es-tructura represiva.

Al igual que otrasdependencias policia-les, la “escuelita” deUnquillo –como se laconocía en la jergamilitar– comenzó sufuncionamiento co-mo parte de la estruc-tura represiva con an-terioridad al Golpe.Cuando Carlos ‘Charlie’ Moore declaróen el juicio por la Causa UP, recordóque ya en la comisaría era un lugarde paso para los detenidos, que luegoeran trasladados a otros centros clan-destinos. Moore fue detenido el denoviembre de y conducido allí cin-co días más tarde. “El nos llevaron a

la ‘escuelita’ de Un-quillo, fue un loque-ro, y nos trasladaronde vuelta al D”, dijoen su declaración an-te el TOF en .

Pero según se des-prende de investiga-ciones posteriores,Unquillo era, además,un punto de referen-cia importante desdedonde los planes gol-pistas se fueron de-sarrollando hasta suejecución final, enmarzo de . Ejem-

plo de ello es el caso de Alfred Laun –hi-jo de un senador republicano– que erajefe del Servicio Cultural e Informativode la Embajada de EEUU y vivía en Un-quillo desde . Contaba con una an-tena satelital para comunicarse con laCIA, con la que coordinaba los planesgolpistas en el centro del país.

Punto estratégico antes del terror

NICIA EL PROCESO DE RECUPERACIÓN DE LA MEMORIA

El peine se desliza con suavi-dad mientras unas manos deartista tejen dos trenzas quecaen sobre el guardapolvo al-midonado. Los cabellos de suhermano, dorados como losdel Principito, son más fácilesde desenredar. La escuela Hi-pólito Irigoyen, sobre CastroBarros, está a un paso. “Si medemoro, se cruzan a la casa dela abuela Otilia”, ordena aldespedirse. Las palabras de sumadre aún resuenan en los oí-dos de Yamila ( años por en-tonces) y de Ernesto (dos añosmenor), cuyos ojos se eterni-zan detrás de la ventana.

María Elena Gómez de Arga-ñaraz nunca regresó. Es mar-tes º de junio de . Esamañana, pasos presurososmarchan hacia la calle Sara-chaga al . Aunque intentepasar inadvertida, la mujer lla-ma la atención por su belleza.

“Era hermosa mi madre,aunque era grande, estaba porcumplir ”, le dirá Yamila aljuez mientras le alcanza unafoto para que se la muestre alos imputados y le digan quéhicieron con ella. “Es para quedeje de estar tan desapareci-da”, explica al tribunal, que laincorpora a la causa.

Después de la muerte de su

esposo César en una accióndel Ejército Rvolucionario delPueblo (ERP) en Villa María,Elena abraza la militancia en elPartido Revolucionario de losTrabajadores (PRT). “En pren-sa”, deduce Yamila: su memo-ria repasa los dibujos que pin-taba su mamá sobre la mesade la cocina y que luego apa-recían impresos en volantes.

En un operativo de policíaso militares en la vivienda deAlta Córdoba, la secuestranjunto a otro compañero –Al-berto Simonassi–, quien conti-núa desaparecido.

Muchos años más tarde, Car-los Borobio contará a Yamila

que estuvo con su madre en elPuesto Caminero de Pilar. Bo-robio tenía años y tambiénestaba detenido allí. A los po-cos días es trasladada a La Per-la, “embarazada y malherida”,asegura Graciela Geuna, conquien compartió colchoneta.

Nada más se supo de MaríaElena. Como si se la hubieratragado la tierra.

En , la familia está diez-mada: “Ya habían matado a mipapá, el ‘Chechi’, y al tío ‘Cucú’–hijo de un hermano de Oti-lia–. Estaban desaparecidos‘Yicano’ Lezcano –otro de losocho hermanos de mi abuela–y su hija Ana María; mi mamá,

María Elena Gómez; María delas Mercedes Argañaraz deFresneda y su esposo, TomásFresneda; más un bebé que mitía llevaba en la panza, de u meses, y que mi abuela bus-có hasta su muerte. También,como presos políticos, esta-ban mi tío Tristán Argañaraz–hermano de mi papá– y Mó-nica, su mujer”.

La abogada querellante deFamiliares e H.I.J.O.S, Lyllan Lu-que, le pregunta cómo hizopara reconstruir su vida. Yami-la responde en plural: “Fue di-fícil para nosotros. Mi herma-no ni siquiera pudo venir hoy,cada uno lo canalizó como pu-do”, asegura. Luego enumera:“Yo me hice constructora decasas, creo que por mi convic-ción de construir la verdad,siempre. Mi hermano se hizomédico, para sanar las heridasque nos dejó tanto dolor. Misprimos, Ramiro y Martín, se hi-cieron abogados, entre otrascosas, para meter presos a losresponsables”. Y concluye: “Nosé si se puede explicar lo quesignifica vivir toda la vida conla mamá desaparecida, que noes lo mismo que tener a la ma-má muerta. La vamos a buscarsiempre, eso se transforma enun modo de vida".

“La verdad se construye, como las casas”

En el camping de Cabana. Yamila y Ernesto junto a su madre, María Elena (circa ).

Calabozo. En la ex comisarÍa de Unquillo.

EL JUICIO, DÍA X DÍA

DÍA 59 - MARTES 23/07

El recuerdo de OtiliaYamila Argañaraz narra la búsqueda de MaríaElena Gómez de Argañaraz, su madre desapa-recida: “Durante la dictadura, mi abuela labuscó en todos los lugares que pudo: comi-sarías, hospitales, se entrevistó con (el carde-nal) Primatesta, se empezó a reunir con otrosfamiliares... Ya en democracia, hicieron ha-beas corpus, hasta que empezó el juicio con-tra Menéndez, pero todo quedó truncado conlas leyes de impunidad”. Su abuela es OtiliaLescano de Argañaraz, fundadora de Abuelasde Plaza de Mayo en Córdoba, fallecida a los91 años en septiembre de 2005.

La familia como rehénNirida Isabel Bustos, hermana del soldadoJorge Dante Bustos –secuestrado en septiem-bre del 76 cuando iba a buscar su DNI al Des-tacamento de Inteligencia 141–, refiere quelos represores encubrieron el secuestro conuna supuesta deserción, y constantementeallanaban su casa y amenazaban a la familia:“Era una manera de sembrar miedo y terrorpara paralizarnos y que no denunciáramos”.

DÍA 60 - MIÉRCOLES 24/07

“No se olviden...”Al finalizar su declaración, Sara Luján, madredel desaparecido Raúl Mateo Molina, les dicea los jueces: “Con todo lo que sufrimos, he-mos actuado sin revanchismo. Queremosjusticia. Es lo que yo más deseo y pido a Diosque me dé vida para poder ver terminado es-te juicio, no olviden que tengo 87 años”.

La “feliz idea”Horacio Samamé recuerda que en 1974 tuvo“la feliz idea” de ingresar a la Policía para“cambiarla desde adentro”. “Era estudiantede abogacía, ya tildado de zurdo. En esaépoca yo era como un marciano, infiltrado oguerrillero, y sufría muchas presiones”, ex-plica. El 11 de noviembre de 1976 fue secues-trado por sus ex compañeros de la fuerza.

DÍA 61 - JUEVES 25/07

Asco para sobrevivirAl enumerar las estrategias de supervivenciaen el campo de concentración, Gustavo Con-tepomi, expresa: “Había otro sentimiento vi-tal que nos hermanaba y que teníamos queocultar, porque demostraba que no éramoscomo ellos: un asco y una repulsión vital an-te la presencia de cualquiera de los represo-res. Era un sentimiento positivo, que demos-traba que no nos dominaban tanto ni está-bamos tan derrotados como ellos creían”.

La voz de un represorContepomi recuerda que en 1996 vio en Bar-celona un documental de la televisión catala-na “sobre la represión en Argentina a las fa-milias de origen catalán”. Uno de los milita-res entrevistados era Héctor Pedro Vergez, aquien hasta entonces conocía como “Gas-tón”. En el filme se reconstruye el asesinatode la familia Pujadas en su propia casa “y lavoz en off de un represor que evidentementeha estado ahí, dice: ‘Acá matamos a fulano.Acá le pegamos un tiro a este’, con absolutaprecisión”, destaca el testigo, y las querellaspiden que se gestione una copia del audiovi-sual para sumarlo como prueba.

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Presentes, ahora y siempre

Francisco

Ferreyra

6 MEMORIAS EN PRESENTE 29 de julio al 11 de agosto | Será Justicia

LAS 252 VÍCTIMAS FATALES DEL JUICIO LA PERLA (Se consigna la acumulación hasta la fecha, entre desparecidos y asesinados. El año indica el momento del secuestro)

Ana Catalina Abad Scarlata de PeruccaNéstor Rafael Aguilar VouillatMaría Zulema AhumadaAna María AhumadaDelfina del Valle Alderete GómezCarlos Alberto Almada VillalbaSeverino AlonsoCarlos Eduardo Álvarez RodríguezHoracio José Álvarez SerraHumberto Orlando Annone CamposAndrés Lucio Ariza Pérez

Héctor Acosta PueyrredónTomás Rodolfo Agüero RíosCarlos Juan Allende HonoratoElvio Alberto Almada SaavedraRicardo Américo ApertileJosefa María Badell Suriol de PujadasLuis Ernesto Canfaila MartínezJosé Ricardo CepedaOscar Domingo Chabrol AmarantoJuan José Chabrol AmarantoSergio Héctor CombaAlicia Esther de Cicco Medina de MoukarzelMaría del Carmen del Bosco Pedrazani de AllendeMarcelo José di Fernando MedinaMaría de Las Mercedes Gómez de OrzacoaLila Rosa Gómez GranjaRicardo Ruben Haro VargasEduardo Juan Jensen AriasJosé Luis Jiménez CalderónJuan José Laso MartínezMarta Susana Ledesma de CombaSusana Elena Luna GómezGraciela del Valle Maorenzic RamosLuis Ernesto Márquez JuriOrlando Alonso Martín CarreraJosé Luis Marzo VeraOsvaldo Raúl Messagli del PozoMiguel Ángel Morán PereyraJaime Moreira SánchezHugo Estanislao Ochoa DíazMarcos Osatinsky SlosbercHoracio Miguel Pietragalla VenturaMaría José Isabel Rosa Pujadas BadellJosé María Pujadas BadellJosé María Pujadas VallsFrancisco Irineo Reyna GómezVicente Manuel Ribero MaidanaJorge Oscar Rodríguez NavarreteDavid Rodríguez NinaJorge Raúl Rodríguez SotomayorAlfredo Saavedra AlfaroRicardo Enrique Saibene ParraLuis Rodney Salinas BurgosLuis Agustín Santillán ZeviJorge Ángel Schuster BurgosEduardo Luis Scocco HerediaAlfredo Felipe Sinopoli GrittiSilvia del Valle TabordaLuis Villalba Álvarez

Rita Ales Dillon de EspíndolaAnalía Alicia Arriola Feversani de BelizanMaría de las Mercedes Carriquiriborde ÁvilaAlicia María D'Emilio Capacciani de YavícoliGerardo Espíndola FloresMaría Irene Gavalda Gordo de MogilnerJuan Jacobo MogilnerAlejandro Jorge Monjeau LópezMario Alberto NívoliPerla Elizabeth Schneider PesoaRaúl Francisco Vijande PriottiSilverio Fortunato Villagra BecerraRicardo Manuel Yavícoli Martínez

Ester Silvia del Rosario Felipe López de MónacoLuis Carlos MónacoDaniel Santos Ortega LópezPascual Héctor Ortega López

Juana del Carmen Avendaño de GómezAlfredo Guillermo Barbano AbrilLiliana Sofía Barrios Ocaño de CastroÁngel Santiago Baudracco ManoJuan Carlos Berastegui MónacoSusana Beatríz Bertola Vercellone de BerasteguiMarta Alicia Bertola Vercellone de CamargoSilvia Susana Blanc de OchoaHoracio Luis Blinder SchmoismanJosé Antonio Brizuela CortézEduardo Daniel Budini ZeppaIsabel Mercedes Burgos Murúa de LunaDaniel Leonardo Burgos OvandoJorge Dante Bustos TolozaHumberto Miguel Cafani MirandaJuan Alberto Caffaratti KauffmannPatricio Federico Calloway Amelio OrtízArmando Arnulfo Camargo ArrascaetaOrlando CampanaAlejandro Gustavo Carrará MartínezHugo Francisco Casas MorenoCarlos Aníbal Casas MorenoRaúl Alberto Castellano BartelEduardo Guillermo Castello Soto RodríguezRamón Roque Castillo PinedaCarlos Raúl Ceballos MuñózAna María Ramona Chapeta LarioManuel Enrique Cohn RajensteinDavid Coldman GoldembergMarina Coldman WainsteinHumberto Cordero GonzálezCarlos Hugo Correa BalmacedaCarlos Alberto Coy LinoHermenegildo Alfonso CuencaCarlos Alberto D'Ambra VillaresMaría Cristina Demarchi Valerio de AguilarTomás Carmen Di ToffinoGraciela María de Los Milagros Doldán CailaOscar José Dominici BrizzioJosé Alfredo Duarte MartínezEduardo Agustín Duclos VidesJorge Luis Duretto MengarelliAlfredo Eusebio Alejandro Esma Camara SampaioRodolfo Lucio EspecheMarcelo Leonidas Espeche CarubínAna María Espejo GutiérrezHerminia Falik Koltun de VergaraJosé Honorio Fernández PérezEnrique Horacio Fernández SamarSilvia Dina Ferrari Adán de SuárezJosé Miguel Ferrero CoyAna María Ferreyra de CorreaMario Luis Finger RodríguezPedro Cipriano Finger RodríguezMaría de las Mercedes Fleitas Díaz VélezPedro Ventura Flores ZárateAlfredo Fornasari JaureguilordaCarlos Alberto Galeazzi RobersRamona Cristina Galíndez Corzo de RossiRodolfo Gustavo Gallardo RamosJorge Horacio Gallo PaggiJuan Carlos Galván PussekAlfredo Gargaro RucciAlejandro Daniel Gargaro RucciLiliana Teresa Gel TerradasAdriana Ruth Gelsbpan EinisFélix Roque GiménezRubén Manuel Goldman AisensteinNavor Gómez Peralta

Tomás Eduardo Gómez PratJosé Guillermo Gómez ReyMaría Elena Gómez Scalzo de ArgañarazVíctor Francisco González de JorgeMaría Graciela González Padula de JensenEber Pablo Antonio Grilli ParedesEnrique Daniel Guillen PeláezJosé Heriberto Gutiérrez TabordaAlicia Esther Heredia MaldonadoHoracio Francisco Heredia NievasClaudio Daniel Herrera SallenaveLuis Justino Honores SantuchoDiego Raúl Hunziker BenzClaudia Elisabeth Hunziker BenzAlejandra Jaimovich BarbalatLeticia María Carolina Jordan Vairoli de BarettaPedro Antonio JuárezMáximo José Juárez GonzálezHugo Alberto Kogan GarberElsa Alicia Landaburu ZabaletaHéctor Oscar Lauge VillaLuis Roque Leiva LudueñaRaúl Osvaldo Levin BecedaOscar Andrés Liñeira SosaOscar Ventura Liwacki GordilloLuis Alberto López MoraJosé Eudoro del Pilar López MoyanoHugo Osvaldo López PorcelAdolfo Ricardo Luján María Teresa Luque Torres de CallowayWalter Ramón Magallanes LudueñaMaría Magdalena Mainer GómezHermes Juan Bautista Manera RodríguezEduardo Luis Manghesi MugicaVíctor Hugo Marciale RiemanLuis Alberto Marconetto LópezJosé Agustín Martínez AgüeroMartha Irene Martínez Díaz de MartiniHugo Alberto Martínez JaimeMaría Susana Mauro de EspecheLidio Antonio MíguezRaúl Mateo Molina LujánMaría Cristina MongianoJuan Carlos Montañez MercadoMirta Liliana Montero MolloRubén Hugo Motta EspecheMaría Luz Mujica de RuarteJorge Raúl Nadra AquimVíctor Hugo Núñez PradoHéctor Guillermo Oberlin BertoldAlfredo Fernando Ochoa GómezPedro Jorge Ontivero ZabalaDaniel Francisco Orozco MartínezPablo Daniel Ortman GlassmannMario Domingo Oviedo GonelliHumberto Enrique Pache OrdóñezNéstor Carmides PáezSilvina Mónica Parodi TorresAida Alicia Pastarini CornellaPablo Pavich RestovichBerta Clara Perassi PonsoneJuan Carlos Perchante PiñeroNora Graciela Peretti de GallardoSantiago Alberto Pereyra CatánJosé Carlos Perucca PiacenziNicolás Mario Pilipchuk KrawiecRodolfo Alberto Ponce Gordo

Mónica Protti Tamintti de GuillénMercedes del Valle Ramírez AgüeroAntonio César Ramírez AgüeroOsvaldo Raúl Ravasi DeganuttiEduardo Raúl Requena LeyriaJorge Alfredo Reynoso FernándezMirta Susana Ricciardi Benacquista de CafaniDaniel Héctor Arturo RodríguezMarcelo Daniel Rodríguez BoladerasCarlos Guillermo Roth SanmartinoJorge Reynaldo Ruartes DomínguezRicardo Armando Ruffa RegazzoniReynaldo Lázaro Sáenz BernalMario Enrique Salerno HernándezNicolás Oscar Salerno LaganellaMaría Luisa Salto SegoviaAlicia Noemí Sciutto Pafundi de DuclosReineri Oscar Segura AhumadaDaniel Oscar Sonzini WhittonCésar Roberto Soria BellinoMaría del Carmen Sosa Freitas de PiottiOsvaldo Ramón Suárez ForneSilvia Graciela Suárez Forne de MartínezMarcelo Rodolfo Tello BiscayartMaría Ana Catalina Testa Raviolo de AlonsoRaúl Horacio Trigo BarreraMiguel Hugo Vaca Narvaja MorraEduardo Jorge Valverde SuárezCarlos Alberto VelázquezOsvaldo Eulogio VerónJuan Carlos Villafañe BenaRomelia Alicia Villalba UrquizaEva Wainstein Ochor de ColdmanGloria Isabel Waquim HilalNorma Elinor Waquim HilalJulio César Yáñez TorresRoberto Julio Yornet MorchioDavid Oscar Zarco Pérez PoluicaRicardo José Zucaria Hit

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Sonia busca. Se levanta y busca. En las ca-jas que llenó de recortes de esos diariosque le mentían y no. En las fotos de su vi-da. En los pliegues de su mente y de supiel. En los sueños de sus noches cortas.Sonia es esa Sonia que hace mucho ya noes sólo Sonia: es de la legión de mujeresque escarban en la tierra, en el aire, en loque se dice y no, buscando los hijos queles crecieron en el vientre. En el propio yen el que le alcanzó a acariciar a Silvinaantes de que se la arrebataran con un em-barazo de más de seis meses. Sonia es sus 83, casi 84 años; la que bus-

ca ahora y antes. Cuando golpeaba puer-tas. La de los asesinos. La de los cómpli-ces. La del Arzobispo. La de una sociedadque a veces la aplaude y otras la ignora.La que busca y no para. Ni para vivir ni pa-ra morir. Su vida es ya una balada para nomorir. Un canto de cisne que no piensaconcluir hasta que ese nieto llegue. Haycientos de jóvenes que desean ser sus nie-tos. Y hasta quienes lloran por no serlo. Yestán también quienes se burlan de su de-seo y se le ríen a oscuras. Desde la impu-nidad cloacal de una Internet que da parael bien y el mal. Que alimenta la banalidadde los banales. Sonia aprende los códigosde los chicos. Le encuentra la vuelta acomputadoras, a Facebook, y replica al in-finito las imágenes de esos hijos que ya noestán: Silvina Parodi y Daniel Orozco. Y de

esa pancita arropada en el vestido blancoque llevaba al nieto que es su razón paraseguir. Sonia es su casa. Y los rincones que es-

tán llenos de ella y de ese otro hijo: Luis,el amado Luis. Ese a quien el asma le robóy que nunca, pero nunca debió habermuerto. Sonia es su farmacia. Los nietos.Y una familia que la acompaña. Sonia es elatentado cobarde de una noche de 2006; y

el juicio que le entabló el delator de sus hi-jos en el 2002. Sonia es el “no-me-importa-la-muerte-de-Videla-yo-sigo-buscando”. Esla esperanza puesta en cada llamada. Esésa que jamás será una anciana. La queven en las marchas, con su pancarta llenade la sonrisa de Silvina, de sus ojos de cer-vatillo en el mismísimo día de su casa-miento con Daniel. Sonia es la del clavel rojo: ése que lleva

como la ‘bailaora’ de una fiesta a la quenunca soñó asistir. La que apenas respiracada vez que se les pregunta por las em-barazadas a los sobrevivientes de loscampos de concentración en los juiciospor crímenes de lesa humanidad. La queconoce centímetro a centímetro cada mal-dito centímetro de La Perla y del BuenPastor y del Campo de la Ribera. La queesperó a la salida de los jardines de infan-tes, las escuelas y las universidades. Laque aún hoy, de vez en vez, (per)sigue a al-guno que otro joven por la calle cuando veen sus rostros algún rasgo que le recuerdea sus hijos. Déjenme que les cuente de Sonia como

si no la conocieran. Como si fueran ex-tranjeros o extraterrestres. Sonia es ésa:la mujer-legión a la que le arrancaron la vi-da, los hijos, un nieto y todavía sigue. Ypor seguir es quizás la farmacéutica másvieja de Córdoba. Aunque jamás envejece-rá. Porque los que esperan no envejecen.Se quedan así, suspendidos en el tiempo ala espera de que sus queridos regresen.Las Madres, las Abuelas lo saben: los hijosatan a la tierra. Por eso siguen acá. Y seguirán. A menos

que un huracán las derrumbe. Pero los hu-racanes no pueden contra el amor, que esnoble, inamovible como las rocas profun-das que guarda la tierra. Y Sonia es una roca.

7El diario del Juicio La Perla| Año V · Nº 27

PERFILES • SONIA TORRES, UNA ABUELA CON HISTORIA | Por Marta Platía

EN PROFUNDIDAD

Mujer bonita es la que lucha

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Abuela y luchadora. Sonia torres, en medio de la multitud que asistió a la marcha del de marzo de este año.

Este ejemplar contó con el aporte solidario de las siguientes organizaciones:

· Unión de Educadores de la Provincia de Córdoba (UEPC)· Sindicato de Trabajadores de la Industria de la Alimentación (STIA)· Asociación Gremial de Empleados del Poder Judicial de la Pcia. de Cba. (AGEP)· Sindicato Luz y Fuerza - Córdoba· Unión Obrera Gráfica Cordobesa (UOGC)· Municipalidad de Almafuerte

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“Me gustaría una dictadura militar comola de Juan Perón. Cuando él te desapare-cía, tú te mantenías desaparecido”, dice elpersonaje Carl Carlson en un capítulo deLos Simpson en que Homero reniega de lademocracia, lo que motivó al ortodoxo di-rigente peronista Lorenzo Pepe a reclamarque se prohíba en la Argentina esa ediciónde la serie de Matt Groening. En la película Submarino Amarillo

(1968), de George Dunning, luego de queel ejército de músicos comandado por LosBeatles derrota al de los malvados mali-nes azules, uno de sus generales propone“buscar refugio en la Argentina”, en unaevidente alusión al destino de algunos fu-gitivos nazis luego de la II Guerra Mundial,durante el primer gobierno peronista. Más en serio, el polaco Ryszard Kapus-

cinski, en su libro El imperio, equipara:“Todos los dictadores, independientemen-te de la época y del país, tienen un rasgocomún: lo saben todo y son expertos entodo. Pensamientos de Juan Perón –Doctri-na peronista, Buenos Aires, 1948–, Pensa-mientos del Presidente Mao –Pekin, 1962–,pensamientos de Gadafi y de Ceausescu,de Idi Amín y de Alfredo Stroessner, nohay fin a esas profundidades y sabidurías.Stalin era experto en historia, economía,poesía y lingüística”. Más acá, un editorial de La Voz del Inte-

rior del 24 de marzo de 2009, titulado “Me-moria para todos”, aseguraba que el “vio-lento choque armado entre izquierda y de-recha se instaló en el seno del gobiernojusticialista de 1973-1976 y en el partidogobernante, con funestas consecuenciaspara el conjunto de la sociedad argenti-na”. “Ni siquiera Juan Domingo Perón, ensu breve presidencia entre fines de 1974 yjulio de 1975 (sic), pudo contener la vio-lencia”, afirma el editorial, que desplaza laúltima presidencia de Perón a un año des-pués de su muerte, acaso por una incons-ciente tentación de acercarlo a la dictadu-ra de Jorge Rafael Videla. El nombre de Juan Domingo Perón –por

la trascendencia y complejidad de su pasopor la historia– es un significante que pue-de ser llenado con significados políticosdispares y hasta antagónicos. Pero, ¿cuán-tos Perón hay? Son muchos y podría de-cirse que hay para todos los gustos, por-que su protagonismo fue tan amplio como

duradero; tan arraigado en transformacio-nes concretas como zigzagueante en defi-niciones ideológicas. A su vez, hay tantasinterpretaciones del creador del PartidoJusticialista como cristales con que se lomire. Pero hay que dejar algo claro: pormás oscilantes, desconcertantes y hastainjustas que hayan sido sus definiciones,Perón nunca fue enemigo del pueblo. En su primera intervención en el juicio

La Perla, el ex mayor Ernesto Barreiro sedefinió: “Ni yanqui, ni marxista; peronis-ta”. Y la última vez que pidió el micrófono,expresó, entre lágrimas: “No puedo dejarde recordar el aniversario de la muerte delgeneral Perón, el día más triste de mi vida.Su espíritu de unidad y pacificación fuesometido al tremendo nivel de traición yalevosía con que actuaron las organizacio-nes revolucionarias, que lo único que lo-graron fue irlo destruyendo, no sé si espi-ritualmente, pero sí físicamente. El ataqueal Escuadrón de Sanidad tuvo para Perónun costo altísimo. Sin contar Ezeiza y tan-tos otros atentados”. La indignación en las miradas de fami-

liares de desaparecidos y ex presos políti-cos asistentes al juicio tenía menos quever con la falacia de culpar por la masacrede Ezeiza a la izquierda peronista –cuandofue una cacería orquestada por la dere-cha– o el error de atribuir el ataque al Co-

mando de Sanidad a las organizaciones re-volucionarias peronistas –cuando fue unaacción del Ejército Revolucionario delPueblo–, sino con el intento de apropiarse“por derecha” de la figura de Perón. Sin duda, Barreiro se refería al Perón

que el 1º de mayo de 1974 echó a los Mon-toneros y a la Juventud Peronista de laPlaza de Mayo, los trató de “imberbes” e“idiotas útiles” y advirtió con hacer “tro-nar el escarmiento”. O al que en enero del74, tras el ataque del ERP al Regimiento deCaballería e Infantería de Azul, había con-vocado a “aniquilar cuanto antes este te-rrorismo criminal”. Y correlativamente,soslayaba al Perón que alentó las “forma-ciones espaciales” creadas por la “juven-tud maravillosa” para luchar en armascontra la represión; al que desde el exilioaseguró: “Si yo tuviera veinte años, anda-ría poniendo bombas por ahí”. No menos sorprendente que las expre-

siones de Barreiro, es su similitud con lasque el gobernador José Manuel de la Sotaformulara el 4 de diciembre de 2012 en elInstituto de Altos Estudios Empresarialesde la Universidad Austral del Opus Dei. Elmismo día en que comenzaba el juicio LaPerla, De la Sota se refirió a la situaciónpolítica en los 70, y aclaró: “En mi juven-tud también fui un apasionado y revolu-cionario, pero seguí los lineamientos de

Perón”. A continuación, y fustigando aMontoneros, De la Sota se despachó: “Elgrupo de conducción de esta guerrilla an-tiargentina mandó a la muerte a miles dejóvenes. Se enamoraron de las armas y dela violencia y llevaron a miles de jóvenesidealistas a la muerte; sin embargo, siguenlibres y algunos de ellos están en el Go-bierno o son asesores”. En medio de la polémica por aquella de-

claración, Osvaldo Viola, el abogado de-fensor de Barreiro, planteó al Tribunal quese le permita convocar al gobernador Dela Sota como “testigo de contexto”. A suvez, la ministra de Justicia y Derechos Hu-manos de la Provincia, Graciela Chayep,aclaraba que el mandatario cordobés es-taba “muy interesado” en el juicio y “encualquier momento” iba a asistir. Ya vansiete meses y 61 audiencias y aún no se loha visto por la sala del TOF1. Por esos días, De la Sota también apro-

vechó el aniversario de la muerte de Pe-rón para expresar: “En la Argentina se ex-traña el llamado a la unidad nacional deJuan Perón. El abrazo de Perón y (Ricar-do) Balbín, que tendría que habernos en-señado a terminar con los enfrentamien-tos irreconciliables. Aquellos que predi-can el odio y tratan como enemigos aquienes sólo son adversarios, no son pe-ronistas”. Pronunciada por el mismo gobernador

que reclamó “un baño de reconciliación”para negociar con los genocidas una reba-ja en las penas a cambio de que confiesen“dónde están los que nos faltan”, la pala-bra “unidad” suena tan extraña como enboca de Barreiro. Un concepto cargado desuperficialidad, desmemoria e impunidad,como el que inspiró el abrazo de CarlosMenem con Isaac Rojas, emblema de la“Revolución fusiladora” de 1955. Que Ernesto Barreiro –como el Carl

Carlson de Los Simpson– le rece a ese Pe-rón, no deja de tener una lógica, que ema-na de su condición de represor acorraladopor la tardía pero inexorable justicia de-mocrática. Pero de un gobernante elegidopor el pueblo –en gran medida, por el pue-blo peronista– debería esperarse que ten-ga un mínimo de respeto por aquellos queverdaderamente dieron “la vida por Pe-rón” y engrosaron la trágica cifra de lostreinta mil desaparecidos.

Por Alexis Oliva

8 CONTRATAPA

Invocaciones al Perón de la derecha

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Consejo Editor: Por Familiares de Desaparecidos y Detenidos por Razones Políticas de Cba.: Betty Argañaraz, Rosario Rodríguez, María del Carmen Torres, Angel Villanueva. Por Abuelas de Plaza de Mayo filial Córdoba: Lucas FanchínDirección General: Sebastián Puechagut • Secretaría de Redacción: Agostina Parisí · Redacción: Alexis Oliva, César Pucheta, Miguel Magnasco • Corrección: Victoria Picatto • Dir. de Arte: Sebastián Puechagut · Diseño: Pablo Gamboa Fotografía: Manuel Bomheker, Nicolás Castiglioni · Ilustración: Francisco Ferreyra · Distribución: Julia Soulier, Ernesto Torres • Colaboraron en este número: Matilde Nasser, Marta Platía, Aracely Maldonado, Hernán CappellettiAdministración: Mario Toranzo • Impresión: Comercio y Justicia Editores • Producción gráfica y editorial: Usina Creativa - agencia de comunicación - Tel: (0351) 4271736 - usinacreativa.com.ar - [email protected]

Tirada de esta edición: 30.000 ejemplares de distribución gratuita · ISSN: 1853-8290 · Será Justicia es propiedad de Familiares Córdoba (Personería Jurídica 234-A-1992)Avales y reconocimientos: Beneplácito del Concejo Deliberante de Córdoba (2010) • Declaración de Interés Legislativo por la Legislatura de la provincia de Córdoba (2010) • Declaración de Interés por el Senado de la Nación (2010) • Reconocimien-to institucional del Consejo Superior de la Universidad Nacional de Córdoba (2010) • Aval Institucional de la Escuela de Ciencias de la Información (2010 y 2011). Distribución: en red de organizaciones y con los siguientes diarios y periódicos:Tribuna (Bell Ville), Sumario (Alta Gracia), Energía Positiva (Sindicato Regional de Luz y Fuerza), Megáfono (Rio Cuarto), El Despertador (Jesús María), El Ciudadano (Villa Dolores), La Mañana (Córdoba), Comercio y Justicia (Córdoba)

29 de julio al 11 de agosto | Será Justicia

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