sermonario ss 2017 es - ministeriopersonal.com.s3...
TRANSCRIPT
ÍNDICE
1. Antes del rescate ................................................................................................ 5
2. La necesidad del rescate .................................................................................. 11
3. El peligro del auto resgate ............................................................................... 17
4. El equipo de rescate .......................................................................................... 23
5. El autor del rescate ............................................................................................ 28
6. El plan de rescate ............................................................................................... 33
7. La eficacia del rescate ....................................................................................... 39
8. Disfrutando del rescate .................................................................................... 44
FICHA TÉCNICAOrganizador de los sermones: Pr. Adolfo Suárez - Rector del SALT-DSA
Autores: Pr. Paulo SantosPr. Adolfo Suárez Pr. Walter AlañaPr. José Luis Santa CruzAdriani Milli Pr. Edgard HornanPr. Wilson BorbaPr. Carlos Steger
Coordinador general: Pr. Everon Donato – DSASecretaria: Débora SilvaDiagramación: Tiago WordellDiseño: Rodolfo BarrosDerechos de traducción y publicación: División SudamericanaRealización: División Sudamericana
ÍNDICE
1. Antes del rescate ................................................................................................ 5
2. La necesidad del rescate .................................................................................. 11
3. El peligro del auto resgate ............................................................................... 17
4. El equipo de rescate .......................................................................................... 23
5. El autor del rescate ............................................................................................ 28
6. El plan de rescate ............................................................................................... 33
7. La eficacia del rescate ....................................................................................... 39
8. Disfrutando del rescate .................................................................................... 44
FICHA TÉCNICAOrganizador de los sermones: Pr. Adolfo Suárez - Rector del SALT-DSA
Autores: Pr. Paulo SantosPr. Adolfo Suárez Pr. Walter AlañaPr. José Luis Santa CruzAdriani Milli Pr. Edgard HornanPr. Wilson BorbaPr. Carlos Steger
Coordinador general: Pr. Everon Donato – DSASecretaria: Débora SilvaDiagramación: Tiago WordellDiseño: Rodolfo BarrosDerechos de traducción y publicación: División SudamericanaRealización: División Sudamericana
Semana Santa 2017 | 5
ANTES DEL RESCATE
INTRODUCIÓN1
Dos vecinas vivían en pie de guerra. No podían encontrarse en la calle
porque seguro se armaba pelea. Después de un tiempo, doña María des-
cubrió el verdadero valor de la amistad y decidió que haría las paces con
doña Clotilde. Al encontrarse en la calle, muy humildemente, doña María
dijo: “Mi querida Clotilde, hemos estado con estas diferencias por muchos
años y ni siquiera tenemos un motivo. Le propongo que hagamos las pa-
ces y vivamos como dos buenas y viejas amigas”.
A doña Clotilde le extrañó la actitud de la vieja rival y dijo que pensaría
en el asunto. Por el camino fue razonando... “Doña María no me engaña.
Está tramando algo, pero no se lo haré fácil. Le enviaré un regalo para ver
su reacción”.
Al llegar a casa preparó una bella cesta de regalos, la cubrió con un
lindo papel, pero la llenó de estiércol de vaca. Pensó así: “Me encantaría
verle la cara a doña María al recibir este ‘maravilloso’ regalo. Veremos si
le gusta”.
Mandó a la empleada a llevar el regalo a la casa de la rival con una
nota: “Acepto su propuesta de paz y, para sellar nuestro compromiso, le
envío este lindo presente”. A Doña María le extrañó el regalo, pero no se
exaltó. Pensó: “¿Qué está proponiendo ella con esto? ¿No estamos hacien-
do las paces? Bien, no le des importancia”. Algunas semanas después doña
Clotilde recibió en su puerta una linda cesta de regalos cubierta con un
bello papel. “Es la venganza de esa pesada de María. ¿Qué será lo que me
preparó?”, pensó.
1. Algunas ideas de este sermón fueron obtenidas de la clase presentada a los alumnos del SALT, IAP, 18-02-2014, por Ángel Manuel Rodríguez. Instituto Adventista Paranaense, Ivatuba, Paraná.
Semana Santa 2017 | 5
ANTES DEL RESCATE
INTRODUCIÓN1
Dos vecinas vivían en pie de guerra. No podían encontrarse en la calle
porque seguro se armaba pelea. Después de un tiempo, doña María des-
cubrió el verdadero valor de la amistad y decidió que haría las paces con
doña Clotilde. Al encontrarse en la calle, muy humildemente, doña María
dijo: “Mi querida Clotilde, hemos estado con estas diferencias por muchos
años y ni siquiera tenemos un motivo. Le propongo que hagamos las pa-
ces y vivamos como dos buenas y viejas amigas”.
A doña Clotilde le extrañó la actitud de la vieja rival y dijo que pensaría
en el asunto. Por el camino fue razonando... “Doña María no me engaña.
Está tramando algo, pero no se lo haré fácil. Le enviaré un regalo para ver
su reacción”.
Al llegar a casa preparó una bella cesta de regalos, la cubrió con un
lindo papel, pero la llenó de estiércol de vaca. Pensó así: “Me encantaría
verle la cara a doña María al recibir este ‘maravilloso’ regalo. Veremos si
le gusta”.
Mandó a la empleada a llevar el regalo a la casa de la rival con una
nota: “Acepto su propuesta de paz y, para sellar nuestro compromiso, le
envío este lindo presente”. A Doña María le extrañó el regalo, pero no se
exaltó. Pensó: “¿Qué está proponiendo ella con esto? ¿No estamos hacien-
do las paces? Bien, no le des importancia”. Algunas semanas después doña
Clotilde recibió en su puerta una linda cesta de regalos cubierta con un
bello papel. “Es la venganza de esa pesada de María. ¿Qué será lo que me
preparó?”, pensó.
1. Algunas ideas de este sermón fueron obtenidas de la clase presentada a los alumnos del SALT, IAP, 18-02-2014, por Ángel Manuel Rodríguez. Instituto Adventista Paranaense, Ivatuba, Paraná.
6 | Semana Santa 2017 Semana Santa 2017 | 7
Fue grande su sorpresa al abrir la cesta y ver un lindo arreglo de las
flores más bellas que podían existir en un jardín y una tarjeta con el si-
guiente mensaje: “Estas flores es lo que le ofrezco como prueba de mi
amistad. Fueron cultivadas con el estiércol que usted me envió y que pro-
porcionó excelente abono para mi jardín”.
Vivir en pie de guerra con las personas era algo impensable antes del
pecado. En el cielo había armonía y felicidad plena. Pero, ¿qué ocurrió?
Sobre eso reflexionaremos en esta oportunidad.
ANTES DE LA CAÍDALos físicos consideran que existen cuatro fuerzas principales en el Uni-
verso: la gravedad, el electromagnetismo, las fuerzas nucleares débiles y las
fuerzas nucleares fuertes. Esperan algún día poder formular una teoría que
explique las cuatro fuerzas como aspectos diferentes de una gran fuerza
unificada y unánime. En realidad, muchos dirían que este es el principal
objetivo de la física: encontrar una fuerza que explique todas las demás.
Pero, para descubrir esa quinta fuerza no se debe buscar en las disciplinas
comunes dictadas en las universidades modernas, sino en el libro antiguo,
la Sagrada Escritura.
Este libro relata la forma como Dios creó el Universo, haciendo de este
una unidad completamente integrada que funcionaba de modo interconec-
tado. Las galaxias, los sistemas y los planetas funcionaban a través de una
unidad plena, porque Dios creó como él es, él es una unidad perfecta (Deu-
teronomio 6:4). El elemento integrador que vinculaba todo el Universo es la
fuerza que buscan los físicos para explicar todas las otras, y en la Biblia se
revela como el Amor.
Es difícil para la mente humana captar cómo funcionaba el Universo
de esta manera, porque lo que vemos y percibimos hoy es solo fragmenta-
rio. Esta fuerza, el Amor, desconocido hoy por muchos, en algún tiempo y
fue el responsable por la integración y perfección del Universo, gravitando
en torno de un sólo centro de atracción, Dios, porque Dios es Amor. Juan
destaca que “El que no ama, no ha conocido a Dios; porque Dios es amor”
(1 Juan 4:8). Ese elemento cohesivo permitió la existencia de la perfecta
unidad y armonía, porque el componente fundamental estaba presente
desde la esencia del átomo hasta los más magníficos astros del Universo.
Mientras todos los seres creados reconocían su lealtad y amor, había ar-
monía, unidad y cohesión perfecta en el Universo. En las palabras de Elena
de White: “Dios hizo al hombre perfectamente santo y feliz; y la hermosa
tierra no tenía, al salir de la mano del Creador, mancha de decadencia, ni
sombra de maldición. La transgresión de la ley de Dios, de la ley de amor, fue
lo que trajo consigo dolor y muerte”.2
Entre tanto, el surgimiento de un ser creado por Dios que pretende
ser igual a Dios (Isaías 14:14), destrozó la armonía del Universo, fragmen-
tándolo, dejando de existir un centro de cohesión, el amor de Dios, dan-
do origen a otros centros de convergencia establecidos por Satanás y sus
ángeles (Ezequiel 28:12-18). El ansia de poder resultó en una “guerra en
el cielo” (Apocalipsis 12:7, NVI), y, al engañar a Adán y a Eva a través del
árbol prohibido en el Edén, Satanás trajo esa ideología a la Tierra.
CONSECUENCIAEl pecado sacó a Dios del centro, y llevó a cada ser humano a ser un cen-
tro en sí mismo. El ser humano considera que las cosas deben girar en torno
de sí, que es una célula independiente, que funciona como un fragmento,
vive para sí mismo, y lucha por sí mismo. Su naturaleza se volvió antagóni-
ca al elemento creado por Dios para integrarse y armonizarse al Universo.
Ser y querer ser el centro del Universo es una actitud que está grabada en
los genes de cada ser que llega a este mundo (Salmo 51:5; Génesis 3:4).3
Existe una rama de la filosofía llamada el egoísmo ético que enseña que
cada persona debe cuidar de sus propios intereses y olvidar los intereses de
los demás, a no ser que el interés de los demás contribuya a sus intereses.
Esa ideología es completamente opuesta a la filosofía del cielo, en la cual las
voces están “en armonía”. “Nunca se hacen daño unos a otros. Los príncipes
del cielo, los potentados de este poderoso reino, sólo son rivales en el bien,
en buscar la felicidad y el gozo mutuos. El mayor allí es el menor en auto-
estima, y el menor es el mayor en su gratitud y en su riqueza de amor”.4
La fragmentación, consecuencia del rechazo de la ley de amor que
mantenía unido al Universo, no se la observa sólo en la esfera humana.
Se puede ver testimonio de ella en el reino animal y hasta en la naturaleza
inanimada, de modo que sus efectos se posan sobre todos los seres, tanto
sobre los inteligentes como sobre los irracionales (Romanos 8:19). Ej.: los
animales se matan unos a otros para satisfacer sus deseos y necesidades.
2. Elena de White, El camino a Cristo, p. 9.
3. Angel Manuel Rodriguez, Clase presentada a los alumnos del SALT, IAP, 18-02-2014. Instituto Adventista Paranaense, Ivatuba, Paraná.
4. Elena de White, Eventos de los últimos días, p. 249.
6 | Semana Santa 2017 Semana Santa 2017 | 7
Fue grande su sorpresa al abrir la cesta y ver un lindo arreglo de las
flores más bellas que podían existir en un jardín y una tarjeta con el si-
guiente mensaje: “Estas flores es lo que le ofrezco como prueba de mi
amistad. Fueron cultivadas con el estiércol que usted me envió y que pro-
porcionó excelente abono para mi jardín”.
Vivir en pie de guerra con las personas era algo impensable antes del
pecado. En el cielo había armonía y felicidad plena. Pero, ¿qué ocurrió?
Sobre eso reflexionaremos en esta oportunidad.
ANTES DE LA CAÍDALos físicos consideran que existen cuatro fuerzas principales en el Uni-
verso: la gravedad, el electromagnetismo, las fuerzas nucleares débiles y las
fuerzas nucleares fuertes. Esperan algún día poder formular una teoría que
explique las cuatro fuerzas como aspectos diferentes de una gran fuerza
unificada y unánime. En realidad, muchos dirían que este es el principal
objetivo de la física: encontrar una fuerza que explique todas las demás.
Pero, para descubrir esa quinta fuerza no se debe buscar en las disciplinas
comunes dictadas en las universidades modernas, sino en el libro antiguo,
la Sagrada Escritura.
Este libro relata la forma como Dios creó el Universo, haciendo de este
una unidad completamente integrada que funcionaba de modo interconec-
tado. Las galaxias, los sistemas y los planetas funcionaban a través de una
unidad plena, porque Dios creó como él es, él es una unidad perfecta (Deu-
teronomio 6:4). El elemento integrador que vinculaba todo el Universo es la
fuerza que buscan los físicos para explicar todas las otras, y en la Biblia se
revela como el Amor.
Es difícil para la mente humana captar cómo funcionaba el Universo
de esta manera, porque lo que vemos y percibimos hoy es solo fragmenta-
rio. Esta fuerza, el Amor, desconocido hoy por muchos, en algún tiempo y
fue el responsable por la integración y perfección del Universo, gravitando
en torno de un sólo centro de atracción, Dios, porque Dios es Amor. Juan
destaca que “El que no ama, no ha conocido a Dios; porque Dios es amor”
(1 Juan 4:8). Ese elemento cohesivo permitió la existencia de la perfecta
unidad y armonía, porque el componente fundamental estaba presente
desde la esencia del átomo hasta los más magníficos astros del Universo.
Mientras todos los seres creados reconocían su lealtad y amor, había ar-
monía, unidad y cohesión perfecta en el Universo. En las palabras de Elena
de White: “Dios hizo al hombre perfectamente santo y feliz; y la hermosa
tierra no tenía, al salir de la mano del Creador, mancha de decadencia, ni
sombra de maldición. La transgresión de la ley de Dios, de la ley de amor, fue
lo que trajo consigo dolor y muerte”.2
Entre tanto, el surgimiento de un ser creado por Dios que pretende
ser igual a Dios (Isaías 14:14), destrozó la armonía del Universo, fragmen-
tándolo, dejando de existir un centro de cohesión, el amor de Dios, dan-
do origen a otros centros de convergencia establecidos por Satanás y sus
ángeles (Ezequiel 28:12-18). El ansia de poder resultó en una “guerra en
el cielo” (Apocalipsis 12:7, NVI), y, al engañar a Adán y a Eva a través del
árbol prohibido en el Edén, Satanás trajo esa ideología a la Tierra.
CONSECUENCIAEl pecado sacó a Dios del centro, y llevó a cada ser humano a ser un cen-
tro en sí mismo. El ser humano considera que las cosas deben girar en torno
de sí, que es una célula independiente, que funciona como un fragmento,
vive para sí mismo, y lucha por sí mismo. Su naturaleza se volvió antagóni-
ca al elemento creado por Dios para integrarse y armonizarse al Universo.
Ser y querer ser el centro del Universo es una actitud que está grabada en
los genes de cada ser que llega a este mundo (Salmo 51:5; Génesis 3:4).3
Existe una rama de la filosofía llamada el egoísmo ético que enseña que
cada persona debe cuidar de sus propios intereses y olvidar los intereses de
los demás, a no ser que el interés de los demás contribuya a sus intereses.
Esa ideología es completamente opuesta a la filosofía del cielo, en la cual las
voces están “en armonía”. “Nunca se hacen daño unos a otros. Los príncipes
del cielo, los potentados de este poderoso reino, sólo son rivales en el bien,
en buscar la felicidad y el gozo mutuos. El mayor allí es el menor en auto-
estima, y el menor es el mayor en su gratitud y en su riqueza de amor”.4
La fragmentación, consecuencia del rechazo de la ley de amor que
mantenía unido al Universo, no se la observa sólo en la esfera humana.
Se puede ver testimonio de ella en el reino animal y hasta en la naturaleza
inanimada, de modo que sus efectos se posan sobre todos los seres, tanto
sobre los inteligentes como sobre los irracionales (Romanos 8:19). Ej.: los
animales se matan unos a otros para satisfacer sus deseos y necesidades.
2. Elena de White, El camino a Cristo, p. 9.
3. Angel Manuel Rodriguez, Clase presentada a los alumnos del SALT, IAP, 18-02-2014. Instituto Adventista Paranaense, Ivatuba, Paraná.
4. Elena de White, Eventos de los últimos días, p. 249.
8 | Semana Santa 2017 Semana Santa 2017 | 9
Sin embargo, el resquicio de la necesidad imperativa de crear una uni-
dad completamente integrada –semejante a la responsable por el funcio-
namiento perfecto de las galaxias, sistemas y planetas, por intermedio de la
cohesión de la ley de amor – puede observarse a través de lo que vemos a
nuestro alrededor. Los líderes de nuestro planeta establecen leyes. Cada país
instituye leyes jerárquicas. En la cima están las leyes que provienen del go-
bierno nacional, obligatorias para todos los que residen en el país. Después,
las leyes estatales que atañen a los habitantes de determinados territorios;
seguidamente, las leyes municipales, que gobiernan territorios aun meno-
res: ciudades, distritos y familias. En una ciudad tenemos el semáforo, las
direcciones en que debe fluir el tránsito, los lugares correctos para estacio-
nar, etc. Eso puede ser apreciado en los diferentes extractos de la sociedad.
A pesar de la consciencia de que esas leyes apuntan al bienestar de
cada individuo en forma particular, la obediencia a las leyes persiste por
escaso tiempo, a semejanza de lo que ocurrió con Satanás y sus ángeles y
después con Adán y Eva. Las leyes son rechazadas por muchos, los cuales
se denominan autónomos, creando leyes para sí mismos.
Entretanto, las leyes establecidas por la fuerza como medio de unifi-
cación y cohesión por los que gobiernan este planeta dan resultado por
algún tiempo. Pero, la fuerza no es el elemento ideal para originar armo-
nía y unidad; tampoco es el elemento ideal alrededor del cual gravitan los
demás elementos y producen la unidad.
Piense por un instante en estas preguntas: ¿Es inusual en el día a día
encontrarse con acontecimientos en que seres humanos viven por sí mis-
mos, buscando ser el centro y revelando un profundo egoísmo? ¿O eso es
una realidad que usted ve constantemente, independientemente de na-
cionalidad, raza o color? En lo íntimo de su ser, ¿no tiene la tentación de
ser el centro de todo? Si usted es sincero, responderá afirmativamente,
porque sucede así con todos.
Pablo declara: “¡Miserable de mí! ¿Quién me librará de este cuerpo de muer-
te?” (Romanos 7:24). Pero no se desespere. Así como para el apóstol Pablo hubo
una luz al final del túnel, también existe una luz para usted y para mí.
SOLUCIÓNPara enfrentar este desafío entra en escena la Sagrada Escritura, para
revelarnos que un día irrumpió en el Universo un Ser, que no era un frag-
mento, porque los fragmentos son resultados del pecado. Él era Dios he-
cho carne (Juan 1:14); era una unidad indivisible, porque en él el hombre
y Dios fueron integrados y unificados (1 Timoteo 3:16). Por otro lado, en él
hubo una perfecta armonía y unidad con el Padre (Zacarías 6:13).
En este Ser, el amor es tan intenso que el apóstol Juan lo compara
con un imán que, al ser levantado de la tierra, atraería a todos a sí mis-
mo (Juan 3:14, 15; 12:32). ¿Quién es ese Ser? ¡Es Jesucristo! No existe
otro nombre debajo de los cielos que haya atraído tanto a la humani-
dad (Filipenses 2:9-11), agrupando a las personas con un sólo propósito,
como el nombre de Cristo (Efesios 2:11-22).
El apóstol Pablo afirma que Dios nos reveló el misterio de su voluntad
según su beneplácito que propusiera en Cristo hacer converger [...] todas
las cosas, tanto las de los cielos como las de la Tierra; [...] resucitándolo
de entre los muertos y haciéndolo sentar a su derecha en los lugares ce-
lestiales, encima de todo principado, potestad, poder, dominio y de todo
nombre que se pueda referir no sólo en el siglo presente, sino también
en el venidero (Efesios 1:9, 10, 20, 21).
Elena de White enfatiza que él es el único capaz de crear esta conver-
gencia nuevamente, uniendo tanto las cosas del Cielo como las de la Tierra
y ofrecer seguridad a los integrantes del Universo. Ella afirma lo siguiente:
La seguridad de los ángeles también depende de los sufrimientos del Hijo
de Dios; por eso le ofrecen honor y gloria. Es mediante la eficacia de la cruz,
que los ángeles son guardados contra la apostasía. Sin la cruz, no estarían
más seguros de lo que lo estaban los ángeles antes de la caída de Satanás.
La perfección angélica falló en el cielo; la perfección humana falló en el
Edén... El plan de salvación, que muestra el amor y la justicia de Dios, pro-
vee la eterna salvaguardia contra la rebelión en los mundos no caídos... La
muerte de Cristo en la cruz del Calvario es nuestra única esperanza en este
mundo, y será nuestro tema en el mundo venidero.5
La Divinidad tiene como objetivo rescatar y reconciliar consigo a cada ser
humano. Y quiere hacer eso a través de la quinta fuerza que los físicos buscan
en vano, la fuerza del amor, amor que mantuvo todo el Universo en armonía
antes de la entrada del pecado. Sobre ese amor, Elena de White escribió:
La luz que resplandece de la cruz revela el amor de Dios. Su amor nos atrae
a él. Si no resistimos esta atracción, seremos conducidos al pie de la cruz
arrepentidos por los pecados que crucificaron al Salvador. Entonces el Es-
píritu de Dios produce por medio de la fe una nueva vida en el alma. Los
5. Elena de White, La verdad acerca de los ángeles, p. 210.
8 | Semana Santa 2017 Semana Santa 2017 | 9
Sin embargo, el resquicio de la necesidad imperativa de crear una uni-
dad completamente integrada –semejante a la responsable por el funcio-
namiento perfecto de las galaxias, sistemas y planetas, por intermedio de la
cohesión de la ley de amor – puede observarse a través de lo que vemos a
nuestro alrededor. Los líderes de nuestro planeta establecen leyes. Cada país
instituye leyes jerárquicas. En la cima están las leyes que provienen del go-
bierno nacional, obligatorias para todos los que residen en el país. Después,
las leyes estatales que atañen a los habitantes de determinados territorios;
seguidamente, las leyes municipales, que gobiernan territorios aun meno-
res: ciudades, distritos y familias. En una ciudad tenemos el semáforo, las
direcciones en que debe fluir el tránsito, los lugares correctos para estacio-
nar, etc. Eso puede ser apreciado en los diferentes extractos de la sociedad.
A pesar de la consciencia de que esas leyes apuntan al bienestar de
cada individuo en forma particular, la obediencia a las leyes persiste por
escaso tiempo, a semejanza de lo que ocurrió con Satanás y sus ángeles y
después con Adán y Eva. Las leyes son rechazadas por muchos, los cuales
se denominan autónomos, creando leyes para sí mismos.
Entretanto, las leyes establecidas por la fuerza como medio de unifi-
cación y cohesión por los que gobiernan este planeta dan resultado por
algún tiempo. Pero, la fuerza no es el elemento ideal para originar armo-
nía y unidad; tampoco es el elemento ideal alrededor del cual gravitan los
demás elementos y producen la unidad.
Piense por un instante en estas preguntas: ¿Es inusual en el día a día
encontrarse con acontecimientos en que seres humanos viven por sí mis-
mos, buscando ser el centro y revelando un profundo egoísmo? ¿O eso es
una realidad que usted ve constantemente, independientemente de na-
cionalidad, raza o color? En lo íntimo de su ser, ¿no tiene la tentación de
ser el centro de todo? Si usted es sincero, responderá afirmativamente,
porque sucede así con todos.
Pablo declara: “¡Miserable de mí! ¿Quién me librará de este cuerpo de muer-
te?” (Romanos 7:24). Pero no se desespere. Así como para el apóstol Pablo hubo
una luz al final del túnel, también existe una luz para usted y para mí.
SOLUCIÓNPara enfrentar este desafío entra en escena la Sagrada Escritura, para
revelarnos que un día irrumpió en el Universo un Ser, que no era un frag-
mento, porque los fragmentos son resultados del pecado. Él era Dios he-
cho carne (Juan 1:14); era una unidad indivisible, porque en él el hombre
y Dios fueron integrados y unificados (1 Timoteo 3:16). Por otro lado, en él
hubo una perfecta armonía y unidad con el Padre (Zacarías 6:13).
En este Ser, el amor es tan intenso que el apóstol Juan lo compara
con un imán que, al ser levantado de la tierra, atraería a todos a sí mis-
mo (Juan 3:14, 15; 12:32). ¿Quién es ese Ser? ¡Es Jesucristo! No existe
otro nombre debajo de los cielos que haya atraído tanto a la humani-
dad (Filipenses 2:9-11), agrupando a las personas con un sólo propósito,
como el nombre de Cristo (Efesios 2:11-22).
El apóstol Pablo afirma que Dios nos reveló el misterio de su voluntad
según su beneplácito que propusiera en Cristo hacer converger [...] todas
las cosas, tanto las de los cielos como las de la Tierra; [...] resucitándolo
de entre los muertos y haciéndolo sentar a su derecha en los lugares ce-
lestiales, encima de todo principado, potestad, poder, dominio y de todo
nombre que se pueda referir no sólo en el siglo presente, sino también
en el venidero (Efesios 1:9, 10, 20, 21).
Elena de White enfatiza que él es el único capaz de crear esta conver-
gencia nuevamente, uniendo tanto las cosas del Cielo como las de la Tierra
y ofrecer seguridad a los integrantes del Universo. Ella afirma lo siguiente:
La seguridad de los ángeles también depende de los sufrimientos del Hijo
de Dios; por eso le ofrecen honor y gloria. Es mediante la eficacia de la cruz,
que los ángeles son guardados contra la apostasía. Sin la cruz, no estarían
más seguros de lo que lo estaban los ángeles antes de la caída de Satanás.
La perfección angélica falló en el cielo; la perfección humana falló en el
Edén... El plan de salvación, que muestra el amor y la justicia de Dios, pro-
vee la eterna salvaguardia contra la rebelión en los mundos no caídos... La
muerte de Cristo en la cruz del Calvario es nuestra única esperanza en este
mundo, y será nuestro tema en el mundo venidero.5
La Divinidad tiene como objetivo rescatar y reconciliar consigo a cada ser
humano. Y quiere hacer eso a través de la quinta fuerza que los físicos buscan
en vano, la fuerza del amor, amor que mantuvo todo el Universo en armonía
antes de la entrada del pecado. Sobre ese amor, Elena de White escribió:
La luz que resplandece de la cruz revela el amor de Dios. Su amor nos atrae
a él. Si no resistimos esta atracción, seremos conducidos al pie de la cruz
arrepentidos por los pecados que crucificaron al Salvador. Entonces el Es-
píritu de Dios produce por medio de la fe una nueva vida en el alma. Los
5. Elena de White, La verdad acerca de los ángeles, p. 210.
Semana Santa 2017 | 1110 | Semana Santa 2017
pensamientos y los deseos se sujetan en obediencia a la voluntad de Cristo.
El corazón y la mente son creados de nuevo a la imagen de Aquel que obra
en nosotros para someter todas las cosas a sí. Entonces la ley de Dios queda
escrita en la mente y el corazón, y podemos decir con Cristo: “El hacer tu
voluntad, Dios mío, me ha agradado” (Salmo 40:8).6
CONCLUSIÓNQuerido hermano y amigo, después de tomar consciencia sobre la si-
tuación real del Universo antes del rescate y del elemento que lo mantuvo
unido, ¿usted apreciaría ser atraído por ese elemento que conservó el Uni-
verso en perfecta armonía? ¿Desearía que la quinta fuerza que muchos de
la ciencia no logran descubrir, porque fueron cegados por el dios de este
siglo (2 Corintios 4:4), alcanzase y permease su vida, haciéndose un ele-
mento aglutinador en las manos de Dios? ¿Le gustaría ser parte de aque-
llos que quieren vivir en consonancia con el Rey del Universo, apoyando
su plan de unir todas las cosas del Cielo y de la Tierra en torno de Aquel
que es el verdadero centro de gravitación, la fuente del amor?
Si ese fuera su deseo, entregue su vida a Dios. ¡Solamente él puede po-
ner armonía en su corazón y poner armonía en su familia!
PREGUNTAS PARA DIALOGAR1. ¿Cómo el pecado puede haber surgido en un ambiente donde todo
era perfecto?
2. ¿Por qué Dios no eliminó el mal enseguida después de su surgi-
miento? ¿No habría sido mejor que Dios eliminara a los transgre-
sores y comenzar todo de nuevo?
3. ¿Qué hace a Dios amar tanto a la humanidad si todos los seres
humanos son pecadores?Pr. Paulo Santos7
6. Elena White, El Deseado de todas las gentes, p. 147.
7. Director del SALT-IAP.
LA NECESIDAD DE RESCATE
INTRODUCCIÓNImagínese una “máquina perfecta”, compuesta por seiscientos cuaren-
ta músculos. Tres mil millones de fibras nerviosas. Treinta mil millones
de glóbulos rojos. Un esqueleto liviano como el aluminio, pero resistente
como el acero, y cuatro veces más fuerte que el concreto. Un producto
espectacular de la ingeniería. Por dentro y por fuera. En el interior de esa
joya de la ingeniería, bien en el centro, está la sala de máquinas. Bombea
sangre a través de 96 mil kilómetros de venas y repite la operación 40
millones de veces al año. Y lo más sorprendente: hay poco más de siete
mil millones de ejemplares esparcidos por el planeta Tierra. Únicos: nin-
guno igual a otro. La “máquina perfecta” dispara por las calles de las pe-
queñas y grandes ciudades. ¿Y quién podría detenerla? ¡Es impresionan-
te!1 Claro, esa “máquina perfecta” es el ser humano. ¡¿No es maravilloso?!
Pero, nosotros los seres humanos somos más que solo una máquina.
Somos seres pensantes. Todavía más: Dios creó a Adán y Eva –entre otras
cosas– con responsabilidad moral y eso les permitía elegir, tomar decisio-
nes. Como parte de la responsabilidad moral concedida, la pareja debería
respetar las orientaciones del Creador, y que lo más importante, en ese
contexto, era: “Del árbol del conocimiento del bien y del mal no deberás
comer. El día que de él comas, ciertamente morirás” (Génesis 2:17, NVI).
Como agente moral libre, el ser humano debería disfrutar de libertad
con responsabilidad. Desgraciadamente, Adán y Eva no usaron bien su
libertad y actuaron con total irresponsabilidad cuando debieron tomar
una decisión. Alguien puede preguntar: Para evitar cualquier problema,
¿no habría sido mejor que Dios hubiese “dirigido” el proceso y tomado los 1. Adaptado de http://g1.globo.com/globo-reporter/noticia/2013/05/globo-reporter-revela-detalhes-do-fantastico-corpo-hu-
mano.html.
Semana Santa 2017 | 1110 | Semana Santa 2017
pensamientos y los deseos se sujetan en obediencia a la voluntad de Cristo.
El corazón y la mente son creados de nuevo a la imagen de Aquel que obra
en nosotros para someter todas las cosas a sí. Entonces la ley de Dios queda
escrita en la mente y el corazón, y podemos decir con Cristo: “El hacer tu
voluntad, Dios mío, me ha agradado” (Salmo 40:8).6
CONCLUSIÓNQuerido hermano y amigo, después de tomar consciencia sobre la si-
tuación real del Universo antes del rescate y del elemento que lo mantuvo
unido, ¿usted apreciaría ser atraído por ese elemento que conservó el Uni-
verso en perfecta armonía? ¿Desearía que la quinta fuerza que muchos de
la ciencia no logran descubrir, porque fueron cegados por el dios de este
siglo (2 Corintios 4:4), alcanzase y permease su vida, haciéndose un ele-
mento aglutinador en las manos de Dios? ¿Le gustaría ser parte de aque-
llos que quieren vivir en consonancia con el Rey del Universo, apoyando
su plan de unir todas las cosas del Cielo y de la Tierra en torno de Aquel
que es el verdadero centro de gravitación, la fuente del amor?
Si ese fuera su deseo, entregue su vida a Dios. ¡Solamente él puede po-
ner armonía en su corazón y poner armonía en su familia!
PREGUNTAS PARA DIALOGAR1. ¿Cómo el pecado puede haber surgido en un ambiente donde todo
era perfecto?
2. ¿Por qué Dios no eliminó el mal enseguida después de su surgi-
miento? ¿No habría sido mejor que Dios eliminara a los transgre-
sores y comenzar todo de nuevo?
3. ¿Qué hace a Dios amar tanto a la humanidad si todos los seres
humanos son pecadores?Pr. Paulo Santos7
6. Elena White, El Deseado de todas las gentes, p. 147.
7. Director del SALT-IAP.
LA NECESIDAD DE RESCATE
INTRODUCCIÓNImagínese una “máquina perfecta”, compuesta por seiscientos cuaren-
ta músculos. Tres mil millones de fibras nerviosas. Treinta mil millones
de glóbulos rojos. Un esqueleto liviano como el aluminio, pero resistente
como el acero, y cuatro veces más fuerte que el concreto. Un producto
espectacular de la ingeniería. Por dentro y por fuera. En el interior de esa
joya de la ingeniería, bien en el centro, está la sala de máquinas. Bombea
sangre a través de 96 mil kilómetros de venas y repite la operación 40
millones de veces al año. Y lo más sorprendente: hay poco más de siete
mil millones de ejemplares esparcidos por el planeta Tierra. Únicos: nin-
guno igual a otro. La “máquina perfecta” dispara por las calles de las pe-
queñas y grandes ciudades. ¿Y quién podría detenerla? ¡Es impresionan-
te!1 Claro, esa “máquina perfecta” es el ser humano. ¡¿No es maravilloso?!
Pero, nosotros los seres humanos somos más que solo una máquina.
Somos seres pensantes. Todavía más: Dios creó a Adán y Eva –entre otras
cosas– con responsabilidad moral y eso les permitía elegir, tomar decisio-
nes. Como parte de la responsabilidad moral concedida, la pareja debería
respetar las orientaciones del Creador, y que lo más importante, en ese
contexto, era: “Del árbol del conocimiento del bien y del mal no deberás
comer. El día que de él comas, ciertamente morirás” (Génesis 2:17, NVI).
Como agente moral libre, el ser humano debería disfrutar de libertad
con responsabilidad. Desgraciadamente, Adán y Eva no usaron bien su
libertad y actuaron con total irresponsabilidad cuando debieron tomar
una decisión. Alguien puede preguntar: Para evitar cualquier problema,
¿no habría sido mejor que Dios hubiese “dirigido” el proceso y tomado los 1. Adaptado de http://g1.globo.com/globo-reporter/noticia/2013/05/globo-reporter-revela-detalhes-do-fantastico-corpo-hu-
mano.html.
12 | Semana Santa 2017 Semana Santa 2017 | 13
recaudos necesarios para que no hubiera ningún desliz por parte de la
pareja? Después de todo, Dios podía hacer eso, ¿o no?
¡Claro que podía! Pero eso implicaría interferir en la libertad humana,
creando seres incapaces de tomar decisiones por cuenta propia. Eso sería
inaceptable para un Dios que aprecia la libertad, la responsabilidad y la
madurez. Observe el siguiente esquema:
Dios quería criaturas superiores, entes morales capaces de tomar sus
propias decisiones, que vivieran con la responsabilidad de asumir los ries-
gos de su libertad. Criaturas como él. O sea, Dios no quería un mundo
donde meramente las “piezas” se movieran cuando él presionara los boto-
nes o diera la orden. Él quería un mundo donde los seres pudieran actuar
por cuenta propia. Y por eso nos creó con libertad. Sin embargo, la liber-
tad tiene un costo. ¿Y cuál es ese costo?
EL ORIGEN DEL PECADODios es perfecto y por eso creó seres humanos perfectos, colocándo-
los en un ambiente perfecto. Entonces, ¿cómo apareció el mal, el pecado?
Algunas personas culpan a Dios por el surgimiento del pecado. Dicen: “Al
final, si él es poderoso, podría haberlo evitado”. Pero eso no es verdad. Es-
tas son algunas razones para entender que no se puede culpar al Creador
por el origen del pecado:
• Dios es santo por naturaleza (Isaías 6:3), no hay injusticia en él;
• “Sus obras son perfectas [...] no practica la injusticia”
(Deuteronomio 32:4, NVI);
• Dios no hace el mal, no practica el mal, no practica el pecado (Job 34:10);
• Dios no puede ser tentado por el mal y tampoco tienta a nadie
(Santiago 1:13);
• Él odia el pecado y por eso no puede ser el culpable de causarlo
(Salmo 5:4; 11:5);
• Además de eso, al final de la semana de la creación, “Y vio Dios
todo lo que había hecho, y he aquí que era bueno en gran mane-
ra” (Génesis 1:31); ¿entonces cómo puede ser responsabilizado por
el pecado?
Si Dios no fue el originador del pecado. Entonces, ¿quién fue?
Según el relato bíblico, el pecado se originó en el mundo angélico.
Lucifer, un ser muy exaltado entre los ángeles, se volvió orgulloso
(Ezequiel 28:17; 1 Timoteo 3:6). No estaba satisfecho con la posición
que ocupaba en el gobierno de Dios (Judas 6) y comenzó a codiciar
el lugar del propio Dios (Isaías 14:12-14). En un intento de asumir
el control del Universo, ese ángel caído sembró descontento entre
sus compañeros ángeles a obtener la simpatía de muchos de ellos.
El conflicto celestial de ahí resultante finalizó cuando Lucifer, ahora
conocido como Satanás, el adversario, fue expulsado del Cielo junto
con sus ángeles (Apocalipsis 12:4, 7-9).
LA ENTRADA DEL PECADO EN NUESTRO PLANETAAntes del pecado había perfecta armonía entre la criatura y el Crea-
dor, lo que implicaba subordinación libre; la razón humana estaba sujeta
a Dios. Además de eso, la voluntad estaba sujeta a la razón; los afectos y
apetitos eran controlados por la voluntad. No había rebelión, despropor-
ción, desequilibrio.
Sin embargo, ocurrió algo inexplicable: en un ambiente donde reinaba
la paz, la santidad y la armonía, repentinamente irrumpió la discordia, la
desobediencia y el pecado.
DIOS podría crear una pareja de...
Androides Seres humanos
En este caso serían seres amorales; estarían programados para simplesmente obedecer.
No tendrían libertad.
Al ser seres amorales no podrían ser acusados de pecado, porque nunca desobedecerían. Así,
vivirían sin pecado.
Al vivir sin pecado, todos serían salvos por decisión del Creador
En este caso serían seres morales; podrían elegir obedecer o desobedecer, de acuerdo con
su conciencia. Tendrían libertad.
Al ser seres morales podrían ser acusado de pecado, porque podrían elegir desobedecer.
Así, el pecado existiría.
Por causa del pecado nada seía salvo por elección propria.
12 | Semana Santa 2017 Semana Santa 2017 | 13
recaudos necesarios para que no hubiera ningún desliz por parte de la
pareja? Después de todo, Dios podía hacer eso, ¿o no?
¡Claro que podía! Pero eso implicaría interferir en la libertad humana,
creando seres incapaces de tomar decisiones por cuenta propia. Eso sería
inaceptable para un Dios que aprecia la libertad, la responsabilidad y la
madurez. Observe el siguiente esquema:
Dios quería criaturas superiores, entes morales capaces de tomar sus
propias decisiones, que vivieran con la responsabilidad de asumir los ries-
gos de su libertad. Criaturas como él. O sea, Dios no quería un mundo
donde meramente las “piezas” se movieran cuando él presionara los boto-
nes o diera la orden. Él quería un mundo donde los seres pudieran actuar
por cuenta propia. Y por eso nos creó con libertad. Sin embargo, la liber-
tad tiene un costo. ¿Y cuál es ese costo?
EL ORIGEN DEL PECADODios es perfecto y por eso creó seres humanos perfectos, colocándo-
los en un ambiente perfecto. Entonces, ¿cómo apareció el mal, el pecado?
Algunas personas culpan a Dios por el surgimiento del pecado. Dicen: “Al
final, si él es poderoso, podría haberlo evitado”. Pero eso no es verdad. Es-
tas son algunas razones para entender que no se puede culpar al Creador
por el origen del pecado:
• Dios es santo por naturaleza (Isaías 6:3), no hay injusticia en él;
• “Sus obras son perfectas [...] no practica la injusticia”
(Deuteronomio 32:4, NVI);
• Dios no hace el mal, no practica el mal, no practica el pecado (Job 34:10);
• Dios no puede ser tentado por el mal y tampoco tienta a nadie
(Santiago 1:13);
• Él odia el pecado y por eso no puede ser el culpable de causarlo
(Salmo 5:4; 11:5);
• Además de eso, al final de la semana de la creación, “Y vio Dios
todo lo que había hecho, y he aquí que era bueno en gran mane-
ra” (Génesis 1:31); ¿entonces cómo puede ser responsabilizado por
el pecado?
Si Dios no fue el originador del pecado. Entonces, ¿quién fue?
Según el relato bíblico, el pecado se originó en el mundo angélico.
Lucifer, un ser muy exaltado entre los ángeles, se volvió orgulloso
(Ezequiel 28:17; 1 Timoteo 3:6). No estaba satisfecho con la posición
que ocupaba en el gobierno de Dios (Judas 6) y comenzó a codiciar
el lugar del propio Dios (Isaías 14:12-14). En un intento de asumir
el control del Universo, ese ángel caído sembró descontento entre
sus compañeros ángeles a obtener la simpatía de muchos de ellos.
El conflicto celestial de ahí resultante finalizó cuando Lucifer, ahora
conocido como Satanás, el adversario, fue expulsado del Cielo junto
con sus ángeles (Apocalipsis 12:4, 7-9).
LA ENTRADA DEL PECADO EN NUESTRO PLANETAAntes del pecado había perfecta armonía entre la criatura y el Crea-
dor, lo que implicaba subordinación libre; la razón humana estaba sujeta
a Dios. Además de eso, la voluntad estaba sujeta a la razón; los afectos y
apetitos eran controlados por la voluntad. No había rebelión, despropor-
ción, desequilibrio.
Sin embargo, ocurrió algo inexplicable: en un ambiente donde reinaba
la paz, la santidad y la armonía, repentinamente irrumpió la discordia, la
desobediencia y el pecado.
14 | Semana Santa 2017 Semana Santa 2017 | 15
La mujer vio que el fruto del árbol era bueno para comer, y que tenía buen
aspecto y era deseable para adquirir sabiduría, así que tomó de su fruto y
comió. Luego le dio a su esposo, y también él comió. En ese momento se les
abrieron los ojos, y tomaron conciencia de su desnudez. Por eso, para cubrir-
se entretejieron hojas de higuera. Cuando el día comenzó a refrescar, oyeron
el hombre y la mujer que Dios el Señor andaba recorriendo el jardín; enton-
ces corrieron a esconderse entre los árboles, para que Dios no los viera. Pero
Dios el Señor llamó al hombre y le dijo: —¿Dónde estás? – El hombre contestó:
—Escuché que andabas por el jardín, y tuve miedo porque estoy desnudo. Por
eso me escondí. —¿Y quién te ha dicho que estás desnudo? —le preguntó Dios
— . ¿Acaso has comido del fruto del árbol que yo te prohibí comer? — Él res-
pondió: —La mujer que me diste por compañera me dio de ese fruto, y yo lo
comí. Entonces Dios el Señor le preguntó a la mujer: —¿Qué es lo que has he-
cho? —La serpiente me engañó, y comí —contestó ella. (Génesis 3:6-13, NVI).
Como el ser humano era libre, podría elegir qué camino seguir. Y la elec-
ción de Adán y Eva fue desastrosa. El relato de Génesis 3 señala por lo me-
nos cuatro consecuencias inmediatas de la desobediencia de Adán y Eva:
1. Un sentido inmediato y dominante de culpa y de vergüenza;
2. Debido a la culpa, la pareja se esforzó para ocultarse de la presen-
cia de Dios, reconociendo su desobediencia deliberada;
3. La denuncia y la ejecución inmediata del juicio de Dios sobre la
serpiente, sobre el hombre y la mujer. Cada uno de ellos recibió
específicamente las consecuencias de su pecado. La naturaleza
también recibió el juicio de Dios (Génesis 3:17-18).
4. La expulsión de la pareja del jardín del Edén y la prohibición de
acercarse al Árbol de la Vida.
En relación a la entrada del pecado en la historia humana, la Biblia
enseña que éste comenzó con la transgresión de Adán en el Jardín del
Edén y, por lo tanto, con un acto perfectamente voluntario de parte del
ser humano. El tentador vino con la sugerencia de que el ser humano,
poniéndose en oposición a Dios, podría volverse semejante a Dios. Adán
y Eva se rindieron a la tentación y cometieron el primer pecado al comer
del fruto prohibido.
Desafortunadamente, Adán y Eva confiaron más en sus sentimientos
que en la palabra de Dios. De ese modo rompieron su dependencia de Dios,
cayeron de su elevada posición y se sumergieron en el pecado. La caída de
la raza humana, por lo tanto –sea en su primera experiencia, sea en todas
las oportunidades subsiguientes– se caracterizó por la duda de la fe en
Dios y en su palabra. Esa falta de creencia condujo a la desobediencia, lo
que a su vez resultó en una relación rota y, finalmente, en la separación
entre Dios y el hombre. El ser humano cayó en pecado.
¿QUÉ ES EL PECADO?Una de las definiciones clásicas del pecado se encuentra en 1 Juan 3:4:
“El pecado es transgresión de la ley” (NVI). Sin embargo, la Biblia usa di-
versos vocablos para referirse al pecado y muestra así su diversidad de
significados. Entre estos significados se pueden mencionar los siguientes.
• Algo terrible, temible, malo (Génesis 28:17), denota algo nociva o perjudicial;
• Maldad (Éxodo 2:13), usado en el sentido de una culpa moral que
resulta de una vida sin reglas;
• Errar el camino, errar al blanco (Jueces 20:16; Job 5:24; Proverbios
8:36), que incluye el concepto de cometer un error deliberadamen-
te, a propósito y no meramente como engaño inocente, ingenuo;
• Iniquidad (1 Samuel 3:13), que significa culpa y tiene la connotación de
deshonestidad y de apartarse intencionalmente de la justicia de Dios;
• Mal (Romanos 13:3), denotando el mal moral o mal físico;
• Impiedad (Romanos 1:18), que denota una culpa que es merecedora
de la muerte;
• Injusticia (1 Corintios 6:9), que se refiere a cualquier comporta-
miento injusto, en sentido amplio;
• Transgresión (1 Timoteo 1:9), que significa incumplimiento de la ley;
A partir de las afirmaciones previas, podemos concluir lo siguiente:
• Pecado es básicamente desobediencia a Dios;
• Pecado involucra no solo la omisión negativa del bien, sino princi-
palmente la aceptación positiva del mal. O sea, el pecado no es solo
errar el blanco, sino apuntar al blanco errado deliberadamente,
sabiendo lo que se está haciendo;
• En última instancia, el pecado es una rebelión contra Dios, que
lleva a la desobediencia de sus patrones y normas.
En síntesis, una definición completa de pecado sería: el pecado es todo
lo que es contrario al carácter de Dios.
14 | Semana Santa 2017 Semana Santa 2017 | 15
La mujer vio que el fruto del árbol era bueno para comer, y que tenía buen
aspecto y era deseable para adquirir sabiduría, así que tomó de su fruto y
comió. Luego le dio a su esposo, y también él comió. En ese momento se les
abrieron los ojos, y tomaron conciencia de su desnudez. Por eso, para cubrir-
se entretejieron hojas de higuera. Cuando el día comenzó a refrescar, oyeron
el hombre y la mujer que Dios el Señor andaba recorriendo el jardín; enton-
ces corrieron a esconderse entre los árboles, para que Dios no los viera. Pero
Dios el Señor llamó al hombre y le dijo: —¿Dónde estás? – El hombre contestó:
—Escuché que andabas por el jardín, y tuve miedo porque estoy desnudo. Por
eso me escondí. —¿Y quién te ha dicho que estás desnudo? —le preguntó Dios
— . ¿Acaso has comido del fruto del árbol que yo te prohibí comer? — Él res-
pondió: —La mujer que me diste por compañera me dio de ese fruto, y yo lo
comí. Entonces Dios el Señor le preguntó a la mujer: —¿Qué es lo que has he-
cho? —La serpiente me engañó, y comí —contestó ella. (Génesis 3:6-13, NVI).
Como el ser humano era libre, podría elegir qué camino seguir. Y la elec-
ción de Adán y Eva fue desastrosa. El relato de Génesis 3 señala por lo me-
nos cuatro consecuencias inmediatas de la desobediencia de Adán y Eva:
1. Un sentido inmediato y dominante de culpa y de vergüenza;
2. Debido a la culpa, la pareja se esforzó para ocultarse de la presen-
cia de Dios, reconociendo su desobediencia deliberada;
3. La denuncia y la ejecución inmediata del juicio de Dios sobre la
serpiente, sobre el hombre y la mujer. Cada uno de ellos recibió
específicamente las consecuencias de su pecado. La naturaleza
también recibió el juicio de Dios (Génesis 3:17-18).
4. La expulsión de la pareja del jardín del Edén y la prohibición de
acercarse al Árbol de la Vida.
En relación a la entrada del pecado en la historia humana, la Biblia
enseña que éste comenzó con la transgresión de Adán en el Jardín del
Edén y, por lo tanto, con un acto perfectamente voluntario de parte del
ser humano. El tentador vino con la sugerencia de que el ser humano,
poniéndose en oposición a Dios, podría volverse semejante a Dios. Adán
y Eva se rindieron a la tentación y cometieron el primer pecado al comer
del fruto prohibido.
Desafortunadamente, Adán y Eva confiaron más en sus sentimientos
que en la palabra de Dios. De ese modo rompieron su dependencia de Dios,
cayeron de su elevada posición y se sumergieron en el pecado. La caída de
la raza humana, por lo tanto –sea en su primera experiencia, sea en todas
las oportunidades subsiguientes– se caracterizó por la duda de la fe en
Dios y en su palabra. Esa falta de creencia condujo a la desobediencia, lo
que a su vez resultó en una relación rota y, finalmente, en la separación
entre Dios y el hombre. El ser humano cayó en pecado.
¿QUÉ ES EL PECADO?Una de las definiciones clásicas del pecado se encuentra en 1 Juan 3:4:
“El pecado es transgresión de la ley” (NVI). Sin embargo, la Biblia usa di-
versos vocablos para referirse al pecado y muestra así su diversidad de
significados. Entre estos significados se pueden mencionar los siguientes.
• Algo terrible, temible, malo (Génesis 28:17), denota algo nociva o perjudicial;
• Maldad (Éxodo 2:13), usado en el sentido de una culpa moral que
resulta de una vida sin reglas;
• Errar el camino, errar al blanco (Jueces 20:16; Job 5:24; Proverbios
8:36), que incluye el concepto de cometer un error deliberadamen-
te, a propósito y no meramente como engaño inocente, ingenuo;
• Iniquidad (1 Samuel 3:13), que significa culpa y tiene la connotación de
deshonestidad y de apartarse intencionalmente de la justicia de Dios;
• Mal (Romanos 13:3), denotando el mal moral o mal físico;
• Impiedad (Romanos 1:18), que denota una culpa que es merecedora
de la muerte;
• Injusticia (1 Corintios 6:9), que se refiere a cualquier comporta-
miento injusto, en sentido amplio;
• Transgresión (1 Timoteo 1:9), que significa incumplimiento de la ley;
A partir de las afirmaciones previas, podemos concluir lo siguiente:
• Pecado es básicamente desobediencia a Dios;
• Pecado involucra no solo la omisión negativa del bien, sino princi-
palmente la aceptación positiva del mal. O sea, el pecado no es solo
errar el blanco, sino apuntar al blanco errado deliberadamente,
sabiendo lo que se está haciendo;
• En última instancia, el pecado es una rebelión contra Dios, que
lleva a la desobediencia de sus patrones y normas.
En síntesis, una definición completa de pecado sería: el pecado es todo
lo que es contrario al carácter de Dios.
Semana Santa 2017 | 1716 | Semana Santa 2017
¿TENEMOS ESPERANZA?Somos pecadores, es verdad. Pero no estamos solos. Por eso, no nece-
sitamos desesperarnos. En Dios podemos vencer el pecado y soñar con el
Edén restaurado. En palabras conmovedoras, la escritora Elena de White
describe palabras de Cristo dirigidas a cada hijo e hija de él: “Conozco vues-
tras lágrimas; yo también he llorado. Conozco los pesares demasiado hon-
dos para ser susurrados a ningún oído humano. No penséis que estáis soli-
tarios y desamparados. Aunque en la tierra vuestro dolor no toque cuerda
sensible alguna en ningún corazón, miradme a mí, y vivid”2.
La expectativa de Dios para nosotros es altísima. Y, convengamos, sólo
seremos capaces de vivir como él quiere si experimentamos un cambio
drástico, un nuevo nacimiento real, el nuevo estatus de hijos e hijas de
Dios, que nos dará consciencia de nuestra responsabilidad. Entonces en-
tenderemos que, porque somos hijos e hijas del Rey del Universo, debe-
mos vivir de la manera que conviene al estatus de la nobleza. Una vida así
es resultado de la salvación concedida a nosotros por Jesucristo. Sólo él es
capaz de vencer el pecado que hay en nosotros.
Hoy Jesucristo le dice a usted: “Hijo mío, hija mía: ¿Sabes cuál es mi ex-
pectativa? ¡Que aceptes mi salvación! Si me aceptas, entonces serás leal a mí,
me adorarás de la manera correcta. Si vives así, yo te prometo que muy pronto
podremos disfrutar de amistad eterna. Voy a darte una bella casa en la Nueva
Jerusalén. Voy a darte inteligencia ilimitada. Voy a darte un cuerpo y una mente
perfectos. Voy a darte la sonrisa más bella del universo. Y, sobre todo, yo voy a
cuidar de ti por toda la eternidad, para que tú seas eternamente feliz. Pero todo
esto tiene un precio: una vida perfecta. Pero, quédate tranquilo: El precio y fue
pagado por mí en la cruz del Calvario. ¡Acepta mi sacrificio y serás salvo!”.
PREGUNTAS PARA DIALOGAR1. “Si Dios tenía poder para evitar el pecado, ¿por qué no lo hizo?”.
2. ¿Por qué es tan difícil usar apropiadamente la libertad concedida
a nosotros?
3. Alguien dijo una vez: “La libertad es hacer lo que queremos, cuan-
do queremos, donde queremos y sin que nadie nos llame la aten-
ción”. ¿Esa afirmación tiene sentido? ¿Por qué?
Pr. Adolfo S. Suárez3
2. Elena G. White, El Deseado de todas las gentes, p. 446.
3. Rector del SALT-DSA.
EL PELIGRO DEL AUTO RESCATE
INTRODUCCIÓNEn la década de 1980, el autor cristiano Jerry Bridges publicó un libro
con el sugerente título “Pecados respetables: confrontemos esos pecados
que toleramos”. Allí aparecían palabras como ansiedad, envidia y orgullo.
La propuesta del autor era diferenciar los “pecados escandalosos” como
adulterio, robo o asesinato, y que generalmente suscitan la rápida con-
dena de las personas, de aquellos que no llaman tanto la atención y que
generalmente son tolerados por la iglesia y la sociedad. Treinta años des-
pués, lo interesante es que, a excepción de ciertos círculos cristianos, casi
ya no se habla de pecado. Incluso algunos de los “pecados respetables” de
Bridges hoy son promovidos por una sociedad que parece haber perdido
su brújula moral.
En esta oportunidad centraremos nuestra atención en un “pecado res-
petable” que actualmente pareciera ser parte esencial de la cultura que
nos rodea y que se presenta de variadas maneras: el orgullo. A la luz del
relato bíblico de la entrada del pecado a este mundo, repasaremos la apa-
rición del orgullo, los penosos efectos que se enfrentan cuando cedemos a
su influencia, y la solución bíblica para este terrible mal.
EFECTO 1 DEL ORGULLO: Cuestionamiento de la bondad y sabiduría del gobierno Divino
Agustín de Hipona, renombrado teólogo del siglo XV, señaló que el orgullo
es un intento de reemplazar a Dios como el centro de la existencia humana.
Al reemplazar la confianza en Dios por una total dependencia en las capaci-
dades humanas, cometemos una especie de idolatría. Y en vista que no fuimos
diseñados para ser el centro de nuestra propia existencia, una vez que nos
Semana Santa 2017 | 1716 | Semana Santa 2017
¿TENEMOS ESPERANZA?Somos pecadores, es verdad. Pero no estamos solos. Por eso, no nece-
sitamos desesperarnos. En Dios podemos vencer el pecado y soñar con el
Edén restaurado. En palabras conmovedoras, la escritora Elena de White
describe palabras de Cristo dirigidas a cada hijo e hija de él: “Conozco vues-
tras lágrimas; yo también he llorado. Conozco los pesares demasiado hon-
dos para ser susurrados a ningún oído humano. No penséis que estáis soli-
tarios y desamparados. Aunque en la tierra vuestro dolor no toque cuerda
sensible alguna en ningún corazón, miradme a mí, y vivid”2.
La expectativa de Dios para nosotros es altísima. Y, convengamos, sólo
seremos capaces de vivir como él quiere si experimentamos un cambio
drástico, un nuevo nacimiento real, el nuevo estatus de hijos e hijas de
Dios, que nos dará consciencia de nuestra responsabilidad. Entonces en-
tenderemos que, porque somos hijos e hijas del Rey del Universo, debe-
mos vivir de la manera que conviene al estatus de la nobleza. Una vida así
es resultado de la salvación concedida a nosotros por Jesucristo. Sólo él es
capaz de vencer el pecado que hay en nosotros.
Hoy Jesucristo le dice a usted: “Hijo mío, hija mía: ¿Sabes cuál es mi ex-
pectativa? ¡Que aceptes mi salvación! Si me aceptas, entonces serás leal a mí,
me adorarás de la manera correcta. Si vives así, yo te prometo que muy pronto
podremos disfrutar de amistad eterna. Voy a darte una bella casa en la Nueva
Jerusalén. Voy a darte inteligencia ilimitada. Voy a darte un cuerpo y una mente
perfectos. Voy a darte la sonrisa más bella del universo. Y, sobre todo, yo voy a
cuidar de ti por toda la eternidad, para que tú seas eternamente feliz. Pero todo
esto tiene un precio: una vida perfecta. Pero, quédate tranquilo: El precio y fue
pagado por mí en la cruz del Calvario. ¡Acepta mi sacrificio y serás salvo!”.
PREGUNTAS PARA DIALOGAR1. “Si Dios tenía poder para evitar el pecado, ¿por qué no lo hizo?”.
2. ¿Por qué es tan difícil usar apropiadamente la libertad concedida
a nosotros?
3. Alguien dijo una vez: “La libertad es hacer lo que queremos, cuan-
do queremos, donde queremos y sin que nadie nos llame la aten-
ción”. ¿Esa afirmación tiene sentido? ¿Por qué?
Pr. Adolfo S. Suárez3
2. Elena G. White, El Deseado de todas las gentes, p. 446.
3. Rector del SALT-DSA.
EL PELIGRO DEL AUTO RESCATE
INTRODUCCIÓNEn la década de 1980, el autor cristiano Jerry Bridges publicó un libro
con el sugerente título “Pecados respetables: confrontemos esos pecados
que toleramos”. Allí aparecían palabras como ansiedad, envidia y orgullo.
La propuesta del autor era diferenciar los “pecados escandalosos” como
adulterio, robo o asesinato, y que generalmente suscitan la rápida con-
dena de las personas, de aquellos que no llaman tanto la atención y que
generalmente son tolerados por la iglesia y la sociedad. Treinta años des-
pués, lo interesante es que, a excepción de ciertos círculos cristianos, casi
ya no se habla de pecado. Incluso algunos de los “pecados respetables” de
Bridges hoy son promovidos por una sociedad que parece haber perdido
su brújula moral.
En esta oportunidad centraremos nuestra atención en un “pecado res-
petable” que actualmente pareciera ser parte esencial de la cultura que
nos rodea y que se presenta de variadas maneras: el orgullo. A la luz del
relato bíblico de la entrada del pecado a este mundo, repasaremos la apa-
rición del orgullo, los penosos efectos que se enfrentan cuando cedemos a
su influencia, y la solución bíblica para este terrible mal.
EFECTO 1 DEL ORGULLO: Cuestionamiento de la bondad y sabiduría del gobierno Divino
Agustín de Hipona, renombrado teólogo del siglo XV, señaló que el orgullo
es un intento de reemplazar a Dios como el centro de la existencia humana.
Al reemplazar la confianza en Dios por una total dependencia en las capaci-
dades humanas, cometemos una especie de idolatría. Y en vista que no fuimos
diseñados para ser el centro de nuestra propia existencia, una vez que nos
18 | Semana Santa 2017 Semana Santa 2017 | 19
deidificamos a nosotros mismos, nuestras vidas se desordenan por completo.
Cuando vamos al relato bíblico de la entrada del pecado al planeta Tierra,
en Génesis 3:1-6, descubrimos que la invitación a ceder ante el orgullo fue
parte esencial de la tentación que Satanás presentó a Eva. En los versos 4 y
5 leemos las siguientes palabras expresadas por Satanás, mientras se camu-
flaba detrás la apariencia de una serpiente: “Entonces la serpiente dijo a la
mujer: Ciertamente no moriréis. Es que Dios sabe que el día que comáis de él,
vuestros ojos serán abiertos, y seréis como Dios, conociendo el bien y el mal”.
Claramente se observa que el corazón de la tentación que el diablo le pre-
senta a Eva está el ofrecimiento de llegar a ser como Dios. Es decir, un ser
autónomo capaz de experimentar todas las cosas por sí mismo y luego decidir,
sin sujeción a ninguna ley superior, para saber lo que es bueno y lo que es malo.
Si observamos hoy con atención, es fácil darse cuenta que esta es la
clase de mentalidad que promueve la cultura global contemporánea que
nos invade por doquier, esta cultura que algunos han denominado Cultura
Pop. El mensaje que se repite de manera incesante es: “Si te gusta, hazlo”.
Há pesquisas que concluem que estamos diante da geração mais nar-
cisista da história. A Dra. Jean Twenge dedicou vários anos analisando
essa tendência social. Como resultado, nos últimos anos ela publicou dois
livros: La epidemia narcisista (2009) e Generación Yo (2014). “Esta nova ge-
ração foi ensinada, de forma consistente, a pôr suas necessidades em pri-
meiro lugar e a focar em tudo aquilo que a faz se sentir bem”.
EFECTO 2 DEL ORGULLO: Búsqueda de Soluciones humanas mientras se huye de Dios
Una vez que Eva y Adán cedieron a la tentación del orgullo, la autoridad
de Dios fue dejada de lado y los seres humanos comenzaron a tomar decisio-
nes de manera independiente. El relato bíblico señala que luego de desobede-
cer la instrucción divina, la primera pareja percibió su desnudez, es decir, que
cambiaron la manera como se veían a sí mismos. Génesis 3:7 dice: “Entonces
fueron abiertos los ojos de ambos y se dieron cuenta de que estaban desnu-
dos.” E inmediatamente tuvieron que buscar una solución humana para esta
situación: “Cosieron, pues, hojas de higuera y se hicieron delantales”.
Cuando el ser humano rechaza a Dios como el centro de su existen-
cia, entonces procura controlar la realidad y egocéntricamente tomar las
riendas de su propio destino. Entonces suceden cambios dramáticos. Un
sentimiento de inseguridad invade su vida. En vez de depender de la pro-
visión divina, ahora tiene que buscar la manera de satisfacer sus propias
necesidades. Y como el relato bíblico de los vestidos de hojas sugiere, las
soluciones humanas siempre son temporales y limitadas.
Por otro lado, Terry Cooper, en su obra Pecado, orgullo y autoacep-
tación, menciona que existen estudios en el campo de la psicología que
sugieren que el orgullo y el autodesprecio son los dos lados del mismo pro-
ceso. Es decir, que por detrás de las actitudes de orgullo, autosuficiencia e
incluso prepotencia se esconden sentimientos de autoestima baja.
Génesis 3:8 señala que el sendero del orgullo, además de incluir senti-
mientos de vergüenza y desvalor, va acompañado también del miedo que
resulta de vivir alejado de Dios.
EFECTO 3 DEL ORGULLO: Ruptura de relaciones humanas y aislamientoEl relato bíblico también enseña que una vez que el hombre le da la
espalda a Dios, también pierde la capacidad de construir relaciones sa-
ludables con otras personas. Esto no es difícil de entender si recordamos
que Dios es la única fuente de amor verdadero (1 Juan 4:8). Por eso, los
que aman a Dios son capaces de amar también a otras personas. Por otro
lado, el que se aparta de Dios está interesado exclusivamente en cuidar de
sí mismo y sus propios intereses.
Siguiendo con nuestro estudio, cuando Adán fue confrontado por Dios
luego de su desobediencia, lo primero que hace es culpar a Eva. Dice el texto de
Génesis 3:11-12: “Le preguntó Dios —¿Quién te dijo que estabas desnudo? ¿Aca-
so has comido del árbol que te mandé que no comieses? Él hombre respondió:
—La mujer que me diste por compañera, ella me dio del árbol, y yo comí”.
La respuesta de Adán llama la atención pues el relato bíblico mues-
tra que Eva fue engañada por la serpiente pero Adán no. Él simplemente
accedió a la invitación que le hizo Eva para comer del fruto prohibido
por Dios. Sin embargo, al ser confrontado por Dios, lejos de asumir su
propia responsabilidad, prefirió echarle toda la culpa a Eva. Esta suele ser
la manera de actuar convencional de las personas orgullosas. No están
dispuestas a reconocer sus propios fallos. Siempre buscan la manera de
hacer responsables a otros. Así van alejando a las personas de su alrede-
dor. No son capaces de construir relaciones saludables pues se encierran
en sí mismos y no están dispuestos a aceptar ideas o propuestas que difie-
ran de las suyas.
18 | Semana Santa 2017 Semana Santa 2017 | 19
deidificamos a nosotros mismos, nuestras vidas se desordenan por completo.
Cuando vamos al relato bíblico de la entrada del pecado al planeta Tierra,
en Génesis 3:1-6, descubrimos que la invitación a ceder ante el orgullo fue
parte esencial de la tentación que Satanás presentó a Eva. En los versos 4 y
5 leemos las siguientes palabras expresadas por Satanás, mientras se camu-
flaba detrás la apariencia de una serpiente: “Entonces la serpiente dijo a la
mujer: Ciertamente no moriréis. Es que Dios sabe que el día que comáis de él,
vuestros ojos serán abiertos, y seréis como Dios, conociendo el bien y el mal”.
Claramente se observa que el corazón de la tentación que el diablo le pre-
senta a Eva está el ofrecimiento de llegar a ser como Dios. Es decir, un ser
autónomo capaz de experimentar todas las cosas por sí mismo y luego decidir,
sin sujeción a ninguna ley superior, para saber lo que es bueno y lo que es malo.
Si observamos hoy con atención, es fácil darse cuenta que esta es la
clase de mentalidad que promueve la cultura global contemporánea que
nos invade por doquier, esta cultura que algunos han denominado Cultura
Pop. El mensaje que se repite de manera incesante es: “Si te gusta, hazlo”.
Há pesquisas que concluem que estamos diante da geração mais nar-
cisista da história. A Dra. Jean Twenge dedicou vários anos analisando
essa tendência social. Como resultado, nos últimos anos ela publicou dois
livros: La epidemia narcisista (2009) e Generación Yo (2014). “Esta nova ge-
ração foi ensinada, de forma consistente, a pôr suas necessidades em pri-
meiro lugar e a focar em tudo aquilo que a faz se sentir bem”.
EFECTO 2 DEL ORGULLO: Búsqueda de Soluciones humanas mientras se huye de Dios
Una vez que Eva y Adán cedieron a la tentación del orgullo, la autoridad
de Dios fue dejada de lado y los seres humanos comenzaron a tomar decisio-
nes de manera independiente. El relato bíblico señala que luego de desobede-
cer la instrucción divina, la primera pareja percibió su desnudez, es decir, que
cambiaron la manera como se veían a sí mismos. Génesis 3:7 dice: “Entonces
fueron abiertos los ojos de ambos y se dieron cuenta de que estaban desnu-
dos.” E inmediatamente tuvieron que buscar una solución humana para esta
situación: “Cosieron, pues, hojas de higuera y se hicieron delantales”.
Cuando el ser humano rechaza a Dios como el centro de su existen-
cia, entonces procura controlar la realidad y egocéntricamente tomar las
riendas de su propio destino. Entonces suceden cambios dramáticos. Un
sentimiento de inseguridad invade su vida. En vez de depender de la pro-
visión divina, ahora tiene que buscar la manera de satisfacer sus propias
necesidades. Y como el relato bíblico de los vestidos de hojas sugiere, las
soluciones humanas siempre son temporales y limitadas.
Por otro lado, Terry Cooper, en su obra Pecado, orgullo y autoacep-
tación, menciona que existen estudios en el campo de la psicología que
sugieren que el orgullo y el autodesprecio son los dos lados del mismo pro-
ceso. Es decir, que por detrás de las actitudes de orgullo, autosuficiencia e
incluso prepotencia se esconden sentimientos de autoestima baja.
Génesis 3:8 señala que el sendero del orgullo, además de incluir senti-
mientos de vergüenza y desvalor, va acompañado también del miedo que
resulta de vivir alejado de Dios.
EFECTO 3 DEL ORGULLO: Ruptura de relaciones humanas y aislamientoEl relato bíblico también enseña que una vez que el hombre le da la
espalda a Dios, también pierde la capacidad de construir relaciones sa-
ludables con otras personas. Esto no es difícil de entender si recordamos
que Dios es la única fuente de amor verdadero (1 Juan 4:8). Por eso, los
que aman a Dios son capaces de amar también a otras personas. Por otro
lado, el que se aparta de Dios está interesado exclusivamente en cuidar de
sí mismo y sus propios intereses.
Siguiendo con nuestro estudio, cuando Adán fue confrontado por Dios
luego de su desobediencia, lo primero que hace es culpar a Eva. Dice el texto de
Génesis 3:11-12: “Le preguntó Dios —¿Quién te dijo que estabas desnudo? ¿Aca-
so has comido del árbol que te mandé que no comieses? Él hombre respondió:
—La mujer que me diste por compañera, ella me dio del árbol, y yo comí”.
La respuesta de Adán llama la atención pues el relato bíblico mues-
tra que Eva fue engañada por la serpiente pero Adán no. Él simplemente
accedió a la invitación que le hizo Eva para comer del fruto prohibido
por Dios. Sin embargo, al ser confrontado por Dios, lejos de asumir su
propia responsabilidad, prefirió echarle toda la culpa a Eva. Esta suele ser
la manera de actuar convencional de las personas orgullosas. No están
dispuestas a reconocer sus propios fallos. Siempre buscan la manera de
hacer responsables a otros. Así van alejando a las personas de su alrede-
dor. No son capaces de construir relaciones saludables pues se encierran
en sí mismos y no están dispuestos a aceptar ideas o propuestas que difie-
ran de las suyas.
20 | Semana Santa 2017 Semana Santa 2017 | 21
LA SOLUCIÓN PARA EL PROBLEMA DEL ORGULLO: QUE JESÚS REINE EN EL CORAZÓN
Durante su ministerio terrenal, el tema central de la predicación de
Jesús fue “el reino de Dios” (Lucas 4:43). En palabras de sencillas podría
definirse el reino de Dios como el territorio donde Cristo Jesús reina y sus
súbditos se gozan en cumplir su voluntad. En el Sermón del Monte, Jesús
invitó a sus seguidores a buscar primeramente el reino de Dios y su justi-
cia (la norma moral de Dios) y se comprometió a suplir las necesidades de
todos aquellos que están dispuestos a confiar en él, obedeciendo fielmente
su voluntad (Mateo 6:33).
En otra ocasión, estableció con toda claridad que una condición esen-
cial para ser Su discípulo consiste en “negarse a uno mismo”. En Lucas
6:23, 24 leemos: “Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo,
tome su cruz cada día y sígame. Porque el que quiera salvar su vida, la
perderá; pero el que pierda su vida por causa de mí, la salvará”.
Esta es la paradoja que todo descendiente de Adán debe enfrentar. Por
un lado está la opción de vivir buscando salvarse a sí mismo. Este es el
camino del orgullo, donde “mi ego” es el que controla mi voluntad. Sin
embargo, la Biblia deja en claro que es el pecado el que en última instancia
controla nuestra vida y nos conduce por el sendero de la autodestrucción
(Romanos 6:12-13). Y tal como vimos en la experiencia de Adán, los que
optan por esta alternativa solamente logran distanciarse de Dios desarro-
llando una visión equivocada de sí mismos, construyen soluciones huma-
nas frágiles y se distancian de las demás personas.
Por otro lado, está la opción de seguir el ejemplo de un hombre conoci-
do en el evangelio como el publicano. Este hombre humildemente recono-
ció su pecado y, por consiguiente, su incapacidad para salvarse a sí mismo.
En Lucas 18:13 se lo retrata de la siguiente manera: “no quería ni siquiera
alzar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho, diciendo: ¡Oh Dios, ten
compasión de mí, que soy pecador”.
Cuando estamos dispuestos a renunciar a salvarnos a nosotros mis-
mos y dejamos de confiar en nuestras propias soluciones, es cuando Dios
puede tomar el control de nuestra existencia. Solamente entonces puede
conducirnos por el camino de la salvación y la vida abundante que ganó
para nosotros en la cruz (Juan 10:10).
CONCLUSIÓNBenjamín y Rosa habían estado casados varios años. Tenían tres hijos,
pero su relación parecía ser insostenible. En el pasado habían intentado
buscar ayuda, pero nada había funcionado hasta ese momento. Las peleas
eran continuas y ya varias veces habían considerado la posibilidad de se-
pararse como la única alternativa posible. Sin embargo, ninguno de los
dos deseaba separarse de los hijos, y por esa razón no habían concretado
esta decisión. Un día, cansados de los múltiples conflictos, decidieron bus-
car ayuda una vez más. En la ciudad en la que vivían había un terapeuta
muy reconocido. Era considerado el mejor especialista en su área, y, por lo
tanto, sus honorarios profesionales eran bastante elevados.
Benjamín y Rosa decidieron hacer un esfuerzo y reservar una entre-
vista con este terapeuta. Llegó el día de la consulta y, con sus últimas es-
peranzas, asistieron a la hora programada. El terapeuta los recibió y los
escuchó con atención. Después de recibir las versiones de ambos, los miró
fijamente y les dijo: “Voy a ser sincero con ustedes. Podría programar va-
rias sesiones con ustedes y cobrar mis honorarios. Pero la verdad es que la
única solución que veo para ustedes es el divorcio. Es más, tengo un amigo
abogado que puede ayudarlos a agilizar los trámites”.
Ese día abandonaron la consulta totalmente desesperanzados. Llega-
ron a casa y lloraron de impotencia. Esa misma tarde, una de sus vecinas
les tocó la puerta. Venía a invitarlos a unas reuniones de oración y estu-
dio de la Biblia que se celebrarían en su casa a partir de esa misma noche.
Esa noche asistieron y escucharon la invitación de Dios a dejar de buscar
soluciones humanas y a entregarle el control de sus vidas. Ese fue el co-
mienzo de una nueva vida.
Algunos meses después, ambos se bautizaron como demostración pú-
blica de su muerte a la vida en la que se dirigían a sí mismos. Ahora Cristo
Jesús reinaba en sus corazones. Luego del bautismo, su hijo mayor com-
partió un breve testimonio del cambio que Dios estaba operando en su ho-
gar. Dijo: “Hasta antes de conocer a Jesús, nuestro hogar era un infierno.
Ahora es un pedazo del cielo”.
Todo ser humano debe tomar la decisión de quién reinará en su vida:
su propio ego o Cristo Jesús. La primera opción conduce al peligro del au-
torescate; la segunda, es el camino de la vida donde, en vez de solucio-
nes humanas pasajeras, seremos testigos de las soluciones que solamente
Dios puede ofrecer. ¿Qué camino escogerás tú?
20 | Semana Santa 2017 Semana Santa 2017 | 21
LA SOLUCIÓN PARA EL PROBLEMA DEL ORGULLO: QUE JESÚS REINE EN EL CORAZÓN
Durante su ministerio terrenal, el tema central de la predicación de
Jesús fue “el reino de Dios” (Lucas 4:43). En palabras de sencillas podría
definirse el reino de Dios como el territorio donde Cristo Jesús reina y sus
súbditos se gozan en cumplir su voluntad. En el Sermón del Monte, Jesús
invitó a sus seguidores a buscar primeramente el reino de Dios y su justi-
cia (la norma moral de Dios) y se comprometió a suplir las necesidades de
todos aquellos que están dispuestos a confiar en él, obedeciendo fielmente
su voluntad (Mateo 6:33).
En otra ocasión, estableció con toda claridad que una condición esen-
cial para ser Su discípulo consiste en “negarse a uno mismo”. En Lucas
6:23, 24 leemos: “Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo,
tome su cruz cada día y sígame. Porque el que quiera salvar su vida, la
perderá; pero el que pierda su vida por causa de mí, la salvará”.
Esta es la paradoja que todo descendiente de Adán debe enfrentar. Por
un lado está la opción de vivir buscando salvarse a sí mismo. Este es el
camino del orgullo, donde “mi ego” es el que controla mi voluntad. Sin
embargo, la Biblia deja en claro que es el pecado el que en última instancia
controla nuestra vida y nos conduce por el sendero de la autodestrucción
(Romanos 6:12-13). Y tal como vimos en la experiencia de Adán, los que
optan por esta alternativa solamente logran distanciarse de Dios desarro-
llando una visión equivocada de sí mismos, construyen soluciones huma-
nas frágiles y se distancian de las demás personas.
Por otro lado, está la opción de seguir el ejemplo de un hombre conoci-
do en el evangelio como el publicano. Este hombre humildemente recono-
ció su pecado y, por consiguiente, su incapacidad para salvarse a sí mismo.
En Lucas 18:13 se lo retrata de la siguiente manera: “no quería ni siquiera
alzar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho, diciendo: ¡Oh Dios, ten
compasión de mí, que soy pecador”.
Cuando estamos dispuestos a renunciar a salvarnos a nosotros mis-
mos y dejamos de confiar en nuestras propias soluciones, es cuando Dios
puede tomar el control de nuestra existencia. Solamente entonces puede
conducirnos por el camino de la salvación y la vida abundante que ganó
para nosotros en la cruz (Juan 10:10).
CONCLUSIÓNBenjamín y Rosa habían estado casados varios años. Tenían tres hijos,
pero su relación parecía ser insostenible. En el pasado habían intentado
buscar ayuda, pero nada había funcionado hasta ese momento. Las peleas
eran continuas y ya varias veces habían considerado la posibilidad de se-
pararse como la única alternativa posible. Sin embargo, ninguno de los
dos deseaba separarse de los hijos, y por esa razón no habían concretado
esta decisión. Un día, cansados de los múltiples conflictos, decidieron bus-
car ayuda una vez más. En la ciudad en la que vivían había un terapeuta
muy reconocido. Era considerado el mejor especialista en su área, y, por lo
tanto, sus honorarios profesionales eran bastante elevados.
Benjamín y Rosa decidieron hacer un esfuerzo y reservar una entre-
vista con este terapeuta. Llegó el día de la consulta y, con sus últimas es-
peranzas, asistieron a la hora programada. El terapeuta los recibió y los
escuchó con atención. Después de recibir las versiones de ambos, los miró
fijamente y les dijo: “Voy a ser sincero con ustedes. Podría programar va-
rias sesiones con ustedes y cobrar mis honorarios. Pero la verdad es que la
única solución que veo para ustedes es el divorcio. Es más, tengo un amigo
abogado que puede ayudarlos a agilizar los trámites”.
Ese día abandonaron la consulta totalmente desesperanzados. Llega-
ron a casa y lloraron de impotencia. Esa misma tarde, una de sus vecinas
les tocó la puerta. Venía a invitarlos a unas reuniones de oración y estu-
dio de la Biblia que se celebrarían en su casa a partir de esa misma noche.
Esa noche asistieron y escucharon la invitación de Dios a dejar de buscar
soluciones humanas y a entregarle el control de sus vidas. Ese fue el co-
mienzo de una nueva vida.
Algunos meses después, ambos se bautizaron como demostración pú-
blica de su muerte a la vida en la que se dirigían a sí mismos. Ahora Cristo
Jesús reinaba en sus corazones. Luego del bautismo, su hijo mayor com-
partió un breve testimonio del cambio que Dios estaba operando en su ho-
gar. Dijo: “Hasta antes de conocer a Jesús, nuestro hogar era un infierno.
Ahora es un pedazo del cielo”.
Todo ser humano debe tomar la decisión de quién reinará en su vida:
su propio ego o Cristo Jesús. La primera opción conduce al peligro del au-
torescate; la segunda, es el camino de la vida donde, en vez de solucio-
nes humanas pasajeras, seremos testigos de las soluciones que solamente
Dios puede ofrecer. ¿Qué camino escogerás tú?
Semana Santa 2017 | 2322 | Semana Santa 2017
PREGUNTAS PARA DIALOGAR1. ¿Qué opinas de la idea de “pecados respetables”?
2. ¿Cuáles son las consecuencias cuando el orgullo gobierna nuestra vida?
3. ¿Cuál es la solución bíblica al problema del orgullo?
Pr. Walter Alaña1
1. Diretor do SALT-UNACH.
EL EQUIPO DE RESCATE
INTRODUCCIÓNEl jueves 5 de agosto de 2010, alrededor de las 14:30 horas, se produjo el
derrumbe de la mina San José en Chile, lo que dejó atrapados a 33 mineros
a unos 720 metros de profundidad. Los mineros estaban destinados a morir;
por sí mismos no podrían salvarse, solo luchaban para mantenerse con vida
el mayor tiempo posible, sabiendo que en algún momento sus vidas se apaga-
rían. Su única esperanza era la ayuda externa. Las autoridades chilenas y la
comunidad internacional se unieron para idear y ejecutar un plan de resca-
te. Finalmente, después de 69 días, todos los mineros fueron rescatados para
felicidad de familiares y el mundo entero. Sin embargo, el equipo de rescate
fue fundamental para eso.
Hasta aquí hemos visto cómo todos nosotros, como seres humanos, es-
tamos perdidos, atrapados en las profundidades del abismo, por causa del
pecado. También hemos visto que ni yo ni ustedes podemos solucionar el
problema del pecado. Todos estamos atrapados en sus redes sin poder salir
por nosotros mismos, aunque creamos que podemos hacerlo.
Hoy veremos que el Señor tiene un plan para rescatarnos y hacernos
miembros de Su equipo de rescate. Lo veremos estudiando la experiencia de
Saulo de Tarso, quien llegó a ser el apóstol Pablo. Los invito a abrir sus Biblias
en el libro de Los hechos de los apóstoles, el capítulo 9. Empezaremos leyendo
los 6 primeros versículos.
SAULO, UN PERDIDO RESCATADO. Hechos 9:1-6.Antes de su conversión, Saulo, pensaba que él estaba haciendo todo
lo necesario para ser salvo y creía que ya estaba salvado. Había caído en
la trampa de creer que lo que hacía lo habilitaba para ser salvo. Estaba
Semana Santa 2017 | 2322 | Semana Santa 2017
PREGUNTAS PARA DIALOGAR1. ¿Qué opinas de la idea de “pecados respetables”?
2. ¿Cuáles son las consecuencias cuando el orgullo gobierna nuestra vida?
3. ¿Cuál es la solución bíblica al problema del orgullo?
Pr. Walter Alaña1
1. Diretor do SALT-UNACH.
EL EQUIPO DE RESCATE
INTRODUCCIÓNEl jueves 5 de agosto de 2010, alrededor de las 14:30 horas, se produjo el
derrumbe de la mina San José en Chile, lo que dejó atrapados a 33 mineros
a unos 720 metros de profundidad. Los mineros estaban destinados a morir;
por sí mismos no podrían salvarse, solo luchaban para mantenerse con vida
el mayor tiempo posible, sabiendo que en algún momento sus vidas se apaga-
rían. Su única esperanza era la ayuda externa. Las autoridades chilenas y la
comunidad internacional se unieron para idear y ejecutar un plan de resca-
te. Finalmente, después de 69 días, todos los mineros fueron rescatados para
felicidad de familiares y el mundo entero. Sin embargo, el equipo de rescate
fue fundamental para eso.
Hasta aquí hemos visto cómo todos nosotros, como seres humanos, es-
tamos perdidos, atrapados en las profundidades del abismo, por causa del
pecado. También hemos visto que ni yo ni ustedes podemos solucionar el
problema del pecado. Todos estamos atrapados en sus redes sin poder salir
por nosotros mismos, aunque creamos que podemos hacerlo.
Hoy veremos que el Señor tiene un plan para rescatarnos y hacernos
miembros de Su equipo de rescate. Lo veremos estudiando la experiencia de
Saulo de Tarso, quien llegó a ser el apóstol Pablo. Los invito a abrir sus Biblias
en el libro de Los hechos de los apóstoles, el capítulo 9. Empezaremos leyendo
los 6 primeros versículos.
SAULO, UN PERDIDO RESCATADO. Hechos 9:1-6.Antes de su conversión, Saulo, pensaba que él estaba haciendo todo
lo necesario para ser salvo y creía que ya estaba salvado. Había caído en
la trampa de creer que lo que hacía lo habilitaba para ser salvo. Estaba
24 | Semana Santa 2017 Semana Santa 2017 | 25
motivado por el auto rescate. Más aún, creía que podía ayudar a Dios a
mantener la pureza de su pueblo.
Saulo estaba perdido y no lo sabía. De la misma manera, hay muchas
personas en este mundo que están perdidas y no lo saben. No conocen
realmente a Jesús ni su plan de rescate. No conocen el evangelio. Piensan
que lo que están haciendo les garantiza la salvación. Piensan que son bue-
nas y están satisfechas con su manera de vivir, aunque están viviendo se-
paradas de Dios. No se dan cuenta que el Señor está buscando la oportuni-
dad para mostrarles su amor y orientar sus vidas por el camino correcto.
El Señor conocía muy bien a Saulo. Sabía que estaba sinceramente
equivocado. Sabía que al reorientar sus conocimientos y su vida, llegaría
a ser una persona de bien y un canal de bendiciones para muchos. Así
también, el Señor lo/a conoce a usted, más de lo que se conoce usted mis-
mo/a. Sabe exactamente dónde vive, dónde está en este momento, cuáles
son sus motivaciones y sus debilidades, y a qué se dedica. Aun los cabellos
de su cabeza los tiene contados (Mateo 10:30). Puede ser que usted, como
Saulo, esté honestamente equivocado, pero eso no transforma el error en
verdad. El Señor quiere reorientar su vida por el camino correcto, porque
lo ama y quiere salvarlo.
Jesús tenía un plan para rescatar a Saulo. Y, cuando Saulo pensaba que
estaba por realizar la mayor obra en favor de Dios y de su pueblo, Jesús
se le apareció en el camino a Damasco con el fin de rescatarlo. Le mostró
el camino equivocado que había tomado y lo rescató para hacerlo un ciu-
dadano de su reino eterno y un campeón de la predicación del Evangelio.
Como Saulo era sincero y quería hacer lo mejor para él, no fue reacio al lla-
mado del Señor sino que le entregó su vida y se dispuso a obedecerlo. “El,
temblando y temeroso, dijo: Señor, ¿qué quieres que yo haga?...” (Hechos
9:5). Y, a partir de ese momento obedeció a Dios por el resto de su vida.
El rescate de Saulo se completó cuando Jesús lo puso en relación con
Ananías, luego con Bernabé y los discípulos, líderes de la Iglesia cristiana
naciente (Hechos 9:19, 26-28). El Señor utilizó a estas personas como el
equipo de rescate para buscar y conducir a Saulo al seno de la Iglesia, lue-
go lo capacitó para ser un campeón en el trabajo de rescatar a los perdidos.
LA IGLESIA: INSTRUMENTO DE DIOS PARA RESCATAR A LOS PERDIDOS. Hechos 9:10-12, 17, 18.
En el caso de Saulo, el Señor utilizó a Ananías para buscarlo y condu-
cirlo al seno de la Iglesia. El Señor no actuó separadamente de su Iglesia,
porque al crearla le dio el cometido de ser su centro de rehabilitación para
quienes han sido golpeados por el pecado. La iglesia es el centro de ins-
trucción en los fundamentos del evangelio, es el centro de reunión para
la adoración y la alabanza al Creador y Salvador y también es el centro de
operaciones para salir en busca de los perdidos.
Es por eso que se han planificado reuniones como esta. Es por eso que
usted ha sido invitado a venir y escuchar del amor de Dios por usted, y
de su deseo de rescatarlo. El Señor lo ama y tiene un plan maravilloso
para su vida. Él quiere darle vida eterna. Él quiere rescatarlo de las garras
del pecado que lo llevará a la muerte eterna. Así como lo hizo con Saulo,
quiere hacer de usted un ciudadano del reino de los cielos y un miembro
de su equipo de rescate.
Usted está aquí, esta noche, no por casualidad, sino porque Dios lo ama
y ha creado las circunstancias para traerlo hasta aquí. El Señor sabe que
en lo profundo de su corazón usted desea conocerlo más, amarlo más y
servirlo mejor. Dele la oportunidad a Dios de que se manifieste en su vida.
Al hacerlo, usted estará tomando la decisión más importante de su vida,
pues, esta decisión tiene que ver con su salvación eterna.
El Señor tiene un plan para su vida, como lo tuvo para Saulo. Quiere res-
catarlo y hacerlo miembro de su equipo de rescate. ¿Se lo permitirá usted?
Luego que Saulo fue puesto en contacto con la Iglesia, “fue bautizado”
(Hechos 9:18), mostrando así que entendió que estaba perdido y que nece-
sitaba que Jesús lo salvara. Entendió también que la manera para mostrar
su aceptación de la salvación que Jesús quería darle, era a través del bau-
tismo. El bautismo es la señal externa de la aceptación del ofrecimiento de
salvación de Jesús. A través del bautismo Saulo llegó a ser miembro de la
Iglesia. Al ser miembro de la Iglesia de Cristo, aceptaba ser parte del grupo
de los redimidos y del equipo de rescate del Señor; ambas cosas para las
cuales el Señor lo había llamado.
24 | Semana Santa 2017 Semana Santa 2017 | 25
motivado por el auto rescate. Más aún, creía que podía ayudar a Dios a
mantener la pureza de su pueblo.
Saulo estaba perdido y no lo sabía. De la misma manera, hay muchas
personas en este mundo que están perdidas y no lo saben. No conocen
realmente a Jesús ni su plan de rescate. No conocen el evangelio. Piensan
que lo que están haciendo les garantiza la salvación. Piensan que son bue-
nas y están satisfechas con su manera de vivir, aunque están viviendo se-
paradas de Dios. No se dan cuenta que el Señor está buscando la oportuni-
dad para mostrarles su amor y orientar sus vidas por el camino correcto.
El Señor conocía muy bien a Saulo. Sabía que estaba sinceramente
equivocado. Sabía que al reorientar sus conocimientos y su vida, llegaría
a ser una persona de bien y un canal de bendiciones para muchos. Así
también, el Señor lo/a conoce a usted, más de lo que se conoce usted mis-
mo/a. Sabe exactamente dónde vive, dónde está en este momento, cuáles
son sus motivaciones y sus debilidades, y a qué se dedica. Aun los cabellos
de su cabeza los tiene contados (Mateo 10:30). Puede ser que usted, como
Saulo, esté honestamente equivocado, pero eso no transforma el error en
verdad. El Señor quiere reorientar su vida por el camino correcto, porque
lo ama y quiere salvarlo.
Jesús tenía un plan para rescatar a Saulo. Y, cuando Saulo pensaba que
estaba por realizar la mayor obra en favor de Dios y de su pueblo, Jesús
se le apareció en el camino a Damasco con el fin de rescatarlo. Le mostró
el camino equivocado que había tomado y lo rescató para hacerlo un ciu-
dadano de su reino eterno y un campeón de la predicación del Evangelio.
Como Saulo era sincero y quería hacer lo mejor para él, no fue reacio al lla-
mado del Señor sino que le entregó su vida y se dispuso a obedecerlo. “El,
temblando y temeroso, dijo: Señor, ¿qué quieres que yo haga?...” (Hechos
9:5). Y, a partir de ese momento obedeció a Dios por el resto de su vida.
El rescate de Saulo se completó cuando Jesús lo puso en relación con
Ananías, luego con Bernabé y los discípulos, líderes de la Iglesia cristiana
naciente (Hechos 9:19, 26-28). El Señor utilizó a estas personas como el
equipo de rescate para buscar y conducir a Saulo al seno de la Iglesia, lue-
go lo capacitó para ser un campeón en el trabajo de rescatar a los perdidos.
LA IGLESIA: INSTRUMENTO DE DIOS PARA RESCATAR A LOS PERDIDOS. Hechos 9:10-12, 17, 18.
En el caso de Saulo, el Señor utilizó a Ananías para buscarlo y condu-
cirlo al seno de la Iglesia. El Señor no actuó separadamente de su Iglesia,
porque al crearla le dio el cometido de ser su centro de rehabilitación para
quienes han sido golpeados por el pecado. La iglesia es el centro de ins-
trucción en los fundamentos del evangelio, es el centro de reunión para
la adoración y la alabanza al Creador y Salvador y también es el centro de
operaciones para salir en busca de los perdidos.
Es por eso que se han planificado reuniones como esta. Es por eso que
usted ha sido invitado a venir y escuchar del amor de Dios por usted, y
de su deseo de rescatarlo. El Señor lo ama y tiene un plan maravilloso
para su vida. Él quiere darle vida eterna. Él quiere rescatarlo de las garras
del pecado que lo llevará a la muerte eterna. Así como lo hizo con Saulo,
quiere hacer de usted un ciudadano del reino de los cielos y un miembro
de su equipo de rescate.
Usted está aquí, esta noche, no por casualidad, sino porque Dios lo ama
y ha creado las circunstancias para traerlo hasta aquí. El Señor sabe que
en lo profundo de su corazón usted desea conocerlo más, amarlo más y
servirlo mejor. Dele la oportunidad a Dios de que se manifieste en su vida.
Al hacerlo, usted estará tomando la decisión más importante de su vida,
pues, esta decisión tiene que ver con su salvación eterna.
El Señor tiene un plan para su vida, como lo tuvo para Saulo. Quiere res-
catarlo y hacerlo miembro de su equipo de rescate. ¿Se lo permitirá usted?
Luego que Saulo fue puesto en contacto con la Iglesia, “fue bautizado”
(Hechos 9:18), mostrando así que entendió que estaba perdido y que nece-
sitaba que Jesús lo salvara. Entendió también que la manera para mostrar
su aceptación de la salvación que Jesús quería darle, era a través del bau-
tismo. El bautismo es la señal externa de la aceptación del ofrecimiento de
salvación de Jesús. A través del bautismo Saulo llegó a ser miembro de la
Iglesia. Al ser miembro de la Iglesia de Cristo, aceptaba ser parte del grupo
de los redimidos y del equipo de rescate del Señor; ambas cosas para las
cuales el Señor lo había llamado.
26 | Semana Santa 2017 Semana Santa 2017 | 27
RESCATADO PARA RESCATAR A OTROS. Hechos 9:15, 16, 19, 20. Mateo 28:19, 20.
Inmediatamente después de su conversión y de su bautismo, Saulo en-
tendió que el Señor tenía una misión para él. Ananías le había contado
que el Señor lo había enviado a buscarlo y le había dicho: “… Ve, porque
instrumento escogido me es este, para llevar mi nombre en presencia de
los gentiles, y de reyes, y de los hijos de Israel” (Hechos 9:15; ver también
el capítulo 13, versículos 2 y 3).
Ser miembro del equipo de rescate del Señor es un gran privilegio. ¿Lo
quisiera usted? Eso significa que ya somos miembros del grupo de los redi-
midos y entendemos que tenemos una misión que cumplir: buscar a otros
perdidos para traerlos a Jesús. Los ángeles quisieran cumplir esa misión,
pero el Señor no se los ha permitido. Esta es la tarea que a mí y a usted
nos toca realizar. Esa es la misión que el Señor ha dado a cada uno de los
miembros de su iglesia.
Poco antes de ascender al cielo, después de su resurrección, Jesús les
dio a sus discípulos una misión que cumplir. Les dijo: “Por tanto, id, y ha-
ced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre,
y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas
que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta
el fin del mundo. Amén.” (Mateo 28:19, 20).
Cumplir con esta misión es el gran cometido de cada hijo de Dios y
de la Iglesia como un todo. El Señor quiere rescatar a la mayor cantidad
posible de personas de las redes del pecado, para hacerlos ciudadanos de
su reino. Cuando esta oportunidad llegue a todos los seres humanos, él
volverá para llevar al cielo a quienes hayan aceptado el evangelio y el
desafío de ser un transmisor de ese evangelio. Jesús dijo: “Y será predica-
do este evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a todas las
naciones; y entonces vendrá el fin” (Mateo 24:14).
Usted está teniendo la oportunidad de ser rescatado ahora; no deje
pasar esta oportunidad. Al tomar la decisión de escuchar la invitación
del Señor, usted está siendo rescatado y se podrá convertir también en
un rescatista.
Jesús dio su vida por usted, para que usted tenga vida en él. Esa vida
que él le ofrece es una vida eterna, en su reino. ¡Qué oportunidad y qué
privilegio! Saulo lo entendió así y no dudó en tomar su decisión.
CONCLUSIÓNLa historia de Saulo y su conversión puede ser la historia de varios de
los aquí presentes esta noche. El Señor los ha conducido hasta aquí para
darles una visión de su amor y de su plan para sus vidas.
Saulo fue honesto al reconocer que estaba caminando por un cami-
no equivocado y se dispuso a obedecer las instrucciones del Señor. Él fue
conducido al seno de la Iglesia, fue bautizado y se dedicó con todas sus
energías a cumplir con la misión que el Señor le había encomendado. Al
leer el libro de Los hechos de los apóstoles, encontramos la gran obra que
realizó al predicar el evangelio en muchos lugares. El Señor rescató a Sau-
lo del camino equivocado y lo hizo líder de su equipo de rescate, algo que
el apóstol consideró como un gran privilegio y realizó esa obra por el resto
de su vida. La iglesia cristiana lo reconoce como el gran apóstol Pablo.
Esta noche quiero hacerles algunas preguntas:
• ¿Hay alguien aquí que, como Saulo, quisiera responder al llamado
del Señor como él lo hizo?
• ¿Hay alguien que quiere tomar la decisión de aceptar a Jesús como
su Salvador personal, reconociendo que lo quiere rescatar para su
reino eterno?
• ¿Hay alguien que quisiera unirse al equipo de rescate del Señor?
PREGUNTAS PARA DIALOGAR1. ¿Reconoce usted su condición de perdido? ¿Qué piensa sobre esto?
2. ¿A quiénes está usando o ha usado el Señor como su equipo de
rescate para salvarlo a usted?
3. Al ser consciente que el Señor lo ha rescatado, ¿está dispuesto a acep-
tar la invitación que él le hace para ser parte de su equipo y así poder
rescatar a otros? ¿Cómo quiere participar del equipo de rescate?
Pr. José Luis Santa Cruz1
1. Reitor do SALT-UAB
26 | Semana Santa 2017 Semana Santa 2017 | 27
RESCATADO PARA RESCATAR A OTROS. Hechos 9:15, 16, 19, 20. Mateo 28:19, 20.
Inmediatamente después de su conversión y de su bautismo, Saulo en-
tendió que el Señor tenía una misión para él. Ananías le había contado
que el Señor lo había enviado a buscarlo y le había dicho: “… Ve, porque
instrumento escogido me es este, para llevar mi nombre en presencia de
los gentiles, y de reyes, y de los hijos de Israel” (Hechos 9:15; ver también
el capítulo 13, versículos 2 y 3).
Ser miembro del equipo de rescate del Señor es un gran privilegio. ¿Lo
quisiera usted? Eso significa que ya somos miembros del grupo de los redi-
midos y entendemos que tenemos una misión que cumplir: buscar a otros
perdidos para traerlos a Jesús. Los ángeles quisieran cumplir esa misión,
pero el Señor no se los ha permitido. Esta es la tarea que a mí y a usted
nos toca realizar. Esa es la misión que el Señor ha dado a cada uno de los
miembros de su iglesia.
Poco antes de ascender al cielo, después de su resurrección, Jesús les
dio a sus discípulos una misión que cumplir. Les dijo: “Por tanto, id, y ha-
ced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre,
y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas
que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta
el fin del mundo. Amén.” (Mateo 28:19, 20).
Cumplir con esta misión es el gran cometido de cada hijo de Dios y
de la Iglesia como un todo. El Señor quiere rescatar a la mayor cantidad
posible de personas de las redes del pecado, para hacerlos ciudadanos de
su reino. Cuando esta oportunidad llegue a todos los seres humanos, él
volverá para llevar al cielo a quienes hayan aceptado el evangelio y el
desafío de ser un transmisor de ese evangelio. Jesús dijo: “Y será predica-
do este evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a todas las
naciones; y entonces vendrá el fin” (Mateo 24:14).
Usted está teniendo la oportunidad de ser rescatado ahora; no deje
pasar esta oportunidad. Al tomar la decisión de escuchar la invitación
del Señor, usted está siendo rescatado y se podrá convertir también en
un rescatista.
Jesús dio su vida por usted, para que usted tenga vida en él. Esa vida
que él le ofrece es una vida eterna, en su reino. ¡Qué oportunidad y qué
privilegio! Saulo lo entendió así y no dudó en tomar su decisión.
CONCLUSIÓNLa historia de Saulo y su conversión puede ser la historia de varios de
los aquí presentes esta noche. El Señor los ha conducido hasta aquí para
darles una visión de su amor y de su plan para sus vidas.
Saulo fue honesto al reconocer que estaba caminando por un cami-
no equivocado y se dispuso a obedecer las instrucciones del Señor. Él fue
conducido al seno de la Iglesia, fue bautizado y se dedicó con todas sus
energías a cumplir con la misión que el Señor le había encomendado. Al
leer el libro de Los hechos de los apóstoles, encontramos la gran obra que
realizó al predicar el evangelio en muchos lugares. El Señor rescató a Sau-
lo del camino equivocado y lo hizo líder de su equipo de rescate, algo que
el apóstol consideró como un gran privilegio y realizó esa obra por el resto
de su vida. La iglesia cristiana lo reconoce como el gran apóstol Pablo.
Esta noche quiero hacerles algunas preguntas:
• ¿Hay alguien aquí que, como Saulo, quisiera responder al llamado
del Señor como él lo hizo?
• ¿Hay alguien que quiere tomar la decisión de aceptar a Jesús como
su Salvador personal, reconociendo que lo quiere rescatar para su
reino eterno?
• ¿Hay alguien que quisiera unirse al equipo de rescate del Señor?
PREGUNTAS PARA DIALOGAR1. ¿Reconoce usted su condición de perdido? ¿Qué piensa sobre esto?
2. ¿A quiénes está usando o ha usado el Señor como su equipo de
rescate para salvarlo a usted?
3. Al ser consciente que el Señor lo ha rescatado, ¿está dispuesto a acep-
tar la invitación que él le hace para ser parte de su equipo y así poder
rescatar a otros? ¿Cómo quiere participar del equipo de rescate?
Pr. José Luis Santa Cruz1
1. Reitor do SALT-UAB
Semana Santa 2017 | 2928 | Semana Santa 2017
EL AUTOR DEL RESCATE
INTRODUCCIÓNUna de las cosas que les fascinan a las personas de todas las épocas son
las historias. A todos les gusta escuchar, leer o ver una buena historia. En
general, las historias nos hacen reflexionar, reír y hasta llorar. Podríamos
decir que el poder de las historias está en su capacidad de tocar simultá-
neamente nuestra mente y nuestras emociones.
Cuando los autores de los evangelios decidieron redactar un texto para con-
tarles a las personas quién es Jesús, ellos decidieron reunir algunas historias so-
bre él. Al oír esas historias, aprendemos que Jesús es nuestro único Salvador y
aprendemos eso no solo con nuestra mente, sino también con nuestro corazón.
Es interesante notar que los evangelios no solo cuentan historias, sino
que también combinan historias. En realidad, la combinación de historias
profundiza todavía más la reflexión mental y las emociones despertadas
en nosotros en la lectura de los evangelios.
En el mensaje de hoy vamos a explorar una combinación de dos histo-
rias que nos ayudará a conocer mejor la persona de Jesucristo como nues-
tro Salvador, el Autor del Rescate. A esta combinación la llamaremos “La
historia de dos hijas” (Marcos 5:21-43), que sigue un formato de sándwich.
En general, un sándwich está compuesto por dos mitades de un pan que
contiene en el medio algún tipo de relleno. Imagine que la primera mitad
del pan está en los versículos 21 al 24, la segunda mitad del versículo 35 al
43 y el relleno del 25 al 34. En otras palabras, dos partes de una historia (la
hija de Jairo) son intercaladas por otra historia (la mujer con flujo de san-
gre). Vamos a observar cada parte de este sándwich y después vamos a
saborearlo por completo. Al final, este sándwich tiene sabor de salvación.
LA HISTORIA DE LA HIJA DE JAIRO: PARTE 1 (5:21-24)La historia comienza con Jesús rodeado de una gran multitud (5:21). De
repente, se acerca alguien que no es cualquier persona. Él no es parte de la
multitud y tiene nombre: Jairo (5:22). No solo eso, también tiene una posición:
uno de los principales de la sinagoga (5:22). Es un líder religioso destacado, tie-
ne una alta posición social y probablemente una buena condición económica.
Sin embargo, nada de eso hizo que el acercamiento de Jairo a Jesús
estuviera caracterizado por protocolos sociales. Sin rodeos y sin etiqueta,
el destacado líder se arrodilló a los pies de Jesús y, con insistencia, le rogó
que fuera a ver a su hijita (5:23). La urgencia de la situación eliminó cual-
quier intento de protocolo. Esa hija necesitaba salvación (5:23). ¿Qué sería
la salvación en ese contexto? De forma simple, VIDA (5:23). La hija de
Jairo estaba amenazada por la muerte. Necesitaba ser curada para conti-
nuar viviendo. La insistencia de Jairo parece indicar que su hija realmen-
te necesitaba de un Salvador. Aunque Jairo tuviera una buena condición
socioeconómica, Jesús era la única alternativa para a su hijita.
La reacción de Jesús (“Fue, pues, con él” 5:24) revela que él se compa-
deció de la hija de Jairo. Pero la historia que viene a continuación parece
sugerir que Jesús no compartía el mismo sentido de urgencia que Jairo.
LA HISTORIA DE LA MUJER CON FLUJO DE SANGRE (5:24-34) De modo similar al comienzo de la historia sobre la hija de Jairo (5:21),
la segunda historia –la historia de la mujer con flujo de sangre– es pre-
sentada por la presencia de una gran multitud (5:24). Pero si en la primera
historia la multitud es mencionada en un sentido de diferenciación, en
la segunda se la menciona en términos de identificación. En la primera
historia, la multitud y Jairo son dos cosas diferentes (Jairo no es parte
de la multitud). En la segunda, la multitud y la mujer son la misma cosa
(la mujer es parte de la multitud). Por lo menos, esa era la intención de la
mujer. Ella no tenía la pretensión de ser identificada. Ella deseaba apenas
tocar la vestimenta de Jesús, por atrás, estando escondida en medio de
la multitud (5:27-28). Para ella, eso sería suficiente para ser curada (5:28).
De hecho, su creencia era correcta. Eso fue suficiente para curarla
(5:29). Sin embargo, lo que no se pudo concretar fue su intención de ano-
nimato. Jesús insistió en romper ese anonimato y demostrarle a ella y a
todos que su toque de fe fue notado (5:30-32). Podríamos enumerar por lo
menos tres razones por las cuales Jesús tuvo esa actitud:
Semana Santa 2017 | 2928 | Semana Santa 2017
EL AUTOR DEL RESCATE
INTRODUCCIÓNUna de las cosas que les fascinan a las personas de todas las épocas son
las historias. A todos les gusta escuchar, leer o ver una buena historia. En
general, las historias nos hacen reflexionar, reír y hasta llorar. Podríamos
decir que el poder de las historias está en su capacidad de tocar simultá-
neamente nuestra mente y nuestras emociones.
Cuando los autores de los evangelios decidieron redactar un texto para con-
tarles a las personas quién es Jesús, ellos decidieron reunir algunas historias so-
bre él. Al oír esas historias, aprendemos que Jesús es nuestro único Salvador y
aprendemos eso no solo con nuestra mente, sino también con nuestro corazón.
Es interesante notar que los evangelios no solo cuentan historias, sino
que también combinan historias. En realidad, la combinación de historias
profundiza todavía más la reflexión mental y las emociones despertadas
en nosotros en la lectura de los evangelios.
En el mensaje de hoy vamos a explorar una combinación de dos histo-
rias que nos ayudará a conocer mejor la persona de Jesucristo como nues-
tro Salvador, el Autor del Rescate. A esta combinación la llamaremos “La
historia de dos hijas” (Marcos 5:21-43), que sigue un formato de sándwich.
En general, un sándwich está compuesto por dos mitades de un pan que
contiene en el medio algún tipo de relleno. Imagine que la primera mitad
del pan está en los versículos 21 al 24, la segunda mitad del versículo 35 al
43 y el relleno del 25 al 34. En otras palabras, dos partes de una historia (la
hija de Jairo) son intercaladas por otra historia (la mujer con flujo de san-
gre). Vamos a observar cada parte de este sándwich y después vamos a
saborearlo por completo. Al final, este sándwich tiene sabor de salvación.
LA HISTORIA DE LA HIJA DE JAIRO: PARTE 1 (5:21-24)La historia comienza con Jesús rodeado de una gran multitud (5:21). De
repente, se acerca alguien que no es cualquier persona. Él no es parte de la
multitud y tiene nombre: Jairo (5:22). No solo eso, también tiene una posición:
uno de los principales de la sinagoga (5:22). Es un líder religioso destacado, tie-
ne una alta posición social y probablemente una buena condición económica.
Sin embargo, nada de eso hizo que el acercamiento de Jairo a Jesús
estuviera caracterizado por protocolos sociales. Sin rodeos y sin etiqueta,
el destacado líder se arrodilló a los pies de Jesús y, con insistencia, le rogó
que fuera a ver a su hijita (5:23). La urgencia de la situación eliminó cual-
quier intento de protocolo. Esa hija necesitaba salvación (5:23). ¿Qué sería
la salvación en ese contexto? De forma simple, VIDA (5:23). La hija de
Jairo estaba amenazada por la muerte. Necesitaba ser curada para conti-
nuar viviendo. La insistencia de Jairo parece indicar que su hija realmen-
te necesitaba de un Salvador. Aunque Jairo tuviera una buena condición
socioeconómica, Jesús era la única alternativa para a su hijita.
La reacción de Jesús (“Fue, pues, con él” 5:24) revela que él se compa-
deció de la hija de Jairo. Pero la historia que viene a continuación parece
sugerir que Jesús no compartía el mismo sentido de urgencia que Jairo.
LA HISTORIA DE LA MUJER CON FLUJO DE SANGRE (5:24-34) De modo similar al comienzo de la historia sobre la hija de Jairo (5:21),
la segunda historia –la historia de la mujer con flujo de sangre– es pre-
sentada por la presencia de una gran multitud (5:24). Pero si en la primera
historia la multitud es mencionada en un sentido de diferenciación, en
la segunda se la menciona en términos de identificación. En la primera
historia, la multitud y Jairo son dos cosas diferentes (Jairo no es parte
de la multitud). En la segunda, la multitud y la mujer son la misma cosa
(la mujer es parte de la multitud). Por lo menos, esa era la intención de la
mujer. Ella no tenía la pretensión de ser identificada. Ella deseaba apenas
tocar la vestimenta de Jesús, por atrás, estando escondida en medio de
la multitud (5:27-28). Para ella, eso sería suficiente para ser curada (5:28).
De hecho, su creencia era correcta. Eso fue suficiente para curarla
(5:29). Sin embargo, lo que no se pudo concretar fue su intención de ano-
nimato. Jesús insistió en romper ese anonimato y demostrarle a ella y a
todos que su toque de fe fue notado (5:30-32). Podríamos enumerar por lo
menos tres razones por las cuales Jesús tuvo esa actitud:
30 | Semana Santa 2017 Semana Santa 2017 | 31
1. Para demostrar que ella no fue curada por medio de un toque má-
gico, sino por una persona (“poder que había salido de él” 5:30);
2. Para Jesús el Salvador, ella no era meramente una persona cual-
quiera más en medio de la multitud;
3. El Salvador no deseaba solo curarla físicamente, sino salvarla de
forma integral.
Vamos a reflexionar un poco sobre las dos últimas razones. El con-
texto de la narración sugiere que esa mujer era una más en la multitud.
A diferencia de Jairo, ella no era llamada por un nombre (5:22, 25) ni po-
seía patrimonio financiero (5:26) o estatus social. Para los discípulos (5:31)
y para ella también (5:27-28), no tendría sentido que Jesús preguntara
“¿Quién me ha tocado?” (5:30-31). Después de todo, la multitud le com-
primía (5:24b) y le apretaba (5:31). Con rigor a la verdad, innumerables
personas le tocaban. Pero Jesús fue capaz de reconocer un toque especial,
que no meramente tropezaba, sino que buscaba cura y salvación.
Si la multitud había presenciado a Jairo postrándose delante de Jesús
para suplicar salvación (5:22), Jesús provocó ahí una situación en la cual
la multitud presenció a la mujer postrándose delante de él para testificar
la experiencia de la salvación (5:33). A diferencia de Jairo, ella no tenía
condiciones ni el valor de pedirle algo a Jesús. Como su enfermedad invo-
lucraba flujo de sangre, ella era una agente de contaminación que no de-
bería entrar en contacto con personas. Por eso, ella se escondió en medio
de la multitud en una actitud ambigua de desesperación y fe para obtener
la cura de Aquel que era su única alternativa, ya que su situación sólo
empeoraba y los médicos nada podían hacer (5:26).
Curiosamente, Jesús la llamó “Hija” (5:34), y ese hecho sugiere paralelos
muy interesantes con la hija de la otra historia, la hijita de Jairo (5:23, 35):
• Las dos son, obviamente, mujeres (una adulta y otra niña);
• Las dos son llamadas por el término “hija” (5:34-35);
• Las dos hijas son marcadas por el número 12. A la vez que la hija
de Jairo tenía 12 años de edad (5:42), la hija de la otra historia vivió
12 años de sufrimiento y lucha (5:26-26);
• Las dos hijas no tienen nombre en la historia.
Aunque las dos hijas no tengan un nombre en la historia, hay una di-
ferencia notoria entre ambas. Mientras la hija de 12 años no tiene nombre
en la narración, ella tiene un nombre por ella. Jairo, el jefe de la sinagoga,
tiene plenas condiciones para buscar ayuda para ella. Por otro lado, la
hija adulta de 12 años de enfermedad no tiene ningún nombre por ella.
Aparentemente, ella es un número más en la multitud de los que sufren.
Pero no para Jesús. Así como la hija de Jairo, esa mujer tenía un padre, un
Padre divino que cuidaba de ella.
Eso nos lleva a la tercera razón por la cual Jesús insistió en romper el
anonimato de esa mujer en medio de la multitud: como Padre divino, el Sal-
vador no deseaba solo curarla físicamente, sino salvarla de forma integral.
Es interesante notar que al traer vida a la hija de Jairo en la segunda parte
de la historia (5:42-43), Jesús pidió reserva en relación a ese milagro. Ese
pedido aparece en la conclusión de varias curaciones de Jesús (vea Marcos
1:44; 7:36; 8:26). Pero para esa mujer, él insistió en hacer público el milagro
para volverlo más que una curación física. Es verdad, el principal problema
era la enfermedad de 12 años que sólo empeoraba (5:25-26). Pero al contra-
rio de la hija de Jairo, ella también tenía problemas financieros (5:26), estaba
prácticamente excluida de la sociedad, no tenía a nadie de su lado y, tal vez,
muchos hasta cuestionaban su vida espiritual. A una mujer curada, pero
“temiendo y temblando” que no quería la publicidad de lo ocurrido (5:33),
Jesús le aseguró que, como “hija,” ella estaba salva y curada. Además de
eso, él elogió su actitud de fe (5:34). Por otro lado, además de haber recibido
una prueba del cuidado divino, ese acto público la reintegró a la sociedad.
El Salvador le aseguró no solo la curación física, como también su curación
emocional, social y espiritual. Esta es la experiencia de salvación integral.
En relación a la mujer que tenía flujo de sangre, percibimos una acti-
tud maravillosa de Jesucristo, el gran Salvador. Pero, ¿qué decir de la hija
de Jairo? La mujer estaba muy feliz. ¿Y Jairo?
LA HISTORIA DE LA HIJA DE JAIRO: PARTE 2 (5:21-24)Volvamos a pensar en esta historia desde la perspectiva de Jairo. En la
situación de urgencia, ¿por qué Jesús buscó a alguien que le tocó en medio
de la multitud? La mujer que estaba enferma hacía 12 años, ¿no podría
esperar un día más? Al final, ella era solo una mujer sin nombre. ¿Por qué
hacer esperar al jefe de la sinagoga? Jesús fue el Salvador suficiente para
la mujer, pero, ¿sería él también suficiente para la hijita de Jairo?
Al comienzo de la segunda parte de la historia de la hija de Jairo parece
sugerir una respuesta negativa para esa última pregunta. La otra hija (en
comparación con la hija de 5:34), la hija de Jairo había muerto (5:35).
Si la situación de publicidad causada por Jesús llevó a la mujer a quedar
atemorizada (5:33), ahora la aparente demora causada por Jesús llevó a
Jairo al temor. Pero si Jesús tranquilizó a la mujer al enfatizar su fe (5:34),
30 | Semana Santa 2017 Semana Santa 2017 | 31
1. Para demostrar que ella no fue curada por medio de un toque má-
gico, sino por una persona (“poder que había salido de él” 5:30);
2. Para Jesús el Salvador, ella no era meramente una persona cual-
quiera más en medio de la multitud;
3. El Salvador no deseaba solo curarla físicamente, sino salvarla de
forma integral.
Vamos a reflexionar un poco sobre las dos últimas razones. El con-
texto de la narración sugiere que esa mujer era una más en la multitud.
A diferencia de Jairo, ella no era llamada por un nombre (5:22, 25) ni po-
seía patrimonio financiero (5:26) o estatus social. Para los discípulos (5:31)
y para ella también (5:27-28), no tendría sentido que Jesús preguntara
“¿Quién me ha tocado?” (5:30-31). Después de todo, la multitud le com-
primía (5:24b) y le apretaba (5:31). Con rigor a la verdad, innumerables
personas le tocaban. Pero Jesús fue capaz de reconocer un toque especial,
que no meramente tropezaba, sino que buscaba cura y salvación.
Si la multitud había presenciado a Jairo postrándose delante de Jesús
para suplicar salvación (5:22), Jesús provocó ahí una situación en la cual
la multitud presenció a la mujer postrándose delante de él para testificar
la experiencia de la salvación (5:33). A diferencia de Jairo, ella no tenía
condiciones ni el valor de pedirle algo a Jesús. Como su enfermedad invo-
lucraba flujo de sangre, ella era una agente de contaminación que no de-
bería entrar en contacto con personas. Por eso, ella se escondió en medio
de la multitud en una actitud ambigua de desesperación y fe para obtener
la cura de Aquel que era su única alternativa, ya que su situación sólo
empeoraba y los médicos nada podían hacer (5:26).
Curiosamente, Jesús la llamó “Hija” (5:34), y ese hecho sugiere paralelos
muy interesantes con la hija de la otra historia, la hijita de Jairo (5:23, 35):
• Las dos son, obviamente, mujeres (una adulta y otra niña);
• Las dos son llamadas por el término “hija” (5:34-35);
• Las dos hijas son marcadas por el número 12. A la vez que la hija
de Jairo tenía 12 años de edad (5:42), la hija de la otra historia vivió
12 años de sufrimiento y lucha (5:26-26);
• Las dos hijas no tienen nombre en la historia.
Aunque las dos hijas no tengan un nombre en la historia, hay una di-
ferencia notoria entre ambas. Mientras la hija de 12 años no tiene nombre
en la narración, ella tiene un nombre por ella. Jairo, el jefe de la sinagoga,
tiene plenas condiciones para buscar ayuda para ella. Por otro lado, la
hija adulta de 12 años de enfermedad no tiene ningún nombre por ella.
Aparentemente, ella es un número más en la multitud de los que sufren.
Pero no para Jesús. Así como la hija de Jairo, esa mujer tenía un padre, un
Padre divino que cuidaba de ella.
Eso nos lleva a la tercera razón por la cual Jesús insistió en romper el
anonimato de esa mujer en medio de la multitud: como Padre divino, el Sal-
vador no deseaba solo curarla físicamente, sino salvarla de forma integral.
Es interesante notar que al traer vida a la hija de Jairo en la segunda parte
de la historia (5:42-43), Jesús pidió reserva en relación a ese milagro. Ese
pedido aparece en la conclusión de varias curaciones de Jesús (vea Marcos
1:44; 7:36; 8:26). Pero para esa mujer, él insistió en hacer público el milagro
para volverlo más que una curación física. Es verdad, el principal problema
era la enfermedad de 12 años que sólo empeoraba (5:25-26). Pero al contra-
rio de la hija de Jairo, ella también tenía problemas financieros (5:26), estaba
prácticamente excluida de la sociedad, no tenía a nadie de su lado y, tal vez,
muchos hasta cuestionaban su vida espiritual. A una mujer curada, pero
“temiendo y temblando” que no quería la publicidad de lo ocurrido (5:33),
Jesús le aseguró que, como “hija,” ella estaba salva y curada. Además de
eso, él elogió su actitud de fe (5:34). Por otro lado, además de haber recibido
una prueba del cuidado divino, ese acto público la reintegró a la sociedad.
El Salvador le aseguró no solo la curación física, como también su curación
emocional, social y espiritual. Esta es la experiencia de salvación integral.
En relación a la mujer que tenía flujo de sangre, percibimos una acti-
tud maravillosa de Jesucristo, el gran Salvador. Pero, ¿qué decir de la hija
de Jairo? La mujer estaba muy feliz. ¿Y Jairo?
LA HISTORIA DE LA HIJA DE JAIRO: PARTE 2 (5:21-24)Volvamos a pensar en esta historia desde la perspectiva de Jairo. En la
situación de urgencia, ¿por qué Jesús buscó a alguien que le tocó en medio
de la multitud? La mujer que estaba enferma hacía 12 años, ¿no podría
esperar un día más? Al final, ella era solo una mujer sin nombre. ¿Por qué
hacer esperar al jefe de la sinagoga? Jesús fue el Salvador suficiente para
la mujer, pero, ¿sería él también suficiente para la hijita de Jairo?
Al comienzo de la segunda parte de la historia de la hija de Jairo parece
sugerir una respuesta negativa para esa última pregunta. La otra hija (en
comparación con la hija de 5:34), la hija de Jairo había muerto (5:35).
Si la situación de publicidad causada por Jesús llevó a la mujer a quedar
atemorizada (5:33), ahora la aparente demora causada por Jesús llevó a
Jairo al temor. Pero si Jesús tranquilizó a la mujer al enfatizar su fe (5:34),
Semana Santa 2017 | 3332 | Semana Santa 2017
luego le pidió a Jairo creyese solamente y no se atemorizase (5:36). La mu-
jer había esperado por 12 años. ¿Podría Jairo esperar algunos instantes?
Pero ¿esperar y creer exactamente en qué? Si la hija ya estaba muerta
El mismo énfasis que se le dio a la mujer ahora se le dio a Jairo. Ellos
no debían meramente creer en la salvación y cura. Debían creer en la
Persona del Salvador. Él es suficiente cuando todo se vuelve insuficiente.
El poder salvador no se encuentra en un toque mágico en la vestimenta
(5:28) o en la imposición de manos (5:23), sino en la Persona del Salvador.
¿Podría Jairo creer en la suficiencia de Cristo? El Salvador que miró la
aflicción de una hija que sufría hacía 12 años era suficiente para ver la
aflicción extrema de un padre que perdió a su querida hijita. Al contrario
de todas las expectativas (5:38, 40), Jesús no cuidó solo de su hija adulta
(5:24-34), sino también de la hijita de 12 años. A ella la resucitó (5:42).
CONCLUSIÓNEn este sándwich (o combinación de historias) sobre dos hijas aprende-
mos con la mente y el corazón sobre la persona de Jesucristo. Este sándwich
tiene el sabor maravilloso de salvación. De hecho, el término griego para
curación y salvación en estas historias es lo mismo, lo que indica que al sal-
varnos Jesús quiere darnos vida. ¿Desea conocer a este Salvador? Él cuida
de sus hijos e hijas, sean ellos ricos o pobres, socialmente reconocidos o anó-
nimos, jóvenes o adultos, con buena familia o sin nadie de su lado. Por más
difícil que sea su situación, él es suficiente cuando todo se hace insuficiente.
Él está hablando ahora a su corazón: “No temas, cree solamente” (5:36). Oiga
su llamado y reciba su poderosa salvación, ¡porque él es el Autor del rescate!
PREGUNTAS PARA DIÁLOGO1. ¿Qué podemos aprender sobre la salvación al notar que las expre-
siones cura y salvación en Marcos 5:21-43 parten de la misma pa-
labra en griego? ¿Cómo podemos pensar sobre una salvación que
incluye el cuerpo, el bienestar físico?
2. Sobre la base de la historia de las dos hijas en Marcos 5:21-43, ¿qué
significa hablar sobre la suficiencia de Cristo como Salvador?
3. ¿Cómo se relaciona la historia de las dos hijas en Marcos 5:21-43
con su historia con Jesucristo, nuestro Salvador?
Adriani Milli1
1. Profesor de Teología en la UNASP-EC.
EL PLAN DE RESCATE
INTRODUCCIÓNUn hombre de origen chino, que se había convertido al cristianismo,
contó cómo fue su conversión.
Un día caí en un profundo pozo. Cuando ya casi me estaba ahogando
con el barro, clamé para que alguien me ayudara. De pronto, apareció un
anciano de aspecto venerable que me miró desde arriba y me dijo:
–Hijo, este es un lugar muy desagradable.
–Sí que lo es. ¿No puede usted ayudarme a salir?
–Hijo mío, me llamo Confucio. Si hubieses leído mis obras y seguido
lo que ellas enseñan, nunca hubieras caído en el pozo–. Y con eso se fue.
Pronto vi que llegaba otro personaje, esta vez un hombre que se cru-
zaba de brazos y cerraba los ojos. Parecía estar lejos, muy lejos. Era Buda,
y me dijo:
–Hijo mío, cierra tus ojos y olvídate de ti mismo. Ponte en estado de
reposo. No pienses en nada desagradable. Así podrás descansar como des-
canso yo–.
–Sí padre, lo haré cuando salga del pozo. Mientras tanto, ¿podría…?
Pero Buda se había ido. Yo ya estaba desesperado cuando se me pre-
sentó otra persona, muy distinta. Llevaba en su rostro las huellas del su-
frimiento, y le grité:
–Padre ¿puedes ayudarme?
Y entonces bajó hasta donde yo estaba. Me tomó en sus brazos, me levantó
y me sacó del pozo. Luego me dio de comer y me hizo descansar. Y cuando yo
ya estaba bien no me dijo “No te caigas más”, sino “ahora andaremos juntos”.
Y desde entonces andamos juntos. Así contaba el chino la historia de
la compasión del Señor Jesucristo. Hoy veremos que Dios conoce nuestra
Semana Santa 2017 | 3332 | Semana Santa 2017
luego le pidió a Jairo creyese solamente y no se atemorizase (5:36). La mu-
jer había esperado por 12 años. ¿Podría Jairo esperar algunos instantes?
Pero ¿esperar y creer exactamente en qué? Si la hija ya estaba muerta
El mismo énfasis que se le dio a la mujer ahora se le dio a Jairo. Ellos
no debían meramente creer en la salvación y cura. Debían creer en la
Persona del Salvador. Él es suficiente cuando todo se vuelve insuficiente.
El poder salvador no se encuentra en un toque mágico en la vestimenta
(5:28) o en la imposición de manos (5:23), sino en la Persona del Salvador.
¿Podría Jairo creer en la suficiencia de Cristo? El Salvador que miró la
aflicción de una hija que sufría hacía 12 años era suficiente para ver la
aflicción extrema de un padre que perdió a su querida hijita. Al contrario
de todas las expectativas (5:38, 40), Jesús no cuidó solo de su hija adulta
(5:24-34), sino también de la hijita de 12 años. A ella la resucitó (5:42).
CONCLUSIÓNEn este sándwich (o combinación de historias) sobre dos hijas aprende-
mos con la mente y el corazón sobre la persona de Jesucristo. Este sándwich
tiene el sabor maravilloso de salvación. De hecho, el término griego para
curación y salvación en estas historias es lo mismo, lo que indica que al sal-
varnos Jesús quiere darnos vida. ¿Desea conocer a este Salvador? Él cuida
de sus hijos e hijas, sean ellos ricos o pobres, socialmente reconocidos o anó-
nimos, jóvenes o adultos, con buena familia o sin nadie de su lado. Por más
difícil que sea su situación, él es suficiente cuando todo se hace insuficiente.
Él está hablando ahora a su corazón: “No temas, cree solamente” (5:36). Oiga
su llamado y reciba su poderosa salvación, ¡porque él es el Autor del rescate!
PREGUNTAS PARA DIÁLOGO1. ¿Qué podemos aprender sobre la salvación al notar que las expre-
siones cura y salvación en Marcos 5:21-43 parten de la misma pa-
labra en griego? ¿Cómo podemos pensar sobre una salvación que
incluye el cuerpo, el bienestar físico?
2. Sobre la base de la historia de las dos hijas en Marcos 5:21-43, ¿qué
significa hablar sobre la suficiencia de Cristo como Salvador?
3. ¿Cómo se relaciona la historia de las dos hijas en Marcos 5:21-43
con su historia con Jesucristo, nuestro Salvador?
Adriani Milli1
1. Profesor de Teología en la UNASP-EC.
EL PLAN DE RESCATE
INTRODUCCIÓNUn hombre de origen chino, que se había convertido al cristianismo,
contó cómo fue su conversión.
Un día caí en un profundo pozo. Cuando ya casi me estaba ahogando
con el barro, clamé para que alguien me ayudara. De pronto, apareció un
anciano de aspecto venerable que me miró desde arriba y me dijo:
–Hijo, este es un lugar muy desagradable.
–Sí que lo es. ¿No puede usted ayudarme a salir?
–Hijo mío, me llamo Confucio. Si hubieses leído mis obras y seguido
lo que ellas enseñan, nunca hubieras caído en el pozo–. Y con eso se fue.
Pronto vi que llegaba otro personaje, esta vez un hombre que se cru-
zaba de brazos y cerraba los ojos. Parecía estar lejos, muy lejos. Era Buda,
y me dijo:
–Hijo mío, cierra tus ojos y olvídate de ti mismo. Ponte en estado de
reposo. No pienses en nada desagradable. Así podrás descansar como des-
canso yo–.
–Sí padre, lo haré cuando salga del pozo. Mientras tanto, ¿podría…?
Pero Buda se había ido. Yo ya estaba desesperado cuando se me pre-
sentó otra persona, muy distinta. Llevaba en su rostro las huellas del su-
frimiento, y le grité:
–Padre ¿puedes ayudarme?
Y entonces bajó hasta donde yo estaba. Me tomó en sus brazos, me levantó
y me sacó del pozo. Luego me dio de comer y me hizo descansar. Y cuando yo
ya estaba bien no me dijo “No te caigas más”, sino “ahora andaremos juntos”.
Y desde entonces andamos juntos. Así contaba el chino la historia de
la compasión del Señor Jesucristo. Hoy veremos que Dios conoce nuestra
34 | Semana Santa 2017 Semana Santa 2017 | 35
triste realidad; es su plan que no sigamos en esa condición desesperada.
Por eso, nos llama para que nos acerquemos a él, y, arrepentidos de nues-
tros pecados, seamos limpiados y transformados. Hoy veremos su plan de
rescate a través de profeta Isaías.
DIOS NOS LLAMA (ISAÍAS 1:18a)La expresión “venid luego” involucra la cariñosa invitación que nos hace
Dios para encontrarnos personalmente con él. Esta invitación divina es
parte de su plan para salvar al hombre. Por medio de esta invitación desea
que tratemos con él, libre y francamente, sobre nuestra real situación.
En este acercamiento, la expresión no presenta a Dios como un juez
desconsiderado, ni un tirano arbitrario, sino como un padre bondadoso,
un amigo comprensivo. Un maravilloso Dios, amante y generoso por cada
uno de nosotros. Dicho de otra forma, Dios se interesa por las cosas que
afectan a la humanidad y que la destruyen física, mental y espiritualmen-
te. El pecado oscurece nuestra vida como la negrura de la grana (v. 18b).
En sus diversas formas, es la carga más pesada que llevamos y que puede
conducirnos finalmente a la muerte.
Debido a que Dios se preocupa por el bienestar de todos sus hijos, él es
quien nos hace una invitación insistentemente para estar “a cuentas” con
él. Esta expresión implica que Dios es razonable, y desea que comprenda-
mos que, para provecho nuestro, debemos abandonar el pecado y andar
“por sendas de justicia” (Salmos 23:3).
Considerando que fuimos creados, dotados con la capacidad para razonar,
debemos ponernos a cuenta con él. Note que la limpieza del pecado no viene
si no reconocemos que estamos en pecado. Cuando me presenta su Santa Ley,
podemos ver la negrura de nuestro pecado y cuán grave es nuestra condi-
ción. En este diálogo con Dios somos movidos al arrepentimiento verdadero.
“La carga más pesada que llevamos es la carga del pecado. Si tuviéra-
mos que llevarla solos nos aplastaría. Pero el que no cometió pecado se ha
hecho nuestro sustituto. ‘Yahvé cargó en él, el pecado de todos nosotros’
(Isaías 53:6). Él llevó el peso de nuestra culpa. También quitará la carga de
nuestros hombres cansados. Nos dará descanso. Llevará por nosotros la
carga de nuestras penas. Nos invita a echar sobre él todos nuestros afa-
nes; pues nos lleva en su corazón.”1
Muchas veces pensamos que podemos cargar el peso del pecado; y
es más, pensamos darle la solución al mismo tiempo. Lamentablemente, 1. Elena de White, MC, 47..
nuestro orgulloso corazón nos traiciona.
Frank, fue un joven a quien le dimos estudios bíblicos y lo ayudamos
a tomar la decisión de bautizarse a sus 40 años. Pero, esta decisión no fue
fácil. Porque desde los 15 años había estado involucrado en las drogas y el
alcohol, y por muchos años no logró salir de allí. Parecía que las oraciones
de sus padres no surtían ningún efecto, y pronto se encontró atado. En
esa condición se casó y tuvo dos hijos. Con un doble desafío encima, un
día escuchó la invitación de su madre para buscar a Dios.
Lo había intentado tantas veces que creía que era imposible. No obs-
tante, la situación delicada de salud de su madre, a consecuencia de la pre-
ocupación generada por la vida desordenada de su hijo, lo hizo entrar en
razón, suplicó a Dios que lo ayudara. Unos días después, nos encontramos
dándole los estudios bíblicos. Y unos meses después, entregó su vida por
medio del bautismo. Esa tarde, al testificar sobre su conversión, afirmó
que diversas circunstancias lo habían llevado a colocar su vida en orden
con Dios. Se arrepintió y Dios hizo lo demás.
Por esa razón, Dios nos llama a que entremos en razón con él, y que le
permitamos solucionar nuestro problema y quitar el peso de pecado que
nos agobia y destruye.
EL BLANQUEAMIENTO ESPIRITUAL (ISAÍAS 1:18b)El sentido fundamental del término “grana”, en su idioma original es:
“teñido dos veces”. Esto es interesante, porque nos permite comprender lo
profundamente fijo que está el pecado en nuestro corazón, que no bastan
las lágrimas para poder borrarlo de nuestro corazón.
La promesa que encontramos aquí es que aún el peor de los pecadores
puede hallar consuelo y esperanza. Es decir, no está perdido. La promesa aquí
es que no importa cuán culpables podamos haber sido en lo pasado, ni cuán
consumado haya sido nuestro pecado, todavía el Señor puede devolvernos
la pureza y la santidad. Este puede ser erradicado y eliminado por completo
de nuestra vida. No importa la condición de nuestra vida, aún si esta se haya
transformado en una oscura tela como la “grana” o el “rojo carmesí”, o tenga
manchas que la afean. Dios tiene el poder suficiente para limpiar.
Pero, como lo vimos más arriba, antes de ser emblanquecidos como “la
nieve” o la “blanca lana”, debe haber un profundo arrepentimiento. Dios
no perdona a quien no quiere reconocer que se encuentra en pecado, ni
mucho menos a quien no quiere arrepentirse.
34 | Semana Santa 2017 Semana Santa 2017 | 35
triste realidad; es su plan que no sigamos en esa condición desesperada.
Por eso, nos llama para que nos acerquemos a él, y, arrepentidos de nues-
tros pecados, seamos limpiados y transformados. Hoy veremos su plan de
rescate a través de profeta Isaías.
DIOS NOS LLAMA (ISAÍAS 1:18a)La expresión “venid luego” involucra la cariñosa invitación que nos hace
Dios para encontrarnos personalmente con él. Esta invitación divina es
parte de su plan para salvar al hombre. Por medio de esta invitación desea
que tratemos con él, libre y francamente, sobre nuestra real situación.
En este acercamiento, la expresión no presenta a Dios como un juez
desconsiderado, ni un tirano arbitrario, sino como un padre bondadoso,
un amigo comprensivo. Un maravilloso Dios, amante y generoso por cada
uno de nosotros. Dicho de otra forma, Dios se interesa por las cosas que
afectan a la humanidad y que la destruyen física, mental y espiritualmen-
te. El pecado oscurece nuestra vida como la negrura de la grana (v. 18b).
En sus diversas formas, es la carga más pesada que llevamos y que puede
conducirnos finalmente a la muerte.
Debido a que Dios se preocupa por el bienestar de todos sus hijos, él es
quien nos hace una invitación insistentemente para estar “a cuentas” con
él. Esta expresión implica que Dios es razonable, y desea que comprenda-
mos que, para provecho nuestro, debemos abandonar el pecado y andar
“por sendas de justicia” (Salmos 23:3).
Considerando que fuimos creados, dotados con la capacidad para razonar,
debemos ponernos a cuenta con él. Note que la limpieza del pecado no viene
si no reconocemos que estamos en pecado. Cuando me presenta su Santa Ley,
podemos ver la negrura de nuestro pecado y cuán grave es nuestra condi-
ción. En este diálogo con Dios somos movidos al arrepentimiento verdadero.
“La carga más pesada que llevamos es la carga del pecado. Si tuviéra-
mos que llevarla solos nos aplastaría. Pero el que no cometió pecado se ha
hecho nuestro sustituto. ‘Yahvé cargó en él, el pecado de todos nosotros’
(Isaías 53:6). Él llevó el peso de nuestra culpa. También quitará la carga de
nuestros hombres cansados. Nos dará descanso. Llevará por nosotros la
carga de nuestras penas. Nos invita a echar sobre él todos nuestros afa-
nes; pues nos lleva en su corazón.”1
Muchas veces pensamos que podemos cargar el peso del pecado; y
es más, pensamos darle la solución al mismo tiempo. Lamentablemente, 1. Elena de White, MC, 47..
nuestro orgulloso corazón nos traiciona.
Frank, fue un joven a quien le dimos estudios bíblicos y lo ayudamos
a tomar la decisión de bautizarse a sus 40 años. Pero, esta decisión no fue
fácil. Porque desde los 15 años había estado involucrado en las drogas y el
alcohol, y por muchos años no logró salir de allí. Parecía que las oraciones
de sus padres no surtían ningún efecto, y pronto se encontró atado. En
esa condición se casó y tuvo dos hijos. Con un doble desafío encima, un
día escuchó la invitación de su madre para buscar a Dios.
Lo había intentado tantas veces que creía que era imposible. No obs-
tante, la situación delicada de salud de su madre, a consecuencia de la pre-
ocupación generada por la vida desordenada de su hijo, lo hizo entrar en
razón, suplicó a Dios que lo ayudara. Unos días después, nos encontramos
dándole los estudios bíblicos. Y unos meses después, entregó su vida por
medio del bautismo. Esa tarde, al testificar sobre su conversión, afirmó
que diversas circunstancias lo habían llevado a colocar su vida en orden
con Dios. Se arrepintió y Dios hizo lo demás.
Por esa razón, Dios nos llama a que entremos en razón con él, y que le
permitamos solucionar nuestro problema y quitar el peso de pecado que
nos agobia y destruye.
EL BLANQUEAMIENTO ESPIRITUAL (ISAÍAS 1:18b)El sentido fundamental del término “grana”, en su idioma original es:
“teñido dos veces”. Esto es interesante, porque nos permite comprender lo
profundamente fijo que está el pecado en nuestro corazón, que no bastan
las lágrimas para poder borrarlo de nuestro corazón.
La promesa que encontramos aquí es que aún el peor de los pecadores
puede hallar consuelo y esperanza. Es decir, no está perdido. La promesa aquí
es que no importa cuán culpables podamos haber sido en lo pasado, ni cuán
consumado haya sido nuestro pecado, todavía el Señor puede devolvernos
la pureza y la santidad. Este puede ser erradicado y eliminado por completo
de nuestra vida. No importa la condición de nuestra vida, aún si esta se haya
transformado en una oscura tela como la “grana” o el “rojo carmesí”, o tenga
manchas que la afean. Dios tiene el poder suficiente para limpiar.
Pero, como lo vimos más arriba, antes de ser emblanquecidos como “la
nieve” o la “blanca lana”, debe haber un profundo arrepentimiento. Dios
no perdona a quien no quiere reconocer que se encuentra en pecado, ni
mucho menos a quien no quiere arrepentirse.
36 | Semana Santa 2017 Semana Santa 2017 | 37
Un niño fue enviado a la escuela por una buena madre, muy limpio
y aseado. Cuando volvió venía lleno de barro de alguna batalla con sus
compañeros.
– ¡Muchacho!– le gritó la madre. – ¡No entres en mi casa, no sé quién
eres, no te conozco! ¿Cómo te llamas a ver? El chico respondió:
–¡Mamá, si soy yo, tu Manolito! Es que… es que… estoy aquí debajo del
barro, mamá…
Así nos ve Dios como pecadores. Por eso, en el plan de Salvación
(Génesis 3:15), Cristo vino a nuestro planeta para “lavarnos con su
sangre” derramada en la Cruz del Calvario. Apocalipsis menciona que
nos “lavó de nuestros pecados con su sangre” (1:5). Incluso añade que
las vestimentas blancas de los santos han sido lavadas en su sangre
(7:14; cf. 22:14). Note que sólo así el Padre podrá reconocernos como
sus hijos.
No importa cuán profundamente hayas caído. No importa si llegaste
a tener un vicio, o llegaste a la drogadicción, al alcoholismo o tal vez a la
prostitución. No importa si destruiste tu hogar, o te convertiste en ladrón
o asesino; Dios está dispuesto a limpiarte totalmente por medio de la san-
gre de Cristo y a hacer de ti una nueva persona.
SOLO HAY DOS OPCIONES (ISAÍAS 1:19-20)La primera opción tiene que ver con la obediencia: “si quisiereis y oye-
reis”. Aquí Isaías expone el fruto de la obediencia. Una vida de gozo y
bienaventuranza es el resultado de la obediencia a la Ley de Dios. Los go-
ces celestiales no son dones otorgados arbitrariamente por Dios a los que
le siguen, sino el resultado natural de cumplir con sus requerimientos.
Tenga en cuenta, que la cosecha de la obediencia se recoge no sólo en el
cielo, sino también en la tierra.
Por otro lado, la segunda opción consiste simplemente en no querer
seguir obedeciendo la Ley de Dios. Y eso también tiene sus consecuencias.
Si bien Dios no condena al pecador, sino que busca su salvación, debemos
tener en cuenta dos aspectos: (1) que cosechamos lo que hemos sembrado,
y son las consecuencias de nuestros errores; pero también, (2) Dios final-
mente destruirá a quienes insistan en seguir un camino impío y rebelde
contra él (v. 20).
Así, cuando los hombres infringen los mandamientos de Dios, la
muerte es el resultado inevitable. Dios nos advierte acerca del resultado
de la desobediencia y del pecado.
Un viejo avaro visitó a su rabino; luego de conversar un rato con él, lo
llevó hasta la ventana del cuarto y le preguntó:
– ¿Qué ves?– El avaro le contestó:
–Veo hombres, mujeres y niños.
El rabino, entonces, tomándolo de la mano, lo llevó hasta un espejo y
le pregunto:
– ¿Qué ves ahora?
–Me veo a mí mismo–, contestó el anciano. El maestro entonces le dijo:
–He aquí que, en la ventana había vidrio. Pero el vidrio del espejo está
recubierto de plata, y tan pronto como se le agrega la plata, ya no es posi-
ble ver a los demás, y sólo se ve uno mismo.
Jesús afirmó que “Ninguno puede servir a dos señores; porque o abo-
rrecerá al uno y amará al otro, o estimará aluno y menospreciará al otro.
No podéis servir a Dios y a las riquezas” (Lucas 16:13).
a. Así que, no se puede obedecer la Ley de Dios y desobedecerla a la vez.
b. Dios nos dice qué será lo que tendremos si aceptamos cualquiera de
las dos opciones. Está en solo nosotros la decisión: la vida o la muerte.
CONCLUSIÓNDios nos está llamando a arreglar nuestra situación con él. Porque
nos ama, él quiere lo mejor para nosotros y está preocupado por nuestra
salvación. Si nosotros vamos a él, a pesar de que hayamos tenido una pro-
funda vida pecaminosa, Dios está dispuesto a perdonarnos y limpiarnos
de todo pecado por medio de la sangre de Cristo.
En nosotros está la elección y decisión. ¿Qué eliges? ¿La vida o la muerte?
Para aquellos que estamos en pecado, la promesa es que el perdón de
los pecados está a nuestro alcance. Dios nos la ofrece por medio de la san-
gre de Cristo que fue derramada en la Cruz del Calvario. Él desea trans-
formar nuestra vida y darle pureza total. Nuestra opción debe ser aceptar
su plan de rescate.
A los que son objeto del amor de Cristo, él nunca los abandonará; porque
los perdonó siendo enemigos, y no les desamparará ahora que son amigos.
¿Deseas tener vida? ¿Te gustaría ser limpiado(a) y perdonado(a) por
Dios totalmente?
36 | Semana Santa 2017 Semana Santa 2017 | 37
Un niño fue enviado a la escuela por una buena madre, muy limpio
y aseado. Cuando volvió venía lleno de barro de alguna batalla con sus
compañeros.
– ¡Muchacho!– le gritó la madre. – ¡No entres en mi casa, no sé quién
eres, no te conozco! ¿Cómo te llamas a ver? El chico respondió:
–¡Mamá, si soy yo, tu Manolito! Es que… es que… estoy aquí debajo del
barro, mamá…
Así nos ve Dios como pecadores. Por eso, en el plan de Salvación
(Génesis 3:15), Cristo vino a nuestro planeta para “lavarnos con su
sangre” derramada en la Cruz del Calvario. Apocalipsis menciona que
nos “lavó de nuestros pecados con su sangre” (1:5). Incluso añade que
las vestimentas blancas de los santos han sido lavadas en su sangre
(7:14; cf. 22:14). Note que sólo así el Padre podrá reconocernos como
sus hijos.
No importa cuán profundamente hayas caído. No importa si llegaste
a tener un vicio, o llegaste a la drogadicción, al alcoholismo o tal vez a la
prostitución. No importa si destruiste tu hogar, o te convertiste en ladrón
o asesino; Dios está dispuesto a limpiarte totalmente por medio de la san-
gre de Cristo y a hacer de ti una nueva persona.
SOLO HAY DOS OPCIONES (ISAÍAS 1:19-20)La primera opción tiene que ver con la obediencia: “si quisiereis y oye-
reis”. Aquí Isaías expone el fruto de la obediencia. Una vida de gozo y
bienaventuranza es el resultado de la obediencia a la Ley de Dios. Los go-
ces celestiales no son dones otorgados arbitrariamente por Dios a los que
le siguen, sino el resultado natural de cumplir con sus requerimientos.
Tenga en cuenta, que la cosecha de la obediencia se recoge no sólo en el
cielo, sino también en la tierra.
Por otro lado, la segunda opción consiste simplemente en no querer
seguir obedeciendo la Ley de Dios. Y eso también tiene sus consecuencias.
Si bien Dios no condena al pecador, sino que busca su salvación, debemos
tener en cuenta dos aspectos: (1) que cosechamos lo que hemos sembrado,
y son las consecuencias de nuestros errores; pero también, (2) Dios final-
mente destruirá a quienes insistan en seguir un camino impío y rebelde
contra él (v. 20).
Así, cuando los hombres infringen los mandamientos de Dios, la
muerte es el resultado inevitable. Dios nos advierte acerca del resultado
de la desobediencia y del pecado.
Un viejo avaro visitó a su rabino; luego de conversar un rato con él, lo
llevó hasta la ventana del cuarto y le preguntó:
– ¿Qué ves?– El avaro le contestó:
–Veo hombres, mujeres y niños.
El rabino, entonces, tomándolo de la mano, lo llevó hasta un espejo y
le pregunto:
– ¿Qué ves ahora?
–Me veo a mí mismo–, contestó el anciano. El maestro entonces le dijo:
–He aquí que, en la ventana había vidrio. Pero el vidrio del espejo está
recubierto de plata, y tan pronto como se le agrega la plata, ya no es posi-
ble ver a los demás, y sólo se ve uno mismo.
Jesús afirmó que “Ninguno puede servir a dos señores; porque o abo-
rrecerá al uno y amará al otro, o estimará aluno y menospreciará al otro.
No podéis servir a Dios y a las riquezas” (Lucas 16:13).
a. Así que, no se puede obedecer la Ley de Dios y desobedecerla a la vez.
b. Dios nos dice qué será lo que tendremos si aceptamos cualquiera de
las dos opciones. Está en solo nosotros la decisión: la vida o la muerte.
CONCLUSIÓNDios nos está llamando a arreglar nuestra situación con él. Porque
nos ama, él quiere lo mejor para nosotros y está preocupado por nuestra
salvación. Si nosotros vamos a él, a pesar de que hayamos tenido una pro-
funda vida pecaminosa, Dios está dispuesto a perdonarnos y limpiarnos
de todo pecado por medio de la sangre de Cristo.
En nosotros está la elección y decisión. ¿Qué eliges? ¿La vida o la muerte?
Para aquellos que estamos en pecado, la promesa es que el perdón de
los pecados está a nuestro alcance. Dios nos la ofrece por medio de la san-
gre de Cristo que fue derramada en la Cruz del Calvario. Él desea trans-
formar nuestra vida y darle pureza total. Nuestra opción debe ser aceptar
su plan de rescate.
A los que son objeto del amor de Cristo, él nunca los abandonará; porque
los perdonó siendo enemigos, y no les desamparará ahora que son amigos.
¿Deseas tener vida? ¿Te gustaría ser limpiado(a) y perdonado(a) por
Dios totalmente?
Semana Santa 2017 | 3938 | Semana Santa 2017
Te invito a tomar la decisión de ir al encuentro de Dios y permítele que
su plan de rescate sea efectivo en tu vida..
PREGUNTAS PARA DIALOGAR1. ¿Qué pecados aparentemente inofensivos pueden convertirse en
una carga demasiado pesada y que incluso podrían convertirse en
una piedra de tropiezo para los cristianos de hoy?
2. Siguiendo la ilustración de Isaías, algunas personas perciben que
el pecado deja una huella en la tela que puede verse aún a simple
vista. ¿Cómo podemos explicar a una persona que aún revive su
pasado de que la limpieza es total por parte de Dios?
3. Si bien es imposible amar y servir a dos señores, ¿qué medios po-
demos encontrar en la Biblia para evitar llevar una doble vida?
Pr. Edgard Horna2
2. Reitor do SALT-UPeU
LA EFICACIA DEL RESCATE
INTRODUCCIÓNEsta es una semana bendecida porque estamos enfocados en Jesús y
su sacrificio de rescate realizado en la cruz. Dios me envió predicarle a us-
ted las buenas nuevas de la salvación. Soy un ser humano, pero la Palabra
es de Dios. Y ciertamente él tiene un mensaje para usted en esta noche. El
Espíritu Santo tocará su vida y usted será transformado.
El primer versículo de hoy está en Apocalipsis 12:7-12. Hay una en-
señanza clara en la Biblia: el gran conflicto cósmico iniciado en el Cielo
y transportado a la Tierra alcanzó su clímax en la cruz del Calvario. Allí
Miguel, el Hijo de Dios, tomó mi lugar y su lugar. Murió por nosotros en
pago por nuestro rescate. Veamos Mateo 20:28. La palabra rescate (del
griego lutrón) se usaba en los papiros en referencia a un esclavo redimido.
Es una referencia clara al aspecto substitutivo del sacrificio de Cristo. Por
eso, ahora pertenecemos a Dios en Cristo Jesús, lo cual se tornó, de parte
de Dios, sabiduría, justicia, santificación y redención.
EN LA CRUZ VINO LA SALVACIÓN DE NUESTRO DIOSApocalipsis 12 describe el gran conflicto iniciado en el Cielo y su
desenlace en la cruz. Este capítulo habla de dos expulsiones de Lucifer:
la física y la moral. Inicialmente, allá en el Cielo, el gran rebelde trabajó
con engaño y sutileza contra la Ley de Dios, pero después cambió a una
rebelión más abierta contra el gobierno de Dios.
Satanás es simbolizado por un depredador terrible, un dragón. Su
naturaleza pura y santa se corrompió, volviéndose irreversiblemente
perverso. Entonces, hubo guerra en el Cielo. De un lado, Miguel y sus
ángeles. Del otro, Satanás y sus ángeles. Pero Miguel y sus ángeles
Semana Santa 2017 | 3938 | Semana Santa 2017
Te invito a tomar la decisión de ir al encuentro de Dios y permítele que
su plan de rescate sea efectivo en tu vida..
PREGUNTAS PARA DIALOGAR1. ¿Qué pecados aparentemente inofensivos pueden convertirse en
una carga demasiado pesada y que incluso podrían convertirse en
una piedra de tropiezo para los cristianos de hoy?
2. Siguiendo la ilustración de Isaías, algunas personas perciben que
el pecado deja una huella en la tela que puede verse aún a simple
vista. ¿Cómo podemos explicar a una persona que aún revive su
pasado de que la limpieza es total por parte de Dios?
3. Si bien es imposible amar y servir a dos señores, ¿qué medios po-
demos encontrar en la Biblia para evitar llevar una doble vida?
Pr. Edgard Horna2
2. Reitor do SALT-UPeU
LA EFICACIA DEL RESCATE
INTRODUCCIÓNEsta es una semana bendecida porque estamos enfocados en Jesús y
su sacrificio de rescate realizado en la cruz. Dios me envió predicarle a us-
ted las buenas nuevas de la salvación. Soy un ser humano, pero la Palabra
es de Dios. Y ciertamente él tiene un mensaje para usted en esta noche. El
Espíritu Santo tocará su vida y usted será transformado.
El primer versículo de hoy está en Apocalipsis 12:7-12. Hay una en-
señanza clara en la Biblia: el gran conflicto cósmico iniciado en el Cielo
y transportado a la Tierra alcanzó su clímax en la cruz del Calvario. Allí
Miguel, el Hijo de Dios, tomó mi lugar y su lugar. Murió por nosotros en
pago por nuestro rescate. Veamos Mateo 20:28. La palabra rescate (del
griego lutrón) se usaba en los papiros en referencia a un esclavo redimido.
Es una referencia clara al aspecto substitutivo del sacrificio de Cristo. Por
eso, ahora pertenecemos a Dios en Cristo Jesús, lo cual se tornó, de parte
de Dios, sabiduría, justicia, santificación y redención.
EN LA CRUZ VINO LA SALVACIÓN DE NUESTRO DIOSApocalipsis 12 describe el gran conflicto iniciado en el Cielo y su
desenlace en la cruz. Este capítulo habla de dos expulsiones de Lucifer:
la física y la moral. Inicialmente, allá en el Cielo, el gran rebelde trabajó
con engaño y sutileza contra la Ley de Dios, pero después cambió a una
rebelión más abierta contra el gobierno de Dios.
Satanás es simbolizado por un depredador terrible, un dragón. Su
naturaleza pura y santa se corrompió, volviéndose irreversiblemente
perverso. Entonces, hubo guerra en el Cielo. De un lado, Miguel y sus
ángeles. Del otro, Satanás y sus ángeles. Pero Miguel y sus ángeles
40 | Semana Santa 2017 Semana Santa 2017 | 41
prevalecieron. Satanás y sus ángeles fueron expulsados del Cielo y
encontraron lugar y refugio en el planeta Tierra.
En la Tierra, Satanás se alegró de provocar la caída del hombre.
Instaló su cuartel general en este mundo reclamando este planeta como
su propiedad y los seres humanos como sus súbditos. Satanás pasó a
presentar a Dios ante el Universo como un Dios justo, pero inclemente.
Deseaba abolir su Ley, porque la aplicación de ella exigiría la muerte del
pecador, excluyendo la misericordia. Esas fueron acusaciones muy graves.
Imagine una balanza antigua de dos platos. En uno de los platos está
escrito justicia y en el otro, misericordia. ¿Sabe lo que Satanás hacía antes
de la cruz? Él desequilibraba la balanza. Levantaba lo más alto posible el
plato de la justicia y eso dejaba allá abajo el plato de la misericordia. Su
discurso era: “Dios es justo. Por eso me expulsó del Cielo. No es bueno,
porque no puede perdonar al pecador. Por eso su Ley debe ser abolida”. Esa
fue la tesis que Satanás intentó probar con la caída de Adán y Eva. Ellos
pecaron. Y también fueron expulsados.
Para salvar al perdido y reivindicar el carácter de Dios ante el Universo,
el propio Miguel, el Hijo de Dios, asumió la misión de venir a la Tierra
a pagar nuestro rescate y morir en nuestro lugar. Por lo tanto, nuestra
salvación y nuestro rescate no son una transacción entre Dios y el Diablo,
sino entre la misericordia y la justicia de Dios.
Leamos el Salmo 85:10. Aquí vemos que Dios hace que su justicia y
su misericordia se besen. Esta es su naturaleza. El servicio de sacrificio
instituido después de la caída enseñaba esta verdad. Dios odiaba y
castigaba el pecado, pero misericordiosamente proveía redención al
pecador. El cordero muerto en lugar del pecador era el evangelio en
símbolos. El propiciatorio sobre el arca de la Ley de Dios también revelaba
su carácter pues allí la justicia y la misericordia se besaban.
Pero el mayor revelador del carácter de Dios fue Jesús. Él vino a hacer el
bien. Vea a Jesús ejerciendo misericordia sin anular la Ley de Dios al decir
a la mujer pecadora: “Ni yo te condeno; vete, y no peques más” (Juan 8:11).
Especialmente, vea a Jesús clavado en la cruz, pagando el precio de
nuestro rescate, orando por sus asesinos y por todo pecador: “Padre,
perdónalos, porque no saben lo que hacen”. Eso es amor verdadero, amor
que no anula la justicia, sino ama hasta la muerte del pecador.
Apocalipsis 12:10 se cumplió en la cruz. Juan oyó una gran voz del Cielo
que decía: “Ahora ha venido la salvación”. Debemos entender la salvación
como un proceso. La expiación es lo que Dios hace para salvarnos. La
expiación fue prometida en los corderos sacrificados en lugar del pecador. Ya
en la cruz fue provisto el sacrificio expiatorio perfecto. Pero sólo recibimos
los beneficios de su muerte sustitutiva cuando aceptamos a Jesucristo como
Señor y Salvador. En el Santuario celestial, Jesús aplica sus méritos en
nuestro favor concediéndonos el perdón de nuestros pecados.
Así, Pablo dijo: “Dios es justo y, a la vez, el que justifica a los que tienen
fe en Jesús” (Romanos 3:26, NVI). Y nosotros también podemos decir con
él: Ahora pertenecemos a Dios en Cristo Jesús, el cual se volvió de parte
de Dios, sabiduría, justicia, santificación y redención (1 Corintios 1:30).
¿Puede usted decir esto de corazón? ¿Ya entregó su corazón a Cristo?
¿Ya aceptó este intercambio y salvación tan grande?
EN LA CRUZ LLEGARON EL PODER Y EL REINO DE NUESTRO DIOSEn la cruz también vinieron el poder y el reino de nuestro Dios. Ante
todo el Universo, Satanás fue desenmascarado. Su tesis era falsa. Quedó
demostrado claramente que Dios es amor. Su amor es la unión perfecta de
su justicia y su misericordia. Él nunca anula la justicia y se sacrifica para
salvar al pecador. En la cruz, Satanás fue derrotado y expulsado moralmen-
te del Universo. Y en la cruz, el Hijo de Dios estableció el reino de la gracia.
Se cuenta que un capitán de un barco estaba muy enfermo, al borde
de la muerte. Y había en su embarcación un joven cristiano. El capitán
le pidió al joven que le leyera alguna porción de la Biblia. Entonces el
joven leyó las palabras de Isaías 53:5: “Mas él herido fue por nuestras
rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue
sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados”. Luego, el joven le pidió
al capitán: “Capitán, ¿puedo leer este versículo a mi manera preferida?”.
“Sí, léalo”, fue la respuesta. Entonces el joven leyó: “Mas él herido fue por
las rebeliones de William Plat, molido por los pecados de William Plat; el
castigo de la paz de William Plat fue sobre él, y por su llaga William Plat
fue curado”. A continuación, el capitán solicitó que William Plat leyera
el mismo texto, pero colocara su nombre. Entonces leyó: “Mas él herido
fue por las rebeliones del capitán Colt, molido por los pecados del capitán
Colt; el castigo de la paz del capitán Colt fue sobre él, y por su llaga el
capitán Colt fue curado”.
40 | Semana Santa 2017 Semana Santa 2017 | 41
prevalecieron. Satanás y sus ángeles fueron expulsados del Cielo y
encontraron lugar y refugio en el planeta Tierra.
En la Tierra, Satanás se alegró de provocar la caída del hombre.
Instaló su cuartel general en este mundo reclamando este planeta como
su propiedad y los seres humanos como sus súbditos. Satanás pasó a
presentar a Dios ante el Universo como un Dios justo, pero inclemente.
Deseaba abolir su Ley, porque la aplicación de ella exigiría la muerte del
pecador, excluyendo la misericordia. Esas fueron acusaciones muy graves.
Imagine una balanza antigua de dos platos. En uno de los platos está
escrito justicia y en el otro, misericordia. ¿Sabe lo que Satanás hacía antes
de la cruz? Él desequilibraba la balanza. Levantaba lo más alto posible el
plato de la justicia y eso dejaba allá abajo el plato de la misericordia. Su
discurso era: “Dios es justo. Por eso me expulsó del Cielo. No es bueno,
porque no puede perdonar al pecador. Por eso su Ley debe ser abolida”. Esa
fue la tesis que Satanás intentó probar con la caída de Adán y Eva. Ellos
pecaron. Y también fueron expulsados.
Para salvar al perdido y reivindicar el carácter de Dios ante el Universo,
el propio Miguel, el Hijo de Dios, asumió la misión de venir a la Tierra
a pagar nuestro rescate y morir en nuestro lugar. Por lo tanto, nuestra
salvación y nuestro rescate no son una transacción entre Dios y el Diablo,
sino entre la misericordia y la justicia de Dios.
Leamos el Salmo 85:10. Aquí vemos que Dios hace que su justicia y
su misericordia se besen. Esta es su naturaleza. El servicio de sacrificio
instituido después de la caída enseñaba esta verdad. Dios odiaba y
castigaba el pecado, pero misericordiosamente proveía redención al
pecador. El cordero muerto en lugar del pecador era el evangelio en
símbolos. El propiciatorio sobre el arca de la Ley de Dios también revelaba
su carácter pues allí la justicia y la misericordia se besaban.
Pero el mayor revelador del carácter de Dios fue Jesús. Él vino a hacer el
bien. Vea a Jesús ejerciendo misericordia sin anular la Ley de Dios al decir
a la mujer pecadora: “Ni yo te condeno; vete, y no peques más” (Juan 8:11).
Especialmente, vea a Jesús clavado en la cruz, pagando el precio de
nuestro rescate, orando por sus asesinos y por todo pecador: “Padre,
perdónalos, porque no saben lo que hacen”. Eso es amor verdadero, amor
que no anula la justicia, sino ama hasta la muerte del pecador.
Apocalipsis 12:10 se cumplió en la cruz. Juan oyó una gran voz del Cielo
que decía: “Ahora ha venido la salvación”. Debemos entender la salvación
como un proceso. La expiación es lo que Dios hace para salvarnos. La
expiación fue prometida en los corderos sacrificados en lugar del pecador. Ya
en la cruz fue provisto el sacrificio expiatorio perfecto. Pero sólo recibimos
los beneficios de su muerte sustitutiva cuando aceptamos a Jesucristo como
Señor y Salvador. En el Santuario celestial, Jesús aplica sus méritos en
nuestro favor concediéndonos el perdón de nuestros pecados.
Así, Pablo dijo: “Dios es justo y, a la vez, el que justifica a los que tienen
fe en Jesús” (Romanos 3:26, NVI). Y nosotros también podemos decir con
él: Ahora pertenecemos a Dios en Cristo Jesús, el cual se volvió de parte
de Dios, sabiduría, justicia, santificación y redención (1 Corintios 1:30).
¿Puede usted decir esto de corazón? ¿Ya entregó su corazón a Cristo?
¿Ya aceptó este intercambio y salvación tan grande?
EN LA CRUZ LLEGARON EL PODER Y EL REINO DE NUESTRO DIOSEn la cruz también vinieron el poder y el reino de nuestro Dios. Ante
todo el Universo, Satanás fue desenmascarado. Su tesis era falsa. Quedó
demostrado claramente que Dios es amor. Su amor es la unión perfecta de
su justicia y su misericordia. Él nunca anula la justicia y se sacrifica para
salvar al pecador. En la cruz, Satanás fue derrotado y expulsado moralmen-
te del Universo. Y en la cruz, el Hijo de Dios estableció el reino de la gracia.
Se cuenta que un capitán de un barco estaba muy enfermo, al borde
de la muerte. Y había en su embarcación un joven cristiano. El capitán
le pidió al joven que le leyera alguna porción de la Biblia. Entonces el
joven leyó las palabras de Isaías 53:5: “Mas él herido fue por nuestras
rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue
sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados”. Luego, el joven le pidió
al capitán: “Capitán, ¿puedo leer este versículo a mi manera preferida?”.
“Sí, léalo”, fue la respuesta. Entonces el joven leyó: “Mas él herido fue por
las rebeliones de William Plat, molido por los pecados de William Plat; el
castigo de la paz de William Plat fue sobre él, y por su llaga William Plat
fue curado”. A continuación, el capitán solicitó que William Plat leyera
el mismo texto, pero colocara su nombre. Entonces leyó: “Mas él herido
fue por las rebeliones del capitán Colt, molido por los pecados del capitán
Colt; el castigo de la paz del capitán Colt fue sobre él, y por su llaga el
capitán Colt fue curado”.
42 | Semana Santa 2017 Semana Santa 2017 | 43
El evangelio es el poder de Dios para la salvación de todo aquel que
cree. ¿Siente usted en su corazón gratitud a Jesucristo, el Hijo de Dios
por haber tomado su lugar en la cruz? ¿Siente tristeza porque sus peca-
dos llevaron al Hijo de Dios a aquella muerte tan cruel? ¿Siente que la
única manera de agradecer es entregarle su corazón a Jesús y arrepen-
tirse de sus pecados? ¿Puede usted decir: “Ahora pertenezco a Dios en
Cristo Jesús, el cual se volvió de parte de Dios para mí, sabiduría, justi-
cia, santificación y redención”?
EN LA CRUZ LLEGÓ LA AUTORIDAD DE CRISTODespués de su resurrección, Jesús les declaró a sus discípulos: “Toda
potestad me es dada en el cielo y en la tierra” (Mateo 28:18). Eso significa
que el rescate fue eficaz, porque el sacrificio de Cristo es suficiente para
salvar a toda la humanidad.
Sin embargo, hay un problema, no de parte de Dios sino del hombre.
Aunque el sacrificio de Cristo sea suficiente para salvar a todos, el rescate
no es eficiente en todos, porque algunos lo rechazan. No nos engañamos
con la herejía del universalismo de que al final todos irán salvos al Cielo.
Dios no obliga a nadie. Es un acto de amor excluir del Cielo a aquellos que
no lo desean.
Jesús tiene toda la autoridad para salvarme, pero debo querer ser sal-
vo. Si el pecador lo deja, Jesús lo salvará perfectamente. Y entonces tam-
bién podrá decir: Ahora pertenezco a Dios en Cristo Jesús, el cual se vol-
vió de parte de Dios para mí, sabiduría, justicia, santificación y redención.
CONCLUSIÓNAmigo, en la cruz llegó la salvación de nuestro Dios. En la cruz llega-
ron el poder y el reino de nuestro Dios. En la cruz llegó la autoridad de
nuestro Señor y Salvador Jesucristo.
Cuando era pastor en la ciudad de São Leopoldo, Rio Grande del Sur,
conocí a una señora llamada Alice. En la puerta de la iglesia, ella me contó
que todavía no era adventista del séptimo día. Había asistido a una serie de
conferencias en el estado de Paraná, pero no tomó su decisión. Vi que ella
tenía el Himnario Adventista, y me pidió una Biblia. Un día la visité y le re-
galé una Biblia. Leí la Palabra de Dios con ella, oré por ella e hice un llama-
do para que ella le entregara su vida a Cristo a través del santo bautismo.
Ella aceptó y fijamos el evento para la primera oportunidad que estuviera
disponible. Llegó el día y había varios candidatos para el reino de Dios, pero
doña Alice no apareció en la iglesia. Pasados algunos días, la visité, pero su
semblante no era el mismo. Parecía perturbada e incómoda. Noté que se
esforzaba para que yo no tocara el asunto del bautismo. Pero, después de
que ella hablara mucho sobre varios temas, yo le pregunté: “¿Y el bautismo,
doña Alice?”. Ella respondió: “¡Ah, pastor! Yo todavía tomo café”. Enton-
ces, yo le dije: “Doña Alice, no deje que eso le impida entregarse a Jesús.
¡Abandone!”. Leí la Biblia con ella. Apelé a su corazón para no postergar su
decisión. Y ella dijo: “Pastor: yo me voy a bautizar. Sé que estoy jugando con
Dios. Deseo una vida nueva”. A su pedido, fijamos una nueva fecha para su
bautismo. Había personas para ser bautizadas, ¿pero sabe lo que sucedió?
Doña Alice nuevamente no apareció. Entonces, pasaron unos dos meses
y recibí la triste noticia de que algunos días después de aquella ceremonia
bautismal, cuando Alice estaba en la casa de un pariente, tomó un poco
de vino, su presión se disparó y mientras sujetaba el vaso junto a la mesa,
falleció. Hasta hoy siento tristeza porque no logré bautizarla.
Amigo, acepte a Cristo ahora. Hoy es el día de la salvación. No existe
otro día. Ayer ya pasó. El mañana no existe. Su tiempo de gracia es aquí
y ahora. En Apocalipsis 3:20, Jesús es representado como estando a la
puerta del corazón y pide entrada. El picaporte está del lado de adentro.
Sólo usted puede abrir. ¿Abrirá usted su corazón y dejará entrar a Jesús?
¿Desea tomar su decisión ahora? ¿Desea pasar de la muerte a la vida y
decir: “Ahora pertenezco a Dios en Cristo Jesús, el cual se volvió de parte
de Dios para mí sabiduría, justicia, santificación y redención”?
PREGUNTAS PARA DIALOGAR1. ¿La ingratitud es pecado? ¿Por qué?
2. Al ver la cruz, ¿cómo manifestar gratitud al Señor Jesucristo?
3. ¿Qué peligros existen en postergar la decisión de aceptar a Cristo
y ser bautizado?Pr. Wilson Borba1
1. Diretor do SALT-FAAMA.
42 | Semana Santa 2017 Semana Santa 2017 | 43
El evangelio es el poder de Dios para la salvación de todo aquel que
cree. ¿Siente usted en su corazón gratitud a Jesucristo, el Hijo de Dios
por haber tomado su lugar en la cruz? ¿Siente tristeza porque sus peca-
dos llevaron al Hijo de Dios a aquella muerte tan cruel? ¿Siente que la
única manera de agradecer es entregarle su corazón a Jesús y arrepen-
tirse de sus pecados? ¿Puede usted decir: “Ahora pertenezco a Dios en
Cristo Jesús, el cual se volvió de parte de Dios para mí, sabiduría, justi-
cia, santificación y redención”?
EN LA CRUZ LLEGÓ LA AUTORIDAD DE CRISTODespués de su resurrección, Jesús les declaró a sus discípulos: “Toda
potestad me es dada en el cielo y en la tierra” (Mateo 28:18). Eso significa
que el rescate fue eficaz, porque el sacrificio de Cristo es suficiente para
salvar a toda la humanidad.
Sin embargo, hay un problema, no de parte de Dios sino del hombre.
Aunque el sacrificio de Cristo sea suficiente para salvar a todos, el rescate
no es eficiente en todos, porque algunos lo rechazan. No nos engañamos
con la herejía del universalismo de que al final todos irán salvos al Cielo.
Dios no obliga a nadie. Es un acto de amor excluir del Cielo a aquellos que
no lo desean.
Jesús tiene toda la autoridad para salvarme, pero debo querer ser sal-
vo. Si el pecador lo deja, Jesús lo salvará perfectamente. Y entonces tam-
bién podrá decir: Ahora pertenezco a Dios en Cristo Jesús, el cual se vol-
vió de parte de Dios para mí, sabiduría, justicia, santificación y redención.
CONCLUSIÓNAmigo, en la cruz llegó la salvación de nuestro Dios. En la cruz llega-
ron el poder y el reino de nuestro Dios. En la cruz llegó la autoridad de
nuestro Señor y Salvador Jesucristo.
Cuando era pastor en la ciudad de São Leopoldo, Rio Grande del Sur,
conocí a una señora llamada Alice. En la puerta de la iglesia, ella me contó
que todavía no era adventista del séptimo día. Había asistido a una serie de
conferencias en el estado de Paraná, pero no tomó su decisión. Vi que ella
tenía el Himnario Adventista, y me pidió una Biblia. Un día la visité y le re-
galé una Biblia. Leí la Palabra de Dios con ella, oré por ella e hice un llama-
do para que ella le entregara su vida a Cristo a través del santo bautismo.
Ella aceptó y fijamos el evento para la primera oportunidad que estuviera
disponible. Llegó el día y había varios candidatos para el reino de Dios, pero
doña Alice no apareció en la iglesia. Pasados algunos días, la visité, pero su
semblante no era el mismo. Parecía perturbada e incómoda. Noté que se
esforzaba para que yo no tocara el asunto del bautismo. Pero, después de
que ella hablara mucho sobre varios temas, yo le pregunté: “¿Y el bautismo,
doña Alice?”. Ella respondió: “¡Ah, pastor! Yo todavía tomo café”. Enton-
ces, yo le dije: “Doña Alice, no deje que eso le impida entregarse a Jesús.
¡Abandone!”. Leí la Biblia con ella. Apelé a su corazón para no postergar su
decisión. Y ella dijo: “Pastor: yo me voy a bautizar. Sé que estoy jugando con
Dios. Deseo una vida nueva”. A su pedido, fijamos una nueva fecha para su
bautismo. Había personas para ser bautizadas, ¿pero sabe lo que sucedió?
Doña Alice nuevamente no apareció. Entonces, pasaron unos dos meses
y recibí la triste noticia de que algunos días después de aquella ceremonia
bautismal, cuando Alice estaba en la casa de un pariente, tomó un poco
de vino, su presión se disparó y mientras sujetaba el vaso junto a la mesa,
falleció. Hasta hoy siento tristeza porque no logré bautizarla.
Amigo, acepte a Cristo ahora. Hoy es el día de la salvación. No existe
otro día. Ayer ya pasó. El mañana no existe. Su tiempo de gracia es aquí
y ahora. En Apocalipsis 3:20, Jesús es representado como estando a la
puerta del corazón y pide entrada. El picaporte está del lado de adentro.
Sólo usted puede abrir. ¿Abrirá usted su corazón y dejará entrar a Jesús?
¿Desea tomar su decisión ahora? ¿Desea pasar de la muerte a la vida y
decir: “Ahora pertenezco a Dios en Cristo Jesús, el cual se volvió de parte
de Dios para mí sabiduría, justicia, santificación y redención”?
PREGUNTAS PARA DIALOGAR1. ¿La ingratitud es pecado? ¿Por qué?
2. Al ver la cruz, ¿cómo manifestar gratitud al Señor Jesucristo?
3. ¿Qué peligros existen en postergar la decisión de aceptar a Cristo
y ser bautizado?Pr. Wilson Borba1
1. Diretor do SALT-FAAMA.
Semana Santa 2017 | 4544 | Semana Santa 2017
DISFRUTANDO DEL RESCATE
INTRODUCCIÓNCuando Adán y Eva escucharon la promesa de que en el futuro uno de
sus descendientes heriría a la serpiente en la cabeza (Génesis 3:15), ven-
ciéndola para siempre, se llenaron de gratitud a Dios. Esa promesa se hizo
mucho más vívida ante sus ojos cuando Dios los vistió con “túnicas de
pieles”, obtenidas al sacrificar animales inocentes (Génesis 3:21). Median-
te la muerte de esos animales, el Señor les proveyó lo que necesitaban
para cubrir su desnudez, resultado del pecado. Esa muerte simbolizaba la
muerte del Hijo de Dios, que un día nacería como un ser humano, viviría
sin cometer ningún pecado, y moriría en lugar de todos nosotros.
Al sacrificar un cordero cada mañana y cada tarde, Adán y Eva expre-
saban su fe en el futuro Redentor. Y comprendían que el Salvador ven-
dría voluntariamente a morir por ellos, movido solamente por Su infinito
amor hacia cada uno de nosotros.
A lo largo de toda la Biblia se enfatiza el amor de Cristo por nosotros. El
apóstol Pablo nos exhorta a andar en amor, “como también Cristo nos amó,
y se entregó a sí mismo por nosotros” (Efesios 5:2). Y explica el maravilloso
trueque de amor que hizo el Hijo de Dios: “ya conocéis la gracia de nuestro
Señor Jesucristo, que por amor a vosotros se hizo pobre, siendo rico, para
que vosotros con su pobreza fueseis enriquecidos” (2 Corintios 8:9).
El 20 de agosto de 2008, a las 14:45 despegó del aeropuerto de Barajas,
Madrid, el vuelo 5022 de Spanair. Apenas había despegado cuando giró
bruscamente hacia la derecha y se estrelló al lado de la pista. Se partió en
al menos dos pedazos que fueron destrozados por la posterior explosión.
Fallecieron 154 de las 172 personas que iban a bordo.
Inmediatamente acudieron al lugar varias dotaciones de bomberos
para tratar de rescatar a los sobrevivientes de las llamas. Uno de los bom-
beros, Francisco Martínez, se acercó a una mujer para rescatarla de entre
los restos del avión en llamas. “¡Se lo ruego! ¡Salve a mi hija primero!”, le
suplicó la mujer.
No había tiempo para salvar a dos personas, sólo una. El bombero dejó que
fuera el ruego de la madre el que tomara, por él, la decisión más difícil de su
vida. Y así, María, la pequeña de 11 años, fue rescatada por el sacrificio abne-
gado de su madre, Amalia Filloy, que quedó entre los restos del avión ardiente
que, según los peritos, alcanzó temperaturas superiores a los 500 grados.
Apenas horas después de que todo ocurriera, el bombero dedicó su
descanso a recorrer hospitales, hasta que dio con la niña.
“Es que una cosa así se te clava en el alma. Yo necesitaba saber que la
pequeña estaba viva. Y quiero decirle, cuando pueda oírme, que su madre
le salvó la vida”, dijo con la voz quebrada.1
¡Admirable amor de madre! ¡Cuánta gratitud y amor guardará esa niña
por su madre!
Esta historia refleja, pálidamente, el amor aun más grande de Cristo
al dar su vida por cada uno de nosotros. Ante semejante demostración
de amor, ¿cuál será nuestra respuesta? El apóstol Pablo, que conocía por
experiencia propia lo que significa ser rescatado del pecado por Cristo,
expresa en forma muy clara cuál es el resultado de comprender el enorme
amor de Cristo. En 2 Corintios 5:14, el apóstol afirma que “el amor de Cris-
to nos constriñe”. Otras versiones traducen: el amor de Cristo “nos impul-
sa” (RVA-2015), “nos apremia” (BLA), “nos obliga” (NVI), “domina nuestras
vidas” (TLA), “se ha apoderado de nosotros” (DHH), “nos controla” (NTV),
“nos lleva a actuar así” (RVC).
¿De qué manera actúa el que es motivado por el amor de Cristo? ¿Qué resul-
tados se ven en la vida del que ha comprendido y aceptado el amor de Cristo?
EL AMOR DE CRISTO NOS IMPULSA A VIVIR PARA ÉLSi conocemos y recibimos el infinito amor de Cristo, manifestado al dar
su vida por nosotros, nuestra vida no será la misma que antes. Se verán
los siguientes resultados:
a. Morimos a la vida de pecado. Lo primero que percibimos ante
el amor de Cristo es que necesitamos morir a la antigua vida
1. La Nación, sexta-feira, 22 de agosto de 2008, p. 2. http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=1042166.
Semana Santa 2017 | 4544 | Semana Santa 2017
DISFRUTANDO DEL RESCATE
INTRODUCCIÓNCuando Adán y Eva escucharon la promesa de que en el futuro uno de
sus descendientes heriría a la serpiente en la cabeza (Génesis 3:15), ven-
ciéndola para siempre, se llenaron de gratitud a Dios. Esa promesa se hizo
mucho más vívida ante sus ojos cuando Dios los vistió con “túnicas de
pieles”, obtenidas al sacrificar animales inocentes (Génesis 3:21). Median-
te la muerte de esos animales, el Señor les proveyó lo que necesitaban
para cubrir su desnudez, resultado del pecado. Esa muerte simbolizaba la
muerte del Hijo de Dios, que un día nacería como un ser humano, viviría
sin cometer ningún pecado, y moriría en lugar de todos nosotros.
Al sacrificar un cordero cada mañana y cada tarde, Adán y Eva expre-
saban su fe en el futuro Redentor. Y comprendían que el Salvador ven-
dría voluntariamente a morir por ellos, movido solamente por Su infinito
amor hacia cada uno de nosotros.
A lo largo de toda la Biblia se enfatiza el amor de Cristo por nosotros. El
apóstol Pablo nos exhorta a andar en amor, “como también Cristo nos amó,
y se entregó a sí mismo por nosotros” (Efesios 5:2). Y explica el maravilloso
trueque de amor que hizo el Hijo de Dios: “ya conocéis la gracia de nuestro
Señor Jesucristo, que por amor a vosotros se hizo pobre, siendo rico, para
que vosotros con su pobreza fueseis enriquecidos” (2 Corintios 8:9).
El 20 de agosto de 2008, a las 14:45 despegó del aeropuerto de Barajas,
Madrid, el vuelo 5022 de Spanair. Apenas había despegado cuando giró
bruscamente hacia la derecha y se estrelló al lado de la pista. Se partió en
al menos dos pedazos que fueron destrozados por la posterior explosión.
Fallecieron 154 de las 172 personas que iban a bordo.
Inmediatamente acudieron al lugar varias dotaciones de bomberos
para tratar de rescatar a los sobrevivientes de las llamas. Uno de los bom-
beros, Francisco Martínez, se acercó a una mujer para rescatarla de entre
los restos del avión en llamas. “¡Se lo ruego! ¡Salve a mi hija primero!”, le
suplicó la mujer.
No había tiempo para salvar a dos personas, sólo una. El bombero dejó que
fuera el ruego de la madre el que tomara, por él, la decisión más difícil de su
vida. Y así, María, la pequeña de 11 años, fue rescatada por el sacrificio abne-
gado de su madre, Amalia Filloy, que quedó entre los restos del avión ardiente
que, según los peritos, alcanzó temperaturas superiores a los 500 grados.
Apenas horas después de que todo ocurriera, el bombero dedicó su
descanso a recorrer hospitales, hasta que dio con la niña.
“Es que una cosa así se te clava en el alma. Yo necesitaba saber que la
pequeña estaba viva. Y quiero decirle, cuando pueda oírme, que su madre
le salvó la vida”, dijo con la voz quebrada.1
¡Admirable amor de madre! ¡Cuánta gratitud y amor guardará esa niña
por su madre!
Esta historia refleja, pálidamente, el amor aun más grande de Cristo
al dar su vida por cada uno de nosotros. Ante semejante demostración
de amor, ¿cuál será nuestra respuesta? El apóstol Pablo, que conocía por
experiencia propia lo que significa ser rescatado del pecado por Cristo,
expresa en forma muy clara cuál es el resultado de comprender el enorme
amor de Cristo. En 2 Corintios 5:14, el apóstol afirma que “el amor de Cris-
to nos constriñe”. Otras versiones traducen: el amor de Cristo “nos impul-
sa” (RVA-2015), “nos apremia” (BLA), “nos obliga” (NVI), “domina nuestras
vidas” (TLA), “se ha apoderado de nosotros” (DHH), “nos controla” (NTV),
“nos lleva a actuar así” (RVC).
¿De qué manera actúa el que es motivado por el amor de Cristo? ¿Qué resul-
tados se ven en la vida del que ha comprendido y aceptado el amor de Cristo?
EL AMOR DE CRISTO NOS IMPULSA A VIVIR PARA ÉLSi conocemos y recibimos el infinito amor de Cristo, manifestado al dar
su vida por nosotros, nuestra vida no será la misma que antes. Se verán
los siguientes resultados:
a. Morimos a la vida de pecado. Lo primero que percibimos ante
el amor de Cristo es que necesitamos morir a la antigua vida
1. La Nación, sexta-feira, 22 de agosto de 2008, p. 2. http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=1042166.
46 | Semana Santa 2017 Semana Santa 2017 | 47
contraria a Dios. Eso es lo que Pablo dice inmediatamente des-
pués de afirmar que “el amor de Cristo nos constriñe.” El após-
tol razona que “si uno murió por todos, luego todos murieron”
(2 Corintios 5:14). Si Cristo murió por nosotros, simbólicamen-
te todos hemos muerto porque “la paga del pecado es muerte”
(Romanos 6:23), pero también hemos muerto a nuestra natu-
raleza pecaminosa y resucitamos a una nueva vida. En el mo-
mento en que lo aceptamos como nuestro Salvador, “nuestro
viejo hombre fue crucificado juntamente con él, para que el
cuerpo del pecado sea destruido, a fin de que no sirvamos más
al pecado” (Romanos 6:6).
b. Vivimos para Cristo. Pablo continúa explicando que “por todos
murió, para que los que viven, ya no vivan para sí, sino para aquel
que murió y resucitó por ellos” (2 Corintios 5:15). El amor de Cristo
nos impulsa a un cambio de rumbo total. En lugar de centrarnos en
el yo, ahora nos centramos en Cristo. En lugar de tratar de satisfa-
cer nuestros gustos egoístas, tratamos de agradar a Cristo. Renun-
ciamos a hacer nuestra voluntad e intentamos cumplir la voluntad
del Señor. Al punto de que “cuantas cosas eran para mí ganancia,
las he estimado como pérdida por amor de Cristo” (Filipenses 3:7).
Nos deleitamos en hacer su voluntad (Salmos 40:8).
El 8 de diciembre de 1934, unos bandoleros chinos asesinaron a los mi-
sioneros John y Betty Stam, e incendiaron su hogar. Días después de la tra-
gedia, algunos amigos de la pareja encontraron entre las ruinas calcinadas la
Biblia de la señora Stam. En la hoja que cubría la parte interior de la tapa, ella
había escrito lo siguiente: “Señor, abandono mi propósito y mis planes, todos
mis anhelos, esperanzas y ambiciones, y acepto tu voluntad para mi vida.
Te entrego lo que soy y lo que tengo: mi vida, mi todo, completamente a ti,
para que sea tuyo para siempre. Te entrego todas mis amistades y mi amor.
A partir de ahora, todo lo que amo pasa a un segundo plano en mi corazón.
Lléname y séllame con tu Espíritu Santo. Vive tu vida en mi vida a cualquier
costo y para siempre. Para mí el vivir es Cristo y el morir es ganancia”.2
c. Vivimos con Cristo. El que acepta a Cristo como Salvador, “está en
Cristo” (2 Corintios 5:17). Otras versiones traducen “está unido a
Cristo” (DHH, PDT). El amor de Cristo nos impulsa a buscar estar lo
más cerca de él. ¡Queremos estar con él! El Señor mismo nos insta:
2. (M. Finley, Sobre terreno firme [ACES, 2003], 29).
“Permaneced en mí, y yo en vosotros. [...] porque separados de mí
nada podéis hacer” (Juan 15:4, 5). Al comienzo de cada día reno-
vamos nuestra entrega a Cristo para vivir unidos a él. Entonces
podemos decir junto con el apóstol: “Con Cristo estoy juntamente
crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora
vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y
se entregó a sí mismo por mí” (Gálatas 2:20).
d. Somos una nueva criatura. Todo aquel que “está en Cristo, nueva
criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas”
(2 Corintios 5:17). Por el poder de Dios, somos una nueva persona.
Durante su juventud, Agustín de Hipona vivió una vida disoluta. Lue-
go, gracias a las oraciones de su madre, se convirtió al cristianismo y en-
tregó su vida a Dios para servirlo. Años más tarde, un día iba caminando
por la calle cuando vio que en sentido contrario venía caminando una
mujer con la cual había pecado en su juventud. Él siguió caminando como
si no la hubiera notado. Después de cruzarse, ella se dio vuelta y le dijo:
– ¡Agustín, soy yo!
– Sí -replicó él – , pero yo no soy el mismo.
EL AMOR DE CRISTO NOS IMPULSA A COMPARTIR EL EVANGELIO a. Dios toma la iniciativa para salvarnos. “Todo esto proviene de
Dios, quien nos reconcilió consigo mismo por Cristo” (2 Corintios
5:18). El amor de Cristo es tan grande que toma la iniciativa para
redimirnos. No nos salvamos porque logramos convencer a Dios
que nos salve, sino que él logra convencernos de que aceptemos
a Cristo como nuestro Sustituto y Salvador. Si amamos a Dios, es
“porque él nos amó primero” (1 Juan 4:19).
b. Nosotros compartimos el evangelio. Dios “nos dio el ministerio
de la reconciliación; [...] y nos encargó a nosotros la palabra de la
reconciliación” (2 Corintios 5:18, 19). El Señor podría haber comi-
sionado a los ángeles para que predicaran el evangelio, pero eligió
darnos ese privilegio a nosotros. En realidad, la felicidad y la paz
que nos inundan cuando aceptamos a Cristo como nuestro Salva-
dor no se pueden ocultar.
El día que me puse de novio con la que es mi esposa, iba caminando de
regreso a casa. Digo caminando, aunque más bien iba flotando sobre las
nubes. En el camino me crucé con mi prima que me miró sorprendida y,
46 | Semana Santa 2017 Semana Santa 2017 | 47
contraria a Dios. Eso es lo que Pablo dice inmediatamente des-
pués de afirmar que “el amor de Cristo nos constriñe.” El após-
tol razona que “si uno murió por todos, luego todos murieron”
(2 Corintios 5:14). Si Cristo murió por nosotros, simbólicamen-
te todos hemos muerto porque “la paga del pecado es muerte”
(Romanos 6:23), pero también hemos muerto a nuestra natu-
raleza pecaminosa y resucitamos a una nueva vida. En el mo-
mento en que lo aceptamos como nuestro Salvador, “nuestro
viejo hombre fue crucificado juntamente con él, para que el
cuerpo del pecado sea destruido, a fin de que no sirvamos más
al pecado” (Romanos 6:6).
b. Vivimos para Cristo. Pablo continúa explicando que “por todos
murió, para que los que viven, ya no vivan para sí, sino para aquel
que murió y resucitó por ellos” (2 Corintios 5:15). El amor de Cristo
nos impulsa a un cambio de rumbo total. En lugar de centrarnos en
el yo, ahora nos centramos en Cristo. En lugar de tratar de satisfa-
cer nuestros gustos egoístas, tratamos de agradar a Cristo. Renun-
ciamos a hacer nuestra voluntad e intentamos cumplir la voluntad
del Señor. Al punto de que “cuantas cosas eran para mí ganancia,
las he estimado como pérdida por amor de Cristo” (Filipenses 3:7).
Nos deleitamos en hacer su voluntad (Salmos 40:8).
El 8 de diciembre de 1934, unos bandoleros chinos asesinaron a los mi-
sioneros John y Betty Stam, e incendiaron su hogar. Días después de la tra-
gedia, algunos amigos de la pareja encontraron entre las ruinas calcinadas la
Biblia de la señora Stam. En la hoja que cubría la parte interior de la tapa, ella
había escrito lo siguiente: “Señor, abandono mi propósito y mis planes, todos
mis anhelos, esperanzas y ambiciones, y acepto tu voluntad para mi vida.
Te entrego lo que soy y lo que tengo: mi vida, mi todo, completamente a ti,
para que sea tuyo para siempre. Te entrego todas mis amistades y mi amor.
A partir de ahora, todo lo que amo pasa a un segundo plano en mi corazón.
Lléname y séllame con tu Espíritu Santo. Vive tu vida en mi vida a cualquier
costo y para siempre. Para mí el vivir es Cristo y el morir es ganancia”.2
c. Vivimos con Cristo. El que acepta a Cristo como Salvador, “está en
Cristo” (2 Corintios 5:17). Otras versiones traducen “está unido a
Cristo” (DHH, PDT). El amor de Cristo nos impulsa a buscar estar lo
más cerca de él. ¡Queremos estar con él! El Señor mismo nos insta:
2. (M. Finley, Sobre terreno firme [ACES, 2003], 29).
“Permaneced en mí, y yo en vosotros. [...] porque separados de mí
nada podéis hacer” (Juan 15:4, 5). Al comienzo de cada día reno-
vamos nuestra entrega a Cristo para vivir unidos a él. Entonces
podemos decir junto con el apóstol: “Con Cristo estoy juntamente
crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora
vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y
se entregó a sí mismo por mí” (Gálatas 2:20).
d. Somos una nueva criatura. Todo aquel que “está en Cristo, nueva
criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas”
(2 Corintios 5:17). Por el poder de Dios, somos una nueva persona.
Durante su juventud, Agustín de Hipona vivió una vida disoluta. Lue-
go, gracias a las oraciones de su madre, se convirtió al cristianismo y en-
tregó su vida a Dios para servirlo. Años más tarde, un día iba caminando
por la calle cuando vio que en sentido contrario venía caminando una
mujer con la cual había pecado en su juventud. Él siguió caminando como
si no la hubiera notado. Después de cruzarse, ella se dio vuelta y le dijo:
– ¡Agustín, soy yo!
– Sí -replicó él – , pero yo no soy el mismo.
EL AMOR DE CRISTO NOS IMPULSA A COMPARTIR EL EVANGELIO a. Dios toma la iniciativa para salvarnos. “Todo esto proviene de
Dios, quien nos reconcilió consigo mismo por Cristo” (2 Corintios
5:18). El amor de Cristo es tan grande que toma la iniciativa para
redimirnos. No nos salvamos porque logramos convencer a Dios
que nos salve, sino que él logra convencernos de que aceptemos
a Cristo como nuestro Sustituto y Salvador. Si amamos a Dios, es
“porque él nos amó primero” (1 Juan 4:19).
b. Nosotros compartimos el evangelio. Dios “nos dio el ministerio
de la reconciliación; [...] y nos encargó a nosotros la palabra de la
reconciliación” (2 Corintios 5:18, 19). El Señor podría haber comi-
sionado a los ángeles para que predicaran el evangelio, pero eligió
darnos ese privilegio a nosotros. En realidad, la felicidad y la paz
que nos inundan cuando aceptamos a Cristo como nuestro Salva-
dor no se pueden ocultar.
El día que me puse de novio con la que es mi esposa, iba caminando de
regreso a casa. Digo caminando, aunque más bien iba flotando sobre las
nubes. En el camino me crucé con mi prima que me miró sorprendida y,
48 | Semana Santa 2017 Semana Santa 2017 | 49
sin que yo dijera nada, me preguntó: “¿Qué te pasa?”. Es que yo no podía
disimular la alegría que sentía. De la misma manera, el gozo de tener a
Cristo como nuestro Salvador y amigo nos brota por los poros.
“El amor a Jesús se verá, se sentirá. No se puede ocultar. Ejerce un poder
admirable. Hace osado al tímido, diligente al perezoso, sabio al ignorante.
Hace elocuente la lengua tartamuda, y despierta a nueva vida y vigor al in-
telecto dormido. Da esperanza al desalentado, gozo al melancólico. El amor
a Cristo inducirá a su poseedor a aceptar responsabilidad a causa de Cristo
y a llevarla con la fortaleza de Jesús. El amor a Cristo no desmayará ante
las tribulaciones, ni se apartará del deber debido a los reproches”.3
c. Somos embajadores de Cristo. “Así que, somos embajadores en nom-
bre de Cristo, como si Dios rogase por medio de nosotros; os rogamos
en nombre de Cristo: Reconciliaos con Dios” (2 Corintios 5:20). Es un
gran honor y una gran responsabilidad ser un embajador. Un em-
bajador debe conocer muy bien los planes y proyectos del país que
representa. No debe presentar sus propias opiniones ni defender sus
propios intereses personales, sino los de su país.
Como embajadores de Cristo, impulsados por su infinito amor, debe-
mos actuar como Jesús actuó, vivir como Jesús vivió. Sobre todo, rogar a
los pecadores que acepten el sacrificio de Cristo en su favor.
“El que está constreñido por el amor de Cristo avanza entre sus semejantes
para ayudar a los desamparados y alentar a los abatidos, para señalar a los
pecadores el ideal que Dios tiene para sus hijos y para dirigirlos hacia él.”4
CONCLUSIÓNEn la época de la esclavitud, estaban rematando a un esclavo fornido
llamado José. Pero el hombre no quería saber nada con eso de obedecer
a un amo. Entre el grupo de los presuntos compradores había un hombre
con semblante de bueno que subía sistemáticamente las ofertas, y José lo
notó. Cada vez que alguien ofrecía más, este caballero subía nuevamente
la oferta. Entonces José comenzó a decirle:
– No malgaste su dinero, ¡porque yo no voy a trabajar!
Pero el caballero no hacía caso a los comentarios del esclavo José. Se-
guía subiendo la oferta, y José insistía:
– No vale la pena que me compre, ¡no voy a trabajar!
3. Ellen White, AFC, 169.
4. Ellen White, ELC, 236.
Finalmente, nadie se animó a pagar más. Y ese caballero recibió la do-
cumentación que atestiguaba que era el legítimo dueño de José.
Mientras iban en el carruaje, José, con los brazos despectivamente
cruzados sobre su fornido pecho sin ropas, repetía:
– Aunque me mate, ¡yo no voy a trabajar!
Al llegar a la residencia del nuevo amo, entraron al escritorio y el escla-
vo rechazó el ofrecimiento bondadoso de tomar asiento. José vio que el pa-
trón escribía en papel oficio y finalmente firmaba algo que parecía ser una
especie de documento. Mientras decía vez tras vez, con acento despectivo:
– ¡Yo no voy a trabajar!
– José – preguntó el patrón – ¿sabes leer?
– Sí, pero no trabajaré, ¡aunque me mate!
– Bien -dijo el patrón – este documento es tuyo. Léelo.
De mala gana José estiró la mano y comenzó a leer. De pronto cambió
de semblante. Comenzó a emocionarse y las lágrimas le corrían por el
rostro. Finalmente, conmovido al ver que ese documento decía que se le
concedía el derecho a ser un hombre libre, exclamó:
– Pero señor, ¿usted pagó todo eso por mí para darme la libertad?
– Efectivamente José, ahora eres un hombre libre.
Más conmovido todavía, José exclamó:
– Pues entonces, señor, seré un esclavo voluntario. ¡Mande que José obedece!
Yo era enemigo de Dios. Pero a pesar de que era pecador y estaba ene-
mistado con Dios, Cristo murió por mí (Romanos 5:8-10). Él “me amó y se
entregó a sí mismo por mí” (Gálatas 2:20). Ante semejante demostración
de amor, no puedo quedar pasivo. Desde entonces vivo para él y trato de
contarle a otros la buena noticia.
¿Has aceptado a Cristo como tu Salvador personal? ¿Tienes la paz de su
perdón? ¿Te anima la esperanza de verlo pronto en su segunda venida? Si
es así, te invito a decirle una vez más: “Gracias, Señor, por dar tu vida en la
cruz por mí. Te amo con todo mi ser. Quiero vivir contigo y para ti. Llena
mi corazón y mi mente de tu presencia”.
Si todavía no tienes esta experiencia, te invito de todo corazón a de-
cirle a Jesús: “Me entrego a ti. Creo que tú moriste en la cruz en mi lugar,
y pagaste por mis pecados. Por fe acepto tu perdón. Transforma mi vida
para que ya no vaya tras el pecado, sino que viva para ti, de acuerdo con
tu voluntad. ¿Cuántos quieren decirle eso a Cristo? Los invito a ponerse de
pie y disfrutar del rescate que nos ofrece Jesús.
48 | Semana Santa 2017 Semana Santa 2017 | 49
sin que yo dijera nada, me preguntó: “¿Qué te pasa?”. Es que yo no podía
disimular la alegría que sentía. De la misma manera, el gozo de tener a
Cristo como nuestro Salvador y amigo nos brota por los poros.
“El amor a Jesús se verá, se sentirá. No se puede ocultar. Ejerce un poder
admirable. Hace osado al tímido, diligente al perezoso, sabio al ignorante.
Hace elocuente la lengua tartamuda, y despierta a nueva vida y vigor al in-
telecto dormido. Da esperanza al desalentado, gozo al melancólico. El amor
a Cristo inducirá a su poseedor a aceptar responsabilidad a causa de Cristo
y a llevarla con la fortaleza de Jesús. El amor a Cristo no desmayará ante
las tribulaciones, ni se apartará del deber debido a los reproches”.3
c. Somos embajadores de Cristo. “Así que, somos embajadores en nom-
bre de Cristo, como si Dios rogase por medio de nosotros; os rogamos
en nombre de Cristo: Reconciliaos con Dios” (2 Corintios 5:20). Es un
gran honor y una gran responsabilidad ser un embajador. Un em-
bajador debe conocer muy bien los planes y proyectos del país que
representa. No debe presentar sus propias opiniones ni defender sus
propios intereses personales, sino los de su país.
Como embajadores de Cristo, impulsados por su infinito amor, debe-
mos actuar como Jesús actuó, vivir como Jesús vivió. Sobre todo, rogar a
los pecadores que acepten el sacrificio de Cristo en su favor.
“El que está constreñido por el amor de Cristo avanza entre sus semejantes
para ayudar a los desamparados y alentar a los abatidos, para señalar a los
pecadores el ideal que Dios tiene para sus hijos y para dirigirlos hacia él.”4
CONCLUSIÓNEn la época de la esclavitud, estaban rematando a un esclavo fornido
llamado José. Pero el hombre no quería saber nada con eso de obedecer
a un amo. Entre el grupo de los presuntos compradores había un hombre
con semblante de bueno que subía sistemáticamente las ofertas, y José lo
notó. Cada vez que alguien ofrecía más, este caballero subía nuevamente
la oferta. Entonces José comenzó a decirle:
– No malgaste su dinero, ¡porque yo no voy a trabajar!
Pero el caballero no hacía caso a los comentarios del esclavo José. Se-
guía subiendo la oferta, y José insistía:
– No vale la pena que me compre, ¡no voy a trabajar!
3. Ellen White, AFC, 169.
4. Ellen White, ELC, 236.
Finalmente, nadie se animó a pagar más. Y ese caballero recibió la do-
cumentación que atestiguaba que era el legítimo dueño de José.
Mientras iban en el carruaje, José, con los brazos despectivamente
cruzados sobre su fornido pecho sin ropas, repetía:
– Aunque me mate, ¡yo no voy a trabajar!
Al llegar a la residencia del nuevo amo, entraron al escritorio y el escla-
vo rechazó el ofrecimiento bondadoso de tomar asiento. José vio que el pa-
trón escribía en papel oficio y finalmente firmaba algo que parecía ser una
especie de documento. Mientras decía vez tras vez, con acento despectivo:
– ¡Yo no voy a trabajar!
– José – preguntó el patrón – ¿sabes leer?
– Sí, pero no trabajaré, ¡aunque me mate!
– Bien -dijo el patrón – este documento es tuyo. Léelo.
De mala gana José estiró la mano y comenzó a leer. De pronto cambió
de semblante. Comenzó a emocionarse y las lágrimas le corrían por el
rostro. Finalmente, conmovido al ver que ese documento decía que se le
concedía el derecho a ser un hombre libre, exclamó:
– Pero señor, ¿usted pagó todo eso por mí para darme la libertad?
– Efectivamente José, ahora eres un hombre libre.
Más conmovido todavía, José exclamó:
– Pues entonces, señor, seré un esclavo voluntario. ¡Mande que José obedece!
Yo era enemigo de Dios. Pero a pesar de que era pecador y estaba ene-
mistado con Dios, Cristo murió por mí (Romanos 5:8-10). Él “me amó y se
entregó a sí mismo por mí” (Gálatas 2:20). Ante semejante demostración
de amor, no puedo quedar pasivo. Desde entonces vivo para él y trato de
contarle a otros la buena noticia.
¿Has aceptado a Cristo como tu Salvador personal? ¿Tienes la paz de su
perdón? ¿Te anima la esperanza de verlo pronto en su segunda venida? Si
es así, te invito a decirle una vez más: “Gracias, Señor, por dar tu vida en la
cruz por mí. Te amo con todo mi ser. Quiero vivir contigo y para ti. Llena
mi corazón y mi mente de tu presencia”.
Si todavía no tienes esta experiencia, te invito de todo corazón a de-
cirle a Jesús: “Me entrego a ti. Creo que tú moriste en la cruz en mi lugar,
y pagaste por mis pecados. Por fe acepto tu perdón. Transforma mi vida
para que ya no vaya tras el pecado, sino que viva para ti, de acuerdo con
tu voluntad. ¿Cuántos quieren decirle eso a Cristo? Los invito a ponerse de
pie y disfrutar del rescate que nos ofrece Jesús.
50 | Semana Santa 2017 Semana Santa 2017 | 51
PREGUNTAS PARA DIALOGAR1. ¿Qué te motiva a ser cristiano? Sinceramente, ¿sigues a Cristo por-
que quieres que te bendiga y te prospere materialmente? ¿O lo si-
gues porque él te amó tanto que dio su vida para que tengas vida
eterna?
2. ¿Qué le dirías a una persona no creyente que te dice que seguir a
Cristo requiere mucho sacrificio?
3. ¿Es fácil vivir para Cristo? Explica tu respuesta.
Carlos A. Steger5
5. Reitor do SALT-UAP
50 | Semana Santa 2017 Semana Santa 2017 | 51
PREGUNTAS PARA DIALOGAR1. ¿Qué te motiva a ser cristiano? Sinceramente, ¿sigues a Cristo por-
que quieres que te bendiga y te prospere materialmente? ¿O lo si-
gues porque él te amó tanto que dio su vida para que tengas vida
eterna?
2. ¿Qué le dirías a una persona no creyente que te dice que seguir a
Cristo requiere mucho sacrificio?
3. ¿Es fácil vivir para Cristo? Explica tu respuesta.
Carlos A. Steger5
5. Reitor do SALT-UAP
NOTAS