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UNIVERSIDAD DE COSTA RICA SEDE DE GUANACASTE FACULTAD DE DERECHO TESIS PARA OPTAR POR EL GRADO DE LICENCIATURA EN DERECHO “EL MODELO DE CUSTODIA COMPARTIDA Y SU IMPACTO EN LA FIJACIÓN DE LA PENSIÓN ALIMENTARIA: ANÁLISIS DE UNA RELACIÓN INDISPENSABLE” Silvia Joset Arias Espinoza B20574 Andrea Rojas Arguedas B25791 Liberia, Guanacaste Marzo, 2018

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UNIVERSIDAD DE COSTA RICA

SEDE DE GUANACASTE

FACULTAD DE DERECHO

TESIS PARA OPTAR POR EL GRADO DE

LICENCIATURA EN DERECHO

“EL MODELO DE CUSTODIA COMPARTIDA Y SU

IMPACTO EN LA FIJACIÓN DE LA PENSIÓN

ALIMENTARIA: ANÁLISIS DE UNA RELACIÓN

INDISPENSABLE”

Silvia Joset Arias Espinoza

B20574

Andrea Rojas Arguedas

B25791

Liberia, Guanacaste

Marzo, 2018

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vii

DEDICATORIA

A mi padre y madre, quienes con su ejemplo de fe, perseverancia y su apoyo

incondicional hicieron posible la conclusión de esta etapa.

A mi hija Danna, quien es mi mayor tesoro y mi inspiración para seguir

adelante.

Silvia

A mi padre y madre, por el apoyo que me han brindado durante estos años de

mi carrera universitaria, para que yo alcanzara esta meta.

Por el esfuerzo que han hecho siempre para darme lo mejor.

Son las personas más importantes en mi vida.

Andrea

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viii

ÍNDICE

RESUMEN xiv

TÍTULO I 1

CAPÍTULO I: INTRODUCCIÓN GENERAL 1

1. Justificación 1

2. Problema de investigación 2

3. Hipótesis 2

4. Objetivos 3

a. Objetivo general 3

b. Objetivos específicos 3

5. Estado de la cuestión 3

6. Estructura de la investigación 9

CAPÍTULO II: MARCO METODOLÓGICO 11

1. Tipo de estudio 11

2. Enfoque metodológico 11

3. Alcance de la investigación 11

4. Sujetos y fuentes de información 12

5. Técnicas e instrumentos de investigación 13

6. Alcances y limitaciones 13

TÍTULO II: MARCO TEÓRICO 15

CAPÍTULO I: EL MODELO DE CUSTODIA COMPARTIDA 15

1. La guarda y custodia 15

a. Concepto de patria potestad 15

b. Concepto de guarda y custodia 17

c. Tipos de guarda y custodia 18

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i. Custodia uniparental, unilateral, monoparental o exclusiva 19

ii. Custodia alternada 19

iii. Custodia compartida 20

2. Concepto de custodia compartida 21

a. Concepto y características 21

3. Modalidades de custodia compartida 25

a. Custodia compartida en función del tiempo 25

b. Custodia compartida en función del uso de la vivienda familiar 26

i. Permanencia de la persona menor de edad en la vivienda familiar 26

ii. Traslado de la persona menor de edad a la vivienda de sus personas

progenitoras 27

4. Principios aplicables a la custodia compartida 27

a. Interés superior del menor 28

i. Reconocimiento en la Convención sobre los Derechos del Niño 28

ii. Concepto 29

iii. Supremacía sobre cualquier otro interés particular 31

b. Principio de corresponsabilidad parental 32

c. Principio de igualdad de los progenitores 35

5. Ventajas y desventajas de la custodia compartida 36

6. Requisitos para la atribución de la custodia compartida y situaciones

en que debe excluirse 41

7. Derecho Comparado 46

a. España 47

i. Aragón 50

ii. Cataluña 53

iii. Navarra 55

b. Italia 57

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x

c. Francia 59

d. Suecia 62

e. Brasil 63

CAPÍTULO II: LA PENSIÓN ALIMENTARIA 65

1. Evolución normativa de los alimentos en Costa Rica 65

a. Código General de la República de Costa Rica de 1841 65

b. Decreto XIX del 12 de Julio de 1867 (Ley de la Vagancia) 66

c. Código Civil de 1888 67

d. Ley número 10 del 6 de Junio de 1916 67

e. Ley número 24 del 1 de junio de 1940 68

f. Ley número 1620 del 05 de septiembre de 1953 68

g. Código de Familia de 1973 70

h. Ley de Pensiones Alimentarias 71

i. Código de la Niñez y la Adolescencia 72

j. Otras normas que hacen referencia a los alimentos 73

2. Aspectos fundamentales de la pensión alimentaria 76

a. Concepto de alimentos 76

i. Alimentos en sentido gramatical 76

ii. Alimentos en sentido jurídico- legal 77

b. Concepto de obligación alimentaria 81

c. Naturaleza de la obligación alimentaria 84

d. Características de la obligación alimentaria 85

i. Perentoria 85

ii. Personalísima 86

iii. Irrenunciable 87

iv. Prioritaria 88

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xi

v. Divisible 89

vi. Proporcional 89

vii. Coercitiva 90

viii. Intransferible 90

ix. Intransigible 91

x. Inembargable 91

xi. Imprescriptible 91

xii. Incompensable 92

xiii. Variable 93

xiv. Recíproca 93

xv. De orden público 94

xvi. Periódicas 94

e. Principios del proceso alimentario 95

i. Gratuidad 95

ii. Oralidad 95

iii. Celeridad 96

iv. Oficiosidad 96

v. Verdad real 96

vi. Sencillez e informalidad 97

vii. Sumariedad 98

viii. Pro alimentario 98

f. Presupuestos de la obligación alimentaria 99

i. Parentesco o vínculo legal 99

1. Cónyuges 100

2. Unión de hecho 100

3. Personas progenitoras a sus hijos e hijas menores de edad o incapaces

y viceversa con excepción de las personas incapaces 101

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xii

4. Hermanos y hermanas 101

5. Abuelos y abuelas a nietos y nietas, bisabuelos y bisabuelas a bisnietos

y bisnietas y viceversa 101

ii. Las necesidades de la persona beneficiaria y las posibilidades de la

persona obligada 102

iii. Nivel de vida acostumbrado por la persona beneficiaria 103

iv. La directriz de responsabilidad en el cumplimiento de los deberes de

familia 103

g. Causales de exoneración o extinción de la obligación alimentaria 104

h. La obligación alimentaria en modelos de custodia compartida 106

TÍTULO III 113

CAPÍTULO I: ANÁLISIS DE RESULTADOS 113

1. Perfil profesional y laboral de las personas entrevistadas 113

a. Perfil profesional 113

b. Perfil laboral 114

2. Percepción del impacto del modelo de custodia compartida en la pensión

alimentaria 116

a. Categorización de la información 116

i. Implementación de la custodia compartida 116

ii. Incidencia de la custodia compartida en la pensión alimentaria 118

iii. Fijación de la pensión alimentaria en custodias compartidas 122

iv. Falta de presupuestos preestablecidos para fijar la cuota alimentaria

en custodias compartidas y su efecto en la decisión de la persona

juzgadora 126

b. Análisis de la información 128

i. Implementación de la custodia compartida 128

ii. Incidencia de la custodia compartida en la pensión alimentaria 130

iii. Fijación de la pensión alimentaria en custodias compartidas 132

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iv. Falta de presupuestos preestablecidos para fijar la cuota alimentaria

en custodias compartidas y su efecto en la decisión de la persona

juzgadora 137

TÍTULO IV 140

CAPÍTULO I: PROPUESTA DE REFORMA DE LEY 140

CONCLUSIONES 152

BIBLIOGRAFÍA 157

ANEXO 166

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RESUMEN

En la presente investigación se analiza el modelo de custodia compartida

a partir de su repercusión en otro ámbito de interés familiar, tal como lo es su

impacto en la fijación de la pensión alimentaria.

La importancia del tema en estudio se centra en que ambas figuras

jurídicas: la custodia compartida y la pensión alimentaria, en su individualidad

giran en torno a los derechos de los miembros de la familia, pero principalmente

entorno de los derechos de la persona menor de edad. Esta, por su condición de

vulnerabilidad, es la más perjudicada ante un conflicto en donde estén de por

medio ambas figuras jurídicas, como en el caso en que se deba tomar una

decisión sobre el establecimiento de la cuota alimentaria en una custodia

compartida.

Lo anterior representa un desafío para las personas aplicadoras del

derecho, ya que día con día, conforme la sociedad evoluciona, tienen la

responsabilidad de adaptarse a su ritmo y responsablemente ser capaces de dar

soluciones eficaces a los desafíos que se les presenten.

La hipótesis planteada en la investigación es la siguiente:

La implementación del modelo de custodia compartida incide

directamente en la fijación de la pensión alimentaria, debido a que cambia el

panorama previo a su establecimiento. Es por esta razón, que a las personas

aplicadoras del derecho les atañe la obligación de reflexionar sobre los derechos

que se encuentran en juego al momento de establecer la pensión alimentaria,

ya que de utilizarse única e inconscientemente parámetros propios del modelo

de custodia uniparental generaría efectos negativos como la fijación de cuotas

alimentarias desproporcionadas e injustas, mediante las cuales se afecte el

interés superior de la persona menor de edad y los derechos de las personas

obligadas alimentarias. Por ello, es necesario formular lineamientos básicos que

se puedan valorar al momento de fijar pensiones alimentarias en familias con

custodias compartidas.

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Para corroborar la hipótesis anterior, se formula el objetivo general de la

siguiente manera: Analizar el modelo de custodia compartida y su impacto en la

fijación de la pensión alimentaria.

La presente investigación se caracteriza por ser una investigación de tipo

aplicada, ya que se investiga una problemática real con la finalidad de aportar

soluciones al respecto. El enfoque metodológico de la investigación es

cualitativo, porque se aborda el tema, a partir del estudio de las generalidades

de la custodia compartida y la pensión alimentaria. El alcance es exploratorio y

explicativo, ya que al no existir a nivel nacional estudios previos sobre el tema,

se busca explicar de qué forma incide la custodia compartida en la pensión

alimentaria.

El desarrollo de la investigación se realizó a partir de la información

obtenida, a través de libros, Trabajos Finales de Graduación, revistas jurídicas,

páginas web, legislación, jurisprudencia, doctrina nacional e internacional y

Tratados Internacionales, relacionados con el tema en estudio. De igual manera

fue necesaria la intervención de personas juzgadoras en la rama del derecho de

familia y de pensiones alimentarias.

Entre las conclusiones más importantes a las que se llega están:

● La custodia compartida debe ser entendida en función del ejercicio

conjunto y responsable de las obligaciones de las personas progenitoras

hacia la persona menor de edad, desenvolviendo cada una de ellas un

papel activo en su desarrollo, sin importar la existencia o no de una

relación de pareja entre ambos.

● La implementación del modelo de custodia compartida incide en la

pensión alimentaria, de dos maneras: en una disminución de los procesos

de pensiones alimentarias y en el análisis que debe realizar la persona

juzgadora al momento de tomar una decisión sobre el establecimiento de

la cuota alimentaria, ante un escenario de custodia compartida.

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Ficha bibliográfica:

Arias Espinoza, Silvia Joset y Rojas Arguedas, Andrea. El modelo de custodia compartida y su impacto en la fijación de la pensión alimentaria: análisis de una relación indispensable. Tesis de Licenciatura en Derecho, Facultad de Derecho. Universidad de Costa Rica. Guanacaste, Costa Rica. 2018. xvi. 166.

Director: Eddy Rodríguez Chaves.

Palabras claves: Interés superior de la persona menor de edad, derecho de familia, custodia compartida, corresponsabilidad parental, derecho de alimentos, pensión alimentaria.

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TITULO I

CAPÍTULO I: INTRODUCCIÓN GENERAL

1. Justificación

Es importante tener presente que el Derecho como tal es producto de la

evolución de la sociedad y ha surgido con el fin de ser un medio por el cual se

pueda dar solución a los problemas sociales que se producen a partir de la

interacción entre los miembros de la sociedad. Sociedad y derecho deben ir de

la mano, ya que, conforme la sociedad avanza y plantea nuevos retos, el derecho

debe evolucionar para dar soluciones eficaces a las exigencias actuales.

El derecho de familia no ha estado ajeno a los cambios sociales, sino que

por el contrario, la familia, como base fundamental de la sociedad, ha estado en

constante evolución. Dicha evolución, se ha visto reflejada con el rompimiento

de la concepción del término tradicional de familia, en donde en un principio la

familia estaba conformada por la figura paterna, materna y sus hijos e hijas y su

convivencia en un mismo techo. Actualmente, existen familias al mando de

madres solteras, otras en donde priva la ausencia de la figura materna y familias

que se mantienen a pesar de la ruptura de la relación de pareja, ya que los

vínculos entre las personas progenitoras y sus hijos e hijas no deben verse

afectados por la separación de sus personas progenitoras.

Esta constante evolución ha requerido la adecuación del sistema judicial

a la realidad social presente, en donde a nivel familiar ha sido necesaria la

implementación de modelos de custodia que vayan acorde con las

manifestaciones particulares de la familia; de ahí han surgido los modelos de

custodia uniparental, alternada y últimamente la custodia compartida.

El estudio del modelo de custodia compartida y su impacto en la pensión

alimentaria, resulta indispensable, ya que pone en evidencia, una vez más, que

el derecho no nació para permanecer estático en el tiempo, sino que su eficacia

depende de su capacidad para evolucionar al ritmo que lo hace la sociedad. Esto,

a su vez, representa un reto para las personas aplicadoras del derecho, pues

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cada día se requiere mayor pensamiento crítico y gran capacidad de análisis

para hacer frente a los desafíos que nos presenta una sociedad que avanza a

gran escala.

Ante la ausencia de regulación específica al respecto y de juristas

nacionales que aborden ambas figuras en conjunto, es que resulta indispensable

el análisis del modelo de custodia compartida y su impacto en la fijación de la

cuota alimentaria.

La importancia de la investigación se presenta, asimismo, en cuanto a los

elementos personales de las investigadoras, ya que como futuras aplicadoras

jurídicas es nuestra responsabilidad impulsar el pensamiento crítico, mediante

un espacio con el que se pueda concientizar tanto a las personas estudiantes

como a las personas aplicadoras del Derecho, acerca de las problemáticas que

aquejan a la sociedad. Son realidades que ameritan ser sacadas a discusión a

efectos de proponer soluciones viables y eficaces que contribuyan a fortalecer el

sistema judicial, en aras de garantizar los derechos de las personas que forman

parte de los procesos judiciales.

2. Problema de investigación

¿Cuál es el impacto que genera el modelo de custodia compartida, en la fijación

de la pensión alimentaria?

3. Hipótesis

La implementación del modelo de custodia compartida incide

directamente en la fijación de la pensión alimentaria, debido a que cambia el

panorama previo a su establecimiento. Es por esta razón, que a las personas

aplicadoras del derecho les atañe la obligación de reflexionar sobre los derechos

que se encuentran en juego al momento de establecer la pensión alimentaria,

ya que de utilizarse única e inconscientemente parámetros propios del modelo

de custodia uniparental, generaría efectos negativos como la fijación de cuotas

alimentarias desproporcionadas e injustas, mediante las cuales se afecte el

interés superior de la persona menor de edad y los derechos de las personas

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obligadas alimentarias. Por ello, es necesario formular lineamientos básicos que

se puedan valorar al momento de fijar pensiones alimentarias en familias con

custodias compartidas.

4. Objetivos

a. Objetivo general

Analizar el modelo de custodia compartida y su impacto en la fijación de la

pensión alimentaria.

b. Objetivos específicos

1- Explicar el modelo de custodia compartida a partir del trato que se le ha

dado en el derecho comparado.

2- Exponer la evolución jurídica de la figura de la pensión alimentaria en

Costa Rica, con base en la doctrina, legislación y jurisprudencia nacional.

3- Identificar los efectos que genera el modelo de custodia compartida en la

pensión alimentaria.

4- Proponer una reforma de ley que contemple el modelo de custodia

compartida y que incluya los parámetros esenciales que deben valorarse

al fijar una pensión alimentaria en estos casos.

5. Estado de la cuestión

En Costa Rica, la importancia que se le ha dado a la materia del derecho

de alimentos es evidente, puesto que es un tema que se encuentra regulado en

la mayoría de los códigos costarricenses. Al menos cada uno de ellos contiene

un artículo que plasma la protección que debe dársele a dicho derecho; esto

evidencia que el derecho de alimentos es un tema que repercute en las distintas

ramas del derecho. A pesar de que la regulación de la pensión alimentaria es

abundante, el tema de pensiones alimentarias en custodias compartidas no ha

sido regulado, así como tampoco existen estudios sobre el tema directamente.

El modelo de custodia compartida adquiere gran importancia en Costa

Rica por el principio de corresponsabilidad parental y el interés superior de la

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persona menor de edad establecido en el artículo 137 del Código de Familia. En

este mismo cuerpo normativo, se hace mención general a la obligación de padres

y madres de velar por el bienestar de sus hijos e hijas; se reconoce en el artículo

2, el principio de igualdad entre las personas progenitoras, en el que se hace

mención a que ambos progenitores tienen para con sus hijos e hijas, tanto

derechos como obligaciones. Sin embargo, se debe tener presente que la

custodia compartida no ha sido abordada por la doctrina nacional y, a pesar de

su importancia en el resguardo del interés superior de la persona menor de edad,

no se encuentra regulada expresamente en la legislación familiar.

En el ámbito internacional existen instrumentos que resguardan el modelo

de custodia compartida por la protección que le brindan a la persona menor de

edad, como lo es la Convención sobre los Derechos del Niño. Esta, en su artículo

18.1, hace referencia a que padre y madre poseen responsabilidades con sus

hijos e hijas y tienen el deber de cumplir con su crianza y su desarrollo y que los

Estados partes deben procurar proteger el interés superior de la persona menor

de edad; este último establecido en el artículo 3 de dicha convención. Por ello,

se reconoce la importancia de la custodia compartida en la rama del derecho de

familia. De igual forma, la misma convención en el artículo 27 dispone que las

personas menores de edad tienen el derecho a un nivel de vida adecuado para

su desarrollo y es a sus padres y madres o personas encargadas a quienes les

corresponde el deber de proporcionar las condiciones requeridas para

garantizarlo, según su capacidad económica, debiendo asegurarse el pago a la

pensión alimentaria para las personas menores de edad.

Aunque en nuestro país la custodia compartida no ha sido abordada

jurídica ni legislativamente, en el ámbito internacional sí se ha reconocido la

importancia de la misma por sus efectos en demás aspectos de índole familiar,

dando lugar a debates jurídicos, investigaciones doctrinales e incluso a reformas

de ley para regular esta figura. Por lo que algunos de los estudios más recientes

relacionados con el objeto de estudio son los siguientes:

María de Montserrat Pérez Contreras, en el artículo Reflexiones en torno

a la custodia de los hijos. La custodia compartida y las reformas de 2004, del año

2006, estudia la custodia compartida, al establecer los criterios para decidir

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cuándo es apropiada y examina el interés superior de la persona menor de edad.

Indica que este es el fundamento por considerar, cuando se va a acordar

cualquier tipo de custodia de los hijos e hijas menores y asimismo hace mención

a los criterios para conceder la custodia. Concluye realizando un análisis sobre

la regulación de la custodia compartida en el derecho mexicano e indica que la

regulación sobre las causales de pérdida de la patria potestad, es clara, pero no

así la de la custodia compartida; por ello señala que se está en presencia de una

regulación dispersa y ambigua.1

Aída Kemelmajer de Carlucci, en el artículo La guarda compartida una

visión comparativa, realiza un análisis comparativo de tres legislaciones que se

han adaptado a las nuevas realidades sociales; menciona regulación expresa

sobre custodia compartida dentro del Ordenamiento Jurídico de España, Italia y

Brasil. En el caso de España hace mención a la reforma del artículo 92 del

Código Civil, realizada en el año 2005. A Italia lo aborda a partir de la Ley 54,

emitida el 8 de febrero del 2006, que entró en vigencia el 16 de marzo del 2006,

la cual modifica el artículo 155 y agrega los artículos 155 bis, 155 ter, 155 quater,

155 quinto y 155 sexto. Analiza la legislación de Brasil de junio del 2008 en la

que se regula lo atinente a la guarda de los hijos e hijas en dos artículos

específicos. Además del análisis a las tres legislaciones indicadas, menciona

que en el derecho argentino no existe regulación sobre custodia compartida; sin

embargo, indica una serie de sentencias que han emitido criterios sobre su

implementación.2

En España, el estudio de esta realidad social, ha sido abundante. Joel

Harry Clavijo Suntura, en su tesis El interés del menor en la custodia compartida,

del año 2008, expone los antecedentes de la custodia compartida, su regulación,

generalidades y hace un resumen del interés superior de la persona menor de

1 María de Montserrat Pérez Contreras. Reflexiones en torno a la custodia de los hijos. La

custodia compartida y las reformas de 2004. Distrito Federal, México. 2006. Disponible en: http://www.redalyc.org/pdf/427/42711608.pdf Accesado el 5 de abril del 2017. 2 Aída Kemelmajer de Carlucci. La guarda compartida una visión comparativa. 2012. Disponible

en: https://www.google.com/url?sa=t&rct=j&q=&esrc=s&source=web&cd=2&cad=rja&uact=8&ved=0ahUKEwjhh6njv5XTAhVHbiYKHQm-BH8QFgggMAE&url=https%3A%2F%2Frevistas-colaboracion.juridicas.unam.mx%2Findex.php%2Fderecho-privado-ns%2Farticle%2Fdownload%2F7254%2F6533&usg=AFQjCNFr74n7G7f54WkF5i3fRM3-O57hcQ&sig2=QCNKiu1XNMHDb8HIWxnSOw Accesado el 5 de abril del 2017.

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edad y la forma en que este interés debe tomarse en cuenta como regla para

definir la custodia compartida. Concluye, al indicar que la guarda debe ser

ejercida de manera compartida para garantizar el principio de igualdad de los

progenitores y que la custodia compartida se caracteriza porque las personas

progenitoras se alternan en el cuido y convivencia de las personas menores de

edad en igualdad de derechos y deberes. Así mismo, señala que la mejor manera

de establecer la custodia compartida es a través del acuerdo de las personas

progenitoras y que el interés superior de la persona menor de edad debe

prevalecer como criterio de atribución para establecer la custodia compartida,

entre otras.3

Marta Iglesias Reina, en Custodia compartida y vivienda familiar, aborda

aspectos generales de la custodia compartida, su regulación y sus efectos en la

vivienda familiar. En sus conclusiones señala que la custodia compartida no

implica un reparto igualitario de tiempos entre las personas progenitoras, en

relación con sus hijos e hijas, sino un ejercicio responsable y compartido de los

deberes derivados de la custodia. Indica asimismo, que el legislador no es

consciente de la complejidad de la puesta en marcha de la custodia compartida,

en cuanto a vivienda se refiere, ya que las implicaciones económicas en cuanto

a la disponibilidad de dos o tres viviendas y a la cercanía entre estas, son

grandes. A la vez que, dependiendo de la modalidad que se escoja, puede verse

alterada y perjudicada la estabilidad emocional de la persona menor de edad.4

Beatriz Morera Villar, en su tesis doctoral Guarda y custodia compartida,

abarca la relación de la custodia compartida con la patria potestad,

generalidades, régimen legal, vivienda y gastos, interés superior de la persona

menor, mediación familiar; concluye diciendo que la regulación española sobre

custodia compartida es incompleta, ya que se prevé la posibilidad de una guarda

3 Joel Harry Clavijo Suntura. El interés del menor en la custodia compartida. Tesis Doctoral.

Universidad de Salamanca. Salamanca, España. 2008. Disponible en: https://gredos.usal.es/jspui/bitstream/10366/18496/1/DDP_Interes%20menor%20custodia%20compartida.pdf Accesado el 5 de abril del 2017.

4 Marta Iglesias Reina. Custodia compartida y vivienda familiar. Máster universitario en Derecho

Privado. Universidad Complutense de Madrid. 2013. Disponible en: http://eprints.ucm.es/23560/1/TFM_CUSTODIA_COMPARTIDA_Y_VIVIENDA_FAMILIAR._MARTA_IGLESIAS_REINA..pdf Accesado el 5 de abril del 2017.

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y custodia compartida, si las personas progenitoras estuviesen de acuerdo; sin

embargo, no se dice nada sobre su concepto, formas en que se debería ejercer,

requisitos, etcétera. Afirma que la custodia compartida aún no encuentra

sustento normativo efectivo en la legislación española. Señala que la efectividad

de la custodia compartida para garantizar el interés superior de la persona menor

de edad, va a depender del caso concreto; por ello, no se debe decir que deba

prevalecer sobre algún otro modelo de custodia, ya que ningún tipo de guarda o

custodia es ideal para todos los casos. 5

Fabiola Meco Tébar, en el artículo La cuantificación y distribución de la

pensión alimentaria en el régimen de custodia compartida, hace mención a

criterios legales y jurisprudenciales para la cuantificación y distribución de la

pensión, gastos ordinarios y extraordinarios y formas de satisfacción de la

pensión alimentaria. Señala que no existen reglas expresas ni inmutables para

la fijación de la pensión alimentaria en custodias compartidas, sino que van

surgiendo a partir de los casos que son presentados al sistema judicial. Señala

que las personas operadoras jurídicas tienen un papel muy importante al

momento de intervenir en las crisis de pareja, ya que generan estrategias de

actuación concretas y adecuadas, con las que se puede reducir el impacto de la

crisis en los hijos e hijas menores de edad.6

Gloria Sánchez Martínez-Junquera, en su trabajo de fin de Máster La

guarda y custodia compartida y su análisis práctico, hace mención a

generalidades de la custodia compartida, presupuestos de atribución, casos de

no atribución, entre otros. Estudio a través del cual concluye que para que el

sistema de custodia compartida sea eficiente, es necesario que padre y madre

colaboren entre sí para el beneficio de sus hijos e hijas y que a pesar de que se

considera a la custodia compartida como el sistema preferente, en la práctica su

5 Beatriz Morera Villar. Guarda y custodia compartida. Tesis Doctoral. Universidad de Valencia.

Valencia. 2014. Disponible en: http://roderic.uv.es/bitstream/handle/10550/36023/Beatriz%20Morera%20Villar_Tesis%20Doctoral_Guarda%20y%20Custodia%20Conmpartida_Enero%202014.pdf?sequence=1&isAllowed=y . Accesado el 5 de abril del 2017. 6 Fabiola Meco Tébar. La cuantificación y distribución de la pensión alimenticia en el régimen de

custodia compartida. 2015. Disponible en: http://idibe.org/wp-content/uploads/2013/09/5.-Fabiola-Meco.pdf Accesado el 5 de abril del 2017.

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implementación no es la deseada, ya que se sigue optando por la custodia

exclusiva.7

A partir de estos estudios es posible evidenciar que el derecho español se

ha preocupado por abordar una realidad social que exige cambios en el sistema

judicial, por lo que se ha encaminado en el estudio del modelo de custodia

compartida, al reconocer que su implementación práctica genera grandes retos

para las personas aplicadoras del derecho.

Kleber Iván Suin Cajamarca, en “La tenencia compartida: solución o

conflicto”, analiza la regulación de la tenencia compartida en el Ordenamiento

Jurídico de Ecuador. Abarca aspectos como el daño psicológico en los niños y

niñas, principios, formas de tenencia, aspectos por tomar en cuenta al fijar la

tenencia, análisis legislativo, etcétera. Se concluye que luego de la separación

de la pareja surgen conflictos en torno a la tenencia de los hijos e hijas y que con

el objeto de proteger a las personas menores de edad, la tenencia compartida

es la mejor opción para no causarles daño y para garantizar la igualdad de

derechos y obligaciones entre las personas progenitoras.8

De los estudios mencionados se desprende que en el ámbito internacional

se le ha prestado mayor atención a la custodia compartida y sus efectos en

distintos aspectos de índole familiar; esto ha dado lugar a su mayor abordaje

doctrinal. A pesar de que no existen estudios específicos sobre sus efectos en la

pensión alimentaria, los estudios realizados reconocen la complejidad de esta

figura al influir en aspectos como vivienda familiar y gastos; por lo que se saca a

la luz que la custodia compartida debe ser estudiada detalladamente.

7 Gloria Sánchez Martínez-Junquera. La guarda y custodia compartida y su análisis práctico.

Trabajo de Fin de Máster de la Abogacía. Universidad de Oviedo. España. 2016. Disponible en: http://digibuo.uniovi.es/dspace/bitstream/10651/34763/6/TFM_SanchezMartinezJunquera.pdf . Accesado el 5 de abril del 2017. 8 Kleber Iván Suin Cajamarca. “La tenencia compartida: solución o conflicto”. Universidad de

Cuenca. Cuenca, Ecuador. 2016. Disponible en: http://dspace.ucuenca.edu.ec/bitstream/123456789/23668/1/tesis.pdf Accesado el 5 de abril del 2017.

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6. Estructura de la investigación

La investigación se encuentra conformada por cuatro títulos, el primero

contiene dos capítulos, el segundo dos capítulos, el tercero un capítulo y el

cuarto un capítulo.

El título primero incluye en el capítulo primero la introducción general, la

justificación, el problema de investigación, la hipótesis, el objetivo general, los

objetivos específicos, el estado de la cuestión y la manera en la que está

estructurada la investigación. El capítulo segundo contiene el marco

metodológico, específicamente el tipo de estudio, el enfoque metodológico, el

alcance de la investigación, los sujetos y las fuentes de información, las técnicas

e instrumentos de investigación y los alcances y las limitaciones.

En el título segundo se encuentra el marco teórico, el cual incorpora en el

capítulo primero el modelo de custodia compartida; se desarrolla la guarda y la

custodia, el concepto y las características de la custodia compartida, las

modalidades, los principios, las ventajas y las desventajas de su implementación,

los requisitos para su atribución y cuándo debe excluirse; además, se exponen

distintas legislaciones para mostrar el trato que ha recibido la custodia

compartida en el derecho comparado.

En el capítulo segundo, se desarrolla el tema de la pensión alimentaria, al

explicar la evolución normativa que ha tenido la materia alimentaria en Costa

Rica, los aspectos fundamentales de la pensión alimentaria como el concepto de

alimentos y de la obligación alimentaria, la naturaleza jurídica, las características,

los principios que rige el proceso alimentario, los presupuestos, las causales de

exoneración o extinción y el contenido de la obligación alimentaria en modelos

de custodia compartida.

En el título tercero, en su capítulo primero, se encuentra el perfil

profesional y laboral de las personas entrevistadas y el análisis de los resultados

adquiridos con las entrevistas realizadas, para determinar cuáles son los efectos

generados por la custodia compartida en la pensión alimentaria.

En el título cuarto, en su capítulo primero, se incorpora la propuesta de

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reforma de ley.

Finalmente, se encuentran las conclusiones de la investigación realizada.

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CAPÍTULO II: MARCO METODOLÓGICO

1. Tipo de estudio

El tipo de estudio seleccionado es una investigación aplicada, que según

Rodrigo Barrantes Echavarría, “su finalidad es la solución de problemas

prácticos para transformar las condiciones de un hecho que nos preocupa. El

propósito fundamental no es aportar al conocimiento teórico”.9

Es una investigación de tipo aplicada porque se investiga una

problemática real, para aportar soluciones y subsanar un vacío legal respecto a

la ausencia de lineamientos para asignar una pensión alimentaria en familias con

modelos de custodia compartida, por lo que la investigación tiene una finalidad

práctica de aplicación para la rama del Derecho de Familia.

2. Enfoque metodológico

El enfoque de la investigación es cualitativa, según Rodrigo Barrantes

Echavarría, este enfoque “estudia los significados de las acciones humanas y de

la vida social... Su interés se centra en el descubrimiento del conocimiento. Los

datos se tratan, generalmente, de manera explicativa”.10

Está enfocado en la investigación cualitativa porque se estudia sobre la

custodia compartida y la pensión alimentaria, se utiliza información escrita de

distintas fuentes y se examina doctrina, legislación y jurisprudencia para abordar

el objeto de estudio, realizar su respectivo análisis y dar respuesta a necesidades

reales.

3. Alcance de la investigación

El alcance de la investigación es explicativo, el cual según Rodrigo

9 Rodrigo Barrantes Echavarría. Investigación: Un camino al conocimiento. Un enfoque

cualitativo, cuantitativo y mixto. (Edición 2, Editorial Universidad Estatal a Distancia, San José, Costa Rica, 2013). 86. 10 Rodrigo Barrantes Echavarría. Investigación: Un camino al conocimiento. Un enfoque

cualitativo, cuantitativo y mixto. 87.

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Barrantes Echavarría, “explica los fenómenos y el estudio de sus relaciones para

conocer su estructura y los aspectos que intervienen en su dinámica”11, en este

caso se estudia el impacto que tiene la custodia compartida en la pensión

alimentaria. Asimismo, la investigación tiene un alcance exploratorio, que según

el mismo autor “se realiza para obtener un primer conocimiento de una situación,

a fin de ejecutar una posterior más profunda, por eso, tiene un carácter

provisional. Por lo general es descriptiva, pero puede llegar a ser explicativa”12,

en este caso no existen a nivel nacional estudios previos respecto al tema, que

es en específico una innovación.

4. Sujetos y fuentes de información

Para el desarrollo de la investigación se requirió la intervención de algunos

sujetos participantes, que fueron seleccionados bajo el criterio de inclusión

puesto que los sujetos deben presentar ciertas características relevantes en el

estudio como lo son ser personas juzgadoras de los Juzgados de Familia y de

los Juzgados de Pensiones Alimentarias y presentar una experiencia mínima de

cinco años en materia alimentaria.

Se selecciona una muestra de un sector de la población que es de tipo

no probabilístico intencional, ya que es fundamental tener la presencia de sujetos

específicos, de acuerdo con los objetivos formulados, que cumplan con las

condiciones requeridas como lo es la experiencia en el tema y tener la condición

de persona juzgadora.

Además de la obtención de información por medio de los sujetos

participantes, se utilizan fuentes de información como libros de texto, Trabajos

Finales de Graduación, investigaciones, artículos de revistas jurídicas, páginas

web, entrevistas, jurisprudencia, legislación y doctrina nacional e internacional.

11 Rodrigo Barrantes Echavarría. Investigación: Un camino al conocimiento. Un enfoque

cualitativo, cuantitativo y mixto. 87. 12 Rodrigo Barrantes Echavarría. Investigación: Un camino al conocimiento. Un enfoque

cualitativo, cuantitativo y mixto. 87.

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5. Técnicas e instrumentos de investigación

Los instrumentos de investigación que se utilizaron fue la recolección de

bibliografía, a través de libros, Trabajos Finales de Graduación, revistas

jurídicas, páginas web, legislación, jurisprudencia y doctrina nacional e

internacional que hayan implementado el tema y Tratados Internacionales

relacionados.

De forma inicial, se recopilaron revistas jurídicas internacionales referidas

a estudios realizados sobre la custodia compartida y doctrina; esto para estudiar

la concepción del modelo de custodia compartida en general y diferenciarlo de

otros tipos de custodia. Además, se revisó el derecho comparado para conocer

la forma en que se regula el tema en otros países.

De igual forma, se revisó doctrina nacional que hace referencia a estudios

sobre la pensión alimentaria, para estudiar la evolución jurídica de dicha figura

en el país hasta la actualidad, al tomar en cuenta la legislación y la jurisprudencia

nacional. Asimismo, se realiza la consulta de jurisprudencia nacional para revisar

la forma en que se han fijado en la actualidad las pensiones alimentarias y los

parámetros que evalúan las personas juzgadoras para fijar una pensión

alimentaria.

Finalmente, se realizaron entrevistas a personas juzgadoras en la rama

del derecho de familia y de pensiones alimentarias por tener amplio conocimiento

en el tema a raíz de su experiencia laboral. Se llevó a cabo por medio de una

técnica de entrevista semiestructurada, a partir de la cual fuera posible indagar

más profundamente sobre el objeto de estudio.

6. Alcances y limitaciones

Dentro de los alcances obtenidos, a través de esta investigación, se

encuentra que a partir del estudio del modelo de custodia compartida en el

ámbito internacional y del trato que ha tenido la pensión alimentaria a nivel

nacional, se logra evidenciar que en nuestro país hasta la fecha no se le ha dado

la importancia debida al estudio y regulación de ambas figuras jurídicas. Así

mismo, se logra evidenciar que existe relación entre el modelo de custodia

compartida y la figura de la pensión alimentaria, ya que la custodia compartida

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es un factor determinante al momento de establecer la cuota alimentaria.

Dentro de las limitaciones que presentó la investigación, se encuentra que

siendo indispensable la revisión de expedientes judiciales, no fue posible

realizarlo, ya que de los juzgados en los cuales se indaga al respecto, solamente

en uno de ellos se conoció de un proceso relacionado con el tema de estudio.

Esto indica que existe una falta de judicialización de casos sobre custodias

compartidas, lo que a su vez genera la inexistencia de un registro que pudiese

ser consultado para la investigación.

Debe mencionarse la ausencia de jurisprudencia nacional en cuanto a la

custodia compartida en general y sobre la fijación de la pensión alimentaria en

estos casos y las insuficientes fuentes bibliográficas a nivel nacional, respecto a

estudios sobre el enfoque dado al tema; esto es sobre los efectos que tiene la

custodia compartida en la fijación de una pensión alimentaria.

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TITULO II: MARCO TEÓRICO

CAPÍTULO I: EL MODELO DE CUSTODIA COMPARTIDA

Este apartado se dedica a la investigación de las generalidades del

modelo de custodia compartida para explicar su concepción y mostrar el trato

que ha recibido en el derecho comparado. Previo a iniciar con el desarrollo de la

custodia compartida, es indispensable explicar la diferencia entre patria potestad

y guarda y custodia, conceptos de donde se deriva la custodia compartida.

1. La guarda y custodia

a. Concepto de patria potestad

En el Código de Familia costarricense se regula la patria potestad en los

artículos 140 al 163. El código indica lo que abarca el contenido de la patria

potestad. El artículo 140, hace referencia a que “compete a los padres regir a los

hijos, protegerlos, administrar sus bienes y representarlos legalmente”. El

artículo 143 señala que “la autoridad parental confiere los derechos e impone los

deberes de orientar, educar, cuidar, vigilar y disciplinar a los hijos y las hijas”. El

artículo 145 indica: “La patria potestad comprende el derecho y la obligación de

administrar los bienes del hijo menor”.13

El código no es omiso en regular este tema, puesto que incluye los

preceptos jurídicos de la patria potestad sobre los hijos e hijas nacidos dentro y

fuera del matrimonio y las razones por las cuales esta puede terminar y

suspenderse. Los derechos y deberes que implica son irrenunciables y les

corresponde a las personas progenitoras su cumplimiento.

Es importante destacar la forma cómo ha definido el Tribunal de Familia,

la patria potestad:

“La patria potestad es definido como el conjunto de deberes y derechos que

corresponde a los padres sobre las personas y bienes de los hijos para su

13 Código de Familia. N° 5476. 1973. República de Costa Rica. Artículos 140, 143 y 145.

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protección y formación integral, desde la concepción, durante su minoridad y

hasta su emancipación. Se distinguen como aspectos importantes a tomar en

cuenta, para esta resolución, la titularidad y el ejercicio. La titularidad es la

condición de destinatario de aquellos derechos y deberes que corresponden al

sujeto que tiene autoridad parental sobre los hijos; es intransferible, irrenunciable

e indivisible, los titulares conjuntos -casos de padre y madre con esa autoridad-

no tienen "partes" de este derecho, de ahí su indivisibilidad. El ejercicio en

cambio es la facultad de actuar concretamente en virtud de esos derechos, y a

diferencia de la titularidad, éste si puede correspon­der por separado a uno o al

otro, o bien a ambos progenitores. El ejercicio se traduce en la ejecución de

atributos derivados de la autoridad parental como la guarda, crianza y educación,

entre otros”.14

Para Victoria Quintana Martín la patria potestad:

“se define, en su noción amplia, como un conjunto de derechos y deberes que

se desenvuelven tanto en el ámbito personal como patrimonial, derivados de la

relación filial entre los progenitores y el menor, es decir, un conjunto de

potestades conferidas por ley que se ejercitan siempre sobre la persona y los

bienes del menor no emancipado y en beneficio del mismo, por quienes son sus

titulares, siendo éstos los progenitores del menor, con el objetivo de asegurar el

cumplimiento de las cargas que les corresponden con respecto al desarrollo,

sostenimiento y educación, así como al resto de las obligaciones que se originan

en la vida diaria de los menores”.15

Gloria Sánchez Martínez Junquera, estima que “esta institución es una

“potestad”, en cuanto se trata de poderes que el ordenamiento jurídico concede

o reconoce a los progenitores para que los ejerciten precisamente en beneficio

de los hijos y no atendiendo a los propios intereses”.16

14 Tribunal de Familia. Sentencia número 142-02 de las 9 horas y 30 minutos del 6 de febrero del

2002. 15 Victoria Quintana Martín. “La Guarda y Custodia Compartida”. Grado en Derecho. Universidad

de La Laguna. España. 2015. 6. Disponible en: https://riull.ull.es/xmlui/bitstream/handle/915/1360/La%20guarda%20y%20custodia%20compartida.pdf?sequence=1 Accesado el 13 de junio del 2017. 16 Gloria Sánchez Martínez Junquera. La guarda y custodia compartida y su análisis práctico. 4.

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17

Independientemente de la definición que se le otorgue a la patria potestad,

lo importante es tener presente que esta comprende tanto derechos como

deberes de las personas progenitoras hacia sus hijos e hijas tal y como se indica

en el artículo 143 del Código de Familia, citado en párrafos anteriores.

La patria potestad es importante en la vida de las personas menores de

edad porque debe ser ejercida para su bienestar, para darles un cuido adecuado

y la protección necesaria por ser personas que aún no poseen la capacidad para

tomar sus propias decisiones ni para ser independientes económicamente.

Necesitan desarrollar su infancia de una manera sana y apropiada donde se

respeten sus derechos y tengan un pleno desarrollo integral en los distintos

ámbitos que los involucren, como lo es la educación y la salud. De la patria

potestad se deriva la guarda y custodia, concepto que se definirá a continuación.

b. Concepto de guarda y custodia

Tal y como se indicó en el apartado anterior, existe una relación directa

entre la patria potestad y la guarda y custodia de las personas menores de edad,

la cual deriva de que dentro de los deberes que forman parte de la patria potestad

se encuentra el de cuidar y vigilar a las personas menores de edad, que es el

que se identifica con la guarda y custodia de los hijos e hijas. Dicha labor de

cuido y vigilancia es ejercida conjuntamente mientras las personas progenitoras

se encuentren conviviendo entre sí. Sin embargo, con el cese de la convivencia

de las personas progenitoras resulta imposible la permanencia de los hijos e hijas

con ambas, por lo que ante la separación de las personas progenitoras también

se separa la noción de guarda y custodia de la patria potestad.17

La guarda y custodia existe cuando las personas progenitoras conviven

normalmente. Lo que sucede es que se encuentra subsumida en la generalidad

de deberes y derechos que forman parte de la patria potestad; de ahí que

solamente se aprecie la estructura superior y carezca de sentido plantearse la

individualización de la guarda y custodia. Por ello, en este sentido se debe tener

17 Martina Cleries Teruel. La custodia compartida. Trabajo Final de Grado en Derecho.

Universidad Cardenal Herrera-CEU. 2014. 8. Disponible en: http://dspace.ceu.es/bitstream/10637/6366/1/La%20custodia%20compartida_TFG_Martina%20Cleries%20Teruel.pdf Accesado el 16 de junio del 2017.

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presente que patria potestad y guarda y custodia no son la misma cosa, pues

entre ellas existe la relación del todo a la parte18, en donde el todo corresponde

a la titularidad de la patria potestad y su ejercicio, mientras que la custodia

constituye uno de los deberes que forman parte de la patria potestad, por lo que

es una parte del contenido de la patria potestad.

Cuando las personas progenitoras viven juntos y se relacionan con

normalidad, la guarda y custodia de los hijos e hijas se encuentra inmersa en la

patria potestad que es ejercida conjuntamente por ambas, de forma dual y

compartida. Sin embargo, en situaciones distintas a la de la convivencia normal

de las personas progenitoras, la guarda y custodia comprenderá aquellas

funciones de la patria potestad que requieran la convivencia (cuidado y

compañía) con los hijos e hijas, al ejercer una parte de las funciones

encomendadas en la patria potestad.19

Sobre el contenido propiamente de la guarda y custodia de las personas

menores de edad se debe entender que la guarda y custodia consiste en una

situación de convivencia mantenida entre una persona menor de edad y su

progenitor o sus dos progenitores, que tiene por objeto el cuidado, educación y

formación integral de aquel por parte de este o estos.20 Se constituye de esta

forma, tanto en un derecho de las personas progenitoras a convivir con sus hijos

e hijas como en un deber de estas a involucrarse en el desarrollo de las personas

menores de edad y contribuir en su cuido y protección.

c. Tipos de guarda y custodia

Durante la relación de pareja, la custodia de los hijos e hijas es ejercida

por ambas personas progenitoras; sin embargo, una vez que la relación se da

por concluida, la custodia de las personas menores de edad se puede ver

18 Luis Felipe Ragel Sánchez. La guardia y custodia de los hijos. 2001. 284-285. Disponible en:

https://www.google.com/url?sa=t&rct=j&q=&esrc=s&source=web&cd=1&cad=rja&uact=8&ved=0ahUKEwjQjL_Hm_DUAhULNT4KHc6_Dj8QFggiMAA&url=https%3A%2F%2Fdialnet.unirioja.es%2Fdescarga%2Farticulo%2F229886.pdf&usg=AFQjCNEWZxo9buYrchl4-no1mqouBn9Edg Accesado el 16 de junio del 2017. 19 Emilia Fernández-Luna Abellán. Custodia compartida y protección jurídica del menor. Tesis

Doctoral. Universidad Complutense de Madrid. Madrid, España. 2017. 41-42. Disponible en: http://eprints.ucm.es/41057/1/T38334.pdf Accesado el 16 de junio del 2017. 20 Emilia Fernández-Luna Abellán. Custodia compartida y protección jurídica del menor. 38.

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afectada y se da lugar a diferentes modalidades de custodia. La custodia

uniparental, la custodia alternada y últimamente la custodia compartida, son las

implementadas en el sistema jurídico costarricense.

i. Custodia uniparental, unilateral, monoparental o exclusiva

Se presenta cuando la custodia de la persona menor de edad es asignada

a una sola de sus personas progenitoras. María José Catalán et al, la define

como aquella dada “a favor de uno de los progenitores: es la forma de custodia

más frecuente adoptada por los tribunales en los procesos en los que no hay

mutuo acuerdo. Implica la atribución de la custodia a uno de los padres y un

régimen de visitas a favor del otro”.21

A pesar de que la custodia exclusiva ha sido la mayormente

implementada, tras la separación de pareja, esta no garantiza una convivencia

igualitaria de las personas progenitoras con sus hijos e hijas. Esto, por cuanto la

convivencia habitual y directa la conserva exclusivamente la persona

progenitora, a quien se le otorga la custodia exclusiva, quien en la mayoría de

los casos suele ser la madre. A pesar de que la custodia exclusiva puede ser

asignada tanto al padre como a la madre, en la práctica las resoluciones

judiciales suelen inclinarse a favor de la segunda. Esta situación evidencia un

alto grado de desigualdad entre las personas progenitoras, principalmente en la

figura del padre, a quien en la mayoría de los casos se le limita su derecho a

compartir con su hijo o hija, al estar condicionado a un régimen de visitas. Esto

genera a la vez un perjuicio para las personas menores de edad, quienes no

deberían verse afectadas por los conflictos entre sus personas progenitoras.

ii. Custodia alternada

Se caracteriza por la asignación de la custodia de manera proporcional a

ambas personas progenitoras durante ciertos períodos de tiempo, en los que la

persona menor de edad compartirá con cada una de ellas durante un tiempo

21María José Catalán, et al. La custodia compartida: concepto, extensión y bondad de su puesta

en escena. Debate entre psicología y derecho. Madrid, España. 2007. 134. Disponible en: http://www.redalyc.org/pdf/3150/315024768008.pdf Accesado el 17 de junio del 2017.

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20

determinado, mientras la otra persona progenitora podrá compartir con su hijo o

hija por medio de un régimen de interrelación familiar.

La atribución de este régimen de custodia implica que la persona

progenitora durante el espacio de tiempo que custodie a la persona menor de

edad, está obligada a ejercer parte de las facultades y obligaciones de la patria

potestad22; por ello debe velar por el cuidado personal de la persona menor de

edad.

La custodia alternada fomenta la convivencia entre las personas

progenitoras con sus hijos e hijas de una forma más equitativa, en relación con

la custodia exclusiva. Sin embargo, equiparar el tiempo en que ambas personas

progenitoras comparten con las personas menores de edad, no significa que las

relaciones paterno y materno filiales, se mantengan intactas, ya que la

convivencia con una de sus personas progenitoras siempre se encontrará

limitada al régimen de interrelación familiar.

iii. Custodia compartida

A diferencia de la custodia exclusiva y alternada, en la que la convivencia

entre las personas progenitoras con sus hijos e hijas se circunscribe a la

permanencia de la persona menor de edad con una sola de sus personas

progenitoras y su derecho a poder compartir con la otra por medio de un régimen

de visitas. La custodia compartida plantea, por el contrario, la posibilidad de que

ambas personas progenitoras compartan simultáneamente con sus hijos e hijas.

Por medio del modelo de custodia compartida, se busca fortalecer las

relaciones paterno y materno filiales, para que por medio del diálogo y la

cooperación mutua entre padre y madre, las personas menores de edad puedan

gozar de su derecho a compartir con sus personas progenitoras de la manera

más efectiva posible. Por lo que de acuerdo con María José Catalán citada por

Kleber Iván Suin Cajamarca, la custodia compartida “…es como si se tratara de

una familia intacta…”23, esto es en los supuestos en que haya existido una

22Martina Cleries Teruel. La custodia compartida. 11.

23Kleber Ivan Suin Cajamarca. “La tenencia compartida: solución o conflicto”. 59.

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21

convivencia entre las personas progenitoras, ya que padre y madre comparten

derechos y obligaciones de la misma forma en que lo hacían previo a la

separación. Así mismo, la custodia compartida se caracteriza por ser un modelo

aplicable en aquellos casos en que las personas progenitoras no convivieron

entre sí, ya que estos igualmente tienen responsabilidades y derechos hacia las

personas menores de edad.

2. Concepto de custodia compartida

a. Concepto y características

Actualmente el modelo de custodia compartida no se encuentra regulado

expresamente en la legislación costarricense, por lo que no existe norma expresa

que autorice su implementación en la práctica. Sin embargo, a pesar de no existir

una norma permisiva sobre la implementación de este modelo, tampoco existe

normativa que prohíba su aplicación.

Muchas son las definiciones que se han brindado sobre el modelo de

custodia compartida, así como diferente el contenido que se le ha dado a partir

de cada una de ellas. En algunas ocasiones se tiende a considerar la custodia

alternada como parte de la custodia compartida o se define la custodia

compartida como un reparto igualitario del tiempo que comparten padre y madre

con las personas menores de edad, criterios que no constituyen el fundamento

principal en torno al que gira la custodia compartida.

Ante tales confusiones, resulta necesario en primera instancia

comprender qué es lo que no debe entenderse por custodia compartida. María

Guadalupe Vásquez González hace mención a la sentencia española SAP

Toledo, sala 1ª, de 2 de febrero de 2005, en la que se indica que:

“Por custodia compartida no cabe entender que los hijos pasen a vivir con uno y

otro progenitor repartiéndose por períodos iguales, sino que todas las

concepciones doctrinales sobre esta cuestión giran en torno a un mayor grado

de implicación del cónyuge no conviviente en las cuestiones relativas al cuidado

y educación de los hijos, con una participación mucho más activa que la que

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hasta ahora se contemplan, no limitándose a ser mero receptor pasivo de la prole

en el domicilio propio los fines de semana alternos y los periodos vacacionales.

Desde ese punto de vista, y no desde el reparto temporal, es como se ha de

contemplar la llamada, y hasta ahora todavía poco conocida, custodia

compartida”.24

Se debe partir de que la custodia compartida no es sinónimo de custodia

alternada ni un reparto igualitario de tiempos de convivencia entre las personas

progenitoras y las personas menores de edad, es decir, no se debe tomar el

término repartir como fundamento principal de la custodia compartida, sino que

se debe prestar especial atención al termino compartir, ya que lo que se busca

por medio del modelo de custodia compartida es que ambas personas

progenitoras formen parte del desarrollo de las personas menores de edad de

forma activa, para que se mantenga el derecho de los hijos e hijas a compartir

con sus personas progenitoras y así mismo el derecho de padre y madre de

formar parte de la vida de sus hijos e hijas.

Ortuño Muñoz citado por Joel Harry Clavijo Suntura define la custodia

compartida como:

“…aquella modalidad de ejercicio de la responsabilidad parental, tras la crisis de

relación de pareja, en la que, ambos progenitores convienen en establecer una

relación viable entre ellos, basada en el respeto y en la colaboración, con el

objeto de facilitar a los hijos comunes la más frecuente y equitativa comunicación

con ambos progenitores, y de distribuir de forma justa y proporcional la atención

a las necesidades materiales de los hijos, con la previsión de un sistema ágil

para la resolución de los desacuerdos que puedan surgir en el futuro”.25

Para que la custodia compartida sea ejercida efectivamente es necesaria

tal y como Ortuño señala, una relación de respeto y colaboración entre las

24 María Guadalupe Vázquez González. La custodia compartida: Requisitos y legislación

aplicable. Trabajo de Fin de Grado. Universidad de La Coruña. España. 28. Disponible en: http://ruc.udc.es/dspace/bitstream/handle/2183/16337/V%C3%A1zquezGonz%C3%A1lez_Mar%C3%ADaGuadalupe_TFG_2015.pdf?sequence=2 Accesado el 17 de junio del 2017. 25Ortuño Muñoz citado por Joel Harry Clavijo Suntura. El interés del menor en la custodia

compartida. 73-74.

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personas progenitoras; sin embargo, la existencia de un acuerdo entre ambas

no debe ser necesariamente un requisito para que la custodia compartida pueda

establecerse. Esto por cuanto la decisión de su implementación no depende

exclusivamente de la voluntad de las personas progenitoras, sino también de las

autoridades judiciales que tienen a su cargo la resolución de conflictos de índole

familiar.

La custodia compartida se caracteriza porque busca mantener las

relaciones entre las personas progenitoras con sus hijos e hijas, de la manera

más similar posible a las mantenidas durante la relación de pareja, de forma que

las personas menores de edad se vean afectadas en menor medida por dicha

separación. Así mismo, por medio de la custodia compartida se logra evidenciar

que las obligaciones para con los hijos e hijas no terminan tras la separación de

la pareja, sino que por el contrario, las personas progenitoras deben procurar

mantener una relación armoniosa puesto que comparten tanto derechos como

obligaciones.

Además de ser concebida como un deber, la custodia compartida debe

ser vista como un derecho, tanto de las personas progenitoras como de las

personas menores de edad. De esta forma lo señala Aida Kemelmajer de

Carlucci:

“La guarda compartida se reconoce como un derecho de hijos y progenitores a

seguir teniendo una relación paterno-filial y materno filial igualitaria; un derecho

al que no se puede ni debe renunciar, que nace de la familia y no del matrimonio,

lo que supone que tras la crisis los derechos y responsabilidades de cada uno

continúan siendo iguales a los que tenían con anterioridad; tomando en cuenta

el juzgador siempre el interés superior del menor…”.26

La custodia compartida constituye un doble derecho, por un lado el

derecho de los hijos e hijas a convivir plenamente con sus personas progenitoras

y por el otro el derecho de las personas progenitoras a formar parte de la vida de

sus hijos e hijas con las responsabilidades que dicha convivencia implica.

26Aída Kemelmajer de Carlucci. La guarda compartida una visión comparativa. 231.

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24

A pesar de que generalmente en la doctrina se ha desarrollado el

concepto de custodia compartida, únicamente en el sentido de que se constituya

cuando finaliza la relación de pareja, con la finalidad de conservar los vínculos

paterno y materno filiales de la manera más similar posible a los mantenidos,

mientras las personas progenitoras convivían con sus hijos e hijas antes de la

separación. Se considera que al ser el principal fundamento de este modelo de

custodia, el interés superior de la persona menor de edad, la custodia compartida

también debe ser aplicada en aquellos supuestos en donde incluso la pareja

nunca llegaron a convivir juntos. Lo que se busca es garantizar que las personas

menores de edad mantengan su derecho a compartir con ambas personas

progenitoras, independientemente de la relación que mantuvieron sus personas

progenitoras.

Para el Dr. David Alonso Ramírez Acuña27 la custodia compartida es un

recurso indispensable, en el que ambos progenitores, a pesar de no ser pareja

comparten la crianza y educación de sus hijos e hijas. Indica asimismo que “es

tarea de los padres/madres, separados, en cualquier caso, ayudar a sus hijos a

entender la nueva forma que tiene su familia, propiciar una buena relación entre

los niños y su otro progenitor, garantizarles el acceso y los recursos necesarios

para su óptimo desarrollo físico, psicológico, social y espiritual, tareas para las

cuales es importante contar con apoyo, perspectiva y dedicación de ambos

padres”.

Se puede indicar que el modelo de custodia compartida constituye el

modelo de custodia idóneo para garantizar que las relaciones paterno y materno

filiales, se mantengan luego de la separación de la pareja. Pero, lo más

importante es que constituye el modelo de custodia mediante el cual se puede

satisfacer mayormente las necesidades de las personas menores de edad; entre

ellas, la de mantener relaciones afectivas estables con sus personas

progenitoras y los miembros familiares de cada una de ellas,

27 David Alonso Ramírez Acuña. Crianza compartida es un derecho humano -se acaba la pareja

pero no la familia-. San José, Costa Rica. 2011. 3-7. Accesado el 1 de noviembre del 2017.

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independientemente de si estos llegaron a vivir juntos, e incluso en supuestos en

que ni siquiera mantuvieron una relación de pareja entre sí.

A pesar de lo anterior, se debe tener presente que la asignación del

modelo de custodia compartida debe responder a un análisis exhaustivo de la

autoridad judicial, mediante el cual se logre determinar que la custodia

compartida constituye la decisión más adecuada para garantizar el interés

superior de la persona menor de edad.

3. Modalidades de custodia compartida

Ante la realidad de que las necesidades de la persona menor de edad son

diferentes en cada caso concreto, es que se debe tener presente que la custodia

compartida en cada situación individual puede ser aplicada de manera diferente;

ya que aspectos como horarios de trabajo, lugar de residencia de las personas

progenitoras, entre otros, marcan la diferencia entre una y otra modalidad de

custodia compartida.

La doctrina internacional ha establecido la existencia de distintas

modalidades de custodias compartidas, las cuales las han clasificado en función

de la atribución del uso de la vivienda familiar y el tiempo que cada persona

progenitora tendrá a su cargo el cuidado de los hijos e hijas.28

a. Custodia compartida en función del tiempo

Su rasgo definitorio es la existencia de un reparto del tiempo por períodos,

en los que las personas progenitoras podrán compartir con sus hijos e hijas. Este

reparto del tiempo se puede llegar a dar “por años o por curso escolar; por

semestres alternos; por meses (pares e impares); por periodos de quince días;

por semanas; por días…”. 29

28Karen Lissette Echeverría Guevara. La guarda y custodia compartida de los hijos. Tesis para

optar por el grado de Doctorado en Problemática actual del Derecho de Familia. Universidad de Granada. Granada, España. 2011. 79. Disponible en: https://hera.ugr.es/tesisugr/20702863.pdf Accesado el 18 de junio del 2017. 29 Joel Harry Clavijo Suntura. El interés del menor en la custodia compartida. 140.

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La asignación de estos períodos de tiempo va a depender “de las

circunstancias y necesidades de los hijos (edad, proximidad geográfica,

situación personal…)”30 y así mismo de las condiciones de las personas

progenitoras.

b. Custodia compartida en función del uso de la vivienda familiar

Con base en este criterio, la custodia compartida puede presentar las

siguientes manifestaciones:

i. Permanencia de la persona menor de edad en la vivienda familiar

Se caracteriza porque “los hijos continuarán residiendo en su domicilio

familiar, siendo los progenitores los que se trasladaran desde el suyo a este en

función de los periodos que les corresponda residir con los menores”.31

Esta modalidad implica un coste económico extraordinario, en la medida

en que es preciso contar con tres viviendas: la vivienda familiar en la que con

carácter permanente residen las personas menores de edad y de forma

alternativa las personas progenitoras, y las viviendas que han de ocupar cada

una de las personas progenitoras, cuando el otro se encuentre conviviendo con

la persona menor de edad.32

A pesar de que la implementación de esta modalidad de custodia

compartida puede representar grandes complicaciones para las personas

progenitoras, constituye un modelo garantista de los derechos de la persona

menor de edad; esto, por cuanto se preserva el derecho de la persona menor a

residir en el mismo ambiente que lo hacía antes de la separación de sus

personas progenitoras.

30 María José Catalán, et al. La custodia compartida: concepto, extensión y bondad de su puesta

en escena. Debate entre psicología y derecho. 135. 31 Soraya Amieva González. “Los criterios actuales para la atribución de la custodia compartida”.

Máster Universitario de Acceso a la Abogacía. Universidad de Oviedo. España. 2016. 31. Disponible en: http://digibuo.uniovi.es/dspace/bitstream/10651/34578/6/TFM_%20AmievaGonzalez,Soraya.pdf Accesado el 19 de junio del 2017. 32 Marta Iglesias Reina. Custodia compartida y vivienda familiar. 78.

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27

ii. Traslado de la persona menor de edad a la vivienda de sus personas

progenitoras

En esta modalidad son las personas progenitoras las que poseen su

domicilio fijo, de manera que los hijos e hijas han de trasladarse al domicilio de

cada una de sus personas progenitores en los períodos que les corresponda

ejercer la custodia.33

Para que el ejercicio de esta modalidad de custodia compartida pueda

implementarse de la forma más efectiva posible, es necesario que las

residencias de las personas progenitoras sean cercanas. Esto con el objetivo de

no someter a la persona menor de edad a dos ambientes totalmente diferentes

con los que se podría ver afectado su desarrollo personal.

Las clasificaciones descritas responden a criterios doctrinales de acuerdo

con la forma en que ha operado la custodia compartida en algunos países, como

en el caso de España, sin embargo, la custodia compartida debe comprenderse

no en función de un reparto igualitario del tiempo ni de la residencia que vaya a

tener la persona menor de edad, sino en función de que las responsabilidades

de las personas progenitoras hacia sus hijos e hijas deben ser asumidas

conjuntamente. Debe existir una comunicación efectiva entre ambas personas

progenitores, de manera que estos puedan tomar acuerdos en cuanto a la

división de los deberes; por ejemplo, una persona progenitora se encarga de

llevar a los hijos e hijas a la escuela, la otra los recoge, una estudia una materia

específica, la otra estudia otra, una lo lleva a una actividad deportiva y la otra a

una actividad musical, entre otros.

4. Principios aplicables a la custodia compartida

El modelo de custodia compartida gira en torno a los derechos de tres

sujetos: la persona menor de edad y sus personas progenitoras, por lo que los

principios inspiradores de esta figura jurídica, se encuentran relacionados. Los

principios que le brindan sustento al modelo de custodia compartida, son: el

33 Soraya Amieva González. “Los criterios actuales para la atribución de la custodia compartida”.

31.

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28

principio del interés superior del menor, de corresponsabilidad parental y de

igualdad entre los progenitores.

a. Interés superior del menor

i. Reconocimiento en la Convención sobre los Derechos del Niño

Este principio adquiere gran importancia a partir de la Convención sobre

los Derechos del Niño de 1989 en la que se reconoce a la persona menor de

edad como sujeto titular de derechos, merecedora de protección jurídica. Dejan

de concebirse a las personas menores de edad como objetos de propiedad por

parte de sus personas progenitoras y pasan a ser personas portadoras de

derechos autónomos. Por su condición de vulnerabilidad estos derechos deben

ser protegidos por sus personas progenitoras y en caso de conflicto entre ellas,

la decisión para su protección estará a cargo de las autoridades judiciales.

La Convención sobre los Derechos del Niño constituye el principal

instrumento internacional para la protección de la persona menor de edad y es

de acatamiento obligatorio para los Estados que la han ratificado. Esto debido a

que además del reconocimiento de la persona menor de edad como sujeto de

derecho, la convención describe los derechos de los que es titular la persona

menor de edad y los deberes y responsabilidades de los sujetos e instituciones

encargados de su resguardo.

El principio del interés superior de la persona menor de edad constituye

el pilar fundamental que rige la Convención sobre los Derechos del Niño y se

encuentra regulado en su artículo 3.1, el cual textualmente señala:

“En todas las medidas concernientes a los niños que tomen las instituciones

públicas o privadas de bienestar social, los tribunales, las autoridades

administrativas o los órganos legislativos, una consideración primordial a que se

atenderá será el interés superior del niño”.34

Este principio sobre el que gira la Convención sobre los Derechos del Niño

deriva del reconocimiento que realiza de la persona menor de edad, como sujeto

34 Convención sobre los Derechos del Niño. 1989. Artículo 3.1.

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29

de derecho. La función del interés superior de la persona menor de edad, es

proteger los derechos reconocidos por la convención y por los Estados que la

han ratificado.

ii. Concepto

A pesar del reconocimiento expreso que realiza la Convención sobre los

Derechos del Niño del interés superior del menor, como principio fundamental

que se debe seguir al tomar una decisión que involucre los derechos de la

persona menor de edad, no existe en la legislación costarricense una definición

que aclare lo que debe entenderse por interés superior de la persona menor de

edad, por lo que no resulta fácil delimitar su concepto.

Para José Manuel de Torres Perea el interés superior del menor “es un

concepto general y abstracto que solo puede concretarse al aplicarlo sobre un

supuesto determinado. Es decir, se trata de garantizar en cada caso concreto el

bienestar del niño con todo lo que ello comprende: su desarrollo personal, un

entorno sociofamiliar adecuado, el respeto a sus derechos fundamentales”.35

Hay quienes consideran que ese carácter general y abstracto al que hace

mención Torres Perea le resta efectividad; sin embargo, algunos doctrinarios

estiman que solamente así se puede llegar a concretar lo que es mejor para la

persona menor de edad. Debido a que las necesidades de cada niño o niña son

diferentes en cada caso concreto, son necesarias amplias posibilidades, con las

que la persona juzgadora que atiende las necesidades del caso concreto, pueda

determinar lo que resulta mejor para garantizar los derechos que se encuentren

en juego. Roca Trías, citada por Beatriz Morera Villar, señala que el interés

superior del menor a pesar de su carácter general "no es un concepto vacío,

puesto que su contenido consiste en asegurar la efectividad de unos derechos a

unas personas que por sus condiciones de madurez no pueden actuar por sí

mismas para reclamar su efectividad”36. Por ello, el contenido del interés superior

35 José Manuel de Torres Perea. Custodia compartida: Una alternativa exigida por la nueva

realidad social. Barcelona, España. 2011. 8. Disponible en: http://www.indret.com/pdf/853_es.pdf Accesado el 20 de junio del 2016. 36 Roca Trías citado por Beatriz Morera Villar. Guarda y custodia compartida. 165.

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30

de la persona menor de edad se encuentra en la toma de decisiones que

garanticen lo mejor para las personas menores de edad.

Esta misma posición sostiene la Sala Constitucional de la Corte Suprema

de Justicia en la sentencia número 09965, al indicar:

“…el principio del interés superior del menor de edad, ha evolucionado

conjuntamente con el reconocimiento progresivo de los derechos del niño,

pasando de ser individuos dependientes de sus padres o de las autoridades

públicas, a reconocer su individualidad como persona y, por ende, titular de

derechos. Esto en el entendido de que el referido principio no es un concepto

abstracto, sino un criterio hermenéutico que obliga a interpretar de forma

sistemática las disposiciones que tengan relación con los derechos de la niñez,

sobre todo frente a la resolución de conflictos jurídicos, pues permite dirimir las

antinomias y colmar las lagunas jurídicas, en tanto supone que la interpretación

y aplicación de los institutos jurídicos deben atender siempre a favor de los

menores de edad”. 37

La Sala Constitucional resalta el contenido del interés superior de la

persona menor de edad y niega así mismo el carácter abstracto que le ha

otorgado parte de la doctrina; más aún continúa indicando que:

“Podríamos decir que ese interés hace alusión a todo aquello que favorezca su

desarrollo físico, psicológico, moral y social para lograr el pleno y armonioso

desenvolvimiento de su personalidad”.38

Del anterior pronunciamiento se desprende que, el interés superior de la

persona menor de edad, debe aplicarse con el objetivo de resguardar su derecho

a un desarrollo adecuado de su personalidad. Lograr concretar el interés superior

de la persona menor de edad no es una labor sencilla, sino que por el contrario,

se necesita de un análisis exhaustivo en el que es necesaria la intervención de

un equipo especializado de trabajo que estará conformado por “la figura del

37 Sala Constitucional de la Corte Suprema de Justicia. Sentencia número 09965 de las 15 horas

con 37 minutos del 9 de junio del 2010. 38 Sala Constitucional de la Corte Suprema de Justicia. Sentencia número 09965 de las 15 horas

con 37 minutos del 9 de junio del 2010.

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31

Ministerio fiscal, los gabinetes de equipos psicosociales adscritos a los juzgados

de familia y, principalmente, los Jueces que son los encargados de hacer los

estudios oportunos para finalmente determinar cuáles son las circunstancias

más apropiadas para el mejor desarrollo del menor”.39

Lo anterior trae a colación que la aplicación de este principio universal

representa una gran responsabilidad para las personas juzgadoras, quienes a

partir de la colaboración de estos equipos especializados deberán tomar la

decisión que más favorezca a la persona menor de edad, que no resulta fácil, ya

que los derechos en juego constituyen una pluralidad en cada caso concreto.

Resulta importante preguntarse, ¿es posible a partir de una decisión garantizar

todos los derechos de la persona menor de edad que estén en juego? Esta

interrogante plantea un gran reto para las personas juzgadoras quienes en

aplicación del interés superior de la persona menor de edad, deberán tomar la

decisión que resguarde la mayor cantidad de derechos, de lo contrario se

vaciaría su contenido y le restaría efectividad.

iii. Supremacía sobre cualquier otro interés particular

Cuando se esté en la toma de una decisión en la que estén de por medio

los derechos de una persona menor de edad, el principio del interés superior del

menor deberá prevalecer sobre cualquier interés individual que puedan tener sus

personas progenitoras. La supremacía de este principio se encuentra en que

ante la presencia de una colisión de intereses, se debe resguardar aquel que

proteja a la persona más vulnerable, quien en situaciones de conflictos familiares

es por excelencia la persona menor de edad.

En este sentido, Joel Harry Clavijo Suntura, indica que:

“Por encima de los deseos personales de los progenitores o terceros se configura

el interés superior del menor desde la perspectiva del desarrollo independiente

e integral de su personalidad que comprende su crecimiento físico, formación

39 Beatriz Morera Villar. Guarda y custodia compartida. 167.

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32

intelectual y protección de la salud, criterios que influyen en la determinación del

beneficio del menor de forma vivencial”.40

La preferencia del interés superior de la persona menor de edad sobre

cualquier otro interés, responde a que la persona menor de edad se encuentra

en una etapa de crecimiento en la que su minoría de edad lo posiciona en una

condición vulnerable en relación con sus personas progenitoras.

Es importante indicar que el interés superior del menor como principio

inspirador de los modelos de custodia tiene gran relevancia, ya que procura la

satisfacción de las necesidades físicas, psicológicas y emocionales de la

persona menor de edad, y constituye “el límite y punto de referencia último de la

institución de la guarda y custodia y de su propia operatividad y eficacia”.41

Considerándose de esta manera como el principal fundamento que se debe

seguir al momento de determinar el modelo de custodia por implementar, puesto

que de su correcta aplicación depende que el derecho de la persona menor de

edad a un desarrollo efectivo de su personalidad sea garantizado.

b. Principio de corresponsabilidad parental

Fabiola Lathrop Gómez citada por Karen Lissette Echeverría Guevara lo

define como “el reparto equitativo de los derechos y deberes que los progenitores

deben ejercer frente a sus hijos”42. Implica el ejercicio conjunto de

responsabilidades que tienen las personas progenitoras para con sus hijos e

hijas; estas deben involucrarse activamente en la satisfacción de sus

necesidades físicas y emocionales, aun después de terminada la relación de

pareja.

La continuidad de responsabilidades tras la separación de la pareja “tiene

su fundamento en la familia, en razón de que la familia es el grupo fundamental

para el desarrollo y bienestar de los niños. Los niños deben crecer junto a su

40 Joel Harry Clavijo Suntura. El interés del menor en la custodia compartida. 246-247. 41 Karen Lissette Echeverría Guevara. La guarda y custodia compartida de los hijos. 73. 42Karen Lissette Echeverría Guevara. La guarda y custodia compartida de los hijos. 73.

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33

familia, especialmente con sus padres, estén casados o separados en un

ambiente de felicidad, amor y comprensión”43.

En este mismo sentido Marcela Acuña San Martín señala que:

“El divorcio no puede implicar afectación del cumplimiento de las obligaciones,

deberes y responsabilidad que sobre los padres pesan respecto de los hijos; no

pueden aquellos desentenderse de la crianza, salud, desarrollo afectivo y

psicosocial, educación y de todos los gastos inherentes, con la excusa de que

se han divorciado”.44

Un factor importante por tomar en cuenta para la protección de los

derechos de la niñez es que se deben mantener a las personas menores de edad

alejadas de los conflictos de pareja, para evitar que los lazos materno y paterno

filiales se vean afectados.

La corresponsabilidad parental debe verse como la mejor forma de

garantizar a los hijos e hijas su derecho a convivir con sus personas progenitoras

de la manera más efectiva posible, para que de esta forma no se les prive del

contacto y afecto de una de ellas.

La Convención sobre los Derechos del Niño reconoce el principio de

corresponsabilidad parental en su artículo 18.1, el cual señala:

“Los Estados Partes pondrán el máximo empeño en garantizar el reconocimiento

del principio de que ambos padres tienen obligaciones comunes en lo que

respecta a la crianza y el desarrollo del niño. Incumbirá a los padres o, en su

caso, a los representantes legales la responsabilidad primordial de la crianza y

el desarrollo del niño. Su preocupación fundamental será el interés superior del

niño”.45

43 Kleber Iván Suin Cajamarca. “La tenencia compartida: solución o conflicto”. 56. 44Marcela Acuña San Martín. El principio de corresponsabilidad parental. 2013. Disponible en:

http://www.scielo.cl/pdf/rducn/v20n2/art02.pdf Accesado el 22 de junio del 2017.

45 Convención sobre los Derechos del Niño. Artículo 18.1.

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34

De esta forma, la corresponsabilidad parental se constituye en un principio

reconocido a nivel internacional para resguardar los derechos de las personas

menores de edad a permanecer con ambas personas progenitoras.

Kleber Iván Suin Cajamarca describe a la corresponsabilidad parental

como:

“Un principio que reconoce la participación de ambos padres en la crianza y

educación de los hijos. Por lo que los padres deben tomar todas las conductas

necesarias, para asegurar en la medida de sus posibilidades el bienestar físico

y espiritual de sus hijos, debe existir igualdad entre ambos al adoptar decisiones

que tengan que ver con su hijo, procurando siempre el bienestar del niño”.46

Matilde de Páramo Argüelles citada por Karen Lissette Echeverría

Guevara, reconoce que el principio de corresponsabilidad parental y el modelo

de custodia compartida tienen gran relación entre sí al indicar que:

“La vinculación deviene en el sentido de que la custodia compartida se relaciona,

además del cuidado propiamente dicho, con los aspectos de educación, crianza,

alimentos, etc. En los momentos en que cada progenitor tiene a sus hijos en su

compañía, de manera que el progenitor custodio en cada momento, no se limita

a una función de estrictamente de cuidador o guardador, sino que cada uno –

padre y madre- asumen su responsabilidad parental para con su hijo mientras lo

tienen bajo su cuidado”.47

Para David Alonso Ramírez Acuña48 la relación del principio de

corresponsabilidad parental y el ejercicio de la custodia de manera compartida

se encuentra en que a pesar de que ambas personas progenitoras no mantengan

relaciones de pareja, sus responsabilidades hacia sus hijos e hijas se mantienen,

ya que “…la corresponsabilidad parental ha de ser ejercida desde sus nuevas

circunstancias de vida y más que nunca de manera colaborativa. Estas

46 Kleber Ivan Suin Cajamarca. “La tenencia compartida: solución o conflicto”. 56-57. 47 Matilde de Páramo Argüelles citada por Karen Lissette Echeverría Guevara. La guarda y

custodia compartida de los hijos. 77. 48 David Alonso Ramírez Acuña. Crianza compartida es un derecho humano- se acaba la pareja

pero no la familia-. 4

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35

relaciones parento-filiales seguirán existiendo a pesar de la separación, la opción

racional y asertiva hacia los niños es la de garantizarles la conservación de sus

derechos y deberes filiales, hacia las figuras parentales y sus derechos humanos

de libertad, respeto y vida en familia…”.

La corresponsabilidad parental constituye un principio inspirador de la

custodia compartida, debido a que describe el deber de las personas

progenitoras de asumir la responsabilidad común, mediante la participación

activa tanto del padre como de la madre en el desarrollo de la persona menor de

edad. Se debe tener presente que “una sociedad mejor instruida, más sana y un

sistema judicial desmitificado, pueden comprender que las personas menores de

edad requieren siempre de ambos padres para tener una óptima calidad de

vida”.49

c. Principio de igualdad de los progenitores

Implica que tanto la madre y el padre tienen derecho a compartir con sus

hijos e hijas de manera igualitaria. Dicha igualdad sería fácil de comprender por

parte de las personas progenitoras, si ambas son responsables en cuanto a los

deberes que tienen con las personas menores de edad.

La igualdad entre los progenitores constituye un principio inspirador de la

custodia compartida, ya que fomenta el derecho igualitario de cada persona

progenitora a formar parte del desarrollo de sus hijos e hijas, al compartir, tanto

derechos como obligaciones, de manera que se encuentren en igualdad de

condiciones.

Serrano Molina, citado por Beatriz Morera Villar, señala que:

“Escoger la guarda y custodia compartida significa reconocer que cada

progenitor tiene los mismos derechos y los mismos deberes ante su hijo, que

sirve para mantener los vínculos con las dos ramas familiares y para evitar no ya

sólo que cada una de las partes acoja la sentencia como una victoria o como una

49 David Alonso Ramírez Acuña. Las prácticas de desparentalización que se les imponen a los

hombres –padres-, tras la separación o el divorcio de su pareja: posibles secuelas psicosociales, para ellos y su prole. Estudio de casos. Extracto de la Tesis Doctoral. Universidad Autónoma de Centro América. San José, Costa Rica. 2011. 29. Accesado el 1 de noviembre del 2017.

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derrota personal sino para romper el esquema clásico según el cual el padre ha

de asumir el papel de personaje secundario mientras la madre, en cambio, se

hacer cargo de la mayor parte de la vida cotidiana del hijo”.50

A partir de este principio, se fomenta una relación armoniosa entre ambas

personas progenitoras, ya que ante la decisión de una custodia compartida no

existirán ganadores ni perdedores, lo que contribuirá a fortalecer los lazos

afectivos de la persona menor de edad con cada una de las familias de sus

personas progenitoras.

5. Ventajas y desventajas de la custodia compartida

En Costa Rica no existe ningún estudio que establezca los beneficios o

inconvenientes que genera para las personas menores de edad y para las

personas progenitoras, la implementación de una custodia compartida; sin

embargo, la doctrina en general, entre las más importantes, ha establecido las

siguientes:

Como ventajas:

1. Pretende que la persona menor de edad continúe en relación con ambas

personas progenitoras de la familia, para que sufra lo menos posible por

la situación de separación entre estas.51

2. Las personas menores de edad pueden aceptar de mejor forma el nuevo

contexto de la familia52 y evitar que la separación de las personas

progenitoras les cause un fuerte impacto en sus vidas.

3. Las personas progenitoras tendrían igualdad de derechos y obligaciones

sobre sus hijos e hijas, al tener ambas las mismas responsabilidades

sobre su desarrollo y crecimiento.53

50 Serrano Molina citado por Beatriz Morera Villar. Guarda y custodia compartida. 94 51 Martina Cleries Teruel. La custodia compartida. 54. 52 Karen Lissette Echeverría Guevara. La guarda y custodia compartida de los hijos. 108. 53 Karen Lissette Echeverría Guevara. La guarda y custodia compartida de los hijos. 111-112.

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4. Posibilita que las personas menores de edad tengan mejor calidad de vida

porque ambas personas progenitoras se hacen cargo y satisfacen sus

necesidades básicas.54

5. Es el régimen de custodia que posee mayores semejanzas a la forma en

que convivía la familia antes de que ocurriera la separación de las

personas progenitoras; así se evita que esta separación les cause un

trauma.55

6. Hace posible que la persona menor de edad continúe en relación con la

familia por parte de la madre y con la familia por parte del padre56, sin

alejarse de ninguna; esto provoca estabilidad emocional.

Asimismo, algunas ventajas que señala Eugenia Lucía González Martínez

son:

1. Las personas progenitoras están presentes en la vida de la persona

menor de edad, de esta forma la ruptura es menos traumática.

2. Se evita que las personas menores de edad tengan presentes

sentimientos negativos hacia alguna de las personas progenitoras, como

miedo al abandono y sentimiento de culpa.

3. Ambas personas progenitoras presentan la capacidad para tener la

custodia de sus hijos e hijas, sin cuestionarse.

4. Se evita que las personas progenitoras manipulen de forma consciente o

inconsciente a sus hijos e hijas.

5. Las personas progenitoras poseen tiempo libre para desenvolverse en el

ámbito personal y profesional.

6. Ninguna persona progenitora va a sentir que ha perdido a sus hijos e hijas,

como en el caso de una custodia exclusiva; por lo que se garantiza que

54 María de Montserrat Pérez Contreras. Reflexiones en torno a la custodia de los hijos. La

custodia compartida y las reformas de 2004. 526. 55 Karen Lissette Echeverría Guevara. La guarda y custodia compartida de los hijos. 106. 56 Beatriz Morera Villar. Guarda y custodia compartida. 100.

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las personas progenitoras se involucren en el crecimiento de sus hijos e

hijas y ejerzan sus responsabilidades.57

Para Karen Lissette Echeverría Guevara, con el sistema de custodia

compartida, “se comparten las cargas entre los progenitores y se obliga a los

mismos a adoptar una visión de conjunto respecto de la educación y desarrollo

del menor” y “Se pondría fin a los pleitos y luchas por la custodia de los hijos”.58

En la misma línea, Beatriz Morera Villar señala que uno de los beneficios

para las personas progenitoras es que no existen “Ni vencedores ni vencidos. La

separación, nulidad y divorcio, muchas veces se convierten en una auténtica

batalla en la que el vencedor es siempre el progenitor que disfruta de la guarda

y custodia y, el vencido, el progenitor con derecho de visitas (no custodio)”59.

El modelo de custodia compartida es el tipo de custodia que permite que

se cumplan en mayor medida los principios del interés superior de la persona

menor de edad, la corresponsabilidad parental y la igualdad de los progenitores.

Además, les ayuda a las personas menores de edad a superar la separación de

la relación de pareja, en aquellas situaciones donde existió una, a mantener la

misma comunicación con ambas personas progenitoras; también promueve que

se cumplan las responsabilidades de las personas progenitoras con sus hijos e

hijas.

Como desventajas:

1. Debe existir una proximidad de los domicilios de las personas

progenitoras.60 Con lo que se les limita el derecho de habitar en el lugar

de su preferencia, puesto que deben residir en un lugar determinado; esto

podría ser una complicación para las personas progenitoras.

57 Eugenia Lucía González Martínez. La custodia compartida, síndrome de alienación parental e

interés del menor. Trabajo de investigación. Universidad Internacional de Andalucía. Málaga, España. 2009. 29. Disponible en: http://www.prodeni.org/Documentos%20pdf/custodia%20compartida_alienaci%C3%B3n%20parental_interes%20del%20menor_trabajo_unia.pdf Accesado el 17 de junio del 2017. 58 Karen Lissette Echeverría Guevara. La guarda y custodia compartida de los hijos. 111. 59 Beatriz Morera Villar. Guarda y custodia compartida. 104-105. 60 Karen Lissette Echeverría Guevara. La guarda y custodia compartida de los hijos. 119.

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2. A las personas progenitoras se les complica llegar a acuerdos en las

situaciones cotidianas en las que intervenga la persona menor de edad.61

3. Se estima que si los hijos e hijas no tienen un domicilio fijo, provoca

inestabilidad física y perjudica su equilibrio emocional.62 Pueden padecer

de ansiedad e inseguridad, no pueden establecer relaciones afectivas

permanentes y al tener dos hogares tendrán dificultad para adaptarse a

dos entornos distintos.63

4. Es posible que las personas progenitoras se inclinen por la custodia

compartida con la finalidad de evitar una pensión alimentaria o para

quedarse con la vivienda familiar.64

Respecto a este último punto, se considera que la imposición del régimen

de custodia compartida, como se verá más adelante, no impide que se fije una

pensión alimentaria hacia una o ambas personas progenitoras, porque estas

continúan presentando las mismas responsabilidades de velar por el pleno

desarrollo de sus hijos e hijas.

Algunas desventajas que indica Iván Ruiz, citado por Martina Cleries

Teruel, son:

1. Existen casos cuando los hijos e hijas tienen una corta edad en que es

necesario que estén la mayor parte del tiempo con una de las personas

progenitoras más que con la otra.

2. Ambas familias tienen sus propios hábitos y costumbres, lo que puede

provocar la inestabilidad de la persona menor de edad.

61 Karen Lissette Echeverría Guevara. La guarda y custodia compartida de los hijos. 117. 62 Karen Lissette Echeverría Guevara. La guarda y custodia compartida de los hijos. 116. 63 Martha Lucía Bautista Parrado. Riesgos que puede ocasionar en los menores de edad la

custodia compartida. Trabajo de grado para optar por el Título de Especialistas en Derecho de Familia. Universidad Libre Seccional Pereira, Colombia. 2011. 29. Disponible en: http://repositorio.unilibrepereira.edu.co:8080/pereira/bitstream/handle/123456789/318/RIESGOS%20QUE%20PUEDE%20OCASIONAR%20EN%20LOS%20MENORES%20DE%20EDAD%20LA%20CUSTODIA%20COMPARTIDA.PDF?sequence=1 Accesado el 17 de junio del 2017. 64 Beatriz Morera Villar. Guarda y custodia compartida. 107.

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3. No se otorga cuando las personas progenitoras no presentan

colaboración ni acuerdos entre sí y tampoco cuando tienen una mala

relación.

4. Se requiere que ambos estilos de vida sean uniformes y que las personas

progenitoras posean disponibilidad para el cuido de los hijos e hijas.65

Beatriz Morera Villar indica “Que se establezca esta figura sin darse los

presupuestos subjetivos necesarios, lo cual llevará a que en vez de resultar lo

más beneficioso para el menor, pueda convertirse en todo lo contrario, por

ejemplo en los supuestos en que haya sido impuesta por el Juez a solicitud de

uno de los progenitores, sin existir acuerdo entre ellos”66.

Martha Lucía Bautista Parrado, en su estudio recalca: “Por supuesto que

en esto sale a correlación la distancia geográfica, de existir un mayor aislamiento

se hacen más largos y menos frecuentes los períodos de alternancia, adaptado

fundamentalmente al calendario escolar, y se corre el riesgo de heredar las

mismas deficiencias de la custodia exclusiva; así de implacable es la física y sus

reglas del espacio y el tiempo, la solución queda en manos de los padres”67.

Además, que “cada casa tiene sus hábitos, sus reglas, sus horarios. Los niños

deben adaptarse muchas veces a dos formas distintas de encarar la vida, a

costumbres disímiles, a normas de educación diferentes”68.

A pesar de que la doctrina establezca criterios a favor o en contra de la

aplicación de la custodia compartida, lo cierto es que para algunas familias este

tipo de custodia y alguna de sus diversas modalidades sí le es aplicable y pueden

convivir de esta manera. Se tiene conocimiento de que el régimen de custodia

compartida no está destinado para todas las familias. Por tal razón, previo a

imponer una custodia compartida o a imponer cualquier régimen de convivencia

en general, la persona juzgadora debe valorar a fondo el caso concreto de la

65 Iván Ruiz citado por Martina Cleries Teruel. La custodia compartida. 57-58. 66 Beatriz Morera Villar. Guarda y custodia compartida. 106-107. 67 Martha Lucía Bautista Parrado. Riesgos que puede ocasionar en los menores de edad la

custodia compartida. 26. 68 Martha Lucía Bautista Parrado. Riesgos que puede ocasionar en los menores de edad la

custodia compartida. 31.

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situación familiar y establecerse siempre la custodia que resguarde el interés

superior de la persona menor de edad.

Más que abrir un debate entre si se está de un lado o del otro, lo que

debemos comprender es que el divorcio o la separación sentimental de la pareja

es únicamente entre las personas progenitoras, no entre estas y sus hijos e hijas

y tampoco entre los hermanos y hermanas. Por lo tanto, las personas menores

de edad no deben ser objeto de discusión a razón de que el vínculo familiar entre

personas progenitoras y sus hijos e hijas continúa existiendo.

Sobre este punto, cabe destacar lo mencionado por el autor costarricense

David Alonso Ramírez Acuña:

“Si bien es cierto, estos, tienen el derecho a decidir si continúan o no, viviendo

en pareja, cohabitando con el padre o la madre de sus hijos; estos, no tienen por

qué experimentar en forma traumática dicho cambio. Ellos, han de anteponer a

sus diferencias, por el bienestar de su prole y esto, implica el mantener sus

propias responsabilidades parentales y permitirle a la otra persona que asuma

las suyas”69.

Es evidente que la presencia de los padres y madres en la vida de sus

hijos e hijas debe seguir siendo la misma. No hay motivo que justifique que si

previo a la separación de pareja ambos tenían una buena relación con sus hijos

e hijas, se involucraron en su cuido y cumplían con sus responsabilidades, una

vez que se hayan separado tenga que cambiar esta situación.

6. Requisitos para la atribución de la custodia compartida y situaciones

en que debe excluirse

Es fundamental, previo a la atribución de una custodia compartida,

estudiar cada caso concreto, puesto que todas las familias son diferentes y el

régimen de custodia compartida no podría ser aplicable para todas ellas. Por tal

razón, es que muchas personas autoras se han dado a la tarea de establecer

69 David Alonso Ramírez Acuña. Crianza compartida es un derecho humano- se acaba la pareja

pero no la familia-. 6

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criterios importantes que deben valorarse al momento de establecer una

custodia compartida así como los casos en que definitivamente esta no procede.

Dentro de esos autores se encuentra Karen Lissette Echeverría Guevara,

quien propone criterios que deben tomarse en cuenta para atribuir la custodia

compartida; entre ellos señala:

a. La capacidad de los padres y las madres para mantener un acuerdo de

cooperación activo y de corresponsabilidad: Deben poseer la capacidad

para dialogar y llegar a acuerdos y vencer las diferencias a beneficio de

sus hijos e hijas.

b. La proximidad de los domicilios de las personas progenitoras para que se

garantice la estabilidad del entorno de los niños y niñas: Si los hogares se

encuentran cerca geográficamente esto va a favorecer la adopción de la

custodia compartida porque se puede mantener el colegio y las

amistades.

c. Modelos educativos similares: Se pretende que los hijos e hijas estén con

ambas personas progenitoras, sin que se altere la línea educativa.

d. La disponibilidad de las personas progenitoras para mantener el trato

directo con sus hijos e hijas en el período alterno correspondiente: Las

personas progenitoras deben tener tiempo disponible para el cuidado de

sus hijos e hijas, por lo que debe tenerse en cuenta sus horas laborales.

e. Medios materiales suficientes para hacer frente a los gastos que se

originan como consecuencia de la alternancia: Ambas personas

progenitoras deben distribuirse las responsabilidades sobre el

mantenimiento de los hijos e hijas y un reparto igualitario de las cargas

económicas.

f. Implicación de las personas progenitoras en el cuidado de los hijos e hijas

antes de la crisis matrimonial: Lo que se quiere es verificar si antes de la

separación de pareja, estas se involucraron en el desarrollo de los hijos e

hijas.

g. Edad de los hijos e hijas y número de hermanos y hermanas que permitan

su adaptación: Hay juzgados que fundamentan por razones de edad

procedente la custodia compartida y otros que por la misma razón la

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declaran improcedente. Lo más importante es destacar que mientras más

temprana sea la edad, la alternancia entre las personas progenitoras debe

ser mayor.

h. Existencia de un vínculo afectivo de los niños y niñas con ambas personas

progenitoras: Verificar que los padres y madres de familia tengan buena

relación afectiva con sus hijos e hijas.

i. La voluntad de los hijos e hijas: Debe considerarse de suma importancia

lo que los hijos e hijas manifiesten al respecto.

j. Que ambas personas progenitoras estén de acuerdo con la alternativa de

custodia compartida: Si no hay acuerdo o una de las personas

progenitoras se opone, se desiste del sistema de custodia compartida.

k. La baja conflictividad entre los padres y las madres: Los padres y las

madres deben tener una buena relación y tener la capacidad para

colaborar entre sí.

l. Que se establezcan mecanismos ágiles y efectivos de comunicación entre

los padres y las madres para la adaptación de lo programado a nuevas

circunstancias imprevistas: La mediación familiar es un mecanismo

alternativo para la resolución de conflictos que puede ser utilizado para

resolver aspectos referentes a los hijos e hijas en común, sin tener que

acudir a la vía judicial.

m. Que quede deslindada la idoneidad de la custodia, con el afán por la

obtención de beneficios materiales indirectos, no confesados, como el uso

de la vivienda, la percepción de pensiones, etcétera: Que una de las

personas progenitoras tenga otra finalidad ajena a la custodia

compartida.70

Respecto al punto e, los medios económicos no deben ser una razón

exigible para aplicar o no el modelo de custodia compartida, porque si una de las

personas progenitoras tiene recursos suficientes y la otra no, puede solucionarse

con que la persona progenitora que tenga menos a nivel económico aporte con

otros medios, por ejemplo, en el cuido de la persona menor de edad. De

70 Karen Lissette Echeverría Guevara. La guarda y custodia compartida de los hijos. 121-133.

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requerirse condiciones económicas iguales entre ambos, se estaría negando el

derecho tanto a las personas progenitoras como a las personas menores de

edad, a mantener un régimen de custodia compartida y de convivir entre ellos;

podría considerarse una decisión discriminatoria dejar de aplicar el modelo de

custodia compartida únicamente por criterios económicos.

Sobre el punto i, aunque es un criterio por tomar en cuenta, se debe

manejar con precaución lo que exprese la persona menor de edad, ya que la

manifestación de su voluntad puede estar influenciada por cualquiera de sus

personas progenitoras; por ello, la decisión debe valorar también otros criterios

en conjunto y no basarse únicamente en su expresión.

Del punto j se debe tener presente que no debe ser indispensable que

ambas personas progenitoras deseen el mismo tipo de custodia, ya que la

decisión no puede depender de sus voluntades, porque ante todo debe

prevalecer el interés superior de la persona menor de edad. Si ese interés

requiere la aplicación de la custodia compartida, la voluntad de las personas

progenitoras deberá ceder en función del cumplimiento de sus responsabilidades

hacia sus hijos e hijas. Ambas personas progenitoras deben mantener una

actitud de respeto y colaboración hacia la otra en el cumplimiento de sus

responsabilidades.

En opinión de Eugenia Lucía González Martínez, también debe tomarse

en cuenta que al menos una de las personas progenitoras solicite la custodia

compartida, no separar a los hermanos y hermanas y que no haya violencia

doméstica.71

Joel Harry Clavijo Suntura, indica que un aspecto clave de valorar son las

causas de separación y divorcio para tener conocimiento de las razones por las

cuales hubo ruptura entre la pareja; si las personas progenitoras tienen un

comportamiento inadecuado puede que la custodia compartida no sea una

buena opción. Circunstancias como lo son la falta de corresponsabilidad parental

71 Eugenia Lucía González Martínez. La custodia compartida, síndrome de alienación parental e

interés del menor. 35 y 40.

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y el maltrato físico y psicológico en la integridad de la persona menor de edad

encaminan a descartar la custodia compartida.72

Andrea Cabrera Álvarez, indica en su estudio que no puede optarse por

la custodia compartida en los siguientes casos:

a. La residencia de las personas progenitoras en diferentes ciudades o

países: Se requiere la cercanía de los domicilios de las personas

progenitoras.

b. La falta de mutuo acuerdo: El equilibrio emocional de la persona menor

de edad se puede perturbar por las disputas entre las personas

progenitoras.

c. La falta de colaboración y armonía entre las personas progenitoras: En

esta situación no habría un estado adecuado de cordialidad para llevar a

cabo este tipo de custodia.

d. Los trastornos y perjuicios en la estabilidad psicológica de la persona

menor de edad: Se cree que se genera dicha situación por tener distintos

hábitos y entornos; además que se provoca un daño en el desarrollo

integral de los hijos e hijas.

e. La corta edad: Se estima que cuando las personas menores de edad

poseen una corta edad, es mucho más beneficioso que lo cuide la misma

persona.

f. Invasión de la esfera privada: Se ha llegado a considerar que con la

implementación de este régimen se estaría invadiendo la esfera privada

de un cónyuge por parte del otro cónyuge.

g. El interés de la persona menor de edad: Varias autoridades judiciales no

implementan la custodia compartida basándose en dicho principio.

h. Previa custodia compartida perjudicial para el hijo o la hija: Cuando la

persona menor de edad tuvo un régimen de custodia compartida y este le

generó consecuencias negativas.

72 Joel Harry Clavijo Suntura. El interés del menor en la custodia compartida. 174-175.

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i. Rechazo de la custodia compartida por no estar contemplada en la ley:

Hay quienes no implementan la custodia compartida porque no se

encuentra establecida en la legislación.73

En aquellas situaciones donde las personas menores de edad tienen una

corta edad y se encuentran lactando, la solución que se le ha dado para

determinar el tipo de régimen de custodia, ha sido inclinarse por otorgar la

custodia exclusiva por parte de la madre y al padre darle un régimen de visitas

amplio.74

Los criterios señalados sirven para valorar si la atribución de la custodia

compartida es viable o no para una familia. Lo importante es que la persona

juzgadora fundamente su decisión en la resolución, después de que ambas

partes se hayan manifestado y buscar que la decisión adoptada sea acorde con

el interés superior de la persona menor de edad y su bienestar. Al respecto

Victoria Quintana Martín expresa que “En todo caso, lo realmente conveniente

es fundamentar la adopción de una custodia compartida en la consideración de

la misma como el mejor instrumento para el desarrollo integral del menor, esto

es, como garante absoluta del principio del “favor filii”.75

7. Derecho Comparado

El estudio sobre cómo ha tratado el derecho comparado la custodia

compartida y las distintas opciones que han asignado para resolver lo

correspondiente a los gastos entre las personas progenitoras hacia la persona

beneficiaria alimentaria, se lleva a cabo seguidamente al hacer referencia a las

legislaciones internacionales.

73 Andrea Cabrera Álvarez. La custodia compartida. Grado en Derecho. Universidad de La

Laguna. España. 2016. 20-23. Disponible en: https://riull.ull.es/xmlui/bitstream/handle/915/1954/LA%20CUSTODIA%20COMPARTIDA.pdf?sequence=1 Accesado el 23 de junio del 2017.

74 Joel Harry Clavijo Suntura. El interés del menor en la custodia compartida. 145. 75 Victoria Quintana Martín. “La Guarda y Custodia Compartida”. 22.

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a. España

En España se introduce la regulación expresa del régimen de custodia

compartida con la Ley 15/200576, tras una modificación realizada al Código Civil

español y a la Ley de Enjuiciamiento Civil en materia de separación y divorcio.

El artículo reformado del Código Civil es el artículo 92, al cual también se le

agregaron varios incisos; estos se encuentra en el Libro Primero “De las

personas”, Título IV “Del matrimonio” y en el Capítulo IX “De los efectos comunes

a la nulidad, separación y divorcio”.

En el artículo 92.1 se reconoce que a pesar de que ocurra la separación

de pareja entre las personas progenitoras, esto no debe ser motivo para librarse

de las obligaciones con sus hijos e hijas.

Es en el artículo 92.5 donde se establece la posibilidad de que se ejerza

la guarda y custodia compartida de los hijos e hijas a solicitud de las personas

progenitoras y es a la persona juzgadora a quien le corresponde tomar las

medidas indispensables para que realmente se ejecute el régimen de custodia

compartida. Se pretende, en la mayoría de lo posible, mantener a los hermanos

y hermanas unidos. Respecto a este último punto, el Tribunal Supremo español

ha dicho:

“Tiene sostenido el Tribunal Supremo que los hermanos sólo deben separarse

en caso imprescindible pues lo conveniente es que los hermanos permanezcan

juntos para favorecer el desarrollo del afecto entre ellos y si bien puede optarse

por que los hermanos se separen, esa medida se tomarán de forma excepcional

y especialmente motivada, demostrando ser más beneficio para los hijos como

marco convivencia más adecuado para su desarrollo integral, pues si tras la

separación los hijos dejan de convivir con ambos padres, los perjuicios pueden

ser mayores si al mismo tiempo dejan de convivir con sus hermanos”.77

76 Publicada en el Boletín Oficial del Estado núm. 163 el 9 de julio de 2005. 77 Tribunal Supremo. Sala Primera de lo Civil. Sentencia número 530 del 25 de septiembre de

2015.

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Según el artículo 92.6, para que la persona juzgadora decida si el régimen

es idóneo, previo a que tome una decisión, se debe valorar lo siguiente:

El informe del Ministerio Fiscal.

Escuchar a las personas menores de edad que posean suficiente

juicio para ello.

Los alegatos de ambas partes.

La prueba recibida.

La relación entre las personas progenitoras.

La relación entre las personas progenitoras con sus hijos e hijas.

En la legislación española se descarta la aplicación del régimen de guarda

y custodia compartida en dos situaciones: la primera es en aquellos casos donde

una de las personas progenitoras se encuentre en un proceso penal por motivo

de atentar contra la vida, la integridad física o moral, la libertad o la indemnidad

sexual del otro cónyuge o de los hijos e hijas que vivan con ambos, la segunda

es cuando exista violencia doméstica o hayan indicios de su existencia, así

dispuesto en el artículo 92.7.

Se indica en el artículo 92.8 que a pesar de que las partes no hayan

llegado al acuerdo de solicitar la custodia compartida, la persona juzgadora

puede otorgarla en las siguientes circunstancias: que lo haya solicitado al menos

una de las partes, que se haya recabado el informe del Ministerio Fiscal y que

aplicando dicha medida se proteja el interés superior de la persona menor de

edad. Sobre este mismo artículo la jurisprudencia de España ha señalado:

“La excepcionalidad a que se refiere el inicio del párrafo 8, debe interpretarse,

pues, en relación con el párrafo cinco del propio artículo que admite que se

acuerde la guarda y custodia compartida cuando así lo soliciten ambos

progenitores o uno con el acuerdo del otro. Si no hay acuerdo, el Art. 92.8 CC no

excluye esta posibilidad, pero en este caso, debe el Juez acordarla

"fundamentándola en que solo de esta forma se protege adecuadamente el

interés superior del menor". De aquí que no resulta necesario concretar el

significado de la "excepcionalidad", a que se refiere el Art. 92.8 CC , ya que en

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la redacción del artículo aparece claramente que viene referida a la falta de

acuerdo entre los cónyuges sobre la guarda compartida, no a que existan

circunstancias específicas para acordarla”.78

Debe señalarse que el artículo 92.9 dispone que la persona juzgadora

puede solicitar dictámenes por parte de personas especialistas para constatar la

idoneidad del ejercicio de la patria potestad y del modelo de custodia para el

cuido de las personas menores de edad.

Respecto a la satisfacción de los alimentos de los hijos e hijas, se indica

que la autoridad judicial asigna la contribución correspondiente a cada persona

progenitora; se adecua la cuota a la situación económica y a las necesidades de

las personas menores de edad y de los mayores de edad que sean dependientes

económicamente, según el artículo 93.

El uso de la vivienda familiar se regula en el artículo 96 donde se

establece que el derecho a usarla le pertenece a las personas menores de edad

y al cónyuge con quien permanecen. En el caso de que las personas menores

de edad se hayan distribuido entre ambas personas progenitoras, la autoridad

judicial resolverá lo correspondiente al uso de la vivienda.

Es importante destacar que el Tribunal Supremo en la sentencia 257/2013

ha instaurado como requisitos necesarios para asignar la custodia compartida,

los siguientes:

“la práctica anterior de los progenitores en sus relaciones con el menor y sus

aptitudes personales; los deseos manifestados por los menores competentes; el

número de hijos; el cumplimiento por parte de los progenitores de sus deberes

en relación con los hijos y el respeto mutuo en sus relaciones personales; el

resultado de los informes exigidos legalmente, y, en definitiva, cualquier otro que

permita a los menores una vida adecuada, aunque en la práctica pueda ser más

compleja que la que se lleva a cabo cuando los progenitores conviven”. 79

78 Tribunal Supremo. Sala Primera de lo Civil. Sentencia número 579 del 22 de julio de 2011. 79 Tribunal Supremo. Sala Primera de lo Civil. Sentencia número 257 del 29 de abril de 2013.

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50

El mismo Tribunal Supremo ha indicado que para la procedencia de la

custodia compartida es esencial el respeto entre las personas progenitoras y la

capacidad de estas para actuar siempre en busca del beneficio de las personas

menores de edad, tal y como se expresa en la sentencia 571/2015, al destacar

que:

“Para la adopción del sistema de custodia compartida no se exige un acuerdo

sin fisuras, sino una actitud razonable y eficiente en orden al desarrollo del

menor, así como unas habilidades para el diálogo que se han de suponer

existentes en los litigantes, al no constar lo contrario.

Esta Sala debe declarar que la custodia compartida conlleva como premisa la

necesidad de que entre los padres exista una relación de mutuo respeto que

permita la adopción de actitudes y conductas que beneficien al menor, que no

perturben su desarrollo emocional y que pese a la ruptura afectiva de los

progenitores se mantenga un marco familiar de referencia que sustente un

crecimiento armónico de su personalidad”.80

En España, actualmente, existen comunidades autónomas que han

regulado la custodia compartida dentro de su propia legislación, como lo son

Aragón, Cataluña y Navarra. Seguidamente se explican los aspectos de mayor

relevancia de cada una de ellas para este trabajo.

i. Aragón

En Aragón, se creó la Ley 2/2010, de 26 de mayo, de igualdad en las

relaciones familiares ante la ruptura de convivencia de los padres81, la cual

establecía la custodia compartida como regla preferente. Dicha ley fue derogada

por el Decreto Legislativo 1/2011, de 22 de marzo, del Gobierno de Aragón, por

el que se aprueba, con el título de «Código del Derecho Foral de Aragón», el

Texto Refundido de las Leyes civiles aragonesas82. La regulación se encuentra

en el Libro Primero “Derecho de la persona”, Título II “De las relaciones entre

80 Tribunal Supremo. Sala Primera de lo Civil. Sentencia número 571 del 14 de octubre de 2015. 81 Publicada en el Boletín Oficial de Aragón núm. 111 el 8 de junio de 2010 y en el Boletín Oficial

del Estado núm. 151 el 22 de junio de 2010. 82 Publicado en el Boletín Oficial de Aragón núm. 63 el 29 de marzo de 2011.

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ascendientes y descendientes”, Capítulo II “Deber de crianza y autoridad familiar

y en la Sección III “Efectos de la ruptura de la convivencia de los padres con hijos

a cargo”.

En el artículo 75.2 se indica que el fin que presentan estas normas es

promover que ambas personas progenitoras participen en la crianza y educación

de sus hijos e hijas de manera responsable, compartida e igualitaria. Se

pretende además que las personas menores de edad continúen en relación con

sus hermanos y hermanas, abuelos y abuelas, parientes y personas allegadas.

En el artículo 80 se regula lo referente a la guarda y custodia de los hijos

e hijas. Las personas progenitoras pueden solicitarle a la persona juzgadora que

la guarda y custodia de los hijos e hijas sea compartida o individual. Cuando se

otorgue la custodia compartida, debe establecerse un régimen de convivencia

de cada persona progenitora con sus hijos e hijas, ajustado a la situación familiar;

dicho régimen debe garantizar a ambas personas progenitoras ejercer sus

derechos y deberes de forma igualitaria83. En esta norma se establece, como

medida preferente, la custodia compartida, al optar por la custodia individual

únicamente cuando sea más conveniente. La persona juzgadora debe

considerar el plan de relaciones familiares emitido por cada persona progenitora

y asimismo debe valorar factores como:

“a) La edad de los hijos.

b) El arraigo social y familiar de los hijos.

c) La opinión de los hijos siempre que tengan suficiente juicio y, en todo caso, si

son mayores de doce años, con especial consideración a los mayores de catorce

años.

d) La aptitud y voluntad de los progenitores para asegurar la estabilidad de los

hijos.

e) Las posibilidades de conciliación de la vida familiar y laboral de los padres.

f) Cualquier otra circunstancia de especial relevancia para el régimen de

convivencia”.84

83 Código del Derecho Foral de Aragón. Artículo 80.1 84 Código del Derecho Foral de Aragón. Artículo 80.2

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Para valorar la idoneidad del ejercicio de la autoridad familiar y del tipo de

custodia, la persona juzgadora puede solicitar a especialistas independientes

informes médicos, sociales o psicológicos, previo a resolver85; en esta misma

resolución no se deben separar a los hermanos y hermanas, salvo por motivos

justificados86. En los casos en que la persona progenitora que pretende la

custodia individual objete la custodia compartida, no es suficiente para estimar

que la custodia compartida es contraria al interés de la persona menor de edad87.

En la legislación aragonesa es improcedente la guarda y custodia

compartida e individual cuando la persona progenitora se encuentra incursa en

un procedimiento penal por motivo de atentar contra la vida, la integridad física

o moral, la libertad o la indemnidad sexual del otro progenitor o de los hijos o

hijas y exista una resolución judicial que constate indicios fundados y racionales

de criminalidad. De igual forma, es improcedente cuando la persona juzgadora

advierte de indicios fundados de violencia doméstica o violencia de género, por

los alegatos realizados por las partes y las pruebas recibidas, así regulado en el

artículo 80.6.

Respecto a la vivienda familiar se establece en el artículo 81.1 que en el

régimen de custodia compartida su uso será para la persona progenitora que

posea una mayor dificultad de acceder a una vivienda.

Sobre el mantenimiento de los gastos referentes a la asistencia de los

hijos e hijas, en el artículo 82 se menciona que le corresponde a ambas personas

progenitoras contribuir a ello de forma proporcional con sus recursos

económicos88. La cuota sobre los gastos ordinarios se fija por las necesidades y

recursos de los hijos e hijas y los recursos económicos de las personas

progenitoras89. Estos gastos pueden satisfacerse de manera compartida o

separada dependiendo del tipo de custodia establecido90. Respecto a los gastos

extraordinarios, en esta legislación se hace una división entre los necesarios y

85 Código del Derecho Foral de Aragón. Artículo 80.3 86 Código del Derecho Foral de Aragón. Artículo 80.4 87 Código del Derecho Foral de Aragón. Artículo 80.5 88 Código del Derecho Foral de Aragón. Artículo 82.1 89 Código del Derecho Foral de Aragón. Artículo 82.2 90 Código del Derecho Foral de Aragón. Artículo 82.3

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los no necesarios: los primeros, serán cubiertos por las personas progenitoras,

proporcionalmente a la situación económica que posean; los segundos, serán

cubiertos conforme con los acuerdos entre las personas progenitoras y, a falta

de acuerdo, los cubrirá la persona progenitora que llevó a cabo el gasto91.

ii. Cataluña

En Cataluña se creó la Ley 25/2010, de 29 de julio, del libro segundo del

Código Civil de Cataluña, relativo a la persona y la familia92.

En el artículo 233-10 se señala, respecto al ejercicio de la guarda, que

este debe realizarse conforme con el acuerdo al que llegaron las personas

cónyuges en el plan de parentalidad, excepto que sea perjudicial para las

personas menores de edad a su cargo93. En ausencia de acuerdo, le

corresponde a la persona juzgadora determinar la manera de ejercer la guarda;

quien debe tener presente el carácter conjunto de las responsabilidades

parentales. Pero, si resultara más conveniente al interés de las personas

menores de edad, se otorgará la guarda individual94. El modelo de guarda no

modifica la obligación de alimentos hacia los hijos e hijas; se resalta que debe

ponderarse el tiempo que permanecen con cada persona progenitora y los

gastos que estos últimos paguen de manera directa95.

En el artículo 233-11.1 se señala que debe considerarse el plan de

parentalidad para decidir sobre el régimen y la forma de guarda, así como los

siguientes criterios:

“a) La vinculación afectiva entre los hijos y cada uno de los progenitores, así

como las relaciones con las demás personas que conviven en los respectivos

hogares.

b) La aptitud de los progenitores para garantizar el bienestar de los hijos y la

posibilidad de procurarles un entorno adecuado, de acuerdo con su edad.

91 Código del Derecho Foral de Aragón. Artículo 82.4 92 Publicada en el Diario Oficial de la Generalitat de Cataluña núm. 5686 el 5 de agosto de 2010

y en el Boletín Oficial del Estado núm. 203 el 21 de agosto de 2010. 93 Código Civil de Cataluña. Artículo 233-10.1 94 Código Civil de Cataluña. Artículo 233-10.2 95 Código Civil de Cataluña. Artículo 233-10.3

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c) La actitud de cada uno de los progenitores para cooperar con el otro a fin de

asegurar la máxima estabilidad a los hijos, especialmente para garantizar

adecuadamente las relaciones de estos con los dos progenitores.

d) El tiempo que cada uno de los progenitores había dedicado a la atención de

los hijos antes de la ruptura y las tareas que efectivamente ejercía para

procurarles el bienestar.

e) La opinión expresada por los hijos.

f) Los acuerdos en previsión de la ruptura o adoptados fuera de convenio antes

de iniciarse el procedimiento.

g) La situación de los domicilios de los progenitores, y los horarios y actividades

de los hijos y de los progenitores.”96

En el artículo 233-11.2 se indica que no puede separarse a los hermanos

y hermanas, salvo por causas justificadas.

Respecto a los criterios dados por la persona legisladora catalana para no

atribuir la guarda, se refiere en el artículo 233-11.3, a las situaciones en que

exista una sentencia firme en contra de la persona progenitora, por violencia

familiar o machista en la que los hijos e hijas fueron o puedan ser víctimas, ya

sea directa o indirectamente y cuando existan indicios fundados por los mismos

motivos expuestos.

Sobre la atribución del uso de la vivienda familiar, en el artículo 233-20.2,

se dispone que a falta de acuerdo entre las personas progenitoras, su uso será

asignado al progenitor que posea la guarda de los hijos e hijas, mientras dure.

Sin embargo, en el artículo 233-20.3 apartado a) se dispone que la persona

juzgadora va a conceder el uso de la vivienda familiar a la persona progenitora

más necesitada en los casos en que esté presente la guarda compartida de los

hijos e hijas. En los casos en que la persona progenitora que posee la guarda

tenga medios suficientes para gozar de vivienda para sí y para sus hijos e hijas,

y el otro progenitor que no posee la guarda resulta ser el más necesitado, se

hace posible que la autoridad judicial otorgue el uso de la vivienda a este último,

según el artículo 233-20.4. Además, se establece que cuando la vivienda

96 Código Civil de Cataluña. Artículo 233-11.1

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pertenece a la persona progenitora que no está disfrutando de su uso porque el

mismo le fue concedido al otro progenitor, debe tomarse en cuenta dicha

contribución al momento de establecer el monto destinado para los alimentos de

los hijos e hijas, así lo indica el artículo 233-20.7.

En esta ley no hay regulación específica sobre pensión alimentaria en

custodia compartida; sin embargo, se debe mencionar que en el artículo 237-7

se regula el tema de los alimentos en los casos en que exista una pluralidad de

personas obligadas. Se establece que en estas circunstancias, la obligación

debe ser distribuida de acuerdo con los recursos económicos y las posibilidades

de cada persona obligada. Asimismo, en el artículo 237-9 se refiere a que la

cuantía de los alimentos será determinada en proporción a las necesidades que

posea la persona alimentada y a los medios económicos de las personas

obligadas a su pago.

iii. Navarra

En Navarra se promulga la Ley Foral 3/2011, de 17 de marzo, sobre

custodia de los hijos en los casos de ruptura de la convivencia de los padres97.

En el Capítulo III se establecen las medidas que proceden en ausencia del pacto

de relaciones familiares y es el artículo 3 de nuestro interés el que se desglosa

seguidamente.

Cuando la convivencia de pareja finaliza, las personas progenitoras

pueden solicitar el tipo de guarda y custodia que desean para sus hijos e hijas

menores de edad o incapacitados, ya sea entre la custodia compartida y la

custodia individual, así indicado en el artículo 3.1.

La persona juzgadora puede otorgar la custodia compartida o la individual,

cuando considere que resulta beneficioso para los intereses de los hijos y las

hijas, en las circunstancias en que únicamente una de las partes hizo la solicitud.

Previo a que tome dicha decisión, debe haber escuchado al Ministerio Fiscal,

recabado los dictámenes correspondientes y audiencias, según el artículo 3.2.

97 Publicada en el Boletín Oficial de Navarra núm. 60 el 28 de marzo de 2011 y en el Boletín

Oficial del Estado núm. 87 el 12 de abril de 2011.

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En el artículo 3.3 se establecen los criterios que, aparte de tomar en

consideración la solicitud realizada por cada parte, debe considerar la autoridad

judicial para resolver sobre cuál es el tipo de custodia más apropiado para

cumplir con el interés de los hijos y las hijas menores de edad; se cita:

“a) La edad de los hijos.

b) La relación existente entre los padres y, en especial, la actitud de cada uno de

los progenitores para asumir sus deberes, respetar los derechos del otro y, en

especial, cooperar entre sí y garantizar la relación de los hijos con ambos

progenitores y sus familias extensas.

c) El arraigo social y familiar de los hijos.

d) La opinión de los hijos, siempre que tengan suficiente juicio y, en todo caso,

si son mayores de doce años, con especial consideración a los mayores de

catorce años.

e) La aptitud y voluntad de los padres para asegurar la estabilidad de los hijos.

f) Las posibilidades de conciliación de la vida familiar y laboral de los padres.

g) Los acuerdos y convenios previos que pudieran existir entre los padres y que

estos le hayan justificado.

h) Cualquier otra circunstancia de especial relevancia para el régimen de

convivencia.”98

Con la decisión que se tome, deben tenerse como prioridad los intereses

de los hijos e hijas menores o incapacitados y garantizarse la igualdad que

poseen las personas progenitoras, para relacionarse con sus hijos e hijas, así

estipulado en el artículo 3.4.

En el artículo 3.5 se señala que cuando se establezca la custodia

compartida, la persona juzgadora debe establecer un régimen de convivencia

entre personas progenitoras con sus hijos e hijas que se adecue a la situación

de la familia y que sea equitativo para que ambas personas progenitoras

desempeñen sus derechos y deberes con sus hijos e hijas; además, en principio

98 Ley Foral 3/2011, de 17 de marzo, sobre custodia de los hijos en los casos de ruptura de la

convivencia de los padres. Artículo 3.3

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no debe separarse a los hermanos y hermanas, excepto que exista una situación

que lo amerite, de esta forma se indica en el artículo 3.7.

Con fundamento en el artículo 3.8, la custodia compartida no es atribuible

cuando una de las personas progenitoras se encuentre incurso en un proceso

penal, por motivo de atentar contra la vida, la integridad física o moral, la libertad

o la indemnidad sexual del otro progenitor o de los hijos o hijas y cuando exista

una resolución judicial que compruebe indicios fundados y racionales de

criminalidad. Dichas situaciones deben darse de forma conjunta y aplican tanto

para la custodia compartida como para la individual. Otro motivo que permite

descartar la custodia es en los casos en que la persona juzgadora advierte la

existencia de indicios fundados y racionales de violencia doméstica o violencia

de género, a raíz de los alegatos hechos por las partes y de las pruebas.

b. Italia

En Italia se establece la regulación de la custodia compartida con la Ley

54/200699, a raíz de una modificación a la redacción del artículo 155 del Código

Civil italiano; además, en este cuerpo normativo se agregaron los artículos 155

bis, ter, quater, quinto y sexto.

En el artículo 155 se reconoce que los hijos e hijas tienen que continuar

en relación con ambas personas progenitoras de forma equilibrada y continua y

se constituye un derecho para los primeros recibir el cuidado, la educación y la

instrucción por parte de ambas personas progenitoras. Asimismo, mantener la

relación con las familias extensas por parte del padre y de la madre se reconoce

como indispensable en la vida de las personas menores de edad.

La legislación de este país sostiene la custodia compartida como el

régimen de custodia preferente para las familias, después de una separación;

queda en un segundo plano la custodia exclusiva hacia alguna de las personas

progenitoras. En vía judicial se pretende que primero sean las personas

progenitoras quienes lleguen a un acuerdo sobre las decisiones

99 Publicada en la Gaceta Oficial núm. 50 el 1 de marzo de 2006.

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correspondientes acerca de la instrucción, la salud y la educación de los hijos e

hijas; si no es así, le corresponde a la persona juzgadora tomar las decisiones.

Es en este mismo artículo, donde se establecen aspectos que deben

tomarse en cuenta para asignar proporcionalmente la cuota de mantenimiento,

puesto que les corresponde a las dos personas progenitoras el sustento de sus

hijos e hijas. Se indica: las necesidades que posean los hijos y las hijas

actualmente, el nivel de vida del cual han disfrutado los hijos y las hijas cuando

ambas personas progenitoras convivían juntas, los tiempos de estadía con cada

una de sus personas progenitoras, los ingresos que obtienen las personas

progenitoras y el valor económico que tengan las labores domésticas efectuadas

por parte de cada persona progenitora. La contribución se actualiza respecto a

los índices ISTAT como órgano estadístico de Italia o a reglas establecidas por

ambas partes o por la autoridad judicial. Respecto al mismo tema, se abre la

posibilidad de que la persona juzgadora pueda solicitar más pruebas con la

finalidad de corroborar la información económica brindada por ambas partes; por

lo que puede solicitar información a la autoridad de tributación acerca de las

rentas y los bienes.

En el artículo 155 bis se hace referencia a que el motivo para conceder

una custodia exclusiva a una de las personas progenitoras, sería únicamente si

se estima que puede resultar contrario al principio del interés de la persona

menor de edad, al otorgarle la custodia al otro progenitor. Si se da el caso

anterior, una de las partes puede solicitarle a la autoridad judicial que se le

conceda la custodia exclusiva de las personas menores de edad; sin embargo,

si se demuestra lo contrario, la persona juzgadora tiene la posibilidad de tomar

las medidas que considere pertinentes, por la conducta infundada de la persona

progenitora demandante.

La vivienda familiar se regula en el artículo 155 quater, al indicarse como

aspectos para conceder el uso de esta, los ingresos de ambas personas

progenitoras y el probable título de propiedad. El derecho a usar la vivienda

familiar concluye en aquellos casos donde la persona adjudicataria no resida en

ella, conviva con alguien como pareja o haya contraído matrimonio. Para asignar

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el uso de la vivienda familiar se considera el interés de las personas menores de

edad.

Los hijos e hijas mayores de edad que aún dependen económicamente

de sus personas progenitoras, tienen derecho a que se les asigne un monto

económico por parte de las mismas; el monto debe entregarse respectivamente

al hijo o hija mayor de edad, según el artículo 155 quinto.

Con esta ley se dispone que toda decisión que tome la autoridad judicial

siempre tiene que basarse en el interés moral y material del niño y la niña, la cual

puede escuchar la opinión de las personas menores de edad que posean 12

años o menores de esa edad con la capacidad suficiente para ello. Asimismo, se

estipula que las reglas establecidas con esta ley son adaptables a las situaciones

de anulación de efectos civiles, nulidad de matrimonio y a las familias derivadas

de uniones de hecho.

c. Francia

La custodia compartida fue regulada en el derecho francés en el año 2002,

con la entrada en vigencia de la Ley 2002-305100, mediante la que se modifica

algunos artículos del Código Civil francés. Esta ley “desde su denominación,

minimiza las referencias de género, haciendo preferentemente referencia a los

“progenitores”, y hace desaparecer completamente cualquier referencia a

conceptos como custodia o visitas”.101

Dentro de los aspectos más relevantes se encuentran que se reconoce

en el Código Civil francés el derecho de la persona menor de edad a convivir con

sus personas progenitoras; así lo establece al señalar que “El niño tiene derecho

a mantener relaciones personales con sus ascendientes. Solo motivos graves

podrán obstaculizar este derecho…”.102

100 Ley de responsabilidad parental. N° 2002-305. En vigencia desde el 5 de marzo del 2002. 101 Vicente J. Ibáñez Valverde. El laberinto de la custodia compartida: Claroscuros de un solo

nombre con varios significados. 9. Disponible en: http://www.psicojurix.com/pdf/ellaberintoCC.pdf Accesado el 21 de junio del 2017. 102 Código Civil de Francia. Artículo 371-4.

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De igual manera reconoce que ambas personas progenitoras comparten

responsabilidades hacia las personas menores de edad, al indicar en el artículo

372 que el ejercicio de la patria potestad corresponderá tanto al padre como a la

madre. Reconoce también que ambas personas progenitoras tienen la obligación

de respetar el derecho del otro a convivir con su hijo e hija, al señalar en el

artículo 373-2 que “tanto el padre como la madre deberán mantener relaciones

personales con el niño y respetar los vínculos de éste con el otro progenitor”.103

Un aspecto interesante es que se le da gran importancia a la voluntad de

las personas progenitoras en cuanto deberán presentar un acuerdo en el que

dispongan la forma en que continuarán ejerciendo la patria potestad tras la

separación entre ambos; así lo establece el artículo 373-2-7, en el que se indica

que las personas progenitoras podrán acudir a la persona juzgadora de familia

para que ratifique el convenio en el que han acordado la forma en que ejercerán

la patria potestad y la forma en que contribuirán en la manutención de la persona

menor de edad.

En este mismo artículo se reconoce la importancia de la persona

juzgadora como garante de la protección de los derechos de la persona menor

de edad; en este sentido, se señala “el juez ratificará el convenio, salvo si

constatase que no preserva suficientemente el interés del niño o que el

consentimiento de los padres no se ha dado libremente”.104 Por ello, la

prevalencia del acuerdo tomado por las personas progenitoras, dependerá de

que garantice efectivamente los derechos de las personas menores de edad.

El artículo 373-2-6, reconoce de igual forma la intervención de la persona

juzgadora en los procesos en que se encuentren involucradas personas menores

de edad. Se indica su responsabilidad al deber procurar el mantenimiento de los

vínculos afectivos entre las personas progenitoras y sus hijos e hijas, para lo cual

deberá velar especialmente por la protección de los derechos de la persona

menor de edad.

103 Código Civil de Francia. Artículo 373-2. 104 Código Civil de Francia. Artículo 373-2-7.

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En cuanto a la residencia de la persona menor de edad, se establece que:

“…la residencia del niño podrá fijarse en el domicilio de cada uno de los padres,

con carácter alterno, o en el domicilio de uno de ellos. Si uno de los progenitores

lo solicita, o en caso de desacuerdo entre ambos respecto del modo de

residencia del niño, el juez podrá ordenar con carácter provisional una

alternancia de residencia durante un plazo determinado. Al término de este

plazo, el juez emitirá un fallo definitivo sobre la alternancia de residencia del niño

en el domicilio de cada uno de los padres o la residencia en el domicilio de uno

de ellos”. 105

El artículo 373-2-11 establece una serie de aspectos que la persona

juzgadora deberá tomar en cuenta al momento de determinar la forma en que se

continuará ejerciendo la patria potestad, los cuales son:

“1º La práctica seguida anteriormente por los padres o los acuerdos que

hubiesen firmado con anterioridad; 2º Los sentimientos expresados por el niño

en las condiciones previstas en el artículo 388-1; 3º La aptitud de cada uno de

los padres para asumir sus deberes y respetar los derechos del otro; 4º El

resultado de los informes periciales que hayan podido efectuarse, teniendo en

cuenta particularmente la edad del niño; 5º Los datos de las encuestas y contra-

encuestas sociales previstas en el artículo 373-12 que hayan podido llevarse a

cabo”.106

Quizás uno de los aspectos más interesantes que plantea la Ley de

autoridad parental de Francia es que “antes de cualquier decisión que fije las

modalidades de ejercicio de la patria potestad y del derecho de visita o que confíe

a los hijos a un tercero, el juez podrá encargar a una persona cualificada la

realización de una encuesta social. Ésta tendrá por objeto recabar todas las

informaciones sobre la situación de la familia y sobre las condiciones en que

viven y son educados los hijos…”107. Aspecto que constituye una herramienta

105 Código Civil de Francia. Artículo 373-2-9. 106 Código Civil de Francia. Artículo 373-2-11. 107 Código Civil de Francia. Artículo 373-2-12

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viable para determinar lo que resulta más beneficioso para resguardar el interés

superior de la persona menor de edad.

d. Suecia

La implementación de la custodia compartida adquirió gran importancia

en la legislación sueca a partir del año 1998 con el Código de los hijos y

progenitores (versión en inglés: The Children and Parents Code)108, con el que

se realizaron algunas modificaciones en la legislación interna para facilitar la

implementación de la custodia compartida. Entre algunas de ellas se puede

mencionar que en el caso de aplicarse la custodia compartida se deberá

determinar el lugar de residencia de la persona menor de edad, el cual deberá

establecerse de acuerdo con lo que resulte mejor para la persona menor de

edad. Así mismo, sobre las pensiones alimentarias se estableció que estas

dependen del tiempo que las personas menores de edad pasen con cada una

de sus personas progenitoras; respecto de los gastos de desplazamiento de la

persona menor de edad, estos correrán a cargo de ambas personas

progenitoras.109

Otro aspecto relevante es que se reconoce expresamente la importancia

del interés superior de la persona menor de edad en la sección segunda del

capítulo seis, en la que se indica que el menor interés del niño y la niña debe ser

la consideración primaria en la determinación de las cuestiones relativas a

custodia, residencia o visitas, y que en lo referente a la evaluación de lo que es

mejor para el niño o la niña, se debe prestar atención a la necesidad de la

persona menor de edad de tener contacto próximo y adecuado con sus dos

personas progenitoras.110

Se establece que cuando los progenitores se divorcien y están de

acuerdo, se mantiene el régimen de custodia compartida; sin embargo, el

108Vicente J. Ibáñez Valverde. El laberinto de la custodia compartida: Claroscuros de un solo

nombre con varios significados. 8. 109Andrea Cabrera Álvarez. La custodia compartida. 14. 110Vicente J. Ibáñez Valverde. El laberinto de la custodia compartida: Claroscuros de un solo

nombre con varios significados. 8.

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Tribunal puede aplicar otra modalidad si la custodia compartida resultara

incompatible con el interés superior de la persona menor de edad.111

e. Brasil

La legislación de Brasil establece la custodia compartida con la Ley

11.698/2008, la cual modificó los artículos 1583 y 1584 del Código Civil,

posteriormente entró en vigencia la Ley 13.058/2014112, que reformó dichos

artículos, además de los artículos 1585 y 1634, del mismo cuerpo normativo,

para regular la aplicación de la custodia compartida de una forma más amplia

que la normativa anterior.

La legislación brasileña se destaca porque otorga un concepto de custodia

compartida en el artículo 1583; se define como “la responsabilización conjunta

del ejercicio de los derechos y deberes del padre y de la madre que no viven

bajo el mismo techo concerniente al poder familiar de los hijos comunes”.113

Continuando con el mismo artículo, se regula que en los regímenes de

custodias compartidas el tiempo de interacción que tendrán las personas

menores de edad con ambas personas progenitoras debe ser distribuido de

forma equilibrada con cada una. De igual forma, se dispone que la vivienda en

la que van a residir los hijos e hijas, será la que por su ubicación genere un mayor

beneficio a sus intereses.

En el artículo 1584 se indican los medios para establecer la custodia

compartida, el primero, es que puede ser solicitada por acuerdo entre las

personas progenitoras o de forma individual, ya sea por medio de una acción de

separación o de una medida cautelar, y el segundo, es que puede ser decretada

por la persona juzgadora en beneficio de las necesidades de los hijos e hijas o

por motivos de distribuir el tiempo para que estos convivan con sus personas

progenitoras. Asimismo, en las situaciones en que no existe acuerdo entre

ambas personas progenitoras, respecto al tipo de guarda y ambas son aptas

111 Andrea Cabrera Álvarez. La custodia compartida. 14. 112 Publicada en la Gaceta Oficial el 23 de diciembre de 2014. 113 Código Civil de Brasil. Artículo 1583.

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para ejercerla, la persona juzgadora debe dar prioridad a la guarda compartida,

excepto si una de las partes manifiesta que no desea ejercer la custodia de la

persona menor de edad.

En este mismo artículo, se señala que durante la audiencia de

conciliación, la persona juzgadora tiene el deber de informar a las partes el

significado y la importancia de la guarda compartida, así como también la

similitud de deberes y derechos que poseen las personas progenitoras y las

sanciones derivadas por su incumplimiento. Cuando ocurra un incumplimiento

injustificado de las cláusulas establecidas en la guarda compartida, puede

sancionarse con disminuir los beneficios a su titular. Otro aspecto relevante, es

que la persona juzgadora puede, de oficio o por solicitud del Ministerio Público,

solicitar la orientación de un equipo interdisciplinario para guiar a las partes,

respecto a la división equilibrada del período de convivencia con cada uno de

ellos.

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CAPÍTULO II: LA PENSIÓN ALIMENTARIA

El desarrollo de este capítulo está destinado al análisis de la figura jurídica

de la pensión alimentaria; se desarrolla la evolución normativa que ha tenido en

el Ordenamiento Jurídico costarricense, así como algunas generalidades

indispensables para comprender su contenido. De igual manera, se aborda, de

forma breve, la necesaria relación de esta figura con el modelo de custodia

compartida.

1. Evolución normativa de los alimentos en Costa Rica

a. Código General de la República de Costa Rica de 1841

Popularmente se le conoce como Código General de Carrillo porque

Braulio Carrillo en ese momento era el Jefe Supremo del Estado y fue quien llevó

a cabo su elaboración. Fue emitido el 30 de julio de 1841 y regulaba el derecho

civil, penal y de procedimientos.

Este código se tiene como primer referente de la obligación alimentaria en

nuestro país, porque destinó varias normas sobre alimentos en el Libro Primero

De las personas. En el apartado del matrimonio, se establece las obligaciones

que nacen a partir de este; una de ellas es la obligación de alimentarse entre

cónyuges. Señala el artículo 127 que los alimentos serán dados en proporción

de la necesidad de la persona beneficiaria y de la fortuna de la persona deudora.

En el artículo 128 se establecía como causal de exoneración o reducción de los

alimentos, el hecho de que la persona deudora no pudiera darlos o la persona

beneficiaria no los necesitara.

En este cuerpo normativo se establecía una circunstancia muy particular

en el artículo 129, y es que cuando la persona deudora de alimentos no podía

pagar el monto, la persona juzgadora podía ordenar que esta aceptara en su

casa a la persona beneficiaria alimentaria. Además, con el artículo 151 se hacía

posible que la mujer solicitara una pensión alimentaria en el proceso de divorcio,

como una medida provisoria.

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b. Decreto XIX del 12 de Julio de 1867 (Ley de la Vagancia)

Este decreto, en su parte introductoria, determina quiénes son personas

vagas y las penas para ello, así como para el marido que infrinja con su

obligación de dar alimentos a su esposa.

Previo a su derogación por la Ley número 10 del 6 de junio de 1916, el

artículo 21 señalaba:

“El marido que sin autorización legal para negar alimentos a su esposa, dejare

de suministrarle los que corresponden a sus facultades, será obligado, a ello a

tasación de autoridad y por cada vez que omitiere cumplir con lo ordenado por

esa, sufrirá la pena de diez a treinta pesos de multa o arresto de uno a tres

meses. En la misma pena incurrirá toda persona que igualmente obligada a

proveer los alimentos de otra dejare de verificarlos”.114

El artículo citado es de relevancia para la historia de la pensión alimentaria

en nuestro país, puesto que se establece que quien incumpla con su pago

recibirá una pena, la cual puede ser una multa pecuniaria o el arresto por un

máximo de tres meses, siendo lo anterior garante del cumplimiento de la

obligación alimentaria.

En el artículo 23 se establece que son competentes de conocer esta

materia el Jefe de policía, los Gobernadores y los Jefes políticos, presentando la

capacidad de escuchar a las partes, recibir la prueba y dar una resolución.

El proceso en este decreto “era realmente sumario en vista de que era

oral y las pruebas se evacuaban casi inmediatamente en la audiencia que se les

daba a las partes, ya que las sentencias eran emitidas por las autoridades

competentes dentro de los tres días ulteriores de iniciada la solicitud de

alimentos”.115

114 Decreto XIX. 1867. Artículo 21. 115 Adán Luis Carmona Pérez. “Obligación alimentaria: estudio jurídico–social de la pensión

alimentaria provisional”. Tesis para optar por el grado de Licenciatura en Derecho. Universidad de Costa Rica. San José, Costa Rica. 2008. 27.

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El artículo 24 otorga la facultad de recurrir las decisiones de las

autoridades mencionadas ante otras instancias, como lo son las decisiones de

los Gobernadores ante el Supremo Poder Ejecutivo, las del Jefe de policía ante

el Gobernador de San José y las de los Jefes políticos y alcaldes ante el

Gobernador correspondiente.

c. Código Civil de 1888

Se creó en 1885 por la ley número 30 del 19 de abril y empezó a regir el

1 de enero de 1888 mediante la ley número 63 del 28 de setiembre de 1887

durante el gobierno de Bernardo Soto Alfaro. Es el Código Civil que reglamenta

en la actualidad y con su entrada en vigencia se derogó el Código Civil del Código

General del 30 de julio de 1841.

Con el pasar de los años el Código Civil ha sufrido una serie de reformas

y derogaciones. Una de ellas fue la derogación de los artículos correspondientes

por el Código de Familia Ley número 5476 de 21 de diciembre de 1973.

Este cuerpo normativo incluyó grandes avances respecto a las relaciones

familiares, tales como la incorporación del matrimonio civil, la disposición de las

obligaciones recíprocas entre los cónyuges, la inclusión de la figura del divorcio,

la obligación de inscribir el matrimonio o el divorcio en el Registro Civil y a la

mujer se le reconoce que puede ejercer la patria potestad de sus hijos e hijas.116

d. Ley número 10 del 6 de Junio de 1916

La presente ley pretende evolucionar lo dispuesto en el artículo 21 del

Decreto número XIX del 12 de julio de 1867 popularmente conocido como Ley

de la Vagancia, puesto que se estimaba que presentaba un efecto negativo en

116 Tomás Federico Arias Castro. Historia de la Comisión Codificadora de 1882 y el Código Civil

de 1888. En Revista de Ciencias Jurídicas Nº 28. Costa Rica. 2012. 37-38. Disponible en: https://revistas.ucr.ac.cr/index.php/juridicas/article/viewFile/12548/11793 Accesado el 11 de julio de 2017.

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la persona deudora alimentaria; con la presente ley se le hace posible su derecho

a defenderse en el proceso y probar su situación económica.117

Explica Adán Luis Carmona Pérez, que entre las novedades que insertó

esta ley en materia alimentaria se encuentran, el surgimiento de la cuota por

pensión alimentaria provisional únicamente cuando el proceso tardara más de

un mes; se le reconoce el derecho de defensa a la parte demandada, se crearon

causales expresas de exoneración a la cuota de la pensión alimentaria y reguló

ampliamente el apremio corporal, puesto que estableció como medida que la

persona deudora alimentaria se encontrara presa hasta que realizara el pago de

la pensión alimentaria para cumplir con el mandato de la ley.118

Esta ley posteriormente fue reformada por la Ley número 24 de 1940 y

derogada por la Ley número 1620 de 1953.

e. Ley número 24 del 1 de junio de 1940

Con esta ley lo que se buscaba era derogar el inciso d) del artículo 3 de

la Ley número 10 del 6 de junio de 1916.

Se creó para restringir la intervención del Gobernador en los procesos

alimentarios, el cual actuaba resolviendo el recurso que se hubiere formulado.

Esta intervención era innecesaria y generaba a su vez retrasos y gastos, ya que

los Tribunales Comunes eran quienes dictaban la sentencia.119

f. Ley número 1620 del 5 de septiembre de 1953

La Ley de Pensiones Alimentarias de 1953 fue promulgada como

resultado de un proyecto de ley presentado en el año 1950 a la Asamblea

117 Ana Lucrecia Navarro Carpio. “La Hipoteca Dentro del Proceso de Pensiones Alimentarias”.

Tesis para optar por el grado de Licenciatura en Derecho. Universidad de Costa Rica. San José, Costa Rica. 2012. 22. 118 Adán Luis Carmona Pérez. “Obligación alimentaria: estudio jurídico–social de la pensión

alimentaria provisional”. 29-30. 119 Jorge Andrés Rojas Álvarez. “Análisis de la actividad policial en el marco de las pensiones

alimentarias en Costa Rica. Estudio sobre el desempeño policial y su actividad como auxiliar judicial en los cantones de Palmares y San Ramón”. Tesis para optar por el grado de Licenciatura en Derecho. Universidad de Costa Rica. San Ramón, Costa Rica. 2009. 35.

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Legislativa por miembros del Patronato Nacional de la Infancia120. Con esta

propuesta se buscaba introducir una regulación más amplia sobre el tema de

alimentos, en la que se estableciera la responsabilidad de ambos progenitores

de velar, de acuerdo con sus posibilidades, por la manutención de sus hijos e

hijas121.

Un aspecto importante que se reguló con la entrada en vigencia de esta

ley, es que se limitó la posibilidad de las personas obligadas alimentarias, de

evadir la cuota alimentaria por medio de su salida del país, ya que se establece

la obligación de dejar un depósito de garantía en caso de ausentarse del territorio

nacional122. Así mismo, se estableció que la fijación de la cuota provisional

correspondería a la persona juzgadora que conozca del proceso y que los

juzgados competentes por razón del territorio para conocer de la demanda de

alimentos, podrían ser aquellos pertenecientes tanto a la jurisdicción del

domicilio de la parte demandada como de la parte actora. Se establece la

posibilidad de que la persona obligada alimentaria, pueda realizar el pago de la

cuota en tractos cuando las circunstancias lo ameriten y la posibilidad de que

pudiera buscar trabajo cuando alegara no poder hacer frente a la obligación por

no tenerlo.123

Otro de los cambios que introdujo esta ley fue la ampliación de plazos; por

un lado el plazo a la parte demandada para apelar, que pasó del momento de la

notificación, a tres días posteriores a esta y la ampliación del plazo para dictar

sentencia a ocho días.124

120 Adán Luis Carmona Pérez. “Obligación alimentaria: estudio jurídico–social de la pensión

alimentaria provisional”. 32. 121 Ana Lucrecia Navarro Carpio. “La Hipoteca Dentro del Proceso de Pensiones Alimentarias”.

23. 122 Jorge Andrés Rojas Álvarez. “Análisis de la actividad policial en el marco de las pensiones

alimentarias en Costa Rica. Estudio sobre el desempeño policial y su actividad como auxiliar judicial en los cantones de Palmares y San Ramón”. 36. 123 Ana Lucrecia Navarro Carpio. “La Hipoteca Dentro del Proceso de Pensiones Alimentarias”.

24. 124 Jorge Andrés Rojas Álvarez. “Análisis de la actividad policial en el marco de las pensiones

alimentarias en Costa Rica. Estudio sobre el desempeño policial y su actividad como auxiliar judicial en los cantones de Palmares y San Ramón”. 36.

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La vigencia de esta ley fue de aproximadamente 43 años y tuvo reformas

importantes con la promulgación del Código de Familia en 1973, con el que se

derogan los artículos 4, 6, 7, 8 y 12 de esa ley125. Finalmente fue derogada casi

en su totalidad en el año 1997 por el artículo 69 aparte c) de la Ley de Pensiones

Alimentarias número 7654, con la excepción del artículo 34 párrafo segundo que

mantiene actualmente su vigencia y el cual señala:

“Las certificaciones del Registro Civil, del Registro Público y de la Tributación

Directa se extenderán para efectos de pensión libre de toda expensa a solicitud

de parte. Del mismo modo los edictos que se deriven de la presente ley se

publicarán libre de todo pago”.126

g. Código de Familia de 1973

La entrada en vigencia de la ley 5476 del 21 de diciembre de 1973

representa un cambio significativo para el Derecho de Familia, ya que por medio

de esta se dio origen al primer Código de Familia de Costa Rica, con el cual se

logra separar la rama civil de la familiar y se traslada la materia de familia que

estaba regulada en el Código Civil a un cuerpo legal independiente.127

Dentro de los cambios que introdujo la promulgación del Código de

Familia en la obligación alimentaria, está la derogación de algunos artículos de

la ley número 1620 de 1953 y la incorporación de un capítulo sobre alimentos;

este sufre modificaciones en 1996 con la promulgación de la nueva Ley de

Pensiones Alimentarias que se encuentra vigente actualmente128, la cual será

analizada en el apartado siguiente.

El Código de Familia vigente hasta la fecha contiene en el título IV diez

artículos dedicados a la obligación alimentaria, en donde se establecen aspectos

generales como, características, concepto de alimentos, establecimiento de la

125 Adán Luis Carmona Pérez. “Obligación alimentaria: estudio jurídico–social de la pensión

alimentaria provisional”. 34 126 Ley de Pensiones Alimenticias. N° 1620. 1953. Artículo 34. 127 Ana Lucrecia Navarro Carpio. “La Hipoteca Dentro del Proceso de Pensiones Alimentarias”.

25 128 Adán Luis Carmona Pérez. “Obligación alimentaria: estudio jurídico–social de la pensión

alimentaria provisional”. 34

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cuota provisional, quienes se deben alimentos entre sí, posibilidad de que los

cónyuges demanden alimentos aunque no se encuentren separados, prioridad

de la deuda alimentaria sobre cualquier otra, causales de extinción de la

obligación alimentaria, modificación de la cuota alimentaria, entre otros.

Se regula en el artículo 245 el derecho de las personas convivientes en

unión de hecho, a solicitar pensión alimentaria luego de haber sido reconocida

judicialmente su unión.

h. Ley de Pensiones Alimentarias

La actual Ley de Pensiones Alimentarias número 7654 vigente desde el

23 de enero de 1997 introduce cambios importantes en relación con la anterior

Ley de Pensiones Alimentarias de 1953. Cambios que son resumidos por Adán

Luis Carmona Pérez de la siguiente manera:

“1) Cambios en cuanto a la restricción migratoria del deudor alimentario.

2) La instauración del aguinaldo como una obligación más para el obligado

alimentario, pues en la ley anterior este se fijaba solo por vía jurisprudencial.

3) El reajuste y la actualización automática de la cuota alimentaria.

4) La posibilidad de que el juez fije ultra petite la cuota alimentaria en una

demanda de pensión.

5) Se le da la posibilidad a los acreedores alimentarios de acudir a la defensa

pública para le den asesoría jurídica y los representen en un proceso alimentario,

según sea el caso.

6) Se da una reducción de un año a seis meses de las cuotas alimentarias

acumuladas que se pueden cobrar mediante el embargo y la vía ejecutiva.

7) Además, se admite pagar por adelantado la pensión alimentaria con un bien

inmueble.

8) Se acepta el pago de la obligación alimentaria con la moneda extranjera.

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9) Con respecto a la obligación alimentaria entre ex cónyuges: Se dispone que

es una es una causal de extinción de obligación alimentaria el hecho de que el

acreedor alimentario inicie una convivencia de hecho o contraiga nuevas

nupcias.

10) Se estipula la suspensión de la obligación alimentaria mientras dure la

detención del obligado.

11) Se promulgan sanciones graves por la ocultación de bienes, ya sea para el

deudor o el acreedor alimentario.

12) Se da la posibilidad de depositar la cuota de pensión en una cuenta corriente

del acreedor.

13) A nivel procesal esta ley recoge varios principios, por ejemplo: oralidad,

celeridad, oficiosidad, verdad real, informalidad, sumariedad, gratuidad, entre

otros.

14) Se acepta la recurribilidad del auto que fija la cuota alimentaria

provisional”.129

A pesar de que el Código de Familia contempla un título específico sobre

la obligación alimentaria, la Ley de Pensiones Alimentarias viene a

complementarlo, ya que regula aspectos no contemplados en este, como lo es

el procedimiento, la incorporación de medidas coactivas para hacer efectiva la

obligación alimentaria y la incorporación de los principios que deben ser tomados

en cuenta al aplicar la normativa alimentaria.130

i. Código de la Niñez y la Adolescencia

El Código de la Niñez y la Adolescencia entró en vigencia en el año 1998

con la promulgación de la ley número 7739. Con esta normativa se busca

brindarle protección a los derechos de las personas menores de edad, razón por

129 Adán Luis Carmona Pérez. “Obligación alimentaria: estudio jurídico–social de la pensión

alimentaria provisional”. 36 130 Ivania Araya Vargas. La aplicación de la indignidad como causa eximente de la obligación

alimentaria derivada de una relación de parentesco o filiación. Tesis de grado para optar por el título de Licenciatura en Derecho. Universidad de Costa Rica. San José, Costa Rica. 2013. 41.

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la cual se establecen “los principios fundamentales tanto de la participación

social o comunitaria como de los procesos administrativo y judicial que involucren

los derechos y las obligaciones de esta población”131, así como también se

reconocen derechos y se otorgan beneficios a las personas menores de edad.

Las garantías comprendidas en este cuerpo normativo, por ir dirigidas a

la protección de un sector vulnerable de la población, son de carácter

irrenunciable y de interés público tal y como sucede con la prestación alimentaria

a favor de las personas menores de edad.132

Los artículos 37, 38, 39 y 40 de este cuerpo normativo hacen referencia a

la prestación alimentaria. En el artículo 37 se establece que la prestación

alimentaria comprende también gastos extraordinarios que no son tomados en

cuenta al establecer la cuota ordinaria, ya que se pueden presentar en cualquier

momento.

Se otorga así mismo en el artículo 40 la posibilidad de que las personas

menores de edad puedan, por ellos mismos, solicitar ante los juzgados

competentes el beneficio de alimentos, solicitud con la cual la autoridad

competente dará inicio al proceso respectivo.

j. Otras normas que hacen referencia a los alimentos

Se debe tener presente que el derecho alimentario, además de tener

sustento en una normativa especial y en los cuerpos normativos indicados

anteriormente, se caracteriza por su influencia en las demás ramas del derecho.

Tal es así que se encuentra presente en distintos cuerpos normativos como en

los siguientes artículos, del Código Procesal Civil: 723 inciso 3), 731, 816, 833,

845 y 839, Código Civil: 560, 595, 808 inciso 4), 984 incisos 2) y 6), 1377, Código

de Trabajo: 30 inciso a), 33, 43 incisos c) y d), 172 y 253, Ley de Jurisdicción

Constitucional: 113 inciso ch), Ley Orgánica del Poder Judicial: 106 y 120, Ley

contra la Violencia Doméstica: 3 inciso l), Código Procesal Penal: 152 y 249,

131 Código de la Niñez y la Adolescencia. N° 7739. 1998. Artículo 1. 132 Ivania Araya Vargas. La aplicación de la indignidad como causa eximente de la obligación

alimentaria derivada de una relación de parentesco o filiación. 41.

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Código Penal: 104, 185 y 186, Código de Comercio: 345, y en el Código

Tributario: 59 inciso b).

La mención de la normativa anterior se da con el fin de ilustrar la influencia

del derecho alimentario en los distintos aspectos sociales en los que las

personas ciudadanas intervienen como sujetos que generan derechos y

obligaciones.

La importancia de la materia alimentaria se ve reflejada así mismo en

distintos instrumentos internacionales que han sido ratificados por Costa Rica a

través de los años, como lo es su regulación en los siguientes artículos, del Pacto

Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales: 11, Convención

sobre la Eliminación de todas las formas de Discriminación contra la Mujer: 13

inciso a), Código de Bustamante: 67 y 68, Convención Americana sobre

Derechos Humanos: 7.7, Convención sobre los Derechos del Niño: 6, 24 y 27, y

en la Convención Interamericana sobre Obligaciones Alimentarias.

El artículo 27 de la Convención sobre los Derechos del Niño refiere:

“(…) 2. A los padres u otras personas encargadas del niño les incumbe la

responsabilidad primordial de proporcionar, dentro de sus posibilidades y medios

económicos, las condiciones de vida que sean necesarias para el desarrollo del

niño. (…)

4. Los Estados Partes tomarán todas las medidas apropiadas para asegurar el

pago de la pensión alimenticia por parte de los padres u otras personas que

tengan la responsabilidad financiera por el niño, tanto si viven en el Estado Parte

como si viven en el extranjero. (…)”133

Queda claro que la Convención sobre los Derechos del Niño reconoce la

responsabilidad que existe con las personas menores de edad y los Estados que

la han ratificado aceptan y se comprometen a su cumplimiento. Se deben tomar

las medidas necesarias para que las personas encargadas de las personas

menores de edad cumplan con la obligación de brindarles los medios necesarios

133 Convención sobre los Derechos del Niño. Artículo 27.

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para su subsistencia y desarrollo, y es lógico que dentro de esas condiciones de

vida adecuadas se encuentra la obligación de prestar alimentos. En el mismo

sentido, se busca garantizar que las legislaciones de los Estados partes

implementen medios coercitivos para el cumplimiento efectivo de la pensión

alimentaria y Costa Rica no ha sido ajeno a ello.

Es importante destacar la Convención Interamericana sobre Obligaciones

Alimentarias que tiene como objeto de acuerdo a su artículo 1:

“…la determinación del derecho aplicable a las obligaciones alimentarias, así

como a la competencia y a la cooperación procesal internacional, cuando el

acreedor de alimentos tenga su domicilio o residencia habitual en un Estado

Parte y el deudor de alimentos tenga su domicilio o residencia habitual, bienes o

ingresos en otro Estado Parte”.134

A partir de los cuerpos legales mencionados, se logra apreciar que la

legislación costarricense ha ido avanzando en materia de prestaciones

alimentarias a través de los años, ya que contiene normativa abundante que

reconoce la importancia de proteger a un sector de la sociedad que se encuentra

vulnerable por su condición de minoridad y necesidad. Esta consideración ha

sido señalada por la Sala Segunda de la Corte Suprema de Justicia al expresar:

“La paternidad y la maternidad son hechos naturales y sociales de gran

trascendencia, que hacen surgir para los progenitores una serie de obligaciones

–materiales y morales- en relación con los o las hijas que procreen. Muchas de

esas obligaciones están debidamente regladas. El artículo 164 del Código de

Familia establece las prestaciones que conlleva pagar alimentos… el inciso 2)

del artículo 169, señala que tanto el padre como la madre están en la obligación

de proveer alimentos a sus hijos (as) menores o incapaces. En el Código de la

Niñez y la Adolescencia…se introdujeron una serie de normas que vienen a

fortalecer aquellas obligaciones contenidas expresamente en el primer código

citado…en el artículo 29 se establece el derecho del niño o de la niña a gozar de

un desarrollo integral…En el artículo 37 de ese mismo cuerpo de normas, se

134 Convención Interamericana sobre Obligaciones Alimentarias. 1989. Artículo 1.

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remite al Código de Familia y a las leyes conexas …en cuanto a la materia

alimentaria, al tiempo que amplía el concepto de alimentos,…Luego, en ese

mismo código se prevén una serie de normas que, sin duda alguna, vienen a

desarrollar normativa de mayor rango; en especial, la contenida en la

Constitución Política y en la Declaración de los Derechos del Niño…La

protección de las personas menores de edad constituye, entonces, un pilar

fundamental del Estado, según se desprende de las normas 51, 53, 55 y 71 de

la Carta Magna” 135.

A pesar de la amplia regulación sobre materia alimentaria, esta normativa

requiere cambios importantes conforme la sociedad va evolucionando, ya que

existen algunas situaciones a las que esta normativa no les da respuesta.

2. Aspectos fundamentales de la pensión alimentaria

a. Concepto de alimentos

La definición que se le otorgue a los alimentos va a depender del contexto

en el que sea utilizado este vocablo. Siendo necesaria por tal razón la distinción

entre alimentos en sentido gramatical y alimentos en el ámbito jurídico legal.

i. Alimentos en sentido gramatical

Gramaticalmente el concepto de alimentos responde a la definición

conocida popularmente por la mayoría de las personas136, es decir aquella en la

que alimento es toda aquella sustancia que pueda ser consumida vía bucal por

los seres vivos, las cuales “tras su ingesta, contribuyen al mantenimiento de las

funciones fisiológicas y la regulación del metabolismo de los seres vivos137.

135 Sala Segunda de la Corte Suprema de Justicia. Sentencia número 2004-00574 de las 9 horas

y 30 minutos del 14 de julio del 2004. 136 Adán Luis Carmona Pérez. “Obligación alimentaria: estudio jurídico–social de la pensión

alimentaria provisional”. 50 137 Ana Lucrecia Navarro Carpio. “La Hipoteca Dentro del Proceso de Pensiones Alimentarias”.

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Sharon Kramarz Lang indica que “el sentido gramatical de alimentos se

limita a la nutrición alimenticia vía bucal a la satisfacción de las necesidades

vitales”. 138

Por lo que la concepción gramatical de alimentos constituye solamente

una parte de lo que comprende la noción jurídica legal de alimentos. La ley que

amplía el contenido de lo que comprende el término de alimentos, no se limita a

relacionarlo únicamente con la ingesta bucal de sustancias nutritivas.

ii. Alimentos en sentido jurídico- legal

La noción jurídica legal de alimentos es mucho más amplia que la

gramatical, puesto que se encuentra integrada tanto por nutrientes de ingesta

bucal como por otros elementos necesarios para que la persona humana se

desarrolle adecuadamente. Por lo que el concepto de alimentos en el ámbito

legal incluye aspectos “reales y ineludibles para el sano y normal desarrollo

moral, psicológico y espiritual del alimentario como son, por ejemplo, la diversión,

el transporte, vestido, la salud, la educación”.139

Pedro José Beirute Rodríguez, indica que:

“Jurídicamente alimentación tiene un sentido mucho más amplio y comprende,

no solo las sustancias nutritivas, sino también el vestido, la habitación, la

asistencia médica, la educación e instrucción, y en general los alimentos se

traducen en una forma de dinero que una persona debe u otra para su

mantenimiento y su subsistencia”.140

En el ámbito jurídico los alimentos están destinados a satisfacer no solo

las necesidades materiales de subsistencia, vestuario, habitación y asistencia en

las enfermedades, sino también las necesidades morales y culturales. De esta

forma, la cuota por concepto de alimentos deberá establecerse atendiendo a las

138 Sharon Kramarz Lang citada por Adán Luis Carmona Pérez. “Obligación alimentaria: estudio

jurídico–social de la pensión alimentaria provisional”. 51 139 Adán Luis Carmona Pérez. “Obligación alimentaria: estudio jurídico–social de la pensión

alimentaria provisional”. 51 140 Pedro José Beirute Rodríguez citado por Ana Lucrecia Navarro Carpio. “La Hipoteca Dentro

del Proceso de Pensiones Alimentarias”. 29.

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necesidades, condición social, estilo de vida de la persona beneficiaria y a la

capacidad económica de la persona obligada alimentaria.141

El amplio contenido que se le ha asignado al concepto de alimentos tiene

sustento normativo en el artículo 164 del Código de Familia en el que se

establece el concepto de alimentos, el 160 bis, en el que se establecen otros

aspectos que forman parte de la prestación alimentaria y el 37 del Código de la

Niñez y la Adolescencia, los cuales respectivamente señalan:

Artículo 164:

“Se entiende por alimentos lo que provea sustento, habitación, vestido,

asistencia médica, educación, diversión, transporte y otros, conforme a las

posibilidades económicas y el capital que le pertenezca o posea quien ha de

darlos. Se tomarán en cuenta las necesidades y el nivel de vida acostumbrado

por el beneficiario, para su normal desarrollo físico y síquico, así como sus

bienes”.142

Respecto a este artículo, Mariela Granados García y Maritza Alfonso

Valdés estiman que:

“El sustento alude a la alimentación en sí, incluyendo mínimo tres comidas

diarias, así como dos meriendas. La habitación involucra el pago de la casa, sea

de alquiler o de un préstamo adquirido para comprarla, los servicios públicos,

impuestos municipales, así como gastos adicionales que pueden corresponder

a la Internet y cable, seguridad privada o cuotas condominales. Por su parte, el

vestido implica la compra de ropa que coadyuva a la identidad de género. La

asistencia médica contiene, tanto el seguro social como los gastos de

especialistas. La educación puede ser pública o privada, según el acuerdo de los

progenitores cuando se trata de su descendencia, e implica el pago de una

buseta, mensualidades, meriendas, actividades escolares, etc. La diversión

puede incluir el cine, paseos a la playa, comida chatarra, y hobbies que tenga la

141 Claudio Alejandro Belluscio. Prestación alimentaria: régimen jurídico. Aspectos legales,

jurisprudenciales, doctrinarios y prácticos. (1 edición, Editorial Universidad, Ciudad de Buenos

Aires, Argentina, 2006). 35. 142 Código de Familia. Artículo 164.

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persona beneficiaria. El transporte puede corresponder al propio que implica

gastos como marchamo, gasolina, Revisión Técnica Vehicular y mantenimiento

en general; si es público, entonces, cubre los pases que deben pagarse para el

traslado, etc.”.143

Artículo 160 bis:

“La prestación alimentaria comprenderá también la educación, instrucción o

capacitación para el trabajo de los alimentarios menores de edad, incapaces o

que se encuentren en la situación prevista en el inciso 6) del artículo anterior.

Asimismo, incluirá la atención de las necesidades para el normal desarrollo físico

y síquico del beneficiario…”.144

Artículo 37 del Código de la Niñez y la Adolescencia:

“El derecho a percibir alimentos se garantiza en los términos previstos en el

Código de Familia y las leyes conexas. Extraordinariamente, la prestación

alimentaria comprenderá, además, el pago de lo siguiente:

a) Gastos extraordinarios por concepto de educación, derivados directamente

del estudio o la instrucción del beneficiario.

b) Gastos médicos extraordinarios, de necesidad notoria y urgente.

c) Sepelio del beneficiario.

d) Cobro del subsidio prenatal y de lactancia.

e) Gastos por terapia o atención especializada, en casos de abuso sexual o

violencia doméstica”.145

143 Mariela Granados García y Maritza Alfonso Valdés. Incorporación de medidas alternativas

para asegurar el pago de la obligación alimentaria en el ordenamiento jurídico costarricense. Tesis de grado para optar por el título de Licenciatura en Derecho. Universidad de Costa Rica. Costa Rica. 2015. 18. Disponible en: http://iij.ucr.ac.cr/wp-content/uploads/bsk-pdf-manager/2017/06/Incorporaci%C3%B3n-de-Medidas-Alternativas-para-Asegurar-el-Pago-de-Pensi%C3%B3n-Alimentaria-en-el-Ordenamiento-Jur%C3%ADdico-Costarricense..pdf Accesado el 31 de julio del 2017. 144 Código de Familia. Artículo 160 bis. 145 Código de la Niñez y la Adolescencia. Artículo 37.

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De acuerdo con este artículo, la cuota por concepto de alimentos no debe

ser vista como una cuota fija, ya que los gastos surgidos extraordinariamente

para garantizar el desarrollo integral de la persona beneficiaria deberán ser

cancelados por la persona obligada alimentaria en razón de que constituyen una

extensión de lo que debe entenderse por alimentos.

Así lo ha establecido la Sala Constitucional al señalar que:

“…deben entenderse por incluidos dentro de este todo lo necesario para el

desarrollo de la existencia física y emocional mínima de los alimentarios,

incluyéndose dentro de esta obligación tanto los gastos ordinarios como

extraordinarios”.146

La extensión del concepto de alimentos ha sido señalada de igual forma

por el Tribunal de Familia al indicar:

“Cuando se habla de alimentos en sentido jurídico, no solamente se entienden

las sustancias nutritivas que deben consumir las personas para subsistir

físicamente. Ese término es un término más amplio que eso, que incluye además

las necesidades de vestido, habitación, salud, educación, recreación etc, y que

así ha sido legislado en nuestro país…, por lo que para hacer cualquier fijación

deben, necesariamente, tomarse en cuenta todos estos aspectos”.147

De los artículos citados previamente (160 bis, 164 del Código de Familia

y el 37 del Código de la Niñez y la Adolescencia), se desprende que no resulta

fácil dar una definición precisa sobre lo que debe entenderse por alimentos en el

ámbito jurídico. Esto se debe a que las necesidades de cada persona acreedora

alimentaria son diferentes en cada caso concreto, razón por la cual la ley

únicamente señala aspectos esenciales para el desarrollo de una persona que

deben tomarse en cuenta al momento de establecer la cuota por concepto de

alimentos.

146 Sala Constitucional de la Corte Suprema de Justicia. Sentencia número 6093-94 de las 9

horas y 12 minutos del 18 de octubre de 1994. 147 Tribunal de Familia. Sentencia número 632-09 de las 10 horas y 50 minutos del 21 de abril

del 2009.

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Al tomar en cuenta los aspectos dados por la ley que denotan el contenido

tan amplio del concepto de alimentos en el ámbito jurídico, resulta acertada la

definición dada por Osvaldo F. Pitrau citado por Claudio Belluscio, al definir

alimentos como una “prestación asistencial familiar integral”148.

b. Concepto de obligación alimentaria

Previo a definir el concepto de obligación alimentaria es importante

conocer algunas generalidades de la obligación.

Para Alberto Brenes Córdoba la obligación constituye “… un vínculo

jurídico en virtud del cual una persona se halla compelida a dar, hacer o no hacer

alguna cosa”.149

En similar sentido Andrea Segura Corrales define la obligación como

“…aquella figura jurídica en la cual un sujeto se encuentra constreñido –obligado-

a realizar a favor de otro sujeto una determinada prestación que puede consistir

en un dar, en un hacer o un no hacer”.150

Para que la obligación nazca a la vida jurídica es necesario la existencia

de dos personas, sean físicas o jurídicas; entre ellas debe existir un vínculo

jurídico, a partir del cual una de ellas estará obligada a realizar determinada

prestación y la otra estará facultada a exigir su cumplimiento. Por lo que ante

una obligación jurídica se estará siempre en presencia de derechos y deberes,

por un lado, el derecho de una parte de exigir la prestación, y por otro, el deber

de la otra de hacer efectivo ese derecho.151

Lo anterior es aplicable igualmente a la obligación alimentaria, en razón

de que en el contexto de la prestación alimentaria intervienen dos sujetos

148 Osvaldo F. Pitrau citado por Claudio Alejandro Belluscio. Prestación alimentaria: régimen

jurídico. Aspectos legales, jurisprudenciales, doctrinarios y prácticos. 36 149 Alberto Brenes Córdoba citado por Ana Lucrecia Navarro Carpio. “La Hipoteca Dentro del

Proceso de Pensiones Alimentarias”. 34 150 Andrea Segura Corrales. “El enriquecimiento ilícito del obligado alimentario como

consecuencia de los problemas prácticos y de trámite en los despachos judiciales para el cobro de la pensión alimentaria”. Tesis de grado para optar por el título de Licenciatura en Derecho. Universidad de Costa Rica. San José, Costa Rica. 2012.14. 151 Adán Luis Carmona Pérez. “Obligación alimentaria: estudio jurídico–social de la pensión

alimentaria provisional”. 56

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esenciales; por un lado la persona beneficiaria o acreedora alimentaria que es la

que ostenta el derecho de solicitar el cumplimiento de la obligación alimentaria y

en contrapartida la persona obligada alimentaria quien debe cumplir con la

obligación que tiene hacia la persona beneficiaria en razón de los vínculos filiales

de parentesco.

Al referirse a obligaciones alimentarias se debe partir de que estas tienen

un matiz especial por la materia que tratan, ya que tienen su origen en los

vínculos filiales que se encuentran reconocidos por la normativa nacional como

internacional, por lo que la obligación alimentaria tiene su origen principalmente

en la ley.152

Esta posición es mantenida por la Sala Constitucional, la cual en

reiteradas ocasiones se ha pronunciado al respecto señalando que:

“…la deuda alimentaria se sustrae de los conceptos normativos comunes, para

recibir una protección especial, pues dentro de ella se encuentra inmerso el

cúmulo de derechos fundamentales que tiene todo ser humano al desarrollo

integral…”153

Respecto a su diferencia con las obligaciones civiles indicó:

“…la deuda alimentaria no es en sí misma una deuda civil, ya que a la misma, a

pesar de ser una obligación patrimonial, le alcanzan los caracteres

fundamentales propios de la materia alimentaria, diversos de las obligaciones

meramente patrimoniales comunes, las cuales tienen su base en los contratos o

fuentes generales de las obligaciones, en tanto la obligación de dar alimentos se

deriva de las vínculos familiares que impone ya sea el matrimonio, la patria

potestad o bien el parentesco, obligación dentro de la cual se encuentran

152 Andrea Segura Corrales. “El enriquecimiento ilícito del obligado alimentario como

consecuencia de los problemas prácticos y de trámite en los despachos judiciales para el cobro de la pensión alimentaria”. 15-16. 153 Sala Constitucional de la Corte Suprema de Justicia. Sentencia número 6123-93 de las 14

horas y 27 minutos del 23 de noviembre de 1993.

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incluidos todos aquellos extremos necesarios para el desarrollo integral de los

menores o la subsistencia de los acreedores de alimentos.”154

En similar sentido y de una manera más amplia, expresó:

“…La obligación de suministrar alimentos, es una prestación económica que,

guardando la debida relación entre las posibilidades económicas de la persona

obligada y las necesidades del alimentario, tiene por finalidad satisfacer el

suministro de sustancias nutritivas o comestibles, de atención médica y

medicamentos, cubrir las necesidades de vestido, habitación y recreación,

tratándose de menores, proporcionar los recursos necesarios a fin de procurar

la educación formal o informal con el fin de proporcionar un desarrollo integral

como ciudadano y ser humano. La prestación alimentaria no tiene en

consecuencia, únicamente el valor patrimonial. Precisamente en razón de ello,

no se admite su compensación, ni la cesión del derecho alimenticio; y por

consiguiente, tampoco la transacción ni el compromiso sobre ella. Lo discutido

en los procesos alimentarios, no es como se indicó una prestación meramente

pecuniaria, con un fin de lucro, como si se tratase de cualquier otro proceso civil,

sino que si bien es cierto la deuda es monetaria, ésta va dirigida a satisfacer las

necesidades de todo ser humano para poder lograr un desarrollo armónico.

Nótese que el bien jurídico protegido a través de la imposición de una pensión

alimentaria, es la necesidad y condición de dependencia en que se encuentra el

acreedor alimentario respecto al obligado. En virtud de lo anterior, es que no

puede asemejarse la obligación alimentaria a cualquier otra obligación jurídica,

toda vez que en la alimentaria, los poderes familiares de exigir tal prestación, no

se atribuyen con el fin de satisfacer un interés meramente personal, sino para

subvenir a una necesidad superior de carácter familiar”.155

La obligación alimentaria constituye una relación jurídica (protegida de

manera especial por la ley) en la que una persona (beneficiaria o acreedora) se

154 Sala Constitucional de la Corte Suprema de Justicia. Sentencia número 1620-93 de las 10

horas del 2 de abril de 1993. 155 Sala Constitucional de la Corte Suprema de Justicia. Sentencia número 6610-01 de las 15

horas con 59 minutos del 10 de julio del 2001.

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encuentra facultada por los diferentes vínculos filiales establecidos en la ley a

solicitar de parte de otra persona (obligada alimentaria) la satisfacción de sus

necesidades esenciales para subsistir.

c. Naturaleza de la obligación alimentaria

La obligación alimentaria tiene como fundamento principal la protección

de derechos fundamentales pertenecientes a personas que se encuentran en

estado de vulnerabilidad. Dicho estado de vulnerabilidad tratándose de

obligaciones alimentarias corresponde a la persona beneficiaria, quien al

encontrarse en una situación de necesidad se ve obligada a exigir el

cumplimiento de los derechos que ostenta en razón de los vínculos filiales.

Sobre el estado de vulnerabilidad la Sala Constitucional, ha indicado lo

siguiente:

“Recuérdese que el bien jurídico protegido a través de la imposición de una

pensión alimentaria, es la necesidad y condición de dependencia en que se

encuentra el acreedor alimentario respecto al obligado. Por consiguiente, no se

les puede estimar en igualdad de condición, de hecho los acreedores

alimentarios recurren a los Tribunales por encontrarse en una situación de

necesidad y precariedad, toda vez que el obligado incumplió con sus deberes

familiares y legales”.156

De esta forma, el nacimiento de la obligación alimentaria se encuentra

precedido por la existencia de un vínculo familiar y de parentesco de los sujetos

que se encuentran involucrados en ella. Dicho vínculo se encuentra protegido

por la ley “basándose en la idea de un justo principio de solidaridad familiar, por

ello, limita este derecho a los grados próximos de parentesco y afinidad”157.

La naturaleza jurídica de la obligación alimentaria derivada de los vínculos

filiales responde a que las personas obligadas alimentarias tienen tanto derechos

como obligaciones en relación con las personas beneficiarias, tal y como ocurre

156 Sala Constitucional de la Corte Suprema de Justicia. Sentencia número 6610-01 de las 15

horas con 59 minutos del 10 de julio del 2001. 157 Sala Constitucional de la Corte Suprema de Justicia. Sentencia número 6610-01 de las 15

horas con 59 minutos del 10 de julio del 2001.

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en el caso de las personas progenitoras que se encuentran obligadas al pago de

una cuota por concepto de alimentos en favor de sus hijos e hijas. Por lo que la

obligación alimentaria de las personas progenitoras respecto a sus hijos e hijas

proviene además de la ley, de un deber moral en el que la persona progenitora

debe prestar ayuda y protección a la persona menor o mayor de edad por su

estado de vulnerabilidad o necesidad en que se encuentre.

d. Características de la obligación alimentaria

El artículo 2 de la Ley de Pensiones Alimentarias señala las siguientes

características:

“(…) Para la integración, se tomarán en cuenta las características de la

obligación alimentaria: perentoria, personalísima, irrenunciable, y prioritaria, así

como la directriz de responsabilidad en el cumplimiento de los deberes de familia.

(…)”.158

Seguidamente se explican las particularidades de la obligación

alimentaria determinadas por la legislación y otras asignadas por la doctrina.

Respecto a la directriz de responsabilidad en el cumplimiento de los deberes de

familia, esta se desarrolla en el apartado de los presupuestos por tomar en

cuenta, para la fijación de la cuota alimentaria.

i. Perentoria

Esta característica hace referencia a la cualidad de urgencia de la

obligación alimentaria. Por tal razón es que al solicitarse una pensión alimentaria

se fija provisional, para que la persona beneficiaria no se perjudique mientras

culmina el proceso en los juzgados que establecerán la pensión definitiva. La

fijación de la pensión alimentaria provisional se encuentra en el artículo 21 de la

Ley de Pensiones Alimentarias.

La existencia de esta característica genera que la legislación haya creado

medios coercitivos para el cumplimiento de la obligación alimentaria, entre ellos

158 Ley de Pensiones Alimentarias. N° 7654. 1996. Artículo 2.

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el embargo o retención del salario, el impedimento de salida del país y el apremio

corporal.159

Al respecto la Sala Constitucional ha manifestado:

“(…) los propios valores constitucionales y del derecho de los derechos humanos

vinculan ese derecho de los más débiles y esa obligación de los más fuertes a la

dignidad natural de la persona humana, dignidad que justifica suficientemente

disposiciones urgentes como las previstas en la Ley de Pensiones Alimenticias

para la fijación de una pensión provisional y sus garantías, inclusive mediante el

apremio corporal”.160

ii. Personalísima

La obligación alimentaria es personalísima porque la persona deudora y

la persona acreedora son dos personas específicas, son únicamente los sujetos

que establece la legislación, de ahí que estas personas no pueden pactar

traspasar ese derecho a otros. Dicho rasgo caracterizador encuentra

fundamento en el artículo 167 del Código de Familia.

La obligación alimentaria se extingue con la muerte, ya sea de la persona

beneficiaria o deudora, a razón de que dejan de existir las necesidades de la

primera así como la deuda alimentaria que debía cumplir la segunda; asimismo

se acepta la posibilidad de que en la sucesión de la persona deudora de

alimentos se demanden alimentos pasados y vigentes.161

Como fundamento en la característica personalísima que posee la

obligación alimentaria, la Sala Constitucional ha manifestado lo siguiente:

“(…) se debe a que depende exclusivamente de las circunstancias individuales

del deudor y acreedor alimentarios, por lo que la obligación y el derecho de

alimentos no son susceptibles de transmisión, ni inter vivos, ni por causa de

159 Ivania Araya Vargas. La aplicación de la indignidad como causa eximente de la obligación

alimentaria derivada de una relación de parentesco o filiación. 72-73. 160 Sala Constitucional de la Corte Suprema de Justicia. Sentencia número 300-90 de las 17

horas del 21 de marzo de 1990. 161 Ana Lucrecia Navarro Carpio. “La Hipoteca Dentro del Proceso de Pensiones Alimentarias”.

40.

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muerte de alguno de los sujetos de la relación; esto es así dado que los alimentos

se confieren exclusivamente a una persona determinada en razón de sus

necesidades particulares y, correlativamente, se imponen solo a una persona

determinada, tomando en cuenta su carácter de pariente o cónyuge así como

sus posibilidades económicas”.162

iii. Irrenunciable

El derecho alimentario es irrenunciable para la persona beneficiaria

porque los aspectos que abarca son urgentes para su sobrevivencia y una vida

digna, así como tampoco es procedente que la persona deudora manifieste que

renuncia a pagar la cuota de la obligación alimentaria. En el artículo 167 del

Código de Familia se indica esta característica.

Las cuotas alimentarias pasadas pierden su carácter perentorio y al

volverse deudas comunes es posible su renuncia para la persona beneficiaria de

la pensión alimentaria.163 Asimismo, es importante mencionar que el derecho a

la pensión alimentaria puede renunciarse expresamente en un divorcio,

únicamente aplicando para los cónyuges.

“La irrenunciabilidad obedece al propósito de proteger al propio alimentado de

las maniobras o presiones que pudiera utilizar el obligado a prestar los alimentos,

para convencer al primero de que renuncie al derecho a percibirlos”.164

Cabe destacar que a pesar de que las personas progenitoras pacten en

un convenio que los alimentos de las personas menores de edad estarán a cargo

de solo uno de ellos, de igual forma puede solicitarse posteriormente el pago de

una pensión alimentaria a su favor, para cumplir con su responsabilidad,

precisamente por el carácter de irrenunciabilidad que presenta el derecho

162 Sala Constitucional de la Corte Suprema de Justicia. Sentencia número 2008-13817 de las 10

horas y 5 minutos del 9 de septiembre del 2008. 163 Adán Luis Carmona Pérez. “Obligación alimentaria: estudio jurídico–social de la pensión

alimentaria provisional”. 106. 164 Claudio Alejandro Belluscio. Prestación alimentaria: régimen jurídico. Aspectos legales,

jurisprudenciales, doctrinales y prácticos. 55.

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alimentario. Respecto a este mismo punto, la Sala Segunda ha manifestado lo

siguiente:

“(…) ha sido reiterada la jurisprudencia de nuestros Tribunales, que los aspectos

del convenio que se refieren a la autoridad parental, y a la obligación alimentaria

y su monto, no adquieren, a pesar de su homologación judicial, carácter

definitivo; ello por cuanto la sentencia del órgano jurisdiccional, sobre el

particular, solamente está revestida de cosa juzgada formal, por lo que su

eficacia es concreta y transitoria y sólo para el proceso que la motivó mas. a

través de uno posterior, puede ser modificada. Y en ese orden de ideas, aquellas

cláusulas del convenio que liberaban al padre de la obligación alimentaria y se

la imponían de manera exclusiva a la madre, resultan contrarias a normas

imperativas, como lo son, en este caso, los numerales 154 y 156, inciso 2°), del

Código de Familia; por cuanto, por una mera exclusión convenida por los padres,

implícitamente se le imponía a los hijos, la renuncia a su derecho a reclamarle

alimentos a (…) en la medida en que se colmaran sus necesidades

subsistenciales, lo que obligaba a los Juzgadores a actuar en defensa de los

derechos e intereses de los niños (…)”.165

iv. Prioritaria

La obligación alimentaria prevalece sobre las demás obligaciones por su

condición de prioridad, así establecido en el artículo 171 del Código de Familia y

demostrándose su carácter preferente en el artículo 64 de la Ley de Pensiones

Alimentarias.

La Sala Constitucional sobre la prioridad de la prestación alimentaria

afirmó que:

“(…) los alimentos que de ella resultan, tienden, primordialmente, a proveer

sustento, que impone la autoridad judicial luego de constatar el parentesco, la

165 Sala Segunda de la Corte Suprema de Justicia. Sentencia número 133 de las 10 horas y 10

minutos del 14 de agosto de 1991.

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cual tiene, por lo demás, primacía sobre cualquier otra deuda, sin excepción

(…)”.166

v. Divisible

La obligación alimentaria posee la flexibilidad de ser pagada en dos

tractos, ya sea por medio de cuotas quincenales o cuotas mensuales,

encontrando su fundamento en el artículo 165 del Código de Familia. Asimismo,

en el artículo 32 de la Ley de Pensiones Alimentarias se señala la posibilidad

que posee la persona deudora alimentaria para cancelar las cuotas vencidas en

tractos.

En este sentido manifiesta Ana Lucrecia Navarro Carpio:

“No se trata en este caso de un cumplimiento a medias de la obligación

alimentaria, ya que esto sería contrario a su naturaleza en el entendido de que

la necesidad alimentaria no sólo debe cubrirse diariamente (todos los días se

come, todos los días se viste, todos los días se requiere un techo bajo el cual

vivir) sino de la posibilidad que se da al deudor de realizar pagos mensuales o

quincenales según sean las posibilidades y necesidades de las partes o bien por

acuerdo que medie entre ambas”.167

vi. Proporcional

La prestación alimentaria debe ser fijada proporcionalmente de acuerdo

con la capacidad económica y al capital de la persona obligada a brindarla, y a

las necesidades, el nivel de vida acostumbrado y los bienes que posea la

persona beneficiaria, según el artículo 164 del Código de Familia.

En la misma línea, Adán Luis Carmona Pérez señala que dicha

característica no es implementada por la persona juzgadora cuando se establece

la pensión alimentaria provisional, siendo que se basa en el criterio de

166 Sala Constitucional de la Corte Suprema de Justicia. Sentencia número 2005-05294 de las 14

horas y 51 minutos del 4 de mayo del 2005. 167 Ana Lucrecia Navarro Carpio. “La Hipoteca Dentro del Proceso de Pensiones Alimentarias”.

45.

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prudencialidad y al no basarse en el de proporcionalidad, puede provocar

injusticias en las partes intervinientes.168

vii. Coercitiva

Debido a la importancia que tiene para la persona beneficiaria la pensión

alimentaria, es que nuestra legislación ha establecido medios coercitivos para su

cumplimiento efectivo, tal y como se mencionó anteriormente, como lo son la

restricción migratoria, el apremio corporal, el allanamiento y la retención del

salario; estos están contenidos en los artículos 14, 24, 26 y 62, respectivamente,

de la Ley de Pensiones Alimentarias. Además, debe mencionarse que el artículo

159 inciso 3) del Código de Familia señala como sanción la suspensión de la

patria potestad a quienes se nieguen a brindar alimentos a sus hijos e hijas.

viii. Intransferible

Es imposible que las partes intervinientes en la obligación alimentaria

trasladen ese derecho a terceras personas, los sujetos están individualizados de

acuerdo con las necesidades de la persona beneficiaria para subsistir y la

capacidad de la persona deudora; ambas partes están indicadas por la ley, de

ahí que esta característica se relaciona con la personalísima. Dicha cualidad se

encuentra expresada en el artículo 167 del Código de Familia.

El derecho alimentario no puede estar sujeto a herencia, renta, donación

ni otro tipo de negocio, por lo que al ser personal se vuelve inseparable de la

persona y por consiguiente si fallece desaparece la obligación.169

“Lo anterior caracteriza la condición personalísima de la obligación alimentaria,

tanto en la obligación de proporcionar alimentos como el correlativo derecho a

reclamarlos, se presentan como inherentes a la persona del deudor y acreedor,

al ser sus particulares circunstancias personales y no otras las que determinan

la relación obligatoria. Por consiguiente, el derecho o la obligación alimentaria no

168 Adán Luis Carmona Pérez. “Obligación alimentaria: estudio jurídico–social de la pensión

alimentaria provisional”. 100. 169 Alberto Brenes Córdoba citado por Adán Luis Carmona Pérez. “Obligación alimentaria: estudio

jurídico–social de la pensión alimentaria provisional”. 94.

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son transmisibles tanto a los herederos del deudor como del acreedor, al tratarse

de derechos personales que nacen y mueren con la persona”.170

ix. Intransigible

Esta característica conlleva a que no se permite realizar transacciones

sobre el derecho alimentario, salvo las pensiones que aún se deben, así indicado

en el artículo 1377 del Código Civil.

Sobre la obligación de prestar alimentos, esta no puede estar sujeta a

ninguna transacción relacionada a la obligación alimentaria presente y futura; de

lo contrario sería nula y estaría en contra de la ley, rescatándose que con las que

se encuentran pasadas sí se pueden transar por ser deudas comunes.171

x. Inembargable

El carácter de inembargable de la pensión alimentaria encuentra su

sustento normativo en el artículo 984 incisos 2) y 6) del Código Civil. Su

significado radica en que ninguna persona acreedora puede perseguir ni

embargar la obligación alimentaria.

El motivo de la inembargabilidad de la pensión alimentaria es por el

objetivo que la misma posee, el cual consiste en brindarle a la persona acreedora

los medios necesarios para subsistir, tales como alimento, vestuario, educación

o recreación. Asimismo, porque no pertenece al patrimonio de la persona

acreedora y es una protección por parte del Estado.172

xi. Imprescriptible

La obligación alimentaria es imprescriptible, según el artículo 167 del

Código de Familia, por lo que no procede la excepción de prescripción en el

derecho alimentario.

170 Tribunal Primero Civil. Sentencia número 918 de las 8 horas y 5 minutos del 26 de octubre del

2011. 171 Adán Luis Carmona Pérez. “Obligación alimentaria: estudio jurídico–social de la pensión

alimentaria provisional”. 109. 172 Ivania Araya Vargas. La aplicación de la indignidad como causa eximente de la obligación

alimentaria derivada de una relación de parentesco o filiación. 64-65.

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Mencionar como excepciones a la regla, que sí prescriben los alimentos

únicamente respecto al cobro retroactivo de las cuotas en donde opera la

prescripción decenal que establece el Código Civil. Asimismo, cuando se

establezca la declaratoria de paternidad, la madre puede cobrar los gastos de

embarazo y maternidad, los cuales prescriben igualmente en el término de diez

años, así indicado en el artículo 96 del Código de Familia.

Al respecto, el criterio de la Sala Segunda ha sido el siguiente:

“Como estamos ante un derecho no patrimonial, no lo afecta la prescripción. Sin

embargo, debe quedar claro, que lo que no es susceptible de prescripción, es el

derecho de pedir alimentos, porque ese derecho no está en el comercio de los

hombres, pero debe distinguirse el derecho a reclamar las pensiones ya

devengadas, porque éstas, como todo otro derecho patrimonial, sí es susceptible

de extinción, por el transcurso del tiempo”.173

xii. Incompensable

La incompensabilidad radica en que la obligación alimentaria no puede

ser compensada con otra deuda, está expresamente prohibido por ley en el

artículo 808 inciso 4) del Código Civil; se indica que por ser un tipo de deuda

inembargable no procede la compensación. Además, la particularidad de ser

incompensable encuentra sustento en el artículo 167 del Código de Familia.

Esta característica engloba a los alimentos presentes y futuros, no a los

pasados. Es así porque el objetivo de ser incompensable consiste en no provocar

que la persona beneficiaria alimentaria se encuentre en un estado en el cual no

pueda mantenerse por sí misma.174

Al respecto, la jurisprudencia nacional ha establecido lo siguiente:

“La prestación alimentaria no tiene en consecuencia, únicamente valor

patrimonial. Precisamente en razón de ello, no se admite su compensación, ni la

173 Sala Segunda de la Corte Suprema de Justicia. Sentencia número 272 de las 9 horas y 30

minutos del 21 de setiembre de 1994. 174 Adán Luis Carmona Pérez. “Obligación alimentaria: estudio jurídico–social de la pensión

alimentaria provisional”. 104.

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cesión del derecho alimenticio; y por consiguiente, tampoco la transacción ni el

compromiso sobre ella. Lo discutido en los procesos alimentarios, no es como

se indicó una prestación meramente pecuniaria, con un fin de lucro, como si se

tratase de cualquier otro proceso civil, sino que si bien es cierto la deuda es

monetaria, ésta va dirigida a satisfacer las necesidades de todo ser humano para

poder lograr un desarrollo armónico”.175

xiii. Variable

Esta característica consiste en que la obligación alimentaria es

susceptible de variación posteriormente a su fijación por distintas circunstancias

que le sirvieron de sustento. De esta forma se señala en el artículo 174 del

Código de Familia.

En el mismo sentido se pronuncia Claudio Alejandro Belluscio, en cuanto

a que la obligación alimentaria es variable porque las circunstancias que sirvieron

para su fijación, en sentencia o por mutuo acuerdo, pueden modificarse

generando una disminución, aumento o cese. Asimismo, la variación de la cuota

alimentaria puede generarse, ya sea por el cambio en la situación de necesidad

de la persona alimentada, así como del cambio que presente la situación

económica de la persona alimentante.176

xiv. Recíproca

El derecho alimentario es recíproco en el sentido de que quien es parte

acreedora en este momento puede llegar a ser parte deudora después y

viceversa, pero no pueden ambas partes ser acreedoras y deudoras al mismo

tiempo, puesto que la obligación alimentaria no tendría razón de ser.

Debe mencionarse que el artículo 173 inciso 7) del Código de Familia

señala que no hay obligación de proporcionar pensión alimentaria en aquellos

casos donde quien demanda no cumplió con su obligación de pagarle una

175 Sala Constitucional de la Corte Suprema de Justicia. Sentencia número 2001-6610 de las 15

horas y 59 minutos del 10 de julio del 2001. 176 Claudio Alejandro Belluscio. Prestación alimentaria: régimen jurídico. Aspectos legales,

jurisprudenciales, doctrinales y prácticos. 65.

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pensión alimentaria a quien le está solicitando los alimentos, cuando esta

persona estaba debidamente obligada a hacerlo en aquel momento.

xv. De orden público

Su fundamento se dispone en el artículo 3 de la Ley de Pensiones

Alimentarias el cual expresa “Las normas de esta ley son de orden público y, en

consecuencia, de acatamiento obligatorio”.177

Según Borda citado por Claudio Alejandro Belluscio, las normas de orden

público son las “fundamentales y básicas que forman el núcleo sobre el que está

estructurada la organización social”.178

Al ser la familia base de la sociedad, las normas que protegen la familia,

el interés superior de la persona menor de edad y la obligación alimentaria

constituyen normas de orden público a raíz de que su infracción podría modificar

la estructura de la sociedad. Además, los integrantes de la familia resultan

perjudicados si no poseen los alimentos necesarios para sobrevivir.179

xvi. Periódicas

La obligación alimentaria es periódica porque esta debe cancelarse todos

los meses, los alimentos y lo que su concepto abarca se consumen todos los

días aunque su cancelación sea fijada una o dos veces al mes.

Adán Luis Carmona Pérez participa de esta postura, al indicar que a

diferencia de las obligaciones comunes, la obligación alimentaria no cesa por su

cumplimiento, ya que continúa estando vigente siempre y cuando no hayan

desaparecido los preceptos establecidos en la legislación.180

177 Ley de Pensiones Alimentarias. Artículo 3. 178 Borda citado por Claudio Alejandro Belluscio. Prestación alimentaria: régimen jurídico.

Aspectos legales, jurisprudenciales, doctrinales y prácticos. 66. 179 Ana Lucrecia Navarro Carpio. “La Hipoteca Dentro del Proceso de Pensiones Alimentarias”.

38. 180 Adán Luis Carmona Pérez. “Obligación alimentaria: estudio jurídico–social de la pensión

alimentaria provisional”. 107.

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e. Principios del proceso alimentario

Los principios que rigen el proceso alimentario están plasmados en el

artículo 2 de la Ley de Pensiones Alimentarias, el cual dispone:

“(…) En materia procesal, se estará a los principios de gratuidad, oralidad,

celeridad, oficiosidad, verdad real, sencillez, informalidad y sumariedad, todo

esto en equilibrio adecuado con el debido proceso.”181

i. Gratuidad

Este principio se ve reflejado en que las partes del proceso alimentario no

deban incurrir en gastos económicos para hacer valer su derecho y que las

gestiones derivadas del mismo le resulten gratuitas. En este sentido, la normativa

lo garantiza, al reducir al mínimo el costo para las partes; por ejemplo, según el

artículo 12 de la Ley de Pensiones Alimentarias, las partes pueden realizar sus

trámites referentes a la pensión alimentaria sin que sea necesario la

autenticación de una persona abogada. Los artículos 13 de la misma ley, 7 del

Código de Familia y 114 del Código de la Niñez y la Adolescencia, establecen

que el Estado brinda asistencia legal por medio de la defensoría pública, sin

costo alguno, a quienes no poseen recursos económicos para tener una.

“(…) la asistencia judicial gratuita debe considerarse como un privilegio procesal

que la ley le otorga a las personas que se encuentran ante una situación

especial, para que pueda ser asistido por abogado y exonerado de todos los

gastos del proceso ante los órganos jurisdiccionales”.182

ii. Oralidad

La oralidad es considerada un principio del derecho alimentario, sin

embargo, en la realidad es un proceso mixto en el cual de acuerdo al artículo 12

de la Ley de Pensiones Alimentarias, se permite algunas actuaciones orales

como lo son que las partes personalmente formulen la demanda, la contesten y

cualquier otra manifestación que deseen realizar las partes.

181 Ley de Pensiones Alimentarias. Artículo 2. 182 Sala Constitucional de la Corte Suprema de Justicia. Sentencia número 2001-6610 de las 15

horas y 49 minutos del 10 de julio del 2001.

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iii. Celeridad

El principio de celeridad consiste en que el desarrollo del proceso

alimentario sea de una forma ágil y que las etapas procesales concluyan en

plazos cortos. De ahí su relación con el principio de sumariedad y la

característica de perentoriedad.

Siguiendo la misma línea, el Tribunal de Familia ha expresado lo

siguiente:

“(…) los principios procesales bajo los que se inspira la normativa alimentaria en

este país, cuales son principalmente, la celeridad, informalidad y sumariedad o

perentoriedad. Si partimos de que la materia alimentaria es de carácter urgente

y que debe privar en ella el respeto a obtener un derecho alimentario, el que es

un derecho humano, de ahí la urgencia de su trámite, no podría imperar la forma

y menos en un asunto como éstos, donde el tiempo ha pasado y aún no se define

el punto procesal en controversia”.183

iv. Oficiosidad

Este principio se refiere a que la autoridad judicial puede actuar de oficio

para el curso del proceso en beneficio de las personas menores de edad y de

las personas acreedoras alimentarias. De oficio la persona juzgadora puede,

entre otras, solicitar una prueba en específico para mejor proveer, prescindir de

la prueba no evacuada, averiguar la situación económica de la persona

acreedora y deudora, aumentar el monto de la cuota alimentaria solicitado por la

parte actora en la demanda, fijar la cuota alimentaria provisional y archivar el

proceso por falta de impulso procesal. Algunos artículos donde se manifiesta el

principio de oficiosidad son 10, 27, 40, 41, 43 y 47 inciso b) de la Ley de

Pensiones Alimentarias y el artículo 168 del Código de Familia.

v. Verdad real

Este principio se encuentra muy relacionado con el anterior, ya que parte

de la función de oficio de la persona juzgadora es para averiguar la verdad real

183 Tribunal de Familia. Sentencia número 355-2014 de las 9 horas y 41 minutos del 16 de mayo

del 2014.

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de los hechos, sin tener que conformarse únicamente con lo manifestado por

ambas partes.

La persona juzgadora sobre pensiones alimentarias debe ir más allá de lo

que aportan las partes al proceso, como lo es investigar acerca de los negocios

de la persona deudora, verificar la ocultación del patrimonio por parte de la parte

actora o demandada, así como solicitarles a las personas patronas información

sobre el monto del salario recibido por la persona deudora de la obligación

alimentaria. Lo anterior con el objetivo de imponer una cuota de pensión

alimentaria con base en las necesidades de la parte actora y las posibilidades de

la parte demandada, cumpliendo con el criterio de proporcionalidad. Ejemplos

donde se manifiesta el principio de verdad real son los artículos 27 y 29 de la Ley

de Pensiones Alimentarias.

vi. Sencillez e informalidad

Estos principios buscan que el proceso sea de fácil acceso y tramitación

para las partes y que estas comprendan claramente cómo funciona el proceso

alimentario. Además, se pretende que no existan formalidades ni diligencias

burocráticas con el fin de que el curso del proceso no resulte obstruido por causa

de gestiones innecesarias. La demostración de los principios de sencillez e

informalidad se puede contemplar en los artículos 12, 17 y 19 de la Ley de

Pensiones Alimentarias.

Sobre dichos principios el Tribunal de Familia ha dicho:

“Es evidente, entonces, que los preceptos que regulan el derecho a alimentos

deben ser interpretados, integrados y aplicados desde el prisma del derecho de

los derechos humanos y que, desde esa óptica, no se justifica una lectura de

ellos que los circunscriba a garantizar un mero derecho de acción o una situación

de ventaja puramente procesal, sino que es preciso remover aquellos obstáculos

formales que imposibiliten o dificulten su efectivo disfrute por parte de su

titular”.184

184 Tribunal de Familia. Sentencia número 1344-10 de las 10 horas del 30 de setiembre del 2010.

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vii. Sumariedad

El procedimiento de la pensión alimentaria presenta un carácter sumario,

así establecido en el artículo 57 de la Ley de Pensiones Alimentarias. La

sumariedad significa que el proceso sea resuelto rápidamente, regido por la

sencillez y la necesidad del cumplimiento de su objetivo, al presentar trámites

comunes para llegar al fin del proceso lo antes posible.

viii. Pro alimentario

Este principio rige el proceso alimentario porque se pretende defender el

interés de las personas alimentarias. La ley establece que para su interpretación

se considerará el interés de las personas alimentarias para garantizarles su

derecho a los alimentos. Por tal razón, es que por mientras finaliza el proceso

para fijar la cuota alimentaria definitiva, se ordena una cuota alimentaria

provisional que posea la capacidad de asegurar las necesidades básicas de las

personas alimentarias. Puede observarse la expresión del principio pro

alimentario en los artículos 7 y 21 de la Ley de Pensiones Alimentarias y el

artículo 168 del Código de Familia.

La Sala Constitucional ha expresado lo siguiente:

“Es justamente ese carácter fundamental de la obligación alimentaria el que

justifica que se prevea la fijación de una pensión provisional mientras se conoce

de una demanda de alimentos -a fin de que los acreedores alimentarios puedan

satisfacer de una forma inmediata sus necesidades básicas mientras se tramita

y resuelva la respectiva demanda-, así como que su pago se pueda garantizar

por medio del apremio corporal (…)”.185

185 Sala Constitucional de la Corte Suprema de Justicia. Sentencia número 8645-2008 de las 17

horas y 36 minutos del 21 de mayo del 2008.

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f. Presupuestos de la obligación alimentaria

Los presupuestos son los parámetros que la persona juzgadora debe

valorar al momento de fijar la cuota alimentaria. Al respecto, el Tribunal de

Familia ha destacado que:

“(…) cuando se va a disponer la fijación de una pensión alimentaria deben

constatarse tres presupuestos básicos que son: 1) La relación de parentesco que

de acuerdo con la ley le de derecho a recibir alimentos, 2) Las posibilidades

materiales de la persona obligada a cumplir con esa obligación, 3) La necesidad

real del beneficiario a recibir los alimentos. Como se expuso, necesariamente,

para poder fijar un monto de pensión alimentaria a favor de una persona, deben

de quedar debidamente demostradas estas tres condiciones, y una vez cumplido

esto en proporción y equilibrio a las mismas, se hace la fijación respectiva”.186

i. Parentesco o vínculo legal

Este presupuesto encuentra su fundamento normativo en el Código de

Familia en los artículos 35, 57, 60, 102 inciso a), 168, 169, 170 y 245.

“Artículo 169.- Deben alimentos:

1.- Los cónyuges entre sí.

2.- Los padres a sus hijos menores o incapaces y los hijos a sus padres.

3.- Los hermanos a los hermanos menores o a los que presenten una

discapacidad que les impida valerse por sí mismos; los abuelos a los nietos

menores y a los que, por una discapacidad, no puedan valerse por sí mismos,

cuando los parientes más inmediatos del alimentario antes señalado no puedan

darles alimentos o en el tanto en que no puedan hacerlo; y los nietos y bisnietos,

a los abuelos y bisabuelos en las mismas condiciones indicadas en este

inciso”.187

186 Tribunal de Familia. Sentencia número 632-09 de las 10 diez horas y 50 minutos del 21 de

abril del 2009. 187 Código de Familia. Artículo 169.

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Cabe destacar lo expresado por la Sala Constitucional sobre quienes se

deben alimentos:

“(…) bajo este concepto de solidaridad, cualquier intervención de otro familiar,

debe entenderse únicamente en forma subsidiaria de los principales obligados.

Los principales acreedores alimentarios son por supuesto los padres de los

menores, entendiendo que ambos tienen la obligación de velar por las

necesidades de sus hijos. Así las cosas, la lectura del artículo 169 del Código de

Familia establece un orden de prioridad que debe ser respetado entre los

familiares que deben alimentos, precisamente por existir una obligación

principal”.188

1. Cónyuges

Como se citó, el vínculo conyugal se establece en el artículo 169 inciso 1

del Código de Familia. Asimismo, en los artículos 57 y 170 del mismo cuerpo

normativo se regula que la pareja puede solicitarse alimentos a pesar de que no

estén separados, y en los casos de divorcio y separación judicial puede

interponerse en la sentencia el derecho al pago de una pensión alimentaria al

cónyuge culpable en favor del cónyuge inocente. En este caso, finaliza la

obligación de prestar alimentos cuando la persona beneficiaria se case o se

encuentre en unión de hecho. Cuando ninguno de los cónyuges es declarado

culpable, es decir ambos son inocentes, la persona juzgadora puede asignar el

derecho a una pensión alimentaria a una de las partes a cargo de la otra parte,

si la situación lo amerita; este derecho concluye por las mismas situaciones del

caso anterior.

2. Unión de hecho

El derecho a una pensión alimentaria en una relación de unión de hecho

encuentra su fundamento legal en el artículo 245 del Código de Familia, con el

cual los convivientes de hecho pueden solicitarse entre sí el pago de una pensión

alimentaria, si previamente dicha unión ha sido reconocida judicialmente. Lo

188 Sala Constitucional de la Corte Suprema de Justicia. Sentencia número 2002-09692 de las 15

horas y 4 minutos del 9 de octubre del 2002.

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anterior, con la finalidad de proteger la familia formada a través de una unión de

hecho, ya que su finalización posee los mismos efectos del matrimonio.

3. Personas progenitoras a sus hijos e hijas menores de edad o

incapaces y viceversa con excepción de las personas incapaces

Las personas progenitoras le deben alimentos a las personas menores de

edad, sin hacer distinción entre hijos e hijas habidos dentro y fuera del

matrimonio ni personas adoptadas, hasta alcanzar la mayoría de edad, sean 18

años o hasta los 25 años en las situaciones en que no hayan concluido los

estudios y posean un buen rendimiento académico, asimismo cuando haya

personas incapaces. Es importante mencionar que para que las personas

progenitoras puedan demandar por concepto de pensión alimentaria a sus hijos

e hijas mayores de edad, los primeros deben haber cumplido en el pasado con

su deber de haberle proporcionado la pensión alimentaria a los segundos, de lo

contrario, no existiría obligación alimentaria. Destacar que las personas

incapaces no le deben alimentos a sus personas progenitoras. Así establecido

en los artículos 102 inciso a), 169 inciso 2, 170, 173 inciso 5 y 7 del Código de

Familia.

4. Hermanos y hermanas

Los hermanos y hermanas se deben alimentos según el artículo 169 inciso

3 del Código de Familia. Estos están obligados a brindarles alimentos a sus

hermanos y hermanas menores de edad o a los que presenten un tipo de

discapacidad, únicamente en las circunstancias en que sus personas

progenitoras no pueden atribuírselos.

5. Abuelos y abuelas a nietos y nietas, bisabuelos y bisabuelas a

bisnietos y bisnietas y viceversa

Este supuesto se dispone en el artículo 169 inciso 3 del Código de Familia.

Existe la posibilidad de que los abuelos y abuelas les deban alimentos a sus

nietos y nietas menores de edad o que posean una discapacidad, cuando las

personas obligadas alimentarias preferentes según la ley no puedan hacerlo. De

igual forma los nietos y nietas, y bisnietos y bisnietas a los abuelos y abuelas, y

bisabuelos y bisabuelas.

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ii. Las necesidades de la persona beneficiaria y las posibilidades de la

persona obligada

Este presupuesto se instaura en los artículos 164, 166 y 173 inciso 1 del

Código de Familia y los artículos 27 y 29 de la Ley de Pensiones Alimentarias.

Cuando la persona juzgadora va a fijar el monto de una pensión alimentaria debe

valorar las necesidades que presenta la persona beneficiaria y las posibilidades

que posee la persona obligada a su cumplimiento, puesto que debe respetarse

el criterio de proporcionalidad. El monto fijado debe ser razonable y conforme a

dichas condiciones, ya que no debe perjudicarse a ninguna de las dos partes;

con esta finalidad debe indagarse la situación de ambos.

Al respecto, señala Ivania Araya Vargas:

“El fin principal de este presupuesto es evitar un enriquecimiento sin causa a

favor de quien pide los alimentos. Con base en ello se debe de demostrar

fehacientemente las necesidades que posee el posible acreedor o acreedora

alimentaria, y además que quien vaya a brindar la prestación en cuestión no se

encuentre ante una imposibilidad real de cumplir con el deber”.189

Sobre dicho presupuesto, la Sala Constitucional estima que:

“(…) la prestación alimentaria debe guardar una relación entre las posibilidades

económicas de quien la da y las necesidades de quien la recibe, según las

circunstancias particulares de cada caso. Tal disposición encuentra su razón de

ser en que no puede hacerse una generalización de todas las necesidades que

puedan tener los alimentarios, ya que las circunstancias de todos son diferentes

(…) tampoco puede establecerse un parámetro común para medir las

posibilidades económicas de todos los obligados a pagar pensión, ya que unos

tendrán mejor situación económica que otros”.190

189 Ivania Araya Vargas. La aplicación de la indignidad como causa eximente de la obligación

alimentaria derivada de una relación de parentesco o filiación. 59. 190 Sala Constitucional de la Corte Suprema de Justicia. Sentencia número 1725-94 de las 15

horas y 21 minutos del 12 de abril de 1994.

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iii. Nivel de vida acostumbrado por la persona beneficiaria

En el artículo 164 del Código de Familia se dispone que debe tomarse en

cuenta el nivel de vida acostumbrado por la persona beneficiaria, para establecer

una pensión alimentaria. El objetivo de este presupuesto, es que la persona

beneficiaria continúe presentando las mismas condiciones de vida que ha tenido

siempre y no resulte perjudicado en su desarrollo.

iv. La directriz de responsabilidad en el cumplimiento de los deberes de

familia

La directriz de responsabilidad en el cumplimiento de los deberes de

familia se dispone en el artículo 2 de la Ley de Pensiones Alimentarias como una

particular característica que debe considerarse para la integración de la ley. Sin

embargo, la doctrina la introduce como un presupuesto de la obligación

alimentaria, al encontrar soporte en el artículo 27 de la misma ley y los artículos

35 y 140 del Código de Familia. Se reconocen, además, los deberes que

presentan las personas progenitoras con las personas menores de edad que da

la Convención sobre los Derechos del Niño en los artículos 18 y 27 inciso 2.

Se entiende por directrices de responsabilidad en el cumplimiento de los

deberes de familia “como los mandatos establecidos por ley para que se cumpla

adecuadamente la obligación alimentaria”.191 Lo que se pretende es que la

responsabilidad de conceder los alimentos se conserve a pesar de que surjan

aspectos de los cuales puedan sacar provecho para no proveerlos; lo anterior a

raíz de la importancia que tiene el derecho alimentario para las personas

acreedoras.192

Sobre las directrices de responsabilidad en el cumplimiento de los

deberes familiares, la Sala Constitucional ha dicho:

“La condición de padre conlleva el ejercicio de una serie de derechos que

posibilitan la realización de la paternidad del sujeto, pero a la vez significa el

191 Adán Luis Carmona Pérez. “Obligación alimentaria: estudio jurídico–social de la pensión

alimentaria provisional”. 88. 192 Ivania Araya Vargas. La aplicación de la indignidad como causa eximente de la obligación

alimentaria derivada de una relación de parentesco o filiación. 60.

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asumir y cumplir con importantes obligaciones respecto del hijo procreado, el

cuál no puede quedar desprotegido frente a las circunstancias de la vida, en una

etapa de la misma en que el menor no tiene medios propios para hacerle frente:

una de esas obligaciones lo es asumir la alimentación del menor, no

constituyendo ello sanción alguna, sino simplemente el cumplimiento de los

deberes paternos”.193

g. Causales de exoneración o extinción de la obligación alimentaria

La obligación alimentaria al igual que las obligaciones civiles tiene

causales de exoneración o extinción. Sin embargo, la especialidad de la materia

alimentaria derivada de su naturaleza jurídica hace que tenga causales

diferentes a las de las obligaciones civiles.194

Las causales de extinción de la obligación alimentaria se encuentran

establecidas en el artículo 173 del Código de Familia, el cual señala:

“Artículo 173.- No existirá obligación de proporcionar alimentos:

1.- Cuando el deudor no pueda suministrarlos sin desatender sus necesidades

alimentarias o sin faltar a la misma obligación de alimentos para con otras

personas que, respecto de él, tengan título preferente.

2.- Cuando quien los recibe deje de necesitarlos.

3.- En caso de injuria, falta o daños graves del alimentario contra el alimentante.

4.- Cuando el cónyuge haya incurrido en abandono voluntario y malicioso del

hogar o se compruebe que comete o cometió adulterio.

5.- Cuando los alimentarios hayan alcanzado su mayoridad, salvo que no hayan

terminado los estudios para adquirir una profesión u oficio, mientras no

sobrepasen los veinticinco años de edad y obtengan buenos rendimientos con

193 Sala Constitucional de la Corte Suprema de Justicia. Sentencia número 1725-94 de las 15

horas y 21 minutos del 12 doce de abril de 1994. 194 Ivania Araya Vargas. La aplicación de la indignidad como causa eximente de la obligación

alimentaria derivada de una relación de parentesco o filiación. 93

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una carga académica razonable. Estos requisitos deberán probarse al interponer

la demanda, aportando la información sobre la carga y el rendimiento

académicos.

6.- Entre ex cónyuges, cuando el beneficiario contraiga nuevas nupcias o

establezca una convivencia de hecho.

7.- Cuando el demandante haya incumplido los deberes alimentarios respecto a

su demandado, si legalmente debió haber cumplido con tal obligación.

Las causales eximentes de la obligación alimentaria se probarán ante la

autoridad que conozca de la demanda alimentaria. Pero, si en un proceso de

divorcio, separación judicial o penal, el juez resolviere cosa distinta, se estará a

lo que se disponga.”195

Sobre el inciso tres es importante señalar que este fue reformado en su

parte final en el cual se indicaba que la causal de injuria, falta o daños graves de

la persona alimentaria contra la persona alimentante no aplicaba entre padres e

hijos, en este sentido la Sala Constitucional indicó que el mismo debe

interpretarse “en el sentido de que las hipótesis allí reguladas, a saber: injuria,

falta o daños graves del alimentario contra el alimentante, pueden ser invocadas

y eventualmente reconocidas como fundamento para la declaratoria de

inexistencia de la obligación alimentaria, no solo en los casos expresamente

establecidos, sino también en aquellos procesos en donde el obligado

alimentario es el hijo o hija y el acreedor alimentario y beneficiario es el padre o

madre”196. Así mismo se debe tener presente que estas causales deben ser

solicitadas y debidamente probadas por la persona obligada alimentaria, ya que

ninguna de ellas opera de oficio197.

A pesar de que la obligación alimentaria posee causales de extinción

particulares, es preciso señalar que algunas de ellas coinciden con las de las

195 Código de Familia. Artículo 173. 196 Sala Constitucional de la Corte Suprema de Justicia. Sentencia número 03682-2009 de las 10

horas y 30 minutos del 6 de marzo del 2009. 197 Ivania Araya Vargas. La aplicación de la indignidad como causa eximente de la obligación

alimentaria derivada de una relación de parentesco o filiación. 96.

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obligaciones civiles, como lo es la imposibilidad de cumplimiento regulada en el

inciso 1) del artículo 173 anteriormente citado. Esta imposibilidad puede que no

sea permanente, ya que las circunstancias que dieron origen a la imposibilidad

de cumplimiento pueden cambiar; por consiguiente, la persona acreedora está

facultada para exigir el cumplimiento de la obligación alimentaria.198

De igual forma se está ante una causal de extinción de la obligación

alimentaria por su pago. Sin embargo, en este supuesto se estaría en presencia

de una extinción temporal que se puede dar: 1) por el adelanto de la cuota a

través de un inmueble que el obligado alimentario entrega como forma de pago,

o bien, 2) por el monto correspondiente a la garantía que debe dejar la persona

obligada alimentaria cuando desee salir del país.199

Finalmente, otra de las causales que dan por terminada la obligación

alimentaria, aunque no se encuentra regulada expresamente por el

ordenamiento jurídico, se deduce del artículo 167 del Código de Familia, en el

que se indica que la prestación alimentaria se caracteriza por ser intransmisible

y personalísima; así la obligación alimentaria terminaría por la muerte de la

persona beneficiaria.200

h. La obligación alimentaria en modelos de custodia compartida

Tal y como se indicó en el capítulo primero y en el desarrollo del presente

capítulo, la legislación costarricense se ha quedado corta en cuanto a la

regulación del modelo de custodia compartida y más aún en relación con la

regulación que requiere la obligación alimentaria al contrastarse con dicho

modelo.

La ausencia de normativa que regule el modelo de custodia compartida y

la fijación de la cuota alimentaria en custodias compartidas, representa un

198 Adán Luis Carmona Pérez. “Obligación alimentaria: estudio jurídico–social de la pensión

alimentaria provisional”. 113 199 Ivania Araya Vargas. La aplicación de la indignidad como causa eximente de la obligación

alimentaria derivada de una relación de parentesco o filiación. 94-95. 200 Adán Luis Carmona Pérez. “Obligación alimentaria: estudio jurídico–social de la pensión

alimentaria provisional”. 117.

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desafío para las personas aplicadoras del derecho. Esto se debe, primeramente,

a que existen opiniones encontradas en cuanto a la aplicabilidad de la prestación

alimentaria en custodias compartidas, principalmente en relación con el

mantenimiento de la obligación de brindar alimentos por medio de la cuota

alimentaria. Por una parte, quienes se inclinan en contra del mantenimiento de

la prestación alimentaria consideran que al estar en presencia de una custodia

compartida el establecimiento de la cuota alimentaria, deviene innecesaria,

puesto que ambas personas progenitoras se harán cargo de las necesidades de

las personas menores de edad, de acuerdo con el tiempo que compartan con

ellas. Por el contrario, las personas a favor del mantenimiento de la prestación

alimentaria toman como referencia que la situación económica de las personas

progenitoras no es exactamente la misma, ya que se puede estar en casos en

donde una de ellas tenga mayor solvencia económica para cubrir las

necesidades de la persona menor de edad. El establecimiento de la cuota

alimentaria es necesario para que quien tenga más recursos colabore en la

manutención de la persona menor de edad, cuando se encuentre con la persona

progenitora que tenga menos.

De esta forma, el establecimiento de la cuota alimentaria en modelos de

custodia compartida, se deberá fijar tomando en cuenta la situación económica

de cada persona progenitora. Se podría estar en presencia de casos en donde

ambas partes se encuentran obligadas a cumplir con el pago de una cuota, por

concepto de alimentos (la cual no debe ser necesariamente igual para cada

persona progenitora), o incluso, en supuestos en donde solamente una de ellas

deberá cumplir con el pago de la cuota. Esto no significa que la otra persona

progenitora se encuentre eximida de sus responsabilidades hacia sus hijos e

hijas, sino que cumplirá con las mismas, de otra manera, debido a que sus

recursos económicos son escasos.

Es evidente que una pensión alimentaria en la vida de las personas

menores de edad es imprescindible para garantizarles, no solo la alimentación,

sino que también, podrá satisfacer sus necesidades para su desarrollo y

crecimiento. Las personas encargadas de cumplir con esta obligación, claro está,

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son las personas progenitoras, o en su caso, las personas responsables

encargadas de las personas menores de edad.

El modelo de custodia compartida constituye un factor que debe

considerarse al momento de fijarse una pensión alimentaria por su incidencia, ya

que “(...) ante situaciones de crisis matrimoniales y habiendo hijos de por medio,

el establecimiento de la custodia compartida (Art. 92.5 y 92.8) influye

consideradamente a la hora de delimitar la pensión de alimentos a favor de los

hijos, ya que el tiempo de estancia con los hijos supone la asunción de gastos y

constituye una pieza relevante a tener en cuenta”. 201

Cuando las familias poseen un régimen de custodia compartida, el

derecho a otorgar una pensión alimentaria a favor de las personas menores de

edad es posible. Es errónea la valoración de que se deben dividir los gastos por

partes iguales y tampoco que cada persona progenitora se haga cargo de los

gastos cuando tiene bajo su cuidado a la persona menor de edad; esto, a razón

de que no puede considerarse que en todos los casos las personas progenitoras

se encontrarán en situaciones económicas exactamente iguales.

“Esta afirmación, de aplicarse sin matiz, llevaría implícita en sí misma una

consecuencia sustancialmente injusta para los menores en aquellos casos,

muchos, en los que un progenitor tiene unos recursos económicos superiores al

otro, pues ello supondría trasladar los desequilibrios a la esfera de la estabilidad

de los menores”.202

Los estudios realizados coinciden en que la mayoría de las legislaciones

de distintos países no regulan concretamente el tema de la pensión alimentaria

en familias con custodias compartidas, consecuentemente no se han establecido

lineamientos para cuantificar las pensiones alimentarias, por lo que le ha

201 Alejandra Gaitán Gil. La obligación de alimentos. Trabajo Final de Grado en Derecho.

Universidad de Almería. 2014. 42. Disponible en: http://repositorio.ual.es/bitstream/handle/10835/3526/432_TFG.pdf?sequence=1&isAllowed=y Accesado el 11 de noviembre del 2017. 202 Fabiola Meco Tébar. La cuantificación y distribución de la pensión alimenticia en el régimen

de custodia compartida. 178-179.

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correspondido a las personas juzgadoras imponerla si no hay un acuerdo previo

entre las partes.

Siguiendo un estudio de Fabiola Meco Tébar, los aspectos que deben

tomarse en cuenta para imponer una pensión alimentaria en una custodia

compartida, son los siguientes: la proporcionalidad entre la capacidad económica

que poseen las personas progenitoras y las necesidades de los hijos e hijas, el

tiempo de convivencia con los hijos e hijas, la atribución de la vivienda, los

recursos propios que posea la persona menor de edad y los pagos de gastos

que se realicen directamente por parte de las personas progenitoras.203

Según la misma autora, antes de cuantificar una pensión alimentaria,

debe estudiarse el caso concreto de la situación familiar, puesto que

dependiendo de ello serán distintos los modos de distribución a los que van a

contribuir para los gastos entre las familias. Personas progenitoras con un nivel

de ingresos semejantes, otras con un nivel de ingresos diferentes y cuando una

recibe ingresos y la otra no, son las situaciones a las que hace referencia.204

Establecer adecuadamente el monto de la pensión alimentaria “implica

que deba concretarse el modo en que ambos progenitores van a contribuir a

satisfacer las necesidades de los hijos, admitiéndose, incluso, formas de

colaboración o prestaciones directamente abonadas a terceras personas, como

por ejemplo, el pago directo al colegio, entidad médica, etc. Es decir, la pensión

podría adoptar, en su totalidad o parte, la forma de pago directo de los gastos

del niño, o lo que es lo mismo, no siempre la pensión tiene que adoptar la forma

de entrega de un determinado numerario al otro progenitor”.205

Es importante mencionar que la doctrina y las legislaciones, en general,

hacen alusión a la existencia de gastos ordinarios y gastos extraordinarios de

203 Fabiola Meco Tébar. La cuantificación y distribución de la pensión alimenticia en el régimen

de custodia compartida. 180. 204 Fabiola Meco Tébar. La cuantificación y distribución de la pensión alimenticia en el régimen

de custodia compartida. 182-186. 205 Karen Lissette Echeverría Guevara. La guarda y custodia compartida de los hijos. 260-261.

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acuerdo con la satisfacción de las necesidades de los hijos e hijas, lo cual es

muy importante para fijar una pensión de alimentos.

En su opinión, Victoria Quintana Martín, sobre los gastos ordinarios y

extraordinarios señala “por lo que respecta a los gastos ordinarios, se identifica

con este adjetivo todo aquel pago que se lleva a cabo de forma habitual,

incluyendo, por tanto, las cantidades pecuniarias periódicas, fijas y previsibles.

A sensu contrario, el gasto extraordinario está caracterizado por la

indeterminación de su propia existencia, naturaleza y cuantía. Así, los gastos

extraordinarios constituyen cantidades inespecíficas que requieren de una

posterior objetivación y que pueden o no ser devengadas, por lo tanto,

imprevistas y no periódicas”.206

Se entiende entonces que los gastos ordinarios hacen referencia a los

gastos que son previstos y necesarios para la subsistencia de los hijos e hijas

menores de edad. Dentro de estos, pueden encontrarse: la alimentación, la

vivienda, el vestido, la educación, la salud y alguna otra necesidad básica. De

manera que se encuentran dentro de los gastos extraordinarios, gastos que

también pueden ser necesarios, pero, además imprevisibles y excepcionales,

pues se realizan en situaciones que no se pagan usualmente con regularidad en

la vida de toda persona menor de edad.

Para Eugenia Lucía González Martínez, las opciones para llevar a cabo la

distribución de los gastos en una custodia compartida, pueden ser las siguientes:

“Primero, que cada uno de los padres abone los gastos del hijo durante el periodo

en que el menor está bajo su custodia y compartiendo de forma proporcional los

gastos extraordinarios.

Si existe importante desigualdad de ingresos entre ambos progenitores o

disparidad importante en los periodos de tiempo que los hijos están con cada

uno de sus progenitores, uno de los progenitores deberá entregar al otro, en el

206 Victoria Quintana Martín. “La Guarda y Custodia Compartida”. 54.

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periodo en el que esté con el menor, una cantidad y éste asumirá el resto a cargo

de sus ingresos.

Segundo, que cada uno de los progenitores asuma el gasto de alimentación del

hijo en los tiempos de residencia con él, y se fijen pagos directos a cargo de uno

u otro de determinados gastos, como los de educación, determinando

claramente quién paga y en qué conceptos.

Tercero, que se establezca una contribución individualizada atendiendo a las

respectivas capacidades económicas de cada progenitor y necesidades del

menor, debiendo abonar cada progenitor una suma mensual, cantidades que,

deberán ingresar, por ejemplo, en una cuenta bancaria a nombre de los

progenitores y los menores”. 207

Explica Alejandra Gaitán Gil, que en España es muy común lo siguiente:

“En los casos en que la custodia compartida haya sido adoptada de mutuo

acuerdo por ambos progenitores, mayoritariamente se decide abrir una cuenta

bancaria a nombre de ambos, aportando cada uno de ellos unas cantidades

mensuales (proporcional a sus caudales respectivos [arts. 145 y 146 CC]),

estableciendo que cada progenitor se hará cargo de los gastos del menor en los

periodos de tiempo que pasen con cada uno de ellos. En este supuesto, el Juez

valorará la capacidad de gestión conjunta de los progenitores y el grado de

entendimiento que tengan, con el objetivo de cubrir las necesidades del menor y

evitar conflictos futuros.

En los casos en los que la custodia compartida sea establecida por el Juez a

petición de una de las partes, existen diferentes métodos de cobertura de la

pensión alimentaria. Sin embargo, el criterio más utilizado por las Audiencias es

imponer a cada progenitor el pago de los gastos alimenticios y de vestido que se

generen en el tiempo en que cada uno lo tenga bajo su guarda, contribuyendo

por mitad a los gastos extraordinarios derivados del colegio y demás”. 208

207 Eugenia Lucía González Martínez. La custodia compartida, síndrome de alienación parental

e interés del menor. 51. 208 Alejandra Gaitán Gil. La obligación de alimentos. 42-43.

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A pesar de no existir normativa específica sobre la forma de

implementarse la prestación alimentaria en modelos de custodia compartida, es

posible que la obligación alimentaria subsista ante la presencia de custodias

compartidas. Esto debido a la naturaleza jurídica de la obligación alimentaria, en

donde la finalidad principal de la obligación alimentaria es la satisfacción de los

derechos de la persona menor de edad, con los que se pueda garantizar su

desarrollo integral y calidad de vida.

En otras palabras, la permanencia de la prestación alimentaria en

custodias compartidas se aplicará cuando sea la decisión más adecuada para

garantizar el interés superior de la persona menor de edad.

Aunque no existe normativa expresa que indique que la prestación

alimentaria se mantiene en custodias compartidas, existen en el Código de

Familia, en el Código de la Niñez y la Adolescencia y en los instrumentos

internacionales ratificados por nuestro país, principios y deberes derivados de la

patria potestad a través de los cuales es posible deducir que, en aras de

resguardar el interés superior de la persona menor de edad, se mantiene el

derecho alimentario, es decir existe la posibilidad de que la persona beneficiaria

inicie una demanda de alimentos así como la fijación de una pensión alimentaria

dependiendo del caso concreto.

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TÍTULO III

CAPÍTULO I: ANÁLISIS DE RESULTADOS

El desarrollo del presente capítulo está direccionado a identificar si el

modelo de custodia compartida tiene algún efecto en la pensión alimentaria,

según la práctica judicial costarricense. Para la recolección de información se

realizó una entrevista a siete personas juzgadoras, quienes por su experiencia

en la materia se encuentran capacitadas para orientarnos al respecto.

1. Perfil profesional y laboral de las personas entrevistadas

La experiencia profesional de las personas juzgadoras que fueron

entrevistadas oscila entre los cinco y quince años como personas juzgadoras

aplicadoras del Derecho de Familia. Lo cual significa que presentan importante

experiencia en la materia, ya que al conocer constantemente de procesos de

pensión alimentaria, poseen una visión amplia sobre los posibles efectos que

podría tener la custodia compartida en el derecho alimentario.

Al ser la custodia compartida y la pensión alimentaria dos temas

pertenecientes al Derecho de Familia, se estimó necesario que las personas

entrevistadas se desempeñen como juzgadoras de dos sub ramas del Derecho

de Familia; por lo que se entrevistó a jueces y juezas del Juzgado de Familia, del

Juzgado de Pensiones Alimentarias y de Juzgados Contravencionales, en donde

las personas juzgadoras de igual forma conocen de procesos de pensiones

alimentarias, ya sea en primera o en segunda instancia.

a. Perfil profesional

Las personas entrevistadas fueron las siguientes:

● Licenciado Luis Fernando Sáurez Jiménez, juez que obtuvo la

Licenciatura en mil novecientos noventa y seis en la Escuela Libre de

Derecho.

● Licenciada Amadita Barrantes Delgado, jueza que obtuvo la Licenciatura

en Derecho en el dos mil ocho en la Universidad de las Ciencias y el Arte.

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● Máster Gonzalo Coronado Villarreal, juez que obtuvo la Licenciatura en

Derecho en mil novecientos noventa y seis en la Escuela Libre de

Derecho, posee una Maestría en Derecho Comercial de la Universidad

Interamericana en el dos mil seis y una Maestría en Derecho de Familia

de la Universidad Nacional en el dos mil trece.

● Máster Elizabeth Picado Arguedas, quien obtuvo la Licenciatura en

Derecho en mil novecientos noventa y dos en la Universidad de Costa

Rica y posee una Maestría de la Universidad Nacional en procesos

familiares con énfasis en relaciones familiares en el dos mil catorce.

● Máster Carlos Sánchez Miranda, juez que obtuvo la Licenciatura en

Derecho en el año dos mil tres en la Universidad de Costa Rica, presenta

una Maestría en Derecho Laboral en la Universidad Interamericana, una

Maestría de la Universidad Nacional en administración de justicia con

énfasis en relaciones familiares en el dos mil nueve, un Diplomado en

Derechos Humanos de la Universidad para la Paz del dos mil catorce,

además de una especialidad en justicia constitucional de la Universidad

de Castilla de la Mancha del dos mil dieciséis.

● Licenciado Héctor Luis Ruiz Salas. Obtuvo la Licenciatura en Derecho en

la Universidad de San José en el dos mil diez, posee una especialidad en

Derecho de Familia y en Derecho Notarial.

● Licenciado David Campos Rojas, juez que obtuvo la Licenciatura en

Derecho en la Universidad Santa Lucía en el dos mil dos.

b. Perfil laboral

● Licenciado Luis Fernando Sáurez Jiménez. Ha laborado en el Poder

Judicial desde mil novecientos noventa y siete, en donde se ha

desempeñado como juez en diferentes materias y diferentes juzgados del

país, entre ellos: Juez Civil de Menor Cuantía en San José, Juez de

Tránsito en San José, Juez Contravencional y de Menor Cuantía en

Garabito, Juez de Pensiones Alimentarias en el Primer Circuito Judicial

de San José, Juez de Familia en el Juzgado Segundo del Primer Circuito

Judicial de San José, Juez Civil y de Trabajo de Menor Cuantía de

Puntarenas, Juez de Familia, Penal Juvenil y Violencia Doméstica en

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Puntarenas. Actualmente se desempeña como Juez de Familia, Penal

Juvenil y Violencia Doméstica en Cañas, en donde tiene quince años en

dicho cargo.

● Licenciada Amadita Barrantes Delgado. Se ha desempeñado como jueza

en diferentes juzgados del país, entre ellos: Juzgado Contravencional de

Turrialba, Orotina, San Mateo, San José, San Isidro de Heredia, Tribunal

de Trabajo de Menor Cuantía de Alajuela, Jueza Supernumeraria en

Liberia. Actualmente es Jueza Contravencional y de Menor Cuantía en

Carrillo en donde se desempeña en dicho cargo desde el dos mil once en

propiedad.

● Máster Gonzalo Coronado Villarreal. Ingresó el Poder Judicial en mil

novecientos noventa y dos como auxiliar judicial y desde mil novecientos

noventa y seis se incorporó como profesional laborando como juez en

propiedad en distintos juzgados del país, entre ellos: Juzgado

Contravencional y de Menor Cuantía de Corredores, Jicaral, La Cruz,

Bagaces. Actualmente labora en el Juzgado de Pensiones Alimentarias

del Primer Circuito Judicial de Guanacaste en donde ejerce como juez

desde el dos mil diez.

● Máster Elizabeth Picado Arguedas. Ha laborado como jueza en distintos

juzgados del país: Santo domingo de Heredia, San Isidro de Heredia, San

Joaquín de Flores, Nandayure, Alajuela, Puntarenas, San Carlos,

Juzgado Penal de Goicoechea. Actualmente es Jueza de Pensiones

Alimentarias en el Primer Circuito Judicial de San José en donde tiene

dieciséis años de laborar en dicho cargo.

● Máster Carlos Sánchez Miranda. Se ha desempeñado como juez de

familia desde el dos mil nueve, laborando en distintos juzgados, entre

ellos: Juzgado de Violencia Doméstica de Limón, Juzgado mixto de

Puriscal. Actualmente labora como juez de Familia en el Juzgado de

Familia del Segundo Circuito Judicial de San José, donde tiene tres años

en dicho puesto.

● Licenciado Héctor Luis Ruiz Salas. Se ha desempeñado como juez desde

hace siete años en distintos juzgados del país: Juzgados mixtos de

Familia en Cañas, Nicoya, Santa Cruz, Liberia, Juzgados de Familia en

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Puntarenas y Hatillo, Juzgados de Pensiones Alimentarias en Cartago,

Guápiles, Pérez Zeledón, San Carlos, Goicoechea. Actualmente se

desempeña como Coordinador Judicial en el Juzgado de Familia del

Primer Circuito Judicial de Guanacaste e interinamente como Juez de

Familia en Cañas.

● Licenciado David Campos Rojas. Ha laborado en distintos juzgados entre

ellos: en el Juzgado Civil de Ciudad Quesada, en los Juzgados

Contravencionales de Naranjo de Alajuela, San Ramón y Orotina, en el

Juzgado Penal de Puerto Viejo de Sarapiquí. Actualmente se encuentra

en propiedad en el Juzgado Contravencional y de Menor Cuantía de

Nandayure, desde el dos mil seis.

2. Percepción del impacto del modelo de custodia compartida en la

pensión alimentaria

La presentación de los resultados obtenidos por medio de las entrevistas

efectuadas se realiza a través de una categorización de la información.

a. Categorización de la información

Las categorías se establecen en función de los temas que les fueron

consultados a las personas juzgadoras que fueron entrevistadas.

i. Implementación de la custodia compartida

Esta primera categoría se establece con el fin de tabular la información

recolectada referente a la percepción que tienen las personas juzgadoras sobre

la implementación de la custodia compartida a nivel judicial y su percepción

sobre el conocimiento de casos en donde se haya establecido la cuota

alimentaria en custodias compartidas.

Menciona el Lic. Sáurez Jiménez que la custodia compartida aunque

funcione y se dé en la realidad, a nivel judicial muy poco se ve; al respecto

señaló:

“Que yo haya resuelto en un proceso de custodia compartida nunca en veinte

años, ni siquiera en un divorcio por mutuo acuerdo o en una separación judicial

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por mutuo, la gente no lo pide. Lo que si uno se da cuenta es que en la realidad

funciona, la gente entiende que puede ser una mejor forma de criar a los hijos

cuando ha habido una separación o un divorcio y se ponen de acuerdo aunque

no saben que ese instituto existe ni como se llama, pero ellos le dicen a uno “es

que los hijos pasan una semana en mi casa y la otra semana la pasan donde la

mamá o el papá” y así funciona pero no es algo extendido. Ni los abogados lo

solicitan ni tampoco las personas. No se llega a judicializar porque lo que sucede

es que por conveniencia y si les queda fácil, primero que todo la cercanía, donde

vive el papá y donde vive la mamá, entonces si viven cerca, es muy usual que

eso de hecho así funcione, por ejemplo que a los doscientos metros viven uno

del otro entonces los hijos pasan un día con el papá y si hay buena relación entre

los padres eso es fundamental. Sin que nadie se preocupe por ponerle nombre,

la situación sucede en la realidad y nada más”.

El Lic. Campos Rojas manifiesta que el conocimiento de casos sobre

custodias compartidas no es común que se den a nivel judicial porque las

personas acuden al juzgado cuando tienen algún tipo de conflicto y opina:

“No es común que ocurra, las personas vienen aquí porque tienen un

inconveniente. En algunas ocasiones en la audiencia nos dicen que ya se

pusieron de acuerdo. Son los menos casos que nosotros nos podemos enterar,

probablemente habrá una lista negra que no conocemos, no todas las personas

de la sociedad vienen a tratar de solucionar un problema, comparten esas

obligaciones con los niños y nunca nos daremos cuenta… al menos yo no he

conocido ningún caso donde aleguen eso en una audiencia, en algunos casos

ciertos matices tienen, por ejemplo que el demandado de pensión dice “me

pusieron ochenta mil colones de pensión pero yo soy el que pago la escuela del

niño incluso lo llevo”, como así sutilmente”.

Indica el MSc. Sánchez Miranda que los casos en donde ha conocido

sobre procesos de pensión alimentaria en custodias compartidas son pocos y ha

sido en homologación de acuerdos conciliatorios; al respecto afirma:

“Sí, los he homologado por mutuo consentimiento y básicamente las partes traen

un acuerdo similar en ese sentido, que los gastos van a ser compartidos y que

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la manutención diaria pues la asume con quien el chico o la chica esté en ese

momento, han sido muy pocos y por vía conciliación se ha conciliado en algunas

ocasiones, tal vez unas diez ocasiones en los últimos cinco años, únicamente

por conciliación”.

En la misma línea el Lic. Ruiz Salas, indica que en donde se logra

evidenciar la custodia compartida es en acuerdos conciliatorios; señala que

conoció de un caso:

“en donde inicialmente la establecieron por semana debido a que los

progenitores residían a una distancia muy lejana, entonces ellos como se

llevaban muy bien con sus hijos y entre ellos existía una muy buena relación,

optaron por hacerlo de esta manera, establecerlo así dentro de un proceso de

conciliación, en un proceso de divorcio por mutuo consentimiento. Ellos al final

llegaron a un acuerdo conciliatorio satisfactorio para ellos y para los menores y

en cuanto a la pensión alimentaria el tema no se tocó ahí, al fin ellos decidieron

que se continuara tramitando en la vía especializada lo relacionado con la

pensión alimentaria”.

Asimismo, el juez señala que no ha encontrado un caso en el que la

solicitud de pensión alimentaria en una custodia compartida vaya bien

fundamentada.

De los datos recolectados se desprende que actualmente no existe una

tendencia a la judicialización de la custodia compartida ni del establecimiento de

la cuota alimentaria en este modelo de custodia.

ii. Incidencia de la custodia compartida en la pensión alimentaria

Esta categoría se establece con el objetivo de determinar si la custodia

compartida tiene o podría tener algún efecto en la pensión alimentaria.

La MSc. Picado Arguedas indica que la custodia compartida sí podría

incidir en la pensión alimentaria y todo va a depender de cada caso concreto, de

las posibilidades de las personas progenitoras y del tiempo que el hijo o la hija

pase con uno y con el otro. Señala asimismo, que influye en el sentido de que

es un alegato frecuente cuando esa persona menor de edad pasa mucho tiempo

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con el padre o con la madre, ya que por ejemplo cuando un hijo o hija pasa los

fines de semana con la persona obligada alimentaria, eso se vuelve parte del

alegato de la persona obligada para pretender reducir su contribución alimentaria

y alegan por ejemplo que durante el tiempo que los hijos o hijas pasan con ellos,

son ellos los que asumen las clases de inglés, las clases de baile, psicología y

además los gastos de recreación.

En la misma línea, manifiesta que la incidencia en la pensión alimentaria

se vería reflejada en el análisis que se debe hacer para imponer la cuota

alimentaria, ya que en la pensión alimentaria “habría que ver cuál es la dinámica

familiar, cuáles son los ingresos, cuál es la preparación de cada uno de los

padres porque hay casos en los que los dos son profesionales o tienen un trabajo

similar teniendo ingresos similares y comparten la custodia... no es solamente la

parte del cuido que cada uno asuma, sino también las condiciones económicas

que pueda tener cada uno de ellos…”.

El Lic. Ruiz Salas coincide con el criterio de la MSc. Picado Arguedas, en

el sentido de que indica que el compartir la custodia se puede tornar como un

alegato para pretender reducir la cuota alimentaria. Esto, porque, en la mayoría

de los casos, lo que hace la persona obligada alimentaria es que como tiene la

mitad del tiempo a los hijos e hijas alega que debe pagar la mitad de la pensión

alimentaria; al respecto señaló:

“Hablan de una proporcionalidad tajante, la mitad de la pensión porque yo tengo

en este caso la mitad del tiempo a mis hijos, sin embargo esto es cuestionable,

ya que no es de recibo este argumento como un fundamento legal para que

eventualmente opere un rebajo o hasta una exoneración de la pensión

alimentaria, porque si bien es cierto se comparte en tiempo completo la custodia

de los menores, no es cierto que los gastos así lo sean, tal vez sí se incurre en

algún gasto por tener un mayor tiempo efectivo a los menores con él pero si

hablamos de lo que es el pago de las mensualidades en los diferentes gastos

que tienen las personas menores de edad, por lo general los asume uno de los

dos y en este caso se castiga a la progenitora con tratar de recortar la cantidad

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de dinero o de aporte que se tenía dentro de la cuota alimentaria y ese no es el

objeto”.

A pesar de lo anterior, resalta que cada caso es diferente y se requiere un

análisis casuístico, porque podrá haber casos donde se llegue a la conclusión de

que en realidad sí merece una valoración especial y pueda rebajarse la cuota

alimentaria. Por lo que la custodia compartida sí podría incidir en la pensión

alimentaria, ya que la persona obligada alimentaria al tener a los hijos e hijas,

eso le podría generar un gasto económico que podría verse reflejado en cuanto

al pago de los gastos alimentarios, pero estas son situaciones que deben

valorarse caso por caso para considerar si procede o no el rebajo. En todo caso,

se tendría que demostrar cuáles son esos gastos en los que incurre esa parte y

se tiene que valorar realmente si estos influyen en cuanto a establecer que se

rebaje la cuota de pensión alimentaria; señala “ya que no porque el padre se

lleve a los hijos tres días a la semana, significa que la madre va a dejar de pagar

una mensualidad por alquiler donde ella reside y que es el domicilio de ellos, eso

no refleja la oportunidad para que él pida un rebajo en cuanto a ese rubro, a lo

sumo podríamos hablar de alimentos en el sentido estricto de la palabra que es

comida, nada más”.

Para el Lic. Sáurez Jiménez la incidencia en la pensión alimentaria va a

depender del tiempo en el que el hijo o hija pase con cada persona progenitora,

ya que mientras se encuentre con el padre obligado alimentario la pensión

alimentaria se reduciría.

Igualmente, la Lic. Barrantes Delgado manifiesta que la custodia

compartida sí incide en la pensión alimentaria “en el sentido de que se debe

valorar para efectos de imponer la cuota alimentaria el hecho de que un padre

tenga el hijo unos días y el otro progenitor otros. Aunque se sabe que la

responsabilidad queda sobre uno recargada, entonces ahí es donde se debe

valorar cómo imponer el monto de pensión para efectos de no afectar las

necesidades del niño ni tampoco las de la persona obligada”.

Respecto a la valoración que se debe hacer ante custodias compartidas

para imponer el monto de la pensión alimentaria, expresó que conoció de un

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caso en donde el padre se lleva los hijos y los tiene varios días a la semana pero

la madre es la que usualmente disponía del tiempo de ellos. En este caso se

impuso un monto de pensión menor al que usualmente se impone si no tuviera

una custodia compartida, ya que el padre, al tener a los niños en la casa, incurrió

en gastos, por lo que se buscó un equilibrio para que él tuviera la posibilidad de

compensar los gastos que se le generaban al tener a los niños unos días a la

semana.

El MSc Sánchez Miranda indica:

“Tiene un impacto en el tanto habría que redistribuir las cargas que se generan

durante la manutención de la persona menor de edad cuando esté un tiempo con

uno y un tiempo con el otro, razonablemente se debería concluir que los gastos

que se generan cuando el niño o la niña está una, dos, tres o cuatro semanas

con un padre o con la madre, este rubro lo debería asumir quien esté a cargo.

Hay ciertos gastos grandes que se generan a través de la custodia del niño que

eventualmente podría considerarse que sean de manera compartida igualmente,

ejemplo la matrícula del menor... no sería razonable que porque al padre le tocó

la custodia compartida en febrero y a su pareja le toque la custodia compartida

en enero, sea ella la que tenga que correr con un gasto único anual, entonces

en ese tipo de gastos yo considero que sí eventualmente podrían ser

compartidos. Lo que es el diario, la cotidianidad sí es algo que cada cónyuge

bajo el principio de la responsabilidad parental pues podría asumir”.

El MSc Coronado Villarreal y el Lic. Campos Rojas coinciden en que la

incidencia de la custodia compartida en la pensión alimentaria se vería reflejada

en una disminución de la judicialización de procesos de pensiones alimentarias.

Para el MSc Coronado Villarreal la custodia compartida reduciría los expedientes

de pensiones alimentarias, porque habría una disminución de conflictos en

cuanto al tiempo que se comparta con los hijos e hijas y eventualmente podría

haber acuerdo respecto a los gastos de manutención.

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El Lic. Campos Rojas por su parte manifestó:

“Sí va a repercutir porque no van a judicializar sus problemas. La sociedad tiene

la costumbre de judicializar todo, ir al juzgado a que un tercero nos resuelva el

problema. Va a tener repercusión en el índice de las personas que acuden a un

despacho, porque su problema económico lo van a solucionar ellos mismos”.

iii. Fijación de la pensión alimentaria en custodias compartidas

La categoría de fijación de la cuota alimentaria en la custodia compartida,

hace referencia a determinar la procedencia de una pensión alimentaria en un

modelo de custodia compartida; además se toman en cuenta los presupuestos

que utilizarían las personas juzgadoras para fijarla en dicha situación.

Todas las personas juzgadoras que fueron entrevistadas coincidieron, de

manera general, en que sí se puede fijar una pensión alimentaria en casos de

custodias compartidas, si se estudia siempre cada caso específico.

El criterio de la MSc. Picado Arguedas es el siguiente:

“Sí, por supuesto, la pensión alimentaria no solamente va a depender del factor

de quien lo tenga… si los padres comparten la custodia, pues también las

obligaciones económicas deberán ser compartidas porque entonces ambos

están asumiendo dos situaciones importantes, la económica y la asistencial,

porque también eso se valora… eso va a depender del caso concreto, porque en

esta materia no hay una fórmula para el caso, cada caso responde a variables

distintas”.

El Lic. Ruiz Salas se refirió a que sí se debe fijar una pensión alimentaria

en modelos de custodias compartidas, porque si los hijos y las hijas van a pasar

tanto tiempo con las personas obligadas alimentarias, es comprensible el hecho

de que están colaborando en ciertas situaciones concernientes a los hijos y las

hijas, tales como la alimentación, la recreación y el vestido.

Según el Lic. Sáurez Jiménez es factible que existan familias que

implementan el acuerdo mutuo en compartir la custodia, sin embargo, no llegan

a pactar el monto de una pensión alimentaria, a razón de la complejidad del ser

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humano. Menciona que el aspecto proporcional es la única forma para fijar las

pensiones alimentarias en custodias compartidas, ya que hay gastos que se

deben compartir y “con respecto a la pensión podría pensar que sencillamente

proporcional, si yo pago pensión nada más le pago la pensión cuando el hijo o

la hija está con ella, porque cuando lo tengo yo como demandado, yo corro con

los gastos y la mamá no tendría ningún gasto por el hijo… lo que el demandado

tendría que pagar sería proporcional al tiempo en que el hijo este con la madre”.

El juez, de igual forma señala que también existe la posibilidad de que

cuando los hijos y las hijas se encuentren con una persona progenitora, esta

incurre en gastos, pero cuando los mismos se encuentran con la otra persona

progenitora, en esa proporción tendría que colaborarle la primera a la segunda

para que esta pueda hacerle frente a los gastos de sus hijos e hijas en común;

lo que conlleva a apreciar la capacidad económica de cada persona progenitora.

Asimismo, indica que deben analizarse los parámetros para fijar la pensión

alimentaria, ya que de lo contrario podría colocarse a la parte que corresponde

en determinado momento ser demandada, en una situación económica difícil por

falta de recursos para ello; siempre deben cubrirse las necesidades más básicas

de los hijos y las hijas, de acuerdo con las posibilidades económicas de cada

quien.

Sobre los presupuestos por tomar en cuenta para fijar una pensión

alimentaria en custodias compartidas, todas las personas juzgadoras

entrevistadas concordaron en que se utilizarían los mismos presupuestos

estipulados en la Ley de Pensiones Alimentarias y el Código de Familia.

La MSc. Picado Arguedas indica:

“Con la pensión alimentaria siempre los principios van a ser los mismos, el

principio de proporcionalidad y razonabilidad, eso quiere decir que la pensión se

va a fijar siempre de acuerdo con la capacidad económica de cada uno de los

padres y de acuerdo con las necesidades especiales u ordinarias que tengan

esos niños, porque no es lo mismo fijarle una pensión alimentaria a un niño con

capacidades normales que fijarle una pensión alimentaria a un niño con

capacidades especiales que requiera terapias, traslados, instrumentos

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especiales, son variables que van a jugar en un determinado caso. Los principios

siempre van a ser los mismos proporcionalidad y razonabilidad y aplicado al caso

concreto de acuerdo con las condiciones de las partes. Bajo los mismos

presupuestos…”.

De igual forma, destaca que también son variables a valorar, la situación

donde la madre o el padre tienen más hijos o hijas que sean personas

beneficiarias alimentarias, y cuando las personas progenitoras llevan a cabo

obligaciones asistenciales con sus hijos e hijas.

Asimismo, señala lo siguiente: “en general en familia cada caso se tiene

que valorar de una forma individual, no se puede establecer por ejemplo tablas

para fijar pensiones alimentarias, podría ser una guía que le facilite a uno el fijar

el monto, pero no necesariamente ser de aplicación obligatoria ni esa aplicación

debe hacerse porque cada caso va a variar y cada caso va a ser distinto.”

Según el Lic. Ruiz Salas la manera de establecer una pensión alimentaria

es por medio de la conjugación de varios artículos como lo son el artículo 164,

169 y 173 del Código de Familia y el artículo 27 de la Ley de Pensiones

Alimentarias, resalta “para establecer una cuota de pensión alimentaria claro que

tendría que valorar precisamente lo que establece el artículo 164 que son las

condiciones o posibilidades económicas que tiene quien está obligado a pagar

la pensión alimentaria, los bienes que cuenta en contrapeso con las necesidades

alimentarias que tienen las personas beneficiarias y sí se tiene que valorar, claro,

el tiempo que pudiera estar con ellos…”.

Para el Lic. Campos Rojas:

“Hay elementos de la ley que son generales que siempre van a estar en ese caso

o en cualquier pensión alimentaria, por ejemplo que el monto de pensión sea

proporcional y equilibrado, todo eso va a existir siempre en cualquier pensión

independientemente si la pareja se lleva bien o se lleva mal, cada caso en

pensión va a ser muy específico y se va a valorar dependiendo de esas

condiciones y de esas circunstancias. No se puede generalizar al extremo de

que todo lo vamos a resolver siguiendo estos patrones, ni tampoco podemos

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decir que no se va a utilizar unos u otros elementos o principios de la ley… los

recursos económicos del obligado alimentario es algo muy básico que hay que

valorar, todos esos elementos juntos nos hacen llegar a determinado resultado

de cuál es la pensión a asignar y el otro punto son las necesidades”.

El juez aclara que se toman en consideración las labores y deberes que

realizan las personas progenitoras por sus hijos e hijas, por lo que al asignar un

monto de pensión alimentaria este podría reducirse de cierta manera. Continúa:

“Todo eso es valorado a la hora de establecer una pensión definitiva porque el

aporte no es solo lo económico sino que hay una parte en especie que también

es valorada”.

Se destaca un criterio diferente al respecto, puesto que señala el MSc.

Coronado Villarreal que para fijarse una pensión alimentaria en custodias

compartidas, no se toma en cuenta que la familia posea una custodia compartida.

Tres de las siete personas entrevistadas se refirieron a la posibilidad de

establecer la pensión alimentaria a ambas personas progenitoras, entre ellos el

Lic. Sáurez Jiménez y la Lic. Barrantes Delgado, quienes afirmaron la

circunstancia en el sentido de que ambas personas progenitoras colaboren para

satisfacer las necesidades de la persona beneficiaria alimentaria, mientras que

el Lic. Ruiz Salas destacó el tema de la compensación.

El Lic. Sáurez Jiménez manifiesta: “Que los dos tengan pensión podría

ser, yo nunca he visto nada como eso, tendría los dos que ocupar la posición de

actor y demandado dependiendo de dónde esté el beneficiario en ese momento”.

El juez enuncia que debe hacerse un análisis de los presupuestos para

fijar la pensión alimentaria y “no necesariamente podría ser la misma suma que

se le ponga a cada uno de los obligados alimentarios porque trataríamos de

establecer un monto que pueda cubrir en forma adecuada todas las necesidades

que tenga el beneficiario, que no puede ser el mismo porque puede ser que

cuando esté con un padre apenas tenga posibilidad de cubrir las necesidades

más básicas, mientras que cuando está con el otro podría otorgarse una suma

más alta que le pudiera cubrir las posibilidades al menor de hacer

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extracurriculares, por ejemplo de practicar un deporte, para tratar de balancear

pero no necesariamente podría ser la misma suma, habría que ver la capacidad

económica que tenga a quien le toque ser demandado en ese momento”.

Mientras que el Lic. Ruiz Salas afirma que no es posible que una persona

utilice el pago del monto de una pensión alimentaria, que está obligada otra

persona a pagarle, para cancelarle a esa misma persona la cuota de pensión

alimentaria, puesto que dicha situación recibe el nombre de compensación y es

una circunstancia que se encuentra prohibida en pensiones alimentarias.

iv. Falta de presupuestos preestablecidos para fijar la cuota alimentaria

en custodias compartidas y su efecto en la decisión de la persona

juzgadora

Esta categoría de análisis consiste en valorar si la inexistencia de

aspectos por tomar en cuenta en la normativa costarricense, para establecer una

pensión alimentaria en custodias compartidas, puede acarrear algún efecto en la

decisión de la persona juzgadora.

Según varias de las personas entrevistadas, entre ellas, el Lic. Sáurez

Jiménez, la Lic. Barrantes Delgado, el Lic. Ruiz Salas y el MSc. Coronado

Villarreal el hecho de que no haya regulación específica en nuestro país sobre

custodias compartidas y pensiones alimentarias en estos casos, no afecta la

decisión que pueda tomar la persona juzgadora, ya que no es necesaria una

normativa al respecto, puesto que con la legislación actual puede resolverse el

asunto.

Manifiesta el Lic. Sáurez Jiménez: “si no hay norma uno se ve obligado a

integrar, a buscar la forma de darle la solución al caso concreto… con lo que

tenemos es más que suficiente, se hace una integración del derecho y poder

solucionar el caso concreto, no es necesario una legislación expresa”. Considera

que la jurisprudencia puede ser la solución para dar lineamientos para

pronunciarse acerca de los casos de familias con custodias compartidas.

Además, asegura que no se le dificultará el análisis de uno de estos casos, si lo

tuviera, ya que puede resolverlo al tener un panorama real de los gastos en que

incurre la persona beneficiaria de la pensión alimentaria y se adecua al derecho.

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El Lic. Ruiz Salas expresó que con la legislación existente se pueden

llenar los vacíos que sucedieran eventualmente, queda en manos de la persona

juzgadora resolver de manera responsable y en la fundamentación que le vaya

a dar a cada caso concreto; además, asegura que el hecho que no haya una

normativa al respecto no es una falencia en estos momentos.

Por el contrario, el Lic. Campos Rojas, la MSc. Picado Arguedas y el MSc.

Sánchez Miranda, manifestaron otro punto de vista: para estas personas

entrevistadas sí puede darse un efecto en la decisión de la persona juzgadora y

podría ser relevante que se creara algún tipo de regulación al respecto, ya que

sería de mucho apoyo para la persona juzgadora.

Para el Lic. Campos Rojas, “la Ley de Pensiones Alimentarias y el derecho

en general, va rezagado respecto a lo rápido que va la vida, las condiciones de

vida avanzan más rápido que la ley por lo general”. Por lo que mencionó que sí

afecta que no haya lineamientos por seguir para fijar una pensión alimentaria en

custodias compartidas a la decisión que puedan tomar las personas juzgadoras.

Muchas veces, cuando conocen un determinado caso, se encuentran lagunas y

vacíos legales que para solucionarlo se tienen que acomodar las situaciones al

derecho. Además manifestó: “Sí, necesario siempre es cuando uno puede ver

un vacío legal siempre va a ser necesario que exista esa norma porque si no uno

no puede aplicar algo inexistente… No creería tampoco que sea imposible

resolver un proceso de esos, sí es factible acomodar los principios generales del

derecho de familia y de la propia ley de pensiones a un caso de esos”.

El criterio de la MSc. Picado Arguedas es el siguiente:

“sí puede incidir [en la decisión de la persona juzgadora] porque también

tenemos nosotros otro problema… son muchos juzgados y hay criterios como

hay jueces, sería un problema porque pueden ser muchísimos criterios y el no

tener un superior común también nos dificulta… pueden tener criterios distintos,

entonces eso siempre va a complicar la decisión. No hay una regulación sobre

la custodia compartida y tampoco hay criterios en materia alimentaria que

puedan ser estandarizados… al no haber una regulación pues cada juez

resolverá según su criterio y como la materia de familia en general nos permite

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resolver con mayor amplitud por los principios de la materia de familia entonces

puede un mismo caso resolverse de diferentes formas”.

Inclusive, sugirió una forma que puede complementar y servir de apoyo

para las personas juzgadoras y es que la comisión de familia pudiera establecer

pautas para resolver estas circunstancias por medio de un protocolo.

De igual forma, el punto de vista del MSc. Sánchez Miranda es:

“no podemos indicar que existe una laguna legal y que por ello no se le puede

dar resolución al usuario… creo que bajo los principios del derecho uno lo puede

resolver integrando normas, más sin embargo, sí sería importante y necesario

que los operadores de justicia tengan ese tipo de herramientas, obviamente le

da mucha más seguridad jurídica saber que cuando usted está resolviendo

podría contar con un cuerpo normativo”.

b. Análisis de la información

El análisis de la información obtenida por medio de las entrevistas se lleva

a cabo al abordar los temas de las categorías expuestas anteriormente, para que

a raíz de lo planteado, se haga posible confirmar o diferir los distintos puntos de

vista de las personas entrevistadas en contrapeso con la teoría instaurada.

Asimismo, con este análisis se evidencia, a partir de la información obtenida,

cuáles son los efectos que presenta la custodia compartida en la pensión

alimentaria.

i. Implementación de la custodia compartida

A partir de los criterios externados por parte de las personas

entrevistadas, se logra evidenciar primeramente confusión sobre el contenido de

la custodia compartida, ya que hacen mención a esta como un reparto del tiempo

en que la persona menor de edad comparte con cada una de sus personas

progenitoras. De ser así, entraría en conflicto con el contenido de la custodia

alternada en la que efectivamente se hace una distribución del tiempo en que

cada persona progenitora comparte con su hijo e hija.

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Al respecto, es importante recordar la sentencia española SAP Toledo,

sala 1ª, de 2 de febrero de 2005209, en la que se indica:

“Por custodia compartida no cabe entender que los hijos pasen a vivir con uno y

otro progenitor repartiéndose por períodos iguales, sino que todas las

concepciones doctrinales sobre esta cuestión giran en torno a un mayor grado

de implicación del cónyuge no conviviente en las cuestiones relativas al cuidado

y educación de los hijos, con una participación mucho más activa que la que

hasta ahora se contemplan, no limitándose a ser mero receptor pasivo de la prole

en el domicilio propio los fines de semana alternos y los periodos vacacionales”.

La custodia compartida debe ser vista en función de que ambas personas

progenitoras deben involucrarse activamente en el cumplimiento de

responsabilidades hacia sus hijos e hijas, incluyendo no solamente las

responsabilidades afectivas en las que comparten los fines de semana o

periodos vacacionales, sino también en donde compartan la educación y demás

necesidades de la persona menor de edad.

El no tener claridad sobre el contenido de la custodia compartida

evidencia, en principio, la necesidad de su estudio por parte de las personas

operadoras jurídicas, debido a que al no tener claro su contenido y la importancia

que tiene para el derecho de familia y la sociedad en general, podría generar

complicaciones al enfrentarse a un proceso en donde la custodia compartida

tenga un papel trascendental.

Sobre la implementación de la custodia compartida y el establecimiento

de cuotas alimentarias en este tipo de custodia, se evidencia de acuerdo a las

personas entrevistadas, que hasta la fecha no ha tenido una manifestación

externalizada en el sistema judicial. Esto es así debido a que las personas

juzgadoras señalan que los casos sobre custodias compartidas y el

establecimiento de la pensión alimentaria en estas, son pocos, ya que en la única

etapa procesal en donde se ha evidenciado este tipo de casos es en la

homologación de acuerdos conciliatorios. En estos casos, ya las partes

209 María Guadalupe Vázquez González. La custodia compartida: Requisitos y legislación

aplicable. 28.

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previamente se han puesto de acuerdo sobre la forma en que compartirán el

cuido de los hijos e hijas y asimismo sobre cómo se harán cargo de la

satisfacción de las necesidades de las personas menores de edad.

Se reconoce, por parte de las personas juzgadoras, que aunque la

custodia compartida en estos momentos no represente el conocimiento de un

número considerable de casos en el sistema judicial, su aplicación en la sociedad

es relevante. Esto, ya que aunque las personas no conozcan este instituto como

tal, sí lo han empezado a utilizar en su cotidianidad, debido a que se ha ido

evidenciando que puede ser la mejor forma de educar y garantizarles un entorno

familiar adecuado a las personas menores de edad. Esto se logra apreciar,

según indican las personas juzgadoras, en las manifestaciones que les hacen

las personas progenitoras, cuando excepcionalmente expresan que ya se

pusieron de acuerdo sobre cómo continuarán criando a sus hijos e hijas.

La implementación de la custodia compartida en la realidad puede ser tan

amplia que incluso puede existir, tal y como lo manifiesta el Lic. Campos Rojas,

una cifra negra sobre su implementación, ya que no todos los conflictos llegan a

ser judicializados. Incluso, la falta de conflictos derivada del acuerdo al que

pueden llegar ambas personas progenitoras sobre la forma en que compartirán

sus derechos y responsabilidades hacia sus hijos e hijas, se torna como una

causa que contribuye a que esa cifra negra sea aún más grande.

La judicialización de casos sobre custodias compartidas y el

establecimiento de cuotas alimentarias en estos supuestos, no representa un

conflicto a nivel judicial en este momento, ya que como lo indican las personas

juzgadoras aún no se han enfrentado ante este desafío, sin embargo, la falta de

conocimiento sobre este instituto y la forma en que se debería establecer la cuota

alimentaria ante un escenario de custodia compartida podría representar un reto

para las personas juzgadoras que en algún momento se pueden ver enfrentadas

a tomar una decisión al respecto.

ii. Incidencia de la custodia compartida en la pensión alimentaria

De acuerdo con las personas juzgadoras que fueron entrevistadas, la

custodia compartida sí tiene un impacto relevante en la pensión alimentaria, el

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cual se ve reflejado de dos maneras: primero en la disminución de procesos de

pensiones alimentarias y además en el análisis que se debe realizar para valorar

el establecimiento de una cuota alimentaria ante este modelo de custodia.

La disminución de procesos judiciales derivada de una efectiva

implementación de la custodia compartida en la sociedad, representaría un

efecto positivo para la sociedad en general, ya que se benefician: por un lado las

personas progenitoras quienes dejarían de lado sus diferencias para colaborarse

mutuamente en el cuido y bienestar familiar y afectivo de la persona menor de

edad, el sistema judicial que se vería beneficiado por una disminución de

procesos de pensiones alimentarias en donde deban intervenir, agilizando de

esta manera el sistema judicial y el principal beneficiado sería la persona menor

de edad, quien se mantendría al margen de las diferencias entre sus personas

progenitoras y podría gozar de su derecho a mantener una vida en familia estable

sin importar que sus personas progenitoras no convivan entre sí.

El análisis al que se ven enfrentadas las personas juzgadoras ante este

tipo de custodia amerita por su parte gran responsabilidad y exige un

razonamiento exhaustivo y apegado a principios constitucionales, ya que están

en juego derechos de personas vulnerables como lo es la persona menor de

edad. Dicha condición de vulnerabilidad es reconocida por la Sala Constitucional

al indicar:

“…el bien jurídico protegido a través de la imposición de una pensión alimentaria,

es la necesidad y condición de dependencia en que se encuentra el acreedor

alimentario respecto al obligado. Por consiguiente, no se les puede estimar en

igualdad de condición, de hecho los acreedores alimentarios recurren a los

Tribunales por encontrarse en una situación de necesidad y precariedad, toda

vez que el obligado incumplió con sus deberes familiares y legales”.210

Sobre la valoración que se debe realizar, señalan las personas juzgadoras

que, un aspecto importante que se debe tomar en cuenta, es el tiempo que la

persona menor de edad pasa con cada una de sus personas progenitoras; esto

210 Sala Constitucional de la Corte Suprema de Justicia. Sentencia número 6610-01 de las 15

horas y 59 minutos del 10 de julio del 2001.

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para efectos de establecer el monto correspondiente a la cuota alimentaria. En

este punto es importante destacar, tal y como lo manifiesta el Lic. Ruiz Salas,

que la valoración del tiempo que cada persona progenitora comparta con su hijo

o hija debe hacerse minuciosamente para no afectar el interés superior de la

persona menor de edad, ya que habrán casos en que el tiempo constituya un

factor importante y otros en los que no.

Otro aspecto relevante que es sacado a colación por la MSc. Picado

Arguedas y el Lic. Ruiz Salas, es que la custodia compartida podría verse por

parte de las personas obligadas alimentarias como un fundamento para

pretender reducir el monto correspondiente a la pensión alimentaria, aspecto que

resulta interesante por tener relación con el análisis que se debe hacer para

imponer el monto de la cuota alimentaria, ya que tal y como recalca el Lic. Ruiz

Salas, se debe valorar exhaustivamente cada caso concreto, ya que de

concederse rebajos de cuotas alimentarias inconscientemente podría perjudicar

tanto a la persona menor de edad como a la otra persona progenitora.

iii. Fijación de la pensión alimentaria en custodias compartidas

Las siete personas entrevistadas concordaron en que sí es posible fijar

una pensión alimentaria en los casos en que una familia presente una custodia

compartida, si la situación familiar así lo amerita.

Se destacan los aportes de la MSc. Picado Arguedas, el Lic. Ruiz Salas y

el Lic. Sáurez Jiménez ya que se refieren a que las familias con modelos de

custodias compartidas deben cumplir con las obligaciones compartidas y ambas

personas progenitoras deben colaborar económicamente y asistencialmente.

Señala el Lic. Sáurez Jiménez que cuando las personas progenitoras con

custodias compartidas no se ponen de acuerdo en el monto de la cuota de

alimentos, dicha cuota deberá ser fijada de manera proporcional por los gastos

que son compartidos, además que la persona demandada alimentaria debe

cancelar este monto proporcional al tiempo en que los hijos e hijas se encuentren

con el otro progenitor. En otro orden de ideas, el juez manifiesta que la persona

que sea obligada alimentaria debe colaborarle a la otra persona progenitora

únicamente cuando los hijos y las hijas se encuentren con esta última porque

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cuando estén con la persona obligada alimentaria es ella misma quien se hace

cargo de los gastos y la otra persona progenitora no tendría ningún gasto por los

hijos y las hijas puesto que no los tiene en ese momento.

Se discrepa en parte del comentario anterior porque se considera que

habrán situaciones donde la persona obligada alimentaria no debe únicamente

cancelar un pago de cuota alimentaria cuando los hijos y las hijas se encuentren

con la otra persona progenitora, ya que por ejemplo los pagos de servicios

públicos o de alquiler de domicilio se deben continuar cancelando

independientemente de con quien se encuentren, eso sí de manera proporcional.

Esta circunstancia va a depender de las situaciones económicas de cada

persona progenitora.

Todas las personas entrevistadas coincidieron en que los presupuestos a

utilizar para fijar una pensión alimentaria en custodias compartidas son los

establecidos en la Ley de Pensiones Alimentarias y en el Código de Familia. Los

presupuestos son los siguientes: el parentesco o vínculo legal, las necesidades

de la persona beneficiaria, las posibilidades de la persona obligada y el nivel de

vida acostumbrado por la persona beneficiaria. La doctrina además ha agregado

como parte de ellos, la directriz de responsabilidad en el cumplimiento de los

deberes de familia como se observó en el capítulo anterior. Estos presupuestos

se encuentran, entre otros, principalmente en los artículos 164 y 169 del Código

de Familia.

Esto lo deja claro la jurisprudencia, en la siguiente resolución:

“(…) cuando se va a disponer la fijación de una pensión alimentaria deben

constatarse tres presupuestos básicos que son: 1) La relación de parentesco que

de acuerdo con la ley le de derecho a recibir alimentos, 2) Las posibilidades

materiales de la persona obligada a cumplir con esa obligación, 3) La necesidad

real del beneficiario a recibir los alimentos (…)”211

211 Tribunal de Familia. Sentencia número 632-09 de las 10 horas y 50 minutos del 21 de abril

del 2009.

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134

Las opiniones de la MSc. Picado Arguedas, el Lic. Ruiz Salas y el Lic.

Campos Rojas, son criterios vinculantes, quienes mencionaron que además de

la contribución económica, debe valorarse la participación que tengan las

personas progenitoras con sus hijos e hijas de forma asistencial, las actividades

que realicen en virtud de su cuido y en beneficio de los mismos, las

contribuciones que conforman lo denominado en especie, durante el tiempo en

que se realicen estos aportes.

Esta misma línea la ha seguido la doctrina española indicando que estos

aspectos inciden al momento de cuantificar el monto de la pensión alimentaria

en modelos de custodias compartidas, como se distingue a continuación:

“Varios son los aspectos que grosso modo inciden en la cuantificación de la

pensión de alimentos en la guarda y custodia compartida, a saber, la

proporcionalidad entre los recursos de los progenitores alimentantes y las

necesidades del alimentista, el tiempo de convivencia de éste con aquellos y

otros criterios no menos relevantes, como la atribución de la vivienda, la asunción

de gastos directos o la contribución a las cargas familiares.” 212

Con esto queda claro, que en las custodias compartidas sí debe tomarse

en cuenta las contribuciones distintas a las económicas, puesto que no solo se

puede colaborar económicamente al cuido de los hijos y las hijas, sino que

además, al momento de establecer la cuota alimentaria debe considerarse si

durante el tiempo en que cada persona progenitora va a compartir con sus hijos

e hijas, se están realizando contribuciones para su desarrollo integral.

Para la MSc. Picado Arguedas otro elemento a considerar es cuando las

personas obligadas a pagar una pensión alimentaria deben sostener a otras

personas beneficiarias alimentarias, para la jueza la decisión del monto asignado

debe siempre orientarse en los principios de proporcionalidad y razonabilidad.

En la misma línea, el Lic. Campos Rojas manifiesta que el monto de pensión

alimentaria debe ser siempre proporcional y equilibrado. Dichos principios

212 Fabiola Meco Tébar. La cuantificación y distribución de la pensión alimenticia en el régimen

de custodia compartida. 180.

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también deben prevalecer en las sumas ordenadas en una pensión alimentaria

para casos de custodias compartidas.

Así se observa vía jurisprudencial en la misma resolución citada

anteriormente:

“(…) Como se expuso, necesariamente, para poder fijar un monto de pensión

alimentaria a favor de una persona, deben de quedar debidamente demostradas

estas tres condiciones, y una vez cumplido esto en proporción y equilibrio a las

mismas, se hace la fijación respectiva.”213

Es importante destacar el criterio de la MSc. Picado Arguedas y el Lic.

Campos Rojas al señalar que no existe una fórmula exacta a seguir para imponer

un monto de pensión alimentaria porque en cada caso bajo estudio se van a

considerar distintos componentes y por ende se analiza cada caso en concreto,

recalcando que la MSc. Picado Arguedas hizo hincapié en que sí podrían existir

guías que les simplifiquen la labor a las personas juzgadoras para fijar el monto

de la cuota alimentaria.

La jurisprudencia respalda lo anterior porque se ha dejado claro que:

“(…) la prestación alimentaria debe guardar una relación entre las posibilidades

económicas de quien la da y las necesidades de quien la recibe, según las

circunstancias particulares de cada caso. Tal disposición encuentra su razón de

ser en que no puede hacerse una generalización de todas las necesidades que

puedan tener los alimentarios, ya que las circunstancias de todos son diferentes

(…) tampoco puede establecerse un parámetro común para medir las

posibilidades económicas de todos los obligados a pagar pensión, ya que unos

tendrán mejor situación económica que otros.”214

Según lo dicho, evidentemente no se podrían constituir elementos que

sean específicos para valorar al imponer el monto de la cuota alimentaria ya que

las situaciones propias que pueden darse de cada familia son infinitas y no todos

213 Tribunal de Familia. Sentencia número 632-09 de las 10 horas y 50 minutos del 21 de abril

del 2009. 214 Sala Constitucional de la Corte Suprema de Justicia. Sentencia número 1725-94 de las 15

horas y 21 minutos del 12 de abril de 1994.

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136

van a funcionar para resolver absolutamente todas las situaciones que se

presenten, así como tampoco pueden elaborarse fórmulas determinadas que

indiquen cuál es el monto que debe imponerse a cada tipo de familia. Sin

embargo, sí pueden existir factores que se tomen en consideración de manera

que se constituyan aspectos que van a presentar una incidencia al cuantificar la

cuota, siendo un tipo de respaldo, como aspectos básicos que no pueden dejarse

de lado para considerar al establecerse una pensión alimentaria en custodias

compartidas y que le sirvan de guía a las personas juzgadoras.

Por otra parte, el MSc. Coronado Villarreal expresa que para establecer

una pensión alimentaria en custodias compartidas no debe tomarse en

consideración que la familia funcione con una custodia compartida.

Respecto a lo anterior, es importante indicar que el hecho de que una

familia se encuentre funcionando con una custodia compartida, por supuesto que

debe ser un factor a tomar en cuenta por parte de las personas juzgadoras al

momento de estudiar el caso que se le haya presentado y al fijar el monto de la

cuota alimentaria, ya que dicho monto puede ser inclusive distinto al monto que

hipotéticamente se hubiera fijado si únicamente una persona progenitora es

quien tiene la custodia uniparental. Si se tiene una custodia compartida van a

existir factores que necesariamente deben valorarse por su incidencia y que no

pueden dejarse de lado, ya que ambas personas progenitoras desempeñan un

papel activo en el desarrollo de la persona menor de edad.

Algunas personas entrevistadas comentaron la posibilidad de establecer

la pensión alimentaria a ambas personas progenitoras en situaciones de

custodias compartidas, entre ellos el Lic. Sáurez Jiménez, quien indica que no

necesariamente se va a fijar la misma suma a ambas personas progenitoras,

resaltando que lo importante es imponer un monto que vaya a satisfacer todas

las necesidades de la persona beneficiaria.

A raíz de lo mencionado, surge la idea de la posibilidad de que ambas

personas progenitoras colaboren al mismo tiempo en recursos económicos para

la pensión alimentaria en un fondo común con la apertura de una cuenta bancaria

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que sea en provecho de la persona beneficiaria alimentaria. Esta práctica es una

de las soluciones más usuales que se encuentran en la doctrina española.

El comentario del Lic. Ruiz Salas acerca de que la compensación en

materia de alimentos se encuentra prohibida es muy certero ya que sería

incoherente que una persona con la pensión que recibe, lo que haga con la

misma sea cubrir el pago de la pensión que está obligado a cancelarle a la misma

persona que le dio el dinero. La característica de que la obligación alimentaria

es una obligación incompensable encuentra sustento en el artículo 167 del

Código de Familia.

Con lo explicado anteriormente, se demuestra que uno de los efectos que

produce la custodia compartida en la pensión alimentaria es que hay varios

factores que deben tomarse en cuenta por su incidencia al imponer una pensión

alimentaria en una custodia compartida, que van a variar por cambiar de una

custodia uniparental a una custodia compartida y las personas juzgadoras no los

tomarían en cuenta como un presupuesto más, por desconocimiento.

iv. Falta de presupuestos preestablecidos para fijar la cuota alimentaria

en custodias compartidas y su efecto en la decisión de la persona

juzgadora

Para todas las personas entrevistadas sería posible resolver una situación

donde debe establecerse una pensión alimentaria en una custodia compartida si

se les presentara un caso de estos en este momento, para algunas de ellas es

permisible hacer una integración del derecho utilizando los Principios Generales

del Derecho de Familia y de la Ley de Pensiones Alimentarias, sin embargo, las

opiniones se encuentran divididas en que no es necesaria una norma y otras en

que sí sería importante que hubiera normativa referente al tema.

Para el Lic. Campos Rojas, la MSc. Picado Arguedas y el MSc. Sánchez

Miranda, el hecho de que no exista una regulación de fijar una pensión

alimentaria en casos de custodias compartidas o lineamientos con los cuales

puedan guiarse las personas juzgadoras, puede acarrear una incidencia en la

decisión que tome una persona juzgadora que se encuentra conociendo una

situación de estas.

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Indica la MSc. Picado Arguedas que la incidencia radica en que al no

haber legislación específica habrá muchos criterios diferentes porque puede

ocurrir que las personas juzgadoras tomen decisiones distintas sobre casos muy

similares. De conformidad con esta idea, es posible que haya una contradicción

a nivel judicial en cuanto a las decisiones que deben tomarse, así como tampoco

habría seguridad jurídica si en casos de familias con custodias compartidas y

con semejantes circunstancias son resueltos de forma tan distinta, por la

ausencia de pautas base. Por otro lado, su aporte de la creación de un protocolo

sobre estas situaciones puede contribuir en mucho a la vía jurídica y a las

mismas familias.

Siguiendo la percepción del Lic. Campos Rojas, la vida evoluciona de una

forma más apresurada en comparación con la evolución que tienen las leyes, por

lo que se llega a un punto en que el derecho no abarca las circunstancias

actuales que presenta la sociedad. En efecto, esto es lo que sucede con la

custodia compartida, puesto que actualmente las familias con custodias

compartidas van en aumento y se hace necesaria la presencia de reglas al

respecto que abarque las nuevas necesidades actuales de las familias dentro de

una sociedad que cambia constantemente.

Se desprende de las ideas de estas personas juzgadoras, que la

existencia de una regulación sobre pensiones alimentarias, en familias con

custodias compartidas, que presente lineamientos por seguir, no estaría de más

y puede ser de gran ayuda para la decisión de las personas que se encuentran

juzgando un caso de estos; además, eventualmente se evitaría que ocurrieran

decisiones desproporcionadas o contradictorias.

Se evidencia que un efecto que genera la custodia compartida en la

pensión alimentaria, es que ocurre una incidencia en la decisión de la persona

juzgadora, porque sus decisiones podrían ser muy diferentes si estas

circunstancias estuvieran reguladas. Además, puede haber, entre otras,

decisiones desproporcionadas o contradictorias por no tomarse en cuenta

asuntos que podrían estar en la ley. Esto significa que no habría seguridad

jurídica, ya que los casos en que los grupos familiares que presenten supuestos

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muy similares pueden ser resueltos de manera diferente, puesto que las

personas juzgadoras no tienen un patrón por seguir.

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140

TÍTULO IV

CAPÍTULO I: PROPUESTA DE REFORMA DE LEY

En el desarrollo del primer capítulo se abordó el contenido del modelo de

custodia compartida a partir de la doctrina internacional y de los escasos estudios

a nivel nacional que se han realizado sobre el tema. A partir de este capítulo sale

a colación que no existe consenso en la doctrina sobre el contenido de la

custodia compartida. Sin embargo, a nuestro parecer esta se caracteriza

principalmente por una mayor participación de ambas personas progenitoras en

el desarrollo de la persona menor de edad. Esto implica que ambas personas

progenitoras (aunque no convivan bajo el mismo techo) deben procurar

mantener una relación armoniosa entre sí, con el fin principal de satisfacer las

necesidades físicas y afectivas de sus hijos e hijas y de esta manera garantizar

a la persona menor de edad su derecho a desarrollarse en un ambiente estable

y gozar de la compañía de sus personas progenitoras a partir de una

participación activa de estas en su vida.

En el segundo capítulo se desarrolló la figura de la pensión alimentaria,

abarcando la evolución normativa que ha tenido en nuestro país a lo largo de los

años, su concepto, características y principios. Con ello se evidencia que han

existido cambios significativos sobre su contenido; más aún se dedica un

apartado a confrontar la pensión alimentaria en la custodia compartida y queda

claro que no existe en la legislación costarricense regulación alguna sobre el

establecimiento de la custodia compartida y menos sobre el reconocimiento de

la pensión alimentaria en este tipo de custodia.

A partir de lo anterior, el desarrollo del tercer capítulo fue destinado a un

estudio en el sistema judicial sobre el posible impacto que puede tener la

custodia compartida en la pensión alimentaria. Sale a relucir, entre otros

aspectos, que la custodia compartida plantea un panorama diferente al que se

presenta en la custodia uniparental. Esto amerita, de acuerdo con las personas

juzgadoras, un análisis minucioso, al momento de tomar la decisión sobre el

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establecimiento de la cuota alimentaria, en aquellos casos en que esta sea un

punto de controversia en custodias compartidas.

Se reconoce asimismo, que no hay regulación sobre estas dos figuras

jurídicas y existe acuerdo en que a pesar de no existir regulación, es posible

hacerle frente a un eventual caso de solicitud de pensión alimentaria en una

custodia compartida. Sin embargo, existe discrepancia sobre la necesidad de

regulación al respecto, ya que hay quienes están de acuerdo en que es necesario

un apoyo para hacerle frente a esta nueva realidad y hay quienes indican que no

es necesaria porque es deber de las personas juzgadoras integrar en aquellos

casos en que la ley no sea clara al respecto.

A pesar de la disparidad de criterios sobre la necesidad de la regulación

de estas dos figuras, y al estar actualmente ante una realidad en la que la

custodia compartida tiene un papel trascendental en la vida en sociedad, esta

figura no es hoy tema de conflicto en el sistema judicial, tal y como lo indican las

personas juzgadoras. Sin embargo, no se puede obviar su implementación en la

realidad ni su posible manifestación en poco tiempo en el sistema judicial.

Se considera que resulta necesario su reconocimiento expreso en la

legislación familiar, ya que a partir de las entrevistas realizadas se evidencia en

las personas juzgadoras confusión sobre el contenido de la custodia compartida.

Esto, da a conocer la necesidad de su estudio a nivel nacional y más aún su

regulación, para que las personas aplicadoras del derecho sean conscientes de

su responsabilidad ante esta nueva realidad, razón por la que se propone el

siguiente proyecto de ley.

La finalidad del presente proyecto de ley es regular el modelo de custodia

compartida, en razón de que la normativa familiar existente es omisa en

reconocer expresamente esta figura jurídica, con la que se busca reconocer el

deber de ambas personas progenitoras de mantener un papel activo en el

desarrollo de la persona menor de edad sin importar la existencia o no de una

relación de pareja entre ambos. Así mismo, al no existir actualmente en la

legislación familiar regulación sobre el establecimiento de la cuota alimentaria en

este tipo de custodia, se busca ampliar la legislación familiar en el ámbito de

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pensiones alimentarias, debido a que la figura de la custodia compartida incide

directamente en la valoración que deben realizar las personas aplicadoras del

derecho cuando estén en presencia de una solicitud de la cuota alimentaria, bajo

la existencia de este modelo de custodia.

La iniciativa del presente proyecto de ley surge a partir de evidenciar la

falta de consenso a nivel judicial sobre el contenido del modelo de custodia

compartida. Esto resulta preocupante, ya que eventualmente la toma de

decisiones que versen sobre la custodia compartida podría llegar a ser

desproporcionadas y tornarse incluso injustas para las personas involucradas, si

las personas aplicadoras del derecho no se encuentran orientadas al respecto.

Nuestro país tiene deberes de protección hacia cada miembro de la

familia, los cuales derivan de los instrumentos internacionales que ha ratificado

a lo largo de los años.

Entre estos instrumentos internacionales, se destaca el Pacto

Internacional de Derechos Civiles y Políticos el cual en su artículo 23.1 considera

el derecho al resguardo de la familia al señalar que “la familia es el elemento

natural y fundamental de la sociedad y tiene derecho a la protección de la

sociedad y del Estado”.215

El Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales en

el artículo 10 hace mención a que:

“Los Estados Partes en el presente Pacto reconocen que:

1. Se debe conceder a la familia, que es el elemento natural y fundamental de la

sociedad, la más amplia protección y asistencia posibles, especialmente para su

constitución y mientras sea responsable del cuidado y la educación de los hijos

a su cargo. (…)”.216

En el artículo 11 se protege el derecho a la alimentación; se destaca el

inciso 1, donde se menciona: “Los Estados Partes en el presente Pacto

215 Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos. 1966. Artículo 23.1. 216 Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales. 1966. Artículo 10.

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143

reconocen el derecho de toda persona a un nivel de vida adecuado para sí y su

familia, incluso alimentación, vestido y vivienda adecuados, y a una mejora

continua de las condiciones de existencia. Los Estados Partes tomarán medidas

apropiadas para asegurar la efectividad de este derecho, reconociendo a este

efecto la importancia esencial de la cooperación internacional fundada en el libre

consentimiento”.217

La Convención Americana sobre Derechos Humanos contempla en el

artículo 17 la protección que debe concederse a la familia y en el artículo 19

considera la protección de los niños y niñas como un derecho; se indica lo

siguiente: “Todo niño tiene derecho a las medidas de protección que su condición

de menor requieren por parte de su familia, de la sociedad y del Estado”.218

Otro de los instrumentos internacionales, que reconoce el deber de la

protección de los derechos de los niños y las niñas, es la Convención sobre los

Derechos del Niño. En el artículo 9.3 se contempla el derecho de la persona

menor de edad a compartir con sus personas progenitoras, al señalar que “los

Estados Partes respetarán el derecho del niño que esté separado de uno o de

ambos padres a mantener relaciones personales y contacto directo con ambos

padres de modo regular, salvo si ello es contrario al interés superior del niño”.219

En el artículo 18.1 se establece el principio de corresponsabilidad parental

que poseen las personas progenitoras con sus hijos e hijas, al mencionar que

“los Estados Partes pondrán el máximo empeño en garantizar el reconocimiento

del principio de que ambos padres tienen obligaciones comunes en lo que

respecta a la crianza y el desarrollo del niño. Incumbirá a los padres o, en su

caso, a los representantes legales la responsabilidad primordial de la crianza y

el desarrollo del niño. Su preocupación fundamental será el interés superior del

niño”.220

217 Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales. Artículo 11. 218 Convención Americana sobre Derechos Humanos. 1969. Artículo 19. 219 Convención sobre los Derechos del Niño. Artículo 9.3. 220 Convención sobre los Derechos del Niño. Artículo 18.1.

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144

En el artículo 27 se señala el derecho de la persona menor de edad a

desenvolverse con los medios apropiados para su crecimiento, así como también

reconoce la pensión alimentaria, al expresar lo siguiente:

“(…) 2. A los padres u otras personas encargadas del niño les incumbe la

responsabilidad primordial de proporcionar, dentro de sus posibilidades y medios

económicos, las condiciones de vida que sean necesarias para el desarrollo del

niño. (…)

4. Los Estados Partes tomarán todas las medidas apropiadas para asegurar el

pago de la pensión alimenticia por parte de los padres u otras personas que

tengan la responsabilidad financiera por el niño, tanto si viven en el Estado Parte

como si viven en el extranjero. (…)”.221

La regulación del modelo de custodia compartida resulta indispensable al

buscar proteger y garantizar los derechos tanto de la persona menor de edad

como de sus personas progenitoras a relacionarse entre sí independientemente

de la relación que mantengan sus personas progenitoras.

La importancia del modelo de custodia compartida se ve reflejado a nivel

internacional en diferentes países que se han esmerado en sacar a discusión

esta figura jurídica, al punto de tener en la actualidad regulación expresa sobre

ella. Tal es el caso de Suecia en donde la regulación de la custodia compartida

se dio a partir del año mil novecientos noventa y ocho, Francia en el año dos mil

dos, España a partir del dos mil cinco, Italia en el año dos mil seis y en Brasil su

regulación se empezó a dar a partir del año dos mil ocho y se amplía

posteriormente en el dos mil catorce.

Con las modificaciones y adiciones propuestas en este proyecto de ley al

Código de Familia y a la Ley de Pensiones Alimentarias, se busca resguardar de

una manera más efectiva los derechos de la persona menor de edad y los de

sus personas progenitoras; esto significa un avance en materia de protección de

los derechos de los miembros de la familia.

221 Convención sobre los Derechos del Niño. Artículo 27.

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145

Se propone, en la Ley de Pensiones Alimentarias, la modificación del

artículo 10 con el que se busca que exista claridad respecto a la legitimación

para demandar alimentos en custodias compartidas y en el Código de Familia se

propone la modificación del artículo 56 con el fin de reconocer expresamente la

posibilidad de que la guarda y custodia de las personas menores de edad, sea

otorgada a ambas personas progenitoras, además se elimina del párrafo

segundo la frase final “conforme al artículo 35” porque se estima que las

responsabilidades económicas hacia las personas menores de edad deben ser

satisfechas por ambas personas progenitoras de acuerdo a sus posibilidades

económicas. En ambos artículos el aporte se resalta con letra negrita.

Se propone la adición de un título al Código de Familia que cuenta con

siete artículos, dicho título lleva el nombre de “Título VIII” y presenta dos

capítulos “Capítulo I La custodia compartida” y “Capítulo II Alimentos en custodia

compartida”, por cuanto se estima la necesidad de que exista una regulación al

respecto en el código.

Se adiciona el artículo 247 para establecer la finalidad que debe presentar

la custodia compartida, el artículo 248 con el objeto de regular los aspectos que

debe tomar en cuenta la persona juzgadora ante una solicitud de custodia

compartida a efecto de determinar su procedencia, el artículo 249 con la

intención de determinar las situaciones en que no puede optarse por la custodia

compartida por razones de perjuicio para la persona menor de edad, el artículo

250 con el propósito de indicar que ambas personas progenitoras poseen

responsabilidades y les corresponde cubrir las necesidades para el desarrollo de

sus hijos e hijas y de esta forma dejar de lado la idea de que simplemente porque

las personas progenitoras no se relacionen entre sí, van a recaer todas las

obligaciones referentes al cuido y mantenimiento de sus hijos e hijas únicamente

sobre una persona progenitora. Además, el artículo 251 con el fin de establecer

los presupuestos generales que por su incidencia deben valorarse al fijar el

monto de una pensión alimentaria en una custodia compartida, el artículo 252

con la intención de señalar una guía respecto a cómo satisfacer el pago de los

gastos ordinarios y extraordinarios de las personas menores de edad, por

inexistencia de acuerdo previo entre las partes. Por último, se adiciona el artículo

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253 con el propósito de aportar la posibilidad de crearse un fondo común para

que ambas partes del proceso puedan brindar su contribución y de esta manera

satisfacer las necesidades de las personas menores de edad.

Con fundamento en lo expuesto anteriormente, se propone el siguiente

proyecto de ley a fin de que se lleve a cabo el reconocimiento legal del modelo

de custodia compartida.

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CAPÍTULO I

REFORMAS LEGISLATIVAS

ARTÍCULO 1. Modifíquese el párrafo primero del artículo 10 de la Ley de

Pensiones Alimentarias, para que en lo sucesivo se lea así:

Artículo 10. Representación de menores e inhábiles

Tendrán personería para demandar alimentos en favor de menores de edad

declarados o no en estado de abandono, y de mayores inhábiles declarados o

no en estado de interdicción, sus representantes legales cuando tengan a su

cargo a esas personas y, en su defecto, sus simples guardadores, quienes

podrán probar tal circunstancia por los medios a su alcance, junto con la

demanda. En custodias compartidas ambas personas progenitoras están

legitimadas para demandar alimentos por poseer la representación de la

persona menor de edad.

ARTÍCULO 2. Modifíquese el párrafo primero y segundo del artículo 56 del

Código de Familia, para que en lo sucesivo se lea de la siguiente manera:

Artículo 56. Al declarar el divorcio, el Tribunal, tomando en cuenta el interés de

los hijos menores y las aptitudes física y moral de los padres, determinará a cuál

de los cónyuges confía la guarda, crianza y educación de aquéllos o si la otorga

a ambos. Sin embargo, si ninguno de los progenitores está en capacidad de

ejercerlas, los hijos se confiarán a una institución especializada o persona

idónea, quienes asumirían las funciones de tutor. El Tribunal adoptará, además,

las medidas necesarias concernientes a las relaciones personales entre padres

e hijos.

Cualquiera que sea la persona o institución a cuyo cargo queden los hijos, los

padres quedan obligados a sufragar los gastos que demanden sus alimentos.

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CAPÍTULO II

ADICIONES

ARTÍCULO 3. Adiciónese al Código de Familia el Título VIII.

ARTÍCULO 4. Adiciónese al Código de Familia el Capítulo I La custodia

compartida.

ARTÍCULO 5. Adiciónese al Código de Familia, el artículo 247, cuyo texto dirá:

Artículo 247. Finalidad

Ambas personas progenitoras tienen derechos y obligaciones hacia sus hijos e

hijas, independientemente de si existe entre ellos o no una relación de pareja.

Ante lo cual podrán ejercer sus derechos y obligaciones por medio de la custodia

compartida, que tiene como fin garantizarle a las personas progenitoras y a las

personas menores de edad su derecho a relacionarse entre ellos de manera

continua y efectiva, mediante una participación activa y responsable de ambas

personas progenitoras en la crianza y educación de la persona menor de edad.

ARTÍCULO 6. Adiciónese al Código de Familia, el artículo 248, cuyo texto dirá lo

siguiente:

Artículo 248. La custodia compartida puede ser ejercida por acuerdo de ambas

personas progenitoras sin necesidad de autorización judicial y en caso de

conflicto entre ambas, podrán solicitarla una o ambas personas progenitoras a la

respectiva autoridad judicial.

La persona juzgadora en ejercicio de sus facultades deberá en el desarrollo del

proceso informar a las partes sobre el significado e importancia de la custodia

compartida y previo a tomar una decisión sobre su procedencia deberá valorar

los siguientes aspectos:

1. Las alegaciones de las partes y la prueba evacuada durante la audiencia.

2. Actitud y voluntad de las personas progenitoras para garantizar el

bienestar de sus hijos e hijas.

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3. Relación afectiva entre las personas menores de edad y sus personas

progenitoras.

4. Edad de las personas menores de edad.

5. La opinión de los hijos e hijas, cuando estos tengan suficiente juicio para

darlo.

6. Los informes de especialistas relacionados a la idoneidad del modo de

ejercicio de la custodia de las personas menores de edad.

7. Cualquier otra situación que la persona juzgadora estime conveniente.

ARTÍCULO 7. Adiciónese al Código de Familia, el artículo 249, cuyo texto dirá lo

siguiente:

Artículo 249. Improcedencia

El establecimiento de la custodia compartida por parte de la autoridad judicial no

procederá en los siguientes supuestos:

1. Cuando alguna de las personas progenitoras este inmerso en un proceso

penal por atentar contra la vida, integridad física o moral del otro

progenitor o de sus hijos e hijas y exista resolución judicial en que se

indique la existencia de indicios suficientes sobre su criminalidad.

2. Cuando a partir de la prueba evacuada se desprendan indicios suficientes

sobre la existencia de violencia doméstica.

ARTÍCULO 8. Adiciónese al Código de Familia, el artículo 250, cuyo texto dirá:

Artículo 250. Ambas personas progenitoras deben colaborar a la manutención

de sus hijos e hijas por el principio de corresponsabilidad parental y el interés

superior de la persona menor de edad. En caso de que ambas personas

progenitoras no mantengan relaciones de pareja entre sí, esto no los exime de

sus obligaciones para con sus hijos e hijas, debiendo cumplir ambas de manera

conjunta con sus responsabilidades paterno y materno filiales.

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ARTÍCULO 9. Adiciónese al Código de Familia el Capítulo II Alimentos en

custodia compartida.

ARTÍCULO 10. Adiciónese al Código de Familia, el artículo 251, cuyo texto dirá:

Artículo 251. El establecimiento de la cuota alimentaria en modelos de custodias

compartidas está a cargo de la persona juzgadora y su fijación va a depender de

cada caso concreto. Ambas personas progenitoras deben contribuir al

mantenimiento de sus hijos e hijas de forma proporcional a sus ingresos, para lo

cual la persona juzgadora deberá valorar los presupuestos indicados en el

artículo 164 del presente código y los siguientes:

1. Las posibilidades económicas de las personas progenitoras.

2. El tiempo de permanencia de la persona beneficiaria con cada una de sus

personas progenitoras.

3. La contribución a las cargas familiares y las tareas domésticas que

realicen las personas progenitoras.

4. Los pagos directos que cada persona progenitora asuma respecto a los

gastos de la persona beneficiaria.

5. La asignación del uso de la vivienda familiar.

ARTÍCULO 11. Adiciónese al Código de Familia, el artículo 252, cuyo texto dirá:

Artículo 252. Gastos ordinarios y extraordinarios

A falta de acuerdo entre las partes, la persona juzgadora debe fijar la contribución

de las personas progenitoras a los gastos ordinarios para la manutención de sus

hijos e hijas conforme a las necesidades y recursos de estos y de la capacidad

económica que posean las personas progenitoras, y tomando en cuenta los

presupuestos indicados en el artículo 164 y 251 del presente código.

Los gastos extraordinarios serán asumidos por las personas progenitoras en

proporción a su capacidad económica. Los gastos extraordinarios no necesarios,

a falta de acuerdo entre las personas progenitoras, serán satisfechos por la

persona progenitora que haya incurrido en el gasto.

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ARTÍCULO 12. Adiciónese al Código de Familia, el artículo 253, cuyo texto dirá:

Artículo 253. Fondo común.

Con la finalidad de sufragar los gastos para las necesidades de la persona

beneficiaria alimentaria, es posible crear un fondo común para destinar el aporte

de cada persona progenitora, independientemente de si sus capacidades

económicas son o no iguales. Queda a decisión de las personas progenitoras

abrir una cuenta bancaria para dicho fin, la cual debe estar a nombre de la

persona beneficiaria alimentaria y será administrada por ambas personas

progenitoras o por cada una de ellas cuando la persona menor de edad este a

su cargo. El aporte que realice cada una de las partes será definido por la

persona juzgadora tomando en cuenta los presupuestos establecidos en este

código. La persona juzgadora debe considerar la capacidad de las personas

progenitoras para administrar el fondo de forma conjunta.

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152

CONCLUSIONES

Después de haber llevado a cabo los objetivos propuestos, se concluye

lo siguiente:

● La guarda y custodia de las personas menores de edad constituye un

deber derivado de la patria potestad, que se caracteriza por la obligación

de las personas progenitoras de cuidar y velar por la formación integral de

la persona menor de edad. Dicha obligación puede ser ejercida de manera

conjunta por ambas personas progenitoras, por medio de la custodia

compartida; esto, cuando exista una relación que así lo permita o bien de

manera individual por medio de la custodia uniparental y de la custodia

alternada. Estas se caracterizan por la atribución de la custodia a solo una

de las personas progenitoras, con la diferencia de que en la custodia

uniparental la custodia se le asigna a una sola de las personas

progenitoras y la otra convive con la persona menor de edad por medio

del régimen de interrelación familiar. Mientras que en la custodia alternada

la custodia se le asigna de manera individual a cada persona progenitora

por espacios de tiempo alternados; esto, de forma tal que durante el

tiempo en que una de las personas progenitoras tiene la custodia de la

persona menor de edad, la otra puede compartir con su hijo o hija por

medio del régimen de interrelación familiar.

● La custodia compartida debe ser entendida en función de un ejercicio

conjunto de responsabilidades hacia las personas menores de edad, por

parte de ambas personas progenitoras y no como sinónimo de la custodia

alternada, ni un reparto igualitario del tiempo en que la persona menor de

edad comparte con sus personas progenitoras. En otras palabras, el

modelo de custodia compartida busca una mayor participación de las

personas progenitoras en el desarrollo de la persona menor de edad, a fin

de que se logre garantizar el derecho de la persona menor de edad y de

sus personas progenitoras a convivir entre sí.

● Para que la custodia de las personas menores de edad sea ejercida de

manera conjunta, es necesario que exista entre las personas progenitoras

una relación de respeto y colaboración, para que sean capaces de cumplir

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153

con sus responsabilidades hacia las personas menores de edad, de la

manera más efectiva posible.

● La custodia compartida es de aplicación, tanto para las personas

progenitoras que mantuvieron una relación de pareja y la dieron por

terminada, como para aquellas personas progenitoras quienes

concibieron a la persona menor de edad sin la existencia de una relación

de pareja estable entre ellas. Esto es así, debido a que el fin principal del

modelo de custodia compartida es resguardar el interés superior de la

persona menor de edad, por medio del mantenimiento de

responsabilidades de las personas progenitoras, sin importar la relación

que exista entre ambas. Esto, a su vez refleja que el modelo de custodia

compartida es el tipo de custodia ideal para mantener estables las

relaciones entre las personas progenitoras y sus hijos e hijas. Sin

embargo, debe analizarse detalladamente cada caso particular, debido a

que no siempre este tipo de custodia va a resguardar de la mejor forma el

interés superior de la persona menor de edad.

● El interés superior de la persona menor de edad, la corresponsabilidad

parental y la igualdad entre las personas progenitoras, constituyen los

principios sobre los cuales se rige el modelo de custodia compartida. El

interés superior de la persona menor de edad le brinda sustento, ya que

la implementación de la custodia compartida debe darse en la medida en

que sea la decisión más garantista de los derechos de la persona menor

de edad. Los principios de corresponsabilidad parental e igualdad entre

las personas progenitoras, giran en torno a reconocer que ambas

personas progenitoras tienen derechos y deberes hacia la persona menor

de edad; ambas están en la obligación de asumir la responsabilidad

común, mediante una participación activa en su desarrollo.

● El establecimiento del modelo de custodia compartida presenta tanto

ventajas como desventajas en la vida de la persona menor de edad. En

principio, se considera el tipo de custodia que garantiza en mayor medida

los principios del interés superior de la persona menor de edad, la

corresponsabilidad parental y la igualdad de las personas progenitoras.

Además, le ayuda a la persona menor de edad a superar la separación de

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sus personas progenitoras, ya que se mantiene en contacto con ambas.

Por otro lado, podría resultar perjudicial para la educación de la persona

menor de edad, ya que debería adaptarse a estilos de vida diferentes,

respecto a la familia de cada una de sus personas progenitoras. Sin

embargo, antes de abrir un debate sobre sus ventajas y desventajas, se

debe tener presente que, previo al establecimiento de cualquier tipo de

custodia, la persona juzgadora debe valorar a fondo el caso concreto de

la situación familiar y establecer la custodia que resguarde en mayor

medida el interés superior de la persona menor de edad.

● El modelo de custodia compartida ha sido tratado a nivel internacional por

varios países, los cuales tienen en la actualidad su regulación expresa.

Entre ellos se encuentra Suecia, Francia, España, Italia y Brasil, países

cuyas regulaciones son diversas. Sin embargo, el contenido esencial de

cada una de ellas gira en torno a resguardar el interés superior de la

persona menor de edad, por medio de la participación activa de sus

personas progenitoras en su desarrollo personal.

● El derecho alimentario tiene gran importancia en nuestro país, la cual se

aprecia con la normativa abundante presente en la legislación

costarricense, con la que se busca amparar a las personas que son

vulnerables por su estado de necesidad de una contribución alimentaria.

Sin embargo, hace falta en nuestra legislación, regulación sobre la

custodia compartida y la implementación de una cuota alimentaria en una

custodia compartida. Principalmente, porque debe existir una protección

hacia las personas menores de edad que se encuentran con una custodia

de este tipo y el Estado tiene que ser garante de ello.

● Ante la presencia de custodias compartidas, es posible la fijación de una

pensión alimentaria, porque el hecho de que exista un modelo de custodia

compartida no significa que cada persona progenitora tendrá que hacerse

cargo de los gastos de manutención de su hijo o hija únicamente en los

tiempos de convivencia. Asimismo, se considera que la naturaleza jurídica

de la obligación alimentaria, continua existiendo, además de las

necesidades de las personas menores de edad así como los deberes de

las personas progenitoras. Por esta razón, es posible imponerse una

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pensión alimentaria en una custodia compartida, si el caso concreto así lo

requiere, para proteger el interés superior de la persona menor de edad.

● La custodia compartida y el establecimiento de cuotas alimentarias en

este tipo de custodia, no ha tenido en la actualidad una manifestación

externalizada en el sistema judicial. Sin embargo, el desconocimiento

sobre el contenido del modelo de custodia compartida y el establecimiento

de la cuota alimentaria ante la presencia de una custodia compartida,

podría representar un gran desafío para las personas aplicadoras del

derecho, que en algún momento se vean enfrentadas a tomar una

decisión al respecto.

● La custodia compartida cambia el panorama previo para el

establecimiento de la cuota alimentaria en relación con la custodia

uniparental. Por esta razón, el modelo de custodia compartida tiene un

impacto importante en la pensión alimentaria, que se ve reflejado en la

disminución de procesos de pensiones alimentarias y en el análisis que

debe realizar la persona juzgadora para valorar el establecimiento de una

cuota alimentaria ante este tipo de custodia. La disminución de procesos

de pensiones alimentarias, beneficiaría, por un lado a las personas

progenitoras, quienes con el fin de resguardar los derechos de la persona

menor de edad, dejarían de lado sus diferencias para colaborarse

mutuamente en el ejercicio de sus responsabilidades hacia la persona

menor de edad. También beneficiaría al sistema judicial, porque ante el

acuerdo de las personas progenitoras existiría una disminución de

procesos de pensiones alimentarias en donde deban intervenir y el

principal beneficiado sería la persona menor de edad; esta, mantendría

su derecho a relacionarse con ambas personas progenitoras.

● Para el establecimiento de la cuota alimentaria en custodias compartidas,

se deberán tomar en cuenta, además del parentesco y de los

presupuestos establecidos en el artículo 164 del Código de Familia, el

tiempo en que la persona beneficiaria comparta con cada una de sus

personas progenitoras, la contribución en el ejercicio de

responsabilidades de cada persona progenitora para el cuido y beneficio

de la persona menor de edad, los pagos que cada una asuma sobre los

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gastos de la persona menor de edad y la asignación del uso de la vivienda

familiar.

● Resulta imposible hacer una lista taxativa de las necesidades de todas las

personas menores de edad y de las situaciones que deben observarse al

valorar la condición de cada círculo familiar, ya que cada familia posee

circunstancias diferentes y cada una de ellas va a presentar aspectos de

estimación distintos. Sin embargo, sí pueden establecerse parámetros

esenciales, que no deben dejarse de lado por su incidencia, al valorar la

fijación del monto de pensión alimentaria a una familia que funciona con

una custodia compartida. Además, se debe examinar cada caso en

concreto para la fijación de la cuota.

● La hipótesis formulada en la presente investigación, se logra confirmar, ya

que se evidencia, de acuerdo con las personas juzgadoras que fueron

entrevistadas, que el modelo de custodia compartida incide en el

establecimiento de la pensión alimentaria. Esto porque se modifica el

escenario previo a su establecimiento, en relación con la custodia

uniparental. La persona juzgadora tiene la obligación de realizar un

análisis responsable y exhaustivo al momento de tomar una decisión

sobre el establecimiento de la cuota alimentaria, en una custodia

compartida. Esto, en aras de salvaguardar los derechos de las personas

que puedan verse afectadas por decisiones desproporcionadas e injustas;

por ello, surge la propuesta de reforma de ley para tratar de colaborar en

la labor de las personas juzgadoras.

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Legislación

● Código de Familia

● Código de la Niñez y la Adolescencia

● Ley de Pensiones Alimentarias

Tratados Internacionales

● Convención Americana sobre Derechos Humanos

● Convención Interamericana sobre Obligaciones Alimentarias

● Convención sobre los Derechos del Niño

● Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos

● Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales

Leyes internacionales

● Código Civil de Brasil

● Código Civil de Cataluña

● Código Civil de España

● Código Civil de Francia

● Código del Derecho Foral de Aragón

● Ley de Custodia Compartida en Italia

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Jurisprudencia

● Voto 300-90 de la Sala Constitucional de la Corte Suprema de Justicia, a

las diecisiete horas del veintiuno de marzo de mil novecientos noventa.

● Voto 1620-93 de la Sala Constitucional de la Corte Suprema de Justicia,

a las diez horas del dos de abril de mil novecientos noventa y tres.

● Voto 6123-93 de la Sala Constitucional de la Corte Suprema de Justicia,

a las catorce horas con veintisiete minutos del veintitrés de noviembre de

mil novecientos noventa y tres.

● Voto 1725-94 de la Sala Constitucional de la Corte Suprema de Justicia,

a las quince horas veintiún minutos del doce de abril de mil novecientos

noventa y cuatro.

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163

● Voto 6093-94 de la Sala Constitucional de la Corte Suprema de Justicia,

a las nueve horas doce minutos del dieciocho de octubre de mil

novecientos noventa y cuatro.

● Voto 2001-6610 de la Sala Constitucional de la Corte Suprema de Justicia,

a las quince horas y cincuenta y nueve minutos del diez de julio del dos

mil uno.

● Voto 2002-09692 de la Sala Constitucional de la Corte Suprema de

Justicia, a las quince horas con cuatro minutos del nueve de octubre del

dos mil dos.

● Voto 2005-05294 de la Sala Constitucional de la Corte Suprema de

Justicia, a las catorce horas con cincuenta y un minutos del cuatro de

mayo del dos mil cinco.

● Voto 2008-13817 de la Sala Constitucional de la Corte Suprema de

Justicia, a las diez horas y cinco minutos del nueve de septiembre del dos

mil ocho.

● Voto 8645-2008 de la Sala Constitucional de la Corte Suprema de Justicia,

a las diecisiete horas y treinta y seis minutos del veintiuno de mayo del

dos mil ocho.

● Voto 03682-2009 de la Sala Constitucional de la Corte Suprema de

Justicia, a las diez horas y treinta minutos del seis de marzo del dos mil

nueve.

● Voto 09965 de la Sala Constitucional de la Corte Suprema de Justicia, a

las quince horas con treinta y siete minutos del nueve de junio del dos mil

diez.

● Voto 133 de la Sala Segunda de la Corte Suprema de Justicia, a las diez

horas diez minutos del catorce de agosto de mil novecientos noventa y

uno.

● Voto 272 de la Sala Segunda de la Corte Suprema de Justicia, a las nueve

horas y treinta minutos del veintiuno de setiembre de mil novecientos

noventa y cuatro.

● Voto 2004-00574 de la Sala Segunda de la Corte Suprema de Justicia, a

las nueve horas treinta minutos del catorce de julio del dos mil cuatro.

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● Voto 632-09 del Tribunal de Familia, a las diez horas con cincuenta

minutos del veintiuno de abril del dos mil nueve.

● Voto 1344-10 del Tribunal de Familia, a las diez horas del treinta de

setiembre del dos mil diez.

● Voto 355-2014 del Tribunal de Familia, a las nueve horas y cuarenta y uno

minutos del dieciséis de mayo del dos mil catorce.

● Voto 918-3C del Tribunal Primero Civil, a las ocho horas cinco minutos del

veintiséis de octubre de dos mil once.

● Voto 142-02 del Tribunal de Familia, a las nueve horas y treinta minutos

del seis de febrero del dos mil dos.

Jurisprudencia de España

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de julio de 2011.

● Tribunal Supremo. Sala Primera de lo Civil. Sentencia número 257 del 29

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● Tribunal Supremo. Sala Primera de lo Civil. Sentencia número 530 del 25

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de octubre de 2015.

Entrevistas

● Barrantes Delgado, Amadita. Jueza del Juzgado Contravencional y de

Menor Cuantía de Carrillo, el 25 de setiembre del 2017.

● Campos Rojas, David. Juzgado Contravencional y de Menor Cuantía de

Nandayure, el 18 de octubre del 2017.

● Coronado Villareal, Gonzalo. Juez del Juzgado de Pensiones Alimentarias

del I Circuito Judicial de Guanacaste, Liberia, el 26 de setiembre del 2017.

● Picado Arguedas, Elizabeth. Jueza del Juzgado de Pensiones

Alimentarias del I Circuito Judicial de San José, el 4 de octubre del 2017.

● Ruiz Salas, Héctor Luis. Juez del Juzgado de Familia, Penal Juvenil y

Violencia Doméstica de Cañas y Coordinador Judicial del Juzgado de

Familia, Penal Juvenil y Violencia Doméstica de Liberia, el 12 de octubre

del 2017.

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165

● Sáurez Jiménez, Luis Fernando. Juez del Juzgado de Familia, Penal

Juvenil y Violencia Doméstica de Cañas, el 14 de setiembre del 2017.

● Sánchez Miranda, Carlos. Juez del Juzgado de Familia del II Circuito

Judicial de San José, Goicoechea, el 5 de octubre del 2017.

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ANEXO

Universidad de Costa Rica

Sede de Guanacaste

Tesis para optar por el grado de Licenciatura en Derecho

Tema: El modelo de custodia compartida y su impacto en la fijación de la pensión

alimentaria: análisis de una relación indispensable.

Objetivo de la entrevista: Identificar los efectos que genera el modelo de

custodia compartida en la pensión alimentaria.

Datos generales

Nombre:

Profesión:

Juzgado:

Tiempo de laborar en dicha profesión:

Fecha:

Hora:

Preguntas:

1) ¿Considera que el modelo de custodia compartida incide o no en la

fijación de la cuota alimentaria? ¿De qué manera?

2) Si llegara a su conocimiento una demanda de pensión alimentaria en

donde se le indica que ahí funciona una custodia compartida, ¿cree que se

debería fijar una pensión alimentaria? Y, si es así, ¿bajo cuáles parámetros

fundamentaría su decisión?

3) De acuerdo con su experiencia, ¿nos podría indicar si la ausencia de

regulación sobre la fijación de la pensión alimentaria en modelos de custodia

compartida, repercute en la decisión de la persona juzgadora, al momento de

establecer la cuota alimentaria? ¿De qué forma?