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Sin duda la Edad Media fueviolenta, oscura e intolerante, perotambién, y sobre todo, una EdadMedia «bella», que los niños yjóvenes adoran y que los adultosnos complacemos en recrear en mily una lecturas. Es la de loscaballeros y los torneos, loscastillos y las catedrales, losjuglares y los trovadores, las feriasy las peregrinaciones. La EdadMedia es también la búsqueda delGrial, la leyenda de los caballerosde la Mesa Redonda, el amorapasionado de Tristán e Isolda, laVirgen María, los ángeles, los

santos, las hadas y los monstruos,el combate de Carnaval yCuaresma… Y, en definitiva, Europanació en la Edad Media, época en laque se fraguó la unidad cultural desus diversos países y lenguas.Esta deliciosa obra es un paseo porese tiempo hermoso de la mano delmejor acompañante: el maestroJacques Le Goff.

Jacques Le Goff

La Edad Mediaexplicada a los

jóvenesePub r1.0

jpneira 22.05.16

Título original: Le moyen âge expliquéaux enfantsJacques Le Goff, 2006Traducción: Jordi Terré AlonsoRetoque de cubierta: jpneira

Editor digital: jpneiraePub base r1.2

Para mis padresPara Hanka

Para Barbara y Thomas

Para adentrarse eneste libro cuando se

es joven… y mástarde

Es importante conocer el pasado paracomprender mejor el presente, parasaber en qué lo prolongamos y qué es loque nos distancia de él.

Los historiadores se dieron cuentade que entendían mejor el pasado y loexplicaban mejor, en especial a losniños y a los jóvenes, si lo dividían enperíodos sucesivos, cada cual con sus

características propias. Por lo que serefiere al período llamado «EdadMedio», se planteauna doble pregunta:¿cuánto duró? Y ¿qué significacióntuvo?, ya que, de esta época, existe unainterpretación favorable y otradesfavorable.

La Edad Media fue motivo deinspiración para los autores de novelashistóricas, algunas de las cuales llegarona tener una enorme popularidad, y apartir del nacimiento del cine tambiénfue motivo de inspiración para loscineastas, los cuales rodaron películasque fascinarcn a los cspectadores,especialmente a los niños. Ésta es unarazón añadida para intentar explicaros

qué fue la Edad Media y qué representapara nosotros.

CAPÍTULOI

La Edad Media

¿Qué duración tuvo?

La Edad Media«bonita» y la «fea»

—Nos enseñaron en clase que elXVI es el siglo del Renacimiento; elsiglo XVII, el del Clasicismo; y el XVIII,

el de la Ilustración. Pero ¿cuándoempieza y cuándo termina la EdadMedia?

—La Edad Media duró muchotiempo: ¡al menos mil años! Es verdadque, cuando se habla de ella, se suelepensar en el período que va desde elaño 1000 hasta el 1500. Sin embargo,comenzó al menos cinco siglos antes,hacia el año 500, por tanto a lo largo delsiglo V d. C. En 476, el últimoemperador romano fue expulsado deRoma y reemplazado por un rey bárbaro,Odoacro. Esta fecha señaló el fin delImperio romano, pero, además de estegran acontecimiento político, significótambién el fin de la Antigüedad.

—De todos modos, no se produceun cambio de época cada vez quedesaparece un rey o cada vez que seextingue un linaje (una dinastía) dereyes o emperadores.

—Exacto. En el siglo V d. C., seprodujeron otros cambios muyimportantes. En primer lugar, a partir delsiglo IVcomenzaron las «grandesinvasiones» de los pueblos a los que losromanos llamaban «bárbaros». Llegaronprimero del norte (pueblos germánicos ydel norte de Europa) y del oeste (celtas),y más tarde del este (húngaros y puebloseslavos). La palabra «invasión» haceque nos imaginemos hordas bárbaras

que irrumpirían devastándolo todo a supaso. Pero, en realidad, se trataba másbien de gente que se desplazabapacíficamente para asentarse más al sur.Tomemos como ejemplo a los vikingos:seguramente habréis visto imágenes quelos muestran desembarcando en lascostas normandas para saquear yprovocar estragos tierra adentro. Dehecho, con toda probabilidad fueronmercaderes que venían de los países delnorte para comerciar, y algunosacabaron por establecerse «entrenosotros».

—¿También entonces se cambió dereligión?

—Sí, pero no fue por esta razón. ElImperio romano, ya desde los siglos IV yV, se había cristianizado, tras laconversión de los emperadoresromanos, y había presenciado el finaldel paganismo (palabra empleada porlos cristianos para designar la religiónromana, con sus numerosos dioses ydiosas). Así, desapareció el paganismo—con mayor o menor rapidez, pero sinduda nunca del todo— y fue dejandoprogresivamente su lugar alcristianismo. Los múltiples diosespaganos fueron sustituidos por un diosúnico, el de la Biblia (el Antiguo y elNuevo Testamento), a pesar de que elDios de los cristianos comprende tres

personas (el Padre, el Hijo y el EspírituSanto). Y los propios bárbaros sehicieron bautizar para volversecristianos: la conversión más célebre, enFrancia, fue la de un rey franco del quesin duda habréis oído hablar, Clodoveo(hacia el año 500 d. C.).

Según la leyenda, su conversión alcristianismo se debió a la insistencia desu mujer, Clotilde.

—Porque… ¿es una leyenda?—Sí, dije expresamente: «Según la

leyenda…». De este modo quería llamarvuestra atención sobre el hecho de quelos historiadores, en lo que se refieresobre todo al comienzo de la Edad

Media, tienen a su disposición muypocos documentos, y aquellos de los quedisponen —por ejemplo, el relato de laconversión de Clodoveo— no cuentannecesariamente las cosas tal comosucedieron. Por tanto, es precisojuzgarlos con espíritu crítico ycontrastarlos con otros documentos o«fuentes», como decimos loshistoriadores. Quienes escribieron estosrelatos tenían en mente otras intenciones.Por ejemplo, en este caso, se trataba demostrar que el país que más tarde seríaFrancia había sido bautizado, que eracristiano desde un principio. La realidades mucho más compleja.

—Nuestro profesor nos hablótambién de una «larga» Edad Media.

—Tenía razón, aunque es muydiscutible la fecha de su final. Os dije«hacia 1500» porque en vuestros librosde texto se presenta así: según ellos,hacia finales del siglo XV comenzó,primero en Italia y luego en el resto deEuropa, un nuevo período, el del«Renacimiento»; o incluso, en losprogramas escolares, como prontoveréis, equivale al comienzo de losllamados «tiempos modernos». Pero,para algunos historiadores, como es micaso, la Edad Media duró en realidadhasta finales del siglo XVIII.

—¿Por qué?—Porque, para abreviar, fue tan sólo

en esta época cuando tresacontecimientos transformaron porcompleto la vida de la sociedad(precisemos: de la sociedad occidental,europea, y quizá ni eso, pues se tratabaante todo de los países más avanzados,como Inglaterra, Francia y el norte deEuropa). En primer lugar, la cienciaexperimentó extraordinarios progresos yempleó instrumentos y métodos deinvestigación cada vez más precisos.Luego —y es una consecuencia de losprogresos realizados en las distintasciencias—, hacia finales del siglo XVII

se construyeron y utilizaron máquinascada vez más eficaces y se inventarontécnicas de producción cada vez másrápidas. La primera máquina de vaporapareció en Inglaterra en 1698 (graciasal francés Denis Papin y al inglésThomas Savery). Dicho de otro modo,fue el comienzo de lo que se llamaría«la revolución industrial». Por último,se produjeron entonces las revolucionespolíticas, y en especial la Revoluciónfrancesa, que se percibió como unauténtico cambio en la historia deFrancia, de Europa e incluso del mundo:puso fin al antiguo sistema político, al«Antiguo Régimen», y al sistemadenominado «feudal», que se convirtió

en el símbolo mismo de la «fea» EdadMedia.

—Pero, antes de nada, ¿de dóndeviene la expresión «Edad Media»?¿Por qué es «media»?

—Esta idea apareció durante laEdad Media misma, sobre todo hacia sufin, en primer lugar entre la gente culta ylos artistas que percibían los siglos queacababan de pasar —los que constituyenpara nosotros el corazón de la EdadMedia— como un intervalo o unatransición, y también como un períodooscuro, un tiempo de decadencia conrespecto a la Antigüedad, de la que sehacían una imagen idealizada.

Pretendían recuperar esa civilizaciónantigua más refinada (según ellos).Sobre todo, fueron los poetas italianos,llamados «humanistas», quienes, haciafinales del siglo XV y a comienzos delXVI, experimentaron tal sentimiento.Consideraban que los seres humanosposeían más cualidades de las que lesatribuía la fe cristiana medieval, queinsistía en el peso de los pecados delhombre ante Dios.

Hay otra razón. Sobre todo en elsiglo XVIII —el siglo de la Ilustración,como lo habéis recordadooportunamente hace un momento— seprodujo una corriente de despreciohacia los hombres y la civilización de la

Edad Media. La imagen dominante erala de un período oscurantista, en el quela fe en Dios aplastaba la razón de loshombres. En tiempo de los humanistas oen la época de la Ilustración, no sepercibía la grandeza y la belleza de esossiglos.

Para resumir, «media» es la era quese extiende entre dos períodos que seconsideran superiores: la Antigüedad yla Modernidad, que comenzó con elRenacimiento —una palabra tambiénmuy típica: la Antigüedad «renace» apartir de los siglos XV y XVI, ¡como si laEdad Media no fuera más que unparéntesis!

—Tenemos, pues, la imagen deuna Edad Media «fea». Y, sinembargo, ¡esta imagen está lejos dehaber ganado la partida!

—Sí. Fueron los llamados escritores«románticos», en el siglo XIX, quienesrecuperaron esta dimensión de lahermosa y gran Edad Media. ¿Por qué?Todavía no hemos mencionado lapalabra «gótico», que ha quedado fijadaa las catedrales medievales. Aunque eltérmino «gótico», utilizado únicamente apartir del Renacimiento, quería decir«bárbaro». Para quienes insisten en la«fea» Edad Media, su arte les parece«bárbaro». Ahora bien, los románticos,

al contrario, admiraban ese arterefinado, maravilloso, que es el estilogótico, especialmente el de lascatedrales. Probablemente conoceréis unejemplo de esta admiración: en sunovela Notre-Dame de Paris, VictorHugo inmortalizó la catedral que llevaeste nombre y que sigue recibiendomiles de visitantes en el centro de esaciudad.

Pero hay que reconocerlo:actualmente las dos visiones —la de unaEdad Media oscurantista y la de unaEdad Media dorada— mantienen suvigencia. Con frecuencia escuchamos,incluso en boca de personas instruidas,la siguiente expresión: «¡Ya no estamos

en la Edad Media!». Tildar algo o aalguien de «medieval», o propio de laEdad Media, no es ciertamente unpiropo…

—Pero ¡no es del todo falso!—Más bien diría que, si la Edad

Media no es el período dorado quequisieron imaginar algunos románticos,tampoco es, a pesar de sus debilidades ylos aspectos que suscitan nuestrorechazo, la época oscurantista y tristecuya imagen intentaron propagar loshumanistas y los ilustrados. Es necesarioconsiderarla en su conjunto. Conrelación a la Antigüedad, es un períodode progreso y de desarrollo en

numerosos puntos, que pondré demanifiesto. Desde luego, existe unaEdad Media «fea»: los señoresoprimían a los campesinos, la Iglesiaera intolerante y sometía a los espíritusindependientes (a los que se llamaba«herejes») a la Inquisición, quepracticaba la tortura y hacía perecer alos rebeldes en las hogueras… Lashambrunas no escasearon y habíamuchos pobres; tenían miedo, pánico,por ejemplo al mar y los bosques… y aldiablo. Pero actualmente nosotrostambién padecemos miedos, incluso enmayor cantidad, y algunos másterroríficos (por ejemplo, el miedo a losextraterrestres o el miedo muy real a la

bomba atómica).Sin embargo, también existe la

«bonita» Edad Media, que siguepresente especialmente en el embelesode los niños: ante los caballeros, loscastillos, las catedrales, el arterománico y el arte gótico, el color (porejemplo, de las vidrieras) y la fiesta. Sesuele olvidar con excesiva frecuenciaque en la Edad Media las mujeres,aunque siguieran desempeñando unpapel inferior al de los hombres,adquirieron o conquistaron un rango másjusto, más igualitario, más prestigioso enel seno de la sociedad: un rango quenunca antes habían tenido en tanto quemujeres, ni siquiera en la Atenas de la

Antigüedad. Y además, aunquevolveremos ciertamente a hablar de ello,¡la Edad Media fue el momento delnacimiento de Europa!

—Acaba de decir: «Europa»…—Sí, y es muy importante. Europa

comienza y se constituye en la EdadMedia. La civilización de la Antigüedadromana concernía únicamente a unaparte de Europa: los territorios del sur,situados fundamentalmente alrededor delMediterráneo. A partir del siglo V, lospaíses del norte (Alemania y luegoEscandinavia), del oeste (Bretaña,Inglaterra e Irlanda) y del este (Hungría,países centroeuropeos) fueron entrando

poco a poco en un espacio político yreligioso común, el que constituirá lafutura Europa.

—Entonces, ¿podemos decir que lagran unidad del Imperio romanoconcluyó hacia el año 500 d. C.?

—Efectivamente. A partir de esemomento, los nuevos habitantes de lafutura Europa se agruparon encolectividades y se establecieron enterritorios de los que surgirían lasnaciones, encabezados la mayoría de lasveces por un personaje nuevo, muyimportante, del que volveremos ahablar: el rey.

—¿Y fue también el final del latín,la lengua hablada en el Imperioromano?

—Cuanto más al norte seestablecieron los recién llegados, másconservaron sus lenguas de origen, apesar, por supuesto, de los préstamos detodo tipo que tomaron del latín. Esteúltimo se convirtió en la lengua decultura, la lengua escrita, y seguirásiéndolo hasta el siglo XV. En los paísesdel sur, el latín que se hablaba entiempos del Imperio romano evolucionómucho en función de cada país a lo largode los siglos. Y dio nacimiento al grupode las «lenguas romances»: el francés,

el italiano, el español, el portugués ytambién —pues se suele olvidar— elrumano.

—En uno o dos años, tendremosque decidir si elegimos estudiar latín:¿qué nos aconsejaría usted?

—Creo que es importante disponerde la llave de acceso a la herencia delpasado que nos proporciona el latín. Sipensáis orientaros hacia oficios«literarios», sería preferible quecursarais una opción donde seaprendiera suficiente latín. Si, encambio, queréis dedicaros a unaprofesión científica, podéis optar por unplan donde no se enseñe tanto, aunque

no deberíais abandonarlo del todo. Enmi opinión, incluso un mínimoconocimiento de latín os servirá deayuda para más adelante.

—El griego, la lengua hablada enla parte oriental del Imperio romano,¿fue rechazado por completo enOccidente?

—Sí, la parte oriental griega delImperio romano formó un mundo aparte:el Imperio bizantino. Siguió siendo unimperio porque había conservado unemperador al frente, que residía enBizancio (o Constantinopla). Estaciudad fue también la sede del patriarcade la Iglesia griega, llamada ortodoxa,

que se consideraba superior al papa.A partir del siglo VII, la cristiandad

occidental se desmarcó rápidamente, enel aspecto político, del Imperiobizantino. Con mayor lentitud, el papalogró conquistar su independencia, quefue definitiva en el siglo XI.

Las relaciones entre el cristianismooccidental romano y el cristianismooriental bizantino fueron distantes y, mástarde, francamente malas. En 1204, loscristianos romanos que se dirigían a laCruzada contra los musulmanes enOriente asaltaron y saquearonConstantinopla.

CAPÍTULOII

Los caballeros, laDama y la Virgen

María

Los caballeros

—En la palabra «caballero» estápresente «caballo». ¿Acaso existe una

relación entre «caballero» y«caballo»?

—Sí, desde luego. Nos hemosacostumbrado tanto a ver al caballerosolamente con su armadura que a vecesolvidamos al que le dio su nombre: elcaballo. El caballero es el hombre queposee un caballo. Puntualicemos: uncaballo de combate, y no el caballo delabor que tira de la carreta (era el bueyel que, durante mucho tiempo y hasta unafecha reciente, realizaba esta función).Tampoco se trataba de un caballo decarreras, ni mucho menos del purasangre árabe. No, era un caballovigoroso llamado «destrero», un caballode batalla.

—Y ¿fue una innovación de laEdad Media?

—Sí, este tipo de caballo llegóprobablemente de Asia, en el siglo VII.En cualquier caso, no estuvo presente enla Antigüedad romana y nodesempeñaba entonces ninguna funciónen la batalla. Su utilización en la épocade la caballería, para el combate, fuenovedosa.

—«Caballero» también hacepensar en «caballeresco»…

—Sí, y esta palabra remiteciertamente a una de las imágenes másseductoras de los hombres de la Edad

Media. La encontramos en los relatosque han llegado hasta nosotros. En ellos,el caballero es el héroe principal; de élse esperan actos de valentía que loconvierten en un personaje fuera de lonormal. Numerosos relatos de la EdadMedia narran sus aventuras, sus hazañas,el prestigio que lo rodeaba y, también,sus virtudes «caballerescas»: sunobleza de ánimo y su valor.

—Ha dicho que el caballeromontaba un «caballo de combate».¿Por qué es importante estaprecisión?

—Porque el combate a caballo en laguerra y en manifestaciones como los

torneos generó invenciones, objetos yacciones que no se conocíananteriormente. La primera gran novedadfueron los estribos, que permitíansujetarse mejor al caballo durante elcombate. Asimismo, apareció la silla demontar, que se iría perfeccionando cadavez más. Se protegió también al caballocon una armadura: iba acorazado y conla cabeza cubierta. Por su parte, elcaballero también llevaba una armaduray estaba equipado con una espada, unalanza…

Pero todo esto —el caballo, laarmadura, las armas…— era caro. Esoes lo que explica las diferenciasexternas entre los caballeros ricos, bien

equipados y provistos de ayudantes, que«provocaban admiración», y loscaballeros pobres, que llevabanequipamientos más modestos y carecíande séquito.

—En los museos, podemos ver alcaballero revestido con su armadura,sentado sobre un caballo enjaezado,también con su coraza, y resultaimpresionante.

—Sí, y añadiría que ya lo era en lostiempos de la caballería. Su aspectoexterior impresionaba a suscontemporáneos, porque ciertamente sesalía de lo normal. Lo que causabamayor efecto era su armadura. Con la

cota de mallas en el pecho y el yelmo enla cara, el caballero daba la imagen deun hombre fuera de lo común. Lamayoría de las veces se desplazaba ensu caballo y hacía resonar con estruendosu armadura, cuyos chasquidos nopasaban desapercibidos. Al contrarioque el sacerdote, que al margen de susoficios era un hombre silencioso, elcaballero era un hombre ruidoso, que sehacía notar públicamente.

—¿Se sabe a qué se dedicaban loscaballeros, en qué ocupaban sutiempo?

—Su principal función era elcombate. Sin embargo, contrariamente a

lo que se suele pensar, no se trataba, porlo general, de un combate individual, ensolitario, sino de un combate colectivo,de un grupo contra otro.

—¿Incluso en los torneos?—Incluso en los torneos. Añadiría

que los combates estaban enmarcadostemporal y espacialmente: por ejemplo,se desarrollaban principalmente enprimavera. Y los juegos eran de dostipos: la caza y el entretenimiento. Loscaballeros eran grandes cazadores y lacaza también se practicaba en grupo. Porotro lado, estaban los torneos, que sólotenían un propósito: el prestigio, elhonor. Y también eran colectivos,

porque enfrentaban a dos partes, o doscampos.

—Los torneos, ¿eran paradivertirse o iban en serio? ¿Habíamuertos en los torneos?

—¡Desde luego que iban en serio!Normalmente, sólo se producían heridos(porque la armadura protegía contra lasespadas y las lanzas) y, al igual que enla guerra, su propósito no era tantomatar al adversario, sino hacerprisioneros, que se liberaban a cambiode un rescate. Era una especie debeneficio. Pero en ellos también sepodía perder la vida, como le sucedió alrey de Francia Enrique II, que murió en

un torneo en 1559. Además, es necesariotener en cuenta que la Iglesia católicamanifestó durante mucho tiempo surechazo a la guerra y la violenciaarmada, y que condenó los torneos (loque demuestra que esos enfrentamientosno eran únicamente de broma), la Iglesia(cuando digo «Iglesia» me refiero aquíal papa y a los obispos) consiguióincluso prohibirlos a partir del siglo XII.Sin embargo, volvieron a ponerse demoda en los siglos XV y XVI. Hasta talpunto que, a mediados del siglo XV, elrey Renato, prestigioso conde de Anjouy de Provenza y futuro rey de Sicilia,escribió un libro sobre los torneos quealcanzó un gran éxito.

—¿Por qué desaparecieron luego?—Sobre todo porque la invención y

la generalización de las armas de fuegocambiaron la situación, no sólo en loque respecta a los torneos, sino paracualquier tipo de combate, y también enla forma de hacer la guerra.

—Actualmente, no es extraño quedurante un viaje escolar se lleve a losalumnos a ver un emplazamiento o unespectáculo medieval en el que seorganizan torneos. ¿Cómo se explicausted este éxito?

—El torneo es una de las imágenesfuertes y, por decirlo así, eternas que

nos quedan de la Edad Media. En laliteratura moderna, fueron también losescritores románticos, en el siglo XIX,quienes lo «resucitaron», del mismomodo que sucedió con las catedrales.¿Habéis leído lvanhoe, del escocésWalter Scott? Esta célebre novela,aparecida en 1819, incluye un magníficorelato de torneo. En el siglo XX, lostorneos, debido ciertamente a suespectacularidad, fueron adoptados confrecuencia por el cine. Aunque, para mí,la película más hermosa y fiel dedicadaa la Edad Media es la de RobertBresson, Lancelot del Lago, en la quehay un torneo. A pesar de que es un pocodifícil, recomiendo a todos los niños a

partir de 10 años y a todos los jóvenesque la vean.

—En las reconstrucciones de laEdad Media, también se nos ofrecenespectáculos de cetrería. ¿Es verdadque los caballeros practicabantambién la caza con halcones?

—Sí, ésta y otras formas de cazaformaban parte de sus ocupaciones. Perotambién ocupaban el tiempo en visitarsus tierras, hacer peregrinaciones,organizar fiestas, asistir a espectáculosde trovadores (en el sur de Francia) o detroberos (en el norte), y de juglares,escuchar música… Fundamentalmente,repartían su tiempo entre el combate y la

paz, aunque sin duda se apasionabanmás por el primero, probablementeporque pensaban que la vida en la tierraera una lucha para ganarse la vidaeterna. Actualmente se piensa que una delas razones por las que la Iglesiaorganizó las Cruzadas a Tierra Santa fuepara dar una ocupación a los caballeros.

—Hay caballeros muy conocidos,como Ricardo Corazón de León o losque usted ya ha mencionado: Ivanhoe,Lancelot, Perceval…

—¡Un momento! Detengámonosaquí. En efecto, entre los caballerosprestigiosos cuyas aventuras y grandeshazañas se han narrado hay personajes

históricos, hombres que existieron deverdad, como Ricardo Corazón de León,rey de Inglaterra, muerto en 1199. Pero¡también hay personajes novelescos,únicamente de ficción! Tal es el caso delos célebres «caballeros de la MesaRedonda».

—¡Es increíble! ¡Normalmentecreemos que existieron de verdad!

—Sí, es la fuerza de esta leyenda,relatada en una serie de novelas que sepublicaron en verso durante la segundamitad del siglo XII y en prosa en laprimera mitad del siglo XIII (por tanto,entre 1150 y 1250). Se desarrollan entorno a un rey del siglo Vdel que no

sabemos prácticamente nada y que, sinembargo, se convirtió en el héroe másespectacular de la Edad Media: el reyArturo, soberano de los bretones deGran Bretaña. A su alrededor, laimaginación de los narradores tejió unahistoria que alcanzó unéxitoextraordinario: la de los docecaballeros de la Mesa Redonda. Es unahistoria que sedujo prodigiosamente alos hombres y las mujeres de la EdadMedia, entre otras razones porque estábasada en una estricta igualdad entre loscaballeros. Un hallazgo muy sencillopone de manifiesto esta igualdad: sesientan alrededor de una «mesaredonda», unos al lado de los otros, sin

que exista entre ellos la menor jerarquía.En cambio, estos caballeros rivalizanentre sí para llevar a cabo alguna proezao incluso la hazaña más prestigiosa paraun caballero medieval, que es elcumplimiento de la promesa ligada a sucompromiso ante Dios.

—Esta promesa, ¿era el SantoGrial?

—Sí. En efecto, esta sociedadcaballeresca era también profundamentecristiana. La literatura artúrica inventóuna bella historia, que se proponíahonrar a Dios y a Cristo, su hijo. Quizásos resulte un poco difícil de entender: enla leyenda de la Mesa Redonda, los

caballeros cumplen un servicio«místico», es decir, están al servicio deDios para realizar una misión divina,misteriosa. Se han comprometido en unaaventura que no se limita a este mundo,que procede de otro mundo, el mundoceleste o divino. Fue Dios quien losenvió y les prometió una recompensa.Por esta razón, su historia se volvió«mítica», es decir, algo increíble peroque se desea en lo más profundo de unomismo. Actualmente, a mucha gente legustaría ser caballero de la MesaRedonda y tener como misión larecuperación de ese misterioso objetollamado el Santo Grial.

—Pero ¿qué es el Santo Grial?—Es una copa mágica, una especie

de cáliz en el que la hostia de lacomunión se transforma realmente en elcuerpo de Dios. Fue así como, en laEdad Media, y no sólo en ella, laleyenda del rey Arturo hechizó laimaginación de los hombres, eigualmente, si no más, la de las mujeres.Y debo recordaros que las ocupacionesy las proezas de los caballeros de laMesa Redonda eran únicamente obra dehombres: los héroes eran todos varones,porque la sociedad de los caballeros eraante todo una sociedad masculina,dominada por los hombres.

La Dama y la VirgenMaría

—Sin embargo, ¡se habla del papelde la «Dama»!

—En efecto, la Dama, las Damas,eran personajes de novela, heroínasinventadas. A riesgo de desilusionar alas niñas, hay que decir las cosas talcomo son: en la vida real, había pocas«Damas» como ésas de las que noshablan las novelas que cuentan laleyenda del rey Arturo… Pero es cierto:los autores medievales inventaron yelevaron a la excelsitud a mujeres que

descollaban por su belleza y su virtud,mujeres ideales, y sus lectores creyerona veces —¡muy pocas veces!— que trasesos relatos se encontraban mujeresreales que eran la encarnación de lasverdaderas Damas. En las historias quecontaban, cada caballero tenía su Dama,aunque… en pocas ocasiones era suesposa.

—Las mujeres, en la vida real dela Edad Media, ¿eran entoncesinferiores a los hombres?

—Sí, lamentablemente, como entodas las sociedades antiguas. Peroquisiera insistir en un punto: en la mismaépoca en que se difundió la leyenda de

los caballeros de la Mesa Redonda,nació y se generalizó el matrimonio enel sentido moderno del término. Enefecto, la Iglesia prohibió cada vez conmás firmeza la poligamia (el hecho detener varias esposas) y el divorcio. Yconcedió a las mujeres un lugar casi tanimportante como el de los hombres. Enconcreto, el consentimiento de la mujer(el hecho de que pronuncie por sí mismaun «sí» durante su boda) se volvióobligatorio, mientras que antes sufamilia o sus padres le imponían unmarido y ella no tenía nada que decir.Luego, por supuesto, las muchachaspudieron verse sometidas a todo tipo depresiones para que hicieran una

«buena» elección, es decir, que sedecidieran por aquel a quien habíanelegido los padres. Pero el principio esimportante. Y gracias a él, en adelante,la mayoría de las mujeres pudo contraermatrimonios libres… Sin duda, esto osparecerá chocante en la actualidad,cuando tenemos la libertad de casarnos,no casarnos o divorciarnos. Sinembargo, incluso en nuestros días, sonnumerosas las civilizaciones en las queno existe el derecho de las mujeres aelegir como marido al hombre que aman.

—Entonces, ¡la «Dama» de lasleyendas caballerescas tuvo, a pesar detodo, una influencia en la vida

cotidiana!—Desde luego. Pero el papel más

importante lo desempeñó otra Dama,cuyo nombre oyeron pronunciar sin dudatodos los niños de Europa, aun cuandono fueran cristianos: me refiero a María,la Virgen María, madre de Jesús. Delsiglo XI al XIII, la devoción hacia María,o más bien «Nuestra Señora», «NuestraDama», cobró una importancia inmensaen la piedad de la gente de la EdadMedia.

—¿Qué es la devoción?—La devoción a María son las

oraciones y los ruegos que se ledirigían, las imágenes y las esculturas

que se hicieron de ella, los libros quesobre ella se escribieron, los lugares deperegrinación donde se la veneraba, lasiglesias y las catedrales que se leconsagraron (y siguen estándolo todavíahoy) y que llevan su nombre. «NuestraSeñora» era la gran intermediaria entrelos fieles y Dios. En efecto, para obtenerun favor —por ejemplo, una curación—de Jesús, el hijo de Dios, la gente de laEdad Media se dirigía a la Virgen, aquien le pedían que «intercediera» porellos ante él. Y, en consecuencia, Maríase volvió de alguna manera «la» Damade la sociedad medieval.

—Y la Virgen María, ¿fue también

importante para los caballeros?—Evidentemente. También ellos la

invocaban y le suplicaban para que lesayudara y les socorriera en lasdificultades… Ella desempeñó un papelmuy importante en su compromiso. Másallá de esta importancia de María, hayque retener lo siguiente: a lo largo de laEdad Media, la caballería se volviócada vez con más claridad algo sagrado,religioso. Uno se volvía caballero através de una especie de «sacramento»,es decir, a través de una ceremoniareligiosa, de signos religiosos. Paraconvertirse en caballero, había quepasar por la Iglesia y sus representantes,obispos, sacerdotes y monjes, de

quienes hablaremos más adelante(véanse las págs. 54-58). El caballerose comprometía ante Dios, su hijo Jesús,la Virgen María y los santos durante unaceremonia especial llamada la«armadura».

—No obstante, ¡tampocoescaseaban los caballeros «malos»!

—Y ¡hasta qué punto! A pesar deque la Edad Media nos haya transmitidomuchas imágenes de «buenos»caballeros… El prestigio excepcionalde estos últimos procede de doscualidades: un comportamiento físicoque suscita la admiración de la gente yla práctica de diversas virtudes, tales

como la defensa de los pobres, losdébiles y los clérigos (los clérigos eranlos hombres instruidos de la EdadMedia, sobre todo sacerdotes y monjes,sin olvidar a las mujeres, que también seconsagraban a Dios, y vivían sobre todoen los monasterios).

Aunque, por supuesto, también había«malos» caballeros. En las novelas delas que hemos hablado, pero también enlos «cantares de gesta» (esos grandesrelatos poéticos que narran las hazañasde los caballeros, el más célebre de loscuales es La canción de Roldán), vemosaparecer traidores y embusteros,caballeros que hostigan a la gente y lamatan por placer.

—Usted ha hablado de «buenos»caballeros: Perceval, Ivanhoe yLancelot. ¿Se ha conservado elnombre de algún caballero«malvado»?

—En La canción de Roldán está elcélebre traidor Ganelón. Aunque, másque traidores, algunos eran una especiede monstruos, como el gigante Morholten la novela de Tristán e Iseo. Auncuando la imagen de los caballeros erala mayoría de las veces positiva ysimpática, no podemos olvidar a estoscaballeros «malvados», detestados ycondenados por los autores que hablande ellos y por quienes leían sus

fechorías.La Edad Media se complacía en

describir un mundo en el que seenfrentaban los buenos y los malos, en elque se desarrollaba un combate entre losángeles y los demonios. Por eso, podéisencontrar muchos caballeros angélicos yotros que son diabólicos, tan malvadoscomo el diablo. Las novelas decaballería se sirven mucho de estatensión entre el Bien y el Mal, el honor yla deshonra: la intriga (es decir, lahistoria que se cuenta) se desarrollagracias a esta oposición entre los buenosy los malvados.

CAPÍTULOIII

Castillos y catedrales

—Decir «Edad Media» es pensar en«caballeros», pero también en«castillos» y en «catedrales».

—Y está completamente justificado.Sin embargo, debo precisar que elcastillo y la catedral eran residenciasmás bien excepcionales. Normalmente,en la Edad Media, los habitáculos eranmodestos o mediocres, y especialmentelas casas de los campesinos, que eran

pobres y a veces miserables. Incluso enlas ciudades hubo que esperar muchotiempo para que se empleara la piedraen las construcciones, que habían sidohasta entonces de madera, lo que explicala frecuencia de los incendios en laEdad Media. No sólo ardieron casas,¡sino también iglesias, pueblos yciudades enteras!

Pero dos tipos de edificacionesacabaron por imponerse en nuestraimaginación, y forman parte de losgrandes símbolos de la Edad Media: elcastillo fortificado y la catedral, lavivienda de los caballeros y la de Dioso, más exactamente, de losrepresentantes de Dios, es decir, de los

obispos. Por una parte, el castillofortificado proclama el poder y elprestigio de los caballeros y, por otra, lacatedral prolonga el prestigio de Dios através del obispo, que es surepresentante principal. El obispo era eljefe de un territorio religioso llamado«diócesis», que tenía más o menos lasuperficie de una provincia actual. Suiglesia, en la ciudad donde vivía, la«casa de Dios» a la que iba a rezar,predicar y celebrar los oficios, sellamaba «catedral».

—¿Por qué asociamos el castillo yla catedral?

—Porque estos dos tipos de

vivienda ponen en evidencia, tanto parala gente cultivada como para el pueblo,la dimensión o el sentido de la altura. Enla Edad Media, la oposición entre loalto y lo bajo «se proyecta en elespacio»: se construyen torres ymurallas muy elevadas, muy visibles,para manifestar que se quiere escapar delo «bajo». Dicho con otras palabras, loalto y la altura designan lo que es grandey hermoso. Esta oposición entre lo alto ylo bajo que se expresa en laconstrucción de los castillos y lascatedrales —quiero decir que se hacever a través de ellos, que se pone ante lavista— es muy importante en la EdadMedia. Evidentemente, esa oposición es

el correlato de la que existe entre elcielo y la tierra, entre el «allá arriba» yel «aquí abajo». De ahí se deriva laimportancia que se le concedió aelementos como la muralla y la torre.Las iglesias medievales teníanfrecuentemente torres destacadas. Lascasas de los ricos habitantes de lasciudades también las tenían, perolamentablemente fueron destruidasdespués de la Edad Media.

Sin duda, vosotros sabéis que lasmezquitas musulmanas tienen tambiénuna torre, llamada «minarete»,normalmente muy esbelta, que se elevahacia el cielo. Eso quiere decir que lacompetencia entre las dos religiones

también se reflejaba en la arquitecturade su «casa de Dios». Os recuerdo queel islam, o la religión musulmana, fuefundado a comienzos del siglo VII (en622) por el profeta Mahoma(actualmente se prefiere a menudo decirMuhammad) y es, por tanto, casicontemporáneo de la Edad Media. Peroya volveremos a hablar de él másadelante.

Los castillos

—Los castillos de arena quehacemos en la playa son normalmentefortalezas, con sus torres y susmurallas almenadas, sus fosos, suscaminos en forma de espiral queascienden o descienden, sus estrechasy oscuras escaleras, sus recovecos…

—Es verdad. Tanto para lospequeños como para los mayores elcastillo fortificado forma parte tambiénde la «bonita» Edad Media.

—Pero ¿para qué servíaexactamente el castillo fortificado?

—Para el caballero tenía dosfunciones de similar importancia. Por

una parte, desempeñaba un papeldefensivo, es decir, una función militar(era una fortaleza) y, por otra, servía devivienda (era un castillo). La magnitudde los castillos fortificados dependía dela cantidad de gente que viviera enellos. De hecho, alojaban y protegían ala vez a la numerosa familia del señor, asus sirvientes (y sus familias) e inclusoa sus campesinos más próximos.Algunos castillos fortificados fueron lospredecesores de la ciudad, que tambiénincluía a todo tipo de individuos, detodas las edades y todos los oficios.

—Sin embargo, tenemos laimpresión de que la mayoría de los

castillos fortificados, tanto en buenestado como en ruinas, se encuentranen el campo.

—Es cierto. Los caballeros semantuvieron con frecuencia alejados dela población de las ciudades,especialmente de los «burgueses».Preferían la proximidad de los cotos decaza y los terrenos cultivados por loscampesinos. Pero también habíacastillos en las ciudades, por ejemplo enParís, en la Île de la Cité. El Palais-Royal, antiguo castillo medieval, o elLouvre también estaban situados enpleno centro. En Italia, la mayoría de loscastillos fortificados se encontraban enla ciudad.

—¿Había castillos fortificados entoda Europa?

—Evidentemente. Entre otrasrazones porque Europa padeció durantetoda la Edad Media numerosísimas ymuy despiadadas luchas y guerras, y elmodo de vida en toda Europa era más omenos el mismo. Si queréis ver castillosfortificados muy hermosos, podéis ir aEspaña, por ejemplo, porque es una grantierra de castillos (de ahí la expresiónfrancesa que vosotros conocéis:«Construir castillos en España», o enel aire). O incluso en el este de Europa,por ejemplo en Polonia: la orden militarteutónica (u orden de los Caballeros

teutónicos) construyó allí castillosespectaculares (especialmente enMalbork).

—Los castillos, a lo largo de todala Edad Media, ¿siguieron siendoparecidos?

—Desde luego que no. Inclusoevolucionaron mucho. El cambio seprodujo en dos aspectos. En torno alsiglo XI, la piedra sustituyó a la madera,y eso hizo que se transformara la funcióndel castillo. Entre los siglos X y XVII, setrataba ante todo de construir un lugar derefugio para el señor y sus familias,aunque también sirviera para almacenarsus armas y sus provisiones, de ahí la

aparición de la torre del homenaje.Luego, con la fortaleza de piedra, lavivienda y las provisiones seprotegieron con gruesas murallas, fosos,puentes levadizos, barbacanas y troneraspor donde poder arrojar materialesdestructivos sobre los asaltantes. Elcastillo fortificado se convirtió en unaverdadera fortaleza, muy difícil deconquistar.

—Por cierto, ¿cómo se conseguíaconquistar un castillo fortificado?

—Sobre todo ¡mediante la traición!Bastaba con que un habitante o una partede sus habitantes prestara ayuda a lossitiadores para que éstos consiguieran

entrar, de una forma u otra.

—A veces, en las películas y loscómics, podemos ver el asedio a unafortaleza: los asaltantes intentan subirpor escaleras apoyadas contra lamuralla mientras los sitiados tratande derribarlos cuando llegan arriba oincluso vierten sobre los asaltantescalderos de aceite hirviendo. ¿Seaproxima esto a la realidad?

—Sí, pero hay que insistir en elhecho de que los asedios podían durarmucho tiempo y que el número decastillos que resistieron victoriosamentesuperó con creces al de los que fuerontomados. Las fortalezas estaban

construidas de tal modo y en taleslugares que prácticamente disuadían alos enemigos de ir a asaltarlas (lopodéis comprobar en las ruinas deChâteau Gaillard, en el Eure, y deCoucy, en el Aisne).

—Pero, entonces, ¿qué fue lo quehizo que un buen día dejaran deconstruirse castillos y por qué demuchos de ellos no podemos ver másque ruinas?

—En primer lugar, a causa delcañón. A partir de finales del siglo XIV ycomienzos del XV el cañón, que supusouna gran innovación técnica, consiguiódestruir incluso las más gruesas

murallas. Luego, porque los castillos seconvirtieron cada vez más en lugares deresidencia —en el Renacimiento ya noservirían más que para eso—, lo quecambió por completo su arquitectura ysu construcción. Y en fin, porque,después de la Edad Media, el rey deFrancia, para afianzar su dominio sobrelos señores feudales, mandaba destruirsus fortificaciones si eran demasiadopoderosos.

—¿Eran cómodos los castillos?—No. Sólo se volvieron más

cómodos en el período que siguió a laaparición del cañón, cuando seutilizaron sobre todo como lugar de

residencia. Hasta entonces la vida enellos había sido más bien dura. El señory sus allegados se reservaban el uso delos cojines y los muebles escaseaban: seutilizaban sobre todo arcones paraordenar la ropa, las mesas no se podíandesplazar y las sillas eran rudimentarias.Sin embargo, las paredes de los másricos estaban engalanadas con tapices.El elemento de prestigio era lachimenea, tanto porque podía haber sidorealizada por un artista y, por tanto,representar una «obra de arte», comoporque proporcionaba eso tan buscadoen los gélidos castillos: el calor. Lachimenea y la sala que la resguardabaeran el símbolo del hogar, ese lugar de

encuentro, de intercambio de palabras yde juego. Puesto que la alimentacióntenía una gran importancia, la cocina eranormalmente una sala espectacular(podéis ver las cocinas del Louvre, bajola Conserjería). En la Edad Media, lagente se esforzaba por vivir conpulcritud y, por consiguiente, lasfortalezas estaban equipadas converdaderas letrinas (o «servicios»).

Las catedrales

—Dijo usted que lo que asemejabael castillo a la catedral era el interéspor la altura.

—Sí, las catedrales son inmensas,pero ante todo son altas paraimpresionar al que las ve y las visita yhacerle sentir una cosa muy importante:la elevación del espacio es un reflejo dela altura de Dios en el cielo. Lascatedrales le estaban consagradas, eransu casa. Y su prestigio se extendió al desu representante en la tierra: el obispo.Probablemente influyó otro aspecto, másprosaico: las catedrales estaban casisiempre situadas en las ciudades, querivalizaban entre sí en tener la catedral

mayor, la más alta y la más bella.

—¿Para qué servían lascatedrales?

—Eran ante todo, como sueledecirse, un «lugar de culto»: en ellas sereunía la gente para rezar, celebrar lamisa y participar en los oficios y lasceremonias religiosas. En la catedral,que era la casa del obispo, representantede Dios, había permanentementedignatarios religiosos que se llamaban«canónigos» y constituían el consejo delobispo. Tanto por la mañana, por latarde como por la noche, cantaban el«oficio», o sea, sencillamenteglorificaban a Dios, el auténtico

propietario del lugar. Realizaban este«oficio» (palabra que viene del latín ysignifica «ocupación», «trabajo») en elcoro de la catedral. Cuando visitéis unacatedral, podréis observar en la mayoríade los casos la magnificencia del coro yveréis la «sillería» (asientos de maderacon respaldos a veces magníficamenteesculpidos) donde se sentaban paracantar.

—Pero ¿cómo podían oírse, enestas catedrales inmensas, laspalabras del sacerdote o el canto delos canónigos?

—Fue sobre todo en el siglo XIII, osea, a partir de 1200, cuando la catedral

se convirtió en un lugar donde sepronunciaban sermones: un predicadorse dirigía a los fíeles, les explicaba lavida y la doctrina de Cristo, les hablabade la Virgen y los profetas del AntiguoTestamento y les comentaba losEvangelios, el libro sagrado de loscristianos cuyo personaje central esCristo. También hablaba de los santos,alentaba a la asamblea, le hacíareproches, la exhortaba… Sin duda, losfieles, de pie, le oían bastante mal, peroél se expresaba tanto mediante el gestocomo mediante la voz. La Edad Mediafue una gran época de palabras y deexpresión corporal.

—Aparte de las actividadesreligiosas, ¿había otros motivos paraque la gente se reuniera en lacatedral?

—Sí, también sirvió como lugar dereunión. En ella se celebrabanasambleas, se utilizaba para lasfiestas… Pero tengo que recordar que,en la Edad Media, ya existían salas dereunión comunales: ¡para reunirse no eranecesario acudir a las catedrales!

—¿Cómo se construían lascatedrales?

—Casi todas las catedrales que sehan conservado son de piedra. Pero al

comienzo, en las regiones pobres, conmuchos bosques, las iglesias se hacíande madera. Perduran algunas magníficasen Escandinavia o en el sur de Polonia.

Las catedrales fueron, en la EdadMedia, los monumentos más decorados.En especial había un aspecto quedesapareció o que ya no vemos cuandoobservamos las catedrales en laactualidad: estaban pintadas y, por tanto,rebosaban de color. De la decoracióntambién formaban parte tapicerías,frescos (pinturas realizadasdirectamente sobre las paredes de yeso)y esculturas. Los lugares más adornadoscon esculturas eran, en el interior, loscapiteles de las columnas (su parte

superior) y, en el exterior, el pórtico, laentrada principal. La forma, o el estilo,de estas esculturas evolucionó mucho.Una palabra más sobre el interior de lascatedrales: al fondo, por tanto cerca dela entrada, se encuentra a menudo un«baptisterio», es decir, una cubeta depiedra situada en un pequeño espacioseparado, que se llenaba con aguabendita en el momento del bautismo.Este baptisterio acostumbraba a estardecorado. ¿Por qué? Porque el bautismoes el «sacramento», la marca másimportante de la religión cristiana. Se esjudío o musulmán de nacimiento, perouno no «nace» cristiano: se «hace»cristiano por medio del agua del

bautismo derramada sobre la cabeza delneófito, ya sea bebé o adulto.

—Usted dijo que la escultura delas catedrales había evolucionadomucho…

—Sí, por supuesto, pero también elconjunto del edificio, y ello a causa deldescubrimiento de nuevas técnicas deconstrucción. Sobre todo se distingueentre dos épocas. A partir del siglo X(por tanto, aproximadamente desde elaño 900), las catedrales fueron cada vezcon mayor frecuencia «abovedadas», esdecir, ya no había techo plano, sino unabóveda en la que se unían los muros, encierto modo. Pero, hasta el siglo XII,

estas iglesias siguieron siendorelativamente oscuras y no se tuvo lanecesidad de iluminarlas: es lo que sellama el arte o el estilo «románico».Luego, se buscó la luz, e incluso seacabó por identificar a Dios ante todocon la luz. Los progresos técnicos, labúsqueda de espacios abiertos y el usocada vez más sofisticado del hierro y losdiversos metales dieron nacimiento,entre los siglos XI y XIII, a las grandescatedrales, que se califican como«góticas». Creo haber dicho ya quegótico quiere decir «bárbaro»: losgodos eran el prototipo mismo de losbárbaros germánicos que habíaninvadido el Imperio romano a partir del

siglo V y por eso, en el Renacimiento ysobre todo en el siglo XVII, se llamó«gótico» a este arte bárbaro, y, como yadijimos, los románticos, a comienzos delsiglo XIX, volvieron a poner el gótico demoda.

—A veces se oye decir que habría«secretos» en las catedrales o en laconstrucción de las catedrales…

—No. Las catedrales son magníficasy presentan una construcción muycompleja, incluso complicada, de ahí laidea de que podrían encerrar secretos.Pero esta idea nació mucho más tarde,en el siglo XVIII, en corporaciones (oasociaciones) más o menos secretas,

como los «francmasones» (o albañileslibres), que hacían remontar sus propiosorígenes a los constructores decatedrales. En cambio, es cierto quealgunas catedrales encerraban un dibujoque representaba un trayecto secreto, enel sentido de un «laberinto», y quedesorientaba inicialmente al visitante(por ejemplo, en Chartres).

—¿Eran caras las catedrales?—Sí. Hubo quien pensó que quizás

hubieran sido construidas por losobreros que los señores «prestabangratuitamente» a las obras. Pero no fueasí como sucedieron las cosas. Lostrabajos en las catedrales se pagaban, a

arquitectos, albañiles y artesanos detodo tipo. Estas obras duraban muchotiempo y, luego, el equipo se trasladabaa otro lugar.

—Y ¿quién les pagaba?—Sobre todo el clero, a veces

también los burgueses y la gente rica dela ciudad, y más ocasionalmente losreyes y los señores. Pero una catedralcostaba mucho y su construcción podíadilatarse durante mucho tiempo, tantomás si los trabajos se interrumpíanprecisamente por falta de dinero.Bastaba con que la situación económicafuese mala, que estallara una guerra, quese propagara una epidemia para que, a

falta de dinero con que pagar a losobreros, se paralizara la construcción.Por eso muchas catedrales quedaroninacabadas, como la de Narbona, porejemplo, o incluso la de Colonia, enAlemania (que no se terminó hasta elsiglo XIX). Pero el ejemplo más célebrefue el de Siena, en la Toscana (Italia).

—No hemos hablado de lasvidrieras. Cuando visitamos unacatedral, por ejemplo la de Chartres,se nos dice que la gente sencilla de laEdad Media aprendía la Biblia y losEvangelios gracias a las escenasrepresentadas en las vidrieras.

—Las vidrieras adornaban sobre

todo las catedrales góticas. Fue entoncescuando se aprendió a utilizar, parafabricarlas, trozos de vidrio coloreados,ensamblados con hierro. Actualmente,son especialmente las vidrieras las quenos dan una idea de esos edificioscoloreados que fueron las catedrales yalgunas iglesias. Para admirar esoscolores, podéis visitar, por ejemplo, sino lo habéis hecho ya, la Sainte-Chapelle en París, construida por sanLuis a mediados del siglo XIII.

CAPÍTULOIV

La gente de la EdadMedia

Clérigos y laicos,señores y siervos,

burgueses,comerciantes y

artesanos, viajeros yperegrinos, pobres y

enfermos

—Hasta ahora hemos hablado sobretodo de la Edad Media «bonita», perohay también cosas menos bellas. Porejemplo, cuando se dice «sociedadfeudal» siempre se hace para condenar ala Edad Media…

—De acuerdo, pero, como todas lassociedades, la de la Edad Media escompleja. ¿Por qué se la califica de«feudal»? Sobre todo porque estabadominada por los «señores», que teníansúbditos llamados «vasallos», a los queconcedían («prestaban», si lo preferís)tierras que les aportaban rentas y que se

llamaban «feudos», de donde viene«feudalismo». Esta palabra designa unsistema social que los filósofos del sigloXVIII y los hombres de la Revolucióndetestaban y denunciaban porque, en él,el pueblo, los campesinos y la «gentehumilde» eran oprimidos por lospoderosos y los ricos. Y esta imagen hapermanecido unida a la Edad Media.

Los clérigos «seculares» y«regulares»

—¿Se puede decir que era unasociedad en la que por definiciónreinaban las desigualdades, en la quelos señores oprimían a los siervos?

—Hablaremos de eso. Pero antes esnecesario tener en cuenta una divisióndiferente, todavía más importante paralas gentes de aquella época. En la EdadMedia, se daba en primer lugar una granseparación entre dos tipos de hombres:por un lado, los que habían consagradosu vida a Dios y a la religión, y que eranlos «clérigos», y, por otro, los hombresque, sin dejar de ser buenos cristianosque rendían culto a Dios, tenían unafamilia, un oficio y eran más

independientes con respecto a la Iglesia:eran los «laicos».

—¿Eran los clérigosexclusivamente hombres? ¿No habíamujeres entre ellos?

—Casi era así. Fueronfundamentalmente hombres: obispos,sacerdotes y también los religiosos aquienes se llamaba «monjes». Sinembargo, también había mujeresreligiosas que vivían en comunidad enlos monasterios (de ahí su nombre:«monjas»). Los clérigos eran célibes,aunque durante los primeros siglos de laEdad Media los obispos y lossacerdotes convivían a veces con una

mujer y, por tanto, tenían hijos. A partirdel siglo XII, la Iglesia prohibiódefinitivamente las parejas, prohibiciónque enseguida se volvió muy severa. Porla misma época, los monjes, quehabitaban en los monasterios y acogían aveces comunidades de mujeres, sevieron obligados a partir de entonces aexcluirlas o a mantener separacionesmuy estrictas.

—¿Cómo se hacía uno clérigo?—Quien tenía esa «vocación»

solicitaba al obispo su admisión comoclérigo. A continuación, aprendía lapiedad, la devoción. Los futurossacerdotes recibían una serie de

nombramientos, de «grados», cada vezmás elevados. El último era unsacramento, el sacerdocio o sacramentode la ordenación: el sacerdote seconvertía entonces en un clérigosuperior, facultado para impartir lossacramentos (es decir, para bautizar,confesar y celebrar misa) y parapredicar. Por encima del sacerdote seencontraba el obispo.

—¿Había muchos clérigos?—Sí, ¡sobre todo si los comparáis

con la actualidad! Pero hay quedistinguir entre dos tipos de personajesreligiosos en el clero medieval, unadistinción que, por lo demás, ha seguido

siendo válida. Por una parte, estaban losclérigos relacionados con los fieles,encabezados por los sacerdotes, que seencargaban, por lo general, de una«parroquia» dentro del marco de unadiócesis, que dirigía el obispo.Constituían lo que se denominaba el«clero secular» porque vivían «en elsiglo», es decir, en el mundo. Por otraparte, estaba el clero que vivía ensoledad y retirado del mundo, auncuando tuviera más contactos con lavida pública de lo que se cree: eran losmonjes, los «regulares», los que vivíansolos («monje» viene de una palabragriega, monos, que significa «solo») yobedecían a una «regla». Mantuvieron

este nombre de «monjes» («solitarios»)aun cuando, por lo demás, la mayoría deellos habitaba en comunidades bastanteaisladas del resto del mundo.

—Pero había varios tipos demonjes…

—Fueron muy numerosos a partir delos siglos Vy VI. Los monjes irlandeses,en concreto, se distinguieron por lafundación de monasterios en los Vosgosy los Alpes. En el siglo VI, un monjeitaliano, Benito de Nursia, promulgó unaregla moderada (es decir, no demasiadosevera), en la que los trabajos manualesy los oficios religiosos estaban bienequilibrados. A comienzos del siglo IX,

el hijo de Carlomagno, Luis el Piadoso,impuso esta regla para todo el conjuntode los monjes: fueron los benedictinos.

Pero la cosa no paró ahí. A partirdel siglo X, se crearon numerosasórdenes religiosas, bajo la inspiraciónde la regla de san Benito, que se ibaadaptando a las evoluciones de lasociedad. Una de estas órdenes, fundadaen Cluny, se difundió por toda Europa deuna forma extraordinaria, hasta el puntode que sus monjes llegaron a alcanzar unpoder enorme y su jefe, el abad deCluny, era considerado un personajemuy influyente. De hecho, algunos papasde esta época fueron antiguos monjes deCluny. En el siglo XII, se produjo una

nueva oleada de monjes reformados, esdecir, de monjes preocupados por larecuperación de un modo de vida másaustero, más cercano a la letra y alespíritu de la regla de san Benito. Losmás conocidos fueron los cistercienses,nombre que se deriva de su «casamaterna», situada en Cîteaux, enBorgoña. El más célebre de todos ellosfue san Bernardo, que vivió en laprimera mitad del siglo XII.

—Los templarios, ¿no eran acasotambién una orden religiosa?

—A eso quería llegar precisamente.Las Cruzadas contra los musulmanes (laprimera Cruzada tuvo lugar a finales del

siglo XI [véanse, más adelante, las págs.90-93]) y el deseo de convertir por lafuerza a los paganos provocaron lafundación de órdenes militares; lasprincipales fueron, al sur y al oeste, lostemplarios y los hospitalarios, y, al este,los Caballeros teutónicos. También lashubo en España.

—¿Fue Francisco de Asís unmonje?

—No, sin duda. A comienzos delsiglo XIII se fundaron las llamadasórdenes «mendicantes»: losfranciscanos por Francisco de Asís y losdominicos por santo Domingo. No eranmonjes, sino hermanos. No vivían en

soledad, sino en conventos situados enlas ciudades. Se les llamó«mendicantes» porque vivían de lacaridad y las donaciones, y no gracias ala renta de sus tierras y sus posesiones(¡ya se encargaban sus «amigos» laicosde administrar esas tierras yposesiones!). Los hermanos mendicantestuvieron un éxito fulgurante. Seocupaban preferentemente de losindividuos y las familias en lasciudades, aunque algunos laicos lesreprocharon que se mezclarandemasiado en sus asuntos, que fueranexcesivamente «invasores». A partir delsiglo XIV, la cantidad y la importanciade los monjes y los religiosos

disminuyeron considerablemente.

Los laicos: señores ysiervos, habitantes de las

ciudades y burgueses

—¿Son laicos todos los que no sonclérigos?

—Sí, pero hay que distinguir entretres tipos de laicos: los señores onobles, los campesinos o siervos y loshabitantes de las ciudades o ciudadanos.

En primer lugar, están los que

ocupaban la posición más elevada y delos que ya hemos hablado: loscaballeros. Estos podían tener dosnombres o dos títulos: podían llamarse«señores», porque las tierras queposeían se llamaban «señoríos» yporque percibían las rentas de laagricultura y los cánones (es decir,sumas de dinero) de los campesinos, oincluso recibir el título de «nobles»,procedente de la Antigüedad, lo que lossituaba en un cuerpo social superior, lanobleza. Esta dominaba a los que noformaban parte de ella, los plebeyos.

Por debajo de los señores, seencuentra todo el pueblo de los que noson nobles, y son por lo general

campesinos. Hasta el siglo XII loscampesinos no eran verdaderamentelibres, y se los designaba con el nombrede «siervos», una palabra que viene dellatín servus, «esclavo». Pero los siervosno se podían comparar ciertamente conlos esclavos de la Antigüedad: laservidumbre era menos dura que laesclavitud a la que estaba sometida lamayoría de los campesinos antiguos; lossiervos podían casarse y constituir unafamilia legal, lo que no se daba enabsoluto en el caso del esclavo. A partirdel siglo XI, los señores les concedíanla libertad cada vez con mayorfrecuencia, una libertad que ellosexigían como compensación por su

trabajo; por su parte, los señoresnecesitaban nuevos cánones a causa dela evolución económica, y no habríanpodido obtenerlos si hubieran mantenidoa los siervos en su estado de«servidumbre». Los campesinospretendían también más independenciapara desplazarse y satisfacernecesidades diferentes en otros lugares(por ejemplo, desbrozar tierras,especialmente bosques, o vender susproductos en las ferias).

He de recordar, finalmente, que senacía señor o siervo. Sin embargo, unseñor podía «libertar», o hacer libre, aun siervo.

—Queda una tercera categoría: lagente de las ciudades…

—En efecto. Entre los siglos XI yXIII se produjo una gran expansión de lasciudades. La mayoría de sus habitantesdebían su situación no al nacimiento —al revés que los señores y los siervos—,sino a su trabajo. Algunos seenriquecieron gracias al artesanado(fabricación de telas y ropa oherramientas, sirviéndose cada vez másdel hierro), o bien por el comercio, yconsiguieron, pacíficamente o por lafuerza, el derecho de fabricar y vendersin tener que pagar cánones a un señor:fueron las «franquicias» (franco quiere

decir «libre»). Las ciudades, durante laprimera fase de su existencia y sudesarrollo (del siglo IX al XII), fueronllamadas por lo general «burgos», y sushabitantes eran los «burgueses», aunquela palabra «burgués» acabara pordesignar tanto a los ciudadanos deorigen más antiguo como a los másricos.

Cuando los burgos se extendían másallá de su propio territorio, daban lugara los «suburbios». A menudo estosúltimos estuvieron rodeados, en unmomento dado, por un recintoamurallado: tal fue el caso de París bajoel reinado de Felipe Augusto, de 1190 a1210; y tenéis también un ejemplo

espectacular en las murallas deCarcasona, construida a imitación de lasciudades medievales… en el siglo XIX.Los burgueses tenían normalmentederechos especiales sobre lossuburbios: en concreto, percibíancánones, o impuestos, de quienesatravesaban su territorio, construían enél una casa o instalaban una tienda.

Comerciantes, ferias yviajeros

—Hizo usted alusión al comercio ya los mercaderes. Pero ¿cómo seprocedía en la Edad Media? ¿Cómo secompraba y vendía la comida, la ropay los demás productos desupervivencia?

—Hace un momento os decía que,entre los siglos XI y XII, el gran cambiode la Edad Media, se produjo unaumento de la producción agrícola (aldesbrozar los bosques y extender, así, lasuperficie cultivable): simultáneamente,el artesanado en las ciudades alcanzó ungran desarrollo. En consecuencia, lacantidad de productos que podíanvenderse e intercambiarse experimentó

un considerable incremento. Por talmotivo, se concentraron y multiplicaronlos lugares de concurrencia para laventa e intercambio de productos, ¡y fueasí como nacieron las «ferias»!

Las había en toda Europa. En lossiglos XII y XIII, las más frecuentadas ylas más célebres fueron las de laChampaña, donde se desarrollaban y seextendían a lo largo de todo el año, enProvins, Lagny, Troyes y Bar-sur-Aube.A un nivel menor, local o regional,también existían los «mercados», queeran grandes lugares de encuentro.

—¿Eran ferias «internacionales»?—Sí, por supuesto. Como con

seguridad sabéis, cuando uno va a otropaís debe tener, para poder comprarcualquier cosa, dinero de ese país, portanto, necesita «cambiar» su moneda.(Hasta hace poco, antes del euro, nuestramoneda europea común, había quecambiar sistemáticamente de monedacuando se pasaba de un país a otro.) Enla Edad Media, existían según loslugares, en el mismo país, monedas muydiferentes y, por esta razón, una de lasactividades de estas ferias consistía enfacilitar el cambio, con personasespecializadas y muy hábiles en estecomercio de dineros. Ahora bien, afinales de este período, algunosde estoscambistas de moneda, más afortunados o

más pillos que otros, se convirtieron en«banqueros». Y ¿por qué se les llamóasí? ¡Porque hacían sus tratos encima debancos! Al menos al comienzo, porque,desde luego, enseguida se construyeronedificios, los que serían los futurosbancos.

Aunque uno de los factores que másentorpecieron el progreso económico enesa época fue probablemente ladesmesurada cantidad de monedas queexistían.

—¿Significa esto que se viajabamucho en la Edad Media?

—¡Desde luego que sí!Contrariamente a una vieja idea bastante

extendida, de la que es necesariodesprenderse, los siervos estaban muypoco atados a la tierra («a la gleba»).Sobre todo en los señoríos, los cánonesque los señores recaudaban de loscampesinos —es decir, precisamente loscánones «feudales»— eran muygravosos. Los siervos se veían entoncesobligados a desplazarse a otros lugarespara probar fortuna. Pero, además deesta razón, como habréis podidocomprender después de todo lo quehemos dicho, en la Edad Media loshombres y las mujeres, por humildes quefueran, se encontraban frecuentemente encamino para cambiar de señorío o deciudad (porque pensaban que allí

encontrarían ventajas, vivirían mejor,etc.), para acudir a una feria o paradirigirse a un lugar de peregrinación.

Los hombres y las mujeres eran«itinerantes», se desplazaban. Y esto estan cierto para los clérigos como paralos laicos, a pesar del relativoconfinamiento de los monjes y lasreligiosas en sus monasterios. Inclusome atrevería a decir que se desplazabantanto más en la medida en que la religióncristiana enseña a sus fieles que elhombre es un transeúnte en la tierra (enlatín: homo viator), un viajero, unhombre que está en camino. Esta idea nofue nunca más cierta que en la EdadMedia.

Los pobres. Hambrunas,enfermedades y epidemias

—Usted ha hablado en variasocasiones de los «progresos» que seprodujeron en los siglos XI, XII y XIII.Pero, a pesar de todo, una de lasimágenes más persistentes entrenosotros es la de una Edad Mediapobre. ¿Es falsa?

—No, por desgracia. Las ciudadesde la Edad Media también estabanpobladas por numerosos pobres, y estapobreza es desde luego uno de lospuntos negros de lo que hemos llamado

al comienzo la «fea» Edad Media.

—¿Podía morirse uno de hambreen la Edad Media?

—Sí. A pesar de los progresos quese produjeron en los cultivos agrícolas ylos oficios alimentarios, la desigualdaden la alimentación entre ricos y pobres,entre señores y siervos era muy grande.Las hambrunas, que afectaban confrecuencia a las ciudades, no eran, sinembargo, raras en el campo, dondetambién había pobres. Se redujeron en elsiglo XIII, pero se recrudecieron en elsiglo XIV. Dar de comer a loshambrientos y a los pobres se convirtió,por otro lado, en uno de losmandamientos de la Iglesia: se impuso

en primer lugar a los clérigos, pero eratambién un deber para los señores y losricos y, no lo olvidemos, para los reyes.Fue ante todo en el campo de laalimentación, para hacer frente alhambre, donde la Edad Media se esforzóen desarrollar la caridad y lasolidaridad. Los clérigos consagraron elsentido tradicional de la palabra latinacaritas, que es «amor».

—¿Había entonces muchosmendigos?

—Sí, había muchos. Tan numerososeran que la mendicidad no siempre fuehumillante. En la Edad Media, estabamuy presente la imagen de un Jesús que

habría sido mendigo, y en el siglo XIII,cuando aparecieron en las ciudades losnuevos religiosos de los que ya hemoshablado (véanse las págs. 57-58), losdominicos y los franciscanos, se les dioel nombre de «órdenes mendicantes», loque, en aquella época, se entendía lamayoría de las veces como un elogio.

—Y ¿qué se hacía con losenfermos? ¿Cómo se les cuidaba?

—La manera de tratar a los enfermosera complicada. Durante mucho tiempo(de hecho durante toda la Edad Media eincluso después), se trataban sobre todocon remedios populares (es decir, confrecuencia mediante ritos mágicos:

gestos, frases, brebajes y «filtros»,bálsamos a los cuales se atribuía unpoder de curación). Reconozcámoslo: enlas regiones no cristianas, los hombres ylas mujeres que ofrecían estostratamientos se consideraban brujos ybrujas. En tierras cristianas, la brujeríaestaba prohibida (más adelantevolveremos sobre el tema), aunqueexistían «curanderos» cristianos aquienes Dios había otorgado un saber yno —por lo menos oficialmente— unpoder. Los más pudientes (señores yburgueses) eran atendidos a menudo pormédicos judíos, porque entre los judíosse había transmitido una medicina másculta procedente de la Antigüedad.

Pero incluso en esto, a partir delsiglo XIII, la medicina hizo grandesavances, y se creó la enseñanza de lamedicina en la Universidad. Fue asícomo hubo una facultad de Medicina enParís, aunque la mayor universidadmedieval en este terreno fue la deMontpellier.

—¿Todavía no había hospitales?—Sí. También en esta época (el

siglo XIII), la Iglesia y, másconcretamente, algunas órdenesreligiosas construyeron los primeroshospitales, que se llamaron «hoteles deDios». Hay dos ciudades,especialmente, en las que todavía se

puede ver lo que queda de ellos: enBeaune, en Borgoña (que data del sigloXV), y en Siena, en Italia. En París,todavía queda, en la Île de la Cité, unhospital plenamente activo que lleva elnombre de «Hôtel-Dieu», pero susactuales edificaciones no se remontan ala Edad Media, sino que datan del sigloXIV.

—¿Cuáles fueron las «grandesenfermedades» de la Edad Media?

—Hasta el siglo XIV, hubo unaenfermedad muy expandida y muytemida: la lepra. Para los leprosos, seconstruyeron hospitales especializadosen las ciudades, las «leproserías»,

encomendadas a la protección de MaríaMagdalena, de ahí su nombre de «barriode la Magdalena» (en París o en Lille,por ejemplo). Como se creía que lalepra era contagiosa, los leprosos quetraspasaban sus muros tenían que agitaruna matraca, las «tablillas de sanLázaro», que producía un sonidocaracterístico. Sin duda, comoconsecuencia de los progresos de laalimentación y los cuidados de la piel,en el siglo XIV la lepra casi desapareciópor completo.

Entonces se propagó una terribleenfermedad, violentamente contagiosa:la peste negra. Fue traída de Oriente, deCrimea (al norte del mar Negro), por

marineros genoveses y se difundió casipor toda la cristiandad, conreincidencias irregulares pero bastantefrecuentes. La primera gran epidemia, en1348-1349, sorprendió a los cristianos:provocó la desaparición de familias yde conventos enteros. Luego se buscaronremedios, pero sobre todo se recurrió ala puesta en cuarentena de los apestados,procurando evitar todo contacto con losenfermos. En las ciudades, la poblaciónfue sometida a rigurosos reglamentoscontra la peste.

La mala alimentación era confrecuencia el origen de epidemias dedisentería, a menudo letales, sobre todopara los recién nacidos y los niños

pequeños. Quizás habréis oído decir quesan Luis murió frente a Túnez a causa dela peste en 1270. Es falso: murió dedisentería (o tifus).

CAPÍTULOV

Los poderosos

Los reyes, el papa y elemperador

—Todavía no ha hablado de unpersonaje: el rey…

—En efecto. En el sistema feudal,como hemos visto, los señores feudalesdetentaban casi todos los poderes, peropor encima de ellos había gente más

poderosa que, a partir sobre todo delsiglo XIII, lo acapararon en gran parte:fueron los reyes.

La aparición de los reyes fue unagran novedad en Occidente (que es,como sabéis, la parte «oeste» delmundo, ya que Oriente, o «Levante»,visto desde Roma o Europa, están aleste). Los orígenes de la realeza enEuropa se remontan a los siglos V y VI.Así, los francos tuvieron reyes, yClodoveo fue el más famoso de ellos;los godos también los tuvieron, y el máscélebre fue Teodorico, que tenía su sedeen Rávena, en Italia… Los reyes serodearon de consejeros para ocuparsede los asuntos de su reino: eran lo que

ahora se llama «altos funcionarios».

—¿Cómo se llegaba a ser rey?—De dos formas: o por elección o

por nacimiento. Así, Hugo Capeto, elprimero de los reyes «Capetos», fueelegido por sus pares (sus semejantes,los demás señores) en el año 987. Perola tendencia principal fue garantizar lasucesión de los reyes por nacimiento, esdecir, mediante la creación de dinastías(familias reales, si lo preferís), y, engeneral, el sucesor del rey era su hijoprimogénito. Por ejemplo, en Francia sedio la dinastía de los Capetos a partirdel siglo X, y luego la de los Valois apartir de Felipe VI, a comienzos del

siglo XIV. En algunos reinos, las mujerespodían convertirse en «reyes»: la reinano gozaba más que de una posición deprestigio, y a veces de influencia comomadre o esposa del rey.

—Pero ¿no se necesitaba tambiénser «consagrado» rey?

—Sí, pero tenéis que daros cuentade la diferencia con el emperadorromano. En Roma, se rendía culto alemperador, es decir, se le venerabacomo a una especie de dios o dedemiurgo, mientras que a los reyes no seles rendía culto. Sin embargo, la«función real» también tenía un caráctersagrado, que algunos reyes imponían

como resultado de la ceremoniareligiosa de entronización que seproducía al comienzo de su reinado. Enefecto, los reyes de Francia se hacíanconsagrar, o iban a recibir laconsagración, en la catedral de Reims,en conmemoración del bautismo deClodoveo en ese mismo templo,mientras que los reyes de Inglaterra eranconsagrados en la catedral deWestminster en Londres.

—¿En qué se diferenciaban losemperadores y los reyes?

—En que fue una multiplicidad dereyes, cada uno al frente de un reino, laque sustituyó al único emperador

romano. Hay que recordar que éstedirigía el Imperio romano como unmando único y que era designadoemperador por nacimiento, o bien por laaclamación de sus tropas. Su imagendejó una intensa impronta en lasmentalidades medievales.

—¡Precisamente por eso! ¿Elemperador Carlomagno pretendióacaso ser un nuevo emperadorromano?

—El rey de los francos, Carlos,llamado más tarde Carlomagno, Carlosel Grande, o Carolus Magnus en latín, seconvirtió en el más poderoso de losreyes cristianos y especuló

efectivamente con restablecer en subeneficio el prestigio y el territorio delos emperadores romanos. Los únicosque permanecieron al margen de suinfluencia directa fueron los reyesanglosajones. Contaba con el respaldode la Iglesia, que se había vuelto unaespecie de monarquía que tenía al frenteal obispo de Roma, a quien se le habíaotorgado el nombre de papa, es decir, de«padre». Con la complicidad de esteúltimo, Carlos fue consagradoemperador en Roma en las Navidadesdel año 800. Pero no hay que exagerar,tal como se ha venido haciendo, laimportancia de este acontecimiento.Desde luego, Carlomagno se volvió a lo

largo de la Edad Media un personaje deleyenda, pero sus sucesores no seconsolidaron como emperadores. ¿Porqué? Sin duda porque el ideal deCarlomagno no se situaba en el futuro,sino en el pasado, en la Antigüedad.Carecía de una visión auténticamenteeuropea, que excluía a los anglosajonesdel territorio que proyectaba para elImperio: Carlomagno fue sobre todo unpatriota franco y carecía de una visiónmucho más amplia que el «país de losfrancos» y sus conquistas. Pero seamosjustos: fue un gran protector de las artesy las letras, que se rodeó de sabiosprocedentes de toda la cristiandad, yfavoreció también la educación de los

nobles personajes que le servían…¿Sabíais que a finales del siglo XIX,cuando se instauró la escuela pública yobligatoria, se remontó su origen aCarlomagno? Pero, por supuesto, es sólouna leyenda.

—¿En qué se distinguían los reyesde los señores?

—Sobre todo mediante los símbolosreales: la mayoría de las veces era untrono, una corona, una vara llamada«cetro» y, en algunos casos, una «manode justicia» (una mano abierta fijada enel extremo de un mango), porque lajusticia era una de sus grandesprerrogativas, una de las funciones

reservadas a la realeza y también a laIglesia. Generalmente, los reyesgobernaban directamente un territoriobastante reducido, el «dominio real», enel que eran soberanos, e indirectamentereinaban sobre los territorios de losseñores, donde éstos ejercían susoberanía feudal. Otra de sus potestadesconsistía en mantener la paz.

—Los reyes, ¿tenían entonces yauna corte?

—No, pero a partir del siglo XIII, ysobre todo del XIV, los reyes,especialmente en Francia, se rodearonde hombres que podían ayudarles aconstruir el Estado real, monárquico,

que fue el origen de ese poder públicosupremo que actualmente llamamos«Estado». En el Estado todavía nacientede la Edad Media, los reyes fueron antetodo prestigiosos «cabecillas»secundados por un equipo deconsejeros: tal fue el caso de Fernando Ide Castilla, el Grande (1035-1065), deLuis VII en Francia (1137-1180) y deEnrique II en Inglaterra (1154-1189). Apartir del siglo XIII, también hubodiferentes asambleas, que los reyesconsultaban, por ejemplo en lo referentea las finanzas y a la justicia. Pero no hayque imaginarse un gobierno conministros y una «administración»desplegada por todo el reino.

—Los reyes, ¿ejercían realmenteel gobierno?

—Se esperaba de los reyes que seocuparan de los asuntos del reino, quesólo lentamente fue convirtiéndose en unEstado dotado de instituciones estables(leyes, impuestos, asambleas,funcionarios). Ahora bien, en el sigloVIII, la gente consideró que los reyes nocumplían su trabajo y los llamaron«reyes holgazanes». En todo caso, ésefue el pretexto que arguyeron en Francialos miembros de una nueva dinastía,cuyo jefe fue Pipino el Breve, padre deCarlomagno, para expulsar del trono a ladinastía precedente, la de los

Merovingios (es decir, la que tenía suorigen en un rey franco llamadoMeroveo), y reemplazarla por la que sedesignó con el nombre de Carolingios.

—¿Tenían ejército los reyes de laEdad Media?

—Sí, los reyes eran «jefesmilitares». La mayoría de las veces, elejército real se formaba para cadaguerra, en la primavera. Este ejércitoestaba constituido, por una parte, porsoldados que dependían del rey yprocedían de los dominios reales y, porotra, por mercenarios, es decir, porsoldados extranjeros a los que el reypagaba una «soldada». Pero en las

grandes ocasiones los reyes dirigían unejército que se podía llamar «nacional»,compuesto por soldados reclutados entodo el reino. Fue lo que hizo, acomienzos del siglo XIII, el rey deFrancia Felipe Augusto con ocasión dela batalla de Bouvines, en 1214. No fuehasta el siglo XV cuando los reyes deFrancia constituyeron un ejércitopermanente.

—Una última pregunta: ¿cómo seconvirtió la ciudad de París en la sededel rey y la capital de los francos?

—En algunos países, los reyesprocuraron residir en la medida de loposible en una ciudad, que desde

entonces se consideraba la «cabeza» delreino, es decir, la capital (del latíncaput, «cabeza»). En Francia, Clodoveohizo de París su capital, aunque laciudad no siguiera siéndolo por muchotiempo: así, Carlomagno estableció sucapital en Aix-la-Chapelle, una ciudadde Alemania, que dejó de serlo a su vezdespués de su reinado. En cambio,Londres se puede considerar la capitalde Inglaterra desde Guillermo elConquistador, en el siglo XI. En Francia,tras un largo titubeo entre París yOrleans, la capital entre los siglos XII yXV fue París, y no volvería a serloluego, aunque por poco tiempo, hasta elsiglo XVI: en efecto, el rey Luis XIV se

estableció, durante la segunda mitad delsiglo XVII, en Versalles.

En España, los reyes de Castillacambiaron también varias veces decapital: a finales del siglo XI, fueToledo, que había sido reconquistada alos musulmanes, y sólo en el siglo XVIcrearon Madrid.

En Italia, entonces, no había capital,porque el papa siguió instalado la mayorparte del tiempo en Roma. TampocoAlemania tuvo capital, hasta que, apartir del siglo XII, los príncipesalemanes eligieron un emperador enFráncfort del Meno.

—Sin embargo, da la impresión de

que, por encima de los reyes, habíapersonajes más importantes, que aveces se enfrentaban entre ellos.

—Sí. En la cúspide de la sociedadestaban el papa y el emperador, dospersonajes teóricamente más poderososque los demás. El papa estaba al frentede la Iglesia y era realmente su jefe,como un monarca. El emperador era másun «jefe» prestigioso que una figura conautoridad real. Teóricamente, estaba porencima de los reyes, los príncipes y lasciudades, pero apenas se le prestabaobediencia, y, a partir del siglo X, suautoridad apenas se extendía más alládel Sacro Imperio Romano Germánico,es decir, de Alemania e Italia.

—Pero ¿por qué se enfrentaban?—Las «crónicas» (relatos de los

acontecimientos en orden cronológico)están plagadas de disputas entre lospapas y los emperadores, en particular apropósito del nombramiento de losobispos. Pero estos conflictos, queocuparon el primer plano, encubrían laverdadera realidad, la que influía dehecho en la evolución de la sociedad yque se desarrollaba más bien entrebastidores o al fondo del escenario: enlas monarquías, los señoríos feudales ylas ciudades. Tras la muerte de EnriqueVII en Pisa, en 1313, el emperador sóloconservó su autoridad en Alemania. Los

papas eran elegidos por un colegio decardenales (durante un «cónclave»)designados por sus predecesores; y losemperadores, por príncipes alemanesespeciales, los llamados «príncipeselectores».

CAPÍTULOVI

La religión y launidad de Europa

La cristiandad losherejes y los judíos,

las Cruzadas

La cristiandad

—En la Edad Media, todos lospaíses de Europa eran cristianos, y eljefe de los cristianos era el papa, queresidía en Roma. La gente, ¿tenía yaconciencia de esta unidad?

—Aproximadamente a partir delsiglo XI, los cristianos organizaron encomún expediciones contra losmusulmanes en Palestina parareconquistar los «Santos Lugares»,donde Cristo había muerto y resucitado.Fueron las Cruzadas, que tuvieron lugarentre 1095 y 1291, fecha de la caída delúltimo bastión cristiano en Palestina,San Juan de Acre. Los hombres y lasmujeres de la Edad Media tuvieron

entonces el sentimiento de pertenecer aun mismo conjunto de instituciones,creencias y costumbres: la cristiandad.Pero es imprescindible retener losiguiente: contrariamente a los otros dos«monoteísmos», el judío y el musulmán(los monoteísmos son religiones quecreen en un solo dios, que es un diostodopoderoso), los cristianos repartíanel poder ejercido en la tierra entre, poruna parte, la Iglesia (el llamado poder«espiritual») y, por otra, los jefes laicos(el llamado poder «temporal»), o sea,entre el papa, por un lado, y losemperadores y los reyes, por otro.

—¿Por qué los cristianos

establecían esta distinción?—Porque figura en el libro sagrado

de los cristianos, los Evangelios, dondeJesús determina que se dé a Dios lo quees de Dios, y al César, es decir, a losmandatarios laicos, lo que es del César(el gobierno del país, el ejército, losimpuestos, etc.). Esta distinciónimpedirá que los europeos surgidos dela cristiandad concedan todos lospoderes a Dios y a los clérigos y vivanen lo que se llama una «teocracia» (queson los países en los que el poder es deDios). Y será lo que les permita, a partirdel siglo XIX, fundar las democracias (elpoder viene del pueblo).

—Pero ¿cuáles eran los poderes dela Iglesia en la Edad Media?

—Eran enormes. Recaudabaimportantes cánones, o impuestos, atodos los cristianos. Algunos casos yalgunos juicios, en especial los queconcernían al matrimonio, se confiabana los tribunales eclesiásticos (tribunalescuyos jueces eran clérigos designadospor los obispos). Aún más importante:cuando un rey o un poderoso cristianomostraba su desobediencia a la Iglesia,es decir, a Dios, el papa podía«excomulgarlo», expulsarlo de laIglesia, e incluso prohibir a sus súbditosel acceso a los sacramentos. Por tanto,

ya no podía haber bautizos, nicomuniones, ni perdón de los pecados,ni bodas, ni extremaunciones (que es elsacramento que se administra a losmoribundos), y era una medida muyperturbadora para los excomulgados,porque debo recordar que, en la EdadMedia, todo el mundo era muy creyente.

¿Cómo ser un «buen»cristiano?

—Dios, Cristo, Jesús, la Virgen…

eran muchas personas. ¿Podría usteddecirnos algo del Dios en el que secreía en la Edad Media?

—Se creía en un solo Dios, queestaba formado por tres personas —tresfiguras diferentes, si lo preferís—, loque se llama la «Santísima Trinidad».Eran Dios Padre, Dios Hijo (Jesucristo)y el Espíritu Santo. Los cristianosinvocaban a uno u otro en función de susplegarias. Para ellos, Dios Padre era encierto modo el comandante en jefe, untanto lejano y también un juez severo;Jesús, al contrario, era el supremointercesor de todo el mundo, y elEspíritu Santo concedía a los individuosy a los grupos religiosos (las

«cofradías») la devoción, la piedad y lagracia que les permitía alcanzar lasalvación, es decir, la vida eterna en elmás allá.

Ya os he hablado de los«sacramentos», que son para loscristianos los signos de su pertenencia ala Iglesia. El más importante era elbautismo, porque convertía a quienes lorecibían en cristianos y los facultabapara obtener la salvación.

—¿Qué era lo que hacía dealguien un «buen» cristiano?

—El buen cristiano tenía que llevara cabo un determinado número de actos:rezar a Dios todos los días, comulgar, es

decir, recibir el cuerpo de Cristomediante la hostia (pan consagrado porel sacerdote durante la misa), una vez alaño, y en general abstenerse de cometerfaltas o «pecados», definidos por laIglesia y enseñados por ella durante lainstrucción religiosa impartida a losniños en la «catequesis». Precisamentea propósito de las culpas o los pecadosme gustaría destacar que, a partir delsiglo XIII, un sacramento adquirió unaimportancia especial: la confesiónpersonal de las propias culpas. Almenos una vez al año, el cristiano debíaconfesarlas ante un sacerdote,representante de Dios, y, salvo casosexcepcionales (si el pecado parecía

desmesurado), el penitente recibía laabsolución, es decir, la supresión de lospecados cometidos, al término de suconfesión. La finalidad que la Iglesiaproponía a los cristianos, mediante laabsolución de las culpas, era lasalvación, esto es, la vida eterna en elparaíso.

Sin embargo, las personas quemorían sin haberse confesado o quehabían cometido pecados enormes eimperdonables serían, durante el JuicioFinal, arrojados por Dios al infierno,donde padecerían los tormentos deSatanás y los demonios.

—En los cuadros que nos

enseñaron del Juicio Final puedenverse también clérigos, especialmenteobispos y monjes, arrojados a lasllamas.

—Por supuesto. El diablo podíahacer que todos los hombres, clérigos ylaicos, sucumbieran a los pecadosmortales. A lo largo de su vida, todoslos cristianos, clérigos y laicos, debíandesconfiar del demonio y combatir aldiablo (el demonio y el diablo son lamisma cosa), porque este últimointentaba arrastrarlos al pecado y hacerque fueran condenados al infierno,convertirlos en «condenados». Para loshombres y las mujeres de la EdadMedia, el diablo era el gran enemigo, y

en este sentido hay que decir quetambién formaba parte de los grandes«personajes» de este período.

—Y tras la muerte, ¿estaba elinfierno o bien el paraíso? ¿No existíaningún estado intermedio o un tercerlugar?

—Sí. A partir de finales del sigloXII, la Iglesia instituyó, para el lapso detiempo comprendido entre la muerteindividual y el Juicio Final, un lugar deespera para los cristianos que no habían«expiado» completamente sus pecadosantes de morir. Allí los «purgaban»definitivamente mediante penasespeciales, un poco parecidas a las del

infierno, y podían ser liberados graciasa las oraciones, las limosnas y las misasde sus parientes y amigos quepermanecían en la tierra, y gracias a laIglesia.

—Dijo usted hace poco que Jesúsera el «intercesor» de la gente de laEdad Media. Anteriormente tambiénhabló de la importancia de la Virgen.

—Efectivamente. A partir del sigloXII aproximadamente dos formas dedevoción cobraron una particularimportancia en toda la cristiandad. Lapiedad hacia Jesucristo, hijo de Dios, seexpresó sobre todo mediante ladevoción por los sufrimientos que

padeció durante su existencia terrenal, yen concreto por el tormento de lacrucifixión. Esta devoción semanifestaba mediante oraciones dearrepentimiento ante las imágenes deJesús en la cruz, del Crucificado.

La otra gran devoción, de la que yahemos hablado, fue el culto a la madrede Cristo, la Virgen María, que la fecristiana se representó como nacida sinhaber sido mancillada por el pecadooriginal, al contrario que el resto de lasmujeres y los hombres, y habiendoascendido directamente al cielo despuésde su muerte. María fue el objeto defrecuentes y fervorosas plegarias. Losfieles estaban convencidos de que ella

era atendida solícitamente por su hijocuando se erigía en abogada de unpecador o un enfermo, razón por la cualse puede incluso considerar que fuepromovida por el pueblo cristiano a unaespecie de estatuto divino. Pero,oficialmente, la Iglesia no aprobaba estaidea de que María pudiese ser la«cuarta persona» de la Trinidad (sinánimo de ofender a nadie, esta situaciónhace pensar en los «tres mosqueteros»,que en realidad eran cuatro…).

—Usted acaba de decir: «la Iglesiano aprobaba…». ¿Acaso pretendíaintervenir en la vida de la gente?

—Sí. Cuando decimos «Iglesia»

incluimos desde luego a todos loscristianos, aunque esta palabra tenga amenudo un sentido más restringido y seaplique entonces concretamente a la«jerarquía eclesiástica»: el papa, loscardenales —que eran en cierto sentidola «corte» del papa—, los obispos y lossacerdotes, sobre todo los que dirigíanuna parroquia y se llamaban «curas».Como respuesta a tu pregunta, hay quedecir que esta jerarquía, desde el papaen la cima hasta los curas en la base,inspiraba y controlaba la vida religiosade los hombres y las mujeres de la EdadMedia. Les exigía rezar a Diospermanentemente y con tesón, recibir lossacramentos y participar en las fiestas

religiosas cuyo calendario organizaba.Las tres fiestas mayores eran la

Navidad, la Pascua de Resurrección y lade Pentecostés. Pero los mandamientosde la Iglesia eran muy amplios. Eraobligatorio asistir a misa al menos eldomingo y guardar reposo ese mismodía. (Entre los judíos, el día de descansoes el sábado, porque la Biblia dice queese día, el séptimo, Dios descansódespués de haber creado el mundo y alhombre; entre los musulmanes, es elviernes, pero eran muy pocos fuera deEspaña y Portugal, que se separó deEspaña en el siglo XIII. Los cristianostrasladaron este «descanso del séptimodía» al domingo —que era, de hecho, el

primer día de la semana—, enconmemoración de la resurrección deCristo ese día.)

Otra obligación impuesta a loscristianos era el ayuno (había que comerpoco o menos de lo habitual) y laabstinencia (privarse de comer carne) enmomentos precisos: los viernes, enrecuerdo de la muerte terrenal de Cristoen la cruz, también durante el período decuarenta días que precede a la Pascua deResurrección y que se llama tiempo de«cuaresma», así como algunos otrosdías señalados. Digamos que,globalmente, la celebración de lasfiestas religiosas, mediante laparticipación en la liturgia (es decir, en

los oficios, ceremonias y plegarias de laIglesia), era más o menos obligatoria.

Los herejes y los judios

—Y ¿qué pasaba si no seobedecía?

—Hay que distinguir entre lasdesobediencias puntuales y lasdiscrepancias profundas o los rechazosostensibles. Las primeras, las que eranecesario confesar, las que acarreabanla excomunión —de la que ya hemos

hablado—, podían ser rápidamentedispensadas mediante elarrepentimiento. Las otrasdesobediencias eran severamentecondenadas y reprimidas por la Iglesia,normalmente ayudada por el poderlaico.

A estos insumisos se les llamaba«herejes», y fueron los grandesadversarios internos de la cristiandad enla Edad Media. En el siglo XIII, laIglesia instituyó tribunales especialespara perseguirlos y juzgarlos: así fuecomo nació la «Inquisición». Loscondenados por estos tribunales eranentregados al «brazo secular», es decir,a la «policía» del poder laico, que

ejecutaba la sentencia: o la prisiónperpetua o la muerte en la hoguera.

—¿Hubo herejes en toda Europa?—Sí, pero en los siglos XIII y XIV

fueron especialmente numerosos enAlemania, en el sur de Francia y en elnorte de Italia. En estas regiones, laInquisición condenó y llevó a la hogueraa muchos. Pero los más conocidosfueron los «cátaros», de los que quizáya habéis oído hablar. Es una palabraque significa «puros». Los cátaroshabían creado comunidades en elsuroeste de Francia, en la región deToulouse, de Albi… Estos herejespensaban que sólo ellos estaban

desprovistos de pecado y que la Iglesiaera incapaz de purificar de sus pecadosa los cristianos ordinarios, «no puros».La Iglesia dirigió una Cruzada contraestos herejes del sur de Francia acomienzos del siglo XIII: la Cruzadacontra los albigenses (es famosa la tomadel castillo cátaro de Montsegur, cuyosdefensores murieron en la hoguera).

—¿También se perseguía a losjudíos en la Edad Media?

—Sí, pero su caso era diferente alde los herejes. Desde su aparición, laIglesia manifestó una hostilidad absolutacon respecto a estos últimos, mientrasque durante mucho tiempo mantuvo una

actitud más matizada hacia los judíos.Estos eran numerosos en la cristiandadporque, vencidos y expulsados por losromanos, se vieron obligados aabandonar Palestina desde laAntigüedad, a partir del siglo II d. C.

Los judíos no obedecían a la Iglesiay no compartían la fe cristiana, ya que senegaban a considerar a Jesús, a Cristo,como hijo de Dios. Sin embargo, no eranun cuerpo totalmente extraño en lacristiandad. Efectivamente, Cristo habíasurgido del judaísmo; Jesús era judío. Y,en consecuencia, los judíos eranconsiderados más como atrasados quecomo enemigos.

—Y, sin embargo, en la EdadMedia, ¡los cristianos no los trataroncon muchos miramientos!

—En efecto. Conforme progresabala cristiandad, los judíos fueron siendocada vez más excluidos, y elantijudaísmo, primera etapa delantisemitismo —que es el nombre que sele da al odio a los judíos—, ganóterreno. En cualquier caso, la Iglesia ylos cristianos no se ensañaron con ellosmás que a partir de las Cruzadas: fue enese momento cuando se les hizoculpables de la crucifixión de Jesús,cuando se les acusó de ser «deicidas»,«asesinos de Dios». A partir del siglo

XII, se les imputó a los judíos crímenesfalsos, como el de profanar la hostia (esdecir, mancillar una hostia santa,consagrada, convertida en el cuerpo deCristo) o el de matar niños cristianos(crimen de infanticidio). Como resultadode ello, se produjeron matanzascolectivas, «pogromos», cometidosprincipalmente por la gente del pueblo,porque los reyes e incluso los papas seinclinaban más bien a la protección delos judíos, aunque limitaran suslibertades y su poder. Así, se lesprohibió el cultivo de la tierra ydiversos oficios, lo que los impulsó avolverse prestamistas, hombres dedinero, y de este modo se alimentó

todavía más la hostilidad de loscristianos con respecto a ellos.

—¿Acaso no fueron expulsados losjudíos de varios países?

—Se dieron actitudes diferenteshacia ellos según los momentos. Pero,en efecto, aparte de los pogromos,algunos reinos recurrieron a laexpulsión: así sucedió en Inglaterra en elsiglo XIII, en Francia en el siglo XIV y, afinales del XV, en España.

Con la Inquisición y su represión delos herejes, el antijudaísmo fue el errormás grave de la Edad Media.

Las cruzadas

—¿No habría otro defecto o entodo caso, un episodio poco glorioso ycondenable: las Cruzadas?

—Sí, ésa es mi opinión, y la demucha gente en la actualidad. Elcristianismo tal como fue enseñado porJesús y el Nuevo Testamento (losEvangelios) era una religión pacífica.Entre los primeros cristianos, muchosfueron perseguidos por los romanosporque no querían ir a la guerra. Pero, amedida que se iban convirtiendo alcristianismo, los bárbaros fueronintroduciendo en él sus costumbres

guerreras. Se creyó que la fe podía ydebía imponerse a veces por la fuerza,no mediante las misiones y lapredicación. Y estaba también elejemplo de los musulmanes, queconquistaron España en el siglo IX y aquienes el Corán enseñaba, en algunosversículos, que para llevar adelante latarea de conversión podía recurrirse a laguerra: era el principio de la yihad (la«guerra santa») militar. También laEuropa cristiana se entregó a la guerrareligiosa a partir del siglo XI.

—Y ¿se hicieron para recuperarlos Santos Lugares donde había vividoJesús?

—Sí, pero ya antes se habíapropuesto retomar por la fuerza Españaa los musulmanes, que a su vez la habíanconquistado por la fuerza: fue laReconquista. Luego, en efecto, loscristianos quisieron arrebatarlesPalestina, y sobre todo Jerusalén, dondese encontraba la tumba de Cristo (losjefes musulmanes prohibieron, enalgunas épocas, que los cristianosacudieran en peregrinación a los SantosLugares cristianos y visitaran lo queellos llamaban el «Santo Sepulcro», esdecir, la «Sagrada Tumba» de Cristo).

A finales del siglo XI, el papado sevolcó en la predicación de una granexpedición cristiana, con la esperanza

de que eso lo pusiera definitivamente alfrente de la cristiandad e impidiera quelos cristianos lucharan y se mataranentre ellos. Fue la primera «Cruzada»,que desplazó a Palestina a muchos milesde cristianos atraídos por dos objetivos:el servicio de la fe y también el deseode entregarse al pillaje y la conquista.Es difícil distinguir bien entre los dos enmuchos cruzados.

—En cualquier caso, consiguieronsu objetivo: tomar Jerusalén…

—En efecto. Una primera Cruzada,predicada por el papa en 1095 y que secaracterizó, a su paso, por numerosospillajes y matanzas, logró en 1099

conquistar Jerusalén en medio de unbaño de sangre… A continuación, losmusulmanes lanzaron numerosasofensivas contra los cristianos quehabían fundado Estados cristianos enTierra Santa. Hubo un total de sieteCruzadas, algunas dirigidas por reyes(Felipe Augusto, por parte de Francia, yRicardo Corazón de León, por parte deInglaterra, por ejemplo) y otras por losemperadores germánicos FedericoBarbarroja y Federico II. Luis IX (sanLuis) capitaneó, en el siglo XIII, dosCruzadas, una en Egipto y otra en Túnez,frente a cuya capital murió pordisentería en 1270.

Los cristianos ya habían padecido

numerosas derrotas en Palestina,especialmente ante el jefe musulmánkurdo Saladino, durante el siglo XII.Finalmente, tuvieron que evacuar laúltima posesión cristiana, San Juan deAcre, en 1291. A partir de entonces, laCruzada no fue ya más que un sueñoentre los cristianos.

—El balance de las Cruzadas es,por tanto, muy negativo…

—En cualquier caso, ¡no dejaronnada de positivo! Fueron muy costosasen medios y vidas humanas, y suscitaronfuertes rencores en los musulmanes, quesiguen vivos en la actualidad.

CAPÍTULOVII

El imaginarioreligioso de la Edad

Media

Ángeles y demonios,santas y santos, lo

maravilloso, dragonesy hadas

—Al escucharle, uno tiene laimpresión de que en la Edad Media lagente vivía constantemente inmersa enla religión y las imágenes religiosas.

—Sí, es así. En la cristiandadmedieval, se apelaba con facilidad a lacreencia en el más allá. Dios y lospersonajes sobrenaturales estaban muypresentes en la vida cotidiana. Lareligión cristiana excitabapoderosamente la imaginación de loshombres y las mujeres, y produjo un«imaginario» propiamente cristiano, esdecir, un mundo de imágenes y desímbolos que marcarían a Europa pormucho tiempo. Se pensaba, por ejemplo,que el cielo estaba habitado no sólo por

Dios y la Virgen María, sino tambiénpor seres sobrenaturales, unos buenos yotros malos.

Ángeles y demonios

—¿Se refiere usted a los santos?—No, porque los santos que están en

el cielo son todos justos y siguen siendohombres y mujeres. Me refiero a losbuenos y malos ángeles. Tal como cuentala Biblia, al comienzo de todo, cuandoDios creó el cielo y la tierra así como a

los dos primeros seres humanos, Adán yEva, sólo estaba rodeado por servidoresabsolutamente puros, los ángeles, cuyapureza se simbolizaba mediante lablancura resplandeciente de suvestidura. Luego, cuando los sereshumanos cayeron en el pecado (unpecado que se llama «original»), unaparte de los ángeles se rebeló contraDios bajo el mando del más brillante detodos ellos, llamado Lucifer (el«portador de luz»), Y fueron expulsadosdel cielo para ir al infierno. A partir deese momento, el cielo estuvo pobladopor ángeles buenos y el infierno pordemonios malos. Se creía que losángeles y los demonios (llamados

también diablos) venían con frecuenciaa la tierra. Los primeros ayudaban a loshombres a combatir el pecado. Por otraparte, Dios asignaba a cada cristiano unángel protector: el ángel de la guarda.Hay que añadir que, entre los buenosángeles que permanecieron en el cielo,algunos eran superiores a los otros,como los «Tronos», las«Dominaciones» y las «Potestades».También había «arcángeles», comoMiguel, Gabriel y Rafael. Los teólogosde la Edad Media, es decir, los sabiosespecialistas en la religión cristiana ylas cosas divinas, establecieron toda unaclasificación, una jerarquía entre losángeles, que se volvió a su vez un

modelo para las jerarquías y los rangosentre los seres humanos en la tierra. Eljefe de los demonios, llamado Satanás,aparece en los Evangelios tentando alpropio Jesús para hacerle caer en elpecado. En la Edad Media, a Satanás sele llamaba el «Diablo».

—Y ¿cuál era la función de losdemonios?

—Descendían a la tierra paraseducir a los hombres y arrastrarlos alpecado. Según el imaginario medieval,asaltaban especialmente a las mujeres.Por este motivo, las mujeres encontraronen el mundo sobrenatural, a la vez,aliados para la promoción de su

igualdad con respecto a los hombres (laschicas tenían un ángel de la guarda,exactamente igual que los chicos) yenemigos que justificaban la condiciónmás o menos inferior en la que a menudose encontraban relegadas.

—Nos cuesta trabajo entendercómo los ángeles y los demoniospodían tener tanta importancia en lavida cotidiana…

—Bueno, tenéis que imaginaros alos hombres y las mujeres de la EdadMedia atrapados en el torbellino de lascohortes celestiales, debatiéndose enmedio de ángeles compasivos ydemonios hostiles. Porque debéis

representároslos de un modo parecido aalgunos seres humanos de las películas ylos cómics de ciencia ficción, que sebenefician de la ayuda de personajesfantásticos y extraterrestres o, sobretodo, son víctimas de sus agresiones.

—¿Tiene eso algo que ver con quela gente de la Edad Media tuvieramiedo?

—El miedo al diablo y a losdemonios era grande, pero lo eratodavía más el miedo al infierno. Sinembargo, la gente de la Edad Mediadisfrutaba de la alegría y la felicidad,especialmente gracias a la oración. Y noignoraban los placeres más terrenales.

También podía inspirar terror lanaturaleza, principalmente los bosques yel mar.

Santas y santos

—Y ¿qué es lo que aportaban lassantas y los santos a ese mundopoblado por ángeles y demonios?

—Los santos y las santas fueron uninvento cristiano. ¿Cuál fue su origen?Se creía que algunas mujeres y algunoshombres, gracias a su excepcional

devoción y a su comportamientocaritativo, podían acceder a una especiede rango intermedio entre los ángeles ylos seres humanos. Para que fructificarasu devoción y como recompensa por susvirtudes, Dios los convirtió en susmensajeros ante los seres humanos. Hizoque obraran milagros, ante todo enforma de extraordinarias curacionespara casos de enfermedades que sejuzgaban incurables o en situacionesdesesperadas, como naufragios,incendios y todo tipo de desgracias. Seconsideraba que los santos eran unosintercesores benévolos y benéficos anteDios. Y por eso fueron también objetode culto, es decir, se los veneró, se les

dirigieron plegarias… Pero su virtud ysu poder no procedían de ellos mismos:no eran más que los delegados de Dios.Sólo él podía obrar milagros, y loscristianos no debían divinizar a lossantos. El culto que se les dedicaba, laveneración que se tenía por ellos, era,pues, inferior al culto debido a Dios.

—Pero, para la gente, ¡después detodo, eran ellos, los santos, quieneshacían los milagros!

—Sí, aunque sus milagros ponían demanifiesto en primer lugar el poder deDios, capaz de actuar en contra de lasleyes de la naturaleza. Tengo querecordaros que, para los cristianos de la

Edad Media (e incluso en la actualidad),era Dios mismo quien había creado lanaturaleza e instituido sus leyes. Secreía que éste era el motivo de quelimitara la cantidad y la frecuencia delos milagros. Pero tenéis razón: la gentepodía olvidar a Dios y ver sobre todo elpoder delegado de los santos. Parareafirmar que era Dios quien realizabalos milagros y fijaba su número, laIglesia decidió, en el siglo XIII, que lossantos y las santas sólo podrían obrarmilagros después de su muerte, lo quelos diferenciaba de los brujos paganos.Primero localizó los milagros cerca desus tumbas, pero a continuación los«deslocalizó»: los santos fueron

capaces de obrar milagros en cualquierlugar siempre que Dios tuviera a bienacceder a los ruegos de quienes losinvocaban.

—Con todo, hay santos másconocidos que otros…

—En efecto. La forma que tenían deinterceder ante Dios desembocó tambiénen una especie de jerarquía entre lospropios santos: los grandes santos erancapaces de obrar todo tipo de milagros,mientras que los otros sólo losrealizaban en un lugar determinado,especialmente cerca de su tumba. Apartede Jesús, únicamente la Virgen podíahacer todos los milagros, lo que

reforzaba su carácter divino.

Lo maravilloso cristiano

—Pero con todos estos ángeles ydemonios, todos estos santos, todosestos seres sobrenaturales quepoblaban la imaginación de loscristianos, ¿qué era entonces lo quelos diferenciaba de los paganos?

—Es una buena pregunta. ¿Quéactitud tuvo la Iglesia frente a lospaganos? Combatió el «paganismo»

principalmente de dos maneras: bienmediante la destrucción de los objetosde culto paganos (estatuas, altares…),bien mediante su «cristianización». Porejemplo, los paganos solían venerar losárboles y las fuentes: la Iglesia taló losprimeros, y la mayoría de los árbolesadorados por los paganos desapareció.Fue una época intolerante (ya hemoshablado de ello), en la que no se hacíanconcesiones al enemigo. Uno de losmayores destructores de árbolessagrados paganos fue también uno de lossantos más grandes de comienzos de laEdad Media: san Martín de Tours, quetambién fue un modelo de caridad. Cortósu capa en dos y le dio la mitad a un

pobre que andaba casi desnudo. ¿Nohabría podido dársela entera? El repartoes un grado de la caridad, pero ¡más altoes el de la donación!

—Y ¿qué hizo con las fuentes?—Fueron más bien

«cristianizadas». Se reparó que su aguano era desde luego agua sagrada, peroque a pesar de todo era benefactora apartir del momento en que un santo lahabía bendecido. Por eso muchascapillas cristianas dedicadas a lossantos están construidas en la cercaníade una fuente cristianizada. Sin embargo,el imaginario pagano sobrevivió bajonumerosos aspectos, especialmente

cuando adoptaba formas seductoras. Fuede ese modo como el universo medievalsiguió estando poblado, por ejemplo,por monstruos, sobre todo monstruosalados: los dragones. Además,paralelamente a los santos, el pueblocristiano de la Edad Media siguióvenerando a mujeres dotadas de poderessobrenaturales excepcionales y quesolían distinguirse por su belleza: lashadas, como Melusina o Viviana. Losenanos y los gigantes también causabanmucha impresión y podían ser buenos (elenano Olerón, el gigante san Cristóbal)o malos.

—Pero ¿cómo reaccionó a eso la

Iglesia?—Encontró una palabra para

designar este imaginario pagano y aestos seres que no eran decididamentemalos: lo «maravilloso». Desde luego,lo maravilloso era inferior al milagro:carecía de su carácter sagrado,religioso. En cambio, conservaba laidea de una realidad sobrenatural, que lamayoría de las veces era invisible, peropodía dar lugar también a apariciones,igual que las de los ángeles y losdemonios.

—¿Nos podría poner un ejemplo?—Sí. Hay un ser maravilloso que

muestra perfectamente la tendencia a

asimilar el imaginario pagano en elimaginario cristiano: es el unicornio, unser fabuloso inventado por los sabios dela Antigüedad, que lo caracterizabancomo un animal dotado de un largo yúnico cuerno. Ahora bien, los cristianosatribuyeron al unicornio poderesrelacionados con Cristo. Se convirtió enel símbolo de una mujer que huía de loscazadores, una especie de virgen amedias pagana y a medias cristiana.Quizás alguno de vosotros haya visitadoel museo de Cluny en París. En él puedeverse una escena de tapicería del sigloXV que representa a una hermosísimamujer que recibe a un unicornio. Se lellama, justamente, el tapiz de «la dama

del unicornio».

CAPÍTULOVIII

La cultura

Las artes y las letras,el saber y la

enseñanza, la fiesta

—¿Qué representaba la cultura, elestudio y el saber para la gente de laEdad Media?

—Para la religión cristiana, los

hombres —¡y las mujeres!— tenían quevenerar a Dios a través delconocimiento y la belleza. Sin embargo,fueron sobre todo los clérigos quienessirvieron de vehículo a este ideal, y fuesobre todo en los monasterios y lasiglesias donde se dio, primordialmentepara ellos, una enseñanza y laposibilidad de realizar obras de arte.Así, hasta el siglo XIII, hubo en losmonasterios una sala especial, llamadascriptorium (del latín scribere,«escribir»), donde los monjes escribíanlos devocionarios, que ilustraban ellosmismos o hacían que los ilustrarandibujantes y pintores. Los monjescopiaban también los manuscritos de la

Antigüedad y tenían, por tanto, unafunción de «copistas» y de«intermediarios».

Las artes y las letras

—¿Se trata de las miniaturas quese pueden ver en la parte superior delas páginas?

—Sí, entre otras. También podíatratarse de seres fantasiosos dibujadosen los márgenes del manuscrito. En estaépoca, el arte estaba en una situación

intermedia entre un arte llamado«mecánico», manual, un trabajo deartesano, y una creación deconocimiento y de belleza querespondería a lo que iba a ser a finalesde la Edad Media el arte propiamentedicho. En general, se admite que elpintor italiano Giotto, que pintó en elsiglo XIVen Asís, la ciudad de sanFrancisco, en Florencia, en Padua y enRoma, fue el primero a quien seconsideró un artista. Ahora bien, él eralaico. De hecho, se puede decir que enla Edad Media la ciencia y el arte se«vuelven laicos», es decir, se vanliberando progresivamente de lainfluencia de la religión. Así, a partir

del siglo XIII, los principales focos delsaber y la actividad artística ya nofueron los conventos y las iglesias, sinolas ciudades, lugares y espacios que yano estaban en manos de los clérigos.

—Sin embargo, cuando se habladel arte en la Edad Media, semuestran sobre todo monumentosreligiosos.

—Sí, porque las iglesias eran losprincipales lugares donde, al margen dela arquitectura, se desarrollaron las dosgrandes artes que fueron, en aqueltiempo, la escultura y la música, sincontar los frescos. Los cuadros pintadosal óleo sobre un caballete no

aparecieron hasta el siglo XV.

—¿Dice usted la música?—Sí. Se puede decir que la Edad

Media fue una gran época musical, quecreó y desarrolló instrumentos como ellaúd, una especie de violín, y el órgano.Este adquirió proporciones tales quetuvieron que habilitarse en las iglesiasgalerías especiales con cajas de órganocada vez más grandes. Pero el principalinstrumento musical de la Edad Mediafue la voz humana. Entonces seinventaron, en efecto, nuevas notacionesde música, notas de solfeo, nuevasmaneras de cantar, en especial de unmodo colectivo: es la «polifonía» (una

palabra que viene del griego y significa«varias voces»). Añadiré que, en elsiglo XIV, la música se modernizó bajoformas especiales a las que se llamó arsnova, el «arte nuevo».

—Y ya hemos visto, a propósito delos caballeros de la Mesa Redonda,que se escribían novelas.

—Sí, la literatura era muy reputadaen la Edad Media, y entonces se gestóuna «creación literaria» muy brillante.En los siglos XII y XIII se compusieronciclos de historias y de leyendas, amenudo de forma anónima (no seconocía el nombre de los autores): sonlos «cantares de gesta», es decir, las

canciones que relatan hazañas guerrerascomo las de Carlomagno (en LaCanción de Roldán). Por otra parte,estaban las «novelas corteses», en lasque el amor tenía una gran importancia,y un gran autor originario de Champaña:Chrétien de Troyes (siglo XII). Anteshemos hablado también de las novelasque narraban la leyenda artúrica. Perotodo el mundo está de acuerdo en que elmayor escritor y poeta de la Edad Mediafue el italiano Dante, quien a comienzosdel siglo XIVescribió una inmensa«epopeya» en verso, La DivinaComedia. En ella se cuenta el viaje delpoeta italiano, guiado por otro granpoeta, Virgilio (éste perteneciente a la

Antigüedad romana), por el más allá:Infierno, Purgatorio y Paraíso, donde laamada difunta, Beatriz, tomará el relevode Virgilio como guía.

—Y ¿el teatro?—El teatro había desaparecido en

los primeros siglos de la Edad Mediaporque los cristianos lo consideraban unarte pagano. Pero volvió a aparecer, enel siglo XII, en los conventos y sobretodo, en el siglo XIII, en las ciudades. EnFrancia, había una ciudad muy reputadapor su actividad literaria y teatral:Arras. En las tierras del sur de Francia,donde se hablaba la «lengua de oc» (¡dedonde viene el nombre de la región

occitana!), Toulouse fue el centro de unasociedad de poetas y artistas queorganizaba los «juegos florales».

El saber y la enseñanza

—Y… ¿qué es lo que se sabía en laEdad Media? ¿Qué se enseñaba y quése aprendía?

—Los clérigos habían adoptado laclasificación de las ciencias queempleaban los romanos de laAntigüedad. Por tanto, se enseñaban en

primer lugar tres saberes básicos, lastres artes llamadas «liberales» (tambiénllamadas trivium, las «tres vías»):gramática, retórica y dialéctica. Luego,venían las cuatro ciencias superiores(quadrivium, las «cuatro vías»):aritmética, geometría, música yastronomía.

—¡Ese saber no era religioso!—Efectivamente, no lo era. Eran

materias «profanas», no religiosas,como en los programas escolaresactuales. Dicho esto, la religión seguíateniendo una gran importancia en laEdad Media. Pero también de ese ladose produjeron evoluciones. Además de

las obras de carácter piadoso y losdevocionarios, los clérigosdesarrollaron un saber cada vez másprofundo de Dios y de sus obras: a esoes a lo que se llama «teología» (unapalabra que viene del griego y quesignifica «estudio de Dios»).

—Pero ¿había «escuelas» como enla actualidad?

—No, no exactamente como hoy endía, aunque la enseñanza que llamamos«primaria» y «secundaria» sedesarrolló a partir del siglo XII en lasciudades. Sin embargo, ¡todavía no erani «general» ni «obligatoria»! Enconcreto, aun cuando hubiera escuelas

de niñas y maestras de escuela, lainstrucción seguía siendo muy limitada.En estas escuelas, los niños aprendíanante todo a leer, y el libro que utilizabanpara este propósito era el Salterio, esdecir, el libro bíblico de los salmos (o«plegarias»), que forma parte delAntiguo Testamento. También aprendíana calcular. Hay que saber que, en elsiglo XII, los europeos adoptaron de losárabes el número cero, originario de laIndia, lo que transformó y facilitó muchoel cálculo.

—¿Cómo se volvía uno un sabio oun profesor?

—También en el siglo XII, que es un

siglo de enorme saber, en el que laIglesia insiste con firmeza en que Dioscreó al hombre, incluida su inteligencia,a su imagen y semejanza, se desarrollólo que nosotros llamamos actualmente la«enseñanza superior». Primero sedispensó en las iglesias y los conventos(por ejemplo, en la catedral y en laiglesia del claustro Saint-Victor, enParís), luego en escuelas especiales querecibieron más tarde el nombre de«universidades», palabra que viene delhecho de que, en la universidad(universitas, en latín), se deben enseñartodas las ramas del saber.

—¿Cómo estaban organizadas las

universidades?—En general, estaban formadas por

tres grandes conjuntos. La facultad delas Artes impartía las ciencias básicas;en las dos facultades de Derecho seenseñaba el derecho civil, por un lado, yel derecho religioso (o derecho«canónico»), por otro, un derechoreligioso que alcanzó un gran desarrollo,y, finalmente, estaba la facultad deTeología. Cada universidad tenía unareputación particular basada en tal ocual campo de la enseñanza: porejemplo, la mayor universidad para elestudio del Derecho era la de Bolonia,en Italia (en Francia, la más conocidafue Orleans); la mayor universidad para

los estudios de Teología era París, y yahemos visto que la facultad de Medicinamás importante se encontraba enMontpellier (que todavía no formabaparte del reino de Francia).

En el siglo XIII, se descubrió unnuevo método del saber y la reflexión,que alcanzó cumbres comparables a lasde la filosofía griega: la «escolástica»,que tuvo grandes maestros, como elalemán Alberto Magno y los italianosBuenaventura y Tomás de Aquino.

—¿En qué lengua se enseñaba?—En latín, por supuesto. Y esto es

lo que explica que la mayoría deaquellos maestros pudieran ser

profesores fuera de sus países de origen,en toda Europa. Alberto, por ejemplo,enseñó en Colonia, pero Buenaventura yTomás de Aquino fueron profesores deTeología en París. Existían otros grandescentros intelectuales: Oxford yCambridge en Inglaterra, Salamanca enEspaña… Luego, entre los siglos XIII yXV, las universidades hicieron suaparición por toda la cristiandadeuropea, desde Upsala, en Suecia, hastaCoimbra, en Portugal, desde Nápoles, enItalia, hasta Heidelberg, en Alemania, yCracovia, en Polonia… También losestudiantes se desplazaban de unauniversidad a otra.

La fiesta

—Al margen de las fiestasreligiosas, ¿tenía la Edad Media unapredilección especial por todo lofestivo?

—Sí, desde luego. La gente teníaincluso un gran sentido de la fiesta, queen general le venía tanto de las viejastradiciones paganas (fundamentalmentecampesinas), que habían sobrevivido ose habían renovado, como de la liturgiacristiana. La Edad Media presenció laaparición de una fiesta campesinadestinada a tener pronto una enormepopularidad, a pesar de ser más o menos

combatida por la Iglesia: el carnaval. Enlas descripciones de la vida cotidianaque han llegado hasta nosotros, se puedeobservar la aparición de la idea de unenfrentamiento entre las fiestasreputadas paganas, muy alegres, y lasfiestas de la liturgia cristiana, queconmemoran a menudo la pasión deCristo. Tenemos como ejemplo, entreotros, el Combate entre Carnaval yCuaresma, título de un célebre cuadrodel siglo XVI obra de un pintorflamenco, Brueghel. Pero las grandesfiestas cristianas, como la Navidad o laPascua de Resurrección, también eranmuy alegres.

—¿Qué es lo que predominaba?¿La atracción por el carnaval, dondese divertían mucho, o la seriedad de laCuaresma, impuesta por la Iglesia?

—Para combatir o aplacar loscantos y las danzas laicas (llamadas«corales»), la Iglesia promocionó,sobre todo en los medios urbanos,nuevas fiestas destinadas a satisfacer lanecesidad de la gente de encontrarsepara festejar y a colmar su deseo deformar comunidades solidarias (quetambién estaban, como hemos dicho,muy «jerarquizadas»). Organizaba,pues, gran cantidad de procesiones,sobre todo en las ciudades, donde los

grupos de la población desfilaban segúnsu rango social: al frente iba el clero yen la cola los laicos pobres. Aun cuandono tengan la misma importancia que enla Edad Media, tales procesionessubsisten en muchas ciudades europeasen diferentes momentos del año, y confrecuencia son momentos festivosimportantes, que duran varios días,como, por ejemplo, la «Semana Santa»de Sevilla, en España, o los «perdones»de Bretaña, en Francia.

CONCLUSIÓNEl nacimiento de

Europa

La Edad Media fue un largo período. Apesar de que no se acepte suprolongación, como opino yo, hastafinales del siglo XVIII, con el nacimientode la industria moderna y la Revoluciónfrancesa, generalmente se considera quese extiende, no obstante, a lo largo dediez siglos, del V al XV, o sea, ¡milaños!

Este largo período conservó el

nombre que se le dio en el Renacimientoy que tenía al comienzo un sentidopeyorativo: como hemos visto, inclusoen la actualidad se juzga a la EdadMedia como una época mala o «fea», ala vez violenta, oscura e ignorante.Ahora sabemos que esta imagen es falsa,aunque hubo una Edad Media de laviolencia, y no únicamente la de losconflictos y las guerras entre grupos yentre países, sino también las violenciascontra los judíos, con el comienzo delantisemitismo, y la represión de losrebeldes a la doctrina de la Iglesia, esosa quienes se llamaba «herejes», pormedio de la Inquisición. Evidentemente,las Cruzadas también forman parte del

balance negativo.Pero la Edad Media fue igualmente,

y pienso que incluso ante todo, un granperíodo creador. Se puede apreciar en elterreno del arte, de las instituciones, porsupuesto primordialmente en lasciudades (por ejemplo con lasuniversidades), o incluso delpensamiento, en el que la filosofía quese ha llamado «escolástica» alcanzóaltas cumbres de saber. También vimoshasta qué punto la Edad Media creó«lugares de encuentro» comerciales yfestivos (las ferias, los mercados y lasfiestas), en los que seguimosinspirándonos.

El nacimineto de europa

Por otra parte, la Edad Media realizóuna curiosa combinación entre ladiversidad y la unidad. La diversidadfue el nacimiento de las incipientesnaciones: Francia y Alemania, desde elsiglo IX, Inglaterra, a finales del XI, ytambién España, cuando Castilla yAragón se unieron por la boda de Isabelde Castilla y Fernando de Aragón, afinales del siglo XV. La unidad, o unadeterminada unidad, procedía de lareligión cristiana, que se impuso entodas partes. Ahora bien, ya lo hemosdestacado, esta religión reconocía la

distinción entre clérigos y laicos, demanera que se puede decir que la EdadMedia, en general, señaló el nacimientode una sociedad laica. Se dio también ladifusión de un mismo tipo de enseñanza,y las universidades, a pesar de que enellas ya no se enseñe el latín, siguensiendo actualmente, en todas partes, ellugar de la enseñanza superior. A lo quehay que añadir una gran herenciaartística común.

Todo esto significa que la EdadMedia fue el período en que apareció yse construyó Europa. Si cada período dela civilización tiene una función o unamisión en el conjunto del desarrollohistórico, se puede decir que la misión

de la Edad Media fue la de hacer nacer,la de «engendrar» Europa. Es nuestrodeber, en la actualidad, consolidarla ycompletarla; con todo, la Edad Medialegó a Europa lo que debe ser a la vezun movimiento de unidad y dediversidad, y nosotros podemos todavíainspirarnos en ella.

No es por casualidad que el término«Europa», tan poco frecuente en losescritos de la Edad Media, apareciera amediados del siglo XVen el título de untratado del papa Pío II. Podemosconsiderar a este respecto que esemomento —el siglo XV— constituyó unaprimera conclusión de la Edad Media.

La edad media:Encontrarse a la vez con el

otro y con uno mismo

Si estudiáis la Edad Media, si retomáisla herencia que nos ha legado,especialmente la artística, os daréiscuenta de que era diferente de lo quenosotros somos en la actualidad, de loque Europa ha llegado a ser. Tendréis laimpresión de estar realizando unaespecie de viaje al extranjero: a Egipto,la India, China, Centroamérica… Desdeluego, no se trata de restaurar la EdadMedia, sino de no olvidar que loshombres y las mujeres de este período

fueron antepasados nuestros, que se tratade un momento fundamental de nuestropasado y que, por tanto, un viaje a laEdad Media os proporcionará el dobleplacer de encontraros a la vez con elotro y con vosotros mismos.

Brevecronología

410: Los visigodos de Alaricotoman y saquean Roma.

451: El general romano Aecio frenael avance de Atila en los CamposCatalaúnicos, cerca de Troyes.

476: El jefe bárbaro Odoacrodepone al emperador de OccidenteRómulo Augústulo y envía las insigniasimperiales a Constantinopla.

Hacia el año 500: Bautismo enReims de Clodoveo, nieto de Meroveo,rey de los francos.

529: San Benito, italiano, da origena los monjes benedictinos.

590: Columbano y los monjesirlandeses fundan monasterios en laGalia.

632: Muerte del profeta Muhammad(Mahoma), fundador del islam.

Alrededor del año 700: Los «reyesholgazanes» de la dinastía Merovingia.

711: Comienzo de la conquista deEspaña por los moros de Marruecos.

732: Charles Martel detiene elavance de los musulmanes en Poitiers.

754: Comienzo de la dinastíaCarolingia (Pipino el Breve).

787: Segundo Concilio de Nicea:Carlomagno autoriza el uso de imágenes

en el arte cristiano.800: Carlomagno es consagrado

emperador en Roma.842-843: El tratado de Verdún

reparte el imperio de Carlomagno: es el«acta de nacimiento» de Francia yAlemania. En 842, el juramento deEstrasburgo empleó por primera vez laslenguas «vernáculas» (francés y alemánen lugar del latín).

Hacia el año 850: Inicio de losgrandes desbroces. Primera utilizacióndel arado al norte del Loira.

910: Fundación de la abadía deCluny (monjes cluniacenses).

962: Otón el Grande de Sajonia escoronado emperador. Fundación del

Sacro Imperio Romano Germánico.966: Bautizo del duque polaco

Mieszko.972: Fundación del obispado de

Praga.985: Bautizo del jefe húngaro Vaik

(san Esteban). Bautizo del príncipeVladimir de Kiev por cristianosortodoxos bizantinos.

987: Comienzo de la dinastía Capeta(Hugo Capeto).

1016-1035: Knut el Grande, rey deDinamarca y de Inglaterra.

1023: Los primeros herejes en sercondenarlos a la hoguera son quemadosen Orleans (el rey Roberto el Piadosolos ejecuta a petición de la Iglesia).

1032-1033: Gran hambruna enOccidente.

Hacia 1035: Construcción de unpuente de piedra en Albi.

1054: Cisma entre Roma (Iglesia deOccidente) y Constantinopla (Iglesia deOriente).

1066: Guillermo el Conquistador,rey de Inglaterra.

1081: Aparición de «consejosburgueses» en Pisa.

1085: Conquista de Toledo porAlfonso VI de Castilla.

1086: Primera mención de un batánen Normandía (Saint-Wandrille).

1095: Primera Cruzada. Oleadaantisemita.

1098: Fundación de la abadía deCîteaux (monjes cistercienses).

Hacia 1100: Comienzo deldesecamiento de los pantanos deFlandes (polders).

Finales del siglo XI: El Derechocomienza a atraer a los estudiantes aBolonia. El papa Gregorio VII lanza lallamada reforma «gregoriana» (queimpone, entre otras cosas, el celibato atodos los clérigos).

Siglo XII: Transición de las iglesiasdel estilo románico al llamado (muchomás tarde) estilo «gótico».

1122:Suger, abad de Saint-Denis(arte de las vidrieras, arte gótico).

1141: Pedro el Venerable, abad de

Cluny, hace que se traduzca el Corán allatín.

1153: Muerte de san Bernardo, elmás célebre de los monjes de Cîteaux.

1209-1229: La Iglesia y losfranceses del norte contra los herejesdel sur de Francia: Cruzada contra losalbigenses (cátaros).

1210 y 1215: Fundación de lasórdenes mendicantes (franciscanos ydominicos) por san Francisco y santoDomingo.

1214: Batalla de Bouvines (FelipeAugusto).

1215: La Iglesia regula elmatrimonio y la confesión y adoptamedidas contra los judíos y los herejes.

1216: Muerte de Inocencio III, quepretendía imponer la superioridad delpapa sobre los reyes y los emperadores.

1229-1231: Huelga de laUniversidad de París.

1231: El papa organiza laInquisición.

1242: Primera representación de untimón, móvil y situado en la popa de unanave.

1248: Los castellanos conquistanSevilla.

1253: El canónigo Robert de Sorbonfunda un colegio para estudiantes deteología pobres, en la Universidad deParís (es el origen de la futura Sorbona).

Siglos XII, XIII y XIV: Construcción

de las catedrales (Notre-Dame de París,Chartres, Reims, Amiens, y luegoEstrasburgo, Colonia…).

Mediados del siglo XIII: La filosofíay la teología escolásticas están en suapogeo (Alberto Magno, Buenaventura,Tomás de Aquino). Prestigio delDerecho en la Universidad de Bolonia yde la Teología en la Universidad deParís.

1268: Primer molino para fabricarpapel, en Fabiano, Italia.

1270: Muerte de san Luis. Final dela octava y última Cruzada.

1284: Hundimiento de las bóvedasde la catedral de Beauvais, de 48 metrosde altura.

1291: Caída de San Juan de Acre,último bastión cristiano en Palestina.

1300: Primera mención inequívocade las lentes (antes, la gente docta seservía de un pedazo de cuarzo).

1307-1321: El italiano Danteescribe La Divina Comedia.

1309-1377: Los papas en Aviñón.1321: Matanzas de leprosos y de

judíos acusados de envenenar los pozos.1347-1348: Comienzo de las

grandes epidemias de peste negra (hasta1720).

1374 y 1375: Muerte de losprimeros «humanistas» italianos,Petrarca y Boccaccio. Primeros juiciosnegativos acerca de la «Edad Media»,

la escolástica y el arte medieval.1378: Inicio del Gran Cisma de

Occidente.1394: Expulsión definitiva de los

judíos de Francia.1397: Dinamarca, Noruega y Suecia

se fusionaron en la Unión de Kalmar.1415: Jan Hus es quemado en la

hoguera por herejía tras ser condenadoen el Concilio de Constanza.

1420-1436: Brunelleschi construyela cúpula del Domo de Florencia,primera gran obra arquitectónica delRenacimiento.

1431: Juana de Arco es quemada enla hoguera por herejía en Ruán.

1450: Gutenberg pone a punto la

imprenta en Maguncia.1453: Fin de la guerra de los Cien

Años entre Francia e Inglaterra.Conquista de Constantinopla por losturcos.

1455: Aparición de la primeraBiblia impresa.

1458-1464: Pontificado del papaPío II, partidario de Europa.

1469: Boda de los «ReyesCatólicos», Isabel de Castilla yFernando de Aragón.

1472: Botticelli pinta La Primavera,expresión del arte renacentista, enFlorencia.

1492: Descubrimiento del «NuevoMundo» por Cristóbal Colón. Expulsión

de los judíos de España y fin de lapresencia musulmana en Andalucía(conquista de Granada y unificación deEspaña).

1494: España y Portugal se repartenel mundo por el tratado de Tordesillas,ratificado por el papa Alejandro VIBorgia.

Estimado lector, si ha disfrutado conesta obra, le invitamos a que consultelas que le presentamos a continuación:

Georges Duby, Europa en la EdadMedia, Barcelona, Paidós, 2007.

Jean Flori, Caballeros y caballeríaen la Edad Media, Barcelona, Paidós,

2001.Jacques Le Goff, El orden de la

memoria: el tiempo como imaginario,Barcelona, Paidós, 1991.

—, El hombre medieval, Madrid,Alianza, 1999.

—, La civilización del Occidentemedieval, Barcelona, Paidós, 1999.

—, ¿Nació Europa en la EdadMedia?, Barcelona, Crítica, 2003.

—, En busca de la Edad Media,Barcelona, Paidós, 2003.

—, Mercaderes y banqueros de laEdad Media, Madrid, Alianza, 2004.

—, Pensar la historia: modernidad,presente, progreso, Barcelona, Paidós,2005.

—, Jacques Le Goff y NicolásTruong, Una historia del cuerpo en laEdad Media, Barcelona, Paidós, 2005.

JACQUES LE GOFF (Toulon, 1 deenero de 1924 - París, 1 de abril de2014). Fue un historiador medievalista yescritor francés especializado sobretodo en los siglos XII y XIII, que havinculado su carrera docente a laEscuela de Estudios Superiores enCiencias Sociales.

Entre sus maestros se encuentranCharles-Edmond Perrin (1887-1974) yMaurice Lombard (1904-1965).También recuerda la influencia decisivade Henri Michel, a quien consideraba«el gran historiador de la Edad Media»y que fue su profesor de historia en laescuela secundaria de Toulon.