Síntesis literaria. “Es cuestión del lector”. CARNET: 12-11033María Valentina Contreras Márquez

FLX-461 Los orígenes históricos del cristianismo y la gé nesis del pensamiento

occidental

En ocasiones, cuando llega a mis manos algún extracto de noticia, cuestiono su

calidad informativa en vista de su carácter desinformacional. En un principio, de forma

maliciosa, pienso en el acceso preferencial que tienen algunos grupos capaces de

manejar hilos invisibles que conduzcan el camino desde las fuentes informantes hasta

mi persona, manejando a su antojo el contenido transmitido. Otras raras veces, pienso

en cómo debido a nuestro carácter humano estamos constantemente errando, es decir,

en como en cualquier tipo de acto comunicativo puede haber factores que de alguna

manera influencien el mensaje sin intensión alguna. De ahí asocio cualquier falla de

calidad en la información a dos factores: la censura y la condición humana.

De momento, el acto de censura, puesto en papel, más antiguo al que puedo hacer

referencia es el Credo del cristianismo redactado en su versión larga en Constantinopla

en el 325 d.C, Luego de su mención en clases, lo leí en su totalidad apreciando la

evidente intolerancia a puntos de vista diferentes en cuanto a lo que la salvación se

refiere. Efectivamente, con el cristianismo en esas épocas y el poder de la iglesia en el

Imperio Romano, ella misma era una fuente de censura respaldada por la élite de la

época. En una gran cantidad de programas de televisión de carácter histórico se puede

apreciar como el paganismo era castigado.

Es de esperarse que, a medida que las fuentes escritas aumentaron, en paralelo la

censura de la misma lo hizo. Con la llegada de la imprenta a mediados del siglo XV y

las ideas reformistas, en Europa Occidental se necesitaba mayor control de lo

transmitido. Por esas mismas épocas, la Iglesia se postuló como mecanismo de

control; les hizo frente a mediados del siglo XVII Lutero con su traducción de la Biblia al

alemán. Este último fue participe de una de las rupturas del cristianismo dando origen a

los conocidos actualmente como protestantes.

Ahora bien, si vamos un poco más atrás en el tiempo en los tiempos de Cristo;

cuando la información, háblese de tradiciones, historias, entre otras, se trasmitían en su

mayoría de forma oral vemos que era aún más fácil cambiar el contenido de lo que se

quiere transmitir, ya sea a modo de censura o sin intención alguna.

Los evangelios sinópticos, llamados así porque se han de disponer para su lectura

paralela, Mateo, Marcos y Lucas, nos dan una visión muy completa del personaje en el

que se centran, Jesús, en cuando a semejanzas cronológicas y narrativas se refiere.

No obstante, no existen originales de los mismos, solo se cuentan con numerosas

copias antiguas, que hemos de suponer que provienen de la tradición oral. La Biblia,

incluyendo los evangelios, con la que contamos hoy en día es una reconstrucción a la

que se llegó con una crítica textual que, para sus empleadores, le dio un carácter de

texto original confiable. Una vez finalizada la crítica textual, se da paso a la literaria que

se centra en las fuentes escritas de los Evangelios, que como se mencionó

anteriormente no es un original físico en sí mismo.

Se puede pensar que, ante tales contextos, es viable desacreditar la calidad

informativa o histórica de este documento. Haciendo referencia a los tres Evangelios

sinópticos, los vientos de censura no han de haber tenido dificultad alguna en llegar a

afectar las fuentes, así como un simple fallo de memoria o exageración. Aunque,

existen elementos en ellos que hacen frente a tales oposiciones. Entre ellos se

encuentran su respeto hacia las tradiciones; las fuentes no son armonizadas lo que le

da honestidad a la misma. Otros detalles que defienden su honestidad se encuentran

en las situaciones calificadas como incómodas. Estas situaciones han podido ser

eliminadas y modificadas para satisfacer a los defensores de la religión. Recordemos la

fuerte postura de la Iglesia ante cualquier hecho pagano o contrario al pensamiento de

la época, sin embargo, se mantuvieron intactas, pues forman parte de la esencia del

mensaje que se quiere transmitir. Así mismo, existen otras fuentes no practicantes de

la religión que hacen referencia al personaje de Jesús como una novedad de la

época.

La calificación de la calidad informática e histórica de la Biblia queda a merced del

lector, así como cualquier noticia que se puede encontrar en la red de fuentes

populares. Queda a tarea del usuario determinar a cuáles argumentos de defensa o de

desacreditación darle más peso.