sistema integral de justicia de adolescentes (menores infractores)

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SISTEMA INTEGRAL DE JUSTICIA PARA ADOLECENTES EN MEXICO Objetivo del sistema integral de justicia para menores DESCRIPCIÓN BREVE En el presente reporte se trataran temas como la procuración e impartición de justicia en un sistema integral para menores infractores Profesora: Hernández Martínez Sandra Alumno: Flores González Luis Arturo 24-CR-162

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breve ensayo sobre el sistema integral del adolescente menor infractor

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sistema integral de justicia para adolecentes en mexico

Objetivo del sistema integral de justicia para menores

DESCRIPCIÓN BREVEEn el presente reporte se trataran temas como la procuración e impartición de justicia en un sistema integral para menores infractores

Profesora: Hernández Martínez SandraAlumno: Flores González Luis Arturo

24-CR-162

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Índice ContenidoÍndice..................................................................................................................................................1

Introducción.......................................................................................................................................2

Breve introducción.........................................................................................................................2

Contenido...........................................................................................................................................4

Opinión..............................................................................................................................................7

Conclusión..........................................................................................................................................8

Bibliografía.........................................................................................................................................9

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IntroducciónBreve introducción

Las situaciones de exclusión, pobreza y desigualdad debilitan los mecanismos de protección familiares, comunitarios e institucionales y facilitan que los adolescentes carezcan de oportunidades de desarrollo, abandonen la escuela a temprana edad, se involucren en conductas delictivas, caigan en el consumo de drogas o adquieran conductas violentas. Para entender el fenómeno de los adolescentes en conflicto con la ley, acusados o declarados responsables por la comisión de un delito, es preciso tener en cuenta los problemas sociales a los que se enfrentan estos adolescentes.

La mayoría de los adolescentes mexicanos que entran en conflicto con la ley son de sexo masculino, tienen de quince a diecisiete años, presentan un retraso escolar de más de cuatro años o han abandonado la escuela, residen en zonas urbanas marginales, trabajan en actividades informales que no exigen calificación laboral, y con el producto de su actividad ayudan al sostenimiento de la familia. Además suelen vivir en entornos violentos. Se trata, en definitiva, de adolescentes que viven en ambientes de desprotección, en los que por lo general varios de sus derechos se encuentran amenazados o vulnerados.

En el año 2005 una reforma legislativa instauró un sistema de justicia penal juvenil garantista de acuerdo con los Derechos del Niño, denominado “Sistema Integral de Justicia para Adolescentes”.

A consecuencia de la reforma, los estados de la República y el Distrito Federal se han visto obligados a crear leyes e instituciones especializadas que puedan llevar a cabo el nuevo sistema de forma local. Dado que no hay un sistema común y centralizado de datos, resulta muy difícil saber el alcance real del número y situación de los adolescentes en conflicto con la ley.

A pesar de las dificultades de obtener cifras confiables, el INEGI señalaba que en 2007 se habían registrado a nivel nacional 22.970 adolescentes en conflicto con la ley, de los cuales un 91% eran hombres.

A través de este nuevo Sistema Integral de Justicia para Adolescentes, se busca que los adolescentes acusados de algún delito, tengan acceso a un juicio justo, en el que se respeten siempre sus derechos fundamentales y, en caso de resultar responsables,  puedan asumir las consecuencias de su acto a través de una medida socio-educativa que promueva su reintegración social y familiar, y el pleno desarrollo de su persona y sus capacidades.

De las principales modificaciones que introdujo la reforma, se destaca la uniformización de las edades mínima y máxima para la aplicación del sistema de justicia para adolescentes, limitando la privación de libertad sólo para personas

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entre 14 y 18 años y como último recurso. Así, se eliminó esta sanción para los adolescentes entre doce y catorce años, limitando la aplicación del sistema a las conductas delictivas.

Sin embargo, cuatro años después de su aprobación, aún existen numerosos retos para la adecuada implementación de la reforma. Porque no se trata sólo de establecer un proceso con todas las garantías, sino también desarrollar un sistema especializado capaz de ofrecer a los adolescentes oportunidades reales de asumir su responsabilidad frente a la comisión de un delito, y encontrar opciones de vida que les permitan desarrollar todas sus capacidades y potencialidades de una manera positiva y constructiva para la sociedad.

Con la finalidad de fortalecer la puesta en marcha de un sistema integral de justicia apropiado para adolescentes, se llevaron a cabo una serie de foros, módulos de capacitación y publicaciones sobre los retos que enfrenta todavía la implementación de este sistema en México, a los que tuvieron acceso 500 operadores del nuevo sistema de justicia juvenil. En el estado de Yucatán 70 jueces, procuradores y operadores de los sistemas de justicia tomaron un diplomado especializado en justicia juvenil, organizado conjuntamente con la ONG Investigación y Educación Popular Autogestiva, A.C. (IEPAAC) y el Tribunal de Justicia Estatal.

Asimismo se realizó un diagnóstico sobre el sistema de justicia penal juvenil en el Distrito Federal y se realizaron dos foros interinstitucionales en alianza con la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal y el gobierno local para evaluar los avances y los retos en el tema a un año de que el Distrito Federal asumió la jurisdicción para más de 3,700 adolescentes en conflicto con la ley. Estas acciones fueron llevadas a cabo en paralelo a la adopción de medidas alternativas diseñadas por el Gobierno del Distrito Federal y UNICEF que serán puestas en marcha en 2010 como piloto y que deberán brindar respuestas alternativas a los adolescentes en conflicto con la ley, con la posibilidad de que sea replicado en otros estados del país.

UNICEF realizó conjuntamente con el Instituto de Investigaciones Jurídicas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) un análisis comparativo del marco legislativo de justicia penal para adolescentes en los 32 estados del país. La publicación “La Justicia para adolescentes en México: análisis de leyes estatales” fue difundida a nivel nacional, convirtiéndose en un texto de referencia sobre el tema.

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Contenido

Hasta antes del día 1º de agosto de 2006, el artículo 37 del Código Penal para el Estado de Guanajuato establecía que la edad penal mínima era de 16 años de edad.

Código Penal para el Estado de Guanajuato Artículo 37. Las personas menores de dieciséis años no serán responsables penalmente con arreglo a lo dispuesta en este Código; en ningún caso se les podrá imponer pena alguna.

Cuando un menor de dicha edad cometa un hecho delictivo, será responsable con arreglo a lo dispuesto en la ley que regule la responsabilidad del menor.

Esa regla era correcta en virtud de que anteriormente al Constitución Federal no tenía prevista ninguna decisión fundamental en materia de edad penal mínima, es decir, nada se decía al respecto.

Ahora bien, como la Constitución Federal era omisa, correspondía entonces a los Congresos Estatales la función de instituir tanto la edad penal mínima como el sistema de justicia de menores infractores; incluso se tenía previsto en el anterior texto del artículo 18 constitucional que la Federación y los Gobiernos de los Estados quedarían facultados para establecer instituciones especiales para el tratamiento de menores infractores, sin que hubiera ningún otro tipo de restricción.

En ejercicio de dicha atribución, algunas entidades instituyeron como mínima para efectos penales la edad de 18 años, hubo que consideraron conveniente establecer en sus leyes una edad inferior.

En este supuesto se colocó el Estado de Guanajuato que estableció en su Código Penal los 16 años como edad penal mínima.

Sin embargo con motivo de la reforma penal publicada en el diario oficial de la Federación el 12 de diciembre de 2005, se modificó el texto del Pacto Federal para establecer ahora y unificar en toda la república la edad penal mínima de 18 años y para crear una modalidad nueva, antes inexistente en el texto constitucional y que resulta ser más apegada a las realidades biológicas, antropológicas, fisiológicas y sociológicas del ser humano. Así, se reconoció a la adolescencia como un estado del ser humano generalmente caracterizado por la edad comprendida entre los 12 y los 18 años.

Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos

Art. 18.- Sólo por delito que merezca pena corporal habrá lugar a prisión preventiva. El sitio de ésta será distinto del que se destinare para la extinción de las penas y estarán completamente separados.

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La Federación, los Estados y el Distrito Federal establecerán, en el ámbito de sus respectivas competencias, un sistema integral de justicia que será aplicable a quienes se atribuya la realización de una conducta tipificada como delito por las leyes penales y tengan entre doce años cumplidos y menos de dieciocho años de edad, en el que se garanticen los derechos fundamentales que reconoce esta Constitución para todo individuo, así como aquellos derechos específicos que por su condición de personas en desarrollo les han sido reconocidos. Las personas menores de doce años que hayan realizado una conducta prevista como delito en la ley, solo serán sujetos a rehabilitación y asistencia social.

Con lo anterior, desde mi perspectiva, surgieron no solo nuevas situaciones constitucionales y derechos fundamentales, sino una nueva ideología en materia de sanción o infracción de conductas ya que la adolescencia y el Derecho Penal aparecen ahora como temas especiales que han provocado la necesidad de crear una jurisdicción especial a la que el texto constitucional denomina sistema integral de justicia.

Dicha reforma entro en vigor tres meses después de su publicación, esto es, el doce de marzo de 2006 y en los artículos transitorios, el Poder Reformador de la Constitución dispuso que los Estados de la Federación y el Distrito Federal contarían con seis meses a partir de la entrada en vigor de la enmienda para crear todas la leyes, instituciones y órganos necesarios para la aplicación de este Decreto. Los cambios constitucionales referidos han provocado el resurgimiento de casos especiales en materia de la justicia estatal de menores, como el que aquí se analiza; situaciones que llaman la atención porque podría darse el caso que una conducta considerada delictiva e incluso que hasta puede ser calificada como grave, finalmente podría permanecer impune o insuficientemente sancionada, cuando esto no es el sentido ni de la reforma, ni del derecho constitucional aplicable.

Estas cuestiones realistas y de hecho, aun cuando orbiten fuera del contexto jurídico, no pueden pasar inadvertidas para esta opinión y me parece que tampoco merecen estoicismo por parte del Alto Tribunal, pues aunque la solución jurídica satisfaga los intereses y derechos fundamentales de un sector de las partes relacionadas al caso, lo cierto es que finalmente desconocen los intereses de otro sector: el de las víctimas.

Así las cosas, creo que resulta conveniente poner de relieve que el proceso de transición de un sistema a otro debe llevarse a cabo en atención a todos los sectores afectados y los Derechos Fundamentales, con el cuidado de evitar lesiones a ellos y buscar soluciones razonables dentro del Estado Constitucional de Derecho. Esto es, en el cambio de un sistema a otro, el Legislador –obligado a desarrollar en detalle la reforma constitucional- no debe permanecer insensible a los derechos de todas las partes relacionadas con hechos considerados delictuosos, a grado tal que, bajo el pretexto de la omnisciencia, se dejen fuera,

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por parte del legislador, situaciones donde se genere impuniblidad o punición insuficiente.

En otras palabras, ese debe impedir, en la medida de lo posible, que la comisión de una conducta típica con resultados dañosos, por imprevisión del legislador, quede fuera de la regulación que caracteriza al derecho. La ideología del nuevo texto del artículo 18 Constitucional es que la Federación, los Estados y el Distrito Federal establezcan en el ámbito de sus respectivas competencias un sistema integral de justicia. Pues bien, creo que ese sistema no puede considerarse razonablemente integral si a él escapan aspectos que debieron ser regulados en el tránsito de un sistema a otro. El artículo segundo transitorio del Decreto de Reformas a la Constitución que se comenta, prevé que los Estados de la Federación y el Distrito Federal contarán con seis meses a partir de la entrada en vigor del Decreto, para crear las leyes, instituciones y órganos que se requieran para la aplicación del nuevo sistema de justicia para adolescentes.

Desde mi perspectiva, es muy importante que los Congresos Estatales y la Asamblea Legislativa del Distrito Federal no se queden con una interpretación o aplicación letrista del referido artículo segundo transitorio y tomen conciencia de que no se trata que dentro de los seis meses de la entrada en vigor de la reforma se limiten a crear las instituciones necesarias para la aplicación del nuevo sistema, sino que al hacer las leyes a que se refiere ese cambio constitucional, consideren también el tránsito de un sistema a otro de una forma tal que no choque con la Constitución y que se prevean soluciones en la ley que eviten impunidad o punición defectuosa, evitar que las situaciones no queden indemnes. Hay un espacio cronológico crítico ubicado entre la vigencia de la reforma constitucional y la entrada en vigor de las leyes que prevean el nuevo Sistema de Justicia de Adolescentes; ante lo evidente de esta situación, razonablemente esto no puede ni debe pasar inadvertido para los legisladores.

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Opinión

A mi parecer hay que estar mejor preparados por la situación en que estamos los jóvenes, niños, niñas y adolescentes son a los que más hay que procurar ya que ellos son el futuro o los futuros criminales haciendo una mejor impartición de justicia para que, de esta manera demos fin a los malos tratos y procesos hacia los menores infractores.

Más que nada con estos convenios o tratados se han garantizado la salva guarda de la integridad moral, física y psíquica de los adolescentes dando un mejor tratamiento y de igual forma dando una mejor intervención para que en ninguno de los casos se trasgredan los derechos y beneficios de los menores de edad

A mi parecer hay que mejorar los tratos que las autoridades tiene hacia estos casos ya que, en la realidad nunca se llevan a cabo los lineamientos como debe de ser, en algún momento son violados todos y cada uno de esos derechos.

De esta manera opino que para que realmente se lleve a cabo una mejor impartición de justicia se debe capacitar a toda autoridad haciendo especialidad toda esta materia al igual que no estaría mal que hubiese una autoridad que se encargue del debido proceso del adolecente, haciendo de este una mejor persona en su manejo del trato

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Conclusión

Para concluir entendiendo que la especialización orgánica, la de las competencias preferentemente únicas y excluyentes de otras y la de los procesos de selección son criterios ya establecidos en los procesos de reforma, otro aspecto de la especialización que requiere máxima atención es la capacitación permanente, que podría incluir instancias reflexivas y de evaluación del desempeño de todo el sistema, pues, como se ha señalado, la especialización se halla estrechamente vinculada con la integralidad y el carácter sistémico previstos por los principios constitucionales del artículo 18.

Se ha detectado que en la mayoría de los estados hay avances a nivel normativo, pero asimismo diversos retos en el operativo. La especialización del sistema no solo significa aprobar leyes “especializadas”, sino un cambio estructural. Por ejemplo, los estados mantienen las mismas estructuras preexistentes en las instituciones tutelares y el mismo personal, de manera que el cambio en las legislaciones no necesariamente se ha traducido en una transformación estructural y orgánica.

Esto es aún más evidente en los centros de medidas privativas de la libertad, donde persisten las estructuras típicas del modelo tutelar y el personal no necesariamente recibió la capacitación debida sobre el sistema integral especializado.

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Bibliografía

EL NUEVO SISTEMA DE JUSTICIA PENAL PARA ADOLESCENTES Gonzalo Berríos Díaz véase también en http://web.derecho.uchile.cl/cej/htm/media/nuevajusticiaadolecentes.pdf

LA JUSTICIA DE MENORES Olga Sánchez Cordero de García Villegas Ministra de la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación véase también en https://www.scjn.gob.mx/conocelacorte/ministra/la-justicia-de-menores.pdf