1. Introducción El Plan de Desarrollo Institucional UVM 2010-2015 presenta las estrategias que habremos de seguir durante los próximos cinco años para avanzar en la construcción de una Universidad que sirva mejor a sus estudiantes y a la sociedad. Somos depositarios de la confianza que significa formar a seres humanos íntegros y preparados para apoyar el desarrollo de México. El Plan explica las motivaciones de nuestro quehacer tomando como referentes la identidad universitaria y las tendencias económicas, sociales y educativas de la sociedad contemporánea. Nuestra identidad y las tendencias actuales dan fundamento a nuestra filosofía educativa y al perfil del egresado que aspiramos a formar. Es sobre estas bases conceptuales que se presentan las estrategias para el cumplimiento de la misión de la Universidad del Valle de México. Este Plan responde al tipo de universidad que hemos estado construyendo juntos desde hace casi 50 años. Las decenas de miles de alumnos y maestros que han pasado por la UVM nos han permitido llegar hasta donde hoy nos encontramos. Al mismo tiempo que aprovechamos ese legado, continuamos con el crecimiento y la innovación que nos ha caracterizado y que ha sido motor del éxito de la UVM para afrontar los desafíos propios de los tiempos. Continuidad e innovación los vemos como parte de un proceso y no como un dilema en que la una excluya a la otra. Los anteriores Planes de Desarrollo Institucional y otros ejercicios de planeación de la universidad han servido de base para la formulación del presente Plan. Especial mención merece el Plan de Desarrollo Institucional 1999-2013 que estuvo vigente hasta que fue sustituido por el que es objeto del presente documento. Igualmente vale destacar el llamado Proyecto Challenge que sirvió par dar orientaciones estratégicas importantes en los tres últimos años. La planeación, como función institucional permanente y cíclica, permite precisar a dónde se quiere ir y cómo se intenta arribar a los escenarios deseables. Un proceso organizado de planeación permite a la UVM ser más eficaz en el cumplimiento de su misión. El producto de este proceso es el Plan de Desarrollo Institucional que contiene la filosofía institucional y los planes estratégicos y operativos. El Plan sirve para que todos quienes trabajan en la institución sepan cómo contribuyen con su trabajo a su ejecución exitosa y, por tanto, a conseguir las metas establecidas como parte del proceso de planeación. Un aspecto esencial para que los ejercicios de planeación cumplan con su propósito es que la ejecución de los programas y acciones reciba seguimiento. La evaluación periódica de los logros de la institución ofrece información precisa acerca del cumplimiento de su misión y sus metas; estos datos son esenciales para rectificar, continuar, sostener, desarrollar o eliminar programas académicos y de servicio. Este Plan está pensado para que todos quienes colaboran en la UVM comprendan mejor la filosofía y los retos institucionales, las estrategias para orientar los trabajos de la universidad, las acciones concretas que se seguirán y las metas que se espera alcanzar. De esta manera podremos contribuir a cumplir mejor con la delicada misión que los alumnos, los padres de familia y la sociedad nos encomiendan para formar a personas que puedan desarrollarse en lo personal y como ciudadanos.

2. La identidad de la UVM. La Universidad del Valle de México (UVM) fue creada y ha crecido con el propósito de formar hombres y mujeres íntegros que contribuyan al desarrollo armónico y sostenido de México. El trabajo sistemático para el logro de este objetivo ha permitido a la UVM convertirse en una de las instituciones de educación superior privadas más grandes del país. La UVM (www.uvmnet.edu.mx) nació en 1960 como respuesta a la creciente demanda de servicios de educación media superior y superior. En el primer campus de la UVM, San Rafael, ubicado en la zona céntrica de la Ciudad de México, la universidad comenzó a distinguirse por ser una institución plural, abierta a todos los sectores de la población, cuidadosa del proyecto educativo y orientada a la integración de los equipos académicos y administrativos. En 1976, con la apertura de segundo campus, Roma, dio inicio una etapa de crecimiento que no se ha detenido.1 1 Modelo Educativo UVM, Universidad del Valle de México, 2009. Plan de Desarrollo Institucional 1999-2013, Universidad del Valle de México, 1999. Un elemento de la mayor importancia para el desarrollo de la universidad en los últimos años fue la integración a la red global Laureate International Universities (antes Sylvan Learning Systems) en 2001. El compromiso de Laureate con la UVM se ha traducido en inversiones adicionales y en un nuevo dinamismo en la vida de la institución. La creciente internacionalización económica y tecnológica ha conllevado a que las instituciones educativas se beneficien de pertenecer a redes educativas que rebasan sus fronteras. Este ha sido el caso de la UVM al incorporarse a la red Laureate (www.laureate.edu), conformada por 47 instituciones de educación superior con presencia en más de 20 países en América, Asia, Europa y Oceanía; hoy sus estudiantes cuentan con un horizonte de formación más amplio y rico al poder mirar y experimentar otras culturas y prácticas educativas. El enriquecimiento del Modelo Educativo UVM, gracias a su participación en la red Laureate, es un atractivo para los jóvenes que buscan una formación integral acorde a los retos de nuestros tiempos. Por ello, más jóvenes han tomado la decisión de estudiar en la UVM. Actualmente, en bachillerato, licenciatura y posgrado, la universidad atiende a más de 110 mil estudiantes en 35 sedes ubicadas a lo largo y ancho del país (UVM, 2009). La Universidad del Valle de México ofrece un modelo educativo que invariablemente busca la calidad. Esta se expresa en el propósito de que la universidad satisfaga las expectativas de sus estudiantes y docentes, los empleadores y la sociedad en su conjunto, al tiempo que cumple con estándares educativos apropiados para los programas que opera. Frente a este propósito, la calidad en nuestra institución pasa por la formación académica y ética, el desarrollo de competencias para la realización personal, profesional y social, las instalaciones dignas y apropiadas para los fines educativas trazados, servicios y atención adecuados para los estudiantes y, en general, aquello que hace posible la educación integral. Estos componentes de la calidad se ven reforzados por la perspectiva internacional que la universidad proporciona. La UVM atiende a un público amplio, con colegiaturas accesibles. Estamos convencidos de que para formar sólidamente a nuestros estudiantes es indispensable contar con todos los insumos que una educación de calidad requiere. Pero la universidad prescinde de lujos que no contribuyen directamente a la formación de sus estudiantes.

aplicación de este principio de racionalidad, la UVM puede fijar colegiaturas que permiten a un público variado estudiar en nuestra institución. Ello genera un ambiente de pluralidad que aumenta las posibilidades de aprendizaje mutuo y que prepara a los jóvenes para una sana convivencia en una sociedad de múltiples mosaicos como lo es la mexicana. Este ambiente de pluralidad se ve complementado con las posibilidades de internacionalización que la universidad brinda a los estudiantes y profesores. Significa, entre otras cosas, que los jóvenes puedan tener acceso a programas de clase mundial que se ofrecen en la propia universidad; la posibilidad de cursar parte de sus estudios en el extranjero; tener contacto con jóvenes en otros países que estudian asignaturas afines y beneficiarse de métodos y tecnologías para la educación que han sido probadas en otros lugares del mundo. El modelo Educativo UVM ofrece un tipo de formación altamente apreciado por los jóvenes y los padres de familia a costos moderados en relación con una oferta educativa de alto valor. Los 35 campus que integran a la Universidad del Valle de México presentan distintos niveles de desarrollo. No puede ser de otra manera frente al hecho de que el primer plantel que fue abierto cumplirá 50 años en 2010, mientras que el último —Mérida— apenas fue inaugurado en 2008. En los campus más antiguos se observa un mayor nivel de consolidación académica y organizativa; en los nuevos una mayor capacidad para hacer innovaciones oportunas. Reconocer esta diversidad ayuda a construir políticas institucionales adecuadas para que cada campus sirva mejor a la comunidad donde opera, siempre con los medios necesarios para ello y cumpliendo con la filosofía de la institución. No obstante esta pluralidad que caracteriza a la UVM, en todos los campus debe asegurarse la calidad que la institución ofrece y que todos quienes participan en la vida de la institución se vean como parte de ésta.

3. Tendencias económicas, sociales y educativas que orientan el quehacer de la UVM. La sociedad del conocimiento y la internacionalización. Uno de los cambios más profundos que afecta el funcionamiento de la economía y la sociedad es el avance en el conocimiento. No en balde la sociedad actual es llamada la sociedad del conocimiento. Este no sólo se multiplica cada vez más rápido, sino que está ampliamente disponible. Prácticamente no hay actividad humana que no se esté alterando de manera significativa por la difusión y el uso más intensivo del conocimiento.2 2 Trends in Global Higher Education: Tracking an Academic Revolution, A Report Prepared for the UNESCO 2009 World Conference on Higher Education, Philip G. Altbach, Liz Reisberg and Laura E. Rumbley, UNESCO, 2009. Tertiary Education for the Knowledge Society, Special Features: Governance, Funding, Quality, Paulo Santiago, Karine Tremblay, Ester Basri and Elena Arnal, OCDE, 2008. 3 Armstrong, Lloyd y Becker, Douglas, Higher Education and the Global Marketplace, Entrepreneurial Activity in a Dynamic Environment., Center for Higher Education Policy Analysis, University of Southern California, Rossier School of Education, 2004. Ocupaciones que antes no exigían más que estudios básicos o intermedios hoy forman parte de las profesiones del siglo 21. Docencia básica, enfermería o terapias del lenguaje, logística internacional y transporte, por citar algunos ejemplos, son actividades que en el pasado podían desempeñarse con un nivel de estudios básico o intermedio; no obstante, hoy exigen niveles de conocimientos avanzados que las ubican en el campo de las profesiones. Otro cambio es la demanda que hoy existe de conocimiento aplicado, menos teórico, pertinente para los requerimientos de las personas. Las combinaciones de economía y relaciones internacionales, o de comunicación y mercadotecnia, diseño y tecnologías de información, o de electrónica, mecánica y computación son ejemplos de carreras nuevas que responden a una nueva realidad laboral. El aumento en el número de ocupaciones que requieren de una preparación más amplia que en el pasado ha tenido como efecto una mayor y más diversa demanda de servicios de educación superior. Una consecuencia de este crecimiento y diversificación en la demanda ha sido el surgimiento de múltiples instituciones con características diferentes a las universidades tradicionales. En estas últimas se partía de la base de que la educación superior debía cubrir procesos de enseñanza y aprendizaje que requieren un alto nivel conceptual e intelectual, con un fuerte componente teórico, para preparar a los estudiantes en un número limitado de profesiones. Sin demérito de la sólida formación intelectual que todas las profesiones requieren, la formación de tipo práctica ocupa hoy un lugar preponderante en múltiples ámbitos de la educación superior. La UVM sostiene su compromiso con la formación académica tradicional, pero también se adapta a los tiempos para ampliar la gama de servicios que ofrece y cubrir los anhelos de los estudiantes y las nuevas necesidades de la sociedad.3 La internacionalización es un fenómeno íntimamente relacionado con el avance del conocimiento y los cambios tecnológicos que este ha hecho posible. Gracias a estos adelantos, hoy existen las tecnologías de información y los medios para la eficiente

comunicación y transportación de personas y mercancías, así como para el intercambio de servicios entre los países. Por su parte, las tecnologías de la información y comunicación han puesto nuevos y sencillos códigos de comunicación a la disposición de miles de millones de habitantes. Cada vez es más frecuente encontrar que donde había mercados locales y cerrados hoy imperan los mercados globales. Nuestro país no puede ni debe sustraerse de las oportunidades y los desafíos de la globalización. Por el contrario, debe prepararse para aprovechar al máximo las nuevas circunstancias para mejorar los niveles de vida de su población. La UVM, como parte de la red Laureate International Universities, ofrece a sus estudiantes una posición privilegiada para insertarse exitosamente en la lógica de la internacionalización. Estos tenderán a familiarizarse más fácilmente con la realidad de los cambios en una institución que explica y asume este reto. Hay que formar a los estudiantes con un sólido sentido de identidad nacional que les permita ubicarse como individuos que forman parte de un grupo y de un país al que se deben; pero al mismo tiempo y sobre la base de esa identidad de lo mexicano, los estudiantes de la UVM deben estar preparados para prosperar en las circunstancias que la internacionalización impone y para ser parte de los cambios que se produzcan. El mercado laboral y los procesos de enseñanza-aprendizaje. Otra consecuencia del veloz cambio en el conocimiento es que hoy se necesita una formación distinta a la tradicional para el éxito laboral. Si antes se privilegiaba a los individuos que poseían los conocimientos difíciles de encontrar, a veces llevados hasta el enciclopedismo, hoy se retribuyen la creatividad, la innovación, la capacidad para buscar información, analizarla, interpretarla, producir nuevo conocimiento y comunicarlo. A su vez, estos nuevos requerimientos del mercado laboral tienen implicaciones para los procesos de enseñanza-aprendizaje. Una sólida base de conocimiento sigue siendo indispensable, pero con la diferencia de que debe ser acompañada de habilidades y actitudes favorables hacia el trabajo interdisciplinario, para la resolución de problemas y circunstancias rápidamente cambiantes. Los jóvenes de hoy enfrentarán un mundo laboral menos estable, más complejo y exigente. Dichas condiciones obligan a formar jóvenes adaptables y preparados para afrontar con éxito los nuevos desafíos que se les vayan presentando. En este entorno, la competencia de aprender a aprender es crítica y debe ser vista como la madre de todas las competencias. En el balance entre la enseñanza y el aprendizaje este último debe tener un mayor énfasis: ya no basta con que los jóvenes simplemente se sometan a procesos de enseñanza orientados a la adquisición de bloques de conocimientos, si ello no resulta en aprendizajes que los formen íntegramente y los preparen para los cambios y demandas laborales que les tocará vivir. Igualmente la distinción tradicional entre humanismo y técnica debe ser objeto de nuevas reflexiones y reformulaciones. El pensamiento humanista en abstracto y sin capacidades técnicas es una opción válida y que puede conducir al éxito, pero difícilmente se puede considerar que permitirá a grandes grupos de la población encontrar posibilidades de desarrollo profesional. El polo opuesto —capacidades técnicas, sin humanismo— no es una alternativa viable. Todo trabajo técnico se produce en la sociedad y tiene implicaciones para ésta. La formación integral sólo se puede concebir cuando los individuos están concientes de su ubicación en el espacio y en el tiempo de la humanidad, para entender las consecuencias de sus actos. La UVM entiende a la formación integral como aquella que permite la realización del ser humano y de la sociedad. Incluye al

humanismo y a la técnica, con grados de énfasis que pueden variar según la profesión de que se trate, pero invariablemente asegurando la cualidad ética de los individuos. Aprender a ser y aprender a hacer, como señala el Informe Delors de la UNESCO de 19984, son divisas de la UVM. 4 La Educación Encierra un Tesoro, Informe a la UNESCO de la Comisión Internacional sobre la Educación para el Siglo xx1, Jacques Delors et al, UNESCO, 1998. Esta universidad aspira a ofrecer una sólida formación integral a sus estudiantes, con una orientación de tipo práctica, apropiada para que los egresados se inserten con éxito en el mercado laboral. Puede ser por la vía de un empleo asalariado o mediante la creación de su propio trabajo al poner en juego el espíritu emprendedor en que la institución busca educarlos. De acuerdo con estos rasgos de su misión, en la UVM los procesos de enseñanza que resultan en aprendizajes efectivos son centrales en el quehacer universitario. Por lo mismo, no pretende ser una universidad que se distinga por la investigación científica, en que la creación de nuevo conocimiento sea su motivación principal ni a la que dedique recursos significativos. De ahí que conciba a la investigación para apoyar sus fines educativos y para servir mejor a sus estudiantes. Este modelo es, además, congruente con el propósito de ofrecer servicios a precios accesibles para amplios sectores de la población: la UVM es ante todo una universidad de docencia, no de investigación; canalizar fondos a esta última actividad tendería a encarecer las colegiaturas sin que ello impactara significativamente a los fines de la docencia. Al tratarse de una institución privada, la UVM tiene la ventaja de poder tomar decisiones ágiles que respondan oportunamente a las necesidades de la sociedad. El crecimiento de su matrícula está sustentado en que los jóvenes y sus familias ven en la universidad a una institución que atiende sus preocupaciones y que es relevante para los fines de la sociedad. La formación en valores. La formación integral necesariamente comprende a los valores. Son estos los que hacen posible el desenvolvimiento y realización del individuo, así como la convivencia armónica y fructífera entre las personas. Hay razones propias de los individuos, de la universidad, del país y del mundo entero por las que en la UVM hoy se da mayor énfasis a la formación en valores. En el ámbito del desarrollo individual los jóvenes no siempre cuentan con los referentes que en el pasado se consideraban inamovibles e incuestionables. Hoy, enfrentan una mayor exigencia en el desarrollo de su razonamiento ético y de la autoestima para elegir estilos de vida saludables y construir relaciones constructivas con los demás. En el ámbito de la universidad, como se ha señalado, la UVM es una institución plural que advierte un valor en esta característica. Para ser fructífera, la pluralidad exige valores de convivencia desarrollados. No solamente se trata del respeto; también se requiere la capacidad para apreciar la riqueza de lo distinto y diverso. En el ámbito de la sociedad y el país, México ha logrado una transformación democrática importante. Los jóvenes deben apreciar los valores que permiten este estilo de gobierno y cooperar para que se puedan desarrollar. La democracia, como lo señala nuestro Artículo Tercero Constitucional, debe ser considerada no solamente como una estructura jurídica

un régimen político, sino como un sistema de vida fundado en el constante mejoramiento económico, social y cultural del pueblo. En el ámbito de la humanidad, hoy es más importante que nunca el reconocimiento de los desafíos que el mundo enfrenta. El respeto entre los pueblos y el aprendizaje que se puede lograr de las diferentes culturas nos enriquece a todos. El indispensable cuidado del medio ambiente es uno de los desafíos que debe ser atendido por todas las personas del planeta y que por tal motivo está en el quehacer de la UVM. La contribución de la UVM a la generación de oportunidades educativas en el país. Al ser una universidad constituida como un sistema educativo multicampus, con presencia en todo el país, la UVM tiene una alta responsabilidad con el desarrollo de México. El Programa Sectorial de Educación 2007-20125 señala que la cobertura de educación superior, en la modalidad escolarizada, deberá aumentar de 24.3 por ciento en 2006 a 30.0 por ciento en 2012. El Programa enfatiza la prioridad de aumentar la cobertura en las entidades federativas con los índices de cobertura más bajos. La UVM ha venido estableciendo campus en estados con esta característica, y seguirá trabajando para generar nuevas oportunidades educativas en todo el país. 5 Programa Sectorial de Educación 2007-2012, Secretaría de Educación Pública, 2006. 6 Modelo Educativo UVM, Universidad del Valle de México, 2009. La presencia nacional obliga a asegurar que la universidad en su conjunto sirva de la mejor manera posible a la educación en México. Al hacerlo, podrá llevar los beneficios de su modelo educativo, con una perspectiva internacional y a precios accesibles, a zonas del país que de otra manera difícilmente encontrarían esta oferta. La UVM tiene previsto continuar con su proceso de crecimiento en los años próximos. El ritmo con el que ello ocurra dependerá de que se vayan localizando las ciudades que mayor beneficio podrían obtener de la oferta institucional. El crecimiento se hará mediante la apertura de nuevos campus y, posiblemente, por la vía de adquisiciones. En vista de que su modelo de campus exige una escala media-grande o grande para operar óptimamente, las nuevas unidades académicas que se abran tenderán a ubicarse en ciudades más bien grandes, sin que necesariamente sean las más pobladas del país. En el caso de las adquisiciones, estás serán llevadas a cabo si hay acuerdo con universidades que al integrarse a la red UVM, puedan mejorar su oferta educativa y atender debidamente al público al que sirven. Los retos de una red nacional. La UVM es una red de 35 campus —también llamados unidades académicas— con presencia en 14 estados del país. Esta red nacional se inspira en la misma filosofía educativa y opera conforme a un mismo modelo educativo (Modelo Educativo UVM6). La autoridad central asegura la unidad y adecuada marcha del conjunto. Los campus gozan de los márgenes de decisión y actuación necesarios para ofrecer una educación pertinente a los jóvenes que atienden y servir adecuadamente a la sociedad en su entorno. La universidad está comprometida a lograr el equilibrio entre la unidad del conjunto y la vida propia que sus partes requieren. La existencia de una red nacional representa ventajas significativas. La escala de operación genera recursos para inversiones que benefician a todos los campus.

distribuir los costos fijos entre más unidades, el costo para cada una de estas disminuye y el ahorro se traslada a los estudiantes en colegiaturas accesibles. Este es el caso, por ejemplo, de inversiones en tecnologías y equipamiento, materiales didácticos, métodos para la formación y el desarrollo profesional de los docentes, formación de vínculos con instituciones académicas del exterior o los procesos tendientes a la apertura de nuevas carreras. Las posibilidades de movilidad y desarrollo profesional del personal entre los campus de la universidad es otra ventaja indudable. Pero al mismo tiempo que una red nacional representa beneficios, no deja de implicar un reto mayor que debe ser atendido y cuidado. Una universidad multicampus se enfrenta al riesgo de que, equivocadamente, se pretenda homogeneizar la oferta de servicios educativos. De materializarse, se inhibiría la valiosa iniciativa local y se perdería flexibilidad para que los estudiantes tengan una formación pertinente para el lugar y región en que estudian. La UVM parte de la convicción de que su Modelo Educativo es compatible con la diversidad de los campus. Todos han de compartir la filosofía institucional y educativa que la distingue y beneficiarse del modelo. Pero no todos han de ser iguales. Los campus deben tener capacidad de decisión de su oferta educativa, diálogo con los estudiantes y sus familias, las autoridades educativas locales, los empleadores y otros actores relevantes, para amoldarse a las circunstancias y necesidades de cada localidad. La concreción última del nivel educativo recae en los campus y en la práctica educativa que ahí se desarrolla. Por el mismo motivo, los recursos tampoco deben ser iguales en todas las unidades académicas. Invariablemente deben asegurarse los insumos requeridos para cumplir con el Modelo Educativo UVM. Pero debe haber variantes en atención a la oferta educativa y a los requerimientos de cada campus para operar correctamente en su entorno y región de influencia. Por ejemplo, en ciudades donde la dinámica económica y laboral facilite la vinculación empresa-universidad sería de esperar que se creen grupos que potencien esas relaciones con prácticas profesionales, servicios de capacitación, asesorías o con la participación de los empresarios en ciertos ámbitos. Igualmente hay unidades académicas en donde la demanda de los estudiantes está orientada hacia una formación más teórica y que por lo tanto requiera de más personal académico de tiempo completo y posiblemente carreras más tradicionales. Otro caso más es el de las instalaciones deportivas o culturales que es difícil ampliar o modificar en los campus antiguos que han quedado envueltos por el crecimiento urbano, pero que pueden ser construidas en campus nuevos que cuentan con una reserva territorial. Las unidades académicas antiguas y las nuevas tienen ventajas y retos que son acordes a los años que lleven en operación. En general, aunque ello admite variantes, las unidades más antiguas están más consolidadas en los insumos y en su organización. Después de varios años o décadas de operación es natural encontrar un cuerpo docente que vigila la calidad académica de los programas y una organización administrativa que domina los procesos. Por su parte, los campus más nuevos tienen la ventaja de poder hacer innovaciones con rapidez y de adaptarse con mayor facilidad al entorno cambiante. Con ello no quiere decirse que los campus consolidados sean mejores que los nuevos ni viceversa. En cambio, debe entenderse que, de manera natural, unos y otros operan de forma distinta y que pueden requerir de una relación diferente con la administración central de la universidad y con las propias autoridades educativas públicas. Los campus consolidados tienen el desafío de no perder capacidad de innovación y de ajustarse a una realidad cambiante; los campus en proceso de maduración, por su parte, deben cuidar

que estén presentes todos los insumos y procesos necesarios para ofrecer una educación que responda al modelo educativo. En una institución de la envergadura de la UVM es de esperar que haya casos en que periódicamente deban efectuarse correcciones, tanto en unidades académicas consolidadas como nuevas, para que respondan plenamente al Modelo Educativo de la UVM. Es obligación de la administración central de la universidad tomar las medidas conducentes para que, en todos los campus, estén presentes las estrategias pertinentes para lograr la misión y la visión institucionales, en el entendido de que dichas estrategias han de ser compatibles con las características específicas de cada unidad. Las variables de los campus que la administración central de la universidad considera primordiales para determinar la naturaleza de su relación con ellos son la antigüedad; el número de estudiantes; la existencia o no de bachillerato y/o posgrado; la presencia de cuerpos académicos y administrativos consolidados; las posibilidades de vinculación; las necesidades y posibilidades de equipamiento y crecimiento de la infraestructura educativa; el perfil de los estudiantes y, de manera genérica, todo aquello que sea determinante para el cumplimiento de la misión institucional en cada una de las unidades académicas. No obstante estas variantes, en todos los casos se deberá contar con estándares mínimos, fijados centralmente, en cuanto a insumos críticos para asegurar el funcionamiento del Modelo Educativo: profesorado, programas de estudio, bibliotecas-centros de información e instalaciones. Las características de estos insumos serán expresadas y actualizadas periódicamente por la administración central.

4. Filosofía institucional. La UVM formula los tres elementos de su filosofía institucional —el ideario institucional, la misión y los valores— a partir de las tendencias económicas, sociales y educativas que orientan su quehacer y que fueron explicadas en la sección anterior. Esas explicaciones sirven para contextualizar y entender mejor los tres elementos de la filosofía institucional: el ideario, la misión y los valores. Ideario institucional El Ideario integra los postulados y principios axiológicos que definen y rigen el quehacer educativo de la institución. Parte del supuesto de que la universidad tiene un compromiso con la calidad y exigencia académicas. El dominio de las competencias que demanda el mercado laboral sólo se hace posible cuando el trabajo académico es riguroso. El Ideario establece que la Universidad del Valle de México: I. Admitirá a los estudiantes considerando su potencial para revertir a la sociedad los conocimientos, habilidades, destrezas y actitudes adquiridos durante la formación, y no considera aquellos criterios relacionados con las creencias religiosas, ideológicas, políticas o con su posición social. II. Mantendrá vigentes las funciones de educar, investigar y extender la cultura, para que sean acordes con las necesidades del entorno local, estatal, nacional y global. III. Formará personas en el nivel medio superior y superior, conjugando el conocimiento con la ética y las actividades extra curriculares/co-curriculares, a fin de lograr en ellas un desarrollo integral y armónico. IV. Desarrollará en los estudiantes capacidades orientadas al desarrollo sustentable que les permita la adaptabilidad a un mundo en constante cambio, con una visión global. V. Promoverá la educación en valores no sólo como dimensión del aprendizaje y del proceso formativo, sino como uno de los factores básicos de la calidad educativa. VI. Encauzará a la comunidad universitaria hacia el respeto a sus semejantes y a sí mismos, con el fin de formar personas dignas y honestas. VII. Contribuirá al desarrollo de un mundo más justo y humano, fomentando en la comunidad universitaria el bienestar, la equidad social y la paz. VIII. Promoverá la formación multicultural y el respeto a la diversidad buscando el bien común. IX. Fomentará en los estudiantes el espíritu comunitario, que los aleje de actitudes individualistas para que desarrollen un compromiso hacia la responsabilidad social. X. Impulsará, a través de su Modelo Educativo, la formación de hombres y mujeres con un espíritu solidario que propicien cambios para el desarrollo de nuestro país y el mundo.

Misión La Universidad del Valle de México tiene como misión la formación de personas íntegras, con sólida preparación académica, y comprometidas con el desarrollo de México. Fomenta la cultura y el compromiso ciudadano, desarrolla el espíritu crítico y propositivo, la creatividad, el deseo de superación y el potencial emprendedor, así como las capacidades para trabajar en grupo, adaptarse a circunstancias variadas, ofrecer ideas, investigar y resolver problemas prácticos de distinta complejidad. Forma profesionistas que son reconocidos por su competencia en el área que estudian y que se benefician de una educación que les abre perspectivas de vida o trabajo en un ambiente internacional. Valores Los valores promovidos por la institución, que son fundamento y guía de actuación para los integrantes de la comunidad universitaria son los siguientes: Bien común Dignidad Honestidad Justicia Lealtad Libertad Paz Responsabilidad Solidaridad Verdad

5. El perfil del egresado y el Modelo Educativo UVM. El perfil del egresado El perfil del egresado integra los atributos que adquieren los estudiantes al concluir su proceso formativo. Una parte de estas cualidades se corresponde con el nivel o el campo de formación del egresado. Otra se relaciona con las características deseables de todo egresado de la UVM y por eso se denomina perfil genérico del egresado. Una adecuada definición de este resulta de especial importancia en la institución que ve en la formación de sus egresados su razón de ser. La universidad tiene presente que su eficacia está asociada al éxito en las trayectorias de sus egresados. Este éxito incluye, de manera destacada, la incorporación de los jóvenes al ámbito laboral y su capacidad a lo largo de la vida para hacer aportaciones y dar respuesta a las demandas de la sociedad. Las características esenciales que distinguen al egresado de la UVM se identifican con la misión de la universidad. En esta se condensa lo fundamental del perfil del egresado. Para una plena comprensión del sentido de la formación de las personas que postula la misión, es necesario abundar en los atributos del egresado mediante la identificación de competencias agrupadas en tres áreas: personal, para el aprendizaje permanente y funcional profesional. Área de formación personal. Está asociada a la educación de los seres humanos íntegros que establece la misión. Son personas que aprecian la cultura y con compromiso ciudadano, con autoestima, que valoran a los demás, muestran un comportamiento virtuoso y actúan sobre la base de la ética, la responsabilidad social, el aprecio a México y los valores que la universidad fomenta. El concepto de persona íntegra incluye el respeto y el aprecio a la diversidad y la multiculturalidad, tanto en lo nacional como en lo internacional, así como el compromiso con el medio ambiente y el equilibrio entre el cuidado que este merece y las necesidades humanas. Área para el aprendizaje permanente. Es igualmente indispensable para el cumplimiento de la misión de la UVM pues asegura que los egresados tengan la capacidad para aprender por cuenta propia, ser innovadores, adaptarse a situaciones que cambian, trabajar en grupo, investigar y otros elementos afines expresados en ésta. Descansa en una sólida formación académica. Una condición de éxito es que haya disposición hacia la cultura de aprecio al conocimiento y las habilidades. Los hábitos de estudio, la disciplina de aprendizaje independiente y el cuestionamiento y razonamiento crítico también son indispensables para conformar una actitud favorable hacia el aprendizaje. El manejo inteligente de la información está estrechamente relacionado con las posibilidades de aprender: se trata de plantearse problemas, buscar información, analizarla, interpretarla y producir nuevo conocimiento con el apoyo de las tecnologías de la información y las comunicaciones. Área funcional profesional. Se identifica con la formación académica, las competencias para la resolución de problemas prácticos de diversa complejidad, el alto desempeño en el trabajo y la apertura de perspectivas laborales en México y en un ambiente internacional. Comprende la capacidad de expresión verbal y escrita, en español y en inglés, y atributos como el liderazgo, el espíritu emprendedor, y las competencias que permiten conjuntar conocimientos, experiencias y habilidades para entender contextos, tomar decisiones adecuadas y solucionar problemas.

El logro de este perfil exige de un Modelo Educativo propio y de un perfil del docente adecuado, como se describe en los dos puntos siguientes. El Modelo Educativo UVM El Modelo Educativo de la UVM está orientado por la misión institucional. Su eficacia está sustentada en un conjunto de características que facilitan la formación de los estudiantes conforme a lo establecido en esta y que se desarrolla en el perfil del egresado: Centrado en el aprendizaje. La propuesta pedagógica del Modelo Educativo se centra en el aprendizaje del estudiante, en especial de aquello que le resulta significativo. Al poner al estudiante en el centro del quehacer educativo, se espera que resulte motivado y que haga suyas las herramientas que requiere para aprender en la propia universidad y posteriormente a lo largo de su vida profesional. Enfocado en una lógica interdisciplinaria para el desarrollo de competencias. Las disciplinas tienen la ventaja del rigor y la organización metodológica para la adquisición del conocimiento; pero la posible desventaja de que, si se abordan de manera aislada o exclusivamente en su campo de especialidad, pueden no permitir una comprensión integral de los problemas de la realidad ni favorecer el desarrollo de las personas con las características expresadas en la misión. El enfoque interdisciplinario aspira a que los estudiantes se formen en la exigencia del conocimiento disciplinar, pero que, al mismo tiempo, logren habilidades para plantearse problemas y soluciones al integrar conocimientos y habilidades que rebasan las fronteras disciplinares tradicionales. Pertinente por su significado para los jóvenes en sus posibilidades de empleo. Implica, en primer lugar, que el diseño curricular debe guardar correspondencia con la realidad del mundo laboral. Pero también incorporar una cultura del esfuerzo, para la formación de actitudes favorables hacia el trabajo y de capacidades que permitan a los jóvenes ubicarse en la realidad y aprovechar las oportunidades que se les presenten. Dinámico y flexible. El modelo es dinámico porque está diseñado para responder y adaptarse oportunamente a circunstancias cambiantes. La flexibilidad se concibe en relación con cuatro dimensiones: la organización de planes de estudio que permiten al estudiante elegir, entre diversas opciones, aquella o aquellas que mejor respondan a sus intereses; el tiempo requerido para cursar los programas académicos; la mezcla entre estudios presenciales tradicionales, y otras modalidades semi presenciales o virtuales; y la integración de grupos escolares en que participan estudiantes con diferentes niveles de avance curricular. La flexibilidad del Modelo Educativo propicia la formación de personas propositivas e innovadoras que pueden afrontar con mayor probabilidad de éxito los cambios que las circunstancias imponen. Basado en la innovación. Se refiere a la disposición institucional para introducir dinámicas explícitas que permiten ajustar las ideas, metas, contenidos y prácticas escolares existentes cuando es necesario, a fin de que el enfoque educativo responda mejor a la formación de los estudiantes. Sustentado en la integración de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) al proceso educativo. Las TIC en la educación son una herramienta transformadora que potencia las posibilidades del proceso enseñanza-aprendizaje, al facilitar la búsqueda, procesamiento, análisis y comunicación de la información. Dentro y fuera del salón de clases, las TIC dan a profesores y estudiantes acceso a bibliotecas digitales, sitios web especializados, simuladores en tiempo real, plataformas tecnológicas con contenidos y foros de discusión, blogs, wikis y podcasts. Las TIC´s están estrechamente asociadas a

las capacidades para aprender a aprender en la actualidad, así como para facilitar los procesos colaborativos entre estudiantes y profesores. Orientado hacia la internacionalización. Ante la importancia que la perspectiva internacional tiene en la función educativa de la institución, esta ha de incorporarse de manera transversal en los programas educativos. La internacionalización en la UVM se concibe como un proceso de transformación institucional que brinda a los estudiantes y docentes la oportunidad de tener contacto con culturas de otros países dentro del campus o fuera del país, y de desarrollar la capacidad de comunicarse, de aprender y de resolver problemas desde una perspectiva global. Para la universidad, la internacionalización implica el reto de desarrollar programas académicos que promuevan la movilidad estudiantil y docente, la doble titulación y el aprendizaje de lenguas extranjeras, en especial la inglesa. Asimismo, significa que ponga al servicio de su comunidad los beneficios derivados de la Red Internacional de Universidades Laureate; la generación de redes de colaboración de y entre docentes y estudiantes y el fortalecimiento de la planta docente al darle una dimensión internacional. El perfil del docente de la UVM. El perfil del egresado y el Modelo Educativo obligan a reflexionar sobre el papel del docente en la UVM. Más que ser meramente transmisores de información, los profesores son conductores responsables del proceso de aprendizaje de sus estudiantes. La naturaleza del profesor que la institución requiere se puede expresar en competencias y atributos generales agrupados en tres áreas: la de desarrollo personal, la del aprendizaje permanente y la funcional. Área de desarrollo personal: Amplia cultura general. Incluye el aprecio por la identidad cultural de México y apertura a la multiculturalidad. Visión de lo internacional. Comunicación efectiva oral y escrita en el idioma español y en el idioma inglés. Liderazgo, empatía, flexibilidad y adaptabilidad, alta autoestima y estabilidad emocional, con cuidado de su persona e imagen, persistencia, orden y responsabilidad. Manejo efectivo de las relaciones interpersonales y capacidad para la conducción del trabajo en equipos inter y multidisciplinarios. Comportamiento ético, con respeto y apego a los valores institucionales. Con sentido de identidad, pertenencia y orgullo hacia la institución.

Área para el aprendizaje permanente: Competencias propias de una cultura de adquisición de conocimientos durante toda la vida. Gestión de la información y uso eficiente de tecnología. Orientación crítico-propositiva y auto reflexiva. Habilidades de investigación.

Área funcional para la docencia: Competencias identificadas para un alto desempeño como profesional de la docencia o potencial para desarrollarlas.

Dominio actualizado del conocimiento que imparta, avalado por las credenciales académicas expedidas por instituciones reconocidas. Estudios completos que sean al menos un nivel superior al de aquel en que imparte clases, y/o al menos cinco años de experiencia laboral reconocida. Compromiso con la formación de los estudiantes y verdadera vocación docente. Capacidad para incorporar las TIC en el proceso de enseñanza-aprendizaje. Creatividad en las estrategias de enseñanza. Adicionalmente y partiendo del principio que la función del docente no es exclusivamente la enseñanza, sino el logro de los aprendizajes significativos de los estudiantes, se espera que éste tenga la capacidad de: o Actuar como un modelo de formación y transmisión en valores a sus estudiantes. o Participar activamente en la vida colegiada del profesorado para el diseño de estrategias y el logro de la coordinación necesaria entre docentes para el logro del perfil del egresado. o Observar con atención el desarrollo de cada uno de sus estudiantes para orientar y retroalimentar sus tareas y participaciones en clase o en el desarrollo de proyectos.

6. Estrategias. La misión de la Universidad está acompañada de una visión que permite formarse una imagen de dónde estará posicionada en un horizonte de cinco años. Visión La Universidad del Valle de México se proyecta como una institución de educación superior de prestigio nacional, identificada como la universidad más internacionalizada de México. Es visualizada como una institución que abre oportunidades de desarrollo personal y colectivo, comprometida con el avance del país. Los egresados destacan por su formación integral, reconocimiento profesional en entornos diversos y cambiantes y su perspectiva internacionalista. La UVM es reconocida como una de las universidades insignia de la Red Laureate International Universities. Las estrategias permiten organizar los programas y enmarcar las acciones para cumplir con la misión de la universidad y aproximarse a la visión. Están agrupadas en cinco ejes: la calidad académica y la formación integral; la internacionalización; la vinculación; la gestión y el desarrollo institucional y el sistema de aseguramiento de la calidad.

Estos cinco ejes estratégicos se inscriben en la lógica de lo expuesto sobre la identidad de la UVM, las tendencias económicas, sociales y educativas que orientan su quehacer, la filosofía institucional, el perfil del egresado y el Modelo Educativo UVM. Conviene subrayar que los programas y las acciones necesarias para ejecutar las estrategias recaen en las áreas centrales, en las regiones o en los campus, según se precisa en cada uno de los ejes y se desprende de la sección que se refiere a los retos de una red nacional. Es importante mencionar que en la misión de la universidad están expresados los objetivos de la institución: la formación de personas íntegras, con sólida preparación académica, y comprometidas con el desarrollo de México. La identidad entre misión y objetivos hace innecesaria la formulación de objetivos separados de la misión que podrían conducir a confusiones. PRIMER EJE: LA CALIDAD ACADEMICA Y LA FORMACIÓN INTEGRAL La UVM concibe a la calidad académica y la formación integral como dos conceptos unidos que conviene incluir en un mismo eje estratégico. Al hacerlo de esta manera se facilita el desarrollo de las tres áreas del perfil del egresado de la UVM: formación personal, para el aprendizaje permanente y funcional profesional. Los programas de este eje estratégico abarcan la docencia, los programas de estudio, el proceso de enseñanza-aprendizaje, las tecnologías de información y comunicación, la investigación, las instalaciones y el equipamiento, la responsabilidad social y el desarrollo

sustentable, aspectos complementarios para la formación integral y el fortalecimiento de la Preparatoria UVM.

Desde hace varios años, las universidades han desempeñado un papel primordial en la educación de los jóvenes de México, tratando de satisfacer las necesidades que demanda la industria de bienes y servicios; no obstante, en la actualidad, debido al fenómeno de la globalización, es necesario conocer las necesidades de los mercados externos con el fin de dar una visión más amplia a los futuros profesionales, además de enfatizar la necesidad de dar un enfoque empresarial a cada carrera para producir más líderes y menos empleados.

En este mismo orden de ideas, las tendencias modernas obligan a ir creando profesionales con capacidades multidisciplinarias, es decir, hábiles para dirigir, administrar, generar y manejar técnicamente un grupo de trabajo y una empresa de cualquier ramo, especialidad y país a fin de lograr, en una primera instancia, ser autosuficientes económicamente, y a la vez ser precursores de empleos para otras personas en bien del país y de la economía global.

Introducción

Quizá lo anterior suene utópico, pero no lo es tanto, pues muchas universidades están cambiando su visión y sus alcances con deseos de lograr la excelencia académica a nivel nacional e internacional, y a la vez llevar la idea de liderazgo a todas sus esferas de acción.

Para ello, se han planteado la tarea de convertirse en organizaciones que aprenden, han iniciado una labor de reingeniería en sus programas y han establecido una política de apertura al cambio y a la renovación constante en busca del éxito, no sólo de ellas como instituciones, sino de sus egresados como producto fehaciente y claro de su labor cumplida.

Ante un entorno que cada día exige mejorar, no tanto para ir a la vanguardia, sino tan sólo para mantenerse, surgen por todas partes los programas de mejora continua. Sin embargo, es un hecho que para que una organización mejore, primero tiene que aprender algo nuevo, porque de lo contrario, sólo se estarían repitiendo viejas prácticas y los cambios que se logren sólo serían superficiales y de corto plazo.

Por ello, es sumamente importante en la actualidad estar consciente de la necesidad de mantenerse en constante búsqueda del mejoramiento y actualización, debido a la rapidez con que se está moviendo la información en los tiempos modernos, así como no aferrarse a modelos educativos estáticos supuestamente terminados, si se quiere mantenerse vigente y eficiente. Por tanto, es primordial motivar al personal docente a continuar aprendiendo, a involucrarse en un proceso de investigación y perfeccionamiento constante, nunca acabado, para, con ello, dar un ejemplo evidente de lo que los estudiantes tendrán que vivir haciendo: preparándose toda la vida, a fin de enfrentarse con más armas y estrategias (conocimientos y experiencias) a la constante competencia en el mercado laboral y profesional.

Muchas veces, en México, se ha minimizado la necesidad de incentivar el trabajo investigador de los profesores, sobre todo en las instituciones privadas, en donde se paga a los docentes por honorarios de acuerdo con el número de horas de clase impartidas, olvidando que el profesor requiere de tiempo adicional de preparación, obligándolo a la improvisación y a la no actualización constantes por falta de tiempo y espacios adecuados.

Así, observamos que muchas instituciones y empresas de clase mundial como Xerox, Analog Devices y Chaparral Steel [1], por citar algunas, han reconocido una estrecha relación entre el proceso de aprendizaje y la mejora continua; así mismo, ya existe una gran cantidad de bibliografía disponible acerca del tema. No obstante, aún resulta confuso para muchos saber lo que es una organización que aprende, descubrir cuáles son los requisitos que se deben cumplir para lograrlo y, lo más importante, cómo medir el progreso en el aprendizaje y, sobre todo, por dónde empezar.

Objetivos

Basados en el enfoque de varios especialistas en el tema como David Garvin, Peter Seagel y Paul Allaire, ejecutivos de Xerox [2], se requieren tomar los siguientes pasos:

1. Proponer un marco conceptual dentro del que se inscribe una organización que aprende.

2. Definir y describir los requisitos para que una organización aprenda.

3. Definir algunos sistemas de medición.

4. Establecer cuáles deben de ser los primeros pasos para lograrlo [3].

Estos objetivos están orientados a resolver tres cuestiones: la primera de ellas tiene que ver con el significado, es decir, una definición o marco conceptual dentro del cual se encuadre una organización que aprende; la segunda es la dirección, esto es, una guía práctica que, en este caso, la encontraremos al definir los requisitos que se requieren para que exista una organización con tales características; por último, la tercera es un sistema de medición que permita evaluar cómo y qué estamos aprendiendo.

Marco conceptual

Existe una gran cantidad de textos en los que se definen las organizaciones que aprenden; aunque algunas difieren en algunos aspectos importantes, coinciden en que el aprendizaje de las organizaciones es un proceso que toma tiempo y que está relacionado con adquirir conocimientos y con la mejora del rendimiento o resultados [4].

Además, se sabe que el aprendizaje transforma al individuo y a las organizaciones y que, para poder medir esa transformación, se requiere identificar parámetros que nos indiquen el grado de transformación logrado.

Adicionalmente, el aprendizaje organizacional es, con mucho, un aspecto que está relacionado con los paradigmas y la cultura y, para lograrlo, se debe cumplir al menos con dos requisitos: primero, romper paradigmas y, segundo, crear una cultura que promueva un cambio de comportamiento, para que se fomente el intercambio de conocimientos y se dejen atrás viejas prácticas de reservarse u ocultar información.

El punto central del aprendizaje organizacional está en el cambio de mentalidad, esto implica transitar de sentirnos separados a sentirnos conectados con todos los miembros de la organización a través de un sistema que busca socializar el conocimiento. Por ello, es indispensable que además de adquirir conocimiento, éste se transfiera, ya que sin la transferencia no hay transformación organizacional.

De esta forma podremos definir que una organización que aprende es aquella que tiene la habilidad para generar, adquirir, mantener y transferir conocimientos en toda la organización, con el fin de modificar su comportamiento a través de nuevos conocimientos y nuevas aplicaciones que se convertirán en nuevos y mejores servicios.

Requisitos que debe cumplir una organización que aprende

Con base en la experiencia aportada por empresas que se han transformado en organizaciones que aprenden, se destacan cinco requisitos o elementos de construcción necesarios para lograr el objetivo.

Resolver los problemas de manera sistémica

Se apoya en el método científico, lo que Deming [5] describe como el ciclo de “planear, hacer, verificar y actuar”. Así mismo, ha de buscarse que la toma de decisiones se apoye en hechos, no en supuestos, lo que algunos directivos han llamado “dirección basada en hechos” y, por último, conviene utilizar algunas técnicas estadísticas básicas como histogramas, paretos y diagramas de causa efecto, con el objeto de ordenar la información y reconocer tendencias.

La exactitud y la disciplina son elementos necesarios para aprender de ese modo, los miembros de la organización deben, a partir de la información, evaluar las causas de fondo que originan ciertos problemas, de lo contrario, las empresas podrán tomar decisiones viscerales que terminan por frenar el aprendizaje.

Aprendiendo de lo hecho en el pasado

Esto consiste en revisar los éxitos y los fracasos, evaluarlos y poner el resultado de la evaluación a disposición de toda la organización, con el propósito de que los miembros de ésta los analicen, comprendan las causas del éxito y del fracaso y analicen los conocimientos que se desprendan de ello porque, como lo ha citado el filósofo George Santayana: “Aquellos que no recuerden el pasado, están condenados a repetirlo”. En el mismo orden de ideas, un estudio concluyó que el conocimiento obtenido por fallar es frecuentemente instrumental en el logro de los éxitos subsecuentes, en términos más simples: fallar es el mejor maestro [6].

Cuando las empresas están dispuestas a reconocer el valor del fracaso, éste se vuelve productivo, es decir, una falla es productiva cuando a partir de ella se entienden las causas del fracaso y, por tanto, se aprende del error. En contraste, existen los éxitos no productivos, son aquellos que cuando algo sale bien nadie sabe por qué.

  Aprendiendo de los demás

Está claro que no todo el aprendizaje surge del autoanálisis o del interior de uno mismo, en ocasiones, el aprendizaje proviene de otros dentro de la misma organización o de otras organizaciones. Cuando esto sucede, no debemos detenernos para copiar, Milliken [7] llama a este proceso ”robar ideas sin pena” que, en términos más convencionales, se le conoce como benchmarking [8], el cual consiste en la búsqueda de las mejores prácticas de otras organizaciones y concluye con el análisis de los resultados e implementación en nuestra empresa. Copiar las mejores prácticas se traduce en ganar una perspectiva externa.

Otra fuente de ideas son los propios clientes, en este caso, nuestros estudiantes, pues el contacto directo con ellos es otra manera de estimular el aprendizaje, éstos tienen suficiente información para realizar comparaciones con otras universidades de la competencia; el contacto con ellos nos permite una retroalimentación sobre el servicio proporcionado y nos da la posibilidad de hacer modificaciones en nuestros procesos.

No obstante, cualquiera que sea la fuente del aprendizaje, éste solo ocurrirá cuando se cuente con un ambiente receptivo, en donde todos debemos estar abiertos a las críticas y a la discusión y dispuestos a escuchar con atención.

La práctica usual debería ser que los profesores experimentados transmitan su conocimiento a los profesionistas novatos, en su mayoría, recién ingresados a la organización. Se busca que el conocimiento tácito de los primeros se haga explícito a los menos experimentados, lo que se logra integrando equipos de trabajo en los que participa el personal de mayor experiencia apoyado por las academias.

Gestión del conocimiento

Para que el conocimiento no se quede sólo en algunos, éste debe ser diseminado de manera eficiente por toda la organización. Sin embargo, una buena gestión del conocimiento no sólo consiste en diseminarlo, ya que la gestión consta de varias etapas, que a continuación se describen.

El proceso inicia por identificar las necesidades de conocimiento que la organización demanda y continúa con un inventario de los conocimientos de que dispone la empresa. Como resultado de lo que se requiere y se tiene, se genera una brecha o diferencia de conocimientos. A partir de esta etapa, se elaboran los programas para la adquisición de conocimientos, y éstos se empiezan a adquirir por diferentes medios. Una vez adquirido el conocimiento, se debe de transferir, cuidando que vaya directamente a aplicaciones que den como resultado nuevos servicios, tal como se muestra en el siguiente diagrama [9].

Nótese que el proceso anterior inicia con la detección de necesidades de conocimientos para su aplicación. Esto tiene un mensaje, si el conocimiento adquirido no tiene aplicación, tiene poco valor.

Para cumplir este requisito, seria interesante que las universidades diseñarán un proyecto que coadyuve a lograr una gestión efectiva del conocimiento. Este proyecto debería tener dos puntos de partida. Primero, definir cuáles son los conocimientos requeridos para poder competir en el corto y mediano plazo, haciendo énfasis en aquellos aspectos cuya reincidencia es más constante. Definido lo anterior, se debería buscar la manera de resolver los problemas y mejorar los resultados.

El segundo punto de partida serían los mapas funcionales, en los cuales habremos de descubrir los conocimientos y habilidades necesarias para llevar a cabo adecuadamente los procesos actuales requeridos en las instituciones educativas.

Como complemento de lo anterior, se trabajará en el diseño de fichas técnicas en las que el conocimiento adquirido (como producto de éxitos o fracasos en proyectos ejecutados) sea transferido a todos los miembros de la organización.

Medir el aprendizaje

Existe una frase conocida en los medios directivos que señala que no se controla lo que no se mide y lo que no se mide no se puede dirigir. Esta frase es sin duda también aplicable al aprendizaje. Hace muchos años, se descubrió que en los procesos de manufactura, los costos se reducían considerablemente al aumentar el volumen de producción, fenómeno conocido como economía de escala. Estos incrementos en la producción fueron vistos como medios efectivos para generar conocimiento [10].

Posteriormente, estas experiencias se extendieron a otras industrias en donde el resultado fue el mismo. Esto dio origen a una gran competencia, en donde para salir airosas, las compañías debían incrementar su producción a fin de reducir sus costos y ofrecer mejores precios en el mercado para ganar una mayor participación.

No obstante, para las empresas que quieren convertirse en organizaciones que aprenden, medir sólo la reducción de costos debido al incremento de la producción es una medida incompleta, ya que no se consideran otras variables como la calidad, el lanzamiento de nuevos servicios, la oportunidad en la prestación del servicio, la innovación y el desempeño organizacional, por mencionar sólo algunas.

Para medir el progreso del aprendizaje en las universidades, sería recomendable emplear un tablero de control, instrumento en el cual se puede apreciar su evolución en cuatro cuadrantes: el financiero, en donde destacan los indicadores relacionados con la rentabilidad; el de los estudiantes o clientes, en donde se conoce su grado de satisfacción y su nivel de aprendizaje; el interno, que mide la satisfacción y formación del personal y, por último, el relacionado con la innovación y el aprendizaje, en donde se mide la incorporación de nuevos servicios.

TABLERO DE CONTROL

Sin embargo, debemos reconocer que las mediciones efectuadas todavía están lejos de ser precisas y efectivas y que, además, la difusión y oportunidad de su publicación no es la adecuada.

 Propuesta: por dónde iniciar

Antes de señalar cuáles deben de ser los primeros pasos que facilitarán transitar hacia una organización que aprende, conviene recordar que una transformación de esta índole no se logra de la noche a la mañana. Primero se tienen que cumplir los requisitos mencionados, asimismo se deben lograr cambios en la actitud de su personal y directivos, y conseguir el compromiso de todos sus miembros, comenzando por los niveles superiores, ya que al principio ellos deben motivar y realizar el cambio al constituirse en facilitadores del proceso [11].

Se requiere también crear un ambiente de aprendizaje en el que los miembros de la organización se tomen el tiempo necesario para pensar en planes estratégicos, para evaluar los sistemas de trabajo y para detectar la problemática, principalmente para aquellos aspectos no muy positivos en los que existe recurrencia.

Otra palanca de inicio es animar el intercambio de ideas. Para ello, es aconsejable llevar a cabo reuniones en las que se generen tormentas de ideas, se cuestionen los sistemas actuales de trabajo y se analice la información para descubrir los factores que han sido críticos, tanto para el éxito como para el fracaso. Esto asegura un flujo de ideas y la posibilidad, entre los empleados, de considerar diferentes perspectivas dentro de un marco de expresión franca, en el que las personas se sientan animadas a reconocer sus propios errores. Logrado lo anterior, periódicamente se deben establecer foros de aprendizaje. Esto es, revisiones de la planeación estratégica, revisión colegiada de proyectos y evaluaciones del desempeño organizacional, que consisten en revisiones y análisis no sólo del estado de pérdidas y ganancias,

participación de mercado, etcétera, sino también de las razones de los incumplimientos en los objetivos deseados y si se ha logrado un buen nivel de satisfacción del estudiante.

Todos estos esfuerzos ayudan y estimulan el aprendizaje a través de involucrar al personal en las decisiones que lleguen a tomarse con el afán de mejorar, al mismo tiempo que ayudan a eliminar las barreras que impiden aprender, y originan un compromiso de aprendizaje continuo.

En este sentido, para motivar un ambiente de participación y aprendizaje, sería conveniente revisar, al menos una vez por año, el plan estratégico de la institución y el modelo educativo que se ha implementado y evaluarlo trimestralmente; en estos ejercicios, no sólo deberán participar los mandos ejecutivos medios, sino también los catedráticos y, en ocasiones, la comunidad estudiantil.

Aunado a lo anterior, para fomentar la detección de necesidades y el diseño de nuevos métodos, las academias deberán jugar un papel primordial, dado que estas organizaciones tienen dos propósitos principales: hacer cumplir los objetivos académicos planteados y, a la vez, incentivar constantemente el deseo de mejora continua entre los profesores y los estudiantes, creando ambientes propicios para ello y buscando diferentes y novedosas alternativas, siempre en busca del bien de la institución como un todo.

Del mismo modo, las reuniones académicas deberán invitar al análisis, al involucramiento, al compromiso constante con la comunidad estudiantil, con la institución y con el país. Para ello, se deberá contar con la suficiente información (instrumento con el que produciremos conocimiento), la cual se deberá compartir de manera precisa en el momento adecuado.

Conclusión

Lo antes expuesto pone de manifiesto que si bien muchas veces se comprende cuáles son los elementos de construcción de una organización que aprende y se trata de cumplir parcialmente con algunos, todavía es necesario trabajar más sobre la formas de compartir compromisos y obligaciones en pro del bien común.

La misión de la Universidad del Valle de México como una organización de clase mundial cuyos docentes y administrativos deben desempeñar sus labores cada vez más de acuerdo a estándares internacionales debido a las exigencia del entorno y a su alianza con Laureate, es ambiciosa y difícil, pero cada día debe dar un paso hacia adelante para lograrla. Las nuevas generaciones de jóvenes formados por nosotros lo agradecerán y la historia lo validará.