skiar ensaiar

8/18/2019 Skiar Ensaiar

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ENSAYAR

Probar, arriesgar, intentar. En un sentido puede ser precau-

ción, pero basicamente es bacer que las cosas se muevan de un

lugar a otro basta que el punto fn al, dei babla o la escritura,

sobrevenga por a/.ar, por cansando o por deseo.Juzgada como

asistemáúcay demasiado librada a Iasfuerzas inestables de la

interpretación, ha ofrecido textosy percepciones sin las cuales

parte dei universo dejaría de existir o nunca hubiera posibilita-

do el sabery el sabor de su existencia. Todo puede ser ensayado:

el cansando, la tolerancia, el amor, Ia perdida, el olvido, las

fórmulas, el tiempo, la coyunturay la sonrisa. Referida a una

acción personal, supone un desafio sin el pecado anadido de

la ambición. R fe rid a a lajilosofia es sinônimo dei filo so far':

dar vueltas entre mares de dudas, preguntas, ignorancias, des

atinos. Ensayar es esa vuelta que no regresa jamás.

En el Diccionario de la Real Academia (Madrid, 1976) la

palabra ensayo se define como: “(Un) escrito, generalmente

breve, sin el aparato ni la extensión que requiere un tratado completo

sobre la misma matéria”; en el Diccionario Aurélio de LenguaPortuguesa (Rio de Janeiro, Editora Nova Fronteira, 1988) en-

contramos que la palabra ensaio es definida como: “(El) estúdio

sobre determinado asunto, pero menos profundo y / o menor que un

tratado form al y a c a b a d o en el Diccionario Larousse (1968)

de inglês la palabra essay parece suponer una fusión entre los



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dos sentidos, es decir: “Redacción, composición, tentativa, intento

prueba”, así como “Probar, someter a prueba, hacer un intento”. En

The Advanced Lcarners Dictionary of Current English (London,

Oxford University Press, 1963) el término “esscy'” es definido

como: “Pieza de escritura, brevey en prosa, sobre cualquier tópico”.

En el Diccionario Italiano de Lucio Ambruzzi (Milano: Paravia

& C., 1963) "saggio" posee dos acepciones: “sabio, cuerdo, sagaz,

avisado, prudente” y “estúdio”. Si, en cambio, consultáramos enuna Enciclopédia de Literatura (como, por ejemplo, aquella

de Merriam W ebster’s (Massachusetts, 1995) veríamos que la

definición trata acerca de: “Una composición literaria analítica,

interpretativa o crítica, usualmente más brevey menos sistemática

yJorm al que una disertación o una tesis, cuyo tópico se desarrolla

desde un limitado e incluso personal punto de vista”. Hasta aqui los

diccionarios. A partir de ahora una cierta y austera descripción

para una filosofia dei ensayo.

Lukács escribió en 1911 ‘Die Seele und die Formen’ —El alma

y las formas—, un texto en el que sostuvo una idea de ensayo

que se relaciona con tres elementos característicos: la soltura, lacomposición heterogênea y la contextura rapsódica. Para Lukács el

ensayo constituye un intento de interpretación —y no de reve

lación conceptual—, una form a de disquisición —y no de inqui

sició n, lo que para el crítico Arnold Hauser daria “la impresión

de un provisional e incompleto caleidoscopio ”.58

El ensayo no guardaria ninguna relación con lo que seria un

simple acto de descripción, o de juicio moral en torno de algu

na cuestión especifica. Su valor no está en el hecho de reducir

la disquisición a un concepto sino, justamente, el de volverse

libre, reuniendo observaciones, contradicciones, vivências y va

loraciones siempre provisorias, siempre incompletas, siempreinacabadas.

De modo tal que hay aqui la idea dei ensayo como pretex-

to, esto es, una escritura relacionada con la aventura intelec-

58. Arn old Hauser. Conversaciones con Lukács. Barcelona: Editorial Gua

darrama 1975 pág 83 y siguientes



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tual, con la problematización, con el enigma, la sospecha, con

a q u e l l o que es casual, aquello que es nosistemático, nometo

dológico, etc.El ensayo también se relaciona con la novedad derivada de

una cierta reorganización de aquello que, en cierto modo, ya

estaba ahí. Se crea un vínculo diferente con las cosas a las cuales

el ensayo incorpora: un vínculo ‘esencial’ y de ‘ordenamiento

inédito’: “El ensayo habla siempre de algo ya Jormado o, en el me-

jor de los casos, de algo queya en otra ocasión ha sido; es pues de su

esencia el no sacar cosas nuevas de una nada vacía, sino limitarse a

ordenar de un modo nuevo cosas queya en algún momentofueron

vivas. Ycomo se limita a ordenarlas de un modo nuevo, en vez de dar

Jorma a algo nuevo a partir de lo informe, se encuentra vinculado

a ellas, tiene que decir siempre la ‘verdad’ acerca de ellasy hallar

expresión de su esencia”.

Por otro lado, el valor dei ensayo no estaria en su condición

de veracidad sino en la potência de su experimentación. Así,

el ensayo no se sometería a las regias metodológicas de lo que

pueda o deba ser una definición sobre lo cierto/equivocado,

verdadero/falso, científíco/nocientífico, real/irreal, etc.

Escapando, furtivo, dei proceso más canônico y metódico

de la filosofia, Walter Benjamin construyó una escritura y unos

textos “...que tienen siempre un caracter un poco complejo, arte-

sano, elaborado. Parecen haberse construído, a veces, con retazos de

otros textos,formando una especie de ‘puzzle’ de enunciados (...) es

siempre una colección defragmentos, como las notas de un libro no

realizado ( . . .)”.60

Al apreciar el hecho de que la filosofia habría ya pretendi-

do apropiarse de la “verdadera” experiencia, Benjamin sugiere

que tal posibilidad deviene de la poesia y establece un correlatoentre la idea de experiencia de Bergson y el sentido de la expe

59. Georg Lukács, citado por Adorno “El ensayo como forma”. En: No

tas sobre literatura. Barcelona: Akal, 2003, pág. 11 .

60. Ignacio de SoláM orales, Pró logo aW alter Benjamin Angelus Novus.

Barcelona: Edhasa, 1971, pág. 13.



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riencia que asume el poeta Baudelaire en relación a su lector.

Esta aproximación de Benjamin a la literatura y su consiguien

te escritura cnsayística sobre el arte, la forma y el lenguaje, seacerca a las ideas de ensayo que propusiera Theodor Adorno.

De hecho ‘El Ensayo comoforma’ , escrito hacia 19S4, es un tex-

to que manifiesta expresamente una actitud de sospecha de lo

que es llamado como ciência. Adorno jerarquiza el ensayo y al

mismo tiempo m uestra su desprecio p or la ciência.

Adorno alertaba acerca dei creciente esteticismo en filoso-

fia, y aún cuando encontraba una cierta afinidad entre la filosofia

y el arte, pensaba que esa afinidad: “no la capacita (a la filosofia)

a tomar prestado dei arte”;6' lo que Adorno quiere decir con ello

es que aún cercano al arte, el ensayo es diferente tanto por los

medios de los que dispone y que utiliza como por el hecho dequerer aspirar a Ia verdad. No por acaso, la primera definición

que encontramos en el texto de Adorno sitúa al ensayo como

un tipo de gênero que se encuentra entre la ciência y el arte, y

que no es, por tanto, ni ciência ni arte.

Pero no siendo ni una ni la otra, no se exime de una cierta

responsabilidad formal, de una cierta sistematicidad y de una

cierta relación con la cosa sobre la cual discurre. Por eso el fi-

lósofo sostiene que un mal ensayo no es mejor que una mala

tesis doctoral. Lo que distingue el plano de la objetividad entre

el ensayo y la ciência está en el hecho de que la medida de la

objetividad no se traduce en la verificación de tesis sustentadaspor m edio de su comprobación reiterada y /o su examen, sino

en: “.. .la experiencia humana individual que se mantiene reunida

en la esperanzay en Ia desilusión. Ella da relieve a sus observaciones,

confrmándolas o refutándolas en el recuerdo"67 Desde esta pers-

pectiva, el ensayo no trabaja a partir de y con categorias, sino

—como también lo había pensado Benjamin—con la experien

cia. Asume un impulso antisistemático y su estética se vuelve

anticeremonial.Y por ello, no puede obedecer ni someterse a

61. Th eodo r Adorno. Prisms. Cambridge:The MIT Press, 1976, pág. 15

62. Th eod or Adorno. Notas sobre literatura. Ob. C it ., pág. 18.



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la regias de juego de la ciência y de la teoria organizadas, según

las cuales el orden de las cosas es el mismo orden que el de las

ideas. Y, de ese m odo, por esa misma razón, es que el ensayo

provoca la suspensión dei concepto tradicional de método.

Adorno atribuye un caracter fragmentario, una escritura de

noidentidad y de nototalidad. Al tratarse de algo fragmenta-

rio, y por lo tanto accidental, el ensayo no persigue la eternidad

sino lo que es perecedero, o bien, va en la búsqueda de eterni

zar lo perecedero.

Para Adorno el ensayo libera al pensamiento de la idea tradi-

cional de la verdad; no hay verdad en el ensayo pero si veracidad.

Con el ensayo la relación caótica entre el sujeto y el objeto no se

torna identidad sino que se vuelve en parte verosímil; al recor-

dar la libertad de espíritu rehúye de la ilusión que el pensamien-to pueda escapar de lo que es la cultura —thései— y, entonces,

acaba por no tolerar su propia omnipotencia y omnipresencia.

Por ello, dice Adorno que el ensayo escapa dei camino, “(.. .)

de la ruta militar que busca los orlgenesy que en realidad no lleva

sino a lo más derivado, al ser, a la ideologia duplicadora de lo que

ya previamente existe”.bi

En esa dirección el ensayo no es que se sirve dei lenguaje,

sino que es lenguaje o, más en concreto aún, es esencialmente len

guaje. De aqui que el autor compara la forma en que el ensayo

se apropia de los conceptos con el modo en que un sujeto trata

de hablar una lengua en un país extranjero, esto es, no comoquisiera la pedagogia acadêmica ago lpando fragmentos y acu

mulándolos en cierta secuencia—ni con los diccionarios sino,

dice Adorno, exponiéndose al error, a la falta de seguridad, al

temor por la norma.

Siendo lenguaje, o esencialmente lenguaje, el ensayo piensa

discontinuamente, a los saltos.Y, como el lenguaje, no comienza

por Adán y Eva, esto es no comienza cada vez por un Principio

Original, sino por donde quiere o puede comenzar a decir. Así,

también, el ensayo no culmina en un Veredicto Final sino que lo

63. Ibídcm , pág. 21.



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hace cuando siente que ha llegado al final, su final, al final de la

experiencia que estaba en juego en el acto de ensayar. EI ensayo

no parece estar regulado o bien regirse por aquella secuencia

habitual dei necesario inicio y dei forzado final — .. el ensayo no

se cierra ni termina"64— sino que le es inherente su propia rela

tivización, esto es, que . .tiene que estructurarse como si pudiera

suspenderse en cualquier momento (. ..) La discontinuidad es esencial

al ensayo, su cosa es siempre un conflicto detenido”.b>

Puede. intuirse, sentirse, pensarse, e incluso sugerirse la

vaga y nada presuntuosa idea de la pedagogia como ensayo? ^Tal

vez no tencr tanto que hacerla, no estar obligados a fabricaria

de antemano, a moldearla, a planificarla, a construiria, a edifi

carla, sino a ensayarla?

Al repasar algunas de las ideas presentes en el pensamiento de Luckács, Hauser, Benjamin y Adorno, quizá habría que

responder que si, que es posible. Siempre y cuando podamos

pronunciaria, entonces, en términos de soltura, composición

heterogênea, caleidoscopio de fragmentos y experiencias, lo ar

tesanal, Io antisistemático y lo anticeromonial, lo discontinuo,

el conflicto detenido, la experiencia humana individual. Palabras

aún lejanas y casi siempre extranjeras a lo pedagógico. Palabras

que, quizá, confiesen en su balbuceo el retrato deseado de otra

pedagogia, aún a ser ensayada. Porque: “Ensayando se prueba, se

pregunta por lo que puede, arriesga. Y, en la búsqueda apasionada

de un modo de decir cómo lo digo?—restituye un recodo en medio de la lengua normativizada de la pedagogia. Para no marchitarnos.

Porque la vida se indisciplina. Porque Ia pregunta por el sentido no

puede ser cancelada. Ensayemos: iQué podria el ensayo si pone a en

sayar el lenguaje de la educación?”.66

64 . Ibídem , pág. 28.

65 . Ibídem , pág. 27.

66 . Carina Rattero. “El ensayo com o lenguaje de la expe riencia en edu -

cación” . En: Jorge Larrosa & Carlos Skliar (co or ds .), Entrepedagogío

y literatura. O b. C it. , págs. 5164.



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El ensayo pone en relación, de un modo muy peculiar, la

experiência con el lenguaje. Ese lenguaje se percibe en carne

viva. La humareda de la lengua aún desfila ante nuestros ojos. Se

trata de un lenguaje que no nace de una pretenciosa voluntad de

saber ni se nutre de la rígida precisión de los diccionarios. Asu-

me la forma de perplejidad, de la incompletud, dei balbuceo e

incluso de una errática incomprensión que busca, por voluntad

propia, sus claroscuros. Elude ese tono demasiado enfático, casi

siempre con final lânguido, muchas veces detestable por altivo;ese lenguaje hecho a propósito de un conocimiento ya existente

pero nunca afectado por el acontecimiento.

Por varias razones el lenguaje de la experiencia educativa

ha sido desvalorizado, o tal vez ignorado, o bien subestimado

por los saberes y poderes pedagógicos habituales. Quizá porque

ellos mismos provocaron una fractura innecesaria, artificial y

desmedida entre lo vivido y lo pensado, bajo la forma extrana de

una indeseable fractura entre teoria y práctica. Así se fue natu-

ralizando esa indigna tendencia a conceptualizar que lo ‘v ivido’

sólo está en la escuela —es propiedad de la escuela, es ‘su ’ prác-

tica—y que lo pensado corresponde al orden excluyente de loacadêmico —está en la academ ia, es ‘su ’ teoria—, Esa separación

demasiado puntillosa produjo que ‘lo vivido’ fuese interpre-

tado apenas como un conjunto de sensaciones sin rigor, vanas

percepciones sin rasgos de verdad, retazos de sensibilidad que

no podían ser tomadas demasiado en serio. Al mismo tiempo,

dejó en torno de ‘lo pensado’ todos los atributos de validez y

verosimilitud, todas las presunciones y pretensiones de lo ‘cien-

tífico’. O bien todo lo contrario, es decir: que lo ‘vivido’ es lo

único que cuenta, inclusive en términos de acumulación de una

larga secuencia de hechos cronológicos, aunque nunca jamás se

haya producido algún tipo de pensamiento a su propósito.Y que

‘lo pensado’, entonces, fuera un mero artificio intelectual, un

produeto desarrollado a distancia de aquello que se entiende

como la ‘realidad’ , lo ‘real’ .

Se presente como se presente, sea en uno u otro caso, ‘lo

vivido’ y ‘lo pensado’ parecen oertenecer. así. a dos ordenes



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completamente diferentes de sensibilidad, de pasión, de con

ceptualización y pensamiento, lo que puede desembocar en un

interrogante temible y terrible: <;no hay algún grado de relación

entre lo que se vive y lo que se piensa, ni entre lo que se piensa

y lo que se vive? ,;Cómo y dónde acontece, se expresa, habita,

lo que se vive y lo que se piensa?

La narración, com o se sabe, se ha visto sacrificada y subesti-

mada en nombre de la razón, de la ilustración y de los lenguajes

codificados por los médios y los dispositivos de saber institu-cionalizados. En cse tiempo llamado de modernidad se la ha

desconsiderado por encontraria demasiado próxima al sentido

común, demasiado presa de la corporalidad, demasiado cargada

de subjetividad, demasiado alejada dei saber objetivo.

Recuperar la narración, no excusarse de situarnos entre los

lugares y los tiempos en que las personas hablan de si mismas

y de los otros posibilitaría, quizá, la emergencia de una mirada

sobre la experiencia; una mirada que revele algo de lo que se

siente y se padece, lo que se respira y lo que asfixia, lo que in-

quieta y lo que sosiega, lo que se deja en el pasado y lo que

apenas si puede vislumbrarse más allá dei presente.La experiencia también ha sido sacrificada y malversada en

nombre dei experimento, dei orden de la reglamentación de lo

informado, dei medido y meticuloso exceso dei lenguaje jurídi-

co, en fin, de esa intención vana por ordenar el desorden, por

destronar al cuerpo que vive y piensa, por el deseo infausto de

acabar con toda indecisión, con toda ambigüedad.

ENSAYAR (1):

(De ensayo). Probar, reconocer algo antes de usarlo. Amaes-

trar, adiestrar. Preparar el montajey ejecución de un espectá culo antes de ofrecerlo al público. Hacer la prueba de cualquier

otro tipo de actuación, antes de realizaria. Probar la calidad

de los minerales o la ley de los metales preciosos. Sentar, caer

bien algo. Intentar, procurar. Probar a hacer algo para ejecu-

tarlo despué.s más peifectamente o para no extranarlo.



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ENSAYAR (2):

"En vez de producir cientificamente algo o de crear algo ar

tisticamente, el esfuerzo dei ensayo refleja aún el ocio de lo infantil, que se inflama sin escrúpulos con lo que ya otros

han hecho. El ensayo refleja lo amado y lo odiado en vez de

presentar el espíritu, según el modelo de una ilimitada moral

dei trabajo, como creación a partir de la nada." (Theodor

Adorno, ‘Notas sobre la literatura’).

ENSAYAR (3):

“Cada libro que escribo

me envejece,

me vuelve un descreído.Escribo en contra

de mis pensamientos

y en contra dei ruido

de mis hábitos.

Con cada libro

pago un viaje

que no hice.

En cada página que acabo

cumplo con un acuerdo,

me digo adiós

desde lo más recôndito, pero sin alcanzar a ir muy lejos.

Escribo para no quedar

en medio de mi carne,

para que no me tiente el centro,

para rodeary resistir,

escribo para hacerme a un lado,

pero sin alcanzar a desprenderme.”

(Fabio Morábito, ‘De lunes todo el ano’).

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