sobre la escritura de luisa valenzuela

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Sobre la escritura PELIGROSAS PALABRAS Por Luisa Valenzuela-(Temas)-231 páginas-($ 14)  Valenzuela devela en este libro la gravidez inq uietante del lenguaje. Luisa Valenzuela, autora de una extensa y reconocida obra narrativa, reúne aquí consideraciones diversas sobre la escritura. Recupera plenamente en este acto la condición literaria del ensayo. Estos textos (o meta-textos) encadena- dos no son "teorías", sino prácticas con densidad poética, pruebas de aquello mismo que enuncian. No siguen un itinerario lineal, sino "hipertextual", configurando un mapa polifónico y coherentemente fragmentario que abre "ve n- tanas" y permite así ampliar observacion es. Uno de sus ejes de reflexión es la escritura femenina en sus especificidades y posibilidades. Valenzuela señala de qué manera la escritora actual ha ido pasando de la "sujeción" al estatuto de sujeto, apropiándose del lenguaje para iluminar, de un modo original, no solamente la tierra incógnita del goce femenino, inaccesible e inefable para la mi- rada masculina (Lacan), sino el territorio oculto y oscuroen los márgenes de la llamada realidad. Confinadas a los  bordes de lo indecible por la cosmovisión y el orden logo(falo)céntricos , las mujeres se hallan -dice- especialmente familiarizadas con lo que esa cosmovisión expulsa de la meridiana claridad racional, con lo tenebroso, lo obsceno, lo corporal, lo visceral y entrañable, lo cenagoso, lo putrefacto, lo abyecto (Julia Kristeva), lo ambivalente. Por haber sido las más censuradas y controladas han sabido sacar fuerzas de su debilidad, se han mostrado especialmente aptas  para filtrarse por los intersticios del orden impuesto, y vencer las prohibicion es a partir del miedo. Dentro de este marco, Valenzuela examina las relaciones entre literatura y política (para desacreditar la falsa dicotomía arte com-  prometido/art e por el arte) y advierte, con gran agudeza, que mientras se ha ido diluyendo para las escritoras el tabú social en torno a la sensualidad y la sexualidad, quizá el mayor impedimento se halle hoy en el rechazo a las autoras cuando se internan en un territorio aún más "obsceno" (más difícil de exhibir): el del mal ejercido desde el poder,  pero no como mera fuerza externa, sino como seducción perversa que opera dentro de los sujetos sometidos (ejem-  plos de esta ambigüedad se dan en cuentos de la misma Valenzuela, estremecedoras explor aciones en el lado oscuro de la conciencia sojuzgada, como "Cambio de armas", o textos del libro Simetrías ). Un ensayo se dedica a las intrincadas relaciones entre el erotismo y la pornografía (ámbito que se consideraba mas- culino pero que las escritoras, una vez despojadas del temor a lo repulsivo también podrían trabajar, apunta, quizá con mayor profundidad). Otro texto denuncia el vaciamiento (con fines de " control de género") d el sentido ancestral, oral, popular, que tenían los cuentos de hadas como relatos de iniciación femenin a. Sin abandonar el aval de la vivencia propia, Valenzuela se consagra también a caracterizar, más generalmente, la experiencia de escribir, que es, para ella, "escribir con el cuerpo" (es decir con el compromiso integral de todo el ser). Descubrimiento, aventu ra que no recorre un camino prefijado, sino que lo va instaurando en cada paso, la escr i- tura es una fascinante "maldición de tiempo completo", una lectura de lo real, siempre en proceso, que no otorga soluciones, ni siquiera catarsis: antes bien, provoca, insaciablemente, nuevas preguntas, indica, sin develarlo, la complejidad y el misterio de lo que parece simple. Revisten especial atractivo los modelos antropológicos que se proponen como metáforas de la actividad literaria: los escritores asimilados a los perpetuos viajeros en busca de lo imposible (la Tierra Sin Mal de las culturas guaraníes), o a los "payasos sagrados" de la cultura Hopi, que movilizan y provocan a partir del humor y lo grotesco, que son capaces de enfrentarse con lo inconfesable. Peligrosas palabras es fiel a su título: demuestra, con otras palabras elocuentes, la gravidez inquietante del lenguaje, su poder de peligro. Y por lo tanto, su poder de salvación, que Valenzuela deposita, sobre todo, en la capacidad de la nueva escritura de mujeres para ensanchar el área de la imaginació n y del humano conocimien to. . María Rosa Lojo 

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Page 1: Sobre La Escritura de Luisa Valenzuela

 

Sobre la escrituraPELIGROSAS PALABRAS

Por Luisa Valenzuela-(Temas)-231 páginas-($ 14) Valenzuela devela en este libro la gravidez inquietante del lenguaje.

Luisa Valenzuela, autora de una extensa y reconocida obra narrativa, reúne aquí consideraciones diversas sobre la

escritura. Recupera plenamente en este acto la condición literaria del ensayo. Estos textos (o meta-textos) encadena-dos no son "teorías", sino prácticas con densidad poética, pruebas de aquello mismo que enuncian. No siguen un

itinerario lineal, sino "hipertextual", configurando un mapa polifónico y coherentemente fragmentario que abre "ven-tanas" y permite así ampliar observaciones.Uno de sus ejes de reflexión es la escritura femenina en sus especificidades y posibilidades. Valenzuela señala de

qué manera la escritora actual ha ido pasando de la "sujeción" al estatuto de sujeto, apropiándose del lenguaje para

iluminar, de un modo original, no solamente la tierra incógnita del goce femenino, inaccesible e inefable para la mi-rada masculina (Lacan), sino el territorio oculto y oscuroen los márgenes de la llamada realidad. Confinadas a los bordes de lo indecible por la cosmovisión y el orden logo(falo)céntricos, las mujeres se hallan -dice- especialmente

familiarizadas con lo que esa cosmovisión expulsa de la meridiana claridad racional, con lo tenebroso, lo obsceno, lo

corporal, lo visceral y entrañable, lo cenagoso, lo putrefacto, lo abyecto (Julia Kristeva), lo ambivalente. Por habersido las más censuradas y controladas han sabido sacar fuerzas de su debilidad, se han mostrado especialmente aptas para filtrarse por los intersticios del orden impuesto, y vencer las prohibiciones a partir del miedo. Dentro de este

marco, Valenzuela examina las relaciones entre literatura y política (para desacreditar la falsa dicotomía arte com- prometido/arte por el arte) y advierte, con gran agudeza, que mientras se ha ido diluyendo para las escritoras el tabú

social en torno a la sensualidad y la sexualidad, quizá el mayor impedimento se halle hoy en el rechazo a las autorascuando se internan en un territorio aún más "obsceno" (más difícil de exhibir): el del mal ejercido desde el poder,

 pero no como mera fuerza externa, sino como seducción perversa que opera dentro de los sujetos sometidos (ejem- plos de esta ambigüedad se dan en cuentos de la misma Valenzuela, estremecedoras exploraciones en el lado oscurode la conciencia sojuzgada, como "Cambio de armas", o textos del libro Simetrías ).

Un ensayo se dedica a las intrincadas relaciones entre el erotismo y la pornografía (ámbito que se consideraba mas-

culino pero que las escritoras, una vez despojadas del temor a lo repulsivo también podrían trabajar, apunta, quizácon mayor profundidad). Otro texto denuncia el vaciamiento (con fines de "control de género") del sentido ancestral,oral, popular, que tenían los cuentos de hadas como relatos de iniciación femenina.

Sin abandonar el aval de la vivencia propia, Valenzuela se consagra también a caracterizar, más generalmente, la

experiencia de escribir, que es, para ella, "escribir con el cuerpo" (es decir con el compromiso integral de todo elser). Descubrimiento, aventura que no recorre un camino prefijado, sino que lo va instaurando en cada paso, la escri-tura es una fascinante "maldición de tiempo completo", una lectura de lo real, siempre en proceso, que no otorga

soluciones, ni siquiera catarsis: antes bien, provoca, insaciablemente, nuevas preguntas, indica, sin develarlo, lacomplejidad y el misterio de lo que parece simple.

Revisten especial atractivo los modelos antropológicos que se proponen como metáforas de la actividad literaria: losescritores asimilados a los perpetuos viajeros en busca de lo imposible (la Tierra Sin Mal de las culturas guaraníes),

o a los "payasos sagrados" de la cultura Hopi, que movilizan y provocan a partir del humor y lo grotesco, que soncapaces de enfrentarse con lo inconfesable.Peligrosas palabras es fiel a su título: demuestra, con otras palabras elocuentes, la gravidez inquietante del lenguaje,

su poder de peligro. Y por lo tanto, su poder de salvación, que Valenzuela deposita, sobre todo, en la capacidad de lanueva escritura de mujeres para ensanchar el área de la imaginación y del humano conocimiento. . 

María Rosa Lojo 

Page 2: Sobre La Escritura de Luisa Valenzuela