sobre polaridades en gestalt

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    Sobre polaridades I, II, III

    archivado en:Polaridadesaportado porSinesio Madrona Rodenasltima modificacin 10:34

    Tres artculos sobre las polaridades: "Pensar y Sentir", "La evolucin de la conscienciaen la unidad de los opuestos" y "Una aproximacin gestalt a la experienciatranspersonal. La experiencia de campo".

    Contenidos

    1. Introduccin2. Polaridades I3. Polaridades II4. Polaridades III

    Sobre polaridades (I, II y III)

    Lo que figura a continuacin son tres artculos. El primero ("Pensar y sentir") noscuenta la naturaleza dual y unitaria de esta polaridad. En la naturaleza unitaria el pensar-sentir se describe como una experiencia en la que no se distingue el pensar del sentir. Elsegundo ("La evolucin de la consciencia en la unidad de los opuestos") fueComunicacin en el XI Congreso Internacional de Terapia Gestalt. En l se abunda enel tema de la unidad y la polaridad ("unidad y polaridad forman tambin unidad") y se

    ponen ejemplos y soluciones de las distintas controversias que animan ahora la prcticay la teora gestalt. El tercero ("Una aproximacin gestalt a la experiencia transpersonal.La experiencia de campo") es un relato en clave de psicologa evolutiva de cmo en el

    proceso de crecimiento el ser humano va de la unidad original, pasando en el desarrollode la conciencia personal por la dualidad, a la unidad transpersonal o de campo, trastrascender el pensamiento dicotmico cartesiano-newtoniano de nuestra cultura.

    Sinesio Madrona Rodenas

    Introduccin

    El primer artculo (Pensar y sentir) de esta serie lo escrib hace ms de diez aos, antesde haberme encontrado con el libro de Perls, Hefferline y Goodman (1951) y de haberdesarrollado suficiente conocimiento de los conceptos de la teora gestalt como para

    poder expresarme en sus trminos (el artculo aparece desde hace dos en la pgina webde la Fundacin Jung: www.fcgjung.com.es/). Bajo la forma particular de la unidad

    pensar-sentir lo que en l se reivindica, si lo vemos desde una perspectiva ms general,es bsicamente la unidad de los opuestos; aunque stos sean opuestos tan aparentementeirreconciliables como la razn y la experiencia, el pensar y el sentir, el cuerpo y lamente, etc.

    Otros artculos que aparecen en la pgina web mencionada (Lo racional y loexperiencial, yEl dualismo en psicologa transpersonal) abundan en el mismo tema de

    http://www.gestaltnet.net/search?Subject%3Alist=Polaridadeshttp://www.gestaltnet.net/search?Subject%3Alist=Polaridadeshttp://www.gestaltnet.net/search?Subject%3Alist=Polaridadeshttp://www.gestaltnet.net/author/Sinesiohttp://www.gestaltnet.net/author/Sinesiohttp://www.gestaltnet.net/author/Sinesiohttp://www.gestaltnet.net/fondo/nuestros-textos/sobre-polaridades-i-ii-iii#section-0http://www.gestaltnet.net/fondo/nuestros-textos/sobre-polaridades-i-ii-iii#section-0http://www.gestaltnet.net/fondo/nuestros-textos/sobre-polaridades-i-ii-iii#section-1http://www.gestaltnet.net/fondo/nuestros-textos/sobre-polaridades-i-ii-iii#section-2http://www.gestaltnet.net/fondo/nuestros-textos/sobre-polaridades-i-ii-iii#section-2http://www.gestaltnet.net/fondo/nuestros-textos/sobre-polaridades-i-ii-iii#section-3http://www.gestaltnet.net/fondo/nuestros-textos/sobre-polaridades-i-ii-iii#section-3http://www.fcgjung.com.es/http://www.fcgjung.com.es/http://www.fcgjung.com.es/http://www.gestaltnet.net/fondo/nuestros-textos/sobre-polaridades-i-ii-iii#section-3http://www.gestaltnet.net/fondo/nuestros-textos/sobre-polaridades-i-ii-iii#section-2http://www.gestaltnet.net/fondo/nuestros-textos/sobre-polaridades-i-ii-iii#section-1http://www.gestaltnet.net/fondo/nuestros-textos/sobre-polaridades-i-ii-iii#section-0http://www.gestaltnet.net/author/Sinesiohttp://www.gestaltnet.net/search?Subject%3Alist=Polaridades
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    la polaridad, tema que es esencial para la comprensin de la teora y la terapia gestalt, yque es motivo de preocupacin central en mis estudios y trabajo personal desde hacems de 30 aos.

    He decidido publicar estos tres artculos de una manera conjunta porque la unidad de los

    opuestos es un tema que alcanza una dimensin fundamental, desde mi punto de vista,para la comprensin no slo de la naturaleza de la teora y la terapia gestalt, sino,incluso, para el entendimiento de las diferencias que separan a las distintas corrientes dela gestalt (segundo artculo de la serie: La evolucin de la consciencia en la unidad delos opuestos). Hay muchos temas en nuestro entendimiento de la realidad que pasan,necesariamente, por una comprensin en profundidad de la unidad de los opuestos.Comprensin que no es algo balad, pues implica una transformacin de la consciencia a

    partir de la cual se trasciende todo tipo de reglas (organsmicas, racionales, sociales,profesionales, culturales...), que no son sino formas de acotar una realidad que nuncapuede ser acotada. El pensamiento de la unidad ideo-emocional del pensar-sentir, no esel pensamiento racional tpico de nuestra cultura. Es una forma de pensamiento ideo-

    emocional que salta todas las barreras construidas ya sea por la mente, el cuerpoy/o el entorno.

    La naturaleza del crecimiento del ser humano, tal como lo estudia la psicologaevolutiva, es tambin fundamental para comprender la esencia del proceso que nos llevade la unidad a la dualidad y de nuevo a la unidad (objeto del tercer artculo de esta serie:Una aproximacin gestalt a la experiencia transpersonal. La experiencia de campo).Algo cuya perspectiva temporal nos puede ayudar a ver el asunto desde una globalidadque es necesaria si lo que pretendemos es buscar la unidad ltima de las diferencias.

    Mi intencin con esta publicacin es compartir con los compaeros un trabajo que,creo, puede ayudar a plantearse la vida y la terapia desde una amplia perspectiva. Es un

    procesoel trabajo con las polaridadesque a m me ha abierto todas las puertas que hepodido abrir en el curso de mi desarrollo y experiencia. Slo deseo que a alguna personams le sirva como referencia para sus propios procesos de autoaceptacin y crecimiento.

    Polaridades I

    Pensar y sentir

    Sinesio Madrona Rodenas

    Como ya dijo Jung (1974), pensamiento y sentimiento son dos funcionespsquicas opuestas que pueden ser integradas. Se forma a ciertos niveles profundos unsolo (en trminos de Bohm, 1987)flujodeconciencia en el que ya no se distingue el

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    pensamiento del sentimiento porque en ese nivel uno se percata que son una y la mismacosa. De otra manera: es la experiencia que se produce cuando se integran las

    percepciones del hemisferio cerebral derecho con el izquierdo (o bien las vas inferior ysuperior). Desde una perspectiva ms cotidiana: nuestros sentimientos acompaansiempre (incluso en las exposiciones ms cientficas, objetivas y pretendidamente

    aspticas, y pese a lo que digan los racionalistas) a nuestros pensamientos. Cuandotenemos pensamientos negativos nuestros sentimientos son negativos y viceversa, lomismo ocurre con los pensamientos-sentimientos positivos.

    En el influjo mutuo entre pensamiento y sentimiento se basan las terapias delpensamiento positivo. Estas terapias se asientan en el hecho probado de que con elpensamiento se influye en el sentimiento y en el estado de nimo. De la misma manerase afirma (y es una experiencia cotidiana para todos nosotros) que cuando uno tienesentimientos negativos piensa negativamente y por lo tanto es susceptible de dejarsellevar hacia situaciones negativas e, incluso, peligrosas (desde la depresin al suicidio

    pasando por todo tipo de accidentes ms o menos graves). El supuesto filosfico que

    acompaa a la mayor parte del discurso de este tipo de planteamientos es que elpensamiento y el sentimiento son cosas distintas, aunque se d por evidente suinterdependencia, relacin y mutua influencia. Sin embargo aqu partimos de la ideaunitaria (admitiendo, al mismo tiempo, la visin dual que distingue entre pensamiento ysentimiento) de que el pensamiento y el sentimiento son una y la misma cosa. Es decir,

    podemos observar su unidad y su diferencia.

    Otra distincin importante es entre lo objetivo y lo subjetivo. Tanto elpensamiento como el sentimiento pueden ser ambas cosas; aunque lo habitual es atribuirla objetividad al pensamiento y la subjetividad al sentimiento. Ello es parte del error quese produce cuando separamos y distinguimos como cosas diferentes el pensamiento y elsentimiento; no admitiendo, al mismo tiempo, su unidad intrnseca. Es decir, se puede, yes necesario, separar el pensamiento y el sentimiento para conocer las partes de un todoque es el ser humano; pero ese todo implica la unidad profunda e indistinguible, aciertos niveles, de sus partes. Suponer la separacin radical entre pensamiento ysentimiento sin posibilidad de concebir su unidad intrnseca implica tener del serhumano una percepcin fragmentada, que es destructiva de su unidad. ste es el mal

    bsico del pensamiento occidental, su percepcin fragmentada de la realidad, incluido elpropio ser humano. Desde esta perspectiva fragmentaria no se puede entender la unidadpensamiento-sentimiento.

    Desde la perspectiva unitaria la relacin entre sentimiento y pensamiento en elanlisis de la realidad cotidiana se ve de otra manera. No hay una sola accin humanaque no sea al mismo tiempo sentimiento y pensamiento. Incluso el pensamientocientfico objetivo, pretendidamente asptico, est cargado de emociones y adhesiones y

    por eso es, como denuncia Kuhn (1972a, 1982),al no ser consciente de esta carga ydar por supuesto que no existedogmtico. Para percibir profundamente esta unidad

    pensamiento-sentimiento se tiene que practicar el tipo de atencin que ensean lapsicoterapia gestalt y la meditacin vipassana: observar atentamente el estado del ser.Se llega a percibir con claridad cmo el pensamiento y el sentimiento se estngenerando continuamente el uno al otro y no se podra decir cul de ellos es antes,como en el problema del huevo y la gallina.

    [Aplicndolo al cambio de paradigma Khun nos cuenta lo siguiente (1962, pg. 180):

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    El sujeto de una demostracin de forma (Gestalt) sabe que su percepcin ha cambiadodebido a que puede cambiarla en ambos sentidos repetidamente, mientras sostiene elmismo libro o la misma hoja de papel en la mano. Dndose cuenta de que no hay nadaen su medio ambiente que haya cambiado, dirige cada vez ms su atencin no a lafigura (pato o conejo) sino a las lneas del papel que est observando. Finalmente, puede

    aprender incluso a ver esas lneas, sin ver ninguna de las figuras y puede decir (lo queno hubiera podido decir legtimamente antes) que lo que ve realmente son esas lneas;pero que, alternativamente, las ve como un pato y como un conejo. (los subrayados sonmos).

    Vamos a emplear este esquema de percepcin gestltica que nos describe Khunen otras cuestiones relacionadas con la psique y la gestalt ms directamente (Madrona,2003). As podemos decir que ver esas lneas antes de la formacin de una figura uotra alternativas en un grafo gestalt es algo parecido a percibir el flujodeconcienciaantes de que se convierta en pensamiento o sentimiento. Puedo decir que,

    personalmente, me resulta ms fcil penetrar y mantenerme en esa zona de la

    consciencia donde pensamiento y sentimiento dejan de ser tales y se perciben como algodiferente, todava sin nombrar, que percibir las lneas de un grafo gestalt entre unafigura y la otra, cosa que, cuando me ocurre, es apenas un momento fugaz. (El textoentre corchetes es un aadido en gestaltnet el 14-06-09)].

    No obstante, y sin perjuicio de llegar a percibir esa unidad ltima entre elpensamiento y el sentimiento, una observacin elemental de nuestras actitudescotidianas da una clara idea de la relacin que existe entre el pensamiento y elsentimiento. Toda situacin en la que el individuo se vea absorbido por la actividad queest realizando (una lectura, un trabajo, una investigacin, una exploracin, una

    pelcula, una situacin afectiva, una discusin, un baile... y otras mil circunstanciascotidianas) es una muestra de que no hay una actividad humana en la que no estninvolucrados, al mismo tiempo, el pensamiento y el sentimiento. Cuando, por ejemplo,nuestro trabajo nos gusta es obvio que genera en nosotros una actitud afectiva positivaque hace que seamos ms fecundos en l. Tenemos un sentimiento de unin hacianuestro trabajo. Muchas veces soamos con un trabajo ideal igual que soamos con una

    pareja ideal. Aquella situacin en la que la unin con la otra parte (pareja, trabajo...) seafecunda gracias a nuestro amor por ella.

    Nuestra cultura nos induce a pensar en los elementos exteriores de nuestra vidaque nos complementan (pareja, ideas, trabajo...) como algo diferente y externo a

    nosotros. Pero tambin podemos pensar en ello como algo que somos nosotros mismosy no solamente de una manera figurada. Es decir, podemos dejar de considerar nuestroyo como algo aislado y ajeno a los otros yos u objetos de la realidad. Podemosconsiderar la realidad como un todo en la cual hay singularidades llamadasyos yobjetos. Podemos pensarnos como partes de todos mayores que nos engloban y con loscuales vamos formando unidades cada vez ms grandes. Un ser vivo puede serinterpretadode acuerdo con el positivismo clsicocomo nada ms que una mquinafsico-qumica (mecanicismo reduccionista) o biende acuerdo con el pensamientoorganicistacomo una unidad orgnica: un conjunto de unidades autoorganizadas parael desarrollo evolutivo.

    Como unidad orgnica el ser vivo es interpretado como un todo en el cualexisten unidades en niveles de creciente desarrollo. As la unidad fisico-qumica, la

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    orgnica, la yoica, la social, la ecolgica, etc., y otras intermedias. En la unidad social yecolgica nosotros somos parte de un todo mayor que funciona de manera anloga acomo lo hace un organismo vivo. Cuando enfermamos pensamos (segn la medicinamecanicista) que tenemos enfermo el corazn o el hgado...; pero segn la medicinaorgnica (naturista, china, homeoptica...) est enfermo el organismo entero y se

    manifiesta en un rgano emergente que expresa el desequilibrio del organismo como untodo. La misma explicacin sirve para el mal psquico, el individuo enfermo es unemergente de un problema de comunicacin en el grupo. Asimismo los males sociales yecolgicos son males del conjunto de la sociedad como un todo. El pensamientomecanicista separa los actos de sus consecuencias y no puede entender la naturalezareversible de la polucin y la explotacin. Estos ejemplos nos harn ms fcil entenderel meollo de la declaracin de que el pensamiento y el sentimiento son un todo o formanuna unidad.

    El planteamiento mecanicista, tpico de la cultura cientfica lo divide todo,ordena y clasifica para comprenderlo racionalmente. El smbolo de la unidad primordial

    representa un estadio previo, incluso, a cualquier manifestacin material, orgnica omental. Es la unidad primigenia de la cual puede surgir cualquier forma. Todas lasformas, incluso las no manifestadas, existen en el significado profundo del smbolo dela unidad primordial. Pero no se puede negar el papel de la ciencia en el conocimientode la realidad. Es necesario separar para conocer las partes y saber cmo funcionan(origen de la tecnologa); pero tambin es necesario no perder de vista la unidad

    primordial. En el desarrollo evolutivo la separacin (de la unidad previa) genera laconciencia individual. Una vez desarrollada sta, y sin perderla, es necesario volver aconcebir y experimentar la unidad primordial.

    Conocer (tener conciencia de) la realidad no es nicamente labor delpensamiento. Conocer la realidad es tambin una labor del sentimiento. Hay una formade conocer y es acotando la realidad, gracias a ella desarrollamos la individualidad, ladiferencia, la autoidentidad y la tecnologa. Otra forma de conocer es viendo yexperimentando la realidad como un todo. Un tipo de pensamiento nos interpreta las

    partes en que est dividida la realidad, otro tipo de pensamiento nos dice cmo es latotalidad que forman esas partes. Entendiendo el sentimiento como un proceso omecanismo de conocimiento de la realidad, podemos decir que hay un tipo desentimiento (genricamente el odio, pero en su significado ms civilizado deimpulso a la separacin) que nos separa de los objetos y de los otros, y nos ayuda aconfigurar y conocer nuestra identidad e individualidad; otro tipo de sentimiento (el

    amor) nos une a las cosas y las personas, y nos ayuda a desarrollar la conciencia de latotalidad indivisible (la conciencia colectiva) y nos provee de la experiencia gratificante(mstica en algunos casos) de pertenecer a un todo mayor.

    Nuestra cultura ignora estas dos funciones (unitiva y separativa), de lo quellamamos pensamiento y sentimiento, en el sentido de que cree que slo es posible elconocimiento (el llamado conocimiento objetivo de la ciencia y de la filosofa

    positivista) a travs de la separacin, y reduce este conocimiento a la funcin de laspartes. Esta falta de planteamiento global sobre cmo conocemos y experimentamos larealidad es la ltima consecuencia de los males que nos aquejan como individuos ycomo cultura en este periodo evolutivo de la especie humana. En las actividades y

    relaciones ms comunes (trabajo y relacin de pareja, por ejemplo) no tenemos claroque hay un momento para la unin y otro momento para la separacin. La nica

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    manera de mantener esa unin de una manera fecunda es incluyendo tambin lanecesidad de separacin y del respeto a las diferencias. A travs de laproyeccin (esemecanismo que describe la psicologa) vivimos la tensin entre la unin y la separacinen nuestra realidad de pareja o de intereses personales.

    Este mecanismo de unin-separacin alude a dos tipos de conciencia diferenteque estn unidas y separadas al mismo tiempo. La figura de Cristo como Hombre yDios es un smbolo que representa esta idea. Interpretado psicolgicamente, la imagendel Hombre alude a la conciencia separativa, necesaria en la realidad cotidiana y en laque hay que dar al Cesar lo que es del Cesar; la imagen de Dios alude a la concienciaunitiva, necesaria para trascender las limitaciones de la realidad ordinaria y en la quehay que dar a Dios lo que es de Dios. La conciencia humana porta, al mismo tiempo,esas dos imgenes definidas como dos diferentes conciencias en este contexto. Pero esun hecho la unidad del individuo humano como ser completo. As pues, la conciencia yla unidad global del ser humano incluye ambas conciencias; pero ambas tienden aoperar separadamente en la realidad, en distintos niveles de apreciacin de la misma. La

    conciencia global (simbolizada por Jess que las posee ambas) es capaz de operar yarmonizar la conciencia separativa y la unitiva.

    Pero en el nivel cotidiano de aplicacin de la conciencia es necesario separar larealidad para no confundir lo ajeno con lo propio y exigirle a la otra persona que nos dlo que, en definitiva, no es ms que nuestro. La otra persona puede hacer y hace unalabor de espejo (espejo psquico) pues hay cosas de nosotros (como nuestro rostro en el

    plano fsico) que no vemos si no las proyectamos en el otro. Al igual que cuando nosmiramos en un espejo no confundimos al espejo con nosotros mismos (aunque tambinesto es algo que debemos aprender de nios), tampoco debemos persistir en esaconfusin cuando nos miramos en la otra persona; si bien esto es algo que todavaestamos aprendiendo como especie. As pues el que digamos que el pensar-sentir es unaunidad no implica que no contemplemos ese estado de conciencia en el cual el pensar yel sentir son dos realidades separadas.

    Cuando nos dejamos absorber por la conciencia unitaria caemos en todo tipo desectas, dependencias y fanatismos. Desarrollar la separacin es, sin duda, ms difcilque aceptar la unin, por ello no es de extraar la resistencia del racionalismo positivistaa aceptar la unin intrnseca de todas las cosas. La unidad ejerce una poderosa fuerzatractora y el papel del hroe mtico en todas las culturas es romper esa unidad paradesarrollar la conciencia individual. En este sentido el papel del racionalismo es el del

    hroe incomprendido en un mundohumanista, transpersonal...que aboga cada vezms por la unidad. No se puede admitir y trabajar la unin sin admitir y trabajar laseparacin. El mecanismo de proyeccin tiene dos fases: ver nuestra imagen psquica

    proyectada en la otra persona y aprender a distinguir el espejo de la imagen; cosa que nopodemos hacer desde nosotros, necesitamos la imprescindible interaccin con la otrapersona.

    Debemos, adems, distinguir nuestra imagen de la realidad en la que seproyecta, pues las imgenes del espejo nunca son un calco exacto de la realidad (elespejo fsico nos da la vuelta, no nos vemos en l como nos ven los otros). As pues hayun nivel de unidad del pensar-sentir, previo a la separacin de la conciencia individual

    que, de persistir, no genera mas que confusin y conflicto (aunque siga existiendo elhecho de esa unidad). La verdadera conciencia del flujode la unidad del pensar-sentir

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    en niveles profundos implica, por lo tanto, el hecho de la separacin previa de ambosaspectos de la realidad humana. Separacin cuanto ms exhaustiva mejor. Pero durantela fase de separacin olvidamos la unin primigenia y nos alienamos de nosotrosmismos y de nuestro medio. Esta separacin, en la que est inmersa nuestra cultura y el

    pensamiento cientfico, nos est impidiendo recuperar y vivenciar la armona implcita

    en la visin unitaria de la realidad y tiene el efecto colateral egosta y destructivo queestamos viendo en nuestra civilizacin.

    El proceso y progreso del conocimiento no se produce nicamente a travs de lava separativa. No es tampoco labor nica de esa parte que hemos desgajado del todollamndola pensamiento. El conocimiento se adquiere tambin a travs de la va unitiva(Fox Keller, 1991). De la unin interna entre el pensamiento y el sentimiento, laintuicin y la razn, el hemisferio derecho y el izquierdo... Y tambin de la unin ycompenetracin del individuo con el mundo exterior. A este respecto es notorio sealarla experiencia mstica que Mc. Clintok, Premio Nobel de Qumica por eldescubrimiento de la transposicin gentica, tuvo cuando estudiaba los cromosomas del

    maz (Fox Keller, 1991):

    "Me encontr con que cuanto ms trabajaba con ellos [los cromosomas] se hacancada vez ms grandes, y que cuando estaba trabajando con ellos realmente, yo no estabafuera, estaba all. Era una parte del sistema. Estaba all, con ellos, y todo se iba haciendogrande. Incluso era capaz de ver las partes interiores de los cromosomasen realidadtodo estaba all. Me sorprendi porque en realidad me senta como si yo estuviera conellos, y fueron mis amigos... Conforme miras esas cosas, se convierten en una parte deti. Y te olvidas de ti misma."

    La separacin tan radical, y habitual en nuestra cultura, entre pensamiento ysentimiento es una falacia que el anlisis ms simple tiende a echar por tierra. En el

    proceso del conocimiento estn interactuando (como se dice en trminos de concienciaseparativa) constantemente el pensamiento y el sentimiento, o ambos forman unaunidad y son la misma cosa (como se dice en trminos de conciencia unitiva). El

    pensamiento unitivo trasciende las categoras de pensamiento y sentimiento (entre otras)desde una visin del ser como algo que est ms all de definiciones y distinciones.

    Experimentar la unidad pensamiento-sentimiento no es percibir una sensacinde pensamiento y sentimiento juntos, es... otra cosa! Tan sencillo segn la

    perspectiva de una homologa desde la teora sistmicacomo que el agua no es slo

    hidrgeno y oxgeno unidos es, adems, otra cosa!, agua. La elaboracin de la unidadde los opuestos implica una transformacin de algn tipo, qumica en este caso. Comola elaboracin de la unidad pensar-sentir es personal, compete al sujetoa suconcienciay no al objeto, nos cuesta ms verlo. La transformacin que en este caso senecesita para acceder a la unidad es una transformacin de la conciencia, que implicauna transformacin de la visin que el ser tiene sobre la realidad. Y, como en el Tao, launidad as formada no se puede definir (no se puede definir desde la habitual visindualista previa), porque definir es diferenciar, separar. Y separando no se accede a launidad.

    No hay un slo instante de nuestra vida en que ambos aspectos de la experiencia

    humana estn separados. Ignorar esto implica no tomar conciencia de cmo estamossiendo afectados constantemente en nuestras decisiones por motivaciones de las que

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    llamamos inconscientes y emocionales. Y no slo eso: nuestras ideas estn asociadas auna manera de sentir. No tenemos ideas as sin ms, tenemos una estructura ideo-emocional de la realidad a travs de la cual la percibimos y la interpretamos. Tenerconciencia de que nuestro pensar-sentir es indivisible provee de una atencin constanteno slo hacia lo que nos dice nuestro proceso de pensamiento sino tambin hacia lo que

    nos est indicando nuestro sentir (y viceversa para las personas en las que predomina lafuncin del sentimiento), atencin sta que potencia extraordinariamente la terapiagestalt. Asimismo este conocimiento nos provee tambin de la conciencia de quenuestro pensar-sentir es una caracterstica individual, un determinado rasgo tipolgico.

    No existe, por lo tanto, una interpretacin objetiva de la realidad, tal comopretende el racionalismo positivista, en el plano de la conciencia unitaria. S existe en elplano de la conciencia separativa; pero es una objetividad parcial, como lo es todo eneste plano. As pues no existe la verdad en tanto en cuanto estemos operando en el

    plano de la conciencia individual y separativa. Una mayor aproximacin a la verdadimplica trascender la propia categora ideo-emocional que cada uno de nosotros somos

    y, por ende, trascender cualquier tipo de pensamiento parcial, ya sea religioso,filosfico, cientfico o de otro orden. Implica la conciencia de que todos estos

    pensamientoscon sus diferencias y polaridadesson verdad, por lo tanto algn lugarhabr para reconocer una verdad que englobe a todas las anteriores. Y tampoco ste esun camino para la filosofa relativista, pues como tal filosofa tambin es un

    pensamiento parcial.

    En definitiva el conocimiento de la realidad no es slo un conocimiento mental,existe un conocimiento no mental, difcilmente traducible en palabras, pero que estconstantemente con nosotros. Esta forma unitaria de ver la realidad implica, al mismotiempo, la conciencia de que una decisin ma no es slo ma sino del campo total en elque estoy inmerso. La conciencia de la unidad del pensar-sentir se extiende a laconciencia de la unidad del todo en el que estamos inmersos, en el cual no hay unaseparacin entre lo individual y lo colectivo (lo que no quiere decir que no se puedahacer esa separacin en otro estadio de concienciay analizar las partes queobtenemos as). La realidad es como un campo y nosotros somos como limadurasinmersas en el orden que especifica ese campo. En tanto que limaduras somos seresindividuales, en tanto que campo somos una unidad colectiva.

    Bibliografa

    Bohm, D. (1987).La totalidad y el orden implicado. Ed. Kairs. Barcelona.

    Fox Keller, E. (1991).Reflexiones sobre gnero y ciencia Ed. Alfons el Magnnim.Valencia.

    Jung, C. G. (1974).Los complejos y el inconsciente. Ed. Alianza. Madrid.

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    Kuhn, Th. S.La estructura de la revoluciones cientficas. (1962, tr. 1971). Ed. F.C.E.

    Kuhn, Th. S. (1972a). Los paradigmas cientficos enEstudios sobre sociologa de laciencia Barnes y otros. Ed. Alianza. Madrid.

    . (1982). Objetividad, juicios de valor y eleccin de teora enLa tensin esencial. Ed.F. C. E. Madrid.

    Polaridades II

    La evolucin de la consciencia en la unidad de los opuestos

    Comunicacin presentada en el XI Congreso Internacional de Terapia Gestalt

    Sinesio Madrona Rodenas

    Introduccin

    Estoy interesado en el nuevo paradigma desde hace muchos aos y aunque yosenta que la gestalt prctica estaba a su altura llevaba diez aos alejado de ella por nohaber encontrado las respuestas tericas que esperaba. Hasta que hace un ao conoc aGoodman y semanas despus a Carmen Vzquez y al CTP (y a otros despus de ellos),y entonces me di cuenta que haba encontrado lo que llevaba buscando toda la vida. Mi

    bsqueda tiene que ver con el desarrollo de una teora que unifique la psicologa yconfluya con el nuevo paradigma que se est desarrollando ahora a travs de lasllamadas ciencias de la complejidad. No quiero decir que yo est capacitado parahacerlo dentro de los parmetros acadmicos oficiales; pero s me creo capaz, a travsde mis intuiciones, de apuntar una direccin en el camino. Es algo que lo que hetrabajado toda mi vida y pienso seguir haciendo, ahora en un marco ms definido. La

    propuesta que hago aqu, un tanto precipitada, es tambin un programa de trabajo paralos prximos aos. En la pgina web de la Fundacin Jung: www.fcgjung.com.es haytres artculos publicados:Lo racional y lo experiencial,Pensar y sentiryEl dualismo en

    psicologa transpersonal, en los que expongo distintas visiones de la unidad de losopuestos, a cual ms radical, que son un precedente de lo que os voy a contar hoy aqu.

    La unidad de los opuestos empieza en el mismo ttulo y es un punto importanteen el que me voy a extender. Yo haba puesto en el ttulo la palabra consciencia con laese subrayada; pero se dira que los ordenadores, que no siempre hacen lo que les

    pedimos, se han comido esa ese, quiz no la encuentran en sus bancos de memoria y lahan suprimido del aqu-y-ahora. Con lo cual hasta los ordenadores nos dan la razn enese concepto tan polmico en la gestalt.

    http://www.fcgjung.com.es/http://www.fcgjung.com.es/
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    La palabra consciencia est traducida como awareness-consciousness porque noexiste una dicotoma tan clara entre ambas consciencias como muchas veces sedesprende del tratamiento que les damos. El awareness puro no existe, salvoacompaado de un ataque de pnico al perder todas nuestras referencias. Hasta dondealcanza mi comprensin de la temtica de Wheeler (1991) creo que estoy en la lnea de

    lo que este compaero llama el awarenessestructurado; aunque yo lo veo desde esteotro tornasol: la unidad de los opuestos. No debemos olvidar que toda dicotoma es laexpresin de la unidad intrnseca que existe en el fondo, del cual, en cada momento del

    presente, se destaca uno u otro polo (figura) si disolvemos las rigideces del self ydejamos que se exprese la unidad esencial del campo organismo-entorno.

    Tengo que aclarar que para m los conceptos de unidad, totalidad y campo sonprcticamente sinnimos y que, en cierto sentido, tambin lo es el concepto de dualidad,de la dicotoma, en la medida en que es el aspecto operativo de la unidad, el juego defigura-fondo del campo organismo-entorno.

    Hablando de campo, otro tema importante, tengo que mencionar este textoRobine citado por Parlett M. (2005): Ya sea que lo llamemos coincidencia,sincronicidad, comunicacin inconsciente o transferencia/contratransferencia,...encontramos que todos los clnicos experimentan la misma frustracin ante su limitadacapacidad de explicar este fenmeno (pg. 58). Para m sin embargo el fenmeno de lasincronicidad es inherente a la concepcin de campo, forma parte consustancial de micomprensin de lo que es el campo.

    Laszlo (1997, 2007) nos dira, desde la fsica cuntica, que la realidad es uncampo ondulatorio creativo que en cada momento se sincroniza con el instante presente.Toda la realidad universal es armnica con lo que existe en cada aqu-y-ahora. Toda larealidad, y no slo la psicolgica y social, esta hablndonos de nuestra realidad

    personal. La proyeccin es, entre otras cosas, el mecanismo bsico a travs del cualvemos nuestro reflejo en un espejo psquico externo que nos devuelve nuestra

    percepcin personal del campo (es decir, lo que vemos en el campo es lo que somosnosotros). Y este espejo puede ser otra persona, ser vivo u objeto inanimado. Os

    pongo un ejemplo de cmo el entorno nos habla: en la serie de House de la televisinvemos que este personaje resuelve sus casos muchas veces a raz de un detalle que notiene nada que ver con el tema que le preocupa, pero que le pone sobre la pistaadecuada. Esto para m significa que el entorno nos habla, todo el entorno y no slo elque corresponde a la situacin dialogal yo-t. Para m estas circunstancias externas

    tambin forman parte de lo que Goodman (1951) y Robine (2004) llaman el ello de lasituacin. Todo el entorno nos est hablando constantemente del momento presente,otra cosa es que nos fijemos en l y que seamos capaces de interpretarlo. Aunque enterapia lo que importe sobre todo sea la relacin dialogal no debemos olvidar esta

    perspectiva si lo que queremos es tener una nueva cosmovisin, un nuevo paradigma.Algo para lo que la teora gestalt est muy capacitada.

    De una manera tan sencilla como sta: todo lo que sienta, diga y haga el serhumano tiene su razn de ser y su lugar en el orden total de las cosas formul yo haceya ms de 30 aos mi perspectiva del universo. Recientemente he llegado a laconclusin de que esta frase encierra cierta aptitud que creo poseer de ser capaz de

    ponerme en el punto de vista del otro. Y aunque no me considero un intelectual,racionalista, acadmico y erudito al uso (aunque curiosamente muchos lo crean as) s

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    me siento capacitado e impulsado a opinar sobre la perspectiva que otros, infinitamentems eruditos que yo, dan a su interpretacin de la realidad.

    Por ejemplo, cuando Wheeler (1991) critica el concepto de interrupcin delcontacto de Goodman lo est haciendo desde una perspectiva diferente a la de este

    ltimo. As se da la circunstancia de que ambos tienen razn. Y aunque mi explicacinno sea, quiz, todo lo acadmica que debiera ser, as es como lo veo: desde laperspectiva dual, desde la dialctica de los opuestos, desde la estructura (que es unaforma de ver la unidad), Wheeler ve el contacto y el anti -contacto (la resistencia,como la llama l) todo como contacto, por ello para l no hay interrupcin del contacto.Y tiene razn. Sin embargo Goodman ve el asunto desde la perspectiva de la unidadfinal, desde el campo como totalidad (que es una forma diferente de ver la unidad).Entonces para l todo lo que signifique una ruptura de esa unidad esencial, es unainterrupcin, una interrupcin del contacto. Y tambin tiene razn. En ambos el trminocontacto, aunque de uso muy parecido, se ve desde perspectivas muy diferentes.

    Esto tiene que ver tambin con la polmica entre la teora sistmica y la decampo. La teora sistmica tiene ms de consciousness, sus desarrollos son ms lgicos,estructurados e inteligibles; mientras que la de campo tiene ms de awareness yrequiere poner en prctica todo lo que sabemos y hemos experimentado en procesos de

    gestalsis para poderla percibir, entender y asimilar. Percibir la teora de campo tienealgo de koan zen, por mucho que se quiera explicar llega un momento en el que hay queromper los esquemas mentales para poder alcanzar la experiencia de campo, laexperiencia del selfen el campo organismo-entorno. Pero ya he dicho que awareness yconsciousness forman unidad, no son tan opuestos como, a veces, queremos creer.

    [Hablando, posteriormente, con Robine en el Congreso sobre la necesidad deusar la teora sistmica para acercarnos al campo me dijo que no estaba de acuerdo, quela teora sistmica (polaridad, estructura) es confusa. Entonces, despus de pensar 10 o20 segundos ca en la cuenta de que se puede decir ambas cosas si partimos desde

    perspectivas diferentes. La teora sistmica tiene mucha ms facilidad para explicar loque es el campo desde la lgica, la estructura, la sistematizacin, etc.; pero el campo noes eso, pues el campo del que se puede hablar no es el verdadero campo. Por ello lateora sistmica ser confusa porque cree que sabe lo que no sabe. Tener muchasexplicaciones para el campo no significa que se sepa lo que es el campo vivencial yexperiencialmente. Por el contrario la teora de campo es confusa, como digo yo en el

    prrafo anterior porque el campo realmente no se puede explicar, hay que vivirlo y esto

    es algo que, simplemente, no se puede explicar. Por ello si esto no est claro tenemosmuchos problemas para explicar lo que es el campo. Al menos en este punto Robine yyo llegamos a estar de acuerdo. Pienso si no ser esto lo que le pasaba Goodman, que seencontraba con enormes dificultades a la hora de explicar lo que es el campo y nosiempre encontraba los argumentos y conceptos adecuados, pues tanto Robine (2004)como Wheeler (1991), desde perspectivas diferentes, indican su insuficiencia y suconfusin. Es ms sobre lo mismo que explico dos prrafos atrs.][1]

    La unidad en la dualidad

    http://www.gestaltnet.net/fondo/nuestros-textos/sobre-polaridades-i-ii-iii#_ftn1http://www.gestaltnet.net/fondo/nuestros-textos/sobre-polaridades-i-ii-iii#_ftn1http://www.gestaltnet.net/fondo/nuestros-textos/sobre-polaridades-i-ii-iii#_ftn1http://www.gestaltnet.net/fondo/nuestros-textos/sobre-polaridades-i-ii-iii#_ftn1
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    Veo la dualidad bsicamente desde los conceptos yin-yang de la filosofaoriental como manifestacin operativa de la unidad (del tao). Pero este punto de vista estambin el de la ciencia que ve la realidad formada por fuerzas negativas y positivas queno pueden existir la una sin la otra. La dicotoma est slo en la mente, es un introyecto;la polaridad es el agente de la unidad. Unidad y polaridad forman un todo, forman

    unidad. La polaridad, la dicotoma, es tambin unidad. [En este asunto recomiendo latesis sobre polaridades de M. Cruz Garca de Enterra: Las polaridades y/en la terapiagestalt, en esta misma pgina web, tesis que suscribo casi punto por punto.]

    As, por ejemplo, el yo (lo individual) y el no-yo (el grupo, lo colectivo) son lamanifestacin en el plano de la consciencia humana de las fuerzas positiva y negativa(yang y yin) que existen desde siempre. No es que el yo exista antes como afirmanalgunos enfoques de la psicologa, el yo aparece con la consciencia humana, lo hace almismo tiempo que el no-yo, el entorno que lo procura; pero tambin es cierto que tantoel yo como el no-yo son el reflejo en el plano de la consciencia de dos fuerzasuniversales yin-yang que existen desde siempre. Sobre este tema se puede leer el

    artculo El dualismo en psicologa transpersonal en la mencionada pgina web de laFundacin Jung.

    Epistemologa de la doble descripcin

    La epistemologa de la doble descripcin de P. Keeney, (1985) es una cumplidarespuesta a esta cuestin. Keeney afirma:

    1. La necesidad de abordar la descripcin de cualquier realidad (material, mental,social, animal...) mediante una doble descri pcinque abarque los puntos opuestos,contradictorios, contrarios, etc., a travs de los cuales interactua una realidad dada.

    2. En esta interpretacin lo que se destaca es la pauta(la informacin) que subyacea cualquier realidad, no la corporizacin de una pauta dada en un sistema fsico, mental,social, etc., (diramos que con el concepto de pauta est hablando delselfgestltico dePerls-Goodman y con el de corporizacin de un yo/personalidad fijos).

    3. Toda descripcin es autorreferencial, el observador est siempre en lo observado.Es lo mismo que he dicho antes a propsito del espejo psquico.

    La epistemologa keeneyana, basada en una perspectiva sistmica, se podrainterpretar, sin ninguna merma para ambos constructos tericos, como un ciclogestltico de figura-fondo. Keeney nos habla de un proceso, de una estructura dinmica,no de algo dado y fijo. La informacin que discurre en un campo polar es un procesorecursivo, y es lo relevante en su epistemologa, no el hecho de que la informacin secorporice en uno u otro extremo de la polaridad (por ejemplo en un yo). Loimportante para Keeney es la perspectiva binocular (en alusin a Bateson, 1972) con laque contemplamos este proceso. Un paralelismo metafrico que el autor compara con lavisin binocular de los ojos que nos permite ver el mundo con volumen, con perspectiva(ocurre lo mismo con los dos odos, tenemos audicin en estreo). Usando esta imagen

    podramos aadir que si supiramos utilizar los dos hemisferios cerebrales al unsonotendramos una visin en "estreo" de la realidad, una visin de la unidad y no slo de

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    partes de ella. Keeney utiliza la paradoja como un ladrillo conceptual con el cualsuperar la misma paradoja sin dejar de verla como tal paradoja.

    En este tipo de cuestiones la imagen que yo tengo acerca de la realidad es la deun objeto tornasolado. Segn el ngulo con que lo miremos lo podemos ver verde, azul,

    rojo...; pero el objeto sigue siendo el mismo. Tenemos, si queremos, la posibilidad decircular alrededor del objeto viendo todos sus tornasoles. Es la visin extrapsquica deaquel poema, intrapsquico, de Benavente que dice: nada es verdad ni mentira, tododepende del color del cristal con que se lo mira.

    Veamos algunas polaridades que son motivo de polmica entre diferentesenfoques de la gestalt.

    Razn y experiencia

    Por ejemplo separar razn y experiencia, teora y prctica es uno de ellos. Conesta separacin hacemos que en el reino supuestamente integrado de la experienciasiga habiendo un sutil dominio de la racionalidad, de la mente, en tanto en cuantoseguimos adoptando la dualidad: razn-experiencia, pues la descripcin ymantenimiento de la dualidad es una facultad especfica de la mente y de su poderepistemolgico de discriminar, de diferenciar. Razn y experiencia, pensar y sentir,forman a ciertos niveles una unidad que hace ficticia su separacin(Madrona,Polaridades I,Pensar y sentir). En la medida en que no integramos razn yexperiencia, y las oponemos, marginando la razn, seguimos bajo el dominio de sta, dela mente.

    Llego al punto de afirmar, en otro de esos artculos (Lo racional y loexperiencial), que es posible adquirir a travs de la razn ese sentimiento-nocin de no-dualidad que es la aspiracin ltima de toda va espiritual. Contra la alegacin de que lano-dualidad es una experiencia que no puede ser entendida por la razn (Loy, D., 2000),afirmo que los defensores de de esta aseveracin caen en la dualidad al no admitir la

    posibilidad de llegar a ella a travs de la razn. Oponen razn a experiencia, caen, pues,en la dualidad, en la dicotoma.

    Concepcin intrapsquica y de campo

    Otro ejemplo acerca de una perspectiva dual. Robine (2004) dice:

    Cada vez me resulta ms claro que la perspectiva de campo no necesariamente se debeplantear como una alternativa a la orientacin intrapsquica ya que la puede contener.

    (pg. 30)

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    En esta frase, en mi opinin, se confunden y amalgaman dos perspectivasdiferentes en el concepto de campo, la que yo llamo extrapsquica y la de campo. Me

    parece que, sin dejarlo translucir claramente, en muchas ocasiones cuando se habla decampo, se habla, en realidad, de una visin extrapsquica, pero como entran enconfluencia ambas visiones (la de campo y la extrapsquica) no es fcil distinguir

    hasta qu punto se est hablando de una o de otra. La frase de Robine es, pues,definitoria al respecto, en ella est claro que dos rdenes, o niveles, de epistemologadiferentes se fusionan en uno solo.

    Lo que hace el concepto de campo es incluir ambas perspectivas (laextrapsquica y la intrapsquica), sin desdoro de ninguna de ellas. La polmica es, en elfondo, anloga a la que existe entre genetistas y ambientalistas, y otras dualidadessemejantes. Situar el punto de vista dentro o fuera de un sistema estudiado, en unextremo o en el otro, cuando la solucin est en ambos. En una visin binocular.

    A todo esto me refiero cuando digo que la consciencia se desarrolla en la unidad

    de los opuestos. Aclarado el concepto de la unidad, tema que me pareca importante,vamos a introducirnos en la teora evolutiva.

    Teora evolutiva

    Al nacer somos campo, somos uno. Pronto empezamos a ser dos (ya antes delreconocimiento del propio sexo), pues ser dos es lo que nos hace crecer (el aspectooperativo de la unidad). Entre los 9 y los 12 aos tenemos un momento de culminacinen el descubrimiento del otro (es lo llama Piaget descentramiento afectivo). Y al mismotiempo descubrimos nuestro yo (de nuevo la unidad en la polaridad). Si seguimosevolucionando volveremosconscientementea ser uno, porque serlo lo somos siempre(el campo siempre existe), aunque no seamos conscientes de ello. De hecho yoapuntara tentativamente dos tipos, modos o estados de la confluencia: la prepersonal(en terminologa de Wilber) que es no-contacto y no-consciencia y la transpersonalquees, por el contrario, pleno contacto y consciencia, o que existe tras l.

    La vuelta a la unidad empieza, segn la psicologa evolutiva y si no se la inhibe

    por la cultura y la educacin, entre la adolescencia y la primera juventud y llega a unmomento de plenitud en la percepcin de la unidad alrededor de los 25-30 aos denuestra vida. Siguiendo e interpretando a Jung tiene un momento de una conscienciams plena, con perspectiva sobre el tiempo que hemos vivido, hacia la madurez cuando

    podemos integrar los arquetipos de lasombra (lo ignoto, positivo o negativo, interior),del anima (lo femenino interior) y del animus (lo masculino interior) en nuestro sertotal.

    La dialctica que se establece, y que es primordial para que la conciencia de unosea consciente e integrada (transpersonal en trminos wilberianos) y no psictica,confluyente, desestructurada y aleatoria (prepersonal), es que para poder ser uno

    (campo) tenemos que ser dos (estructura) y viceversa, la estructura slo funcionarflexiblemente si somos uno (campo). Al nacer somos uno confluyente con el campo

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    cuerpo-madre-entorno. El desarrollo de la consciencia personales el que nos permitesepararnos del cuerpo, de la madre, del entorno, del otro y reconocer nuestro yo y,

    paradjicamente, andando el tiempo tomar suficiente distancia sobre nuestro yo ypersonalidad (segn los conceptos gestlticos) como para poder apreciar nuestra propiarelatividad. En este ltimo punto de la construccin del yo encontramos que hemos

    evolucionado hacia la consciencia del self de Perls-Goodman y/o del s-mismojunguiano que son dos maneras de ver la misma realidad de campo.

    La fortaleza de este yo es, no obstante, asunto primordial de supervivenciaevolutiva si queremos volver a ser uno sin sentirnos anulados, perdidos en el otro, en elcampo; sin confluencia patolgica, sin anulacin por las drogas o por cualquier fe ocreencia fantica. Se dira que la fuerza que nos impele a volver a la unidad con elcampo es superior a la que nos impele a individualizarnos; de ah que el individualismollegue a extremos tan rgidos y tan desconectados del entorno para soportar la fuerza

    polar contraria. Y, paradjicamente, la confluencia con el entorno se produce por nohaber desarrollado suficientemente el yo, la separacin consciente del campo la

    separacinpersonalen trminos de Wilber),

    En este entorno conceptual la defensa individualista, el nfasis en el yo y en laresponsabilidad personal, en el autoapoyo, etc., de Perls, de la corriente californiana yde nuestra cultura en general, tiene su razn de ser, pero siempre que la miremos dentrode la relatividad de un campo global ms abarcativo. Sin esta necesaria asuncin de la

    propia individualidad y responsabilidad, sin esta dosis de imprescindible separacin delentornodel otro, cuando tenemos una experiencia de unidad con el entorno podemosser absorbidos por el mismo y quedar anulados como yo individual, en una confluenciaciega con el campo, como muestran todo tipo de sectas y adhesiones fanticas y como,en un orden emocional no tan intenso, muestra la adhesin a un grupo de cualquierndole, estatus profesional, corriente de pensamiento, cosmovisin determinada, etc.,etc., incluso aquella que, como sta, pretende no estar adherida a nada.

    Naturalmente la visin individualista es la de un solo ojo y como tal es elintroyecto de nuestra cultura. La del otro ojo implica la necesaria atencin a una

    percepcin ajena, opuesta, diferente y entonces, slo entonces, tendremos una visinbinocular, tendremos perspectiva, tendremos la visin de la unidad que existe en todadicotoma, tendremos la dinmica de la figura-fondo, tendremos una visin de campo.

    En nuestra cultura actual el individualismo es un introyecto Wheeler (2000). El

    nfasis exagerado que se pone en el autoapoyo, en la individualidad, en la auto-responsabilidad, etc., tan perlsiano, acaba, paradjicamente, en un sentimiento-pensamiento grupal (una identidad ideo-emocional de grupo) que es cualquier cosamenos un pensamiento singular e independiente, un pensamientopersonal, pues est enconfluencia con una cultura que slo ve realidades aisladas. Se convierte en unaconfluencia autosostenible de individualidades solitarias. En la medida en la que elautoapoyo es un introyecto produce una polaridad excluyente hacia el apoyo del grupo yhacia el sentimiento que se produce cuando se confa en este apoyo. Son sentimientosmuy diferentes y difcilmente reconciliables si no se los trasciende a ambos. El nfasisen el autoapoyo niega la posibilidad de abrirse a ese otro sentimiento de apoyo delgrupo en el que uno baja sus barreras personales tan sobreprotectoras en el

    individualismo de nuestra cultura.

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    Mientras que en el individualismo se hace culto de la figura de xito, del hroe,el supermn, el maestro, el profesor..., el terapeuta..., en el apoyo grupal estas figurasfijas se desdibujan y lo que toma importancia es la relacin, la pauta..., el campo, elgrupo. En esta ltima perspectiva todos somos maestros, todos sabemos hacer algo demanera natural que podemos ensear a los dems. Las figuras fluyen.

    As la consciencia se desarrolla en la unidad de los opuestos: yo y no-yo,yangyyin, visin binocular, Tao, todo, punto cero, trmino medio, indiferencia creadora, vacofrtil, gracia de Dios, nirvana, satori, experiencia cumbre o mstica..., awareness-consciousness. Estamos hablando de lo mismo: de una experiencia consciente de larealidad. De cualquier experiencia consciente de la realidad, como le ensea Laing aCapra (1989) cuando ste est afirmando que la experiencia mstica es indescriptible.Dice Laing: Cualquier experiencia consciente de la realidad es indescriptible! Mirasimplemente a tu alrededor un momento, y observa, escucha, huele y siente dnde stas.[...] No ocurre slo con la experiencia mstica sino con cualquier experiencia. (pg.160).

    Vuelvo a repetir la consciencia se desarrolla en la unidad de los opuestos yaunque momentneamente aseguremos nuestro crecimiento afianzndonos en un mojndel mismo seamos conscientes del flujo constante en el que estamos inmersos yfluyamos con l.

    [Conclusiones]

    Una apuesta por la unin de las diferencias.

    Mi sueo utpico de una teora que unifique la psicologa y confluya con el nuevoparadigma que se est desarrollando ahora a travs de las llamadas ciencias de lacomplejidad tiene la forma que toma la sucinta exposicin que hago en esta ponenciasobre temas de la gestalt. Tanto la corriente de California como las de Cleveland y

    Nueva York tienen aqu su lugar en el todo. Lo mismo habra que hacer para el conjuntode todas las psicologas, generar una nica Psicologa como ocurre con la Medicina,aunque luego cada mdico se ocupe de una especialidad; pero as como es evidenteque el cuerpo es slo uno, no parece que los psiclogos tengamos todava claro que la

    psique es slo una. Al estar todos juntos dentro de una misma unidad tienen,

    necesariamente, que darse cuenta de su lugar relativo que ocupan en el conjunto de esemismo todo (de ser una parte del todo). Las distintas corrientes y enfoques tienen algoque decir acerca de lo que nos interesa a todos. Por ello es bueno poder situarse dentrode la perspectiva de cada uno de ellos para poder entender su particular tornasol. saes, al menos, mi utopa. Es una labor que apenas est esbozada, pero que, al menos param, tiene claro su camino.]

    Bibliografa

    Bateson, G. (1972, tr. 1985). Pasos hacia una ecologa de la mente. Buenos Aires. Ed.Lohl-Lumen.

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    Madrona, S. Pensar y sentir, Lo racional y lo experiencial, El dualismo en psicologatranspersonal.www.fcgjung.com.es

    Parlett M. (2005, tr. 2007) Terapia gestalt. Historia, teora y prctica. Ed. El manual

    moderno.

    Perls, Hefferline y Goodman. Terapia Gestalt. Excitacin y crecimiento de lapersonalidad humana. (1951, tr. 2002). Ed. Sociedad de Cultura Valle-Incln. Loslibros del CTP. Madrid.

    Robine, J. M.Manifestarse gracias al otro. (2004, tr. 2006). Ed. S. de C. Valle-Incln.Los libros del CTP. Madrid.

    Wheeler, G. (1991, tr. 2002). La gestalt reconsiderada. Ed. S. de C. Valle-Incln. Loslibros del CTP. Madrid.

    Wheeler, G. (2000, tr. 2005). Vergenza y soledad. Ed. S. de C. Valle-Incln. Los librosdel CTP. Madrid.

    Wilber, K. (1980, tr. 1989).El proyecto Atman. Barcelona. Ed. Kairs.

    Wilber, K. (1977, tr. 1990).El espectro de la conciencia. Barcelona. Ed. Kairs.

    Polaridades III

    Una aproximacin gestalt a la experiencia transpersonal

    La experiencia de campo

    Sinesio Madrona

    http://www.fcgjung.com.es/http://www.fcgjung.com.es/http://www.fcgjung.com.es/http://www.fcgjung.com.es/
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    Abstraccin

    Me veo en la necesidad de revisar el tratamiento que se da en el libro de Perls,

    Hefferline y Goodman, (1951, PHG en adelante) al concepto de abstraccin al hilo deltema que se expone en este artculo. Pues entiendo que no es un concepto que se refierenicamente a un proceso limitante como se expresa en el PHG, sino que tambin puede,en ocasiones, ejercer precisamente el papel contrario; es decir, ser un modo de superarlas limitaciones a las que la experiencia pura nos conduce a veces.

    Tengo que aclarar, antes de seguir adelante, que para m los conceptos deunidad, totalidad y campo son prcticamente sinnimos y que, en cierto sentido,tambin lo es el concepto de dualidad, de la polaridad, en la medida en que es el aspectooperativo de la unidad, el juego de figura-fondo del campo organismo-entorno o decualquier otro campo (unidad) que contemplemos. Unidad y dualidad forman tambin

    unidad. Por ello en ningn momento en lo que sigue cuando est aludiendo a uno de lostrminos de cualquier dualidad me habr olvidado del otro, pues para m siempre estoyhablando de la unidad, aunque sea en forma de dialctica entre los dos opuestoscircunstanciales en los que esa unidad se est manifestando en un momento-lugar dadodel aqu-y-ahora. La electricidad no puede existir sin el polo positivo y el negativo, y laslneas de fuerza que se observan cuando se echan limaduras de hierro entre los dos

    polos de un imn, nos hablan, incluso, de una continuidad sin fronteras, en la que todoes uno.

    Suscribo casi punto por punto latesis sobrePolaridades de Mari Cruz Garca deEnterra que se puede encontrar en gestaltnet.net y entiendo que la mente, laabstraccin, puede ser tan discriminadora o tan integradora como lo puede ser,asimismo, el cuerpo, la experiencia directa. La unidad no puede ser descrita, cualquierdescripcin de la unidad implica un acto de diferenciacin, de discernimiento y, comotal, una ruptura de la unidad. El campo del que se puede hablar (como el tao) no es elverdadero campo. Hablar, pues, del campo, de la unidad, implica la necesidad deromperlo y ello se hace a travs de la polaridad, de la dualidad. Por ello la dualidad esel aspecto operativo de la unidad. Gracias a la dualidad (que es una forma de estructurarla realidad) podemos hablar de la unidad y describirla; aunque no estemos en la unidad.Pero si tenemos esto claro sabremos que unidad y dualidad forman tambin unidad yestar/no-estar en la unidad ser, en este caso, irrelevante para la unidad.

    Razn y experiencia, mente y cuerpo, pensar y sentir, forman, as, una unidad enla dualidad. Y ya en el terreno de las dualidades estas pueden extenderse y combinarsehasta el infinito. Por ello entiendo que la atribucin de separativa a la abstraccin y deunitiva a la experiencia es una dualidad que ignora la unidad. Tanto la abstraccincomo la experiencia pueden ser, en otro eje dual, unitivas y/o separativas, tal como loexplico enPolaridades I, Pensar y sentir.

    Creo que el uso de una connotacin limitada del concepto de abstraccin en elPHG est condicionada por la actitud tan enftica de Perls hacia cualquier cosa querepresente, aunque slo sea de lejos, una actitud mental, racionalista, limitante de la

    experiencia inmediata, del awareness. La dialctica razn-experiencia pasa pormomentos en los que la experiencia nos permite superar limitaciones o fijaciones de la

    http://www.gestaltnet.net/fondo/nuestros-textos/polaridades-y-en-terapia-gestalthttp://www.gestaltnet.net/fondo/nuestros-textos/polaridades-y-en-terapia-gestalthttp://www.gestaltnet.net/fondo/nuestros-textos/polaridades-y-en-terapia-gestalthttp://www.gestaltnet.net/fondo/nuestros-textos/polaridades-y-en-terapia-gestalthttp://www.gestaltnet.net/fondo/nuestros-textos/polaridades-y-en-terapia-gestalthttp://www.gestaltnet.net/fondo/nuestros-textos/polaridades-y-en-terapia-gestalthttp://www.gestaltnet.net/http://www.gestaltnet.net/http://www.gestaltnet.net/http://www.gestaltnet.net/fondo/nuestros-textos/polaridades-y-en-terapia-gestalthttp://www.gestaltnet.net/fondo/nuestros-textos/polaridades-y-en-terapia-gestalt
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    mente a constructos mentales acerca de lo que somos-es nosotros-y-nuestro-entorno y,al contrario, el desarrollo mental de abstracciones (de un orden ms amplio) nos permitesuperar ciertas limitaciones que la experiencia inmediata (no filtrada por la razn) nosimpone. Los procesos de fuerte fijacin emocional tras una experiencia intensa (porejemplo, algo tan comn como un enamoramiento) requieren el discernimiento de la

    mente, de la razn, para poner la necesaria y adecuada distancia sobre la experienciaque nos permitir evaluar la situacin de una manera ms integral, ms en el campo. Asciertas experiencias intensas que se pueden dar en el curso de un awareness necesitan dela discriminacin sutil de la mente para situarlas en su lugar relativo en el campo, de locontrario quedaremos apresados por la fascinacin que lo fenomenolgico del eventoimprime en nosotros; como en aquel cuento de la senda espiritual en el que un nefitoqueda deslumbrado y seducido por las joyas que encuentra en su camino.

    Un ejemplo que puede que os parezca que no viene mucho al caso pero que essimblico de lo que quiero decir: la experiencia inmediata nos dice que es el Sol el queda vueltas alrededor de la Tierra, mientras que la razn nos informa de que es justo lo

    contrario lo que ocurre, y por mucho que nos empeemos en ver que es la Tierra la quese mueve, nunca lo conseguiremos; hay que salir fsicamentefuera de ella ( sepa-rarse, abstraerse) para tener una consciencia inmediata del hecho. Aqu la experienciainmediata falla por completo. Y aunque este ejemplo no sea fcilmente trasladable a laexperiencia humana en la frontera-contacto en el campo, ocurre muchas veces quenuestro awareness(que nunca es puro) est condicionado por una estructura limitante(Wheeler, 1991) cuya revelacin y superacin no siempre depende mayormente del

    polo awareness en la dialctica de la dualidad awareness-consciousness, pues como taldualidad su unidad implica un lugar o tiempo de encuentro que est ms all de ladiferenciacin razn-experiencia o mente-cuerpo. La experiencia nunca es pura,siempre est condicionada por la estructura del fondo y, de acuerdo con esta estructura,el individuo interpretar lo sentido-vivido en coherencia con la misma. Por ejemplo,ante una experiencia semejante Moiss cre una religin y Mc Clintok (Fox Keller,1991) descubri la transposicin gentica y recibi, por ello, el Premio Nobel deQumica. Los sentimientos opuestos que el hambre y la saciedad provocan en el beb, ylos de amor-odio del joven estn todava sin integrar en un continuo (son todava unadualidad sin referencia a la unidad). La estructura consciente (consciousness) del fondode la cultura contribuir tanto como la propia experiencia (awareness) del individuo encrecimiento a la superacin de estas dicotomas experienciales que, en ciertos estadiosdel desarrollo, se experimentan como excluyentes.

    En ocasiones es la consciousness, la razn, la abstraccin, el trabajo mental..., laque nos har dar ese paso que nos permita superar una fijacin ideo-emocional anteriorbasada en una experiencia de awareness. Cuando separamos razn y experiencia, yhacemos de sta el motivo dominante de nuestro inters y nuestra prctica teraputica,sigue habiendo en nosotros un sutil dominio de la razn, de la mente, en tanto en cuantoseguimos adoptando la dualidad razn-experiencia. En la medida en que no integramosrazn y experiencia, y las oponemos, marginando la razn, seguimos bajo el dominio desta, de la mente. El paradigma separacin-pertenencia al que alude Cavaleri (2001) esla dialctica bsica que se juega en el desarrollo del individuo, que siempre se produce atravs de la relacin. Y este paradigma es tanto un proceso mental como emocional.Tanto la mente como el sentimiento (la experiencia) pueden ser unitivas (pertenencia) o

    separativas.

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    "Conocer (tener conciencia de) la realidad no es nicamente labor delpensamiento. Conocer la realidad es tambin una labor del sentimiento. Hay una formade conocer y es acotando la realidad, gracias a ella desarrollamos la individualidad, ladiferencia, la autoidentidad y la tecnologa. Otra forma de conocer es viendo yexperimentando la realidad como un todo. Un tipo de pensamiento nos interpreta las

    partes en que est dividida la realidad, otro tipo de pensamiento nos dice cmo es latotalidad que forman esas partes. Entendiendo el sentimiento como un proceso omecanismo de conocimiento de la realidad, podemos decir que hay un tipo desentimiento (genricamente el odio, pero en su significado ms civilizado deimpulso a la separacin) que nos separa de los objetos y de los otros, y nos ayuda aconfigurar y conocer nuestra identidad e individualidad; otro tipo de sentimiento (elamor) nos une a las cosas y las personas, y nos ayuda a desarrollar la conciencia de latotalidad indivisible (la conciencia colectiva) y nos provee de la experiencia gratificante(mstica en algunos casos) de pertenecer a un todo mayor" (Madrona, Polaridades I,

    Pensar y sentir).

    Cuando en el/la nio/a, a travs del desarrollo verbal y social (ambosinextricablemente unidos), su yo pasa de estar centrado en el cuerpo a estar centradoen la mente (tal como nos describe la psicologa evolutiva) se produce un saltocualitativo en su desarrollo gracias a la mente, la abstraccin, la razn, lasocializacin. Ocurre lo mismo cuando en la pre- y la adolescencia desarrolla, enterminologa de Piaget, las operaciones abstractas o lgica formal, descubriendo, almismo tiempo, al otro y a su yo (de nuevo la implicacin de la unidad organismo-entorno). La superior capacidad de abstraccin que se adquiere en esta etapa deldesarrollo le permite el/la chico/a superar la confusin que ha tenido hasta ahora entre lacosa y el nombre, pues hasta aqu para l/ella el nombre tena los mismos atributos quela cosa nombrada (por ejemplo: si la cosa es fuerte, el nombre tambin lo es; Piaget, J.e Inhelder, B., 1977); es decir, hasta aqu confunda el mapa con el territorio (suexperiencia vital era la misma con la palabra que con el objeto) y lograr estadiferenciacin en el desarrollo es una etapa fundamental del mismo.

    En este momento del desarrollo prima la diferenciacin, la necesidad de saberquin soy yo frente al otro, la necesidad de definirme para encontrar un hueco

    personal[2]en el todo. Es la etapa en la que se desarrolla el pensamiento-percepcindual y en la que hunde sus races el pensamiento y la cultura newtoniano-cartesiana queimpera actualmente. La siguiente etapa de abstraccin que se desarrolla, o tendra quedesarrollarse si la cultura lo permite, durante el final de la adolescencia y la primera

    juventud, implica la superacin de las dicotomas, las diferenciaciones, losenfrentamientos que han tenido lugar en la etapa anterior como parte necesaria delcrecimiento de la conciencia personal. Esta etapa, a la que Wilber llama lgico-imaginativa (1991), tendr lugar slo y tambin si el entorno est abierto a ella. De locontrario el organismo tiende a aceptar y a vivir la dualidad sin cuestionrsela.Solamente en contados casos se puede desarrollar esta etapa en una dialcticacuestionadora y confrontativa con el entorno.

    A partir de esta comprensin o junto a ella se puede trabajar la proyeccin (en elotro o en lo otro) como un espejo en el cual vemos partes de nosotros mismos que, alreconocerlas como propias, podemos incorporar a la autoimagen en un proceso de

    construccin de una totalidad cada vez ms abarcativa. La incorporacin de los aspectosparciales de esta proyeccin que Jung llama la sombra (la zona obscura o luminosa

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    interior), el anima (lo femenino ignorado) y del animus (lo masculino ignorado) sonesenciales para profundizar y ampliar la conciencia de la unidad, tanto intrapsquica unidad cuerpo-mentecomo de campounidad organismo-entorno.

    Evolucin de la consciencia (awareness-consciousness)[3]

    En el seno materno y durante unos meses despus del nacimiento estamosinmersos en la unidad primordial (En el principio era el campo que suele decirCarmen Vazquez) y no distinguimos entre lo otro y el propio ser. El desarrollo de laconcienciapersonaltiene que, necesariamente, entrar en una fase en la que esa unidadse rompe y se inicia la escisin con el entorno que es, al mismo tiempo, una escisindentro de uno mismo (unidad organismo/ambiente y cuerpo/mente). Escisin que lleva

    en la primera infancia al reconocimiento del propio sexo como algo de inmediatadiferenciacin y al desarrollo de unas caractersticas personales basadas en eleccionesentre un polo y su opuesto a que nos obliga nuestra sociedad (inmersa en esa dualidadconstitutiva de nuestra cultura en este momento del proceso evolutivo de la especie) yque se empieza a desarrollar desde el propio nacimiento. En la segunda infancia y laadolescencia se produce la separacin organismo/entorno cuando el nio empieza areconocer, alrededor de los 9 aos, al otro como distinto de s mismo y, al mismotiempo, reconoce su yo, su individualidad (de nuevo la unidad en la dualidad). Laconcienciapersonala que dan lugar estas escisiones es, por definicin, una conciencia

    parcial (una conciencia intrapsquica alejada de la percepcin global que se tiene desdey en el campo) en la medida en que se aleja de la unidad.

    Este proceso implica, segn nos cuenta la psicologa evolutiva, tras otrasfijaciones anterioresuna primera identificacin con el cuerpo y una posterior con lamente, adonde se traslada la identidad del yo del individuo en crecimiento (Wilber1977, 1980). Nuestra cultura est inmersa en esa identificacin con la mente y tiende aignorar todo lo que concierne al sistema corporal y cualquier cosa que no se adecue a lavisin parcial que la mente (en una multiplicacin hasta el infinito de posterioresdivisiones, mentales en este caso) tiene sobre la realidad. Esta identificacin con lamente se sita en una etapa evolutiva que se desarrolla desde la infancia a laadolescencia. As, nuestra cultura est, en su inmensa mayora, en una fase adolescente.

    Cuando tras la formacin, la prctica o la terapia gestalt (o de cualquier otrapsicologa humanista o transpersonal) accedemos a un primer nivel de unin mente-cuerpo se desarrolla en el individuo lo que Wilber califica como etapa del Centauro(1980), cuyo proceso evolutivo dentro de un desarrollo normal tendra que tener lugaralrededor de los 20 aos. Este descubrimiento, esta experiencia, esta revelacin es tanintensa que conmueve todo nuestro ser; todos hemos vivido esta experiencia ytestimonio de ello dan numerosos compaeros en el boletn anual de la E.M.T.G(Escuela Madrilea de Terapia Gestalt). Esta vivencia tan intensa nos abre un mundotan formidable de energa (desconocida desde la represin y anulacin que la menteejerca sobre el cuerpo) que nuestra expresin se vuelve viva, aguda, tumultuosa y

    arrolladora.

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    Pero esta experiencia es slo una primera fase en la etapa del Centauro y suponeun punto de fijacin en nuestro proceso de crecimiento, pues anegados y extasiados poresta experiencia creemos que ya hemos abierto todas las puertas que es posible abrirsobre nosotros y sobre el mundo en el que vivimos, y en ciertas corrientes gestlticasque hacen del culto al cuerpo (emocin, sensacin, sentimiento...) su mxima y nica

    preocupacin, se convierte en un dogma; es decir, en una ideologa. Este es el tipo deabstraccin que se critica en el PHG y que tan alejado est del espritu creativo delmismo.

    La dialctica cuerpo-mente, razn-experiencia, tiene que tener en cuenta ambospolos, pues si los separamos y marginamos la razn hacemos que en el reinosupuestamente integrado de la experiencia siga habiendo un sutil dominio de laracionalidad. As, muchos defensores a ultranza de la experiencia son tambin, pues,

    paradjicamente, racionalistas a ultranza.

    En este recin estadio adquirido se desarrolla (en algunas corrientes y prcticas

    gestlticas) una sutil represin sobre la mente[4] que puede impedir toda posteriorevolucin del individuo hacia niveles cuerpo-mente (y cuerpo-mente-entorno; es decir,organismo-entorno) posteriores y ms integrados del individuo, hacia metas msglobales de ser, pues el siguiente paso evolutivo segn Wilber (1991) implica, hastacierto punto, una recuperacin de ciertas apreciaciones mentales acerca de la realidad.As en la etapa que Wilber llama lgico-imaginativa se desarrolla un nivel superior deabstraccin que implica un proceso mental capaz de superar las dicotomas que la

    propia mente plantea sobre la realidad: la lgica imaginativa es la primera estructura(...) que puede sintetizar, establecer conexiones, relacionar verdades, coordinar ideas eintegrar conceptos (1991, pg. 262). Y esta represin sutil sobre la mente se ejerce atravs de la no-diferenciacin entre el nivel abstracto de la lgica formal y el de lalgica imaginativa.

    La lgica formales la que discrimina entre t y yo, organismo y entorno, blancoy negro, bien y mal, espritu y materia, y etc., etc., etc. Sin embargo la lgicaimaginativa hace precisamente todo lo contrario integrar esas dicotomas que seestablecieronpor necesidades evolutivasen el curso del crecimiento y desarrollo delindividuo, pues una vez establecidas estas dualidades y desarrollada la conciencia

    personal, el proceso evolutivo requiere volver a la unidad, que en este caso sertranspersonal, de campo.

    Cuando en la prctica, la terapia y la formacin gestalt estamos invitando oinduciendo el contacto con el aqu-y-ahora corporal, sensorial y emocional, tratamos dehacer consciente al individuo de las verbalizaciones mentalesde la lgica formalquelo apartan de ese aqu-y-ahora; pero, si bien en la inmensa mayora de las ocasiones esoes una actuacin correcta seguida de un resultado positivo e intensamente integrador,

    puede ocurrir que, de persistir en una orientacin sesgada, acabemos tirando al niocon el agua del bao. Si no tenemos en cuenta el nivel de superior abstraccin quesupone la lgica imaginativa sobre la lgica formal, no podremos enterarnos de sialgunas verbalizaciones estn respondiendo a un aspecto diferente del ser a aquel en elque nosotros tenemos puesta nuestra atencin. Como se da la circunstancia, muyfrecuente, de que el paciente se debata en una zona confusa en la que tanto las

    apreciaciones de la lgica formalcomo las de la lgica imaginativa se mezclan en unaamalgama muy difcil de distinguir, estaremos cerrndonos a ciertos hechos que estn

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    presentes en el aqu-y-ahora, pero que reprimimos en el otro porque no los podremosver.

    Desde la perspectiva de la teora evolutiva se puede ver as: basndome en lateora de la libido de Jung, (1976) mantengo que el ser humano est constituido,

    fundamentalmente, por tres centros emocionales: el materno-grupal, el sexual-egoico(dual, individualista) y el transpersonal-unitario (espiritual, de campo). El materno-grupal es pre-diferenciador (est en el campo, pero es previo a la experiencia conscientede campo) y se vivencia en los primeros aos de la vida, el segundo es diferenciador(dualidad cartesiano-newtoniana necesaria para la constitucin de la conciencia

    personal) durante la adolescencia y primera juventud, y el tercero vendra aexperimentarse durante los ltimos aos de la dcada de los 20 e implica la experienciaconsciente de campo y en el campo (nivel sutil de Wilber, 1977, 1980; fenmenossubjetivos Frenkel-Brunswick, 1968 y Gould, 1972 y observaciones propias basadasen datos biogrficos de personajes pblicos, amigos y clientes, adems de propios).Segn podremos observar fcilmente el desarrollo de estos tres centros emocionales no

    es, necesariamente, armnico y coherente. Podemos estar fijados en cualquiera de estastres experiencias, lo que nos impide el paso hacia la siguiente por comodidad, exceso degratificacin, miedo, etc. (por ejemplo: la resistencia a crecer del adulto fijado en lainfancia) o bien el desarrollo de una experiencia posterior nos puede motivar la huida delos problemas que plantea una anterior (por ejemplo: la huida de los problemasmundanos fase sexual-egoica de la persona que ha desarrollado la experienciatranspersonal-unitaria, la experiencia de campo).

    Lo ideal sera un equilibrio entre estos tres centros y una conciencia de susrealidades diferenciadoras a la hora de aplicarlos a la realidad cotidiana; pero de hechono ocurre as. Una persona puede tener muy desarrollado el transpersonal-unitario(tericamente superiory defendido como tal en la escala evolutiva, por ser dedesarrollo posterior, cosa que no es as) y no tanto el sexual-egoico (tericamenteinferior por ser su desarrollo anterior)[5].

    Esto har que el observador gestltico se centre en las deficiencias del nivelsexual-egoico (intrapsquico) sin apreciar lo que de positivo pueda tener el que elindividuo intente solucionarlas desde el nivel transpersonal-unitario (de campo). Esevidente el error de este ser instalado en el nivel transpersonal-unitario que rechaza todavisin que no se refiera a la percepcin de la totalidad (Del narcisismo en la meditacin,al encuentro con el corazn en psicoterapia gestalt; Isabel Ramrez. Boletn 2008 de la

    E.M.T.G.distribucin interna); pero ciertas carencias a la hora de enfocar al ser en sutotalidad que tiene la visin sexual-egoica y su marco de referencia abstracto procedentede la lgica formal, pueden hacer insuficientes, improcedentes y contraproducentes lareduccin del marco emocional del individuo a una visin centrada en su cuerpo-mentey no abierta a la unidad cuerpo-mente-entorno; es decir organismo-entorno.

    Cuando centramos la atencin en la divisin mente-cuerpo que el individuo viveantes de ser gestaltizado, nos damos cuenta de que muchas veces, sino siempre, lamente ignora al cuerpo o le dice al individuo cosas sobre el mismo que el cuerpo niega,rechaza, no comparte con aquella. Cuando el individuo consigue reconectar con elcuerpo, se da cuenta de lo equivocado que estaba. Si trasladamos esta misma estructura

    (la teora sistmica nos lo permite, Bertalanffy, 1975) a la frontera-contactoorganismo/ambiente, podemos inferir que la ideologa del ambiente, el entorno, la

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    cultura en la que vivimos, puede estar dicindonos cosas acerca del organismo y de lafrontera que lo separa-une con el entorno que impidan su fusin en una identidad, unaconciencia, comn como la que existe en la unidad cuerpo-mente. Entiendo que sonexperiencias homologas, aunque en algunos aspectos diferentes, las que se tienencuando experimenta su reconexin con el cuerpo, su unidad cuerpo-mente, que las que

    se tiene cuando el ser humano experimenta la reconexin de su ser, su organismo, con elambiente; la que se llama, en trminos espirituales, experiencia mstica y, en trminospsicolgicos, experiencia cumbre o transpersonal, y, en trminos gestlticos, sera laexperiencia plena del self. Dado el frecuente y generalizado rechazo a este tipo deexperiencias (no slo en el mbito de la gestalt) me siento con derecho a decir, desdeesta perspectiva, que la falta de reconocimiento de la interconexin organismo-ambientey de la posibilidad de vivir su unidad es anloga al rechazo o la ignorancia que la mentetiene sobre el cuerpo cuando el mundo del yo est slo basado en la mente. En este casola mente social (la ideologa y la costumbre) del individuo ignora la posibilidad dereconexin organismo-entorno y de vivir la experiencia sublime que se tiene cuandoesto se produce.

    En el proceso de crecimiento el redescubrimiento del cuerpo es una fasenecesaria para una posterior integracin cuerpo-mente. La gestalt est centrada en eseimportante y necesario redescubrimiento del cuerpo; pero infatuada (al menos algunascorrientes de ella) por esta sorprendente y vivencialmente intensa revelacin llega arechazar la mente hasta el punto de quedarse fijada en lo sensorial, corporal yemocional, y no evolucionar hacia la integracin. La comprensin mental del procesoque estamos viviendo tiene una importancia suma para llegar a una verdaderaasimilacin del mismo. Tras recuperar el cuerpo tenemos que crear una comprensinms amplia y ms universal del proceso a travs de abstracciones que, precisamente,nos aslan, nos distancian, de la inmediatez del cuerpo y del aqu-y-ahora paraelaborar una comprensin que competa al ser total y no slo a un aspecto del mismo. Laabstraccin, la separacin, es una parte necesaria de la unin (Madrona: Polaridades I,

    Pensar y sentir). En el proceso de crecimiento humano tiene que haber una separacinpara desarrollar la concienciapersonal. Cuando esto se ha logrado el paso siguiente esvolver a la unin esencial del ser; pero, esta vez, con la conciencia de la misma. Por ellouna visin transpersonalde campo en la teora gestalt tiene que contemplar lanecesidad de valorar tambin los procesos de la mente como parte integrante de latotalidad del ser, siempre que esto, naturalmente, no implique una alienacin del cuerpo.

    Creo que en el desarrollo de este nivel ms global de abstraccin tiene que ver

    con 1) la atencin al cuerpo (a la experiencia); 2) la atencin a la mente y a su capacidadde razonar e integrar opuestos culturalmente irreconciliables (bien-mal, espritu-materia,interior-exterior, sujeto-objeto, determinismo-libertad, etc., (mi artculo: Lo racional ylo experiencial, en www.fcgjung.com.es) y 3) la atencin al entorno. La lgicaimaginativa en su capacidad para integrar opuestos aun siendo a travs de unaacentuacin de la va mental es una puerta abierta a la experiencia de fusin de lafrontera organismo/entorno. La mayora de los sujetos que han tenido esta experiencia yla mayora de los textos que se refieren a ella nos hablan del acceso a la misma a travsde una va de tipo no-mental e, incluso, niegan la posibilidad de acceso a ella a travs dela va mental (David Loy, 1988); pero esto es caer en una dualidad, la de razn-experiencia, que estn negando en su discurso (artculo citado).

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    En un primer paso del desarrollo del ser a travs de la va de la gestalt seproduce una experiencia de integracin cuerpo-mente. Un segundo paso en este procesotiene que ser la integracin de la dualidad organismo-ambiente en una nica unidad, deconciencia y operativa. Desde la ptica gestalt la experiencia mstica se puedeinterpretar como una unificacin de la dualidad; una fusin, una experiencia de

    confluencia positiva e integradora, de la frontera-contacto[6]organismo-ambiente. En elprimer paso nos hacemos uno, nuestro ser se unifica; en el segundo nos hacemos unocon el exterior, el mundo y nosotros somos una unidad en la accin, en el pensamiento,en la relacin... Tan intensa como es la experiencia de integracin cuerpo-mente, es,aunque de una cualidad diferente, la experiencia de integracin organismo-ambiente (elambiente puede ser humano o estar representado por cualquier objeto del exterior: unazarza con Moiss, una mazorca con Mc Clintok (Fox Keller, 1991) o los electronescon Capra). Ocurre, por otra parte, que esa experiencia de integracin organismo-entorno no tiene, necesariamente que ser una experiencia mstica. Cualquierexperiencia consciente de la realidad, como le muestra Laing a Capra con ocasin de unencuentro en 1980 en el Monasterio de Piedra en Zaragoza: Cualquier experiencia

    consciente de la realidad es indescriptible! Mira simplemente a tu alrededor unmomento, y observa, escucha, huele y siente dnde stas. [...] No ocurre slo con laexperiencia mstica sino con cualquier experiencia. (1989, pg. 160)[7].

    Lo bueno que tiene la teora del campo organismo-entorno y, en general, toda lateora gestalt del PHG, es que no diferencia, como es comn en la teora transpersonalentre consciencia ordinaria y consciencia trascendente. Los mecanismos con losque describe la realidad psquica son los mismos en el mbito personal y en eltranspersonal, pues esta divisin no existe en la teora de Perls-Goodman. Esto tiene laventaja de que no es necesario, en el trabajo que hacemos en el presente, aludir a metasespirituales que estn ms all de ese momento. Igual que trabajando con lo quetenemos en el presente se produce, en un momento dado, la reconexin cuerpo-mente yesto se experimenta como una revelacin, un awareness, un ahora me doy cuenta...,llegar un momento, si tiene que hacerlo, en el que ese awareness se producir cuandose tenga un momento de percepcin de la unidad organismo-entorno, sin que para ellotengamos que haber hecho nada que no est en la prctica habitual de la terapia, salvoseguir profundizando y ampliando nuestra percepcin de lo que somos en conexin conel otro o con lo otro.

    Desarrollar la conciencia de la frontera-contacto ms all del darse cuenta quenos hace estar receptivos a la constante interaccin del organismo con el entorno,

    implica tomar conciencia de la unidad de accin organismo-entorno ante cualquiersituacin que se d en la realidad. No hay un individuo aislado que reacciona, aunquetenga conciencia de la frontera-contacto organismo-entorno, ante un hecho exterior;sino una unidad de actuacin organismo-entorno en el que tanto el uno como el otro seimbrican inextricablemente en el proceso. Mis acciones no son slo las acciones sanasde un individuo que tiene bien desarrollado su contacto con el ambiente; sino que soyconsciente de que el ambiente y yo somos uno, como somos uno mi cuerpo y mi mente,y una respuesta dada no es una respuesta que yo doy en funcin del ambiente que existe;sino una respuesta que el entorno y yo damos al unsono como totalidad integrada.

    Esta visin quiz pueda lesionar cierto estado ideo-emocional con el que el ser

    experimenta lo que llama su independencia, su capacidad para decidir, suindividualidad. Estado ideo-emocional vinculado al paradigma de la visin modernista

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    que impregna nuestra cultura (Robine, 2004; Wheeler, 2000). Visionar que uno nodecide por s mismo, sino que el entorno tiene un poder maysculo sobre esadecisin (aun cuando el contacto organismo-entorno sea de lo ms positivo yconsciente) puede no gustar en absoluto al individuo y adoptar una actitud de rechazovisceral hacia esa idea y posibilidad. Esta actitud es una gran barrera a la hora de

    integrar la frontera-contacto organismo-entorno, y no resulta inapropiado cuestionarsementalmente inclusoestas ideas culturales si ello nos ayuda a traspasar esa barrera. Sibien traspasar la frontera cuerpo-mente no resulta fcil en un primer momento, unoposee todos los recursos y percepciones necesarios en su interior. Con frecuencia unaligera indicacin, un para esa mente!, es suficiente para ello. Traspasar la frontera-contacto y experimentar la unidad organismo-entorno requiere, de alguna manera, salirfuera de uno mismo. Puede ser a travs de una atencin absorbente hacia un tema (McClinton, Fox Keller, 1991), de una actitud benevolente de aceptacin universal,enemigos incluidos, etc., por no hablar de la meditacin y de otras tcnicas al uso. O,como he dicho ms arriba, simplemente seguir profundizando en el awareness, sin

    barreras, estando abierto a todo lo que surja. En este terreno es muy til la capacidad

    para vivir ese enamoramiento, un trabajo de proyeccin-introyeccin, que muchosmaestros y terapeutas nos comentan que sienten cuando trabajan con una persona ogrupo. La vivencia de este estado implica la unidad cuerpo-mente-entorno, ya sea esteentorno una sola persona, un grupo o el universo en general.

    Hace muchos aos ya que considero que la gestalt es una de las tcnicasteraputicas que ms nos acerca a la esencia del ser y, por ende, a la dimensinespiritual del mismo (a la dimensin del campo organismo-entorno). Pero tambin mehe dado cuenta recientemente que ciertas actitudes que ponen el nfasis en laconfrontacin, la agresividad, el enfrentamiento, la autoexpresin (que acabaconvirtindose en expresin del ego) no slo no contemplan la dimensin espiritual sinoque la impiden, pues desprecian las correspondientes polaridades; es decir, la avenencia,la pasividad, el acuerdo y el inhibir los excesos de expresin propia para respetar laexpresin del otro... Como he dicho ms arriba confrontarse con el otro es parte deldesarrollo; pero la otra polaridad es unirse al otro. Sin unin no hay una verdadera

    percepcin del campo.

    Bibliografa

    Bertalanffy L. von. (1975, tr. 1979):Perspectivas en la teora general de sistemas.Madrid. Ed. Alianza

    Cavaleri, P. A. (2001, tr. 2002). Del campo a la frontera de contacto, en Psicoterapiade la Gestalt. Ed. Gedisa. Barcelona.

    Capra, F. (1989, tr. 2003