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UNIVERSIDAD DE LOS ANDES-TÁCHIRA DEPARTAMENTO DE COMUNICACIÓN SOCIAL LA COMUNICACIÓN: DISQUISICIONES Y ESPECULACIONES José Antonio Sosa Osorio San Cristóbal, 2000

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UNIVERSIDAD DE LOS ANDES-TÁCHIRA

DEPARTAMENTO DE COMUNICACIÓN SOCIAL

LA COMUNICACIÓN: DISQUISICIONES Y ESPECULACIONES

José Antonio Sosa Osorio

San Cristóbal, 2000

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INTRODUCCIÓN

Las propuestas teóricas que intentan dar cuenta del proceso comunicativo han surgido desde los más disímiles campos del saber: matemática, lógica, lingüística, economía, sociología, antropología, filosofía, psicología, educación, en fin. En cada uno de ellos se han elaborado modelos1 para explicar tal proceso, por supuesto, con los criterios y sesgos que cada disciplina particular le imprime en relación con su basamento teórico, metodológico, epistemológico y su desarrollo como área de conocimiento.

A pesar de que cada propuesta o modelo supone de hecho una determinada

concepción, no sólo de la comunicación como realidad teórica y práctica social, sino de la sociedad como totalidad2 en sus aspectos económicos, políticos, culturales e ideológicos, esta disparidad de criterios y enfoques lejos de dispersar el trabajo de investigación ha permitido, en buena medida, aunar esfuerzos, centrar la problemática, asumir posiciones abiertas, desarrollar un alto espíritu de colaboración en el trabajo ínter y multidisciplinario y confluir en la elaboración de algunas premisas básicas para un análisis más global y omnicomprensivo de la comunicación en la sociedad. No es inocente por ello, el hecho de que en estas últimas décadas hayan surgido ensayos, textos, manuales, novelas, etc., en los cuales se le otorga a la comunicación un papel predominante en la sociedad. Para citar un ejemplo deberíamos recordar los planteamientos de Alvin Toffler3 al señalar que el conocimiento y por ende el manejo que de él se hace (léase comunicación) se constituyen en la nueva forma de poder.

Si bien los desarrollos teóricos se han presentado en un contexto social

determinado y en ese y por ese contexto difundido, criticado, aceptado o negado, a partir de estas elaboraciones teóricas ha sido posible comprender, cada día un poco más, no solo la comunicación, sino los espacios sociales con sus características y matices diferenciales, la diversidad cultural y sus ingentes manifestaciones, haciendo más comprehensivo el concepto de comunicación.

Estas líneas intentan recoger aquellas propuestas surgidas desde diversos ángulos,

en ocasiones como primeras explicaciones meramente descriptivas, aproximaciones para el análisis de un problema particular, en ocasiones, elaboraciones más profundas y acabadas, generalizaciones y abstracciones que intentan dar cuenta de la comunicación como proceso social, cultural e histórico.

1 Se entiende por modelo un "…sistema hipotético-deductivo concerniente a una representación conceptual esquemática de una cosa o

de una situación real o supuesta real", Cfr.: Mario Bunge. La realidad. Madrid, Editorial Ariel, 1978; Alain Badiou. El concepto de modelo, México, Siglo XXI Editores, 1978.

2 En el sentido que a este concepto le da Carlos Castilla del Pino. Este autor comienza por precisar el concepto de dialéctica y afirma:

"Entendemos por dialecticidad la propiedad que todos los reales concretos poseen de estar indefectiblemente en relación unos con otros, Pero esta relación dialéctica es activa, recíprocamente modificadora, suscitadora, pues, de nuevas propiedades, merced a la cual nada de cuanto hay es ya lo mismo, una vez que la relación se verifica", La totalidad es, entonces, esa multiplicidad de relaciones de los reales concretos que hace que todo esté cambiando incesantemente. Cfr.: La culpa. Madrid, Alianza Editorial, 1972. Pág. 19-25.

3 Alvin Toffler, El cambio del poder. Barcelona. Plaza & Janes Editores. 1991

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EI objetivo básico de nuestra revisión está centrado en la necesidad que tienen nuestros alumnos de Comunicación Social de conocer y comprender el basamento teórico desde el cual ha surgido su particular campo de trabajo. Esta comprensión les permitirá, sin duda alguna, asumir desde una mejor postura personal y social su profesión.

EI trabajo que se presenta, por tanto, está dividido par razones meramente

descriptivas y pedagógicas en tres capítulos: el primero de ellos elaborado sobre un recorrido acerca de las propuestas primeras, surgidas desde la experiencia directa, su evolución, pertinencia y sentido analítico. EI segundo consiste en un análisis acerca de la relación comunicación y crítica social, vinculación que, desde mi perspectiva personal, asumo como inmensamente rica en posibilidades. Finalmente, en el tercer capítulo, se intenta precisar la reflexión actual, en el terreno de la comunicación, vista la importancia que día a día cobra esta actividad. En todo caso, la discusión que en torna a estas ideas se pueda originar es parte de mi intención.

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PRIMERAS EXPLICACIONES De los griegos a los empíricos

“Cuando el poeta haya escrito bellos versos que provoquen nuestro aplauso, el legislador ha de persuadirlo -y tiene que recurrir a la coacción si la persuasión no lo consigue- para que emplee sus rimas y sus acordes en hacer sabios los gestos y los cantos de la gente; virtuosos en todos los aspectos; para conseguir una obra de sana razón.”

Platón4

La comunicación ha sido preocupación constante en el hombre, en la práctica como necesidad de intercambiar experiencias y vivencias, en lo teórico, como reflexión, como necesidad de explicar sus actos. Ambos han marchado ineluctablemente juntas, complementándose. Cada vez que el ser humano ha reflexionado sobre su capacidad de comunicación ha terminado por mejorar el modo de hacerlo: palabra (verbo en sentido bíblico), imagen (cuevas de Altamira, Lascaux grafía (babilonios, sumerios, egipcios), palabra-imagen, imagen-grafía, grafía-palabra, al final cierto sentido circular. Nueva reflexión, nuevas prácticas, nuevas reflexiones. Del objeto al pictograma, de este al ideograma y finalmente el fonema. Y vuelta a empezar: Fonema-pictograma (¿qué otra cosa es la iglesia en la edad media?). Pulpito para la palabra (fonema), puertas, vitrales, nichos, paredes, etc., para la representación icónica.

Los griegos, a quienes debemos muchas propuestas, hicieron de la comunicación

oral y de otras muchas cosas, un arte, el arte del discurso, la oratoria. Pues bien, Aristóteles, quien siempre intentó ser muy descriptivo además de analítico, en la “Retórica” esboza el primer intento de explicación de la comunicación, a través de un modelo básico, en el cual involucra tres factores primarios esenciales:5

Para Aristóteles el centro de la relación comunicacional siempre estuvo en el discurso: forma y contenido. En cada uno de sus trabajos trata algún elemento vinculado al discurso, bien en su estructura o en su contenido. De alguna forma constituye una visión pragmática de la comunicación. La intencionalidad del discurso, en el discurso, es un punto muy importante a considerar en Aristóteles. De ahí el extraordinario desarrollo en sus trabajos de todo cuanto tiene que ver con los procesos de inferencia, la lógica del discurso, los problemas vinculados a los silogismos o a nuestra capacidad para construir juicios verdaderos/falsos, correctos/incorrectos, en definitiva los diversos elementos constitutivos del proceso de argumentación (ética y estética).6

Una función para la comunicación, un uso específico y por supuesto unos espacios

4 Platón. Diálogos Socráticos. Barcelona, Ediciones Orbis, 1990.

5 Aristóteles. Retórica. Buenos Aires. EUDEBA. 1966.

6 Aristóteles. Poética. Madrid. Istmo. 1998

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propicios. Estamos hablando de la comunicación oral, la única tecnológicamente posible en ese momento, la escritura era potestad de pocos. Plazas, anfiteatros, teatros y templos constituyeron los medios adecuados para esta comunicación. Allí se cruzaron verdades y mentiras, rumores, mitos, normas y leyes. La situación no cambia con el avance del imperio romano, tampoco lo hace con su caída. Cambia el sentido mas no los medios. Además de la precariedad intelectual, el desorden, la inestabilidad política, económica y cultural caracterizan un momento histórico que posibilita una actitud despótica y dogmática.

“La transmisión oral y la representación gráfica serán, pues, los instrumentos de comunicación idóneos sometidos al control de cada territorialidad y al control supremo de la Iglesia sancionadora.”

7

EI desarrollo de la comunicación, su evolución, va aparejada al avance tecnológico.

EI surgimiento de los tipos móviles desarrollados por Gutenberg que constituyó un salto cualitativo importante en el sistema de impresión mediante la imprenta, significa, al mismo tiempo, el paso de una comunicación primitiva -casi prehistórica-, a la llamada comunicación moderna. Las características de este tipo de imprenta: (i) utilización repetida de los tipos, (ii) material fácilmente renovable, por cuanto cada letra era diseñada en moldes a partir de los cuales se hacía la reposición, y (iii) normalización de los tipos, tamaños y formatos, que posibilitaban la producción en serie, permitieron cierta profusión de libros, páginas, textos varios, abriendo cause, tanto a la exposición de ideas como a la lectura y discusión de diversas opiniones.

Se inicia, progresivamente, la comunicación pública, aquella que va a permitir un

mayor flujo de informaciones, conocimientos y por supuesto, de falacias, mitos e ideologías. EI afán persuasor, siempre presente en la comunicación, comienza una nueva etapa. Reformadores y contra reformadores harán uso de todas las posibilidades del nuevo invento para ganar adeptos, convencer, persuadir e incluso coaccionar. EI esquema

7 Manuel Vásquez Montalván. Historia y Comunicación Social. Barcelona. Editorial Bruguera. 1980. pág. 32.

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no cambia, la función de la comunicación no varía; no obstante, significa un paso muy importante para el proceso secularizador de occidente.

Dos desarrollos tecnológicos convertirán la incipiente comunicación pública8 en comunicación masiva:9 la máquina de vapor, a mediados del siglo XIX, que permitió no solo el desarrollo de la linotipia, sino la construcción de prensas más rápidas, aumentando considerablemente la “tirada” de los periódicos de la época (20.000 impresiones por hora a una sola cara)10; y la electricidad, primer cuarto del siglo XX, que permite el advenimiento de los denominados medios de comunicación audiovisual: radio, cine y televisión. Y con ellos un cambio en el esquema:

La psicología académica comenzaba a marcar muchos de los planteamientos

teóricos del momento, y así, el comportamiento humano era definido simplemente como las “variadas respuestas a los estímulos ambientales”11:

Podemos definir como estímulo -explica Stevens- cualquier acontecimiento que un individuo sea capaz de percibir y sentir… toda cosa capaz de producir una sensación en el organismo humano… Podemos definir el término respuesta como referencia a un estímulo. Si tomamos a un individuo que ha percibido un estímulo, la respuesta es todo aquello que este individuo hace como resultado de haberlo percibido. Una respuesta es la reacción del organismo del individuo a un estímulo, la conducta producida por éste.12

Por ello, para Harold Lasswell13, la comunicación debe ser entendida,

8 Para una mayor comprensión de “lo público”, Cfr. Jürgen Habermas. Historia y crítica de la opinión pública. Barcelona. Editorial

Gustavo Gili. 1981. 9 Se utiliza la expresión “masivo(a)” en el sentido expuesto por Salvador Giner en Sociedad Masa. Barcelona. Ediciones Península.

1979. 10

T. Derry y T. Williams. Historia de la tecnología. México. Siglo XXI editores. 1977. 11

Cfr. S.S. Stevens. Introduction: A definition of communication. New York. M.I.T., Journal of the Acoustical Society of America.

1950. 12

Ídem. pág. 690. 13

Harold Lasswell. "Estructura y función de la comunicación en la sociedad". En Sociología de la comunicación de masas.

Barcelona. Editorial Gustavo Gili. 1979. (Miquel de Moragas Comp.)

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fundamentalmente, como la relación entre un sujeto activo y otro pasivo, en una relación persuasiva.

(A) Sujeto Activo que expresa un Mensaje (C) por intermedio de un Canal (D) a un Sujeto Pasivo (B) para lograr determinados Objetivos (E), intencionadamente. (B) Sujeto Pasivo que recibe/capta determinado mensaje (C), generándose en él una determinada Reacción (E).

Manuel Martín Serrano14 demuestra una estrecha correlación entre el planteamiento

de Lasswell y la corriente conductista en psicología, gráficamente se podría evidenciar así:

De esta tendencia conductista, mecanicista, se desprenden profundas

consecuencias teóricas y prácticas. Por ejemplo, en lo que atañe a la comunicación de masas se piensa que esta tiene efectos inmediatos, directos e incuestionables sobre la audiencia masiva. Por supuesto los públicos son considerados “masa”15, es decir: agregado informe, manipulable y vulgar, pueril, amoral e instintivo, anómico, igualitarista y mediocre. Basta por tanto, elaborar con cierto cuidado los mensajes y tener claridad sobre la intencionalidad que se desea, para incidir de manera directa en esa audiencia. Estamos en presencia de la denominada “Teoría Hipodérmica”.16

La base cultural de la cual parte Lasswell para sus análisis acerca de la

comunicación, es la ciencia política, sus textos más representativos son: Propaganda technique in the world war; World politics and personal insecurity y The language of politics, en ellos, estudia las expresiones tácticas y valorativas del poder: discurso político, símbolos y propaganda son el punto de partida de su análisis comunicacional. “La propaganda -expresa- fuerza la intensidad de la situación hacia los extremos: facilita la catarsis si el interés es menor, y precipita la crisis si el interés es elevado.”17

14

Manuel Martín Serrano. La producción social de comunicación. Alianza Editorial. 1986. 15

Cfr. Salvador Giner. Ob Cit.; José Ortega y Gasset. La rebelión de las masas. Barcelona. Ediciones Orbis. 1991. 16

Es interesante el planteamiento hecho por Gustave Le Bon en: “Psicología de las masas”. Madrid. Morata. 2000. 17

Harold Lasswell. La política como reparto de influencia. Madrid. Ediciones Aguilar. 1974.

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Después de varias investigaciones regionales sobre el desarrollo de algunas campañas electorales norteamericanas (Lazarsfeld/Berelson/Gaudet-New Jersey, 1938-Erie, 1940; Berelson/Lazarsfeld/McPhee-Elmira, 1948)18 y sobre actitudes y tendencias (Merton/Rovere, 1946 y Katz/Lazarsfeld/Decatur, 1955)19, comienza a desarrollarse un modelo teórico explicativo del proceso de comunicación, denominado Teoría de las dos fases de la comunicación o Flujo de comunicación en dos etapas (Two step flow of communication)20.

A. Esquema clásico de la difusión masiva B. Modificación del esquema a partir de la consideración de los líderes, como intérpretes y amplificadores del proceso. La acción del Líder en esencia significa: 1. laminación del mensaje, 2. interpretación y selección de los mensajes, 3. orientación de la opinión en el grupo, 4. difusión de la influencia, y 5. legitimación de la información recibida/interpretada y transmitida. Es obvio que esta acción de los líderes produce en los miembros del grupo efectos de: (i) activación, (ii) reforzamiento, y/o (iii) conversión.

De acuerdo a esta teoría los mensajes circulan hacia el colectivo mediante la

intermediación de los líderes de opinión. Es decir, los mensajes vehiculados por los medios de comunicación son percibidos/interpretados/procesados, en primera instancia, por determinadas personas que actúan como orientadores/legitimadores/ difusores de la información, en el seno de sus respectivos grupos, de acuerdo a su nivel de influencia. Este proceso es muy complejo en virtud de la gran red de influencias grupales recíprocas que socialmente se configuran en las comunidades.

En la primera etapa, de los massmedia a los Líderes de Opinión, se da una transferencia de información. La segunda fase, de los líderes de grupo al colectivo grupal, se caracteriza por ser de orientación, de opinión, de difusión de influencias y/o legitimación de la información. En cualquier caso, es importante destacar que en el colectivo grupal, individualmente, los componentes personales filtran/contrastan los contenidos, e igualmente, existen actitudes prefijadas que son las que terminan vinculando los contenidos con el entorno personal. En “EI pueblo elige”, Lazarsfeld expresa:

18

Paul Lazarsfeld, Bernard Berelson y P. Gaudet. EI pueblo elige. Buenos Aires. Ediciones 3. 1962. 19

Elihu Katz y Paul Lazarsfeld. La influencia personal. Barcelona. Editorial HispanoEuropea. 1979. 20

Felicísimo Valbuena. Receptores y audiencias en el proceso de comunicación. Madrid. Pablo del Rio Editor. 1976.

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“La gente tiene tendencia a exponerse a las comunicaciones cuyo contenido congenia con sus predisposiciones. (...) La recepción de las comunicaciones empuja a la gente a tomar una decisión que está generalmente en línea con sus actitudes latentes.”21

No obstante, este modelo del fluir de la comunicación en dos etapas tiene sus

limitaciones, especifiquemos algunas: a) Los actores del proceso siguen estando separados y el emisor continúa teniendo

buena parte del control sobre el mensaje. La audiencia, público o receptores, siguen siendo considerados pasivos, el papel fundamental se traslada de los medios y el mensaje a los líderes de opinión.

b) EI mensaje se piensa como real, objetivo, determinado básicamente por la integridad del código y por la pureza de la transmisión.

c) En los estudios realizados por estos equipos no se tomó en cuenta una variable de gran pertinencia: el tiempo. Es decir, si en la etapa de información se tiene en cuenta que una noticia no llega al mismo tiempo a todos los receptores y por el mismo canal, habrá que diferenciar entre quienes conocen pronto esa información y a quienes les llega tarde. Así:

I. un conocedor temprano no equivale a un líder de opinión y, II. para un conocedor temprano, los canales informales son de poca o ninguna

utilidad. d) En la toma de decisiones directas, los públicos utilizan diferentes canales de

comunicación, los canales informales serán más utilizados en la medida en que las informaciones sean contradictorias.

Por supuesto que tiene sus meritos, entre ellos podemos contar:

a) Rompe con la concepción monopolar de la relación comunicacional y pone en entredicho la influencia directa en la audiencia.

b) Establece, aun cuando no de manera abierta, la relación asimétrica en la comunicación.

c) Abre el panorama de los análisis de audiencia.

A partir de los conceptos formulados por Norbert Wiener en “Cyberneetics”22, publicado en 1948. Claude Shannon y Warren Weaver23, en una obra publicada en 1949, desarrollan una explicación sobre el proceso de transferencia de la información en la cual un ente cibernético (animal, animal racional, colectividad, sistema automático), recibe/ capta información del mundo exterior, la codifica/convierte en un sistema cifrado de transmisión, pasándolo de esta forma a un centro de coordinación que interpreta (descodifica) la información recibida y, fundamentado en ella, actúa (toma decisiones) con una finalidad determinada.

21

P Lazarsfeld; B Berelson y P Gaudet. Ob Cit. pág. 58 y 55. 22

Norbert Wiener. “EI hombre y la máquina”. En EI concepto de la información en la sociedad contemporánea. México. Siglo XXI

editores. 1966. 23

Claude Shannon y Warren Weaver. Teoría matemática de la comunicación. Buenos Aires. Editorial Suramericana. 1966.

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El principio básico del planteamiento de Wiener es el de la retroacción (feedback), definido por el mismo Wiener como: “Todo efecto retroactúa sobre su causa, todo proceso debe estar concebido según un esquema circular.”24 Ahora bien, a pesar de la sencillez del planteamiento, de él se derivan múltiples consecuencias teórico-prácticas si se vincula con la Teoría de los Sistemas, delineada por Ludwig Von Bertalanffy.25 Un sistema se define -según Bertalanffy- como un complejo de elementos en interacción, interacciones cuya naturaleza no es aleatoria. Y es esa interacción, precisamente, entre los planteamientos de Bertalanffy y los de Wiener, la que va a dar como resultado la llamada “sistémica”.

Veamos un esquema sobre el "feedback", tal como lo concibe Wiener: A

B

Shannon elabora, a partir de enlazar en forma lineal una cadena de elementos, un

esquema del “Sistema General de Comunicación”, en el cual incluye: a. Una Fuente de Información, con un número más o menos importante de mensajes

que ha de transmitir, b. un Emisor o Transmisor, con capacidad para transformar los mensajes en señal, c. un Receptor que pueda descodificar estas señales para recuperar el mensaje

inicial, y d. un Punto de Destino que puede ser una persona o un soporte físico, al cual va

destinado originalmente el mensaje. EI otro elemento fundamental, incorporado por Shannon es la Fuente de Ruido o Interferencia, que hace variar la señal emitida con respecto a la señal recibida o captada.26

Shannon estudió, ante todo, la combinación de señales absolutas (binarias),

24

Norbert Wiener. Cibernética y sociedad. Buenos Aires. Editorial Suramericana. 1958. pág. 35. 25

Ludwig Von Bertalanffy. Robots, hombres y mentes. Madrid. Ediciones Guadarrama. 1971. 26

C Shannon y W Weaver. Ob Cit.

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transmitidas por un canal exentas de ruido, demostrando que cualquier mensaje podía reducirse a una combinación de señales “0 y 1”. Usando, en forma general, el planteamiento de Clausius sobre la entropía concluyó que el valor de un mensaje podía traducirse a una magnitud, a lo cual denominó información -en el sentido de magnitud estadística abstracta que califica el mensaje independientemente de su significación-.

Es interesante acotar que aun cuando el esquema de Shannon está eminentemente vinculado a una “teoría de la información”, es decir, intenta explicar el tránsito material -por decirlo de alguna manera- de señales, y la pureza física como éstas se pueden transmitir, ha sido tomado en varias ocasiones por lingüistas, semiólogos y psicólogos, fundamentalmente, para analizar problemas comunicacionales.

Weaver formuló su hipótesis en otro modelo, con el fin de obtener un esquema que

le permitiese analizar la comprensión o el significado de una señal (y eventualmente establecer un significado determinado), incorporando un receptor semántico entre el receptor y el destino, y un ruido semántico entre la fuente y el emisor, así:

De esta propuesta parte George Borden27 para desarrollar su explicación y así, el

proceso de comunicación puede ser reducido, en principio, a la necesidad que tiene un comunicante de hacer llegar a un destinatario un mensaje.

(a)= Mensaje Original; (b)= Mensaje Interpretado. Los mensajes originales, en primera instancia, son mensajes interpretados producto de actos comunicativos anteriores. En cada nuevo acto comunicativo estos mensajes interpretados se convierten en mensajes originales, en un movimiento de transformación continua. Borden señala que “…el punto de

partida lógico del acto comunicativo es invariablemente otro acto comunicativo...”28

La transmisión de la señal pasa a ser una respuesta a un estímulo inicial (acto

comunicativo anterior), por supuesto, esta respuesta deber ser codificada para ser reconocible por las otras personas con las cuales se está en contacto; en este momento

27

George Borden. Introducción a la teoría de la comunicación humana. Madrid. Editora Nacional. 1974. 28

Ídem. pág. 19.

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del proceso opera el codificador semántico, es decir, “...un dispositivo hipotético que transforma cualquier estímulo dado, en una señal apropiada para ser transmitida por el individuo que inicia el comunicado...”29 A su vez, para la producción de la respuesta que genera este comunicado en un oyente (nuevo acto comunicativo) interviene el descodificador semántico.

(A)= Modelo de Shannon/Weaver con las modificaciones que le incorpora George Borden sustituyendo: Fuente de Información » Estímulo, Punto de Destino » Respuesta, Fuente de Ruido » Señal con Ruido, incorporando: Codificador Semántico entre estímulo y transmisor y Decodificador Semántico entre receptor y respuesta. Borden muestra el mensaje como respuesta a un estímulo y/o como un estímulo que genera una respuesta (mensaje). El codificador semántico permite, a partir del cuadro experiencial del comunicante, “... transformar un mensaje específico en señales transmisibles...”. El descodificador semántico, a su vez, generar “...un mensaje inteligible a partir de la señal recibida...”

30

(B)= Esquematización del proceso de codificación semántica que permite hacer de un significado algo reconocible (señal), para aquellos con quienes se está en contacto, a quienes se llega por medio de la transmisión.

(C)= Perspectiva macroscópica del proceso con los diversos componentes relacionados: 1.- Orador (estímulo, codificador semántico, transmisor). 2.- Transmisión (transmisor, señal, receptor). 3.- Oyente (receptor, decodificador, respuesta).

Tomando en cuenta las teorías de la comunicación cibernética, Wilbur Shramm

readapta la proposición original sobre transferencia de información, para tratar de explicar la comunicación humana. Las conclusiones a las cuales llega Shramm son el producto de varias investigaciones entre 1948 y 1958, en las cuales este autor intenta analizar el com portamiento de los públicos sometidos a campañas electorales radiales y televisadas.31

29

ídem. pág. 20. 30

George Borden. Ob Cit. pág. 20. 31

Wilbur Shramm. Proceso y efectos de la comunicación colectiva. Quito. Ediciones CIESPAL. 1964.

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Comienza por establecer entre comunicador y perceptor (transmisor y receptor en Shannon/Weaver), además de un mismo lenguaje como es evidente, un campo común de experiencias que permite atribuir a los símbolos usados un significado más o menos preciso. El mensaje se construye y reconstruye en la intersección conformada por el campo de experiencias compartido de los participantes en el proceso de comunicación. En ese mismo punto actúan los factores de atracción y/o de perturbación (incorrección del lenguaje, equívocos, problemas de percepción e interpretación) que son los que posibilitan o no la comunicación.

Shramm considera a la comunicación como un proceso que no consiste solamente

en la puesta en contacto de comunicador y perceptor, sino que, por el contrario, significa un proceso muy complejo de elaboración y reelaboración de mensajes, en el cual la realimentación o retroacción (feedback) constituye el eje primario. En este proceso los mensajes se van enriqueciendo permanentemente, al igual que los dos polos esenciales (comunicador y perceptor), considerados como sujetos activos vinculados por una gama muy variada de factores sociales y culturales, no obstante, siempre diferentes y con características propias.

El análisis de Shramm sobre la comunicación interpersonal le permite explicar el

proceso de la comunicación colectiva. El proceso de realimentación, de elaboración y reelaboración de los mensajes, al igual que la pertenencia de los individuos a grupos sociales, niega el carácter de “…simple difusión vertical y sin respuesta de los mensajes (colectivos)...”. En la comunicación colectiva también se da el proceso de enriquecimiento, la realimentación (reaprovechamiento de la información), y la generación permanente de nuevos mensajes a partir de la interpretación y reinterpretación que el público perceptor realiza, conectado grupalmente.

Comunicador/interprete/perceptor construyen múltiples mensajes que circulan en el

ambiente social para ser interpretados y reinterpretados socialmente, surgiendo así

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nuevos mensajes primarios y de retorno.

Una idea interesante en Wilbur Schramm, expuesta en “Hombres, mensajes y

medios”32 la constituye el concepto de "fraccionamiento selectivo", definido como: la probabilidad que tiene cualquier mensaje de ser elegido por un individuo determinado será el resultado de dividir la promesa de recompensa que el mensaje tenga por el esfuerzo requerido. Expresado matemáticamente sería:

Es decir, para Wilbur Schramm, siempre hay un proceso de selección por parte de

las audiencias, porque siempre existe una potencial recompensa y la relación entre públicos y medios (mensajes) dependerá, entre otras cosas de las respuestas que se den a las siguientes preguntas:

a. ¿Cuán fácilmente obtenible es la comunicación? b. ¿Cuánto destaca? c. ¿Cuán atractivo es el contenido? d. ¿Qué busca el individuo? e. ¿Qué hábitos de comunicación ha aprendido? f. ¿Qué habilidad práctica posee para comunicarse?

De alguna manera estamos en presencia de un esbozo de la "teoría de los usos y

las gratificaciones". Gürevitch, Blumler y Katz33 delinearán esta teoría tratando de especificar elementos como: receptores, necesidades, usos, funciones, relaciones sociales, gratificaciones y efectos. Comienzan por establecer, en el enfoque de “usos y gratificaciones”, cuatro elementos trascendentes:

a. El público es activo, subrayado por el hecho de que: “…buena parte del consumo de medios masivos puede ser considerada como una respuesta a las necesidades sentidas por los miembros de la audiencia… las gratificaciones del público se basan en alguna noción explícitamente establecida acerca de cómo las necesidades individuales son canalizadas hacia un uso motivado de los medios.”34

32

Wilbur Schramm. Hombres, mensajes y medios. Madrid. Ediciones Forja. 1982. págs. 125 y ss. 33

E Katz, J Blumler y M Gurevitch. "Usos y gratificaciones de la comunicación de masas". En Sociología de la comunicación de

masas. Barcelona. Editorial Gustavo Gili. 1982. págs. 252-285. 34

Ídem. pág. 258 Y 259

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b. La iniciativa de relacionar las gratificaciones y la elección de los medios, corresponde al público.

c. Los medios entran en competencia permanente con otras formas de satisfacción de necesidades.

d. Los públicos son suficientemente conscientes acerca de los medios, sus características y su relación con ellos.

Las diferentes interdependencias que se establecen en “la teoría de los usos y

gratificaciones” pueden visualizarse más claramente a través del siguiente esquema de flujo elaborado por Lorenzo Vilches.35

35

Lorenzo Vilches. La televisión: Los efectos del bien y del mal. Barcelona, Ediciones Paidós, 1993. Pág. 47.

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En Gerhard Maletzke36 se recoge en parte este planteamiento, aún cuando desde una lógica casi estrictamente psicologista. A partir de la relación primaria mensaje-receptor, con las implicaciones que este proceso tiene tanto en el comunicador como en el perceptor (personalidad, ambiente, afectos, vivencias, percepción), Maletzke va estableciendo progresivamente una fórmula compleja y completa del proceso comunicativo. En ella, en forma gradual, va mostrando el flujo de relaciones (y condicionantes) entre comunicador (C), mensaje (M), medio (Md) y perceptor (P).

Para Gerhard Maletzke la selección de los mensajes, independientemente del tipo,

es producto de: a. La personalidad del perceptor b. El ambiente social donde se participa c. La compulsión del medio d. La imagen que de sí mismo se tenga (autoimagen), tanto personal como social y

pública e. La imagen (actitud mental) que el perceptor tenga del medio.

36

G Maletzke. Psicología de la comunicación colectiva. Quito. Ediciones CIESPAL. 1965.

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Igualmente señala algunos de los elementos que intervienen en la emisión, a los cuales denomina: “Factores de producción y difusión”. Entre ellos se encuentran: a. Personalidad b. Equipo profesional c. Institución o empresa de trabajo d. Relaciones sociales e. Imagen de sí mismo.

Maletzke aclara, por otra parte, que es a partir de estos factores que el comunicador selecciona, estructura, configura y emite los mensajes.

Indudablemente, para Maletzke, el mensaje tiene carácter activo. El comunicador

recibe el efecto del mensaje en el público, la compulsión del público y la compulsión del medio. El mensaje a su vez se ve afectado por la compulsión del medio. La relación que se establece a partir de la presencia de la triple compulsión: público, medio y mensaje, hace posible el proceso dinámico de la comunicación colectiva con una serie de respuestas espontáneas del perceptor, así se forma una doble imagen:

a. La del perceptor con respecto al comunicador. b. La del comunicador con respecto al perceptor.37

Es necesario reconocer en Maletzke tres puntos importantes, a nuestro criterio: a. Como se expresó al inicio de este análisis, el planteamiento de este autor

37

En "Obra abierta" y otros textos, Umberto Eco señala la existencia para el productor de la comunicación, aun de manera

inconsciente, del "lector modelo". Es decir, de alguna manera el comunicador, independientemente de las características y bondades de su obra, se prefigura un destinatario determinado. Sobre esto volveremos más adelante. Cfr. Umberto Eco. Obra abierta. Barcelona. Editorial Ariel. 1979; Lector in fábula. Barcelona. Lumen. 1981.

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18

representa en cierta forma un esbozo de la teoría de los "usos y gratificaciones" , desde un ángulo netamente psicológico.

b. Aún cuando Umberto Eco y otros semiólogos ya con anterioridad a Maletzke habían trabajado el concepto de “lector modelo”, este autor, sin enunciarlo propugna por la existencia de cierta "complicidad" entre el comunicador y el perceptor, desde una óptica comunicacional. De alguna forma establece la existencia de un usuario prefigurado en la mente del comunicador. Esta elaboración teórica tiene una importancia capital para el desarrollo de la psicología social sobre todo aquella vinculada a las relaciones de mercado, hábitos de consumo “massmediático”, en fin todo aquello que se conoce en la actualidad como “comportamiento del consumidor”.38

c. Maletzke retoma el análisis de los emisores, es decir, evidencia la necesidad de estudiar a detalle las condiciones de producción de los mensajes en los emisores (comunicador), por cuanto ello representa un elemento importante a considerar en la relación. Evidentemente desde 1947 (Kurt Lewin) el concepto de “seleccionador” (gatekeeper) ha estado presente en este tipo de estudio, no obstante, Maletzke pone el acento en el comunicador como seleccionador y organizador de los mensajes.39

Thayer40, incorpora algunos conceptos que matizan el carácter mecanicista de las

propuestas funcionalistas de los “usos y gratificaciones”. Por ejemplo, para Lee Thayer, la comunicación supone la existencia de entes de complejidad comparables, en términos de aptitud para el desarrollo del proceso. Este punto es importante en la medida en que coloca el acento en el destinatario, es decir, -expresado por Thayer-, “No hay comunicación si no hay actividad del receptor...”.

Pero, además, las características del mensaje sólo pueden ser evaluadas en relación con el contexto (ambiente), así:

Las facultades de cada persona para comunicar y recibir la comunicación son a la vez causa y consecuencia de sus cualidades propias para organizarse a sí mismo, así como sus relaciones interpersonales y las organizaciones en las que asume algún tipo de responsabilidad. (...) La capacidad de toda persona para ser receptora de la comunicación va mucho más allá que su facultad para leer o escuchar. Se centra en la riqueza y profundidad de su sistema de comunicación o proceso de información. Reside en la naturaleza de sus actitudes y orientaciones básicas hacia sí misma, hacia los demás, su trabajo profesional y un vasto complejo de otros factores.41

38

Cfr. William Stanton. Fundamentos de mercadotecnia. México. McGraw Hill. 1990; Thomas Kinnear. Investigación de mercados.

México. McGraw HiII. 1989; Otto Kleppner's. Publicidad. México. Prentice Hall. 1990 y Leon Schiffman. “Comportamiento del consumidor”. México. Prentice Hall. 1992, entre otros.

39 Sobre esta temática "gatekeeper", "newsmaking" y "editing" se pueden revisar entre otros a: James Curran, Michael Gürevich y Janet

Woollacot. Sociedad y comunicación de masas. México. Fondo de cultura económica. 1981. (parte segunda); Mauro Wolf. La investigación de la comunicación de masas. Barcelona. Ediciones Paidós. 1987. (Segunda Parte); Justo Villafañe. Fabricar noticias: las rutinas productivas en radio y televisión. Barcelona. Mitre. 1987.; Miguel Rodrigo. La construcción de la noticia. Barcelona. Ediciones Paidós. 1989.; Enric Saperas. Los efectos cognitivos de la comunicación de masas. Barcelona. Ariel. 1987.; entre otros.

40 Lee Thayer. Comunicación y sistemas de comunicación. Barcelona. Ediciones Península. 1975.

41 Ídem. Pág. 22.

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19

La comunicación para Thayer está determinada por:

i. el conocimiento que los comunicantes posean acerca del propio proceso de comunicación,

ii. las actitudes, orientaciones y motivaciones de los comunicantes, iii. las técnicas empleadas, como factor último.

Igualmente, para Thayer, el análisis de los procesos de comunicación debe hacerse a cuatro niveles:

i. el intrapersonal, centrado sobre la conducta personal, ii. el interpersonal, es decir, aquellos procesos en los cuales intervienen dos o más

personas, iii. el organizacional, donde interesan básicamente las redes organizacionales, los

sistemas en los cuales están integrados los comunicantes, iv. el tecnológico, mediante el cual se analizan los elementos, procesos y

herramientas técnicas usadas en la comunicación. Dos gráficos, elaborados por el propio autor, permiten comprender (í) los niveles de

análisis y (ii) el proceso de comunicación interpersonal:

El primer concepto a considerar es el de metabolismo, que consiste en la capacidad que tienen los organismos vivos de procesar las distintas formas de energía a fin de atender a las exigencias del propio organismo. El metabolismo de la comunicación tiene como objetivo el procesamiento de los diversos datos de carácter sensorial, provenientes del entorno (intrapersonal, interpersonal, organizacional y tecnológico) para convertirlo en material susceptible de empleo por el sistema psicológico del individuo en la toma de decisiones. El sistema de comunicación genera cuatro subprocesos: (i) la generación, (ii) la diseminación, (iii) la adquisición y (iv) la absorción o consumo. El individuo, en términos de comunicación, está simultáneamente generando, diseminando, adquiriendo y consumiendo datos, informaciones, etc., que son necesarios para la convivencia con el entorno y, constantemente, se están dando "encuentros" con los "otros" que tienen las mismas necesidades y, a partir de estas necesidades básicas se produce la intercomunicación, que produce diversos grados de satisfacción.

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Un hecho de comunicación simple está conformado por: 1) un emisor o fuente, 2) un receptor, 3) una situación o circunstancia, 4) una intención, propósito o necesidad, 5) un medio o "canal" y, 6) una declaración o una pregunta. Donde: 1.- La secuencia X - Y no está limitada ni en el tiempo ni en el espacio. 2.- En el Quién es necesario considerar su estatus, credibilidad, reputación, experiencias anteriores. Es decir, las personas analizan las acciones del emisor para confirmar las manifestaciones de éste, igual que interpretan/analizan lo que dice o no dice. 3.- Lo que dice (o no dice) es codeterminado por las manifestaciones del emisor y del receptor, y no sólo por el primero de ellos. 4.- La manera como las personas y asignan estereotipos a otras tiene una decidida influencia en el resultado de sus intentos para comunicarse efectivamente unos a otros. La diferencia viene dada por lo que compete al receptor potencial en un momento concreto.

42

La incorporación de la semiótica al análisis del proceso comunicacional se ha

realizado desde dos perspectivas: La primera se inicia desde una visión formal del acto comunicativo, intentando analizar la significación como un proceso constituido por elementos puros, en el cual los procesos reales (actos semióticos) sólo existen en la medida en que permiten abstraer categorías; no obstante, la necesidad de comprender los sistemas de codificación que nacen aparejados a la comunicación masiva, hace que esta visión se amplíe un poco, comienza a comprenderse la variabilidad de los procesos de significación en el proceso comunicativo. La segunda vertiente constituye, en cierta forma, un postura refrescante (será analizada en la segunda parte de este trabajo), que parte de la actitud de que todo acto humano, y por ende todo aquello que esté vinculado a la llamada comunicación social, es de hecho un acto significativo y puede por tanto ser entendido como productor de sentido, existiendo así múltiples sistemas de significación: la moda, la fotografía, los objetos y su uso, el amor y la sexualidad, en fin,43

En cualquier caso, con la incorporación de la semiótica al análisis del proceso

comunicacional massmediático se produjo una ruptura radical en el siguiente sentido: prácticamente todas las elaboraciones teóricas insistían en los mecanismos de difusión de los mensajes, fundamentalmente, la capacidad de difusión de los medios de comunicación de masas para transmitir a un amplio público los mismos contenidos. A esta aparente linealidad se han incorporado los factores semánticos a través del análisis de los códigos. Se pasó de entender la comunicación como un simple proceso de transferencia de

42

Ídem. Pág. 168 y ss. 43

Cfr. Abraham Moles, Eliseo Verón, Roland Barthes, entre otros.

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información a comprenderlo, en un primer momento, como transferencia pero con transformación desde un sistema a otro.

Los efectos y las funciones sociales de los media no pueden prescindir de la forma

en la que se articula (en la relación comunicativa) el mecanismo de reconocimiento y de atribución de sentido, que es parte esencial de dicha relación.44

Podríamos seguir mencionando a algunos otros autores, sin embargo, nos parece que este breve recorrido da cuenta de las formulaciones más importantes elaboradas desde la perspectiva empírica, en la cual se mezclan, reiteradamente, tanto posiciones informacionales, como funcionalistas, existen por supuesto muchos autores y muchas variantes, pero en el fondo las bases son semejantes, en cualquier caso, este vistazo nos ubica en el punto crucial a partir del cual podemos entender otras propuestas, contradictorias algunas, extremistas otras, pero siempre signadas por la necesidad de romper la visión monocular de la “mass communication research”. En una rápida y simplificada caracterización de esta tendencia se podría indicar lo siguiente: 1. Estuvo centrada sobre el estudio de la propaganda política, el análisis de contenido de los mensajes, los análisis de audiencia, los estudios sobre los efectos y la formación de la "opinión pública". 2. Sus objetivos podrían ser descritos como utilitaristas, pragmáticos y puntuales, orientados a: usar más y mejor los medios de comunicación, resolver problemas a la administración gubernamental en diversos órdenes, coadyuvar a reducir los problemas sociales, culturales, educativos de la sociedad norteamericana, justificar la expansión norteamericana hacia el exterior. 3. La metodología empleada estaba fuertemente emparentada con una concepción empírica de la ciencia: datos observables y cuantificables, categorías de análisis precisas y objetivas, ámbito limitado en las investigaciones, parcelamiento de la realidad (disección de los procesos) y explicaciones empírico-analíticas (reduccionismo). 45

Sin embargo, a pesar de ciertas aperturas e intentos de trasladar el punto de

44

Cfr. Umberto Eco. Tratado de semiótica general. Barcelona. Editorial Lumen. 1977. 45

Con esta denominación se conoce la forma como fue asumida la investigación de la comunicación en la mayoría de centros de

investigación de EE.UU. Es necesario mencionar que esta actitud rebasó las fronteras norteamericanas y se instauró, en algunos centros europeos y latinoamericanos, como el "modelo" o el "paradigma" para desarrollar investigación sobre los problemas comunicacionales. Para una revisión más profunda de esta tendencia, Cfr.: Miguel de Moragas. Teorías de la comunicación. Barcelona, Gustavo Gili, 1981; Enric Saperas. La sociología de la comunicación de masas en EE.UU. Barcelona, Ediciones Ariel, 1985; Ángel Benito. Fundamentos de teoría general de la información. Madrid, Ediciones Pirámide, 1982; Jesús Martín Barbero. Procesos de comunicación y matrices de cultura. México, Gustavo GiIi, 1987; Jesús Martín Barbero. De los medios a las mediaciones. México, Gustavo GiIi, 1987., entre otros.

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atención de los emisores a, por ejemplo, los receptores o a las características de los propios mensajes -análisis de contenido, entre ellos-, subyace en todas estas tendencias lo que podríamos denominar una visión analógica, de carácter cerrado, como lo es: entender el proceso de comunicación como si fuese desarrollado por una máquina.

“Metáfora de la máquina” que constituye una perspectiva reduccionista de la

compleja, indeterminada y azarosa “praxis” humana denominada comunicación. Símil que evoca dirección, articulación, orden, medida, eficacia, objetividad, facticidad. Y, por tanto, remite por necesidad conceptual a la existencia de un mundo de carácter objetivo que puede ser “representado”, a través de un mediador que resulta clave en el proceso, en donde el receptor es simplemente un receptáculo -más o menos participativo- del mensaje “objetivo” que el mediador transporta y cuya objetividad está garantizada por la pureza de la transmisión. Mecanicismo que no da cuenta de la intrincada red de relaciones -no necesariamente de causa/efecto, ni disyuntivas, como lo asume el “cientismo” psicologista, sociológico o comunicacional, sino yuxtapuestas, superpuestas, múltiples, paradójicas- que caracterizan esta actividad en los seres humanos, por sus características naturales (biopsicológicas) y sociales. LOS CRITICOS Y ALGUNOS OTROS

“Protesta contra el hecho de que todo sea tal como debe ser. Plantear como absolutos, en el concepto de los facts el modo de ver imperante, condicionado hasta en lo más íntimo, todos los intereses conscientes e inconscientes en virtud de los cuales se estructura el mundo, y denominar “teoría” a esa descripción sistemática de los facts, es ingenuo. Esta “teoría” carece de consciencia de sí misma, y es necia.”

HORKHEIMER46

Las voces disidentes son múltiples y también provienen por supuesto de diversas

disciplinas, sin embargo, la filosofía ha sido desde siempre un bastión importante en la formulación y reformulación de teorías disímiles. Una de las propuestas críticas que más han marcado el desarrollo teórico de las investigaciones en el campo de la comunicación, cuyo punto de partida es precisamente la filosofía la constituye la denominada “Escuela de Frankfort”. Crítica “negativa”, que deja prácticamente sin salida a la “sociedad industrial”, esta “escuela” parte de una crítica radical a este tipo de sociedad. Pues bien, en principio, para Max Horkheimer y Theodor Adorno, dos de los integrantes de la Escuela de Frankfort que más se dedicaron a analizar la sociedad industrial, la cultura de masas y la comunicación masiva, es necesario partir de las siguientes premisas para estudiar la comunicación:

a. Los hechos sensoriales se hayan socialmente prefigurados por: i. el carácter histórico del objeto mismo y ii. el carácter histórico del órgano perceptivo.

46

Max Horkheimer. Teoría Crítica. Buenos Aires. Amorrortu editores. 1972.

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b. La cultura, en la sociedad industrial, funciona siguiendo los parámetros y normas de la producción industrial.

c. Los sectores vinculados con la producción cultural massmediática constituyen un sistema orgánicamente configurado: la industria cultural.

d. La estratificación de los productos culturales de acuerdo a su contenido, compromiso y valores estéticos es perfectamente funcional a la lógica de la producción global de la sociedad y su estratificación social, por tanto, la calidad y cantidad de consumo cultural está determinado por esta lógica.

e. “…el consumidor no es soberano, como la industria cultural desearía hacer creer; no es su sujeto sino su objeto...".47

f. La estrategia final de la industria cultural es la integración total a partir de la logicidad del sistema de producción y su aparente racionalidad.

La racionalidad técnica (lógica de la producción industrial), razón de ser de la sociedad industrial es en la producción cultural la racionalidad del propio dominio.

Edgar Morin establece una excelente explicación de esta integración-homogeneiza

ción y señala: a. En un nivel (Producción-Creación), en esa relación triple: producción-reproducción-

consumo masivo, la cultura de masas se presenta como cosmopolita y planetaria. Los medios aparecen como eclécticos y con un marcado sincretismo a fin de adaptarse al imaginario popular. A otro nivel (Difusión), la tendencia de los medios es representar al hombre medio ideal para por asimilación-identificación sustentar el modelo sincrético homogeneizador.

b. La tendencia a la universalidad a la que hacen gala los medios es, desde todo punto de vista: estandarización, homogeneización y sincretismo cultural, con un modelo dominante como es la clase media norteamericana (prototipo de la sociedad industrial).48 Más o menos en una tónica semejante Ludovico Silva en dos de sus libros: La

47

Theodor Adorno. La industria cultural. Buenos Aires. Editorial Galerna. 1967. Pág. 6 y ss. 48

Edgar Morin. EI espíritu del Tiempo. Madrid. Editorial Taurus. 1966. pág. 45 y 55.

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plusvalía ideológica y Teoría y práctica de la ideología49 analiza los medios de comunicación, específicamente los comics y la televisión, para indicar que la sociedad establece un mecanismo de reproducción de sus condiciones de existencia a través de componentes ideológicos y que estos están perfectamente representados en los medios de comunicación.

Silva hace un señalamiento rico en posibilidades de análisis para su momento,

como lo es el concepto de plusvalía ideológica.50 Estableciendo una especie de analogía entre la plusvalía de carácter económico51 y la plusvalía psicológica (generación mental de una actitud proclive al modo-de-vida instaurado) que se produce en los individuos. La una permite maximizar el rendimiento del capital y por ende de la producción -como actividad esencial en la sociedad industrial- y, la otra, reproduce el esquema básico de la sociedad industrial. EI modo-de-vida es esencialmente la reproducción práctica y psicológica del fundamento de la sociedad. Pues bien, para Ludovico Silva, este no es un proceso a corto plazo, sino más bien a largo plazo y mediante intrincados mecanismos psicosociales.52 Ese proceso de producción de plusvalía ideológica y su vinculación con los medios de comunicación podría ser esquematizado como se muestra en el gráfico posterior.

Como podrá observarse en esta simplificación del planteamiento de Ludovico Silva,

las bases conceptuales son muy parecidas a las manejadas por la Escuela de Frankfort, su raíz original, con los matices diferenciales que cada autor aporta, lo constituye el marxismo. Ludovico Silva mantuvo una posición más ortodoxa, no obstante, las tenden

49

Ludovico Silva. La plusvalía ideológica. Monte Ávila editores. 1976; Teoría y práctica de la ideología, México. Editorial Nuestro

Tiempo. 1971. 50

El concepto de "Plusvalía Ideológica" desarrollado por Ludovico Silva literalmente es el siguiente: “... la base de sustentación

ideológica del capitalismo se encuentra en forma preconsciente en el hombre medio de esta sociedad, y todos los restos mnémicos que componen ese preconsciente se han formada en contacto diario y permanente con percepciones acústicas y visuales suministradas por los medios de comunicación; y decimos que ellos constituyen la base de sustentación ideológica del capitalismo, no sólo en el sentido descriptivo de que `la ideología se forma a través de los medios de comunicación´, sino en el sentido más preciso y dinámico de que el capitalismo no suministra a sus hombres cualquier ideología, sino concretamente aquella que tiende a preservarlo, justificarlo y presentarlo como el mejor de los sistemas posibles (…) al hombre medio del capitalismo le es extraída de su psique la plusvalía ideológica, que se traduce como esclavitud inconsciente al sistema. (…) Se trata, en suma, de un excedente de energía mental del cual se apropia el capitalismo.” Cfr.: Ludovico Silva. La plusvalía ideológica. Pág. 220-236.

51 Sin entrar en mayores detalles este concepto se refiere a la alícuota parte de rendimiento económico que le es arrebatada al

trabajador, por su esfuerzo productivo, e incorporada como ganancia en la mercancía. Cfr., Carlos Marx, EI capital. México. F.C.E. 1961. Tomo 1,

52 Es interesante como a la luz de las investigaciones más actuales sobre los efectos de los medias, esta hipótesis sostenida por

Ludovico Silva podría explicar, al menos inicialmente, la denominada fijación de agenda, uno de los efectos a largo plaza de la comunicación masiva actual. Cfr. Mauro Wolf. La investigación de la comunicación de masas. Barcelona. Ediciones Paid6s, 1987, (Segunda Parte) y Ludovico Silva. La plusvalía ideológica. Ídem.

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cias actuales muestran que parte de su análisis -básicamente el referido a la generación de plusvalía ideológica-, con otros nombres y desde distintas perspectivas, tiene vigencia.

Otro de los analistas que asume una visión crítica de la comunicación es Manuel

Martín Serrano, este autor español ha esbozado sus teorías en textos como: La mediación social, Los usos de la comunicación social por los españoles y La producción social de comunicación, entre otros.53 Después de analizar la mediación54 como uno de los elementos claves para la explicación del desarrollo cultural, y los modelos culturales de la mediación históricamente construidos, Martín Serrano explica como determinados modos de producción han posibilitado el desarrollo de determinados procesos mediadores: mosaicos, jerárquicos, articulares y abstractos o virtuales. Según Serrano, en su propuesta de un método para analizar la función social de la imagen en nuestra sociedad:

a. El médium está sometido al mediador, b. la función mediadora (de control) se concreta como función transmisora (de

comunicación), c. la mediación selecciona la comunicación, d. el paso de la mediación a la comunicación se lleva a cabo sustituyendo el sistema

de constricciones que expresan los códigos sociales por un sistema de relaciones formales,

e. de acuerdo a las relaciones que mantenga el mensaje con los demás elementos de la comunicación, y en atención al uso que se haga del mensaje, es posible pensar en tres formas de empleo de la comunicación:

i. informativa ii. reproductiva iii. contracomunicativa.

53

Manuel Martin Serrano. La mediación social. Madrid. Akal editor. 1978; Los usos de la comunicación social por los españoles.

Madrid. Editorial CIS. 1982 y La producción social de comunicación. Madrid. Alianza editorial. 1986. 54

La mediación es equivalente al sistema de reglas, normas, itinerarios y operaciones establecidas y aplicadas a cualquier conjunto de

hechos, actividades o a planos heterogéneos de la realidad para introducir un orden. Funcionan, en cualquier caso, como pautas de integración.

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INFORMATIVA: EI emisor utiliza la comunicación para transmitir datos, emplea los códigos para controlar la información sobre el objeto que llega al receptor. EI emisor, el médium, el contenido de la información y el receptor comparten un objeto (referente), sobre el cual comunican y se refieren a él para comprobar la exactitud de la información. EI emisor se esfuerza en facilitar un repertorio de datos sobre la realidad. Las “funciones que cumplen los elementos” entre sí son: 1. Entre el mensaje y el código se introduce una información con el objeto de aclarar el significado de la propia información (metalingüística). 2. Entre el mensaje y el referente se explora la posible distinción entre el signo usado y la realidad (referencial). 3. Entre el mensaje y el emisor expresa la actitud de este con respecto a la información que transmite (emotiva). 4. Entre el mensaje y el receptor busca la reacción del receptor (conativa).

Otro tanto ocurre con la llamada comunicación reproductiva fundada sobre la

técnica, la redundancia, la ilustración y la consonancia y en la cual el referente es la propia información.

REPRODUCTIVA: EI emisor utiliza la comunicación para transmitir información sobre el código y los mensajes para controlar los códigos de decodificación que va a usar el receptor. EI emisor, el médium, el contenido y el receptor comparten el código sobre el cual comunican. EI emisor ajusta la realidad al sistema de orden a priori que el emisor desea conservar. EI receptor está obligado a referir los objetos a un punto de vista. Las funciones de relación entre los elementos son: 1. Mensaje/Referente, proporciona el (los) ejemplo(s) que confirma(n) la validez del código (ilustrativa). 2. Mensaje/código, reproduce algunos de los elementos que forman parte del repertorio aceptado en el código (redundante). 3. Mensaje/Receptor, logra que el receptor adopte como propio el sistema de mediación propuesto por el médium (consonancia). 4. Mensaje/Emisor, oculta al responsable de la comunicación confundiéndolo con el médium (técnica).

Como se observará el modelo usado por Martín Serrano es sencillo y toma como punto de partida tanto el esquema propuesto por Jacobson55 para explicar la

55

R Jacobson. Ensayos de lingüística general. Madrid. Siglo XXI editores. 1974.

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comunicación, como la distinción que hace en relación a funciones del lenguaje. Para Jacobson existen seis funciones lingüísticas: 1.- Referencial, cuyo objeto es suministrar una información verdadera, objetiva y verificable, constituye una función de carácter cognitiva; 2.- Emotiva, centrada en el emisor, su objeto es expresar la actitud de éste en relación al referente, implica afectividad; 3.- Conativa, centrada en el receptor, su finalidad es relacionarlo/implicarlo con el mensaje, provocar su reacción, tiene un carácter afectivo-cognitivo; 4.- Fática, construida sobre la relación, su misión es afirmar, mantener o detener la relación de comunicación; 5.- Metalingüística, centrada sobre el código, su fin es coadyuvar en la definición (interpretación) del sentido del sistema de significación utilizado; 6.- Poética o Estética, centrada en el mensaje y su estructuración, tiene por finalidad desprender al mensaje de su significación primaria como mensaje (o mediador) y convertirlo en portador de su propia significación (sentido).56 Martín Serrano propone un uso de la comunicación que, desde diversas ópticas: educativa, artística, política, resulta interesante. Atractiva es la idea de analizar algunos tipos de mensajes a la luz de esta propuesta.

CONTRACOMUNICATIVA: La comunicación carece de un código que relacione referente y mensaje, el receptor se ve obligado a introducir el código, si se empeña en interpretar el sentido del mensaje. Así, este emplea los códigos generales de la sociedad en forma arbitraria. EI mensaje rebaja los códigos sociales a la función de una hermenéutica. La destrucción de las formas codificadas de la comunicación no se produce por falta de información, sino por la gran riqueza en contenidos informativos de los mensajes, que remiten a los códigos generales para que produzca la decodificación. En relación a las funciones entre los elementos, estas son:

1. Mensaje/código, la organización del mensaje rompe las subrutinas que, aplicadas a los datos de la realidad, transforman la información en una mera convención (innovadora).

2. Mensaje/Referente, la referencia a los objetos permite mostrar que los significados de los mensajes son rutinas cristalizadas que no se corresponden con la realidad (subversiva).

3. Mensaje/Receptor, el mensaje es un impacto provocativo, que desorganiza los esquemas convencionales aceptados par el receptor para interpretar la realidad, disonantes en relación a los estereotipos (disonantes).

4. Mensaje/Emisor, el emisor emplea los mensajes para expresar sus actitudes,

56

Ídem. Pág. 198 y ss.

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intereses, valores, confundidos en la comunicación con los intereses, actitudes y valores generales que introduce el código (emancipadora).

Otra de las aseveraciones de Manuel Martín Serrano57 la constituye el señalamiento

de que los productos comunicativos, vinculados al subsistema de la comunicación de masas, tienen una doble dimensión:

a. La dimensión objetual manifestada, en términos de necesidad, de organización y equipamiento para su elaboración y distribución, amén del soporte material. En este sentido están sometidos a las leyes que rigen la producción de todos los bienes y servicios.

b. La dimensión cognitiva que se manifiesta en el hecho de que son producidos para suministrar información. Solo que esta información constituye una representación del acontecer como manifestación objetivada del emisor, propuesta como una visión pública e institucional del acontecimiento.

Así, los medios de comunicación social se presentan y representan a partir de los siguientes mitos:58

a. Representatividad, aludiendo a la “opinión pública”, los “ciudadanos” y/o a los “intereses” de la audiencia.

b. Universalidad, en tanto aparentemente sólo se ocupan de temas de interés general, sin compromisos de tipo alguno.

c. Función de Estado (Cuarto Poder), en la medida en que supuestamente tienen una “actitud” vigilante, como servicio público, en el funcionamiento del Estado.

Todos estos elementos le permiten a Martín Serrano elaborar unos cuadros que integran la actividad de los medios de comunicación social en los procesos de mediación general y los diversos niveles de operación.

Para Martin Serrano, los diversos usos de la información massmediática están

determinados por el proceso de interiorización59 que ocurre en los sujetos cognoscentes. Y

57

Manuel Martin Serrano. La producción social de comunicación. Madrid. Alianza Editorial. 1986. Cap. II. 58

Ídem. pág. 130 Y 55. 59

“…etapas que cabe distinguir desde que un sujeto dispone de datos sobre lo que acontece hasta que esos datos son utilizados por

dicha persona para actualizar la concepción que tiene del entorno”. Cfr.: Ídem. Pág. 155.

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supone: 1. Un entorno que se modifica y amplia, no estático. 2. Un sistema de representaciones que funciona como sistema normativo. 3. Un cumulo de informaciones acopiadas por diferentes vías, incluyendo los

medios de comunicación. 4. Una actividad cognitiva, por parte del sujeto, que posibilite, en principio, una

respuesta activa y la autoevaluación. Y, a partir de las múltiples relaciones entre estos elementos se puede evaluar y/o

establecer los niveles de integración entre los medios de comunicación masivos, los diversos sistemas de referencia y el sistema cognitivo de los sujetos, el sistema social y el sistema de comunicación en una cultura dada.

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30

EI concepto de representación que plantea Martín Serrano es trascendente en relación al desvelamiento de los mecanismos de imposición, tanto de códigos como de construcciones sígnicas de la realidad, supone una crítica radical a la visualización de la comunicación desde la perspectiva conductual que subyace en prácticamente todas las propuestas y explicaciones acerca del proceso de comunicación. Es decir, en aquellas donde la metáfora de la maquina subyace. La comunicación, visualizada a partir de esta metáfora, presume una clara distinción entre emisor y receptor y la presencia de un elemento mediador más, muy importante para el proceso, como lo es el canal; así, el mundo es un objeto, definido, limitado, atomizado que puede ser representado sígnicamente por el propio medio, otorgando a este ese poder representacional, planteándolo, además, como la única realidad representada posible, donde al receptor solo le queda la posibilidad de desciframiento semántico.

La semiótica, en un principio muy vinculada a la teoría informacional, en la misma

medida en que superó algunos de sus propios límites, por ejemplo: la concepción del signo no como entidad sino como "texto" y la actividad sígnica entendida como “prácticas textuales”, incardinadas en el discurso social, pasó a ser una herramienta importante para analizar los problemas comunicacionales.60

Algunas de las premisas básicas desde las cuales parte la denominada semiótica

textual son: a. Los destinatarios no reciben mensajes particulares, sino conjuntos textuales. b. Los destinatarios no comparan los mensajes con códigos reconocibles como

tales, sino con conjuntos de prácticas textuales. c. No reciben nunca un único mensaje, se reciben permanentemente múltiples

mensajes, en diversos códigos, tanto en sentido diacrónico como sincrónico. d. Las prácticas textuales suponen la conformación, según la semiótica de la

cultura,61 de la cultura gramaticalizada y la cultura textualizada. La una está representada por la “... cultura culta que define las propias reglas de producción, en calidad de lenguaje explicitado y reconocido por toda una comunidad discursiva.”62 Es decir, los códigos, de alguna forma, están estructurados de antemano y el proceso de decodificación sigue unas pautas, unas normas y un itinerario más o menos establecido. Por el contrario, en el caso de la gramática textualizada, ésta está presente sobre todo en las comunicaciones de masas, en la cual son las propias prácticas discursivas las que establecen modelos, pautas, normas e incluso códigos que pueden variar constantemente. La decodificación es consecuencia de una especie de aprendizaje modal de los códigos que circulan por los media. Por ende, la competencia interpretativa siempre está haciéndose pues la confrontación con los diversos textos es lo que le otorga validación.

Una representación esquemática podría ser la siguiente:

60

Cfr. Jorge Lozano y Otros. Análisis del discurso: hacia una semiótica de la interacción textual. Madrid. Ediciones Cátedra. 1982. 61

Cfr. Jenaro Talens y otros. Elementos para una semiótica del texto artístico. Madrid. Ediciones Cátedra. 1983; Jurij Lotman y

otros. Semiótica de la cultura. Madrid. Ediciones Cátedra. 1979. 62

Mauro Wolf. Ob Cit. pág. 144.

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31

Uno de los autores que más impacta por el tipo de abordaje que hace de los

problemas de la comunicación es Carlos Castilla del Pino.63 Para este analista la discusión debe centrarse en la incomunicación existente. Comienza por preguntarse: “Qué es lo que se comunica y cuánto queda por comunicar (o es exigitivo reprimir)”.64 Lo anterior es consecuencia de los roles que socialmente comporta cada individuo, que nos imposibilita de asumir “nuestro Yo” en su totalidad y en consecuencia mostrarlo tal cual es. Funciona una especie de “dudosas formas de expresión del Yo, Yo artificiosos”, por tanto la comunicación es parcial o distorsionada, produciendo en consecuencia "inentendimiento". En definitiva, existe una serie de mecanismos sociales que impiden y/o constriñen la puesta en común de las experiencias y vivencias como totales e impelen a una relación ¿comunicativa? basada en sobreentendidos, medias verdades, falacias, trivialidades.

Para Castilla del Pino la comunicación “... representa la verificación en la praxis,

mediante el decir, que es una suerte de hacer en la realidad, de lo antes meramente pensado, teorizado.”65 Esta aseveración es muy importante por cuanto representa en Castilla del Pino, una de sus bases conceptuales. Supone la existencia de un proyecto-de-vida, que exige un hacer consciente y, una verificación constante, dialéctica del desarrollo o progreso de tal proyecto. Además de lo anterior, Castilla del Pino aclara que el hacer no solo es positividad sino también negatividad, se manifiesta tanto en acciones como en omisiones. La comunicación es, de alguna manera, hacer, pero además, representa un hacer muy importante en la medida en que a través de él, el ser humano puede expresar la manera en que ha estructurado su proyecto e igualmente, la forma como lo está cumpliendo, al reflexionar sobre su vida, le permite entrar en relación con sus otros semejantes y contrastar su proyecto. Pues bien, el problema está en que la sociedad, como consecuencia de múltiples factores y a partir de variados mecanismos, en ocasiones imposibilita el desarrollo del proyecto, su contrastación e incluso su verificación a través de

63

Ha escrito entre otros, textos tan importantes como: La culpa. Madrid. Alianza Editorial. 1973; Introducción a la hermenéutica del

lenguaje. Barcelona. Ediciones Península. 1974; Sexualidad y represión. Madrid. Editorial Ayuso. 1973; La incomunicación. Barcelona. Ediciones Península. 1977.

64 C Castilla del Pino. La incomunicación. pág. 12.

65 Ídem. pág. 120.

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32

la comunicación. La alienación representa por tanto, para Del Pino, una consecuencia de tal imposibilitación que la sociedad estructuró en el ser humano, y la anomía una evidencia de la incomunicación.

Morris Berman,66 a partir de los trabajos sobre la esquizofrenia de R.D. Laing,

desarrolla una explicación sobre la “dualización” de la conciencia, altamente significativa y sugeridora de respuestas para comprender la comunicación a niveles interpersonales. Las personas se mueven en unos espacios y tiempos determinados socialmente, cumpliendo también “roles sociales” muy concretos, mediante “ritualizaciones” de interacción, “mapas” representacionales y complejos juegos de “complicidad” con la finalidad de proteger el “sí-mismo” en el entorno personal y el contexto social, es decir, “para-estar-ajustado-a-las-exigencias-sociales” expresadas en roles. Estas interacciones tienen carácter mecánico, es más una representación corporal que una expresión motivada por necesidades reales de comunicación. Así se establecen unas falsas dicotomías: “El-Yo” vs cuerpo, “sí-mismo” vs “el-otro”, razón vs emoción, “sí-mismo” vs “falso-sí-mismo”, con profundas consecuen cias para las relaciones vitales que el individuo debe establecer necesariamente con los otros, en términos de convivencia humana. Los “otros” son visualizados como “objetos”, extraños con los cuales se debe competir y/o, al menos, cuidar-se, para evitar ser manipulado, utilizado. “EI `sí-mismo´: se divide en dos: el sí-mismo `interior´ se retira de la interacción, permaneciendo como observador científico; mientras que el cuerpo -que ahora es percibido como falso o muerto (desencantado)- es el que se relaciona; en forma falsa o simulada, con el otro. La percepción es; por tanto; irreal y la acción correspondiente fútil.”67

En una relación de interacción realística, significativa y comprensiva, el “sí-mismo” y

el otro se encuentran en contacto inmediato con sus sí-mismos corporalizados, vitales, con percepciones reales en acciones significativas. En el esquema siguiente se muestran ambos procesos, representados por Laing:

Interacción sana.

Interacción esquizoide

66

Morris Berman. EI reencantamiento del mundo. Santiago de Chile. Cuatro Vientos Editorial. 1987. Pág. 19 y ss. 67

Ídem. Pág. 18

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33

Con base a una serie de consideraciones sobre la cultura en la sociedad actual,

Abraham Moles propone, más que un modelo sobre el proceso comunicativo, una teoría del flujo de los contenidos culturales en el proceso general de la comunicación social.68 En dicha propuesta. Moles esboza el recorrido de la producción cultural, desde el proceso de creación hasta su incorporación a la vida cotidiana en la masa social.

Los contenidos culturales fluyen de izquierda a derecha, comenzando con los creadores (individuos aislados que producen las ideas nuevas); luego de este proceso creador pasan a la élite intelectual (donde se cristalizan técnicamente). Por intermedio de los instrumentos de difusión cultural minoritarios (libros, revistas, bibliotecas y museos, entre otros se organizan en el cuadro cultural social (hechos culturales de actualidad). Posteriormente, los massmedia vehiculan estos contenidos procesados al público general, que los incorpora a su vida cotidiana provocando reacciones que se difunden en la masa social, de donde son tomados por los creadores para reiniciar el circuito.

Otra propuesta interesante de Abraham Moles, en colaboración con Claude

Zeltman, la constituye el Esquema fundamental de comunicación aplicado a la transmisión

68

Abraham Moles. Sociodinámica de la cultura. Buenos Aires. EUDEBA. 1972.

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34

pedagógica. En él se ejemplifica gráficamente la simetría que debería darse en el acto pedagógico, entre el docente y el alumno, como consecuencia de la ampliación del repertorio común.

Debería, pues, darse una simetría de situaciones entre el alumno que aumenta progresivamente su repertorio, mediante la distribución de los diferentes elementos que conforman los mensajes que recibe y el profesor o emisor, que aumenta su propio repertorio, así como su magisterio, a través de la codificación y emisión de mensajes y la

puesta en común de un repertorio determinado de conocimientos.69 Si bien no es propiamente una teoría que explique el proceso de comunicación,

resulta interesante mencionar algunas consideraciones acerca del análisis sobre los emisores massmediáticos, en la medida en que permite comprender, por lo menos parcialmente, la forma como se controlan las informaciones. Para Breed70 las razones para el control:

a. Selección, b. construcción, c. transformación y, d. exclusión en los mensajes. Responde a motivos como los siguientes: a. Autoridad institucional y sanciones, b. sentimientos de obligación y estima, c. aspiraciones personales, d. ausencia de fidelidades de grupo contrapuestas, e. bienestar en el trabajo, f. noticia convertida en valor.

69

Cfr. A Moles, C Zeltman y otros. La comunicación y los mass media. Bilbao. Ediciones Mensajero. 1975. pág. 134. 70

Cfr. Mauro Wolf. Ob Cit. pág. 214 y ss.

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35

De acuerdo a otros estudios71 valores como: eficiencia, número de noticias, velocidad, elementos técnicos, más que criterios individuales, son los que determinan el proceso de selección y control de las informaciones. De manera muy general podríamos resumir el proceso la siguiente forma:

SELECCION Y CONTROL DE LAS INFORMACIONES. EI procesamiento de la información se basa en:

1. La fuente principal de expectativas, orientaciones y valores profesionales no la constituye el público, sino el grupo de referencia configurado por los colegas, los superiores y las amistades;

2. el proceso de socialización72

interno (massmedia) introyecta las pautas de trabajo y con ellas las de selección y control;

3. las propias características técnicas producen distorsión, al igual que la cultura profesional;

4. finalmente, los procesos de circulación y distribución (librerías, “kioscos”, por cable, satélite, zonas urbanas específicas, etc.) coadyuvan a la conformación de este

proceso de selección, control y distorsión.73 No es posible cerrar este capítulo sin mencionar a Jürgen Habermas quien, desde

una profunda revisión de la teoría sociológica, elaboró algunas explicaciones acerca de lo que denomina Acción Comunicativa, tomando conceptos de G. Mead, E. Durkheim y M. Weber, en su texto Teoría de la acción comunicativa.74 Es menester mencionar asimismo el excelente trabajo Historia y crítica de la opinión pública,75 en el cual analiza la formación histórica de lo público y lo privado. En el análisis que realiza acerca de los planteamientos de G. Mead, la parte más significativa es el tránsito de la “…interacción mediada por gestos, a la interacción mediada por símbolos y de ésta a la interacción dirigida por normas…”,76 como proceso de semantización de consecuencias paradigmáticas para la

71

Cfr. Justo Villafañe. Fabricar noticias: las rutinas productivas en radio y televisión. Barcelona. Editorial Mitre. 1987; Miguel

Rodrigo. La construcción de la noticia. Barcelona. Ediciones Paidós. 1989; Enric Saperas. Los efectos cognitivos de la comunicación de masas. Barcelona. Editorial Ariel. 1987, entre otros.

72 La socialización debe ser entendida, en sentido general, como la incorporación en cada individuo, en su estructura de pensamiento y

de comportamiento, de las normas pautas, valores, actitudes, usos y costumbres más generales de la sociedad en la cual practica un "modo-de-vida".

73 Acerca de la posible “distorsión” y los procesos de selección y control, es interesante el trabajo de Eliseo Verón. Construir el

acontecimiento. Barcelona. Gedisa. 1983. 74

Jürgen Habermas. Teoría de la acción comunicativa. Madrid. Taurus. 1987 (Dos Tomos) 75

Jürgen Habermas. Historia y crítica de la opinión pública. Barcelona. Gustavo Gili. 1981. 76

Jürgen Habermas. Teoría de la acción comunicativa. pág. 15 y 55 (Tomo II).

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36

interacción social. De acuerdo a las premisas de Mead, analizadas por Habermas, la comprensión y explicitación de la sociedad sólo puede darse a la luz de la teoría de la comunicación, como una especie de principio rector.77 De ahí la construcción de sus teorizaciones en relación a la acción comunicativa. La primera formulación podría ser pensada así:

Filogenéticamente, los comportamientos comunicativos se inician bajo relaciones primarias de intercambio de gestos y posturas, marcadamente instintivas, que funcionan como señales y a partir de las cuales los sujetos de la relación responden con otras señales. La reiteración y consensualización de determinados comportamientos como significantes permite la constitución de ritualizaciones entendidas colectivamente con un mismo significado y, por consiguiente, la constitución de reglas fijas, también aceptadas colectivamente, para marcar el proceso de intercambio de símbolos (gestuales).

La conversión lingüística supone la internalización en el colectivo tanto de los

símbolos expresivos (no gestuales), como de las reglas de intercambio, que terminan constituyendo las normas de funcionamiento social. Pero, en principio, este intercambio tiene como función fundamental el entendimiento, la “puesta en común” de la alteridad. Ahora bien, en la medida en que la conversión lingüística se complejiza y se estructura el lenguaje articulado, como tal, además de la función de entendimiento, el proceso de intercambio simbólico pasa a cumplir dos funciones adicionales importantes: coordinación de la acción (social) y socialización.

77

George H. Mead, haciendo referencia a este problema dice: "En el hombre la diferenciación funcional a través del lenguaje da lugar a

un principio de organización completamente diferente que produce no solamente un tipo distinto de individuos, sino también una sociedad distinta. ( ... ) EI principio que he sugerido como básico para la organización social humana es la comunicación, un tipo de comunicación que se distingue del de otras especies que no tienen ese principio en sus sociedades.". Citado por Habermas. Ídem. pág. 11 y 66. (Torno II).

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37

¿Qué significa esto?. Veamos, desde la perspectiva del entendimiento los actos comunicativos permiten la transmisión del conocimiento, en la acción social marcan el cumplimiento de normas y en la socialización internalizan o introyectan un mundo-de-vida en los individuos.

Todo esto surge, según Habermas, de una relación permanente entre: a. Un proceso primigenio de racionalización de las imágenes del mundo, b. la universalización de las normas morales y jurídicas, c. la progresiva individualización de los propios sujetos.78 Esta relación establece el marco social necesario para la solidaridad social a través

de procesos de ritualización, en donde la acción comunicativa se comporta como el mediador por excelencia. La acción comunicativa presupone:

a. Las manifestaciones comunicativas corresponden y se insertan a un mismo tiempo a diversas relaciones con el mundo.

b. Se basa en un proceso cooperativo de interpretación, pero se refieren simultáneamente tanto al mundo subjetivo, como social y objetivo, no importa si la manifestación está aparentemente anclada a uno sólo de ellos.

c. Los participantes utilizan el sistema de referencia consensualmente establecido para estas tres aéreas.79

78

Cfr. Habermas. Ídem. pág. 165 y 55, (Torno II). 79

Cfr. Habermas. Ídem. Pág. 169 y ss. (Tomo II)

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38

Según Habermas, en la práctica comunicativa cotidiana no hay situaciones

absolutamente desconocidas, por tanto la interacción entre los interlocutores supone compromisos mutuos y aceptación de los sistemas de interpretación y de referencia, en donde el mundo de vida es el punto central de encuentro.80 En cualquier caso, para Habermas, la comunicación es entendimiento, en cierta forma: complicidad, que se produce como consecuencia de la necesidad de la convivencia (interacción/interrelación/ compromiso) de los individuos en la sociedad. Los intercambios comunicacionales (lingüísticos o no) se fundamentan en el uso, es decir, tienen carácter social, validando los valores, normas y repertorios de los individuos subjetivados en la estructura tecnopráctica de la sociedad, así, toda comunicación tiende a ser comprensiva de lo social. Conviene en este punto reproducir un cuadro de doble entrada que le permite a Habermas mostrar las relaciones entre los componentes estructurales y el proceso de reproducción social.81

COMPONENTES ESTRUCTURALES

PROCESOS DE REPRODUCCIÓN

CULTURA

SOCIEDAD

PERSONALIDAD

REPRODUCCIÓN

CULTURAL

Tradición

Crítica Adquisición de saber cultural

Renovación del saber

legitimatorio

Reproducción del saber eficaz en los procesos de formación

INTEGRACIÓN SOCIAL

Inmunización de un núcleo de

orientaciones valorativas

Coordinación de las acciones a través del reconocimiento de

pretensiones de validez

Reproducción de los patrones

de pertenencia social

SOCIALIZACIÓN

Enculturación

Internalización de valores

Formación de la identidad

individual

80

Cfr. Habermas. Ídem. pág. 179. (Torno II). EI mundo-de-vida se entiende como “…el lugar trascendental en que hablante y oyente

salen al encuentro; en que pueden plantearse recíprocamente la pretensión de que sus emisiones concuerdan con el mundo; y que pueden criticar y exhibir los fundamentos de esas pretensiones de validez, resolver sus disentimientos y llegar a un acuerdo."

81 Cfr. Habermas. Ídem. pág. 204. (Tomo II)

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La acción comunicativa implica, desde la perspectiva habermasiana, tres situaciones importantes:

1. La ejecución de un plan de acción o la consecución de unas metas determinadas: aspecto teleológico.82

2. El análisis e interpretación de la situación que conlleva al establecimiento de un acuerdo entre las partes comunicantes: Aspecto comunicativo.83

3. La puesta en común de experiencias y vivencias, desarrollo, confirmación y renovación de la pertenencia a grupos y de la propia identidad: aspecto socializador. Pues bien, mediante la incorporación de la teoría sistémica y el análisis de las

funciones del sistema propugnados por T. Parsons, desde la perspectiva de la teoría de la acción, Habermas termina por establecer un cuadro de relaciones entre el sistema como globalidad, con sus correspondientes subsistemas: económico y administrativo, y mundo-de-vida.

En definitiva, para Habermas la Teoría de la Acción Comunicativa significa: “En las sociedades modernas los espacios de contingencia para las interacciones desligadas de contextos normativos se amplían hasta tal punto, que tanto en las formas desinstitucionalizadas de trato en la esfera de la vida privada-familiar como en la esfera de la opinión pública acuñada por los medios de comunicación de masas «se torna verdadera en la práctica» la lógica propia de la acción comunicativa. AI mismo tiempo, los imperativos de los subsistemas autonomizados penetran en el mundo de la vida e imponen por vía de monetarización y de burocratización una asimilación de la acción comunicativa a los ámbitos de acción formalmente organizados, y ello aun en los casos en que el entendimiento sigue siendo funcionalmente necesario como mecanismo de coordinación de la acción.”84

82

Debemos recordar acá el concepto de proyecto-de-vida, tan esencial para las teorizaciones de Carlos Castilla del Pino. Este autor,

desde nuestra óptica, trabaja el problema de la comunicación en una perspectiva semejante, incluso su propuesta de sociedad anómica o incomunicación socio individual parte de la situación de insatisfacción que se genera como consecuencia de la no consecución de los objetivos del proyecto-de-vida. En este mismo sentido, el modo-de-vida no es sino la socialización de los proyectos de vida personal. Cfr. Carios Castilla del Pino. La culpa. Alianza Editorial. 1973. La incomunicación. Barcelona. Ediciones Península. 1977.

83 Cfr. Jürgen Habermas. Ob Cit. pág. 180 y ss. (tomo II).

84 Cfr. J Habermas. Ob Cit. pág. 572 (Torno II).

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D= medio “dinero” y P = medio “poder”. EI sistema económico intercambia salario por trabajo, bienes y servicios por la demanda de los consumidores. La administración pública intercambia realizaciones organizativas por impuestos y decisiones políticas por la lealtad de la población. EI núcleo institucional de la esfera de la vida privada queda definida como entorno del sistema económico. La esfera de la opinión pública (redes de comunicación, formas sociales de intercambio simbólico y medios masivos) como elementos de reproducción de la cultura y la participación de los ciudadanos, pasa a ser un entorno

relevante para la consecución de la legitimación.85 Habermas se sitúa en un plano un tanto idealista de dicotomías irresolutas:

Entendimiento vs Éxito, Estado vs Sociedad Crítica, Manipulador vs Manipulado, Secularización vs Sacralización. La comunicación pasa a ser una actividad paradigmática

85

J Habermas. Ob Cit. pág. 452 y 55. (Tomo II)

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fuente de resolución de todo lo humano. No obstante, si se compara con otros análisis, la comunicación, tal como se presenta, tiene un doble matiz: por una parte, puede provocar entendimiento y comprensión y, en ese sentido coadyuvar a la superación de la manipulación y al desarrollo de una convivencia real; pero, por otra parte, sobre todo pensando en la comunicación masssmediatizada, generar una “falsa concepción” de lo real, del “sí-mismo”, introyectando una “sociedad virtualizada” como modelo paradigmático de ”modo-de-vida”

Todo nos incita a abandonar de una vez la visión de una naturaleza no humana y de un hombre no natural.

SERGE MOSCOVICI

86

Después de este somero recorrido por las más disímiles posiciones, teorías y

explicaciones acerca de ese proceso tan vital para el hombre como lo es la comunicación, ¿qué pensar?, ¿qué decir?, ¿cómo concluir?.

Las lecturas y revisión bibliográfica, la elaboración de trabajos académicas y la

misma preparación de clases, realizadas durante unos cuantos años de docencia me han permitido elaborar algunas de las reflexiones en torno a la comunicación, expuestas en las líneas que siguen. Algunas de ellas no están completamente acabadas, otras pueden parecer paradójicas y contradictorias, incluso, reelaboraciones de planteamientos hechos por diversos autores. En cualquier caso, a estas alturas de trabajo universitario es difícil determinar cuáles ideas son propias, en el sentido de originales; pienso como Eco que las ideas se entremezclan, que unas son producto de otras y que todas se remiten entre sí-. Si debo reconocer, por supuesto, que todo libro leído, trabajado, ha aportado algo a mis propios procesos de pensamiento y de ellos soy absolutamente responsable, con sus interpretaciones -en un sentido u otro-, aun equivocadamente.

En principio, cada una de las diversas explicaciones debe entenderse en su

contexto, es decir, surgieron como necesidad de estructurar una teorización que hacía falta para poder comprender, de momento, algún problema de la realidad. Esta aseveración supone la aceptación de tal teorización a la luz de su correspondiente argumentación. Desde una perspectiva estrictamente instrumentalista del conocimiento, cada teoría fue necesaria y, en cierta forma suficiente, en su momento y para su autor. Ahora bien, ¿sigue teniendo sentido?, se podría afirmar rotundamente que muchas de ellas no, pues fueron superadas, rechazadas o modificadas por desarrollos teóricos posteriores; sin embargo, algunas siguen teniendo sentido en la medida en que posibilitan una aproximación a esa actividad tan compleja y necesaria para el ser humano, permiten cierta comprensión de la comunicación como práctica social real, y, en principio, de eso se trata.

Cualquiera de las explicaciones, sobre todo las abordadas en la segunda parte de

86

Serge Moscovici. La societé contre nature. París. Edicions du Seuil. 1972

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este trabajo, permiten aproximarnos a la comunicación, desde una perspectiva más abierta, crítica y globalizadora -con las salvedades del caso- y, en forma primaria, asomar una explicación que, como es obvio, debe profundizarse.

En esencia, la comunicación que puede establecer el individuo, tanto en lo que

respecta al contenido de esa comunicación como por lo que respecta a su implicación en términos de significación, dependen de la forma como ese individuo percibe su "estar-en-el-mundo" (sentido global de vida) y "su-aquí-y-ahora", al comunicar, y esta es una praxis concurrente, además de permanente, es decir, el ser humano está en la comunicación "toda-su-vida".

Por otra parte, la forma como un individuo percibe una situación determinada está

dada por el cumulo de experiencias asimiladas de toda su vida anterior: lenguajes adquiridos -incluyendo el "inconsciente colectivo"-, y todo el sistema de representaciones en el cual se concreta y fundamenta, valga decir, su “interioridad”.

Igualmente, la comunicación, al mismo tiempo que depende de los factores

mencionados, tiene una influencia retrospectiva sobre ellos, por cuanto todo un sector -el más importante por lo demás- es comunicación con los otros, es decir, “alteridad”. Si de algo sirven las formulaciones de la semiótica es para entender que: (i) siempre estamos construyendo tanto pautas como códigos, en esa espiral creciente en que se constituye la cultura; (ii) de múltiples maneras vamos organizando la vida, a partir de los conceptos primarios que sobre ella construimos y, así mismo, la jerarquizamos, visualizamos y predecimos -en términos "virtuales'-; (iii) montamos sistemas para la expresión, pero también de percepción, es decir, aprendemos a como percibirla y expresarla, para poder comunicarla

Es necesario, por tanto, mantener una mente abierta como para aceptar que

cualquier explicación algún sentido tiene, independientemente de cuál sea la orientación que este sentido tenga imbuido. Jesús Martín Barbero87 ha indicado que en la relación del público con los medios de comunicación masivos es imprescindible poner mucha atención en el análisis, sobre las formas como los "usuarios" se "apropian" de los contenidos. La memoria colectiva, los usos de la gente, su imaginería, sus anhelos y sus valores se trasladan, y traslapan, en los códigos que manejan, alterando los sistemas de significación, en un proceso extremo de contextualización que establece otras pistas, otros itinerarios para la interpretación.

En ocasiones, uno es el objetivo de los emisores y otro, paralelo, trascendente y

contradictorio más vinculado a sus necesidades comunicacionales, el desarrollado por el público. Contextualizaciones y recontextualizaciones que desplazan el sentido “propuesto” y el sentido generado.

Sobre la misma estructura de análisis, Carlos Castillo del Pino señala que, como

consecuencia de las características objetivas de incomunicabilidad que la sociedad actual

87

J M Barbero. De los medios a las mediaciones. Barcelona. Gustavo Gili. 1987.

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propicia y, en consecuencia, el aislamiento y la ausencia de participación de los ciudadanos, se genera una "comunicación interpuesta" (comunicación de representación), es decir, “se le hace decir a otros aquello que desearíamos decir abiertamente, pero no nos atrevemos, no sabemos cómo o no podemos.” O, también, mediante el "otorgamiento-del-poder", comunicar a través de "representantes" (políticos, periodistas, abogados, etc.) y, para ellos, se establecen socialmente códigos de reconocimiento, de interpretación, de expresión multifactorial, vinculadas a esas formas de representación. Viejos problemas tratados abundantemente por la psicología: Identificación, proyección, transferencia, en fin. Un recorrido por los planteamientos de la psicología junguiana permiten poner de manifiesto las complejidades del análisis de la comunicación desde la “interioridad” y no sólo desde lo exterior: arquetipos, tipos psicológicos, funciones del psiquismo, en fin.

Igualmente se podría tomar la propuesta de Manuel Martín Serrano, en lo que atañe

a la contracomunicación, es decir, a esa forma de construcción y reconstrucción de los mensajes mediante la cual, a partir de la elusión de la denotación, es posible generar una connotación muy rica, que rompe con la linealidad tanto del mensaje como de su sentido.

En fin, superadas están –al menos teóricamente- aquellas explicaciones que

pretendían dar cuenta de la comunicación a partir de una relación directa y altamente dirigista, en el terreno personal. O, las otras que veían a los grupos humanos conformados por seres indefensos, anónimos y anómicos, apáticos, frente a la omnipresencia de los medios masivos. O, aquellas otras, que intentan dar cuenta de la comunicación a partir de escindir la comunicación en elementos puntuales, donde uno es el emisor y otro el receptor. Ambos están biológica, psicológica y socialmente involucrados en la comunicación y se comportan como una unidad en los procesos de interacción e interrelación que establecen.

En este sentido, es necesario pasearse por el análisis en la comunicación masiva

de los medios, no desde su negatividad, sino desde lo paradójico, que incluye la apropiación de los contenidos massmediáticos desde los repertorios personales y las representaciones que los individuos han internalizado de su propia raíz/matriz cultural, no necesariamente ni siempre, congruentes con la intencionalidad de los emisores.

Desafortunadamente, aun permanecen ciertas posiciones teóricas profundamente

idealistas que consideran que la comunicación es el centro, medio y extremo de la sociedad y que, por tanto, los problemas sociales son fundamentalmente problemas de comunicación. Basta, entonces, con mejorar la comunicación: “abrir” las sociedades, propugnar la participación –léase, en algunos casos, interactividad-, hasta lograr la “transparencia” necesaria para el entendimiento, la convivencialidad, etc. Olvidan que, en principio, la comunicación es sólo una parte de la intrincada red de relaciones que los seres humanos establecen, de un individuo a un individuo, desde su “interioridad”, con todo lo que esto significa, individuos diversos, diferentes, no homologables, con sus propósitos, sus “cargas”, sus “sentidos-de-vida”, sus “excesos”, sus “historias”.

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Por todos partes vemos a aquellos que se empeñan por orientar y dirigir la vida de los demás al mismo tiempo que ellos mismos no darían nada por la suya propia -hombres que a pesar de temer la muerte odian la vida.

WILLIAM MORRIS88

En días pasados leí una novela que me llamó la atención, el autor: noruego,

profesor de filosofía, el título: EI mundo de Sofía.89 Bien escrita, originalmente destinada a niños y jóvenes pareciera que se ha convertido en uno de esos textos de lectura obligada. ¿Qué tiene de interesante este libro? Algo supuestamente obvio: especie de recorrido histórico, desde la perspectiva filosófica, de las respuestas que el hombre ha considerado pertinentes a ¿Qué somos? y ¿Qué sentido tiene la existencia?

Y no sé si por casualidad, poco creo en ellas, cayó en mis manos otro texto más

banal -aparentemente-, dedicado al mundo empresarial: su título, de fábula: Un pavo real en el reino de los pingüinos.90 La moraleja que se podría elaborar de este último libro es muy simple: TODOS SOMOS DIFERENTES -y lo que es más importante, un lema- E PLURIBUS MAXIMUS, que no es nuevo sino que por el contrario tiene la antigüedad y la sabiduría de la naturaleza: LA DIVERSIDAD ENGRANDECE.

A estas alturas muchos de ustedes se estarán preguntando que tienen que ver

estas dos referencias con el tema que deberíamos estar tratando. Los psicólogos llaman asociación a los enlaces que cerebralmente se producen cuando percibimos, pensamos y construimos ideas; también establecen que muchas de esas asociaciones son libres, de carácter inconsciente y que están marcadas por nuestro repertorio mental. Pues bien, quizás inconscientemente a fuerza de pensar en la comunicación -como una de las praxis más resaltantes del ser humano-, el carácter sistémico de nuestras relaciones con el entorno y, los elementos que caracterizan en la actualidad a este entorno, terminé vinculando: ¿qué somos? y ¿qué sentido tiene nuestra existencia?, con la diversidad -tan cara a la naturaleza- y las tendencias claramente globalizadoras en que se mueve el entorno societal actual.

De hecho, pareciera que sobre esos pilares se mueven todas las prácticas que el

hombre realiza, no necesariamente interrelacionadas, por el contrario, más bien lo que la historia muestra son los intentos permanentes que se hacen para escindirlos: Hombre por un lado, Naturaleza por otra, Individualidad vs. Socialidad, como colofón.

Intentemos pues, mostrar una suerte de especulación reflexiva que me he

propuesto como ejercicio, a fin de intentar superar la dualidad hombre/naturaleza, hombre/sociedad en la cual se debate el ser humano.

Francisco Valera, en su libro Conocer, explica la comunicación en términos de:

88

Cfr. Morris Berman. EI reencantamiento del mundo. Santiago. Editorial Cuatro Vientos. 1987. 89

Jostein Gaarder. EI mundo de Sofía. Madrid. Ediciones Siruela. 1994. 90

B. Hateley y W. Schmidt. Un pavo real en el mundo de los pingüinos. Bogotá. Editorial Norma. 1995.

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proceso de modelamiento mutuo, a partir de múltiples y muy diversas acciones individuales, grupales y sociales.91 A su vez, Humberto Maturana reivindica en el ser humano la capacidad- de emocionalizarse,92 de reír, llorar, de dejar salir al exterior nuestra interioridad, de expresar-nos y no solo representar-nos, es decir, somos una unidad en la cual cualquier separación entre racionalidad e irracionalidad, individuo y sociedad, no deja de ser una ilusión, La comunicación, por tanto, puede ser concebida como integral, valga decir, nos comunicamos con todo. Y en ese todo nos vamos adecuando. Nuestra capacidad comunicativa se desarrolla -pienso que creativamente- a partir de los repertorios comunicativos con los cuales entramos en relación y viceversa. Volvamos a otro concepto de Valera y Maturana la autopoiesis, o lo que es lo mismo: la capacidad de los sistemas abiertos para la autoproducción.

Estamos integrados en un sistema autopoiético. Cuando nos comunicamos

asumimos códigos, actitudes, en fin, repertorios que pueden o no estar en concordancia con los otros, en cualquier caso, se modifican mutuamente, se producen trasvases, o parafraseando a Paniker: las relaciones humanas se producen desde las limitaciones (y potencialidades) de cada cual y no hay otra forma. Limitaciones y potencialidades que corresponden a nuestra naturaleza animal e individual y social y cultural y psíquica y física y biológica y…

A su vez, Morris Gel-Mann93 plantea la hipótesis de que los seres humanos somos

"sistemas abiertos adaptativos", vamos aprendiendo de acuerdo con el entorno, pues estamos integrados a él, independientemente de que no seamos conscientes de tal situación, como lo ha demostrado la capacidad depredadora de la que hacemos gala.

Precisando algunas de estas reflexiones, la comunicación es -entendida en

términos globales-, al mismo tiempo:

Un proceso complejo, que pone en funcionamiento componentes de muy distinta naturaleza (biológicos, físicos, sociales, culturales, psicológicos).

Un sistema, en la medida en que los componentes establecen entre sí relaciones precisas para que la comunicación sea posible. Más exactamente un ecosistema, en donde cada componente depende de todos los demás componentes.

La comunicación constituye un medio, a nivel biológico, para la supervivencia de las especies, es, por tanto, un mecanismo de aprehensión del entorno y a la vez de adaptación. Socialmente, ampliándose al manejo del entorno creado por el hombre en lo tecnológico, relacional, cultural, institucional y axiológico. Genera por tanto una serie de prácticas vinculadas o interrelacionadas.

La comunicación es un modo de referirse al mundo y también, en cierta forma, de percibir el mundo. Constituye por tanto, una forma de relacionarse a propósito del mundo por el conocimiento compartido (transmisible y elaborado ex profeso). Es, pues, un procedimiento de encuIturización.94

91

Francisco Varela. Conocer. Barcelona. Gedisa. 1990 92

Humberto Maturana. EI sentido de lo humano. Santiago. Ediciones Pedagógicas Chilenas. 1992. 93

Morris Gel-Mann. El quark y el jaguar. Barcelona. Tusquets Editores. 1996. 94

Manuel Martín Serrano. Teoría de la comunicación. Madrid. Alberto Corazón Editor. 1982.

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46

La comunicación es al mismo tiempo que comunicación, incomunicación. Valga decir, estamos cautivos por una serie diversa de elementos mediadores (saberes, códigos, tecnologías) que además de posibilitar la ocurrencia de la relación, paradójicamente, marcan límites, establecen itinerarios, cierran el sistema. Existen múltiples ruidos, incertidumbre, ambigüedades que funcionan como insuficiencias, pero también como acicates.

Existe, pues, una articulación entre: nuestras percepciones, nuestros haceres,

nuestras relaciones y nuestros actos comunicativos. Nueva paradoja, lo que percibimos pasa a engrosar el repertorio de lo que podemos comunicar, pero, lo percibido es percibido desde nuestro repertorio. "La autentica realidad de las cosas no la refleja nadie". "La referencia a la realidad es siempre una referencia a una realidad que a su vez está ya previamente codificada", Todo es función de todo, todo está interrelacionado.

Decía Paniker,95 hace algunos años ya, que la sociedad actual se caracteriza por,

entre otras cosas:

un estado de crisis permanente,

el relativismo de los valores,

la superación de la concepción patriarcal,

la retribalización electrónica,

la forzada virginidad social de los adolescentes,

el divorcio entre enseñanza y vida,

la rigidez de las instituciones vs. la fluidez del medio técnico,

la necesidad de un nuevo sentido de la creatividad. Ahora bien, ¿cuál es el sentido real de la crisis?, es decir, cómo explicar ese

incesante aumento de entropía, de caos económico y tecnológico, de desastre ambiental, de esquizofrenia y desintegración psíquica. Esa especie de simulacro de vida, de enmascaramiento permanente en las relaciones, de futilidad, de pérdida de sentido de vida.

Formamos parte de una visión civilizatoria que "dualizó" nuestra existencia, que

escindió nuestra individualidad e internalizó en nuestro psiquismo una actitud de sujetos y objetos de y en la realidad. Y yuxtaponiéndose a esta actitud nos introyectó una visión lineal de la historia en progreso, una visión paradigmática basada en el orden, en la explicación racional, en la constitución de la naturaleza y la sociedad absolutamente evolutiva, etapista, aprehensible, manipulable, explicable a fuerza de razón, clasificable, igualitarista, homogénea. De universales, teorías cerradas y absolutas.

Así, nos movemos en el mundo sobre la base de una "conciencia no participativa",96

el conocimiento se constituye a partir de un distanciamiento entre el ser humano y la naturaleza. Asumir la participación es, desde la postura cientista, una contaminación no

95

Cfr. Salvador Paniker. Teoría del hombre secular. Barcelona. Kairós. 1967; Crisis de civilización. Barcelona. Kairós. 1970;

Ensayos retroprogresivos. Barcelona. Kairós. 1987; Aproximación al origen. Barcelona. Kairós. 1989. 96

Morris Berman. Ob Cit.

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deseable. La visión civilizatoria que "nos ha tocado" vivir, por ende, asume la supremacía del

hombre sobre todo lo demás. Incluyendo al propio hombre. Es de hecho y "por derecho" una visión de "dominación" totalitaria, de conquista, de apropiación, impositiva, no tolerante.

Asumiendo el riesgo de ser esquemático, la visión del mundo a la luz de la cultura

civilizatoria occidental se caracteriza por:

No hay relación entre hecho y valor

La naturaleza se conoce desde afuera, y los fenómenos se examinan en abstracción de su contexto

EI objetivo es el control consciente, empírico de la naturaleza

Las descripciones son abstractas, matemáticas, únicamente aquello que puede ser medido es real

La mente es algo separado del cuerpo, el sujeto es algo separado del objeto

EI tiempo es lineal, en una progresión infinita. En principio, podemos llegar a conocer toda la realidad.

La lógica es esto/aquello. Lógica de la disyunción.

La realidad es separable en elementos definidos (atomismo): (i) únicamente la materia y el movimiento son reales, (ii) el todo no es más que la suma de las partes y, (iii) los sistemas vivientes son en principio reducibles a materia inorgánica, a final de cuentas la naturaleza está muerta.97

Visión mecanicista que, como es obvio, tiene profundas repercusiones en la forma

como nos relacionamos en/con el mundo. Ya he mencionado que a la naturaleza la vemos como algo aparte y de ahí el

criterio de dominación con el cual asumimos nuestra relación con ella. Dominación con un sello incorporado: adecuarla a nuestras necesidades (reales o imaginarias), parecida a nuestros designios. Juguete en nuestras manos todopoderosas. AI ser algo distinto a nosotros, tenemos una actitud dual con respecto a ella: o la ignoramos o nos apropiamos de ella a conveniencia. Relación utilitaria, profundamente manipuladora. Egoísta e irresponsable.

En lo que atañe concretamente a la comunicación, en términos de relación y/o de

intercambio simbólico, esta manera de asumir al mundo sesga abruptamente nuestra actitud. Es, pues, una comunicación centrada más en los signos que en los significados, en nuestro repertorio más que en la relación misma. Impostura que se repliega en un mundo de roles sociales, de rituales interaccionales y juegos complejos a fin de "proteger-nos" en nuestra individualidad fantasmagórica, egoísta, carentes de afectividad y por ende, relación no significativa. Manipulación que busca evitar ser manipulado. Relaciones comunicativas esquizofrénicas que producen una enorme sensación de vado. No nos

97

Morris Berman. Ob Cit.

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atrevemos a ser lo que somos. EI vivir pierde sentido. Terminamos siendo lo que aparentamos ser. Conciencia dual, relaciones del simulacro -como lo expresa Baudrillard-.

Hombre, naturaleza, sociedad son, pues, tres instancias de una misma realidad, y,

a ella, el ser humano está integrado. No puede pensarse en términos de: ser racional en ciertos momentos, ser biológico en otros y/o ser social. Es, y es necesario ratificarlo a cada instante, una unidad biopsicosocial. Dicho de otra manera, todas sus acciones están marcadas por esa condición y son, por tanto, integrales. Su racionalidad está sesgada por sus características biológicas y estructurada a partir de la cultura. De esta manera sus decisiones, sean del tipo que sean, están determinadas por su triple condición. De ahí que la insistencia machacona y redundante, sobre la primada de la razón, que caracteriza a la sociedad contemporánea, termina por generar una actitud esquizoide, de desdoblamiento, de no-reconocimiento ni del sí mismo. Tanto del sí-mismo como de los otros se tiene una visión reificada, simples objetos. Pensamos “nuestra-realidad” de una manera, decimos de “ella” otra y, actuamos, de una tercera forma.

Ahora bien, de lo que se trata, a mi modo de ver, es tratar de construir una visión

integral del mundo que permita asumir una actitud diferente caracterizada por:

Tanto los hechos como su valoración son inseparables. Percibimos a partir de nuestro repertorio personal.

La naturaleza se nos revela en nuestras relaciones con ella y solo podemos conocer contextualmente.

Sujeto/objeto, mente/ cuerpo son dos aspectos del mismo proceso.

La lógica es ambos/y, es decir, existen relaciones dialécticas. Todo se modifica en la propia relación con otros: la sola relación modifica. Existe interdependencia, yuxtaposición.

Proceso, forma y relación son primarios.

Las totalidades tienen propiedades que las partes no tienen. EI todo está en las partes y las partes están en el todo, pero, el todo es más que la suma de las partes.

Los sistemas vivientes no son reducibles a sus componentes, la naturaleza está viva.

Existe, pues, una relación viva, dialéctica, entre los diferentes componentes de la

realidad. Así, entonces, la comunicación resulta una relación total que modifica y es modificada. La propia relación comunicacional establece mecanismos de cambio que es menester asumir. Por ello, comprender la comunicación como proceso, supone entender que constituye modelamiento, en el cual todo ya no resulta lo mismo una vez la relación se establece.

Pero, el otro punto importante a considerar es la comprensión de que se vive en un

mundo en el cual la diversidad es una característica fundamental, por tanto, no es esperable que los demás sean iguales a nosotros –ni siquiera deseable-, sino al contrario, lo más destacable son precisamente los elementos diferenciales. En la naturaleza, pero no sólo en ella, la diversidad es la norma. Sólo una relación comunicacional entendida, o mejor, asumida respetando las diferencias y comprendiendo que los repertorios no

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necesariamente deben ser semejantes tendrá posibilidades de establecerse como dialógica, real, no manipuladora. Y esto no significa que no pueda ser persuasiva; de alguna manera, las convicciones de quienes establecen la relación funcionarán para que a partir de argumentaciones y contra argumentaciones, se establezca el consenso o acuerdo necesario o la disensión, pero respetando al otro, como individuo, como persona, como grupo, como cultura.

Asimismo, hemos indicado que la comunicación la entendemos como un sistema

autopoiético, e incluso como un ecosistema. Pues bien, existen así mecanismos de autorregulación y de autoorganización que posibilitan esa relación dialógica. Es decir, la comunicación tiende a ser consensual, equilibrada como consecuencia de las interrelaciones que en ella se dan. No obstante, en una actitud dual, generalmente se tiende al irrespeto de los otros repertorios y, por ende, se cae en situaciones límite, valga decir, la comunicación dialógica se pervierte.

Las tendencias actuales, germinales cuando menos, son a entender que:

La realidad es disrruptible, discontinua y, por tanto, no existe ningún marco absolutamente coherente como para predecir una sola posibilidad. La ambigüedad, el cambio rápido y la mayor complejidad dominan crecientemente los hechos.

Es, al mismo tiempo, azarosa e inaprehensible, es decir, los factores involucrados le dan tal dinamicidad que resulta imposible explicarla cabalmente. Existe de hecho un orden que es a su vez productor de desorden o caos y éste, asimismo, productor de orden. No existe linealidad en los múltiples procesos de los cuales se compone.

No es posible pensar en la realidad a partir de algún centro más o menos estable. Vivimos en una situación de descentramiento, todo es importante y todo se relaciona con todo, de tal manera que cualquier punto puede ser en un momento determinado centro o,

mejor, existen múltiples centros.

La realidad es diversa y es precisamente esa diversidad la que posibilita la creatividad, a partir de mutaciones, transformaciones, cambios.

Nuestra existencia, como seres humanos es sistémica, interdependiente, es decir, formamos parte del gran sistema planetario, en una relación de mutua dependencia y condicionamientos con todos los otros seres, objetos y elementos que allí existen. Cualquier cosa que hagamos en una dirección tiene repercusiones en todo. EI “efecto mariposa" es expansible.

Realidad y vivencias son paradojales, en las cuales conviven multiplicidad de formas aparentemente dicotómicas, pero justificadas a la luz de la relatividad en que se desarrollan los procesos físico naturales, sociales y culturales.

En términos sociales se manifiesta en una presencia multicultural, a partir de entender que los desarrollos culturales son, por características diferenciales histórico-sociales y geográficas, desiguales, perfectamente pertinentes y relevantes, a nivel planetario. Así, concepciones que consideren ciertas culturas y/o manifestaciones culturales como superiores deben tender a desvanecerse por carecer de sentido en un ambiente en el cual la relativización de las prácticas humanas y por ende del conocimiento que este produce, comienza a hacerse notar perceptiblemente.

Paralelamente, una concepción planetaria, integral, emerge como actitud,

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acompañada a su vez, de tendencias hacia la descentralización planetaria, al resurgimiento de localismos y a una mayor conciencia de la importancia de las características regionales. Unicidad y diversidad no son conceptos bipolares, sino categorías de un mismo proceso integrador.

Por supuesto que estas características definitorias pueden ser vistas desde dos

ópticas: una negativa y otra positiva. Quienes la asumen negativamente piensan en que tales tendencias fortalecerán una depauperización de la cultura, en la medida en que el "sentido" histórico, que ha marcado a unas culturas como superiores y en consecuencia, convertida en "objetivo" homogeneizador, queda fracturado, pues la unicidad civilizatoria queda diluida. Igualmente piensan que sin el sentido unificador la individualización más grosera será la que marcará el rumbo de la sociedad futura. EI hombre se convertirá en un ser desesperanzado y pasará a vivir en un mundo de islotes, cultura de "archipiélagos", "zombis" que no pueden compartir nada, triunfo de la heterogeneidad. Hedonismo, egoísmo, ausencia de sentido, serán los valores predominantes. Todo se desvanece, porque todo tiene sentido particular. La persona queda difuminada en el grupo, la alteridad se pierde y el individuo narcisista pasa a dominar la escena. Aun cuando no advierten, “ su ceguera situacional” se los impide, que en el fondo su propuesta o “visión-de-vida” tiene un fuerte acento homogeneizador.

Desde la visión optimista, de lo que se trata es de recobrar el sentido de la

humanización y su convivencia con la hominización. Rescatar, si se puede llamar así, el respeto por el ser humano y todo cuanto significa, es decir, sus particularidades tanto individuales como sociales y culturales. La heterogeneidad no debe significar pérdida del sentido de vida, al contrario, puede convertirse en una mayor comprensión de la presencia de otros y de la propia presencia. Lo que ha producido la desesperanza ha sido precisamente una visión única de los procesos, de un sentido único de felicidad, de un sentido único de lo histórico, de un sentido único del desarrollo, de un sentido único de la vida, sin variaciones. La imposición de una actitud dual que supone impostura.

Esta visión positiva posibilita no solo la aceptación de la diversidad, sino

fundamentalmente el respeto a la diversidad y, en consecuencia, el reconocer que todos formamos parte del mismo sistema planetario. Que nuestros haceres tienen consecuencias y por tanto, debemos ser absolutamente responsables de ellos, tanto individual como societalmente.

Comunicacionalmente supone la comprensión de este proceso en términos de eco

comunicación. No somos seres aislados que de vez en cuando ponen en común, a partir de una relación efímera de comunicación, sus repertorios, sino que por el contrario, estamos permanentemente comunicándonos, relacionados, adaptándonos, superando obstáculos y creciendo, individual y colectivamente. Que la comunicación, como relación, no es perfecta, que se está haciendo siempre y que cada uno, no solo es parte de ella, sino ente vital. Que cuando manipulamos, propiciamos la manipulación, que el engaño es una vía que tiene doble sentido. Que el futuro está determinado por el carácter de nuestro presente, en tanto que la realidad de nuestras relaciones es la que marca el rumbo de nuestras relaciones con nosotros mismos y con los demás. Que -definitivamente- si

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deseamos transformar la sociedad es necesario comenzar por cambiar la forma de pensar, pues, comunicamos con nuestros haceres y actitudes, no solo sígnicamente. Que si no creemos, si no estamos convencidos internamente, si no hemos introyectado una postura con respecto a nosotros mismos, a los demás -a los "otros"-, a la naturaleza, al planeta, cualquier discurso sígnico convencional será patraña. Un cambio de actitud no es sólo hacerse consciente de lo que se ha de cambiar y de la necesidad del cambio, sino básica y fundamentalmente asumirlo como acción real.

No son necesarias muchas explicaciones para sostener lo que representa un hecho

real en la actualidad: la globalización y lo que este concepto significa en todos los ámbitos de la vida ciudadana, incluyendo "su" comunicación. A pesar de que en apariencia se ha llegado a la instauración de la "aldea global"98, pareciera haberse dado al propio tiempo, en forma paralela y paradójica, una revalorización de lo cultural y un redimensionamiento de lo popular -como manifestaciones culturales reconocibles en los otros que hacen reconocer lo propio-. Se ha venido construyendo en los individuos sociales una comprensión mayor de los medios y por ende, un "uso" no completamente evaluado de la comunicación masiva. Existe una especie de descubrimiento, a partir del otro, de elementos identificatorios asimilables, a pesar de la diversidad cultural -que ya no aparece como extraña, sino como diferente e incluso próxima- y, por supuesto, de aspectos diferenciadores, que han posibilitado, asimismo, un cambio de visión, de percepción y de actitud ante la vida y ante los otros. ¡Extraordinaria paradoja! Una visión planetaria con una comprensión vital de la diversidad. Esa y no otra debería ser la concepción de la globalización.

De ahí, que el análisis de la comunicación deberá hacerse a partir de la

comprensión de la enorme red de interrelaciones que actualmente se establecen entre individuos, grupos, instituciones e incluso sistemas societales. Pero, además, de la comprensión de que estas interrelaciones pueden ser perfectamente: conflictivas y de cooperación, dinámicas y estáticas, intensas y débiles, duraderas y efímeras, no en términos de disyunción, de oposiciones, sino yuxtapuestas, superpuestas, coordinadas, subordinadas, etc. y, que, en cualquier caso, responden a cuatro objetivos básicos de interacción social:

1. Conocimiento 2. Orientación 3. Entretenimiento 4. y básicamente, convivencia. Así, dependiendo del objetivo y del tipo de relación, la comunicación estará

marcada, para cada momento y lugar y dependiendo de los actores, por características diferenciales, poco homologables.

Los procesos de recepción son profundamente dinámicos, los públicos no solo se

apropian de los mensajes y de los contenidos de una manera particular, asociado a su

98

Marshall McLuhan. La galaxia Gutenberg. México. Editorial Diana. 1976; La comprensión de los medios como extensiones del

hombre. México. Editorial Diana. 1977; La aldea global. México. Gedisa. 1991.

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propio contexto psicosocial, sino que además, en muchos momentos de su hacer cotidiano, dan un uso particular a estos contenidos y, es así, como desarrollan un proceso de resistencia a la imposición de efectos, a la manipulación y al afán persuasivo que los mensajes puedan tener. Es decir, los sujetos -individual y colectivamente- tienen una notable participación en su propio cambio de: creencias,

valores, actitudes, símbolos y representaciones. Ya lo decía Wittgenstein, la lógica de la

percepción es nuestra lógica, en sí el pensamiento es errático, obsesivo, sin dirección; la organización de lo que pensamos es “a posteriori”, con nuestro lenguaje y nuestra lógica que es, en parte, la lógica de la cultura.99

Otro punto a considerar es el análisis de los procesos intraceptivos individuales,

grupales y colectivos que los medios de comunicación propician, sobre todo la televisión que se ha constituido en el medio de comunicación con mayor influencia en la vida actual. EI uso espacial -incluso la determinación de los espacios íntimos, privados y públicos-, el consumo, actitudes y comportamientos tanto individuales como sociales, relaciones interindividuales han ido cambiando a partir de los contenidos, manifiestos o no, presentes en los mensajes y han venido construyendo, en el psiquismo, unas interacciones, asociaciones e itinerarios que vinculan cada día más, pareciera ser, los ratos de ocio, de encuentros, de discusión y diálogo, a las pautas establecidas por los medios y, se ha incorporado una especie de "virtualidad" que marca el desempeño individual y social. No obstante, es necesario reconocer que todo ello se ha ido gestando a partir de los propios cambios que la sociedad, como totalidad, genera: es decir, cada grupo cultural, con sus subculturas, incorpora de acuerdo a claves personales y grupales, aquellos componentes massmediáticos que le permiten, por así decirlo, el ajuste necesario para, convivir de acuerdo a un estilo-de-vida.

Las características de las comunicaciones actuales, principalmente las

massmediáticas, también han propiciado una percepción del tiempo muy particular, el presentismo, originado en la "actualidad" y la "secuencialidad" de !os medios, como forma de representar el transcurrir del tiempo. Es decir, se ha convertido en un tiempo "virtual" que ha acercado el pasado y el futuro. Es más un omnitiempo. Pareciera que hoy estamos más cerca del pasado y del futuro a partir de la construcción -¿imaginaria?- del tiempo vivido, viviéndose y por vivir. Pero, además, esta caracterización del tiempo massmediático marca un "tempo" de vida también massmediático, se vive al ritmo-de-vida y al estilo-de-vida que los medios establecen. Tiempo, espacio, ritmo están vinculados a los procesos comunicacionales de la vida.

No se pueden dejar pasar los cambios que se están operando como consecuencia

de la televisión y tecnologías asociadas, básicamente, en la percepción que el hombre tiene de las imágenes. Hay una revitalización de la imagen en relación a la cultura letrada, las imágenes están penetrando todos los intersticios de la cotidianidad, estableciendo nuevos procesos de lectura e interpretación. Los sistemas de codificación que se han desplegado frente al hombre, desde el discurso televisivo, pasando por el discurso

99

Wittgenstein, L. Investigaciones filosóficas. Madrid. Crítica. 1988.

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publicitario en general, hasta concluir con el manejo "interactivo" de información en computadoras personales en forma de imágenes -mediante la "red"- evidencian cambios profundos tanto en la forma de concebir la información y el conocimiento, como su codificación y presentación, de hecho se experimenta una especie de "vida-virtual" que hace cambiar la concepción de saberes, prácticas, usos cotidianos, actitudes, códigos, creencias, repertorios, etc., por cuanto se "esta-en-todo-el-mundo", es decir, hay un "sentido planetario" en nuestra concepción de la realidad y, con ella funcionamos.

Es necesario, desde esta perspectiva, comenzar a pensar en el desarrollo, vinculado a las nuevas generaciones sobre todo, de una alfabetización que comprenda esas nuevas tecnologías vinculadas a la comunicación. Estamos -por desgracia- muy sesgados por el componente letrado de nuestra socialización y eludimos el hecho, tangible por lo demás, que las nuevas generaciones tienden más a lo icónico y oral que a lo letrado. Mientras las generaciones anteriores privilegian la cultura letrada -dicho quizás muy descarnadamente- y todo cuanto se hacía se remitía a ella; los jóvenes de hoy privilegian lo icónico-oral y todo lo remiten a él. No solo oyen música, la ven, ese es, por cierto, el sentido primario de los "video clips". La inversión está ahí, es patente.

Todas estas posibilidades están abiertas y deben ser asumidas tratando de superar los preconceptos al abrirse a la posibilidad, real por otra parte, de que cualquier explicación sólo tiene sentido parcialmente, entre otras cosas por que la realidad que se analiza es abrupta, azarosa, contradictoria y paradójica y que, cualquier explicación lineal es, cuando menos, ingenua.

Otro punto importante es considerar a la comunicación como un proceso global, total. Esto significa tres cosas: (i) nos comunicamos con todo, es decir, nuestro cuerpo es un ente energético-comunicacional que envía señales de diverso tipo (meta comunicacionales) -lingüísticos y no lingüísticos-, cuya finalidad es "expresar" todo aquello que consciente e inconscientemente se siente; (ii) la comunicación no puede ser analizada solo a partir de actos particulares de comunicación, ella es una relación dialéctica que remite a diversos y diferentes momentos -a lo largo de toda la vida e incluso de generaciones anteriores- producto de múltiples asociaciones y a un saber constituido por conocimientos, experiencias o vivencias previas e intuiciones (conocimiento tácito);100 (iii) la comunicación tiene carácter social, forma parte de una cultura y en ella participamos, tanto en la cultura como en la comunicación que esta cultura posibilita. No se trata, por tanto, de sólo la interacción entre un individuo y otro, entre un individuo y un grupo, entre grupos, estos encuentros son manifestaciones en el sistema social de comunicación. De este sistema social de comunicación participamos como individuos, pero también como entes sociales.101

Este carácter totalizador nos permite comprender y, al propio tiempo, explicar el sentido sistémico de la comunicación. Valga decir, el habla, los gestos, los movimientos corporales, los acercamientos y alejamientos, etc., constituyen, cada uno de ellos, en

100

Michael, Polanyi. EI estudio del hombre. Buenos Aires. Paidós. 1966 101

Ray Birdwhistell y otros. La nueva comunicación. Barcelona. Kairós. 1984

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principio, un sistema; no obstante, están integrados en un sistema mayor (la comunicación de la sociedad), con sus características individuales y sociales o, sociales e individuales, en donde la cultura juega un papel muy importante.

Por otra parte, la comunicación debe ser entendida como un complejo proceso de "modelaje". En las interrelaciones e interacciones sociales que establecemos con los otros se va estableciendo, en el sistema de comunicación, ajustes y reajustes mutuos, adaptaciones -tanto conscientes como inconscientes- que van provocando el entendimiento necesario y, todo ello, marcado por una múltiple red de elementos meta comunicacionales que son los que van estableciendo "pistas" para la comprensión de lo comunicado, en términos totales.

Puede parecer contradictorio, no obstante, la comunicación, visualizada como "total', es intencional, es decir, está determinada por necesidades expresivas, o lo que es lo mismo, por el “hacer-saber-al-otro”, aun de manera inconsciente, lo que sentimos, pensamos, creemos, en fin. Y esto es así, por cuanto nos expresamos con todo, usamos todos los recursos a nuestra disposición -sin saberlo, en muchas ocasiones- para hacernos comprender; por ello, buena parte de lo que expresamos tiene carácter metalingüístico, valga decir, incidimos sobre el código con la finalidad de "dar-pistas" para hacernos inteligibles. La mayoría o, cuando menos, buena parte de estos procesos, son de carácter inconsciente, no nos damos cuenta de las señales que emitimos. Es más, en muchos casos, estas señales se producen aun cuando conscientemente no queramos expresar determinados contenidos ("representación-racional").

Una explicación, no completamente acabada, acerca del por qué se produce una "aparente" contradicción como la anteriormente planteada, está dada a partir de "mitos" que alimentan o sostienen nuestros procesos mentales.102 Veamos algunos de ellos: (i) Consideramos que la razón impera en nuestros decisiones, reflexiones, etc., sin embargo, el componente emotivo determina, condiciona en la mayoría de oportunidades, estos procesos mentales. Buena parte de lo que consideramos razonamientos constituyen racionalizaciones - justificaciones lógicamente estructuradas- de nuestros sentimientos, emociones, ilusiones, prejuicios, creencias y paradigmas. (ii) Normalmente entendemos por libertad la posibilidad o factibilidad de "hacer" lo que se desea, en términos físicos y, consecuentemente, como no-libertad a la imposibilidad de hacerlo, generalmente mediante la coacción directa. Pues bien, esta visión sobre la libertad es una ilusión, por cuanto existen múltiples condicionamientos y determinantes de carácter psíquico que, no solo limitan, sino que constriñen e impiden el disfrute de la libertad: deseos, emociones, prejuicios, temores, ansiedades, en fin. (iii) Todos los seres humanos creemos que nuestras decisiones y cuanto hacemos -por lo menos la mayoría-, están controladas por la conciencia, es decir, lo hacemos porque "nos-da-la-gana", mas, en realidad, existe una serie -muy compleja- de mecanismos inconscientes que marcan o sesgan estas decisiones y/o haceres. (iv) Como he intentado mostrarlo en otro trabajo,103 nuestra

102

Joan Ferrés. Televisión subliminal. Barcelona. Ediciones Paidós. 1996 103

J A Sosa Osorio. La publicidad en impresos: EI caso "Cerveza Regional". San Cristóbal. ULA Táchira. (Edición xerocopiada).

1998

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percepción sobre la realidad no sólo es limitada -determinada por las posibilidades fisiológicas de nuestros órganos sensoriales-, sino que los mecanismos de carácter inconsciente, los paradigmas, las creencias, etc., condicionan "Io-que-percibimos", "como percibimos" y el significado que le otorgamos a esas percepciones, en ocasiones hasta crear "ilusiones" y alucinaciones, valga decir, "hacernos-ver aquello-que-no-existe-si no-en-la-imaginación"

Esta reflexión nos debe llevar a considerar con mucha seriedad el componente -muy humano, por lo demás- de las emociones y sentimientos, como ejes centrales -en muchos instantes de nuestra vida- de nuestra capacidad no solo perceptual sino reflexiva, actitudinal, conductual, en fin, marcando cuanto hacemos cotidianamente.

Pues bien, en esa "emocionalidad" es donde debemos desarrollarnos para ser integrales, para lograr el "encantamiento" vital que nos une con el todo -que comunicamos y nos comunican-, con la otredad, a partir del "reconocimiento" de esos otros y de nos-otros mismos como entes iguales/diferentes, semejantes/diversos, individuales/sociales, no como dicotómicos sino como unidades duales, tríadicos, polivalentes, pero únicos, absolutamente coherentes aun en la incoherencia, intencionales aun en la inconsciencia. Entre otras cosas porque quizás lo más importante en la comunicación no es lo explícito, sino lo implícito, es decir, aquello que se expresa de múltiples maneras y que conforma un agregado complejo, intrincado, azaroso de normas, valores, usos, costumbres, ideologías, creencias, prejuicios, y que dan sentido a lo que pensamos, decimos, hacemos, eludimos, rechazamos, negamos… BIBLIOGRAFÍA Adorno, Theodor. La industria cultural. Buenos Aires. Editorial Galerna. 1967.

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