subsidio fiesta de la fe - arquidiócesis

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SUBSIDIO LITÚRGICO DE ANIMACIÓN

Y PREPARACIÓN PARA LA FIESTA DE LA FE conmemorando los 25 años de canonización de

San Roque González de Santa Cruz

y la clausura arquidiocesana del Año de la Fe

ÍNDICE DEL SUBSIDIO

Página

Avisos parroquiales para invitar a La Fiesta de la Fe 2

Oraciones universales para orar por La Fiesta de la Fe 2

Triduo de preparación a La Fiesta de la Fe 3

Primer día del Triduo Para la animación del Santo Rosario 4

Moniciones para la celebración 5

Guión homilético 9

Segundo día del Triduo

Para la animación del Santo Rosario 10



Tercer día del Triduo Para la animación del Santo Rosario 14



Anexos

Oraciones a los Santos Mártires 18

Cantos a San Roque González de Santa Cruz 19

Bibliografía y agradecimientos 22

ARQUIDIÓCESIS DE LA SANTÍSIMA ASUNCIÓN

• Curia Pastoral Arquidiocesana •


Y PREPARACIÓN PARA LA FIESTA DE LA FE

Arquidiócesis de la Santísima Asunción

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AVISO PARA INVITAR A LA FIESTA DE LA FE

Observación: favor leer al final de todas las misas, desde el 1 de noviembre.

Hermanos: nos estamos preparando para celebrar juntos una gran fiesta el viernes 15 de no-

viembre. La Arquidiócesis de Asunción organiza «La Fiesta de la Fe», en el día de la festivi-

dad de San Roque González de Santa Cruz y compañeros mártires, recordando los 25 años de la

canonización de nuestro primer santo paraguayo. Para este evento, el Papa Francisco ha desig-

nado a Su Eminencia Cardenal Cláudio Hummes, O.F.M., Prefecto emérito de la Congrega-

ción para el Clero y Arzobispo emérito de San Paulo, como su Enviado Especial, quien presi-

dirá esta celebración.

Para prepararnos a esta gran fiesta, tendremos aquí en nuestra Parroquia un Triduo de Misas los días 12, 13 y 14 de noviembre, a las ___ horas, esperando la participación de todos ustedes.

El programa del 15 de noviembre es el siguiente: – A las 16 horas, somos convocados en la Parroquia San Roque González de Santa Cruz (ubi-

cada sobre las calles Lomas Valentinas (Tercera) esquina Independencia Nacional).

– Desde allí partiremos en peregrinación con la reliquia del corazón de San Roque González,

hasta Catedral Metropolitana.

– En la explanada de la Catedral se llevará a cabo la Solemne Celebración Eucarística, a las

19:30 horas, presidida por el Cardenal Cláudio Hummes y concelebrada por los Obispos del

Paraguay y todo el clero arquidiocesano.

Recordamos que en el marco del Año de la Fe, podemos ganar las indulgencias plenarias. Por

eso, habrá confesiones tanto en la Parroquia San Roque González de Santa Cruz, como en la

Catedral Metropolitana.

Todos estamos invitados a participar de esta gran celebración de la familia arquidiocesana.

ALGUNAS ORACIONES UNIVERSALES

QUE PODRÍAN INCLUIRSE EN TODAS LAS MISAS

A PARTIR DEL 1 DE NOVIEMBRE

Para orar por la Fiesta de la Fe

– Para que la Fiesta de la Fe que celebraremos el 15 de noviembre, sea un momento de profun-do encuentro con el Señor. Oremos.

– Para que la Fiesta de la Fe sea una oportunidad de reafirmar nuestra fe en Jesús y nuestro

deseo de escucharle y seguirle. Oremos.

– Para que la visita del Delegado Papal a nuestro país, Cardenal Claudio Hummes, nos anime a

seguir trabajando por el Reino de Dios. Oremos.




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TRIDUO DE PREPARACIÓN A «LA FIESTA DE LA FE» Como preparación a la celebración de La Fiesta de la Fe

conmemorando los 25 años de canonización de San Roque González de Santa Cruz y la clausu-

ra arquidiocesana del Año de la Fe

La Curia Pastoral Arquidiocesana, a través del Equipo Organizador de La Fiesta de la Fe

y el Departamento Arquidiocesano de Liturgia, presenta este Triduo, que ha sido pensado

para realizarlo en las parroquias, comunidades, grupos y movimientos apostólicos de la Arqui-

diócesis, como preparación para la celebración de La Fiesta de la Fe, conmemorando los 25

años de canonización de San Roque González de Santa Cruz y la clausura arquidiocesana del

Año de la Fe.

La propuesta es utilizar el siguiente esquema en las Misas de los días martes 12, miércoles 13

y jueves 14 de noviembre.

El esquema para cada día del Triduo está compuesto por:

– Una reflexión, que hace referencia a la vida de San Roque González de Santa Cruz, y que

puede utilizarse durante el rezo del Santo Rosario, antes de la Misa.

– Moniciones para la Celebración Eucarística.

– Guión homilético.

Cada día del Triduo está dedicado a un tema:

– Martes 12 de noviembre: «Los testigos de la fe».

– Miércoles 13 de noviembre: «Los compañeros mártires del Paraguay: Alfonso

Rodríguez y Juan del Castillo».

– Jueves 14 de noviembre: «San Roque González de Santa Cruz».

Durante el Triduo, sugerimos preparar en el templo un rincón con alguna imagen o

cuadro de San Roque González de Santa Cruz, y el lema general de La Fiesta de la

Fe: «Felices los que creen sin haber visto» (Jn 20, 29).




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PRIMER DÍA DEL TRIDUO

Martes 12 de noviembre de 2013

Esquema: – Animación del Santo Rosario.


Para la animación del rezo del Rosario, antes de la Misa:

Animador:

Hermanos: el próximo viernes 15 de Noviembre recordamos la Fiesta de los Santos Mártires del

Paraguay: San Roque González de Santa Cruz, Alfonso Rodríguez y Juan del Castillo. Los tres

fueron compañeros de una de las más grandes misiones que hubo en el mundo, que se llamaron

las «Reducciones Jesuíticas del Paraguay». Entregaron sus vidas a Jesucristo y a sus hermanos

indígenas para darles a conocer a Jesús y liberarlos de la esclavitud de la encomienda por parte

de los españoles y los criollos de la época de la colonia.

Hoy iniciamos un triduo de preparación para celebrar esta gran fiesta y también la clausura del Año de la Fe en nuestra Arquidiócesis. Al rezar juntos este Santo Rosario, vamos a pedir la in-

tercesión de nuestro primer santo paraguayo para que él, gran misionero de nuestro pueblo, nos

ayude a vivir mejor nuestra fe en nuestras familias, en nuestra parroquia y en nuestras comuni-

dades.

Escuchemos ahora un fragmento de la vida de San Roque González, para conocerlo y venerarlo

con mayor fervor:

«Un testigo del tiempo nos comenta que varias personas como el propio Obispo de Asunción, sus padres, hermanos y otros rogaron a Roque para que se ordenase Sacerdote. Pero Roque res-

pondía que era indigno de recibir dicho ministerio. Nuevamente, el Obispo le persuadió para

ordenarse. Finalmente, Roque aceptó y fue ordenado en el año 1598, a los 22 años, de manos

del Obispo Fray Hernando de Trejo y Sanabria, hermano de Hernandarias. Inmediatamente des-

pués de su ordenación, Roque fue a la región del Jejuí, llamada entonces del Mbarakaju, con

muchas agrupaciones de indios. Aquellos indígenas habían sido otorgados en encomienda por el

general Irala, casi desde el principio de la conquista del Paraguay. Roque ganó los corazones de

aquella gente, con su celo y espíritu amable. Fue tan amado, querido y estimado de los naturales

de aquella provincia, porque les era agradable su vida, ejemplo y buena doctrina y predicación

evangélica, que la recibieron con mucha aceptación. Roque tuvo que volver a Asunción para ser encargado de la Catedral por varios años.»

A continuación, se inicia el rezo del Rosario.




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MONICIONES PARA LA CELEBRACIÓN EUCARÍSTICA Tema del primer día del Triduo: «Los testigos de la Fe»

I. RITOS INICIALES

Observación: sugerimos realizar la lectura de la monición inicial cinco minutos antes de empezar la cele-

bración, dada su extensión. Esto es, para que la misma pueda ser leída completa y con tranquilidad, pues

creemos que su contenido puede ser de gran provecho para los fieles.

Monición inicial:

Queridos hermanos y hermanas: el 15 de noviembre celebraremos la fiesta de nuestro primer santo paraguayo: San Roque González de Santa Cruz, y sus compañeros mártires: Alfonso

Rodríguez y Juan del Castillo. Este año recordamos los 25 años de su canonización, realizada

por el hoy Beato Juan Pablo II durante su visita a nuestro país. Para conmemorar este aniversa-

rio tan especial, la Arquidiócesis de Asunción se encuentra preparando «La Fiesta de la Fe»,

una gran celebración en la Catedral Metropolitana este viernes 15 de noviembre.

Como será una gran fiesta, deseamos prepararnos adecuadamente como comunidad, con un tri-duo de celebraciones que hoy iniciamos. En este primer día del triduo, queremos reflexionar

sobre la vida de los testigos de la fe en Paraguay, que entregaron su vida para hacer conocer la

Buena Nueva del Evangelio con la Palabra pero más todavía con su testimonio de vida.

En Paraguay, tenemos a los 3 santos mártires: Roque González, Alfonso Rodríguez y Juan del

Castillo. Pero otros también fueron testigos de esa fe recibida en el Bautismo: la Hna. María Felicia de Jesús Sacramentado (Chiquitunga), el Padre Julio César Ortellado, María Florencia

Domínguez Netto (Piché), Fray Juan Bernardo, de la orden de los Hermanos Franciscanos,

Mons. Pedro Shaw (Paí Puku) y Mons. Agustín van Aaken. Todos son paraguayos y sus causas

están en proceso de beatificación.

A continuación, puede leerse una breve biografía de cada uno de «los testigos de la fe», interca-

lando entre dos lectores:

Lector 2: Hna María Felicia de Jesús Sacramentado – «Chiquitunga»

Nació el 12 de enero de 1925, en Villarrica. A los 16 años entró en la Acción Católi-

ca, de la que fue miembro entusiasta y dirigente abnegada. En este servicio ella se

enamoró del doctor Ángel Sauá, en el 1950, pero con el tiempo, sus sentimientos se

hicieron claros. Sauá decidió hacerse sacerdote, y ella prometió rezar incansablemente

para que él tenga un santo sacerdocio. Se vieron por última vez en la Estación Central

del Ferrocarril de Asunción, en 1952. El 2 de febrero de 1955, a los 30 años ingresó a

las Carmelitas Descalzas de Asunción. El 15 de agosto de 1956 profesó sus votos re-

ligiosos. Aunque solo vivió cuatro años en el Carmelo, su paso dejó gran recuerdo en-

tre sus hermanas, por «su gran espíritu de sacrificio, caridad, generosidad, todo en-

vuelto en gran mansedumbre y comunicativa alegría». Falleció un 28 de marzo de

1959, domingo de Pascua, cuando tenía 34 años. Es venerable, su proceso de canoni-

zación se encuentra muy avanzado. Hna. María Felicia (Chiquitunga) es testigo de la fe.




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Lector 1: Padre Julio César Ortellado

Nació el 12 de abril de 1906 en la ciudad de Caazapá. Miembro de una familia rica en

bienes materiales, pero más aún en fe, laboriosidad y caridad cristiana. Ingresó en el

Seminario de Asunción, en 1921 a los catorce años y medio. Completó sus estudios

eclesiásticos en Roma. El 27 de octubre de 1929 recibió la Ordenación Sacerdotal y al

día siguiente celebró su Primera Misa sobre la tumba de San Pedro en el Vaticano.

Fue Vicario Cooperador de la parroquia de la Encarnación de Asunción; Cura de la

Catedral de Asunción y Capellán de la Casa del Buen Pastor; Cura de Caazapá y sus

Excusadurías; Cura Párroco de Ybycuí y Excusador de Quyquyho y Mbuyapey; Ca-

pellán del Ejército Nacional; Cura Párroco de la Catedral de Villarrica. En estas co-

munidades, el Padre Julio César Duarte Ortellado tuvo una febril actuación dejando

imborrables recuerdos en sus habitantes. Murió de fiebre tifoidea, contagiado por un

enfermo que fue a visitar, el 4 de julio de 1943, luego de una corta, pero grave dolen-

cia. Tenía 37 años, su muerte fue serena y santa, como su vida. Padre Julio César Or-

tellado es testigo de la fe.

Lector 2: María Florencia Domínguez Netto (Piché)

Nació en Asunción el 17 de octubre de 1917, pero de muy niña se mudó con la fami-

lia a Encarnación, tanto que los encarnacenos la llaman «la santa encarnacena». Du-

rante casi toda su vida, a causa de una parálisis total, esta mujer vivió en su lecho de

enferma. Sin embargo, a los 23 años se consagró a Dios. Piché fue un ejemplo en la

aceptación de la voluntad de Dios, en la alegría de perseverar en el camino asumido y

en la fidelidad hasta el último aliento de su vida. Falleció el 17 de noviembre de 1982

y sus restos mortales descansan en el cementerio de Encarnación, donde a diario de-

cenas de personas acuden para pedir milagros. María Florencia (Piché) es testigo de la fe.

Lector 1: Fray Juan Bernardo

Nació en la región del Guairá, de la Provincia Gigante de las Indias – Paraguay en el

año de 1570. Entró a la vida religiosa en la Orden de los franciscanos. Trabajó con

fray Luis Bolaños en la fundación de ciudades como Yaguarón e Itá y también cola-

boró en la traducción del catecismo al guaraní. En 1594, fray Bolaños le pidió que va-

ya a salvar un dominico que corría peligro en manos de los nativos paranáes, ya que él

manejaba bien la lengua nativa. Fray Juan Bernardo se fue apresurado, pero cuando

llegó a los nativos cerca de Caazapá, descubrió que ya habían matado al dominico.

Fray Juan fue preso, le sacaron el hábito, lo azotaron y lo colgaron en un árbol, y co-

mo él, aún ahorcado, continuaba hablándoles, le extrajeron su corazón y lo arrojaron

en una hoguera. Esto fue el 2 de junio de 1594, cuando él tenía tan solo 24 años.

Siendo él, el protomártir de Paraguay, el primer en derramar su sangre por Cristo en

estas tierras. Por eso, creemos que fray Juan Bernardo, joven religioso, es testigo de la fe.




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Lector 2: Mons. Pedro Shaw (Paí Puku)

Nació en Wilrijk, Amberes, Bélgica, el 6 de septiembre de 1925. Siendo bastante jo-

ven, ingresó a la Congregación de los Oblatos de María Inmaculada, donde hizo su

primera profesión religiosa en el año 1946. En su tierra natal fue ordenado sacerdote

el 30 de septiembre de 1951, y poco tiempo después fue enviado como misionero al

Chaco paraguayo. Trabajó en el Vicariato Apostólico del Pilcomayo desde el año

1952 hasta 1965, como misionero itinerante, visitando estancias y las comunidades

indígenas. De 1965 a 1973 se desempeñó como cura párroco de la iglesia María Me-

dianera, Km. 156 de la ruta Transchaco y luego de la parroquia de Puerto Elsa, de

donde fue llamado para el cargo de Vicario Apostólico. Fueron 32 años de vida reli-

giosa entregada plenamente al trabajo pastoral. Falleció trágicamente un día jueves 15

de junio de 1984, en la altura del Km. 27 de la ruta Transchaco en la zona del actual

puente Remanso. Se le reconoce como fundador de la escuela Pa’i Puku del km 156 y

la Radio Pa’i Puku del Km 389 ubicado sobre la ruta Carlos Antonio López. Su causa

de canonización se inició en Vicariato Apostólico de Pilcomayo. Mons. Pedro Shaw,

es testigo de la fe.

Lector 1: Mons. Agustín Van Aaken svd

Nació en Kevalaer (Alemania) el 16 de julio de 1914. Fue ordenado Sacerdote el 30

de setiembre de 1941 en Gante (Bélgica) en plena Guerra Mundial, a la edad de 26

años. En 1949 fue enviado a Argentina, en la Pampa como misionero. En 1960 fue

destinado al Paraguay como primer Superior de la Congregación del Verbo Divino.

Llegó a Encarnación donde fundó el noviciado SVD en Pacucuá. Mons. Van Aaken

fue consagrado Obispo el 12 de agosto de 1972 en su misma parroquia por Mons. In-

nocenti, Nuncio Apostólico. Asumió la Prelatura del Alto Paraná en una situación

bastante conflictiva. Conoció muy de cerca los problemas y sufrimientos de la extensa

zona bajo su cuidado pastoral, en donde desarrolló su sacrificada y heroica labor mi-

sionera durante 26 años. Aprendió el idioma de la gente: el castellano y el guaraní. Su

labor pastoral la acompañó de un intenso trabajo de promoción humana. La formación

del clero diocesano fue una de sus mayores preocupaciones; para lo cual insistió mu-

cho en la construcción de un Seminario Menor para preparar a los futuros sacerdotes

diocesanos. Su sueño se hizo realidad al inaugurar el Seminario Menor Diocesano en

la localidad de Juan L. Mallorquín, el 1 de mayo de 1987. Presentó su renuncia canó-

nica, al día siguiente de cumplir sus 75 años, el 17 de julio de 1989, con la satisfac-

ción humilde del deber cumplido. Se retiró a Hohenau (Itapúa) en silencio. Murió en

el Colegio “San Blas” el 11 de agosto de 1990, en Ciudad del Este, dos meses después

de haber entregado la Prelatura. Su causa de canonización se inició en la Diócesis

Ciudad del Este. Mons. Agustín Van Aaken, es testigo de la fe.




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Monitor: En este Año de la Fe que está culminando, pidamos al Señor darnos esa fuerza de se-guir sus ejemplos de vida y ser testigos de la fe en donde nos toca actuar. Con estos pensamien-

tos, iniciamos nuestra celebración.

Rito penitencial:

– Tú que has venido a hacer de nosotros un pueblo santo: Señor, ten piedad. – Tú que eres la plenitud de la verdad y de la gracia: Cristo, ten piedad.

– Tú que nos llamas a ser testigos de la fe: Señor, ten piedad.

II. LITURGIA DE LA PALABRA

Lecturas de la feria (martes de la 32º semana del Tiempo Durante el Año)

Sabiduría 2, 23—3, 9 / Salmo 33 / Lucas 17, 7-10

Monición a las lecturas Como cada día, la Palabra de Dios nos invita a estar atentos en la escucha para poder ponerla en

práctica, para ser auténticos testigos de la fe que hemos recibido.

Oración universal:

Sacerdote: Invoquemos a Dios, que vela por su Iglesia y que no deja de enriquecerla con la

asistencia de su Espíritu Santo, para que sea la comunidad de fe y de vida que el mundo

necesita. Digamos:

«Ñandejára ore rendu»

1. Para que la luz del Evangelio ilumine y fecunde a todos los pueblos de la tierra. Oremos. 2. Para que cesen las guerras, los conflictos y que lleguemos a vivir en auténtica paz. Oremos.

3. Para que el ejemplo de los santos mártires y de todos los que con su vida han sido verdaderos

testigos de la fe en Paraguay, nos renueve y nos haga crecer en la fe, la esperanza y la cari-

dad. Oremos.

4. Para que la Fiesta de la Fe que celebraremos el 15 de noviembre, sea un momento de profun-

do encuentro con el Señor. Oremos.

5. Para que la visita del Delegado Papal a nuestro país, Cardenal Claudio Hummes, nos anime a seguir trabajando por el Reino de Dios. Oremos.

6. Para que la celebración que vivimos nos haga más cristianos y servidores de nuestros herma-

nos. Oremos.

Sacerdote: Dios y Padre nuestro, escucha la oración de tu pueblo, y danos lo que te hemos

pedido por nuestro Señor Jesucristo, que vive y reina por los siglos de los siglos.

III. LITURGIA EUCARÍSTICA

Presentación de dones No hay ofrenda que llegue al Señor si no está acompañada por gestos de amor real y concreto

hacia los hermanos. Con este espíritu, llevemos al altar los dones del pan y vino, mientras can-

tamos.




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IV. RITOS CONCLUSIVOS

Puede leerse aquí el aviso sobre la Fiesta de la Fe, de la página 2 de este subsidio. Seguidamente, se lee el envío.

Envío Llevemos a nuestros hogares lo que Jesús nos pide: que seamos testimonio en nuestro ambiente, como lo fueron los testigos de la fe.

GUIÓN HOMILÉTICO Para el primer día del Triduo: «Los testigos de la fe»

Todos nosotros somos servidores, no somos dueños y señores de la vida ni del mun-do, somos enviados por Dios aquí con una tarea, una misión. Esto lo entendieron

nuestros hermanos Pa’i Julio César Duarte Ortellado, la Hna. María Felicia Guggiari

(la Chiquitunga), María Florencia Domínguez Netto (Piché) y Fray Juan de San

Bernardo. Personas como nosotros, nacidas en el Paraguay, que se entregaron ente-ramente a la misión que Dios les dio (se puede comentar brevemente lo que hizo ca-

da uno tomando ideas de las notas ofrecidas en este subsidio).

Ellos entendieron la enseñanza de Jesús de ponerse ante Dios como hijos obedientes que se dejan enseñar y conducir dócilmente por su Padre, como servidores que

hacen sencillamente lo que Dios les pide sin excusas ni quejas. Su ejemplo nos ins-

pira a nosotros hoy para hacer bien nuestras tareas, para ser generosos en nuestro

compromiso, para servir a Dios con confianza y amor de hijos, así nos hacemos jus-

tos y agradables a nuestro Padre. En cambio la rebeldía ante Dios, la negación de ser

sus hijos, la resistencia a servirle a Él y a nuestros hermanos, trae la desgracia y la

muerte a este mundo (1ª lectura).

Somos invitados con el salmo a alabar a Dios, a ser agradecidos con Él por todo lo

que nos da, a elevar oraciones y súplicas ante su presencia, a encontrar en Él nuestro refugio y nuestra fortaleza. Esto es lo que vivieron nuestros hermanos testigos de la

fe, supieron enraizar su vida firmemente en el Señor, encontrando en la cercanía y

amistad de Jesús la fuente verdadera de su vida, de su alegría y el manantial de don-

de brotaba la fuerza que les hizo capaces de entregar toda su vida con alegría, hasta

el final.




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SEGUNDO DÍA DEL TRIDUO

Miércoles 13 de noviembre de 2013




Hermanos: el próximo viernes 15 de Noviembre recordamos la Fiesta de los Santos Mártires del Paraguay: San Roque González de Santa Cruz, Alfonso Rodríguez y Juan del Castillo. Los tres

fueron compañeros de las Reducciones Jesuíticas del Paraguay. Entregaron sus vidas a Jesucris-

to y a sus hermanos indígenas para darles a conocer a Jesús y liberarlos de la esclavitud de la

encomienda por parte de los españoles y los criollos de la época de la colonia.

Hoy celebramos el segundo día del Triduo de preparación para esta gran fiesta y también la clausura del Año de la Fe en nuestra Arquidiócesis. Al rezar juntos este Santo Rosario, vamos a pedir la intercesión de nuestro primer santo paraguayo para que él, gran misionero de nuestro

pueblo, nos ayude a vivir mejor nuestra fe en nuestras familias, en nuestra parroquia y en nues-

tras comunidades.

Escuchemos ahora un fragmento de la vida de San Roque González, para conocerlo y venerarlo con mayor fervor.

«En la vida de Roque la presencia de la Virgen María era fundamental. Para él, María era su compañera constante en toda su empresa misionera; él llevaba consigo una imagen de ella lla-

mada “La Consquistadora”, pues ante el influjo de la Virgen se rendían los corazones. La ima-

gen representaba a la Inmaculada Concepción. Este cuadro le había obsequiado su Provincial,

Diego de Torres, a principios de 1614 en San Ignacio. Durante los últimos 14 años de sus

heroicas correrías apostólicas la llevaba consigo nuestro mártir. De los doce pueblos fundados

por él, siete los dedicó a la Madre de Dios. Y las tierras del Río Grande do Sul evangelizadas por él, serán denominadas más tarde “Tup sy ret ”, territorio de la Virgen. De esta manera, Ro-

que pedía a la Virgen “para que ella quisiese ponerlo con su Hijo Jesús”».





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MONICIONES PARA LA CELEBRACIÓN EUCARÍSTICA Tema del segundo día del Triduo: «Los compañeros mártires

del Paraguay: Alfonso Rodríguez y Juan del Castillo»

I. RITOS INICIALES


bración, dada su extensión, para que la misma pueda ser leída completa y con tranquilidad, pues creemos

que su contenido puede ser de gran provecho para los fieles.

Monición inicial: Queridos hermanos y hermanas: el 15 de noviembre celebraremos la fiesta de nuestro primer

santo paraguayo: San Roque González de Santa Cruz, y sus compañeros mártires: Alfonso

Rodríguez y Juan del Castillo. Este año recordamos los 25 años de su canonización, realizada

por el Papa Juan Pablo II durante su visita a nuestro país. Para conmemorar este acontecimien-

to, la Arquidiócesis de Asunción está preparando «La Fiesta de la Fe», una gran celebración en

la Catedral Metropolitana este viernes 15 de noviembre.

Como será una gran fiesta, deseamos prepararnos adecuadamente como comunidad, con un tri-duo de celebraciones que iniciamos el día de ayer. En este segundo día del triduo, queremos

reflexionar sobre la vida de «los Compañeros Mártires del Paraguay: Alfonso Rodríguez y Juan

del Castillo». Ellos, junto a Roque González de Santa Cruz, dieron su vida por amor a los po-

bres y a la evangelización de los indígenas.

A continuación, puede leerse una breve biografía de cada uno de los santos mártires, intercalan-do entre dos lectores:

Lector 2: Alfonso Rodríguez nació en Zamora—España, en 1599. Ingresó a la Com-

pañía de Jesús en 1614. En el año 1617 llegó a América; cursó sus estudios superiores

en Buenos Aires. Recibió la ordenación sacerdotal en 1624. Inmediatamente inició su

trabajo apostólico entre los indios guaycurúes, en el Chaco paraguayo. Insistió reite-

radamente a su superior, el Padre Roque González, para que lo traslade a la reducción

del Caaró. Finalmente en 1628, su pedido fue aceptado y llegó a la misión más pobre

y difícil. Allí, junto al Padre Roque, sufriría el martirio el 15 de noviembre de ese año.

Lector 1: Juan del Castillo nació en Belmonte, España, en 1596. Ingresó a la Com-

pañía de Jesús en 1614. En 1617, viajó a América con Alfonso Rodríguez, con el

mismo deseo de entregarse a las misiones más pobres entre los indios. Fue ordenado

sacerdote en 1625. Pidió ir a las misiones y en 1628, el Padre Roque González lo

llevó como compañero para la fundación de Nuestra Señora de la Asunción, junto al

río Yjuhí. En ese sitio, el 17 de noviembre, también sufrió un cruel martirio, dos días

más tarde que sus compañeros Roque y Alfonso.

Monitor: Ambos mártires fueron canonizados junto al Padre Roque González el 16 de mayo de

1988, por el Papa Juan Pablo II, en Ñu Guasú. En este Año de la Fe que está culminando, pida-mos al Señor la fuerza y el coraje para mantenernos firmes en el servicio a nuestros hermanos,

como ellos lo hicieron. Con estos pensamientos, iniciamos nuestra celebración.




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Rito penitencial:

– Tú, fortaleza de los mártires: Señor, ten piedad.

– Tú, predicador incansable: Cristo, ten piedad.

– Tú, que derramaste tu sangre para salvarnos: Señor, ten piedad.

II. LITURGIA DE LA PALABRA

Lecturas de la feria (miércoles de la 32º semana del Tiempo Durante el Año)

Sabiduría 6, 1-11 / Salmo 81 / Lucas 17, 11-19

Monición a las lecturas

Estemos dispuestos a escuchar la Palabra de Dios con un corazón abierto. Deseemos sus pala-

bras, busquémoslas, y seremos instruidos por ellas.

Oración universal:

Sacerdote: Animados por el ejemplo de los santos mártires, que ya gozan de la bienaven-

turanza eterna, digamos:

«Padre, óyenos»

1. Para que la Iglesia haga su opción preferencial por los pobres, los marginados y los más

débiles, como lo hizo Jesús. Oremos. 2. Para que la paz sea una realidad entre todas las naciones. Oremos.

3. Para que aquellos que son perseguidos a causa de su fe, raza o condición social experimenten

la fuerza de Dios que los sostiene y los libera. Oremos.

4. Para que la Fiesta de la Fe que celebraremos el 15 de noviembre, sea un momento de profun-

do encuentro con el Señor. Oremos.

5. Para que la visita del Delegado Papal a nuestro país, Cardenal Claudio Hummes, nos anime a

seguir trabajando por el Reino de Dios. Oremos.

6. Para que el testimonio de los santos mártires, Alfonso y Juan, nos ayude a vivir apasionada-

mente nuestra fe en Jesucristo. Oremos.

Sacerdote: Acoge, Padre de bondad, la oración de tus hijos, y concédenos seguir las huellas de

tu Hijo con la misma entrega de los santos Alfonso y Juan. Por Jesucristo nuestro Señor.

LITURGIA EUCARÍSTICA

Presentación de dones Junto al pan y el vino que presentamos al Señor, ofrecemos toda nuestra vida y el deseo de ser auténticos discípulos y misioneros de su Evangelio.

IV. RITOS CONCLUSIVOS


Envío

Hermanos: acompañados por el ejemplo de los mártires Alfonso y Juan, vayamos con alegría a nuestros ambientes a vivir plenamente la fe que acabamos de celebrar.




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GUIÓN HOMILÉTICO Para el segundo día del Triduo: «Los compañeros mártires

del Paraguay: Alfonso Rodríguez y Juan del Castillo»

Jesús camina, siguiendo la llamada de Dios va a Jerusalén, deja el lugar seguro y en-tra en terreno difícil porque allá le espera la cruz. Jesús no se detiene, está decidido.

Los diez leprosos representan a los que no caminan con Jesús, a los que están atados

por sus ambiciones personales, su seguridad, a los que están encerrados en su pe-

queño mundo. Muchos están conformes y no se mueven, pero este pequeño grupo de

10 se da cuenta de su encerramiento y quiere salir, pide ayuda, suplica. Este es el

primer paso. Alonso Rodríguez y Juan del Castillo, jóvenes sacerdotes jesuitas, pi-

den ir con Roque González en su misión, desean compartir su camino de entrega a

los guaraníes.

La respuesta de Jesús a los leprosos es ponerles a caminar en el mismo sentido que

Él va, les invita a ir al templo, a presentarse a los sacerdotes. Roque, Alonso y Juan van juntos en la misma misión, en el mismo proyecto de fundar pueblos para dar una

vida digna y trasmitir la fe a los guaraníes, cuya vida estaba amenazada por la escla-

vitud colonial. Nosotros somos invitados a caminar en misión con los demás en la

Iglesia, en la Capilla, en el movimiento, en la familia, invitados a caminar con otros,

atentos a las necesidades de los pobres (primera lectura y salmo).

En el camino con Jesús y con nuestros hermanos, en una Iglesia que sale al encuen-tro de los hermanos, en misión permanente, entrando en las casas, compartiendo la

fe y la vida, por allí Dios nos sana y nos libera, desata nuestras ataduras interiores y

nos da vida verdadera. La acción de gracias es la imagen de la Eucaristía, es regresar

al encuentro del Señor para reconocer su bondad, escucharle, entrar en comunión

con Él, es la expresión máxima de nuestra fe. Alonso y Juan comparten con Jesús el supremo testimonio de la fe, la entrega de la vida, se unen plenamente al Señor al

dar la vida como Él.




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TERCER DÍA DEL TRIDUO

Jueves 14 de noviembre de 2013




Hermanos: mañana viernes 15 de Noviembre recordamos la Fiesta de los Santos Mártires del Paraguay: Roque González de Santa Cruz, Alfonso Rodríguez y Juan del Castillo. Los tres fue-

ron compañeros de las Reducciones Jesuíticas del Paraguay. Entregaron sus vidas a Jesucristo y

a sus hermanos indígenas para darles a conocer a Jesús y liberarlos de la esclavitud de la enco-

mienda por parte de los españoles y los criollos de la época de la colonia.

Hoy, celebramos el tercer día del triduo de preparación para esta gran fiesta y también la clau-sura del Año de la Fe en nuestra Arquidiócesis. Al rezar juntos este Santo Rosario, vamos a pedir la intercesión de nuestro primer santo paraguayo para que él, gran misionero de nuestro

pueblo, nos ayude a vivir mejor nuestra fe en nuestras familias, en nuestra parroquia y en nues-

tras comunidades.

Escuchemos ahora un fragmento de la vida de San Roque González, para conocerlo y venerarlo con mayor fervor.

«El 15 de noviembre de 1628 el P. Roque cuando levantaba la campana después de la misa, fue herido de muerte con el “Itaizá” (hacha de piedra). Tenía 52 años. Al día siguiente los mal-

hechores volvieron al lugar donde dejaron los cuerpos quemados de los Padres Roque González

y Alfonso Rodríguez cuando escucharon voces y distinguieron la voz del P. Roque que decía:

“Aunque me maten no muero porque mi alma va al cielo y yo me apartaré de ustedes, pero vol-

veré”. Viendo Ka’arupe que los desechos labios del mártir no podían pronunciar palabra,

mandó arrancar el corazón y le hizo atravesar con una flecha; se dejó de escuchar la voz y vol-vieron a arrojarlo al fuego. Su corazón fue llevado a Roma y volvió a los 300 años en 1928 a

Buenos Aires. En el año 1934, los tres fueron beatificados por el Papa Pío XI en el año Eucarís-

tico de Buenos Aires. Hoy, lo tenemos desde 1960 definitivamente entre nosotros en la Parro-

quia Cristo Rey, donde recibe a los que lo visitan. Fue declarado Santo junto con Alfonso

Rodríguez y Juan del Castillo, por Juan Pablo II el 16 de Mayo de 1988 en Ñu Guasú.»





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MONICIONES PARA LA CELEBRACIÓN EUCARÍSTICA Tema del tercer día del Triduo: «San Roque González de Santa Cruz»

I. RITOS INICIALES


bración, dada su extensión. Esto es, para que la misma pueda ser leída completa y con tranquilidad, pues

creemos que su contenido puede ser de gran provecho para los fieles.

Monición inicial: Queridos hermanos y hermanas: mañana 15 de noviembre celebraremos la fiesta de nuestro

primer santo paraguayo: San Roque González de Santa Cruz, y sus compañeros mártires: Al-fonso Rodríguez y Juan del Castillo. Este año recordamos los 25 años de su canonización, reali-

zada por el hoy Beato Juan Pablo II durante su visita a nuestro país. Para conmemorar este ani-

versario, la Arquidiócesis de Asunción se encuentra preparando «La Fiesta de la Fe», una gran

celebración en la Catedral Metropolitana mañana viernes.

Como será una gran fiesta, deseamos prepararnos adecuadamente como comunidad, con este triduo que hemos iniciado el martes pasado. El primer día habíamos hablado de «Los testigos de

la fe», algunos paraguayos que en su vida y en su muerte entregada a Cristo, son para nosotros

ejemplos en nuestro seguimiento al Señor; ayer, reflexionamos sobre la vida de «Alfonso Rodrí-

guez y Juan del Castillo», los santos mártires compañeros de San Roque González. Y en este

tercer y último día, queremos reflexionar precisamente sobre la vida de nuestro santo paraguayo

«San Roque González de Santa Cruz». A continuación, otro lector puede leer una breve biografía de San Roque González:

Lector 2: Roque González de Santa Cruz nació en Asunción en 1576. Fue uno de los

diez hijos del escribano real Bartolomé González y de María de Santa Cruz. Con sólo

22 años fue ordenado sacerdote y por 9 años fue párroco de la Catedral de Asunción.

Pero quería llegar hasta los mismos indígenas para evangelizarlos. En 1609 abandonó

Asunción e ingresó a la Compañía de Jesús, comenzando su labor como misionero

evangelizador. Fundó muchas reducciones: San Ignacio Miní, Encarnación, Concep-

ción de la Sierra, Candelaria, San Javier, Yapeyu, San Nicolás, Asunción del Yjuhí y

Caaró. Justamente en la zona de Yjuhí, tenía grandes diferencias con el cacique Ñesú,

y fue así que el día 15 de noviembre de 1628, esta reducción fue destruida y Roque

asesinado junto al padre español Alfonso Rodríguez Olmedo en Caaró. Los cadáveres

fueron arrojados a la hoguera, pero milagrosamente el corazón de Roque no se

quemó, y lo tenemos hoy aquí en medio de nosotros. Roque y sus compañeros márti-

res fueron canonizados hace 25 años, por el beato Juan Pablo II el 16 de mayo de

1988.

Monitor: En este Año de la Fe que está culminando, pidamos al Señor la gracia de imitar a nuestro primer santo paraguayo en su ferviente servicio a Dios y a los hermanos que más nece-sitan. Con estos sentimientos, iniciemos nuestra celebración.




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Rito penitencial:

– Tú que eres la Palabra eterna del Padre: Señor, ten piedad.

– Tú que eres el Rey de los mártires: Cristo, ten piedad.

– Tú que eres nuestra luz y nuestra fuerza: Señor, ten piedad.

LITURGIA DE LA PALABRA

Lecturas de la feria (jueves de la 32º semana del Tiempo Durante el Año)

Sabiduría 7, 22—8, 1 / Salmo 118 / Lucas 17, 20-25

Monición a las lecturas La palabra del Señor permanece para siempre. Esa palabra que con tanto ardor anunció San Ro-

que González y por la cual entregó su vida en el martirio. Acojámosla con alegría.

Oración universal:

Sacerdote: Recordando hoy a San Roque González de Santa Cruz, que supo amar a Dios y

a los hermanos hasta dar su vida en testimonio de la fe, pidamos a nuestro Padre celestial

que escuche la oración de su Iglesia.

Digamos juntos: «Escúchanos, Padre»

1. Por nuestros Obispos, Presbíteros y Diáconos, para que, alentados por San Roque mártir, sigan sirviendo con amor a nuestro pueblo. Oremos.

2. Por los que gobiernan nuestro país, para que procuren siempre el bienestar y la paz de todos

los ciudadanos. Oremos.

3. Por todos los que sufren; para que no pierdan la esperanza en Cristo y su recompensa sea

grande en el cielo. Oremos.

4. Para que la Fiesta de la Fe que celebraremos mañana viernes 15 de noviembre, sea un mo-

mento de profundo encuentro con el Señor. Oremos.

5. Para que la visita del Delegado Papal a nuestro país, Cardenal Claudio Hummes, nos anime a

seguir trabajando por el Reino de Dios. Oremos. 6. Por todos nosotros, para que Dios nos dé un corazón tan grande como el de San Roque

González, que arda de amor por el Señor y por nuestros hermanos, sobre todo por aquellos

más necesitados. Oremos.

Sacerdote: Escucha, Dios de bondad, nuestras súplicas, y por intercesión de tu mártir San

Roque González de Santa Cruz, concédenos con bondad cuanto te hemos pedido. Por Je-

sucristo nuestro Señor.

LITURGIA EUCARÍSTICA

Presentación de dones San Roque y sus compañeros mártires vivieron plenamente el Evangelio, alentados por el vigor

de la Eucaristía. Nosotros, presentamos ahora nuestros dones de pan y vino, con la certeza de

que estos alimentos, transformados en el Cuerpo y la Sangre del Señor, serán nuestra fortaleza

en el seguimiento de Cristo.




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RITOS CONCLUSIVOS


Envío Con la protección segura de nuestro santo paraguayo, vayamos fortalecidos como discípulos

misioneros de Jesucristo, a llevar la Buena Noticia a todos nuestros ambientes.

GUIÓN HOMILÉTICO Para el tercer día del Triduo: «San Roque González de Santa Cruz»

La gracia de Dios ya está dada en Cristo, solo tenemos que aceptarla, dejarla actuar,

actualizarla en nuestra vida, dejarnos trasformar por Dios, y ser colaboradores de su obra, así Dios reina en nosotros, nos guía y conduce y vivimos como sus hijos e

hijas, el Reino de Dios se hace presente entre nosotros. Roque entiende esto desde

muy joven y se compromete en su Iglesia, siendo niño es miembro del coro y mona-

guillo, siendo adolescente junta a sus compañeros y van como misioneros a la selva,

y ya joven mayor se ordena sacerdote para servir a su pueblo como ministro de la

gracia de Cristo.

Cada uno de nosotros vive la fe en una realidad concreta y responde a de-safíos muy concretos. No es necesario buscar en otro lugar, no hace falta correr a ver novedades

solo tenemos que mirar lo que nos rodea, las personas que están a nuestro lado, las

situaciones que vivimos, el entorno, la naturaleza; allí Dios nos está llamando a

hacer presente su Reino de amor, de compasión y de justicia. Roque González vive esto en su tiempo, en la Asunción de la colonia, en el Chaco, en las selvas del Pa-

raná, entiende que Dios le llama a servir al pueblo indígena, el más indefenso y

amenazado, y a ellos se consagra en cuerpo y alma.

La sabiduría de Dios es el Espíritu de Cristo que mueve nuestra voluntad para desear

lo que es bueno, nuestra inteligencia para entender lo que Dios quiere, y nuestros co-

razones para darnos el impulso, la fuerza necesaria para llevar adelante esta misión.

Roque siempre deseó servir a Dios en sus hermanos guaraníes, lo hizo desde que se

ordenó y luego como el gran fundador de las Reducciones jesuíticas, aplicó sus co-

nocimientos de la lengua y del alma guaraní para guiar la organización de pueblos,

con esa energía que venía del Espíritu recorrió a pie, a caballo, en canoa, los ríos y

las tierras del Paraguay, Argentina, Uruguay y Brasil, fundando más de 10 pueblos

en todos estos lugares, por lo que muy bien lo podemos considerar el santo patrono

del Mercosur.




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ANEXOS

ORACIONES A SAN ROQUE GONZÁLEZ DE SANTA CRUZ

Dios padre bueno que nos diste a Roque González de Santa Cruz, Alonso Rodríguez y Juan del Castillo, como testigos y abogados nuestros, continúa llamando a jóvenes de nuestras familias

para que se consagren como sacerdotes, religiosos y religiosas para servir a tu pueblo, y danos por intercesión de los mártires de las misiones las gracias que te pedimos (...). Amén.

Letanías a San Roque González

Roque nacido en la recién fundada ciudad de Asunción: Ruega por nosotros. Roque comprometido desde niño en la Iglesia de Cristo: Ruega por nosotros.

Roque formador de un grupo de jóvenes seguidores de Jesús. Ruega por nosotros.

Joven de vida limpia y sana. Ruega por nosotros.

Roque decidido a ser sacerdote. Ruega por nosotros.

Párroco de la catedral de Asunción. Ruega por nosotros. Valiente apóstol en selvas y ríos. Ruega por nosotros.

Defensor de los derechos del indio. Ruega por nosotros.

Misionero del Chaco entre los guaicurúes. Ruega por nosotros.

Roque, amigo y hermano del pueblo guaraní. Ruega por nosotros.

Mensajero de paz para pueblos amenazados. Ruega por nosotros.

Fundador de 12 reducciones para el pueblo guaraní. Ruega por nosotros.

Testigo de Cristo en la selva del Caaró. Ruega por nosotros.

Protector del pueblo paraguayo. Ruega por nosotros.

Organizador de comunidades de vida cristiana. Ruega por nosotros.

Roque, sacerdote entregado a los pobres. Ruega por nosotros. Luchador de la justicia a favor de los desamparados. Ruega por nosotros.

Defensor y propagador de la lengua guaraní. Ruega por nosotros.

Modelo de caridad y entrega generosa. Ruega por nosotros.

Apoyo de las familias pobres. Ruega por nosotros.

Roque, abogado de las necesidades de los aborígenes. Ruega por nosotros.

Maestro de la vida cristiana. Ruega por nosotros.

Promotor de la religiosidad del pueblo sencillo. Ruega por nosotros.

Roque ideal del sacerdote paraguayo. Ruega por nosotros.

Por tu corazón de buen pastor. Ruega por nosotros. Por tu corazón que tanto amó al pueblo guaraní. Ruega por nosotros.

Por tu corazón sufrido como el de Cristo. Ruega por nosotros.

Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, Amén.




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CANTOS A SAN ROQUE GONZÁLEZ DE SANTA CRUZ

Se puede encontrar el audio de algunos de estos cantos en la web del Arzobispado de Asunción:

www.arzobispado.org.py

Himno a San Roque González de Santa Cruz

Vibran himnos, triunfales campanas,

por tus glorias, heraldo de Dios.

Tú plasmaste las tierras del Plata,

con tu sangre vertida en Caaró.

Paraguay se agiganta al destello

de tu heroica proeza del Sud:

sobre ríos y selvas y pueblos

diseñabas con ansias la Cruz.

Danos tú, misionero del Caaró,

el raudal de tu místico amor.

Y haz que América vibre al latido

de tu ardiente y viril Corazón.

Hermano Roque González

Hermano Roque González, nuestra tierra te conoció, semillas del Evangelio sembraste de corazón,

y nunca tuviste miedo de andar por tierras lejanas

llevando a todos los hombres la cruz que lo liberara.

Aunque me maten yo no me muero

fue tu última canción.

has muerto pero es tu sangre

semilla de Resurrección (bis).

Hoy todo un pueblo te canta y te pide con devoción

que traigas para estas tierras justicia y liberación.

Hermano Roque González ojalá yo te pueda hallar

en cada pobre que sufre en la Argentina y en el Paraguay.

http://www.arzobispado.org.py/




20

Roque González, el misionero

Roque González, el misionero, vengo a tus plantas, oh buen Pa'í,

con los cariños de nuestra tierra

donde se tejen los ñandutí.

Nuestras campiñas en ti pensaron,

Roque González de Santa Cruz;

y en nuestros bosques, antigua herencia,

bajo sus sombras rezaste tú.

Y las colinas, las que tú amabas,

y que se yerguen con esbeltez

dicen que vieron tu faz de santo

y que ahuyentabas el pyhare.

Hoy nuestros ríos cuentan la historia

de un padre bueno, cuyo perfil

se reflejaba sobre sus aguas

como radiante piri poty.

Aquellos cerros de piedras húmedas

donde se arraigan los amambay,

cuánto te añoran, Roque González,

porque a sus cumbres ya no vas más.

Hoy nuestros pueblos lloran tu ausencia,

pues tu mirada les daba paz;

dicen que entonces las almas todas

al Pan del Cielo vieron pasar.

Mas una tarde de primavera

la campanita del Ka'aro

lloró tu muerte, lloró muy triste,

y asaetearon tu corazón.

Pero otro día, lleno de gloria,

toda tu raza por ti exultó; porque venías desde muy lejos

para dejarnos tu corazón.




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Sangre y semilla

Deja su familia, su casa y sus amigos

y se interna en la selva sin final Nada le fatiga, sigue siempre en el trabajo,

construyendo la misión.

Indios amigos le ayudan levantando:

templos, casa y el árbol de la cruz,

porque sabe bien que sin la cruz no existe Iglesia,

ni perdón, ni redención.

Roque González y compañeros: mártires del Caaró.

Sangre y semilla, fuente que brota de liberación (bis).

La Conquistadora le ayuda en su empresa

funda pueblos que aún están en pie:

San Ignacio, Yapeyú, Javier y Santa Ana,

Candelaria, Encarnación.

Sigue en la selva, persiste en las ciudades

y en los pueblos aún se oye su voz

que resuena fuerte en la verdad y en la justicia

reclamando libertad.

Lleva así la vida y defiende los derechos

de los pobres, del indio y su mujer,

contra encomenderos y enconados opresores,

con la fe puesta en la cruz.

Hoy se vuelve a ver por doquier la misma historia

repetida una y otra vez:

hombres que asesinan y persiguen sin descanso,

no queriendo ver la luz

Este corazón que tenemos conservado

late, vibra, es nuestro corazón;

y aunque machucado, golpeado y estrujado,

todavía vive amor.

Mira de soslayo el arma que asesina

y perdona, aún por esta vez,

hace del dolor y el sufrimiento su victoria,

pone su esperanza en Dios.




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BIBLIOGRAFÍA

Subsidio sobre el Rosario. Comisión Episcopal de Liturgia, Conferencia Episcopal Pa-

raguaya. Año 2002.

Encuentro en familia con los Santos Mártires del Paraguay. Parroquia Sagrada Fami-

lia (Tablada Nueva). Disponible en internet: psagradafamiliatn.blogspot.com/2006/11/

encuentro-en-familia-con-los-santos.html. Noviembre 2006.

Liturgia de las Horas y Misa Propia de San Roque González de Santa Cruz y com-pañeros mártires. Comisión Episcopal de Liturgia, Conferencia Episcopal Paraguaya.

Año 2009.

Agradecimientos por su importante colaboración para la elaboración

de este subsidio:

P. Alberto Luna, sj.

Provincial de los Jesuitas del Paraguay

Por los guiones homiléticos.

Hno. Mariosvaldo Florentino, OFM cap.

Custodio de los Hermanos Capuchinos en Paraguay

Por las biografías de los «testigos de la fe».

SUBSIDIO LITÚRGICO DE ANIMACIÓN Y PREPARACIÓN PARA LA FIESTA DE LA FE

conmemorando los 25 años de canonización de San Roque González de Santa Cruz

y la clausura arquidiocesana del Año de la Fe.

Subsidio elaborado por el Departamento Arquidiocesano de Liturgia por solicitud del Equipo Organizador de «La Fiesta de la Fe».

Curia Pastoral Arquidiocesana. Arquidiócesis de la Santísima Asunción. Octubre de 2013.

subsidio fiesta de la fe - arquidiócesis

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