subsidios, dependen de donde vengan
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SUBSIDIOS, DEPENDE DE DONDE VENGAN
Deseo compartir una inquietud que me surgió en días pasados, ante una declaración
escuchada de boca de un funcionario del Estado o mejor dicho, para ser más
específico del Gobierno Nacional, sin lugar a dudas revolucionario y socialista, me
refiero al gobierno y su cabeza visible el Comandante Presidente, en cuanto al
funcionario en cuestión solo es creencia, en todo caso él lo sabrá y sus acciones
hablaran por él.
Pues bien, lo escuchado, proviene de un funcionario de alto rango en el gobierno del
área energética, si bien no logré precisar quien fue el responsable del juicio aseverado
por que fue a oídas de la radio, así se comportaba en la declaración,
independientemente quien haya sido lo relevante es el mensaje. El personaje en
cuestión, entre otras cosas de mucho interés, señaló categóricamente, palabras
menos, palabras más: “… Corpolec y el Gobierno nacional subsidian a los usuarios un
400% de la factura…”, reitero palabra más, palabras menos.
Sin lugar a dudas, depende del oído que lo perciba pudiera tener lógica o pudiese ser
escuchado como una antinomia, reitero, desde el ángulo del destinatario del mensaje;
si nos ubicamos en el originador del mismo, no cabe dudas que su autor “debe” estar
más que claro en su discurso, por lo menos el nivel de funcionariado que ostenta, así
lo dice, independientemente del modelo ideológico político que representa sea de
derecha, de izquierda o de aquellos que se hacen llamar del centro, sus exposiciones
deben ser en función a tal ideología.
Este planteamiento me permite antes de algún comentario puntual, citar una “celebre”
frase del economista austriaco Friedrich von Hayek, en no sé qué año y en qué
contexto, pero si tengo referencias que son palabras suyas: “Si los socialistas entendieran
economía, no serían socialista”; obviamente este señor tiene razón en “su juicio”, insisto
en el de él, que por cierto no es el mío ni el de la mayoría aquí en Venezuela. Y quién
es Hayek. Con solo decir que se ha empeñado en censurar a toda costa la regulación
económica, alegando que es demasiado compleja para pretender organizarla. Su
teoría del «Estado mínimo» se ha convertido en la religión del neoliberalismo. Su
escuela, financiada por las fundaciones de las grandes transnacionales, se ha
estructurado alrededor de la Sociedad del Monte Peregrino, ha obtenido siete veces el
premio Nobel de Economía y ha inspirado a los gobiernos de Pinochet, Reagan y
Thatcher. Con estos títulos sabemos que forma parte de la gran hegemonía mundial,
donde se nos ha presentado que es lo que le
conviene al mundo y que no, en tal sentido es
suficiente que un personaje de estos se
manifieste en esos términos para que sean
tomados como verdades incontrovertibles.
Se me dice que me están subsidiando el
servicio eléctrico hasta el 400%, y como
socialista que soy, no lo entiendo, o mejor
dicho mis facultades mentales superiores no
logran procesar tal proposición, y aclaro, que sepa no tengo problemas mentales así
me lo ha dicho el médico; ah claro, la lectura que debo estar haciendo es la de los
“izquierdosos”, según el más discreto erudito neoliberal y por supuesto no debo saber
una papa de economía, porque entonces no sería socialista, corrijo, “izquierdoso”.
Según el DRAE el subsidio, del lat. Subsidĭum, corresponden las siguientes
acepciones:
1. m. Prestación pública asistencial de carácter económico y de duración determinada.
Subsidio de desempleo.
2. m. Contribución impuesta al comercio y a la industria.
3. m. Nic. Baja temporal que se otorga a un trabajador en caso de enfermedad, sin
dejar de percibir un sueldo.
4. m. desus. Cierto auxilio concedido por la Sede Apostólica a los reyes de España
sobre las rentas eclesiásticas de sus reinos.
Para la economía, por supuesto la hegemónica, un subsidio es la discrepancia entre el
precio real de un bien o servicio y el precio real cobrado al consumidor de estos y se
emplea para estimular artificialmente el consumo o la producción de un bien o
servicio. Son dispositivos inversos a los impuestos. Los Estados para el logro de sus
metas sociales aplican subsidios específicos al consumo o a la producción, también
para asistir por razones de Estado a determinadas personas, actividades o regiones
del país. Lo particular de esta institución económica, es que los gobiernos de corte
neo liberal los consideran como mecanismos artificiales con lo cual se modifican la
asignación de recursos de la economía, a los que toman como perjudiciales para el
normal desarrollo de la misma, ya que consideran que la asignación de recursos debe
ser efectuada por el "mercado".
El Gobierno Bolivariano ha desarrollado programa de verdaderos subsidios, como
políticas de Estado que cumple rigurosamente, quizás los más relevantes tienen que
ver con la Gran Misión Vivienda Venezuela, Gran Misión Hijos e Hijas de Venezuela,
Gran Misión Madres del Barrio, entre otras tantas, en las que aplica recursos directos
a sectores sin posibilidades para la atención de derechos humanos insoslayables.
Cuando hablamos de servicios públicos, la situación es diferente, toda vez que el
mismo gobierno en el marco de su estrategia política asume la operación de los
servicios públicos necesarios, precisamente para extrañarlos del mercado y con ello
evitar que su privatización este direccionada por las reglas económicas, es decir el
vaivén del mismo, ejemplo de ello también encontramos innumerables: el metro, la
electricidad, el agua, la gasolina y pare de contar. Técnicamente no tiene sentido
señalar que el Gobierno Nacional está subsidiando a las empresas operadoras, en
este caso todas públicas, prestadoras de servicio y menos que el mismo órgano
prestador pretenda transferir tal circunstancia al consumidor, porque simplemente se
perdería por un lado el efecto deseado del gobierno cuando asume la administración
de los servicios públicos y por otro lado colocaría a estos prestadores de servicios a
espalda de la tesis política que nutre las bases programáticas del Gobierno
Bolivariano.
Efectivamente es contradictorio el planteamiento objeto de estas líneas, porque de ser
aceptado valedero, ¿cómo quedan los nuevos proyectos que está desarrollando el
gobierno de la mano del Comandante Chávez?, por ejemplo: la Televisión digital
abierta, el mantenimiento del proyecto de las canaimitas, las residencias estudiantiles,
en fin, cualquier cantidad de programas, proyectos, misiones que todas apuntan a la
atención del pueblo por parte de un Gobierno Revolucionario Bolivariano y Socialista,
todo de acuerdo a sus bases ideológicas.
¿Qué pasa entonces?, si la línea del Comandante sigue siendo clara, una de las
últimas que ha impartido: “¡Eficiencia o nada, ha sentenciado el presidente Chávez, lanzando un
grito de guerra contra la ineficiencia!” PSUV. Por lo visto esta política instrumentalizada a
través un ministerio, pareciera que ha sido entendida por algunos, como una simple
arenga política, puesto que no distinguen su rol en un Estado administrado por un
gobierno socialista; será que pudiéramos estar corriendo el riesgo de los gobiernos
socialistas europeos, cuyos manuales de economías son los mismos que emplean los
gobiernos de derechas.
En ese escenario no tengo dudas que en cualquier momento brincara una liebre
proponiendo los ajustes periódicos de servicios públicos, so pretexto de ajuste
económico, a usanzas de los paquetes económicos neoliberales, en vez de hacer
propuestas creativas que le permita al gobierno realizar recaudaciones eficientes y
oportunas, como para citar algo de una gama numerosa de iniciativas.
Verdaderamente soy de los que creen que no, solo las personas que están al frente
de este tipo de organizaciones de servicio público, sino todos los funcionarios y
funcionarias que de ellos forman parte, deben ser formados en escenarios de alta
creatividad ideológica, como siempre se lo he escuchado al Presidente Comandante,
de otra forma, más temprano que tarde, seguirán saliendo sesudos funcionarios
estudiosos de libros prestados, haciendo este tipo de afirmaciones; por cierto recuerdo
cuando el General Lameda Montero funesto presidente de PDVSA, antes de ser
verdaderamente roja rojita, decía algo así como que los venezolanos consumíamos
gasolina subsidiada, por lo cual se deberían ajustar los precios, y después que paso
con ese personaje.
Para finalizar, con estas líneas lo que pretendo es un llamado a la reflexión a los que
nos mantenemos a diario con vehemencia en el sostenimiento de la Revolución
Bolivariana y más aun a los que de alguna forma están al frente de actividad política o
administrativa de gobierno y de Estado, no tan solo por lo que decimos, que ya es
bastante, sino más por lo que hacemos. Si ideológicamente no tengo clara alguna
idea, debo revisarme, consultar bien antes de exponerla, puesto que si nos
mantenemos apartados de estos lineamientos ideológicos, con o sin intención,
pasamos al otro lado sin darnos percatarnos, como así se conoce el síndrome de la
rana hervida.
Rafael M. Contreras Acevedo Cnel. Abg. CI 4208526