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1 Universidad Andina Simón Bolívar Sede Ecuador Área De Historia Programa de Maestría en Historia El proceso de Secularización de la educación en el Ecuador. El caso del Colegio Nacional de San Felipe Neri de la Compañía de Jesús (1895 - 1925) Lenín Miguel Garcés Viteri 2014

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1

 

Universidad Andina Simón Bolívar

Sede Ecuador

Área De Historia

Programa de Maestría

en Historia

El proceso de Secularización de la educación en el Ecuador.

El caso del Colegio Nacional de San Felipe Neri de la Compañía de

Jesús (1895 - 1925)

Lenín Miguel Garcés Viteri

2014

 

2

 

Cláusula de cesión de derecho de publicación de tesis

Yo, Lenín Miguel Garcés Viteri autor de la tesis intitulada El Proceso de

Secularización de la Educación en el Ecuador. El Caso Del Colegio Nacional de San

Felipe Neri de la Compañía de Jesús (1895 - 1925), mediante el presente documento

dejo constancia de que la obra es de mi exclusiva autoría y producción, que la he

elaborado para cumplir con uno de los requisitos previos para la obtención del título

de Magister en Historia en la Universidad Andina Simón Bolívar, Sede Ecuador.

1. Cedo a la Universidad Andina Simón Bolívar, Sede Ecuador, los derechos

exclusivos de reproducción, comunicación pública, distribución y divulgación a la

Universidad Andina Simón Bolívar, Sede Ecuador durante 36 meses a partir de mi

graduación, pudiendo por lo tanto la Universidad, utilizar y usar esta obra por

cualquier medio conocido o por conocer, siempre y cuando no se lo haga para

obtener beneficio económico. Esta autorización incluye la reproducción total o

parcial en los formatos virtual, electrónico, digital, óptico, como usos en red local y

en internet.

2. Declaro que en caso de presentarse cualquier reclamación de parte de terceros

respecto de los derechos de autor/a de la obra antes referida, yo asumiré toda

responsabilidad frente a terceros y a la Universidad.

3. En esta fecha entrego a la Secretaría General, el ejemplar respectivo y sus anexos

en formato impreso y digital o electrónico.

Fecha: 7 noviembre de 2014.

Firma: ……………………..

 

3

 

Universidad Andina Simón Bolívar

Sede Ecuador

Área de Historia

Programa de Maestría

en Historia

El proceso de secularización de la educación en el Ecuador.

El caso del Colegio Nacional de San Felipe Neri de la Compañía de

Jesús (1895 - 1925)

Lenín Miguel Garcés Viteri

Tutora: Rocío Rueda Novoa

Riobamba, 2014

 

4

 

Resumen

Esta tesis tiene como propósito realizar un acercamiento al proceso de

secularización de la educación en el Ecuador durante la etapa de la Revolución

Liberal ecuatoriana. El estudio hace énfasis en la forma como estos cambios

incidieron en el Colegio Nacional de San Felipe Neri, establecimiento educativo de

la Compañía de Jesús erigido en la ciudad de Riobamba, al igual que las

adaptaciones que realizó esta institución y que derivaron en una serie de

transformaciones, entre los años 1895 y 1925.

Los establecimientos educativos católicos del Ecuador experimentaron una

serie de transformaciones; uno de esos planteles fue el Colegio Nacional de San

Felipe Neri, institución que a través de diversos medios y mecanismos, varios de

ellos ritualistas, se adaptó paulatinamente a las nuevas transformaciones.

Para esa época hubo diversos acontecimientos religiosos, como el

denominado “Sacrilegio del cuatro de mayo de 1987” en la capilla del Colegio de

San Felipe con los que la Iglesia a través de sus discursos de interpretación y uso

de los mismos trató de mantener su influencia en la sociedad ecuatoriana a inicios

del siglo XX.

 

5

 

A: mi esposa, Anita Magali,

mi hija, Anita Gabriela,

mis padres, Miguel y Laura.

 

6

 

Agradecimientos

Mi agradecimiento a la Universidad Andina Simón Bolívar, Sede Ecuador, en

la persona de su Rector, Enrique Ayala Mora, por su apoyo y respaldo para mi

maestría.

Extiendo mi agradecimiento al P. Fernando Moyota, S.J., por su ayuda

valiosa, comprensión y facilidades al permitirme realizar mis estudios.

Agradezco de manera sincera a mi tutora, Rocío Rueda, por su paciencia y

consejos en la elaboración de mi tesis.

Manifiesto un agradecimiento especial a mis lectores, Rosemarie Terán y

Santiago Cabrera, por el acompañamiento, consejos y sugerencias para el

mejoramiento de mi tesis.

 

7

 

ÍNDICE

Capítulo primero

El proceso de secularización en el Colegio de San Felipe Neri

1.1 El aparato legal y la normativa secularizadora 15

1.2 El problema del finaciamiento de los planteles educativos confesionales; el

bloqueo de fondos 17

1.3 El problema del reconocimiento de los estudios y los exámenes de los colegios

confesionales 19

1.4 La reapertura del Colegio Nacional Pedro Vicente Maldonado como competencia

en oferta educativa del Colegio de San Felipe Neri 25

1.5 Perfil del estudiante del Colegio de San Felipe Neri, luego de la privatización 26 

Capítulo segundo

Las respuestas a la secularización vistas desde los cambios y continuidades que

experimentó la cultura escolar en el Colegio de San Felipe Neri

2. 1 Las adaptaciones a la secularización desde lo académico 29

2..2 La ritualidad en lo cotidiano del Colegio de San Felipe Neri 33

2..3 Cotidianidad y ritualidad en lo religioso y las devociones 35

2. 4 El catecismo de San Ignacio y otras formas de defender la religión católica del

Colegio de San Felipe Neri, como medios de vinculación edificantes con la

sociedad riobambeña 40

2. 5 “El año triunfal” (1915) la consagración de la Basílica al Sagrado Corazón de

Jesús de Riobamba 42

2. 6 En defensa de Dios y de la Patria: ritualidad en el Colegio de San Felipe Neri 44

 

8

 

Capítulo tercero

La memoria de la intervención del Estado laico en el Colegio de San Felipe Neri

3.1 Breve relato del cuatro de mayo de 1897, “El Sacrilegio” de la capilla del

colegio de San Felipe Neri 51

3.2 La memoria del 4 de mayo de 1897 54

3.3 La reconstrucción posterior de la memoria y la victimización del 4 de mayo de

1897 58

3.4 1947 “Las Bodas de Sangre” del sacrilegio. José M. Velasco Ibarra devuelve

la libertad a la educación catolica 60 

Conclusiones 65

Bibliografía 71 

 

9

 

Introducción

El año de 1895 estalló en el Ecuador la Revolución Liberal, la misma que

llevó al liberalismo al poder y trajo al país una serie de cambios fundamentales,

como el control del Estado sobre varias esferas de la sociedad que hasta entonces

habían permanecido en manos de la Iglesia, como: la instrucción pública, el registro

de nacimientos, matrimonios y defunciones, la beneficencia. La Iglesia ecuatoriana,

finalmente, terminó adaptándose a los nuevos cambios.

En este contexto es nuestro interés profundizar respecto al proceso de

secularización de la educación en el país, los mecanismos de adaptación que presentó

la Iglesia católica frente a la nueva realidad que le planteaba el escenario político

liberal.

Centramos nuestro estudio en el Colegio Nacional de San Felipe Neri de la

ciudad de Riobamba, institución educativa fundada el 13 de octubre 1836 por el P.

José Veloz, dirigida por el clero secular y desde el 24 de enero de 1864 bajo la

dirección de la Compañía de Jesús. El Colegio de San Felipe Neri fue uno de los

planteles que se secularizó a principios del siglo XX y que al perder su carácter de

nacional se transformó en un colegio particular.

La pregunta central que guiará nuestro trabajo sobre El proceso de

secularización de la educación en el Ecuador. El caso del Colegio Nacional de San

Felipe Neri de la Compañía de Jesús (1895 - 1925), hace referencia respecto a

¿Cuáles fueron las formas, los medios y los mecanismos que la Iglesia ecuatoriana

y el Colegio de San Felipe Neri, de la ciudad de Riobamba, utilizaron para poder

adaptarse y asimilar los cambios radicales que trajo el proceso secularizador

impuesto por la Revolución Liberal?

Los estudios que se han realizado sobre la secularización de la educación en

el Ecuador tienden a demostrar que este proceso se dio a partir de un importante

cuerpo legal. La historiadora costarricense Gabriela Ossenbach señala que la

secularización se consolidó sobre todo en el gobierno de Leonidas Plaza, con un

importante grupo de leyes, a lo que se deben sumar las Constituciones de 1897 y

1906 y que desembocaron en la formación del Estado Laico. Las leyes de

 

10

 

Instrucción Pública marginaron a la educación confesional de toda ayuda

económica.1

A su vez, el historiador ecuatoriano Enrique Ayala Mora reflexiona que la

secularización siguió un proceso, cuya bandera de lucha fue el laicismo en la

educación, lo que se logró implementar con la puesta en marcha de programas de

estudio que prescindieron la enseñanza de la religiosa. Un cuerpo legal fundamental

en este cambio fue la Ley de Manos Muertas de 1908, que despojó de sus bienes a

los eclesiásticos. Todos estos cambios se dieron dentro de un marco de lucha política

permanente, pero que impactó en la cultura ecuatoriana.2

El filósofo ecuatoriano Carlos Paladines indica que la Revolución Liberal

tardó casi diez años en arrebatar a la Iglesia ecuatoriana del campo educativo. En sus

primeros años el liberalismo transformó poco la educación ecuatoriana; la influencia

de los Hermanos Cristianos y los jesuitas continuaron, aunque con ligeras

modificaciones. Paladines recuerda varios hitos de este proceso como la fundación

del Instituto Mejía y los institutos normales con lo que empezó a tomar cuerpo la

propuesta liberal. Refiere igualmente varias disposiciones legales como la Ley de

Patronato de 1899, decretos ejecutivos que “respondieran a las exigencias del

progreso moderno”. El liberalismo allanó el camino con la Constitución de 1906, la

Carta Magna del liberalismo. Ese año se expidió una nueva Ley de Instrucción

Pública.3

En el presente trabajo queremos demostrar, que si bien es cierto que las

diferentes disposiciones legales fueron fundamentales para la secularización de la

educación en el Ecuador, este proceso empezó antes de la implementación de estas

leyes, con una serie de acciones y hechos que afectaron directamente la marcha de

los establecimientos educativos confesionales como el Colegio Nacional de San

Felipe Neri de Riobamba, lo que implicó que el proceso de secularización no

empezara con la aplicación de ciertas leyes, sino que hubo una serie de medidas de

                                                            1 Gabriela Ossenbach, “La secularización en el sistema educativo y de la práctica pedagógica: Laicismo y Nacionalismo”, en Procesos: Revista ecuatoriana de Historia N° 8 (II Semestre 1995 – I Semestre1996): 35 –8. 2 Enrique Ayala, “El Laicismo en la Historia del Ecuador”, en Procesos: Revista ecuatoriana de Historia N° 8 (II Semestre 1995 – I Semestre1996): 10 – 16. 3 Carlos Paladines, Sentido y trayectoria del pensamiento ecuatoriano (Quito: Banco Central del Ecuador, 1990), 373 –7.

 

11

 

parte del Estado que se han estudiado muy poco, o sólo desde la visión estatal, y no

desde los actores directos.

Conviene analizar este conjunto de transformaciones derivadas del

enfrentamiento de la Iglesia y el Estado, pues de la revisión bibliográfica realizada se

evidencia que varias de las visiones históricas se encuentran formuladas desde una

mirada oficial del Estado, mientras que la producción historiográfica sobre el proceso

de secularización que vivieron las instituciones educativas en esta etapa, es

inexistente. Por lo que el acercamiento a la dinámica interna institucional de un

colegio regentado por religiosos nos permitirá identificar diversos actores y ver la

manera como las nuevas normas y leyes instauradas por el liberalismo, que suponían

adaptaciones y cambios, fueron asumidas por estas instituciones.

Con el fin de abordar la investigación planteada, partimos de varios conceptos

básicos, en primer lugar el concepto de cultura escolar, término que es propuesto

por el historiador francés Dominique Juliá, quien lo entiende como un conjunto de

normas que definen los saberes a enseñar y los comportamientos a inculcar, así

como el conjunto de prácticas que permiten la trasmisión y la asimilación de dichos

saberes.4

Un segundo concepto a ser tomado en cuenta constituye la secularización,

entendida como el proceso mediante el cual el Estado se separa de la Iglesia en sus

distintas esferas: políticas, sociales, educativas.

Respecto a la producción bibliográfica institucional sobre el tema en cuestión,

como la obra titulada “Páginas históricas del Colegio de San Felipe”, del jesuita

ecuatoriano P. Alfonso Escobar,5 constituye un trabajo de hechos cronológicos,

páginas llenas de apologías y de adjetivos calificativos que sobredimensionan lo que

consideran como positivo, o que atacan con términos severos a aquellas personas o

instituciones que supuestamente son enemigos de la institución.

                                                            4 Dominique Juliá, “La Cultura Escolar como objeto de Historia” en Margarita Menegus y Enrique González, compiladores, Historia de las universidades modernas en Hispanoamérica. Métodos y fuentes (México: UNAM, 1995), 131. 5 Alfonso Escobar, Páginas Históricas del Colegio de S. Felipe Neri de Riobamba en su Siglo de Existencia 1838 – 1938 (Riobamba: Tipografía Salesiana, 1938).

 

12

 

Existen dos estudios sobre el denominado sacrilegio del 4 de mayo de 1897,

el uno titulado “Riobamba Reparadora” del P. Alfonso Escobar, S.J.,6 y el otro del

P. José Benítez, S.J., titulado, “Testigos del 4 de Mayo de 1897. La verdad sobre el 4

de mayo de 1897”. 7 Las dos obras, a través de los testimonios de los protagonistas

de este hecho, buscan reivindicar la actuación de la iglesia, mientras condenan el

accionar de los liberales calificándolos como “enemigos de la fe”.

Se pueden ubicar otros estudios relevantes sobre la Revolución Liberal, como

el libro “Historia de la Revolución Liberal Ecuatoriana”, del historiador ecuatoriano

Enrique Ayala Mora,8 obra que hace un recuento de la Revolución Liberal y los

cambios que realizó el programa liberal en el Ecuador. Un aporte significativo a la

historia de la educación ecuatoriana es la tesis doctoral, de la historiadora

costarricense Gabriela Ossenbach, titulada “Formación de los Sistemas Educativos

Nacionales en Hispanoamérica. La Política educativa como factor de consolidación

del Estado nacional (1870 – 1900): el caso de Ecuador.9 Esta tesis hace un estudio

serio y profundo de la consolidación del Estado en Hispanoamérica; analiza la forma

como se articulan la política educativa y el Estado liberal ecuatoriano. Estas dos

investigaciones estudian la Revolución Liberal desde la visión del Estado; pero no

existen estudios sobre la forma como estos cambios incidieron y afectaron en una

institución educativa. En ese sentido nuestro trabajo pretender contribuir con ciertos

elementos para entender los cambios institucionales que se evidenciaron al interior

del Colegio Nacional de San Felipe Neri de la Compañía de Jesús.

Como literatura complementaria se revisaron “La Historia de la Compañía de

Jesús” del P. José Jouanen, S.J., las publicaciones del Colegio San Gabriel de Quito,

así como los artículos sobre la lucha contra el liberalismo de uno de los combatientes

conservadores, Javier Bustos. Entre otros trabajos constan los estudios de Giocanda

Herrera sobre el milagro de la Dolorosa, así como el realizado por la historiadora

Rosángela Valencia sobre el culto a la Virgen del Quinche.

                                                            6 Alfonso Escobar, Riobamba Reparadora 3ª edición (Quito: Editorial Fray Jodoco Ricke, 1946). 7 José Benítez, Testigos del 4 de Mayo de 1897. La verdad sobre el 4 de mayo de 1897 (Quito: Nuevo Arte, 1997). 8 Enrique Ayala, Historia de la Revolución Liberal Ecuatoriana segunda edición (Quito: Corporación Editora Nacional, Taller de Estudios Históricos, 2002). 9 Gabriela Ossenbach “Formación de los Sistemas Educativos Nacionales en Hispanoamérica. La Política educativa como factor de consolidación del Estado nacional (1870 – 1900): el caso de Ecuador (Madrid: Universidad de Educación a Distancia, 1988).

 

13

 

Para poder realizar esta investigación fue necesario contar con fuentes

documentales apropiadas. Entre los archivos que revisamos están el de la Curia

Provincial de la Compañía de Jesús en Quito, en donde pudimos ubicar

documentación del siglo XIX y XX referente al Colegio San Felipe Neri; otro lugar

importante fue el archivo de la Unidad Educativa San Felipe Neri, la labor

investigativa en este repositorio constituyó una tarea compleja debido a que este

archivo no se encuentra debidamente organizado, dificultando la labor de

recopilación documental. Una pronta organización de este archivo constituiría una

significativa ayuda para los historiadores empeñados en investigar la historia de la

educación del Ecuador.

Con el fin de completar la información necesaria acudimos a otros archivos

como el de la Inspectoría Salesiana, Biblioteca Aurelio Espinosa Pólit, Fondo Jijón y

Caamaño en Quito, y en Riobamba al archivo de la Curia Diocesana, biblioteca del

Colegio Pedro Vicente Maldonado y Biblioteca Municipal.

Las fuentes primarias que se han utilizado en la investigación son

fundamentalmente: los mensajes dirigidos por los Presidentes y Vicepresidentes de

la República, recopilados por Alejandro Noboa; las Constituciones de 1897 y 1906;

las leyes de Instrucción Pública de 1897, 1906 y 1912; varios contratos suscritos

entre la Compañía de Jesús y el gobierno ecuatoriano; cartas de los superiores

jesuitas a diferentes instancias del Estado; oficios y circulares del Ministerio de

Instrucción Pública; cartas de padres y madres del Colegio; inventarios del Colegio

San Felipe Neri; periódicos nacionales y locales; el Boletín Eclesiástico; memorias

de las conmemoraciones de la Dolorosa del Colegio. Adicionalmente se revisaron

otras fuentes como crónicas, relatos y cartas escritas por los actores del 4 de mayo

de 1897, los boletines especiales, cartas pastorales de algunos obispos sobre este

hecho. Se han revisado además los diarios y libros de asistencia del Colegio San

Felipe Neri, que a modo de bitácora narran aspectos importantes de la vida cotidiana

institucional; cuadros de calificaciones de los estudiantes, circulares y oficios del

Ministerio de Instrucción Pública; anuarios, efemérides, distribuciones de premios

del Colegio San Felipe Neri; cartas pastorales, circulares del clero; la revista “Dios y

Patria,” editada por los ex alumnos del plantel; manuscritos inéditos de la historia del

colegio; periódicos como “Los Andes” y “El Templo”.

 

14

 

El arco temporal de esta tesis inicia en el año de 1895 y llega

aproximadamente hasta el año de 1925, año en el cual prácticamente se consolidó la

secularización de la educación ecuatoriana y el Colegio de San Felipe Neri se adaptó

a la nueva realidad producto del proceso político liberal.

Los resultados de esta investigación se encuentran expuestos en tres capítulos.

En el primero denominado “El proceso de secularización en el Colegio de San Felipe

Neri” revisa el proceso de transformación del San Felipe Neri de colegio nacional

a colegio privado, desde diferentes tópicos como lo legal, el bloqueo de fondos, la

repercusión de la reapertura del Colegio Nacional Maldonado; también se analiza el

perfil del estudiante en esta nueva etapa del Colegio San Felipe.

El segundo capítulo “Las respuestas a la secularización vistas desde los

cambios y continuidades que experimentó la cultura escolar en el Colegio San Felipe

Neri” estudia las diferentes respuestas y las adaptaciones que se dieron al proceso

de secularización desde lo académico, religioso y desde la ritualidad cotidiana. Se

revisa el cómo se fomentó y relacionó el binomio Dios y Patria en este proceso

secularizador dentro del Colegio de San Felipe Neri.

Finalmente, el tercer capítulo denominado “La memoria de la intervención

del estado laico en el Colegio de San Felipe Neri”, analiza, en primer lugar, la

relación histórica de los sucesos en torno al 4 de mayo de 1897; estos hechos

tuvieron como escenario principal al Colegio de San Felipe Neri y fueron calificados

por la Iglesia Católica y la Compañía de Jesús como el “Sacrilegio de la capilla del

Colegio de San Felipe Neri.” En una segunda parte, se estudia la forma como el

plantel jesuita construyó la memoria de los hechos del 4 de mayo de 1897, y como

la fue transmitiendo. En el marco de los cambios que tuvo la educación confesional

del Ecuador con las reformas legales ejecutadas por el Presidente José M. Velasco

Ibarra en la década de los años 40, se recordó el cincuentenario del 4 de mayo de

1897.

 

15

 

Capitulo primero

El Proceso de secularización en el Colegio Nacional de San Felipe

Neri

En este capítulo se aborda uno de los objetivos principales de la Revolución

Liberal, la secularización, la que debe ser vista y estudiada como un proceso que

inició el año de 1895 a través de una serie de medidas como el cierre de

establecimientos educativos, disminución de rentas a los planteles confesionales,

expropiación de bienes, y no solo con la aplicación de una disposición legal o

superior. Es común pensar que la educación del Ecuador se secularizó a partir, sobre

todo, de la Constitución de 1906. Sin embargo, pretendemos demostrar cómo se fue

gestando este proceso de secularización en el Colegio Nacional de San Felipe Neri de

la ciudad de Riobamba fundado el 13 de octubre de 1836 por el sacerdote José

Veloz y Suárez y bajo de la responsabilidad de la Compañía de Jesús desde el 24 de

enero de 1864; desde el año de 1871 se convirtió en colegio nacional.

1.1 El aparato legal y la normativa secularizadora. La intervención del Estado

Al llegar el liberalismo al poder una de las tareas pendientes fue el proceso

de secularización de las distintas esferas públicas que estaban bajo el control de la

Iglesia Católica, y cuya prioridad fue el sistema educativo,10 proceso que se vivía

en toda América Latina. Pero ésta fue una tarea difícil y como era de esperarse,

conflictiva, ya que no sólo supuso la sustitución de religiosos y religiosas, sino un

cambio en la orientación y contenidos de la acción educativa.

Los liberales en el poder quisieron tomar el control del sistema educativo,

que estaba en manos de la Iglesia, y procuraron imprimirle sus rasgos propios; su

meta principal fue la secularización de todo el aparato. Este proceso se radicalizó en

la primera presidencia de Leonidas Plaza, quien señaló que: “nuestro lema debe ser,

en tan ardua materia: Secularización absoluta de la enseñanza, en la forma y en el

                                                            10 Gabriela Ossenbach, “La secularización del sistema educativo y de la práctica pedagógica: Laicismo y Nacionalismo” en Procesos: Revista Ecuatoriana de Historia N° 8 (II Semestre 1995- I Semestre 1996): 34.

 

16

 

fondo”.11 El Presidente Plaza en un mensaje que dirigió al Congreso Nacional en

1905, acusó a la Iglesia Católica del atraso, pasividad y de ser responsable de lo que

calificó como perversa educación, la misma que entregada a los sacerdotes, frailes,

jesuitas, monjas, beatas está atada al capricho de una secta.12

El proceso de secularización del sistema de instrucción pública del Ecuador,

visto desde el accionar del Estado, incluyó medidas radicales plasmadas en diversos

cuerpos legales como: la Constitución de 1897, la misma que ordenó que el Estado

respete las creencias religiosas de los ecuatorianos, siempre y cuando no obsten para

el ejercicio de los derechos políticos y civiles;13 desconoció del fuero eclesiástico14;

prohibió de la inmigración de comunidades religiosas extranjeras.15

Otras medidas secularizadoras fueron: la Ley de Patronato de 1899, que

rompió el Concordato, y que reguló las relaciones de la Iglesia con el Estado, con lo

que la Iglesia Católica quedaba sujeta a las autoridades civiles; La Constitución

Política de 1906, “la constitución laica”, fue el instrumento fundamental del

liberalismo ecuatoriano, al decretar la separación definitiva entre Iglesia y Estado.

En cuanto a las medidas del proceso secularizador en el sistema educativo, el

30 de junio de 1897 se expidió la Ley de Instrucción Pública, la que buscó fomentar

el acceso a la educación de los diversos sectores de la sociedad, por lo que

determinó que la instrucción primaria sea gratuita y obligatoria en las escuelas

nacionales y municipales para los niños de seis a catorce años y para las niñas de

seis a doce (Art. 10 y Art. 11). La Ley de Instrucción Pública de 1897 no radicalizó

la secularización pues el artículo 12 incluyó, aún, como parte del pensum a la

Religión (Instrucción cívica, moral y religiosa), solo años más tarde esta materia

desapareció del pensum escolar. En los años de 1906 y 1912 se expidieron nuevas

leyes de Instrucción Pública, que permitieron la ampliación de la ley de 1897. El

                                                            11 Leonidas Plaza, “Mensaje del Presidente de la República al Congreso Nacional 1905” en Alejandro Noboa recopilador, Recopilación de Mensajes dirigidos por los Presidentes y Vicepresidentes de la República, Jefes Supremos y Gobiernos Provisorios a las Convenciones y Congresos Nacionales desde 1819 hasta nuestros días tomo V (Guayaquil: Imprenta El Tiempo, 1908), 288 –9. 12 Ibíd., 286. 13 Constitución de la República del Ecuador 1897, Artículo 13, en Federico Trabucco compilador, Constituciones de la República del Ecuador (Quito: Editorial Universitaria, 1975), 297 –8. 14 Artículo 30. 15 Artículo 37.

 

17

 

Colegio de San Felipe Neri normalmente acataba las disposiciones legales emanadas

por las respectivas autoridades del Estado, con lo que evitaba cualquier clase de

inconveniente, que podía repercutir en su funcionamiento.

En su plan secularizador, el gobierno de Eloy Alfaro en 1897 decretó la

apertura del Instituto Nacional Mejía en Quito, como contrapartida al Colegio

Nacional San Gabriel por los jesuitas, fundado el 9 de septiembre de 1862; para el

efecto, dicho instituto ocupó el sitio destinado para los Hermanos Cristianos.

La creación del Instituto Mejía trajo una serie de conflictos entre los dos

colegios, más aún cuando los estudiantes del Colegio San Gabriel debían rendir sus

exámenes finales en dicho plantel. El Colegio San Gabriel consideró como atropello

algunas de las disposiciones como la imposición de programas, el que no puedan

los profesores acudir a los exámenes finales, el atraso en la entrega de los programas

oficiales, por parte del Instituto Mejía. Como consecuencia de estos inconvenientes

el número de estudiantes disminuyó en el colegio San Gabriel; había años en los que

se matriculaban 80 alumnos y apenas llegaban cinco o seis a sexto curso.16 Con este

tipo de acciones el Estado consiguió supeditar la enseñanza confesional católica al

Estado, como parte del proceso de consolidación de la implementación del laicismo.

Los cambios dispuestos por las autoridades del Consejo Nacional Educativo

fueron aceptados por los jesuitas. En una carta dirigida al Ministro de Instrucción

Pública el 26 de octubre de 1900 el P. Lorenzo de Sanvicente, S.J., responsable de la

Misión de la Compañía de Jesús en el Ecuador, comunicó al Ministro José Peralta

que la corporación docente de los colegios de la Compañía de Jesús (San Felipe Neri

y San Gabriel) se sujetarán a la Ley de Instrucción Pública y sus reformas. Estas

formas de responder y acatar a las disposiciones emanadas por el Estado por parte de

los jesuitas fueron frecuentes, por lo que una de las maneras de adaptación al

proceso secularizador fue aceptar la normativa dispuesta por las autoridades.

1.2 El problema del financiamiento de los planteles educativos confesionales; el

bloqueo de fondos

                                                            16 Colegio San Gabriel, Cinco Siglos de Historia (Quito: La Prensa Católica, 1962), 197 -8.

 

18

 

El Colegio Nacional de San Felipe Neri tenía una asignación económica que

se la concedió por medio de un contrato suscrito el 21 de octubre de 1871 entre el

Estado, y la Compañía de Jesús, en el segundo período presidencial de Gabriel

García Moreno. En este acuerdo se declaró al San Felipe Neri como el colegio

nacional de la provincia de Chimborazo y se establecieron las materias que se debían

impartir basándose en el plan de estudios propio de los jesuitas, la “Ratio

Stodiorum”. Se dispuso, además que el nombramiento de los profesores dependa del

Padre Rector, pero los sueldos eran responsabilidad del Estado y se estableció como

presupuesto anual la cantidad de 2.000 pesos.17

Pero con el liberalismo en el poder disminuyeron las asignaciones

presupuestadas según el respectivo contrato. Estas acciones derivaron algunos

inconvenientes económicos. Ante la crisis económica del Colegio Nacional de San

Felipe, el Padre Rector Andrés Machado, S.J. reclamó por las asignaciones no

pagadas. El 3 de mayo de 1899 mediante oficio Nº 63 el Ministro de la Hacienda

Pública comunicó al padre rector que por orden del Presidente de la República,

Eloy Alfaro, ante la difícil situación de erario y por no registrar la Ley de

Presupuestos fondo alguno para el servicio de crédito del año en curso, no se podían

despachar las cuotas correspondientes. La institución veía cómo iban disminuyendo

las rentas, lo que presentó serias dificultades en su financiamiento.

Este corte del presupuesto asignado fue parte del proceso de secularización

de la educación, que iba de a poco desplazando de la instrucción pública a los

establecimientos educativos confesionales. El retiro de estas asignaciones no se dio

únicamente con las disposiciones legales, sino que, paso a paso, los planteles

católicos dejaban de percibir ingresos fiscales, para lo que se utilizaron varios

mecanismos como el argumentar la falta del presupuesto estatal. Este recorte de

las asignaciones en el Colegio de San Felipe lo podemos ver en el siguiente cuadro:

                                                            17 [Contrato celebrado por la Compañía de Jesús con el Supremo Gobierno del Ecuador acerca del Colegio de S. Felipe de la ciudad de Riobamba] (Quito: 21 de octubre de 1871, ACSJQ).

 

19

 

Presupuesto asignado al Colegio de San Felipe Neri entre 1887 y 1901

Fuente: Cantidades que el Supremos Gobierno del Ecuador pagó al Colegio de San. Felipe Neri de Riobamba,

1901, (ACSJQ).

Elaboración: Lenín Garcés Viteri.

 

1.3 El problema del reconocimiento de los estudios y de los exámenes de los

colegios confesionales

El año de 1901 los colegios jesuitas San Gabriel y San Felipe Neri tuvieron

dificultades en el reconocimiento de sus estudios por parte de las respectivas

autoridades de Instrucción Pública, algo que era de esperarse, debido a la serie de

trabas que impuso el Estado laico sobre la educación confesional. Sin embargo, el

Congreso Nacional a través de un Decreto Legislativo validó los estudios de los

colegios jesuitas correspondientes al año lectivo 1900 1901 (Art. 1). Además,

ordenó que los colegios empiecen clases el 1 de noviembre de 1901 y que los

AÑO DINERO ENTREGADO DÉFICIT

1887 S/ 7.000 0

1895 S/ 6.412,17 S/ 587,23

1896 S/ 6.709,28 S/ 290.72.

1898 0 S/ 7.000

1899 0 S/ 7.000

1900 S/ 3.467,15 S/ 3.532.85

1901 S/ 3.997,75 S/ 3002.25

 

20

 

estudiantes, que fueran favorecidos por el artículo anterior podían rendir los

exámenes y grados.18

Las acciones de las autoridades liberales en general y aquellas adoptadas por

el Ministerio de Instrucción Pública movilizaron a las élites quiteñas y riobambeñas,

que a través de distintos medios y desde su posición social, económica y política

presionaron al régimen a fin de que no se cierren los dos planteles jesuitas del

Ecuador, establecimientos en los que estudiaban sus hijos.

Ante la culminación de los contratos entre el gobierno y la Compañía de

Jesús y el cierre inminente del Colegio Nacional de San Felipe Neri, el 15 de octubre

de 1901, un grupo de mujeres de Riobamba dirigió una carta al Presidente Leonidas

Plaza en la que rechazaron la decisión de la Cámara de Diputados, que pretendía

alejar de la enseñanza a los jesuitas en el Ecuador. El argumento que estas señoras

presentaron al mandatario fue que en Riobamba no había otro colegio, petición que

la hace “con el corazón en la mano y sin ningún capricho partidista o sectario”.19

Adicionalmente, dichas mujeres rechazaron la versión de los ministros de Leonidas

Plaza que consideraron a la educación de los jesuitas como opuesta al espíritu del

siglo; estas mujeres riobambeñas le recordaron al Presidente que es obligación del

Estado proteger a la religión católica.20

El 25 de octubre de 1901 el P. Lorenzo de Sanvicente, S.J., escribió una carta

al rector del Colegio San Felipe Neri, P. Andrés Machado, S.J., en la que le

comunicó que puede abrir el colegio e iniciar las clases. Para el efecto recomendó

que la institución ceda en ciertos derechos, al no haber sido desahuciado aún el

contrato entre el Estado y la Compañía de Jesús.21 A más del contrato de 1864 se

quiso utilizar como documento para la defensa del plantel el contrato firmado en

1871, del que ya hicimos referencia.22

                                                            18 Registro Oficial de la República del Ecuador (Segunda Época), Administración del Sr. General Leonidas Plaza G. N° 33 (Quito: año 1, 12 de octubre de 1901). 19 Escobar, Páginas Históricas, 123. 20 A partir de la Revolución Liberal los problemas financieros del colegio Nacional de San Felipe Neri se acrecentaron: el presupuesto asignado experimentó una serie de variaciones que afectaron el financiamiento del plantel. 21 [Carta del P. Sanvicente al P. Andrés Machado en la que le permite abrir las clases en el colegio San Felipe Neri] (Quito: 25 de octubre de 1901, ACSJQ). 22 Este contrato fue publicado en el Nacional # 105 el 23 de octubre de 1871.

 

21

 

El P. Sanvicente, S.J. ordenó al P. Andrés Machado, S.J., abrir las matrículas

en el Colegio de San Felipe Neri, pero dando al plantel el carácter de privado. Para

poder sostener económicamente a la institución y ante la falta de financiamiento por

parte del Estado, se autorizó el cobro de una pensión de tres sucres mensuales, con

la posibilidad de una rebaja a los estudiantes pobres.

De a poco el colegio jesuita de Riobamba, iba perdiendo su carácter de

nacional, transformándose en particular o libre, denominaciones que se utilizaron en

las décadas posteriores, como se puede constatar en varios documentos, revistas y

anuarios del plantel. 23 El plantel pudo financiar una parte de sus gastos y sostenerse,

a más del rubro de las pensiones, con los ingresos que arrojaban el manejo y

arriendo de las haciendas.

Para el año de 1902 el Colegio de San Felipe Neri volvió a tener problemas

en su funcionamiento; los jesuitas esperaron el permiso del Consejo General de

Instrucción Pública para el funcionamiento de sus colegios de Riobamba y Quito. Un

grupo de padres de familia de Riobamba envió, el mes de octubre, una carta a la

Compañía de Jesús en la que solicitaron, a manera de súplica, la apertura del

Colegio San Felipe Neri, para lo que expusieron como argumento, lo que ellos

consideraban el principal aporte de los religiosos: el adelanto intelectual y moral de

la ciudad. Para este grupo de padres de familia la salida de los jesuitas de Riobamba

implicaría la “muerte de la juventud del Chimborazo” al privarles de la virtud y

ciencia. Terminan la carta indicando que solo la aprobación del Consejo General de

Instrucción Pública “evitará una catástrofe a la ciudad”.24

El 8 de noviembre de 1902 el P. Sanvicente, S.J. dio respuesta a la carta de

los padres de familia de Riobamba y les comunicó que solicitó al Consejo General de

Instrucción Pública la facultad de abrir los colegios de Quito y Riobamba.25 El

mismo día que el P. Sanvicente dirigió la mencionada carta, el Consejo General de

Instrucción Pública mediante Acuerdo N° 25 firmado por el Presidente de ese

                                                            23 A modo de referencia encontramos esta referencia en los anuarios de los años 1922 – 1923, 1928 – 1929, 1935 – 1936. 24 [Carta que los Padres de Familia de Riobamba dirigen al P. Sanvicente solicitándole la continuación de la obra jesuita en Riobamba] (Riobamba: octubre de 1902, ACSJQ). 25 [Respuesta del P. Sanvicente a los Padres de Familia de Riobamba] (Quito: 8 de noviembre de 1902, ACSJQ).

 

22

 

organismo Julio Arias, autorizó la apertura de colegios de enseñanza secundaria en

Quito y Riobamba de acuerdo a la ley vigente, con lo que se pudo abrir las

matrículas.26

Bajo estas circunstancias, los colegios jesuitas de San Felipe de Neri de

Riobamba y San Gabriel de Quito perdieron su carácter de nacional y se

transformaron en privados o libres, con todo lo que esto implicaba: perder las rentas

y subsidios por parte del Estado y cobrar una pensión mensual para el manejo

administrativo. Durante varios años existió la amenaza del cierre y la expropiación

de bienes de los dos colegios jesuitas del Ecuador.

Ante la difícil situación económica del Colegio Libre de San Felipe Neri se

buscaron otros medios y mecanismos que de alguna manera permitieron sostener el

funcionamiento del plantel. Como una solución momentánea para aliviar esta

situación el P. Sanvicente ordenó que el Colegio San Gabriel done la cantidad de

S/200 y realice un préstamo de S/3000, sin intereses, a su par de Riobamba. La

situación económica del Colegio San Gabriel era mejor que la del San Felipe, debido

entre otros factores, al cobro de una pensión a sus alumnos de S/15 sucres mensuales

por estudiante, valor que quintuplicaba a la que se cobraba Riobamba.

El pago de las pensiones logró cubrir la cuarta parte del presupuesto, a lo

que debemos añadir que varios estudiantes no pagaban la pensión, y otros apenas

una parte. En un remitido al Ministerio del Interior y Cultos, con fecha 26 de mayo

de 1906, el Padre Rector del Colegio de San Felipe Neri Manuel Fernández de

Córdova, S.J., dio a conocer que el presupuesto del colegio se financiaba en un 73

% con el arrendamiento de las haciendas San Martín y los Molinos, Tunshi, Castug

y El Toldo.27 El presupuesto anual de la institución era de S/8.400 y los ingresos

apenas de S/7.500, lo que representó un déficit de S/1.100.

En 1906, año en el que se declaró en la Constitución el rompimiento entre el

Estado y la Iglesia y se decretó oficialmente la secularización y consolidación del

laicismo, el Gobernador de la provincia de Chimborazo desconoció la validez de los

contratos de arrendamiento de las haciendas entre el Colegio de San Felipe Neri y el

                                                            26 Escobar, Páginas Históricas, 125. 27 Inventario de las Haciendas de los RR PP Jesuitas 1906 (Riobamba: 1906, ACSJQ).

 

23

 

señor Reinaldo García. Como argumento de defensa el P. Manuel Fernández de

Córdova, S.J., expuso al Gobernador que la Ley de Cultos no comprende a las

comunidades educativas docentes.

De manera continua las autoridades del plantel dirigieron misivas a las

autoridades estatales en las que les dieron a conocer los problemas y dificultades que

tenían para el financiamiento del presupuesto; así el Padre Rector dirigió un oficio al

Ministro del Interior en el que remitió el presupuesto anual del colegio, insistiendo

que éste se financiaba con el arrendamiento de la haciendas.28

Con la Ley de Manos Muertas las haciendas del Colegio de San Felipe Neri

pasaron a la Beneficencia Pública. Pero, el 16 Julio de 1909 el Ministro del

Interior dirigió un oficio al Presidente de la Junta de Beneficencia de Quito en el

cual se indicaba que por disposición directa del Presidente de la República, Eloy

Alfaro, dichas propiedades debían ser devueltas al Colegio de San Felipe Neri.

El Presidente Eloy Alfaro consideró que el informe del Procurador no era

justo, pues los predios no eran parte de los bienes de manos muertas nacionalizados

por la Ley de Beneficencia, por ser de pertenencia única y exclusiva de una

institución de enseñanza. Un punto fundamental a favor de la devolución de estos

bienes fue que las escrituras de la fundación del Colegio de San Felipe Neri, hechas

de manera legal por el sacerdote José Veloz y Suárez, el 25 de abril de 1838 y en

el testamento otorgado el 8 de diciembre de 1841, determinaron con claridad y

precisión que estos bienes servirían para la educación de la juventud de Riobamba y

la provincia.29

Dicho oficio del Ejecutivo recalcó que las haciendas no eran propiedad de

los jesuitas o de otra comunidad religiosa, sino del Colegio de San Felipe Neri; al

devolver estos bienes al plantel no se estaría contraviniendo el inciso último del

artículo 16 de la Constitución que dice “Ni el Estado ni las Municipalidades

subvencionarán, ni auxiliarán en forma alguna, otras enseñanzas que no fueren la

oficial y la municipal”.30 En consecuencia el Ministro del Interior, por orden del

                                                            28 Escobar, Páginas Históricas, 129. 29 “El Colegio de San Felipe. Se le devuelven los bienes. Orden terminante del Ejecutivo” en El Comercio, (Quito: 18 de julio de 1909), 1. 30 Trabucco, Constituciones de la República del Ecuador: 324.

 

24

 

Presidente Alfaro, acordó que los bienes del Colegio San Felipe no entren a formar

parte de los bienes nacionalizados por la Ley de Manos Muertas y que se les sean

devueltos inmediatamente.31

En textos de carácter históricos escritos por jesuitas, la acción de Eloy

Alfaro, de devolver los bienes al Colegio de San Felipe Neri, es resaltada y alabada

con epítetos como “Gloria de D. Eloy Alfaro”32 “Mérito fue del Gral. Eloy Alfaro”. 33 Esta decisión del Presidente Alfaro solucionó en parte el problema del

financiamiento económico del colegio de los jesuitas de Riobamba, con lo que se

abrieron espacios de negociación entre los jesuitas y el gobierno.

Se encontró, momentáneamente, una solución; el Colegio San Felipe Neri

continuó adaptándose al nuevo sistema, con una serie de dificultades que se iban

superando, a pesar de que las críticas y rechazos a la nueva etapa de instrucción

pública del Ecuador continuaron. Quizás esta medida se puede explicar debido a

que Eloy Alfaro no tuvo un accionar radical frente al proceso de secularización como

si lo tuvo su sucesor Leonidas Plaza, en su primer mandato.

Un problema que afectó al Colegio de San Felipe Neri, al igual que a los

demás planteles confesionales del Ecuador, era el de los exámenes finales; conforme

las disposiciones legales del Ministerio de Instrucción Pública los estudiantes del

Colegio de San Felipe Neri debían rendir estos exámenes en el Colegio Maldonado.

A modo de preparación los jesuitas aplicaban exámenes internos a sus discípulos,

pero las notas obtenidas en estas evaluaciones, en algunos años lectivos, no eran las

que se esperaban; en estos casos no había distribución pública de premios, sino

privada.34 Esto traía como resultado disminuciones significativas en el número de

estudiantes matriculados.35

En otros años los resultados logrados por los estudiantes en los exámenes

oficiales finales fueron calificados como halagadores. Según el criterio del padre

Prefecto estos éxitos se debían, entre otras razones, a que los profesores del Colegio

                                                            31 El Comercio, 18 de Julio de 1909. 32 Escobar, Páginas Históricas, 129. 33 José Jouanen, Historia de la Compañía de Jesús en la República del Ecuador 1850 - 1950, (Quito: Compañía de Jesús, 2003), 661. 34 Ibíd., 85. 35 El año lectivo 1923 – 1924 se inició con 50 estudiantes.

 

25

 

Maldonado no tenían actitudes hostiles con los alumnos, como en otros años. Este

tipo de evaluación, quizás, buscaba evidenciar el nivel de preparación que brindaban

los colegios confesionales frente a los planteles laicos del Estado, situación que se

dio en un marco de competencia entre este tipo de instituciones. Esta práctica duró

hasta la década de los 40, y que se la suprimió en la presidencia de José María

Velasco Ibarra.

1.4 La reapertura del Colegio Nacional Pedro Vicente Maldonado como

competencia en la oferta educativa del Colegio de San Felipe Neri

El año de 1902 se dio la reapertura definitiva del Colegio Nacional Pedro

Vicente Maldonado en la ciudad de Riobamba.36 La mayor parte del personal

docente del Colegio Nacional Pedro Vicente Maldonado estaba formado,

básicamente, por exestudiantes del Colegio de San Felipe Neri. Según el criterio

del historiador jesuita P. Alfonso Escobar, S. J., el objetivo del Estado al reabrir el

Colegio Maldonado no fue el despertar una rivalidad académica entre instituciones

educativas, sino incentivar a las nuevas generaciones para que vayan al Colegio

Maldonado y, de esa manera, monopolizar la enseñanza y poner trabas para el

funcionamiento del Colegio San Felipe Neri. La crítica de Escobar contra la

reapertura del Colegio Maldonado refleja una posición abierta de rechazo e incluso

manifiesta su recelo ante la competencia entre los dos planteles riobambeños.

El 23 de noviembre de 1902 se abrió el curso escolar en el Colegio Pedro

Vicente Maldonado, las clases empezaron al día siguiente con 63 estudiantes. El

mes de marzo de 1903 los fondos de los impuestos en las Aduanas que estaban

asignados al Colegio de San Felipe Neri pasaron al Colegio Maldonado. Pese a lo

dispuesto por el gobierno nacional el Colegio Maldonado tuvo problemas

económicos por los incumplimientos en el pago de las asignaciones y el arriendo

del local. El 28 de marzo de 1903 el Colegio Maldonado pasó a ocupar el local

asignado por el Estado.

                                                            36 El Colegio Pedro Vicente Maldonado fue fundado el 18 de octubre de 1867, pero fue clausurado por el Presidente García Moreno el 13 de febrero de 1869; el 15 de mayo de 1878 se reabrió, pero en 1881 el Presidente Ignacio Veintemilla lo cerró.

 

26

 

Como consecuencia de la reapertura del Colegio Maldonado el número de

estudiantes que se matricularon en el Colegio de San Felipe Neri fue variable; por

ejemplo, en el año lectivo 1895 – 1896 hubo 171 postulantes matriculados, ese año

se graduaron 5 bachilleres. Pero para el período 1902 – 1903, cuando se reabrió el

Colegio Nacional Pedro Vicente Maldonado, el número de estudiantes del Colegio

San Felipe Neri bajó de manera considerable y se situó en 96, de los cuales 10 se

retiraron. Los datos anteriores nos demuestran la variabilidad en el número de

estudiantes matriculados en el San Felipe, con la serie de problemas y dificultades

económicas que todo esto provocó. El plantel continuamente debió solicitar ayuda

financiera a su par de Quito y a la Misión Jesuita en el Ecuador, para de alguna

manera alivianar las crisis y continuar con la gestión educativa.

1.5 Perfil del estudiante del Colegio de San Felipe Neri, luego de la privatización

Al convertirse el Colegio de San Felipe Neri en privado la composición

social del estudiantado cambio; pasó a ser un colegio de familias de la élite que

necesariamente requerían tener recursos suficientes para erogar los gastos que

demandaba la educación de sus hijos.

En los anuarios y prospectos del Colegio de San Felipe Neri se observan los

requerimientos que el plantel jesuita solicitaba para el ingreso de los estudiantes. El

fin que proponía la Compañía de Jesús era dotar a los jóvenes una educación

religiosa, social y literaria, para lo cual se exigía a los alumnos la adquisición de

virtudes cristianas y la “construcción de las letras humanas”. De esta manera se

explica que la educación religiosa y moral era la prioridad para la educación

confesional.37

Los requisitos para el ingreso eran los previstos por las respectivas

indicaciones del Consejo Superior de Instrucción Pública como un mínimo de edad,

un examen de ingreso, certificaciones médicas de vacunas y de no adolecer de

enfermedades contagiosas. Los estudiantes que no tuvieran a sus padres en la ciudad

de Riobamba debían tener un apoderado.

                                                            37 Colegio Libre San Felipe Neri, Anuario 1922 – 1923 (Quito: Impreso por Manuel Piedra, 1923), 49.

 

27

 

Del estudio, como ya se ha señalado anteriormente, de diversas fuentes como

anuarios, libros de proclamaciones de notas, libro de grados académicos, notas del

colegio de San Felipe Neri se puede inferir que al convertirse en privado cambió la

composición social, convirtiéndose el plantel para la élite riobambeña. La educación

de la Compañía de Jesús en el Ecuador experimentó un cambio en el servicio de

educación hacia los sectores medios y bajos con la fundación de los colegios Luis

Gonzaga en Quito y 20 de Abril en Guayaquil, a fines de los años 50, y el

funcionamiento de la obras como Fe y Alegría e Irfeyal.

Un dato importante que corrobora el dato anterior, son los apellidos de los

estudiantes; a modo de muestra encontramos apellidos tales como: Dillon, Moncayo,

Corral, Monsalve, Vallejo, Freire, Baquero, Valdivieso, Najera, León, Castelo,

Velasco, Donoso, Banderas, Costales, Chiriboga, Flor, Borja, Canelos, Rosas,

Andrade, Araujo, Acosta, Arosteguí, Barberis, Gallegos, Herrera, Lizarzaburu,

Alarcón,38 Borja, Almeida, Cordovez, Moreano, Muñoz, Arroyo del Río,39 Merino,

Vela, Freire, Yerovi, Alzamora, Bucheli, Puyol, Montenegro. No se han encontrado

en las distintas fuentes apellidos de indígenas.40

Con el paso a colegio privado, como ya se indicó, el plantel cobró una

pensión de tres sucres mensuales, cobro al que no toda la población podía tener

acceso y a lo que se debían sumar otros gastos familiares. Hacia 1902, según la Ley

de Presupuestos, mensualmente un portero y un cajero recibían un salario de 20

sucres, un celador 15 sucres o un guarda casa 12 sucres, o un teniente político 10

sucres.41

En los anuarios se pueden ubicar expresiones que manera directa hacen

referencia a la relación del plantel con las élites: “Justo es que consignemos aquí los

nombres de las generosas donantes, cuya presencia y cooperación manifestó una

                                                            38 Ruperto Alarcón, padre de Fabián Alarcón ex Presidente Interino del Ecuador. 39 Carlos Alberto Arroyo del Río ex Presidente del Ecuador, graduado como bachiller el año de 1909. 40 Otra fuente para verificar el tipo de estudiantes del Colegio de San Felipe Neri son las imágenes, en varias de ellas observamos a todos los estudiantes debidamente uniformados, o con una vestimenta acorde a la ocasión, con calzado; no se miran estudiantes andrajosos, descalzos o pobremente vestidos. 41 Registro Oficial de la República del Ecuador (Segunda Época), Administración del Sr. General Leonidas Plaza G. N° 55 (Quito, año 1, 9 de noviembre de 1901).

 

28

 

vez más la decidida simpatía que la nobleza riobambeña profesa por la instrucción

religiosa”.42 “Los alumnos son escogidos y han entrado con buen espíritu”.43

A través del estudio del historiador jesuita Alfonso Escobar podemos

encontrar esa relación directa de la élite riobambeña con el Colegio de San Felipe

Neri. Así, la Congregación de Caballeros estuvo formada por lo “más distinguido de

Riobamba”. 44 Los obreros, por su condición, no podían ser parte de la Congregación

de Caballeros por lo que hubo una congregación especial para ellos, que era la de

San José.

Podemos ver, a modo de conclusión, que la secularización en la educación

ecuatoriana de fines del siglo XIX y principios del XX fue un proceso que no

únicamente implicó un aparato legal desde el Estado, sino que conllevó una serie de

pasos que iban desde la disminución parcial y total de rentas a los planteles

confesionales, creación de colegios laicos, pretensión de desconocer los estudios de

los colegios religiosos, como aconteció en el caso del Colegio San Felipe Neri.

                                                            42 Colegio San Felipe Neri, Anuario1923, 13. 43 Colegio San Felipe Neri, Anuario del Colegio “San Felipe Neri. Curso Escolar de 1925 – 1926 (Riobamba: La Buena Prensa del Chimborazo, 1926), 1. 44 Escobar, Páginas Históricas, 60 –1.

 

29

 

Capítulo segundo

Las respuestas a la secularización vistas desde los cambios y

continuidades que experimentó la cultura escolar en el Colegio de

San Felipe Neri

El segundo capítulo aborda los medios, mecanismos y las formas como el

Colegio San Felipe Neri de Riobamba se fue adaptando al proceso de secularización

del Estado laico ecuatoriano, desde diversos ámbitos, como el académico, religioso,

cívico, con lo que se buscaba dar una continuidad al sistema de la Ratio Studiorum

que se practicaba en el plantel jesuita, aspecto importante de la cultura escolar, que

se vivenciaba en las diversas actividades cotidianas.

2.1 Las adaptaciones a la secularización desde lo académico

Según el contrato suscrito entre el Estado ecuatoriano y la Compañía de

Jesús el año de 1871, los jesuitas del Colegio de San Felipe Neri debían regirse a la

Ratio Studiorum, sistema vigente desde el siglo XVI, y componente fundamental en

el desarrollo de la cultura escolar del plantel. El el año de 1599 se publicó el texto

oficial llamado Ratio Studiorum o Plan de Estudios de los Colegios jesuitas. La Ratio

era una especie de manual que ayudaba a los directivos y profesores en el día de los

colegios; se basó en la espiritualidad de los Ejercicios Espirituales de San Ignacio

de Loyola y en los principios educativos de las Constituciones de los jesuitas.

Abarcó una serie de reglas prácticas referentes a cuestiones como el control

directivo de un colegio, la formación y distribución de los profesores, los programas,

los métodos de enseñanza. La Ratio tenía treinta reglas; uno de los aportes

fundamentales de la implementación de la Ratio fue el estudio de las Humanidades.

La Ratio combinaba una serie de experiencias de aprendizaje como ejercicios de

retórica y debates públicos y las academias.45 De acuerdo a este sistema las clases

eran una o dos en la mañana, dejando el resto del día libre para el estudio y cada

semana había repeticiones o círculos de estudio, y cada mes actos solemnes. La

                                                            45 Carlos Vásquez, Los Jesuitas y el apostolado de la Educación: 2, http://www.jesuitas.org.co/ documentos/32.pdf .

 

30

 

Ratio Studiorum recoge el ideal pedagógico jesuita que se sintetiza en el formar a

sus estudiantes en virtud y letras.

En el aspecto académico los religiosos jesuitas del Colegio de San Felipe

Neri, en el proceso de secularización, aceptaron y cumplieron los acuerdos y

disposiciones emanadas desde el Ministerio de Instrucción Pública, lo que permitía

que la institución pueda funcionar, aunque no se quitó del currículum materias

como Latín y Religión, así como las prácticas religiosas como misas, rezos,

novenas, triduos, ejercicios espirituales.

En las actividades diarias ocupaba un lugar importante lo religioso, aspecto

que por la característica del plantel, no podía pasar por alto; todos los días: misa,

rezo del rosario y una lectura espiritual. Las clases eran de lunes a sábado, en doble

jornada, como era la costumbre.46 En años posteriores se hicieron algunas

modificaciones; así, los miércoles y sábados en la tarde había descanso. Los días

domingos la asistencia era obligatoria; a las 07h30 se asistía a la misa, luego se

impartía el catecismo, clases de urbanidad o los ejercicios físicos. 47

Hacia 1895 la enseñanza secundaria se estructuraba en cuatro niveles:

empezaba (así denominados) con Ínfima, continuaba con Media, Suprema Literatura

y Filosofía. En el caso del Colegio San Felipe Neri en el año denominado Ínfima y

Media las materias que se impartían eran: Religión, Latín, Castellano, Aritmética y

Geografía. En el nivel de Suprema la Geografía se reemplazó por Historia General.

En el nivel de Literatura las asignaturas que se impartieron fueron: Religión, Raíces

griegas y latinas, Preceptos, Historia de la Literatura e Historia y Geografía del

Ecuador. En el último año, Filosofía, se estudiaba: Ética, Física, Geometría, Lógica,

Álgebra y Francés.

La Ratio Studiorum, sistema escolar que puede ser considerada como la

cultura escolar que se vivenció en el Colegio de San Felipe Neri, se adaptó a estos

nuevos cambios, pero sin dejar de lado algunas de sus prácticas, como la celebración

de fiestas religiosas, la repartición de premios, debates, academias de estudio,

congregaciones religiosas.

                                                            46 Hasta el año de 1974. 47 Prefectura del Colegio de S. Felipe Diario y libro de asistencia de 1912 a 1933, 36.

 

31

 

Una de los medios de adaptarse a la normativa impuesta por el Estado laico,

en el Colegio San Felipe Neri, fue el de acatar las disposiciones legales. Así, en

cuanto al uso de los textos escolares el Colegio de San Felipe Neri dio cumplimiento

con las órdenes emanadas por las respectivas autoridades educativas. El 15 de

noviembre de 1900 Alberto Darquea, Secretario del Consejo General de Instrucción

Pública, mediante oficio Nº 38 comunicó al padre Rector los textos que se debían

utilizar en la enseñanza secundaria del Ecuador de acuerdo a la resolución de la

Junta General de profesores del Instituto Nacional Mejía.48 Entre estos textos

encontramos obras tradicionales y que ya existieron antes de estas propuestas del

Instituto Mejía, inclusive llama la atención que se propusieron textos escritos por

religiosos, como Instrucción Moral y Religiosa de Shoupe, o textos tradicionales

como Urbanidad de Manuel Antonio Carreño, Gramática Castellana de Primitivo

Sanmartín, Aritmética de los Hermanos Cristianos, Geografía General de Sánchez,

Filosofía Racional del P. Jonet, Historia Universal de Fernando de Castro. Los

textos Geografía del Ecuador de Roberto Andrade, Historia del Ecuador de Pedro

Fermín Cevallos, autores de marcada tendencia liberal, sin embargo fueron

utilizados en el plantel.

Con fecha 14 de junio de 1901 la Secretaría del Consejo General de

Instrucción Pública informó al padre Rector algunos cambios de los textos a seguirse,

según resolución del Instituto Nacional Mejía; la Historia Universal de Castro se

reemplazó por el compendio de Duruy, que con sus cinco tomos debía enseñarse

desde el segundo año de Humanidades; la Geografía Universal debía ser estudiada en

el libro de Manuel Rojo.49

Según la costumbre de la época las actividades extra – clases, lo que Agustín

Escolano llama mediaciones de la cultura escolar,50 fueron importantes para el

plantel, conforme el espíritu de la Ratio Studiorum. Una de estas actividades eran las

academias; los miembros de éstas debían aventajar a los demás compañeros en lo

académico, en virtudes cristianas, en diligencia en los estudios y en el cumplimiento

                                                            48 [Oficio Nº 38 de Alberto Darquea al Rector del Colegio de San Felipe donde se indican los textos que se deben utilizar] (Quito:15 noviembre 1900, ACSJQ, Caja San Felipe Neri). 49 [Oficio Nª 58 en el que se indican cambios de Algunos textos] (Quito: 14 de junio de 1901, ACSJQ, Caja San Felipe Neri). 50 Escolano, “La escuela como construcción cultural”, 140.

 

32

 

de las leyes de las clases. Las academias debían exponer públicamente, y de manera

periódica, sus trabajos en actos solemnes, en los que se entregaban premios a los

miembros más destacados. Las academias que funcionaron en el Colegio de San

Felipe Neri fueron: la de Dogma y Razón de Apologética, Dios y Patria de

Literatura, San Luis Gonzaga de Declamación, San Estanislao de Kostka de Lengua

Latina y se estaba organizando la de Historia Riobambeña, la misma que se

denominará Juan de Velasco.

Cada Academia del Colegio de San Felipe Neri tenía sus reuniones,

generalmente los días de vacaciones (miércoles y sábado en la tarde) y poseían sus

reglamentos internos. En algunas Academias, como la de Declamación y la de Latín,

podían ingresar desde el grado superior de la escuela y de la sección inferior del

colegio; la de Literatura aceptaba únicamente estudiantes de tercero a sexto curso.

Algunas Academias, como la Dios y Patria de Literatura, realizaron publicaciones

como: “La Victoria de Junín”, “El Tricolor Nacional Ecuatoriano”, “Estudios de

Retórica” “El Espíritu del Hombre Superior”, “Ensayo de Debates sobre el secular

Litigio de Límites entre Ecuador y Perú.”51 Así era posible cumplir con lo que

mandaba el plan de estudios de la Compañía de Jesús, la Ratio Studiorum,

instrumento que sirvió como guía de los procesos educativos hasta más allá de la

mitad del siglo pasado. Para las academias del plantel el aspecto religioso y el

cultivo de la piedad eran lo que se debían priorizar, lo que de alguna manera,

contrarrestaría el influjo del laicismo.

La Ratio Studiorum, al aplicarse en el Colegio de San Felipe Neri, incorporó

algunos rasgos de modernidad pedagógica, con el fin de adaptarse a las nuevas

disposiciones del Ministerio de Instrucción Pública, más que dar respuestas de

rechazo o de no cumplirlas, con lo que la Ratio Studiorum, elemento fundamental

de la cultura escolar del Colegio de San Felipe Neri, iba acomodándose a los

cambios propuestos por el Estado laico. Estas adaptaciones no implicaban,

necesariamente, dejar de lado el espíritu de la Ratio Studiorum.

Un tópico en la vida cotidiana, y de la cultura escolar del Colegio San Felipe

Neri fue la instrucción militar de los estudiantes; un oficial del Ejército ecuatoriano

                                                            51 Prefectura del Colegio San Felipe, 16 –7.

 

33

 

era asignado para preparar a los estudiantes.52 Esta actividad tuvo ciertas variaciones

en el día que se realizaba; en ocasiones eran los domingos después de la misa y

plática, o los miércoles en la tarde. La instrucción militar se complementaba con

exhibiciones públicas de revistas de gimnasia, competencias militares, atléticas y la

jura de la bandera.53 El liberalismo, según el historiador colombiano Gilberto Loaiza

Cano, tanto en Europa como en América, adoptó el modelo educativo alemán, que

proveía de disciplina y eficacia para el acceso a la lectura, elementos claves para la

formación de ciudadanos y electores. Incluso los conservadores valoran la

disciplina y la eficacia de la educación alemán porque se sostenía en un modelo.54

2.2. La ritualidad en lo cotidiano del Colegio de San Felipe Neri

Dentro de lo que Antonio Viñao califica como conjunto de prácticas rituales

de la acción educativa, relacionadas con la cultura escolar, a las cuales el Colegio

de San Felipe Neri dio la debida atención, está la distribución de premios, conforme

lo prescrito en la Ratio Studiorum, que preveía realizar distribuciones públicas de

premios, en tiempos previamente determinados. El sentido que se dio a este conjunto

de rituales al repetir ciertos actos es el de establecer una costumbre en la que se

reconocieron los logros alcanzados por los estudiantes, lo que serviría de ejemplo

para los demás compañeros. Con estas prácticas se pude observar una continuidad

de la cultura escolar, cuyo elemento fundamental era la Ratio Studiorum, en este

plantel educativo jesuita

Con estos ritos se daba a conocer a la ciudadanía lo que se hacía en el plantel

y los logros que conseguían sus estudiantes. Estos actos eran muy solemnes y la

ciudadanía los esperaba. Los conocimientos adquiridos por los estudiantes eran una

muestra de los avances educativos impartidos por los profesores; estas

demostraciones se realizaban en medio de la rivalidad que existía con el Colegio

Nacional Maldonado, por lo que era muy importante la asistencia de los padres de

familia y la ciudad en general.

                                                            52 La instrucción militar formaba parte de una propuesta pedagógica que se la trasladó desde Europa. 53 Escobar, Páginas Históricas, 178. 54 Gilberto Loaiza, “El maestro de escuela o el ideal liberal de ciudadano en la reforma educativa de 1870” en Revista Crítica N° 34 julio – diciembre 2007 (Bogotá: Universidad de los Andes), 73- 4.

 

34

 

Los anuarios editados por el plantel dan cuenta de lo anterior al calificar a

este tipo de actos como “Solemne Distribución de Premios”.55 La frase con la que

los anuarios y actos presentan a los estudiantes destacados decía:

A Mayor Gloria de Dios, adelanto de las Ciencias, Cultura de las Letras,

honrosa y duradera memoria de los alumnos del Colegio San Felipe Neri de la

Compañía de Jesús en Riobamba, se proclaman los nombres de los que durante el

curso 1916 – 1917, por su ejemplar conducta, constante aplicación y acreditado

aprovechamiento se han hecho merecedores de tan justo premio.56

Los premios entregados eran de varios tipos: de conducta, de Instrucción

Religiosa, que era el más apreciado por parte de las autoridades del plantel jesuita de

Riobamba al colocarlo en primer lugar de la lista de los premios académicos; de

aprovechamiento, que se otorgaban por cada curso, tanto de la escuela como del

colegio; este reconocimiento se lo dividía por cada año y materias, pero siempre

bajo los lineamientos de la Ratio Studiorum (Reglas para el Rector 14). Se otorgaba

una medalla de excelencia al estudiante que había obtenido el mayor número de

distinciones en conducta, aprovechamiento y en las concertaciones mensuales.

El ritual de esta concesión de premios y la proclamación de notas se repetía

de manera mensual, con la realización de un acto público, al que se le daba cierta

solemnidad; estas ceremonias eran acompañadas, generalmente, de demostraciones

sobre los conocimientos adquiridos en las distintas materias, declamaciones de

composiciones poéticas, obras de teatro, zarzuelas.57

En otras ocasiones estos actos se reducían únicamente a la lectura pública de

las notas de los estudiantes. Hubo meses en los que por diferentes circunstancias,                                                             55 Colegio San Felipe Neri Solemne Distribución de Premios en el Colegio de San Felipe Neri de la Compañía de Jesús curso de 1916 – 1917. 56 Colegio San Felipe Neri Solemne Distribución de Premios en el Colegio de san Felipe Neri de la Compañía de Jesús curso de 1916 – 1917, 3 y Colegio San Felipe Neri, Anuario del Colegio “San Felipe Neri” Curso Escolar de 1925 – 1926,( Riobamba, La Buena Prensa, 1926), II. 57 Como sucedió en la mañana del sábado 23 de diciembre de 1911, según el “Diario y Libro de Asistencia de 1912 a 1933” “[…] 9 ¼ Acto de Historia Universal de los estudiantes de 3º año; salió bien; declamación de dos composiciones poéticas; después tuvo lugar la 2ª proclamación de notas del curso. Empiezan las vacaciones de Navidad.” También se presentaban obras de teatro, zarzuelas como “El Campo de Quintín” (julio 1919), dramas como “El 9 de octubre de 1820” de Luis Velasco, S.J. (4 de julio 1920), “Como la tumba” (5 de julio 1921). (Prefectura del Colegio de S. Felipe Diario y libro de asistencia de 1912 a 1933, pp. 7, 5, 65, 73 AUESFN).

 

35

 

como los sucesos acaecidos en el país entre diciembre de 1911 y enero de 1912,

(asesinato de Eloy Alfaro) dichas ceremonias tuvieron que postergarse.

2.3 Cotidianidad y ritualidad en lo religioso y las devociones

La manera como el Colegio de San Felipe Neri manejó el tema de lo

religioso, llevó a que el conjunto de actos y ceremonias se convirtieran en rutina y

ritualidad que se repetían, sin mayores cambios, en los años que estamos estudiando,

accionar que consolidó la cultura escolar del plantel y daba, al mismo tiempo,

continuidad a la Ratio Studiorum.

Desde sus inicios, en 1836, en el plantel hubo congregaciones religiosas que

fueron creadas para fomentar la piedad y la devoción hacia el Sagrado Corazón de

Jesús; con ese fin funcionó en el colegio el Apostolado de la Oración, el mismo que

tuvo su antecedente en la Cofradía del Sacratísimo Corazón, que en 1832 ya

existía en el oratorio de San Felipe en Riobamba.58 El Apostolado de la Oración se

estableció en el San Felipe en 1871 con el P. Antonio Garcés, S.J., una congregación

que tomó impulso en 1873 con la consagración del Ecuador al Sagrado Corazón de

Jesús.

Con las diferentes congregaciones religiosas que existieron el Colegio San

Felipe Neri se buscó aplicar lo previsto en la Ratio Studiorum. Una de las prácticas

que más se pedía a los congregantes del Apostolado de la Oración, que en su

mayoría eran estudiantes del Colegio San Felipe Neri, era comulgar todos los

primeros viernes de cada mes en honor al Sagrado Corazón de Jesús. El Diario del

Prefecto destacaba que casi todos los alumnos comulgaron en estas misas, rito que se

repetía cada primer viernes del mes. Después de la misa los estudiantes que

comulgaban regresaban a sus casas a desayunar, por lo que la primera hora de clases

se suspendía, 59 rutina que se repetía todos los meses sin mayor variación alguna.

Otro grupo religioso significativo fue la Congregación Mariana, en la que se

admitían a los estudiantes que se destacaban en aprovechamiento y conducta,

                                                            58 Alfonso Escobar, Reseña Histórica del Apostolado de la Oración, mecanografiado, 1 -2. 59 Diario del Colegio de San Felipe Neri en Riobamba (Ecuador) desde el año 1910 al año 1920.

 

36

 

siguiendo lo prescrito en la Ratio Studiorum. Según la creencia el ingreso a esta

congregación y la práctica de ciertas devociones piadosas garantizaba “la protección

de la Virgen durante la vida, pero sobre todo a la hora de la muerte”, con lo que la

salvación eterna estaría prácticamente garantizada.60 El colegio incentivó a sus

estudiantes a buscar los medios necesarios para asegurar su entrada al paraíso, uno

de estos caminos fueron las congregaciones o grupos apostólicos para los seglares,

sin dejar de lado las prácticas piadosas.

Otro rito religioso que fue importante para la continuidad de la cultura escolar

en el Colegio de San Felipe Neri fue la festividad de los santos, que generalmente

era antecedida por la celebración de una novena. Los santos que más se festejaban en

el Colegio de San Felipe Neri eran: San Estanislao de Kostka61 cuya fiesta era el 13

de noviembre; el ritual acostumbrado incluía, en la mañana, una misa solemne con

comunión mayoritaria de los estudiantes, mientras que por la tarde, después del rezo

del rosario, había juegos como el desafío de pelotas con escudo; después los

estudiantes tenían vacación. El periódico, de tendencia liberal, “Los Andes” de

Riobamba en su edición del 16 de noviembre de 1916 ironizó e hizo una crítica de

estos festejos al decir que los santos solo servían para dar vacaciones a los

estudiantes.

Otra celebración religiosa era la de la entonces beata Mariana de Jesús, (Quito

1618 - 1645) cuya fiesta se conmemoraba el 26 de mayo. Esta celebración se la daba

en consideración a que Mariana de Jesús era la única ecuatoriana elevada a los

altares y por la relación directa que tuvo con la Compañía de Jesús.

Un festejo anual importante en el Colegio San Felipe Neri fue la del santo

jesuita Luis Gonzaga (1568 – 1591); cada 21 de junio, el rito iniciaba en la mañana

con la misa de comunión general, un programa especial en la tarde con rezo del

rosario, letanías cantadas y en la noche, veladas artísticas, que terminaban con

juegos pirotécnicos, globos y la instalación de un arco voltaico en el patio.62

                                                            60 Colegio San Felipe, Efemérides 1921 – 1922, 3. 61 Santo de origen polaco, nació el 28 de octubre 1550; fue novicio de la Compañía de Jesús, murió de malaria el 15 de agosto de 1568. 62 Prefectura del Colegio de San Felipe Neri, Diario y Libro de Asistencia, (manuscrito) Riobamba, 42.

 

37

 

El ritual que se celebraba con la solemnidad que la ocasión ameritaba, era la

fiesta del Sagrado Corazón de Jesús, en el mes de junio. Los ritos eran similares a

otras fiestas religiosas, misa de comunión general en la mañana y en la tarde una

procesión por las calles de la ciudad. En el mismo mes de junio se festejaba la fiesta

del Corpus Christi, que en el Colegio de San Felipe Neri no pasaba por alto; el

colegio se sumaba a la procesión solemne que se realizaba cada año en la ciudad y

que era precedida por el Obispo de la Diócesis.

En busca de fomentar las distintas devociones piadosas era costumbre que

los diferentes meses del año lectivo estén dedicados a la protección de diferentes

advocaciones. Por ejemplo, octubre al Ángel de la Guardia, noviembre a San Juan

Berhmans, diciembre a la Inmaculada, enero a Jesús Rey y junio al Sagrado Corazón

de Jesús, etc.

En el desarrollo del año lectivo se realizaban otros ritos religiosos no menos

importantes como: misa al Espíritu Santo y triduo al inicio del año lectivo, ejercicios

espirituales de tres días con régimen externo en octubre y en Semana Santa. Otras

prácticas comunes eran el rezo diario del rosario y las letanías. Estas prácticas

religiosas pretendían fomentar a toda costa la fe y devoción de los estudiantes en un

ambiente donde iba ganando espacio el Estado Laico; el objetivo era revestirles de un

carácter de seriedad y de suma estrictez; por ejemplo, la Junta de Profesores del 1

de octubre de 1899 encomendó al P. Prefecto que procure que:

[…] traigan todos los colegiales un devocionario para seguir las oraciones de

la Santa Misa pues muchos parecen entonces muy distraídos. En cuanto al rosario se

encargó al que los vigila que los excite á que recen todos en voz alta. […] Si los

alumnos están cansados por el largo estudio se pudiera tal vez remediar con que se

pusiesen de pié después de la primera decena.63

Otro rito que se cumplía anualmente era la llegaba a Riobamba la imagen de

la Virgen de Sicalpa; la ciudad preparaba varios rituales que incluía una procesión

al arribo y despedida. Las imágenes religiosas, como objeto de culto, han

                                                            63 Colegio San Felipe, Libro de Juntas 1888 – 1918, (Riobamba: 1 de octubre 1899).

 

38

 

acompañado a lo largo de la historia de la Iglesia católica como representaciones

ideales de los valores y preceptos del catolicismo.64 Conforme pasaban los años la

presencia de la imagen de la Virgen de Sicalpa en Riobamba, perdió importancia.

Durante varias décadas la imagen no ha regresado a Riobamba.

Otras conmemoraciones importantes eran las marianas, que en cada año

lectivo y de forma ritual se realizaban tres: 8 de diciembre la Inmaculada

Concepción, 20 de abril la Dolorosa del Colegio y mayo el mes de María. La fiesta

de la Inmaculada empezaba con una novena, en la mañana, el mismo ritual de otras

fiestas religiosas; en la tarde, el rezo del rosario, panegíricos, consagraciones,

procesión con las Hijas de María, juegos en el patio y lanzamiento de globos. El mes

de mayo estaba consagrado a ofrecer “flores a María.”, festejo en el que

simbólicamente se regalaban obsequios a la Virgen María y se quemaban en la

capilla en medio de una fiesta.

Pero la devoción mariana más apreciada en el Colegio de San Felipe Neri era

a la Dolorosa del Colegio, a raíz del milagro, que pronto se difundió a nivel

nacional;65 el plantel, al ser una institución educativa jesuita ecuatoriana, propagó

rápidamente la devoción a la Dolorosa del Colegio. Aunque de manera tardía el

cuadro del milagro realizó varias giras a las distintas provincias del Ecuador. La

primera salida se realizó en el año de 1934 a las ciudades de Riobamba, Ambato y

Latacunga. A Riobamba el cuadro volvió en los años 1938, 1955, 1981 y 2005. Las

primeras visitas fueron apoteósicas; posteriormente perdieron la atracción y devoción

de los fieles.

Hay un detalle al cual el Colegio San Felipe Neri, dio importancia; un jesuita,

miembro de la comunidad del Colegio San Gabriel de Quito, compró a principios del

siglo XX tres oleografías idénticas de la Virgen de Dolores, una de las cuales fue la

del milagro; la segunda se la conservó en el Noviciado de los jesuitas en el sector de

Cotocollao, Quito, y la tercera fue traída a Riobamba en el año de 1908 por el P.

                                                            64 Catalina Larco, Mariana de Jesús en el siglo XVII: santidad y regulación social”, Procesos: Revista ecuatoriana de Historia N° 15, (I II semestres 2000): 52. 65 Hecho que aconteció la noche del viernes 20 de abril de 1906 en el comedor del Colegio San Gabriel de Quito,  cuando los internos vieron que un cuadro de la Virgen de Dolores abría y cerraba los ojos. El mes de mayo de 1906 inició el proceso canónico; luego de las debidas indagaciones Ulpiano Páez Quiñones, Vicario Capitular de la Arquidiócesis de Quito, el 31 de mayo de 1906 aceptó el hecho como un milagro divino.

 

39

 

Andrés Machado, S.J, rector del Colegio San Gabriel y nombrado ese año Obispo de

Riobamba. Dicha imagen se conserva aún en la capilla del plantel.

Como una forma de acrecentar la devoción a la Dolorosa del Colegio, en el

año de 1908, se fundó en el San Felipe Neri “La Congregación de la Virgen

Dolorosa del Colegio”, conformada por mujeres, la misma que en el año de 1931

alcanzó 765 socias.66 Posteriormente, se creó un grupo denominado “Los

Caballeros de la Dolorosa”. Estas congregaciones estaban asesoradas por jesuitas,

tenían sus directivas, estatutos, reglamentos y generalmente estaban integradas por

personas económicamente solventes, de la élite riobambeña.

En la actualidad la Compañía de Jesús en el Ecuador tiene como su principal

devoción mariana a la Dolorosa del Colegio San Gabriel. Las fiestas patronales del

Colegio San Felipe Neri se realizan en homenaje a la Dolorosa. Todos los años

lectivos se repite un rito que consiste en la entrega simbólica del cuadro de la

Dolorosa a los alumnos de octavo año por parte de los de tercero de bachillerato.

Cada día 20 de mes se celebran varias eucaristías, que terminan con el Himno a la

Dolorosa.

Estas prácticas religiosas - cotidianas en el colegio de los jesuitas de

Riobamba como parte de su cultura escolar, se convirtieron en un verdadero rito, y

quizás, una rutina. Según el historiador Antonio Padilla Arroyo los rituales escolares

buscan como objetivo principal el recuperar y el reinterpretar el sentido de las

fiestas, sobre todas religiosas, para lo que era fundamental incentivar la

participación activa de los habitantes de las distintas poblaciones, siempre en la

medida que las fiestas representen un acto de participación comunitaria. Así, los

rituales escolares nos darían a conocer las divisiones, tensiones y representaciones

de la sociedad, con la que de alguna manera se vinculaba.67

Con este tipo de ceremonias y rituales religiosos, siguiendo el criterio de

García de Cortázar, la Iglesia pudo explotar la condición de perseguida, con lo que

justificaba la organización de multitudinarias procesiones y peregrinaciones,

                                                            66 Colegio San Gabriel, Mi Colegio, año IV, Nº 34 (Quito: 1931),48 – 51. 67 Antonio Padilla, “Secularización, educación y rituales escolares en el siglo XIX” en Alteridades, 9: 104.

 

40

 

manifestaciones que pueden ser calificadas como ostentosas de fe,68 pero lo que en

realidad pretendían era consolidar la fe y evitar la proliferación de ideas

provenientes del laicismo.

2.4 El catecismo de san Ignacio y otras formas de defender la religión católica

del Colegio de San Felipe Neri, como medios de vinculación edificantes con

la sociedad riobambeña

Ante la supresión de la enseñanza de la materia de Religión en los planteles

educativos del Ecuador, medida auspiciada por el Estado y varios municipios, la

Iglesia católica procuró encontrar varios medios y formas de adaptarse a la nueva

realidad. Así, a través de algunas actividades edificantes el Colegio San Felipe Neri

buscó una vinculación con la sociedad riobambeña. En el caso de la diócesis de

Bolívar69 los jesuitas pusieron en marcha algunos recursos como: el catecismo de

San Ignacio de Loyola, los ejercicios espirituales y sermones en celebraciones

litúrgicas especiales.

El catecismo de San Ignacio de Loyola se instaló el 9 de octubre 1902 en la

iglesia de San Francisco (a una cuadra del Colegio de San Felipe Neri). El origen del

catecismo de San Ignacio, se dio en “vista de la falta de instrucción pública de los

niños que acudían a estudiar a establecimientos educativos seglares, o que no van a

ellas” y ante la imposibilidad de acudir a una institución católica, a lo que se sumó la

ausencia de un cura párroco en San Francisco. Para la convocatoria se emplearon

medios como hojas volantes y avisos en un periódico local.70

Como era la costumbre de ese entonces, el catecismo y sus diferentes

secciones, divididas por género, tenían sus patronos; el principal era San Ignacio de

Loyola; San Estanislao de Kotska, santo de los niños que se preparaban para la

primera comunión; el Niño de Praga, de los niños que ya podían comulgar; de las

niñas eran patronas el Purísimo Corazón de María y la beata Mariana de Jesús. El

                                                            68 Mónica Moreno, “La política religiosa y la educación laica en la Segunda República”, Pasado y Memoria: Revista de Historia Contemporánea, N° 2: 31. 69 Como se conocía en ese entonces a la actual Diócesis de Riobamba 70 Catecismo de San Ignacio de Loyola, manuscrito (Riobamba 1903).

 

41

 

catecismo era financiado con fondos provenientes de las limosnas de las personas

pudientes de la ciudad. A través de estas contribuciones de las élites de la ciudad de

Riobamba se establecía una relación directa entre este grupo social y el Colegio San

Felipe Neri.

En el catecismo hubo una serie de hábitos y ceremonias definidos; las

celadoras, calificadas como “jóvenes piadosas”, eran las que recogían a los niños y

los devolvían a sus respectivas casas. Se incentivaba la presencia de los niños a

través de tarjetas de asistencia y billetes de aplicación, los que eran canjeados cada

dos meses con objetos piadosos como rosarios o estampas; a los más pobres se les

obsequiaban cortes de tela. Cada cierto tiempo había concertaciones públicas en las

que los niños repetían de memoria los puntos básicos de la doctrina cristiana y

recitaban composiciones piadosas. Había lo que se llamó las funciones que no eran

otra cosa que conmemoraciones de la festividad del patrono de cada sección.

Pero el acto que se celebraba con toda fastuosidad, pompa y rigurosidad

ceremonial era la Primera Comunión, que incluía la realización de un triduo de

ejercicios espirituales; los niños se presentaban con pantalón blanco y chaqueta

negra, las niñas con vestidos y velos blancos. Parte del ritual era la encendida de la

vela que permanecía en ese estado desde el canto del Sanctus hasta después de la

comunión; después de la ceremonia había un desayuno. En la tarde de ese mismo día

se daba la renovación de las promesas bautismales, un ritual que los niños la

realizaban puesto de rodillas, con la vela encendida y con una mano en los

evangelios; terminaba la ceremonia con la colocación de un escapulario de la Virgen

del Carmen a los niños.

El primer año asistieron alrededor de unos 700 niños, una cifra importante, si

tomamos en cuenta y comparamos con el número de estudiantes del Colegio San

Felipe Neri, que en aquel entonces, no llegaba a 200. Durante varios años el

catecismo de San Ignacio de Loyola suplió la falta de la enseñanza religiosa de los

niños de Riobamba, aunque tuvo que enfrentar, en alguna ocasión, intentos de cierre

por parte de las autoridades civiles de la ciudad.

Otra vía que empleó la Compañía de Jesús para adaptarse al proceso de

secularización fue la realización de tandas de ejercicios espirituales con las

 

42

 

modalidades de internos o externos; estas tandas se los daban en momentos litúrgicos

importantes a los estudiantes del Colegio de San Felipe Neri, como la Semana

Santa y el mes de María, para el efecto se suspendían las clases durante tres días.

Había misas, pláticas, momentos de oración, rezo del rosario, adoración al Santísimo

y confesiones.

Los actos rituales se extendían también a los artesanos, al clero secular, a las

religiosas Marianitas, de la Providencia y de la Concepción. Se daban retiros

espirituales a las Santas Hijas de María y en la Catedral para el pueblo; en la

Basílica del Sagrado Corazón para señoras y el pueblo en general. También había

tandas de ejercicios en pueblos cercanos como Guano, Chambo, Pungalá,

Yaruquíes.71 De esa manera el plantel jesuita se proyectaba hacia la sociedad

riobambeña y no se dedicaba únicamente a la labor académica.

Los sermones fueron otro canal apreciado por los jesuitas del San Felipe

Neri para acercarse a sus fieles, y otra actividad edificante que vinculó de manera

directa al Colegio San Felipe Neri con la población de Riobamba. Los principales

sermones que se predicaban eran el del 8 de diciembre dedicado a la Inmaculada

Concepción, 31 de diciembre fin de año, 1 de enero el Dulce Nombre, 2 de febrero

purificación, 7 de abril Viernes de Dolores, 14 de abril Siete palabras, 20 de abril

Dolorosa del Colegio, 4 de mayo desagravios, 7 de mayo Patrocinio de San José, 26

de mayo Beata Mariana, junio 21 Luis Gonzaga, junio 23 Corazón de Jesús, agosto

15 la Asunción.72

2.5 “El año triunfal” (1915) la consagración de la Basílica al Sagrado Corazón

de Jesús en Riobamba

El 9 de junio de 1915 se consagró el templo de la Basílica al Sagrado Corazón

de Jesús en la ciudad de Riobamba. La primera piedra se colocó el 26 de agosto de

1883, en el rectorado del P. Luciano Navarro, S.J. En un principio se pensó levantar

este templo en el sector conocido como la Loma de Quito, pero por la distancia,

finalmente se edificó en un sitio contiguo al Colegio San Felipe Neri.

                                                            71 [Tanda de Ejercicios en 1922] manuscrito, ACSJQ. 72 [Sermones de 1921 a 1922 ] manuscrito, ACSJQ.

 

43

 

La Compañía de Jesús quiso darle al templo un carácter de nacional y

presentarlo como una ofrenda complementaria a la consagración del Ecuador al

Corazón de Jesús, evento en el que los jesuitas tuvieron protagonismo. La

construcción de la Basílica demoró 32 años; el retraso se debió sobre todo a

problemas económicos, por lo que el comité de ayuda realizó varias actividades

como rifas, veladas artísticas para recaudar fondos.

Luego de superar estos inconvenientes y problemas económicos, la Basílica

del Sagrado Corazón de Jesús abrió sus puertas a los fieles el 9 de junio de 1915,

para cuyo efecto se preparó un amplio programa al que asistieron varios obispos del

Ecuador. Podemos narrar, a modo de anécdota, que el Arzobispo de Quito Monseñor

Federico González Suárez se excusó de asistir a la consagración “por motivos de

graves de prudencia” (salud).73 Caso similar fue el del Obispo de Riobamba Mons.

Andrés Machado, S.J., que no pudo presidir los actos de consagración por

enfermedad.

El programa de inauguración incluyó repiques de campanas, retretas, misas

pontificales diarias, entronización de la imagen del Sagrado Corazón de Jesús,

peregrinaciones desde distintos pueblos cercanos a Riobamba, veladas artísticas,

desfiles acompañados de bandas de músicos de pueblos aledaños como: Licto,

Pungalá, San Andrés, Calpi, Químiag, Cubijíes, Cajabamba, San Luis; juegos

artificiales, iluminación de los templos de Riobamba.74

Otro medio de vinculación del Colegio San Felipe y de la comunidad jesuita

con la feligresía de Riobamba fue por medio de las congregaciones religiosas, cuyas

reuniones y actividades se las realizaban en las instalaciones del plantel. Los asesores

y directores espirituales eran religiosos jesuitas del Colegio San Felipe Neri.

Algunas de las devociones, como el Sagrado Corazón de Jesús o la Dolorosa del

Colegio eran propias de la Compañía de Jesús. En la actualidad varios de los

estandartes de las congregaciones se conservan en la Basílica del Sagrado Corazón

de Jesús. En los archivos del Colegio San Felipe Neri reposan libros de actas de

reuniones de estas congregaciones, imágenes y diplomas que ameritan un estudio                                                             73 [Carta de Federico González Suárez a Juan Félix Proaño, en la que se excusa asistir a la consagración de la Basílica,] 2 de mayo de 1915, AUESFNR. 74 El Social, Periódico de independiente de intereses generales y locales, Nº 100, (Riobamba), 5 de junio de 1915.

 

44

 

minucioso sobre su influencia en la sociedad y el papel que desempeñaron junto a la

Iglesia católica.

Alrededor del templo de la Basílica del Sagrado Corazón de Jesús se

formaron y fortalecieron varias de estas congregaciones religiosas; algunas de ellas

eran para la gente pudiente como la Congregación de los Caballeros de la Dolorosa

y otras para la gente de menores ingresos económicos, como la Congregación de San

José, formada principalmente por obreros de la ciudad. Cada una de estas

congregaciones tenía un procedimiento especial para su ingreso, en donde se

evidenciaba una jerarquía claramente establecida, ceremonias y rituales, insignias,

estandartes, etc. pero de a poco, estos grupos fueron debilitándose hasta desaparecer

por completo.

A pesar de que el Estado Liberal le quitó varios espacios a la Iglesia no

pudo despojarle de su poderío espiritual y presencia en la sociedad. La jerarquía

eclesiástica, así como curas párrocos, religiosos y religiosas continuó ejerciendo una

fuerte influencia en sus fieles.75 La construcción y posterior bendición de la Basílica

del Sagrado Corazón de Jesús fueron aprovechadas como recursos para defender a

la religión y atacar al Estado Laico. En el sermón de consagración de este templo el

P. Manuel Proaño, S.J. dijo “Este es Señor, vuestro pueblo: no doblará sus rodillas a

varias Deidades, sino a vos, Santo de Israel. […] vuestros enemigos insultan nuestra

Fe, y se burlan de nuestras esperanzas”.76

2.6 En defensa de Dios y de la Patria: ritualidad en el Colegio de San Felipe Neri

Según la historiadora Gabriela Ossenbach la Revolución Liberal buscó crear a

través de la educación un nuevo fermento de nacionalidad, que sea capaz de articular

al Estado nacional, para lo que incorporó elementos simbólicos e ideológicos que

contribuyeron a establecer una identidad colectiva, la misma que ya no podía

fundamentarse en el sentimiento religioso. Uno de estos elementos simbólicos de

                                                            75 Rosángela Valencia, “El Culto a la Virgen del Quinche”, 27. 76 Manuel Proaño, En la Consagración de la Rotonda de Riobamba y Entronización del Sacratísimo Corazón de Jesucristo (Quito: La Prensa Católica, 1915), 14.

 

45

 

identidad e integración con el que el gobierno liberal buscó alinearse fue el concepto

de patria, el mismo que sintetizaba el ideario de libertad.77

El gobierno liberal creyó que la Iglesia se oponía a toda forma de expresión

de patriotismo, por lo que el discurso político del Estado aludió constantemente en la

creación de una renovada conciencia nacional opuesta a todo lo religioso, lo que se

evidenció en varios pronunciamientos e informes de funcionarios gubernamentales

que buscaron arrebatar a la iglesia el control del sistema educativo. El Estado liberal

ecuatoriano consideró que la educación católica no fomentaba el patriotismo, sino

todo lo contrario, buscaba un divorcio entre Patria y Religión. El Presidente

Leonidas Plaza en un informe dirigido al Congreso Nacional dejó en claro que el

clero ecuatoriano únicamente trabaja por su Principal (el Papa); la fuerza de la Iglesia

es calificada como una pasividad cadavérica. En un mensaje presidencial el

Presidente Plaza quiso demostrar que la Iglesia ecuatoriana se interesaba más por la

“Patria Celestial” que por el Ecuador: “por Cristo y su Vicario” “Por Dios y la

Iglesia claman” “Acaso ¿ese clero tiene Patria?” Para el Presidente Leonidas Plaza el

único interés que tiene la Iglesia era la salvación de las almas, a través de caminos

calificados como subterráneos de la abyección y el fanatismo.78

Según esta lectura de los liberales, la Iglesia atropellaba la dignidad humana y

era una afrenta a la sociedad. El Presidente Leonidas Plaza concluyó su informe

afirmando que toda la desgracia de la República es culpa del clero, quien ha sido al

mismo tiempo “tutor, dómine (señor) y verdugo. La solución frente a este problema

planteado por el Presidente era una solución radical y extrema “empujar al clérigo

fuera de la cátedra y del Parlamento, en síntesis, “eliminar al fraile, a más del clero

secular, quienes están en actividad de podredumbre.”79

Sin embargo, contrario a lo que creyó el gobierno liberal, la Iglesia católica

ecuatoriana si fomentó en sus estudiantes el patriotismo, claro está, imprimiendo su

                                                            77 Gabriela Ossenbach, “Formación de los Sistemas Educativos nacionales en Hispanoamérica. La política educativa como factor de consolidación del Estado nacional (1870 – 1990): el caso de Ecuador”, (Tesis doctoral, Universidad Nacional de Educación a Distancia, 1988), 380. 78Leonidas Plaza, “ Mensaje del Presidente de la República, al Congreso Nacional” en Alejandro Noboa, recopilador, Mensajes dirigidos por los Presidentes y Vicepresidentes de la República, Jefes Supremos y Gobiernos Provisorios a las Convenciones Nacionales y Congresos Nacionales de 1819 hasta nuestros días (Guayaquil: El Tiempo, 1908), 299. 79 Ibíd., 300.

 

46

 

propio estilo. En el caso del Colegio de San Felipe Neri, como parte de la formación

cristiana, inspirada y guiada por la Ratio Studiorum se buscó incentivar en los

estudiantes, primeramente, la fidelidad a la Iglesia y al Papa; según relatan los

diarios y crónicas del colegio, los actos rituales de conmemoraciones patrióticas

tuvieron importancia, pero siempre estaban subordinados a lo religioso.

Generalmente las conmemoraciones de las distintas fiestas cívicas tenían dos partes:

una religiosa que incluía la celebración de misas y la segunda parte el ritual cívico,

como aconteció el 24 de mayo de 1920, día en el que después de la respectiva misa

se bendijo la bandera del colegio, y los estudiantes realizaron la jura de la Bandera

Nacional y ejercicios gimnásticos, ceremonia presidida por autoridades militares,

eclesiásticas y civiles y que fue calificado como “imponente y conmovedora”; en la

tarde hubo un acto literario de la Academia “Dios y Patria”.80

Pero la Iglesia a través de diferentes formas, y como parte de ella la

Compañía de Jesús, manifestó su malestar y pesar por lo que consideraba que le

pasaba a la Patria; Monseñor Carlos María de la Torre, Obispo de Riobamba, en su

Cuarta Carta Pastoral señalizó al laicismo y la secularización como los culpables

para que el Ecuador haya caído en un “negro y espantable abismo,” aunque reconoce

que la mayoría de ecuatorianos no ha desterrado a Dios y al Corazón de Jesús de la

Patria, sino que es un pequeño grupo de “extraviados hermanos” que dictaron las

leyes que los católicos rechazan.81 Para sacar del abismo al Ecuador, según

Monseñor de la Torre no solo basta el patriotismo, sino que los ecuatorianos deben

respetar y acatar las leyes de Dios, que “traen ventura a la Nación.”82

Está por demás indicar que la principal preocupación de la Iglesia era la

salvación de las almas; constantemente el clero insistió en el hecho que primero es la

religión y luego el Estado. Con ocasión de los sucesos acontecidos en nuestro país

                                                            80 Diario del Colegio de San Felipe Neri en Riobamba (Ecuador) desde el año 1910 al año 1920, 24 de mayo de 1920, manuscrito (sin paginación); Prefectura del Colegio de S. Felipe Diario y libro de asistencia de 1912 a 1933: 4, AUESFNR. 81 Carlos de la Torre, Cuarta Carta Pastoral que el Ilmo. Y Rmo. Sr. Dr. D. Carlos María de la Torre Obispo de Riobamba dirige a sus diocesanos con ocasión del Quincuagésimo Aniversario de la Congregación de la República del Ecuador al Corazón Santísimo de Jesús (Quito: Prensa Católica, 1923), 10 –6. 82 Carlos de la Torre, Séptima Carta Pastoral que el Ilustrísimo y Reverendísimo Señor Doctor Don Carlos María de la Torre Obispo de Riobamba y Administrador Apostólico de Guayaquil dirige a sus diocesanos. Trata del Matrimonio Cristiano y de la Causa Primera del Deplorable estado del Ecuador, (Quito: Prensa Católica), 11.

 

47

 

entre diciembre de 1911 y enero de 1912, el Boletín Eclesiástico resumió esta idea

así: “Católicos ante todo, ecuatorianos después.”83

Pero, pese a la prioridad dada de la Iglesia a la vivencia religiosa, la postura

de la Iglesia Católica no fue contraria al fomento del patriotismo; incluso en

ocasiones los ponen como conceptos compatibles: “Dios y Patria palabras que

encierran la suprema aspiración de un corazón cristiano […] Pero no solo Dios, sino

también la Patria.”84

En cierta manera, se buscó por parte de la Iglesia, relacionar a la Patria

terrenal con la Patria celestial; dicho de otro modo, la vida del presente es un paso

hacia la otra vida (la eterna):

Patria el suelo que recoge la naturaleza humana desde la aurora de tu

existencia hasta las soledades vespertinas de la tumba; y la Patria, el cielo que te

espera para el disfrute ininterrumpido de la visión de Dios […] Todo eso es

Patria y todo eso significa con el dulcísimo nombre de la Patria cuando

cristianamente hablas de Patria. Dios y Patria, imposible separar estos conceptos.

[…] Jamás podrás alzar los ojos a Dios con la satisfacción del deber cumplido,

sino procuras servir a la Patria y sacrificarte por ella y morir por ella, si fuere

necesario.85

Este texto nos sirve como una evidencia de la vinculación que buscó dar la

Iglesia católica el binomio Dios y Patria. En el Colegio de San Felipe Neri durante

la mayor parte del siglo XX el lema institucional fue “Dios y Patria”, que incluso

aparecía grabado en el estandarte y era parte del himno del colegio: “Icemos la

bandera, que Dios y Patria dice y triunfos nos predice con divinal blasón.”86 No se

debe olvidar que la Academia de Literatura del plantel se llamó “Dios y Patria,” al

igual que la revista de la Asociación de Antiguos Alumnos.

En los diferentes anuarios, así como el Diario de Asistencia y el Diario de la

Prefectura del Colegio San Felipe Neri encontramos múltiples actos que revelan el

fomento del patriotismo en la institución, los mismos que se desarrollaban sobre

                                                            83 “Crónica”, Boletín Eclesiástico, Año XIX # 3, 1 de febrero 1912: 106. 84 Colegio San Gabriel, Mi Colegio revista Ilustrada Año XIII Nº 79, febrero 1942: 3 85 Ibíd. 86 Colegio San Felipe Riobamba, Efemérides 1921 – 1922: 16.

 

48

 

todo en fechas cívicas nacionales y locales, como el 21 de abril (Batalla de

Riobamba), 24 de mayo (Batalla de Pichincha), 9 de octubre (Independencia de

Guayaquil), 11 de noviembre (Independencia de Riobamba),87 ocasiones en las que

el plantel participaba en desfiles ejercicios gimnásticos, actos académicos (en los

que se entonaban canciones patrióticas), ceremonias que eran calificadas como

“acciones sagradas” que evocaban los viejos tiempos de la malograda unión entre

Iglesia y Estado.”88

Las fiestas cívicas locales, de la misma manera, se convirtieron en rituales al

repetir la forma de la celebración; la intención era fomentar los valores patrióticos en

los estudiantes, en un afán por proyectarlos a la ciudadanía riobambeña. Este

objetivo era posible a través de la participación de los estudiantes en desfiles y

veladas artísticas, actos a los que asistía un número importante de personas, lo que

rompía la monotonía propia de una pequeña ciudad. Lo descrito evidencia la

participación del colegio en diversas fechas cívicas, la intención era clara fomentar

el patriotismo y los valores cívicos.

De acuerdo a la historiadora Gabriela Ossenbach el Estado Laico valoró

como su nuevo discurso una identidad nacional desligada de lo religioso,

convirtiendo a las instituciones educativas en el medio fundamental para la difusión

del nuevo imaginario colectivo, llegando a identificar laicismo y patriotismo, por

lo cual lo religioso y lo nacional serían incompatibles. Los grupos conservadores

defendieron la supremacía de lo religioso en la formación de la nacionalidad,

mientras que la instrucción pública actuó por diversas vías para difundir el

fermento laico de nacionalidad.89

Un vínculo especial del Colegio de San Felipe Neri fue con los exalumnos. El

22 de mayo de 1923 se efectuó una reunión preparatoria, previa a la formación de la

Asociación de ex estudiantes del San Felipe y cuyo objetivo principal fue la de

ejecutar una acción social católica. Este grupo de personas se comprometió a

                                                            87 Diario del Colegio de San Felipe Neri en Riobamba (Ecuador) desde el año 1910 al año 1920, 24 de mayo de 1920, manuscrito (sin paginación); Prefectura del Colegio de S. Felipe Diario y libro de asistencia de 1912 a 1933, p. 4, AUESFNR. 88 Colegio Libre San Felipe Neri, Anuario 1922 – 1923 (Riobamba: Manuel Piedra, 1923), 13 – 4. 89 Gabriela Ossenbach, “La secularización del sistema educativo y de la práctica pedagógica: Laicismo y Nacionalismo” Procesos: Revista Ecuatoriana de Historia N° 8 (II Semestre 1995- I Semestre 1996): 41- 2.

 

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publicar una revista trimestral que se denominó “Dios y Patria” la misma que circuló

entre octubre de 1923 y diciembre de 1929, con un total de 24 números.

El objetivo de la revista “Dios y Patria” fue el buscar que la ciencia, la

literatura, la poesía y las bellas artes sean “instrumentos de altísimo bien moral

cuando los maneja la Razón ilustrada por la Fe.”90 Para los editores se debía optar

por un dilema: “Con Dios y por la Patria” o “sin Dios y contra la Patria”. El binomio

Dios y Patria no se podían separar en este contexto.

La estructura de la revista “Dios y Patria” era sencilla: una sección de

Historia y Literatura, donde hubo aportes de historiadores y escritores como Jacinto

Jijón y Caamaño, José Félix Heredia, S.J., Alfonso Escobar, S.J., Carlos Rolando,

Juan Félix Proaño, Enrique Flores, Ruperto Alarcón, Segundo Luis Moreno,

Alfonso Ortiz, Javier Bustos. Otra sección correspondía a Variedades, en donde se

presentaban poemas, notas necrológicas, biografías, etc. Y la tercera sección

dedicada a Notas Bibliográficas compuestas por reseñas de libros que llegaban

como aportes a la redacción de la revista.

La mayoría de artículos eran de carácter religioso, pero en varias ediciones se

atacó duramente al proceso de construcción del Estado Laico, es el caso de los

estudios titulados “Campaña contra el liberalismo” de Javier Bustos y que apareció

en varias entregas; o el artículo “El clero y la cuestión social” de Arturo Pazmiño,

(Volumen 6 # 20) en el que autor demuestra las razones por las que la Iglesia debe

encargarse de dirigir la acción social del Estado.

Los ataques al laicismo de la Revista “Dios y Patria” se expresaban en

términos como: “¿Exageramos, acaso, si decimos que la sociedad descristianizada

regresaría a un paganismo peor que el antiguo?”91 Así mismo eleva, lo que llama, su

voz de protesta ante acciones como la del Presidente mexicano Plutarco Elías

Calles: “Dios y Patria”, modesto obrero de la cultura tradicional y del progreso que

vive y alienta merced al cristianismo, eleva su formal protesta contra los desmanes y

                                                            90 Dios y Patria:Revista trimestral de Filosofía, Ciencias, Letras y Variedades, (Tomo I Año I 1924 Enero -Marzo):1 – 5. 91 Dios y Patria: Revista Trimestral de Filosofía, Ciencias, Letras y Variedades (Año I 1924 Abril - Junio): 349.

 

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violencias de Plutarco Elías Calles, mal mexicano, enemigo de su propia patria y

vergüenza de la cultura humana.”92

Varios de los artículos de la revista “Dios y Patria” alabaron las actitudes de

personajes, considerados como importantes, y que “defendían” a la Iglesia. A modo

de ejemplo, se califica como “Palabras de un Caballero de Dios y de su Iglesia” al

discurso pronunciado por el Rey de España Alfonso XIII ante el Papa.93 En suma,

la revista “Dios y Patria” fue un instrumento del Colegio San Felipe Neri y de sus ex

estudiantes que sirvió para divulgar y defender las enseñanzas y tradiciones de la

Iglesia católica.

A modo de conclusión, la secularización del Estado ecuatoriano debe ser

entendida, tal cual se indicó, como un proceso que no necesariamente inició desde

un aparato legal, sino que se fue gestando, también, con medidas como la obligación

de seguir ciertos textos de estudio. El Colegio San Felipe Neri de Riobamba, a

principios del siglo XX, perdió su calidad de nacional y se convirtió en privado, con

el cobro consiguiente de una pensión mensual, lo que consolidó el hecho de ser

colegio de la élite riobambeña.

La Compañía de Jesús, al igual que la Iglesia ecuatoriana, en general recurrió

a medios y mecanismos para adaptarse al proceso de secularización, así como

rituales religiosos que eran comunes; se fortalecieron, entre otras las predicaciones,

sermones, catecismos parroquiales, propagación de la buena prensa, asociacionismo

católico, etc. Pero este conjunto de medidas edificantes de parte del Colegio San

Felipe Neri no se quedaron únicamente en el plantel, sino que procuraron una

vinculación estrecha con la sociedad riobambeña de los distintos estratos sociales.

                                                            92 Dios y Patria: Revista Trimestral de Filosofía, Ciencias, Letras y Variedades, (Tomo V Nº 17, Año V, Enero de 1928: 3 – 5. 93 Ibíd., 113 – 5.

 

51

 

Capítulo tercero

La memoria de la intervención del Estado laico en el Colegio

de San Felipe Neri

En este capítulo se estudian las maneras como el Colegio de San Felipe Neri

construyó la memoria de la presencia del Estado laico, y cuyo incidente más

recordado de esta etapa son los hechos acontecidos el 4 de mayo de 1897, cuando las

tropas conservadoras y liberales ingresaron al Colegio de San Felipe Neri, lo que ha

sido denominado por la Iglesia Católica ecuatoriana como “el sacrilegio”. El plantel

buscó transmitir la idea de victimización, lo que se procuró difundir por medio de

una serie de actos, escritos y rituales. Al momento de recordar el cincuentenario del

sacrilegio, 1947, la educación católica del Ecuador experimentó cambios favorables

con el gobierno de José M. Velasco Ibarra.

3.1 Breve relato del cuatro de mayo de 1897, “El sacrilegio” de la capilla del

Colegio de San Felipe Neri

El 27 de abril de 1897, por disposición de los coroneles Pablo Echeverría y

Flavio Alfaro, se ordenó la prisión de Monseñor Arsenio Andrade, Obispo de la

diócesis de Bolívar, la del Deán Juan Félix Proaño y el superior de los Redentoristas

P. José Houl. La prisión del Obispo Andrade se dio, según las autoridades, ante su

negativa de no intervenir en política. La expulsión de sacerdotes del país fue

común durante la Revolución Liberal, accionar que la Iglesia vio como una

persecución y a los afectados como perseguidos por defender la fe.

En la madrugada del 29 de abril ante la petición de varias mujeres

riobambeñas, Monseñor Arsenio Andrade fue trasladado a guardar prisión en el

Palacio Episcopal. El 4 de mayo el presidente Eloy Alfaro aceptó la culpabilidad

del Obispo Andrade en el combate y los ataques de Riobamba; como consecuencia

de su negativa a participar en política, dispuso que éste salga a Guayaquil de manera

 

52

 

inmediata.94 El 19 de mayo el Obispo Andrade y el Deán Juan Félix Proaño fueron

desterrados al Perú.95

El 2 de mayo de 1897 se presentaron en el Colegio de San Felipe Neri el

comandante José Franco y el capitán Eliseo Santos Manzanilla, tomaron presos a los

religiosos jesuitas y los trasladaron al cuartel del Batallón Pichincha. Ante la

prisión de los jesuitas una parte de la población de Riobamba se alborotó y usó varios

medios para llamar la atención, como el repique de campanas de las iglesias. El

gobernador accidental de Chimborazo Rafael Mancheno, en un telegrama dirigido al

Presidente Eloy Alfaro y publicado en el Boletín 4, justificó la prisión de los

jesuitas al concluir que ellos eran los que fomentaban, sostenían y apoyaban la

revuelta. El citado documento describió a los manifestantes como un “pueblo

ignorante y fanático que amotinó vivando la religión”.96 El coronel Pedro Echeverría,

ante la presión de la gente, decretó la libertad de los jesuitas.

El lunes 3 de mayo las tropas conservadoras al mando de los generales

Pacífico Chiriboga y Melchor Costales avanzaron sobre Riobamba. Una patrulla de

tropas conservadoras llegó desde Chambo, antes de la cinco de la mañana y abrieron

un hueco en la tapia de la huerta del Colegio de San Felipe Neri (que daba a la actual

calle José de Orozco) y se introdujeron furtivamente, apoderándose del plantel;

algunos se encaminaron a la capilla y otros a la torrecilla, a fin de disparar al

Seminario,97 que estaba ocupado por el batallón Pichincha. Otro grupo merodeaba

entre la Loma de Quito y la iglesia de San Alfonso y abrieron fuego a las 05h15,

tanto en las calles como desde las ventanas y capilla del Colegio San Felipe Neri.

En estos enfrentamientos la resistencia conservadora fue débil, no duró más allá de

una hora, quedando reducido el combate al interior del colegio.

En un telegrama dirigido al presidente Eloy Alfaro el gobernador accidental

de Chimborazo Rafael Mancheno justificó las acciones de los liberales en el Colegio

de San Felipe Neri, como una respuesta al ataque que realizaron las tropas

                                                            94 Eloy Alfaro, [Telegrama dirigido al Coronel Pablo Echeverría] en Jorge Pérez, Eloy Alfaro su vida y obra (Quito: Ministerio de Cultura del Ecuador, 2008), 198. 95 Arsenio Andrade regresó al país en julio de 1901. A su retorno restableció el Seminario Menor y un cementerio católico. Falleció el 14 de octubre de 1905. 96 Boletín Nº 4 (Oficial), (4 de mayo 1897). 97 Que se ubicaba al frente del colegio.

 

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conservadoras, desde distintos lugares de la ciudad, centrando sus acciones en el

plantel jesuita: a las “5,15 am las fuerzas liberales fueron atacadas por los

curuchupas que casi tenían rodeada toda la ciudad, el fuego más nutrido lo hacían

desde muchas casas particulares; pero el fuerte que habían elegido era el convento y

capilla de los jesuitas, quienes hacían fuego personalmente”.98 El Gobernador, desde

su cargo, buscó las formas para involucrar a los jesuitas en los combates del 4 de

mayo, lo que siempre negaron los religiosos.

En lo concerniente al ingreso de las tropas conservadoras al Colegio de San

Felipe Neri, Monseñor Federico González Suárez criticó esta acción al considerar

que este acto era una profanación del templo, al instalarse en él y convertirlo en

baluarte y atrincheramiento. Reprochó el hecho y lo calificó grave desacierto desde

el punto de vista religioso.99

A las 06h15, del 4 de mayo, comenzó la ofensiva liberal al colegio; el ataque

duró hasta las 07h15, cuando lograron entrar a la capilla; tumbaron las puertas con

hachas. El combate pasó al interior del plantel. Luego, empezaron los destrozos en la

capilla, hechos que recibieron, por parte de la Iglesia y de la Compañía de Jesús, el

nombre de sacrilegio. Los soldados liberales rompieron a balazos la puerta del

sagrario, sacaron los copones, regaron las hostias consagradas, las comieron, las

pisotearon, bebieron en los cálices el vino destinado para la consagración,

parodiaron la misa, subieron al púlpito, simularon predicar y finalmente destruyeron

la patena. En el templo, de entre los combatientes, murieron seis personas.

Sin ninguna resistencia algunos soldados liberales pasaron a los aposentos de

los religiosos, entraron en la habitación del rector del colegio, P. Emilio Moscoso

Cárdenas, S.J. y le hicieron una descarga matándolo inmediatamente. Cuando se

reconoció su cadáver, encontraron un balazo en la frente y otro en el hombro

derecho. También se encontraron varias heridas de arma blanca.100 El gobernador

accidental de Chimborazo dijo en defensa de los soldados liberales, que el P.

                                                            98 Boletín Nº 4 (Oficial), (4 de mayo 1897). 99 Federico González, “Carta a los Soldados del Batallón Pichincha. Advertencia” Manuel Pólit, Obras Pastorales del Ilmo. Sr. D. Federico González Suárez Obispo de Ibarra y después Arzobispo de Quito tomo 1, (Quito: Imprenta del Clero, 1927), 439 - 41. 100 El proceso de beatificación del P. Emilio Moscoso S.J., como mártir de la Iglesia Católica, se encuentra en proceso.

 

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Moscoso fue encontrado con un rifle en el brazo izquierdo y una canana en su

pecho.101 El combate del 4 de mayo, en Riobamba, dio como resultado 16 muertos.

Nuevamente los jesuitas del Colegio de San Felipe Neri fueron hechos

prisioneros. Una vez presos los jesuitas, continuó el saqueo y pillaje del colegio, no

sólo por parte de los soldados, sino de algunas personas que aprovecharon las

circunstancias; rompieron puertas, robaron enseres de las oficinas y dormitorios.

Hasta el lunes 10 de mayo los jesuitas permanecieron en cautiverio;

posteriormente se trasladaron al convento de las hermanas de la Beata Mariana de

Jesús (Marianitas). El 14 de mayo los jesuitas se hospedaron en el convento de los

padres Redentoristas; su regreso al Colegio de San Felipe fue el jueves 20 por la

tarde. El 12 de mayo llegó el P. Andrés Machado, S.J., como nuevo rector y

superior.102

3.2 La memoria del 4 de mayo de 1897

Si el Obispo de Ibarra, Monseñor Federico González Suárez, criticó el

ingreso de las huestes conservadoras, con más razón condenó de manera firme la

contraofensiva liberal. En una carta suscrita el 26 de mayo, en la que se presentó a sí

mismo como un patriota más y no como político, recriminó a los soldados del

Batallón Pichincha porque según su criterio, los liberales ofendieron y ultrajaron de

manera escandalosa a la Iglesia y a Jesucristo: “¡Soldados! ¿Qué es lo que habéis

hecho? El buen soldado es pundonoroso […] el sol del cuatro de Mayo de 1897 en

San Felipe no será nunca el espléndido sol de Junín y Carabobo ¿No creéis en la

Eucaristía? ¡Soldados ecuatorianos, profanadores del Sacramento! ¿Habéis perdido

la fe?”.103

En su furibunda protesta González Suárez tomó como ejemplos, desde

distintos ángulos, a personajes históricos como: Bolívar, Sucre, Genserico, Ricaurte,

Atila¸ o bíblicos como: la Virgen María, Sansón, los filisteos, Herodes, utilizados a

                                                            101 Boletín Nº 4 (Oficial), (4 de mayo 1897). 102 Años después fue consagrado obispo de Riobamba y posteriormente de Guayaquil. 103 Federico González, “Carta a los soldados del batallón denominado Pichincha” , 441 – 5.

 

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modo de comparación. Su carta concluye con una referencia a Mariana de Jesús,

señalada como “nuestra compatriota, la insigne devota de la adorable eucaristía”. 104

La respuesta de los liberales, como era de esperarse, fue inmediata; el 9 de

junio de 1897 un soldado del batallón Pichincha contestó la carta de Monseñor

Federico González Suárez en la que refutó las acusaciones. En la carta aceptó que los

soldados ecuatorianos son cristianos, creyentes, fieles guardianes de la fe y las

creencias; pero no aceptan el ser calificados como sacrílegos ni criminales. El autor

de esta réplica expresó que los soldados ecuatorianos no han cambiado en su forma

de ser, continúan siendo los defensores de la libertad; juzga como calumnias las

versiones de la Iglesia Católica sobre el sacrilegio.

Sin embargo, los epítetos de esta carta en contra de los jesuitas fueron

ardorosos y expresaron su total rechazo a esta orden religiosa. El soldado liberal que

escribió dicha carta justificó el ataque al Colegio de San Felipe por considerar que

estos religiosos sustituyeron las plegarias y rezos por el plomo y que la misión de

los jesuitas no es de paz, que su norma de proceder es la hipocresía, y religión es un

dolo. El autor de la carta pide a los jesuitas que de ser posible abandonen el

país.105

Como consecuencia de los hechos del 4 de mayo de 1897 la Asamblea

Constituyente, reunida en Quito el 5 de mayo, en primer debate, con 25 votos a

favor y 16 en contra aprobó la moción de la expulsión de la Compañía de Jesús del

Ecuador. Pero, al día siguiente llegaron a la Presidencia de la República, a la

Asamblea,106 al arzobispado y al Cabildo Metropolitano, cientos de comunicaciones

de diversos sectores sociales, solicitando la reconsideración de la expulsión de la

Compañía de Jesús.

El Presidente Eloy Alfaro ante la presión de una parte de la sociedad quiteña

tuvo que ceder y decidió que los jesuitas continuaran en el Ecuador, pero con la

advertencia de que los religiosos que sean considerados culpables de participar en el

conflicto de Riobamba serían responsables de manera individual. Finalmente, en la                                                             104 Ibíd., 444. 105 Contestación a la carta de Monseñor Federico González Suarez ilustrísimo Obispo de Ibarra,[hoja volante] (Quito: Imprenta Sucre, 1897). 106 Cuyo presidente era Abelardo Moncayo, ex jesuita y que llegó en calidad de maestrillo (jesuita en etapa de formación entre la Filosofía y la Teología) al colegio de San Felipe Neri en 1867.

 

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Asamblea Constituyente la propuesta de expulsión de los jesuitas fue rechazada por

30 votos.107

La resistencia de los conservadores, en los meses posteriores, calificada por el

escritor conservador Arcesio Vela como “las luchas por la libertad”,108 se manifestó a

través de varios combates en el centro del Ecuador, como los suscitados en

Guangoloma, (31 de diciembre de 1898), Sanancajas (23 de enero de 1899),

Huarhuallá (17 de agosto 1900); estos combates fueron un rotundo fracaso para las

tropas conservadoras. El escritor y farmacéutico riobambeño Javier Bustos

(exestudiante del San Felipe e integrante de las fuerzas conservadoras) en sus relatos

escritos titulados “Campaña contra el Liberalismo desde el año de 1895”109 aceptó la

derrota frente a los liberales luego de cinco años de luchas y protestas contra el

liberalismo que “atado al carro del desbarajuste mundial” no se compadeció de la

Patria ni de la libertad. Durante varios años parte de la región central del Ecuador

presentó resistencia armada al gobierno liberal, pero finalmente fue controlada.

Estas luchas, desde la visión de la Iglesia Católica y particularmente de la Compañía

de Jesús, son vistas como actos heroicos en defensa de la fe; sus víctimas son

consideradas como mártires, y los victimarios como herejes y sacrílegos.

Las interpretaciones que frente a estos hechos se han planteado básicamente

son dos: la primera, es la versión manejada por la Iglesia Católica y la Compañía de

Jesús, y que calificó a lo acontecido el 4 de mayo con una serie de expresiones

condenatorias como: sacrilegios inauditos,110 trágicos sucesos, crimen de la judería

pérfida, horrendo crimen, horrenda profanación,111 cien veces bandidos y canallas,

(los liberales)112 crimen contra la vida, el honor, la propiedad, escenas salvajes,113

                                                            107 Jouanen, Historia de la Compañía de Jesús, 572. 108 Arcesio Vela, “Las Luchas por la Libertad. Continuación de la Campaña del Centro”, Dios y Patria Nº 21, (volumen 6): 26 109 Bustos, “Las Campañas por la Libertad”, 193 - 4. 110 Jouanen, Historia de la Compañía de Jesús, 570. 111 Alfonso Escobar, Riobamba Reparadora. Los Sacrilegios y Crímenes del 4 de mayo de 1897 3ºed. (Quito: editorial Fray Jodoco Ricke, 1946), 4 – 9. 112 El 4 de mayo de 1897 y los R.R. P.P. Jesuitas residentes en Riobamba (Riobamba: Imprenta del Seminario, 1897), VI. 113 Loor, Eloy Alfaro, 457.

 

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luchas fratricidas, sentimiento religioso (de los liberales) repulsivo, tal vez

monstruoso, repúgnate e inhumano,114 profanadores de la Sagrada Eucaristía.115

La segunda visión de estos hechos es la de los liberales, cuyos argumentos

justificaron los ataques al colegio de los jesuitas en Riobamba; la capilla fue

calificada como “madriguera de los curuchupas emparentados tras los santos y los

altares.”116 Las tropas liberales al mando de los coroneles Pablo Echeverría y Flavio

Alfaro, de acuerdo a un telegrama enviado por el gobernador de Chimborazo Rafael

Mancheno al General Eloy Alfaro el 4 de mayo y publicado en el Boletín nº 4,117

respaldaron su ataque arguyendo que los religiosos jesuitas apoyaron la revuelta; a

su favor presentaron el hecho de que el padre rector del Colegio de San Felipe Neri

Emilio Moscoso Cárdenas, S. J., fue encontrado con dos heridas, su rifle al lado y

una canana.

La postura del gobierno de Eloy Alfaro fue argumentar la defensa ante un

ataque propiciado por tropas conservadoras. El 5 de mayo el presidente Eloy Alfaro

dirigió una carta al padre Lorenzo Sanvicente S.J., en la que apoyó la acción de

sus tropas inculpando a los jesuitas de haber participado en los combates, mientras

que a su rector lo calificó de “soldado montonero más que sacerdote evangélico”.118

La Iglesia católica utilizó a estos hechos como medios para desacreditar las

acciones liberales en su contra y reivindicar para sí el papel de víctima, y advirtiendo

que pese a los atropellos y persecuciones no claudicarían en su lucha y cruzada por la

fe; sus muertos fueron vistos como los mártires de la fe, los héroes, los valientes,

que tenían asegurado el paraíso. La Iglesia consideró que los liberales evidenciaron

con estas prácticas el dominio político y militar alcanzado, y lo que buscaban era

despojar el poder de la Iglesia católica y limitar las luchas en contra del gobierno.

El epílogo que varios escritores e historiadores católicos pretendieron dar a

los episodios del 4 de mayo fue el de buscar una venganza divina, postura

                                                            114 José Benítez, Testigos del 4 de mayo de 1897. La verdad sobre el 4 de mayo de 1897 (Quito, Fundación Mariana de Jesús, 1997), 93. 115 Juan Proaño, Apéndice a la Memoria de cincuenta años de la Diócesis de Riobamba (Riobamba: Imprenta Artística, 1915), 3. 116 Luis Borja, Cabalgando sobre los Andes (Riobamba: Editorial Pedagógica Freire, 2005), 35. 117 Boletín Nº 4 (Oficial), Quito, Imprenta Nacional, 1897. 118 Eloy Alfaro, [Respuesta del General Eloy Alfaro al padre Sanvicente S. J.], Jouanen, Historia de la Compañía de Jesús, 573.

 

58

 

exagerada que se aleja de un análisis histórico adecuado y en el que se plasma dar a

lo acontecido un espíritu de reivindicación y hasta de un triunfo divino en contra de

sus ultrajadores; en consecuencia, las sucesivas muertes de los llamados

profanadores serían una desagravio del Cielo. González Suárez sobre este tópico

apuntó que: “Todos los profanadores de la Santa, de la Divina Eucaristía en San

Felipe, el 4 de mayo, han tenido muertes desastrosas”.

Los relatos de Javier Bustos, Alfonso Escobar y José Benítez califican la

muerte de los liberales como “destino trágico”, razón por la cual todos los sacrílegos

perecieron por castigo de Dios; así, Eloy y Flavio Alfaro murieron arrastrados por

los quiteños que “manifestaron su total repudio a estos caudillos; Pablo Echeverría

perdió la vida repentinamente y su cadáver “quedó sumamente afeado”; Pedro

Montero recibió un balazo en la frente; Luis Gallegos, que rompió con una hacha la

puerta del templo del San Felipe, a los pocos días se quemó las manos y los brazos;

Pacífico Gallegos fue impactado por una bala de cañón y desapareció por completo.

Estas muertes de los liberales vistas desde la visión de los citados autores, por

tanto, asumen rasgos apocalípticos y de verdadero terror, y son advertidas como

manifestaciones de la ira de Dios, quien extendería su mano enviando a los impíos:

mutilaciones, linchamientos, intoxicaciones alcohólicas, amputaciones, locura,119

ahogamientos.120 Una muerte por castigo divino desde la visión de la Historia no

puede ser aceptada ni sustentada con argumentos válidos; el fallecimiento de una

persona puede ser por múltiples causas, totalmente ajenas a un designio divino.

3.3 La reconstrucción posterior de la memoria y la victimización del 4 de

mayo de 1897

En esta parte es necesario analizar cómo se reconstruyó la memoria del

sacrilegio de la capilla del Colegio de San Felipe Neri y las formas de divulgación y

transferencias de dicha memoria, posterior al 4 de mayo de 1897. Para la socióloga

argentina Elizabeth Jelin toda memoria más que un recuerdo es una reconstrucción y                                                             119 Como el capitán Santos (quien asesinó al P. Moscoso) daba vueltas en el jardín gritando “el fraile me persigue”. 120 El oficial Guerrero echaba espuma mientras era trasladado al santuario de Las Lajas y al llegar al río Carchi se arrogó.

 

59

 

aquello que no tiene sentido simplemente será material para el olvido.121 El Colegio

de San Felipe Neri reconstruyó la memoria del denominado sacrilegio del 4 de mayo

a través de un proceso que conllevó una serie de prácticas, rituales que buscaron que

los fieles católicos no olviden lo acontecido ese día y que condenen a quienes

perpetraron el sacrilegio.

Los mecanismos para “obtener el perdón de Dios” y no borrar de la memoria

de los fieles católicos los denominados agravios del 4 de mayo se sintetizaron en,

primer término, en cartas pastorales, fundación de una comunidad religiosa; el

primero de junio de 1901 Rosa Elena Cornejo, llamada después Francisca de las

Llagas, fundó la comunidad de las hermanas de la Inmaculada Concepción; a todo

esto se suma la construcción del templo del Santo Cenáculo en Cuenca.122

En segundo término, también hubo prácticas denominadas como actos de

reparación y desagravio que se desarrollaron en el llamado “Templo Expiatorio” del

Colegio de San Felipe Neri, a partir del primer año de recordación; el rito

contemplaba: triduos,123 que se celebraban entre el 1 y el 3 de mayo; el 4 de mayo

el Santísimo era expuesto durante todo el día, ocasión propicia para la visita de los

estudiantes del plantel, las familias y las diferentes congregaciones piadosas, como el

Apostolado de la Oración. Según el historiador jesuita Alfonso Escobar, los fieles

católicos juzgaron al 4 de mayo de 1897 como día de eterno luto.124 Esta costumbre

se mantendría en vigencia hasta la mitad del siglo XX. En años posteriores la

recordación del “sacrilegio” de a poco perdió la importancia que tuvo y quedó

restringida a una eucaristía y exposición del Santísimo.

El Diario del Colegio y el Libro de la Prefectura del Colegio de San Felipe

describen como el plantel recordaba el 4 de mayo de 1897. La forma de la

reconstrucción de la memoria del sacrilegio y su proyección era tratar al sacrilegio

como uno de efectos más negativos y trágicos de la implantación del Estado laico.

Desde la mirada de la Iglesia católica y de la Compañía de Jesús los eventos del 4 de

mayo de 1897 son calificados, incluso hasta la actualidad, como trágicos y

                                                            121 Elizabeth Jelin, Los Trabajos de la Memoria (Madrid: Siglo Veintiuno Editores, 2002), 21. 122 Benítez, Testigos del 4 de mayo, 178. 123 Preparación para una celebración religiosa que dura tres días. 124 Alfonso Escobar, Riobamba Reparadora. Los Sacrilegios y Crímenes del 4 de mayo de 1897 tercera edición (Quito: Editorial Fray Jodoco Ricke), 44 -5.

 

60

 

sacrílegos y con frecuencia eran condenados y rechazados. Los discursos que se

tejieron en torno a esta fecha, incluso hasta el presente, siempre reprobaron la acción

los liberales y resaltaron el denominado martirio del P. Emilio Moscoso.

Este tipo de narraciones se las pueden encontrar en diferentes publicaciones

periódicas católicas como: La Alianza Obrera, Diario del Sur (Cuenca), La Hoja

Popular, El Observador (Riobamba), El Heraldo de la Hostia Divina; o libros

como: el 4 de mayo de 1897 y los R.R. P.P. Jesuitas Residentes en Riobamba

(1898), Memorias de la Diócesis de Riobamba (1915) de Juan Félix Proaño, Páginas

Históricas del colegio de San Felipe Neri (1938), Riobamba Reparadora de Alfonso

Escobar S.J., y la última obra en publicarse “Testigos del 4 de mayo de 1897” de

José Benítez S.J.

El sacerdote e historiador Juan Félix Proaño ve a los actos de recordación del

4 de mayo de 1897 como formas de piedad y esplendor extraordinarios de reparar

la profanación de la “Sagrada Eucaristía.” Proaño trae a la memoria los cultos que los

fieles católicos tributaron al Santísimo Sacramento el 9 de junio de 1898, que

incluyó una procesión de desagravio por las calles de Riobamba, en medio de

“alabanzas, adoraciones y lágrimas”. De acuerdo al mismo historiador los actos de

reparación (entre 1898 y 1915) fueron generalmente solemnes, conmovedores y

significativos.125

Las mencionadas publicaciones católicas conceptuaron a los conservadores

como patriotas, valientes, reivindicadores, héroes. Pero los adjetivos en contra de los

liberales son descalificadores, los mismos que pretenden desacreditarlos por sus

actos; es común encontrar palabras como: feroces, cobardes, desalmados,

sangrientos, sectarios, míseros, sacrílegos, explotadores, inmorales.

3.4 1947 “Las bodas de sangre” del sacrilegio. José M. Velasco Ibarra devuelve

la libertad a la educación católica

El año de 1947 se recordó y celebró el cincuentenario del sacrilegio de la

capilla del Colegio de San Felipe Neri, calificado por el historiador jesuita Alfonso

                                                            125 Juan Proaño, Apéndice a la Memoria de la Diócesis de Riobamba, 3.

 

61

 

Escobar como “Las Bodas de Sangre”.126 En efecto, el mencionado año se

conmemoró aquel suceso considerado, quizás en forma exagerada, por la Iglesia

católica y la Compañía de Jesús como el sacrilegio más trágico y horrendo de

América del Sur. Sin embargo, al recordar este hecho hubo un cambio importante en

el sistema educativo ecuatoriano, el Presidente José M. Velasco Ibarra, ex alumno

del Colegio San Gabriel, devolvió la libertad de enseñanza a la Iglesia católica,

medida que facilitó, el accionar de esta institución, coartada a raíz de la Revolución

Liberal.

Según las historiadoras ecuatorianas Rosemarie Terán Najas y Guadalupe

Soasti la educación confesional católica pudo sobrevivir y en varios aspectos salió

triunfante frente al proceso de secularización. En las primeras décadas del siglo XX

la educación laica demostró su solidez y consolidación y sentó las bases de una

cultura pedagógica inspirada en el normalismo.127

La historiadora Gabriela Ossenbach señala que los establecimientos de

educación católica fueron para la élite, debido a la disminución de las rentas del

Estado y la pérdida de propiedades. La tensión entre Iglesia y Estado disminuyó con

la vigencia del Modus Vivendi, que devolvió la personería jurídica a las

instituciones eclesiásticas.128

Con la llegada a la presidencia del Ecuador de Velasco Ibarra, en las décadas

de los años 30 y 40, la educación laica ya no estaba articulada a un proyecto de

Estado y tuvo que enfrentar la competencia de la educación confesional. El

Mandatario defendió a la libertad de enseñanza, pero en beneficio de la Iglesia

católica.129

Según el relato del historiador conservador ecuatoriano Francisco Salazar

Alvarado el proceso para que la Iglesia católica obtenga nuevamente la libertad de

enseñanza inició el año de 1934, en el primer mandato de Velasco Ibarra, cuando el

Congreso de ese año expidió un Decreto Legislativo que reguló los programas y

exámenes de los colegios particulares; el artículo 8° de dicho Decreto permitió que                                                             126 Escobar, Riobamba Reparadora, 3. 127 Rosemarie Terán y Guadalupe Soasti, “La educación laica y el proyecto educativo velasquista en el Ecuador, 1930-1950, Procesos: Revista Ecuatoriana de Historia N° 23 (I Semestre 2006): 40- 2. 128 Ossenbach, “La secularización del sistema educativo”, 51 –2. 129 Ibíd., 41.

 

62

 

un profesor de los colegios particulares o libres sea parte del tribunal para los

exámenes.130

El 30 de mayo de 1944 un grupo de exalumnos del Colegio San Gabriel de

Quito se entrevistaron con el Ministro de Educación Carlos Sánchez a fin que

intercediera con el Presidente Velasco Ibarra y se obtuviera un proyecto de ley que

favoreciera a los colegios particulares.131 El 9 de junio de 1944 el Presidente

Velasco Ibarra firmó el Decreto presidencial N° 33 el que ordenaba que los

estudiantes de los colegios particulares rindan sus exámenes finales en sus propios

locales, aunque el tribunal examinador estaba conformado por dos profesores de un

colegio fiscal y uno del particular.132

El 2 de julio de 1946 el Presidente José M. Velasco firmó el Decreto N°

1228, el mismo que autorizó la apertura de instituciones educativas de nivel superior

particulares; el 4 de noviembre de ese mismo año se fundó la Universidad Católica

del Ecuador, su primer rector fue el P. Aurelio Espinosa Pólit, S.J. Al momento de

esta fundación en Quito solo había dos universidades la Central y la Politécnica

Nacional. Este año fue clave para la educación confesional del Ecuador por la serie

de cambios que experimentó, sobre por la libertad de enseñanza.

La historiadora Gabriela Ossenbach cuestiona si el populismo velasquista

logró aunar en su discurso nacionalista lo religioso y lo patriótico. El Presidente

José M. Velasco Ibarra, sin duda, defendió el Estado laico y el laicismo en el sistema

educativo oficial, pero se opuso a cualquier tipo de restricciones de las libertades de

la Iglesia, postura que lo alejó de posiciones anticlericales.133

Las historiadoras Rosemarie Terán y Guadalupe Soasti apuntan que Velasco

Ibarra se opuso, siempre, a la educación laica, a la cual quiso darle un giro

importante. La libertad de enseñanza propuesta por Velasco Ibarra surgió en

oposición a lo que se podría considerar como totalitarismo de la educación laica. Es

así como se explica el Decreto del año 1946. El Presidente dijo que “Donde no hay

libertad de pensamiento y de enseñanza no hay democracia sino totalitarismo rojo y                                                             130 Francisco Alvarado, “Ardua lucha por la reconquista de un derecho (Educación)”, Facultad de Teología, Revista: Academia Ecuatoriana de Historia Eclesiástica N°23: 225 – 227. 131 Colegio San Gabriel, “Cinco Siglos de Historia”, 203. 132 Alvarado, “Ardua lucha por la reconquista”, 236 -7. 133 Ossenbach, “La secularización del sistema educativo”, 52.

 

63

 

negro”. Esta forma de pensar de Velasco justificó, como ya se indicó la creación de

la Universidad Católica, calificado como un acto de liberalismo auténtico; la

consigna fue la idea de la moralización. 134

A la consigna de moralización se sumó la de la estratificación del sistema

educativo que, a criterio de Rosemarie Terán y Guadalupe Soasti, más que debilitar a

la educación laica otorgó espacios a la educación confesional, todo lo que

desembocó en procesos de elitización y diferenciación social del sistema educativo

ecuatoriano, contrario al proceso de homogeneizador de la educación laica.135

Con este marco legal en el sistema educativo nacional, que como se anotó

benefició a la educación confesional, el Colegio San Felipe Neri recordó los

cincuenta años del 4 de mayo de 1897. En la tercera edición del libro “Riobamba

ciudad reparadora” del historiador jesuita Alfonso Escobar se señala que los grandes

hechos se deben recordar al cumplirse décadas, centenarios e invitan a una profunda

meditación. En la reconstrucción de esta memoria Alfonso Escobar recurrió, de

manera reiterada, al discurso tradicional empleado por la Compañía de Jesús en

Ecuador; precisa que la sangre generosa de los “cruzados” ecuatorianos estuvo en

reñida campaña con las logias asalariadas de América Central.

Frente a la celebración de las Bodas de Oro del sacrilegio, calificadas como

las “Bodas de Sangre”, se quiere recordar que esa sangre derramada fue estéril, ya

que no se derramó por la patria sino en luchas fratricidas. Se considera que aún el

Ecuador sobrevive con una herencia calificada de enfermiza de sus “padres

pecadores”. Los liberales recibieron epítetos tales como: liberalismo machetero que

se cubre de ignominia y vergüenza, judería pérfida, cobardes, Pilatos, Judas,

deicidas. El mismo autor indica que Riobamba es la ciudad Reparadora, ya que en

torno a la capilla del San Felipe Neri ha recordado todos los años este hecho. Este

tipo de discurso sobre el sacrilegio, desde la óptica de los jesuitas, no cambió a lo

largo de las décadas.

A modo de conclusión, el 4 de mayo de 1897 fue un hecho cuyo recuerdo

procuró el Colegio de San Felipe Neri difundir a través de la idea de la                                                             134 Terán y Soasti, “La educación laica”, 50 - 1. 135 Ibíd., 53.

 

64

 

victimización y cuya memoria se construyó a través de varios medios y mecanismos,

los cuales condenaron duramente el accionar de los liberales, e incluso se defendió

y difundió la idea de que estos sucesos no fueron olvidados por la divinidad, la que

castigó cruelmente a los profanadores. El Presidente José M. Velasco Ibarra, ex

alumno jesuita, a través de una serie de decretos devolvió la libertad de enseñanza a

la educación particular, la misma que abrió nuevas posibilidades a la labor

educativa, como la apertura de la Universidad Católica.

 

65

 

Conclusiones

Uno de los objetivos fundamentales de la Revolución Liberal ecuatoriana, al

llegar al poder, fue la secularización de los distintos ámbitos públicos que estaban

bajo el control de la Iglesia católica, y como prioridad fue el sistema educativo, tarea

delicada y como era de esperarse, conflictiva, ya que este proceso, que se radicalizó

en el primer período presidencial de Leonidas Plaza, implicó un cambio drástico en

el accionar educativo nacional.

La secularización del aparato educativo ecuatoriano debe ser entendida como

un proceso que no sólo implicó un nuevo sistema legal desde el Estado, como las

Constituciones de 1897, 1906 o las diferentes Leyes de Instrucción Pública, sino que

conllevó una serie de pasos que fueron desde la disminución parcial y total de rentas

a los planteles confesionales, creación y reapertura de establecimientos educativos

laicos, pretensión de desconocer los estudios de los colegios religiosos, intento de

expropiaciones de propiedades, toma de exámenes de los estudiantes de colegios

religiosos en planteles estatales, como aconteció en el caso concreto del Colegio San

Felipe Neri de Riobamba.

En el marco de este proceso de secularización de la educación ecuatoriana el

Colegio de San Felipe Neri respetó y aceptó las diferentes disposiciones legales

emanadas por las respectivas autoridades del Estado, con lo que evitaba cualquier

clase de inconveniente, que podía repercutir en su normal funcionamiento.

Ante la difícil situación económica del Colegio de San Felipe Neri, como

consecuencia de la disminución y posterior supresión del financiamiento económico,

se buscaron otros medios y mecanismos que de alguna manera permitieron sostener

el funcionamiento del colegio. El plantel jesuita de Riobamba pudo financiar una

parte de sus gastos y sostenerse, a más del rubro de las pensiones, con los ingresos

que arrojaban el manejo y arrendamiento de las haciendas.

Con la pérdida del carácter de colegio nacional el San Felipe Neri se

convirtió en un establecimiento privado, lo que provocó que el plantel sirva,

principalmente, a las élites económicas y sociales de la ciudad de Riobamba, esto

debido a que el pago de una pensión mensual que imposibilitaba que familias de

 

66

 

sectores populares pudieran enviar a sus hijos al San Felipe, a lo que se suma que el

Estado reabrió el Colegio Nacional Maldonado, institución a la que acudieron

algunos estudiantes del San Felipe Neri, acción considerada por los jesuitas como un

intento monopolización de la educación estatal, en desmedro de la instrucción

confesional.

Varias de las acciones y decisiones del gobierno liberal y del Ministerio de

Instrucción Pública movilizaron a las élites riobambeñas, que a través de distintos

medios y desde su posición social presionaron al Estado a fin que el Colegio San

Felipe Neri no se cierre.

En este proceso de secularización fue posible abrir espacios de negociación

entre el gobierno del Presidente Eloy Alfaro y el Colegio San Felipe Neri, lo que

posibilitó que esta institución no pierda varias de sus bienes, como las haciendas, al

ser consideradas como propiedades del plantel, mas no de la Compañía de Jesús.

Frente a lo que la Iglesia ecuatoriana denominó como la arremetida del

Estado laico, el Colegio San Felipe Neri propuso diversos medios y actividades

edificantes como las congregaciones religiosas, el catecismo de San Ignacio, retiros

espirituales, sermones, a través de los cuales tejió verdaderas redes sociales que

vincularon al plantel con grupos de diferentes estratos de la ciudadanía riobambeña.

Pese a que el Estado liberal despojó de varios espacios a la Iglesia, no pudo

privarle de su poder espiritual e influencia en la sociedad.

Con la élite riobambeña el colegio San Felipe Neri se relacionó con el

direccionamiento de las diversas congregaciones religiosas especialmente dedicadas

a su grupo, como la Congregación de Caballeros que estuvo formada por lo “más

distinguido de Riobamba”; las élites contribuyeron también con dinero y bienes para

obras caritativas y ofrecieron su contingente como instructores en labores pastorales

como el catecismo de San Ignacio.

A su vez, los sectores populares de la ciudad de Riobamba fueron atendidos

por los religiosos jesuitas del San Felipe; así, los obreros tuvieron una congregación

especial para ellos, la de San José; los niños y niñas pobres de la ciudad de

Riobamba acudían cada semana al catecismo de San Ignacio, dirigido por los

 

67

 

jesuitas y contó con la colaboración de estudiantes del San Felipe y varias mujeres

de estratos sociales altos.  

Otro mecanismo de vinculación y la relación del Colegio de San Felipe Neri

fue con exestudiantes, quienes en torno al colegio y bajo la coordinación de los

jesuitas organizaron su asociación, la misma que recibió un importante apoyo del

plantel en varias actividades, especialmente en la edición y difusión de la revista

“Dios y Patria”, medio de comunicación que propagó, defendió las actividades de la

Iglesia y condenó a quienes calificaron de enemigos de la misma.

Todo sistema educativo está integrado por grupos de personas con sus

intereses y puntos de vista propios, tiene una dinámica propia y fuerzas que se

imponen a quienes lo integran, o que intentan introducir modificaciones en los

mismos, y claro está, con los que se relacionan; así, los diferentes componentes de

un sistema educativo crean, lo que el historiador español Antonio Viñao denomina,

una cultura escolar propia.

La cultura escolar en el Colegio de San Felipe Neri se evidenció a través de

la puesta en práctica, adaptación y continuidad de la Ratio Studiorum, lo que llevó a

una serie rutinas, costumbres, normas, creencias, actitudes, valores, símbolos,

relaciones, discursos, distribución de premios, contribuyeron a mantener viva la fe y

el sentimiento religioso, en el naciente Estado laico.

La cultura escolar del Colegio de San Felipe Neri se vivenció, también, con

la ritualidad, la que se manifestó a través de actos religiosos que ocuparon un lugar

privilegiado como: misas, rezos del rosario, novenas, triduos, sermones, ejercicios

espirituales dirigidos a sus estudiantes, medios y actividades edificantes que

resultaron altamente efectivos para consolidar la labor religiosa y educativa en la

ciudad de Riobamba.

Las actividades de las academias y congregaciones religiosas fueron

importantes para el Colegio de San Felipe Neri, conforme el espíritu de la Ratio

Studiorum, con lo que se daba la continuidad de este sistema propio de los jesuitas.

Los miembros debían sobresalir en relación a sus compañeros en lo académico,

 

68

 

virtudes cristianas, diligencia en los estudios y el cumplimiento de las leyes de las

clases.

El Estado laico en su discurso valoró una identidad nacional separada de

todo lo que sea religioso, transformando a las instituciones educativas en el medio

para la promoción de este imaginario colectivo, identificando laicismo y

patriotismo, con lo que lo religioso y lo nacional eran incompatibles. Así, la

Revolución Liberal ecuatoriana a través de la educación propuso una idea de

nacionalidad, que sea capaz de articular al Estado nacional, para lo que incorporó

elementos simbólicos e ideológicos que buscaron formar una identidad colectiva,

que no se fundamenté en lo religioso.

El gobierno liberal creyó que la Iglesia católica y sus establecimientos

educativos no cultivaban el patriotismo en sus estudiantes, ya que, según su criterio,

los religiosos solo se interesaban por la formación cristiana y la salvación de las

almas. Pero, en nuestra investigación hemos demostrado que los establecimientos

educativos confesionales si avivaron en sus estudiantes el patriotismo como un eje

fundamental, por supuesto, con su propio estilo. En el caso del Colegio de San

Felipe Neri, siempre inspirado y guiado por los principios de la Ratio Studiorum, a

través de múltiples actos reveló el fomento del patriotismo en la institución,

oportunidades que se desarrollaban sobre todo en fechas cívicas nacionales como el

24 de mayo, 9 de octubre y locales como el 21 de abril o el 11 de noviembre. El

Colegio San Felipe Neri festejaba estas fechas como un ritual, con programas que

empezaban con la celebración de la misa, un acto cívico, desfiles por las calles de la

ciudad, presentación de dramatizaciones, declamaciones alusivas a las fechas cívicas.

Inclusive el lema del plantel jesuita de Riobamba, así como el nombre de la revista

de los exalumnos fue “Dios y Patria”, binomio claramente vivenciado como

conceptos compatibles.

Con diferentes medios y mecanismos, la Ratio Studiorum elemento

fundamental de la cultura escolar, al aplicarse en el Colegio de San Felipe Neri,

incorporó algunos rasgos de modernidad pedagógica, con el fin de adaptarse a las

nuevas disposiciones del Ministerio de Instrucción Pública, más que dar respuestas

de rechazo o de un enfrentamiento.

 

69

 

Un hecho importante en la historia del Colegio San Felipe Neri fue 4 de

mayo de 1897, día en el las tropas conservadoras y liberales ingresaron al plantel,

lo que ha sido denominado por la Iglesia Católica como “el sacrilegio”, y que

terminó con el asesinato del Rector P. Emilio Moscoso, S.J. El colegio procuró

transmitir en el imaginario de la ciudad y el país la idea de victimización, para cuyo

fin utilizó un sinnúmero de publicaciones y actos rituales.

Las interpretaciones frente a lo acontecido el 4 de mayo de 1897 son dos: la

primera, de la Iglesia Católica y la Compañía de Jesús, que tachan a estos hechos,

incluso hasta la actualidad, como trágicos y sacrílegos; conceptuaron a lo

acontecido con expresiones y frases que condenaron los hechos; califican a los

liberales como profanadores bandidos y canallas; el Rector del Colegio San Felipe

Neri, P. Emilio Moscoso, asesinado ese día, es calificado como mártir de la religión

y de la fe, en la actualidad el proceso de beatificación se encuentra en trámite. El

desenlace que algunos historiadores católicos quieren dar al sacrilegio del 4 de

mayo fue el de una venganza divina, manifestada con la muerte trágica de los así

llamados profanadores, visión quizás fantástica que deja de lado el análisis

histórico. La segunda interpretación es la de los liberales que justificaron los ataques

al Colegio San Felipe, puesto que tenían que repeler las agresiones de las tropas

conservadoras, aliadas, según si criterio con los jesuitas.

Al conmemorar el cincuentenario del sacrilegio el año de 1947, denominado

como “Las Bodas de Sangre”, y en la administración del Presidente José M. Velasco

Ibarra, la educación católica del Ecuador logró obtener cambios a su favor, como la

rendición de exámenes en los propios establecimientos confesionales. El Mandatario

patrocinó a la libertad de enseñanza, pero en provecho de la Iglesia católica. La

educación laica del Estado ya no estaba relacionada a un proyecto de Estado y tenía

que competir con la educación confesional. La educación católica ecuatoriana pudo

adaptarse y sobrevivir al proceso de secularización.

 

70

 

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(AUESFNR) Archivo Unidad Educativa San Felipe Neri, Riobamba.

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(AISQ) Archivo Inspectoría Salesiana Quito.

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