tajín en el posclásico tardío

Upload: itzelcernas

Post on 03-Nov-2015

11 views

Category:

Documents


0 download

DESCRIPTION

La cutlura totonaca asentada en lo que hoy s el Estado de Veracruz en México tuvo como sitio principal la ciudad de los truenos, Tajín.

TRANSCRIPT

  • ARTURO PASCUAL SOTO

    Soporte de un vaso tripode cilndrico con la representacin de un Tlloc. Fase Cacahuotol(ca. 350-600 d. C.). Jicohepec, Son Rafael, Verocru%. Dibujo de Arturo Resncliz Cruz001..10 boto de una fooogroflo pubI;a,da po< W,lkenon, 1994

    .30.

    [

    ciudad de El Tajfn adquiri el aspecto que hoy le conocemos casi un milenio antes de la llegadade los primeros espaoles a territorios de Mesoamrica. Para entonces, los tableros con nichos ylas comisas voladas ya se habran convenido en los elementos distintivos de una arquirecrura de

    piedra que ocupaba un estrecho valle de la cuenca del ro Cazones. La ciudad contaba con extensaszonas habitacionales ysus "templos" se hallaban pintados de color rojo, azul, verde y amarillo. En lostechos de los edificios predominaron la madera y la palma, aunque tambin se desarrollaran tcni-cas constructivas que permitieron techar espacios ms amplios al apoyar cubiertas muy ligeras demanero de cal y arena sobre robustas columnas de piedra.

    Hasta el ao 850 d. c., la ciudad ejerci control sobre un vasto territorio cuyo ncleo se hallabaentre las cuencas de los ros Cazones yTecolutla. Siempre ligada a la llanura costera del Golfo como ala montaa de Puebla yVeracruz, se convirti en el centro cultural ms relevante del oriente de Meso-amrica. Otras antiguas ciudades, entre ellas Morgadal Grande, compartieron el mismo sustrato cul-rural. Con El Tajfn florecieron, a lo largode lacuencadel ro Tecolutla, varios asentamientos que incor-poraronsu modelo cultural. No hay nadamenoscier-to que suponer que El Tajfn es el resultado de un fe-nmeno cultural reciente o que su historia no tieneigual en otros sitios de la llanura costera. Wilkerson(1994) ha sealado el importante papel que debicumplir la vecina ciudad de El Pital en la confor-macin de su cultura. La alfarera de este lugar delno Nautla se corresponde plenamente con lahalla-da en El Tajfn (cfr. W. Du Solier, 1945; P. Krotser,1973, y J. K. Brueggernann. 1991) yen Morgada!Grande (cfr. A. Pascual. 1997 y 1999).

    Sin embargo, El Tajfn no ha proporcionadoevidencia de sus antecedentes culturales. A pesarde ello, Brueggernann ha supuesto que "el contextoenTajn es Clsico muy tardo y Posclsico tempra-no..." (1992:30), por mucho que Krotser estuvieraconvencida de haberencontradodepsitos arqueo-

    El Tain en vsperas del Clsicotardo: arte y cultura

  • sl

    =

    Soporte rectcngularde un vaso trpodecilndricocon decoracinincisa y colada. FaseCacahuatel (ca. 350-600 d c..Plataformae-Sur Ponientede Morgadol Grande

    U NIVERSIDAD DE MxICO

    lgicos del Clsico temprano, ase como de los vnculos que habra mantenido El Tajn con la culturateotihuacana (1973). El problema de lo reotihuacano se suma a la difcil composicin de la evidenciaocupacional de El Tajn. Garca Pavn y Krotser probablemente extremaron la importancia del efecto"civilizador" de tales nexos, al grado que el primero de ellos habra de considerar El Tajn "como unasubdivisin de la cultura teotihuacana" (1952:66). Si bien es cierto que en El Taj) han aparecido variosfragmentos de pequeas vasijas del tipo "florero" y soportes rectangulares de vasos trpodes cil)dri-cos, stos -por ms que sealen su vinculacin con la esfera cultural teotihuacana- no bastan paraexplicar el tipo Yla intensidad de tan antiguos contactos.

    En realidad ha prevalecido una gran confusin respecto a los antecedentes culturales de la ciudad,as como del concurso de una vigorosa cultura del Clsico temprano (ca. 350-600 d. C) en la conforma-cin de El Taj ). Puesto que no parece enteramente posible documentar en la propia ciudad su ms antiguodesarrollo, durante los ltimos aos hemos procurado orientar su estudio -as como el de su partici-pacin en la esfera cultural teotihuacana- de acuerdo con evidencia arqueolgica distinta, reunidasobre los edificios y bajo las plazas de Morgadal Grande. All, los tipos cermicos diagnstico del Clsicotemprano son abundantes yse suman a un asentamiento plenamente activo durante el Clsico tardo(ca. 600-900 d. C) y el largo Epiclsico local (ca. 900-1100 d. C), es decir la poca de mayor floreci-miento cultural de El Taj). Ahora sabemos que la cuenca del ro Tecolutla fue escenario de una vigorosacultura regional cuyas manifestaciones ms tardas son las que hemos venido llamando ---durante ms demedio siglo-la cultura de El Tajn. En la que fuera la ciudad ms importante del oriente de Mesoam-rica, se sintetizaban en la vspera del Clsico tardo la herencia de una cultura local propia del perio-do Formativo y la reciente adquisicin de un modelo cultural de extraccin teotihuacana.

    Una antigua "ciudad de barro": estratigrafa y crorwloga

    Las investigaciones del Proyecto Arqueolgico Morgadal Grande' han transitado de una fase de aproxi-macin a los restos materiales producidos por la actividad cultural del Clsico temprano, entendidacomo antecedente directo de la cultura de El Tajn, y de valoracin de los mismos, a otra que ha dejado

    * Apoyadas por el Instituto de Investigaciones Estticas de la UNAM, el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnologra (25107H)y, como Proyecto El Tajn, por la Direccin General de Asuntos del Personal Acadmico de la UNAM (IN400798).

    31

  • atrs el debate de sus indicios y que se propone estudiar un cuerpo organizado de datos que revelan unavitalidad cultural insospechada.

    En la Plaza Sur de Morgadal Grande se efectuaron dos series de excavaciones de pmeba ( 1998).Ambas mostraron la existencia de varios pisos de estuco sobrepuesros que habran cubierto por enterola superficie de la plaza. Ellos descansaban sobre un firme fabricado con trozos de piedra arenisca. Elsistema constructivo no parece distinto del que corresponde a los finnes de la Plaza de la Pirmide delos Nichos o la Plazadel Grupo del Arroyo de El Tajn, que actualmente han perdido la cubierta de mor-tero de cal y arena que originalmente posean. La piedra fue unida con una argamasa rica en materiaorgnica, compuesta de lodo y cal. Una capa muy delgada de la misma, colocada encima del empedra-do, sirvi como soporte fmal del piso de mortero de cal. Aunque no se dispone an de la datacin delas muestras de carbn obtenidas en las excavaciones, es posible estimar la secuencia cronolgica de lospises de estuco en funcin de los materiales cermicos encontrados en el lugar. El ltimo de los pisos--ell1ls reciente- probablemente corresponde a la fase la Isla B (ca. 900-1100 d. C.) y ninguno deellos parece anterior al Clsico tardo o fase la Isla A (ca. 600-900 d. C.).

    Desde el punto de vista edafolgieo, a los estratos superiores les continan los que conforman elHorizonte C, fundamentalmente compuestos de roca geolgica intemperizada. Los primeros suelencorresponder a los depsitos arqueolgicos de las fases el Cristo (ca. 1100-1300 d. C.) y Cabezas (ca.1300-1520 d. C.) -las ms recientes--, mientras que los suelos amarillos desarrollados a mayor pro-fundidad coinciden con los depsitos culturales de las fases Cacahuatal (ca. 350-600 d. C.), la Isla Ay la Isla B. Estos depsitos se asocian con suelos de tipo vrtico generados a partir de un material paren-tal con altos contenidos de arcilla y de carbonato de calcio.

    Los suelos de tipo vrtico poseen una alta capacidad de integracin que puede llevar a un inadecua-do reconocimiento estratigrfico del rea de excavacin, sobre todo cuando se trata de antiguas obras deterraceo. Slo el anlisis de laboratorio es capaz de confirmar -la mayor parte de las veces-- la se-cuencia estratigrfica propuesta en la investigacin de campo. De hecho, la aparente homogeneidadde los suelos de tipo vrtico que conforman el Horizonte C suele "ocultar" la identidad de los contactos de capa y comprometer la oportuna identificacin de las antiguas superficies de ocupacin.

    Nuestras excavaciones en Morgadal Grande han permitido advertir la complejidad estratigrficade los suelos que conforman el Horizonte C. Es all donde ha quedado registro de la mayor parte de las

    .32.

    Ciudadarqueolgicade El Tojn

  • Jobras de terrnceo efectuadas en la antigua ciudad. Esascomo los suelosde"coloramarillo" noconstituyennecesariamente una "capa que limita con el suelonatural" (P. ]imnez Lara, 1991:103) o "suelo es-tril" (bid.: 105), como equivocadamente se da porsupuesto en varias de las excavaciones arqueolgi-cas efectuadas en El Tajn. Tampoco el color amarillodelsuelo----
  • UNIVERS1DAD DE MxICO

    &.--~---~

    11

    luda. Sin embargo, en la Plaza Sur abundaran las casas de factura ms modesta, dotadas de paredes deembarro -fabricadas con ramas y caas recubiertas por aplanados de barro- y techos de palma tej ida.Junto a ellas -probablemente sobre los patios-- se encendieron los fogones cotidianos y se arrojaroncon descuido al suelo las conchas de almeja y los restos seos de pequeos animales que sirvieron para com-plementar la dieta. Las casas, sin que mediara plataforma alguna, se construyeron directamente sobrela superficie preparada mediante el terraceo de las laderas originales. El embarro no siempre se colocabasobre todas las paredes de la casa, aunque tal vez, a partir del Clsico temprano, no faltara nunca sobreel muro que miraba al norte, puesto que en esa direccin azoran los vientos fros y las Uuvias de invierno(cfr. A. Palerm e \. KeUy, 1952). Los aplanados de barto se cocan por lo comn por medio de teasencendidas que se les acercaban y en algn caso se recubrieron con un fino enlucido de estuco. Para lasegunda mitad de la fase Cacahuatal es probable que ya hubiera muros pintados. Mientras tanto, elcolornaranja del embarro, los grises de la hoja seca de la palma yel amarillo de los suelos vrticos com-pactados por el ir y venir de la gente contrastaran con los colores del bosque tropical. De hecho, laPlaza Sur tendra dimensiones mucho ms pequeas en el Clsico temprano y an no habra en eUapisos fabricados con mortero de cal. El suelo de color amarillo -expuesto por las ms antiguas laboresde nivelacin- constitua la mayor parte de la superficie transitable.

    Todo parece indicar que no slo habra construcciones de carcter domstico, aunque sin duda eUasseran las ms abundantes. Es probable que una parte de la Plaza Sur se reservara para la edificacin deplataformasdotadas de cimient05 y escalinatas de piedra que servirande sustento a construcciones de pa-redes de embarro y techo de palma. Fue aqu-en el rea pblica de la antigua ciudad- donde debieronde quedar originalmente expuestos los relieves escultricos que tiempo despus -en el Clsico tardoo durante el Epiclsico local-se reutilizaran como piedra comn. Mismos que exhiben el estilo arts-tico y la iconografa propios del Clsico temprano. Por otra parte, la Plaza Sur y la Plataforma C-Surde Morgadal Grande han aportado una importante cantidad de soportes rectangulares de Vas05 tr-podes cilndricos fabricados en barto con una compleja decoracin incisa ycalada, cuyas convencionesestilsticas e iconogrficas coinciden con las que es posible reconocer en los relieves de piedra de laPlaza Sur, donde figuran varias serpientes con los cuerpos entrelazados.

    34.

    Pirmidede los Nichos,El Tajin

  • U NIVERSIDAD DE MxIco

    .35.

    La dimensin cronolgica del arte

    Por lo pronro, debe quedar claro que el estilo-por s slo-- no fecha nada. Sin embargo,a todo estilo, por definicin, le correspondeun periodo de vigencia y a sus variantes unaparre de ese lapso. Con todo, para determi-nar los momenros de recurrencia y los aosque concuerdan con cada manera de repre-sentar se requiere una serie de asociacionesque, por ahora, se inscriben ms en la arqueo-loga que en el anlisis estilstico, y que seproponen devolver los objeros con valor ico-nogrfico a su original dimensin arqueol-gica para luego intentar "fecharlos" por aso~ciaci6n con otros artefactos cuya posicin en

    la secuencia cronolgica se encuentre bien establecida o por vincularlos con elementos fechables desuyo (cfr. A. Pascual, 1990:61). Puesto que el estilo tambin puede definirse por su carcter autoriza-do, como el ms adecuado yeficaz para que por medio de sus formas de representacin sea el porrador

    de las concepciones de su poca, no debe ex-traar que sus soportes materiales, aun siendodistintos, lo evoquende igual manera. El estilomodela la forma, se trata de un cdigo de re-presentacin que acta por encima de la tc-nica y establece la identidad de la figura. Siel estilo--eumplida la condicindel tiempo--es igual para la piedra que para el barro, en-tonces debe reflejarse en la produccin alfareracontempornea, en las vasijas que participa~ban de los espacios arquitectnicos donde seexhiba el trabajo de los escultores.

    Los vasos cilndricos trpodes con sopor-tes cuya decoracin parece verdaderamente"esculpida" en el barro fresco suelen marcarlas superficies de ocupacin de la fase Ca-cahuataL Son parte del diagnstico del Clsi-co temprano y, a diferencia de otros tipos yvariedes cermicas contemporneas, resul,tan residuales en la primera mitad del Clsi-co tardo. Fueron muy populares durante lafase Cacahuatal yterminaron por incluir todauna serie de diseos que, por otra parte, hacensuyos los relieves escultricos de MorgadalGrande yEl Tajn. Hay en ellos una clara pre-dileccin por la lnea recta y los crculos per-fectos, as como por la organizacin geomtri-cadel espacio. Susdiseos abarcan la superficie

    Repre~ntacin en piedra de una cosa con techo de palma tejido. Fase lo Isla B(ca. 900-1100 d. ClEdi~ciode las Columnas de El Tejn

    CFragmento de un relieve en piedra arenisca. Fase Cacahuatallca. 350-600 d. el. Plaza Poniente,

    erro Grande

    J

  • U NIVERSIDAD DE MEXICO

    exterior del sopone y todo el cuerpo del vaso, y dejan libre slo el borde, el cual serva de marco a loscomplicados entrelaces que alojan las representaciones.

    Los vasos trpodes exhiben -en su conjunto-- cienas diferencias temporales en el tratamiento es-tilstico de los diseos, modificaciones que corren paralelas a la transfonnacin del canon yque coinciden--en mayor o menor grado-- con una serie de cambios en la tecnologa alfarera. Los ms antiguos, deparedes gruesas yde color oscuro, incluyen diseos geomtricos relativamente simples, mientras que ""de factura ms reciente reproducen con toda exactitud, sobre un barro de color crema, la identidad de unestilo anstico mucho ms cursivo que distingue la produccin material de El Tajn del Clsico tardo.

    Con todo, esde reconocerse que esra clase de estimacin temporal-por correcto que pueda pare-cer su sustento metodolgico-- no resiste mayor precisin cronolgica. Aunque se funda en los pro-cedimientos analticos de la arqueologa y de la historia del ane, pierde solidez en la misma medidaque se acorran sus parmetros temporales. Una vez que se reducen sus mites extremos -ms all delos establecidos, en este caso, respecto a la fase Cacahuatal-, tal estimacin se vuelve cada vez ms"frgil", pues mientras ms conos sean aqullos, menos confiable resultar sta. No se trata de un pro-blema de orden metodolgico sino de la difcil composicin de una evidencia arqueolgica dispuestaen contextos secundarios, esto es en rellenos constructivos de edificios posteriores. Es as como, frente aobjetos que perdieron, desde tiempos antiguos, su contexto original y su primera dimensin cronolgica,resulta preferible, por lo pronto, referirlos slo a la faseCacahuatal para no restarle fuerza a su estimacintemporal. Enel fondo parece haber una oposicin, entrminos de Kubler (1962), entre la edad sistmicadelos objetos y la arqueolgica de los contextos. Aunas, es en esta direccin en laque tendrn que seguiravanzando los estudios del ane antiguo de Mxicocuando se haga referencia a objetos que perdieronde antiguo su original dimensin contextual.

    La cultura "refinada" del Clsico temprano

    En el Clsico temprano comenzaron a manifestarselas cermicas de la esfera cultural teotihuacana enMorgadalGrande y, conellas, se registr un cierrodes-apego de laelite a la tradicin alfarera local heredadadel periodo Formativo. Aquella suene de "aristocra-cias" favorecan un modelo cultural de reciente intro-duccin en la costadel Golfo, representado por vasijasde fonnas hastaentonces inditas. Todo aquel "trans-tomo" cultural debi repercutir en la conducta ritualde las elites, que promovieron la imitacinde esos ob-jetos y tenninaron por incorporar tan "novedosas"vasijas al propio ceremonial. Sin embargo, el gustopor los vasos trpodes debi de ir ms all de las razo-nes puramente estticas. Su inclusin en el ajuardeltemplo responda aun claro procesode transfonnacincultural, de modo que los vasos trpodes estaran alltanto (X)r lo que eran como por la significacin que ESC\Jltura 1 de la Pir6mide de 10$ Nidios. Fose Cocohuotol (ca. 350-600d. C.j. El Tajn

    36

  • I

    Re/i8'Ye en piedraarenisca

    ""'~representoeinde uoo serpiente.Fose Cocohuctollro. 350-600d_ CI.EdiRcio 9de Morgadal Grande

    UNIVERSIDAD DE MExICO

    ahora se les aoibua_ Si la elite haba tomado partido potel modelocultural teotihuacano, entonces los cam-biosde la forma podran setcondicionados por las modificaciones introducidasen el pensamiento religioso_

    No puede saberse hasta dnde la ciudad de El Pital--en la vecina cuenca del Naurla- transfor-mla situacin y qu fue lo que se tuvo por "teotihuacano", luego de su mediacin comercial en lascuencas de los ros Tecolutla y Cazones_ Incluso as, la fase Cacahuatal produjo un iconismo clara-mente fincado en la novedosa experiencia del Clsico temprano_ Los textos icnicos labrados en lapiedra y tambin los edificios donde se exhiban eran entonces expresiones de la cultura "tefinada" dela elite y distintas, no slo en el sllStento material, de las que pueden advertirse en las figurillas cermicasque suelen participar de los ajuares domsticos_ En efecto, hubo un pronunciado contraste entte lasexptesiones materiales de la elite y las de una cultura "populat" que entonces deba pasar por alto losmodelos de la alfateta teotihuacana. Con todo, en vsperas del Clsico tatclo, debi atenuarse el sesgocultural que mostraban las elites, aunque stas no renunciaran a sus ms recientes adquisiciones.

    El "gusto" por lo teotihuacano y por las manifestaciones culturales propias del centro de Mxico nomodificara indiscriminadamente la forma de los objeros requeridos por tan tempranas elites_ La ad-quisicin de un nuevo repertorio cermico tendra que ver con la profunda transformacin de stas. Enaquel entonces, el Clsico temprano, muchas cosas estaran cambiando en aquella ciudad de suelos pol-vosos, paredesde embarro y techos de palma tej ida. El nfasisde la reproduccin de tan singulares vasos,ajenos a las ms antiguas tradiciones alfareras de la llanura costera, seala a una elite que habra optadopor recrear un modelo cultural "extrao" que la colocaba, si se me permite decirlo as, en el umbral dela "modemidad ll teotihuacana.

    La cultura "refinada" de las elites se valdra de distintos vehculos de expresin, tan diferentes queslo entre SlIS miembros-----en El Tajin, Morgadal Grande y Cerro Grande--pudo rener cabida la imagendel TIloc teotihuacano, deidad acutica propia del centro de Mxico. El conjunto de signos que sirvipara enunciarlo --dos anteojeras circulares, una banda retorcida en los extremos bajo la nariz y unaboca con dientes afilados-- slo se arriculaba en la superficie de un grupo de vasos destinado para su uSOexclllSivo y en un segundo grupo de relieves, fabricados sobre lajas de piedra arenisca, donde el tema cen-tral de la figuracin suele ser un hombre erguido, en posicin frontal, por lo regular ataviado con san-dalias, rodilleras y diversos protectores cotporales propios de los jugadores de pelota, ritual que cobraraenorme importancia en la cultura de El Taj n_ Estos relieves -probablemente solidarios con la exal-tacin del nuevo estatuto de las elites- deban exhibirse en las plazas de tan antiguas ciudades_ El

    .37.

  • UNIVERSIDAD DE MXCO

    primer grupode ellos -encontrado en la PlazaSurde Morgadal Grande-se labr slo en unade las caras de los varios sillaresde piedra que locomponen yque reunidos, fonnando un mismomuro, penniran al espectador descubrir el tex-to icnico en su conjunto y la totalidad de loscuerpos entrelazadosde las dos serpientes all re-presentadas. Una tcnica constructiva que, porotra parte, continu en uso en El Taj in del Cl-sico tardo yse reserv para los edificios dedica-dos al juego de la pelota.

    DuranteelClsico temprano, laselitesasen-tadas a lo largo de los afluentes del ro Tecoludahicieron de la expresin de los conceptos queidentifican al TIloc teotihuacano el centro dela propia produccin icnica. Su imagen no slosintetizaba su vocacin cultural, sino que ahoraarticulaba la propiaconductasimblica. Los va-sos trpodes cilndricos, as como los "floreros" y las figurillas cermicas que reconocan como propios losmodelos de la alfarera teotihuacana eran, en su mayora, producto de un artesanado local. Los cultosheredados del periodo Fonnativo debieron de transfonnarse, puesto que en su celebracin ahora se reque-ra de vasijas cuyas fonnas se haban mantenido hasta entonces inditas. El modelo cultural teotihuacanolo penneaba todo. Ul conducta ritual de las elites haba cambiado y lo mismo ocurra con el pensamientosimblico y la expresin icnicadel Clsico temprano. Ulcultura de El Tajn haba "nacido". Sin embar-go, no lejos de los campos de cultivo, junto a los fogones y bajo los techos de palma tejida requemados porel sol, la prctica religiosa de la elite no parece haber sido plenamente compartida por los ms humildes.En las casas modestas los objetos y los cultos domsticos parecen haber sido otros, quiz congruentes conla herenciacultural del periodo Formativo. Hay claros indicios de una cultura "popular" yde una expresinartstica alejada de los modelos "refinados" de la elite, lo cual constituye un tema de la historia del arte y undesafo para la arqueologa que una y otra debern abordar en.fonna conjunta en el prximo milenio.

    Bibliografa

    Brueggemann, Jurgen Kurt, "Anlisis urbano del sitio arqueolgico del Tajn", en Jurgen Kurt Brueggemann(ed.), Proyecto Tojn. Cuademcs de trabajo, lnsrituto Nacional de Antropologa e Historia, Mxico, 1991.

    --, "Arquirecrura y Urbanismo", enTojn, El Equilibrista{rumer Libros, Mxico-Madrid, 1992, pp. 55-84.Du Solier, Wilfrido, "La cermica arqueolgica del Tajn", en Anales del Museo Nacional de Mxico, Mxico, vol. 1,

    nm. 45,1945.Garda Pavn, Jos, "Interpretacin cultural de la zona arqueolgica de El Tajn, Ver.", en Revisra Mexicana de

    Estudios Antropolgicos, Sociedad Mexicana de Antropologa, Mxico, vol. XII, nms. 66-67, 1952.Jimnez Lara, Pedro, "Recoleccin de superficie en la zona arqueolgica de El Tajn", en Jurgen Kurt Bruegge~

    mann (ed.), Proyecto Tajn. Cuadernos de trabao, Instituto Nacional de Antropologa e Historia, Mxico, 1991.Kelly, Isabel yAngel Palenn, El Tajn Townac, Smirhsonian lnstitution-Institute ofSocial Anthropology (pub.

    13), Washington, D. c., 1952.Krotser, Ramn y Paula Krotser, "Topografa y cermica de El Tajn, Ver.", en Anales del Instituto Nacional de

    Antropologa e Historio, Mxico, vol. 111, nms. 177-221, 1973.

    .38.

    j"e

    L

    FragmentaJe un vaso trpodecilndrico condecoroci6n inciso.

    Fo~ Cocahuotol[ca. 350-600 d. q.Plataforma e-SurPoniente deMargadol Grande

  • Plano de la dudadanuoolgimdo MorgodaIGoando, Papantla,VwacNz.Dibujo de ArturoRes6ndiz Cruz,1997

    I

    \

    ueCIOll

    (SCfoL' GIU,ef.10 o 1010 40 10 10 100_11

    Kubler, George, The Shape ofT_. Remarks on the HisUJry ofThings, Yale Unive"ity Press, New Haven yLon-dres, 1962, 136 pp.

    Lira L6peZ, Yamil, "La estratificacin en el rea urbana del Tajn", en Jurgen Kuzt Brueggemann (ed.), Prcryec-10 Tajn. Cuadernos de trabajo, Instituto Nacional de Antropologa e Historia, Mxico, 1991.

    Pascual Soto, Arturo, Iconograffa arqueo16gica de El Tojin, IIE-UNAM/FCE, Mxico, 1990,328 pp.--, ProyeclO Morgadal Grande: la cultura de El Tojin en tilSperas del Clsico rardW. Primer Infarme Tcnico Parciol

    al Consejo de Arqueo/og(a, IIE-UNAM, Mxico, 1997 (ms).--, ProyeclO Morgadal Grande: la cultura de El Tojin en tilSperas del Clsico rardfo. Segundo Informe Tcnico Par-

    cial al Consejo de Arque%g(a, IIE-UNAM, Mxico, 1999 (ms).Wilke=n, S. Jeffrey K., EInogerIesis ofthe Huos