tecnicas de la relacion
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3. Técnicas de relación.
El 50% del éxito en el counseling estriba en establecer una buena relación consejero-
aconsejado. Esto se sustenta básicamente en las actitudes ya descritas anteriormente, de
allí que las técnicas que a continuación se mencionan tengan una importancia secundaria y
sirven para instrumentalizar dichas actitudes.
Técnica de concordancia:
Su objetivo es crear el puente de relación entre el consejero y el aconsejado. Son elementos
de concordancia los procedimientos que se emplean en el encuentro inicial, tendientes a
brindarle cordialidad, y las comodidades del ambiente físico de la consulta.
Es conveniente recibir al aconsejado sonrientemente y con un saludo y acompañarlo al
lugar de la entrevista. Iniciar la charla con un tema neutro y ameno, a fin de aminorar la
tensión, durante unos cinco minutos. Procurar que el ambiente de las entrevista sea
cómodo y sobretodo privado. La esencia de esta técnica consiste en que el consejero se
comporte como un anfitrión y haga sentir al aconsejado como huésped.
Técnica de estructuración:
También conocido como encuadre o setting, consiste en definir con el cliente la naturaleza,
límites y metas del proceso. Trata de hacer ver al cliente que el proceso es un plan racional
y delimitar las responsabilidades que corresponden a cada uno. La estructura tiene dos
elementos: implícitos, que son los límites naturales que surgen espontáneamente de las
diferencias de rol entre el consejero y el aconsejado, y explícitos, que son los límites y
reglas que plantea el consultor de manera deliberada. La estructuración define roles y evita
malentendidos. Se deben establecer variables como los horarios de las consultas, la
duración de las mismas, el número de consultas, lo que se espera del cliente, lo que el
cliente debe y no debe esperar del consejero, las inasistencias, etc.
Técnica del reflejo:
Busca que el aconsejado perciba sus pensamientos y sentimientos como parte de sí mismo y
no como algo ajeno. Consiste en expresar con palabras nuevas, los sentimientos y actitudes
que el entrevistado expresa; es decir, utilizar el parafraseo. Se busca reflejar el sentimiento
y la emoción, no sólo las ideas. Aquí el consejero juega el rol de eco, que recepciona,
clarifica y reproduce moduladamente lo que el cliente dice. No interpreta. Ejemplo:
Cliente: ¡Me siento molesto, triste! ¡Siento mucha cólera! No es justo que esto me pase a
mí...que mi pareja me deje así como así.
Consejero: Ud. experimenta sentimientos de cólera en este momento ante la pérdida de su
pareja.
Con esto se brinda retroalimentación al cliente, y se evita que simplemente "dispare"
sentimientos sin hacerse cargo de ellos.
Las frases más usadas son: dice Ud. que..., siente Ud. que..., piensa Ud...., etc.
Hay tres tipos de reflejo: inmediato, se refleja el sentimiento inmediatamente después de lo
expresado por el cliente; sumario, se unen varios sentimientos expresados en un reflejo
conjunto; y terminal, resume las actitudes más significativas expresadas en toda sesión de
consulta.
Técnica de aceptación:
Está diseñada para estimular, sin presionar, la comunicación espontánea del cliente. Se
recurre al uso de frases simples como "aja", "prosiga", "sí, continúe", etc.
La aceptación implica tres elementos observables:
Expresión facial, amistosa y movimientos afirmativos de la cabeza.
Tono de voz e inflexión: "mmmm..."
Distancia y postura corporales.
Técnica del silencio:
El silencio es una muestra de respeto por las emociones y acontecimientos que el cliente
relata. Usado de manera deliberada, el silencio puede cumplir diversas funciones que
reemplazan a las palabras e impregnan a la entrevista un clima espontáneo y natural. El
silencio del consejero puede inducir a hablar al cliente; a que centre su atención en el tema;
ayuda en la profundización de lo que se trata y reduce a velocidad de la entrevista. Se
clasifica en tres tipos:
Deliberado (da énfasis). Guardar silencio después de la expresión de una frase,
resalta lo dicho incluso para el emisor. Esto hace que el cliente preste más importancia
a lo que dice y que sus palabras resuenen más en su mente.
De organización (para transiciones). Se puede facilitar el paso de un tema a otro
guardando silencio al finalizar un tema y antes de comenzar el siguiente. El silencio
aquí cumple la función de bisagra o puente de conección.
De terminación (final). Se puede indicar que la sesión ha concluido o está por
concluir guardando silencio unos instantes previos a la terminación y finalmente
concluir.
Técnica de dirección :
Es la influencia deliberada del consejero sobre el cliente, guiándolo o indicándole las
actitudes que debe asumir y lo que debe hacer. Es "aconsejar", "orientar" en el sentido
vulgar de estos términos. Permite retener o delegar la responsabilidad de la consejería
puesto que se puede dirigir más o menos, según lo ameriten las circunstancias. Tenemos
cuatro criterios a seguir:
Dirigir tanto como lo tolere el cliente, según su capacidad y comprensión.
Variar la dirección para ajustarse al ritmo del cliente.
Iniciar el proceso con mínima dirección, e incrementarla cuando la relación se
estructure.
Tener presente que cuanto más sea el cliente quien asuma la dirección del proceso,
mejores los resultados.
Técnica del aliento:
Consiste en animar al cliente, en incitarlo a continuar, darle apoyo, aliciente. Ideal para
proporcionar apoyo emocional; refuerza el comportamiento positivo y genera expectativas
favorables.
"Ud. es una persona capaz"; "Ud. puede sentirse mejor"; "Ud. puede tomar
decisiones", etc.
Técnica de cierre:
Sirve para concluir la sesión o todo el proceso de consejería.
Finalización de un tema: realizar una reflexión resumidora y unir cabos sueltos antes
de pasar a otro tema.
Finalización de entrevista: dejar en el paciente la sensación de que se avanza en el
proceso. Minutos antes de concluir, bajar el ritmo de la entrevista y preparar la
conclusión. Hacer un resumen de lo tratado y preparar una reflexión. Hacer referencia
a próximas sesiones o temas o dejar tareas.
La entrevista final debe plantearse una vez alcanzadas las metas iniciales. Debe ser
de recuento y conclusiones. Dejar abierta la posibilidad para nuevas entrevistas
posteriores, si se cree necesario.
4. Técnicas de interpretación
Lo que se busca con estas técnicas es facilitar la comprensión de sí mismo en el cliente. Los
aconsejados emiten mensajes sobre su persona y no siempre reflexionan sobre ellos. El
desarrollo de una nueva comprensión pasa por esta reflexión y para ello es necesario
clarificar lo que dicen, confrontar sus inconsistencias e interpretar cuando sea necesario.
La Clarificación
Consiste simplemente en pedir al cliente que aclare temas confusos, incompletos u oscuros
sobre los que falta información en su discurso.
La confrontación:
Presenta al aconsejado las áreas de información que parecen contradictorias o
incongruentes en su discurso. Significa escuchar con atención al cliente y señalarle
aquellos aspectos de la interacción que parecen indicar la presencia de operaciones
defensivas y un funcionamiento conflictivo. La confrontación no se hace con el cliente
mismo sino con lo que dice, y no tiene un carácter confrontacional o beligerante sino de
aclaración.
La interpretación:
Establece lazos entre el material consciente, preconsciente y las funciones o motivaciones
inconscientes, manifestadas en el aquí y ahora, asumidas o bajo hipótesis. La confrontación
junta y reorganiza lo que se ha observado; la interpretación añade al material una
dimensión hipotética de causalidad y profundidad.
Para no parecer contradictorios con los principios del counseling, diremos que la
interpretación debe usarse lo menos posible, y siempre y cuando lo que se va a interpretar
sea muy obvio para el consejero si bien no para el cliente. No abusar de ella es esencial. Lo
importante es lograr que el cliente se interprete a sí mismo...aunque a veces hay que darle
una ayudadita.
La toma de decisiones y la resolución de problemas
Las decisiones, entendidas como elección de un curso de acción determinado, son
importantes porque de ellas depende el éxito de una empresa, de una carrera profesional,
el destino de un país etc. Si nosotros mediante el modelo asertivo sabemos qué hacer, la
teoría decisional, nos dice cómo hacerlo, pero hacerlo ya e implementarlo.
Existe al menos una teoría clásica optimizante en la toma de decisiones; los pasos naturales
en este modelo son:
1. Identificar el problema.- Determinar las discrepancias entre la situación actual y los
resultados deseados. ¿Qué tengo realmente y qué deseo?
2. Diagnosticar el problema.- Reunir y analizar la información que explique la
naturaleza del problema. ¿Cómo soy y a qué se debe?
3. Definir las alternativas.- Desarrollar todas las soluciones que son potenciales
soluciones. ¿Con qué cuento realmente para alcanzar lo que deseo? ¿Qué
estrategias tengo o necesito conocer? ¿Quiénes pueden colaborar con ideas,
recursos o acciones?
4. Examinar las consecuencias.- ¿Qué pasaría si...? anticipar los probables efectos de
cada alternativa.
5. Tomar la decisión.- Evaluar y elegir la mejor alternativa, aquella que maximalize el
logro de las metas y los objetivos. El ambiente aceptador y propiciador brindan
seguridad.
Hacerlo.- Implementar la decisión.
Cuando se aplica al menos un modelo más o menos racional o pensante en la toma de
decisiones, y si vivimos en ambientes asertivos y que brinden holding, podemos estar en
condiciones de que las mejores decisiones podrán ser tomadas, aquellas que nos favorezcan
en el trato interpersonal y el desarrollo.
Intervenciones tales como el reflejo elucidatorio, las preguntas abiertas, las clarificaciones, toman preponderancia para ayudar al consultante en su
exploración y en la identificación del problema y de su núcleo. A esto se agrega que en un proceso de resolución de problemas el Consultor puede dar
información, ofrecer escenarios diferentes y alternativos para ser evaluados por su consultante, invitar a prever o imaginar las consecuencias posibles de
sus futuras acciones.