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La corona de justicia

2Timoteo 4: 8 Por lo demás, me está guardada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día; y no sólo a mí, sino también a todos los que aman su venida.

Introducción Las coronas terrenales que existen hoy en día, la gran mayoría se obtienen en base a corrupción; son pocas por no decir ninguna que pueden llegar a ser legítimas. El creyente heredará la corona de justicia en base a la justicia de Cristo; sin ella no se puede obtener. Dios se especializa en proveer justicia terrenal y divina. Juan 6: 38 Porque he descendido del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me envió. Jesús es absolutamente santo y sin pecado porque él es Dios. Él es connaturalmente justo, nunca hay injusticia en El. Todo lo que hizo Jesús acá en la tierra fue agradable para el Padre.

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Juan 5: 30 No puedo yo hacer nada por mí mismo; según oigo, así juzgo; y mi juicio es justo, porque no busco mi voluntad, sino la voluntad del que me envió, la del Padre.

I. La corona de justicia quitará todo dolor Nadie pudo probarle culpabilidad de injusticia a Jesucristo, porque el siempre busco e hizo la justicia, no hubo en El imparcialidad. Juan 8: 46 ¿Quién de vosotros me redarguye de pecado? Pues si digo la verdad, ¿por qué vosotros no me creéis? Pablo dijo “Por lo demás, me está guardada la corona de justicia” (2Tim. 4: 8). En base a todas las injusticias que él había pasado por la causa del evangelio de Cristo, ahora que entiende que ha terminado su carrera en la tierra; sabe en su alma que muy pronto estará con Cristo donde le recompensará todo dolor con la verdadera justica. Apocalipsis 7:17 Porque el Cordero que está en medio del trono los pastoreará, y los guiará a fuentes

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de aguas de vida; y Dios enjugará toda lágrima de los ojos de ellos. El símbolo del dolor son las lágrimas que vienen por causa de las injusticias en la vida; y al decir que enjugará toda lágrima da a entender que quitará todo dolor, que ya sabemos que viene por causa de la injusticia.

II. La corona de justicia no llegará sola La vida en este mundo está llena de injusticas, la diferencia social en el mundo es palpable, hay más viviendo en la miseria que los que viven en prosperidad. El rico cada día que pasa se hace más rico; y el pobre cada día se hace más pobre cada día que pasa más lo endeuda el rico. Como hijos de Dios ¿Qué tenemos que hacer? Mateo 6: 33 “Buscad primero el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas”. Lo material no lo es todo en el creyente, hay cosas más importantes que lo material. El rico morirá en su riquezas; pero el creyente tiene una mejor esperanza,

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Lucas 4:4 Jesús, respondiéndole, dijo: Escrito está: No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra de Dios Dios está en control de todo. Nada de lo que les pasa a los hijos de El puede ser para mal ni está fuera de Su control; podemos descansar en Sus promesas. Dios tiene una mejor justicia para el creyente. El alimento y la vestimenta son asuntos menores en comparación con la justicia de Dios, serán solo añadidura, llegaran con el paquete de la justicia que Dios imputará en el hijo o hija de Dios. Salmo 119: 172 Hablará mi lengua tus dichos, porque todos tus mandamientos son justicia.

III. La corona de justicia no es por méritos personales

La corana de justicia no se obtendrá por la cantidad que trabaje para Dios, o cuanto haga algo para El; sino por Su misericordia. No es por mi capacidad, sino por la voluntad de Dios. La corona de justicia no se basa por

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méritos personales, sino de nuestra humillación que tengamos hacia Dios. Dos hombres subieron al templo a orar; uno fariseo, el otro publicano. El fariseo oraba de pie consigo mismo, de esta manera: Dios, te doy gracias, que no soy como los demás hombres, ladrones, injustos, adúlteros, ni aun como este publicano. Ayuno dos veces por semana, y doy el diezmo de todo lo que gano. Pero el publicano quedando lejos, ni quería alzar los ojos al cielo, sino que golpeaba su pecho, diciendo: Dios, ten compasión de mí, que soy pecador. Os digo que éste descendió a su casa justificado, pero el otro no. Porque el que se enaltece será humillado; y el que se humilla, será enaltecido. Fueron las palabras de Cristo (Lucas 18: 10-14). Los fariseos no se han extinguido; hay muchos en estos días que esperan obtener la justicia por sus propias buenas obras. Confían en sí mismos de que son justos. No siempre se jactan abiertamente de su bondad, pero muestran de otras maneras que están confiando en su propia justicia.

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¿Cuál es el resultado? El hombre que confió en su propia justicia no tenía ninguna, mientras que el hombre que oró en constricción de corazón: “Dios, ten compasión de mí, que soy pecador”, se fue a su casa como un hombre justo. Cristo dice que se fue justificado, es decir, hecho justo. Conclusión Puesto que los mejores esfuerzos de un hombre pecaminoso no tienen el menor efecto en cuanto a producir justicia, es evidente que la única manera en la que es posible obtenerla es como un don. Romanos 5: 17 Pues si por la transgresión de uno solo reinó la muerte, mucho más reinarán en vida por uno solo, Jesucristo, los que reciben la abundancia de la gracia y del don de la justicia. Es debido a que la justicia es un don, por lo que la vida eterna, que es la recompensa de la justicia, es el don de Dios mediante Cristo Jesús Señor nuestro.