temario formación adultos primera fase

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BLOQUE 0 – MOMENTO 1 – PASO 1 QUIÉNES SOMOS TÉCNICA DEL CARNET DATOS PERSONALES, FAMILIARES, PROFESIONALES MI RECORRIDO CREYENTE MIS VALORES – CONTRAVALORES QESTOY DISPUESTO A DAR Y A RECIBIR - 1 -

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BLOQUE 0 MOMENTO 1 PASO 1

BLOQUE 0 MOMENTO 1 PASO 1

QUINES SOMOS

TCNICA DEL CARNET

Datos personales, familiares, profesionales

Mi recorrido creyente

Mis valores Contravalores

Qu estoy dispuesto a dar y a recibir

FRASES INCOMPLETAS

A) Rellena en solitario las frases incompletas que tienes a continuacin

1) Me gusta......................

2) Algunas veces deseo......................

3) No puedo....................

4) La mayora de personas que conozco...................

5) Necesito saber....................

6) Cuando entro en un grupo nuevo.................

7) Lamento.................

8) Mi objetivo es.......................

9) Tengo miedo...............

10) Estoy orgulloso/a de.....................

11) Una cosa buena que me ha ocurrido hace poco es..................

B) Lee las siguientes frases incompletas y trata de completarlas una a una con el primer pensamiento que te venga a la mente; no te detengas a pensar sobre cada frase. Escribe la primera idea que se te ocurra.

1) La mayora de mis amigos no saben que yo.................

2) Creo que mi..................

3) Mi familia...........

4) Creo que mis padres raramente...............

5) Quisiera perder el miedo................

6) Lo que necesito en mi vida es.............

7) Me gusta compararme con los dems respecto a...........

8) Mi mayor debilidad es............

9) Cuando las cosas no me salen bien...................

10) Cuando empiezo a aburrirme.............

11) Un da espero...................

12) El mayor ideal de mi vida................

13) He envidiado siempre..............

14) Cuando miro el porvenir...............

15) Los compaeros/as con quienes convivo................

16) Cuando no estoy presente, mis amigos/as..........

17) La gente piensa que yo..................

18) El tipo de persona que prefiero................

19) Un amigo sincero.....................

BLOQUE 0 MOMENTO 1 PASO 2

SENTIDO DEL VIVIR EN GRUPO

INTRODUCCIN

Alguien ha dicho que vivimos en un mundo que se ha convertido en una pequea aldea, pues los acontecimientos que suceden en cualquier lugar de la tierra pueden llegar a nosotros en un instante, como si acaeciesen en la casa de al lado.

Sin embargo este mundo que se ha hecho tan pequeo se ha ido haciendo, a la vez, complejo y acelerado.

Da la sensacin que todos vivimos tan deprisa y tan ocupados que no hay tiempo para encontrarse con uno mismo... con los dems... con Dios.

Por eso es muy importante formar grupo, estar en grupo, plantearnos el ser, la vida y la fe en grupo.

El grupo tiene que ser un lugar de dilogo, de reflexin, de interpelacin, de oracin, de conversin a Dios y a los hermanos.

Por eso hemos de ser generosos y sinceros, ya que vamos a hacer juntos un largo camino que nos ayudar a que clarifiquemos las condiciones, que todos hemos de esforzarnos en vivir, para que el grupo sea el lugar de crecimiento humano y cristiano. Ya que la persona no puede vivir aislada, necesita de los otros para ser y hacerse.

El hombre y la mujer son personas, y como tales, parte de la sociedad, de ese gran nosotros constituido por todas las personas.

Dios hizo al hombre responsable de la organizacin del mundo y de la historia humana, quiso necesitar del hombre y de la mujer, a cada uno de ellos, en esta tarea.

Pero Dios tambin les dio la libertad, o sea la posibilidad de dejarla de lado y no cumplir ese encargo de Dios. Aunque nadie podr sustituirle y ocupar el hueco dejado vacante.

Jess asumi la misin de realizar el Plan Salvador de Dios: la comunin de todos los hombres con el Padre y la fraternidad entre ellos. Jess reuni en torno a l a sus discpulos y dio origen a la Iglesia, el nuevo Pueblo de Dios, a la que encarg la evangelizacin y transformacin de la persona y de la historia humanas.

VER

a) Cuenta alguna situacin o hecho en que se den el individualismo, la prisa, la falta de ayuda, que ponga de manifiesto ese DESENCUENTRO.

b) Qu consecuencias produce ese hecho?

c) Vemos la importancia de estar en grupo?

d) Qu le pido al grupo?

BLOQUE 0 MOMENTO 1 PASO 2 SENTIDO DEL VIVIR EN GRUPO

JUZGAR

TEXTOS BIBLICOS

Mt 10, 1-4; Lc 6,12-16; Mc.3,13-20

Lc 22, 14-21

Lc 24, 36-49

Mc l6, 14-21; Mc 14, 12-17

MAGISTERIO DE LA IGLESIA

El fiel laico no puede jams cerrarse sobre s mismo, aislndose espiritualmente de la comunidad; sino que debe vivir en un continuo intercambio con los dems, con un vivo sentido de fraternidad, en el gozo de una igual dignidad y en el empeo por hacer fructificar, junto con los dems, el inmenso tesoro recibido en herencia. El espritu del Seor le confiere, como tambin a los dems, mltiples carismas; le invita a tomar parte en diferentes ministerios y encargos; le recuerda, como tambin recuerda a los otros en relacin con l, que todo aquello que le distingue no significa una mayor dignidad, sino una especial y complementaria habilitacin al servicio.... De esta manera, los carismas, los ministerios, los encargos y los servicios del fiel laico existen en la comunin y para la comunin. Son riquezas que se complementan entre s en favor de todos, bajo la gua prudente de los pastores

(Juan Pablo II, Exhortacin Apostlica CHRISTIFIDELES LAICI, n. 20, ltimo prrafo - ChF).

LA PARTICIPACIN DE LOS FIELES LAICOS EN LA VIDA DE LA IGLESIA

Los fieles laicos participan en la vida de la Iglesia no slo llevando a cabo sus funciones y ejercitando sus carismas, sino tambin de otros muchos modos.

Tal participacin encuentra su primera y necesaria expresin en la vida y misin de las Iglesias particulares, de las dicesis, en las que verdaderamente est presente y acta la Iglesia de Cristo, una, santa, catlica y apostlica.

IGLESIAS PARTICULARES E IGLESIA UNIVERSAL

Para poder participar adecuadamente en la vida eclesial es del todo urgente que los fieles laicos posean una visin clara y precisa de la Iglesia particular en su relacin originaria con la Iglesia universal. La Iglesia particular no nace a partir de una especie de fragmentacin de la Iglesia universal, ni la Iglesia universal se constituye con la simple agregacin de las Iglesias particulares; sino que hay un vnculo vivo, esencial y constante que las une entre s, en cuanto que la Iglesia universal existe y se manifiesta en las Iglesias particulares. Por esto dice el concilio que las Iglesias particulares estn formadas a imagen de la Iglesia universal, en las cuales y a partir de las cuales existe una sola y nica Iglesia catlica.

El mismo concilio anima a los fieles laicos para que vivan activamente su pertenencia a la Iglesia particular, asumiendo al mismo tiempo una amplitud de miras cada vez ms catlica Cultiven constantemente -leemos en el decreto sobre el apostolado de los laicos- el sentido de la dicesis, de la cual es la parroquia como una clula, siempre dispuestos, cuando sean invitados por su pastor, a unir sus propias fuerzas a las iniciativas diocesanas. Es ms, para responder a las necesidades de la ciudad y de las zonas rurales, no deben limitar su cooperacin a los confines de la parroquia o de la dicesis, sino que han de procurar ampliarla al mbito interparroquial, interdiocesano, nacional o internacional; tanto ms cuando los crecientes desplazamientos demogrficos, el desarrollo de las mutuas relaciones y la facilidad de las comunicaciones no consienten ya a ningn sector de la sociedad permanecer cerrado en s mismo. Tengan as presente las necesidades del pueblo de Dios esparcido por toda la tierra (Apostolicam actuositatem, 10).

En este sentido, el reciente snodo ha solicitado que se favorezca la creacin de los consejos pastorales diocesanos, a los que se puede recurrir segn las ocasiones. Ellos son la principal forma de colaboracin y de dilogo, como tambin de discernimiento, a nivel diocesano. La participacin de los fieles laicos en estos consejos podr ampliar el recurso a la consultacin , y har que el principio de colaboracin -que en determinados casos es tambin de decisin- sea aplicado de un modo ms frecuente y extenso.

Est prevista en el Cdigo de Derecho Cannico la participacin de los fieles laicos en los snodos diocesanos y en los concilios particulares, provinciales o plenarios. Esta participacin podr contribuir a la comunin y misin eclesial de la Iglesia particular, tanto en su mbito propio como en relacin con las dems Iglesias particulares de la provincia eclesistica o de la conferencia episcopal.

Las conferencias episcopales quedan invitadas a estudiar el modo ms oportuno de desarrollar, a nivel nacional o regional, la consultacin y colaboracin de los fieles laicos, hombres y mujeres. As, los problemas comunes podrn ser bien sopesados y se manifestar mejor la comunin ecle- de todos (Ch. L. 25).

HACIA UNA COMUNIDAD EVANGELIZADA Y EVANGELIZADORA

Quienes acogen con sinceridad la buena nueva, mediante tal acogida y la participacin en la fe, se renen, pues, en el nombre de Jess para buscar juntos el Reino, construirlo, vivirlo. Ellos constituyen una comunidad que es, a la vez, evangelizadora.

La orden dada a los doce: "Id y proclamad la buena nueva" vale tambin, aunque de manera diversa, para todos los cristianos. Por eso Pedro los define "pueblo adquirido para pregonar las ex-celencias del que os llam de las tinieblas a su luz admirable". Estas son las maravillas que cada uno ha podido escuchar en su propia lengua. Por lo dems, la buena nueva del Reino que llega y que ya ha comenzado es para todos los hombres de todos los tiempos. Aquellos que ya han recibido y que estn reunidos en la comunidad de salvacin pueden y deben comunicarla y difundirla

(Pablo VI, Exhortacin Apostlica EVANGELII NUNTIANDI, n. 13 - EN).

DESPUS DE LEER Y REFLEXIONAR LOS TEXTOS

CONTESTA

a)Qu valores, que debe de tener nuestro grupo, descubro en los textos?

b)Para qu estamos en grupo? Finalidades.

e)Qu importancia dio Jess a su grupo, en qu momentos de su vida se rene con sus Discpulos?

d)Cmo debe ser nuestro grupo?

ACTUAR

a)Qu voy hacer yo para que mi grupo sea un espacio de crecimiento humano y cristiano?

b)Qu aspectos, normas , condiciones ms importantes, vamos a cuidar en el grupo para que sea el lugar en el que crezcamos como cristianos adultos?

e)Qu podemos hacer para que nuestro grupo vaya caminando en la fidelidad a la tarea que Dios nos invita?

CONTENIDOS PARA LA REFLEXIN. JUZGAR

El grupo es el lugar en el que personal y comunitariamente nos confrontamos con Jess, optando por unos valores y actitudes.

El grupo es el lugar teolgico en el que Dios acta y se manifiesta.

El lugar en el que vivimos la experiencia de amistad profunda.

Donde somos reconocidos cada uno como persona.

Donde hacemos juicios sobre la realidad que nos rodea, formando criterios.

Donde confrontamos nuestros juicios y actitudes con los de los dems y con los del Evangelio.

En el grupo se da la experiencia de un Dios que sale al encuentro y se nos ofrece para caminar con nosotros.

En el grupo se vive y se contrasta las exigencias y responsabilidades del seguimiento de Jess, de hacer presente el Reino.

En el grupo descubrimos que Dios nos pregunta sobre nuestras vidas. Por eso nuestras pequeas y grandes respuestas, son respuestas a Dios. Dios nos hace una propuesta de VIDA y nosotros aceptamos o rechazamos esa propuesta con las respuestas concretas que vamos dando en nuestras vidas.

El grupo es el lugar donde se revela a cada uno la oferta personal y comunitaria que Dios nos hace. Es tambin el lugar donde se discierne las respuestas concretas a la llamada del Seor: Evangelizar

Es el grupo el que, compartiendo la experiencia de fe, es capaz de impulsar a cada uno a dar respuesta a la llamada y a la misin como cristiano.

La oferta de Dios de construir una Nueva Tierra, con su ayuda y con nuestra colaboracin, es un proceso que es DON PARA TODOS Y TAREA DE TODOS. Es en ese grupo de hermanos, donde encontramos la fuerza para resurgir, y la confirmacin de que Dios, nuestro Seor, camina con nosotros, fiel a la promesa que un da hizo a nuestros Padres y en la que siempre se ha mantenido. Desde esa certeza, seguimos trabajando y construyendo su Reino junto a TODOS LOS HERMANOS, Nuestro grupo es uno de los que apuestan en su nombre por la VIDA, porque hemos experimentado en nuestra propia carne que l nos la ha dado. Por eso nos sentimos unidos a TODOS aquellos y aquellas que proclaman esta misma fe en ese gran grupo de HERMANOS que es la Iglesia.

La vida del grupo debe tener claro desde un principio que est llamado a ser expresin comunitaria y eclesial de fe, que haga posible la evangelizacin.

El grupo ha de ser el espacio para expresar la fe comunitariamente y para celebrar esa fe que nos hace comprometemos en la realidad, para aproximarla al Reino, y cuya aproximacin en pequeos o ms importantes hechos celebramos juntos.

El grupo es lugar de experiencias de fe de los miembros del grupo; de una fe vivida en el quehacer diario, que sea motivadora y punto central de referencia; que sea crtica, liberadora; que ponga como nico absoluto a Dios y coloque en "crisis" nuestros otros absolutos; de una fe que sea proftica, que permita a los miembros de los grupos la esperanza del futuro y que sienta profundamente que en Jess resucitado est la posibilidad de hacer un futuro nuevo y libre.

BLOQUE 0 MOMENTO 1 PASO 3

UNA LLAMADA, UNA MISIN

INTRODUCCIN

Muchos que nos llamamos cristianos tenemos un sentido individualista de la vida y somos cristianos de un modo pasivo, cmodo, egosta. Entendemos la relacin con Dios como una relacin privada al margen de la vida social. No hemos descubierto que la fe tiene unas implicaciones que han de trasformar nuestras actitudes y comportamientos.

Posiblemente en la base de esta situacin, tan comn entre los cristianos, est la falta de conciencia y de experiencia de ser llamados por Dios a ser sus hijos y a vivir como tales. Tal vez, todo ello nos suene a algo muy sabido, pero poco sentido. Algo tan odo que ha perdido el profundo significado que encierra, la fuerza dinamizadora y trasformadora que desencadena cuando nos dejamos invadir por esa realidad misteriosa, pero real, del Dios que nos llama. Y mxime cuando descubrimos que esa llamada personal y personalizadora de Dios no es para encerrarnos en nosotros, ni menos an para dominar y controlar nuestra vida, sino para dimensionarla, enriquecerla abrindola a su Proyecto de Salvacin del mundo. Dios nos llama a ser sujetos responsables y hacedores, con nuestra vida cotidiana, de ese Proyecto de Salvacin y de Liberacin para todos los hombres.

Muchos somos conscientes de haber recibido la llamada personal que Dios nos hace, de que no somos un simple nmero en la masa de los cristianos, sino sujetos responsables, constructores, en nuestra vida y en nuestra sociedad, del proyecto Liberador de Dios. l necesita de todos y cada uno de nosotros en esa tarea. Aunque seamos libres de cumplir o dejar de lado ese encargo, nadie podr sustituimos y ocupar el hueco vacante.

VER

a) Buscar casos concretos de comportamiento de cristianos adultos que conozcas personalmente:

Que se preocupen de su familia, seguridad econmica, salud de los suyos, y que eviten comprometerse con problemas ajenos y participar en grupos;

-Que tengan inters por el Evangelio, la Iglesia, la vida de la parroquia, los problemas de las familias, de los jvenes, de los nios, la economa, la poltica, la sociedad... y que se ofrezcan y participen en grupos, plataformas o trabajos en relacin con estos aspectos. (No hay que poner en comn en el grupo quines son las personas a las que nos hemos referido, sino describir cul es su comportamiento o los hechos que nos hacen encuadrarles en un estilo o en otro).

b) Reconocer valores positivos y negativos que encuentras en ambas formas de actuar.

BLOQUE 0 MOMENTO 1 PASO 3 UNA LLAMADA, UNA MISIN

JUZGAR

TEXTOS BIBLICOS

I.Sm 3, 4-9.

Lc 5, 1-11.

Jn 17, 18-21.

MAGISTERIO DE LA IGLESIA

TESTIMONIO Y MISIN DE JESS

El testimonio que el Seor da de s mismo y que san Lucas ha recogido en su Evangelio ("Es preciso que anuncie tambin el Reino de Dios en otras ciudades") tiene sin duda un gran alcance, ya que define en una sola frase toda la misin de Jess: "porque para eso he sido enviado". Estas palabras alcanzan todo su significado cuando se las considera a la luz de los versculos anteriores en los que Cristo se aplica a si mismo las palabras del profeta Isaas El Espritu del Seor est sobre m, porque me ungi para evangelizar a los pobres.

Proclamar de ciudad en ciudad sobre todo a los ms pobres, con frecuencia los ms dispuestos, el gozoso anuncio del cumplimiento de las promesas y de la Alianza propuesta por Dios, tal es la misin para la que Jess se declara enviado por el Padre; todos los aspectos de su Misterio -la misma Encarnacin, los milagros, la continuidad de su presencia en medio de los suyos- forman parte de su actividad evangelizadora (EN. n. 6).

HACIA UNA COMUNIDAD EVANGELIZADA Y EVANGELIZADORA

Quienes acogen con sinceridad la Buena Nueva, mediante tal acogida y la participacin en la fe, se renen, pues, en nombre de Jess para buscar juntos el Reino, construirlo, vivirlo. Ellos constituyen una comunidad que es, a la vez, evangelizadora. La orden dada a los Doce: "Id y proclamad la Buena Nueva" vale tambin, aunque de manera diversa, para todos los cristianos. Por eso Pedro los define "Pueblo adquirido para pregonar las excelencias del que os llam de las tinieblas a su luz admirable" Estas son las maravillas que cada uno ha podido escuchar en su propia lengua. Por lo dems, la Buena Nueva del Reino que llega y que ha comenzado es para todos los hombres de todos los tiempos. Aquellos que ya han recibido y que estn reunidos en la comunidad de salvacin y deben comunicarla y difundirla (EN. n. 13).

UN MENSAJE QUE AFECTA A TODA LA VIDA

La evangelizacin no sera completa si no tuviera en cuenta la interpelacin recproca que en el curso de los tiempos se establece entre el evangelio y la vida concreta, personal y social, de la persona. Precisamente por esto la Evangelizacin lleva siempre un mensaje explcito, adaptado a las diversas situaciones y constantemente actualizado, sobre los derechos y deberes de toda persona humana, sobre la vida familiar, sin la cual apenas es posible el progreso personal, sobre la vida comunitaria de la sociedad, sobre la vida internacional, la paz, la justicia, el desarrollo; un mensaje especialmente vigoroso en nuestros das, sobre la liberacin (EN. n. 29).

LOS SEGLARES

Los seglares, cuya vocacin especifica los coloca en el corazn del mundo y a la gua de las ms variadas tareas temporales, deben ejercer por lo mismo una forma singular de evangelizacin.

Su tarea primera e inmediata no es la institucin de la comunidad eclesial -sta es la funcin especifica de los Pastores- sino el poner en prctica todas las posibilidades cristianas y evanglicas escondidas, pero a su vez ya presentes y activas, en las cosas del mundo. El campo propio de su actividad evangelizadora es el mundo vasto y complejo de la poltica, de lo social, de la economa y tambin de la cultura, de las ciencias, de las artes, de la vida internacional, de los medios de comunicacin, as como de otras realidades abiertas a la evangelizacin como el amor, la familia, la educacin de los nios y jvenes, el trabajo profesional, el sufrimiento, etc. Cuantos ms seglares haya impregnados del Evangelio, responsables de estas realidades y claramente comprometidos en ellas, competentes para promoverlas y conscientes de que es necesario desplegar su plena capacidad cristiana, tantas veces oculta y asfixiante, tanto ms estas realidades -sin perder o sacrificar nada su coeficiente humano, al contrario, manifestando una dimensin trascendente frecuentemente desconocida- estar al servicio de la edificacin del Reino de Dios y, por consiguiente, de la salvacin en Cristo Jess (EN. n. 70).

EL COMPROMISO APOSTLICO DE LA PARROQUIA.

Ahora es necesario considerar ms de cerca la comunin y la participacin de los fieles laicos en la vida de la parroquia. En este sentido, se debe llamar la atencin de todos los fieles laicos, hombres y mujeres, sobre una expresin muy cierta, significativa y estimulante del Concilio: "Dentro de todas las comunidades de la Iglesia -leemos en el Decreto sobre apostolado de los laicos- su accin es tan necesaria, que sin ella el mismo apostolado de los Pastores no podra alcanzar, la mayor parte de las veces, su plena eficacia (AA, 10). Esta afirmacin radical se debe entender, evidentemente, a la luz de la "eclesiologa de la comunin": siendo distintos y complementarios, los ministerios y los carismas son necesarios para el crecimiento de la iglesia, cada uno segn su propia modalidad.

Los fieles laicos deben estar cada vez ms convencidos del particular significado que asume el compromiso apostlico en su parroquia. Es de nuevo el Concilio quien lo pone de relieve autorizadamente: La parroquia ofrece un ejemplo luminoso de apostolado comunitario, fundiendo en la unidad todas las diferencias humanas que all se dan e insertndolas en la universalidad de la Iglesia.

Los laicos han de habituarse a trabajar en la parroquia en intima unin con sus sacerdotes, a exponer a la comunidad eclesial sus problemas y los del mundo y las cuestiones que se refieren a la salvacin de las personas, para que sean examinados y resueltos con la colaboracin de todos; a dar, segn sus propias posibilidades, su personal contribucin a las iniciativas apostlicas de su propia familia eclesistica . (AA, 101)

La indicacin conciliar respecto al examen y solucin de los problemas pastorales con la colaboracin de todos debe encontrar un desarrollo adecuado en la valorizacin ms convencida, amplia y decidida de los Consejos pastorales parroquiales.

En las circunstancias actuales, los fieles laicos pueden y deben prestar una gran ayuda al crecimiento de una autntica comunin eclesial de sus respectivas parroquias, y en el dar nueva vida al afn misionero dirigido hacia los no creyentes que han abandonado o limitado la practica de la vida cristiana.

Si la parroquia es la Iglesia que se encuentra entre las casas de los hombres, ella vive y obra entonces profundamente injertada en la sociedad humana e ntimamente solidaria con sus aspiraciones y dramas. A menudo el contexto social, sobre todo en ciertos pases y ambientes, est sacudido violentamente por fuerzas de disgregacin y deshumanizacin. El hombre se encuentra perdido y desorientado; pero en su corazn permanece siempre el deseo de poder experimentar y cultivar unas relaciones ms fraternales y humanas. La respuesta a este deseo puede encontrarse en la parroquia, cuando esta, con la participacin viva de los fieles laicos, permanece fiel a su originaria vocacin y misin: ser en el mundo el lugar de la comunin de los creyentes y, a la vez, signo e instrumento de la comn vocacin a la comunin: en una palabra, ser la casa abierta a todos y al servicio de todos, o como prefera llamarla el Papa Juan XXIII, ser la fuente de la aldea, a la que todos acuden para calmar su sed (ChL. n. 27).

SEGN LOS CONTENIDOS Y TEXTOS LEDOS

a) Cul debe ser mi actitud y la de los cristianos para construir la Iglesia y realizar la tarea de la Evangelizacin?

b) Descubres que la misin del cristiano es Evangelizar? Te sientes llamado por Dios?

ACTUAR

Qu podemos hacer personalmente y como grupo para ser ms responsables en la vida de nuestra parroquia y en su misin Evangelizadora?

BLOQUE 0 MOMENTO 2 PASO 4

NUESTRA METODOLOGA

INTRODUCCIN

Posiblemente uno de los elementos identificativos ms importantes de los Movimientos de Accin Catlica haya sido, a lo largo de su historia, el papel asignado a la Formacin de sus militantes. Quiz la formacin por s misma no diga nada, pero en la Accin Catlica ha sido entendida de una manera especial. El rasgo claramente distintivo ha sido la MANERA DE ENTENDERLA.

Afirmamos que no es posible una Formacin que no parta de la vida y que no nos permita incidir en ella. Por eso reafirmamos que la peculiaridad no est tanto en el hecho formativo en s, sino en el estilo formativo, porque estamos convencidos de que la manera de formamos determina a la persona que sigue ese proceso.

En una palabra, que no es posible desconectar la forma del contenido. Por ello la METODOLOGA se convierte en el elemento peculiar de la formacin ms que los contenidos.

PROCESO A SEGUIR

VER

Despus de leer los contenidos del ver, aclaramos las cuestiones que no se comprendan.

* Qu errores debo evitar?En el ver

En el juzgar

En el actuar

* Cules son los seis elementos importantes del ver y que suponen?

JUZGAR

Despus de leer los contenidos del juzgar, comentamos y aclaramos las dudas

Juzgar es una valoracin en la que Jesucristo se hace presente de una manera explcita para ayudarnos a interpretar la realidad.

* A qu contribuye el juzgar?

* Enumera los siete elementos que debe llevar el proceso del juicio evanglico y qu implicaciones conlleva.

ACTUAR

Despus de leer los contenidos del actuar, aclaramos las dudas.

* Definimos el actuar

* Qu cinco aspectos concretos ha de suponer el actuar? Expliqumoslos.

NUESTRA METODOLOGIA: VER - JUZGAR - ACTUAR.

1.SENTIDO GLOBAL DE LA METODOLOGIA

En educacin, se ha mostrado cmo el diseo educativo es clave porque garantiza la formacin de esquemas personales interiores que estructuran el pensamiento de una persona. La Metodologa es ese instrumento que lo va a permitir. Si deseamos personas sensibles, con capacidad de anlisis, ello solo ser posible si desarrollamos un planteamiento educativo que incorpore todos esos elementos desde un principio. Por ello sera un error planteamos primero que se desarrolle la capacidad de VER, luego la de JUZGAR y, cuando sta se haya alcanzado, favorezcamos el ACTUAR. Ms que lineal, el proceso se hace cclico.

Se entiende entonces que la Metodologa est expresando los rasgos que identifican al militante cristiano. Es la Metodologa, y no los contenidos como tales, quien nos posibilita el nivel adecuado de militancia, puesto que el militante no es tanto el que hace esto o lo otro, el que trabaja aqu o all, sino el que se sita ante la vida de una determinada manera, que evidentemente estar condicionada por las peculiaridades de su ambiente, de su edad y de sus circunstancias, pero que ms all de todo esto, manifiesta de forma radical y global un estilo de vida que pasa por ver de una manera concreta la realidad, enjuiciarla desde criterios evanglicos e implicarse con un estilo determinado, cuyo fundamento se encuentra en Jesucristo.

El militante cristiano ser el que se hace presente en el mundo para anunciar el Evangelio. Pero adems quien se sita de una forma determinada, analiza desde unos criterios, observa con los ojos de Dios y se implica radicalmente desde un talante determinado.

La forma de ser militante no puede alcanzarse de hoy para maana y no es algo puntual. Por ello, el estilo ha de ir configurndose desde un principio, de tal forma que la Metodologa se convierta en el elemento que aglutina y da coherencia a todo el proceso que vive el militante.

La Metodologa expresa esencialmente una manera de vivir, de observar la vida, de ser creyente, de enjuiciar. Es un ESTILO DE VIDA. Ahora bien, un estilo de vida no se logra incorporndolo como un contenido ms. No se trata de "hablar" sobre l. Ciertamente sern necesarios contenidos que nos abran vas de reflexin y de anlisis. Pero el estilo como tal solo ser posible a travs de su ejercicio sistemtico que permita su interiorizacin y, por tanto, que lo hagamos nuestro al educarnos en l.

Consideramos que la Metodologa del VER - JUZGAR - ACTUAR - REVISAR - CELEBRAR recoge con fidelidad la forma de ser y situarse de Jesucristo. Ciertamente, a lo largo de su vida se encuentra en situaciones muy diversas, pero hay una unidad de fondo en toda su accin.

Su capacidad de leer los acontecimientos, rompiendo con los tpicos frecuentes en su poca, su capacidad para fijarse en esos detalles y personas que a los dems se les escapan, manifiestan un estilo observador determinado que es importante para su accin evangelizadora.

La disposicin que manifiesta para la reflexin, para el juicio de las situaciones; su contraste continuado con el Padre y con la tarea que le encomienda; la posibilidad de defender valores que no estn de moda y que no vienen dados por la visin dominante, y, finalmente, su forma de abordar los problemas, el qu decir, el qu hacer, el cmo de su accin, expresan una forma de comprometerse que supera todos los planteamientos conocidos.

2.MOMENTOS DE LA METODOLOGIA

Pasamos a desarrollar los momentos concretos que engloba nuestra metodologa. Hemos de tener claro que inevitablemente los cinco (VER-JUZGAR-ACTUAR-REVISAR-CELEBRAR) tienen una coherencia interna y no pueden desligarse a riesgo de caer en lo que pretendemos evitar. Su divisin responde a un intento sistematizador y educativo, pero en ningn caso puede cada uno de ellos agotar la metodologa. Es ms, su aislamiento supondra una falsificacin del autntico espritu evanglico.

Una priorizacin excluyente del VER nos lleva a lo sealado al principio al considerar que formarnos es desarrollar nuestra capacidad de observacin. Entendemos que, como creyentes, no podemos quedamos en la simple observacin de lo que nos rodea.

Prescindir del VER, por otra parte, supone abandonar la realidad, que es la que nos lanza retos y llamadas para su evangelizacin e implica que nuestra accin no guarda relacin con la realidad y las personas que la conforman.

Darle prioridad exclusiva al JUZGAR supone desarrollar una fe descontextualizada desde la que intentamos responder, pero lo haramos sin referencia al mundo. Podemos caer en una visin ideologizada de la fe en la que consideramos que puede darse esta experiencia sin tener en cuenta la dimensin de sujetos encarnados que nos caracteriza.

Es evidente que no podemos prescindir del juicio, pues sera tanto como aspirar a ser creyentes olvidando nuestra identidad y la referencia a Aquel que es nuestro fundamento.

Elegir la ACCIN POR LA ACCIN supone caer en el activismo militante con los riesgos de accin irresponsable que conlleva. No considerar, por otra parte, la accin como esencial supone un Cristianismo terico que es insostenible y que conduce a sacar a Dios de este mundo.

Por todo ello parece clara la conclusin: la prioridad est en la unin interna de todos los momentos. Es desde la globalidad desde donde cada pieza debe encajar, pero siendo siempre el todo lo que da entidad a cada momento. Cada momento no es por s mismo, ni la simple suma da como resultado la metodologa. Es una unidad que se desarrolla procesualmente, no elementos aislados que dan una suma heterognea.

Pasamos, sin ms, a comentar la aportacin de cada uno al conjunto desde la comprensin global.

A) VER

Como militantes cristianos queremos evangelizar el mundo del que formamos parte. Ello no es posible sin una aproximacin a la realidad, una aproximacin que ha de realizarse con profundidad frente a una actitud superficial que se conforma con quedarse con los tpicos al uso sobre la misma. Varias son las actitudes y elementos que forman parte de este primer momento:

1 .Educar nuestra mirada. En muchas ocasiones miramos, pero lo hacemos sin ver realmente, estamos como ciegos. La vida est ah para nuestra contemplacin, pero debemos mirarla seleccionando aquello que realmente es significativo, captando la realidad en la pluralidad de dimensiones, yendo al fondo de los hechos y acontecimientos. Por tanto, ayudndonos a nosotros mismos a educar nuestra forma de mirar este mundo desde las personas y los acontecimientos.

2.Es un mirar que nos convierte y evangeliza a nosotros mismos, pues no somos nosotros quienes miramos con nuestros ojos. Miramos con los ojos del Padre para ver su ausencia o presencia, del mismo modo que l contempla la realidad: he visto la opresin de mi pueblo y ... , le dice a Moiss. Por tanto nos compromete personalmente.

3.Desarrolla la sensibilidad. El cristiano no puede ser neutral e indiferente a este mundo. Queremos conocer la realidad, pero no de manera asptica. La amamos porque es la vida de los seres humanos, desde ella nos interpela el Padre y, por tanto, toda ella merece nuestra implicacin. Por tanto huimos de una perspectiva objetivista, para defender una mirada que compromete y que nos hace sentir la historia de todos los hombres como propia, ante la que no caven evasiones y ante la que hemos de tomar partido.

4.Supone el desarrollo de la escucha para captar lo que realmente est pasando. Supone la observacin y contemplacin, que permiten ir ms all de los simples hechos, hasta descubrir cmo viven las personas, cmo les afecta lo que viven, especialmente atentos a los ms desfavorecidos de este mundo que son los preferidos de Jesucristo. Una contemplacin que puede entonces captar lo pequeo, lo escondido, lo inapreciable aquello que solo se capta con los ojos del corazn.

5.Desarrolla la capacidad crtica al buscar las causas y consecuencias de los hechos. Las cosas no pasan porque s. Por ello, a travs de un VER profundo, podemos desentraar la realidad, no quedndonos en la superficie de los acontecimientos. No podemos olvidar que en muchas ocasiones la realidad no se manifiesta con claridad, se oculta o, al menos, encubre aquello que no le interesa que sea manifiestamente explcito (contra-valores, por ejemplo) y, por ello, aunque partamos de los hechos, hemos de ir mucho ms all de los mismos, para evitar una legitimacin inconsciente de lo que ocurre.

6.Por ello nos ayuda a dar un primer paso a favor del protagonismo personal y colectivo, pues, frente a visiones deterministas o azarosas, el VER cristiano, que entra a fondo, quiere ser un elemento que abre vas y pistas de avance, de tal forma que recuperemos el sentido activo y concreador del ser humano al evitar visiones impersonales que solo desarrollan un sujeto pasivo.

En una palabra, nuestro VER quiere ser una Lectura Creyente de la Realidad en la que la fe va ntimamente unida a la vida. Por ello no primero vemos y posteriormente incorporamos nuestra creencia, sino que todo lo hacemos desde la identidad cristiana. Pretendemos conocer el mundo porque lo amamos y para amarlo, porque desde esa mirada no podremos ya sentimos indiferentes ante lo que acontece. No hacemos un clculo de razn sobre la conveniencia de nuestra implicacin, ni buscamos una simple descripcin de los acontecimientos, sino una interpretacin en clave transformadora y evangelizadora, y ello slo ser posible si desde un principio nos situamos de una determinada manera. Porque la forma de ver -desde dnde- supone una orientacin de la mirada -un hacia dnde- y un cmo - un estilo de la mirada.

Queremos insistir con ello que el VER es algo peculiar que exige desde un principio una perspectiva determinada donde ya se estn manifestando los rasgos de nuestra identidad cristiana.

B) JUZGAR

Un VER que siga lo sealado anteriormente no puede dejarnos indiferentes. Juzgar no es ms que valorar lo visto. Permanentemente desarrollamos valoraciones que pueden caer en tres errores frecuentes:

1 .No ser conscientes de los juicios hechos y asumir acrticamente valoraciones que pueden ser incoherentes con nuestra creencia, de tal manera que no pensemos en cristiano.

2.Disociar nuestra fe de las valoraciones, de tal forma que apliquemos a la realidad cotidiana valoraciones que pueden ser antievanglicas. Ocurre cuando consideramos que la fe no tiene nada que decir en el mbito de las realidades temporales.

3.Confundir el enjuiciar y el valorar con crtica peyorativa, de tal manera que pensemos que, al desarrollar una valoracin, estamos descalificando personas y sometindolas a una especie de juicio sumarsimo que nos convertira en antitestimonio de fe, cayendo en una especie de neutralidad mal entendida.

El JUZGAR es un juicio evanglico en el que Jesucristo se hace presente de una manera explcita para ayudamos a interpretar la realidad que se nos presenta. Ese juicio no debe ser algo externo a nosotros. Slo as manifestar hasta qu punto est clara para nosotros y si hemos asumido o no nuestra identidad cristiana y hasta qu punto tenemos superada la dualidad fe-vida. No se trata del juicio personal ms un aadido que es la valoracin evanglica; es la interpelacin que se nos hace a nosotros y al mundo sobre la proximidad o lejana de los valores que constituyen el Reino.

Ponemos el mundo en relacin con el Evangelio para aportar pistas de avance, no para desarrollar una crtica descalificante del mundo, como si fuera nuestro enemigo y la negacin del Reino. Por ello el juzgar contribuye a desarrollar:

1)La capacidad crtica y la reflexin. Entendidas como la asuncin de valores coherentes con nuestra fe que nos ayudan a crecer como personas y a madurar como creyentes. Es, en este sentido, un elemento de crecimiento personal, al favorecer un pensamiento propio, ms all de la expresin acrtica de valoraciones que tienden a imponernos.

2)La Conversin. El juicio no es aplicable solamente al mundo. Nosotros somos los primeros en sentimos interpelados y, por tanto, llamados a un cambio radical en nuestras vidas y a realizar una propuesta de conversin liberadora a los hermanos.

3)Permite el discernimiento y el descubrimiento de los valores reales propios y ajenos, al preguntamos sobre cules son las diversas valoraciones que realizan las personas, las instituciones... implicadas en los hechos o acontecimientos de este mundo.

4)Contribuye a superar la posible escisin fe-vida. Es frecuente que experimentemos de una parte nuestra propia valoracin y, de otra, la evanglica. Es de esperar que la prctica sistemtica de la Revisin de Vida nos permita avanzar progresivamente hacia una situacin en la cual nuestra valoracin y la de Jesucristo tiendan a unificarse.

5)Favorece una visin interpretativa y comprensiva de la realidad, frente a visiones puramente descriptivas que terminan simplemente por justificar la realidad. Juzgar no es constatar, es analizar lo que pasa, desde dnde pasa y qu podra pasar desde una visin que no legitima lo que acontece.

6)Nos ayuda a hacer oracin desde la vida, al vincular de manera indisociable la realidad al Evangelio, de tal forma que en nuestro juicio Jesucristo se encarna para hacerse presente en nuestro mundo y aportar su vida.

7)Finalmente desarrolla la creatividad y originalidad del creyente al favorecer la tarea concreadora. Desde el juicio hemos de sealar pistas de avance, hemos de responder a qu se nos llama y por tanto aportar elementos que superen la realidad actual. En este sentido crea vida, porque al sentimos interpelados nos obliga a abrir pistas de avance que superen la repeticin pasiva de lo que acontece, de tal manera que nos ayuda personal y comunitariamente a desplegar nuestras posibilidades.

C)ACTUAR

Si todo el proceso ha sido seguido de forma adecuada, nos encontramos ahora en la desembocadura natural. No es posible que, tras detenernos en ver la realidad y juzgarla evanglicamente, nos quedemos parados ante la llamada a la construccin del Reino.

Varios pueden ser los errores en la consideracin del Actuar. Sealamos algunos que pueden distorsionar el autntico sentido del mismo.

1)En primer lugar la consideracin eficacista del mismo. Podemos creer que hemos vivido todo el proceso si el resultado de nuestro compromiso se traduce en acciones que las valoramos como positivas solamente en base a los resultados visibles. Ciertamente el compromiso supone aterrizar, pero hemos de cuidamos de equiparar proceso con resultados obtenidos, pues son muchos ms los elementos a considerar.

2)Otro error que guarda relacin con el anterior, y que hemos mencionado ms arriba, es el del activismo. Entenderamos que consiste en hacer, casi hacer por hacer. Este error puede llevarnos a prescindir de todo un proceso vivencial muy rico, puede causar en nosotros una falta de conversin, llegando a considerar, casi antes del VER y del JUZGAR, que desde un principio tenemos claro lo que hay que hacer. Radicalizando este problema, podramos llegar a considerar que el fin justifica los medios, lo que sera una profunda contradiccin con nuestras convicciones y la experiencia de conversin que queremos vivir.

3)Ello no significa que no podamos caer en el error contrario, el de espiritualizar o inmaterializar el compromiso. Muchas veces lo que llamamos compromiso no es ms que un catlogo de buenas intenciones, de deseos, de propuestas de modificacin de actitudes, que terminan por quedar en nada. Si la realidad son hechos concretos, la evangelizacin de la misma pasa por una implicacin visible y por la participacin a travs de gestos concretos que nos cambian y cambian el mundo, aunque sea a una escala muy pequea.

4)Individualismo del compromiso. Ciertamente el compromiso es personal; es ms, debe serlo. Pero ello no significa que es MI compromiso en el que los dems nada tienen que decir. Hemos vivido un proceso comunitario y por ello todos nos comprometemos con la realidad, pero no desde una ptica individualista, sino como consecuencia de una mandato del Padre a travs de los hermanos. Por ello, es el grupo y la Iglesia quien se manifiesta a travs de mi accin y, por eso, el grupo no puede desentenderse de mi compromiso ni yo del que asumen otros.

- Por eso el Actuar no es la accin concreta que queremos emprender a partir del proceso vivido. El proceso ser completo si actuamos, pero si lo hacemos desde una conversin y visin evangelizadora. Por ello el compromiso no es tanto la accin que termina un proceso sino un testimonio de Evangelizacin y de conversin de nuestra persona, de la sociedad y del mundo en su conjunto. Se expresa en una accin, pero es mucho ms que ella.

- Es tambin una forma de abrimos a nuevas realidades. Inevitablemente el compromiso nos lleva a una implicacin que contribuye a profundizar en el mundo y que, por ello, ayuda a descubrir nuevos mbitos, nuevas perspectivas, contribuyendo a una consideracin de la metodologa como algo encadenado y no como una dinmica aislada y descontextualizada.

- Es una forma de expresar nuestra conviccin de que la fe sin obras es una fe muerta. En el compromiso se consuma una experiencia de fe y de oracin que se traduce en hechos, en gestos, en palabras, ayudando a presentar la encarnacin como consumacin de esa relacin fe-vida. De ah que el compromiso no es algo optativo, secundario o voluntario, sino una apuesta decidida por ser coherentes con nuestra identidad cristiana.

- Pero, como antes se ha dicho, no vale cualquier forma de accin. Es muy importante el QU hacemos, pero no menos el CMO de nuestra accin, pues de lo contrario caemos en ese error de distinguir el fondo de la forma. Con el CMO queremos decir que el militante cristiano es quien evangeliza, pero ello lleva implcito una manera de hacerlo. Hemos de actuar, pero lo hemos de hacer con un talante y con un estilo propio del creyente, y, por eso, en el Actuar estn implcitos el VER y el JUZGAR. No existe un corte, sino una continuidad. En nuestra accin expresamos la identidad y fundamentacin que nos lleva a la misma y, garantizando el cmo, aseguramos ese carcter educativo-evangelizador de nuestra accin. El Actuar supone la concrecin tanto de lo que vamos a hacer como del ESTILO que pretendemos desarrollar.

- El actuar no tiene un carcter puntual, sino que es reabierto constantemente a partir de la Revisin y de la realidad que continuamente nos lanza retos y llamadas. De ah la conveniencia de que, adems de vincular el Actuar con los momentos anteriores, seamos capaces de unirlo a nuestro Proyecto Personal de Vida Militante, en el que unimos toda nuestra existencia e identidad.

Esta fidelidad a la Metodologa es la garanta de que el estilo se va haciendo nuestro y va calando en la historia, frente al carcter puntual, que posiblemente obtenga resultados rpidos, pero que difcilmente consigue un estilo de persona militante.

En una palabra, el Actuar no es ms que la consecuencia lgica de haber experimentado en la vida diaria que Dios sale al encuentro de los hombres, que sale a mi encuentro, que me ama y que yo no puedo menos que amar como forma de responder a ese amor gratuito de Dios. Por ello, el compromiso no es algo extraordinario que doy, sino la respuesta del ser humano a un amor desmedido de Dios.

BLOQUE 0 MOMENTO 2 PASO 4

NUESTRA METODOLOGA

METODOLOGIA

VER

ELEMENTOS IMPORTANTES

EDUCAR NUESTRA MIRADA

* Contemplar la vida, la realidad.

* Seleccionando lo significativo.

* Captando la pluralidad de las dimensiones.

* Yendo al fondo.

UN MIRAR QUE NOS CONVIERTE Y EVANGELIZA

* Nos va cambiando a nosotros mismos.

* Miramos con los ojos del Padre.

* Vemos la ausencia o la presencia de Dios.

DESARROLLA LA SENSIBILIDAD

* Nos hace sentir.

* No ser neutrales ni indiferentes.

* Ni aspticos.

* Amamos la realidad y a las personas.

DESARROLLA LA ESCUCHA

* Ir mas all de la simple visin.

* Qu dicen las personas.

* Cmo viven las personas.

* Cmo les afecta lo que viven.

* Atentos especialmente a los mas desfavorecidos.

* Captando lo escondido con el corazn.

DESARROLLA LA CAPACIDAD CRTICA

* Buscar las causas y consecuencias.

* No quedarnos en la superficie.

* Buscando los contravalores a rechazar y valores a potenciar.

* No legitimar lo que sucede.

PARA ABRIR PISTAS DE AVANCE

* Para ser activos.

* Protagonistas de la historia personalmente, colectivamente.

* Uniendo la fe y la vida.

* Hacia dnde y cmo.

JUZGAR

Es una visin en la que Jesucristo se hace presente de una manera explcita para ayudamos a interpretar la realidad.

CONTRIBUYE A

LA CAPACIDAD CRTICA Y LA REFLEXIN

* Asuncin de valores coherentes con nuestra fe.

* Crecer como personas.

* Madurar como creyentes.

* Para ir logrando un pensamiento propio contra los valores dominantes.

LA CONVERSIN

* No se trata de juzgar al mundo.

* Nosotros tenemos que sentimos interpelados.

* Llamados aun cambio.

* Convertimos y proponer liberacin a los hermanos.

* Cmo viven las personas.

* Cmo les afecta lo que viven.

* Atentos especialmente a los mas desfavorecidos.

* Captando lo escondido con el corazn.

DESARROLLA LA CAPACIDAD CRTICA

* Buscar las causas y consecuencias.

* No quedarnos en la superficie.

* Buscando los contravalores a rechazar y valores a potenciar.

* No legitimar lo que sucede.

PARA ABRIR PISTAS DE AVANCE

* Para ser activos.

* Protagonistas de la historia personalmente, colectivamente.

* Uniendo la fe y la vida.

* Hacia dnde y cmo.

DISCERNIMIENTO Y DESCUBRIMIENTO

* Descubrir los valores propios y ajenos: De las instituciones

* Y discernir cules son validos.

SUPERAR LA ESCISIN FE-VIDA

* Nuestra propia valoracin.

* La valoracin evanglica.

* Con la prctica, lograr que nuestra valoracin y la Evanglica estn unificadas.

INTERPRETAR Y COMPRENDER

* No constatar lo que pasa.

* No justificar, no legitimar.

* Por qu pasa, desde dnde pasa.

* Qu podra pasar si cambiara...

NOS AYUDA A ORAR

* Orar desde la vida.

* Vinculando la realidad al Evangelio.

* Jess se encarna en la realidad.

CREATIVIDAD Y ORIGINALIDAD DEL CREYENTE TAREA CONCREADORA

* A qu se nos llama.

* Aportar pistas de avance.

* Elementos que superen la realidad actual.

* Que nos ayuden personal y comunitariamente en esa tarea concreadora.

ACTUAR

ES

ACCIN CONCRETA

* El proceso estar completo si actuamos.

* Hacerlo desde una visin evangelizadora.

* Es un testimonio de evangelizacin de nuestra persona, de la sociedad y del mundo en su conjunto

ABRIRNOS A NUEVAS REALIDADES

* El compromiso nos lleva a una implicacin que contribuye a profundizar en la realidad del mundo

* Nos ayuda a descubrir nuevos mbitos.

* La metodologa nos lleva a algo encadenado.

* No algo aislado y descontextualizado.

LA FORMA DE EXPRESAR NUESTRA FE VIVA

* En el compromiso se consuma una experiencia de fe y de oracin que se traduce en hechos, en gestos, palabras.... Consumacin de la vida, de la fe.

* Una apuesta por ser coherentes con nuestra identidad cristiana.

TALANTE DEL ACTUAR. ESTILO

* No vale cualquier forma de accin.

* Qu hacemos es importante pero no menos el cmo; el militante en su accin evangeliza y por ello lleva una manera, un talante y unas actitudes propias del creyente.

* Por ello es importante la fidelidad al Ver - Juzgar - Actuar, porque en ello se concreta el militante cristiano.

RESPUESTA AL AMOR DE DIOS

* Actuar no es ms que la consecuencia lgica de haber experimentado en nuestra vida que Dios sale al encuentro de los hombres, que nos ama.

* Que yo no puedo ms que amar como forma de responder a ese amor gratuito de Dios.

* No algo extraordinario, sino la respuesta del ser humano a un amor desmedido de Dios.

ERRORES

EN EL VER

* Ver slo superficialmente.

* Sin profundidad.

* Cayendo en tpicos.

EL JUZGAR

* No ser conscientes de las valoraciones hechas y asumir acrticamente valoraciones no creyentes.

* Disociar nuestra fe de las valoraciones y creer que nuestra fe no tiene nada que decir a las realidades temporales.

* Descalificar personas y ser antitestimonio de la fe.

EN EL ACTUAR

* EFICACIA: Compromiso para obtener resultados visibles (Es un proceso de cambio).

* ACTIVISMO : Hacer por hacer sin conversin.

* ESPIRITUALIZAR: No ser ms que un conjunto de buenas intenciones. (Hay que lograr gestos y acciones de cambio).

LOS TRES MOMENTOS IGUAL DE IMPORTANTES PORQUE...

PRIORIZAR EL VER

Es desarrollar nuestra capacidad de observacin y como creyentes no se trata slo de ver lo que nos rodea

PRESCINDIR DEL VER

Es abandonar la realidad, no amarla, no descubrir sus retos y llamadas. Entonces nuestra accin no guarda relacin con la realidad en que nos movemos y con las personas que en ella viven.

PRIORIZAR EL JUZGAR

Es desarrollar una fe sin contexto con la realidad, sin referencia al mundo. No encarnacin.

PRESCINDIR DEL JUZGAR

Ser creyentes sin hacer referencia a Dios, presente en la historia, al Evangelio, a Jess que es nuestro fundamento. No conversin.

PRIORIZAR EL ACTUAR

Activismo eficacista.

PRESCIRDIR DEL ACTUAR

Una fe sin obras est muerta. No evangelizacin. No Reino.

CELEBRACIN DE LA PALABRA. BLOQUE 0: El Grupo

MONICIN:

Durante este tiempo hemos compartido quines somos, qu hacemos, qu recorrido creyente tenemos. Y hemos ido poniendo las bases del grupo que queremos ser.

Hemos descubierto nuestro ser cristianos laicos como una vocacin fundamental en el Plan de Dios y nuestra responsabilidad en la Evangelizacin como la tarea que da unidad y sentido a nuestra vida cristiana.

Ahora, en este momento, queremos celebrar juntos nuestra llamada para la Misin, al mismo tiempo que le pedimos al Padre fuerza para ser fieles a nuestra vocacin laical en medio del mundo.

CANTO DE ENTRADA: PESCADOR DE HOMBRES

1 . Tu has venido a la orilla, no has buscado ni a sabios ni a ricos, tan slo quieres que yo te siga.

SEOR, ME HAS MIRADO A LOS OJOS, SONRIENDO HAS DICHO MI NOMBRE.

EN LA ARENA HE DEJADO MI BARCA, JUNTO A TI BUSCAR OTRO MAR.

2. T sabes bien lo que tengo. En mi barca no hay oro ni espadas. Tan slo redes y mi trabajo.

3. T necesitas mis manos, mi cansancio que a otros descanse, amor que quiera seguir amando.

1. LECTURA: Jer 1,4-10

Lectura del profeta JeremasMe vino esta palabra del Seor: Antes de formarte en el vientre de tu madre te conoc;

antes que salieras del seno te consagr; te constitu como profeta de las gentes.

Yo dije: Ay, Seor, mira que yo no s hablar, que soy un muchacho!

Pero el Seor me respondi:

No digas soy un muchacho!, porque a donde te enve irs, y lo que yo te diga les dirs. No tengas miedo de ellos, porque yo estoy contigo para librarte.. Orculo del Seor.

Y el Seor extendi su mano, toc mi boca y dijo:

Yo pongo mis palabras en tu boca. Mira hoy te constituyo sobre las naciones y sobre los reinos para arrancar y destruir, para asolar y demoler, para edificar y plantar.

Palabra de Dios.

SALMO 35

Todos.- En ti est la fuente de la vida y en tu luz vemos la luz.

Lector.- El malvado escucha la voz del pecado en el fondo de su corazn. No teme a Dios, ni siquiera en su presencia, y es que piensa demasiado bien de s mismo, para apreciar su culpa y detestarla. Lleva en la boca maldad y mentira, ha renunciado a ser sensato y a practicar el bien, hasta en su lecho maquina maldades, se obstina en el mal camino, no rechaza el mal.

Todos.- En ti est la fuente de la vida y en tu luz vemos la luz.

Lector.- Seor, tu amor llega hasta el cielo; hasta las nubes tu fidelidad; tu justicia es como los ms altos montes; tu derecho, un abismo insondable. T, Seor, salvas a hombres y animales; oh Dios, qu inapreciable es tu amor! Los hombres se acogen a la sombra de tus alas. Se sacian de la abundancia de tu casa, les das a beber en el ro de tus delicias; porque en ti est la fuente de la vida, y por tu luz vemos la luz.

Todos.- En ti est la fuente de la vida y en tu luz vemos la luz.

Lector.- Prolonga tu amor con los que te conocen y tu fidelidad con los de limpio corazn. Que no me aplaste el pie del arrogante, ni me sacuda la mano del malvado. Los malhechores fueron derribados; estn hundidos y no se pueden levantar.

Todos.- En ti est la fuente de la vida y en tu luz vemos la luz.

ORACIN PERSONAL

Quiero vivir, sentirme vivo. La vida es la primera de las bendiciones que Dios da al ser humano, el roce del dedo de Dios que llena de color lo que no exista. La vida es la gloria de Dios, la Palabra divina traducida en sonrisa, el amor eterno que hace palpitar el corazn de la persona. La vida es todo lo que es bueno, vibrante y alegre. La muerte es negacin de la vida, del amor, de todo lo bello. Deseo vivir la vida. En mis pensamientos y en mis sentimientos, en mis conversaciones y en mis encuentros, en mi amistad y en mi amor. Quiero vivir.

Yo quiero vivir, y t eres la fuente de la vida. Cuanto ms me acerque a ti, ms vida tendr. La nica vida verdadera es la que viene de ti, y la nica manera de participar en ella es estar cerca de ti. Djame beber de esa fuente, djame meter las manos en sus aguas para sentir su frescura, su pureza y su fuerza.

Tambin eres la luz. En un mundo de oscuridad, de duda y de incertidumbre, t eres el rayo foco centrado, el cndido amanecer, el medioda que todo lo ilumina. Si para vivir hay que acercarse a ti, para ver tambin. En tu luz vemos la luz. Seor, quiero tu luz, tu visin, tu punto de vista. Quiero ver las cosas como t las ves, desde tu horizonte, desde tu ngulo. Quiero ver as a las personas y su historia concreta; y tambin los acontecimientos de mi vida. Quiero verlo todo con tu luz.

Tu luz es el don de la fe. Tu vida es el don de la gracia. Dame tu gracia y tu fe para que yo pueda ver y vivir la plenitud de tu creacin el sentido y la misin de mi vida, de mi existencia concreta.

LECTURA: Mt 4,18-22

Lectura del santo evangelio segn san Mateo.

En aquel tiempo, Jess, andando junto al mar de Galilea, vio a dos hombres: Simn, llamado Pedro, y Andrs, su hermano, echando la red en el mar, pues eran pescadores. Y les dijo:

Venid conmigo y os har pescadores de hombres.

Ellos, al instante, dejando las redes, lo siguieron. Yendo ms adelante vio a otros dos hermanos: Santiago, el de Zebedeo, y Juan, su hermano, en la barca con su padre Zebedeo, remendando las redes, y los llam. Ellos, al instante, dejando la barca y a su padre, lo siguieron.

Palabra del Seor.

COMENTARIO EN TORNO A LAS LECTURAS Y REVISIN DE LOS COMPROMISOS

MANIFESTACIN DE LA OPCIN: PETICIONES ESPONTNEAS

CANTO: GUSTAD Y VED QUE BUENO ES EL SEOR

Gustad y ved que bueno es el Seor, dichoso el que se acoge a l.

ORACIN GUSTAD Y VED ...

Dejemos que las palabras resuenen en nuestros odos: Gustad y ved qu bueno es el Seor Gustad y ved. Es la invitacin ms seria y ms intima que hemos recibido en nuestra vida: invitacin a gustar y ver la bondad del Seor. Va ms all del estudio y el saber, ms all de razones y argumentos, ms all de libros doctos y escrituras santas. Es invitacin personal y directa, concreta y urgente. Habla de contacto, presencia, experiencia: gustad y ved. Abrid los ojos y alargad la mano, despertad vuestros sentimientos, gustad la bondad, la belleza y la verdad. Disfrutad con amor y alegra la definitiva bondad, belleza y verdad que es Dos mismo.

Queremos responder a la invitacin de Dos con toda nuestra alma y alegra. Queremos abrimos al gozo ntimo de la presencia de Dos en nuestro espritu. Queremos disfrutar sin medida la comunin entre nuestro espritu y su Creador. El sabe cmo hacer operante su presencia y cmo acunar en su abrazo a las personas que l ha creado. A nosotros nos toca slo aceptar y entregamos con admiracin agradecida y gozo callado, y disponemos as a recibir la caricia de Dios en nuestro espritu. Entonces l llenar nuestra vida y nuestra existencia con la generosidad de su amor, con la abundancia de su luz. l har que los frutos del Espritu: amor, alegra, paz, paciencia, amabilidad, bondad, fidelidad, mansedumbre, sean los frutos de nuestro corazn y de nuestra vida.

Padre de la vida, Luz de toda persona que viene a este mundo, llnanos de tu Espritu! Concdenos experimentar la dicha y el gozo de seguir a Cristo! Que gustemos y veamos la belleza de tu rostro, la alegra de tus caminos! Que seamos, en medio del mundo, alabanza de tu gloria!

CANTO:

Gustad y ved que bueno es el Seor, dichoso el que se acoge a l.

BLOQUE 1 MOMENTO 3 PASO 5

EL PLAN DE DIOS

INTRODUCCIN

Las personas conscientes no dejan todo a verlas venir. No se sitan ante la vida sin ilusiones, sin proyectos. Quien ms, quien menos plantea su futuro lo mejor que cree y puede, con esperanza. Y pone los medios a su alcance para conseguirlo. Es la ley de la vida humana. Supone, adems un inters positivo ante la existencia. Quien no tiene proyectos, no ama la vida.

A nuestro Dios le sucede lo mismo. Tiene un proyecto. Lo sabemos porque l nos lo ha revelado. El origen de su plan es El mismo. Nadie se lo ha sugerido. Slo su amor. Porque l es Amor (cfr. 1Jn. 4, 8.16). El amor, por ser amor, se realiza ofrecindose gratuitamente a los otros. Esos otros para Dios somos nosotros, todos lo seres humanos y la creacin total.

PROCESO A SEGUIR

VER

Hay personas que viven por vivir, sin ms aspiraciones. Caractersticas que vemos en la vida y en la actuacin de tales personas.

Planes y proyectos que descubres en las personas que te rodean o conoces. No se trata de comunicar generalidades. Elegir una persona concreta, sin identificarla, describir cmo organiza su vida y los valores o contravalores por los que se rige.

Si le preguntas a alguien: sabes que Dios tiene un proyecto para ti?, cmo crees que te respondera?

Y si te lo preguntas a ti, qu respondes?

BLOQUE 1 MOMENTO 3 PASO 5 EL PLAN DE DIOS

JUZGAR

Leemos los contenidos, los textos bblicos y los del Magisterio de la Iglesia.

TEXTOS BBLICOS:

Gn 1,1-2,4Dt 7, 7-14 aOs 2, 16-3,1Lc 1, 46-55Gl 4, 4-7Jn 17, 22-24

- Se pueden distribuir los textos, uno por persona, para su estudio y oracin. Para poner en comn:

- aspecto del Plan de Dios que recoge el texto.

- actitud que nos pide o sugiere.

- O: determinar entre todos el momento del Plan de Dios que aparece en cada uno de los textos. Descubrir entre todos la razn que hay en Dios, segn estos textos, para que acte as.

MAGISTERIO DE LA IGLESIA

El Padre Eterno, por una disposicin librrima y arcana de su sabidura y bondad, cre todo el universo, decret elevar a los hombres a participar de la vida divina, y como ellos hubieran pecado en Adn, no los abandon, antes bien les dispens siempre los auxilios para la salvacin, en atencin a Cristo Redentor, que es la imagen de Dios invisible (C. Vaticano 11; Const. Sobre la Iglesia: LUMEN GENTIUM, 2 - L.G.).

Consumada la obra que el Padre encomend realizar al Hijo sobre la tierra, fue enviado el Espritu Santo el da de Pentecosts a fin de santificar indefinidamente la Iglesia y para que de este modo los fieles tengan acceso al Padre por medio de Cristo en un mismo Espritu (dem, 4).

La plenitud de los tiempos ha llegado, pues, a nosotros y la renovacin del mundo est irrevocablemente decretada y en cierta forma se anticipa realmente en este siglo, pues la Iglesia, ya aqu en la tierra, est adornada de verdadera santidad, aunque todava imperfecta. Pero mientras no lleguen los cielos nuevos y la tierra nueva, donde mora la justicia, la Iglesia peregrina lleva en sus sacramentos e instituciones, pertenecientes a este tiempo, la imagen de este siglo que pasa, y ella misma vive entre las criaturas, que gimen con dolores de parto al presente en espera de la manifestacin de los hijos de Dios (dem, 48c).

La razn ms alta de la dignidad humana consiste en la vocacin del hombre a la unin con Dios. Desde su mismo nacimiento, el hombre es invitado al dilogo con Dios. Existe pura y simplemente por el amor de Dios, que lo cre, y por el amor de Dios, que lo conserva. Y slo se puede decir que vive en la plenitud de la verdad cuando reconoce libremente ese amor y se confa por entero a su Creador (C. Vat.11; Const. Sobre la Iglesia en el mundo actual: GAUDIUM ET SPES, 19 - G.S.)

La Iglesia afirma que el reconocimiento de Dios no se opone en modo alguno a la dignidad humana, ya que esta dignidad tiene en el mismo Dios su fundamento y perfeccin. Es Dios creador el que constituye al hombre inteligente y libre en la sociedad.

Y, sobre todo, el hombre es llamado, como hijo, a la unin con Dios y a la participacin de su felicidad. Ensea adems la Iglesia que la esperanza escatolgica no merma la importancia de las tareas temporales, sino que ms bien proporciona nuevos motivos de apoyo para su ejercicio. Cuando, por el contrario, faltan ese fundamento divino y esa esperanza de la vida eterna, la dignidad humana sufre lesiones gravsimas -es lo que hoy con frecuencia sucede-, y los enigmas de la vida y de la muerte, de la culpa y del dolor, quedan sin solucionar, llevando no raramente al hombre a la desesperacin (dem, 21 e).

Todos los pueblos forman una comunidad, tienen un mismo origen, puesto que Dios hizo habitar a todo el gnero humano sobre la faz de la tierra, y tienen tambin el mismo fin ltimo, que es Dios, cuya providencia, manifestacin de bondad y designios de salvacin se extienden a todos, hasta que se unan los elegidos en la ciudad santa, que ser iluminada por el resplandor de Dios y en la que los pueblos caminarn bajo su luz (C. Vat .II; Declaracin sobre las relaciones de la Iglesia con las religiones no cristianas: NOSTRA AETATE, n Ib - N.Ae.).

El plan de Dios sobre el mundo es que los hombres instauren con espritu de concordia el orden temporal y lo perfeccionen sin cesar. Todo lo que constituye el orden temporal: bienes de la vida y de la familia, la cultura, la economa, las artes y las profesiones, las instituciones de la comunidad poltica, las relaciones internacionales y otras realidades semejantes, as como su evolucin y progreso, no son solamente medios para el fin ltimo del hombre, sino que tienen, adems, un valor propio puesto por Dios en ellos, ya se los considere en s mismos, ya como parte de todo el orden temporal: Y vio Dios todo lo que haba hecho, y era muy bueno. Esta bondad natural de las cosas temporales recibe una dignidad especial por su relacin con la persona humana, para cuyo servicio fueron creadas (C. Vat.11; Decreto sobre el Apostolado de los Seglares. APOSTOLICAM ACTUOSITATEM, n 7 b - A.A.).

El Espritu Santo impulsa a la Iglesia a cooperar para que se cumpla el designio de Dios, quien constituy a Cristo principio de salvacin para todo el mundo. Predicando el Evangelio, la Iglesia atrae a los oyentes a la fe y a la confesin de la fe, los prepara al bautismo, los libra de la servidumbre del error y los incorpora a Cristo para que por la caridad crezcan en l hasta la plenitud (C. Vat.II, L.G. 17).

* Realizar el mismo esquema de trabajo que con los TEXTOS BBLICOS.

CONTENIDOS

1.Dios tiene su proyecto

Al Dios que ha revelado el misterio mantenido en secreto desde la eternidad, pero manifestado ahora por medio de las Escrituras profticas, segn la disposicin del Dios eterno, y dado a conocer a todas las naciones de modo que respondan a la fe; a ese Dios, el nico sabio, sea la gloria por siempre a travs de Jesucristo. Amn. (Rom. 16,25-27)

El proyecto de Dios es desde toda la eternidad. De siempre. San Pablo lo llama misterio. Es misterio porque viene de Dios, no porque sea ininteligible, incomprensible. Es misterio porque nos sorprende que Dios, a quien el hombre por s solo imagina lejano, todopoderoso, eterno, infinitamente superior, se hace cercano, tangible, nos acompaa. Es misterio porque ese Dios tan inmenso ama al ser humano sin merecerlo ste y se pone a su servicio.

Mantenido en secreto, porque es de Dios, fruto de su querer, de su voluntad; slo El lo poda conocer. En secreto, porque el hombre no lo poda imaginar, porque el ser humano deba avanzar para poder aceptar el misterio; porque todo proyecto tiene sus tiempos.

Se ha manifestado ahora. Un ahora largo y progresivo. Un ahora que es ayer y hoy y maana. Personas elegidas por Dios, hombres y mujeres, profetas, reyes, sacerdotes, gente del pueblo, hechos histricos... han sido y siguen siendo pasos progresivos del plan de Dios. Y, entre todo y sobre todo, la Escritura, la palabra y LA PALABRA: CRISTO. As lo ha dispuesto: disposicin del Dios eterno. Es su voluntad libre y salvadora, no ninguna presin o sugerencia venidas de fuera, imposibles en Dios. Slo su amor, l, lo ha proyectado todo.

2.Todo lo que Dios ha creado es bueno y nada hay despreciable (1 Tim. 4,4)

Al principio cre Dios el cielo y la tierra... Entonces dijo Dios: -Hagamos a los hombres a nuestra imagen y semejanza, para que dominen sobre los peces del mar, las aves del cielo, los ganados, las bestias salvajes y los reptiles de la tierra. Y cre Dios a los hombres a su imagen; a imagen de Dios los cre; varn y hembra los cre. Y los bendijo Dios. (Gn. 1,1.26-28)

Estamos en el comienzo de todo. Dios inicia su proyecto saliendo de s mismo y creando todo lo que no es l: la naturaleza, el ser humano. Todo lo puso en la existencia. T has creado todas las cosas; en tu designio existan y segn l fueron creadas (Ap. 4,11). Dios es el que hizo el mundo y todo lo que hay en l (Hec. 17,24).

La obra de Dios es buena. Afirmacin muchas veces recogida en la Biblia. As hemos de sentir la obra de Dios, vivirla, disfrutarla, cuidarla y respetarla. Para que la naturaleza no se vuelva contra nosotros. Sobre todo, para que sea siempre un lugar digno para todos: los de hoy y los del futuro.

En ella puso Dios al ser humano. Lo hizo a su imagen y semejanza: persona, no cosa; creador como El; inteligente; capaz de amar; libre. No amo absoluto y depredador, sino servido por la naturaleza y servidor de ella. Nuestra dignidad es ser hechura de Dios (Ef. 2, 10).

3.La libertad, don del amor

Es cierto, hermanos, que habis sido llamados a la libertad. Pero no tomis la libertad como pretexto para vuestros apetitos desordenados; antes bien, haceos esclavos los unos de los otros por amor (Gl. 5,13).

El amor y la libertad van unidos. El amor que no da libertad al amado no es amor; es posesin y dominio. La libertad que no se deja llevar por el amor es egosmo, superficialidad, falta de respeto.

Dios, amor original y fuente del amor, crea personas libres, autnomas, responsables. Este es el sentido de Gen. 2, 16-17: Y dio Dios al hombre este mandato: Puedes comer de todos los rboles del huerto; pero no comas del rbol del conocimiento del bien y del mal, porque si comes de l morirs sin remedio. Texto sencillo, expresado segn la cultura de ese momento histrico, pero que propone la libertad del ser humano como modo de relacionarse con Dios.

Dios nos crea libres y, por tanto, con la posibilidad y el riesgo de que le digamos no, de que lo rechacemos. Nos ha creado libres porque nos ama, no nos quiere marionetas en sus manos. Su deseo es que le amemos libremente.

El riesgo de la libertad, su mal uso, se hizo, se hace realidad. Es el mensaje de la historia simblica de Adn y Eva (cfr. Gen. 3,1-6), y de Can y Abel (cfr. Gen. 4,1-16). La persona no obedeci a lo que, siglos despus, expresara la 1 Carta de Pedro: Sois libres, pero no utilicis la libertad como pretexto para el mal, sino para servir a Dios (1 Ped. 2,16. Cfr. Sant. 1,25).

Dios, que no se desdice ni reniega de sus obras, sigue amndonos. As lo recuerdan, entre otros, los profetas. Oseas, despus de una primera reaccin de castigo por parte de Dios, cambia de orientacin y pone estas preciosas palabras en boca de Dios: Yo voy a seducirla; la llevar al desierto y le hablar al corazn... Te desposar conmigo para siempre, te desposar en justicia y en derecho, en amor y en ternura: te desposar en fidelidad y t conocers al Seor... Porque tambin el Seor ama a los hijos de Israel, aunque ellos se vuelvan a otros dioses (Os. 2,16.21-22; 3, 1).

4.La plenitud de los tiempos: CRISTO, EL HIJO

Despus de hablar Dios muchas veces y de diversos modos antiguamente a nuestros mayores por medio de los profetas, en estos das ltimos nos ha hablado por medio del Hijo, a quien constituy heredero de todas las cosas, y por quien hizo tambin el universo.(Heb. 1,1-2)

El momento culminante del plan de Dios es el envo, muerte y resurreccin de Cristo, su Hijo. Desde entonces a Dios lo llamamos Padre, porque Cristo as lo vivi y as nos lo transmiti.

De nuevo nos encontramos con el amor de Dios, con Dios Amor. Tanto am Dios al mundo que entreg a su Hijo nico, para que todo el que crea en l no perezca, sino que tenga vida eterna. Dios no envi su Hijo al mundo para condenarlo, sino para salvarlo por medio de l (Jn. 3,16-17). La vida del hombre ya no est cerrada sobre s misma, sobre sus limitaciones y amenazada de desaparicin, de muerte total. Su final es la salvacin, la felicidad.

Esta decisin del Padre supera todo lo imaginable. Decisin del Padre secundada total, libre y amorosamente por el Hijo. Se hizo uno de nosotros, uno como nosotros, tom la condicin de esclavo y se hizo semejante a los hombres. Y en su condicin de hombre, se humill a s mismo hacindose obediente hasta la muerte, y una muerte de cruz. Por eso, dios lo exalt (Flp. 2, 7-9). Acept y se someti a nuestras mismas limitaciones: a quien no conoci pecado, Dios lo trat por nosotros como al propio pecado, para que, por medio de l, nosotros sintamos la fuerza salvadora de Dios (2 Cor. 5,21). Dios est decididamente a favor del hombre, nunca en contra ni enfrente para controlamos y vigilamos. Sentimos su gracia en nosotros para ir firmemente por el camino del bien hacia la salvacin ofrecida gratuitamente por el Padre en Cristo.

Dios mismo, en la persona de Cristo, ha llegado hasta nosotros. Y nosotros tenemos libre el camino hacia l. Porque, gracias a Cristo, unos y otros, unidos en un solo Espritu, tenemos acceso al Padre (Ef. 2,18). Dios ya no es el lejano, el inalcanzable. Se ha revelado y manifestado como el definitivamente cercano al ser humano.

Esta cercana mutua, por voluntad libre de Dios, entre l y nosotros, entre nosotros y l, tiene en la Biblia un nombre concreto: cuando lleg la plenitud de los tiempos, Dios envi a su propio Hijo, nacido de mujer... para que recibiramos la condicin de hijos adoptivos de Dios (Gal. 4,4-5). Esta es nuestra nueva realidad: HIJOS DE DIOS. Ya no somos extranjeros y advenedizos, sino... familia de Dios (Ef. 2,19).

5.Dios en nosotros: el ESPRITU SANTO

Y la prueba de que sois hijos es que Dios envi a nuestros corazones el Espritu de su Hijo que clama: Abba!, es decir: Padre! (Gal. 4,6).

El proyecto de Dios contina sorprendindonos con su generosa iniciativa. Dios en Cristo ha entrado en nuestra historia. El Padre da un nuevo paso todava: nos enva el Espritu Santo. Ahora el mismo Dios ha entrado en cada uno de nosotros. Realmente, podemos decir, Dios forma parte de nosotros mismos porque nos habita y vive en nosotros por el Espritu Santo.

Todos quedaron llenos del Espritu Santo (Hec. 2,4). Entonces comenzamos a saber que el mismo Espritu Santo ha entrado en el ser humano. Al darnos el Espritu Santo, Dios ha derramado su amor en nuestros corazones (Rom. 5,5). Tambin sabemos ya que est dentro de cada uno de nosotros. Hasta nuestro cuerpo ha sido tomado por el Espritu Santo: O es que no sabis que vuestro cuerpo es templo del Espritu Santo que habis recibido de Dios y que habita en vosotros? (1. Cor. 6,19). Parece como si a Pablo le extraara que los corintios no tuvieran siempre presente esta nueva realidad.

El Espritu Santo est en nosotros. Es activo y realiza en y con nosotros sus obras: Los frutos del Espritu son: amor, alegra, paz, tolerancia, amabilidad, bondad, fe, mansedumbre, y dominio de s mismo ... Si vivimos gracias al Espritu, procedamos tambin segn el Espritu (Gal. 5,22-23.25).

6.Todos vosotros sois hermanos (Mt. 23,8)

Ya no hay distincin entre judo y no judo, entre esclavo o libre, entre varn o mujer, porque todos vosotros sois uno en Cristo Jess (Gal. 3,28).

El Padre nos ha hecho sus hijos al unirnos al Hijo y llenamos del Espritu Santo: Considerad qu amor tan grande nos ha demostrado el Padre. Somos llamados hijos de Dios, y as es en verdad (1. Jn 3,1).

La conclusin inmediata es que somos hermanos entre nosotros. Todo lo que Dios es para nosotros y ha hecho por nosotros trae un nuevo modo de relacionarnos con los dems: vivir como hermanos. Esto forma parte de su plan. Somos hermanos, no solamente por participar de la misma naturaleza humana. Hay un ms. Somos hijos de Dios y esto aporta una nueva luz y fuerza a nuestro ser natural.

Dios nos quiere hermanos porque nos ha constituido hijos suyos. Nuestras relaciones humanas tienen una ms profunda orientacin: Sed, pues, imitadores de Dios como hijos suyos muy queridos (Ef. 5, l). Nuestro objetivo es, pues, imitar a Dios. Es decir: amar como Dios nos ama. Sed misericordiosos como vuestro Padre es misericordioso (Le. 6,36).

El modelo concreto de ese amor es el Hijo, Jess, nuestro Hermano: Y haced del amor la norma de vuestra vida, a imitacin de Cristo que nos am y se entreg a s mismo por nosotros, como ofrenda y sacrificio de suave olor a Dios (Ef. 5,2). Sabiendo que nadie tiene amor ms grande que quien da la vida por sus amigos (Jn. 15,13).

El plan de Dios nos ofrece, en este aspecto de la fraternidad, un medio concreto: la Iglesia, como pueblo suyo en comunin de amor, para hacer visible y permanente en la historia su voluntad salvadora. La Iglesia es el Cuerpo de Cristo, y ste su Cabeza. A Cristo se debe que todo el cuerpo, bien trabado y unido por medio de todos los ligamentos que lo nutren segn la actividad propia de cada miembro, vaya creciendo y construyndose a s mismo en el amor (Ef. 4,16). Lo que quiere Dios para la Iglesia es que se vaya construyendo en el amor, en la fraternidad, en la comunin.

7.Todo para la felicidad perfecta

Enjugar las lgrimas de sus ojos y no habr ya muerte, ni luto, ni dolor, porque todo lo viejo se ha desvanecido. Y dijo el que estaba sentado en el trono: -He aqu que hago nuevas todas las cosas (Ap. 21, 4-5).

El plan de Dios, de principio a fin, tiene un solo objetivo: la felicidad humana junto a El. Desde la bella imagen de paz y alegra del jardn del Edn (cfr. Gen. 2,8ss.) hasta los cielos nuevos y la tierra nueva, en que habite la justicia (2. Ped. 3,13), se nos dice claramente lo que Dios pretende: nuestra felicidad.

Felicidad por la acogida de Dios, por el amor a todos, ya en esta tierra. Esa serena felicidad interior que nadie os podr quitar (Jn. 16,22), aun en medio de los sinsabores de este mundo.

Como final, el gozo eterno, la gloria que no puede compararse con los padecimientos de este tiempo (cfr. Rom. 8,18). Gloria que tiene su garanta en la resurreccin de Cristo, de la que ya participamos: Dios, que es rico en misericordia y nos tiene un inmenso amor... nos resucit y nos sent con l en el cielo (Ef 2,4.6).

Este es tambin el deseo de Cristo: Padre, yo deseo que todos estos que t me has dado puedan estar conmigo donde est yo, para que contemplen la gloria que me has dado, porque t me amaste antes de la creacin del mundo (Jn. 17,24).

Para terminar en la visin del mismo Dios: Queridos, ahora somos ya hijos de Dios, y an no se ha manifestado lo que seremos. Sabemos que, cuando se manifieste, seremos semejantes a l, porque lo veremos tal cual es (l. Jn. 3,2). Esta es la situacin definitiva, inmerecida, gratuita, que el Padre nos reserva y que quiere para todos sus hijos.

Conclusin

Este es el plan de Dios para la humanidad y para cada uno de nosotros. Tenemos, para terminar, un precioso y sencillo texto de la 2. carta a Timoteo que lo resume a la perfeccin: Dios nos salv y nos llam a una vida santa no por nuestros mritos, sino porque antes de la creacin del mundo, desde tiempo inmemorial, Dios dispuso darnos su gracia, por medio de Jesucristo; y ahora, esa gracia se ha manifestado por medio del Evangelio, al aparecer nuestro Salvador Jesucristo, que destruy la muerte y sac a la luz la vida inmortal (2 Tim. 1,9-10).

Dispuso darnos su gracia, no por nuestros mritos: todo nace de su voluntad gratuitamente, sin ningn merecimiento por parte nuestra.

Nos salv, destruy la muerte, sac a la luz la vida inmortal: la finalidad de su plan es nuestra felicidad, nuestra salvacin.

Antes de la creacin del mundo: desde siempre. No cambi a causa de nuestros pecados. No enmend su plan.

Por medio de Jesucristo: Jesucristo, el Hijo del Padre, es el signo definitivo y total del amor del Padre, hecho historia en medio de nosotros.

Se ha manifestado por medio del Evangelio: el Evangelio, la Buena Noticia de la salvacin, es el recuerdo permanente de ese plan salvador del Padre.

Nos llam a una vida santa: es la respuesta que el Padre espera de nosotros. No por una imposicin externa autoritaria, sino como fruto de su presencia en nosotros por el Espritu Santo.

ACTUAR

Concretar una pequea accin, personal o del grupo, orientada claramente a promover la felicidad, o la alegra, o el bien gratuito... segn el Plan de Dios.

BLOQUE 1 MOMENTO 3 PASO 6

EL PROYECTO DE JESS

INTRODUCCIN

Este Paso 6 es muy importante para comprender con el corazn y la cabeza a Jess. Nos acercamos al centro de su persona y de su misin, a las claves para entender su vida y, por tanto, a las claves de la vida del cristiano que quiera serlo de verdad: el PADRE y el REINO, razn y proyecto de Jess.

Ser cristiano significa, de una manera especial, haber descubierto que el Dios en el que creemos tiene un rostro. No es un dios cualquiera, no es el dios lejano y abstracto de tanta gente, ni el ojo que nos vigila y controla. En Jess, en su vida, en sus palabras, en su fe y actitudes, descubrimos los rasgos concretos del Dios en quien creemos. Es el PADRE. Creer en el Dios de Jess conlleva asumir las actitudes y los sentimientos de Jess para con ese Dios, su Padre, y, desde ese Padre, para con todos los hombres.

Por otra parte, el REINO DE DIOS es el contenido primero y el objetivo central del mensaje de Jess. l se presenta como el enviado para anunciarlo y como el comienzo de ese Reino. l mismo es el Reino de Dios. Ser muy importante comprender cul es el sentido, el contenido y el alcance de esta propuesta de Jess. En ella parece, nada ms y nada menos, que se logra o no la recta comprensin y la vivencia del seguimiento de Jess. Igualmente decisivo ser ir descubriendo y concretando cmo hemos de ser cada uno y todos anunciadores y constructores de ese Reino aqu y ahora.

Para profundizar en este doble contenido, se impone confrontarse personal y decididamente con las imgenes de Dios que tenemos interiorizadas y que nos impiden con frecuencia acercamos al Dios de Jess. Ello debe llevamos a descubrir las causas de estas imgenes y relaciones con Dios. Este tema no debe ser un simple trabajo de mera investigacin e informacin, sino que debemos desarrollarlo como una experiencia de contemplacin, de oracin, de dilogo con Dios.

Otro aspecto decisivo a tener en cuenta es evitar concepciones parciales del contenido y sentido del Reino de Dios: ni una visin espiritualista de evasin ante el mundo (el Reino est en el cielo, ms all, despus), ni una reduccin al compromiso poltico-social o a la labor asistencial (el Reino es slo justicia social o un simple "hacer caridad" descomprometido con las causas de la injusticia y sin necesidad de conversin). As mismo, debe quedar claro que el trabajo por el Reino no exige normalmente grandes causas y amplios planteamientos, sino que ha de comenzar y concretarse en compromisos posibles tanto personales como del grupo.

PROCESO A SEGUIR

VER

Hacer una encuesta cada uno de los componentes del grupo a 5 personas con estas dos preguntas:

- Quin es Dios para ti?

- Qu quera Jess, qu pretenda?

Qu es lo ms llamativo en las respuestas? Cada uno responde desde las respuestas que l ha recogido.

Cules son las causas y las consecuencias de esas concepciones o ideas sobre Dios?

Responder cada uno a esas dos mismas preguntas en 4 5 lneas.

Con las aportaciones de cada uno, elaborar la imagen de Dios y del proyecto de Jess segn el grupo.

Qu nos parece lo ms preocupante y lo ms alentador de todo lo descubierto?

BLOQUE 1 MOMENTO 3 PASO 6 EL PROYECTO DE JESS

JUZGAR

Despus de leer y de reflexionar los contenidos, los textos bblicos y los del Magisterio de la Iglesia.

TEXTOS BBLICOS

El Padre: Mateo, 5,43-48; Lc. 6,31-36. Mateo, 11,25-27. Lucas, 22,39-46. Lucas, 15,11-32. Romanos, 8,31-39. 1 Juan 4,7-16.

Qu es lo que ms nos sorprende de la visin y experiencia que Jess tiene de Dios?

Qu consecuencias descubro para mi relacin con Dios y con las personas?

El Reino: Marcos, 1,14-15. Lucas, 7,18-23 Marcos, 4,26-32. Mateo, 13,24-30. Mateo, 13,44-46. Mateo, 18,1-5.

Qu sentimientos suscita en m la lectura de estos textos?

El Reino de Dios, en qu sentido debe cambiar mi modo de entender el compromiso por los dems?

MAGISTERIO DE LA IGLESIA

1.El misterio de la santa Iglesia se manifiesta en su fundacin. Pues nuestro Seor Jess dio comienzo a la Iglesia predicando la buena nueva, es decir, la llegada del reino de Dios prometido desde siglos en la Escritura: Porque el tiempo est cumplido, y se acerc el reino de Dios (Mc. 1, 15.). Ahora bien, este reino brilla ante los hombres en la palabra, en las obras y en la predicacin de Cristo. La palabra de Dios se compara a una semilla sembrada en el campo: quienes la oyen con fidelidad y se agregan a la pequea grey de Cristo, sos recibieron el reino; la semilla va despus germinando poco a poco y crece hasta el tiempo de la siega. Los milagros de Jess, a su vez, confirman que el reino ya lleg a la tierra: Si expulso los demonios por el dedo de Dios, sin duda que el reino de Dios ha llegado a vosotros (Le. 11,20). Pero, sobre todo, el reino se manifiesta en la persona misma de Cristo, Hijo de Dios e Hijo del hombre, quien vino a servir y a dar su vida para la redencin de muchos (Me. 10,45)...

Por esto la Iglesia, enriquecida con los dones de su Fundador y observando fielmente sus preceptos de caridad, humildad y abnegacin, recibe la misin de anunciar el reino de Cristo y de Dios e instaurarlo en todos los pueblos, y constituye en la tierra el germen y el principio de ese reino (C. Vat. 11, Const. Sobre la Iglesia; LUMEN GENTIUM. 5 - LG).

2.Pasa ante nuestra mirada la intensidad de la escena de la agona en el huerto de los Olivos. Jess, abrumado por la previsin de la prueba que le espera, solo ante Dios, lo invoca con su habitual y tierna expresin de confianza: "Abba, Padre!". Le pide que aleje de l, si es posible, la copa de sufrimiento. Pero el Padre parece que no quiere escuchar la voz del Hijo...

Nunca acabaremos de conocer la profundidad de este misterio. Es toda la aspereza de esta paradoja la que emerge en el grito de dolor, aparentemente desesperado, que Jess da en la cruz: Dios mo, Dios mo! por qu me has abandonado?

El grito de Jess en la cruz, queridos hermanos y hermanas, no delata la angustia de un desesperado, sino la oracin del Hijo que ofrece su vida al Padre en el amor para la salvacin de todos. mientras se identifica con nuestro pecado, abandonado por el Padre, l se abandona en las manos del Padre. Fija sus ojos en el Padre (Juan Pablo 11; NOVO MILLENNIO INEUNTE, 25-26 - NMI).

3.Todos los hombres estn llamados a entrar en el Reino. Anunciado en primer lugar a los hijos de Israel, este reino mesinico est destinado a acoger a los hombres de todas las naciones. Para entrar en l, es necesario acoger la palabra de Dios (CATECISMO DE LA IGLESIA CATLICA, 543).

El Reino pertenece a los pobres y a los pequeos, es decir a los que lo acogen con un corazn humilde. Jess fue enviado para anunciar la Buena Nueva a los pobres. Los declara bienaventurados porque de ellos es el Reino de los cielos; a los pequeos es a quienes el Padre se ha dignado revelar las cosas que ha ocultado a los sabios y prudentes. Jess, desde el pesebre hasta la cruz, comparte la vida de los pobres; conoce el hambre, la sed, y la privacin. An ms: se identifica con los pobres de todas las clases y hace del amor activo hacia ellos la condicin para entrar en su Reino (dem, 544).

Jess invita a los pecadores al banquete del Reino: No he venido a llamar a justos sino a pecadores (Mc. 2,17). Les invita a la conversin, sin la cual no se puede entrar en el Reino, pero les muestra de palabra y con hechos la misericordia sin lmites de su Padre hacia ellos y la inmensa alegra en el cielo por un solo pecador que se convierte (Lc. 15,7). La prueba suprema de este amor ser el sacrificio de su propia vida para remisin de los pecados (Mt. 26,28) (dem, 545).

Jess llama a entrar en el Reino a travs de las parbolas, rasgo tpico de su enseanza. Por medio de ellas invita al banquete del Reino, pero exige tambin una eleccin radical para alcanzar el Reino, es necesario darlo todo; las palabras no bastan, hacen falta obras. Las parbolas son como un espejo para el hombre: acoge la palabra como suelo duro o como una buena tierra? Qu hace con los talentos recibidos? Jess y la presencia del Reino en este mundo estn secretamente en el corazn de las parbolas. Es preciso entrar en el Reino, es decir, hacerse discpulos de Cristo para conocer los Misterios del Reino de los cielos (Mt. 13,1 l). Para lo que estn fuera (Mc. 4,1 l), la enseanza de las parbolas es algo enigmtico (dem, 546).

4.La proclamacin y la instauracin del Reino de Dios son el objeto de la misin de Cristo: Porque a esto he sido enviado (Lc. 4,43). Pero hay algo ms: Jess en persona es la Buena Nueva, como l mismo afirma al comienzo de su misin en la sinagoga de Nazaret, aplicndose las palabras de Isaas relativas al Ungido, enviado por el Espritu del Seor. Al ser l la Buena Nueva, existe en Cristo plena identidad entre mensaje y mensajero, entre el decir, el actuar y el ser. Su fuerza, el secreto de la eficacia de su accin consiste en la identificacin total con el mensaje que anuncia; proclama la Buena Nueva no slo con lo que dice o hace, sino tambin con lo que es.

En los encuentros de Jess con los paganos se ve con claridad que la entrada en el Reino acaece mediante la fe y la conversin (Mc. 1, 15) y no por la mera pertenencia tnica.

El Reino que inaugura Jess es el Reino de Dios; l mismo nos revela quin es este Dios al que llama con el trmino familiar "Abba", Padre. El Dios revelado sobre todo en las parbolas es sensible a las necesidades, a los sufrimientos de todo hombre; es un Padre amoroso y lleno de compasin, que perdona y concede gratuitamente las gracias pedidas.

San Juan nos dice que Dios es amor (1 Jn. 4,8-16). Todo hombre, por tanto, es invitado a convertirse y a creer en el amor