tendencias emergentes iv world cafe de euskadi para la igualdad

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TENDENCIAS EMERGENTES Y REFLEXIONES EXTRAIDAS DEL IV WORLD CAFÉ DE EUSKADI PARA LA IGUALDAD

INNOVANDO EN CONCEPTO DE “ÁMBITO DE INFLUENCIA”

Es necesario reflexionar para saber qué somos y qué queremos, DISCERNIR QUÉ VALE Y QUÉ NO VALE, hacia dónde vamos, cómo nos relacionamos. Reflexionar en profundidad sobre por qué queremos influir, para qué y en dónde. Es importante tener un objetivo.

Vivimos en una contradicción con respecto a la capacidad de influencia de

la que no nos damos cuenta: decimos que “no influimos” porque no nos tienen en cuenta: el poder, el dinero…. pero también decimos que “sí tenemos influencia” en nuestro entorno cercano, que sí podemos hacer que las cosas cambien, que queremos hacerlo, que lo estamos haciendo.

Reflexionar sobre ¿Hasta qué punto no podemos, o es que no queremos influir? Si estamos más pendientes de llegar a esos “ámbitos” que de hacer lo que creemos que debemos hacer ¡Estamos errando el tiro todo el tiempo! Debemos desarrollar la corresponsabilidad a todos los niveles y en todos los ámbitos.

Necesitamos revisar el lenguaje que utilizamos: Decimos “No nos dejan” ¿Quién no nos deja? ¿Realmente no nos dejan? El problema es que ponemos el foco en lo que los-as demás nos dejan hacer y no en lo que queremos, en nuestros objetivos. Por eso creemos no tener influencia.

Nuestro estereotipo de qué es el poder, hace que no reconozcamos el poder de quien no cumple el estereotipo. Es necesario revisar el estereotipo de poder.

Ser uno/a mismo/a el cambio que queremos ver en el mundo

Nos falta también “otorgar el poder” a esos ámbitos en los que sí

podemos influir.

Para otorgar poder a los ámbitos en los que sí podemos influir nos falta esperanza y metas. Nos falta fe en nosotros-as mismos-as, saber lo que queremos y superar el miedo a no ser tenidos-as en cuenta. Nos falta creer que el cambio es posible, que tenemos poder de influencia más allá del ámbito de influencia familiar. Nos falta querer y hacer. Partir de uno-a mismo-a.

Necesitamos superar el miedo hacernos cargo de nuestro poder. No es lo

mismo “estar en el poder” que “tener poder”.




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No estamos hablando sólo de mujeres sino de un movimiento social que

tiene que estar equilibrado y que corresponde a una sociedad madura

El poder esta en otro sitio, esta en el poder de una ciudadanía madura y comprometida. El poder está en poner nuestra fuerza en donde creemos que debemos hacer. Las personas podemos ocuparnos de servir al aparato o de cumplir los objetivos sociales que queremos cumplir. Hemos cedido nuestra capacidad de influencia porque nos hemos habituado a delegar las decisiones y estamos cómodos-as así. A veces los automatismos nos pueden.

Reconocer la amplitud de nuestro entorno de influencia de la red de contactos, ya sea profesionales o personales, con la que nos relacionamos, es una toma de poder. Es importante saber que no estamos solas. Necesitamos unir fuerzas y aprovechar las redes sociales.

Hasta la no acción es influyente y tiene consecuencias.

Podemos “otorgar el poder” a esos ámbitos en los que sí podemos influir.

Necesitamos un cambio de Modelo Mental, una revisión de nuestro modelo mental individual y colectivo para poder aprender a ver las cosas de otra manera y darnos cuenta de las limitaciones y contradicciones de nuestro Modelo Mental actual para dirigirnos hacia la sociedad que queremos ser.

REFLEXIONES APORTADAS POR TTI

La ciudadanía es consciente de que la profundidad de los cambios que esta demandando necesita de una visión global, de una visión que sea capaz de hacer visibles los hilos que unen los diferentes ámbitos sociales, empresariales, institucionales… en los que hemos dividido, para un manejo operativo, nuestra sociedad. Establecer relaciones entre ámbitos aparentemente separados es una capacidad clave que debemos desarrollar para aportar soluciones eficaces y duraderas que no generen más caos. Una consecuencia de esta falta de visión global es que nos vemos en uno u otro de los ámbitos en los que nos movemos pero no en todos simultáneamente y por ello tenemos, por ejemplo, dificultad para conciliar la vida y para detectar nuestra capacidad de influencia y darle poder, valorándola. Es necesario establecer conexiones entre nuestras acciones y las consecuencias de ellas y entre nuestros comportamientos y el pensamiento, el Modelo Mental que lo origina para ir a la raíz del problema. Por ello la gran revolución es cambiar cada uno, un sólo pensamiento acerca de algo.




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Nuestro Modelo Mental crea paradojas y contradicciones en las que vivimos constantemente sin darnos cuenta de que, si no las hacemos visibles, no hay posibilidad de una dirección clara y por tanto seguimos alimentando el caos y la imposibilidad de soluciones coherentes y duraderas. Es muy importante darnos cuenta de estas paradojas y contradicciones y de generar una mente en calma. La ciudadanía pide y ofrece participar en una reflexión en profundidad realizada por todos los/as agentes sociales y quiere que su tiempo y aportaciones sean tenidas en cuenta a la hora de promover leyes y reglas que le afectan. Nuestro trabajo como ciudadanía madura no consiste en echar en cara a nadie lo que ocurre o cómo se comporta, sino en comenzar a valorarnos nosotros y nuestra capacidad de influencia. Para salir de la actitud de victimismo tenemos que aprender a valorar los pasos que estamos dando y el proceso de evolución que como personas y ciudadanía activa, estamos llevando a cabo. Reconocer que ya estamos colaborando, ya estamos trabajando juntos, en estas actividades, ámbitos que habitualmente no se tocan. Eso que creemos que podríamos hacer si estuviéramos en lo que se suele llamar “ámbito de influencia” y que sólo podríamos hacer si estuviéramos allí, ya lo podemos hacer cada uno/a. Las Instituciones nos dicen que debemos de ser corresponsables pero les cuesta soltar protagonismo porque las personas e instituciones tenemos miedo a la pérdida de nuestra razón de ser. Revisar la misión que como personas y organizaciones tenemos, es una forma de hacernos cargo de nuestro poder y de nuestra necesidad de evolución y eso nos asusta, a pesar de que el cambio ya ha ocurrido y que nos estamos adaptando a él.

Equipo TTi

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