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TERCERIZACIONES LABORALES Las leyes 18.099 y 18.251 en el sistema laboral uruguayo Prof. Alfredo Fernández Vicente Una investigación sistémica sobre la innovación legislativa del 2007 Ediciones IDEAS - 2008 -

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TERCERIZACIONESLABORALES

Las leyes 18.099 y 18.251

en el sistema laboral uruguayo

Prof. Alfredo Fernández Vicente

Una investigación sistémica sobrela innovación legislativa del 2007

Ediciones IDEAS- 2008 -

Primera edición: Octubre 2008

Depósito legal: 346211 / 08

ISBN: 9974-627-86-9

M e r c e d e s 1 7 8 6

11200 Montevideo - UruguayT e l e f a x : 4 0 8 6 9 8 5edideas@adinet .com.uy

E D I C I O N E S

INDICE

Los sistemas dispersos e integradosy la teoría jurídica

0. Prefacio ....................................................................................... 71. Del reduccionismo al holismo .................................................... 112. Tribulaciones de los viejos paradigmas… y de los nuevos ......................................................................... 153. Sistemas dispersos y sistemas integrados .................................. 194. Diferencias funcionales entre los sistemas integrados y los dispersos ......................................................... 23

Un baño frío con la Ley 18.0991. El Derecho Laboral como subsistema jurídico .......................... 272. La Ley 18.099 en el sistema laboral vigente ............................. 353. Aspectos procesales .................................................................. 414. Modificaciones de la Ley 18.251 ............................................... 49

Sobre lo monstruoso y lo siniestro1. ¿El monstruo dónde está? .......................................................... 552. Lo monstruoso ........................................................................... 593. Tu monstruo; yo «ourtsnom» ..................................................... 634. Lo «unheimlich» ......................................................................... 675. El amor a la justicia y las buenas formas de convivencia .......... 69

Consideraciones diacrónicas1. El big bang del Derecho laboral uruguayo ................................. 732. El segundo impulso histórico ...................................................... 75

3. El segundo freno ........................................................................ 774. Tercer impulso de cambio sistémico .......................................... 795. Un proceso sinuoso y contradictorio .......................................... 81

Los textos legislativos ............................................................. 83

LOS SISTEMAS DISPERSOS E INTEGRADOSY LA TEORÍA JURÍDICA

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PREFACIO

*A propósito de una investigación sistémica sobre la innova-ción legislativa en materia de tercerización laboral (ponencia a lasnovenas jornadas nacionales del Instituto de Técnica Forense de laUdelaR, Montevideo, octubre de 2007, bajo el título de «Un baño frío conla Ley 18.099»), resultó de manifiesto la complejidad incompleta y diná-mica del sujeto empleador en la relación de trabajo dependiente.

El Derecho laboral, como subsistema jurídico en desarrollo, rescatala definición del empleador para su propia subcultura. En base a su prin-cipio autónomo de primacía de la realidad y tutela del hombre en situa-ción de trabajador dependiente, define al patrón con arreglo a la realidadde su entorno y no según las pautas del sistema jurídico tradicional gene-ral. Con eso reafirma su autonomía y cambia en el sentido de aumentarsu propia integración como sistema.

Tiende a desplazarse en la dirección de los sistemas dispersos hacialos integrados. El grado de más o menos integración-dispersión del siste-ma permite una clasificación (arbitraria como toda clasificación perotambién, como toda taxonomía, con la habilidad de proporcionar un mapade ruta para el transeúnte del paraje real): la que alude a sistemas disper-sos y sistemas integrados.

Los aportes de estudios sistémicos sobre este punto, ayudan a enten-der la vida del Derecho laboral como sistema viviente en integracióncreciente.

James Miller, Nueva York 1978 (Ed. Mc. Graw Hill) escribió sobrelas características de los sistemas integrados, en «Living Systems» (sis-temas vivientes). El argentino, Charles Francois, se ocupó del otro par,los sistemas dispersos, en su comunicación al 6º Congreso de la Organi-zación Mundial de Sistemas Generales y Cibernética, Paris 1984. Vamosa relevar los aportes en la materia del sistemista rioplatense, según suartículo: «El uso de modelos sistémicos cibernéticos como metodología

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científica», en Cuadernos del GESI nº 8 mayo de 1985, publicaciónoficial de la Society For General Systems Research, Capítulo Argen-tino.

** En los últimos años la doctrina local ha comenzado a intere-sarse por los estudios sistémicos aplicados al Derecho.

En los «Estudios de Derecho Civil en Homenaje al Profesor JorgeGamarra» (F.C.U. Mdeo. 2001) el prestigioso civilista argentino, Prof.Ricardo Luis Lorenzetti, presentó su «Esquema de una teoría sistémicadel contrato»(op.cit. pág. 241) sobre la afirmación de que «es necesarioactualizar la ciencia jurídica en relación a estas mutacionesepistemológicas» –nota 11 pág. 243–.

En el tomo 35 del Anuario de Derecho Civil Uruguayo (F.C.U. Mdeo.2005) son los inquietos profesores Carlos Groisman y Roque Molla quie-nes acogen el paradigma sistémico para considerar al Derecho de con-sumo como subsistema jurídico desprendido del Derecho civil de base.Plantean ab initio «demostrar la situación de crisis del sistema jurídico yla imposibilidad de pretender seguir hablando de un solo sistema, cuandola realidad indica la existencia de dos sistemas… operando con princi-pios y valores incompatibles»(op.cit. pág. 719, «Crisis del Sistema Jurídi-co. Algunas consideraciones acerca de la inviabilidad de la aplicaciónanalógica de la Ley de Relaciones de Consumo nº 17.250»).

En la última entrega del referido Anuario (tomo 37 editado por F.C.U.en Mdeo. 2007) es el prestigioso catedrático Santiago Carnelli quien re-curre a la metodología sistémica, con el importante agregado de un enfo-que a partir del caso para el estudio de un concreto problema civil. Con-sidera la forma de aparición del Derecho en la experiencia a partir de larealidad y el tratamiento de la complejidad sistémica ante la convergen-cia en el relato fáctico de sujetos y causas jurídicas múltiples. «En estainvestigación –concluye– partiendo del caso se acudió al derecho, obte-niendo de él una respuesta que, con pleno ajuste al sistema normativo,resuelve el caso realizando la premisa valorativa». (Artículo titulado«Reparación de los daños causados a terceros por conductores arrenda-tarios de vehículos de alquiler»).

Y en la revista La Justicia Uruguaya, en nota de jurisprudencia («Bi-gamia, tres enfoques», tomo 135 caso nº 15.380), la Dra. Paola Burstein,a propósito de la preocupación por la construcción de la justicia del caso,integrando al Derecho con su contenido valorativo, cita nuestro trabajo

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«Consideración sistemática del caso jurídico» –rectius: consideraciónsistémica– publicado en el tomo 113 sección doctrina pág.39.

***Desde hace unos veinte años he venido publicando traba-jos de sistémica jurídica en Argentina y Uruguay, aplicando estametodología en los cursos universitarios; llevando a efecto una jornadaacadémica en el marco de los institutos de Filosofía del Derecho y deTécnica Forense con la coparticipación del destacado sistemista jurídicoargentino Prof. Ernesto Grün; y realizando una investigacióninterdisciplinaria en el marco de la C.S.I.C. sobre paradigma sistémico yprocesos de familia.

- «La perspectiva sistémica en la integración de conductas, normasy valores jurídicos», comunicación al Segundo Congreso Interna-cional de Filosofía del Derecho, La Plata, 1987, constituyó la pri-mer publicación en la región sobre paradigma sistémico aplicadoal Derecho.

- Seguida por otras investigaciones reunidas en el volumen 48 de lacolección Jus de F.C.U. editada en Montevideo en 1991 con eltítulo «El revés del Derecho».

- En las séptimas jornadas del Instituto Uruguayo de Derecho Pro-cesal, Minas 1993, «La función del abogado en el nuevo proceso.Un ensayo de análisis sistémico».

- «Límites de flexibilidad del sistema jurídico» en Cuaderno nº 19 dela Facultad de Derecho editado por el Instituto de Filosofía y Teo-ría General del Derecho, «Filosofía del Derecho. Aportes actua-les» (Ed. F.C.U., Mdeo. 1993).

- La comunicación al 18º Congreso Mundial de la Asociación Inter-nacional de Filosofía Jurídica y Social celebrado en Buenos Airesen 1997 titulada «El caos como almohada. Consideración sistémicadel caso jurídico», publicada en la revista La Justicia Uruguayatomo113 sección doctrina pág.39 ss..

- «Relacionamiento abogado-magistrado. Un enfoque sistémico-comunicacional», estudio sobre pragmática de las relacionessistémico comunicacionales en el nuevo proceso por audiencias,presentado en las Séptimas Jornadas de Técnica Forense,Maldonado, 2000.

(La transcripción de la sesión académica con el profesor argentinoDr. Ernesto Grün, presentada por el recordado Decano Dr. Gelsi Bidart,

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el 25 de Mayo de 1992, «Aplicación de la Teoría General de Sistemas alDerecho: un nuevo paradigma, una nueva metodología», así como la in-vestigación patrocinada por la Comisión Sectorial de Investigación Cien-tífica de la Universidad de la República en 1999, «Procesos de familia.Paradigma sistémico», permanecen inéditos).

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1. DEL REDUCCIONISMOAL HOLISMO

Las reglas del método científico de Descartes mandaban reducir elobjeto de conocimiento a sus partes componentes, para afrontar esoselementos simples uno a uno. («Dividir cada dificultad que examinase entantas partes como fuera posible y adecuado para mejor resolverlas».«Guiar ordenadamente mis pensamientos, comenzando por los objetosmás simples y fáciles de conocer, para subir paulatina y gradualmente alconocimiento de los más complejos»).

Observa Francois que Descartes advirtió que en un segundo pasose tendría que recomponer la entidad compleja objeto de conocimiento.Pero no indicó como hacerlo, ni tampoco sus sucesores se ocuparonde esa tarea.

El método cartesiano permitió el desarrollo de una ciencia y deuna técnica muy eficiente para el conocimiento y operación sobre laestructura estática de las cosas, dando lugar a un extraordinario pro-greso material.

El siglo veinte con la afirmación de la postmodernidad, afronta el retode no descomponer la complejidad sino de asumirla como tal, con elobjetivo de comprenderla y manejarla en su conjunto. Suele citarse algúnautor que avizora como vigía de carabela los signos del nuevo tiempo;Francois lo hace. Recuerda a Jan Smuts, quien por 1926 publicó en Lon-dres (Ed. Mac Millan) un estudio sobre «Holism and Evolution». La ob-servación de Smuts era que «el cosmos presenta aspectos globales quedesaparecen cuando aislamos artificialmente las partes de las entidadesa las cuales pertenecen». Esto es que el análisis en partes separadas, yseparadas de su contexto, mata al todo, o al menos, extingue la posibili-dad de conocer a la entidad global. A este factor lo denominó con lapalabra inglesa «holism».

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Se trata de una palabra compleja formada por «holo» más el sufijo«ism» que como «ismo» en español, alude al seguimiento de una doctrina(jansenismo, comunismo, cristianismo, islamismo, etcétera). La raíz deesa palabra puede inducir a algunas pistas falsas acerca de su semiología.

«Holy» alude a lo sacro o sagrado (por ejemplo, la Santa Biblia, «HolyBible») y con el sufijo «ness» hace el abstracto «holyness», santidad. Noes el sentido en que recoge la palabra Smuts.

También «hole» significa agujero, hueco, como sustantivo y comoverbo en la acción de agujerear, perforar. Se sustantiviza como «hollow»con el significado del hueco, la concavidad, la cueva o guarida. Si bienesta acepción evoca en algo al sentido en que fue seleccionado el térmi-no, tampoco es el referido.

La palabra «whole» alude a entidad, cuerpo en su presentacióngestáltica. Es lo entero, lo íntegro (no mutilado ni contaminado), lo inte-gral (no fraccionado). Refiere a una tendencia atribuida a la Naturalezade formar –mediante una evolución creativa– cuerpos, entidades, queson más que la simple suma de sus partes. Aquí estamos bastante máscerca del postmoderno concepto de holismo.

Específicamente, la palabra «holo» es una interjección que consisteen llamar la atención, equivalente al «hola» español. (Para el D.R.A.E.el hola español, proviene del árabe wo.lläh interjección equivalente a«por Dios!»). En inglés da lugar al popular «hello» o «hallo». (Conforme«The Concise Oxford Dictionary of current english», de Fowler & Fowler,Ed. University Press, Oxford, 1961). La convocatoria o llamado de aten-ción alude a un acometimiento global y por entero hacia el objeto aludido.

Esta apelación al tratamiento del objeto como entidad global e ínte-gra, por oposición al reduccionismo analítico cartesiano, es lo que denotael sentido semántico del término holismo que hoy es de curso global.

El DRAE (21ª edición) acoge el prefijo «holo» atribuyéndole origengriego como sinónimo de «todo», incluyendo palabras compuestas a par-tir del mismo dotadas de sentido totalizador. Así, holocausto (sacrificioen que la víctima sacrificada es quemada por entero sin reservarse des-pojos, o en que realiza una matanza masiva); holograma (producto de latécnica fotográfica en que resulta una placa con apariencia tridimensional,esto es, integral); hológrafo (condición del testamento manuscrito en suintegridad por el testador). En este sentido, y por oposición alreduccionismo cartesiano que inaugurara la modernidad, se habla deholismo en la terminología de la Teoría General de Sistemas. El holismo

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sostiene que no hay partes o que están tan integradas en el todo que nopueden ser válidamente separadas. Si el todo se descompone en partesno es posible reintegrarlo salvo como monstruo.

* Charles François. «El uso de modelos sistémicos cibernéticos comometodología científica». Cuadernos de GESI Nº 8 Mayo 1985. Publi-cación de la Asociación Argentina de Teoría General de SistemasCibernética.

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2. TRIBULACIONES DE LOS VIEJOSPARADIGMAS… Y DE LOS NUEVOS

Francois observa que el reduccionismo clásico desemboca en tresproblemas irresolubles dentro de su concepción.

1) Cuando los físicos se internan dentro de las inmateriales profundi-dades subnucleares parecen hundirse en un pozo sin fondo. Elatomismo pretendía que el cosmos se descomponía en un agrega-do de unidades o módulos en si mismo no analizables (a-tomos, loque no admite ser dividido). Pero la física subatómica derivó alestudio de las partículas subatómicas y, más allá del núcleo positi-vo y los electrones orbitantes negativos, tuvieron que recurrir apartículas que escapaban a la comprensión de la física tradicional(neutrones, neutrinos, leptones, etcétera y finalmente los quarksque involucran la cualidad más allá de lo mero cuantitativo, dota-dos de «charm» o de «color»). La materia se queda sin piso y sedisuelve en la energía, restanto apenas la organización.

2) La física tradicional analítica estudiaba los objetos aislados de sucontexto, sobre la famosa fórmula del «admitiendo que todo lodemás queda igual… «. Pero el caso es que el entorno («todo lodemás») jamás queda igual, y al arrancar el objeto de su contextose produce el mismo efecto mutilante («matante») que al cortarloen pedazos. La retroalimentación del objeto con su entorno eseliminada.

3) El determinismo falsea la realidad. La profunda crisis de la Físicaen la primera mitad del siglo veinte fue el resultado precisamentede la aleatoriedad real que violaba las leyes científicas deldeterminismo. Los sistemas reales se revelan comosemideterminados o imperfectamente aleatorios, sean las trans-formaciones de una molécula en el agua, o los comportamientosde un individuo en una sociedad.

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Pero la visión holística no deja de tener también sus problemas, por-que no es menos ilusorio imaginarse que somos capaces de percibir a la«totalidad». A lo sumo podemos captar y conceptuar entidades comple-jas (un animal, una planta, una máquina, una empresa), pero no podemosregistrar mucho de su contenido, del interior.

La visión holística nos da el acceso macroscópico, pero la reduccionistael abordaje microscópico. (Sin perjuicio, de que para lo desmesurada-mente grande o pequeño, nos den las perspectivas megascópicas ynanoscópicas).

La totalidad gestática exteriormente avistada no pasa de ser una con-ceptualización vacía. Necesitamos conocer las estructuras interiores delsistema global, las interrelaciones entre sus subsistemas, las propiedadesglobales emergentes de sus relaciones en red. Además, cualquier su-puesta totalidad es a su vez parte en interacción con totalidades másvastas (se inter-relaciona con su entorno y con otras entidades existen-tes fuera de las fronteras del sistema). Para no quedar en un círculo sinsalida es preciso descubrir nuevos modelos para manejarnos con la com-plejidad asumida como unidad global e íntegra.

Este es el desafío que asume la Teoría General de Sistemas y laCibernética: el estudio de cómo crear modelos metodológicos para elestudio de la interfaz entre los elementos y la totalidad (inter.relaciones);así como los procesos de creación, crecimiento, estabilización y destruc-ción de las entidades complejas (inter.cambios).

Esto implica un doble acceso: a) sincrónico o estructural; b) diacróni-co o funcional. En el primero la complejidad es estudiada con el tiempoentre paréntesis, estáticamente; en el segundo y complementario, se in-troduce el factor tiempo para estudiar a las entidades sistémicas comoprocesos temporales.

El primero alude al análisis de sistemas, pero con la precisión de queno se trata de analizar en el sentido tradicional de desmontar hasta llegara estructuras simples como elementos últimos. Por el contrario, el análi-sis de los sistemas no revelará partes elementales sino que las partesson, a su vez, sub-sistemas complejos en si mismos. (Aquí la palabrafrecuente es «relación», interrelaciones en red, formación de estructurasespaciales más o menos consistentes).

El segundo lleva al estudio de los cambios sistémicos. Funcionalmente,procesos de cambios en el propio sistema (evolución de sus valores,principios, reglas y significaciones), cambios en la realidad de su entorno

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(como lo es el control cibernético del sistema sobre su entorno), cam-bios en las interrelaciones con otros sistemas exteriores. (Aquí lapalabra frecuente es «cambio», funcionalidad, desarrollo de proce-sos, temporales).

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3. SISTEMAS DISPERSOS YSISTEMAS INTEGRADOS

La entidad sistémica puede tener una fuerte coherencia entre algu-nos pocos y definidos subsistemas partes, o puede estar constituida pornumerosos elementos que se interrelación débilmente. De aquí estructu-ras y procesos que, en los extremos de esta alternativa, pueden aparecercomo integrados o como dispersos.

Durante su creación y desarrollo los sistemas aparecen como disper-sos, en crecimiento hiperbólico, exponencial; según van ejerciendo suautonomía van construyendo autopoiéticamente y en forma lineal es-tructuras más complejas y perdurables; pero el principio de entropía (tem-poralidad, mortalidad de los sistemas) lleva en germen la vejez del siste-ma, su enlentecimiento (ralentisamiento) volviendo a la dispersión hastala muerte, extinción o desintegración del sistema.

La experiencia nos muestra la existencia de dos modelos de sistemassegún su grado de integración-dispersión:

A) Algunos son muy coherentes. Al sistema que presenta numerosasy fuertes interacciones entre sus partes, al punto que éstas ya nopueden subsistir fuera del sistema, los llamamos sistemas integra-dos. Corresponden a los sistemas vivientes estudiados por JamesMiller («Living Systems», Ed. Mac. Graw Hill, N.York, 1978).Presenta estructuras complejas, interdependientes y especializa-das. Es básicamente, una entidad única, un individuo.a) En tal caso, sus partes componentes (elementos, subsistemas)aparecen como definidas y en poca cantidad, con la calidad deque son mucho más dependientes del sistema mismo que delmetasistema. Entendiendo por metasistema, a las relaciones entreel sistema con otros sistemas situados en su entorno.Dicho analógicamente, dependen mucho más de la madre que dela abuela. En estos casos, los componentes subsistémicos no pue-

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den vivir fuera del sistema. Así, por ejemplo, una célula, puestafuera del organismo al que pertenece, muere.b) Por otra parte, estos componentes de sistemas integrados es-tán especializados. Esto les permite una adaptación precisa auna actividad altamente especializada y eficiente.

B) En cambio, los sistemas dispersos o poco coherentes, tienenelementos que mantienen la capacidad de separarse del grupo yvolver a la existencia individual, siendo poco o apenas controladospor el sistema al que pertenecen. Estos sistemas dispersos tienencomponentes con interacciones débiles o temporarias que se mue-ven con relativa independencia. Así por ejemplo, hay sociedadesanimales temporarias como los vuelos de mariposas, cardúmenesde peces o vuelos de langostas, y hay asimismo agregados imper-fectos en sociedades humanas como los fenómenos de muche-dumbre o ciertos comportamientos de mercado –por ejemplo, la«corrida» bancaria).a) No es posible identificar subsistemas estructurales ni fun-cionales. Un ejemplo de sistema disperso es una población ani-mal o vegetal de determinada especie (así, una piara es un sistemadisperso formado por cerdos donde cada uno de ellos es un siste-ma biológico integrado).Observamos que un sistema disperso está constituido por un nú-mero generalmente considerable de componentes que, en si mis-mos, son sistemas integrados de un nivel inferior. Así cada cerdoes un sistema biológico integrado, pero el conjunto de cerdos en elsistema social de la piara constituyen un sistema disperso.Los componentes de un sistema disperso suelen estar en interaccióndirecta con el entorno (aptitud de salirse del sistema) y de presen-tar una variabilidad propia.b) No presentan especialización de funciones sino que su activi-dad particular es indiferenciada con la del grupo.Como estamos atendiendo a cuestiones de grado y no de esencia,la interdependencia y la especialización pueden aparecerrudimentariamente y desarrollarse. Así, en botánica y zoología escorriente observar la formación de seres complejos a partir dela reunión de individuos en colonias, con un progresivo aumen-to de la intercomunicación y una especialización funcional cre-ciente. Esto permite sentar las bases de una teoría del proceso

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de socialización mediante el pasaje de sistemas muy dispersos asistemas muy integrados.Un sistema social especializado, como los sistemas jurídicos (enrelación a los sistemas sociales generales), también permiten ob-servar la aparición de subsistemas dispersos que se desprendende sistemas integrados antiguos, van afirmando su autonomía,creando estructuras autónomas mediante la repetición deinteracciones en red y asumen funciones especializadas. Laautorreproducción de sus pautas de relacionamiento, principios, sig-nificados culturales y reglas de conducta permite su perdurabilidad.La estabilidad alcanzada por el sistema es denominada homeostasis,y su aptitud para reproducirla, autopoiesis. Asimismo, sistemas inte-grados pueden entrar en crisis y dispersarse en subsistemas autóno-mos (caso del estallido de los códigos del siglo 19).

Como se advierte, más bien que hablar de sistemas integrados yde sistemas dispersos, podría hacerse de sistemas más o menos inte-grados o más o menos dispersos. Del punto de vista diacrónico, po-dría hablarse de sistemas en vías de desarrollo o integración, o biende sistemas en dispersión.

De hecho, los sistemas (más o menos integrados o dispersos) presen-tan los siguientes comportamientos:

1) reciben ingresos (in puts), los metabolizan y producen egresos (outputs), con modalidades particulares que los caracterizan;

2) mantienen un equilibrio más o menos precario, tanto en lo internocomo con su entorno, sean controlando y reprimiendo in putsmutacionales, como adaptándose y cambiando el propio sistema,sin perder su identidad;

3) viven, creando, creciendo y reproduciendo sus propios componen-tes y su propia organización («cultura del sistema», que incluyecódigos semánticos y sintácticos, memoria, valores, normas y pro-cedimientos);

4) experimentan cambios progresivos o bruscos y sobre el final de suvida muestran bloqueos en sus funciones y un ralentamiento(enlentecimiento) que los lleva a la extinción.

La muerte del sistema puede ser prematura, causada por agresionesdel entorno, por ejemplo, pero los sistemas en general parecen tenerincorporado un dispositivo irreversible que les lleva a largo plazo a su des-trucción. A este principio de «mortalidad» de los sistemas se le llama entropía.

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Francois observa que, probablemente, este mecanismo natural re-sulte de la necesaria rigidez de las normas o códigos sistémicos quepermiten al sistema ejercer su control cibernético sobre el entorno ysobre sus subsistemas internos. Pero, esa propia rigidez y el númeronecesariamente limitado de los elementos del código, no le permite abar-car la posibilidad ilimitada de variaciones del entorno (relación finito-infinito). Entonces, el sistema termina por agotar su capacidad de produ-cir nuevas respuestas, derivando a la inevitable entropización final (des-organización).

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4. DIFERENCIAS FUNCIONALESENTRE LOS SISTEMAS INTEGRADOS

Y LOS DISPERSOS

Observa Francois que el Sistema Integrado actúa como ralentadorde flujos. Esto es que, como los ingresos desde el entorno deben circulardentro de redes muy complejas y estructuradas, si bien favorece sumetabolización, retrasa la salida de los egresos correspondientes. (Comola memoria de una computadora cuando está muy cargada de datos).

En cambio, los sistemas dispersos presentan una yuxtaposición deestructuras autorreproductivas que está bajo el control directo delmetasistema.

Estas estructuras alternas tienden a unificarse con la integración cre-ciente del sistema. Las estructuras alternas desaparecen y se integranen subestructuras fuertemente conectadas que fluctúan entre límitesestrechos.

En suma, en los sistemas integrados se observa una tendencia a launificación estructural y a la desaparición de las estructuras alternas.Estas son sustituidas por subestructuras fuertemente interrelacionadascon fluctuaciones variables más reducidas. En los sistemas dispersos, seobserva la yuxtaposición de estructuras autorreproductivas autónomas,con ciclos autopoiéticos irregulares.

Los sistemas en proceso de integración muestran aceleramiento delcambio sistémico, cuando alcanzan niveles altos de integración operancomo ralentadores del flujo. En este sentido puede decirse que cadasistema biológico (y social) parece tener un tiempo propio.

El macrotiempo, extenso, es isócrono, ni acelera ni ralenta. Pero eltiempo sistémico puede ser explosivo cuando nace el sistema, y ralentarseprogresivamente según alcanza altos niveles de integración. Esteintratiempo (interior al sistema), se vive en intensidad variable. El

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macrotiempo es abstracto e infinito, pero el intratiempo sistémico es con-creto y se aniquila junto con el sistema.

El concepto de «»fin de la historia» es real en el tiempo intrasistémico.El tiempo es una percepción física que deja de existir junto con la extin-ción de la conciencia, lo que ha permitido elaborar al biólogo francésGavaudan en 1969 esta singular frase: «El yo es una realidad que escapaenteramente a la Física, la cual, además, ni siquiera existiría sin él».

Este breve excursus acerca de los sistemas, sus grados de integra-ción y de dispersión, nos permitirá abordar la comprensión del fenómenocomplejo de las tercerizaciones laborales en esta etapa de transforma-ción y transición.

UN BAÑO FRÍOCON LA LEY 18.099

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1. EL DERECHO LABORAL COMOSUBSISTEMA JURÍDICO

1.1. SistemaCualquier sistema, y por ende un sistema social, está constituido por,

al menos, dos sujetos. Los identificamos como S-1 (es el que se aproxi-ma existencialmente al jurista, efectuando el «help», la solicitud de inter-vención del sistema socio-jurídico) y el que podemos señalar como S-n(su prójimo, más o menos conocido) con quien se relaciona.

El relacionamiento inter-subjetivo se da a propósito de un objeto de-terminado (objeto del interés de las partes –quod inter est–), el cualconstituye el fin (telos) de su relacionamiento, el producto de su relación.

Los sistemas sociales (a diferencia de los sistemas físicos queintercambian energía, o de los sistemas biológicos que intercambian ma-teria) intercambian información, llevan adelante procesoscomunicacionales. Para ello requieren de una cultura propia del sistemaque es la causa, fundamento o motivo de sus comunicaciones.

De aquí que la aparición fenoménica en la experiencia social, lospresente en cada caso o evento concreto como una estructura funcionalde, al menos, dos partes componentes (S1 y Sn, –sujetos en interacciónsocial–), un objeto a propósito del cual se comunican y una causa (fun-damento, motivo, pautas y valores propios del sistema que integran, quese expresa en un código comunicacional propio). El código sistémicotiene niveles semánticos (sentido, significado de palabras –cuestión dediccionario–), sintácticos (relación entre los signos comunicacionales –cuestión de gramática–) y pragmáticos (modo en que el código se rela-ciona y explica con el contexto objetivo del sistema –como hacer cosascon las palabras y, a la inversa, como la experiencia sistémica producepalabras nuevas–).

Esta condición del sistema que le permite crear autónomamente yreproducir por si mismo una cultura específica y apropiada a sus nece-

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sidades, es lo que llamamos autopoiesis. El sistema se auto-pone en laexperiencia vital por sí mismo; y auto-reproduce sus pautas y valores.

Los sistemas sociales son históricos, esto es, se desarrollan en eltiempo (dia-crónicos), de modo que como todo mortal lleva la condiciónde la entropía (tendencia a la desintegración y muerte del sistema, tardeo temprano).

Podemos hablar de sistemas dispersos o integrados según su gradode entropía. El nacimiento de un sistema, es un cambio sistémico impor-tante. Por lo general, no aparece integrado y armado de súbito (comoPalas Atenea, nacida adulta y armada de un muslo de Zeus).

El cambio sistémico empieza por la aparición de bits aislados,asistémicos, que el sistema no puede atender adecuadamente; desafíossin respuesta sistémica adecuada. Son cambios puntuales mutacionales.

La repetición de bits análogos crea respuestas asistémicas repetidas,donde el sistema trata de acomodarse a la mutación que viene del con-texto, a la vez que los hechos mutantes son expuestos a los mecanismosde control del sistema que procura adaptarlos o reprimirlos. Cuando losprocedimientos adaptativos mutacionales se repiten los denominamosbucles. Los bucles repetidos pueden llegar a cambiar al sistema originalo aún a crear susbsistemas autónomos que pueden incluso terminarindependizándose del sistema original o convivir con el mismo en diver-sos modos de relacionamiento.

Estos subsistemas nuevos suelen empezar como sistemas disper-sos y, en la experiencia social, van constituyendo su cultura sistémica(pautas, valores y procedimientos) hasta presentarse como sistemasintegrados.

1.2. Cambio sistémicoAsí ocurrió, en el pasado siglo y en el ámbito de los sistemas socio-

jurídicos, que ciertas relaciones sociales, con necesidades jurídicas espe-ciales, no encontraban respuestas adecuadas en el sistema jurídico civilcodificado. Este fue asistiendo primeramente a bits mutacionales, y lue-go a la formación de bucles establecidos, conformando verdaderos nue-vos subsistemas, primero dispersos, luego más integrados. Esto ocurrióa propósito de relaciones socio jurídicas con requerimientos específicostales como (en orden inverso de aparición), la relación de consumo, larelación de familia y la relación de trabajo dependiente (relación laboral).

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1.3. Noción de personería laboral de hecho del empleadorEs una cuestión de autopoiesis del sistema jurídico laboral. No se

explica recurriendo a las categorías, pautas, reglas ni procedimientos delsistema tradicional procesal civil. Se entiende fácilmente como parte delproceso de integración del sistema laboral. El Derecho del trabajo a par-tir de la relación de trabajo dependiente asalariado (la específica relaciónobjeto de su interés) construye sus propias categorías jurídicas, que seexplican en el contexto de su propia cultura jurídica sistémica particular.

Un leading case sobre el punto tuvo lugar, entre nosotros, a propósi-to de la promoción de un juicio laboral contra un importante periódicomontevideano promediado el siglo veinte. El actor emplazó la demandacontra el diario «La Tribuna Popular» y no contra la razón social propie-taria de la empresa. El innovador juez Dr. Odriozola no se atuvo al estu-dio de las categorías del derecho procesal civil para valorar la regulari-dad y validez del emplazamiento, sino que recurrió a las categorías pro-pias del nuevo Derecho del trabajo. Interesaba verificar si la empresaaludida existía en la realidad, no siendo otra cosa que esa realidad dehecho la que la habilitaba a convertirse en demandado como consecuen-cia del nacimiento de un conflicto generado en las relaciones de trabajoreales.

El fallo parte de «la necesidad de apartarse de las ideas clásicas enmateria de personería». En cambio, recurre al ámbito laboral para obser-var que «las mismas consideraciones que han influido para determinar elreconocimiento de esta personería a los sindicatos, son válidas para elcaso de la empresa: la adecuación del derecho a la realidad de hechoque aquel ha de regir».

Por lo tanto, concluye que, admitida la existencia de la empresa pe-riodística demandada, esa propia existencia en la realidad basta paraconferirle personería laboral con efectos circunscriptos al campo delDerecho del trabajo. «La habilita para convertirse en sujeto de la rela-ción procesal cuando el conflicto de intereses ha nacido en el ámbito dela actividad laboral» (Rev. Derecho Laboral tomo V pág. 32).

1.4. Categoría del conjunto económico laboralMás recientemente la jurisprudencia construye la categoría del con-

junto económico laboral recurriendo igualmente al principio de la prima-cía de la realidad. La teoría del conjunto económico tiene que ver conla consideración del «trabajo subordinado como hecho» como concepto

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básico del moderno Derecho Laboral. El principio de la primacía dela realidad y el principio protector (Const. art. 53 «El trabajo está bajola protección especial de la ley») han confluido para explicitar aquel con-cepto en lo que es hoy una firme jurisprudencia que ha sido seguida yteorizada por la doctrina especializada.

Se trata de determinar, con arreglo a la primacía de la realidad, laidentificación del sujeto empleador en la relación de trabajo, más allá delas formas jurídicas y de la pre-documentación unilateralmente docu-mentada por la parte más fuerte de la relación de trabajo. Y, no se tratade cuestión de responsabilidad solidaria ni subsidiaria, sino de responsa-bilidad directa a partir del reconocimiento en los hechos de que eltrabajo se prestó en beneficio del grupo (cita del Prof. HermidaUriarte, en Sent. 70/2000 de esta sede, Anuario de Jurisprudencia Labo-ral 2000 caso 156).

Así, del mismo modo que este subsistema jurídico recurre objetiva-mente a la existencia de la «subordinación» (relación de trabajo depen-diente) para determinar las fronteras sistémicas del Derecho del trabajo,también autopone sus propias categorías subjetivas. El trabajador comopersona física (en los conflictos individuales de trabajo) o como gremio(en las relaciones colectivas de trabajo). Asimismo, autoconstruye sucategoría del otro sujeto de la relación: el empleador o patrón, y lo hacerecurriendo a la relación laboral de hecho social, no con las categoríasdel D. civil (personería y representación clásicas) ni del D. comercial(formas societarias de las empresas).

Ese recurso a la realidad con una finalidad protectora tiene comonorte detectar la existencia real de relaciones laborales más allá de lasapariencias formales. «Esto último importaría dejar de lado la protecciónefectiva que corresponde brindar a los trabajadores y que por el contra-rio, más allá de la máscara formal, hay que buscar y responsabilizar alos titulares del poder y de la decisión, tratando que no se eluda me-diante el recurso de constituir diferentes personas jurídicas colecti-vas, las responsabilidades laborales que dicho conjunto de empre-sas adquiere frente a un dependiente» (Anuario 2005 caso 90, sen-tencia nº 40/2005 del J.L.T. 13º).

Como es sabido, en Brasil la categoría laboral del conjunto empresa-rial como sujeto de la relación laboral está consagrada expresamente porel párrafo segundo del art. 2º de la Consolidación de Leyes del Trabajo:«Sempre que uma ou mais empresas, tendo embora, cada uma delas,

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personalidade jurídica própia, estiverem sob a directo, controle ouadministracao de outra, constituindo grupo industrial, comercialou de cualquer outra atividade economica, serao, para os efeitosda relacao de emprego, solidariamente responsaveis a empresa prin-cipal e cada uma das subordinadas».

1.5. Primacía de la realidad laboralAsimismo, al margen de la normativa del Derecho empresarial o

mercantil sobre la responsabilidad de las empresas comerciales, la con-sideración de la existencia real de trabajo subordinado puede habilitarpretensiones laborales. En efecto, la Ley de sociedades comerciales16.060 del 04.09.1989 art. 77 consagra la ejecutividad contra los sociosde las sentencias de condena contra la sociedad, «en las condiciones delartículo anterior», o sea, «cuando corresponda en relación de su respon-sabilidad, según el tipo adoptado», art. 76. De lo que resulta la limitaciónde responsabilidad al fondo social para las sociedades anónimas y socie-dades de responsabilidad limitada (en éstas últimas exceptuada la res-ponsabilidad solidaria de sus socios por créditos salariales por el Dec.Ley 14.358 del 15.04.1975 arts. 1º y 2º).

Sin embargo, cada vez que la jurisprudencia ha detectado la existen-cia de una real relación de trabajo dependiente más allá de las formasjurídicas adoptadas por la empresa empleadora, ha dado prioridad a laconsideración de la realidad, condenando al comprobado patrón real aun-que figurase como «socio» aparente de su empleado, aún tratándose desociedades de responsabilidad limitada y aún apareciendo como socios-accionistas o como directores de sociedades anónimas. (Plá Rodríguez,op. cit. párr. 101 a 105).

El sistema jurídico-laboral va a intervenir toda vez que constate laexistencia en la realidad histórica de una relación de trabajo dependiente,subordinado, por cuenta ajena, independientemente de las categorías extralaborales que asignen formas jurídicas distintas a los sujetos involucradosen la relación laboral (trabajador dependiente asalariado, obrero o em-pleado; empresario, empleador, patrón).

1.6. Tercerizaciones fraudulentasEn el mismo orden, la jurisprudencia ha debido considerar casos en

los cuales el trabajador dependiente y el patrón real aparecían disimula-dos mediante el proceso eufemísticamente rotulado de descentralización

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empresarial. Ya fuere presentando al propio trabajador como un aparen-te tercero, formalizándolo como empresa unipersonal independiente conquien contratar entre empresas y bajo el régimen del Derecho comercialcomún. Ya, vistiendo a un jerarca de la burocracia empresarial con laapariencia de una empresa independiente (e insolvente) para que fuereésta quien entrara en relación laboral con el personal obrero. La configu-ración de la apariencia de un tercero (ya parte de la empresa, ya elpropio empleado) constituyen el procedimiento de tercerización fraudu-lenta. También estas situaciones son resueltas atendiendo al principio dela realidad, detectando síntomas de simulación que permitan separarlasde las relaciones interempresariales verdaderas.

La S.C.J. en el caso de las empresas unipersonales tercerizadas harecurrido a «examinar la realidad» (lectura de hechos) considerando losindicios indicadores de la real existencia o no de subordinación (AnuarioJurisp. Laboral 2003 caso 517). Siguiendo ese procedimiento técnicojurídico, en sentencia nº 318/2005 del T.A.T. 1º se concluye: «No seconstata que el cambio a partir de la constitución de la unipersonal y deun arrendamiento, hubiere significado para la demandante asunción deriesgos y un beneficio para ella, que condujere a concluir en una valora-ción positiva a favor de la demandada, de dicha aparente mutación con-tractual. Persuadiéndose la Sala que desde el comienzo hasta el cese elrelacionamiento entre las partes fue en régimen de subordinación labo-ral» (Anuario Jurisp. Laboral 2005 caso 350).

En todos estos casos, la categoría intrasistémica determinante será laconstatación de la existencia real de trabajo prestado en régimen dedependencia. Como enseñaba el maestro mexicano Mario de la Cueva,«los caracteres de patrono y trabajador se adquieren, no por la celebra-ción de un contrato, sino por el hecho de utilizar o prestar un servicio».«El Derecho del Trabajo sólo comienza a regir a partir del momento enque se inicia la prestación del servicio». Lo que le permitía calificar alcontrato de trabajo como «contrato realidad», «puesto que existe no enel acuerdo abstracto de voluntades sino en la realidad de la prestacióndel servicio» siendo «ésta y no aquel acuerdo lo que determina su exis-tencia». La existencia real de un relación de trabajo asalariado depen-diente es el objeto del Derecho del Trabajo, y el contrato de trabajoqueda reducido al rol de «enrolamiento o enganche», como enseñabaentre nosotros De Ferrari en homenaje a la libertad y como forma dedistinguir el trabajo libre del prestado forzadamente.

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1.7. El hecho del DerechoEs en el marco de este proceso de desarrollo integrado del sistema

autónomo socio jurídico del Derecho Laboral, en la creación y reproduc-ción autopoiética de sus propias categorías, que éste va reconociendo orecreando sus propios sujetos. Parte de este proceso son también losfenómenos de subcontratación, intermediación y suministro de manode obra.

Como en Brasil con la categoría laboral del conjunto económico, serecurre ahora en nuestro país a la técnica legislativa para establecer laresponsabilidad solidaria de todas las empresas involucradas en lasubcontratación, intermediación o suministro de mano de obra.

No se asiste con ello a ninguna ruptura ni cambio cualitativo. Es partede este mismo proceso de desarrollo de los valores, principios y pautasdel Derecho laboral como sistema socio-jurídico autónomo que pone yreproduce su propio objeto y sujetos sistémicos. El paradigma básico yorientador sigue siendo el trabajo subordinado como hecho, el principiode primacía de la realidad con la finalidad de tutelar las condiciones enque la sociedad admite las relaciones laborales en los hechos.

El trabajo se puede desarrollar en forma de emprendimiento indepen-diente por la propia cuenta y riesgo (libre empresa, art. 36 Const.), o biense puede prestar en una relación de trabajo asalariado sin asumir el áleacomercial y percibiendo una prestación dineraria de seguridad (relaciónlaboral, art. 54 Const.).

La enajenación de la fuerza de trabajo, la prestación de serviciosbajo dependencia, ha llevado por la secular experiencia de la «cues-tión social», a que en la cultura contemporánea los Estados, entreellos el nuestro, establecieran un sistema de protección legal paraprevenir y reprimir los abusos de la relación de poder (principio pro-tector, art. 53 Const.). Esta es la base constitucional del sistemajurídico laboral con anclajes además supranacionales (Declaraciónde Filadelfia constitutiva de la O.I.T. del 10 de mayo de 1944, Decla-ración Universal de Derechos Humanos y Declaración Americanade Derechos y Deberes del Hombre).

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2. LA LEY 18.099 EN ELSISTEMA LABORAL VIGENTE

2.1. Complejidad sistémica y «fuzzy sets»Pasemos del orden normativo laboral como sistema a la considera-

ción sistémica de los casos laborales. La aparición empírica como fenó-meno socio-jurídico de las relaciones laborales o de los contenciososlaborales, los revela como casos o eventos unitarios, complejos.

La tradicional Dogmática jurídica presentaba al Derecho como con-junto de normas. Para la actual Tecnología Jurídica, el Derecho aparececomo conjunto de experiencias vivas, existenciales, acerca de decisio-nes sobre concretos conflictos de intereses sociales.

Cada caso jurídico en tanto sistema, está estructuralmente constitui-do por dos sujetos (partes componentes) que se inter-relacionan a pro-pósito de un objeto de interés determinado. En el caso laboral, el objetoestá constituido por el hecho social de la prestación del trabajo asalaria-do en condición de dependencia; los sujetos en interacción son el traba-jador dependiente (obrero o empleado) y el patrón (empresarioempleador). La causa jurídica de su relacionamiento la proporciona lacultura jurídica del sistema laboral que pone y reproduce autónomamentesus propias categorías, significados, normas y procedimientos, valores yprincipios.

Pero se trata de una estructura disipativa en el tiempo. El sistematiene un nacimiento y un desarrollo que lo lleva de la dispersión inicial adesarrollos integrados. Y es humanamente mortal, o sea que está domi-nado por el principio de la entropía. Como fenómeno histórico,diacrónicamente se sucederán comunicaciones entre los sujetos que es-tableciendo relaciones en red reveladoras de la característica de todosistema: una organización más o menos perdurable, una complejidadsistémica. Com-plexus es lo tejido en conjunto, crea una textura enreda-da, a veces inextricable de desorden, ambigüedad e incertidumbre. El

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manejo con estas realidades complejas implica afrontar la complejidadsin pretender ocultarla ni desarticularla. Esa organización compleja, esetodo que no se reduce a la suma de las partes, se despliega en el tiempocon creatividad e incertidumbre. Como enseña Morin («Introducción alpensamiento complejo», Ed. Gedisa, Barcelona 1994 pág.60) tiene quever con los sistemas semi-aleatorios cuyo orden es inseparable de losazares que incluyen («fuzzy sets», conjuntos imprecisos, del inglés«fuzzy», deshilachado, emborronado, frisado). Esto implica la noción desistema abierto hacia su entorno, susceptible de recibir impactosmutacionales y adaptarse y convertirse, así como de controlar, adaptar yreprimir en procesos de retroalimentación.

Los fenómenos que estamos considerando, entre los que se inscribeel regulado por la Ley 18.099 tienen que ver con las complejidadessistémicas que se dan, fundamentalmente, con el sujeto empleador delcaso laboral: acreedor de servicios personales y deudor de prestacionesdinerarias salariales.

Como estatuto protector, es esperable que los sujetos detentadoresdel poder laboral tiendan a evadir los mecanismos tuitivos. La dispersióndel sujeto empleador reintegrada por la categoría laboral del conjuntoeconómico, la tercerización simulada del sujeto trabajador, elescalonamiento o interposición de empresas subcontratistas para esca-motear al sujeto empleador fuera del ámbito de la relación laboral, jue-gan en la puja del «fuzzy set» del complejo del trabajo.

La doctrina ha destacado, como carácter distintivo del Derecho delTrabajo, su condición de inacabado, incompleto, imperfecto, en procesocontradictorio de dispersión-integración permanente, fragmentado en nor-mas dispersas reacias a las codificaciones, con avances y retrocesos. Locual no es ajeno a la condición «clasista» que le atribuye el maestro De laCueva y su vinculación directa con la pendiente «cuestión social».

Por lo mismo, esta Ley, y las prácticas sociales abusivas contra lasque pretende retroactuar (que arrancan de excesos históricos como losdel conocido marchandage del siglo diecinueve), deben entenderse eneste contexto complejo y azaroso. Sin azorarnos su natural apartamientocon las categorías jurídicas de las disciplinas civiles y comerciales; asu-miendo la complejidad en su realidad. Con una formación teórico-jurídi-ca tradicional la Ley 18.099 puede parecer monstruosa y caer como unbalde de agua fría. El excursus arriba intentado pretende aplacar esareacción para entender la norma en su contexto histórico y social. Aun-

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que, después de todo, bien podríamos conceder como lo hacía Morin consus críticos cuando lo acusaban de convocar monstruos, «y yo creo efec-tivamente, que lo real es monstruoso. Es enorme, está fuera de todanorma, escapa, en última instancia, a nuestros conceptos reguladores,pero podemos tratar de gobernar al máximo a esa regulación» (op. cit.pág.147). O sea, que el monstruo es real, no está en la norma.

2.2. La innovación legislativa A) La Ley 18.099 de 24.01.2007 tiene por objeto la regulación de la

responsabilidad de los sujetos laborales empleadores en las situa-ciones en que utilicen subcontratistas, intermediarios o suministra-dores de mano de obra. Para tal caso, establece la responsabilidadlaboral solidaria y plena de todos los empleadores (principal,subcontratistas, intermediarios y suministradores).Solidaria, en tanto los trabajadores dependientes empleados «po-drán demandar indistintamente a cualquiera de los codeudores so-lidarios» (art. 2 inc. segundo).Plena, por cuanto alcanza al «total de las obligaciones» a saber: a)las obligaciones laborales con los trabajadores contratados, sin ex-clusión alguna (salariales e indemnizatorias); b) las obligacionesde seguridad social correlativas (contribuciones previsionales engeneral más las primas, sanciones y recuperos por esos trabajado-res que pudieran adeudarse al Banco de Seguros del Estado poraccidentes de trabajo y enfermedades profesionales).La responsabilidad solidaria que se establece por deudas laboralesy de seguridad social en caso de subcontratación, intermediacióno suministro de trabajadores dependientes, implica la obligación decada uno de los integrantes del complejo patronal de «pagar solopor todos» (art. 1390 C.C.). Esto implica que el trabajadorsubcontratado, intermediado o suministrado «tiene el derecho depedir la totalidad del crédito al deudor que eligiere, el cual estáobligado a pagarlo por entero» (art. 1398 num.1º C.C.). Y, en elcaso de que reciba parte de lo adeudado de alguno de los deudo-res, conserva la solidaridad por el saldo contra los restantes, sinnecesidad de establecer reserva expresa en el recibo; pero libera-rá de la solidaridad a quien pagó si se consigna en el resguardoque lo recibe «por su parte» (art 1401 C.C.).La Ley refiere específicamente al caso de subcontratación,

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intermediación y suministro de mano de obra, por lo que las cons-trucciones jurisprudenciales en materia de personería laboral, con-junto económico y tercerizaciones fraudulentas mantienen su vir-tualidad.

B) La solidaridad se establece a los efectos del Derecho laboral, tor-nando inoponible a los acreedores laborales la multiplicidad de per-sonas integrantes del complejo patronal. Como es connatural alestatuto tuitivo, la disposición es de orden público (art.6º). Pero enel ámbito interno del subsistema subjetivo patronal, las partes que-dan libradas al Derecho común, por lo que pueden establecer sinlimitaciones la forma en que se divide la responsabilidad entreellos. Conforme, art. 1404 C.C. que dispone que, a falta de pacto,la división se hará «por partes iguales».

C) Límite temporal. La responsabilidad solidaria se limita a las obliga-ciones laborales y de seguridad social devengadas durante el con-creto período en que se extendió la actividad de subcontratación,intermediación o suministro de mano de obra. No es que cada inte-grante del subsistema subjetivo patronal pase a convertirse en patro-no de esas relaciones laborales, se limita a contraer responsabilidadsolidaria por dichas deudas generadas durante el período en quesubcontrató, intermedió dio o recibió el suministro de mano de obra.

D) Derechos del trabajador contratado mediante estas modalidades.a) Derecho de información. El art. 3º consagra el derecho a reci-bir información previa y por escrito sobre sus condiciones de tra-bajo en general y, específicamente, sobre el salario que percibirá yla empresa para quien deberá prestar servicios.b) Derecho salarial. Para el caso específico de la modalidad desuministro de mano de obra temporal, sus beneficios salariales nopodrán ser inferiores a los mínimos vigentes para la categoría ytipo de actividad (art. 5º).

E) Régimen prohibitivo. En cambio, la Ley establece la prohibiciónde estas modalidades de contratación de trabajo cuando se tratede sustituir trabajadores que se encuentren en seguro de desem-pleo o en huelga (art. 3º). Salvo que se trate de servicios esencia-les, en cuyo caso queda permitida.En este caso, lo actuado contra norma legal prohibitiva de ordenpúblico carecerá de validez (art. 8 C.C.), por lo tanto será nulo yno producirá ningún efecto jurídico entre las partes.

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F) Estado empleador. Continuando la evolución legislativa en la ma-teria ya consagrada en materia de accidentes de trabajo (L. 16.074art. 3º), e intentada en la discusión parlamentaria sin que llegara aplasmarse en Ley en materia de horas extras (proyecto de ley dela Comisión de Legislación del Trabajo de la Cámara de Diputa-dos de noviembre de 1987 art. 7º), la responsabilidad solidaria paraestas modalidades de contratación laboral se extiende a las perso-nas públicas, estatales o no (art. 1º inc. segundo).

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3. ASPECTOS PROCESALES

3.1. ¿Litis consorcio pasivo o efecto respectode terceros de la cosa juzgada?

Es el segundo caso. No requiere demanda, ni citación a con-ciliación. Pero si requiere que se le haga saber del pleito. Art.218 CGP..

Se trata de una de las hipótesis legales de «eficacia de la sentenciafrente a terceros», regulada en el art. 218 CGP.. La cosa juzgada alcan-za no solamente a las partes y a sus sucesores, sino también a suscodeudores solidarios aunque no hayan sido parte en el juicio. Del mismomodo afecta (art. 218.3) a los socios, los comuneros y todo tercero cuyoderecho dependa del derecho de la parte condenada o dependa del actoo contrato juzgado.

La condición para que la cosa juzgada se aplique a estos terceros noes que hayan sido emplazados como litisconsortes pasivos, bastando conque hayan tenido conocimiento judicial del pleito o puedan haberlo cono-cido en virtud de la información registral disponible (art. 218.3 CGP).

El noticiar o dar conocimiento del pleito, sin que implique citarlo yemplazarlo a estar a derecho como parte, está previsto por el art. 53 delCGP («denuncia de terceros»). Esa norma lo consagra como un derechodel demandado, pero una interpretación simétrica al amparo de lo dis-puesto en el art. 218.3, conforme a la regla de integración del art. 15CGP, permite extenderla al actor.

De todos modos la norma legal citada no requiere ningún acto proce-sal formal de notificación. El conocimiento del juicio es una cuestión dehecho sujeta a prueba si es contradicha. El conocimiento puede resultar,por ejemplo, de la propia actividad probatoria desenvuelta en el proceso(citación del tercero como testigo –art.160 CGP–, diligenciamiento conel mismo de pruebas por informes –art.190.1 CGP–, o requerimiento deprueba documental en su poder –art.167 CGP–).

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De todos modos, para estar al abrigo de interpretaciones extensivaseventuales, sigue siendo aplicable el consejo de prudencia del maestroPlá Rodríguez, de pedir la citación a juicio, emplazamiento y traslado dela demanda de todos los interesados para incluirlos en el litis consorciopasivo facultativo (art. 45 CGP).

Conformes:* Plá Rodríguez, Curso de Derecho Laboral, Ed.Idea Mdeo. 1990,

t.1 vol.1 pág. 152 «del punto de vista procesal es aconsejable seciten todas las personas jurídicas agrupadas», pero no es indispen-sable, precisa, «se trata de una recomendación de prudencia».

* TAT 2º, An. 2005 caso 343 (Sent. 59/2005) «La figura delempleador complejo o la del conjunto económico no implicaineludiblemente deba demandarse a todos sus integrantes», «noexiste un litisconsorcio necesario».

La doctrina procesalista estudia el tema como eficacia refleja de lasentencia, distinguiendo su autoridad de cosa juzgada para las partes (cie-rra preclusivamente el caso), de su eficacia u oponibilidad respecto de ter-ceros. El C.G.P. por su art. 218 consagra una serie de situaciones en las quela sentencia tiene eficacia respecto de terceros que no han litigado.

La jurisprudencia nacional ya había tenido oportunidad de expedirserespecto de la eficacia de la condena ejecutoriada en juicio en que sólofue parte la sociedad de responsabilidad limitada, frente al socio ajeno aljuicio. La responsabilidad solidaria por deudas salariales, establecida enel art.12 del DLey 14.188 (texto dado por DLey 14.861), implica la situa-ción del art. 218.2 por lo que el socio que no fue parte en el proceso deconocimiento puede ser ejecutado en la vía de apremio. Sin embargo, seha señalado que la jurisprudencia ha mostrado pronunciamientos contra-dictorios («C.G.P. comentado por Véscovi y otros», tomo 6 pág.340). Noobstante la claridad del texto legal se ha resuelto que habiendo demanda-do exclusivamente a la S.R.L. la condena no es ejecutable contra sussocios que no hayan sido codemandados. La decisión correcta, en sent.Nº 543/2000 del T.A.T. 3º: «Los socios integrantes de la S.R.L. son solida-riamente responsables de rubros salariales y pueden ser demandados enproceso de conocimiento al tiempo que la propia persona jurídica, o ya, si nolo hubiesen sido, el pronunciamiento condenatorio que pudiere plas-marse, los afecta en un proceso de ejecución de sentencia».

El texto del art. 77 de la Ley 16.060 de sociedades comerciales esasimismo claro en tanto a la regla general de ejecución contra los socios

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de las condenas contra la sociedad, según el tipo social adoptado: «Lasentencia que se pronuncie contra la sociedad tendrá fuerza de cosajuzgada contra los socios en las condiciones del artículo anterior y en lasprevistas en el C.G.P.».

Ante dichas vacilaciones jurisprudenciales, mantiene vigencia la re-comendación del maestro Plá Rodríguez de tener la prudencia de incluiren el accionamiento a dichos responsables solidarios. Del mismo modo,con los responsables solidarios por aplicación de la ley 18.099.

3.2. ¿Litis consorcio pasivo necesario?En un caso en trámite se ha sostenido por uno de las empresas

codemandadas que la hipótesis de empleador complejo implicaría un litisconsorcio necesario. Si así fuera, en la medida de que el hecho constitu-tivo del conjunto económico constare de manifiesto en autos, el tribunalse vería sujeto a aplicar la norma del art. 47 CGP, debiendo proceder deoficio a integrar el litis consorcio pasivo necesario. Ello lo deberá haceral proveer la demanda o en cualquier momento en que lo advierta fuerade esta oportunidad (art. 47 inc. tercero). Y lo hará mandando emplazara los integrantes si constare su nombre y domicilio en autos, y de locontrario, suspenderá el proceso hasta que la parte actora le proporcionelos datos necesarios para que todos los litis consortes puedan ser empla-zados en forma legal (art. 47 inc. segundo).

En la causa citada, habían sido emplazadas una pluralidad de perso-nas integrantes del alegado empleador complejo. Uno de ellos, presentósu escrito de contestación vencido el término legal de treinta días si-guientes a su notificación personal. Adujo la existencia de litis consorciopasivo necesario para ampararse en el plazo de los codemandados; enefecto, habían recibido su cedulón unos días después por lo que paraellos el plazo no había vencido. ¿La eventual existencia de un litis con-sorcio necesario convertiría en común el plazo para contestar la deman-da, y debería por tanto ser computado a partir de la última notificación?De la decisión depende que haya removido o no su carga de contradecir(art.130.2 CGP), así como de quedar expuesto a la situación procesal dedeclarado rebelde a solicitud de la actora (art.339.4 CGP).

A continuación un recorte y pegado de la argumentación por la quese refuta su pretensión, evacuando traslado del recurso de apelación.«Es comprensible que la demandada que compareció después de venci-do el término perentorio (lo que implica que no compareció y así se man-

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do tener en derecho por auto 102/2007, ordenando el desglose delescrito), busque algún argumento para intentar alguna excusa a suentuerto.

El argumento que ensaya con tal objetivo en su escrito de fs. 212 entraslado, consiste en sostener que el plazo para contestar la demanda nosería particular para cada demandado, sino que debería haber sido unplazo común; como tal, computable desde la última notificación a loscodemandados.

Semejante argumento es de franco rechazo. El art. 93 C.G.P. consa-gra explícitamente que «los plazos establecidos para las partes comen-zarán a correr, para cada una de ellas, el día hábil siguiente al de larespectiva notificación».

La misma norma establece que esta regla solamente puede ser ex-ceptuada, estableciéndose plazos que «tengan el carecer de comunes»por expresa disposición de la Ley o por la naturaleza de la actividad acumplirse.

En el tema en examen no existe ley alguna que exceptúe la regla delart. 93; sostiene entonces el recurrente que el plazo sería común por lanaturaleza de la actividad procesal a cumplir. Argumenta, con ese desig-nio, que los codemandados fueron emplazados como grupo económico.

A la vez que «niega enfáticamente la existencia del grupo» pretendesacar ventajas para su posición a partir de la sí existencia del tal grupoempleador.

En nuestra demanda hemos pedido «entablar la demanda con los tresempleadores y así lo verificamos». Distinguimos con precisión los nom-bres y domicilios de los tres, aportamos copias para citar y emplazar acada uno de los tres y los emplazamientos fueron notificados también enforma independiente.

Pero no todo litisconsorcio es un litis consorcio necesario y, el hechode que se demande contra las tres empresas no implica que conformenun litis consorcio necesario. La figura del litis consorcio pasivo necesarioes excepcional y sólo procede cuando no pueda pronunciarse sentenciaútilmente sin el emplazamiento de todos los interesados. No es el caso,donde el emplazamiento de los tres no es condición de validez de lasentencia, sino meramente del alcance o eficacia que vaya a tener lacondena. Si los actores no demandan a los tres, no van a tener ejecutoriacontra la empresa que hubieran omitido citar, pero la sentencia obtenidacontra alguna de ellas sería válida.

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El litis consorcio necesario refiere a la necesidad jurídica de emplazara todos los litis consortes para que la sentencia sea válida (y no nula).

Corresponde aquí remitirse al desarrollo de la doctrina procesalista(«C.G.P. comentado por Véscovi y otros» tomo 2 pág. 114 ss.).

* El L.C.P.necesario supone «que la pretensión no puede ser válida-mente propuesta sino frente a varios sujetos» (pág. 115).

* Se destaca especialmente «el carácter excepcional que reviste ellitisconsorcio necesario». Así lo ha destacado nuestra jurispruden-cia, por cuanto supone una restricción al derecho constitucional deaccionar.

Aún en los raros y estrictos casos de L.C. necesario, la jurispruden-cia ha admitido el efecto extensivo de los recursos de apelación porejemplo, pero nadie ha sostenido la exótica tesis del escrito en traslado.El art. 47 CGP regula cuales son las consecuencias jurídico procesalesen la hipótesis de que tratándose de un L.C. necesario no hubieren com-parecido todos los interesados. Y la regla no establece el rebuscado pla-zo común para la citación a juicio y traslado de la demanda, sino que «eltribunal no dará curso a la demanda hasta tanto no se cumpla con esterequisito». ¿Cuál requisito?: el de emplazar al sujeto integrando del L.C.necesario omitido.

En suma, ni estamos ante un litisconsorcio necesario, ni aún en elcaso de los litisconsorcios necesarios existe tal plazo «común» para com-parecer a juicio y contestar la demanda».

3.3. Alcance de la solidaridad pasivaEs interesante recordar la vigencia en materia de consecuencias pro-

cesales de la solidaridad de la regulación del art. 1398 C.C.. De su apli-cación no puede dudarse, en tanto se trata de ley posterior al C.G.P. (Ley16.603 del 19.10.1994).

La demanda deducida contra uno de los deudores solidarios, noimpide que el acreedor pueda promover nueva demanda contra otros(num. 2º).

La demanda deducida contra cualquiera de los deudores solidarios,interrumpe la prescripción del crédito laboral contra los demás (num. 3º).Asimismo, el reconocimiento de la deuda por cualquiera de los deudores,interrumpe la prescripción (num. 4º).

La promoción de la demanda hace correr los intereses procesalescontra todo el complejo de deudores solidarios (num. 5º).

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3.4. ConclusiónHe aquí algunas primeras impresiones sobre una Ley que se jus-

tificará por la aplicación que de ella hagan los operadores jurídi-cos. No por lo que dice, sino por lo que se hará con ella.

La tarea no es tanto describirla, explicarla, justificarla o criti-carla, sino usarla; es cuestión de acción antes que de erudición.

No es tarea de empollones sino de operarios del Derecho. Por lomismo, no hemos pretendido un estudio exhaustivo sino que, paraemplear la imagen de Nietsche, es como una baño frío en esta nue-va normativa («rápido para dentro, rápido para fuera»). Conside-ración rápida, pero «¿una cosa queda realmente sin ser entendidani conocida ya por el mero hecho de que sea tocada, mirada ocontemplada sólo por un instante? ¿Es absolutamente necesarioempezar sentándose bien sobre ella; haberla empollado como seempolla un huevo? Respondemos, que «hay verdades de tan especialsensibilidad a cualquier roce que no es posible hacerse con ellas deotro modo que repentinamente» («La Gaya Ciencia», nº 381).

Esta parte del texto fue redactado para su presentación como ponenciaen las 9as. Jornadas Nacionales de Técnica Forense, organizadas enoctubre del 2007 por la Universidad de la República y el Colegio de Abo-gados del Uruguay. Con posterioridad, el Tribunal de Apelaciones delTrabajo de 3er turno resolvió el caso por Sentencia nº 374/2007 (Dres.Piatniza –red–, Molinari, Gómez Franco). Se transcribe el considerandoúnico. «Se demandó a American Chemical Industrial Comercial S.A.,Marcelo Hugo Cavaliere Pereira y M. Industriales S.R.L.. Conferido tras-lado de la demanda (fs. 42) se cumplió notificación al recurrente el 27/10/06 (fs. 43) constando que compareció a estar a Derecho el 30/11/06 (fs.211 v.). De conformidad con los arts. 93 y 338.1 CGP el plazo útil paracomparecer la parte recurrente vencía el 28/11/06. Y es sabido que losplazos procesales en principio son perentorios e improrrogables (art. 92inc.1 CGP). Se argumenta por el recurrente que en tanto se demandó a unGrupo, el plazo para contestar la demanda es común y por ende compare-ció tempestivamente. La figura del conjunto económico en el DerechoLaboral ha contribuido a individualizar los responsables del cumplimien-to de las prestaciones económicas laborales cuando éstas no han sido

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adecuadamente satisfechas y existen empresas involucradas. En el con-junto económico existen varias empresas aparentemente autónomas perosometidas a una dirección económica única; aunque no es obstativo quetambién formen parte las personas físicas (cf. PLA RODRIGUEZ, Judica-tura nº 36, p.11 y ss.).En determinadas ocasiones el trabajador se ve en dificultad de precisar oindividualizar su empleador, cuando el mismo se le exterioriza actuan-do la relación de subordinación a través de dos o más sujetos dederecho, lo que ha llevado doctrinariamente a un análisis de lapersonería laboral del empleador (en tal sentido, PLA REGULES R.D.L.nº 101, 1976, pág. 142-143).Ante tal supuesto, puede el trabajador demandar a dos sujetos de dere-cho en el entendido de conformar un conjunto económico cuando enrealidad puede ello no resultar así; o ya, no haber demandado a un terce-ro sujeto cuando pudo haberlo hecho. Por ello, doctrinariamente se seña-la que del punto de vista procesal, es aconsejable se citen todas laspersonas jurídicas agrupadas: la empleadora directa, la principal y lasindirectas o mediatas. Se trata de una recomendación de prudencia. En sucaso, no es obstativo a que de resultar cierta la pretensión sustancial,prospere el accionamiento respecto del real obligado (ampliamente, PLARODRIGUEZ, Curso, t.1 vol.1, edic. Idea 1960, p.150-154).Corolario: quienes integran un posible conjunto económico –en la situa-ción jurídico procesal de demandados– no conforman un litisconsorciopasivo necesario (art. 46 CGP) sino voluntario o facultativo (art. 45 CGP)y como indica esta última norma en su inc. 2 y 3, los litisconsortes facul-tativos, en principio son considerados como litigantes independientes;los actos de cada uno de ellos no favorecen ni perjudican la situaciónprocesal de los restantes sin que por ello se afecte la unidad del proceso.Cierto es, que nuestro Legislador prevé el cómputo de plazos comunes:así, en el art. 93 CGP señala que en principio, los plazos establecidos paralas partes comienzan a correr, para cada una de ellas, el día hábil siguienteal de la respectiva notificación, salvo que por disposición de la ley opor la naturaleza de la actividad a cumplirse, tengan el carácter decomunes, en cuyo caso comenzarán a correr el día hábil siguiente alde la última notificación.Entonces, dos aspectos son los que inciden en considerar un plazo pro-cesal como común: a) una disposición de la ley; b) la naturaleza de laactividad a cumplirse.Respecto del primero el mismo recurrente descarta su aplicación sublite.En torno al segundo, en el que se apoya el recurrente, tampoco juega infolios.Señala nuestra doctrina procesal que se distinguen los plazos comunesde los particulares y que constituyen ejemplos respectivos los plazos de

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suspensión del proceso (art. 92 inc.2º) y para contestar (art. 338 ). (C.G.P.Comentado, Anotado y Concordado, t.2, pág. 365). Vale decir, el plazopara contestar la demanda no es común sino particular. Y a mayorabundamiento, más adelante (ob. cit., pág. 368) se adiciona comoejemplo de plazo común el previsto en el art. 335.1 (tercerías en pro-ceso de ejecución).Consecuentemente, la tesis defendida por el recurrente es totalmentedesajustada a la realidad normativa y resultancias de la causa».

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4. MODIFICACIONES DE LA LEY 18.251

4.1. Precisiones sobre el objeto regulado. Definicionesy exclusiones

Esta legislación reacciona contra el abuso de las tercerizaciones quehabían creado un «agujero negro» en el sistema del Derecho laboral, porel cual se vaciaba de sentido. Tal respuesta jurídica no es sino la regla-mentación legislativa del principio protector consagrado con jerarquíaconstitucional por los arts. 52 a 57 de la Constitución de la República.El objetivo no es prohibir las tercerizaciones, sino determinar el jue-go de responsabilidades laborales en el caso de las relaciones detrabajo triangulares.

Pero la sanción de la Ley 18.099 había a su vez provocado la reac-ción de quienes la consideraban una criatura que iba contra las leyesnaturales del mercado, cuyos efectos jurídicos se denunciaba como des-medidos y que venía a restablecer el temor ante las regulaciones deorden público que las tercerizaciones habían contribuido tanto a flexibilizary desaplicar. Ante ello, el Poder Ejecutivo presentó la iniciativa de unproyecto de ley complementario, atendidas las diversas opiniones, ob-servaciones y disensos, recogidos en numerosas instancias de con-sulta tripartita.

Las modificaciones, concretadas en la Ley 18.251, van dirigidas a:a) definir con precisión al alcance del objeto regulado, los «supuestos

de relaciones de trabajo triangulares en los términos de la reco-mendación nº 198 de la O.I.T.»;

b) acotar la extensión del efecto extensivo de la solidaridad pasiva;c) perfeccionar la transparencia y la información en esas situa-

ciones;d) afirmar la garantía del debido proceso.

En cuanto al primer punto, se atiende la crítica de que los conceptosde subcontratación, intermediación y suministro de mano de obra po-

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drían aparecer excesivamente imprecisos, Para la definición se recurrea la recomendación nº 198 de O.I.T., recogida en el Estatuto de los Tra-bajadores de España y en la Ley argentida de Contrato de Trabajo.

Se observa que las dos grandes fuentes generadoras de relacioneslaborales triangulares están constituidas por la ejecución de obras y ser-vicios, o bien por el suministro de personal mediante contratos comercia-les. Pero que no se agota allí, apareciendo la intermediación como unafigura residual en el fenómeno de la «exteriorización del empleo» (ex-presiones de la Exposición de Motivos del proyecto de Ley).

Pero, como tampoco se pretende que esta regulación imponga alempresario responder «por todos con los que tenga relación a través dela miríada de contratos de suministros, servicios, transportes, compra-ventas, que forman la tramita de las relaciones interempresariales», selimita la responsabilización a las contrataciones referidas a obras o servi-cios integrados a la organización de la empresa principal o que formenparte de la actividad normal del establecimiento».

Para delimitar con la mayor nitidez las fronteras del supuesto legal, seefectúan dos exclusiones expresas: a) los trabajos ocasionales, aclaran-do expresamente que la expresión no incluye a los servicios zafrales o detemporada; b) los servicios de distribución de mercaderías regulados porel DLey 14.625 del 04.01.1977 arts. 1 a 7.

4.2. Limitaciones a la solidaridad pasivaEl alcance del efecto de responsabilización se acota en su objeto, así

como temporalmente. La empresa principal no va a responder por lasmultas, los recargos ni los impuestos y adicionales recaudados por losorganismos de seguridad social; tampoco por las sanciones administrati-vas por infracción a normas laborales. Se trata de aspectos punitivosvinculados a la actitud personal de las partes, por lo que se admite quesería exagerado extenderlo a terceros (art. 7º).

Asimismo, se acota la responsabilidad temporalmente (art. 8º, susti-tutivo del art. 1º inc.3º Ley 18.099). La responsabilidad siempre estuvolimitada al período de intermediación, pero ahora se acota su alcance.Cuando las obligaciones se determinen por períodos mayores al de lasubcontratación, se establece un tope máximo para responder: la cuan-tía máxima no podrá superar al equivalente de lo que se habría de-vengado si los trabajadores hubieran actuado directamente para laempresa principal.

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4.3. Transparencia e informaciónComo forma de civilizar las relaciones laborales y prevenir miedos,

se recurre al siempre recomendable camino de la transparencia y lainformación irrestricta para los interesados.

Para la empresa principal se consagra el derecho (art.4) de exigir a laempresa contratada la información documentada de los datos necesa-rios para controlar el cumplimiento de las obligaciones objeto de estalegislación (documentación oficial allí relacionada y datos personales delos trabajadores tercerizados necesarios para controlar que no se gene-ren adeudos por incumplimiento?. El ejercicio de este control permite ala empresa principal liberarse de la responsabilidad solidaria, aunque vaa mantener de todos modos responsabilidad subsidiaria. Si tampoco quierequedar expuesta a la responsabilización en subsidio, la Ley le da ademásel recurso de retener los montos correspondientes y pagar con ellos altrabajador y a la entidad previsional respectiva o al B.S.E..

Para el trabajador se mejora la norma del art.4º Ley 18.099 que esta-blecía el derecho a ser informado previamente y por escrito por la em-presa contratista, sobre sus condiciones de empleo, incluso salario. Sehabía observado que esa norma no contenía una sanción efectiva, enconsecuencia el art.9 de la Ley 18.251, agrega que dicha informacióndebe constar además en los recibos de pago de haberes del trabajador.

4.4. Emplazamiento judicial conjuntoObservábamos más arriba la inexistencia de litis consorcio procesal

pasivo necesario, pero la conveniencia práctica de emplazar a todos quie-nes se considere responsables por la pretensión laboral deducida judi-cialmente.

El art. 10 de la nueva ley, establece preceptivamente dicho emplaza-miento conjunto. Con ello se atiende otra de las quejas ante la legislaciónoriginaria, en el sentido de que el alcance para terceros de la cosa juzga-da podría determinar que la empresa responsabilizada se enterara inopi-nada y súbitamente de la condena judicial.

En rigor, ese riesgo lo tiene todo tercero comprendido en el alcancede la cosa juzgada (art. 218 del C.G.P.). Sin embargo, el legislador quisotener una consideración especial con la empresa responsable por obliga-ciones laborales que se encontrara en aquella común situación. Para,empleando la expresión de la exposición de motivos del Poder Ejecutivo,

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afirmar la garantía del debido proceso, se estableció la preceptividad delemplazamiento conjunto. Evidentemente, con ello se procuró poner demanifiesto la imparcialidad y garantismo de la intervención estatal, másallá de tratarse de una legislación tuitiva de la parte trabajadora por man-dato constitucional.

Ello no supone consagrar un litis consorcio pasivo necesario. El em-plazamiento de la empresa principal va a ser la condición para que opererespecto de la misma el efecto de solidaridad pasiva legal. Si se omiteemplazarla, la consecuencia será que no podrá ser ejecutada por eseadeudo, pero la sentencia será válida y plenamente eficaz respecto delos emplazados.

Por lo mismo, no es de aplicación el art. 47 CGP. La sede judicial nopodrá negarse a dar curso a la demanda que no pida el emplazamientode la empresa principal, ni suspender el proceso hasta que se proporcio-nen los datos para emplazarla. El proceso se llevará adelante y, simple-mente, el actor habrá perjudicado, en ese proceso, su derecho de perse-cución sobre la empresa no emplazada.

Porque el concepto de litisconsorcio procesal pasivo necesario impli-ca la cuestión de validez de la sentencia, mientras que en el caso queconsideramos está en juego exclusivamente la eficacia respecto de laempresa no emplazada.

SOBRE LO MONSTRUOSO Y LO SINIESTRO

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1. ¿EL MONSTRUO DÓNDE ESTÁ?

A propósito de la presentación del sistema jurídico laboral como «fuzzyset», en la terminología de Edgard Morin, nos preguntamos «¿El mons-truo dónde está?».

Ciertos actores del sector empresarial han desarrollado una fuerteactitud de negación reactiva a la Ley 18.099. Se la considera como unengendro monstruoso y siniestro que les pone en estado de pánico jurídi-co. Se insiste en su revisión, derogación o, al menos, relativización. Sindesconocer abiertamente la constitucionalidad de su sanción por mayo-ría indiscutible de un parlamento democrático, la actitud se acercapeligrosamente a las fronteras del cuestionamiento de legitimidad.

Proponemos una explicación sistémico-diacrónica de dicha soluciónlegislativa como un desarrollo normal y «natural» del subsistema jurídicodel Derecho del Trabajo, congruente con sus principios, valores y cul-tura propia. Cultura sistémica que puede, en cambio, contraponersey confrontar con la del subsistema jurídico del Derecho comercial oempresarial, pero que se compatibiliza con éste en el marco de laTeoría General del Derecho, en tanto ambos subsistemas jurídicos(Laboral y Comercial) son partes del mismo mega sistema jurídicoglobal.

La base constitucional del sistema jurídico nacional hace lugar tanto ala libre empresa (art. 36 Constitución) como a la protección de quienesse hallen en una relación de trabajo dependiente (art. 54). Compatibilizarlosy reglamentar la legitimidad de sus relaciones y vínculos no tiene porquéser fácil, y continuará siendo ciertamente problemático, pero ineludible.En todo caso, el texto constitucional establece una pauta clara para des-lindar intereses: la libertad de empresa está sujeta a las «limitaciones deinterés general que establezcan las leyes» –art.36–; la relación de traba-jo dependiente, específicamente, es puesta «bajo la protección especialde la ley» –art. 53–.

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La cuestión es si lo monstruoso está en la solución legislativa o en lasituación de hecho que la ley procura corregir y sujetar a la cultura delsubsistema jurídico laboral.

Decíamos que, esta Ley, y las prácticas sociales abusivas contra lasque pretende retroactuar (que arrancan de excesos históricos como losdel conocido marchandage del siglo diecinueve), deben entenderse eneste contexto complejo y azaroso. Sin azorarnos su natural apartamientocon las categorías jurídicas de las disciplinas civiles y comerciales; asu-miendo la complejidad en su realidad. Con una formación teórico-jurídi-ca tradicional la Ley 18.099 puede parecer monstruosa y caer como unbalde de agua fría. El excursus arriba intentado pretende aplacar esareacción para entender la norma en su contexto histórico y social. Aun-que, después de todo, bien podríamos conceder, como lo hacía Morin consus críticos cuando lo acusaban de convocar monstruos, «y yo creo efec-tivamente, que lo real es monstruoso. Es enorme, está fuera de todanorma, escapa, en última instancia, a nuestros conceptos reguladores,pero podemos tratar de gobernar al máximo a esa regulación» (op. cit.pág.147). O sea, que el monstruo es real, no está en la norma.

Procuraré en este texto bajar la lupa sobre las nociones de monstruoy de lo siniestro, para comprender mejor esa actitud.

Primeramente, consideremos en qué consiste la noción o conceptode «monstruo». Repararemos en los elementos que proporcionan el per-fil reconocible como monstruoso, emprendiendo un excursus que nosllevará por una novelista inglesa y un antropólogo uruguayo.

Luego, acudiremos al estudio de 1919 de Sigmund Freud sobre «losiniestro», para comprender la reacción subjetiva ante el relacionamientocon lo que el sujeto considere como objeto monstruoso.

Veremos como la consideración del tema nos lleva a una precisacomarca de las relaciones interpersonales, específicamente a las costasde lo aceptado y lo rechazado, lo comprendido y lo inaceptable, lo fami-liar y lo ajeno, alienígeno y bárbaro; el relacionamiento democrático ypacífico entre los sectores de una sociedad global comprendida comouna entidad integrada o la lucha de clases violenta y a-jurídica. Y, másespecíficamente aún, al ámbito de los cambios sociales, donde el flujo yreflujo de las mareas sociales presenta la porfiada y empecinada reac-ción de las fuerzas sociales en conflicto, de modo que lo que, habiendosido familiar, doméstico y más o menos aceptado aunque fuera en apa-riencia, después de reprimido, regresa. El regreso de lo familiar reprimi-

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do, aparece como monstruoso y siniestro, es el regreso de los muertosvivos.

El marchandage del siglo 19 y la tercerizaciones del siglo veinte, per-mitían a los empresarios sacudirse el yugo, quitarse el sayo del estatutojurídico protector de orden público para los dependientes; las leyes queestablecen la responsabilidad solidaria más allá de las tercerizacionesimplican el regreso del estatuto protector familiar, legítimo, que habíasido reprimido. Fuere el espanto del patrón ante el monstruoanarcosindicalista, o el especular del obrero ante la monstruosa patronalesclavista; el regreso de lo antes padecido y luego reprimido, es lo queproduce el pánico. Es el reconocimiento de que no se produjo «el fin dela historia» y el conflicto social continúa. La pugna entre el principio deconcentración ilimitada del capital y del espíritu de lucro, con las limita-ciones impuestas por el poder político legítimo a las condiciones del tra-bajo social.

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2. LO MONSTRUOSO

¿Qué es un monstruo?. Del latín monstruo, el DRAE lo tipificacomo:

1. «Producción contra el orden regular de la naturaleza».2. «Ser fantástico que causa espanto».3. «Cosa excesivamente grande o extraordinaria en cualquier línea».4. «Persona o cosa muy fea».5. «Persona muy cruel y perversa».

Resumiendo, entidad antinatural, muy grande y poderosa, fea y mala,que causa mucho miedo (espanto). O sea que, como decía Morin en lacita que venimos de efectuar, el monstruo «es enorme, está fuera detoda norma, escapa, en última instancia, a nuestros conceptos regulado-res». Enorme e incontrolable.

2.1. AntinaturalPara reparar sobre lo monstruoso vamos a una relectura de un

clásico. Mary, la esposa del poeta inglés Percy B. Shelley, escribióen la mitad del siglo 19 la novela acerca de la creación de un mons-truo por el Dr. Frankestein. Se trataba, para empezar, de una crea-ción contra-natura. Un macabro colage formado con partes de ca-dáveres al que dio vida en su laboratorio. «En una lúgubre noche denoviembre (otoño tardío boreal) llegué al término de mis esfuerzos.Con una ansiedad que era casi agonía, recogía los instrumentos devida que me rodeaban y me permitieron infundir una chispa vitala aquella cosa muerta yacente a mi pies. Era ya la una de lamañana y mi candil estaba casi consumido cuando, a su débilresplandor, vi abrirse los ojos amarillentos de mi obra. Inspiróprofundamente y un movimiento convulsivo le agitó las extremi-dades» (Capítulo V pág. 45).

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2..2. EspantosoEl efecto de la visión del monstruo, es el sentimiento de un gran mie-

do que lleva al extremo del espanto, al pánico, horror, terror.«Nadie podría soportar el horror de aquella cara. Una momia

dotada nuevamente de vida no sería tan espantosa como aquel desgra-ciado. Lo había mirado antes de estar terminado, y ya entonces eranhorrible, pero cuando sus músculos y sus articulaciones fueron capacesde moverse, se convirtió en algo que ni el Dante podría concebir» (Capí-tulo V pág. 46).

2.3. Muy grandeMuy grande, enorme, desmesurado y, como tal, poderoso, incontrola-

ble, no regulable ni sujetable a normas. En el monstruo todo es superlati-vo, la mutación brutal contra la naturaleza, la fealdad, el tamaño, su fuer-za, la crueldad que se le atribuye y el pavor que produce. Morín recono-ce al monstruo por su enormidad.

«Divisé en la oscuridad una figura que se escondía detrás de un gru-po de árboles próximos. El resplandor de un relámpago lo iluminó, descu-briéndome claramente sus contornos. Su gigantesca estatura y lo de-forme de su cuerpo, demasiado repulsivo para un ser humano, me indi-caron enseguida que aquel era el espantoso demonio al que yo diera lavida» (Capítulo VII pág. 61).

2.4. Muy feoNo se concibe un monstruo hermoso. La atribución de fealdad inclu-

ye la descalificación y el odio, la lucha a muerte contra lo inaceptable.«Al tener ya cerca a aquel ser, temido y odiado, comprendí que era el

miserable a quien yo creara. Temblé de rabia y horror, resuelto a esperarsu llegada y librar con él una lucha a muerte. Su expresión traicionabaamarga angustia y al mismo tiempo desdén y perversidad, los que, su-mados a una fealdad sobrenatural, hacían de aquello una visión casiimposible de soportar por el ojo humano» (Capítulo X pág.81).

2.5. Muy maloMuy malo, saturado de perversidad y sadismo; cruel, diabólico. Des-

pués de haber cedido al deseo del monstruo de que su creador le dotase

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de una compañera, el Dr. Frankestein rompe su promesa espantado delas consecuencias, provocando la ira del malo. «Al mirarlo, vi en su ros-tro una expresión horrenda de maldad y perfidia. Me enloqueció pensaren la promesa de crear otro ser como él y, estremecido de ira, destrocéel cuerpo en que estaba trabajando. El desgraciado, al verme destruiraquello de lo que esperaba la felicidad, se alejó con un diabólico aullidode desesperación y de furia» (Capítulo XX pág. 142).

Las citas refieren a «Frankestein o el moderno Prometeo», por MaryW. Shelley, Ed. Terramar La Plata, Argentina, 2004.

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3. TU MONSTRUO; YO «OURTSNOM»

Estas notas nos permiten reconocer o atribuir la condición de mons-truoso a algo (cosa, persona o ser alienígeno, esto es, sin condición depersona). Pero sucede que la atribución implica un sujeto que atribuye;una acción subjetiva de imputar la condición de monstruoso. Y bien pue-de ocurrir que aquel que es monstruo para nosotros, entienda por suparte que nosotros reunimos todas las condiciones para ser calificados anuestra vez, de monstruosos.

La visión nocturnal del hombre lobo tras la ventana nos infunde páni-co, pero el lobizón que nos mira se aterra a su vez de nuestra visiónventana adentro. Es la reacción especular de dos monstruos. De aquí lainevitable reacción de espejo en la designación de monstruo. Cuandocalificamos a alguien de monstruo, estamos ineludiblemente definiéndo-nos a nuestra vez como sus monstruos en perspectiva. Nuestro prójimoes un monstruo y viceversa…

Tu monstruo, yo ourtsnom.¿Quién nombra al monstruo? Quién instituye la condición de mons-

truosidad es el que usa de la palabra. La condición de locutor, de titulardel poder de la palabra, es la que permite decir que ese otro es un mons-truo. Así, un estudio filológico no puede quedarse en la consideración delas palabras como objetos, sino atender al fenómeno de la distribución dela palabra, al análisis de los sujetos del habla. El que habla es el queinstituye al nosotros y a los ellos. Ellos son los que quedan fuera delsistema, los bárbaros, los otros. En suma, el monstruo es una criatura, noun creador.

El antropólogo uruguayo Daniel Vidart, refiriéndose a los indígenas de larama arauac que poblaron la costa septentrional del estuario del Plata, ob-serva que «no sabemos como se denominaban los charrúas a sí mismos».

Recuerda que «generalmente es el Otro, quien, descalifica las cuali-dades morales o físicas de los extraños que, por el hecho de serlo, tam-

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bién son considerados enemigos». Y la denominación «charrúas» era laque los otros utilizaron para aludir a esa nación. No sabemos como sellamaban los charrúas a si mismos.

La antropología comparada e histórica nos muestra variados ejem-plos de denominaciones descalificadoras para los otros. Así, los guaraníesllamaron «tapuyas» a los demás pueblos que no hablaban su lengua.Tapuya significa torpe, bruto o idiota.

Los esquimales se denominan a si mismos, «innuit» (los hombres ver-daderos), pero son conocidos por el nombre de esquimales que derivadel nombre que le pusieron los ajenos («eskitmantsik», comedores decarne cruda).

Los griegos, por cierto, trataban de «bárbaros» a quienes no hablabancomo ellos, porque parecían «barbotar» las palabras.

Vidart, encontró un antecedente significativo que le permite sostenerla probable designación deprecativa de «charrúa» a partir del idiomagallego. Cuando preparaba mi libro «El Espíritu del Carnaval» en 1997 –dice– me llamó la atención un estudio de Julio Caro Baroja de 1965dedicado al carnaval. Baroja contaba que, durante los tres días decarnestolendas que introducen a la cuaresma, existía una comparsa lla-mada los charrúas, perteneciente a una especie de «máscarasfustigadoras». Esos enmascarados se caracterizaban por dar golpes adiestra y siniestra, atropellando y agrediendo a los espectadores. ¿Ha-bría emigrado esa denominación al Nuevo Mundo?

Una famosa carta de Diego García de 1527, piloto de Solís primero yluego de Magallanes, (recogida por Vidart en su «El Uruguay visto porlos viajeros», Tomo I) refería a una parcialidad de indios que viven a laentrada del río de la Plata, sobre su banda norte, a los que llamaCharruases, cazadores y pescadores. La tercera expedición de don Diegohabía partido del puerto gallego de A Coruña por lo que esos mascaronescarnavalescos pintados de vivos colores y caras estrafalarias, debíanserle familiares.

De aquí induce Vidart la hipótesis de que tal vez, García llamó charrúasa aquellos indígenas de caras extrañas y pintadas, con gestos y ropajeschocantes, semejantes a aquellas agresivas mascaradas gallegas.

Para afirmar su tesis, Vidart se remonta más allá de Caro Baroja, alestudio de Fermín Bouza Brey sobre «Máscaras gallegas de origen pre-histórico», Guimaraes, 1933 pág.72. Allí se refieren unas máscaras demala apariencia existentes en algunas aldeas de Galicia de las que enu-

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mera pintorescos epítetos, entre ellos, «choqueiros», «lanceiros» y«charrúas». Son máscaras muy antiguas que los especialistas remontanpor lo menos al neolítico.

La voz charrúa sería, entonces, de origen gallego y no indoamericano.Una vez más, el nombre impuesto desde afuera por «los otros». Proba-blemente los así dichos charrúas, tuvieran alguna voz propia paraautodenominarse, quizás con significado no demasiado diferente al delos hombres auténticos o verdaderos, de los esquimales…

El diccionario Gallego Castellano de Leandro Carré Alvarellos (Edi-ción Roel, La Coruña, 1951) contiene la voz «charrúa» a la que definecomo «Mascarón. Véase choqueiro».

Las citas son del artículo «Galego de orixe o nome Charrúas» deDaniel Vidart, en Revista «Guieiro». Órgano del Patronato da CulturaGalega, año 43 número 1, Julio 2007, pág.30.

Recogemos de este recorrido que la denominación de alguien comomonstruo proviene de que otro lo nombre e instituya como tal. Laautodenominación como monstruo no existe, salvo como patología ma-soquista o autodesvalorizadora.

En suma, el monstruo es el otro a quien no le reconocemos condiciónde prójimo, de semejante, de condición humana. El monstruo no es unalter ego sino un alien. Por consiguiente, con el monstruo no se nego-cia, no se transa, no se dialoga, se huye de él o se pretende ahuyentarlo.El mejor monstruo es el monstruo muerto.

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4. LO «UNHEIMLICH»

La intersubjetividad especular observada en la designación de lo mons-truoso, nos alerta a profundizar en el concepto más allá de lo antinatural-espantoso-enorme-feo-y-malo. Ello nos lleva a considerar la relacióninterpersonal en el curso de la cual es instituida la condición de mons-truo. No porqué alguien sea monstruo, sino porqué alguien designa comomonstruo a otro. Aquí nos vamos a guiar por un estudio de SigmundFreud de 1919 titulado «Lo siniestro».

Freud comenzaba por observar la insuficiencia de entender lo si-niestro como lo objetivamente espantable, angustiante, espeluznan-te. Para ello realiza un (psico)análisis de la vivencia subjetiva de losiniestro. Espero que su análisis nos ayude a comprender el procesoinstituyente de la condición de monstruosidad de algo. Esto es, cómoy porqué nos vemos movidos a calificar a algo como monstruoso osiniestro.

La palabra alemana de la que parte Freud en su estudio, es unheimlich.El prefijo negativo un califica a la raiz heimlich. Heimlich es lo íntimo,familiar, hogareño, doméstico y dócil. Lo contrario, es lo extraño, desco-nocido o raro, aquello que innova en nuestro mundo cotidiano. La muta-ción brusca e inexplicable que afecta las cosas conocidas y familiares,tornándolas espantosas y siniestras; algo novedoso que nos deja descon-certados, perdidos.

Pero lo heimlich contiene dos grupos de representaciones de sentidoque, sin ser antagónicas, difieren claramente entre sí. Significa no sola-mente lo familiar y confortable, sino también lo oculto y disimulado.(Heimlich es lo conocido y familiar. Heimisch es lo íntimo y secreto.Unheimlich es el antónimo de ambos).

Entonces lo un-heimlich no solamente viene a referir a la pérdida dela tranquilidad y el bienestar de lo familiar y cotidiano, sino a la perturba-ción de la manifestación de algo que debía haber permanecido oculto,

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secreto. Porque lo familiar y hogareño debe permanecer oculto a losojos extraños, algo reprimido y guardado, controlado.

De este modo, lo siniestro (unheimlich) no es simplemente lo nuevo,sino algo que habiendo sido antes familiar se tornó extraño mediante unproceso de represión. Lo familiar reprimido, cuando se manifiestadesestabiliza. Lo siniestro es algo que, debiendo haber quedado oculto,se ha manifestado. Siniestro nos parece lo domesticado y acostumbradoque, habiendo sido reprimido y confinado al secreto íntimo, regresa ma-nifestándose públicamente. Es la pérdida de control sobre lo domestica-do, el fracaso de la represión.

Lo siniestro procede, para Freud, de lo antes familiar que ha sidoreprimido. Tal es lo siniestro que se vivencia. Concluye Freud, «Nuestraformulación final sería entonces la siguiente: lo siniestro en las vivenciasse da cuando complejos infantiles reprimidos son reanimados por unaimpresión exterior, o cuando convicciones primitivas superadas parecenhallar una nueva confirmación».

Lo siniestro del monstruo no es tanto su condición monstruoso, sino elhecho de la vuelta del monstruo. El alien atávico de quien no nos pode-mos desprender. El que siempre vuelve, el duro de matar.

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5. EL AMOR A LA JUSTICIA Y LAS BUENASFORMAS DE CONVIVENCIA

Lo monstruoso es la incapacidad de reconocer al prójimo, el rechazode la proximidad. La reacción negativa, belicosa, destructiva. La pulsiónde eliminar, destruir y abolir al prójimo, para quedar en soledad con nues-tros semejantes.

Es una reacción brutal, primitiva, proveniente de la reserva salvaje,negadora de la sociedad civilizada con los prójimos diferentes. Negativaa compatibilizar, compartir, a actuar con justicia. Negativa del Estado deJusticia.

Lo siniestro es el pavor ante el regreso del prójimo monstruojizado yreprimido. La sensación de vacuidad que resulta de la incapacidad deamar y de vivir en justicia; el pavor por el regreso del monstruo quenosotros mismos creamos.

La inseguridad jurídica resultante tan sólo puede ser superada por uncambio de actitud subjetiva que convoque a un modo de vivir alternativoal de la confrontación y la lucha; un pensamiento alternativo tradicional ynada novedoso: una actitud que dote de sentido a la vida por el amor a lajusticia y a las buenas formas de convivencia.

(Dicho en las palabras galegas de Castelao:«A nosa tradición revélaseno idioma,no espírito,na cultura, na arte,no xeito de vivir e de pensarno sentido transcendente da vida e da morte.no afán de universalidade e de particularidade,no amor a justicia e ás boas formas de convivencia,na identificación amorosa coa terra,

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na esperanza dun mundo mellor,na predisposición á poesía…»).

El amor a la justicia y a las buenas formas de convivencia es laactitud primordial para habilitar la juridización de la cuestión social. Elreconocimiento del prójimo (alter ego con intereses legítimos y distintosde los nuestros, aún contrapuestos) que resulta de ese cambio de actitudes indispensable para habilitar la negociación de los conflictos laboralescolectivos. Ello supone el reconocimiento del deber de negociar y la obli-gación de transigir. La ilegitimidad, por consiguiente, de la negativa in-fundada o irrazonable a efectivizar concesiones recíprocas (art. 2147Código Civil).

Cuando se haya asumido esto, podremos decir que así como se pasódel Estado Absoluto del «ancient regime» al Estado de Derecho de lamodernidad, democrático y social, así se terminará de pasar de la cues-tión social como lucha de clases, al Derecho Laboral Colectivo.

La enseñanza de la experiencia es que no se puede matar al mons-truo. No sirven las recetas de la estaca de madera ni de la bala de plata.El monstruo siempre regresa, y eso es parte de la condición de la mons-truosidad. Nombrar al monstruo es multiplicar la monstruosidad; al me-nos la duplicamos, porque nos convertimos a nuestra vez en monstruospara el monstruo (monstruo=ourtsnom). Solamente hay una manera deacabar con el monstruo y es reconociéndole condición humana, de próji-mo, aunque sea de prójimo adversario, como decimos los juristas, desujeto de derecho.

CONSIDERACIONES DIACRÓNICASEl enfoque diacrónico alude a una dirección temporal, históri-ca (del prefijo «diá», a través, como en diámetro, diálisis odiagonal; y la raíz «cronos», tiempo). Comprender un fenóme-no en su contexto histórico, implica pasar de la observaciónrepentina a la consideración en el mediano y largo plazo. Enun Derecho en rápida y contradictoria evolución como el La-boral, esta mirada resulta indispensable para comprender.

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1. EL BIG BANG DELDERECHO LABORAL URUGUAYO

El Derecho laboral uruguayo se genera como una crisis profunda yviolenta que golpea al Derecho civil tradicional, dígase al Código Civil,seguidor del Código napoleónico, el «pequeño libro rojo de la burguesía»,al decir de Jean Arnaud.

El big bang fue la gran huelga por las ocho horas de mayo de 1911,que produce el cambio legislativo de la Ley 5.350 del 17.11.1915. Aquíasistimos al desgajamiento del sistema socio jurídico laboral, y la instau-ración de un nuevo paradigma jurídico.

Está vinculado al movimiento anarcosindicalista y a las fuerzas políti-cas progresistas (socialdemócratas), a saber el battlismo desprendidocríticamente del partido conservador (colorado), con base krausista ibe-roamericana, sectores progresistas del partido liberal (blanco), el reciennacido partido socialista de Frugoni y quizás algunos sectores progresis-tas cristianos.

Entre la última guerra civil de 1904 y la crisis mundial de 1929 queprovoca la crisis institucional de 1933 (toma del poder por los sectoresconservadores de los partidos, terrismo, herrerismo, catolicismo tradicio-nal), se había establecido un Uruguay social democrático.

El Derecho Laboral uruguayo es por entonces un sistema ciertamen-te disperso, donde se habla apenas de Legislación del Trabajo y de Jubi-laciones Generales, no hay un cuerpo legislativo orgánico, ni doctrinani jurisprudencia laboral autónomas. Los actores se comunican di-rectamente con el metasistema general, aparecen las primeras es-tructuras especializadas.

Es la autogénesis de un sistema disperso. Nace de las heridas causa-das por los impactos mutacionales en el sistema jurídico civil tradicional.

Los resultados normativos a nivel legislativo son:

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a) Dos leyes previas:Ley 12.03.1907, creación de la Oficina del TrabajoLey 3.299 de 25.06.1908, sobre inembargabilidad e incedibilidadde los salarios.

b) Limitación de jornada, descanso semanal y jubilaciones generales:A partir de la gran huelga por 8 horas de mayo de 1911.L. 5.350 de 17.11.1915, limitación de jornada.L. 7.305 de 19.11.1920 y 7.318 de 10.12.1920, descanso semanal.L. Jubilaciones generales.Se inicia la legislación de género con la Ley de la silla, 6.102 del12.07.1918.

Las relaciones colectivas, con una violenta lucha de clases.Esta etapa se clausura con el cambio regresivo de 1933-1943, del que

es claro ejemplo el DLey 9.088 del 06.09.1933 que burocratiza y neutra-liza al Instituto Nacional del Trabajo.

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2. EL SEGUNDO IMPULSO HISTÓRICO

Finalizada la primer dictadura del siglo veinte, los sectoresabstencionistas de los partidos tradicionales y la izquierda marxista (tes-timonial en el parlamento, pero mayoría en el movimiento sindical), pro-ducen un nuevo empuje socialdemocrático.

Nace con la primera elección regular (Dr. Amézaga, 1943) y se ex-tiende en decadencia hasta iniciada la década de los sesenta.

Todavía no hay judicatura autónoma, pero empieza a haber jurispru-dencia laboral hecha en Juzgados civiles.

Se funda la Doctrina laboral. De Ferrari (batllista) y Plá Rodríguez(democ.cristiano).

El movimiento sindical llega a la unidad en la C.N.T. con conduc-ción marxista. Sigue siendo clasista, pero se pasa de la anterior re-presión a la expresión dentro del marco democrático, con gobier-nos que oscilan entre la neutralidad y el compromiso con las pa-tronales. Aparecen los Consejos de Salarios, los Convenios Co-lectivos y rudimentos de conciliación y arbitraje en conflictos detrabajo colectivos.

Algunos productos legislativos representativos de esta etapa:Ley de salario (consejos de salarios, sal.mínimo) de 1943: 10.449del 12.11.1943.Leyes s/despidos de 1944 (10.489 16/06, 10.542 20/10 y 10.57015/12). El 30.12.1958 L. 12.597.Ley de accidentes de trabajo 10.004.Estatuto del trabajador rural, L.10.809 del 16.10.1946Ley de trabajo insalubre y enf.profesionales 11.577 del14.10.1950.Ley de licencias, 12.590 de 23.12.1958Ley de aguinaldo, 12.240 22.12.1960.

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El Dec. 29,10,1957 reglamenta los inspectores de trabajo.Ley 12.803 30.11.1960 crea la judicatura de trabajo para conflic-tos individuales de trabajo.

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3. EL SEGUNDO FRENO

Nueva regresión sistémica. El segundo freno, 1966. Después de unaparalización de la legislación de trabajo, comienzan normas regresivas yse vuelve a la represión con niveles de violencia oficial desconocidas.(Destrucción de la CNT, confiscaciones, destituciones, desapariciones,eliminación del D.L.colectivo y de la expresión de los conflictos colecti-vos de trabajo. El bizarro Esmaco Laboral el DL 14.188 y una jurispru-dencia regresiva (por ejemplo, destitución del Nicoliello, primer juez detrabajo del país).

Relevamos cambios legislativos del período regresivo:Dec. 19.10.1966 sobre (des)ocupaciones.Ley sobre trabajadores Rural con la solución represiva del lanza-miento policial de peones. DL 14.785 09.05.1978 y DL 14.384Congelación de salarios, Ley Coprín 13.720 del 16.12.1968.Eliminación de los seguros de salud tripartitos por un servicio bu-rocrático centralizado: DL (ASSE–DISSE) 14.407.Seguro de Paro también centralizado (DISEDE DL 15.18020.08.1981).Este período se prolonga con contradicciones durante los cuatrogobiernos neoliberales siguientes de transición:L. 15.996 17.11.1988 sobre horas extras, pero no comprende a losfuncionarios públicos.Ley 16.074 17.01.1990 sobre accidentes de trabajo.Ley de salario vacacional, como resto de un proyecto frustrado deturismo social, 16.101 10.11.1989 (Ley Vaillant).Efímera actividad de los Consejos de Salarios, durante el primergobierno de Sanguinetti.Ley de concursos laboral 16.462 11.01.1994 (Ley Sartou), normaaislada, que conjuga el principio de solidaridad obrera.Ley de caducidad de créditos laborales 16.906 de 07.01.1998.

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4. TERCER IMPULSODE CAMBIO SISTÉMICO

Con el gobierno progresista establecido el 01.03.2005 se restablecela creatividad legislativa en el ámbito laboral.

Decreto sobre ocupaciones, reconociéndolas como ejercicio delderecho de huelga.Consejos de salarios.Ley de fuero sindical.Ley de prescripción de créditos laborales.La Ley 18.099 sobre tercerizaciones objeto del presente estudio yque no podría entenderse sin observarla en el contexto históricoexpuesto.Ley18.065 s/serv doméstico y extensión del estatuto tuitivo tam-bién a los trabajadores rurales.

Los cambios legislativos tampoco pueden entenderse aislados, sinoque se integran en un plexo sociojuridico mayor,

El desarrollo del movimiento sindical PIT.CNT.Los C.I.T. de la O.I.T.La proliferación de la doctrina laboral. Congresos. Publicacionesde cursos y monografías. La Revista de Derecho Laboral cubrelas dos épocas.Jurisprudencia laboral, con quince juzgados de primera instanciaen Montevideo, con extensión de la judicatura laboral al interiordel país y el trabajo jurisprudencial trascendente de tres Tribula-ciones de Apelaciones del Trabajo. (Anuarios de F.C.U. y conso-lidación de jurisprudencia laboral específica en materias como,por ejemplo, despidos abusivos, conjunto económico, patronal com-pleja y personería laboral, carga de la prueba sobre el número dehoras extras, superprivilegio laboral, etc.)

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A su vez, el desarrollo del Derecho Laboral se imbrica intimamentecon el Derecho de la seguridad social. El nuevo B.P.S.. El Sistema Na-cional de Salud. El aumento de las asignaciones familiares. Plan de emer-gencia y Plan de equidad.

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5. UN PROCESO SINUOSOY CONTRADICTORIO

En suma, un proceso de cambio sinuoso y contradictorio, con violen-tas explosiones y reacciones que llegaron aún hasta el terrorismo deEstado.

Sin embargo, ni la luna está en el pozo ni el sol se apagó en el mar, ymás allá de percances y tribulaciones, se ha ido afirmando un sistemajurídico laboral, con principios autónomos (estudiados y relacionados porPla Rodríguez), con una normativa que consolida relaciones, pautas, sig-nificados culturales y procedimientos propios, judiciales y extrajudiciales,para conflictos individuales y para la conciliación o mediación de conflic-tos colectivos.

La frontera sistémica se ciñe a las relaciones laborales causadas porel hecho de la prestación del trabajo dependiente o subordinado. Sujetotrabajador dependiente (individual o sindicalizado) y sujeto empleador opatrón (cada vez más complejo, tercerizado, intermediado, formalizado)y con una gran transformación vertical: al lado de la patronal tradicional(la fábrica del patrón), aparecen las PYMES y las MULTINACIONA-LES en niveles y dimensiones diversas.

Por el lado del trabajador aparecen las COOPERATIVAS y losCUENTAPROPISTAS unipersonales o en pequeñas sociedades (porlo general, familiares) donde los límites de in-dependencia aparecendifusos y, muchas veces, ofreciendo brechas a la performatividaddel sistema.

El elemento distintivo para la jurisprudencia sigue siendo la subordi-nación en el trabajo como hecho, prestado por cuenta ajena. Pero apare-cen subsectores especializados: la cuestión de género y la trabajadoramujer; el trabajo de los menores, los trabajadores del mar; el trabajodoméstico, los viajantes y vendedores de plaza, trabajadores rurales, losdeportistas y artistas profesionales, etc..

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La línea de fuego actual está localizada, para el D.L.colectivo, en laconsolidación de procedimientos jurídicos de negociación y de decisiónde los conflictos colectivos; para el D.L.individual, en la agilitación de losprocesos judiciales laborales dentro de términos existencialmente acep-tables. Este último, debería pasar por un proceso laboral autónomoen instancia única y juzgados pluripersonales (quizás con interven-ción de no togados), reservando las salas actualmente de alzada parala casación, y previendo la adopción de fallos plenarios para unificarla jurisprudencia.

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LOS TEXTOS LEGISLATIVOS

LEY Nº 18.099, 24.01.2007Art. 1. Todo patrono o empresario que utilice subcontratistas, inter-

mediarios o suministradores de mano de obra, será responsable solidariode las obligaciones laborales de éstos hacia los trabajadores contratados,así como del pago de las contribuciones a la seguridad social a la entidadprevisional que corresponda, de la prima de accidente de trabajo y enfer-medad profesional y de las sanciones y recuperos que se adeuden alBanco de Seguros del Estado en relación a esos trabajadores.

El Poder Ejecutivo, el Poder Legislativo, los organismos comprendi-dos en los artículos 220 y 221 de la Constitución de la República, lasIntendencias Municipales, las Juntas Departamentales y las personaspúblicas no estatales, cuando utilicen personal mediante algunas de lasmodalidades previstas en el inciso anterior, quedan incluidos en el régi-men de responsabilidad solidaria regulado por esta ley.

La responsabilidad solidaria queda limitada a las obligacionesdevengadas durante el período de subcontratación, intermediación o su-ministro de mano de obra.

Art. 2. Los deudores solidarios de obligaciones laborales pueden esta-blecer por contrato la forma en que las obligaciones asumidas se dividenentre ellos, así como exigirse las garantías que estimen convenientes.

Dichos pactos o contratos no son oponibles a los acreedores, quienespodrán demandar indistintamente a cualquiera de los codeudores solida-rios por el total de las obligaciones referidas en el artículo 1º de esta ley.

Art. 3. En ningún caso podrán emplearse las modalidades de contra-tación referidas en el artículo 1º de esta ley para reemplazar trabajado-res que se encuentren amparados al subsidio por desempleo por la causalde suspensión parcial o total de trabajo o en conflicto colectivo, sin perjuiciode las disposiciones especiales que rigen los servicios esenciales.

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Art. 4. Todo trabajador contratado mediante alguna de las modalida-des previstas por esta norma será informado previamente por escritosobre sus condiciones de empleo, su salario y, en su caso, la empresa oinstitución para la cual prestará servicios.

Art. 5. Los trabajadores provistos por empresas suministradoras deempleo temporal no podrán recibir beneficios laborales inferiores a losestablecidos por laudos de los consejos de salarios, convenios colectivoso decretos del Poder Ejecutivo para la categoría que desempeñen y quecorresponda al giro de actividad de la empresa donde los mismos prestansus servicios.

Art. 6. La presente ley es de aplicación inmediata y de orden público.

Art. 7. Las contribuciones especiales de seguridad social relativas ala industria de la construcción continuarán rigiéndose por la normativaespecífica de la actividad.

LEY Nº 18.251, 06.01.2008Art. 1. A los efectos de la Ley nº 18.099, de 24 de enero de 2007:

A) (Subcontratista). Existe subcontratación cuando un empleador, enrazón de un acuerdo contractual, se encarga de ejecutar obraso servicios, por su cuenta y riesgo y con trabajadores bajo sudependencia, para una tercera persona física o jurídica, deno-minada patrono o empresa principal, cuando dichas obras oservicios se encuentren integrados en la organización de éstoso cuando formen parte de la actividad normal o propia del es-tablecimiento, principal o accesoria (mantenimiento, limpieza,seguridad o vigilancia), ya sea que se cumplan dentro o fueradel mismo.

B) (Intermediario). Intermediario es el empresario que contrata o in-terviene en la contratación de trabajadores para que presten ser-vicios a un tercero. No entrega directamente los servicios u obrasal público, sino a otro patrono o empresario principal.

C) (Empresa suministradora de mano de obra). Agencia de empleoprivada o empresa suministradora de mano de obra es la que pres-ta servicios consistentes en emplear trabajadores con el fin de

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ponerlos a disposición de una tercera persona física o jurídica (em-presa usuaria), que determine sus tareas y supervise su ejecución.

Art. 2. (Exclusiones). En los casos previstos en los literales A) y B)del artículo 1º de la presente ley, no están comprendidas las obras o losservicios que se ejecutan o prestan de manera ocasional. El concepto deobra o servicio ocasional no incluye el trabajo zafral o de temporada elque será regido por las normas generales.

Art. 3. (Servicios de distribución). El proceso de distribución de pro-ductos se rige por los artículos 1º a 7º inclsui8ve del Decreto-Ley nº14.625, de 4 de enero de 1977.

Art. 4. (Información sobre el cumplimiento de las obligaciones laboralesy de seguridad social). Todo patrono o empresario que utilice subcontratistas,intermediarios o suministradores de mano de obra tiene derecho a ser infor-mado por éstos sobre el monto y el estado de cumplimiento de las obligacio-nes laborales, previsionales, así como las correspondientes a la protecciónde la contingencia de accidentes de trabajo y enfermedades profesionalesque a éstos correspondan respecto de sus trabajadores.

A esos efectos, queda facultado a exigir a la empresa contratada laexhibición de los siguientes documentos:

A) Declaración nominada de historia laboral (artículo 87 de la Ley nº16.713, de 3 de setiembre de 1995) y recibo de pago de cotizacio-nes al organismo previsional.

B) Certificado que acredite situación regular de pago de las contribu-ciones a la seguridad social a la entidad previsional que correspon-da (artículo 663 de la Ley nº 16.170, de 28 de diciembre de 1990).

C) Constancia del Banco de Seguros del Estado que acredite la exis-tencia del seguro de accidentes del trabajo y enfermedades profe-sionales.

D) Planilla de control de trabajo, recibos de haberes salariales y, en sucaso, convenio colectivo aplicable.

Asimismo, podrá requerir los datos personales de los trabajadorescomprendidos en la prestación del servicio a efectos de realizar los con-troles que estime pertinentes.

Art. 5. (Retención de los pagos). Cuando el subcontratista, el inter-mediario o la empresa suministradora no acredite oportunamente el cum-plimiento de las obligaciones laborales y previsionales y del seguro de

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accidentes del trabajo y enfermedades profesionales en la forma señala-da, el patrono o empresario principal podrá retener de las obligacionesque tenga a favor de aquél o aquéllos, el monto correspondiente. El mis-mo derecho tendrá el contratista respecto de sus subcontratistas.

Quien ejerza dicha facultad estará obligado a pagar con ella altrabajador, a la entidad previsional acreedora y al Banco de Segurosdel Estado.

En todo caso, el patrono o empresario podrá pagar por subroga-ción al trabajador, a la entidad previsional acreedora o al Banco deSeguros del Estado.

Art. 6. (Responsabilidad del patrono o empresa principal). Cuando elpatrono o la empresa principal hiciere efectivo el derecho a ser informa-do establecido en el artículo 4º de la presente ley, responderásubsidiariamente de las obligaciones referidas en el artículo 1º de la Leynº 18.099, de 24 de enero de 2007, con la limitación temporal allí estable-cida y el alcance definido en el artículo 7º de la presente ley.

Cuando no ejerza dicha facultad será solidariamente responsable delcumplimiento de estas obligaciones.

Art. 7. (Alcance de la responsabilidad de la empresa principal). Lasobligaciones laborales a que refiere el inciso primero del artículo 1º de laLey nº 18.0999, de 24 de enero de 2007, comprenden aquellas derivadasde la relación de trabajo que surgen de las normas internacionales ratifi-cadas, leyes, decretos, laudos o decisiones de los Consejos de Salarios, ode los convenios colectivos registrados o de la información que surja dela documentación a la que refiere el literal D) del artículo 4º de la presen-te ley, así como el deber del patrono o empresario principal de colaboraren la aplicación de las medidas previstas en el artículo 1º de la Ley nº5.032, de 21 de julio de 1914, sus decretos reglamentarios y conveniosinternacionales de trabajo vigentes.

Las obligaciones previsionales respecto del trabajador contratadocomprenden las contribuciones especiales de seguridad social (patrona-les y personales), excluyendo las multas, los recargos, los impuestos yadicionales recaudados por los organismos de seguridad social. Tam-poco están comprendidas las sanciones administrativas por conceptode infracciones a las normas laborales, las que se regularán en fun-ción del grado de responsabilidad que a cada empresa correspondapor el incumplimiento.

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Art. 8. Sustitúyese el inciso tercero del artículo 1º de la Ley nº 18.099,de 24 de enero de 2007, por el siguiente:

«La responsabilidad queda limitada a las obligaciones devengadasdurante el período de subcontratación, intermediación o suministro demano de obra, por el personal comprendido en cualquiera de las modali-dades de contratación referidas. Cuando se trate de obligaciones que sedeterminen en función de períodos mayores al de la subcontratación,intermediación o suministro, la cuantía máxima por la que responderá elpatrono o el empresario principal o la empresa usuaria no podrá excederel equivalente de lo que se hubiera devengado si los operarios trbajasenen forma directa para el mismo».

Art. 9. (Información). A los efectos del deber de información esta-blecido en el artículo 4º de la Ley 18.099, de 24 de enero de 2007, elempleador deberá dejar constancia de que, en forma previa al inicio de laactividad laboral, ha informado al trabajador de las condiciones de em-pleo, el salario y, en su caso, la institución, la empresa o titular de lamisma para la cual presta servicios. En oportunidad de abonar la remu-neración, el empleador entregará al trabajador un detalle escrito de lainformación referida.

Art. 10. (Emplazamiento en juicio). En los procesos en los que seinvoquen las responsabilidades emergentes de los artículos 6º y 7º dela presente ley, deberán ser emplazadas conjuntamente todas laspersonas contra las cuales se pretenda exigir el cumplimiento de ta-les obligaciones.