teresa cabrera - agamben

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63 ARGUMENTOS ˆ UAM-X ˆ MÉXICO GIORGIO AGAMBEN GIORGIO AGAMBEN GIORGIO AGAMBEN GIORGIO AGAMBEN GIORGIO AGAMBEN o la erudición crítica del genealogista Teresa Farfán Cabrera Javier Meza El presente artículo pretende mostrar ciertos aspectos presentes en la obra de uno de los pensadores contemporáneos más originales. Su trabajo influenciado por Michel Foucault, Heiddeger, Nietzsche y otros, y apoyado por un profundo conocimiento de la cultura clásica nos pone de relieve la importancia de estudiar las expresiones que existen entre el origen y el presente. Es decir, el estudio del deslizamiento y adecuación de los dispositivos del poder. Sin duda se intenta mostrar algunas relevancias fundamentales de un pensador básico para nuestros tiempos. Palabras clave: Giorgio Agamben, poder. GIORGIO AGAMBEN OR THE CRITICAL ERUDITION OF THE GENEALOGIST The present article seeks to show certain present aspects in the work of one of the most original contemporary thinkers. Their work influenced by Michel Foucault, Haiddeger, Nietzsche and others, and supported by a deep knowledge of the classic culture it puts us of relief the importance of studying the expressions that exist between the origin and the present. That is to say, the study of the slip and adaptation of the devices of the power. Without a doubt it is tried to show, before we point out some fundamental relevances of a basic thinker for our times.

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El presente artículo pretende mostrar ciertos aspectos presentes en la obra de uno de los pensadores contemporáneos más originales. Su trabajo influenciado por Michel Foucault, Heiddeger, Nietzsche y otros, y apoyado por un profundo conocimiento de la cultura clásica nos pone de relieve la importancia de estudiar las expresiones que existen entre el origen y el presente. Es decir, el estudio del deslizamiento y adecuación de los dispositivos del poder. Sin duda se intenta mostrar algunas relevancias fundamentales de un pensador básico para nuestros tiempos.

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  • P R E S E N T A C I NP R E S E N T A C I NP R E S E N T A C I NP R E S E N T A C I NP R E S E N T A C I N

    63ARGUMENTOS UAM-X MXICO

    GIORGIO AGAMBENGIORGIO AGAMBENGIORGIO AGAMBENGIORGIO AGAMBENGIORGIO AGAMBENo la erudicin crtica del genealogista

    Teresa Farfn CabreraJavier Meza

    EEEEEl presente artculo pretende mostrar ciertos aspectos presentes en la obra de uno de lospensadores contemporneos ms originales. Su trabajo influenciado por Michel Foucault,Heiddeger, Nietzsche y otros, y apoyado por un profundo conocimiento de la cultura clsica nospone de relieve la importancia de estudiar las expresiones que existen entre el origen y el presente.Es decir, el estudio del deslizamiento y adecuacin de los dispositivos del poder. Sin duda seintenta mostrar algunas relevancias fundamentales de un pensador bsico para nuestros tiempos.

    Palabras clave: Giorgio Agamben, poder.

    GIORGIO AGAMBEN OR THE CRITICAL ERUDITION OF THE GENEALOGIST

    The present article seeks to show certain present aspects in the work of one of the mostoriginal contemporary thinkers. Their work influenced by Michel Foucault, Haiddeger,Nietzsche and others, and supported by a deep knowledge of the classic culture it puts usof relief the importance of studying the expressions that exist between the origin and thepresent. That is to say, the study of the slip and adaptation of the devices of the power.Without a doubt it is tried to show, before we point out some fundamental relevances of abasic thinker for our times.

  • T. FARFN T. FARFN T. FARFN T. FARFN T. FARFN yyyyy J. MEZA J. MEZA J. MEZA J. MEZA J. MEZA GIORGIO AGAMBEN O LA ERUDICIN CRTICA DEL GENEALOGISTA

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    La tradicin de los oprimidos nos ensea que el Estado de excepcinen que vivimos es la regla. Debemos llegar a un concepto de historiaque comprenda a este hecho. Tendremos entonces ante nosotros, comonuestra tarea, la produccin del Estado de excepcin efectivo (wirklich);con lo cual mejorar nuestra posicin en la lucha contra el fascismo.

    WALTER BENJAMINTesis de filosofa de la historia

    La realidad es que, como los juristas saben perfectamente, el derecho notiende en ltima instancia al establecimiento de la justicia. Tampoco alde la verdad. Tiende exclusivamente a la celebracin del juicio, conindependencia de la verdad o de la justicia. Es algo que queda probadoms all de toda duda por la fuerza de cosa juzgada que se aplicatambin a una sentencia injusta.

    GIORGIO AGAMBENLo que queda de Auschwitz...

    Las democracias actuales son objeto de exaltaciones ilimitadas. Sus aplogos (normal-mente los amos del poder o los aspirantes a obtenerlo) producen discursos desbordadosen contubernio con la mediocracia, donde el delirio, la mentira y el cinismo son lasnotas sobresalientes de su dislocado lenguaje. Los polticos-industriales y la mediocracia,a nivel casi mundial, dicen, gritan, parlotean histricamente acerca del cambio, libertad,progreso, Estado de derecho, democracia, derechos del hombre, y amigos y enemigosrepiten las palabras huecas y slo se escuchan a s mismos como ecos.

    Sufrimos Estados sin razn, sin sentido, ciegos y sordos que caminan hacia su finarrastrando con ellos a sus sbditos. Son fbricas de miseria sin fin dominados por unamescolanza de categoras-tico-religiosas y conceptos jurdicos: al palabrero moral seresponde con categoras jurdicas desnudas de contenido tico, y a la formulacin deleyes se contesta con conceptos ticos. La prdida de sentido se expresa en una realidaddonde cada uno denuncia la complicidad de todos pero cuando todos somos culpablesel juicio es tcnicamente imposible.

    Para el filsofo italiano Giorgio Agamben (Roma, 1942), siguiendo a Aristteles,tanto la civilidad como la comunidad, los seres las fundaron sobre todo para vivirbien (no solamente vivir-zn sino vivir bien-eu zn) y con felicidad y, por eso, la vidapoltica constituye una potencia (pensamiento y accin) sometida al riesgo de triunfaro fracasar, lo cual ni ms ni menos significa que en ello nos jugamos constantementela vida o la muerte. Fue en este sentido que, muchos siglos despus, Marsilio de

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    LGICAS DEL PODER. MIRADAS CRTICAS

    Padua tambin afirmara que Civitatem... Communitatem esse instituiam propter vivereet bene vivere hominum in ea.1

    Si la vida poltica constituye una potencia, para realizarse bien requiere de un lenguajey una colectividad convertida en actores colectivos que descifren que no puede serdemcrata la vida que inculca sobre todo el robo, el crimen y la corrupcin. Sin embargo,para Agamben vivimos con una polticaeclipsada que, ella misma desde suinterior, se ha encargado de vaciar de todocontenido sus categoras y conceptosutilizando la hipertrofia y la expropiacindel lenguaje gracias a una mediocraciaacostumbrada a trivializar todo lotrascendente para la comunidad y darlesuma importancia a lo banal.2 En efecto, los tartufos de la comunicacin que nadaimportante comunica, tienen como misin especial consolidar una Sociedad delEspectculo cautivada por el fetichismo de la mercanca gracias al secuestro del lenguajey, que, por consiguiente es necesario volver a descifrar. Sin embargo, cualquier sujeto nopuede alcanzarse, descubrirse, descifrarse directamente como algo que est en algunaparte. Ms bien el desciframiento proviene de enfrentar los dispositivos en que estamoscolocados. Es decir, tambin la escritura [...] es un dispositivo, y la historia de los hombresno es quiz otras cosa que el incesante cuerpo a cuerpo con los dispositivos que ellosmismos han producido: antes que ninguno, el lenguaje.3

    El dispositivo del lenguaje mediatizado, por ejemplo, nos obliga a subjetivar y aplantearnos comnmente que supuestamente hemos profanado el amor, la solidaridad,la amistad, las convicciones, etctera. No obstante, debemos preguntarnos antes quenada, cmo es que hemos profanado lo que nunca hemos tenido? Ms bien, debemosprofanar lo que siempre hemos tenido: el desamor, el odio, la falta de amistad y deconvicciones. Nuestra pasin por el odio, la intriga, el desprecio por el otro, por laemocin que nos produce, indica algo perversamente sagrado. Nuestra consagracin

    1 Marsilio de Padua, Defensor, Pacis, V, II. , citado por Giorgio Agamben en Medios sin fin. Notassobre la poltica, Pre-textos, Valencia, Espaa, 2001, p. 14.

    2 La sacralidad de la televisin, por ejemplo, ya desde hace aos se pone de relieve. El juiciorealizado contra el criminal nazi Adolf Eichmann en 1961, lo transmiti un programa norteamericanopatrocinado por la Glickman Corporatiom, el cual fue constantemente interrumpido por anuncioscomerciales de ventas de casas y terrenos. Vase de Hannah Arendt, Eichmann en Jerusaln. Unestudio sobre la banalidad del mal, Lumen, Barcelona, 1999, p. 15. Por lo visto: Todo es un espectculo!

    3 Giorgio Agamben, Profanaciones, Adriana Hidalgo Editora, Buenos Aires, 2005, pp. 93-94.

    La prdida de sentido se expresa en una realidad

    donde cada uno denuncia la complicidad de todos

    pero cuando todos somos culpables el juicio es

    tcnicamente imposible.

  • T. FARFN T. FARFN T. FARFN T. FARFN T. FARFN yyyyy J. MEZA J. MEZA J. MEZA J. MEZA J. MEZA GIORGIO AGAMBEN O LA ERUDICIN CRTICA DEL GENEALOGISTA

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    de tales perversiones nos impide profanarlas, como por ejemplo, mediante el olvido.Adems, con el totalitarismo del sistema de la religin espectacular, el medio puro,suspendido y exhibido en la esfera meditica, expone el propio vaco, dice solamente supropia nada, como si ningn nuevo uso fuera posible, como si ninguna otra experiencia dela palabra fuera ya posible.4 Tambin el soberano, rbitro de lo sagrado y lo profano,acostumbra sobre todo actuar en los llamados medios puros, es decir, en las mani-festaciones que se le separan, se le autonomizan y, por consiguiente, pueden actuardesligados de un fin particular. Es por eso que el capitalismo busca capturar el lenguajepara neutralizar su posible potencial profanatorio. Insistiendo, el dispositivo mediticopretende sobre todo neutralizar este poder profanatorio del lenguaje como mediopuro, de impedir que abra la posibilidad de un nuevo uso, de una nueva experienciade la palabra. Por eso no es gratuito que el capitalismo aborrezca la palabra de lapoesa que, como medio puro, puede crear y nombrar libremente. Desde Platn hastanuestros das, el soberano odia la poiesis que Robert Graves traduce como la capacidadde producir algo maravilloso.

    Entonces se trata de profanar lo sagrado? En efecto, en alguna ocasin el romnticoFranois de Chateaubriand inteligentemente se preguntaba Qu extrao misterioencierra el sacrificio humano! Por qu el mayor crimen y la mayor gloria radica enderramar la sangre del hombre?.5 La pregunta para nuestra modernidad todavaencierra un profundo sentido, slo que nos surge la duda respecto de que si, paranosotros, el asesinato individual o masivo de los hombres realmente puede constituirtambin algo sagrado o es ya slo un simple juego perverso espectacular sagrado.Agamben nos dice que tanto lo sagrado como lo profano en nosotros est petrificado.Con paciencia genealogista, el filsofo se remonta a la antigua sacralidad romanapara descifrar su deslizamiento y las transformaciones que fue sufriendo. Normalmentela religin y lo sagrado pertenecen a los dioses; sacrare (consagrar) indica extraer algode la esfera humana y su derecho y, al contrario, profanar, es restituir algo al libreuso de la comunidad y volverlo puro, liberndolo de los trminos sagrado, santo,religioso. En otras palabras, puro como cosa restituida al uso comn de los hombresluego de haberlo profanado.6

    A menudo el trmino religio se considera proveniente de religare, es decir, lo que ligao une lo humano a lo divino. Para Agamben dicho trmino ms bien proviene de

    4 Ibid., pp. 93 y ss.5 Franois de Chateaubriand, Memorias de ultratumba, Acantilado, Barcelona, 2004, Libro II,

    cap. Segundo, p. 71.6 El sacrificio constituye el dispositivo que separa lo sagrado de lo humano porque, por ejemplo,

    el sacrificio de un animal o de un hombre implica que una parte pertenezca a lo sagrado y otra a loshumanos.

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    relegere e indica velar, vigilar, cuidar todo lo que separa a los dioses de los hombres.Debido a esto la religin teme ms a la negligencia que a la incredulidad o a la indiferenciaporque la primera implica una distraccin que desdea toda separacin entre uno y otrocampo, y acostumbra utilizar indistintamente lo que cada uno contiene. Pero adems dela negligencia, lo sagrado temetambin al juego. Segn EmileBenveniste el juego, ciertamente,proviene del lugar de lo sagrado y supotencia reside en el mito que narrala historia y en el rito que la reproducey la escenifica. El juego, cuando esde accin, destruye el mito y con-serva el ritual y, en cambio, cuandoes un juego de palabras, anula el ritoy conserva el mito.7 Lo anterior nos demuestra que el juego impide la realizacin absolutade lo sagrado porque slo permite el mito en palabras o el rito en acciones, de lo cual sededuce que el juego libera y aparta a la humanidad de la esfera de lo sagrado, pero sinabolirla simplemente. Es por eso que el nio, cuando juega, desacraliza la guerra, laeconoma, el derecho, la sexualidad. El juego neutraliza las potencias y nos abre la puertaa una nueva felicidad. No obstante, Agamben nos advierte que los juegos actuales no sonprofanatorios porque su cometido es sacralizar nuevas liturgias, y realmente es la polticaquien tiene la obligacin de buscar devolverle al juego sus cualidades propias.

    Las nuevas liturgias secularizan pero no profanan, pues solamente se encargan detrasladar lo sagrado de un lugar a otro pero conservndolo. Los conceptos teolgicos,por ejemplo, que afirman que Dios es el poder soberano cuando son secularizados,convierten el poder terrenal en soberano conservando intacta la idea de su sacralidad.En cambio, profanar es neutralizar los dispositivos del poder y apoderarse de lo que lha usurpado. Sin embargo, es importante sealar que en la antigua Roma el verboprofanare es ambiguo ya que a la vez significa hacer profano y sacrificar porquepertenece al vocabulario de lo sagrado. As que, sobre todo, es en el adjetivo sacerdonde vemos perfectamente expresada su contradiccin: por un lado indica lo que esconsagrado a los dioses y, por otro, lo maldito, lo excluido de la comunidad. Y loanterior es posible porque no debemos olvidar que en el mundo antiguo lo sagradopuede convertirse en profano y ste en sagrado, pero en ambos, a la vez, encontramosen uno residuos de lo sagrado y en el otro residuos de profanidad. La ambigedad, nosindica Agamben, resalta sobre todo cuando descubrimos que el adjetivo sacer, solo,

    7 Citado por Agamben, op. cit. p. 99.

    El capitalismo busca capturar el lenguaje para neutralizar

    su posible potencial profanatorio... el dispositivo

    meditico pretende neutralizar este poder profanatorio

    del lenguaje... impedir que abra la posibilidad de una

    nueva experiencia de la palabra.

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    indica el sacrificio mediante el cual la vida se consagra a la divinidad, en cambio, eltrmino homo sacer, parece indicar o referirse a un individuo excluido de la comunidadal que se puede matar impunemente y no se puede consagrar a los dioses.

    La ambigedad del trmino lleva a Agamben a proponernos que el sacer debemosentenderlo como un ser sagrado que pertenece a los dioses y que, viviendo entre loshombres, lleva una vida aparentemente profana porque su muerte lo reintegra a losdioses. En cambio, con el homo sacer, ocurre que su vida tambin pertenece a los diosespero no puede ser sacrificado ni excluido y, en la medida que sobrevive, introduce unpoco de profanidad en lo sagrado. As, en el antiguo sacrificio romano, Agambenencuentra una especial y compleja situacin que, de manera indirecta da respuesta a lapregunta-enigma planteada por Chateubriand, y la resume de la siguiente manera:

    Sagrado y profano representan as, en la mquina del sacrificio, un sistema de dos polos, en los cuales unsignificante flotante transita de un mbito al otro sin dejar de referirse al mismo objeto. Pero es precisamentede este modo que la mquina puede asegurarse la reparticin del uso entre los humanos y los divinos, yrestituir eventualmente a los hombres aquello que haba sido consagrado a los dioses. De aqu lapromiscuidad entre las dos operaciones en el sacrificio romano, en el cual una parte de la propiavctima consagrada es profanada por contagio y consumida por los hombres, mientras que otra esasignada a los dioses.8

    Pero el significante flotante que transita de un mbito a otro y que permita quefuncionase la antigua mquina sacrificial romana, fue retomado por el cristianismode la siguiente manera. Para los Santos Padres result sencillo trasladar la movilidadcontenida en el sacrificio romano a la nocin de transustanciacin en el sacrificio dela misa y de encarnacin y homousa en el dogma trinitario. Es decir, el cristianismo,al involucrar a su dios como vctima del sacrificio, agreg a su mito y ritual lo que enel mundo romano slo perteneca a las cosas humanas. La consecuencia fue que lamquina sacrificial del cristianismo pareca colapsarse por la confusin entre lodivino y humano. Para resolver la ambigedad resolvi introducir dos naturalezasen su divinidad (nica persona y nica vctima). De esta forma el dogma de laencarnacin va a garantizarles que la divinidad y el hombre estn presentes (sinambigedad) en una sola persona: un hombre que es dios y un dios hecho hombre.De la misma forma, la transustanciacin les vino a asegurar que las especies del pany del vino se transformaban en el cuerpo y la sangre de Cristo. De alguna forma, sepuede agregar, que los dueos de la mquina sacrificial buscaron conservar en lassustancias consagradas la diferenciacin entre lo que pertenece a los dioses y lo que

    8 G. Agamben, op. cit., pp. 103-104 (las cursivas son nuestras).

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    pertenece a los hombres: la comunin de las dos especies (el pan y el vino) fueestablecida slo para los sacerdotes (consagrados),y para los hombres slo el pan. Nofue gratuito que, durante la Edad Media, emperadores y reyes reclamasen tambinpara s las dos especies como una forma de consagracin de su poder. Pero debemosadvertir que esta diferenciacin, entre las dos especies, no borr la indiferenciacinque el cristianismo provoc al convertir a su dios en vctima sacrificial y que, por lomismo llev a su mquina religiosa a estar siempre al borde del colapso.

    Para Walter Benjamin, el fenmeno religioso anterior lo hered el capitalismo algrado que en ste sobresale, culturalmente, un extremismo consistente en reducir lavida a una carencia de significado acerca de un dogma o de una idea. Es decir, reducea la vida a efectuar un culto permanente al trabajo destructivo que incluso las fiestas ylas vacaciones no lo interrumpen y, lo ms grave, su culto no pretende redimir niexpiar una culpa sino que se concentra en la culpa misma:9

    El capitalismo es quizs el nico caso de un culto no expiatorio, sino culpabilizante [...] Unamonstruosa conciencia culpable que no conoce redencin se transforma en culto, no para expiaren l su culpa, sino para volverla universal [...] y para capturar finalmente al propio Dios en laculpa [...] Dios no ha muerto sino que ha sido incorporado en el destino del hombre.10

    Mas al no buscar la redencin sino la culpa, el capitalismo empuja a la desesperaciny nunca a la esperanza, de tal forma que no es difcil concluir que, como religin nomira a la transformacin del mundo sino a su destruccin. En el capitalismo laindistincin entre lo profano y lo sagrado se convierte en una separacin que aniquilacada polo de la estructura religiosa. Si en el sacrificio antiguo exista, como hemosvisto, el paso de lo profano a lo sagrado y de ste a lo profano, ahora el intercambiocesa, y lo profano escindido se convierte en profanacin absoluta y lo sagrado sevaca de toda utilidad. El trabajo por el trabajo mismo anuncia la destruccin de los

    9 Es significativo que los alemanes a las puertas del campo, primero de concentracin y luego deexterminio, de Auschwitz tuvieran el siguiente letrero: Arbeit Macht Frei: El trabajo nos hace libres. Laexpresin no era una burla sino una conviccin. Despus de todo, el campo, significa de una u otraforma: trabajar hasta destruir. Primo Levi a esta actitud la califica atinadamente como la mstica delvaco. Nos dice, refirindose a un lugar destruido por los alemanes en su huda: En resumen, ms queun saqueo: el genio de la destruccin, de la contracreacin, aqu igual que en Auschwitz: la mstica delvaco, ms all de toda exigencia de guerra o del ansia de hacerse con un botn. Vase de Primo Levi,Triloga de Auschwitz, La tregua, El Aleph Editores, Barcelona, 2006, p. 373. Primo Levi y RobertAntelme (La especie humana, Arena Libros, Madrid, 2001) constituyen para Agamben dos de losautores que explican mejor el fenmeno de horror de los campos.

    10 Agamben, ibid. (las cursivas son nuestras).

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    seres, es la mstica vaca. La escisin entre lo profano y lo sagrado se refleja tambinen el fruto del trabajo: la mercanca, misma que al escindirse entre valor de uso yvalor de cambio, se convierte en un fetiche inapropiable. Para Agamben la escisin sereproduce en todo: en lo actuado, lo producido, lo vivido, incluyendo, por supuesto,el cuerpo, la sexualidad y el lenguaje, que, divididos de s mismo son empujados a laesfera del consumo. En otras palabras:

    Si, como se ha sugerido, llamamos espectculo a la fase extrema del capitalismo que estamos viviendo,en la cual cada cosa es exhibida en su separacin de s misma, entonces espectculo y consumo sonlas dos cosas de una nica imposibilidad de usar. Lo que no puede ser usado es, como tal, consignadoal consumo o a la exhibicin espectacular.

    Sociedad del espectculo y del consumo que busca no ser profanada (regresar a laesfera humana lo que fue expropiado por lo sagrado) y que, por lo mismo, tiende alestablecimiento de un absoluto improfanable.

    As, la permanente y neurastnica infelicidad de los consumidores surge al adquirirobjetos-fetiches que no admiten profanacin ni destruccin. El fetiche debe conservarseo cambiarse por el ltimo, el ms verdadero. El capitalismo, como religin espectacular,invierte el mundo y elimina (cosificndola) toda justa relacin entre lo divino y lohumano: su funcin primordial y nica es profanar y destruir el ser y sacralizar lamercanca.11

    Tambin, siguiendo a Michel Foucault, Agamben se preocupa por demostrarnosla importancia que posee para nuestra especie el concepto de biopoltica creado poraqul, y lo aplica para redondear sus anlisis sobre la sociedad del espectculo ysobre el fundamento y la realidad del espacio concentracionario por excelencia,inventado por nuestra modernidad: el campo de concentracin y de exterminio o lamstica del vaco. Agamben, partidario de profanar aspectos tericos y conceptos,y de realizar un supremo esfuerzo para redescifrar el lenguaje una y otra vez porque,desde nuestra impotencia, debemos incansablemente buscar el camino de otrapoltica, de otro cuerpo, de otra palabra, nos dice que un campo de concentracinconstituye una zona de indiferencia entre lo pblico y lo privado, pero a la vez,afirma y demuestra, sin concesin alguna, que l constituye la matriz oculta del espaciopoltico en que vivimos porque el capitalismo slo puede sobrevivir estableciendo unpermanente estado de excepcin.

    11 Agamben no deja de hacer referencia a un libro clsico al respecto: La sociedad del espectculode Guy Debord, Pretextos, Valencia, 1999.

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    LGICAS DEL PODER. MIRADAS CRTICAS

    La antigua poltica griega distingua perfectamente entre zo y bos, es decir, entrevida natural o el ser como simple viviente, o la vida biolgica, y el ser como sujetopoltico, el ser con existencia o vida poltica. Durante miles de aos nunca confundimosla separacin de los seres hecha por Aristteles, esto es, la de animales vivientes capacesde existencia poltica. Nosotros, modernos o posmodernos barrocos, ya no podemosdistinguir entre uno y otro campo, entre lo pblico y lo privado. As, nuestro cuerpobiolgico privado se ha hecho indistinguible de nuestro cuerpo poltico y, comoconsecuencia, vivimos en una permanente confusin de cuerpos y lugares, de lo exteriory lo interior, del silencio y la palabra, de lo esclavo y lo libre, del deseo y la necesidad.12

    Paradjicamente, por ejemplo, espacios, libertades, derechos que los movimientos socialeshan conquistado luchando contra el poder, ms bien han servido para circunscribir alindividuo dentro del campo del orden estatal. Pero desde la confesada impotencia,Agamben reconoce que en el capitalismo actual estamos sometidos a una nuda vida (esdecir, expuestos a ser exterminados como piojos tal y como deca Hitler respecto delos judos) no en nombre de la religin, ni en nombre del derecho sino por la biopoltica,es decir, por la creciente implicacin de la vida natural del hombre en los mecanismoy en los clculos del poder.13

    El control del cuerpo biolgico no inici, como pudiramos creer, con la experi-mentacin en los campos de concentracin, ms bien el proceso fue a la inversa. Bajoel capitalismo primero fueron los sacerdotes los responsables de vigilar los cuerpos y elalma, luego los mdicos y finalmente pedagogos, psiquiatras y psiclogos. Para Agambenfue con la Revolucin Francesa y su concepto de nacionalidad, que permiti eliminarel concepto de sbdito para dar paso al de ciudadano, cuando surgi uno de losprimeros conceptos de la biopoltica, pues la soberana se bas en la idea de suelo ysangre (Blut und Boden). Posteriormente, esta idea llevada al extremo como ocurre ennuestros das, cre entre el ciudadano y el refugiado las figuras del ciudadano deprimera y el de segunda. En los momentos en que Hitler tom la decisin de exterminara los judos alemanes sistemticamente (La solucin final), para enviarlos a los camposde exterminio, primero se les privaba de su nacionalidad. Cuando la poltica se radicalizy transform el espacio en campo de concentracin (espacio que aparentemente estfuera pero que en realidad est adentro), fue cuando se legitim la generalizacin deltotalitarismo. Desde este punto de vista no podemos mirar los campos (lagers) como

    12 Vase de Giorgio Agamben, Medios sin fin. Notas sobre la poltica, Pre-textos, Valencia,2001, Homo sacer. El poder soberano y la nuda vida, Pre-textos, Valencia, 1998, Estado de Excepcin.Homo sacer II, 1, Pre-textos, Valencia, 2004 y Lo que queda de Auschwitz. El archivo y el testigo.Homo sacer III, Pre-textos, Valencia, 2002.

    13 Giorgio Agamben, Homo sacer. El poder soberano..., op., cit., p. 151.

  • T. FARFN T. FARFN T. FARFN T. FARFN T. FARFN yyyyy J. MEZA J. MEZA J. MEZA J. MEZA J. MEZA GIORGIO AGAMBEN O LA ERUDICIN CRTICA DEL GENEALOGISTA

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    algo que brot espontneamente. Ellos constituyen la consecuencia lgica de un mundocapitalista preocupado por el control de los cuerpos. El totalitarismo antes de reinar seva implementando. Adems, los campos constituyen el paradigma oculto del espaciopoltico de la modernidad, de la cual hay que aprender sus disfraces y metamorfosispues el poder es proteico.14 Por lo mismo, no resulta extrao ver que fcilmente lasdemocracias parlamentarias se conviertan en estados totalitarios y stos, a su vez,en democracias parlamentarias. Agamben descubre que junto al supuesto estado dederecho coexiste el estado de excepcin. Lo anterior lo demostr el Estadonacionalsocialista porque no fue una dictadura. Hitler fue elegido por la sociedad y notuvo necesidad de derogar la Constitucin de Weimar; sus decisiones biopolticassiempre coexistieron con aquella. Lo mismo ocurri con Mussolini. El caso ms actuales el de los Estados Unidos de Norteamrica, donde desde 2001 un estado de excepcincoexiste con una democracia parlamentaria.

    Uno de los primeros casos ms explcitos de la biopoltica lo representa la publicacinen 1920 en Alemania del libro La autorizacin para suprimir la vida indigna de servivida, escrito por Karl Binding (especialista en derecho penal) y Alfred Hoche (profesorde medicina). El libro intenta mostrar que el suicidio indica la soberana que poseecualquier sujeto pero, adems, busc obtener la autorizacin para eliminar la vidaindigna de ser vivida. Aqu tenemos la primera aparicin de la eutanasia; los autoresconsideran que la vida sin valor que portan los sujetos que no tienen voluntad ni paravivir o morir, debiera autorizarse su muerte por una comisin estatal integrada por un

    14 Por ejemplo, la palabra Holocausto (todo quemado), que comnmente se utiliza para referirsea los millones de judos exterminados por los nazis, fue aplicada por primera vez por un importantepensador judo que logr escapar al genocidio, Elie Wiesel. Posteriormente, l mismo deshecho eltrmino por la connotacin despectiva y racista que contiene. Al respecto, Agamben indica que lapalabra proviene del griego y es un sustantivo (holokastoma). Su aplicacin proviene de los Padres dela Iglesia que, sin cuidado alguno, lo emplearon para referirse a la compleja doctrina sacrificial de laBiblia, que propiamente reduce los sacrificios a cuatro tipos, donde uno de ellos es olah y es untrmino puramente descrptivo que la Vulgata tradujo como holocausto. Los cristianos, posteriormentelo emplearon como un trmino despectivo para referirse a los sacrificios judos, por ejemplo, Tertulianorefirindose a Marcin, exclam: Qu hay de ms estpido que un Dios que exige sacrificiossangrientos y holocaustos que huelen a grasa quemada?. Despus se aplic a los mrtires cristianos yempez a tomar el sentido de sacrificio supremo, en el marco de una entrega total a causas sagradasy superiores. Es claro que conectar la entrega total a causas sagradas y superiores con la muerte enlas cmaras de gas constituye una burla, adems de emplear una herencia semntica con clarasconnotaciones antijudas. Indignado Agamben concluye: Quien contina aplicndolo da pruebade ignorancia o de insensibilidad (o de una y otra a la vez). Vase Lo que queda de Auschwitz. Elarchivo y el testigo. Homo sacer III, Pre-textos, Valencia, 2002, pp. 27 y ss.

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    LGICAS DEL PODER. MIRADAS CRTICAS

    mdico, un psiquiatra y un jurista. El intento es lograr que la vidapueda ser suprimidasin cometer homicidio. Para 1940 los nazis aplicaron por primera vez su programa deeutanasia con enfermos mentales incurables y se le calific como la muerte graciosa(Gnadentod). Debido a las protestas religiosas y familiares, el programa slo se aplicquince meses en la ciudad de Grafeneck. Diariamente se reciba un promedio desetenta personas con una edad comprendida entre 6 y 93 aos. Se calcula que fueroneliminadas unas 60 mil personas con Morfina-Escopolamina, Luminal, Veronal ycmara de gas. Pese a sus gastos y complicaciones, Hitler se empe en aplicar elprograma. Para Agamben su enfrascamiento se debi a que en l estaba en juego lanueva vocacin biopoltica del Estado nacionalsocialista, del poder de decisin soberanosobre la nuda vida, pero, adems, en la perspectiva de la biopoltica moderna, talvida se sita en cierto modo entre la encrucijada de la decisin soberana sobre esa vidasuprimible impunemente y la asuncin del cuidado del cuerpo biolgico de la nacin,y seala el punto en que la biopoltica se transforma necesariamente en tanatopoltica.15

    A los mdicos responsables del programa, Karl Brand y Vctor Brack, se les conden amuerte en Nuremberg, no obstante, declararon no sentirse culpables porque elproblema de la eutanasia volvera a plantearse de nuevo.

    Pero la intervencin de la biopoltica (y la formacin del mdico en soberano y ala inversa) es ms clara cuando, en 1942, el Institut Allemand de Pars public unlibro titulado Estado y Salud, donde los principales especialistas en la materia dabancuenta de los avances de la poltica nacionalsocialista en cuestiones de salud y deeugenesia. Sealaban cmo, cada vez ms, se percataban del estrecho lazo que existaentre la biologa y la economa, y de cmo la poltica estaba obligada a realizar unasntesis de dicha unin. Desde este momento, la medicina y la biologa van a serincorporadas estrechamente al servicio del Estado. Dice claramente el texto:

    Si el economista y el comerciante son responsables de la economa de los valores materiales, de lamisma manera el mdico es responsable de la economa y de los valores humanos [...] Esindispensable que el mdico colabore en una economa humana racionalizada, que ve en el nivelde la salud del pueblo la condicin del rendimiento econmico [...] Las oscilaciones de lasustancia biolgica y las del balance natural son, en general, paralelas.16

    Guiados por estas o parecidas conclusiones la mayora de los Estados no han cesadode experimentar las ciencias mdico-biolgicas sobre los cuerpos de la nuda vida: losnazis experimentaron problemas de altitud para perfeccionar sus aviones y preservar

    15 Giorgio Agamben, Homo sacer, op. cit., pp. 179-180.16 Citado por Giorgio Agamben, op. cit., p. 184.

  • T. FARFN T. FARFN T. FARFN T. FARFN T. FARFN yyyyy J. MEZA J. MEZA J. MEZA J. MEZA J. MEZA GIORGIO AGAMBEN O LA ERUDICIN CRTICA DEL GENEALOGISTA

    74 NUEVA POCA AO 19 NM. 52 SEPTIEMBRE-DICIEMBRE 2006

    la vida de sus pilotos, sobre la potabilidad del agua marina, inocularon bacterias de lafiebre petequial y del virus de la hepatitis endmica, sobre la accin de la progesterona,hundieron hasta el ltimo grado millones de vctimas, quiz, para entre otras muchascosas, poner a prueba la resistencia humana; Estados Unidos ha experimentado sobrela pelagra, con el bacilo del beri-beri, y los efectos de las radiaciones nucleares; diferentesEstados perfeccionando armas qumicas y bacteriolgicas; las compaas farmacuticasexperimentan sus productos en frica y Amrica Latina hasta el da de hoy; hospitalespsiquitricos experimentando la lobotoma; los avances de la medicina permitenmantener en enfermos respiracin y circulacin aunque el cerebro est muerto, y elpoder del mdico radica en decidir el momento en que el muerto-vivo o vivo-muertodebe desconectarse; aplicaciones biotecnolgicas con la comida para declarar en unfuturo guerras, boicots de alimentos... La nuda vida, los piojos: judos, gitanos, negros,indgenas, rabes, asiticos, condenados a muerte, enfermos desahuciados, participantesen programas de televisin sucios y perversos, emigrantes, todos estn ah, todos estamosah, para que el totalitarismo con rostro humano proclame cnicamente que su biopolticano pone en riesgo la vida humana y que, al contrario, todo lo hace para que seamosfelices y fsicamente mejores. Ahora el mdico y el cientfico se mueven en zonas dondeantes ni siquiera el soberano poda introducirse.

    La vida ahora, ciertamente como nunca antes, est expuesta a una violenciaimpresionante bajo la escurridiza frula de la banalidad del mal. Para defenderla,ciertamente, es necesario moverse para encontrar el camino de otra poltica, de otrocuerpo, de otra palabra. Los verstiles anlisis de Agamben demuestran claramenteque los hombres, ms all de inenarrables ignominias, pueden prcticamente resucitary denunciar los secretos y los actos que el poder quisiera borrar de nuestra concienciay nuestra memoria.

    Ciertamente, la poltica nazi para Goebbels era el arte de hacer posible lo quepareca imposible. Quizs por eso y antes de que el mundo se someta a la biopolticapartidaria de eliminar todo por qu? (la muerte del logos que rega los lagers deconcentracin y exterminio) nunca debemos olvidar las palabras de Grete Salus,sobreviviente de Auschwitz: el hombre nunca debera tener que soportar todo loque es capaz de soportar, ni debera nunca llegar a ver que este sufrimiento llevado ala extrema potencia ya no tiene nada de humano.17

    17 Citado por Giorgio Agamben, Lo que queda de Auschwitz..., op. cit., p. 79.