tesina postmodernidad
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UNIVERSIDAD COMPLUTENSE DE MADRIDDepartamento de Teoría Sociológica (Sociología V)Doctorado en Teoría sociológica: Cultura, Conocimiento y Comunicación
Para una Socio-Analítica de la Posmodernidad.Implosión, Simulación, Acoplamiento, Envoltura y Cyborg.
Pablo Martínez Fernández
Dirigido por: Dr. Fernando García Selgas
2004
Para una Socio-Analítica de la Posmodernidad. Implosión, Acoplamiento, Envoltura y Cyborg .
ÍNDICE
INTRODUCCIÓN……………………………………………………………………2
1.- LAS DIFERENCIAS DE LO POSMODERNO…………………………………10
1.1.- EL REBASAMIENTO DE LO MODERNO…………………………..12
1.2.- POSMODERNIDAD Y CAPITALISMO……………………………...20
1.3.- LA POSMODERNIDAD Y LA PREGUNTAPOR LO OCCIDENTAL…………………………………………………….28
2.- ANALÍTICAS POSMODERNAS……………………………………………….47
2.1.- IMPLOSIÓN Y SIMULACIÓN DE LOSOCIAL CONTEMPORÁNEO……………………………………………..52
2.2.- ACOPLAMIENTO. HIBRIDACIÓN YAFINIDADES DE LO POSMODERNO……………………………………67
2.3.- LA ENVOLTURA Y LA POSIBILIDADDE LA DIFERENCIA……………………………………………………….82
2.4.- EL CYBORG. UN NUEVO ACOPLAMIENTOEN EL DESPLIEGUE DE LO VIRTUAL…………………………………..99
CONCLUSIONES………………………………………………………………….114
ANEXOS…………………………………………………………………………...123
BIBLIOGRAFÍA……………………………………………………………………127
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Para una Socio-Analítica de la Posmodernidad. Implosión, Acoplamiento, Envoltura y Cyborg .
Para una Socio-Analítica de la Posmodernidad.Implosión, Acoplamiento, Envoltura y Cyborg.
INTRODUCCIÓN.
El presente trabajo de investigación consta de dos partes. La primera recibe el
nombre de ‘Las diferencias de lo posmoderno’, es de mayor contenido descriptivo y se
trata acerca de las diferencias socio-analíticas que lo posmoderno despliega en sus
relatos sobre lo social-contemporáneo. Para exponer dicha temática, se describen y
analizan las diferencias que lo posmoderno establece con tres grandes espacios de
constitución de lo social-contemporáneo. El primer encuentro que se revisa es el de lo
posmoderno con la época moderna. La modernidad se considera como la época en la
que se consolida un conjunto de supuestos que la constituyen como tal. Categorías como
las de ‘Progreso’, ‘Razón’, ‘Historia’, ‘Sujeto’, encuentran en lo moderno la posibilidad
de su despliegue socio-cultural. De ahí que la modernidad se caracterice como una
época de la hegemonía socio-cultural de grandes metarrelatos universalizantes, los que
posibilitaron un particular modo de constituir lo social-contemporáneo, en los diversos
planos de realización del individuo. Los supuestos categoriales constitutivos de lo
moderno encontraron en la noción de ‘fundamento’ la posibilidad de legitimación de su
despliegue e instalación en dicha época. De ahí, que dicha noción se revisa críticamente.
La posmodernidad como específica ‘condición’ socio-cultural lo que busca, en
su socio-analítica, es eludir dichos metarrelatos en la medida que son precisamente
ellos, los que han restringido en exceso el despliegue plural de diversos modos de vivir
lo social-contemporáneo. Este primer encuentro de lo posmoderno tiene el nombre de
‘El rebasamiento de lo moderno’, y en él se trata de mostrar la forma en que lo
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posmoderno busca eludir dicha época, pero no superarla, pues ello sería reproducir la
propia lógica moderna de concebir el tiempo de lo socio-cultural como una marcha
siempre hacia delante -de un modo teleológico- la cual, tanto desde el punto de vista de
las promesas ilustradas de emancipación como de toda la ciencia positivista, ha
mostrado su fracaso.
Un segundo encuentro trata sobre la diferencia que establece lo posmoderno con
el capitalismo. Esta diferencia encuentra su posibilidad en las propias dinámicas de
producción y reproducción del capital. Hoy, en el capitalismo, se asiste a una tercera
fase de expansión, la que se destaca sobre todo en su condición multinacional. Dicha
fase se ha conocido masivamente como la ‘globalización’ del capital a escala planetaria,
pero es, por cierto, mucho más que eso. Al no existir espacio que no esté bajo la
influencia y hegemonía de capital, el mundo parece girar en los tiempos de éste, él cual,
en su frenético desenvolvimiento fluido, parece inundarlo todo. Vemos así como se
desestructuran y reestructuran los antiguos espacios de los Estados nacionales, en medio
de la vorágine capitalista. Lo posmoderno se concibe como un particular ‘clima’ de la
presente expansión del capitalismo, así como el ‘modernismo’ lo fue del segundo
despliegue conocido como del ‘capitalismo imperialista’. De este clima particular se
destacan sus principales características, poniendo atención sobre todo en las
modificaciones que se han producido en lo social-contemporáneo debido a la
aceleración fluida posibilitada, a todo nivel, por la nueva expansión capitalista. Este
segundo encuentro y diferencia de lo posmoderno se denominará ‘Posmodernidad y
capitalismo’.
De la misma manera como lo posmoderno es capaz de desplegar diferencias
socio-analíticas con la modernidad y el capitalismo, lo hace también con un tercer
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espacio de constitución de lo social-contemporáneo. Dicho espacio es lo occidental, es
por ello que este nuevo encuentro se enuncia como ‘La posmodernidad y la pregunta
por lo occidental’. Aunque de un tono más filosófico se considera relevante destacar que
lo posmoderno, en su despliegue socio-analítico, ha sido capaz de poner en entredicho
no sólo a lo moderno y al capitalismo en su vorágine productora -también de
desigualdades y explotación-, sino que a lo occidental en su conjunto. Dicho
cuestionamiento se realiza, sobre todo, a las concepciones metafísicas y logocéntricas
de su constitución instaladas, con diversas resignificaciones, desde la Grecia clásica en
adelante. Evidentemente estas categorizaciones se revisarán en aquellos lugares en los
cuales podemos encontrar las pistas más elocuentes de su desenvolvimiento. Son
algunas ‘huellas’ de lo occidental -tales como el ‘Ser’ o el lenguaje- o las ‘distinciones’
de los dispositivos sujeto-objeto, real-aparente, interior-exterior, las que se exponen a
una socio-analítica de condición posmoderna pues, lo que lo posmoderno busca es
precisamente posibilitar el desmontaje de dichas concepciones distintivas de lo
occidental.
Lo que en general busca la composición de esta primera parte del trabajo de
investigación, es dar cuenta -a partir de las diferencias que lo posmoderno realiza con
estos tres espacios de realización socio-cultural- de la importancia que dichos espacios
poseen en la constitución y despliegue de lo social-contemporáneo.
A partir de estas diferencias, que operan como un verdadero contexto socio-
analítico, se enuncia la segunda parte de este trabajo de investigación que se denomina
‘Analíticas posmodernas’. En esta parte se revisan cuatro socio-analíticas que desde una
postura posmoderna se despliegan en lo social-contemporáneo. Se habla, en esta
segunda parte, de la ‘implosión’, el ‘acoplamiento’, la ‘envoltura’ y el ‘cyborg’. La
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primera analítica que se expone es la que recibe el nombre de ‘Implosión y simulación
de lo social-contemporáneo’. Es una socio-analítica que se establece como la
posibilidad del debilitamiento de un conjunto de analíticas que, hasta lo moderno, se
han enunciado desde el puro despliegue y la expansión reflexiva. La implosión da
cuenta de lo real-existente en los tiempos en que los sistemas de significación han sido
cuestionados por el exceso de significado que han producido en las sociedades
contemporáneas. La propia expansión del capitalismo y el fluido circular de socio-
analíticas han llegado a su momento de umbral máximo posible de despliegue en el
espacio-tiempo de la modernidad, de ahí que lo implosivo sea una especie de
movimiento en ‘reversa’ de dicho movimiento expansivo. Una vez cubierto el ‘sistema’
planetario, la dinámica capitalista busca nuevos espacios por donde fluir y lo hace
precisamente implosionando en los ‘intersticios’ de lo social-contemporáneo. Dicha
implosión tiene una manifestación que se vuelve hegemónica en su circulación, es lo
virtual, pero en la forma de simulación de lo real-existente desplegada sobre todo por
los ‘medios de comunicación de masas’, de manera privilegiada el televisor y el
ordenador. La simulación es el reemplazo de lo real por los signos de lo real, es el
artefactualismo que produce lo virtual y que pone en entredicho, a través de lo
simulado, al propio estatuto de lo ‘real’ dado hasta la modernidad. Esto ocurre, sobre
todo, en las certidumbres que dicha época construyó en cuanto a establecer distinciones
taxativas entre lo real y lo aparente. La simulación y el simulacro ponen en entredicho
dichos supuestos pues, los signos de lo real-existente como simulacro, ya han probado
su relevancia y hegemonía en la constitución de lo social-contemporáneo, en lo que se
ha conocido, por ejemplo, como la ‘mass-mediatización’ de la cultura en las sociedades
contemporáneas.
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Sobre la base de la implosión y la simulación, y la de posibilidad de la
indiferenciación entre lo real y lo aparente que esto posibilita, se produce -desde lo
posmoderno- todo un cuestionamiento de los modelos de profundidad instalados por lo
moderno. Si todas las diferencias establecidas entre un ‘interior’ y un ‘exterior’ se ven
cuestionadas, lo que se produce es una dificultad en la capacidad de diferenciación
-analítica y cognitiva- en lo social-contemporáneo, a todo nivel. Si a ello se le suma el
desplome de los grandes metarrelatos ‘emancipadores’ de lo moderno y el despliegue de
lo fragmentario en los modos de vida contemporáneo, se ve que el terreno se ha vuelto
fértil para el simulacro, en la medida que éste es capaz de lograr nuevas certidumbres
globales, aunque sea en base a la circulación de los signos de lo real-existente. En el
‘desierto’ de lo real, la simulación es capaz de participar en la ‘siembra’ de significación
y sentido en lo social-contemporáneo. De ahí que la reconstitución de ‘mapas
cognitivos’ que posibiliten la reconfiguración de herramientas socio-analíticas de
lectura de lo social-contemporáneo se vuelve relevante. Frente a la orfandad de mapas
socio-analíticos y socio-cognitivos que permitan la lectura de las sociedades actuales se
despliegan, precisamente, las socio-analíticas posmodernas. Junto a la implosión y la
simulación se enuncia a continuación el acoplamiento, en una socio-analítica que se
denominará ‘Acoplamiento. Hibridación y afinidades de lo posmoderno’.
Se considera, desde la ciencia contemporánea, que todo lo real-existente deviene
acoplado debido a que su constitución, por así denominarla, microfísica se despliega en
un sinnúmero de enlaces producidos por específicas afinidades entre un elemento y otro.
Esta situación da cuenta de que todo lo real-existente, en cuanto a materia y energía se
refiere, es un denso acoplamiento de diversos elementos que constituyen las distintas
manifestaciones de lo real-existente. Algunas de sus manifestaciones son ‘observables’
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por los individuos a ‘simple’ vista, otras lo son a partir de los ingenios tecno-científicos
que permiten dar cuenta de otras posibilidades de lo real-existente. De esta manera la
observación se despliega en los espacios de realidad para el individuo, tanto hacia el
‘exterior’: lo macrofísico, el cosmos, el universo, el contexto, como hacia el ‘interior’:
lo microfísico, lo microatómico, lo microbiológico, etc. Si esto es así, si todo deviene
acoplado por afinidades de múltiples elementos y en planos y manifestaciones diversas
de lo real, es comprensible que, en lo que se despliega como lo social-contemporáneo
para el individuo ocurra algo similar. Se postula entonces que el acoplamiento es una
posibilidad de constitución de la condición de ‘ser’ del individuo, en la medida que
dicho acoplamiento -ahora del lenguaje y posmoderno-, es posible constatarlo en la
constitución y en los diversos modos de vida de lo socio-cultural. Para visualizar con
mayor claridad esta socio-analítica se recurrirá a la hibridez de lo social-contemporáneo,
destacando la constitución -acoplada- de las diversas manifestaciones socio-culturales
que se producen en el capitalismo multinacional. El acoplamiento y la hibridación se
despliegan, debido a las múltiples afinidades que permiten tanto el ‘código’ lingüístico
-lo cual se verá con el ejemplo del ‘pululeo’- como lo social-contemporáneo en su
constitución híbrida de desestructuración y reestructuración socio-cultural.
En tercer lugar, se revisa la forma que adquiere la ‘diferencia’ y la ‘similitud’
desde lo posmoderno como una posible socio-analítica que eluda las distinciones
taxativa-binarias de la modernidad. Recibirá el nombre de ‘La envoltura y la posibilidad
de la diferencia’. El concepto de envoltura, que se tomará ‘prestado’ de la arquitectura,
se despliega produciendo diferencias socio-analíticas en el espacio de la fluidez social
de lo posmoderno. Es una diferencia posmoderna en la medida que promueve
‘jerarquías’ móviles, no taxativas ni esencialistas entre lo envuelto y el envoltorio. Son
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diferencias socio-analítica de lo real-existente que lo enuncian como si éste fuera de una
manera determinada. Esta nueva posibilidad de la diferencia se establece desde la
imposibilidad de seguir sosteniendo las distinciones taxativas de lo moderno, debido a
lo excesivamente estático de sus supuestos. La tranquilidad que proporcionaban los
objetos de la modernidad ya no se sustenta pues, estos han devenido en signos
simulados de lo real, con lo cual hasta lo más ‘evidente’ y ‘materialmente existente’ cae
bajo la sospecha de una categorización determinista u objetivizante en demasía. Para
mostrar esta nueva socio-analítica de la envoltura se revisarán ejemplos de la ciudad, en
específico acerca del papel que juegan -como posibles escrituras- la habitación y el
graffiti en la constitución de la ciudad, destacando la movilidad de la envoltura al
desplegar sus diferencias en ellas. Del mismo modo se expondrá el ya clásico análisis de
zapatos de Van Gogh (Un par de botas) y Warhol (Zapatos de polvo de diamante),
incorporando un nuevo zapato que dará la posibilidad de realizar un ejercicio socio-
analítico de lo implosivo, del acoplamiento y de la envoltura, este nuevo zapato es el de
Magritte (El modelo rojo).
La cuarta y última socio-analítica recibe la denominación de ‘El cyborg. Un
nuevo acoplamiento en el despliegue de lo virtual’. En dicha socio-analítica se destaca,
sobre todo, dos cuestiones. Por un lado se expone la relevancia que lo virtual constituye
en lo social-contemporáneo pues, en la medida que el conjunto de máquinas
electrónico-informáticas -construidas desde la tecno-ciencia capitalista- despliegan un
permanente flujo semiótico-material de imágenes y enunciados, es que se posibilita que
lo virtual participe -de manera hegemónica- en los procesos masivos de significación en
las sociedades contemporáneas. Con ello, lo virtual se vuelve una manifestación más de
lo real-existente para el individuo, en la medida que el código visual-virtual pasa a
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instalarse como un nuevo lenguaje y escritura constitutiva de dicha realidad. De ahí la
necesidad de construir nuevas prácticas socio-analíticas en lo social-contemporáneo que
permitan poner en entredicho lo naturalizado de su circulación. Por otro lado el cyborg
se presenta en el acoplamiento que se produce entre la tecno-ciencia contemporánea y
los individuos. La anterior tecnología, que tendía sólo a instalarse como una verdadera
‘prolongación’ hacia un afuera del individuo, se acopla ahora desde la posibilidad cada
vez más creciente de producir acoplamientos del ‘código humano’ con el ‘código
maquinal’. Se puede constituir, de esta manera, un individuo que se desplace más allá
de su pretendida ‘constancia’ en tanto ‘especie humana’. El cyborg es la posibilidad de
eludir este ‘origen’ y devenir hacia otras dimensiones, tanto en lo individual como en lo
colectivo. La socio-analítica de lo virtual como la del cyborg se revisan en relación a la
película ‘Matrix’, de la cual se realiza una lectura en este trabajo de investigación.
En general el objetivo de esta segunda parte es, mostrar un conjunto de socio-
analíticas que buscan posibilitar el desmontaje de los supuestos epistémicos
constitutivos de las sociedades contemporáneas, todo esto desde el despliegue del
específico ‘clima’ cultural de lo posmoderno.
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1.- LAS DIFERENCIAS DE LO POSMODERNO.
“La luz se va perdiendo en calor; el universo minuto por minuto, se hace invisible. Se hace más liviano, también. Alguna vez, ya no será más que calor. Calor equilibrado, inmóvil, igual. Entonces habrá muerto”. (J. L. Borges)
Lo posmoderno tiene nuevas diferencias que ofrecer a la reflexión que se realiza
en torno a las sociedades contemporáneas. Para ello, debe conciliar el hecho de concebir
las diversas posturas que operan analíticamente en lo social como una más o una
posible, con el importante anuncio que desde diversas corrientes socio-analíticas se
señala1. Se dice que estamos en una particular ‘condición’ o ‘clima’ sociocultural que se
despliega de una tercera fase de expansión del capitalismo, denominada por Jameson
como ‘fase del capital multinacional’2. Dicho clima o condición inaugura la posibilidad
de constitución de un momento necesario y posible para ‘dejar atrás’ la época moderna;
como también ofrece la posibilidad analítica para poner en entredicho la constitución
metafísica y logocéntrica de occidente, cuestión para nada irrelevante por cierto, sobre
todo y en la medida que establece una diferencia, no sólo de lo moderno como una
época particular, sino con los espacios epistémicos constitutivos de lo occidental. Es
cierto que no sólo se dice dejar atrás, también se habla más propiamente de ‘rebasar’3 lo
moderno, o, con un sinnúmero de otros conceptos que lo que buscan es eludir, desde el
lenguaje y la práctica socio-analítica, algo que haga referencia a lo lineal, a lo
1 Se habla de socio-analítico, para designar un concepto que acopla lo social con lo analítico, en la medida que la acción de uno, cualquiera de ellos, afecta a dicho acoplamiento y al resultado que se produce de dicha relación; con esto se desea mostrar que la separación tajante entre la ‘idea’ y la ‘materia’, lo ‘real’ y lo ‘aparente’, es discutible. Lo cual debería afectar a las formas tradicionales de producir y concebir el saber.2Ver Jameson F.: Teoría de la postmodernid@d. Editorial Trotta, Madrid, 2001, página 55.3Como Gianni Vattimo lo conceptualiza en El fin de la modernidad. Editorial Gedisa, Barcelona, 2000.
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teleológico, al sujeto y al predominio de lo ‘racional’, o sea, a lo moderno. Es así que
las diferencias actualmente en curso debilitan las explicaciones tradicionales modernas,
sobre la base que el ‘fondo’ epistémico, experiencial y cognitivo, desde el cual se
legitimaba su existencia y sus relatos, aparece cuestionado en los más diversos planos
constitutivos de lo real. Esto permite que se establezca una apertura desde el discurso
posmoderno a nuevas posibilidades socio-analíticas para las ciencias sociales, desde las
cuales reflexionar sobre lo social contemporáneo. Es por ello pertinente entonces,
realizar una descripción de las diferencias que lo posmoderno realiza, lo cual nos dará la
posibilidad de observar la complejidad de las transformaciones socio-analíticas en curso
como también dar las primeras pistas de los requerimientos necesarios para establecer
nuevas analíticas sociales, algunas de las cuales ya se encuentran en pleno despliegue en
lo contemporáneo.
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1.1.- EL REBASAMIENTO DE LO MODERNO.
Una primera gran diferencia desplegada por lo posmoderno es, precisamente,
con la época que ve nacer dicho concepto y sobre la cual la práctica socio-analítica que
de ahí se despliega realiza una de sus críticas principales. La modernidad es la época en
la cual se consolida un conjunto de supuestos tales como las categorías de ‘Progreso’,
‘Razón’, ‘Historia’4, ‘Sujeto’5, y ciertas pretensiones utópicas de universalización de
dichas categorías constituidas en prácticas sociales y políticas específicas. El despliegue
socio-analítico posmoderno tiene como antecedente socio-histórico -al interior de una
modernidad que ya había masificado sus supuestos societales-, sobre todo, a los crudos
acontecimientos que tienen lugar con la segunda guerra mundial, debido a las atroces
consecuencias que ésta produjo. También impactó, para el cuestionamiento de lo
moderno, el conocimiento cabal, aunque un tanto posterior a dicha guerra mundial, de
los horrores del estalinismo. Luego de la segunda guerra se produce una situación de
tensión, militar e ideológica, la cual conduce a una separación binaria del mundo;
capitalismo y socialismo se enfrentan por la hegemonía global, generando una especie
de tercera guerra mundial denominada ‘guerra fría’, de la cual surgirá como victoriosa,
una nueva expansión del capitalismo. Si consideramos lo anterior, veremos que la
nueva expansión capitalista, junto con el retroceso de su antiguo enemigo (el
socialismo), establece un escenario distinto. Si luego de la segunda guerra mundial se
cuestionan los supuestos de que era la ‘razón’ la que comandaba el conjunto de la
acción del sujeto, como también la pretensión que dicha acción tenía una orientación
utópica hacia un futuro de emancipación; son los horrores que la ‘guerra fría’ produjo
4 Concebida ‘teleológicamente’.5 Tanto en lo individual como en lo colectivo.
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lo que permite que se instale la sospecha de que tanto el capitalismo como el socialismo
de ese tiempo compartían, de alguna manera, los mismo ‘sueños’ y prácticas societales
pues establecían su acción en una época que los constituía a ambos. La modernidad ha
sostenido concepciones de mundo y prácticas sociales que, con matices, se despliegan
de supuestos similares. Dichos postulados son, precisamente, los que va a cuestionar lo
posmoderno en su diferencia y desplazamiento con dicha época.
Lyotard, en su libro sobre la postmodernidad6, señala que el saber de las
actuales formaciones sociales cambia de estatuto debido, por un lado, a que dichas
sociedades han llegado a una ‘edad’ llamada postindustrial y, por otro, al tránsito
cultural en lo social-contemporáneo a una nueva ‘condición’ de época llamada
postmoderna. La modernidad es la época de los grandes metarrelatos, son éstos los que
han transmitido el conjunto de reglas pragmáticas constitutivas del lazo social en lo
contemporáneo. Para el autor dichos metarrelatos se pueden encontrar en todos los
espacios que constituyen lo moderno en la medida que hacen referencia a la
emancipación “(…) progresiva de la razón y de la libertad, emancipación progresiva o catastrófica del
trabajo (fuente de valor alienado del capitalismo), enriquecimiento de toda la humanidad a través del
progreso de la tecnología capitalista, e incluso si se cuenta al cristianismo dentro de la modernidad
(opuesto, por lo tanto, al clasicismo antiguo), salvación de las criaturas por medio de la conversión de las
almas vía el relato del amor mártir”7. Dichos supuestos son además compartidos por las
diferentes formaciones sociales existentes, lo cual conduce a una homogeneización de
todas ellas bajo una episteme compartida, la moderna. De esta manera pasan a un
primer plano socio-analítico todas las sociedades contemporáneas, ya sean, en esa
6 Lyotard, J. F.: La condición postmoderna. Editorial Cátedra, Madrid, 1987. Dicho texto se ha constituido de alguna manera en un punto de despliegue de las socio-analíticas posmodernas.7 Ibíd., página 29.
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fecha8, socialistas o capitalistas, como también los supuestos unificadores de lo
moderno, los cuales daban fundamento a dichas sociedades.
Con Vattimo podemos establecer dos consideraciones que señalan la situación
antes mencionada. La primera tiene que ver con el propio estatuto de lo moderno, en el
sentido de ser lo que permanentemente se renueva. Al haber encontrado las ‘llaves’ que
permitirían dar cuenta de lo real (sobre todo con la hegemonía de la ciencia), se abre la
posibilidad de dar respuesta en lo contingente o en un futuro posible y deseable, aunque
utópico, al conjunto de preocupaciones de la ‘humanidad’. De ahí que lo moderno
parece estar vinculado tan estrechamente con las nociones de progreso y bienestar
-muchas veces concebido de manera ineluctable- por las cuales iba a transitar toda la
humanidad. Vattimo va a plantear, en segundo lugar, que lo posmoderno se distingue
también de esta postura en la medida que su ‘post’ indica no una superación, sino una
despedida, un rebasamiento de la modernidad, en la medida que lo que se desea es
sustraerse a sus lógicas de desarrollo, como a la búsqueda permanente de nuevos
fundamentos y certidumbres, desde donde desplegar siempre los supuestos
constitutivos de lo socio-analítico. De esta forma no se trata sólo de ‘dejar atrás’ lo
moderno, también importa la forma en que dicha situación se conceptualiza, pues si la
posmodernidad fuera tan solo la época que sigue a la modernidad, como ésta ‘siguió’ a
la tradicional, estaríamos repitiendo la propia lógica moderna pues, si “(…) la modernidad
se define como la época de la superación, de la novedad que envejece y es sustituida inmediatamente por
una novedad más nueva, en un movimiento incesante que desalienta toda creatividad al mismo tiempo
que la exige y la impone como única forma de vida…si ello es así, entonces no se podrá salir de la
modernidad pensando en superarla”9. Se trata de ‘rebasar’ lo moderno, no de superarlo, de
alguna manera se intenta des-plegarse de lo moderno ‘despidiéndose’, poniendo
8 Recordemos que su texto apareció a fines de la década de los setenta.9 Vattimo G.: El fin de la…/ Op. Cit., página 146.
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diferencias socio-analíticas que establezcan una diferencia con dicha época. Pero, en
segundo lugar, se trata de eludir, al igual como se trata de hacer con lo moderno, la
resignificación que dicha época ha hecho de lo occidental pues, en la medida que el
hombre y el ser sigan siendo pensados “(…) metafísicamente, platónicamente, según estructuras
estables que imponen al pensamiento y a la existencia la tarea de ‘fundarse’, de establecerse (con la
lógica, con la ética) (…) al pensamiento no le será posible vivir de manera positiva esa verdadera y
propia edad posmetafísica que es la posmodernidad”10.
El cuestionamiento al fundamento de lo occidental encuentra de esta manera un
nuevo sitio de despliegue en la diferenciación que se realiza de lo moderno, sobre todo
en lo que dice relación a las nociones de sujeto, historia, progreso y racionalidad. En la
medida que el sujeto siga concebido por lo moderno, y específicamente en su versión
humanista como autoconciencia, sencillamente ocurrirá, dirá Vattimo “(…) lo correlativo
del ser metafísico caracterizado en términos de objetividad, esto es, como evidencia, estabilidad, certeza
indudable”11, pues dicho sujeto afirma su posición central en la historia del pensamiento
sólo “(…) enmascarándose en las apariencias ‘imaginarias’ del fundamento (…)”12.
La ‘Historia’ concebida como proceso unitario da la posibilidad de pensarla
como la historia de la realización progresiva de la humanidad ‘auténtica’, “(…) sólo si
existe la historia se puede hablar de progreso (…)”13 dirá Vattimo, en la medida que la historia
deja de ser vista y hablada como proceso unitario es posible rebasar la modernidad, por
ello es posible que se desarticule toda la argumentación que se fundamentaba en las
nociones de progreso y emancipación, ineluctable o no, para el conjunto de la
humanidad. La suposición del fundamento que se encuentra en la base de los
metarrelatos expuestos por Lyotard se sostiene desde lo contemporáneo en base a una
10 Ibíd., página 19.11 Ibíd., página 42.12 Ibíd., página 34.13 Vattimo G.: La sociedad transparente. Editorial Paidós, Barcelona, 1998, página 74.
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Para una Socio-Analítica de la Posmodernidad. Implosión, Acoplamiento, Envoltura y Cyborg .
misma perspectiva, en base a una misma ‘elección’ y esta se llama occidente 14. Pero la
complejidad de la nueva condición o clima desplegado está dada por el evidente
cuestionamiento de los supuestos, muchas veces totalitarios, que dichas nociones
consolidaron en determinados modos de vida en la modernidad.
El cuestionamiento a lo moderno también alcanza a las ciencias y las
epistemologías que le dan sustento a dicha época. El tiempo actual se vive con
desgarros en la medida que los referentes socio-analíticos se han modificado al punto
de volverse brumosos, y no parece existir una socio-analítica desde donde pensar y
comprender la nueva situación. Esto, sin duda, afecta al conjunto de componentes de lo
moderno debido a que dicha época "recorta un campo posible del saber dentro de la experiencia,
define el modo de ser de los objetos que aparecen en él, otorga poder teórico a la mirada cotidiana y
define las condiciones en las que puede sustentarse un discurso, reconocido como verdadero, sobre las
cosas"15. Por ello, la crisis de lo moderno ha repercutido en que las disciplinas que han
encontrado en ella su campo de acción se vean afectadas de manera fundamental. El
despliegue de la ciencia moderna en occidente y, sobre todo, con la intensificación de la
matematización de lo real, desde el renacimiento en adelante, ofreció la posibilidad de
constituir una explicación racional acerca de lo real-existente, con la correspondiente
pretensión de control sobre dicha realidad. Puesto que todos los objetos del mundo se
encuentran sujetos a mutación en la mayor parte de sus rasgos, la ciencia debe
identificar lo esencial en ellos -su objetividad- con lo que resulte invariante. La ciencia
funciona infiriendo regularidades universales de las variaciones de los entes singulares.
Lo que permanece inmutable a todas estas variaciones y permite, por lo tanto, la
inferencia de la Ley universal, es aquello que hay de cuantificable o mensurable en lo
particular. Lo matemático proporciona el modelo de una continuidad infinita en cuanto
14 Ver para un desarrollo de esto Lyotard J. F.: La condición…/ Op. Cit., página 23 y siguientes.15 Foucault Michel: Las palabras y las cosas. Editorial Siglo XX, Madrid, 1995, página 134.
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a la sucesión como al intervalo (recordemos que Leibniz y Newton se disputan la
paternidad del cálculo integral). Dicho modelo es, además, tan transparente como
manipulable. Todo lo que se puede expresar o traducir a lenguaje matemático es
perfectamente racional, inmediatamente presente a la ‘conciencia’, y aparece
inexpugnable a los embates de lo considerado como lo ‘irracional’.
La epistemología, como actividad socio-analítica que se fundamentaba desde
estos supuestos -y, por lo tanto, debido a su acción que se constituyente desde lo
moderno- ha encontrado en su afán de conceptualizar lo ‘real’, una permanente
disyunción dada por una ontología de carácter binario entre un mundo externo material,
estático y, por ello, posible de objetivar; y una conciencia interna, muchas veces
patrimonio de un sujeto que desplegaba su reflexión o ‘captura’ sobre lo externo
constituido en objeto. Jameson, al enunciar las diferencias que sobre este aspecto realiza
lo posmoderno y, centrándose en los modelos de profundidad plantea que, además del
modelo hermenéutico del interior y el exterior, han sido rechazados, desde lo
posmoderno, otros cuatro modelos fundamentales que han acompañado a lo moderno,
los cuales son:
1) el dialéctico de la esencia y la apariencia (con todo el abanico de conceptos de ideología o
falsa conciencia que suelen acompañarlo); 2) el modelo freudiano de lo latente y lo manifiesto o de la
represión (...); 3) el modelo existencial de la autenticidad y la inautenticidad, cuya temática heroica o
trágica guarda un vínculo estrecho con esa otra gran oposición entre la alienación y la desalienación (...);
y 4), más recientemente, la gran oposición semiótica entre significante y significado que, a su vez,
rápidamente se desentrañó y deconstruyó durante su breve apogeo en los años sesenta y setenta"16.
Lo que se cuestiona, en definitiva, es la posibilidad de establecer un fundamento
desde donde desplegar una ‘captura’ de lo real-existente, de ahí que se trate de evadir la
16 Jameson F.: Teoría de la…/ Op. Cit., página 34.
17
Para una Socio-Analítica de la Posmodernidad. Implosión, Acoplamiento, Envoltura y Cyborg .
pretensión de establecer una distinción categórica entre lo verdadero y lo falso, entre lo
esencial y lo aparente, entre el sujeto y el mundo, entre el pensamiento y el fenómeno o
entre la materia y la idea. De la misma manera se cuestiona la pretensión de todo
discurso que se presume verdadero, universalmente válido, portavoz de la esencia
incuestionable de las cosas, y validado por su consistencia lógica, su fuerza prescriptita
o su rango científico. La diferencia posmoderna se realiza, de esta manera, sobre un
sinnúmero de categorías que daban consistencia al relato metafísico-moderno, con lo
cual se ha debilitado la creencia que pretendía garantizar la certeza y la posibilidad de
unidad interna en el sujeto, llámese a ese principio razón, identidad o conciencia; que
consideraba a la razón como la facultad del sujeto para conocer ‘a ciencia cierta’ pues,
dicha razón era u operaba con la pretensión de ser un principio ordenador del mundo y
de la historia humana. Ahora, si esto no es así, entonces, debemos suponer que no hay
fundamentos de certidumbre y verosimilitud que podrían servir de garante para asegurar
que las fuerzas emancipatorias condujeran la historia por el mejor de los caminos, y
pretender refundar al sujeto precisamente sobre la base de concebir la historia de un
modo teleológico es decir, constituirla como marcha ascendente e ineluctable hacia un
orden superior de emancipación, generalmente derivado hacia el ‘futuro’, en donde se
cumpliría la utopía de la redención individual en un reencuentro universal para la
humanidad. No hay fundamentos, de la misma manera, para el ‘mito’ moderno del
progresivo dominio de la acción personal sobre las condiciones externas que inciden en
su desarrollo; ni para cosmovisiones estables, de temporalidad ordenada, con un centro
en torno al cual sería posible articular las ideas y las acciones. Tampoco, existe,
finalmente, un fundamento para una categoría de sujeto, individual y/o colectivo, desde
donde situar la posibilidad de liberación y emancipación para toda la humanidad. Luego
18
Para una Socio-Analítica de la Posmodernidad. Implosión, Acoplamiento, Envoltura y Cyborg .
de la segunda guerra mundial este conjunto de supuestos se han cuestionado con cada
vez mayor insistencia en las ciencias sociales contemporáneas pues, precisamente, lo
que se ha cuestionado es toda legitimación que creía y pretendía realizarse en base a un
fundamento por muy ‘racional’ o ‘verosímil’ que éste pareciera.
19
Para una Socio-Analítica de la Posmodernidad. Implosión, Acoplamiento, Envoltura y Cyborg .
1.2.- POSMODERNIDAD Y CAPITALISMO.
Un consenso bastante generalizado señala que las transformaciones que se han
producido en lo moderno contemporáneo, se han realizado siempre desde dentro del
capitalismo. De esta manera la actitud socio-analítica de lo posmoderno se sitúa al
interior de los contornos -aunque fluidos- que dicho capitalismo despliega. La tercera
expansión del capitalismo produce importantes modificaciones con los momentos que le
antecedieron, pero sigue siendo un despliegue siempre dentro de la ‘lógica’ del capital.
Se postula que el capitalismo ha transitado por tres momentos fundamentales, los cuales
son “(…) el capitalismo de mercado, la fase del monopolio o imperialista, y nuestro propio momento,
erróneamente llamado postindustrial y que en términos más adecuados llamaremos fase del capital
multinacional”17. Evidentemente, cada fase reconoce particulares condiciones y
características que la describen y la distinguen de las otras. Jameson señala, tal vez un
poco esquemáticamente, que para cada fase correspondería un particular ‘clima’ de
época, siendo el ‘realismo’ el que correspondería a la fase de ‘mercado’, el
‘modernismo’ a la fase ‘monopólica’, y la ‘postmoderna’ a la actual fase denominada,
por él, como del ‘capital multinacional’18. Dicho clima tendría su sustento en la fase
anterior, cuyo clima específico era el modernismo, el cual establece su definición en la
experiencia y el resultado de una modernización capitalista aún incompleta, con lo cual
“(…) lo postmoderno comienza a aparecer cuando el proceso de modernización ya no tiene aspectos y
obstáculos arcaicos que superar y ha impuesto triunfalmente su propia lógica autónoma (a la que, por
supuesto, ya no se le puede aplicar la palabra modernización, puesto que todo es ya moderno)”19. De
esta manera, dicho capitalismo multinacional tendría en su actual fase la potencialidad
17 Ibíd., páginas 54 y 55.18 Lyotard hablará de condición en vez de clima, y de capitalismo postindustrial en vez de capitalismo multinacional.19 Ibíd., página 289.
20
Para una Socio-Analítica de la Posmodernidad. Implosión, Acoplamiento, Envoltura y Cyborg .
ya de abarcar todo el mundo conocido, en la medida que lo moderno, entendido como
puro despliegue de la modernización, ya ha agotado su propia dinámica. Dicha fase,
podemos entonces suponer, por su carácter globalizador tiende a instalar dicho clima
cultural en los diversos lugares en donde ésta se despliega, con las respectivas
resignificaciones locales, en un verdadero movimiento de desestructuración y
estructuración de los anteriores componentes societales específicos que cada territorio
-países o estados- tenían, haciendo caso omiso de barreras y fronteras espacio-
temporales. Proceso que podemos evidenciar en lo contemporáneo de manera bastante
evidente.
La sociología clásica, en su intento de conceptualizar las sociedades de su
tiempo, y con ello, al propio capitalismo y sus posibilidades de despliegue y mutación,
destaca tres procesos fundamentales de las sociedades modernas, los cuales siguen
operando desde diversas perspectivas en la reflexión social. Max Weber seña que la
modernización está constituida desde una racionalidad específica, una racionalidad
instrumental que vincula medios y fines, sin necesidad de que dichos fines estén
justificados. Dicha racionalización tiene para él, a lo menos, dos dificultades; una es la
‘burocratización’ del mundo, que urde una jaula de hierro en la cual los individuos se
ven atrapados por los imperativos de racionalidad instrumental y la eficacia de unas
organizaciones cada vez más macros, formales, rígidas y opresivas, las cuales son
finalmente imposible, para el individuo, poder dominar. La segunda complejidad está
dada por el desencantamiento del mundo, que llega con la racionalización total de la
vida. La razón instrumental diluye la razón substantiva sobre la que se funda todo
sentido humano, por lo que su avance puede traer bienestar material pero pone en
peligro todo el sistema de creencias, más allá del mero conocimiento objetivo o de
21
Para una Socio-Analítica de la Posmodernidad. Implosión, Acoplamiento, Envoltura y Cyborg .
orden científico. Marx, por su parte, analiza al capitalismo como un modo de
producción capaz de liberar las fuerzas productivas, en él se modifican radicalmente las
relaciones del hombre con la naturaleza y del hombre consigo mismo. Marx cuestiona
las relaciones que se establecen bajo el principio de la propiedad privada y las formas
capitalistas de apropiación de la plusvalía, con la cual los capitalistas explotan a los
obreros al ‘hurtar’ el excedente natural de su trabajo y esfuerzo. Ocurre también la
mercantilización de la vida en la que los valores de uso desaparecen bajo la
preponderancia de los valores de cambio. Todo, incluso los individuos, se convierte en
mercancía, todo acaba fetichizado en la forma de mercancía. Para Durkheim, lo que va a
caracterizar de manera relevante a la sociedad moderna, es la creciente diferenciación
de sus estructuras sociales y culturales. Este proceso de diferenciación encuentra su
asidero en la división social del trabajo y en la actividad económica que instala
funciones cada vez más específicas. La sociedad moderna se convierte en una estructura
orgánica que une lo diferente, de ahí que se da el paso de una ‘solidaridad mecánica’, en
que los individuos están unidos comunicativamente en la comunidad, a la ‘solidaridad
orgánica’, una solidaridad externa basada sobre todo en mónadas individuales y
aisladas, sólo con relaciones contractuales de intercambio necesario para mantener
dicha solidaridad. Observamos que las socio-analíticas que se despliegan en torno a la
racionalización, la mercantilización y la diferenciación han constituido supuestos
relevantes desde los cuales se ha realizado un profundo cuestionamiento sobre lo
moderno. Sin embargo, esta conceptualización se ha enunciado en el proceso de
modernización desde una lógica antitética que opone lo moderno a lo tradicional. Modo
de producción pre-capitalista en oposición al capitalista, sociedad agraria opuesta a la
industrial, comunidad versus sociedad, solidaridad mecánica versus solidaridad
22
Para una Socio-Analítica de la Posmodernidad. Implosión, Acoplamiento, Envoltura y Cyborg .
orgánica, racionalidad substantiva opuesta a la racionalidad instrumental, con lo cual
este proceso implicaba, en el orden pragmático, que cualquier avance de la
modernización sólo podría realizarse con retrocesos de la tradición. Lo que se enuncia
desde las diferencias posmodernas, en tanto, es que las condiciones materiales-
simbólicas de dichas sociedades han ‘mutado’, produciéndose modificaciones de todo
orden y constituyendo una verdadera ‘fluidificación social’ que afecta tanto la vida
cotidiana y experiencial -de los individuos- como a la socio-analítica que sobre esa vida
se realiza, de ahí que dichos postulados -de una sociología clásica-, aunque con mucha
fuerza explicativa para una analítica de lo social, deben reconocer que una nueva fase de
expansión capitalista evidentemente traerá nuevas condiciones de existencia semiótico-
materiales, que requerirán de toda una batería conceptual renovada para establecer
puntos de referencia en el nuevo clima posmoderno que se despliega .
La tercera fase de expansión capitalista instala una nueva forma de habitar en
dicha expansión. Se ha nombrado de diversas maneras el momento contemporáneo, es
así que denominaciones de ‘capitalismo postindustrial’, ‘tardocapitalismo’ o
‘capitalismo multinacional’, entre otros, tienden a establecer una serie de características
que constituyen la fase en cuestión y, a la vez, le proporcionan su posibilidad de
despliegue. De ahí que si se considera lo posmoderno como un particular clima o
condición de dicha expansión capitalista, lo característico de lo posmoderno esté
también íntimamente relacionado con las posibilidades de transformaciones societales,
con lo cual lo posmoderno ya no se vive como una particular reflexión ubicada tan solo
en el campo académico, sino que éste es, además de lo anterior, un modo de vida que se
vuelve cotidiano en la medida que las características que se enuncian por las socio-
analíticas posmodernas, circulan por lo social constituyendo una pragmática socio-
23
Para una Socio-Analítica de la Posmodernidad. Implosión, Acoplamiento, Envoltura y Cyborg .
cultural. Todos los relatos, de alguna manera, dan cuenta de lo que ‘es’, por lo tanto si
existe una sociología de la posmodernidad es debido a que hay modificaciones en lo
social que antes no se habían desplegado de una manera determinada o específica. Esto
no implica que en el actual clima posmoderno no puedan reconocerse ciertas
regularidades, sobre todo si pensamos que dicho clima se ubica en un espacio
constituido por el capitalismo; pero es precisamente esa la situación de la cual se quiere
dar cuenta, el hecho de que la posmodernidad haga diferencias con respecto a lo
moderno no implica la negación de lo anterior pues, salvo que el capitalismo cambie su
modo de despliegue20, evidentemente habrán cosas que se pueden reconocer como
regularidades de lo moderno con lo posmoderno. De la misma manera, el hecho de
reconocer ‘regularidades’ con los supuestos que se desplegaron desde la Grecia clásica21
a lo social-contemporáneo, no significa que se niegue dicha época. El saber, como
veremos más adelante en este trabajo de investigación, circula acoplado.
La nueva fase de expansión capitalista se ha desplegado en un proceso de
globalización que ha afectado a las diversas sociedades y economías del mundo, y ha
estado acompañado de una relevante revolución científico-técnica, del conocimiento y
también de las comunicaciones, sobre todo con la preponderancia que ha logrado, en
ésta última, la informática y lo virtual. Este capitalismo, y con él, su particular clima
cultural, encuentra en los procesos de ‘acumulación flexible’ y ‘monopolización’, sobre
todo de orientación neoliberal, una poderosa fuente promotora de modificaciones a nivel
planetario. Dicha acumulación va a apelar sobre todo a la mayor flexibilidad de los
procesos laborales, de los mercados de mano de obra, de los productos y las propias
pautas de consumo, estableciendo nuevos sectores de producción, nuevos servicios
20 Pues aún constituye su modo de acumulación, por ejemplo, en la explotación.21 En cuanto a lo metafísico y el logocentrismo, que se revisa en el punto 1.3.-
24
Para una Socio-Analítica de la Posmodernidad. Implosión, Acoplamiento, Envoltura y Cyborg .
financieros, nuevos mercados; contando para ello con una relevante innovación en el
plano comercial, tecnológico y organizativo. Con ello, el proceso de ‘desrregulación’ o
flexibilización de la economía ha venido acompañada de un conjunto de modificaciones
en las pautas de socialización, en la medida que se requiere, para la propia reproducción
material y simbólica del capitalismo, de aceleradas modificaciones en los
comportamientos sociales, sobre todo en los relativos a la moda y al consumo, con las
correspondientes transformaciones culturales que esto implica. Es por ello que,
probablemente, lo posmoderno es recepcionado con cierta cautela. En la medida que
aparece distanciándose de los supuestos y fundamentos constitutivos de lo occidental y
lo moderno, en una clave que podemos denominar todavía crítica, pero al mismo
tiempo, y como particular clima de época, aparece como la constituyente cultural
hegemónica de la presente fase de despliegue capitalista. Capitalismo que, como
particular modo de producción, no ha dejado de sustentar su hegemonía en procesos de
acumulación que se sostienen, entre otras cosas, en base a la explotación de vastos
sectores de la población mundial, muchos de los cuales viven en situación de verdadera
miseria material-existencial. Pero podemos considerar que la socio-analítica de lo
posmoderno sobre el capitalismo más que una debilidad, por encontrarse todavía
‘dentro’ de él, se puede enunciar como una posibilidad, en la medida que los enunciados
posmodernos constituyen sus analíticas en el contexto social en donde se desenvuelve la
existencia de los individuos, lo cual hace posible que dichos enunciados puedan circular
e instalar la preocupación por el ‘aquí’ y el ‘ahora’ en lo social-contemporáneo. El
capitalismo en su actual fase impone su dinámica de un modo vertiginoso, produciendo,
en algunos ámbitos, una verdadera ‘revolución’. Se observa, por ejemplo, como la
consolidación de los procesos de mediatización y la virtualización son capaces incluso
25
Para una Socio-Analítica de la Posmodernidad. Implosión, Acoplamiento, Envoltura y Cyborg .
de producir un desplazamiento a un código visual-virtual, que viene a instalarse junto a
la escritura cuestionando su hegemonía o, por lo menos, evidenciando más de una
hegemonía posible, lo cual permite ya pensar en sociedades constituidas no sólo a partir
del lenguaje y de la escritura, sino que también a partir de la imagen y lo virtual. Todo
esto ha afectado el modo de vida constituido desde lo moderno contemporáneo, en la
medida que dichos procesos ‘revolucionarios’ han masificado e intensificado la “(…)
acentuación de la volatilidad y transitoriedad de las modas, productos, técnicas de producción, procesos
laborales, ideas e ideología, valores y prácticas establecidas (…)”22. Es, por ello que enunciar lo
social como un verdadero flujo semiótico-material es entonces una posibilidad socio-
analítica cada vez más apropiada para describir los actuales procesos en curso del punto
de vista socio-cultural23.
Ahora, la dificultad que presenta la situación es, por así llamarla, lo inédito de
ella, pues si lo que se produce es la aparición de lo múltiple y lo diverso de maneras
nuevas e incluso inesperadas, cómo podríamos aspirar “(…) a una representación unificada del
mundo, ni a una concepción que tome en cuenta su carácter de totalidad llena de conexiones y
diferenciaciones y no lo vea como un perpetuo desplazamiento de fragmentos, ¿cómo aspiraríamos a
actuar en forma coherente con relación al mundo?”24, aún más, pensando que dichos fragmentos
ya no podrían pensarse como provenientes de una antigua totalidad orgánica
preexistente, en la medida que cada uno de ellos logra autonomía en el actual flujo
semiótico-material constitutivo de lo contemporáneo, cómo lograr además analizar estos
movimientos que parecen contradictorios en el que, por un lado, la globalización del
capitalismo multinacional parece reestructurarlo todo; pero por otro, lo fragmentario,
parece, a su vez, desestructurarlo todo en su despliegue y autonomía. Jameson planteará 22 Harvey D.: La condición de la posmodernidad. Investigaciones sobre los orígenes del cambio cultural. Editorial Amorrortu, Buenos Aires, 1998, página 315.23 Ver para esto de García Selgas F.: “Preámbulo para una ontología política de la fluidez social”. Atenea Digital – número 1, primavera 2002; Bauman Z: Modernidad líquida. Editorial FCE, México 2003.24 Harvey D.: La condición de…/ Op. Cit., página 69.
26
Para una Socio-Analítica de la Posmodernidad. Implosión, Acoplamiento, Envoltura y Cyborg .
la carencia, todavía, del equipamiento perceptual necesario y adecuado para enfrentarse
a la nueva situación, en la medida que parece imposible hoy en día cartografiar
cognitivamente y organizar perceptualmente el entorno del individuo, con lo cual el
problema sigue siendo de representación y representabilidad de lo contemporáneo en la
medida que se ha constituido en una gran red global descentrada de intercambio y flujo
semiótico-material, en la cual nos hallamos inmersos y de alguna manera atrapados. La
dificultad estriba precisamente en saberse instalado en esta situación, pero a la vez “(…)
carecer de un modo de pensar en ellas, de modelarlas (por muy abstractamente que sea) con el ojo de
nuestra mente”25.
Las diferencias y reflexiones de lo posmoderno, con lo moderno y lo capitalista
-en su tercera fase de expansión-, encierran evidentemente la complejidad de dar cuenta
de un mundo que deviene de manera inusitada debido a la rapidez con que fluye y a los
movimientos de estructuración y desestructuración que promueve en medio de ese flujo
semiótico-material en el cual se desenvuelve, de ahí que una labor socio-analítica cobre
relevancia para establecer lo que distingue al nuevo clima o condición de época pues,
será, justamente, desplegando y realizando dichas diferencias como se constituirán
nuevos puntos de afinidades socio-cognitivos que permitan registrar y analizar dicho
clima posmoderno.
25 Jameson F.: Teoría de la…/ Op. Cit., página 153.
27
Para una Socio-Analítica de la Posmodernidad. Implosión, Acoplamiento, Envoltura y Cyborg .
1.3.- LA POSMODERNIDAD Y LA PREGUNTA POR LO OCCIDENTAL26.
Se ha señalado que estamos transitando a una condición distinta a la moderna al
interior de la tercera fase de despliegue del capitalismo, pero que, al mismo tiempo, se
encuentra en entredicho la propia legitimidad de lo occidental, sobre todo en los
aspectos que dicen relación con la constitución metafísica y logocéntrica en la cual
occidente está instalado y desplegándose. Lo Metafísico es parte constitutiva del gran
espacio epistémico que constituye lo occidental, metafísica que se puede definir,
simplificando quizás en exceso las cosas, a esa tradición de idealismo filosófico que se
remonta a Platón, y que a través de Plotino y el neoplatonismo, de San Agustín y Santo
Tomás, del Cusano y Pico de Mirandola, de Descartes, Spinoza y Leibniz, alcanza hasta
Kant, Fitche, Schelling y Hegel. Lo que dicha tradición despliega es, entre otras cosas,
la argumentación en favor de la existencia de ‘Ideas en sí’, esencializadas y
substancializadas, las cuales posibilitarían la búsqueda de lo verdadero o, por lo menos,
de lo verosímil, Ideas en sí que tendrían la particularidad que operarían desde un lugar
diferente de lo puramente real-material y sus diversas manifestaciones. De ahí que en lo
contemporáneo la metafísica se ha presenta como “(…) la ciencia de lo universal, de lo
inmutable y de lo necesario; en adelante sólo se puede encontrar un equivalente en una teoría de la
conciencia que investiga las condiciones subjetivas necesarias para la objetividad de los juicios sintéticos
universales”27. Si dichas Ideas existieran realmente, como ideas en sí, entonces la
posibilidad epistémica de lo anterior podría ser posible, aunque fuera en la forma de
‘representación’ de dichas ideas. En la actualidad, dicha tradición se ve cuestionada por
diversos flancos por parte de distintas teorías que apuntan a la ruptura con la tradición
26 Occidente entendido desde los supuestos que establece lo filosófico y la analítica social, que siendo relevante, en cuanto a la posibilidad que juegan dichas narrativas en la constitución de lo real-existente, no es evidentemente todo lo que se dice de occidente.27 Habermas J.: Pensamiento Postmetafísico. Editorial Taurus, Madrid, 1990 página 23.
28
Para una Socio-Analítica de la Posmodernidad. Implosión, Acoplamiento, Envoltura y Cyborg .
metafísica que les antecedió; son los planteamientos que desde el ‘pensamiento
postmetafísico’, el ‘giro lingüístico’, el ‘carácter situado de la razón’ y la ‘superación
del logocentrismo’ -todos ellos con un claro contenido posmoderno- los que más
distancia y cuestionamientos enuncian con respecto a lo metafísico y lo logocéntrico28.
Lo metafísico aparece como la posibilidad que se produce desde la Grecia clásica en
adelante de distinguir, de manera taxativa, entre el mundo de lo material y el mundo de
las ideas, las cuales, por una necesidad sobre todo de trascendencia, terminan
instalándose de manera esencializada en categorías abstractas y supuestamente
explicativas de lo real-existe, escindidas de lo material. De la escisión que dicha
concepción de mundo instala se pueden destacar, al menos, dos cuestiones relevantes.
Por un lado, la resignificación cristiana y, en general, de los discursos de lo espiritual,
los cuales se apropian de la posibilidad de la trascendencia extramundana para el
individuo, con la consiguiente hegemonía de las respectivas instituciones de lo religioso
en torno de la ‘correcta’ interpretación para el pasaje de la otredad -el alma, el espíritu,
la conciencia- al ‘más allá’. Por otra parte, se establece toda una estructura de
pensamiento, que se puede registrar hasta Hegel, de concebir entidades (ideas)
separadas de lo material y abstractas, tales como el logos, la conciencia o el espíritu,
que se mantienen dentro del espacio de lo metafísico; el cual logra escindir lo real en
espacios explicativos diferenciados entre si, lo cual repercute en la constitución del
saber hasta lo contemporáneo, en la medida que sitúa en un ‘más allá’ de lo presente y
lo corpóreo los supuestos explicativos de lo real-existente.
En gran medida la reflexión que se sitúa metafísicamente en estos supuestos, y
que plantea que es, sobre todo, el logos (lo racional contemporáneo) lo que permite
distinguir lo ‘real’ de lo ‘aparente’, es depositaria de esta tradición. Heidegger, sobre
28 Ibíd., sobre todo páginas 16 y 17.
29
Para una Socio-Analítica de la Posmodernidad. Implosión, Acoplamiento, Envoltura y Cyborg .
esto dirá que “el ser (…) es la fuerza imperante de lo que surge. En oposición al devenir se muestra
como estabilidad, como presencia constante. Esta se manifiesta, en la contraposición con la apariencia,
como el aparecer, como la presencia manifiesta”29. Con ello, la posibilidad de lo racional como
pensamiento adecuado, se ubica precisamente en la capacidad de distinguir, lo cual es
entendido desde la Grecia clásica en adelante como una especie de ‘ajustar’ lo real al
ser por medio del logos en la medida que “El ser (…) entendido como el imperar, es la
conjunción originaria, es el logos; es lo justo que ajusta (…)”30. El logos se despliega, entonces,
como posibilidad del ajuste que ajusta lo que en sí tiene la posibilidad del puro devenir,
y dicho ajuste en lo contemporáneo es en base a lo racional, con lo cual lo que se ajusta
es lo que tiene su fundamento en lo que supuestamente proviene de dicha capacidad de
correcta adecuación de lo real a la comprensión racional que se encuentra en la
capacidad de ‘razonamiento’ o de ‘pensamiento adecuado’. Pero éstas son modalidades
enunciativas que no abandonan los supuestos de lo metafísico en cuanto tienden, en el
ajuste de lo real-existente, a considerar dicha acción -la racionalización- escindida de lo
que ajustan, separada de lo material que en sí deviene, con lo cual, la acción de ajuste
establece estabilidad del punto de vista socio-analítico y socio-cognitivo. Por ello,
desde el relato griego en adelante, lo que se enuncia como el logos se hace primordial
para el entendimiento, debido a esto se vuelve relevante el poder acatar a dicho logos y
sus determinaciones pues, es lo que permite el ajustar, el determinar un fundamento
para la existencia. En la medida que el logos se despliega como la posibilidad de un
pensamiento adecuado en torno a lo real-existente cobra preeminencia en torno a otras
posibilidades del percibir, como lo emotivo, por ejemplo, logrando una hegemonía
indiscutible hasta la modernidad, en la comprensión de lo real-existente. Dicha
29 Heidegger M.: Introducción a la metafísica. Editorial Gedisa, Barcelona, 2001, página 118.30 Ibíd., página 147.
30
Para una Socio-Analítica de la Posmodernidad. Implosión, Acoplamiento, Envoltura y Cyborg .
hegemonía ha posibilitado al individuo moderno para su propia distinción categorial
entre un mundo interno y otro externo, y le ha permitido consignar dicha escisión en
base a una supuesta adecuación ‘racional’ entre el pensamiento y el mundo, entre el
mundo y su representación. Esta situación permite seguir sosteniendo la escisión abierta
por la metafísica en cuanto a considerar que dicho pensamiento racional opera
escindido de lo puramente material, en la medida que hay siempre algo distinto a lo
real-material que circula independiente de las posibilidades socio-analíticas y socio-
cognitivas del individuo, pero que a través del logos, del pensamiento adecuado -que se
instala como capacidad racional del individuo- se puede contar con una representación
adecuada, cuando no verdadera, de dichas Ideas en sí.
La posibilidad de despliegue de la constitución metafísica y logocéntrica
occidental, y con ella, de un conjunto de relatos que legitiman dicha constitución, se
encuentra acoplada con el lenguaje, el cual cobra una gran preeminencia socio-
analítica, sobre todo en el siglo XX. La voz tiene la posibilidad de convertirse en
palabra en la medida que la apertura del ser acontece en el logos, entendido éste como
conjunción, el cual se realiza originariamente en el lenguaje31, con ello el logos se
constituye en la determinación decisiva del discurso y, a través de él, de la verdad, la
cual se vuelve necesariamente adecuación a éste. El logos sale así de su condición
originaria y se despliega en el lenguaje, excediéndolo de tal modo que “(…) desde él y
retornando a él, se decide sobre la verdad (…)”32. Con la hegemonía del logos, de la razón -en
un espacio metafísico- en el lenguaje, es que se consolida la noción del percibir como
representación, cuestión de una gran relevancia si consideramos que las referencias al
ser y lo existente siguen, en gran medida, condicionadas por estos supuestos, lo cual se
31 De ahí que Heidegger considerará al lenguaje ‘la casa del ser’.32 Ibíd., página 168.
31
Para una Socio-Analítica de la Posmodernidad. Implosión, Acoplamiento, Envoltura y Cyborg .
conceptualizará -sobre todo a partir de Derrida- como logocentrismo, en la medida que
dicho predominio se establece como ‘pensamiento ajustado’ de acuerdo a una
esencialización prototípica de la Idea y del lenguaje, como la posibilidad de
representación adecuada a lo real-existente. Para tener la posibilidad de desplegar dicha
representación se ubica en el ‘pensamiento’ o en la ‘mente’, la condición necesaria que
permite al logos consolidar su hegemonía a través del lenguaje, para ello es que se hace
necesaria la separación -binaria-, de lo externo y lo interno -de la Idea y la materia-,
pues si existe representación, esta se produce en la medida que hay algo externo que se
representa en una idea, que es a su vez distinta y abstracta en relación a lo que
representa. En esta separación, que encuentra diversas designaciones, sigue primando la
esencialización de ese ‘algo’ que permite trascender lo puramente material, para
situarse en una entidad abstracta y de alguna manera escindida del individuo, aunque
esté al interior de él. Por ello resultan interesantes las observaciones críticas que Rorty
se plantea al respecto cuando señala que “(…) lo único que llegaremos a saber sobre nuestros
semejantes (si los tenemos), podemos decir ahora con tristeza, es su conducta y su posición social. Nunca
sabremos lo que ocurre en su interior, si es que hay realmente algo allí dentro”33.
A partir de esta situación, cierto privilegio epistémico que permite hacer una
distinción entre dos campos de conocimiento del ser encuentra dificultades de seguir
desplegándose como tal sin hacer una revisión de sus postulados y empieza a aparecer
la sospecha de que “(…) lo que llamamos intuición sobre lo que es mental quizás no sea más que
nuestra disposición a aceptar un determinado juego lingüístico específicamente filosófico”34. Esto
evidentemente tiene repercusiones en la medida que es la filosofía en cuanto disciplina
la que se ha considerado a sí misma “(…) como un intento de confirmar o desacreditar las
pretensiones de conocimiento que se dan en la ciencia, en la moralidad, en el arte o en la religión. Trata
33 Rorty R.: La filosofía y el espejo de la naturaleza. Editorial Cátedra, Madrid, 2001, página 106.34 Ibíd., página 29.
32
Para una Socio-Analítica de la Posmodernidad. Implosión, Acoplamiento, Envoltura y Cyborg .
de hacerlo basándose en su comprensión especial de la naturaleza del conocimiento y de la mente” 35. Lo
posmoderno ha reaccionado produciendo diferencias con una filosofía y, más en
general, con un conjunto de socio-analíticas modernas, que se han instalado en el
campo de acción espacial que constituyen lo metafísico y lo logocéntrico. Lo
posmoderno se propone subvertir esta comprensión socio-analítica en torno a lo real-
existente, en donde la metafísica y el logocentrismo constituyen un verdadero espacio
epistémico para occidente que actúa condicionando y determinando, en parte, las
prácticas socio-analíticas, de las cuales el occidente contemporáneo es depositario.
David Harvey, reflexionando acerca de la relevancia que ha cobrado el espacio
en lo contemporáneo sostiene que “las concepciones objetivas del tiempo y espacio se han creado
necesariamente a través de las prácticas y procesos materiales que sirven para reproducir la vida social”36.
Por ello el ordenamiento analítico y simbólico del espacio conforma un marco para la
experiencia por medio del cual aprendemos quiénes y qué somos en lo social, en la
medida en que “(…) Las prácticas materiales espaciales designan los flujos, transferencias e
interacciones físicas y materiales que ocurren en y cruzando el espacio para asegurar la producción y
reproducción social”37, esto, a pesar que el ‘espacio’ ha sido invisibilizado al constituirse
como un mero hecho de lo natural cuando, en cierta forma, es más complejo que el
tiempo en la medida que “(…) tiene dirección, área, forma, diseño y volumen como atributos clave,
así como distancia (…)”38. A partir del supuesto que considera que el espacio establece, en
parte, las condiciones de posibilidad para el despliegue de lo socia-cultural se postula,
entonces, que lo metafísico y lo logocéntrico forman un espacio epistémico que se
acopla de manera fluida con los particulares modos de vida social e individual que se
experiencian en lo contemporáneo. Los espacios constitutivos de lo occidental
35 Ibíd., página 13.36 Harvey D.: La condición de…/ Op. Cit., página 228.37 Ibíd., página 244.38 Ibíd., página 227.
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Para una Socio-Analítica de la Posmodernidad. Implosión, Acoplamiento, Envoltura y Cyborg .
contemporáneo se instalan como sucesivos pliegues enunciativos, que operan
desplegando dispositivos enunciativos de saber que circulan constituyendo pliegues de
significación y prácticas sociales específicas en lo social-contemporáneo, los que -en
parte- condicionan y determinan la condición de existencia, en la medida que se
comportan como ‘climas culturales’ de épocas específicas. Desde lo moderno
evidentemente se actualizan y resignifican dichos pliegues enunciativos produciendo,
incluso, una diferenciación de ella como época por ejemplo con lo tradicional. Dicha
diferencia, dirá Foucault, se establece precisamente en la posibilidad de constituirse en
un espacio determinado que posee la especificidad de ser,
“(…) como un espacio voluminoso y abierto de acuerdo con tres dimensiones. Sobre una de
ellas se colocarían las ciencias matemáticas y físicas, para las cuales el orden es siempre un
encadenamiento deductivo y lineal de proposiciones evidentes o comprobadas; en otra dimensión,
estarían las ciencias (como las del lenguaje, de la vida, de la producción y de la distribución de riquezas)
que proceden a poner en relación elementos discontinuos pero análogos, de tal modo que pueden
establecerse entre ellos relaciones causales y constantes de esa estructura (…) En cuanto a la tercera
dimensión, se trataría de la reflexión filosófica que se desarrolla como pensamiento de lo Mismo (…)”39.
El espacio moderno que describe Foucault evidentemente sirve de sustento a la
crítica que lo posmoderno realiza sobre lo moderno, como al conjunto de prácticas
socio-analíticas que lo constituyen, en cuanto trata de situar en un conjunto de relatos y
prácticas sociales específicas la posible constitución epistémica de occidente y del
conjunto de dispositivos de saber-poder y de dominio que de dicho espacio se
despliegan. Con lo cual condicionan y determinan, en parte, lo real-existente para los
individuos que habitan dicho espacio. Si cada sociedad e individuo se constituye como
39 Foucault Michel: Las palabras…/ Op. Cit., páginas 336 y 337.
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Para una Socio-Analítica de la Posmodernidad. Implosión, Acoplamiento, Envoltura y Cyborg .
tal en un espacio enunciativo determinado, parece evidente que su capacidad socio-
analítica encontrará limitaciones en base al mismo espacio que lo constituye, de ahí que
lo posmoderno también resalta lo fragmentario y lo discontinuo pues, en el actual
despliegue capitalista, las pretensiones de universalidad se ven limitadas a un espacio de
enunciación determinadas, que en lo contemporáneo se ha vuelto cada vez más híbrido
y fluido. Por ello es importante destacar que lo posmoderno, no es sólo la socio-analítica
de la fragmentación, la discontinuidad y lo caótico que produce dicha postura, al tratar
de subvertir dichos supuestos constitutivos de lo occidental contemporáneo, cuestión
sobre la cual lo posmoderno guardaría, según Harvey, una ‘total aceptación’, en tanto
favorecería la ausencia de ‘resistencias’ frente al capitalismo, al instalar el escepticismo
y la desmotivación en lo colectivo. Pues en lo que Foucault y el discurso posmoderno
coinciden es en que ambos no buscan lo que no hay, es decir, no buscan encontrar un
‘fundamento’ universal que comande lo colectivo, que es lo que Harvey parece echar de
menos, sobre todo cuando plantea que su reflexión sobre lo posmoderno empieza “(…)
con lo que parece ser el hecho más asombroso del posmodernismo: su total aceptación de lo efímero, de
la fragmentación, de la discontinuidad y lo caótico (…) Pero el posmodernismo responde a este hecho de
una manera particular. No se trata de trascenderlo ni de contrarrestarlo, ni siquiera de definir los
elementos ‘eternos e inmutables’ que pueden residir en él”40, esto lleva a decir a dicho autor en su
reflexión que esta situación hace posible que los sentimientos “(…) modernistas hayan sido
socavados, reconstruidos, superados o evitados, pero no hay certidumbre acerca de la coherencia o el
significado de los sistemas de pensamiento que pudieron haberlos reemplazado. Esta incertidumbre
vuelve particularmente difícil la evaluación, interpretación y explicación del cambio, del que nadie
duda”41. Lo posmoderno da cuenta precisamente de esto, de la ausencia de fundamento,
pero no para reemplazar la socio-analítica moderna por otras plenas de certidumbres
40 Harvey D.: La condición de…/ Op. Cit., página 61.41 Ibíd., página 59.
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Para una Socio-Analítica de la Posmodernidad. Implosión, Acoplamiento, Envoltura y Cyborg .
pues, lo que se evidencia en lo contemporáneo dirá Rorty “(…) no es si el conocimiento
humano tiene de hecho ‘fundamentos’, sino si tiene sentido sugerir que los tiene -si la idea de que la
autoridad epistémica o moral tenga una ‘base’ en la naturaleza resulta una idea coherente”42.
Diferentes autores tratando de llevar a cabo su reflexión desde un plano, por así
denominarlo, no metafísico, se han planteado la pregunta por el Ser y la existencia.
Jameson, por ejemplo, enuncia una radical postura al reflexionar y argumentar sobre las
categorías de lo externo y lo interno, señalando que “(…) hay más cosas en juego que la mera
oposición entre lo abstracto y lo concreto -la diferencia entre intelectualizar y ver, entre la razón o el
pensar y la percepción concreta-. Aun así, sería paradójico tamatizar este concepto de imagen intelectual
en términos de la memoria (la oposición entre la memoria de una cosa y la percepción de una cosa),
cuando tanto la memoria personal como la colectiva son hoy funciones en crisis a las que cada vez es
más problemático apelar”43. Son precisamente estas funciones en crisis lo que en gran
medida lo llevan a pensar, por un lado, el presente posmoderno como esquizofrénico y,
por otro, a desplegar la ‘envoltura’ como una posible analítica que origina distinciones
de un orden diferente, posmoderno. En su intento de poner la máxima distancia y
diferencia, o sea, tratando de situar su enunciación en categorías espacio-temporales no
afines con lo metafísico dice, hablando del concepto de ‘imagen intelectual’ de Macrae-
Gibson, pero también enunciando -tal vez de manera lateral- una opinión en torno al
‘sujeto’ y la relación que éste establece con lo real-existente, que en dicha relación se
trata de: “la percepción por la máquina -formulación ésta que intenta ser un poco más fuerte que la idea
más aceptable de la percepción mediada por la máquina-. Y es que la percepción corporal es ya una
percepción realizada por la máquina física y orgánica, pero durante una larga tradición la hemos
considerado como un asunto de la conciencia- la mente que se enfrenta a la realidad visible o el cuerpo
espiritual de la fenomenología que explora al propio ser”44. Se describe una concepción de lo que 42 Rorty R.: La filosofía y…/ Op. Cit., página 168.43 Jameson F.: Teoría de la…/Op. Cit, página 149.44 Jameson F.: Teoría de la…/ Op. Cit., página 150. Véase lo cerca que está de Deleuze y Guattari en cuanto, se trata para estos autores de ‘máquinas deseantes’. Ver para ello El anti-edipo: capitalismo y esquizofrenia. Editorial Paidós, Barcelona, 1985. Sobre todo de la página 11 a la 54
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Para una Socio-Analítica de la Posmodernidad. Implosión, Acoplamiento, Envoltura y Cyborg .
el ‘sujeto’ y lo real-existente son como si se tratara de una máquina, de materialidad
organizada que funciona con energía, materia e información, la cual es capaz de
establecer contacto con otras máquinas y con un determinado contexto existencial, en el
cual se produce la ‘coordinación’ pragmática para la acción. Si consideramos lo
anterior cabe entonces una pregunta, cómo en la reflexión de Jameson -también de
Deleuze y Guattari45- se puede enunciar que la máquina ‘desea’ o ‘percibe’, ya se
quiera o se trate de poner el acento en la ‘emoción’ o en la ‘razón’, sin tener
necesariamente que enunciarlo, o sea ‘usar’ la máquina perceptiva o deseante, de una
específica y particular manera de ‘ser’. Considerando esta interrogante, Maturana y
Varela46, construyen una socio-analítica que despliegan sobre todo desde la biología
-en particular de las teorías contemporáneas de la evolución del hombre, de teorías
moleculares y complejas teorías matemáticas aplicadas a éstas últimas- para dar cuenta
de una parte de la respuesta, y dicen que la vida o, mejor dicho ‘lo vivo’ son procesos
autopoiéticos que se caracterizan, entre muchas otras cosas, por el despliegue que se
produce en “(…) el operar del sistema nervioso como una red circular cerrada de correlaciones
internas; simultáneamente, la organización del ser vivo se explica a sí misma como un operar cerrado de
producción de componentes que lo genera”47, bien es sabido que Luhmann toma de estos
autores muchos de sus enunciados para su propia teoría ‘sistémica’ de lo social. Por
otro lado, para Maturana y Varela, la vida social -del hombre, o de la especie humana-,
tiene su ‘base’ en la emoción pues, primero la máquina siente y/o percibe y luego
racionaliza48. Se ve como dichos autores le atribuye ambas posibilidades pues el
percibir, para una tradición -también en biología- forma parte de los ‘sentidos’, es una
45 Véase para ello El anti-edipo: capitalismo…/ Op. Cit46 Ver para ello de Maturana H., Varela F.: El árbol del conocimiento. Editorial Universitaria, Santiago de Chile, 1994.47 Ibíd., página XX.48 En este caso, la racionalización es vista como una opción que corresponde al espacio de lo occidental contemporáneo.
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Para una Socio-Analítica de la Posmodernidad. Implosión, Acoplamiento, Envoltura y Cyborg .
máquina más (el sistema nervioso) acoplada de manera autopoiética, como dirían el
propio Maturana y Varela, con otras máquinas que se ‘cierran’ o se ‘pliegan’ de tal
forma que permiten la autogeneración energética y funcional, con la sola limitación que
se establece, de modo ontogenético, con el tiempo de vida posible que posee cada
especie específica para la realización sus variados tipos de intercambios, entre ellos el
lenguaje. Pero dicho cierre o pliegue, siendo funcional y estructural, no impide la
‘conexión’con lo que es llamado el ‘entorno’, lo que está ‘más allá’ de la corporalidad
sistémico-estructural autopiética, por lo menos en el plano de lo real-observable, que es
en el que habitualmente se sitúa la mayoría de la especie humana. Dicha analítica
acerca de la máquina -autopoiética- es radical al evitar la metafísica de lo ‘real’ y lo
‘aparente’ pues, ‘la máquina’ siente y/o percibe, no hay separación en sí entre realidad
y apariencia; como tampoco entre Idea en sí y lo material, sólo es analítica, no
metafísica, de ahí la posibilidad de eludirla. Es más, dicha máquina es la conjunción de
múltiples máquinas que, incluso tienen distinto origen ontogenético y no percibe tan
sólo de una manera o por un ‘solo sentido’, hay múltiples y diversos modos de percibir
el entorno, obviamente algunos se reconocen como más evidentes y se les otorga mayor
‘centralidad’. De ahí la hegemonía del logos, que de alguna manera es la hegemonía
funcional que constituye el sistema nervioso central para Maturana y Varela en el ser
humano, sobre el resto de sistemas que operan en el individuo. Pero lo interesante de su
propuesta es que ellos despliegan a ‘los otros’, destacando de manera acentuada al
sistema endocrino, por su enorme versatilidad e importancia para la autopiésis de la
vida humana. También van a mostrar que la percepción que se considera más evidente,
real, medible y comprobable, permanentemente se escapa y la ‘representación’ que se
hace de ella siempre es ‘una para el individuo’. Ésta, muchas veces es compartida, pero
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Para una Socio-Analítica de la Posmodernidad. Implosión, Acoplamiento, Envoltura y Cyborg .
las ‘cosas’ -en todo orden-, sobre todo las perceptibles y visibles, que tienden a ser las
más ‘seguras’ a la ‘captura cognitiva’, no son necesariamente como se perciben pues,
precisamente es, como dice Jameson, ‘percepción por la máquina’ y no ‘mediada por la
máquina’. Tan radical resulta esto que incluso, eso evidente y no cuestionado, como los
colores por ejemplo, son, para Maturana y Varela, de una determinada manera no sólo
porque se conceptualiza y homogeniza una opinión mayoritaria acerca de ellos, sino
que además la existencia de un color específico y de los colores en general, ocurre
porque se comparte la posibilidad de percibir un determinado espectro
electromagnético, que permite reconocer aquí un rojo, allá un azul. Pero, lo relevante
que muestran dichos autores, a través de una serie de experiencias realizadas en
laboratorio, es que lo que llega finalmente como ‘información’ al sistema nervioso
central, y que el logos o razón permitiría ajustar como representación que se presenta
como algo tan ‘evidente’ como los colores, es una ‘imagen visual’ que se ‘invierte’ y, a
veces, ‘cambia de tonalidad’ antes de llegar al ‘centro’ nervioso, que finalmente la
‘distribuye’ como lo real-existente. Por lo tanto, si hay una ‘mediación por la máquina’
y se realiza de esta manera, aparece la pregunta acerca del cómo se organizan dichas
percepciones plurales que constituyen lo real-existente para lo individual y colectivo
del ‘ser autopiético’, que fluyen y circulan desde las múltiples máquinas acopladas
constituyentes del ser humano como una entidad en sí, separada en parte, estructural y
funcionalmente del entorno. Todo esto sin tener que sostener nuevamente supuestos
metafísicos que desplieguen una distinción y produzcan una escisión entre, en este
caso, el ser autopiético como materialidad organizada y la percepción que éste
construye como una Idea esencializada que permite, precisamente, a través del logos,
establecer la adecuación de la máquina autopoiética al entorno.
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Para una Socio-Analítica de la Posmodernidad. Implosión, Acoplamiento, Envoltura y Cyborg .
Sea que ésta sea una maquínica49 ‘deseante’ (Deleuze y Guattari), ‘percibiente’
(Jameson) o ‘autopiética’ (Maturana y Varela), lo importante es que se comparte la
apreciación de una base maquínica en la constitución del Ser, en tanto analítico y
desplegado, aunque no enteramente separado de lo contextual. Pero hay una cosa más,
dirá Jameson, citando a Jacques Derrida50, pues si suponemos que “(…) no hay tal cosa
como la percepción, en ese sentido; supongamos que es una ilusión imaginarnos a nosotros mismos ante
un edificio en el proceso de captar sus unidades de perspectiva como si fuera una imagen-cosa gloriosa:
la fotografía y los diversos mecanismos de registro y proyección revelan ahora súbitamente, o descubren
la materialidad fundamental de aquel acto de visión que antes era espiritual”51. O sea, la maquínica
deseante y/o percibiente realiza una operación más, también registra y, de alguna
manera, de ese registro queda una ‘huella’, una ‘impronta’ de lo registrado que siempre
aporta algo diferenciado o algo ligeramente distinto de la ‘cosa en sí’, pues aporta algo
como una imagen que opera como una diferencia socio-analítica a pesar de la
posibilidad que todo sea ilusorio pues, como dirá Rorty, “(…) las sensaciones son sólo
apariencias. Su realidad se agota en lo que parecen. Son puros pareceres. Todo lo que no es apariencia
(…) es meramente físico -es decir, es algo que puede aparecer de distinta manera a como es” 52. Derrida
llamará al ‘registro de la máquina’ como el ‘suplemento’, el cual funciona de un modo
enunciativo-analítico, en la medida que se despliega haciendo diferenciaciones, dicho
suplemento es evidentemente el lenguaje.
Derrida llama la atención sobre la hegemonía que ha desplegado la tradición del
fonocentrismo, sobre todo hasta Saussure53. Dicho fonocentrismo es, para Derrida, uno
de los precursores del logocentrismo en la medida que existe el supuesto acerca de que
49 O sea, una máquina en funcionamiento autopiético, ‘armónicamente descentrada’.50 Cuyos textos sobre lo metafísico, lo binario y, sobre todo lo logocentrismo, entre otros temas, los encontramos sobre todo en ‘La diseminación’, ‘De la gramatología’, ‘La escritura y la diferencia’, ‘La deconstrucción de las fronteras de la filosofía’ y ‘Tarjeta postal’. 51 Jameson F.: Teoría de la…/ Op. Cit., página 150.52 Rorty R.: La filosofía y…/ Op. Cit., página 36.53 Ver para ello Saussure F.: Curso de lingüística general. Editorial Alianza, Madrid, 2001.
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Para una Socio-Analítica de la Posmodernidad. Implosión, Acoplamiento, Envoltura y Cyborg .
lo oral (fono) prima sobre lo escrito (grama), por estar más cerca del momento
‘esencial’ y primordial del lenguaje. Así, lo oral tendría el privilegio de estar ubicado y
constituido desde donde éste arranca, desde donde tiene su origen, lo cual permite
situarlo como la expresión más verdadera de dicho lenguaje. Será precisamente debido
a ese supuesto, que concibe la posibilidad de establecer un momento originario como
un posible fundamento de la condición del individuo, que Derrida enuncia su
deconstrucción pues, si asumiéramos esto, el lenguaje escrito no sería más que
‘representación’ del oral en la medida que se considera a éste último como un momento
originario, de esta manera lo escrito tendería a ajustarse a lo oral de una manera similar
a como el pensamiento adecuado se debería ajustar al logos, a la razón contemporánea.
La crítica de Derrida no se detiene y llega a plantear que no existe nada exterior o fuera
del texto -como realidad-; ni siquiera lo que el logocentrismo denomina ‘autor’ pues, no
es posible rastrear, explicar o formalizar la diferencia entre modelo o representación,
entre origen y efecto, debido al reemplazo de la lógica de los opuestos por la
denominada lógica del suplemento. Si lo socio-analítico sirviera para representar
lentamente una significación oculta en el origen, tan sólo la metafísica podría
interpretar el devenir de la humanidad.
Desde Platón la filosofía ha tendido ha establecer una identidad entre lo que
aparece como lo presente y lo verdadero, cuando en realidad no hay tal identidad, sino
más bien una diferencia constitutiva. Esta diferencia no es la misma distinción
conceptual del pensamiento representativo, que entiende lo individual como una copia
del modelo y la diferencia como diferencia en el interior de un concepto, en el seno de
la identidad. Es la diferencia de una analítica que entiende lo individual como
acontecimiento y la diferencia como lo singular e irreductible entre dos identidades o
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Para una Socio-Analítica de la Posmodernidad. Implosión, Acoplamiento, Envoltura y Cyborg .
conceptos. La repetición no es lo general que puede encarnarse en diversos particulares;
es lo singular insustituible que sólo puede ser repetido como otro acontecimiento. Cada
uno de los elementos del lenguaje tiene identidad por su diferencia con los demás. Ello
implica, que cada uno está marcado entonces por otros elementos que no son él. Esta
marca es una huella. Ya sea oral, escrita o virtual, ningún elemento del lenguaje puede
funcionar sin relacionarse con (diferenciarse de) otro elemento que no está presente en
él mismo; cada elemento se constituye sobre la base de la huella que hay en él de los
restantes elementos que componen un determinado ‘sistema’. La huella inscribe así la
diferencia en lo mismo, señalando la ‘presencia’ (ausente) de lo otro. Es desde esa
‘archiescritura’ acoplada con lo presente, desde donde se despliega toda la posibilidad
socio-analítica que se puede encontrar en el lenguaje humano, pero dicho lenguaje no
se concibe ya más como la posibilidad ‘trascendente’, ‘abstracta’ y ‘substancializada’
de la condición humana, sino que es, más bien, una ‘operación’ compleja que se
despliega como un suplemento enunciativo desde una maquínica autopoiética.
Aunque la enunciación posmoderna suena, a veces, a relato de ficción señala, al
menos, dos cuestiones relevantes: por un lado se postula que lo real-existente ‘es’,
también por la posibilidad del despliegue de relatos que circulan en torno a él mismo;
pero, al mismo tiempo, se dice que dichos relatos que circulan, no lo hacen como una
‘esencia en sí’ de las cosas. En ellos, en los relatos, no hay nada de verdadero o
verosímil en sí mismo, sino que dichos relatos son, en lo más elemental, funciones
energéticas, aunque con sentido y significado para los individuos que constituyen lo
social, con lo cual la operación se complejiza. Dicho sentido o significado no proviene,
eso si, de un lugar o momento originario que establecería, por medio del logos o la
razón, el adecuado, correcto o verdadero sentido de la existencia pues, parece no
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Para una Socio-Analítica de la Posmodernidad. Implosión, Acoplamiento, Envoltura y Cyborg .
haberlo, entonces hay aproximaciones consensuadas algunas veces; en otras, ni siquiera
ha sido necesario dicho consenso y la pugna de lo diverso ha sido, en apariencia,
resuelta por dispositivos de saber-poder que han circulado de occidente al resto con
mucha fuerza, logrando de esta manera trasladar un particular y específico saber en
torno a lo real-existente. Dicho saber no constituye una esencia verdadera o verosímil
de lo real-existente sino, a lo más, un punto de vista, un conocimiento situado. Se sabe,
por otro lado, que como toda la energía, que en lo elemental son los relatos, en algún
momento perecerán, mostrando, de esta manera, lo efímeros que pueden llegar a ser. Lo
posmoderno de alguna manera es esto, mostrar la ausencia de un fundamento en sí no
es fácil pues, se debe argumentar en torno a cómo lo que en lo elemental es energía en
circulación puede hacerlo con sentido, aunque ésta sea una frágil y efímera posibilidad
de la propia condición del individuo. Por ello son importante las socio-analíticas pues,
si interpretar es ampararse por violencia o subrepticiamente en un sistema de reglas que
no tiene en sí mismo significación esencial e imponerle una dirección, plegarlo a una
nueva voluntad, hacerlo entrar en otro juego y someterlo a reglas segundas, entonces el
devenir de la humanidad es una serie de interpretaciones que se despliegan como
dispositivos de dominio, cuestión que lo posmoderno, con su socio-analítica intenta
desmontar54. Siempre es posible la efímera ‘resistencia’ al puro devenir en sí, aunque su
presente esté desplazado.
Al conjunto de supuestos y postulados que han constituido, desde la diversidad,
lo que se considera lo posmoderno, le han surgido un sinnúmero de cuestionamientos.
Dentro de éstos está la interesante crítica que realiza Habermas55 a estos postulados. Se
54 Para esto ver también, entre otros, Foucault M.: La microfísica del poder. Editorial de la piqueta, Madrid, 1992.55 Sobre todo a los postulados de Heidegger y Derrida, aunque también a otras autores considerados como ‘postestructuralistas’ (entre ellos Foucault y Baudrillard).
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Para una Socio-Analítica de la Posmodernidad. Implosión, Acoplamiento, Envoltura y Cyborg .
encuentra, sobre todo, en lo que se ha señalado como la ‘defensa’ habermasiana de lo
que se denomina el ‘proyecto inacabado o inconcluso de la modernidad’, que aún
postula -de una u otra manera- que la modernidad tiene en ‘sí misma’, la posibilidad de
desplegarse a una situación de mayor emancipación social para toda la humanidad.
Habermas cree poder sostener un fundamento, esencializado o no, el cual le permite
‘hablarle’ a ‘toda’ la humanidad, lo cual evidencia un ‘síntoma’ moderno en su
enunciación. Dicho autor plantea que Derrida, al igual que Heidegger, “(…) encara ‘el
conjunto de occidente’ y lo encara con su otro”56. La vivencia en la ‘metafísica de la
ausencia’que presenta Derrida se debe “(…) a un acto de re-presentación, la percepción se debe a
un re-conocer reproductor, de suerte que a la espontaneidad del instante viviente le es inmanente la
diferencia de un intervalo temporal y con ello también un momento de alteridad” 57. Pero a menudo,
dirá Habermas, el texto derridiano está tan dañado y fragmentado que “(…) impide al
intérprete posterior todo acceso a su contenido. Pero incluso el texto ininteligible permanece en la
inscripción, permanecen los signos -sobrevive la materias como rastro o huella de un espíritu que ha
huido”58. En clara referencia a la huella y a la deconstrucción derridiana, Habermas
realiza su reflexión crítica, pero su analítica no termina en lo que se puede considerar,
con justicia, una especie de exagerada heurística en los planteamientos de Derrida, sino
que va a una determinante similar a la que encuentra en Heidegger y el nazismo; esta
vez es la que mantendría Derrida con el judaísmo pues plantea que “en la mística del Ser las
iluminaciones entran en regresión y retornan a la magia. En tal mística neopagana, el carisma al perder
sus contornos, no irradia ni algo liberador, como en lo estético, ni algo renovador, como en lo religioso,
sino a lo sumo el encanto de la charlatanería. Pues bien, de ese encanto purifica Derrida a la mística del
Ser, a la que vuelve a reducir a la tradición del monoteísmo”59. Esta dura crítica, Habermas cree
56 Habermas J.: El discurso filosófico de la modernidad. Editorial Taurus, Madrid, 1988, página 197.57 Ibíd., páginas 211 y 212.58 Ibíd., página 201.59 Ibíd., página 221.
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Para una Socio-Analítica de la Posmodernidad. Implosión, Acoplamiento, Envoltura y Cyborg .
sostenerla en la escritura del Aleph, puesto que el texto hebreo de la Biblia comienza el
primer mandamiento con dicha consonante, la cual no representa otra cosa en hebreo
que el arranque laringal de la voz que antecede a una vocal al principio de una palabra,
“(…) El Aleph representa pues, por así decirlo, el elemento del que proviene toda voz articulada (…)
Todo enunciado capaz de dotarse de autoridad sería una interpretación, de toda la valía y rango que se
quiera, pero siempre una interpretación humana de algo que la trasciende”60. De ahí que la huella
derridiana no sería más que una resignificación judaica del Aleph y la deconstrucción de
lo occidental una hermenéutica monoteísta más. Habermas, por lo tanto, no sólo se
encuentra en oposición crítica con la diferencia que lo posmoderno realiza a lo
moderno, por su exceso de ‘irracionalidad’, sino que también se enfrenta en su defensa
de la razón y el proyecto inconcluso de la modernidad, contra los intentos de analizar
críticamente lo constitutivo de lo occidental. Habermas se sitúa desde las categorías
constituyentes de lo moderno al sostener la creencia de una posible ‘racionalidad’
desplegada como ‘acción comunicativa’ al conjunto de la sociedad, la cual permitiría
una especie de ‘consenso universal’ posible de instalar en todos los modos de vida
social-contemporáneo. Las pretensiones de lo occidental de sostener que sus supuestos
son universales o, por lo menos, universables, aunque sean de manera ‘débil’, es todavía
sostener la posibilidad que es a través de la ‘hegemonía’ como se puede llegar a la
emancipación de toda la humanidad. Si esta diferencia fuera al modo de una ‘envoltura’,
la situación sería por lo menos explicable. Habermas termina, con sus postulados,
restringiendo en exceso el debate sobre lo moderno en su intento de salvaguardar su
legitimidad. Lo posmoderno evidentemente que desea ir ‘más allá’ de estos postulados,
al plantearse socio-analíticas de desmontaje de lo occidental, de rebasamiento de lo
60 Ibíd., página 221.
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Para una Socio-Analítica de la Posmodernidad. Implosión, Acoplamiento, Envoltura y Cyborg .
moderno y de diferencia radical con el capitalismo en su vorágine dinámica de
circulación y acumulación.
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2.- ANALÍTICAS POSMODERNAS.
“Es en las preguntas que haces donde mientes, porque ya sabías por anticipado la respuesta, en tan poco tiempo dos veces ha hablado la voz desconocida”. (J. Saramago)
La modernidad, al igual que las épocas que le precedieron, ha constituido una
práctica específica para la construcción del saber y su circulación. Dicha construcción
se ha desplegado desde un conjunto de epistemologías que dotaron, a dicho saber, de
fundamentos para la legitimación de sus supuestos y evidencias. Con esto, el saber
constituido en la forma de conocimiento científico, se instaló en lo social como la
posibilidad comprensiva o explicativa privilegiada de lo real-existente, a todo nivel. La
ciencia, como relato y práctica específica del saber occidental contemporáneo, deviene
hegemónica en la medida que su propio estatuto y sus particulares modos de acceso y
explicación de lo real-existente, se ha constituido en el discurso y la práctica socio-
analítica dominante para el conjunto de individuos que habitan y se socializan en lo
social-contemporáneo. Pero, con la crisis de lo moderno, los supuestos articuladores de
la ciencia no han quedado incólumes; los contenidos cuestionadores acerca de cómo se
ha constituido y desplegado su hegemonía han circulado desde diversos relatos,
científicos o no, produciendo más de una dificultad a lo que parecía la respuesta más
certera en torno a lo real-existente. La misma ciencia, en sus desarrollos considerados
más ‘duros’61, ha establecido una cierta imposibilidad de acceso metaestable y perenne
sobre esa realidad que supuestamente es pensada del modo más adecuado, en la medida
61 Como en la física, por ejemplo.
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Para una Socio-Analítica de la Posmodernidad. Implosión, Acoplamiento, Envoltura y Cyborg .
que se escribe en el lenguaje de las matemáticas, el cual sería a su vez, el lenguaje
‘mismo’ de la naturaleza.
La ciencia, en sus diversas modalidades, logra hegemonía tanto por el lenguaje
matemático y matematizable que articula y despliega, como por las ‘pruebas’ que pone
al alcance de la comunidad para ‘corroborar’ sus hallazgos. Es esta matematización de
lo real lo que le otorgue un prestigio social relevante a la práctica científica, en la
medida que dicho lenguaje proporcionaría una verdadera ‘llave’ de acceso ilimitado y
certero sobre lo real-existente debido, precisamente, a que dicha realidad estaría escrita,
o ‘se dejaría leer’, en dicho lenguaje. Pero lo matemático, desde lo posmoderno, se pasa
a considerar un lenguaje más, el cual, más allá de su verosimilitud lógica, no posee una
preeminencia ontológica sobre otros lenguajes que circulan en torno a lo real-existente.
Con las ‘pruebas’ científica, parte estructurante de los métodos de la ciencia, pasa algo
similar, tanto para las aquellas consideradas con base en lo ‘empírico’ como en lo
‘teórico’ que constituyen, a su vez, la distinción más prolífica de lo científico. Ambos
métodos y conjunto de pruebas encuentran en la actualidad dificultades para sostener
que la ciencia es capaz de descubrir lo verdadero en torno a lo real-existente debido,
también, a los propios hallazgos que la ciencia ha realizado sobre sus propios
fundamentos y prácticas socio-analíticas.
Tanto la prueba empírica como la teórica se constatan como autorreferentes, en
la medida que lo empírico exige medir lo material con instrumentos hechos de materia,
se produce un efecto de incertidumbre señalado por Heisemberg a modo de principio.
Este principio enuncia que no podemos determinar, al mismo tiempo, la posición y el
estado de movimiento de una partícula, “(…) si determinamos la posición, indeterminamos el
estado de movimiento (tendremos un corpúsculo), si determinamos el estado de movimiento,
indeterminamos la posición (tendremos una onda). Este principio señala la huella dejada por el sujeto en
48
Para una Socio-Analítica de la Posmodernidad. Implosión, Acoplamiento, Envoltura y Cyborg .
su interferencia con el objeto: al medirlo lo cambia (incluso la determinación ontológica del objeto -
corpúsculo u onda- es ahora del sujeto). Es la interferencia de la actividad empírica del sujeto” 62.
Evidentemente esta postura todavía proporciona la estabilidad y coherencia que permite
la propia noción de ‘sujeto’, pero lo importante es que se destaca que lo real-existente al
estar en permanente devenir no puede fijar, en un mismo instante, la posición y el
estado de movimiento de una partícula y, más en general, de un ente cualquiera. Es por
ello que dicho principio va cuestiona la posibilidad de la determinación de
certidumbres, de fundamentos sobre lo real-existente, más aún cuando dicha
determinación se realiza con instrumentos que están hechos con los mismos
componentes de lo que se pretender medir. Con el individuo constituido en ‘observador’
por las ciencias sociales pasa algo similar pues, a pesar de sostener variados supuestos
sobre lo social-contemporáneo, éstos siempre se sostienen desde la imposibilidad de la
distinción taxativa entre sujeto y objeto, con lo cual el ‘observador’ siempre ‘está’
presente e involucrado en la situación que analiza.
Aunque dicho presente se perciba como distinguible y estático, lo cierto es que
se despliega desplazado y en devenir, de ahí que los ‘objetos’ no sean tan fácilmente
aprehensibles en su captura perceptiva. Lo mismo ocurre con la prueba teórica pues,
ésta exige hablar siempre del y desde el habla, lo cual le permite a Gödel establecer el
principio de incompletitud en la medida que “(…) ninguna teoría es a la vez consistente (todos
sus enunciados son verdaderos) y completa (la verdad de todos sus enunciados puede ser probada), habrá
por lo menos un enunciado que siendo verdadero no puede ser probado. Este principio señala la huella
dejada por el sujeto en el objeto en su actividad teórica”63. Pero supongamos todavía, como
plantea lo posmoderno, que dichos principios de incertidumbre y de incompletitud no
62 Ibáñez J.: “El papel del sujeto en la teoría (hacia una sociología reflexiva)”, en problemas de teoría social contemporánea. Lamo de Espinosa, E., Rodríguez, J., CIS, Diciembre, Madrid, 1993, páginas 361 y 362.63 Ibíd., página 362.
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ocurren tan sólo por la indeterminación simultánea que se produce al pretender
establecer la posición y el estado de movimiento de una partícula -que a la vez es una
onda-; y, por la imposibilidad para un cuerpo teórico de ser verdadero y consistente al
mismo tiempo, por lo que son cuestionadas dichas pruebas, sino que además de lo
anterior, se debate la propia noción de ‘sujeto’, y no sólo su acción indeterminante o de
incompletitud. Es, incluso, el propio estatuto ontológico de la noción de sujeto -también
la de objeto-, y los supuestos epistémicos desde donde se han sostenido dichos
postulados los que son cuestionados, produciendo un verdadero desmontaje de los
fundamentos articuladores del relato moderno-occidental. Por cierto, las posturas que
enuncian estos nuevos postulados se encuentran en una posición, como diría Vattimo,
‘débil’, en la medida que no supone la constitución de nuevos saberes desde un estatuto
pleno de certidumbres y fundamentos irrefutables, sino que, precisamente por los rasgos
de incertidumbre e incompletitud en el despliegue de lo real-existente, los nuevos
saberes -posmodernos- deberán considerar dicha situación y plantear sus socio-
analíticas desde un saber emplazado desde un punto de vista.
El conocimiento y el saber se vuelven situados, tienen un lugar de
emplazamiento y despliegue específico, son ‘armónicamente descentrado’. Con ello, se
busca eludir el predominio logocéntrico de lo moderno. No es que se considere que lo
armónico no produzca ‘centros’, sino que desea especificar que dichos centros no son
una Idea en sí mismo, sino una operación de acoplamiento y envoltura, de repetición y
diferencia acerca de lo social-contemporáneo. Esto hace posible una constitución
‘pluritonal’64 del saber, en la medida que los lugares de emplazamiento y enunciación de
los conocimientos -situados- fluye por el entramado socio-analítico de lo social,
reconociendo hegemonías débiles de los diversos lugares de producción desde donde
64 En música la tonalidad se concibe como la posibilidad de producir centros.
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Para una Socio-Analítica de la Posmodernidad. Implosión, Acoplamiento, Envoltura y Cyborg .
logran circular, con lo cual lo híbrido -como también el cyborg- tienen la posibilidad de
despliegue socio-analítico en lo social-contemporáneo.
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2.1.- IMPLOSIÓN Y SIMULACIÓN DE LO SOCIAL-CONTEMPORÁNEO.
La ‘tranquilidad’ -existencial- de los individuos está dada, en parte, por la
seguridad que otorgan los objetos. Pero de alguna manera, esos mismos objetos que
comúnmente han sido enunciados como ‘estáticos’, ‘objetivos’ o ‘realmente existentes’,
han logrado devenir en signo e, incluso, en simulacro; o sea, en una copia sin un
‘referente’ necesariamente existente como original. Dichas copias se realizan sobre
otras copias, debido, sobre todo, a la diversidad del código socio-cultural devenido en
signo y al despliegue de lo virtual. Antes, con Marx, el objeto devenía mercancía con
valor de cambio a partir de un estadio anterior que desplegaba un valor de uso. Ahora
adquiere otro valor adicional, el de signo y con él la posibilidad de circulación por la
fluidez de la social contemporáneo. Filósofos, como Deleuze por ejemplo, han
constituido una reflexión acerca del devenir para plantear que, de alguna manera, todo
deviene; en lo social contemporáneo los objetos devienen en signo y circulan de manera
fluida, de ahí que la seguridad de los objetos en lo posmoderno, se desdibuja al no
presentarse éstos como lo ‘objetivo en sí mismo’, con lo que las certidumbres que
proporcionaban la objetividad y la estabilidad de los supuestos socio-analíticos
modernos, se resiente.
Baudrillard frente a la situación anterior, enuncia una posibilidad socio-analítica
interesante, en especial a través de los conceptos de la implosión y la simulación.
Plantea que la implosión permite eludir las certezas que se han establecido desde
filosofías de despliegue, de explosión, modernas; puesto que -a través de lo implosivo
como evento socio-analítico, de la simulación y del fin de lo social- se cuestiona,
precisamente, la noción de fundamento y de seguridad ontológica que posibilitan dichas
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Para una Socio-Analítica de la Posmodernidad. Implosión, Acoplamiento, Envoltura y Cyborg .
filosofías de despliegue en lo social-contemporáneo. La seguridad de los objetos está
constituida ésta vez por un simulacro, producto de la implosión en lo real-existente, con
lo cual dicha seguridad -ontológica- se resiente. Los objetos no son, por así decirlo,
objetivos en sí mismo, estáticos a la ‘captura’ socio-analítica y socio-cognitiva, es más
dichos objetos -devenidos en signo- son desplegados, en lo social-contemporáneo a
través de una simulación, sobre todo, de aparatos mediático-virtuales. En las sociedades
actuales además, el despliegue de fundamentos se ve afectado por la sobreabundancia
de significación y sentido, con lo cual se ha llegado a un ‘límite superior’ de lo
expansivo en la ‘producción de saber’ desde lo moderno. En lo contemporáneo el
proceso es, de alguna manera, a la inversa pues, con lo implosivo y la simulación se
produce un desdibujamiento de significación en lo moderno, debido en gran medida, a
la sobreabundancia de signos de lo real que, circulando de manera fluida y sistemática
-como un flujo semiótico-material- posibilita el despliegue de objetos simulados. Desde
una socio-analítica posmoderna se postula una situación similar, con la diferencia que la
contraposición explosivo-implosivo de Baudrillard presenta, y que aún remite a un
binarismo de lo interno y lo externo, se obvia. El despliegue de lo real-existente
reconoce ciertos vectores de orientaciones (interno-externo, explosivo-implosivo, por
ejemplo) pero, tan sólo, como dispositivo experiencial-cognitivo.
El objeto de la modernidad y sus filosofías del despliegue ha devenido en
simulacro de lo real indiferenciándose del sujeto que lo constituye y lo representa. El
simulacro da cuenta de la posibilidad de habitar en el flujo implosivo de lo
contemporáneo. Es la simulación de lo real-existente, sobre todo a partir del complejo
mediático-virtual, la operación societal que permite apreciar que lo social puede
desplegarse hacia un ‘adentro’ social y circular por un sinnúmero de espacios, algunos
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Para una Socio-Analítica de la Posmodernidad. Implosión, Acoplamiento, Envoltura y Cyborg .
de ellos virtuales65, como lo es un flujo de signos. Pero, ¿se puede realmente sentir o
habitar el flujo de lo real-existente en base al simulacro?, el cual, con su actual
aceleración por la fluidez de lo social-contemporáneo, tiende a lo desértico, al vacío de
significado, a lo puramente instantáneo de un eterno presente, sobre todo si se considera
que en lo contemporáneo no se dispone de una batería conceptual y socio-cognitiva
adecuada para dar cuenta socio-analíticamente, justamente, de dicho flujo. Se puede
realmente abandonar la seguridad de los objetos que constituyen una base ‘sólida’ de
distinción acerca de lo real-existente, cuando es, precisamente, lo que parece
proporcionar la posibilidad de diferir del puro devenir en sí. Pero, tal vez, lo
posmoderno no se trate después de todo, tan sólo de una cuestión conceptual, como se
ha entendido desde lo moderno-metafísico, como un concepto, una Idea, escindida de
una práctica socio-cultural específica y, en realidad, todos han sentido alguna vez dicho
flujo, dicha inestabilidad, dicho devenir. Posiblemente se ubica ‘más allá’ de la pura
correcta adecuación al logos, ‘(…) cuando una madre llora se nubla el pensamiento (…)’, canta
Álvaro Enríquez66, dando cuenta de eso indecible que alguna vez se siente y/o
experiencia y que, de alguna manera, muestra algo diferente a lo habitual y a lo
cotidiano, con lo cual todas las certezas de lo ‘racional’ parecen febles67 e insuficientes.
El flujo posmoderno de lo implosivo y el simulacro muestra que la supuesta realidad no
vale más ni menos que lo aparente, que no hay jerarquías en lo verosímil cuando la
‘ilusión’, lo virtual y el signo, está configurada con el mismo empecinamiento y la
misma minuciosidad que lo real-existente y, sobre todo, cuando se da cuenta que éste
último acoplamiento ya no le precede como origen, incluso más, tal vez no exista nada
en el origen, que no exista ya un origen sino, tan sólo su simulacro.
65 Se utiliza acá virtual como virtus.66 Músico y cantante chileno, líder de la banda rock ‘Los Petinellis’.67 Febles se entenderá como débil pero al mismo tiempo sinuoso y delicado.
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Para una Socio-Analítica de la Posmodernidad. Implosión, Acoplamiento, Envoltura y Cyborg .
La implosión físicamente es la ruptura hacia dentro de las paredes de un sistema
cuya presión interna es inferior a la de fuera. Por analogía, Baudrillard llama implosión
a la destrucción interior que se produce cuando se vacía de significado el mundo: un
proceso de entropía social en virtud del cual se derrumban las fronteras entre realidad e
imagen, y se abre el agujero negro de la falta de significación. Por ahí pierde el mundo
la presión interior que genera el sentido de las cosas y la certeza de los objetos, con lo
cual se vacían del significado que habían instalado en ellos las filosofías modernas de
despliegue, de irradiación de intensidades y de molecularización del deseo. Dichas
filosofías “(…) van en el mismo sentido, el de saturar hasta lo intersticial y hasta lo infinito las redes
(…) hasta convertirse en agujeros negros donde el mundo, en el sentido que lo entendemos, como destello
y potencial indefinido de energía, es abolido (…)”68. Lo social pierde sentido o significación en
la medida que se ha concebido tan sólo como despliegue, como pura expansión y
explosión, bajo el signo de la universalidad del mercado, de los valores, económicos y
filosóficos, “(…) pero según un proceso de desbocamiento y de aceleración, ese proceso explosivo
llegó a ser incontrolable, alcanzó una velocidad o una amplitud mortal, o más bien alcanzó los límites de
lo universal, saturó el campo de expansión posible (…)”69. Lo moderno como despliegue, ha
invadido todo lo social-contemporáneo, desde lo intersticial hasta lo sistémico. En el
capitalismo esto se enuncia como el término del proceso de modernización, el cual es,
precisamente, el que permite que la tercera fase expansiva capitalista se despliegue e
instale en lo social-contemporáneo. Una vez que la modernización se ha consumado y el
capitalismo se ha establecido en todo el espacio-tiempo planetario su propia dinámica,
como puro despliegue explosivo y expansivo, termina por agotarse. Una nueva fase de
expansión rebasa la modernización y el capitalismo deviene en signo. Baudrillard
plantea que una vez que se ha consumado el despliegue del capital, y su dinámica ya
68 Baudrillard J.: Cultura y simulacro. Editorial Kairós, Barcelona, 2002, páginas 102 y 103.69 Ibíd., página 166.
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parece invadirlo todo, surge la simulación y el dispositivo signo-mercado-consumo se
constituye en una condicionante de lo contemporáneo. La configuración del saber -en lo
moderno- se ve afectado por esta nueva situación pues, el despliegue implosivo de lo
real-existente produce “configuraciones no expansivas, no centrífugas: centrípetas -pluralidades
singulares que no apuntan jamás a lo universal, centradas sobre un proceso cíclico, el ritual, y tendiendo a
involucionar en ese proceso no representativo, sin instancia superior, sin polaridad disyuntiva, sin por ello
derrumbarse sobre ellas mismas (...)”70. Lo implosivo y el simulacro parecen afectarlo todo. Se
produce, por ejemplo, que epistemologías que se han constituido en la separación
taxativa sujeto-objeto, vean resentidas sus categorías explicativas pues “(…) se esfumó la
diferencia soberana entre uno y otro que producía el encanto de la abstracción (…) La metafísica entera
desaparece. No más espejo del ser y de las apariencias, de lo real y su concepto”71.
En lo social-contemporáneo se ha desplegado la precesión de los simulacros, en
la medida que,
“(...) la abstracción ya no es la del mapa, la del doble, la del espejo o la del concepto. La
simulación no corresponde a un territorio, a una referencia, a una sustancia, sino que es la generación por
los modelos de algo real sin origen ni realidad: lo hiperreal. El territorio ya no precede al mapa ni le
sobrevive. En adelante será el mapa el que preceda al territorio (…) Hoy serían los jirones del territorio
los que se pudrirían lentamente sobre la superficie del mapa, son los vestigios de lo real, no los del mapa,
los que todavía subsisten esparcidos por unos desiertos que ya no son los del imperio, sino nuestro
desierto. El propio desierto de lo real”72.
No se trata ya de imitación ni de reiteración, incluso ni de parodia, sino de una
suplantación de lo real por los signos de lo real, es decir, se trata de una operación de
70 Ibíd., página 166.71 Ibíd., página 10. Observemos como, por ejemplo, en la ciencia ficción contemporánea, se usa este supuesto del ‘desierto’ de lo real para dar cuenta de los nuevos dispositivos mediático-virtuales que ‘representarían’ hegemónicamente lo real-existente, con lo cual desplegarían como una nueva forma de dominio.72 Ibíd., página 10. Baudrillard usa acá la metáfora expuesta en el texto de Borges los cartógrafos del imperio.
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disuasión de todo proceso real por su doble operativo, por su simulacro. Lo real-
existente no tendría nunca más la ocasión de producirse “(…) tal es la función vital del modelo
en un sistema de muerte, o, mejor, de resurrección anticipada que no concede posibilidad alguna ni al
fenómeno mismo de la muerte”73. En la nuevo clima cultural lo social se desvanece, la
sociedad de masas queda inerte, y las fronteras de lo vivo y lo representado no son ya
discernibles. Con la anulación de las fronteras que separan lo real-existente de su
simulación se posibilita, en lo social-contemporáneo, un proceso ‘esquizofrénico’ de
pérdida de contacto con lo real-existente pues, las posibilidades de resistir el dominio de
los signos que circulan simulando lo real, son cada vez menores. En el ‘desierto’ de lo
real, la nueva escritura es el programa virtual de los simulacros que constituyen un
nuevo dispositivo de saber y de dominio en la medida que ‘representan’ lo real-existente
de un modo cada vez más hegemónico, con lo cual ya no se distingue entre lo originario
y su simulacro; en el flujo que constituye lo social, son los signos -como simulacros- los
que circulan de manera hegemónica por el capitalismo en su nueva expansión. Cuando
todo está socializado en el orden de los simulacros, ocurre que la máquina de
‘integración de residuos’, de ‘producción social’, se detiene; la dinámica se invierte, y
es el sistema social entero el que se convierte en residuo. Lo social en su despliegue
elimina todos los vestigios de lo social, con lo cual se convierte él mismo en residual.
Lo social-contemporáneo, a medida que se instala bajo la rúbrica del imperio de la
implosión y el devenir signo, se designa a él mismo como el ‘resto’ simulado del flujo
de lo real-existente. Todo esto constituye, para Baudrillard, “un monumento de la disuasión
cultural, al que son invitadas las masas para que asistan por su propio pie al cortejo fúnebre de la cultura,
creyendo que celebran su coronación (...)”74. Y las ‘masas’ acuden. Esta es la cuestión dice
Baudrillard. Es la propia ‘sociedad de masas’ la que así pone fin a la cultura de masas.
73 Ibíd., página 11.74 Ibíd., página 206.
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La sociedad de masas es, de esta manera el lugar de la implosión de lo social, de la
pérdida de significación de lo social-moderno hasta el punto de su desaparición.
La dificultad adicional que se agrega a la situación contemporánea estriba en que
la simulación no se limita a producir simplemente ‘objetos irreales’, sino que
manufactura objetos y experiencias que pretenden ser más reales que la propia realidad,
o sea, hiperreales. En la sociedad del despliegue de lo tecnológico-virtual, la simulación
no es ya un territorio; es la generación vía modelo de algo real sin origen ni realidad: lo
hiperreal. Las transgresiones que se pueden realizar por la vía de la simulación, afirma
Baudrillard, son más graves que las violencias materiales, que sólo afectan a lo real. La
simulación “(…) es infinitamente más poderosa, ya que permite ir más allá de la realidad y hacer
imaginar que el orden y la ley mismos podrían muy bien no ser otra cosa que simulación (...)”75. Es en la
ausencia de lo real donde está el problema del mundo. En una hiperrealidad sin
referentes, lo peligroso es la implosión de la significación socio-cultural producida por
la simulación pues, la pérdida de realidad que conlleva la precesión de los simulacros
envuelve en su “(…) sombra aniquiladora todos los acontecimientos imaginables (…)”76,
desplegados en lo social-contemporáneo. El único referente que aún funciona para
Baudrillard es ‘la mayoría silenciosa’; con la salvedad que esta mayoría ha dejado de ser
representable. La sociedad de masas es una especie de agujero negro, donde sólo
quedan simulaciones producidas por encuestas y estadísticas. Y es necesario añadir que
la desaparición de lo social ha arrastrado en su caída a la política, de la cual sólo resta su
propia simulación. El hecho de que la masa sea un referente imaginario no significa que
no exista pero, lo que ha quedado excluido, dirá Baudrillard, es la posibilidad de
representarla y, en consecuencia, no habrá una significación social que de sentido a la
75 Ibíd., página 208.76 Ibíd., página 208.
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política y a la acción colectiva. No se trata ya de que la información que suministran los
medios sea una imitación, una reduplicación de lo real, ni siquiera una parodia. La
operación que llevan a cabo los nuevos medios consiste en sustituir la realidad misma
por los signos de lo real. Se trata de una operación que detiene y reemplaza todo
proceso real por su doble simulado.
La condición actual del mundo es la de una hiperrealidad, donde el prefijo
‘hiper’ quiere decir ‘más que’, y el término ‘realidad’ significa ‘reproducción’ más que
‘producción’. La difusión masiva de la televisión unida a la comunicación satelital y al
despliegue de la informática -que profundiza los aspectos de lo virtual- permite
experimentar un torrente de imágenes pertenecientes a espacios semiótico-materiales
diferentes casi de manera simultánea, de modo que los espacios del mundo pasan a ser
una serie de imágenes que operan como simulacro de lo real sobre la pantalla televisiva
o del ordenador. El entrelazamiento de simulacros en la vida cotidiana va a reunir
diversos mundos en el mismo espacio y tiempo, pero lo hace encubriendo casi
perfectamente cualquier huella de los orígenes de los procesos sociales que las
desplegaron y que se implicaron en su producción, así el ‘mundo real’ de la modernidad
se vuelve brumoso. Pero el efecto del simulacro parece, de nuevo, aclararlo todo; en la
pantalla circulan los signos y las huellas de lo real en un fluir ininterrumpido, cada
episodio ‘significativo’ de la vida en el ‘mundo’ es desplegado, y cada individuo podrá
registrarlo a través de las nuevas ‘ventanas’ o ‘portales’ de acceso a lo real, que ya es el
simulacro de algo que existió pero que ha sido borrado y reescrito. Con esto, las
vicisitudes de lo real-existente en el capitalismo -la explotación, por ejemplo- es di-
simulado en ese fluir de imágenes desplegado por un conjunto de máquinas
pretendidamente metaestables -proporcionadas por las nuevas tecnologías en el
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capitalismo en su fase multinacional-, las cuales se instalan produciendo su propia
construcción de lo real-existente a través del flujo ininterrumpido de signos -como
simulacros- de dicha realidad. Este collage de imágenes espaciales superpuestas hace
implosión sobre lo social-contemporáneo, haciendo fluir con intensidad lo real-
simulado. Se produce de esta manera, socio-analítica y socio-cognitivamente, la
desestructuración de los espacios modernos de representación y su reemplazo por la
estructuración de un nuevo mundo, al cual se tendrá acceso vía las ventanas y portales
que muestran, cómodamente sentados desde el hogar, esa nueva realidad, más efímera y
fragmentada, pero cuidadosamente monitoreada. Así las huellas del horror durarán sólo
unos segundos para luego ser borradas por otras imágenes, otros signos simulados, que
devolverán a la placidez del nuevo mundo y a la tranquilidad de los nuevos objetos.
En este mundo de collages cambiantes, donde nadie conoce con precisión su
‘lugar’ en el mundo, ¿cómo se puede dar forma y sostener un orden social seguro?, será
precisamente para eso que la maquínica virtual se despliega, el nuevo ‘sentido’, que
producen en su actividad, tendrá la posibilidad de acoplarse con lo real-existente y
participar activamente, significando y resignificando el ‘desierto’ de lo real. Harvey
citando los enunciados que Marshall McLuhan ya planteara en la década de los sesenta
señala que “Al cabo de tres mil años de explosión, por medio de las tecnologías fragmentarias y
mecánicas, el Mundo Occidental pasa a un proceso de implosión. En el curso de las épocas mecánicas,
habíamos extendido nuestros cuerpos en el espacio. Hoy, tras más de un siglo de tecnología electrónica,
hemos extendido nuestro sistema nervioso central hasta una inclusión global, aboliendo tanto el espacio
como el tiempo (…)”77. Así, el proceso de mass-mediatización de lo social se torna
relevante en la medida que se percibe, en parte, un mundo que los medios hacen ver,
con lo cual la imagen allí proyectada, y que parece inundarlo todo, se presenta cifrada,
77 Harvey D.: La condición de…/ Op. Cit., página 324.
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Para una Socio-Analítica de la Posmodernidad. Implosión, Acoplamiento, Envoltura y Cyborg .
no es transparente a la pura percepción. Por ello, enuncia Baudrillard, los objetos tienen
siempre la iniciativa y dominan al sujeto que ya no distingue original de copia; es éste
un momento de subversión sígnica que parece afectar de manera rotunda la propia
sociabilidad pues, lo que se afecta es el propio estatuto de lo que fue considerado como
lo real-existente hasta la modernidad. La historia, con la implosión y la simulación,
parece llegar a un estado terminal, y el hombre de la modernidad, a su fin. El hombre y
el humanismo, se nos presentan en lo social-contemporáneo, como una huella en la
playa, dirá Foucault. El hombre tuvo un inicio -categorial y existencial- y cómo una
huella en la playa va a desaparecer barrido por el efecto del agua; pero aparecen nuevas
huellas, el simulacro alcanza la superficie y despliega nuevas categorías de reemplazo
frente a los supuestos instalados desde la modernidad, y ésta es rebasada.
Simular no es mentir. Y no lo es porque mentir supone aceptar, aunque sea
tácitamente, que existen cosas independientes de los signos que darían cuenta de ellas.
El sistema que despliega Baudrillard denota y activa el alcance y la magnitud del
desastre pues, la omnipotencia de su código vacía el mundo de significado. Se vive en
un mundo de simulación, en un mundo en el que la más alta función del signo es hacer
que desaparezca la realidad y a la vez esconder esa desaparición; las imágenes ya no son
el espejo de la realidad sino más bien están en su centro y la han transformado.
Entonces la imagen no tiene otro destino que la propia imagen, por lo tanto, la imagen
ya no puede imaginar lo real porque se ha vuelto ella misma real . El hombre de la
sociedad mediática está condenado a perseguir simbólicamente la realidad que los
simulacros le ocultan con lo cual “(…)"Todos nuestros artefactos se convierten entonces en el
lugar de la inexistencia, ya que un sujeto sin existencia propia es una hipótesis por lo menos tan vital
como la de un sujeto dotado de una responsabilidad metafísica (...)”"78. La persecución de lo real-
78 Baudrillard J.: Cultura y…/ Op. Cit., página 60.
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Para una Socio-Analítica de la Posmodernidad. Implosión, Acoplamiento, Envoltura y Cyborg .
existente desde lo moderno es entonces inoficiosa. Las antiguas certidumbres modernas,
como la seguridad de los objetos por ejemplo, se subvierten, con lo cual las
epistemologías de esta época no será más que “(...) una patafísica o ciencia de las soluciones
imaginarias, ciencia de la simulación y de la hipersimulación de un mundo exacto, verdadero, objetivo,
con sus leyes universales, comprendiendo en ellas el delirio de aquellos que lo interpretan según esas
leyes”79, son sólo un relato sin más -ni menos- realidad que lo que se dice, de algo que
fluye como si fuera de cierta manera. El acceso ‘privilegiado’ a ella, es sólo parte de
dicho relato. Pero por el hecho que lo socio-analítico se despliegue como un relato no
significa que no sea importante, por el contrario, lo es tanto que es justamente por ello,
que lo posmoderno despliega un ‘giro’ lingüístico. En la medida que los relatos de lo
real-existente no provienen, por así decirlo, desde un origen, el ‘desierto’ de lo real no
ha conocido un paraíso del cual hayan sido arrojados los individuos y sus vicisitudes, la
vida de éstos se ha constituido en un complejo acoplamiento lingüístico-experiencial
que ha devenido en relato y en una determinada práctica social, evidentemente no
exenta de todas las complejidades de la vida social-contemporánea. La opción de
occidente ha sido por la seguridad de los objetos, pero qué se puede hacer cuando el
flujo, el devenir, se ha instalado en lo social contemporáneo.
Lo virtual vuelve más evidente dicho flujo pues muestra el potencial del
simulacro, por un ordenador puede pasar el mundo, es más, un ‘internauta’, puede
‘navegar’ y ‘conectarse’ a éste, como simulacro, a través de su ordenador. Lo virtual, de
esta manera, no niega ni reemplaza lo real-existente, sino que pasa a formar parte de él
en la medida que también lo constituye. Lo virtual se despliega acoplado en las
diferentes escrituras que circulan por lo social-contemporáneo. Aunque
tradicionalmente se ha considerado que lo virtual es lo que tiene la posibilidad de
79 Ibíd., página 140.
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Para una Socio-Analítica de la Posmodernidad. Implosión, Acoplamiento, Envoltura y Cyborg .
producir un efecto, el cual tiene la particularidad de tener existencia ‘aparente’ y no
‘real’, se debe considerar que esa distinción queda subvertida socio-analíticamente en lo
posmoderno. De ahí que lo virtual deviene existente en la medida que se instala como
un ente cualquiera, lo virtual ‘es’, existe y tiene la posibilidad de desplegarse, de
desdoblar y de extender lo que está plegado -en este caso el ‘desierto’ de lo real-, con lo
cual logra circular como una operación socio-analítica más en dicha realidad; pero dicha
operación es compleja y consta de un estatuto similar a la escritura. En su hacer lo que
despliega es una ‘visión’ del mundo, al hacerlo, de algún modo, condiciona y determina
la percepción que los individuos poseen de lo real-existente, sea éste real o aparente
pues, para el simulacro no hay diferencia en la medida que no hay algo como lo
original, como tampoco ya lo habrá para el ‘espectador’ mediático-virtual, ni -aunque en
otro sentido- para el analista de lo posmoderno. La propia actividad de lo mediático-
virtual pasa a formar un elemento de la producción y reproducción del mundo, con la
diferencia que su acción sobre él deviene hegemónica -al igual que la escritura y las
palabras- tanto por su capacidad de significación en lo real-existente como por fluir en
todos los intersticios de lo social. Lo virtual produce, de esta manera, una verdadera
revolución al desplegar una visión de mundo que se instala armónicamente en lo social-
cotidiano hasta volverse imprescindible en su uso, no sólo para el individuo
contemporáneo, sino para el propio ‘sistema-mundo’ por su relevancia, por ejemplo, en
la economía global actual, cuya virtualidad se puede apreciar, sobre todo, en lo que se
refiere a lo financiero. De manera coherente con lo anterior, la cultura del simulacro
nace en una sociedad donde el valor de cambio se ha generalizado hasta el punto de que
desaparece el recuerdo del valor de uso, “(…) una sociedad donde, como ha observado Guy
Debord80- en una frase extraordinaria, la imagen se ha convertido en la forma final de la reificación de la
80 En la sociedad del espectáculo, Op. Cit.
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Para una Socio-Analítica de la Posmodernidad. Implosión, Acoplamiento, Envoltura y Cyborg .
mercancía”81. En el capitalismo en su tercera fase de expansión multinacional, es la propia
mercancía la que fluye como valor de signo, cae ante el ‘embrujo’82, ante la
fechitización del signo en el dispositivo social del consumo, de ahí que circule por lo
social-contemporáneo toda una ‘economía de signos virtuales’.
La implosión y el simulacro finalmente afectan lo social pues la sociedad de
masas funciona como un gigantesco agujero negro que “(…) doblega, curva y retuerce
inexorablemente todas las energías y radiaciones luminosas que se aproximan a ella (…)”83. Es una
esfera implosiva, en la que la curvatura de los espacios se acelera “(…) en la que todas las
dimensiones se encorvan sobre sí mismas e involucionan hasta anularse, no dejando sitio y lugar más que
a una esfera de engullimiento potencial”84. La sociedad de masas se constituye en la esfera cada
vez más densa donde implosiona todo lo social y es devorada en un proceso de
simulación ininterrumpido, el cual acontece precisamente como la respuesta a un
universo de redes, de combinatoria y de flujos. Circulando por este espacio la masa es
convertida en flujo. La implosión y el simulacro de lo social en las masas permiten
suponer, para Baudrillard, varias alternativas en torno a la desaparición de lo social-
moderno. En primer lugar se puede suponer que lo social, en el fondo, jamás existió,
jamás hubo relaciones sociales. Toda la representación de lo real-existente constituido
en sociedad sería sólo un efecto de simulación, un efecto de superficie que más que dar
cuenta de algo como un original, siempre fue un puro despliegue sígnico. Pero si esto es
así, entonces, nada ha existido más que como simulacro, con lo cual la existencia ‘real’
o no de lo social no tiene relevancia pues, lo que siempre ha acaecido es su
‘representación’ más o menos evidente, en los signos simulados de lo real. Si se acepta
este supuesto se tiene que admitir que toda posibilidad de despliegue socio-analítico es
81 Jameson F.: Teoría de la…/ Op. Cit., página 39.82 Recordemos que ‘fetiche’ encuentra en ‘embrujo’ una posible acepción en el castellano.83 Baudrillard J.: Cultura y…/ Op. Cit., página 115.84 Ibíd., página 115.
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Para una Socio-Analítica de la Posmodernidad. Implosión, Acoplamiento, Envoltura y Cyborg .
siempre pura representación, con lo cual se está de nuevo produciendo un deslizamiento
a una postura que vuelve a reconocer una distinción entre el mundo y su representación
hegemonizada, esta vez, por el simulacro. Pero, en segundo lugar, plantea Baudrillard,
puede sostenerse que lo social existió efectivamente, existe incluso más que antes, lo
inviste todo, no hay más que eso. A medida que lo social en su progresión elimina todos
los residuos, se convierte él mismo en residual. Poniendo bajo la rúbrica ‘sociedad’ a las
categorías residuales, lo social se designa a él mismo como resto. En la medida que todo
es social y moderno ocurre, precisamente, su rebasamiento por exceso de significación.
El desierto de lo real queda al descubierto sólo para ser nuevamente ‘sembrado’ por el
simulacro del nuevo escenario que ofrece lo mediático-virtual, pero dicho simulacro en
su operatoria no determina necesariamente la imposibilidad de constituir nuevos mapas
socio-cognitivos y socio-analíticos de lo social-contemporáneo, lo que se requiere es
dotarse precisamente de ‘cajas de herramientas’ socio-analíticas que den cuenta de lo
social-contemporáneo. De ahí que, para Baudrillard, lo social existió totalmente, pero ya
no existe. Existió como espacio coherente y como principio de realidad en lo moderno,
pero, en el nuevo espacio de lo posmoderno de la fluidificación, ya no existe, dicho
espacio ha mutado debido, sobre todo, al despliegue de la tercera fase de expansión
capitalista.
Los movimientos de dicha expansión, en lo social-contemporáneo, son tanto de
estructuración como de desestructuración, el nuevo clima de lo posmoderno realza los
procesos de acoplamiento y de hibridización acelerados en la dinámica fluida del
capital. Sin duda, lo mediático-virtual juega en esto un papel preponderante; se instala
junto a la antigua hegemonía de lo escrito y establece una revolución en los códigos
comunicativos, compartiendo con ésta la posibilidad de constituir lo real-existente desde
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Para una Socio-Analítica de la Posmodernidad. Implosión, Acoplamiento, Envoltura y Cyborg .
un soporte fragmentario y efímero, pero que a pesar de ello se instala con relativa
coherencia en lo social-contemporáneo. Tal vez no haya fin de lo social, sino que éste
ha devenido en algo distinto pues, se despliega desde lo fluido constituyendo
sociabilidades fragmentarias que se encuentran y se acoplan en el flujo y en los intentos
homogeneizadores del capital, pero logran dejar su huella, sus marcas. La estructuración
y desestructuración de lo social en lo posmoderno se da en la medida que existen
múltiples acoplamientos y la hibridización se vuelve más elocuente. Si hay fin de lo
social lo habrá en su versión moderna, en la solidez de la modernidad.
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Para una Socio-Analítica de la Posmodernidad. Implosión, Acoplamiento, Envoltura y Cyborg .
2.2.- ACOPLAMIENTO. HIBRIDACIÓN Y AFINIDADES DE LO POSMODERNO.
El concepto de acoplamiento -estructural- lo podemos encontrar, sobre todo, en
los postulados que acerca de los seres vivos realizan Maturana y Varela85. Lo hacen para
referirse a los sistemas autopoiéticos cuando definen a éstos como sistemas que se auto-
organizan a partir de su distinción con respecto a un entorno, y que mantienen su
organización interna a partir de un proceso constante de acoplamiento estructural a él.
Dichos acoplamientos se constituyen en un sinnúmero de posibilidades de enlaces entre
lo real-existente -en sus distintas manifestaciones- entre sí, sólo hace falta la
compatibilidad necesaria para que ello ocurra. Por ello, todo lo real deviene acoplado en
un sinnúmero de enlaces y conexiones posibles debido a la afinidad que se produce en
el contacto entre dos entes cualesquiera. Cuando un acoplamiento no se produce
significa que no existe compatibilidad o afinidad, de ahí que no todos los acoplamientos
sean posibles; por así decirlo, cada ente particular no es compatible con cualquier otro
ente particular, entre ellos debe haber una afinidad y/o compatibilidad, que no es, por
cierto, ontológica. Ahora, en lo que se refiere a los seres vivos, como sistemas
autopoiéticos, el acoplamiento estructural es lo que permite tanto la propia organización
de dicho sistema, como la relación de lo autopoiético con el entorno; si el ser
autopoiético existe es debido a que su estructura interna es un conjunto de
acoplamientos estructurales, los cuales se despliegan desde las estructuras intracelulares
al conjunto del sistema autopoiético y viceversa. De la misma manera, el sistema
autopiético, en sí mismo acoplado, establece otro conjunto de acoplamientos con el
85 Cfr. Maturana H.; Varela F.: El árbol…/ Op. Cit.
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Para una Socio-Analítica de la Posmodernidad. Implosión, Acoplamiento, Envoltura y Cyborg .
entorno, proceso por el cual se produce tanto un aumento como una reducción de la
complejidad en la relación que entre ambos se establece.
Si en la constitución del ser vivo es posible el acoplamiento, es debido a que
existe evidentemente ‘algo’ que acoplar. Siendo la materia y la energía la base
componente de lo real-existente es posible postular que los seres vivos están
condicionados en su existencia a las propias limitaciones de lo real, en cuanto a materia
y energía se refiere. O sea, como lo real-existente tiende a lo entrópico, al ‘desorden’, es
necesario ‘gastar’ un conjunto de esa misma energía circulante para mantener un
equilibrio dinámico en lo real y, con ello, lograr que no devenga el ‘caos’, con lo cual
dicho equilibrio dinámico es un devenir fluido pero a la vez ‘armónico’. Pues la
percepción de lo estático en lo real-existente se logra, como ‘simulacro’, con la
seguridad que proporcionan, sobre todo, los objetos. Para realizar dicho proceso los
sistemas autopoiéticos deben aumentar la complejidad para la mantención de su
organización, sobre todo en lo que se refiere a su propia capacidad autopoiética. Son, a
partir de esto, complejos procesos físicos, químicos y biológicos los que permiten la
posibilidad de equilibrio en la auto-organización de los seres vivos. En los individuos se
agrega además la posibilidad del lenguaje y la capacidad socio-analítica que de él se
despliega, como un elemento más a considerar en la complejización de la relación con
el entorno86; al mismo tiempo, en la relación que los sistemas autopoiéticos establecen
con el entorno, se tiende a la reducción de la complejidad en dicha relación. Sabido es
que lo que en definitiva se reconoce como lo real-existente es la posibilidad reducida de
percepción que cada ser vivo posee, en la medida que sus sistemas de reconocimientos
(los sentidos) son capaces de percibir sólo una parte de lo real-existente. De ahí que
86 Cuando usamos el término ‘entorno’ lo hacemos sólo para diferenciar lo que se ubica fuera de la barrera semi-permeable que delimitan a los seres vivos en su relación con el medio en donde desenvuelven su existencia.
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Para una Socio-Analítica de la Posmodernidad. Implosión, Acoplamiento, Envoltura y Cyborg .
existe lo que podemos llamar una reducción de la complejidad en la relación que se
establece entre los seres vivos y el entorno, lo cual evidentemente es válido para los
individuos en su constitución básica como ser vivo autopoiético. Es la propia
mantención del equilibrio dinámico de los sistemas autopoiéticos, con su pérdida de
energía, lo que termina por producir el desgaste inevitable de éste y, con ello se
despliega la interrupción definitiva de su funcionamiento, con lo cual dicho ser vivo
muere.
Un sistema autopoiético es en definitiva, para Maturana y Varela, el resultado de
la operación de distinción entre sistema y entorno, a partir de la cual el sistema es capaz
de mantenerse mediante una serie consecutiva de acoplamientos -estructurales- con
dicho entorno. El sistema se mantiene mientras tenga éxito en mantener su organización
interna a través de la evolución del acoplamiento al entorno, a pesar o en virtud de sus
cambios estructurales. Todo acoplamiento exitoso, por así decirlo, es el que permite
mantener la autopoiésis funcionando, con lo cual se mantienen la organización
estructural y funcional de los seres vivos.
Pero ocurre una paradoja en este evento pues, el entorno, para Maturana y
Varela, no es accesible ni directo ni indirectamente al sistema, el cual no tiene manera
de saber cómo es realmente el mundo o la realidad externa, es decir, el entorno. Esta
situación constituye, para los autores, una de las más interesantes paradojas del
conocimiento. El conocimiento es necesario e imprescindible para el sistema y, sobre
todo, para los sistemas que operan en el lenguaje, porque su reproducción como sistema
autopoiético depende de su continuo y permanentemente exitoso acoplamiento a su
entorno. La paradoja consiste, entonces, en cómo poder hablar de algo de lo cual no se
sabe prácticamente nada y lo que se sabe es sólo la ‘apariencia’ de lo que en realidad
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Para una Socio-Analítica de la Posmodernidad. Implosión, Acoplamiento, Envoltura y Cyborg .
‘es’ el devenir en sí. Por ello, se postula, que el conocimiento ‘verdadero’ es imposible
pues, las operaciones llevadas a cabo por el sistema como ‘reacción’ a lo que percibe
como estímulo de su entorno, depende de su organización interna y no de las
características de dicho entorno. El sistema es ‘ciego’ a su entorno, aunque debe
acoplarse continuamente a él para seguir existiendo. El hecho que siga evolucionando es
evidencia de que su relación es exitosa, es decir que ‘conoce’ su entorno en la medida
que realiza distinciones con él a pesar de que, por así decirlo, no conoce lo que conoce.
Se desprende de lo anterior, entonces, que la verdad no es ni puede ser la realidad del
mundo revelada como representación. Tampoco se trata de la adecuación del
pensamiento o la teoría a la realidad, si por realidad se entiende el mundo exterior al
sistema. Y tampoco se trata de una adecuación o acoplamiento particularmente exitoso a
su entorno ya que, para Maturana y Varela, no hay acoplamientos más exitosos que
otros, en la medida que existe como sistema está acoplado -como dirían los propios
autores-, en la ‘evolución’ no hay sobrevivencia del más apto, sino simplemente del
apto. La posibilidad que queda es sólo el plantear el conocimiento y, más en general, el
saber, como la posibilidad del conocer como si lo real-existente fuera de una manera
determinada, con lo cual el conjunto de supuestos articuladores del saber que
encuentran su base en certidumbres y fundamentos estables se muestra como
insuficiente para dar cuenta, sobre todo, de la realidad fluida de lo social-
contemporáneo. Ahora, si dicho acoplamiento está en la base de la mantención de los
sistemas autopiéticos y en la relación que éstos establecen con el entorno es pensable,
entonces, que en la constitución de los individuos como seres vivos que se ‘realizan’ en
el lenguaje, se pueda encontrar también la posibilidad de despliegue de particulares y
diversas posibilidades de acoplamientos.
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Para una Socio-Analítica de la Posmodernidad. Implosión, Acoplamiento, Envoltura y Cyborg .
Se postula entonces, a partir de lo anterior, que el acoplamiento posmoderno lo
podemos encontrar en un conjunto de manifestaciones socio-culturales. Es éste
acoplamiento lo que permite la actual manifestación y despliegue de la hibridación87 en
el actual clima cultural de posmodernidad. Pero este acoplamiento tiene, a lo menos,
una afinidad y una diferencia con el anterior. La afinidad básica está dada en que ambos
acoplamientos se producen por enlaces que no están determinados, en las distintas
manifestaciones de lo real-existente, por fundamentos ontológicos. La diferencia es que,
para Maturana y Varela, el ‘sistema’, el ‘ser autopoiético’, que se constituye de estos
acoplamientos, es ‘ciego’ al entorno. En los acoplamientos que se consideran
posmodernos esto no es así pues, la distinción que Maturana y Varela proponen opera
siempre sobre una totalidad incognoscible, con lo cual el individuo estaría limitado a un
pensamiento puramente representacional y aparente debido a que la posibilidad de
‘acceso’ a lo real-existente no existiría. Sabemos que en lo que a la percepción
‘biológica’ se refiere esto puede ser así, pero en lo social la situación es distinta, en la
medida que el individuo que observa, aunque desde sus propias condicionantes y
determinantes, siempre tiene la posibilidad de establecer una diferencia que da cuenta
de lo real-existente como si fuera su realidad. Pero esta realidad del individuo no es una
totalidad, ni tiene una pre-determinación que lo condicione de manera taxativa, entonces
su devenir no es tan estático ni limitado, no tiene una circunstancia tan decisiva como el
tiempo de vida útil del ser autopoiético. La distinción, por otra parte, produce una
interrupción entre el sistema y en entorno. Dicho supuesto considera que lo real-
existente puede escindirse en dos partes, lo ideal-categorial, que para ellos es el
lenguaje, como una específica ‘función’ de coordinación, y lo material-vivencial, el ser
87 En biología hibridación se designa a aquel proceso de cruce de dos especies diferentes pero compatibles genéticamente, con lo cual generan descendencia.
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Para una Socio-Analítica de la Posmodernidad. Implosión, Acoplamiento, Envoltura y Cyborg .
vivo autopoiético ‘ciego’ ante el sistema-entorno. Con ello se vuelve a señalar
distinciones metafísico-binarias con respecto a lo real-existente, en la medida que el
lenguaje operaría de una forma paradójica al constituir el conocimiento pues, es un
conocimiento que conoce pero que no sabe en sí lo que conoce, si esto es así, el
conocimiento es una especie de ‘representación’ de una pura percepción neuro-sináptica
frente a un sistema siempre desconocido. Quizás por ello, para Luhmann, el sistema sea
tan determinante es lo social-contemporáneo. La diferencia en cambio, se ubica siempre
dentro del lenguaje, que aunque acoplado con un sinnúmero de otras máquinas que
constituyen el ser autopoiético, siempre opera desplazado y no produce disyunciones
taxativas, sino más bien, envolturas con respecto a lo real-existente. Nuestro
acoplamiento, entonces, no es una ‘función’ que el ‘ser autopoiético’ realiza al producir
‘distinciones’ con el entorno, sino que, más bien, es una operación de acoplamiento y
diferencia que se establece en el código lingüístico, la cual permite que se constituya lo
híbrido como una manifestación de lo diverso desde punto de vista socio-cultural
Precisemos esto con un ejemplo. En Chile, es el pueblo Mapuche88 el grupo
cultural local mayoritario entre los considerados pueblos ‘autóctonos’ del país, aunque
la composición socio-cultural de todo el territorio nacional actual corresponde también
al aporte de un sinnúmero de otras culturas locales autóctonas asentadas en dicho
espacio territorial. El encuentro de todas ellas con occidente se produjo,
aproximadamente, desde 1524 en adelante. Occidente, en parte, se ‘acopló’, o sea
produjo agrupaciones por reconocimiento y afinidades con múltiples posibilidades
socio-culturales existentes en los grupos locales, constituyendo lo que luego llegó a
concebirse, en ese espacio, como ‘lo chileno’, pero que en términos más plurales
88 Mapuche es ser de la tierra (mapu es tierra; che es ser).
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Para una Socio-Analítica de la Posmodernidad. Implosión, Acoplamiento, Envoltura y Cyborg .
podemos enunciar como lo ‘híbrido’ en la constitución de los diversos países que
constituyen América latina89.
Dicho acoplamiento tiene diversas manifestaciones socio-analíticas, pero son
precisamente, las menos evidentes, las que viven como una ‘huella’ de dicho
acoplamiento, las que dan cuenta de ella. Es en el lenguaje que se ha ‘naturalizado’ e
‘invisibilizado’, por lo sistemático y común de su uso el lugar donde podemos
encontramos sus evidencias más interesantes. En Chile existe el término de ‘pololeo’
para referirse a la relación sentimental que une a dos individuos, la cual se ubica, para
situarla de alguna manera, entre la relación ocasional, la cual no implica ningún
compromiso más que la relación en sí misma, hasta el ‘noviazgo’, en el cual los
individuos se comprometen en matrimonio. Lo importante que se destaca en este caso
específico, es que el pololeo funciona como una categoría extendida que se despliega
como un particular tipo de relación social-sentimental en Chile. Esto permite que dicha
práctica circule por la ‘sociedad’ chilena como una diferencia con el resto de otros
países de habla castellana, que no tiene el mismo término para designar un tipo de
vínculo similar, se dé éste o no. La práctica del pololeo consiste básicamente en el
establecimiento de una relación de pareja que aunque no es ‘ocasional’, tampoco se
considera de tanta importancia como el ‘estar de novios’. En el pololeo hay ciertas
reglas que seguir. Una de las más importantes es la ‘fidelidad’, el pololeo no admite de
buenas a primeras, al igual que el matrimonio, la infidelidad. La poligamia y poliandria,
si lo queremos situar en términos antropológicos, no está permitida para ninguno de los
‘pololos’. Pero, así como no está permitida la infidelidad, tampoco lo está la
‘imposición legal’ que constituye el matrimonio. Chile es uno de los pocos países, sino
89 Evidentemente dicho encuentro produjo un sinnúmero de situaciones de negación y exterminio de culturas locales, todo lo cual está muy documentado en diversas investigaciones socio-históricas.
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Para una Socio-Analítica de la Posmodernidad. Implosión, Acoplamiento, Envoltura y Cyborg .
el único, que no posee una ley de divorcio, con lo cual, y aunque resulte curioso, el
vínculo legal del matrimonio no se puede romper. En el pololeo la situación es
diferente, en la medida que no existe ese vínculo legal, sólo está, por así decirlo, el
acoplamiento por afinidad, sea éste amor u otra cosa. Pero es, algo más.
Pololeo tiene su raíz etimológica en ‘pululeo’. Dicho término es parte del
lenguaje oral que hablaban -y hablan- las comunidades mapuches al momento de la
llegada del ‘hombre occidental’ a sus territorios, dicho lenguaje denominado
‘mapudungún90, no poseía una escritura del tipo gramatológico91, era oral, sin embargo,
fue capaz de acoplarse a otros códigos, tanto lingüísticos como sociales, para perdurar
como una huella (en cuanto a su devenir histórico-lingüístico) y como una categoría que
se asocia a una práctica sentimental específica de los chilenos en el ámbito socio-
cultural. Se produce, de esta manera, el acoplamiento de un código fonético, que se
obtiene básicamente del lenguaje oral del pueblo mapuche, con el gramático castellano;
con ello logra, dicho elemento del código fonético, circular por un nuevo código.
Luego, entonces, se castellaniza y logra desplegarse como ‘pololeo’, término que
permite designar una categoría acoplada a un tipo de relación social específica que, en
la sociedad chilena es masiva y habitual sobre todo entre adolescentes y jóvenes. De ahí
que el encuentro de occidente con los pueblos que encontraron a su paso produjo
movimientos múltiples, lo más evidente es mostrar la ‘hegemonía’ lograda por
occidente en todos esos pueblos, como también las resistencias y sincretismos logrados
en el encuentro de las diversas culturas locales con él. Es lo que generalmente se ha
llamado el ‘mestizaje cultural’ de lo latinoamericano. La hibridación que promueve este
tipo de acoplamiento es algo distinto pues, se despliega en lo menos evidente, en lo
90 Que significa ‘el habla de la tierra’ (mapu es tierra; dùngun es hablar)91 Actualmente dicha lengua posee una escritura de este tipo, la cual se despliega, sobre todo, de la ‘castellanización’ de su fonética.
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Para una Socio-Analítica de la Posmodernidad. Implosión, Acoplamiento, Envoltura y Cyborg .
‘naturalizado’, en lo ‘invisivilizado’, en la ‘huella’, que se despliega pragmáticamente
en una práctica social particular. Es precisamente la capacidad de acoplamiento de lo
real-existente lo que ha permitido que pululeo pueda perdurar. Pululeo en mapudungún
significa ‘el lugar de los secretos’, designaba en esa cultura local, la unión de un
hombre con una mujer, los cuales al hacer esto pasaban a formar un cúpol92. En Chile, el
pololeo es, sin duda, el lugar de los secretos para todos aquellos que lo practican, con
ello el pueblo mapuche no sólo vive entre los chilenos de manera evidente en sus
comunidades o ‘integrado’ a lo chileno, sino que también habita en la huella
constituyente de la historia y las prácticas sentimentales de dicho país. El acoplamiento
producido entre dos espacios culturales diversos constituye la hibridez, la cual se ha
desplegado hasta lo social-contemporáneo. El pololeo habita el lugar de los secretos, es
una ‘prueba’ de la hibridación de lo cultural y del acoplamiento de los relatos
constituyentes de lo social provenientes de espacios socio-culturales diversos.
Lo real-existente deviene acoplado, pensemos en la multiplicidad de ‘enlaces’
que se dan en la estructura atómica y microatómica constituyente de la materia, o en el
código genético de los sistemas autopoiéticos. La posibilidad de ‘reconocimiento’ entre
dos entes se produce porque entre ellos es posible el acoplamiento. Pensemos en un
virus que se acopla al organismo humano, el reconocimiento se produce en la medida
que el código genético de dicho virus se acopla al código humano, desencadenando un
conjunto de efectos en la organización del individuo, el virus, de alguna manera, pasa a
formar parte de la autopoiésis humana, independientemente de que esto afecte su estado
de equilibrio dinámico al punto de poder producir la muerte del individuo que ‘infecta’.
En lo social y lo cultura, siendo partes de lo real-existente ocurre algo similar, en cuanto
a la diversidad de acoplamientos posibles del ‘código’, éste aunque múltiple tiene una
92 Cúpol es familia en lengua Mapuche.
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Para una Socio-Analítica de la Posmodernidad. Implosión, Acoplamiento, Envoltura y Cyborg .
limitación que está dada por la afinidad de los enlaces, a todo nivel. Dicho acoplamiento
produce una hibridización de las culturas, no la negación de una de ellas por la otra pues
el acoplamiento se da siempre en la posibilidad de la compatibilidad y la afinidad del
código, sin importar necesariamente las consecuencias posteriores. El código genético
es compatible, se encuentre en virus o humanos; el lenguaje de las diversas
comunidades socio-culturales al mostrar sus acoplamientos, muestra lo mismo. Nuestro
acoplamiento es una operación socio-cultural que funciona por reconocimiento de
múltiples códigos -múltiples lenguajes- que se enlazan y producen la hibridación por
afinidad socio-cultural. Pero en la fluidez de lo posmoderno, con el aumento de la
velocidad de circulación de los diversos lenguajes en el mundo global de la tercera fase
de expansión del capitalismo, podemos apreciar que la hibridez -al igual que el cyborg,
como veremos más adelante- se despliega de modo más evidente, constituyendo una de
las características posibles del actual clima cultural de la posmodernidad.
La hibridez representa un movimiento nómada de problemáticas culturales con
respecto al otro y a la otredad, es un movimiento recodificador e innovador entre dos
componentes socio-culturales que se encuentran y se acoplan separándose de las
prácticas anteriores por la recombinación fluida del código. Lo híbrido como
característica socio-analítica de lo social-contemporáneo se constituye, sobre todo, a
partir del despliegue “(…) de fuerzas centrípetas y centrífugas resultantes de la catastrófica acción de
la modernización económica y tecnológica sin que ésta llegue a ser apocalíptica93, en la medida que el
capitalismo multinacional se constituye en hegemónico a nivel planetario aumenta la
posibilidad de los encuentros de diversos espacios socio-culturales entre si, con lo cual
la hibridación, como operación social se vuelve, a su vez, recurrente. La hibridación y lo
híbrido, al ser conceptos que se han recepcionado de la biología provocan cierto
93 García Clanclini N.: Culturas híbridas. Editorial Grijalbo, México 1990, página 46.
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Para una Socio-Analítica de la Posmodernidad. Implosión, Acoplamiento, Envoltura y Cyborg .
resquemor, de ahí que algunos prefieran seguir hablando de “(…) sincretismo en cuestiones
religiosas, de mestizaje en historia y antropología, de fusión en música”94. Pero la evidencia del
acoplamiento y de lo posmoderno da la posibilidad de desplegar nuevas posibilidades
socio-analíticas, con lo cual se designa como hibridación a todos los procesos socio-
culturales en los que estructuras o prácticas discretas, que existían en forma separada, se
acoplan y se combinan para desplegar nuevas operaciones socio-culturales, teniendo
siempre presente que si existen operaciones llamadas discretas éstas fueron, a su vez, el
resultado de acoplamientos anteriores que produjeron hibridaciones circunscritas a
culturas locales, por lo cual no pueden ser consideradas fuentes ‘puras’. De esta manera
la pretensión de un origen es puesto en duda de la misma manera que el simulacro de lo
social-contemporáneo pone en duda la representación de lo real en base a un original,
que eventualmente nunca ha existido. Lo socio-cultural deviene acoplado, con ello la
posibilidad de la diferencia, de lo híbrido, como posibilidad de desplegar un particular
lenguaje sobre lo que en sí se acopla, se constituye en enlaces de afinidad y
compatibilidad del código lingüístico. Con ello se elude lo original de un lenguaje que
pueda establecerse como ‘modelo’ para los restantes, como una especie de base estable
y genuina de lo socio-cultural. Los lenguajes existentes se despliegan desde una huella
que, además, tiene un emplazamiento específico, está situada, con lo cual posee
variados lugares de despliegue. Con su carácter situado dicho híbrido esquiva, por otra
parte, la pretensión de lo universal o lo universalizable, lo cual podría tan sólo devenir
en una homogeneización total de lo social-contemporáneo en lo real-existente, lo cual
presumiblemente podría producirse si existiera esa especie de ‘cegera’ que afectaba al
ser autopoiético de Maturana y Varela en su relación con el entorno.
94 Ibíd., página III.
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Para una Socio-Analítica de la Posmodernidad. Implosión, Acoplamiento, Envoltura y Cyborg .
El énfasis en la hibridación no sólo clausura la pretensión de establecer
identidades ‘puras’ o ‘auténticas’, sean éstas hegemónicas o no. Además, pone en
evidencia el riesgo de delimitar identidades locales autocontenidas o que intenten
afirmarse como radicalmente opuestas a la sociedad nacional o la globalización. Cuando
se define, señala García Canclini, “(…) una identidad mediante un proceso de abstracción de
rasgos (lengua, tradiciones, conductas estereotipadas) a menudo se tiende a desprender esas prácticas de
la historia de mezclas en que se formaron (…)”95, como consecuencia, se absolutiza un modo de
extender la identidad y se rechazan maneras plurales de hablar la lengua, hacer música,
interpretar las tradiciones o habitar lo social-contemporáneo. Si esto fuera así se
acabaría, en suma, obturando la posibilidad de modificar la cultura, la política y el
saber, estableciendo, con ello, una permanente falta de capacidades socio-analíticas
desde donde comprender y actuar sobre los constituyentes del actual despliegue del
capitalismo, como de su particular clima cultural. Ya no basta, enuncia nuevamente
García Canclini “(…) con decir que no hay identidades caracterizadas por esencias autocontenidas y
ahistóricas, ni entenderlas como las maneras en que las comunidades se imaginan y construyen relatos
sobre su origen y desarrollo”96. En un mundo tan fluidamente interconectado, las
sedimentaciones identitarias organizadas en conjuntos históricos más o menos estables
(etnias, naciones, clases) se reestructuran en medio de grupos interétnicos, transclasistas
y transnacionales, con lo cual los acoplamientos se vuelven cada vez más relevantes
para eludir las categorías auto-centradas de la modernidad, tales como la identidad o el
sujeto. Los conceptos de acoplamiento, hibridación -también el cyborg- aparecen más
dúctiles para nombrar no sólo las combinaciones de elementos étnicos o religiosos, o
inclusive biológicos, sino también la de productos de tecnologías avanzadas y procesos
95 Ibíd., página VI.96 Ibíd., página VII.
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Para una Socio-Analítica de la Posmodernidad. Implosión, Acoplamiento, Envoltura y Cyborg .
sociales posmodernos, como la producción de conocimiento, los cuales se despliegan
también desde la afinidad, por acoplamiento e hibridación.
Lo atractivo de tratar del acoplamiento y la hibridación como un concepto afín al
mestizaje, sincretismo, fusión y los otros vocablos empleados para designar mezclas
particulares, tiene que ver con la posibilidad que éste se despliega como una posible
lectura socio-analítica de lo social-contemporáneo. Tal vez la cuestión decisiva que el
acoplamiento y la hibridación permiten en relación a los otros conceptos que designan
la ‘mezcla’ de lo social-contemporáneo, no es convenir cual de esos conceptos abarca
más y es más fecundo, sino como seguir construyendo principios teóricos y
procedimientos metodológicos que ayuden a volver al mundo de la fluidez social más
traducible, o sea, comprensible y convivible en medio de sus diferencias. De esta
manera se pueden reconstruir mapas socio-analíticos y socio-cognitivos que permitan
una lectura en lo social-contemporáneo desde el acoplamiento y la hibridación en sus
componentes societales y existenciales. El actual despliegue del capitalismo
multinacional implica movimientos de estructuración y desestructuración de las
sociedades pensadas anteriormente desde lo nacional y lo estatal, con ello, la
hibridación permite no sólo la homogenización de ciertos componentes y funciones
sociales sino también la permanente y posible resignificación de lo que se acopla e
hibridiza.
Si existe algo como una ‘cultura global’ es tan sólo para designar un particular
clima cultural que deviene hegemónico, pero dicho clima cultural no es, ni mucho
menos, una determinante unívoca e inmodificable de habitar lo social- contemporáneo,
sino más bien un collage con posibles afinidades desplegado desde el acoplamiento y la
hibridación. En este contexto, hay que considerar tanto las hegemonías culturales, como
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Para una Socio-Analítica de la Posmodernidad. Implosión, Acoplamiento, Envoltura y Cyborg .
también las especificidades de cada acoplamiento en su producción de afinidades
múltiples en lo híbrido, lo cual no consiste en proponer totalidades, sino en destacar la
contingencia de toda producción semiótica-material. Esto implica un ejercicio de
desnaturalización, en tanto que las categorías socio-analíticas no surgen de hecho, ni de
la naturaleza de las cosas, sino de las luchas semiótico-materiales concretas, con lo cual
el despliegue del acoplamiento y la hibridación, en lo que de condicionamiento y
determinación socio-cultural poseen, no es un movimiento determinista sino, por el
contrario, es una ‘política de desnaturalización’ de lo social-contemporáneo. Se trata
precisamente de complejizar lo dado como evidente, sea éste el capitalismo
multinacional o una específica forma de concebir el saber. El acoplamiento y la
hibridación, en lugar de considerar una diferencia como pura alteridad radical que se
enfrenta a una identidad desde una postura dialéctica, se propone una que se deslice,
produciendo afinidades por acoplamiento, dentro de otras diferencias97.
El acoplamiento permite que se conjuguen, por afinidad, heterogeneidades
diversas donde lo híbrido no es un dato suplementario, sino la posibilidad de desterrar
las maneras binarias de pensar la diferencia, en la medida que ésta no se piensa sólo
como límite o separación entre dos entes o configuraciones socio-culturales específicas,
sino como un ‘entre’, es decir como una bisagra que fluye entre las fronteras
produciendo afinidades por acoplamiento. El entre es el nuevo territorio producido por
el acoplamiento y el despliegue de la hibridación y busca conjurar las propuesta de la
identidad como unidad. Se busca eludir la posibilidad de constituir cualquier tipo de
identidades esencializadas y naturalizadas, y producir afinidades por acoplamiento,
móviles, pluritonales, desplegadas desde la posibilidad del cambio permanentemente, en
97 “No se pude decir dónde terminan los británicos y dónde empiezan sus colonia, dónde empiezan los españoles y dónde empiezan los latinoamericanos y dónde los indígenas”. García Clanclini N.: Consumidores y ciudadanos. Editorial Grijalbo, México 1995, páginas 123 y 124.
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Para una Socio-Analítica de la Posmodernidad. Implosión, Acoplamiento, Envoltura y Cyborg .
la medida que la fluidez de lo social-contemporáneo promueve la movilidad de lo socio-
cultural al establecer como su territorio todo el entramado semiótico-material de lo real-
existente. En el actual clima cultural de posmodernidad el acoplamiento y la hibridación
pueden constituir posibilidades socio-analíticas de registro de lo fluido y lo móvil, el
pululeo es una prueba de ello.
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Para una Socio-Analítica de la Posmodernidad. Implosión, Acoplamiento, Envoltura y Cyborg .
2.3.- LA ENVOLTURA Y LA POSIBILIDAD DE LA DIFERENCIA.
En lo posmoderno se han desplegado una variedad de posibilidades socio-
analíticas, éstas han ido logrando establecer un conjunto de puntos de referencias en el
específico clima cultural de lo social-contemporáneo. Analíticas como la implosión y el
acoplamiento dan cuenta de la nueva lectura que lo posmoderno realiza acerca del
conjunto de relaciones que afectan lo social-contemporáneo. Se ha argumentado en
favor de las diferencias que lo posmoderno realiza con relación a lo occidental, lo
moderno y el capitalismo. En cada una de las diferencias enunciadas, se ha tratado de
situar a lo posmoderno desde la posibilidad de rebasamiento de las categorías socio-
analíticas de lo moderno, como también de las constituyentes socio-culturales de esa
época específica. En pleno despliegue de esta situación surgen diferentes inquietudes,
sobre todo en lo que dice relación con la epistemología y, más en general, con la forma
en que se han constituido los supuestos que han articulado el saber en las sociedades
modernas. Lo que se busca desde lo posmoderno con todo esto es, en lo posible,
diferenciarse de las distinciones que dicha época moderna constituyó para ‘representar’
lo real-existente, a todo nivel.
Una de las diferencias que mayor notoriedad ha logrado en las socio-analíticas
de lo posmoderno es aquella que ha afectado a los modelos de profundidad establecidos
desde lo moderno, los cuales determinaban categorías binarias y taxativas para
representar lo real-existente desde una separación -ya sea que se considerara ‘objetiva’ o
‘subjetiva’- entre lo interno y lo externo98. Cada uno de los diversos modelos de
profundidad ha sido cuestionado, además del binarismo que despliegan, por estar
98 Los modelos de profundidad cuestionados, a parte del de lo interno y lo externo, son los de la esencia y la apariencia, lo latente y lo manifiesto, la autenticidad y la inautenticidad, y el significante y el significado.
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Para una Socio-Analítica de la Posmodernidad. Implosión, Acoplamiento, Envoltura y Cyborg .
situados todavía, en un espacio constituido por lo metafísico, él cual ha establecido el
supuesto que considera que lo interno y lo externo constituyen evidencias, objetivas en
lo material e ideales en su categorización. Dichas distinciones han acabado
esencializadas al ubicar, al saber y al conocimiento sobre lo real-existente, en un
espacio en donde es la Idea la que, en último término, logra hegemonizar la constitución
de dicho saber y conocimiento. Pero los postulados que lo posmoderno despliega acerca
de la falta de profundidad y de espesura en sí de lo real-existente no es algo fácil de
asimilar pues ofrece un sinnúmero de cuestionamientos en el debate socio-analítico
contemporáneo. La superficialidad que lo posmoderno promueve posibilita una
situación que se reconoce como una especie de esquizofrenia99 social. Dicha ‘anomalía’
socio-cognitiva es promovida precisamente por los supuestos posmodernos que han
promovido el debilitamiento de las categorías antes mencionadas de lo interno y lo
externo. Por ello lo posmoderno, en su despliegue, produce también un desplazamiento
en las preguntas y cuestionamientos existenciales constitutivas de la modernidad, y
constituye sus propias dudas y problemáticas existenciales.
Es, por ejemplo, el cuadro de Edward Munch100 una pintura paradigmática de lo
moderno debido a que es “(…) claro está, una expresión canónica de los grandes temas modernos de
la alienación, la anomia, la soledad, la fragmentación social y el aislamiento, un emblema casi
programático de lo que solía llamarse la época de la angustia”101. En lo posmoderno, por el
contrario, se considera que es el propio concepto de expresión -que se puede encontrar
en El grito- lo que presupone que debe existir necesariamente una escisión en el sujeto 99 “Dicho muy brevemente, Lacan describe la esquizofrenia como una ruptura significante, esto es, en las series sintagmáticas de significantes entrelazadas que forman una enunciación o un significado (…) Cuando la relación se resquebraja, cuando saltan los eslabones de la cadena significante, nos encontramos con la esquizofrenia, un amasijo de significantes diferentes y sin relación (…) Así pues, con la ruptura de la cadena significante el esquizofrénico queda reducido a una experiencia de puros significantes materiales o, en otras palabras, a una serie de presentes puros y sin conexión en el tiempo”. Jameson F.: Teoría de la…/Op. Cit, páginas 47 y 48.100 El grito. En anexos, figura Nº 1.101 Ibíd., página 33.
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Para una Socio-Analítica de la Posmodernidad. Implosión, Acoplamiento, Envoltura y Cyborg .
“(…) y junto a ella toda una metafísica del interior y del exterior, del dolor sin palabras que encierra la
mónada y del momento en que, a menudo de modo catártico, esa ‘emoción’ se proyecta fuera y se
exterioriza como gesto o como grito, como comunicación desesperada y dramatización externa del
sentimiento interno”102. En lo posmoderno las grandes emociones del movimiento
modernista -en particular la angustia- se ven desplazadas por un conjunto de nuevas
‘intensidades’ que constituyen lo que se ha enunciado, para el individuo de la
posmodernidad, como una existencia dispersa y de desorden existencial, en donde lo
real-existente deviene en un presente sin conexión en el tiempo, sin distinciones
espacio-temporales. Esta situación se establece como una verdadera esquizofrenia social
en tanto que, como individuos, siempre se estaría “(…) dentro y fuera de todas estas
dimensiones yuxtapuestas, algo que vuelve enormemente problemática nuestra antigua posición
existencial en el Ser (el cuerpo humano en el paisaje natural, el individuo en la antigua aldea o comunidad
orgánica, incluso el ciudadano en la nación-Estado)”103. Así, lo social-contemporáneo se
desplegaría esquizofrénico, debido a la presencia de una serie de presentes puros
constituidos en el flujo acelerado de imágenes y simulacros del capitalismo
multinacional instalados, sobre todo, a través del aparataje mediático-virtual, el cual
presenta una permanente urgencia temporal unificada y fluida, un tiempo de delirio
esquizofrénico que promueve, incluso, que antiguas cuestiones consideradas trágicas
por la modernidad -como la angustia existencial- se vuelvan poco relevantes.
La angustia existencial suscitada en la modernidad deviene, en lo posmoderno,
en una nostalgia individual que se sitúa en un presente esquizofrénico, en el cual la
carencia de fundamentación y de falta de perspectiva espacio-temporal para
‘representar’ lo real-existente, se constituye en una verdadera dominante cultural de lo
posmoderno debido, en parte, a que se ha tendido a confundir lo presente con lo
102 Ibíd., página 33.103 Ibíd., página 153.
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Para una Socio-Analítica de la Posmodernidad. Implosión, Acoplamiento, Envoltura y Cyborg .
instantáneo. La nostalgia del individuo se despliega en lo posmoderno por el ‘recuerdo’
de un presente anterior que, aunque angustiante, tenía la capacidad de proyectar un
tiempo unificado y con perspectiva social, en la medida que lo moderno permitía
‘distinguir’, por medio de los modelos de profundidad, un interior y un exterior en el
individuo, desde los diversos planos constitutivos de su existencia.
El presente posmoderno como pura instantaneidad puede llevar, incluso, al
absurdo de una situación casi de no existencia social, del primado de la nada pues, el
presente no se segmenta ni siquiera socio-analíticamente, con lo cual será la propia
posibilidad de la diferencia la que colapsa en una inmediatez sin sentido. Así, mientras
más instantaneidad tenga el presente, más se seguirá relacionando lo posmoderno con
una actitud esquizofrénica ante lo real-existente, mientras más indiferenciado se vuelve
lo social-contemporáneo, más difícil es establecer mapas cognitivos que logren una
cartografía social que permita la constitución de puntos de referencia socio-analíticos y
socio-cognitivos de lectura de lo social-contemporáneo. Pero, el presente en lo
posmoderno no tiene porque ser necesariamente el colapsamiento social, por una
situación de inmediatez de presentes puros y sin conexión -esquizofrénicos- pues, el
hecho de habitar el presente, no significa necesariamente que éste sea una eterna
inmediatez sin perspectiva espacio-temporal. No es necesario establecer una clausura
en el devenir que pretenda demarcar y fijar lo social-contemporáneo, pues dicha
demarcación sólo operaría como una línea en el mar, la cual se borrará con el propio
movimiento, con el propio devenir fluido de las sociedades actuales en la
posmodernidad. Pero, qué hacer frente a esto, sobre todo si es la propia capacidad de la
distinción -moderna-, la que se ha cuestionado en lo social-contemporáneo, en la
medida que dicha distinción establece el supuesto que considera que lo real-existente
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Para una Socio-Analítica de la Posmodernidad. Implosión, Acoplamiento, Envoltura y Cyborg .
puede escindirse en el dispositivo binario de lo ideal-categorial y lo material-vivencial,
con lo cual -la distinción- sigue sosteniendo postulados metafísico-logocéntrico con
respecto a lo real-existente.
Jameson destaca un concepto que toma prestado de la arquitectura y que permite
encontrar pistas socio-analíticas para enfrentar, desde lo posmoderno, la actual ausencia
de profundidad social. Se trata de la ‘envoltura’, la cual posee un conjunto de
características que la posibilita para sortear la imposibilidad cognitiva de lectura socio-
cultural en lo posmoderno, debido a que es "frívola (y, por lo tanto, desechable al instante), pero
también y sobre todo porque (...) conserva el prerrequisito esencial de la prioridad e incluso de la
jerarquía (la subordinación funcional de un elemento a otro, que incluso a veces se llama 'causalidad'),
aunque lo vuelve reversible. Lo que está envuelto también puede utilizarse como envoltorio y, a su vez,
éste puede ser envuelto"104. Envoltura que al volver intercambiable el envoltorio y lo
envuelto vuelve, de la misma forma, móviles las jerarquías que se establecen en el
acoplamiento envuelto-envoltorio, con lo cual lo interno y lo externo; el sujeto y el
objeto, y demás dispositivos binarios pueden eludirse socio-analíticamente, o, por lo
menos, ya no cuentan con la comodidad hegemónica que ofrecía la posición fija y
dominante de las teorías de la representación. La envoltura, postula Jameson, se puede
considerar una reacción a la desintegración de aquel contexto original que Hegel
denominaba ‘fundamento’, lo cual permite suponer la posibilidad de deslizamiento del
espacio epistémico de lo metafísico a un contexto distintivo, en donde exista la
posibilidad de establecer toda una socio-analítica de lo social-contemporáneo en el
capitalismo multinacional, pero sin tener que retomar necesariamente por ello, todas las
categorizaciones esencialistas de la modernidad. Esta posibilidad socio-analítica, de
diferenciación por envoltura, es a partir de un conocimiento que se presenta situado y
104 Ibíd., página 131.
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Para una Socio-Analítica de la Posmodernidad. Implosión, Acoplamiento, Envoltura y Cyborg .
depende necesariamente de un ‘punto de vista’ específico. La envoltura posibilita la
sustitución de un centro único en una determinada configuración social por un centro
móvil y desplegado politonalmente. En un mundo del devenir fluido la envoltura, a su
vez, se constituye ella misma variable y no esencialista al producir socio-analíticas de
jerarquías móviles que eluden la pretensión de establecer un centro privilegiado y
determinista, desde donde desplegar una ‘adecuada’ interpretación de lo real-existente,
válida de manera universal.
El hecho que Jameson tome ‘prestada’ la envoltura de la arquitectura no es
casual. La envoltura actúa en la relación que establece el individuo con la ciudad, es en
ella en donde Jameson ubica su escenario ‘originario’ de aparición. Pero, qué tiene la
ciudad de particular que permite que la envoltura se despliegue en el discurso de la
arquitectura, veamos una posible interpretación acerca de esto.
Se suele admitir, sin mayor dificultad, que los individuos viven en una ciudad
que les ha precedido y que deben asumir la vida urbana como algo dado naturalmente.
Pero, como se puede advertir, esta descripción implica una petición de principio: hay
ciudades y los individuos se instalan en ellas para habitarlas. Además, dicha descripción
involucra una circunstancia curiosa pues, la ciudad, la urbe, la metrópoli, es pensada
siempre en su condición de lugar, del cual se apropia el discurso urbanístico o
arquitectónico sin que se pondere suficientemente que tal despliegue es, además, una
producción simbólica. La ciudad vivida, recorrida diariamente, parece ser algo más que
el conjunto de lugares que contiene. Ella es la suma de sus calles, de sus construcciones
y también es la memoria de lo que en ella ha acontecido. Pero tal conjunto no es en
modo alguno un objeto neutral, previamente dado y subsistente por sí mismo, que existe
como un espacio sólo para los avatares de los individuos pues, las ciudades son historias
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Para una Socio-Analítica de la Posmodernidad. Implosión, Acoplamiento, Envoltura y Cyborg .
fragmentarias y replegadas de “(…) pasados robados a la legibilidad por el prójimo, tiempos
amontonados que pueden desplegarse pero que están allí más bien como relatos a la espera y que
permanecen en estado de jeroglífico, en fin simbolizaciones enquistadas en el dolor o el placer del
cuerpo”105. Una ciudad no es sólo un conjunto de elementos asociados que se preste
dócilmente a ser leída o interpretada pues ella es -para su habitante- la ciudad recorrida,
esto es, actualizada cada vez en sus cotidianos desplazamientos. Es sugerente citar lo
que Michel de Certeau plantea al respecto cuando señala que “(...) el espacio es un lugar
practicado. De esta forma la calle geométricamente definida por el urbanismo se transforma en espacio
por la intervención de los caminantes”106.
Podríamos aventurar, con lo anterior, que siendo la ciudad considerada en cuanto
despliegue arquitectónico es, desde el punto de las prácticas de los individuos,
esencialmente múltiple en su experiencia de ‘lectura’, más aún en lo posmoderno pues
en dicho clima cultural “(…) el lenguaje de la arquitectura no es, como en el caso de los arquitectos
modernos, un lenguaje de formas arquetípicas o absolutas; más bien sus elementos estructurales cobran
significado a partir de las relaciones de contraste y similitud con otros elementos”107. La ciudad es
como el lenguaje, como la escritura, tiene su propia diferencia y repetición, su
acoplamiento y envoltura, en la medida que sus elementos lograr desplegarse,
armónicamente descentrados, en contrastes y similitudes móviles con el resto de los
elementos que constituyen a la ciudad. La envoltura permite, precisamente, dar cuenta
socio-analíticamente de las relaciones de contraste y similitud fluida en la ciudad
contemporánea, debido a que ella misma actúa desplegando diferencias móviles, en la
medida que es capaz de destacar contrastes y similitudes móviles entre los elementos
constituyentes de lo social-contemporáneo. Por otra parte, “(…) el lenguaje arquitectónico
105 De Certeau M.: La Invención de lo Cotidiano I, Artes de hacer. Editorial, Universidad Iberoamericana, México, 2000, página 121.106 Ibíd., página 129. Cabe destacar que dicho ‘espacio’ producido por la intervención de los caminantes es lo que podemos denominar ‘espacio social’.107 Connor S.: Cultura postmoderna. Introducción a las teorías de la contemporaneidad. Editorial AKAL, Madrid, 2002, página 56.
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Para una Socio-Analítica de la Posmodernidad. Implosión, Acoplamiento, Envoltura y Cyborg .
depende también de sus relaciones internas de diferenciación y forma parte de un ámbito más extenso de
estructuras lingüísticas y comunicativas en intersección”108, con lo cual, la ciudad no sólo
reconoce relaciones al ‘interior’ de su despliegue serial sino que además es compatible y
produce afinidades con un sinnúmero de otros lenguajes y escrituras que se despliegan
en y acerca de la ciudad.
El paisaje urbano se constituye, de este modo, en una realidad percibida y no
sólo y estrictamente en una realidad material. Tal como la misma noción de paisaje
urbano lo indica, éste corresponde ante todo a la experiencia que un individuo o un
grupo de ellos tiene acerca de un determinado sector urbano. Esto significa que no
estamos en presencia de un objeto delimitado de manara taxativa en el espacio, sino que
por el contrario, es posible que un mismo elemento arquitectónico se incluya en dos o
más enunciados diferentes, lo cual hace prácticamente imposible tener un objeto
puramente material. Nos encontramos siempre con un objeto integrado dentro de una
red de significaciones plurales, porque todo soporte material va indisociablemente unido
-acoplado- a un lenguaje que lo despliega por el flujo semiótico-material de lo social-
contemporáneo. Sobre él, es posible desplegar la envoltura como una práctica socio-
analítica de recuperación de diferencias y similitudes no esencialistas, debido a que
dicha envoltura permite establecer afinidades en lo social-contemporáneo sin renunciar,
por ello, a la posibilidad de la diferenciación entre los componentes constitutivos de las
sociedades contemporáneas.
Lo que se ha afirmado de la relación entre individuo y ciudad, hace aparecer un
aspecto hasta ahora no advertido y que la envoltura permite visualizar. El afuera del
individuo es la ciudad, pero es un afuera que en su devenir histórico no es un límite
petrificado. En sus avatares y sucesos, las funciones que delinean el dispositivo urbano
108 Ibíd., página 56.
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Para una Socio-Analítica de la Posmodernidad. Implosión, Acoplamiento, Envoltura y Cyborg .
señalan una línea que permanentemente se redefine, se pliega y repliega construyendo,
produciendo siempre un adentro en esa ciudad. Su dispositivo de similitudes y
contrastes no se detiene y va estableciendo jerarquías múltiples en el acoplamiento que
establece su escritura con lo real-existente. Se observa, por ejemplo, como la habitación
se ha constituido de manera preferente en un ‘interior’ de la ciudad, más aún, en un
interior del hogar, con lo cual establece una diferencia dada por su despliegue de
‘intimidad’, de interioridad. La habitación se constituye, de esta forma -en la
modernidad- en una especie de ‘representación’ del individuo al ser capaz de contener y
expresar la interioridad de éste. Vana pretensión esencialista, la ‘interioridad
inexpugnable’ de la antigua habitación burguesa siempre fue sólo una pretensión, de
refugio e independencia109, que aunque operó como una verdadera barrera de
interioridad e intimidad del individuo frente a lo externo, fue siempre establecida desde
la posibilidad del contraste y la similitud -de la envoltura-, con el resto de elementos
constituyentes del paisaje urbano. En la fluidez de lo social-contemporáneo, el
capitalismo ha conquistado una parte de dicho recinto inexpugnable con su conexión
virtual al mundo a través de sus objetos mediáticos -sobre todo con el televisor, el
ordenador y el móvil-, por ello, es la propia ‘interioridad’ del individuo la que se ve
invadida por el flujo virtual de imágenes y conexiones que circulan, no reconociendo
barreras impermeables en su dinámica. De la misma manera la moda, con su serialidad
indiferenciadora que tiende a la repetición de lo mismo, despliega una diferencia al
interior de su propio sistema codificador, con lo cual las habitaciones dejan de
‘representar’ el estilo particular de cada individuo en su ornamentación, pasando a
109 Recordemos como relevantes posturas feministas han rescatado la pretensión de ‘un cuarto propio’ como un triunfo de sus postulados.
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Para una Socio-Analítica de la Posmodernidad. Implosión, Acoplamiento, Envoltura y Cyborg .
formar parte del menú posible del dispositivo moda-consumo del capitalismo
multinacional.
El individuo se despliega, de esta manera, como una derivación permanente
abierta a futuras modelaciones y modulaciones. Las configuraciones de los saberes y las
prácticas sociales, el afuera, determinan en su dinámico juego una línea de plegamiento
que definirá la interioridad de los individuos. Es por ello que la diferencia que opera en
el lenguaje acerca de la ciudad es ya la posibilidad socio-analítica de la envoltura. Cada
vez que sobre ella se despliega un enunciado lo hará para producir diferencias y
contrastes al interior de las operaciones de afinidades y similitudes. Establecerá, con
ello, un dominio de jerarquías móviles en torno a lo real-existente de la ciudad. La
envoltura juega su posibilidad socio-analítica en la indiferenciación de lo social en lo
contemporáneo, en las pretensiones de homologar al clima de lo posmoderno la pura
estandarización y uniformidad que produce el capitalismo multinacional, en su acción
desestructurante de lo local. Pero dicha pretensión de serialidad global es sólo un
dispositivo posible, no el único. La hibridación ha dado cuenta que cada espacio socio-
cultural se constituye en el acoplamiento fluido de lo local con lo masivo en su
circulación global. La envoltura permite reconocer lo diverso produciendo distinciones
móviles, no restringidas a categorías binarias de jerarquías preestablecidas ni sujetas a
dominios estructurantes y normativos en lo social-contemporáneo. La envoltura
funciona como una escritura socio-analítica, la cual es siempre una diferencia, una
irrupción en lo real-existente dado como lo natural y lo naturalizado. En la indistinción
produce la diferencia, es, en cierto modo, como un ‘graffiti’ en la ciudad y en aquellos
lugares que resaltan por su uniformidad y pulcritud serial. Cada graffiti deja una huella
que escribe e inscribe una diferencia en la repetición, en la medida que resalta una
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Para una Socio-Analítica de la Posmodernidad. Implosión, Acoplamiento, Envoltura y Cyborg .
diferencia en el entramado de la ciudad contemporánea. El graffiti, con su acción,
desestabiliza la rutina monocorde que se establece entre el individuo y el cotidiano
caminar por la ciudad. En el infinito circular por lo mismo inscribe su huella, que
destaca que dicha ciudad existe más allá de su rutinización material pues ésta es también
una específica escritura socio-cultural, diversa, híbrida, debido a los múltiples
acoplamientos desplegados entre el fluido capitalismo multinacional y los espacios
locales de resignificación y realización social. El graffiti se intersecta con la ciudad, es
una huella diferenciadora. En su contraste con la pulcritud de las ciudades del
capitalismo serial produce la vivencia con la ciudad, su ‘mancha’ despliega diferencias
ahí donde la rutinización parecía invadirlo todo. La envoltura es similar, realiza una
acción que es capaz de componer una socio-analítica en la superficialidad de lo social-
contemporáneo pues produce una diferencia en el flujo permanente e indiferenciado de
lo mismo. Permite inscribir sus enunciados distintivos en la serialidad homogénea del
capitalismo multinacional. Si el presente posmoderno tiene la posibilidad de devenir en
una instantaneidad esquizofrénica, la envoltura promueve mostrar la diferencia entre un
ente y otro, con ello posibilita la opción de la jerarquización como operación y no como
una determinante estática y esencialista en la relación que se establece entre dos entes
cualesquiera.
Veamos un ejercicio socio-analítico que nos permita visualizar la envoltura,
también la implosión y el acoplamiento, en su despliegue sobre tres conocidas
pinturas110 de zapatos realizadas por Van Gogh111, Warhol112 y Magritte113. Servirá, del
mismo modo, para mostrar el clima de discusión entre lo moderno y lo posmoderno.
110 Escojo la pintura pues como señala Severo Sarduy ella es en esa galaxia donde se expande y despliega la simulación. Sarduy S.: La simulación. Editorial Monte Ávila, Caracas 1992. 111 Un par de botas. En anexos, figura Nº 2. 112 Zapatos de polvo de diamante. En anexos, figura Nº 3.113 El modelo rojo. En anexos, figura Nº 4.
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Para una Socio-Analítica de la Posmodernidad. Implosión, Acoplamiento, Envoltura y Cyborg .
En el despliegue de la pintura de Van Gogh, Jameson propone dos lecturas
posibles para la interpretación de dicho cuadro. La primera exige reconstruir una
situación inicial desde donde surge la obra, en la medida que al no hacerlo se cae en el
riesgo de referirse a ella de una manera puramente decorativa, y por lo tanto desalojada
de su capacidad de representar ‘algo’. Este contenido o significado para Jameson debe
entenderse simplemente “(…) como el mundo instrumental de la miseria agrícola, de la descarnada
pobreza rural. Es el rudimentario mundo humano de las agotadoras faenas agrícolas, un mundo reducido a
su estado más brutal y frágil, más primitivo y marginal"114. Pero es algo más pues algo ocurre, en
general, en los cuadros de Van Gogh; los manzanos estallan en estridentes matices rojos
y verdes, en deslumbrantes superficies cromáticas que posibilitan el sueño, la utopía del
pintor que junto con dar cuenta de la crudeza capitalista nos otorga el color desplegado
que pinta sobre el gris del capital, un verdadero destello utópico de girasoles encendidos
y fulgurantes.
La segunda lectura enunciada por Jameson es la que realiza Heidegger en el
Origen de la obra de arte, articulada en torno a la idea de que la obra de arte emerge del
abismo que se produce entre la tierra y el mundo "(...) En el zapato -dice Heidegger- 'tiembla la
callada llamada de la tierra, su silencioso regalo del trigo maduro, su enigmática renuncia de sí misma en
el yermo barbecho del campo inverna'115. Y continúa señalando que es por él "(...) por la que
atisba lo que es de verdad el utensilio, el par de botas de labranza. Este ente sale a la luz en el
desocultamiento de su ser por mediación de la obra de arte, que lleva a que la totalidad del mundo y la
tierra ausentes se revelen en torno a ella, junto al cansino caminar de la labriega, la soledad del sendero, la
cabaña en el claro y los gastados y rotos útiles de labranza en los surcos y en el hogar"116. De esta
manera, el cuadro no sólo permite establecer una relación con un determinado contexto
social-rural, sino que además posibilita establecer la 'verdad' de lo que representa dicho
114 Jameson F.: Teoría de la…/Op. Cit, página 29.115 Ibíd., página 30116 Ibíd., página 30.
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Para una Socio-Analítica de la Posmodernidad. Implosión, Acoplamiento, Envoltura y Cyborg .
zapato en el despliegue que provoca la obra de arte al ver emerger al ente de las
‘tinieblas’, a la ‘luz’ del ser en su desocultamiento. Con ello, el contexto socio-analítico
se obtiene desde la explotación capitalista y la utopía compensadora de la miseria que
provoca el desocultamiento de la metafísica, que se produce desde el lugar que el ser
-como signo y presencia- produce.
Frente a estos zapatos y lo que 'representan', Jameson presenta los zapatos de
polvo de diamante de Andy Warhol, en donde la situación interpretativa cambia de
manera decisiva pues, estos zapatos, ya no nos hablan "(...) evidentemente, con la inmediatez
del calzado de Van Gogh, de hecho, casi me atrevería a decir que en realidad no nos hablan en absoluto.
Nada hay en este cuadro que organice siquiera el más mínimo lugar para el espectador, que se topa con él
al doblar la esquina de un pasillo de museo o en una galería con la misma contingencia que si se tratase de
un inexplicable objeto natural"117. Vemos ahora, que los zapatos no tienen ni contexto de
aparición ni nos trasladan a ningún tipo de 'verdad' acerca de la explotación capitalista o
al desocultamiento del ente por el ser, con lo cual el espectador no sólo pierde la
posibilidad de contextualizar el cuadro sino que, además, en el trabajo de Warhol el
espectador no puede siquiera de modo alguno "(...) completar el gesto hermenéutico y devolver a
estos fragmentos el contexto vital mayor de la sala de fiestas o el baile, el mundo de la moda del jet set o
de las revistas del corazón"118. Con lo cual lo que se extravía, no es sólo el contexto de
aparición sino la propia atribución de sentido que el cuadro ya no produce, debido a la
ausencia de profundidad que caracteriza, en general, a la expresión de lo posmoderno.
La pintura de Warhol es una expresión de dicha condición, al no posibilitar el
completamiento hermenéutico del individuo sobre dicho cuadro pues, lo que se
despliega es, precisamente, el supuesto de la carencia en sí de fundamento. Frente a la
117 Ibíd., página 30.118 Ibíd., página 30.
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Para una Socio-Analítica de la Posmodernidad. Implosión, Acoplamiento, Envoltura y Cyborg .
utopía de Van Gogh la superficialidad vacía y fragmentada de Warhol, frente a lo
moderno una posible lectura de lo posmoderno.
A diferencia de Jameson, Esther Díaz señala que en los zapatos de Warhol, más
que profundidad y significación lo que se descubre en ellos es "(...) una 'voluntad de
superficialidad', una especie de desacralización de la gran pintura. Una ironía. Una colección de objetos
que parecen empeñarse en no portar más mensaje que el de su simple mostración desencantada.
Desencantada y encantadora a la vez, porque brillan. Son de polvo de diamante" 119. En esta 'nueva
superficialidad' se enuncia un mensaje más básico y a la vez más novedoso, en la
medida que los zapatos -de Warhol- simplemente están ahí. Pero con ese movimiento se
terminan, según ella, deconstruyendo la obra de arte al mostrar su desencanto -con lo
moderno- y el encanto -posmoderno- pues 'brillan', para ellos mismo. Díaz ve en estos
zapatos una emergencia de efectos representativos, un aumento de elementos
decorativos, enuncia que "Los zapatos de Warhol son elegantes y fríos. Además, no son una pareja,
es decir, un par. Son varios y diferentes. No hay pareja, hay diferencia. Lucen impecables, no usados, casi
como una imagen publicitaria. Son la inversión de la utopía. Simplemente, son"120. Así, los zapatos de
Warhol, que señalaban la 'modestia' de estar 'simplemente' ahí terminan, para Díaz,
invirtiendo nada más ni nada menos, que a la propia utopía moderna en su despliegue
artístico. Esos ‘simples’ zapatos son capaces, en su performance, de poner en entredicho
toda una época -la moderna- al estar ‘simplemente’ ahí, vaciados de significado y
contexto de aparición. Toda la modernidad y la posmodernidad puesta en cuestión por
unos zapatos parece, sin duda, algo exagerado.
Más allá de los interesantes análisis expuestos, en los cuales se puede evidenciar
una expresión de los debates que se realizan en torno a lo moderno y a lo posmoderno,
se presenta a continuación el análisis del cuadro de Magritte que permitirá visualizar
119 Díaz E.: Posmodernidad. Editorial Biblos, Buenos Aires, 1999, página 48.120 Ibíd., página 48 y 49.
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Para una Socio-Analítica de la Posmodernidad. Implosión, Acoplamiento, Envoltura y Cyborg .
una socio-analítica de la envoltura. Dicho cuadro surrealista se despliega, según
Baudrillard, sobre la diferencia y la distancia "(...) que instaura el cálculo funcionalista (y yo
agregaría esto hasta el neopositivismo), o entre el sujeto y él mismo, o entre el hombre y su propio
cuerpo, sobre la distancia y la finalidad abstracta que se le impone, sobre ese clivaje que hace que los
hombres y las cosas se encuentren de pronto hendidos de nuevo como signos y confrontados con un
significado trascendental: su función"121. Debido a que las imágenes juegan con la
contaminación se puede observar que, el surrealismo de la pintura "(...) ilustra y denuncia la
división del sujeto y del objeto"122, en su aparente indiferenciación. Al acoplar dichos
elementos -pie y zapato- se provoca la implosión de dicho dispositivo permitiendo dar
cuenta de la nueva situación de lo posmoderno, en cuanto despliegue diferenciador de
anteriores categorías binarias, que señalaban la diferencia taxativa de un mundo exterior
analizable y objetivable por un sujeto conciente. Con esa capacidad de captura
desplegada por socio-analíticas modernas se termina categorizando el mundo a partir de
esa distancia y distinción taxativa, otorgada por la escisión entre el sujeto-observador y
el objeto-observado. Por eso, la pintura de Magritte, no da cuenta de cualquier
acoplamiento pues juega intencionadamente con la indiferenciación entre el pie y el
zapato, lo cual ofrece la posibilidad de desplegar la envoltura en tanto se puede
reconocer una móvil jerarquía entre lo envuelto y el envoltorio.
Ahora, es bastante obvio que el artefacto surrealista no anula la evidencia
material de la existencia de individuos desplazados de sus productos -zapatos en este
caso- sino que se trata de dar cuenta de una situación novedosa con la envoltura. Los
‘productos’ y, más en general, los objetos construidos en lo real-existente y la seguridad
que ofrecen, no se presentan estáticos y externos frente a su producción y su captura,
121 Baudrillard J.: Critica de la economía política del signo. Editorial Siglo XXI, Madrid, 1999, página 236.122 Ibíd., página 237.
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Para una Socio-Analítica de la Posmodernidad. Implosión, Acoplamiento, Envoltura y Cyborg .
sino que ofrecen ‘resistencias’. En la medida que los objetos, devenidos en signo y
simulacro, participan en un complejo flujo de producción y reproducción semiótico-
material, la anterior separación interior-exterior; sujeto-objeto, deja de tener
preponderancia puesto que, la escisión de lo categorial -como Idea- y de lo material
-como objeto-, deja de tener espesor socio-analítico para 'representar' epistémicamente
lo real-existente. Con ello, la posibilidad surrealista del cuadro de Magritte permite
establecer un aviso que encuentra en la envoltura, la condición necesaria para desplegar
la diferencia y el contraste entre el zapato y el pie ‘pintado’, en su acoplamiento, como
similitud. El acoplamiento que se produce entre ellos no es sinónimo de
indiferenciación en sí, sino que muestra, como en su tiempo lo hizo el cuadro de Munch
para referirse a la angustia moderna, que las antiguas separaciones de lo real-existente
en categorías binarias, muchas de ellas taxativas y excluyentes, eran tan sólo
‘aparentes’. En la medida que se puede eludir dicha forma de despliegue socio-analítico
se abre la posibilidad de lo diverso, del punto de vista de un conocimiento que se
encuentra -en su emplazamiento- situado.
Una expresión ‘real’, similar al zapato-pie de Magritte lo podemos encontrar en
toda una iconografía de trabajadores de minas del carbón en el Chile de principios del
siglo XX. Los zapatos eran un bien escaso para ellos, las familias obreras los compraban
a sus niños para paliar las inclemencias climáticas del sur chileno, pero, a medida que el
individuo crecía, el zapato iba apretando cada vez más, con lo cual se hacía necesario
cortar la punta de éste para posibilitar que, una parte de dicho zapato-pie sirviera
todavía para evitar el frío de las ingentes condiciones en que desarrollaban su trabajo.
Así, dicho zapato-pie despliega, en su envoltura, no sólo la posibilidad de eludir las
binarias categorías de lo interno y lo externo en sí, sino que también permite dar cuenta
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Para una Socio-Analítica de la Posmodernidad. Implosión, Acoplamiento, Envoltura y Cyborg .
de las peripecias de una parte de la población mundial, por resistir a las funestas
condiciones de existencia material-existencial instaladas por el capitalismo en su
dinámica social.
La modernidad se dispuso la tarea utópica de terminar con la explotación y
desplegar la emancipación para el conjunto de la humanidad, pero terminó con la
evidencia de que incluso la interioridad y la exterioridad ‘en sí’ eran sólo una
posibilidad socio-analítica más. La modernidad era sólo un cuarto propio, una
apariencia de resguardo en la ‘interioridad’ del individuo, que devino serialidad fluida
en el capitalismo multinacional. Lo posmoderno no tiene fundamentos desde donde
construir soluciones utópico-universales para la explotación y la miseria materia-
existencial, pero ello no significa necesariamente la ‘derrota’ epistémica, la cual “(…) es
siempre breve (…)”, como canta Inti-illimani123. Frente a la complejidad y la imposibilidad
de captura de lo real-existente, el relato de la profundidad -con su retraimiento al cuarto
propio- se ha mostrado insuficiente. Nuevos relatos deben entonces circular por la
complejidad de lo social-contemporáneo considerando siempre la inconmensurabilidad
de lo real-existente. Para esto se requiere una socio-analítica que eluda las pretensiones
de fundamento y se despliegue en la diferencia. Tal vez así se puede de nuevo intentar
tocar el cielo por asalto, aunque sea desde el efímero relato del presente en devenir.
123 Grupo musical perteneciente al neo-folklore chileno.
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Para una Socio-Analítica de la Posmodernidad. Implosión, Acoplamiento, Envoltura y Cyborg .
2.4.- EL CYBORG. UN NUEVO ACOPLAMIENTO EN EL DESPLIEGUE DE LO
VIRTUAL.
En la película de ciencia ficción ‘Matrix’124 está planteada la disputa, a través de
una verdadera guerra de exterminio, entre los restos de la humanidad que viven en una
ciudad llamada Sión, y un complejo acoplamiento técnico-virtual de máquinas
comandadas por una red sistémica de ordenadores. Dicha red posee, eso sí, un
ordenador central desde donde se armoniza todo ese complejo técnico-virtual que
sostiene la guerra de exterminio contra los habitantes -‘humanos’- de Sión. La red
maquinal mantiene además un dispositivo de dominación sobre otro sinnúmero de
‘seres humanos’, los cuales ya no ‘nacen’ sino que son ‘cultivados’. El cultivo de los
humanos que viven prisioneros de la Matrix -sin saberlo- tiene un objetivo vital para el
complejo maquinal pues las máquinas necesitan energía para funcionar, y ésta la
obtienen usando el cuerpo humano como una verdadera ‘bio-batería’. Cada vez que
dichas máquinas requieren energía para su funcionamiento toman un humano desde una
especie de cápsula -en donde dichos humanos viven permanentemente acoplados a un
sinnúmero de conexiones con la Matrix, en un eterno sueño simulador de lo real- y lo
utilizan como bio-energía. La dificultad que las máquinas tienen para llevar a cabo esta
labor consiste en que para tener a los humanos cultivados vivos, éstos deben tener la
ilusión o la apariencia de vivir en un mundo ‘realmente existente’ para cada uno de
ellos. Para esto, el complejo de ordenadores ha creado un mundo a través de la
producción de un sinnúmero de programas informáticos que simulan el mundo como
cotidianamente se vive en lo social-contemporáneo. Ello no era una situación fácil pues,
124 De los hermanos Wachowski (Warner Bros).
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Para una Socio-Analítica de la Posmodernidad. Implosión, Acoplamiento, Envoltura y Cyborg .
debe hacerse a través de la producción y la coordinación de una infinidad de programas
informáticos, que recrean desde lo más cotidiano y material hasta lo más excepcional y
abstracto en la vida de los individuos contemporáneos. Todo lo real-existente es
simulado por un dispositivo virtual que se hace llegar desde una máquina acoplada
directamente al cerebro de cada individuo, con lo cual la información que llega a él, no
es la de la percepción habitual que cada individuo realiza de lo real-existente, con todo
lo variado que eso puede ser, sino una simulación virtual desplegada por un dispositivo
de saber-poder, de dominación virtual. Dichos programas son necesarios pues los
hombres que son cultivados -que en número corresponden a la absoluta mayoría de los
humanos- mueren si no les llega esa información que reproduce, como un simulacro, la
vida real-conocida en lo social-contemporáneo. La lucha por el dominio se da entonces,
por así decirlo, en dos frentes. En uno, se enfrentaban los hombres ‘reales’ contra las
máquinas ‘reales’125. En este frente la lucha es desproporcionada, los hombres resisten
atrincherados en Sión contra un posible ataque de las máquinas pues, si éstas logran
entrar en la ciudad, la destrucción de todos los humanos libres sería inminente. El
poderío tecnológico-militar de las máquinas es absolutamente devastador en relación al
humano, por lo cual, si son capaces de atravesar el casco de protección de Sión, no
habrá defensa posible contra ellas. En la ciudad, por otro lado, prosperaba un credo que
profetizaba y creía en la vuelta -por reencarnación- del ‘elegido’. Éste había sido el
primer humano que despertó sin ayuda de la cápsula en donde era cultivado como
energía para el complejo maquinal, al hacerlo escapó y liberó a unos pocos hombres y
mujeres, a los cuales les dio cuenta del mundo ‘tal cuál es’. El elegido les mostró que
todo lo que hasta ese momento habían creído que era ‘real’ y ‘verdadero’ en sus vidas,
no era más que una simulación del mundo desplegada por un complejo de máquinas
125 Las cuales eran de todo tipo, pero su base tecnológica era lo electrónico-informático.
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Para una Socio-Analítica de la Posmodernidad. Implosión, Acoplamiento, Envoltura y Cyborg .
electrónico-informáticas, cuyo objetivo era someter al ser humano para mantenerlo bajo
su control y dominio, bajo su poder. Dicho poder, además, se despliega bajo la forma
más alienante para el ser humano pues, estando cada individuo conectado al complejo
maquinal en cápsulas independientes, éstas lo proveían de alimentación, oxígeno y otras
necesidades fisiológicas, pero, y esto es lo más importante, lo constituía y determinaba
desde un mundo imaginario-virtual, el que todos los individuos lo compartían desde su
individualidad, como si lo estuviesen viviendo de manera compartida en lo social-
contemporáneo. Cada simulación de lo real-existente que, en principio era individual,
puede de alguna manera acoplarse a una especie de totalidad virtual-informática desde
donde los individuos se recrean un mundo social. El elegido fundó Sión y predijo que
cuando él muriese despertaría otro hombre, que sería el nuevo elegido para intentar
liberar a toda la ‘raza’ humana del dispositivo de dominación desplegado por el
complejo maquinal. En base a este supuesto, los hombres en Sión poseen un ejército
cuya funciones son tanto la protección de la ciudad contra la invasión de las máquinas
-labor insustancial pues con o sin ejército la destrucción es segura si las máquinas
logran entrar a la ciudad-, como también la búsqueda del nuevo elegido entre los
individuos que estaban siendo cultivados por las máquinas pues, si lo encontraban
tendrían la posibilidad de ser libres, debido a que el elegido era el único que poseía la
destreza suficiente para salvar Sión y liberar a todos los humanos de la Matrix.
El segundo frente de enfrentamiento se da en el plano virtual, en el flujo del
dispositivo de simulación y dominio que despliega la Matrix. Los hombres de Sión
también poseen una tecnología avanzada, con ella han ideado un sistema informático
para ‘entrar’ y ‘salir’, a través de líneas telefónicas, del programa de unificación virtual
de la Matrix que recreaba el mundo social-contemporáneo. En ese mundo virtual -pero
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Para una Socio-Analítica de la Posmodernidad. Implosión, Acoplamiento, Envoltura y Cyborg .
indistinguible para la mayoría de los que en él habitan como simulacro- se enfrentan una
especie de ‘sí mismo digital’ de cada individuo ‘liberado’ con los ‘agentes’, los cuales
son a su vez programas que vigilan la Matrix de los soldados virtuales provenientes de
Sión. Cada sí mismo digital -tanto los hombres como los agentes, como en general todo
lo que este mundo digital existe, se resume a programas informáticos que circulan por la
Matrix, son, en lo elemental, energía codificada que fluye por ella. Los soldados
digitales tratan infructuosamente develar lo que la Matrix es, para lo cual deben tratar de
‘leer’ el programa que funciona como dispositivo de dominación. O sea, estos
individuos estando libres de la posibilidad de ser cultivados como una bio-batería pues
son una proyección digital de un supuesto hombre libre, en el fondo no lo son tanto, en
la medida que no son capaces de ver lo que la Matrix es realmente, no pueden ver el
diseño de la Matrix, no pueden dar con su lenguaje, ni mucho menos comprender o
desarticular su dispositivo de dominación virtual. El elegido es fundamental en esta
trama debido a que posee ciertas características especiales para liberar a la ‘especie
humana’. El elegido puede ‘leer’ el código matemático-virtual de la Matrix cuando
ingresaba en ella, tiene para ello que ser capaz de ‘liberar sus sentidos’ y comprender el
por qué de las cosas. El develar el código en que se escribe y despliega el dispositivo de
dominación virtual no le asegura la victoria pues, no puede ‘destruir’ todo un mundo
virtual que fluye en diversos planos constitutivos de lo real-existente, pero a través de la
lectura de dicho código podría llegar al ordenador central de la Matrix e intentar
desarticular el despliegue de dicho dispositivo de dominación.
En un momento en que la película deviene paroxística ‘Neo’ -el elegido’- logra
llegar a la proyección digital del ordenador central de la Matrix y establece un diálogo
decisivo para la película. La simulación virtual de dicho ordenador le ‘explica’ al
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Para una Socio-Analítica de la Posmodernidad. Implosión, Acoplamiento, Envoltura y Cyborg .
elegido acerca de lo que se trata todo el entramado de la Matrix, le señala que él es el
sexto elegido con el cual dialoga pues, todo el relato del elegido corresponde tan sólo a
una parte del dispositivo de dominación. Dicho relato fue necesario a pesar de la
‘perfección’ y ‘exactitud’ lógico-matemática de la escritura del programa virtual de
dominación -la Matrix-, debido a que siempre se produce en las ecuaciones de la
escritura de la Matrix una derivación mínima de desorden energético que tiende a
acumularse en el dispositivo, si dicha entropía no es eliminada de alguna manera se
pierden cultivos enteros de humanos, con lo cual peligra la existencia de todo el
complejo maquinal de dominio. A pesar del esfuerzo hecho por el ordenador central
para tratar de encontrar una solución al problema, no lo encuentra, debido a que su
búsqueda la hace siempre desde una lógica rigurosa, con ello sólo puede mejorar la
situación en la medida que se retarda la acumulación de dicha entropía, pero finalmente
termina por producirse igual, con lo cual se vuelven a perder innumerables cosechas de
bio-energía. La ‘solución’ a este enorme problema fue resuelto por un ‘programa
intuitivo’, el que había sido construido para tratar de ‘comprender’ la ‘emocionalidad’
humana. Dicha solución ha sido crear y agregar al dispositivo de dominación virtual el
relato del elegido, con ello todos los humanos, ‘libres’ o ‘cultivados’, tienen la ilusión,
la esperanza, la utopía, de poder liberarse algún día del dominio sistémico, pero dicha
liberación es sólo eso, un programa virtual desplegado por la Matrix, una simulación
sistémica, de la cual el individuo está prisionero lo desee o no pues ya nada depende de
él.
El atractivo que produce la lectura de dicha película es que en ella podemos
reconocer el ‘mundo’ del cual nos ha hablado, entre otros, lo posmoderno. La Matrix se
hace posible debido a que enuncia un acoplamiento novedoso en medio del despliegue
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Para una Socio-Analítica de la Posmodernidad. Implosión, Acoplamiento, Envoltura y Cyborg .
de lo virtual. Es el cyborg, pues, la posibilidad para que se de el enfrentamiento que
muestra la película, no es tan sólo debido a la existencia de dispositivos de dominio, de
poder, de enfrentamiento, de ‘alienación’, de tecno-ciencia, todos ellos necesarios por
cierto para el desenvolvimiento de la trama, sino que además se debe a la posibilidad de
afinidad entre lo maquinal electrónico-informático y lo humano. Este acoplamiento es
primordial. En Matrix se extrema al punto de alcanzar la completa autonomía entre los
individuos y los objetos por él construidos. La autonomía es tal que se llega hasta el
punto del intento de exterminio mutuo, a pesar que tanto unos como otros se necesitan.
El complejo maquinal necesita a los humanos para obtener la energía necesaria para su
funcionamiento, los humanos por su parte, necesitan de las máquinas para sobrevivir
pues, son éstas las que les proporcionan las condiciones tecno-científicas básicas de
existencia. Ahora qué significa este nuevo acoplamiento individuo-máquina
(electrónico-informática), que posibilita el despliegue del espacio de lo virtual y del
cyborg, constituido a partir de lo contemporáneo, en su dimensión tecno-científica.
Lo virtual en Matrix es un espacio que ha logrado una gran autonomía, tiende en
su despliegue incluso, a desplazar hegemónicamente a otras manifestaciones de lo real-
existente, no las niega pero las rebasa, poniéndose en el centro de una parte fundamental
de la vida del individuo. Lo virtual se despliega como un simulacro socio-cultural,
logrado a través del acoplamiento individuo-maquina (electrónico-informático). Dicho
acoplamiento se logra por el conjunto de programas que transmite la Matrix al cerebro
del individuo, con lo cual se produce una conexión neuro-sináptica de las células
nerviosas humanas126 con los flujos informáticos que llegan al cerebro del individuo
constituyendo para él lo real desde un simulacro. En esos destellos de energía es en
donde viene la información necesaria para que el individuo se ‘represente’ un mundo.
126 Denominadas neuronas.
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Para una Socio-Analítica de la Posmodernidad. Implosión, Acoplamiento, Envoltura y Cyborg .
Así lo virtual logra constituirse en una versión hegemónica de lo real-existente pues
todo es ya una pura simulación. Los individuos que son cultivados no poseen la
posibilidad de ‘rebelarse’ o ‘resistir’ pues, ni siquiera se dan cuenta de vivir en un
mundo simulado de signos en flujo sistémico, y los ‘libres’ viven creyendo en la
posibilidad de la liberación confiando en un elegido, el que se devela como un
dispositivo más de poderío que circula por el absoluto dominio sistémico de la Matrix.
Es un mundo baudrillano y Luhmanniano, donde sólo hace falta para completarlo la
imposibilidad, tanto de pretender dar cuenta del acoplamiento y de lo virtual en sus
múltiples posibilidades -cosa, por lo demás comprensible-, como de pretender querer
hacer algo para evitar el dominio maquinal como dispositivo de simulación de lo real-
existente o del ‘sistema’, cuestión un tanto más debatible ya que se asimila demasiado a
teorías de la absoluta alienación del individuo, ya sea al trabajo, a los ‘medios’ de
comunicación de masas, al consumo, al ‘sistema’, a los ‘simulacros’, etc.
A pesar de lo anterior, lo virtual efectivamente parece constituirse cada vez más
en un lenguaje predominante. Es una manifestación de lo real-existente que ha logrado
visibilidad, en la medida que es capaz de constituir, para el individuo contemporáneo,
un verdadero espacio de existencia en su vida social. Su circulación y hegemonía es
similar a la escritura y al habla. La ‘sociedad’ contemporánea, tal como la describe la
sociología en sus diversas conceptualizaciones, casi no es comprensible sin recurrir, de
un modo u otro, a su circulación masiva. Toda la circulación e instalación de las
tecnologías social-contemporáneas -la televisión y la informática por ejemplo-, es desde
el impacto que logra lo virtual. Es desde él desde donde se despliega la instantaneidad
de la imagen, del simulacro, con lo cual la ‘ilusión’ de un mundo real-existente puede
circular a la velocidad que permiten los ordenadores y televisores actuales. Es un fluir
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Para una Socio-Analítica de la Posmodernidad. Implosión, Acoplamiento, Envoltura y Cyborg .
instantáneo, es como lo esquizofrénico de lo posmoderno, fragmento tras fragmento de
simulacro fluyen por el aparataje cognitivo, instalando un conjunto de condicionantes y
determinantes socio-culturales. Pero también dando cuenta, a través de la pregunta por
lo virtual, de la posibilidad de su desmontaje argumentativo pues, evidentemente lo
virtual puede operar como un dispositivo de saber-poder, de dominación. En la Matrix
dichos dispositivos se agudizan para hacerlo más evidente- pero lo cierto es que éstos no
son una determinante en sí, no es puro devenir en sí, no es un ‘sistema’ coherente de
circulación inaccesible al individuo. Baudrillard sugiere que el mundo ha perdido su
significado por la implosión fluida sobre él, de un exceso de significación, proveniente
de la simulación virtual de lo real-existente. La realidad se vacía de significado por el
despliegue de la simulación, la cual se desplaza anulando otras manifestaciones posibles
de lo real-existente. La simulación, por otra parte, que está digitalizada desde lo virtual,
con lo cual lo real-existente desaparecería por la concreción absoluta de lo simulado-
virtual, dado por la suplantación de lo real por lo signos simulados de lo virtual. El
mundo conocido es anulado y negado por lo virtual. Luhmann, de un modo similar,
anula la posibilidad de encuentro del individuo -observador- con el sistema. El
observador se limitaría a realizar ‘distinciones’ en torno a lo que observa, pero al
sistema poco le importan dichas distinciones, para éste son absolutamente
insubstanciales.
Baudrillard y Luhmann no ven el acoplamiento ni la envoltura, para ellos toda
analítica es un intento vano pues, no se puede dar cuenta ni menos modificar la
simulación, lo virtual o el sistema, cuando se vive constituido por su dispositivo de
dominación o cuando el individuo le es ‘indiferente’ al sistema. Baudrillard y Luhmann
han sido capaces no sólo de ver este nuevo dispositivo de saber-poder, o el nuevo flujo
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Para una Socio-Analítica de la Posmodernidad. Implosión, Acoplamiento, Envoltura y Cyborg .
sistémico -descrito conceptualmente por el postestructuralismo-, sino que además
‘vieron’ que es imposible eludir dicho dispositivo pues, es ‘él mismo’ un simulacro o un
‘sistema’ que opera como una pura ‘distinción’ de lo ‘mismo’, inaprensible e
inmodificable en sí mismo. Lo real existe tan sólo como ‘hiperrealidad’, como un
simulacro de lo real-existente, es su manifestación virtual la que nos constituye,
condiciona y determina. Baudrillard y Luhmann son como el ‘elegido’, no sólo ven la
Matrix, también son capaces de entregarnos una lectura adecuada de ella. Son, claro
está, unos elegidos metafísicos pues creen en simulacros en sí, simulacros con plena
autonomía, o en sistemas sociales circulando como puro devenir en sí; como la ‘Idea’ o
el ‘fantasma’. Con ellos evidentemente una analítica del acoplamiento y la envoltura
son innecesarias pues, qué puede hacer el individuo en lo real-existente cuando todo lo
que cree real-existente para él, es tan sólo un simulacro; donde todo lo conocido ha
dejado de existir como tal, debido a que lo virtual es ahora lo único real-existente;
donde todo ha devenido simulacro, incluso el devenir; donde es imposible conocer el
sistema social en la medida que el ‘observador’ está desacoplado de él. Sin duda no se
puede hacer nada, sólo el elegido podría hacer algo, pero en la Matrix. Si el nuevo
destino del mundo es la simulación en sí ya hegemónica, en donde lo virtual desplaza y
anula las diversas manifestaciones de lo real-existente, o es el sistema social en su
infinita autopoiésis lo único distinguible, evidentemente nada se puede hacer. Pero a la
inversa de lo que piensa Baudrillard y Luhmann -y no es que piensen entre ellos lo
mismo-, cada vez que logra establecerse una diferencia en una manifestación de lo real-
existente y, con ello, constituirse en una diferencia existente para el individuo, lo que se
establece es un acoplamiento entre todos los elementos constitutivos -por afinidades- de
dicha manifestación. Evidentemente los lenguajes de registro y de lectura de lo real-
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Para una Socio-Analítica de la Posmodernidad. Implosión, Acoplamiento, Envoltura y Cyborg .
existente que actualmente se despliegan son diversos y algunos de ellos circulan
hegemónicamente -como la palabra, la escritura y lo virtual-, pero no se ha dado la
posibilidad de la Matrix, no hay una sola realidad omniabarcante y determinante de lo
real-existente que desplace negando a todo el resto. El pliegue que se produce entre los
diversos acoplamientos de lo real con los lenguajes que por él circulan, produce
deslizamientos y desplazamiento de unos relatos por otros, pero es un deslizamiento
fluido que, en su circular, produce también acoplamientos de relatos, no sólo el
reemplazo de unos por otros. En cambio, el individuo reducido de la metafísica del
simulacro y el sistema es sólo un signo, un simulacro, una pura ilusión que circula en
medio de lo real-existente devenido en simulación hiperreal, un observador innecesario
en el devenir sistémico. El individuo de la posmodernidad puede desplegar y dar cuenta
del acoplamiento y la envoltura, en donde lo virtual se constituye en una manifestación
de lo real-existente que circula acoplada y sobre la cual es posible desplegar una socio-
analítica de envoltura que no niegue otras manifestaciones posibles de lo real en lo
socia-contemporáneo.
Lo virtual más que una determinante que limita la indagación sobre lo real, la
diversifica, en la medida que muestra y visibiliza lo múltiple de dicha realidad. Dar
cuenta de lo virtual es practicar operaciones socio-analíticas de desmontaje de las
estrictas separaciones binarias de lo real y lo aparente -o de la Idea y la materia- pues,
dicha manifestación tiende a esquivar lo taxativa y binario de la distinción. Al lograr el
aparato tecno-científico operacionalizar todo un ingenio maquinal para lograr el flujo de
lo virtual, no sólo permite que circule de una manera específica un determinado código
energético, sino que además produce una modificación fundamental al instalar un nuevo
lenguaje en lo social-contemporáneo, que ha sido capaz de acoplarse, de manera fluida
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Para una Socio-Analítica de la Posmodernidad. Implosión, Acoplamiento, Envoltura y Cyborg .
y hegemónica, con los principales lenguajes socio-culturales contemporáneos. El
individuo posmoderno tiene entonces una nueva manifestación de lo real-existente
circulando. Ella es fluida y de instalación instantánea a través del ordenador y del
televisor, permite dar cuenta de la aceleración de nuestro modo de vida, es un lenguaje
que es capaz de acoplar sonidos, imágenes y escritura a una velocidad sin precedentes.
De ahí que se tiene la apariencia de que en un ordenador conectado a internet o a través
del televisor, puede circular todo un mundo pues, de alguna manera, las ventanas y
portales de internet logran instalar una manifestación hegemónica de lo real-existente,
en el despliegue visual-virtual de dichos ingenios tecno-científicos. La película Matrix
tiene esa posibilidad, le ‘da’ vida a lo virtual hiperbolizándolo.
En la posibilidad de la fluidez social y, de una manera similar a lo que describe
la hibridación, el cyborg va a dar cuenta de un acoplamiento que está en la intersección
de nuevos códigos. Será, está vez, la tecno-ciencia la que se acople a lo humano y, más
en general, a lo real-existente, logrando afinidades con los enlaces más íntimos y
constitutivos de éste. El individuo ha desplegado todos sus ingenios y
artefactualismos127 para establecer una imbricación, un acoplamiento entre lo humano y
lo tecno-científico, sobre todo en sus versiones cibernéticas y virtuales. Es un
despliegue de codificación y supercodificación, de axiomatización proliferante en la
dinámica capitalista. Haraway situará al cyborg en el emerger de dicho acoplamiento en
lo social-contemporáneo, en la medida que el cyborg es un organismo "(...) cibernético, un
híbrido de máquina y organismo, una criatura de realidad social, también de ficción. La realidad social
son nuestras relaciones sociales vividas, nuestra construcción política más importante, un mundo
cambiante de ficción (...)"128. El cyborg se encuentra -aunque hiperbolizado- en Matrix, da
127 En el sentido de que siendo ‘real’ es una producción creativa de lo real-existente, por lo cual actúa, en su circulación, como una diferencia significativa.128 Haraway D.: Ciencia, cyborgs y mujeres. La reinvención de la naturaleza. Editorial Cátedra, Madrid, 1995, página 253.
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Para una Socio-Analítica de la Posmodernidad. Implosión, Acoplamiento, Envoltura y Cyborg .
cuenta de los nuevos acoplamientos que se producen en el clima de lo posmoderno.
Pero no se trata sólo de Matrix pues el mundo de la ficción ya está en lo social-
contemporáneo, a pesar de que se perciba como algo excéntrico, lo cierto es que cada
vez que se utiliza un ingenio tecno-científico, sobre todo en su versión electrónico-
informática, se está de algún modo, acoplando al individuo con lo maquinal, con lo cual
lo que se establece es un acoplamiento cyborg que permite al individuo circular de
modo fluido e instantáneo por lo social-contemporáneo. Si a esto se le agregan los
avances logrados en la nanotecnología, la cual busca posibilitar el diseño y construcción
de máquinas con una precisión a escala atómica, incluidos los ‘ensambladores’ o
dispositivos que permiten acoplar los átomos individualmente para construir cualquier
estructura químicamente posible -con la posibilidad que dicha tecnología prospere y se
vuelva cotidiana-, lo que se tiene es la posibilidad de que todos esos ingenios tecno-
científicos que, por ahora, se despliegan ‘fuera’ del individuo, y que permiten la
circulación y acoplamiento global, se instalen ‘dentro’ de éste. Así, el acoplamiento
cyborg será todavía más íntimo, en la medida que tocará la estructura bioquímica del
‘Ser’, enlazándolo con lo tecno-científico en la versión miniaturizada de la
nanotecnología, con lo cual las posibilidades de dichos acoplamientos modificarán de
manera más evidente, lo que la tecno-ciencia ya ha desplegado en la tercera fase de
expansión capitalista.
Marx decía que “Un ser que no tiene su naturaleza fuera de sí no es un ser natural, no
participa del ser de la naturaleza. Un ser que no tiene ningún objeto fuera de sí no es un ser objetivo. Un
ser que no es, a su vez, objeto para un tercer ser no tiene ningún ser como objeto suyo, es decir, no se
comporta objetivamente, su ser no es objetivo (…) Un ser no objetivo en un no ser, un absurdo”129.
Evidentemente esta objetividad estaba dada por su ‘naturaleza’ diferenciada de otros
129 Marx K.: Manuscritos economía y filosofía. Editorial Alianza, Madrid, 1995, página 195.
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Para una Socio-Analítica de la Posmodernidad. Implosión, Acoplamiento, Envoltura y Cyborg .
seres, y obviamente de la tecnología que él mismo producía, pero el cyborg permite el
rechazo de toda filosofía que considera la condición humana como constante y objetiva,
la cual posibilita el despliegue de una identidad occidental que permite que éste se
reconozca como ‘igual a sí mismo’ durante siglos. La posibilidad del cyborg permite el
desplazamiento del ser objetivo y natural que se piensa desde una condición humana
inalterable como especie, constante en su origen y ‘evolución’ pues, lo único que
supuestamente cambiaba era el ‘contexto’ socio-cultural del individuo, no su naturaleza
objetiva. Toda posibilidad divergente sólo podía consistir en un absurdo. Si se considera
que es la condición misma del hombre en tanto especie la que también deviene y está
condicionada a los múltiples acoplamientos que ésta produce, todo nuevo enlace tiene
que ‘alterar’ esa condición permanente de la cual cree disfrutar el individuo. Por ello
dicha certidumbre en lo permanente no es tal, como ya se ha apreciado desde la
diferencia que lo posmoderno produce con el ‘pululeo’ desplegado por acoplamiento del
código lingüístico, lo que posibilita lo híbrido como una condición socio-cultural de lo
posmoderno. El cyborg es, de algún modo, todavía más acuciante pues el acoplamiento
se produce esta vez desde códigos provenientes de espacios ‘ónticos’ diversos, en donde
los enlaces más íntimos del acoplamiento se producen por la afinidad que logra lo
humano con lo tecno-científico. Pero no sólo en el despliegue de la tecnología como
‘proyección’ hacia ‘afuera’ del individuo130 -como puede ser un móvil o un ordenador,
por ejemplo-, sino en su acoplamiento ‘interno’, dentro del ser autopoiético, como
dirían Maturana y Varela. Con esto, el cyborg tiene la posibilidad de eludir de manera
radical las concepciones ‘humanistas’ del individuo en la medida que le permiten
distanciarse de lo ‘natural’ o naturalizado de su condición de ser. Por ello es que
Haraway va a considerar que las relaciones cultura/naturaleza son dicotomías obsoletas
130 Como diría McLuhan.
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pertenecientes a socio-analíticas de un pensamiento occidental caduco, y enuncia el
supuesto de un individuo que es capaz de acoplar, por afinidades múltiples, los avances
de la tecno-ciencia cibernética y la bioquímica. Con ello el individuo de lo posmoderno
tiene la ocasión de eludir tal dicotomía al acoplarse físicamente a la tecnología, con lo
cual despliega la posibilidad del cyborg, como particular posibilidad de devenir humano
en el clima cultural de lo posmoderno.
El devenir del individuo puede desde ahora desplegarse en la forma de
información circulante por el fluido semiótico-material de lo real-existente. La base
biológica, que se revelaba como un sustrato inalterable y determinante del ser objetivo y
natural, ha quedado refutada con los avances en la investigación del genoma humano, la
cual muestra que el individuo deviene también como una escritura o información
modificable, y no como objeto naturalizado y estático. La revolución que promueve el
cyborg consiste en el acoplamiento más allá de los ‘límites’ que el individuo pensaba
tener en sí mismo, en la posibilidad de ser un organismo idéntico a sí mismo. El cyborg
promueve, de esta manera, la inestabilidad en la identidad del individuo en la creación
de posibilidades fluidas de acoplamiento humano-maquinal. A partir de esta situación es
que Haraway enunciará que la tecno-ciencia puede servir para ‘liberar’ al individuo de
su ser idéntico, fijo, estático, objetivo y natural. El desplazamiento de ese reducto de
‘ser humano’, que consiste en creer ser siempre ‘lo mismo’, constituye la política
cyborg, la escritura cyborg, en la medida que dicho cyborg es "(...) una imagen condensada
de imaginación y realidad material, centros ambos que, unidos, estructuran cualquier posibilidad de
transformación histórica (...) El cyborg es una especie de yo personal, postmoderno y colectivo,
desmontado y vuelto a montar"131.
131 Haraway D.: Ciencia…/ Op. Cit., páginas 254 y 279.
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Ya sea que lo virtual y el acoplamiento de lo ‘humano’ con lo ‘maquinal’, el
acoplamiento cyborg, devenga en una simulación de lo real-existente en la forma
hiperrealizada de ella misma, o posibilite el rebasamiento de las determinantes
constitutivas de un individuo que se ha pensado como lo ‘permanente’, lo que lo
posmoderno promueve es eludir la tragedia y la comedia occidental. El acontecimiento
social-contemporáneo no tiene fundamento en sí, y mientras sus socio-analíticas sigan
desplegándose como hegemonía, aunque sea ésta una posibilidad ‘débil’, se seguirá
pensando desde occidente que existe algo como ‘lo mismo’ en él. La prisión social-
contemporánea no es ningún tipo de ‘Matrix’, sino la persistente creencia de habitar en
el fundamento o en su ausencia, es, la prisión de lo mismo. Las socio-analíticas se
hacen necesarias por lo anterior pues, si ya no se trata ni de interpretar ni de transformar
el mundo, entonces qué es lo que promueve la diferencia. Ésta trata, más bien, de
posibilitar el reconocimiento de lo diverso que puede ser lo real-existente cuando ha
perdido su centro privilegiado.
Todo discurso científico y social, en su infinito diferenciar y repetir, lo que
busca es establecer una ‘interpretación’ de los modos de vida social-contemporáneos.
La envoltura, el acoplamiento, la simulación, el cyborg son eso. Son huellas que
circulan desplegando relatos sobre el individuo, lo social-contemporáneo y lo real-
existente. Pero son también socio-analíticas de la diferencia, que no es nunca de la
diferencia con lo otro sino, con lo ‘distinto’.
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CONCLUSIONES.
Desde lo posmoderno se han hecho diferencias con lo occidental, lo moderno y
el capitalismo. En cada uno de los encuentros propiciados con dichos espacios
semiótico-materiales, se han revisado los componentes que condicionan y determinan,
en parte, la constitución de las sociedades contemporáneas, en la medida que
constituyen dispositivos epistémicos desde donde se han desplegado un conjunto de
socio-analíticas que inciden es la constitución de lo social-contemporáneo. En el primer
encuentro se revisó el rebasamiento de la modernidad, se hizo hincapié en destacar que
lo moderno se constituye a través de metarrelatos que le han dado sustento categorial-
existencial. Las categorías de Progreso, Razón, Historia y Sujeto fueron revisadas
críticamente tanto en su excesiva determinación universalista, como en sus supuestos
positivistas. Se destacó, además, las pretensiones utópicas de dichas categorías
desplegadas en el ‘proyecto’ moderno de emancipación y libertad, el cual se pretendió
‘exportar’ e instalar desde un centro privilegiado de expansión hacia el resto. Dicho
centro ha sido occidente, sobre todo en su versión euro-americana. La pretendida
universalidad de estos supuestos se debió en gran medida a la posibilidad que occidente
creyó encontrar, para legitimar su acción, en ‘Fundamentos’ que lo situaban en un lugar
privilegiado de enunciación.
En la modernidad se pretendió haber encontrado las ‘llaves’ para posibilitar la
adecuada o correcta interpretación y representación de todo lo real-existente, también en
el campo socio-cultural. Con ello se impuso una lógica excesivamente determinista y
muchas veces totalitaria pues se pensó que la transformación social devenía ineluctable
hacia un determinado fin, el cual era predecible por la ‘ciencia’ social, en la medida que
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ella había encontrado y dado cuenta de la lectura adecuada del proceso de
transformación ‘dialéctico’ o ‘sistémico’ de lo real-existente. Esta situación se dio, en
gran medida, por la posibilidad que las ciencias y la filosofía han tenido de constituir
socio-analíticas basadas en nociones pretendidamente explicativas o comprensivas de lo
real-existente, dadas desde fundamentos supuestamente verdaderos o verosímiles acerca
de dicho flujo semiótico-material. Es esto lo que ha permitido sostener el predominio
hegemónico de relatos y proyectos societales desplegados, sobre todo, de occidente al
‘resto’. Se ha visto que con el deslizamiento a una nueva expansión del capitalismo, y
con la constitución de un nuevo clima cultural -de posmodernidad-, dicha época
moderna se ha visto cuestionada y se ha posibilitado su rebasamiento socio-analítico,
tanto porque occidente ‘mismo’ ha revisado sus postulados críticamente, como porque
‘el resto’ hace saber que siempre ha sido capaz de construir sus propios relatos y
prácticas sociales ‘desde ellos mismos’, a pesar de que lo que ‘produce’ no lo haga
desde posturas hegemónicas. De ahí que se postule, en lo posmoderno, el respeto al otro
diferente como un legítimo otro en la convivencia.
Un segundo encuentro revisado es el que se produce con el capitalismo, para ello
se ha enunciado lo que se considera como una nueva fase de expansión capitalista,
denominada ‘capitalismo multinacional’, la cual se caracteriza por la fluidez que
produce en lo social-contemporáneo a todo nivel. Este ‘nuevo’ capitalismo se ha vuelto
global, en el sentido que ha sido capaz de abarcar todo el planeta en su vertiginosa
dinámica productiva, no quedando espacio-tiempo en el cual su acción no esté presente.
En gran medida, esta nueva expansión capitalista se ha apoyado en un conjunto de
avances de la tecno-ciencia, la cual ha provocado verdaderas revoluciones en las
comunicaciones, y en todo el soporte electrónico-informático desde donde éstas tienen
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su lugar de emplazamiento. El capitalismo, en su dinámica de hiperacumulación, no
reconoce fronteras y límites en su acción, de ahí que las nociones de Estado nacional o
-incluso- de país, se debilitan. En su vorágine de producción y venta, se desestructuran y
reestructuras los espacios territoriales provocando fluidos acoplamientos y movimientos
de hibridación socio-cultural. No es sólo homogeneidad lo que circula -la que
evidentemente se produce al fluir mediática y globalmente las versiones hegemónicas
de un modo de vida determinado- pues, cada configuración socio-cultural en lo
contemporáneo, es capaz de resignificar de acuerdo a sus propios códigos semiótico-
materiales en uso, el flujo de enunciados que se despliegan por el capitalismo
multinacional. En dicha fase de expansión se ubica el clima de posmodernidad, el cual
está en plena instalación y desenvolvimiento. Dicho clima tiene que ver con las
modificaciones socio-analíticas y socio-cognitivas, producidas por el rebasamiento de
los puntos de referencias que daban sustento a las sociedades modernas.
El momento actual se vivencia con cierta confusión debido a que los supuestos
socio-analíticos anteriores se han vuelto brumosos y no se posee una nueva ‘caja de
herramientas’ desde donde ‘leer’ e ‘interpretar’ lo social-contemporáneo con nitidez.
Así, la fragmentación, el presente esquizofrénico, la apatía social, etc., son problemas
con los que el individuo contemporáneo debe enfrentarse desde el sentimiento de
encontrarse con cierta orfandad conceptual-existencial. Pero no sólo ocurre esto,
también está la posibilidad del despliegue de lo diverso, del punto de vista, de las
visiones y relatos plurales en torno a lo social-contemporáneo, lo que permite dar un
nuevo ímpetu a socio-analíticas que se enuncian desde lo posmoderno. Las sociedades
contemporáneas ha mutado, esto se puede apreciar en múltiples manifestaciones -como
ocurre en las comunicaciones y en la moda, por ejemplo-, de ahí que el predominio del
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capitalismo, como dispositivo de saber-poder, también se modifique. Las socio-
analíticas de lo posmoderno buscan dar cuenta, precisamente, de dicha mutación, con
ello se busca, además, visibilizar el dispositivo que dicho capitalismo despliega.
Un tercer y último encuentro analizado es el que se produce con lo occidental, en
particular a lo que se refiere a sus componentes metafísicos y logocéntricos, en la
medida que constituyen un espacio semiótico-material de constitución determinante y
condicionante, en parte, de lo occidental. De lo metafísico se ha destacado la posibilidad
de realizar una escisión entre lo ‘real’ y lo ‘aparente’, entre la ‘Idea’ y la ‘materia’, entre
la ‘conciencia’ y el ‘cuerpo’. En estas particiones binarias siempre se ha supuesto que lo
que el individuo contemporáneo ‘es’, está, por así decirlo, doblemente mediado. Por un
lado, y de manera similar al mito de la caverna, el individuo vive atado a las ‘sombras’
de lo real en sí, de la verdad en sí, pues, lo que en sí es lo real, existe sólo en la
posibilidad categorial, en la ‘Idea’. La percepción que éste realiza es siempre sólo una
sombra, un reflejo, una representación de lo real-existente en sí. Pero, por otro lado, este
individuo no sólo vive atado a sus sombras, sino que también a toda escritura que ha
pretendido encontrar un fundamento capaz de ‘quitar los velos’ y ‘mostra’ las cosas en
sí o ‘tal como son’, a dicho individuo. Algo similar ocurre cuando se postula que lo que
el individuo es, está mediado tanto por la percepción que éste realiza sobre su ‘entorno’,
a través de los sentidos, como por la racionalización de dicha percepción, la cual es la
que le permite al individuo realizar un juicio ‘correcto’, ‘legítimo’ o ‘normal’ sobre sus
dichos y sus actos. Se ha visto que esta pretensión es sólo el predominio de lo
logocéntrico, pues parece no existir un fundamento verdadero para actuar de una
manera correcta, adecuada o normal, en base a lo que dicho logos o razón determinaría
de manera taxativa. Lo real-existente, en parte, es sólo la percepción para sí del
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individuo, la cual es compartida como si lo real fuese de una cierta forma, pero en esas
posibilidades categoriales-existenciales no hay un fundamento originario que determine
y condicione de manera ineluctable al individuo a llevar a cabo un modo de vida
determinado, cualquiera sea éste. Todo intento de universalizar o de condicionar un
modo privilegiado de categorizar-vivenciar lo real-existente, es una pretensión que no es
necesaria en la medida que se basa en supuestos dados por un determinado espacio
epistémico -metafísico y logocéntrico- de saber-poder.
En definitiva, lo posmoderno es el rebasamiento de lo moderno, es la operación
social-contemporánea de la diferencia y es la posibilidad del desmontaje de lo
occidental. Hegemonías y dispositivos de saber-poder siguen existiendo y circulando,
pero qué fundamento le queda a occidente para seguir considerándose igual a ‘sí
mismo’ y al individuo occidental como lo permanente en ‘sí mismo’. Sólo le quedan los
dispositivos, los cuales son, precisamente, los que lo posmoderno trata de desmontar.
Las socio-analíticas de la implosión, el acoplamiento, la envoltura y el cyborg no
son los nuevos fundamentos de una diferencia entendida siempre como lo diferencia
entre lo ‘uno’ y lo ‘otro’, entre occidente y su otro, sino entre lo ‘distinto’. La implosión
y la simulación se han presentado como una socio-analítica que trata de eludir la pura
concepción de despliegue y de expansión categorial-existencial de lo moderno. En la
medida que el capitalismo se expande y llega a su máxima capacidad de circulación
hacia ‘afuera’, ocurre la implosión. Al rebasarse de sentido y significación lo social-
contemporáneo la dinámica socio-analítica se ‘invierte’, y ahora la circulación es hacia
‘adentro’ del sistema planetario, con lo que su frenética circulación se vuelca a los
intersticios de lo social, implosionando sobre sí mismo. La posibilidad de dicha
implosión es, en gran medida, debida al despliegue de lo virtual y a los ingenios tecno-
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Para una Socio-Analítica de la Posmodernidad. Implosión, Acoplamiento, Envoltura y Cyborg .
científicos -como el televisor y el ordenador- que promueven la circulación masiva de
mensajes por el flujo semiótico-material de una sociedad contemporánea mass-
mediatizada. Este torrente de imágenes permite que el capitalismo pueda fluir también
desde el signo, cobrando materialidad y existencia en la manifestación contemporánea
de lo virtual. Lo visual-virtual se instala hegemónicamente como uno de los principales
lenguajes y escrituras de lo social-contemporáneo. Sus imágenes fluyen desvirtuando lo
que se ha dado como lo evidente en las distinciones binarias de la modernidad, tal como
la supuesta escisión entre lo real y lo aparente, pues, los signos de lo real no tienen
necesariamente que ‘representar’ algo en sí existente, en la medida que pueden circular
como un simulacro, como una forma simulada de dicha realidad. Es por esto que, son
los signos de lo real los que cobran preponderancia en este nuevo clima cultural. Lo
virtual, como una nueva ‘realidad’, es la ‘apariencia’ visual del mundo que fluye a
través de las imágenes, por televisores y ordenadores, como verdaderos signos
simulados de lo real-existente. Aunque lo que se ‘vea’ en las imágenes haga ‘referencia’
y constituya un hecho real, lo es también debido a la apariencia de realidad que se
despliega en el individuo que lo ‘vive’, a través de su televisor, a miles de kilómetros de
distancia de donde sucede el hecho. Evidentemente lo ‘visto’ no deja de ser real para
quien lo vive en ‘carne propia’, como, de la misma manera, no deja de constituirse en
real -para quien lo ve por su televisor- debido, en parte, a las imágenes virtuales que
fluyen por los actuales mass-media, en la medida que son ellos los que hacen circulan
de manera masiva sus ‘mensajes’ por las sociedades contemporáneas. Evidentemente en
un ‘orden’ mundial bajo sospecha de producir injusticias e inequidades por doquier, la
naturalización de ese circular masivo de imágenes requiere de una socio-analítica que
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posibilite el desmontaje de sus dispositivos de saber-poder, sobre todo si son de
dominación.
La implosión y la simulación, con su torrente de imágenes en circulación, y con
la nueva hegemonía de lo virtual que se agrega a lo real-existente, da cuenta de la
posibilidad del acoplamiento132 con mayor nitidez pues, se reconoce, que lo socio-
cultural opera por reconocimiento y afinidad de múltiples códigos -múltiples lenguajes
y escrituras- que se enlazan. Lo social-contemporáneo y las distintas formaciones socio-
culturales son también producto del acoplamiento de múltiples códigos lingüísticos y
experienciales que se han unido para constituir la condición híbrida de las sociedades
actuales. No todo acoplamiento es posible, pero en la fluidez del capitalismo
multinacional, con su acelerada circulación de imágenes y con el despliegue de lo
virtual, se acrecienta la posibilidad de dichos acoplamientos, debido en gran medida a la
mayor posibilidad de contactos semiótico-materiales entre las distintas sociedades
contemporáneas. De ahí que la seguridad -ontológica- proporcionada por los objetos de
la modernidad haya sido cuestionada pues, en la medida que dichos objetos circulan
también como signos -simulados o no- de lo real-existente, lo que se evidencia es el
resquebrajamiento de lo puramente objetivo y estático de la categoría de ‘objeto’ y del
dispositivo binario ‘sujeto-objeto’. El acoplamiento posibilita la condición de hibridez
de lo posmoderno. El movimiento de desestructuración y reestructuración promovido
por el flujo acelerado de un capitalismo de signos y espacios es un movimiento que no
sólo promueve la pura homogeneidad y serialidad capitalista, sino que también la
posibilidad de los múltiples acoplamientos sociales, los que promueven que las
sociedades contemporáneas se constituyan en lo híbrido y en la diferencia. Con ello, la
132 Recordemos que el acoplamiento es una operación socio-cultural que funciona por reconocimiento de múltiples códigos -múltiples lenguajes- que se enlazan y produce hibridaciones por afinidad socio-cultural.
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Para una Socio-Analítica de la Posmodernidad. Implosión, Acoplamiento, Envoltura y Cyborg .
constitución de collages socio-culturales es cada vez más una posibilidad notoria de
manifestación de lo social-contemporáneo, de ahí que una socio-analítica de la
diversidad cobra aún mayor relevancia.
Así como el acoplamiento y la hibridez dan cuenta de la similitud por afinidades
múltiples, la envoltura se enuncia como una socio-analítica de la repetición y la
diferencia. Lo posmoderno en su desmontaje de categorías metafísico-binarias,
cuestiona los modelos de profundidad dados hasta lo moderno, con lo cual la
posibilidad de diferenciación taxativa dada por dicha época se vuelve inquietante para
una socio-analítica contemporánea. Debido al cuestionamiento de los modelos de
profundidad y al propio desenvolvimiento de la implosión y el acoplamiento, podría
pensarse que lo real-existente deviene en una pura indiferenciación categorial-
existencial, pero lo que se establece desde la envoltura no es eso. Lo que se quiere dejar
atrás es la distinción moderna que presume de poder establecer una diferencia en sí en
lo real-existente, dada por un fundamento explicativo de distinción entre lo interior y lo
exterior, lo cual facultaría a la episteme moderna para establecer jerarquías taxativas y
estáticas sobre el dispositivo sujeto-objeto en lo social-contemporáneo. La envoltura es
la posibilidad de eludir esa distinción que es siempre la diferencia al interior de un
dispositivo metafísico-binario, y dar cuenta de una nueva diferencia, esta vez de
jerarquías móviles y no esencialistas. En la medida que tanto lo envuelto como el
envoltorio son categorías intercambiables y dependientes del punto de vista desde donde
se emplaza la diferencia, lo que se posibilita es que el ‘predominio’ de una categoría
sobre otra sea transitorio, así los rasgos esencialistas y taxativos se eluden en una
diferenciación que busca dar cuenta de la móvil y la acelerada circulación de lo
categorial-existencial en lo posmoderno. Pero para que ello ocurra, es importante que la
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envoltura considere que los puntos de referencia socio-analíticos y socio-cognitivos se
despliegan desde un conocimiento que se ha vuelto situado en su proceder, esquivando
de esta manera, categorizaciones universales y válidas para cada espacio-tiempo, y en
toda configuración social posible de lo contemporáneo.
Por último, se presentó la socio-analítica del cyborg y lo virtual. El nuevo
acoplamiento entre lo humano y lo maquinal constituye, con toda la participación de la
tecno-ciencia contemporánea, una nueva ‘especie’ de acoplamiento, es el cyborg, el cual
promueve eludir la condición ‘permanente’ del ser humano dado hasta la modernidad.
Este nuevo acoplamiento desdibuja la linealidad dada por el origen y el devenir de lo
humano como lo ‘mismo’, y como la permanencia en lo ‘mismo’. Este ‘sí mismo’ -del
individuo contemporáneo- ve que sus supuestos constitutivos se reblandecen, al circular
una nueva posibilidad de acoplamiento que toca las más ‘íntimas’ convicciones de lo
humano, como lo son su convivencia en lo permanente y en sí mismo. Dicho cyborg
encontrará en la nanotecnología, en la biología molecular y en lo virtual, sus lugares
privilegiados de despliegue pues cada una de estas manifestaciones está precisamente
afectando lo permanente y estático de las convicciones ‘humanas’. El humano puede
desaparecer no sólo barrido por el agua como una huella en la playa, sino que también
puede hacerlo acoplado a lo maquinal-virtual en su devenir fluido.
El camino recorrido y por recorrer ha mostrado su ausencia radical de origen y
destino en sí, todo lo real-existente deviene. Lo social-contemporáneo se vivencia en su
permanente repetición y diferencia. Las socio-analíticas posmodernas son una
posibilidad para pensar lo social-contemporáneo, precisamente, desde esa diferencia y
repetición.
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ANEXOS
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Figura Nº 1: El grito.
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Figura Nº 2: Un par de botas.
Figura Nº 3: Zapatos de polvo de diamante.
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Figura Nº 4: El modelo rojo.
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