tesis: el esquema econÓmico de la historia en …

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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO FACULTAD DE FILOSOFÍA Y LETRAS COLEGIO DE HISTORIA EL ESQUEMA ECONÓMICO DE LA HISTORIA EN LUDWIG VON MISES T E S I S QUE PARA OBTENER EL TITULO DE LICENCIADO EN HISTORIA PRESENTA: JOSÉ BENIGNO XELHUANTZI MARTÍNEZ ASESOR: DRA. MARIA EUGENIA ROMERO SOTELO. MATRICULA: 403097564 E-MAIL: [email protected] NOVIEMBRE 2013

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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO

FACULTAD DE FILOSOFÍA Y LETRAS

COLEGIO DE HISTORIA

EL ESQUEMA ECONÓMICO DE LA HISTORIA EN LUDWIG VON MISES

T E S I S QUE PARA OBTENER EL TITULO DE LICENCIADO EN

HISTORIA PRESENTA: JOSÉ BENIGNO XELHUANTZI MARTÍNEZ

ASESOR: DRA. MARIA EUGENIA ROMERO SOTELO.

MATRICULA: 403097564 E-MAIL: [email protected] NOVIEMBRE 2013

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INTRODUCCIÓN

La idea de progreso ha sido casi siempre una idea noble por haber celebrado los principales logros occidentales en los campos de la filosofía, la religión, la ciencia y la historia, y noble, pero sobre todo, por lo que ha supuesto para los impulsos y aspiraciones de los creadores de la civilización occidental.

Robert Nisbet

Historia de la idea de progreso.

os tiempos actuales se presentan como un complejo bloque de acontecimientos que

suceden con una transformación radical y vertiginosa, que tal pareciera no existir un

hilo histórico donde se asienten las directrices del curso de los tiempos. Un nuevo

siglo ha comenzado, el fin del milenio dejó una basta herencia histórica, y los nuevos años

parecen inconexos y desordenados con una expresa oleada liberal en el pensamiento individual y

político, que parece mover con frenetismo la realidad conocida. El presente trabajo surge

entonces en este contexto, por la necesidad de indagar las estructuras del pasado directo, ahí

donde se cimentaron las ideologías y doctrinas fácticas de nuestra realidad. Sin embargo es claro

que el acceso a cualquier ideología identificada con el pensamiento capitalista, exige por

supuesto un acercamiento a las teorías y doctrinas económicas en las cuales se fundara el

modelo económico en boga, de ahí que para estudiar las posturas liberales contemporáneas en la

economía, sea necesaria una revisión en los aspectos y elementos de la ciencia económica, el

contexto histórico y los postulados liberales que irrumpieron decisivamente en el siglo XX.

Sobre todo porque el objeto de estudio para esta investigación se refiere a una revisión histórica

del contexto y el discurso liberal en los momentos más álgidos de la discusión entre

intervencionismo y liberalismo; en particular los postulados propuestos por el austriaco Ludwig

Von Mises.

L

INTRODUCCIÓN

2

El ocaso del llamado modelo de “planificación económica” y el colapso de los regímenes

socialistas en los 80s, abrieron el camino a un sistema, distinto al de la planificación de Estado y

a la división en bloques comerciales socialistas y capitalistas entre oriente y occidente. Las

consecuencias fueron perceptibles, se pasó a una realidad donde los nuevos tratados de libre

comercio viraron el rumbo de las relaciones comerciales, la economía tomó el curso

preponderante de las directrices microeconómicas y hasta el presente se observa que el desarrollo

en el consumo tiende a expandirse hasta límites insospechados. La división del trabajo,

especialización, tecnificación y el movimiento de capitales han alcanzado una coordinación y

sujeción a las economías mundiales, al grado que suele considerase que estamos insertos en los

lineamientos de una diacronía global mundial. La estandarización en la formación laboral y

educativa es tan real, como puede constatarse el generalizado dominio en las tecnologías

informáticas, la especialización laboral o la comunicación plurilingüe; cuya irrupción hubiera

sido impensable en el orden del pasado siglo XX, pero hoy marcan el rumbo de la civilización y

el status del progreso. Las viejas instituciones creadas por el Estado bajó las directrices

planificadoras del Welfare State, tal parece que han entrado en una seria desventaja comparadas

con los bienes y servicios ofrecidos por el sector privado. Y es que a parir del último cuarto del

siglo XX comenzaron a configurarse los primeros cambios en las formas laborales, económicas y

políticas; en general gran parte de la cultura empezó a separarse de las fórmulas conocidas. En

esta mención puede considerase que son muchas y muy variadas las vertientes que influyen

sobre este cambio cultural y civilizatorio, sin embargo el tema de la presente obra sólo se encarga

de ligar los cambios en las sociedades contemporáneas, a partir de los acontecimientos político-

económicos y los principios teóricos que introdujeron una nueva oleada liberal a los procesos

productivos, el consumo y las formas directivas en los usos de la iniciativa privada y la política

(quiénes tiempo atrás habían sido parte, del sistema planificador, benefactor y comunista del siglo

XX). En este sentido más que una explicación referente a la transformación del estado

planificador con el arribo de la revolución directiva o la enunciación de un juicio histórico-

comparativo entre el estado benefactor del sector público y las formas de acción del sector

privado, el fin de este trabajo se identifica con una revisión histórica sobre los orígenes más

remotos, que sentaron las bases ideológicas para la transformación del intervencionismo

económico gubernamental y la irrupción del nuevo liberalismo económico.

INTRODUCCIÓN

3

Las convergentes directrices en que se manifiesta el pensamiento liberal como el

monetarismo, la mercadotecnia, la administración de empresas y la publicidad, son tan sólo

distintas posturas donde se manifestaría el cambio y la transformación en la planificación

económica desarrollada por los gobiernos, durante la mayor parte del siglo XX. Por eso es una

realidad que la búsqueda del principio generador del liberalismo radical y los precedentes de la

revolución directiva, nos remiten directamente al peculiar “modelo científico” de Ludwig Von

Mises, quien al mezclar la sociología con la antropología-económica -a la sazón de una reforma

científica- construyera un modelo con el enfoque del comportamiento humano, generador de una

corriente sui generis en las ciencias económicas.

Del mismo modo la revisión histórica sobre el pensamiento liberal, al nacer éste como una

teoría crítica, nos sugiere la existencia de una tesis previa que hiciera posible la dicotomía

dialéctica del liberalismo. Este supuesto concepto que confronta a la teoría liberal, al parecer es el

conjunto de acciones y condiciones identificadas por las prácticas y estrategias de grupos sociales,

económicos y del gobierno conocidas en conjunto como intervencionismo político; y es que en la

primera manifestación liberal del siglo pasado, el cambio radical se llevó a cabo con los

movimientos de grandes grupos (ya fueran uniones partidistas nacionalistas, liberales, socialistas,

sindicalistas o asociaciones industriales). La participación y defensa de los ciudadanos bajo el

amparo de grupos de presión, eran asociaciones que pugnaban por reformas, concesiones y

nuevas prácticas en la economía y la política internacional. La acción de estos grupos junto con la

deplorable situación en la que se encontraba Europa después de los periodos bélicos, pueden

considerarse los factores fundamentales para la aparición de programas políticos aplicados por

lideres partidistas; que emprendieron la aplicación no sólo de planes de relanzamiento económico,

sino la creación de instituciones y legislaciones que preveían por primera vez, asuntos básicos

para los trabajadores y la población en general. La historia universal reconoce este periodo, como

el de los grandes cambios, surgidos del protagonismo de Estado; comenzando por el Progresismo

y la Reforma Social Liberal, hasta la Revolución Keynesiana. En este sentido los elementos y

preceptos contenidos en los programas políticos de la época, son la tesis histórica sobre la cual se

erige la crítica y advertencia liberal misesiana en calidad no sólo de un juicio particular, sino de

un discurso con alcances teleológicos y universales.

Con todos estos antecedentes es como puede plantearse el análisis al modelo misesiano

dentro de la dialéctica del intervencionismo-liberalismo, cuyo objetivo es conocer una visión

INTRODUCCIÓN

4

histórica no sólo sobre el liberalismo en el siglo XX y las formas del intervencionismo de Estado,

sino además una estimación seria y profunda sobre las naturalezas de ambas posturas, y un

acercamiento al supuesto antagonismo que el liberalismo económico manifiesta con el poder que

atenta contra el libre mercado.

Debe considerarse que el liberalismo en esta obra es manejado en las proporciones de una

generalización o construcción ideológica a partir de los elementos en que se fundan los actos

económicos según el sistema de mercado; en particular es una interpretación que trata de

principios fundamentales pero con procesos de acción cambiantes, no conceptualiza una teoría

económica, ni política, apodíctica o perdurable. Es por eso, que aparte de considerar las raíces

históricas más profundas del liberalismo y el intervencionismo en el siglo XX, se tendrá al final

de la obra una visión general sobre la dialéctica de ambas ideas generales y su posición en el

proceso histórico. Esto podrá observarse con el resultado del supuesto ocaso praxeológico con el

que Mises creyó leer el curso de su tiempo.

HIPÓTESIS Y OBJETIVO

La filosofía de la historia es una compleja percepción de la historia que si bien implica,

investigación erudita, conocimiento e interpretación en distintos niveles, se distingue de la

historiografía misma, por que esta última realiza una investigación sobre los hechos de un

protagonista histórico en particular, bajo una temporalidad y espacialidad específica y de corto

alcance; mientras que la primera es el discurso resultante de aquellos personajes que han

intentado ordenar las ideas y los actos de los individuos en un plan univoco, con una tendencia

finalista, en el que el protagonista de su trama es una objetivación colectiva. En la actualidad el

estudio de la filosofía de la historia al parecer representa una corriente concluida, cuya revisión

únicamente sirve para constatar que los esquemas de explicación, generales o individuales, de

larga duración han quedado atrás. A pesar de la percepción inmediatista y relativista que las

tendencias actuales puedan representar, en la actualidad parece necesario derribar ciertas barreras

que impiden una visión expansiva de la filosofía de la vida. Si se revisan cuidadosamente los

conceptos teóricos de filosofía de la historia, puede encontrarse que lo que se entiende por

filosofía no esta cercado por una ortodoxia interpretativa sobre los caracteres axiológicos o

INTRODUCCIÓN

5

deontológicos humanos. William H. Dray1 explica que el objeto del historiador en su labor

indagatoria, está identificada con la individualidad del hecho o del acontecimiento, para

establecer el primer acercamiento comprensivo que antecede a un juicio en términos más amplios.

(Éste puede decirse que es un segundo nivel o también identificado por una historia estructural de

larga duración)2. Habitualmente las perspectivas de la filosofía de la historia fueron entendidas

por un magno esquema de comprensión, que comprende la acción y fin último de un periodo

histórico en base a un plan general, donde se mueve una trama progresiva o regresiva vinculada

con conceptos axiológicos, científicos, artísticos y demás. Puede decirse que las ideas directivas

de un plan general, tampoco han pasado por alto los principios económicos manejados por las

filosofías del progreso material.

De acuerdo a la interpretación histórica se clarifica que liberalismo e intervencionismo, -

sistemas que se suponen irremediablemente antagónicos- manifiestan un comportamiento

dialéctico en la temporalidad histórica que de acuerdo a la lógica de la existencia, no puede darse

la existencia de uno sin la contrastación del otro. Es por eso que la indagación histórica de este

trabajo, además de realizar una revisión sistemática a los objetos de estudio y la estructura

metodológica de la obra misesiana, pretende ir más lejos e interpretar el hilo conductor, que se

identifique con una filosofía de la historia vinculada al pensamiento liberal. De antemano se tiene

confianza en este cometido, por la naturaleza de las obras del teórico austriaco, que además de

contener un esquema de conocimiento bastante amplio, exista en la mayoría de sus escritos un

discurso liberal con una postura crítica y preventiva de su temporalidad. Esto es que nos presenta

un juicio explicativo en términos más amplios, con la generalización de condiciones que

adscriben una tendencia colectiva.

Si pretende hablarse de un objetivo general, ese debe entenderse con la presentación de un

cuadro histórico Misesista, dentro de los márgenes del pensamiento capitalista y sus elementos

económicos. Una postura que nos refiera a ciertos modelos y etapas económicas enlazadas con un

nexo causal y consecuencial en los estadíos identificados como liberalismo e intervencionismo,

con puntos de inflexión progresivos, regresivos etc. La razón está en que la filosofía misesiana se

explica en términos que van más allá de las nociones de ciclo o la enunciación de teorías acerca

de elementos económicos. Esto se percibe por que la llamada ciencia de la Cataláctica o acción

1 Vid, William H. Dray (1953), Filosofía de la historia, Capítulo V. 2 Braudel, Fernand (1990), La historia y las ciencias sociales, p.123.

INTRODUCCIÓN

6

1 Las bases del análisis deductivo cataláctico. Interpretación cataláctica del intervencionismo.

Interpretación cataláctica de la revolución keynesiana.

2 Cuadro económico de la historia y su tendencia regresiva.

Periodo de la economía progresiva (plenitud praxeológica)

Periodo de economía intervenida. (era de caos

praxeológico)

Periodo de economía estática (Él ocaso de la

Praxeología)

Acercamiento a los principios de la perspectiva liberal económica

en el temprano siglo XX.

Acercamiento a los principios de la perspectiva “intervencionista”: la naturaleza económica del progresismo, la reforma social y la revolución keynesiana.

3. DIALÉCTICA LIBERALISMO | INTERVENCIONISMO

económica, guarda una explicación económica apegada a principios sociológicos y

antropológicos;3 que en conjunto se fusionan con los principios heredados de la escuela austriaca

de economía también llamada psicológica. Además en la visión misesiana no escapan las

explicaciones teleológicas, más allá de las definiciones sobre el comportamiento económico.

Teniendo en cuenta estos elementos, debe esperarse del modelo austriaco una visión conjunta,

universalista y general de la realidad, una exhortación de los tiempos y el compromiso con una

alternativa al desenlace entre la confrontación liberal e intervencionista.

NIVELES DE CONOCIMIENTO

3 La erudición misesiana se percibe en la variante de contenidos existentes su obra, con apreciaciones que van desde conceptos morales, culturales, sociales, y hasta religiosos todos en función a las relaciones económicas del utilitarismo pragmático presentes en el capitalismo de libre mercado.

INTRODUCCIÓN

7

MÉTODO Y TRATAMIENTO

El método planteado para la indagación histórica en cuestión es uno seguido por un

análisis inductivo para alcanzar a comprender los complejos bloques históricos e ideológicos en

los que se mueve tanto el liberalismo, como el intervencionismo, ambos en una misma

temporalidad. Para la comprensión del contexto histórico intervencionista donde irrumpen los

nuevos recursos y la representatividad del gobierno, se procedió a la interpretación de las fuentes

bibliográficas relacionadas con la historia en el siglo XX, historias del pensamiento y en

particular la historia de Austria. Para considerar el contexto de la ciencia económica en Europa y

Viena, se realizó con una revisión a los conceptos y elementos de la economía neoclásica así

como las diferencias en los puntos fundamentales del marginalismo austriaco; enclave

epistemológico, cardinal para la comprensión de la ideología liberal neoclásica.

La interpretación de la postura liberal misesiana, se obtiene mediante un análisis

deductivo a las obras cardinales del periodo de entreguerras. Entre las que se encuentran: Teoría

del dinero y crédito 1912, El socialismo 1922, Crítica del Intervencionismo 1929, o La acción

humana 1940 por mencionar algunas. En estas fuentes se identifican y ordenan los objetivos, así

como los caracteres formativos y epistemológicos de la ciencia misesiana que contribuyen a

exponer una explicación de la doctrina económica-liberal en general. Éste planteamiento arroja la

inminente pregunta ¿porqué los estudios con enfoque económico manejados por Ludwig Von

Mises pueden considerarse parte constructiva de un idea general de la historia, si pareciera que

los postulados misesianos tan sólo exhiben una visión de la economía y el comportamiento

económico? En respuesta puede afirmarse que la narrativa del austriaco contiene una peculiaridad

que la lleva más allá de los estudios económicos, se trata de un halo crítico y exhortativo que

identifica distintos procesos económicos planteados en etapas del tiempo, con ideas de progresión

y regresión económica en un proceso colectivo.

Durante el siglo XX se percibió en la Filosofía y las Ciencias Sociales una disipación de

los juicios teleológicos y holistas para la historia, es por eso que la identificación de este tipo de

pensamiento, sólo se ubicara en pequeñas obras que filósofos y humanistas realizaran de forma

deliberada para expresar su juicio sobre todo aquello que era objeto de su atención intelectual. Es

por eso que la actual Filosofía de la historia sólo puede buscarse sobre aquellos elementos

teóricos de largo alcance que se encuentran de manera intrínseca en los idearios de politólogos,

INTRODUCCIÓN

8

economistas, sociólogos, y hasta científicos experimentales, induciendo de ellos una filosofía o

ideas directivas sistematizadas en un plan general. La mayor parte de estos principios no se

encuentran explícitamente en el objetivo de sus investigaciones, sino en calidad de principios

físicos, biológicos, económicos, tecnológicos o metafísicos. Con lo dicho anteriormente debe

aclarase que el estudio de la obra misesiana permite conocer la construcción general de una idea

liberal, misma que en un segundo nivel; se transforma en el plano general del curso histórico del

siglo XX desde una perspectiva económica.

En síntesis el cuerpo de la investigación, en primer lugar muestra una revisión sobre los

conceptos y elementos preponderantes dentro de la escuela neoclásica austriaca, en ella se resalta

con amplitud el conocimiento del la llamada utilidad marginal o marginalismo,-principio cardinal

de la personalidad humana en la vida económica- que fue planteado y desarrollado por los

vieneses Menger, Böhm-Bawerk y Wieser. Enseguida se conocen los fundamentos de los

cimientos teóricos en la ciencia misesiana, a partir de la escisión con el círculo de Viena, pero

con la herencia del positivismo lógico, la aparición del apriorismo metodológico y el

subjetivismo individualista. Ya en la explicación de la acción económica para el comportamiento

humano, se puede identificar el panorama general del intercambio económico en el sistema de

mercado, y cómo a través del marginalismo se fundamenta y justifica la teoría subjetiva del valor,

los postulados de la capacidad empresarial y la epistemología de la Praxeología y la Cataláctica;

la nueva ciencia objetiva.

En el segundo apartado se trata de lleno la construcción ideológica del intervencionismo,

donde para sus efectos se revisan las condiciones históricas, no únicamente en la preparación y

reconversión de los periodos bélicos europeos, sino además las condiciones posbélicas, el

protagonismo de las asociaciones y los grupos de presión, así como las nuevas estrategias

políticas y los planes de gobierno que los lideres políticos aplicaron tanto en Europa como en

Norteamérica. La revisión y análisis histórico se basa principalmente en fuentes bibliográficas

sobre la historia económica, e historia universal del siglo XX, en especial aquellas donde se

rescata el pasado histórico del intervencionismo político, las nuevas formas de gobierno y se

mencionan las instituciones que transformaron las condiciones laborales y la asistencia social de

una población diezmada por la guerra. Todo esto resultado de los esfuerzos de conversión

armamentista, los desastres industriales y agrícolas; además de las dificultades comerciales y

financieras por las que pasaron la mayoría de las economías nacionales, entre las que se cuentan

INTRODUCCIÓN

9

periodos de inflación, devaluación monetaria y la depresión de 1929. La historia del

intervencionismo gubernamental, muestra la forma en que mediante este concepto general, se

engloban distintos procedimientos y acciones emprendidas por los gobernantes de aquella época,

lo cual deja entrever que las políticas seguidas se condujeron por distintos medios, con los cuales

la figura del gobierno intervino en la vida pública, de acuerdo a los asuntos de mayor relevancia.

Para conocer los orígenes históricos del intervencionismo, debe acudirse en la historia,

hasta la aparición de las primeras legislaciones y decisiones relacionadas con la asistencia social

y las condiciones del trabajo; estas se ubican por primera vez en el último cuarto del siglo XIX,

con las concesiones al trabajo que el canciller del imperio alemán Otto Von Bismarck, respaldara

dentro de las acciones de la Sozialpolitik. De ahí en adelante las llamadas políticas progresistas,

se propagaron por Europa central y Norteamérica, hasta la aplicación abierta de programas como

el llamado New Deal y Fair Deal en Estados Unidos, el Welfare State en Inglaterra, las políticas

del gobierno de izquierdas en Francia, la expansión del Welfare State y en última instancia el

comienzo de la planificación estatal o planeación central. Después de esto se rescata la crítica

liberal misesiana sobre las distintas formas económicas de los planes políticos, entre ellos se

destaca una somera revisión por los modelos representativos del intervencionismo, entre los que

se cuentan el Socialismo, el Intervencionismo monetario, la determinación precios, el

intervencionismo fiscal y el Sindicalismo. Al final de este apartado se podrá identificar el

segundo plano, “el estadío antitético”, y la trama que se antepone dialécticamente al estado real y

verdadero de la “acción económica”; aquella etapa explicada por la catalaxia donde las relaciones

económicas se desempeñan en un sistema de libre mercado. De igual forma la revisión a las

formas intervencionistas acercarán directamente a la crítica general que la teoría austriaca

manifiesta sobre aquellas faltas que las fuerzas exógenas, infringen sobre las categorías de la

acción.

El último apartado, se plantea después de haber conocido la visión general de la acción

económica, y su antitesis en la historia, hasta llegar finalmente al conocimiento del tercer estadío

donde se manifiesta el juicio histórico general del pensamiento misesiano: una testificación sobre

el curso del tiempo y una exhortación sobre el futuro. Aquí es donde se completa el curso lineal

del enfoque histórico-económico, iniciado con la visión liberal de la acción económica y el punto

de inflexión que hace variar el libre curso del liberalismo a un punto regresivo. También se

podrán constatar las bases de acción intervencionistas, su duración y la conciencia real sobre las

INTRODUCCIÓN

10

relaciones humanas de los grupos sociales, que hacen surgir en Mises, la creencia en una

tendencia real, y a expresar una generalización sobre las condiciones estructurales y temporales

tales, que el curso de la historia le hace suponer un camino directo hacia el “caos económico”,

una anarquía que supondrá el ocaso del espíritu empresarial.

En este punto, el presente trabajo puede considerase el intento de un estudio histórico

contemporáneo, que en efecto implica la necesidad de adentrarse en un campo interdisciplinario;

esto debido a que un trabajo historiográfico que se mueve estrechamente entre los conceptos de

las doctrinas económicas, envuelve una seria dificultad en la perspectiva y la metodología de la

investigación. A pesar de ello el intento por encontrar el discurso histórico en la doctrina de un

teórico de la economía, tiene un óptimo aprovechamiento, cuando se conduce la investigación,

por una indagación ideológica que en este caso se adapta a la filosofía de la historia. Y es que el

ideario liberal radical propuesto por el teórico austriaco, es uno de tan gran importancia en los

confines de la historia del capitalismo, porque en el puede encontrarse una temporalidad y una

periodicidad histórica de larga o mediana duración, en la valoración de las condiciones

económicas y políticas occidentales durante la primer mitad del siglo XX.

Sin duda la filosofía de la historia es en este aspecto, el recurso adecuado para abordar el

pensamiento económico, en particular por la problemática que representa comprender el

pensamiento de un economista, su contexto, objeto de estudio y epistemología. Al final los

cuestionamientos sobre la naturaleza del llamado pensamiento neoliberal, hasta cierto punto,

quedan cubiertos con la explicación histórica colectiva u holista que permite acceder a las

estructuras históricas, que hicieron posible el surgimiento del sistema misesiano, y con ello las

bases en las que se fundamentaría una de las etapas más controvertidas en la historia universal.

INTRODUCCIÓN

11

AGRADECIMIENTOS

A la Doctora Marianne Siefer Kraus de letras modernas alemanas por su amable recepción al estudio de la literatura e ideología decimonónica.

Al Maestro Ernesto Schettino Maimone por seguir siendo un punto clave en la

diversificación de la interpretación histórica.

Al Maestro Gustavo Escobar Valenzuela por su amistad y las enseñanzas hermenéuticas de las teorías históricas, valiosas durante la carrera, imprescindibles en

la actualidad.

A la querida Maestra Clara del Socorro Aguilar, con quien en 2008 diera inicio la motivación y el esquema de este estudio, In Memoriam.

A los sinodales por aceptar ser parte del jurado y por su avenencia para la realización

de este trabajo.

A la asesora Doctora Maria Eugenia Romero por ayudarme finalmente a concretar el trabajo de tesis. Por su lectura, sugerencias y recomendaciones. Gracias.

A mis padres y hermanos por su educación, ejemplo, comprensión y apoyo de toda la

vida.

CAPÍTULO 1 LA CATALÁCTICA: UN ENFOQUE ECONÓMICO DEL COMPORTAMIENTO HUMANO

1.1 CONTEXTO CIENTÍFICO DE LA ESCUELA NEOCLÁSICA AUSTRIACA

1.1.1 Panorama general del neoclasicismo económico austriaco; de Carl Menger a Ludwig Von

Mises

l abordar la extensión del pensamiento económico, y buscar el pasado directo en el

que se sitúan los antecedentes intelectuales del ideario misesiano, obligatoriamente

la historia nos remite a las llamadas corrientes neoclásicas de la economía. En

primer lugar debe indicarse que el adjetivo neoclásico deriva directamente de una previa corriente

clásica, reconocida como la agrupación de escuelas de la macroeconomía o economía política

aparecidas desde el siglo XVII, que sostuvieron su mayor periodo formativo hasta la primera

mitad del XIX. Tales escuelas se ocuparon de estudiar el aspecto económico en términos

generales, tratando de conocer los procesos y estructuras de su desarrollo, con el objeto de

localizar los medios y arbitrios necesarios para la obtención de una estabilidad económica. En la

corriente clásica, la economía política cumplía la función de hacer referencia a los fenómenos

ocurridos en la sociedad cohesionada por el Estado; dedicada al estudio de factores y estructuras

que regían ciertas abstracciones económicas tales como el capital, el trabajo, la renta, o el interés

entre otras. Por otro lado la economía neoclásica, propiamente dicha, surge en el último cuarto

del siglo XIX, con la meta de profundizar en los fenómenos concretos, reducidos sobre

específicos campos económicos. A éste movimiento se le reconoce su contribución a la economía,

por haber puesto en uso el término de la teoría subjetiva del valor basado en la utilidad marginal;

proyectado con el análisis y explicación de un estado económico en equilibrio general que

articulaba precios, distribución, economía estática y el análisis matemático en las relaciones

económicas. Las escuelas neoclásicas expresaron una ardua labor en grupos científicos de

diversas nacionalidades. Por ejemplo entre las más representativas estaban la Escuela de

A

CAPÍTULO 1 LA CATALÁCTICA: UN ENFOQUE ECONÓMICO DEL COMPORTAMIENTO HUMANO

13

Lausana4 figurada por León Walras y Wilfredo Pareto; la británica de W. Stanley Jevons y Alfred

Marshall; la norteamericana de John Bates Clark e Irving Fisher; y por último la escuela austriaca

que contara con un origen común, en los postulados expresados por Carl Menger, Friedrich Von

Wieser y Eugen Böhm Bawerk. La importancia de la primera generación austriaca radica en las

propuestas que establecieron, hasta cierto punto, la base para los futuros avances teóricos

alcanzados por los economistas neoclásicos en el siglo XX. A pesar de la distancia geográfica la

economía estudiada en la Universidad de Viena desarrolló un elemento de análisis económico

que simultáneamente fue usado en los centros universitarios de Lausana, Oxford y Cambridge.

El elemento analítico que revolucionó la teoría económica fue aquél conocido como análisis

marginalista, una herramienta cimentada en el concepto de marginalidad o utilidad marginal.

En la historia del pensamiento económico se reconoce en la teoría formulada por

Carl Menger (1840-1921), el punto de inicio en los estudios económicos de tradición neoclásica,

por presentar una propuesta distinta en la corriente económica del último cuarto del siglo XIX.

Ésta corriente postuló una distinta forma de abordar la ciencia económica y en general todas las

ciencias sociales. El austriaco consideró a la ciencia económica por su elemento apriorístico y

deductivo, frente a la corriente principal representada por el empirismo inductivo de la escuela

histórica alemana. Señalando con esto, que la ciencia económica de aquellos años se encontraba

en una etapa de replanteamientos, donde se debían reformular sus principios y redescubrirlos a

partir de principios evidentes, buscando en la meta máxima de la propia ciencia; el hombre

mismo y su individualidad antropológica, es decir su diversidad en gustos y valores.

4 En las últimas décadas del siglo XIX la mayor parte de las escuelas neoclásicas se habían incorporado en la escena de las doctrinas económicas, dando paso a la ciencia económica moderna o la ortodoxia neoclásica. El principal modelo paradigmático de estas escuelas se encuentra representado en la escuela matemática de Lausana, liderada por León Walras y Wilfredo Pareto. El cuerpo doctrinal de esta escuela, se reconoce por la propuesta de la teoría subjetiva del valor basado en la utilidad y escasez, donde además de explicar la utilidad marginal en forma grafica y numérica, se introduce el análisis matemático en la oferta, demanda y el precio; tratando de demostrar matemáticamente el equilibrio parcial al que puede llegar la actividad económica. Para Walras los precios de intercambio se manifiestan abiertamente en tres tipos; que son el mercado de productos, el mercado de servicios productivos y el mercado de capitales. Cada mercado fija sus precios y estos se mueven actuando en concomitancia con los demás. Los precios están considerados por la determinación de la oferta y la demanda: a mayor precio menor demanda y a menor precio mayor demanda. Las rentas gastadas en inversión y producción se trasladan por los tres tipos de mercados, siendo distribuidas en cada uno su valor en remuneración para quien coopera y colabora en él, pero particularmente el valor total se traslada hasta el mercado final de productos con un precio total, el cual se exhibe al consumidor. Vid. Landreth, Harry et al. (2004), Historia del pensamiento económico. “Parte III El pensamiento económico neoclásico.”, pp. 211-314.

CAPÍTULO 1 LA CATALÁCTICA: UN ENFOQUE ECONÓMICO DEL COMPORTAMIENTO HUMANO

14

Teniendo por objetivo que la ciencia económica quedara libre de concepciones holistas5 o

idealistas, se propuso una nueva perspectiva, con una ética económica que construyera renovados

conceptos. Una vez establecido el criterio subjetivo del método mengeriano y su fijación por la

conducta humana, el estudio económico fluyó de acuerdo a estos lineamientos. El principio de

valor representó en el esquema austriaco, un elemento dependiente de la utilidad individual del

consumidor, explicable a partir de la introspección psicológica; en el que los mecanismos de la

psique conforman el principal origen en diversas situaciones de la realidad y se manifiestan en los

individuos en cualquier espacio y periodo de la historia. De acuerdo con esto en la línea

neoclásica de la economía, Carl Menger forma parte de la escuela marginalista, al retomar la

doctrina del valor determinada por la utilidad marginal, expresada en el consumo que hacen los

individuos sobre los productos. El valor y la utilidad marginal pudieron relacionarse en la teoría

mengeriana gracias a la “ley de imputación” 6 en la que el valor de los bienes de órdenes

superiores7 se imputaba directamente del existente en los bienes de consumo. Con esta noción

Menger lanzó una teoría del valor basada en la importancia que se adjudica el hombre sobre

cualquier bien, expresando que al desparecer la necesidad satisfecha por éste, mientras continúe

en existencia y no se requiera nuevamente, su valor disminuye. En la imputación del valor

Menger ideó la llamada tabla mengeriana, la cual pretendía resolver el problema del valor

subjetivo, en la cuál el bien que representa el máximo valor de uso se enfila en la necesidad de

índice 10, por ejemplo un alimento, que cuando el hombre sacia su apetito, duda entre gastar otra

porción de su renta en comprar el mismo bien y comer un poco más o satisfacer otras necesidades

de menor escala, de índice 9 o de las diferentes columnas.

5 Holismo (derivativo del inglés holism); tendencia a formar conjuntos mayores que la suma de sus componentes, Vid Agnes Heller (2002), Teoría de la Historia. p. 195. 6 Cfr. Newman, Phillip (1963), Historia de las doctrinas económicas, pp. 281-291; y de Screpanti Ernesto y Stefano Zamagni (1997), Panorama de historia del pensamiento económico, pp. 182-185. 7 Materias primas e insumos que intervienen en la actividad productiva y hacen posible la elaboración de los productos terminados que se ponen en venta al público.

CAPÍTULO 1 LA CATALÁCTICA: UN ENFOQUE ECONÓMICO DEL COMPORTAMIENTO HUMANO

15

TABLA DE MENGER8

I II III IV V VI VII VIII IX X

10 9 8 7 6 5 4 3 2 1

9 8 7 6 5 4 3 2 1

8 7 6 5 4 3 2 1

7 6 5 4 3 2 1

6 5 4 3 2 1

5 4 3 2 1

4 3 2 1

3 2 1

2 1

1

Con la teoría de imputación del valor y la interdependencia de la producción Menger

procedió a interpretar los costes en una “utilidad extensiva”. El resultado fue la clasificación de

los bienes según su distancia del consumo final: entendiendo así que la utilidad de los bienes de

orden superior se deriva de los bienes de primer orden (bienes de consumo). De esta manera el

coste efectivo sostenido para producir un bien se convierte en “coste de oportunidad” o el coste

representado por el sacrificio de la utilidad de aquellos otros bienes que pudieron haberse

obtenido, de los recursos utilizados para producir el bien en cuestión. La utilidad marginal guarda

en la definición mengeriana, el fenómeno psicológico de la elección humana, ya que la idea de

utilidad supone la motivación que el comprador tiene por incrementar su satisfacción mediante el

consumo de un articulo. Después entre mayor cubra sus necesidades, menor será el consumo de

aquel bien; como lo explica el efecto de la movilidad en la utilidad marginal. No es que los bienes

de consumo o de orden superior se desestimen sino que la tasación de valor es -en palabras de

Menger- una imputación realizada por los factores humanos (sentimientos, temperamentos,

raciocinios, etc.) según las expectativas de satisfacción esperadas para un determinado bien. La

valoración entonces es un acto subjetivo hecho por los individuos, que Menger -en coincidencia

8 Landreth, Harry y David C. Colander (2004), Historia del pensamiento económico, p. 217.

CAPÍTULO 1 LA CATALÁCTICA: UN ENFOQUE ECONÓMICO DEL COMPORTAMIENTO HUMANO

16

con el axioma de Franz Brentano-9 ratificó considerándolo realizable en base a poderes subjetivos

diversos, dirigidos por la experiencia y práctica hacia una resoluta decisión.

Movilidad de la utilidad marginal:

+ (Existe mucha necesidad y comienza el consumo)

Mayor deseo | más utilidad | mayor valor

0’

* Rango limite de las unidades de consumo

N’

Menor deseo | menos utilidad | menor valor

- (se satisfizo la necesidad o existe impedimento para el consumo)

Con las aportaciones de Eugen Böhm-Bawerk y Friedrich Von Wieser, la utilidad se

convirtió en una proposición mono-causal en la explicación teórico-económica de la escuela

austriaca. Más allá de teorizar el concepto de valor con los elementos que interactúan en la

producción, la oferta se verá como un fenómeno dado y la demanda el punto de agarre para la

explicación económica. El marginalismo generalizado daba por sentado un sistema distributivo,

gobernado por una teoría de la demanda, hegemónica sobre los factores de producción y los

9 Vid Grassl, Wolfgang (1986), “Markets and Morality: Austrian perspectives on the economic approach to human behaviour”, pp. 155-157 en Grassl W, et al., Austrian economics: Historical and philosophical background.

Consumidores ↔ Utilidad Marginal ↔ Bienes de Consumo ↔ Productividad Marginal ↔ Factores de Producción

Determina el valor Determina el valor

CAPÍTULO 1 LA CATALÁCTICA: UN ENFOQUE ECONÓMICO DEL COMPORTAMIENTO HUMANO

17

bienes de consumo.10 Estableciendo de aquí en adelante que la interacción entre el mercado de

factores productivos, con el mercado de bienes de consumo, formaban una estructura distributiva

de intercambio entre individuos, eficiente y equitativa. Ganando con esto la objetivación de que

las prácticas económicas en un orden de libre mercado, son en conjunto un sistema económico

con el mejor organismo retributivo actuante con los principios de utilidad, coste y precios para la

cantidad de factores humanos que colaboran en él. Hasta aquí en definitiva el neoclasicismo se

desvía de la economía clásica, por el papel del marginalismo en las inclinaciones del consumidor,

que reemplaza la teoría del valor clásica por un concepto de valor orientado hacia la utilidad

marginal; un principio que al fijar su atención sobre la demanda, guarda la apertura a numerosos

fenómenos psico-sociales como la ponderación, elección, volición y selección de los medios

satisfactores.

a) Ludwig von Mises (1881-1973)

El teórico nació el 29 de septiembre de 188111 en Lemberg la capital de Galitzia en

el impero austro-húngaro (ahora Lviv, Ucrania) fue hijo de Arthur von Mises ingeniero que

trabajó para el ministerio imperial de ferrocarriles en Czernowitz. Ludwig fue el mayor de tres

hermanos, seguido por Richard Mises, físico-matemático de profesión, partidario del positivismo

lógico y Karl un hermano menor que murió de escarlatina en la niñez. Posiblemente por los

conflictos regionales de las etnias eslavas y germánicas en la Cisleithania o por la movilidad

laboral de su padre, la familia Mises se mudó a Viena siendo Ludwig todavía un niño. Fue en

Viena con su primera formación, donde recibió una educación humanista y políglota debido a la 10 Debe enfatizarse la importancia en el principio de la utilidad marginal, ya que supuso dentro de la economía neoclásica, una teoría que de facto subvertiría problemas tan substanciales como la acumulación, la ley del hierro de los salarios, la subsuncion real del consumo o el mismo concepto del plusvalor planteados por Karl Marx. Cfr de Eugen Böhm-Bawerk, La conclusión del sistema Marxiano, Madrid, Union, 2000. 11 Los datos biográficos fueron obtenidos en el website del The Ludwig von Mises Institute (LvMI), Auburn, Alabama, USA. www.mises.org

CAPÍTULO 1 LA CATALÁCTICA: UN ENFOQUE ECONÓMICO DEL COMPORTAMIENTO HUMANO

18

confluencia académica con personajes de Alemania, Polonia y Francia. Después de graduarse en

el Akademisches Gymnasium en 1900, comenzó estudios de Jurisprudencia y Administración

Pública en la Universidad de Viena, donde pronto se vería influenciado por las obras de Carl

Menger en especial por los Principios de Economía Política, que lo llevó a buscar un camino

más teórico y a profundizar en los estudios de economía política. Tras doctorarse en 1906 pasó a

formar parte del seminario de Eugen Böhm-Bawerk -ex ministro de Finanzas y líder de la

Escuela Austriaca- al que acudiría hasta 1914. En 1906 por corto tiempo fue funcionario de la

administración financiera imperial. Durante los años siguientes Mises enseñó como un docente

privado en la universidad de Viena de 1913 a 1934 (donde reunió los seguidores para su propio

seminario), además desde 1909 comenzó a trabajar en la Cámara de Comercio e Industria de

Viena fungiendo hasta 1934, de consejero y crítico económico en el gobierno austríaco; en una

etapa que va desde los últimos años de la monarquía hasta la primer república de Ignaz Seipel y

el régimen austro-fascista de Engelbert Dollfuss. La Cámara era una organización semi-

gubernamental y a través de sus publicaciones Mises ejerció una comprometida observación

sobre la política austríaca.

En 1912 concluye su primer trabajo llamado Teoría del dinero y el crédito escrito donde

aplicó la teoría mengeriana del valor al dinero y presentó una nueva teoría del ciclo de los

negocios, en la que explicaba como las crisis eran provocadas por la distribución inadecuada de

los recursos debido a la inflación. Sugiriendo que la cantidad de dinero en la economía no era

inocua y que su variación numérica tenía efectos específicos en la economía (primer antecedente

teórico a los estudios monetaristas desarrollados posteriormente por Milton Friedman). Durante

la I Guerra Mundial sirvió como oficial en la artillería austrohúngara y fue asesor económico en

el Departamento de Guerra. La experiencia obtenida de las condiciones bélicas sirvieron para

desarrollar sus teorías sobre el intervencionismo estatal. Después de la Gran Guerra participó

como adjunto en el gobierno austriaco ocupándose de asuntos financieros concernientes a los

asuntos exteriores. Su principal objetivo durante esta etapa fue intentar explicar el colapso del

Imperio Austrohúngaro; en Nación, Estado y Economía (1919) expresando que el imperialismo

germano era consecuencia de la aplicación del poder del Estado para resolver los problemas de

las comunidades multi-étnicas de Alemania, Austria, Hungría, Bohemia, Moravia y Silesia. En

1922 publica Socialismo: un análisis económico y sociológico una obra relevante donde

manifiesta los severos conflictos de la realidad comunista. Durante los años veinte, desde su

CAPÍTULO 1 LA CATALÁCTICA: UN ENFOQUE ECONÓMICO DEL COMPORTAMIENTO HUMANO

19

puesto en la Cámara, Mises se alarmó por la inflación y utilizó su influencia para lograr reformas

monetarias y financieras en Austria, que seguramente viera con beneplácito la creación del

Schilling la primer moneda republicana. No obstante observó el constante aumento de las

regulaciones estatales que -en su opinión- deterioraban las finanzas públicas. Esto le llevó a

investigar y anunciar que el intervencionismo por parte del gobierno era totalmente

contraproducente. Defendiendo el sistema de libre mercado como mejor vía para la naciente

república; a propósito, en 1927 publica Liberalismo un conciso manifiesto de su filosofía política.

En 1934 al año siguiente de que Ädolf Hitler y el Partido Nacional-Socialista se hicieran del

poder en la débil república alemana -con la dura acción de la SS y la amenaza del Anschluss-12

para ponerse a salvo de la represión y persecución nazi en Austria (debido a su ascendencia judía

y a sus ideas liberales) Mises salió de Viena rumbo a Ginebra.13 A salvo en el cantón suizo

consigue un puesto académico en el diplomado del Instituto de Estudios Internacionales, donde

se mantuvo hasta 1940.

Desde que se establece en Austria, Von Mises había mirado con atención la acción del

gobierno y la presión política de los grupos nacionalistas de la unión austro-húngara; en la

juventud había presenciado las rencillas nacionalistas entre las etnias centroeuropeas hasta el

colapso final del imperio. Quizá a partir de entonces dichos acontecimientos sirvieron de

estimulo para retomar la investigación de aquello a que llamó “las falacias intervencionistas” que

representaba el protagonismo de los gobiernos, en las vidas de muchos grupos humanos con

distintas lenguas y costumbres. En su faceta de asesor en la Cámara, había evidenciando los

graves peligros del dinero y su manipulación, sobre las particularidades que encerraban las

tendencias inflacionarias, un tema ampliamente estudiado en su trabajo de 1912. El afán por

profundizar en estos temas le atrajo directamente la animadversión del medio académico y

político, esto debido a la denodada crítica sobre la acción fiscal, la inflación y a lo que el se

atrevió a llamar omnipotencia gubernamental. Los hechos sangrientos de la Gran Guerra, y el

desastre económico que había dejado a su paso, aunados a la depresión, confluían con el

advenimiento de Hitler en Alemania y la política stalinista en la URSS, regimenes que se

presentaban con políticas radicales, como los viejos imperios decimonónicos. Al dejar Viena,

Mises observó que los mandatarios europeos comenzaban a seguir una filosofía colectivista en la

12 Anexión austriaca al Reich alemán. 13 Vaughn, Karen (1998), Austrian economics in America: the migration of a tradition, p. 64.

CAPÍTULO 1 LA CATALÁCTICA: UN ENFOQUE ECONÓMICO DEL COMPORTAMIENTO HUMANO

20

que el Nacionalismo económico, el Comunismo y el Nacional-Socialismo eran el común

denominador de las luchas partidistas. En la neutral Suiza él teórico austríaco se dio a la tarea de

reflexionar el devenir de Europa occidental; la transformación de Alemania y Rusia soviética a

manos de Hitler y Stalin, la anexión de Austria al III Reich y el inicio de la II Guerra Mundial.

Estos acontecimientos motivaron a Mises -mientras su seguridad se encontraba resguardada- para

iniciar la composición de la magna obra Nacional-Economía (1940), (escrito que fuera reeditado

y complementado en 1949 en Nueva York con el nombre de La Acción Humana).

En 1940 en plena conflagración armada con el avance nazi sobre Francia, Mises se vió

obligado a emigrar a Nueva York, instalado en Norteamérica logró ser profesor invitado en New

York University desde 1945 hasta su jubilación en 1969.14 En la etapa americana se dedicó a

ofrecer ponencias y platicas en centros como la Fletcher School y la Universidad de Harvard,

además de escribir con regularidad artículos para el New York Times. Ludwig obtuvo la

ciudadanía en 1946 y un doctorado honorífico en Grove City College, murió a la edad de 92 años

en el hospital de St. Vincent en Nueva York el 10 de octubre de 1973.

14 Ya en el siglo XX, la radical oposición y pesimismo con que se anticipaba a los resultados que habían de provocar las políticas económicas de su época, terminó por atraer un grupo de seguidores, que escucharon su doctrina de viva voz en la cátedra de Nueva York y quienes se convertirían en los constructores una escuela neoaustriaca de gran relevancia a finales del siglo XX. Es necesario tener en cuenta, que Mises no era el único representante de la tercera generación de la escuela austriaca; en los últimos años del imperio, la asistencia al seminario del maestro Böhm-Bawerk en Viena, había contado con la presencia de personajes inmersos en diversas disciplinas. Muchos de los economistas compañeros del joven Mises, continuaron su actividad como catedráticos seguidores del marginalismo, algunos en Inglaterra o Alemania y la mayoría en el exilio americano, sobre todo al hacerse inminente el inicio la II Guerra Mundial. Dentro del seminario de Bawerk (1904) convergieron personajes como Joseph Schumpeter, Gottfried Haberler, Oskar Morgenstern, Friedrich Von Hayek y economistas marxistas como Otto Neurath, Rudolf Hilferding, Otto Bauer y Emil Lederer. Cfr. Kurz, Heinz D. (1995), “Marginalism, Classicism and Socialism in German speaking countries, 1871-1932” -en Steedman Ian, Socialism and marginalism in economics: 1870-1930, p. 13. Desde el seminario privado de la Cámara de Comercio vienesa, Mises se había hecho de sus primeros alumnos y seguidores, muchos de los cuales reencontraría en Nueva York. Entre los asistentes al seminario de la Cámara se encontraban Félix Kaufmann, Alfred Schutz, Erik Voegelin, Fritz Machlup, Friedrich von Hayek y Lionel Robbins por mencionar algunos. No obstante la desviación epistemológica con la ortodoxia económica, la presencia de Mises en la Universidad de Nueva York, dejó un concreto legado; la cátedra sostenida de 1945-1969 -visitada por compatriotas y colegas de nacionalidad austro-húngara- bien logró hacerse de nuevos alumnos entre los que se encontraban Henri Hazzlitt, Murray Rothbard, Israel Kirzner, Lionel Robbins, Louis Spadaro, George Reisman y Friedrich Von Hayek. A la muerte de Mises el círculo de seguidores continuaron con la herencia de la escuela austriaca, emprendiendo nuevos estudios sobre los métodos y percepciones de la doctrina, que significaron la complementación y el desarrollo de temas económicos. En particular los trabajos de Hayek, Rothbard y Ludwig Lachmann reúnen el patrimonio intelectual de esta generación (Israel Kirzner y sus alumnos continúan la línea neoaustriaca hasta la fecha). Debe notarse que la línea investigativa de esta vertiente se especializa en la indagación y explicación de temas referentes a la economía, profundizando considerablemente en los relacionados con el liberalismo y la empresarialidad desde un punto de vista antropológico. Cfr.Smith, Barry (1986), “Preface: Austrian economics from Menger to Hayek” en Grassl, Wolfgang and Barry Smith, Austrian economics: Historical and philosophical background, p. VIII.

CAPÍTULO 1 LA CATALÁCTICA: UN ENFOQUE ECONÓMICO DEL COMPORTAMIENTO HUMANO

21

Cronología de los escritos misesianos:

(1902) El desarrollo de la relación entre campesino y Señor de la casa solariega en Galitzia, 1772-1848.

(1912) La teoría de dinero y el crédito.

(1919) Nación, Estado, y la economía.

(1922) El socialismo: un análisis económico y sociológico.

(1927) El Liberalismo.

(1929) La crítica de Intervencionismo.

(1933) Los problemas epistemológicos de la economía.

(1940) Economía nacional.

(1944) Gobierno omnipotente: el aumento de estado total y preestreno de guerra total.

(1944) La burocracia.

(1947) El caos planificado (añadido en 1951 a la edición de Él socialismo).

(1949) La acción humana: un tratado sobre economía, (texto precedido y rescrito de la Nationalökonomie de 1940).

(1952) Libertad planificada.

(1956) La mentalidad anti- capitalista.

(1957) Teoría e historia: una interpretación de la evolución social y económica.

(1962) El fundamento último de la ciencia económica.

1.2 LA EPISTEMOLOGÍA MISESIANA; UN MOVIMIENTO CIENTÍFICO REFORMISTA

1.2.1 La tradición cientificista e ideológica de los 20’s

a) El Neopositivismo

Con lo visto hasta aquí se puede tener en cuenta el carácter de la escuela económica

neoclásica en el contexto de la época, pero esta revisión quedaría incompleta si no se mostrara la

corriente principal en la que se situaban las Ciencias Sociales en Europa. Corrientes que en

conjunto contribuyeron directamente a estimular el punto de arranque en los estudios misesianos.

En primer lugar debe comenzarse por la vertiente científica acaecida en Europa y Austria. En

específico debemos dirigirnos a la propuesta cientista en la corriente filosófica del

neopositivismo, pero para ello es necesario retomar algunos conceptos propios del sistema

CAPÍTULO 1 LA CATALÁCTICA: UN ENFOQUE ECONÓMICO DEL COMPORTAMIENTO HUMANO

22

positivista. Debe tenerse presente que la teoría positiva 15 constituye la doctrina donde

resolutamente se pretende rebasar el método estilístico-literario de las humanidades y la

especulación-intuitiva metafísica, que se mantiene en Europa hasta la primera mitad del siglo

XIX. Es la propuesta por un acercamiento con el método usado en las ciencias de los fenómenos

físicos, pero ahora a disposición de las ciencias humanas. La premisa positivista se inclina por un

organismo científico basado en el empirismo metodológico y el razonamiento inductivo, con el

propósito de enunciar leyes generales sobre el conjunto de las fuerzas humanas en la vida social e

individual. El positivismo al basar su método de estudio en la experiencia sensorial -mismo

principio en las ciencias naturales- pretendía subvertir por completo el pensamiento metafísico,

así como la ambigüedad de la especulación propia de las “ciencias del espíritu”. 16 En la

propuesta de Auguste Comte el método positivo plantea una investigación en los fenómenos de la

conducta individual y social, a partir de principios lógicos (empiristas) que son percibidos

objetivamente. En el siglo XX perduró la influencia provocada por dicha doctrina y con sus

debidas transformaciones se mantuvo en el contexto científico-filosófico de Europa. El

positivismo filosófico y el desarrollo científico median fuerzas con el idealismo, pero aquél

continuaba arraigándose, con una tendencia desideologizada y considerablemente pragmática.

Quizá por la incertidumbre y la ruptura de los tiempos, el impulso del neopositivismo encontró

una motivación directa; la escisión intelectual del positivismo clásico y el nuevo giro hacia el

individualismo, marcó el camino de las nuevas formas. En la medida que avanzaba el siglo, la

intelectualidad se apegaba a la modernidad, cuestionando el singular número de caminos que

conducían a la introspección humana.

Es a principios del siglo XX cuando el pensamiento positivista es sujeto a un serio

revisionismo, del cual nacería una nueva generación de teóricos vinculados a los postulados

cientificistas. Entre los primeros grupos neopositivistas, se encontraba la escuela británica de la

“Filosofía Analítica” y el “Círculo de Viena”. De la primera, uno de sus principales ideólogos

era el filósofo británico del Tractatus Lógico-Philosophicus; Ludwig Wittgenstein, para quién “el

lenguaje es la totalidad de las proposiciones y los limites del lenguaje significan los limites del

15 Para tener una referencia del positivismo visto desde el idealismo véase los conceptos dados por Robin George Collingwood, Idea de la Historia, 2ª edición, México, FCE, 1965, Tercera parte, p. 130-135 y Ramón Xirau, Introducción a la historia de la Filosofía, México, Ed. Sudamericana, 1983, cuarta parte, p. 309-314. 16 para ampliar la reacción metodológíca de las ciencias del espíritu al desafió que representó el impuso positivista en la historiografía véase Collingwood R. (1965), Ibidem, p. 131-133.

CAPÍTULO 1 LA CATALÁCTICA: UN ENFOQUE ECONÓMICO DEL COMPORTAMIENTO HUMANO

23

mundo.17 Le seguían sus compatriotas George Edward Moore, Bertrand Russell18 y Alfred North

Whitehead, estos últimos autores de la Principia Mathematica, a quienes se les reconoce dar el

fundamento para la construcción de la lógica en un lenguaje matemático. 19 Junto a este

movimiento en la década de los 20’s y 30’s aparece en la universidad de Viena una corriente de

estudios propuestos por matemáticos, físicos y filósofos entre los que se encontraban Rudolf

Carnap, Hans Hahn, Kurt Gödel, Otto Neurath y Moritz Schlick.20 Por lo que toca a la doctrina

del positivismo lógico, el Círculo de Viena se desplaza por nuevos postulados, originados del

revisionismo y la influencia en otras líneas científicas. Uno de los principales fue el desapego del

método inductivo que va de lo particular a lo general, enalteciendo la teoría y el razonamiento

deductivo (razonamiento que asciende de lo general a lo particular). Quizás tal desvío prueba a la

principal problemática que representaba el método inductivo del positivismo clásico, el cual

apegado a la comprobación y verificación, era capaz de enunciar “leyes sociológicas”. Mientras

que el nuevo Positivismo Lógico a partir de la generalidad, se proponía ir más allá de la

experimentación y verificación deductiva.

Hasta ahora la breve descripción del positivismo, deberá servir como un punto de

arranque, para comprender el contexto epistemológico en el que surge el ideario misesiano, y es

que en este punto ya puede encontrase una observación con el positivismo lógico del círculo de

Viena. Todo parece indicar que el método y la epistemología misesiana, son una respuesta a la

propuesta neopositivista del círculo vienés. Esto debido a que el grupo de Neurath y Carnap

(elementos del Círculo amigos cercarnos de Von Mises) se inclinaban por una evolución en la

Ciencias Sociales y la construcción de un discurso más axiomático.21 En comparación con el

fundamento lógico del lenguaje matemático22 el conocimiento de los neopositivistas, suponía

encontrar una generalidad en los fenómenos reales; y reducirlos a una gramática lógica y

verdadera, de “singulares frases atómicas”, en forma similar a las expresiones matemáticas. De

17 Xirau Ibidem, Quinta parte, p. 420. 18 Véase Xirau Ibidem, p. 418. Donde expone un claro y esquemático resumen de los postulados del lenguaje matemático. 19 Xirau Ibidem, p. 416. Sobre Alfred North Whitehead, ibidem, p. 424-428. 20 Pese al corto tiempo de existencia, el legado del círculo vienés se preserva hasta nuestros días en sus varios manifiestos doctrinarios. Entre los primeros se encuentra el publicado en 1929 La visión científica del mundo, donde se percibe la propuesta por un lenguaje común, elaborado por la nueva filosofía positiva siguiendo el lenguaje de la Física. En la publicación de la revista Erkenntnis que dirigía Rudolf Carnap, lograron divulgarse los principales aportes y conceptos de los fundadores del Círculo. Una representativa compilación del pensamiento positivista se encuentra en el texto de A.J. Ayer (1936) Lenguaje, verdad y lógica. Con el ascenso de la política del Partido Nacionalsocialista y su influencia en Austria, la agrupación científica fue disuelta antes del Anschluβ; aunque la mayoría de sus integrantes emigraron a otras universidades, un gran grupo arribó a Estados Unidos donde prosiguió con el estudio y difusión de sus teorías. 21 Axiomático: definiciones, postulados y axiomas en que se basa una teoría. 22 Para un acercamiento entre el lenguaje lógico y el matemático como un esquema a priori-sintético definido por Edmund Husserl véase el analisis hecho en: Smith, Barry (1986), “Austrian Economics and Austrian Phylosophy; 1.6 Against Positivism”, en Grassl, Wolfgang and Barry Smith (eds.), Austrian economics: Historical and philosophical background, p. 15-18.

CAPÍTULO 1 LA CATALÁCTICA: UN ENFOQUE ECONÓMICO DEL COMPORTAMIENTO HUMANO

24

acuerdo con esto una organización de la realidad en objetivaciones lógicas, resulta la forma más

adecuada, ya que sigue la manera como se ha formado el lenguaje, y su gran variedad de epítetos

con que se objetiva la realidad: la captación de las propiedades sobre las entidades del mundo,

propiedades percibidas de manera sensible (empirista) e interpretadas lógica, psicológica o

racionalmente. De esta primera influencia, puede decirse que Mises encontró la motivación por la

búsqueda de una serie de axiomas o proposiciones para explicar determinadas condiciones

humanas, como una declaración anti-metafísica y anti-subjetivista en las Ciencias Sociales.

b) El Methodenstreit

Una vez revisada la influencia del Positivismo, toca el turno a un enclave de gran

importancia en el mismo contexto de las ciencias sociales en el siglo XX, estos son los estudios

de tipo histórico. El caso de mayor relevancia que mantuvo una confrontación directa con la

doctrina económica austriaca, fue la llamada escuela de la “economía histórica alemana”, una

corriente histórica que si bien mantuvo su mayor auge en el último cuarto del siglo XIX, puede

considerarse una vertiente de gran importancia para los estudios históricos en Alemania y por la

controversia sostenida con la ciencia economía austriaca.

La escuela histórica germánica estaba representada principalmente por Friedrich List

(1789-1846), Wilhelm Roscher (1818-1894), Bruno Hildebrand (1812-1878), Karl Knies (1821-

1898) y Gustav Von Schmoller (1838-1917). Dicha escuela se reconoce por manifestar una línea

tradicional en la interpretación y explicación en las ciencias sociales fundamentada en el

tradicional término del Volkgeist o espíritu del pueblo; una objetivación usada ya por el filosofo

Johann Gottfried von Herder, que en la estructura de la escuela histórica se refiere a las

significaciones que presenta el pueblo y sus elementos en la expresión unida de una nación. La

escuela del Derecho, basada en el principio del Volkgeist había propuesto la construcción de una

jurisprudencia basada en los usos del lenguaje, las costumbres y la cultura de los reinos

germánicos considerados la esencia verdadera de la cual se debía interpretar y extraer el derecho

del unificado imperio alemán. De esta forma la ciencia económica en Alemania se vió

influenciada de una manera similar; la doctrina en general fue desviada de la corriente principal

CAPÍTULO 1 LA CATALÁCTICA: UN ENFOQUE ECONÓMICO DEL COMPORTAMIENTO HUMANO

25

de los estudios neoclásicos, rechazando de antemano una construcción de la teoría económica

apodíctica 23 o axiomática-universal. En general la escuela económica histórica votaba por

especializarse en estudios particulares nacionales y representativos de su identidad, objetivo que

únicamente se podía alcanzar estudiando la economía, ligada a los hechos concretos de la

particular condición histórica germana.

La escuela histórica alemana haciendo uso del racionamiento inductivo, puso en boga la

meta de establecer, mediante el estudio de las condiciones históricas nacionales, argumentos que

explicaran el desarrollo de conjuntos sociales. En consecuencia a la escuela histórica también se

le conoció como la escuela del historicismo económico por la reducción de los hechos a una

general condición de la historicidad en las condiciones que subyacen en los fenómenos

económicos. En esta particular forma de construir el conocimiento económico, es donde se

suscita la llamada disputa por el método (Methodenstreit) entre Gustav Schmoller 24 y el

economista austriaco Carl Menger; querella originada en 1883 a propósito que éste último

publicara las Investigaciones sobre el método de las ciencias sociales considerada por los

representantes de la escuela histórica como un ataque directo a su sistema. La disputa se desató

por la confrontación hecha por Schmoller al defender sus estudios económicos basados en un

procedimiento inductivo y un método empírico, como el más adecuado por conformarse en la

experiencia de la reflexión y la sensación. Asimismo detractó el razonamiento fundamentado

sólo en la abstracción a priori deductiva de la escuela económica austriaca.

La réplica de Menger a Schmoller, se dio argumentando que los hechos económicos, son

un objetivo al cual se accede mediante razonamiento deductivo observando la generalidad de los

fenómenos y del cual se obtienen particulares conclusiones. En la interpretación y explicación de

los hechos Menger minimiza el método empírico en las ciencias económicas ya que en los 23 Del griego apodeiktikós, algo que expresa o encierra una verdad necesaria. 24 Al paso del tiempo los especialistas han valorado la importante influencia creada por la escuela histórica alemana en las transformaciones sociales y laborales de la Alemania imperial. Émile James afirma que el valor de Schmoller y la investigación de la escuela histórica, intervino en la acción política del Estado, en las reformas a la justicia social y las condicio9nes sociales. Posiblemente la mayor aportación de Schmoller a la economía sea la contribución plasmada en la Asociación Político-social (Verein für Sozialpolitik) conocida por ser una notable correspondencia entre la fusión de la mera investigación científico social y la actividad política de Estado. Este periodo comprende el de las reformas sociales hechas por el canciller O. Bismarck y la creación de los primeros sindicatos alemanes de influencia socialista. En un párrafo de su obra Émile James (1963), lo describe así: “Más adelante, la joven escuela histórica alemana, dirigida por Schmoller se mostró favorable a la intervención, sobre todo después del celebre Congreso de Eisenach (1872). Los más inteligentes de los conservadores se dieron cuenta de la urgencia de una reforma de las instituciones en sentido más democrático, con el fin de luchar contra los progresos del espíritu revolucionario, que acababa de encontrar en Karl Marx un propagandista genial.” Historia del pensamiento económico, capitulo IV, p. 149. El liderazgo de la escuela histórico-económica alemana, cerró filas ante la influencia de las doctrinas neoclásicas, La misma figura de Schmoller es considerada por otro historiador económico Ernesto Screpanti como conservadora, con respecto al gobierno prusiano, rotundo opositor al marxismo y al liberalismo de Manchester, además de manifestarse en una estrecha alianza entre la monarquía alemana y las clases trabajadoras. Precisamente desde la unificación del imperio alemán, la escuela histórica alemana se convirtió en una de las más preponderantes, inclusive su influencia llegó hasta el imperio austro-húngaro, ya que varios de los más serios seguidores de la escuela, llegaron a presentar cátedras en la Universidad de Viena. Screpanti, op. cit., cap. V, p. 182.

CAPÍTULO 1 LA CATALÁCTICA: UN ENFOQUE ECONÓMICO DEL COMPORTAMIENTO HUMANO

26

fenómenos humanos no existe el rigor de las leyes empíricas como en los hechos naturales que

suelen ser interpretados con la experiencia sensitiva, el conocimiento práctico y la observación.

La inviabilidad empírica en las ciencias económicas con un método, es el resultado de que los

agentes económicos no pueden ser interpelados como un hecho meramente físico del cual se

puedan conocer todas las conductas de sus variables. Otro punto discorde para Menger fue que el

razonamiento -a diferencia de la escuela histórica- en la investigación económica austriaca era el

deductivo, aquel que partía de los complejos hechos económicos en sus formas más generales

para poder alcanzar y encontrar sus particularidades. En general la propuesta del método

mengeriano supone una investigación con un método deductivo y un razonamiento interpretativo

apriorístico-analítico.25 La oposición mengeriana a la escuela histórica se centró con amplitud en

el discurso organicista del historicismo económico, que para el austriaco representaba la

propuesta de una abstracción teórica que concebiría los “valores absolutos y eternos” de las

normas morales generales en los hombres. Enalteciendo para ello el término de tipo ideal,

pasando por alto que la realidad comprende fenómenos complejos con efectos conjuntos,

producidos por la multiplicidad de elementos.

En una defensa actual al discurso colectivo de las ciencias históricas debe decirse que en

general el trabajo de las Ciencias Sociales y la historiografía se desplazan en una combinación de

ambos tipos de razonamientos y la anexión de muchos más procedimientos cognoscentes de

distinta naturaleza. Desde el objeto de estudio hasta los diversos discursos argumentativos

generales o abstractos, la combinación de métodos y razonamientos, han enriquecido la relación

interdisciplinaria entre las ciencias humanas. En la visión actual, es claro que el mismo

deductivismo y apriorismo austriaco, necesariamente presenta como punto de partida ciertos

axiomas de la realidad, organizados en una colectividad de hechos como modelos de referencia, a

partir de los cuales se procede a construir deductivamente el carácter individual del factor

humano. Es por eso que la diferenciación entre el inductivismo historicista y el deductivismo

mengeriano, más que una disputa por el método se trata de una división en el trabajo

investigativo.

25 El apriorismo en este sentido se entiende tal cual son las concepciones percibidas con una anterioridad lógica e inteligible, el cual pondera el valor del conocimiento.

CAPÍTULO 1 LA CATALÁCTICA: UN ENFOQUE ECONÓMICO DEL COMPORTAMIENTO HUMANO

27

[…]La situación puede ser comparada con una similar en las ciencias naturales: un físico puede creer que todas las teorías de la biología son reducibles al comportamiento de los átomos y a los componentes de las partículas. Esto, que así ha sido argumentado, no causa que el físico condene al biólogo simplemente porque cree que en última instancia todas las declaraciones biológicas serán reducidas a Física. Los científicos sociales deben ser los últimos en afirmar que no puede haber una división del trabajo similar en su mundo intelectual.26

1.2.2 El apriorismo metodológico

El contexto de las ciencias y las corrientes principales del pensamiento en el siglo XX,

hasta aquí deben servir para situar al ambiente en el que se dieron los estudios misesianos. Se ha

dejado entrever que el espíritu austriaco se había propuesto el afán de secularizar la filosofía y las

ciencias sociales mediante el uso de procedimientos, inocuos de idealismo y tendencias políticas.

La propuesta misesiana en particular pretendió rebasar su propio contexto apartándose del

neopositivismo austriaco y las vertientes del discurso historicista. 27 Es por eso que

denodadamente el teórico austriaco rechazó para el estudio de la economía, todo sustento en el

método empírico y razonamiento inductivo, por su estructural explicación, que parte de lo

particular hacia una teoría general. Mises al igual que los austriacos del circulo de Viena, se

impuso la tarea de construir la herramienta hermenéutica para una ciencia nueva, cuya

epistemología se viera depurada de ideologías, corrientes subjetivas y en particular de

idealismos y teorías teleológicas,28 razón por lo cual no quedo más remedio que la negación a

toda filosofía holista de razonamiento inductivo. Sólo una ciencia apartada de la corriente

principal (idealismos, programas finalistas y filo-partidismos) sería la manera más objetiva para

poder abordar los fenómenos de la ciencia económica. Es entonces que la propuesta misesiana

más que estructurar una teoría general de la economía, -que significaría un discurso teleológico o

colectivo-29 prefiere indagar los particulares conceptos y categorías de la práctica económica,

26 Shand, Alexander H. (1990), Free market morality: The political economy of the austrian school, cap, I, p.35. 27 Tendencia intelectual a reducir la realidad humana a las condiciones históricas o la historicidad en un lugar y tiempo determinado, desechando la búsqueda de principios apodícticos. Esto se ejemplifica con la escuela económica histórica alemana de Gustav Schmoller. 28 Doctrinas metafísicas que consideran el universo no como una sucesión de causas y efectos, sino como un orden hacia un fin concreto que las cosas tienden a realizar y dimanan de esquemas e ideologías también llamadas finalistas. Telos; el extremo último. 29 La razón del colectivismo y universalismo se hizo notar sobre todo por seis puntos característicos en relación a la filosofía social: El primer rasgo es el de considerar a la sociedad, una entidad independiente y separada de la vida de los individuos que pertenecen a ella; esto porque la Sociedad es un proyecto finalista redentor, donde se resolverá un cierto estadío que permita la ataraxia en cuanto a un determinado estado humano se refiera. En segundo lugar para los objetivos de la sociedad, el resquicio que conlleva la supuesta existencia de individualidad es decir la aspiración de sus miembros, sólo puede sugerir la existencia de antagonismo. Igualmente la construcción social, tiende a domeñar el egoísmo y todo indicio de individuación negativa, obligando renunciar a las personas de sus designios personales. En cuarto lugar se reconoce que la

CAPÍTULO 1 LA CATALÁCTICA: UN ENFOQUE ECONÓMICO DEL COMPORTAMIENTO HUMANO

28

partiendo de las consideraciones más generales y lógicas de la economía. Esto nos deja entrever

que el método preferido por el teórico austriaco para su cometido, no puede ser otro que el

razonamiento deductivo, con el cual se puede partir de esquemas generales hacia conceptos

particulares, en el que pondera la explicación de las consecuencias del objeto de estudio.

Gran número de las universidades contemporáneas no se han transformado en centros de incubación de socialistas a causa de las enseñanzas prodigadas por las facultades de economía, sino como consecuencia de las lecciones difundidas por las restantes facultades. En las de economía puede todavía encontrarse eminentes profesores, e incluso los restantes, conocedores de cuantos argumentos hay de oponer a la viabilidad del socialismo. Pero el caso es muy distinto cuando se trata de los catedráticos de filosofía, historia, literatura, sociología y ciencia política. Todos interpretan la historia a base de confusas vulgarizaciones del materialismo dialéctico. Incluso muchos que atacan apasionadamente al marxismo, en razón a su ateismo o materialismo, distan bastantes de hallarse inmunes a la influencia de las ideas contenidas en el manifiesto comunista y en el programa de la internacional comunista. Explican las depresiones, el paro en masa, la inflación, la guerra y la pobreza, como consecuencia que fatalmente comporta el capitalismo y advierten que se trata de fenómenos que tan sólo desaparecerán cuando el sistema sea aniquilado.30

La premisa general es el comportamiento humano que engloba intrínsecamente un

comportamiento económico, con intenciones y voluntades que combinan la naturaleza material y

metafísica. Comportamiento económico que se sitúa en la perspectiva sociológica31 de la acción

filosofía colectivista deja todo tipo de analisis científico y razonamiento lógico, entregándose a un juicio puramente teleológico y metafísico. Aparte de eso Mises considera que con esta filosofía social y su aplicación política, se fomenta la creencia por los lideres y jerarcas, en cuya función manejarán de manera providencial, el rumbo del espíritu nacional. Y por último queda el mensaje ilusorio fomentado en las personas, por aquella confianza en un estado superior, un espíritu general, o una entidad sobrehumana encarnada en la supuesta naturaleza de las sociedades, creadoras de los individuos. En la construcción idealista, la actividad humana está ya determinada a cumplir un fin supremo, sin tener en cuenta el papel de la personalidad, ni el libre albedrío; el preconcebido modelo de sociedad es el fin último para todo un grupo social. Este sistema explicativo defendido por ciertos grupos, es al cual el teórico austriaco, consideró fatalmente equívoco en el caso de que fuera tomada como una premisa epistemológica por la generalidad de las ciencias sociales: “[…] en la filosofía de la historia todos los hombres individuales son simples instrumentos en la mano del destino ineludible. No importa que sea lo que hagan; el resultado de sus acciones debe encajar necesariamente dentro del plan predeterminado por la providencia. Si Shakespeare hubiera muerto en la infancia, otro hombre habría escrito Hamlet y los Sonetos. Pero algunos se preguntaran que hizo este sustituto mientras la buena salud de Shakespeare no le permitió hacer su trabajo.” Mises L.V. (1975), Teoría e Historia, cap. IX, p.165. 30 Mises, L. (1960), La Acción Humana, t 2, p. 637. 31 Algunos historiadores del pensamiento económico, reconocen una seria influencia sociológica dentro del pensamiento misesiano, cuestión que no puede negarse al considerar que la erudición de Mises estaba inmersa en el contexto europeo, con una retroalimentación intelectual directa gracias al vinculo amistoso mantenido con filósofos y sociólogos como Félix Kaufmann, Alfred Schütz y Eric Voegelin. A parte de ellos, en el discurso misesiano se identifica la referencia de diversas teorías psicológicas y sociológicas, ya sea para sustentar o complementar algunas particularidades de la acción humana y su carácter antropológico y también para contrastarlas con los razonamientos de la cataláctica. Por ejemplo en repetidas ocasiones puede reconocerse una recurrente referencia a los trabajos del antropólogo Lucien Lévy-Bruhl, quien estructuró una diferenciación entre el razonamiento lógico y prelógico así como la naturaleza del pensamiento desde un enfoque antropológico. Del filósofo neokantiano Ernst Cassirer, revisó su Filosofía del simbolismo. Otra propuesta sonada en el siglo es aquella formada por el conocimiento fenomenológico de Edmund Husserl, el cual nos dice que el conocimiento se da gracias a aquello que se ofrece a la conciencia sobre la lógica descriptiva de un objeto, y se formula mediante una esencia universal o eidética. Este conocimiento es un nivel superior al noemático, uno donde se conoce al objeto por su forma y tiempo, propios de los fenómenos percibidos por los sentidos. La psicología de la Gestalt era una vertiente más que revolucionaba la filosofía del conocimiento, sobre todo porque rotundamente revelaba una cognición por la forma, es decir una percepción intelectual de una entidad, totalidad, como forma o configuración y no como mera suma de partes. A esta corriente pertenece la llamada Enciclopedia de las ciencias sociales -donde colaboró Kurt Koffka- un texto ampliamente revisado por el pensador austríaco. Vid. Smith, Barry (1986), “Austrian economics and austrian philosophy”, en Grassl,Wolfgang y Barry Smith (Editores), Austrian economics: Historical and philosophical background, pp. 12-15.

CAPÍTULO 1 LA CATALÁCTICA: UN ENFOQUE ECONÓMICO DEL COMPORTAMIENTO HUMANO

29

práctica con el acto de la tasación, elección y acción. Ya que el objeto de estudio es el

comportamiento económico manifiesto en la realidad positiva, deja entrever que el estudio de la

colectividad supone un apriorismo metodológico. Este método puede decirse que encierra un

razonamiento a priori, en el que se reconoce una forma de abordar lo cognoscible; -

independientemente de la experiencia verificativa propias de las ciencias naturales- que

principalmente se inclina más por concebir una anterioridad lógica de validez, es decir que

cualquier fenómeno, puede ser cognoscible por la mera inteligibilidad que los hombres

desarrollan sobre n’ numero de objetos. Este recurso puede parecer demasiado general, pero los

términos inteligibilidad y anterioridad lógica como alternativa de lo experimental, son la pauta

suficiente para comprender el método a priori. Debe recordarse que dentro del pensamiento

económico formal, la escuela austriaca trataba de brindar una alternativa metodológíca al

positivismo y al empirismo, inclinándose por los objetos de la ciencia social; en especial por el

factor del agente económico en sus proposiciones fundamentales, ya sea como una teoría del

conocimiento o una propuesta antropológica. La razón lógica siempre ha representado un

conocimiento valioso e indispensable en la filosofía del conocimiento, es aquel principio que

clasifica y objetiva la realidad formal. Los juicios de la razón lógica pueden ser percibidos a

priori, ya que estos se suscitan de manera formal y pragmática, y por lo tanto pueden ser

interpretados con una anticipación válida.32 Así a partir de la lógica formal se logran obtener las

premisas suficientes que conforman el núcleo de una teoría deductivo-analítica; se construye una

forma inteligible a través de los principios de la acción, para todo tipo de acto humano.

Puesto que solo hay una lógica, sólo hay una praxeología y una matemática validas para todos. Puesto que no hay pensamiento humano que no pueda distinguir entre A y no A tampoco hay acción humana que no pueda distinguir los medios de los fines. Esta distinción implica que el hombre valora, esto es, que prefiere A y no B.33

32 Para el pensador austriaco las proposiciones del razonamiento lógico, poseen una validez innegable de acuerdo a lo que en sus propias palabras queda definido de la siguiente manera: “[…] Las ilaciones lógicas fundamentales no pueden ser objeto de demostración ni de refutación. Estamos ante proposiciones de carácter primario, obligado antecedente de toda definición nominal o real. Se trata de categorías primordiales. Las aludidas categorías e ilaciones constituyen asimismo, presupuestos obligados a la memoria. […] El campesino deseoso de incrementar su cosecha cabe recurra a soluciones dispares, según la filosofía que lo anime. Puede ser que se de a ritos mágicos, cabe practique piadosa peregrinación, talvez ofrezca un cirio a su santo patrón o también es posible proceda a utilizar más y mejor fertilizante. Ahora bien, cualquiera que sea la solución preferida siempre nos hallaremos ante una actuación racional, consistente en emplear ciertos medios para alcanzar precisos fines.”, Mises L. (1960), La acción humana, t. I, cap. II, p. 115, 118. 33 Mises L: (1975), Teoría e Historia, cap. XIV, p. 269.

CAPÍTULO 1 LA CATALÁCTICA: UN ENFOQUE ECONÓMICO DEL COMPORTAMIENTO HUMANO

30

Nivel del conocimiento a priori-sintético en la praxeología misesiana:

I Mente-razón y su relación con la

temporalidad y el medio físico.

▫Teorías generales,

y realidad formal

▫Causas formales de

la acción humana.

▫Deductivismo

analítico.

▫Consecuencias

formales reunidas en

categorías

particulares y

sintéticas.

II Tasación, elección y acción.

III Variedad de conductas

praxeológicas.

1.2.3 Individualismo subjetivista

En la historia del pensamiento económico, el principio de individualidad se considera una

característica fundamental en la epistemología desarrollada por la escuela austriaca de economía,

pero es en el caso de la doctrina misesiana, donde cobra un aspecto fundamental. Para encontrar

la conexión del principio de individuación y su papel en la construcción epistemológica de la

teoría misesiana, debe empezar por recordarse que la ideología del idealismo y el colectivismo

consideran a la doctrina individualista, éticamente negativa debido a su recalcitrante atomismo y

egoísmo que abate la empatía y la socialización.34 Y es aquí donde inicia la más seria discusión

34 A este respecto, Mises considera que el anatema puesto al principio de individualidad, es el más serio problema epistemológico que presentan los intelectuales idealistas. No quedándoles más alternativa que amparase en el espíritu popular para expresarse en contra del supuesto liberalismo

CAPÍTULO 1 LA CATALÁCTICA: UN ENFOQUE ECONÓMICO DEL COMPORTAMIENTO HUMANO

31

entre el colectivismo y el individualismo, se trata de la querella sobre el antagonismo que

representa para el colectivismo el plantear un sistema social donde la individualidad misma, sea

la creadora de un agregado participativo como la sociedad. Para los partidarios de la doctrina

holistas o teleológicas sencillamente la noción de individualidad humana, no hace más que

oponerse radicalmente a conceptos reales como la Sociedad, el Estado o los demás individuos.35

En contraparte los estudios emergidos de la sociología36 y el liberalismo filosófico, han dado una

versión distinta a tal antagonismo donde los elementos de la personalidad humana no

necesariamente tienen porque oponerse a la noción de colectividad. Para Mises el denodado

aislacionismo y egoísmo del individualismo es relativo, porque no se ha mirado a la sociedad

cómo un medio de acción, donde los individuos se dedican a buscar sus anhelos individuales.

Además en la diversificación de actividades humanas, se expresa el inmenso conjunto de

voluntades cuyas consecuencias repercuten en terceros. Esta es cuestión que el hombre común no

alcanza a percibir de manera racional, pero es cierto que dentro de un conglomerado social, al ser

imposible la satisfacción de un fin perseguido de manera autárquica, las personas se vean

beneficiadas a condición de que otro obtenga igualmente lo que desea: “Porque es imposible que

la sociedad exista si el individuo no encuentra en ella un refuerzo de su propio yo y de su propia

voluntad.” 37 Siendo así que inadvertidamente, la voluntad y acción de otros se vuelven el medio

para las finalidades de una persona diferente.

Mises encontró necesario asirse del pensamiento individualista -ya presente en el

pensamiento de los ilustrados utilitaristas- y traerlo a su propuesta para volverlo un elemento

epistemológico; una herramienta metódica que junto a los principios de la acción humana dieran

paso al análisis deductivo sobre aquellas maneras en que opera el individualismo en

construcciones sociales mayores, por ejemplo las instituciones.

Unida a esta concepción, la teoría en ciernes buscaba el estudio de la realidad a partir de

la forma más legítima y prístina que puedan contener las condiciones humanas. Es por eso que la egoísta. Tan grande fue su desapruebo, que para muestra basta mirar esta invectiva que se cita a continuación: “Todos los escritores modernos que consideran suficientes ciertos factores externos de la vida para impedir el crecimiento interior y el desarrollo de las energías espirituales, lo único que hacen es poner de manifiesto el trasfondo vulgarmente materialista de su tan cacareada concepción idealista. Quien es incapaz de mantener su propio equilibrio espiritual cuando se ve rodeado de motos y aparatos telefónicos, tampoco en la selva virgen o en el desierto encontrará lo que le falta, es decir la fuerza de vencer lo fútil con lo esencial.” Mises L. (2001), Crítica del intervencionismo, parte I, cap. IV, p. 185. 35 Entre los teóricos partidarios de la ideología colectiva se cuentan desde la época de la ilustración, el pensamiento de Gotthold Ephraim Lessing, hasta H. Dietzel, Manual de la ciencia del Estado, Oswald Spengler Prusianismo y Socialismo, Gierke La naturaleza de la asociación humana y por supuesto el idealismo de la escuela histórica alemana del Derecho liderada por Gustav Schmoller. 36 Mises retoma el valor del individualismo en la sociedad, de acuerdo a lo revisado en fuentes como Karl Pribram El individualismo en la filosofía social; Albert Schatz El individualismo económico y social; Gierke La naturaleza de la asociación humana, y E.R.A Seligman Que son las Ciencias Sociales. 37 Mises L. (1961), El Socialismo, parte I, cap. II, p.52.

CAPÍTULO 1 LA CATALÁCTICA: UN ENFOQUE ECONÓMICO DEL COMPORTAMIENTO HUMANO

32

individualidad se convierte en la condición principal de la investigación: ya se trate de tasación,

elección, satisfacción, éxito o fracaso, bien pueden encasillarse todos estos elementos en general,

como la conducta subjetiva de las personas. Una que detalla la peculiaridad por la que se da a

conocer un individuo y a la vez se distingue de otros.38 Además debe tenerse en cuenta que para

la intención misesiana, es el elemento medular, que engloba el carácter cardinal de toda actividad

humana, más allá de que representen juicios de valor, esfuerzos mentales, o ideas preconcebidas.

En concreto, el individualismo es aquella propiedad que permite a los hombres seguir un interés

por el porvenir que no es más que placer diferido o esperado por un bien material o un trabajo

realizado;39 es el carácter esencial que dota de personalidad a los individuos y a la vez los divide

haciéndolos especiales; esto debido a la originalidad e importancia de los actos ejercidos por los

sujetos con fines de distinto alcance y jerarquía, ya que todos los individuos demuestran una

voluntad en la vida y un proceder deliberado. Ya se trate de valoración, elección, satisfacción,

éxito o fracaso, bien pueden encasillarse todos estos elementos en general, como la conducta

individual y subjetiva de las personas.

Al interpretar los diversos aspectos de la actuación de un individuo los teóricos llegan al concepto de sociedad. No es cuestión de entender las propiedades de las partes a base de la propiedad de totalidades. No hay propiedades de la sociedad que no puedan ser descubiertas en la conducta de sus miembros.40 Los entes colectivos operan, ineludiblemente, por mediación de uno o varios individuos, cuyas actuaciones se atribuyen a la colectividad del modo mediato. […] Si llegamos a conocer la esencia de las múltiples acciones individuales, por fuerza habremos aprehendido todo lo relativo a la actuación de las colectividades. […] Por tanto el único camino que conduce al conocimiento de los entes colectivos parte del análisis de la actuación del individuo.

41

La peculiaridad que individualiza a los hombres es el fundamento central para la

construcción del discurso misesiano, pero la individualidad es significativa dentro del saber de la

acción humana, en tanto que descubra el comportamiento de los elementos o sujetos del concepto

individual (que para el enfoque económico, son aquellos que manifiestan una personalidad

empresarial, previsora, selectiva y actuante). No obstante el austriaco reconoce que a estos

caracteres y a los sujetos que los sustentan, les antecede una definición causal que considera el

origen de los esfuerzos mentales, ideas y todo juicio subjetivo, así como los pormenores de

38 En este caso se habla de la individuación, que Mises considera el “egos” en su carácter de unidad del ser actuante Mises L. (1960), La acción humana, t. I, cap. II, p. 128. 39 Mises L. (1961), El Socialismo, parte III, sección I, cap II, p. 300. 40 Mises L..( 1975), Teoría e Historia, cap. XI, p. 224. 41 Mises, L La acción humana, t. I, cap. II, p.125.

CAPÍTULO 1 LA CATALÁCTICA: UN ENFOQUE ECONÓMICO DEL COMPORTAMIENTO HUMANO

33

otros elementos exógenos42 que interfieren en la creación de ideas; estos no pueden considerarse

objeto de estudio, ya que para la propuesta misesiana su interés sólo es dado a las formas en que

se manifiestan las actitudes humanas en la realidad, más no a las teorías psicológicas, axiológicas

(lo relativo a los valores) o deontológicas (lo relativo a los deberes) que expliquen su origen. De

tal forma el individualismo es entonces el enunciado de mayor alcance para poder expresar la

lógica de la actitud concreta a que se reduce la actividad.

La finalidad pactada para el individualismo ideológico y metodológico, puede concretarse

en dos grandes ejes. Por un lado puede identificarse el “Individualismo Metodológico“, y por otro,

una corriente ideológica alterna a las ideologías colectivistas así como a sus expresiones prácticas,

es decir a ideologías políticas y económicas.43 Y es que las teorías holistas o colectivas, para

entonces guardaban en la realidad un estrecho vinculo con conceptos abstractos semejantes al

Weltgeist, Wotan o las materiales fuerzas productivas Zwangswirtschaft. 44 A partir de esta

descripción, el austriaco relacionó la propuesta del colectivismo holista y su filosofía social, más

como una doctrina a favor de conceptos tribales y teocráticos preconizadores de una entidad

sobrehumana que hipotéticamente los individuos deberían alcanzar. Una propuesta que distaba

mucho de ser científica con propuestas apodícticas. Ante el reto que significaba la relegación de

las decisiones individuales en la vida y aunado a las ambiciones científicas resguardadas en los 42 La acción humana concebida por Mises tiene en consideración las influencias exteriores que pueden influir en el carácter de los individuos, de entre ellos la herencia y el ambiente son dos de los factores más importantes que infieren en los fines perseguidos y el proceder deliberado de las personas. Como el mismo Mises lo considerara, los individuos manifiestan consigo una pertenencia formal a estructuras de diversa índole: bien puede ser “hijo de una familia, raza, pueblo, época, miembro de una cierta profesión, seguidor de determinadas ideas religiosas, metafísicas, filosóficas y políticas; así como beligerante en luchas y controversias; Pocos son los que conciben ideas nuevas y originales, capaces de revolucionar los tradicionales credos y doctrinas.” Mises L. (1960), La acción humana, t. I, cap. XIV, p 130. 43 Nyíri, y Kurz sugieren que los fundamentos en los orígenes del pensamiento austriaco en lo que se refiere al individualismo metodológico, se remiten hasta el contexto de las raíces políticas, en especial por lo que representó para el imperio austrohúngaro la fuerte crisis provocada por el nacionalismo étnico de Cisleithania y la Transleithania. Donde entraron en pugna bohemios, moravos, magyares, eslavos, judíos alemanes, judíos austriacos y serbocroatas; los movimientos separatistas y etno-nacionalistas, significaron un serio obstáculo para las ideas liberales en el imperio austro-húngaro. La experiencia fue traumática, la progresiva militancia convergió en un paroxismo que implicó un desencanto y una nula confianza por parte de la clase ilustrada vienesa, para todo aquello que se relacionara a ideologías nacionalistas y colectivistas. Situación que llegó al limite con el asesinato del archiduque Francisco Fernando a manos de un activista servio perteneciente a la agrupación Mano negra y desencadenó el inicio de la Gran Guerra, o por ejemplo en 1934 la aquiescencia política ante el Anschluss al III Reich en vísperas de la II Guerra Mundial. Vid. Nyíri J.C (1986), cap. III, “Intellectual foundations of Austrian Liberalism”, p.127-131 y Heinz D. Kurz cap. 2.1 “Marginalism, Classicism and Socialism in German-speaking countries, 1871-1932” p. 10-13, en Grassl Wolfgang y Barry Smith, Austrian economics: Historical and philosophical background. Otra de las situaciones apremiantes que se relacionan con la efervescencia política es lo acontecido en Austria, con el antagonismo de facciones políticas en el periodo de entreguerras, que se extralimitó en todos los terrenos hasta el intelectual. Y es que en el inicio de la república, la lucha partidista se vió conformada por la aristocracia perteneciente a la monarquía, la clase media dedicada a las profesiones liberales y sobre todo los intelectuales reunidos en torno a Viena que se dividían en socialistas, conservadores y liberales. Así científicos, humanistas y filósofos se enfrascaron en la vida pública, al ser denodados partidarios militantes dentro de las asociaciones políticas austriacas. Lo que se discutía en las cátedras vienesas -por motivos académicos en cuanto a la estructura de las Ciencias Sociales- fungió como el núcleo de doctrinas orgánicas que alimentaron el papel de las facciones en la vida pública del país. Es en ese contexto donde el Individualismo metodológico se afronta a un muro ideológico, que en el criterio de Mises de antemano es por demás sectario. La transición republicana acarreaba fuertes enfrentamientos entre los partidarios de los principios liberales y una oleada de facciones que se esparcían por el país; entre ellas se encontraban los partidarios del socialismo representados en el SPÖ, el partido austriaco socialdemócrata; el centralismo estatalista conservador de los Socialcristianos (de tradición aristocrática e imperial), además de los pangermanistas y comunistas. A este escenario se sumó la influencia del Partido Nacionalsocialista (NSDAP) que rápidamente se hizo de adeptos en Austria sobre todo de los simpatizantes pangermanistas que aspiraban al Anschluss. 44 Shand, Alexander H. (1990), “Philosophical roots and methods” p. 30.

CAPÍTULO 1 LA CATALÁCTICA: UN ENFOQUE ECONÓMICO DEL COMPORTAMIENTO HUMANO

34

estudios de la acción humana; la teoría en ciernes, usará al individualismo como herramienta

metodológíca para describir la diversidad de las conductas en la acción humana, partiendo del

móvil trazado por las premisas del enfoque económico (la elección de medios-fines, y el

aminoramiento de la necesidad, con la búsqueda del bienestar). Para ello se acogerá al análisis

deductivo de lo concebido en las construcciones colectivas, en cuyo contraste con las prácticas de

la acción, se podrá llegar a los elementos desconocidos de la conducta de los individuos.

El colectivismo de hoy no saca su fuerza de una necesidad interna del pensamiento científico moderno, sino de la voluntad política de una época favorable al misticismo y al romanticismo. Los movimientos intelectuales son la rebelión del pensamiento contra la inercia, de lo más selecto contra la masa, rebelión de quienes son fuertes porque es fuerte su espíritu, contra aquellos que únicamente sienten con la multitud y con la horda y que sólo tienen significación porque se cuentan en gran número. El colectivismo es lo contrario: es el arma de quienes desean matar el espíritu y el pensamiento. A este nuevo ídolo, el más glacial de los monstruos glaciales lo incuba el Estado. [...] El colectivismo no es una ciencia, sino una política y enseña juicios de valor.45

En la construcción de la teoría misesiana, el principio de individuación además de

convertirse en un elemento interpretativo y explicativo de la acción humana, da cabida a una

relación directa con el llamado subjetivismo. Aunque debe reconocerse que la función subjetiva y

su doctrina filosófica, tiene antecedentes más profundos dentro de la teoría económica. Desde los

estudios de la primer generación, el subjetivismo fungía como un elemento estructural: por

ejemplo la manifiesta Ley de la utilidad marginal emitida por Menger, o la Teoría subjetiva del

valor desarrollada por Böhm-Bawerk y Wieser, que terminó por propagarse en la revolución

marginalista. 46 Para la premisa misesiana el subjetivismo -vinculado al principio de

individuación- dentro del enfoque económico del comportamiento, se constituye como un

refrendo a la teoría subjetivista del valor y la utilidad marginal; que en la escuela neoclásica esta

relacionada con el estudio microeconómico del papel del consumidor. A diferencia del criterio

misesiano que se distingue por considerar una teoría integral entre la representatividad del

consumidor-productor retomado y desarrollado hasta el límite, en la economía neoclásica el

45 Mises L. (1961), El Socialismo, parte I, cap. II, pp. 52,56. 46 De acuerdo a lo expresado por los líderes de la primera escuela austriaca de economía, el valor y su definición económica, difícilmente pueden conocerse objetivamente en un axioma concreto dentro del comportamiento humano. Es más bien una abstracción de los individuos al valorar la naturaleza de un bien satisfactor y una consideración completamente personal sobre aquello que pueda parecer útil. El valor se fundamenta en parte con la cantidad y las propiedades que lo caracterizan, pero existe sólo en función de las consideraciones que manifiestan los individuos al encontrarse en una situación económica determinada: por principio deben hallarse en una situación de escasez o necesidad, establecer un fin y medio para contrarrestar tal situación y finalmente ejecutar su consecución. Dentro de este proceso el individuo consumidor imputa una consideración de valor a cualquier bien satisfactor disponible; estimación circunstancial que también puede identificarse con el carácter subjetivo de la acción humana.

CAPÍTULO 1 LA CATALÁCTICA: UN ENFOQUE ECONÓMICO DEL COMPORTAMIENTO HUMANO

35

factor humano es ensalzado como la fuente y sustentación del actuar económico. El factor

humano en sus actos concretos, exhibe sus juicios sobre lo que considera es la necesidad, lo

valioso y útil. En las decisiones y acciones de los individuos sobre la realidad material, se

encuentra los conceptos que forman el núcleo del verdadero comportamiento humano, ya sea

como un sujeto individual o como una personificación económica (empresario, capitalista,

trabajador o consumidor). En sus intereses particulares es donde verdaderamente se cimienta la

posibilidad para crear, transformar y cambiar el rumbo de sus vidas.

[…] los juicios de valor y las acciones por ellas motivadas, no son lugares donde termina la reflexión humana son puntos de partida de una forma especifica de reflexión, de la comprensión especifica de las ciencias de la acción humana. Si estamos ante un juicio de valor y la acción, podemos tratar de entender como se originaron en la mente del sujeto. Esta comprensión específica de la acción humana trata de entender las acciones de otras personas. Se pregunta: ¿qué estaba haciendo? ¿Que perseguía? ¿Que tenia en la mente al elegir este fin especifico? ¿Cual fue el resultado de su acción? O se hacen análogas preguntas acerca del futuro: ¿Qué fines elegirá? ¿Que hará para alcanzarlos? ¿Cuál será el resultado de su acción?47

1.3 LA CIENCIA DE LA ACCIÓN HUMANA

1.3.1 La Praxeología y la Cataláctica

Finalmente se da paso a la explicación sobre los lineamientos epistemológicos en que se

sustenta la nueva tesis austríaca, es momento de considerar la teoría general de la acción humana

donde los actos de la acción y sus vicisitudes formativas se engloban en aquello a lo que Mises

determinó la Praxeología como la ciencia que estudia los actos humanos en la práctica formal. En

el concepto de la praxis, es donde la razón y acción convergen como elementos formativos para

la elección de objetivos y medios alcanzables. La investigación misesiana se ha propuesto

indagar la estructura y las finalidades de cualquier práctica humana (política, social, económica)

ante ello la forma praxeológica plantea los axiomas reales, verdaderos y legítimos de la realidad,

como el mismo austriaco afirmó: “[la praxeología se constituye] con independencia de las

circunstancias ambientales, accidentales o especificas que puedan adornar individualizadas

47 Mises L. (1975), Teoría e Historia, cap. XIV, p.273.

CAPÍTULO 1 LA CATALÁCTICA: UN ENFOQUE ECONÓMICO DEL COMPORTAMIENTO HUMANO

36

actuaciones. Sus enseñanzas son de orden puramente formal y general, ajenas al contenido

material y a las condiciones peculiares del caso que se trate.”48

PRINCIPALES CATEGORÍAS PRAXEOLÓGICAS:

Aplicación práctica Idea Lógica

I Estímulos que mueven la

voluntad individual, para

desencadenar la acción.

La escasez de bienes mueve a la voluntad para buscar satisfacer

necesidades y aliviar malestares humanos.

II Elección de medios y fines.

Modo en que el individuo busca la satisfacción y elimina la fuente de

necesidad.

III Fines construidos con

juicios valorativos.

Cada actor consciente tiene como meta mejorar su situación personal

y buscar la maximización de su beneficio.

IV Medios útiles elegidos por

decisiones técnicas.

En el modo y forma de alcanzar un fin ultimo, se conjugan la

aplicación de estrategias y valoraciones de determinados bienes,

respecto a la capacidad que pueda tener para conseguir una

determinada meta. Los medios, pueden ser objetos concretos o

construcciones abstractas.

V Principio de la

marginalidad decreciente

(en relación valor-

satisfacción) de fines y

medios.

La valoración de lo medios y los fines es cambiante progresivamente;

mientras disminuya la magnitud de un malestar, disminuirá la

necesidad del medio o bien que lo mitiga. Asimismo sus metas

alcanzadas (es decir sus fines últimos) proceden a manifestar una

satisfacción decreciente; por cada meta alcanzada tiende a

aminorarse la satisfacción, de acuerdo a los niveles de apremio que

tengan los fines propuestos.

Mises puso en uso un apriorismo extremo y en particular, a la teoría económica la separó

de los eventos históricos y las teorías finalistas de los esquemas económicos. Karen Vaughn

asevera que los axiomas praxeológicos pretendían ser una serie de enunciados limpios de

referencias ideológicas mayores y que fueran reconocidos por el pensamiento.49 El concepto

histórico y los procesos culturales de larga duración puede que hayan sido pasados por alto en la

48 Mises L. (1960), La Acción Humana, T I, cap II, p. 111. 49 Vaughn Karen I. (1975), Austrian economics in America: the migration of a tradition, p.90

CAPÍTULO 1 LA CATALÁCTICA: UN ENFOQUE ECONÓMICO DEL COMPORTAMIENTO HUMANO

37

teoría misesiana, pero debe observarse que el discurso praxeológico no ha desechado las teorías

generales, sino que las considera objeto de estudio.50 El tiempo es una condición implícita en la

existencia humana y es la base que da la conciencia de la acción en el medio material. Para Mises

lo humanos experimentan el tiempo, sólo como algo real de donde toman las condiciones y

oportunidades dadas para actuar. A pesar de defender la originalidad y hacer de lado todas

aquellas doctrinas teleológicas, no descarta la existencia de probabilidades y fenómenos

causalistas: como aprendizajes empíricos, experiencias previas, idealizaciones y asociaciones de

ideas que sirven de antecedente al criterio de elección.

No hay razón alguna para suponer que nuestra lógica sea la fase última y definitiva de la evolución intelectual. La lógica humana no es más que una etapa en el camino que conduce desde el prehumano estado ilógico a la lógica sobrehumana. La razón y la mente, las armas más eficaces con que el hombre cuenta en su lucha por la existencia, se hallan inmersas en el continuo devenir de los fenómenos zoológicos. No son ni eternas, ni inmutables: son puramente, transitorias.51

Para la praxeología el concepto de valor de un bien o una acción, radica en el uso dado y

su utilidad. Este razonamiento se enlaza a una idea mayor; el principio económico marginalista.

Mises retoma el principio mengeriano adaptándolo a los niveles de utilidad en un enunciado

praxeológico real. Teniendo presente que el individuo siempre actúa teniendo como meta la

mejora de sus condiciones, removiendo la fuente de su descontento o necesidad, mediante la

puesta en práctica de los medios elegidos para aminorarla. Al decir que en un gran número de

metas, conforme se van obteniendo, disminuye la necesidad o insatisfacción previa a la acción, se

retoma la ley de la utilidad marginal decreciente.

El conjunto del sistema praxeológico, bien puede ser considerado una doctrina filosófica

pragmática. La delimitación de las categorías de la acción humana, representa una doctrina que

estudia al hombre desde su conducta práctica; como un ser de voluntad y acción, que sólo orienta

su razón lógica para aminorar su malestar y maximizar su bienestar en el medio en que se

encuentre. Por lo tanto el sistema praxeológico, se apega más a encontrar la congruencia entre el

pensamiento y los fines prácticos del hombre ya que esta es la verdadera acción material. Si acaso

pueden, obtenerse enunciados axiomáticos de la conducta humana; para el austriaco estos sólo

50 La teoría de la acción queda delimitada entre los elementos fundamentales de la praxeología, pero eso no implica que Mises soslayara los elementos exógenos de la realidad, aquellos que están más allá del control humano. Si bien la praxeología es preponderantemente la representación de la voluntad y resolución que desempeñan los individuos; esta se entiende cómo la reacción consecuente a situaciones de la naturaleza física y humana. 51 Mises L. (1960), La acción humana, t. I, cap. II, p.114.

CAPÍTULO 1 LA CATALÁCTICA: UN ENFOQUE ECONÓMICO DEL COMPORTAMIENTO HUMANO

38

Teorías generales y fenómenos holistas en la

realidad práctica.

Praxeología: Herramienta hermenéutica que interpreta la acción económica de los fenómenos colectivos

Resultado intelectual: Categorías particulares e individuales de la acción económica o catalaxia

puede obtenerse de la congruencia entre el uso de los medios elegidos y el grado de éxito

conseguido según las expectativas de las metas propuestas.

ESQUEMA DEDUCTIVO PRAXEOLÓGICO:

La delimitación del principio praxeológico y su trato como eje de acción del

comportamiento humano, sirvió para dar paso a la fundamental herramienta interpretativa del

ideario misesiano; la Cataláctica.52 Ésta como ciencia de la acción económica tiene por objeto

hallar y declarar los elementos principales sobre los modos y las formas en la actividad comercial

de los individuos. Lleva los axiomas enunciados por la praxeología a un sistema general

explicativo de todo el comportamiento humano. Ya que éste, desde cualquier necesidad material

o abstracta hasta la consecución de su satisfacción, se ve inmerso en una o varias de las

categorías descritas por la economía; ya sea como intercambio, acción empresarial o la sujeción a

una estructura de mercado. La ciencia económica ha propuesto tanto categorías como funciones

económicas, envueltas en un sistema general. Entre las categorías económicas más

representativas se encuentran por ejemplo; el intercambio mercantil, el mercado, la movilidad

empresarial, el dinero, los precios y el cálculo monetario entre otras, las cuales han llegado a ser

conceptos formales de la ciencia económica. A la Cataláctica le compete valerse de las

estructuras positivas y deducir las formas o funciones de los individuos representadas en estos

términos. De la deducción correcta, dependerá una idea delimitada y precisa de lo que por 52 derivado del griego katallasso, que significa intercambio.

CAPÍTULO 1 LA CATALÁCTICA: UN ENFOQUE ECONÓMICO DEL COMPORTAMIENTO HUMANO

39

ejemplo es el intercambio de bienes y servicios y si es factible una rotunda diferencia en

hipotéticos esquemas que difieren del sistema de libre mercado.

Uno de los ejemplos más característicos de los elementos catalácticos, es aquella serie de

afirmaciones que Mises expresó para desmitificar el antagonismo de clases. En tal argumento

relacionó tres categorías; la de consumidor, productor y empresario. Siendo que las funciones

desempañadas por estos elementos, no resultan obligatoriamente antitéticas; los capitalistas y

productores desarrollan una conducta, siempre inclinada por los deseos y preferencias de los

consumidores. La conducta privada del hombre de negocios, es la manera en que invierte su

capital; puede hacerlo en una industria pujante o decadente o también puede brindarlo al

altruismo. La conducta económica por lo general para el hombre industrial, es aquella que le

reditúa mayores ingresos. El industrioso además no deja de ser un consumidor, se apega a los

lineamientos de sus proveedores y desempeña el trabajo intelectual de la empresarialidad; esta

función es aquella que el hombre de negocios o empresario lleva a cabo especulando sobre las

posibilidades de inversión y ganancias de la actividad económica, observando previsoramente el

curso de los tiempos. En contraparte el consumidor también es especulador, ya que de igual

forma, anticipadamente puede prever sobre sus futuras necesidades en los medios y modos como

satisfacerlas. El trabajador primero es propietario de ciertas habilidades que son medio de

producción idóneas para determinadas labores, luego su salario depende del precio que el

mercado está dispuesto a pagar por su labor, por lo cual también se maneja empresarialmente,

primero por que el nivel de salarios es un elemento directamente relacionado con el auge de la

actividad empresarial en boga y también porque su conducta es previsora, al inclinarse por el

trabajo más conveniente que puede desempeñar en la sociedad. De esta manera para el austríaco

la utilidad de la cataláctica es vital para el análisis deductivo de las principales construcciones

económicas, entre las que por ejemplo están la exploración del supuesto antagonismo de clase en

un argumento sintético, aquel que reúna a las diversas funciones de los individuos combinadas

entre si; esta funcionalidad es factible como la experiencia lo indica en el sistema de mercado.53

53 Mises toma como punto de apoyo las funciones integradas, propuestas por la Economía para el análisis cataláctico. Tiene presente la delimitación de los funciones de los personajes económicos y de esta forma establece las premisas axiomáticas para la comprensión del comportamiento humano: “Los términos en cuestión sin embargo, para la ciencia económica, significan lo siguiente: Empresario es el individuo que actúa con la mira puesta en las mutaciones que las circunstancias del mercado registran. Capitalistas y terratenientes son gentes que actúan teniendo presente aquellos cambios de valor y precio que, aún permaneciendo invariadas todas las demás circunstancias del mercado, acontecen por el simple transcurso del tiempo, a causa de la distinta valoración que tienen los bienes presentes con respecto a los bienes futuros. Trabajador es el hombre productor de factor de producción, utiliza su propia capacidad laboral. De esta suerte quedan perfectamente integradas las diversas funciones: el empresario obtiene beneficio o sufre pérdidas; los propietarios de los factores de producción (tierras o bienes de capital) devengan interés originario; los trabajadores ganan salarios. Estructuramos así la imaginaria construcción de la distribución funcional, distinta de la efectiva distribución histórica.[…] Distribución no debe inducir al engaño, la locución distribución funcional, emplease en el sentido que dicho vocablo

CAPÍTULO 1 LA CATALÁCTICA: UN ENFOQUE ECONÓMICO DEL COMPORTAMIENTO HUMANO

40

La teoría misesiana entonces se inclina por tomar al comportamiento social sólo como un

juego de intercambios utilitaristas de competencias y satisfacciones, dando un trato raso a

cualquier tipo de bienes (ya sea como medios o fines) con el mismo valor de un bien material o

psíquico. La cataláctica, es una herramienta interpretativa que tiende a generalizar la conducta

humana, sólo en relaciones cuantificables de acuerdo a la lógica de las categorías de la conducta

económica. Cómo bien lo define Wolfgang Grassl, la cataláctica austríaca convierte a los

problemas morales de la existencia en problemas de índole económico y a la ética en una

categoría económica sólo que de mayor nivel.54 Las relaciones entre individuos no pasan a ser

mas que: “una invitación para una cuantificación absoluta y su exteriorización en la misma forma

como se hacen las relaciones en el mundo físico, mientras los mercados asumen un papel

computacional técnico de un mecanismo asignativo”.55

Hasta aquí debe ser claro que el complejo científico de la teoría austriaca se resume en

una crítica general a la epistemología en boga. En este punto debe reconocerse a la tradición

austriaca por haber emprendido con sus estudios, una búsqueda por la esencia humana; los actos

individuales que representan los principios universales de las conductas humanas. En términos

misesianos aquellos que pertenecen a la esencia de los individuos en la totalidad de roles sociales,

pero que mediante la cataláctica se vuelve posible su deducción a priori. 56 Este tipo de

conocimiento, es el fundamento de las máximas polémicas, ya que en un tiempo donde las

ciencias sociales recurren a la utilización de herramientas y procedimientos usados en las

matemáticas y las ciencias físicas; el hecho de formular una teoría que sintetiza en axiomas

lógicos la conducta humana de una forma a priori, es poco más que extravagante. La deducción

analítica de categorías funcionales a partir de lo que se considere lógico, parece ser una

procedimiento simplista y carente de rigor científico, ya que el apriorismo y el deductivismo

razonable son procedimientos epistemológicos demasiado básicos. Hasta aquí la versatilidad de la

acción humana, vislumbra un difícil pronóstico para el discurso misesiano. Se podrá decir que tal

hace ciento cincuenta años tenia. En el lenguaje moderno esa distribución pretende describir la dispersión de mercancías que entre los consumidores, realiza el comercio.” Mises L. (1960), La acción humana; tratado de economía, t. I., p. 415. 54 Grassl, Wolfgang y Barry Smith (1986), Austrian economics: Historical and philosophical background, p. 142. 55 Ibidem. p. 170. 56 Los enunciados praxeológicos son aquellas manifiestas por la conducta práctica o pragmática. En el caso de la catalaxia, aquellas que se refieren a la interpretación de la conducta económica. Tales principios son representaciones a priori porque se justifican en su carácter apodíctico, es decir son verdades necesarias para todos los casos y en cualquier lugar: “Tales declaraciones (conocidas como analíticas) no necesitan verificación -por ejemplo- 2 más 2 es igual a 4; si A precede a B y B precede a C, luego entonces A precede a C, uno no puede estar en dos lugares al mismo tiempo. Estas declaraciones parecen requerir ninguna experiencia previa del mundo para determinar su verdad”. Shand, Alexander H.(1990), Free market morality: The political economy of the austrian school, cap. I, p. 9.

CAPÍTULO 1 LA CATALÁCTICA: UN ENFOQUE ECONÓMICO DEL COMPORTAMIENTO HUMANO

41

sistema propuesto, se asemeja más a una construcción de sentencias silogísticas o a una mera

construcción literaria. Pero se caería en un gravísimo error si se desdeña desde este momento el

esbozo metodológico, sin conocer los resultados en cuanto a conclusiones político-económicas se

refiere, quizás ahí podamos llevarnos una gran sorpresa sobre la validez de los estudios

misesianos.

1.3.2 La interpretación del liberalismo económico antes de la Gran guerra; cataláctica y

revolución empresarial

El análisis deductivo de las fenómenos materiales, fue un trabajo continuo sobre las

conductas y los elementos económicos. durante la mayor parte de la vida intelectual del austriaco,

quién se dedico a establecer las categorías catalácticas inferidas en las personificaciones y

conceptos, trascendentales para el pensamiento económico. Lo planteado en este capitulo es

suficiente para clarificar que el sistema comercial de mercado, fue sometido a un análisis

deductivo, en ciertas categorías del actuar económico. al conocer este procedimiento es como

puede decirse, que existen los elementos para identificar una generalización temática, en el

ideario misesista, es decir una filosofía de la historia de orden material. Las categorías

catalácticas mencionadas en el discurso cataláctico son distintas y se desarrollan por distintas

situaciones pero en todas se reconoce como origen el principio de la voluntad humana por

suprimir el malestar y la necesidad. Una de las principales formas aparece como fruto de la

operación selectiva y electiva de los medios, que los individuos hacen para aminorar sus

necesidades y se engloba en el intercambio de mercado, que en la realidad formal se concreta a

través de la división del trabajo y la competencia social. En este concepto Mises entiende el

comercio como un proceso social dado entre las personificaciones de vendedores y compradores,

donde el intercambio comercial es una práctica surgida de la necesidad por cubrir las carencias de

los individuos, dadas por las diferencias en sus capacidades o a los medios escasos en su espacio,

que hace necesaria la cohesión de intereses individuales, esta cooperación se realiza en el seno de

un pacifismo social, en el que se salvaguarda la vida, la propiedad y la libertad individual. De ese

CAPÍTULO 1 LA CATALÁCTICA: UN ENFOQUE ECONÓMICO DEL COMPORTAMIENTO HUMANO

42

modo la realidad del comercio es el enclave que lleva al hombre a socializar para intercambiar

trabajo y todo tipo de bienes materiales.

Para Mises la evolución al uso del dinero, al valor de cambio y la configuración de

precios, hizo que el intercambio cataláctico se estructurara en una dicotomía de compradores y

vendedores haciendo posible el cambio indirecto. Una situación que progresivamente permitió a

los sujetos comerciantes, experimentar un arreglo compensatorio garante de reciprocidad. Estas

fueron las condiciones que hicieron desaparecer la vieja usanza primitiva del saqueo y la

depredación cometida por las hordas invasoras. Al experimentarse los resultados del comercio

mercantil, se verificó un ambiente que permitía conseguir arreglos mercantiles alargando la

situación de paz para los grupos participantes.

En la cooperación social para un trabajo común, la dependencia unilateral se convierte en dependencia reciproca y cada hombre al organizar su vida de manera que su acción se vuelva una parte de la vida social, se ve obligado a adaptarse a la voluntad de sus semejantes.57

De acuerdo a estas condiciones es como puede hablarse en segundo lugar de una

cooperación social que con el intercambio de mercado posibilita a los participantes relacionarse

con un fin utilitario: encontrar bienes y servicios diversos y permitir la confluencia de una

diversidad de individuos con necesidades, aptitudes y posesiones distintas. La ejecución de

semejante proceso -según entiende Mises- permite entre más resultados el abatimiento de la

autarcía, el aislacionismo y la precariedad, accediendo a conocer las mejores formas en que otros

individuos han conseguido crear medios útiles para la consecución de una meta propuesta,

otorgando a la generalidad la libertad de convergir según sus talentos y recursos. Otro elemento

constitutivo de la cooperación social se verifica en el progresivo recurso manifiesto de una

producción con fines de lucro; que a través del interés originario y la obtención de precios de

venta rentables, permite al productor comprar a los poseedores de factores y bienes de producción,

por construcciones económicas como renta, interés, salario o beneficio. El lucro productivo es la

forma en que se obtiene un margen de ganancia sobre los gastos y unidos al interés originario, se

considera una característica primordial para el movimiento y continua regeneración del capital y

todos sus elementos económicos. Es la disposición indispensable donde se obtiene los fondos

para continuar ahorrando e invirtiendo y con ello mantener la producción. El intercambio

57 Mises L. (1961), El socialismo, p. 190.

CAPÍTULO 1 LA CATALÁCTICA: UN ENFOQUE ECONÓMICO DEL COMPORTAMIENTO HUMANO

43

comercial de mercado en este sentido es una continua selección y subasta de oportunidades,

intereses y precios con los que productores y consumidores negocian, desarrollan la reunión de

bienes y trabajo, para en una fase superior sustentar la base creativa de una mayor cantidad de

bienes de uso y consumo, que satisfaga la mayor demanda del público.

La presión necesaria para inducir a las gentes a contribuir al esfuerzo productivo se ejerce a través de los precios de mercado. Dicha inducción es de tipo indirecto. Consiste en premiar la contribución de cada uno a la producción proporcionalmente al valor que los consumidores atribuyen a la misma.58

De acuerdo con lo establecido anteriormente, el análisis cataláctico nos lleva en

concomitancia a otras dos magnas construcciones de la acción económica, ellas son la progresiva

división del trabajo y la competencia económica. Ambas formadas por la voluntad de los

agentes humanos en su personificación de oferentes y demandantes, productores y consumidores.

Según el análisis deductivo cataláctico, éste comienza por explicar como desde el capitalista

hasta el trabajador, inevitablemente comparten una categoría competitiva en la vida económica,

siendo así que todas las personificaciones de la cooperación material, en algún punto de la

catalaxia desempeñan el papel de consumidor. La división del trabajo, se explica en este sentido

como el desarrollo consecuente en la especialización de las necesidades del consumidor y los

bienes del consumo. En cuanto a los concurrentes del mercado, propietarios trabajadores y

capitalistas, se ven conminados a especializarse y construir una gran división económica sobre

los menesteres requeridos para su particular bien productivo.

Como Mises lo entiende desde su análisis, la competencia de mercado se diferencia del

estado de guerra (donde el principio de la selección natural determina la existencia en una lucha

descarnada por la supervivencia mediante conductas de invasión y expolio) porque se asienta en

un estado pacifico donde la competencia se centra no en la fuerza armada y el poder del

militarismo, sino en la orientación de las mejores fuerzas del mercado hacia el principio

hegemónico: las necesidades del consumidor.

El carácter competitivo es en el curso de las relaciones comerciales, la columna que

sostiene de fondo, la renovación y continuidad de la funcionalidad mercantil. Las metas concretas

con que acuden los concurrentes productores y consumidores, se reconocen por la búsqueda del

58 Mises L. (1960), La Acción Humana, t.1, p. 455.

CAPÍTULO 1 LA CATALÁCTICA: UN ENFOQUE ECONÓMICO DEL COMPORTAMIENTO HUMANO

44

mejor precio para el consumidor y la ganancia para el productor. Esta dicotomía es el móvil el

que se enfrascan los participantes del mercado y determina el grado de éxito alcanzado por

quiénes participan en el intercambio; según las condiciones en que se expresan las demandas del

público consumidor. Mises es claro al decir que la preeminencia y éxito de los concurrentes al

sistema mercantil, responde -hablando sólo en términos catalácticos- según a la continua

adecuación y movimiento en la forma de los bienes y servicios que detentan como propiedad

privada, todos los participantes económicos.

Toda producción debe necesariamente adaptarse a los deseos de los consumidores. Desde el punto y momento que no responde ya a este objeto, deja de ser lucrativa. En esta forma, la libre competencia asegura la sumisión de los productores a la voluntad de los consumidores y el cambio de los medios de producción de las manos de quienes desoyen o son incapaces de responder a las exigencias de los consumidores a manos de individuos más aptos para dirigir la producción. El consumidor es el amo de la producción. Considerada la economía desde este punto de vista, es una democracia en la que cada centavo desempeña el papel de una cedula de votante. Es una democracia cuyos representantes sólo gozan de un mandato siempre revocable. […] El efecto de la competencia se confina a la distribución y a dirigir el proceso de la producción y resulta esencial para garantizar una productividad más alta del trabajo social.59

Así pues la competencia en un sistema donde se desarrollan libremente las fuerzas

productivas, se verifica en la realidad cuando los consumidores favorecen comprando a un precio

especifico, premiando a los empresarios y productores que logran posicionar y acomodar los

factores en una cadena de producción cuyo fruto resulta exitoso en la inclinación del público.60

Los capitalistas, empresarios, trabajadores y propietarios de bienes de orden superior someten su

triunfo a las vicisitudes de la democracia de mercado, por los caminos fluctuantes de la mayor

producción y el mayor consumo. La “democracia del mercado” es pues la objetivación con que

59 Mises L. (1961), El Socialismo, pp. 458-156. 60 “[…] Los consumidores determinan los precios de los bienes de consumo y los precios de todos los factores de producción. Fijan igualmente los ingresos de cuantos operan en el ámbito de la economía de mercado. Son los consumidores quienes pagan a cada trabajador su salario, lo mismo a la famosa estrella cinematográfica, que a la doméstica. Con cada centavo que gastan ordenan el proceso productivo. Por eso se ha podido decir que el mercado constituye una democracia, en la cual cada centavo da derecho a un voto. En la economía de mercado los consumidores tienen el poder supremo. El hecho de comprar o de abstenerse de hacerlo determina, en última instancia, lo que los empresarios producen, así como la cantidad y la calidad de producción. También determina directamente los precios de los bienes de consumo e indirectamente los precios de todos los bienes de capital, esto es, del trabajo y de los factores materiales de la producción. Determina, igualmente, el que surjan ganancias y pérdidas, la formación del tipo de interés y el ingreso de todos los individuos […] Obliga a todos, en su capacidad de productores, a ser responsables frente a los consumidores y a quienes trabajan a cambio de sueldos y salarios. […] El único medio para obtener riqueza y para conservarla, en una economía de mercado que no haya sido adulterada por privilegios y restricciones del gobierno, es servir al consumidor en la forma mejor y más barata. […]Así es, cuando las disposiciones que toma el empresario lesionan al obrero en sus intereses inmediatos, Puede despedir arbitrariamente a obreros, obstinarse en procedimientos de producción fuera de uso, escoger expresamente métodos inadecuados de trabajo e inspirarse para la conducción de sus negocios en motivos extraños a la satisfacción de los deseos de los consumidores. Pero si obra de esta manera, y en la medida en que lo hace, debe soportar las consecuencias, y si no se detiene a tiempo se verá relegado por la pérdida total de sus bienes a una situación en que no puede ya hacer perjuicio. No es necesario para esto asegurar un control especial de su conducta. De ello se encarga el mercado con más rigor y precisión de lo que podría hacerlo una vigilancia llevada a cabo por el gobierno o por otros órganos de la sociedad”. Mises L., El Socialismo, pp.459, 547.

CAPÍTULO 1 LA CATALÁCTICA: UN ENFOQUE ECONÓMICO DEL COMPORTAMIENTO HUMANO

45

Mises llama a todo ese conjunto de prácticas de intercambio, como un sistema organizador en el

que se desarrolla la civilización occidental. Construcción que debe entenderse como la cohesión

social preservadora de las prerrogativas humanas: la propiedad privada, la vida y la libertad de

obra y pensamiento. Toda innovación que el empresario quiere implantar; producir, imponer, mejorar o ampliar, exige contratar obreros. Los empresarios se enfrentan a la selección de trabajadores idóneos para realizar operaciones específicas. La competencia que entre los patronos se plantea por conseguir la mano de obra apropiada no es menos dura que la que entre ellos se suscita al pujar por las requeridas materias primas, máquinas y herramientas o por el necesario capital en el mercado crediticio y dinerario.61

La última categoría de la acción económica, relevante en el ideario austriaco es la que se

reconoce en la Capacidad empresarial. El empresario en este sentido es una personificación

económica, que se identifica con la potencia y el acto, es decir tiene la capacidad para reflexionar,

ordenar y seleccionar los distintos panoramas posibles de una realidad, después plantear un

procedimiento para llevar a cabo. En las relaciones del intercambio mercantil, la empresarialidad

se reconoce por la libre reflexión juicio y acción que tanto productores como consumidores

resolutamente toman para conducirse en cualquier actividad que implique la discriminación de

medios y recursos útiles en una meta. El empresario en la realidad formal es el principal factor

que funge como receptor de los requerimientos del público demandante, y por lo cual busca las

posibles formas en que mejor puedan ser atendidas las necesidades de aquel, para ello reúne los

elementos y produce el bien de consumo más apropiado. En una fase subsiguiente también es

organizador de la producción en cuantos a factores productivos y bienes de capital se refiera. De

la necesidad de bienes, servicios y materiales que el productor empresario necesite para su

negocio, es como se manifiesta una estimación de valor en un tiempo determinado sobre lo que el

pensador austriaco llama bienes de orden superior.

La capacidad empresarial es en la diacronía histórica, un elemento esencial para la

funcionalidad del sistema de producción y distribución mercantil que detenta el carácter

especulativo. Esta conducta que valora y prevé una configuración ordenada de factores, para

conseguir la construcción de un bien de consumo exitoso, resultado alcanzado con el llamado

Cálculo económico. Según la Cataláctica éste es una estimación numérica del estado virtual de

61 Mises L. (1960), La Acción Humana, t. II, p. 265.

CAPÍTULO 1 LA CATALÁCTICA: UN ENFOQUE ECONÓMICO DEL COMPORTAMIENTO HUMANO

46

negocios, donde a partir del precio de venta, el empresario calcula la posible ganancia restando

los costos y en general la totalidad de gastos productivos. El manejo de precios de mercado,

permite al empresario estimar y diferenciar los estados de pérdida y ganancia, lo que es rentable

de lo que no lo es, una útil información material para encontrar el camino por el cual es adecuado

el movimiento económico.

Mediante el cálculo las gentes logran distinguir entre las producciones, las remuneradoras de las que no lo son, las que serán apreciadas por el consumidor soberano, de las que este rechace. La acción sólo puede decirse sea en verdad planeada cuando la misma ha sido precedida por el correspondiente cálculo comercial de posibles costos y beneficios. Por su parte, el establecimiento a posteriori del resultado que anteriores actuaciones provocaron exige la contabilización de pérdidas y ganancias.62

Para el liberalismo económico, la figura empresarial toma un carácter preponderante por

posicionarse como el vinculo de enlace entre la información dada por los consumidores y los

propietarios de bienes de capital, que en concomitancia con su voluntad en el sistema,

administran las relaciones mercantiles, encauzan la progresión económica, además de la

movilidad especulativa y creativa. Los avances de la tecnología, la ciencia, el arte y la cultura en

general -según lo considera el austriaco- son una relación directa con la oportuna aplicación de

capital en aquéllos sectores que el empresario juzga estratégicos. Para Mises ésta personalidad ha

sido de relevante importancia en el curso de la economía capitalista por aplicar un ingenio

visionario sobre lo ignoto por la mayoría. Esto se comprueba por la manera en que las

innovaciones de los productos considerados suntuarios y la aparición de elementos

indispensables de la vida occidental, dependieron de la visión empresarial para aportar capital

sobre los materiales y el trabajo que aquellos recursos representaban en la explotación de una

industria futura. Con su acción visionaria la figura empresarial adapta la producción a las más

urgentes necesidades de los consumidores, asocia los factores productivos en un espacio y tiempo

determinado a un proceso de producción superior. Tal es el grado de importancia que la catalaxia

atribuye a esta figura, que considera a la capacidad empresarial la principal categoría reguladora

de la máxima disposición de los bienes con que cuenta una nación: así sean los bienes de orden

superior, capital o los tipos de trabajo.63

62 Ibidem, t. I, p. 379. 63 Mises L.(1961), El socialismo, p. 112.

CAPÍTULO 1 LA CATALÁCTICA: UN ENFOQUE ECONÓMICO DEL COMPORTAMIENTO HUMANO

47

Mientras pueda estimarse la acción en su justo valor, por medio de un cálculo preciso en dinero, no hay lugar a la arbitrariedad. Quien conforme al uso corriente se lamenta de la dureza de una época que cuenta hasta el ultimo centavo, olvida que por lo general es justamente la relación entre la acción y su lucratividad, calculada en dinero, lo que opone la barrera más eficaz a los actos arbitrarios de sus semejantes en el cuerpo social.64 Las categorías deducidas del comportamiento económico general son hasta este punto las

principales manifestaciones, no sólo del actuar social, sino de una construcción mayor: la

producción y distribución desarrollada en el sistema capitalista de libre mercado. En ellas puede

verse como a pesar de que los objetivos científicos misesianos consideraban analizar la realidad

económica, sin atenerse a una estructura holista o teleológica, la realidad es que no pudo evitar la

responsabilidad con una visión finalista y una opinión comprometida con los elementos del

análisis. Eso se clarifica porque las nociones particulares de la Catalaxia, se refieren a la actitud

de los individuos en un esquema superior; el sistema capitalista.

La forma general que considera las causas del proceder económico, es una que comparte

un panorama general para todo el genero humano, unas condiciones dadas por la material

relación entre el ser y la naturaleza (que pone a los hombres en un estado de necesidad y

vulnerabilidad ante la diversidad geográfica y biótica). En reacción, estas realidades, fueron

trasformadas por la irrupción de actos fundados en la lógica humana para mejorar la situación

personal. El intercambio de mercado y las diversas prácticas dadas, son el ejemplo de la manera

en que los hombres enfrentaron económicamente65 todas sus dificultades. La manera comercial

en que se sustenta la vida material y la economicidad de los recursos, es la condición general de

la existencia humana, con la que el pragmatismo utilitario enfrentó las dificultades del medio.

Sobre esta premisa la actividad de los hombres de todas las latitudes, se vió compelida a

buscar actuar por las mismas razones en común. En consecuencia, las distintas formas acaecidas

dentro de intercambio de mercado, fueron llevadas a cabo debido al hecho empírico que significó

la experiencia diferencial de la asistencia y cooperación material. La cohesión primitiva de

comercio progresivamente evolucionó históricamente hacia el desarrollo del mercado y con ello

el ascenso de una compleja cooperación comercial y productiva-distributiva.

El camino emprendido por las formas económicas de afrontar la realidad material, esta

sustentado según el criterio misesiano, en la filosofía pragmática y utilitarista occidental que ha

64 Ibíd., p. 192. 65 Vid Mises L. (1960), La acción humana, t. I, Capitulo VIII.

CAPÍTULO 1 LA CATALÁCTICA: UN ENFOQUE ECONÓMICO DEL COMPORTAMIENTO HUMANO

48

servido para domeñar las fuerzas de la naturaleza y para construir una diversidad de

conocimientos y elementos que reduzcan los márgenes de lo ignoto. De antemano debe aclarase

que en el enfoque económico de comportamiento humano, la construcción de elementos e

instituciones trascendentales en la sociedad, se encuentra en un camino paralelo y proporcional a

las formas económicas desarrolladas por los individuos para enfrentar sus retos. De acuerdo a

Mises el carácter pragmático y utilitarista de los individuos, es el mismo que ha podido valorar

las cualidades de un sistema de intercambio, donde la representación del mercado funge como

organizador para la gran magnitud de relaciones desarrolladas. La cooperación social en el seno

del intercambio mercantil, es una noción que surge de la interpretación liberal por considerar al

comercio de libre mercado como una construcción fundada en la racionalidad material dentro de

una realidad de escasez y afanosidad. En este panorama el acicate de la necesidad y la pena del

trabajo, son los principales detonantes que mueven al hombre a elegir las metas y los medios de

acción, de acuerdo a su empirismo y al éxito revelado en terceros, sobre aquello que resulta útil

para aumentar el bienestar (lo cual considera bueno sin tomar en cuenta puntos éticos y a su vez

convierte en orientación real para el actuar en la vida). De aquí en adelante los usos económicos

en occidente, son explicados como un camino progresivo -aunque no univoco ni pasivo- en el que

las prácticas catalácticas se han encargado de desempeñar un desarrollo liberalizador sobre

terceras fuerzas de coacción manifiestas sobre históricos grupos de presión con poder económico

y político; entre los que caben estamentos, grupos religiosos, clases sociales y castas vinculadas a

grupos raciales. Así pues sin poder afirmar que en los escritos misesianos se encuentre una

especifica estructura diacrónica sobre las etapas históricas y el curso liberal en las mismas, lo que

si es identificable, es un plano de acción general en la historia, esto es la búsqueda de beneficio y

productividad material mediante gradual liberización. Un movimiento ganado por las fuerzas

productivas, que inició desde los antecedentes de la organización servil, y continuó en marcha

hasta el arribo del capitalismo financiero, en el último cuarto del siglo XIX.

Las formas económicas capitalistas fueron concretándose, por el principio supremo de la

cooperación económica en el intercambio de mercado, una situación aceptada por los beneficios

que representó la participación de una mayor cantidad de grupos a la economía en función a los

efectos del superior rendimiento social. Para Mises la producción capitalista masiva en serie, sólo

se hizo realidad debido al afianzamiento liberal sobre la acción en las masas y la unión de estas al

sistema productivo de organización mercantil. Los productos innovadores y suntuarios, sólo se

CAPÍTULO 1 LA CATALÁCTICA: UN ENFOQUE ECONÓMICO DEL COMPORTAMIENTO HUMANO

49

generalizaron cuando pudo darse un abaratamiento de costos, al mayor rendimiento productivo de

una producción en masa y a la expansión en el consumo, debido a que los precios fueron mejor

recibidos por sociedades con mayores ingresos. La racionalidad económica del liberalismo pudo

percibirse en varios planos de la historia, entre muchos elementos por ejemplo esta el caso del

salario en dinero, una transformación paradigmática en la civilización. Lo cual Mises consideraba

hizo que el trabajo servil menguara debido a que la conciencia general descubriera como esta

condición privaba al trabajador de una parte de su trabajo, sin mostrarle la importancia de su

rendimiento en la producción. Es por eso que de la época servil al mayorazgo y el feudalismo, los

productores fueron descubriendo que debido a la sujeción de la fuerza productiva, no se daba un

aliciente al mayor esfuerzo.

La cooperación social, sólo entre seres racionales, resulta posible, ya que únicamente ellos logran advertir el objetivo perseguido y los beneficios derivados de la división del trabajo y de la pacífica asociación. […] Los romanos aflojaron las cadenas de sus esclavos por el deseo de mejor explotar sus latifundios. Abandonaron éstos la producción centralizada en gran escala, transformando a sus esclavos en arrendatarios que, por cuenta y riesgo propio, explotaban determinadas parcelas, debiendo simplemente, a cambio, entregar al dueño o una renta o una parte de la producción. Los esclavos en las industrias artesanas y en el comercio se transformaron manejando fondos peculium.66

En cuanto a la transición de la producción artesanal a la fabril, es otra etapa donde se

ejemplifica la progresividad histórica de la liberización económica. Esta fase se caracterizó por la

forma en que la reunión de trabajo creara una fuerza transformadora de tal tipo que el nivel

productivo del trabajo creciera tanto, para construir en mayor proporción, bienes de consumo en

serie, con la debida estimación de materias primas, tiempo, capital y trabajo requerido. La

cooperación comercial situada en la revolución industrial es el punto perceptible que permite

verificar como el nuevo orden, favoreció la concurrencia de mayor y más diversas formas de

trabajo; así como de los medios naturales que en conjunto significaron la aportación de un mayor

nivel de capital invertido en los procesos de producción-distribución, el cual se vió coronado por

un mayor margen de utilidad en salarios, rentas, interés y beneficios.

Aquellos talleres artesanos podían ser empleados sólo en la medida en que los poderosos incrementaban sus pedidos. Las nuevas industrias arruinaron los antiguos sistemas de producción y venta. Los bienes económicos no se fabricaban ya pensando tan sólo en unos cuantos ricos; se producían para atender las necesidades de quienes hasta entonces prácticamente nada habían

66 Mises l., (1960), La Acción Humana, t. II, Capítulo VIII, pp. 302,305.

CAPÍTULO 1 LA CATALÁCTICA: UN ENFOQUE ECONÓMICO DEL COMPORTAMIENTO HUMANO

50

podido consumir. Mercancías baratas, que muchos pudieran adquirir, eran las que iban a inundar los comercios. La industria textil algodonera fue la típica de los primeros años de la revolución industrial. Aquellos tejidos no eran, para gentes pudientes. Los ricos gastaban sedas, hilo y encajes. Las fábricas, con su producción en masa, comenzaban siempre fabricando los artículos más económicos pensando en el consumo de las grandes masas, sólo mas tarde se comenzaron a producir en serie mercancías de mejor calidad. Al principio, por ejemplo, sólo el proletariado gastaba calzado hecho; los ricos lo preferían a la medida. Aquellos tan criticados telares de los siervos de la fatiga no producían ropas para los ricos, sino abrigo que atendería la demanda de los económicamente débiles.67

En esta somera ilación histórica que presenta la aplicación de las prácticas axiomatizadas

por el análisis cataláctico, la riqueza acumulada en la revolución industrial se explica como el

elemento indispensable, para el desarrollo imperialista europeo del siglo XIX. Una etapa

histórica donde Mises considera al dominio imperial, desde el punto de vista económico,

únicamente como una serie de relaciones donde el capital europeo entró en relación directa con

comunidades de África y Asia, 68 poseedoras de una gran variedad de materias y factores

productivos de distinta índole. Ya en este período, los occidentales pudieron intercambiar su

capital y manufacturas elaboradas, por las materias primas de los pueblos del imperio.

Decisivamente la aparición de las formas catalácticas en occidente, influyeron en las

progresivas formas de estructurar la explotación material sobre la naturaleza, adoptando un

mecanismo económico permanente en la producción-distribución. Para Mises las relaciones

políticas dadas en este tiempo, son unas donde se manifiestan etapas variadas de cooperación; la

faceta explotadora e invasora del colonialismo y el imperialismo, sólo pueden buscarse en la

ciencia política y en las relaciones sociales de poder entre las etnias y las clases sociales, que

explica la Sociología. Lo relevante en el curso histórico del comportamiento económico

capitalista, son los efectos surtidos en la realidad, un sistema que crece en la concurrencia de

capitales y factores productivos, acumulación creciente, producción masiva y un sistema con una

mayor margen de productividad por unidad de inversión. Este mecanismo ha creado y seguirá

implantando, una gran cantidad de instrumentos económicos que posibilitarán la formación de

instituciones políticas, mercados de capitales, y usos migratorios que permitan sustentar una

comunidad mundial, con mayor comunicación y relación social que supera por mucho los

antiguos estadios de guerra y conquista.69

67 Ibidem., p. 292. 68 Vid Mises L. La acción humana, t. II, Capítulo XVIII, p. 137. 69 Ibidem, p. 141.

CAPÍTULO 1 LA CATALÁCTICA: UN ENFOQUE ECONÓMICO DEL COMPORTAMIENTO HUMANO

51

De acuerdo a la filosofía cataláctica para alcanzar todas aquellas metas que los individuos

desean conseguir, sólo la racionalidad del procedimiento económico, representa la mejor vía para

abordar las dificultades que supone la creación de capital, la movilización de las fuerzas

productivas y en general la asignación de todos los recursos necesarios para la producción. La

naturaleza de las complejas formas para asociar el capital, plantear la producción, reunir trabajo

especializado, usar herramientas tecnológicas y producir, han hecho posible la configuración de

una división ramificada entre todos los individuos de la sociedad, en respuesta a las naturalezas,

caracteres y capacidades de los individuos. La cooperación social de mercado, es por eso para

Mises la gran estructura civilizatoria por cuya organización los individuos pueden mejorar sus

condiciones. Civilización ha sido un progreso desde la cooperación en virtud de vínculos hegemónicos hasta llegar a la cooperación por lazos contractuales. Occidente supo domeñar, el espíritu del militarismo expoliatorio, logrando así implantar las instituciones sociales ineludibles para que el ahorro y la inversión en gran escala puedan prosperar. La iniciativa privada y la propiedad particular de los medios de producción constituyeron etapas insoslayables en el progreso que llevó al hombre desde su primitiva pobreza al más satisfactorio estado de la Europa y Norteamérica decimonónica.70

Las categorías catalácticas son las directrices de capitalismo de libre mercado, aunque se

reconoce que su existencia no es generalmente homogénea ni en la historia ni durante la

temporalidad misesiana en occidente, ni mucho menos en el resto del mundo, el austriaco

considera que únicamente Europa occidental y Norteamérica, son los sitios donde puede hablarse

que el capitalismo ha alcanzado la fase en la que se manifiestan la mayor parte de estos elementos

-situación que tendía a volverse general en aquellas tierras desde el último cuarto del siglo XIX

hasta las primeras décadas del XX- sólo la irrupción de las guerras europeas y los nuevos

regimenes que nacieron de ellas, pusieron el escenario para una nueva inflexión sobre el rumbo

que las fuerzas del capitalismo estaban tomando.

Hasta este punto puede entenderse que el comportamiento económico que forma el

concepto general de comercio y producción capitalista, es la serie de conductas identificadas

hacia una expresión superior. Una generalización de condiciones estructurales y temporales hacia

una totalidad: la unidad del comportamiento económico cooperativo y su base, que es el sistema

de mercado. No obstante debe hacerse un énfasis en la consideración misesiana que valida no

70 Ibidem, p. 140.

CAPÍTULO 1 LA CATALÁCTICA: UN ENFOQUE ECONÓMICO DEL COMPORTAMIENTO HUMANO

52

sólo la posibilidad de este comportamiento económico, sino a su vez la condición en que se

sustenta. Uno de los puntos más importantes dentro de este comportamiento ha quedado claro, es

el que se refiere a la empresarialidad o la capacidad para prever estados futuros, elegir, ordenar,

congregar recursos y ejecutar el acto productivo. Esta es la función general, que ha desarrollado

a lo largo de la historia acciones tan complejas (acumulación, ahorro, inversión) cuyos resultados

han podido verificarse en la proliferación de negocios industriales, explotaciones materiales y

aprovechamientos. Los cuales a través de los tiempos no sólo han encauzado el ingenio y las

fuerzas de individuos y científicos, sino que a la vez ha dado como resultado, una mayor

satisfacción a las necesidades y ha incrementado congruamente el nivel de vida. El desarrollo

material del capitalismo en este sentido parece ser la prueba veraz del funcionamiento

acumulativo e inversor del capital que se mueve siempre hacia los más promisorios escenarios.

Puede decirse que las etapas históricas, en su conjunto representan una diacronía71 donde se

superpone una a otra los afanosos trabajos e innovaciones comerciales, heredando su legado

material a enclaves subsiguientes que los individuos, en sus circunstancias, conducen a un

periodo futuro. Para Mises los resultados tecnológicos, científicos y comercialmente productivos

de la primer mitad del siglo XX, eran fruto de la producción, acumulación y la aceleración de

capital iniciados en el imperialismo decimonónico.

Muchos son los elementos y las representaciones sobre los que se sustenta el sistema

cataláctico (producción con fines de lucro, propiedad privada, empresarialidad, uso del dinero o

el cálculo económico, y la posibilidad de la acumulación, ahorro e inversión) todos logros

culturales del comportamiento material, que no solamente han dado más y mejores productos o

un mayor margen de consumo y confort, sino a su vez han desarrollado un mayor número de

personas con ingresos y un mayor crecimiento demográfico,72 en un ambiente donde el estatus

de vida es muy superior de acuerdo a la visión misesiana sobre su tiempo.

Por el lado abstracto el austriaco también considera se ha evolucionado manifiestamente,

la libertad de pensamiento y propiedad privada, permitiendo el desarrollo intelectual y espiritual

en la personalidad humana; según esto el margen acumulativo y la organización cooperativa del

comercio ha concedido al hombre disfrutar de un gran logro: tiempo libre -posible gracias al

trabajo remunerativo y a la reducción de la jornada laboral- y con ello un tiempo de ocio y

71 Desarrollo o sucesión de hechos a través del tiempo. 72 Vid Mises L. (1960), La acción humana, t. II, Capítulo XXIV, p. 356.

CAPÍTULO 1 LA CATALÁCTICA: UN ENFOQUE ECONÓMICO DEL COMPORTAMIENTO HUMANO

53

remanso para ampliar los criterios y crear mayores expresiones artísticas.73 Los frutos de la

congregación comercial, son la muestra del avance cultural a la que ha llegado la civilización,

Una economía donde se han ido construyendo más grandes vínculos cooperativos bajo el

principio del intercambio de mercado -un proceso de ensayo, error y desarrollo- en el que la

premura y la hostilidad del medio, siempre son el fuste implacable para aprovechar las

capacidades humanas, las propiedades de la naturaleza y la aplicación de los bienes, de la manera

más racionalmente posible.

Estos logros en la cultura son desde este punto de vista, el aliciente que mueve al

convencimiento de los individuos para respaldar y refrendar la racionalidad de la acción

económica, como el mejor medio para afrontar los problemas materiales. Los resultados del

comportamiento económico son para Mises los que los individuos sencillamente han juzgado

convenientes, por los efectos y alcances percibidos empíricamente y que han forjado el carácter

humano occidental, por lo que en consecuencia cada vez más pueblos del mundo se enfilan por el

mismo sendero. Las nociones sobre la funcionalidad del intercambio de mercado se vuelven un

fin en si, para la supervivencia humana, sin embargo quizá la viabilidad de ese liberalismo a

ultranza profesado por el teórico, hasta cierto punto se prevé que el camino de esa racionalidad

liberal, no sea rotundamente despejado. No obstante la confianza en la cooperación productiva y

el sistema de libre mercado es defendida por el estadío al cual ha llegado la civilización

occidental y por la cual deberá seguir desarrollándose (siempre y cuando los agentes económicos

en la población estén decididos no sólo a mantener el nivel de vida alcanzado sino a superarlo,

para dar sustento a la explosión demográfica que ha generado). En el futuro para que el

mecanismo de la cooperación de mercado y los elementos catalácticos se sigan desarrollando,

dependerá no sólo de la percepción pretérita sobre la productividad y mejora que ha habido sobre

las condiciones de la existencia, sino de los logros materiales que se obtengan del capitalismo

futuro, para la credibilidad y supervivencia de sus practicantes. Esto es para Mises una condición

que exclusivamente podrá llevarse a cabo de manera particular si continúa una progresiva, libre y

creativa voluntad en la acción empresarial de productores y consumidores, quienes a través de su

ingenio y previsión, sean los únicos que den esa armonía y movilidad al mercado. Esta capacidad

de la voluntad humana, es la única forma para abordar cualquier coyuntura de manera pacifica y

continuar con el proceso creativo y productivo. La también llamada revolución empresarial es la 73 Vid. Mises L.(1960), La acción humana, t. I, Capítulo VII, p. 247.

CAPÍTULO 1 LA CATALÁCTICA: UN ENFOQUE ECONÓMICO DEL COMPORTAMIENTO HUMANO

54

condición central para la supervivencia del sistema capitalista, la conservación de la competencia

empresarial como un proceso vital de movilidad y creación, es el corazón de la catalaxia, el

sustento que permite la descentralización mercantil y detrae las inclinaciones contra una

economía estática o polarizada. En palabras de Mises “La función de la competencia consiste en

asignar a los miembros de un sistema social aquella misión en cuyo desempeño mejor puedan

servir a la sociedad y a sus miembros” 74 y es esta particularidad, por la cual el proceder

económico nunca puede ser un estado perpetuo; la modernidad o vanguardia -materialmente

hablando- son sólo etapas en la historia, relegadas por las nuevas vertientes de la información y el

trabajo empresarial que obedece a la fuerza suprema del consumidor. Como el pasado lo ha

demostrado, la funcionalidad de la economía de mercado, se ha basado en la competencia

económica entre todas las personificaciones actuantes, un panorama variante donde se ha

desarrollado la voluntad de los consumidores y la libre competencia de los productores-

empresarios. Mientras no se constriña la voluntad de los consumidores y no concentre la fuerza

productiva hacia los monopolios tanto privados como públicos, la fuerza del estadio liberal

capitalista podrá proseguir su marcha verificando una verdadera economía progresiva75 como se

había manifestado desde la revolución industrial hasta los principios siglo XX.

74 Mises L., La Acción Humana, t. I, p. 227. 75 El estado de la economía progresiva, es la gran construcción holista de la historia en una interpretación liberal, en la que otra representación central entre las personificaciones económicas es el principal motor de acción para el dinamismo y la armonía del curso capitalista. La libre acción de la capacidad empresarial en los consumidores y productores, que en el mundo formal se mueve entre los precios rentables, las ganancias y la preferencia del consumidor: […] Ese mayor salario y esa mayor renta es -permaneciendo las demás cosas igual- consecuencia de una producción material superior. Las ganancias y pérdidas empresariales dependen de haber sabido adoptar la producción a las más urgentes necesidades de los consumidores. […] Si todos los empresarios fueran capaces de prever exactamente el futuro estado del mercado no cabria pérdida ni ganancia. […] Surgen las pérdidas y las ganancias empresariales de la discrepancia existente entre los precios previstos y los efectivamente pagados, más tarde, por el mercado. […] tanto las ganancias como las pérdidas constituyen fenómenos que aparecen por haber sido perturbada la anormalidad, por haberse registrado mutaciones que la mayor parte de las gentes no habrían previsto, por haber aparecido un desequilibrio. Mises L.(1960), La Acción Humana, t. I, pp. 462-468.

CAPÍTULO 1 LA CATALÁCTICA: UN ENFOQUE ECONÓMICO DEL COMPORTAMIENTO HUMANO

55

Formas que crea el intercambio de mercado y la

ponderación del consumidor:

1 La Decisión del consumidor

2 Ordena los bienes de consumo

3 Ordena la producción

4 Ordena la producción de

trabajadores, terratenientes y capitalistas

5 Produce los bienes de uso , FP

y materias primas.

CAPÍTULO 2 INTERVENCIONISMO GUBERNAMENTAL Y CAOS ECONÓMICO

2.1 PANORAMA HISTÓRICO DEL PROGRESISMO Y LA REFORMA SOCIAL

on el inicio del siglo XX se presentaron en occidente una serie de evoluciones

político-sociales cuyos orígenes se venían gestando desde el imperialismo

decimonónico. La revulsión de las formas sociales en este sentido, se reconocen en

las condiciones económicas y las reivindicaciones exigidas por los grupos sociales organizados.

La revolución de 1917 había iniciado la construcción práctica de la teoría socialista marxista y en

occidente la tradición liberal económica y política se desarrollaba en un ambiente donde se

mezclaba la ideología comunista y la socialdemocracia, especialmente en aquellas naciones

donde la representatividad política había marcado un constante desarrollo en la democracia;

como eran el caso de Inglaterra, Estados Unidos y Francia. La reforma social en este periodo no

significó una avanzada que se superpusiera violentamente a las formas del liberalismo clásico.

Más que eso, significó una serie de reformas tomadas por los gobiernos, para actuar sobre las

condiciones que la socialdemocracia y el sindicalismo reclamaban. Gran parte de la atención se

volcó en las condiciones más delicadas que minaban los procesos del sistema económico. Esto se

convirtió en el cause para la aplicación de reformas políticas sobre condiciones desfavorables,

transformaciones que no contaban con antecedente alguno y que pretendían buscar un nuevo

liberalismo actuante, convergente y correctivo.

Las fuentes de la época reconocen en las condiciones materiales y la acción política, el

inicio de una era que rompía con lo establecido, es el arribo de una expansiva etapa histórica,

donde se buscaba encontrar los mejores medios para el desarrollo económico y social de la

población. En largos periodos de guerra, desempleo y paroxismo social, las autoridades

gubernamentales reconocieron las condiciones y advirtieron la necesidad de estructurar una

acción que contrastara de inmediato las dificultades que ponían en riesgo a la ciudadanía, la

figura de la nación y el Estado. Esta primera etapa se relaciona directamente con las medidas

tomadas desde los mandos del gobierno, en respuesta a las demandas exigidas por grupos

organizados, como los partidos socialistas y los sindicatos, quienes emprendieron una lucha

C

CAPÍTULO 2 INTERVENCIONISMO GUBERNAMENTAL Y CAOS ECONÓMICO

57

directa con el sistema de poder a favor del reconocimiento de concisos derechos sociales y

laborales.

El ascenso de la reforma social liberal, es una corriente cuyo antecedente más remoto se

ubica en la Alemania imperial de Willhelm I y la política del canciller Otto Von Bismarck.

Durante el mandato de éste y en base a los estudios y teorías del “Socialismo de cátedra” (escuela

histórica de la economía liderada por Gustav Schmoller), se propusieron las primeras

investigaciones de índole social que un gobierno emprendiera, para conocer un panorama general

sobre las condiciones económicas y sociales del imperio. Apoyado en las investigaciones de la

oficina prusiana del Verein für Sozialpolitk, el canciller Bismarck aprobó con el Reichstag y el

Bundestag las primeras leyes de seguridad social y legislación laboral en la Europa del XIX.

Estas preveían legalmente la limitación de las jornadas de trabajo, servicio médico, los primeros

programas de pensiones e indemnizaciones, así como los requerimientos indispensables para un

lugar de trabajo y la libertad de organización laboral entre otras. En este aspecto las concesiones

hechas sobre el trabajo y la previsión social del Estado Prusiano, se ubican históricamente en un

tiempo donde la organización de trabajadores, la Internacional socialista y la militancia del

partido socialdemócrata alemán, hacían un deliberado manifiesto por alcanzar -mediante la lucha

colectiva- una mejora a las condiciones del trabajador, al mismo tiempo que los partidos de

centro izquierda ingresaban al foro parlamentario, para hacer escuchar la voz de las exigencias

sociales y laborales. Después de la guerra franco-prusiana y la unificación del imperio alemán, la

política social de Bismarck quedó ilustrada como la más exitosa estrategia política, para la

consolidación del imperio entre junkers prusianos y los industriales de la cuenca del Ruhr

(alianza Elsen-Roggen).76 La legislación social y protectora del trabajador se consideró la mejor

maniobra imperial para mellar el discurso socialista ortodoxo y el avance del revisionismo

socialdemócrata, así como demás movilizaciones radicales que pugnaban por los movimientos de

masas.77 La Sozialpolitik fundada orgánicamente por los científicos de la Verein, supuso en

realidad una acción incomparable, no sólo por las transformaciones sociales realizadas desde el

sistema liberal, sino por la introducción de prerrogativas laborales que representaban una

iniciativa reformista sobre cuestiones económicas substanciales como la fuerza de trabajo.

76 Schapiro J S. (1961), Un mundo en crisis, p. 216. 77 En lo referente al código industrial alemán de 1891 y sus disposiciones sobre las fábricas, talleres y trabajo domestico, así como la relación de la legislación bismarckiana con la remisión del socialismo marxista, Véase Barnes, Harry E. (1953), Historia de la economía del mundo occidental, p. 715

CAPÍTULO 2 INTERVENCIONISMO GUBERNAMENTAL Y CAOS ECONÓMICO

58

Es en los primeros decenios del siglo XX, donde los motivos sociales se vuelven el punto

central del discurso político en la lucha democrática. Con la acción de los partidos

socialdemócratas y liberales, logra propagarse la creación de distintos programas y estrategias

económicas en los que prevalecen las iniciativas sociales y laborales. Estos gobiernos se

reconocen con el nombre de “Progresistas” y se adscriben en el llamado Socialismo de Estado.78

Durante la primera mitad del siglo XX las conversiones para las guerras y sus recuperaciones

económicas, fungieron como los principales escenarios que hicieron necesario la iniciativa

gubernamental. Esto debido a que era inminente encauzar las industrias estratégicas, acrecentar la

producción armamentista, obtener los fondos para las deudas de guerra y atender las necesidades

de los sobrevivientes civiles y militares; que se encontraban desempleados y en discapacidades

físicas.

Así fue como en Alemania e Inglaterra, el seguro de enfermedad y desempleo dieron

inicio hacia 1919; en el caso británico se concreta una ley de jubilación a los trabajadores de 70

años con un nivel inferior de rentas; y en Estados Unidos se legaliza la relación entre obreros y

síndicos, a favor de la negociación colectiva de huelga. En la década de los treintas, con el arribo

a la presidencia de Franklin D. Roosevelt y su programa New Deal, se instauran sistemas de

pensiones para la vejez y seguros de desempleo, además de generalizarse a nivel regional, nuevas

prácticas para la compensación obrera. En este tiempo la misma dirección para la recuperación

económica, se encargó de regular el trabajo infantil, la negociación colectiva, las jornadas

laborales, los salarios y las medidas de la competencia empresarial y del trabajo. En cuanto a los

arbitrios laborales, la Ley Wagner y el Consejo nacional de relaciones laborales dieron estructura

a las obligaciones y derechos de patronos y trabajadores. Del mismo modo tanto en Estados

Unidos como en Francia se llegó al convenio de un periodo anual de vacaciones remuneradas y

semana inglesa con 40 horas de trabajo.

Más allá de la previsión social, las reformas laborales y los servicios administrados

históricamente por las municipalidades, existe una segunda etapa del reformismo social

emprendido por la política de entonces. Se trata de la acción directa en aquellos rubros de orden

78 Con este término debe entenderse un Socialismo practicado por el Estado democrático liberal, cuya obra de acción representa diversas acciones económicas y programas para el desarrollo social, sin el abatimiento de la propiedad privada y se diferencia del socialismo planteado por ideólogos, organizaciones proletarias y partidos comunistas (Estado socialista), estos pugnaban por rebasar el orden capitalista e instaurar en un futuro, el credo socialista como meta última. Tampoco el Socialismo de Estado debe confundirse con la tradicional actividad que la administración pública se ha adjudicado a lo largo de la historia: como son la administración de la defensa, la recaudación del tesoro, el manejo de la política interior y exterior o la municipalización de los servicios. Las políticas del socialismo en un Estado Liberal son de otra índole, que sólo se constatan en las primeras décadas del siglo XX.

CAPÍTULO 2 INTERVENCIONISMO GUBERNAMENTAL Y CAOS ECONÓMICO

59

económico, dirigidos por los propietarios privados bajo los intereses de mercado. Aquí se hace

referencia a aquello que comúnmente se practicó en los periodos de guerra, donde la mayor parte

de los gobiernos procedieron -provisionalmente- a estructurar programas y disposiciones sobre

controles fabriles y fijación de precios y salarios; con la finalidad de proveer al Estado y a la

población, de elementos tales como herramientas, maquinaria, transporte, comunicación, bienes

agropecuarios, importaciones y exportaciones, es decir, todo aquello que dispusiera el mejor

servicio para la guerra. La concentración industrial del gobierno procedió mediante la subvención,

estimulo, corporatización y nacionalización temporal, sobre aquellas industrias y actividades

económicas consideradas estratégicas para la economía interna. 79 En otros casos el Estado

procedió a nacionalizar industrias como el acero, carbón y hierro o servicios como el ferrocarril,

la marina mercante, el telégrafo, el teléfono y la banca privada.80

En la década de los treintas la reforma fiscal se generaliza tomando como referencia la ley

Hawley-Smoot estadounidense, sinónimo del espíritu proteccionista que América y Europa

tomaran para controlar las importaciones; en este ambiente se vivifica el intervencionismo

monetario.81 La reconstrucción posbélica tenía por desafío levantar de la ruina a los grandes

centros indústriales, el decaimiento de pequeños y medianos capitalistas y hacer frente a la Gran

Depresión; que trajo consigo devaluación monetaria, liquidación de inversiones extranjeras, el

arribo de proteccionismo comercial con altas tarifas de importación y el auge de préstamos

internacionales. En este punto puede decirse que buena parte de los sectores productivos de

79 En algunas naciones se procedió a una asociación corporativa y otra subvencionista entre propietarios y funcionarios. Donde los propios industriales pasaron a trabajar en exclusividad para el Estado mediante contratos especiales y de acuerdo con los objetivos de producción del gobierno: como fue el caso de la administración de alimentos, la producción de aluminio, celulosa, caucho, lubricantes, fertilizantes etc. Algunos de los recursos más sobresalientes que los gobiernos utilizaron para introducir su ejercicio administrativo en la producción, fue la Autoridad del Valle del Tenesse, la Compañía Central de Compras y la Civil Works Administration en Estados Unidos, los programas productivos de los Betriebsführer en Alemania Nazi o la Office du Blé en Francia. 80 El intervencionismo en la producción también se considera una planificación económica tomada por el Estado para revirar el rumbo y crear agencias a su mando que dirijan la economía hacia un plan establecido. Pero el intervencionismo de la temporalidad en cuestión esta fundado en la planificación económica, y es uno que se identifica por contener una serie de estrategias políticas, dedicadas a estimular o nacionalizar principalmente bienes y servicios cuya producción y tecnología favorecieran a las empresas de las grandes industrias. En segundo término quedaba la nacionalización sobre aquellas industrias incapaces de responder a las normas de competencia perfecta y en tercer orden la nacionalización se buscaba como el recurso para el control del monopolio sobre un bien o servicio especifico. En cuanto a los medios y formas a los que recurrió la administración económica sobre las industrias y servicios estratégicos, puede notarse que existe una gran variación entre el tipo de administración y explotación en la que el gobierno pudo incurrir; entre las que se conocen la concentración federal u explotaciones desconcentradas, dirigidas por los poderes regionales o municipales. Así también el tipo de empresa que el gobierno pudo constituir, lleva una cantidad de variantes que pueden manifestarse en distintos tipos de asociaciones. Entre las más conocidas se encuentran las dependencias directas del ejecutivo, sociedades mercantiles, fideicomisos públicos y corporaciones con variable nivel de acciones. Para más información sobre la constitución de paraestatales véase “Capitulo XXII, Las empresas públicas, las sociedades mercantiles de Estado o empresas de participación estatal” en Acosta Romero, Miguel (1993), Teoría general del Derecho Administrativo. 81 El intervencionismo monetario se realizaba, buscando con ello la manifestación de diversos fenómenos económicos, ente los que se cuenta la inflación para la obtención de un incremento en el gasto público, así como fiscalidad, intervención económica y expansión crediticia, (emisión de deuda, aumentos de la circulación monetaria, bonos del tesoro etc.); por otro lado están los procesos deflacionarios con reducción de gasto público, mayores impuestos, aplazamiento del pago de la deuda, y control de precios y salarios para nivelar la cotización de la divisa. Ambas prácticas de la intervención monetaria son las que Mises nota, comienzan a manifestarse con un desarrollo generalizado en las décadas de los 20s y 30s.

CAPÍTULO 2 INTERVENCIONISMO GUBERNAMENTAL Y CAOS ECONÓMICO

60

propiedad privada (capitalistas, propietarios y banqueros) encontraron favorable la intervención

del gobierno en la mayoría de sus formas: ya sea mediante subvenciones, estímulos, fideicomisos

y participación accionaría sobre bancos, así como también la designación administrativa de

precios, salarios y la creación de obras públicas para fomentar el empleo. Bajo estas condiciones,

debe señalarse que los capitalistas no arremetieron contra las decisiones del gobierno, esto debido

a que no era factible enfrentar los costos de la reconstrucción en el paisaje de destrucción. En una

primera aproximación, puede decirse que las decisiones económicas tomadas por el gobierno, si

al menos no fueron elogiadas por la mayor parte de los grupos de la iniciativa privada o los

teóricos de la ciencia económica, tampoco puede afirmarse que haya existido una efectiva

oposición a la aplicación de las reformas económicas emprendidas por el Estado. Todo ello

debido a que en la inercia de la época, una resistencia a la nacionalización podía representar una

postura radical y hostil hacia los intereses nacionales.

Es necesario indicar que en la coyuntura de la depresión, se proyectó la actuante figura

gubernamental, consolidándose en la unión de las reformas sociales y laborales del Progresismo

y el replanteamiento de la acción estatal sobre la vida económica nacional. La reforma social y

laboral, plantearon una reconvención a las formas de la organización económica, que se pensaba

generaban las desigualdades, esta transformación atañía directamente a la estructura misma del

sistema capitalista de mercado. Gradualmente la reforma social, se fue afianzando en el discurso

de la época, donde los recursos usados por los políticos, infundieron una nueva visión sobre el

presente y el futuro para todas aquellas generaciones que vivieron las vicisitudes de la guerra.

Asistencia social, reformas laborales, dirección en la industria, intervencionismo fiscal y

monetario y finalmente las nacionalizaciones, sentaron las bases para que pueda hablarse en

conjunto, del arribo de una forma histórica en que la sociedad y sus integrantes, confirmaron un

orden que parecía superar las desavenencias del capitalismo y planteaba un panorama que rompía

con el pasado conocido.

2.2 EL INTERVENCIONISMO GUBERNAMENTAL

De acuerdo con el argumento previo, ha quedado planteada la forma histórico-económica

de la etapa de entreguerras (1919-1939), donde se desarrollaron distintas prácticas del Estado y

CAPÍTULO 2 INTERVENCIONISMO GUBERNAMENTAL Y CAOS ECONÓMICO

61

con ello el arribo de un nuevo discurso democrático y económico. Para el austriaco, tres

fenómenos específicos eran el fondo principal donde se originaba la realidad de éste tiempo. El

primero era la construcción de la URSS, el segundo la proliferación del movimiento sindicalista

internacional y por último el creciente intervencionismo gubernamental por todo occidente. Todo

ello se hace comprensible en la historia, como el principio de una atmósfera colectiva global, que

el austriaco identifica por ser una corriente que -con distintos medios- interfiere activamente en el

proceso económico de la producción-distribución. En las siguientes líneas se hará una breve

explicación sobre los puntos analizados por Mises acerca de los medios y mecanismos utilizados

por las políticas económicas en las naciones democráticas y en los totalitarismos, así como las

presumibles faltas suscitadas a las categorías catalácticas enunciadas por el austriaco. De se modo

se busca mostrar la opinión resultante, sobre lo que se considera el movimiento intervencionista y

el concepto general que encierra la segunda etapa del cuadro histórico misesiano; el

intervencionismo gubernamental.

a) El Socialismo

La primera de las tres situaciones que mayor atención retiene al analisis cataláctico, es la

que presenta la existencia del socialismo, por considerársele un programa paradigmático, fundado

en una doctrina social con profundas renovaciones y exigencias morales. El comunismo soviético,

desarrollado a partir del proyecto socialista de Karl Marx, es para el austriaco, un proyecto

identificado con quiliasmo social,82 es decir una profecía por cumplirse con la decadencia del

capitalismo. Para entonces Mises considera que el valor de la teoría comunista, estaba en su

carácter profético y utópico, premisas donde pueden visualizarse sus metas y posibilidades reales

en la práctica. De acuerdo a su expresa opinión sobre cualquier bosquejo teleológico, el

comunismo es un programa que parte del socialismo, una teoría que cree en un estadío superior

de la historia donde se reforme la moral viciada por la dialéctica del materialismo histórico. Todo

ello será parte misma del desarrollo progresivo de las fuerzas productivas, hasta que en el futuro,

en un punto concreto entren en una contradicción extralimite los intereses de la burguesía y el

82 Mises L. (1961), El Socialismo, p.282.

CAPÍTULO 2 INTERVENCIONISMO GUBERNAMENTAL Y CAOS ECONÓMICO

62

proletariado. De manera que la resolución final de este enfrentamiento de intereses será el

advenimiento de un nuevo periodo histórico en el que predominen los intereses del trabajador, se

imponga la propiedad colectiva, se suprima el antagonismo de clases y el interés por el lucro. En

cuanto a la realidad del régimen iniciado con el mandato de Vladimir Lenin y el partido

comunista, lo importante para Mises no es dilucidar si el socialismo ruso se pueda alcanzar por

el inexorable curso de la dialéctica materialista o por compulsión, lo que su análisis pretende

averiguar, son los medios y los recursos que utilizará la nueva forma económica, para la

producción y la distribución cataláctica, así como sus respectivos alcances.

El contexto general en la primera mitad del siglo XX, Rusia presentaba una realidad

marcada por el llamado Comunismo de guerra y la transición a la Nueva política económica, 83Mises observó en las formas políticas de Lenin y Stalin, una similitud en dichos programas, esta

consistía en que ambos habían recurrido a una serie de medios considerados riesgosos no sólo

para la sociedad rusa, sino para cualquier pueblo del mundo que decidiera apegarse a su proyecto.

El primer punto considerado por el austriaco es el que se dirige al sistema político coercitivo con

mecanismos dictatoriales, que presumiblemente harían innecesario -en un futuro- la figura del

Estado. Esto se opuso al verdadero ejercicio del poder, que al concentrarse en la dictadura del

partido, oprimió severamente las esperanzas de garantías y derechos que la sociedad podía

esperar de una revolución que depuso a la dinastía Romanov. La administración económica que

el sistema comunista aplicaba -con una primera colectivización de los medios de producción-

había despojado a los terratenientes llamados kulaks y obligado a la población a realizar trabajos

agrícolas y fabriles en propiedades de la autoridad comunista o en empresas pertenecientes a los

dirigentes del partido. La aniquilación de la lucha de clases, dio paso a una solidaridad de partido

y a una congregación del poder, donde los más leales eran recompensados por el mando político

y administrativo (desde un trabajo en el cuerpo burocrático de los soviets provinciales, hasta

cargos directivos y ejecutivos en los órganos rectores del PCUS o en la misma oficina del

secretario general del partido). Los medianos y pequeños propietarios fueron despojados, pero la

situación de los trabajadores era uno de los puntos más reveladores en el régimen. La apremiante

necesidad de medios de producción, la necesidad de transformar las materias primas y la

imperiosidad de concretar una rápida industrialización, provocaría una sobreexplotación en los

83 Snyder, Louis Leo (1973), El mundo en el siglo XX; 1900-1950, p. 87.

CAPÍTULO 2 INTERVENCIONISMO GUBERNAMENTAL Y CAOS ECONÓMICO

63

trabajadores: con cargas de trabajo exorbitantes y una productividad forzosamente lograda a

expensas del nivel de vida (Stajanovismo).84 La colectivización de las granjas, la abolición del

lucro en la producción, así como el enaltecimiento del valor-trabajo como principal categoría de

toda ponderación, hizo que el esfuerzo laboral de los planes de cinco años se midiera

rústicamente con cuotas de trabajo.

Más allá del carácter político que reemplazaba el credo de la democracia liberal por un

modelo burocrático soviético, la más grande observación se dirigió específicamente a la manera

de proceder en el terreno de la acción económica. Partiendo de las condiciones en que la

producción pasaba a ser administrada por empresas con la forma directiva de departamentos de

Estado, era un recurso que para el austriaco no significaba más que la suplantación del sistema de

mercado por la sujeción a ordenanzas burocráticas, en las que los “nuevos jefes de empresa”

realizaban las instrucciones de la planeación en los pormenores del proceso productivo. Estos

grupos de funcionarios llamados por Mises “sobrestantes, contramaestres y capitostes”,85 son en

quienes ahora recaía la responsabilidad de ordenar y dirigir los lineamientos en cuanto a forma,

objeto y cantidad de la producción. De tal manera que si en el sistema de mercado, la

empresarialidad86 es la categoría de la acción encargada de seleccionar y ordenar los elementos y

factores productivos que se enlazan en el proceso industrial, en el sistema socialista la

suplantación del mercado y la categoría empresarial, termina por quitar el libre principio del valor

y estimación, sobre los productos de consumo y en concomitancia el de los bienes que participan

en su producción.

La colectivización de la propiedad privada y la anulación de las fuerzas de mercado

(demanda-oferta) por la concentrada acción de los “capitostes” sobre la producción, hace que se

ignore la información especulativa sobre el valor objetivo de cambio, que presentan factores

como la tierra, el capital y el trabajo en un tiempo determinado. Así la consideración sobre los

costos y rendimientos pierden la adecuada proporción en el proceso productivo, cosa que los

socialistas pasan por alto, pues de lo contrario “suspenderían también la producción tan pronto

como el gasto no valiera ya la pena de hacerse, es decir cuando la continuación del gasto

84 Ibidem. 85 Mises L. (1961), El Socialismo, p. 258. 86 Para el teórico austriaco la anulación de la empresarialidad y su reemplazo con la centralización de la producción, cae en la dificultad de determinar las proporciones de inversión sobre costo-beneficio, por no tener en cuenta la premura de los factores naturales; como los cambios demográficos, el capital, la técnica en la producción, la organización social del trabajo, las necesidades de la población y la misma escasez de bienes naturales cuyos efectos cobran los errores del mal uso e inversión de capital. Vid. Mises L., El Socialismo, p.195.

CAPÍTULO 2 INTERVENCIONISMO GUBERNAMENTAL Y CAOS ECONÓMICO

64

equivaliera a la no satisfacción de una necesidad más apremiante”.87 Pero lo más complejo de

esta situación es la advertencia que el austriaco hace, sobre la pérdida de determinación y

formación de ganancia, beneficios y retribuciones sobre los detentadores de los factores

productivos: propietarios, capitalistas y trabajadores. La suplantación del mercado y su dicotomía

oferta-demanda, una vez inhabilitada la empresarialidad, imposibilita la formación de un sistema

con estimación en precios. Lo que hace suponer una condición estática sobre los factores

productivos y sus respectivas remuneraciones: salarios, rentas e interés. La carencia de valor de

cambio en una cifra específica de dinero, hace imposible una información real sobre el estado

económico en que se encuentran los bienes y la utilidad marginal de la demanda, por lo mismo se

pierden los indicadores necesarios para la elección productiva y la determinación sobre la

distribución y retribución que debiera expandirse sobre las personificaciones económicas.

. La desvirtuada acción del empresario culmina por concretar la debacle del

funcionamiento económico en la sociedad con la ruina del llamado cálculo económico. Y es que

la ignorancia sobre este último, es considerado por Mises como una enorme obliteración para el

progreso económico, porque se soslaya la naturaleza de la producción como un proceso con

temporalidad, en el que la inversión para incrementar su valor y ganancia, nunca puede apartarse

de la revelación que otorga la demanda (sobre todo por lo que ofrece ésta a las valoraciones

temporales de los bienes presentes sobre los futuros). De acuerdo a las categorías catalácticas

únicamente el cálculo es la forma en que el plan de negocios puede mostrar una diferencia entre

los costos y gastos de la producción -asumidos en los precios de los factores productivos- y las

ganancias obtenidas con los precios de los productos finales.

Hasta este punto puede decirse que el juicio misesiano después de explicar la

transformación de la empresarialidad, los precios y el cálculo económico dentro del régimen

comunista, dejó en claro -desde 1922 con el primer estudio sobre el socialismo- las serias

desventajas en cuanto a los medios utilizados por este programa político-económico, que en

definitiva no lo consideraba corrector del sistema capitalista; más que un nuevo sistema de

producción, lo cree una ferviente ideología político-militar sobre la cual occidente debe estar

alerta.

87 Ibidem. p. 139.

CAPÍTULO 2 INTERVENCIONISMO GUBERNAMENTAL Y CAOS ECONÓMICO

65

b) Sindicalismo

Otra de las situaciones que irrumpieron vertiginosamente en el contexto de entreguerras,

fue la actividad organizada del sindicalismo. La formación de éste movimiento guarda un largo

antecedente histórico, en particular por su aparición como una ideología y un movimiento

internacional. Sin embargo la referencia más común de la era contemporánea se ubica

nuevamente en la Prusia imperial hacia 1863, año en que Ferdinad Lasalle fundara la primer

Asociación General de Trabajadores Alemanes.88 Este fue un movimiento asociacionista entre

trabajadores y lideres con ideología marxista, que emprendieron organizadamente un movimiento

por la libertad de asociación en defensa de exigencias laborales, patrimoniales y condiciones para

la realización del trabajo. Lucha que se extendió por toda Europa, enfrentando estratagemas

industriales contra-sindicales, persecuciones y leyes de excepción provenientes del gobierno. Ya

en la década de los 30s las asociaciones sindicales en la mayor parte de occidente, contaban con

un reconocimiento legal y oficial por el sector público y privado, así como una estructura

representativa, manifiesto ideológico, ley orgánica, burocracia y reconocidos líderes. Para

entonces ya era del conocimiento general, tanto en la política como en la economía, que las

asociaciones sindicales eran agrupaciones representativas de los diferentes sectores productivos,

en defensa de prerrogativas económicas y profesionales, pero existía una clara diferenciación de

acuerdo a sus vertientes ideológicas. Por un lado se encontraban aquellas de filiación marxista

que buscaban la defensa del los intereses del trabajador y la construcción de una forma laboral de

acción directa, a favor de la lucha de clases que preparara el ascenso del Socialismo. Por otro,

estaban aquellas influenciadas por la visión de la socialdemocracia y el Trade-unionismo anglo-

americano, con una directriz a favor de acciones políticas en búsqueda de logros laborales y

salariales, sin la pretensión de subvertir la propiedad privada. Si bien es claro que el sindicalismo

ocupaba un respetado sitio en la vida industrial, en la perspectiva austriaca, la importancia radical

se encuentra en la interpretación económica de sus actos, para la cual se procede a analizar su

operación y las diferencias o similitudes con las categorías catalácticas. La primera observación

misesista al Sindicalismo comienza por revisar la misma tesis del movimiento; esta es la firme

propuesta que tienen los trabajadores por participar directamente en el proceso de la producción-

distribución en una forma justa y proporcional, que reivindique la imagen del trabajador. Esto

88 Palmade Guy [comp.] (1983), La época de la burguesía, pp. 281-282.

CAPÍTULO 2 INTERVENCIONISMO GUBERNAMENTAL Y CAOS ECONÓMICO

66

significa que la figura del trabajador tome parte directamente activa en la estructuración y

decisión de las formas y medios en la producción, eso implica que se vea inmiscuido en la

responsabilidad de tomar decisiones y planeaciones productivas como por ejemplo en los

horarios de jornada, la determinación de salarios base, prestaciones y vacaciones, o la selección

de cualidades y cantidades de trabajadores necesarios para la producción, todo en base a los

intereses colectivos de la profesión y gremio que forma el sindicato. En resumen, observó como

el sindicalismo pretendía le fueran compartidas responsabilidades que empresarios y capitalistas

toman en el seno de la información de mercado con respecto a la elección y ejecución de la

configuración productiva. Esta posición supone el conocimiento de los datos de mercado, el

cálculo de costos y distribución de los ingresos, por una resolución tomada de forma interna

como parte de una corporación que vela por los intereses de un sólo factor productivo: el trabajo.

Cualquier empleado subalterno piensa que para gobernar con eficacia los negocios mercantiles basta con atender cumplidamente aquellas tareas secundarias confiadas a los directores gerentes que por decisión de las personas asumen la auténtica función empresarial. La ignorancia de los sindicalistas les impide percatarse cuán necesario es reajustar en todo momento, el dispositivo de producción. […] No admiten la posibilidad de que surjan industrias hoy desconocidas, ni que se descubran nuevos productos, ni tampoco que se mejoren los métodos para la fabricación de los antiguos. El sindicalista ignora, el cúmulo de trascendentales problemas que ha de afrontar y resolver el empresario, es decir, la manera de aportar los capitales adicionales indispensables para la instalación de las nuevas industrias o sencillamente para ampliar las plantas ya en funcionamiento; cómo disminuir el ritmo de aquellas actividades dedicadas a producir bienes que el mercado ya no apetece; y en fin cómo acelerar la mejora y progreso de los métodos técnicos.89

Para Mises la gran omisión que el sindicalismo como programa político-económico

cometía, radicaba en ignorar las capacidades empresariales, la programación productiva, el

desconocimiento del cálculo de costos, así como la planeación para la financiación de gastos o la

evaluación de un panorama de beneficios y pérdidas. En dicha observación la dificultad del

proceder sindicalista se basa en la ignorancia de las categorías catalácticas de los negocios y por

lo tanto en la irresponsabilidad cometida por la llamada democratización productiva. Bajo este

esquema difícilmente puede visualizarse que los capitanes sindicales -pertenecientes a un sector

privilegiado entre los trabajadores- consigan encauzar en un interés general, lo que mejor

conviene “económicamente” a los trabajadores por el simple pago de cuotas sindicales.

89 Mises L. (1960), La Acción Humana, t. II, pp. 550-551.

CAPÍTULO 2 INTERVENCIONISMO GUBERNAMENTAL Y CAOS ECONÓMICO

67

Al igual que las anteriores observaciones sobre el proceder intervencionista, al

sindicalismo se le reprochan los efectos ejercidos en la acción del capital y sus procesos

productivos, al provocar una dislocación proporcional sobre la asignación de recursos

económicos. Para el análisis austriaco, el progresivo movimiento internacional del sindicalismo,

sólo conseguiría imponer una situación donde se verifique un estancamiento productivo y el

consumo de un capital existente e irrecuperable por muy altas que sean sus cuotas de admisión y

sus salarios determinados; además de desencadenar un nepotismo desbordante, en detrimento de

la movilidad de la fuerza de trabajo oferente. Mises consideró que al coartarse las acciones

empresariales sobre las ventas y los costos futuros, se reflejará una reducción de ganancias,

escasez de oferta, altos precios y mala calidad de los productos. Con la irrupción del sindicalismo,

la libertad de inversión, la movilidad en los precios y la oferta laboral, entrarán en una forma

económica dónde cada rama industrial se constituya como una unidad monolítica, que contribuya

a la aparición monopolista. Vuelve un asunto encartado,90 el incremento salarial, la delimitación

de la jornada laboral, las técnicas y mejoras en la elaboración productiva y la selección para la

contratación de servicios laborales. Además de proyectar la dislocación de la producción hasta las

formas de la demanda, la evolución productiva y gran parte de la configuración de precios de

mercado (éste último, principal indicador que orienta el movimiento de los participantes en el

intercambio comercial y se ve afectado por las limitantes de un sindicato en particular).

Una rama industrial opera en servicio de toda la comunidad. Cuando determinados sectores actúan en la vida mercantil sin la indispensable eficacia o invierten más los siempre escasos factores de producción o dejan de aplicarse adelantos y mejoras técnicas, todos resultan perjudicados. Es obvio por tanto que no cabe dejar en manos del gremio la cantidad y calidad de las mercancías a fabricar, ni fijar los salarios y jornada laboral […] El gremio en soberano monopolista nadie tiene que temer en cambio de la competencia. Queda investido de inalienable derecho para regir el sector industrial que le fue asignado con la más absoluta libertad. Al serle permitido actuar con toda independencia y plena autonomía, queda automáticamente transformado de servidor, en dueño y señor de los consumidores.91

c) Intervencionismo Fiscal

La práctica del proteccionismo económico y el aumento en el gasto presupuestario,

significaron en el contexto de entreguerras, otro importante recurso económico para la 90 Sujeción a un proceso alterno a la correlación de fuerzas de mercado: demanda-oferta. 91 Ibidem, p. 557.

CAPÍTULO 2 INTERVENCIONISMO GUBERNAMENTAL Y CAOS ECONÓMICO

68

consideración austriaca: se trata del intervencionismo fiscal. La protección al mercado interno y

la necesidad de un mayor presupuesto originaron por un lado, una mayor alza de aranceles sobre

las importaciones, para controlar la balanza de pagos; y por otro una progresiva recaudación

directa e indirecta sobre las actividades productivas y los bienes económicos. La exacción fiscal -

si bien se considera un elemento constitutivo en la estructura del Estado- es para Mises un factor

tolerable, si guarda las debidas consideraciones necesarias para la financiación pública y los

limites permisibles para la producción. La objeción principal gira en torno a los fines particulares

en que son utilizados esos recursos por el gobierno, en particular cuando se considera a la

recaudación el mejor medio para nivelar la riqueza de los ciudadanos.92 Éste axioma lo considera

fuera de lugar en la lógica económica, según la naturaleza de las formas productivas. Para el

análisis cataláctico, la voluntad fiscalizadora ignora el proceso de la realidad económica al

considerar que los bienes primero son producidos y luego distribuidos, sin reconocer que todos

los factores desde un principio pertenecen a alguien y se agregan al proceso productivo en

distintos factores con su debida remuneración.

El liberalismo económico misesista muestra ciertas objeciones a las exacciones del

Estado que buscan un impuesto indirecto en algunos sectores para disminuir el consumo y tasas

confiscatorias sobre los patrimonios y las rentas, pero la observación más directa se centra

sobre la progresiva expropiación de rentas y beneficios. Este proceder es considerado totalmente

ajeno a la naturaleza del capital, el cual para su continuo funcionamiento, no sólo requiere de

ascendente productividad y grandes ganancias, sino también de un continuo ahorro e inversión.

Si la exacción gubernamental contribuye a impedir semejante acumulación -mediante el pago de

una mayor cantidad de aportaciones al gasto público- se tiene por resultado la imposibilidad de

crecimiento para el capital, que de no sustraerse, podría seguir su curso en el incremento de la

productividad del trabajo y el crecimiento de los salarios. Mises defiende a ultranza la forma del

ahorro y la inversión, como el fin último para toda acumulación de capital, en la cual todo

capitalista incurre para crecer y mantener su negocio. Según esta visión los ahorros por más que

se posterguen del mercado, siempre acabarán siendo aplicados a nuevas inversiones o consumo.93

Otro problema que suscita la expansión fiscal, se vincula con los usos que le da el

gobierno; aquí la principal observación, presente en todas las obras misesianas, se enfoca

92 Ibidem, p. 450. 93 Mises L. (1960), La acción humana, t. II, Capitulo XVIII, p. 123.

CAPÍTULO 2 INTERVENCIONISMO GUBERNAMENTAL Y CAOS ECONÓMICO

69

directamente con el presupuesto y los proyectos subsidiarios. De manera sintética puede decirse

que la recaudación de impuestos y la inversión sobre proyectos gubernamentales guardan un

punto de incongruencia, por los efectos que acarrea el desconocimiento de las leyes del mercado.

El ejemplo misesiano más recurrente es el de la construcción de un ferrocarril; el cual desde una

visión lógica representa un progreso para la comunicación y transporte de personas desde lugares

remotos. Sin embargo el reproche que en esta ocasión se arremete a la inversión subsidiaria del

gobierno, es que a base de impuestos recaudados se pretenda construir, mantener y explotar una

línea ferroviaria, con capital transferido de actividades productivas -en zonas que seguramente

ofrecían mejores condiciones naturales- a lugares menos aprovechados. Tal acción del gobierno

representa para Mises, pretender aplicar capital en centros que por su misma condición no

augurarían rentabilidad y al final su mantenimiento únicamente podría sustentarse a base de

subvenciones.

No importa si se subsidia o subvenciona los productores menos eficientes para que puedan producir o incrementar su producción, o si se subvenciona a los productores más eficientes para que no produzcan o para que disminuyan su producción. Que se paguen subsidios por producir o no producir, o que el gobierno compre los productos para retirarlos del mercado es irrelevante. En cualquier caso, los ciudadanos pagan dos veces, una como contribuyentes que pagan indirectamente el subsidio y después otra vez como consumidores, con precios más altos por los bienes que compran y reducen su consumo.94

A parte que la progresiva imposición fiscal conlleva una alza de precios, Mises considera

que la estrategia arancelaria no favorece económicamente al mejor abastecimiento de

determinado producto en la producción nacional, paradójicamente, protege a unos cuantos

propietarios a expensas de los consumidores locales. Las repercusiones tácitas sobre el

funcionamiento de la producción, se centra en indicadores claves que imposibilitan la

acumulación de nuevos capitales, frenan la aparición de progreso técnico, diminuyen la cuota de

capital invertido por trabajador y estanca el incremento de productividad. Los resultados

explícitos son el impedimento para la elevación de salarios, favoreciendo al inmovilismo y el

94 Mises L. (2001), Crítica del Intervencionismo, p. 327.

CAPÍTULO 2 INTERVENCIONISMO GUBERNAMENTAL Y CAOS ECONÓMICO

70

resguardo de hábitos comerciales 95 que reprimen la lucha comercial entre productores

establecidos y los incipientes.96

d) Intervencionismo monetario

Un recurso muy significativo durante el periodo de entreguerras, fue el presentado dentro

de la configuración de los sistemas monetarios, en el que gran parte de los gobiernos se

inmiscuyeron para solventar los proyectos contra los saldos de la guerra y la crisis. Por otra parte

el estudio del sistema monetario por la economía, es una cuestión que conlleva una gran

relevancia sobre todo porque en la segunda mitad del siglo, se volverá uno de los principales

temas de estudio en las investigaciones económicas. La intervención monetaria y crediticia, se

refiere en primera instancia a la meta propuesta de los gobiernos por equilibrar o levantar el

poder adquisitivo de las divisas nacionales. Dado por entendido que las variaciones de tal poder

se verifican materialmente en los individuos manifestando su variabilidad en riqueza personal, el

aumento monetario es en el esquema de la política economía, la clave para inducir a un aumento

en la acumulación de capital, el consumo y la reactivación económica. Teniendo presente que la

perspectiva de la economía neoclásica había explicado como el mecanismo del mercado tiende a

fijar el poder adquisitivo del dinero al nivel en el cual se ajustan los niveles de la oferta y

demanda del mismo, la injerencia pública sobre el sistema monetario desde un principio guarda

una postura alterativa para la perspectiva económica liberal. Sin embargo en el desarrollo de una

época donde la inestabilidad monetaria se hacia manifiesta en la paridad con otras monedas, el

poder adquisitivo se reducía progresivamente y el desempleo se encontraba en niveles alarmantes,

los gobiernos de entreguerras encontraron como mejor medida de relanzamiento (Pump

Priming),97 el recurso inflacionista sobre la economía. Aplicado con el objeto de elevar precios y

salarios, para encontrar la manera más rápida de formar los fondos de financiación estatal, hizo

de esta medida una acción políticamente correcta. Los líderes políticos de la época habían

prometido a agricultores, trabajadores e industriales reducir el interés, aumentar salarios y con

95 La perpetuación de hábitos es la relación que el austriaco toma sobre la comodidad y abulia en la que caen los empresarios, al encontrar que la fiscalidad se inclina sobre las rentas de un determinado tipo de bienes, vicios que según Mises desembocan en la construcción de monopolios o estratagemas de evasión fiscal: “… ¿porque iba un empresario a incurrir en riesgos económicos, si en caso de que tengan éxito, el gobierno los penaliza con la reducción de sus ingresos?” Ibidem, p. 329. 96 Mises L. (1960), La Acción Humana, t. II, p. 542. 97 Mises L., La acción Humana, t. II, Cap. XVII, p. 36.

CAPÍTULO 2 INTERVENCIONISMO GUBERNAMENTAL Y CAOS ECONÓMICO

71

ello los precios, sacándolos de la dirección en que se encaminaba el ciclo económico. El aumento

monetario se presentaba como un recurso práctico y eficaz para los problemas coyunturales. La

inflación artificial era el recurso para impedir el estancamiento depresivo.

A parte de la variación en el valor de cambio que manifiesta el dinero en las

transacciones comerciales -también conocida como variación del poder adquisitivo de origen

material (goods-induced changes)- existe aquella derivada de la oferta-demanda de bienes y

servicios98 y de la oferta-demanda monetaria es decir la variación del poder adquisitivo de origen

monetario (cash-induced changes); en este caso la intervención monetaria tiene como finalidad,

poner en marcha un exceso de dinero en comparación con las necesidades comerciales reales. Es

así como la oferta extraordinaria creada por el gobierno, se realiza mediante la creación de dinero

crédito (credit money), como de la aparición supletoria del llamado dinero de curso forzoso (fiat

money).99 En el primer caso se reconoce que los bancos centrales inician por desarrollar una

extraordinaria emisión de dinero, así como de bonos del tesoro, contenidos en una general

marcha de medios fiduciarios, que a la par se conjunta con una faceta en la que los bancos

privados (bancos de depósito y giro) reaccionan consecuentemente creando una expansión

crediticia.100 La expansión crediticia es en la perspectiva misesiana, una construcción masiva de

recursos de crédito ofertados al público, que agrupados en bienes fungibles pueden compensarse

y liquidarse mediante contra-derechos. Hasta este punto debe decirse que la atención se centra en

el modo que representa la masiva expansión crediticia; una que ensancha los límites verdaderos

de transferencia en dinero líquido. Pese a esto -según lo advertía el austriaco- lo más complicado

de la inflación, radicaba en la acción confabulada entre los bancos comerciales con el poder del

Estado para usar medios con valores fiduciarios.101

Los gobernantes intervinieron los bancos no para restringir la creación de medios fiduciarios, sino por que buscaban la inflación y la expansión crediticia. Querían suprimir aquellas limitaciones que el mercado libre impone a la expansión crediticia o buscaban incrementar los ingresos del fisco.

98 Ibidem t. II, p. 36. 99 Mises L.(1960), La acción Humana, t. II, Capítulo XVII, p. 49. 100 “Los medios fiduciarios han brotado de dos fuentes distintas: por una parte de las actividades de los Bancos de depósito y giro; y por otra de la prerrogativa de acuñación del Estado. La primera es la fuente de los billetes y las cuentas corrientes. La última es la fuente de los Bonos del Tesoro convertibles, de la moneda divisionaria y de esa moneda corriente de la que está limitada la acuñación, pero que no puede ser considerada ni como moneda de crédito, ni como de curso forzoso porque es realmente convertible en moneda, a la vista por todo su valor”. Mises L.(1961), Teoría del Dinero y el Crédito, p. 303. 101 Ya en este punto la situación inflacionaria presente en el periodo de entreguerras, es una circunstancia que el teórico austriaco atribuye enteramente -al menos por el sustento teórico- al británico Lord Keynes quien en sus trabajos, se declinara a favor de la acción estatal, comprendiendo que el curso de la economía debería generar más medios de intercambio, ante la insuficiencia de una inversión privada en recesión. (síntesis que fue encausada por los gobernantes y llevada a sus programas políticos para impulsar la expansión crediticia y el uso de medios fiduciarios).

CAPÍTULO 2 INTERVENCIONISMO GUBERNAMENTAL Y CAOS ECONÓMICO

72

Cuando un deudor no tiene las suficientes reservas para respaldar los sustitutos monetarios emitidos por el:

La moneda Fracciona-

ria es menor

El valor de los substitu-tos moneta- rios es

mayor

El exceso que sobrepasa las dos entidades ya se considera medio

fiduciario

Entendían que la función genuina de la banca consistía en prestar dinero al tesoro. Tales sustitutos monetarios no eran más que meros precedentes del papel moneda que luego emitiría el gobierno. El billete de banco convertible sólo servía para preparar el camino al papel moneda inconvertible.102

Después de conocer los motivos del intervencionismo monetario, donde se defiende que

la expansión creciente de dinero traerá el aumento de precios, salarios, baja de interés, aumento

del consumo y con ello la reactivación de la actividad económica, el teórico austriaco no tardó en

considerar una de las principales limitantes a las cuales puede llegar esta práctica económica

gubernamental. Todo apunta a una muy importante advertencia basada en los principios básicos

del comportamiento monetario, (que Mises anticipadamente alude desde 1912 y que será el punto

de debate en Milton Friedman en la década de los 60s) donde nos dice que cuando los niveles de

la expansión encuentran una incoherencia con el verdadero stock de dinero fraccionario, se cae en

una contrariedad; porque sucederá que el gran volumen de transacciones y pagos con sustitutos

no cuenten en sus bases con una solvencia real.

Tras los problemas de fondo que presentaba la expansión monetaria, estaba el inminente

aumento de precios, una situación que hacia necesario el mayor uso de dinero para que la

demanda pudiera solventar precios más caros, lo que ocasionaba una problemática mayor: que se

gastara más dinero y se diera una pérdida de valor adquisitivo. Ante estas condiciones por un lado

se provoca que los consumidores se enfrenten a un alza de precios descontrolada, fuera de los 102 Mises L.(1960), La Acción Humana, t. II, pp. 65-66.

CAPÍTULO 2 INTERVENCIONISMO GUBERNAMENTAL Y CAOS ECONÓMICO

73

límites de la verdadera negociación de mercado, trastocándose con ello los parámetros del

público consumidor hasta el grado de caer en el sobreconsumo. Mientras que los productores

resienten el aumento en los precios de los bienes de uso y de los factores de producción. La

elevación en los salarios y los factores productivos finalmente elevan los costos de producción y

los precios del bien de consumo, ascenso que según Mises provoca una ruptura de la relación

verdadera con la demanda efectiva.103 Un riesgo más ocurre cuando las empresas al caer presas

del boom de los precios, no consideran la continuidad económica y dicha actividad productiva

deje de ser rentable.104 Ya que la cantidad extraordinaria de dinero se centraliza en manos de

pocos agentes económicos -sobre todo aquellos que producen para la demanda coyuntural-

recibiendo el pago de altos precios por aquellas mercancías con alta demanda.

Mises explica que la expansión de créditos rompe con el orden del ajuste sobre los tipos

de interés en préstamos que en libre acción, dimana de la valoración sobre los bienes presentes y

futuros. La expansión de créditos reduce el interés y este dinero prestado por los bancos genera

una demanda adicional, que crea una alza en los salarios y precios de los factores productivos,

simulando un “aparente auge” sostenido por continuas expansiones de crédito. Esto se posibilita

porque la banca amplía préstamos a grupos, expandiendo el límite de sus deudas y abonando sus

compras en el mercado; mientras la abundancia de dinero liquido es usado por la administración

pública en sus proyectos anti-cíclicos con obras públicas y empresas estatificadas. Así pues la

advertencia general sobre este tema, gira entorno a la forma en que la variación monetaria de

origen exógeno al mercado, desencadena una transformación en la escala de valores que los

individuos tienen sobre los medios satisfactores, forzando a una atemporal transformación en el

valor de las mercancías, que no surge de las estimaciones de la demanda, ni de una

transformación tecnológica en los bienes y servicios. El austriaco considera que las medidas

inflacionarias -una vez más- han pasado por alto la lógica cataláctica, la cual dice que el dinero

existe con una función definida dentro del intercambio humano y que los procesos inflacionarios

y deflacionarios creados artificialmente interfieren en su naturaleza y en general sobre las

relaciones económicas de venta, compra y producción. Todo esto infringe el principio nuclear de

los limites marginales, que se explica por el hecho de que al encarecerse o abaratarse la vida y al 103 La acción empresarial resiente la múltiple escalada de precios trastornando los cálculos sobre los costos que significan sufragar los precios de los requeridos factores de producción y los precios de venta en sus productos, así como de sus intereses correspondientes. De tal manera que se da una gran diferencia entre el costo de producción y el precio de venta percibido. A fin de cuentas el empresario desorienta su visión sobre los puntos de inversión, tomando decisiones ficticias que afectan las posibilidades de negocio que verdaderamente son apremiantes para el público consumidor. 104 Mises L. (1960), La acción Humana, t. II, Capítulo XX, p. 208.

CAPÍTULO 2 INTERVENCIONISMO GUBERNAMENTAL Y CAOS ECONÓMICO

74

expandirse o contraerse una serie de herramientas crediticias y fiduciarias, se hace disminuir la

utilidad marginal real de la unidad monetaria y el mismo valor objetivo del dinero.105

2.3 LA INTERPRETACIÓN DE LA ERA INTERVENCIONISTA EN LA FILOSOFÍA DE LA

HISTORIA MISESISTA

A grandes rasgos, con la explicación hecha sobre las consecuencias económicas prácticas

del intervencionismo, se identifica la reforma social y sus principales medios que median en la

economía; entre las cuales se reconoce la legislación laboral, el aumento del gasto presupuestario,

la expansión monetaria y la actividad económica agregada del Estado. 106 Todas las formas

descritas que el austriaco identifica como intervención, plantean una compleja formación sobre la

realidad económica, con específicos procesos de acción sobre las actividades productivas y

comerciales que se llevan a cabo. Pero un caso especial, son las consideradas sobre las

particulares transformaciones o alienaciones de las más elementales categorías de la acción

económica. En la mayor parte de los escritos misesistas, tres categorías en específico, parecen

reunir la problemática del nuevo estadío económico que se esta gestando, en cuya naturaleza se

encuentra la premonición hacia lo que -en la temporalidad misesiana- se considera la tendencia

intervencionista. La primer trasgresión que dicha realidad ocasiona a la lógica económica, es el

que se refiere al elemento cataláctico identificado como 1) el sistema de precios.

Dando por entendido que la acción humana es originada por la inagotable aparición de

inquietudes y necesidades humanas, por las cuales los individuos se ven impulsados a pensar

racionalmente sobre fines y medios de acción, el valor en la configuración de la acción

105 Mises L. (1961), Teoría del Dinero y el Crédito, p. 347. 106 Con la titularidad común, la corporativización y la nacionalización, la mediación del Estado en la producción fue creciendo paulatinamente. La reconversión industrial del Estado inicialmente se presenta en la forma de contratos especiales sobre objetivos productivos y la creación de empresas y factorías temporales, posteriormente se pasó a un periodo de estímulos productivos con otorgamiento de subsidios, créditos y exenciones fiscales, hasta llegar definitivamente a la corporativización de empresas y nacionalizaciones estratégicas. En todas estas formas, la propiedad privada se vió allanada por el otorgamiento de condiciones favorables al grupo recipiendario de la convocatoria gubernamental, esto hizo inminente que la propiedad quedara compartida en distintos porcentajes, entre la iniciativa privada y pública. La nueva actividad económica agregada del estado se reconoce así, porque en la temporalidad referida, provisionalmente -al menos en los países de tradición liberal y democrática- la acción gubernamental se involucró en asuntos económicos de inminente relevancia para los destinos nacionales. El gobierno dispuso económicamente de materias primas, reguló la producción de granjas, tierras de cultivo y fábricas productoras de alimentos, avituallamientos médicos y factores productivos indispensables para la industria pesada; controló además las importaciones, exportaciones y en algunos países fijó ganancias, precios y salarios. Más adelante la nacionalización se enfocó sobre servicios de transporte y comunicación como aviación, ferrocarril, marina mercante, teléfonos y telégrafos; y energéticos como el petróleo, la electricidad además de la minería. En la tabla de la cronología intervencionista, puede observarse la forma generalizada de los programas económicos emplazados por los gobiernos de los estados europeos y la política estadounidense, en lo que la perspectiva austriaca considera las pruebas fehacientes de la tendencia intervencionista en la realidad histórica. Cfr. Schapiro J S. (1961), Un mundo en crisis, p. 42.

CAPÍTULO 2 INTERVENCIONISMO GUBERNAMENTAL Y CAOS ECONÓMICO

75

cataláctica se identifica con la trascendencia que las personas al actuar, dan a sus fines últimos y

en concomitancia al valor estimado sobre los medios materiales que se espera, les puedan ayudar

a alcanzarlos. Esta base subjetiva del valor, reflejada en la praxeología y la marginalidad, se

desarrolla dentro de la lógica del mundo real, bajo las exigencias de un intercambio con grandes

cantidades de valoraciones subjetivas existentes. En esta situación el valor de cambio es el único

recurso con el cual pueden tasarse los bienes reales para su intercambio y se expresa mediante el

concepto de precio; una cifra pecuniaria en que se estima una cosa expresada en cantidades

numéricas. De esta forma el precio se presenta al consumidor como una herramienta que le ayuda

a apreciar la lógica de su decisión al comprar, con la cual puede estimar sus egresos del resultado

obtenido. En el caso de la producción, esta magnitud a su vez permite considerar con el precio del

producto final, el margen de costos del proceso productivo, la cantidad de productos finales y el

precio de venta, es decir una estimación dineraria de los procesos input | output; desarrollo que en

conjunto considera los limites de eficacia productiva, con los costos y la cantidad de bienes que

pueden colocarse en el mercado a precio rentable. En el sistema de mercado el consumidor se

encuentra con distintitos precios solicitados por los vendedores, del cual elige el que mejor pueda

ser cubierto, en razón de la mercancía mejor valorada. De ese modo los productores estiman los

costos de producción, el interés de sus proveedores y los gastos totales de producción,107 que

pueden ser solventados en función al tipo de demanda y el potencial precio de venta.

Los precios ordenan la producción por aquellos cauces que mejor permiten atender los deseos de los consumidores, según se manifiestan éstos en el mercado. Los precios determinan que factores han de ser explotados y cuáles deben permanecer inutilizados. Los factores específicos de producción se aprovechan sólo si no cabe dar otro destino más valioso a los complementarios de índole no específica.108

Con estos antecedentes económicos liberales, la crítica austriaca al sistema comunista e

intervencionista, comienza por observar la postura de un sistema que al restringir la propiedad

privada, trastoca el sistema competitivo de precios. Una operación que inicia por los productos de

consumo, pero que se propaga hasta los bienes de orden superior -elementos constitutivos de la

107 En la acción económica se tiene que todos las personificaciones participantes de actos productivos y de consumo llevan a cabo en la búsqueda de su fin, el uso de capital y bienes distintos; hasta el consumidor mismo, que acude al mercado a comprar, lleva consigo la cantidad de dinero que esta dispuesto a ofrecer. Siendo así que todo tipo de acción requiere de una valoración entre una situación anterior y una posterior, para el común del acto comercial. Las consideraciones se mueven en el terreno de los gastos incurridos en la compra total de bienes de primer orden, bienes de producción, fuerza de trabajo, rentas de inmuebles, impuestos, servicios adicionales y el tiempo que tarda la producción; los cuales significan la inversión gastada en el proceso de producción. Esta suma de gastos se considera en el término misesiano, la suma de costos que el empresario capitalista, deberá tomar en cuenta en su plan de negocio y cotejarla con el número efectivo de productos que podrá vender. 108 Mises L. (1960), La acción humana; tratado de economía, t. I, Capítulo XVI, p 596.

CAPÍTULO 2 INTERVENCIONISMO GUBERNAMENTAL Y CAOS ECONÓMICO

76

Intromisión del colectivismo comunista y el intervencionismo gubernamental liberal.

CONSUMIDORES

Valor en precio de bienes de

consumo

PRODUCTORES Trabajadores Capitalistas Empresarios

Propietarios

Valor en precio de bienes de orden superior

Intromisión del colectivismo comunista y el intervencionismo gubernamental liberal.

producción-distribución-. Así pues el sistema de precios en el Comunismo y el Intervencionismo

se ven cohesionados en un tipo de estimación fundada en el valor del trabajo -con un pretendido

cambio comercial directo- o en un precio determinado verticalmente por las autoridades. La

dificultad considerada sobre este punto, es la directa afectación al cambio dinerario indirecto,

donde al imponerse la inmovilidad en la configuración de precios, se pone bajo un mismo rasero

la valoración de muchos ordenes entre bienes y servicios, retornando al valor de uso como razón

práctica. Para el esquema austriaco tanto en el intervencionismo, donde persiste la forma de

propiedad privada, como en el comunismo, donde se proscribe, se imposibilita la lógica

identificación de los bienes de consumo que necesitan producirse. En los dos casos se tiene que

la nueva figura del director productivo gubernamental, es la que pasa a ponderar entre las

variantes existentes sobre los factores productivos: como por ejemplo la selección de

herramientas y maquinarias, el emplazamiento de la industria, el tamaño de la fábrica, así como

la forma y cantidad que deberán tener los productos terminados.

Una segunda categoría afectada en el transcurso de la era intervencionista, es la que se

identifica en la categoría de 2)la capacidad empresarial.109 En el bosquejo cataláctico misesista

la empresarialidad había sido explicada como la principal categoría de la acción- que dirige el

comportamiento de productores y consumidores en la configuración de cualquier voluntad. En el

periodo en cuestión ya puede distinguirse que la capacidad empresarial se transforma, por las

109 Al enunciarse este término, debe reconocerse que aquí se encuentran los antecedentes en el estudio científico, sobre el concepto empresarial dentro de la ciencia económica (que se volverá punto central a finales del siglo XX para la Administración y la Mercadologia, que han desarrollado los márgenes del conocimiento acerca del comportamiento empresarial).

CAPÍTULO 2 INTERVENCIONISMO GUBERNAMENTAL Y CAOS ECONÓMICO

77

disposiciones del gobierno, que proporcionan sobre dicha capacidad y el mayor número de

formas existentes entre la acción especulativa y selectiva de productores y consumidores,

provocándose una desligación de las verdaderas ponderaciones legítimas sobre sus intereses y

retribuciones económicas. En este fondo es como el teórico austriaco advierte que las fuerzas

gubernamentales al interponerse en el intercambio y las estructuras económicas de mercado,

invaden los actos de valorar, calcular, planear y ejecutar la producción, con todas las variantes y

complejos procedimientos que se realizan en cada una de ellas (como la estimación sobre el valor,

los costos de los factores productivos, el previsto margen de ganancias y el verdadero volumen de

gastos, entre muchos otros). De ese modo las formas en que la empresarialidad opera para

congregar los factores productivos, se desvían plenamente, por la continua aparición de

numerosos dictámenes de la intervención, a tal grado que como resultado se prevé una

advertencia tajante del futuro: la crecida de una preeminencia de grupos que tiendan a erigirse

“impertérritos” por doquier, con poder supremo por encima de las relaciones comerciales de

mercado, formado por numerosos cuerpos burocráticos de directores y administradores que se

adjudican juicios y decisiones otrora privados.110

El tercer desafío a las categorías catalácticas, es el que se identifica en 3) la producción

con fines de lucro. Por la forma en que la figura del Estado procede a adjudicarse facultades

sobre la organización y distribución productiva Mises encuentra una desviación de las

percepciones empresariales de todas las personificaciones económicas, es decir una afectación

sobre los juicios de los consumidores, capitalistas y trabajadores en general, que ven trastocados

sus intereses en la configuración de rentas, intereses y salarios (comparada con la configuración

real, dada en la competencia de libre-mercado). Y es que la intromisión en los precios y en la

actividad productiva, plantea una forma alterna, en la que el gobierno traza la elección y

disposición de medios materiales en una condición alterna a la compulsión privada de los agentes

de mercado.

Al interferir en la configuración de libre trato entre consumidores y productores, el

gobernante asimila la responsabilidad de aplicar recursos, congregar capitales y nuevas

tecnologías que bien pueden malgastarse o pasar inadvertidas, habida cuenta de la inexistente

ponderación de los costos y precios. Para Mises en estas condiciones indefectiblemente no puede

existir el aumento de la productividad del trabajo, ni del capital, ni de los bienes materiales, es 110 Véase la opinión misesiana del aparato burocrático que representa la construcción de un buró tecnócrata, comparado con las categorías del espíritu empresarial, en Mises L.(1960), La Acción Humana, t. I, p. 475.

CAPÍTULO 2 INTERVENCIONISMO GUBERNAMENTAL Y CAOS ECONÓMICO

78

decir no existen las condiciones para una formación gradual de capital, ni mucho menos para la

acumulación; lo que en definitiva no hará más que estrechar el volumen de inversión real y de las

riquezas necesarias para continuar enfrentando los desafíos de la naturaleza y la condición

humana. Las fórmulas aplicadas en el periodo de entreguerras, son para el análisis cataláctico, la

transición a una mayor escasez, a la sobreexplotación y al alargamiento de la creciente necesidad

y penuria de la población, con ello se imposibilitan las condiciones propicias para las conquistas

sociales, culturales y materiales que el camino del liberalismo económico había trazado.

Intromisión del intervencionismo gubernamental en la configuración del intercambio de mercado:

SECTOR ECONÓMICO AGREGADO SECTOR GASTO SECTOR MONETARIO

Mercado laboral Mercado de capitales Mercado de bienes de orden superior

Asigna recursos naturales Determina la dirección productiva

Determina las relaciones de intercambio

El Intervencionismo gubernamental Disloca la relación en precios

[Demanda del consumidor] $ [oferta del vendedor] $ [Procesos productivos] $ [Bienes de capital]

Se imposibilita la acumulación de capital capacidad de ahorro e

Inversión.

CAPÍTULO 2 INTERVENCIONISMO GUBERNAMENTAL Y CAOS ECONÓMICO

79

Ya en este punto puede decirse que el análisis realizado a las implicaciones económicas,

nos revela de lleno el concepto general del segundo estadío, en el que es organizado el cuadro

histórico-económico del austriaco. El Comunismo y los usos Intervencionistas durante el periodo

de entreguerras, son en los confines de occidente, una situación que rápidamente comienza a

convertirse en una tendencia principal. 111 Previamente las formas descritas en la catalaxia,

reconocida por Mises como una etapa de “revolución empresarial”, 112 se situaban en un periodo

donde se habían verificado los resultados de un intercambio competitivo de mercado. Por lo que

las nuevas condiciones políticas e ideológicas de entreguerras se interpretan como una deliberada

confrontación, una disyuntiva en el presente que se vuelve una corriente general. Es el arribo de

una inflexión regresiva en la historia, opuesta a la diacronía de la economía liberal. Con esta

desviación, la etapa del liberalismo fulgurante va quedando aletargada, la política económica y

las ideologías masivas van desviando el orden progresivo de la era cataláctica y de la libertad

empresarial. Al entender del austriaco, la realidad percibida en la coyuntura de aquella época

guarda una uniformidad y semejanza en todas las naciones afectadas por la guerra y la crisis

económica, por lo cual puede entenderse que el intervencionismo pareciera incuestionablemente

el presente de occidente. Una era donde tanto las clases políticas como los ciudadanos se

volcaron sobre las ideas colectivas y las directrices de los grupos de presión. En parte debido -

según Mises- al desconocimiento de los más elementales principios económicos que explican

como procede la producción y distribución capitalista, a la inexperiencia de muchas naciones que

apenas se iniciaban en la vida independiente, así como la premura de la recuperación económica

ante los desastres de la Gran Guerra; todas estas situaciones se compaginaron con los credos

políticos que pregonaban el ideal de la fuerza nacionalista, el principio imperial del espacio vital,

la supremacía racial o la lucha de clases.

Las políticas de relanzamiento económico, los programas progresistas, las promesas

revanchistas y el Socialismo son en este tiempo los puntos de acuerdo sobre los que se ha posado

el interés general. Pero la “premonición económica” que Mises hace sobre el curso histórico en

cuestión, es rotundamente pesimista. Según ésta, las prácticas económicas desarrolladas por los

sistemas que pretenden revertir súbitamente las malas condiciones materiales y sociales de sus

111 En la tabla de la cronología intervencionista puede observarse la forma generalizada de los programas económicos emplazados por los gobiernos de los estados europeos más representativos y la política estadounidense, en lo que desde la perspectiva austriaca se considera prueba de la tendencia inflexiva en la historia. 112 Nombre con el que puede definirse la economía de libre mercado, definida por Mises como la forma productiva-distributiva, explicada en los principios generales de la Catalaxia, pertenecientes al curso del laissez-faire explicado en el capítulo 1.

CAPÍTULO 2 INTERVENCIONISMO GUBERNAMENTAL Y CAOS ECONÓMICO

80

naciones, sólo preludian el difícil mantenimiento del nivel de vida alcanzado en occidente y el

estancamiento en las fases depresivas de la economía, como la dirección última hacia las que se

enfila este orden. Para el austriaco de no cambiar este rumbo en la acción humana, se pone en

peligro la integridad de la civilización occidental. Por eso, esta etapa del intervencionismo es

llamada según su pronóstico, como un período que significa la anarquía de la acción humana, el

caos de la praxeología. Si bien se entiende que este curso de la historia representa una fase de

irracionalidad, es imprecisa la manera en que las autoridades y los individuos del comunismo y el

intervencionismo estatal, al ir en contra de la lógica y la racionalidad económica, convergieron en

una disposición popular. ¿Porque las políticas progresistas no fueron respaldadas únicamente en

la coyuntura de la guerra, sin llamar a la voluntad y después volver a la senda de los verdaderos

principios catalácticos? Esto se explicará con mayor detalle cuando se vea la forma que adquirió

esta primera fase intervencionista -contestataria al rampante capitalismo de libre mercado- y la

consolidación de un sistema alterno, que desarrolló estrategias económicas fuera de lo previsto en

el esquema cataláctico; así como también la aseveración final que el escritor austriaco advertiría

sobre el carácter económico de la Historia, con el nuevo orden que se estaba gestando y que

cambiaría por completo la realidad de occidente.

2.4 LA REALIDAD DEL PROGRESISMO MÁS ALLÁ DE LA INTERPRETACIÓN

MISESISTA: EL UMBRAL DE UNA NUEVA ERA

La interpretación liberal que Mises realizó sobre las numerosas formas y consecuencias

visualizadas en los programas sociales y en las intervenciones gubernamentales, implicaba una

observación a partir de la estructura y función del mercado, un medio de arreglo social. Por lo

mismo era tanta la preocupación con que se señalaba la transformación futura que debía darse, al

desarrollarse una actividad económica agregada al libre mercado, ya que se presenta un desafío a

lo que Mises concebía como el mejor medio de compulsión para las fuerzas e intereses que los

individuos expresan para satisfacer sus necesidades y que al mismo tiempo preserva su libertad e

individualidad. Todos los puntos destacados por Mises, para interpretar -desde el enfoque

económico- los medios de la reforma social, contienen en si indicios filosóficos y políticos de

CAPÍTULO 2 INTERVENCIONISMO GUBERNAMENTAL Y CAOS ECONÓMICO

81

una condición muy particular. En este sentido debe mencionarse que gran parte de las formas

interpretativas misesistas surgieron en un contexto general formado en la atmósfera intelectual de

la universidad de la capital austriaca, donde el fermento del Círculo de Viena y el neopositivismo,

son la corriente principal durante los primeros decenios del siglo XX. En el contexto del análisis

lógico del “Círculo”, la ciencia misesiana es una propuesta que esta basada en el mismo ánimo

del escepticismo científico, que igualmente planeaba axiomatizar no las formas de la matemática

o el lenguaje, sino la pluralidad de las entidades económicas captadas o reducidas a un lenguaje

simple, y a una construcción de proposiciones que englobaran el comportamiento económico; es

así como las categorías catalácticas son el resultado de esa misma búsqueda científica vienesa. La

interpretación misesista es la propia versión de análisis lógico, sólo que dirigido a las prácticas

económicas, con un método deductivo y con un afán verificativo, sustentado en el apriorismo

material (implícito en el pragmatismo económico y en el legado de la ciencia económica clásica).

Esta práctica se complementó con el cuerpo científico de la escuela económica austriaca, cuyo

principio epistemológico del consumidor y su rango de utilidad marginal, se enlazó

adecuadamente en el sentido interpretativo del individualismo metodológico. De ese modo el

principio de análisis y verificación deductiva se centró en contra de las interpretaciones holistas o

teorías inductivas.

Por otra parte debe recordarse que la vertiente austriaca de la economía, es una escuela

sustentada en profundas bases de la doctrina liberal. En que la mayor parte de investigaciones e

interpretaciones económicas, guardan un estrecho vinculo con la psicología del consumidor;

como son la existencia de las consideraciones individuales del valor y la ponderación selectiva de

los medios y fines para la acción humana. Fue así como la explicación misesista se dedicó a

establecer numerosas relaciones funcionales entre las distintas variables del intercambio

económico. Donde más que encontrar una propuesta enmendadora a los declives del ciclo

económico, miraba al mercado y a todas sus fuerzas actuantes, como que el arreglo social más

adecuado para organizar, mediante su propia compulsión (las fuerzas de la oferta-demanda), la

mayor parte de las dificultades que representan los intereses particulares. Es más la noción de la

capacidad empresarial es la premisa epistemológica que debe llevar a nuevas consideraciones,

sobre todo en la evolución progresista, la evolución industrial, tecnológica, científica y

civilizatoria. De ahí la renuencia para considerar de manera positiva, el papel del gobierno en la

práctica económica. En lo que concierne a la teoría del ciclo, las opiniones son parte de la forma

CAPÍTULO 2 INTERVENCIONISMO GUBERNAMENTAL Y CAOS ECONÓMICO

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más clásica de considerar a la depresión. Al creerla innata del sistema económico, sólo se

concebía como mejor solución para la recomposición, una conducta pasiva ante las fases

depresivas -en las condiciones más precarias de la recesión- para que pudieran darse las

condiciones de la recuperación.

También es de considerase el serio compromiso con el que Mises toma en su totalidad al

intervencionismo -ya sea en el comunismo o liberalismo social- por las condiciones en que se

encontraba Austria. Donde debido a la cercanía con Alemania y al ser parte de la cultura

germánica, la nueva república se veía fuertemente influenciada por el imperio alemán; justo ahí

donde irrumpieron ideologías y sistemas tan radicales que protagonizaron la historia mundial. Es

por eso que los criterios misesistas se ven inmiscuidos en la necesidad de analizar y declarar sus

posiciones acerca de temas tan trascendentes como lo era la praxis socialista nacida de la teoría

marxista, los programas social-liberales prusianos y el nacimiento de la ideología

socialdemócrata, así como también el ascenso del nacional-socialismo (una compleja

manifestación práctica que en si misma es la síntesis de diversas ideologías, desarrolladas desde

la existencia del imperio prusiano). Todo esto influye para considerar el peculiar estilo liberal del

austriaco, caracterizado por su vertiente económica y política en reacción a su temporalidad en la

naciente república austriaca, que manifestaba una fuerte inclinación hacia las fuerzas ideológicas

nacidas en Alemania.

Los cambios que presentó el ascenso del Progresismo en las primeras décadas del siglo,

en efecto hacen considerarlo un movimiento reformista de vastas proporciones. Igual que Mises

lo hizo notar, las premisas y los procedimientos económicos demuestran el tamaño del

movimiento que se estaba gestando. Y es que a pesar de las variantes en los lineamientos del

Capitalismo, la Reforma social liberal y el Progresismo, estos fueron proyectos que se

sustentaron y propagaron con bases tan amplias que abarcaron distintos medios, como el

intelectual, el social, político y por supuesto el económico. Gran parte de las fuentes históricas,

consideran al Progresismo dentro del marco de un movimiento reformista, hecho al liberalismo y

por lo mismo llamado también Nuevo Liberalismo.113

113 Aunque por las formas prácticas y los elementos desarrollados posteriormente, se considerará en su naturaleza política, económica e ideológica, más allá del liberalismo económico. Por el momento en el periodo de entreguerras; esta primera etapa de intervención, se identifica con un proceder que busca desarrollar una nueva democracia y llevar al liberalismo económico a una faceta de “liberalismo social”. Vid. Barnes, H. E.(1953), Historia de la economía del mundo occidental, capítulo XVIII, pp.710-714.

CAPÍTULO 2 INTERVENCIONISMO GUBERNAMENTAL Y CAOS ECONÓMICO

83

A lo que Mises llama intervencionismo, se le reconoce por ser una oleada de movimientos

que se identificaba con los ideales clásicos del liberalismo político y social en occidente (como

aquellos alcanzados a partir de la revolución francesa de 1798, entre los que se contaba una

soberanía generalizada, la representatividad parlamentaria y la separación de la Iglesia-Estado, la

abolición del servilismo; o como la revolución liberal que transitó entre el siglo XIX y XX,

donde se verificó la liberización de las estructuras terratenientes, con los repartos agrarios, la

dignificación a la fuerza de trabajo, la aparición de asociaciones partidistas pro-laborales o el

alcance logrado con el sufragio universal). La reforma social de la política progresista se

presenta con la imagen de una evolución no sólo social, sino política, económica y filosófica.

Aunque Mises la haya considerado negativa por fundarse en la Sozialpolitik del régimen imperial

prusiano y en el marco del comunismo soviético, las políticas progresistas de estos años son un

movimiento que se manifiesta en distintas vertientes. Ejemplo de ello son el grupo liberal inglés

de la Sociedad Fabiana o el revisionismo de la Socialdemocracia alemana, los movimientos

obreros sindicalistas, los partidos comunistas y la influencia ideológica de la unión soviética.

Movimientos que en general influyeron de forma relevante, en la aparición de esa nueva realidad.

Una corriente generalizado en occidente, que se formó en la necesidad por renovar a la sociedad

con un distinto concepto de humanitarismo, solidaridad y convivencia social. En una era donde la

modernidad económica la marcaba el capital financiero, las grandes unidades productivas y una

creciente división y especialización del trabajo -con las innovaciones energéticas y tecnológicas

que la II revolución industrial establecía-, provocaría el arribo de una nueva oleada liberal,

manifiesta como una política “correctiva” de los excesos propinados a la población: como eran

las condiciones del paro, la escasez y las múltiples vicisitudes que acarrea una crisis económica.

Con el nuevo evangelio político, se erigió un objetivo distinto, el ayudar a fomentar la estabilidad

y el desarrollo. Llevando al común de los ciudadanos fuera del estado de riesgo, con la garantía

de un mínimo civil efectivo en el marco de la existencia material, que junto a condiciones

sociales favorables, posibilitaran la vida de un ciudadano integral y eficiente dentro de los retos

que implicaba la situación del trabajo, la producción y la tecnología en una sociedad moderna.

CAPÍTULO 2 INTERVENCIONISMO GUBERNAMENTAL Y CAOS ECONÓMICO

84

Cuadro cronológico del Progresismo y la Reforma Social Liberal114

1888 Imperio Austro-Húngaro. Se establece el seguro de enfermedad.

1900-1909 Imperio alemán. En el gobierno del canciller Bernhard Von Bülow, la política social recibe un

nuevo impulso, el intervencionismo del gobierno continúa presentando un avance en la creación

y legislación de servicios para la asistencia social y el trabajo; se promulgan nuevas leyes de

accidentes enfermedad y jornadas de trabajo, así como legislaciones sobre invalidez, vejez y

seguro de desempleo.

1909 Imperio Austro-Húngaro. Nacionalización de los ferrocarriles.

1909 Gran Bretaña. En el gobierno del canciller Herbert Henry Asquith, se aprueba una Ley de

pensiones que establece una pensión de jubilación para todos los trabajadores mayores de 70

años con un inferior nivel de renta.

1909-1913 Estados Unidos. Los intereses de los trabajadores se configuran en grandes agrupaciones

como la Asociación Americana del Trabajo (AFL) y el Sindicato Norteamericano de Obreros del

Acero (CIO).

1909 Estados Unidos. Se crea la Asociación Nacional para el Avance de la Gente de Color (NAACP); la

concreción del movimiento por la igualdad civil afroamericana iniciado por. W. E. B. Du Bois.

1911 Gran Bretaña. Lloyd George comprueba la aprobación de la Ley de Seguros Nacionales que crea un

seguro obligatorio para trabajadores contra la enfermedad, que cubría de 16 a 70 años de edad

y un seguro de desempleo (para ciertos oficios y por un tiempo máximo de 15 semanas).

1914 Imperio alemán. El Departamento de Materias Primas creado en agosto de 1914 junto con del

Ministerio de la Guerra, bajo la responsabilidad del Walther Rathenau (director de la empresa

eléctrica AEG) integra las minas y factorías del país en varias "compañías de industrias de

guerra" que dirigidas por los propios industriales, pasan a trabajar en exclusividad para el

Estado mediante contratos especiales y de acuerdo con los objetivos de producción del

gobierno. Éste fija precios máximos para alimentos y vestidos.

1914 Estados Unidos. La Ley Clayton contra los "trusts" reconoce el derecho de los sindicatos a la

negociación colectiva y a la huelga.

1914 Estados Unidos. La Administración de Alimentos (Food Administration) estimula la producción

agrícola.

1914 Francia. Se nacionalizan por fines militares; el telégrafo, teléfono y algunas vías férreas.

114 Los datos contenidos en este recuadro, son una somera recolección de datos presentes en las fuentes históricas de las obras consultadas sobre el periodo en cuestión. Para una comprensión amplia se sugiere la revisión completa sobre las obras de Schapiro Jacob (1961), Un mundo en crisis; Barnes Harry E. (1953), Historia de la economía del mundo occidental; Parker R. A. C.(1978), El siglo XX : Europa, 1918-1945; Nouschi Marc (1996), Historia del siglo XX y de Palmade Guy (1983), La época de la burguesía.

CAPÍTULO 2 INTERVENCIONISMO GUBERNAMENTAL Y CAOS ECONÓMICO

85

1914 Gran Bretaña. El gobierno nacionaliza temporalmente ferrocarriles, minas de carbón y marina

mercante.

1915 Imperio alemán. Se decreta el racionamiento de pan (y luego el de todos los alimentos) e integra

toda la producción agraria e industrial relacionada con los cereales y la alimentación en una

Oficina Imperial que controla y regula el abastecimiento.

1916 Gran Bretaña. El gobierno pone en marcha 73 factorías para la producción de municiones.

1916 Imperio alemán. Mediante la Compañía Central de Compras, el gobierno construye, fábricas

propias –como las de nitratos- y estimula con notable éxito la investigación para la fabricación

sintética de productos estratégicos (aluminio, celulosa, caucho, lubricantes, fertilizantes).

1916 Gran Bretaña. El canciller Lloyd George crea un gabinete de guerra, los ministerios de Trabajo,

Alimentación, Navegación, Pensiones y un Departamento para la Producción de Alimentos.

1916 Estados Unidos. Woodrow Wilson logra la creación de bancos de crédito rural.

1918 Gran Bretaña. Se nacionalizan las fábricas de harina y se expropian aproximadamente 5 millones

de hectáreas de tierras no cultivadas.

1919 República austriaca. Se crea el programa de subsidios para la construcción inmobiliaria.

1920 Primera reunión de la Sociedad de naciones (SDN) un organismo asociativo de gobiernos

internacionales entre los países aliados y los vencidos, creado para estructurar los lineamientos

de la paz, el nuevo mapa político y el pago de las deudas de guerra.

1920’s Reconstrucciones, deuda exterior, inflación e inestabilidad monetaria provocan la pérdida del

valor adquisitivo en los salarios y el hundimiento de rentas fijas y del ahorro. De una parte, las

economías europeas recurren a préstamos cuantiosos y a otras formas de financiación (emisión

de deuda, aumentos de la circulación monetaria, bonos del tesoro).

1920-1923 Ante el despojo de los estratégicos puntos en Alsacia y el Sarre para impedir su desarrollo

industrial, el decomiso de las patentes y el pago de la reparaciones, provocan que al inicio de

los años 20, la República de Alemania sufra la más severa inflación provocando la caída del

Reichsmark; los gobiernos de la república de Weimar intentan salir de ella, mediante recursos

deflacionarios.

1920 Se funda la OIT (Organización Internacional del Trabajo) una sección autónoma de la Sociedad de

Naciones.

1922 Conferencia de Génova y la creación de un sistema de patrón de cambio oro, Gold exchange.

1925 Alemania. A partir de abril a la muerte de Ebert, la presidencia del Reich pasó a manos del

mariscal Hindenburg, vencedor del candidato republicano.

1929 Alemania. El hombre de la industria pesada presidente de Krupp en Essen; el pangermanista Alfred

Hugenberg al disponer de medios de acción y una prensa organizada, apoya financieramente a

Hitler y al Partido Alemán Nacional-Socialista de Trabajadores NSDAP (Nationalsozialistische

Deutsche ArbeiterPartei,). En calidad de simple agente ejecutivo le concede importantes

créditos a corto plazo y juntos se oponen contra el plan Young para el pago de las reparaciones.

CAPÍTULO 2 INTERVENCIONISMO GUBERNAMENTAL Y CAOS ECONÓMICO

86

1930 Estados Unidos. El proteccionismo comercial se vivifica con la ley de tarifas Hawley-Smoot.

1930 Joseph Laski publica La libertad en el estado moderno.

1930 Alemania. La política del gobierno de centro-derecha, aplicada por el canciller Heinrich Brüning

fue deflacionista con recortes del gasto público, mayores impuestos, aplazamiento del pago de

la deuda, control de precios y salarios.

1930 Gunnar Myrdal publica, El elemento político en el desarrollo de la teoría económica.

1931 Gran Bretaña. Se nacionaliza el transporte de Londres, en el gobierno conservador de Neville

Chamberlain.

1931 Gran Bretaña. El "Gobierno Nacional" presidido por Ramsay MacDonald sigue una política de

estímulos a la inversión mediante la baja de los tipos de interés y el abaratamiento de los

créditos y del dinero.

1931 La mayoría de las economías recurren a políticas deflacionistas (encarecimiento del dinero,

restablecimiento del patrón oro, reducción del gasto público, equilibrios presupuestarios,

reducciones salariales) y medidas fuertemente proteccionistas para sus respectivas industrias y

agriculturas con escaladas fiscales; que buscan mantener bajos los precios en el interior y

conservar la cotización de la divisa.

1933 Joan Robinson publica La economía de competencia imperfecta.

1933 Estados Unidos. Como parte de la TVA el gobierno obtiene la propiedad y manejo de las centrales

hidroeléctricas de Muscle Shoals, Alabama. Mediante el artificio de la corporación pública, a

una junta de gobierno se le da autoridad para desarrollar la agricultura y la industria en el valle

del Tennessee, controlar las crecidas de los ríos, construir presas, centrales hidroeléctricas y

fabricar productos nitrogenados.

1933 Estados Unidos. Se cierran todos los bancos privados y reabren sólo los bancos federales de

reserva.

1933 Alemania Nazi. Se hace concesión de créditos a los hombres de negocios (Betriebsführer)

mediante certificados de exenciones fiscales, sobre todo a los industriales dispuestos a admitir

mano de obra. Se pone en marcha la autarquía con una economía armamentista y una inversión

privada en pedidos públicos de construcción. Prolifera la forma de pago en bonos, letras de

cambio (Mefo), y Compensación de balance (Clearing); se generaliza el trueque para el

comercio internacional con Polonia, Checoslovaquia, Austria y Hungría. Se pone de manifiesto la

alianza entre Sinarcas prusianos y el Führer, para conseguir con medidas imperiales la búsqueda

del Lebensraum (espacio vital)

1933 Estados Unidos. El gobierno federal aprueba sistemas de pensiones para la vejez y seguros de

desempleo, los poderes regionales de manera particular aprueban medidas de compensación

obrera.

1933 Estados Unidos. La Dirección de Regulación Agrícola proporciona subsidios y créditos a los

agricultores; para limitar la producción de ciertas cosechas (algodón, tabaco, frutas) y

CAPÍTULO 2 INTERVENCIONISMO GUBERNAMENTAL Y CAOS ECONÓMICO

87

estabilizar así los precios. Se determina un mínimo en los salarios y un máximo en la jornada de

trabajo. Se implanta el Servicio de Crédito a los Agricultores para refinanciar hipotecas sobre

las granjas.

1933 Estados Unidos. Se aprueba la Securities and Exchange Commision SEC (organismo de vigilancia

para las operaciones bursátiles). Una Ley de Valores, de 27 de mayo de 1933, regula el

funcionamiento de la bolsa y establece normas para impedir las especulaciones y el fraude

bursátil.

1933 Estados Unidos. Se establece una Dirección para la Recuperación Nacional, a cargo de Hugh

Johnson que se encarga de regular el trabajo infantil, la negociación colectiva, las jornadas

laborales y los salarios; además de crear unos "códigos" para la justa regulación de la

competencia empresarial y del trabajo.

1933 Estados Unidos. La NIRA (Ley de recuperación de la industria nacional) sienta las bases para una

reforma en el programa de legislación social y laboral. Con este antecedente se consolida la

TVA (Autoridad del Valle del Tennessee) que propaga el intervencionismo gubernamental en la

producción y el trabajo en el marco del programa New Deal de Franklin D. Roosevelt

1934 Austria. El canciller Engelbert Dolffus, cabecilla de los socialistas cristianos, promulga una nueva

constitución estableciendo un Estado corporativo, autoritario y cristiano.

1934 Estados Unidos se crea la C.W.A (Civil Works Administration) oficina que emprende la

construcción de numerosas obras públicas (juzgados, escuelas, hospitales, carreteras) que da

trabajo inmediato al gran número de parados.

1935 Estados unidos. Se aprueba la Ley de Seguridad Social, que establece pensiones de vejez y viudez,

subsidios de desempleo y seguros por incapacidad.

1935 Estados Unidos. Se aprueba la Ley Wagner (Wagner Act) sobre relaciones nacionales de trabajo. El

patrono se ve obligado a reconocer y negociar con el sindicato y se le prohíbe desanimar la

organización, discriminar o despedir a sus empleados por actividades gremiales.

1936 Estados Unidos. Se crea la National Labour Relations Board, comisión de arbitraje encargada de

poner fin a las prácticas laborales discriminatorias.

1936 Francia. El gobierno del frente popular de izquierdas de León Blum, se pone a favor de una

política en aumento del poder adquisitivo, esto obliga a la devaluación por los efectos

estimulantes que infringía ésta en la producción.

1936 Francia. Con el gobierno del cártel de izquierdas se crean organizaciones de mercado con las

ordenes del Estado, el principal instrumento era el Office du Blé que fijaba los precios de todos

los cereales.

1936 Francia. El gobierno del Frente Popular de León Blum, aprueba las leyes que establecen convenios

colectivos, como un periodo anual de vacaciones remuneradas, 40 horas de trabajo y semana

inglesa.

1936-1938 Francia. Se da la nacionalización de industrias armamentistas, reorganización del banco de

CAPÍTULO 2 INTERVENCIONISMO GUBERNAMENTAL Y CAOS ECONÓMICO

88

Francia y aumento de los impuestos. (Gobierno del Frente Popular).

1936 Se publica La teoría general de la ocupación, el interés y el dinero de John Maynard Keynes.

1937 Oskar Lange publica Teoría económica del socialismo.

1937 Gran Bretaña. El canciller del partido conservador Neville Chamberlain subvenciona algunos

precios agrarios y raciona los sectores del carbón y del acero, además de estimular la

construcción naval con contratos del Estado.

1938 Harold Macmillan publica La manera intermedia.

1938 J.K. Galbraith publica La competición moderna y la política de la corporación mercantil.

1938 Estados Unidos. El congreso aprueba la Ley de Prácticas Laborales, que instituye el salario mínimo

y limita la jornada laboral a 40 horas semanales. Se eleva el salario mínimo de 40 a 75 centavos

por hora.

1938 Estados Unidos. La Fair Labor Standard Act, se convierte en el primer paso para que la legislación

social comience a armonizarse a escala federal e intersectorial.

1939 John Richard Hicks publica Valor y capital.

1939 Gran Bretaña. Se nacionalizan las compañías aéreas (gobierno conservador de Neville

Chamberlain).

1939-1940 Estados Unidos. Se unen diversas organizaciones a favor de los derechos civiles, como la

National Association for the Advancement of Colored People (NAACP), la National Urban League

y otros organismos, con el propósito especifico de conseguir la participación de los

afroamericanos en el esfuerzo bélico militar e industrial.

1941 Estados Unidos. El Presidente del Partido Demócrata F.D. Roosevelt logra la aprobación de la Ley

de Préstamos y Arriendos que permite la venta de armas y material de guerra a cualquier país

cuya defensa se considera vital para la seguridad de Estado. Se crea una dirección de la

producción de guerra (War production Board) para la movilización económica del país, hacia la

conversión de la industria militar, la distribución del material y la asignación de cuotas de

producción.

1943 Estados Unidos. La National Resources Planning Board elabora la New Bill of Rights; documento

con disposiciones sobre mantenimiento del pleno empleo, salario justo, asistencia médica,

seguros de vejez y enfermedad y oportunidades educativas.

1944 Estados Unidos. Conferencia financiera y monetaria de Bretton Woods, reunión de 44

delegaciones, dada en New Hampshire, en el seno de la Organización de las Naciones Unidas,

que busca estabilizar las unidades monetarias del tipo de cambio y del crédito. De ella surgen

las instituciones del Fondo Monetario Internacional y el Banco Internacional para la

Reconstrucción y el Desarrollo (Banco Mundial), con el objeto de proporcionar créditos a corto y

largo plazo a escala mundial.

CAPÍTULO 3 EL OCASO PRAXEOLÓGICO

3.1 LA REVOLUCIÓN KEYNESIANA EN LA POSGUERRA

l llamado intervencionismo, considerado por Mises como la tendencia histórica de su

tiempo, es una interpretación que se encuentra inmersa en la atmósfera de

entreguerras, un periodo en el que transcurre la fundación de la república austriaca,

la aparición de los programas progresistas, la irrupción del primer estado comunista y el ascenso

del nacional socialismo en el III Reich alemán. Estos acontecimientos marcaron la etapa descrita

en el capítulo anterior y fueron el principal objetivo de los primeros estudios misesistas, mismos

que buscaban un análisis comparativo entre los medios de aquellos regimenes y sus diferencias

con la economía liberal. En lo que concierne a la última etapa concebida en el cuadro histórico

descrito por Mises, ésta se ubica en un periodo sucedido inmediatamente después de la II Guerra

Mundial, cuando se establecen los acuerdos de paz, se aniquila el imperialismo Nazi y la

configuración del orden mundial empieza a redefinirse en dos bloques distintos. Por un lado se

encontraba el régimen colectivista de la Unión Soviética -con su influencia en Europa del Este- y

por otro la alianza entre los países vencedores, encabezada por Estados Unidos, promotor del

Plan Marshall (el principal fondo de ayuda económica para la reconstrucción europea). La

recuperación posbélica posibilitó a Estados Unidos, fomentar nuevas relaciones económicas en

Europa y conseguir el liderazgo sobre las democracias occidentales, alianzas concretadas en la

firma de tratados y acuerdos multilaterales, en las que los líderes políticos se volvían parte

actuante y participante de los nuevos tiempos.

a) Antecedentes

En el escenario de la paz, ideólogos y filósofos económicos miraban con zozobra el

futuro del capitalismo, en la primera mitad del siglo XX muchos teóricos -no socialistas- creían

en el fatalismo capitalista y mantenían una postura que consideraba inevitable el colapso de dicho

E

CAPÍTULO 3 EL OCASO PRAXEOLÓGICO

90

sistema. Tal pesimismo fue fundado en diferentes razones, entre las más importantes se

encontraba la concentración monopólica y la proliferación burocrática en la sociedad anónima;

ejemplo de ello fueron las teorías de Joseph Schumpeter, Rudolf Hilferding o Michal Kalecki.115

Schumpeter en particular propuso una tesis donde el núcleo principal giraba en torno al

monopolio y sus efectos en el ciclo económico. De acuerdo a su interpretación, la depresión del

29’ se comprendía como la manifestación propia de un espíritu capitalista en declive, debido a las

implicaciones de un capitalismo financiero que se experimentaba en una concentración de

empresas y fábricas, regidas por participación en acciones y una dirección gerencial. La

naturaleza de la concentración de capitales, la inconsistencia competitiva de los trusts, los

carteles, así como de los precios monopólicos,116 eran para Schumpeter el fin de la energía

económica. El funcionamiento de la concentración empresarial, anunciaba una economía con

procesos automatizados, donde el capitalismo se veía declinado por la injerencia de nuevas

formas organizativas y directivas.

Por otra parte en las naciones de Europa del Este, durante la década de los 40s dio inicio

el debate socialista del cálculo económico, buscando desarrollar una reformulación técnica a su

sistema económico.117 Los estudios sobre el cálculo permitieron concretar la economía colectiva

comunista, continuando con el uso del dinero como un medio de intercambio, mientras que la

fijación de precios fue determinada por las órdenes del poder central. En la administración

gubernamental pudo desarrollarse la contabilidad de precios departamentales, tanto para los

bienes de capital, como para la producción y los productos finales de consumo. Después de esto,

todo indicó que el verdadero problema del problema del libre curso de mercado, se relacionaba

con la formación de precios, esta era la principal objeción a la economía comunista (esto debido a

la forma en que habrían de ser asignados y distribuidos los recursos en los procesos productivos

fuera de un mercado de valores). Si el precio de mercado es una noción que posibilita el

conocimiento de la valoración con que se estiman los bienes y servicios, así como el costo de la

115 Michal Kalecki había descubierto en su noción del ciclo económico, la función actuante de los pedidos de inversión y el desfase con la necesidad de reposición. Presentando la complejidad dada entre la depresión y la recuperación económica para la estabilidad de la capacidad inversora, en una fase donde la actividad productiva no podía ser altamente remunerativa. Véase Kalecki, Michal (1973), Estudios sobre la teoría de los ciclos económicos, pp. 37-45. Y de Rudolf Hilferding, Vid. Capital financiero, 1910. 116 Schumpeter entendía que las prerrogativas sindicales y los controles gubernamentales presentaban una fuerza, que junto con la nueva forma de las grandes empresas, hacían imposible la existencia de las más pequeñas e incipientes. Provocando que se mantuvieran sólo las gigantes empresas o corporaciones manejadas por comités burocráticos “estáticos”. Cfr. Ciclos económicos, pp.459-477. 117 En 1937 Oskar Lange publicó Teoría económica del socialismo y en 1958 La economía política del socialismo. También en 1930 Lionel Robbins dio a conocer su obra Sobre cierta ambigüedad en la concepción del equilibrio estacionario, todas con una seria investigación sobre el cálculo económico en un sistema de precios fijos.

CAPÍTULO 3 EL OCASO PRAXEOLÓGICO

91

labor productiva y el testimonio de la utilidad marginal del consumidor; los problemas

asignativos de los planificadores centrales se presentaba con la determinación de precios para los

bienes naturales los bienes de uso y los productos de consumo, una situación que pudo salvarse

debido al manejo de precios administrados “estáticamente”. A partir de entonces el socialismo

mantuvo la figura del dinero -igual que un medio de cambio y cuenta- en un mercado estático,

con la determinación de precios hecha por la planificación central. Debe decirse que al soslayarse

el principio de la utilidad marginal, la actividad planificadora haría una inversión y producción

menos individualizada y progresiva sobre bienes de consumo y del sector terciario.

El estado era el modelo económico en la década de 1930 y en la de 1940. Era en esencia un modelo de equilibrio. Había poca discusión de cómo se harían los ajustes al desequilibrio y a la acción empresarial individual. Debido a que el ajuste al desequilibrio no era parte del modelo formal, la crítica de un argumento basado en la necesidad de tal acción no era aceptable. Haber aceptado el argumento austriaco hubiera dañado el caso teórico del socialismo; también hubiera minado el caso teórico formal del capitalismo porque éste también estaba basado en el modelo estático del equilibrio general y no tenia ningún papel explícito para las acciones empresariales individuales. Fue sólo hasta la década de 1970 cuando esos problemas se plantearon otra vez. De 1930 a 1970 el argumento central de que en el socialismo se podría, desde el punto de vista teórico y práctico, distribuir racionalmente los recursos fue aceptado por los profesionales de la economía tanto socialistas como no socialistas, con pocas excepciones.118

b) La revolución Keynesiana

Una tercera corriente ideológica aparecida al término de la guerra, fue la surgida de la

revisión y el desarrollo teórico de los conceptos propuestos por la economía neoclásica, donde la

explicación de los fenómenos se daba en una línea que manejaba la meta teórica del equilibrio.119

Este término se vuelve de radical importancia al concebirse como la finalidad buscada por las

prácticas productivas de múltiples factores, entre los que se cuenta la demanda-global, oferta-

global, los costos-precios, los gastos-beneficios, el ahorro-inversión y muchos otros. Este

enfoque neoclásico adquiere una peculiar connotación cuando en la década de los cincuenta los

programas de los estados internacionales, hacen de estas bases su plataforma de acción.

Efectivamente la depresión de los años treinta y la economía bélica eran el testimonio de largos

periodos de inestabilidad y riesgo, en los que la compulsión de las fuerzas del libre mercado, no

118 Landreth, Harry y David C. Colander (2004), Historia del pensamiento económico, p. 364. 119 Ya en la visión teórica walrasiana se proponía la idea de un equilibrio relacionado al mercado de bienes de consumo, servicios productivos y capitales, en el que se podía buscar la igualdad entre oferta y demanda, mediante el movimiento de precios. Véase James, Émile (1963), Historia del pensamiento económico, p. 208.

CAPÍTULO 3 EL OCASO PRAXEOLÓGICO

92

eran el remedio suficiente para la adaptabilidad automática de la oferta a las necesidades masivas.

Fue hasta el inicio de la paz en 1945, cuando la teoría del equilibrio económico general se

consideró una realidad asequible, en el esquema de la economía estática y en situación de

competencia perfecta, lo que al unirse a las acciones políticas, permitió dar continuidad a la

gestión iniciada por el estado en cuanto a la orientación productiva se refiere. Todo eso en un

tiempo donde se desarrollaban y aplicaban la utilización generalizada de modelos técnicos

basados en prácticas econométricas y estocásticas, como era el caso de la escuela económica

matemática y la teoría de juegos.

Los conceptos del equilibrio neoclásico estarían incompletos si no se menciona a otra

importante corriente económica que entró en combinación con las tesis del equilibrio; se trata de

la teoría keynesiana. Ésta última ya ha sido esbozada en los capítulos anteriores, pero es en el

inicio de la posguerra, donde adquiere realmente un lugar relevante en la configuración del nuevo

orden económico, ya que se posiciona dentro de la misma inercia del equilibrio económico. La

influyente corriente keynesiana estuvo basada en la tesis propuesta por John Maynard Keynes

contenida en la Teoría general del empleo, el interés y el dinero de 1936, una obra donde se

analizaba la figura del consumidor y la demanda, ejes de su célebre teoría. Los principios

keynesianos analizaron el proceso productivo de la oferta a través de la importancia influida por

el consumo, misma que diera la pauta para una serie de posturas sobre la interrelación entre

consumo, producción y distribución a niveles colectivos o mejor dicho a niveles

macroeconómicos. De forma muy sintética puede decirse que el keynesianismo discrepa -hasta

cierto punto- de la noción neoclásica y de la coordinación del libre mercado, al desconocer a este

como la única forma para el acomodamiento oferta-demanda en el relanzamiento económico.

Esto es así, porque Keynes consideró que se había ignorado a la crisis como un colapso total y

abrupto de la eficiencia marginal de capital, del trabajo, de las materias primas y los bienes de

capital; condiciones que arrojaban un excedente negativo en las existencias de los productos, que

al no absorberse en las relaciones de mercado, imposibilitaban la continuidad progresiva del ciclo

económico. 120 Así pues Keynes observó que la inversión productiva, al estar sujeta a los

vaivenes de la eficiencia marginal del capital y a una taza de interés a largo plazo, únicamente

podía crecer si se desarrollaba un “aumento en el consumo”, lo que hacia necesario que el

crecimiento de la “ocupación” se mantuviera en un nivel constante. El aumento en el consumo es

120 Keynes JM. (2003), “Notas sobre el ciclo económico”, en Teoría general de la ocupación, el interés y el dinero, p. 303.

CAPÍTULO 3 EL OCASO PRAXEOLÓGICO

93

pues la condición keynesiana medular, para reencontrar la eficiencia del capital en la producción

y con ello la sobreinversión que caracteriza a los periodos de auge. Según afirma la teoría

neoclásica, en el libre curso económico a una crisis siempre le sucede una fase de natural

reconversión entre paro y ahorro, que constituyen los márgenes para que la baja de los salarios e

intereses, creen las condiciones para que aparezca un nuevo periodo para el empleo. Pero Keynes

disintió y prefirió señalar que la fundamental condición de la inversión, radicaba en el incremento

del consumo, haciéndose necesario que el público contara con salarios en aumento real; para ello

era imprescindible reducir el paro y contar con un incremento del empleo. En conclusión para el

modelo keynesiano de equilibrio económico entre oferta-demanda, es primordial considerar la

condición de un empleo masivo.

Coincido con Gesell en que al llenar los vacíos de la teoría clásica no se echa por tierra el

sistema de Manchester, sino que se indica la naturaleza del medio que requiere el libre juego de las fuerzas económicas para realizar al máximo toda la potencialidad de la producción. Los controles centrales necesarios para alcanzar la ocupación plena llevan consigo, por supuesto, una gran parte de las funciones tradicionales del gobierno. Además la teoría clásica moderna ha llamado ella misma la atención sobre las variadas condiciones en que el libre juego de las fuerzas económicas pueden necesitar que se restrinja o guíe: pero todavía quedará amplio campo para el ejercicio de la iniciativa y la responsabilidad privada.121

Así quedó asentada la invitación económica para el poder gubernamental y con ello dar

cumplimiento a la premisa de estimular la proporción al consumo mediante el fomento al pleno

empleo. En el curso de los años posteriores a la guerra, los gobiernos de occidente no tardaron en

disponer una serie de políticas económicas sustentadas de lleno en las premisas económicas de la

teoría keynesiana. Durante la posguerra, las formas de la política económica gubernamental

fueron identificadas con distintos nombres, entre ellos el de “Economía planificadora”,

“Economía mixta” 122, “Tercera vía”123 o “Estado benefactor”.124 En un principio la llamada

revolución keynesiana hizo sentir su irrupción en el orden económico y político, porque los

121 Ibidem, p. 355. 122 Se le llamó Tercera vía o Economía mixta, porque la naturaleza del nuevo sistema económico representaba la síntesis de un régimen que mediaba entre los fines éticos del socialismo y los medios del capitalismo de libre mercado. 123 A la planeación gubernamental también se le conoció como Dirigismo, por ser un sistema donde el estado pasó de ser el principal director en los asuntos diplomáticos y ejecutivos, a adjudicarse facultades en la economía nacional. En el caso de los gobiernos de centro derecha de Charles de Gaulle y Georges Pompidou, en la IV república francesa, se le reconoce como Dirigisme porque el gobierno dirigió un gran número de recursos, a través de incentivos, adquisiciones y porcentajes de inversión que proponían desarrollar los servicios de transporte (autopistas y trenes), comunicación y energía, además de fomentar la investigación científica y el desarrollo militar. Apoyados en la fusión empresarial y concentraciones productivas, el gobierno estimuló la concentración empresarial, con el afán de permitir el desarrollo de una gran industria nacional. 124 Nombre dado al plan económico-político británico, emprendido por el primer ministro laborista Clement Attlee en 1945.

CAPÍTULO 3 EL OCASO PRAXEOLÓGICO

94

regimenes de gobierno conformaron una corriente general tomando parte en la dirección de los

asuntos económicos nacionales. Más allá de la reglamentación sobre el trabajo, las disposiciones

de la asistencia social y la concentración económica de guerra, un nuevo orden económico se

inauguraba con la plena acción de la esfera política sobre los asuntos económicos. A diferencia,

que esta vez las medidas económicas tomadas pretendían ser parte de un programa planificador

“preventivo” y de mayores proporciones, con el fin de alcanzar una continuidad en la producción

y distribución y alejar a la economía nacional, de una experiencia tan traumática como lo fue la

crisis de los años treinta. La planificación gubernamental fue en base a estos indicios, una

evolución extensiva del control público permanente sobre la vida económica privada.

Ya sea para estimular la reactivación productiva o velar por el desarrollo macroeconómico,

el estado planificador actuó directamente sobre los rubros de la producción, el capital y la

distribución, con muchos medios y arbitrios a los que ya había recurrido con anterioridad. Por

ejemplo la participación de acciones en corporaciones, los fideicomisos, la construcción de

sociedades mercantiles, pero en especial la proliferación de nacionalizaciones sobre empresas e

industrias enteras. Esta acción gubernamental buscó administrar y explotar los recursos naturales

y las industrias estratégicas del sector primario y secundario, con el fin de impulsar el desarrollo

de la producción nacional. Fue así como la nacionalización de bienes naturales, energéticos,

comunicaciones, transportes y bienes de orden superior, significaron la transición a una era

donde la responsabilidad intrínseca del poder estatal 125 propagaba su organización hacia la

administración y explotación productiva. Ésta gran transformación como a priori puede

entenderse, necesitaba de una reformulación del estado, que precisaba la necesaria construcción

de dependencias e instituciones que se hicieran cargo de las nuevas responsabilidades. Por eso se

entiende que un movimiento de tal amplitud terminara impulsando la implementación y creación

de un mayor número de ministerios, oficinas e instituciones donde los directores y

administradores, tomaran a su cargo la responsabilidad natural que implicaban las principales

decisiones de la producción y la financiación de los negocios. Entre la infraestructura y los

servicios ofrecidos, las nuevas oficinas del gobierno se ocuparon de actividades productivas ya

intervenidas y de otras que apenas se iniciaban (como eran las obras públicas, sistemas de 125 La nueva faceta del estado, al convertirse en productor, comprador y vendedor, implicaba una reestructuración en todas partes. Entre las instituciones que hicieran posible las disposiciones económica pactadas, estaban aquellas que se harían cargo de la posesión de medios de producción (granjas, fábricas, tiendas); oficinas directivas que arreglaran la cooperación y participación económica con el sector publico; el transporte para la compra y distribución; así como la comunicación para la difusión y la creación de relaciones con socios comerciales que ampliaran el mercado. Vid. Ayala Espino, José (1992), Limites del mercado, limites del estado, pp.95-101.

CAPÍTULO 3 EL OCASO PRAXEOLÓGICO

95

transporte, escuelas, hospitales, bancos, telefonía, electricidad, subsidios agropecuarios,

organismos de investigación y planeación, seguridad social y un mayor listado de bienes y

servicios públicos).

A medida que avanzó la segunda mitad del siglo, la gran reforma del estado fue

normalizándose en la vida económica de occidente. Desde distintos planos la transformación fue

radical, comenzando por la estabilización de la jornada de trabajo, salario mínimo, los controles

de precios, el movimiento efectivo del presupuesto, una creciente recaudación, así como la

influencia sobre el sistema monetario; todas estas implementaciones se convirtieron en logros

característicos del esquema keynesiano en la política del Estado. Si bien la personalidad del poder

público se expandió en los planos de comprador, vendedor y productor económico, la propiedad

privada siguió existiendo, dándose una convivencia entre los sectores económicos primarios,

secundarios y terciarios con las decisiones tomadas por las autoridades.

En Francia, Inglaterra y Alemania la construcción política del nuevo estado, fue en gran

parte viable gracias a la coalición parlamentaria de partidos de centro izquierda (como el Partido

Socialista Francés, el Partido Laborista y el Partido Socialdemócrata) con los partidos liberales y

conservadores,126 así fue como se posibilitó la tercera vía en la IV república francesa y el Welfare

State británico. Incluso en Estados Unidos, los mandatos de los presidentes “republicanos” Harry

Truman y Dwight Eisenhower continuaron por el sendero de la preeminencia pública (aún

Truman, llamó a su plan económico Fair Deal). El consenso con el liderazgo político de esta

época no es difícil de entenderse, debido a que en los tiempos de guerra, la población reconoció

las decisiones tomadas por los dirigentes en favor de la defensa y recuperación de sus respectivas

naciones. Muchos de los ministros y presidentes en la segunda mitad del siglo, contaban con una

favorable popularidad por haber colaborado en la administración o la milicia, durante los aciagos

años bélicos o en la transición depresiva. Entre los principales líderes de la posguerra destacaron

126 Aunque en la práctica política de la tercera vía, intervinieron activamente el grupo político de la socialdemocracia europea, los partidos de izquierda y el sindicalismo, debe advertirse que la militancia del “liberalismo social” en el mando político estuvo detentado en gran parte por lideres de partidos unionistas y nacionalistas de centro derecha, como los partidos social-cristianos, seguidores del liberalismo, del capitalismo de gran empresa y también con intereses conservadores. Mientras que el ala marxista ortodoxa, se mantuvo en la oposición. En el terreno ideológico, no es de extrañarse que gran parte de los científicos sociales y filósofos, vieran con suspicacia el crecimiento del estado, el relanzamiento del capitalismo y la creciente represión autoritaria. La primavera de 1968 y las observaciones de la escuela de Frankfurt son un claro ejemplo del movimiento contestatario. Precisamente en estos años aparecieron estudios como los de Herbert Marcuse, Un estudio sobre la autoridad de 1936 y El hombre unidimensional de 1964, en 1962 La transformación estructural de la esfera pública y en 1975 Los problemas de legitimación en el capitalismo tardío de Jürgen Habermas, o en 1957 La nueva clase del filósofo Milovan Djilas. Textos útiles para conocer otra interpretación acerca de este periodo histórico. Cabe mencionarse que muchas naciones experimentaron una concentración política bajo la figura de líderes, con dictaduras civiles o militares. Así fue el caso de España, Portugal o Centro y Sudamérica, en otros se constató la permanencia en el poder del partido único. Cfr. Lieuwen, Edwin, Generales contra presidentes en América latina, Buenos Aires, Siglo XX, 1965. .

CAPÍTULO 3 EL OCASO PRAXEOLÓGICO

96

hombres como Charles de Gaulle o Georges Pompidou en Francia; Clement Attlee y Harold

Macmillan en Reino Unido; Konrad Adenauer y Ludwig Erhard en Alemania federal; también

debe mencionarse a Einar Gerhardsen, Tage Erlander, Olof Palme y Urho Kekkonen, estos

últimos fundadores del estado benefactor en los países escandinavos.127

Es así como la revolución del estado benefactor se reconoce en la historia como el periodo

siguiente al progresismo del temprano siglo XX, un modelo que rebasó el carácter “correctivo”

para decantarse por una planeación estructural sobre la macroeconomía. Si puede hablarse de la

consolidación de un nuevo modelo económico y político, este jamás podrá interpretarse como un

fenómeno individual de la clase política. La praxis del modelo keynesiano es un claro ejemplo de

ello, ya que fue el resultado de una cohesión social, un pacto entre políticos, hombres de negocio,

grupos sociales organizados, teóricos económicos y el electorado que para entonces contaba con

el voto universal. De manera general, pudo pactarse en la necesidad de tomar parte responsable

en el panorama de desastre, es decir una realidad que implicada profusa desigualdad económica y

social. Todo esto supuso reconocer las dificultades económicas insalvables para el libre cuso del

mercado y atender a las fórmulas propuestas por Keynes. La meta de la acción estatal se concretó

a crear los medios más propicios para fomentar el consumo y un proceso productivo constante,

para ello no existe duda que los viejos recursos del progresismo (actividad económica agregada,

gasto presupuestario y la intervención monetaria) se reutilizarían para reformular la figura del

estado, ahora ya con una declarada participación económica constante y creciente. Pero queda

por conocer la interpretación misesista que se tuvo a partir del intervencionismo, ahora

potenciada con el estado benefactor de la posguerra y sus consideraciones sobre el propio

esquema histórico dado sobre el espíritu económico y la alienación gubernamental.

3.2 DEL CAOS ECONÓMICO AL MONOPOLIO DEL ESTADO: EL OCASO

PRAXEOLÓGICO.

Ya en este punto debe ser claro que la reforma social, interpuesta por el movimiento

progresista en los primeros decenios del siglo, se transforman a partir de 1945, en la síntesis de

127 Vid. Snyder, Louis L. (1973), El mundo en el siglo XX, 1900-1950, pp. 145-168.

CAPÍTULO 3 EL OCASO PRAXEOLÓGICO

97

un nuevo modelo económico-político, comúnmente llamado Estado de Bienestar o tercera vía

económica, que fue desarrollada durante el resto del siglo XX. Aunque la tercera vía es al mediar

el siglo, todavía un modelo en ciernes, no dejó de ser parte importante en el cuadro histórico

misesista. De la misma manera que el progresismo, éste fue juzgado a priori por las premisas

económicas en las que sustentaba su plan de acción, sólo que esta vez la interferencia de un

elemento distinto, diversificaba las expectativas del nuevo orden: la prolongación temporal del

intervencionismo económico.

El Estado de Bienestar, en calidad de “programa extensivo”, como una inminente

corriente en acción, hace considerar a Mises, no sólo todas las observaciones hechas al

intervencionismo de entreguerras, sino lo que ahora se vislumbra como un gran proyecto

económico previsor, llevado a cabo con la estructuración en diversos planos. En el contexto de la

época, con el nombre de tercera vía se reconoce a una forma económico-política que pretendía

suplantar al vertiginoso capitalismo de libre mercado, mediante la aplicación organizada de

distintos recursos intervencionistas en un periodo ilimitado. Sin embargo para entonces la mayor

de las preocupaciones austriacas no recaían en la posibilidad existente de una tercera vía como

síntesis entre el sistema socialista y liberal,128 pues para Mises lo relevante es la situación que

representa la resolución final entre la dicotomía liberalismo-intervencionismo. Esto es un punto

conclusivo hacia el que Mises cree, se dirige la acción humana en la Historia, en el que la

“postergación indefinida” del intervencionismo gubernamental, agravará progresivamente la

realidad económica. Para el análisis cataláctico, el equilibrio económico y el keynesianismo eran

condiciones que irrumpían en el presente como una tendencia histórica, con un espíritu muy

radical: un ánimo estigmatizador sobre la propiedad privada y la producción lucrativa. Esto

provocaba dirigir la vista hacia los poderes paternalistas del Estado en la cual confluyeron la

mayor parte de los grupos sociales.

Si bien se reconoce que el intervencionismo generalizado parte como una alternativa

política-económica, que no intenta abolir la propiedad privada en la producción, ni el intercambio

de mercado, sino cuando más encausarlos; la crítica más clara se dirige al mayor reto que supone

128 Mises atestiguó en los años de la posguerra el debate sobre la existencia de una economía mixta, donde se ponía a discusión la legitimidad de un tercer sistema productivo. Sin embargo el paso hacia la segunda mitad del siglo XX implicó que el teórico radicado en nueva York, estuviera lejos de los medios intelectuales, para observar y analizar con detenimiento, la corriente de teorías que explicaban la posibilidad de esa tercera vía. Por lo que puede señalarse que ni la teorización de una economía estática y un cálculo económico comunista, ni tampoco las doctrinas de los seguidores keynesianos o la revolución tecnócrata dentro de la administración pública, hizo que Mises variara su perspectiva principal (formada en los primeros decenios del siglo).Ante las propuestas económicas de la posguerra siempre defendió a ultranza los principios básicos del liberalismo.

CAPÍTULO 3 EL OCASO PRAXEOLÓGICO

98

aplicar, financiar y alcanzar las metas de los programas políticos, dirigidos a revulsionar la

efectividad económica del sistema mercantil. Con el ánimo de que occidente aviniera a un

sistema distante de la orbita comunista, pero también fuera de la acción ilimitada del libre

mercado, la tercera vía buscaba mediar en un sistema donde se conjugaran las prácticas de la

propiedad privada y pública, al tiempo que se evitaran los excesos del capitalismo y del

comunismo, conservando los elementos indispensables de la libre iniciativa. Sin embargo, para el

criterio cataláctico la forma en que actuaban las aplicaciones económicas de la fuerza política

sobre las prácticas del mercado, distaban mucho de conseguir reactivar la economía, relanzar la

producción nacional, fomentar el empleo y garantizar el bien común. Todo deviene por la misma

naturaleza de la intrusión que el poder coercitivo del Estado, suministra sobre las múltiples y

particulares relaciones de mercado; un sistema social de intercambio y cooperación. El sistema

planificador presenta un esquema en el que a partir de la jurisdicción del Estado, las actividades

que discurren en los variados procesos productivos y de consumo, pasan a ser influenciados y

coordinados en otra dirección. Con la premisa de la tercera vía, la multiplicidad de procesos

materiales se orientan hacia un emisor de órdenes limitadas y particulares que dimanan de las

decisiones políticas tomadas por el gobierno en turno.

Según esto la planificación central, al erigirse como el centro de las planeaciones y

decisiones, violenta y confunde la numerosa interrelación entre las personificaciones económicas

y el original estado perceptivo de conocimiento, que otrora presentaban consumidores,

productores, empresarios y capitalistas. Según se entiende por la relación que Mises encuentra

entre el comportamiento económico y la acción humana (praxeológica),129 la individualidad de la

iniciativa para la acción, así como la voluntad y la libertad de conciencia, en conjunto se ven

ocluidas por las órdenes del gobierno.

Sobre el modelo en ciernes, como un corolario a lo expuesto en el capitulo anterior, puede

decirse que la tercera vía es en el cuadro misesista una etapa donde se ha dejado de lado la lógica

del funcionamiento económico, que por lo mismo lleva inconscientemente a la destrucción del

capital, a una escalada de precios, una sobreinversión y a una política intervencionista

abrumadora. De acuerdo a esto la planificación central de la dirección gubernamental, con todos

sus recursos de apropiación de capital (en recaudación tributaria y expansión monetaria) propone

una vasta incursión sobre la economía entera, llevando tanto a la producción pública como al 129 Es una noción donde cualquier acto moral ético o material, se lleva a cabo con el atinente comportamiento economicista que toma cualquier acción, como un proceso librado para abatir un estado de necesidad, en la obtención de un objetivo.

CAPÍTULO 3 EL OCASO PRAXEOLÓGICO

99

resto de la actividad privada a la “reducción de la eficiencia económica”, la “disminución del

rendimiento en la producción futura” y por lo tanto a un declive en el proceso acumulativo de

capital. Los proyectos económicos gubernamentales, llevan consigo una extracción de capital por

la escalada fiscal y un consumo del mismo, debido a la dirección de los bienes y servicios

nacionalizados, fuera de las normativas que implica la actividad lucrativa capitalista de libre

mercado.

Por otro lado la intromisión del poder gubernamental sobre las múltiples relaciones de

intercambio e información dadas entre consumidores y vendedores, hacía suponer que los

intereses de las personificaciones y los agentes económicos se verían envueltos en un nuevo

panorama, donde prevalecerían los criterios de los funcionarios y burócratas, de las planeaciones

y decisiones óptimas para la ideología del “empleado de estado”.130 Para Mises esta figura se

vuelve preponderante porque se dispone a cohesionar el intercambio material y particular de los

individuos (que se identifica bajo las órdenes de la inversión, producción y distribución) con los

recursos privativos de la figura planificadora: la regulación en precios, salarios, expansión

monetaria, inflación y monopolios nacionales.

De la misma forma el llamado espíritu empresarial se vería en este nuevo orden, sometido

a un esquema en el que las directrices de los factores comunicativos e informativos del mercado,

emanarían de las decisiones publicadas por los “departamentos centrales, oficinas subalternas o

despachos locales”. Para Mises la misma condición del empleado de estado y su ignorancia sobre

los vastos procedimientos que aplican en las diligencias productivas, harían de la actividad

burocrática un acto sin certezas, sin verdadera planeación. La nueva era económica planteaba la

transición a un panorama donde los agentes económicos (consumidores, productores, capitalistas,

trabajadores etc.) verían reducida su libertad, por los designios de una planificación central que

concibe su propio esquema de actividad económica, apartado de los elementos constitutivos que

posibilitan la evolución económica.

El defecto estriba en contemplar la realidad desde el limitado punto de vista del funcionario subalterno que no ve mas allá de sus administrativas tareas le marcan. Se supone en efecto rígida e invariable la producción industrial y la distribución del existente capital entre las diversas ramas y elementos productivos. Se pasa por alto que el adaptar el aparato económico a las cambiantes situaciones impone continuas e incesantes mutaciones. Argumentan tales ideólogos como si ya no

130 Mises L.(1960), La acción humana, t. II, p. 366.

CAPÍTULO 3 EL OCASO PRAXEOLÓGICO

100

tuviera que haber más cambios, como si la historia económica se hubiera congelado. No advierten que el director capitalista se limita a ejecutar lealmente las instrucciones de sus superiores, los socios capitalistas, debiendo además ajustarse, al cumplir tales mandatos, a la estructura de los precios del mercado determinados, en definitiva por factores ajenos a las aludidas funciones gerenciales.131

Para el austriaco la figura que tiende a convertirse en rectora de la economía, suprime la

libertad de los proyectos y actuaciones de consumidores, empresarios y capitalistas, lo que hace

que éstos se ajusten a la inercia de delegar una extensa parte de sus voluntades y poderes. En este

sentido, para un mejor entendimiento debe interpretarse que la figura de la iniciativa pública, se

convierte en un organismo que pretende realizar la misma cantidad de acciones desempeñadas en

la acción cataláctica por los agentes económicos. Con la diferencia que el funcionario al no

guiarse por los fines lucrativos, las reglas productivas y al no cargar con responsabilidad sobre la

obtención de beneficios e intereses; difícilmente podrá importarle la retribución de capital sobre

los participantes que contribuyen a la producción. Según esto para Mises el burócrata se mantiene

aislado del acicate que significa el daño económico que sus decisiones propician sobre la

economía, ya que como miembro del gabinete de estado se halla en salvedad de sus errores,

asumiendo riesgos con liviandad.132 Para la crítica austriaca el programa económico estatista

resulta por su dirección burocrática, un proceder incompleto e ineficiente, ignoto de la condición

que representa la escasez y la severidad con que las conductas capitalistas tienen que lidiar al

emprender cualquier empresa rentable. La asignación de capital, desde la forma en que la

administración pública la realiza, presumiblemente se vaticina deficitaria, por los gastos

aleatorios, innecesarios y errados; y por la turbiedad prevaleciente sobre lo que debería ser la

verdadera información de mercado. Mientras el capital -siempre escaso- del que dispone el

gobierno, se ocupa bajo las directrices planificadoras, seguramente otras situaciones apremiantes

en las que el capital debería dirigirse, dejan de efectuarse, “ya que por su propia naturaleza, el

sistema carece de la agilidad para acomodarse a circunstancias continuamente mudables”.133

En virtud del poder de acción de la planificación gubernamental, las condiciones sociales

en efecto cabe se vean afectadas, en función de la profusión burocrática dentro de todos los

caracteres de la vida social. En su figura de benefactor, el Estado será tomado como productor de 131 Mises, L. (1960), La Acción Humana, t II, p. 407. 132 Entre los principales cuestionamientos que Mises formula a la capacidad productiva estatal, esta por ejemplo la forma en que aquella habrá de repartir el capital existente entre las distintas ramas de la producción, de acuerdo a la eficiencia marginal en una construcción variable de salarios, o que sectores productivos habrán de ser ampliados y restringidos de acuerdo a la locación de medios, trabajo y demanda; qué empresas deberán variar su producción, o que nuevas fabricaciones deberán abordarse. Ibidem, p. 408. 133 Mises L. (1982), El Liberalismo, p. 127.

CAPÍTULO 3 EL OCASO PRAXEOLÓGICO

101

bienes y servicios, organizador de trabajo y capital, consumidor de bienes y promotor de la

expansión dineraria. La fundamental noción “marginalista de la utilidad” -principal señal del

comportamiento del consumidor y del productor- será desdeñada y por tanto desarticulado el

principal rector de la actividad comercial. En general la acción creadora y el intercambio material

se transponen de las libres inclinaciones particulares, hacia los designios centrales.

[…] Las actividades económicas de los ciudadanos se hallan sometidas al pleno control estatal. El poder público en efecto, ha sumido la función de señalar el volumen de capital y mano de obra correspondiente a las varias actividades mercantiles; decide cuales sean los bienes a producir, su cantidad y calidad, y ordena la relación correspondiente a cada consumidor. Las últimas resoluciones en el ámbito económico competen de manera exclusiva al estado. El ciudadano se ha visto reducido a la condición de simple vasallo.134

Por otro lado en cuanto a los costos sociales de la planificación, la observación austriaca

no tarda en observar una relación coercitiva dependiente entre electores y políticos, en la que los

ciudadanos al ser receptores de la acción gubernamental, se vean comprometidos a otorgar una

cierta reciprocidad con el partido del líder benefactor. Éste será un duro desafío al desarrollo de la

vida democrática y al liberalismo político, debido a que como Mises lo considera “la dádiva

corrompe tanto al que la da como al que la recibe. Aquel se autobeatifica; éste se rebaja y

envilece”.135 Desde la vertiente económica, burocrática o política, la acción particular de los

ciudadanos tiende a quedar invadida por el poder coaccionado, lenitivo y venal del funcionario de

Estado.

Bajo el sistema burocrático el favoritismo y las personales inclinaciones libremente cabe

florezcan, pues no es posible cifrar la productividad de los diversos departamentos, ni la del personal, aunque sea superior, que en los mismos labora. No cabe en dichos nombramientos recurrir a norma objetiva alguna que asegure la idoneidad del sujeto para el cargo. Hay que designar siempre al más competente. Pero ¿Cómo discernir la competencia si no se puede cifrar el valor de la obra realizada?136

Así pues con las prerrogativas gubernamentales en la venta de bienes y servicios, la

compra de trabajo, tierra y bienes de capital, basado en un régimen de precios y salarios

determinados fuera de mercado, consumidores, capitalistas y empresarios deberán someterse a los 134 Mises, L.(1960) , La Acción Humana, t. II, p. 613. 135 Ibidem, p. 584. 136 Mises, L. (1982), El Liberalismo, pp. 128-129.

CAPÍTULO 3 EL OCASO PRAXEOLÓGICO

102

usos con los que el poder público vende, produce y retribuye. Una vasta actividad que por el

tamaño avistado y por la administración burocrática, se cree, caminará por un nebuloso

procedimiento de oficina y por la limitada capacidad de acción del funcionario.

En el cuadro histórico misesista, la transición al “Intervencionismo como sistema

económico permanente” es una condición real hacia la que se vuelca occidente y sobre la cual el

austriaco se adelanta a aseverar una opinión general y a vaticinar las formas y consecuencias que

se sucederán en el futuro. Sin conocer los pormenores con que el estado concretaría su inversión

y los cambios que esta traería en el transcurso de la década de los sesenta y setentas, Mises no

auguró éxito en la inversión ni la producción del nuevo orden.

En lo que se refiere a la construcción de un sistema internacional y las relaciones de los

Estados planificadores en occidente, como contrapeso al mundo comunista soviético, Mises

tampoco consideró que pudieran darse grandes avances. Desde su particular juicio, creyó que con

el aplazamiento intervencionista, la ilusión de una federación de democracias occidentales tendría

que lidiar con los vicios del proteccionismo y el nacionalismo económico. De acuerdo a las

premisas de la planificación, los ánimos librecambistas difícilmente podrían evolucionar, debido

a una realidad fáctica en la que los planes económicos de los líderes, se dedicaban a defender

intereses políticos regionales. En base a su credo liberal, consideró que el plano internacional

tendería a dividirse en sociedades subvencionadas y subvencionistas.137 Los proteccionismos

arancelarios dibujaban a priori, un escenario donde no se dejarían de crear bloques faccionarios

con fuertes nacionalismos económicos, lo que implicaba que distintos regímenes volvieran a

entrar en un ambiente donde imperara la disposición bélica. El teórico no alcanzó a verificar el

curso que tomaron, la aplicación de los tratados internacionales y las disposiciones políticas y

sociales en la posguerra, ni de aquellas instituciones que desarrollaron el comercio internacional

(en este orden fueron notables las disposiciones que la Organización de Naciones Unidas tomaron

para las conductas económicas, el comercio internacional y las políticas armamentistas). Aunque

debe reconocerse que en el transcurso de la guerra fría, se daría un arreglo de grupos comerciales

y una polarización con la amenaza nuclear entre los bloques del atlántico norte y el soviético.

Es vano esperar que un gobierno entregado a los principios del estatismo pueda renunciar a aspirar a un mayor aislamiento. […] cuanto más avance un país en el camino hacia la pública

137 Mises L. (1970), Omnipotencia Gubernamental, capítulo XI, pp.390-391.

CAPÍTULO 3 EL OCASO PRAXEOLÓGICO

103

fiscalización de la economía, más forzado se ve a retirarse de la división internacional del trabajo. Las bien intencionadas exhortaciones de economistas de espíritu internacional no pueden disuadir a un gobierno intervencionista de aplicar medidas de nacionalismo económico.138

Uno de los puntos más considerables sobre el nuevo modelo de la posguerra, es

precisamente el que tiene que ver con la tendencia masiva hacia la tercera vía. Si bien en la

primera mitad del siglo ya se habían puesto las bases del intervencionismo gubernamental con el

progresismo y la economía de guerra, la expansión de la revolución keynesiana se hizo posible,

porque dibujó el esquema para virar el camino del ciclo, evitar la depresión económica y resarcir

los daños de la guerra.139 La fuerza del nuevo Estado se presumía de tan grandes proporciones,

debido a la gran unión de fuerzas sociales, y es que la ciudadanía encontró la senda hacia una era

renovadora, que verificaba la justicia en la distribución de la riqueza y un progreso conjunto,

social. Las conquistas sindicales se consideraron alcances colectivos de la clase trabajadora, que

al mediar el siglo, eran una condición generalizada por todo occidente. Por otra parte las

subvenciones y los estímulos del Estado en el firme apoyo a la concentración industrial, a los

monopolios nacionales -que sustentaban la soberanía de los principales recursos- trajeron un buen

entendimiento entre las asociaciones de productores y capitalistas. Mises consideró que esto era

una verdadera componenda, en la que el discurso político hacia converger la comunidad de

intereses.140

El empresario en todo estado intervencionista, para evitar onerosas penalidades, no tiene

más remedio que acomodarse a los caprichos de las autoridades. De todo ello resulta que tales y otras consideraciones, ajenas al principio de maximización del beneficio propio, van jugando un papel cada vez mayor en la vida mercantil, reduciéndose concomitantemente la valoración de pérdida y la ganancia, lo que supone en efecto que el sector privado va siendo paulatinamente invadido por la filosofía de la empresa pública, asimilando en grado cada vez mayor, su pesado esquema de formales reglamentos y regulaciones, lo que en verdad la va burocratizando. [todo esto es] obligada consecuencia de la prevalente política intervencionista.141

Lejos de las negativas premoniciones al Estado planificador, existe un último punto que

destacar en el cuadro histórico misesista, ese es aquel que se refiere al desenlace final en que

138 Mises L. (1970), Omnipotencia gubernamental, p. 438. 139 Los puntos referentes al análisis cataláctico, pasaron desapercibidos en Europa y Estados Unidos, inclusive los postulados fundacionales de la primera generación austriaca representada por Menger, Bawerk y Wieser, fueron relegados en las universidades por la corriente principal. Los herederos ideológicos llamados neoaustriacos retomarían los fundamentos epistemológicos para construir nuevos estudios y explicar los fenómenos económicos de los años setentas, con la presencia de la llamada estanflación y la crisis de los energéticos. Vid. Farfán Hernández Rafael (1994) El Pensamiento austriaco en el exilio, p 60. 140 Mises L. (1961), El Socialismo; análisis económico y sociológico, p. 345. 141 Mises L. (1982), Liberalismo, p. 132.

CAPÍTULO 3 EL OCASO PRAXEOLÓGICO

104

probablemente se posicionará la tercera vía. El problema medular se centra en los precios

dictaminados por las autoridades, donde se presenta una situación insalvable a la que el estado

tendrá que enfrentarse. Esto se relaciona en el futuro, cuando en el manejo de precios de venta

con los que los funcionarios ofrezcan sus bienes y servicios, no encajen con la proporción de los

procesos productivos, es decir que no alcancen a retribuir el gasto total, ni tampoco los costos de

los factores productivos y los bienes de capital. Es así como la venta de productos a precios

inferiores de libre mercado, antepone el mayor reto a la planificación, ya que los habientes de los

factores productivos (capitalistas propietarios, trabajadores), los vendedores de materias primas y

manufacturas marginales, -ante las pérdidas que conlleva surtir los pedidos del gobierno-

prefieran retirarse del negocio público o de la actividad intervenida por el gobierno; suprimiendo

la venta de sus bienes y servicios, para declinarse por socios e inversiones cuyos compradores y

empleadores tengan un esquema de negocios verdaderamente lucrativo. Esto bosqueja una

situación donde la producción aminore, lo que lleva a una reacción gubernamental. Tanto para

detener la fuga de capital hacia otros sectores, como para mantener la actividad productiva, el

consejo central de producción estatal, deberá determinar los precios máximos para los factores de

producción, como son el trabajo, el capital y los bienes naturales, así como los bienes de capital y

demás materias primas e insumos del sector en cuestión. El extralimite llegará, cuando determine

el precio de mercancías y materias primas de “cualquier industria” indiscriminadamente, porque

como el mismo Mises advierte “de permitirse la existencia de ramas productivas libres de la

férula estatal, se volcarían en ellas el capital y el trabajo, al encontrar, unas condiciones más

rentables”.142

De esta manera es como se dibuja el futuro escenario en el que el aplazamiento

intervencionista sobre los precios, termine por hacer proliferar las ordenes estatistas sobre la

restante propiedad privada, al grado que se subvierta por completo, cualquier resquicio en el

intercambio de libre mercado. De acuerdo a lo anterior la planificación central al expandir

mayores controles y reglamentaciones -como un recurso necesario para corregir las dificultades

que se presenten- provocará que “la centralización de los medios de producción y la

manipulación sobre la locación del trabajo alcancen un desarrollo tal que se vuelvan

incompatibles con el marco económico y lo hagan estallar”.143 De acuerdo con lo anterior Mises

142 Ibidem, p. 103. 143 Mises L.(1961) , El Socialismo, p. 365.

CAPÍTULO 3 EL OCASO PRAXEOLÓGICO

105

enuncia el más grave de los puntos finales, la llegada por medio de la “tercera vía” a un

Monopolio de Estado, que entre la figura colectiva comunista, no guarde ninguna diferencia. El

monopolio estatal sería pues la victoria del espíritu antieconómico, con la determinación absoluta

de responsabilidades, metas, proyectos empresariales e intereses laborales; además de la venta

obligatoria de las existencias disponibles y el racionamiento sobre naciones enteras. El futuro

punto de llegada que marca la revolución planificadora o direccionista es pues una irremediable

era de la discontinuidad, misma en la que la omnipotente figura del Estado marque el fin de

espíritu creativo, de la libertad y de la propiedad: él ocaso praxeológico.

El gobierno tendrá que fijar nuevamente los precios de los factores de la producción

necesarios para obtener aquellos factores de la producción que se requieren. De este modo el gobierno debe ir cada vez más lejos, fijando el precio de todos los factores de la producción, tanto humanos como materiales y forzando a todos los empresarios y trabajadores a que continúen laborando a los precios y salarios decretados. Ninguna rama de la producción puede quedar fuera de esta fijación total de precios y salarios y de esta organización general para continuar la producción. Si algunos sectores de esta última permanecieran libres, el resultado seria que tanto el capital como el trabajo se desviarían hacia esos sectores y que se reduciría la oferta de aquellos productos cuyos precios fijó el gobierno. Sin embargo, son precisamente estos productos los que el gobierno considera de manera especial como importantes para satisfacer las necesidades de las masas. Si de este fracaso el gobierno no saca la conclusión de que debe abandonarse todo intento de controlar los precios, debe ir cada vez más lejos, hasta llegar a sustituir la economía de mercado por un Socialismo de planeación general.144

Si bien el “ocaso praxeológico” debe entenderse en el marco del planteamiento

económico como un punto futuro, la idea general se refiere a un régimen opacado o decaído, en el

sentido de que el sistema económico sufre una declinación concebida según la lógica liberal, más

no puede afirmarse que el austriaco considere al modelo capitalista extinguido en la historia. No

debe olvidarse que el intervencionismo y su generalización considerada en la revolución

planificadora, es una discontinuidad en el curso de la economía de libre mercado, surgida de

“fuerzas exógenas”, que actúan en las condiciones coyunturales de la primera mitad del siglo.

Además la admonición del futuro planificador es por coincidencia, una visión que se presenta

cuando la edad del austriaco ya rebasaba los 70 años, esa misma condición implicó en mucho, la

poca estima sobre los años venideros y los recursos de los gobiernos de la tercera vía, parte de

ello influyó para que la dirección del futuro, se considerara como un expansivo ocaso otoñal.145

No obstante de acuerdo a las nociones de la economía capitalista, el presunto carácter 144 Ibidem, p. 546. 145 Mises L. (1982), Liberalismo, p. 228.

CAPÍTULO 3 EL OCASO PRAXEOLÓGICO

106

planificador y su corolario el socialismo, guarda en su naturaleza un elemento transitorio, debido

al escenario de escasez que irrevocablemente presentaran dichos sistemas. A fin de cuentas si los

gobiernos no lograran reconocer el error de la senda económica que toman, el desastre material

proporcionado a la población, terminaría por extinguir trágicamente el direccionismo. La

condición en el manejo de los negocios, la producción, el intercambio, la división del trabajo, la

valoración y muchas otras realidades, son parte apodíctica de la creación y re-producción de

capital, además de ser elementos constitutivos del sistema capitalista, con la particularidad de que

el Liberalismo es una forma de acción en continua transformación, y adaptabilidad a ciertas

condiciones de la vida social; como bien lo describe Mises en el siguiente párrafo: “[…] el

liberalismo moderno se distingue del liberalismo de finales del siglo XVIII y comienzos del XIX,

al menos tanto como el intervencionismo moderno se distingue del mercantilismo de los siglos

XVII y XVIII. No es coherente definir como anacrónico el retorno al libre cambio, si no se está

dispuesto a considerar anacrónico el retorno al sistema proteccionista y prohibicionista.”146 El

austriaco creyó en la posibilidad que las prácticas económicas volvieran a su forma lógica, confió

en un compromiso adjudicado por si mismo para alcanzar ese retorno. De acuerdo a lo estipulado

en el análisis cataláctico, se había hecho claro la necesidad del conocimiento de la profunda

fuerza que dirige las voluntades en reacción a las leyes naturales, el perpetuo estado de necesidad

y la ineludible laboriosidad. Es por eso que el único recurso para aminorar la fuerza planificadora

se encontraba en el conocimiento de las categorías catalácticas, de los principios del intercambio

productivo en el sistema de mercado y de las particularidades de la vida en el sistema liberal.

Sólo una “educación económica” sobre los individuos, un conocimiento de las condiciones por

las cuales se desarrolla la catalaxia, derribarían la estigmatización de la economía capitalista y

con ello se podría subvertir el espíritu antieconómico.

146 Mises L. (2001), Crítica del Intervencionismo, pp.94-95.

CAPÍTULO 3 EL OCASO PRAXEOLÓGICO

107

La cataláctica o economía progresiva y dinámica: es un estadío histórico donde predomina la economía de libre mercado.

El intervencionismo económico, es la inflexión en el curso histórico, donde la interferencia gubernamental ocasiona un caos en el arreglo económico de mercado.

Ocaso Praxeológico: El intervencionismo como plan económico permanente, plantea un estadio histórico, donde la planificación central interfiere en las categorías catalácticas hasta llegar al mismo punto que el Socialismo.

Inflexión dada en el esquema económico de la Historia:

3.3 El DESAFÍO GUBERNAMENTAL AL LAISSEZ-FAIRE: LA FIGURA ECONÓMICA

DEL ESTADO Y LA CONSTRUCCIÓN DE UNA NUEVA ERA.

Con lo expuesto hasta aquí, sólo queda hacer un comentario diferencial y más completo a

la temporalidad estudiada en cuestión y a las consideraciones hechas por el cuadro histórico

económico misesiano. Por un lado la revisión hecha al periodo desarrollado entre 1914-1945, ha

dado como resultado la valoración sobre las formas políticas y las condiciones económicas que

marcaron uno de los momentos más decisivos de occidente. Por otro además de las

conflagraciones mundiales, ha sido importante resaltar la enorme interrelación de ideologías y

conceptos que en aquéllos años formaron parte medular en la gran cantidad de acontecimientos

sucedidos durante el resto del siglo XX. La interpretación al bosquejo histórico misesista, ha sido

una oportunidad para adentrarse en los antecedentes más primigenios, en los que se basa el

debate contemporáneo sobre el liberalismo político y económico. Lo ocurrido a finales de siglo,

con el termino de la unión soviética, la caída de la cortina de hierro y el declive del llamado

estado benefactor, hacen necesario iniciar una revisión histórica, sobre los caracteres ideológicos

CAPÍTULO 3 EL OCASO PRAXEOLÓGICO

108

y los acontecimientos que intervinieron decisivamente en la transformación histórica. La

globalidad económica, una sociedad de consumo y una era donde la información y la

comunicación se presentan como las grandes premisas en las que se asienta el siglo XXI, mueven

a conocer los fundamentos en que se basa la nueva liberalidad y a su vez de dicho conocimiento,

poder atisbar los fundamentos en que se sustenta el presente y el futuro inmediato.

Con este estudio al menos se ha intentado revisar a uno de los tantos elementos que

influyeron para la consecución de esos cambios. En este sentido puede decirse que la doctrina

misesiana, inició de manera temprana una de las vertientes para la futura discusión entre

liberalismo y regulación gubernamental. Como bien lo han venido analizado sociólogos, políticos

y economistas, el desmantelamiento del estado benefactor, no fue causa de una sola razón en

particular, sino de la multiplicidad de factores que convergieron en un tiempo determinado.

Algunos científicos sociales explican que el decaimiento sucedió en parte a la misma naturaleza y

consecuencias del estado benefactor; y por otro a las contrapropuestas que ciertas escuelas

económicas presentaron contra los métodos keynesianos. La historia del pensamiento económico

considera el inicio de la disputa económica, con los estudios de la teoría monetarista de Chicago

y la teoría de la libertad de conocimiento empresarial de Friedrich Hayek, pero con lo estudiado

hasta aquí, se reconoce que los postulados misesianos, son las primeras proposiciones liberales

contrapuestas a los regimenes dictatoriales y democráticos del temprano siglo XX; que sin

concretar una teoría económica y política en forma, hacen de la Cataláctica, una herramienta para

interpretar la realidad. La misma teoría de la utilidad marginal planteada por Menger y

desarrollada por Wieser y Böhm-Bawerk, sentaron las bases psicológico-económicas, para el

estudio del consumidor y su preponderancia en el sistema económico, lo que hoy en día forma

parte de la Microeconomía, los estudios mercadológicos y del consumidor.

Las severas observaciones liberales hechas por el austriaco, pueden servir para darse

cuenta de la relevancia tomada por las estrategias y recursos que las formas políticas de los

gobiernos occidentales presentaron en aquellos años. Todas fueron muestra de actos decisivos

que los líderes políticos ejecutaron, para tratar problemas de grandes proporciones: como la

defensa militar o la contención de los procesos depresivos económicos, velando por los intereses

nacionales más convenientes en la guerra y en la recuperación. Sobre la dicotomía liberalismo |

intervencionismo, puede aseverarse que Mises intentó prever las consecuencias de las decisiones

tomadas, los extralimites económicos y sociales de la recuperación y la reconversión, y a su vez

CAPÍTULO 3 EL OCASO PRAXEOLÓGICO

109

dar a conocer las premisas del Estado moderno en la posguerra. Los recursos provisionales para

la recuperación en la década de los 20s y 30s (inmersos dentro del arreglo político-económico

conocido como Progresismo y Reforma social liberal) eran las bases precursoras de una nueva

síntesis. De acuerdo a la severidad con que el criterio cataláctico analizara los recursos de este

periodo, puede tenerse una idea de la transformación que significaba la generalización del

intervencionismo; la irrupción de una etapa en la historia que significaba un gran cambio en todos

los niveles sociales, políticos y económicos. Y es que en efecto la presunción sobre las

innovaciones originadas a partir de las decisiones gubernamentales, son unas que indudablemente

no sólo redefinieron la realidad económica, sino toda la tendencia histórica de occidente.

Revulsionaron las directrices que sustentaban la acción económica liberal, el arreglo general de la

producción capitalista y las relaciones de mercado que de ahora en adelante desarrollarían los

agentes humanos. Tomando a la perspectiva cataláctica de una forma objetiva, puede entenderse

a ésta como la manera en que Mises quiso analizar las formas del Intervencionismo y su

implicación sobre la economía de mercado, la democracia, la cultura económica y las condiciones

particulares de la ciudadanía. En particular sobre aquellas mutaciones que deberían darse en

todos los agentes y personificaciones, con riesgos que rebasaban el limite de condiciones

inalienables en la lógica económica, no sólo en el orden de la propiedad, sino en las condiciones

de libertad de pensamiento, democracia y poder de acción.

La transformación de una organización erigida en el principio de la competencia de

mercado, (intercambio y cooperación mercantil) donde prevalecen como eje principal las

categorías individuales del hombre económico, a los lineamientos del estado benefactor y la

economía keynesiana, significaban la transición de un extremo a otro. Un escenario radicalmente

opuesto, debido a las funciones que venían dándose en la producción y el comercio en el orden

económico de libre mercado.

La revolución keynesiana trazaba de inicio una gran transformación en la figura estatal,

que se adjudicaba en su función central, el pleno empleo de los recursos productivos mediante la

formulación de planes macroeconómicos; con ello se pretendía buscar las metas de la tercera vía,

es decir participar en la producción capitalista de mercado recurriendo al uso de las prerrogativas

políticas. En su marco funcional, la nueva figura del Estado se disponía a emprender la

construcción de la instrumentalidad institucional que asentara en la práctica, la aplicación y el

funcionamiento de los derechos laborales, las acciones de la asistencia social y la actividad

CAPÍTULO 3 EL OCASO PRAXEOLÓGICO

110

económica agregada. Para ello el Estado se vería en la necesidad de modernizar su carácter

administrativo, ampliar sus agencias y departamentos para dirigir y controlar los recursos, bienes

y servicios. Dentro de ese reto, es como se incuba gran parte de la legitimidad en que se sustenta

el nuevo estado y sus instituciones. El aparato estatal en ciernes formulaba sus metas en base a

las reconocidas necesidades de los grupos sociales, para intentar corregir y prevenir las

contrariedades y los riesgos de las relaciones de libre mercado. Dando por hecho que en las bases

del estado benefactor difícilmente podría darse una eficiencia económica y una progresión

acumulativa y consumidora -al menos no como en la libre compulsión mercantil- puede decirse

que los planes de la tercera vía, se enfilaban por un camino posible a la acción de los

procedimientos económicos estatales, efectivo con sus debidas fórmulas y medidas, reflejadas en

los actos economizadores, la administración y explotación productiva según los medios públicos.

Por la cantidad de procesos que éste debería asumir y la extensiva licencia para con los

lineamientos del capitalismo, los ejecutivos del poder político se adjudicaron la responsabilidad y

los riesgos sobre los mandatos de un programa sin precedentes -como Mises lo sugiere- de una

manera “desafiante” a los principios del laissez-faire.

El desafío del estado benefactor, presumiblemente al estructurarse como un modelo

posible a través del pacto y cohesión con los sectores de la sociedad, implicaba una re-

configuración en distintos órdenes. En efecto las relaciones de poder entre el gobierno y los

grupos sociales fueron indiscutibles, consumidores y productores giraron la vista hacia el aparato

de poder en una nueva correlación de fuerzas. Con el inicio de una largo periodo de paz, el fin de

casi la mayor parte de los imperios coloniales y el arribo de las democracias parlamentarias, el

estado de bienestar consolidó la nueva vida democrática en la configuración de una lucha

electoral masiva; no debe olvidarse que para entonces el voto funcionaba en torno a un esquema

de grandes coaliciones políticas: había dado inicio la llamada política de masas.147 Este periodo

puede mostrar con admiración, la forma en que los partidos de izquierda y la socialdemocracia

pudieron ganar su entrada en la lucha democrática parlamentaria y con ello el respeto a su figura

como una legítima fuerza política, que consolidaba sus bases ideológicas y de acción -más allá de

las formas institucionales de la tercera vía- en la meta por salvaguardar a los trabajadores y a los

ciudadanos de los constantes riesgos que interponía la evolución de las relaciones de mercado.

147 Cfr. Lazarsfeld, Paul Félix, La elección de las masas.

CAPÍTULO 3 EL OCASO PRAXEOLÓGICO

111

Por otra parte debe mencionarse, un punto clave en el que actuaron los cambios

auspiciados por el estado benefactor, este se identifica con el carácter social, un cambio que se

relaciona directamente con la capacidad creativa que Mises identificó con el principio de la

capacidad empresarial. Si bien es cierto que proliferó el estado burocrático, así como la

interferencia sobre la asignación de bienes, capitales y la producción (además de la preeminencia

de una economía nacional y el desarrollo del comercio internacional sobre sectores estratégicos

determinados por la política), debe señalarse que permaneció un resquicio para la actividad

creativa de los ciudadanos, aunque la economía y la percepción fuera estática, los agentes

económicos como consumidores o vendedores tuvieron que construir su presente en la selección

de medios y fines, aunque fueran constreñidos desde el mandato del poder central. Teniendo en

base la noción del estado de necesidad, la escasez y la laboriosidad, puede afirmarse que existió

continuidad en la evolución industrial, científica y artística. Además las legislaciones laborales,

las instituciones que administraron la asistencia social y el ofrecimiento público de servicios,

implantaron en la ciudadanía un mínimo civil que antes ni siquiera se había pensado.148 Este fue

uno de los resultados que Mises no alcanzó a vislumbrar, ya que su preocupación se fundaba en

la interferencia gubernamental, sobre los precios, los sistemas monetarios y las nacionalizaciones

de bienes y servicios, que sólo ayudaban a la componenda con los grandes monopolios, en

detrimento de la movilidad económica y del mismo consumidor. Más allá de la legislación

laboral y la asistencia social, los bienes y servicios que el Estado alcanzó a proporcionar a precios

intervenidos, obtendrían con su consumo expansivo una metamorfosis en los habitantes, en

particular para el común de la clase trabajadora, agropecuaria e industrial. Por ejemplo la

alimentación, la prevención de enfermedades, el alfabetismo y la seguridad laboral fueron el

símbolo del cambio en los 50s y 60s. En esta época los mayores logros sociales fueron sin duda

el voto universal, la educación, el derecho a la salud, a la vivienda y al trabajo; en este rubro, el

sindicalismo se anticipó a defender colectivamente la fuerza laboral de todos los sectores

económicos (primario, secundario, terciario). La revolución keynesiana fue la oportunidad para

que el poder del estado entablara una relación con grupos que antes habían pasado desapercibidos

al interés público, como era la clase trabajadora en todos sus sectores y la población que en

general presentaba condiciones materiales muy contrastantes, comparadas con la clase propietaria,

148 Schapiro J S.(1961), Un mundo en crisis, p. 93.

CAPÍTULO 3 EL OCASO PRAXEOLÓGICO

112

la burguesía o -todavía en algunas naciones- la aristocracia. La función del estado en su actividad

económica agregada y su intromisión para cohesionar y enlazar los factores productivos a la

inversión, re-definirían la cultura social, política y económica de la población en la segunda

mitad del siglo. Se enaltecería la confianza en la democracia económica y se detraerían los

rezagos de las infamantes prácticas explotadoras -todavía presentes en los primeros decenios del

siglo XX- de las relaciones dadas entre el poseedor, el capitalista y el trabajador, dignificando al

trabajo y enalteciendo el orden de las garantías individuales.

Los grandes grupos sociales se unieron a la inercia institucional formando en los primeros

años un fuerte apoyo político a los partidos y sus líderes identificados con las políticas sociales.

El gobierno estableció una correlación política multi-lateral con los electores, los sindicatos y los

grupos empresariales que formaron parte importante en la fundación y legitimación de la tercera

vía. Éstos formaron una construcción de relaciones y costumbres político-sociales, que definieron

el entramado social de la segunda mitad del siglo. En general fue una transición donde convergió

la congruencia entre la democracia y los programas sociales, no por una irrupción puramente

transitoria, sino por el tamaño de los cambios estructurales, en la que influyó decisivamente la

ideología colectiva de la época y las situaciones funcionales en las que se hallaban los actores

políticos.

La gran inquietud surgida en las relaciones de la política con la economía, se entiende, por

la forma en como la iniciativa pública entraría en los negocios privados. Una actitud que

representaba un replanteamiento a las relaciones entre las formas productivas y del intercambio

económico, que se venían practicando por el común de los grupos sociales. Según lo conocido en

el funcionamiento del sistema de mercado (como son los actos de inversión, la remuneración de

los factores productivos y la funcionalidad del sistema de precios), la actividad agregada en la

figura del estado como comprador y vendedor, introducía una forma distinta sobre la asignación y

el consumo de factores y bienes de capital en los distintos sectores. Aunque las nacionalizaciones

se apropiaron de empresas pertenecientes al sector secundario y terciario,149 no puede ignorarse

que el Estado tuvo que comprar bienes del sector primario a precios convenidos por el poder

político. De forma general puede decirse que gran parte de los bienes de capital entraron en una

149 El sector primario de la economía, es el relacionado con las actividades agropecuarias, integrado por la agricultura, ganadería, silvicultura, pesca etc. El sector secundario o industrial se divide en la industria extractiva que integra la extracción del petróleo, minería y energéticos; y la industria de la transformación que incluye todas las demás ramas industriales. El sector terciario de las actividades económicas es el sector de servicios el que incluye todas aquellas actividades necesarias para el funcionamiento de la economía. Como son los servicios de comercio, restaurantes, hoteles, trasporte, educación, etc. La acción de la tercera vía al final tuvo que moverse en la determinación de precios en algunas de las actividades en cualquiera de los tres sectores económicos.

CAPÍTULO 3 EL OCASO PRAXEOLÓGICO

113

transferencia que los llevó de la administración y explotación privada a los requerimientos que

demandaba el interés gubernamental. Apartado del principio de la utilidad marginal

microeconómica y de la libre configuración de precios, la tercera vía congregaría los bienes

materiales, cantidades, precios, tiempo y lugar determinado, en respuesta a los planes centrales.

Es concebible la trasformación en las percepciones de los agentes productivos, de los

consumidores y de los inversionistas sobre el mercado, ya que desde el progresismo se había

comenzado con las conquistas laborales, la evolución en las relaciones de producción y en las

condiciones de las fuerzas materiales de producción. En una era de taylorismo, 150 constante

división y especialización para el trabajo, los logros de la legislación laboral, permitieron

preservar y regular correlativamente circunstancias esenciales entre el trabajador, el empleador y

el medio para el trabajo. La seguridad social permitía por primera vez al trabajador, contar con un

retiro digno y no quedar al desamparo económico con la falta de sus facultades. La determinación

de salarios y el manejo de un contrato colectivo, dotaba de un mínimo estipendio a la jornada

laboral y una garantía a las contrataciones laborales en el fluctuante mundo de la contratación y el

salario. La asistencia social pública, comenzaría a generalizar la salvaguarda de las condiciones

más vulnerables en que se encontraba un numeroso sector de la sociedad; orfandad, incapacidad,

indigencia y el desempleo eran las situaciones a combatir.

Estaba en duda el crecimiento, la productividad y la rentabilidad en la tercera vía, según la

advertencia austriaca, la economía planificada y su programa de equilibrio macroeconómico

presuponía un detrimento en la variabilidad productiva y en el crecimiento económico; pero la

figura del estado como vendedor de bienes y servicios o mediador con la iniciativa privada,

serviría para ayudar en primer lugar a enlazar los factores productivos (bienes materiales, trabajo

y capital) distanciados de la inversión y en segundo lugar a ofertar bienes y servicios a un

mayor número de la población, es decir a niveles nacionales. En especial servicios tales como la

comunicación y el trasporte (entre los que se contaba el telégrafo, la telefonía, el ferrocarril y el

trazado de carreteras), todos ellos contribuirían a la movilidad masiva de poblaciones, ayudando

especialmente a la comunicación, el comercio, la inversión y la movilidad de la fuerza trabajo. El

servicio de energía eléctrica, permitiría iniciar la transformación modernizadora del trazado

150 El taylorismo, basado en el principio de la 'administración científica' desarrollado por Frederick Winslow Taylor, es la racionalización de los procesos productivos, diferenciándose las tareas de creación y ejecución, es decir hay división en la organización de la producción y de las tareas mecánicas, asegurando un mayor control de la producción por parte de los gestores. Vid Landreth Harry y David C. Colander (2004), Historia del pensamiento económico, p- 361.

CAPÍTULO 3 EL OCASO PRAXEOLÓGICO

114

urbano y el desarrollo industrial; el alumbrado público y la localización de energía abrirían el

umbral para el uso de los inventos que la revolución tecnológica había alcanzado desde el

temprano siglo XX. Pero el cambio de mayor tamaño era el que se relacionaba directamente con

tres formas de oferta pública que replantearon totalmente la figura social, hasta el grado de poder

hablarse de una transformación civilizatoria. Por un lado se cuenta el sistema de fondos para la

vivienda, que permitió por primera vez a un gran número de estamentos sociales, contar con

domicilio propio. A continuación se encontraba la generalización del servicio médico, que

gracias a la construcción de unidades clínicas y a la implementación de programas preventivos,

permitiría a las poblaciones acceder a la atención médica diagnostica, medicinas, tratamientos e

inoculación profiláctica. Estos servicios darían oportunidad para combatir la enfermedad y hacer

frente correctiva y preventivamente a procesos epidemiológicos, que hasta entonces habían

menguado notablemente a las poblaciones más vulnerables. La expansión del servicio médico, se

vería reflejada en el efectivo aumento de la esperanza de vida, complementada con el desarrollo

técnico industrial médico y el conocimiento científico aplicado. Esto lleva a considerar el tercer

gran servicio generalizado sobre la sociedad: se trata de la educación pública. Iniciando por la

alfabetización, la cobertura de la educación básica, la tecnológica y profesional, supuso en

primera instancia la construcción de inmuebles y la ocupación de trabajadores para el servicio

educativo; todo ello permitía llevar el conocimiento hasta regiones lejanas de las urbes,

ayudando a cubrir las necesidades y los requerimientos de una ciudadanía, necesitada de una

mejor adaptabilidad a las exigencias técnicas, que la división y especialización del trabajo exigía

en todos los sectores de la producción económica. El simple hecho de considerar a la educación

como un acceso a la información, plantea una situación completamente distinta a los viejos

regimenes donde el conocimiento y la información eran privilegio de pocos. Los servicios

educativos públicos eran la oportunidad para buscar una participación expansiva de la cultura, el

conocimiento y la civilidad en los sectores sociales, que reconfigurara las relaciones ominosas

entre propietarios y clase trabajadora, que los regimenes imperiales y coloniales habían

estructurado por siglos enteros.

Por supuesto que estos servicios ofrecidos por el gobierno de la tercera vía, planteaban un

desafío al libre mercado, a la forma de la iniciativa privada. Visto desde el presente, es un buen

cuestionamiento el considerar si en el dado caso de que no se hubieran dado los planes

institucionales públicos de vivienda, salud y educación ¿La producción privada hubiera podido

CAPÍTULO 3 EL OCASO PRAXEOLÓGICO

115

expandir bienes y servicios de esta categoría, en un plano social masivo generalizado? ¿Qué

tiempo habría necesitado la iniciativa privada para hacerlo? Hasta el limite histórico que llega

esta investigación (el umbral de la revolución keynesiana) sólo cabe decir que en lo que respecta

al cuestionamiento sobre el estado benefactor -en su capacidad productiva, acumulativa,

evolutiva y creativa- quizá pueda aceptarse la constatación de un detrimento en todas las

variables económicas, esto si se compara la economía de los negocios públicos con el

funcionamiento de libre mercado (porque la economía estática y el crecimiento macroeconómico

se rigen por patrones distintos). Lo que si puede diferenciarse es que la envestidura productiva

gubernamental, generalizaría la venta de bienes y servicios a una mayor cobertura de la población;

con niveles de producción, evolución industrial y empresarial, regidos por procesos de “mayor

proporción y durabilidad”, en que la sociedad y sus integrantes asentaron sus propios hábitos de

consumo. Pueden ser aceptadas las observaciones misesistas sobre la injerencia en la información

y percepción de mercado, es que el objetivo keynesiano era buscar una constancia en las

condiciones económicas de larga duración, para que de esta manera se creara una estabilidad

social y se contara con las mejores condiciones para una aproximación al equilibrio

económico.151 Desde las bases ideológicas del liberalismo social y la socialdemocracia, el nuevo

orden político de la revolución keynesiana debería ser el promotor de una sociedad más

igualitaria, con una cultura de la democracia económica, una idea de justicia social y una propia

idea del progreso, distinta a los esquemas del comunismo y laissez-faire.

151 La síntesis de la noción del equilibrio general se considera en la razón macroeconómica cuando la oferta global de bienes y servicios es igual a la demanda global; cuando los ingresos de ventas de los bienes y servicios son iguales a los gastos de consumo totales; o también cuando los costos de producción de los bines y servicios son iguales a los ingresos que reciben los factores de producción. Es así cómo se considera que el equilibrio se da cuando la oferta y la demanda de mercado se igualan en los diferentes precios y se proyecta de manera general en el sistema económico en los diferentes mercados que lo conforman. Vid. James, Émile (1963), Historia del pensamiento económico, cap II, pp. 206-210.

CAPÍTULO 3 EL OCASO PRAXEOLÓGICO

116

ACCIÓN DEL ESTADO EN LA REVOLU-CIÓN KEYNE-

SIANA

ASIGNACIÓN DE RECURSOS ECONÓMICOS

RE-CONFIGURACIÓN DE RELACIONES DE INTERCAMBIO ENTRE: CONSUMIDORES-PRODUCTORES (CAPITALISTAS, EMPRESARIOS, TRABAJADORES).

DETERMINACIÓN DE INVERSIÓN Y DIRECCIÓN PRODUCTIVA MACROECONÓMICA

a) Comentario final

Después de lo dicho en los capítulos anteriores, sólo queda puntualizar las metas más

importantes a las que se ha llegado con este trabajo. Por principio puede considerarse que con el

estudio de las obras misesianas, se ha logrado armar un cuadro histórico-económico,

caracterizado por una teleología regresiva. El enlace de tiempos en la historia permitió entrar en

la interpretación de hechos sobre un amplio periodo histórico, que va desde el imperialismo

económico en el último cuarto del siglo XIX, hasta el final de la II guerra mundial. La etapa de la

economía dinámica o progresiva, con la cual se identificó la explicación cataláctica del primer

capítulo, fue un periodo descrito como aquel donde venía dándose un capitalismo continuo.

Mises lo entendió así de acuerdo a un criterio liberal y a las bases teóricas de la escuela

económica austriaca. El plan regresivo que se ha revisado en la forma histórica del liberalismo

económico alienado, fue concebido por el austriaco de acuerdo a la lectura de los tiempos que le

significaban el ascenso del comunismo soviético, la aparición de estados corporativos militaristas,

las economías de guerra y el progresismo liberal. Una particularidad que definió la década de los

20’s y 30’s, fue aquella en la que el curso económico de occidente se desvió de la trayectoria

dinámica de mercado, cayendo en una serie de recursos y estrategias que se vislumbraban

desafiantes, a los principios generales de la Cataláctica. Por último el ocaso praxeológico, la

tercera etapa manejada en este trabajo, se entendió como un punto final en el que la planificación

CAPÍTULO 3 EL OCASO PRAXEOLÓGICO

117

económica de Estado llegarían a un punto futuro en el que reinaría la confusión de los regimenes

políticos y de la cultura económica, situándose en el mismo plano económico y social tanto el

estado benefactor como el comunismo.

En segundo lugar el uso del cuadro histórico-económico misesista, permitió acceder al

complejo plano dialéctico entre liberalismo | intervencionismo. El “esquema regresivo de la

acción económica” puso en consideración a la teoría cataláctica, como una peculiar fórmula que

explicara los actos económicos, el comercio, la producción y la distribución; reuniendo en su

doctrina el uso de conceptos interpretativos tan diversos como los sociológicos y hasta

psicológicos. En la teoría misesista, puede constatarse no sólo una forma moderna de liberalismo

económico en la primera mitad del siglo XX, sino al mismo tiempo un enlace continuo con los

elementos decimonónicos propuestos por Carl Menger referentes al consumo y el papel del

consumidor. Además debe advertirse una característica importante en la generalización de la

acción económica sobre el comportamiento humano, ya que ésta sentaría las bases concretas de la

microeconomía; una forma de indagar e interpretar la realidad económica, desde el estudio de la

unidad productiva y el comportamiento del consumidor. En el esquema de la economía del

consumidor, la llamada utilidad marginal, sería un principio que sentaría las bases para la

construcción de una teoría que considera la formación del valor económico, el resultado del

principio subjetivo de la demanda, es decir una imputación ordenada de acuerdo al margen de la

elección particular; en ello han quedado plasmado los antecedentes primigenios de la noción

conocida cómo la elección individual o particular.

Esta sería efectivamente una propuesta de tan grandes dimensiones, que bien puede

considerarse el principio ideológico toral en el que se gestaron las formas económicas de la

crítica liberal, aquellas que se superpondrían al estado benefactor en las últimas décadas del siglo

pasado. La teoría de la utilidad marginal es una tesis económica que desde el temprano siglo XX,

soslayaría -más no resolvería- aquellos principios marxistas, que consideraban al valor

económico como el resultado de la cantidad y el tipo de trabajo invertido.

La forma interpretativa misesista analizada desde sus fundamentos epistemológicos hasta

su liberalismo práctico, ha sido la oportunidad para encontrarnos con una temprana postura

analítica, respecto a la realidad que presentaba el ascenso del comunismo como ideología y

praxis política, al mismo tiempo que el intervencionismo de estado irrumpía en la economía de

guerra con sus facultades centralizadoras y corporativas. Es así como en el mundo de las ideas es

CAPÍTULO 3 EL OCASO PRAXEOLÓGICO

118

entendible que el colectivismo teórico y práctico fuera tomado con desconfianza por presentar un

serio obstáculo a la construcción de la incipiente república austriaca. Para Mises todo esto se

podía constatar desde los movimientos étnicos en los últimos años del imperio austro-húngaro,

pasando por los movimientos del partido comunista austriaco (liderados por Víctor Adler y Otto

Bauer), así como el ascenso simultaneo del pangermanismo militarista de la Heimwehr, hasta el

advenimiento de la dictadura del partido social cristiano de Engelbert Dolffus y Kurt von

Schuschnigg, hasta darse finalmente la anexión al III Reich alemán.

El ideario planteado por Mises, con el Individualismo Metodológico y la teoría cataláctica,

debe tomarse sin una negatividad a priori, por significar un intento científico, explicativo de la

naturaleza apodíctica -y pragmática si- de la práctica económica individual desarrollada en las

acciones reales de inversión, producción y consumo, actos impulsados todos por las directrices

de la elección de fines y medios (consecuencia de la adaptación económica a la demanda del

consumidor), el cálculo económico en un orden de precios, y la capacidad empresarial en un

sistema de intercambio mercantil. Todos estos elementos fueron anticipadamente propuestos ante

los lineamientos de la corriente principal que sustentaban la economía comunista y la

planificación centralizada, los cuales se presentaban en el mundo con la forma de modelos

contestatarios o divergentes a la economía de mercado.

Con lo expuesto en este trabajo puede entenderse que la interpretación misesista del

intervencionismo gubernamental en los años 20s y 30s se manifiesta como un discurso que

advierte el comienzo de una transformación en las formas del Estado. Que después de la

concentración económica durante las economías de guerra -en el que se dio la acción de las

instituciones y las empresas públicas- empezaría a conformarse una nueva idea del poder

gubernamental, caracterizado por una relación de mayor alcance con los estamentos sociales.

Desde la temporalidad actual es claro que las formas adquiridas por el poder gubernamental, en

su intervención sobre la actividad económica, redefinirían la legitimación política del poder

estatal en una democracia representativa de masas y partidos, muy distinta a la forma que se tenía

en el siglo XIX. En este sentido el discurso de la democracia económica y la reforma social

introducido por las formas políticas en los primeros años -y afianzadas con las teorías

keynesianas- son una estructura que sirvió de base para la transformación de los grupos sociales

en su conjunto. Ya al mediar el siglo XX era claro que el Estado respaldaba las reformas al

esquema laboral y productivo, pero también que perseguía como meta, la instauración de

CAPÍTULO 3 EL OCASO PRAXEOLÓGICO

119

instituciones que entraran en las formas de la realidad económica. Es así como el ofrecimiento de

bienes y servicios (como la educación, la atención médica, el transporte, la comunicación y la

vivienda entre otras) serían el conducto evolutivo para la dignificación y el desarrollo de

estamentos que hasta entonces se encontraban en condiciones generales de analfabetismo, baja

esperanza de vida, así como infrahumanas y serviles condiciones de trabajo.

Múltiples son las críticas que hoy en día se manifiestan ante el arribo de la oleada

neoliberal y la globalidad, no obstante debe notarse que la postura misesiana, es una incipiente

propuesta crítica al comunismo y las economías colectivas de guerra. La verdadera confrontación

con el sistema de J. Keynes, debe buscarse en el análisis de los postulados propuestos por

Friedrich Hayek y la teoría monetaria de Milton Friedman, cuyas tesis son en efecto un análisis a

las consecuencias negativas de la política monetaria presentes en el programa keynesiano. En lo

que respecta a los postulado del pleno empleo de los recursos productivos en la noción de un

equilibrio económico, Mises la pasa por alto debido a la constante variación con que se

caracterizaba en su teoría, la competencia de mercado, los deseos del consumidor, la cohesión de

bienes productivos y la capacidad empresarial.

También puede decirse que fue de gran relevancia revisar las observaciones al

“Intervencionismo gubernamental”, porque en este sentido el conocimiento de las categorías

catalácticas y su crítica a la intervención, han servido para valorar la importancia de los

movimientos sociales y gubernamentales, desarrolladas en el periodo de entreguerras. Las

categorías apodícticas de la acción económica y las observaciones a la determinación estática de

precios y salarios, al intervencionismo fiscal y al intervencionismo monetario, en conjunto

ofrecieron una visión general sobre los elementos económicos usados por el poder del Estado.

Con lo cual se ha logrado empezar a diferenciar el actuar de la economía desde el sector público

y su contraste con la economía de mercado y los principios de la iniciativa privada. Se han

podido atisbar las trasformaciones económicas y las responsabilidades asumidas, primero por el

Progresismo y la Reforma social liberal de entreguerras y después por el Estado Benefactor, todo

ello permitió tener una idea general sobre las proporciones del cambio que significara la

intromisión del poder político en las decisiones de la propiedad privada, en especial de formas

alternas que la acción pública tomara de la economía de mercado, para llevar a cabo el proyecto

de “democracia económica y pleno empleo”. Pudieron conocerse las bases económicas de los

planes políticos internacionales en el siglo XX, surgidas de una etapa transitoria donde

CAPÍTULO 3 EL OCASO PRAXEOLÓGICO

120

predominaba el capitalismo financiero 152 imperialista, a un punto donde (con su actividad

económica agregada) el Estado asumía grandes responsabilidades, sobre el sector productivo, la

propiedad y la asignación de recursos, así como en el sistema monetario y el gasto presupuestario.

A partir de ahí nacerían una serie de propuestas y teorías (como las de economía estática,

equilibrio económico, pleno empleo o tercera vía) que convergerían en la generalización de

Estado Benefactor.

Seria una visión muy parcial si no se considerara la existencia de contrapuntos, costos

sociales y políticos, provocados por la proliferación de la figura estatal en relación con los grupos

sociales que lo respaldaron. Variadas fueron las críticas que se dirigieron a este periodo,

considerándolo el origen de lo que hoy pueden considerarse verdaderos lastres para la evolución

social: como lo es el paternalismo y el clientelismo político, la proliferación cultural de la

venalidad burocrática, el corporativismo, la corrupción sindical sobre la contratación del

trabajador o la coacción y el condicionamiento político del electorado. No puede negarse que

muchas de estas prácticas aparecieron o se incrementaron con el auge de la económica del Estado,

pero conocer la naturaleza económica del estado benefactor es un buen inició para la indagación

de las vastas relaciones colectivas que actuaron en ese periodo histórico; sólo un mayor y

profuso estudio sobre los grupos sociales, las instituciones y las aplicaciones económicas podrá

arrojar mayor información sobre aquellas prácticas, que caracterizaron la naturaleza político-

económica del pasado siglo.

La temporalidad que Mises explicó, nos muestra el arribo de una tendencia ideológica que

se concretó en la forma de una doctrina política, con sus respectivas instituciones y figuras

económicas. El estado benefactor por haber sido una larga etapa en la historia, es un periodo que

cuenta con muchas vertientes por indagar, desde su temprana formación ideológica, hasta la

concreción institucional en la gran variedad de naciones donde se aplicó. En efecto es un campo

de estudio abierto a la investigación, útil para una mejor comprensión de la transformación, que

aquella forma político-económica propiciara en la sociedad del siglo pasado. Como un simple

punto de contraste, basta con comparar la construcción de la instrumentación keynesiana, con las

condiciones de un pasado inmediato que se desarrollaba en la plenitud de un sistema imperialista,

152 Fusión del capital industrial con el bancario. Con el desarrollo del sistema capitalista en su fase imperialista, algunos capitalistas industriales adquirieron acciones bancarias y los banqueros invirtieron en industrias, de tal suerte que pudo formarse el capital financiero, en un uso que se expandió de manera internacional. Esta fase se desarrollo durante todo el siglo XX donde se hizo común que los grandes bancos y las grandes empresas absorbieran pequeños bancos e industrias hasta el grado que se hiciera usual la centralización y concentración del capital, así como de las grandes industrias en grandes consorcios.

CAPÍTULO 3 EL OCASO PRAXEOLÓGICO

121

donde proliferaban inmensas aberraciones sociales, abusos laborales, genocidios étnicos y el

monopolio de servicios tan trascendentales como el de la educación, la salud o el transporte.

En la actualidad, numerosos son los especialistas que se encargan de analizar los

resultados del estado bienestar en muchos ámbitos, algunos sociólogos políticos indagan las

razones de su colapso, relacionándolo con las fuerzas exógenas y endógenas de su transformación

y la relación con su propio ideario orgánico.153 En el contenido de este trabajo, no se pretendió

definir si la tendencia histórica del estado benefactor esta superada, si sus limites históricos

devienen de la relación con los sectores que lo legitimaron o del decaimiento de su propia teoría y

procedimiento. Algunos investigadores hablan de la crisis democrática y política, una vez que el

programa benefactor decayera y se llevaran a efecto la privatización de las empresas estatales.154

Lo que si puede decirse es que el decaimiento del estado benefactor es una crisis real, por la

forma en que quedaron reducidas las promesas políticas electorales, en las que el poder político

difícilmente se vislumbra pueda organizar un programa trasformador a gran escala. Es por eso

que se hace inevitable la pregunta de la actualidad, ¿Qué podrán prometer los candidatos políticos,

si es un hecho que la figura del Estado se ha visto reducida y amonestada en muchas de sus

antiguas prácticas económicas?

Es una realidad que la iniciativa privada presenta otro panorama a las relaciones de los

agentes económicos; las formas con que la revolución empresarial se concreta en el escenario

neoliberal, es la consolidación de aquellos principios de la capacidad empresarial y la

preponderancia de la utilidad marginal, que analizaron los estudios económicos neoclásicos. En

efecto puede preverse que los ciudadanos, como consumidores y productores (en la vuelta a una

economía dinámica en la que el motor de acción es la competencia de mercado), retornaran a

encontrarse con un sinnúmero de aristas en las relaciones comerciales, y con ello a situarse en un

153 Se puede obtener una muestra sobre el inquietante panorama que manifiesta esta vertiente, en el trabajo del sociólogo alemán Claus Offe donde nos muestra como el proyecto del estado de bienestar llegó a un punto donde se enfrentó a la problemática económico administrativa y a la caducidad orgánico política. En la primera se hace referencia a la administración de sus servicios, su financiamiento y su actividad fiscal; y por el otro a los conflictos políticos con los grupos sociales que se mueven entre la lealtad de masas, el ascenso de la psicología individualista y la disyuntiva entre integrar o preservar al ciudadano de las exigencias del sistema de mercado: […]Una relación contradictoria entre legitimidad y eficacia es ésta: a fin de evitar la erosión de la forma mercantilizada, Los Estados capitalistas y sus gobiernos iniciaron numerosas y todavía crecientes medidas dirigidas a incrementar la capacidad de unidades de valor para entrar en relaciones de intercambio y actuar como mercancías. Las políticas de escolarización y formación profesional tienen por meta incrementar las posibilidades de venta de la fuerza laboral. […] La restauración de relaciones mercantilizadas por medio del Estado y sus agencias administrativas se produce bajo acuerdos sociales que son en si mismos externos a las relaciones mercantilizadas. El problema es ¿Cómo pueden las autoridades estatales servir al mercado con medios que, de hecho, suspenden las relaciones de mercado?¿Cómo pueden crearse mercancías de un modo des-mercantilizado? […] la existencia mercantilizada de todo ciudadano se ve visible y claramente amenazada, o bien las medidas organizativas mediante las cuales intentan los planes estatales mantener y restaurar relaciones de intercambio abren por si mismas, alternativas políticas mediante las cuales se subvierten esas actitudes semi-conscientes de idoneidad institucional. Offe, Claus (1990), Contradicciones en el estado del bienestar, pp. 62-134. 154 Vid. Denitch, Bogdan (1990), The end of the cold war: European unity, socialism, and the shift in global power, Minneapolis, University of Minnesota Press, 1990.

CAPÍTULO 3 EL OCASO PRAXEOLÓGICO

122

ambiente donde prevalezca la acción entre selección de medios y fines de acción dentro de los

lineamientos de mercado. En concomitancia el muevo arreglo comercial hará necesaria una

celeridad en la transformación de la división y especialización del trabajo, así como el

movimiento del capital a los flujos de ganancia y oportunidad económica del nuevo orden. En las

categorías individuales de la economía libre, la organización entre el capital y el trabajo, es

entendible que habrán de reordenarse en un distinto esquema, trayendo consigo nuevas

situaciones de riesgo, (cómo las rápidamente generalizadas prácticas de outsuorcing, freelance y

trainee) que ponen en conflicto las expectativas de los intereses individuales de los agentes

económicos. Los filósofos de la globalidad155 ya alertan sobre las consecuencias de un modelo

que establece sincronizar variables como el comercio internacional, el sistema de precios, las

unidades monetarias, las condiciones de las fuerzas materiales de producción, o los factores

productivos y un nivel de consumo mundial.156 Estas premisas globales acarrean una serie de

requerimientos en las metas del crecimiento, la productividad y el consumo que al dirigirse en

una sola dirección, implican la ingerencia y el reductivismo de muchas identidades particulares.

Por lo que se ha llegado a decir que el simple concepto teórico de globalidad pone en peligro la

propia noción de civilización.

La gran cantidad de cambios ocasionados por la liberalización de actividades productivas

que la administración pública centralizaba, suponen consigo una reacción y reposicionamiento en

los intereses de los agentes económicos. Puede suponerse que aquellas agrupaciones sociales que

consensaron en el estado benefactor, como el electorado, las asociaciones de trabajadores y las

agrupaciones empresariales, entrarán en un reordenamiento correlativo al resguardo de sus

intereses y su correspondencia con la figura gubernamental. Es una realidad que el Estado como

institución habrá de actualizarse y abrirse a las demandas y necesidades de los grupos sociales,

que interactúan en los lineamientos del comercio y la producción actual, ello no implica que gran

parte de las formas restantes de la intervención gubernamental dejen de realizarse. La apertura de

un mayor número de operaciones comerciales implica una ascenso de actividades productivas y

la proliferación de una gran cantidad de relaciones contractuales, de las cuales la regulación

155 Vid. Jeffrey, Sachs, Macroeconomía en la economía global, 2ª ed., Argentina-México, Pearson Education, Prentice Hall, 2002. ; Jeffrey Sachs y Warwick J. McKibbin, Global linkages:Macroeconomic interdependence and cooperation in the world economy, Washington, D.C. , Brooklings Institution, 1991.; Ulrich Beck, ¿Qué es la globalización?; falacias del globalismo, respuestas a la globalización, Barcelona-México, Paidos, 1998. 156 Vid. de Peter Singer, Ética práctica, Cambridge, Cambridge University, 2003.; y How are we to live?: ethics in an age of self-interest, Amherst, New York, Prometheus, 1995.

CAPÍTULO 3 EL OCASO PRAXEOLÓGICO

123

estatal no puede quedar relegada. Si bien la pérdida de las empresas públicas y el declive de los

programas sociales por las limitaciones del gasto presupuestario, son condiciones suficientes para

que los servicios ofertados por el Estado no puedan competir con los ofrecidos por la iniciativa

privada, no son las premisas suficientes para considerar la nulidad de la transformación social, de

la democracia social y económica.

Más allá de la intervención directa, donde se debate el fuerte nudo de las empresas

estatales, los niveles de capitalización entre el sector público-privado, y la promoción estatal para

la localización de recursos productivos e inversiones, todos temas de análisis para los

especialistas económicos, se encuentran otras distintas áreas de intervención estatal como la del

área política institucional y social, En la primera puede decirse que es incuestionable su

pervivencia con la esfera institucional y sus ordenes jurídicos y legales sobre asuntos

mercantiles, laborales, instrumentaciones antimonopólicas, así como con la normatividad fiscal

y el financiamiento del gasto público que configuran en un marco legal las acciones comerciales

y productivas.

Por otra parte las críticas al sistema teórico misesista son una realidad por el extremismo

inmerso en el individualismo metodológico de la economía marginalista y el pragmatismo con el

cual se conciben las relaciones sociales en la esfera del intercambio económico, las cuales al

plantear un severo reduccionismo dejan sin esclarecer varias formas clave para la investigación

social o económica. La misma reducción dada al mercado como un mecanismo social asignativo,

cuyo sistema de competencia se considere el más adecuado acicate disciplinario de la sociedad,

plantea diversos problemas: particularmente aquellos que radican en el carácter subjetivista del

individualismo psicológico sobre el consumidor, que Mises pondera en las relaciones de

intercambio comercial. En el complejo entramado de las actividades y relaciones económicas.

resulta muy insuficiente el apuntalamiento individual de las acciones económicas dentro de las

elecciones de medios y fines, ahí dónde cada individuo tiene su propia base de conocimiento y

acción aplicada en base a un sistema de precios y costos. De acuerdo a esta lógica el problema de

la información en los agentes económicos es un concepto que ya es ampliamente identificado.

Con ello se denotan los faltantes en la explicación acerca de la manera en que se forman las

percepciones de los agentes económicos y la relación que estas mantienen con su propio entorno

externo, con el cual interactúa la psicología individual. La revisión al sistema misesista, nos

muestra cierta ambigüedad presente en la explicación del funcionamiento de los componentes

CAPÍTULO 3 EL OCASO PRAXEOLÓGICO

124

particulares en una sociedad compleja, resultando muy escueta, la idea de que la acción selectiva

individual, confluya en un objetivo útil para grandes grupos sociales que convergen en el sistema

de mercado.

También es reconocible que el individualismo en contra de los esquemas holistas, soslaya

el pensamiento y acción de la forma colectiva y social, y su retroalimentación con el carácter

individual en la economía; es decir la asistencia entre la forma de la acción micro y

macroeconómica. En base a esto puede decirse que el análisis a las categorías particulares del

consumidor-productor -revisadas por Mises- no nos dice nada de la manera en cómo intervienen

los valores tradicionales que dan coherencia a una sociedad, (como por ejemplo el principio de

reciprocidad que Karl Polanyi analizara en las civilizaciones de la antigüedad), o la formación del

criterio individual en reglas tradicionales, como el derecho consuetudinario. Es claro que la

interacción entre el carácter colectivo y particular de la acción económica es pasada por alto en

el sistema del austríaco, y que sólo un estudio comparativo entre las razones lógicas de la

economía macro y la microeconomía pueden redimensionar el mérito de ambas en sus diversos

tipos de explicación.

Esta es una seria omisión ya que es irrefutable la presencia de externalidades en el

conocimiento individual y particular del comportamiento económico. Es innegable la existencia

de terceras razones que intervienen en las acciones y la formación del comportamiento individual,

que la sociología moderna esta en la posibilidad de abordar desde un examen más agudo de las

instituciones que rodean y alimentan un proceso del mercado. De la misma manera la teoría

misesiana puede fungir como un impulso que mueva a la necesaria acción de revisar

históricamente la economía pública desarrollada por el poder gubernamental y encontrar la

naturaleza de las directrices y los resultados del Estado, no como un macro asignador de recursos,

sino como un estimulante de la inversión privada y un oferente público de bienes y servicios

torales para el sustentamiento civil de sus gobernados.

De acuerdo con lo anterior la misma situación que presentan los problemas de

información económica que el mecanismo de precios no puede solucionar, bien puede llamar a

legitimar la intervención responsable del Estado para buscar plantear estrategias que acerquen

una disponibilidad a la información, obteniendo una mejor conexión entre oferentes y

demandantes. Es un requerimiento que los consumidores necesiten de una mayor información

sobre precios, cantidades, calidades, compradores, vendedores y particularidades sobre el

CAPÍTULO 3 EL OCASO PRAXEOLÓGICO

125

consumo diversificado, que se presenta en la actualidad. La especialización productiva conlleva

una concomitante especialización del trabajo, la capacitación en función de los requerimientos

evolutivos del mismo, así como la apertura a un descubierto y accesible proceso de contratación.

Todas estas son relaciones que hacen necesaria la intervención del Estado para la vinculación

entre empleadores y los grandes grupos sociales que ofertan su capacidad laboral.

En el plano de las teorías económicas no todo esta dicho, las expectativas pueden

encontrase desde propuestas como el neo-keynesianismo157 o la elección pública; en los que se

prevé el manejo de reformas fiscales, estrategias para la formación del presupuesto y un gasto

público razonado, adecuado a esquemas de eficiencia y sustentabilidad económica. Estas

propuestas se postulan a favor del crecimiento económico, respetando los límites de la deuda

pública, los lineamientos monetarios y la cooperación para el aminoramiento del problemático

desempleo.

La lucha política por su parte, puede encontrar una justificación a su acción en las

condiciones del nuevo régimen, que forman claramente una incitación para el replanteamiento del

ideario político. Históricamente la socialdemocracia ha sido el ala política que ante las faltas

cometidas por el sistema de libre mercado, volvió el núcleo de su doctrina, la preservación de

garantías en la clase trabajadora, los consumidores y la ciudadanía. Es la facción que enfrentó de

lleno, desde la lucha parlamentaria, las contrariedades del sistema económico como tal. Es por

eso que se espera de ésta el aporte de un mejor acercamiento entre los ciudadanos y los

requerimientos de una producción y un intercambio del mercado. La política socialdemócrata

tiene el aliciente de encontrar una vertiente de acción para preservar las garantías de los

ciudadanos, los trabajadores, los consumidores; con una necesaria regulación sobre los conflictos

y afecciones que ocasione el nuevo liberalismo económico a los intereses de los grupos sociales.

De ello dependerá la construcción de renovados idearios políticos para el futuro de la vida

democrática, sobre todo para encauzar en los factores humanos una postura proactiva y apta para

los desafíos de la capacidad empresarial y la competitividad, que implican elección individual,

toma de decisiones, capacidad responsable y consciente, en las vicisitudes de las actuales

relaciones comerciales. De lo contrario se estará en peligro constante de que amplios sectores

157 Vid. Gregory N. Mankiw, Macroeconomía, Barcelona, A. Bosch, 1997.. y New keynsesian economics, Cambridge, Massachussets, The MIT Press, 1991, 2 v.

CAPÍTULO 3 EL OCASO PRAXEOLÓGICO

126

sociales queden segregados y orillados a un estado de riesgo, como el conocido hasta antes de la

aparición de los movimientos laborales, el Liberalismo Social y el Progresismo.

Cuadro cronológico de la revolución keynesiana: el inicio de la tercera vía158

1945 Se crea El Consejo Económico y Social de Naciones Unidas (ECOSOC) constituye la dirección de los

órganos de las Naciones Unidas. Responsable de coordinar asuntos sociales del trabajo y la

economía con 14 organismos especializados de la ONU, funcionales en comisiones regionales.

Actualmente el ECOSOC sirve del foro de debate central para hablar de los asuntos económicos

y sociales internacionales, y para formular las recomendaciones a la política dirigida al sistema

de los estados miembros de las Naciones Unidas.

1945 Gran Bretaña. El Welfare State se considera el programa oficial del mandato Laborista de

Clement Attlee, el la cual constituye la primera síntesis entre el dirigismo y la libre iniciativa,

dando paso a la revolución keynesiana en la cual se propulsaron reformas en ley de seguro

nacional (1946), ley de servicio de salud nacional, leyes que aseguraban a los ciudadanos

desde la cuna hasta la tumba, donde el asegurado aportaba su contribución junto con la del

patrono y el Estado.

1945 Gran Bretaña. La libra se devalúa obligando al consumidor inglés a pagar más pero estimulando el

comercio exterior.

1945-48 Francia nacionaliza la Aviación civil, el banco de Francia, los talleres Renault, las compañías de

seguros, minas de carbón, gas y electricidad entre otras.

1945-48 Gran Bretaña. Se nacionaliza el banco de Inglaterra con poder sobre el crédito, minas de

carbón, líneas aéreas internacionales, ferrocarriles, transporte terrestre y transporte marítimo.

1945 Aparece la WFTU Federación Mundial de Sindicatos, abarcando los sindicatos socialistas de Europa

occidental, sindicatos comunistas de la URSS y los sindicatos radicales de CIO norteamericano.

1946 Estados Unidos. Ley sobre regulación del empleo (Employment Act).

1947 Estados Unidos. El congreso aprueba la ley Taft-Hartley, con el propósito de eliminar el abuso de

los sindicatos, prohibiendo el boicot secundario, Inflamiento de cuotas, y a buscar métodos de

mediación y arbitraje.

1946 Gran Bretaña. Las leyes del seguro nacional y la ley del servicio de salud nacional, establecen la

158 Los datos contenidos en este recuadro, son una somera recolección de datos presentes en las fuentes históricas de las obras consultadas sobre el periodo en cuestión. Puede revisarse los capítulos correspondientes en las obras consultadas de Schapiro, Snyder, Cipolla, Barnes, et al.

CAPÍTULO 3 EL OCASO PRAXEOLÓGICO

127

unificación de la seguridad social en todo el reino.

1947 Gran Bretaña. Se nacionaliza la industria del carbón, telégrafos y teléfonos.

1947 Plan Marshall; el secretario de Estado norteamericano George Catlett Marshall. Anuncia el

Programa de Reconstrucción Europea, donde el Congreso estadounidense aprueba una ayuda de

más de 13.000 millones de dólares. Para el relanzamiento de las economías de Europa

occidental. La estrategia de Washington se decide a buscar una barrera contra la influencia

soviética, un espacio vital para el consumo de los productos norteamericanos y un medio para

concretar una alianza con las democracias occidentales en una paz Americana.

1948 Gran Bretaña, la totalidad del transporte y la electricidad pasan a dominio público en Inglaterra.

1948 OEA se funda la Organización de Estados Americanos, están integrados todos los estados

independientes del continente.

1948 OECE, se funda la Organización Europea para la Cooperación Económica para administrar el

Programa de Reconstrucción Europea del plan Marshall. Modelo de cooperación, basado en el

crecimiento independiente de las políticas económicas de cada país.

1948 Se crea la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPALC), comisión regional de la

Organización de las Naciones Unidas (ONU).

1949 COMECON se crea un organismo interestatal con sede en Moscú, para ayudar y coordinar el

desarrollo económico de los países miembros, pertenecientes al bloque comunista.

1949 Estados Unidos. El congreso promulga una ley de vivienda nacional (Housing Act).

1949 Gran Bretaña. Nacionalización del gas.

1949 OTAN Organización del Tratado del Atlántico Norte, organización fundada para establecer una

alianza defensiva regional entre los países occidentales del hemisferio norte: Estados Unidos,

Reino Unido, Francia, Bélgica, Canadá, Dinamarca, Islandia, Italia, Luxemburgo, Países Bajos,

Noruega, Portugal, Grecia, Turquía y Alemania Federal.

1949 Aparece en Londres la IFCTU Confederación Internacional de Sindicatos Libres, congregando a los

sindicatos libres británicos, los sindicatos anticomunistas franceses e italianos y al CIO y AFL

norteamericanos.

1951 New York, se realiza la Convención de las Naciones Unidas que tiene por resultado el

establecimiento del protocolo para el estado de los refugiados.

1951 Kenneth Joseph Arrow publica Elección social y valores individuales.

1951 Gran Bretaña. Nacionalización de la industria del hierro y el acero.

1955 Pacto de Varsovia alianza militar compuesta por ocho países comunistas europeos firmado en

Varsovia (Polonia) por la URSS, Albania, Bulgaria, Checoslovaquia, Alemania Democrática,

Hungría, Polonia y Rumania. La alianza estaba dominada por la URSS que mantenía un estricto

control sobre los otros estados firmantes del pacto.

1957 Tratado de Roma, establece la Comunidad Económica Europea (CEE), también conocida como

Mercado Común, que favorece la unión económica de los países europeos occidentales

CAPÍTULO 3 EL OCASO PRAXEOLÓGICO

128

firmantes. Los primeros en hacerlo fueron Francia, Bélgica, Luxemburgo, Países Bajos, Italia y

Alemania Federal.

1958 J.K. Galbraith publica, La sociedad opulenta.

1958 Oskar Lange publica La economía política del socialismo.

1960 Gunnar Myrdal publica, Más allá del estado de bienestar.

1961 París Francia Se funda formalmente la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico

(OCDE) con la firma inicial de veinte naciones asociadas: Alemania, Austria, Bélgica, Canadá,

Dinamarca, España, Estados Unidos, Francia, Grecia, Irlanda, Islandia, Italia, Luxemburgo,

Noruega, Países Bajos, Portugal, Reino Unido, Suecia, Suiza y Turquía.

1962 J.K. Galbraith publica, Desarrollo económico en perspectiva.

1963 Gunnar Myrdal publica, Desafío a la opulencia.

1964 Oskar Lange pública, Las decisiones óptimas: los principios de la programación.

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Ateneo, 1964, 210 p. WYNN Neil A. [1979], “Capitulo 7, De la guerra mundial a la sociedad de la abundancia 1941-1961”, p. 324-372.,

en Willi Paul Adams, (comp.) Los Estados Unidos de América.

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ÍNDICE

Introducción 1 Agradecimientos 11

CAPÍTULO 1 LA CATALÁCTICA: UN ENFOQUE ECONÓMICO DEL

COMPORTAMIENTO HUMANO 1.1 CONTEXTO CIENTÍFICO DE LA ESCUELA NEOCLÁSICA AUSTRIACA 1.1.1 Panorama general del neoclasicismo económico austriaco; de Carl Menger a Ludwig Von MISES 12 a) Ludwig von Mises (1881 1973) 17 1.2 LA EPISTEMOLOGÍA MISESIANA; UN MOVIMIENTO CIENTÍFICO REFORMISTA 1.2.1 La tradición cientificista e ideológica de los 20’s a) El Neopositivismo 21 b) El Methodenstreit 24 1.2.2 El apriorismo metodológico 27 1.2.3 Individualismo subjetivista 30 1.3 LA CIENCIA DE LA ACCIÓN HUMANA 1.3.1 La Praxeología y la Cataláctica 35 1.3.2 La interpretación del liberalismo económico antes de la Gran guerra; cataláctica y revolución empresarial 41

CAPÍTULO 2 INTERVENCIONISMO GUBERNAMENTAL Y CAOS ECONÓMICO 2.1 PANORAMA HISTÓRICO DEL PROGRESISMO Y LA REFORMA SOCIAL 56 2.2 EL INTERVENCIONISMO GUBERNAMENTAL 60 a) El Socialismo 61 b) Sindicalismo 65 c) Intervencionismo Fiscal 67 d) Intervencionismo monetario 70 2.3 LA INTERPRETACIÓN DE LA ERA INTERVENCIONISTA EN LA FILOSOFÍA DE LA HISTORIA MISESISTA 74 2.4 LA REALIDAD DEL PROGRESISMO MÁS ALLÁ DE LA INTERPRETACIÓN MISESISTA: EL UMBRAL DE UNA NUEVA ERA 80

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Cuadro cronológico del Progresismo y la Reforma Social Liberal 84

CAPÍTULO 3 EL OCASO PRAXEOLÓGICO

3.1 LA REVOLUCIÓN KEYNESIANA EN LA POSGUERRA a) Antecedentes 89 b) La revolución Keynesiana 91 3.2 DEL CAOS ECONÓMICO AL MONOPOLIO DEL ESTADO: EL OCASO PRAXEOLÓGICO 96 3.3 El DESAFÍO GUBERNAMENTAL AL LAISSEZ-FAIRE: LA FIGURA ECONÓMICA DEL ESTADO Y LA CONSTRUCCIÓN DE UNA NUEVA ERA 107 a) Comentario final 116 Cuadro cronológico de la revolución keynesiana: el inicio de la tercera vía 126 BIBLIOGRAFÍA 129 ÍNDICE 134