testimonios toponímicos del léxico arcaico de las provincias leonesas, anuario 2011, instituto de...

82
© I.E.Z. FLORIÁN DE OCAMPO Anuario 2011, pp. 135-216 TESTIMONIOS TOPONÍMICOS DEL LÉXICO ARCAICO DE LAS PROVINCIAS LEONESAS Pascual Riesco Chueca universidad de sevilla RESUMEN Se acude a una extensa base de datos, de elaboración propia, sobre toponimia menor, para poner en contexto la vigencia de parte del léxico diferencial en Zamora y sus provincias vecinas. Se trata de un léxico en el que prevalecen los arcaísmos leoneses; muchas voces comparten sustrato con el portugués y gallego. La selección de lemas se ha hecho a tenor de su pertinencia para la descrip- ción del paisaje. La toponimia menor permite enlazar islotes léxicos disyuntos, que en la diacronía tuvieron enlace y gradación, como muestran las permanencias fijadas al terreno como nombre de lugar. El área actual de distribución de variantes dialectales puede así ampliarse mirando hacia el pasado, y las a menudo imprecisas definiciones de algunos repertorios léxicos se enriquecen al confrontarlas con las características de los lugares que perpetúan tales voces. Palabras clave: Toponimia, léxico, historia del paisaje, etimología, Zamora. TOPONYMIC WITNESSES OF THE ARCHAIC WORD STOCK IN THE LEONESE AREA ABSTRACT An extensive, self-compiled data base covering minor toponyms of the Northwest Iberian Peninsula, is used to contextualize some representative examples of the area’s differential lexicon. This is an inventory of lexemes pervaded by Leonese arcaisms; some of the words share a subs- trate with Portuguese and Galician. The semantic bond of the selected lemmas is their pertinence for landscape description. Microtoponymy is a tool which helps linking disjoint “lexical islands”, areas which were connected in the past by a continuous gradient of variants, as is shown by the permanencies anchored to the land as place names. The present distribution domain of some dia- lectal morphs can be extended by looking into the toponymic diachrony. Some of the defective definitions which are found in lexical repertories can be brought face to face with the material features of word-perpetuating places. Key words: Place names, lexicology, landscape history, etymology, Zamora.

Upload: pascualon

Post on 29-Nov-2015

212 views

Category:

Documents


5 download

DESCRIPTION

Se acude a una extensa base de datos, de elaboración propia, sobre toponimia menor, para poner en contexto la vigencia de parte del léxico diferencial en Zamora y sus provincias vecinas. Se trata de un léxico en el que prevalecen los arcaísmos leoneses; muchas voces comparten sustrato con el portugués y gallego. La selección de lemas se ha hecho a tenor de su pertinencia para la descripción del paisaje. La toponimia menor permite enlazar islotes léxicos disyuntos, que en la diacronía tuvieron enlace y gradación, como muestran las permanencias fijadas al terreno como nombre de lugar. El área actual de distribución de variantes dialectales puede así ampliarse mirando hacia el pasado, y las a menudo imprecisas definiciones de algunos repertorios léxicos se enriquecen al confrontarlas con las características de los lugares que perpetúan tales voces.Referencia: RIESCO CHUECA, Pascual (2013), Testimonios toponímicos del léxico arcaico de las provincias leonesas, Anuario 2011, Instituto de Estudios Zamoranos Florián de Ocampo, pp. 135-216.An extensive, self-compiled data base covering minor toponyms of the Northwest Iberian Peninsula, is used to contextualize some representative examples of the area’s differential lexicon. This is an inventory of lexemes pervaded by Leonese arcaisms; some of the words share a substrate with Portuguese and Galician. The semantic bond of the selected lemmas is their pertinence for landscape description. Microtoponymy is a tool which helps linking disjoint “lexical islands”, areas which were connected in the past by a continuous gradient of variants, as is shown by the permanencies anchored to the land as place names. The present distribution domain of some dialectal morphs can be extended by looking into the toponymic diachrony. Some of the defective definitions which are found in lexical repertories can be brought face to face with the material features of word-perpetuating places.

TRANSCRIPT

Page 1: Testimonios toponímicos del léxico arcaico de las provincias leonesas, Anuario 2011, Instituto de Estudios Zamoranos Florián de Ocampo, pp. 135-216 (Pascual RIESCO CHUECA)

© I.E.Z. FLORIÁN DE OCAMPO Anuario 2011, pp. 135-216

TESTIMONIOS TOPONÍMICOS DEL LÉXICO ARCAICO DE LAS PROVINCIAS LEONESAS

Pascual Riesco Chuecauniversidad de sevilla

RESUMENSe acude a una extensa base de datos, de elaboración propia, sobre toponimia menor, para poner

en contexto la vigencia de parte del léxico diferencial en Zamora y sus provincias vecinas. Se trata de un léxico en el que prevalecen los arcaísmos leoneses; muchas voces comparten sustrato con el portugués y gallego. La selección de lemas se ha hecho a tenor de su pertinencia para la descrip-ción del paisaje. La toponimia menor permite enlazar islotes léxicos disyuntos, que en la diacronía tuvieron enlace y gradación, como muestran las permanencias fijadas al terreno como nombre de lugar. El área actual de distribución de variantes dialectales puede así ampliarse mirando hacia el pasado, y las a menudo imprecisas definiciones de algunos repertorios léxicos se enriquecen al confrontarlas con las características de los lugares que perpetúan tales voces.

Palabras clave: Toponimia, léxico, historia del paisaje, etimología, Zamora.

TOPONYMIC WITNESSES OF THE ARCHAIC WORD STOCK IN THE LEONESE AREA

ABSTRACTAn extensive, self-compiled data base covering minor toponyms of the Northwest Iberian

Peninsula, is used to contextualize some representative examples of the area’s differential lexicon. This is an inventory of lexemes pervaded by Leonese arcaisms; some of the words share a subs-trate with Portuguese and Galician. The semantic bond of the selected lemmas is their pertinence for landscape description. Microtoponymy is a tool which helps linking disjoint “lexical islands”, areas which were connected in the past by a continuous gradient of variants, as is shown by the permanencies anchored to the land as place names. The present distribution domain of some dia-lectal morphs can be extended by looking into the toponymic diachrony. Some of the defective definitions which are found in lexical repertories can be brought face to face with the material features of word-perpetuating places.

Key words: Place names, lexicology, landscape history, etymology, Zamora.

Vol. 1, 135-216

Page 2: Testimonios toponímicos del léxico arcaico de las provincias leonesas, Anuario 2011, Instituto de Estudios Zamoranos Florián de Ocampo, pp. 135-216 (Pascual RIESCO CHUECA)

PASCUAL RIESCO CHUECA

© I.E.Z. FLORIÁN DE OCAMPO Anuario 2011, pp. 135-216

136

SIGLAS DE LAS OBRAS MÁS CONSULTADAS

Los topónimos menores citados provienen, salvo que se avise de lo contrario, de las hojas MTN25 del Instituto Geográfico Nacional. Cuando existen discre-pancias en la forma, se ha acudido a las hojas del MTN50 en su primera edición. En tal caso, se indica la fecha antepuesta a la sigla mtn. Los topónimos menores de la vecina tierra de Miranda do Douro, de habla leonesa, proceden de Ferrei-ra, Amadeu: Chamadeiros, Miranda de l Douro <chamadeiros.blogspot.com.es> [consulta: sept. 2011 a marzo 2012].

acl: Fernández Catón, J. M.: Colección documental del archivo de la Catedral de León (775-1230), vol. V (1109-1187), León, 1990; vol. VI (1188-1230), León, 1991. Ruiz Asencio, J. M.: vol. III (986-1031), León, 1987; vol. IV (1032-1109), León, 1989. Sáez, C.; Sáez Sánchez, E.: vol. II (953-985), 1990, León. Sáez Sánchez, E.: vol. I (775-952). León, 1987. Ser Quijano, G. del: Docu-mentación de la Catedral de León (siglos IX-X), Salamanca, 1981.

alcl: Alvar, Manuel: Atlas lingüístico de Castilla y León (3 vol.) Junta de Castilla y León, Consejería de Educación y Cultura, Salamanca, 1999.

carr: Martínez Martínez, Martín: Cartulario de Santa María de Carracedo (dos volúmenes), Instituto de Estudios Bercianos, Ponferrada, 1999.

cast: Rodríguez González, Ángel: El Tumbo del Monasterio de San Martín de Castañeda, CESIL, León, 1973.

clga: Otero Álvarez, Aníbal: Contribución al léxico gallego y asturiano, Archi-vum. Varias entregas: (I) III, 1953; pp. 113-134; (II) III, 1953; pp. 399-417; (III) V, 1955; pp. 382-399; (IV) VII, 1957; pp. 170-188; (V) VIII, 1958; pp. 173-191; (VI) IX, 1959; pp. 72-90; (VII) X, 1960; pp. 341-357; (VIII) XII, 1962; pp. 409-426; (IX) XIII, 1963; pp. 49-66; (X) XIV, 1964; pp. 233-249.

cme: Catastro del Marqués de la Ensenada, ca. 1750.cmrp: Baptista, J.M. Chorographia moderna do reino de Portugal, Vol. 6, Typo-

graphia da Academia Real das Sciencias, Lisboa, 1878.crrz: Casado Lobato, María Concepción: Colección diplomática del Monasterio

de Carrizo I (969-1260) y II (1260-1299 e índices), en Colección Fuentes y Estudios de Historia Leonesa, núm. 28, León, 1983.

dbabl: Neira, Jesús; Piñeiro, María del Rosario: Diccionario de los bables de Astu-rias, Instituto de Estudios Asturianos, Oviedo, 1989.

dcech: Corominas, Joan; Pascual, Antonio: Diccionario Crítico Etimológico Cas-tellano e Hispánico, 6 vols., Gredos, Madrid, 1980-1991.

dcs: Martín Martín, José Luis, Villar García, Luis Miguel, Marcos Rodrí-guez, Florencio, y Sánchez Rodríguez, Marciano (eds.): Documentos de los Archivos Catedralicio y Diocesano de Salamanca (Siglos XII-XIII), Uni-versidad de Salamanca, 1977.

Page 3: Testimonios toponímicos del léxico arcaico de las provincias leonesas, Anuario 2011, Instituto de Estudios Zamoranos Florián de Ocampo, pp. 135-216 (Pascual RIESCO CHUECA)

© I.E.Z. FLORIÁN DE OCAMPO Anuario 2011, pp. 135-216

TESTIMONIOS TOPONÍMICOS DEL LÉXICO ARCAICO DE LAS PROVINCIAS LEONESAS 137

decat: Coromines, Joan: Diccionari Etimològic i Complementari de la Llengua Ca-talana, Nueve volúmenes, Curial Edicions Catalanes, Barcelona, 1995.

deeh: García de Diego, Vicente: Diccionario etimológico español e hispánico, se-gunda edición aumentada, Espasa-Calpe, Madrid, 1985.

degc: Rodríguez González, Eladio: Diccionario enciclopédico gallego-castella-no, Galaxia, Vigo, 1958-1961.

delp: Machado, José Pedro: Dicionário Etimológico da Língua Portuguesa. Cinco volúmenes. Lisboa, 1995.

dleon: Miguélez Rodríguez, Eugenio: Diccionario de las hablas leonesas. León, Salamanca, Zamora, León, 1993.

dmrg: Recuero Astray, M.; González Vázquez, M.; Romero Portilla, P.: Documentos Medievales del Reino de Galicia: Alfonso VII (1116-1157), Xun-ta de Galicia, 1998.

doe: Machado, José Pedro: Dicionário Onomástico Etimológico da Língua Por-tuguesa, 3 vols., Livros Horizonte/Confluencia, Lisboa, 1993.

dtp: Almeida Fernandes, A.: Toponímia portuguesa. Exame a um Dicionário, Arouca, 1999.

eslnz: Vignau, V.: Cartulario del monasterio de Eslonza, Madrid, 1885.fsalm: Esgueva Martínez, Manuel: Fitonimia salmanticense, Lengua viva: estu-

dios ofrecidos a César Hernández Alonso, coord. Antonio Álvarez Tejedor, Universidad de Valladolid, 2008, pp. 333-348.

furm: Vocabularios zamoranos, de distintos recopiladores; iniciativa de la asocia-ción cultural Furmientu <http://www.furmientu.org/> [consulta: primera mi-tad de 2012].

fza: Rodríguez Fernández, Justiniano: Los fueros locales de la provincia de Zamora, Junta de Castilla y León, Salamanca, 1990.

GzTuriel: Gómez Turiel, Pedro: aportaciones procedentes de encuestas propias y co-mentarios recibidos a un borrador del presente artículo.

hegp: Otero Álvarez, Aníbal: Hipótesis etimológicas referentes al gallego-portu-gés, Cuadernos de Estudios Gallegos, XIII, 1949; pp. 171-200; XVII, 1951; pp. 83-114; XXIV, 1953; pp. 88-119; XXXVI, 1957; pp. 107-125.

lera: Lera Maíllo, José Carlos de: Catálogo de los documentos medievales de la Catedral de Zamora, Instituto de Estudios Zamoranos Florián de Ocampo, 1999.

lfsz: Esgueva Martínez, Manuel Agustín; Llamas García, Félix: El léxico de la flora silvestre en Zamora: fitonimia y dialectología, Velecio-Editores, 2005.

lhp: Seco, Manuel (ed.): Léxico Hispanico Primitivo (Siglos VIII al XII), Espasa, Fundación Menéndez Pidal, Real Academia Española, Madrid, 2003.

lla: Le Men Loyer, Janick: Léxico del leonés actual. Tomos I al IV. Centro de Estudios e Investigación San Isidoro, León, 2002-2007.

lpsj: Ayala Martínez, Carlos de: Libro de privilegios de la orden de San Juan de Jerusalén en Castilla y León, siglos XII-XV, Editorial Complutense, 1995.

Page 4: Testimonios toponímicos del léxico arcaico de las provincias leonesas, Anuario 2011, Instituto de Estudios Zamoranos Florián de Ocampo, pp. 135-216 (Pascual RIESCO CHUECA)

PASCUAL RIESCO CHUECA

© I.E.Z. FLORIÁN DE OCAMPO Anuario 2011, pp. 135-216

138

mfe: Mapa Forestal Español, Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, Ma-drid.

more: Alfonso Antón, Isabel: La colonización cisterciense de la meseta del Due-ro. El dominio del monasterio de Moreruela (Siglos XII-XIV), Zamora, 1986.

mtn: Mapa Topográfico Nacional, 1:50000; siempre citado por la primera edición realizada.

ocat: Coromines, Joan: Onomasticon Cataloniae (ocho volúmenes), Curial, Barce-lona, 1989-1997.

omc: Cortesão, A.A.: Onomástico medieval português, Impr. Nacional, Lisboa, 1912.

pñl: Pañoletas: Borradores del plano topográfico de tºs municipales (Instituto Geo-gráfico Nacional), a escala 1:25000, realizados en su mayoría entre 1900 y 1920.

psml: Casado Quintanilla, Blas: Colección documental del priorato de San Mar-cos de León, de la Orden de Santiago (1125-1300), Col. Fuentes y Estudios de la Historia Leonesa, León, 2007.

rew: Meyer-Lübke, Wilhelm: Romanisches Etymologisches Wörterbuch, Heidel-berg, Carl Winter, 1972.

rll: Le Men Loyer, Janick: Repertorio de léxico leonés, Universidad de León, 2003.

sen: Cavero, Gregoria: Colección documental del monasterio de San Esteban de Nogales (1149-1498), León, 2001.

shg: Herrero de la Fuente, M. Colección diplomática del Monasterio de Sa-hagún (857-1230). II (1000-1073). III (1074-1109), León, 1988. Fernández Flórez, J.A.: Colección diplomática del monasterio de Sahagún (857-1300). IV. 1110-119. V. 1200-1300, León, 1991-1994.

spc: Rubio Pérez, Laureano: El sistema político concejil en la provincia de León, Universidad de León, 1993.

spm: Quintana Prieto, Augusto: Tumbo Viejo de San Pedro de Montes, León, 1971.

tbz: Sánchez Rodríguez, Marciano: Tumbo Blanco de Zamora, Salamanca, 1985.tord: Castro Toledo, Jonás: Colección diplomática de Tordesillas, Inst. Cult. Si-

mancas, Valladolid, 1981.valp: Lera Maíllo, J.; López Vallina, J.R.; Lorenzo Pinar, F.J.; Moreta Ve-

layos, S.; García Diego, A.: Colección diplomática del imperial monasterio de Nuestra Señora de Valparaíso (1143-1499), Instituto de Estudios Zamora-nos «Florián de Ocampo”, Diputación de Zamora, 1998.

vllp: Vaca Lorenzo, Ángel: Documentación medieval del archivo parroquial de Villalpando (Zamora), Univ. de Salamanca, 1988.

zam: Martín, José Luis: Documentos zamoranos. I. Documentos del Archivo Ca-tedralicio de Zamora. (1128-1261), Univ. de Salamanca, Salamanca, 1982.

Page 5: Testimonios toponímicos del léxico arcaico de las provincias leonesas, Anuario 2011, Instituto de Estudios Zamoranos Florián de Ocampo, pp. 135-216 (Pascual RIESCO CHUECA)

© I.E.Z. FLORIÁN DE OCAMPO Anuario 2011, pp. 135-216

TESTIMONIOS TOPONÍMICOS DEL LÉXICO ARCAICO DE LAS PROVINCIAS LEONESAS 139

Llábana: Es voz frecuente en Asturias ‘laja tersa y resbaladiza’ (dbabl s.v. llábana) y León ‘piedra grande, plana y lisa usada como pavimento’ (rll 1207), que muestra especial vitalidad en el Bierzo (lábana ‘peña grande y plana extraída de la cantera o existente en el río’1) y comarcas próximas, con presencia en la to-ponimia; el alcl registra tsábana ‘piedra plana’ en Palacios del Sil y S. Emiliano (LE). Guzmán Álvarez, al describir la casa tradicional de Babia y Laciana, indica: «el pisu de la cucina yía de chábanas”2. Un testimonio cheísta es Los Chábanos (Camplongo de Arbás LE). También consta su vigencia en otros puntos del norte provincial, incluidos los partidos de Murias de Paredes, La Vecilla y Riaño (lla s.v. llábana). Existe un sinónimo llágana confinado a los extremos de la distribu-ción actual de llábana (se registra en Laciana y en Riaño: lla s.v. llágana).

Sorprende encontrar manifestaciones toponímicas de llábana muy al sur de su área de vigencia apelativa actual, en Sayago (ZA): El Llabanal (Torregamones, 1946 mtn), Valdelábano (Moral de Sayago) y Lábana (Gamones). La constata-ción aislada de llábana, con el mismo valor, en el SW de la provincia de Salaman-ca, parece atribuible a una importación reciente de los emigrantes en la minería asturiana3. De la antigua presencia de esta voz al sur del Duero dan idea cruces como Los Lavanchones (Almeida de Sayago; Carbellino): llábana x lancha.

Llágina: Una base prerromana *lagĕna parece estar detrás de voces como gall. laxe o laxa, portg. lagem, cast. laja (aparente préstamo náutico del portu-gués). En todos los casos, los significados giran en torno a la noción de ‘roca en láminas, exfoliable; en particular, pizarra’. Se documenta desde fecha remota en la diplomática leonesa: «per illa lagenam» (775 acl), «illa lagine rubida» (934 shg). La pervivencia de topns. Las Lláginas (Fornillos de Fermoselle ZA), La Lágina (1944 mtn Pereña SA) ofrece una variante adicional a la descendencia antes re-señada. En Asturias, García Arias muestra topns. aislados como La Cháxina (con cheísmo), El Llaxineiru4.

En Galicia, la toponimia de laxe y derivados es copiosísima5; análogamente en Portugal: Lájeas, Lájea, Lajeado, Laje, Lajedo, Lajela, Lajeosa, Lajoso; con abun-dante registro medieval Lagenas (1128), Laginas Planas (1010), Lageeda (1253), Lagenelas (1092), Llaginosa (957) (doe 848, 849), Lagenoso (1059), Laginosa

1 García Rey, Verardo: Vocabulario del Bierzo (Edic. facsímil), Edic. Lancia, León, 1986; p. 103.2 Álvarez, Guzmán: El habla de Babia y Laciana, Ediciones Leonesas, León, 1985; p. 44.3 Iglesias Ovejero, Ángel: El habla de El Rebollar. Léxico, Universidad de Salamanca y Diputación Provincial de Sala-

manca, 1990; p. 213.4 García Arias, Xosé Lluis: Pueblos asturianos: el porqué de sus nombres, Alborá Llibros, Gijón, 2000a; p. 93; García

Arias, Xosé Lluis: Propuestes etimolóxiques, Academia de la Llingua Asturiana, Oviedo, 2000b; p. 107-108.5 Cabeza Quiles, Fernando: Os nomes de lugar. Topónimos de Galicia: a súa orixe e o seu significado, Edicións Xerais

de Galicia, Vigo, 1992; p. 238.

Page 6: Testimonios toponímicos del léxico arcaico de las provincias leonesas, Anuario 2011, Instituto de Estudios Zamoranos Florián de Ocampo, pp. 135-216 (Pascual RIESCO CHUECA)

PASCUAL RIESCO CHUECA

© I.E.Z. FLORIÁN DE OCAMPO Anuario 2011, pp. 135-216

140

(1258) (omc 188; dtp 384). El repetido topn. Lanhoso, -a parece derivar de Lage-noso > *Laginoso > *Lainoso > Lanioso (1110) > Lanhoso (doe 854; dtp 387). También en Portugal, Lanhas (Guimarães, Vila Verde), antiguamente documen-tado Laynas (1093) < Lagenas. En Galicia, Rego das Lañas, arroyo en Sestelo, afluente del Ulla (C), junto a una casa Lañeiro; Lañas, lugares en A Baña y Muxía (C). Se extiende hacia Castilla: Valdelaña (Cabezón de Pisuerga VA6; Barniedo de la Reina LE), Vallelaña (Manzanal de Arriba ZA), La Laña (Rollán SA).

Posiblemente es del mismo origen un topn. Valdelauna (Pesquera de Duero VA; Carabias SG). Sanz Alonso7 pone Valdelauna y Valdelaña como topns. de étimo desconocido, pero, siguiendo a Coromines, cabe relacionarlos con otras vo-ces del sureste peninsular, launa (Almería y Granada) y láguena (Murcia) ‘arcilla magnésica resultante de la descomposición de ciertas pizarras, usada para cubrir terrados y azoteas’. Coromines (dcech s.v. laja) reúne launa, láguena, el grupo noroccidental laja, lagem, lágea, lágina y el catalán llena ‘losa’ como derivados de un hispano-latino lagĕna ‘piedra naturalmente lisa, plana y de poco grueso; piedra pizarrosa’ de origen incierto, pero probablemente céltico. Posteriormente (decat s.v. llauna) considera que llauna ‘plancha de metal’ y por lo tanto los términos launa y láguena responden a entrecruzamientos de los derivados del lat. lāmĭna > *lābĭna ‘hoja de metal’ y los de una base prerromana afín a lagĕna8.

Fañada: en Zamora se repite el topn. Las Fañadas (Entrala; Losilla); en En-trala, el paraje está situado sobre la antigua calzada romana (Iter ab Emerita Astu-ricam); en Losilla, junto a las trincheras de un camino anterior a la concentración, que iba a Camploma. En Galicia, Fanado (Gabín-S. Pedro OR); en Portugal, Fa-nada (Paredes de Coura; S. Vicente). Por otra parte, García Arias (2000a: 159) recoge topns. asturianos del frecuentísimo tipo La Fana, Pandeh·ana; fana tiene en Asturias valores como ‘sitio en que hubo argayo o desprendimiento de tierras; la tierra desprendida; alud; sitio abrupto donde el ganado queda atrapado’ (dbabl s.v. argayo); en el área leonesa la acepción principal es ‘despeñadero’; fana entra en Galicia, con el valor de ‘corrimiento de tierra’9.

Parece confirmarse en los topns. Fañada una semántica ceñida a la noción de ‘cortado, tajo’, más que a la de ‘terreno pendiente’ que, ésta sí, conviene a los topns. del tipo Fana. El nexo semántico sería la noción común ‘desprendimiento de

6 Sanz Alonso, Beatriz: Toponimia de la provincia de Valladolid. Las cuencas del Duero, Pisuerga y Esgueva, Universidad de Valladolid, 1997; p. 451.

7 Sanz Alonso (1997: 451).8 Por lo que respecta a cat. llena ‘losa’, se inclina a separarlo de este tronco etimológico, atribuyéndole un origen separado

(decat s.v. llena).9 García González, Constantino: Glosario de voces galegas de hoxe, Universidade de Santiago, Verba, anexo 27, 1985.

Page 7: Testimonios toponímicos del léxico arcaico de las provincias leonesas, Anuario 2011, Instituto de Estudios Zamoranos Florián de Ocampo, pp. 135-216 (Pascual RIESCO CHUECA)

© I.E.Z. FLORIÁN DE OCAMPO Anuario 2011, pp. 135-216

TESTIMONIOS TOPONÍMICOS DEL LÉXICO ARCAICO DE LAS PROVINCIAS LEONESAS 141

tierra’. En tal caso, los Fañadas estarían en la órbita del verbo portugués y gallego fanar ‘amputar; desorejar; castrar; circuncidar’10, que da lugar a apodos y apellidos como Fanado. En el Libro de la Montería de Alfonso XI consta la siguiente cita, referida a los perros alanos: «quando ouieren medio año, despuntar los bien las oreias, por que desde que son fañados traenlas sienpre meior et mas enfiestas»11. Los topns. zamoranos Fañadas y sus correspondencias en otros puntos se deberán interpretar como alusivos a cortes en el terreno (una trinchera en un camino, un lugar de desprendimiento de tierras). La aplicación toponímica de verbos que sig-nifican ‘cortar, tajar’ es muy común: así Risco y Riesco ‘peñasco abrupto’ de lat. rĕsĕcāre; Cieza (MU) < lat. caesa, de caedere ‘cortar’; así apelativos comunes como Cortado, Tajo. Del apodo de un residente fanado ‘mutilado, desorejado; cir-cuncidado’ procederá el nombre de calle Beco do Fanado, en Coímbra, así como el topn. Vale de Fanado (Beja).

A la vista de lo anterior, parecen haber existido dos bases: por un lado el tipo *fanna- (leonés fañado, portugués fanado: ‘cortado’); por otro lado, una forma *fana–, que da lugar a una abundante toponimia de fana y derivados en Asturias y León (‘pendiente; terreno desprendido’). Penas del Fanao es una ladera en Mo-nasterio de Hermo; muy conocidas son Las Fanas, en la pendiente de Peña Ubiña. En las Coplas de Mingo Revulgo se menciona «el cerro fano”, que Coromines interpreta como ‘cerro mocho’ (dcech s.v. fanático), aunque también es verosímil pensar en ‘cerro tajado, abrupto’. En León, se repite La Fana en áreas montuosas del norte provincial. Véanse ejemplos toponímicos en el área de Palacios del Sil12, donde la voz parece seguir en uso, con el valor de ‘zona de precipiciu de penas, pero tamién con trozos de pastu prestosu’. El lla registra fana ‘despeñadero’13 como voz viva en Páramo del Sil, Babia, Laciana, Luna y Cepeda. Algunos ejem-plos toponímicos: La Fana es una ladera muy tendida, en Peña Correa (2088 m) al NW de Salce, en Las Omañas; una zona de barrancos en Colinas del Campo de Martín Moro; Fana Grande y Fana Pequeña son dos extensas pendientes, con-tiguas, en Fleitina, junto al límite provincial con Asturias; Fuente de la Fana en

10 De etimología oscura. Machado (delp s.v. fanar) propone vincularlo al lat. fanāre ‘consagrar’, por vía culta, a través de la liturgia de la circuncisión. Coromines (dcech s.v. fanático) ve imposible en lo fonético tal opción (la /n/ se habría perdido irremisiblemente en portugués), y piensa en un tipo *fannare. Con arreglo a ello, la forma leonesa correspondiente sería fañar, de la cual hemos mostrado restos toponímicos. Por otro lado, García Arias vincula fana, con dudas, a un irlandés fán ‘oblicuo, en declive; pendiente’, para lo cual sigue el magisterio de Hubschmid (1960c: 148). Es seductora la correspondencia semántica que encuentra Hubschmid entre fana y el término del Valais suizo vanē ‘endroit escarpé, touffes de gazon d’où l’on ne peut plus sortir, replat dans les roches’, procedente de un hermano galo del irlandés fán, *wanno.

11 Seniff, Denis (ed.): Libro de la Montería de Alfonso XI (1350), Hispanic Seminary of Medieval Studies (Madison), 1985; p. 21.

12 González-Quevedo, Roberto: La Fala de Palacios del Sil, Academia Llingua Asturiana, 2001; p. 262.13 La definición propuesta, que parece proceder de la que ofrece Álvarez (1985: 292) para el área de Babia y Laciana, es

poco feliz: ‘precipicio en una peña de donde, una vez dentro, difícilmente se sale’.

Page 8: Testimonios toponímicos del léxico arcaico de las provincias leonesas, Anuario 2011, Instituto de Estudios Zamoranos Florián de Ocampo, pp. 135-216 (Pascual RIESCO CHUECA)

PASCUAL RIESCO CHUECA

© I.E.Z. FLORIÁN DE OCAMPO Anuario 2011, pp. 135-216

142

Sosas de Laciana; Las Fanas en Genestosa (Babia). Asímismo, en la comarca de Luna, Callejón de las Fanas (Rabanal) y La Fana (Sena)14. Mucho más al sur, Las Fanas, ladera al sur de Iruela (en La Cabrera); Cuesta Fanales (Destriana), Mata Fanales (en área abrupta, Tabuyo), Fanales (cuestas en Lagunas de Somoza, Trascastro y Pinilla de la Valdería). Este tipo parece llegar al norte de la provincia de Zamora: La Fanal (Brime de Sog, junto a una fuerte cuesta que baja a S. Pedro de Ceque).

Como sugiere García Arias al considerar los ejemplos asturianos, en algunos de éstos se esconde el lat. fēnum ‘heno’, siendo difícil la discriminación (ello es especialmente probable en las derivaciones de aspecto fitonímico en -osa, -ar: Fanar, La Fanosa, La Fenosa). En Zamora, Fanales (prado en Muelas del Pan, citado Las Fanales en papeles de la desamortización15), Fenal (Ganame; Muelas de los Caballeros), Valfenoso (Fermoselle). Con aspiración meridional, Cabeza Jenosa (El Payo SA)16, El Jenal (Fresno de Sayago ZA)17.

Faya: Los etimólogos no han prestado especial atención a esta voz, un loca-lismo de la raya de Portugal, a lo largo de las Arribes, tanto en Zamora como en Salamanca18. Se trata de faya ‘precipicio’, en referencia a los vertiginosos de-rrumbaderos que flanquean el cauce, encajadísimo, del río Duero (y sus tributarios Tormes y Esla). En portugués trasmontano consta faial ‘despenhadeiro, alcantil’ (Figueiredo). Partiendo de un significado de base ‘cortado, tajo, risco; derrumba-dero’ para fana y derivados, queda a mano la propuesta de un étimo. Fana, en el área portuguesa, habrá experimentado la habitual pérdida de la nasal intervocálica, a lo cual sucede la inserción de una yod epentética: fana > *faa > faya. Este proce-so de incorporación de una /y/ antihiática es idéntico al que Coromines (dcech s.v. laya II) propone, a partir de una idea de Vieira, para lana > *laa > laya; de forma comparable, tras la caída de la /l/ en el portg. caiar ‘encalar’, o en plēna > cheia, vēna > veia. Moreno menciona en 1897 en el área de Mogadouro y Lagoaça, del lado portugués de las Arribes, una voz desfaiar-se (um animal, uma pessoa) ‘cair d’um picão, d’um fragaredo abaixo, nas arribas’19; perfecto sinónimo del término,

14 Pérez Gago, María del Carmen: El habla de Luna, Tesitex, Salamanca, 1997; p. 508, 522.15 Fernández Fernández, José Lorenzo: Entre Aliste y Sayago: Muelas, siglos XVIII-XX, Semuret, Zamora, 2002; p.

172. Existe otro Fanales, cercano a una ladera surcada por torrenteras, en Sejas de Aliste, actual y citado así en el cme; para los derivados de fēnum se esperaría más bien un masculino Los Fanales (datos de GzTuriel).

16 Iglesias Ovejero (1990: 78).17 Tampoco parece tener relación con los topns. anteriores un conjunto de nombres de lugar en el Portugal litoral, al N de

Lisboa: Fanhais (Nazaré), Pinhal Fanheiro (Alcobaça), Fanhões (Loures), en los que Machado (doe 619) cree ver la huella de un *fania, plural románico del gótico fani ‘lodo’, que es a su vez el origen del cast. fango.

18 Quizás porque al encontrarse habitualmente grafiada falla puede haber hecho pensar en el término común, aunque de registro culto, usado por geógrafos y geólogos, de muy distinto origen.

19 Moreno, Augusto C.: Vocabulário trasmontano, Revista Lusitana, vol. V, 1897-1899; p. 43.

Page 9: Testimonios toponímicos del léxico arcaico de las provincias leonesas, Anuario 2011, Instituto de Estudios Zamoranos Florián de Ocampo, pp. 135-216 (Pascual RIESCO CHUECA)

© I.E.Z. FLORIÁN DE OCAMPO Anuario 2011, pp. 135-216

TESTIMONIOS TOPONÍMICOS DEL LÉXICO ARCAICO DE LAS PROVINCIAS LEONESAS 143

que vive del lado español, esfayarse20, y de una voz viva en Babia y Laciana (LE), enfanarse21, y semánticamente similar al asturiano de Navia esfanar ‘desmoronar-se, venirse abajo’22. Tal voz ha debido de tener un área de vigencia más extensa en Portugal, pues consta en Vila-Real de Tras-os-Montes esfaiar ‘precipitar-se, cair numa ribanceira (falando de animaes)’23. Cf. Esfallavacas (Torregamones ZA), comparable a Despeñavacas (Solana del Pino CR), Despeñabueyes (Esguevillas de Esgueva VA).

La forma primitiva es faya, no falla, como abusivamente han corregido los car-tógrafos pensando en el término técnico de la geología. L. Alonso anota en su viaje a las Arribes de Salamanca, de 1906, la forma fayales, así como esfayarse ‘des-peñarse’24; de ahí el deverbal esfayadero ‘precipicio’. Innumerables topns. acom-pañan al Tormes: desde Monleras, aguas abajo, Falla Llana y Falla del Milano (1909 pñl), Las Fallitas, Falla del Peine, del Pesquerón, del Piorno, del Rollano, Falla Grande. Igual ocurre en el Duero: empezando en Fariza en el sentido de las aguas, Falla del Pontón y Valdelafalla, Falla de Dos Bocas, del Figuireo (figuere-do), de Ribas Altas, del Jimbrón (jimbro ‘enebro’), Falla Vitorera (vulturāria), del Poyo. Tras la confluencia con el Tormes, el topn. continúa en la provincia de Salamanca: Calle de la Faya en Villarino, Falla del Sol, Falla Gorda. También se constata en corrientes secundarias: El Fallal (en Zarza de Pumareda SA, junto al arroyo Ropinal); arroyo las Fayas (La Peña SA), Las Fallas (Cabeza de Fra-montanos SA); La Falla (Ahigal de los Aceiteros SA, junto al río Águeda)25; en Carbajales (ZA), Las Fallas, junto al río Esla. Si actualmente, todos estos topns. constan con grafía falla, producto de una errada hipercorrección, las fuentes lexi-cológicas más antiguas preservan como única forma faya. Así Lamano recoge en pueblos fronterizos con Portugal faya ‘peñasco; precipicio, despeñadero’, fayal ‘peñascal; faya’26. Llorente recoge también, en Trabanca, el derivado fayacal27. En Zamora consta faya, con el mismo significado, en las Arribes de Sayago28.

20 Lamano Beneite, José: El dialecto vulgar salmantino, Tipografía popular, Salamanca, 1915; pp. 443, 388. Llorente Maldonado de Guevara, Antonio: Estudio sobre el habla de La Ribera, CSIC, Salamanca, 1947; p. 184.

21 Álvarez (1985: 15).22 Larré Méndez del Río, Trinidad: Vocabulariu de Santa Marina y Vigu (Navia), Academia Llingua Asturiana, Oviedo,

2007; p. 51.23 Gomes Pereira, A.: Tradições populares e linguagem de Vila Real, Revista Lusitana, (a) vol. XI, 1908; pp. 268-310; (b)

1909; vol. XII, pp. 93-132; (c) 1909; vol. XII, pp. 317-322. Publicado en p. 96 de 1909.24 Alonso, L.: Los fayales del Duero. La Ilustración Española y Americana, 8 de septiembre de 1906.25 En el cme del cercano Sobradillo, un paraje recibe las denominaciones: Fallero, El Prado Falledo, Valdefalleros, Valde-

fallero, El Valle Fallero, El Valle de Falledo, El Valle Falledo, Vallefalledo (GzTuriel).26 Lamano (1915: 460). Lo mismo en Fernández de Gatta y Galache (1903), en Llorente Maldonado (1947: 184)

y en Mata, Luis: Lenguaje peculiar y tradiciones de las Arribes del Duero, Gráficas Cervantes, Salamanca, 1995; p. 229.27 Llorente Maldonado de Guevara, Antonio: Un ramillete de voces riberanas. Contribución al inventario del léxico

salmantino, en Philologica hispaniensia: in honorem Manuel Alvar, Vol. 1, 1983; p. 406. 28 Alejo, Justo: Prosa errante, ed. J.L. Rodríguez Bravo, Semuret, Zamora, 2005; p. 193.

Page 10: Testimonios toponímicos del léxico arcaico de las provincias leonesas, Anuario 2011, Instituto de Estudios Zamoranos Florián de Ocampo, pp. 135-216 (Pascual RIESCO CHUECA)

PASCUAL RIESCO CHUECA

© I.E.Z. FLORIÁN DE OCAMPO Anuario 2011, pp. 135-216

144

La cartografía más antigua preserva localmente la forma correcta: Faya del Poyo (1946 mtn Fermoselle ZA), Faya Gorda (1944 mtn Aldeadávila de la Rivera SA). En el lado portugués constan reiterados topns. junto al Duero y en tributarios próximos: Faia do Cuco, Faia da Água Alta (Bemposta), Faia da Opa (Bruçó), Faia Alta (Lamoso). En tierra de Miranda, Faia de l Finolhal, Faia Malhadona, Faia Amarielha, Faia de l Cuorno, Faia Bintureira, entre otras. Más al interior, en la abrupta orilla del río Côa, Faia, con sus pinturas rupestres. La distribución más extensa de esta voz en la parte portuguesa parece avalar el origen propuesto, a partir de un primitivo fana > faa.

Galaza: existe un conjunto apelativo y toponímico en el Aliste zamorano y su entorno, que refleja esta voz, definida por Rodríguez Pascual como ‘vaguada superficial y poco extensa, resguardada de los vientos y que conserva fácilmente la humedad’29; Baz Argüello la registra en S. Cristóbal, en la acepción ‘urrieta pe-queña’30; en Boya, ya dentro de la Carballeda, se define como ‘pequeña depresión en el terreno por donde corre agua de escorrentía’31; esta parece ser la acepción primitiva, ligada a la existencia de un álveo, cortadura o surco de escorrentías en el eje de la vaguada. Dicha voz trasparenta un claro parentesco con el aragonés galacho ‘torrentera de erosión; paleocauce, meandro abandonado’ y sus abundan-tes variantes en ambos lados del Pirineo y a lo largo del curso del río Ebro. En la toponimia, La Galaza (Valer de Aliste; Litos); La Galaza de la Gorra (Mahíde); Galazas (tº municipal de Zamora, junto al Esla), La Galazona (Bermillo de Alba; El Castillo de Alba)32. Galazes, villar antiguo cerca de Maire de Castroponce (1224 lpsj). La voz llega a la vecina tierra de Miranda do Douro: Galazona (Samartino d’Angueira). En efecto, el apelativo galaza en el mismo Samartino es ‘parte fun-deira duma ondulação cerrada do terreno; prega do terreno’33. Puede asociarse a este conjunto un topn. menor medieval, en Priaranza del Bierzo, «her de galacia» (ca. 1290 spm 591), donde her es una forma romance derivada del lat. ăger, -gri ‘campo’.

29 Rodríguez Pascual, Francisco; Rodríguez Peláez, Nicolás: La palabra y las palabras, Semuret, Zamora, 2002; p. 124.

30 Baz Argüello, José María: El habla de la tierra de Aliste, Anejo de la Revista de Filología Española, Madrid, 1967; p. 89.

31 furm 2006, recopilador Florentino Gil Romero. En opinión de Gómez Turiel, tales matices semántico son difíciles de constatar. Prevalece una acepción simple, tanto para urrieta como para galaza, la de ‘vaguada’; a veces se sugiere que la galaza es más pequeña. Urrieta es topn. mucho más frecuente.

32 Cabe añadir La Galaza el Refuego (Losacio de Alba) y La Galaza Rabo de Gato (Gallegos del Campo) (GzTuriel). Para el primer topn. (escrito Refueyo en el cme), compárese el leonés Refueyo (e.g. en Bembibre LE), i.e. rehoyo ‘concavidad profunda’. Se habrá pasado por una fase intermedia *refueo, seguida de la inserción de una /g/ antihiática.

33 Pires, Moisés: Pequeno vocabulário mirandês-portugues, Câmara Municipal de Miranda do Douro, 2004; p. 282.

Page 11: Testimonios toponímicos del léxico arcaico de las provincias leonesas, Anuario 2011, Instituto de Estudios Zamoranos Florián de Ocampo, pp. 135-216 (Pascual RIESCO CHUECA)

© I.E.Z. FLORIÁN DE OCAMPO Anuario 2011, pp. 135-216

TESTIMONIOS TOPONÍMICOS DEL LÉXICO ARCAICO DE LAS PROVINCIAS LEONESAS 145

En Aliste parece tener la vigencia más activa. El alcl registra galaza ‘torren-tera, barranquera’ en Sarracín de Aliste; galatón ‘cárcava a consecuencia de una riada’ en Ceadea. Pero no sólo consta galaza ‘vallecillo abrigado entre montes y con árboles’, sino también una variante galacho ‘charca que deja el agua de llu-via’34; en Sesnández galachón ‘barranquera excavada por las aguas al correr por una ladera’ y galaza ‘vaguada’35; galatón ‘erosión profunda en la tierra producida por el agua de lluvia’36, ‘caudal de agua más copioso de lo común’ en Samir de los Caños37. Esta profusión de formas parecería restar verosimilitud a la etimología árabe propuesta por Coromines (dcech s.v. galacho, decat s.v. galatxo: hipóte-sis no suscrita por Corriente), puesto que obligaría a una improbable y múltiple evolución del ár. halîğ ‘brazo de río’: de galicho se habría pasado a galacho al interpretar como parte de un sufijo la sílaba tónica. Hubschmid propone un étimo preindoeuropeo para este grupo, que presenta una frondosa familia de apelativos en uso en el valle del Ebro, desde Navarra a Cataluña (galotsa, galocha, -o, gala-cho, galatxo), y que da lugar a una rica toponimia fluvial en Francia. Postula una raíz *gal, de aplicación hidronímica38.

El apellido Galache, que pervive en Salamanca, puede derivarse de algún topó-nimo emparentado. Cabe sin embargo dudar si el topn. es local o indica proceden-cia foránea, pues las derivaciones de esta base con sufijación –acho, -ache son más frecuentes en el área aragonesa, donde galacho es voz bien conocida, con el sentido antes indicado: El Galache (Épila Z) y muy abundantes topns. Galacho (en el río Ebro, Quinto Z; Alfranca Z). Galache consta como nombre de lugar en Talavera la Real (BA), tal vez apellido de propietario. Puede pertenecer al mismo conjunto el topn. La Gazala (Tardesillas SO), documentado Galaza en 101639. El topn. La Gazala se repite en otros puntos, así en Tardajos de Duero (SO), junto a dicho río. En el área zamorana, cierta riqueza de sufijación, que se constata en la toponimia, es testimonio de la vitalidad del tema: La Galaxia, un valle entre Aspariegos y Benegiles (Galasia en 1927 mtn); La Galacea40 y quizás Los Galayos (Pajares de la Lampreana)41; Las Galañas (Las Torres de Aliste)42; Las Galatras (Villaralbo).

34 Rivas Blanco, José: Aliste visto desde Rabanales, Gráficas Heraldo de Zamora, 1986; p. 239. El léxico acopiado procede de Rabanales, S. Juan del Rebollar y Cerezal de Aliste.

35 furm 2007, recopilador Ángel Ferrero.36 Rodríguez Fernández, Gregorio: Paisaje y alma de Aliste, La Bañeza, León, 1992; p. 635.37 furm 2007, recopilador Claudino Rozados Miguel. Las formas galach- y galat- parecen más comunes en la parte oriental

de Aliste (GzTuriel).38 Hubschmid, Johannes: Pyrenäenwörter vorromanischen Ursprungs und das vorromanische Substrat der Alpen, Univer-

sidad de Salamanca, 1954; p. 53.39 Martínez Díez, Gonzalo: Las comunidades de villa y tierra de la Extremadura castellana, Editora Nacional, Madrid,

1983; p. 156.40 Partiendo de un hipotético *galazia, con /i/ epentética leonesa y reinterpretaciones castellanizantes de la /z/.41 Sin relación con el tema oronímico galayo, frecuente en Castilla la Nueva, Andalucía y Portugal meridional.42 Comparable a La Garaña (Cerecinos del Carrizal).

Page 12: Testimonios toponímicos del léxico arcaico de las provincias leonesas, Anuario 2011, Instituto de Estudios Zamoranos Florián de Ocampo, pp. 135-216 (Pascual RIESCO CHUECA)

PASCUAL RIESCO CHUECA

© I.E.Z. FLORIÁN DE OCAMPO Anuario 2011, pp. 135-216

146

Quizás del mismo origen es Las Galarzas (Cabezabellosa de la Calzada SA), así como Los Galachones (junto al río Alagón, en Ahigal CC); un topónimo medieval, La Cabeza de Galaron, mojón en la delimitación de Venialbo con el concejo de Toro (1263 tbz), puede tener el mismo origen (posible lectura Galaion). Del lado portugués, en el área de Mogadouro y Lagoaça, Moreno (1897-1899: 91) recoge galócha ‘o primeiro sulco que se faz para abrir uma valla’: parece referirse a un canalillo de drenaje atravesando un cercado; en Algarve, Galachos (Alcoutim), so-bre el río Odeleite parece del mismo origen y semántica que el galacho aragonés, con una evolución fonética propia del mozárabe, puesto que de otro modo la /l/ intervocálica se habría perdido.

Turón: se trata de una base oronímica, hermana del catalán turó, que García Arias (2000a: 73), siguiendo a Juan Manuel González43 y a Aebischer44, describe como generadora de topns. en Asturias. Se trata del prerromano *taur-‘montículo’ de la raíz indoeuropea *teu ‘hincharse’; de ahí podrían provenir nombres de lugar asturianos como Tourayu, Torañu, Torazu, Toriellu, Turiezo, Turón, aplicados a pequeñas eminencias del terreno, del tipo de mámulas o túmulos. Indica García Arias que es preciso filtrar esta lista, en la que pueden esconderse derivados del lat. tŏrum ‘bulto, hinchazón, generalmente aplicado al tronco de árboles y plantas’, del que consta en las hablas leonesas el frecuente apelativo tueru, -o ‘tronco’. Son comunes en Galicia también topns. Tourón, Tourós, Touriño, que Cabeza Quiles (1992: 473) pone en relación con una base prerromana *tor de valor oronímico.

Gª de Diego (deeh 1041) parte de un céltico twr ‘montículo’ del que deriva tanto el catalán turó ‘id’ como una serie de apelativos de atestiguación más disper-sa45: turrión ‘montón, colina’ en Salamanca y Soria; turujo ‘colina’ en Cantabria (García Lomas); toruño ‘montículo’ en Sevilla; turuñuelo, teriñuelo, tiriñuelo, turruñuelo ‘túmulo, dolmen’ en Salamanca46. Puede añadirse el nombre de los Montes Torozos en Valladolid; turrieiru ‘pequeña elevación en un terreno llano’ en Babia, Laciana y Aliste47, comparable al astur. turrio ‘crestón de roca; escalón

43 González, Juan Manuel: Monsacro y sus tradiciones, Archivum (Oviedo), VIII, 1958; pp. 48-81.44 Aebischer, Paul: Le catalan turó et les dérivés romans du mot prélatin taurus. Butlletí de Dialectologia Catalana,

Barcelona, 18, 1930; pp. 193-216.45 Dado que muchos de los radicales allegados son demasiado breves, puede tratarse a menudo de paronimias casuales, de

las que no cabe inferir comunidad de origen. Así lo advierte Coromines (decat s.v. turó), quien propone para el cat. turó una base tūrōn.

46 Llorente Maldonado de Guevara, Antonio: Toponimia salmantina (ed. Mª R. Llorente), Diputación de Salamanca, 2003; p. 27, 262. Estos topns. se extienden a Extremadura y Andalucía Occidental; no faltan evoluciones inesperadas, por cruce o influencia: El Periñuelo (Ceclavín CC) es un yacimiento del Bronce.

47 Álvarez (1985: 336); un topn. Turrieiru de Abajo (Oencia LE). La voz parece tener alguna vigencia en Aliste, según Gómez Turiel: El Turrieiro es topn. menor en El Poyo, Figueruela de Abajo, Sejas de Aliste y Moldones. En el primero hay una elevación, aunque el nombre corresponde a un territorio más amplio. El de Sejas es un teso. El topn. de Moldones (continuación del

Page 13: Testimonios toponímicos del léxico arcaico de las provincias leonesas, Anuario 2011, Instituto de Estudios Zamoranos Florián de Ocampo, pp. 135-216 (Pascual RIESCO CHUECA)

© I.E.Z. FLORIÁN DE OCAMPO Anuario 2011, pp. 135-216

TESTIMONIOS TOPONÍMICOS DEL LÉXICO ARCAICO DE LAS PROVINCIAS LEONESAS 147

alto en el terreno; caballón alto; montón de tierra que se pone en la parte baja de las fincas cultivadas; pequeña porción de tierra inculta que separa dos fincas’ (dbabl s.v. turrio) y turrunteiru ‘talud de tierra sola, sin piedras’ (dbabl s.v. turrunteiro), así como el salmantino turruteso ‘teso pequeño’48. Madoz alude a terrenos recien-temente roturados en el partido de Benavente, situados en «torrizales y cotos». Se trata probablemente de un derivado de esta misma base, con una acepción presu-mible torrizal ‘terrenos marginales o linderos, generalmente pedregosos, reticen-tes a la arada y poco productivos’.

Algunas de estas voces tienen presencia toponímica, frecuentemente asociada a túmulos y motillas de indudable carácter arqueológico. Ocasionalmente, se hace sentir la atracción pseudo-etimológica ejercida por parónimos como torre, torreón y tierra, terrón; y no es descartable que hayan confluido los resultados de étimos diferentes; es el caso del salmantino terroño ‘montículo, pequeña elevación del terreno, lleno de cascajo’49, sayagués terroña y terrueña ‘montón de piedras en una finca’50 o extremeño turrumberu ‘montículo’, registrado en Malpartida de Pla-sencia y Serradilla, y turranquero ‘ribazo’, en Arroyo de San Serván51; turrubanzo ‘montículo; terrón’ puede interpretarse como cruce entre esta base y ribanzo. Son muy comunes los topns.: Los Turriones y Las Terroñas (Villaseco de los Gamitos SA); Turrión (Fadón ZA); La Torroña (La Sagrada SA); Terroña (Villar de Pera-lonso SA); Cerro Terroña (Villar del Buey ZA); Las Terroñas (Pereña de la Ri-bera; Sardón de los Frailes SA); La Terrueña (Fariza ZA). Toruño es muy común en la toponimia andaluza y extremeña: El Toruño (Villanueva de la Vera CC; El Gandul SE), El Toruño de los Huesos (Isla Mayor SE). El diminutivo se presenta como El Toruñuelo (Valverde de Llerena BA; Gerena SE), El Turuñuelo (Peñaflor SE), El Turruñuelo (Arapiles SA; Valdefuentes CC; Azuaga BA; Cartaya H; Gile-na SE). Gordón y Ruhstaller analizan tales topónimos, de sorprendente plasticidad

de Figueruela) fue descrito por un paisano como «cotorro». Otra informante aseguraba que turrieiro se empleaba aún en Moldones y venía a ser –lugar seco, poco productivo– (GzTuriel).

48 Lamano (1915: 653). Por disimilación consta la variante curruteso ‘teso pequeño’ (Sánchez León, Cándido: Palabras y expresiones usadas en la provincia de Salamanca, Caja Salamanca y Soria, Salamanca, 1995; p. 83). Unamuno registra la misma voz en la provincia de Salamanca, curruteso ‘teso chico’, aunque la transcripción realizada por Llorente ofrece la siguiente lectura errónea: «currutero: perro chico» (Llorente Maldonado de Guevara, Antonio: Salamanca: manuscrito de Miguel de Unamu-no, Salamanca, Revista de Estudios, 41, 1998; p. 273). Un topn. El Turrutero (Villarino de los Aires SA).

49 Sánchez León (1995: 198).50 Panero, Juan Antonio: Sayago. Costumbres, creencias y tradiciones, Carlos Sánchez Editor, Medina del Campo, 2000;

p. 189; Alejo (2005: 210).51 Viudas Camarasa, Antonio: Diccionario extremeño, editado por el autor, Cáceres, 1988; p. 171. Comparable al salman-

tino turrunquero, que Lamano define, posiblemente por imprecisión del informante, como ‘terreno pantanoso, juncal‘ (Lamano, 1915: 653).

Page 14: Testimonios toponímicos del léxico arcaico de las provincias leonesas, Anuario 2011, Instituto de Estudios Zamoranos Florián de Ocampo, pp. 135-216 (Pascual RIESCO CHUECA)

PASCUAL RIESCO CHUECA

© I.E.Z. FLORIÁN DE OCAMPO Anuario 2011, pp. 135-216

148

en cuanto a las formas, como indicadores arqueológicos (asociados con túmulos y dólmenes) en Huelva y provincias cercanas52.

En cualquier caso, un paraje como Los Turones, que da nombre en Corrales del Vino y Santa Clara de Avedillo (ZA) a una serie de colinas testigo, considerable-mente escarpadas (GzTuriel), parece inequívocamente oronímico. Un pequeño tributario del río Águeda, fronterizo entre Portugal y España, recibe el nombre de Ribeira dos Tourões o río Turones. Añádase El Turón (Bonella LE; Villoria SA). Quizás pertenece a esta familia, por reinterpretación, el topn. El Torillo (Raparie-gos SG); con más dudas, Toril (Vivinera ZA)53, El Toril (Villafáfila ZA; Valderas LE). El abundante topn. portg. Tourão (Braga; Fafe; Monção; Penafiel; Ponte de Lima; Torre de Moncorvo; Vila do Conde; Vila Nova de Gaia) y Touron en Gali-cia es puesto en relación por Machado (doe 1424) con el antropónimo medieval Tauron, documentado en 936; se trataría en estos casos de villa Tauroni. Algu-nos de los topns. Tourão, sin embargo, serán oronímicos; también los abundantes topns. Touro (dtp 561).

Lo mismo cabe decir del apellido zamorano Turiel, que cabe comparar con la cita gallega, del s. VIII54: «illa mamola ubi uocitant Turelo». Es cierto que los topns. portg. Tourelhe (Vouzela) y Tourel (en Pombal; también en Galicia) pueden hacerse remontar a un propietario: villa Taurelli, como propone Machado (doe 1424); en efecto, los topns. del tipo Villa–, frecuentes en León, suelen componerse en su gran mayoría con el nombre de un propietario y son comunes las apócopes de la -e final, procedente de un antiguo genitivo: así Villaturiel (LE), antiguo Uillato-riel. De aspecto oronímico, sin embargo, es La Turiela, prominente altozano junto a Faramontanos de Tábara, en cuyo término está también un paraje Las Turonas55. Turiel es topn. menor asturiano, al S de Campomanes.

Parece pertenecer a esta base la voz toral, que en el oeste de Salamanca descri-be una plazoleta56; Unamuno la oyó en Ledesma con igual sentido57; en Monleras ‘terreno o solar donde desembocan o nacen varias calles y que suele ser comuna-l’58; en Zamora parece preservarse una acepción más antigua ‘meseta, altozano’, de

52 Gordón, Mª Dolores; Ruhstaller, Stefan: Estudio léxico-semántico de los nombres de lugar onubenses. Toponimia y arqueología, Ediciones Alfar, Sevilla, 1991; p. 194.

53 Puede tratarse del lugar donde pastaba el «toro del pueblo o de concejo”, con morfología análoga a la de boíl ‘establo del buey’ o cabril ‘majada de cabras’ en la Sierra de Francia (GzTuriel; Lamano. 1915: 307). En Extremadura y Andalucía, El Toril es topn. frecuentísimo en sentido recto: lugar donde pastan los toros.

54 González (1958: 78-79).55 Frecuentemente tales formas toponímicas aluden a la tierra de alguien apellidado así; en este caso, se trataría de ‘la heredad

de Turiel’ (GzTuriel). Topns. zamoranos como Los Turieles (Pino del Oro) o Molino de los Turieles (Castro de Alcañices, 1944 mtn) pueden ser descriptivos o remitir al apellido de una familia propietaria.

56 Lamano (1915: 645).57 Llorente Maldonado (1998: 288).58 Solano Antoñanzas, José María: Etnología de Monleras y sus anejos: Berganciano, Villasequitos (Hondo y de Arriba)

y Pepino (Salamanca), Arnedo, La Rioja, 1989; p. 226.

Page 15: Testimonios toponímicos del léxico arcaico de las provincias leonesas, Anuario 2011, Instituto de Estudios Zamoranos Florián de Ocampo, pp. 135-216 (Pascual RIESCO CHUECA)

© I.E.Z. FLORIÁN DE OCAMPO Anuario 2011, pp. 135-216

TESTIMONIOS TOPONÍMICOS DEL LÉXICO ARCAICO DE LAS PROVINCIAS LEONESAS 149

la que habrá emanado la acepción ‘plazoleta’ por la tendencia a situar eras y otros ejidos donde se reúne el ganado en lugares altos y despejados (que no se enchar-can). En Aliste, toral presenta una acepción diferenciada: ‘tierra de escaso valor para la siembra de cereales’59. Ello puede deberse a que las cimas de tesos son suelos pobres, de escasa productividad. En Atalaia (Pinhel PT), touril ‘logar onde os coelhos excavam e deixam os excrementos’60 (Barroso toural ‘id’61) pueden en-tenderse como derivados de esta misma base, con el sentido de ‘plazoleta, corral’.

Almeida Fernandes y Silva identifican en Canelas (Arouca PT) el doblete topo-nímico Touralho y Toural; el primero, más arcaico, revela claramente su vínculo con la base oronímica *tor ‘altura, monte rochoso’62. Evidentemente la definición mirandesa toural ‘local da feira onde se transaciona gado bovino e outro gado’63 parece estar sugestionada por la paronimia con touro ‘toro’. Topns. reiterados como Rue de l Toural (Bilachana de Barceosa, Samartino), Toural (Malhadas), Toural (en el casco de Palaçuolo; en Sendin), Rue y Lhargo de l Toural (San Pe-dro de la Silba) hacen pensar sin embargo en una acepción idéntica a la registrada en Salamanca, ‘plazoleta’. Esta acepción ha tenido también curso en Galicia. O Toural es una plaza en la ciudad de Santiago. La aplicación de toural, como ape-lativo, a ‘campo de la feria, específicamente para ganado’ (degc) habrá sufrido la gravitación, experimentada en otras partes, hacia la esfera semántica de touro ‘macho de la vaca’.

Cf. topns. zamoranos El Toral (Fresnadillo; Espadañedo); Toral de la Gadaña (Argusino), Los Torales (Cozcurrita; Bermillo de Sayago; Peñausende; Bermillo de Alba)64, Barrio del Toral (Moraleja de Sayago). En Salamanca, Los Torales (Iruelos), Peña y Cueva del Toral (Barruecopardo). En la provincia de León es común el topónimo: varios pueblos Toral, así como Toralino; parajes en Rosales y Posada de Valduerna; Los Torales (Castrillo de las Piedras; Palacios de Valduer-na). Parece compuesto Toralto (Canalejas). El Torao (Villalís) y Turao (Destriana, Robledo de Valduerna) muestran correspondencia exacta con el asturiano Toura-yu, presentando el grado cero de la mediopalatal /y/. El Torao en Destriana se prolonga con topns. adyacentes El Toral y El Toralino al pasar al vecino término de Castrillo de Valduerna.

59 Rivas Blanco (1986: 263). 60 Monteiro do Amaral, A.: Tradições populares e linguagem de Atalaia, Revista Lusitana, vol. XI, 1908; p. 163.61 Braga Barreiros, Fernando: Vocabulário barrosão, Revista Lusitana, Vol. XX, 1917; pp. 137-161; vol. XXXV, 1937;

p. 291.62 Almeida Fernandes, A.; Silva, F.: Toponímia Arouquense, Arouca, 1995; p. 169.63 Pires (2004: 518).64 Añádanse, según Gómez Turiel, Los Turales, valle en El Poyo donde no se observan montículos; El Toral en Torregamo-

nes, Los Torales de Ritaciega, Los Torales de la Cavada y El Toral de Valdelazarza en Gamones (GzTuriel).

Page 16: Testimonios toponímicos del léxico arcaico de las provincias leonesas, Anuario 2011, Instituto de Estudios Zamoranos Florián de Ocampo, pp. 135-216 (Pascual RIESCO CHUECA)

PASCUAL RIESCO CHUECA

© I.E.Z. FLORIÁN DE OCAMPO Anuario 2011, pp. 135-216

150

Mámora: el lat. mamma ‘teta’, y su diminutivo mammŭla, han producido una abundante toponimia, aplicada a prominencias del terreno que puedan recordar un pecho femenino. En Portugal y Galicia son frecuentes los topns. Mamoa > mammŭla, Mamoela (doe 932). La base latina consta en la diplomática medieval: «per illas mamolas in prono» (1025 shg); debió localmente de adquirir un valor arqueológico similar a ‘túmulo funerario’65: en los documentos de Lorvão se cita una «mamola terrenia» (907 omc 208), i.e. un túmulo de tierra; en un documento gallego de 982 se lee «locos anticos e mamolas»66. Pero la mayor parte de los ejem-plos toponímicos en la Meseta corresponden a simples elevaciones del terreno: Las Mámoras (tesos aislados en Valcabado y Roales ZA). Una variante de sufijo, también átono, se da en Mámoles, pueblo de Sayago. Evolución también regular en La Mambra (Vega de Valdetronco VA), Mambrilla (Osorno P), Mamblas (Adane-ro AV) (deeh 794, etimología ya propuesta por Sarmiento y luego por Menéndez Pidal). Significativamente, La Mambla es un paraje de Mambrilla de Castrejón (BU)67. La evolución Mambrilla > Membrilla, dictada por etimología popular, se repite profusamente en la toponimia zamorana. Teso de la Membrilla (Villalpando; Belver de los Montes), La Membrilla (Prado), Las Membrillas (Abezames; Pinilla de Toro; Vezdemarbán). La Mamuniella (Figueruela de Abajo) puede resultar de una disimilación desde *Mamuliella. Sin sufijar, Las Mamas (Corrales del Vino)68. La Mamietsa es un pico cónico de forma de teta (La Vega de Viejos LE)69.

Mesón: Llorente Maldonado llamó la atención sobre una voz local salmantina, mesón ‘atolladero, tremedal’; en Villaseco de los Reyes ‘socavón producido por saturación hídrica del subsuelo’70; el alcl registra en Villavieja de Yeltes me-són ‘socavón’; también se recoge en Villardiegua de la Ribera y en Villadepera (ZA) con la acepción ‘terreno pantanoso’71; en 1915 Lamano lo registra en el área de Vitigudino (SA). Es difícil rastrear su presencia toponímica, puesto que tales mesones pueden encontrarse en un camino, en vados y otros parajes propicios a

65 Monteagudo, Luis: Nombres de túmulos y dólmenes en Galicia y Norte de Portugal, Revista de filología española, 38, 1954; p. 103. delp s.v. mamoa.

66 Cabeza Quiles (1992: 292). Martínez Ruiz, Juan: La Mamola (Granada) y otros descendientes de mammula en la Romania, Revista de Filología Española, LXI, 1981; p. 235-245.

67 El tipo toponímico Mambla alcanza el área catalana (ocat, V, 159).68 Dos tesos próximos de evidente evocación (GzTuriel).69 Álvarez (1985: 177).70 Llorente Maldonado de Guevara, Antonio: Hablemos de nuestra lengua, Centro de Estudios Salmantinos, Salaman-

ca, 2000; p. 124. Llorente Maldonado de Guevara, Antonio: Las denominaciones correspondientes a las lexías de la lengua estándar «arroyo, torrentera, manantial y terreno pantanoso» en Zamora, Salamanca y Ávila, Revista de filología española, 70:1/2, 1990; p. 88.

71 Borrego Nieto, J.: Sociolingüística rural. Investigación en Villadepera de Sayago, Universidad de Salamanca, 1981; p. 78.

Page 17: Testimonios toponímicos del léxico arcaico de las provincias leonesas, Anuario 2011, Instituto de Estudios Zamoranos Florián de Ocampo, pp. 135-216 (Pascual RIESCO CHUECA)

© I.E.Z. FLORIÁN DE OCAMPO Anuario 2011, pp. 135-216

TESTIMONIOS TOPONÍMICOS DEL LÉXICO ARCAICO DE LAS PROVINCIAS LEONESAS 151

embarrarse. Un topn. Mesón aludirá casi siempre a una antigua posada, y sólo muy localmente, en el sentido aducido por Llorente, a un chapatal72.

La clave para la interpretación de este anómalo sentido de la voz mesón la pro-porciona un lema del Vocabulario Trasmontano de Augusto C. Moreno, compila-do a finales del XIX en Lagoaça y Mogadouro: estalagem ‘tambem se chama a um atoladoiro disimulado, que no inverno se forma pelos caminhos, e onde as bestas se enterram até a barriga’73. El sentido recto de estalagem (Figueiredo) es ‘poisada; hospedaria; albergaria; casa de malta’, del provenzal ostalatge (delp s.v. estala-gem). La correspondencia fiel en ambos casos entre un sentido literal y figurado (‘albergue’ > ‘atolladero’) sugiere la explicación. Se trata de una imagen jocosa, perteneciente al campo de la folktoponimia, que pondera festivamente el estado de acomodo, inmovilidad y reposo que un atolladero impone a bestias y carruajes. Tal denominación surgiría, con tono de chacota, al dar cuenta del paradero de un arrie-ro o trajinante: «Fulano tiene los bueyes, o el carro, en el mesón»74, a sabiendas de que su situación era de inmovilidad forzada; y durante el tiempo que durase la situación de atollamiento, si ésta se prolongara, sería preciso dar de comer y beber a las bestias, exactamente como en una posada.

Bubón: se repite en Aliste, tierra de Miranda y proximidades un topn. de apa-riencia enigmática: Bubón, Boubon. Ejemplos son Los Prados del Bubón (Santa Cruz de Abranes)75; Alto de la Bobona (Ceadea); El Bubón (manantial en Traba-zos; valle en Ufones); El Bobonico (junto a una fuente, en Brandilanes); Boubon (Custantin; Angueira; Granja de la Silba; Infainç; Malhadas); Ribeira de l Boubon (Angueira)76. Frecuentemente se trata de praderas o lugares aguanosos. Rivas Blan-co ofrece una pista valiosa: «los de Ufones dan el nombre de bubón a la ciénaga o tremedal donde salen […] manantiales»77. De hecho en Trabazos es el nombre de un manantial con propiedades medicinales; y en Ufones, El Bubón es un valle abundante en remanaderos. De conexión más incierta son Cuesta del Bombón (Pe-drosillo de Alba SA) y El Bufón (Sobradillo de Palomares ZA).

72 Ejemplos, todos ellos de cierta ambigüedad en cuanto al referente: Mesón (junto a un arroyo, pero no alejado de un vento-rro en ruinas, Morille SA); Los Mesones (S. Pedro de Rozados SA, en un cerro); El Mesón (Los Santos SA, junto a una carretera); El Mesón (zona encharcadiza, junto a Calzadilla del Campo SA); El Mesón (cerca de un arroyo, Calvarrasa de Arriba); Teso del Mesón (dehesa de Soguino ZA, alejado de caminos); Los Mesones, junto al arroyo de la Encina (Castellanos de Villiquera SA), lejos de caminos.

73 Moreno (1897-1899: 51).74 Recuérdense expresiones populares como «dormir en el mesón de la estrella”, es decir, a cielo raso.75 Es una pradera arbolada (García López, David; Boyano Andrés, Ricardo: Toponimia menor del noroeste de la provin-

cia de Zamora (3): Santa Cruz d’Abranes (con notas sobre el machuecu curixegu), Lletres Asturianes, 79, 2001; pp. 63-84).76 Añádanse Los Bubones (Gallegos del Campo, descrito localmente como «una llameira») y El Bubonico (S. Vitero)

(GzTuriel).77 Rivas Blanco (1986: 48).

Page 18: Testimonios toponímicos del léxico arcaico de las provincias leonesas, Anuario 2011, Instituto de Estudios Zamoranos Florián de Ocampo, pp. 135-216 (Pascual RIESCO CHUECA)

PASCUAL RIESCO CHUECA

© I.E.Z. FLORIÁN DE OCAMPO Anuario 2011, pp. 135-216

152

Aunque, como se indica más adelante, en una voz de tan escaso cuerpo fonético, es posible que se escondan derivados de otras raíces (grupo de borbollar y otros términos de la misma esfera semántica), cabría emparentar esta familia con los topns. del tipo Bodón y Budón, Bodonal ‘humedal; charca’, con variada semántica según la zona78, derivados aparentes de lat. bŭda ‘espadaña, anea’79. Gª de Diego propone un étimo *bŭdo, ōnis ‘espadañal’ (deeh 522; véanse otras opciones para explicar el sufijo -ón en dcech s.v. bodón). Como apelativo, se registra según el alcl bodón ‘(terreno) pantanoso’ en S. Martín de Castañeda y en Cerecinos de Campos (ZA); bodonal, badonal, bonal y similares tienen una presencia mucho más extensiva, registrándose en numerosos puntos de las provincias de Zamora y Salamanca (pero no en Castilla)80.

Gª de Diego vincula tales topns. con bova, boga ‘espadaña, anea, Typha sp.’ en el área catalana, colocando el conjunto como procedente del citado término vegetal bŭda81. También incluye como derivados de la misma voz latina el topn. Regato de Boga (Malva ZA) y el pueblo salm. Bogajo, con el arroyo Bogajuelo. Habría que añadir Las Bogas (Vegalatrave ZA)82, Boga (Trigueros del Valle VA), Charco del Buegón (Sauceda CC, junto al río de los Ángeles), Los Bugueros (Torregamones ZA, 1946 mtn), La Boguera (Villadangos del Páramo LE), Las Bogueras (Sogo ZA; Sardonedo LE), Bogueira (Penacova PT), La Bodera (aldea en Guadalajara)83. Morala registra repetidamente en la comarca leonesa de Los Oteros un topn. Los Bogales (e.g. Los Bogales de la Casilla, Grajalejo de las Matas; Los Bogales, Fon-tanil de los Oteros); se ha preservado localmente una acepción ‘terreno fértil, de

78 Llorente Maldonado (1990: 73). Morala Rodríguez, José Ramón: Los ríos y los paisajes del Duero en la topo-nimia, Actas del Congreso Internacional «Homenaje al Douro/Duero y sus ríos. Memoria, cultura y porvenir”, Fundación Nueva Cultura del Agua, Zamora, 2006. González Bernáldez, Fernando: Los paisajes del agua. Terminología popular de los humedales, J.M. Reyero, Madrid, 1992; pp. 42-44. Según Gómez Turiel, budón y bodón tienen plena vigencia apelativa en el oeste alistano, con la acepción de ‘lodazal, terreno que siempre está empantanado’; una charca de aguas cristalinas nunca sería un budón. La toponimia refleja su uso: El Bodonón (El Poyo; el lugar justifica su nombre plenamente), Los Bodonicos (Valer), El Bodón de la Caldirica (San Vitero), Los Bodonales (Ribas), La Fuente’l Bodón (Gallegos del Campo) (GzTuriel).

79 Véanse derivados gallegos de esta base en Cabeza Quiles (1992: 79).80 Otros topns. zamoranos: El Bodón (junto al arroyo de Moratones, en Sesnández de Tábara; parajes húmedos en Bretocino,

Fontanillas de Castro), Bodón de Empudia (Revellinos), Los Bodones (Cabañas de Aliste; Marquiz de Alba; S. Martín de Tábara; S. Martín de Castañeda). La forma bodonal aparece en el sur de la provincia (El Bodonal, Jambrina; Los Bodonales, Carbellino; Los Bonales, Fresno de Sayago; El Bonal, Pelazas; aisladamente Bonales, Rosinos de la Requejada, El Bonal, Aguilar de Tera). Es mucho más frecuente en Salamanca y Extremadura: Charca del Bodonal (La Sagrada, Ledesma; Villaseco de los Gamitos), Los Bodonales (S. Pedro del Valle; Juzbado; Peralejos de Arriba); bonal es voz conocida, con densa presencia toponímica al sur de Salamanca. En Encinasola de los Comendadores, Los Bonales, área húmeda en la que hay una fuente (GzTuriel). En la documentación medieval, «illo uado de Uodones» (1013 acl) en Villaturiel LE.

81 García de Diego, Vicente: Etimologías españolas, Aguilar, Madrid, 1964; p. 419.82 El topn. continúa en Domez de Alba; no hay localmente ningún arroyo (GzTuriel).83 Topns. gallegos O Budeiro (Ribadavia) y O Bodial (Xinzo de Limia OR) pueden ser formas abundanciales de un derivado

del lat. bŭda (Navaza, 2006: 111). En cuanto al gallego bouga ‘poza de río, cadozo’, bougueiro ‘zanja de avenamiento’, resulta improbable una comunidad de origen con los topns. del tipo boga por la extraña diptongación.

Page 19: Testimonios toponímicos del léxico arcaico de las provincias leonesas, Anuario 2011, Instituto de Estudios Zamoranos Florián de Ocampo, pp. 135-216 (Pascual RIESCO CHUECA)

© I.E.Z. FLORIÁN DE OCAMPO Anuario 2011, pp. 135-216

TESTIMONIOS TOPONÍMICOS DEL LÉXICO ARCAICO DE LAS PROVINCIAS LEONESAS 153

buena calidad’84. Asimismo se constata la forma los Bogadales (Riego del Mon-te), que presenta el característico doble sufijo de los abundanciales vegetales (tipo cardadal, zarzadal).

En los topns. Bubón y Boga zamoranos se habría producido, partiendo de un *boa, *boón procedentes de bŭda85, una inserción de /g/ o /b/ antihiática86. Una opción adicional es que el origen esté en formas epentéticas Bodión, bien atesti-guadas en la toponimia, que habrían pasado por una fase intermedia Boyón, para luego vocalizarse hasta *Boón, y seguidamente sufrir diversas atracciones pseu-doetimológicas (Bufón, Bubón). Boyón es común en la provincia de Valladolid: arroyo de los Boyones, junto a Bodón Salado y la Bodona (Mojados); una balsa del Boyón (Pozaldez); El Boyón, en zona de charcas (Campillo); Los Boyones, no lejos del río Zapardiel (Gomeznarro). Según ello, la segunda /b/ de bubón habrá de proceder de una inserción antihiática (sin descartar en algún caso una asimilación b-d > b-b), todo ello en un contexto hipocorístico. El mismo fenómeno se registra en Los Bobonales (Carbellino ZA, 1910 pñl) y tal vez en Fuente la Boba (Muga de Sayago ZA, 1946 mtn). No debe sorprender que los derivados de la familia de bodón, bodonal, alusivos a surgencias y charcas, hayan sufrido el influjo expresivo de otras voces, de diverso origen, referidas a los líquidos.

1. La influencia de buber ‘beber’ (cierre de la pretónica por consonante labial), muy frecuente en las hablas trasmontanas: en Parada de Infanções, cerca de Braganza87; también en Moncorvo88. En Atalaia, no lejos de Almeida, se oye búa ‘agua’ en lenguaje infantil; del mismo origen habrá de ser otra voz lo-cal, bueiro ‘abertura nas paredes das propriedades que dao entrada ás aguas das enxurradas’, evidente hermana del leonés agüero ‘desagüe’89. De hecho, dentro de la misma serie existe un topn. L Bebon (Palaçuolo), posiblemente un Bubón ultracorregido por asociación con beber/buber.

2. Los procedentes de borbollar y portugués borbulhar, que parecen formas reduplicadas expresivas del lat. bŭllāre ‘burbujear’ (dcech s.v. borbollar; decat s.v. bombolla). Consta un topónimo antiguo, Borbolero, paraje en Vega de Tera (1392 sen), que quizás exprese una forma variante de otro

84 Morala (1989: 235). Cf. un desp. Bohones en Valseca SG, si es que éste no tiene su origen en el oficio de bufón.85 García de Diego sostiene que, aparte del cat. boga, bova, una forma boa ‘espadaña’ debió de tener vigencia en España

(deeh 522). Coromines (dcech s.v. bodón; decat s.v. boga II) sostiene que la homonimia con boda ‘nupcia’ causó una prematura desaparición de los descendientes directos del lat. bŭda fuera de Cataluña.

86 Es frecuente en sayagués: loga ‘loa’ y barcego ‘barceo’; en Villacidayo (LE), mogo ‘moho’ (Millán Urdiales, José: El habla de Villacidayo (León), Real Academia Española, Madrid, 1966; p. 333). Procedentes de cahorzo ‘cadozo’, El Caborzo, charca en Moriscos (SA), Los Caborzos (Cantalpino SA).

87 Leite de Vasconcellos, José: Dialectos trasmontanos, Revista Lusitana, vol. II, 1890-1892; p. 116.88 Tavares Teixeira, Abade: Vocabulário trasmontano (do concelho de Moncorvo), Revista Lusitana, Vol. XIII, 1910;

p. 113.89 Monteiro do Amaral (1908: 150).

Page 20: Testimonios toponímicos del léxico arcaico de las provincias leonesas, Anuario 2011, Instituto de Estudios Zamoranos Florián de Ocampo, pp. 135-216 (Pascual RIESCO CHUECA)

PASCUAL RIESCO CHUECA

© I.E.Z. FLORIÁN DE OCAMPO Anuario 2011, pp. 135-216

154

topn. del mismo pueblo, el actual estanque de Burbulido, documentado La-guna de Borboligo (1392 sen). Cf. Fuente de Bolboligón (Sagallos ZA)90, El Borboligón, junto al Lago de Truchillas en Sanabria, o La Borboliga (Quintanilla de Somoza LE, junto al río Duerna)91. Se trata de lugares donde el agua borbolla o burbujea: cf. La Borbollera, en Argusino (ZA) y en el río Yeltes, en Yecla (SA), y el frecuentísimo topn. Borbollón: Fuente del Borbollón (Hondura SA); El Borbollón (Navalmoral de Béjar SA; La Her-guijuela AV; Villamesías CC; Barcarrota BA); topns. Barbolla en Soria, Guadalajara y Segovia. En efecto, el alcl registra con el valor de ‘burbuja de agua’ borbolla en La Vídola (SA), borbulla en S. Martín de Castañe-da (ZA), burbulla en Hermisende (ZA) y derivados borbollón, borbollete em otros puntos del occidente leonés. Es verosímil por lo tanto vincular a bubón una Fuente y Praus del Vulvón (Robledo de Caldas LE)92 y Borbón (Fermoselle ZA)93, donde se pone de manifiesto la influencia de borbollar y similares en esta familia léxica, como en el nombre del río Borbón, afluente gallego del Árnego94. Quizás del mismo origen es burga ‘tremedal’ en Ses-nández (ZA)95, voz que parece tener presencia toponímica local: Arroyo de La Burga (Ferreruela de Tábara ZA) y Valdelaburga (Tábara ZA) y tal vez El Regatu’l Burguiñu (Santa Cruz de Abranes)96.

3. El aislado apelativo buba ‘desprendimiento de tierra’ que el alcl registra en Vilvestre (SA) sugiere otra conexión. Indudablemente este término surge de una metáfora cuyo referente es la buba ‘pústula, tumor’. Compárese vejiga ‘desprendimiento de tierra’, recogido por el alcl en varios puntos de Sa-lamanca (Villaverde de Guareña, Herguijuela de la Sierra) y sobre todo en Ávila. Por ello, localmente puede haberse producido una metáfora similar, aplicada esta vez a una erupción de agua y no de tierra.97

90 Y la cercana Laguna del Borboligón en Codesal; ambos topns., a pesar de estar cercanos, son hidrológicamente indepen-dientes (GzTuriel).

91 Hay correspondencias próximas en la toponimia portuguesa: Borbolga, Borbolegas, Borbolegão. Piel considera una raíz céltica *borb- hidronímica que se habría soldado con los descendientes del lat. bullāre, bullire. De la citada raíz vendrían los topns. portgs. Borba, Borbela, Borbelinha, Bormela (Piel, Joseph Maria: As águas na toponímia galego-portuguesa, Boletim de Filologia, Lisboa, 1947; p. 309).

92 Pérez Gago (1997: 527, 541).93 Cf. el apelativo recogido por Lamano (1915: 292) en la Ribera del Duero salmantina, bordón ‘chorro de agua que sale y

fluye precipitadamente y con fuerza por entre peñas’.94 Cabeza Quiles (1992: 484). No parece viable asociar esta familia, expresiva del borboteo y las corrientes impetuosas,

con el gallego borba ‘líquido viscoso, limo, mucosidad’ (degc), que pertenece según Hubschmid a la misma base céltica de la que deriva el francés bourbe ‘boue épaisse’ (Hubschmid, Johannes: Testimonios románicos, Enciclopedia lingüística hispánica, vol. I, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Madrid, 1960c; p. 136). Opina de modo distinto Piel (1947: 309).

95 furm 2007, recopilador Ángel Ferrero.96 García López y Boyano Andrés (2001). Añádase, con dudas, Valdeborguño (Sardón de los Frailes SA).97 El antiguo topn. Fonte de Bua en el Vallès (B) es interpretado por Coromines como alusivo a unas aguas a las que se

atribuyera poderes curativos de las bubas (ocat III, 132).

Page 21: Testimonios toponímicos del léxico arcaico de las provincias leonesas, Anuario 2011, Instituto de Estudios Zamoranos Florián de Ocampo, pp. 135-216 (Pascual RIESCO CHUECA)

© I.E.Z. FLORIÁN DE OCAMPO Anuario 2011, pp. 135-216

TESTIMONIOS TOPONÍMICOS DEL LÉXICO ARCAICO DE LAS PROVINCIAS LEONESAS 155

Deslindar esta múltiple influencia es difícil en el caso de un topónimo que pare-ce pertenecer al ámbito de lo afectivo-hipocorístico, como es el caso de los Bubón zamoranos y mirandeses.

Trampal: Un derivado de trapa, trampa, con el sentido de ‘tierra que cede al paso [como una trampa], atolladero, tremedal’ es la voz castellana trampal98, ya usada por los clásicos: «como cuando van en un camino y entran en un trampal o atolladero» (Santa Teresa); la metáfora es antigua: «el que no se hallare atollado quedará a lo menos menos entrampado” (Fray Antonio de Guevara). Es voz prin-cipalmente abulense, como señala Llorente99. Ha dejado huella toponímica en la parte más castellanizada de Salamanca: Lagunas del Trampal en la sierra de Béjar; Los Trampales (Larrodrigo, Fuenterroble de Salvatierra), El Trampal (Martina-mor; Guijuelo; Alaraz); véase en alcl la abundantísima presencia de Trampal y Trampalera en Ávila, Segovia y las provincias cercanas; toponímicamente El Trampal (Talayuela y Logrosán CC; Garvín de la Jara TO). Curiosamente, se pre-serva como nombre de lugar en un islote de la parte occidental salmantina: Los Trampales (Bermellar), El Trampal (Valderrodrigo; Valsalabroso)100. En la parte oriental de la provincia de León se registran abundantes topns. Trampal que po-drían preservar el sentido habitual en Castilla ‘tremedal’: El Trampal (Rucayo, en Boñar; junto al río Porma en Marne; Olleros de Sabero; Quintanilla de los Oteros), El Trampalón (Láncara)101. En el léxico de la provincia, sin embargo, sólo consta trampal ‘nieve medio derretida’ en el Valle Gordo (dleon 701).

En Zamora es desconocida esta voz. Ello se deberá a que la forma predominan-te con este mismo sentido presenta una variación morfológica mediante sufijación en -era, o una doble sufijación -adal, -edal. En algunos casos, especialmente en los que presentan el sufijo generalmente fitonímico -adal, es verosímil que la raíz de base sea trampa ‘rama de roble’, voz viva en León y occidente de Zamora. Pre-cisamente tal homonimia habrá hecho que trampal con el sentido de ‘chapatal’ no arraigue en Zamora y sur de León. Sin embargo, donde no se oponga a ello la pa-ronimia con el fitónimo trampa, será equivalente a ‘tollero, chapatal’ el abundante topn. La Trapera (junto al río Porma en Pajares de los Oteros LE; en una ladera próxima a Pino del Oro ZA; prado junto a Fariza ZA; cortinas en Riofrío de Aliste ZA; junto a una laguna del Bonal, en Piñuel ZA), Las Traperas (junto a una laguna

98 González Bernáldez (1992: 209).99 Llorente Maldonado (2000: 112). Llorente Maldonado (1990: 74).100 Puede pensarse que, en este islote toponímico en torno a Vitigudino (SA), la referencia no es a trampal ‘atolladero’ sino

un abundancial de trampa ‘roble joven’, como ocurre más al norte. Los topns. de Valderrodrigo y Bermellar están en lugares que no parecen reunir condiciones para ser humedales.

101 Pérez Gago (1997: 549).

Page 22: Testimonios toponímicos del léxico arcaico de las provincias leonesas, Anuario 2011, Instituto de Estudios Zamoranos Florián de Ocampo, pp. 135-216 (Pascual RIESCO CHUECA)

PASCUAL RIESCO CHUECA

© I.E.Z. FLORIÁN DE OCAMPO Anuario 2011, pp. 135-216

156

en Calzadilla de los Hermanillos LE), Tramperas (en una ladera en Gargantilla CC). Esta familia toponímica está profusamente representada en las provincias de ambas Castillas: Las Traperas (Medina del Campo VA), La Trapera (prado en La Serna P; cerca de un arroyo en Almenara de Adaja VA)102.

Tales topns. pueden entenderse, con las salvedades indicadas, como sinónimos de ‘trampal, tremedal’. Quizás es del mismo origen La Trapera (Moreda LE, en área montañosa), aunque en este caso cabe dudar de si se trata de un derivado directo y literal de trapa ‘hoyo para lobos’ (en el mismo término se encuentra un topn. El Corral de los Lobos). En la parte oriental de las provincias leonesas y, con mucha mayor abundancia, en Castilla, es frecuente el topn. Trampa con el sentido de ‘trampal, humedal’. Así La Trampa (Villanueva del Campo ZA, en las proximidades del pueblo, junto a un arroyo; S. Juan de la Encinilla AV, junto al río Viñegra; Moríñigo SA, junto al regato de las Fuentes). Igualmente Las Trampas (Santiago de la Puebla SA; Pozal de Gallinas VA, en un área abundante en lavajos, charcas endorreicas; Quintanillas BU, junto al río Urbel; Mayorga VA, junto a una fuente).

Trampadal: Del mismo origen y sentido que trampal ‘humedal, atolladero’, con doble sufijación (o por la influencia de la voz casi sinónima tremedal) es algún escaso topónimo, como Charca del Trampadal (famosa por sus ranas; en Araúzo junto a Peñaranda SA). Entre los estudiosos de la Geografía ésta ha sido la acep-ción propuesta para la voz trampadal103. Sin embargo, al considerar casos como El Trampadal (Lober ZA)104 o Trampedal (Moreda LE, en una ladera boscosa) se impone la duda. Rodríguez Fernández ofrece para Aliste una definición impre-cisa, probablemente por olvido colectivo del sentido originario, de sentido muy divergente: trampadal ‘terreno malo, en ladera’105. Nótese que en ninguna de las encuestas del alcl ha aflorado trampadal con el valor de ‘terreno pantanoso’.

Es preciso por ello revisar la interpretación de los topns. del tipo Trampadal. Ante la presencia alistana y leonesa de tales nombres de lugar, que muestran una doble sufijación muy habitual en fitotopónimos, parece verosímil postular un ori-gen en la voz leonesa trampa, reservada a matas de roble juvenil. En Aliste, tram-pa ‘retoño pequeño del roble’106, trampas ‘matas de roble y otros árboles cuando son pequeños; ramas que se cortan para la leña’107; trampa ‘monte bajo de roble’ en

102 También en este caso surge la posible vinculación con trampa, trapa ‘pie joven de roble y otros árboles’. De hecho consta trepera ‘castañar’ en Galicia, con un sentido parecido a trepezal ‘tallar, monte de varas jóvenes de castaño o roble’ (Jordana y Morera, José: Algunas voces forestales, Icona, Madrid, 1992; p. 278).

103 González Bernáldez (1992: 209).104 Paraje con tierras de labor, en el que hay un manantial (GzTuriel).105 Rodríguez Fernández (1992: 636).106 furm 2007, recopilador Claudino Rozados Miguel; trampón es un retoño grande.107 Rivas Blanco (1986: 263).

Page 23: Testimonios toponímicos del léxico arcaico de las provincias leonesas, Anuario 2011, Instituto de Estudios Zamoranos Florián de Ocampo, pp. 135-216 (Pascual RIESCO CHUECA)

© I.E.Z. FLORIÁN DE OCAMPO Anuario 2011, pp. 135-216

TESTIMONIOS TOPONÍMICOS DEL LÉXICO ARCAICO DE LAS PROVINCIAS LEONESAS 157

Ceadea (alcl)108. En Villacidayo: trampa ‘roble más viejo que la rebolleta, adul-to, pero que nunca ha sido podado’109. La voz llega a Sayago, donde se recoge en Abelón: trampón ‘rama de árbol’110 y Torregamones ‘rama cortada de encina’111. Numerosas acepciones del mismo orden en las Omañas, Maragatería, Bierzo y Sanabria (dleon 701). En las ordenanzas de Vegas del Condado, de 1829, se da a entender un uso destacado de las trampas, para hacer vallados o cierros: «la nece-sidad de leña y trampa para dichos cierros» (spc 359). La voz tampra ‘sauce fino’ recogida en Brime de Sog (ZA) por el alcl, debe resultar de un cruce trampa x támara.

La doble sufijación -adal, -edal es frecuentísima en la formación de abundan-ciales vegetales112: aparte del común Robledal, proliferan en las provincias leone-sas ejemplos como Touxadal (Castroquilame LE), Gramadal (Cantalapiedra; Ca-nillas de Abajo SA), Escajadal (cf. el apartado aquí incluido), Zarzadal (Matadeón de los Oteros LE), Cardadal (Gejo de los Reyes SA; Muelas del Pan; Fadón ZA; Navatejera; El Burgo Ranero LE), Espinadal (Carbajales de la Encomienda ZA; abundantísimo en León), Fresnadal y Fayadal (en Asturias), Sofradal (Berlanga del Bierzo LE), Troncadal (Santa Cruz de los Cuérragos ZA), Cepadales (Robledo de Sanabria ZA), Chopadal (Rebollar de los Oteros LE: Morala, 1989: 308). Las formas correspondientes en -edal se registran repetidamente en la parte castella-na: Gramedal, Cardedal, Zarcedal, Fresnedal, Hayedal. Por todo ello, Trampadal tiene la apariencia de un fitónimo leonés. Su esporádica aplicación a atolladeros se deberá a una reinterpretación local, en un contexto donde el significado origina-rio, en trance de olvido, ha propiciado la atracción hacia la serie trampa, trampal, descriptiva de lodazales. También de sufijación típicamente vegetal, a partir de la misma voz, sería un topn. La Tramposa (Losacio ZA).

En Galicia constan derivados de esta base, recogidos por Otero Álvarez (hegp XXXVI) en la provincia de Lugo: trampizo ‘cualquier palo atravesado o tirado en el suelo, en Barcia’; trumpizo, en Maderne. Otero piensa en un origen en el lat. stirpes, pero parece preferible emparentarlos con la abudante familia de los derivados de trabs ‘viga, madero’. De hecho, localmente es sinónimo de trabizo (hegp XXXVI). Es sabido, en efecto, que trabe y sus derivados han sido usados

108 Según Gómez Turiel, es común trampón ‘roble de pequeñas dimensiones’ en San Vitero, Rabanales y otros pueblos de Aliste. Hay El Tramponal en Moldones, que podría tener el mismo origen (GzTuriel).

109 Millán Urdiales (1966: 402).110 furm 2006, recopilador Miguel Cabezas Diego.111 furm 2006, recopiladora Mercedes Gago González. En Monumenta trampial ‘lugar en que hay matas de roble’, y en su

toponimia El Trampial de la Raya Luelmo y El Trampial de las Lagañosas (GzTuriel); El Trampial (Muga).112 Aunque también en otros contextos: en Sayago hojadal ‘terreno saturado de agua por manantiales’, comparable a los

frecuentes nombres de manantial derivados de ojo (Molinero Lozano, Manuel: Algunas voces de Zamora, Revista de Dialecto-logía y tradiciones Populares, XVII, 1961, pp. 180-184 y 548-557; XVIII, 1962. En vol. XVIII, p. 552; Llorente Maldonado (1990: 85).

Page 24: Testimonios toponímicos del léxico arcaico de las provincias leonesas, Anuario 2011, Instituto de Estudios Zamoranos Florián de Ocampo, pp. 135-216 (Pascual RIESCO CHUECA)

PASCUAL RIESCO CHUECA

© I.E.Z. FLORIÁN DE OCAMPO Anuario 2011, pp. 135-216

158

tanto para designar ‘viga, tronco’ como ‘árbol productor de vigas’. Así, en Vila-Real de Tras-os-Montes, trabota ‘castanheiro novo, delgado e direito’113. Es común la aplicación al propio árbol de nombres que en origen remiten a la viga, la rama o el tronco que éste produce. Así, en Villacidayo (LE), rama es ‘roble alto, nunca poda-do, y sin desmochar’114; en la Ribera de Salamanca, caño ‘cerezo’115; en Monleras (SA), viga ‘roble alto’116; en Sorihuela (SA), ramo ‘escoba, Cytisus sp.’ (fsalm 339); cerca de Peñafiel (VA), latizo ‘árbol erguido y derecho’, de lata ‘vara’117.

Tremayo: no escasean los derivados del lat. trĕmĕre en la toponimia de las provincias leonesas. Suelen referirse a lugares donde el suelo tiembla, en general turberas o áreas de surgencias extensas. Se recoge aquí un representante: Regato de los Tremayos (Almeida y Carbellino ZA, 1945 mtn) < lat. trĕmācŭlu-; Los Tremayos es también un lugar en la provincia de Burgos; Tremaya y Peña Trema-ya, en la de Palencia; en este caso, el nombre puede originarse en la posición ines-table (temblorosa) de una roca. Una variante castellanizada es Temblajo, meseta en S. Frontis frente a Zamora (1412 valp, 1481 lera), documentado Tembraio (1236 zam). Quizás tengan el mismo origen los topns. asturianos Tremáu (si proceden, por pérdida de la semiconsonante, de *tremayu), aunque García Arias prefiere ver en ellos derivados del verbo estremar ‘separar, apartar’118.

Una derivación análoga tiene El Tremadal (Muga de Sayago ZA; Villacorta LE; Añover de Tormes SA), Charca del Tremadal (El Cubo de Don Sancho SA); Arroyo del Tremadal (Paredes de Nava P); Los Tremadales (Matellanes ZA; Ca-nalejas LE). En el área mirandesa consta el topn. Trumadal (Infainç), con cierre vocálico dictado por la labial. Moisés Pires recoge para el mismo topn. la variante Tramadal119. La forma más frecuente en el área castellana es Tremedal120, nombre de un pueblo en tierra de Ledesma (SA; documentado Tremadal en el s. XVII), un paraje Tremedalejo (Fuentes de Sando SA) y otros muchos lugares. En Zamora es más raro: consta un molino del Tremadal (y Tremedal), en tº de Ojuelo (1352 valp). Lamano recoge en Salamanca tremedera y trimidera ‘tremedal’, tremidera

113 Gomes Pereira (1909: 128).114 Millán Urdiales (1966: 370).115 Lamano (1915: 322).116 Solano Antoñanzas (1989: 228).117 De la Torre Yubero, Araceli: Reliquias del lenguaje: diccionario selecto (Canalejas de Peñafiel), Caja Duero, Valla-

dolid, 2008; p. 134.118 García Arias (2000a: 454).119 Pires (2004: 520).120 Llorente Maldonado (1990: 84). Tremedal en Salamanca y Zamora parece deberse a una corrección cultista de los

antiguos Tremadal, regularizados siguiendo el modelo de robledal y análogos (dcech s.v. temblar). En Salamanca, al menos, tremadal no es deformación de tremedal (Llorente Maldonado, 2003: 263), sino al revés; la forma originaria parece ser tremadal. La acepción que ofrece Fernández González (1992: 210), ‘turbera de montaña asociada a un chortal’ es demasiado restrictiva, a la vista de la toponimia.

Page 25: Testimonios toponímicos del léxico arcaico de las provincias leonesas, Anuario 2011, Instituto de Estudios Zamoranos Florián de Ocampo, pp. 135-216 (Pascual RIESCO CHUECA)

© I.E.Z. FLORIÁN DE OCAMPO Anuario 2011, pp. 135-216

TESTIMONIOS TOPONÍMICOS DEL LÉXICO ARCAICO DE LAS PROVINCIAS LEONESAS 159

en el área de Ledesma121; esta última voz se oye al sur de Zamora122. La variante trimidera ‘terreno pantanoso’ se registra en Vadillo de la Guareña (ZA) y Palacios del Arzobispo (SA)123. En la toponimia, Las Tremideras (cme Valverdón SA: ac-tualmente Trimideras); quizás La Primadera (junto al arroyo del Prado en Tardá-guila SA). En el área gallega, cf. tremedoira ‘tremedal’. Con otro sufijo, Laguna de la Tremedosa (Fuenterrebollo SG) y Tremirosa (Sagallos ZA). Otros derivados son los topns. Tremedo y Tremello, propios de Palencia y Burgos: Tremedo (Vi-llaeles de Valdavia, Loma de Castrejón P), Tremedillos (Fresno de Rodilla BU), Tremello (Cañizar de Argaño BU), Los Tremellos (paraje en Gumiel de Izán BU; aldea en el Valle de Santibáñez BU).

Una voz que indudablemente pertenece a este grupo es tramazo ‘terreno pan-tanoso’ (registrado por el alcl en Villagatón LE); en el habla de La Cepeda (LE), tramazo ‘terreno blando y muy húmedo cubierto de vegetación (generalmente juncos y hierba de mala calidad)’124. En la misma comarca de la Cepeda consta el topn. Los Tramazos (Requejo y Corús, en una umbría con varios arroyos); en Combarros, Tramazales. Más fiel a la etimología, el topn. El Tremazal (Guardo P). De hecho, consta como dialectal la voz tremazal ‘terreno que se encuentra blando al pisarlo’, usada en Los Argüellos y la Ribera del Órbigo (dleon 705); el alcl re-gistra tremazales ‘terreno pantanoso’ en Villalba de Guardo (P). También se regis-tra en la provincia de León otro derivado de trĕmĕre, Vallina Tremera (vaguada en el alto Riosequillo, Fontanos de Torío). Tremoncela (Guadramil PT) parece del mismo origen. Una voz que parece compartir origen con éstas es trebanal ‘terreno pantanoso’, recogida por el alcl en Castromudarra (LE).

En la toponimia antigua leonesa se menciona un paraje de Lamma Tremula (955 shg) no lejos del río Araduey, donde lamma es el prado húmedo. Compárese el actual topn. menor Tramolayo < *trĕmŭlācŭlu–, en laderas opuestas que dan al Duero (Almaraz de Pan; Arcillo ZA). Parece provenir de la misma base, lat. trĕmŭla, con el vocalismo indeciso propio de los sufijos átonos, un topn. menor Triémalos (Alcorcillo ZA); en el área mirandesa una Lagona Trémela (Sendin). Cabe añadir a los descendientes de lat. trĕmŭla el apelativo trémora, trémbora ‘tremedal’ en Barcia (LU)125. La toponimia gallego-portg. cuenta con abundantes ejemplos del tipo [A] Trémoa; en composición con lama ‘prado húmedo’, Lama-trema (Tarouca) y Lamatreme (Lamego) (doe 1430); cf. Lama que treme (Lobios

121 Lamano (1915: 648-649).122 Trimedera en Sayago y Fuentesaúco (Molinero Lozano, 1961: 183; Alejo, 2005: 211)123 Llorente Maldonado (2000: 119); alcl.124 De la Fuente García, Ana María: El habla de la Cepeda. I. Léxico, Universidad de León, 2000; p. 560. La autora,

citando a Rivas Quintás (1980: 142-143), pone en relación esta voz con el lat. trĕmĕre.125 deeh 401. clga (VIII: 190).

Page 26: Testimonios toponímicos del léxico arcaico de las provincias leonesas, Anuario 2011, Instituto de Estudios Zamoranos Florián de Ocampo, pp. 135-216 (Pascual RIESCO CHUECA)

PASCUAL RIESCO CHUECA

© I.E.Z. FLORIÁN DE OCAMPO Anuario 2011, pp. 135-216

160

OR). Pérez Gago recoge en la comarca de Luna, en León, trimes ‘lugares pan-tanosos donde se atollan las vacas de tal forma que no podían salir solas’126; en Abelgas, como en Babia y Laciana, trieme ‘sitio cenagoso’127. En la toponimia, La Triema (Lodares LE), Trimes (Ribota LE, junto al Sella)128.

Llágano: voz viva en Tierra del Pan y Tierra de Toro, como consta e.g. en Abezames (‘barro, limo, fino y pegajoso, como el traído por el agua de arroyos o regatos’)129 y Algodre130. En la toponimia, Los Lláganos (Torres del Carrizal; Villaralbo; Entrala), Llaganal (Villardiegua de la Ribera). El término penetra en la toponimia de la provincia de Valladolid: El Llágano (Quintanilla del Moral), Los Llaganales (Palazuelo de Vedija) y en la vecina tierra de Miranda: vallem de Laganosa (1172 more), actualmente La Lhaganhosa (Palaçuolo); asimismo Lhaganhosa (Cérceno; Prado Gaton). En la provincia de León, llágano preserva cierto carácter apelativo131. El lla (s.v. llágano) lo define como ‘terreno arcilloso, barro apretado, que sale a la superficie al arar’, recopilando acepciones en uso en un área que se extiende desde el partido de Valencia de D. Juan a los de Bañeza y Astorga. Su vigencia toponímica es consecuentemente muy abundante: El Llágano (Barrillos de Curueño; Corbillos de los Oteros); Los Lláganos (Calzadilla de los Hermanillos; Audanzas del Valle; Matadeón de los Oteros); Llaganal (Riego junto a la Bañeza; Vegas del Condado), Llaganales (Onzonilla; S. Félix de la Vega).

Se trata de una voz representada desde antiguo en la documentación leonesa, con reiteradas referencias toponímicas: «malleolo quem habebemus al Laganal» (1205 acl); «vinea de Laganal» (1226-1229 acl); tierra «eno lagano» (ca. 1225-1250 acl); más tarde, «la linar e laganal que yase carrera del mulino, la linnar que yo he in termino de Valle que yase carrera del molino et mas la laganal de la Sudria”, en S Roman de Valle (1366 eslnz). Laganedos, paraje de linares en Morales del Rey (ca. 1290 spm); Laganus, paraje en Prado (1213 more). Llága-no presenta su máxima vitalidad en la parte llana de León, pero se extiende por Zamora y entra en Salamanca132. En el área de Toro se registra yaganoso, por yeísmo moderno133. Con otro vocalismo, son comunes fuera del área estrictamen-

126 Pérez Gago (1997: 386).127 Álvarez (1985: 335). En Asturias, trema ‘terreno húmedo y fangoso cubierto de césped, que se hunde fácilmente bajo

los pies’ (Jordana y Morera, 1992: 277).128 Los topns. catalanes del tipo Tremolosa, Tremoleda parecen ser abundanciales del nombre del álamo temblón, Populus

tremula, ‘trèmol’ (ocat VII, 342).129 furm 2010, recopilador Fulgencio Ruiz Bragado.130 furm 2007, recopilador Manuel Martín Calvo.131 Morala Rodríguez, José Ramón: La toponimia de una zona del Esla: Palanquinos, Campo y Villavidel, Universidad

de León, 1984; Morala Rodríguez, José Ramón: Toponimia de la Comarca de los Oteros (León), Diputación Provincial de León, 1989.

132 Morala Rodríguez (2006).133 González Ferrero, Juan Carlos: Palabras y expresiones en el habla de Toro (Zamora), Colectivo cultural Bardales,

Toro, 1990; p. 27.

Page 27: Testimonios toponímicos del léxico arcaico de las provincias leonesas, Anuario 2011, Instituto de Estudios Zamoranos Florián de Ocampo, pp. 135-216 (Pascual RIESCO CHUECA)

© I.E.Z. FLORIÁN DE OCAMPO Anuario 2011, pp. 135-216

TESTIMONIOS TOPONÍMICOS DEL LÉXICO ARCAICO DE LAS PROVINCIAS LEONESAS 161

te leonesa las formas basadas en légano, légamo, que parecen etimológicamente emparentadas (registradas en Coca y Cuéllar SG con el valor ‘terreno pantanoso’, alcl): Los Llégamos (Sta. Colomba de las Carabias ZA). Una acepción particular se ofrece en Revilla de la Cañada, en la sierra de Gredos abulense: el légamo era el barro sobado, que se usaba para aplicar al suelo de lanchas en las juntas, o para distribuir por toda la vivienda, si su suelo era de tierra134; desde un punto de vista más técnico, el légamo es un lodo más plástico y pegajoso, relativamente más rico en arcilla135. Sin tratamiento palatal se registra el apelativo laganiyo ‘légamo’, re-cogido en Candeleda (AV) por el alcl; en la toponimia, una Fuente del Leganar, en las proximidades de Cantalapiedra (SA) (Madoz); Leganitos (Santa María de Sando SA); Los Leganares (Herrera de Pisuerga P; Nava de la Asunción y Navas de Oro SG); Leganales (Pozal de Gallinas y Nava del Rey VA); en Cáceres, Vega del Leganar (Mesas de Ibor).

Gª de Diego (deeh 776) propone para este conjunto una etimología basada en el céltico *lica ‘viscosidad’, con desarrollos mediante sufijación átona -amo, y -ano (bajo los respectivos influjos de voces semánticamente afines: lat. fĭmus y caenum). Coromines (dcech s.v. légamo) muestra la complejidad del problema, inclinándose por una raíz alternante lĕg–, līg- ‘capa, depósito; heces, légamo’, representada en céltico y otras ramas del indoeuropeo, con diversa sufijación. Nin-guno de los dos autores presta demasiada atención a las formas leonesas llágano y similares136, tal vez explicables por una primitiva atracción hacia lacus > llago.

Es frecuente en Aliste el topn. La Legañosa (Domez de Alba; Cerezal de Aliste; Figueruela de Abajo ZA), arroyo de la Llagañosa (Pobladura de Aliste); en otros puntos de la provincia, Las Legañosas (Monumenta)137, Fuente de la Legañosa (Moral de Sayago), Legañosa (Pelazas, en Villar del Buey), La Lagoñosa (Tá-bara), Fuente Lagañosa (Ferreras de Abajo); en Ávila, La Lagañosa (Arenas de S. Pedro). Análogamente, El Legañal (Torquemada BU)138. En este caso se ha producido una palatalización de la nasal, que determina una inmediata atracción etimológica hacia legaña. En la Armuña, comarca salmantina, se registra yégano

134 Hernández Muñoz, Serapio: El zagalillo. Memorias de mis años de pastor: tal como éramos, Ediciones Libertarias, Madrid, 2003; p. 28.

135 González Bernáldez (1992: 121).136 Aunque Coromines anota el trasmontano lágamo ‘pantano’ como posible metátesis de *lámago, derivado antiguo, según

propone, con reparos, de lama ‘prado húmedo’, citando un topn. gallego Lamagal (C). Ello parece insostenible a la luz de los testimonios léxicos leoneses.

137 La cartografía parece corregir formas vivas como Lagañosa (Domez) y Lagañosas (Monumenta), constatadas en encuesta local (GzTuriel).

138 Casillas Antúnez menciona un Arroyo Legañoso y Fuente Legañosa en Moraleja (CC), vinculándolos al apelativo legaña, opción poco satisfactoria en lo semántico (Casillas Antúnez, Francisco José: La toponimia de la tierra de Coria, dos vols., Universidad de Extremadura, Badajoz, 2008; vol. I, p. 328; vol. II, p. 707).

Page 28: Testimonios toponímicos del léxico arcaico de las provincias leonesas, Anuario 2011, Instituto de Estudios Zamoranos Florián de Ocampo, pp. 135-216 (Pascual RIESCO CHUECA)

PASCUAL RIESCO CHUECA

© I.E.Z. FLORIÁN DE OCAMPO Anuario 2011, pp. 135-216

162

‘ciénaga; légamo’139; yégamo en Sayago140. La forma antigua sería liégano, como muestra un topn. de 1753: «Los Lyeganos del camino de La Mata» (Carbajosa de Armuña); o el frecuente topn. armuñés Los Liéganos (Pajares de la Laguna; Almenara de Tormes; Villares de la Reina; La Vellés). Una evolución divergente, probablemente debida a la influencia de los derivados de lat. caenum > cieno, está presente en el salm. ciégano ‘lodo’141, en Calzada de Valdunciel, ciéganos ‘lodos o limos acumulados en el fondo de los arroyos, regatos y charcas; eran usados por los labradores como fertilizante de las tierras, aprovechando las periódicas labores de mondar las charcas’. Se escucha también la voz diéganos o diégamos; un topn. Cenagal (Juzbado SA) puede provenir de esta base o directamente del cast. ciéna-go. En la toponimia, El Yégano (Villaverde de Guareña SA), Valdiégano (Tudera; Villamor de la Ladre ZA). A la luz de la compleja ramificación de esta familia de descendientes de légano, légamo y llágano, y habida cuenta de la cuasi-sinonimia con los descendientes de cieno, es posible que el castellano ciénaga, de morfología difícilmente explicable (Gª de Diego propone un incierto étimo *coenĭcum: deeh 587; Coromines sugiere que ciénaga sea un derivado regresivo de encenagar < lat. *incaenĭcare: dcech s.v. cieno), proceda de un cruce y posterior metátesis entre cieno y légano.

Podrían provenir de la misma base, con metátesis y reinterpretación de la palatal inicial, algunos de los topns. del tipo Los Chinagales (junto al arroyo del Cadozo en Muga de Sayago ZA), Chinagales (junto al arroyo Valconejero en Morasverdes SA), El Chinagal (Ahigal de los Aceiteros SA); Calle Chinagal (Villares de Yeltes SA); Las Chinagosas (prado en Canillas de Abajo SA); Los Chinagosos (prado con charcas en Robliza de Cojos SA) y el apellido Chinagosa (de origen toponími-co): *lleganal > chinagal. Es probable que la metátesis haya sido favorecida por cruce con los derivados de cieno < lat. caenum. Así en Los Liénagos (Porquerizos SA); producto de tales cruces será ciélamo ‘cieno’, recogido en Ceadea (ZA) por el alcl. Quizá haya que añadir Chinagatos (Villardiegua de la Ribera ZA). En los topns. anteriores, y especialmente en el caso de Los Chinaqueros (Sta. Croya de Tera ZA), Cº Chinaquero (tº de Zamora), Los Chinacales (Bretó; Moreruela de Tábara ZA), es preciso dudar dada la vigencia en algunos puntos de Zamora de la voz chinaco ‘canto rodado; piedrecilla’ (e.g. Venialbo, según el alcl; y en Algo-dre142); también en las Hurdes, chinagarro ‘guijarro blanco’143.

139 Lamano (1915: 666).140 Alejo (2005: 214).141 Lamano (1915: 335); Sánchez León (1995: 74).142 furm 2006, recopilador Manuel Martín Calvo.143 Barroso Gutiérrez, Félix: Las Hurdes: visión interior, Centro de Cultura Tradicional, Diputación de Salamanca,

1993.

Page 29: Testimonios toponímicos del léxico arcaico de las provincias leonesas, Anuario 2011, Instituto de Estudios Zamoranos Florián de Ocampo, pp. 135-216 (Pascual RIESCO CHUECA)

© I.E.Z. FLORIÁN DE OCAMPO Anuario 2011, pp. 135-216

TESTIMONIOS TOPONÍMICOS DEL LÉXICO ARCAICO DE LAS PROVINCIAS LEONESAS 163

Localmente, el influjo de una voz parónima, llaga ‘poza para remojar los mano-jos de lino’, muy presente en la toponimia de Sayago y comarcas próximas, puede haber determinado evoluciones semánticas que acercan los derivados de llágano a un sentido más próximo a ‘laguna’. Puede ser el caso de La Llaganosa (Figueruela de Abajo ZA)144 y de los testimonios recogidos en el área de Mogadouro y La-goaça, donde se registra a finales del s. XIX lacanhal ‘chapaçal, atolhadeiro’145; en el cercano concejo de Moncorvo, lágamo ‘paul’146.

Palambrio: voz arcaica en su morfología, cuya base es bien conocida en todas las Arribes del Duero, palla ‘peña salediza, en forma de visera, que forma peque-ñas covachas; puede servir como refugio de pastores’. La toponimia correspon-diente es común en Sayago y su entorno: La Palla (Argusino; Mámoles; Muelas del Pan), Las Pallas (Monumenta), Pallaloso (= p. del oso) y La Palla (Cozcurri-ta), entre muchas147; también en la parte occidental de Salamanca. Llorente Maldo-nado define palla como ‘cueva en las rocas de los arribes y del río’148. Una molesta homonimia con paja no se produciría en esta área, donde inicialmente pălĕa > paya y muy pronto paja. Palla y derivados son escasos en la provincia de León y el norte de la de Zamora, salvo en la franja colindante con Galicia149. Con igual valor, aparece en Portugal pala (Beira y al norte del Duero), donde se documenta desde el s. XI150. Palambrio tiene alguna vigencia en Sayago: palambrio, palam-brera ‘hueco en forma de visera que la erosión deja en una peña’151; palombrera ‘cubierta de las fuentes’, recogido en Monumenta (en Sayago, tal cubierta suele ser una gran losa inclinada)152; también palombrera en Abelón y Fariza ‘saliente de una peña a modo de tejado o visera’153. La toponimia muestra su vigencia: El Palambrio (peña en Bermillo de Sayago), Peña el Palambrio (Fornillos de Fer-moselle; Torrefrades), La Palambriona (Salce), Los Palambrios (Almeida). Del

144 Recogido como La Llagañosa, con la indicación «hay una llama y una fuente» (GzTuriel). El Pozo la Lagañosa (Losacio y Domez; en éste último se humedecía el lino), Las Lagañosas (Monumenta: sitio seco de donde se sacaba piedra para las paredes).

145 Moreno (1897-1899: 94).146 Tavares Teixeira (1910: 119). La propuesta de Machado, quien siguiendo a Piel, presupone para lacanhal (delp) un

origen en una rara voz latina, de origen griego, laccus ‘cisterna para almacenar vino o aceite’, parece infundada a la luz del contexto de la voz.

147 En Monumenta, La Palla es paraje con una peña; añádase una Peña las Pallas en Gamones (GzTuriel).148 Llorente Maldonado (1947: 241); Lamano (1915: 560). El topn. Palla es común en el occidente salm. y zam., consta-

tándose ejemplos aislados más al este, como Las Pallas (Valero SA) y La Palla (Cilleros de la Bastida) en la sierra de Salamanca, o Las Pallas en la ciudad de Zamora. En la franja de influencia portuguesa, La Pala (La Redonda SA).

149 A Pala dos Lobos (Castrelos ZA), Mallada das Palas (Porto ZA), Pala de los Albardeiros (Lubián ZA), Pala Rubia (La Barosa LE).

150 Silveira, Joaquim da: Notas sôbre a toponímia do concelho de Nelas, O Instituto, vol. 97, nº 5, 1940; p. 387.151 Panero (2000: 187).152 furm 2011, recopiladora María del Carmen Garrote Bernabé.153 furm 2008, recopiladores Miguel Cabezas Diego, Mª Rocío Arribas Pascual y Angelines Toribio Arribas.

Page 30: Testimonios toponímicos del léxico arcaico de las provincias leonesas, Anuario 2011, Instituto de Estudios Zamoranos Florián de Ocampo, pp. 135-216 (Pascual RIESCO CHUECA)

PASCUAL RIESCO CHUECA

© I.E.Z. FLORIÁN DE OCAMPO Anuario 2011, pp. 135-216

164

otro lado de la raya, en Picuote (Miranda do Douro) se registra el topn. Palam-bras. Está emparentado el topn. gallego Pambre (Ramirás OR y Palas de Rei LU), que Moralejo documenta ca. 1009 como Palambre (en el Tumbo de S. Julián de Samos), Paambra en 1185 (en Sobrado de los Monjes)154. En los topns. gallegos, Moralejo duda sobre la etimología (hidronímico *pel- ‘fluir’, o la misma base del frecuente palla ‘cueva, abrigo’). Cabe inclinarse por esta segunda opción, tanto más cuanto que Palambre es morfológicamente igual al palambrio aún vigente en Sayago. Moralejo incorpora Palambre a una copiosa lista de topns. gallegos que muestran reminiscencias del sufijo -bre, -mbre155, en último término procedente de un protocéltico *brig ‘colina’. No sorprende tal sufijación en una base que parece pertenecer al léxico prerromano peninsular; Hubschmid pone en relación etimo-lógica pala, palla ‘solapa de peña’ con el irlandés all ‘peña’, postulando una raíz común *palla156. En el caso de topns. del tipo El Pelambre (Penagos; Langre C), es preciso conocer el contexto local157.

Del mismo origen, a través de un sufijo colectivo, será el topn. Plambero (Pa-lacios del Arzobispo SA), documentado también Prambrero, Prambero, Pambre-ro158. La evolución será Palambrero > Prambrero. Notése que Lamano (1915: 580) registra en la misma área (p.j. de Ledesma) una enigmática voz plambera ‘planicie; llanada’159. Tal acepción puede surgir de una metáfora similar a meseta, tabla y otras voces de aplicación orográfica; se compara un terreno llano con la ex-tensa piedra llana de las palambreras. Es un área arcaizante, próxima a Sayago; y en el mismo término de Palacios consta el topn. Palla. Análoga procedencia tienen quizás Los Palabreros (ladera abrupta en Santibáñez de Ayllón SG).

154 Moralejo, Juan J.: Documentación medieval galaica: topónimos en –bre, en Dic mihi, Musa, virum: Homenaje al pro-fesor Antonio López Eire, eds. F. Cortés Gabaudán, J. Víctor Méndez Dosuna, Universidad de Salamanca, 2000; p. 476.

155 Cf. también Moralejo, Juan J.: Callaica Nomina. Estudios de Onomastica Gallega, La Coruña, 2008; Hubschmid (1960a: 487).

156 Hubschmid (1954: 27). Coromines, pensando en el aragonés pala ‘pendiente lisa y muy inclinada en una montaña’ prefiere limitarse al lat. pāla, a través de una simple metáfora formal, como la que se registra en el castellano paleta y otros derivados de pala (dcech s.v. pala; decat s.v. pala). Pero el etimólogo no ha considerado las formas leonesas palla, que parecen exigir un origen separado.

157 Los Pelambres, junto al Duero en Zamora, habrán de entenderse en referencia a la industria del curtido de piel (tenerías).

158 Coca Tamame, Ignacio: Toponimia de la Ribera de Cañedo, Salamanca, 1993; p. 71, 346. El autor lo deriva del lat. *palŭmbārius, lo cual sería insólito en lo fonético, y más aun si se tiene en cuenta que los derivados de *palŭmba han tenido vigencia ininterrumpida, y su transparencia no invita a deturpaciones de tal calado. Genuinos derivados de palomba parecen los topns. Palombera (Lugueros; Santa Marina del Sil LE; Mámoles ZA, en una arribe del Duero, probablemente referido a las palo-mas zuritas y bravías, que forman colonias en los cortados) y numerosos Palomero, e.g. en Extremadura.

159 Voz comparable a la que Aníbal Otero (clga X: 352) registra en Teixeira (Galicia), palambrera, con la acepción ‘caranganal = terreno malo y de poco fondo’, pensando en un étimo latino perluminare; tanto por la morfología como por el contexto, parece preferible identificar esta voz con el conjunto de derivados de palla, palambrio; pero problematiza esta conexión la existencia de otras voces gallegas como espalambrear ‘arruinarse un edificio o árbol’, apalambriar ‘consumirse, gastarse algo apresuradamente’, sin duda de otro origen.

Page 31: Testimonios toponímicos del léxico arcaico de las provincias leonesas, Anuario 2011, Instituto de Estudios Zamoranos Florián de Ocampo, pp. 135-216 (Pascual RIESCO CHUECA)

© I.E.Z. FLORIÁN DE OCAMPO Anuario 2011, pp. 135-216

TESTIMONIOS TOPONÍMICOS DEL LÉXICO ARCAICO DE LAS PROVINCIAS LEONESAS 165

Una sufijación arcaica como la de palambrio (o un término sustantivo o cali-ficativo orca ‘dolmen’, huerco ‘profundo’) consta en La Palluerca (Cibanal ZA) así como en en la aldea portuguesa Palorca (Mirandela) (cmrp 377)160. Compárese con Palancha (Torres Novas PT), interpretado por Almeida Fernandes (dtp 456) como palla ancha, en un contexto dolménico.

La relación entre palla y palambrio parece contener la misma dualidad neutra/despectiva que se registra en cueva y covacha. Estos saledizos naturales han sido muy valorados como refugio en una cultura pastoril que obligaba a largas perma-nencias a la intemperie. Al abrigo de ellos se encendía fuego o se reparaba fuerzas al resguardo del frio. Pala tiene también amplia vigencia en el área gallego-portu-guesa, a veces con valor arqueológico, tanto para aludir a dólmenes como a abrigos rocosos161. Cabeza Quiles indica que palas es «termo usado nas serras galegas onde hai caliza para nomea-las covas que alí se forman»162. Derivados regulares de la base palla son el asturiano patsera ‘escondrijo’, patsón ‘guarida o cubil del oso’; se documenta ca. 1100 en Oviedo: “prata, pascua, braneas, uenaciones, az-toreras et gauilanceras et palleras”, probablemente con el valor de ‘cueva donde hiberna el oso’163. Puede compararse el topn. portg. y gallg. Paleira164, abundancial de ‘covacha bajo peña’, mientras que El Pallón (Igüeña LE) será aumentativo165.

Huerco: Al contemplar el citado topn. La Palluerca cabe comparar el formante -uerca con el del leonés cabuerco, caborco ‘barranco profundo’ (lat. căvus), ca-vuercu en el asturiano de Sisterna (dbabl s.v. cavo), catalán cavorca ‘cueva’. Esta base alude a depresiones del terreno: en Lubián caborco; en el Bierzo caborco, cabuerco ‘barranco profundo’166; según el alcl cavorco ‘cañada’ en Oencia LE167. No escasean topns. de aspecto similar: Les Llavorques (Estac en Pallars Sobirà)168,

160 Silveira (1940: 401) analiza este topónimo como Pala da orca, entendiendo orca como dolmen o construcción mega-lítica.

161 Monteagudo (1954: 115).162 Cabeza Quiles (1992: 208).163 García Arias (2000a: 69) y García Arias (2000b: 78). Cf. el topn. portugués Palla de Usso (Santo Tirso) (Silveira,

1940: 387).164 Machado lo interpreta con dudas como derivado de paleira ‘cierto insecto’ (doe 1120); tal propuesta es, evidentemente,

insostenible.165 El Pallero (Fariza ZA) y Los Palleros (Torregamones ZA) podrían pertenecer a la base palla ‘solapa de peña’; la forma

palla derivada del lat. pălăa consta en comarcas del extremo occidente en la provincia de León (Cabrera, Ancares), donde la homonimia no se produce.

166 dcech s.v. cahuerco; deeh 569; lla s.v. caborco; Krüger, Fritz: La cultura popular en Sanabria, I.E.Z. Florián de Ocampo, Zamora, 1991; p. 35. Cortés Vázquez, Luis: El dialecto galaico-portugués hablado en Lubián (Zamora), Universidad de Salamanca, 1954; p. 101. García Rey (1934: 54, 55).

167 Es abundante su toponimia, llegando a Salamanca: El Caborco (Magaz de Arriba LE); El Cabuerco (Priaranza del Bierzo LE; Cobreros ZA); La Cabuerca (Luyego y Lagunas de Somoza LE; Cerdillo y Riohonor ZA); Cabuerca Honda (Pedralba de las Praderías ZA); Los Cabuercos (La Tejera y Cerdillo ZA); Las Cabuercas (Aldearrubia SA).

168 Coromines sugiere que esté compuesto de llau ‘lecho de barranco’ y el formante –orca (ocat V, 45).

Page 32: Testimonios toponímicos del léxico arcaico de las provincias leonesas, Anuario 2011, Instituto de Estudios Zamoranos Florián de Ocampo, pp. 135-216 (Pascual RIESCO CHUECA)

PASCUAL RIESCO CHUECA

© I.E.Z. FLORIÁN DE OCAMPO Anuario 2011, pp. 135-216

166

Falorca (Tondela, Viseu PT); quizás Sendero de Pilahuercas (Espino de la Or-bada SA). Gª de Diego (deeh 569, 845) sugirió que este formante -uerco, -uerca, no siempre tenía el carácter de un sufijo, sino que era un adjetivo plenamente lexicalizado ‘cóncavo, profundo’, que ocasionalmente adquiría valor sustantivo ‘cueva, sima’; de ahí vendría el topn. Huércal (Almería) y unos apelativos güér-cola ‘gruta’ en Somiedo, huergo ‘cueva, sima’ en Sajambre (LE). Infelizmente estos términos no parecen constar en los léxicos disponibles, si bien Huergo, Los Huergos y Cueto Huergo son topns. asturianos. Almeida Fernandes, al analizar los topns. Falorca y Palorca (dtp 289), piensa en una construcción tautológica, palla x orca, en la que ambos formantes tienen un valor afín: palla ‘peña salediza’ y orca ‘dolmen’, voz esta última que tiene vigencia en Las Beiras portuguesas169. Parece también plausible que –orca desempeñe función adjetival, como en otros compuestos Falparda (palla parda), Falperra (palla petrea?) (dtp 288). En todo caso, una composición que yuxtapone dos significados de valor similar (palla x furna) se registra claramente en el gallego palafurna ‘caverna’ (degc). En cafurna ‘cueva en forma de horno’, el primer componente será *cala ‘refugio, cueva’ más que el cova que propone deeh (569). El topn. Los Calajorcos (Valle de Villaverde, Cantabria), documentado Calahorcos (1680) y Calaorcos (1774) puede contener un derivado de *cala reforzado con el formante adjetival o sustantivo yuxtapuesto *orco170. Quizás se encuentra una aposición similar en el apelativo calabozo, si se admite la etimología *cala x *fŏdium propuesta por García de Diego y ratificada por Coromines (deeh 534; dcech s.v. calabozo I).

Partiendo de esta idea de G. de Diego puede interpretarse una familia toponí-mica de cierta copiosidad: los huercos o buercos serían valles encajados o depre-siones profundas en el terreno. Son abundantes los ejemplos: Valdeorco (Herrera de Pisuerga P), documentado en el s. XVI171; Valdebuerco (La Baña LE), Pozal-huerco, i.e. Poza del Huerco (Cerecinos de Campos ZA); Valduercos (Calzada de Valdunciel SA; Villarino de los Aires SA; Olmeda GU), arroyo de Valduercos (en el tº de la ciudad de Burgos), Valduerca (Rebollo SG), Valdorcas (Villamayor de los Montes BU), Río Valdorcas (en un pueblo evocadoramente llamado Riocavado de la Sierra BU), Coto Valluerco (Prioro LE), Valluerca (aldeas en BU, VI); Las Valluercas (Turienzo de los Caballeros y Valdemanzanas LE); La Huerca (Daroca Z), Rua A Valorca (O Barco de Valdeorras OR), A Balorca (A Veiga de Cascallá OR). En la provincia de Zamora, un despoblado lleva este nombre: Valduercos o San Pedro de Balduercos, en la tierra del Pan, junto a la Hiniesta. Consta como

169 Monteagudo (1959: 112, 113).170 Ruiz de la Serna, Alberto: Toponimia del Valle de Villaverde, Cantabria, Santander, 2009; p. 50.171 Ortiz, Miguel Ángel: Toponimia menor de la villa de Herrera de Pisuerga en el siglo XVI, Publicaciones de la Institu-

ción Tello Téllez de Meneses, 59, 1988; p. 686.

Page 33: Testimonios toponímicos del léxico arcaico de las provincias leonesas, Anuario 2011, Instituto de Estudios Zamoranos Florián de Ocampo, pp. 135-216 (Pascual RIESCO CHUECA)

© I.E.Z. FLORIÁN DE OCAMPO Anuario 2011, pp. 135-216

TESTIMONIOS TOPONÍMICOS DEL LÉXICO ARCAICO DE LAS PROVINCIAS LEONESAS 167

Valduercos (1368, 1503 lera); se cita con La Hiniesta y Toral (1503 lera).172 Una referencia más antigua es Val de Orchus (1188 psml). De aspecto similar es el nombre de la Sierra de las Villuercas (CC).

Existe también una serie que parece remitir a una extensión con sufijo átono *órcano: Valluércanes, aldea cercana a Pancorbo, en cuyo foro ya aparece con el mismo nombre ‘dividit terminum inter Pontem curbum et Valluercanes’; Huér-canos (La Rioja), Huércenes (CU), Boca de Huérgano (LE), lugar situado en una angostura, junto al riachuelo Portilla. Probablemente derivan de aquí (y no de una metaforización basada en el instrumento musical, que no puede ser extensiva a todos los casos) alguno de los topns. Órganos (Urueña VA; Cantaracillo SA; fre-cuentes en las sierras andaluzas).

En cuanto a la etimología de esta familia, Gª de Diego se inclinaba por una transposición metafórica del lat. ŏrcus ‘infierno; Plutón’ (deeh 845). Silveira, por su parte, menciona el cast. huerco, uerco ‘tumba mortuoria’, portugués orca ‘dol-men’ (y de ahí la serie de topns. Huércal, Huércanos), poniéndolos en relación no sólo con ŏrcus ‘morada de los muertos’, sino con ŏrca ‘tonel, recipiente grande de barro’173. Uerco ‘infierno’ aparece en Juan de Mena; en el Arcipreste de Hita figura con el uso popular ‘el diablo; la muerte’. Walde y Hoffmann señalan un posible parentesco etimológico, en origen, del lat. ŏrca ‘tinaja’ y ŏrcus ‘infierno’, partiendo de una noción común: «la concepción del infra-mundo [infierno] como un recipiente de boca estrecha». Coromines, por su parte, no encontró bases sóli-das para afirmar la perduración apelativa del catalán orc en la acepción puramente topográfica ‘cueva o abismo’ de Ribagorza, aunque sí admite la acepción ‘lloc salvatge, paorós’ (dcech s.v. huerco y cahuerco; decat s.v. orc; ocat VI, 85). A pesar de ello, y dado que orca no ha dejado descendencia segura en iberorroman-ce, parece inclinarse en el dcech por atribuir a ŏrcus un sentido traslaticio ‘lugar subterráneo, caverna’, del que procederían los citados topónimos.

Revisado el contexto paisajístico de los topns. de la familia Huércanos, portu-gués Orca, parece atestiguarse un valor descriptivo, ajeno ya a las connotaciones infernales: ‘sima’ en los topns. castellanos, ‘dolmen’ en los portugueses. Si segui-mos a Monteagudo, Menéndez Pidal y Leite, la noción de base habrá sido la de ‘tinaja panzuda y profunda’, presente en el latín ŏrca (cf. el nombre del río Cueza, afluente del Carrión, a partir de la voz homónima ‘olla, cauce’). En su defecto (Gª de Diego; Coromines), se tratará de una metáfora ‘abismo = infierno’, a partir de ŏrcus. En todo caso, Huércanos, Valduercos, Valluerca, Valluércanes, Huér-

172 No es concluyente la referencia en un paraje de la provincia de Zamora o de León a una facera deslindada así: «de la una parte jase el orco del obispo, de la otra parte la carrera» (1463 valp 221). ¿Probable lectura orio ‘hórreo’?

173 Silveira (1940: 400); parece ser que ya consta orca con el valor de ‘sepultura’ en latín. Silveira sigue una propuesta anterior de Menéndez Pidal y Leite de Vasconcelos.

Page 34: Testimonios toponímicos del léxico arcaico de las provincias leonesas, Anuario 2011, Instituto de Estudios Zamoranos Florián de Ocampo, pp. 135-216 (Pascual RIESCO CHUECA)

PASCUAL RIESCO CHUECA

© I.E.Z. FLORIÁN DE OCAMPO Anuario 2011, pp. 135-216

168

gano, Huércenes y tal vez Huércal se sitúan la esfera semántica de ‘concavidad, sima, cueva, valle profundo’.

Batoca: es voz local en portugués. Figueiredo recoge batoco y batôco como voz trasmontana ‘barranco; barrocal’174. En tierra de Miranda, consta una acepción diferente: batuôco ‘atoleiro solapado; lodaçal’175. Un valor similar se registra en Galicia: batoco ‘lugar pantanoso, aplicado especialmente a caminos’, en Fondo de Vila y Arnuide OR; batoca ‘id’176. Sin embargo, Eladio Rodríguez (1958-1961) la describe s.v. batoca (degc) como ‘sepultura, cueva’, mostrando lo que parece ser un sentido primigenio, un hoyo, un socavón, un bache: que predeciblemente se convierte en lodazal en invierno177.

Parece por ello que el sentido originario es el orográfico, ‘hoyo, socavón’. Pue-de compararse la voz batuelo ‘hoyo o agujero en la pared’, recogida en Hinojosa de Duero (SA)178 y batuelu ‘pequeño hoyo que hay en las casas de Vilvestre, para jugar con monedas’179. La base será un deverbal de batir ‘golpear’, como consta en el trasmontano de Atalaia: batoque ‘grandes solavancos que dão os carros; pan-cada em geral’180. De la idea de ir dando golpes o tumbos, se pasa a la referencia a los baches y hoyos en el camino; de ahí, en algunos casos, a lodazal, atolladero. Coromines, al analizar el aragonés batueco ‘huevo huero’, lo considera también derivado de batir. La noción de partida es la de un huevo que al ser sacudido da golpes (como de maraca) por no estar colmado. Piensa también el etimólogo que bato y baturro ‘bobo, patán, rústico’ son acepciones traslaticias, a partir de la idea de ‘huero’. Parece preferible pensar en una aplicación directa de la idea de batir y golpear: el rústico es el del palo o el aporreado181. Batocas (Aldeia da Ribeira) es una localidad portg. frente a La Alamedilla SA; Vale das Batocas, un paraje en Nava de Haver PT. En Salamanca, La Batueca y Peña Batueca (Vilvestre, junto al arroyo Barranco), así como el bien conocido paraje y monasterio de Las

174 Un nombre de aldea en el concejo de Tondela (PT), Batôco, es interpretado así por Ferraz de Carvalho, Amadeu: A Terra de Besteiros e o actual concelho de Tondela (Esboço histórico e toponímico), Sep. de O Instituto, vols. 104-106, Coimbra, 1945; p. 86.

175 Pires (2004: 119).176 Rivas Quintás (2001).177 Tal vez tenga alguna relación con esta base el aislado batuco ‘pocilga’, registrado en Zorita (CC) (Viudas Camarasa,

1988: 20).178 Recopilador: José Frutos. <http://www.hinojosadeduero.com> [consulta: 12.07.2012].179 Llorente Maldonado (1947: 230).180 Monteiro do Amaral (1908: 149).181 No debe pensarse, por ello, que batueco ‘patán’, surga directamente por referencia a los naturales de Las Batuecas,

pequeño valle al sur de Salamanca. Con la excepción del monasterio, fundado en 1599, no existían aldeas dentro del valle. Batueco es fruto de un floreo verbal, jugando con la paronimia de Las Batuecas y las voces bato, baturro. Es análoga la locución «estar en Babia”, que no alude a la comarca leonesa, salvo por juego asociativo, remitiendo a voces expresivas como babieca ‘bobo’ (dech s.v. bato, babieca).

Page 35: Testimonios toponímicos del léxico arcaico de las provincias leonesas, Anuario 2011, Instituto de Estudios Zamoranos Florián de Ocampo, pp. 135-216 (Pascual RIESCO CHUECA)

© I.E.Z. FLORIÁN DE OCAMPO Anuario 2011, pp. 135-216

TESTIMONIOS TOPONÍMICOS DEL LÉXICO ARCAICO DE LAS PROVINCIAS LEONESAS 169

Batuecas, documentado en el s. XVI como «rrio de Batuecas»182. Sin diptongar, en poblaciones rayanas, Las Batocas (Sobradillo; Alberguería de Argañán). En Extre-madura, Batuequilla (aldea hurdana, junto a Rubiaco), Batoco (barranco cercano a la Rivera de Gata, en Villasbuenas CC), El Batueco (Ahigal CC). Añádanse As Batocas (barranco junto al río Navea en Parada Seca OR), As Batocas Grandes (en una vaguada que desciende al Miño, en Castrelo de Miño OR), Os Batocos (Sta. Mariña de Albán OR), As Batocas (junto al río Romeán en Romeán-S. Pedro LU), O Batoco (Lornís OR), O Batocal (Lamas, en la Limia OR). En general se trata de lugares escarpados, abundantes en hoyos y barrancos. Constan topns. me-dievales portg. Batoca (1220) y Batoucos (1250) en las Inquirições Gerais (omc 48); asimismo topns. Batoco, Batôcos, Batoquinhos, Batoque, Batoquinhas (cmrp 61; doe 227, 228). El castillo de Monforte de Rio Livre (Águas Frias, Chaves) es citado en documentos medievales como Mons Batocas, Civitatelia de Batocas, en posible alusión a cavas, aljibes u otras concavidades asociadas a la antigua citanía. El topn. Batocela (Fundão PT), diminutivo de Batoca, muestra la antigüedad de la voz, pues ha experimentado la arcaica conversión interdental de [ke], común en el romance peninsular cuando la velar antecede a vocal anterior183. En Malhadas (Miranda do Douro PT), un paraje de Batoqueiras.

No sorprende por lo tanto encontrar un topn. menor La Batueca (pegando al Duero, Villamarciel VA) en terreno perfectamente llano. No alejado de éste consta en el s. XV un paraje llamado Batueca, al parecer situado entre Villán de Tordesi-llas y Castrodeza (1464 tord). Añádase El Batueco (Blascosancho AV); también la Charca de la Batueca (Almenara SA)184. No es descartable aisladamente un apo-do de propietario: batueco ‘rudo, patán’; pero la situación de estos topns., como los anteriores, es la de parajes de hoyos y socavones, por extracción de barro u otra causa. Es sabido que la voz barranco se ha usado localmente para describir modestos hoyos en lugares donde se sacaba barro (e.g. en Calzada de Valdunciel SA, como se documenta desde el cme en relación con un paraje de El Barranco, próximo a una charca).

En cuanto al sufijo arcaico -occo > -oco, -ueco, es frecuente en las hablas del occidente peninsular, si bien reaparece de forma vestigial en otros puntos a ambos lados del Pirineo185. Su aplicación expresiva a barrancos, baches y otras concavi-dades es muy común, siendo también frecuente con el mismo valor la sufijación en -orco, -uerco. En el Barroso portugués: bachôco ‘ravina, buraco fundo’, barjôco

182 Berrogain, Gabrielle: Ordenanzas de la Alberca y sus términos Las Hurdes y Las Batuecas (1515-1668), Tipografía de archivos, Madrid, 1930.

183 Machado, José Pedro: Palavras a propósito de palavras: notas lexicais, Editorial Notícias, 1993; p. 133.184 Coca Tamame (1993: 289); el autor propone etimologías diversas, ajenas a la que aquí se defiende.185 Hubschmid (1954: 37).

Page 36: Testimonios toponímicos del léxico arcaico de las provincias leonesas, Anuario 2011, Instituto de Estudios Zamoranos Florián de Ocampo, pp. 135-216 (Pascual RIESCO CHUECA)

PASCUAL RIESCO CHUECA

© I.E.Z. FLORIÁN DE OCAMPO Anuario 2011, pp. 135-216

170

‘terreno fundo, precipicio, barranco’, cabouco ‘buraco; buraco onde trabalha o rodizio do moinho’186. En el concejo de Moncorvo (PT), barjóco ‘barranco, al-gar’, frijóco ‘barranco’187. En la comarca leonesa de Luna, bachuerca ‘pequeño estanque que se hace en las calles con la mezcla de nieve reblandecida y barro’188. Los derivados de lat. căvus del tipo cavouco189 presentan una variante cavorco, cabuerco, común en la franja de contacto gallego-leonesa, antes mencionada. Con una semántica similar, El Caloco (Buenavista SA; El Espinar SG; Ojos Albos AV); en Vegas de Matute (SG) varios cerros llamados Caloco y un paraje de En-trecalocos. Este topn. podría compartir la misma semántica de los anteriores, pues Sanz Alonso registra la voz callón ‘arroyo, torrentera de agua llovida’ en la pro-vincia de Valladolid, a la vez que documenta, en el cme, una Fuente de Caloco (Castroverde de Cerrato VA)190. En Valle de Villaverde (Cantabria) La Caloca y La Calocuca son sendas pozas fluviales191.

Tal sufijo, incluida la forma romance -oco, -ueco, se constata en otros puntos con distintos orígenes y semánticas: Arroyo de Catoco (Abezames ZA); Los Ca-rruecos (Valcabado ZA); Piñuecos (Rabanera del Pinar BU) y el apelativo tras-montano pinoco ‘marco geodésico’ (Guimarães, 2002: 495); Mazueco, pueblo en Salamanca (y su pendant del otro lado del Duero, Masouco), así como Valdema-zueco (Encinas de Esgueva VA), Mazuecos (Castromonte VA)192 y un Mazocos en Portugal (1258 omc 215); Pedroucos (Cunas LE; en Portugal, 1258 omc 258); Ba-rrueco (topn. muy frecuente en la provincia de Salamanca); La Matueca, aldea leo-nesa; Murueco (desp. en S. Juan de Nava AV, citado en 1341)193 y Prado Moroco (Manjarín LE)194; apellido de aspecto toponímico Mañueco. La vigencia del sufijo en determinadas áreas arcaizantes del W leonés hace que barrueco se sienta vin-culado a barro: así el alcl registra barrueco ‘terrón de barro’ en Villagatón (LE),

186 Braga Barreiros (1917: 142, 146).187 Tavares Teixeira (1910: 112, 117).188 Pérez Gago (1997: 231).189 El alcl registra cavoco ‘cañada; arroyo’ y carvoco ‘torrentera, barranquera’ en Hermisende (ZA); topns. Cavoucos en

Portugal, 1220 omc 76; El Cahueco, Belver de los Montes (ZA).190 Sanz Alonso (1997: 191). En el castellano de Carranza (Vizcaya), caloca ‘pozo con sumidero en el cauce de un río’

(Echevarría Isusquiza, Isabel: Corpus de toponimia carranzana: materiales para el estudio del castellano de Vizcaya, Uni-versidad del Pais Vasco, 1999; p. 159)

191 González Rodríguez, Alberto: Diccionario Etimológico de la Toponimia Mayor de Cantabria, Santander, 1999; p. 104.

192 Una cita medieval a una villa denominada Mazokos (985 y 989 shg), situada «in rego Ciniseros» parece remitir, tras el despoblamiento, a este mismo paraje. Más tarde se menciona «illa uilla de Mazocho» (1147 shg); su iglesia era «Sant Pedro de Maçuecos» (1253 shg).

193 Martínez Díez (1983: 620).194 En el Bierzo, merueca y morueca ‘montón de canto rodado que se extrae de los suelos laborables para favorecer los cul-

tivos’ (García Rey, 1934: 110). El lla (s.v. muroca) recoge formas provinciales murueca, merueca, mirueco, morueca, morouca con un sentido similar. Se registran abundantes ejemplos medievales: murocco ‘majano’, pedrueco ‘roca’, pennueco ‘peñasco’ (lhp 407, 467, 474).

Page 37: Testimonios toponímicos del léxico arcaico de las provincias leonesas, Anuario 2011, Instituto de Estudios Zamoranos Florián de Ocampo, pp. 135-216 (Pascual RIESCO CHUECA)

© I.E.Z. FLORIÁN DE OCAMPO Anuario 2011, pp. 135-216

TESTIMONIOS TOPONÍMICOS DEL LÉXICO ARCAICO DE LAS PROVINCIAS LEONESAS 171

Espadañedo y Folgoso de Carballeda (ZA) (el lla s.v. barrueco, recoge voces afines en fonética y sentido en Las Omañas, Cabrera Alta, Maragatería y Cepeda; Krüger recogió barrueco en Sanabria). El sufijo -occo ha llegado a tener localmen-te un valor meramente diminutivo, como señala Almeida Fernandes (dtp 43) al tratar el doblete fluvial Alva y Alvoco en Seia (PT); compárese el topn. Foxocos en Galicia frente a Foxo ‘hoyo’; o el apelativo en Barroso, caçôco ‘caçoilo de barro’, evidente diminutivo de caço; o mesouco ‘taburete’, derivado de mesa195; samouco en Braganza ‘eixo lenhoso que sustenta os grãos do milho’ frente a sama ‘folha de pinheiro’196; en Lubián (ZA), medouco frente a meda ‘montón de mies’197.

Biezo: Se aplica el nombre biezo al abedul (Betula alba y B. pendula) en un área extensa, que se extiende de La Rioja por todo el Sistema Central198, con pro-pagaciones hacia el norte y el sur. Es voz que tiene continuidad por el Pirineo hasta el catalán oriental beç ‘abedul’, extendiéndose a las hablas occitanas, con topns. como Becedes, Beçosa (ocat II, 386). Muy frecuente en las sierras del sistema central, llegando a todo el sur de la provincia de Salamanca: Valle Biezo (Villas-rubias SA, en una vaguada tributaria del Río Frío, en la Sierra de Gata), Fuente de Becedilla (Serradilla del Arroyo SA)199, Los Biezos (sierra vecina al río Hur-dano, en Vegas de Coria CC), Risco del Biezo (Cuevas del Valle AV). En forma colectiva, además de los pueblos de Becedillas y Becedas200, en la sierra abulense, abundan los topns. menores201. El topn. reaparece en los Montes de Toledo, donde B. alba vegeta localmente (así como en la cercana Sierra de las Villuercas): Biezo (Robledo del Mazo TO, en una umbría encajada), Raso de la Becedilla (junto al río Bullaque, cercano al embalse de la Torre de Abraham). Con otra sufijación, constan topns. mayores Bezares en la Rioja y en Burgos. Más improbable, aunque en paraje serrano, Los Bezares (Acebuche, en Almonaster H). Un topónimo menor aislado, que probablemente ha de ser incluido en esta relación a pesar de la gran distancia que media entre su ubicación y los puntos más cercanos de perviven-

195 Guimarães, Rui Dias: O Falar de Barroso. O Homem e a linguagem, João Azevedo Editor, Viseu, 2002; pp. 352, 465.196 Hubschmid, Johannes: Lenguas no indoeuropeas - Testimonios románicos, Enciclopedia lingüística hispánica, vol. I,

Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Madrid, 1960b; p. 51.197 Cortés Vázquez (1954: 156).198 Oria de Rueda, Juan Andrés: Guía de árboles y arbustos de Castilla y León [fotogr., Justino Díez], Cálamo, Palencia,

2008; p. 146.199 Documentada La Veçedilla (1426): Barrios García, Ángel; Monsalvo Antón, José María; Ser Quijano, Gregorio

del: Documentación Medieval del Archivo Municipal de Ciudad Rodrigo, Diputación de Salamanca, 1988, p. 204.200 Gómez Blázquez, estudioso del léxico y la toponimia local, incluye entre las voces vivas en el habla del pueblo biezo, con

el mismo valor ‘abedul’, sin establecer sin embargo conexión entre este vocablo y el nombre de Becedas, para el que propone otras etimologías: Gómez Blázquez, Jesús: Becedas. Voces para el recuerdo, Gráficas Rogelio, Requena, 1989; p. 36.

201 Becedas (vaguada que baja de las cumbres del Calvitero, en Tornavacas CC); La Beceda (Aldea del Pinar BU); Las Becedas (valle de montaña en Navarrevisca AV); La Becedilla (umbría en Robledillo AV); Arroyo de la Avecedilla (tributario del Alberche en S. Martín del Pimpollar AV).

Page 38: Testimonios toponímicos del léxico arcaico de las provincias leonesas, Anuario 2011, Instituto de Estudios Zamoranos Florián de Ocampo, pp. 135-216 (Pascual RIESCO CHUECA)

PASCUAL RIESCO CHUECA

© I.E.Z. FLORIÁN DE OCAMPO Anuario 2011, pp. 135-216

172

cia actual de la especie, es El Hoyo de Los Vezadales (Santiz SA, en una suave ladera en umbría, poblada actualmente de rebollo, a unos 970 m de cota dentro de la meseta del Teso Santo); el paraje no parece desde luego propicio a cultivos de vezas ‘algarrobas’, como propone Coca Tamame202 o a la abundancia local de plantas silvestres afines (que prefieren áreas más térmicas), y en todo caso, veza es voz infrecuente en la provincia, donde las especies del género Vicia reciben nom-bres como alverjaca, alverjilla, alverjín: asi en Forfoleda (SA), Valdealverjaca203. El contexto del topn. Los Vezadales, claramente boscoso y umbrío, no parece en modo alguno propicio a esta referencia. Por lo que hace a la forma puede compa-rarse el apellido Becedal.

En cuanto a la etimología de biezo y beç ‘abedul’, Hubschmid piensa en una base hermana del galo *bettio-204. Al norte del Duero, en las provincias leonesas, sólo constan derivados de otro desarrollo morfológico de la misma raíz céltica, betŭll- y sus términos afines, de vocalismo incierto (deeh 505; rew 1068-1070), emparentada con la base *bettio- de la que dimana biezo. Hubschmid descarta que el lat. bĕtulla y bĕtŭla, etimológicamente inseparable de sus correspon-dencias célticas, pueda haber originado tan variopinto elenco de formas (catalán bedoll, asturiano abedugo, abedurio, leonés bedul, gall. bido)205. En general, salvo hipercorrección, no presentan la a- antietimológica, que parece derivarse, como propone Miranda, de una falsa segmentación del artículo femenino (lla s.v. abe-dul) más que del influjo de una voz localmente desconocida, como es abeto. En la provincia de León predomina la forma bedul y bidul (ya se documenta un topn. ualle de Betules en 941 acl), que Coromines liga a un étimo *betūle; abedur en Castrocontrigo (alcl); en Maragatería se registra abedulo, ya más cerca de la solución sanabresa, bedulo, bedul, beduro (*betūlu). En el cme de La Baña, en La Cabrera, se menciona el arbolado de abedulos. Sarmiento anota Bedulina como repetido topónimo en la comarca de La Cabrera (LE) «nombre de muchos pagos

202 Coca Tamame (1993: 365).203 Veza se ha usado en Salamanca, por lo que parece, como voz semiculta asociada al mercado de las semillas (Vicia sativa

ssp. sativa); se sembraba como planta forrajera, popularmente denominada arrita o alverja (Velasco, Criado y Blanco, 2010: 110, 279); en Cerecinos de Campos (ZA) recibe el nombre de avesa (alcl). En la toponimia: Arbejal, arroyo en el NE de la provincia de León, documentado Erbeliare (953 shg, cf. Álvarez Maurín, María del Pilar: Diplomática asturleonesa. Termi-nología toponímica. Universidad de León, 1994; p. 257); Prado de las Alberjas (Boecillo VA: Sanz Alonso, 1997: 237), Las Alverjas (Aldeamayor de S. Martín VA).

204 Hubschmid (1960c: 142). decat (s.v. bedoll).205 Coromines, por su parte (dcech s.v. abedul; decat s.v. bedoll), considera que las formas castellanas (y las leonesas por

ende) postulan una base *betăle, *betălu, mientras que las gallego-portuguesas se reducen a betălu con metafonía. Esto último, a la luz de las variantes registradas, exigiría que las formas vido, viduo fuesen regresivas a partir de vidoeiro, vidoal. Sin embargo, en decat (s.v. bedoll) se adhiere a un étimo *betălus para las formas gallegas, por lo que, como parece confirmar la documentación antigua, bíduo y béduo serían formas originarias y no regresivas.

Page 39: Testimonios toponímicos del léxico arcaico de las provincias leonesas, Anuario 2011, Instituto de Estudios Zamoranos Florián de Ocampo, pp. 135-216 (Pascual RIESCO CHUECA)

© I.E.Z. FLORIÁN DE OCAMPO Anuario 2011, pp. 135-216

TESTIMONIOS TOPONÍMICOS DEL LÉXICO ARCAICO DE LAS PROVINCIAS LEONESAS 173

en La Cabrera, de betula»206. Pico de los Bedules (Villar del Monte); también en otras comarcas: La Vedolina (Molinaferrera; Filiel); La Bedulina (Morla de la Valdería); Fuente la Bedulina (Santa Eulalia de las Manzanas, Pérez Gago, 1997: 525). Por etimología popular, algunos de éstos habrán evolucionado hacia Violina: La Violina (Arbás del Puerto LE; Santovenia del Esla ZA), La Violiña (Toral de los Vados); La Viulina (Aralla, Pérez Gago, 1997: 553). En Zamora, La Violina (Santovenia del Esla ZA).

Muchos son abundanciales en -etu > -edo. Beldedo y Beldredo, aldeas astu-rianas; Bildeo es topn. frecuente en la región; también en Cantabria: El Beldeo (Tudanca). En la provincia de León, Beldedo de Combarros es aldea maragata; Veldedo (Piedras Albas); Veldedillo (Boisán). Prevalecen las formas con disimi-lación (beldedo > beldeo): Solana de Beldeo (Molinaferrera), Bildeo (Sorbeda del Sil), Vildeo (Campo y Santibáñez; Sosas de Laciana), Bildeu (S. Félix)207; Vildeu (Láncara)208. A otro sufijo también abundancial responden las formas bidular, be-dular, biular (lla s.v. abedular): La Vidular (Noceda del Bierzo); El Vidular (Pa-laciosmil; Rioseco de Tapia; La Braña en Tolibia de Abajo; Villarroquel); Alto del Vidular (Espinosa de la Ribera); Vidular es frecuente en Babia y Laciana (Álvarez, 1985: 154) y llega a Cantabria. Con otra sufijación, La Vidulera (Calamocos LE), Vindolera (Fresno de la Vega LE).

En Portugal y Galicia, es enorme la variabilidad de esta familia (Navaza, 2006: 80-89). Los frecuentes topns. Vidoal, Vidoedo, Vidoeira, -a (en Galicia Bidual, Biduedo, Bidueira) presuponen una base bído, bidro, brido, bíduo, bedugo (todos ellos comprobados en gallego, los tres primeros en Sarmiento, 1986: 71), que in-vitan a pensar en una pronunciación proparoxítona del étimo: *betŭlus > bído(l)o > bido (doe 1474, 1475; deeh 505), opción refrendada, como señala Gonzalo Navaza por la documentación medieval, con formas como bidoo (1294) resultado de la caída de una /l/209; en el extremo W de la provincia de Zamora, se registran formas toponímicas gallego-portuguesas: Bidual (en Lubián)210; El Vedual (Porto). Una forma, también gallega, bídalo (degc; topn. Os Vídalos en Medelo, Cotobade PO), sugiere un étimo *betŭllu con cambio de sufijo.

En la provincia de Zamora no es insólito, especialmente en Sanabria y Carba-lleda, donde sus denominaciones enlazan con las del gallego oriental (bidul, bedul, bidulo, bedulo)211. Son apelativos vigentes según el alcl abeduro ‘abedul’ (en

206 Sarmiento, Fray Martín: Catálogo de voces vulgares y en especial de voces gallegas de diferentes vegetables (1754-1758), ed. J.L. Pensado Tomé, Universidad de Salamanca, 1986; p. 79.

207 Álvarez (1985: 155).208 Pérez Gago (1997: 553).209 Navaza, Gonzalo: Fitotoponimia galega, Fundación Pedro Barrié de la Maza, La Coruña, 2006; p. 81.210 Cortés Vázquez (1954: 37).211 Navaza (2006: 82). Esgueva y Llamas recogen en estas comarcas abedulo, abedugo, abeduro y bedul (lfsz 29).

Page 40: Testimonios toponímicos del léxico arcaico de las provincias leonesas, Anuario 2011, Instituto de Estudios Zamoranos Florián de Ocampo, pp. 135-216 (Pascual RIESCO CHUECA)

PASCUAL RIESCO CHUECA

© I.E.Z. FLORIÁN DE OCAMPO Anuario 2011, pp. 135-216

174

S. Martín de Castañeda, Espadañedo y Hermisende), abedulo (en Porto); Cortés Vázquez recoge bedulo en Lubián, y un colectivo bedual212; Krüger anota beduro en Vega del Castillo y abeduro en Limianos213. En la toponimia, El Bedulo, en la Sierra Segundera; El Vedoral y El Veduro (Escuredo); Los Beduros y Cº de los Aveduros (1942 mtn) (Justel, en la Sierra de Llamas), El Abedural (S. Justo); Cabeza Bedulo (Ribadelago); abundanciales Vidoleo (Terroso) y, con complejo vocalismo, Vialdeo (Doney de la Requejada) y Vialdéu (S. Ciprián)214, debido qui-zás a imperfecta transcripción de los complejos grupos vocálicos de las hablas de Sanabria y Requejada215. Vildorredondo (Escuredo) habrá de entenderse como descriptivo de una arboleda de planta redonda (bildeo): cf. al sur del Bierzo, ya rayano con Maragatería, Vilderredondo (Bouzas). Oria de Rueda indica beduru y abeduru como voces vigentes en Carballeda, bidul en Sanabria; señala su frecuen-te presencia en la cuenca del río Negro, desde Escuredo a Santa Eulalia, pasando por Rosinos y Otero de Centenos216.

Fuera de esta área principal en Zamora, el Mapa Forestal de España comprue-ba su presencia localizada en el entorno de Calabor y Hermisende, con pies disper-sos y de pequeña talla entre brezales217. Ello tiene su correspondencia toponímica: Fuente Abedul (Rihonor de Castilla), que se prolonga del otro lado de la raya como Fonte do Abeduro; Valdebiduelo (Hermisende). En otros puntos de la provincia, destaca la Sierra de la Culebra, en la que actualmente persiste un rodal de abedules en la finca de El Casal (Sesnández de Tábara)218. Hay vestigios toponímicos de ello: Vildeo (Tábara); en el mismo término municipal, El Abeduro, en una umbría de la Sierra de la Culebra. Más al este, Abeduros (Mahíde), El Viduleo (S. Pedro de las Herrerías)219, El Aveduro, en Santa Ana de Aliste. Esta presencia toponímica, que ensancha considerablemente el espacio actualmente ocupado por la especie, anima a dar fe a la propuesta realizada en otro lugar, que asigna al mismo étimo

212 Cortés Vázquez (1954: 93).213 Krüger, Fritz; González Ferrero, Juan Carlos: Atlas lingüístico de la Sanabria interior y de La Carballeda-La

Requejada, I. E. Z. Florián de Ocampo, Zamora, 2011; mapa 77a.214 García López, David; Boyano Andrés, Ricardo: Toponimia menor del noroeste de la provincia de Zamora: 2. San

Ciprián de Senabria (con notas del habla charra), Lletres Asturianes, 73, 2000; pp. 23-39.215 Krüger y González Ferrero (2011: 40).216 Oria de Rueda (2008: 146).217 mfe, Alcañices, hoja 3-4: 81. En 1949 es citado como raro en la Sierra Gamoneda junto a Calabor por Losa España, T.

Mariano: Estudio de la flora de la provincia de Zamora, CSIC, Barcelona, 1949; p. 66.218 mfe (Alcañices, hoja 3-4: 48). Además de lo indicado en el mfe, subsisten abedules, según testimonio de Gómez Turiel,

en otros puntos de la Sierra de la Culebra: en el propio Bidoleo de Figueruela queda algún pie; lo mismo en Villarino Manzanas o Folgoso de la Carballeda (GzTuriel).

219 Parece prolongarse al tº de Figueruela de Arriba, donde Gómez Turiel recoge el topn. El Bidoleo. También consta un Biduleiro (Vega de Nuez). Numerosos vestigios toponímicos en Tras-os-Montes preservan una /l/ probablemente como herencia leonesa: Biduledo (Macedo de Cavaleiros), Biduleiro (Carçãozinho en Bragança; Pombares en Macedo de Cavaleiros; Terroso, en Espinhosela de Bragança; Soutelo Mourisco en Macedo de Cavaleiros; Sernande e Penhas Juntas, en Vinhais) (GzTuriel; <http://mirandes.no.sapo.pt/BEestudos2.html>).

Page 41: Testimonios toponímicos del léxico arcaico de las provincias leonesas, Anuario 2011, Instituto de Estudios Zamoranos Florián de Ocampo, pp. 135-216 (Pascual RIESCO CHUECA)

© I.E.Z. FLORIÁN DE OCAMPO Anuario 2011, pp. 135-216

TESTIMONIOS TOPONÍMICOS DEL LÉXICO ARCAICO DE LAS PROVINCIAS LEONESAS 175

la comarca o valle de Vidriales < *Bedurales (cf. en lo tocante a morfología El Vedoral en Escuredo).

Fréxino: el tipo *Fré[i]xino < lat. frāxĭnus ‘fresno, Fraxinus angustifolia’ pervive localmente en Zamora (cf. El Fréigeno y Tomillar del Frégino en Villade-pera y Villardiegua de la Ribera; El Frégino, Fermoselle). La forma en mirandés de la vecina ciudad portuguesa Freixo de Spada Cinta es Freixeno (Frexeno o Freyseno) de Espada Cinta, que indudablemente es un eco de esta misma forma leonesa; igualmente, el topn. menor de Palaçuolo, La Freixenosa, y la población denominada en portugués Freixiosa (Freixenosa en mirandés). La localidad sal-mantina La Fregeneda tendrá su origen en una forma similar *Freixeneda. Existe un topónimo menor idéntico, La Fregeneda (La Mata de Ledesma SA)220. El Fre-genal de la Sierra extremeño se documenta Freixinal en textos portugueses (doe 671); en León, «illo frexenale» (928 eslnz). El portg. freixo ‘id.’ tiene la misma procedencia, como ya señaló Leite221: fréixeno > fréixeo > freixeo > freixo; ello es avalado por la documentación medieval portuguesa, que muestra abundantes ejemplos de la diptongación en la primera sílaba, que es tónica: Freiseno (907), Freyxeno, Freixeno (1096), Freixeo (1220) (doe 671; delp s.v. freixo)222. Fresno de la Ribera se documenta Freixino (1146 fza). Un topónimo menor sanabrés es Frexino uelio, en la delimitación de Espadañedo (1153 cast).

Le Men Loyer (lla s.v. freisno) recoge freno en Alba, Aliste, Sanabria, Car-balleda y Sayago; aisladamente freno en Piorneda (LE), así como las formas pa-latalizadas freño, -e en la Cabrera leonesa; Krüger oyó frédenu en San Ciprián de Sanabria223 y freno en la mayor parte de Sanabria, Requejada y Carballeda224. En Aliste parece haber sido general freno225. También frenu en Aller (Asturias: dbabl s.v. fresno). Tales realizaciones en grado cero de la [x] originaria, quizás por asimilación –sn- > -n–, sorprenden, pero están bien documentadas. Debido a regularización normativa por parte de los cartógrafos, hay escasos vestigios topo-nímicos de dichas formas: Los Frenos (Nuez de Aliste), El Freno (Figueruela de Abajo), Tozalfreno (Riofrío de Aliste); Baz Argüello registra el topn. Llamael-

220 Parece existir otro homónimo en Saldeana (SA), según mfe (Vitigudino, hoja 3-5: 31).221 Leite de Vasconcellos, José: Textos arcaicos, 3ª edición, Livraria Clássica Editora, Lisboa, 1923.222 Abundantes citas leonesas en Álvarez Maurín (1994: 248).223 Krüger, Fritz: El dialecto de San Ciprián de Sanabria. Monografía leonesa, Fundación Menéndez Pidal, Madrid, 2001;

p. 122.224 Krüger y González Ferrero (2011: mapa 74). Oria de Rueda (2008: 295) registra fréixenu, fréigenu para Sayago; a

estas denominaciones añade frédenu (Sanabria), frenu (Carballeda y Aliste), freinu (La Cabrera LE). Esgueva y Llamas apuntan freno para Sayago, Alba, Aliste, Sanabria y Carballeda; frédenu y freznu para Valles; freijo y freznu en Sanabria y Carballeda (lfsz 138); los últimos datos parecen poco fiables.

225 Baz Argüello (1967: 43, 91). Rivas Blanco (1986: 12). Gallego, Elisa: Estudio etnobotánico del occidente alistano, Diputación de Zamora, 2009; p. 47.

Page 42: Testimonios toponímicos del léxico arcaico de las provincias leonesas, Anuario 2011, Instituto de Estudios Zamoranos Florián de Ocampo, pp. 135-216 (Pascual RIESCO CHUECA)

PASCUAL RIESCO CHUECA

© I.E.Z. FLORIÁN DE OCAMPO Anuario 2011, pp. 135-216

176

freno en Aliste226. Del otro lado de la raya, está el pueblo de Freineda (Almeida PT), área de antigua habla leonesa donde la /n/ intervocálica del étimo latino no ha caído, documentado Fresnedas y Freisnedas en el medioevo. Lindley Cintra explica la simplificación del grupo -sn- por asimilación227, opción más verosímil que la aspiración que propone Baz para freno en Aliste. No cabe asociar a éstos El Frenedal (Cristóbal SA), en el extremo meridional de la sierra salmantina, donde la aspiración de /s/ en posición implosiva es un fenómeno común.

Santiz: Navaza estudia descendientes toponímicos gallegos del lat. tardío sen-tix, -īcis , que no parece haber subsistido en el léxico común regional. Incluye, con evidente sufijación vegetal, varios topns. Santigoso (en Lugo y Orense) y Santi-gueiro228. Cabe añadir a los topns. gallegos mencionados por Navaza un Mazo San-tigoso en Vilamor (San Vicente) de Folgoso do Courel LU. Una aldea Centigosa, de Piñeira (Santa María) en A Fonsagrada LU muestra tratamiento interdental de la s- inicial. Ello se puede deber, como sugiere Navaza, a interferencia de voces co-munes como cento, centeio. En el Medioevo gallego consta la referencia a una al-dea Sinticeta documentada en 1019, que Navaza sitúa en la comarca da Louriña.

Hermana de los anteriores es una Peña Cintigosa, en una ladera junto al Duero (Villadepera ZA). También consta en la comarca leonesa de La Cabrera un topn. Santigosa (Robledo de Sobrecastro); Santigoso (Castroquilame); en la documen-tación medieval, «Illo sentigale de toro adimprono”, en Millaroso (OR) junto al río Sil (ca. 1290 spm 568). Abundantes Sentigosa, Santigosa en el área catalana y aragonesa, así como el tema en singular, La Sentiu (ocat VII, 106). El Lewis-Short indica que, aunque la forma clásica era sentis, -is, sentĭcōsus ‘zarzoso’ y sentĭcētum ‘zarzal’ pertenecen al latín clásico. El referente parece ser la rosa silvestre o agavanzo (Rosa sp.), mencionada por San Isidoro, quien la pone al lado de otras plantas espinosas: «sentix dicta a situ, quod est terra inculta in qua senti-ces spinaeque nascuntur. Maiores autem nostri omnem arborem spinosam veprem dicebant, quod vi prendat» (Etim., XVII, vii, 59). Del arraigo antiguo de la voz da una idea la existencia en Salamanca de una mansio Sentice en Pedrosillo de los Aires, aneja a la calzada romana de Mérida a Astorga.

Numerosos topónimos en el área leonesa habrán sufrido la atracción hacia el parónimo santo; en otros se preserva la forma etimológica. La Santiza (Sta. Clara de Avedillo ZA, cerca del arroyo de Valdedondiego), La Santid o Santiz (Villa-

226 Añádanse El Freno y Urrietaelfreno en Figueruela de Abajo y Urrietalosfrenos en Moldones, Peña’l Freno y El Molino del Freno en Gallegos del Campo (GzTuriel).

227 Lindley Cintra, M.L.F. (1958). Toponymie léonaise au Portugal: la région de Riba-Coa. En: Vème Congrès Internatio-nal de Toponymie et d’Anthroponymie (Salamanca, 12-15 abril 1955). Actes et Mémoires, I, Salamanca, 1958; p. 253.

228 Navaza (2006: 500).

Page 43: Testimonios toponímicos del léxico arcaico de las provincias leonesas, Anuario 2011, Instituto de Estudios Zamoranos Florián de Ocampo, pp. 135-216 (Pascual RIESCO CHUECA)

© I.E.Z. FLORIÁN DE OCAMPO Anuario 2011, pp. 135-216

TESTIMONIOS TOPONÍMICOS DEL LÉXICO ARCAICO DE LAS PROVINCIAS LEONESAS 177

montán de la Valduerna LE, junto a un pequeño reguero), Laguna Santif (Muelas del Pan ZA: documentado Santiz en el s. XIX229), Laguna de Sentiz (Valdepolo LE), La Santiz (Mogátar ZA, junto a la rivera de Sobradillo), Santices y Charca de las Santices (El Gejo de los Reyes SA). Sorprende que reiteradamente estos topns. se localicen en la proximidad del agua, pero no es infrecuente la presencia de espinos, endrinos y agavanzos en la orla arbustiva de las charcas y arroyos. En la provincia de Salamanca, el pueblo de Santiz es Sentiz (1167-1176 y 1223 dcs) o Santiz (1185 dcs). En Portugal, Assentiz (Rio Maior, Torres Vedras), documentado en 1141 Sentiz (doe 178), puede interpretarse como «a sentiz”, con aglutinación del artículo. La presencia reiterada del artículo en esta serie de topns. respalda la hipótesis de que se trate de un apelativo, que pertenecía al léxico vivo local en el momento de fijación toponímica. En los casos en que el nombre de lugar figura sin artículo230 puede contemplarse la posibilidad de que se trate de un nombre personal.

Con palatalización mozárabe, Ruhstaller recoge Santiche (Carmona SE) y pasa revista a algunas aportaciones de Coromines referidas a esta base231: en Cataluña, topns. La Sentiu y Sentigosa; en Albacete y Jaén, Chinchilla < sentīcella232; en Córdoba, Santaella, del mismo origen. Añádase un topn. menor La Santella (De-nia V) y, con una derivación más tortuosa, Centelles (B) y topns. afines (ocat VII, 46; III, 348). En Andalucía parece haber subsistido como reliquia senticar ‘sitio o terreno que produce abrojos o espinas’, voz que figura en Aut.; es comparable al topn. menor de Jijona (V), Sendiquer (dcech s.v. senticar, ocat VII, 107). En la toponimia, El Santiscal (Arcos de la Frontera CA). Quizás sean del mismo origen sendos despoblados Santinglera en Valdemaluque (SO) y Santecilla en Padilla del Ducado (GU)233; hay una aldea Santecilla en el Valle de Mena (BU), y otra Sante-cilla en La Toba (GU).

Agriones: en portugués consta agrião ‘planta herbácea, da fam. das crucíferas’ (Figueiredo); es el también llamado agrião d’agua ‘berro, Nasturtium officinale’; figura en la obra teatral de Gil Vicente234. Es voz de antiquísima raigambre, de-rivada del lat. acrĕus ‘agrio’ (deeh 437): Simonet la incluye en el léxico de los

229 Fernández Fernández (2002: 173).230 Pueden citarse repetidos ejemplos: el pueblo de Santiz (SA); Sentiz (Bóveda LU); un antiguo topn. La Corona de Valsen-

tiç (1279), en Barbastro HU, citado en ocat (VII, 107).231 Ruhstaller, Stefan: Toponimia de la región de Carmona, Francke Verlag, Berna, 1992; p. 244.232 El rew (7823) marca las cantidades *săntăcălla.233 Martínez Díez (1983: 85, 230).234 Reckert, Stephen: Gil Vicente. Teatro Castellano. Editorial Crítica, 1996; p. 74.

Page 44: Testimonios toponímicos del léxico arcaico de las provincias leonesas, Anuario 2011, Instituto de Estudios Zamoranos Florián de Ocampo, pp. 135-216 (Pascual RIESCO CHUECA)

PASCUAL RIESCO CHUECA

© I.E.Z. FLORIÁN DE OCAMPO Anuario 2011, pp. 135-216

178

mozárabes (aqriyûn)235; también parece figurar en el Códice Emilianense236. La presencia lexicográfica del término en Zamora es escasa: en Rabanales de Alis-te agriyón ‘especie de berro un poco ácido, comestible en ensalada’237; en otros puntos de Aliste, agriones238 y agrijones. En tierra de Miranda, agrilhon ‘planta herbácea usada na salada e na sopa’239. No consta en las hablas de la provincia de León (lla), salvo en el gallego de Las Médulas (LE), agriós ‘planta de olor muy fuerte, que crece en zonas húmedas’240. En Galicia, el nombre de la planta es agrón (plural agróns), que parece haber dejado algunos descendientes toponímicos: se repite A Agroeira (Ardesende, Boqueixón C; Tal de Arriba, Muros C). Navaza cita un apellido toponímico antiguo Da Agroneyra (1362)241, que sin duda remite a algún lugar actualmente llamado A Agroeira.

Esta voz entra aisladamente en la toponimia: Los Agriones (Moral de Sayago ZA), Fuente de los Agriones (Castellanos de Villiquera SA; citado ya en el cme). La recogida de agriones era tarea habitual, frecuente en las economías de sub-sistencia, una actividad llamada argonar y agrionar en Ligares (Moncorvo PT; pueblo cercano a Barca d’Alva)242. En la toponimia de Salamanca, especialmente en la parte meridional, deja su huella la voz sinónima berro: Los Berros (Robleda), Cortina del Berro (Sorihuela), Fuente del Berro (Navamorales).

Una planta similar es la rabaza, voz que los tratadistas portgs. emparejan con la de agriones: «nas leuadas agoas muytas & boas rabaças & agriões» en una cita del s. XVI (delp s.v. agrião). Es planta muy conocida en Zamora con este nombre (rabaza ‘Apium nodiflorum’243). No escasean las formas con a- protética: arraba-za, en tierra de Alba (ZA), ‘planta parecida al berro, de más altura y con las hojas más recortadas. Se cría en los arroyos de aguas limpias y es comestible como en-salada’244; en Aliste, arrabaza ‘planta parecida al berro, que se come en ensalada (berraza)’245. En la provincia de Salamanca constan distintos nombres: arrebazas

235 Simonet, Francisco J.: Glosario de Voces Ibéricas y Latinas usadas entre los Mozárabes, Madrid, 1888; vol. I, p. 5.236 García Turza, Claudio: El Códice Emilianense 31 de la Real Academia de la Historia. Presentación de algunas de las

voces de interés para el estudio lingüístico del latín medieval y del iberorromance primitivo, Aemilianense, 1, 2004; p. 99.237 Rivas Blanco (1986: 220).238 Gallego (2009: 56). En el occidente de Aliste son comunes agrión y agriyón, aunque se van enrareciendo con los años,

y casi todo el mundo usa ya berro (GzTuriel).239 Pires (2004: 32).240 Bello Garnelo, Fernando: Léxico y literatura de tradición oral en el entorno de Las Médulas, Universidad de León,

León, 2010; p. 25.241 Navaza (2006: 42).242 Tavares Teixeira (1910: 110).243 Gallego (2009: 30). El mismo nombre parece haberse atribuido a otras especies acuáticas: así se constata en la provincia

de Zamora al norte del Duero en referencia a Veronica anagallis-aquatica (lfsz 47).244 Rodríguez Pascual y Rodríguez Peláez (2002: 173). Se constata berraza en Campos y zona del Duero para la misma

especie; también arrabazón (lfsz 66).245 Rodríguez Fernández (1992: 631).

Page 45: Testimonios toponímicos del léxico arcaico de las provincias leonesas, Anuario 2011, Instituto de Estudios Zamoranos Florián de Ocampo, pp. 135-216 (Pascual RIESCO CHUECA)

© I.E.Z. FLORIÁN DE OCAMPO Anuario 2011, pp. 135-216

TESTIMONIOS TOPONÍMICOS DEL LÉXICO ARCAICO DE LAS PROVINCIAS LEONESAS 179

y arrabazas (Saucelle, Lumbrales), arrabazas (Hinojosa de Duero, Sobradillo), arrebazos (Vilvestre), bezarras (Peñaparda, Lumbrales), berrazas (El Cubo de Don Sancho)246; la forma berraza consta también en Palacios del Pan (ZA), con una acepción diferenciada ‘planta parecida al berro pero no comestible’247. Ha de-jado descendencia toponímica: Los Rabazales (Riego de la Vega LE, junto al río Tuerto), Nava del Arrebezal (1946 mtn Formariz ZA), Teso las Arrebazas (Pico-nes SA), La Rebaza (Zarza de Pumareda SA). En Extremadura, junto a la frontera portuguesa, La Ravaza (La Codosera BA).

Es común del lado portugués y gallego: en Atalaia (PT), rabaça ‘certa herva propria para salada’248; topns. Rabaçal, Rabaceiros, Rabaçosa (cmrp 443); llega a convertirse en apodo colectivo: rabaceiros son los de Paradela, en el Barroso portugués. En Galicia tiene también amplia vigencia la voz rabaza, probablemente aplicada en la mayoría de los casos a Apium nodiflorum como indica la descripción del decg ‘planta escorbútica que crece en los prados gallegos, donde es corriente’, aunque localmente pueda haberse dado el mismo nombre a otras especies simila-res, como el propio berro. Navaza (2006: 454) cita derivados toponímicos gallegos Rabazas, Rabazal, Rabaceira, Rabacido.

Cádavo: voz de gran vigencia en el área gallego-portuguesa y asturiana, expo-nente destacado en la antigua economía rural (el aprovechamiento como combus-tible, en hogares y herrerías, de las raíces y cepos del monte bajo, especialmente en brezales y tojales, tras las quemas periódicas a que éstos se veían sometidos), su presencia en el occidente de las provincias leonesas es testimonial. En asturiano se define (dbabl) cádava ‘tronco de árgoma o de tojo que, chamuscado donde ha habido una quema, queda en pie y sirve de leña’, con variantes cálava y calva (Sobrescobio), cávadu (Sisterna). Una adaptación al fuego de estas especies limita la parte carbonizada por los incendios ocasionales a las capas exteriores, con lo que queda intacto el gran poder calorífico del núcleo de raíz y tronco, compues-to por material leñoso de crecimiento lento. En gallego se registran definiciones como ‘tronco de tojo chamuscado que queda en pie después de haberse quemado el monte’249, y ‘tronco chamuscado que queda en el terreno donde se ha hecho una quema’ (degc)250. Cerca de Pontevedra, Sarmiento recoge la voz sinónima

246 Velasco Santos, Juan Manuel; Criado Coca, Josefina; Blanco Castro, Emilio: Usos tradicionales de las plantas en la provincia de Salamanca, Diputación de Salamanca, 2010; p. 159. Añádase arrabazas en Corporario, y bedarras (Alberguería de Argañán) (fsalm 336).

247 furm 2008, recopilador Carlos Coca Durán.248 Monteiro do Amaral (1908: 161).249 Carré Alvarellos, Leandro: Diccionario galego-castelán, 3ª Edizón, Roel, La Coruña, 1951.250 Sobre su rica toponimia en Galicia, véase Cabeza Quiles (1992: 145) y Navaza (2006: 123).

Page 46: Testimonios toponímicos del léxico arcaico de las provincias leonesas, Anuario 2011, Instituto de Estudios Zamoranos Florián de Ocampo, pp. 135-216 (Pascual RIESCO CHUECA)

PASCUAL RIESCO CHUECA

© I.E.Z. FLORIÁN DE OCAMPO Anuario 2011, pp. 135-216

180

cavecos251, que Coromines propone derivar de *cadabecos, entre otras opciones (dcech s.v. cada). Quizás sea una reliquia procedente de *cadavaco el término re-gistrado en Boya (ZA), cavaco ‘cepa de brezo de pequeño tamaño’252. En Portugal es de uso frecuente cadava ‘conjunto dos troncos do mato, que ficam de pé depois das queimadas e ainda servem para lenha’ (Figueiredo); es voz aproximadamente sinónima de torga, en leonés tuérgano. Con metátesis, se registra en la Serra da Estrela cávedas ‘raíces y troncos calcinados de diversos matorrales que quedan en el monte tras el fuego’253. Tal metátesis254 era tanto más esperable cuanto que los cádavos «se cavaban”, es decir, se extraían del suelo picando la tierra de alrededor de cepo y raíz. Igualmente en Asturias, donde consta el topn. mayor Cadavedo.

Sorprende el hecho de que, a pesar de la frecuencia de este tema en Galicia y en Asturias, así como en el vecino Portugal (topns. Cadaval, Cadavais, Cadavosa, -a: doe 306), cádavo sea voz ausente de todas las recopilaciones lexicográficas del leonés (no figura en lla), desplazado actualmente por cepa. Consta cádavo ‘tron-co quemado’ en un rincón gallego-parlante (Las Médulas)255. Pero la toponimia re-vela una presencia vigorosa en la parte norte y occidental de la provincia de León: un topn. menor Cadaval en Murias de Ponjos (LE), en Las Omañas256; El Cadabal, en La Baña, Losadilla y Santa Eulalia (LE), en la comarca de la Cabrera, pegando al límite provincial con la provincia de Zamora; El Cadabal era una de las hojas de Turienzo de los Caballeros, en Maragatería (spc 319); más al norte, se repite El Cadaval (Aralla257; Casares de Arbás; Tonín de Arbás), Los Cadavales (Tejerina); ello muestra la antigua vigencia de cádavo en área leonesa. No sorprende encon-trar testimonios zamoranos: El Cadaval (San Ciprián de Sanabria)258, o Cadavais en Villanueva de la Sierra, en la franja gallego-parlante al occidente de Sanabria; ya en área de habla leonesa, Carabales (Pedralba de la Pradería ZA), comparable a El Carabal (Lodares LE).259 Los topns. del tipo El Cabadal (Anta de Rioconejos ZA), Cabadal (Villalverde ZA) proceden seguramente de una forma con metátesis

251 Sarmiento (1986: 70).252 furm 2006, recopilador Florentino Gil Romero. Interpretable también como mero deverbal de cavar. Cf. un topn. Urrieta

de Cavacas (Folgoso de la Carballeda ZA).253 Leite de Vasconcelos, José: De terra em terra: excursões arqueológico-etnográficas através de Portugal (norte,

centro, e sul), Imprensa nacional, 1927; p. 209.254 Muy común para los derivados de cádavo: el actual río Cávado en el N de Portugal se documenta Catavo (915), Cadabo

(965) (doe 379). Cf., más adelante, los topns. zamoranos El Cavadal.255 Bello Garnelo (2010: 54).256 Consta también un topn. menor El Cadaval en el Valle Gordo (LE). Rubio Álvarez, Fernando: Toponimia menor del

Valle Gordo (León), Revista de dialectología y tradiciones populares, 20, 1964; p. 83.257 Pérez Gago (1997: 507).258 Es un monte de uces. García López, David; Boyano Andrés, Ricardo: Toponimia menor del noroeste de la provincia de

Zamora: 2. San Ciprián de Senabria (con notas del habla charra), Lletres Asturianes, 73, 2000; pp. 23-39.259 En tales casos es preciso sopesar si no se trata más bien de derivados de carba ‘matorral de roble’ con anaptixis. Inequí-

vocamente apunta a esta familia un topn. como Carabizal (S. Cristóbal de Entreviñas ZA).

Page 47: Testimonios toponímicos del léxico arcaico de las provincias leonesas, Anuario 2011, Instituto de Estudios Zamoranos Florián de Ocampo, pp. 135-216 (Pascual RIESCO CHUECA)

© I.E.Z. FLORIÁN DE OCAMPO Anuario 2011, pp. 135-216

TESTIMONIOS TOPONÍMICOS DEL LÉXICO ARCAICO DE LAS PROVINCIAS LEONESAS 181

*cávada comparable al portg. dialectal cáveda, pero es preciso descartar antes una posible derivación de cavar. En todo caso, el sufijo -al suele asociarse al mundo vegetal; en Galicia no escasean los topns. Cavadoso, evidentes desarrollos a partir de cávado.

Por el lado portg. los descendientes topns. de cádavo llegan a la misma frontera salmantina: así Cadavado en Bruçó, frente a Aldeadávila (SA). De hecho, tal vez el topn. menor El Cardaval, en La Bouza (SA), junto a la frontera portuguesa, exprese la misma raíz.

También en las Arribes del Duero, un topn. Las Escádabas (Pinilla de Fermo-selle ZA) parece remitir a esta base. La presencia del prefijo es–, de carácter de-verbal, puede considerarse comparable a otros ejemplos: escardencha ‘cardencha, Dipsacus fullonum’, escambrón ‘cambrón’, escepa ‘arbusto ramoso para quemar’ (lla s.v. escepa), escodojo ‘codeso’ (Villacidayo LE)260, salmantino espiorno ‘piorno’261. En tales casos, se sugiere una acción extractiva. Dado que los cádavos, parcialmente carbonizados, se arrancaban del suelo para usar como leña, el refuer-zo expresivo parece semánticamente motivado. Cf. también topns. Escadavada en el área gallego-parlante de Zamora, en Porto (ZA) y probablemente Escalivadas en una abrupta ladera del río Sil en Pumares (Carballeda de Valdeorras OR)262, así como Las Calabadas (= Scalabadas) en Sendin (Miranda do Douro PT), quizás Escarabada (Entrimo OR; otros ejemplos en Asturias), A Escanabada (Xustás LU) y La Escarabá (Argusino ZA), Las Escarabás (Salce ZA)263. En la provincia de León, topns. A Escadavada (Peñarrubia y Carucedo)264 y Cerro de la Esca-dabada (Corullón; también en Asturias y Portugal, cmrp 193), donde el prefijo ex- evoca aquí la extracción sistemática o continuada de cádavos, tal vez para convertir en prado una antigua tierra de monte bajo, o por simple aprovechamiento como combustible. Probablemente tengan el mismo origen, partiendo del dialectal cáveda ‘cádavo’, antes mencionado, los topns. Escaveda[s] (Vilarinho dos Frei-res, Peso da Régua, Sabrosa PT).

Una voz de la comarca de Vitigudino (SA) es escañabón ‘tallo leñoso de la retama, la hiniesta, el codeso’265; escañabones ‘conjunto de raíces, tronco y ramaje de la retama, que emplean para combustible’; escayabones ‘raíces de escoba’, en Monleras266; escayabón ‘tronco o cepa de la escoba, usado para la

260 Millán Urdiales (1966: 281).261 Lamano (1915: 449).262 Navaza (2006: 126).263 Un topn. Escalavrada (Vilarinho, conc. Bragança PT) puede ser del mismo origen.264 Bello Garnelo (2010: 54).265 Sánchez León (1995: 107).266 Lamano (1915: 436). Solano Antoñanzas (1989: 200). La alternancia ñ / y es común en el área salmantina: veyuda y

veñuda ‘viuda’; sabañón y avayón (Lamano, 1915: 175).

Page 48: Testimonios toponímicos del léxico arcaico de las provincias leonesas, Anuario 2011, Instituto de Estudios Zamoranos Florián de Ocampo, pp. 135-216 (Pascual RIESCO CHUECA)

PASCUAL RIESCO CHUECA

© I.E.Z. FLORIÁN DE OCAMPO Anuario 2011, pp. 135-216

182

lumbre’, recogido en Cabeza del Caballo, Zarza de Pumareda y otros pueblos cercanos267. Parece verosímil que se trate de un descendiente de esta base: se habrá de partir de un primitivo *escadavón > *escaavón, en el que se ha intercalado una /y/ antihiática; no es descartable el cruce con voces de sentido similar268. También puede ser del mismo origen el sayagués y salmantino escarabajas ‘leña menuda que se emplea para encender la lumbre’269, y una variante, probablemente resultado de un cruce entre las anteriores, escarabañones, documentada en Salamanca por Lamano y Gatta y Galache270. Del mismo origen habrá de ser carabiñones ‘raíces de las escobas, que proporcionaban un fuego más duradero e intenso que las ra-mas’, voz usada en el entorno del río Uces salmantino271.

En cuanto a la etimología, García Arias muestra la presencia toponímica del tema en Asturias (El Cadaval, El Caval, Cadaveu, El Cadavíu; quizás Caraveo), inclinándose por considerarlo procedente de la misma base que da lugar a carba y sus desarrollos carballo, carbizo, nombres aplicados al roble, a su matorral y a su hoja. Por anaptixis, carba habría producido *cáraba > cádava272. Con ello, deriva cádava del frondoso grupo gallego y asturiano garba, garabato, portugués garavêto273. A su vez, Coromines (dcech s.v. garabato), que no vincula etimológi-camante cádava y garba, considera que garba y garabato proceden de la base pre-rromana carba ‘rama; matorral; rebollo’. Con acepciones cuyo núcleo es ‘rama seca para la lumbre’ constan en gallego términos garabato, garabullo, garamata, muy presentes en la toponimia con abundanciales como Garabás274. En asturiano, esta familia se presenta en dos grupos, semánticamente derivados porque cádavos y gárabos suelen ser extraordinariamente retorcidos; (1) de un lado gárabu, garbu, garabuya (con acepciones que giran en torno a la idea de ‘leña para quemar’) y de otro (2) garabato ‘rastrillo’, garabeño ‘carnero de cuernos muy retorcidos’ (dbabl s.v. garba y garabato). González Rodríguez, al considerar la voz cántabra gárabas ‘palos secos que quedan de los escajales (argomales) tras su incendio’ se inclina

267 Recopilador en La Zarza, José Manuel Martín García<http://www.zarzadepumareda.es> [consulta: 18.07.2012]; varios recopiladores en Cabeza del Caballo, en una página ya inaccesible: <http://usuarios.multimania.es/cabezadelcaballo/localismos.html> [consulta: 7.09.2011]. También consta escayabón ‘tronco gordo de las escobas, Cytisus sp., que servía para hacer cucharas’ en Cabeza de Framontanos (Granzow de la Cerda, Íñigo; Francisco Blanco, Juan y Mata, Elvira: Etnobotánica (El mundo vegetal en la tradición), Diputación de Salamanca, 1993; p. 94).

268 Tal vez esté presente escayo ‘planta espinosa’ o escayar ‘descuajar, rozar el monte’, aunque tales voces no tienen hoy día vigencia local; escañar ‘tronchar ramas’, vigente en el Bierzo pero de distribución presumible más extensa, puede haber ejercido influencia adicional.

269 Alejo (2005: 192); Lamano (1915: 436).270 Lamano (1915: 436); Fernández de Gatta y Galache, Manuel: Ociosidades, Francisco Nuñez, Salamanca, 1903.271 Hernández Estévez, Consuelo: El río Uces. Su curso, sus afluentes, sus puentes, sus orillas, Gráficas Cervantes,

Salamanca, 2000; p. 98.272 García Arias (2000a: 186).273 En Aliste y Sanabria, garabato es un apero usado para cargar y descargar el estiércol del carro (GzTuriel).274 Navaza (2006: 289).

Page 49: Testimonios toponímicos del léxico arcaico de las provincias leonesas, Anuario 2011, Instituto de Estudios Zamoranos Florián de Ocampo, pp. 135-216 (Pascual RIESCO CHUECA)

© I.E.Z. FLORIÁN DE OCAMPO Anuario 2011, pp. 135-216

TESTIMONIOS TOPONÍMICOS DEL LÉXICO ARCAICO DE LAS PROVINCIAS LEONESAS 183

también a reunir cádava con el grupo de carba275. A la misma opinión se adhiere Iglesias Ovejero al tratar una voz cuasisinónima, caraba ‘leña seca y menuda’, y su derivado carabú (= carabudo) ‘leñoso y seco, que estalla al partirse, como el brezo’ en la comarca del Rebollar (SA), al norte de la sierra de Gata276.

Sin embargo, a la vista de la frondosa productividad morfológica de la base cad–, con numerosos representantes de aspecto arcaico, y de sus sentidos general-mente restringidos a raíces y cepas quemadas, parece mejor considerar, siguiendo a Hubschmid, un término posiblemente preindoeuropeo *kataba o *katava, desa-rrollo de una raíz *kat- que tiene numerosos derivados fitonímicos (catalán càdec ‘enebro’ entre ellos)277. Por ello, el grupo cádab- parece etimológicamente inde-pendiente. Incluso podría sospecharse que la evolución es justamente la inversa: cádava > *cáraba, *gáraba. Existe documentación antigua: en Asturias, Cataveto (fechado en 905, aunque el documento es falsificación posterior); el antes citado río Cávado consta Catavo y Cadabo en documentos del s. X; el topn. gallego Sanc-ta Maria de Cadavedo en 1206; en Galicia también Cadavale (1221) y Cadaual (1223). Por otra parte, los topns. del tipo Caraval son más escasos y marginales en el área astur-leonesa: tal vez, una cita antigua a una heredad de «Uilla Frida et de Carauedo» (1144 acl), donde la disimilación puede haber contribuido al cambio; actualmente se tiene Caravedos en Pardavé (LE), en una ladera cercana al Torío; Teso Carravera (Redelga de la Polvorosa ZA); Campo Garabal (La Viliella, Astu-rias). Por el este, la voz tiene alguna presencia en Cantabria (Garabandal, en el río Vendul); garabital ‘lugar poblado de árgomas’ consta como apelativo278.

Un potente argumento a favor de la primacía de la base *kat- como generadora del tipo cádavo (y, con menor seguridad, el carácter derivado de las formas Cara-val, Caravedo y el grupo gáraba) es la profusión de desarrollos que parecen osten-tar la misma raíz con distintos sufijos de carácter arcaico (caduerno, cadotsu…). Por otra parte, hay una sostenida diferencia semántica entre los nombres del tipo (1) carba y los de la base (2a) cádab- y (2b) gárab-. El grupo (1) remite invaria-blemente al roble y su aprovechamiento principal, las hojas para el ganado279. El

275 González Rodríguez (1999: 181).276 Iglesias Ovejero (1990: 91). Constan otras propuestas: Otero Álvarez (hegp XVII) sugiere, con poca verosimilitud, un

origen en el lat. călămus > cádavo.277 Hubschmid (1960b: 46). Coromines vincula el catalán càdec ‘enebro de la miera’ a una base prerromana, que pasa al

latín tardío como catănum, y cuyo origen se presenta, con otra sufijación, en el grupo de cádava (decat s.v. càdec) y quizás en el asturiano cotolla ‘árgoma’.

278 Al margen de la discusión sobre la primacía de gárabo o cádavo como raíz etimológica, algún topn. aislado en la Meseta podría proceder de esta base: Cántabos (despoblado en Fuentelmonje SO: Martínez Díez, 1983: 196), Cárdaba (ermita en Pecharromán SG: Martínez Díez, 1983: 403).

279 Es excepción a esta regla el asturiano de Sobrescobio carba ‘terreno pendiente poblado de matorral de árgomas, helechos, brezos’ (dbabl s.v. carba), que será variante local de gáraba. Pero en asturiano está mucho más extendido el tipo carvayo ‘roble’; y todas las variantes leonesas de la base carba, carbajo remiten sin excepción al roble (lla).

Page 50: Testimonios toponímicos del léxico arcaico de las provincias leonesas, Anuario 2011, Instituto de Estudios Zamoranos Florián de Ocampo, pp. 135-216 (Pascual RIESCO CHUECA)

PASCUAL RIESCO CHUECA

© I.E.Z. FLORIÁN DE OCAMPO Anuario 2011, pp. 135-216

184

grupo (2a, 2b), tengan o no una etimología común a ambos, alude a cepas y partes leñosas de matorrales de montaña, destinadas al fuego en hogares y fraguas. Es im-probable que hayan podido diversificar semánticamente, siendo el origen común y sin incómodas confusiones, los parónimos carba ‘matorral de roble’ y caraba-cáraba ‘leña seca para la lumbre, especialmente de brezo y escoba’ en áreas tan próximas de la provincia de Salamanca. Añádase testimonios léxicos como cádava ‘madroño’ en Valero (SA). Nótese que si cáraba y caraba fuesen, en todos los casos, derivados anaptícticos de carba, no se explicaría la sufijación diferenciada, pues abundan los Caraval, Caraboso, Caravedo en la toponimia, como se muestra abajo, pero escasean Carbal, Carboso y Carbedo de la base carb- ‘roble’280. Final-mente, la acepción ‘retorcido’ que acompaña a algunos derivados de la base (e.g. gallego garabato, garabullo, garamata y asturiano garabu, gárabu, garbu; una familia a la que pertenece el castellano garabato y el portg. garavato) se ajustan mejor a un origen gáraba (las raíces de brezos y piornos son esencialmente tortuo-sas) que carba: el matorral de roble no destaca por su retorcimiento.

Verosímilmente, una voz como cádavo, perteneciente a economías rurales de montaña basadas en una agricultura de rozas y fuegos, estaba abocada a su extin-ción en las comarcas llanas del valle del Duero. La nítida presencia lexicográfi-ca del tema en Galicia, Asturias y marginalmente en áreas montañosas de León (como se muestra a partir de evidencias toponímicas) y quizás en las Arribes del Duero, es sucedida por un vacío que sólo parece interrumpirse al llegar a las sierras del Sistema Central. Es probable que el insólito nombre cádava, cálava aplicado al madroño en Valero, en la sierra de Salamanca281, constituya un vestigio de este tema, pues es conocido el gran desarrollo que alcanzan las cepas de Arbutus unedo (una adaptación evolutiva para el rebrote tras los incendios)282. Parece emparenta-da con cádava en su sentido especializado ‘madroño’ la voz recogida en la Vera (CC) cabera ‘madroñera’283, cuyo origen será *caavera < *cadavera.

Esta familia léxica encuentra continuidad en dos términos usados en las Hur-des, caraboneh ‘tramos de brezo quemados’; carabusoh ‘residuos de los tramos de brezo’284, sin duda vinculados con el caraba del cercano Rebollar salmantino285. De ahí procede ciertamente el nombre de una aldea hurdana, Carabusino, que se

280 Algunos casos, sin embargo: La Carbal (Rodiezmo de la Tercia LE), Carbal (Ponga, Asturias), Los Carbales (Dios le Guarde SA); Carbedo (Toral de los Vados LE), Valcarboso (Barruecopardo SA).

281 Velasco, Criado y Blanco (2010: 224, 250, 334).282 Ya consta en el refranero antiguo. Correas recoge la paremia «cepa de madroño espotrica [suelta chispas] y quema al

otro; noramala la compré, que tal gera eché».283 Timón Timón, Francisco: Diccionario castizo de la comarca de La Vera y la Sierra de Gredos, Asoc. Cult. Amigos de

la Vera, Jaraiz (Cáceres), 1996; p. 39.284 Viudas Camarasa (1988: 40).285 Iglesias Ovejero (1990: 91).

Page 51: Testimonios toponímicos del léxico arcaico de las provincias leonesas, Anuario 2011, Instituto de Estudios Zamoranos Florián de Ocampo, pp. 135-216 (Pascual RIESCO CHUECA)

© I.E.Z. FLORIÁN DE OCAMPO Anuario 2011, pp. 135-216

TESTIMONIOS TOPONÍMICOS DEL LÉXICO ARCAICO DE LAS PROVINCIAS LEONESAS 185

documenta en 1734 El Calabozino286. La forma original habrá sido el abundancial *carabosino. Un derivado de la misma base es carambujas ‘ramas de roble para el horno’ en El Cerro, pueblo de la sierra salmantina287.

Otras ramificaciones de la familia se sitúan las sierras centrales: en Villanueva del Conde y Cepeda (SA), caraba es un brezo, Erica umbellata, que se usaba para calentar el horno de pan288. En la comarca de la Vera, carabón es una leguminosa arbustiva, de flor amarilla, que crece abundante en los piornales serranos289; se trata del Cytisus oromediterraneus (= C. balansae) o piorno serrano290, que ya Máximo Laguna encontró en las sierras del Sistema Central con el nombre de calabón. La especialización semántica es comprensible, si se considera que en las economías de montaña, basadas en el fuego y el pastoreo, brezales y piornales pueden desempeñar funciones parecidas. Una descripción de Piornal (CC), pueblo serrano del valle del Jerte, fechada en 1786, indica «su terreno está vestido de mata de roble, caravones, berezos y piornos»291. En Aldeanueva de la Vera, se cita en 1791 el «carabo» entre las plantas melíferas, junto con verezo, quiruela, tomillo, jara y romero; en Navaconcejo, ese mismo año, se incluyen el tomillo y el carabón entre las plantas melíferas292. Más al sur vive el andaluz carabón ‘tronco de árbol o arbusto quemado que queda en tierra después de un incendio; cándalo’293, qui-zás identificable con el leonés de Riaño carabón ‘terrón’ (lla s.v. carabón). La conexión semántica, algo incierta, estaría en el hecho compartido de que tanto los cádavos como los terrones se cavan.

Testimonios toponímicos de la presencia meridional de la base cáraba, carabo o carabón se extienden desde el Sistema Central hasta Andalucía: Las Cárabas (Pedrosillo de los Aires SA); El Carabal (Martiago; Serradilla del Arroyo SA; Torrecilla de los Ángeles; Robledollano; Villarta de los Montes CC; La Solana CR; Sevilleja de la Jara TO); Las Carabas (Zarza de Granadilla CC); Cancho de la Caraba (Eljas CC); Cuesta de la Caraba (Usagre BA); Cerro del Carabal (Zufre H); Sierra de la Caraba (Alburquerque BA); Los Caravales (Santa Olalla del Cala H).

286 Blanco Carrasco, José-Pablo: Una visión inédita de Las Hurdes en el siglo XVIII: el auto de Ortiz Jarero de 1734, Alcántara, 31-32, 1994; p. 186.

287 Granzow de la Cerda et al. (1993: 145).288 Velasco, Criado y Blanco (2010: 297, 343).289 Timón (1996: 45).290 Amor Morales, Ángel: La flora y la vegetación en La Vera, Editora Regional de Extremadura, Mérida, 1994; p. 88.291 López, Tomás: La provincia de Extremadura al final del. s. XVIII (descripciones recogidas por Tomás López), ed. Gon-

zalo Barrientos Alfageme, Asamblea de Extremadura, Mérida, 1991; p. 345.292 Rodríguez Cancho, Miguel; Barrientos Alfageme, Gonzalo: Interrogatorio de la Real Audiencia. Extremadura a

finales de los tiempos modernos. Asamblea de Extremadura, Villanueva de la Serena. Partido de Alcántara, 1993. Partido de Mérida, 1994. Partido de Plasencia, 1995. Las citas son de las pp. 55, 528 del Partido de Plasencia.

293 Alcalá Venceslada, Antonio: Vocabulario andaluz, Unidad Editorial, 1999; p. 131.

Page 52: Testimonios toponímicos del léxico arcaico de las provincias leonesas, Anuario 2011, Instituto de Estudios Zamoranos Florián de Ocampo, pp. 135-216 (Pascual RIESCO CHUECA)

PASCUAL RIESCO CHUECA

© I.E.Z. FLORIÁN DE OCAMPO Anuario 2011, pp. 135-216

186

Caduerno: parece tentador aproximar caduerno de cádavo; ambas procederían de desarrollos sufijales diferenciados a partir de una base común. El caduerno es definido en el área berciana como ‘tronco seco de árbol’ (en Toreno y Páramo del Sil LE: lla II, 37). Sorprendente islote en la distribución de la familia, el término reaparece mucho más al sur, en Aliste, donde goza de gran vitalidad: Rabanales y Riofrío caduerna ‘raíz o cepa de la jara, del brezo y otros matorrales extraída para hacer carbón y para la lumbre’294; en Sesnández, caduerna ‘tronco y raíces de la jara’295; análoga definición en Figueruela296. Una extensión figurada es ca-duerno ‘testarudo, pertinaz, obstinado’. Compárese el valor de ceporro o tarugo en castellano común; en el trasmontano de Parada dos Infançoes, torgueiro es ‘montezinho, bruto, rustico, silvestre’, derivado de tórgo ‘raiz ou cepo da urzei-ra’297; torgueira ‘mulher estúpida’ en Barroso298. Tanto en el caso berciano como en el alistano, la penetración del vocablo se habrá producido por continuidad de sustrato con las hablas gallegas. En gallego de Lugo, en efecto, cadorno se define como ‘nudo grande en el tronco de un árbol, especialmente del roble’; cadurneira ‘agujero grande en el tronco de un árbol’299.

Un representante toponímico de esta base se encuentra en Cadorno (Noceda del Bierzo LE) y en una Calle de la Cadorna (Santa Marina de Torre LE); La Cadorna (Luarca en Asturias); Otro ejemplo es Cadorniza (Quintana de Fuseros LE), en el Bierzo, para cuyo sufijo puede compararse la frecuente presencia toponímica de los derivados en -iza (mayoritaria, pero no exclusivamente, asociados al mundo vegetal): Robliza (topn. mayor en Salamanca), Sardoniza (Peñalbo SA), Terri-zos (Villarmuerto; Ahigal de Villarino SA), La Carbiza (Escuadro ZA), Matizos (dehesa de Llamas, en Cabañas de Sayago ZA), apelativo latizo ‘árbol erguido y derecho’, de lata ‘vara’ (cerca de Peñafiel VA)300…

El mismo sufijo -orno (al que se ha atribuido origen céltico)301 presente en caduerno es reencontrado, sin diptongar, en El Picu’l Cilorniu (La Vega LE)302.

294 Rivas Blanco (1986: 225); Rodríguez Fernández (1992: 632).295 furm 2007, recopilador Ángel Ferrero.296 <http://www.buracoac.com> [consulta: 12.05.2012]297 Leite de Vasconcellos (1890-1892: 120).298 Braga Barreiros (1937: 291).299 clga (VIII, 179). Ello lleva a Otero Álvarez a postular un origen en el lat. cădus ‘recipiente, vasija’, lo que a la vista de

lo aducido a continuación parece cuando menos problemático. Probablemente es la misma voz de Aliste, por la arcaica costumbre de extraer tacos de leña de los troncos viejos, o por la putrescencia del nudo. No es descartable, sin embargo, que en cadurneira haya que ver una forma primitiva *cauorneira, del lat. căvus.

300 De la Torre Yubero (2008: 134).301 En todo caso, es sufijo arcaico. Hubschmid (1954: 50) lo constata en una voz del latín medieval, presente en la documen-

tación del Dauphiné, cibornus ‘carnero’, a partir de la misma raíz que en español da lugar a chivo. También, en corso catornu ‘perrito’, comparable con lat. cătŭlus.

302 Pérez Gago (1997: 538).

Page 53: Testimonios toponímicos del léxico arcaico de las provincias leonesas, Anuario 2011, Instituto de Estudios Zamoranos Florián de Ocampo, pp. 135-216 (Pascual RIESCO CHUECA)

© I.E.Z. FLORIÁN DE OCAMPO Anuario 2011, pp. 135-216

TESTIMONIOS TOPONÍMICOS DEL LÉXICO ARCAICO DE LAS PROVINCIAS LEONESAS 187

En tierras de Barroso (PT) se registra madôrno ‘monte rochoso’303, equivalente a los topns. gallegos Medorno, voz emparentada con modorra, medorra y otros términos sinónimos. En Cantabria y Álava tiene cierta vigencia la voz tocorno ‘ro-ble’, que pervive en la toponimia: El Tocornal (Valle de Villaverde, Cantabria304; dcech s.v. tocón).

Una voz fonéticamente cercana a caduerno y que produce resultados toponí-micos de difícil diferenciación es el asturiano caborniu ‘tronco hueco y añejo del castaño’, donde la base estará en el lat. căvus305. Del mismo origen, en referencia a un árbol de tronco hueco (o a una cueva), serán topns. menores Cabuernia (San-tibáñez de Murias, Asturias), La Cabuernia (Valle Gordo LE)306, La Cabornia (Or-zonaga LE), la aldea Cabornera (La Pola de Gordón LE) y un topónimo medieval zamorano, Cauornias, que figura en la delimitación de Castrotorafe entre Bretó y Escober (1129 lpsj). Puede proponerse que Cauornias sea el antiguo nombre de la actual Sierra de las Cavernas, al norte de Tábara: se habrá producido una regulari-zación castellanizante, mediante cambio de sufijo307. Un ramal de la misma sierra recibe el nombre de Las Cuadernas y la Solana de Cuadernas (Faramontanos de Tábara ZA). Aquí parece verosímil pensar en que el primitivo Cavornias pasó a *Cahuernas (como en La Cagüerna, en San Martín del Rey Aurelio, Asturias), que evolucionaría seguidamente por atracción, primero, a caduerna ‘cepo de bre-zo’ y luego a cuaderna. Análogamente en Los Cuadernos (tesos en Abezames ZA) y Cuadernal (Quintanilla-Vivar BU); aunque especialmente en el caso del topn. zamorano, no puede descartarse un origen directo en caduerno.

Un tercer derivado de lo que parece una única raíz es cadotsu ‘tronco de un ár-bol’, voz de Laciana (LE)308. Esta forma y variantes se extiende a Asturias, donde consta en Somiedo cadotso ‘tronco de árbol viejo y podrido’, y en Pravia cadolla ‘id’; en Cuarto de los Valles, cadoyo. Asímismo, en Salas, cáduas ‘tallos quema-dos que quedan en el monte después de quemar, que se usan para leña’309 (dbabl s.v. cachopo).

Por añadidura, debió de existir una forma *caduerco. De ella no han quedado rastros, pero el calificativo caduerco ‘torpe’ recogido en la Cepeda (LE) (lla s.v. caduerco) reproduce el mismo giro semántico que se observa en voces de sentido similar, antes mencionadas: caduerno, torgueiro, ceporro, tarugo.

303 Guimarães (2002: 454).304 Ruiz de la Serna (2009: 257).305 García Arias (2000a: 212).306 Rubio Álvarez (1964: 84).307 Caverna es voz de registro culto; ya estaba lexicalizado el sufijo en latín.308 Álvarez (1985: 301).309 Fernández, Joseph A.: Aportación al estudio del Bable de Occidente: El habla de Villarín (Salas): II. Vocabulario y

toponimia menor, Revista de dialectologia y tradiciones populares, 39, 1984; p. 81.

Page 54: Testimonios toponímicos del léxico arcaico de las provincias leonesas, Anuario 2011, Instituto de Estudios Zamoranos Florián de Ocampo, pp. 135-216 (Pascual RIESCO CHUECA)

PASCUAL RIESCO CHUECA

© I.E.Z. FLORIÁN DE OCAMPO Anuario 2011, pp. 135-216

188

En el norte de Portugal consta una voz que podría en primera lectura estar rela-cionada, codorno ‘variedad de pera de invierno, redonda, dura y áspera’; la forma popular del fruto era cadorno310, si bien se registra codorno desde al menos el s. XVI. Tal vez proceda el nombre de una alusión a la dureza de tales peras, compa-radas con tarugos o tocones. Derivado de ellas, como nombre de árbol, es el topn. Codorneiro (Lamego PT), vulgarmente Coderneiro, que también consta como Cadorneiro (cmrp 61, 90; doe 307). Sin embargo, parece más probable separar el nombre de la pera, considerándola procedente del lat. cotoneum (cydonium) mālum. De hecho, tales peras tienen cierto aspecto de membrillo. La inserción de una líquida (*codonno > codorno) es fenómeno común de disimilación.

Trueco: Lamano registra trueco ‘pedazo seco de tronco, o de raigambre gruesa de árboles añosos’ en el p.j. de Vitigudino (SA)311; el alcl recoge trocón ‘tocón’ en Vilvestre (SA), aumentativo o resultado de un cruce. Del mismo origen será el topn. Puente la Trueca (Ahigal de Villarino SA), alusivo a un tronco grueso tendido horizontalmente para atajar un arroyo. En la provincia de Zamora, Trueca (Villar del Buey). Quizás comparten origen con éstos los topns. Las Torocas (con anaptixis, en El Cavaco SA), Los Truecos (Burujón TO), El Troco (Villamayor de Armuña SA312). En las sierras de Aracena y Aroche, trueca es ‘hueco grande en el tronco de una encina’313; la misma denominación se registra en la parte oc-cidental de la Sierra Morena de Badajoz; Santos Coco recogía en Badajoz trueco y su sinónimo tocorro ‘trozo grueso de leña. Puede ser de encina, cepa de vid o de otro árbol cualquiera’, así como trueca ‘oquedad que se forma en el tronco de los árboles viejos’314. Dado el parentesco etimológico de trueca ‘rama gruesa’ y torgo ‘cepa’, parece que estará relacionado con ambos la voz sayaguesa destorgar ‘romper o tronchar las ramas de las encinas, cuando se encaraman los rebajadores para recoger y sacudir las bellotas’315.

En cuanto a la etimología, Gª de Diego puso en relación el salm. trueco con lat. tŏrus ‘hinchazón en una planta; bulto o protuberancia en el terreno, en un madero, una cuerda, un músculo’, a partir de una forma sufijada *tŏrĭcus316. De la misma base trae, siguiendo a Leite de Vasconcelos317, el trasmontano y gallego

310 Ferreira, Pedro Augusto (1915) Tentativa etymologica-toponymica, ou investigação da etymologia ou proveniencia dos nomes das nossas povoações, Vol. II, Typographia Mendonça, Oporto; p. 229.

311 Lamano (1915: 651).312 Citado este último en Coca Tamame (1993).313 Franco Ruiz, Antonio: Parque natural Sierra de Aracena y Picos de Aroche. Naturaleza e historia, Diteg S.A., 1994.314 Viudas Camarasa (1988: 166, 170).315 Alejo (2005: 190).316 García de Diego, Vicente: Notas filológicas, Revista de filología española, 11, 1924; p. 346; deeh 1026.317 Leite de Vasconcelos (1890-1892: 120).

Page 55: Testimonios toponímicos del léxico arcaico de las provincias leonesas, Anuario 2011, Instituto de Estudios Zamoranos Florián de Ocampo, pp. 135-216 (Pascual RIESCO CHUECA)

© I.E.Z. FLORIÁN DE OCAMPO Anuario 2011, pp. 135-216

TESTIMONIOS TOPONÍMICOS DEL LÉXICO ARCAICO DE LAS PROVINCIAS LEONESAS 189

torgo ‘cepa, raíz gruesa’, en lo que ha sido secundado por Coromines (dcech s.v. tuero). En el caso de trueco, fonéticamente no parece fácil la evolución propuesta por Gª de Diego, *tŏrĭcus > *tuerco > trueco; parece más verosímil pensar en un sufijo antiguo -occu, *tŏroccu > troco > trueco. Tuero ‘tronco, tocón, palo’ es voz vigente en León y otras regiones, como lo es tôro, con acepciones similares, en portugués (dcech s.v. tuero); del mismo origen, con otra sufijación o por efecto de un cruce, el sanabrés truejo, truexu ‘tronco de la berza’318. El alcl recoge tuero ‘tocón’ en Berlanga del Bierzo, La Utrera, Lillo y Vozmediano (LE), así como en Sarracín de Aliste (ZA); tuero ‘tronco del árbol’ en San Emiliano y Palacios del Sil (LE); toro en Oencia (LE), torada en Porto (ZA). Su presencia toponímica es escasa en la región: Los Tueros (Navalperal de Tormes AV).

Tuérgano: apróximadamente sinónimo de caduerno y cádavo, se usa tuérgano en áreas leonesas (Maragatería, Omañas, Babia, Toreno en el Bierzo), ‘raíz de la urce o brezo, que se emplea para quemar’ (dleon 716), ‘ceporro de brezo que se arranca para la lumbre’319. Sarmiento anota la voz en Rabanal Viejo (LE) como sinónima del gall. torgo, indicando que se saca de la raíz del brezo, siendo usado para hacer carbón320. También Madoz (ca. 1845) menciona, al describir el pueblo de Brañuelas (LE), las «urces, de cuyas raíces llamadas en el país tuérganos, se hace el carbón para las fraguas, que es la industria de sus habitantes». Del mismo origen serán el berciano turuégano ‘urce’321 y huérgano ‘raíz de la urz’ en Las Omañas y Maragatería (lla s.v. huérgano); un sufijo átono igual consta en el sinónimo maragato tángano, recogido por Garrote. Tuérgano no consta en Aliste, a juzgar por todos los léxicos locales consultados, ni figura en su toponimia322. En Ancares torgo ‘tuero y tronco. Cepa de árbol cortado’ (dleon 696). También se oye igual según Krüger en puntos entre Sanabria y Galicia (Porto, Villavieja torgo; Hermisende, Aciberos, Pías torbo; en Lubián torgo323). En ambos casos, se trata de una manifestación local de las hablas gallegas periféricas. Localmente tiene el valor figurado ‘cabezota, testaruro’, a través de una semántica idéntica a la de ca-duerno, o la del castellano actual ceporro, tarugo. Navaza cita en Galicia un apodo similar: «María Petri dicta Torgana» (1268)324: parece que habrá de entenderse Tórgana.

318 Krüger y González Ferrero (2011: mapa 81e).319 García Rey (1934: 149).320 Sarmiento (1986: 94).321 García Rey (1934: 149).322 Tampoco arrojan ningún resultado detenidas encuestas sobre el terreno (GzTuriel).323 Cortés Vázquez (1954: 189). Krüger (1991: 96).324 Navaza (2006: 543).

Page 56: Testimonios toponímicos del léxico arcaico de las provincias leonesas, Anuario 2011, Instituto de Estudios Zamoranos Florián de Ocampo, pp. 135-216 (Pascual RIESCO CHUECA)

PASCUAL RIESCO CHUECA

© I.E.Z. FLORIÁN DE OCAMPO Anuario 2011, pp. 135-216

190

Tuérgano da lugar a una copiosa toponimia en la provincia de León, especial-mente en El Bierzo: Torganal (Fonfría; Albares de la Ribera; Ponjos; Campo y Santibáñez); Alto del Torganal (Manzanal del Puerto); El Torganillo (Lorenza-na); Los Torganales (Rodanillo; Celadilla del Páramo); El Turganal (Matavenero; La Riera); La Turganera (Riolago325). Esta serie se corresponde con el frecuente topn. gallego y portugués O Torgal, Torgueda, Torgosa, Torgais326. En el extre-mo occidental de León, ya cerca de Ancares, se registra un topn. Los Torgales (Pobladura de Somoza). También, en Lubián (ZA), O Torgal327. Es posible que en portg. antiguo haya existido una voz hermana del leonés tuérgano. En efecto, la documentación medieval muestra ejemplos como: Torgaaes (1169) > Torgais; Torgoosa (1220) > Torgosa; Torgaeda (1220) > Torgueda (doe 1419), que se podrían explicar como vestigio de una antigua /n/ intercalar (*torganales, *tor-ganosa, *torganeda). Machado se inclina por pensar en una doble sufijación del tipo Torgaleda, Torgalosa, lo cual también es verosímil. Sin embargo, en la docu-mentación antigua gallega y portuguesa parece insinuarse la forma *tórgano. Es el caso de O Torgoal (Rubiá OR) para el que Navaza propone un lat. torcūlare328, hipótesis menos verosímil que *torganal, especialmente si se tiene en cuenta la ubicación del paraje, en una áspera ladera sobre el Sil; no lejos de alli, en Vilar de Xeos, se encuentra un topn. Os Torgais. Un topn. Torganhais (Celorico do Basto) remite sin duda a una base *torganho. Por otra parte los topns. gallegos Torgueda se explican mejor desde *tórgano + -eda que desde un primitivo *torĭcēta del que cabría esperar el resultado (inexistente) *Torceda329.

Peamarro: Esta voz, escasamente difundida, arroja alguna huella toponímica, concentrada en Sayago. El Peamarro (deh. de Pelazas, Villar del Buey), El Pima-rral o Piemarral (Moral de Sayago), Fuente del Pimarral (Fadón), El Piemarral (Ganame, 1946 mtn). En tierra de Miranda do Douro, Los Padamarros (San Pedro de la Silba PT). Puede aducirse también algún topn. aislado, Pitamarral (Bena-vides de Órbigo LE) y Pies de Marro (Viñas ZA), junto a El Marreo. El nombre parece reservado a una especie arbórea, del género Quercus, probablemente Q. faginea Lam. ‘quejigo’. No parece haber sido una denominación estable y genera-lizada, sino que tiene carácter circunstancial, tal vez alusivo a una particularidad de ciertos árboles. Si se postula un origen en «pie de marro”, podría pensarse que la

325 Este topn. aparece citado en Álvarez (1985: 197). La toponimia de la Valduerna, mucho más al sur, también registra ejemplos: Los Tuérganos (Villamontán); La Borgada de los Tuérganos (Posada).

326 Navaza (2006: 541).327 Cortés Vázquez (1954: 48).328 Navaza (2006: 543).329 Navaza (2006: 543). Un topn. menor Torceda (Velilla del Río Carrión P) parece más bien derivado de torca ‘depresión

del terreno’.

Page 57: Testimonios toponímicos del léxico arcaico de las provincias leonesas, Anuario 2011, Instituto de Estudios Zamoranos Florián de Ocampo, pp. 135-216 (Pascual RIESCO CHUECA)

© I.E.Z. FLORIÁN DE OCAMPO Anuario 2011, pp. 135-216

TESTIMONIOS TOPONÍMICOS DEL LÉXICO ARCAICO DE LAS PROVINCIAS LEONESAS 191

corpulencia o la forma cilíndrica del tronco o la peana, es decir, su pie, recordase un marro. Cabe dudar qué acepción ha de darse a marro. Preferiblemente aludirá a la pieza usada para el juego, que se presta a comparaciones de tono festivo o pon-derativo. En Salamanca y Zamora, el marro era un cilindro metálico o de piedra pulida que se arrojaba desde lejos sobre otra pieza llamada calva en el juego así denominado. Por extensión, se ha llamado marro al martillo de grandes dimensio-nes; en portugués marrão ‘martelo’; en Galicia, marra ‘almadana, mazo de hierro para sacar piedra en las canteras’. Quizás del mismo origen fitonímico proceda Los Marros (S. Cebrián de Castro ZA)330. La voz pedamarro ‘bruto’ recogida en Sayago331 parece producto de una metáfora común a partir del nombre del árbol, como en el castellano alcornoque ‘torpe, tosco’.

Oria de Rueda atribuye, entre los nombres asignados a Q. faginea, una deno-minación reconstructa carbayu píamarru, que considera propia de las comarcas de Alba, Aliste y Arribes en Zamora. Recoge asimismo pía-marro en Alba y Aliste, y una forma castellanizada, roble pie de marro, que sitúa en el W de la provincia; por otra parte, en tierra de Miranda do Douro registra pedamarro para el mismo ár-bol332. Moisés Pires, en cambio, matiza el significado localmente atribuido a peda-marro en mirandés: (i) ‘pau de carvalho “del pie”, que brotou da raiz do carvalho ou da própria raiz’, (ii) ‘tipo de carvalho’; y remite a un topn. de Infainç (Ifanes), Pedamarro333. Figueiredo registra un término dialectal, que sitúa en Tras-os-Mon-tes, padamarro ‘espécie de carvalho rasteiro’, definición que parecería remitir a un arbusto estolonífero, Q. lusitanica Lam. = Q. fruticosa Brot. ‘carvalho-anão, carvalho velano, carvalhiça’, presente aunque escaso en la citada región por pene-tración desde el valle del Tajo y en algunas alineaciones montañosas de influencia oceánica (sierras al sur de Mogadouro, sierra da Nogueira). La fuente de la que pa-rece derivar su ficha el Figueiredo es un estudio realizado en 1895 padamarro (en Mogadouro y Lagoaça), donde se indica esta definición: ‘certa especie de carvalho alastrado, e que nunca chega a fazer-se arvore’; añadiendo que, en tierra de Miran-

330 Para Marral, un cerro en Moralina (1946 mtn), parece más probable marral ‘tierra de labor con muchas pizarras’ en Sayago (Molinero Lozano, 1961: 182).

331 Panero (2000: 187).332 Oria de Rueda (2008: 125). Gómez Turiel, que señala la escasez del árbol en Aliste y por lo tanto la cuasi-inexistencia

de denominaciones dialectales para él, recoge roble de pie de marro en Gallegos del Campo, y pie de amarro en Nuez (tal vez por influjo del portugués pedamarro, pues el pueblo es fronterizo) (GzTuriel). Esgueva y Llamas recogen roble pie de marro en Alba y Aliste, sin precisar, y creen que se refiere a Quercus robur, opción poco verosímil dada la rareza de la especie. Su informante les indica que tiene «hoja más estrecha [que el rebollo], como la encina»: ello apunta más bien al quejigo (lfsz 261).

333 Pires (2004: 387).

Page 58: Testimonios toponímicos del léxico arcaico de las provincias leonesas, Anuario 2011, Instituto de Estudios Zamoranos Florián de Ocampo, pp. 135-216 (Pascual RIESCO CHUECA)

PASCUAL RIESCO CHUECA

© I.E.Z. FLORIÁN DE OCAMPO Anuario 2011, pp. 135-216

192

da, tiene el sentido traslaticio de ‘dormilón, de sueño pesado’334. Fue constatado el término también en el área de Braganza por el Abade de Baçal335.

El nombre generalmente atribuido a Q. faginea ha sido quejigo, voz presente en la toponimia regional336. En Salamanca es frecuente: La Quejigosa (Cipérez; Pedrosillo de los Aires), El Quejigal (Peñalbo; Olmedo de Camaces; Boada; Villa-rino), así como el nombre del pueblo homónimo. En Zamora: Nava del Quejigal (Almeida y Villamor de Cadozos), Cerro del Quejigal (Almeida; independiente del anterior), El Quejigal (Tamame), Nava Quejigal (Fresno de Sayago). Se re-gistran deturpaciones atribuibles a un progresivo olvido de la voz: Los Quejidos (Ganame ZA; entre El Guijar y Valdevacas SG); Quebrada del Quejido (Peralejos de Arriba SA), Cerro Tijigal (Bermillo de Sayago ZA); Tejigos (Piérnigas BU); El Tejigal (Fuenterrebollo SG); el alcl registra quejío (Fermoselle y Torrefrades SA) y roble tejío (Villardiegua de la Ribera ZA)337; tegigos en un informe sobre Acehuche (CC) de 1793338, y crejigos en Benquerencia y Torre de Santa María (CC) en 1791339.

Bullaqueiro: En otros casos, los quejigos han recibido denominaciones expre-sivas, asociadas a su rica producción de agallas, bogallas o bobajas (cf. denomi-naciones leonesas de la agalla del roble en lla s.v. abuyaca; y en alcl s.v. agalla de roble). Baz Argüello registra la voz bullaqueiro, de uso general en Aliste, y le atribuye el significado ‘encina’340. Dado que el árbol productor de agallas por excelencia es el quejigo, y que es frecuente la confusión entre éste y la encina, puede albergarse alguna duda sobre esta identificación. La interpretación ines-pecífica ‘lugar donde abundan las agallas de roble’ propuesta por Cabeza Quiles para los topns. gallegos Bugallal, Bugalleira341 parece menos satisfactoria en lo semántico que la presente propuesta, concentrada en Q. faginea342. Navaza registra la abundante presencia toponímica del tema en Galicia, a la vez que señala otras

334 La metáfora es ‘arbusto rastrero’ > ‘dormilón’. Moreno (1897: 99).335 Alves, Francisco Manuel: Memórias arqueológico-históricas do distrito de Bragança, vol. 9, Typ. da Empreza Guedes,

Oporto, 1934; p. 369.336 Se recoge en Sayago quejigo, roble quejido y barda (lfsz 251); en La Ribera salmantina, quejigo (fsalm 345).337 Lamano (1915: 592) registra la forma quejío. 338 López (1991: 36).339 Rodríguez Cancho; Barrientos Alfageme (1994: 193, 294, 305).340 Baz Argüello (1967: 118). No recogido en encuestas posteriores. Buyaqueiros es uno de los apodos de los de Mahíde

(GzTuriel). Quizás el apodo deriva de usar buyacas o buyacos para disfraces y collares en las fiestas del ciclo de solsticio inver-nal, como consta actualmente en numerosos rituales en la comarca de Miranda do Douro.

341 Cabeza Quiles (1999: 26). Puede consultarse una larga lista de topns. de esta familia en Piel, Joseph Maria: Os nomes das ‘quercus’ na toponimia peninsular, Revista de Filología Portuguesa, IV, 1951; p. 346.

342 Localmente algunos rodales de robles (Q. pyrenaica, Q. robur) pueden presentar una excepcional carga de agallas, lo cual justificaría tales denominaciones en ciertos casos.

Page 59: Testimonios toponímicos del léxico arcaico de las provincias leonesas, Anuario 2011, Instituto de Estudios Zamoranos Florián de Ocampo, pp. 135-216 (Pascual RIESCO CHUECA)

© I.E.Z. FLORIÁN DE OCAMPO Anuario 2011, pp. 135-216

TESTIMONIOS TOPONÍMICOS DEL LÉXICO ARCAICO DE LAS PROVINCIAS LEONESAS 193

posibilidades fitonímicas para esta base343. En el Bierzo se cita una heredad de Bugalleros (1480 carr). Numerosos topns. Bugalhal, Bugalheiro, -a en Portugal (doe 292), documentados en el Medioevo Bugalal (1258), Bugaleiro (1220) (omc 60). En las provincias leonesas parece generalemente indisociable la toponimia de bogaya y voces afines de la referencia al quejigo. El hecho de que a menudo se usara para designar Q. faginea este rasgo característico, la abundante producción de aga-llas, ha podido contribuir al debilitamiento de la vigencia de la voz quejigo344. Cº del Bogayal o Bobayal (Monumenta), El Bogayo (Muga de Sayago), Bogaína (Piñuel) o El Bobajero (Almeida de Sayago), Bogalhal (Escalhão PT); La Gallera (Martín de Yeltes SA), La Gallosa (Roales ZA)345, Valdeagáyaras (Los Santos SA), Valdeagá-llaras (Quintanilla de Arriba VA). Oria de Rueda recoge por otra parte carbayu para Q. faginea en el W de Zamora, siendo carba el bosquete o mancha de quejigos346. En Freixenosa (Miranda do Douro PT) registra carbalho femia ‘roble hembra’.

Arcina: una forma patrimonial, desplazada luego por el castellanismo encina, pervive en la toponimia menor (además del nombre del pueblo de La Ercina en el p.j. de La Vecilla LE). Arcina (Pozuelo de Tábara ZA), El Arcinal (Bóveda de Toro ZA), La Arcinosa (Rabanal de Fenar LE), La Arcenilla (Miñambres de la Valduerna LE), Arcenillas (Matallana de Valmadrigal LE); con doble sufijo, El Arcinaloso (Casares de Arbás LE). El topn. mayor Arcenillas (ZA) consta como Arcinielas en el Fuero de Zamora, del s. XIII. La forma medieval, reiteradamente registrada en la documentación, es erzina < lat. īlĭcīna. Ya consta en el Fuero de Salamanca arçina (manuscrito C), en otra versión (A) enzina347; se alude a parajes de «la erzina» en Montemolín (BA) (1279 ssp 54), o en S. Pedro de Montes (LE) (ca. 1290 spm 585); en Villagallegos (LE) se menciona una tierra «a las arzina[s]» (1244 acl); en la provincia de Salamanca, Encinas de Abajo figura en dcs como Herzinas (1244) y Encina de S. Silvestre es Ercina (1259), posteriormente Erçina de Sanct Silvestre (1265). En Zamora, diversos parajes Erzina (1240-1242 valp 63), carrera della Erzinna, viña en Morales de Toro (1220 tbz), El Arçinal, junto a Zamora en Tejares (1266 more). En el mirandés actual, es la forma que pervive, al menos en la toponimia: Ls Arzinales (Sendin); también en comarcas adyacen-tes: Arzinas (Grijó de Parada en Bragança). Un topn. Lancinal (Navianos de Alba

343 Navaza (2006: 112-115).344 A finales del s. XVIII se registra en Salvaleón (BA) la presencia de árboles denominados agalleros, sin duda quejigos

(López, 1991).345 Compárese Galhosa (Tarouca PT), interpretada análogamente por Almeida Fernandes, A. de: As dez freguesias do

concelho de Tarouca (história e toponímia), Câmara Municipal, Braga, 1995, p. 475.346 Oria de Rueda (2008: 125).347 Castro, Américo; Onís, Federico de (eds.): Fueros leoneses de Zamora, Salamanca, Ledesma y Alba de Tormes, Madrid,

1916; p. 109.

Page 60: Testimonios toponímicos del léxico arcaico de las provincias leonesas, Anuario 2011, Instituto de Estudios Zamoranos Florián de Ocampo, pp. 135-216 (Pascual RIESCO CHUECA)

PASCUAL RIESCO CHUECA

© I.E.Z. FLORIÁN DE OCAMPO Anuario 2011, pp. 135-216

194

ZA) parece aglutinar el artículo348. La evolución discordante que conduce al actual castellano encina se habrá producido, según Coromines, por propagación de la nasal seguida de deglutinación īlĭcīna > *elenzina > el enzina. Si, por el contrario, la evolución en castellano hubiera transitado, como en los ejemplos leoneses que aquí se acopian, por una forma con síncopa de la vocal pretónica, *elzina, ésta se habría convertido rápidamente, como en catalán, en alzina, dada la frecuencia de la inicial al- (dcech s.v. encina; decat s.v. alzina). No habrá ocurrido lo mismo con estos residuos toponímicos de arzina y erzina, al no presentar tal sílaba inicial.

Ázare: el género Acer está representado en las provincias leonesas por varias especies, siendo la más común en Zamora y Salamanca Acer monspessulanum. Este árbol recibe en la Sierra de Francia salmantina los nombres de ácere, ázare y azar349; ázare, en dicha sierra, según Lamano350 y Unamuno, quien recoge el nom-bre cerca de Tamames351, formas todas ellas procedentes de lat. acer, -ĕris (deeh 436)352. Voces similares se extienden hacia el sur: en la Vera, comarca al sur de la sierra de Gredos, ázare ‘Acer monspessulanum’353. En Andalucía consta como nombre ázar y ásar; ácer en Granada. Tal tipo léxico se extiende por ambas Cas-tillas, con abundante expresión toponímica. El Azare (Piedralaves AV), Fuente de los Azares (El Tiemblo AV), Campo de Azares (Regueras de Arriba LE), El Aceral (Villarrabé P), Villanueva del Aceral (pueblo en Ávila), Acereda (aldea en Can-tabria), quizás El Ceredo (Villanueva de Ávila AV). En Portugal constan diversos topns. Ázere y Azereiro; en Galicia, Aceredo, aunque el hecho de que el apelativo azereiro se haya aplicado en el país vecino a dos especies arbóreas no relaciona-das, Prunus lusitanica y P. padus, impone cautela354. En otro lugar, hemos pro-puesto derivar el topn. Cerdillo (Sanabria ZA) de un antiguo *[a]cerediello. Sería

348 Parte de estos topns. se habrán regularizado en fecha reciente. Ancina es una forma que se oye bastante en el oeste de Zamora (GzTuriel) y en la Ribera salmantina (Lamano, 1915: 221; fsalm 339). Gómez Turiel escuchó Lancinal (o l’Ancinal) en referencia a un paraje (merendero) rotulado como «El Encinar» (Figueruela de Arriba ZA).

349 Velasco, Criado y Blanco (2010: 249).350 Lamano (1915: 268).351 Llorente Maldonado (1998: 277).352 Localmente puede haberse dado la transferencia del nombre a otras especies, fenómeno no infrecuente cuando dos espe-

cies botánicamente separadas ofrecen un uso similar (en este caso, tanto Acer monspessulanum como Prunus lusitanica presentan una madera excelente, apta para hacer instrumentos musicales y cucharas). Granzow de la Cerda et al. (1993: 60) documentan en Valdelageve (SA) azar ‘Prunus lusitanica’, con alguna duda en cuanto a la identificación. Oria de Rueda (2008: 213) confir-ma la denominación azar, azarero para esta especie en Salamanca. Navaza (2006: 33-35) señala algunos vestigios de esta acep-ción: un antiguo azoreyro, recogido por el Padre Sobreira en la Limia, identificable como Prunus lusitanica ‘laurel de Portugal’. De hecho, en Portugal vive azereiro con este mismo valor, con algún registro idéntico ya en época medieval: azereyro.

353 Timón (1996: 30).354 Navaza (2006: 34-35).

Page 61: Testimonios toponímicos del léxico arcaico de las provincias leonesas, Anuario 2011, Instituto de Estudios Zamoranos Florián de Ocampo, pp. 135-216 (Pascual RIESCO CHUECA)

© I.E.Z. FLORIÁN DE OCAMPO Anuario 2011, pp. 135-216

TESTIMONIOS TOPONÍMICOS DEL LÉXICO ARCAICO DE LAS PROVINCIAS LEONESAS 195

por lo tanto comparable a un topn. que Krüger recoge en S. Ciprián de Sanabria, Us Azerdiellus355. Quizás del mismo origen es Pico Cerdero (Ribadelago ZA).

Sin especificación de lugar, Velasco, Criado y Blanco recogen en La Ribera y el Abadengo, comarcas fronterizas con Portugal en Salamanca, los nombres de al-guergue (en Puerto Seguro y seis pueblos sin identificar) y enguelgue (en Villarino de los Aires y otros lugares) atribuidos a Acer monspessulanum356. Es importante, sin embargo, señalar que la misma denominación parece haberse aplicado en esta área a una especie diferente, aunque caracterizada por una hoja palmeada que pue-de llevar a confusión. Se trata de Sorbus torminalis, como indica a finales del XIX Maceira durante un recorrido por las Arribes de Salamanca357. De hecho, Hernán-dez Estévez describe en la vecina cuenca del río Uces el alguergue ‘arbusto con hojas pequeñas parecidas a la vid; se usaba su madera para hacer castañuelas’358, lo que indudablemente remite al mostajo Sorbus torminalis. Para completar la impre-cisión botánica, Lamano registra enguelgue ‘hojaranzo’359 y alguergue ‘mostajo’ en la Ribera del Duero salmantina, poniendo al segundo en relación con lat. quer-cus. También consta en Sayago: enguelgue ‘Acer monspessulanum’360. Añádase la referencia en 1770 a aljerjes, posiblemente con defecto en la transmisión grá-fica, ‘árboles de la la ladera de Hinojosa de Duero; se usan para quemar’361. Del otro lado del Duero, se recoge a final de siglo una voz local (área de Mogadouro y Lagoaça), que podría ser errata, alprégue ‘planta espinhosa das arribas, e typo de pau quebradiço’; en otro punto consta una grafía más próxima, probablemente la correcta: algregue362. La voz parece haber tenido un área de distribución más extensa, pues Sarmiento recoge en Tribis (Trives LU), alguergue ‘el erable o ver-dadero acer minor’363. A partir del fitónimo alguergue podría explicarse el topn. El Querque (Luelmo ZA, 1946 mtn).364 Evidente abundancial de enguelgue parece el

355 Krüger (2001: 119). Actualmente se oye Us Acediellos (García López, David; Boyano Andrés, Ricardo: Toponimia menor del noroeste de la provincia de Zamora: 2. San Ciprián de Senabria (con notas del habla charra), Lletres Asturianes, 73, 2000; pp. 23-39).

356 Velasco, Criado y Blanco (2010: 249, 331). 357 García Maceira, Antonio: La zona subtropical de los Arribes del Duero, Revista de Montes, 314, 316, 318, 324 (Vol.

XIV), 1890; p. 170.358 Hernández Estévez (2000: 106).359 Lamano (1915: 211, 421). Confirmado por Esgueva: enguelgue en Villarino, Masueco y Pereña parece aplicarse también

al almez (fsalm 335).360 Panero (2000: 182).361 Anónimo: Departamento de El Bastón de la muy noble y muy leal Ciudad de Ciudad Rodrigo. Año de 1770, Reed. Pro-

vincia de Salamanca, revista de estudios (1982 y ss.).362 Moreno (1897-1899: 25, 105). Sin relación con el arabismo portg. alguergue ‘juego de tres en raya’, español alquerque,

dcech s.v. alquerque.363 Sarmiento (1986: 388).364 Quizás de la misma base el topn. en Tarouca (PT) Alguerques: cf. Almeida Fernandes (1995: 58), donde se ofrece

otra teoría.

Page 62: Testimonios toponímicos del léxico arcaico de las provincias leonesas, Anuario 2011, Instituto de Estudios Zamoranos Florián de Ocampo, pp. 135-216 (Pascual RIESCO CHUECA)

PASCUAL RIESCO CHUECA

© I.E.Z. FLORIÁN DE OCAMPO Anuario 2011, pp. 135-216

196

topn. Engalgueras (Cerezal de Aliste ZA)365, y quizás Galgosa (Cérceno, en tierra de Miranda do Douro PT) y La Galgal (Cozcurrita de Sayago ZA).366

Arbedo: Se trata de huellas aisladas de una voz que tiene correspondencias en el área gallego-portuguesa, dando nombre al madroño (Arbutus unedo), que en Zamora está presente sobre todo en las Arribes de Tormes y Duero, en el Aliste oc-cidental y en la ladera meridional de la Sierra de la Culebra. Arbedosa (Carbellino ZA), en una ladera orientada al sur, junto al río Tormes; Arbedal (Pereña de la Ri-bera SA), en una vaguada encajada que desciende desde el pueblo hacia el Duero; Esbedal (Villarino de los Aires SA, pegado al Tormes). Al norte del Duero, en la franja occidental, es más común: Arbedera (San Blas)367, río Arbedal en Aliste; El Erbedal, junto al Esla (Villalcampo), El Arbedero (Villarino de Manzanas).

Se trata sin duda de un colectivo a partir de variantes vulgares de la base latina arbŭtum, arbĭtum, en S. Isidoro erbitum ‘madroño’ (deeh 474 y dcech s.v. albedro: derivados gallegos numerosos), de la cual constan topns. abundanciales en el país vecino, a través de apelativos êrvado, érvedo: Ervedosa, Ervedeira y Ervedal (doe 576); en tierra de Miranda, se cita una Peinha Erbedeira (rupem Ervedera) (1172 more). En el Bierzo constan testimonios antiguos de la misma raíz: El Ervedal en Ponferrada y Orellán (LE) (1187, 1230 spm); contemporánea-mente Arbedal (Sancedo LE); Arbedal del Sofradal (Berlanga del Bierzo LE); los topns. Arbedal y Arbedosa son frecuentes en Asturias. En Galicia, Navaza recoge abundantes derivados de voces aún vigentes como érbedo, érbado, érbedro y al-bedro; la toponimia gallega registra abundanciales Erbedal, Erbedeiro, Erbededo; en cambio es infrecuente el tipo Erbedosa (río Albedosa en Redondela)368. Las formas con repercusión de /r/ (Gª de Diego propone derivarlas de un diminutivo *arbutŭlus en deeh 474, opción que descarta el dcech s.v. albedro), se regis-tran ya de antiguo: un topn. Couas eruedrosas (1139 dmrg). En el entorno de Las Médulas (LE), área gallego-parlante en la provincia de León, Bello Garnelo comprueba el uso de érbedo, erbedo, erbideira, erbedeira con el mismo valor369. Un topn. Alboredosa (Quintanilha PT) procederá de una forma con metátesis *al-bredo, sometida luego a anaptixis. En tierra de Miranda do Douro, la Ourbedosa / Orbedosa (S. Pedro de la Silba) es reflejo de la tendencia al cierre vocálico en el mirandés y otras hablas portuguesas del norte.

365 Añádanse Las Enguelgas (San Blas ZA), localidad vecina a Vega de Nuez, donde pervive actualmente este árbol (GzTuriel).

366 En Aliste, donde la especie subsiste localmente, nadie parece recordar el nombre vernáculo (GzTuriel). Esgueva y Llamas recogen en Sayago enguelgue, alguergue y lodao bastardo (lfsz 51).

367 Localmente se oye La Ervedera (GzTuriel).368 Navaza (2006: 234-237).369 Bello Garnelo (2010: 100).

Page 63: Testimonios toponímicos del léxico arcaico de las provincias leonesas, Anuario 2011, Instituto de Estudios Zamoranos Florián de Ocampo, pp. 135-216 (Pascual RIESCO CHUECA)

© I.E.Z. FLORIÁN DE OCAMPO Anuario 2011, pp. 135-216

TESTIMONIOS TOPONÍMICOS DEL LÉXICO ARCAICO DE LAS PROVINCIAS LEONESAS 197

Al no constar en el área zamorana o salmantina ningún testimonio de la for-ma simple, no sufijada370, es difícil saber si se perpetuaba localmente el acento proparoxítono etimológico árbedo. Puede dificultar la interpretación la confusión con descendientes de hervir, habitual en tramos impetuosos de corrientes fluviales (e.g. Molino de Jerveduero, Villar de la Yegua SA) o en manantiales termales (El Hervedero en Carbellino ZA indudablemente alude a una fuente medicinal). Es el caso de Arbedero, arroyo afluente del Cabrón (actual), cuya desembocadura está documentada desde el s. XII, Bucam de Ervedero (1135 more), en la linde de Fi-gueruela en Aliste (ZA); sin embargo, la mayor parte de los Ervedeiro, -a portgs. parecen tener origen fitonímico. La presencia local del madroño en los Arribes del Tormes y Duero (también en la sierra salmantina) es un hecho reflejado por la toponimia: Picón de la Madroñera (Almendra SA), La Madroñera (Villarino; So-bradillo; San Felices de los Gallegos; Puerto Seguro SA), El Madroñal (Aldeadá-vila; Trabanca; La Peña; La Alberguería de Argañán SA). Más al norte, reaparece un topn. Las Madroñeras en Cabañas de Aliste (ZA).

Chibarbo: nombre aplicado en la parte occidental y la sierra de Salamanca a Ruscus aculeatus ‘rusco’: chibarbo (Saucelle), chibarba (Garcibuey, Santibáñez de la Sierra), archibarba (Garcibuey), chusbarba (Valero)371. Gallego y Gallego recogen en Sayago diversos nombres para la misma especie, entre ellos chivirrue-la y barbas de chivo372; un topn. Barbas de Chivo en Mancera de Arriba (AV) no parece atribuible a la misma especie, dado el ecotipo local desfavorable. Madoz apunta chibrabo ‘planta de hoja dura y picoteada, como la del carrasco, y fruta menuda y redonda, de color rojizo. Llámanlo así en la Ribera del Duero’. En San-tibáñez de la Sierra (SA), Herrero Ingelmo consigna chibarba y chobarba ‘planta con picos que se utiliza para limpiar las chimeneas’373, indudablemente sinónima. Formas similares se extienden a Extremadura. Gª de Diego y Coromines (deeh 757, dcech s.v. jueves) proponen derivar de lat. jŏvis barba ‘barba de Júpiter’ (como fr. joubarbe, prov. barbajou, ital. barba di Giove: rew 4593) el castellano jusbarba y sus correspondencias en castellano, gallego y portugués, entre las que figura chibarbo.

370 Gómez Turiel no lo recoge en ninguna encuesta en Zamora.371 Velasco, Criado y Blanco (2010: 283, 390).372 Gallego Carricajo, Elisa; Gallego Carricajo, Álvaro: Usos, tradiciones y conocimiento de las plantas por las gen-

tes de Sayago, Aderisa, Bermillo de Sayago, 2008; p. 108. Esgueva y Llamas registran para la misma comarca carrasco bravío, rusco, taponera y cornicabra (lfsz 263); puede haber habido error de identificación en el último caso. En la Ribera salmantina, verdenace (Lamano, 1915: 662).

373 Herrero Ingelmo, José Luis: El habla de Santibáñez de la Sierra (Salamanca): Notas léxicas, Anuario de Estudios Filológicos, 1996; p. 296.

Page 64: Testimonios toponímicos del léxico arcaico de las provincias leonesas, Anuario 2011, Instituto de Estudios Zamoranos Florián de Ocampo, pp. 135-216 (Pascual RIESCO CHUECA)

PASCUAL RIESCO CHUECA

© I.E.Z. FLORIÁN DE OCAMPO Anuario 2011, pp. 135-216

198

Como topónimo, tiene una modesta representación: Los Chibarbos (Peñalbo, en Tremedal de Tormes SA). Del mismo origen parece ser el infrecuente apellido portugués Chibarbosa. Es sin duda una extensión de la voz portuguesa que Figuei-redo define como dialectal del Minho gilbarbeira ‘planta áspera, de fôlhas pican-tes, que nasce nos vallados e nas silveiras’. Voz afin, pero adaptada por etimología popular a la familia de barda, bardeira, es gilbardeira ‘espécie de murta brava, de pequenos frutos redondos como a cereja e de fôlhas com sabor picante (Ruscus aculeatus, Lin.)’. En tierra de Miranda do Douro, gibardeira o pica-folha374. Se documenta gizbarbeiro en Alentejo375. Sarmiento recoge en Galicia denominacio-nes emparentadas: xilbarda, xilbardeira, xilbarbeira, xenxibarbeira, que no pare-cen haber dejado descendencia toponímica376. Gilbarbedo (cmrp 241), topn. portg. en Terras de Bouro (Braga), puede ser un abundancial de la misma planta, aunque Machado (doe 715) sostiene que es nombre de propietario, dado que Barbedo consta como apellido.

Garrancho: voz con cierta presencia en las hablas leonesas, resultante de cruce entre garra (en la acepción ‘rama’) y gancho (dcech s.v. garra). Le Men Loyer (rll 1057; lla s.v. garrancho) recoge varias acepciones dentro de la provincia de León: ‘parte saliente de una rama o tronco’, ‘rama seca y desgajada’, ‘espina de las zarzas’, ‘cualquier cosa puntiaguda que pincha o clava en la piel’, ‘raíz del brezo’. Consta garrancha ‘parte saliente de un tronco. Rama seca y desgajada’ (Ancares y Toreno), garrancho ‘cualquier cosa puntiaguda que pincha o se clava en la piel; espina de las zarzas; rama retorcida y puntiaguda de cepos’ (Ancares). Garrancho se oye en las Hurdes cacereñas con el mismo valor. La extensión toponímica es amplia: Los Garranchos (S. Lorenzo de Calatrava CR), El Garrancho (Almarza SO), Garranchosa (El Real de la Jara SE), La Garranchosa (Cortes de Arenoso CS). La interpretación de tales topns. depende del contexto local. En Salamanca, Lamano constata acepciones derivadas: garrancho ‘espina; rasguño; roto, desga-rro’; en Miranda del Castañar llaman garrancho al espino albar por sus púas377. La voz tiene vitalidad en Portugal, donde Figueiredo recoge en la comarca de A Bairrada garrancha ‘pernada de árvore. Cajado com uma volta na parte superior, á maneira de báculo. Vara, com gancho ou podôa numa extremidade, para cortar ramos dos pinheiros’. Asimismo, consta garrancho ‘Garaveto. Arbusto tortuoso’.

374 Pires (2004: 288).375 Pombinho Júnior, J.A.: Vocabulário Alentejano (Subsídios para o léxico português), Revista Lusitana, vol. XXXVI,

1938; p. 205.376 Navaza (2006: 569).377 Velasco, Criado y Blanco (2010: 340).

Page 65: Testimonios toponímicos del léxico arcaico de las provincias leonesas, Anuario 2011, Instituto de Estudios Zamoranos Florián de Ocampo, pp. 135-216 (Pascual RIESCO CHUECA)

© I.E.Z. FLORIÁN DE OCAMPO Anuario 2011, pp. 135-216

TESTIMONIOS TOPONÍMICOS DEL LÉXICO ARCAICO DE LAS PROVINCIAS LEONESAS 199

La idea de base es ‘elemento anguloso, en forma de arpón, que engancha’, aplica-do fundamentalmente al mundo vegetal.

La toponimia parece poner de manifiesto que en Salamanca vivió esta voz con el valor que ahora se constata sólo en León. La Encina Garranchona (La Rad, en Galindo y Perahuy SA) recibirá su nombre por tratarse de un árbol con ramas esquinadas o tortuosas. Es muy copiosa la toponimia menor que se deriva del nom-bre de un árbol destacado: así Guindal Corcobada (viña en Villalpando ZA, ca. 1480 vllp), Carballo Forquetudo (Val de San Román LE), Encino Carcovado (El Arco SA), Cogolluda (Ganame ZA), Fresnos Gordos (Pelilla SA), Encinamo-cha (Villarmuerto SA), Roble Temprano (La Vídola SA; Rabanera del Pinar BU), Encina de la Miel (Monleras SA), Encina Corva (Puebla de Pedraza SG), Encina Sola (Sando SA), Haya Hueca (Relloso BU), Peral Tuerto (‘torcido’, Villavelayo LO), Olmo Tuerto (Villorejo BU)…

Sabrosa: La Sabrosa, junto a Los Alcornocales (Alfaraz ZA, en la raya de la provincia de Salamanca); La Sabrosa, junto a El Alcornocal (Viñuela de Sayago ZA); Sabrosa (Villalcampo ZA). El frecuente topn. portg. Sobroso, -a (formas medievales Soveroso, 1220 omc 325) es un abundancial *sūberōsu- ‘corchero, alcornocal’ (se comprueba también en un Alcornocal de la Sobrosa, Valverde del Fresno CC)378. La Sobrosa era una heredad en Villalcampo (ZA) (ca. 1250 tbz). De hecho, consta en portugués sobro ‘alcornoque’, derivado regresivo de sobreiro (delp s.v. sobro). En Galicia se registra sólo un Vilasobroso (Mondariz) y son absolutamente mayoritarias otras sufijaciones abundanciales (sobreda, sobral, sobreiral)379 como en el pueblo berciano Sobredo380. Era inevitable que parte de los topns. Sobroso sufrieran la atracción del parónimo sabroso381. En efecto, alguno de los actuales topns. Sabroso en Portugal es Soveroso en 1220 y 1258382. No escasean los topns. más cercanos a la vocal etimológica, con diversa sufijación: La Sobre-ra (Mieza)383; Arroyo de las Obreras (Campillo de Azaba SA); Rodillo Sobradal (Mayalde ZA, junto a El Alcornocal); quizás Los Sobrales (Peñarandilla SA).

378 Cf. Cabeza Quiles (1992: 440). Coca Tamame (1993: 218) cita el topn. de Alfaraz dando una etimología que parece infundada.

379 Navaza (2006: 512).380 Navaza advierte que alguno de los Sobroso portgs. puede provenir de derivados del lat. sabŭlu- como el gallego xabre

‘arena gruesa y compacta’. Ello no se plantea como posibilidad en el caso de los topns. Sabrosa del área zamorana, que por otra parte se sitúan en parajes inequívocamente corcheros.

381 Una atracción similar habrá llevado al portg. sobreiro, alterado por influjo de sobra desde una forma originaria subreiro; así lo conjetura Coromines (dcech s.v. sobrero) habida cuenta de un testimonio de 1296, suverario (omc).

382 Piel (1951: 335). doe (1359). Piel postula para sobro, sobreiro, sobrosa > sabrosa un lat. *sōber en vez del clásico sūber.

383 Velasco, Criado y Blanco (2010: 301).

Page 66: Testimonios toponímicos del léxico arcaico de las provincias leonesas, Anuario 2011, Instituto de Estudios Zamoranos Florián de Ocampo, pp. 135-216 (Pascual RIESCO CHUECA)

PASCUAL RIESCO CHUECA

© I.E.Z. FLORIÁN DE OCAMPO Anuario 2011, pp. 135-216

200

Es bien conocida, por otra parte, la toponimia del alcornoque en el occidente de Zamora, que tiene su origen en denominaciones como zufrero, sofrero: zufrial ‘alcornocal’ y sufrero ‘alcornoque’ en Sarracín de Aliste (ZA), sofrera en Pozuelo de Tábara, sobrero (< sūberariu-) en Fermoselle según el alcl; sofrero en Villa-flor384; zufrero en Sesnández385; la denominación sobrero se extiende a la Ribera salmantina, siendo común en Pereña, Mieza, Villarino, Bermellar, Corporario y otros pueblos386. Estas formas son coincidentes con las registradas en el Bierzo (su-frero, zufrero, sufreiro)387 y en el asturiano de Cuarto de los Valles sufreira (dbabl s.v. alcornoque). Zofrero (Moreruela de Tábara), El Sofrero (Manzanal del Barco; Castillo de Alba; Melgar de Tera), El Zofrero y Peña Zufrero (Olmillos de Cas-tro), Portilla de Zofreral (Escober de Tábara), Zofreros y El Zofreral (Ferreras de Abajo), El Sofreral (Campillo; Cerezal de Aliste; Sarracín), El Zofrerón (Puercas), Zufriral (Vega de Nuez)388. En el Bierzo se repite el topn. Zofreral. Las formas con /f/ (sufrero, sufreiro) hacen pensar a Coromines (dcech s.v. sobrero) en un origen que no estaría en el lat. sūber, sino en alguna voz de sustrato de significado afín389; consta un testimonio antiguo en la toponimia de Vega de Espinareda (LE): el Sofredal (1336)390.

Un problema etimológico que se añade al anterior estaría en una forma varian-te, que pervive en la raya de Portugal, jebrero ‘alcornoque’391: Gibrero (Pino de Oro), La Jebrera (Fornillos de Fermoselle). Localmente pueden haber subsistido otras denominaciones para el alcornoque392, alusivas a su producción corchera393: da lugar a topns. unas veces alusivos a los propios árboles, y otras a puntos donde se deposita el corcho; también se aplica a colmenas, a manantiales (las paredes de cuyo vaso, excavado en tierra, se reforzaban con un corcho cilíndrico) y otros elementos del paisaje rural en los que se usaba el corcho. Es el caso de topns., en Salamanca, Prado de la Corcha (Peralejos de Abajo), Valdecorcho (Canillas de Abajo) Bravío de los Corchos (El Gróo), El Corcho (Martín de Yeltes; Tardágui-

384 furm 2008, recopilador Bienvenido Lorenzo Piorno.385 furm 2007, recopilador Ángel Ferrero. En la parte occidental de Aliste aún es común zufreiro (GzTuriel).386 Lamano (1915: 632). Esgueva y Llamas registran en Sayago sobrero, gebrera y gebrero; en Alba y Aliste, zufrero,

sofrero, corchero y zafrero; en Sanabria y Carballeda, sufreiro (lfsz 40). En la provincia de Salamanca, sobrero en Villarino, Bermellar y Corporario (fsalm 335).

387 García Rey (1934: 143, 158).388 Consta en MTN25 Dufreiral en Gallegos del Campo, que será errata o reinterpretación castellanizante de una sonora

arcaica. El topn. se extiende principalmente hacia El Zufriral (en el colindante tº de San Cristóbal: GzTuriel).389 Tal vez se trata de una mera contaminación por causa de la voz parónima zufre, azufre, sustancia bien conocida y usada

en áreas vinateras (Bierzo y Arribes del Duero) que habrían sido el foco de tal atracción.390 Rodríguez Fernández, Justiniano: Los fueros del Reino de León, 2 vols., Ediciones Leonesas, León, 1981; p. 319.391 Por ejemplo en Cozcurrita de Sayago: furm 2008, recopilador Bernardo Silvo Santos; cf. lfsz 143.392 En San Blas le llaman carrasca. Encina de corcho se oye esporádicamente en Aliste, en pueblos donde la forma tradi-

cional aún vigente es zufreiro (GzTuriel).393 Corchero ‘alcornoque’ en Masueco e Hinojosa (fsalm 335).

Page 67: Testimonios toponímicos del léxico arcaico de las provincias leonesas, Anuario 2011, Instituto de Estudios Zamoranos Florián de Ocampo, pp. 135-216 (Pascual RIESCO CHUECA)

© I.E.Z. FLORIÁN DE OCAMPO Anuario 2011, pp. 135-216

TESTIMONIOS TOPONÍMICOS DEL LÉXICO ARCAICO DE LAS PROVINCIAS LEONESAS 201

la), Teso del Corcho (Tabera de Abajo), Los Corcheros (La Fregeneda), El Cor-chero (Cerralbo). En Zamora, El Cortizal (Moralina de Sayago).

Ojaranzo: el árbol Celtis australis (almez o lodonero) recibe en la Ribera del Duero salmantina, donde llega a componer pequeñas formaciones boscosas, el nombre de ojaranzo394. Lamano anota hojaranza y hojaranzal ‘lodón’395; se re-gistra actualmente en las Arribes396 y en los pueblos ribereños del río Uces397. El mismo árbol da su nombre a un paraje La Hojarancera en Masueco (SA)398, una dehesa de Ojaranzo (Casillas de Coria CC) y una ermita de Hojaranzo (Guijo de Granadilla CC). Una forma portuguesa del mismo nombre, atribuido tal vez a otra especie, se conserva en el topn. mirandés Folharanços (Prado Gaton). No es claro el origen, y la aparente referencia a hoja (portg. folha) podría deberse a una etimo-logía popular, favorecida por el hecho de que el almez es uno de los pocos árboles de vistosa hoja caduca en el contexto xerofítico de los montes mediterráneos donde prospera399. En el conjunto de la provincia de Salamanca, ojaranzo es almez: así lo comprueba en el s. XIX Secall en un pueblo de la sierra, El Cerro400; también arrojan el mismo resultado encuestas en numerosos puntos de la provincia401. Ve-lasco, Criado y Blanco recogen garanzo y jaranzo en toda la Sierra de Francia; aranzo en Sotoserrano402. Los topns. locales Valle de los Ojaranzos (Espeja SA), El Ojaranzal (en una angostura del río de las Quilamas en Valero SA) y El Jaran-zal, Los Aranzales, con aspiración (en otra localidad serrana, Lagunilla SA) aluden a bosquetes de almeces.

La voz se extiende a Cáceres y comarcas colindantes en Ávila y Toledo; consta hojaranzo ‘almez’ en la comarca de La Vera403. Sendas descripciones de finales del s. XVIII de Serradilla (CC), pueblo serrano muy próximo al Tajo, registran la presencia de unos árboles llamados ojaranzos404, indudablemente Celtis australis,

394 Alonso (1906).395 Lamano (1915: 490).396 Mata (1995: 229).397 Hernández Estévez (2000: 103). Según Esgueva y Llamas esta denominación llega a Sayago, donde recogen almez,

[h]ojaranzo, lodón y lodao (lfsz 42); cabe dudar de esto último.398 Hernández Estévez (2000: 111).399 Coromines (dcech s.v. ojaranzo) propone para el ojaranzo ‘Rhododendrum ponticum’ de Andalucía un étimo

*olearandĕum > *ollaranzo > ojaranzo, forma extraordinariamente alterada del propio nombre rhododendrum. Ya S. Isidoro mostraba la prevalencia de formas corruptas: «rhododendron, quod corrupte vulgo lorandrum vocatur».

400 Secall, José: Reseña a «Flora Forestal Española» de D. Máximo Laguna, con la colaboración de D. Pedro de Ávila y Don Justo de Salinas, Revista de Montes, 365, XVI, 1892; p. 178.

401 Granzow de la Cerda et al. (1993: 133).402 Velasco, Criado y Blanco (2010: 337).403 Timón (1996: 92). También en Arenas de San Pedro (AV) donde se alude popularmente al milagro del ojaranzo plantado

por el propio San Pedro en el convento a él dedicado.404 López (1991: 400); Rodríguez Cancho y Barrientos Alfageme (1995: 689).

Page 68: Testimonios toponímicos del léxico arcaico de las provincias leonesas, Anuario 2011, Instituto de Estudios Zamoranos Florián de Ocampo, pp. 135-216 (Pascual RIESCO CHUECA)

PASCUAL RIESCO CHUECA

© I.E.Z. FLORIÁN DE OCAMPO Anuario 2011, pp. 135-216

202

aún hoy abundante en las laderas del río. También se menciona en Cilleros, pueblo de la sierra de Gata, la presencia de «encina, roble, i alcornoque, algún ojaranzo i quexigo»405. En la toponimia, senda de Hojaranzal (Aceituna), Isla del Ojaranzal, en el río Tiétar (Toril) y probablemente Ojaranzo (Villar del Pedroso CC) y Los Hojaranzos (Pelahustán TO). En cambio, es más arriesgado decidir qué árbol o arbusto da su nombre a una Mancha del Jaranzal (El Viso del Marqués CR); ya en las sierras que bordean la Mancha por el sur, en efecto, como en otros puntos del sur de la península, el nombre habitual de Celtis australis es almez y derivados. Es sabido que en las sierras de Cádiz el nombre de ojaranzo se aplica a una especie ar-bustiva muy diferente, Rhododendron ponticum (como ya recogió Rojas Clemente ca. 1810 en las Sierras de Cádiz); también, en otros puntos y con mayor margen de duda, a la jara de hojas grandes, Cistus populifolia (indicación de Laguna ca. 1870) (dcech s.v. ojaranzo). En portugués son conocidas las formas oloendro, aloendro, loendro, alando, lando, alandroeiro para la especie R. ponticum; estas denominaciones se usan en la parte norte de la distribución de la planta, que en Portugal llega a ocupar vaguadas en los valles al sur del Duero, e.g. en la sierra de Caramulo. Un topn. probablemente ocasionado por la presencia de R. ponticum es Londral (Escariz en Arouca PT)406.

Oria de Rueda constata ojaranzo ‘almez’ en un área que incluye el sur de Sala-manca, Ávila y Cáceres. Añade sus correspondencias en Zamora, fueyaranzu (en leonés reconstruido), y en tierra de Miranda do Douro, fuollaranzo407. Esto último es matizado por Moisés Pires, que registra folharanço como ‘álamo, especie de choupo, olmo branco’408; la referencia a una especie del género Populus puede ser debida a una reinterpretación popular sobre el nombre antiguo (el cual estaría asig-nado al almez, y carecería de relación etimológica con hoja / folha) basada en el conspicuo agitarse de las hojas en los álamos. Es sabido que el álamo recibe tam-bién otro nombre impropio en portugués, faia, hermano de nuestra haya. Ya Leite había recogido en una cantigas de Duas-Igrejas la forma folharanco, que traduce ‘olmo branco’409; parece tratarse, en opinión de Coromines (dcech s.v. ojaranzo) de una hipercorrección leonesa, con adición de una f- postiza; si es que no se trata de un derivado directo de folha, sin relación con ojaranzo.

405 Rodríguez Cancho y Barrientos Alfageme (1993: 253).406 Almeida Fernandes y Silva (1995: 114). Casillas Antúnez (2008, I: 219; II: 574) registra el topn. Ojaranzo en

Casillas de Coria y Torrejoncillo (CC), que cree alusivo a Rhododendron ponticum. Ello es imposible biogeográficamente; se tratará, como en los otros casos citados de la provincia de Cáceres, de referencias al almez.

407 Oria de Rueda (2008: 168).408 Pires (2004: 273).409 Leite de Vasconcellos, José: Estudos de Philologia Mirandesa, vols. I, II, Imprensa Nacional, Lisboa, 1900-1901;

vol. II, p. 326.

Page 69: Testimonios toponímicos del léxico arcaico de las provincias leonesas, Anuario 2011, Instituto de Estudios Zamoranos Florián de Ocampo, pp. 135-216 (Pascual RIESCO CHUECA)

© I.E.Z. FLORIÁN DE OCAMPO Anuario 2011, pp. 135-216

TESTIMONIOS TOPONÍMICOS DEL LÉXICO ARCAICO DE LAS PROVINCIAS LEONESAS 203

Tal hipótesis separaría en lo etimológico el folharanco, -anço de Miranda (deri-vado de folha y referido a árboles de hoja llamativa en contexto xerofítico Populus y Celtis) del ojaranzo y loendro (< *olearandĕum ‘Rhododendron’) del sur de la Península y Portugal occidental. No escasean derivados de hoja, folha con rica sufijación, entre ellos el común término hojarasca, o el berciano follancón ‘fruto mal granado’410 (¿cuando la planta cría mucha hoja y poco fruto?). En las hablas leonesas abundan derivados similares (cf. las correspondientes voces en lla): fo-llacal, follaqueiro, foyasca y fuyarasca ‘hojarasca’, follical ‘cierto arbusto’, fuya-co (y numerosas variantes, entre ellas fuchasco, -a) ‘ramón de roble’411. Un sufijo combinado -aranco parece constar en el habla de Monumenta, en el Sayago (ZA), donde hoyaranco ‘badén en un camino, que se va haciendo cada vez más grande, por la acción de las lluvias y el paso de los vehículos’ procedería de hoyo412. Com-parables al folharanco mirandés antes citado serían los topns. Laguna de Ojaranco (Castronuevo de los Arcos ZA) o La Cueva del Ojarancón (Tejerina LE), que no pueden aludir, por razones biogeográficas, al lodón.

En Galicia se constata localmente jaranzal ‘terreno cubierto de zarzas’ (en Ma-derne LU; hegp XIII) y jarancial ‘terreno costanero, escarpado y de mala calidad’ (en S. Jorge de Piquín LU)413. No parece que estas voces tengan parentesco con los derivados de ojaranzo. Lo mismo puede decirse de harancio ‘jara, retama’, voz registrada en el área de Mérida414, que presenta la /i/ epentética de las hablas leonesas. Tampoco en el caso del asturiano xaranzana ‘genciana’ (en Somiedo), del lat. gentiana415.

Fuera de Salamanca, son comunes en Castilla para el almez nombres derivados de lat. lōtus (dcech s.v. latón II). Así Ledonares (Marmellar de Abajo BU), To-rrelodones (M). En la misma provincia de Salamanca consta también El Lodonal (Sobradillo; en un abrupto arribe del río Águeda); de hecho se recoge el apelativo lodón ‘almez’ en una población cercana, Puerto Seguro; lodonero en Vilvestre y londón en S. Felices de los Gallegos416; en tales casos, se tratará de un préstamo del vecino portugués. En Portugal, el topn. Ladoeiro (Baião, Idanha-a-Nova, Mar-co de Canaveses, Mesão Frio; mal interpretado en doe 845), de clara fisonomía fitonímica, parece provenir de la misma base *lotonarius del gallg. lodoeiro,

410 García Rey (1934: 91).411 En Aliste también fuyada, marfoyo, morfoyo ‘hojarasca’ (GzTuriel).412 furm 2011, recopiladora María del Carmen Garrote Bernabé.413 Otero Álvarez, Aníbal: Vocabulario de San Jorge de Piquín, Universidade de Santiago, 1977 (Verba anexo 7),

1977.414 Viudas Camarasa (1988: 94).415 Cano González, Ana María: Estudios de diacronía asturiana (1), Academia Llingua Asturiana, 2008; p. 149.416 Lorenzo, Emilio: Notas al vocabulario de Lamano, Revista de Dialectología y Tradiciones Populares, 5, 1949; p. 106.

fsalm (335).

Page 70: Testimonios toponímicos del léxico arcaico de las provincias leonesas, Anuario 2011, Instituto de Estudios Zamoranos Florián de Ocampo, pp. 135-216 (Pascual RIESCO CHUECA)

PASCUAL RIESCO CHUECA

© I.E.Z. FLORIÁN DE OCAMPO Anuario 2011, pp. 135-216

204

lidueiro ‘almez’, como propone Almeida Fernandes (dtp 383); en efecto, se docu-menta en Portugal un topn. Lodoeiro (1258 omc 199) y Lotonario (1067 omc 200), forma antigua de los actuales Ladoeiro. Del mismo origen Lódão (Baião), Lódões (Valpaços, Vila Flor), documentado Lodonis (s. XIII) (doe 890).

Escajadal: se trata de una voz cuya vigencia actual se limita a Cantabria y As-turias, escajo y escayo ‘zarza, arbusto o matorral espinoso’417, que parece provenir de lat. *squalĕus ‘inculto’ (deeh 986); Coromines no revalida del todo esta hipó-tesis, aunque tiende a colocar estas voces junto al actual descuajar ‘roturar; arran-car plantas de cuajo’418, como fruto de derivaciones deverbales y denominales de squālēre ‘estar yermo, árido’ (dcech s.v. cuajo). El aislado apelativo cajal ‘tierra recién roturada’ que Rivas Blanco encuentra en Aliste419 se sitúa claramente en la estela de escajar ‘roturar’. Cf. Los Cajales (Pino del Oro), El Cajao (Mahíde, en la raya de Figueruela de Arriba). Del mismo sentido será un topn. antiguo en la Valdueza leonesa, Valle de Scalios (915)420.

Gª de Diego recoge variadas acepciones fitonímicas, entre ellas el asturiano escayu ‘zarza’, el cántabro escajo ‘aulaga’ o el portugués escalheiro ‘zarzal’. Ines-peradamente, la familia parece tener una intensa vigencia toponímica en Zamo-ra: El Escajadal (Cional; Rionegro de la Puente; Molezuelas de la Carballeda; Villardeciervos)421; Los Cajadales (Sejas de Sanabria); probable errata de mtn El Escejadal (Pedroso de la Carballeda). En algún caso, más que aludirse a una especie botánica pinchuda, se estará ante deverbales de escajar ‘roturar’. Mucho más al N consta en el área de Riaño, donde ya había sido subrayado el hecho pa-radójico de que escayo es voz desconocida localmente422: El Escayadal (Oseja de Sajambre LE). En Portugal, escalheiro se usa tanto para ‘espino, Crataegus mono-gyna’ como para ‘galapero, peral silvestre, Pyrus sp.’ (así en Geres y otras sierras del norte, p. ej. en Barroso423). De ahí topns. Escalheira (Felgueiras), Escalheiras (Sabugal), Escalheiro (Celorico de Basto, Resende: doe 578, cmrp 196), Fonte do Escalheiro (Malhadouro); probablemente también el apellido portg. Escalhosa.

417 dbabl s.v. escajo. García de Diego (1924: 333). 418 En la comarca de Aliste (ZA), escajar es ‘arrancar plantas de lino; descuajar matorrales; desyerbar’ (Rivas Blanco, 1986:

234).419 Rivas Blanco (1986: 225).420 Quintana Prieto, Augusto: El obispado de Astorga en los siglos IX y X, Astorga, 1968. Todo ello se inscribe en la estela

del término scaliare, scalidare ‘roturar, romper un terreno’, frecuente en la diplomática medieval (lhp 573) y de scalio, escalido < lat. squălădus ‘inculto’ (lhp 574). ¿Viene de esta base un topn. El Escaldón, en Avedillo de Sanabria?

421 En S. Juan del Rebollar hay otro Escajadal, donde hace años existía un monte alto que fue escajado. De hecho, en el inmediato término de S. Vitero existe el topn. El Escajal (GzTuriel). En Cubelo también consta un topn. Escajadal (Carnero Pérez, Jesús: El ayer de Sanabria. Segunda parte, Gijón, edición del autor, 1999; p. 158).

422 Díaz-Caneja, Olegario; Díaz y Díaz-Caneja, José: Vocabulario Sajambriego, Ayuntamiento de Oseja de Sajambre, 2001.

423 Braga Barreiros (1917: 159).

Page 71: Testimonios toponímicos del léxico arcaico de las provincias leonesas, Anuario 2011, Instituto de Estudios Zamoranos Florián de Ocampo, pp. 135-216 (Pascual RIESCO CHUECA)

© I.E.Z. FLORIÁN DE OCAMPO Anuario 2011, pp. 135-216

TESTIMONIOS TOPONÍMICOS DEL LÉXICO ARCAICO DE LAS PROVINCIAS LEONESAS 205

La base de todas estas voces, con representación abundante en lenguas neolatinas como el rumano, parece ser un lat. *squalĕus (rew 8197a; deeh 986). El gallego escalambrón será un cruce entre esta base y escambrón. El topn. Escajonales (Es-padañedo ZA) parece abundancial de un primitivo *escajón. Quizás de la misma base es Escalhão (Portugal), villa fronteriza con la prov. de Salamanca, que parece recibir aún la denominación popular O Escalhão (doe 578).

Abertonal: en Zamora tiene vigencia una palabra hermana de la serie gallego-portuguesa de las abrôteas, abrótigas, abródigas, abrótenas, abrótanos, nombres que se aplican a los gamones, cuyo origen está en el lat. abrŏtŏnum, voz de origen griego que, como es frecuente en fitonimia, aludía a una especie vegetal diferen-te424 (delp s.v. abrótono; deeh 433; dcech s.v abrótano; rew 39). A dicha serie remiten topns. como El Abertonal (Bermillo de Sayago), El Abretonal (Pereña de la Ribera SA; Cozcurrita ZA), Valdelabrétuna (Cabeza de Framontanos SA), Abertonal (Vale de Frades PT); en la Carballeda, Bartonales (Anta de Rioconejos ZA). En Carbajalinos, Las Abortanales425.

Se trata en general de referencias a las hojas basales de plantas del género Asphodelus, generalmente A. Alba y A. thapsus; tales hojas, que antes se usaban, cocidas, para preparar la comida a los cerdos, reciben en el occidente de Aliste los nombres de abruétunas, brétunas y abrétunas426; en Villaflor, abrétuna era un gamón que se daba de comer a los cerdos427. Otras fuentes dan para la misma comarca y la vecina tierra de Alba abriétona, abuétrona, abuétruna, abrézona428. En Sayago, abruétanas, abrétunas y abretinas429. Como señala Gallego, reciben nombre diferenciado las varas de la misma planta, los gamones o gamonitas (tam-bién gamonetas en Sayago), que se usaban para alumbrarse, o para encender can-diles y cigarrillos tomando fuego de la lumbre; las hojas basales son abrétunas o abruétanas. Losa España recoge en Ribadelago, por aglutinación del artículo, labruétana430. El alcl recoge arguétana ‘gamón’ en Folgoso de la Carballeda, frente a una forma abriota en el área gallego-parlante de Hermisende y Porto431;

424 Tales transmisiones de nombre entre especies dispares suelen ocurrir cuando dos especies, sin tener afinidad botánica, ofrecen sin embargo aplicaciones prácticas (medicinales, constructivas) similares.

425 García López, David; Boyano Andrés, Ricardo: Toponimia menor del noroeste de la provincia de Zamora: 4. Carba-linos, Lletres Asturianes, 94, 2007, pp. 103-117.

426 Gallego (2009: 31); lfsz (143). Otras especies han recibido nombres de la misma raíz: así abruétana y alviruétana ‘Santolina chamaecyparissus’ en Sanabria y Carballeda (lfsz 30); parece improbable argüétana ‘Typha angustifolia’ en Alba y Aliste (lfsz 126).

427 furm 2008, recopilador Bienvenido Lorenzo Piorno.428 furm 2007, recopilador Antonio Pérez Martín.429 lfsz (143); Gallego y Gallego (2008: 85).430 Losa España (1949: 138). Tal aglutinación parece más bien un error de registro que un fenónemo popular. De hecho el

mismo autor recoge denominaciones lafaleita y lagatiña, evidentemente por mala discriminación del artículo.431 Confirmada por Cortés Vázquez (1954: 79).

Page 72: Testimonios toponímicos del léxico arcaico de las provincias leonesas, Anuario 2011, Instituto de Estudios Zamoranos Florián de Ocampo, pp. 135-216 (Pascual RIESCO CHUECA)

PASCUAL RIESCO CHUECA

© I.E.Z. FLORIÁN DE OCAMPO Anuario 2011, pp. 135-216

206

por añadidura registra para la parte basal del gamón los nombres abrétona (S. Martín de Pedroso), abruétana (S. Martín de Castañeda), arbruétana (Espadañe-do), agüétona (Sarracín de Aliste), abrétuna (Ceadea y Villardiegua de la Ribera). En tierra de Miranda do Douro, abrótena ‘abrótea; planta liliácea que produz o gamon’432. En Salamanca, abrétula (Puerto Seguro), abrétuna (Masueco; Aldea-dávila de la Ribera)433; Lamano recoge abrétule en el partido de Ciudad Rodrigo y ahuétanas ‘raíces del gamón’ sin indicar origen434; también abrétula en la cuenca del río Uces435. En gallego, las formas abórtena, abrótena, abriota, abrota, abró-tea, abrotia, así como la más común abrótega y sus variantes436. Sarmiento recogió en Cervantes (LU) la voz gallega abroita, sinónima y de etimología común, con la siguiente anotación: «cuécese para los cerdos, y no les daña»437.

La denominación de la parte aérea también genera una copiosa toponimia en Zamora: Gamonal (Santiz; Riofrío de Aliste; Calabor; Otero de Bodas; Nuez), Cruz del Gamonal (El Maderal). La variante Gamonital se registra también en diversas localidades del sur de Sayago: Carbellino, Roelos, Moraleja. Esta forma es frecuente en Salamanca, Extremadura y Andalucía occidental.

Burguete: Llorente Maldonado de Guevara recoge la voz burguete, que expli-ca como localismo de Vilvestre (SA) ‘huerto situado en los valles de los arribes del Duero, plantado preferentemente con árboles frutales, sobre todo naranjas y li-moneros, teniendo alguna vez también vid’. Un burgaño, también en Vilvestre, es un burguete pequeño y malo438. Lamano lo considera extendido por toda la Ribera, con el valor de ‘huerto pequeño de frutales; majuelo’439. También se conoce en Sa-yago: burguete ‘huerto pequeño, majuelo’440. Del otro lado del río Duero, Moreno recoge en el área de Lagoaça y Mogadouro un término homónimo: burguéte ‘peda-cinho de terra concelhia, tapada, que se tenha entre fragas nas arribas’441; es decir, un pequeño trozo de tierra, cercado, que se cultiva y abona en el contexto árido y escarpado de las arribes. Estas acepciones, próximas entre sí, permiten reconstruir la semántica primigenia: un terreno cercado de piedra en suelos escabrosos, de gran pendiente, entre rocas, inevitablemente ha de adoptar una apariencia acasti-

432 Pires (2004: 21).433 Velasco, Criado y Blanco (2010: 113, 305, 379).434 Lamano (1915: 179, 199).435 Hernández Estévez (2000: 103).436 degc; Navaza (2006: 31).437 Sarmiento (1986: 91).438 Llorente Maldonado (1947: 185, 231). Un topn. La Burgaña (Moratones ZA) puede interpretarse análogamente, si

bien es posible que pertenezca a la base hidronímica burg-.439 Lamano (1915: 305).440 Alejo (2005: 186).441 Moreno (1897-1899: 33).

Page 73: Testimonios toponímicos del léxico arcaico de las provincias leonesas, Anuario 2011, Instituto de Estudios Zamoranos Florián de Ocampo, pp. 135-216 (Pascual RIESCO CHUECA)

© I.E.Z. FLORIÁN DE OCAMPO Anuario 2011, pp. 135-216

TESTIMONIOS TOPONÍMICOS DEL LÉXICO ARCAICO DE LAS PROVINCIAS LEONESAS 207

llada; las paredes, vistas desde cotas más bajas, presentan tramos de gran altura. De ahí la imagen, que compara tales cercados con un burgo o castillete. Por otra parte, la costosa inversión de cercar tales terrenos se hace bajo la premisa de res-guardar un suelo más profundo, que habrá de ser mejorado mediante aportaciones anuales de abono. Por ello, tales terrenos serían de alta productividad. Como topn. consta El Burguete (Manzanal del Barco ZA). En Portugal, Burguete es topn. común en el norte (Arcos de Valdevez, Barcelos, Celorico de Basto, Marco de Canaveses); Burgueto (Felgueiras) (doe 295); ello parece avisar de su antigua vigencia apelativa.

Inicialmente burguete debió de tener un valor semántico ‘casar; castillejo; case-rón con su cerca; resto de población antigua y en ruinas’. Aparece como apelativo, para explicar el topónimo Burgos, en la Crónica de veinte reyes: «poblo a burgos & pusole assy / nonbre por que lo poblo entre vnas / yglesias & burguetes muchos que / y auie en aquel logar onde agora / es la çibdad”, en un pasaje tomado de la Estoria de España de Alfonso X (1270-1284)442. Almeida Fernandes estudia los derivados toponímicos de la voz burgo, y señala una acepción no alejada de la que proponemos para los topns. del Duero: «cheguei a ouvir no Minho chamar ‘bur-guete’ uma pequena povoação junta» (dtp 115). Con significados afines, constan numerosos ejemplos de derivados de burgo en la topn. castellana: El Burguillo (Donhierro; Montejo de Arévalo SG; Calzadilla de la Cueza P), abundantes Bur-guillos en Andalucía y Extremadura.

Esperuga: en la toponimia zamorana, El Esperugo (El Poyo)443 y Camino an-cho o de la Esperuca (1907 pñl Monumenta) son manifestaciones de una base mucho más difundida en Castilla: Espeluca (Bobadilla del Campo; Carpio VA; Tornadizos de Ávila AV; Escalada BU; Congostrina GU); Cuevas de Espeluca (Vilches JA), así como el frecuente topn. Espluga en el alto Aragón y sus equiva-lencias catalanas. Todas estas formas presuponen un latín tardío *spelūca ‘cueva’ (decat s.v. espluga). Del mismo origen, en Portugal, el apellido Espiuca. En la toponimia del norte, Espiunca (Arouca, Felgueiras, Resende) < lat. spelūnca ‘caverna, furna’ (doe 590); el topn. de Arouca es registrado en la forma antigua S. Martinho de Spelunca (1094 omc 326). En Galicia, A Espiúca (Manzaneda OR), y topns. del tipo A Espenuca (Prada OR; Coirós C), documentados spelun-ca (112), sepelunca (830)444. Es posible que esta voz, de escasa vitalidad apelati-va, haya pervivido gracias a influjo eclesiástico, en el contexto de los eremitorios

442 Mannetter, Terrence A.: Crónica de veinte Reyes. Escorial Y.I.12 (ca. 1325), Madison: Hispanic Seminary of Medieval Studies, Madison, 1995.

443 También recogido en encuesta oral como L’Esperugo (GzTuriel).444 Cabeza Quiles (1992: 191).

Page 74: Testimonios toponímicos del léxico arcaico de las provincias leonesas, Anuario 2011, Instituto de Estudios Zamoranos Florián de Ocampo, pp. 135-216 (Pascual RIESCO CHUECA)

PASCUAL RIESCO CHUECA

© I.E.Z. FLORIÁN DE OCAMPO Anuario 2011, pp. 135-216

208

altomedievales que frecuentemente se agrupaban en torno a solapas de peñas. Hay una cita antigua en Asturias a un lugar llamado Spilongas (905)445.

Coromines explica el frecuente topn. catalán Espolla partiendo del lat. vg. *spelŭcŭla ‘cuevecita’, diminutivo irregular del bajo lat. spelūca, pasando por una variante disimilada *speducula > espolla (decat s.v. espluga; ocat IV, 134). Pueden extenderse los derivados de esta base para incluir los topns. salmantinos del tipo Espioja (aldea de tierra de Ledesma SA, documentada Speoya en 1265; y un pueblo de la Armuña (SA), registrado Speoia en 1265, rebautizado Villaverde por eufonía)446. Son abundantes las correspondencias, que procederán salvo excep-ción de la misma base: Espioja (aldea citada en 1247, en tierra de Sepúlveda SG; probablemente cambió de nombre luego)447; Valdespioja del Piélago, en unos cor-tados de páramo, entre Villaviudas y Baltanás (PA); Espioja (Berlanga de Duero SO); Peñapioja (Carrascal SG); Las Piojas (Astudillo P) y Fuente de las Piojas (Cozuelos de Fuentidueña SG); quizás El Pioja (Valleluengo ZA); La Pioja (Ol-medo VA). Nótese que la dualidad Espioja/Espolla es idéntica a la de pedŭculu- > cast. piojo / cat. poll.

Besada: en Zamora consta el topn. La Besada (Cibanal; Ribadelago); Besadas (Las Torres de Aliste; Santa María de Valverde); Cruz de la Abesada (Gallegos del Campo)448 y Valdelabesa (Pino de Oro); Las Viesas, todas ellas en parajes llanos (Benavente; Pozoantiguo; Maire de Castroponce; Viñuela de Sayago). En Carbajalinos, un paraje Besaprimeira449. Se extiende a la contigua tierra de Vimio-so: Aveçadas (Saõ Joanico PT). Muy frecuente en Galicia: Avesada, Avesadas, Vesadiña, Vesada450. Dentro del área leonesa, es más común en León: Las Besadas (S. Román de los Caballeros LE), La Besada (Val de S. Román, Morilla de los Oteros, Luyego de Somoza LE). En Portugal, Abessadas (Marco de Canaveses) es explicado por Machado (doe 27) partiendo del antiguo apelativo vessada ‘terreno de cultivo’, documentado ya en el s. XIII: «in Pausado j. vessada». En la colección leonesa de Carrizo se menciona un topn. Uessadas (1231 crrz). Los topns. Besa-da encuentran continuación en la serie de los Besana, en el área castellana: Las Be-sanas (Poveda de las Cintas SA), Besana del tío Luis (Pedrosillo de los Aires SA).

445 Floriano Cumbreño, Antonio: Diplomática española del periodo astur (718-910), Tomo II, Instituto de Estudios Astu-rianos, Oviedo, 1951; p. 298, 637. Quizás se trata de S. Pedro Navarro, cerca de Avilés (Fernández Conde, Francisco Javier: El libro de los testamentos de la catedral de Oviedo, Iglesia Nacional Española, Roma, 1971; p. 165).

446 Riesco Chueca, Pascual: Anotaciones toponímicas salmantinas, Salamanca, Revista de Estudios, Diputación de Sala-manca, nº 53, 2006; pp. 185-264.

447 Martínez Díez (1983: 339).448 La Cruz la Besada está en terreno llano, a la salida del pueblo (GzTuriel).449 García López y Boyano Andrés (2007).450 Cabeza Quiles (1992: 428).

Page 75: Testimonios toponímicos del léxico arcaico de las provincias leonesas, Anuario 2011, Instituto de Estudios Zamoranos Florián de Ocampo, pp. 135-216 (Pascual RIESCO CHUECA)

© I.E.Z. FLORIÁN DE OCAMPO Anuario 2011, pp. 135-216

TESTIMONIOS TOPONÍMICOS DEL LÉXICO ARCAICO DE LAS PROVINCIAS LEONESAS 209

Morala analiza homónimos Vesada en la comarca de los Oteros (LE), deriván-dolos de lat. versāre ‘volver, dar la vuelta’, que localmente (e.g. en Galicia) se aplica a las labores de arada451. Cf. el sayagués viesa ‘surcos o arada de una finca: «viesa larga”, «viesa recta»’452; en Salamanca, viesa ‘tajo de la arada; besana’453; en Samir de los Caños (ZA), viesa es el ‘forma y dirección de los surcos al arar’454. Arar y labrar son voces de antíquisimo arraigo, por lo que es posible que *vesar presentara algún matiz semántico de interés, dada la diversidad de técnicas de ara-da. versāre ‘volver’ podría aplicarse al modo de acción del arado sobre la tierra (cf. el actual arado de vertedera o el antiguo besadoiro o vessadouro gallego y por-tugués, poderoso arado con ruedas, previsto para tracción de dos y hasta seis o más parejas de vacas, en tierras de gran longitud). En la definición recogida en Galicia por Sobreira Salgado (1792-1797), besáda ‘leyra grande de tierra besada que sirve para maíz; y se bèsa con el besadoyro o carreta’455, está presente la conexión entre ambas nociones: la besada se ara con el besadoiro (lat. *versatorium). Dado que dicho arado profundo era primitivamente tirado por al menos dos yuntas de vacas, es comprensible la definición posteriormente consolidada, e.g. la de Eladio Rodríguez, ‘heredad de secano o regadío que se labra y cultiva, y cuya extensión corresponde a la que dos yuntas de bueyes pueden labrar en un día’ (degc).

Sería útil conocer diferentes matices semánticos de otro derivado de versāre, besana ‘haza de labor’, voz muy común en Salamanca, Extremadura y Andalucía (dcech s.v. besana). En algún caso puede aplicarse los términos besana, besada al ir y volver de cada surco, como en el frecuente topn. Rejas Vueltas, que general-mente se sitúa en la raya delimitadora entre dos términos municipales, donde las yuntas dan la vuelta. Era frecuente, en efecto, el arado de surco largo (a veces de leguas) en terrenos pobres que sólo se sembraban una vez entre muchos años. Tales labores de arada daban la vuelta al llegar a la raya de los términos municipales.

Entera: la voz anta (del lat. antae ‘jambas de la puerta’, o de una voz hermana de significado afín, prerromana pero indoeuropea: dcech s.v. anta) parece haber pervivido localmente con el valor ‘piedra dispuesta verticalmente’ ‘ortostato; dol-men’456. Sólo escasamente representada en las provincias leonesas al sur del Due-ro: Valdelanta (Zafara ZA).

451 Morala (1989: 244).452 Molinero Lozano (1962: 528).453 Sánchez León (1995: 210).454 furm 2007, recopilador Claudino Rozados Miguel.455 Sobreira Salgado, Fray Juan: Papeletas de un diccionario gallego (1792-1797), ed. J.L. Pensado Tomé, Instituto de

Estudios Orensanos, Orense, 1979.456 De su importancia como indicador de megalitos da idea Monteagudo (1959: 109).

Page 76: Testimonios toponímicos del léxico arcaico de las provincias leonesas, Anuario 2011, Instituto de Estudios Zamoranos Florián de Ocampo, pp. 135-216 (Pascual RIESCO CHUECA)

PASCUAL RIESCO CHUECA

© I.E.Z. FLORIÁN DE OCAMPO Anuario 2011, pp. 135-216

210

Sin embargo, pervive con más vitalidad al N del Duero, en la franja occidental de Zamora: Anta de Rioconejos, Anta de Tera, pueblos ambos citados desde el Medioevo; Peñalanta (S. Martín de Tábara); Piedralanta (Pozuelo de Tábara); Valdeanta y Cruz de Anta (entre Sagallos y Codesal: son topns. direccionales re-feridos a la extinta población Anta de Tera); El Anta (Escober de Tábara); Rivera de Anta (S. Ciprián de Hermisende); quizás Ruidanta (Figueruela de Arriba: ¿río de anta?)457. En la documentación antigua, Illas Antas, paraje en Valle sancta Cru-cis, lugar de viñas cerca de Zamora (960 shg): Álvarez Maurín piensa que este topónimo alude a unas piedras de deslinde entre viñedos, del tipo de los actuales fincones458.

En la provincia de León no constan derivados de anta en la toponimia, con excepciones dudosas en el extremo occidental, adonde llega la intensa vitalidad de esta voz en el área gallega: así un paraje de La Antona (Sta. Marina de la Torre, en el Bierzo). En la de Salamanca, tal vez Las Anteras (Macotera), cerca del yaci-miento arqueológico de El Fresnillo; no sorprende encontrar derivados de anta en este sector oriental de la provincia, puesto que, en la vecina provincia de Vallado-lid, en Berrueces y Bercero constan sendos parajes Las Antillas, presumiblemente arqueológicos. Añádanse, con dudas, numerosos topns. La Antona (El Bohodón AV; Fuente el Olmo de Fuentidueña SG; S. Mamés de Campos P). Anta ‘dolmen’ se constata en la Extremadura fronteriza con Portugal: es conocido el dolmen del Cercado del Anta (Valencia de Alcántara CC). También en Andalucía y Valencia constan derivados toponímicos Antilla, Antares, Antas, Antella, Andilla presumi-blemente arqueológicos459. En el dominio gallego-portugués es palabra muy difun-dida, con abundantísima huella toponímica, siendo general la acepción ‘dolmen’ (doe 140).

A propósito de ello, puede sugerirse una rectificación etimológica para la voz entera ‘jamba, cada una de las dos piezas (de piedra o de madera) que forman el borde vertical de un vano’. Esta voz tiene vigencia en el centro y occidente de la provincia de León, y en el área de Benavente (ZA) (lla s.v. entera). A pesar de es-tar fundamentalmente restringida a León, pervive en efecto en algunos puntos del cuadrante NW zamorano, donde se registra una forma más cercana a la etimología que aquí se propone. En la comarca de Vidriales, antera ‘marco de la puerta’460; igual en Alcubilla de Nogales461 y en Muga de Alba.

457 El arroyo que transita por el lugar recibe en Figueruela de Abajo el nombre de Río de Ruidanta, al no ser ya transparente rui- (GzTuriel).

458 Álvarez Maurín (1994: 344).459 Gordón y Ruhstaller (1991: 46); ocat II, 206.460 furm 2011, recopilador Manuel Cabezas Nicolás.461 furm 2010, recopilador Jose Luis de la Fuente Tejedor.

Page 77: Testimonios toponímicos del léxico arcaico de las provincias leonesas, Anuario 2011, Instituto de Estudios Zamoranos Florián de Ocampo, pp. 135-216 (Pascual RIESCO CHUECA)

© I.E.Z. FLORIÁN DE OCAMPO Anuario 2011, pp. 135-216

TESTIMONIOS TOPONÍMICOS DEL LÉXICO ARCAICO DE LAS PROVINCIAS LEONESAS 211

Le Men Loyer (lla s.v. entera) adopta la misma etimología propuesta con dudas por Coromines (dcech s.v. dintel), a partir de un derivado de liminaris ‘perteneciente a la puerta de entrada’ por influjo de līmĕs, ĭtis ‘frontera, linde’. Se trataría pues de una forma femenina del adj. līmĭtāris, -e ‘fronterizo’ (entendida con la acepción propia de liminaris) > *lintera, deglutinada en entera. No cabe duda, sin embargo, de que el origen está en anta. Ciertamente la vitalidad de la familia verbal de anta, y su vigencia general con el sentido de ‘piedra dispuesta en vertical’, hace mucho más convincente postular inicialmente antera, atraída luego por el común adjetivo entero. La atracción era tanto más inevitable cuanto que las jambas suelen ser piedras enterizas en la arquitectura popular, mientras el lienzo de pared adyacente se hace con piedras de menor dimensión. Tal ambivalencia se-mántica parece estar operando en la mente del recopilador de una voz del Barroso portugués, inteiras ‘pedras grandes que numa parede servem para dar consistência à pedra miuda; pedras das antas’462.

Precisamente la ausencia de derivados de anta en la toponimia de la provincia de León parece sugerir que había dejado de ser voz transparente en fecha remota, por lo que sus derivados quedaban a la merced de atracciones asociativas (antera > entera). No así en Galicia, donde anta es voz viva: anteira ‘especie de banco de piedra construído en la lareira, sobre el que se ponen las cazolas, y bajo el cual se echa el rescoldo’463. Otero recoge en Veiga das Meás (OR) anteira ‘piedra plana, grande y de poco grueso’ (hegp XIV). El sentido de base es el de una piedra apta para su colocación vertical. Rivas Quintás encuentra acepciones más cercanas a este sentido originario: ‘poste grande de piedra’, ‘jamba de la puerta del horno’464. En el gallego de Verín, alteira y enteira ‘losa gruesa puesta de pie para hacer cer-cados’465. La voz penetra en Portugal: en Arcos de Valdevez, anteiras son las ‘pe-dras do forno do cada lado da porta’466; en Viana do Castelo, anteira ‘laja hincada para cercar parcelas o para delimitar tierras’467, entre otros testimonios similares. En la toponimia, A Anteira (Guimarei OR); Anteiras (Alijó PT), que no ha de tener el sentido restrictivo, inexplicable como generador toponímico, ‘jambas de puerta de horno’ que le atribuye Machado (doe 141), sino que pertenece de lleno al ámbito general de la toponimia arqueológica, con valor ‘dolmen’ (localmente

462 Braga Barreiros (1937: 249).463 Carré Alvarellos (1951).464 Rivas Quintas, Elixio: Frampas, contribución al diccionario gallego (edición electrónica). Corpus lexicográfico da

lingua galega, 2001. <http://sli.uvigo.es>.465 Taboada, Manuel: Léxico de la comarca de Verín, Museo Arqueológico Provincial, Orense, 1988; p. 135.466 Alves Pereira, F.: Glossário dialectológico dos Arcos de Valdevez, Revista Lusitana, Vol. XIX, 1916; p. 184.467 Basto, Cláudio: Falas e tradições do distrito de Viana do Castelo, Revista Lusitana, Vol. XVII, 1910; p. 79.

Page 78: Testimonios toponímicos del léxico arcaico de las provincias leonesas, Anuario 2011, Instituto de Estudios Zamoranos Florián de Ocampo, pp. 135-216 (Pascual RIESCO CHUECA)

PASCUAL RIESCO CHUECA

© I.E.Z. FLORIÁN DE OCAMPO Anuario 2011, pp. 135-216

212

‘piedra hincada’), como los abundantes Anta, Antela repartidos por Portugal (dtp 49) y Galicia468.

Calienda: comprobado en Aliste como ‘lugar por donde sale el agua para el rodezno del molino harinero’469. Baz Argüello recoge en Trabazos, Figueruela, Pobladura y Mahíde otra acepción, ‘caz del molino de aceite o llagar’470; el alcl constata la acepción ‘caz’ en S. Martín de Pedroso y Sarracín de Aliste (ZA); en Samir de los Caños, calienda ‘cubo, depósito para embalsar el agua que alimenta el molino’471; en Boya, ‘presa en un río y cauce que desvía el agua al molino’472. El san-gradero de los molinos es también denominado en la Valduerna leonesa caliendra ‘en molinos, batanes y otras construcciones hidráulicas, canal que recoge el agua después de que ésta haya movido el rodezno’473. En tierra de Miranda de Douro, se registra caliêndra, no con el valor de sangradero, sino en la acepción opuesta ‘caz de molino’: ‘conduta que leva a água do açude para o cubo do moinho’474.

En la toponimia pervive en S. Mamed (ZA), junto al río homónimo, La Ca-lienda; en S. Martín del Pedroso, pegado al río Manzanas, Las Caliendas. Quizás tengan alguna relación Calandros (Villalazán ZA), Calandra (S. Vicente de Al-cántara CC). Del mismo origen habrá de ser el topn. gallego As Quendas (Monte-rroso LU, próximo al río Ulla). Estas voces derivan de expresiones aún vigentes en Asturias y noroeste de León como «andar a la calienda» ‘hacer turnos’, con variadas acepciones: de pastoreo, de riego, de molinada (lat. Călendae: García Arias, 2000a: 43; lla s.v. calenda; dbabl s.v. calenda); también en Galicia, quen-da ‘turno; tiempo en que cada vecino tiene derecho, según reparto, a servirse del molino comunal, del agua del riego, etc., o la obligación de pastorear el ganado’; aquendar ‘distribuir en quendas o turnos entre una comunidad el derecho a servir-se del molino y del agua de riego o la obligación de pastorear el ganado’ (Otero Álvarez, 1977). Es sabido que la explotación de los molinos, frecuentemente en competencia con el riego de las huertas colindantes, se llevaba a cabo mediante un estricto sistema de turnos, obligando a menudo a moler durante toda la noche. Por otra parte era habitual en el Antiguo Régimen, como muestra a cada paso el cme, que los molinos fuesen de propiedad compartida, y su explotación rotara entre los

468 Cabeza Quiles (1992: 292).469 Rivas Blanco (1986: 225). 470 Baz Argüello (1967: 95). Según Gómez Turiel, parece un error de Baz, pues en Aliste sólo hay «una llagar» de aceite

en Latedo, donde precisamente anota otra denominación para el canal. Es impensable la presencia de lagares en los otros pueblos citados de Aliste, donde no prospera el olivo. Allí se aludirá al molino hidráulico para cereales.

471 furm 2007, recopilador Claudino Rozados Miguel.472 furm 2006, recopilador Florentino Gil Romero.473 Riesco Iglesias, G.: Un pisón en Castrillo de Valduerna (León), en Universidad y Etnología. IV Encuentro en Castilla

y León. Oficios Tradicionales, Diputación de Salamanca, 1989; pp. 21-26.474 Pires (2004: 157).

Page 79: Testimonios toponímicos del léxico arcaico de las provincias leonesas, Anuario 2011, Instituto de Estudios Zamoranos Florián de Ocampo, pp. 135-216 (Pascual RIESCO CHUECA)

© I.E.Z. FLORIÁN DE OCAMPO Anuario 2011, pp. 135-216

TESTIMONIOS TOPONÍMICOS DEL LÉXICO ARCAICO DE LAS PROVINCIAS LEONESAS 213

distintos propietarios a lo largo del año475. Así se constata la acepción caliendas ‘participación en la propiedad de los molinos’ en Fabero (LE) (lla s.v. calenda).

Logrimal: Con el valor de ‘tierra destinada al cultivo de legumbres’, pervive en Sayago con al menos tres topns.: El Ogrimal (Pereruela de S; Sobradillo de Palomares); El Logrimal (Las Enillas). Pueden ponerse en relación con el antiguo topn. portugués Legumial476, forma similar a legumia ‘legumbre’ en el Bierzo (lla s.v. legumia). Todos ellos son descendientes hereditarios, por vía popular, de una forma colectiva en –al del lat. lĕgūmen, -ĭnis. Navaza indica que legumia procede del neutro plural, con valor colectivo, legūmĭna, muy frecuente en documentos medievales, y cita una aldea A Legumieira (Gomesende OR; vulgarmente conocida como Algumieira)477. En las ordenanzas de la zamorana Tierra de Alba, de 1574, aludiendo a los daños causados por el ganado en los huertos, se explicita: «[si] destruyeran berzas o ajos o puerros o cebollas o nabos o garbanzales o legrumales o melonares o cogonbrales o pepinales o otros cualesquiera frutos»478. Asímismo, en las ordenanzas de la ciudad de Zamora, que datan del s. XV y XVI, aunque probablemente son una nueva versión de un texto más antiguo, se regula el modo de medir «çevada, o trigo, o harina, o garvanços o legruma u otra cosa qualquier que se aya de medir»479. La forma que aparece en las ordenanzas de S. Román de Hornija ya es castellana: «Se prohíbe entrar a pastar a toda clase de ganados interi-no se levante la última morena y veinte y cuatro horas después en los rastrojos de paja blanca mehares [¿melonares?] y garbanzales pudiéndolo hacer en los demás legumbrales tan pronto como haya salido el carro de la tierra»480.

No es trasparente el significado específico de los topns. citados, pero puede sospecharse una acepción similar (tal vez más amplia) que la actualmente asignada a legumbre. Morala (1989: 279) cita en Fresno de la Vega (LE) Las Legumbrales, y en pueblos vecinos repetidos topns. alusivos a cultivos específicos: las Naberas, Los Titales, Las Lentejeras481; numerosos ejemplos: Patatales (Carpio de Azaba SA), Vega del Patatar (Zamarra SA), Los Nabales (Sogo ZA).

475 Un sistema de turnos especialmente complejo y desarrollado en Aliste: Méndez Plaza, Santiago: Costumbres comuna-les de Aliste, Semuret, Zamora, 2002; p. 76.

476 Figueiredo Ribeiro, José Anastasio de: Nova historia da Militar Ordem de Malta e dos senhores Grão-Priores della, em Portugal. Simão Thaddeo Ferreira, Lisboa, 1800; p. 51.

477 Navaza (2006: 310).478 Fernández Fernández, José Lorenzo: Ordenamiento Jurídico y Conflictividad Social en la Tierra de Alba en los siglos

XVII y XVIII, Benavente, 2011; p. 177.479 Canto de la Fuente, Carlos del; Carbajo Martín, Victoriano Antonio; Moreta Velayos, Salustiano: Ordenanzas

municipales de Zamora, Siglos XV y XVI, Diputación de Zamora, 1991; p. 137.480 Ordenanzas de S. Román de Hornija, de 1894. <http://sanromandehornija-alfio.blogspot.com.es> [consulta:

16.07.2012].481 Morala (1989: 279).

Page 80: Testimonios toponímicos del léxico arcaico de las provincias leonesas, Anuario 2011, Instituto de Estudios Zamoranos Florián de Ocampo, pp. 135-216 (Pascual RIESCO CHUECA)

PASCUAL RIESCO CHUECA

© I.E.Z. FLORIÁN DE OCAMPO Anuario 2011, pp. 135-216

214

Las ubicaciones de los tres topns. no son inequívocamente propicias a las huer-tas. En Sobradillo de Palomares, El Ogrimal es cercano a la cabecera del arroyo de la Punticiella, en paraje más bien árido. El Logrimal en Las Enillas está al E del pueblo, cerca pero no inmediato a la Rivera del Castillo. En Pereruela, El Ogri-mal está al sur del término, no lejos del casco, junto a unas lomas. Los tres casos parecen adecuarse más a cultivos en secano de lentejas, yeros, algarrobas y otras leguminosas que a un regadío de hortalizas.

En cuanto a la forma, se partiría de *legumnal, pasando por disimilación m-n > -mr- y metátesis a *legumral > legrumal, *logrumal; testimonios del tipo El Ogri-mal proceden de deglutinación del artículo. Una evolución comparable se observa en vīmĭne-> Brime ‘mimbrera’, voz bien representada en la toponimia de Zamo-ra482. La evolución divergente observada en el portg. Legumial es comparable a la que se registra en el gallego vimial < vīmĭnale.

Esgañar: Un nombre de lugar medieval en Sanabria, Sgalapassaras, en el des-linde del coto de San Martín de Castañeda (1150 cast). Cabe proponer una lectura Sgaiapassaras, que puede interpretarse como folktopónimo: el sitio donde, figura-da o realmente, se degüellan pájaras, o el lugar cuyo propietario recibe el apodo de «esgaya-pájaras». Análoga construcción folktopn. perdura en topns. Vallina Des-gañacabras (Valsemana LE), Esgañacabras (Santa Olaja de Eslonza LE); puede haberse aludido ponderativamente a circunstancias del relieve o de la vegetación: un paraje donde las cabras pueden despeñarse, quedando ahorcadas. Esgañavacas (Morilla de los Oteros LE) es interpretada por Morala como lugar donde la labor de arada era tan dura que suponía ahogar a las vacas483. En Castilla es más frecuen-te: Esgañaperros (Palazuelo de Vedija VA)484.

El verbo esgañar tiene vigencia en partes de la provincia de León, con signi-ficados como ‘desgañitar’ (Valle Gordo), ‘estrangular’ (Tejerina, Oteros), ‘partir, rasgar’ (Oseja, Valle Gordo), ‘abrir desmesuradamente’ (Toreno, Oseja) (dleon 323; lla s.v. esgañar). Es voz hermana del portugués esganar ‘estrangular’. Cons-tan sentidos traslaticios: una vaca «esgañá» es la que tiene poca cerviz o badana en Los Argüellos (dleon 323). Un término afín es esgayar ‘arrancar con fuerza ramas de los árboles; cortar las ramas en trozos para leña’ (Rabanales de Aliste ZA)485, ‘romper los gajos de los árboles’ (Oseja, Argüellos LE), esgalhar ‘cortar

482 García Arias (2000a: 205). Menéndez Pidal sugiere por el contrario que la /r/ de brime es simplemente epentética (Menéndez Pidal, Ramón: El dialecto leonés, Instituto de estudios asturianos, 1962; p. 85).

483 Morala (1989: 339).484 En el área de Sahagún, esgañaperros era también un instrumento de madera para sacar la tierra al hacer las bodegas. La

costumbre de ahorcar los perros viejos o los galgos inútiles se ha mantenido en muchas áreas rurales.485 Rivas Blanco (1986: 235).

Page 81: Testimonios toponímicos del léxico arcaico de las provincias leonesas, Anuario 2011, Instituto de Estudios Zamoranos Florián de Ocampo, pp. 135-216 (Pascual RIESCO CHUECA)

© I.E.Z. FLORIÁN DE OCAMPO Anuario 2011, pp. 135-216

TESTIMONIOS TOPONÍMICOS DEL LÉXICO ARCAICO DE LAS PROVINCIAS LEONESAS 215

as galhas das arvores’ (en el trasmontano de Atalaia)486. En el entorno de Las Mé-dulas (LE), esgallar y esgachar ‘desgajar una rama’487. Parece tratarse de verbos de acción. Esgañar y el portg. esganar serán derivados de canna ‘caña’ (deeh 546), que posee ya en latín sentidos metafóricos como canna guttŭris ‘garganta; tráquea’, y de la que proceden gañote y quizás desgañitar488. Esgayar y esgallar provienen de *galleus ‘gajo; rama’. La proximidad fonética y semántica, en todo caso, ha podido hacer que ambas series convergan (esgañar = esgayar) con un va-lor central ‘tronchar; degollar’: así en Vigón y Cabo de Peñas (Asturias), esgañar y esgayar ‘desgajar las ramas de los árboles’. Cabe proponer aquí que la expresión «a esgaya» ‘en abundancia’, bien conocida desde Asturias hasta Salamanca, tenga su origen en el modo más predador y codicioso de cosechar la fruta, esto es, arran-cando las ramas cargadas.

Trapa: el sentido original que cabe atribuir a esta abundante toponimia es el de ‘trampa para cazar alimañas, especialmente lobos’. Generalmente se trataba de grandes hoyos en el suelo, disimulados con una liviana cubierta de ramas y tierra. Así en el Barroso portugués: trapa ‘cova aparentemente tapada com ramos de árvores para nela caírem os lôbos’489. No extraña que tales elementos, de gran magnitud y potencialmente peligrosos para el caminante, tuvieran fijación toponí-mica. En Zamora: La Trapa (Santa Cruz de los Cuérragos; Riomanzanas; Corrales del Vino; Paramio; Avedillo de Sanabria), Las Trapas (Manzanal de los Infantes; Micereces de Tera), Cerro de la Trapa (Latedo), La Trapilla (Rihonor de Castilla); quizás La Trapada (Fonfría de Aliste, junto a un Cotorro de los Lobos). La voz trapa se documenta desde fecha antigua. En Forna, pueblo de la Cabrera leonesa, consta un topn. medieval La Trapa (ca. 1290 spm). En gallego es frecuente el uso de trapa como sinónimo del castellano trampilla. Idéntica interpretación hace Machado de los abundantes topns. Trapa, Trapela en Portugal (y Galicia): trapa ‘cova preparada para nela caírem feras’ (doe 1427); análogamente en Cataluña (decat s.v. trapa).

El topn. se extiende a la provincia de Salamanca: Trapa (Carrasco; Masueco SA), y es común en áreas montañosas de la provincia de León y en Galicia: Tra-piella (Sta. Cruz de Montes LE). La presencia de lobos ha sido una constante en las provincias leonesas. En el caso de los frecuentes topns. Trapa en Sanabria y

486 Monteiro do Amaral (1908: 155).487 Bello Garnelo (2010: 105).488 Coromines (dcech s.v. desgañitarse), seguido en ello por Le Men Loyer, prefiere vincular desgañitar y esgañar al lat.

gannire. Millán Urdiales (1966: 283), desarrollando una sugerencia de García de Diego, se inclina a partir del primitivo caña ‘tráquea’, en la línea de lo que aquí proponemos.

489 Braga Barreiros (1937: 292). El mismo valor es asignado por Coromines a los topns. catalanes Trapa, Trampa (ocat VII, 338): constan en este dominio topns. como La Trampa de l’Ósso, o Trampa de Llob.

Page 82: Testimonios toponímicos del léxico arcaico de las provincias leonesas, Anuario 2011, Instituto de Estudios Zamoranos Florián de Ocampo, pp. 135-216 (Pascual RIESCO CHUECA)

PASCUAL RIESCO CHUECA

© I.E.Z. FLORIÁN DE OCAMPO Anuario 2011, pp. 135-216

216

su entorno, ha de recordarse que todavía en tiempos del Madoz (1845) son men-cionados los osos en Vega del Castillo (donde causaban grandes destrozos en los colmenares) y San Ciprián de Sanabria; en la vecina comarca de La Cabrera eran comunes. Repetidos topns. como Follolobos (Junquera de Tera ZA), El Hoyo de los Lobos (Peñausende ZA), El Corral de los Lobos (Tejerina LE) harán referencia a un hoyo de lobos, el tipo principal de trampa destinada a la caza de estos preda-dores; análogamente Filleval (Nuez ZA) < Foy llobal, Fillobal (La Tejera ZA) y quizás El Fellevar (Maire de Castroponce ZA), en la línea de los abundantes topns. gallegos Feirobal, Fillobal, Foilebar, Follabal, Follobal, Follebar < *fŏveum lŭpale490; en León, del mismo origen un topn. medieval Poszo Lobar < *pŭteum lŭpare (929), en Boñar491. Algunos topns. del tipo Fueyo, Foyo, Hoyo, sin es-pecificación, pueden aludir a las mismas trampas. Es significativo, en S. Ciprián de Sanabria (ZA), un topn. Hoya de la Trapa (junto a Las Trapas) cercano a Los Fueyos (forma leonesa de hoyos)492.

AGRADECIMIENTOS

El autor desea expresar la más sincera gratitud a Pedro Gómez Turiel por su atenta lectura y escrutinio del presente texto durante la fase de borrador.

490 Cabeza Quiles (1992: 210).491 Álvarez Maurín (1998: 282).492 Es preciso hacer una salvedad. Dada la extraordinaria abundancia del topn. Trampa en Castilla, que se aplica general-

mente a atolladeros, es probable que alguno de los topns. Trapa aquí reseñados hayan de ser interpretados en sentido figurado, como sinónimos de ‘trampal’, esto es, como lugares donde el caminante se hunde al pasar, debido a la escasa consistencia del suelo, como si cayera en una trampa. Una metáfora similar justifica el occitano traupo ‘cieno’ junto a traupi ‘pisotear’ (dcech s.v. trampa).