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4 THE CATHOLIC GLOBE JULIO, 2017 St. Rose of Lima, Denison – Domingo 11 a.m., y Jueves 6:30 p.m. St. Patrick’s, Estherville – Primeros y ter- ceros domingos a las 1 p.m. Holy Trinity (Sacred Heart Worship Site), Fort Dodge – Domingos 12 p.m. (mediodía) St. Mary’s, Hawarden – Domingo 12 p.m. All Saints Parish (St. James Worship Site), Le Mars – Domingo 12:30 p.m. St. Mary’s, Rock Valley – Domingo 11 a.m. St. Patrick’s, Sheldon – Domingo 12:30 p.m. Christ the King, Sioux Center – Domingo 11 a.m. Cathedral, Sioux City – Sábado 6 p.m., Domingo: 12 p.m., 1:30 p.m. St. Boniface, Sioux City – Domingo 10:30 a.m. St. Joseph’s, Sioux City – Domingo 8:30 a.m. St. Mary’s, Storm Lake – Sábado 7 p.m., Domingo 12 p.m. (mediodía) Horario de Misas en Español Buscando una nueva generación de líderes Latinos en el V Encuentro Por RHINA GuIDoS Catholic News Service WASHINGTON – Mientras el sol llamaba a los jóvenes de Washington a piscinas, bares y paseos en bicicleta, Fran- cisco Hernández, de 26 años, y Flor Díaz, de 24, decidieron pasar la tarde del 24 de junio en el sótano del Santuario del Sagrado Corazón en Washington. A veces los dos jóvenes bailaban o hablaban con los aproximadamente 50 participantes durante una reunión par- roquial marcando las primeras etapas del quinto Encuentro, un proceso de cuatro años de reuniones para determinar las necesidades de los católicos hispanos/latinos en las iglesias de Estados Unidos. En varios lugares en el país, iglesias católicas con pobla- ciones grandes de feligreses latinos, como el Santuario del Sagrado Corazón en Washington, están organizando eventos parecidos, y esperan que los eventos no solamente produz- can información sobre el grupo importante para la iglesia en Estados Unidos, sino también líderes latinos, acción mi- sionera y una fuerte identidad católica en la población que está experimentando un rápido crecimiento en la iglesia. Reuniones similares con católicos latinos, llamadas En- cuentro, se han llevado a cabo en la Iglesia Católica de los Estados Unidos antes y comenzaron en 1972 para que los obispos católicos del país averiguaran cómo servir mejor a la población latina de la iglesia. Sin embargo, las reuniones del quinto Encuentro parecen estar especialmente enfocadas en los grupos de latinos jóvenes como Díaz y Hernández. "Tenemos que decirles (a los obispos) que necesitamos, pero también tenemos que decir 'esto es como vamos a ayu- dar…'", dijo Carola Cerezo-Allen a los jóvenes en la reunión de la parroquia en Washington en junio. "Tenemos que hacer compromisos concretos". El párroco de la iglesia, el sacerdote franciscano ca- puchino Moisés Villalta, dijo que ve esperanza en el pro- ceso, pero también le encantaría ver más participación por parte de los jóvenes. "Han salido nuevos líderes", dijo el sacerdote. "Eso es bueno… más jóvenes y nuevos. El hecho de que han dado el primer paso siento que ya es algo bueno, pero pienso en muchos cuantos no han respondido a esta llamada". Si todo sale bien con el proceso del Encuentro, el cual los organizadores llaman el "V Encuentro" porque es la quinta vez que se realiza, los organizadores esperan que se produzca un aumento en vocaciones de latinos al sacerdocio, a la vida religiosa, o al diaconado permanente. También bus- can un aumento en el porcentaje de estudiantes latinos ma- triculados en escuelas católicas y la creación de un grupo de líderes latinos para la iglesia, así como aumentar el sentido de pertenencia de los latinos en la iglesia de los Estados Unidos donde sus números están aumentando. Un informe de 2016 encargado por los obispos de los Es- tados Unidos al Center for Applied Research in the Aposto- late de la universidad Georgetown University mostró que más de la mitad de los católicos nacidos en 1982 o más tarde, a los que se les llama la generación del milenio, son hispanos o latinos. Aunque hay una gran promesa en sus números, en la reunión de octubre de 2016 de los obispos estadounidenses en Baltimore, el cardenal de Boston Sean P. O'Malley expresó su preocupación de que las generaciones más jóvenes de latinos católicos se le están escapando a la iglesia. "Creo que tenemos una ventana de oportunidad y la ven- tana de oportunidad se está cerrando", dijo el cardenal. Muchos de los de la generación del milenio están sigu- iendo el paso de la sociedad estadounidense que, más y más, eligen no estar afiliados a ninguna religión organizada, y el cardenal pidió que se tomen medidas rápidas para retenerlos. Párrocos como el padre Villalta, están de acuerdo y tam- bién ven una urgencia. Siempre se habla del secularismo y la atracción del materialismo, y ciertamente son preocupa- ciones, dijo el padre Villalta, pero también dice que ve un ataque contra jóvenes quienes son parte de minorías étnicas por parte de las autoridades y eso, a su vez, hace que se sien- tan menos bienvenidos en la sociedad. "Se siente como una desconfianza a ellos … de las au- toridades hacia los jóvenes, yo siento", dijo el padre Villalta. "Los miran como que todos son asaltantes, todos son mareros … y no. No es cierto. Hay muchas historias buenas … hoy, aquí en Sagrado Corazón, tuvimos a mucho de ellos en sus 'cap and gowns' y cuantos jóvenes que presentamos, que se graduaron de la universidad católica y de otras uni- versidades, del high school. Están estudiando, llevan dos tra- bajos y ayudan a sus familias. Hay muchas historias buenas y esas no se cuentan. La gente no debe decir que todos los jóvenes andan en cosas malas". Durante las reuniones del Encuentro, el padre Villalta dice que ha encontrado tiempo para hacer reflexión sobre las historias de los jóvenes católicos latinos. Ha escuchado las muchas luchas que enfrentan y que incluyen la sepa- ración de la familia, problemas de inmigración, violencia doméstica y abuso dentro de la familia, dijo. Lo que escucha le ayuda a buscar una mejor manera de atenderles pastoral- mente, pero también ver como servir a los que no están en la iglesia. Cuando ve a los jóvenes en su parroquia, en ellos también ve parte de su pasado ya que participó en el tercer Encuen- tro en Washington a mediados de los años ochenta, y asistió a reuniones parecidas cuando era un joven de unos 20 años. En esos tiempos, el padre Villalta había llegado a Washing- ton como inmigrante, huyendo de la guerra en El Salvador. "Yo soy producto del tercer Encuentro … por eso me da alegría ver que muchos jóvenes hay aquí, y que se metieran en esto", dijo, añadiendo que cuando participó en su juven- tud, no se tomó en cuenta a muchos jóvenes, pero eso ha cambiado hoy. Lo que estaba claro es que los obispos en- tonces tenían un gran interés en ayudarle a comunidad latina, querían que sintieran que eran bienvenidos, especialmente extender esa bienvenida a inmigrantes quienes estaban ex- perimentando un sentimiento algo igual a los ataques que algunos sienten hoy. Y en eso encontró aceptación y le ayudó a sentirse mejor, dijo. Durante el Encuentro de los ochenta, los obispos querían que los latinos supieran "que estaban pensando en la comu- nidad hispana, que ellos veían que eran una bendición para esta iglesia … hubo como una apertura a la pastoral his- pana", dijo el padre Villalta. "Pero ahora nos toca ver que podemos hacer para apoyar a estos jóvenes, este nuevo grupo, apoyarlos con sus retos que están viviendo", y quienes están siendo atacados, dijo el padre Villalta. "Se ha caminado bastante, pero tenemos que ver que podemos hacer para que se sientan como católicos llenos de alegría y alegres de participar (activamente) en la iglesia". Flor Díaz, una joven que participó en la reunión, dijo que el proceso del Encuentro le había ayudado a encontrar la motivación para servir a otros, especialmente porque ella experimentó ayuda por parte de miembros de la iglesia. A pesar de que la iglesia había sido importante en su niñez, como adolescente, se había distanciado de la religión, dijo, hasta que dos hermanas religiosas la visitaron cuando se encontró sola en un centro de detención de inmigrantes en la Florida. "Llegaron a hablarme del amor de Dios, que no estaba sola", ella le dijo a Catholic News Service. Cuando salió del centro de detención, ella deseaba volver a la iglesia, pero también quería ayudar a los demás como le habían ayudado las dos religiosas. En el proceso del En- cuentro ha encontrado una manera de hacer eso, dijo, porque alienta la acción misionera como una forma de profundizar la fe. Díaz dijo que quiere ayudar a otros jóvenes latinos que han dejado de ser activos en la iglesia y que podrían estar en- frentando otras luchas. "Me ha dado una manera de involucrarme", dijo. Francisco Hernández también dijo que quería ayudar, particularmente después de oír hablar de retos que otros jóvenes como él enfrentan, y dijo que quería que sintieran la "alegría de regreso" a la iglesia, el alivio y la felicidad que se puede encontrar en la palabra de Dios, él dijo. Los miembros de Nuestra Iglesia del Santo Redentor en Freeport, N.Y., pasan una esponja empapada en agua du- rante una competición por equipos en el Encuentro anual que se reúne en 2016 en el Seminario de la Inmaculada Concepción en Huntington, Nueva York. (foto CNS/Gregory A. Shemitz, Long Island Catholic) Encuentro

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4 � THE CATHOLIC GLOBE JULIO, 2017

St. Rose of Lima, Denison – Domingo 11a.m., y Jueves 6:30 p.m.

St. Patrick’s, Estherville – Primeros y ter-ceros domingos a las 1 p.m.

Holy Trinity (Sacred Heart Worship Site),Fort Dodge – Domingos 12 p.m. (mediodía)

St. Mary’s, Hawarden – Domingo 12 p.m.

All Saints Parish (St. James Worship Site),Le Mars – Domingo 12:30 p.m.

St. Mary’s, Rock Valley – Domingo 11 a.m.

St. Patrick’s, Sheldon – Domingo 12:30p.m.

Christ the King, Sioux Center – Domingo11 a.m.

Cathedral, Sioux City – Sábado 6 p.m.,Domingo: 12 p.m., 1:30 p.m.

St. Boniface, Sioux City – Domingo 10:30a.m.

St. Joseph’s, Sioux City – Domingo 8:30a.m.

St. Mary’s, Storm Lake – Sábado 7 p.m.,Domingo 12 p.m. (mediodía)

Horario de Misas en Español

Buscando una nueva generación de líderes Latinos en el V EncuentroPor RHINA GuIdoSCatholic News Service  WASHINGTON – Mientras el sol llamaba a los jóvenes

de Washington a piscinas, bares y paseos en bicicleta, Fran-cisco Hernández, de 26 años, y Flor Díaz, de 24, decidieronpasar la tarde del 24 de junio en el sótano del Santuario delSagrado Corazón en Washington.A veces los dos jóvenes bailaban o hablaban con los

aproximadamente 50 participantes durante una reunión par-roquial marcando las primeras etapas del quinto Encuentro,un proceso de cuatro años de reuniones para determinar lasnecesidades de los católicos hispanos/latinos en las iglesiasde Estados Unidos.En varios lugares en el país, iglesias católicas con pobla-

ciones grandes de feligreses latinos, como el Santuario delSagrado Corazón en Washington, están organizando eventosparecidos, y esperan que los eventos no solamente produz-can información sobre el grupo importante para la iglesia enEstados Unidos, sino también líderes latinos, acción mi-sionera y una fuerte identidad católica en la población queestá experimentando un rápido crecimiento en la iglesia.Reuniones similares con católicos latinos, llamadas En-

cuentro, se han llevado a cabo en la Iglesia Católica de losEstados Unidos antes y comenzaron en 1972 para que losobispos católicos del país averiguaran cómo servir mejor ala población latina de la iglesia. Sin embargo, las reunionesdel quinto Encuentro parecen estar especialmente enfocadasen los grupos de latinos jóvenes como Díaz y Hernández."Tenemos que decirles (a los obispos) que necesitamos,

pero también tenemos que decir 'esto es como vamos a ayu-dar…'", dijo Carola Cerezo-Allen a los jóvenes en la reuniónde la parroquia en Washington en junio. "Tenemos que hacercompromisos concretos".El párroco de la iglesia, el sacerdote franciscano ca-

puchino Moisés Villalta, dijo que ve esperanza en el pro-ceso, pero también le encantaría ver más participación porparte de los jóvenes."Han salido nuevos líderes", dijo el sacerdote. "Eso es

bueno… más jóvenes y nuevos. El hecho de que han dadoel primer paso siento que ya es algo bueno, pero pienso enmuchos cuantos no han respondido a esta llamada".Si todo sale bien con el proceso del Encuentro, el cual

los organizadores llaman el "V Encuentro" porque es laquinta vez que se realiza, los organizadores esperan que seproduzca un aumento en vocaciones de latinos al sacerdocio,a la vida religiosa, o al diaconado permanente. También bus-can un aumento en el porcentaje de estudiantes latinos ma-triculados en escuelas católicas y la creación de un grupo delíderes latinos para la iglesia, así como aumentar el sentidode pertenencia de los latinos en la iglesia de los EstadosUnidos donde sus números están aumentando.Un informe de 2016 encargado por los obispos de los Es-

tados Unidos al Center for Applied Research in the Aposto-late de la universidad Georgetown University mostró quemás de la mitad de los católicos nacidos en 1982 o mástarde, a los que se les llama la generación del milenio, sonhispanos o latinos. Aunque hay una gran promesa en susnúmeros, en la reunión de octubre de 2016 de los obisposestadounidenses en Baltimore, el cardenal de Boston Sean P.O'Malley expresó su preocupación de que las generacionesmás jóvenes de latinos católicos se le están escapando a laiglesia."Creo que tenemos una ventana de oportunidad y la ven-

tana de oportunidad se está cerrando", dijo el cardenal.Muchos de los de la generación del milenio están sigu-

iendo el paso de la sociedad estadounidense que, más y más,eligen no estar afiliados a ninguna religión organizada, y el

cardenal pidió que se tomen medidas rápidas para retenerlos.Párrocos como el padre Villalta, están de acuerdo y tam-

bién ven una urgencia. Siempre se habla del secularismo yla atracción del materialismo, y ciertamente son preocupa-ciones, dijo el padre Villalta, pero también dice que ve unataque contra jóvenes quienes son parte de minorías étnicaspor parte de las autoridades y eso, a su vez, hace que se sien-tan menos bienvenidos en la sociedad."Se siente como una desconfianza a ellos … de las au-

toridades hacia los jóvenes, yo siento", dijo el padre Villalta."Los miran como que todos son asaltantes, todos sonmareros … y no. No es cierto. Hay muchas historias buenas… hoy, aquí en Sagrado Corazón, tuvimos a mucho de ellosen sus 'cap and gowns' y cuantos jóvenes que presentamos,que se graduaron de la universidad católica y de otras uni-versidades, del high school. Están estudiando, llevan dos tra-bajos y ayudan a sus familias. Hay muchas historias buenasy esas no se cuentan. La gente no debe decir que todos losjóvenes andan en cosas malas".Durante las reuniones del Encuentro, el padre Villalta

dice que ha encontrado tiempo para hacer reflexión sobrelas historias de los jóvenes católicos latinos. Ha escuchadolas muchas luchas que enfrentan y que incluyen la sepa-ración de la familia, problemas de inmigración, violenciadoméstica y abuso dentro de la familia, dijo. Lo que escuchale ayuda a buscar una mejor manera de atenderles pastoral-mente, pero también ver como servir a los que no están enla iglesia.Cuando ve a los jóvenes en su parroquia, en ellos también

ve parte de su pasado ya que participó en el tercer Encuen-tro en Washington a mediados de los años ochenta, y asistióa reuniones parecidas cuando era un joven de unos 20 años.En esos tiempos, el padre Villalta había llegado a Washing-ton como inmigrante, huyendo de la guerra en El Salvador."Yo soy producto del tercer Encuentro … por eso me da

alegría ver que muchos jóvenes hay aquí, y que se metieranen esto", dijo, añadiendo que cuando participó en su juven-tud, no se tomó en cuenta a muchos jóvenes, pero eso hacambiado hoy. Lo que estaba claro es que los obispos en-tonces tenían un gran interés en ayudarle a comunidad latina,querían que sintieran que eran bienvenidos, especialmente

extender esa bienvenida a inmigrantes quienes estaban ex-perimentando un sentimiento algo igual a los ataques quealgunos sienten hoy. Y en eso encontró aceptación y leayudó a sentirse mejor, dijo.Durante el Encuentro de los ochenta, los obispos querían

que los latinos supieran "que estaban pensando en la comu-nidad hispana, que ellos veían que eran una bendición paraesta iglesia … hubo como una apertura a la pastoral his-pana", dijo el padre Villalta."Pero ahora nos toca ver que podemos hacer para apoyar

a estos jóvenes, este nuevo grupo, apoyarlos con sus retosque están viviendo", y quienes están siendo atacados, dijo elpadre Villalta. "Se ha caminado bastante, pero tenemos quever que podemos hacer para que se sientan como católicosllenos de alegría y alegres de participar (activamente) en laiglesia".Flor Díaz, una joven que participó en la reunión, dijo que

el proceso del Encuentro le había ayudado a encontrar lamotivación para servir a otros, especialmente porque ellaexperimentó ayuda por parte de miembros de la iglesia. A pesar de que la iglesia había sido importante en su

niñez, como adolescente, se había distanciado de la religión,dijo, hasta que dos hermanas religiosas la visitaron cuandose encontró sola en un centro de detención de inmigrantes enla Florida."Llegaron a hablarme del amor de Dios, que no estaba

sola", ella le dijo a Catholic News Service.Cuando salió del centro de detención, ella deseaba volver

a la iglesia, pero también quería ayudar a los demás como lehabían ayudado las dos religiosas. En el proceso del En-cuentro ha encontrado una manera de hacer eso, dijo, porquealienta la acción misionera como una forma de profundizarla fe. Díaz dijo que quiere ayudar a otros jóvenes latinos quehan dejado de ser activos en la iglesia y que podrían estar en-frentando otras luchas."Me ha dado una manera de involucrarme", dijo.Francisco Hernández también dijo que quería ayudar,

particularmente después de oír hablar de retos que otrosjóvenes como él enfrentan, y dijo que quería que sintieran la"alegría de regreso" a la iglesia, el alivio y la felicidad quese puede encontrar en la palabra de Dios, él dijo.

Los miembros de Nuestra Iglesia del Santo Redentor en Freeport, N.Y., pasan una esponja empapada en agua du-rante una competición por equipos en el Encuentro anual que se reúne en 2016 en el Seminario de la InmaculadaConcepción en Huntington, Nueva York. (foto CNS/Gregory A. Shemitz, Long Island Catholic)

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