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Título: Movimientos Sociales Protagonizados por Migrantes: Cuatro Postales desde México, España, Francia Y Estados Unidos Autora: Amarela Varela Huerta Fuente: Journal of Transborder Studies - Research and Practice Fall 2015

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Título: Movimientos Sociales Protagonizados por Migrantes: Cuatro Postales desde México,

España, Francia Y Estados Unidos

Autora: Amarela Varela Huerta

Fuente: Journal of Transborder Studies - Research and Practice Fall 2015

1

Movimientos sociales protagonizados por

migrantes: cuatro postales desde México,

España, Francia y Estados Unidos1

Por: Amarela Varela Huerta

Resumen:

El texto expone cuatro ejemplos de luchas protagonizadas por migrantes que en diferentes partes

del mundo reclaman su derecho a vivir con dignidad. Lo que en la sociología de los movimientos sociales

ha sido interpretado como un novedoso tipo de movimiento social social que interpela a los Estados y a

las sociedades contemporáneas para obligarlas a reconocer a los migrantes como sujetos de derecho,

como agentes políticos con el derecho a tener todos los derechos en condiciones de equidad, sin

desconocer las diferencias.

Este documento es una cartografía, un mapa de navegación por este nuevo territorio de

disidencias, anclado a islas o postales de cuatro movimientos sociales contemporáneos: el Movimiento

Migrante Mesoamericano en la ruta que atraviesan los centroamericanos por México; el movimiento de

migrantes en Barcelona; el Noveno Colectivo de la Coordinadora de los “Sans Papiers” en París, y; el

Movimiento de Justicia por el Barrio en Nueva York. En las siguientes páginas, se explican las luchas,

reivindicaciones y diferentes estrategias de los protagonistas de estas disidencias, así como el contexto

político en el cual han surgido, para que reconozcamos lo que los migrantes ponen en juego en pos de

obtener el reconocimiento jurídico de “personas” y los derechos que el discurso universalista de los

derechos humanos reconoce para todos los sujetos contemporáneos.

PALABRAS CLAVE:

Movimientos sociales de migrantes, derecho a permanecer, derecho a pertenecer, ciudadanía, nuevas

formas de identificación colectiva.

2

Introducción, o los principales elementos para comprender porque son novedosos los movimientos

sociales protagonizados por migrantes

Comprender la migración como una acción colectiva y exponer el hecho como un novedoso tipo

de movimiento social, es una apuesta epistemológica y política. Epistemológica, porque en la literatura

canónica de la sociología de las disidencias escasamente se aborda la relación de modelos concretos que

exploren las disidencias de las personas sin ciudadanía, cuyas estrategias de lucha parten de una

mezcolanza intercultural de lo político, puestas en juego en territorios que apenas comprenden. Aunque

parezca extraño, si revisamos las discusiones que analizan los movimientos sociales, no existe el

suficiente material para discernir y explicar la acción política de los migrantes que desobedecen los

regímenes de fronteras y resisten comunitariamente el racismo social (la xenofobia) e institucional (las

leyes de extranjería).

Estudiar los movimientos sociales de migrantes es una apuesta política, porque uno de los efectos

de que la acción colectiva de los migrantes no sea reconocida como ejercicio de desobediencia, tiene

como consecuencia que entre quienes interpretan las migraciones de personas, la agencia política de los

migrantes, no es tomada como un eje nodal a explorar; ya que se les considera bien como víctimas, o

bien como infractores de las leyes de extranjería. Antes de comenzar con la descripción de las

organizaciones de migrantes que interesan en este texto, me parece necesario apuntar algunos elementos

para la comprensión analítica de las luchas de trabajadores migrantes.

Las luchas migrantes son movilizaciones políticas ciudadanas —aunque protagonizadas por “no-

ciudadanos” o personas que permanecen clandestinizadas por las leyes que extranjerizan a los sujetos

“no nacionales”—, que tienen como principales reivindicaciones el efectivo ejercicio y reconocimiento

del derecho al asilo político y a la libertad de circulación, ambos derechos humanos universalmente

reconocidos.

Además, las luchas migrantes orientan su acción política hacia el horizonte de un sistema global

que reconozca el derecho de cualquier persona a elegir su lugar de residencia sin que por ello tengan que

mediar relaciones laborales cercanas a la servidumbre y/o esclavitud.

Los movimientos de los migrantes hacen uso de las formas instituidas por los movimientos

sociales contemporáneos para manifestarse, como campañas propagandísticas, protestas públicas, toma

de edificios, huelgas, piquetes, encierros, etcétera, para tratar de transformar las estructuras que los

subyugan. Con sus acciones buscan visibilizar que millones de personas son ilegalizadas y marginadas

por el Estado; además, regularmente, logran captar la atención del mass media, que consideran su

disidencia como algo noticiable.

Movimientos que con sus acciones apelan a la transformación de los imaginarios sociales de las

sociedades a las que llegaron a instalarse, imaginarios sostenidos de una gradación racista, sexista y

clasista de la pertenencia.

Desde nuestra perspectiva, los movimientos sociales protagonizados por migrantes representan

un novedoso tipo de movimiento social que construye nuevas formas de ciudadanía a pesar de que sus

integrantes carezcan de reconocimiento jurídico como “sujetos de derecho”. Carecer, sin embargo, de

ciudadanía y existencia jurídica, somete a los promotores de estos movimientos a la extranjerización

permanente al interior de las sociedades que habitan.2 A esta invisibilización se suman los riesgos que

implica asociarse y manifestarse públicamente, que va desde la retención en centros de internamiento

para extranjeros, aquellos que el jurista Héctor Silveira (2005) ha llamado “zonas de no derecho”,3 a,

incluso, la deportación del territorio en donde han luchado por el derecho a quedarse; y que hemos

llamado el “derecho a permanecer” y tener derechos, que proponemos se entienda, en adelante, como el

“derecho a pertenecer”.

3

Comprender y describir las subjetividades, estrategias y estructuras organizativas de este tipo de

movimientos, resulta más complejo, para los intérpretes de lo social, que el análisis de otros

movimientos. Pero, adentrándonos a través de casos concretos de movimientos sociales de migrantes,

haciendo uso del repertorio analítico de la sociología de las disidencias, podemos imaginar perspectivas

críticas que abonen para ampliar el repertorio de conceptos y categorías que ayuden a concebir la

migración como acción colectiva de lo contemporáneo.

Para comprender las luchas de migrantes, sus demandas y sus estrategias, proponemos poner

atención en los ciclos de movilizaciones que estos actores protagonizan (Tarrow, 1995), y al mismo

tiempo, enfatizar el análisis en las Organizaciones del Movimiento Social (OMS) que, en la jerga de la

sociología de la acción colectiva, remiten a las estructuras formales que perduran a lo largo del tiempo y

más allá de los ciclos de movilización de un movimiento social.

En este sentido, para comenzar con la descripción que concierne al texto, debemos tener en cuenta

que las estructuras de organizativas de los migrantes irregularizados,4 van de pequeños colectivos a

organizaciones de gran dimensión, que se activan en coyunturas políticas concretas; como es el caso de

las movilizaciones que desde 2006 llevan a cabo los migrantes “sin papeles” en Estados Unidos cada

primero de mayo, Día Internacional del Trabajo (Petras, 2006).

Las redes de migrantes se componen de núcleos organizativos, estructuras de las que, según la

coyuntura, se sostienen las grandes movilizaciones de migrantes y no migrantes que pelean,

parafraseando a la filósofa Hannah Arendt, “por el derecho a tener derechos”.5 Estas organizaciones del

movimiento de migrantes son sostenidas por los llamados “activistas” que además de pelear por “los

papeles” en ciclos de movilizaciones específicos, se mantienen trabajando para conseguir todo el arco de

derechos económicos, políticos y culturales reconocidos en el estatuto jurídico de la ciudadanía.

Los “activistas” que sostienen este tipo de movimientos no cuentan con el mismo perfil que un

pacifista o un ecologista o una feminista, subjetividades actualmente preferidas entre los estudiosos de

movimientos sociales. Los migrantes organizados que sostienen ciclos de movilización en demanda de

papeles, son trabajadores pobres, irregularizados por el Estado, carecen de la estructura sindical para

manifestar sus demandas, son los “otros perpetuos”, los que Achille Mbembe (2011) propuso categorizar

como los “cuerpos desechables” de la necropolítica contemporánea.

Así pues, tenemos que los actores políticos fundamentales que sostienen estas luchas son

subjetividades desprovistas de agencia legal, seres humanos a los que el capitalismo les niega existencia

jurídica. Es por ello que estos movimientos sociales se han tipificado como novedosos, ya que los

integrantes de las organizaciones de migrantes no corresponden con el perfil de “activista” que los

sociólogos occidentales han institucionalizado en el estudio de los nuevos movimientos sociales. De

acuerdo con el perfil instituído en la sociología de los disensos, los activistas son aquellos que por la

seguridad laboral y ciudadana, deciden irrumpir en el espacio público para ampliar y profundizar el arco

de derechos ya conseguidos, “personas de clase media, universitarios, que trabajan por la ampliación de

los derechos conquistados en las democracias occidentales avanzadas” (Godás, 2007: 43).6

Los protagonistas de las luchas de los migrantes no caben en esa definición, más adelante

ofreceremos cuatro postales respecto a ello. Los activistas migrantes son sujetos políticos irregularizados,

sumidos en una acuciante precariedad laboral, precariedad que está jurídicamente sustentada en las leyes

que segmentan étnicamente el mercado de trabajo, mercado de trabajo racialmente dividido por la

colonialidad del poder fundado en la modernidad.7

Otro rasgo característico disrruptivo de este novedoso tipo de movimiento social, es que en la

mayoría de los casos, los migrantes, que se organizan bajo la etiqueta de la carencia de ciudadanía, al

estar “sin papeles” en un lugar, son activistas de una causa con caducidad. Luchan por el derecho de

quedarse para trabajar, lo que insistimos, debe comprenderse como “derecho a permanecer”. La

permanencia es lo más vulnerado para el activista migrante, la labor política de estos “militantes”

4

conlleva el riesgo de ser deportados dado que los integrantes de estos movimientos se encuentran

ilegalizados por el Estado. Esta especie de paradoja, es uno de los elementos que se le escapa a la

sociología de las disidencias. Este novedoso tipo de activista es un sujeto político cuya agencia puede

costarle la deportación. Por eso una de las preguntas que guían este trabajo es: ¿Cómo pensar este tipo

de subjetividad política acorralada por la violencia del régimen global de fronteras desde la sociología

política contemporánea?

Proponemos que es viable extender el repertorio analítico de la sociología que trata las nuevas

formas de ciudadanías sustantivas para reflexionar la disidencia migrante. Porque con los movimientos

de migrantes asistimos a la ampliación del significado de ciudadanía y el repertorio de derechos que esta

implica. En palabras de la socióloga Elena Giner (2007), a las luchas de los migrantes y a quienes las

protagonizan hay que entenderlos como agentes de redefinición identitaria que amplían el ejercicio de

ciudadanía local. Como dice Etienne Balibar (2003), los movimientos de migrantes, con y sin “papeles”,

se hacen presentes en la realidad social de manera masiva; protagonizan sus ciclos de movilización ante

la fortificación de las fronteras jurídicas y sociales del territorio donde toman lugar. Las movilizaciones

de migrantes son el correlato del endurecimiento de las políticas que los extranjerizan.

Entendemos que este agenciamiento político8 de los migrantes da vida a un novedoso tipo de

movimiento social porque nuevos son sus actores (organizados desde la carencia), nuevas son sus

estrategias y renovados los retos que le plantean al estatuto de ciudadanía en el Estado de Derecho; y, no

menos importante, novedosos son los repertorios analíticos que requerimos imaginar para pensar la

disidencia desde la sociología.

Hasta aquí se han presentado las pautas para mirar analíticamente a los movimientos y

organizaciones de migrantes. Ahora expondremos ejemplos concretos que aterricen esta perspectiva, en

el abordaje se reconocerá la aportación al desafío socionalítico que los migrantes organizados plantean

para reflexionar sus disidencias.

Las postales que se presentan a continuación han sido construidas con base en investigaciones

etnográficas realizadas en diferentes épocas y espacios geográficos, conectados por la deriva que ha

implicado conocer, participar, comprender y explicar las luchas de los migrantes a lo largo de ya más de

una década.9

I. Cuatro postales de un mismo tipo de lucha, la de los migrantes que pelean por el derecho a

circular, permanecer y pertenecer

Las cuatro organizaciones que tratamos en este trabajo se enfrentan a un fenómeno global y

estructural: la gestión racista de las migraciones en todo el mundo. Desde nuestra perspectiva, los pilares

del régimen global de fronteras,10 aquel que define quiénes tienen derecho a tener derechos, adopta en

cada Estado Nación un rostro concreto. Por lo tanto, las luchas para conseguir derechos para quienes son

extranjerizados por este régimen de fronteras también tienen características específicas. Comencemos

por los dos casos que ocurren en el territorio geopolítico de la Europa Fortaleza.

Barcelona, España. Colectivo Cornella Sin Fronteras para la libre circulación de las personas.11

El 24 de enero del 2001 un centenar de migrantes marroquíes iniciaba en una iglesia del barrio

obrero de Sant Ildefons de Cornella, Barcelona, un encierro indefinido en demanda de la regularización

5

de su situación migratoria y del cese del acoso policial al que se veían sometidos. Esta situación se repetía

en 11 iglesias más de la capital catalana y en otras 5 ciudades españolas.12

Al finalizar dichos encierros, y luego de conseguir los “papeles para todos”, los encerrados, los

inmigrantes y los grupos de apoyo conformados por ciudadanos españoles, crean “Cornellà Sin

Fronteras, asociación para la libre circulación de las personas” (CSF). Una organización del movimiento

de migrantes en Barcelona que se propuso combatir con diversas acciones cualquier tipo de

discriminación y, debido a ello, pelear por la derogación de las leyes “de excepción” para personas

extranjeras.

De esta forma, CSF fijó como horizonte político a largo plazo la desaparición de cualquier

legislación que estableciera diferencias raciales o que redujera los derechos de las personas en España.

En el mediano plazo, los miembros de CSF se propusieron obtener la legalización inmediata y plena de

los inmigrantes “sin papeles” residentes en España; preservar la libertad de circulación y el derecho a

permanecer en un territorio para todas las personas que vivieran y trabajaran en el Estado español.

En el corto plazo, y mediante estrategias de corte “cotidiano”, los integrantes de CSF realizaron

acciones de sensibilización y de acercamiento entre personas de identidades diferentes para desarticular

el racismo, la xenofobia y la exclusión, “[…] partiendo de la idea de que los recién llegados no son una

mercancía sino personas, que como los catalanes y catalanas de segundas generaciones, tienen su bagaje

cultural, su propia historia y raíces de todo tipo, que enriquecen y son enriquecidos por lo catalán.”

(Archivo CSF, sin fecha).

Mediante diferentes estrategias de movilización, manifestaciones, encierros o huelgas de hambre

(las estrategias por excelencia del movimiento de migrantes en España), CSF ha ganado en todos estos

años de trabajo el reconocimiento como interlocutor ante la administración pública local y regional, así

como el reconocimiento entre la comunidad amazigh (o bereber) de marroquíes que residen en Barcelona

como una organización en donde existen “recursos para la integración”.

Hoy por hoy, los miembros activos de CSF son en su mayoría jóvenes de origen marroquí que

provienen o bien del movimiento estudiantil en ese país o bien de las luchas por el reconocimiento de la

identidad cultural amazigh. Su prioridad es mantener durante todo el año clases de castellano gratuitas

para los migrantes recién afincados en la ciudad, ofrecer asesoría jurídica para quienes carecen de

“papeles”, al mismo tiempo que organizar eventos culturales diversos que consigan preservar y

enriquecer la identidad mestiza de los bereberes que viven en Cataluña, además de actividades que

potencien los derechos y el reconocimiento del pueblo amazigh, de su lengua y cultura, un ejercicio que

encuentra eco entre las organizaciones catalanas. Esta es una de las tareas principales para los activistas

de CSF, la difusión y sostenimiento de la identidad amazigh en el exilio económico.

A nivel nacional y europeo, CSF se coordina para asegurar “la denuncia y la lucha contra las

causas injustas que provocan la inmigración y el apoyo a proyectos de desarrollo que cuenten con la

participación de los afectados teniendo en cuenta sus necesidades.” (Archivo CSF, sin fecha)

Además, y de manera intensiva en los últimos tiempos, los activistas de CSF participan en las

campañas contra los Centros de Internamiento y las deportaciones de migrantes irregularizados, en

coordinación con otros colectivos de migrantes y organizaciones antirracistas en España. Últimamente,

y dada la crisis económica que colapsó al sur de Europa la década actual, los amazigues de Cornellà han

priorizando la coordinación y participación activa con luchas y organizaciones por el derecho a la

vivienda y al trabajo digno.

Para pelear por su derecho a la vivienda, CSF forma parte de la Plataforma de Afectados por las

Hipotecas.13 Para defender el derecho a un trabajo en condiciones dignas, CSF trabaja cercanamente con

la Confederación General del Trabajo (CGT-Cataluña) en todo lo relacionado con la denuncia pública y

las demandas de carácter legal por siniestralidad laboral o los comúnmente llamados “accidentes de/o en

el trabajo”; un problema que abunda, sobre todo, entre los trabajadores migrantes que carecen de

6

reconocimiento jurídico y, por ende, que no cuentan con la cobertura legal y sanitaria en sus centros de

trabajo. Debido a estas circunstancias, el movimiento de migrantes de Barcelona ha buscado alianzas;,se

coordina y mantiene una comunicación fluida con otras organizaciones de migrantes en Europa.

Conozcamos un ejemplo similar en Francia.

París, Francia. Noveno colectivo de “Sin Papeles”14

Cornellà Sin Fronteras, en Barcelona, y en general el movimiento de migrantes “sin papeles” en

España, tienen como aliados en Francia al segundo de los colectivos que abordamos en este texto:

afincado en París, el “Noveno Colectivo de sin papeles”. Un ejemplo clave de agrupación de migrantes,

dentro del amplio espectro de organizaciones de migrantes que el periodista Mognis Abdalah ha

biografiado (1998, 2001) en ese país desde 1970.

Al igual que en España, el Noveno Colectivo se crea en 1997 por iniciativa de algunos migrantes

“sin papeles” acosados por la criminalización a la que se les sometió por carecer de residencia legal.15

Este colectivo de composición multinacional, hoy conformado por activistas de 25 nacionalidades, tuvo

y tiene como demanda central la regularización de todos los migrantes que viven y trabajan en Francia.

El Noveno Colectivo tiene una fuerte presencia en el espectro político parisino a través de

distintas formas de movilización, entre las que destacan las manifestaciones periódicas frente a

comisarías de policía, campañas de sensibilización de la opinión pública, y sobre todo, la ocupación de

edificios públicos. En estas ocupaciones, hombres, mujeres y niños, se encierran sorpresivamente en

sedes institucionales del gobierno francés y se niegan a marcharse hasta conseguir interlocución con la

policía y con las oficinas de extranjería.

Desde 1997 y hasta la década de 2010, cuando los entrevisté, los “sin papeles” del Noveno

Colectivo han ocupado la sede del Ministerio del Interior francés, museos, teatros, la representación en

Francia del Parlamento Europeo de la Comisión Europea, entre otros. Para cada uno de estos encierros,

el colectivo prepara una lista de solicitudes individuales (dossieres) para que las peticiones, bien de asilo

político, bien de residencia para el trabajo, sean revisadas debidamente; en la mayoría de los casos, como

resultado de sus estrategias de lucha, algunos de los encerrados han logrado obtener la regularización

migratoria.

Organizados como asamblea general, es decir, sin jerarquías o roles establecidos ya que no

conforman una asociación civil, los migrantes que se organizan como “sin papeles” en este colectivo

trabajan, en el corto plazo, en el campo de lo jurídico (con asesorías como hace CSF) para obtener la

solución a su situación migratoria, mediante la gestión de solicitudes de revisión de expedientes ante las

oficinas de extranjerías francesas.

Pero, como los miembros de CSF, a largo plazo priorizan el campo político porque entienden que

es la manera como alcanzarán, desde su perspectiva, la regularización global de todos los migrantes en

la república francesa. Y para ello realizan demostraciones (manifestaciones) semanales frente a la sede

del gobierno parisino, en el Ministerio del Interior, en el Ministerio del Trabajo, en los centros de

retención para inmigrantes, en las comisarías y en la Oficina de Migraciones.

Igual que los migrantes afincados en España, los Sans Papiers del Noveno Colectivo realizan

acciones para desarticular prácticas discriminatorias. Por ejemplo, concentrándose delante de una escuela

que se rehúsa a inscribir un niño de padres “sin papeles”. O asistiendo masivamente (burlando las

medidas de seguridad) a debates o reuniones de la clase política francesa, especialmente durante las

campañas electorales (municipales, legislativas, presidenciales y europeas), para forzar a las diferentes

estructuras políticas de derecha e izquierda a tomar posturas públicas y mediáticas con relación a las

políticas migratorias; en estas acciones, simultáneamente, otros miembros del colectivo ocupan locales

estratégicos desde un punto de vista simbólico y mediático del espectro francés.

7

Si bien la regularización de la condición migratoria de los integrantes del Noveno Colectivo

representa, como para CSF, la prioridad en sus estrategias de acción, su agenda también abarca la

coordinación de acciones contra la retención y expulsión de inmigrantes “sin papeles” y el cierre de los

centros de retención para migrantes y demandantes de asilo político en Francia.

En Francia, a diferencia de España donde la asistencia sanitaria aún es un derecho universal, se

desmantela progresivamente la ayuda médica del Estado, un dispositivo de acceso al cuidado médico

para los “sin papeles”. Debido a ello, los miembros del Noveno Colectivo también llevan a cabo

movilizaciones conjuntas con los Comités de Médicos, los sindicatos y las asociaciones civiles en

defensa del derecho a la asistencia médica universal.16

El Noveno Colectivo es consciente de que es necesaria una coordinación multinacional de los

movimientos europeos que salvaguardan los derechos de los migrantes para hacerle frente a las políticas

de migración de los Estados del continente, perspectiva que comparte CSF y que aterrizan por medio de

alianzas en ciclos de movilización en sus respectivos países.

Así por ejemplo, durante la ocupación de la Catedral catalana por los migrantes “sin papeles” en

Barcelona en junio de 2004, el Noveno Colectivo se manifestó simultáneamente a las afueras de

embajada española en París respaldando la demanda central de quienes se encerraron, Meses antes, los

miembros de CSF y la Asamblea por la Regularización Sin Condiciones,17 ya habían manifestado su

solidaridad con el Noveno Colectivo de la misma forma (delante de la embajada francesa en Barcelona)

cuando, en marzo de 2004, 100 “sin papeles” ocuparon la sede de UNICEF en París para reivindicar el

derecho de los niños “sin papeles” a una vida digna.18

Con relación a la interlocución y alianzas entre el Noveno Colectivo y los grandes aparatos

políticos y sindicales en Francia, el panorama es similar al español. Tal y como Madjiguène Cissé,

portavoz de la Coordinadora Nacional de Sin Papeles en Francia, explica en su libro Parole de sans-

papiers (1999), para los activistas del movimiento de migrantes en Francia, la relación con estos aparatos

sacó a la luz el paternalismo y, dice Cissé, hasta el eurocentrismo hacia los trabajadores del “tercer

mundo”. Existe, explica la dirigente senegalesa, la incapacidad de algunos representantes sindicales y de

organizaciones de izquierda institucional de reconocer a los migrantes como sujetos políticos con plena

autonomía. Es importante señalar que si bien existen las tensiones antes mencionadas, CSF y el Noveno

Colectivo, trabajan tejiendo alianzas con actores diversos, desde artistas e intelectuales hasta comités

sindicales, para combatir el recorte de libertades para los extranjeros. Porque para quien se organiza

desde la carencia, cualquier apoyo o cobertura resulta deseable. Y es que, tanto para los migrantes

irregularizados por el gobierno francés como para quienes residen “sin papeles” en España, la

convergencia con otros movimientos sociales resulta central para enfrentar el modelo de precarización

de todos los ámbitos de la vida social que se impone, desde su perspectiva, en la Europa comunitaria.

Hasta aquí se han expuesto, grosso modo, las demandas y las estrategias urgentes y a largo plazo

de estos colectivos surgidos en Europa, avancemos ahora a los ejemplos de organizaciones de migrantes

en el continente americano.

Nueva York, Estados Unidos. El Movimiento de Justicia en Defensa del Barrio19

A partir de participar como activista del movimiento de migrantes en Barcelona y etnografiarlo

para intentar desbordar los márgenes instituidos del repertorio de conceptos y categorías de la sociología

que piensa las resistencias contemporáneas, participé de diferentes foros de coordinación de

organizaciones de migrantes. Fue así como conocí en Barcelona, durante su visita a un encuentro, al

colectivo Movimiento de Justicia en Defensa del Barrio (MJDB), una organización neoyorquina de

migrantes, de mayoría latinoamericana, que pelean contra la “gentrificación” de su barrio, es decir, “[…]

8

contra el desplazamiento y expulsión de las familias de sus hogares por ser pobres, inmigrantes y gente

de color.” (Manifiesto en Defensa del Barrio, 2008).

El Barrio es un complejo habitacional ubicado en el Este de Harlem, Nueva York, con más de

100 mil habitantes, la mitad de origen latinoamericano, en donde cuatro de cada diez vecinos subsisten

en situación de pobreza extrema. Muchos de los residentes en el Barrio viven en situación migratoria

irregular, es decir, “sin papeles”.

En 2003 ese complejo habitacional fue adquirido por la multinacional Dawnay Day Group, una

compañía inmobiliaria londinense que ha recurrido a todo tipo de estrategias para apropiarse de los

hogares de la gente, entre ellas, presionar al gobierno neoyorquino para efectuar redadas y controles

migratorios de manera intensiva entre los habitantes del Barrio. Lo que redundó en las deportaciones

masivas de familias, en su mayoría mexicanas, además del desalojo de vendedores ambulantes y la

interrupción de contratos de alquiler a pequeños negocios y restaurantes de la comunidad.

Por eso, para oponerse al desalojo y la deportación de los habitantes del Barrio, fue creado el

MJDB. Organización que convocó a los vecinos para defenderse con acciones de desobediencia civil,

denuncias, amparos legales y campañas de comunicación que lograron llamar la atención de los grandes

medios informativos norteamericanos, visibilizando el conflicto, para en pocos meses frenar el desalojo

masivo de familias negras, migrantes y pobres que viven en el Barrio.

Esto ha representado un avance importante sujeto a la organización colectiva, considerando que

los vecinos del Barrio viven clandestinizados por su condición de “ilegal aliens” y que, debido a ello,

antes de este ciclo de movilización no habían logrado reconocerse como comunidad ni identificado su

vulnerabilidad jurídica de cara a la opinión pública como un resultado estructural de las políticas de

extranjería estadounidenses.

Hay que recordar, además, que desde 2006, Estados Unidos ha sido el escenario del ciclo de

movilizaciones más importante para los movimientos sociales protagonizados por migrantes “sin

papeles”. A partir de ese año, el primero de mayo se ha convertido en ese país, donde no se conmemora

oficialmente el Día Internacional del Trabajador, en el Día del Trabajador Inmigrante. La demanda que

se esgrime como estandarte por colectivos y redes de migrantes ha sido la regularización de los

aproximadamente 12 millones de “sin papeles” que residen en Estados Unidos.

El MJDB toma parte activa cada año del Día del Trabajador Migrante. Su consigna particular es

luchar contra la gentrificación del Barrio, tarea que permitió que los vecinos de la comunidad

reconocieran los problemas derivados de la clandestinización a la que son sometidos por las leyes de

extranjería norteamericana, como la discriminación en el mercado de trabajo o en el acceso a la salud y

a la educación.

Una vez contenidas las redadas contra migrantes “sin papeles” y frenados los desalojos de

familias en el barrio, y después de participar en el ciclo de movilizaciones por la amnistía general, el

MJDB se propuso llevar a cabo "La Consulta del Barrio", un instrumento de sondeo ciudadano entre los

vecinos aún desorganizados y del que resultaría un diagnóstico de los problemas, además de la

gentrificación del Barrio, a los que los vecinos se enfrentaban en la vida cotidiana. La consulta se basó

en el modelo organizativo que los miembros de MJDB aprendieron de La Otra Campaña del Otro Lado

—una iniciativa de la comunidad mexicana transfronteriza que apoya al Ejército Zapatista de Liberación

Nacional—, que consistió en convocar a asambleas de vecinos en cada edificio del Barrio, en las que

participaron alrededor de 800 personas. Como consecuencia de esta consulta, algunas asambleas de

vecinos establecieron reuniones semanales, hoy por hoy el principal espacio de coordinación del MJDB.

En aquella consulta, destacaron tres problemas que los vecinos del Barrio reconocieron como

prioritarios: la precariedad laboral, o los contratos basura, el pago de salarios por debajo de los estándares

mínimos y, sobre todo, la vulnerabilidad jurídica de estar “sin papeles” en Estados Unidos. Con este

diagnóstico los integrantes del MJDB regresaron a las asambleas de vecinos para construir estrategias

9

sostenidas por las campañas locales, regionales e internacionales en defensa del Barrio y de los Derechos

Humanos de sus habitantes. Y aún continúan en ese proceso. Cabe destacar que esta organización local,

retoma enseñanzas organizativas del movimiento por los derechos civiles que la comunidad negra en ese

país protagonizó durante el siglo pasado, y se nutre de la experiencia histórica del sindicalismo de los

chicanos César Chávez y Dolores Huerta.20

El MJDB es un ejemplo de luchas de migrantes que permiten reconocer más nítidamente la

complejidad de las luchas migrantes porque, este colectivo, compagina la oposición a las políticas que

extranjerizan a las personas de color o nacionalidad diferente a la estadounidense, y mantiene una

oposición activa a las prácticas monopólicas que encarecen el derecho a la vivienda digna, además de

que coadyuva para mejorar las precarias condiciones de trabajo de los vecinos de su barrio.

La labor del MJDB no se delimita a la consecución de mejoras de vida de los migrantes, sino que

mantiene abierta la pugna en pro de los derechos fundamentales que le son recortados a los “ciudadanos”

norteamericanos (los reconocidos jurídicamente). El camino que ha tomado esta organización confluye

con movimientos sociales no exclusivos de migrantes.21

Ruta Migratoria de centroamericanos hacia Estados Unidos. México. El Movimiento Migrante Mesoamericano22

El caso con el que cerramos esta suma de postales, a diferencia de los movimientos hasta ahora

abordados, no se puede concebir como un colectivo, sino como una red de activistas y esfuerzos que

acompaña en su trayecto por México a los alrededor de 400 mil migrantes, que cada año atraviesan la

llamada “frontera vertical”, enfrentando durante su tránsito la violencia institucional y la de los cárteles

del crimen organizado desde el Estado.

Como es sabido, México es el segundo país expulsor de trabajadores migrantes en el mundo, solo

detrás de la India. Se estima que 20 millones de trabajadores de origen mexicano viven en Estados

Unidos, que con muy variadas estrategias han podido permanecer en territorio norteamericano. Esta

diáspora ha construido luchas binacionales desde el primer cuarto del siglo XX que han redundado en la

consecución de diferentes derechos, de corte binacional, entre ellos los políticos, al menos en México; si

bien persiste la ausencia del reconocimiento de existencia jurídica para 12 millones de personas en

Estados Unidos, una gran mayoría de las cuales son de origen mexicano.

El Movimiento Migrante Mesoamericano (MMM) surge en 2006 en el marco del retorno de un

núcleo importante de activistas por los derechos de los migrantes en Estados Unidos. Algunos de estos

activistas volvieron de manera voluntaria para ser parte de lo que se conoce como la primera “diputación

migrante” (entre 2006 y 2009). Encabezada por el exlíder del movimiento estudiantil del 68 exiliado por

décadas en California: José Jaques Medina. Que fue incluido como diputado plurinominal del partido de

centro “izquierda” PRD.23 Una parte fundamental del MMM fue fundada por los migrantes retornados a

México por su propia voluntad, que inauguraron una agenda binacional, para apostar por la incidencia

política en las cámaras mexicanas y empujar reformas migratorias en Estados Unidos, así como tratar de

incidir en la realidad legal y cotidiana de los migrantes centroamericanos que atraviesan por México.

Otra parte fundamental de la conformación del MMM, han sido los migrantes deportados de

Estados Unidos, entre los que destacan Elvira Arellano24 y Rubén Figueroa, ambos activistas por los

derechos de los migrantes que desde su aterrizaje forzado en México han mantenido una militancia activa

denunciando las violaciones a los Derechos Humanos de los mexicanos en el exilio económico; de

manera acentuada, han protagonizado acciones y ciclos de protesta por los derechos de los transmigrantes

centroamericanos que transitan por México.

El tercer perfil de activistas que configuran el MMM, son algunos sacerdotes que administran las

casas de refugio para migrantes establecidas a lo largo de la ruta migratoria, concretamente, la que traza

10

el llamado “Tren de la muerte”. Figuras como fray Tomás González del albergue para migrantes La 72,

llamado así como homenaje a los migrantes asesinados en Tamaulipas en 2010, o el padre Alejandro

Solalinde y su equipo del albergue para migrantes en Ixtepec, Oaxaca.

El MMM esgrime una demanda: “todos los derechos para todos”. E iza el ideal de que la sociedad

mexicana reconozca dos tipos de interlocutores entre los actores políticos contemporáneos centrales en

México: los mexicanos en el extranjero (entre los que figuran los migrantes sin papeles en EEUU) y los

transmigrantes centroamericanos. Con el reconocimiento de estas dos subjetividades políticas, se

pretende que su voz, sus demandas y necesidades, sean consideradas como un tema en la agenda política

nacional., lo que redundaría, se supone, en el reconocimiento por parte de la sociedad mexicana y sus

gobernantes del racismo social e institucional que estas dos diásporas padecen.

Para visibilizar lo que padecen los migrantes mexicanos, el MMM “usó” la deportación de Elvira

Arellano para, a través de ponerla en contacto con organizaciones civiles, políticas y las cámaras

legislativas, explicar las consecuencias vitales de lo que se ha llamado la “deportabilidad”.25 Como

consecuencia de esta estrategia Elvira Arellano trabajó arduamente desde 2010 en la denuncia de la

separación de familias producto de la política de deportación del actual mandatario estadounidense

Barack Obama. Arellano y el MMM, actualmente, realizan protestas en las zonas fronterizas en donde

miembros de familias deportadas se “entregan” a la autoridad migratoria estadounidense, un trabajo

complejo pero que apuesta por la reunificación de las familias. (Y precisamente, producto de una de las

movilizaciones más recientes en Tijuana, México, Elvira Arellano, deportada en 2008, ha vuelto a cruzar

la frontera México-Estados Unidos, en 2014. Con ello el MMM ha demostrado una vez más su

binacionalidad.)

Paralelamente, con el objetivo de lograr que los transmigrantes centroamericanos sean

considerados un actor político, un hablante en la agenda política y mediática en México, el MMM se

propuso estudiar y acompañar la migración en ruta de centroamericanos por México. Un trabajo que

realizan sobre todo Rubén Figueroa y los religiosos de los albergues para migrantes bajo la premisa de

trabajar entre los protagonistas del fenómeno “[…] es donde está el trabajo, donde está la realidad y

donde está la sabiduría y probablemente donde van a estar las respuestas” (Entrevista a Marta Sánchez,

2015).

El acompañamiento de los migrantes se ha convertido en la tarea primordial del MMM. A través

de ello, han logrado tejer una alianza política con la Caravana de Madres Centroamericanas.26 Mujeres

centroamericanas que buscan a sus hijos desaparecidos en México, algunas desde hace más de 20 años,

otras recientemente; que consiguieron reconocimiento mediático, público e interlocución con los

gobernantes mexicanos solo después de la matanza de 72 migrantes en el rancho de San Fernando, en

Tamaulipas en 2010.

Con el reforzamiento de la Caravana, el MMM ha cubierto varias líneas estratégicas de acción,

porque esta ha situado el tema en la agenda nacional, lo que ha otorgado legitimidad al trabajo de los

activistas de la organización, y captado la solidaridad de la sociedad mexicana.

Es que después de hacer trabajo por ejemplo nos decían hace dos años, que antes pasaba el tren

y les tiraban piedras [a los migrantes] y ahora pasa el tren y les tiran botellas de agua, entonces

esos son los cambios que buscamos que no son generales ni son impactantes pero de uno por uno

sumándolos si son importantes si son cambios reales, que nos los tumban a cada rato porque

vuelve a aparecer el problema con toda la criminalización que hay y todos los desmadres que

hacen las propias autoridades, pero vaya se va construyendo un poco de otra visión diferente de

lo que es la migración (Entrevista Marta Sánchez, 2015)

Con la coordinación entre la Caravana de Madres Centroamericanas y los activistas del MMM se

ha conseguido cambiar la percepción hacia la migración centroamericana que persiste en la racista

sociedad mexicana. Con el trabajo en conjunto de estos dos frentes se han localizado a casi un centenar

11

de migrantes desaparecidos en territorio mexicano. Además se han planteado estrategias de autodefensa

y cuidado basadas en las experiencias de los migrantes, buscando salvaguardar su derecho a la vida, e

intentando librar las políticas de exterminio con que se rige el Estado mexicano.

Con esta caravana y acciones el MMM se aspira a modificar la desatención por omisión del

Estado al fenómeno transmigratorio. El MMM demanda que el Estado garantice la seguridad en la ruta

migratoria, que asuma que los planes de contención de la migración, más que “ordenarla” o detenerla,

han provocado que es los migrantes sean objetivo del crimen organizado; lo cual ha dado como resultado

que los cárteles gestionen los flujos migratorios.

Otro ejemplo de estrategia concreta para visibilizar la crisis humanitaria que padecen los

centroamericanos, lo encontramos en el llamado “Viacrucis migrante”. Una manifestación que se ampara

bajo el esquema religioso de la Semana Santa pero que es una denuncia social potente contra lo que

sucede. El viacrucis consiste en marchar sobre las vías del tren tanto como sea posible. Esta estrategia

ha conseguido visibilidad mediática considerable que ha redundado, por cierto, en acciones de la policía

migratoria, inéditas e interesantes.

Finalmente, para la consecución de los derechos para todos, el MMM prioriza el trabajo de

cabildeo legislativo para incidir en la creación de un marco normativo de extranjería en México. En

concreto apuestan por adecuar las leyes de extranjería que la política de externalización de fronteras dictó

para México en la década pasada, para que los derechos de los migrantes no se supediten a los criterios

de seguridad nacional. Y para eso toman parte de espacios institucionales, además de llevar a cabo

acciones directas para presionar a senadores y diputados.

Cuestionada sobre esta última línea de trabajo, sobre todo partiendo de que otras luchas en el

mundo plantean como demanda la derogación de leyes que extranjerizan, una de las voceras del MMM

reflexionó:

Nosotros nos basamos mucho en lo que pasó en estados unidos con la ley de migración, cuando

había propuestas más o menos decentes que no estaban completas y que les faltaba mucho, pero

estaban, y estaban los diputados a punto de aprobarla, todo el mundo se puso en contra porque no

era todo. Resultado: no hubo nada. Y no ha podido haber nada. Todavía estamos en que no hay

nada y mientras siguieron deportando, separando familias, siguió la criminalización y siguió el

sufrimiento de la gente. Por ejemplo decíamos, si se hubiera aprobado aquella ley de migración

cuando menos la mitad de los indocumentados hubieran pasado, son 4 o 5 millones de gentes,

“ah no pero es que no era todo”, ah era todo o nada. (Entrevista Marta Sánchez, 2015).

El MMM es otro ejemplo de lucha migrante con un discurso más “posibilista” que usa la incidencia, el

cabildeo y la acción directa, para detener el horror que padecen los migrantes centroamericanos que se

ven obligados a atravesar, la frontera vertical, el territorio mexicano.

A modo de conclusión…

Estas cuatro postales son los ejemplos con los que se ha querido ilustrar el novedoso tipo de

movimiento social que representan las luchas protagonizadas por migrantes actualmente. Estas luchas se

sostienen de organizaciones pequeñas, sin estructuras formales de representación, que subsisten bajo la

lógica de los movimientos sociales, es decir que, se abastecen en términos de tiempo, recursos simbólicos

y materiales de lo que aportan sus integrantes.

Si bien existen importantes diferencias entre las estrategias, ideales normativos, estructuras

organizativas y políticas de alianza, de los cuatro ejemplos que se han mostrado, estos movimientos

sociales de migrantes convergen en la demanda del derecho a permanecer, y pertenecer, en condiciones

de equidad en lugar al que han migrado. Mientras los migrantes en Europa exigen la desaparición de todo

tipo de leyes que los diferencian de los “nacionales”, apelando a la universalidad de los derechos

12

humanos antes que al repertorio de derechos que la ciudadanía como categoría jurídica garantiza, los

migrantes en América se movilizan, y movilizan sus recursos, para alcanzar reformas migratorias que

beneficien progresivamente a los 12 millones de sin papeles en Estados Unidos; además de pugnar por

la aprobación de leyes que amparen al casi medio millón de centroamericanos que en promedio circula

anualmente por México hacia Estados Unidos.

Explicitando el párrafo anterior, como pudo leerse durante el texto, se observa que los ideales

normativos de los movimientos sociales de migrantes analizados en el caso de Europa se sostienen

alrededor del repertorio discursivo del universalismo de los Derechos Humanos, apelando a que los

migrantes: tienen derecho a tener derechos. Mientras que en el caso de los movimientos de migrantes en

América, las organizaciones, además de apelar al repertorio de dichos derechos, los migrantes que

sobreviven al régimen de fronteras, demandan ser reconocidos económicamente por la sociedad en la

que viven irregularizados. Dicho de otro modo, las luchas de migrantes de América defienden su derecho

a tener derechos esgrimiendo su “utilidad” como trabajadores. Esta es la diferencia fundamental con los

migrantes poscoloniales organizados en Europa, porque ellos se oponen a que su presencia en las

metrópolis europeas sea reconocida a partir de criterios utilitaristas, o su derecho a permanecer y

pertenecer a las sociedades que habitan se vincule directamente al hecho de ser trabajadores “útiles” en

beneficio de las economías europeas.

Finalmente, desde mi punto de vista, quiero insistir que las luchas de migrantes son un novedoso

tipo de acción colectiva, se han expuesto en el texto algunos argumentos, y deben ser tratadas como un

campo de estudio en sí mismas. Para comprenderlas requerimos imaginar repertorios analíticos mestizos,

ser capaces desde diferentes perspectivas de comprender las formas en que los migrantes se defienden

de los racismos diversos. Resulta imprescindible imaginar desde una academia militante, nuevas formas

de interpretar los movimientos sociales de migrantes, tomando como base para esta imaginación teórica

el diálogo de saberes que reconozca las formas de nombrar la protesta entre los propios afectados.

Imprescindible es también agrietar el repertorio discursivo que, desde la sociología de los disensos, se

tiene disponible para pensar la acción colectiva, independientemente del origen étnico de los activistas.

Es necesario analizar estos ejemplos de movimientos sociales de nuevo tipo, con base en los

modelos analíticos vigentes sobre formas de interpretar los movimientos sociales; asumir el desafío que

Boaventura de Sousa Santos llama “sociología de las emergencias (2006: 30-34); reconocer como

interlocutores del debate o diálogo social sobre la ciudadanía a los migrantes que protagonizan

movimientos sociales en demanda de la obtención de “papeles” y derechos; hacer una sociología de las

emergencias de luchas migrantes, para establecer una sociología insurgente que reconozca nuevos

repertorios analíticos que interpreten la agencia política de los “sin parte” y las repercusiones en los

pactos sociales en la modernidad.

13

REFERENCIAS

Abdallah H. Mogniss. (1997). Chroniques d’un mouvement: Sans-papiers. IM’média/REFLEX: París Balibar, E. (2003). Nosotros ¿ciudadanos de Europa?: las fronteras, el estado, el pueblo. Madrid: Tecnos. Cachón, L. (2002) Inmigración y segmentación de los mercados de trabajo en España. Fundación Centra. Sevilla.

Consultada el 5 de abril de 2008, http://public.centrodeestudiosandaluces.es/pdfs/S200302.pdf Aierbe, Peio. (2007) “Sin papeles: límites como movimiento, fuerza como agente de cuestionamiento del concepto

de ciudadanía.” En Suárez-Navaz, Maciá Parera, Moreno García. (Eds.). Las luchas de los sin papeles y la

extensión de la ciudadanía. Perspectivas críticas. Madrid: Traficantes de Sueños. Págs. 237-250. Cissé, Madjiguène (2000). Palabra de sin papeles. Donosti: Gakoa. Giner, E. (2007). “Los colectivos de sin papeles en Francia: Agentes de redefinición identitaria y ejercicio de

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y la extensión de la ciudadanía. Perspectivas críticas. Madrid: Traficantes de Sueños. Pags. 73-105. Giorgi, A. (2005). Tolerancia cero. Estrategias y prácticas de la sociedad de control. Barcelona: Virus Editorial. Godás, X. (2007). Política del disenso. Sociología de los movimientos sociales. Barcelona: Icaria. Petras, J. (2006, 30 de abril). “MesoAmérica llega a EU”. La Jornada. Rancieré, Jacques. (1999). Dis-agreement: Politics and Philosophy. Minneapolis: University of Minnesota Press. Schwenken, Helen. (2003) “RESPECT for All: The political self-organization of female migrant domestic workers

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Cambridge University Press. Varela, Amarela. (2013). Por el derecho a permanencer y a pertenecer...Una sociología de la lucha de migrantes

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resistencias en clave femenina al régimen global de fronteras”. En Aquino; Decosse; Rojas y Varela (Coord.).

Desafiando fronteras. Control de la movilidad y experiencias migratorias en el contexto capitalista. México: Sur+.

México. Varela, Amarela. (2009) "Residency documents for all! Notes to understand the movement of migrants in

Barcelona", En Refuge: Canada's periodical on refugees. Vol 26. No. 2. York University. Toronto. Pp. 121-132

14

Varela, Amarela. (2008). “¿Qué ciudadanía y para qué? O sobre lo que tienen que decir los saberes migrantes con

relación al debate sobre la(s) ciudadanía(s)”. En La política de lo diverso. Barcelona: CIDOB. Pág. 169-180. Varela, Amarela. (2007). “¿Por Qué Y Para Qué Investigar A Los Movimientos Sociales De Migrantes?”. En

Santamaría E. (Coord.). Los retos epistemológicos de las migraciones transnacionales. Barcelona: Antrhopos

Editorial. Varela, Amarela. (2007). “¿Papeles?, ¡para todos! Diez años de movimiento de migrantes ‘sin papeles’ en

Barcelona”. En Suárez L., Macías R., Moreno A. (Comp.). Los sin papeles y la extensión de la ciudadanía. Madrid:

Traficantes de Sueños.

Notas

1 Existe una versión previa de este texto publicado originalmente en inglés en “Migrant struggles

for the right to have Rights: three examples of social movements powered by immigrants in New

York, Paris and Barcelona”. In Transfer, European Review of Labour and Research. Vol. 14, No. 4.

ETUI-REHS. Bruselas. Pp. 677-694. La versión que ahora ofrezco contiene nuevos ejemplos de

luchas migrantes.

2 La categoría fue acuñada por la jurista Seyla Benhabib (2004), el concepto refiere a la condición

de Otro, extraño, perpetuo, puesto que el sujeto migrante es tratado por el derecho como extranjero,

lo cual permite que puedan aplicárseles leyes especiales para “no nacionales”.

3 Los CIE son establecimientos de carácter no penitenciario en los que se encarcela a migrantes y

demandantes de asilo político que permanecen irregularizados por los gobiernos de la Unión Europea.

La retención, según el país y el momento político, puede durar entre 32 días y hasta 18 meses, según

la Directiva Europea de Retorno aprobada en junio de 2008.

4 Cuando decimos “irregularizados” nos referimos a lo que Nicolás de Génova (2004) ha planteado

como “construcción legal de la ilegalidad” de los migrantes, cuando, al estudiar la migración

criminalizada de mexicanos en Estados Unidos, propuso entender esta condición legal de ilegalidad

como una estrategia estatal y del mercado para mantener a los migrantes en zonas de “no derecho”,

que no solo los confinan a la hiperexplotación laboral sino que los estigmatizan socialmente como

criminales que violaron las leyes de acceso y permanencia al territorio que habitan.

5 Dice Hannah Arendt en Los orígenes del totalitarismo: “Llegamos a ser conscientes de la

existencia de un derecho a tener derechos (y esto significa vivir dentro de un marco donde es juzgado

por las acciones y las opiniones propias) y de un derecho a pertenecer a algún tipo de comunidad

organizada, solo cuando emergieron millones de personas que habían perdido y que no podían

recobrar estos derechos por obra de una nueva situación política global”. (2006: 375).

6 Para comprender a fondo la irrupción de este nuevo tipo de activista que se define a partir de la

carencia, “los sin papeles, los sin techo”, se pueden consultarse las obras de la socióloga alemana

Helen Schwenken (2003), sobre mujeres migrantes trabajadoras domésticas organizadas en Europa.

Para una lectura en clave epistémica, consúltese el trabajo de Jaques Rancierè (1999).

15

7 “Desde la formación inicial del sistema-mundo capitalista, la incesante acumulación de capital se

mezcló de manera compleja con los discursos racistas, homofóbicos y sexistas del patriarcado

europeo. La división internacional del trabajo vinculó en red una serie de jerarquías de poder: étnico-

racial, espiritual, epistemológica, sexual y de género”. (Quijano, 2007: 19).

8 Por agenciamiento nos referimos a la capacidad de acción transformadora que sostienen los

migrantes moviéndose del papel de víctimas del tráfico de personas o del rol de “transgresores” de

las leyes de entrada y permanencia en un territorio, al de sujetos políticos.

9 Pueden consultarse los resultados de estas derivas en mis publicaciones académicas de los últimos

años en el sitio: https://uacm.academia.edu/AmarelaVarela

10 Alessandro De Giorgi (2005) ofrece una panorámica de este régimen en el que hace caber los

regímenes de extranjería y los de securitización o las leyes para la seguridad nacional y antiterrorista.

11 Esta postal está sustentada en el trabajo de etnografía de largo aliento que sostuve para

doctorarme. Una investigación realizada entre 2002 y 2008 en la ciudad de Barcelona. El trabajo se

realizó bajo el paradigma de la investigación acción participante / investigación militante. Sustentada

en 33 entrevistas en profundidad del tipo de “relato de vida”, investigación documental, estrategias

de periodismo de investigación y talleres sobre temas concretos en los colectivos involucrados en el

movimiento. Debo decir que primero formé parte activa del movimiento por mi propia condición de

migrante y, gracias a la experiencia, después decidí defender mi tesis doctoral pensando este

problema de investigación. La tesis se encuentra está disponible para su descarga en:

<https://www.academia.edu/8065077/Porque_la_ciudadan%C3%ADa_se_consigue_ejerci%C3%A

9ndola._Una_aproximaci%C3%B3n_sociol%C3%B3gica_al_proceso_instituyente_del_movimient

o_de_migrantes_en_Barcelona._Tesis_doctoral>.

12 A este ciclo de movilizaciones se le conoce como “Oleada de encierros de migrantes en el Estado

Español”, que durante un par de meses conmovió a la opinión pública española y consiguió una

amnistía para los migrantes participantes en dichos encierros. Después vendría uno de los

estructurales procesos de regularización extraordinaria que forman parte de la política de gestión de

las migraciones del gobierno español. Para más información sobre este ciclo de movilizaciones véase

Las luchas de los sin papeles y la extensión de la ciudadanía” (Suárez-Nava, Maciá y Moreno; 2007:

185-214).

13 Para conocer esta interesante experiencia por el derecho a la vivienda puede consultarse la verse

su página web: <www.afectadosporlahipotecta.org>. (Consultado en junio de 2015).(consultado en

junio de 2015)

14 Esta postal se sustenta del trabajo de campo que como investigadora militante realicé en el mismo

marco que la investigación doctoral. Conocí el trabajo de los migrantes “parisinos” cuando asistimos

a reuniones de coordinación a escala europea en foros sociales, después conversé con diferentes

miembros de ese colectivo en sus visitas a España y cuando viajé por motivos académicos o militantes

a París. Visité su local y acompañé a los miembros de este colectivo en acciones concretas en París,

cuando ocuparon edificios públicos en manifestaciones. Puedo decir que más que responder a

entrevistas en profundidad, la metodología usada para elaborar esta postal es más del tipo de las

derivas de los situacionistas.

15 En su página electrónica: <http://9emecollectif.net/>. (Consultado en junio de 2015).

16

16 Como Act Up, organización que a nivel global trabaja por el derecho a la asistencia médica

universal para los pacientes con Sida.

17 La ARSC es la plataforma de coordinación del movimiento de migrantes en Barcelona en la que

desde 2003 participan migrantes y no migrantes.

18 Este ciclo de movilización, que comprendió 55 días de huelga de hambre y tres meses de

movilización continua, se saldó con la regularización de un centenar de miembros del Noveno

Colectivo.

19 Esta postal está construida con base, sobre todo, en técnicas de periodismo de investigación.

Conocí al colectivo en cuestión gracias al reencuentro con mi colega Juan Haro, uno de los activistas

fundadores que sostienen al MJDB. Juan es zapatista y nos conocemos desde la década de 1990 por

el levantamiento indígena. Juan tuvo la generosa amabilidad de explicarme el proceso del MJDB;

además retomé la sistematización que otros periodistas, tesistas y el propio Haro han hecho para

explicar el movimiento. En concreto, redacté la postal como consecuencia de la gira por Europa que

Juan Haro realizó para explicar el movimiento, cuando en 2008 pasó por Barcelona, España.

20 Un caso que se repite en buena parte de las organizaciones de migrantes en ese país. (Zapagringo:

2007 y Coutin: 2007).

21 Para una perspectiva de los 10 años de existencia de este colectivo véase el recientemente

publicado balance de la propia organización en: Jessica Davies (2015). “Diez años de lucha por otro

mundo posible: Movimiento por Justicia del Barrio y sus amigos desde todo el mundo hacen sus

reflexiones sobre una década de resistencia digna”.

22 Esta última postal está construida con base en el trabajo de acompañamiento que como académica

he establecido con los miembros de esta organización. Acompaño al MMM desde casi su fundación

de una manera concreta en ciclos de movilización, por ejemplo, cuando organizan anualmente la

acogida a escala nacional para la Caravana de Madres Centroamericanas en busca de sus hijos

migrantes. Además, la postal se sostiene de la entrevista en profundidad que realicé en abril de 2015

a Marta Sánchez, coordinadora general de la organización, a quien agradezco su generosa confianza

al compartirme documentos internos e informes de la organización para generar este documento.

23 La figura de diputado plurinominal se encuentra vigente en el sistema de partidos mexicano y se

basa en el reconocimiento de “cuotas” de representación. Jacques Medina fue sumado a las listas de

diputados por cuotas partidistas por el PRD. Este partido de centro izquierda enfrenta una grave crisis

desde hace años por las disputas internas de corrientes pero, sobre todo, porque en septiembre de

2014, cuando el estado de Guerrero era gobernado por un miembro de ese partido, fueron asesinados

6 jóvenes y otros 43 normalistas de Ayotzinapa desaparecieron sin que hasta el momento el instituto

político haya aclarado los vínculos que sus afiliados que ocupaban los principales cargos de la

administraron local responsable de esta masacre tienen con el crimen organizado.

24 Elvira Arellano es un ícono en el movimiento contemporáneo por los derechos de los migrantes

en EEUU. Durante la década del 2000 permaneció varias veces encerrada en iglesias de California,

practicando lo que se conoce como el derecho al Santuario, que se asemeja bastante a la acción

política de los migrantes en Francia y España cuando se encierran en iglesias para demandar los

papeles o la regularización para poder permanecer en donde habitan. Para una lectura sobre la

17

subjetividad política de Arellano y las prácticas que desarrolla véase De Génova. en

Desobedfronearseresrse.

25 Ver el texto de Nicolás de Génova “Poder soberano y la ‘nuda vida’ de Elvira Arellano”, en

Decossé, Aquino y Varela (2013). Desafiando fronteras. Control de la movilidad y experiencias

migratorias en el contexto capitalista. Oaxaca: Frontera Press. Pág. 165-174

26 La caravana de Madres Centroamericanas es una iniciativa transnacional que desde hace más de

una década se dedica a buscar a los hijos migrantes desaparecidos en su ruta por México hacia Estados

Unidos. Esta hubiese representado otra postal para el artículo, pero por motivos de espacio no la he

incluido. Un tipo de lucha migrante más compleja pues involucra estrategias de maternar la búsqueda,

mecanismos feminizados de activismo. Para una descripción más amplia de esta lucha y sus

implicaciones puede verse un texto que escribí en 2013 “Del silencio salimos: la Caravana de madres

hondureñas en México. Un ejemplo de resistencias en clave femenina al régimen global de fronteras”.

En Aquino; Decosse; Rojas and Varela (Coord.). Desafiando fronteras. Control de la movilidad y

experiencias migratorias en el contexto capitalista. México: Sur+.

18

Dra. Amarela Varela Huerta es Doctora en Sociología por la Universidad Autónoma de Barcelona,

especialista en migraciones por la Universidad Pontificia de Comillas de Madrid y licenciada en

Periodismo y Ciencias de la Comunicación por la Universidad Nacional Autónoma de México. Desde

2008, trabaja como profesora/investigadora en la academia de Comunicación y Cultura de la Universidad

Autónoma de la Ciudad de México. Es miembro del Sistema Nacional de Investigadores en México. Ha

ejercido como periodista y productora de radio y televisión en el ámbito noticioso en México y, como

corresponsal en el extranjero. Las líneas de investigación que configuran su quehacer académico son la

migración y los movimientos sociales, la interculturalidad y la comunicación. Ha publicado el libro “Por

el derecho a permanecer y a pertenecer, una sociología de la lucha de los migrantes” (Traficantes de

Sueños, Madrid; 2013) y coordinado junto con Alejandra Aquino y Fred Decossé un volumen colectivo

“Desafiando fronteras. Control de la movilidad y experiencias migratorias en el contexto capitalista”

(Frontera Press Oaxaca. 2013). Ha publicado artículos académicos en revistas indexadas y de divulgación

científica. Email: [email protected]