touraine reflexiones del nuevo paradigma

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Alain Touraine. Un nuevo paradigma para comprender el mundo de hoy UN NUEVO PARADIGMA Según Tourine, estamos en la actualidad en un cambio de paradigma, pues se está cambiando el paradigma político y social por el cultural. Plantea que durante muchos siglos, el paradigma político en el que predominaba conceptos como, orden, paz, guerra, poder, estado, Rey, nación, república, pueblo y revolución articulaban el pensamiento humano y sus relaciones entre el individuo y la sociedad. Con la llegada del capitalismo y la revolución industrial comienza el paradigma económico, los conceptos que prevalecen son: clases sociales, riqueza, burguesía, proletariado, sindicatos, huelgas, estratificación, movilidad, desigualdad, conflicto social y redistribución. Pero actualmente vivimos la emergencia del paradigma cultural, que representa la desaparición de las sociedades como sistemas integrados y portadores de un sentido general. En el paradigma cultural, ya no hablamos de derechos sociales, sino de derechos culturales donde se reivindican y se defienden los derechos de cada individuo, de las colectividades a las que pertenecemos diluyéndose unos de los principios del paradigma social: el interés general. Derechos sociales como la igualdad social, redistribución de la riqueza, pasan a ser sustituidos por el derecho a la lengua, a la religión, en definitiva el derecho a ejercer mi minoría o mi opción individual. Estos ya son derechos antiguos, pero se diferencian en que en las sociedades modernas se sitúan en el debate público. En el nuevo paradigma tampoco se hablan de actores sociales definidos por su papel social (trabajador, alumno, obrero, patrón, etc.) en la realidad social, sino de sujetos definidos por si mismos, por sus expectativas, valores o ilusiones, en definitiva su identidad individual y colectiva. El sujeto cultural no vehiculiza sus aspiraciones en movimientos sociales clásicos, no presenta conciencia de clase, por lo tanto no precisan de la lucha de clases para canalizar sus reivindicaciones. Los nuevos movimientos sociales no tratan de tomar el poder, sino de disolver el poder actual en las mentes de los ciudadanos, estos nuevos movimientos

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Reflexiones sobre el nuevo paradigma

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Alain Touraine. Un nuevo paradigma para comprender el mundo de hoy

UN NUEVO PARADIGMA

Segn Tourine, estamos en la actualidad en un cambio de paradigma, pues se est cambiando el paradigma poltico y social por el cultural. Plantea que durante muchos siglos, el paradigma poltico en el que predominaba conceptos como, orden, paz, guerra, poder, estado, Rey, nacin, repblica, pueblo y revolucin articulaban el pensamiento humano y sus relaciones entre el individuo y la sociedad. Con la llegada del capitalismo y la revolucin industrial comienza el paradigma econmico, los conceptos que prevalecen son: clases sociales, riqueza, burguesa, proletariado, sindicatos, huelgas, estratificacin, movilidad, desigualdad, conflicto social y redistribucin. Pero actualmente vivimos la emergencia del paradigma cultural, que representa la desaparicin de las sociedades como sistemas integrados y portadores de un sentido general. En el paradigma cultural, ya no hablamos de derechos sociales, sino de derechos culturales donde se reivindican y se defienden los derechos de cada individuo, de las colectividades a las que pertenecemos diluyndose unos de los principios del paradigma social: el inters general. Derechos sociales como la igualdad social, redistribucin de la riqueza, pasan a ser sustituidos por el derecho a la lengua, a la religin, en definitiva el derecho a ejercer mi minora o mi opcin individual. Estos ya son derechos antiguos, pero se diferencian en que en las sociedades modernas se sitan en el debate pblico. En el nuevo paradigma tampoco se hablan de actores sociales definidos por su papel social (trabajador, alumno, obrero, patrn, etc.) en la realidad social, sino de sujetos definidos por si mismos, por sus expectativas, valores o ilusiones, en definitiva su identidad individual y colectiva. El sujeto cultural no vehiculiza sus aspiraciones en movimientos sociales clsicos, no presenta conciencia de clase, por lo tanto no precisan de la lucha de clases para canalizar sus reivindicaciones. Los nuevos movimientos sociales no tratan de tomar el poder, sino de disolver el poder actual en las mentes de los ciudadanos, estos nuevos movimientos sociales, han dado voz a jvenes, minoras tnicas o minoras sexuales que no crean que su voz pudiera ser escuchada. La ascensin de la individualidad en la sociedad moderna ha permitido que estas minoras dejen de sentirse culpables de su diferencia, de su individualidad y por tanto han decidido dar el salto a lo pblico.

El tema central de este nuevo paradigma es la informacin, que representa una revolucin tecnolgica cuyos efectos sociales y culturales son visibles; por ejemplo la globalizacin que representa la disociacin de la economa mundalizada y las instituciones; o bien la percepcin de la violencia, las guerras, los sistemas de represin: ese mundo de la violencia poltica organizada no es ya un mundo social. Los Estados modernos se haban creado a travs de guerras; los conflictos actuales no tienen funcin poltica o social. Una guerra no es ya la otra cara de un conflicto social.

Todas estas observaciones convergen hacia el mismo punto: la cada y la desaparicin del universo que hemos denominado social, pues millones de personas deploran la ruptura de los lazos sociales y el triunfo de un individualismo desorganizador. Hay que aceptar como punto de partida del anlisis esta destruccin de todas las categoras sociales, desde las clases sociales y los movimientos sociales hasta las instituciones o agentes de socializacin, nombre que se ha dado a la escuela y a la familia al definir la educacin como socializacin.

La idea que este libro quiere defender es que cambiamos de paradigma en nuestra representacin de la vida colectiva y personal. Salimos de la poca en que todo se expresaba y se explicaba en trminos sociales, y debemos definir en qu trminos se construye este nuevo paradigma cuya novedad se percibe en todos los aspectos de la vida colectiva y personal. El paso de un paradigma a otro, de una lenguaje social sobre la vda colectiva a un lenguaje cultural.

PRIMER.A PARTE

CUANDO HABLBAMOS DE NOSOTROS EN TRMINOS SOCIALES

Captulo 1

LA RUPTURA 11-S

El atentado del 11-11 instala en el mundo un discurso nico, hegemnico y geopoltico, en el que la lucha del Bien (EEUU) contra el Mal (el Mundo Islmico), ser apoyados ciegamente por todo el mundo occidental. Se rechaza la intervencin de los organismos internacionales justificndose el uniteralismo para tomar decisiones.De esta manera, se genera una ruptura con el pasado, adoptndose formas brutales de torturas y servicios sexuales humillantes.El cambio de perodo histrico y el tipo de sociedad se vuelven tan dramtico que generan rupturas que van ms all de iniciativas polticas y guerreras de una superpotencia, este sentimiento de ruptura fueexperimentado en todo el mundo

EL MIEDO

Desde la cada del Estado y el imperio comunistas, slo se habla de sociedad civil y de liberacin de los individuos, pero desde le 11-11 la vida de las sociedades est dominada por el miedo, la violencia y la guerra, por na amenaza mortal constante.Debido a elo, las sociedades se fragmentaron en comunidades cerradas, rechazando como enemigas a las dems comunidades que no se les parezca.Los paises actuales apuntan a la negociacin del otro ms que al conflicto con l.

UN MUNDO EN RETROCESO

Ciento de millones de seres humanos, obligados a abandonar :sus pases por la miseria, la violencia social y las propias guerras, son arrojados a los campos de refugfiados. Una parte de ellos, particularmente en China, encuentran en las ciudades dmedio de sobrevivir o incluso de entrar en un nuevo tipo de vida social. Pero esos campesi nos descampesinados, esos jvenes sin empleo y atrados por los reflejos de consumo urbano pero que no pueden integrar las clases medias y, con ellos, tantos otros, de todos los continentes, viven cam bios geogrficos y socioculturales que los destruyen ms que hacerles en trar en la modernidad.Estbamos acostumbrados, a constatar que d progreso del nvd de vida y las polticas de solidaridad social supriman o reducan la gran miseria caracterstica de los comienzos de la industrializacin. Ahora no creemos ya, ni siquiera en los pases ms ricos, que baste atravesar medio siglo de trabajo intenso para acceder a un modo de vida mejor. Las desgualdades sociales aumentan; las escalas sociales se vudven demasiado cortas: los golden boys no estn en lo alto de la sociedad nacional, sino por encima de ella, y los precarios y los excluidos no estn abajo, sino fuera de la escala, suspendidos en el vaco.Las conquistas del movimiento obrero y la fuerza dd sindicalismo haban permitido al Estado-providencia crear en los pases industriales notables sistemas de proteccin social, pero pierden hoy su fuerza.

DNDE EST EL SENTIDO?

Todas estas observaciones negativas se inscriben en la descomposicin de la sociedad, de la desocializadn, que es, el ocaso de lo social, y la penetracin por todas partes de una violencia de mil formas, rechazando todas las normas y los valores sociales, hay que aadir una tercera, el incremento de las reivindicaciones culturales, tanto bajo una forma neocomunitaria como de apdacin a un sujeto personal y de reivindicacin de los derechos culturales. Hablbamos de actores sociales y de movimientos sociales; en el mundo en que ya hemos entrado, tendremos que hablar con mayor frecuencia de sujetos personales y de movimientos culturales.No creemos ya en el progreso; estamos angustiados por la descomposicin de las ciudades y las zonas rurales, por la violencia social y por las guerras santas hay que buscar respuestas a las amenazas que pesan sobre nosotros y a las transformaciones que ya nos han hecho pasar de un tipo de so ciedad a otra.El actor principal es evidentemente Estados Unidos, la inmensidad y la diversidad del espacio social en el que evoluciona hacen difcil no ceder a la vez a la diabolizacin de su gobierno y a la fascinacin ejercida por un pas que dirige el consumo y las comunicaciones de masas del mundo entero, y que disfruta de un abrumador avance cientfico y tec nolgico sobre los dems pases.Cmo enfrentarse a ello? Debemos, creo, considerar que Estados Unidos fue el pas refugio por excelencia, y al mismo tiempo una tierra de conquistas, descubrimientos y conflictos que hicieron a la vez fascinante e inquietante su vida interior. Actualmente, a pesar de la llegada masiva de hispanos, Estados Unidos est menos ocupado por sus problemas in ternos que por su papel internacional, lo que ha provocado, desde la guerra de Vietnam y hasta la ocupacin de Irak, un aumento de los de bates, las divisiones e incluso los enfrentamientos que hacen del Estados Unidos de hoy un pas ms prximo al Reino Unido de 1904 que al Esta dos Unidos de 1954. Ese pas, vuelto hacia el interior y orgulloso de sus xitos, est en adelante enfrentado a movimientos populares y a polticas de Estado que atacan su hegemona y sus empresas militares.El mundo occidental, ese conjunto vago pero real, se ha disuelto y se ha visto la disminucin brutal del papel de Gran Bretaa. El todo poderoso Estados Unidos se interesa ahora mucho menos que antes por Europa y Amrica Latina. Entre Estados Unidos y China no existen sino

2Cuando hablbamos de nosotros en trminos sociales

La rupcura29

centros de decisin muy secundarios, d ms visible de los cuales es la Unin Europea, y una masa confusa que se denomina mundo islmico, atrapado entre intentos de modernizacin que ya han fracasado, intentos de retroceso fundamentalista y empresas guerreras.

Esta rpida evocacin geopoltica trata en primer lugar de hacer com prender que no es en d nivel propiamente poltico en el que conviene buscar la explicacin de los movimientos actuales. Es en el nivel mun dial, y el anlisis puramente poltico no podra bastar para ello.

Mi punto de partida, ya lo he dicho, es que asistirnos a la descompo sicin de losocial. El anlisis de la realidad social en trminos propia mente sociales responda al universo poltico que nos domin durante un largo perodo, y que haba comenzado con Maquiavelo y haba dura do hasta Tocqueville, pasando por Hobbes y Rousseau. La crisis y la des composicin del paradigma social de la vida social han creado un caos enel que han penetrado la violencia, la guerra y la dominacin de los mercados que escapan a toda regulacin social, pero tambin la obsesin de los comunitarismos por su identidad.-La organizacin social, amenazada desde arriba por lo que llamamos la globalizacn, no puede encontrar ya en s misma los medios de su enderezamiento. Es abajo, en un llamamiento cada vez ms radical y apasionado al individuo, y no ya a la sociedad, donde buscamos La fuerzasusceptible de resistir a todas las violencias. Es en ese universo individualista, muy diversificado, donde muchos buscan y encuentran un sen tido que no se encuentra ya en las instituciones sociales y polticas, y que es el nico capaz de alumbrar exigencias y esperanzas capaces de suscitar otra concepcin de la vida poltica.Los tres temas que acabo de evocar: 1) la descomposicin de lo social,2) el ascenso de fuerzas situadas por encima de la sociedad: la guerra, los mercados, el comunitarismo, la violencia personal e interpersonal, y, fi nalmente, 3) la apelacin al individualismo como principio de una mo ral, no estn ligados entre s? No es el ocaso de lo social lo que provo ca a la vez el incremento de la violencia y el recurso al sujeto personal? La proposicin central sobre la que se puede reconstruir un anlisis social positivo es, en mi opinin, que la invasin del campo social por fuerzas impersonales (que pueden ser denominadas no sociales) no se pue de combatir ya mediante reformas sociales conquistadas por un mov-. miento social; tal cosa slo puede hacerse invocando unos principios de

accin que no son, tampoco, raciales, puesto que apelan directamente a lo que denominamos derechos humanos. Cuando todo es cuestin de vida y muerte, las intervenciones pblicas no pueden bastar para resolver los problemas. La vida no es slo lo que es, sino el movimiento por el que los actores, en lugar de identificarse con un valor o un objetivo exteriores, descubren en s mismos, en la defensa de su propia libertad, su capacidad de actuar de manera autorreferencial, como lo haca la socie dad en la situacin precedente. De este modo se crea un sentido que resiste a la lgica del poder y del mercado, e igualmente a la de la inte gracin comunitaria. Pero hay que aadir, antes incluso de presentar es tas hiptesis de manera detallada, que ese sujeto consciente de s no se li mita en absoluto a una actitud de meditacin interior, de bsqueda de s por la eliminacin de las influencias ejercidas sobre el yo por el mundo exterior; se afirma ante todo luchando contra lo que le aliena y le impide actuar e:n funcin de la construccin de s mismo. El sujeto personal lu cha contra todas las formas de vida social que tienden a destruirle, pero tambin contra el tipo de individualismo que es manipulado por los est mulos de los mercados y los programas. Al mismo tiempo, de manera ne gativa se desarrollan, en los pases y las categoras que se definen ante todo por la dominacin que sufren, reivindicaciones comunitarias. stas confieren a la afirmacin de s como sujeto un apoyo poderoso, pero tien den tambin constancemente a destruirla.El sujeto es, ms que una palabra liberadora, una accin y una con ciencia que no se afirman con frecuencia ms que por su combate contra las fuerzas organizadas que, dando una existencia concreta al sujeto, amenazan con derrocarlo, segn el modelo conocido de los movimientos religiosos, polticos y sociales que, en nombre de un dios, del pueblo o de la libertad y la igualdad, sehan apoderado del poder y han reducido al si lencio las libertades personales, cotno hizo Lenin desde finales de 1917. El sujeto no es ni un suplemento de alma ni un instrumento en manos de los fundadores de aparatos de gestin pblicos o privados.Una definicin del nuevo paradigma no se podr formular ms que al final de esta primera parte. Pero desde ahora comprendemos que no se define como una etapa del progreso ni como una ideologa o una repre sentacin del mundo. La descomposjcin de los conjuntos sociales y cul tuales cerrados sobre s mismos, a la manera de los sistemas holsticos anillizados por Louis Dumont, libera por una parte fuerzas de cambio cada vez menos controladas, lo que sucede en dcapitalismo mundializa do, pero tambin diversos tipos de crisis, de ruptura, de violencia, que

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La ruptura31

expresan tambin el proceso general de desocializacin (es decir, la di solucin de los mecanismos de pertenencia a grupos y a instituciones ca paces de perpetuar su integracin y administrar sus transformaciones). Pero libera tambin una relacin con uno mismo, una conciencia de li bertad y de responsabilidad que era prisionera de los mecanismos i-ns titucionales cuyo papel era imponer a todos valores, normas, formas de autoridad y el conjunto de nuestras representaciones sociales. Esra doble disociacin puede desembocar tanto en el debilitamiento (incluso la de saparicin) del espacio propiamente social, como en el surgimiento de otras instituciones.El anlisis que emprendo es nonnativo; se basa en la idea de que enla sociedad actual existen, por una pa rte, fuerzas de destruccin de los actores sociales que actan invocando la necesidad natural y, frente a ellas, figuras del sujeto (religiosas, polticas, sociales o morales) que resis ten a lo que amenaza a la libertad. Entre las dos se mantienen (o incluso se refuerzan) instituciones que se esfuerzan por dar forma a la autonoma de lo social. Pues hoy como ayer, no es inevitable que el bien gane o que el mal prevalezca sobre l, y tampoco que el mundo social sea bastante fuerte para resistir por s mismo a la potencia de los elementos desenca denados. Si mi anlisis es normativo, no es apologtico.Como socilogo que soy, no trato, claro est, de destruir la sociologa.Pero es preciso comprender bien que no existe ninguna razn convincen te para identificar la sociologa con el anlisis de una sola va (o de una sola etapa) de la modernizacin. No olvidemos que si las categoras sociales se descomponen hoy, han sustituido a las categoras polticas hace me nos de dos siglos. Y, adems, el anlisis sociolgico no se forma aparte de los hechos observables. No hablara de crisis social, de ascenso de la vio lencia no social y del sujeto personal si todos estos fenmenos no fueran ya constatables a nuestro alrededor y dentro de nosotros.No apelo aqu a una edad de oro desaparecida ni a una nueva concepcin del progreso. Es de nuestra experiencia de lo que hablo, y en pri mer lugar de la situacin histrica en la que se opera el cambio de para digma del que este libro quiere dar cuenta.

Captulo 2

LA MUNDIALIZACIN

DE 1.os EsT,mos DE LA POSGUERRAA LA MUNPIALIZhCIN DE LA ECONOMA

Tras la Segunda Guerra Mundial, tanto en los nuevos pases creados sobre las ruinas del sistema colonial como en los pases comunistas y en la mayor parte de los pases occidentales, aparecieron Estados volunta ristas que trataban de crear una nacin nueva, de enderezar una econo ma destruida por la guerra o tambin de mejorar rpidamente las condi ciones de vida de los trabajadores.El We/fare_ State, instituido en Gran Bretaa cn_ 1943 por el plan Be veridge, era con toda certeza muy diferente de la Seguridad Social fran cesa, creada en 1945, pero, en esos dos casos como en todos los dems, la figura central de la vida econmica y social era sin duda el Estado, tan to porque era el nico que posea los recursos suficientes para impulsar una poltica econmica como porque, inmediatamente despus de la guerra, los trastornos sociales y nacionales exigan quelas leyes y la defi nicin misma de la vida poltica fueran transformadas de manera pro funda.El Estado intervino, pues, en todos los dominios (econmico, social y cultural), a menudo de manera autoritaria, pero, en el caso de la mayor parte de los pases occidentales, con la voluntad de asociar a la recons truccin econmica profundas reformas sociales y una transformacin de la conciencia nacional. En Europa, se mantend r durante largo tiempo la esperanza de conseguir un desarrollo econmico ms preocupado por los problemas sociales que el modelo norteamericano. Michel Albert ha opuesto as d capitalismo renano, es decir, de tipo alemn, en el que la cogestin y los sindicatos ocupan un lugar importante, al capitalismo an glosajn, cuyos objetivos son exclusivamente econmicos. Es slo a finalde siglo cuando el capitalismo renano aparecer como un obstculo ms que como una fuerza motriz frente altriunfo de los mercados internacio nales y 1a rapidez de accin de los decisores liberales.

)'!Luando hablbamo5 de nosotros en trminos sociales

De hecho, todos los aspectos econmicos de ese intervencionismo del Estado entraran ms o menos pronto en decadencia, sobre todo en los pases que no disponan de una buena administracin pblica y don de haba una corrupcin activa. Pero, hasta comienzos del siglo xx1,se ha mantenido en algunos pases la idea de que la nacionalizacin de las actividades econmicas es de una importancia vital para el progreso del pas.En Francia, en particular, se ha creado una concepcin cuasi religiosa de las nacionalizaciones y, cuando la huelga de 1995, entre los ferroviarios y sus amigos se oa todava exaltar al Estado como portador de valores uni versales frente a una burguesa que no defendera ms que intereses par ticulares.A pesar de estas resistencias, el nuevo modo de modernizacin, basa do en la libre empresa y el papel central del mercado en la asignacin de los recursos, seha instalado con rapidez en todas partes. De este modo, el control y la regulacin de la economa se apoyan cada vez menos en obje tivos o normas ajenos a la economa. A lo largo del ltimo cuarto del si glo xx, el Estado intervencionista ha sido reemplazado casi en todas par tes (y casi por completo) por un Estado que busca ante todo atraer las inversiones extranjeras y facilitar las exportaciones nacionales, y, a la vez, por empresas que se integran cada vez ms en conjuntos transnacionales y estn asociadas a redes financieras que, apoyadas en nuevas tcnicas ma temticas, pueden sacar beneficios importantes de la circulacin de las informaciones en tiempo real. Estas rpidas transformaciones son la con secuencia directa de una internacionalizacin de la produccin y delos in tercambios que van a desembocar en la globalizadn de la economa.Nuestro propsito no es describir en detalle esta globalizacin o mundializacn de la economa, pero es preciso situarla en trminos his tricos a fin de poder comprender sus efectos sobre la disgregacin de las sociedades contemporneas.Volvamos, pues, al perodo que se abri a mitad de la dcada de 1970 hasta la cada del Muro de Berln y que ha terminado con el atentado que destruy las torres del World Trade Center en Nueva York. Este pero do haba comenzado con la crisis del petrleo, dicho de otro modo, tras un desplazamiento masivo de recursos procedentes de Japn y de Euro pa occidental en direccin a los pases petrolferos, que colocaron sus re servas en bancos de Nueva York a fin de generar intereses, lo que atesti guaba ya una forma de globalizacion de la economa. Desde hace un tercio de siglo, al menos, a pesar de la agresividad del campo sovitico al comienzo del perodo, el mundo occidental se ha adelantado de forma

considerable en casi todos los sectores de la vida industrial y econmica, y Estados Unidos ha adquirido una poscn cada vez ms dominante. Una visin econmica de la historia se ha impuesto entonces, confiriendo cada vez ms importancia a los factores econmicos y tecnolgicos del cambiosocial. La mundializacin de los mercados, el crecimiento de las empresas transnacionales, la formacin de redes (networks) cuya importancia capi tal ha subrayado muy bien Manuel Castells, y la nueva eficacia de un sis tema financiero capaz de transmitir Las informaciones en tiempo real, La difusin por los mass media,por la publicidad y por las propias empresas de bienes culturales masivos, con frecuencia estadounidenses, todos estos hechos, ahora sobradamente conocidos, han creado esta globalizacin ca racterizada, a los ojos de muchos analistas, por una ampliacin rpida de la participacin en los imercambios internacionales y, a la ve2, por el do minio de un gran capitalismo cuyos centros de decisin son con frecuen cia estadounidenses. Y el mundo, en efecto, parece en adelante regulado por la extensin casi sin lmites del moddo estadounidense.Sin embargo, los ecologistas subraya ron desde el principio la imposibilidad de una generalizacin de ese modelo y, asumiendo rpidamente una actitud contestataria, se manifestaron en todas las partes dd mundo, mientras se multiplicaban los levantamientos contra Estados Unidos. Ms recientemente, las graves consecuencias de la crisis burstil, desen cadenada por una fuerte especulacin sobre los valores tecnolgicos, han acentuado la desconfianza respecto de las grandes empresas, que han apa recido menos como la vanguardia de la modernizacin que como los agen tes de una especulacin desenfrenada, o como fuentes de enriquecimien to directo para sus dirigentes. En el cambio de siglo, los movimientos anticapitalistas han llegado a dominar una parte importante de la opi nin, contando con una capacidad de movilizacin masiva de los asa lariados y los consumidores descontentos. Se form as un importante movimiento de oposicin contra la globalizacin que pronto decidi cambiar su nombre, para dar a entender mejor que su objetivo era cons truir otro tipo de organizacin mundial (altermundializacin).

UN CAPITALISMO EXTREMO

Si el tema de la globalizacin ha adquirido una importancia poltka central es por una razn que no es econmica sino ideolgica: en efecto, aquellos que han cantado con ms fuerza la gloria de la globalizacin han

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La mundializacin39

querido imponer la idea de que ningn modo de regulacin social o po ltica de una economa mundializada era ni posible ni deseable, puesto que la economa. se situaba en un nivel mundial y no exista autoridad ca paz de imponer limitaciones a la actividad econmica en ese nivel. Laidea misma de globalizacin conllevaba, en efecto, la voluntad de construir un capitalismo extremo, liberado de toda influencia exterior, queejercera su poder sobre el conjunto de la sociedad. Es esta ideologa de un capitalismo sin lmites lo que ha suscitado tanto entusiasmo y tanta protesta.La larga historia de los capitalismos nacionales est profundamente ligada a la historia general de cada pas. Ya no es lo mstno hoy, pues las nicas instituciones poderosas a nivd mundial, los bancos y sobre todo el Fondo Monetario Internacional o la Organizacin Mundial del Comer . co, tratan de imponer una lgica econmica a los Estados y no objetivos sociales o polticos a los actores econmicos. Durante largos aos, este entusiasmo por la globalizacin ha sido contestado sobre todo por los de fensores de intereses locales o nacionales y de producciones que tenan necesidad de la proteccin nacional para garantizar su existencia en la competencia mundial: los agricultores europeos y norteamericanos, por ejemplo. A pesar de todo, la Organizacin Mundial del Comercio se ha reforzado de manera decisiva cuando China ha llegado a ser miembro de ella. Y las resistencias locales se han fundido ampliamente en un movi miento planetario de oposicin al capitalismo global y a la potencia norteamericana que es su principal apoyo. El foro de Porto Alegre ha sido el punto culminante.Algunos piensan que el debilitamiento o la descomposicin de las sociedades y los Estados nacionales constituyen etapas hacia la formacin de una vida tanto poltica y cultural como econmica a nivel mundial.No se ajusta esta idea a lo que constatamos desde hace mucho tiempo, a saber, la constitucin de conjuntos sociales cada vez ms vastos? A este respecto, la formacin de los Estados nacionales, imponiendo su poder a seores' o a colectividades locales, ciudades o monasterios, ha sido lo bastante larga y tumultuosa como para que estemos preparados para Lalenta y!difcil pero tambin ineluctable construccin de una sociedadmundil.Nadie podra descartar tal hiptesis, pero cuando tratamos de definir un perodo ms limitado nos sentimos arrastrados en la direccin opues ta: no haca la formacin de una sociedad mundial, sino hacia la diso ciacin creciente de los mecanismos econmicos, que funcionan a nvd

..mundial, y de las organizaciones polticas, sociales y culturales que no ac tan sino a una escala ms reducida, perdiendo toda capacidad de inte raccin con el nivel mundial. De forma que lo que se llama sociedad esta lla, puesto que una sociedad est definida por la interdependencia en el mismo conjunto territorial de los sectores ms diversos de la actividad co lectiva. La mundializacin de la economa no entraa, pues, necesaria mente la decadencia del Estado nacional,' y en consecuencia una desre gulacin cada vez mayor de la economa?Estas observaciones esquemticas nos permiten deducir las principa les implicaciones culturales y sociales de la globalizacin. La ms ma nifiesta es la formacin de una sociedad de masas en la que los mismos productos materiales y culturales circulan en pases de niveles de vida y tradiciones culturales muy diversos. Esto no significa de ningn modo la estandarizacin general de los consumos y la americanizacin del mun do entero. Se ve, por el contrario, cmo se mezclan diversas corrientes opuestas. La primera de ellas es la influencia cultural ejercida por las grandes empresas de consumo y de ocio: Hollywood es sin duda la fbri ca de sueos del mundo entero, pero se constatar tambin que no por ello hace desaparecer las producciones locales. Pues se asiste, por otra parte, a la diversificacin del consumo en los pases ms ricos. En Nueva York, Londres o Pars, hay ms restaurantes extranjeros que antes, y se pueden ver ms pelculas procedentes de otros pases del mundo. Por l timo, se asiste as al resurgimiento de formas de vida social y cultural tra dicionales o alimentadas por la voluntad de salvar una cultura regional o nacional amenazada. Pero en todas partes, como efecto de estas tenden cas opuestas, se acelera el declive de las formas de vida social y poltica tradicionales y de la gestin nacional de la industrializacin.El caso ms visible es el de los sindicatos. En Francia, por ejemplo, la sindicalizacin del sector privado ha llegado a ser muy dbil, sobre todo en las pequeas y medianas empresas. El sindicalismo ingls, dominado por el sindicato de los mineros y la izquierda, fue vencido por la seora Thatcher y no se ha recuperado de esa derrota. En Estados Unidos, don de la tasa de sindicacin es ms elevada, los sindicatos tienen poca in fluencia, y la poca de Walter Reutber y de] gran sindicato del automvil est ya muy lejos de nosotros.Durante las dcadas de 1980 y 1990, cuando decaa y luego se que braba el imperio sovitico, el tema de la sociedad de la informacin y de la comunicacin, a pa rtir dd desarrollo de Internet y las redes financie- . ras, se impuso a la opinin mundial. Perodo bastante corto pero decisi-

vo, durante el cual la guerra y los imperialismos aparecieron privados de sentido por el final de la lucha entre los dos bloques y d debilitamiento de lo que se llamaba d Tercer Mundo. El pensamiento social concedi una importancia central al anlisis de un nuevo tipo de sociedad, de contornos ms amplios que la sociedad industrial o postindustrial, e incluso que la sociedad de la informacin, que haba sido definida por las tecnologas que formaban lo que Georges Friedmann haba llamado una nueva Revo lucin industrial. Este tipo de pensamiento era tambin de una naturaleza diferente de la que haba presidido los anlisis centrados en el enfrenra miento del capitalismo y el socialismo, o en los problemas de la depen dencia de muchos pases respecto de un poder de decisin exterior.La sociedad de la informacin ha sido creada por empresarios de un nuevo tipo, entusiastas y empujados por una nueva concepcin de la so ciedad. Es el caso del grupo Linux, formado en California por verdade ros caballeros (o monjes!) de la informtica, que elabor una moral, la del enjoyment , opuesta al puritanismo tan bien descrto por Max Weber, y que desempea en otra escala el papel que haba sdo el de los saintsi monianos en Francia al principio de la industrializacin. Esta sociedad de la informacin se construye sobre un nuevo modo de conocimien tos, de nuevas inversiones y una representacin transformada de los ob jetivos del trabajo y la organizacin social.

LA RUPTURA DE LAS SOCIEDADES

Pero se trata verdaderamente de una nueva sociedad? En los tipos anteriores de sociedad, el modo tcnico de produccin era inseparable de un modo social de produccin. En la sociedad industrial, la organiza cin del trabajo, tal como fue definida por Taylor y luego por Ford, con sista en transformar el trabajo obrero para obtener el mayor provecho posible, y el trabajo a destajo, que estaba tan extendido, era ante todo una forma extrema de dominacin de clase. El mundo de la informacin es, al contrario, puramente tecnolgico, es decir, que sus tcnicas son so cialmente neutras y no tienen por s mismas consecuencias sociales inevi tables. Quiere eso decir que ya no hay aqu relaciones de dominacin? No, desde luego. Pero los conflictos de clase, si todava se los puede lla mar as, se sitan en lo sucesivo en el nivel de la gestin global, sobre todo financiera, ms que en el nivel del trabajo y de la organizacin de la pro duccin. La sociedad industrial estaba basada en la fbtica oel taller; y en

La mundializacn39

este nivel tambin haban aparecido los sindicatos, con sus reivindicacio nes, sus huelgas y sus negociaciones colectivas. La imagen que sugiere la globalizacin es la de redes de informaciones e intercambios que pueden no tener prcticamente ninguna existencia material, y la transformacin de las empresas en el curso de los ltimos veinte aos ha consistido a me nudo en trasladar al exterior sectores de produccin, en fragmentar, y por tanto en reduci r, el tamao de las empresas en proporciones consi derables. La jmagen que haba llegado a ser clsica de un ncleo central de la empresa constituido por manipuladores de smbolos>>, corno los llama Reich, da a entender perfectamente la prdida de importancia de los trabajadores productivos.Los grandes conflictos se forman en adelante en torno a la orien tacin del cambio histrico, de la modemi.zac.:in. Para retomar una distin cin importante, los movimientos sociales formados en un tipo de socie dad son reemplazados por movimientos histricos que responden a un cambio de gestin del cambio histrico. La globalizacin es, hay que re. petirlo, una forma extrema de capitalismo que ya no tiene contrapeso. La lucha de clases desaparece no porque las relaciones entre empresarios y asalariados hayan llegado a set pacficas, sino porque los conflictos se han desplazado de los problemas internos de la produccin hacia las estrate gias mundiales de las empresas transnacionales y las redes financieras.Los movimientos opuestos a la globalizacin consagran lo esencial de su tiempo a criticar la poltica de Estados Unidos y de los pases ms ri cos, tratando de dar una forma a los muy numerosos movimientos de base constituidos en los diversos pases; pero no han sabido proponer hasta el presente un anlisis general de los conflictos que se formaran a nivel mundial.El movimiento ecologista est en una situacin anloga, defiende la naturaleza, la tierra, ataca a los que destruyen el entorno y defiende la idea de un desarrollo sortenible, es decir, los intereses de aquellos que estn demasiado lejos, en el espacio o en el tempo, para hacerse or. Pero choca con la resistencia de los Estados y no ha obtenido ms que resulta dos limitados.La nocin de clases socales se impuso en la poca en que las diversas categoras de asalariados, comenzando por los obreros, estaban defini das, ante todo, por relaciones sociales :vividas en el trabajo. Cuando se ha bla de glopalizacin, es de categoras generales de lo que hay que servir se y la de clase no lo es en grado suficiente. Es, por otra parte, de la humanidad o de las generaciones futuras