transgresión, distanciamiento y bourdieu

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43 Selene Álvarez-Larrauri * Modelo para la construcción del objeto sociológico. Transgresión, distanciamiento y rigurosidad en Bourdieu ierre Bourdieu era, ante todo, un hombre práctico y reflexivo. Podría resumirse el trabajo de toda su vida en un solo afán: desarrollar el conoci- miento científico del mundo social, para cambiarlo. A lo largo de este tra- bajo veremos cómo logró plenamente lo que se propuso, a pesar de su muerte prematura. Hizo lo que muchos científicos. Elaboró un modelo so- ciológico que reconciliaba teoría y trabajo empírico para construir el hecho social en hecho sociológico, de una manera rigurosa. Parecería entonces que la enorme cantidad de tinta vertida en sus obras, en las de sus múltiples se- guidores en todo el mundo, y en las que sobre él se han hecho —además de la vertida en las críticas de las que ha sido objeto—, fuera inexplicable ante tal objetivo elemental, compartido con el resto de las ciencias. Las reacciones de los académicos franceses en los años sesenta fueron poco sensibles a la propuesta. En los años posteriores las reacciones nega- tivas aumentaron, no sólo en Francia, hasta llegar a considerarla una ver- dadera transgresión. Él mismo nos da la clave para poder comprender el porqué de tanto barullo. “En realidad, sólo la construcción de un modelo general de los intercambios simbólicos... permite dar cuenta, a la vez, de las regularidades observadas en las prácticas y de la experiencia parcial y deformada de aquellos quienes las viven”. 2 El modelo de Bourdieu implica que la sociología no puede ser una ver- dadera ciencia si no cuestiona las condiciones mismas de producción de P La sociología no merecería la pena, ni siquiera una hora de trabajo, si tuviera como solo fin descubrir los hilos que mueven a los individuos que observa; si se olvidara que estos hombres no son sólo marionetas si- no que juegan un juego, del cual ignoran las reglas. En resumen, si no se diera como tarea restituir a los hombres el sentido de sus actos. 1 S O C I O L O G Í A * Centro INAH Veracruz. 1 Pierre Bourdieu, Le bal des célibataires. Crise de la société paysanne en Béarn, Paris, Édi- tions du Seuil, 2002, p. 128. 2 Ibidem, p. 13.

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Page 1: Transgresión, distanciamiento y Bourdieu

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Selene Álvarez-Larrauri*

Modelo para la construcción del objeto sociológico. Transgresión, distanciamiento y rigurosidad en Bourdieu

ierre Bourdieu era, ante todo, un hombre práctico y reflexivo. Podríaresumirse el trabajo de toda su vida en un solo afán: desarrollar el conoci-miento científico del mundo social, para cambiarlo. A lo largo de este tra-bajo veremos cómo logró plenamente lo que se propuso, a pesar de sumuerte prematura. Hizo lo que muchos científicos. Elaboró un modelo so-ciológico que reconciliaba teoría y trabajo empírico para construir el hechosocial en hecho sociológico, de una manera rigurosa. Parecería entonces quela enorme cantidad de tinta vertida en sus obras, en las de sus múltiples se-guidores en todo el mundo, y en las que sobre él se han hecho —además dela vertida en las críticas de las que ha sido objeto—, fuera inexplicable antetal objetivo elemental, compartido con el resto de las ciencias.

Las reacciones de los académicos franceses en los años sesenta fueronpoco sensibles a la propuesta. En los años posteriores las reacciones nega-tivas aumentaron, no sólo en Francia, hasta llegar a considerarla una ver-dadera transgresión. Él mismo nos da la clave para poder comprender elporqué de tanto barullo. “En realidad, sólo la construcción de un modelogeneral de los intercambios simbólicos... permite dar cuenta, a la vez, delas regularidades observadas en las prácticas y de la experiencia parcial ydeformada de aquellos quienes las viven”.2

El modelo de Bourdieu implica que la sociología no puede ser una ver-dadera ciencia si no cuestiona las condiciones mismas de producción de

PLa sociología no merecería la pena, ni siquiera una hora de trabajo,si tuviera como solo fin descubrir los hilos que mueven a los individuosque observa; si se olvidara que estos hombres no son sólo marionetas si-no que juegan un juego, del cual ignoran las reglas. En resumen, si nose diera como tarea restituir a los hombres el sentido de sus actos.1

S O C I O L O G Í A

* Centro INAH Veracruz.1 Pierre Bourdieu, Le bal des célibataires. Crise de la société paysanne en Béarn, Paris, Édi-

tions du Seuil, 2002, p. 128.2 Ibidem, p. 13.

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los instrumentos de conocimiento que utiliza paracomprender cómo funciona el mundo social. Lo ante-rior significa analizar la construcción histórica del campoacadémico a través del análisis de los propios agentesque lo reproducen a través de relaciones simbólicas,económicas y políticas. La propia cientificidad de sumodelo, basada en el análisis de las condiciones de pro-ducción del conocimiento y de quienes llevan a cabo yreproducen la práctica de investigar, se convierte en-tonces en un instrumento crítico de la dominación so-cial. Devela las contradicciones de la experiencia delmundo, de que “va por sí solo”, tanto de dominadoscomo de dominantes. Con su modelo, Bourdieu re-cuerda a los intelectuales que en tanto poseedores decapital cultural, son una fracción dominada por la cla-se dominante y que muchas de sus posiciones en mate-ria política, por ejemplo, tienden a la ambigüedad desu posición de dominados. Les recuerda también quepertenecer a un campo intelectual implica, tanto en Pa-rís como en Moscú, intereses específicos no sólo enpuestos de académicos y contratos de edición, sino tam-bién en signos de reconocimiento y de gratificaciones,que a menudo están ocultas, no ya para quienes noson miembros del campo, sino para aquellos quesufren las imposiciones y censuras sutiles delmismo.3

Transgresión

El oficio del Sociólogo 4 se publicó en un mo-mento en que la enseñanza de la sociologíaen Francia se había organizado reciente-mente en departamentos de sociología y lamateria se impartía en la carrera de filosofía.En la Sorbona había una división del traba-jo entre los teóricos y los metodólogos. Porun lado, el grupo de Gurvitch y por elotro, el de Stoetzel. El gran padre de lasociología francesa, Durkheim, había

sido criticado y olvidado y ya no interesaba a ninguno.Había una ausencia total de consenso acerca de losprincipios sobre los cuales la sociología podía cons-truirse como ciencia.5 La propuesta de un modelo teó-rico asociado a la constatación empírica de la realidadde Bourdieu implicaba una invasión no sólo de la or-ganización, sino también de la autoridad simbólica enel campo de la producción académica.

Bourdieu efectúa con su modelo una transgresiónsimbólica para hacer más científica su ciencia. Él mis-mo considera como transgresión a lo que mete en dis-cusión las estructuras objetivas reconocidas comolegítimas, a la toma de conciencia y a la crítica de loarbitrario y su fragilidad, que quieren a su vez ser reco-nocidas por las mismas estructuras contestadas, impli-cando un estado de incertidumbre, una lucha frontal alestado de las cosas.6 Esta transgresión, sin embargo, esnecesaria. Es solamente a través del conocimiento delas leyes sociales de reproducción, que los habitus aca-

démicos adquirieran un margen de libertadde actuar, a pesar de estas leyes socialesque funcionan también para ellos y sus

campos. Utiliza la noción de utopía socio-lógica realista para calificar este margen. El

problema es que precisamente este margen espoco probable entre los intelectuales por la posi-ción social que ellos tienen.7

Los obstáculos del conocimiento, por lo tan-to, debían transformarse en problemas sociológi-cos ya que son más sociales que intelectuales.Bourdieu pensaba que estos obstáculos estánmás en las mentes que en las cosas.8 Analizó a losacadémicos como habitus reproductores delcampo académico, concibiéndolos como estruc-turas cognitivas resultado de la incorporación delas estructuras del mundo vivido que tienden a

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3 Pierre Bourdieu, Questions de sociologie,Paris, Éditions de Minuit, 1980, p. 70.

4 Pierre Bourdieu, J.C. Passeron, J.C.Chamboredon, Le métier de sociologue,Paris, Mouton-Bordas, 1968.

5 Françoise De Singli,, “Une autre façon de faire de lathéorie. Sciences Humaines. L’ouvre de Pierre Bourdieu”,Numéro Spécial, 90-95, 2002, p. 95.

6 Pierre Bourdieu, Méditations pascaliennes, Paris, Édi-tions du Seuil, 1997, p. 279.

7 Louis Pinto, Pierre Bourdieu et la théorie du monde so-cial, Paris, Bibliothèque Albin Michel Idées, 1998, pp.

230-238.8 Ibidem, p. 135.

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reducir las disonancias entre anticipaciones y lo-gros, haciéndolos iguales. Así, la sumisión y elconformismo al estado de cosas que criticaba,resultaban de la interiorización de las estructurassociales en forma de esquemas de percepción in-conscientes, no susceptibles de ser combatidospor las ideas verdaderas, ya que se trata de creen-cias y prácticas incorporadas en los habitus. Estoexplicaba la facilidad con la cual los dominadossufren esta dominación simbólica, y tambiénque la dominación no es reversible por una sim-ple conversión de los espíritus.

En su estudio de los académicos franceses,Bourdieu desarrolla la idea de que la correspon-dencia entre estructuras sociales y estructuras deconocimiento tienen también funciones políti-cas. Los sistemas simbólicos no son simplemente ins-trumentos de conocimiento, sino instrumentos dedominación. Las ideologías en el léxico marxista, y teo-diceas en el de Weber, en tanto que operadoras de in-tegración cognitiva, promueven por su propia lógica laintegración a un orden arbitrario. Los esquemas clasifi-catorios, socialmente constituidos a través de los cualesconstruimos activamente la sociedad, tienden a repro-ducir las estructuras de las cuales son producto comonaturales y necesarios, más que como productos histó-ricos contingentes de una relación de fuerza entre gru-pos, clases, etnias o sexos. Los sistemas de clasificaciónconstituyen un juego de luchas en el que se oponen in-dividuos a grupos en las interacciones rutinarias de lavida cotidiana en los distintos campos, ya sea el políti-co, el académico, el cultural. Bourdieu enriquece el aná-lisis estructural de Durkheim de una sociología genéticay política de la formación y selección de la imposiciónde los sistemas de clasificación. Las estructuras socialesy las cognitivas están ligadas estructuralmente, y es estacorrespondencia la que ofrece una de las garantías mássólidas a la dominación social.9

En Homo academicus identificó las posiciones de losinvestigadores dentro del campo académico para poderdar razón del grupo de fenómenos, prácticas, discursos,

opiniones, en un primer momento “objetivista” de suanálisis sociológico. A un espacio de posiciones corres-pondían, por homología, un espacio de habitus que diocuenta de dos cosas: la propensión diferencial a ocuparuna posición, y la experiencia que implica la ocupaciónde esa posición. Éste fue el momento “subjetivista” delanálisis. Finalmente, conociendo por una parte el estadode posibilidades objetivas, jerarquía de los agentes, delos productos, etcétera, y por otra las propiedades da-das por la posición y encarnadas en disposiciones men-tales de los agentes, sus habitus, explicaba las estrategiasque se llevan a cabo para modificar una posición o unespacio de posiciones.10 Llevó a cabo una verdaderarevolución simbólica contra las oposiciones teóricastípicas de los académicos como determinismo-volun-tarismo, reduccionismo-abstraccionismo, subjetivismo-objetivismo, considerándolas estigmas teóricos. Suprograma teórico hizo repensar las oposiciones comofronteras conceptuales que reproducían las relacionessimbólicas, económicas y políticas.11

En toda su carrera no dejó de hacer esta crítica a to-dos porque consideraba necesaria una lectura sociológi-ca de las condiciones de producción del conocimientosobre el mundo social, dentro del campo académico,

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9 Pierre Bourdieu & Loïc Waquant, Réponses, Paris, Éditions duSeuil, 1992, p. 22.

10 Pierre Bourdieu, Homo academicus, Paris, Éditions de Mi-nuit, 1984, passim.

11 Louis Pinto, op. cit., pp. 239-240.

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para develar las ganancias materiales y simbólicas queprovienen de un campo.12 Para, finalmente, construir-lo como neutro y desinteresado y abrir alternativaspara la construcción social de una ciencia. Estaba con-vencido que la crítica social puede tratar de activar elinconsciente social, luchando precisamente contra lasempresas de naturalización de lo social; proponía uncompromiso sociológico que pudiera movilizar latransgresión simbólica, y develar estructuras incons-cientes para construir una ciencia sociológica que per-mitiera estudiar su misma cuna y el mundo social en elque la reproducimos. No dejó nunca de recordar encada escrito, seminario, plática en el Collège de Fran-ce, que la práctica sociológica implica también una re-flexividad personal en la realización de la investigaciónpara cada uno de sus miembros. Surgía así una segunda

transgresión. No sólo contestaba los juegos del campo,sino exigía a cada uno de los integrantes que reflexiona-ra y deliberara sobre sus propias distorsiones e incon-ciencias. Con el concepto de habitus y la relación de éstecon el de campo, teorizaba cómo las maneras de pensary hacer de los agentes están intrínsecamente ligadas a laposición social dentro del campo (en este caso el acadé-mico). Develaba así no sólo la lucha, sino la desigualdaddentro del mismo campo, ahí donde éste se considera-ba no sólo neutro, sino igualitario.

Bourdieu no hizo otra cosa que analizar las condi-ciones de producción en el campo del conocimiento,aplicando su propio modelo, a su propia práctica. Latransgresión operada por Bourdieu no perdonaba na-da, ni a él mismo. En Homo academicus se autoanalizadentro del campo académico francés, junto con todoslos demás concurrentes.13

En su práctica del socioanálisis, e incluso en el au-toanálisis, que realizó durante su vida, se identificó conlos habitus estudiados, en especial Flaubert y Manet.En su curso sobre Manet, en el Collège de France, con-taba cómo trataba de meterse en el cuerpo del pintorpara entender su práctica. En septiembre de 1992 Pas-cal Casanova, en un programa de radio —France Cul-ture— efectuado a raíz de la aparición de Les règles del’art,14 le preguntaba: “Usted tiene por primera vez undiscurso en primera persona. Es un libro escrito sobreotro libro. La educación sentimental de Flaubert expli-ca cómo escribió usted su libro”. Bourdieu respondió:

Sospecho que me proyecté en este libro. Lo que implicamucha culpa ya que he denunciado violentamente lo quehe llamado narcisismo hermenéutico. Bachelard hablabade ‘narcisismo cósmico’ para calificar la propensión adecirnos ‘La naturaleza es bella, por lo tanto yo soy be-llo’. Si he sucumbido ante esta tentación, soy culpablede estar en contradicción conmigo mismo. Pero paradefenderme un poquito quisiera decir que escribiendoeste libro tuve el sentimiento de aprender cosas de mímismo que no tenía ganas de saber. Es un poco lo inver-so a lo que usted dice. Tengo la convicción de haberme

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12 Pierre Bourdieu, “La production de la croyance: contributionà une économie des biens symboliques”, en Actes de la Recherche enSciences Sociales, núm. 13:3-43, 1977, p. 43.

13 Pierre Bourdieu, op. cit., 1984, passim.14 Pierre Bourdieu, Les règles de l’art. Genèse et structure du

champ littéraire, Paris, Éditions du Seuil, 1992.

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distanciado de mí mismo a la vez que avanzaba en la es-critura del libro.

Su esfuerzo de autoanálisis se basaba en la construc-ción de un distanciamiento.

Distanciamiento

Bourdieu pensaba que la reflexión colectiva realista delas posiciones del campo académico, podía desembocaren tomas de posición pública competentes, rigurosas,autorizadas y comprometidas; en un intelectual colec-tivo autónomo:

Es importante instituir lugares de discusión regulados ylibres a la vez, donde uno pueda acudir con sus interesesprofesionales, sus competencias profesionales, sus pulsio-nes profesionales, sus revueltas profesionales, para discu-tir en términos profesionales (no en términoscorporativistas ni mandarines) con otros pro-fesionales, ya sea que se trate de problemasprácticos, personales o de problemas muchomás generales, y todo esto, sin esperar a serconsultados.15

Ante la pregunta especulativa y típica-mente escolástica de saber si la generosi-dad y el desinterés son posibles, proponíala pregunta política de cuáles son los me-dios que deben de ponerse en prácticapara crear universos en los cuales losagentes y los grupos tuvieran interés enel desinterés y la generosidad. O mejorque eso, que permitieran la adquisiciónde disposiciones durables en los ha-bitus con relación al respeto a los va-lores universales.16

La crítica de los principios de lavisión escolástica, y la deshistoriza-ción de la construcción de los resul-

tados de no pensar en el espacio social en el que seconstruyen, propone una discusión a fondo de los mis-mos como instrumento de libertad. Por ejemplo, conrelación al campo del arte, dice a los intelectuales quecontra el poder personal inconsciente existe la posibili-dad, a través del conocimiento del funcionamiento yreproducción social, de que un intelectual colectivo li-bre sea capaz de tener un discurso de libertad que noconozca otros límites que los controles que cada artis-ta, cada escritor, cada estudioso, armado de sus saberes,haga pesar para sí mismo y para los otros.17

El distanciamiento implica una crítica a la omnipoten-cia de los intelectuales en cuatro puntos: 1) la creencia enlas virtudes de la discusión como igualitaria; 2) la vi-sión encantada de las relaciones de fuerza política; 3) lailusión constructivista preformativa del mundo, y 4) enel optimismo populista que confunde la relación delintelectual escolástico con las condiciones de domina-ción y la relación con los dominados, viendo al pueblocomo lugar de resistencia o de subversión, ignorandoque el orden instituido hace que aparezca como nece-sario, incluso para los más desfavorecidos. Deshace lailusión de que la fuerza de los argumentos tenga algu-na eficacia contra las disposiciones y la fuerza de lascosas.18

Para autoanalizarse, los habitus requieren necesaria-mente de un distanciamiento en el estudio de los me-canismos de cambio porque éstos permiten el análisisde las sensibilidades diferenciales con relación al ordeny al desorden, a los grados de integración del habitus.El acercamiento a los habitus desgarrados que llevanen forma de tensión y de contradicciones la huella decondiciones de formación de las cuales son produc-to, el estudio del desajuste entre esperanzas y opor-tunidades objetivas es una situación que permite unmargen de libertad a la acción política. Se trata dehabitus que viven situaciones de una doble deter-minación, están librados a la contradicción que

implica una multitud de posiciones y de roles

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15 Pierre Bourdieu, Les usages sociaux dela science, Paris, Éditions INRA, 1997, p.77.

16 Ibidem, p. 240.

17 Pierre Bourdieu, op. cit., 1992, pp. 461-462.18 Gerard Mauger, “Politique

de l’engagement sociologique”,en Mouvements, núm. 24, 2002,pp. 53-59.

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opuestos. No es lo mismo tener una seguridad en elempleo y un futuro con seguridad social, que no teneruna sola oportunidad en el futuro. Si estamos de acuer-do en que los sistemas simbólicos son productos socia-les que producen el mundo, que no se contentan conreflejar las relaciones sociales sino que las constituyen,tal vez entonces podamos admitir que dentro de cier-tos límites uno puede transformar el mundo, transfor-mando su representación.19

Hemos visto hasta aquí cómo la transgresión y eldistanciamiento son instrumentos de conocimientoque permiten ver el proceso de construcción de lascondiciones sociales donde se producen los conceptosteóricos. Pero esto no implica que el análisis hagacambiar la realidad, el develar los mecanismos de do-minación no los cambia. Hay que incidir en el cam-po de conocimiento y en las condiciones en que sereproduce. ¿Cómo? Construyendo una buena cienciasociológica, produciendo conocimiento riguroso de la

mejor manera posible, su modelo propuesto es unaopción.

Teoría del conocimiento de lo social y ciencia de lo social

Bourdieu implica en su modelo una distinción entrela “teoría del conocimiento de lo social” y la “teoría delo social”. La teoría del conocimiento de lo social es elconjunto de condiciones que brinda la posibilidad deun conocimiento objetivo del mundo social. Pero estateoría no prejuzga cuál será la teoría de lo social, esdecir, el conjunto de aseveraciones y proposicionesexperimentables sobre el mundo social. La primeradetermina en qué condiciones se hace sociología, la se-gunda, la teoría de lo social, puede ser múltiple y es allídonde de hecho la discusión científica puede comen-zar. La primera es una filosofía de la ciencia, que pode-mos llamar relacional, en el sentido de que acuerda laprimacía a las relaciones. Es una filosofía de la accióndesignada como disposicionalidad,20 que discute losfundamentos epistemológicos necesarios para todo co-nocimiento sobre el mundo social. Es una meta socio-lógica que prende acto en las potencialidades inscritasen los cuerpos de los agentes y en la estructura de las si-tuaciones donde ellos actúan, más exactamente dentrode la relación entre ellos. Así, da la posibilidad para quelos habitus hagan ciencia rigurosa dentro de un campode lucha de la producción del conocimiento, que fun-ciona de la misma manera que la reconstrucción delmundo social. Esta teoría del conocimiento ofrece uncuadro analítico, relacional y disposicional, riguroso ymaleable, y ofrece un programa de trabajo colectivo enel cual pueden confrontarse los habitus académicos. Eneste cuadro, las teorías del mundo social designan y de-limitan los problemas y los objetivos del conocimientoa partir de los cuales no pueden ver más que especifi-caciones.21 Por su parte, la teoría de lo social de PierreBourdieu, una más entre otras, se origina a partir de es-te postulado de claridad, de su concepción teórica delconocimiento de lo social y propone una construcción

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19 Pierre Bourdieu, “Les intellectuels sont-ils hors jeu?”, enQuestions de sociologie, Paris, Minuit, 1980, pp. 61-66.

20 Pierre Bourdieu, Raisons pratiques. Sur la théorie de l’action,Paris, Éditions du Seuil, 1994, p. 9.

21 Gerard Mauger, op. cit., pp. 53-59.

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que autoriza una visión realista del mundo social, unateoría como práctica, distinta a la teoría teórica. Estapostura crítica comporta, al mismo tiempo, el desafíode probar, por medio de la práctica, que gracias a estosinstrumentos podemos tener la esperanza de llevar lomás lejos posible la claridad científica.22 A continua-ción veremos con mayor detenimiento esta importan-te diferenciación dentro del modelo propuesto porBourdieu.

Teoría del conocimiento de lo social o metasociología

Esta teoría cuestiona a la filosofía en la necesidad deconstruir una epistemología que no sea una forma de dis-curso justificador de la ciencia, de las distintas posicionesdentro del campo científico, o de una neutralizaciónfalsa del discurso dominante de las ciencias sobre ellasmismas.23 Bourdieu decía que si se atrevía a hacerle pre-guntas a la filosofía era porque le parecía importantehacerlas, ya que la filosofía no se las hace, y contribuirasí a la misión de disipar las ilusiones, en especial las dela tradición filosófica, sobre las que se basan las cienciassociales.24

Considera asimismo que sólo el efecto de una verda-dera historia social de la filosofía puede asegurar una li-bertad real con relación a los determinantes sociales,objetivos e incorporados, que todas las épocas dejan in-tactos. Por ejemplo, en las jerarquías instituidas en elorden, en las cosas y en los cerebros, en materia de au-tores y de textos canónicos. Otro ejemplo de determi-nantes son los objetos y los estilos que le dan sentido ala distinción filosófica —dimensión esencial del “espí-ritu filosófico”— que constituye a unos como nobles,y simbólicamente rentables, y a otros como plebeyos,por no decir vulgares, y, last but not least,25 del sentidoque llamamos común. Objetivar las condiciones deproducción de los productores y de los consumidoresde los discursos filosóficos, y en particular las condi-ciones que deben reunirse para que tenga una legiti-

midad propiamente filosófica, es darse la oportuni-dad creciente de suspender los efectos de la creenciasocialmente condicionada que lleva a aceptar sin exa-men todo lo impensado instituido. Valora que uno delos principales y mayores errores en la filosofía y lasciencias sociales, reside en el hecho de que el análisisproyecta una relación impensada al objeto de análisis;pero el principal error, a la vez más general y másfuerte, reside simplemente en la relación con el mun-do y la práctica que implica el hecho de estar capaci-tado para retirarse del mundo y de la práctica por elpensamiento.

En efecto, como la razón según Kant, sitúa los principiosde sus juicios no en ella misma sino en la naturaleza desus objetos, el pensamiento sabio de la práctica que ha ig-norado durante mucho tiempo su propia verdad, tiendea inscribir en la práctica, la relación sabia a la práctica. Laciencia de la institución da toda su fuerza a la polémicacientífica en contra de los efectos contrarios a la cienciade los determinantes de la institución. Si está claro quejamás podrá sobrepasar los efectos de autoridad y de cen-sura que ejerce la institución, tiende por lo menos a ele-var la conciencia del hecho, o de lo que hace que tantasprácticas y pensamientos que se creen libres y desintere-sados tengan por sujeto real la mecánica del campo deproducción cultural; esto es, toda la historia de las luchasde las cuales él es un dato objetivado, y los intereses, quemuy a menudo se vuelcan a parecer y a hacerse aparecercomo desinteresados, que son colegados a la ocupaciónde una posición determinada en este campo.26

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22 Louis Pinto, op. cit., p. 150.23 Pierre Bourdieu, Science de la science et réflexivité, Paris, Édi-

tions Raisons d’agir, 2001, p. 19. 24 Pierre Bourdieu, op. cit., 1997, p. 1. 25 En inglés en el original.

26 Pierre Bourdieu, “Les sciences sociales et la philosophie”, enActes de la Recherche en Sciences Sociales, núms. 47-48: 45-52,1983, p. 52.

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Bourdieu critica en especial los esencialismos y las pa-rejas de oposiciones, como el de cultura popular versusconservadurismo,27 o como los juegos sociales e intelec-tuales que comparten la ilusión de los adversarios cóm-plices que perpetúan el juego de las oposiciones a travésde estas diferencias.28 Por ejemplo la oposición entre in-dividuo y sociedad, y su traducción principal en las an-tinomias de individualismo y estructuralismo, es una delas “proposiciones endóxicas” que nutren y reactivanconstantemente las oposiciones políticas y sociales.29

Considera que la ciencia social no tiene porqué es-coger entre dos polos, ya que la realidad está hecha pordistintos habitus, relacionados unos con otros, y con lasestructuras sociales recreadas por los agentes. Los mitossabios, como el de las causas últimas, son tan eficacescomo las antinomias para escapar de las explicaciones ydar eficacia a fuerzas disimuladas de los fenómenos,viéndolas como síntomas. Estos mitos, queridos a losfilósofos, redoblan el discurso, convierten las prácti-cas en una red de ideas que tratan de procurar una co-herencia superior, aun si escapan a la conciencia delos agentes. La crítica no es una simple desmitifica-ción sino que se da por tarea dar cuenta de las posibi-lidades de saberes ilusorios y de ilusiones en estossaberes. Heredera de una historia ilustrada por auto-res diversos, como Kant y Wittgenstein, la sociologíarechaza todo tipo de formas de tesis “dogmáticas”, enparticular los extremos positivistas que valúan la su-misión de los datos como pretendidamente relaciona-dos con la experiencia, y la forma teoricista quepiensa las construcciones del entendimiento comorealidades humanas.

Teoría de lo social, ciencia del mundo social y prácticahumana

Aunque Bourdieu se niega a formular tesis fundamen-tales y últimas, todo su trabajo demuestra que la teoría

sociológica solamente es posible bajo una forma radicaly rigurosa, con relación a una teoría del conocimiento.La sociología, por derecho propio, es una ciencia igualque la física, porque al resistirse a los determinanteseconómicos, jurídicos y escolares, y en provecho deuna definición autónoma de sus objetos y de sus ins-trumentos, no puede existir más que como una cien-cia unitaria de lo social. Utiliza las palabras “mundosocial”, en oposición al término realista de “sociedad”.Esta expresión designa no un conjunto de cosas o dedominios, sino la legalidad específica del orden de lascosas sociales. La postura científica implica un postu-lado de inteligibilidad; la realidad es, en principio,accesible al conocimiento racional si uno utiliza losinstrumentos apropiados; se trata de un requisito detrabajo.

Para Bourdieu, la teoría solamente tiene valor si fun-ciona de manera pragmática, como una fórmula explí-cita, ni urgente ni indispensable, inspirando hipótesis,relaciones razonadas, preguntas y programas de inves-tigación. Se prohíbe a sí mismo la aseveración de tesisy hace un uso muy moderado, como él mismo lo reco-noce, de su teoría. Antes de arriesgarse a afirmar sobrela realidad, es mejor asegurarse de aquello que pode-mos esperar razonablemente, afirmar tomando en con-sideración el espacio de posibilidades teóricas.30

Para hacer existir una ciencia del mundo social, hayque tener el proyecto de producir objetos nuevos, cons-truidos de manera autónoma y no preconstruidos, libresde los hechos demandados por el campo administrati-vo o el campo político. Para lograr esto, no hay que du-dar en meter en entredicho las fronteras mentales quese comparten en los dominios del saber académico. Pormedio de un trabajo metódico sobre las rutinas de pen-samiento, empezando por las suyas, la sociología debeproponerse una conquista progresiva y parcial de la li-bertad intelectual.

La práctica de la sociología, como la de toda ciencia,no puede analizarse más que en el campo de la sociolo-gía. Considerar al investigador de manera aislada, impi-de verlo dentro del mecanismo colectivo que implicalos procesos de objetivación en un espacio definido por

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27 Pierre Bourdieu, Raisons pratiques. Sur la théorie de l’action,Paris, Éditions du Seuil, 1994, pp. 232-233.

28 Louis Pinto, op. cit., p. 70.29 Pierre Bourdieu, Salah Bouhedja, Claire Givry, “Un contrat

sous contrainte”, en Actes de la Recherche en Sciences Sociales, núm.81-82:34-51, 1989, passim. 30 Louis Pinto, op. cit., p. 110.

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los juegos y las reglas del juego. La relación entre soció-logo y objeto de estudio implica necesariamente la mi-rada reflexiva sobre sus propias prácticas, bajo reglasinstituidas en el campo de la sociología. Para que esteproceso colectivo sea eficaz, es necesario que el campode la sociología sea lo suficientemente autónomo fren-te a los poderes políticos, económicos y mediáticos, yque los investigadores no busquen su legitimidad y res-peto fuera del campo, sino dentro del mismo con susreglas de juego.

Practicar la sociología no es sólo tener en cuenta lamirada que tenemos de nuestra posición en el campo yde nosotros como habitus. Es, además, explicitar la mi-rada desde donde vemos la práctica que realizamos(mirada metasociológica) y, finalmente, mirar mirandocómo realizamos la práctica (métodos e instrumentos).Bourdieu resume este sistema de “controles” en la si-guiente frase: “para ser concreto, es necesario ser muyabstracto”.31

El modelo y la construcción del objeto social en sociológico

La teoría sociológica implica un pensamientoteórico sobre lo social y un análisis de un cor-pus sistemático de datos construidos (archi-vos, observación directa, entrevistas,cuestionarios). El conocimiento socio-lógico consiste en un proceso deobjetivación que, a través de pro-cedimientos metódicos, convier-te los datos empíricos en unestatus de objeto relevante de or-den legal, de principios y de re-glas. Supone la posibilidad deaportar un orden en el senode la diversidad fenomenalen un doble sentido: por

un lado, el mundo social deja de ser justiciable de mé-todos de análisis que lo único que quieren es clasificar,medir y ordenar un conjunto de fenómenos y, porotro, propone un trabajo científico de sometimiento delos instrumentos de conocimiento a una lógica que esla de la economía de los medios.32

La lógica de la investigación es un engranaje de pro-blemas en el que se ve atrapado el investigador. Serinteligente científicamente es sumergirse en una situa-ción que genere verdaderos problemas, verdaderas difi-cultades. Es conformar un grupo de investigación queinstituya problemas y los resuelva de manera controla-da a través de un conjunto de producciones, fuera detoda imposición de normas, de ortodoxia teórica o po-lítica. El modelo que construimos para dar cuenta deuna práctica no es el modelo real de la práctica. Una fa-lacia muy común es la de colocar el modelo delante dela realidad y construir en abstracto, dentro de una si-tuación escolástica, dando cuenta de las prácticas comosi éstas dependieran del modelo.33

Los principales conceptos teóricos utilizados porBourdieu no se limitan a ser

“tesis”, sino que son ins-trumentos subordinados alas necesidades de la cons-

trucción del objeto científico,ligados a una manera de pre-guntarse y a un estado de lainvestigación, susceptibles

de ser modificados o reinter-pretados. La utilización me-tódica permite tratar sólo

aquellos temas que resistanpreguntas que puedan ser

contestadas. Por esto,Bourdieu no se hacepreguntas sustancialesde teleología que con-ciernan a la naturaleza

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31 Pierre Bourdieu, Entrevis-ta con Roger Chartier en el Pro-grama de Radio “Les lundis del’histoire”, con objeto de la publi-cación de Méditations pasca-liennes. Redifundido en FranceCulture, el 3 de agosto 2002.

32 Louis Pinto, op. cit.,p. 115.

33 Pierre Bourdieu, Entre-vista…, 3 de agosto 2002.

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última de la realidad social, las tendencias inmanen-tes de las sociedades, la esencia de la modernidad o laposmodernidad.34 A continuación expondremos algu-nos de los métodos utilizados por Bourdieu en supráctica de investigación.

La reflexión

Hasta la impartición de su último curso, en El Cole-gio de Francia, Bourdieu sostuvo que su objetivo eraproporcionar los instrumentos de conocimiento paracontrolarlo y reforzarlo. Se trata de servirse de la socio-logía para hacer una mejor sociología.35 Dentro de losdistintos métodos e instrumentos utilizados y reco-mendados por Bourdieu, la reflexividad es la posibili-dad de no apartarse de la ambición científica y dehacerla más realista. En el mismo sentido que concibea la ciencia como un instrumento para criticar la domi-nación, se niega a ubicarse en la oposición resignación-

voluntarismo, y considera que se puede construir unautopía racional a través del conocimiento de las deter-minaciones, lo que hace posible una forma de libertadque es condición y correlación de una ética. Para que elmecanismo colectivo pueda ser una realidad, hay queconstruir las condiciones sociales que critica. La refle-xividad no es un “arte por el arte”, es un instrumentopara producir ciencia, no para destruirla, tratando dehacerla más realista. Una sociología reflexiva puede li-berar a los intelectuales de la ilusión de tenerla y hacer-los conscientes de la dominación simbólica.36

Las categorías y los objetos preconstruidos

Las categorías son conceptualizadas por Bourdieu co-mo trampa o como instrumento. Toda práctica cien-tífica está comprometida con presupuestos teóricos,aunque sean inconscientes, incontrolados e incoheren-tes. Desconfía de las palabras, que son abstracciones sa-bias y formulaciones sociologizantes que tienden autilizarse como etiquetas. Las categorías construidas yacuñadas que se utilizan sin reflexionar implican posi-ciones epistemológicas dentro del juego del campo aca-démico. Si no se tiene esta claridad, hay la tendencia aque funcionen preconstruyendo lo que es el mundo so-cial como objeto, olvidándose de ver cómo es que exis-te el mundo social en la realidad. Las prenociones queno tienen conciencia de las condiciones sociales, soncomo los actos jurídicos que conducen a ignorar o anegar el hecho de que la eficacia propia de la regla sedebe a la regla y a la ley, y a su liga con las sanciones,no al funcionamiento real del mundo. Así como el de-recho ejerce una eficacia específica a través del trabajode codificar, de poner en forma, de formular la neutra-lización y de sistematizar, según las leyes propias de suuniverso, los profesionales ejercen el trabajo simbólico,donde reside la eficacia que se define por la aplicaciónfundada sobre el determinismo puro en la medida, y enla medida solamente. Esta misma operación metodoló-gica se traduce en la invención por medio de los usoslingüísticos apropiados de la investigación, pero es im-prescindible concebir a los determinantes propiamente

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34 Louis Pinto, op. cit., p. 131.35 Pierre Bourdieu, op. cit., 2001, p. 16. 36 Pierre Bourdieu & Loïc Waquant, op. cit., 1992, p. 166.

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científicos del trabajo de clasificación a partir de unareflexión sobre los mismos.37

El inventor que propone un simbolismo abstracto,una categoría, al servicio de una generalización, se obli-ga él mismo a poner las cartas sobre la mesa, propo-niendo los usos reglados del lenguaje que apelan a laruptura entre prenociones y construcción del objetocientífico. El objeto epistémico, de esta manera, utilizaterminologías como espacio, propiedades, posiciones,que suponen una distinción de orden nocional pararomper con los usos ordinarios del lenguaje. El modode pensar relacional huye de las tentaciones sustancia-listas, y encuentra en el trabajo sobre las palabras acti-tudes intelectuales, que no son un juego verbal sinoque se utilizan para nominar características en un nivelsuperior de generalidad de carácter relacional. Los ins-trumentos conceptuales construidos de habitus, cam-po, violencia simbólica, etcétera, fueron acuñados porBourdieu para analizar la reproducción de la inercia delorden social, no para establecerlos como categorías quepreceden la realidad.

Bourdieu considera que es imperiosa la ruptura conlas preconstrucciones que son las categorías, pero tam-bién con los objetos de estudio preconstruidos. Porejemplo, los temas “sociales” como delincuencia, cri-minalidad y prisiones, generalmente resultan malosobjetos de estudio si son vistos como que existen en larealidad como unidades y no como objetos ya cons-truidos en un nivel abstracto. Es en la medida en quela investigación devela las relaciones escondidas, que sepuede construir el objeto, dando cuenta de sus condi-ciones de construcción social y construyéndolas comoobjetos sociológicos.38

Unidad de análisis

La cuestión de toda construcción del objeto se en-cuentra rápidamente y es la unidad de análisis. Para po-der trabajar necesitamos un ser empírico que trabaje

sobre una clase de objetos, ante los cuales tenga bue-nas razones de pensar que hay una homogeneidad re-lativa. Por ejemplo, una banda, una profesión, unared de relaciones, constituyen un objeto que, aunqueestén arbitrariamente cortados y puedan parecer arti-ficiales, tienen una clase de lógica más extensa. Bour-dieu emplea la expresión de “espacio” para designar laextensión apropiada de la clase de agentes, de susprácticas, de sus propiedades, de sus instituciones. Porejemplo, el espacio de los estilos de vida es una uni-dad de análisis que se requiere para el estudio de losgustos individuales. Así, podemos relacionar, segúnlas necesidades del trabajo empírico, el espacio de po-siciones sociales con un subespacio de gustos culina-rios o de gustos en la vestimenta. La unidad de análisises un aspecto determinante en el trabajo de crítica yde construcción de las hipótesis; como pensar una leyque ligue dos puntos de posiciones, dos discursosopuestos que parecen estar tensos en el mismo sujeto.Por una parte, podemos decir que lo real de un carácter

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37 Pierre Bourdieu, “Habitus, code et codification”, en Actes dela Recherche en Sciences Sociales, núm. 62-63:69-72, 1986, passim.

38 Pierre Bourdieu, Entrevista en La Nouvelle Critique, núm.87, 1975, pp. 20-26. Reimpresa en Interventions, 1961-2001.Science sociale et action politique, Paris, Agone, 2002, p. 97.

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es continuo, y que la ciencia está obligada a introducircortes para poderlo pensar; pero por otro lado pode-mos decir que la continuidad es el producto de una ac-tividad intelectual que se esfuerza por sobrepasar ladispersión de los fenómenos.

Espacio social

Los conceptos mayores de Bourdieu, como habitus ycampo permiten dominar la multiplicidad del mundosocial, construyendo, a partir del caos, los puntos ca-racterísticos entre los cuales se establecen relaciones re-gladas y fundadas sobre la unicidad de un principioteórico, que tienen que ser retraducidas y repensadasen una lógica de la estructura de la relación. Para Bour-dieu, el espacio social es una especie de topología socialdonde se expresan estas relaciones y que nos permite re-presentar al mundo social bajo una forma de dimensio-nes plurales, donde cada uno de los agentes tiene unaposición definida, junto con las propiedades que le per-miten construir y reconstruir su posición dentro de lasfuerzas del campo. Es un conjunto de relaciones de fuer-zas objetivas, que el campo impone a los que entran enéste y que son irreductibles a las intenciones de losagentes o a las interacciones directas entre ellos.

Identificar las posiciones, permitiendo dar cuentadel grupo de fenómenos, prácticas, discursos, opinio-nes, es un primer momento objetivista del análisis. Lasposiciones tienen un sentido diferencial, se puede tra-bajar sobre el espacio de posiciones y razonar sobre lasrelaciones entre dos espacios. A un espacio de posicio-nes corresponde, por homología, un espacio de habitusque da cuenta de la relación entre dos cosas; la propen-sión diferencial a ocupar una posición y la experienciaque implica la ocupación de esa posición, es el momen-to “subjetivista” del análisis. Finalmente, conociendopor una parte el estado de posibilidades objetivas, la je-rarquía de los agentes, de los productos, etcétera, y porotra las propiedades de posición social y disposicionesmentales de los agentes, puede uno intentar explicar lasestrategias que se llevan a cabo para modificar una po-sición o un espacio de posiciones. El análisis, en térmi-nos de posición social en el campo, no se da solamentea través de las variables observables, sino que ofrece

instrumentos de unificación y de organización. Apartede ofrecer un principio unitario e interno de análisis,una regla de autonomización metodológica nos incitaa ir lo más lejos posible en la explicación, evitando lastentaciones empiristas de recurrir a un número indefi-nido de factores o de variables que surjan del exterior.39

Contra el relativismo nominalista que anula las di-ferencias sociales y las reduce a artefactos teóricos, afir-ma que existe un espacio objetivo que determinacompatibilidades e incompatibilidades, proximidades ydistancias. Contra el realismo de la claridad, inteligibi-lidad o la cosificación de los conceptos, hay que afir-mar que las clases que puede uno cortar en el espaciosocial, por ejemplo por necesidades de análisis estadís-tico, no existen en cuanto a grupos reales sino que ex-plican la probabilidad de constituirse en gruposprácticos: familias, clubes, asociaciones, movimientos,sindicatos. Lo que existe es un espacio de relacionesque es real como lo sería un espacio geográfico. Laconstrucción de una teoría del espacio social suponeuna serie de rupturas con la teoría marxista, sobre todocon la tendencia a privilegiar las sustancias en detri-mento de las relaciones y con la ilusión intelectualistade considerar a la clase teórica.40

El espacio social es un instrumento más satisfacto-rio que el de clase, porque es un conjunto de posi-ciones objetivas que son determinadas por ciertonúmero de principios no muy grande; por ejemplo,la posición de los capitales, económico o cultural, y elvolumen de los mismos. De esta manera, todas las posi-ciones son analizables dentro de este cuadro, y las com-paraciones son posibles en el tiempo y en el espacio.

Trayectorias sociales

Las secuencias de una trayectoria están intrínsecamen-te relacionadas con las propiedades objetivas —comolos capitales y la composición de los mismos— de losagentes que nos permiten determinar una construcciónmetódica de indicadores específicos de logros —por

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39 Louis Pinto, op. cit., p. 149.40 Pierre Bourdieu, “Espace social et Genèse de ‘classes’”, en Actes

de la Recherche en Sciences Sociales, núm. 52-52:3-14, 1984, passim.

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ejemplo académico—, en las propiedades de posiciónque pueden cambiar o no en el tiempo.41 El análisis queBourdieu hace en Homo academicus de los tipos de tra-yectoria asociados a categorías de pensamiento y deevaluación, y a la posesión de distintos capitales, le per-mite proponer un modelo que da cuenta de los deba-tes intelectuales o de las disputas ideológico-políticasentre los universitarios. Es importante aquí la categoríade trayectoria asociada a un análisis más diacrónico quesincrónico del espacio social. Invita a asociar en unamisma visión la serie de equivalentes estructurales deotros espacios, de otros dominados. Trabajar el espaciosocial no es puramente un trabajo local, monográfico omicro, ya que no puede evitar la pregunta sobre la dis-tinción entre las características no variables reales yaquellas que se separan, o se sacan, de las diferenciasentre las variables. Las variaciones permiten encontraruna nueva vía que revela afinidades o incompatibilida-des entre los espacios diferentes, o de posiciones distin-tas en el espacio, con distintos grados de variabilidad ode parecido.

Las hipótesis

Hacer explícito un cuerpo de hipótesis, fundado so-bre una teoría, nos permite alejarnos de presupuestos yprenociones que como sujetos sociales tenemos, pero

que como sociólogos no se pueden tener para construirel objeto.42 Estas operaciones de unión y de separaciónno son puras operaciones mentales, suponen un pro-blema porque son actos que pertenecen al mundo so-cial, o sea, están socialmente unidas e implican quetengo que contar con sistemas objetivos de clasifica-ción que, en general, son impuestos por el Estado, laescuela o la Iglesia. Un principio de continuidad no eslibre y personal de un observador que ve las cosas; nostopamos con fronteras, con cortes, con ritos de separa-ción discontinuos, que también implican un efecto deinconmensurabilidad y no deben ser ignorados, por-que, en efecto, el mundo social está estructurado poroposiciones mitológicas, alto, bajo, izquierdo, derecho,que hay que tomar como objetos a fin de desprendersede éstos.43

Una condición debe imponerse en una objetivaciónde clasificación y construcción del objeto: no reprodu-cir las mitologías sociales en el corazón de sus propiashipótesis o construcciones, o en tipos ideales que no se-rían más que variantes. Sabiendo todo esto, se puedepedir prestado al mundo social instrumentos de pensa-miento en una lógica de construcción que recupere lasclasificaciones sociales para darles otra utilización, yano de clasificación, sino de invención de preguntas ori-ginales. Esta ruptura opone construcción científica apercepción ordinaria, y Bourdieu la evoca a través de laoposición del individuo epistémico y el individuo em-pírico.44

Comparación

Las distinciones entre los individuos en sus diferentesposiciones en el espacio social y sus trayectorias, permi-ten la comparación entre ellos y con ella visualizar sus

homologías, analogías y hacer hipótesis sistemáti-camente en el análisis de correspondencias. Elespacio de las posiciones objetivas, el de las dis-posiciones mentales y el de las tomas de posi-ción, al ser tomados como campos, permiten

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41 Louis Pinto, op. cit., p. 122.

42 Pierre Bourdieu, J.C. Passeron, J.C. Cham-boredon, op. cit., pp. 58-59.

43 Louis Pinto, op. cit., p. 119.44 Ibidem, p. 120.

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constatar afinidades entre características en las distintasposiciones, definidas en función del peso relativo quecada agente posee dentro de un campo específico.45

Métodos

Para Bourdieu es perfectamente válido utilizar y ha-cer coexistir métodos utilizados por distintos sociólo-gos, como análisis estadísticos, modelos matemáticos,descripciones de situaciones concretas, etcétera. Aun-que parciales son los instrumentos de trabajo. El pro-blema es cuando se trata de imponer un método comola única manera legítima de hacer sociología, recurrien-do a un uso represivo o castrante de la referencia a loempírico sin practicar la investigación empírica. Loúnico que hacen estos investigadores es imponer a losdemás sus propios límites. Decía que cada investigadordebe estar interesado en escuchar a sus adversarios, enla medida en que se puede ver en ellos lo que ellos noquieren ver, lo que se les escapa.46

La hermenéutica, combinada con las historias de vi-da, es una metodología privilegiada para atrapar lo queno vemos, porque las reflexiones que la gente se haceestán en las estructuras inconscientes, no en los hechos,o en la descripción del conjunto. Al trabajar de esta ma-nera, por ejemplo las historias de vida, estamos recupe-rando estas disposiciones; no tanto lo que “realmentepasó”, sino cómo los agentes se interpretan a sí mismos.Nos permite reconstruir las disposiciones mentales delos habitus, las categorías de apreciación del mundo, elorden simbólico que se les impone como evidente porsí mismo; reconstruyendo estructuras de percepcióncasi idénticas a la estructura del mundo, el orden sim-bólico y las estructuras cognitivas que reproducen unarealidad social. Esto es, cómo es que alguien se consti-tuye como abuelita, como estudiante, como empresa-rio. Cómo integran sus disposiciones mentales, suposición en la estructura social, a través de sus expe-riencias y sus relaciones con los demás.

La construcción del objeto es prácticamente un análi-sis socio-histórico, una reconstrucción del inconsciente

colectivo a través del tiempo. El discernimiento de lasdisposiciones mentales de los habitus nos permiteconstruir y comprender de manera unitaria las di-mensiones de la práctica que están dispersas, porejemplo, la nupcialidad y la fecundidad, y dar razón dela lógica real de las prácticas (especialmente las que tie-nen una repercusión sobre la salud).

Análisis de los datos

Dos operaciones inversas y simétricas permiten pre-servar la iniciativa de la teoría en la interrogación de losdatos, ya sea que resuman lo real por sus límites posi-bles, o bien que sobrepasen los contrastes por la pro-ducción de una clase, en la cual los contrarios puedenencontrarse igualmente incluidos, y así probablementedescubrir un principio que les permita pensar como va-riantes.

El estudio científico se pone como condición noaceptar otra caracterización del individuo que aque-lla que resulte de la aplicación sistemática de los mis-mos criterios explícitos: origen social, institución,etcétera, al espacio de los individuos considerados,por ejemplo, los universitarios. Analizar, lo sabemosdespués de Descartes, es determinar la posición deun objeto cualquiera en un sistema metódicamenteconstruido de coordenadas, y solamente en ese siste-ma. Esta reducción, condición misma de la investiga-ción, es indispensable en el giro de lo empírico a loepistémico; es un aspecto que puede reportar mu-chos beneficios, un aspecto de un método que impli-ca reglas explícitas de selección y de tratamiento depropiedades.

Construir los fenómenos con una guía teórica y almismo tiempo ir descubriendo, desarrollando y verifi-cando la relación entre distintas categorías derivadas dela recolección sistemática y el análisis de los datos em-píricos. La teoría, la recolección de datos y el análisisestán en relación constante entre ellos. La relación en-tre conceptos teóricos y datos empíricos se basa en unalógica de producción de conocimiento que no es ni de-ductiva, ni inductiva. Representa un razonamiento ló-gico, cuyas premisas son llegar a la construcción dehipótesis que den cuenta de los fenómenos empíricos.

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45 Ibidem, p. 123.46 Pierre Bourdieu, Choses dites, Paris, Éditions de Minuit,

1987, pp. 48-49.

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En este sentido, se trata de una operación de acerca-miento a la realidad social que puede llamarse razo-namiento hipotético, basado en dos tipos de inferencialógica descritos por el filósofo pragmático Charles S.Peirce: inducción cualitativa (qualitative induction) einferencia abductiva (abduction).47

Conclusión

El modelo propuesto por Bourdieu implica unatransgresión y un necesario distanciamiento. Lo que lo

hace científico es precisamente el análisis crítico de lascondiciones de su producción. Es exactamente el ins-trumento de trabajo que nos quiso heredar. Un mode-lo que permite un acercamiento a la realidad socialpara organizar y analizar sistemáticamente los datosempíricos e ir construyendo abstracciones que con-tengan significación y compatibilidad con la teoríadel conocimiento social que guía la observación. Per-mite la práctica de investigación consistente en abor-dar casos empíricos con la intención de construir un“mapa” y de ligar las informaciones pertinentes, de talmanera que funcionen como un programa de investi-gación que se plantee preguntas sistemáticas con res-puestas también sistemáticas.

La teoría social de Bourdieu no representa una redtotalmente acabada de proposiciones explícitas, a par-tir de las cuales se puedan formular relaciones preci-sas, que serán probadas empíricamente, sino que setrata de un “marco heurístico” que ayuda al investi-gador a enfocar los fenómenos empíricos y lo guía enla construcción teórica del objeto. La fuerza del mo-delo es que permite construir un sistema coherentede relaciones que se somete a prueba como tal, elmismo, y que nos da idea de cómo está funcionandola reproducción social y nosotros. El modelo teóricoempírico significa “ver lo que no se ve”, implica autoa-nalizarse de manera distanciada y colectiva. Permite unaobjetivación en el control de nuestras propias percepcio-nes de la realidad, como referencia para la sistematiza-ción y posteriormente la interpretación a través de laexposición clara de los conceptos con los cuales el in-vestigador se acerca a la realidad, explicitando cate-gorías y aislando prejuicios. Pero sobre todo implicauna transgresión de estructuras que necesariamentelleva a repensar las relaciones simbólicas económicasy políticas dentro del campo académico.

Bourdieu nos dejó un instrumento de trabajo ri-guroso como regalo, nos dejó también la imposibili-dad de no ver a la sociología como ciencia, comocrítica y como política. Logró así su cometido: cons-truir un instrumento de conocimiento para cambiarel mundo.

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47 Selene Álvarez-Larrauri, “Construcción de la salud como he-cho socio-antropológico. Paradigma teórico y metodología. Unametodología para la Teoría de la Práctica”, en Cuicuilco, México,ENAH, nueva época, vol. 7, núm. 19, mayo-agosto de 2000, passim.