nº 44, junio 2018 año XIII. ISSN: 1886-1083serie histórica: nº 121 - año XXX. 8 euros

! connessioni precarie, María PazosCelia Pérez, Alexa GorziTras el 8M, contra el patriarcadoIsabel Tejero, Ugo RossiFernando Prieto, Ignacio MarinasVivienda: ¿hacia una catástrofe social?Cornelius Castoriadis, José M. RocaAquel mayo de hace 50 añosJordi TorrentCamus y el movimiento libertarioJosé Luis CarreteroEuropa en la encrucijadaJosé Luis RedondoUn sistema en crisisEnrique BienzobasLa ZAD. Que vuelva al pueblo...PoesíaEmilia Pardo BazánLois ValsaEl analfabetismo ilustradoJuan R. MoraViñetas

mujeresinsurgentes

Vanessa Bell (1879-1961)pintura abstracta, 1914

Atrapats en Biblioteques de Barcelona¡ampliada hasta el 31 de julio!proyecto de la artista MECA, María Ramírezcon la colaboración de Pablo Tosco y Xabier Mendiola

Atrapats. Solidaridad vs. barbarie es una muestra sobrepersonas que huyen del hambre, de las guerras y de la miseria.Se trata de un itinerario formado por 40 obras, repartidasentre las 40 bibliotecas de Barcelona, en torno a la vulneraciónde los derechos humanos más básicos.

Durante algunos días todos los paneles, uno por obra, estuvieronjuntos en una biblioteca, como puede verse en la foto, pero luegofueron distribuidos, siguiendo el diseño original de la muestra,entre las diferentes bibliotecas de Barcelona. Cada panel incluye,además de la reproducción de una obra, un mapa de situación delas bibliotecas y una miniatura de cada obra junto a la indicación desu ubicación. Este original diseño democratiza el arte y le acerca atodos los barrios en vez de exigir que cada vecina o vecino se des-place a un único centro. Seguir el itinerario, siguiendo la ruta quemejor nos venga, es una buena manera de conocer la verdadera ydiversa Barcelona.

Trasversales 44, junio 2018

1

lo que hay…EDITORIAL. Vivas, libres, unidas, 3-4.PORTADA INTERIOR. Atrapats en Biblioteques de Barcelona hasta 31 de julio.MUJERES EN INSURGENCIA. El lenguaje global de la huelga feminista, !connessioni precarie, 5-8. Contra el patriarcado (fragmento), María Pazos, 9-12. El feminismo: desde abajo, con respeto y cariño, Celia Pérez, 13-15.Crítica de la economía política patriarcal, Alexa Gorzi, 16.VIVIENDA Y ABANDONO URBANO. Vosotras también estáis en la trinche-ra, Isabel Tejero, 17-18. La política neoliberal del abandono urbano y laresistencia como encuentro, Ugo Rossi, 19-24. Por una nueva política devivienda en España, Fernando Prieto e Ignacio Marinas, 25-33.MAYO 1968. 1968 La revolución anticipada, Cornelius Castoriadis, 35-61. Elsesentaiocho. 50º Aniversario, José M. Roca, 63-68.ESPACIOS. Albert Camus y el movimiento libertario, Jordi Torrent, 69-72.Europa en la encrucijada, José Luis Carretero, 73-77. Un sistema en crisis,José Luis Redondo, 78-80. La ZAD, Enrique Bienzobas, 81-83. Gobiernos y másallá, Luis M. Sáenz, 84.SEÑAS. La poesía es un derecho humano, Emilia Pardo Bazán, 85. El analfa-betismo ilustrado: ¿esto es vivir?, Lois Valsa, 86-88.GRAFISMOS. Vanessa Bell. Viñetas de Juan Ramón Mora

la redacciónÁngel Barón, Enrique Bienzobas, Pedro A. Bueno, José Luis Carretero, Francisco Carvajal,Miquel Coll, Margarita Díaz, Manuela Fernández, Almudena Gª Mayordomo, Beatriz Gimeno,Aquilino Ginory, Jesús Jaén, Ramón Linaza, Luis Martín, Teresa Martínez, Pilar Membrillera,Enrique del Olmo, Toñi Ortega, Celia Pérez, Manuel Pozuelo, Freddy Quezada, José L.Redondo, Fernando Ruiz, José M. Roca, Ángel Rodríguez Kauth, Miguel A. Rodríguez Lorite,Luis M. Saénz, Belén Saiz, Juan Manuel Vera, José Luis Yuguero.LOGO: Ana Muiña y Agustín Villalba. MAQUETA: Akilino & ArmandoCORRIGE: MargaPropiedad Y EDICIÓN: Asociación TRASVERSALEShttp://www.trasversales.net - trasversales@trasversales.net - ap. 6088, 28080IMprime: Torculo Artes Graficas, S.A.Depósito legal: C-2456-05. ISSN: 1886-1083SUSCRIPCIONES: ver http://www.trasversales.net/susc.pdfLa opinión colectiva de Trasversales se expresa sólo en textos editoriales. Se autoriza el usode aquellos materiales de cuyos derechos dispongamos, lo que confirmaremos tras aviso previo.

Web: trasversales.net --- Correo: trasversales@trasversales.net --- Twitter: @trasversalesFacebook: facebook.es/trasversales --- dirección postal: ap. 6088, 28080 Madrid

Trasversales 44, junio 2018

2

consejo internacional de apoyoLa pertenencia a este Consejo no implica compromiso con la labor editorial, la líneageneral o el contenido y criterios de selección de los artículos publicados. Muchos desus miembros lo eran ya durante la primera etapa de la publicación (1989-2005).

Pilar Miró(1940-1997)

José A. Valente(1929-2000)

Eugenio Royo(1931-2001)

José M. de la Parra(1952-2001)

Laurent Schwartz(1915-2002)

Ignacio Iglesias(1912-2005)

Pierre Broué(1926-2005)

Joel James Figarola(1942-2006)

Jesús Cos Causse(1945-2007)

Leopoldo Alas(1962-2008)

Phyllis Jacobson(1922-2010)

Wilebaldo Solano(1916-2010)

Jean-René Chauvin(1919-2011)

Alex Falconer(1940-2012)

Francisco Fernández Buey(1943-2012)

Isidro Guardia Abella(1921-2012)

Maurice Nadeau(1911-2013)

José Mª Mendiluce(1951-2015)

Gonzalo Puente Ojea(1924-2017)

Juan Goytisolo(1931-2017)

Cristina AlmeidaVicent Alvarez

Ana BelénFernando Ariel del Val

Alejando ArizkunEnrique Baquedano

Aaron BarneaRui Bebiano

José M. Benítez de LugoJacobo Bermejo

Alain CailléDavid Casacuberta

Antoni Castells DuránCarmen CastroMarisa Castro

Reinaldo CedeñoLinda de Sousa

Luis Antonio de VillenaElías DíazJavier Doz

Javier EsteinouRafael Estrella

Sam FarberRafael Feito

Benjamín ForcanoVasco FrancoAntonio GalaDan Gallin

Vicent GarcésPere Gimferrer

José A. Gómez YáñezCarlos Gómez Gil

Juan González DíazEnrique González Macho

Jordi GordonRamón Górriz

Isabel Gutiérrez ArijaEsteban Ibarra

Jesús JaénMiguel de Julián

Boris KagarlitskyAdam Keller

Veronique KleckRaúl KollmanTamas Krausz

Bernard LangloisJosé Manzanares

Bill MarshallRosa Martínez

José Enrique MartínezJean-Luc MélenchonVicente Molina Foix

Juan MorenoManuel Núñez Encabo

Awilda PalauRosana PastorMaría Pazos

Luis Alejandro PedrazaPedro Pérez RamírezMiguel Serras Pereira

Gilles PerraultÁngel RequenaLaura Restrepo

Christian RetamalManuel de la Rocha

Peter RossmanFanny RubioAntonio Ruiz

Pedro SabandoRobinson Salazar

Víctor Manuel San JoséCarlos Sánchez

Marisol Sánchez GómezMariano Sánchez Soler

José M. Sánchez ZegarraAndrés SorelCarlos TéllezAnne Vernet

Isabel VilallongaImmanuel Wallerstein

Trasversales 44, junio 2018La opinión de Trasversales

3

Vivas, libres, unidasSi 2018, o “el curso” 2017-2018, es el año de las mujeres no es por decisión de la ONUcomo en 1975, sino porque mujeres de todas partes, condiciones y edades salimos a lascalles en las marchas multitudinarias de una movilización global e integral. Movi li za -ciones que son fruto de muchos años de lucha y conciencia feminista; parte de su novedadestriba en su capacidad para llegar a mujeres que nunca antes se habían declarado feminis-tas. Muchos son los motivos para gritar basta: los femicidios en América Latina, el machis-mo burdo y repugnante de Donald Trump, la salvaje explotación de mujeres y niñas en lasempresas textiles instaladas en países asiáticos y africanos, la trata y explotación sexual demujeres, la brecha salarial todavía existente en los llamados países desarrollados, el repar-to sexista del trabajo remunerado y no remunerado, el incumplimiento de la Carta de Es -tambul contra la violencia de género o de la Declaración de Atenas que consagraba la pari-dad política en la Unión Europea, el acoso sexual denunciado por el movimiento Me tooen Estados Unidos… Esta disparidad de motivos y situaciones origina el ca rácter global eintegral de las movilizaciones de mujeres. En unos casos son la resistencia a perder terre-no conquistado, en otros la denuncia, pero siempre representan el empuje de la mujercomo sujeto de una revolución singular y en marcha desde hace más de un siglo, cuyoslogros están transformando las sociedades al afectar a la esfera privada y más personal dela especie humana. El cambio de paradigma en la relación entre hombres y mujeres exigecambios estructurales que no son bien recibidos por los poderes garantes del orden socialy económico imperante. Queda mucho por hacer y mucha reacción que frenar.En nuestro país un 8 de marzo impresionante, multitudinario y transversal, y la respuestainmediata y masiva ante la sentencia de la manada han evidenciado la frescura y fortalezadel movimiento feminista en España por encima de sus propios colectivos organizados yde los partidos políticos. Pero tiene su historia. Debemos mirar a la respuesta en la calle ala fracasada Ley Gallardón. Desde el primer momento las concentraciones y manifestacio-nes demostraron que éramos muchas, muchísimas, las mujeres no dispuestas a perder niun milímetro de lo conquistado. Las movilizaciones unieron a feministas de toda la vidaorganizadas en diferentes colectivos con mujeres que salían a la calle por primera vez y deforma muy destacada con mujeres jóvenes, o muy jóvenes, que no estaban dispuestas aperder lo que para ellas no era una conquista sino un derecho adquirido. Con las mujeres,al lado, también hombres. Y vencimos. El gobierno retiró la ley y Gallardón dimitió.Desde hace cuatro años las mujeres hemos salido a la calle, unas organizadas en colecti-vos, otras con compañeras de trabajo y amigas, mayores y jóvenes... convirtiendo las mar-chas y concentraciones en lugares de encuentro intergeneracional y plural, como se havivido también en las convocatorias del 7N contras las violencias machistas y en la cele-bración del 25N. El 8 de marzo de 2017 desbordamos la Gran Vía; algunas ese día ya ha -bía mos secundado el primer paro internacional de mujeres; ese 8 de marzo las portadorasde la cabecera dieron un paso atrás para dejar la entrada a mujeres jóvenes cuya energía yalegría junto a sus gritos mostraron que la lucha de tantos años contaba con ellas, hijas ynietas de feministas se declaraban Gracias a mi madre me hice feminista.La preparación del 8 de marzo de 2018 nos ha enseñado a convivir des de las diferencias;esta forma de organizarse y trabajar es deudora de la experiencia vi vida por muchas muje-res en el 15M, aprendiendo e interiorizado prácticas de inclusión, consenso y participaciónhorizontal. Declaraciones de mujeres, que nunca se habían sentido feministas, definién-dose como tales manifiestan el rechazo de la hegemonía patriarcal. Sólo se han excluidoaquellas que lo han querido anteponiendo discursos de partido (PP y Cs). Y ni siquieraentre éstas ha podido mantenerse la distancia ante la fuerza y vigor de las movilizaciones.

El 8 de marzo fue un día de huelga pero de un nuevo tipo de huelga, laboral, de cuidados,de estudios... una protesta colectiva planteada por la necesidad de hacer emerger todo loque oprime desde unas relaciones laborales marcadas por el sexismo y la brecha salarial,basadas en una competitividad depredadora, hasta la defensa de nuestros cuerpos y liber-tad sexual. Ese día volvimos a denunciar que nosotras sufrimos la crisis siendo el colecti-vo más afectado por la precariedad laboral y los recortes en políticas sociales. Nuestra con-ciencia de la importancia de sumar y visibilizar a todas nos permitió encontrar fórmulas departicipación no excluyentes que permitieran a todas participar. Buena muestra de ello fuela complicidad de aquellas cuya situación particular les impedía secundar la huelga, a tra-vés de los delantales en las ventanas o lazos morados. Como cantaban las compañeras deBilbao, emocionándonos, yo por ellas y ellas por mí. Fundamental fue la contribución delas periodistas secundando la huelga y dejando el hueco; su pluralidad es un buen indica-dor de que el objetivo de llegar a más mujeres de las declaradas feministas se ha cumpli-do. Las concentraciones en las plazas, las manifestaciones en ciudades y pueblos y lamanifestación de Madrid cerraron una jornada histórica. Hemos conseguido que lo perso-nal sea político, nuestra revolución no busca ya sólo conquistar derechos sino poner en elcentro nuestro papel y protagonismo en la sociedad, cuestiona y transforma los cimientosdel patriarcado como orden social, aspira a conseguir la hegemonía simbólica.Pero tras el 8 de marzo el poder patriarcal golpea cruelmente: la sentencia del juicio de lamanada. Habíamos salido a la calle, mayoritariamente mujeres pero también hombres,durante el juicio, denunciando el machismo burdo y brutal que considera la vida privadade la víctima como justificación para la violación, se habían tomado las calles el 25N de2017 denunciando la violencia machista y la hipocresía de quienes firman un pacto deEstado contra esta violencia pero no invierten en su desarrollo; en esas manifestacioneshabíamos gritado que la calle y la noche también son nuestras y que queremos volversolas y seguras a casa. Es duro tener que reclamar que No es No. Lo sucedido en los SanFermines y repetido por otras manadas ha provocado rechazo y denuncia en la sociedadespañola pero el repudio social a la violencia machista no se ha visto respaldado por unasanción judicial, aunque sí por una respuesta y reacción inmediata y masiva. Otra vez enla calle, que también es nuestra, defendiendo que no se va a tolerar que se nos impongaesta agresión. El lema gritado: sola y borracha quiero llegar a casa sintetiza el derecho avivir libres y autónomas y la obligación de los poderes públicos a proteger ese derecho.No valen subterfugios. Somos dueñas de nuestro cuerpo y la decisión y la voluntad esnuestra. Se ha acabado el tiempo del miedo, de mirar atrás continuamente, de taparnos parano provocar...La sentencia de la manada es violencia patriarcal que no puede quedar impune. Ha mos-trado el absurdo de un código penal que no entiende que el avance y fuerza de las muje-res está poniendo patas arriba el orden patriarcal y que no hay marcha atrás. El cambio seráfeminista o no será porque sin nosotras no hay futuro. Una de las razones más poderosaspara explicar esta fuerza de las mujeres en la calle es la conciencia de que la violenciamachista no es un problema de crímenes pasionales ni casos aislados de “enajenaciónmental” sino manifestación brutal del patriarcado como respuesta a los cambios que estánalterando su orden. La última manifestación celebrada días antes de cerrar este editorial hadenunciado la hipocresía y las falacias de un Pacto de Estado contra la Violencia deGénero. Como se gritaba en las calles: Menos lacitos y más eurillos. No aceptamos polí-ticas de maquillaje y foto sin compromiso real y efectivo para erradicar la más salvaje res-puesta del orden patriarcal que se manifiesta en la vida cotidiana y personal. Nosotras estamos en marcha, seguimos avanzando. Viva la lucha de las mujeres, cuandolas mujeres avanzan, el mundo gana.

Trasversales 44, junio 2018

4

La opinión de Trasversales

5

Este año, la huelga feminista del 8 de marzo ha enterrado definitivamente la ritualidad dela fiesta de la mujer. La triste e inofensiva celebración del trabajo y del valor de las muje-res ha sido barrida por la ira y la alegría de millones de mujeres de todo el mundo querechazan la violencia del patriarcado y de la explotación y reconocen su propio valor en lafuerza de este rechazo. Más aún que el año pasado, la marea feminista rompió sus fronte-ras e hizo de la huelga la irrenunciable oportunidad política de desafiar a una sociedad glo-bal que se alimenta de la violencia patriarcal y la opresión, de la precariedad y el racismo,del autoritarismo y las jerarquías.El éxito de la huelga del 8 de marzo debe medirse por esta capacidad para crear el espaciode una politización que parte de las mujeres pero que no concierne sólo a las mujeres. Enesto no podemos retroceder. Ya no se trata sólo de reconocer la naturaleza excepcional deun evento (1), sino de potenciar hasta sus últimas consecuencias el proceso vivo que lo haalimentado y la manera en que lenta pero inexorablemente se están estableciendo nuevossignificados para la práctica política de la huelga a escala transnacional.Tras el 8 de marzopodemos afirmar que el movimiento feminista puede convertirse en una fuerza mundialcapaz de oponerse al patriarcado y al neoliberalismo en áreas locales específicas y en elEstado global.Al hacer balance de un éxito, primero debemos tomar nota de la capacidad expansiva deeste movimiento global, que se confirma como punto de máxima intensidad de la insubor-dinación contra el neoliberalismo y, al mismo tiempo, continúa ampliándose incluyendodiferentes lugares y sujetos. La violenta represión sufrida por los miles de mujeres y hom-bres que se movilizaron en Estambul confirma la capacidad de expresar, a partir del recha-zo de la violencia contra las mujeres, la más clara oposición a un autoritarismo como el deErdogan, que se expresa desde Turquía hasta Rojava. La movilización de las trabajadorasdomésticas filipinas en Hong Kong demostró claramente el vínculo indisoluble entre laviolencia patriarcal, la domestificación, la explotación del trabajo migrante y el racismo.Las voces de las combatientes kurdas, unidas al grito ¡Ni una menos! demuestra una vezmás que la resistencia feminista y kurda en el frente de Afrin es un hecho de importanciaglobal. Si miramos a China, que por primera vez se ha unido a la marea feminista, la pro-pagación de las denuncias acompañadas por el hashtag #metoo ha desencadenado movili-zaciones imprevistas en las calles, logrando romper las fronteras de la censura guberna-mental y a poner en marcha una primera oposición inesperada a la reforma constitucionalrecientemente aprobada.

! connessioni precarie

El lenguaje globalde la huelga feminista

Versión original en italiano en https://bit.ly/2sfLIQPwww.connessioniprecarie.org/2018/03/22/il-linguaggio-globale-dello-sciopero-femminista

5

Mujeres en insurgencia Trasversales 44 / junio 2018

66

Mujeres en insurgenciaTrasversales 44 / junio 2018Precisamente porque es un movimientoglobal, la huelga feminista se manifiestacon diferentes intensidades y formas. Y nopodría ser de otra manera. Las imágenes deEspaña, donde cinco millones de mujeresse han sumado a ella y la han celebradoinundando calles y plazas de cientos de ciu-dades, son signo de que la apuesta por lahuelga ha sido una apuesta ganadora. Alládonde las políticas neoliberales de la dere-cha "popular" han intensificado y aceleradola precariedad y el empobrecimiento demillones de hombres y mujeres, y donde elsilenciamiento autoritario de los aconteci-mientos catalanes ha supuesto el colapso dela mediación política, la huelga feministaha creado las condiciones para el protago-nismo y la toma de palabra de diferentessujetos e instancias, unidos en el objetivocolectivo de una transformación radical delpresente y en la necesidad de manifestar elpropio poder. Esta ocasión ha sido abierta yprofundizada por el compromiso constante(2) de todas las realidades que impulsaronel proyecto de la huelga feminista duranteun año, forzando a los principales sindica-tos y a diferentes fuerzas políticas a tomarpartido, renunciando a su pretensión dehegemonizar el movimiento y de gobernarel conflicto que recorre la sociedad.El mismo proceso tuvo lugar en AméricaLatina, donde las mujeres se enfrentaron alas diversas expresiones locales del violen-to entrelazamiento entre patriarcado y polí-ticas neoliberales, afirmando así la fuerzade las conexiones globales tejidas por lahuelga. Mientras que el neoliberalismobusca eliminar cualquier oposición políticadentro y fuera de las instituciones, el femi-nismo de la huelga mantiene abierto elespacio de oposición. En Brasil, pocos díasdespués del 8 de marzo, cientos de miles demujeres y hombres tomaron las calles parareclamar justicia después de la brutal ejecu-ción a la luz del día de Marielle Franco,cuya militancia feminista ha sido duranteaños parte de la lucha por justicia en lasfavelas. En Argentina, la huelga se ha for-talecido en las movilizaciones de los últi-

mos meses (3) contra la reforma de las pen-siones y las políticas de expropiación y pri-vatización del gobierno Macri y contra losfeminicidios y asesinatos políticos que lashan acompañado. No es coincidencia quetambién en Italia los principales sindicatos,que el año pasado boicotearon el procesoreclamando el monopolio de la huelga,tuvieron que ceder y convocar una huelgade cuatro horas; no las 24 horas planteadaspor el movimiento y declaradas por los sin-dicatos de base, pero suficientes para quemiles de trabajadoras y trabajadores, juntoa otros muchos millones en el mundo,hayan podido aprovechar la oportunidad desustraerse colectivamente, aunque sea tem-poralmente, a la explotación cotidiana.Suficiente, en suma, para indicar que elfeminismo de la huelga está haciendo avan-zar con una credibilidad cada vez mayor lapretensión de establecer las condiciones ycontenidos de la iniciativa política.En Estados Unidos la huelga feminista es laexperiencia desde la cual debemos enten-der el surgimiento de la campaña #metoo ylas luchas cotidianas por los salarios, con-tra el racismo y las deportaciones y paraafirmar que las vidas negras importan. Alládonde la campaña #timesup, para el esta-blecimiento por las "más afortunadas" deun fondo para apoyar los costes de repre-sentación legal de las mujeres víctimas dela violencia y sin recursos, corre el riesgode individualizar la insurgencia colectivadel #metoo y de interpretar la precariedad yla pobreza como efectos de un destinoadverso, la huelga feminista sigue desve-lando el nexo estructural entre la violenciamasculina, el acoso en el trabajo y la explo-tación, entre patriarcado y capitalismo.Donde el Partido Demócrata busca hege-monizar las movilizaciones masivas contraTrump reconduciéndolas hacia la lógicaordenada de la alternancia electoral y larepresentación, la huelga feminista indicala conexión política entre quienes, viviendoa diario la violencia del patriarcado, delracismo y de la explotación, aspiran con suprotagonismo masivo a imponer una hipo-

teca radical sobre cada proceso institucio-nal y político venidero.Vinculando políticamente diferentesmomentos y prácticas de insubordinación,la sublevación de las mujeres tiene comoobjetivo liberar la huelga de la impotenciaa la que el gobierno neoliberal del trabajola había condenado. Las huelgas de ense-ñantes en West-Virginia o en las universi-dades del Reino Unido no habría tenido lamisma importancia social y global sin elfeminismo de la huelga. Las protestas loca-lizadas contra las políticas de diferentesgobiernos no habrían salido de sus fronte-ras nacionales sin el poder transnacional dela huelga feminista. Ésta se confirmaentonces como un movimiento que viveentre un 8 de marzo y otro y que va másallá de los límites de las organizacionesmilitantes, es decir, como el espacio en elque las estructuras se convierten en movi-miento, del mismo modo que el movimien-to se convierte en una estructura política.Los nuevos significados, los diferentesámbitos, los mil comportamientos que elfeminismo está descubriendo en una prácti-ca de lucha de clases son aquello que nosólo modifica y expande las formas tradi-cionales de la huelga, sino que también per-mite hacer del rechazo a la violenciapatriarcal que las mujeres están expresandoen todas los lugares una instancia políticauniversal y, por lo tanto, global. Por esopodemos decir que, incluso en Italia, lahuelga feminista ha tenido éxito. Si estemovimiento no es ni puede ser homogéneo,si su capacidad local de movilización nopuede ser pensada de acuerdo con la lógicaincremental, sino que está inevitablementevinculada a condiciones contingentes, entodos los casos las experiencias territorialesse injertan en el proceso global dentro delcual deben evaluarse. Una vez más, inclusocontra la inercia y la oposición de los sindi-catos confederales que, ignorando estemovimiento real de insubordinación, secondenan una vez más a la irrelevanciapolítica, decenas de miles de mujeres, hom-bres, precarias y migrantes de todo tipo

tomaron las calles en nombre de la huelgafeminista y tomaron parte de su momentoglobal.Hemos chocado con la coacción de lasfranquicias electorales y con la proscrip-ción de las huelgas en muchos sectores. Sinembargo, con respecto a estas elecciones,hemos trazado la línea ineludible de unacoalición contra quienes construyen sobrela violencia su legítimidad política, antesincluso que la electoral.Por este mismo motivo, Ni una menos debecontinuar centrándose obstinadamente enel movimiento de la huelga feminista. Lahuelga feminista es un nuevo lenguaje quese aprende al practicarlo. Con la huelgafeminista hemos cambiado las formas tra-dicionales de la huelga, convirtiéndola enla posibilidad de que todos los sujetos quehoy buscan tenazmente una manera de opo-nerse a la actual violencia neoliberal pue-dan tomar la palabra y empoderarse.Nuestro trabajo debe ser, por tanto, un tra-bajo constante de comunicación que, usan-do el lenguaje de la huelga, se propongaintensificar el tiempo que transcurrre entreevento y evento, es decir, entre sucesivasocasiones de presencia masiva que puedenabrirse inesperadamente y que hay queaprender a captar y aprovechar.El movimiento global del que somos partenos impide volver a hablar la jerga de unaesfera separada, que se ocupa exclusiva-mente de su opresión específica. Si la vio-lencia masculina y de género es una violen-cia sistémica, sobre la cual se construyen ymediante la cual se reproducen las relacio-nes globales de poder, entonces debemosreconocer que nuestra parte es una parteuniversal. Por eso no podemos admitir aquienes practican y legitiman la violenciacontra mujeres y hombres migrantes y poreso en la mañana del 8 de marzo, enBolonia, silenciamos sin vacilar a la sena-dora de la Liga del Norte que pretendíahablar "como mujer" en nuestra plaza.Después de los acontecimientos deMacerata y del ataque racista y fascistacontra seis inmigrantes, cinco hombres y

Trasversales 44 / junio 2018Mujeres en insurgencia

7

una mujer, en nombre de un sedicentefeminismo algunas se han quejado de quela movilización antifascista y antirracistaolvidó a Pamela, en cuyo asesinato estuvie-ron involucrados hombres nigerianos, sien-do invocado éste como justificación delataque. Ante la pretensión de estableceruna jerarquía entre las formas de violencia,entre feminicidio y asesinato racista, elfeminismo de la huelga nos exige más quenunca sacar a la luz y desafiar su vínculoindisoluble. No se trata de inventar nuevascoaliciones, sino de reconocer en estasdiferentes formas de violencia asesina, enla pretensión de poder disponer por com-pleto de ciertas vidas para aniquilarlas, lalegitimación de una sociedad de dominio.Una mujer puede ser asesinada, un negropuede ser acribillado, para que todas ytodos reconozcan que alguien debe siempreestar subordinado. La verdadera diferenciareside en el rechazo: el momento en que, entodas las plazas italianas de la huelga femi-nista, o en las calles de Florencia, decenasde miles de mujeres y hombres, migrantesy no migrantes, afirman que ninguna mujerdebe ser asesinada, ni tampoco ningúnmigrante, el momento en el que colectiva-mente y en masa nos negamos a ser violen-tadas y oprimidas, explotadas y dominadas.El momento en que este rechazo, traducidoal lenguaje global de la huelga feminista,puede convertirse en un proyecto y unaapuesta de futuro. Ni una menos es el lemade la huelga feminista que afirma unainagotable exigencia de igualdad contra lasociedad global de la violencia y la explo-tación.

Notas1. https://bit.ly/2J7kWDQ2. https://bit.ly/2sbE6yU3. https://bit.ly/2IQoOKj

Trasversales 44 / junio 2018 Mujeres en insurgencia

8

Trasversales 44 / junio 2018Mujeres en insurgencia

9

¿Patear el tablero? ¿O no tanto?En los debates sobre economía feminista se da un fenómeno bastante curioso: cada vez quese avanza una reivindicación dirigida a la eliminación de la división sexual del trabajo, sur-gen contestaciones en el sentido de que esas son propuestas demasiado reformistas porquehabría que cuestionarlo todo, "patear el tablero" (1), etc. En función de estos argumentos,estas compañeras ponen reparos ante las reivindicaciones feministas de cambio estructu-ral, y en particular a las relacionadas con la inclusión de los hombres en el cuidado y conlos cambios en el empleo. Por lo demás, tampoco parecen poner mucho interés en las rei-vindicaciones de servicios públicos de cuidado, ni en la eliminación de los incentivos a lapermanencia de las mujeres en el hogar.Sin embargo, esas mismas compañeras sí aceptan reivindicaciones reformistas de otrocarácter, es decir, cuando no se trata de reivindicaciones específicamente feministas. Porejemplo, Amaia Perez Orozco declara: "Frente a la crisis no queremos empleo, no quere-mos salario, no queremos Estado de Bienestar. Queremos cuestionar la relación salarialmis ma, la estructura capitalista en su conjunto" [Subversión Feminista de la Economía.Aportes para un debate sobre el conflicto capital-vida, Traficantes de sueños, 2014,bit.ly/2d4x0Xy]. Sin embargo, en la misma publicación reclama poner freno al proceso deprivatizaciones, aumentar la progresividad de los impuestos, perseguir el fraude fiscal, etc.¿No son estas reformas dentro del sistema capitalista?Más aún, algunas de estas compañeras resulta que defienden el modelo social familiaristavigente. Campillo y Del Olmo (1), en el mismo artículo (ya citado) que propone "patear eltablero", rechazan la propuesta de reorganización igualitaria de los cuidados por tener,según ellas, un sesgo heteropatriarcal y de clase. Pero a la hora de las propuestas concre-tas plantean "exigir que se proteja el derecho a cuidar" porque "el hecho de que sean muje-res no puede cegarnos a la hora de abordar con decisión y sin prejuicios esta reivindica-ción social que, además, coincide punto por punto con la agenda feminista de poner lavida en el centro". En función de estos presupuestos, defienden medidas como el aumen-to del permiso de maternidad (no de paternidad) y de las excedencias por cuidados, laspaguitas para cuidadoras familiares o los cheques guardería (bajo la fórmula de "dar enmetálico el importe de la ayuda indirecta que suponen las escuelas infantiles públicas").Cabe afirmar que con estas medidas más bien dejarían el tablero en su sitio, o peor.

María Pazos

Contra el patriarcado (fragmento)

Fragmento (páginas 231 a 235) de Contra el patriarcado, MaríaPazos Morán, ed. Katakrak, Iruñea-Pamplona, 2018. Con autoriza-ción de la autora. Más información: bit.ly/2J4AAQvDicho libro tiene una licencia Creative Commons Abribución -NoComercial-Sin Obra Derivada 4.0 Internacionalhttps://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/4.0/legalcode

Otra postura frecuente es la de oponer a lasreivindicaciones concretas otras aparente-mente más ambiciosas pero impracticables.Por ejemplo, para rechazar la reivindica-ción de ampliar el permiso de paternidad a16 semanas e igualarlo así al de materni-dad, aducen que quieren como mínimo unaño de permiso para cada persona progeni-tora. O para rechazar la reivindicación de35 horas de jornada laboral máxima aleganque sólo estarían dispuestas a luchar poruna jornada máxima de 15 o 20 horas se -ma nales como mucho. Estas reaccionespue den parecer muy radicales, pero en lapráctica impiden elaborar un programafeminista viable (en el Capítulo 7 discutire-mos por qué no son viables esas formula-ciones en cuanto a los permisos o a lashoras de trabajo). ¿Por qué no exhiben esasupuesta extrema radicalidad para rechazarlas demás reivindicaciones sociales? ¿Seráporque esas otras reivindicaciones no desa -fían al patriarcado?

Conclusión: de la contradicción princi-pal a la barrera principalDespués de siglos de combates heroicos,debemos recordar y celebrar la épica de unmovimiento feminista que en periodos his-tóricos determinados ha ganado protago-nismo social y ha conseguido avances deci-sivos. Pero el patriarcado, ese sistemametaestable según Celia Amorós, contraa-taca y se recompone una y otra vez, sem-brando el desconcierto y dando la impre-sión de ser indestructible. Bajo esta ópticapueden interpretarse algunas de las reaccio-nes desesperadas post-segunda ola queoptan por apartarse de las reivindicacionespolíticas volviendo al esencialismo, enforma de lo que Bourdieu llama "esos hap-pening discursivos constantemente reco-menzados que preconizan algunas teoríasfeministas" [Pierre Bourdieu, La domina-ción masculina, Ed. Anagrama, 2000].En el campo de la economía feminista, na -turalmente el debate se centra en cómo lu -char contra la estructura patriarcal. Y, antelas propuestas en este sentido, frecuente -

men te surgen objeciones en base a la pre-gunta: ¿se puede eliminar la división sexualdel trabajo (DST) en un sistema capitalista?En el Capítulo 1 ya respondimos en parte aes ta pregunta, a la que le dedicamos aten-ción por el hecho de que se plantea general-mente en ámbitos progresistas que deberíanser feministas. Allí argumentamos que,aun que teóricamente podríamos imaginarla eliminación de la DST en cualquier so -ciedad, en la práctica la historia demuestraque para ello se requieren transformacionesmuy profundas; tanto que el resultado finalprobablemente no sería nada parecido a lassociedades capitalistas que conocemos.Otra formulación más explícita que surgeen el mismo contexto es la de si, al concen-trarnos en las reivindicaciones feministas,no nos estaremos olvidando de la luchacontra el capitalismo. En otra versión sobreel mismo tema, se rechazan las reivindica-ciones feministas de cambio estructuralbajo el apelativo de reformistas (o inclusoliberales). Según esa perspectiva, el verda-dero avance hacia la eliminación delpatriarcado no es posible si no derrocamosantes al capitalismo. En consecuencia, todolo que se pueda cambiar de la estructurapatriarcal dentro del capitalismo no mere-cería la pena, o sería poca cosa, o no seríanverdaderos avances.Evidentemente, el patriarcado tiene unaalianza histórica con el capitalismo, alianzaque no hace sino profundizarse en la actualetapa neoliberal. Pero, dicho esto, cabeseñalar dos extremos importantes. En pri-mer lugar, la historia ha demostrado que síes posible avanzar, y desde luego retroce-der, aun dentro del capitalismo. Hay cam-bios estructurales hacia la igualdad que sonposibles dentro del capitalismo, como se hademostrado en los países nórdicos, y esoscambios son enormemente beneficiosospara las mujeres. ¿De dónde viene eserechazo a reclamarlos?En segundo lugar, pocas personas rechaza-rían o minimizarían la importancia de otrasreivindicaciones (por ejemplo, aumento delas pensiones, o del salario mínimo, o ma -

Trasversales 44 / junio 2018 Mujeres en insurgencia

10

yor progresividad fiscal, o sustitución delas energías fósiles por energías renova-bles) objetando que son reformistas o faltasde imaginación, que no ponen suficiente-mente la vida en el centro, o que son posi-bles o imposibles dentro del capitalismo(mu cho menos que son, o que no son, posi-bles dentro del patriarcado; eso ya estáfuera de rango).¿Por qué, entonces, las mismas personasque apoyan algunas reformas sociales (queno atentan contra la división sexual del tra-bajo) se niegan a apoyar las reivindicacio-nes económicas feministas de cambio es -tructural bajo esas argumentaciones? ¿Cuá -les son, entonces, sus reivindicaciones fe -mi nistas? ¿Es posible una economía femi -nis ta que no aporte demandas específica-mente feministas?Todos estos remilgos son en realidad unanue va versión de lo que sucedía en la ante-rior ola de feminismo (décadas de 1960 a1980). Entonces se aliaban dos argumentospara rechazar nuestras reivindicaciones: los"compañeros progresistas" nos decían queno tocaba, pues antes que abordar la contra-dicción secundaria (género) había que re -solver "la contradicción principal" (clase).Una vez conseguido el socialismo, nuestrasreivindicaciones se nos concederían poraña didura. Por su parte, el llamado "femi-nismo de la diferencia" nos decía que lasmujeres no debíamos integrarnos en "estapolítica machista" ni dirigirnos a las institu-ciones machistas, y consecuentemente nodeberíamos presentarnos a las elecciones niluchar por leyes de paridad, reforma de loscódigos civiles, etc.Hoy se acepta generalizadamente que exis-te el patriarcado. Pero, a la hora de la ver-dad, una parte del movimiento social yfeminista lo identifica con el capitalismo,convirtiendo a este último sistema en elresponsable único de la opresión de lasmujeres. Así, los mecanismos específicosde dominación patriarcal resultan invisibi-lizados, y en consecuencia resultan ignora-das o relegadas las reivindicaciones femi-nistas.

En particular, bajo la cortina del capitalis-mo, se invisibiliza el comportamiento delos hombres como agentes responsablesdirectos de la opresión. No se trata de juz-gar o culpar a las personas, pero sí es cru-cial identificar estos comportamientos, suscausas y las medidas para cambiarlos. Estose aplica a todos los fenómenos, desde lano implicación de los hombres en el cuida-do a la violencia machista (incluyendo laconyugal, la violencia sexual, la prostitu-ción y todos los demás fenómenos relacio-nados).Aunque con distinta narrativa, la conclu-sión es la misma. En realidad, la granbarrera a la que nos enfrentamos es la delactual estatus masculino, que las mujeresdebemos desafiar y al que los hombresfeministas deben renunciar.Pero el asunto es mucho más grave: es cier-to que el capitalismo, y de modo máscruento el capitalismo neoliberal, es un sis-tema social que está en el origen de enor-mes sufrimientos y que nos está llevando ala catástrofe planetaria. La predicción "osocialismo o barbarie" se está cumpliendoinexorablemente. Pero también es verdadque el patriarcado, como hemos argumen-tado, es el sostén fundamental del capitalis-mo. El poder masculino es el mayor obstá-culo en la lucha por la justicia social y degénero. Los hombres, alejados de las nece-sidades reales y abducidos por los cantosde sirena del capitalismo que les entrega eldominio sobre las mujeres a cambio de susumisión, son el poder de género que sealía con el poder de clase. En resumen,aunque nuestro único interés fuera terminarcon el capitalismo, deberíamos luchar con-tra el patriarcado, y en particular contra ladivisión sexual del trabajo que es su baseeconómica.

Notas1. Esta es la formulación/conclusión a laque llegan Inés Campillo y Carolina delOlmo, "Reorganizar los cuidados. ¿Y sidejamos de hacernos las suecas?", VientoSur, nº 156, https://bit.ly/2Jh6QzI

Trasversales 44 / junio 2018Mujeres en insurgencia

11

Condiciones para unsistema de empleo/cuidados igualitario

Algunas reivindicaciones clave

1) Que los hombres cuiden igual que las mujeres- Permisos iguales, intransferibles y pagados al 100% para cadapersona progenitora en caso de nacimiento o adopción de unacriatura, tal como propone la PPIINA- Eliminación de todos los permisos que no estén pagados al100% y con reserva del puesto de trabajo (excedencias y permi-sos mal pagados, que se toman las mujeres y no los hombres)

2) Sistema de servicios públicos suficientes y de calidad para laeducación infantil y la atención a la dependencia- Universalización del derecho a la atención suficiente y de cali-dad por parte de los servicios públicos en caso de dependencia- Derecho a la educación infantil pública y gratuita desde loscero años

3) Empleo estable, con horarios racionales y con plenos dere-chos para todas las personas- Jornada máxima a tiempo completo de 35 horas semanalescon cómputo semanal- Eliminación de los incentivos al empleo a tiempo parcial conreducción de salario (tanto en forma de "derechos" a reducciónde jornada por razones de cuidado como en forma de incentivosa las empresas para la contratación a tiempo parcial)

Fragmento (páginas 278 a 279) de Contra el patriarcado,María Pazos Morán, ed. Katakrak, Iruñea-Pamplona, 2018. Conautorización de la autora. Más información: bit.ly/2J4AAQv

Trasversales 44 / junio 2018 Mujeres en insurgencia

12

Trasversales 44 / junio 2018Mujeres en insurgencia

13

Si se enfocase el problema de los feminismos desde una perspectiva de los afectos, creoque sería mucho más fácil llegar a puntos de encuentro.Me duele la palabra feminismo. Creo que no abarca ni la profundidad, ni la intensidad, ala par que sencillez, de los problemas. La RAE identifica el feminismo como:Principio de igualdad de derechos de la mujer y el hombre. Movimiento que lucha por larealización efectiva en todos los órdenes del feminismo.Estas definiciones encorsetan y reprimen la cruda realidad de la carencia de afecto y dereconocimiento como seres humanos que sufrimos las mujeres. El uso excesivo de pala-bras como igualdad, derechos, movimientos, lucha y otros conceptos de orden social ypolítico de la historia reciente de la humanidad, hace que esta jerga se vaya desvirtuandoy se aleje cada vez más de lo que a las mujeres nos hace daño de verdad, todos los días yes que no nos sentimos queridas, ni reconocidas, ni valoradas, ni en el lugar que cada unade nosotras haya de tener o desee tener en la sociedad. Y si hablamos de empoderamien-to, me pregunto si no se utiliza ese término con demasiada frecuencia, para tratar de apo-derarse de un tipo de poder que imita a los comportamientos machistas. Sólo hemos demirar a las lideresas políticas o empresarias que consiguen medrar.Me gustaría hacer un inciso para hablar de femenino y masculino como algo más amplioque la mera repartición biológica de los sexos. Presuponemos que la mujer es femeninapor tener vagina y el hombre es masculino porque tiene pene y a eso tan sencillo, le atri-buimos una serie de aptitudes y capacidades culturales pre-establecidas. Pues se me quedamuy corto.

Celía Pérez Sanz

El feminismo:desde abajo, con respeto y cariño

Este texto fue publicado originalmente enhttps://www.lamarea.com/2018/03/26/feminismo-desde-abajo

El psicólogo Carl Gustav Jung (1875-1961), sin llegar a ser, a mi entender, unmodelo de pensamiento en todas sus teorí-as, fue, sin embargo, muy sabio y un ade-lantado a su tiempo cuando dijo que lavivencia de lo dual y, dentro de ella, la per-cepción de lo femenino y lo masculinocomo esferas psicológicas separables eirreconciliables, no representan una ley psi-cológica inmutable, Jung consideraba quelas sociedades occidentales de su tiempo (yeso puede extrapolarse al 2018) se encon-traban muy desequilibradas al exagerar laimportancia del pensamiento y la sensación–unciones psíquicas asociadas cultural-mente con el hombre–y desconocer las fun-ciones no racionales consideradas femeni-nas: la intuición y el sentimiento. Este des-equilibrio se manifiesta en una fe ciega enla ciencia para resolver los problemas fun-damentales de la humanidad, un materialis-mo desbordado y una subestimación ysubor dinación de los elementos considera-dos femeninos de la psiquis individual ycolectiva. Lo femenino también puede ir asociado alsentido conservador de la vida, a la capaci-dad para amar incondicionalmente, a laaptitud para escuchar al otro, al sentido delos pies sobre la tierra, minuto a minuto, ala humildad. Lo masculino puede asociarsea una actitud de potencia física y de compe-tencia y al deseo de resolverlo todo me -diante el pensamiento y la razón. Puede quetodo eso nos venga propiciado a mujeres yhombres, respectivamente, por nuestra pre-disposición biológica, pero nada de ello esuna realidad psicológica inmutable, comohe dicho más arriba citando a Jung. ¿Quéhombre no sería capaz de escuchar al otrocon humildad? Seguro que descubriría queincluso puede ser agradable. ¿Y qué mujer,si se lo permiten, no podría utilizar su pen-samiento para encontrar soluciones razona-bles? Nada de malo si se compatibiliza, sise equilibra y sin embargo puede ser atrozsi se utiliza de forma sesgada, como instru-mento para separar a ambos sexos y sobretodo, para la explotación y humillación de

las mujeres por parte de los hombres.Me gustaría encontrar otra palabra quedefiniese la liberación de las mujeres en unsentido mucho más amplio, aunque prime-ro habría que demostrar que el compartirlas tareas domésticas o los permisos depaternidad o los cuidados o las paridadesen las listas, incluso la brecha salarial, etc.no son sino puntitas del iceberg que estásumergido, bien cómodo y poco dispuestoa abandonar su asentamiento. Porque esmuy raro que cualquier conversación sobrefeminismo en nuestros días, no termine de -batiendo sobre el reparto de los horarios, elcuidado de los niños y los mayores, las de -cisiones domésticas u otras peleas habitua-les, que ocultan y solapan el fondo de lacuestión, la auténtica llave del reino que esla que los hombres no están dispuestos asoltar.El otro día asistí a una jornada sobrePerspectivas Feministas de ParticipaciónCiudadana. Tuve la sensación de que seestán moviendo muchos mimbres de rei-vindicación desde ámbitos nucleares ysentí mucha ternura al comprobar quearrancan desde muy abajo, desde las entra-ñas de una supervivencia emocional muybásica del ser humano. A la vez resoplé pordentro con cierta pereza, porque comprendíque aún queda mucho camino por recorrer.En la jornada, se dio voz a algunas mujeresque participan en los denominados “espa-cios de igualdad” cada vez más prolíficosen los barrios de las grandes ciudades. Enrealidad, se trata de fórmulas muy loablespara ofrecer a las mujeres la oportunidad desalir de las prisiones que, para algunas,constituyen sus propios entornos familiaresy vecinales, mediante la organización yparticipación en actividades culturales,artísticas y creativas. Pues la mayoría de las mujeres que intervi-nieron, según mi interpretación, habíandescubierto su autoestima gracias al espa-cio de igualdad. Lo que yo percibía era que,entre mujeres, habían perdido el miedo aexpresarse y mostrarse tal como eran sintemores ni complejos. Yo interpreto que en

Trasversales 44 / junio 2018 Mujeres en insurgencia

14

realidad lo que habían encontrado al reunir-se en esos espacios, algunas sin expectati-vas previas, era cariño y apreciación porparte de sus iguales, o sea, de otras muje-res. Otras mujeres no las humillaban, no lasjuzgaban, no les exigían que fueran másallá de sus posibilidades ni que tuvieranque justificar lo que hacían o decían con eltemor de ser rechazadas o anuladas o nin-guneadas, en resumen: las respetaban. Y elrespeto es un buen punto de partida. Eso yaes un cambio respecto a las actitudesmachistas.Cuando nuestros referentes femeninos sonmujeres notables, públicas, ya sean políti-cas, ideólogas, escritoras o artistas, que hansido capaces de contravenir las reglas, queno se han sometido a las autoridades con-vencionales y que han tenido la suerte de,con todo ello, ser conocidas y trascender alo largo de los siglos de patriarcadomachista, estamos fijándonos en modelosexcepcionales, que normalmente han deja-do su huella por haberse ocupado de temasmayores, no accesibles a todas las morta-les. Y, sin por supuesto quitarles el valor, elmérito, el reconocimiento y la gratitud,estoy segura de que han tenido que sucum-bir a actitudes similares a las que utilizanlos hombres, porque seguramente, de noser así, no hubiesen podido abrirse caminoy subsistir en sociedades tan arcaicamentemachistas. Sin citar nombres de féminasilustres, muchas veces me pregunto si lasdefensoras del sufragio universal, porponer un simple ejemplo de medida reivin-dicativa igualitaria, eran en sus hogares yen sus entornos más cercanos, tan reivindi-cativas como lo eran en su labor pública. Yen caso de que lo fueran, y suponiéndolasheterosexuales, tenían que haber tenidouno o varios hombres al lado que corres-pondiesen a sus formas de vida.Sin embargo si nos fijamos en lo pequeño,en lo cotidiano, en lo cercano, todas noso-tras, personas, mujeres u hombres, todassomos sensibles al cariño, a la generosidad,al respeto. Y no sólo somos sensibles, sinoque lo buscamos y lo demandamos para

supervivir. Está implícito en la naturalezahumana. Y no se respeta ni se quiere aquien se domina o se intenta dominarmediante actitudes competitivas, patriarca-les y machistas.Por desgracia el chiringuito está muy bienmontado. Durante siglos se le ha otorgadoa la mujer un territorio de poder en elhogar, en lo cercano, para hacerla creer quepintaba algo en la sociedad y que se mantu-viera calladita y tranquila. Y los hombreshan confundido el cariño con la posesión,mientras que las mujeres lo han aceptadocomo si estuvieran bajo una anestesia de loinevitable. Ahora ha llegado el momento dedemostrarles que querer y dejarse querer esmuy agradable y además funciona. Peroprimero hay que tomar conciencia dedonde está el problema.La revolución será feminista o no será. Yyo añado, la revolución ha de partir de losestratos más humildes de la sociedad o noserá.

Trasversales 44 / junio 2018Mujeres en insurgencia

15

Trasversales 44 / junio 2018 Mujeres en insurgencia

16

Alexa Gorzi

Contrael patriarcadocrítica de laeconomía políticapatriarcal

Contra el patriarcado, MaríaPazos Morán, ed. Katakrack,2018

Un libro muy importante y necesario, entorno a las condiciones materiales quereproducen el patriarcado a la vez que sonconsecuencia de éste. Propone un programapara la modificación de esas condiciones.No voy a intentar reproducir lo que dicePazos, leedla, sino a comentar lo que meinspira. El eje conductor de esas condicio-nes materiales es la división sexual del tra-bajo (DST) por la que las tareas de cuidadoson asignadas a las mujeres, mientras que,se gún tiempo y lugar, en el resto de las fun-ciones sociales el papel de las mujeres pue -de ser variable pero subordinado al de loshom bres y a la tarea principal asignada. Lasubvaloración social de las funciones con -sideradas "propias" de mujeres, a veces en -cubierta tras hipócritas elogios de la mater-nidad y los cuidados, es inevitable en tantoy en cuanto que tales funciones no sean delas mujeres, de los hombres y de las institu-ciones sociales colectivas. Y la considera-ción social de los cuidados como tarea de laespecie y de sus instituciones sólo avan zaen la medida en que, gracias a las lu chas delas mujeres, se va haciendo experiencia deello. La transformación mental y cultural, latarea pedagógica, son necesarias y se mate-rializan en fuerza social para cambiar elestado de cosas, pero esa fuerza debe servir

para ir transformando las condiciones ma te -riales, pues, si no se logra, la dominaciónmasculina pervive y pueden esfumarse losavances en el imaginario social.Encontramos en Pazos una crítica a las"políticas de conciliación" y al en foque"familiarista". Ya he cha la experiencia deellas, no han facilitado la plena equipara-ción de las mujeres en lo laboral y las fun-ciones públicas, lo que es imposible sinimplicación igual de los hombres y de polí-ticas públicas en los cuidados, sino, por elcontrario, facilitado que puedan seguirsiendo las "cuidadoras" de la especie, tantosi se integran en el mercado laboral como sino lo hacen. Frente a la "conciliación", tocaigualdad entre mujeres y hombres y com-promiso social.Polémica es su clara distinción entre los dosprincipales sistemas de dominación que secruzan en nuestro tiempo: patriarcado y ca -pitalismo. Ni son la mis ma cosa ni uno esconsecuencia de otro, aunque se interrela-cionan y re fuerzan. En la lucha contra ellosse forjan alianzas, pero eso no disuelve laes pe cifidad de los objetivos, de los ritmosde transformación, de las/los sujetos y delas relaciones de privilegio y dominaciónpropias de cada sistema.Hu bo un tiempo en que las reivindicacionesdemocráticas (para hom bres) y las reivindi-caciones obreras avanzaron más deprisaque las reivindicaciones feministas. Hoyqui zá las reivindicaciones feministas po -drían a van zar más rápido que otras reivin -di caciones sociales, porque se están ge ne -rando y reforzando relaciones de solidari-dad entre las mujeres, mientras que las vie - jas formas de solidaridad "de clase", en lasque las mujeres también eran hechas subal-ternas, se diluyen sin que aún se perfile sunecesaria reconstrucción orgánica. Y por-que en estos momentos una sociedad sinpatriarcado es más imaginable, más fácil deconcebir, que una sociedad sin capitalismotras el fracaso -con su cuota de horror- delas vías estatalistas y totalitarias y por laaún escasa y necesaria experiencia prácticaen las vías autogestionarias.

17

Desde la coordinación del libro le pedimos a nuestra compañera Isa un texto. Se resistía, puesno quiere protagonismos: "Yo no sé escribir como vosotros", decía. Insistíamos porque estelibro se había ideado para recaudar fondos para pagar su maldita condena y, además, TetuánResiste no existiría tal como es sin su fundamental presencia. Finalmente accedió y nos envióuna serie de mensajes de WhatsApp. "¿Os vale así?", nos preguntó. No hemos modificadonada, y los reproducimos tal como llegaron sus mensajes por su gran calidad y porque son Isa,nuestra querida Isa, en cada palabra.

Todavía no he asimilado ni la acusación, ni el juicio, ni la sentencia a la que me sometieron. Sihubiera fuego en tu casa acudiría, si te van a desahuciar y te quedas en la calle colaboro paraque no ocurra. Es lo mismo. He conocido a mis compañeras en sus peores momentos, en esaesfera que no es la del cumpleaños de sus niñas, sino la del sufrimiento. Nunca viajamos jun-tas, aunque sí hacemos fiestas. Para recaudar fondos, cajas de resistencias. Desde hace sieteaños ésa es nuestra vida. Poco que contar salvo que tengo la suerte de conocer a personas for-midables, llenas de coraje, gente buena, que se vuelca y se arremanga si nace un bebé sin nada,si hay que hacer colectas, si hay que ayudar a una familia a ocupar, porque los padres resisti-mos, pero... ¿y los hijos? ¿Cómo van a dormir en la calle? ¿Dónde se le calienta el desayuno?Aunque sea en una furgoneta. Es un crimen la calle.

Isabel Tejero

Vosotras tambiénestáis en esta trincheraEste texto es la aportación de Isabel Tejero, #IsaLibre, al libro TetuánResiste: la lucha por la vivienda de un colectivo de barrio, editado porel colectivo Tetuán Resiste, que “tiene como objeto recaudar fondospara pagar multas, costas judiciales, honorarios del abogado y la futu-ra apelación de nuestra compañera Isabel Tejero ‘Isa’, condenada porparar el desahucio de un vecino”, tal y como indica la presentación dellibro, "Lo que tiene usted entre manos". Reproducimos este lúcido y emotivo texto con la autorización de Isa yde Tetuán Resiste.Puede adquirirse el libro escribiendo a tetuanresiste@gmail.comMás información:ofelianieto29.wordpress.com/2018/05/03/como-hacerse-con-el-libro-tetuan-resiste

17

Vivienda y abandono urbano Trasversales 44 / junio 2018

1818

Vivienda y abandono urbanoTrasversales 44 / junio 2018Este libro va de lucha, te agradezco tu ayuda.Eres solidaridad de clase. Te respeto infinita-mente porque me devuelves mi dignidad.Llevamos la cabeza bien alta. Gracias.Nos organizamos porque si no vamos juntasno nos hacen caso. Nos asambleamos parahablar y nos asesoramos mutuamente, aunquenos lleve tiempo. Aprendemos hablando yescuchando. Nos hacemos más fuertes paraese momento próximo al desahucio. Todo loaprendido y la pertenencia al grupo, ese tiem-po turbulento, ese recorrido es un hilo con-ductor, un camino. Lucha y resistencia. Esestar hasta el final. Hace que no decaigamosy lleguemos. Cansadas, pero llegamos.Yo he llegado y allí estaban ellas. Movemosmontañas. Nadie sabe más de precariedad queellas, ni economistas, ni nadie. Y nadie reco-noce la justicia social. Mis compañeras nodan conferencias, pero se enfrentan a estafa-dores, a fondos buitre, fabrican trincheras.Y dulces. De chocolate.Me frena no entender algunas cosas técnicas.Estoy feliz porque estas navidades las pasétran quila. Beso a mis hijas. Me podían habercon denado a dos años y medio. Han sido seismeses. Recurriremos. Con el dinero del libro.SÍ SE PUEDE.Orgullosas de que nuestras más admiradasactivistas sean compañeros y compañeras quelo perdieron todo y que luchan para que aotras no les suceda lo mismo. Algunas noestán, como el compañero de otro barriobueno que fue detenido por robar gasolinapara llenar el depósito y poder trabajar.Hicimos colecta también, le metieron en lacárcel. Su mujer al poco murió de cáncer. A él le per-mitieron verla esposado. Aguanta.¿Has estado en alguna trinchera? Dianamurió en Tetuán, una niña de seis años, condiscapacidad muy grave. Les habían cortadola luz. Hicimos colecta para las flores. No,nadie es perfecto, pero reconocemos a los denuestra clase. No es todo oro, pero es lo quesomos. Frente a los corruptos, que nos roban,venden las viviendas públicas a los que notienen alma, los egoístas, los criminales y suscómplices. Amén.

La necesidad y la precariedad también nosobligan a mantenernos organizadas pese alviento y las mareas. Un colectivo antidesahu-cios de barrio no es mucho, pero 10, 100, sí loson. Y coordinados. Cada persona del barriove, vive, trabaja en su barrio y sabe lo queocurre en otros. Estamos en red, conectadas.Han intentado liquidarnos de todas las mane-ras. No han podido. Libres y soberanas nosque remos, por eso os estamos agradecidas:por seguir garantizando nuestra libertad, apo-yándonos y sosteniéndonos en esta campaña.Yo sólo he puesto una cara. Apoyándome amí, nos defendemos todas.Las cajas. Durante los tres años que duró laespera de juicio empaqueté "cajas". No cajasde verdad, porque no me iba. Cajas figuradas,mentales. La primera ponía "juicio" y la cerréporque no lo entendía. Es una caja pequeña,de mano, que llevo siempre, de mano.Seguí cerrando cajas.Como para una mudanza. Están por ahí. Unavez conocida la sentencia abrí una: "repre-sión". Mis compas abrieron otra para mí:"solidaridad", aunque yo en ésa ya atesorabael apoyo de todas. De la familia y del barrio.Las notificaciones las metía en la caja de "jui-cio" e inmediatamente se abría la de "solida-ridad". No sufrí más de la cuenta. Ahora imagino que hay muchas cajas por ahí.

Trasversales 44 / junio 2018Vivienda y abandono urbano

19

Me alegra estar hoy aquí. Lamentablemente no pude participar en la conferencia deoctubre [Bolonia, 3 octubre, organizada por el Laboratorio Crash], aunque sí estuviese pre-sente con mi pensamiento, porque creo que ha sido un momento importante en la construc-ción en Italia de un contraste en torno a los estudios urbanos críticos, aún ausentes en loscircuitos institucionales de investigación. De hecho, desde los años ochenta la universidaditaliana ha erigido un verdadero muro contra la teoría crítica y contra todo enfoque trans-formador de la investigación social. La conferencia de octubre fue, por tanto, un primermomento, que espero será seguido por otros cada vez más amplios, de reflexión y con-traste entre quienes investigan en la universidad o fuera de ella sobre las metrópolis, lasciudades, las transformaciones capitalistas de nuestros entornos de vida urbana.Creo que el abandono urbano es un tema de gran actualidad, ya que capta un aspecto fun-damental de las sociedades contemporáneas del "tardo neoliberalismo", si queremos lla-marlas así (tardo en tanto que post-crisis): por un lado, expresa una tendencia a largoplazo, que podríamos describir como el desarrollo desigual de la economía, por el cual losdesequilibrios estructurales hoy existentes entre ciudades y regiones reproducen la dinámi-ca histórica del desarrollo territorial en la esfera capitalista; al mismo tiempo, hay algonuevo en los últimos años, no sólo porque estos desequilibrios se han profundizado encomparación con el pasado, lo que no es nada desdeñable, sino también porque el tema delas desigualdades sociales y territoriales ha vuelto al centro del debate público, después dehaber sido marginado durante las décadas de auge indiscutible del neoliberalismo, desdelos años ochenta hasta finales de la primera década del siglo XXI.

Ugo Rossi

La política neoliberaldel abandono urbanoy la resistencia como encuentro

Intervención de Ugo Rossi, profesor de la Universidad de Turín, el15 de febrero de 2018 en Bolonia durante la presentación del libroelectrónico Città, spazi abbandonati, autogestione.

La versión original en italiano puede encontrarse en infoaut.org(enlace breve: bit.ly/2GV6I40)Con licencia creativecommons.org/licenses/by-nc-sa/2.5/es/También está, en italiano, en www.euronomade.info/?p=10658

En ese sentido, la crisis económica de losúltimos años ha sido un punto de inflexiónfundamental. En el mundo anglosajón sedefine esta crisis como "crisis de 2008",seguida de la "gran recesión" de 2009.Desde 2010 o finales de 2009 la economíacomenzó a crecer lentamente en EstadosUnidos, aunque no fueran resueltas las con-tradicciones que desencadenaron la crisis, apartir de la financiarización de la eco no -mía. En el sur de Europa, como sabemos, lacrisis ha ido mucho más allá. Los años2010 y 2011 fueron los más difíciles para laeconomía de los países del sur de Europa,incluida la italiana, con el estallido de lacrisis de "la deuda soberana", pero los efec-tos duraderos del estancamiento económicoaún son visibles hoy en día en esta parte delcontinente.

Consecuencias de la crisis de 2008-2009La crisis de finales de la primera década delsiglo XXI se generó a partir de la dinámica-y de las disfunciones de tal dinámica- de lavalorización capitalista de las ciudades y desu mercado inmobiliario en una fase mar-cada por la financiarización de la economíay la vida social. Nació del colapso del sec-tor hipotecario inmobiliario, particular-mente de las hipotecas subprime dirigidas asujetos sociales con escasos medios, inven -dibles en el mercado hipotecario ordinario.Para ampliar el mercado y beneficiarse delvacío dejado por la drástica reducción de lapolítica de vivienda pública en la faseneoliberal, se creó una oferta especial dehi po tecas para personas potencialmenteinsolventes. La crisis de 2008 surgió delfracaso de ese intento de secuestrar a lospobres y sus "vidas desnudas" dentro de lared del crédito hipotecario. Un intento que,en ausencia de alternativas, está destinadoa ser redirigido hacia nuevos esquemas einstrumentos de financiarización de la vidasocial.Es interesante comparar la crisis de 2008con otra crisis sistémica y estructural de lahistoria capitalista reciente, la de 1973-75.Son crisis muy diferentes, pero ambas

tienen una dimensión estructural y orgáni-ca. La crisis de 1973-1975 desencadenó,como puede verse en los estudios hechossobre sus efectos territoriales, una crisisurbana, la definición más utilizada en losestudios hechos entre finales de los setentay mediados de los ochenta. Porque a esacrisis siguió un período de declive industri-al (crisis del triángulo industrial italiano[Milán, Turín, Génova], superación generaldel fordismo, etc.) y una verdadera crisisurbana. Hoy, en una ciudad como NuevaYork y en particular en Manhattan y en lasáreas "regeneradas" de Brooklyn hay unacrisis de vivienda provocada por la eferves-cencia del mercado inmobiliario, en el sen-tido de que las casas son inaccesibles paralas clases medias bajas debido a sus preciosdemasiado altos. La crisis de la viviendaproducida por el sobrecalentamiento delmercado inmobiliario (lo que Henri Le -febvre antes y David Harvey después hanllamado el "circuito secundario" del capi-tal) se ha agravado por el fenómeno globalde "turistificación urbana" que satura laoferta habitacional. En esas áreas centralessólo hay una significativa disponibilidad enlos espacios destinados al comercio mi no -rista, porque muchas tiendas han tenidoque cerrar por la letal combinación de losaltos precios de alquiler con el auge delcomercio on-line. Sin embargo, a princip-ios de los años noventa en Manhattan unode cada cuatro inmuebles estaban vacíos,en desuso.La crisis financiera de 2008 dio lugar a unescenario completamente diferente. Aun -que nació en el marco de la economía ur -bana y sus disfunciones, la crisis de 2008desencadenó una demanda aún más intensaen la ciudad y las áreas urbanas. La recu-peración de la economía capitalista se hacentrado ante todo en la valorización de loofrecido por las metrópolis.No es coincidencia que, tras la aparición delas tecnologías digitales interactivas desde2007-2008, cuando se originó el fenómenode las redes sociales, las APP, etc., ladifusión de las plataformas digitales apli-

Trasversales 44 / junio 2018 Vivienda y abandono urbano

20

cadas a nivel urbano se haya producido apartir de 2010, coincidiendo con la recu-peración general de la economía esta-dounidense; por ejemplo, las plataformasAirbnb y Uber se fundaron en 2008-2009,pero también se han desarrollado otrascomo las de comida a domicilio o Amazon,que ha experimentado una importanteurbanización en los últimos años. Tan pron-to como la economía se recuperó, primeroen Estados Unidos y luego globalmente,cobraron impulso estas nuevas economíastecnológicas fuertemente urbanizadas, ladenominada "economía colaborativa", elcapitalismo de las plataformas, las startupsinnovadoras [o "empresas emergentes"].

La era urbana: entre la subsunción y elabandonoLa era urbana de la que hoy se habla secaracteriza por la diseminación y multipli-cación de los asentamientos urbanos. Pero,más allá de esta expresión material de laera urbana, a la que prestan habitual aten-ción las Naciones Unidas y otros investi-gadores, lo que debemos observar es la in -tensificación de la valorización capitalistade lo urbano, de las relaciones sociales ur -ba nas, es decir, del capital cognitivo-afecti-vo contenido en los ambientes vitales de lasmetrópolis. Porque las economías de lasplataformas, de la smart city ["ciudadinteligente"], de los big data [macrodatos],no hacen otra cosa que explotar y subsumirun potencial de interacción y de coope -ración social que reside en las metrópoliscapitalistas. Tras la crisis de 2008, portanto, se ha producido el advenimiento deuna nueva era urbana, en la que lasmetrópolis se afirman como lugar privile-giado para una economía capitalista quetiene que lidiar con los efectos desestabi-lizadores de la financiarización y la desre -gu lación neoliberal.En este contexto, particularmente tras la"explosión populista" de 2016 (Brexit einvestidura de Trump), se ha renovado elinterés por la cuestión de las áreas endeclive, es decir, los espacios de abandono

urbano de los que estamos hablando hoy,incluso por parte de expertos y órganosinformativos moderados o conservadoreshabitualmente poco sensibles al problemade las desigualdades sociales y territoriales.Por ejemplo, el semanario Economist le hadedicado una portada recientemente. Eneste sentido, es esclarecedor ver a qué serefiere lo que Jamie Peck, uno de los másimportantes geógrafos económicos con-temporáneos, denomina celebrity urbanol-ogy [urbanología de la fama], de orien -tación neoliberal. Este año, mi cursomagistral en la Universidad de Torontosobre la "ciudad creativa" está dedicado aeste tema; por lo tanto, he elaborado algu-nas ideas al respecto que ahora expondrésintéticamente.Algunos urbanólogos destacan entre los de -más, en un panorama cada vez más pobla-do. Uno de ellos es, sin duda, RichardFlorida, muy conocido por su teoría de laclase creativa; el otro es Edward Glaeser,igualmente conocido, aunque quizás algomenos fuera de los ámbitos académicos,pero que es una estrella académica, profe-sor de Harvard y protagonista del rena -cimiento de la economía urbana, un ámbitoantes marginal dentro de la corriente prin-cipal de los estudios económicos.En 2011, Glaeser publicó el libro El triun-fo de las ciudades [Taurus, 2011], que es elmanifiesto de la nueva urbanología. En elcurso que voy a comenzar, propongo com-parar y ofrecer una interpretación críticarespecto a estas dos versiones de la celebri-ty urbanology, convergentes en muchosaspectos pero con diferencias significati-vas: una más liberal (Florida), otra mástípicamente neoliberal (Glaeser).En su libro, Glaeser decide despojarsedefinitivamente de la vestimenta de econo-mista conservador-elitista, con la que ensus trabajos previos insistía más en los as -pectos de seguridad y habitabilidad de losespacios residenciales de la clase mediasub urbana. En este libro pasa a afirmar quela pobreza típica de las metrópolis del Surdel mundo tiene un gran potencial de desa -

Trasversales 44 / junio 2018Vivienda y abandono urbano

21

rrollo, que la diversidad étnica es un recur-so para la valorización y que el desorden delas grandes ciudades es un indicador de tá -ci tas potencialidades; además, dice clara-mente, con indicaciones precisas a los go -bernantes, que hay que evitar las inver-siones en áreas marginales periféricas yciudades en declive (Detroit, por ejemplo),evitar costosos programas de renovaciónurbana e incentivación empresarial, ya quesería como tirar dinero a la basura porqueterminan siendo utilizados de maneraimproductiva. No debemos invertir, dice,en lugares que no tienen futuro, en ciu-dades en dificultades, ni en áreas urbanasen declive, porque es un desperdicio deenergía y de fondos públicos.Por el contrario, dice Glaeser, hay queinvertir en las personas, en el capitalhumano para que los habitantes de las áreasdecadentes se formen y hagan emerger supropio talento creando las condiciones paraabandonar esos espacios lo antes posible,mudándose a localidades atractivas, dondesu capital humano pueda valorizarse. Yhabría que aceptar, dice también, que algu-nas localidades pasen por fases de redimen-sionamiento demográfico, con drástica pér-dida de población.Este es el hilo que une a los "urbanólogosdel éxito", tales como Richard Florida,Enrico Moretti o Edward Glaeser, a losque, pese a la diversidad de acentos, une laidea de que lo que sostiene a la economíacapitalista es la movilidad de las personasen función de sus competencias profesiona -les y de su capacidad para construir rela-ciones sociales, es decir, de su capital hu -mano y creativo. Lo que Florida, por ejem-plo, llama el "poder de los lugares" es lacapacidad de algunas ciudades y áreasurbanas para atraer a los mejores profesio -na les. Esta visión, hoy dominante entrepolíticos y expertos de orientación neolibe -ral, justifica y al mismo tiempo alimentauna jerarquización del espacio geográficocada vez más marcada: hay lugares atrac-tivos y otros (ciudades o zonas de ellas)que están destinados a un declive o a un

redimensionamiento en cierta medida irre-versible. Esto es lo que prescribe el urba -nismo neoliberal. De ahí la idea de que lostrabajadores y profesionales de alto valorañadido deben converger hacia los lugaresmás atractivos y que no es realista, sinodañino, intentar reanimar el destino de losespacios en declive con políticas sistémicasde redistribución de la riqueza a nivel terri-torial.En las décadas de los cincuenta y sesenta,los programas reformistas del denominadokeynesianismo territorial intentaban inter-venir sobre regiones económicamente des-favorecidas o en barrios que necesitabanservicios públicos para salir del bache.Estas intervenciones se llevaron a cabo deacuerdo con una visión de reequilibrio te -rri torial. En cambio, la nueva ideologíacapitalista pide resignarse a estas diferen-cias, porque es la tendencia inevitable. Enlos espacios que quedan excluidos de la va -lorización capitalista sólo existen solu-ciones minimalistas y de supervivencia,como el apoyo al turismo, allá donde hayacondiciones para ello, o la creación de uni-versidades técnicas con la esperanza defomentar el emprendimiento tecnológico,como sugiere Economist. Por tanto, creoque el tema del abandono, a la luz de estanueva ideología capitalista, es un aspectofundamental sobre el que reflexionar. Entorno a la centralidad urbana tras la crisisde 2008, a la concentración de recursos enlugares considerados centrales y a la mar-ginación y la renuncia a intervencionesintegrales en lugares periféricos que, segúnla lógica neoliberal de la competitividad,no serían dignos de ello.

El contexto italiano: el ciclo reaccionarioy la "resistencia como encuentro"En el contexto italiano, la nueva "urba -nología" que acabo de describir sumaria-mente tiene efectos peculiares y potencial-mente explosivos en el ámbito político,porque Italia se caracteriza por diferenciasde ingresos que desde su fundación comoestado unitario están en la base de su geo -

Trasversales 44 / junio 2018 Vivienda y abandono urbano

22

grafía económica, en particular la divisiónentre el sur y el centro-norte. No es coinci-dencia que hoy las regiones centrales ymeridionales se hayan convertido en unacuenca electoral disputada por las nuevas yviejas derechas, esto es, por Cinco Estrellasy por la nueva coalición de centroderecha.Por esta razón, la Liga de Salvini se haempeñado en expandirse desde el nortehacia las regiones centromeridionales,donde hay un resentimiento social, una ira,una desesperación que representa el contra-punto de la política neoliberal de la central-idad urbana. Según la ideología de la cen-tralidad urbana, bien representada en Italiapor el Partido Demócrata, Milán está demoda y el resto del país debe seguir sinvacilación su ejemplo de renacimientourbano: "una ciudad líder, desde aquí arran-ca de nuevo Italia", dijo Matteo Renzi paracelebrar el lanzamiento del "Pacto porMilán" en septiembre de 2016. El nuevodualismo centro-periferia está en el origende los fenómenos de abierta xenofobia(Liga y derechas nacionalistas) o, como encaso de Cinco Estrellas, de una intoleranciamal disimulada hacia los migrantes y lasorganizaciones humanitarias que los apoy-an. ¿Por qué hoy somos testigos de estaexplosión de racismo por los italianos? Mirespuesta es la siguiente: porque la clasemedia, desmoralizada por la pérdida de va -lor de sus activos inmobiliarios tras la cri-sis de 2008 y los comienzos de la segundadécada del sigo XXI, una pérdida particu-larmente dura en las áreas periféricas endeclive económico, comenzó a tomarla conlos migrantes, las gentes de color y las de feislámica sobre todo, percibidas como ame-naza adicional al valor ya inestable de supropiedad privada. Esto también está pre-sente en el análisis de Alberto de Nicolasobre el ciclo político reaccionario que hoycaracteriza a Italia.En resumen: si, como es comúnmenteaceptado, la elección de Trump dio expre-sión a la ira social de los lugares olvidados,de las periferias remotas, desde entonces sehan desplegado los efectos nefastos (racis-

mo, islamofobia) y las consecuenciaspolíticas de la urbanología neoliberal, estoes, la nueva hegemonía de las derechas ensus diversas articulaciones. Las ciudadespequeñas y medianas de los estados másremotos se han convertido en el granyacimiento electoral de Trump, mientrasque los demócratas se han mantenido en lasciudades liberales de la costa, en lasdenominadas "great American cities", conel sostén de las elites blancas "globalistas"y de las minorías afroamericanas e his-panas. En Italia, la geografía del resenti -miento social presenta una situación enparte similar a la de Estados Unidos, aun -que tal vez más variada, pues no sólo se en -cuentra en los lugares más remotos. La ra -bia fascista (de Forza Nuova y Casa Pound,pero también de la gente común) no se ali-menta sólo en Macerata, y el terreno fértilpara el ciclo político reaccionario no secrea sólo en las regiones periféricas, sinoque todo eso ocurre también en las perife-rias romanas o turinenses, en los espaciosabandonados de las metrópolis capitalistas.La perspectiva política que tenemos pordelante sólo puede ser la de resistencia aeste ciclo reaccionario. Desde este punto devista, siento que el marco italiano es muysimilar al de Estados Unidos, donde "laresistencia" es la única opción disponiblepa ra quienes se oponen hoy a la "eraTrump". Creo, sin embargo, que en estafase particular debemos concebir la políticade resistencia no sólo en oposición al ciclopolítico regresivo y reaccionario que tene -mos ante nosotros, sino también como ges -to afirmativo, es decir como "política delencuentro". La idea de la política del en -cuentro es algo que recibimos de los mo -vimientos de 2011. Lo que hoy revive enlos movimientos sociales contemporáneoses su herencia, su legado. Después de 2011,las ciudades se han convertido, a escalaplanetaria, en espacios de encuentro paralas singularidades insurgentes: el orgullode las minorías subalternas que salen a laluz con Black Lives Matter en EstadosUnidos, el movimiento de solidaridad con

Trasversales 44 / junio 2018Vivienda y abandono urbano

23

los refugiados en Europa y la insurgenciadel movimiento de mujeres en los últimosdos años. La resistencia per se es un actoque expresa la negación de todo lo que escontrario a una idea de democracia sustan-cial (racismo, sexismo, fascismo). Ahora,el desafío político es llenar de sentido laresistencia con el acto afirmativo delencuentro.¿Cómo responder a este ciclo político reac-cionario con una política de resistencia queal mismo tiempo sea de encuentro entrequienes son diferentes, entre las minoríasque están excluidas de este proceso de va -lo rización capitalista y que están siendoempujadas hacia los espacios del abando -no? "La resistencia como encuentro", comoconciliación de la negación con una afirma-ción, es la idea sobre la que me gustaríareflexionar colectivamente como hori zontepolítico de los movimientos contemporá-neos.

Bolonia, 15 de febrero de 2018

Trasversales 44 / junio 2018 Vivienda y abandono urbano

24

Trasversales 44 / junio 2018Vivienda y abandono urbano

25

Se trata de explicar la paradoja: ¿cómo el país que tiene la proporción más alta en el mundode "viviendas entre hogares", sin embargo y al mismo tiempo, tiene sin resolver el proble-ma del alojamiento para una gran parte de su población joven y hay muchos hogares quesufren el acoso del desahucio?

I Evolución del parque de viviendas en EspañaEl problema de la vivienda en EspañaEn los últimos 25 años en España se ha construido más que nunca: las viviendas iniciadassuperaban anualmente las 200.000 durante los primeros años de la década de los 90, paraincrementarse hasta 300.000 en los años 95-97 y pasar a 400.000 en 1998, 500.000 en elperiodo 1999-2003 y más de 650.000 en el periodo 2004-2007. Pero no ha respondido alas necesidades y a las demandas de alojamiento de la población, y el desarrollo urbano,al socaire de la necesidad de vivienda, ha sido el principal motor del desarrollo nacionalen las dos últimas décadas. La crisis ha puesto en cuestión este modelo. El aumento de laprecariedad y del riesgo de pobreza de los hogares ha hecho desplomarse la demanda,muchos hogares han sido desahuciados y los jóvenes y trabajadores precarios no puedenacceder al mercado por falta de solvencia. Y, además, la crisis económica ha inducido unacrisis demográfica alarmante, que contrae aún más la demanda y cuyas consecuencias alargo plazo son preocupantes.Ahora, tras la crisis, hay un exceso de oferta que no se adecua a las necesidades de lademanda, ya sea por la disminución de la capacidad de compra, por el endurecimiento delcrédito o por la disminución de la formación de nuevos hogares. Por otra parte, el estan-camiento de los precios ha expulsado a la demanda especulativa del mercado. En estas cir-cunstancias, el mercado tenderá al ajuste entre una oferta sobre abundante y una demandadébil.

Fernando Prieto e Ignacio Marinas

Por una nuevapolítica de viviendaen España

Fernando Prieto, ecólogo. Ignacio Marinas, ingeniero. Miembrosdel Observatorio de la Sostenibilidad (OS)

A este respecto Julio Rodríguez dice: "Elstock de viviendas de nueva construcciónno vendidas todavía superaba a fines de2015 las 500.000 viviendas, según Fo men -to. Buena parte de esas viviendas están enlos balances bancarios o en el activo deSareb. En el pasado ajuste sufrido por elmercado de vivienda entre 2008 y 2013 nosólo se han perdido empleos, sino que,entre otras cosas, han desaparecido lascajas de ahorros, en gran parte por la exce-siva concentración de riesgo inmobiliario.Asimismo, la factura a pagar desde lasarcas públicas por el ajuste bancario hasido importante (5% del PIB según Guin -dos, La Vanguardia 23/10/2016). Todavíase siguen sufriendo las consecuencias de labrutal recesión sufrida por un mercadoinmobiliario en el que la oferta de nuevasviviendas se infló en exceso".Ante esta emergencia es interesante cono-cer el número de viviendas vacías -nuevasy de segunda mano- que forman parte de laoferta de vivienda para tratar después decontrastarla con la demanda. Si en 2011había 3.443.365 viviendas vacías y el mi -nis terio de Fomento estima que había en -tonces 700.000 en construcción, al menoshabrá ahora la suma; pero, además, el aná-lisis de los cambios de usos del suelo queha realizado el Observatorio de Sos te ni -bilidad aporta que en ese año había más de120.000 hectáreas en obras de promociónlo que supone al menos 2 millones de nue-vas viviendas en distinto grado de ejecu-ción pero que ya han iniciado la urbaniza-ción y están en camino de salir al mercado.Además, si miramos a los hogares se ha deconsiderar que al menos un 2% de ellosdesaparecen cada año, de lo que resulta quese quedan sin ocupantes al menos 300.000viviendas cada año.En esta situación se genera una tendencia aque las diferencias del valor de cambio delos inmuebles refleje principalmente lasventajas de localización y a que el valor enventa se sitúe entre el precio de reposición(valor de la construcción más el de urbani-zación del suelo) y la capitalización al inte-

rés medio del mercado de alquiler. Es decir,ahora el mercado de vivienda desincentivala construcción de nuevas viviendas y tratade poner en uso el patrimonio construido,principalmente en manos de los bancos quetratan de que no bajen precios de venta yalquileres. Por ello nuestra propuesta sebasa en no construir nuevas viviendas, sinofavorecer que las viviendas vacías salgan almercado de alquiler y corregir también latendencia especulativa del mercado en loslugares centrales. Para conseguir ambosobjetivos es determinante establecer unanueva política fiscal para viviendas y loca-les comerciales coherente con la nuevacoyuntura.¿Cual es el escenario futuro?Las proyecciones (1) del Instituto Nacionalde Estadística (INE) estiman que en lospróximos 15 años, hasta 2031, se crearánen España apenas 902.633 hogares. O loque es lo mismo, 60.175 hogares cada a -ño. Para hacerse una idea de lo que signifi-ca esa cifra hay que tener en cuenta queentre 2001 y 2011, según el Censo dePoblación y Vivienda (2), se crearon, cadaaño, 389.652 hogares. Es decir, seis vecesmás que en el futuro inmediato, lo querefleja el intenso cambio demográfico quese ha producido en España. Si bien confuertes diferencias territoriales. Un recienteestudio del Banco de España (3) estimabaque, en el escenario base (si no se produceun fuerte aumento de inmigrantes), el nú -mero de hogares decrecerá en la tercerapar te de las provincias españolas en la pró-xima década.Los datos son espectaculares y ponen derelieve cómo la crisis demográfica que seha producido tras la crisis económica ten-drá consecuencias negativas sobre el siste-ma productivo, en particular, sobre la cons-trucción de viviendas y su industria auxi-liar.Movimientos sociales en torno al derecho ala vivienda-hogarDesde el franquismo y su particular políti-ca de vivienda -hagamos propietarios y noproletarios, que decía Arrese- las familias

Trasversales 44 / junio 2018 Vivienda y abandono urbano

26

más desfavorecidas han peleado por elacceso a una de las más de 7.000.000 deviviendas protegidas que se han construidohasta 1996. Desgraciadamente al favorecerla tenencia en propiedad casi todas estasviviendas han sido descalificadas de su sis-tema de protección y se han incorporado almercado como una vivienda libre. Con lallegada del PP al gobierno en 1996 la ten-dencia a la protección social de la viviendacambió y se aceleró el proceso para conver-tir las viviendas sociales en vivienda libre;y pese a la determinación desde el planea-miento para que una parte de los sueloscalificados se destinen a la promoción devivienda social las facilidades para descali-ficarlas una vez construidas son tan gran-des que muy pocas de las viviendas cons-truidas desde entonces mantienen el siste-ma de protección que pudiera facilitar surecuperación para atender a las familiasque no pueden acceder al mercado de com-pra o alquiler. Por último, desde 2008 lasviviendas protegidas casi se han dejado depromover y hemos visto el despropósitofraudulento de que las entidades encarga-das de administrar el parque de viviendassociales públicas han vendido sus activos afondos buitre especulativos como vivien-das libres; y en los últimos años el escasopresupuesto destinado a ayudas a la vivien-da social ni siquiera se ha gastado. Desde2011, tras la explosión de la burbuja inmo-biliaria, el gobierno ha desertado de suobligación de atender el derecho a lavivienda de las familias españolas que seenfrentan sin protección pública a los ava-tares del mercado y los colectivos atrapa-dos por la burbuja han sufrido los desahu-cios, las quiebras inmobiliarias y los frau-des sin el apoyo oficial.En la actual coyuntura hay diversos colec-tivos que luchan para hacer efectivos susderechos y se organizan de formas diversasen función de su problemática particular.Unos reclaman porque las inmobiliariaspromotoras han desaparecido sin cumplircon sus obligaciones. Otros luchan porquelas viviendas que compraron han sido

declaradas ilegales y tienen sentencias quedeterminan su demolición. Los hay que hansido desahuciados y se han quedado en lacalle, más de 70.000 cada año. También loshay que han ocupado edificios o viviendasparticulares, hay más de 100.000 viviendasocupadas ilegalmente. Y también se hanformado sindicatos de inquilinos y movi-mientos contrarios al alquiler turístico. Yen este panorama dispar es difícil imaginaruna política de vivienda que atienda a susnecesidades de formar un hogar.Preguntas clave para una nueva política devivienda¿Quién defiende, con la sobre oferta deviviendas heredada, que no haya posibili-dad de alojamiento para todos y haya queseguir con los desahucios, las ocupaciones,los poblados de chabolas y la expulsión delos vecinos de sus barrios por la presión deuna subida de precios?¿Es sensato que las políticas públicas siganincentivando la construcción de al menos150.000 nuevas viviendas al año como pro-pone la CEOE?¿Cual sería la mejor alternativa para lanueva coyuntura?

II El trabajo de la crisis: los efectos másreseñables para analizar el problema dela vivienda tras la crisisQuiebra del modelo tradicional del merca-do de la viviendaResulta que en España la vivienda cumpletambién una función distinta a la de aloja-miento, ya que es el bien que se utiliza conmás frecuencia como forma de materializarel ahorro de las familias, y muchas de ellashan confiado en la estabilidad de la revalo-rización continua del patrimonio inmobilia-rio, válido durante los últimos sesentaaños, y ello ha inducido a que materialicensu patrimonio, al menos en una parte, en loinmobiliario; de ello que se contabilizanmás de 3.680.000 viviendas secundarias loque supone una por cada seis hogares. Esde suponer también que con la crisis bas-tante de estas viviendas estén en venta.Además, en coherencia con la especializa-

Trasversales 44 / junio 2018Vivienda y abandono urbano

27

ción del reino de España como balneario delos europeos del norte, resulta que se hansumado estos a la fiebre de la compra.¡Éramos muchos y parió la abuela!Pero aún hay más, la especulación en elmercado inmobiliario tiene dos partidasbien distintas: los unos especulan consuelo, compran suelo no urbanizable y pro-mueven su recalificación a suelo urbano;los otros especulan con viviendas ya cons-truidas, compran al promotor sobre plano ylas venden cuando ya tienen cédula dehabitabilidad, es más seguro que la especu-lación del suelo y más rápida la revaloriza-ción cuando hay un ciclo expansivo y fuer-tes subidas del precio, en los ciclos regresi-vos aprovechan la necesidad de liquidez delas empresas inmobiliarias o las familias yesperan a que suban los precios para mate-rializar el beneficio.Y hay otras peculiaridades de España enrelación con la vivienda. Una es la prefe-rencia de las familias por la vivienda enpropiedad y el fracaso de las políticaspúblicas para incentivar el alquiler, muypor encima de otros países europeos en losque se protege y promociona el alquiler;aquí ha triunfado la idea de hacer de cadaproletario un propietario, las políticaspúblicas lo han favorecido, y las familiasahorran por décadas para cumplir su prefe-rencia; por esa razón, la mayoría de vivien-das promovidas por los agentes públicos,que en principio eran para alquilar o concargas que impedían su reventa, han termi-nado como de propiedad privada libre decargas. Otra es que la diferencia básica en -tre el alquiler y la propiedad no está solo enel precio, sino en que la propiedad propor-ciona solvencia, la posibilidad de avalar unempréstito circunstancial en caso de nece-sidad, y que también su propietario partici-pa de forma indirecta de la revalorizacióninmobiliaria, que materializará cuando secambie de piso.De todo ello resulta que aquí parece comoque la demanda de vivienda es infinita:todas las familias quieren mejorar de casa;para ello cuando tienen ahorros venden la

casa peor y se compran otra mejor; y si tie-nen una casa en la ciudad, otra en el montey otra en la playa probablemente, si tienenahorros que no se quieren gastar, serán ten-tados por una multipropiedad en islas re -mo tas por si encuentran allí un mercadoinmobiliario en expansión. En esto de pro-mover y acaparar viviendas parece que estepaís no tiene remedioEsta dinámica especulativa es la que lleva aque la CEOE, a pesar de la sobre oferta quehay en el mercado, proponga "llegar a las150.000 nuevas viviendas iniciadas al año,ahora sólo se venden unas 15.000, e impul-sar de nuevo las viviendas protegidas, sinponer demasiadas pegas a los compradoresde dichas viviendas en cuanto a nivel deingresos". Es decir: volver a inflar la bur-buja.Además el "problema de la vivienda" nosmuestra otros secretos. Si observamos loshogares por la noche, cuando todos los mo -chuelos vuelven a su olivo, encontramos u -na gran variedad de alojamientos: muchosestán en alojamientos colectivos (hospita-les, cárceles, colegios, hoteles, hostales,pensiones pisos turísticos, camas calientesy los que duermen en la calle) y otros enchabolas y viviendas particulares (propieta-rios, alquilados y realquilados, con lospadres aunque sean ya mayores, com -partiendo con amigos, en edificios okupa-dos) y muy pocos en viviendas públicas.Si consideramos el papel social que cumplela vivienda, encontramos que, además deser la principal inversión que hace cadafamilia ya sea propietaria o inquilina, es laadquisición para la que tiene que recurrir alcrédito y hipotecarse al banco por años,por que aquí no se hipoteca el inmueble si -no también al comprador de la vivienda. Yasí aparecen para las familias, por razón deresolver los problemas de alojamiento, losagobios por los agentes principales de laeconomía: los bancos, las hipotecas, losalquileres, la propiedad privada, las rentas,las herencias… Y de forma simétrica, traseste espejo, los problemas del alojamientopara los hogares de las familias que no tie-

Trasversales 44 / junio 2018 Vivienda y abandono urbano

28

nen vivienda en propiedad, el panorama deencontrar alojamiento se complica cadadía: suben los alquileres, disminuyen losaños a los que los propietarios se compro-meten a mantener el contrato y no subir larenta, las viviendas en alquiler se deterio-ran porque no les resulta atractivo a lospropietarios emprender obras de rehabilita-ción, y en las zonas de alta demanda se vendesplazados por el fenómeno de identifica-ción; de este modo y poco a poco, el mer-cado de viviendas en alquiler disminuye yse deteriora; resulta así que este sistemadivide la sociedad en excluidos e incluidos:en inquilinos y propietarios. Se desentiendede los primeros y atemoriza a los segundospara perpetuar y aumentar el poder y lariqueza de los privilegiados.La vivienda es, también, para los hogaressu principal símbolo de estatus y condicio-na, de forma decisiva, muchas de las rela-ciones sociales; y es la vivienda-hogar elvínculo que le fija en el mundo: a una calle,a un barrio y a una ciudad. Resulta así quela vivienda, además de cobijar al humano,lo proyecta al mundo.Hogares en los que el coste de la viviendarepresenta más del 40% del total de ingre-soEl indicador se define como el porcentajede la población que vive en hogares dondeel coste total de la vivienda representa másdel 40% del ingreso disponible total delhogar, presentado según el estatus detenencia de la vivienda (propiedad, hipote-ca, alquileres…)El comportamiento del indicador es muydiferente según el estatus de tenencia. En2016, España se sitúa en los peores lugaresdel ranking de housing costoverburden enrégimen de alquiler (puesto 4º, tras Grecia,Bulgaria y Lituania). Su tasa alcanza endicho año el 43% de la población que resi-de en casas alquiladas. No es el valor máselevado de la serie: el porcentaje superó yaen valor 40% en 2008 (35,9% en 2007) y semantuvo por encima hasta alcanzar el por-centaje máximo en 2014 (47,5%), paradecrecer posteriormente en torno al 43% y

estabilizarse en ese valor en 2015 y 2016.Pero en 2007 España ya se situaba en posi-ciones muy desventajosas, 10 puntos porencima de la media de la UE-27 (25,9%),aunque el peso del alquiler en los ingresosdisponibles era también muy alto en elReino Unido, Noruega, Bélgica, Portugal,Italia y algunos países del Este (Hungría,Rumanía, Bulgaria, Eslovaquia, Polonia).La tendencia española a la adquisición devivienda en propiedad nos sitúa en unaposición más ventajosa en el ranking de2016. España ostenta una ratio del 6,7%,superior pero más cercana a las medias dela Zona Euro y de la UE-27 (5,4%). La ten-dencia del indicador es de clara mejora des -de los niveles más altos del principio de lacrisis (12,3% en 2009, 9,7% en 2012, 9%en 2014 y 8,7% en 2015). En el último añoEspaña ha reducido su tasa en 2 puntos por-centuales y se encuentra entre los paísesque presentan una evolución más positiva,siguiendo la tendencia de mejora o mante-nimiento general de la UE, sólo rota porcasos aislados como los de Bulgaria yRumanía (posiblemente por carencias gra-ves en las fuentes de datos).El acceso a la propiedad o al alquiler deuna vivienda es especialmente difícil parajóvenes y deriva de la amplitud del desem-pleo en ese grupo de edad. La media añosnecesarios de salario medio para sufragar lacompra de una vivienda en España ha baja-do a 7,4 años en 2015 respecto a los 7,6años de hace un año (2014) y a los 13,7años que se llegaron a destinar para adqui-rirla en el pico más alto de la burbuja inmo-biliaria. Aunque la media del país es másbaja que en otros años, se trata de una cifraque queda todavía lejos de los 4 años desalario recomendados por los expertos paraque se pueda hablar de una ratio razonable.Las diferencias son abrumadoras entre lasdiferentes comunidades autónomas.España tiene una de las políticas de vivien-da social más endebles de Europa. Nuestratasa de vivienda protegida es tan sólo del1,1% frente al 32% de Holanda, el 23% deAustria, el 18% del Reino Unido o el 17%

Trasversales 44 / junio 2018Vivienda y abandono urbano

29

de Francia. Los más de tres millones deviviendas vacías totales que estima la ONGexisten en España, que suponen por sí solasun 30% del parque de la UE, suponen unacifra difícilmente compaginable con laexistencia de cientos de miles de personasque han perdido o corren el riesgo de per-der su vivienda debido a ejecuciones hipo-tecarias por desempleo o sobre endeuda-miento desde que comenzó la crisis en2008. El stock de viviendas de alquilersocial en España no supera el 2% de lasviviendas principales. El porcentaje sesitúa muy por debajo del 9%, valor mediode la UE. El peso del alquiler social en granparte de nuestro entorno sigue siendo ele-vado: según datos de 2012, los porcentajesse situaban en el 16% en Finlandia, 17% enFrancia, 18% en Reino Unido y Suecia,19% en Dinamarca, 23% en Austria y 32%en Holanda.Desigualdad y solvencia de los hogaresA partir de 2009 la crisis ha impuesto unadualidad esencial en la demanda de aloja-miento entre hogares solventes e insolven-tes. Los solventes pueden acudir al merca-do de vivienda; los insolventes a los servi-cios sociales de los ayuntamientos, a losalojamientos irregulares o a retrasar suemancipación y vivir en el hogar de lospadres.El crecimiento de la desigualdad se hahecho crónico en estos últimos años porqueha producido una sociedad dual entre sol-ventes e insolventes; los unos pueden acce-der al crédito, los otros no.Los insolventes (con rentas menores a dossmi) están sometidos a: el empleo precarioque condena al treinta por ciento de los tra-bajadores a la pobreza con la emigraciónmasiva de los jóvenes formados; el enveje-cimiento y retroceso de la población nosólo en el medio rural sino en la mayoría delas ciudades; el paro estructural por encimadel 20% que alcanza hasta el 50% en lapoblación más joven; el retroceso delnúmero de alumnos universitarios e inves-tigadores; el retroceso en I+D+I+i y en lainnovación tecnológica en los servicios

públicos; la sobre oferta de profesionalesindependientes que destruye a las clasesmedias tradicionales; el deterioro crecientedel sistema educativo y del de salud; lapolítica represiva de los movimientossociales de protesta; el empobrecimiento yprecariedad en los medios de comunicacióncada vez más subordinados al entramadode poder fáctico político-económico; laamenaza de la quiebra del sistema de pen-siones universales; el riesgo de pobrezapara un 20% de los hogares; la falta de unalojamiento asequible para los jóvenescuando hay más de 6.000.000 de viviendasvacías; el aumento de los gastos fijos desubsistencia por encima de la media en alo-jamiento, comida, basuras, agua, energía,comunicaciones, trasporte, asistencia jurí-dica y multas, gastos bancarios e interesesdesorbitados en las tarjetas de crédito; ladependencia del apoyo familiar y los per-juicios inducidos por el estigma que supo-ne pertenecer al grupo de los perdedoresLos solventes, por disponer de empleo me -jor remunerado (mayor que 3 smi), capital,rentas y crédito, tienen otras opciones: re -currir a las relaciones familiares para alcan-zar empleo; formación de mayor calidadcon posibilidades profesionales en el ex -tranjero; preparar pausadamente oposicio-nes de élite; vivir en los barrios ricos, fre-cuentar ambientes exclusivos y disfrutar dela cultura subvencionada; heredar bienes,empresas y capitales; invertir sus ahorros,obtener subvenciones públicas y desgravarpor la compra de vivienda; acceder a servi-cios a las personas de forma más barata;acceder a la innovación tecnológica; acce-der a la sanidad y a la educación privadas;ayudas de los padres y de la familia yherencias; acceso a viviendas de segundaresidencia de sus padres; mayor posibilidadde emprender negocios y crear empresasporque pueden acceder al capital familiar yal crédito; mayor facilidad para internacio-nalizarse profesionalmente; permitirse te -ner ocio incluso lujo y despilfarro en lasfamilias más ricas; participar del beneficioinducido por la desigualdad en los favore-

Trasversales 44 / junio 2018 Vivienda y abandono urbano

30

cidos: espíritu ganador que es premiado porla cultura de empresa.Los pensionistas (más del 35% de los hoga-res) tienen características mixtas entre am -bos grupos (en función del capital y ahorroacumulado, principalmente en vivienda, lascargas familiares y el monto de su pen-sión), aunque todos ellos están atrapadospor el miedo a la salud, al infortunio de susfamiliares y a la posible pérdida de capaci-dad adquisitiva de su pensión.Los cambios en la formación social y suinfluencia en las estrategias de escape delas familiasLa estrategia general de escape de las con-secuencias negativas de la crisis para lasfamilias españolas, de la miseria hacia eldesarrollo, ha sido dominada por los para-digmas del progreso social: paso del campoa la ciudad, al trabajo asalariado, a lavivienda, a la formación y a las formas devida similar a las de las clases medias.Colapsados estos pilares, se impone escla-recer cuales son las alternativas para esta-blecer las nuevas estrategias de escape dela precariedad laboral, de la dualidad socialentre ganadores y perdedores, y hacia alempoderamiento democrático ciudadanoen igualdad de oportunidades para todos.Conocer las nuevas estrategias de escape,hacer que nazcan y favorecer su crecimien-to debe constituir el trabajo previo paraestablecer las políticas de cambio. Hay dos incógnitas claves para establecerlos datos básicos que marcan la política devivienda en la nueva coyuntura. ¿Qué pasacon el alquiler? y ¿las viviendas vacías?Gentes sin casaSobre el alquiler no hay estadísticas fiablesy los datos que aparecen en la prensa estánsesgados a favor de crear un clima de recu-peración del mercado inmobiliario, tantoen venta como en alquiler, con precios queestán subiendo buscando la continuidad delmercado antes de la crisis. Ello no secorresponde con el exceso de oferta y ladebilidad de la demanda; por lo que se hande calificar estos datos como propagandadel sector financiero para animar el merca-

do y poder vender los cientos de miles deviviendas que aun poseen en sus balances.Ante la falta de datos oficiales sobre elalquiler, desde el OS hemos estimado elcomportamiento del mercado inmobiliariodesde 2011 y resulta que tras la crisis seproducen una media de 240.000 nuevoshogares cada año: 80.000 nuevos hogarescada año tienen que alquilar porque no sonsolventes para comprar; otros 100.000 nue-vos hogares cada año han accedido a com-prar, a los que se añaden 50.000 comprado-res extranjeros de media al año; y otros60.000 nuevos hogares resultan insolventestanto para la compra como para el alquiler(que curiosamente se corresponden con lamedia de desahucios que se han producidoanualmente desde el inicio de la crisis).Los 80.000 nuevos alquileres producen unincremento de la demanda y un aumento delos precios que está aprovechando la propa-ganda para incentivar la inversión especu-lativa en alquiler.Los 150.000 compradores al año (que cu -riosamente es similar a la estimación de laCEOE), al ser familias solventes, tiranhacia arriba los precios del alquiler en lasáreas centrales y turísticas pero no tienencasi influencia en las periferias.Los 60.000 nuevos hogares insolventesbuscan fórmulas irregulares de alojamientoirregular (se estima que hay más de100.000 viviendas ocupadas y aumentanlos asentamientos de chabolas), se quedanen casa de los padres y colapsan los servi-cios sociales municipales.Casas sin genteSobre las viviendas vacías, el otro grandato que ha desaparecido de las estadísticasoficiales, el OS estima que alcanzan ya másde 6.000.000 localizadas principalmente enlas periferias de las grandes urbes y en lasciudades y pueblos con decrecimientodemográfico, que son la mayoría.Balance de viviendas vacías en 2011:3.443.365 viviendas vacías (INE 2011);700.000 en construcción (MFOM 2011);2.000.000 de nuevas viviendas (OS 2011);la tasa de reposición de hogares es 350.000

Trasversales 44 / junio 2018Vivienda y abandono urbano

31

viviendas vacías de segunda mano cadaaño. Y, por si fuera poco, los PGOU de lamayoría de las ciudades tienen suelos clasi-ficados como urbanos que al menos igualanla cantidad anterior, se podrían construirotros 2 millones de viviendas en suelos dereserva urbana. De ellas se han iniciadounas 40.000 viviendas cada año.En resumen, se puede estimar que el con-junto de viviendas en oferta desde 2011alcanza 8.900.000. Mientras que la deman-da ha supuesto 1.200.000 viviendas encompra y 640.000 viviendas alquiladas. Elbalance final da un resultante de 7.060.000viviendas vacías.

III Una nueva política de viviendaA la vista de las conclusiones anteriores lanueva política de vivienda para el cambiodebe consistir en lo siguiente.1. Ha de tener los siguientes objetivos:- Suprimir todos los incentivos fiscales a lacompra de nuevas viviendas porque favore-cen sólo a aquellos propietarios que retie-nen viviendas con afán especulativo.- Proteger el valor de uso inmobiliariocomo patrimonio de las familias.- Favorecer el alquiler mediante una políti-ca de incentivos doble: al inquilino condeducciones en la renta y a los propietarioscon bonificaciones sobre el impuesto depatrimonio y el IBI.- Moderar el pago de IBI a las viviendas deprimera residencia, frente a las de segundaresidencia cuyo impuesto debería ser másprogresivo.- Actualizar el valor catastral para acercar-lo al precio de venta y para que refleje ade-cuadamente el valor de mercado; incre-mentar el impuesto de plusvalía, que sematerializa en el momento de las trasmisio-nes, en cuantía suficiente para poner frenoa la componente especulativa que está pre-sente siempre en el mercado inmobiliario.2. Se debe incentivar la incorporación almercado de las viviendas vacías.Para ello se propone:- reconsiderar y grabar el valor expectanteen solares, viviendas e inmuebles vacíos

con el objetivo de animar su incorporaciónal mercado.- revisar la calificación de los suelos aurbanizar, que debería pagar un IBI comoactivo inmobiliario desde la concesión dela licencia de obras.- procurar la descalificación de los suelosurbanizables que no tengan aprobado defi-nitivamente el planeamiento parcial, nohaya comenzado la urbanización o no sehaya aprobado el proyecto de reparcela-ción.3. Para atender a la demanda insolventehabría que intentar otro modelo de políticade vivienda...- que no propicie la nueva construcción condestino a la venta.- el programa municipal de alojamiento defamilias en riesgo de pobreza debería estarbasado en evaluar y hacer un seguimientodetallado de las necesidades de vivienda encada municipio y compararlo con las diver-sas posibilidades de atenderla con el parquede viviendas construido- impulsar soluciones temporales evaluadascada año para promover además la inser-ción social de los colectivos en riesgo deexclusión;- recurrir al mercado para crear, mediantesu rehabilitación, un parque de viviendaspúblicas.- facilitar ayudas personales para que lasfamilias puedan acceder al mercado enalquiler subvencionado.- sólo excepcionalmente recurrir a la nuevaconstrucción.- crear soluciones habitacionales variadas,con modelos que se ajusten a las caracterís-tica de cada colectivo: albergues, piso deacogida, edificios autogestionados, promo-ción de la autoconstrucción etc.- ligar la solución de la necesidad de aloja-miento a los procesos de progreso y rein-serción social de las familias en grave ries-go de pobreza con un programa integral deayudas.

IV Comentarios finalesLa política de vivienda heredada se carac-

Trasversales 44 / junio 2018 Vivienda y abandono urbano

32

teriza por construir vivienda nueva y favo-recer la propiedad frente al alquiler. Encoherencia con ello se dan incentivos fisca-les a promotores y compradores que hayque suprimir de inmediato.En la nueva coyuntura es necesario impul-sar una política pública que incentive elalquiler, en primer lugar, y se preocupe enel uso de las viviendas ya construidas (paraasegurar mantener el valor patrimonial delas viviendas, pues muchas familias handepositado sus inversiones en vivienda),frente a las de nueva construcción, median-te una política de rehabilitación adecuadaal patrimonio de cada ciudad.Se trata, en principio, de parar la tendenciaactual hacia el crecimiento urbano sin lími-tes, por ello se propone desincentivar laconstrucción de nueva vivienda-, y exigir, apartir de un cambio de ley, una sólida justi-ficación de la demanda solvente para auto-rizar nuevos desarrollos urbanos. En estesentido hay que evaluar localmente lademanda de vivienda por parte de extranje-ros (parece que en 2017 los extranjeros hancomprado más de 100.000 viviendas, untercio del total, y los alojamientos turísticoses un fenómeno de masas que se debe regu-lar), para que no distorsionen el mercado deventa y alquiler en perjuicio de las necesi-dades de los residentes permanentes.El presupuesto que ahora se dedica a ayu-das para promover la nueva construcción,se dedicará en el futuro a promover el al -quiler de los millones de viviendas vacías,rehabilitarlas para atender a la demandasol vente, y también a la insolvente, me -diante una gestión activa de la demanda yde la oferta desde los ayuntamientos orien-tada a promover el alquiler. Esta gestión seha de hacer a escala local ya que es el pro-blema es distinto para cada municipio. Elloofrece la posibilidad de fortalecer las finan-zas locales, tributarias en el pasado de lanueva construcción, que volverán a encon-trar en la vivienda una fuente de financia-ción. Para ello, por ejemplo, los expedien-tes de solicitud de ayudas para viviendadeberían ser municipales y no para los pro-

motores o particulares; y los ayuntamientoscobrarían un porcentaje de la ayuda comogastos de gestión.Además hay que trasformar la política fis-cal en cuanto a los impuestos sobre lavivienda: el IBI y la plusvalía para adecuar-la a la nueva coyuntura.Madrid, mayo 2018.

Notas1. http://www.ine.es/prensa/np995.pdf2. http://www.ine.es/prensa/np824.pdf3. https://bit.ly/2LvNhlu

Trasversales 44 / junio 2018Vivienda y abandono urbano

33

Trasversales 44 / junio 2018 Vivienda y abandono urbano

34

#IsaLibre y Tetuán ResisteLa lucha por la vivienda de un colectivo de barrio

Cómo hacerse con el libroEl precio del libro son 15 euros y puede conseguirse en diversas librerías o escribiendo atetuanresiste@gmail.comEn la compra a través de correo electrónico hay un precio subvencionado de 8 euros parapersonas en situación precaria.Isa fue juzgada y condenada por acudir a parar el desahucio de un vecino. Su gente, a laque tanto ha dado, puso en marcha una campaña de crowfunding para recaudar el dineroderivado del proceso judicial a través de la confección y venta de un libro. La campaña fueun éxito y ha parido una colección de textos originales sobre el recorrido hasta la fecha deTetuán Resiste, la asamblea de Vivienda nacida de la asamblea 15M en el barrio.

Más información en:ofelianieto29.wordpress.com/2018/05/03/como-hacerse-con-el-libro-tetuan-resiste

35

El Mayo del 68 francés está ya grabado en la historia, pero no haremos de él un estereoti-po. La sociedad francesa está siendo sacudida de cabo a rabo por la crisis desencadenadahace dos meses por algunos indignados desde la Universidad de Nanterre. El funciona-miento de las instituciones capitalistas burocráticas, puestas a punto durante siglos, estábloqueado. El jefe de Estado, para mantener su poder, se ha visto obligado a pedir a suspartidarios la formación de grupos privados. De las inquietas cabezas de todo tipo de líde-res sólo salen las necedades que siempre las han llenado. Millones de personas radicalizansu lucha y hacen ver con ella que lo que está en cuestión es la organización de la sociedad.Y quizá lleguen a pensar que esa cuestión sólo podrán resolverla ellas mismas.Están creando historia y, por tanto, el sentido de lo que ocurre está abierto, sin definir.

Cornelius Castoriadis

1968 La revolución anticipada

Este texto ha sido traducido por el equipo editorial de Trasversalesy lo publicamos con la autorización de Zoé Castoriadis, a quienagradecemos su generosidad. Hemos insertado en el texto algunasaclaraciones históricas, siempre entre corchetes.La primera parte de este ensayo fue redactada por Cornelius Castoriadis entre el25 y el 28 de mayo de 1968 y editada en ciclostil y difundida por activistas del yaentonces disuelto grupo Socialisme ou Barbarie a finales de mayo. En junio de1968 apareció, completo, en el libro colectivo Mai 1968: La Brèche, premièresréflexions sur les événements, editado por Fayard, con textos de Edgar Morin,Claude Lefort y Jean-Marc Coudray (pseudónimo utilizado por Castoriadis). Fuepublicado de nuevo en 2008, también por Fayard, en Mai 68: La brèche suivi deVint ans aprés, que reune los textos de la edición de 1968 con otros de los mis-mos autores editados en 1988 por Editions Complexe. Hay, al menos, otra tra-ducción de este ensayo en castellano, en Mayo del 68: La brecha, Morin, Lefort,Castoriadis, Ediciones Nueva Visión, 2009, Buenos Aires.Más allá de la actualidad de tal o cual hipótesis hecha en una etapa del desarro-llo capitalista diferente a la actual, la potencia de las convicciones de Castoriadis,su manera de aproximarse a la realidad -radical y realista a la vez- y su manerade aproximarse a los grandes movimientos sociales no nos reclaman un sí o unno, sino que nos reclaman pensar por nuestra cuenta, desde nuestro tiempo ysin orejeras ni disciplinamientos... no siquiera ante el pensamiento de CorneliusCastoriadis.

35

Mayo 1968 Trasversales 44 / junio 2018

3636

Mayo 1968Trasversales 44 / junio 2018No es nuestra intención congelar ese senti-do ni hablar de un presente más vivo quenunca como si fuese un pasado muerto.Pero para transformar hay que comprender,para avanzar hay que orientarse.El significado de estos acontecimientos,con toda su profundidad y sus seguras con-secuencias, supera el de las luchas prece-dentes en Francia u otros lugares, no sóloporque nueve millones de trabajadores lle-ven en huelga veinte días, sino principal-mente por el contenido cualitativamentenuevo del movimiento. Se pueden encon-trar antecedentes y gérmenes en revolucio-nes pasadas: la Comuna de París, 1917,Cataluña 1936, Budapest 1956. Pero es laprimera vez que, en una sociedad capitalis-ta burocrática moderna, lo que emerge antetodas las miradas y se extiende por elmundo no es la reivindicación sino la afir-mación revolucionaria más radical. Debe -mos dejar que, reposadamente, nos penetreesta idea: pase lo que pase, mayo de 1968ha abierto un nuevo período de la historiauniversal.No en teoría, sino en actos; no por unosdías, sino durante semanas; ideas fecundas,actos organizadores, formas ejemplares dela revolución moderna que no se difundeny realizan por algunos iniciados, sino pordecenas y cientos de miles de personas.Esto ocurre en los sectores más modernosde la sociedad, pero también en aquellos enlos que era más difícil preverlo.En sólo algunos días, el movimiento de losestudiantes revolucionarios propagó por elpaís su impugnación a toda jerarquía ycomenzó a demolerla allá donde su existen-cia parecía más obvia: en el ámbito delconocimiento y la educación. Proclama ycomienza a realizar la gestión autónoma ydemocrática de las colectividades por símismas. Impugna, y socava significativa-mente, el monopolio de la información enmanos de los diversos centros de poder.Pone en cuestión, no los detalles, sino losfundamentos y la sustancia de la "civiliza-ción" contemporánea: la sociedad del con-sumo, la separación entre trabajadores

manuales e intelectuales, el carácter sacro-santo de la Universidad y de las otras altasesferas de la cultura capitalista burocrática.Esas son las presunciones necesarias parauna reconstrucción revolucionaria de lasociedad. Esas son las condiciones necesa-rias y suficientes para una ruptura radicalcon el mundo capitalista burocrático. Alentrar en contacto con esas piedras detoque, se muestra continuamente la natura-leza revolucionaria o reaccionaria de losindividuos, grupos o corrientes hoy presen-tes. Tanto o más que en sus objetivos, lanaturaleza revolucionaria del actual movi-miento se manifiesta en su modo de actuar,en su modo de ser y en la unidad indisolu-ble de todos esos modos. De la noche a lamañana, ha explotado el enorme potencialcreativo de la sociedad, estrujado y amor-dazado por el capitalismo burocrático. Lasideas más audaces y realistas -la mismacosa son- se proponen, se discuten, se apli-can. El lenguaje, que había sido aplanado yvaciado por décadas de ronroneos burocrá-ticos, publicitarios y culturales, brilla com-pletamente nuevo y la gente se lo reapropiaen toda su plenitud. Consignas geniales,efectivas y poéticas surgen de la multitudanónima. Los educadores son educadosrápidamente; los profesores universitariosy los directores de las escuelas secundariasno salen de la sorpresa que les causa lainteligencia de sus alumnos y el descubri-miento de lo absurdo e inútil que era lo queles venían enseñando.En pocos días, jóvenes de veinte añosalcanzan una comprensión política y unasabiduría que los revolucionarios honestosno habían alcanzado en treinta años demilitancia. En el Movimiento 22 de Marzo,en la Unión Nacional de Estudiantes deFrancia (UNEF) y en el Sindicato Nacionalde Enseñanza Superior (SNE Sup) apare-cen dirigentes cuya clarividencia y eficaciano tienen nada que envidiar a las de ante-riores dirigentes y que, sobre todo, estable-cen una nueva relación con la gente: sinrenunciar a su personalidad y su responsa-bilidad, no son jefes geniales sino expre-

sión y fermento de la colectividad. Elmovimiento, compartiendo un rasgo carac-terístico de cualquier revolución, se auto-desarrolla y autofecunda durante su faseascendente (del 3 de mayo al 24 de mayo).Desencadena el inicio de las huelgas obre-ras. Transforma la relación de fuerzassociales y la imagen que la población tienede las instituciones y de las personas. Conun profundo sentido táctico, obliga poco apoco al Estado a revelar su naturalezarepresiva y policial; más aún, saca a relucirel inmenso desorden establecido que seoculta tras el orden establecido. Muestraque la verdadera sustancia de la organiza-ción capitalista burocrática es la anarquíatotal. Obliga a rectores y ministros a exhi-bir toda su incoherencia, su incompetencia,la imbecilidad de sus funciones. Hace caerla máscara de los "gobernantes únicoscapaces", mostrando en ellos a los mayoresincapaces. Quitan el velo que oculta elvacío reinante en todas las instituciones:gobierno, parlamento, administración, par-tidos políticos, etc. Con las manos desnu-das, los estudiantes fuerzan al poder a mos-trar, tras sus solemnidades, su "grandeza" ysus baladronadas, el miedo que lo posee, elmiedo sin más recursos que las porras y lasgranadas. Al mismo tiempo, el movimientolleva a las direcciones burocráticas "obre-ras" a manifestarse como últimos garantesdel orden establecido, con el que compar-ten incoherencia y anarquía. La carne de lasclases dominantes en Francia ha sido pro-fundamente desgarrada y no cicatrizarádemasiado pronto.El movimiento actual es profundamentemoderno, porque disipa la mistificación dela bella sociedad organizada y bien engra-sada, donde ya no habría conflictos radica-les, sino sólo algunos problemas margina-les. Esta conmoción violenta no tiene lugaren el Congo, ni en China, ni en Grecia, sinoen un país donde el capitalismo burocráticocontemporáneo está bien establecido y flo-rece, donde administradores muy cultiva-dos han administrado todo y donde planifi-cadores muy inteligentes han previsto todo.

Pero también es moderno porque permiteeli minar una gran cantidad de escoriasideo lógicas que bloqueaban la actividadrevolucionaria. Este movimiento no ha sidoprovocado por el hambre creado por elcapitalismo, ni por una "crisis económica",ni por el "subconsumo" o la "sobreproduc-ción", ni por la "caída de la tasa de ganan-cia". No ha girado en torno a las reivindica-ciones económicas, por el contrario estemovimiento sólo se ha convertido en lo quees superando las reivindicaciones económi-cas en las que el sindicalismo estudiantil haestado encerrado durante mucho tiempo,con la bendición de los partidos de"izquierda". Inversamente, las burocraciassindicales han intentado e intentan reducirla fractura del régimen encerrando al movi-miento de los asalariados en reivindicacio-nes estrictamente económicas.Lo que el movimiento actual revela comouna contradicción fundamental de la socie-dad capitalista burocrática no es la "anar-quía del mercado", la antinomia entre eldesarrollo de las fuerzas productivas y lasformas de propiedad o entre "produccióncolectiva y apropiación privada". El con-flicto central alrededor del cual se organi-zan los demás conflictos es el que hay entredirigentes y ejecutores. La contradiccióninsuperable que organiza la desintegraciónde esta sociedad se manifiesta en la necesi-dad que el capitalismo burocrático tiene deexcluir a las personas de la gestión de suspropias actividades y en la imposibilidadde conseguirlo plenamente, porque si loconsiguiese el propio capitalismo burocrá-tico colapsaría inmediatamente por esemismo hecho. Su expresión humana y polí-tica reside en el proyecto de los burócrataspara convertir a las personas en objetos -yasea a través de la violencia, el engaño, lamanipulación, los métodos de enseñanza olas zanahorias "económicas" y en la negati-va de las personas a someterse a ello.En el presente movimiento se muestra cla-ramente lo que todas las revoluciones hanmostrado y ahora hay que volver a apren-der. No existe una "bella" perspectiva revo-

Trasversales 44 / junio 2018Mayo 1968

37

lucionaria de "crecimiento gradual de lascontradicciones" y de "acumulación pro-gresiva de conciencia revolucionaria en lasmasas". Existen la contradicción y el con-flicto insuperables de los que acabamos dehablar, y esta sociedad está obligada a pro-ducir periódicamente "accidentes" inevita-bles que bloquean su funcionamiento ydespiertan la lucha contra su organización.El funcionamiento del capitalismo burocrá-tico crea las condiciones para una toma deconciencia, materialmente encarnadas en laestructura misma de la sociedad alienante yopresiva. Cuando la gente entra en lucha,se ve obligada a cuestionar esa estructurasocial, máxime considerando que el anar-co-despotismo burocrático pone constante-mente ante la vista de todos el problema dela organización de la sociedad como unproblema explícito.Ciertamente, el movimiento también pre-senta una antinomia característica: profun-damente moderno en sus aspiraciones y enlas capas sociales que lo animan, encuentrasus materiales inflamables en el sectordonde las estructuras del capitalismo fran-cés siguen siendo arcaicas, en una universi-dad cuya organización data de siglos. Estasestructuras como tales no son típicas, todolo contrario. Las universidades anglosajo-nas están "modernizadas", lo que no lesimpide encaminarse hacia los mismos con-flictos, como hemos visto en los aconteci-mientos de Berkeley en Estados Unidos ode la London School of Economic enLondres. Lo que sí es típico es la incapaci-dad constitucional y recurrente de la socie-dad capitalista burocrática para "moderni-zarse" sin una crisis profunda, comodemuestran, en otros ámbitos, la cuestióndel campesinado en Francia, la de losnegros en EEUU e incluso la del subdesa-rrollo a escala mundial. A través de estascrisis se replantea una y otra vez la cuestiónde la organización total de la sociedad.Finalmente, es fundamental que el núcleoactivo del movimiento haya sido la juven-tud, más particularmente los estudiantespero también la juventud de otras categorí-

as sociales. Todos lo saben, e incluso el go -bierno lagrimea al hablar de ello. Pero elsentido de este hecho no puede ser recupe-rado por ninguna de las instituciones yorganizaciones existentes, de derechas o deizquierdas. La juventud no quiere ocupar ellugar de sus antecesores en un sistemaaceptado; vomita sobre este sistema, sobreel futuro que le propone, sobre todas sussucursales, incluidas las de "izquierda". Lajuventud no está implicada en un conflictogeneracional, sino en un conflicto social enel que ella es uno de los polos, porquerechaza todos los encuadramientos y valo-res del desorden establecido. Volveremossobre esto.En los meses y años venideros será necesa-rio elaborar, profundizar, revelar el sentidode todo esto, y sin duda también el de otrasmuchas cosas para las que no disponemosahora de tiempo o aún no somos capaces dedistinguir; necesitaremos meses y añospara elaborarlo, profundizar en ello, sacar ala luz su sentido. Pero, ahora mismo, hayuna urgencia que atender.

Necesidad de un movimientorevolucionario organizadoDesde el momento en que el movimientoestudiantil ha llevado a cabo una huelgaprácticamente general, o, aún más, desde elmomento en que la base de los trabajadoresrechazó el increíble fraude de los acuerdosde Grenelle [entre gobierno, patronal y sin-dicatos, 25 a 27 de mayo], la crisis se haconvertido objetivamente en una crisis totaldel régimen y de la sociedad. Pero, almismo tiempo, más allá del bloqueo de lasinstituciones y de la nulidad de las "direc-ciones" políticas, ha emergido el absolutovacío político existente en el país. Volve -remos más adelante al análisis de esta crisisy de las posibles perspectivas que abre.Pero ya hay alguna certeza. La revolucióndebe adquirir un rostro. La revolución debehacerse escuchar. Para ayudar a que esoocurra es indispensable, y ahora tambiénposible, un movimiento revolucionario denuevo tipo, con total independencia de

Trasversales 44 / junio 2018 Mayo 1968

38

cualquier "predicción": sea cual sea lasecuencia de acontecimientos, queda lacerteza del significado y la necesidad de talmovimiento.Podríamos aferrarnos a las últimas semanasy decir que todo habría sido diferente sihubiera existido un movimiento revolucio-nario lo suficientemente poderoso comopara frustrar las maniobras burocráticas,pa ra hacer que día a día saliera a la luz laduplicidad de las "direcciones" de izquier-da, para transmitir a los trabajadores el sig-nificado más profundo de las luchas estu-diantiles, difundiendo primero la idea decomités de huelga autónomos, luego la delos consejos obreros y la de la puesta enmarcha de la producción por éstos. Es cier-to que en todos los ámbitos se debían haberhecho muchas cosas que no se pudieronhacer porque no existía ese movimiento. Escierto que, como ha demostrado una vezmás la experiencia del surgimiento de lasluchas estudiantiles, tal movimiento podríahaber jugado un papel capital como catali-zador, como enzima, como descerrajador,sin transformarse en una "dirección" buro-crática de las masas sino manteniéndosecomo instrumento de la lucha de éstas ycomo su fracción provisionalmente máslúcida.Pero tales añoranzas y lamentos son inúti-les. La inexistencia material de tal movi-miento no es una coincidencia; si hubieraexistido, si se hubiera formado durante elperiodo anterior, el movimiento no habríasido el mismo. Aunque pudiésemos elegirla "mejor" de las pequeñas organizacionesque existían y multiplicar sus efectivos pormil, no habría sido capaz de responder a lasexigencias y al espíritu de la situaciónactual. Como ya hemos visto en el transcur-so de los acontecimientos, los grupos exis-tentes de extrema izquierda no han sabidohacer otra cosa que rebobinar interminable-mente cintas grabadas de una vez por todasy que ya llevan en sus entrañas. Por lamisma razón, sería inútil tratar de unir aestos grupos. Cualesquiera que hayan sido,a diferente título y en diversos grados, sus

méritos como conservadores de las fríascenizas de la revolución durante décadas,sometidos a la prueba de los acontecimien-tos han demostrado una vez más ser inca-paces de salir de su rutina ideológica ypráctica, incapaces de aprender algo y de"desaprender" lo que debe ser olvidado.La tarea urgente actual es la constitución deun nuevo movimiento revolucionario a par-tir de las luchas recientes y de su experien-cia. El camino hacia esta constituciónimplica la agrupación de jóvenes estudian-tes, trabajadores y otros que se han unidoen estas luchas, sobre bases ideológicas yorganizativas que deberán definir por símismos.Los estudiantes revolucionarios tienen unaresponsabilidad principal en esta constitu-ción. Los problemas planteados por elmovimiento estudiantil y las respuestas queles han dado van mucho más allá de lasuniversidades; son significativas para lasociedad en general y, por tanto, los estu-diantes revolucionarios deben asumir ahorasus responsabilidades universales.Si eso no se hace, vendrá el aislamiento yfinalmente la derrota del movimiento estu-diantil. Sería el triunfo de la línea común alprimer ministro Pompidou y a Séguy[entonces secretario general de la CGT]:que cada cual quede en su lugar, que losestudiantes se hagan cargo de sus asuntos ylos trabajadores de los suyos, lo que permi-tiría al gobierno y a las "direcciones" polí-ticas ocuparse de los asuntos de la socie-dad.Pero el movimiento de estudiantes revolu-cionarios no puede jugar un papel generalsi se limita a ser estudiantil. Sería comoquerer actuar sobre otros estratos socialesdesde "el exterior", actitud tan falsa comoestéril. El movimiento estudiantil ya actuó"desde fuera" sobre las otras capas sociales,dando ejemplo, reaprendiendo el significa-do de la lucha, incentivando la huelgageneral. Bajo otras formas podrá y deberáseguir jugando ese papel. Pero si siguesiendo simplemente estudiantil no podrádar a la sociedad aquello de que hoy más

Trasversales 44 / junio 2018Mayo 1968

39

carece: una voz plena y coherente quedesen mascaré la palabrería política vacía.Ni podrá transponer ni introducir desde elexterior, en las otras capas sociales, lo quele ha dado fecundidad y efectividad en supropio ámbito: objetivos que correspondana las aspiraciones profundas de las perso-nas afectadas y una acción que surja de unacolectividad orgánica.El tránsito del movimiento en Nanterre almovimiento en toda la enseñanza ya harequerido una transformación del terreno,de las formas, de los objetivos, de la orga-nización de la lucha. La transición delmovimiento estudiantil a un movimientoglobal requerirá una transformación cuali-tativamente mucho más importante ymucho más difícil. Esta dificultad, de laque hay mil signos desde el 13 de mayo[fecha en la que tuvo lugar en París unaenorme manifestación de estudiantes y tra-bajadores], se debe a muchos factores, vin-culados orgánicamente.El movimiento estudiantil ha conocido eléxito, la realidad y la alegría en su propio ynatural terreno, las facultades y los barriosuniversitarios. Al decir que tiene que pasar-se a la verdadera política ante la sociedadglobal puede parecer que se le está arreba-tando el suelo sobre el que se asienta sinofrecerle otro comparable.Ha demostrado su eficacia, ha demostradoun admirable sentido táctico, con métodosde acción que no pueden transponerse,como tales, a escala social.Ha cortocircuitado los problemas de laorganización, especialmente difíciles, por-que ha actuado en colectividades profesio-nales localmente concentradas y unifica-das, y ahora está obligado a hacer frente ala heterogeneidad y diversidad social ynacional. Es comprensible que en estascondiciones muchos estudiantes revolucio-narios rechacen lo que les parece un aban-dono puro y simple de lo que, hasta ahora,ha resultado ser el único terreno fecundo.Por esa razón se han manifestado constan-temente tendencias de huida hacia adelan-te, que en realidad sólo son un hacerse a un

lado y que corren el riesgo de convertirseen huida hacia atrás. Estas tendencias deri-van de una falsa imagen de la situación.Todavía no existen, en las capas asalaria-das, las virtualidades explosivas que existí-an hace un mes entre los estudiantes.Intentar perpetuar artificialmente las condi-ciones de mediados de mayo sólo puedeconducir a fantasías colectivas ajenas a larealidad, a espasmódicos "doble o nada"que, lejos de ser ejemplares, no enseñaránnada a nadie.Pero estas dificultades están relacionadascon otras, mucho más profundas porque serefieren a los problemas de fondo, a losinterrogantes esenciales de la actividadrevolucionaria y de la revolución misma.Al expresar esos problemas en su compor-tamiento los estudiantes revolucionariosdemuestran una madurez que debe ser tra-tada como merece: hablándoles sin reser-vas y sin contemplaciones.Los estudiantes revolucionarios sienten unaantinomia entre acción y reflexión; entreespontaneidad y organización; entre la ver-dad del acto y la coherencia del discurso:entre la imaginación y el proyecto. La per-cepción de esta antinomia motiva, cons-cientemente o no, sus vacilaciones.Tal antinomia se nutre de toda la experien-cia precedente. Como tantos otros durantedécadas, han visto en pocos meses o sema-nas cómo la reflexión se convierte endogma estéril y esterilizante; la organiza-ción se convierte en burocracia o rutinainanimada; el discurso se transforma encháchara de palabras mistificadas y mistifi-cadoras; el proyecto degenerar en un pro-grama rígido y estereotipado. Con susactos, su osadía, su rechazo a tesis y plata-formas, su colectivización espontánea,rompieron esos grilletes.Pero no podemos quedarnos en eso.Aceptar la validez de esa antinomia, consi-derarla definitiva e insuperable, lleva aaceptar la esencia misma de la ideologíacapitalista burocrática, a aceptar la filosofíay la realidad existentes, a rechazar la trans-formación real del mundo, a integrar la

Trasversales 44 / junio 2018 Mayo 1968

40

revolución en el orden histórico estableci-do. Si la revolución sólo es una explosiónde algunos días o semanas, el orden esta-blecido (lo sepa o no, le guste o no) la enca-jará muy bien. Aún más, al contrario de loque ese orden cree, él necesita esas explo-siones. Históricamente, es la revolución loque permite que el mundo de la reacciónsobreviva transformándose, adaptándose, ycorremos el riesgo de tener una nuevademostración de ello. Esas explosionesrompen el entorno imaginario e irreal en elque, por su propia naturaleza, la sociedadde la alienación tiende a encerrarse; la obli-gan a encontrar nuevas formas de opresiónmejor adaptadas a las condiciones actuales,incluso aunque pasen por la eliminación delos opresores de ayer. Siempre hemos sabi-do que la sociedad puede rebelarse, vivirdías y semanas de embriaguez lúcida y decreatividad intensa. El viejo Jules Micheletescribió, hablando de la Revolución Fran -ce sa, que "Ese día, todo fue posible... elporvenir fue presente... un relámpago deeternidad que suprime el tiempo".Pero si sólo es un relámpago, los burócra-tas reaparecerán poco después, con sus"linternas sordas" como únicas fuentes deluz. La cuestión no es si la sociedad o unade sus franjas es capaz de desgarrar duran-te un momento los velos que la cubren ysaltar más allá de su propia sombra. Entales momentos es cuando se plantea el ver-dadero problema, y por eso mismo se plan-tea. No se trata de vivir una noche de amor.Se trata de vivir una vida de amor. Si hoynos topamos con Waldeck Rochet [enton-ces secretario general del PCF] y Séguy noes porque los trabajadores rusos no fuerancapaces de derrocar al viejo régimen; alcontrario, ocurre porque fueron capaces dehacerlo pero no pudieron instaurar e insti-tuir su propio poder.Seguiremos presos del orden establecido sinos dejamos encerrar en el dilema entre elmomento de la explosión creativa y los lar-gos periodos de tiempo normalizado quesó lo pueden ser de alienación. Aceptar elterreno sobre el que ese dilema puede plan-

tearse es aceptar las presuposiciones últi-mas de la ideología imperante desde hacemilenios. Es aceptar ser la Santa Teresa dela revolución, dispuesta a soportar años desequedad a cambio de escasos instantes degracia. Aceptar que el acto excluye la refle-xión es admitir implícitamente que todareflexión carece de verdadero objeto. Y co -mo el ser humano no puede prescindir de lareflexión, así se deja ésta en manos de losmistificadores y los ideólogos de la reac-ción.Aceptar que espontaneidad y organizaciónse excluyen es entregar a los burócratas elámbito de la organización, sin la que ningu-na sociedad puede sobrevivir un solo día.Aceptar que racionalidad e imaginación seexcluyen mutuamente es no haber entendi-do nada de ambas. Allá donde la imagina-ción supera el ensueño o el delirio y produ-ce resultados duraderos, es porque consti-tuye nuevas formas universales; allá dondela racionalidad es razón creativa y no repe-tición y vacío, es porque se alimenta defuentes imaginarias que ninguna pseudo-racionalidad "científica" puede explicar.Al igual que la seriedad permanente es elcolmo de lo grotesco, la fiesta permanentees la tristeza sin fin. Aceptar la antinomiaseriedad/fiesta como absoluta es aceptar lacivilización del divertimento (nt1). Esescindir la vida en una parte "seria" entre-gada a los organizadores y en una parte"caprichosa" entregada a los vendedores deplacer y de un espectáculo que, en su lími-te, podría llegar a incluir los happeningsrevolucionarios. Si la revolución socialistatiene algún sentido no es, desde luego,reemplazar a la burguesía con burócratas"obreros". Sin embargo, a eso conduce ine -vitablemente el negarse a afrontar estosproblemas. Si la revolución socialista pue -de avanzar, no es "haciendo" la "síntesis"de estas antinomias, o "superándolas", sinodestruyendo el propio terreno sobre el queinevitablemente surgen. ¿Puede la sociedadhumana lograr esa transición? Una transi-ción que no sería hacia un mundo sin pro-blemas, sino hacia un mundo que habría

Trasversales 44 / junio 2018Mayo 1968

41

dejado atrás los problemas específicos delos que estamos hablando. No lo sabemosy, de hecho, la pregunta así formulada care-ce de interés. Lo que tiene sentido es laacción en esa dirección, tanto para quienespensamos que esa transición es posiblecomo para quienes piensan que sólo esaacción introduce en la historia el mínimode movimiento y verdad que puede tolerar.Sin esa acción sólo podemos ser consumi-dores o desesperados. Pero en una sociedadde consumo, los desesperados se transfor-man rápidamente en objetos de consumo.Muchos estudiantes revolucionarios hanestado muy preocupados por el peligro de"recuperación" del movimiento por partede las viejas fuerzas. Pero el riesgo de recu-peración de una explosión que se queda ensimple explosión es igual de grande, si nomás.Quien teme a la recuperación o integracióndel movimiento ya ha sido integrado. Encuanto a su actitud, porque está bloqueado.En cuanto a su mentalidad más profunda,porque anda buscando garantías contra laintegración y por tanto ya ha caído en latrampa ideológica reaccionaria: la búsque-da de un talismán, de un fetiche antirecupe-rador. No hay garantía contra la integra-ción, en cierto sentido todo se puede inte-grar y todo es integrado algún día.Pompidou cita a Apollinaire, WaldeckRochet se dice comunista, Lenin tiene unmausoleo, algunos se enriquecen a costadel nombre de Freud, el 1 de mayo es unafiesta legal. Pero también es cierto que losrecuperadores sólo recuperan cadáveres.Mientras estemos vivos siempre nos habla-rá y nos sonará nueva la voz de Apollinaire,siempre nos conmoverá el ManifiestoComunista haciéndonos vislumbrar el abis-mo de la historia, siempre resonará ennuestros oídos el "Recuperad lo que os hanquitado" de Lenin, siempre el "donde esta-ba el ello, yo debo advenir" freudiano nosrecordará su exigencia irrebasable y la san-gre de los obreros de Chicago siempre tur-bará e iluminará simultáneamente nuestrasmiradas. Todo es recuperable, excepto

nuestra propia actividad reflexiva, crítica,autónoma.Para combatir la recuperación hay queextender esa actividad más allá del aquí yahora, darle una forma que transmita sucontenido para siempre y que le haga, tam-bién para siempre, irrecuperable, es decir,reconquistable por seres vivos en su verdadsiempre nueva.La recuperación no se evita con la indefini-ción. La arbitrariedad no la evitaremosnegándonos a organizarnos colectivamen-te, más bien así correremos hacia ella.Cuando en una reunión de doscientas per-sonas alguien propone un panfleto condocenas de consignas, como la supresiónde la ganadería o la nacionalización de lafamilia (o al revés, en este contexto seríairrelevante) y al final se le dice que publi-que su panfleto en nombre de su comité deacción del 22 de marzo, ¿es negación de laburocracia o es poder arbitrario de la inco-herencia (momentánea) de una persona,impuesta a toda una comunidad que pagarálas consecuencias?Para aquellos que prefieren el lenguaje filo-sófico: es necesario que el movimientomantenga y amplíe su apertura tanto comosea posible, pero la apertura no es y nuncapuede ser una apertura absoluta. La apertu-ra absoluta es la nada, es decir, una inme-diata clausura inmediata. La apertura esaquello que se desplaza constantemente ytransforma sus propios términos e inclusosu propio bando, pero sólo puede existir si,en cualquier momento, se basa en una orga-nización provisional de su bando. Un signode interrogación en sí mismo no significanada, ni siquiera una pregunta. Para quesignifique una interrogación debe estar aso-ciado a una frase y utilizar algunos térmi-nos considerando que tienen un significadoque, por el momento, no se cuestiona. Unainterrogación pone en duda ciertas signifi-caciones, afirmando otras, incluso a costade tener que revisar éstas después.Los estudiantes revolucionarios ya hanhecho la experiencia de los grupos tradicio-nales, atrapados en las estructuras ideológi-

Trasversales 44 / junio 2018 Mayo 1968

42

cas y prácticas del capitalismo burocráticoen lo más profundo de ellas: programasfijados de una vez por todas, discursosrepetitivos sea cual sea la realidad, formasde organización calcadas de las relacionesconstituidas en la sociedad existente. Estosgrupúsculos reproducen en su seno la divi-sión entre dirigentes y ejecutantes, la divi-sión entre los que "saben" y los que no"saben", la separación entre una pseudoteo -ría escolar y la vida. Esta división, estaescisión, también quieren instaurarla res-pecto a la clase trabajadora, de la que todosquieren ser "dirigentes".Pero cuando se cree que para poseer la ver-dad basta con situarse simplemente a con-trapié de esos términos, negando cada uno,no salimos de ese universo, por el contrarionos encerramos en él. No vamos más alláde la organización burocrática negandocualquier organización, ni superamos larigidez estéril de las plataformas y los pro-gramas rechazando cualquier definición deobjetivos y medios, ni superamos la escle-rosis de los dogmas muertos con la conde-na de la verdadera reflexión teórica. Escierto que esta vía de salida es difícil y queel camino es muy angosto. Lo característi-co de una crisis tan profunda como la queestá atravesando Francia es que todo elmundo camina sobre el borde de la navaja.Y los revolucionarios tanto o más que losdemás. El gobierno, la patronal, los líderesburocráticos, se juegan su posición, sudinero, como mucho su cabeza, es decir,casi nada. Para nosotros el peligro es mayorporque afecta a nuestro ser de revoluciona-rios. Lo que estamos arriesgando ahora esmucho más que nuestra piel; es el significa-do más profundo de aquello por lo queestamos luchando y de lo que somos, quedepende de la posibilidad de hacer que loocurrido sea algo más que una explosiónmomentánea, de constituirlo sin hacerleperder su vida, en resumen, de destruir losdilemas y antinomias ya descritos y elterreno en el que surgen.La experiencia reciente muestra la vía queconduce hacia allí. ¿Debería una minoría

revolucionaria "intervenir", de qué maneray hasta qué punto? Si los pocos indignadosque comenzaron en Nanterre y, después, elMovimiento del 22 de marzo y muchosestudiantes revolucionarios no hubieran"intervenido" es evidente que nada de loque ha sucedido habría sucedido, al igualque es obvio que estas intervencioneshabrían tenido poco efecto si una gran partede los estudiantes no estuviesen potencial-mente en disposición de actuar. La inter-vención de una minoría que asume sus res-ponsabilidades, actúa con audacia extremapero es capaz de sentir hasta dónde suentorno quiere y puede ir, se convierte asíen un catalizador y en un revelador quedeja atrás el dilema voluntarismo-esponta-neidad.De la misma manera, las reivindicacionesavanzadas respecto a las universidades¿son "mínimas" o "máximas", "reformis-tas" o "revolucionarias"? En cierto sentido,pueden parecer "revolucionarias" en el len-guaje tradicional, ya que no pueden reali-zarse sin una inversión del sistema social:no puede haber "socialismo en una solauniversidad". Pero para otros pueden pare-cer "reformistas", precisamente porque pa -recen preocupase sólo de la universidad y,subsidiariamente, podría concebirse algunaforma edulcorada para su realización, recu-perándolas para el mejor funcionamientode la sociedad actual, lo que hace que algu-nos tiendan a denunciarlas o a desentender-se de ellas. Pero lo que es falso en este casoes la propia distinción antes hecha. Estasreivindicaciones tienen un significado pro-fundo y positivo: siendo aplicables en parteen el contexto del régimen actual, hacenposible desafiarlo constantemente; su apli-cación generaría inmediatamente nuevosproblemas y pondría cada día ante los ojoshorrorizados de una sociedad jerárquica elescándalo de bachilleres y eminencias cien-tíficas discutiendo juntas el contenido y losmétodos de enseñanza; ayudarían a formarpersonas para quienes, aunque sea parcial-mente, se habrá transformado la concep-ción del mundo social, de las relaciones de

Trasversales 44 / junio 2018Mayo 1968

43

autoridad, de la gestión de las actividadescolectivas.Los problemas planteados por la constitu-ción de un movimiento revolucionariodeben abordarse con ese espíritu.

Propuestas para la constitución inmedia-ta de un movimiento revolucionarioEl movimiento solo puede existir si se defi-ne; y sólo puede persistir si rechaza atarsea una definición definitiva.El movimiento debe, por supuesto, definir-se y estructurarse por sí mismo. Si, comodebemos pensar, está llamado a expandirsey desarrollarse, sus ideas, sus formas deacción y sus estructuras organizativas sufri-rán una transformación constante, en fun-ción de su experiencia y su trabajo, asícomo de la contribución de quienes se unana él. No se trata de fijar de una vez portodas su "programa", sus "estatutos" y su"agenda de actividades", sino de iniciar loque deberá seguir siendo una autodefini-ción y auto-organización permanente.

PrincipiosTanto para la reconstrucción socialista de lasociedad como para su propio funciona-miento interno y para orientar sus activida-des, el movimiento debe inspirarse en estasideas: en las condiciones del mundomoderno, la supresión de las clases domi-nantes y explotadoras requiere no solo laabolición de la propiedad privada de losmedios de producción, sino también la eli-minación de la división dirigentes-ejecu-tantes en tanto que estratos sociales.Consecuentemente, el movimiento debecombatir esa división allá donde se encuen-tre y no aceptarla en su interior. Por lamisma razón, debe luchar contra todaforma de jerarquía.Lo que debe reemplazar a la división socialentre dirigentes y ejecutantes y a la jerar-quía burocrática en que se encarna es laautogestión, es decir, la gestión autónoma ydemocrática de las diversas actividades porlas comunidades que las llevan a cabo. Laautogestión requiere: el ejercicio de un

poder efectivo por parte de las comunida-des involucradas en el ámbito de que setrate, es decir, la democracia directa másamplia posible; la elección y la revocabili-dad permanente de cualquier persona en laque se haya delegado cualquier responsabi-lidad particular; la coordinación de las acti-vidades por comités de delegados igual-mente elegibles y revocables en todomomento.El ejercicio efectivo de la autogestiónimplica y requiere el flujo constante deinformación e ideas. También requiere laeliminación de la compartimentación entrelas categorías sociales. En definitiva, eseejercicio es imposible sin la pluralidad y ladiversidad de opiniones y tendencias.

Estructuras de organizaciónLas estructuras organizativas del movi-miento derivan inmediatamente de estosprincipios:- Constitución de grupos de base cuyo ta -maño permita tanto una división de tareaseficaz como una discusión política fecun-da.- Coordinación de las actividades generalesde los grupos de base por comités de coor-dinación formados por delegados electos yrevocables.- Coordinación de las actividades relacio-nadas con tareas específicas por medio delas comisiones correspondientes, tambiénformadas por delegados electos y revoca-bles.- Comisiones ejecutivas técnicas, bajo con-trol político de los comités de coordina-ción.- Asambleas generales deliberativas detodos los grupos de base, tan frecuentescomo lo permitan las condiciones. En cuanto al funcionamiento interno, haydos ideas esenciales como punto de partida:- La tarea de los órganos generales (comi-tés de coordinación, comisiones especiali-zadas) debe ser sobre todo recoger infor-mación y distribuirla a todo el movimiento;la de los órganos de base debe ser, sobretodo, tomar decisiones. Es esencial revertir

Trasversales 44 / junio 2018 Mayo 1968

44

el esquema capitalista burocrático, en elque la información sólo "sube" y las deci-siones sólo "bajan".- Es una tarea permanente del movimientoorganizar y facilitar la participación activade todos en la elaboración de la política, delas ideas y de las decisiones con conoci-miento de causa. Si eso no se hace, prontoreaparecerá una división entre "políticos" y"ejecutantes". Para combatir esa divisiónno hay que proceder a la "alfabetizaciónpolítica" propia del modelo burgués aplica-do por las organizaciones tradicionales,sino ayudar a los militantes a reflexionarcríticamente desde su propia experienciacon métodos de autoaprendizaje políticoactivo.

Formas de acciónÉstas sólo pueden definirse conforme a losacontecimientos y sobre bases concretas.Pero su sentido general debe ser ayudar alos trabajadores a luchar por objetivos deltipo definido antes y a organizarse sobrebases similares. Sin embargo, es necesariodefinir y realizar algunas tareas inmediatas.Citándolas en orden lógico y temporal:1. Organizarse de acuerdo con estos crite-rios o al menos según criterios que permi-tan al movimiento decidir colectivamentesobre su organización y orientación.2. Hacer un periódico lo antes posible. Laimportancia del periódico no sólo esinmensa en el campo de la información, lapropaganda y la agitación, sino que, princi-palmente, puede y debe ser un organizadorcolectivo. En la etapa actual es la únicaforma de satisfacer las demandas de cama-radas de diversos lugares y entornos quequerrán organizarse con el movimiento.Reproduciendo los principios de orienta-ción y organización del movimiento y des-cribiendo sus actividades, el periódico per-mitirá que estas personas respondan a lapregunta ¿Qué hacer? organizándose ellasmismas y estableciendo contacto con elmovimiento sin que éste tengan que "orga-nizarlos", lo cual sería difícil y cuestiona-ble; el periódico puede ser un instrumento

esencial para superar la posible división,dentro del movimiento, entre "políticos" y"simples militantes", así como entre elmovimiento y el exterior. Esto puedehacerse si, además de abrirse a todas laspersonas, se organiza la participación acti-va de grupos de base en su redacción, asu-miendo la responsabilidad de seccionesdefinidas de la revista, y se abren sus pági-nas a sus lectores y se alienta su participa-ción, no sólo la publicación de contribucio-nes y cartas, sino también con la organiza-ción sistemática de entrevistas, etc.3. Explicar en todos los lugares y por todoslos medios (reuniones, periódicos, panfle-tos, más tarde folletos, etc.) el significadoprofundo y universal de la acción de losestudiantes y sus objetivos, esto es, lo quesignifica la exigencia de gestión colectiva,la lucha contra la división entre dirigentes yejecutantes y contra la jerarquía, la explo-sión de la actividad creativa de la juventud,su auto-organización. Todos los temas de larevolución socialista pueden y deben desa -rrollarse de manera viva, a la luz de laexperiencia de Mayo del 68, a partir detemas como el significado de la lucha con-tra la cultura capitalista burocrática, quedebe convertirse en un ataque a los funda-mentos de la "civilización" moderna, estoes, a la separación entre trabajo productivoy ocio; lo absurdo de la sociedad de consu-mo; la monstruosidad de las ciudades con-temporáneas; los efectos de la separacióntotal entre trabajo manual e intelectual, etc.Todo esto ya se cuece entre la población,pero fuera de los círculos "intelectuales" nologra articularse y expresarse.4. Participar y llevar lo más lejos posible lademolición de la Universidad burguesa ytransformarla, en la medida de lo posible,en un semillero de contestación al desordenestablecido. Hay que abrazar esta tareacapital sin ilusiones y sin vacilaciones. Laautogestión de la Universidad tiene uncarácter ejemplar. Poco importa lo quequede de ella a largo plazo si el movimien-to retrocede; y, si vuelve a avanzar, será denuevo un punto de partida. La autogestión

Trasversales 44 / junio 2018Mayo 1968

45

de la Universidad puede y debe convertirseen una plaga incurable en los flancos delsistema burocrático, un catalizador perma-nente a los ojos de los trabajadores.5. Poner entre la espada y la pared a losaparatos burocráticos y políticos en lo quese refiere a la autogestión. Cuando alguiense presente como "líder" o "representante"hay que preguntarle: ¿de dónde sacas tupoder? ¿de qué manera lo obtuviste?¿cómo lo practicas? Sin alentar ilusionessobre el sindicato en cuanto tal, coyuntural-mente es necesario alentar la afiliación a laCFDT, menos burocratizada y con una basemás permeable a las ideas del movimiento,pero también y especialmente para haceresta interpelación y esta exigencia: la auto-gestión no sólo es buena para el exterior, esigual de buena para la sección sindical, elsindicato, la federación y la confederación.

Las etapas de la crisisNo es nuestra intención hacer aquí historiade las luchas de las últimas semanas. Peroes preciso destacar algunos rasgos de susignificado, no percibidos por muchos ycon un alcance que supera lo inmediato. Lacrisis ha pasado por cuatro etapas distintas:1. Del 3 al 14 de mayo, el movimiento estu-diantil, hasta entonces limitado a Nanterre,se extiende bruscamente, llega a todo elpaís y, tras los combates en las calles, lanoche del 11 de mayo y la manifestacióndel 13, culmina en la ocupación generaliza-da de las universidades.2. Del 15 al 27 de mayo, partiendo de lafábrica de Sud-Aviation en el área urbanade Nantes, estallan huelgas espontáneascon ocupación de las instalaciones y seextienden rápidamente. A partir de la tardedel día 17, tras enfrentamientos espontá -neos en Renault-Billancourt, los líderessindicales se subieron al carro y lograrontomar el control del movimiento para final-mente concluir con el Gobierno los acuer-dos de Grenelle.3. Del 28 al 30 de mayo, tras el frontalrechazo de los trabajadores a la estafa delos acuerdos de Grenelle, los dirigentes sin-

dicales y los partidos de "izquierda" inten-tan trasladar los problemas al ámbito de lascombinaciones "políticas", pese a que elcolapso del aparato gubernamental y estatalestaba en su apogeo.4. A partir del 31 de mayo, las capas domi-nantes se van recuperando, Charles deGaulle disuelve la Asamblea Nacional yamenaza a los huelguistas. Los comunistas,los "federados" [Fédération de la gauchedémocrate et socialiste de Mitterand] y losgaullistas se pusieron de acuerdo pararepresentar la farsa electoral, mientras quelos líderes sindicales renunciaron a las pre-condiciones generales para la negociacióne intentaron concluir lo antes posible acuer-dos por rama. La policía comenzó a reocu-par los lugares de trabajo, empezando porlos servicios públicos.La primera etapa de la crisis estuvo domi-nada exclusivamente por el movimientoestudiantil. Sin pretender abordar de nuevosu significado, es necesario indicar lasrazones de su extraordinaria efectividad,vinculadas, en primer lugar, al contenidoradical de sus objetivos políticos. Mientrasque, durante años, el sindicalismo estudian-til y los partidos de "izquierda" mendiga-ban algunas migajas (pre-salario universi-tario, locales, etc.) los estudiantes, primeroen Nanterre y luego en todo el país, plan -tea ron esta pregunta: ¿Quién es el dueño dela universidad y qué es la universidad? Yrespondieron: queremos ser sus dueñospara hacerla diferente. Si bien se veníalamentando desde hace años el pequeñoporcentaje de obreros presentes en laUniversidad, como si en los países dondeeste porcentaje era mucho mayor laUniversidad y la sociedad hubieran cam-biado de carácter, el movimiento estudian-til ha abierto ahora la Universidad a lapoblación trabajadora. Mientras que duran-te años se había pedido más profesores,ahora el movimiento ha cuestionado la pro-pia relación entre enseñantes y estudiantes.Así han atacado las estructuras jerárquico-burocráticas de la sociedad justo dondeparecen estar mejor fundadas para el senti-

Trasversales 44 / junio 2018 Mayo 1968

46

do común, justo donde parecía inexpugna-ble el sofisma según el cual el conocimien-to da derecho al poder y el poder posee, pordefinición, el conocimiento. Pero si losestudiantes de primer año pueden tener vozen los programas y métodos de trabajo,tanto como los profesores, ¿quién podríaatreverse a negar a los trabajadores de unaempresa la gestión de un trabajo que cono-cen mejor que nadie, o a los miembros deun sindicato la dirección de las luchas quesólo a ellos conciernen y comprometen?Eso es lo que explica, mucho más que lapresencia de militantes antiestalinistas en elmovimiento estudiantil, la rabia y el odioque desde el primer día PCF y CGT mani-festaron contra el movimiento; inmediata-mente sintieron que cuestionaba su propianaturaleza burocrática. Desde hace años sevenía proponiendo tímidamente una "mo -der nización" (en el sentido capitalista buro-crático) de los programas; los estudianteshan atacado la sustancia y el contenido dela educación universitaria y han denuncia-do con sus actos la mistificación, relanzadadesde hace algunos años por unos raros"marxistas", de una ciencia neutral, que notendría nada que ver con la ideología.Al mismo tiempo, este contenido radical nose ha mostrado en palabras, sino en actos,con métodos de lucha eficaces. Así, losestudiantes han pasado a la acción directa,sabiendo escoger en cada ocasión el terre-no más favorable y haciendo trizas losmétodos "tradicionalmente probados": par-loteos, negociaciones, presiones, idas yvenidas de los sindicatos, "conquistas" ilu-sorias de éstos. Finalmente, el carácter noburocrático y no tradicional de la organiza-ción del movimiento ha desempeñado unpapel considerable. Decisiones colectivastomadas sobre bases prácticas, participa-ción colectiva en su ejecución, cancelaciónde las prohibiciones y sospechas políticas,líderes que salen de la propia acción. Perodebe decirse aquí que la eficacia del movi-miento, en los tres niveles descritos, estabaal mismo tiempo vinculada a las condicio-nes concretas a partir de que las que se ini-

ció y que se mantuvieron hasta la ocupa-ción de las universidades. Sin embargo, supunto débil en las siguientes etapas fue elintento de transponer a toda la sociedad y atodos los problemas, casi tal cuales, losobjetivos y las formas de acción y organi-zación que habían tenido tanto éxito en suprimer ámbito. Este intento sólo podía fra-casar y llevó al movimiento a rozar el ries-go de aislamiento y de dar rápidas vueltas...alrededor de sí mismo. No queremos decirque esas ideas sólo sean válidas en elmedio universitario o en el interior de cual-quier otro ámbito orgánico, sino que nopueden ser transpuestas mecánicamente acualquier otro lugar sin que su significadono sea casi totalmente invertido.Para transponer de manera fecunda, hayque reflexionar. De lo contrario, es repeti-ción, la burocracia del pensamiento queinevitablemente conduce a la negativa apensar. Lo que ha hecho posible y aún hoyalimenta los intentos de transposiciónmecánica es una falsa imagen de la realidadsocial, una incomprensión del capitalismomoderno en la que la mitología obreristajuega un papel preponderante. El movi-miento estudiantil actúa, casi constante-mente, como si la clase trabajadora nofuera más que un enorme polvorín revolu-cionario y el único problema fuera encon-trar el lugar adecuado para colocar lamecha. La segunda etapa del movimiento,desde el lunes 20 de mayo, debería haberhecho ver a todos que no es así. Es ciertoque bajo el efecto inductivo de las luchasestudiantiles, de las ocupaciones de facul-tades y del colapso del gobierno los movi-mientos de huelga se iniciaron espontánea-mente en Sud-Aviation de Nantes (15 demayo), en las fábricas de Renault situadasen provincias e incluso en Billancourt. Aconsecuencia de ello, los líderes sindicales,en particular la CGT, se vieron obligados acambiar su orientación 180 grados en po -cos días y pasar de una hostilidad declara-da hacia el movimiento estudiantil a unseguidismo respecto al movimiento huel-guista, a proclamar su "sostén" al movi-

Trasversales 44 / junio 2018Mayo 1968

47

miento estudiantil y al encuadramiento delos trabajadores en huelga. Así lograroncontrolar completamente el movimientohuelguista hasta la conclusión de los acuer-dos de Grenelle. Pero sería desesperada-mente ingenuo ver en ese control sólo laactitud de las direcciones sindicales, comosi los trabajadores no existieran. Lo quedebe entenderse primero y ante todo es que,una vez que se desencadenan las huelgas, laactitud de las direcciones sindicales no fuecuestionada por la base obrera.En ningún lugar, en ningún momento, se havisto ni siquiera algo lejanamente análogoa la contestación radical de las relacionesestablecidas que tuvo lugar incluso en lossectores tradicionalmente más conservado-res de la Universidad (Derecho, Medicina,Ciencias Políticas, etc.), ni tampoco uncuestionamiento de las relaciones de pro-ducción en la empresa capitalista, de laalienación en el trabajo sea cual sea el nivelsalarial, de la división dirigentes-ejecutan-tes establecida entre cuadros y obreros oentre los líderes y la base de las organiza-ciones "obreras".Es importante decirlo rotundamente y concalma: en mayo de 1968, en Francia, elpro le tariado industrial no ha sido la van-guardia revolucionaria de la sociedad, hasido su lenta retaguardia. Si el movimientoestudiantil intentó realmente asaltar el cie -lo, lo que ha frenado a la sociedad en estaocasión ha sido la actitud del proletariado,su pasividad hacia sus dirigentes y hacia elrégimen, su inercia, su indiferencia antetodo lo que no fuera reivindicación econó-mica. Si el reloj de la historia fuera a dete-nerse en este momento habría que decir queen mayo de 1968 la capa más conservado-ra, la más mistificada, la más atrapada enlas redes y señuelos del capitalismo buro-crático moderno ha sido la clase obrera, es -pe cialmente su fracción seguidora del PCFy la CGT. Su único objetivo ha sido mejo-rar su situación en la sociedad de consumo,y ni siquiera imaginó que esa mejora lapudiera obtener con su actividad autónoma.Los trabajadores se declararon en huelga,

pero dejaron a las organizaciones tradicio-nales la dirección, la definición de los obje-tivos, la elección de los métodos de acción.Naturalmente, estos métodos se han con-vertido en métodos de inacción. Cuando seescriba la historia de estos acontecimientosdescubriremos que en esta o aquella empre-sa, en esta o aquella provincia, un sector detrabajadores intentó ir más allá. Pero laimagen masiva, sociológica, es clara y pre-cisa: los trabajadores ni siquiera han estadofísicamente presentes. Dos o tres días des-pués del inicio de las huelgas, el significa-do de la ocupación de las fábricas cambiómuy rápidamente, pues las burocracias sin-dicales hicieron de ella una manera de divi-dir a los trabajadores y de evitar su conta-minación por los estudiantes, transformán-dose, en la gran mayoría de los casos, enocupaciones protagonizadas por cuadros ymilitantes del PCF y la CGT.El hecho, muy importante para el futuro, deque miles de jóvenes trabajadores, comoindividuos, se unieran con los estudiantes ytuvieran una actitud diferente no modificaeste panorama, como tampoco lo modificael que los trabajadores rechazaran masiva-mente los acuerdos de Grenelle, porque enel ámbito económico fueron un puro y sim-ple fraude y los trabajadores aún sabensumar y restar por muy desconcertados quese encuentren. Por otro lado, también con-firma esa imagen el que las primeras reocu-paciones policiales de las instalaciones,des de el 31 de mayo, rara vez encontraranalgún tipo de resistencia. Como revolucio-narios no tenemos que hacer juicios mora-les sobre la actitud de la clase trabajadora,y mucho menos darla por perdida de unavez por todas. Pero tenemos que entender.Debemos condenar radicalmente la mitolo-gía obrerista que ha jugado y continúadesem peñando un papel negativo en el mo -vimiento estudiantil y, aunque eso importapoco, en los grupúsculos de izquierda.Por mucho que sea indispensable continuary profundizar los contactos que se han esta-blecido con los trabajadores, extenderlostanto como sea posible, intentar mostrar a

Trasversales 44 / junio 2018 Mayo 1968

48

toda la clase trabajadora el profundo signi-ficado del movimiento estudiantil, ha sidoy sigue siendo catastróficamente erróneocreer que bastaría en el futuro inmediatocon sacudir el árbol un poco más para queel proletariado cayese del lado de la revolu-ción. Es necesario entender lo que está enel fondo de la actitud del proletariado: laadhesión a la sociedad capitalista moderna,la privatización, el rechazo a responsabili-zarse de los asuntos colectivos, la carreraconsumista, esos siguen siendo los factoresdominantes. A eso corresponde, como elnegativo con el positivo, la aceptación de lajerarquía en la empresa o la de los líderessindicales y políticos, la pasividad y la iner-cia, la limitación de las reivindicaciones alo económico. Para comprender esto hayque entender qué es el capitalismo moder-no e ir más allá de un difunto marxismo tra-dicional que aún domina sobre la concien-cia de muchas personas vivas.También es necesario ir más allá de las con-cepciones tradicionales y superficialessobre la naturaleza de la burocracia "obre-ra" y sobre la base de su control sobre lostrabajadores. No estamos hablando de"errores" o "traiciones" de los burócratas"obreros"; éstos no "se equivocan", salvoen el sentido técnico de que tanto elloscomo el aparato del Estado pueden llevar acabo maniobras que terminen perjudicandoa sus propios intereses; tampoco "traicio-nan" a nadie, ya que juegan el papel que lescorresponde en el sistema. Ahora bien, nosería acertado imputar la actitud de la claseobrera al control que esa burocracia ejercesobre ella. Es cierto que sobre la clase obre-ra pesan décadas de mistificación y deterrorismo estalinista, y aún hoy prosiguenla actividad mistificadora, las maniobras yla intimidación de los aparatos. Pero losaparatos burocráticos habrían saltado enpedazos si los trabajadores hubieran mos-trado la décima parte de la actividad autó-noma que los estudiantes han desplegado.Los aparatos lo saben y eso explica su acti-tud a lo largo de los acontecimientos, elintenso miedo que les ha dominado y les

domina a través de sus maniobras, menti-ras, calumnias, contradicciones, giros coti-dianos y acrobacias perpetuas. Tambiénexplica su prisa por concluir los acuerdosde Grenelle y por desplazar lo antes posibleal falso terreno electoral los problemasplanteados. Al mismo tiempo, el control delas "direcciones" sobre la base se ha debili-tado tanto como era posible, lo que esclare-ce tanto la actitud obrera como la situaciónactual de los aparatos burocráticos. A lolargo de la crisis, el aparato burocráticodirigente, del PCF y de la CGT en particu-lar, ha revelado ser un rígido armazón quese sobrevive a sí mismo y cuya relacióncon sus partidarios se ha hecho casi pura-mente electoral. Hasta el viernes 24 demayo inclusive, las manifestaciones PCF-CGT en París reunieron como máximo en -tre cincuenta mil y sesenta mil personas, ladécima parte del electorado comunista dela región de París. Sólo uno de cada diezelectores comunistas se movilizó para ma -nifestarse "pacíficamente" cuando el paísestaba en huelga general y la cuestión delpoder se planteaba objetivamente. Y estaapreciación sólo sería muy ligeramentematizada por la manifestación mucho másnumerosa del 29 de mayo, a la que asistie-ron personas de todo el distrito parisino,pero que se contentaron con repetir las con-signas del PCF en un momento en que eldesconcierto y la descomposición del poderhabían alcanzado su punto máximo.¿Qué son el PCF y la CGT actualmente?Un gran aparato de funcionarios de las"organizaciones" políticas y sindicales y delas instituciones capitalistas (diputados,alcaldes, concejales, permanentes políticosy sindicales, personal de los periódicos delpartido y de la CGT, empleados municipa-les de los ayuntamientos gobernados por elPCF), seguido por un amplio electorado,político y sindical, inerte y pasivo. El tipode relación que ese aparato mantiene coneste electorado es de la misma naturalezaque la relación de Charles de Gaulle consus electores: en ambos casos les votanpara "tener tranquilidad", política o reivin-

Trasversales 44 / junio 2018Mayo 1968

49

dicativa, para no tener que ocuparse de suspropios asuntos.Lo que aún separa al aparato burocráticoPCF-CGT de la socialdemocracia tradicio-nal son los métodos. En lugar de la dulcehipocresía reformista, y a pesar de losintentos de algunos Garaudy que desearíanadoptarla también, este aparato siguemanejando la calumnia, la provocaciónpolicial (la CGT se sumó a las declaracio-nes de Pompidou sobre los "alborotadoresextranjeros" y la noche del 24 de mayo unpiquete de huelga de la CGT en Lyon entre-gó a un grupo de estudiantes de Nanterre ala policía) y la agresión física, como es elcaso de los piquetes de la CGT enBillancourt prohibiendo el acceso a lafábrica a los delegados de la CFDT; véasetambién al respecto las declaraciones deEugène Descamps [entonces secretariogeneral de la CFDT] en Le Monde, sobre"el retorno al período 1944-1946".Pero el mantenimiento del estilo totalitarioestalinista se superpone con otras caracte-rísticas profundas de la situación actual delPCF. Prisionero de su pasado, el aparatoburocrático estalinista es incapaz de efec-tuar, en Francia como en casi cualquier otrolugar, el giro que, en teoría, le permitiríajugar un nuevo rol. No, ciertamente, unpapel revolucionario, sino el papel de lagran burocracia reformista moderna nece-saria para el funcionamiento del capitalis-mo francés, el papel que benévolos conse-jeros, sociólogos eruditos y sutiles técnicosle proponen desde hace años. Bloqueado ensu propia evolución por sus orígenes histó-ricos y por la referencia rusa de la que nopuede prescindir, aunque sean cruces cadavez más pesadas, bloquea al mismo tiempoel funcionamiento "normal" del capitalis-mo francés. Para mantener su cohesión yespecificidad, debe mantener como objeti-vo final la "toma del poder", lo que para lacúpula del aparato es la esperanza de acce-so a la capa dominante de la sociedad ypara su base es la vaga idea de un "paso alsocialismo" que sostiene su fe, le hace tra-gar sapos y culebras y le da buena concien-

cia. Pero, al mismo tiempo, sabe perfecta-mente que este objetivo no puede lograrsefuera del contexto de una guerra mundial.Se dice "revolucionario" y "reformista",pero en realidad no es ni lo uno ni lo otro ytiene dificultades para esconder la contra-dicción en que se debate bajo la lastimosa"teoría"de las múltiples vías para la transi-ción al socialismo.Por estas razones, incapaz de fusionarsecon el "reformismo" triplemente ilusorio dela Section française de l'Internationaleouvrière (SFIO) -al que su propia existen-cia hace más ilusorio-, el PCF sigue siendoun coto cerrado incapaz incluso de estable-cer una alianza duradera inadmisible parauna SFIO que teme ser fagocitada. Esteaparato estalinista es tanto un resultado delarcaísmo de muchos aspectos de la vidafrancesa como causa de su perpetuación. Yes también un resto monstruoso del pasadoruso injertado en el presente francés. Dadosesos rasgos, es probable que sólo estalle ala vez que el capitalismo francés y a conse-cuencia del mismo movimiento.Pero los acontecimientos actuales lo some-ten a una dura prueba. En primer lugar, leha ocurrido por primera vez aquello quesiempre ha intentado evitar a toda costa,hasta recurriendo al asesinato: ha sido des-bordado por su izquierda por importantesmovimientos, por los estudiantes, por unlado, y por la CFDT en lo que se refiere ala autogestión. Además, se encuentra cruel-mente atrapado entre la intensidad de la cri-sis social y política, que plantea objetiva-mente la cuestión del poder, y su incapaci-dad para tener una perspectiva política.Como ya hemos indicado, actualmente elPCF no quiere ni puede querer nada encuanto al poder: sabe que no sería aceptadoen un gobierno de "Frente Popular", salvoque aceptase pagar los costes de la opera-ción, asumiendo el desgaste de ese gobier-no sin tener acceso a los ministerios que lepermitirían infiltrarse en el aparato estatal,y sabe que otro tipo de acceso al poder sólosería concebible a través de una guerra civilque degeneraría rápidamente en Tercera

Trasversales 44 / junio 2018 Mayo 1968

50

Guerra Mundial, a lo que Moscú opone unveto absoluto. El aparato estalinista delPCF sólo puede maniobrar, alegando quequiere un "gobierno popular" y temiendopor encima de todo que llegase a realizarse.Haciendo votos para que, en caso de victo-ria electoral, la Fédération [de la gauchedémocrate et socialiste] le traicione paraformar un gobierno de "centro izquierda",lo que por cierto sería altamente probable.Su línea se reduce a perder la menor canti-dad de plumas posible o a ganar algunas.De hecho es probable que, dada la repoliti-zación general causada por los aconteci-mientos, pueda ganar algo entre una clien-tela hasta ahora apolítica o pequeñoburgue-sa, compensando lo que perderá entre losjóvenes trabajadores, los estudiantes y losintelectualesPero esta situación hace que el aparatoestalinista del PCF sea a la vez más duro ymás frágil de lo que era: sobre todo, lecoloca a partir de ahora a la defensiva. Estasituación también explica las prisas delPCF para restaurar el orden, así como elpapel de la CGT en la increíble estafa delos acuerdos de Grenelle. Nunca el empeñode las burocracias sindicales en vender elmovimiento de masas por una cucharada delentejas podridas había alcanzado estoslímites. Benoët Frachon [secretario generalde la CGT desde 1945 hasta1967] se rego-deaba en la radio diciendo que había tresveces más huelguistas que en junio de1936. Pero en 1936 los huelguistas habíanobtenido de inmediato la semana de 40horas y dos semanas de vacaciones paga-das, derechos sindicales considerables y unaumento sustancial de los salarios reales,logros que Alfred Sauvy consideraba equi-valentes a un aumento del 35% al 40% enlas remuneraciones efectivas.En mayo de 1968, ninguna mentira y nin-gún sofisma de Seguy hará olvidar que élmismo se presentó ante los trabajadorespara hacerles aceptar puras y simples pro-mesas, exceptuando la subida del salariomínimo (SMIG), que sólo afecta al 7% detodos los asalariados (incluyendo a los asa-

lariados agrícolas), y un "aumento" salarialque, de hecho, será una reducción. El 10%acordado sólo es, de hecho, un 7,75%(dado que es el 7% en los tres primeros tri-mestres del año y el 10% sólo en el últimotrimestre). Pero cada año, sin huelga gene-ral, las tasas salariales aumentan en Franciaun promedio del 6% según las estadísticasoficiales, y un 7% las retribuciones reales(incluidas las primas, la deriva salarial pordesplazamiento individual o social haciacategorías mejor pagadas, etc.). Entonces,¿habríamos hecho una huelga general dequince días para obtener un beneficio de un1% o un 2%? Ni siquiera eso, porque elimpago de los días de huelga hace que esemargen sea negativo, pues una quincena nopagada reduce en un 4% el salario anual. Yesto sin considerar lo que el Estado habíaquitado ya a los asalariados en los nueveúltimos meses: con las Ordenanzas deSeguridad Social, que causaron un retroce-so en la masa salarial del 1% según estima-ciones oficiales, dado el aumento de lascotizaciones y la reducción de las presta-ciones, o con la extensión del IVA alcomercio minorista, que provocó en eneroun aumento de precios un punto por encimade lo "normal". Sin hablar del nuevoaumento de precios al que la patronal pro-cederá bajo el pretexto de este aumentoimaginario en los salarios, ni, sobre todo,del aumento de la "productividad", es decir,de la aceleración de los ritmos de trabajo,del que ya se ha proclamado su necesidadsin que Seguy haya dicho una sola palabraal respecto durante toda la huelga.Para apreciar adecuadamente la situaciónobjetiva, la irracionalidad, la incoherenciay el miedo de los "líderes" capitalistas ysindicales, y lo absurdo de los análisis tra-dicionales, es necesario insistir en que elcapitalismo francés podría, económica-mente, pactar un aumento en el poderadquisitivo real de los asalariados entre un5% y un 10% más de lo que en cualquiercaso habría pactado en 1968. No sólopodría, también debería, pues en general lebeneficiaría, más allá del caso de las

Trasversales 44 / junio 2018Mayo 1968

51

empresas marginales. Porque la industriafrancesa ha estado trabajando durante añospor debajo de su capacidad física y huma-na, en un grado de ese mismo orden demagnitud; fácilmente podría producir un5% o un 10% más sin otro coste adicionalque el de las materias primas. Esto es aúnmás cierto en los sectores que antes sebeneficiarían de un aumento salarial:industrias de consumo (textil, electrodo-mésticos, automóviles, industrias alimenta-rias) y construcción, donde la capacidad noutilizada durante años es mayor que el pro-medio de toda la industria. Teniendo encuenta de nuevo el aumento normal, oregular, de los salarios cada año, había, portanto, base objetiva para un pacto deaumento del salario nominal del orden del15%. Esto no implicaría ninguna redistri-bución de la renta nacional; idealmente,con una "buena" burocracia reformista, notan temerosa como la de la CGT, el proleta-riado lo podría haber obtenido y, en susituación actual, probablemente se habríacontentado con ello. Si esto no se ha hechono ha sido por razones económicas, sinopor la imposibilidad de las diferentes frac-ciones de la burguesía y de la burocracia,cada una por su lado y todas en conjunto,para mantener una conducta "racional"desde el punto de vista de sus intereses.Se ha abierto una tercera etapa de la crisisa causa del rechazo masivo de los trabaja-dores a los acuerdos de Grenelle, lo queforzará al capitalismo francés a comportar-se precisamente de una manera menos irra-cional, pactando algunos aumentos reales.La crisis, en su brevedad, ha hecho ver elvacío político absoluto de la sociedad fran-cesa y creado un fenómeno histórico origi-nal: una dualidad de no-poder. Por un lado,el gobierno y el partido en el poder y queestán en la cúspide de su descomposición,dependientes hasta un punto increíble de unhombre de 78 años. Por otro lado, las intri-gas y maniobras de los Sganarelle [perso-naje de Molière] "izquierdistas", incapacesincluso en estas circunstancias de ofreceralgo más que "combinaciones" guberna-

mentales e incapaces de presentarse "uni-dos". Condición de este vacío: la inerciapolítica total de los obreros y asalariados,que han seguido la mayor huelga en la his-toria de cualquier país como si fuese unasimple huelga reivindicativa, rechazandodarse cuenta de que una huelga de tal mag-nitud plantea la cuestión del poder, de laorganización e incluso de la supervivenciade la sociedad, por lo que sólo podríaseguir adelante como huelga gestionaria[esto es, una huelga que asume la propiagestión productiva]. En vez de eso, se limi-taron a apoyar débilmente la vaga consignade "gobierno popular", a saber, la entregade la gestión de los asuntos sociales a losburócratas de "izquierda".Para estos, como para sus "adversarios"gubernamentales, sólo hay un deseo: queregresemos a la "normalidad" anterior. Elgeneral [de Gaulle] les ofreció, una vezmás, una vía de salida mediante su declara-ción del 31 de mayo, que abre la cuartaetapa de la crisis. Tras de su amenazadoraretórica, les promete que les dejará iniciarde nuevo su propio juego: las elecciones.De ahí el alivio (tan bien descrito por elcorresponsal de Le Monde) de la "izquier-da" tras el discurso de Charles de Gaulle.No importa si éste se aprovecha de la situa-ción para corregir su metedura de pata"referendista" [el 24 de mayo de 1968Charles de Gaulle anunció la celebraciónde un referéndum que no llegó a celebrar-se] acogiéndose a la convocatoria de elec-ciones: en un referéndum un 51% de noeses un 51% de noes, mientras que en laselecciones un 51% de votos a la oposicióndarán, gracias al manejo de las demarcacio-nes territoriales, una mayoría formada porUNR [partido gaullista] e independientes, yeso sin tener en cuenta la posibilidad deampliar el abanico parlamentario de Pom -pidou hacia el centro o incluso hacia "laizquierda". La complicidad es total, desdePompidou a Waldeck Rochet, pasando porMitterrand y Mollet, con el propósito dereconducir rápidamente los problemas alfalso terreno en el que saben que esos pro-

Trasversales 44 / junio 2018 Mayo 1968

52

blemas no podrán ser resueltos y ni siquie-ra planteados: el terreno parlamentario.Inmediatamente, se produce la desbandadadel "liderazgo fuerte y probado de la claseobrera". Esa "gran fuerza tranquila" que esla CGT, según Séguy, permite sin titubear ala policía que reocupe los lugares de traba-jo, uno tras otro. Las centrales sindicalesretiran la "pre-condición" de derogación delas ordenanzas porque, como el 31 de mayoexplicó sin reírse Séguy en la radio,Pompidou le aseguró que ese asunto escompetencia de la Asamblea Nacional yque al estar disuelta ya no puede discutirse,pero que la próxima AN lo discutirá indu-dablemente... Eugène Descamps hará com-prometerse a los candidatos a diputadossobre esto... ¿dónde diablos estaba él en1956 cuando el Frente republicano intensi-ficó la guerra de Argelia pese a haber llega-do al poder con la promesa de detenerla?De repente, la Francia pequeña burguesa,nacionalista y reaccionaria -olvidada poralgunos durante las semanas precedentes-respira aliviada, se recupera y reaparece enlos Campos Elíseos.

El futuroNo hay que hacerse ilusiones sobre las pró-ximas semanas. Estarán dominadas por elfinal de las huelgas, por la comedia electo-ral y parlamentaria, e incluso por las vaca-ciones. Y no se puede descartar el riesgo deque, en ese momento, el gobierno intentegolpear al movimiento estudiantil e inclusorecuperar las facultades. Frente a este ries-go, el movimiento estudiantil sólo puedemantenerse organizando de la manera másrápida y lo mejor que sea posible, realizan-do una autogestión eficaz y eficiente de lasuniversidades, explicando a la población loque hace.Pero menos aún se deben subestimar lasinmensas posibilidades que ofrecerá elperiodo histórico que se abre. En Francia, ytal vez en otros lugares, la "tranquilidad" yel embrutecimiento de la sociedad capita-lista han sido destruidos por largo tiempo.El "crédito" del gaullismo está por los sue-

los; incluso si sobrevive un tiempo, su talis-mán imaginario está roto. Las direccionesburocráticas de encuadramiento de los tra-bajadores se han visto profundamente soca-vadas y han quedado separadas por unaprofunda grieta de los trabajadores jóvenes.Los políticos de "izquierda" no tienen nitendrán nada que decir sobre los problemasque se planteen. El carácter represivo yabsurdo del aparato estatal y del sistemasocial ha sido desvelado masivamente ynadie lo olvidará tan pronto. Las "autorida-des" y los "valores" han sido denunciados,desgarrados, anulados en todos los ámbi-tos. Pasarán años antes de que la gran bre-cha abierta en el edificio capitalista buro-crático sea realmente sellada, suponiendoque pueda serlo.Al mismo tiempo, ideas fundamentales,ayer aún ignoradas u objeto de mofa, ahorason conocidas y discutidas en todas partes.Se han formado decenas de miles de nue-vos militantes, en ruptura radical con laburocracia de todas las raleas. La clase tra-bajadora, a pesar de las limitaciones de suactitud durante los acontecimientos, hahecho una enorme experiencia, ha aprendi-do el significado y la efectividad de lalucha, y cada vez obtendrá menos satisfac-ción al recibir algunas migajas. Múltiplesfocos del incendio seguirán activos, en lasuniversidades desde luego, entre los jóve-nes trabajadores también, tal vez en fábri-cas y empresas donde la idea de autoges-tión comenzará a abrirse camino.La sociedad francesa hace frente a unalarga fase de disfuncionamientos, perturba-ciones y conmociones. Corresponde a losrevolucionarios asumir sus responsabilida-des permanentes.

La originalidad de la crisis de mayo 1968Existe el riesgo de que la crisis de mayo de1968 sea evaluada con varas de medir delpasado, reducida a significaciones y cate-gorías ya disponibles antes de producirse,juzgada por exceso y por defecto en com-paración con la experiencia adquirida. Dehecho, eso ya está ocurriendo, más allá de

Trasversales 44 / junio 2018Mayo 1968

53

la literalidad de los comentarios realizados.Los protagonistas de esta crisis no siempreson los últimos en malinterpretar el signifi-cado de lo que hicieron y pusieron en mar-cha, y no hay que extrañarse. Raramentecomprendemos las nuevas referencias queestamos creando en el mismo momento enque lo estamos haciendo. Muy a menudo elsignificado de esta creación tiene que fil-trarse en la solidez imaginaria del pasadoantes de hacerse visible y de hacerse deter-minante del futuro, precisamente por supropia menor realidad.No es necesario insistir en la falsedad delas comparaciones con la pseudo "revolu-ción cultural" en China. A pesar de la infi-nita complejidad de las situaciones, de lasfuerzas, de los problemas involucrados, elsignificado de ésta es claro: una vasta ope-ración de recuperación del aparato burocrá-tico por su fracción maoísta, que no dudóen apelar a la población contra la fraccióncontraria. Que semejante movilización nopuede tener lugar sin que en mil lugares lascapas movilizadas intenten tomar su propiocamino, no hace falta decirlo. Pero tambiénes obvio que la fracción maoísta mantuvobásicamente el control final de la situaciónen todas partes.Es una confusión total equiparar la críticade la sociedad de consumo por los estu-diantes revolucionarios en Francia con ladenuncia del "economismo" en China porlos maoístas, en quieres se combinan eldelirio estalinista, la voluntad de desviarlas reivindicaciones obreras hacia lo que enChina se ha convertido en un pseudopolíti-co opio del pueblo y la derivación de la crí-tica popular al régimen burocrático hacia laeliminación de una fracción de la burocra-cia convertida en chivo expiatorio. Es unaconfusión total hacer la más mínima com-paración entre la crítica de la Universidad,de la cultura, de la relación profesor-alum-no, tal y como funcionan en Francia, con ladenuncia de profesores y del "dogmatismo"y con las supuestas "libres discusiones"cuyo propósito final es imponer a setecien-tos millones de personas una nueva Biblia,

el grotesco "pequeño libro rojo" que con-tiene los principios de toda verdad pasada,presente y futura.La pseudo "revolución cultural" en Chinasigue siendo totalmente guiada por la frac-ción maoísta, como acertadamente harecordado Robert Guillain (Le Monde,6/6/1968) y no cesa de denunciar el "espon-taneísmo" en nombre del único pensamien-to verdadero... el de Mao. Por último, elEjército, árbitro y tope de todo ese proceso,no ha sido cuestionado en ningún momen-to, sigue teniendo su estructura jerárquicaintacta y sigue siendo pilar de la sociedadburocrática y principal beneficiario de lacrisis.Por el contrario, sí hay que disipar otrafalsa imagen de la crisis de mayo de 1968porque, repitámoslo, sigue influyendosobre la actitud de muchos estudiantesrevolucionarios: la imagen de una revolu-ción proletaria socialista fracasada o abor-tada. Revolución, porque un sector de lasociedad ha atacado al régimen con la vistapuesta en objetivos radicales y por mediode la acción directa; porque la generaliza-ción de las huelgas ha dado a la crisis unadimensión nacional y global, planteandoobjetivamente la cuestión del poder; por-que, en definitiva, el gobierno y la adminis-tración se encontraron materialmente para-lizados y moralmente descompuestos.Fracasada o abortada, porque la clase tra-bajadora no ha dado el paso de atacar alpoder, ya porque los aparatos burocráticosle han "impedido" desempeñar su papelrevolucionario, ya porque "las condicionesno estaban maduras", expresión que puededar a entender cualquier cosa que se nosocurra.Tomadas por separado, cada una de esasconsideraciones son correctas, tanto lascaracterísticas de una situación revolucio-naria como la ausencia de cualquier rolpolítico del proletariado. Pero eso no impi-de que tomen un significado ajeno a losacontecimientos si se las combina colocán-dolas sobre la cuadrícula de una revoluciónsocialista fracasada o abortada y si se juzga

Trasversales 44 / junio 2018 Mayo 1968

54

lo que ha sido en relación de dependenciarespecto a algo que "habría podido ser" yque no se construye reflexionando sobre elproceso real y las tendencias que le sonpropias sino a partir de una imagen de quéha sido en otros tiempos y en otros lugares.Pensar la crisis de mayo de 1968 como unacrisis revolucionaria clásica en la que elactor principal no hubiera desempeñado supapel es totalmente artificial. Ni siquiera escomparable a hablar de un Hamlet sin elPríncipe de Dinamarca; se trata más biende hablar de un Hamlet donde el príncipeno es torturado por la dificultad de vengara su padre, sino por la dificultad para com-prarse un nuevo leotardo: serían dos obrasteatrales diferentes. Y esto no lo cambia elque los actores, y el movimiento estudian-til como protagonista principal, hayanrepetido con frecuencia frases y diatribastomadas del repertorio clásico pero quesólo tenían una relación aparente o ambi-gua con la acción efectiva. La obra es laprimera gran obra de un nuevo autor, quesigue buscando su camino; hasta ahora, eltelón se había alzado pocas veces para ella,en Berkeley, Varsovia y otros pocos luga-res. Entre los clásicos no hay precedentespara el personaje central de la obra, un per-sonaje complejo y colectivo, como siempreocurre en el teatro de la historia; un perso-naje de aspecto y carácter hasta ahorainéditos. Encarna a la juventud -a los estu-diantes pero no sólo a ellos- y a una partede las capas modernas de la sociedad, espe-cialmente a la intelectualidad integrada enlas estructuras productoras de "cultura".Ciertamente, si este personaje ha podidocrear a su alrededor y animar un dramareal, y no un simple incidente, es por suencuentro con otros personajes listos paraentrar en acción y, como siempre, conmotivos y propósitos propios. Pero, muylejos de lo habitual en el teatro, excepciónhecha del sin igual Rey Lear, la obra es his-toria en tanto que la ocasión, el tiempo y unpolo común han entrelazado varias intrigasseparadas y heterogéneas, obligadas así auna interferencia mutua. El polo común es,

en este caso, la oposición al gobierno, queestablece una similitud entre la crisis demayo de 1968 y las revoluciones clásicasde los últimos dos siglos. Pero la similitudsólo es aparente; enmascara, y ha enmasca-rado durante la crisis, dos diferenciasmucho más importantes. En los inicios deuna revolución clásica hay unidad entrecapas diferentes que luchan por eliminar elrégimen establecido, pero una vez conse-guido ese objetivo emergen sus diferencias,a veces con choques brutales, sobre el régi-men que debería reemplazar al anterior.Eso es lo que, en segundo lugar, les dabalas características precisas de un proceso derevolución permanente, en el sentidoestricto que la noción tiene en Marx yTrotsky, no en el sentido vago con que seutiliza desde hace algunas semanas. La rea-lización de los primeros objetivos, losmenos radicales, desvela las oposicioneslatentes entre las capas protagonistas de larevolución, transformando a unas en con-servadoras del nuevo orden y obligando aotras, las más oprimidas, a radicalizar susaspiraciones y su acción.En mayo de 1968 la situación es totalmen-te diferente. Entre estudiantes y trabajado-res ni siquiera existe la simple unidad dadapor un objetivo negativo. La oposición alGobierno tiene un significado diferentepara los estudiantes, al menos su fracciónrevolucionaria y activa, que aspira a su eli-minación, y los obreros, que en su granmayoría no son, desde luego, partidariosdel Gobierno, pero que de ninguna maneraestán dispuestos a actuar para derrocarlo.La alianza entre trabajadores y estudiantes,en esta situación, no puede materializarse;sigue siendo un deseo basado en un malen-tendido.Por eso precisamente la crisis presenta elaspecto paradójico de una revolución per-manente filmada, si puede decirse así,doblemente al revés. Comienza con objeti-vos y métodos de acción radicales pero apartir de ahí recula hacia discusiones sobreporcentajes de aumento salarial y hacia larendición sin resistencia de los espacios

Trasversales 44 / junio 2018Mayo 1968

55

ocupados ante la policía. La rebelión deuna fracción social relativamente privile-giada, portadora e impulsora de exigenciasrevolucionarias, induce la entrada enacción de las capas sociales más desfavore-cidas, pero por reivindicaciones reformis-tas limitadas. El enorme peso material demillones de huelguistas, combinado con eldesconcierto de las cúpulas dirigentes, creauna crisis social; pero el propio hecho deque esta crisis plantea realmente la cuestióndel poder, algo que esa muchedumbre noquiere encarar, en lugar de profundizarlafacilita su desplazamiento hacia el imagi-nario espacio electoral.Intentar comprender la especificidad y laoriginalidad de la crisis en mayo de 1968 esintentar dilucidar el significado de las res-pectivas conductas de los dos grupos socia-les que han sido sus actores.La actitud de la clase obrera no se debe afactores locales. Con algunos matices,corresponde a lo sucedido en todos los paí-ses industrializados desde hace veinte años.No es coyuntural ni simple efecto de unabarrera colocada por las burocracias "obre-ras" entre el proletariado y la revolución.No repetiremos sobre esto lo ya dicho enpárrafos anteriores, ni es el lugar adecuadopara retomar análisis hechos hace bastantetiempo (Socialisme ou Barbarie, "El mou-vement révolutionnaire sous le capitalismemoderne", nº 31, 32 y 33, y "Recommencerla révolution", nº 35). Pero es necesariorecordar brevemente los factores que hicie-ron del proletariado durante ciento cin-cuenta años una clase revolucionaria, y lascaracterísticas esenciales de su situaciónhistórica actual.En resumen: la acción del proletariadosobre la sociedad, continua y multiforme,reivindicativa y política,"informal" y orga-nizada, reformista y revolucionaria, la hatransformado profundamente, pero ha sido,hasta ahora, insuficiente para revolucionar-la. El proletariado ha sido clase revolucio-naria:1848 y 1871 en París, 1905 y 1917 enRusia, 1919 en Alemania y Hungría, 1925y 1927 en China, 1936-1937 en España,

1956 en Polonia y Hungría... no han salidode nuestros suelos o nuestras teorías, hansido elementos centrales de la historiamoderna. El proletariado era una claserevolucionaria no porque Marx le asignaraese papel, sino por su situación real en laproducción, en la economía, en la sociedad.Esta situación es, de entrada, la que impo-ne, o quiere imponer, el capitalismo: trans-formación del trabajador en objeto, des-trucción del sentido del trabajo en la pro-ducción; miseria material, desempleoperiódico, en la economía; exclusión de lavida política y la cultura, en la sociedad. Almismo tiempo, la especificidad históricadel sistema capitalista reside en que permi-te al proletariado luchar contra esta situa-ción, e incluso le obliga a hacerlo.Se desarrolla así, en la producción, una lu -cha incesante, a lo largo de toda la jornada,contra la organización capitalista del traba-jo, sus métodos, sus normas, su pseudora -cionalidad mecánica y burocrática. Unalucha que se encarna en la existencia degrupos "informales" como unidades pro-ductivas necesarias, en una organizaciónparalela del proceso productivo, en unacolectivización efectiva de los trabajadoresopuesta a la atomización que tiende aimponer la división capitalista del trabajo,y que culmina en el objetivo de la gestiónobrera de la producción, puesto en primerplano durante las fases revolucionarias. Enel ámbito económico, las luchas reivindica-tivas, y, en el ámbito político y social, lasluchas políticas, han transformado conside-rablemente durante más de un siglo lasituación del proletariado y al propio capi-talismo. La sociedad moderna es, en loesencial, el producto de la lucha de clasesdurante un siglo. No hay ningún otro ejem-plo en la historia de una clase oprimida yexplotada cuya acción haya obtenido resul-tados similares. Pero, al mismo tiempo,podemos ver que el proletariado no ha sidocapaz de revolucionar la sociedad ni de ins-taurar su propio poder. Y esto es de capitalimportancia, tanto si agregamos un "hastaahora" como si no lo hacemos.

Trasversales 44 / junio 2018 Mayo 1968

56

Sólo podemos comenzar a reflexionar real-mente sobre ello si comprendemos la con-tradicción que ha dominado la situación delproletariado. Clase revolucionaria, en tantoque no sólo ha luchado contra las caracte-rísticas externas o accidentales del capita-lismo, sino contra la esencia del sistema, y no sólo negándola, sino generando elemen-tos para una nueva organización social,prin cipios para una nueva civilización, tan -to en la vida cotidiana de la fábrica comoen su actividad durante las fases revolucio-narias; sin embargo, no ha sido capaz deintegrar, instituir o mantener estos elemen-tos y principios. Cuando se trata de ir másallá del nivel informal, del momento másagudo de la lucha o de la fase revoluciona-ria, el proletariado ha vuelto a caer en losesquemas de la representación, los modosde hacer y los tipos de institución de lacivilización dominante. Las organizacionesde masas, sindicales o políticas, se han ali-neado así con las estructuras y modos defuncionamiento de todas las organizacionesburocráticas producidas por el capitalismo;el poder, allá donde la revolución proletariase había apoderado de él, fue abandonadoen manos de un "partido dirigente", "repre-sentante" de la clase; la ideología y la prác-tica de la jerarquía han sido cada vez másaceptadas, y finalmente toda la filosofíacapitalista de la organización por la organi-zación y el consumo por el consumo pare-ce haber penetrado en el proletariado.Es cierto que todo esto puede atribuirse a lainfluencia del capitalismo y a la dificultaddel proletariado para sustraerse a ella. Peroesta "dificultad", considerada histórica-mente, remite a otra cosa, conocida desdehace mucho tiempo pero insuficientementepensada. El proletariado no crea ni puedecrear su propia sociedad dentro de la socie-dad capitalista -como la burguesía sí hizo,en mayor o menor medida, dentro delAntiguo Régimen- sus propias referenciaspositivas y sus propias instituciones logran-do mantenerlas bajo su propio control. Loque consigue lo pierde muy pronto y de lapeor manera posible, ya que no le es roba-

do sino que es usado de manera diametral-mente opuesta a aquella a la que estabadestinado. Kautsky y Lenin, a partir de unaconstatación errónea que les llevaba a unaconclusión perniciosa, decían que el prole-tariado no puede ir por sí mismo más alláde una conciencia sindicalista, por lo que esnecesario inculcarle una ideología "socia-lista" producida por intelectuales pequeño-burgueses. Pero no se trata de eso: estaideo logía sólo puede ser, y de hecho hasido, profundamente burguesa y, si pode-mos guiarnos por algo para la reconstruc-ción de una visión revolucionaria, sólopuede tratarse de los elementos realmentesocialistas que el proletariado ha producidoen su actividad contra esta ideología pseu-do-socialista. Pero estos elementos, que seencuentran tanto en la oscuridad de la orga-nización informal en el taller y en el com-portamiento de los trabajadores en la pro-ducción como en las explosiones revolu-cionarias, no pueden mantenerse, ni des-arrollarse, ni, sobre todo, instituirse. Estoes lo que se ha llamado, en el lenguaje filo-sófico, la "negatividad" del proletariado, loque Marx ya había entendido y escrito cla-ramente... pero completando esta negativi-dad con una positividad (imaginaria), las"leyes de la historia".Pero, por supuesto, la negatividad comonegatividad pura es sólo una abstracción,es decir, una mistificación especulativa.Ninguna clase histórica puede ser pura yabsoluta negatividad. Después de cada cri-sis revolucionaria, el proletariado sólopodía recaer en algo "positivo"; dado queno podía recaer en algo sólido que materia-lizaría y mantendría la aspiración revolu-cionaria bajo una forma instituida, se veíafatalmente empujado a recaer sobre lo"positivo" del capitalismo; como no podíarecaer en su propia cultura, recayó sobre lacultura existente; como las normas, losvalores, los fines que fueron los suyos enlos momentos cumbres de su actividad notienen ningún significado en la vida coti-diana de la sociedad capitalista, debe adop-tar los de esta sociedad. Eso es lo que se

Trasversales 44 / junio 2018Mayo 1968

57

expresa en el resultado efectivo de lasluchas obreras durante ciento cincuentaaños. Un resultado que tiene el mismo sig-nificado si se mira desde su faceta burocra-tización de las organizaciones "obreras"como si se mira desde su faceta "integra-ción" del proletariado en la expansióncapitalista. La aceptación de las normasburocráticas de organización es sólo la otracara de la aceptación de los objetivos capi-talistas de vida, dos facetas que filosófica-mente se implican mutuamente y que en larealidad se dan recíproco apoyo. Si tene-mos estos sindicatos, sólo podemos tenerun 5% de aumento salarial, y si eso es loque queremos estos sindicatos son suficien-tes.Es así que la larga lucha de una clase revo-lucionaria desemboca por el momento eneste resultado doblemente paradójico: la"integración" del proletariado en la socie-dad capitalista moderna y su entrada enesta sociedad en el mismo momento en queel modo dominante de socialización es laprivatización.¿Cuál es la situación histórica actual delproletariado en los países modernos y quéqueda de lo que hizo de él una clase revo-lucionaria, más allá de recuerdos y residuosideológicos? Específicamente no quedanada. Nada, por supuesto, desde un puntode vista cuantitativo: en un país industrialtípico, del 80% al 90% de la población acti-va son asalariados, pero sólo son obrerosentre un 25% y un 40%; el proletariadoindustrial ya no es, en general, una capamayoritaria entre los asalariados, y su pesorelativo está disminuyendo. Es cierto queaún es diferente en países como Francia eItalia, donde una gran población rural estásiendo absorbida por las ciudades y, portanto, por la industria, pero incluso en estospaíses la fuerza de trabajo industrial tocarátecho pronto. Tampoco queda nada desde elpunto de vista cualitativo. El capitalismo,mal que bien, alcanza a satisfacer lasdemandas económicas del proletariado;debe satisfacerlas, para poder seguir fun-cionando.

El proletariado no es la única capa socialque vive la experiencia de la alienación enel trabajo o la del desgaste de la sociedadde consumo: las vive toda la sociedad.Cabe incluso preguntarse si no se vivenmás intensamente fuera del proletariadopropiamente dicho. La saturación con elconsumo, el desvelamiento de lo absurdode la carrera hacia un "siempre más", haciaun "siempre otra cosa", podrían ser asumi-das por categorías menos desfavorecidas encuanto a renta. La alienación en el trabajo,la irracionalidad y la incoherencia de la"organización" burocrática pueden ser per-cibidas más fácilmente por capas que traba-jan fuera de la producción material, pues enésta la propia materia impone un límite alabsurdo burocrático, mientras que éstetiende a volverse infinito en las actividadesno materiales carentes de fundamentos ylímites materiales.Esto es, precisamente, lo que se ha expresa-do en mayo de 1968, a través del papelrevolucionario de los jóvenes, los estudian-tes en particular, y también de una granparte de los profesores e intelectuales.Debemos insistir, ante todo, en el papel delos jóvenes y comprender su significadopermanente y universal. Hay que romperlos límites tradicionales de la reflexiónsociológica (incluyendo la marxista), ydecir que en las sociedades modernas lajuventud como tal es una categoría socialsustentada en una división de la sociedadque en ciertos aspectos puede ser másimportante que su división en clases.En una estructura social jerárquica y buro-crática multipiramidal, como la de lassociedades modernas, los criterios tradicio-nales de división social se debilitan. Nosolo la propiedad, sino incluso el sentido dela división entre dirigentes y ejecutantespierden su simplicidad; exceptuando a losdos polos de la sociedad, una proporcióncreciente de la población se encuentra ensituaciones mixtas o intermedias; la rentadeja de ser un criterio, de hecho nunca lo hasido. La división de la sociedad pertinentepara la reflexión y la práctica sociopolítica

Trasversales 44 / junio 2018 Mayo 1968

58

ya no puede basarse en "estatus" o "esta-dos", sino que se basa en comportamientosque cada vez son menos determinados uní-vocamente por dichos "estatus". La divi-sión relevante hoy es la que hay entre quie-nes aceptan el sistema y aquellos que lorechazan.El rechazo del sistema puede ser y es efec-tivamente más radical entre la juventud,por una serie de razones, dos de las cualesson inmediatamente evidentes. En primerlugar, porque la profunda crisis del sistema,antropológica, el colapso de los marcos dede referencia, de los valores, de los impera-tivos, manifiesta toda su virulencia en unmomento en que la personalidad aún estáen estado de fusión y al buscar su orienta-ción se encuentra con la nada de lo queexiste. En segundo lugar, porque, dado elrelativo desahogo material de casi todas lascapas sociales, a esas edades los individuosaún no han sido atrapados en los señuelosdel sistema ni tampoco en sus sutiles meca-nismos de coerción psicoeconómica. Noobstante, quizá el rasgo más importante delactual movimiento de la juventud sea que,en función de esa "disponibilidad" y de esa"irresponsabilidad" que la sociedad lesimpone, los jóvenes rechazan simultánea-mente esta sociedad y esas "disponibilidad"e "irresponsabilidad". Su actividad y susaspiraciones gestionarias dan cuerpo a eserechazo.Pero sería totalmente superficial ver en esa"disponibilidad" y en esa "irresponsabili-dad" sólo una etapa transitoria de ciertosindividuos en una etapa de su vida. Esteestado, transitorio para cada persona, es unestado permanente para la sociedad; entrediez y quince grupos de edad tomados entrelos más numerosos constituyen aproxima-damente un tercio de la población queinfluye en las luchas sociales (si no en laselecciones). Pero, sobre todo, esta "dispo-nibilidad", esta "irresponsabilidad", y tam-bién su rechazo virtual, son un rasgo uni-versal del ser humano en la sociedadmoderna. Si los estudiantes en particular, yla juventud en general, se han convertido

realmente en un polo social revolucionario,es porque encarnan al máximo y tipificanen su estado más puro la condición generaly profunda del individuo moderno. Puestodos están hoy reducidos a la situación de"disponibilidad": sólo hábitos externos losligan a ocupaciones, modos de vida y nor-mas que no interiorizan y a las que no danvalor. Todos son reducidos a una situaciónde "irresponsabilidad", ya que todos sufrenuna autoridad que ya no se atreve a afir-marse como tal; todos tienen "derechos"formales y vacíos, pero ningún poder real,todos tienen un trabajo ridículo y cada vezmás percibido como tal, y las vidas detodos están llenas de objetos falsos, en unarelativa "seguridad" material combinadacon una angustia "sin objeto".La "proletarización" de la sociedad moder-na es un hecho, pero ambiguo. Si bientodos se han convertido en asalariados, casitodos han escapado de la miseria y la inse-guridad al mismo tiempo.La "juvenilización" general de la sociedadtambién es cierta, pero mucho menos ambi-gua. Todo el mundo se ha hecho disponiblee irresponsable, y sólo podemos hacernosmás o menos ilusiones acerca de estehecho. Los ministros pueden jugar a hacerde ministros, pero saben muy bien que nodeciden nada y que en realidad no son res-ponsables de nada. El estatus de estudiante,por tanto, sólo es excepcional en el sentidode que en él se condensan con total purezalas características más esenciales de lasituación del ser humano moderno.Influenciados, en verdad, por lo que quedade la ideología revolucionaria clásica, enaquello que en las condiciones modernasconserva de más verdadero y de más abs-tracto, los estudiantes han representado unarevolución anticipada, en dos sentidos. Enprimer lugar, porque al luchar contra susituación actual también estaban peleandopor anticipado contra su situación futura;no, como dicen estúpidamente los hombresdel gobierno, por temor a no encontrar tra-bajo, sino por la certeza sobre la naturalezadel "trabajo" que encontrarán. En segundo

Trasversales 44 / junio 2018Mayo 1968

59

lugar, ha sido una revolución anticipada enun sentido aún más profundo, ya que expre-sa y prefigura lo que podría ser, lo quedebería ser, lo que sin duda será algún día,la revolución contra la sociedad moderna.Hay que reflexionar sobre el hecho de queel núcleo de la crisis no haya sido la juven-tud en general, sino la juventud estudiantilde las universidades y de secundaria, asícomo la parte joven, o no esclerotizada, delcuerpo docente y otras categorías de inte-lectuales. Esto también tiene un significadodecisivo para el futuro, por ser universal.Es totalmente inútil hablar interminable-mente sobre la revolución científico-tecno-lógica si no entendemos lo que implica: enprimer lugar, que la industria de la educa-ción y la cultura es ya, cuantitativa y cuali-tativamente, más importante que la meta-lurgia, y esta importancia continuará cre-ciendo. Además, y en mayor grado, estánlos problemas planteados en todos los nive-les por la profunda crisis contemporáneadel saber y de la ciencia (que la gran mayo-ría de los científicos aún no han descubier-to, pese a estar sufriéndola), es decir, dichosin rodeos: la muerte de la ciencia en suacepción clásica y en cualquier otra acep-ción hasta ahora conocida; la muerte decierto tipo de fabricación y transmisión delconocimiento; la incertidumbre perpetua entorno a lo que es conocido, probable, dudo-so, oscuro; la colectivización indefinida delsoporte humano del conocimiento y, almismo tiempo, la fragmentación hasta elinfinito de este conocimiento en unmomento en el que más que nunca aparecela interdependencia o, mejor dicho, la uni-dad articulada de todos sus ámbitos; la rela-ción de este conocimiento con la sociedadque lo produce y lo alimenta, y que se ali-menta de él y corre el riesgo de morir porél; el para quién y para qué de este conoci-miento... Estos problemas ya plantean laexigencia de una transformación radical dela sociedad y del ser humano, a la vez queya contienen las primicias de esa transfor-mación. Para que este monstruoso árbol deconocimiento que la humanidad moderna

cultiva cada vez más febrilmente no sehunda por su propio peso aplastando a sujardinero, la necesaria transformación delser humano y de la sociedad tendrá que irmás allá de las utopías más locas nuncaimaginadas. Requiere un desarrollo delindividuo diferente desde el comienzo, quele haga capaz de otra relación con el cono-cimiento, sin nada análogo en la historiaprecedente; no es sólo una cuestión dedesa rrollo de facultades y capacidades,sino, de forma mucho más profunda, de larelación entre el individuo y la autoridad,ya que el saber es la primera sublimacióndel deseo de poder y, por tanto, de su rela-ción con la institución en aquello que éstaencarna como referente fijo y último. Todoesto es obviamente inconcebible sin ungran cambio, no sólo en las institucionesexistentes sino incluso en lo que entende-mos por institución.Precisamente ése es el contenido del movi-miento de los estudiantes revolucionariosen Francia, aunque por ahora sólo comogermen. La transformación de la relaciónenseñante-enseñado y del contenido de laenseñanza y la eliminación de la comparti-mentación entre disciplinas y entre univer-sidad y sociedad se quedarán en papelmojado -y parece difícil que eso ocurracompletamente- o plantearán constante-mente y de manera cada vez más imperiosael problema de este gran cambio. Pocoimporta si los estudiantes lo sabían o no,aunque una parte de ellos sí lo sabían. Pocoimporta si han visto su actividad como pre-ludio o como parte de una revoluciónsocialista clásica, lo que en cierto sentidoes cierto, siempre que entiendan por com-pleto el gran cambio del contenido mismode esa revolución respecto a cómo se veíahasta ahora. Al igual que el lema "vivir tra-bajando o morir luchando" [atribuido alobrero-sastre Jean-Claude Romand] conte-nía en potencia las revoluciones proletariasdel siglo que la siguió, los objetivos delmovimiento estudiantil en Francia ya esbo-zan las líneas de fuerza del periodo históri-co que se abre.

Trasversales 44 / junio 2018 Mayo 1968

60

Estos son los requisitos "objetivos", en eldominio del saber, de la época contemporá-nea, que amplían y profundizan inmensa-mente aquellos que ya surgieron desde losdominios de la producción y la organiza-ción de vida social. Estos son los factoresque hacen de los jóvenes, de los estudiantesy de los trabajadores de la industria educa-tiva y cultural el equivalente de una nuevavanguardia revolucionaria de la sociedad.Pero estas capas, incluso si las extendemosa todos los sectores modernos en una situa-ción comparable, ¿podrán desempeñar estepapel? ¿No se encontrarán, tarde o tempra-no, con una contradicción simétrica a laque el proletariado ha encontrado? ¿Po -drán, dicho de otra manera, escapar de lasgarras de la cultura en la que han nacido?¿Tienen suficiente peso y suficiente cohe-sión para desempeñar un papel histórico?¿Podrán adquirir ese peso a través de unaconfluencia con los trabajadores manuales,aunque hoy parezca más difícil que antes?De nuevo toca repetir que no sólo sería ilu-sorio, sino también fundamental y princi-palmente falso, intentar responder median-te un análisis teórico a las preguntas que lahistoria propone a la creatividad humana.Pero lo que sí podemos decir con certeza esque, si hay una solución a estos problemas,no se podrá encontrar sin la confluencia delos trabajadores manuales e intelectuales. Ysi esa confluencia, que ni mucho menos es"natural", debe realizarse sólo podrá basar-se en un trabajo político-social permanente,cuyas modalidades, estructura y manera deser están por inventar casi totalmente.

Notas de traducción

nt1. Castoriadis escribe "civilisation desloisirs", que suele traducirse como civiliza-ción "del ocio" o "del tiempo libre". Sinembargo en esta traducción se ha conside-rado más apropiado traducir como "civili-zación del divertimento", ya que no serefiere a una sociedad en la que cada serhumano pueda disponer más libremente desu tiempo, sino más bien a una en la que elsupuesto "tiempo libre" es sometido a losmercaderes del espectáculo y del "placer".Quede en todo caso a la interpretación decada lector(a).

Trasversales 44 / junio 2018Mayo 1968

61

Trasversales 44 / junio 2018 Mayo 1968

62

Trasversales 44 / junio 2018Mayo 1968

63

Se cumple este año el quincuagésimo aniversario de los fenómenos de agitación juvenil ymovilización social que, en 1968, emergieron de forma espectacular en varios continentes,con la particularidad de que, sobre todo, en el lado Occidental y en Japón, se produjeronen economías desarrolladas, con regímenes políticos estables, instalados en el neocapita-lismo y la sociedad de consumo, y en algunos países de Europa, con aceptables estados delbienestar.Tuvieron como telón de fondo la guerra de Vietnam, la revolución cultural en China, la"desestalinización" en el bloque socialista, los ecos de la revolución cubana, las guerrillasy los golpes militares en América Latina, las guerras de liberación en África y la tensiónentre Estados Unidos y la URSS.El año 1968 fue un año rico en acontecimientos mundiales en una década que también lofue, pero referido a los movimientos de protesta más conocidos que sacudieron con distin-ta intensidad unos u otros países, están el "68" francés, intenso, estudiantil y también obre-ro; libertario, primaveral y parisino, que asustó a la Francia del general De Gaulle; que se -ña ló el crecimiento del SDS (Federación Socialista de Estudiantes) y el atentado contraRudi Dutschke en Alemania; que fue breve y aburrido en la Inglaterra del primer ministrolaborista Harold Wilson; fue dramático en Checoslovaquia, por el final manu militari dela primavera de Praga, así como en Méjico, por la matanza de estudiantes -también manumilitari- en la plaza de Tlatelolco. Hubo, claro, un 68 español, de menor entidad bajo la dictadura franquista, y también otrojaponés. Y el norteamericano, de mayor magnitud y dramatismo por los sucesos de eseaño, en que el mundo asistió a la airada movilización de jóvenes, sobre todo estudiantes,y también de trabajadores, en Nueva York, Washington, San Francisco, Chicago, Detroit,Los Ángeles, París, Londres, Berlín, Roma, Yakarta, Méjico, Tokio, Buenos Aires…Acontecimientos que llegaron precedidos de otros, que han quedado a la sombra del 68,como "la noche de los bastones largos" en Argentina, la actividad de los kabouters, kra-kers y provos en Holanda, la oposición a la Ley de Emergencia y las protestas contra laguerra de Vietnam en Berlín, en 1966, y luego contra la visita del sah de Persia (con lamuerte de un manifestante) y la comuna en Berlín o el pujante movimiento obrero enEspaña, en 1967, a los que seguirán de modo inmediato, el "cordobazo" argentino y elotoño caliente italiano en 1969, que ya anuncian la progresiva radicalización del movi-miento obrero y las respuestas violentas y desesperadas de las izquierdas más extremas. Por la ingente cantidad de información disponible sobre aquellos años y las celebracionesque se han hecho después, el "68" queda al alcance de la mano en forma de libros, revis-tas, fotografías, posters, carteles, documentales, frases, consignas, canciones, himnos,ropa, moda; mercancías, productos de consumo, fetiches en suma, pero, teniendo en cuen-ta lo que ha cambiado el mundo desde entonces y, sobre todo, habiéndose agotado el espí-ritu de rebeldía que animaba aquella etapa, esa distancia de sólo cincuenta años parece lade un siglo. El tiempo ha pasado de modo inexorable y de poco sirve añorar el idealismo de los añosmozos, cuando todo ofrecía un aspecto nuevo, que, dolorosamente, se fue perdiendo a

José M. Roca

El sesentaiocho. 50º Aniversario

medida que este viejo mundo iba mostran-do con su edad que, en el orden humano (oinhumano) que construimos como pode-mos, hay pocas cosas realmente nuevasbajo el mismo sol. Aun así, los sucesos nosólo de aquel año excepcional sino deaquella década también extraordinaria,merecen unas reflexiones.

El mundo desordenadoDe la protesta juvenil, de la insubordina-ción ciudadana, del afán por cambiar lascosas, tanto en países del área capitalistacomo del área socialista, la primera idea adestacar es la ruptura del orden erigidosobre dos bloques ideológicos y dos mode-los económicos opuestos, establecido des-pués de la II Guerra mundial. El orden polí-tico, militar, económico y financiero, acor-dado en las conferencias de Bretton Woods(julio, 1944), Yalta (febrero, 1945), Post -dam (julio, 1945) y San Francisco (abril-octubre, 1945), y las organizaciones que lohabrían de mantener (ONU, Banco Mun -dial, FMI) y, en 1949, la OTAN, y luego enPacto de Varsovia y el Consejo de AyudaMutua (CAME o COMECON) del ladoopuesto, definen un orden bipolar: Occi -dente, liberal y capitalista, que, ante unimperio británico en declive, queda bajo lahegemonía de Estados Unidos, y Oriente,socialista y colectivista, bajo la hegemoníade la URSS, disputada después por China. Los sucesos del 68, tomando ese año comoepítome de la época, expresan, en el occi-dente capitalista, el malestar de las genera-ciones de postguerra ante la sociedad enque les ha tocado vivir y el papel que lesaguarda en ella -vivir para trabajar, trabajarpara consumir-, de ahí viene el gran recha-zo del mundo adulto, del mundo recibido,del que habla Marcuse en El hombre unidi-mensional y en El final de la utopía. En los países socialistas, será el rechazo ala fallida "desestalinización", al modelo degestión burocrática, a las prioridades enasuntos de defensa y orden público endetrimento de los bienes que facilitan lavida cotidiana; el repudio a la uniformidad

ideológica señalada por el partido único, ala falta de libertades y a la subordinaciónde los países del bloque a los intereses de laURSS. Para unos y para otros, el mundodebe cambiar, aunque haya poco acuerdosobre cómo hacerlo, pero lo importante esintentarloEn ambos bloques, la protesta se dirigecontra el propio sistema y contra sus diri-gentes, asumiendo, una parte del movi-miento, valores propios de la ideologíaopuesta. En Occidente, la izquierda antica-pitalista defiende el socialismo y la econo-mía colectivista, en Europa del Este, seenvidian los derechos civiles y la libertadde viajar, trabajar, divertirse y consumir deOccidente. En ambos mundos está presente la banderaroja: entre los jóvenes de París y otras ciu-dades europeas se enarbola como símbolode rebeldía, entre los de Praga se quemacomo signo de opresión.

Rebeldes con causa,confianza y optimismoLa desordenada emergencia de nuevoscomportamientos sociales indica los cam-bios que se habían ido produciendo demanera soterrada en las sociedades neoca-pitalistas después de la II Guerra mundial,y que, a la altura de los años sesenta, halla-ron un ambiente propicio para que los suje-tos que los sentían o presentían y, sobretodo, los jóvenes, que eran quienes mejorlos representaban, pudieran expresarlos demanera pública y tumultuosa. Para la po -blación adulta, que vivía instalada en lasociedad de consumo, la llamada por J. K.Galbraith, sociedad opulenta, esos añosmostraron la aparición de actitudes desco-nocidas, con las que la sociedad perdía superfil tradicional y se volvía irreconocible. Una parte de la numerosa cohorte genera-cional, efecto de la demografía de la post -guerra -el llamado baby boom-, reaccionócontra el mundo que se le ofrecía, porquepresentía que en la sociedad tal como esta-ba constituida no podía hallar satisfacción asus necesidades radicales, en el sentido que

Trasversales 44 / junio 2018 Mayo 1968

64

Agnes Heller ("Por una filosofía radical")da a este término: Llamamos necesidadesradicales a las necesidades que nacen en lasociedad basada en relaciones de subordi-nación pero que no pueden ser satisfechasen una sociedad semejante.Los sueños juveniles chocaban con unasociedad conformada por objetivos pocoambiciosos, con una democracia ritual yuna clase política profesional, alejada delos ciudadanos y encastillada en una admi-nistración pesada y jerárquica, con una uni-versidad burocrática, que generaba directi-vos, administradores y técnicos para el sis-tema capitalista, una estructura familiaropresiva, donde los jóvenes eran menoresde edad, un modelo productivo con objeti-vos engañosos servido por un trabajo alie-nante que tenía como estímulo un consumocompulsivo. Los jóvenes rechazaban some-terse a lo que señalaba Herbert Marcuse[1981. El hombre unidimensional, Barce -lona, Ariel]: una ausencia de libertadcómoda, suave, razonable y democrática,señal del progreso técnico, prevalece en lacivilización industrial avanzada. La autonomía y el desarrollo personal no sepodían alcanzar en una sociedad organiza-da de tal modo; tampoco lo que ofrecía pormedio de la publicidad y la propaganda,porque tenía un coste demasiado alto, quelos jóvenes, en principio, se negaban aaceptar. La productiva sociedad legada por los adul-tos, laboriosa, consumista, rutinaria y abu-rrida, en la cual había que integrarse resig-nadamente, suponía renunciar a los sueñosjuveniles. Por tanto la respuesta estaba enhacer lo contrario: no en adaptarse almundo de los adultos, tan ingrato, injusto,cerrado y condicionado, sino en adaptar elmundo a la medida de los sueños; en cam-biar o escapar. La sociedad opulenta pro-metía, pero sometía. De ahí vino la protesta y el intento, dotadode grandes dosis de confianza, de cambiarun mundo que parecía permeable, suscepti-ble de transformarse; sólo había que creer yempujar, no se sabía muy bien hacia dónde

o si había que hacerlo en varias direccio-nes, hacia donde fuera, lo importante eramoverse, empujar, contestar, cuestionar,discrepar de los adultos, de los políticosque habían hecho el mundo así, tan romo,tan inmóvil, tan determinado. Y había quehacerlo pronto, porque el tiempo pasaba deprisa y había que disfrutar del nuevomundo siendo joven.Una de las características del momento esel culto de los jóvenes a la propia juventud,el desprecio de la madurez y aversión a lavejez. Cualquier persona mayor de 30 añoses sospechosa y, por el contrario, cualquie-ra menor de esa edad es afín. I wanna livefast love hard die young and leave a beau-tiful memory, canta el "country singer"Faron Young. El mito de Aquiles, que eligió tener unavida corta y gloriosa antes que otra larga yanodina, se renueva en la frase "vive depri-sa, muere joven y deja un bonito cadáver",que se atribuyó a James Dean. En realidad,la frase la pronuncia John Derek en la pelí-cula "Llamad a cualquier puerta", deNicholas Ray, pero como la película es de1949, en los años sesenta la frase era cono-cida y se adjudicó a quien mejor la podíarepresentar con su muerte prematura. Ento do caso, resume bien la idea de que espre ferible una vida breve, disfrutada convigor y plenitud, mejor que una existenciarutinaria y una larga decadencia; antes lamuerte que la vejez.

Las mujeres se muevenUna frase popularizada por AlejandroDumas para señalar la causa eficiente, perooculta, del anómalo comportamiento de unhombre, es "cherchez la femme", buscad ala mujer, en este caso, "cherchez les filles",pues la relación con las chicas fue unacausa accidental del "mayo francés", para-digma de la rebeldía política y cultural,pero también exponente de la revoluciónhormonal que suele afectar a los sereshumanos, franceses y no franceses, entorno a los veinte años. En las protestas que, en marzo de 1967,

Trasversales 44 / junio 2018Mayo 1968

65

brotaron en Nanterre (y en Caen y enEstrasburgo) contra la reforma de la ense-ñanza universitaria (Plan Fouchet), estabala petición de suprimir la prohibición queimpedía el acceso de tous les garçons a laresidencia de les filles. Así que quien escri-bió -un chico, parece-, en mayo del añosiguiente, la célebre consigna "Prohibidoprohibir", quizá estuviera pensando en"faire l’amour" con su novia sin tener quesalvar obstáculos. Ha escrito Francesco Alberoni ("Ena -moramiento y amor") que el amor es unafuerza revolucionaria que altera las situa-ciones normales, lo cual no es nuevo, sinoun argumento constante en la literatura uni-versal (incluyendo, claro está, las letras delos tangos y la filosofía fatalista de losboleros), y en aquellos sucesos, que tantodebieron al idealismo y a la vitalidad de lospocos años, el amor y el sexo no podían fal-tar como ingredientes de la insatisfacciónjuvenil, cuando se ponía patas arriba lasociedad de los adultos. La gente joven rechazaba la forma de pro-ducir, de trabajar y de consumir y las insti-tuciones que lo representaban y protegían("el sistema"), y sus efectos: el modo coti-diano de vivir de los adultos, las tradiciona-les relaciones sexuales y el patriarcalmodelo familiar basado en la división deltrabajo según los sexos, en la autoridad delvarón convertido en jefe de la familia y enla subordinación de la mujer y de los hijos.Lo cual se debía a la tradición pero tambiénal natalismo de los años cincuenta, que,para fomentar el aumento de la poblacióncon el que compensar la mortandad produ-cida por la guerra, reforzaba la función dela familia, la protección de la infancia y elpapel de la mujer en el hogar. Frente a ello, los jóvenes defendían unasrelaciones amorosas y sexuales más libresy auténticas, sostenidas por el afecto since-ro, el compromiso entre iguales y por vín-culos voluntarios y temporales por encimade los lazos legales, pues, aunque el divor-cio era legal en algunos países, se conside-raba una práctica propia de personas exce-

sivamente modernas y extravagantes o degentes del cine y el espectáculo. Quizá la ruptura más importante con elclima de opinión de la época, fuera la exal-tación del placer sexual, desterrado por laIglesia católica, al separarlo de la funciónreproductora, la cual se podía controlargracias a la información sobre la planifica-ción familiar y a medios fáciles de adminis-trar como la famosa píldora anticonceptiva,prohibida y denostada por la sociedad bienpensante. Quedaba, también, como últimorecurso, el aborto, tipificado como delito,que se empezó a reclamar como un derechode las mujeres. El libre acceso a la píldora,el divorcio y el derecho al aborto fuerondemandas del movimiento feminista, quese desarrollaría en la década siguiente. Lamaternidad debía dejar de ser una fatal con-secuencia de la sexualidad, para ser unaopción consecuente con la libertad y la res-ponsabilidad. Otros efectos de los cambios en los papelestradicionales fueron luchar contra la hipo-cresía y la pudibundez y, para escándalo detimoratos, exhibir los cuerpos con la ayudade los cambios en la moda femenina, perosobre todo, la entrada de las mujeres en elmundo laboral, tanto para contribuir al sos-tén económico de la familia, como paradotarse de fondos propios que les permitie-ran vivir en caso de romperse la familia o larelación de pareja o de vivir de forma inde-pendiente. Las mujeres dejaban de depen-der económicamente de los hombres, se li -braban de tener que aceptar de manera obli-gada la función de amas de casa y podíanaejercer una profesión como un componen-te importante de sus vidas. Lo difícil seríahacer compatibles las labores de trabajado-ras y de madres, contradicción que hastaahora no está bien resuelta, pero el desafíoquedó planteado desde entonces. Las mujeres se habían cansado de estardetrás de todo -ya no había que buscar sulabor callada detrás de las grandes accionesde los hombres- para dar un paso, o unmillón de pasos al frente, y ponerse delan-te para impulsar un cambio, que en las

Trasversales 44 / junio 2018 Mayo 1968

66

décadas siguientes habría de agitar todotipo de sociedades. En Europa, el movimiento feminista, cuyodesarrollo corresponde a la década siguien-te, seguirá los pasos de las pioneras Olim -pia de Gouges ("Declaración de Derechosde la Mujer y de la Ciudadana") y MaryWollstonecraft ("Vindications"), pasandopor Luisa Michel, Pauline Roland, FloraTristán, Emmeline y Sylvia Pan khurst ytantas otras, hasta acabar en las coetáneasSimone de Beauvoir ("El segundo sexo"),Evelyne Sullerot y Giséle Halimi. En Estados Unidos las feministas quetomaron el testigo de pioneras como So -journer Truth, Elizabeth Cady Stanton,Lucrecia Mott o Emma Goldman, fueron,entre otras, Betty Friedan (La mística de lafeminidad), Gloria Steinem, Kate Millet(Política sexual), Robin Morgan (La her-mandad es poderosa) y Angela Davis.

Dirigentes y masas. La rebelión juvenil tuvo un gran compo-nente libertario, antiautoritario, animadopor un claro deseo de desobedecer a las ins-tituciones, cualesquiera que estas fueran,por la desconfianza que provocaban tantopolíticas -gobierno, partidos, sindicatos,parlamento, ejército, fuerzas de ordenpúblico-, como económicas, empresarialeso universitarias, rechazo que alcanzabaincluso a la familia. La sociedad había cambiado notablemente,habían crecido la producción y el consumo,había aumentado la riqueza, pero no habíanmejorado el reparto y las oportunidades enla medida en que los jóvenes lo exigían.Los cambios en el neocapitalismo introdu-cidos por la revolución tecnológica choca-ban con unas estructuras institucionalescerradas y esclerotizadas, que eran incapa-ces de atender esas demandas. Sin embargo, además de líderes opuestos alpoder establecido o claramente insurgen-tes, como Fidel Castro, Patricio Lumumba,Ché Guevara, Ben Bella, Camilo Torres,Martin Luther King, Malcolm X, BobbySeale o Huey Newton, hubo dirigentes

políticos de talla internacional, que, no sólopor su edad ante los venerables ancianosque gobernaban al comienzo de la década(De Gaulle, Eisenhower, Adenauer oLeone; además de Franco y OliveiraSalazar), llevaron a sus países y al mundoaires de cambio que tuvieron eco entre lajuventud, aunque no por mucho tiempo,bien porque su mandato fue breve o porquesu proyecto se agostó. Es el caso de John F.Kennedy, en los Estados Unidos (la nuevafrontera), Nikita Kruschev en la URSS(desestalinización), Alexander Dubcek enChecoslovaquia (socialismo de rostrohumano), el papa Juan XXIII (el ConcilioVaticano II) o de Mao Tse Tung, en China(la revolución cultural). El fracaso de esos intentos reformistasreforzó la desconfianza juvenil hacia lasinstituciones representativas y el modelo deviejos partidos políticos y sindicatos, con-siderados ya como elementos del sistema;en el futuro las cosas debían hacerse de otramanera. Y, en cierto modo así fue, pues laparte más radical apostó por organizacio-nes encuadradas, centralizadas, con mili-tancia muy estricta, de tipo leninista (algu-nas de ellas precursoras de grupos arma-dos), mientras otra optó por configurar aso-ciaciones más laxas. Los llamados nuevosmovimientos sociales ensayaron modelosde organizaciones de masas de tipo hori-zontal, democrático y asambleario, másabiertas a la colaboración según la voluntadde sus adherentes.

El final de la utopíaEn uno de sus libros más conocidos,Marcuse afirmaba la posibilidad de realizarmaterialmente algunos de los sueños máspersistentes de la humanidad: Hoy díapodemos convertir el mundo en un infier-no; como ustedes saben, estamos en elbuen camino para conseguirlo. Tambiénpodemos transformarlo en todo lo contra-rio (…) Con las fuerzas productivas técni-camente disponibles hoy ya es posible laeliminación material e intelectual del ham-bre y la miseria, y lo que hoy ocurre debe

Trasversales 44 / junio 2018Mayo 1968

67

atribuirse a la organización socio-políticade la Tierra (…) Las posibilidades llama-das utópicas no son en absoluto utópicas[1968. El final de la utopía, Barcelona,Ariel].Pero la utopía, en 1968, en los años sesen-ta, no se realizó; fue el fin de los sueños: el fin del sueño americano, desvelado inter-namente por la revueltas y en el exteriorpor el curso de la guerra de Vietnam, y findel sueño soviético, pues, tras las experien-cias de Praga en 1948, de Berlín en 1953,de Budapest en 1956 y de nuevo en Praga,en 1968, el intento de cambiar el sistemasocialista desde dentro volvió a fracasar; elsistema soviético devino irreformable; nofue posible un "socialismo de rostro huma-no", liberado de la férrea mano del poderruso. La invasión de Praga desencadenó otradivisión dentro del campo comunista, entrelos defensores y los detractores del experi-mento de Dubcek, crisis que en los paísesde Europa occidental preparó el camino al"eurocomunismo". Veinte años después, el sistema soviético sedesplomó por su propia inercia, como unárbol con las raíces podridas sacudido porel viento, pero el mal ya estaba hecho. En China, la revolución cultural fue la últi-ma movilización izquierdista, pues con lamuerte de Mao, en 1976, y el proceso de labanda de los 4 -su esposa Chiang Ching ysus más íntimos seguidores- empezó uncambio, dirigido por el pertinaz Deng XiaoPin, hacia un despótico capitalismo deEstado, que generó una nueva decepción enuna izquierda ya en crisis. La rebelión se apagó, la revolución quealgunos esperaban no llegó, sino que se ale -jó de los países desarrollados de Occidente,como un lujo que las sociedades acomoda-das no se podían permitir; quedó para eltercer mundo, serían las revoluciones exó-ticas que servirían de inspiración a los par-tidos de la izquierda radical en los añossetenta. No hubo revolución, pero sí mucha rebel-día; el 68, como condensación de una

época, fue un colosal empujón que influyóen la evolución de las sociedades inducien-do cambios lentos, costosos, pero constan-tes. La izquierda de entonces, al menos unaparte de ella, interpretó los sucesos de ladécada, condensados en los de 1968, comoun principio, y albergaba la ilusión de quela movilización se mantendría, pues anun-ciaba, según algunos, el final del capitalis-mo en agonía, en su última y definitiva cri-sis. No hubo recuperación del movimiento;era el final de una utopía, que preparaba elcomienzo de otra. Si el 68 expresaba la confianza de levantarun mundo mejor -más igualitario, más soli-dario, más libertario, más democrático,más humano-, la llamada "revolución con-servadora", promovida por Ronald Reagany Margaret Thatcher, llegó para eliminarcualquier expectativa de cambio en tal sen-tido y volver a dejar las cosas como estabandurante los años cincuenta, la etapa oscura(Marty Jezer, The dark ages. Life in theUnited States 1945-1960, South End Press,Cambridge, Massachusets, 1987). Vinopara recalcar que hay que acostumbrarse almundo tal como es -brutal, injusto, desi -gual y despiadado- donde los más fuertes,que suelen ser los más ricos, imponen suscondiciones al resto, y que no hay alterna-tiva; llegó para quitar a los pobres cual-quier esperanza de cambio.La "revolución conservadora" fue la reac-ción de la derecha política y económicamundial a la oleada de insubordinaciónsocial de los años sesenta; el castigo aplica-do con la imposición, en algunos paísesmanu militari, en otros manu mercatori, dela utopía de un nuevo orden mundial soste-nido por el individualismo patológico, lacompetencia general, el capitalismo salva-je, la globalización económica y sobre todofinanciera, el Estado mínimo y el Mercadomáximo.

Trasversales 44 / junio 2018 Mayo 1968

68

69

Como es sabido, se dispone de una copiosa bibliografía sobre Albert Camus y sobre suobra, así como sobre su trayectoria personal de resistente durante la ocupación nazi deFrancia, o también como intelectual antifascista comprometido sin fisuras en la defensa delos derrotados republicanos españoles (1) o como figura destacada de las corrientes exis-tencialistas de la post-guerra o, en fin, como persona de sentimientos dramáticamente des-garrados ante el conflicto franco-argelino.No obstante, hay un aspecto del recorrido del escritor que pese a no ser ignorado, tan sólodesde hace relativamente pocos años viene siendo objeto de atención específica -digoespecífica-, aunque ciertamente no siempre de modo afortunado (2).Me refiero a la estrecha relación que mantuvo Camus con el movimiento libertario. Creoque en el acto de homenaje que nos ha reunido hoy aquí no estaría fuera de lugar esbozar,ni que sea de manera superficial, algunos, tan sólo algunos, de los elementos que justifi-can hablar de semejante relación en términos nada ficticios o forzados, dado que, lejos detratarse de un episodio efímero en su trayectoria, fue una relación profunda destinada aperdurar hasta el final de su vida.Mucho antes de afirmar literalmente que "Bakunin está vivo dentro de mí" (en carta aGaston Leval), o que la tradición del sindicalismo revolucionario había sido una de lasfuentes inspiradoras de El hombre rebelde, la aproximación de Camus al pensamientolibertario había estado precedida por un conjunto de experiencias personales interpretadaspolíticamente sin conexión directa con ese pensamiento.En tal sentido, pueden mencionarse algunos hechos significativos: la revuelta de los mine-ros asturianos de 1934, la expulsión del joven Camus de la sección argelina del PartidoComunista Francés (en la que militó durante dos años: 1935-1937) motivada por su desa -cuerdo con la política descarnadamente colonialista del gobierno del Frente Popular, la fre-cuentación en Orán de los medios de exiliados españoles o el descubrimiento de la explo-tación de que era víctima la población bereber de la región de la Kabilia, explotación quedescribió en términos muy severos en una serie de artículos publicados en el diario AlgerRépublicaine (1939), en los que no dejó de señalar que los kabileños "han vivido bajo las

Jordi Torrent

Albert Camusy el movimiento libertarioUn homenaje

Con leves modificaciones y el añadido final de unas sucintas refe-rencias bibliográficas, este es el texto, traducido del catalán, con elque su autor participó en la jornada de homenaje a Albert Camus,celebrada el dia 19 de abril del presente año en la Biblioteca Gòtic-Andreu Nin de Barcelona.

69

Espacios Trasversales 44 / junio 2018

7070

EspaciosTrasversales 44 / junio 2018leyes de una democracia más total que lanuestra"· en la medida que a nivel local seha inspirado en principios federativos dig-nos de toda atención.Abro un breve paréntesis. Puede conjetu-rarse que fue en esta primera etapa devivencias donde, junto a sus orígenes fami-liares, se encuentra la génesis de la doblefidelidad mantenida por Camus a lo largode toda su vida. En sus propias palabras:"Existe la belleza y existen los humillados.Sean cuales fueren las dificultades que laempresa pueda representar, nunca habría deser infiel ni a los segundos ni a la primera".Cierro el paréntesis.Me detengo ahora a comentar un aspectoque acaso en el intento de minimizar o,peor, negligir la identificación de Camuscon la ideología libertaria, ha sido objeto desorprendente descuido por parte de algunode sus biógrafos más solventes y documen-tados (H. Lottman y O. Todd). Así por e -jem plo, han sido necesarias las recientesaportaciones de Lou Marin (3) para llegar acalibrar en todo su alcance la importanciadecisiva que desempeñaron dos figurasfemeninas en el camino del escritor hacia elconocimiento del pensamiento y de laacción anarquistas: Rirette Maîtrejean ySimone Weil. Anotemos incidentalmenteque el hecho no deja de resultar significati-vo dado que desmiente la malévola opiniónde Simone de Beauvoir relativa a unCamus incapaz de valorar en las mujerescualidades que no estuvieran asociadas a lacondición de objeto sexual a depredar.R. Maîtrejean era una anarquista francesa,antigua compañera de Victor Serge. En laépoca que trabó amistad con Camus, tenía53 años (el escritor, 27) y ejercía de correc-tora en el periódico Paris-Soir, del que elpropio Camus era secretario de redacción.Cuando se produjo la ocupación alemana,el grueso del equipo del diario emprendióel éxodo de la capital, primero haciaClermont-Ferrand y después hacia Lyon.Camus y Maîtrejean anudaron a partir deesa experiencia compartida una relaciónduradera.

Fue R. Maîtrejean quien en la década de loscincuenta pondrá a Camus en contacto conalgunos de los nombres más activos delsindicalismo revolucionario, así como delmarxismo herético asumido por los impul-sores de Révolution Prolétarienne. Anotodesordenadamente algunos de tales nom-bres: Alfred Rosmer, Pierre Monatte, An -dré Proudhommeaux, Lois Lecoin, DanielMartinet y Maurice Joyeux.Cabe precisar que, contrariamente a J-PSartre, quien jamás escribirá una sola líneaen publicaciones libertarias, la colabora-ción de Camus en revistas y periódicos detal tendencia fue constante, como lo fue suparticipación en mítines y conferenciasorganizados por los anarquistas españoles.De hecho, seis días antes del fatal acciden-te que le costó la vida, Camus había sidoentrevistado, en lo que puede considerarsesu último acto político, por la bonaerenserevista anarquista Reconstruir.En cuanto a S. Weil, puede afirmarse queCamus llegó a comprender la importancia yel valor del pensamiento de Proudhon gra-cias a ella. Weil fue una escritora y filósofade trayectoria y obra muy singulares.Participó en la Guerra Civil española (Co -lumna Durruti, frente de Aragón) y fallecióen Londres en 1943, a los treinta y cuatroaños, integrada en la "Francia Libre", unaorganización resistente creada en el exiliopor el general De Gaulle.La influencia ejercida sobre Camus por elpensamiento político y social de Weil, quese definía a sí misma como una "herética enrelación a todas las ortodoxias", fue consi-derable. R. Quillot, responsable de la edi-ción de las obras completas de Camus en lacolección La Pléiade de Gallimard, haseñalado que "la simpatía que (S.Weil) des-pertaba en Camus contribuyó a acercarlo alos medios sindicalistas-revolucionarios enlos cuales ella venía moviéndose desdehacía mucho tiempo y donde él reencontróuna idéntica llama intransigente".En S. Weil, Camus admiraba por encima detodo la capacidad para anudar teoría y pra-xis, sacrificando la propia vida personal en

aras -vía anarcosindicalista- del proyectoemancipatorio. Por otra parte, el escritorcompartía la perspectiva desde la que Weilabordaba cuestiones como la del pacifismo(tanto para ella como para Camus, Gandhiera una figura merecedora de alto respeto),la de las aporías ocasionadas por la perma-nente tensión entre libertad, igualdad y jus-ticia o, muy en particular, la de la violenciarevolucionaria, una cuestión muy trabajadaen el seno de los ambientes libertarios ysobre la que Camus no dejó nunca de refle-xionar desde el presupuesto, central en suensayo El hombre rebelde, de que la vio-lencia es inevitable, pero a condición desometerla a una auto-limitación sin la cualqueda deslegitimada.Subrayar este último aspecto es el motivoque, justamente, condujo a S. Weil a escri-bir una carta a G. Bernanos tras la publica-ción, en 1938, de Los grandes cementeriosbajo la luna, una vehemente denuncia de larepresión a la que procedieron los franquis-tas en Mallorca, donde el escritor residía enel momento de producirse el levantamientomilitar. Vale decir que se trata de un testi-monio ciertamente insólito viniendo de unautor monárquico y católico cuyo hijo erafalangista. Weil se dirige a Bernanos paraseñalar que sin llegar a alcanzar el horrorde las masacres franquistas, en el camporepublicano se estaban cometiendo igual-mente crímenes que no podían más queensombrecer la causa de la justicia y laigualdad por la cual luchaba la República.Fue Camus quien, en 1954, entregó a larevista Témoins la carta de Weil, cuyo con-tenido no dejó de suscitar indignación enlos medios de ex-combatientes republica-nos.Un breve inciso. Por descontado, ni a Weilni a Camus nunca se les hubiera ocurridopronunciarse en relación a la violencia re -vo lucionaria en los términos en que lo hizoSartre en 1973: "A un régimen revoluciona-rio le es necesario desahacerse de un ciertonúmero de individuos que lo amenazan; noveo otro procedimiento que el de la muer-te. Siempre es posible salir de la cárcel. Es

probable que los revolucionarios de 1793no mataran lo suficiente".Una prueba suplementaria de la admiraciónque despertaba en el escritor la figura y laobra de S. Weil la tenemos en el hecho deque, siendo director de la colección Espoir(Gallimard), hizo salir en la misma nadamenos que siete libros de la escritora, entreellos La condición obrera. Por otra parte,había estado preparando desde 1946 la edi-ción de los escritos históricos y políticos deWeil (aparecerán en 1960, tras el falleci-miento de Camus). Acaso valga la penaseñalar de modo accesorio que, de maneraun tanto extraña, en el excelente prólogoque Paco Fernández Buey puso a la versiónespañola de este importante conjunto detextos (Trotta, 2007), no se dice ni unapalabra sobre el papel desempeñado porCamus en la preparación del volumen, nitampoco, más ámpliamente, sobre su pio-nera actividad en la difusión de las obras deWeil en Francia.Emprendo la recta final de la presenteintervención con un par de apuntes deintención más general; deseo creer que noserán por completo periféricos en relacióna la cuestión que trato de abordar en ella.Victor Serge, en carta a P. Istrati, afirmabaque es necesario defender encarnizadamen-te la revolución, es decir, la causa de loshombres y del futuro, pero defenderla tam-bién contra sus propias enfermedades ycontra aquellos que las mantienen. Unaparte sustancial de las reservas políticasque con respecto a Camus todavía sonadvertibles en determinados ambientes deizquierda pueden atribuirse, con razonableseguridad, a la obstinación con la quedenunció el papel mistificador de no pocosintelectuales de su tiempo, demasiado com-placidos en mantener las enfermedades delproyecto emancipatorio mediante la distor-sión de los hechos y la manipulación de laverdad, una verdad que, más que una vir-tud, él entendía como una pasión (de aquí,precisaba, que la verdad sea a menudo tanpoco caritativa).Camus siempre mostró un radical rechazo a

Trasversales 44 / junio 2018Espacios

71

la concepción instrumental de la verdadsostenida por Sartre, para quien la idea ver-dadera se encuentra en la acción eficaz.También en este extremo cercano a los pos-tulados libertarios, el escritor poseía unaaguda conciencia del daño inmenso queuna concepción semejante ha podido llegara hacer al proyecto emancipatorio, y ello enla medida que ha favorecido abrir las puer-tas al pragmatismo vulgar (según AntonioMachado, la religión natural de casi todoslos canallas) con el que, frecuentemente, seha pretendido -y se sigue pretendiendo-legitimar algunos de los episodios menosedificantes de la contemporaneidad.Camus se aproximó al movimiento liberta-rio y a algunas de las figuras del marxismoanti-autoritario convencido de poder en -contrar claves interpretativas de la realidadpasada y presente menos apegadas al carác-ter fantasmagórico de unas deshumaniza-das leyes de la Historia que, en la práctica,niegan la admirable capacidad creativa deun colectivo anónimo dispuesto a liberarsede la explotación económica y de la domi-nación política.Puede conjeturarse que en esa aproxima-ción también hubo el deseo de dar con per-sonas provistas de una mayor dignidadhumana y política de la que observaba en elgrueso de los sofisticados ambientes de lafrívola intelectualidad parisina filo-comu-nista (y en la época, eso quería decir filo-estalinista).Más allá de su universal reconocimientocomo brillante escritor, Camus pagó un altoprecio (aislamiento, menosprecio, incom-prensión…) por su reiterada negativa aconvertirse en un compañero de viaje -unomás- del PCF, o por manifestar sin desma-yo que es mala cosa aceptar que, por moti-vos de oportunidad, conviene a vecesexpulsar del debate político exigenciasmorales insorteables, una actitud que le havalido ser etiquetado de forma recurrentede moralista burgés o de "anarquista senti-mental" (T. Judd), al igual que sus posicio-namientos relativos al conflicto franco-argelino le han valido ser considerado, en

muestra de ignorancia y necedad difícil-mente superables, una "figura tardía delimperialismo" (E. Said). No hay duda deque el "¡Ah sí, Camus, escribía bien, peropensaba mal!" está destinado a tener toda-vía un dilatado recorrido.Da igual. Para muchos lectores y lectoras,proseguirá siendo un autor que tiene dere-cho a ser leído prescindiendo de los comen-taristas que nunca le perdonarán el hechode que en relación a muchas de las realida-des ignominiosas de su tiempo tuviera ra -zón antes de hora al atreverse a señalar, sinequívoco alguno, que uno de los compo-nentes esenciales de la resignación y de laservidumbre (según él, la auténtica pasióndel siglo XX) ha sido la creencia de que elmal es el bien que no podemos compren-der, una abstracción detestada por Camuscon la misma intensidad con que lo hanhecho no pocos sindicalistas revoluciona-rios y marxistas anti-autoritarios.

Notas1. Véanse al respecto los dos valiosos volú-menes editados por La Linterna Sorda(Madrid, 2013 y 2014).2. El delirante ensayo de M. Onfray,L´ordre libertaire. La vie philosophiqued´Albert Camus (Flammarion, Paris, 2012)constituye una muestra representativa deello.3.- Por un ejemplo entre otras destacables,Lou Marin, Introducción a Albert Camus.Escritos libertarios,(Tusquets, Barcelona,2014)-

Trasversales 44 / junio 2018 Espacios

72

Trasversales 44 / junio 2018Espacios

73

Europa: la cuna de la civilización occidental. Nuestro contexto geográfico y social. El pro-ceso de construcción de la Unión Europea, como organismo supranacional de articulaciónde un poder de escala continental ha sido históricamente un proceso complejo y contradic-torio. El ambivalente desarrollo institucional de la UE ha resultado problemático desde lamisma conformación del Mercado Común del Carbón y del Acero (CECA) en 1950 porlos políticos franceses Robert Schumann y Jean Monnet. Ya entonces la contradiccióninmanente entre la creación de una Europa superpotencia, unida y articulada, y la genera-ción de un espacio para el libre desenvolvimiento de los intereses de los grandes capitalis-tas vinculados al comercio global, aun formalmente europeos, fue visible para los más ave-zados analistas, como el economista libertario Abrahám Guillén, que en su libro El desti-no de Hispanoamérica, editado en 1952 en su exilio en Buenos Aires, afirmaba: "Los ensa-yos de 'poolización' al estilo Schumann no conducen más que a crear un capitalismo degrandes dimensiones industriales; pero tal política económica no es nueva, es como echarvino nuevo en odres viejos; es volver a la 'cartelización' capitalista de la producción dis-frazada de internacionalismo democrático. Es una lástima que en las diferentes reunionesde Estrasburgo por la unidad europea, ni el Consejo de Europa ni la Asamblea Europeahayan abordado, concretamente, los problemas de unidad real y formal del continente(…)"Mucho ha llovido desde entonces. Los Tratados de Maastricht, de Lisboa, los procesos dearmonización legislativa, pero también el Brexit, las tensiones en torno a la deuda y el euroy los conflictos respecto a las políticas de austeridad, han marcado el desarrollo del pro-yecto europeo, profundizando de manera radical esta contradicción original entre el pro-yecto de los grandes capitales y la Europa unida de los pueblos. Y ello en el seno de unmundo cada vez más multipolar, donde la competencia acrecentada entre los bloques eco-nómicos, en una espiral de globalización comercial y de ausencia de controles para loscapitales, genera un escenario en el que sólo alcanzan a sobrevivir las grandes potencias,Estados-continente como China, Rusia o Estados Unidos, capaces de acumular capital ydefender sus intereses a una escala imposible de alcanzar por las pequeñas naciones euro-peas, consideradas de forma aislada.Así, en un mundo en el que está en crisis la forma Estado por la globalización económicay financiera que fuerza a los gobiernos a someterse a las exigencias de los mercados glo-bales, sólo una estructura política lo bastante amplia, alcanzando la escala continentalcomo mínimo, pero lo suficientemente integrada para desarrollar una política económicasólida e independiente, podría desarrollar la capacidad de obligar a los poderes económi-cos globales a asumir regulaciones y a aguantar limitaciones, y desplegar un proceso dedesarrollo económico sostenible y socialmente equitativo para salvaguardar los interesesde la mayoría de la población europea, así como para iniciar el proceso de transición civi-lizatoria que ya se apunta en el horizonte.

José Luis Carretero

Europa en la encrucijada

74

EspaciosTrasversales 44 / junio 2018La regresión al mundo de los estadosnacionales en Europa, en el contexto de unacompetencia acuciante por los mercadoscon las grandes potencias globales y de unacrisis civilizacional, y por tanto tambiéneconómica, que amenaza con convertirseen permanente, reeditaría sin duda los fan-tasmas de la hiperexplotación de la fuerzade trabajo, la dependencia acrecentada delos imperialismos ajenos y la tentación delrecurso a la guerra como única vía de ase-gurarse mercados de exportación y fuentesde materias primas.Europa pues, como única solución (a salvode que América Latina construya, con suunificación y desarrollo autocentrado, unaalternativa que también podría valer comoopción para los pueblos ibéricos). Pero nocualquier Europa. No esta Europa.Porque la Europa realmente existente, laUnión Europea de los mercaderes está dise-ñada desde una perspectiva abiertamenteneoliberal. Entendámonos, no se trata deque el neoliberalismo o la austeridad seanaccidentes, políticas económicas coyuntu-rales resultado del equilibrio político inter-no de los países principales de la Unión. LaUE ha constitucionalizado su condiciónneoliberal. Forma parte de la estructuraesencial, del corazón del propio pacto euro-peo. Así, por ejemplo, el artículo 63 delTratado de Lisboa (antiguo artículo 56 delTratado de Niza) afirma expresamente:"Quedan prohibidas todas las restriccionesa los movimientos de capitales entreEstados miembros y entre Estados miem-bros y terceros países".Este redactado conduciría al estupor, sisupiéramos leerlo bien. Porque lo quegarantiza el artículo no es sólo que no va ahaber freno al movimiento de capitales enel interior de la Unión (algo comprensible,si se está construyendo un gran giganteeconómico) sino también entre el interior yel exterior de la zona. Al fin y al cabo, loque se busca es evidente: la exposición delas políticas económicas nacionales alpoder de los grandes flujos financieros glo-bales, sin mediación o regulación alguna

por parte de la UE, es la mejor garantía deque los estados europeos se mantendrándentro de la ortodoxia económica y de lasenda de la austeridad. Lo hemos visto enla reciente crisis que llevó al rescate banca-rio español: el disciplinamiento de los paí-ses a la ortodoxia alemana ha sido operadopor los movimientos globales de capitalesque, operando sobre las primas de riesgo ylos mercados financieros, han doblegadotoda posible resistencia.Porque el neoliberalismo, insistimos, no esalgo coyuntural en la actual estructura de laUnión, una política económica puntual quepuede variar mañana al variar el color delos parlamentos nacionales. Se le ha dadocarta de naturaleza constitucional, repre-senta el corazón del armazón económicodel propio proyecto europeo realmenteexistente. Como afirma Féderic Lordon:"La Unión Europea no tiene política 'co-yuntural', es decir, una cuyas orientacionesestén determinadas por los partidos queestán 'coyunturalmente' en el poder, porquetoda la política económica europea estáfijada irrevocablemente en unos textos quetienen valor casi constitucional. La Uniónsolo tiene una política constitucional, esdecir, la política en forma de reglas inscri-tas en los tratados, y por lo mismo pensadaspara que funcionen con independencia desituaciones coyunturales. Las desastrosaspolíticas de austeridad actuales no sonresultado de ninguna 'decisión coyuntural'.Son el resultado del funcionamiento mecá-nico de disposiciones contenidas en elTratado de la Unión Europea y en el Pactode Estabilidad".A todo ello hay que sumar el evidente défi-cit democrático de las instituciones euro -peas, en las que el poder principal sigue es -tando en manos de la burocracia de Bru -selas, íntimamente vinculada a los grandeslobbies, y en una Comisión cuyo controldesde abajo es prácticamente inexistente.Una burocracia omnipotente que, con lainestimable ayuda de los criterios de con-vergencia aprobados en Maastricht, operauna auténtica dictadura neoliberal sobre los

75

Espacios Trasversales 44 / junio 2018estados miembros, sin desarrollar, al tiem-po, una unión fiscal o una armonizaciónefectiva en las materias sociales que puedaservir como contrapeso y elemento de inte-gración frente a los grandes poderes finan-cieros del Norte de Europa. La falta de unpresupuesto común, de tasas compartidas,de la posibilidad de mutualizar las deudas,se da la mano con una política social queno sólo adolece de la inexistencia de ele-mentos centrales para la armonizaciónefectiva de las condiciones de vida "!alalza" (la gran promesa de la construccióneuropea para las poblaciones del Sur o delEste) como una prestación de desempleocomún sino que, además, favorece con ini-ciativas como la aplicación jurisprudencialsubrepticia de la retirada Directiva Bol -kestein, el dumping laboral entre losEstados miembros.La arquitectura de la moneda única, por suparte, favorece también las políticas auste-ritarias y está basada en ideas centrales delpensamiento neoliberal como la necesaria"independencia" de los bancos centrales ola necesidad de las reformas y privatizacio-nes para toda política de asistencia común. La dinámica de crecientes desequilibrios enque se ha desenvuelto la Unión en los últi-mos tiempos ha dado lugar a tres grandeslíneas de quiebra en su seno: el Brexit, queha significado la primera salida de un esta-do miembro y una pérdida acusada de mer-cados futuros así como tensiones añadidasal presupuesto común, que se han solventa-do con minoraciones de las cantidades des-tinadas a la cohesión y a la política agríco-la comunitaria, especialmente dañinas paralos países orientales; el enfrentamiento cre-ciente con el llamado Grupo de Visegradoconformado por los países del Este, algu-nos de los cuales han caído en manos delpopulismo de derechas, en torno a cuestio-nes como la política migratoria o las condi-cionalidades en materia de derechos civilesañadidas a las nuevas normas presupuesta-rias; y la confrontación en torno a la futuraarquitectura de la unión entre los países delNorte y los del Sur, ya que los segundos

reclaman mecanismos de mutualización delas deudas, un presupuesto comunitario,una política fiscal y una mayor integracióneconómica (llegando a plantear, en el casode Italia, la puesta en marcha de una pres-tación de desempleo europea, subsidiaria alos sistemas de paro nacionales), mientraslos primeros exigen fuertes condicionalida-des, en términos de austeridad presupuesta-ria y reformas neoliberales, para permitircualquier avance en la integración econó-mica real de la Eurozona.La reciente formación de gobierno en Italiamediante un pacto entre la Liga Norte(ultraderechista) y el Movimiento 5 Estre -llas (populista) implica un nuevo escenariode tensiones para la Unión, dado que den-tro del acuerdo de gobierno aprobado porambas fuerzas políticas se puede identificaruna línea estratégica de puesta en cuestiónde determinados acuerdos centrales en lagestión comunitaria de la inmigración o enlas formas del mecanismo de resoluciónbancaria, por ejemplo.La recomposición, en los últimos meses,del eje franco-alemán, como nodo funda-mental de poder dentro de la Eurozona,gracias a la sintonía personal entre Macrony Merkel, tampoco parece capaz de desblo-quear la situación en asuntos fundamenta-les. La reforma de la Eurozona que ambosjefes de Estado han prometido para los pró-ximos meses no parece destinada a cambiarnada esencial, más allá de acuerdos desti-nados a desplegar, tímidamente, la puestaen marcha de la unión bancaria y de unmecanismo de resolución para la banca enproblemas, asociados, eso sí, con la pervi-vencia de las políticas de austeridad y delcorazón neoliberal del modelo europeo“realmente existente”. Incluso, algunospaíses del Sur, como España, han renuncia-do ya a algunas de sus reivindicacionescentrales, como los eurobonos, probable-mente para atraer las simpatías de los paí-ses del Norte en torno a la política de susgobiernos en asuntos internos como el deCataluña.Además, la palmaria falta de una política

76

EspaciosTrasversales 44 / junio 2018exterior y de defensa común se ha conver-tido en un enorme talón de Aquiles del pro-yecto comunitario. La ausencia de una vozpro pia se ha hecho sentir de manera ensor-decedora en los conflictos de Siria y Ucra -nia, donde la UE no ha podido hacer másque de comparsa norteamericana, permi-tiendo la escalada de la tensión en amboses cenarios e impidiendo que se oyese unavoz (europea) auténticamente interesada enel desarrollo y la convivencia en la re gión,que hubiese podido impedir las oleadas derefugiados o las sanciones económicasdañinas contra la propia economía eu ro pea.En su lugar, la UE ha implementado esteaño un plan destinado a reforzar de manerapalmaria sus capacidades militares (Plan deAcción Europeo de Defensa, que pre vé lacreación de un Fondo Europeo de De fensa,el fomento de las inversiones en la indus-tria de defensa y el refuerzo del mercadoúnico de la defensa), lo que va a implicardesembolsos enormes en Defensa en paísescomo España, así como la recuperación delservicio militar obligatorio en Francia, singarantizar la independencia del nuevo ejér-cito europeo, que en todo caso es tará sub-ordinado a las necesidades y man dos de laOTAN, es decir, de Estados Unidos.Este escenario contradictorio y pleno deproblemas insolubles es el marco de des-pliegue de la unidad europea "realmenteexistente": un caótico proyecto inacabado,al que se le acumulan las grietas y tensio-nes, y que está orientado de manera directaa imponer la política económica neoliberalde los grandes actores de los mercadosfinancieros sobre las poblaciones europeas,que saludaron con alborozo la promesa dela conformación de una estructura conti-nental que permitiese resolver los desequi-librios y relanzar el desarrollo, sobre labase de una creciente igualdad al interior yal exterior de los Estados miembros. El"modelo social europeo", la promesa de unEstado de Bienestar socialdemócrata yfuerte, asociado a las libertades civiles pro-metidas, pero nunca garantizadas del todo,por el parlamentarismo liberal ha devenido

tan real, pasado el tiempo, como el llamado"sueño americano" en la tierra de los gran-des lobbyies y el omnipresente complejomilitar-industrial (Estados Unidos).¿Es posible pensar en otra Europa? ¿Apos -tar por una unidad continental basada en unfederalismo auténticamente democrático,pletórico de derechos para las clases popu-lares, y en una economía orientada a sol-ventar, desde la igualdad, las necesidadesde las mayorías sociales?Hay muchas propuestas que están sobre lamesa para caminar en la dirección de laconstrucción de Europa: una unión banca-ria efectiva, mecanismos de mutualizaciónde deudas entre los Estados miembros, unpresupuesto común capaz de garantizarprestaciones unitarias de desempleo o jubi-lación, una unión fiscal que permita hacerpagar más impuestos a los más ricosmediante instrumentos como una tasa a lasgrandes fortunas…Mucho nos tememos que todas estas medi-das defendidas por la socialdemocracia y elpopulismo progresista no son más que ungigantesco brindis al sol: imposibles deimplementar sin poner directamente encuestión los ejes fundamentales del poderde los grandes financieros, las multinacio-nales globales y las clases políticas asocia-das a los lobbies, acostumbradas a abrevaren la comodidad de la representación porsustitución de la ciudadanía, sometida acrecientes derivas autoritarias de ámbitonacional y comunitario, que se amparantanto en la guerra contra la posverdad delos que nunca han usado otra lengua que lapropaganda, como en un terrorismo al quese dota, muy oportunamente para algunos,del don de la ubicuidad.La construcción de la Europa unida queimplemente una auténtica armonizaciónsocial y laboral del continente, desde lageneralización de los estándares más altosen derechos y condiciones de vida, sólo sepuede edificar desde la apertura de un granproceso de profundización democrática condos ejes fundamentales: el político y el eco-nómico.

77

Espacios Trasversales 44 / junio 2018Una democratización política del cuerposocial europeo que vaya más allá del parla-mentarismo burgués y que se base en lageneración de estructuras asamblearias decontrapoder efectivo de las clases popula-res; y una democratización económicaimplementada por medio de la introducciónde mecanismos de autogestión y cogestiónobrera en las empresas públicas y estratégi-cas del continente y de la generación denuevas formas de gestión comunal-comu-nitaria de los servicios públicos, basadas enla cogestión de los trabajadores y la partici-pación protagónica de las comunidades deusuarios. Una democratización, también,monetaria, que empiece por una arquitectu-ra totalmente distinta para el euro, como lapropuesta de Frederic Lordon.Sólo este proceso de democratización polí-tica y económica puede resolver las contra-dicciones insolubles que atenazan el pro-yecto europeo de los mercaderes y losgrandes financieros, permitiendo un fede-ralismo de escala continental, municipalis-ta y capaz de generar una "Organizaciónpolítica europea barata", pero redistribui-dora y capaz de cumplir sus promesassociales. Una Unión Europea de transiciónhacia una nueva forma civilizatoria que seestá volviendo cada vez más necesaria: lade la autoorganización democrática de lasclases populares, desde una perspectivaecológica, feminista y (ahora sí) socializan-te. La propuesta puede sonar enormementeutópica, ya que socialdemócratas y popu-listas son incapaces de pensar más allá dela acomodación a lo que hay o la vuelta almundo fenecido de los Estados-nacionales.El trayecto, sin duda, será sinuoso, ya queparece claro que una transformación enesta dirección no se producirá de manerasimétrica en todo el continente, y eso impli-ca desmantelar lo que hay mientras seconstruye lo que se desea, sin tener seguri-dades. A lo mejor, los primeros pasos ten-drán que empezar por rupturas para recons-truir desde el principio, o por el aislamien-to de las iniciativas convertidas en "parias"

durante un tiempo. Habrá que experimentarcon formas distintas de solidaridad trans-europea entre los movimientos socialestransformadores, Pero no hay más alterna-tiva para Europa que iniciar este gran pro-ceso constituyente radicalmente democráti-co desde abajo que sustituya a la actualconstitución neoliberal y oligárquica desdearriba, para poder hacer frente a los grandesdesafíos de un mundo sometido a crisisrecurrentes y donde los grandes actores soncada vez más poderosos y entran en con-flictos cada vez más peligrosos.La Europa neoliberal, la Unión Europea"realmente existente" se enfrenta a crecien-tes contradicciones y tensiones. Sólo puededesembocar en una distopía cuasi-caóticade poder omnímodo de los mercados, pre-ñada de autoritarismo, o en una rupturadesordenada, en un contexto de rearme dela ultraderecha y la xenofobia y de recons-trucción de Estados-nación condenados aser tiránicos por su propia debilidad frentea los grandes imperialismos de nuestrotiempo. La única alternativa es la reapari-ción de la alternativa, la gran alternativa, laalternativa de la profundización democráti-ca y de la economía social y autogestiona-ria.Sólo el pueblo salva al pueblo. Sólo el pue-blo puede salvar a Europa.

El sistema del 78 que surgió de la Transición ha dejado de funcionar. El convencimientode que los problemas podían solucionarse dentro del marco constitucional y de las leyesha dejado de existir, tanto entre las fuerzas políticas y sociales como entre los ciudadanos.

El marco legal y también la constitución material se han transformado en una cáscaravacía, al tiempo que no se perfila una alternativa ni entre los partidos ni en la sociedad. Unproceso constituyente e incluso una reforma limitada de la Constitución no tiene ningunaposibilidad en la actualidad. El país se encuentra en una parálisis y lleno de disfunciones,en un proceso de pudrimiento del Estado como ya se ha dado en otros momentos históri-cos, como en la crisis de la Restauración. Disfunciones y deterioros que cuando no se solu-cionan se enquistan y dejan sin esperanza de cambio a los ciudadanos.Pueden señalarse los aspectos siguientes como los mas graves:- El sistema autonómico en quiebra ante la deriva catalana.- La liquidación del sistema bipartidista imperfecto que venía funcionando desde laTransición, dando paso a un sistema de cuatro partidos a escala estatal que se neutralizanentre sí, PP con Ciudadanos y PSOE con Unidos Podemos.- El deterioro del sistema judicial. Si ya la fiscalía actuaba “orientada” por el gobierno,ahora el Tribunal Constitucional y el Supremo se han convertido en el instrumento políti-co para parar el independentismo catalán, con los enredos a los que se ven abocados conlos tribunales belgas y alemanes, al tiempo que han perdido la apariencia de independen-cia. A esto cabe añadir las actuaciones de tribunales ordinarios frente a los delitos de vio-lencia de género, caso de la “manada” o sobre las condenas que atentan a la libertad deexpresión.La falta de imparcialidad de los medios, desde las manipulaciones de TV1 o de la TV3catalana, hasta los de la prensa escrita en defensa del inmovilismo.La larga crisis económica del 2008 ha producido grandes desastres. El crecimiento del PIBno está remediando las pérdidas de los sectores sociales mas desfavorecidos, la desigual-dad de ingresos es mayor que antes de la crisis (la ratio entre el 20% de ingresos superi-ores y el 20% inferior es 6,6, cuando al comenzar la crisis era poco más de 5). Ha apare-cido pobreza entre parados y ocupados, la precariedad del trabajo es general entre losjóvenes, la educación, la sanidad y las ayudas sociales se han deteriorado y se atienden con

José Luis Redondo

Un sistema en crisis

78

EspaciosTrasversales 44 / junio 2018

79

Espacios Trasversales 44 / junio 2018menos recursos y ha comenzado de nuevola subida del precio de las viviendas, sobretodo de los alquileres.En un marco político paralizado un 30% dela población está próxima a una condiciónasistencial y hay una juventud sin salida,sin empleo ni vivienda para poder indepen-dizarse. De todas formas el crecimientoeconómico ha traído nuevas luchas labo-rales, algunas de nuevo tipo en plataformasde “economía colaborativa”: distri -buidores, taxistas o empleados de Amazón.El impulso del 15M que continúo con lasMareas parece haberse agotado, aunque suinflujo pueda seguir actuando todavía. Nolejos de esta dinámica están las moviliza-ciones de las mujeres. Un movimientointernacional como en el de Me Too, peroque en España se ha convertido en van-guardia incorporando a mujeres jóvenesque no habían participado en el movimien-to feminista, superando las ideologíaspolíticas. Las propuestas de igualdad conlos varones van a cambiar muchas estruc-turas sociales, igualdad salarial, reparto delos cuidados, cambios en las instanciaspolíticas, empresariales y sociales.También se han incorporado a las moviliza-ciones los jubilados, ante el peligro en elque están las pensiones, asumiendo que sonun derecho y no algo revisable. Es un sec-tor que hasta ahora ha sido pasivo y base delos votos del PP, sin embargo se están orga-nizando en plataformas directas prescindi-endo de los sindicatos. A esto cabe añadirmovimientos sectoriales, en especial sobrela vivienda, pasando de la lucha contra losdeshaucios a los sindicatos de inquilinos ycontra los pisos turísticos que llevan alvaciamiento del centro de las ciudades.Todos estos movimientos se están dandofuera del control y dirección de los partidosy en parte de los sindicatos. Desgra -ciadamente las soluciones a las demandasestán en nuevas leyes y mayores fondos,pero no se han concretado por la actuacióndel PP con el apoyo de Ciudadanos, mien-tras el PSOE y Unidos Podemos las hanapoyado pero se han mostrado incapaces de

sacarlas adelante. Los acuerdos de izquier-das en el Congreso no han funcionadodebido a la situación catalana, está por versi van a hacerlo con el gobierno del PSOE.Las propuestas independentistas catalanas,violando las leyes y la Constitución, se hanconvertido en una excusa para frenar todaalternativa política. Están produciendo elaumento del nacionalismo español en elque se está envolviendo Ciudadanos con elconsiguiente aumento de su intención devoto en las encuestas. Es verdad que Rajoyestá en el origen de esta deriva, incapaz decualquier respuesta política a las demandascatalanas. Ha derivado a los tribunales y alas medidas de excepción, el 155, la paral-ización del independentismo. Éste, partien-do de las movilizaciones de la población,ha entrado en una deriva onírica ignorandono solo las leyes sino TAMBIÉN sin con-ciencia de su fuerza para poder violarlas,ignorando incluso que no tienen la mayoríade los votantes, solo el 47%. Han alcanza-do una solución patológica eligiendo unpresidente como Quim Torra, que represen-ta la xenofobia antiespañola y un nacional-ismo conservador, es sorprendente queEsquerra y la CUP hayan aprobado o per-mitido este presidente. La formación de ungobierno legal es un paso adelante para quese gobierne en Cataluña y para los cata-lanes.Conseguir atenuar el conflicto catalán es elprimer paso para poder abordar otros prob-lemas políticos. El nuevo gobierno delPSOE tendrá que negociar con el ejecutivocatalán pero dentro de un marco de la legal-idad vigente, al tiempo que se dulcifican lasmedidas judiciales, como la salida de laprisión de los encarcelados. Los catalanesestán divididos por la mitad y tienen quepoder convivir las dos sensibilidades.La primera sentencias de la Gürtel esdemoledora, declara que ha existido unatrama de los acusados condenados con elPartido Popular, que ha habido una caja Bde éste, así como que M. Rajoy y altos car-gos del PP han mentido en el juicio, se hademostrado que nos ha gobernado un par-

80

EspaciosTrasversales 44 / junio 2018tido corrupto. Como consecuencia se haformado en el Congreso una coalición neg-ativa, Pedro Sánchez ya es presidente delgobierno porque se ha querido expulsar aMariano Rajoy y al PP, apestaba la corrup-ción y el bloqueo a toda acción política quese enfrentase a los problemas actuales. Elgobierno del PSOE en solitario tiene difícilactuar, más asumiendo los presupuestospara 2018 del PP, que, con Ciudadanos, vana ejercer una oposición virulenta y desesta-bilizadora, y controlan la mesa delCongreso y el Senado. Tampoco puedenignorarse los desafíos que pueden venir deCataluña y posibles meteduras de pata deotras fuerzas políticas.No parece probable que Sánchez logre laaprobación de los presupuestos para 2019,y no será lo mismo si las elecciones gen-erales anticipadas se dan antes de laslocales o con el PSOE gobernando, sin con-tar con los resultados de las generales si seanticipan. Sin embargo es esperanzadorque puedan desbloquearse leyes como laanulación de la ley mordaza que se hanparado con diversas maniobras, ahora bienel aumento de recursos económicos y cam-bios fiscales que atiendan a las reivindica-ciones actuales parece muy difícil de con-seguir con el Parlamento actual.El año próximo vienen las eleccionesmunicipales y autonómicas, que puedenservir para comenzar a desatascar la paráli-sis política y poder abordar algunas mejo-ras legales y constitucionales. LosAyuntamientos del cambio han mostradosus limitaciones. Por una parte debido a lasimposiciones sobre el déficit del ministroMontoro, así como por la actual ley munic-ipal, pero por otra parte han limitado susactuaciones y confundido sus prioridades.Tienen que presentarse ante los ciudadanoscon sentido autocrítico y marcar como pri-oridades las necesidades sociales y de hab-itabilidad, dejando en un segundo plano loscambio urbanísticos. Situaciones tan gravecomo la vivienda les debe obligar a buscarayudas en las comunidades autónomas ypresionar conjuntamente con los ciu-

dadanos ante el gobierno para conseguirviviendas sociales de alquiler. Es impor-tante que puedan abordar iniciativas cultur-ales y de comunicación que puedan frenarel ataque de los medios que se han dado yvan a seguir dándose.El combate por las comunidades autóno-mas es más complejo, solo podría teneréxito si se acuerdan gobiernos del cambioentre el PSOE y Podemos y se incorpora apersonas independientes con influencia enla sociedad. Colaboración que va a depen-der de cómo hayan ido las cosas en elParlamento.Es necesario ligar las demandas socialescon los instrumentos políticos, partidos,ayuntamientos y autonomías. La conquistade éstos es un escalón necesario para desa-tascar la parálisis actual.

Trasversales 44 / junio 2018

81

Vivienda: ¿hacia una catástrofe social?

1. El martes 10 de abril de este año, poco después de las tres de la madrugada, un dispo-sitivo militar compuesto por 2.500 gendarmes armados hasta los dientes y auxiliados porvehículos blindados y setenta camiones de antidisturbios, inician con extraordinaria vio-lencia la expulsión de 100 personas y la destrucción de cuarenta edificios que ellos y quie-nes los envían consideran "ilegales" Pero los zadistas resistieron con el levantamiento debarricadas. Los periodistas han sido bloqueados por los antidisturbios a la entrada, no lesgusta que vean su comportamiento. Hacia las cuatro y media llegan tractores de agriculto-res en lucha. En el pueblo de Notre Dame des Landes se ha instalado una oficina al ladodel Ayuntamiento para informar de los hechos y solicitar consejos. Más gendarmes, contractores pala, llegan por otro lado dispuestos a destruir, son casi las seis de la mañana. Alas 8:45 comienzan concentraciones de apoyo, son más de setenta. Al poco los gendarmescomprenden que no van a poder desalojar y se disponen a permanecer en el lugar "paraque no se produzcan nuevas ocupaciones". Radio Klaxon ha estado informado toda lanoche y continua mediante relevos. Llegan mensajes de apoyo, entre ellos algunos proce-den de Euskal Herria. Después de diecinueve horas los enfrentamientos se saldan con ladestrucción de multitud de cabañas, hogares, centros comunes, torres..., siete detenidos ydos heridos, uno de ellos por fragmentos de granada. Los zadistas emiten un llamamientoa la solidaridad: "Ante las expulsiones, la violencia y un Estado que quiere venganza, lasolidaridad es nuestra arma, ¡apoyo para todos los ocupantes de la ZAD!Y la ZAD resiste. El domingo 15 de abril, y a pesar del bloqueo militar, una multitud deentre 15 y 20 mil personas consiguió acudir en ayuda de los zadistas. El operativo militarfue desbordado. Los gendarmes habían intentado todo para evitar la solidaridad: cortes enlas carreteras, puestos de control por todas partes, checkpoints policiales que hacían lla-mamientos a los conductores para que no intentaran acudir al lugar; unas cien personasfueron secuestradas en una granja. Pero no se dejaron intimidar, se conocían los caminos,los campos y, guiados por campesinos del lugar muchos lograron reunirse en el sitio dondeen 2016 habían enterrado miles de palos que prometieron desenterrar el día que atacaran

Enrique Bienzobas

La ZAD"Que vuelva común al pueblo lo que del pueblo saliera"

A la memoria de Rémi Fraisse, joven que con 21 años defendía la ZAD de Testet cuandouna granada, disparada por un policía "cumpliendo órdenes", segó su vida.

¿Yo irme? ¡No! Van a tener que sacarme de aquí y ponerme en un hogar para jubilados.Mi familia ha vivido en esta finca desde el siglo XIX. Mi bisabuelo, mi abuelo, mi padre

y yo hemos pagado por esta tierra con nuestro sudor y trabajo. No me irépor mi propia voluntad

Fresneau, campesino y veterano de la resistencia en Notre Dame des Landescitado por Valentina Natale y Ryan Olander, "Ocupaciones y acción directa contra el

aeropuerto de Nantes". Diagonal, 21/8/2012

la ZAD. Levantaron una gran estructura demadera que fue llevada mediante un con-voy de tractores. La estructura fue coloca-da al mismo lugar en que cinco días anteslos gendarmes habían destruido la existen-te. De nuevo brillaba en toda su hermosuraun nuevo centro común de reunión. Ycomenzó la fiesta. Hacia las nueve de lanoche la policía retiró sus unidades, se mar-chó del lugar.Una vez más la ZAD había triunfado gra-cias a la solidaridad de las gentes comunes.Pero la lucha continuará el mismo lunes.Todos lo saben.Pero hagamos un poco de historia.2. En los años setenta del siglo pasado elgobierno francés declaró a Notre Dame desLandes (Nuestra Señora de los Páramos),de Loira Atlántico, Zone d'AménagementDifféré, ZAD (Zona de OrdenamientoUlterior). La idea era construir un gigantes-co aeropuerto, sería el tercero más grandede Francia, a pesar de que muy cerca, enNantes, está el aeropuerto que en 2001 fuepremiado como el mejor de Europa y quees infrautilizado. El gobierno contó con elapoyo del Partido Socialista, la RPR-DL(que más tarde daría origen a la UMP deSarkozy) y de grupos económicos y caci-quiles de la región. Tal medida haría despa-recer cientos de hectáreas de humedales,refugio de especies en peligro de extincióny donde viven del trabajo de la tierra cercade dos mil familias de campesinos y cam-pesinas. Inmediatamente estas familias seaprestaron a defender sus hogares y sumedio de existencia. Pronto recibieron lasolidaridad de otras muchas gentes de todaFrancia y de más allá de sus fronteras. Lazona se convirtió en un paraíso comunitarioal que se le empezó a llamar Zone àDéfendre (Zona A Defender), ZAD. Unespacio libre y abierto donde se han insta-lado gentes de muy diversa procedencia eideas, pero todas con un solo deseo: mante-ner la zona libre de injerencias mercantilesy espectáculos mediáticos. Las que allíviven han decidido prescindir de las institu-ciones para construir un futuro que subvier-

te el orden capitalista. Un futuro en común,solidario y autogestionado (1).3. Desde el mismo momento que que laZona de Ordenamiento Ulterior se transfor-mó en Zona a Defender, la policía, enviadapor el Estado, inició un ataque militar entoda regla (bulldozer, vehículos pesados,cientos de policías, miles en algunos casos,gases CS/CN (granadas), spray pimienta(OC-gases), balas de goma disparadasdirectamente al cuerpo, granadas explosi-vas, como la que asesinó a Rémi Fraisse,etc., es decir, un ataque absolutamente des-proporcionado como todo aquel que pro-mueve el Estado, en Francia y en cualquierparte, incluyendo España –algo que sabe-mos y sufrimos todas– contra las gentesque aspiran a ser libres. ¿Y por qué? Creoque es muy sencillo: en la ZAD se ha esta-blecido un sistema de vida, de organiza-ción, de política y, sobre todo, de alternati-va al capitalismo, que subvierte, comoqueda dicho, la realidad, esa a la que losmedios de comunicación ensalzan, comofieles vasallos del poder.La ZAD se organiza en asambleas agríco-las (Siembra tu ZAD), asambleas organiza-tivas de modos de lucha –conviene en estesentido recordar las palabras del ComitéInvisible cuando nos dice que "Organizarsejamás ha querido decir afiliarse a la mismaorganización. Organizarse es actuar segúnuna percepción común, al nivel que sea"(2), grupos de resolución de conflictos,además de los trabajos en la tierra, en lacafetería, en los talleres. Todas ellas sonactividades realizadas comunalmente, algoque nos recuerda el Romance de Los Co -mu neros de Luis López Álvares: "Comúnes el sol y el viento / común ha de ser la tierra, / que vuelva común al pueblo, /lo quedel pueblo saliera".4. El intento de crear en la zona un macro-aeropuerto fue retomado en 2003 con elgobierno socialista de Hollande que defen-día su "utilidad pública"(3) auspiciado porla empresa VINCI (4). Desde ese momentohasta ahora mismo la violencia empleadaen los sucesivos desalojos y la resistencia

Trasversales 44 / junio 2018 Espacios

82

ofrecida por los zadistas y sus simpatizan-tes de todo el mundo, ha sido continua.Pero las gentes permanecen, muy a pesarde los sucesivos gobiernos, en el lugar. Elgobierno, sintiéndose derrotado por la soli-daridad zadista anunció en enero de esteaño que abandonaba el proyecto de cons-trucción del aeropuerto en Notre Dame desLandes. Y la declaración de utilidad públi-ca de la zona, más de cuarenta años des-pués, ya no será prorrogada. Desde esemismo instante –firman las zadistas en uncomunicado tras el abandono del proyec-to–comienza la lucha por el futuro de laZAD: es necesario la recuperación de lastierras expropiadas, rechazar cualquier in -tento de expulsión de las gentes venidas deotros lugares y que desean seguir viviendoen la zona, que sus habitantes –campesinas,naturalistas, vecinas, asociaciones...– sehagan cargo de las tierras. El comunicadotermina expresando su solidaridad conotros movimientos hermanos: "deseamos,por otro lado, en este día memorable,expresar un fuerte mensaje de solidaridad aotras luchas contra grandes proyectos des-tructores y por la defensa de territoriosamenazados". La construcción del espacio libre que es laZAD continúa.5. Por Comunales nosotros designamos ala vez un territorio, las tierras comunales, ylas infraestructuras de la autonomía que seelaboran aquí, los comunes (6).Ahora la lucha es más peliaguda. La expe-riencia que se ha creado en la zona ha mos-trado que no sólo era el aeropuerto, "si nosquedamos en esto, estamos condenados adesaparecer en cuanto movimiento en elmomento del abandono del proyecto contrael cual nos organizamos", se planteaba unanónimo activista (6). Se trata de mantenerlas formas de vida colectivas que se hanestado experimentando durante todos estosaños. Tierra, aire, agua..., son elementoscomunes. Las herramientas de que dispo-nen los comunes sirven para el alimento(cultivos, usos colectivos de las máquinas,distribución no mercantil...), comunicación

(emisora de radio, página web, materialfungible...), defensa de la zona (materiasanitario, estrategias de defensa, caja deresistencia...). Toda la zona, tierra, campos,bosques, prados, granjas, viviendas y cen-tros de uso colectivo, etc.Todo eso es parte del futuro. Un futuro ele-gido y discutido por todos horizontalmente.Un futuro que reserve lo logrado a genera-ciones siguientes, sin destruir la riqueza dela tierra que no pertenece ni a generacionesanteriores, ni a generaciones actuales, ni ageneraciones futuras. Es de todas y todasdeben dejarlas en el mejor estado posible yenriqueciéndola. Nada de explotación de -pre dadora.No cabe ninguna duda. La ZAD es unaesperanza de futuro. Por eso es importanteconservarla y desarrollarla. Y exportar suexperiencia a otros lugares.

Notas

1. Esta situación es una auténtica revolu-ción pacífica, a pesar de la violencia em -plea da en la zona por la gendarmería. Algodigno de ser conocido y de recibir toda lasolidaridad de las gentes que quieran viviren un sistema horizontal y libertario. Siahora mismo en la zona kurda de Siria nohubiera guerra, sería una situación pareci-da. Dos revoluciones en un mundo dondelos mafiosos que administran los estadosno se cansan en decirnos que eso es cosadel pasado. Pues ahí están los zadistas parademostrar que también hoy es posible. Yahí también el nerviosismo de todos esosadministradores de Estados.2. Comité Invisible: A nuestros amigos, tra-ducción Barbarroja, Barrera y Fiori. Ed.:Pepitas de Calabaza. Logroño, mayo 2015,pág. 18.3. desinformemonos.org/aeropuerto/4. Primera empresa en construcción deinfraestructuras en el mundo y propietariade tierras en la zona.5. Activista anónimo de la ZADbit.ly/2sewMCi6. Ver nota anterior.

Trasversales 44 / junio 2018

83

Vivienda: ¿hacia una catástrofe social?

Trasversales 44 / junio 2018 Espacios

84

Gobiernos... y más alláQuizá cuando salga esta revista Rajoy no sea presidente de Gobierno (salvo tamayazo oPNV). Si se produce, gran noticia. Me parece acertado que el PSOE haya presentado lamoción de censura y que Podemos se haya comprometido a apoyarla sin condiciones. Lapuntilla de Rajoy ha sido la sentencia Gürtel, pero esto tiene historia: una historia de luchassociales y de indignación, que empezó antes de que Rajoy fuese presidente del Gobierno,y que llega hasta las recientes luchas de las mujeres y de las y los pensionistas. En la otracara, una historia de liquidación de los pactos sociales, demoliberales y territoriales de1978 para imponer un neorégimen autoritario, centralista y supeditado ya totalmente a la"alta sociedad" siempre dominante. Si la moción obtiene el Sí, lo celebraré.Dicho esto, cuidado con las ilusiones. Sobre todo con la ilusión "gobernista", es decir, convolver a pensar que el testigo del cambio pasa a tal o cual líder, a las instituciones y lospartidos, y que la gente común podemos dedicarnos a "nuestras cosas" y delegar en ungobierno que éste de nuestro lado. Ningún gobierno estará nunca de nuestro lado y aunquelo estuviese sería impotente sin el protagonismo popular. No sólo porque las condicionesde vida y los entornos que se ciernen en torno a los gobernantes les acercan a la "alta socie-dad" y les alejan del común de la población, no sólo porque la alianza coyuntural del "Noa Rajoy" no sería transmutable en alianza para afrontar todos los grandes problemas socia-les, sino también porque aquello que puede hacer un gobierno bien intencionado en uncontexto global de hegemonía económica y militar de las élites del capitalismo y del poder,bajo la lógica inherente al propio sistema, está limitado, como se demostró en Grecia...pero no es nulo, para bien o para mal. No puede darnos igual quién gobierna, porque esoafecta a las posibilidades de presión social y de que ésta consiga más o menos logros, perono habrá logros sin una construcción popular autónoma.En sí mismo, librarse de Rajoy y del PP como gobernantes sería un paso adelante. Vendríaa confirmar que sí se puede, que la impaciencia y el enfado con la sociedad eran estériles,que la indignación social teje en la penumbra, poco a poco. Por descontado, la "alta socie-dad" es consciente desde hace tiempo de la debilidad de Rajoy y del propio PP, como dere-cha un tanto anacrónica, y lleva tiempo tejiendo una reorganización de sus herramientaspolíticas. La descomposición relativa del PP no implica una igual descomposición del neo-régimen autoritario construido en los últimos diez años. Pero las condiciones de luchamejorarían... si se aprovechase.Necesitamos construir una agenda realista de prioridades sociales, para luchar por ella ymediatizar la acción de gobiernos y partidos: a) Vivienda y pobreza, que llevan hacia unacatástrofe social; b) Igualdad mujeres/hombres (sistema público de cuidados, permisosPPiiNA, lucha contra la violencia machista); c) Cataluña (incluyendo el fin del art. 155 yde la represión del movimiento republicano catalán, y la recuperación por éste de su mayo-ritario sesgo progresista, en contradicción con la actual hegemonía institucional de su alamás derechista); d) Pensiones; e) Fin de la “Ley Mordaza” y de la criminalización de laprotesta social; f) Modelo productivo y de vida capaz de hacer frente al cambio climático;g) Horizonte transnacional europeo -y no sólo- de construcción de alternativas y alianzasante un mundo en grave regresión del que no es posible "salirse”.La cuestión es que esa agenda debe ser nuestra, de las gentes, antes de que sea posible queparte de ella sea asumida por gobiernos.

Luis M. Sáenz

Trasversales 44 / junio 2018Señas

85

Álbum de ignorado origen,¿por qué mi firma reclamas?firma y versos a las damasson cosas que no se exigen.

De la mujer en la vidaes la inspiración secreta,como pálida violetaque no quiere ser cogida,

y que cuando se propasadulce perfume a exhalar,sólo debe embalsamarlas paredes de su casa.

Pero haciendo concesionesa este tiempo de locura,alteraré tu blancuracon desiguales renglones

y entre firmas de valíaque guardas ya con empeño,echa la culpa a tu dueño,de que figure la mía.

La poesía es un derecho humano

Emilia Pardo BazánEmilia Pardo Bazán (1851-1921) fue novelista, ensa-yista y poeta. Autora, entre otras novelas, de Lospazos de Ulloa y La tribuna. Defensora de los dere-chos de las mujeres. La ironía de este poema salta ala vista.

Trasversales 44 / junio 2018 Señas

86

Marina Garcés (Barcelona, 1973), la autora de este libro, filósofa y ensayista española, esprofesora titular de Filosofía Comparada Oriente-Occidente en la Universidad deZaragoza. Fue una de las impulsoras y creadoras, desde 2002, del colectivo de pensamien-to crítico y experimental Espai en Blanc en un centro okupa, Les Naus, en el barrio deGracia, de Barcelona. "En las grietas de la Barcelona post olímpica como un territoriodonde experimentar nuevos formatos y maneras de relacionarnos con el pensamiento", haaclarado en una entrevista. Al tiempo, ha participado en diversos proyectos colectivos deexperimentación pedagógica, cultural y social, en los que filosofía y política van de lamano. Antes de este libro que me ocupa, y después de su tesis titulada Las prisiones de loposible publicada luego en Editorial Bellaterra (2002), ha escrito otros libros como Unmundo común (Editorial Bellaterra, 2013), Filosofía inacabada (Editorial GalaxiaGutenberg, 2015) y Fuera de clase (Editorial Galaxia Gutenberg, 2016). Desde 2016, esmiembro del claustro de profesores del Programa de Estudios Independientes del MACBAy dirige el Aula Oberta del Institut d´Humanitats (CCCB). En 2017 obtuvo el Premi Ciutatde Barcelona por este breve y contundente ensayo. Su último libro es Ciudad Princesa(Galaxia Gutenberg, 2018). En Babelia,"Itinerarios de la nueva izquierda", ya puede leer-se una discutible reseña crítica de este libro.Marina Garcés, que ha logrado llevar la filosofía más allá del mundo académico, va sien-do más y más conocida, además de por su obra filosófica y ensayística, por su discurso crí-tico dentro del debate público. Para ella, la filosofía es una forma de emancipación conti-nua y esa potencia igualitaria que tiene es la que se trata de activar. Uno de los conceptoscentrales de su pensamiento es "lo común" dentro de la propuesta de desarrollar alternati-vas para enfrentarnos a las crisis actuales. En ese sentido, defiende la filosofía como unaforma de vida, un arte que nace en la calle y que continúa sin interrupción en los espaciosíntimos e invisibles. Estamos, pues, ante una pensadora de la insumisión y de los movi-mientos sociales y a la que las redes tildan de radical y antisistema. Su pregón de las fies-tas de La Mercé en Barcelona causó mucha polémica y la acusaron de equiparar a las víc-timas del atentado de Las Ramblas con los yihadistas acribillados por la Policía enCambrils. En el programa de Jordi Évole, Salvados, dedicado al odio y los linchamientos

Lois Valsa

El analfabetismo ilustrado:¿esto es vivir?

Reseña de Nueva ilustración radical, Marina Garcés, Anagrama,Barcelona, 2017

El hecho decisivo de nuestro tiempo es que, en conjunto, sabemos mucho y que, a la vez,podemos muy poco. Somos ilustrados y analfabetos al mismo tiempo (M. Garcés)

Nos distraemos con vidas superficiales (Terry Tempest Williams, escritora y activistaambiental)

en la red, contó el duro episodio de acosoque sufrió después del pregón ("Animarona venir a hacerme la vida imposible a mitrabajo"). Sus palabras sobre los atentados"se interpretaron como una empatía casiapologética del terrorismo" y que por ello"se convirtió en un ataque muy fuerte ydesagradable". Aclaró que sus palabras dehumanismo compasivo que nos interrogancomo sociedad se habían malinterpretado.En lo que se refiere a este libro concreto,para Marina Garcés la crisis de la moderni-dad se ha convertido en crisis de la crítica.Entonces hay que volver a recuperar elespíritu de la Ilustración, pero recuperarloes recuperar su actitud crítica, no su pro-yecto modernizador del siglo XVIII encuyas ruinas vivimos. Su preocupaciónfundamental es que no caigamos en larenuncia antropológica de esta actitud críti-ca: una crítica radical en el cruce entreincredulidad y confianza. Entonces, para lafilósofa, todo es política en el sentido am -plio y reapropiarse de la potencia del pen-samiento es la propuesta para la politiza-ción de la vida. Precisamente, en el preám-bulo del libro ya delinea muy bien el con-texto de este mundo en crisis: "El mundocontemporáneo es radicalmente antilustra-do". Según la autora, hemos pasado de lacondición posmoderna a la condición pós-tuma. Un tiempo que no suma sino que res -ta. Sin futuro. Hemos perdido el futuropero no podemos seguir perdiendo el tiem-po. Los relatos de nuestro presente estándominados por una reacción antiilustrada.Ante esta crisis de civilización, sólo parecehaber dos salidas: o condena o salvación.Se apuesta entonces por una nueva ilustra-ción radical, una actitud de combate contralas credulidades de nuestro tiempo y susfor mas de opresión que se han vuelto ya in -sostenibles. Porque, a partir de la crisis de2008, lo que se ha puesto seriamente encues tión, señala Garcés, es, precisamente lasostenibilidad del capitalismo mismo. Hoy parece que la relación entre el poder ylo posible se ha invertido: en el Capi -talismo Global es el poder el que ha perdi-

do toda noción de límite al regirse por elcrecimiento ilimitado en un planeta finito ydañado. La explotación domina por do -quier: cualquier elemento material, cual-quier existencia humana y cualquier rela-ción social y cultural se ha convertido enun recurso de su explotación. Así se va es -tableciendo una distancia insalvable entreel poder y la dignidad de los humanos. En -tonces, la autora se pregunta: ¿"Hasta cuan-do podremos los seres humanos aguantarlas condiciones de vida que nosotros mis-mos nos imponemos sin rompernos (indivi-dualmente) o extinguirnos (como espe-cie)?", página 20. Y destaca nuestra preca-ria situación: nos vemos confrontados, así,con una tercera experiencia del límite:junto a la del planeta y a la del sistema, laque tiene que ver con la precariedad denuestras vidas. De la condición posmoder-na hemos pasado a la condición póstuma.,a un tiempo que resta. Sin futuro. La condi-ción póstuma es la inversión de la revolu-ción que pensaba Walter Benjamín. El granfilósofo pensaba en una revolución que res-tauraría, a la vez, las promesas incumplidasdel futuro y de las víctimas del pasado, enuna revolución pensada desde el esquemateológico de la salvación que reiniciaría lostiempos. Hemos perdido el futuro: el futu-ro como tiempo de la promesa, del desarro-llo y del crecimiento. Chernóbil ya habíamarcado un antes y un después. "Chernóbiles ante todo una catástrofe del tiempo".Por ello, Marina Garcés piensa que necesi-tamos reajustar los márgenes de una vidadigna y pensarnos desde el agotamiento deltiempo y desde el fin de los tiempos."Declararnos insumisos a la ideología pós-tuma es, para mí, la principal tarea de laideología crítica", señala. Necesitamos,además, "herramientas conceptuales, histó-ricas, poéticas y estéticas que nos devuel-van la capacidad personal y colectiva decombatir los dogmas y sus efectos políti-cos. Por ello propongo una actualización dela apuesta ilustrada, entendida como elcombate radical contra la credulidad",remata (página 30). Una ilustración ni

Trasversales 44 / junio 2018Señas

87

moderna ni posmoderna ya que hay quehilvanar de nuevo un tiempo de "lo vivi-ble". Hay que actualizar, pues, la ilustra-ción con un radicalismo ilustrado, con unailustración planetaria, quizá, más geográfi-ca que histórica, y más mundial que univer-sal. En este sentido, cita el libro de PankajMishra, La edad de la ira. Una historia delpresente (Galaxia Gutenberg, 2017), querecoge un sangrante panorama cultural ypolítico derivado de este resentimientosembrado por la propia modernización decorte occidental en todo el mundo. Esteautor expone linealmente la relación direc-ta de ilustración y modernización comoprincipal argumento de la catástrofe actual.Hay que darle otro sentido a la ruptura ilus-trada a partir de otros autores, además deMishra, como Jo nathan Israel, MargaretJacob, Ann Thom son, Paul Hazard, PhillipBlom etc. Gracias a ellos podemos acceder,lejos de Kant y del idealismo alemán, a otrosentido de la ruptura ilustrada e interrogar-nos por su actualidad.Esto conlleva, antes de nada, un desenmas-caramiento de la cultura como sistema desujeción política y servidumbre cultural. Lacrítica es un arte de los límites que nosdevuelve la autonomía y la soberanía, perohay que situarla en su raíz. La crítica esautonomía del pensamiento pero no autosu-ficiencia de la razón. Sin embargo, hoy haymuchos mecanismos de neutralización dela crítica. La autora destaca cuatro: la satu-ración de la atención, la segmentación depúblicos, la estandarización de los lengua-jes y la hegemonía del solucionismo. Losdesarrolla y explica uno a uno, pero sobretodo hay que prepararse para un futuro delque no sabemos nada. Un futuro de inteli-gencia delegada como es el de la inteligen-cia artificial que es aproblemática e irrefle-xiva. Estamos en una época en que ha habi-do una ruptura del nexo ético de la acción.yuna desactivación de la subjetividad crítica.Pero hay una pregunta que ninguna formade dogmatismo solucionista podrá llegarnunca a resolver que es la pregunta que yase hacía el gran La Boétie en el siglo XVI:

¿Es esto vivir? Es la raíz de toda insubordi-nación a la servidumbre voluntaria al ape-lar a una dignidad que siempre puede serpuesta en cuestión. Hoy necesitamos com-prender lo que hacemos a partir de proble-mas comunes que atraviesan lenguajes,prácticas y capacidades diversas escapandodel enfoque defensivo-nostálgico y tam-bién del tecnoutópico que nos alejan de larealidad presente y de nuestros retos ycompromisos. Existir sólo es ya resistir.Finalmente, la filósofa propone una refle-xión a partir de cinco hipótesis en un inten-to de redefinir los sentidos de la emancipa-ción. La última es la más directa al hígado:hemos perdido el futuro pero no podemosseguir perdiendo el tiempo. Para ello, nece-sitamos elaborar el sentido de la temporali-dad. Las actividades humanísticas son ellugar desde donde apropiarnos del tiempo"vivible" y de sus condiciones compartidas,recíprocas e igualitarias, tanto por lo querespecta a la singularidad de cada forma devida como, inseparablemente también, aescala planetaria. "Contra el dogma apoca-líptico y su monocronía mesiánica y solu-cionista (o condena o salvación), el sentidode aprender es trabajar en una alianza desaberes que conjuguen la incredulidad y laconfianza. Imagino la nueva ilustraciónradical como tarea de tejedoras insumisas,incrédulas y confiadas a la vez. No os cree -mos, somos capaces de decir, mientras des -de muchos lugares rehacemos los hilos deltiempo y del mundo con herramientas afi-nadas e inagotables", página 75. Piensoque, en estos tiempos tan hiperconsumistas,confusos y banales, es un importante libropara el debate público, se compartan o notodas o parte de sus ideas. Un libro parahacernos reflexionar y pensar a fondo, pre-cisamente en un momento de máximo peli-gro social, político, cultural y ambiental, yaque nos interpela directamente. "La consta-tación de la crisis se vincula directamente ala posibilidad de la crítica y al presente dela transformación", sentencia. Desde luego,hay que tener claro lo que podemos haceraquí y ahora.

Trasversales 44 / junio 2018 Señas

88

imágenes de un cuatrim

estreObra gráfica generosamente cedida para su reproducción en esta página por:

Juan Ramón Mora (jrmora.com)

Los eBook de JRMora: jrmora.com/blog/2016/07/04/ebook-3-periodismo

Álbum de ignorado origen,¿por qué mi firma reclamas?firma y versos a las damasson cosas que no se exigen.

De la mujer en la vidaes la inspiración secreta,como pálida violetaque no quiere ser cogida,

y que cuando se propasadulce perfume a exhalar,sólo debe embalsamarlas paredes de su casa....

Emilia Pardo Bazán (1851-1921)

Vanessa Bell (1879-1961)Carpas y figuras, 1913