…un nombre impresionante… -jehová…
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Serie: Aligere El Equipaje de la Vida
Salmo 23
…Un nombre impresionante…
“Jehová…”
Introducción:
Un día hubo un gran concurso sobre quién podía decir de mejor manera y de
memoria el salmo 23. Un joven que era el campeón en la EBD llegó como
finalista. Pasò al frente y toda la gente esperaba con ansias la manera en que
este joven declamaría el salmo 23. Lo hizo de una manera única, respetando
los puntos y las comas, haciendo las pausas con elegancia, sin vacilar y dijo
cada uno de los versículos a la perfección. Cuando bajò de la plataforma, todo
el mundo se puso de pie y le aplaudió grandemente. Con una sonrisa de
satisfacción se sentò en su banca. Luego pasó el otro finalista. Era un hombre
mayor, caminaba lentamente y con dificultad. Se subió al pódium y comenzó
a recitar el salmo. Lo hizo con mucha reverencia, lentamente, parecía una
oración susurrante y llena de emoción. Cuando terminó de recitarlo, había un
gran silencio en la audiencia, la gente lloraba y una maravillosa calma y presencia
había descendido en la congregación. Poniéndose de pie uno del jurado dijo: ¿No
cabe duda de que este muchacho que paso anteriormente conoce el salmo del
pastor, pero este hombre que acaba de bajar conoce al pastor del salmo? ¿Y
esa es una gran diferencia no lo cree? ¿Usted podrá conocer el salmo, pero
conoce realmente a su Pastor?
Debo reconocer que nunca he sido un viajero de equipaje liviano. Lo he
intentado. Créanme, lo he intentado. Pero desde que levanté tres dedos e
hice la promesa como Boy Scout de estar siempre preparado, he estado decidido
a estar exactamente así: preparado.
No sé viajar con una carga liviana. En realidad, hay muchas cosas acerca de
viajar que yo no sé. Pero, por, sobre todo, no sé viajar con una carga ligera.
No sé viajar con poca carga. Pero necesito aprender a hacerlo. Necesito
aprender a viajar con poco equipaje.
Usted se preguntará por qué no puedo. «¡Tranquilo!» piensa usted. «Con tanto
impedimento no puedes disfrutar tu viaje. ¿Por qué simplemente no sueltas
ese equipaje?» Es curioso que me lo pregunte.
Me gustaría hacerle la misma pregunta. ¿No se ha dado cuenta que lleva unas
cuantas bolsas? ¡Apuesto a que lo hizo esta mañana! En algún punto entre el
primer paso al salir de la cama y el último al salir de casa, tomó algún equipaje.
Caminó hasta la estera del equipaje y tomó su carga. ¿No recuerda haberlo
hecho? Es porque lo hizo sin pensar; automáticamente.
No recuerda haber visto una cinta transportadora. Es porque no es la del
aeropuerto; ésta otra pertenece a la mente.
Las valijas que llevamos no son de cuero; están hechas de cargas. La maleta
de la culpa. Llevas una mochila de descontento en un hombro y una bolsa de
mano llena de penas en el otro. Agréguese a esto una mochila de dudas, un
saco de dormir de soledad y un baúl de temores. Pronto estará llevando más
cargas que un maletero de aeropuerto. No es extraño que al final del día esté
tan cansado. Y es que arrastrar equipaje es agotador.
Lo que usted me decía Dios se lo dice a usted: ¡Deja todo eso! ¡Llevas cargas
que no necesitas llevar! «Venid a mí», invita, «todos los que estáis trabajados
y cargados, y yo os haré descansar» (Mateo 11.28).
Si lo dejamos entrar, Dios aligerará nuestras cargas … pero ¿cómo podemos
hacerlo? Vamos a invitar a un antiguo conocido nuestro para que nos lo
muestre. Se trata del Salmo 23:
Jehová es mi pastor; nada me faltará. En lugares de delicados pastos me hará
descansar; Junto a aguas de reposo me pastoreará. Confortará mi alma; Me
guiará por sendas de justicia por amor de su nombre. Aunque ande en valle de
sombra de muerte, No temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo; Tu
vara y tu callado me infundirán aliento. Aderezas mesa delante de mí en
presencia de mis angustiadores; Unges mi cabeza con aceite, mi copa está
rebosando. Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de
mi vida, Y en la casa de Jehová moraré por largos días.
La Versión The Message lo pone de esta forma: 1-3 ¡Dios, pastor mío! No
necesito nada. Me has acostado en frondosos prados, me encuentras tranquilos
estanques para beber. Fiel a tu palabra, me dejas recuperar el aliento y me
envías en la dirección correcta. 4 incluso cuando el camino pasa por el Valle de
la Muerte, no tengo miedo cuando caminas a mi lado. Tu fiel cayado de pastor
me hace sentir seguro. 5 me sirves una cena de seis platos frente a mis
enemigos. Revives mi cabeza caída; mi copa rebosa bendición. 6 tu belleza y
amor me persiguen todos los días de mi vida. Estoy de regreso a casa en la
casa de Dios por el resto de mi vida.
¿Existen palabras más amadas? Enmarcadas y colgadas en los pasillos de los
hospitales, garabateadas en las paredes de las prisiones, citadas por los jóvenes
y susurradas por los moribundos. En estas líneas los marineros han encontrado
un puerto, los miedosos hallan un padre, y los que luchan han encontrado un
aliado.
Y como es un pasaje profundamente amado, se le conoce ampliamente. ¿Puede
encontrar un oído hasta el que no hayan llegado estas palabras? Un centenar
de canciones reproducen sus palabras, ha sido traducido a mil lenguas, se ha
domiciliado en un millón de corazones.
Uno de ellos puede ser el suyo. ¿Cuánta familiaridad siente con esas palabras?
¿Hasta dónde lo transportan esos versículos? ¿Al calor de un hogar? ¿Junto
a su cama? ¿Junto a un sepulcro? Difícilmente pasa una semana sin que yo
no me dirija a ellos. Este pasaje es al ministro lo que el bálsamo es al médico.
¿Tiene usted una carga propia? ¿Cree que Dios podría usar el salmo de David
para aligerarla? Aligerar su equipaje significa encargar a Dios las cargas que
usted nunca debió llevar.
¿Por qué no intenta un viaje liviano? Hágalo por amor a sus seres queridos.
¿Ha considerado el impacto que el exceso de equipaje tiene sobre sus relaciones?
Por amor a los que amamos, aprendamos a ponerlas en el piso.
En la vida hay pesos que usted simplemente no puede llevar. Su Señor le pide
que baje su carga y confíe en Él. Él es el padre en el lugar donde se reclama
el equipaje. Cuando un padre ve a su hijo de cinco años que trata de arrastrar
y sacar del carrusel el baúl de la familia, ¿qué dice? El padre dirá a su hijo lo
que Dios le dice a usted. «Deja, hijo mío. Yo lo llevaré». ¿Qué le parece si
le tomamos a Dios su palabra en esta oferta? Podríamos encontrarnos más
livianos en nuestro viaje.
¿Dónde empezamos a aligerar la carga? Bueno empecemos por conocer a Dios.
Dice el salmo 23: 1 en la primera parte: Jehová …
Cuatro cosas importantes me gustaría resaltar con respecto al nombre Jehová
que nos enseña aligerar el equipaje.
Primero el nombre demuestra cualidad.
Un día estaba a dos metros de un águila. Tenía las alas extendidas, y las garras
levantadas por sobre la rama. Plumas amarillas coronan su cabeza, y sus ojos
negros me miran desde ambos lados de su pico dorado. Estaba tan cerca que
podría tocarla. Tan cerca que podría acariciarla. Solo con empinarme y estirar
el brazo, podría cubrir la corona del águila con mi mano. Pero no, no la toco.
¿Por qué? ¿Le tengo miedo? No. No se ha movido en dos años. Cuando abrí
la caja, me impresionó. Cuando la puse en la repisa, la admiré.
Y es que las águilas artificiales son hermosas por un momento, pero pronto
te cansas de verlas.
A David le preocupa que usted y yo cometamos el mismo error con Dios. Su
pluma apenas ha tocado el papiro, y ya exhorta que evitemos a los dioses de
confección humana. Con sus primeras palabras en este salmo, David procura
liberarnos de la carga de una divinidad inferior. Alguien podría decir que no
procura hacer nada más. Aunque habla de delicados pastos, su tesis no es el
ocio. Describe el valle de sombra de muerte, pero su poema no es una oda a
la muerte. Habla de la morada eterna de Dios, pero su tema no es el cielo.
¿Por qué David escribió el Salmo 23? Para fortalecer nuestra confianza en
Dios; para recordarnos quién es Él.
En este salmo David dedica noventa y ocho palabras para explicar la primera:
Jehová. Respecto al equipaje innecesario, el salmista comienza con el más
pesado: el dios remodelado. Un dios que luce bien, pero hace poco. Cuando
David escribió este salmo los Egipcios tenían 365 dioses primarios uno para
cada día de la semana, pero David sabìa que solamente hay un sòlo verdadero
Dios, el grande, soberano y eterno Dios.
¿De qué manera disminuimos la calidad de Dios en nuestras vidas?
Algunos ven a Dios como … Un genio en una botella. A nuestro alcance. Afable.
¿Necesita un estacionamiento, una cita, un gol a favor o que se yerre un
penal? Frote la botella y ¡paf!, lo tiene. Y lo mejor de todo es que este dios
vuelve a entrar en la botella cuando termina. Otros ve a Dios como un dulce
abuelo. Tan tierno. Tan sabio. Tan cariñoso. Pero tan, tan, tan viejo.
Despiertos, los abuelos son una gran cosa, pero cuando los necesitas están
durmiendo.
Otros lo ven como un padre atareado. Sale los lunes y regresa los sábados.
Muchos viajes y muchas reuniones de negocios. Aparece el domingo, así que
límpiate y muéstrate espiritual. El lunes, sé otra vez como eres. Él nunca se
dará cuenta.
Otros lo ven como un policía cósmico. Vigilando desde los cielos, listo para
intervenir con su macana para castigar al que se porta mal.
¿Ha tenido estas opiniones de Dios? En caso positivo, ya conoce los problemas
que causan. El padre ocupado no tiene tiempo para sus preguntas. El abuelo
bondadoso es demasiado débil para llevar su carga. Si es el genio de la botella,
usted es más poderoso que él. Él tiene que ir y venir según usted lo ordene.
¿Cuál es el tipo de Dios que usted quiere? ¿Es el tipo de Dios que tenemos?
La respuesta de David es un resonante no. «¿Quiere de veras saber quién es
Dios?», pregunta. «Entonces lea esto”. Y escribe el nombre Jehová: «Jehová
es mi Pastor».
Porqué escogió David ese nombre, habiendo tantos nombres que escoger. Porque
ese nombre denota calidad. Aunque extraño para nosotros, el nombre estaba
cargado de significado para David. Tan cargado, que David eligió Jehová por
sobre El-Shaddai (Dios Todopoderoso), El Elyon (Dios Altísimo) y El Olam
(Dios Eterno). Estos y muchos otros títulos divinos estaban a disposición de
David. Pero al considerar todas las opciones, eligió Jehová.
¿Por qué Jehová? Porque Jehová es el nombre de Dios. Me puede llamar
predicador, escritor, o malo para el golf. Son descripciones exactas, pero no
son mi nombre. Yo puedo llamarlo a usted papá, mamá, doctor o estudiante,
y esas palabras pueden ser su descripción, pero no son su nombre. Si me quiere
llamar por mi nombre, dígame, Romeo. Si quiero llamarle por su nombre, lo
digo. Si quiere llamar a Dios por su nombre, dígale, Jehová. Dios nos ha dicho
su nombre. (¡Cuánto anhelo tendrá de estar cerca de nosotros!) Moisés fue el
primero en aprenderlo. Siete siglos antes de David, aquel pastor octogenario
cuidaba sus ovejas cuando un arbusto se puso a arder espontáneamente y su
vida comenzó a cambiar. Se le dijo a Moisés que volviera a Egipto y rescatara
a los hebreos esclavizados. Puso más excusas que un niño a la hora de ir a la
cama, pero Dios las objetó. Finalmente, Moisés preguntó: «He aquí que llego
yo a los hijos de Israel, y les digo: El Dios de vuestros padres me ha enviado
a vosotros. Si ellos me preguntaren ¿Cuál es su nombre?, ¿qué les
responderé?». Entonces Dios respondió a Moisés: «YO SOY EL QUE SOY. Y
dijo: Así dirás a los hijos de Israel: YO SOY me envió a vosotros» (Éxodo
3.13–14). Después Dios recordaría a Moisés: «Yo soy JEHOVÁ. Y aparecí a
Abraham, a Isaac y a Jacob como Dios Omnipotente, más en mi nombre
JEHOVÁ no me di a conocer a ellos» (Éxodo 6.2–3).
Los israelitas consideraban el nombre demasiado santo para ser pronunciado
por labios humanos. Cuando necesitaban decir Jehová, sustituían la palabra por
Adonai, que significa Señor. Si era necesario escribir el nombre, los escribas se
bañaban antes de escribirlo, y luego destruían la pluma. 2 Dios nunca dio una
definición de la palabra Jehová, y Moisés nunca la pidió. Muchos eruditos
quisieran que lo hubiera hecho, porque el estudio del nombre ha suscitado
algunas discusiones saludables. El nombre YO SOY suena muy parecido al verbo
hebreo ser = havah. Es muy probable que se trate de una combinación de la
forma del tiempo presente (Yo soy) y el tiempo causativo (Yo hago ser).
Jehová, entonces, parece significar «YO SOY» y «Yo causo». Dios es «El que
es» y «El que causa».
Entonces el nombre de Dios no sólo demuestra de cualidad, sino también
demuestra calidad. ¿Por qué es eso importante? Porque necesitamos un Dios
grande. Si Dios es «El que es», es un Dios inmutable. Piense al respecto.
¿Conoce a alguien que ande diciendo «yo soy»? Yo tampoco. Cuando decimos
«Yo soy» agregamos otra palabra: «yo soy feliz»; «Yo soy fuerte»; «Yo soy
alegre»; «Yo soy Romeo». Sin embargo, Dios declara resueltamente «Yo soy»
sin agregar nada más.
«¿Qué eres?», queremos preguntar. «Yo Soy», responde. No necesita añadir
una palabra descriptiva porque Él nunca cambia. Dios es el que es. Es lo que
siempre ha sido. Su inmutabilidad mueve al salmista a declarar: «Pero tú eres
el mismo» (Salmo 102.27). El escritor quiere decir: «Tú eres el que eres.
Nunca cambias». 3 Jehová es un Dios inmutable.
También no sólo demuestra cualidad, calidad, sino que también causalidad.
Tampoco es un Dios causado. Aunque es Creador, nunca fue creado. Aunque
hace, nunca fue hecho. Aunque causa, nunca fue causado. Esto explica la
proclamación del salmista: «Antes que naciesen los montes Y formases la tierra
y el mundo, desde el siglo y hasta el siglo, tú eres Dios» (Salmo 90.2). Dios
es Jehová, Dios inmutable, Dios no causado, Dios no gobernado. A usted y a
mí nos gobiernan. El clima dicta lo que debemos usar. El terreno decide cómo
hemos de viajar. La gravedad dicta nuestra velocidad, y la salud determina
nuestra fuerza. Podemos desafiar tales fuerzas y alterarlas levemente, pero
no podemos eliminarlas. Dios nuestro Pastor no regula el clima; lo hace. No
desafía la gravedad; la creó. Su salud no se ve afectada; no depende de un
cuerpo. Jesús dijo: «Dios es Espíritu» (Juan 4.24). Puesto que no tiene
cuerpo, no tiene limitaciones.
También no solo demuestra cualidad, calidad, causalidad, sino que también
actualidad. Está activo lo mismo en Camboya que en Colombia o Guatemala.
«¿A dónde me iré de tu Espíritu? ¿Y a dónde huiré de tu presencia?» pregunta
David. «Si subiere a los cielos, allí estás tú; Y si en el Seol hiciere mi estrado,
he aquí allí tú estás» (Salmo 139.7–8). Inmutable. No causado. No gobernado.
Estas son sólo una fracción de las cualidades de Dios, pero ¿no bastan para
darle una visión de su Padre? ¿No necesitamos esta calidad de Pastor? ¿No
necesitamos un Pastor inmutable?
¿No ha tenido demasiados cambios en su vida? Las relaciones cambian. La salud
cambia. El tiempo cambia. Pero el Jehová que gobierna la tierra hoy es el
mismo que la gobernaba anoche. Las mismas convicciones. El mismo ánimo. El
mismo amor. Él nunca cambia. No puede alterar a Dios más que una piedrecilla
puede alterar el ritmo del océano Pacífico. Jehová es nuestro punto
permanente en un mundo cambiante. ¿No necesitamos un punto estable? ¿No
necesitamos un pastor inmutable? De la misma manera necesitamos un pastor
que no sea causado. Nadie sopló aliento de vida en Jehová. Nadie ha sido
señor de Él. Nadie lo dio a luz. Nadie lo causó. Ningún acto lo hizo aparecer.
Como ningún acto lo hizo aparecer, ningún acto lo puede hacer desaparecer.
¿Teme a los terremotos? ¿Tiembla ante un tornado? Imposible. Jehová duerme
en las tormentas y calma los vientos con su palabra. El cáncer no lo ataca, y
los cementerios no lo descomponen. Él ya estaba antes que tales cosas llegaran.
Él no es causado. Y no es gobernado. Los consejeros pueden consolarle en la
tormenta, pero usted necesita un Dios que pueda calmar la tormenta. Los
amigos pueden sostenerle la mano en el lecho de muerte, pero usted necesita
un Jehová que haya vencido al sepulcro. Los filósofos pueden discutir el
significado de la vida, pero usted necesita un Señor que declare el significado
de la vida. Necesita a Jehová.
No necesita lo que Dorothy encontró. ¿Recuerda su descubrimiento en El
maravilloso mago de Oz? ¡Ella y su trío siguieron el camino de adoquines
amarillos sólo para descubrir que el mago era un debilucho! Nada sino humo,
espejos y el estruendo de un tambor de hojalata. ¿Es ese el tipo de Dios que
necesita?
No necesita llevar la carga de un Dios inferior … un dios en un anaquel, un
dios en una caja, un dios en una botella. No, necesita un Dios que pueda
colocar cien mil millones de estrellas en nuestra galaxia y cien mil millones de
galaxias en el universo. Y necesita un Dios que, a pesar de ser inconcebiblemente
poderoso, puede venir en la suavidad de la noche y tocarlo con la ternura de
una brisa de octubre. Necesita un Jehová. Y, según David, ya tiene uno. Él
es su Pastor.
“…A mí manera…”
La carga de la autosuficiencia
Frank Sinatra hizo popular la canción “A mi manera”. En ella expresa como es
que el ha vivido su vida. Parte de la letra de la canción dice:
Y ahora, el final está cerca,
y así me enfrento al último telón.
Amigo mío, lo diré sin rodeos,
hablaré de mi caso, del cual puedo hablar con certeza.
He vivido una vida plena,
Viajé por todas y cada una de las autopistas,
y más, mucho más que esto,
lo hice a mi manera.
Arrepentimientos, he tenido unos pocos,
pero igualmente, muy pocos como para mencionarlos.
Hice lo que tenía que hacer,
y llegué al final sin deber nada a nadie.
Planeé cada ruta,
cada cuidadoso paso a lo largo del camino.
Y más, mucho más que esto,
lo hice a mi manera.
¿Será que es una buena filosofía hacerlo a “mi manera”? Todos hemos
escuchado chistes acerca de hombres que se niegan a preguntar por direcciones.
En realidad, es probable que haya mucho de cierto en el estereotipo, pero no
se limita a los varones. Muchos hombres y mujeres en este mundo van muy
de prisa sin pedir dirección. Si usted mirara la situación desde una perspectiva
espiritual, vería un mundo de almas perdidas tratando desesperadamente de
salvarse a sí mismas. Piensan que pueden ganar su entrada al cielo trabajando
duro para lograrlo y acumulando buenas obras, pero están equivocadas.
En el primer estudio vimos como deshacernos de la carga de un dios barato.
Vimos que el nombre Jehová tiene cualidad, calidad, causalidad y actualidad.
Hoy quiero que hablemos de la carga de la autosuficiencia. Para esta razón
veremos que todo aquel que deposita su carga en las manos de Dios puede
encontrar descanso y reposo. Al analizar la frase “es mi pastor”. Encuentro
tres verdades que combaten la autosuficiencia en nuestra vida. Alguien ha
dicho que la autosuficiencia es el estado o condición de quien se basta a sí
mismo, viene del prefijo auto «por sí mismo» sobre la palabra suficiencia y
esta del latín sufficientia: «capacidad, cualidad del que logra algo».
La primera gran verdad tiene que ver con la existencia. El texto dice “ES”.
Lo primero que demuestra la existencia de Dios es su realidad. La Biblia no le
interesa probar que Dios existe, sino demostrar lo que es. Vivimos en una
generación que ha bebido de los conceptos humanistas y a ha elevado al hombre
a categoría de deidad. También en el texto la existencia de Dios habla de su
eternidad. El uso del verbo es como un verbo universal que es continuo y
presente demuestra que de alguna manera es un Dios eterno, que no solo
posee eternidad, sino que demuestra eternidad y otorga eternidad. ¿A la luz
de la eternidad deberíamos preguntarnos que es lo más importante en esta
vida? Bertrand Russell un hombre que se declaraba ateo una vez llegó a
reconocer que a menos que supongas que hay un Dios, la pregunta acerca del
propósito de la vida es irrelevante. No tiene nada que ver con usted. El
propósito de su vida es excesivamente mayor que su realización personal, que
su paz mental, e incluso que su felicidad. Es excesivamente mayor que su
familia, que su profesión y que sus mayores sueños y ambiciones. Si quiere
saber por qué fue puesto en este planeta, tiene que empezar con Dios. Usted
nació debido a Su propósito y para Su propósito. La búsqueda del propósito
de la vida ha dejado perpleja a la gente por miles de años. Esto es porque
normalmente empezamos en el punto de partida equivocado: nosotros mismos.
Nos hacemos preguntas egocéntricas como ¿Qué quiero ser yo? ¿Qué debería
de hacer con mi vida? ¿Cuáles son mis metas, mis ambiciones, mis sueños para
mi futuro? Pero enfocarnos en nosotros mismos nunca nos revelará el
propósito de nuestras vidas. La Biblia dice, "Dios es el que dirige las vidas de
sus criaturas; la vida de todos está en su poder." (Job 12:10) Contrario a lo
que muchos libros, películas y seminarios populares le digan, no descubrirá el
significado de su vida si lo busca dentro de usted mismo. Probablemente ya
ha probado eso. Usted no se creó a sí mismo, ¡consecuentemente no hay
manera que usted pueda decirse para qué fue creado! Si le diera un invento
que nunca ha visto, no sabría su propósito y el invento mismo sería incapaz
de decírselo. Sólo su creador o el manual de instrucciones podría revelarle su
propósito. Pero también no sólo habla de su realidad, su eternidad, sino que
también de su identidad. Una vez me perdí en el campo. Cuando me detuve
para pedir direcciones al campamento, me dijeron: "No puede llegar allí desde
aquí. ¡Tiene que empezar del otro lado de la montaña!" De la misma manera,
no puede concluir cuál es el propósito de su vida comenzando con un enfoque
en usted. Tiene que empezar con Dios, su Creador. Usted existe solamente
porque Dios desea que exista. Usted fue hecho por Dios y para Dios. Y hasta
que entienda esto, la vida nunca tendrá sentido. Es solamente en Dios que
descubrimos nuestro origen, nuestra identidad, nuestro significado, nuestro
propósito, nuestra importancia, y nuestro destino. Cualquier otro camino nos
llevará a un callejón sin salida.
Muchas personas tratan de usar a Dios para lograr su propia autorrealización,
pero eso es poner la naturaleza al revés y está destinado al fracaso. Usted
fue hecho para Dios, no viceversa, y la vida es acerca de permitir que Dios lo
use a usted para Sus propósitos, no que usted lo use a Él para sus propósitos.
La Biblia dice, "La obsesión con uno mismo en estas cuestiones es un callejón
sin salida; ponerle atención a Dios nos guía a un campo abierto, a una vida
espaciosa y libre." (Romanos 8:6)
He leído muchos libros que sugieren maneras de descubrir el propósito de la
vida. Todos podrían ser clasificados como libros de "autoayuda" porque hablan
del tema desde un punto de vista egocéntrico. Libros de autoayuda, incluyendo
los cristianos, generalmente ofrecen los mismos pasos predecibles para
encontrar el propósito de la vida: Considere sus sueños. Clarifique sus valores.
Fije algunas metas. Dése cuenta en qué es bueno. Trate de lograr grandes
cosas. ¡Empiece! Sea disciplinado. Confíe en que puede lograr sus metas.
Envuelva a otros. Nunca se dé por vencido.
En efecto, estas recomendaciones muchas veces producen un gran éxito. Usted
puede generalmente tener éxito en realizar una meta si se propone hacerlo.
¡Pero ser exitoso y cumplir el propósito de su vida no son la misma cosa en
lo absoluto! Usted puede lograr todas sus metas personales, tener un éxito
rotundo de acuerdo con los criterios del mundo, y, aún así, no encontrar los
propósitos para los cuales Dios lo creó. Necesita más que consejos de
autoayuda. La Biblia dice, "La autoayuda no es ayuda del todo. El auto
sacrificio es el camino, mi camino, a descubrirte a ti mismo, tu verdadero
yo." (Mateo 16:25) Necesita la habilidad de Dios para que lo cambie.
La segunda verdad tiene que ver con la asistencia de Dios. Observe que el
texto sigue diciendo “es MI”. Ese pronombre es importante en el texto y en
la filosofía que el Rey David tenía con respecto a como podía librarse de su
autosuficiencia.
Ese “mi” primero habla de revelación. La revelación es que Dios está accesible
para que yo lo pueda experimentar y conocer. Es un Dios que descendió de la
eternidad y se ha hecho tangible y visible en este mundo a través de su hijo
Jesucristo. Es un Dios que se quiere dar a conocer, que no se oculta sino que
simplemente está disponible para mí. Dios no es una idea, no es un concepto
es una persona que me ama y me cuida. Dichosamente, existe una alternativa
a la especulación sobre el significado y el propósito de la vida. Es la revelación.
Podemos descubrir lo que Dios ha revelado acerca de la vida en su Palabra. La
manera más fácil de descubrir el propósito de un invento es preguntarle a su
creador. Lo mismo es verdad para descubrir el propósito de su vida: pregúntele
a Dios.
Ese “mi” segundo habla de relación. El escritor David Friend, en su libro The
Meaning of Life cuenta que Andrei Bitov, un novelista ruso, creció bajo un
régimen comunista ateo. Pero Dios captó su atención en un día sombrío. El
recuerda: "Cuando tenía veintisiete años, mientras viajaba en el metro de
Leningrado (ahora San Petersburgo) fui abrumado por una desesperación tan
grande que la vida me pareció como que se detuvo instantáneamente,
quitándole todo su futuro y con ello su significado. Repentinamente, una frase
apareció por sí sola: Sin Dios la vida no tiene sentido. Repitiéndola en asombro,
ascendí la frase como una escalera automática, me salí del metro y entré en
la luz de Dios." Encontró que Dios se le busca en una relación personal. Quizá
se haya sentido en la oscuridad acerca de su propósito en la vida. Lo felicito,
usted está a punto de entrar en la luz.
Ese “mi” tercero habla de restauración. Albert Einstein dijo que Dios no juega
a los dados. Usted no es un accidente. Nació para tener comunión con Dios.
Su nacimiento no fue un error o un accidente, y su vida no es una casualidad
de la naturaleza. Puede que sus padres no lo hayan planeado pero Dios sí lo
planeó. Él no se sorprendió del todo de su nacimiento. De hecho, Él lo esperaba
y quería gozar comunión con usted. Mucho antes de que fuera concebido por
sus padres, usted fue concebido en la mente de Dios. Él fue el primero que
pensó en usted. No es por el destino, o por la casualidad o por la suerte, o
por coincidencia que usted está respirando en este momento. Porque Dios lo
hizo por una razón, El también decidió cuándo nacería y cuánto tiempo viviría.
El planificó de antemano los días de su vida, escogiendo el tiempo exacto de
su nacimiento y de su muerte. La Biblia dice, "Me viste antes que naciera y
pusiste en una agenda cada día de mi vida antes que empezara a respirar.
¡Cada día fue anotado en tu Libro!" (Salmo 139:16) Nada en su vida es
arbitrario. Todo es con un propósito. Lo más impresionante de todo es que
Dios decidió cómo nacería. No importa cuáles hayan sido las circunstancias de
su nacimiento o quiénes son sus padres, Dios tenía un plan al crearlo a usted.
No importa si sus padres fueron buenos, malos o indiferentes. Dios sabía que
esos dos individuos poseían exactamente la combinación genética correcta para
crear el "Usted" especial que él tenía en mente. Ellos tenían el ADN que Dios
quería para crearlo. Aunque hay padres ilegítimos, no hay niños ilegítimos.
Muchos niños no son planeados por sus padres, pero sí son planeados por Dios.
El motivo de Dios al crearlo fue Su comunión en amor. La Biblia dice, "Mucho
antes de que él pusiera las fundaciones de la tierra, él nos tenía en mente,
él había decidido que nosotros seríamos el enfoque de su amor. (Isaías 46:3-
4)
La tercer gran verdad la consistencia de Dios. La frase sigue con “pastor”.
La expresión habla de que David utiliza el título de pastor para demostrar.
Debilidad por un lado Estabilidad por otro lado. Veamos entonces en primer
lugar la expresión de la debilidad de la oveja. Los humanos queremos hacer las
cosas a nuestra manera. Olvidamos la vía sencilla. Olvidamos el camino común.
Olvidamos el mejor método. Olvidamos el camino de Dios. Queremos hacer las
cosas a nuestra manera. Y según la Biblia ese es exactamente nuestro
problema. «Todos nosotros nos descarriamos como ovejas; cada cual se apartó
por su camino» (Isaías 53.6). Su cuidado por las ovejas le hizo recordar el
cuidado de Dios por nosotros. David se regocijaba al decir: «Jehová es mi
pastor», y al hacerlo orgullosamente daba por entendido, «y yo soy su oveja».
Nos cuesta pensar que una oveja sea obstinada. De todos los animales de Dios
es el menos capaz de cuidarse. ¡Las ovejas son tontas! ¿Ha conocido algún
adiestrador de ovejas? ¿Ha visto una oveja que haga cosas entretenidas? ¿Sabe
de alguien que haya enseñado a su oveja a retozar? ¿Ha visto un circo que
anuncie a «Olimpo y su oveja saltarina»? No. Son muy tontas. También son
indefensas. No tienen colmillos ni garras. No te pueden morder ni correr más
que tú. Por eso nunca vemos que una oveja sea la mascota de un grupo.
Hemos oído de los Carneros (Rams) de San Luis, de los Toros (Bulls) de
Chicago y de los Halcones marinos (Sea Hawks) de Seattle, pero ¿qué de las
Ovejas de Nueva York? Quién quiere ser oveja? Ni siquiera podrías lograr un
grito decente para la barra. Peor aún, las ovejas son sucias. Un gato se limpia.
También el perro. Vemos las aves que se bañan o un oso en el río. Pero ¿una
oveja? Se ensucian y así se quedan. ¿No podría David haber pensado en una
mejor metáfora? ¡Claro que sí! Después de todo superó a Saúl y abatió a
Goliat. ¿Por qué no eligió algo otra cosa que no fuera la oveja? Algo como:
«Jehová es mi comandante en jefe, y yo soy su soldado». Eso nos gustaría
más. El guerrero recibe un uniforme y un arma, y quizás una medalla. O,
«Jehová es mi inspiración y yo su cantor». Estamos en el coro de Dios; ¡qué
tarea tan halagadora! O, «Jehová es mi rey y yo su embajador». ¿Quién no
querría ser portavoz de Dios? Cuando habla el embajador, todos callan. Todos
escuchan cuando cantan los trovadores de Dios. Todos aplauden cuando pasa
el guerrero de Dios.
Ahora en segundo lugar la estabilidad del Pastor. Pero ¿quién se da cuenta
cuando aparece la oveja de Dios? ¿Quién nota cuando la oveja canta, habla o
actúa? Sólo una persona lo nota. El pastor. Y ese es exactamente el punto
de David. Cuando David, que era un guerrero, cantor y embajador de Dios,
buscaba una ilustración de Dios, recordó sus días como pastor. Recordó su
atención preferente por las ovejas día y noche. Recordó cómo dormía con ellas
y las cuidaba. Su cuidado por las ovejas le hizo recordar el cuidado de Dios
por nosotros. ¿Se siente aún incómodo con que lo consideren una oveja?
Présteme su buen humor y ayúdeme en una simple encuesta. Vea si tiene
éxito con la confianza en sí mismo. Levante la mano derecha si alguna de la
siguientes afirmaciones lo describen:
Puede controlar su buen ánimo. Nunca está malhumorado ni resentido. No
puede identificarse con Jekyll y Hyde. Siempre está optimista y erguido.
¿Esto le describe? ¿No? Bueno, probemos por otro lado.
Está en paz con todos. Toda relación es dulce como el caramelo. Aun sus
viejos amores hablan bien de usted. Ama a todos y todos lo aman. ¿Eso es
usted? Si no, ¿qué tal esta otra descripción?
No tiene temores. Lo llaman el «bravo». Se desploma la bolsa de valores: No
hay problema. ¿Le descubren un problema al corazón: Bostezo. Comienza la
Tercera Guerra Mundial: ¿qué hay para la cena? ¿Esto le describe?
No necesita perdón. Nunca ha cometido un error. Tan cuadradito como un
tablero de ajedrez. Tan limpio como la cocina de la abuela. Nunca hizo trampa.
Nunca mintió. Nunca mintió sobre hacer trampas. ¿Así es usted? ¿No?
Evaluemos esto. No puede controlar su genio. Algunas de sus relaciones están
tambaleantes. Tiene temores y fallas. ¡Humm! ¿Quiere realmente aferrarse al
cofre de su autosuficiencia? Me da la impresión de que necesita un pastor.
De otro modo podría tener un Salmo 23 según esta versión: Yo soy mi
pastor. Siempre padezco necesidad. Voy de negocio en negocio y de sicólogo
en sicólogo en busca de alivio sin encontrarlo. Me arrastro por el valle de
sombra de muerte y me desmorono. Le temo a todo desde los pesticidas
hasta las líneas eléctricas, y comienzo a actuar como mi madre. Voy a la
reunión semanal del personal y estoy rodeado de mis enemigos. Voy a casa y
hasta mi pez de colores me desprecia. Unjo mi cabeza con Tylenol extrafuerte.
Mi Ron Bacardí está rebosando. Ciertamente la miseria y la desdicha me
seguirán, y viviré dudando de mí por el resto de mi solitaria vida.
¿A qué se debe que quienes más necesitan un pastor lo resisten tanto? Esa
sí que es una pregunta para los autosuficientes en la vida.
Frank Sinatra dijo que lo hizo a su manera. ¿Saben cuáles fueron las últimas
palabras de Frank Sinatra al entrar al hospital moribundo? Creo que estoy
perdiendo… La Escritura dice: «Hazlo a la manera de Dios». La experiencia
dice: «Hazlo a la manera de Dios». Los ángeles en el cielo dicen: «Hey,
muchacho, hazlo a la manera de Dios».
“…nada me faltará…”
La carga de la Necesidad
John D. Rockefeller fue uno de los magnates más adinerados que existió en
el siglo pasado. Su fortuna fue incalculable no sólo por el efectivo sino también
por las propiedades e inversiones que tenía en todo el mundo. Cuando murió
dejó su testamento para que fuera leído entre todos sus parientes. El abogado
llamó a la reunión para descubrir cómo era que había quedado la herencia.
Antes de comenzar a distribuir los bienes, este abogado les hizo una pregunta
los asistentes. ¿Saben cuánto dejó el Sr. Rockefeller? Algunos dijeron millones,
otros miles de millones. El abogado sonrió y dijo. ¿Cuánto dejó el Sr.
Rockefeller? Bueno, pues dejó todo…nada se llevó.
Vivimos en un mundo donde existen ciertas prisiones que no nos damos cuenta.
Algunas tienen más internos que camarotes. Saturadas de gentes más que de
instalaciones o recursos.
Con el correr de los años he llegado a conocer la prisión más opresiva del
mundo. Si uno interroga a sus internos ellos le contarán cosas interesantes.
Le podrán decir que trabajan demasiado y comen mal. Sus muros están
desnudos y sus camastrones son duras.
Y es que he descubierto que ninguna cárcel está tan superpoblada; ninguna es
tan opresiva, y lo peor, ninguna prisión es tan permanente como la que he
encontrado. Una de las características de esta prisión es que la mayoría de
los internos jamás salen, y algunos ni quieren salir. Por otro lado nadie se
puede escapar. Muchos tienen cadena perpetua. Tienen que cumplir una
sentencia de por vida en este centro superpoblado y desabastecido. ¿El nombre
de la prisión? Lo verá a la entrada. Sobre el portón, en forma de arco están
las letras fundidas en hierro que forman su nombre: N-E-C-E-S-I-D-A-D
La prisión de la necesidad. Ha visto sus prisioneros. Tienen «necesidad».
Siempre necesitan algo. Quieren algo más grande. Más hermoso. Más rápido.
Más delgado. Necesitan. No es mucho lo que necesitan. Sólo quieren una cosa.
Un nuevo trabajo. Un nuevo automóvil. Una nueva casa. Una nueva esposa.
No quieren mucho. Sólo una cosa. Con sólo «una cosa» serán felices. Y tienen
razón: serán felices. Cuando tengan «una cosa» saldrán de la prisión. Entonces
sucede algo. El olor a carro nuevo se desvanece. El nuevo empleo se envejece.
Los vecinos compran un televisor más grande. La nueva esposa tiene malos
hábitos. La chispa se esfuma, y antes que usted se dé cuenta, otro exconvicto
quebranta su palabra y regresa a la prisión.
Ahora quiere hacerle una pregunta más íntima ¿Está usted en esa prisión?
Adivino que sí, ya que si se siente mejor cuando tiene más y peor cuando
tiene menos entonces usted está preso. Adivino que sí, si su gozo está a una
entrega de distancia, a un traslado de distancia, a un premio de distancia o
a una renovación de distancia. Si su felicidad procede de algo que deposita,
conduce, bebe o come, reconózcalo: usted está en una cárcel, la cárcel de la
necesidad. Esa es la mala noticia.
La buena es que tiene una visita. Y su visita tiene un mensaje que puede
darle la libertad. Vaya a la sala de visitas. Tome asiento, y vea al otro lado
al salmista David. Le hace señas para que se incline hacia él. «Tengo un secreto
que contarte», susurra, «el secreto de la satisfacción: “Jehová es mi pastor;
nada me faltará”» (Salmo 23.1). David ha encontrado los pastos donde va a
morir el descontento. Es como si dijera: «Lo que tengo en Dios es más grande
que lo que no tengo en la vida».
Nada me faltará: Para David, el hecho de que Dios cuida a semejanza de un
pastor fue el fin de la necesidad sin satisfacer. Él dijo, “nada me faltará”
tanto como una declaración como una decisión.
¿Espera que un cambio de circunstancias traerá un cambio en su actitud? Si
es así, usted está en prisión, y necesita aprender un secreto para aligerar su
equipaje. Lo que tiene en su Pastor es mayor que lo que no tiene en la vida.
Permítame entrometerme por un momento. ¿Qué cosa específicamente se
interpone entre usted y su gozo? ¿Cómo llenaría la línea siguiente?: «Seré
feliz cuando __________________». Cuando sane. Cuando ascienda. Cuando me
case. Cuando esté solo. Cuando sea rico. ¿Cómo podría terminar esta oración?
Con su respuesta bien en mente, responda esto. ¿Si su barco nunca llega, si
su sueño nunca se hace realidad, si su situación nunca cambia, podría ser feliz?
Si dice que no, está durmiendo en la fría mazmorra del descontento. Está
preso. Y necesita saber lo que tiene en su Pastor.
La frase nada me faltará conlleva tres cosas que tenemos en nuestra vida con
Dios y que trae satisfacción. Primero está la alegría de la satisfacción, segundo
la cercanía de la satisfacción y en tercer lugar la garantía de la satisfacción.
Veamos cada una de ellas y como esto nos da tranquilidad y por sobre todo
cubre nuestras necesidades trayendo satisfacción.
En primer lugar veamos la alegría de la satisfacción. Primero vemos una
descripción de la alegría. La expresión que debemos tomar en cuenta aquí es
“nada”. ¿Qué es nada? ¿Qué significa esta palabra? Muchas personas han
entendido mal este concepto. Y por haberlo entendido mal se desaniman y se
amargan. Algunos creen que “nada” se refiere a un estado de cosa. Es decir
“nada” implica todas las cosas que deseo y necesito. Pero el salmo en realidad
tanto en el original como en la traducción no dice eso. No dice que no
pasaremos limitaciones, o que tendremos carestía de algo o que sufriremos
dificultades. En realidad el “nada” no significa un estado de cosas, sino un
estado de ánimo. Es decir, “Nada” significa, “Todas mis necesidades son
suplidas por el Señor, mi pastor.” Pero por otro lado “Nada” significa, “He
decidido no desear más que lo que el Señor, mi pastor, me dé. Por eso una
traducción más literal del texto podría ser: “Jehová es mi Pastor no necesito
nada”. En segundo lugar la convicción de la alegría. La pregunta que genera
alegría no se trata de averiguar "qué es lo que tienes" en tu vida? Sino
“a quién tienes" en tu vida? Eso significa que debemos alegrarnos porque Dios
simplemente estará al cuidado de nosotros. Si tu alma está satisfecha en
Cristo, te gloriarás en Cristo. Quita la mirada del Pastor, y perderás tu
alegría. El gozo cristiano es un barómetro de tu vida espiritual. Ahora bien,
no hay que confundir este gozo único con optimismo. La alegría cristiana
auténtica no está en el poder del pensamiento positivo. La alegría no es tener
una personalidad burbujeante y optimista. La alegría cristiana no es ser feliz
porque la vida va a mi manera. La alegría cristiana no se trata de ir por la
vida con una actitud ingenua, viendo el vaso medio lleno.
En tercer lugar la intención de la alegría. Jesús dijo que él ponía su gozo… en
nosotros. Y Pablo dice: Alégrense en el Señor. El gozo es la emoción de la
relación con Dios y como resultado obtenemos la salvación. Es el gozo de ver,
conocer, amar, y confiar en Jesucristo. No podemos ofrecernos este verdadero
gozo a nosotros mismos, es el producto del Espíritu Santo en nosotros
(Gálatas 5:22). El gozo es una alegría gloriosa y un deleite profundo en la
persona de Jesucristo. Porque está con nosotros y es nuestro Pastor. Tal
gozo no puede ser extinguido por las circunstancias de la vida. Es un gozo que
Dios da, mayor y más fuerte que cualquier problema que llegue a nuestra
vida.
La alegría en Cristo no es un sentimiento vertiginoso de reírse de una broma
o una bandera triunfante de la victoria cuando alcanzamos una meta o
avanzamos en un área de lucha. La alegría está allí en esos momentos, pero
la verdadera alegría proviene de la fuerza inquebrantable del Señor. Queda por
recordarnos cuán lejos hemos llegado y nos alienta a lo largo del largo camino
de refinamiento que aún tenemos que recorrer.
En segundo lugar veamos la cercanía de la satisfacción. El pasaje da por
entendido que es “a mí” que no me faltará. Soy el centro de la atención de
Dios. En ese sentido la cercanía reafirma que Dios es Disponible. Él está cerca
caminando conmigo. No es un Dios lejano e indiferente, sino lleno de amor y
de ternura por cada hombre y mujer. A diferencia de nosotros, hábiles en
arruinar vínculos y derribar puentes, Dios permanece fiel, nunca nos deja solos,
sino que camina siempre a nuestro lado, aun cuando nos olvidáramos de él. La
existencia de todo ser humano es un camino, una peregrinación. La Sagrada
Escritura está llena de historias de peregrinos y viajeros, como la de Abrahán
que, siguiendo la voz del Señor, abandonó su tierra para ir al encuentro de
Dios. En el camino de la vida nadie está solo, y para nosotros los cristianos,
esta certeza es aún más fuerte, pues las palabras de Jesús: “Yo estoy con
ustedes todos los días hasta el fin del mundo”, nos aseguran que Él nos cuida
y nos acompaña siempre y que está cerca.
También es un Dios accesible. Entre los símbolos cristianos de la esperanza
está el ancla, que evidencia cómo la esperanza cristiana no es un sentimiento
indefinido, que quisiera mejorar el mundo con la propia fuerza de voluntad,
sino la seguridad en lo que Dios nos ha prometido y realizado en Jesús. Me
encanta que esa cercanía es personalizada. David habla en singular y no en
plural. Dios tiene un trato cercano para con cada uno de aquellos que
desarrollan una relación con él. Pero también es un Dios sensible. Ahora por
un momento imagina que un virus entra en tu computadora y tienes problemas
con Microsoft. Mandas un correo al responsable y dos días después, a la puerta
de tu casa está Bill Gates, el fundador y creador de la empresa, para arreglar
el asunto. ¿Imposible? Probablemente.
Sin embargo la Biblia nos dice que Dios, en Sus tres personas, creó el mundo,
por eso Génesis 1 usa el plural: «Hagamos a los seres humanos a nuestra
imagen». Pero Dios no es un Creador que está lejos como Bill Gates, que se
encuentra en su casa de Seattle mientras que millones de personas usamos
sus productos alrededor del mundo.
Cuando el virus del pecado entró al mundo y echó a perder el hardware, el
software y todo lo creado, Dios no mandó a Sus especialistas, sino que por
medio de Jesús se hizo carne y habitó entre nosotros. El Creador se hizo
como una de Sus criaturas para tomar nuestro lugar y rescatarnos del pecado.
Si crees que Dios está lejos de ti, entonces no has creído en el Dios de la
Biblia. El Dios que allí se revela es un Dios disponible, accesible y sensible. Si
ya eres su hija, ¡está en ti! Si aún no has creído en Él, ¿qué esperas? El
Creador está a la puerta de tu casa. ¿Le dejarás entrar?
La cercanía de Dios ensalza dos actitudes de Dios, la primera es proximidad y
la segunda es humildad. Dios se hizo próximo y se hizo uno de nosotros.
En tercer lugar veamos la garantía de la satisfacción. Se usa el verbo “faltará”.
Este verbo da la idea de tener suficiente. De hecho una traducción más literal
sería “siempre tengo más que suficiente”. Ahora esta frase en el hebreo tiene
tres características importantes gramaticales. Primero está la definición de la
palabra faltar que ya mencioné antes. Eso habla de la vigilancia de Dios. Para
que no falte nada hay que saber el momento en que va a hacer falta algo.
Muchas veces me toca ir a comprar al supermercado. Pero siempre estoy
pendiente de que vaya cuando veo que empieza a faltar. En ese momento es
el oportuno para ir y suplir nuevamente la provisión. Dios no pasa por alto
nuestra necesidad, está pendiente de nuestras carencias y simplemente actuará
cuando el vea que sea necesario. En segundo el tiempo del verbo, que es un
imperfecto en el hebreo nos habla de la constancia de Dios. Dios siempre
estará pendiente ayer, hoy y mañana de nuestra necesidad y actuará de
acuerdo con su sabiduría. Y el modo del verbo que es un modo qal en el
hebreo nos habla de la abundancia de Dios. En muchas ocasiones recibimos
cosas sin saber exactamente cómo llegaron hasta nuestras manos.
Probablemente no lo merecemos y simplemente nos "llegó". Todo esto sucede
por la misericordia y bondad de nuestro Dios que siempre está pendiente de
las necesidades de cada uno de sus hijos. A veces no entendemos cómo Dios
actúa, pero sí podemos entender que todo cuanto somos y tenemos, lo
debemos a Él. Nuestro Dios, es un Dios de misericordia y bondad, un Dios
provisor.
Hemos hablado de la satisfacción y nos hemos enfocado en tres conceptos. El
primer concepto es la alegría de la satisfacción, el segundo concepto es la
cercanía de la satisfacción y finalmente la garantía de la satisfacción.
David ha encontrado los pastos donde va a morir el descontento. Es como si
dijera: «Lo que tengo en Dios es más grande que lo que no tengo en la vida».
¿Piensa que podemos aprender a decir lo mismo? Piense por un momento en
lo que tiene. Piense en la casa que tiene, en el coche que conduce, el dinero
que ha ahorrado. Piense en las joyas que ha heredado y las acciones que ha
transado y la ropa que ha adquirido. Vea todo lo que ha acumulado, y
permítame recordarle dos verdades bíblicas.
Lo que tiene no es suyo. Pregúntele a cualquier médico forense. Pregúntele a
cualquier embalsamador. Pregúntele a cualquier director de una funeraria.
Nadie se lleva nada consigo. «Como salió del vientre de su madre, desnudo,
así vuelve, yéndose tal como vino; y nada tiene de su trabajo para llevar en
su mano» (Eclesiastés 5.15). De todo eso, nada es suyo. ¿Y sabes algo más
acerca de todas esas cosas? No sólo no son suyas sino que No son usted. Lo
que usted es nada tiene que ver con la ropa que usa ni con el coche que
conduce. Jesús dijo: «La vida del hombre no consiste en la abundancia de los
bienes que posee» (Lucas 12.15). El cielo no lo conoce como el tipo del traje
hermoso ni como la mujer de la casa grande ni el muchacho de la bicicleta
nueva. El cielo conoce su corazón. «Jehová no mira lo que mira el hombre;
pues el hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero Jehová mira el
corazón» (1 Samuel 16.7). Cuando Dios piensa en usted, se fija en su
compasión, su devoción, su ternura o ligereza de mente, pero no en sus cosas.
Recuerde Rockefeller lo dejó todo…
“…me hará descansar…”
La carga del cansancio
Hay un problema a nivel mundial • Aflige a 70 millones de personas y causa
38 mil muertes cada año. Por otro lado es muy costoso ya que según algunos
cálculos cuesta anualmente unos $70 mil millones en productividad. Por otra
parte no hay distinción la sufren los adolescentes. Los estudios muestran que
el 64% de ellos lo culpan por el bajo rendimiento escolar. Los adultos lo
sufren. Los investigadores dicen que los casos más graves se encuentran entre
los treinta y los cuarenta años. Los adultos mayores se ven afectados por el.
Un estudio sugiere que la condición impacta al 50% de la población superior a
los sesenta y cinco años. Ahora bien el tratamiento incluye desde enjuagues
bucales a té de hierbas y medicinas. ¿Tiene idea de que estoy hablando?
¿Abuso químico? ¿Divorcio? ¿Sermones largos? Ninguna de las respuestas es
correcta, aunque la última tiene cierta lógica. La respuesta les puede
sorprender: El insomnio. El mundo no puede dormir.
Para serles honesto la mayor parte de mi vida no parece tener dificultades
para dormir. En realidad la mayor parte de mi vida mi problema no es
dormirme sino mantenerme despierto. Hasta que pasé un tiempo en el que
no podía dormir, debido a las consecuencias de una medicina que tomé. Por
eso es por lo que no me extraña la inclusión del reposo en el Salmo 23.
La verdad es que las personas con demasiado trabajo y poco sueño van al lugar
de reclamo del equipaje de la vida y recogen el bolso del cansancio. Uno no lo
carga. No se lo cuelga del hombro para caminar por la calle. Lo arrastra como
lo haría con un obstinado perro. El tedio cansa. ¿Por qué estamos tan
cansados? ¿Ha leído el periódico recientemente? Añoramos la vida del campo,
nos vemos navegando en las aguas de la hermosa mar.
Puesto que no podemos dormir, tenemos un problema adicional. Nuestros
cuerpos están cansados. Piénselo. Si 70 millones en el mundo no duermen lo
necesario, ¿qué significa? Que una gran cantidad se duerme en el trabajo,
toma siesta en las clases o se duerme en el volante. (Mil quinientas muertes
en la carretera se atribuyen a camioneros soñolientos.) Lo otro dramático con
respecto a esta situación es que diariamente se consumen treinta toneladas
de aspirinas, pastillas para dormir y tranquilizantes. El medidor de energía en
el tablero de mandos de nuestra cabeza marca vacío.
Trabajamos arduamente. Hay que ganar dinero. Hay títulos que alcanzar. Hay
escaleras que subir. Según nuestra mentalidad, estar bien ocupado es estar a
un paso de la santidad. Idealizamos a Tomás Edison, quien decía que podía
vivir con quince minutos de sueño. Y por el contrario nos olvidamos de Albert
Einstein, que promediaba once horas de sueño por noche. En 1910 se dormían
nueve horas por noche; en la actualidad dormimos siete y nos enorgullecemos
de ello. Tenemos la mente cansada. Tenemos el cuerpo cansado. Pero, lo que
es peor, tenemos el alma cansada. Somos criaturas eternas y nos hacemos
preguntas eternas: ¿De dónde vengo? ¿A dónde voy? ¿Cuál es el sentido de
la vida? ¿Qué es bueno? ¿Qué es malo? ¿Hay vida más allá de la muerte?
Estas son preguntas fundamentales para el alma. Si las dejamos sin responder,
tales preguntas nos robarán el descanso.
Ahora sabe usted que sólo otra criatura viviente tiene tanto problema para
descansar como nosotros. No los perros. Estos dormitan. Ni los osos. Estos
hibernan. Los gatos inventaron las siestas breves, y las ardillas duermen veinte
horas diarias. La mayoría de los animales saben descansar. Hay una excepción.
Tales criaturas son lanudas, tienen poca inteligencia y son lentas. ¡Se trata
de las ovejas! La oveja no duerme. ¿Sabe usted que para que la oveja duerma
todo tiene que estar bien? Es decir que no haya amenaza de depredadores.
No puede haber tensiones en el ganado ni insectos en el aire. No debe tener
sensación de hambre en el vientre. Todo tiene que andar bien. Ahora bien
desafortunadamente la oveja no puede hallar lugares ideales para ese descanso.
Ni puede rociar insecticida, ni tratar las fricciones personales, ni hallar
alimento. Necesitan ayuda. Necesitan un pastor que las «guíe» y las ayude a
«descansar en lugares de delicados pastos». Sin un pastor no pueden descansar.
Eso me lleva a pensar que nosotros tampoco podemos hacerlo sin un pastor.
En el versículo dos del Salmo 23, el poeta David se convierte en David el
artista. Su pluma se convierte en pincel, su pergamino en lienzo y sus palabras
pintan un cuadro. Un rebaño de ovejas echadas sobre sus patas dobladas rodea
al pastor. Los vientres de las ovejas descansan en el pasto largo. A un costado
hay una laguna quieta, al otro hay un pastor que vigila. «En lugares de
delicados pastos me hará descansar; junto a aguas de reposo me pastoreará»
(Salmo 23.2)
¿Qué nos promete el salmo que nos ayudará a descansar? ¿Cómo trata el
salmo 23:2 el problema del cansancio.
Hay tres promesas que el salmo 23 nos dice con respecto a descansar. En
primer lugar nos habla orientación, en segundo lugar nos habla provisión y en
tercer lugar me habla de recuperación.
Veamos entonces la primera promesa que este salmo nos da. Es la promesa
de la ORIENTACIÓN. “en lugares”.
El salmo dice, (en el texto hebreo el orden es diferente) “en lugares”. La
expresión habla de posición y posicionamiento. Es decir cuando dejamos que el
Pastor nos ministre nuestra orientación tendrá una solidez como ninguna otra.
Vivimos en tiempos de grande desorientación, la gente aunque sabe que existe
simplemente no está consciente hacia dónde va. Incluso en este tiempo de
pandemia la gente de alguna manera perdió la perspectiva de logro y de meta,
porque simplemente fueron destrozadas por circunstancias que nadie se
esperaba. El término orientación se puede mostrar en tres dimensiones
importantes dentro de esta frase. Primero la orientación se refiere a ubicación.
La expresión usa la preposición “en”. Esta preposición en el texto original no
está referida claramente sino que está sobreentendida. Es una preposición
locativa. Nos habla de estar en un lugar o posición. La mejor ubicación es estar
en el lugar donde Dios te ha llevado. Estar en lugar donde Dios quiere, es
importante porque entender la ubicación nos libra de la ansiedad. Vivimos en
un mundo como lo mencione al principio en donde vivimos llenos de ansiedades.
Es imposible muchas veces poder encontrar tranquilidad y paz. El mundo corre
de una manera angustiosa sin saber a qué le tiene miedo muchas veces. Cuando
entiendo que de alguna manera ya sea bueno o malo Dios me ha llevado allí
significa que él sabe el propósito y ha de ser bueno. Pues Dios no juega con
nosotros. En segundo lugar la expresión “lugares” es importante porque nos
da no sólo un sentido de ubicación sino de comprensión. Nota usted que la
expresión está en plural. Eso nos habla de que Dios tiene diferentes procesos
y etapas de bendición en nuestra vida. Comprendemos que Dios camina y
cambia los lugares, pero son varios y diferentes los momentos en los cuales
Dios nos llevará a lugares. La comprensión reafirma nuestra estabilidad. Dios
tiene una diversidad de “lugares” o formas en las que nos puede ministrar y
ayudar. Su sabiduría y amor es tan vasto que si se acaba un lugar, Dios nos
llevará a otro. Dándonos la oportunidad de comprender que muchas veces la
vida es dinámica y que Dios es tan diverso que tiene diferentes aspectos de
su provisión para nosotros. En tercer lugar no sólo habla de ubicación,
comprensión sino de sumisión. Si deseo disfrutar de esos lugares, debo dejar
que el pastor me los muestre y obedecer para poder tener acceso a su provisión.
Mucha gente busca pastos verdes que no los ha provisto Dios y por lo tanto
caminan en desobediencia. Otros quieren disfrutar de esos lugares pero no está
dispuestos a seguir las indicaciones de Dios para llegar a esos lugares de
bendición. ¿Por qué la gente cree que puede disfrutar de la bendición de Dios
sin la sumisión a Dios? Simplemente debemos entender que sin obediencia no
hay provisión. La sumisión motiva a la responsabilidad
Así que la primera frase nos habla de orientación. Esa orientación describe
primero ubicación que nos libra de la ansiedad, segundo comprensión que
reafirma nuestra estabilidad y tercero de sumisión que fortalece nuestra
lealtad.
Al hablar de orientación muchas veces la buscamos en fuentes que no nos da
solución sino alivio. Es interesante que Saúl cuando tuvo los problemas de
turbación por un mal espíritu fue aconsejado por aquellos que no tenían
verdadero discernimiento acerca de lo que debía hacer, pero que, sin embargo,
ofrecieron su consejo. Ahora los triste de Saúl es que confiaba en sus asistentes,
así que lo mejor que pudieron hacer fue aconsejarle que buscara un músico que
tocara y lo tranquilizara con música. Y aquí veo uno de los más grandes
problemas que alguien puede tener. Es el hecho de estar rodeado de personas
en las que confías que ofrecen malos consejos. Su meta era hacer que Saúl
sintiera alivio en otras palabras se sintiera bien. Y aquí hay otro gran peligro.
El buscar consuelo en cosas que te hacen sentirse bien es peligroso, porque un
consejo tan malo te llevará a tratar solo los síntomas y nunca la causa de su
problema. Lo que realmente necesitaba Saúl era volver a estar bien con Dios.
Así que alentando al rey Saúl a buscar consuelo en la música en lugar de que
buscar a Dios con arrepentimiento, fue lo peor que sus consejeros podría haber
hecho. Cuidado con buscar consejos que lo hagan sentir bien…pueda ser que
solo esté tratando los síntomas.
Veamos entonces la segunda promesa que este salmo nos da. Es la promesa de
la PROVISIÓN. “…delicados pastos…”. La idea de este concepto es pastos
verdes, pero recién salidos, son los retoños frescos y nuevos que salen y que
son más sabrosos para la oveja. La provisión de Dios es real y sin ninguna
duda. Pero no solamente real sino que tiene varias cosas que demuestran el
amor de Dios. Primero su provisión es real. Generalmente no se reconoce que
muchas de las grandes ovejas necesitan alimento fresco para desarrollarse. Sin
embargo los países del mundo son zonas secas y semiáridas. La mayoría de las
razas de ovejas prosperan mejor en este tipo de terreno. Son susceptibles a
menos peligros para la salud o parásitos donde el clima es seco. Sin embargo
eso tiene una desventaja. En las mismas regiones no es natural ni común
encontrar pastos verdes. Por ejemplo, Palestina, donde David escribió este
Salmo y mantuvo su rebaños de su padre, especialmente cerca de Belén, es un
tierra seca, cafesosa y quemada por el sol. Los pastos verdes no surgen por
casualidad. Los pastos verdes son el producto de un tremendo trabajo, tiempo
y habilidad en el uso de la tierra. Los pastos verdes son el resultado de la
limpieza de tierras rocosas y ásperas; de arrancando arbustos, raíces y tocones;
de arado profundo y cuidadoso preparación del suelo; de la siembra y plantación
de cereales y leguminosas especiales; de regar con agua y cuidar con cuidado
los cultivos forrajeros que alimentaría a los rebaños. Todo esto representó un
tremendo esfuerzo y habilidad y tiempo por un pastor cuidadoso. Si él deseaba
que sus ovejas disfrutaran de verdes pastos en medio del colinas pardas y
áridas, significaba que tenía un trabajo tremendo que hacer. Lo real demuestra
la habilidad del Pastor.
Por otro lado la provisión de Dios es especial. No es cualquier pasto, es el
mejor el más fresco, el más delicado y el más nutritivo y accesible al gusto de
la oveja. Son los brotes tiernos de una nueva grama. Me imagino que el sabor
de este pasto es totalmente diferente al pasto viejo y seco que se hallaba
alrededor de la pradera. Dios hace que su provisión sea especial, con un toque
de frescura y de amor y por sobre todo mostrando que a él no sólo le interesa
proveer sino animar con la provisión y estimular nuestra fe. Lo especial
demuestra la sensibilidad del Pastor.
No sólo nos habla que la provisión de Dios es real, es especial sino que también
es liberal. No sé si ha notado que así como “lugares” está en plural, “pastos”
también está en plural. No es sólo un pasto, son varios, son múltiples.
Abundan. Dios da con liberalidad. Su esencia es la abundancia y la bendición
múltiple. Lo liberal demuestra la generosidad del Pastor.
Veamos entonces la tercera promesa que este salmo nos da. Es la promesa de
la RECUPERACIÓN. “…me hará descansar”. La expresión en hebreo denota
una oveja totalmente tirada y recostada en el pasto. Sin ninguna preocupación,
sin ninguna necesidad y distracción.
Lo extraño de las ovejas es que debido a su propia constitución es casi imposible
que se les haga acostarse a menos que se cumplan cuatro requisitos.
Pero antes hay que aclarar es que debido a su timidez las ovejas se niegan a
acostarse a menos que estén libres de todo miedo.
Por otro lado debido al comportamiento social dentro del rebaño, las ovejas
no descansarán a menos que estén libres de fricción con otras de su mismo
tipo.
También si son atormentadas por moscas o parásitos, las ovejas tampoco
descansarán. Sólo cuando están libres de estas plagas pueden relajarse.
Por último, las ovejas no se acostarán mientras se sientan necesitadas de
encontrar comida. Deben estar libres de hambre.
Así que es significativo que para estar en reposo debe haber un sentido definido
libertad del miedo, la fricción, los pequeños malestares y la necesidad de comer,
es decir el hambre.
El único aspecto de la imagen es que el pastor es el único que puede
proporcionar la liberación de estas ansiedades. Todo depende de la diligencia del
propietario, independientemente de si su rebaño está libre o no de influencias
perturbadoras.
Cuando examinamos cada uno de estos cuatro factores que afectan a las ovejas
tan severamente vamos a entender por qué el papel que el propietario juega
en su gestión es tremendamente importante. En realidad es él quien hace
posible que se acueste, descanse, se relaje, se contente y esté tranquila y
floreciente.
Un rebaño inquieto, descontento, siempre agitado y perturbado nunca le hace
bien. Y lo mismo ocurre con la gente. Generalmente no se sabe que las ovejas
son tan tímidas y fácilmente entran en pánico que incluso un conejo perdido
aparezca de repente por detrás de un arbusto puede hacer que el rebaño entre
en una estampida. Cuando una oveja sorprendida corre asusta a todo el rebaño
y se llenará de pánico si detenerse a observar lo que le asustó. "Él me hace
acostarme."
Debemos entender que en el cristiano no hay sustituto de ayuda para su
conciencia y temor que sepa que el pastor está cerca. No hay nada como la
presencia de Cristo para disipar el miedo, el pánico, el terror de lo desconocido.
Vivimos una vida muy incierta. Cualquier hora puede traer desastre, peligro, y
la angustia de tiempos desconocidos. La vida está llena de peligros. Nadie puede
decir lo que un día producirá sobre problemas nuevos. Vivimos cualquiera de
los dos situaciones. O vivimos en una sensación de ansiedad, miedo, y
premonición, o en una sensación de descanso tranquilo. ¿Cuál es el más común?
Dios nos hace descansar ante tensiones. Generalmente es lo "desconocido", lo
"inesperado", que produce el mayor pánico. Cuando estamos en las garras del
miedo es cuando la mayoría de nosotros somos incapaces de hacer frente a las
circunstancias crueles y las duras complejidades de la vida. Sentimos que son
enemigos que ponen en peligro nuestra tranquilidad. A menudo nuestro primer
impulso es simplemente levantarnos y huir de ellos.
Dios nos hace descansar ante fricciones. La segunda fuente de miedo de la que
las ovejas adolecen es la de la rivalidad y la competencia cruel dentro del rebaño
en sí. Todos podemos reconocer que en cada sociedad animal se establece un
orden de dominio o estado dentro del grupo. En un corral de pollos se dice
que existe la "orden de picoteo." Con el ganado se llama la “orden del
cuerno." Entre las ovejas hablamos de la "orden de los empujones". Por
lo general, un arrogante, astuto, y dominante viejo carnero será jefe de
cualquier grupo de ovejas. El mantiene su posición de prestigio por lo topeteos
que el dé para alejar a las otras ovejas o corderos de los mejores pastos o
suelos de reposo favoritos. Para lograr las mejores cosas todas la ovejas
establecen los mismos patrones para mantener su posición exacta en el rebaño.
Todas utilizan las tácticas de confrontar y empujar a los que están abajo o
son más débiles. Debido a esta rivalidad, tensión, y la competencia por el
estatus y autoafirmación, hay fricción en el rebaño. Las ovejas no pueden
acostarse y descansar en tranquilidad y reposo. Siempre deben ponerse de pie
y defender su derechos e impugnar el desafío del intruso. Este conflicto
continuo y los celos dentro del rebaño pueden ser de lo más perjudicial. Las
ovejas se vuelven nerviosas, tensas, descontentas, e inquieta. Pierden peso y
se vuelven irritables.
Ahora hay un detalle peculiar que es más que interesante. ¿Sabían ustedes
que las ovejas son de memoria corta? Eso hace que las ovejas olviden
rápidamente sus rivalidades tontas y rápido paran de luchar. Muchas veces es
la presencia del pastor que las hace olvidar y eso hace la diferencia. Otro punto
que interesante, es se ha observado que las ovejas menos agresivas eran las
más contentas.
Dios nos hace descansar ante las situaciones. Como es el caso de la libertad
del miedo a los depredadores o la fricción dentro del rebaño, la libertad de
miedo del tormento de los parásitos e insectos es esencial para la satisfacción
de las ovejas. Este aspecto de su comportamiento será tratado con más detalle
más adelante en el Salmo. Sin embargo, es importante mencionarlo aquí. Las
ovejas, especialmente en verano, pueden estar incómodas por moscas nasales,
moscas de la piel y garrapatas. Al ser atormentada por estas plagas es
literalmente imposible para ellas acostarse y descansar. En su lugar están
levantadas y de pie, golpeando sus piernas, sacudiendo la cabeza, listo para
precipitarse contra una roca o un arbusto para el aliviar el malestar de las
plagas. Sólo el cuidado diligente del pastor que mantiene una vigilancia
constante para estos insectos evitará que molesten a su rebaño. Un buen
pastor aplicará varios tipos de repelentes de insectos a sus ovejas. Él verá que
están ungidas lo suficiente para limpiar sus vellos de garrapatas. Le proveerá
refugios de árboles y arbustos disponibles donde pueden encontrar reposo y
liberarse de sus verdugos. Todo esto implica un cuidado adicional considerable.
Lleva tiempo y trabajo y productos químicos caros para hacer el trabajo a
fondo. Significa, también, que el pastor debe estar atento todos los días,
manteniendo una vigilancia profunda sobre su comportamiento. Tan pronto
como haya la menor evidencia de que están siendo perturbados debe tomar
medidas para proporcionarles alivio. En realidad el ideal más alto en su mente
es el objetivo de mantener su rebaño tranquilo, contento, y en paz.
Dios nos hace descansar ante las frustraciones Por último, para producir las
condiciones necesarias para que una oveja descanse debe haber libertad del
miedo al hambre. Una oveja hambrienta, mal alimentada está siempre de pie,
en movimiento, buscando de un lado otra un bocado cuando hay escasez de
forraje y así trata de satisfacer su hambre. Estas ovejas no están contentas,
no prosperan, no tienen nada de utilidad para sí mismos ni para sus
propietarios. Languidecen y carecen vigor y vitalidad.
En las Escrituras la imagen retratada de la Tierra Prometida, a la que Dios se
esforzó tanto para dirigir a Israel desde Egipto, era la de una "tierra fluyendo
con leche y miel." No sólo es este lenguaje figurativo, sino que terminología
esencialmente científica. En términos agrícolas hablamos de un "flujo de
leche" y "flujo de miel." Con esto nos referimos a la temporada alta de
primavera y verano, cuando los pastos están en su punto más productivo. El
ganado que se alimenta del forraje y las abejas que visitan el flores se dice que
están produciendo un correspondiente “flujo “de leche o miel. Así que una
tierra que fluye con leche y miel es una tierra rica, verde, pastos exuberantes.
Esta vida de superación tranquila, de reposo feliz, de descanso en Su presencia,
de confianza en Su gestión es algo que pocos cristianos pueden disfrutar
plenamente. Debido a nuestra propia perversidad, a menudo preferimos
alimentarnos del terreno estéril del mundo que nos rodea. A veces nos
maravillamos el hecho de que algunas ovejas en realidad eligen forraje inferior
a veces. Sin embargo el Buen Pastor ha suministrado pastos verdes para
aquellos que se preocupan por mudarse a ellos y allí encontrar la paz y
mucho más.
La imagen que hemos visto entonces es de ovejas acostadas en una pradera
cubierta de hierba después de haber comido y están satisfechas. Están
contentas y en reposo. La idea para nosotros es que si Dios es nuestro pastor
entonces satisfará las necesidades de nuestro hombre interior. Nuestros
espíritus descansarán y reposarán. ¿Es así como se sentía David cuando escribió
estas palabras? Yo no lo creo. Creo que Su espíritu estaba alborotado.
¿Realmente creyó lo que estaba escribiendo? Al igual que la oveja con la pierna
rota, descansaba en los brazos de su amo junto a la fe. Es lo mismo para
nosotros. Podemos tener paz y comodidad en medio de las tormentas de la
vida si aprendemos a descansar en él. En él, encontramos lo suave y tranquilos
"pastos verdes" de la bendición de Dios.
Leía la historia de dos amigas que se encontraron en un centro comercial para
ir a una cafetería. Las dos entraron al estacionamiento al mismo tiempo.
Cuando salió de su coche, una vio a su amiga que le hacía señas. Pensó que le
decía algo, pero no pudo oír palabra alguna. Un martillo hidráulico rompía el
pavimento a corta distancia. Caminó hacia su amiga, que, como supo luego,
sólo la saludaba, y ambas entraron en la cafetería. Llegado el momento de
irse, una de ellas no logró encontrar sus llaves. Buscó en su cartea, en el
suelo, en el coche de su amiga. Finalmente cuando llegó al coche, allí estaban.
No sólo estaban en la cerradura del contacto, el motor estaba funcionando.
Había estado funcionando todo el tiempo que ella y su amiga habían estado
en el café. La mujer culpó al ruido. Ella dijo «Había tanto ruido, que olvidé
apagar el motor». El mundo se comporta de esa forma. La vida se puede
hacer tan ruidosa que olvidamos apagarla. Pero el pastor si nos hace descansar
y esa es la buena noticia.
“Junto a aguas quietas”
Imagínese que un día su hijo de diez años está preocupado. Está tan ansioso
que no puede comer. Tan preocupado que no puede dormir. «¿Qué anda
mal?», usted le pregunta. Él mueve la cabeza y se queja: «No tengo un plan
de pensiones».
Por otro lado su hija de cuatro años llora en la cama. «¿Qué pasa, hijita
querida?» Usted le pregunta. Ella responde: «Nunca voy a aprobar química en
la universidad».
También añada que el rostro de su hijo de ocho años expresa su estrés: «Seré
una basura de padre. ¿Qué si le doy mal ejemplo a mis hijos?»
¿Cómo respondería a tales declaraciones? Además de llamar al sicólogo infantil,
su respuesta sería enfática: «Eres demasiado pequeño para preocuparte de
tales problemas. Cuando llegue la oportunidad, sabrás qué hacer».
Afortunadamente la mayoría de los niños no piensan en esas cosas.
Desafortunadamente los adultos ya tenemos nuestra parte. La preocupación
es toda una bolsa de cargas. Está llena de ¿y si …? y de ¿cómo …? «¿Y si
llueve en mi boda?» «¿Cómo puedo saber cuándo disciplinar a mis hijos?» «¿Y
si me caso con un tipo que ronca?» «¿Cómo pagaremos los estudios de nuestro
bebé?» «¿Y si después de toda mi dieta se descubre que la lechuga engorda
y no el chocolate?» Una bolsa de preocupaciones. Voluminosa. Incómoda. Fea.
Áspera. Difícil de llevar e imposible de dejar. Nadie quiere sus preocupaciones.
La verdad sea dicha, usted tampoco la quiere llevar. Nadie tiene que recordarte
el elevado costo de la ansiedad (pero yo lo haré de todos modos). La ansiedad
divide la mente. La palabra bíblica para ansiedad ( merimnao ) en griego está
formada por dos palabras, merizo (dividir) y nous (mente).
Y es que la ansiedad divide nuestra energía entre las prioridades de hoy y los
problemas de mañana. Parte de nuestra mente está en el ya; el resto está
en el todavía no. El resultado es una vida con la mente dividida.
Ese no es el único resultado. La preocupación no es una enfermedad, pero
causa enfermedades. Se la ha relacionado con la hipertensión, los problemas
cardíacos, la ceguera, la migraña, los problemas de la tiroides y una gran
cantidad de desórdenes estomacales. La ansiedad es un hábito caro. Valdría la
pena si diera buen resultado. Pero no. Nuestros esfuerzos son inútiles.
Jesús dijo: «¿Y quién de vosotros podrá, por mucho que se afane, añadir a
su estatura un codo?» (Mateo 6.27). Los afanes nunca han dado brillo a un
día, ni han resuelto un problema, ni curado una enfermedad. ¿Cómo puede
una persona hacer frente a la ansiedad en el panorama de nuestra realidad
actual? Y es que “estamos entrando en una nueva era de ansiedad”, comentó
en el año 2008 Harriet Green en un artículo del periódico The Guardian. Por
otro lado En el 2014, Patrick O’Connor, del periódico The Wall Street
Journal, escribió que “los americanos están alcanzando niveles de ansiedad sin
precedentes”.
Los trastornos de ansiedad son la enfermedad mental más común en los EE.
UU. Y afectan a 40 millones de adultos en los Estados Unidos de 18 años o
más, o el 18.1% de la población cada año. Los trastornos de ansiedad son
altamente tratables, sin embargo, solo el 36.9% de los que sufren reciben
tratamiento. Las personas con un trastorno de ansiedad tienen de tres a
cinco veces más probabilidades de ir al médico y seis veces más probabilidades
de ser hospitalizados por trastornos psiquiátricos que aquellos que no sufren
de trastornos de ansiedad. Los trastornos de ansiedad se desarrollan a partir
de un conjunto complejo de factores de riesgo, que incluyen la genética, la
química del cerebro, la personalidad y los eventos de la vida.
Podría intentar lo que hizo un individuo. Se preocupaba tanto que decidió
contratar a alguien que se preocupara por él. Encontró un hombre que aceptó
asumir sus preocupaciones por un salario de 200 mil dólares al año. Después
que el hombre aceptó el trabajo, la primera pregunta a su patrón fue: «¿Dónde
va a conseguir los 200 mil dólares anuales?» El hombre respondió: «Ese es
problema suyo».
Lamentablemente, la preocupación es un trabajo que uno no puede delegar,
pero lo puede vencer. No hay mejor lugar para comenzar que en el versículo
dos del salmo del pastor. Dice el salmo 23:2: “junto a aguas de reposo me
pastoreará. O como lo pone la TLA: “para calmar mi sed me llevas a tranquilas
aguas.
Veamos como Dios trata con nuestra ansiedad en esta porción del salmo. Por
lo que veo en la frase descubro tres palabras que nos ayudarán sobrellevar
nuestra ansiedad. La primera palabra que descubro es la palabra realidad
(junto). La segunda palabra que descubro es necesidad (aguas de reposo) y
finalmente la tercera palabra que descubro es tranquilidad (me pastoreará).
Veamos como se desarrollan estas palabras dentro del combate de la ansiedad
en nuestras vidas.
La primera palabra nos habla de realidad. La expresión “junto” se puede
traducir como “encima de “, “sobre la base de”. Nos habla de una lugar x
real en el que estamos parados. Eso plantearía la pregunta ¿Con quién te
juntas para capear tu realidad emocional? La ansiedad es parte de nuestra
realidad. De hecho, casi todos los días la vivimos en nuestras casas. Aunque
diga que normalmente no es una persona ansiosa, pienso que todos hemos
tenido nuestra propia temporada oscura de ansiedad. Y hay personas que ha
tenido una realidad de problemas, a veces a diario, incluso hasta el punto en
que han afectado su hogar y su matrimonio.
Lo más complicado es cuando nuestros seres queridos luchan con la ansiedad.
Ese tipo de situaciones nos pueden afectar profundamente y limitarnos. Hay
muchas formas para manejar la ansiedad humanamente hablando. Diferentes
métodos funcionan para diferentes personas. Algunos necesitan medicamentos,
otros encuentran útil el asesoramiento o la terapia y hay quienes obtienen
ayuda a través de otros tipos de técnicas de manejo. Si bien todas estas
opciones son útiles y necesarias para algunas personas, hay una base espiritual
que debe estar en su lugar (incluso mientras se busca ayuda profesional). El
corazón y la mente ansiosos deben estar anclados en la roca que es la Palabra
de Dios. No importa cuáles sean nuestras circunstancias, la Biblia nos ofrece
esperanza en nuestra ansiedad. ¿Dónde estás buscando?
Recientemente, mientras leía de nuevo el relato de Jesús caminando sobre el
agua (Mateo 14:22–32). Leí en voz alta sobre Pedro comenzando a hundirse
en el agua y Jesús tomando su mano y levantándolo. Me recordó que Jesús
no dejará que me hunda. Jesús puede cuidarme en medio de mis sentimientos
de ansiedad. Estará conmigo y me levantará para ayudarme. Ahora bien
debemos entender que Jesús nunca niega el hecho de que la tormenta es
aterradora y peligrosa, así como no necesitamos negar la realidad de vivir en
un mundo roto y aterrador. El miedo de Pedro a la tormenta es comprensible,
pero sus ojos nunca deberían haber descansado en la tormenta. Aunque Jesús
estaba justo frente a él, Pedro apartó sus ojos de Jesús y los clavó en la
tormenta. Jesús llama a la fe de Pedro «poca» (versículo 31), porque Pedro
creía que el peligro de la tormenta era más fuerte que el poder de Jesús.
Como Pedro, es muy importante dónde ponemos nuestro enfoque. Es fácil
para nosotros fijarnos en lo que está mal a nuestro alrededor. Podemos
preocuparnos demasiado por la seguridad. No necesitamos negar que las cosas
salgan mal o que nuestra seguridad sea importante. Pero cuando la comodidad,
la seguridad, incluso nuestro bienestar, nos cuesta tranquilidad, es una buena
señal de que hemos perdido el foco en la presencia de Jesús con nosotros.
Las Escrituras nos enseñan a elegir descansar en las promesas de Dios y pedirle
al Espíritu Santo que nos ayude en nuestra debilidad. Cuando lo hacemos,
estamos fijando nuestros ojos en Jesús, no importa cuán terrible sea la
tormenta. Ahora en el pasaje la expresión “junto” tiene tres connotaciones
importantes con respecto a cómo manejamos nuestra realidad. Primero, nos
habla de acercamiento a la realidad. Es Dios quien nos está llevando cerca de
la situación. Ahora bien debemos entender que este acercamiento a la realidad
es para nuestro beneficio. Sin embargo a veces Dios nos acerca a situaciones
que pueden ser trágicas para nosotros, pero en realidad lo que le quiere es
pastorearnos en medio de una situación difícil. Segundo, nos habla de
posicionamiento de la realidad. No importa al lugar donde Dios nos lleve, si el
nos ha llevado nosotros tomamos posición del lugar como algo que va a ayudar
mi vida espiritual, va a satisfacer mi necesidad. Esa seguridad de que Dios me
llevado a ese lugar y mi posición siempre será de bendición aunque esté
disfrazada de tiempos de adversidad. Tercero, nos habla de discernimiento de
la realidad. Observe que la acción de Dios nos lleva a descubrir tarde o
temprano que nos lleva a aguas de reposo, que el quiere satisfacer mi necesidad
y que también quiere cuidar mi alma por eso el texto usa la expresión
“pastoreará”. Observe también el que me lleva allí y quién ha encontrado las
aguas de reposo es Dios. Sólo Dios puede dar lo bueno y lo mejor para mi
necesidad, aunque tenga un problema de ansiedad. Dios siempre desarrolla en
nosotros un discernimiento espiritual que nos ayuda a la larga con el tiempo
entender lo que Dios estaba haciendo con nuestra vida.
Así que entonces la primera palabra es realidad. ¿Responde a la pregunta con
quien te juntas para capear tu realidad emocional? Y encontramos que existen
tres elementos con respecto a esa realidad. Cuando descubres la realidad a la
que Dios te ha llevado entonces tienes un acercamiento a esa realidad, tienes
un posicionamiento en esa realidad y finalmente aprendes discernimiento en
esa realidad.
La segunda palabra nos habla de necesidad. El pasaje dice “aguas de reposo”.
O “aguas tranquilas” o “arroyos vivos” como otras traducciones dicen. Aquí
se plantea la pregunta ¿A quién recurres para solventar tu necesidad material?
Una de las cosas que revolucionaron mi vida es que descubrí que mi deseo por
Dios está impulsado en gran medida por mi necesidad. Y en las áreas donde
he experimentado una pérdida es donde siento intensamente una necesidad.
Nuestros deseos no satisfechos nos mantienen de rodillas. Es mi necesidad la
que me hace profundizar en mi vida de oración. Es mi necesidad la que hace
que vaya a la Biblia para recordar las promesas de Dios. Los bienes terrenales
son temporales; todos ellos pueden ser quitados. La bendición de tener un
trabajo puede desaparecer en un fatídico día. He visto como una vida cómoda
ha desaparecido en el lapso de unas semanas. Los matrimonios se disuelven.
Los hijos se rebelan. La salud toma una espiral descendente. La familia se vino
abajo, los sueños se hacen añicos. Yo mismo he experimentado lo que es pasar
por esos momentos fatídicos de destrucción, dolor, traición y abandono. Y,
sin embargo, en medio de esos acontecimientos dolorosos, he experimentado
las más ricas bendiciones de Dios. Una fe más fuerte de lo que había
experimentado antes. Un amor más profundo de lo que había conocido nunca.
Un paseo más íntimo de lo que podría explicar. Mis adversidades en la tierra
cambiaron mi fe y la manera en que veo la prosperidad y la abundancia nunca
más fue igual.
En la porción me doy cuenta de cómo Dios puede ayudarme en mi necesidad.
Hay tres situaciones con respecto a la provisión de Dios a mi necesidad.
Primero, Dios tiene agua abundante. Observe nuevamente la manera en que
David utiliza el plural. No es una sola agua, sino muchas aguas. Eso significa
que no hay carestía. Por que pueden ser diferentes, variantes y abundantes
en su provisión de mi necesidad. Segundo, Dios tiene agua calmante. Observe
que el pasaje dice “de reposo”, tranquilas, no bulliciosas.
David literalmente dice: «Hacia aguas de reposo, Él me guía». La provisión
de agua es esencial para la vida, especialmente para un rebaño en una tierra
árida y difícil. Un lugar de aguas tranquilas (es decir, donde no hay corrientes)
sería un escenario para el pastor dar de beber y lavar a las ovejas, pero
también era un lugar donde podía limpiar y curar las heridas que estas sufrían
durante el tumultuoso viaje. Notablemente, el lenguaje de Dios guiando a
David en este pasaje se encuentra en otras partes del Antiguo Testamento
(Éx. 15:13, Sal. 1:3, Is. 40:11, 49:10), y en este versículo subraya la
protección del Señor a Su siervo escoltándolo hacia «aguas de reposo». Esta
frase a menudo se traduce como aguas «calmadas» o «quietas», destacando la
tranquilidad de las aguas. Si bien esta es una forma perfectamente adecuada
de interpretar este versículo, es importante notar que la palabra traducida
«reposo» es en realidad un sustantivo en hebreo y es la última palabra en la
frase «aguas de reposo». Esto implica que «reposo» es en realidad el escenario
de las aguas y del lugar en el que ellas se encuentran. En el Antiguo
Testamento, esta palabra para «reposo» a menudo se refiere a Canaán como
un lugar de descanso para Israel (Dt. 12:9, 1 R 8:56, Is. 11:10) y para la
morada de Dios (Sal. 95:11; 132:8, 14; Is. 66:1). Esto sugiere que Jehová
mismo es el lugar de «reposo» a la luz del Salmo 23:2, y el final del salmo
(v. 6) corrobora esta idea. De manera que, el último lugar de descanso para
sus hijos es Dios mismo.
Tercero Dios tiene un agua refrescante. La ansiedad siempre rompe el silencio
el tronar como de caballos en desbandada, son como las aguas turbulentas que
amenazan violar las fronteras de la seguridad y resquebrajar el canal firme que
limita el río. Ese tipo de aguas hace que mi mente se confunda, mi espíritu
se estremezca y mi alma retroceda. Pero realmente debemos cree que allí en
la esquina olvidada de mi existencia él habla a mi corazón para decirme que
aunque ruja la tormenta, él está listo para llevarme a aguas de reposo y
refrescarme
¿Qué son aguas de refresco? Son aguas quietas que invitan a reposar. Aguas
intermedias entre tormentosas y estancadas. Hay un poder escondido en el
sonido de las aguas. Cuando son tormentosas asustan y persiguen. Y cuando
son estancadas repelen porque no se pueden tomar. Cuando el dulce correr
de ellas entre las rocas traen a mi alma un remanso de paz e indescriptible
refresco es diferente. Dios tiene hoy, aguas de refresco para acariciar si ser
interno y reanimarme. Cuando el salmista dice que el Señor me lleva o me
conduce usa la palabra en Hebreo Nahal que significa Producir descanso, Guiar
con cuidado, dar descanso, Refrescar. La Dirección de Dios siempre está dirigida
a aguas frescas. Todo Padre genuino quiere proveer dirección a sus hijos hacia
las metas del descanso. Nunca llevaría a un hijo a aguas turbulentas. Cuanto
más Dios en su divina paternidad. Hoy es un buen día para experimentar esta
dirección divina hacia un encuentro con su presencia, su descanso, su paz y el
encuentro en el oasis de la eternidad.
Hemos visto entonces que la segunda palabra nos habla de necesidad y la
manera en que Dios suple esa necesidad. Su provisión es abundante, calmante
y refrescante.
La tercera palabra nos habla de tranquilidad. Ahora David usa la expresión
“me pastoreará” Esto plantea la pregunta ¿a quién pides ayuda para fortalecer
tu tranquilidad espiritual?
La expresión “pastorear” se puede traducir como alimentar, cuidar, liderar,
hacerse seguir. Tres cosas quiere hacer nuestro líder, que refleje su cuidado.
Primero, Dios quiere moldear nuestra voluntad. El pasaje es un causativo que
implica que la forma en que yo puedo ser pastoreado, solamente es si someto
mi voluntad a él. La tranquilidad viene cuando me dejo guiar, alimentar y
cuidar de parte de Dios. Segundo, Dios quiere reafirmar su potestad. Eso
significa nuestra capacidad de aceptar la soberanía de Dios, que el es el que
conduce, que abre camino y que yo soy su seguidor. El tiene la autoridad y
potestad de hacer lo que quiera con mi vida. Tercero quiere asegurar su
lealtad. Observe que el verbo está en futuro, dando a entender que mi
futuro está sujeto a su lealtad por siempre. Siempre estará conmigo
ayudándome y dirigiendo mi vida. Mi futuro está asegurado.
Bueno hasta aquí llegamos al final de nuestra reflexión y hemos visto como
Dios trata con nuestra ansiedad en esta porción del salmo. Establecimos que
en la frase se descubrieron tres palabras que nos ayudan sobrellevar nuestra
ansiedad. La primera palabra que se descubrió es la palabra realidad (junto).
La segunda palabra que se descubrió es necesidad (aguas de reposo) y
finalmente la tercera palabra que se descubrió es tranquilidad (me pastoreará).
Podemos tener ansiedad y necesidad de reposo, pero Dios es suficiente como
pastor nuestro. Debemos recordar si nuestra mayor necesidad hubiese sido la
información, Dios nos habría enviado un educador. Si nuestra mayor necesidad
hubiese sido la tecnología, Dios nos habría enviado un científico. Si nuestra
mayor necesidad hubiese sido el dinero, Dios nos habría enviado un economista.
Si nuestra mayor necesidad hubiese sido el placer, Dios nos habría enviado un
comediante. Pero como nuestra mayor necesidad era la del perdón, Dios nos
envió un Salvador.
“…confortará mi alma…”
Imagínese que está en una selva. Una selva densa. Una selva oscura. Sus amigos
lo convencieron de que era hora de dar el viaje de su vida, y allí está. Usted
pagó el pasaje. Cruzó el océano. Contrató un guía y reunió un grupo. Se
aventura a entrar donde nunca antes lo había hecho, en el frondoso y extraño
mundo de la selva. ¿Suena interesante? Demos un paso más. Imagine que está
en la selva, solo y perdido. Se detuvo a amarrarse una bota, y al levantar la
vista no vio a nadie cerca. Decide ir a la derecha, no sabe si los demás fueron
a la izquierda. (¿O usted fue a la izquierda y ellos a la derecha?)
De todos modos, está solo. Y ha estado solo durante, bueno, no sabe por
cuánto tiempo. No tiene ni siquiera su reloj. Y aquí está usted. Atascado en
medio de quién sabe dónde. Usted tiene un problema. Primero, no fue hecho
para este lugar. Que lo dejen en el centro de avenidas y edificios, y sabría
encontrar el camino. Pero aquí, ¿bajo este follaje tenebroso? ¿Aquí, donde los
matorrales ocultan todo sendero y huella? Usted se halla fuera de su elemento.
Usted no fue hecho para esta selva.
Lo peor, es que no está equipado. No tiene machete. No tiene cuchillo. No
lleva fósforos. Ni linterna. No tiene comida. No está acostumbrado, y ahora
está atrapado y no tiene la menor idea de cómo salir de allí.
¿Le parece divertido? A mí tampoco. Antes de seguir adelante, Detengámonos
y preguntemos cómo se sentiría. Dadas las circunstancias, ¿qué emociones
aflorarían? ¿Con qué pensamientos tendría que luchar? ¿Temor?
Evidentemente. ¿Ansiedad? Por decir lo menos. ¿Ira? Razones tiene
(seguramente le gustaría poner las manos encima de quienes lo convencieron
de que emprendiera el viaje).
Pero por sobre todo, ¿qué de desesperanza? Ni idea de a dónde volverse. Ni
un pálpito en cuanto a lo que hay que hacer. ¿Quién lo podría culpar por
sentarse en un tronco, cubrirse el rostro con las dos manos, y pensar, nunca
más saldré de aquí ? No tiene orientación, equipo ni esperanza.
¿Puede congelar esa emoción por un momento? ¿Puede sentir, sólo por un
segundo, qué se siente al estar fuera de su elemento? ¿Sin soluciones? ¿Sin
ideas ni energías?¿Puede imaginar sólo por un instante qué se siente al estar
sin esperanzas? Si puede, puede identificarse con muchas personas en este
mundo.
Para muchas personas, la vida es … bueno, es una selva. No una selva de
árboles y animales. Si fuera así, la cosa sería sencilla. Ojalá nuestras selvas se
pudieran cortar con machetes o se pudiera atrapar a nuestros adversarios en
una jaula. Pero nuestra selva está compuesta de matorrales de salud que falla,
corazones quebrantados y billeteras vacías. Nuestra selva está formada por
murallas de hospitales y cortes de divorcio. No oímos el canto de las aves ni
el rugido de leones, pero oímos las quejas de los vecinos y las exigencias de los
jefes. Nuestros depredadores son nuestros acreedores, y los matorrales que
nos rodean son las exigencias de las prisas, que nos agotan. Hay una selva allá
afuera. Y para algunos, y aun para muchos, la esperanza es una provisión
escasa. No es un cuadro muy agradable, ¿verdad? Veamos si lo podemos
iluminar.
Hemos imaginado lo que se siente cuando se está perdido; ¿puede imaginar lo
que se siente cuando a uno lo rescatan? ¿Qué se necesitaría para restaurar
su esperanza? ¿Qué necesitaría para devolver las energías a su viaje? Aunque
las respuestas son abundantes, tres saltan a la mente. Lo primero sería una
persona. No cualquier persona. No necesita a una que esté igualmente
confundida. Necesita a alguien que sepa cómo salir de allí. Y de él necesita
una visión. Necesita que le levante el espíritu. Necesita a alguien que le mire
de frente y diga: «Este no es el fin. No te desanimes. Hay un mejor lugar
que éste. Yo te llevaré».
Y, quizás lo más importante, necesita orientación. Si tiene una persona pero
no una visión renovada, lo único que tiene es compañía. Si es una persona con
visión, pero sin orientación, tiene por compañero a un soñador. Pero si tiene
a una persona con orientación, que puede llevarla de allí al lugar correcto,
tiene a alguien que puede restaurarle la esperanza.
O, para usar las palabras de David, «confortará mi alma». Nuestro Pastor es
especialista en restaurarle la esperanza al alma. Si usted es una oveja perdida
en escarpadas montañas o un tipo de ciudad perdido en una selva espesa, todo
cambia cuando aparece el que llega a rescatarle. Disminuye su soledad, porque
ya tiene compañía. Su desesperación se reduce, porque tiene visión. Su
confusión comienza a ceder, porque tiene dirección. Por favor, note: No ha
salido de la selva. Los árboles todavía oscurecen el cielo y las espinas cortan
la piel. Los animales acechan y los roedores corretean. La selva es todavía una
selva. No ha cambiado, pero usted ha cambiado. Ha cambiado porque ahora
tiene esperanza.
Ahora pasemos a la porción que nos toca en esta oportunidad. Dice el salmo
23:3 “Confortará mi alma”.
Quisiera comenzar diciendo que la naturaleza de la oveja es alejarse del pastor,
la naturaleza del pastor es traerla de vuelta y restaurarla. No en vano David
que había saboreado la derrota en su propia vida, glorificó en este salmo .
“Confortarà mi alma” (23:3), quiero hablarle en esta oportunidad de tres
evidencias de que Dios le confortará. Ahora muchos de nosotros hemos llegado
a ser algunas veces lo que la Biblia llama rebeldes o gente que retrocede,
estos no son personas que se han apartado de la comunión con Dios, pero
no están perdidas. De hecho Dios narra que está casado con un tipo de rebelde
que se ha echado para atrás. (Jeremías 3:11-15I). Es decir hay un vínculo que
no puede ser quebrantado, pero mientras la relación no puede ser rota, la
comunión , el gozo se puede perder. Por tanto David oro en el salmo 51
“restaura el gozo de mi salvación” David no perdido su salvación pero si perdió
el gozo de su salvación y quería ser restaurado y Dios lo hizo, de tal manera
que David pudo decir, “confortó mi alma”. Ahora pasemos a ver como Dios
nos restaura. Y quiero darle dos maravillosas verdades que lo ayudarán a
superar el fracaso y a mantener una buena relación con Dios.
En primer lugar para me gustaría hablar de la atención de Dios de restaurarme.
“El confortarà mi alma”. La palabra hebrea aquí significa: “traer de vuelta”.
Casualmente hay tres clases de ovejas que necesitan ser restauradas.
Está la oveja testaruda . ¿Conoce usted alguna oveja testaruda? Quizás podría
ir a su casa y mirar en el espejo y encontrarse con una cara a cara. Ahora
bien hay ovejas testarudas que simplemente desean irse por su propio camino.
Ahora, siempre hemos pensado que las ovejas son gentiles y dóciles, pero
algunas veces las ovejas pueden ser muy burras. Desean irse por su propio
camino, recuerde que Isaías 53:6 dice: “cada cual se apartó por su camino”.
Deseamos andar por nuestros propios caminos, y nos hacemos testarudos y
por lo tanto hay necesidad de ser restaurados.
Por otra parte está la oveja extraviada. Esta no se va de su voluntad,
simplemente es poco inteligente y fácilmente se pierde, ellas es descuidada y
cae en los hoyos o en las rocas filosas o en las grietas, y ellas enreda sus
cuernos en la maleza y por lo tanto también necesita ser traída de vuelta.
Y por último está también la oveja enferma. Como ve hay muchos peligros
fuera, enfermedades venenos y la oveja puede ponerse muy enferma, y necesita
ser restaurada. Ahora es el Pastor quien restaura a estas ovejas y deseo que
vea como lo hace.
Entonces podemos observar que las condiciones de las ovejas ejemplifican las
realidades que nosotros como seguidores de Cristo podremos pasar.
Puede ser que lo que Dios esté haciendo en su vida, se deba a que usted se
ha empecinado en hacer su propia voluntad y tomar sus propias decisiones y
seguir sus propios caminos. En pocas palabras Dios puede estar tratando con
su terquedad. Este tipo de persona cuando camina puede suceder que se
equivoque el camino, pero eso no es lo peor. La tragedia es ser testarudo.
Decir este es el camino y no dejar que la voz del Señor nos diga: ‘Vuelve
atrás y retoma el verdadero camino. Y muchas veces pierden el camino,
porque dan vueltas y, muchas veces, este errar los conduce a una vida sin
salida. Dar demasiadas vueltas se convierte en un laberinto y luego no saben
cómo salir. Han perdido la llamada de Jesús. No tienen una brújula para salir
y dan vueltas, y dan vueltas, y buscan. Hay otros que, en el camino son
seducidos por una belleza, por una cosa, y se detienen a mitad de camino,
encantados por lo que ven, por aquella idea, por aquella propuesta, por aquel
paisaje… Y se detienen. La vida cristiana no es ‘una fascinación’. ¡Es una
Verdad! ¡Es Jesucristo!
"Terca como una mula" es un idioma bien conocido. La Biblia realmente
menciona a las mulas en relación con su terquedad en el Salmo 32: 9: ""No
seas intratable como un caballo o una mula que necesita mordiscos y bridas
para mantenerse en el buen camino". Cuando se trata de seguir los
mandamientos de Dios, no debemos ser obstinados, tercos o intratable. No
debemos apartar la cabeza y "endurecer el cuello". Debemos aprender a ceder
y ser flexibles en sus manos. No es nuestro deseo que Dios use las espuelas y
la brida sobre nosotros.
La Biblia registra casos de comportamiento obstinado y mulo de los seres
humanos en ocasiones. En el Antiguo Testamento, el faraón era famoso terco
(Éxodo 7: 13–14), pero su terquedad no le hizo ningún bien a él ni a su
nación. Pero la testarudez también fue mostrada más tarde por la nación de
Israel, el pueblo elegido de Dios, que se rebeló contra Dios una y otra vez,
alejándose de Su amor y protección. De hecho, la palabra hebrea traducida
como "testarudo" significa "rechazado, moralmente obstinado, rebelde y
reincidente".
Dios considera que la terquedad es un pecado tan grande que incluyó lo que
parece ser hoy un castigo demasiado severo para un hijo obstinado y rebelde.
Si un hijo se negaba a obedecer a sus padres, no respondía a la disciplina y
llevaba una vida disoluta, los padres debían llevarlo a los ancianos de su ciudad
y "todos los hombres de su ciudad deben apedrearlo hasta la muerte". Debes
purgar el mal de entre ti. Todo Israel lo oirá y tendrá miedo ”(Deuteronomio
21:21). La testarudez y el desafío a Dios y su ordenada autoridad es un delito
grave, que puede propagarse como un veneno en toda la comunidad. La Ley
Mosaica contra la testarudez fue diseñada para detener esa propagación.
En el Nuevo Testamento, vemos más ejemplos de terquedad. Cuando Jesús
sanó a un hombre con una mano seca en el sábado, la dureza de corazón de
los fariseos entristeció y enojó a Jesús. En lugar de alabar al Señor por su
poder sanador y reconocer a su Mesías, los corazones rebeldes de los fariseos
hicieron que intentaran matarlo (Marcos 3: 1–6). Cuando Esteban estaba
cerrando su discurso ante el Sanedrín, los reprendió por su terca obstinación:
“¡Ustedes, gente de cuello rígido! Tus corazones y oídos aún no están
circuncidados. Ustedes son como sus ancestros: ¡Siempre resisten al Espíritu
Santo! ”(Hechos 7:51).
Por otro lado, a lo mejor usted se ha apartado del camino y se ha extraviado
y Dios está tratando con su necedad.
He observado con mucho detenimiento que existen estas dos clases de perdidos,
los que saben que están haciendo mal, y los que están auto engañados que
por lo bueno que son tienen derecho al cielo, este último caso es peor. Una
cosa es estar perdido haciendo cosas malas, pero otra cosa es estar perdido y
haciendo cosas buenas, y aún creyendo que agrado a Dios. Jesús contó una
parábola del publicano y el fariseo (Lucas 18:9-14), el fariseo creía que por
lo bueno que era, era merecedor del cielo. Si notan este individuo estaba auto
engañado. En otras palabras era miembro de la iglesia y estaba perdido. Aún
sin darse cuenta. También tenemos el caso del joven rico (Lucas 18:18-24),
él creía que por ser obediente superficial a la ley, era merecedor del cielo, la
ley se pude obedecer en un sentido legalista o por amor. Este joven no tenía
amor al prójimo, ese amor que solo en Cristo se consigue. El joven rico
representa también aquellos que piensan que por lo bueno que son deben ser
aceptados en cielo. Este tipo de personas también está representado por la
parábola de la moneda perdida (Lucas 15:8-10), si notan la moneda es un
objeto inanimado que no tiene uso de razón, esto representa un tipo de
personas que no se dan cuenta que están perdidos dentro de la iglesia o de
su religiosidad, son religiosos que ellos mismos están auto engañados de su
buena profesión. Por otro lado la oveja perdida es un animal que sabe que
está perdida, el problema es que no sabe el camino para llegar de vuelta al
redil.
En tercer lugar está la oveja enferma o herida. Dios está tratando con su
enfermedad. En el antiguo Israel los pastores usaban hablaban de tres
problemas básicos que podían lastimar a un oveja. Primero los insectos, los
roces en tiempo de celo y las heridas.
Los insectos fastidian a las personas, pero pueden matar a una oveja. Las
moscas, mosquitos y otros insectos pueden convertir el verano en una tortura
para el ganado. Por ejemplo, considérese las moscas de la nariz. Si logran
depositar sus huevos en la membrana blanda de la nariz de la oveja, los huevos
se convierten en larvas con forma de gusano que vuelven locas a las ovejas.
Un pastor explica: «Para aliviar esta torturante molestia, la oveja
deliberadamente golpea su cabeza contra los árboles, rocas, postes o arbusto
… En casos extremos de intensas plagas, la oveja puede matarse en un esfuerzo
frenético por hallar alivio». Cuando aparece un enjambre de moscas de la nariz,
las ovejas entran en pánico. Corren. Se esconden. Agitan la cabeza de arriba
abajo durante horas. Se olvidan de comer. No pueden dormir. Los corderitos
dejan de mamar y dejan de crecer. Todo el rebaño puede dispersarse y perecer
por la presencia de unas pocas moscas.
Por otro lado cuando llega la estación del celo es otro cosa. La mayor parte
del año las ovejas son animales tranquilos y pacíficos. Pero durante el celo,
todo cambia. Los carneros se pavonean por el prado y doblan el cogote
tratando de captar la atención de la nueva chica de la cuadra. Y de repente
aparecen las rivalidades entre el rebaño. Dos carneros bajan la cabeza y ¡paf!
Comienza una riña a topetazos, a la antigua. Por otro lado las ovejas de todos
modos, la tendencia es a hacerse daño. Y esas heridas son la tercera razón
por la que el pastor debe estar al cuidado de la oveja. La mayoría de las
heridas que el pastor cura son consecuencias de la vida en la pradera. Espinas
que se encarnan, o heridas de rocas, o el haberse rascado en forma muy ruda
contra el tronco de un árbol. Las ovejas se hieren. Por eso, el pastor
regularmente, a veces diariamente, inspecciona las ovejas, en busca de cortes
y magulladuras. No quiere que los cortes se agraven. No quiere que las heridas
de hoy se conviertan en una infección mañana.
Como las ovejas, tenemos heridas, pero las nuestras son las heridas del corazón
que producen las desilusiones. Si no tenemos cuidado, las heridas llevan a la
amargura. Y como las ovejas, necesitamos tratamiento.
Hasta este momento hemos hablado de la atención del pastor. Ahora
pasaremos hablar de la intención del pastor.
Por ejemplo si usted es una oveja testaruda como Él lo restaura? Bueno, él
tiene tres instrumentos: La vara, el cayado, y el aceite. Ahora vea como el
restaura:
En primer lugar la oveja testaruda se restaura con la vara.
Qué es la vara del Pastor? Bueno, el pastor sale al campo y encuentra una
rama o retoño, (un pequeño árbol) y lo moldea de tal manera que lo deja
liso, en la punta hace una especie de bola, del tamaño de su puño, a medida
que lo prepara, le introduce pedazos de metal en la punta, ya sea hierro o
clavos de tal manera que se hace bastante pesada la punta. Y se convierte
en un arma muy poderosa en sus manos. El pastor sale a las montañas
generalmente, por muchas semanas y practica tirarlo a lo lejos, y después
de tirarlo y tirarlo se convierte en un misil muy peligroso. También aprende
a empuñarlo y lo usa como garrote, era usado para protegerse de los ladrones,
y para proteger a las ovejas de los leones y lobos, pero algunas veces lo usaba
en la oveja misma, y este palo era una forma de disciplina y castigo para la
oveja. Si había alguna oveja testaruda, el pastor hacia algo muy drástico… él
tomaba la vara y quebraba una de sus piernas, y luego que lo había hecho
inmediatamente la vendaba, y el inmediatamente la cubrìa y la ponìa en una
tablilla, es decir lo hacía con el propósito de que la oveja volviera
inmediatamente hacia él. Podía cargar a la oveja en sus hombros , hasta que
la pierna estuviera sana , podía cuidarla y derramarle aceite y cuando la pierna
estaba sanada, podía ponerla sobre sus pies una vez más y caminar. Ahora hay
una cosa curiosa con las ovejas, cuando pasaba esto una vez que la oveja era
puesta nuevamente en sus pies, después de ser sanada por su pastor, la oveja
permanece siempre cerca del pastor, de hecho muchas de estas ovejas con sus
piernas rotas, por permanecer cerca del pastor, por lo general se convierte en
líderes del rebaño. El que le había quebrado la pierna, y luego el que le había
restaurado la pierna. Recuerda lo que Dios dice en Oseas 6:1: “Venid y
volvamos a Jehová; porque él arrebató, y nos curará; hirió y nos vendarà”
esto en orden de volvernos a él. No era esto a lo que se refería David cuando
dijo: “Antes que fuera yo humillado descarriado andaba, pero ahora guardo
tu palabra… bueno me es haber sido humillado” ( Salmo 119:67, 71 )!
Humillado para ser bendecido ! Ahora Dios aplica la vara a la oveja no porque
no la quiera, No! La aplica porque precisamente la ama ( Vea Hebreos 12:5-
11 ) Ahora el azote, era una vara. No es una cosa alegre cuando la oveja
tiene una pierna quebrada, pero si trae paz y fruto para el Pastor. Cuál era
el fruto “confortarà mi alma” (23:3). Hay momentos cuando somos ovejas
testarudas y Dios aplicara la vara de la disciplina, y verà que esta disciplina
busca a lo menos tres cosas que hacer en su vida. En primer lugar le revela
paternidad. ( Hebreos 12:6 ). El Pastor ama a la oveja que le aplica la vara
de la disciplina. En segundo lugar busca intimidad. ( Hebreos 12:9-10 )
Escuche que el negocio primordial de Dios con usted no es hacerlo feliz o
saludable, sino que el hacerlo santo. Dios lo salvo para que fuera santo, como
El. Pero qué otra cosa hace además de lo anterior. En tercer lugar desarrolla
humildad. Recuerda lo que dijo David “antes que fuera yo humillado descarriado
andaba” ( Salmo 119:67 ) . Oh, esa oveja que tenía la pata quebrada nunca
más deseara apartarse de su pastor jamás. ¿Cómo lidia el pastor con la oveja
testaruda? Con ¡la vara de la disciplina!
En segundo lugar la oveja extraviada se restaura con el cayado.
Pero el pastor no solo tiene la vara, sino un cayado. ( 23:4 ). El obtiene
otro vástago y lo corta hasta la raíz, y es una rama larga y flexible. Lo corta
cuando está verde y fresca luego la pone en remojo, quizás en agua hirviendo
y lo dobla en la punta y luego lo amarra, para que cuando se seque, quede
un pequeño gancho al final de la vara. El tamaño del gancho debe ser lo
suficientemente ancho para que quepa la cabeza de la oveja. Y él sabe cómo
usarlo, durante los días que salen a pastar, cuando ve a una oveja que se está
extraviando la pone el palo en la espalda y la toca para que regrese al rebaño.
También lo usarà para guiar a la oveja cuando pasa por caminos estrechos o
quebradas y cuando la oveja se cae patas arriba, la usa para ponerla de pie
nuevamente. Lo mismo lo hace cuando la oveja se mete al lodo, la usa para
sacarla de allí como un gancho. Así que usara el cayado para guardar, guiar,
levantar y regresar a la oveja hacia él. Algunas veces una oveja mamá…. una
oveja hembra, que es negligente con sus corderos, el pastor tomarà al
desobediente y tomarà a la madre para volverlos a juntar otra vez. Como el
Buen Pastor està hoy haciendo el esfuerzo para traer juntos a la familia, ya
que como las ovejas hemos dejado de estar juntos, él quiere hacer esto en
todos los hogares cristianos. El buen pastor nos està guiando con su cayado,
para que no nos alejemos de Dios, y cuando nos revolcamos en el lodo del
pecado. Así que ¿cómo restaura Dios a la oveja extraviada? con el cayado.
Pero también el restaura a la oveja herida con el aceite. Usted verà , que
cada noche el pastor trae a la oveja al corral. Y cada noche que el trae de
vuelta las ovejas al corral, el hace todas las noches lo mismo. Primero las
cuenta y las llama por su nombre, y luego las cuida, pone sus manos en cada
oveja y frota sus dedos dentro de la lana, buscando algún tipo de herida o
cicatriz o laceración o raspòn y cuando encuentra algo, no solo tiene la vara
y el cayado, sino que tiene su aceite, es decir una botella de aceite, y cuando
el mira una herida o lesión en la oveja, el ungirà su cabeza con el aceite, el
cual calmará, sanará la herida de la oveja. Además lubricará la herida dándole
confort. El aceite por lo general estaba mezclado con sulfas y alquitrán, que
era una combinación de aceites y elementos regenerativos, y que tenía un olor
muy fuerte que por lo general le servía a la oveja como repelente contra los
insectos. Como ya lo mencioné antes, la oveja tiene una enfermedad o peste
que la molesta y se llama “moscas de la nariz” que se introducen dentro de
las heridas y en los orificios de la nariz, y este aceite podía ser untado en
la nariz para darle confort y protección de las malignas pestes.
Gracias a Dios por el Espíritu Santo que nos protege del Señor de las moscas.
Cuando tenemos la magulladuras de la vida: heridas y llagas, debemos bendecir
a Dios nuestro Pastor, porque él nos llama por nuestros nombres , porque
nos conoce nos cuida, siente con nosotros, nos conforta cuando nos hemos
herido, nos venda y nos trae de vuelta a nuestra casa, para estar con èl.
Ahora pienso que David tenía todas estas cosas en mente cuando dijo,
“confortarà mi alma”. David había sido reble y había sido quebrantado, David
se había apartado y había sido regresado, y David había sido herido , y Dios
lo había sanado. Bendito sea el Señor, por su ministerio de restauración. El
Buen Pastor usa el castigo (la vara) la corrección (el cayado) y el confort
(aceite) para confortar nuestras almas.
“…me guiará por sendas de justicia…”
La vida de cada uno de nosotros es conducida por algo. La mayoría de los
diccionarios definen el verbo conducir como "guiar, controlar, dirigir." Cuando
conduce un auto, o una orquesta o una investigación usted está guiando,
controlando y dirigiendo eso en ese momento. ¿Cuál es la fuerza que conduce
su vida? Puede que en este momento lo esté conduciendo un problema, una
presión o una fecha tope. Puede que lo esté conduciendo una memoria
dolorosa, un miedo espantador o una creencia inconsciente. Hay cientos de
circunstancias, valores y emociones que pueden conducir su vida. Hay diferentes
cosas y un sinfín de cosas. He descubierto quizás cinco de las fuerzas más
comunes:
Muchas personas son controladas por la culpa. Se pasan toda su vida huyendo
de sus remordimientos y escondiendo su vergüenza. Las personas conducidas
por la culpabilidad son manipuladas por sus memorias. Permiten que su pasado
controle su futuro. Muy a menudo inconscientemente se castigan a sí mismas
al sabotear su propio éxito.
Muchas personas son controladas por el resentimiento. Muchas personas son
conducidas por el resentimiento y el enojo. Se aferran a sus heridas y nunca
logran superarlas. En lugar de librarse del dolor que sienten por medio del
perdón, lo repiten una y otra vez en sus imaginaciones. Algunas personas que
son conducidas por el resentimiento se "cierran" e internalizan su enojo,
mientras que otras se "inflan" y explotan cuando están con otros. Ambas
reacciones son nocivas e inútiles. El resentimiento siempre lo daña a usted
más que a la persona que resiente. Mientras que el que lo ofendió
probablemente olvidó la ofensa y siguió con su vida, usted continúa ardiendo
en su dolor, perpetuando el pasado.
Muchas personas son controladas por el temor. El temor puede haber sido el
resultado de una experiencia traumática, de expectaciones irrazonables, de
haber crecido en un hogar de extremo control e incluso de una predisposición
genética. No importa cuál haya sido la causa, las personas que son conducidas
por el temor a menudo se pierden de grandes oportunidades porque sienten
miedo de arriesgarse. Y en lugar de arriesgarse, siempre hacen lo seguro, evitan
los riesgos y tratan de mantener el status quo. El temor es una prisión en
la que usted mismo se mete, que le impedirá llegar a ser lo que Dios tiene
intenciones que sea.
Muchas personas son controladas por el materialismo. El deseo de adquirir se
convierte en la única meta de sus vidas. Esta fuerza que los conduce a siempre
querer tener más y más, está basada en ideas erróneas que dicen que tener
más me hará más feliz, más importante y más seguro; pero estas tres ideas
son falsas. Las posesiones solamente proveen una felicidad temporal. Debido a
que las cosas no cambian, eventualmente nos aburrimos de ellas y entonces
queremos una versión mejor, mayor y más nueva. También es un mito que si
tengo más, seré más importante. Mi valor como persona y el valor de mis
posesiones no son lo mismo. Su valor no está determinado por lo valioso que
son sus posesiones, y Dios dice que las cosas más valiosas de la vida ¡no son
cosas!
Muchas personas son controladas por la necesidad de ser aprobadas. Permiten
que las expectativas de sus padres o de sus cónyuges o de sus hijos o de sus
maestros o de sus amigos controlen sus vidas. Muchos adultos todavía están
tratando de ganarse la aprobación de padres que nunca podrán complacer.
Otros se dejan conducir por la presión de sus amigos, siempre preocupados de
lo que otros puedan pensar. Desgraciadamente, los que se dejan llevar por la
multitud, se han perdido en ella.
Existen otras fuerzas que pueden conducir su vida pero todas lo llevan al
mismo callejón sin salida: a un potencial desperdiciado, a un estrés innecesario
y a una vida insatisfecha.
Ahora bien la mejor opción es la que David establece en el salmo 23:3 y
específicamente en la porción “…me guiará por sendas de justicia por amor a
su nombre…” He aquí que la mejor opción es ser controlados por Dios.
Estaba leyendo que las ovejas son criaturas de hábito. Y esto es una debilidad
que muchas veces le complica su existencia. Por ejemplo una oveja cuando
encuentra un lugar para comer pasto permanece allí todos los días, hasta que
se acaba el pasto y hasta puede llegar comer tierra y enfermarse debido a su
mal hábito de seguir en un lugar una vez que lo ha escogido. Por esta razón
el pastor tiene que estar constantemente obligando a las ovejas a moverse a
otros lugares para que den respiro al pasto que ha estado comiendo por
muchos días y pueda volver a crecer.
Al parecer esa práctica es la base de la ilustración que David utiliza en el
salmo 23. Hemos visto que “El confortarà mi alma” pero ¿por qué? Bueno
en orden de que Él pueda “guiarme por sendas de justicia”. El me restaura
para que Él pueda ser mi Señor: dirigirme, guiarme. Usted debe ver que el
problema con mucho de nosotros, todos estamos interesados en ser
restaurados, pero sino paso de la restauración a la justicia o rectitud, pronto
estaremos en el mismo problema. Muchos de nosotros deseamos volver a
estar bien, pero no queremos entrar en el camino de seguir a Dios, esa es
la razón por la que regresamos al lugar de donde salimos. Pero una oveja
restaurada desea ser una seguidor cercano e íntimo del pastor, debemos ser
como una oveja con el pie quebrado que solo se mantiene cerca de su
pastor…para que Él pueda ser su Señor y le pueda dirigir, de tal manera que
no nos volvamos a extraviar otra vez. Cuando vamos a aprender esto? Cuantas
veces le vamos a fallar a Dios y deslizarnos hasta que decidamos quedarnos
cerca?
He aquí la promesa de parte de Dios de llevarnos a lugares mejores y llenos
de bendiciones para nosotros.
El texto muestra tres grandes cosas con respecto a la manera en que Dios
controla nuestras vidas, como la enriquece y nos lleva por mejores caminos.
caminos.
Primero vemos la destreza del pastor, segundo vemos la certeza del pastor y
finalmente veremos la riqueza del pastor.
El pasaje comienza con la destreza del pastor. El texto dice “me guiará”.
Esta expresión es muy interesante. Es diferente al término usado en el vrs.
Anterior donde se usa “pastoreará”. Es término da la idea de alimentar, de
proveer. En cambio la expresión que se usa en esta porción tiene que ver con
gobernar, comandar. La diferencia de los dos términos es que en el primero
da la idea de guiar para disfrutar, pero en el segundo el término da la idea
de comandar para tener dirección. Esto implica que Dios está comprometido
a estar en movimiento junto a nosotros, pero el marca el ritmo, la dirección
y el momento de moverse. Esta idea la encontramos cuando Cristo dice: “Mis
ovejas oyen mi voz y yo las conozco y ellas me siguen.” ( Juan 10:27 ). En
orden de seguir al Pastor debe haber reconocimiento de su voz. “Mis ovejas
oyen mi voz” dijo Jesús. En una montaña por lo menos habrá varios rebaños
que tiene su corrales allí para la noche, todos mezclados y juntos. Es fascinante
el observar lo que sucede cuando en la mañana, la oveja comienza su viaje
diario. Primero el pastor hará su llamado e instantáneamente sus ovejas se
separan a sí mismas del resto y vendrán a él, porque ellas conocen a Dios.
Luego otro sonido es hecho con el mismo resultados, hasta que la última de
las ovejas del rebaños están con su grupo y comienzan su viaje. Nunca hay
ningún error. Ellas conocen “su voz”. El conocer su voz es diferente a conocer
sus palabras. La voz se relaciona con la persona y las palabras con el
conocimiento- ¿Ha aprendido usted a escuchar la voz del Pastor?¿La oye a
través de la obediencia de la palabra? Esta es la única forma en que El Pastor
podrá guiarlo. Por eso es por lo que necesita reposar, en los pastos verdes de
Su Palabra.
En segundo lugar podemos ver la certeza del pastor. “Me guiará por sendas
de justicia” Una cosa que puede usted notar es el uso que David hace del
lugar a donde seré guiado: Nota usted que dice “sendas”. Busqué cuáles serían
las palabras diferentes para un calle que se transita. Por ejemplo el diccionario
usa la palabra vereda: “como un camino angosto hecho para transitar de un
lugar a otro”. Luego busqué lo que el diccionario puede decir sobre camino y
oiga lo que dice : “tierra hollada por donde se transita o una vía construida
para transitar. Ahora escuche la definición de senda : “ camino mucho más
estrecho que la vereda, abierto generalmente por el tránsito de peatones.
Ahora no le parece curioso que David use el término “senda” en lugar de los
otros términos? También es curioso que David la usa en plural, no es una
senda son varias, por donde me deberá guiar. La expresión de la versión
popular para “justicia” dice me guías por el mejor camino”. Lo que implica es
que la dirección de Dios es personal, es progresiva y lenta, y por otro lado
sirve de guía a otros que quieren que Dios sea su pastor. Implica salirse de
los cómodo, de lo convencional, y buscar nuevas brechas por donde Dios me
llevará.
Retomando el texto de Jesús él dijo Mis ovejas oyen mi voz… y ellas me
siguen.” Esto es obediencia. El pastor las guía y las ovejas lo siguen. Sabe cuál
es el problema de todos nosotros? Que la mayoría de nosotros estamos más
interesados en meternos en problemas que en caminos de justicia. Todo es
negativo. Años atrás en los USA había un jugador de football americano,
llamado Mike Cohen, que jugò para los Delfines de Miami. Él estaba en una
ocasión siendo aconsejado por un entrenador de experiencia , porque era
candidato a entrenador. Mike Cohen preguntò: “Que clase de jugador estás
buscando para que sea el entrenador? Bueno, dijo el entrenador actual: “Hay
un tipo de jugador que cuando lo tiran al suelo, solamente permanece allí
tirado y ya no se levanta” Mike dijo “no queremos a este jugador para
entrenador verdad? No, no lo queremos.” Pero luego dijo: ” Mike hay un
hombre que cuando es derribado, se pone de pie y sigue y luego lo vuelves a
derribar y permanece ya derribado.” ” No queremos a este como entrenador
tampoco, verdad,” él dijo. ” No, no lo queremos” dijo el entrenador” Mike
hay un hombre que cuando es derribado se pone de pie y sigue, y es derribado,
y se vuelve a poner de pie, y es derribado se pone de pie” Mike dijo, sonriendo
” ese es el tipo que necesitamos para entrenador verdad ?” Él dijo , “No
tampoco es el hombre que necesitamos, quiero que me encuentres al hombre
que està derribando a todos los demás, ese es el que necesitamos.”
Ahora debemos estar agradecidos de que El Señor Jesús nos restaura. Cuando
caemos Él nos levanta y levanta y levanta. Pero no le gustaría levantarse y
permanecer de pie, salir de la defensiva y pasar a la ofensiva …. no le gustaría
hacer varios derribamientos, de su enemigo. No le gustaría renunciar a la
mentalidad de baja, de alguien que siempre busca ser restaurado. El problema
con la mayoría de nosotros es que tenemos una mentalidad de restauración,
si dice “el confortarà mi alma” pero en orden de guiarme en sendas de
justicia”
En tercer lugar la riqueza del pastor. Luego el texto dice “Por amor a su
nombre …” ( 23:3 ) El más grande seguro de vida con la cual el pastor
maneja su rebaño es mantenerlas en el movimiento. No puede dejar en el
mismo pasto al rebaño por mucho tiempo, sino que debe ser llevado de pasto
en pasto. Este el secreto de un rebaño saludable y para la tierra, incluso la
reputación y el nombre del pastor depende de lo efectivo en que cuida el
rebaño moviéndolo de un pasto a otro pasto fresco. Puesto de otra forma,
la gente tiene la idea que la clase de hombre que es el pastor es por la clase
de oveja que tiene. El nombre del pastor: honor, reputación està basado en
la salud y la obediencia de la oveja. Ahora nota que David, “el confortarà mi
alma por amor a su nombre”. El movimiento de Dios tiene dos dimensiones:
Primero es sumisión. No es por amor a mi nombre. No una reputación de
ganar una santidad que se gana, no para que el creyente diga soy mejor
creyente que tú. Yo no tengo ningún mérito en lo que Dios hace y ejecuta
en mi vida .
Segundo es reputación. Es por amor a su nombre. El nombre de Dios: es la
esencia de su carácter y es la única razón por la que debemos vivir. El nombre
y la reputación de Dios están en juego. El libro de Proverbios dice que mejor
es el buen nombre que las muchas riquezas. Debemos aprender a tener buena
reputación y a responder el buen nombre de Jehová, porque eso es lo que él
quiere.
¿Qué es lo que me lleva a ser recto y me mantiene recto? El Señor me
restaura cuando me alejo, me dirige día a día, pero hay otra cosa. Yo tengo
un deseo ardiente de traer honor a su nombre? ¿Se siente de esa forma?
Se cuenta la historia de un hombre en un safari africano en lo más denso de
la selva. El guía que iba delante tenía un machete y se abría paso por entre
las inmensas plantas y matorrales. El viajero, cansado y acalorado, preguntó
molesto: «¿Dónde estamos? ¿Sabe hacia dónde me lleva? ¿Dónde está el
sendero?» El experimentado guía se detuvo, miró al hombre y respondió: «Yo
soy el sendero».
Nosotros hacemos las mismas preguntas, ¿no cree? Preguntamos a Dios:
«¿Hacia dónde me llevas? ¿Dónde está el camino?» Y Él, como el guía, no
nos dice. Sí, quizás nos dé una o dos pistas, pero eso es todo. Si lo hiciera,
¿entenderíamos? ¿Comprenderíamos dónde estamos? No, como el viajero, no
conocemos esta selva. Por eso en lugar de darnos una respuesta, Jesús nos
da algo mucho mayor. Se da a sí mismo.
¿Hace desaparecer la selva? No, la vegetación todavía es espesa. ¿Se deshace
de los depredadores? No, el peligro todavía acecha. Jesús no da esperanzas
cambiando la selva; Él restaura nuestra esperanza al entregarse por nosotros.
Además, ha prometido estar hasta que todo haya terminado. «Yo estoy con
vosotros, todos los días, hasta el fin del mundo» ( Mateo 28.20 ).
Necesitamos ese recordatorio. Todos lo necesitamos. Porque todos necesitamos
esperanza.
¿Quién controla su vida? Espero que sea Dios, y déjeme decirle que existen
cinco grandes beneficios de vivir una vida controlada por Dios:
Ser controlado por Dios le da significado a su vida. Fuimos creados para tener
significado. Por eso es por lo que la gente trata de usar métodos inciertos
como la astrología o a psíquicos para descubrirlo. Cuando su vida tiene
significado, usted puede aguantar casi cualquier cosa; cuando no lo tiene, todo
es insoportable. Sin Dios, la vida no tiene propósito; y sin propósito, la vida
no tiene significado. Sin significado, la vida no tiene ni importancia ni
esperanza.
Ser controlado por Dios simplifica su vida. Define qué es lo que va a hacer y
qué es lo que no va a hacer. Su propósito se convierte en el criterio que
usará para evaluar cuáles actividades son esenciales y cuáles no. Simplemente
se pregunta, "¿Me ayudará esta actividad a realizar uno de los propósitos de
Dios para mi vida o no?" Sin un propósito claro no tiene un fundamento
sobre el cual basar sus decisiones, dividir su tiempo y usar sus recursos. Tendrá
la tendencia a tomar decisiones basadas en circunstancias, presiones y en su
estado emocional en ese momento. Las personas que no conocen su propósito
tratan de hacer demasiado – y eso causa estrés, fatiga y conflicto.
Ser controlado por Dios enfoca su vida. Concentra sus esfuerzos y su energía
en lo importante. Se hace efectivo al ser selectivo. Es la naturaleza humana
distraernos con asuntos menores. Tratamos nuestras vidas como si fuera un
juego trivial. Henry David Thoreau observó que la gente vive su vida con una
"callada desesperación", pero hoy sería mejor decir que viven con una
descarriada distracción. Muchas personas son como giroscopios, dan vueltas y
vueltas a toda velocidad pero nunca llegan a ningún lado. Sin un propósito
claro, seguirá cambiando de dirección, de trabajo, de relaciones, de iglesia o de
otras cosas externas – esperando que cada cambio resuelva su confusión o que
le llene el vacío de su corazón. Usted piensa, Talvez esta vez será diferente,
pero no resuelve su verdadero problema – su falta de enfoque y de propósito.
Ser controlado por Dios le da motivación a su vida. El propósito siempre
produce pasión. Nada da tanta energía como tener un propósito claro. Por
otro lado, la pasión se disipa cuando no tiene un propósito. Simplemente
salirse de la cama se convierte en una tarea extraordinaria. Generalmente es
el trabajo sin sentido, no su exceso, lo que nos cansa, nos consume las fuerzas
y nos roba de nuestro gozo. George Bernard Shaw escribió: "Este es el
verdadero gozo de la vida: ser usado para un propósito, un propósito
reconocido por usted como poderoso; ser una fuerza de la naturaleza, en lugar
de ser un egoísta pedazo de barro con padecimientos y quejas, lamentándose
porque el mundo no se dedica a hacerle feliz."
Ser controlado por Dios lo prepara para la eternidad. Muchas personas se
pasan sus vidas tratando de crear un legado duradero aquí en la tierra. Quieren
ser recordados cuando ya no estén aquí. Sin embargo, lo que más importará
al final no será lo que otros dicen de su vida sino lo que Dios dice. Lo que la
gente falla en darse cuenta es que todo logro es eventualmente excedido,
todo récord es roto, toda reputación se desvanece y todo homenaje es
olvidado. Cuando James Dobson estudiaba en la universidad, su meta era llegar
a ser el campeón de tenis de la universidad. Se sintió orgulloso cuando su
trofeo fue prominentemente exhibido en la vitrina de trofeos de la universidad.
Años más tarde alguien le mandó por correo ese trofeo. Lo habían encontrado
en un bote de basura cuando la universidad fue remodelada. James dijo, "Sólo
es cuestión de tiempo ¡y alguien hará basura todos tus trofeos! Vivir sólo para
crear un legado terrenal es una meta miope. El uso más sabio de su tiempo
es edificar un legado eterno. No fue puesto en la tierra para ser recordado.
Fue puesto aquí para prepararse para la eternidad. Un día estará frente a
Dios y El hará una auditoría de su vida, un examen final, antes de que entre
a la eternidad
“…el valle de sombra y muerte…”
La función de su vida en la tierra es temporal. La Biblia está llena de
metáforas que enseñan qué breve, qué temporal y qué transitoria que es la
naturaleza de la vida en la tierra. Describe la vida como una neblina, como un
corredor veloz, como un aliento y como humo. La Biblia dice, "Porque apenas
nacimos ayer... Nuestros días en la tierra son tan efímeros como una sombra."
Para hacer el mejor uso de su vida, nunca debe de olvidar dos verdades:
primero, comparada con la eternidad, la vida es extremadamente breve.
Segundo, la tierra es sólo una residencia temporal. No estará aquí por mucho
tiempo; por lo tanto, no se apegue demasiado. Pídale a Dios que le ayude a
ver su vida en la tierra como El la ve. David oró, "Señor, ayúdame a
comprender lo breve que será mi tiempo en la tierra. Ayúdame a comprender
que estoy aquí sólo por un momento más." La Biblia compara repetidamente
la vida en la tierra con el vivir temporalmente en un país extranjero. Este no
es su hogar permanente o su destino final. Sólo está pasando, sólo está
visitando la tierra. La Biblia usa términos como extranjero, peregrino, foráneo,
extraño, visitante y viajero para describir nuestra breve estadía en la tierra.
David dijo, "No soy sino un extranjero aquí en la tierra," y Pedro explicó, "Si
llaman a Dios su Padre, vivan su tiempo como residentes temporales en la
tierra."
El hecho de que la tierra no es el hogar final de nosotros explica por qué,
como seguidores de Jesús, experimentamos dificultades, angustias y rechazo
en este mundo. Explica también por qué algunas de las promesas de Dios no
parecen cumplirse, por qué algunas oraciones no parecen ser contestadas y por
qué algunas circunstancias parecen ser injustas. Este no es el final del cuento.
Para que no nos apeguemos demasiado a esta tierra, Dios permite que
sintamos una cantidad significante de descontento y de insatisfacción en la
vida – anhelos que nunca serán satisfechos en este lado de la eternidad. ¡No
nos sentimos completamente felices aquí porque no está supuesto a ser así!
La tierra no es nuestro hogar final; fuimos creados para algo mucho mejor.
Un pez nunca se sentiría feliz viviendo en la tierra, porque fue hecho para el
agua. Un águila nunca se sentiría satisfecha si no se le permitiese volar. Usted
nunca se sentirá totalmente satisfecho en la tierra, porque fue hecho para
algo más. Aquí tendrá momentos felices, pero nada comparado con lo que Dios
ha planeado para usted. Darse cuenta de que la vida en la tierra es sólo una
función temporal debería de alterar sus valores radicalmente. Los valores
eternos, no los temporales, son los que deberían de ser los factores
determinantes de sus decisiones. C. S. Lewis fue el que observó, "Todo lo que
no es eterno es eternamente inútil."
Creo que hoy más nunca esta pandemia nos ha hecho más consciente de esa
verdad.
Estamos viviendo tiempos de muerte y tragedia. Muchas personas que
conocemos o cercanas a nosotros han muerto por la pandemia del Covid-19.
Solamente hasta el 02 de nayo de 2021 habían muerto en América Latina
1.533.740, en Europa 1.074.175 personas, en Asia 477,851 personas, en
áfrica 122.304 personas y finalmente en Oceanía 1340 personas. Haciendo un
total de aproximado de 4 millones de personas. Eso implica una cultura del
duelo y de la muerte más real que nunca antes. Por lo menos en este siglo
moderno.
A la cultura de muerte se le une la del luto, pérdida y sufrimiento de los
que quedan vivos. ¿Cómo tener un aliento en medio de un mundo como el
que actualmente estamos viviendo? ¿Dónde se busca fuerza cuando uno es
visitado por la muerte?
Si el salmo 23 es una de las más preciosas porciones de la Palabra de Dios,
entonces el verso para nuestro estudio es quizás el más preciosa de este
salmo. Hoy necesitamos hablar hablarles acerca de cómo caminar con la cabeza
en alto por el valle de la sombra y de la muerte.
Ahora el tema de la muerte no es muy popular . Evitamos pensar acerca de
la muerte, pero es una realidad a la que no podemos dejar de pensar y
señalar. Quiero por lo menos señalar dos verdades importantes con respecto
a la metáfora del Salmo 23.
Primero debemos hablar de la realidad de la metáfora.
Ahora David tenía en mente este tema cuando escribió el salmo 23.
Especialmente el salmo 23:4 “Aunque “ David habló de un valle llamado :
“el valle de la sombra de muerte”. Ahora bien en la tierra de Israel
literalmente existe un valle así. Hay un valle que se llama “el valle de la
sombra de la muerte”. Comienza entre Jerusalén y Belén, y està
aproximadamente 2700 pies sobre el nivel del mar y hay una pequeño
manantial que viene de afuera de la ladera y comienza un pequeño riachuelo
y algunas veces està lleno de agua y el agua cae en grandes cascadas hacia
abajo del valle. Algunas veces es solo un goteo, pero por muchos siglos ha
erosionado un cañón en esas montañas de Judea. Comienza en la parte de
arriba de las montañas y fluye hacia abajo, casi 1300 pies sobre el nivel del
mar, hacia el Mar Muerto. Este barranco o cañón es llamado “el valle de la
sombre de la muerte”, porque es muy oscuro y cerrado en la parte de abajo,
en algunas partes del es solamente 12 pies de ancho y aún en el mediodía
del día , todavía hay partes muy oscuras, también hay cuevas y lugares muy
lúgubres.
En los tiempos de la Biblia había osos salvajes en ese lugar, asaltantes y
lugares muy empinados donde las ovejas podía caer. Era un lugar muy
intimidante con sombras grotescas y grandes paredes y por eso los pastores
le habìan puesto “el valle de la sombra de muerte”
En segundo lugar la utilidad de la metáfora. También es un valle útil. Porque
en el tiempo del invierno cuando no hay mucho pasto, los pastores debían
tomar a los ovejas hacia abajo de Jericó y las ovejas podía pastar y rumiar
en los pastos que allí se habìan conservado. Y entonces cuando la primavera
venía y las colinas de Judea nuevamente brillaban por el pasto reverdecido,
ellos traían sus ovejas por medio del valle para ir a comer nuevamente esta
época de prosperidad, es decir pasaban por el valle para ir a los lugares altos
y montañosos de Judea.
Esto era lo que seguramente David tenía en mente cuan escribió este salmo.
Como pastor era seguro que muchas veces había guiado a sus ovejas a través
de este valle de sombra de muerte. Y David està diciendo que Dios es lo que
él ha sido para sus ovejas. David había aprendido a sonreírle a la muerte.
Ahora bien nosotros aprendemos también el mismo principio.
Ahora quiero que aprendamos dos lecciones importantes para poder tomar
valor en los momentos cuando nos enfrentamos a la muerte.
La primera cosa es que debemos entender que es un aceptar. Esto es un
llamado a la aceptación.
La muerte es un hecho que debemos aceptar. Notó usted como comienza el
versículo “aunque ande” Es un verbo que nos da seguridad, no dice “no voy a
pasar” David asegura que todos debemos pasar en algún momento por ese
valle de sombra. De esta aceptación debemos concluir varias cosas con relación
a los tiempos de sombra.
La muerte es actual. “Aunque “ es real. Hablamos de estadísticas, y puedo
darle muchas acerca de este tema, pero he aquí una nueva estadística acerca
de la muerte. ¿Està listo para oírla? “Uno de cada uno muere”. Lo capta?
Es probable que en este tiempo de tu vida, te encuentres al borde de la
muerte de un sueño que nunca se ha concretado, la muerte de una relación
amorosa o de un familiar o ser querido, la muerte de un proyecto que parecía
que iba a triunfar, etc., etc. Atravesar estos tiempos, no significa
precisamente que hayan venido a nuestras vidas por culpa nuestra o de pecados
ocultos que tengamos. Los justos también, muchas veces, padecen etapas
difíciles durante su vida. La clave en este tiempo tan difícil es creer que el
Señor sigue estando con nosotros y que nunca nos ha abandonado, ni nos
abandonará. Experimentar la presencia del Señor, en medio de los tiempos de
“valles de sombra y muerte”, es indispensable para poder atravesar esos
tiempos difíciles y seguir en el camino de la vida. Quizás no podamos evitar
atravesar los tiempos de “valles de sombra y muerte”, pero lo que nunca
debemos dejar es mantenernos "colgados" de la presencia maravillosa del Señor.
Pero por otro lado la muerte es individual. “Aunque ande” ¿quién? YO, no
dice aunque anden (ellos). Sabe usted lo que pasa en la mente humana
cuando un predicador habla acerca de la muerte? La gente dice “Si predicador
hábleles de la muerte, pero no me hable de la muerte a mí. Pero lo curioso
es que usted podría ser el siguiente a morir en esta semana.
También la muerte es fatal. El problema con la muerte es que usted y yo no
sabemos cuándo se va a presentar a nuestra puerta. “Aunque ande “. David
el pastor està caminando a través del valle de la muerte con sus ovejas,
pero él no sabe si de un momento a otro va a pasar por la muerte.
Vivimos un paso a la vez. David mismo dijo : “Vive Jehová y vive tu alma,
que apenas hay un paso entre mí y la muerte” (1 Sam 20:3) El hombre
Viejo, la joven madre , el niño pequeño puede caer en las garras fuertes de la
muerte. Debo predicar como un hombre moribundo a hombres moribundos,
porque no sé si este será mi último sermón que predicarè, este podría ser
mi último mensaje que predicarè. Incluso podría ser el último mensaje que
usted escucharà. No lo sé ni usted tampoco. Sin embargo Dios ha sido tan
bueno que le ha permitido por su gracia permanecer por más tiempo. “Por las
misericordias de Jehová no hemos sido consumidos”. (Lam. 3:22). La vida es
un regalo de Dios.
La primera cosa es que debemos entender que es un aceptar. Esto es un
llamado a la aceptación. Pero en segundo lugar es un a inspeccionar. Esto es
un llamado a la reflexión.
Verà la figura que David usa aquí nos da algunos pensamientos confortantes
acerca de la muerte , él dice que atravesaremos el valle donde hay sombras,
pero que no debemos temer mal alguno, porque nuestro Divino Pastor estará
con nosotros. Ahora bien si inspeccionamos esta figura podemos
cuidadosamente ver tres grandes verdades. Pude haber:
No hay valle sin montañas. Una cosa que debemos aprender es que los valles
son parte de la vida. La Biblia dice en Deuteronomio 11:11, “En cambio, la
tierra que pronto tomarás para ti es una región de colinas y valles, con lluvias
abundantes” (NTV). Por otro lado los valles son inevitables. Todos nosotros,
o acabamos de salir de un valle, o estamos en medio de uno en este momento,
o nos dirigimos hacia otro, porque así es la vida. No puedes evitar los valles.
En cambio, puedes estar preparado para ellos. También los valles le suceden a
todos. Son imparciales. Cosas buenas les pasan a las personas malas, y cosas
malas les suceden a las personas buenas. Estamos en un mundo corrompido y
caído, por lo que tenemos problemas. Nadie es inmune. Nadie está aislado del
dolor. Nadie navega por la vida sin problemas. “Los que son de Dios podrán
tener muchos problemas, pero él los ayuda a vencerlos” (Salmo 34:19 TLA).
También los valles son impredecibles. No puedes planearlos. No los puedes
pronosticar. Los problemas típicamente te atrapan desprevenido. De hecho,
tus valles y tus problemas suelen aparecer en el peor momento: cuando no
tienes tiempo, cuando no estás preparado y cuando es muy inconveniente.
¿No crees que sería muchísimo más fácil si pudiéramos programar todos los
valles en la vida, cuando estemos dormidos, o cuando nuestra salud sea buena,
o cuando nadie nos esté molestando? ¡Pero no es así! Proverbios 27:1 dice,
“No presumas hoy de lo que piensas hacer mañana; ¡nadie sabe lo que traerá
el futuro!” (TLA). Cuando sabes que esperar en relación con los valles de la
vida, sabrás cómo prepararte para atravesarlos exitosamente. Reflexiona sobre
esto: Dónde estás en tu viaje de vida ahora mismo: ¿en un valle, saliendo de
un valle, en algún lugar entre un valle y la cima de una montaña, o en la
cima de una montaña? ¿Cómo puedes prepararte mental, física y
espiritualmente para los valles de tu vida? ¿Por qué crees que Dios te permite
atravesar por valles y no solo por cimas de montañas?
Por otro lado es interesante que la expresión “ande” es importante aquí. Es
una expresión que indica movimiento y no inactividad. Por otro lado se puede
traducir como “atravesar”. Lo que viene a demostrar que Es imposible . No
puede haber valle sin montañas, y usted verà que este es el salmo del valle.
Este descansa en medio de dos salmos, que son picos de montañas. El salmo
22 trata con el monte calvario, nos habla de la crucifixión del Mesías. El
Salmo 24 trata con el Monte de Siòn (Olivos) trata con la coronación del
Mesías, así que el Salmo 23 es el valle en medio de las dos montañas. Aquí
tenemos la sangre que circula del monte de la crucifixión hacia el monte de la
coronación. aquí tenemos la crucifixión , y allá la coronación y estamos viviendo
en el valle. Sabe usted porque Jesucristo es nuestro suficiente Pastor. Él es
descrito en tres veces en el NT como Pastor. Él es el Buen Pastor que està
en el Monte Calvario, pero también es el Príncipe de los Pastores o Jefe de
los pastores y eso es el Monte Siòn, pero luego él es El Gran Pastor el Uno
que vive por nosotros. (Hebreos 13:20-21 ). El Buen Pastor , El murió
por mí. El Príncipe de los Pastores, el viene por mí, y el Gran Pastor él ahora
vive por mí, y me acompaña por todos los valles de la vida. Puede aceptar
eso?
Debe notarse que el versículo dice: "Aunque camino por el valle de sombra de
muerte". No dice que muera allí o que me detenga allí, sino que "atravesé".
Es costumbre usar este versículo como un consuelo para aquellos que están
pasando por el oscuro valle de la muerte. Pero incluso aquí, para el hijo de
Dios, la muerte no es un final, sino simplemente la puerta a una vida más
elevada y exaltada de contacto íntimo con Cristo. La muerte no es más que
el valle oscuro que se abre a una eternidad de deleite con Dios. No es algo
que temer, sino una experiencia a través de la cual se transita en el camino
hacia una vida más perfecta.
Todavía quedan valles por recorrer durante los días que nos quedan. No es
necesario que sean calles "sin salida". Las decepciones, las frustraciones, los
desalientos, los dilemas, los días oscuros y difíciles, aunque sean valles
ensombrecidos, no tienen por qué ser desastres. Pueden ser el camino hacia
un terreno más elevado en nuestro caminar con Dios. Después de todo, cuando
nos detenemos a pensarlo un momento, debemos darnos cuenta de que incluso
nuestras modernas carreteras de montaña siguen los valles para llegar a la
cima de las sendas que atraviesan. De manera similar, los caminos de Dios
conducen hacia arriba a través de los valles de nuestras vidas. Una y otra vez
me recuerdo a mí mismo: "Oh Dios, esto parece terriblemente difícil, pero sé
con certeza que al final resultará ser la forma más fácil y suave de llevarme
a un terreno más alto". Luego, cuando le agradezco las cosas difíciles, los días
oscuros, descubro que Él está conmigo en mi angustia. En ese momento mi
pánico, mi miedo, mis recelos dan paso a una confianza tranquila y silenciosa
en Su cuidado. De alguna forma, de una manera serena y silenciosa, estoy
seguro de que todo saldrá bien para mi bien porque Él está conmigo en el
valle y las cosas están bajo Su control. Llegar a esta convicción en la vida
cristiana es haber adoptado una actitud de tranquila aceptación de toda
adversidad. Es haberse movido a un terreno más alto con Dios. Conocerlo de
esta manera nueva e íntima hace que la vida sea mucho más llevadera que
antes.
Pero también debe entender que:
No hay sombra sin luz. Dios le guiará a través, no alrededor, del valle de
sombra de muerte. Y, de paso, ¿no le da alegría que sea sólo una sombra?
Una persona cuenta de la ocasión en que murió su primera esposa. Él y sus
hijos regresaban a casa desde el funeral, vencidos por el dolor. Buscaba una
palabra de consuelo para hablarles, pero no pudo pensar en nada. Entonces un
camión con un furgón grande los adelantó. Cuando pasó, la sombra del camión
cubrió el auto. El Dr. Barnhouse tuvo una inspiración. Se volvió hacia su
familia y preguntó: «Hijos, preferirían ser atropellados por un camión o por
su sombra?» Los niños respondieron: «Por supuesto, papá, preferiríamos que
nos atropellara su sombra. Una sombra no podría lastimarnos». Este hombre
explicó: «¿Saben qué hace dos mil años el camión de la muerte atropelló al
Señor Jesús … para que sólo su sombra nos atropellara a nosotros?» Nosotros
enfrentamos la muerte, pero gracias a Jesús, sólo enfrentamos su sombra.
Gracias a Jesús creemos que nuestros seres queridos son felices y que los que
han muerto en Cristo están danzando como nunca antes.
Con Jesús hemos vencido los tiempos de oscuridad. El venció y destruyó el
poder de la muerte. Jesùs trajo la luz a la muerte, una sombra podrá darle
miedo, pero jamás podrá destruir a los hijos de luz y nunca nos destruirá. Así
fue con la muerte sòlo puede golpearnos la sombra pero no la muerte porque
Jesùs se enfrentó con ella y la destruyó, lo único que proyecta hoy sòlo es
un momento de oscuridad. Una tremenda lección no cree? Déjeme darle un
versículo : “El pueblo que andaba en tinieblas vio gran luz, los que moraban
en tierra de sombra de muerte, luz resplandeció sobre ellos” ( Isaías 9:2 )
No hay calamidad sin bondad. El texto añade el hecho de que es muerte. La
expresión también se puede traducir como desastre, calamidad, tumba. No
temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo”. En este momento David
està comparando el mal con el gran pastor de las ovejas. Quien es “tú” A
quien se refiere David? ¡AL Señor! (23:1) Jehová el más grande nombre de
Dios . Y porque Jehová es Jesùs, entonces toda la plenitud de la deidad
estará conmigo. Cuando perdemos a alguien mi dolor puede estar en la
superficie. Puede ir por dentro. Puede ser una llama. Puede ser un soplete.
Pero la ira vive en la casa del dolor. Ira por sí mismo. Ira por la vida. Ira por
los militares, por el hospital o por el sistema de carreteras. Pero por sobre
todo, ira por Dios. Ira que asume la forma de una pregunta de dos palabras
breves: ¿Por qué? ¿Por qué él? ¿Por qué ella? ¿Por qué a nosotros? Usted
y yo sabemos que no podemos responder esa pregunta. Sólo Dios sabe las
razones que hay detrás de sus acciones. Pero hay una verdad clave sobre la
cual podemos permanecer. Nuestro Dios es un Dios bueno. «Bueno y recto es
Jehová» ( Salmo 25.8 ). «Gustad, y ved que es bueno Jehová» ( Salmo
34.8 ). Dios es un Dios bueno. Aquí es donde debemos empezar. Aunque no
entendamos sus acciones, podemos confiar en su corazón. Dios sólo hace lo
bueno. Pero ¿cómo puede ser buena la muerte? Algunos dolientes no hacen
esta pregunta. Cuando la cantidad de los años ha superado la calidad de los
años, no preguntamos cómo puede ser buena la muerte. Pero el padre de la
adolescente muerta pregunta. La viuda de treinta años pregunta. Los padres
de los niños que mueren también. ¿Cómo puede ser buena la muerte? Parte
de la respuesta puede hallarse en Isaías 57.1–2 : «Perece el justo, y no hay
quien piense en ello; y los piadosos mueren, y no hay quien entienda que de
delante de la aflicción es quitado el justo. Entrará en la paz, descansarán en
sus lechos todos los que andan delante de Dios». La muerte es el método de
Dios para sacar del mal a la gente. ¿De qué clase de mal? ¿Una enfermedad
extensa? ¿Una adicción? ¿Una tenebrosa ocasión para la rebelión? No sabemos,
pero sí sabemos que ninguna persona vive un día más ni un día menos de lo
establecido por Dios. «En tu libro estaban escritas todas aquellas cosas que
fueron luego formadas, sin faltar una de ellas» ( Salmo 139.16 ). Pero sus
días fueron tan pocos … Su vida fue tan breve … Así nos parece a nosotros.
Hablamos de una vida breve, pero en comparación con la eternidad, ¿quién
tiene una vida larga? Los días de vida de una persona en la tierra pueden
parecer como una gota en el océano. Los suyos y los míos parecen una gotita.
Pero en comparación con el Pacífico de la eternidad, aun los años de Matusalén
no alcanzan a llenar una copita. Santiago no habla sólo a los jóvenes cuando
dice: «¿Qué es vuestra vida? Ciertamente es neblina que se aparece por un
poco de tiempo, y luego se desvanece» ( Santiago 4.14 ). En el plan de Dios,
cada vida es suficientemente larga y cada muerte ocurre en el momento
oportuno. Aunque usted y yo pudiéramos desear una vida más larga, Dios sabe
mejor las cosas. Y, esto es importante, aunque usted y yo quisiéramos una
vida más larga para nuestros seres amados, ellos no. Irónicamente, el primero
que acepta la decisión de Dios acerca de la muerte es el que muere. Mientras
todavía movemos la cabeza sin creer lo que ha ocurrido, ellos elevan sus manos
en adoración. Mientras lloramos junto al sepulcro, ellos están maravillados en
el cielo. Mientras lanzamos preguntas a Dios, ellos lo están alabando
No es grandioso que nuestra fe en Dios es reflejada a otros cuando estamos
en el valle? Como podemos reflejar a Dios, bueno porque Dios hace varias cosas
con nosotros. Su presencia es muy real. ¿Notó que hay un admirable cambio
en el pronombre en 23:4? Hasta ahora David ha estado hablando de “El”
“El” (23:2) pero ahora que pasa a través del valle se va haciendo más
cercano a Dios y Dios a él? “Tú “ usa ahora un pronombre más cercano y
familiar y de confianza. Tú quién es? ¡Jehová! El ultimo es muy íntimo...
Eso significa que Dios no nos dejará solos y cruzará con nosotros el valle de
la sombre y de la muerte. Él dijo “nuca te dejaré” (Hebreos 13:5). Su poder
es leal. “Me infundirá aliento” Recuerda para que era la vara? Para proteger
a la oveja. Y el cayado era para darle dirección recuerda? Cuando pasemos por
el valle de la sombra y la muerte SU PRESENCIA estará con nosotros, pero
también estará SU PODER. El estará por el camino de la sombra y de la
muerte. Su propósito es final. Cuál es el propósito del Pastor? Es atravesarlo
por el valle. En Israel el Pastor dirigirá a las ovejas por en medio del valle
hacia los verdes pastos de las montañas altas. No pase por alto el
desplazamiento en el vocabulario de David. Hasta este punto, usted y yo
hemos sido la audiencia y Dios ha sido el tema. «Jehová es mi pastor». «Me
hará descansar». «Junto a aguas de reposo me pastoreará». «Confortará mi
alma». «Me guiará por sendas de justicia». En los tres primeros versículos,
David nos habla y Dios escucha. Pero repentinamente, en el versículo cuatro,
David habla a Dios y nosotros escuchamos. Es como si el rostro de David,
hasta ahora dirigido hacia nosotros, ahora se levantara hacia Dios. Su poema
se convierte en oración. En lugar de hablarnos a nosotros, le habla al Buen
Pastor. «Estarás conmigo; tu vara y tu cayado, me infundirán aliento». El
mensaje implícito de David es sutil pero de gran importancia. No enfrentes la
muerte sin enfrentar a Dios. Ni siquiera hables de muerte sin hablarle a Dios.
Él y sólo Él puede guiarte a través del valle. Otros pueden especular o aspirar,
pero sólo Dios sabe el camino para llevarte a su hogar. Sólo Dios está
comprometido a llevarte hasta allá a salvo. Es posible que usted se encuentre
hoy en medio de una tribulación o un valle de sombra, y es una época para
un propósito de Dios en su vida. David conocía muy bien acerca de su pastor,
para saber que nunca lo dejaría en medio de ese valle de sombra.
Yo creo que usted ha escuchado la historia del rey que quería algunas palabras
cortas que lo ayudaran a sobreponerse a los momentos difíciles. Envió a todos
los sabios del reino para que le hicieran esa frase. Sòlo uno pudo hacerlo.
Escribió en un anillo la frase. “Esto también pasará”. ¿Como podemos
sobreponernos a los valles de sombra? Por medio de un pastor que nos
conducirá a través de él y estarà con nosotros. Porque tenemos su presencia
real, su poder es leal y su propósito es final. Su suficiente pastor lo sacarà
de en medio de su valle.
“…no temeré mal alguno…”
En cuántas ocasiones nos hemos hallado en situaciones difíciles a las cuales no
encontramos soluciones, aunque hicimos todo lo posible. Pueda ser que vivimos
con temor a lo venidero como por ejemplo: perder a nuestra familia o aquellas
personas que amamos, perder nuestros trabajos o las cosas que con esfuerzo
hemos logrado tener. Esto no nos permite vivir en paz, y no disfrutamos nada
de todo lo que tenemos.
En el estudio pasado hablamos acerca de la realidad de la muerte, y como la
Biblia la percibe. Y el salmo 23 nos dice que ese evento es una sombra para
los que tienen una relación con Jesús. El vrs. 4 en realidad se puede dividir
en dos aspectos reales con respecto a la muerte. El primer aspecto es reto de
la muerte y el segundo aspecto es el luto en la muerte. Por eso es por lo que
el salmo continua con lo que Dios puede hacer media vez nosotros hemos
atravesado por las circunstancias de la muerte. Hay tres dimensiones que según
este salmo experimentamos con el duelo. La primera tiene que ver con un
sentido de ansiedad (mal alguno), luego un sentido de soledad (tu estarás
conmigo) y tercero un sentido de sanidad (infundirá aliento).
Veamos en primer lugar el sentido de ansiedad. El texto dice “no temeré mal
alguno”. En la actualidad y desde la fundación de la creación “El Temor” es
una de las principales conductas que enfrenta el ser humano (Génesis, 3:9,10),
que pueden ser causadas por situaciones del pasado que están reprimidas, de
situaciones presentes y también de pensamientos destructivos acerca del
futuro. Esto se debe al recuerdos y traumas del pasado que han creado
inseguridades en sus personalidad e imágenes exageradas y desvirtuadas sobre
el hecho del pasado. Según el diccionario de la Real Academia Española (DRAE)
el miedo es la “perturbación angustiosa del ánimo por un riesgo o daño real o
imaginario”. El vocablo procede del latín metus, que tiene significado análogo.
Como todas las emociones admite graduación. El temor es una emoción propia
del ser humano. Es necesaria para su supervivencia porque le indica cuando el
peligro está cerca. Puede nacer de estímulos externos o internos que habitan
en su mundo interior como los malos recuerdos, traumas, carencias etc. Desde
el punto de vista biológico, el miedo es un esquema adaptativo, y constituye
un mecanismo de supervivencia y de defensa, surgido para permitir al individuo
responder ante situaciones adversas con rapidez y eficacia. En ese sentido, es
normal y beneficioso para el individuo y para su especie. El miedo puede formar
parte del carácter de la persona o de la organización social. Se puede por
tanto aprender a temer objetos o contextos, y también se puede aprender a
no temerlos, se relaciona de manera compleja con otros sentimientos (miedo
al miedo, miedo al amor, miedo a la muerte, miedo al ridículo) y guarda
estrecha relación con los distintos elementos de la cultura. Para algunos, el
miedo en el ser humano no guarda ninguna relación fisiológica (como reacción
de alerta), sino será un producto de la consciencia, que expande nuestro nivel
de conocimiento. El temor más destructivo es del que no conoces su
procedencia, porque actúa en el fondo de tu corazón. Puede nacer también de
imágenes de temor creadas en tu mente y en tus recuerdos ocultos. Los
temores a situaciones específicas como a la oscuridad, a los insectos, a las
alturas, al permanecer encerrado, si son muy fuertes y paralizantes son
llamados fobias. Y que hacen perder seguridad en su comportamiento ante los
demás provocando un miedo que los agobian hay quienes tienen miedo al miedo
y hay también que temen de no tener miedo al miedo, miedo al día a la
noche, a la lluvia con sus truenos y relámpagos. El temor al abandono, temor
al rechazo, temor a la crítica y fracaso, temor al hombre, temor a lo
desconocido, temor a la muerte, temor al futuro, temor a las enfermedades…
Todos estos temores son manifestaciones de desamparo e impotencia porque
no podemos tener control sobre la situación. Las reacciones ante el temor
pueden ser: tratar de huir, evadirlo o paralizarte. Sin embargo debes saber
que la solución no es huir sino enfrentarlo. Pasar el túnel de una crisis y
atravesarlo para luego ver la luz, pero esto solo es posible en compañía del
poder, de la fuerza que te dé la seguridad y la victoria. Esto solo es posible
con Dios porque Él habita dentro de tu mente y corazón donde se anida el
temor.
En el texto el temor es muy presente por dos situaciones claras. Primero hay
una ansiedad generada por los sucesos sorpresivos y dos hay una ansiedad
generada por los procesos destructivos.
Veamos en primer lugar la ansiedad de los sucesos sorpresivos. La primera
expresión es la palabra “no temeré”. Este verbo da la idea de estar asombrado,
de estar sorprendido ante la presencia de algo malo. La idea es que David está
afirmando que debemos estar preparados ante las sorpresas de la vida. Sin
embargo, vivimos muy deprisa. Tanto que apenas nos damos cuenta de que la
vida está pasando delante nuestra y que somos solo simples espectadores
viéndola correr. Nos hemos acostumbrado a no sentir, a sobrevivir, a dar por
hecho que las cosas son de una u otra manera, sin cuestionarnos si podemos
hacer algo para cambiarla. Vamos tan deprisa que a veces se nos olvida lo más
importante: llenar de vida nuestros días. Y cuando menos te lo esperas va la
vida y te sorprende, te pide que pares, que reflexiones, que valores si
verdaderamente estás haciendo lo que quieres, disfrutando de las pequeñas
cosas, de los mil momentos que te ofrece, de los olores, sabores, personas, en
definitiva de todo aquello que verdaderamente te hace feliz. Y muchas veces
es necesario que sucedan cosas, que cambien los esquemas, que la vida te dé
un tirón de orejas para darte cuenta de que no estás haciendo lo correcto,
que estabas dedicándole demasiado tiempo a eso que aunque necesario no te
hace feliz. Y llega de mil formas distintas, te asusta, te sorprende, te hace
reaccionar, de la forma más imprevisible…. Observe que David dice que a esa
sorpresa no le debo temer. No es una negación de la realidad sino una negación
de seguridad. La segunda cosa tiene que ver con los procesos destructivos.
Observemos que el salmista dice “mal alguno”. La palabra hebrea para mal
tiene una variedad de connotaciones importantes. Se puede traducir como
triste, infeliz. También como herida, angustia y calamidad. Eso significa una
amplia gama de experiencias malas, que se dan a raíz de la muerte. El miedo
a lo malo, según el DRAE, “es aquella perturbación angustiosa del ánimo por
un riesgo o daño real o imaginario” y es un sentimiento común a todos los
seres humanos. Algunos de nuestros miedos, por supuesto, tienen un valor de
supervivencia básica. Otros, sin embargo, son reflejos que pueden ser debilitados
o reaprendidos. Esta sensación de ansiedad causada por nuestra anticipación de
algún evento o experiencia imaginada es una reacción biológica de nuestro cuerpo
ante un conjunto de señales que interpreta como temerosas. Y el sentimiento
de aprensión es similar ya temamos ser mordidos por un perro o que Hacienda
nos cruja en la declaración de la renta.
El presidente Franklin Roosevelt afirmó que “la única cosa a la que debemos
temer es al miedo mismo” y, el miedo al miedo probablemente causa más
problemas en nuestras vidas que el miedo en sí mismo. El director de cine
Woody Allen bromea con este sentimiento de angustia y aprensión
humanizándolo: “El miedo es mi compañero más fiel, jamás me ha engañado
para irse con otro”. Y es que todos tenemos miedos y la mayor parte de ellos
nacen de ideas compartidas por la gran mayoría de nosotros. De lo que no
debemos tener miedo es de identificarlos porque sólo cuando sabemos de dónde
provienen es cuando podemos empezar a controlarlos.
¿Cuántas heridas llevamos dentro? Grandes o pequeñas, viejas o recientes, esas
heridas están allí adentro. Por los recuerdos dolorosos, por las experiencias
traumáticas de nuestro pasado, por nuestros fracasos, por nuestros errores,
por el amor que nos negaron, por lo que no pudo ser. Quizá con nuestra
mente le quitamos importancia a esas cosas, pero nuestra efectividad sigue
sufriendo por esas heridas.
La palabra alma se menciona 341 veces en la RVA, y 100 de ellas están solo
en el Libro de los Salmos. David entendió las heridas del alma. Él dijo: “Porque
mi alma está llena de problemas y mi vida se acerca a la tumba. Soy contado
con los que bajan al pozo; Soy como un hombre que no tiene fuerzas"(Salmo
88: 3-4) (TLA) Nada ha cambiado entre su día y el nuestro: nosotros
también enfrentamos el trauma del alma herida y queremos tirar la toalla. Es
una reacción natural de nuestro ser. Pero David oró: "El señor es mi pastor;
Nada me faltará. Me hace acostarme en pastos verdes; Me conduce hacia las
aguas tranquilas. Él restaura mi alma... "(Salmo 23: 1-3 a TLA)
La verdad es que nuestra alma no necesitaría ser restaurada a menos que algo
la haya dañado. Pero Dios lo sabía. Y David descubrió este hermoso reino de
la curación. En otro lugar, dijo: “Oh Señor, sacaste mi alma de la tumba; Me
has mantenido con vida, para que no baje a la fosa. "(Salmo 30: 3 TLA).
Esto es todo lo contrario de sus escritos en el Salmo 88. ¿Está confundido?
No. Esto es curación del alma. Cuando mi vida y ministerio fueron atacados,
no pude ver una salida. Las lágrimas no paraban de fluir. La ira y la frustración
hirvieron. La tentación de encontrar la culpa en una persona tocaba a la puerta
de mi corazón todos los días. Pero afortunadamente, la Palabra de Dios, que
había escondido en mi corazón durante años, surgió como un bote de rescate
sobre una ola de dolor demoledora. Encontré la curación del alma a través de
la palabra escrita de Dios. Me recordó que no luchamos contra carne y hueso,
sino contra influencias demoníacas que quieren descarrilarnos. Jesús dijo que
nos daría el Espíritu Santo como consolador y consejero, y encontré el consuelo
y la guía que necesitaba a través del precioso Espíritu de Dios. Pero en última
instancia, lo que descubrí sobre la curación del alma es que lleva tiempo,
lágrimas y verdad., necesitas un poco de paciencia, constancia y fe. ¿Que debes
tener en cuenta al curar las heridas de tu alma? La curación de las heridas del
alma lleva tiempo. Cada uno de nosotros tiene que caminar por el valle, pero
nunca estamos solos. Cuando nuestra fe está en Cristo, podemos estar seguros
de que Dios está trabajando en nuestro nombre. Al estar sanando las heridas
del alma también muy posiblemente derramemos lágrimas, esto es parte del
proceso para sacar todo eso que nos lastima. Cuando la mujer lloró a los pies
de Jesús, Él no la rechazó. Podemos aprender de su postura: No evites a tu
sanador. Llora a él. Ríndete a sus pies.
Si haces esto, estoy segura de que encontrarás ayuda en tiempo de necesidad.
Y, por último, la curación de las heridas del alma requiere la verdad. La Biblia
dice que Jesús experimentó toda angustia del alma. Él es tu gran sumo
sacerdote. Pero si no sabes la verdad sobre tu Salvador, el diablo con gusto
te alimentará de mentiras. He encontrado 3 pasos bíblicos para sanar las
heridas emocionales. Al igual que con cualquier herida física, tenemos un papel
que desempeñar en nuestra curación. Hay pasos que El Sanador nos haría
tomar para asociarnos con Él en nuestra recuperación y restauración. Sí, a
veces Dios elige obrar un milagro en nuestras vidas, sanándonos de inmediato
del dolor y cerrando completamente nuestras heridas para siempre. ¡Puede
pasar! Sin embargo, para muchos de nosotros, la curación espiritual será un
proceso. Y, sinceramente, no sería justo de mi parte decirte que estos tres
pasos son fáciles, que la curación ocurrirá de la noche a la mañana o que nunca
recibirás más heridas. Pero, puedo decirte que, aunque puede llevar más tiempo
del que quisiéramos, a través de la gracia y la misericordia de Dios es posible
tener nuestra sanación del espíritu de una vez por todas. Lo primero que
debes hacer es limpiar tu herida. Al igual que con una herida física, las heridas
espirituales deben limpiarse a fondo para prepararse para la curación completa.
Y eso realmente puede ser un proceso doloroso. Nuestra limpieza comienza
con la oración. Debemos acercarnos a Él, pidiéndole con fe que nos sane. Y
debemos estar dispuestos a recibir nuestra curación. Aunque la mayoría de las
heridas espirituales son causadas por otros, nosotros mismos podemos ser la
causa de nuestro daño. No importa la causa, la falta de perdón está en la
raíz. Debemos pedirle a Dios que nos ayude a perdonar a quienes nos han
lastimado (incluso si eso significa pedirle que nos ayude a perdonarnos a
nosotros mismos). El perdón es una elección que debe hacerse para romper el
ciclo de la debilidad espiritual crónica y la esclavitud. Cuando perdonamos,
purgamos la amargura, la contienda, el resentimiento, el dolor, la ira, la culpa,
la autocompasión, toxinas que de otro modo afectarían negativamente la herida
y dificultarían su capacidad de curar por completo. Segundo, protege tu herida.
Él sana a los que tienen el corazón roto y venda sus heridas. Salmo 147: 3
(TLA). Las heridas espirituales deben protegerse de las fuerzas externas que
frenarían o detendrían la curación, incluso causarían más lesiones. Si bien
confiamos en que Dios está haciendo su parte para vendar nuestras heridas y
finalmente sanarnos, podemos ayudar protegiéndolas de manera vigilante.
¿Cómo? Siendo transformados por la renovación de nuestra mente, como dice
en Romanos 12: 2 (TLA). Puedes preguntar qué tiene que ver la mente con
una herida espiritual. Yo diría que es exactamente donde se encuentra el
control de la herida espiritual sobre ti. Claro, todo te duele por el mal que
te han hecho o por el dolor autoinfligido. Cuando nos enfocamos en nuestro
propio dolor, nos abrimos al enemigo porque nos detenemos en el dolor en
lugar de creer en la curación. Pero podemos enfrentarnos a él enfocándonos en
las cosas de Dios y en lo que Él quiere que hagamos mientras esperamos
nuestra curación. Tercero, monitorea tu herida. 1 Pedro 5: 8 (TLA) nos
exhorta a ser sobrios y vigilantes para evitar que el enemigo cumpla con su
propósito, el cual es totalmente contrario a la voluntad de Dios. No es
diferente a cualquier lesión física, cuando nuestras heridas espirituales no se
controlan de cerca, corremos el riesgo de infección. La infección puede
extenderse rápidamente al resto de nuestras vidas, envenenando nuestra fe y
nuestra relación con Él y con los demás. Cuando esto sucede, estamos
destinados a más de lo mismo: más heridas espirituales crónicas y la incapacidad
de experimentar la libertad en Cristo. El enemigo nos sigue atacando, para
infectarnos con más ira, dolor y dudas sobre nuestra propia curación. Así es
como él trata de convencernos de no entregar nuestro dolor a Dios para que
podamos recibir la curación. Él sabe que cuando nuestras heridas estén
verdaderamente curadas, daremos gloria a Dios y ya no estaremos esclavizados
a él. Para que nuestras heridas cicatricen por completo, no solo tenemos que
continuar el proceso de limpieza y protección hasta que se conviertan en
cicatrices, sino que debemos controlar nuestras heridas y examinarlas
detenidamente para detectar los primeros signos de infección.
Si has estado sufriendo una herida espiritual crónica y estás haciendo todo lo
posible para ocultarla, incluso de Dios, es hora de pedir curación. Confiesa
cualquier falta de perdón y pon tu dolor a sus pies. Confía en el Gran Médico
para la curación. Y luego ¡prepárate para llevar con orgullo tu cicatriz como
una hermosa insignia, un testimonio de Él. Porque por las manos del Maestro
Cirujano, tus heridas han sido cerradas! ¿Puede Dios cambiar tu vida? Dios ha
hecho posible que lo conozcas y experimentes un cambio sorprendente en tu
propia vida. Descubre cómo puedes encontrar la paz con Dios.
En segundo lugar un sentido de soledad. El texto continua diciendo “…porque
tú estarás conmigo”. Antes quizás habría que diferenciar entre estar a solas
y sentirse solo. Son dos situaciones totalmente diferentes. Alguien puede estar
a solas sin sentirse solo, y también se puede sentir solo en una habitación
llena de gente. La soledad se puede resumir, simplemente, como un estado de
ánimo. También se refiere a una emoción provocada por sentimientos de
separación de otros seres humanos. La sensación de aislamiento, provocada por
la persona misma, para estar en soledad, aún cuando pudiera compartir un
espacio o lugar con otras personas, ya sean amigos, familiares, compañeros de
trabajo o estudio, o de rechazo, provocada por otras personas con los que hay
algún tipo de relación, se siente profundamente por los que quieren estar o
están “solos”. La palabra hebrea traducida “desolado” o “solo” en el Antiguo
Testamento, significa “único”, “solo uno”; “uno que es solitario”,
“abandonado”, incluso: “miserable”. Y es que según Las Escrituras, no hay
tristeza más profunda que en algún momento venga a la mente la idea de que
estamos “solos” en el mundo, que no tenemos un amigo, que no le importamos
a nadie, que nadie se preocupa por lo que nos pudiera ocurrir, o que a nadie
le importaría si llegáramos a dejar de existir. El ser humano, no fue hecho o
diseñado para estar en soledad. El Génesis relata como Dios mismo, luego de
crear al primer hombre dijo: «No es bueno que el hombre esté solo. Haré una
ayuda adecuada para él. Entonces el Señor Dios hizo una mujer, y la presentó
al hombre» (Génesis 2:18,21) Dios mismo proveyó compañía para el estado de
soledad del primer ser humano. Para colmar la soledad de Adán, Dios crea para
él «una ayuda adecuada». En la Biblia el término «ayuda» en la mayor parte
de los casos tiene a Dios como sujeto, hasta llegar a convertirse en un título
divino («El Señor está conmigo y me ayuda» Sal 117, 7); con «ayuda», además,
no se entiende una intervención genérica, sino el auxilio dado frente a un
peligro mortal. Creando a la mujer como ayuda adecuada, Dios libra al hombre
de la soledad que es un mal que mortifica, y lo inserta en la alianza que da
vida: la alianza conyugal, en la cual el hombre y la mujer se donan
recíprocamente la vida; la alianza matrimonial, en la cual padre y madre
transmiten la vida a los hijos. Sin embargo, y pese a la provisión de Dios,
debido a su desobediencia, esa unión perfecta se diluyó y entró en el hombre
un estado de “vacío”, debido a que en el ser humano estaba contenida la
presencia de su Espíritu. Ahora, tiene compañía, pero su espíritu está lejos de
su hacedor. Y nuevamente la soledad le mortifica. Nada separa tanto al ser
humano de la presencia de Dios, que el pecado. El hombre intenta llenar ese
vacío y soledad existencial con lo que éste cree, de manera alternativa, que
puede satisfacer su interior. “Hay caminos que parecen rectos y al final son
caminos de muerte”, enseña Proverbios 14:12. Grandes hombres de Dios
también experimentaron momentos de soledad. David, el salmista y rey de
Israel, sintió ese vacío profundamente. En una serie de peticiones sinceras y
desde lo más profundo de su corazón que le hizo a Dios, David clamó en su
soledad y desesperación. Su propio hijo se levantó contra él, los hombres de
Israel lo persiguieron, y se vio obligado a huir de la ciudad, y dejar su casa y
su familia. “Mírame, y ten misericordia de mí, porque estoy solo y afligido”:
Salmo 25:16. Su único recurso fue volverse a Dios y suplicar por la misericordia
y la intervención Divina: “Mírame, y ten misericordia de mí, porque estoy solo
y afligido. Las angustias de mi corazón se han aumentado; sácame de mis
congojas. Mira mi aflicción y mi trabajo, y perdona todos mis pecados. Mira
mis enemigos, cómo se han multiplicado, y con odio violento me aborrecen.
Guarda mi alma, y líbrame; no sea yo avergonzado, porque en ti confié.
Integridad y rectitud me guarden, porque en ti he esperado. Redime, oh, Dios,
a Israel de todas sus angustias”: Salmo 25:16-21. En medio de su profunda
soledad y tristeza, angustia y desesperación, David estaba consciente de que
su única esperanza, consuelo y fortaleza, de que la respuesta sólo estaba en
Dios. Es interesante destacar que la palabra “solo” nunca se usa en el Nuevo
Testamento para describir un estado emocional de ninguna persona. En el nuevo
testamento, la palabra “solo” sólo aparece dos veces y en ambas ocasiones se
refiere a lugares desiertos: “… Grandes multitudes pronto rodeaban Jesús, de
modo que ya no podía entrar abiertamente en ninguna ciudad. Tenía que
quedarse en lugares solitarios, apartados, pero aun así gente de todas partes
seguía acudiendo a él” (Marcos 1:45). “A menudo Jesús se retiraba a lugares
donde podía estar solo para orar”. (Lucas 5:16) El Maestro se retiraba a
lugares apartados, solitarios… donde el Señor Jesús iba para estar a solas,
pero no porque se sintiera en soledad, sino que lo hacía con un propósito:
Llenarse de Dios. El ser humano, ahora en Cristo Jesús, quien es la perfecta
provisión para el estado de vacío del ser humano y volver a tener comunión
total. “Jesús dijo: Yo soy el camino (la solución), y la verdad, y la vida; nadie
viene al Padre, sino por mí”. Juan 14:6; “Mas Dios muestra su amor para
con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros”:
Romanos 5:8. Muchas persona sienten profunda soledad y tristeza cuando
pierden la “compañía” de su pareja, de sus padres, abuelos, de un hijo, o un
ser muy querido. La impotencia y vacío existencial se hace intenso. El
consecuente luto, se puede hacer llevadero, cuando honramos su memoria.
Cuando recordamos su vida, enseñanzas y legado, estamos también liberando
esos sentimientos de soledad. Cualquiera que sea la causa de la soledad, el ser
humano de hoy puede experimentar sanidad completa mediante la comunión y
el consuelo que sólo se encuentra en Jesucristo.
Ahora retomando el texto, ¿cómo nos dice David que Dios trata con ese
sentido de soledad ante la muerte? Porque puede ser soledad que uno siente
cuando muere o soledad que uno siente cuando se nos muere alguien querido.
Hay tres cosas que Dios brinda cuando experimentamos esa soledad. Primero,
es alguien a quien contar mi herida, “tú”. Este pronombre es personal e
íntimo. Dios está allí y está dispuesto a escuchar mis tristezas y quebrantos.
Esto nos habla de la disposición de Dios. Segundo con quien experimentar mi
herida. Dios no es ajeno a lo que estamos sintiendo. “Estarás” dice el texto.
No hay ausencia de Dios en mi herida, sino una existencia real de su presencia.
Esto nos habla de la comprensión de Dios. El también sufrió como Padre al
perder un hijo, también como hijo experimentó la muerte y sufrió. Dios no
teoriza su experiencia con nosotros. El va a la par sintiendo lo mismo que
siento, pero por sobre todo el ya pasó por mi experiencia. Pero finalmente
tercero con quien superar mi herida. Esto habla de la comunión de Dios. El
texto dice “conmigo”. Habla de intimidad, de cercanía y de como Dios se une
a mí para caminar juntos en comunión y tener la sanidad de mi alma. Esa
relación de comunión con nuestro Maestro ha afirmado y alentado a miles y
miles que sufrieron en prisiones e incluso llegaron a la muerte por amor a Él.
Él es el amigo “más unido que un hermano” (Proverbios 18:24), que da su
vida por Sus amigos (Juan 15:13-15), y quien ha prometido que nunca nos va
a dejar ni abandonar, sino que estará con nosotros hasta el fin de los tiempos
(Mateo 28:20). Podemos encontrar consuelo en las palabras del antiguo himno
que lo dice mucho mejor: “Los amigos me pueden fallar, los enemigos me
pueden atacar, Él está conmigo hasta el final. Aleluya, ¡Qué Salvador!”.
En tercer lugar un sentido de sanidad. “Tu vara y tu cayado me infundirán
aliento”. En el pasaje observamos dos cosas interesantes se desprenden del
texto original. Primero nos habla de protección. Es decir “tu vara y tu cayado”.
Dios nos protege con corrección. Es decir el uso de la vara. Que nos corrige a
nosotros y a lo que nos amenaza. Y segundo con orientación, ya que el cayado
es un instrumento de cuidado y de orientación. La conducción de Dios se
mueve en dos intenciones. Primero nos hace mejores y segundo nos lleva a
cosas mejores. En segundo lugar nos habla de provisión. La expresión “me
infundirá aliento” tiene que ver con calmar y tranquilizar. Pero da la idea de
hablar con consuelo de tal manera que la persona llega a tener un estado de
calma y tranquilidad. Dios promete que nos llevará a un lugar de tranquilidad.
Hemos hablado de como Dios nos ministra en el valle de sombra y de muerte.
Hay tres dimensiones que Dios quiere tocar. Mi primero mi ansiedad, segundo
mi soledad y tercer mi sanidad. Dios ha prometido manejar mi ansiedad,
acompañar mi soledad y actuar en sanidad de mi alma.
Una noche, mientras la arropaba en la cama, Corrie le habló a su padre del
temor que sentía ante la muerte. —Papá, tengo miedo de morir—dijo—. ¿Qué
sucederá? —Cuando hacemos un viaje en tren, ¿en qué momento te doy el
billete? —preguntó él. Corrie respondió: —Justo antes de subir al tren. —Eso
es —dijo el Sr. Ten Boom—. No te lo doy hasta que lo necesitas. Pues lo
mismo pasa con la muerte. Dios te dará lo que necesites cuando llegue el
momento. No antes. Sean cuales sean las dificultades que esconda el futuro
(muerte, persecución, soledad, rechazo), Dios estará ahí para darnos lo que
necesitemos cuando lo necesitemos.
“…Aderezas mesa…”
Me gustaría comenzar esta reflexión preguntando: ¿Sabes cómo disfrutar de
la vida? No hablo de pasar buenos ratos, o de tener una dinámica vital más o
menos tranquila y sin sobresaltos, o de vivir aventuras. Hablo de vivir de
verdad, de sentirnos realizados, de recibir de Dios sabiduría, discernimiento y
alegría a raudales, de contemplar cada día desde la perspectiva de Cristo. Tal
vez, materialmente hablando, tienes satisfechas la mayoría de tus necesidades
diarias, pero ¿qué me puedes decir de tu alma? ¿Qué puedes decirme de tu
vida espiritual? ¿Podrías decir que eres feliz y que cada jornada que amanece
tu corazón está lleno del amor y la gracia del Señor?
Si tuviésemos que preguntar a un buen número representativo de nuestra
sociedad occidental, qué significa la realización de la vida, obtendríamos tantas
respuestas como individuos componen esa muestra sociológica. En un reciente
estudio sobre las actividades que favorecen e identifican una vida disfrutada al
máximo en 39 personas, este es el “top ten” que resulta:
1. Casarse en Las Vegas
2. Bucear con tiburones
3. Surfear en Hawái
4. Viajar en un jet privado
5. Salir con una modelo
6. Apostar en Montecarlo
7. Estar de fiesta en un yate de lujo
8. Hacer paracaidismo
9. Escalar el Everest
10. Tener una aventura sexual
Si no puedes decir que tu vida es satisfactoria, ¿no será que te has alejado
de la fuente de la vida.
El Salmo 23 establece toda una teoría sobre la realización y por consecuencia
el disfrute de la vida de una forma totalmente diferente a como muchas
personas la perciben desde la perspectiva humanista. El salmo 23:5 en la
primera parte dice: “…aderezas mesa delante de mí en presencia de mis
angustiadores…”
En esta porción podemos encontrar algunas instrucciones de Dios con respecto
a las áreas que nos llevan a una plena realización en la vida. Según esta porción
del salmo hay cuatro cosas que complementan nuestra realización personal
delante de Dios. Lo primero tiene que ver con el disfrutar, lo segundo tiene
que ver con poseer, lo tercero tiene que ver con presenciar y lo último tiene
que ver con confiar.
Veamos en primer lugar la experiencia de disfrutar. El texto dice “aderezas”.
Según el diccionario esta palabra significa: “Dar sabor a una comida añadiéndole
una salsa, condimentos u otras sustancias o añadir algún elemento o retoque
a algo para hacerlo más atractivo o sugerente. Entonces da la idea de dar
sabor y de hacer atractivo algo. El texto hebreo usa la palabra en sentido de
poner en orden de una manera atractiva por las manos de un experto. Me
encanta ver que Dios no sólo se interesa en darnos, sino que disfrutemos lo
que nos da.
En este verso el rey David, siendo rico y poderoso muestra su humildad al
reconocer que fue el Señor quien preparo una mesa para él en los días de su
angustia. A pesar de que sus adversarios lo asechaban, entre ellos su propio
hijo Absalón, David sabía que al único a quien le debía rendir cuentas era al
Señor que, en vez de pagarle conforme a sus obras, le ha bendecido conforme
a las riquezas de su gracia. Tal como el siervo pone el mantel y los adornos
para un banquete, en una fiesta, en la cual no hay prisa, ni confusión, ni
desorden, aunque el enemigo está a la puerta, y con todo el Señor nos prepara
una mesa para que podamos sentarnos en paz. Esto nos indica que, aunque el
mundo se desmorone y la crisis económica toque a la puerta, siempre
disfrutaremos de la provisión inagotable de Dios y del gozo de su salvación, en
la que todos participamos.
He visto con el correr del tiempo y de mi vida que para muchas personas
podríamos decir que el disfrute es la piedra filosofal que produce la alquimia
interior necesaria para que nuestro corazón vibre con la frecuencia de la pasión.
Disfrutar de la vida es condición necesaria para ésta nos apasione, pero no
todas las personas saben cómo hacerlo. La gran mayoría de las personas no han
cursado la asignatura “disfrute de la vida”. Según desde la perspectiva humana
el disfrute es una capacidad que todos tienen en potencia, pero que requiere
de su desarrollo a través de la educación y de otros factores. Ésta se produce
a través de diferentes canales, siendo el primero de ellos la absorción de las
actitudes y comportamientos de la familia y la cultura en la que nacemos.
Este tipo de educación es el más potente pues la interiorizamos desde nuestra
más tierna infancia y se queda instalada en nosotros para el resto de nuestra
vida. Pero ésta no es la única vía, también está la educación formal en la que,
igual que aprendemos las reglas de las matemáticas o la física, podemos aprender
sobre las reglas del disfrute de la vida.
Un escritor secular dice que : el disfrute es en primer lugar una actitud, una
filosofía de vida. Es una manera de estar en el mundo que enfrenta la vida
con ganas e intención de disfrutarla. Desde esta actitud, las oportunidades
para disfrutar aparecen una tras otra porque las posibilidades son infinitas.
Tenemos el mundo de los sentidos pero también está el mundo de nuestro
intelecto y el disfrute que nos puede proporcionar a través del aprendizaje, la
expansión y el crecimiento; y también tenemos el mundo de las emociones
como la alegría, la ilusión o el amor, que son otra fuente de gran disfrute. Y
por último tenemos el mundo del espíritu y esa capacidad que existe en
nosotros de trascendencia y de conexión con niveles profundos de la consciencia
en los que experimentamos el disfrute trascendental.
Por otro lado según su teoría es que como todas las actitudes, si la actitud
del disfrute de la vida no está instalada en nosotros, podemos instalarla. Esto
requiere de un esfuerzo inicial para vencer la inercia de nuestra actitud actual,
pero una vez estemos en marcha, el cambio se produce de una manera natural.
Igual que algunas personas van al gimnasio y hacen tablas de ejercicios para
mantener su cuerpo en forma y bello, todos podemos entrenar esta actitud
que poco a poco se irá instalando en nosotros y pasará a formar parte de
nuestro sistema operativo central.
Sin embargo discrepo de que la concepción del disfrute sea simplemente una
actitud que se puede generar por la educación y la automotivación. Desde la
perspectiva de la Biblia y por sobre todo en este salmo es que el disfrute
procede de una regalo que Dios nos da como resultado de una correcta relación
con él. Observe que la expresión “aderezas” conlleva tres cualidades innatas
dentro del disfrute. La primera cualidad está asociada con saborear. La
expresión aderezas está asociada con dar sabor. Ese sabor tiene por lo menos
algunos elementos para que haya buen sabor. Primero combinación de
elementos. Significa que una buena combinación de elementos como especies,
nivel de sal o de azúcar traería un buen gusto. Por ejemplo la combinación del
ácido clorhídrico y el hidróxido de sodio separados son altamente tóxicos y
venenosos pero combinados producen la sal de mesa. Dios puede hacer de dos
elementos dañinos que algo bueno salga de tal manera que le de sabor a mi
experiencia de vida. Segundo, interacción de los elementos. Es decir esa
interacción nos lleva al equilibrio. Con el sentido de sabor nos viene a dar
equilibrio en nuestras vidas, para que haya un verdadero disfrute. Tercero hay
una degustación de los elementos. Dios no sólo trae sabor a nuestra vida, sino
que nos trae buen sabor. Significa que todo lo que Dios prepara para tu vida,
al final nos lleva a una plena degustación de la persona y las bendiciones de
Dios. La segunda cualidad está asociada con ordenar. Si observamos la palabra
“aderezas” también tiene que ver con poner ordenada una mesa, con un
sentido de estética, bonita y agradables. Las bendiciones de Dios buscan muchas
veces mostrarnos el orden de Dios, como a él le gusta poner las cosas de una
manera que podamos entender sus prioridades. La tercera cualidad está asociada
con depender. El término aderezas está designado para que el que lo hace no
soy yo, sino Dios. El tiene el diseño y “adereza mi vida” con los condimentos
necesarios para disfrutar la vida que tenemos por delante. Yo lo único que
hago una vez que Dios ha dispuesto la mesa es disfrutar de lo que Dios ha
ordenado en mi vida.
Quiero mencionar tres actitudes de corazón que NO agradan a Dios y que
apagan el disfrute de lo que él ha provisto.
"Señor, necesito algo más". LA INCONFORMIDAD. "Señor, me has dado muchas
cosas . . . pero hay ALGO---hay una cosa más---que necesito para disfrutar
de mi vida. Señor, yo sé que me diste la nueva computadora Dell, pero ¡me
falta una novia!
2. "Señor, ya tengo mis planes" LA CONVENIENCIA. Esta es la actitud:
"Tengo mis planes, y lo más importante para mí en el día de hoy es que mis
planes sean realizados como yo quiero . . . y si alguien o algo me estorba en
eso . . . ¡cuidado conmigo!" Es lo que podríamos llamar "los afanes de mis
planes." Es la actitud de una persona que quiere crear su propia burbuja de
perfección y vivir en ella.
3. "Señor, tengo que agradar a los demás, a otros también". LA DUALIDAD.
"Quiero agradarte, Señor, pero . . . tengo que agradar a otras personas
importantes también." Eso es lo que pasó en la vida de Salomón . . . el autor
de varios libros en la Biblia. La actitud de Salomón fue, "Sí, Señor, quiero
agradarte, pero, es que tengo que agradar a mis 700 esposas también . . .
con unos pequeños dioses e ídolos que son importantes para ellas". ¡Qué
irónico! Cuando Salomón pensó en cómo agradar a Dios y a sus 700 esposas
al mismo tiempo, su vida se volvió realmente difícil. Perdió la capacidad para
disfrutar de la abundancia de cosas buenas que Dios había provisto para él.
Salomón terminó amontonando todo lo que Dios le había dado sólo para que
quedara en manos de Jeroboam . . . su peor enemigo.
Entonces hemos visto en primer lugar que Dios nos motiva a disfrutar lo que
tenemos. Este disfrutar tiene que ver con saborear, ordenar y depender.
Ahora en segundo lugar tiene que ver con poseer. “…mesa”. Esta expresión es
importante porque el texto original habla de una piel extendida sobre el césped
con muchas cosas. Lo que nos lleva a comprender, del porque las ovejas no se
la pasan angustiadas acerca de que comerán en el atardecer, ya que están
confiadas en que su pastor siempre les proveerá. Con esa inocencia y seguridad,
el Señor nos ha aconsejado vivir para despojarnos de una vez por todas, de los
afanes de esta vida (Lucas 12:22).
Es cierto que somos ciudadanos del cielo y que no buscamos sino la vida eterna,
sin embargo, también es verdad que estamos en el mundo y que de una manera
muy directa tenemos que ver con el aspecto material. Jesucristo, nuestro
maestro, nunca condenó el hecho de tener bienes materiales sino el hacer que
estos sean en el centro de nuestra vida. El tener una casa, auto o diversos
objetos personales no es algo que contradiga a la fe, siempre y cuando, estos
elementos no sean lo que más nos importe. Jesús viene a llamarnos a una
pobreza que no significa estar en la miseria sino vivir desprendidos de lo
material para así dar lugar a lo que realmente vale, es decir, para que el centro
de nuestra vida sea el amor transformado en acciones concretas que nos hagan
pasar por la vida haciendo el bien. Tener una casa y preocuparse por las finanzas
personales no es malo, mientras no nos olvidemos de nuestros seres queridos
y de los necesitados. Ahora note como el texto nos enseña una actitud correcta
hacia nuestro deseo de poseer en esta vida. Primero, la palabra mesa nos habla
de sensatez. Es decir debemos buscar lo necesario. Ya lo establece la Escritura
que dice: “teniendo sustento y abrigo estemos contentos con eso”. (Filipenses
4:15). El hecho que sea singular “mesa” implica que con una sola basta para
sentirnos cubiertos por Dios. Segundo también habla de sencillez. Note que la
expresión en hebreo habla de una manta desplegada en el suelo. Es decir no
hay ostentación de muebles, no hay énfasis en el lugar sino en que la mesa
está llena y servida de parte del pastor. Tercero nos habla de calidez. Una
mesa bonita es uno de los deberes de los buenos anfitriones, no solo en las
festividades, sino que durante todo el año, incluso a diario. Cuando tenemos
invitados, cuando celebramos, cuando tenemos una reunión especial nos
esmeramos en decorar o aderezar nuestra mesa pensando en que tenemos
invitados, pero sobre todo para impresionar con lo que se encuentran al llegar.
No es agradable la mesa porque sea hecha de oro, sino porque está dispuesta
y bien servida con amor de parte del pastor para sus ovejas. Cada mesa que
nos servimos es una muestra de la calidez del amor de Dios para con su pueblo.
y con sus hijos. Eso es lo que incluye la palabra "aderezar" es decir: hermosear,
embellecer, arreglar, añadir gracia y preparar algo para que luzca más bonito e
impresionante. Lo cual significa que aderezar una mesa es arreglarla, ponerla
bonita, atractiva, elegante y con gracia. Con calidez.
Seamos personas con criterio, de tal forma, que sepamos comprar y vivir con
lo material pero sin perder los límites. Se vale comprar, pero que todo sea
con criterio y no desde una posición extrema que nos lleve a olvidarnos de lo
que realmente vale la pena en la vida.
Entonces en segundo lugar hemos visto el sentido de poseer. Las posesiones y
provisiones de Dios deben ser con sensatez, sencillez pero con calidez espiritual
porque somos objetos del amor de Dios.
Ahora en tercer lugar hablamos no sólo de disfrutar, poseer, sino también con
presenciar el respaldo de Dios. El pasaje dice “delante de mí”. Dios es el que
actúa y yo soy el espectador. Eso implica que presenciar la bendición de Dios
en mi vida es dejarlo actuar y someterme a su actuación sin ninguna reserva.
Saber que Dios me está respaldando. Lo único que nos garantiza el éxito en
todo lo que emprendamos, es contar con el respaldo de Dios; por tal motivo
es de vital importancia esforzarnos por tener la bendición de Dios sobre
nuestras vidas. Los seres humanos tenemos anhelos, sueños y metas por
alcanzar, pero ¿cómo alcanzarlos, o que hacer para que cuando obtengamos un
logro este sea duradero y no sea producto de tristeza o amargura? La clave
está en contar con el respaldo de Dios, porque cuando garantizamos la presencia
de Dios es lo que nos hemos propuesto emprender, tendremos la plena
seguridad que saldremos victoriosos. Se nos pueden presentar adversidades,
obstáculos, pero cuando contamos con el respaldo del señor nada nos podrá
detener. Aunque muchas personas se unan en contra de nosotros, debemos
entender que Dios es más grande que ellos, el Señor nos dará las estrategias
y herramientas para que podamos alcanzar nuestro propósito. Ningún enemigo
podrá detenernos si Dios está de nuestro lado. El respaldo de Dios debe ser
tan evidente en nuestras vidas, que causará gran impacto ante las demás
personas, ocasionando que quieran entregarle sus vidas al Señor, llevando así
transformación a todo su entorno y gloria al Señor.
La provisión de Dios llega incluso en las peores circunstancias de tu vida, al
tener la certeza de Dios mora en tu corazón él te da paz, para que puedas
disfrutar de todo lo que él te da, porque no es cuestión de quien tiene más
en esta vida, sino de quien lo disfruta más. A diario hay personas que viven
angustiados con una tarjeta de crédito en la mano derecha y con una soga en
la mano izquierda, tratando de satisfacer sus corazones, pero no sus espíritus.
Por otro lado, puedes observar a las personas marginadas de la sociedad que
viven al día sin saber lo que les espera al siguiente, pero que son dichosos de
sentarse con sus familias y disfrutar de las bendiciones del Señor en sus mesas,
aunque sea con un dólar en los bolsillos, pero libres de deudas y opresiones,
gracias a Dios.
En cuarto lugar no sólo se trata de disfrutar, poseer, presenciar sino también
de confiar. El texto dice “en presencia de mis angustiadores”. Habla de un
contexto adverso, de angustia. La angustia es el sufrimiento o la preocupación
provocados por un peligro o amenaza. Es un miedo a veces formado sin un real
fundamento que lleva a la persona a un estado de nerviosismo e intranquilidad.
La angustia ante las crisis nos puede afectar tanto que podemos perder el
control de nuestras acciones, disminuye nuestro entendimiento y hacen que la
fe nos falte.
¿Por qué a R. Williams no le funcionó el humor, a él que era uno de los
mejores humoristas, a él, que hizo reír y llorar con sus inolvidables actuaciones
a una generación? ¿Por qué le exigió tanto a la vida y no pudo reírse, como
en sus películas, de él mismo? Esto invita a la reflexión. ¿Dónde anida la
tristeza? ¿Dónde hunde sus raíces la angustia? La tristeza ha matado a
muchos, dice el Texto Sagrado. Su representante, Mara Buxbaum, fue la
persona encargada de hacer pública la noticia. “Hace tiempo que luchaba contra
la depresión. Esta es una muerte trágica y repentina. La familia pide respeto
a su dolor y privacidad en estos momentos tan duros”, agregó. Así se anunciaba
la muerte de uno de los grandes, trágicamente grandes, del cine americano, R.
Williams. La enfermedad de nuestro tiempo: la depresión, la angustia, el
sinsentido de la vida; luego el remedio al que se acude: drogas y alcohol. Sin
esa sensación de fracaso existencial, sin esa vaga e indefinida sensación de la
angustia, que como bruma lo envuelve todo, el mundo de la droga no existiría.
Por último, la puerta falsa. Es dolorosa la nota escueta, como un epitafio:
“Se ahorcó con un cinto”; pareciera el título de una sus comedias. Y uno no
puede menos de preguntarse, ¿qué le faltaba a este hombre, por otros
conceptos, excepcional? Nos hizo gozar y reír con sus películas, su humor
blanco, su versatilidad. Popularidad, fama, aceptación, dinero, una bella esposa,
hijos, todo, todo lo tenía en abundancia; sin embargo, en realidad, estaba solo,
vacío, destruido en su alma. Carcomido por dentro, sin rumbo fijo, como tantos
triunfadores modernos que lo único que saben manejar es su vida. ¿No podemos
verlo como un doloroso signo de nuestra cultura? Poseyó todo lo que nuestra
cultura ofrece como máximum y, sin embargo no fue suficiente. En el mundo
de R. Williams estos casos son más frecuentes de lo que solemos pensar. Y
deberíamos pensar en ello.
Sin embargo en el Salmo 23 el salmista David dice que El Señor "adereza mesa
delante de nosotros, en presencia de nuestros angustiadores". Un angustiador
es aquel que angustia, intranquiliza, preocupa, desconsuela, entristece, amarga,
consterna, mortifica y causa congoja en el corazón. Por qué querría El Señor
aderezar una mesa delante de nosotros y en presencia de esas personas que
son nuestros angustiadores? La escritura no habla en este pasaje de fulminar
o eliminar a nuestros enemigos o angustiadores, sino habla de una situación
más interesante y es ser "honrados delante de ellos". El Señor promete
ponernos en un lugar especial, notable, de bendición, de honra y de gracia. El
preparará un banquete, delante de todos aquellos que han querido
entristecernos, que nos han mortificado, acongojado, menospreciado, rechazado
e intranquilizado. Cuando El Señor es nuestro Pastor el adereza mesa delante
de nosotros y dispone todo poder honrarnos y bendecirnos delante de aquellos
que nos han causado mal. No debemos buscar venganza por nuestra propia
mano ni buscar cómo hacer notar lo que nos han hecho, porque el mismo Señor
dispondrá las cosas de tal manera que nos sorprenderemos y veremos Su gloria
sobre nuestras vidas.
Estás angustiado, oprimido, rechazado, menospreciado o intranquilizado por
alguna persona o bien por situaciones que te hacen sentir así? No desmayes y
no te desanimes, a Su tiempo Dios dispondrá todas las cosas, arreglará todo
de manera impresionante, te honrará, bendecirá y tus angustiadores verán al
Dios tan grande que tienes y que reina eternamente y para siempre! No hay
otro como nuestro Dios!!!
Señor esperaré pacientemente en ti, sé que a lo largo del camino tendré
angustiadores, personas o situaciones que afligirán mi corazón, me
intranquilizarán y tratarán de apagar el gozo en mí, pero yo confiaré en ti y
sé que aderezarás mesa delante de mí en presencia de mis angustiadores, tú
me darás la victoria, tú eres mi pastor y nada me faltará! Amén!
“…Mi copa está rebosando…”
Hemos visto que no nos hace falta nada porque el Señor es nuestro Pastor.
Hemos visto que nos hace reposar en verdes pastos y nos lleva junto a aguas
de reposo, aguas tranquilas, proveyendo descanso y frescura a nuestras almas.
Hemos visto Su capacidad de restaurar nuestras almas cuando estamos débiles
o nos hemos extraviado. Hemos visto que nos guía por sendas de justicia,
correctas y que aun cuando caminemos por esos valles –los valles inevitables de
profunda oscuridad– no tenemos razón para temer. Aun cuando el mal nos
rodea, no debemos tener miedo. ¿Por qué? Porque Él está con nosotros –
«porque Tú estás conmigo» (v. 4). Y también vimos cómo Dios usa Su vara,
Su cayado para darnos consuelo, para instruirnos, para guiarnos y protegernos
y salvarnos de problemas. Ahora, al llegar al versículo 5, vemos un cambio en
el salmo. Algunos comentaristas creen que esta es una nueva imagen, distinta
a la del Buen Pastor, que ahora pasa a ser un anfitrión amable. El versículo 5
dice: «Tú preparas mesa delante de mí en presencia de mis enemigos; has
ungido mi cabeza con aceite; mi copa está rebosando».
En las Escrituras las copas rebosantes era un símbolo muy elocuente. Mientras
tu copa estaba llena, eras bienvenido. Pero si quedaba vacía, el anfitrión te
estaba indicando que era de marcharte. Si de verdad disfrutaba de tu compañía,
te seguía llenando la copa hasta que rebosaba y el líquido caí en la mesa. Eso
implica que eres bienvenido a la mesa de Dios, que tú lugar está reservado y
nadie te lo puede quitar, y que tus necesidades serán suplidas en abundancia.
Nuevamente se usan dos figuras importantes como son el aceite y la copa.
¿Qué implicaciones tienen estos dos elementos para la vida de una oveja y que
demuestran de parte del pastor para el beneficio de su oveja? Nos habla de la
abundancia según Dios. Y nos dice dos cosas importantes. Primero la abundancia
de Dios se muestra en su protección, y en segundo lugar la abundancia de
Dios se muestra en su provisión.
Ahora bien, antes de entrar en detalle quiero aclara plenamente el concepto
de abundancia en la biblia. Porque hay muchas personas que creen que el
término abundancia tiene que ver con tener riquezas o bienes materiales de
sobra o en exceso.
Hay una Escritura significativa donde Dios dice, en relación con la restauración
de Israel, «Yo les revelaré abundancia de paz y de verdad» (Jeremías 33 :6).
La palabra clave aquí es revelaré. No se puede comprender o apropiar la
abundancia de Dios si El no la revela. Se recibe por revelación. Examinemos
algunas palabras básicas o conceptos que se usan en esta relación. Todas tienen
su conexión, pero no son sinónimos. Hay diferentes tonos en su significado.
Trataremos primero con los conceptos positivos y después los negativos. Hay
cuatro grupos principales de palabras en el lado positivo: «Rico y riquezas»;
«caudal y acaudalado» ; «prosperar, próspero, prosperidad»; y «abundar,
abundante, abundancia». Una importante distinción es que cuando usamos las
palabras «rico y riquezas» o «caudal y acaudalado», nos referimos a alguien
que tiene valores considerables de dinero o de bienes. Pero cuando hablamos
de «prosperar» y las otras palabras relacionadas y de «abundar» y sus palabras
relacionadas, la implicación no es necesariamente que la persona referida tenga
mucho dinero en el banco o sea dueña de posesiones materiales. De manera
que hay una importante distinción, pues la promesa de Dios es primordialmente
que tengamos abundancia en vez de riquezas. Esencialmente, abundancia significa
que se tiene todo lo que se necesita, y algo más para dar a otros. No carecer
de nada y tener más de lo que se necesita para dar a otros. La sugerencia es
siempre que Dios nos eleva sobre el nivel de nuestras necesidades para que de
esa manera podamos ayudar en las necesidades de otros. La palabra
«prosperar», especialmente como se usa en la Biblia, tiene una connotación de
éxito. Pero no significa necesariamente que se refiera a tremendas posesiones
o riquezas materiales. Ilustremos con dos pasajes de la Biblia. En 3a. Juan 2,
Juan dice: «Amado, ruego que seas prosperado en todo respecto, y que tengas
buena salud, así como tu alma prospera». Esta es una preciosa declaración de
la voluntad de Dios para los cristianos comprometidos. Gayo, destinatario de
esta carta, fue un creyente modelo. Si estudiamos la epístola, encontraremos
que él anduvo en toda la verdad que Dios le había revelado; y el apóstol Juan,
escribiendo por el Espíritu Santo le dice: «Amado, ruego que seas prosperado
en todo aspecto y que tengas buena salud, así corno tu alma prospera». Esto
incluye todas las áreas de nuestra vida: la espiritual, la física y la material.
¡Para todas ellas la voluntad de Dios es buena! La palabra que se ha traducido
aquí «prosperado» significa literalmente «tener un viaje próspero y exitoso».
En Romanos 1: 10 donde Pablo ruega a Dios por un «próspero viaje», la
misma palabra es usada. La Escritura revela que Dios contestó la oración de
Pablo. Su viaje a Roma se describe en Hechos 27 y 28. Sin embargo, se notará
en la descripción de ese «próspero viaje», que Pablo no viajó en primera lase.
Viajó prisionero y encadenado. Atravesó una tremenda tormenta y el barco y
los que iban con él estuvieron en peligro de perecer. Pero Dios intervino y
sobrevivieron la tormenta y nadie de los que iban con él se perdió. Llegaron a
una isla y tuvieron lo que podríamos llamar «un avivamiento». Cuando ellos
partieron de la isla, sus habitantes los cargaron con todo lo que necesitaban
para el resto de la jornada. De manera que Pablo tuvo un viaje próspero, pero
no exactamente cómodo y de primera clase. Cuando usamos las palabras
«prosperar» y «abundar», no estamos hablando necesariamente de personas a
quienes el mundo clasificaría como muy acaudaladas o ricas. Vemos pues que
las palabras «rico y riquezas», «caudal y acaudalado» son básicamente sinónimas,
pero muy diferentes a «prosperar, próspero y prosperidad «, que se relacionan
más con algo que se hace exitosamente. Tomando este sentido, lo opuesto a
la prosperidad es el fracaso. Abundar, abundante y abundancia significan que
se está viviendo sin necesidades o frustraciones aunque no sea mucho lo que
sobre ni se tenga cuenta en el banco. Con respecto al período de su ministerio
en la tierra, Jesús nunca tuvo una gran cuenta bancaria – aunque Él y sus
discípulos tenían una bolsa en la que depositaban sus ofrendas – pero sí usaba
la «tarjeta de crédito» de su Padre para todas sus necesidades.
Observemos con Dios muestra su abundancia a través de la protección. Ahora,
si en esta parte el salmista está todavía hablando de la imagen del Pastor y
las ovejas, entonces esto puede ser una referencia al Pastor poniendo aceite
en la cabeza de la oveja, frotando algo de aceite para protegerla de cosas
como, el calor. Se usa como repelente contra moscas o serpientes para que las
ovejas puedan seguir pastando en presencia de sus enemigos. Está diciendo,
Dios cubre mis necesidades. Él me protege en presencia de mis enemigos.
Aunque ya lo hemos dicho anteriormente la figura del aceite tenía tres
elementos básicos en la protección de la oveja.
En primer lugar servía para refrescar. Déjeme darle un hermoso pasaje: “Pero
tu aumentaràs mis fuerzas como el Búfalo; seré ungido con aceite fresco”.
Salmo 90:10 y Salmo 45:7 dice : “Has amado la justicia y aborrecido la
maldad, por tanto te ungió Dios, el Dios tuyo, con óleo de alegría más que
a tus compañeros”. Estos pasajes hablan del aceite de alegría. Dios nos unge.
Que me dice eso a mi vida ? Que hay un aroma de frescura y un dulce aroma.
Regocijo en mi caminar y en mi trabajo. ¿No es esto lo que el mundo
necesita? Lo que necesita es rostro sonrientes, que brillen del gozo del Señor.
Trabajadores cordiales. Cuando somos ungidos con el aceite del gozo del Señor
entonces atraeremos a la gente y no la repelaremos. ¿Es esta su experiencia?
Ha permitido que él nos de esa renovación? Una cosa el creyente al igual que
su pastor se podrán ir haciendo mayores pero nunca viejos. ES un aire de
refresco siempre!
En segundo lugar nos habla de recuperar. Cuando piensas en aceite y en ungir
con aceite en el contexto de la Escritura, hay varias imágenes que vienen a la
mente. Una es el concepto de gozo, llenura, abundancia, satisfacción,
suficiencia, prosperidad. Proverbios habla del aceite en la cabeza como el gozo
del corazón. El salmista está hablando de un sentido de satisfacción aquí, de
llenura, de gozo, de plenitud. El sentido de la oveja herida que el pastor usa
el aceite como un ingrediente medicinal. Verà en el curso de los viajes del día
la oveja usualmente adquirìa heridas, ya sea por una espina o una mordida. Y
El pastor usaba su botella de aceite para curarle y sanar las heridas. El aceite
lubricaba, sanaba y confortaba. Gracias a Dios por el aceite del Espíritu Santo,
que en variados ministerios trae restauración, al triste y restauración al
quebrantado. El aceite enseña: En 1 Juan 2:20 gozo, en Isaías 61:3 poder y
en Hechos 10:38 sanidad.
En tercer lugar nos habla de restaurar. Es una unción con sentido de repelente
de insectos. El aceite los libraba de esa molesta plaga en la oveja. También en
la Escritura, el aceite y el ungir con aceite, se usan como imágenes de
hospitalidad, como cuando entras a casa de alguien y el anfitrión, lleno de
gracia y dándote la bienvenida, te dice, «eres bienvenida aquí. Eres apreciada.
Eres aceptada. Eres mi invitada de honor». Podría ser usado en ese sentido la
frase «unges mi cabeza». Él me recibe y me da la bienvenida a Su presencia.
Por otro lado, la imagen de aceite en la Escritura es la imagen del ministerio
del Espíritu Santo y lo que Él hace en nuestras vidas para purificarnos,
refinarnos, llenarnos y capacitarnos. Ungir, en la Escritura, se usaba
frecuentemente para la consagración de sacerdotes o de reyes cuando iban a
servir al pueblo y al Señor. ¿No crees que necesitamos esa consagración y ser
ungidos de esa forma por el Espíritu Santo para servirle? Somos sacerdotes
para el Señor. Para poder servirle, necesitamos nuestras cabezas ungidas con
el aceite del Espíritu. Muchas persona que preguntan cómo puede orar por
mí, una de las cosas que frecuentemente digo es, «ora por aceite fresco», por
una unción fresca de Su Espíritu. Porque el salmo dice: «Me has ungido con
aceite fresco». Yo quiero una llenura fresca del Espíritu en mi vida y que
trabaje en y a través de mí repetidamente.
Y mira, «unges mi cabeza con aceite». Esto no es algo de una sola vez, sino
que se aplica repetidamente. De la misma manera necesitamos una llenura
fresca y ser ungidos con el Espíritu de Dios día tras día para enfrentar retos
nuevos, tareas nuevas, oportunidades nuevas.
Cada nuevo día que te levantas para lidiar con esos niños o para ir al trabajo
o para servir a tu esposo o a alguien más de quién eres responsable de cuidar,
necesitas el aceite del Espíritu. Cuando Dios te unge con Su Espíritu encuentras
que es un aceite de alegría. Es un aceite de gozo.
En segundo lugar la abundancia de Dios no se muestra sólo en la protección
sino que también en la provisión.
«Has ungido mi cabeza con aceite, mi copa está rebosando». Me encanta este
versículo. Me encanta esa frase. Habla de la abundante y plena gracia de Dios
derramándose de la vida.
La provisión de Dios es desinteresada. La ilustración de la copa rebosando tiene
que ver cuando el pastor toma agua del pozo y los deposita en pequeños
depósitos para que la oveja no se esfuerce en meterse el pozo y exponerse a
un peligro. El pastor llena completamente esos depósitos hasta que se derrama
para que la oveja no sufra de sed y le sea más cómodo tomar. Varias escrituras
de los salmos vienen a mi mente. «Bendito el Señor; cada día nos colma de
beneficios» (Salmo 68:19 RV60). «Bendice, alma mía, al SEÑOR, y no olvides
ninguno de Sus beneficios» (Salmo 103:2) «¿Qué daré al SEÑOR por todos
Sus beneficios para conmigo?» (Salmo 116:12).
Aquí no vemos la imagen de un hijo de Dios escarbando, apenas sobreviviendo,
en pobreza. Ahora, materialmente tal vez. Pero en el Espíritu hay abundancia,
hay llenura, hay plenitud, hay riqueza. Hay un entendimiento de que mi copa
está rebosando con la abundante bendición de Dios.
La provisión de Dios es designada. Note que el verbo declara una provisión
continua. Él lo hará ayer, hoy y mañana. Así es como el apóstol Pablo puede
decir desde una celda en prisión lo que dice en Filipenses 4: «Tengo abundancia.
Estoy bien abastecido. Mi copa está rebosando» (parafraseado). Y Jesús dijo:
«El que cree en Mí, como ha dicho la Escritura: De lo más profundo de su ser
brotarán ríos de agua viva» (Juan 7:38). «Yo he venido para que tengan
vida, y para que la tengan en abundancia» (Juan 10:10). Y como dice Pablo:
«Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos ha bendecido
con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo» (Efesios 1:3).
Vemos esta imagen a través de toda la Escritura. Mi copa está rebosando.
Por otro lado su provisión es desbordada. Dice el texto: “Mi copa està
rebosando”. Alguna vez ha pensado en Dios como el Dios de manos y corazón
abiertos? Nuestro Dios da tan espléndidamente, liberalmente. Y Él no se echa
para atrás ni retiene nada. Esta figura ilustra grandes cosas para la generosidad
de Dios.
Algunas de nosotros somos pesimistas por naturaleza y tendemos a ver los
vasos medio vacíos. La Escritura está diciendo, mira cuán llena está tu copa.
Cuenta tus bendiciones. Te da una perspectiva totalmente diferente
dependiendo de si te enfocas en los problemas o en tus bendiciones. Sin
importar cuántos problemas tienes e independientemente de cuáles sean tus
problemas, la verdad es que siempre vas a tener más bendiciones que problemas.
Tenemos un Dios que es abundante en misericordia, rico en misericordia, que
perdona abundantemente. Romanos 5:20 dice: «Donde el pecado abundó,
sobreabundó la gracia». «Mi copa está rebosando». Tú dices, «sí, mi copa está
muy llena de pecado. Si supieras las cosas que he hecho, los lugares donde he
estado, el desastre que he hecho de mi vida», déjame decirte que Su
misericordia sobreabunda más que tu pecado. Su gracia sobreabunda más allá
de tu pecado. Así que donde hay pecado que sobreabunda, allí está la abundante
gracia de Dios que se desborda. El Apóstol Pablo nos enseña en su segunda
carta a los Corintios que hemos sido bendecidos abundantemente para que
podamos sobreabundar en la vida de otros. Mi copa está rebosando. Dios me
llena de sus beneficios y bendiciones para que yo sea generosa, para que bendiga
a otras personas. Vemos este ciclo aquí en 2 Corintios 8 y 9, de gracia
sobreabundando, después la generosidad desbordándose, y después todas
tenemos gratitud hacia Dios por lo que ha hecho. Pablo dice en el capítulo 12,
que hay momentos en que nuestros problemas sobreabundan. Él dice que
algunas veces oraba y le pedía a Dios, y Dios no se llevaba los problemas. Pero
él comparte que en medio de esos problemas, Dios da mayor gracia,
sobreabundante. Sin importar cuán abundantes sean tus problemas, qué tan
abundante sea tu pecado, hay gracia y hay bendición que es más abundante
que cualquier otra cosa. Así que Pablo podía decir en esta carta, en el capítulo
7 versículo 4: «Lleno estoy de consuelo y sobreabundo de gozo en toda nuestra
aflicción». ¿Qué estaba diciendo? Mientras nuestros problemas sobreabundan,
de la misma manera sobreabunda el consuelo que es nuestro en Cristo. Haddon
Robinson, en su libro devocional sobre el Salmo 23, escrito hace muchos años
dice: «Con el Señor, el cordero es siempre el cordero más gordo, la túnica es
siempre la mejor; el gozo es inexplicable, y la paz sobrepasa todo
entendimiento. No hay mezquindad en la bondad de Dios. Él no mide su bondad
a cuentagotas como el químico llenando un frasco con medicamento. Él viene
a nosotros desbordante».
«Mi copa está rebosando». Así que, ¿qué significa esto? Bueno, por lo menos
dos cosas. No hay lugar para las quejas. No hay lugar para murmurar. En
segundo lugar, hay muchas razones para sobreabundar en generosidad y
gratitud. Dios te ha bendecido para que seas de bendición a otras personas. Si
Dios no es nada tacaño en lo que nos da, no deberíamos ser nosotros así? La
Escritura dice: De gracia recibiste, dad de gracia (Mateo 10:8). Sabe usted lo
que hacen algunos tipos? Cuando Dios da en esa forma y su copa està
rebosando, no dejan que los demás puedan tomar de esa copa sino que tratan
de conseguirse un copa más grande para que les siga tupiendo las bendiciones
de Dios. “haré graneros más grandes (Lucas 12:13). No quiero dejar correr la
bendición, no quiero bendecir a otro , lo quiero todo para mí. ¡NO! ¡NO! De
gracia recibisteis, dad de gracia! Deje que pueda ser de bendición a otros. Oh,
Señor, unges mi cabeza con aceite, el aceite de Tu Espíritu, el aceite de Tu
alegría, el aceite de gozo. Mi copa está rebosando. La Biblia dice que nada
hemos traído a este mundo y nada podremos llevarnos, así que teniendo
sustento y abrigo, estemos contentos con eso. Esta usted contento con su
Pastor, el cual adereza mesa delante de sus enemigos? Espero que sì!
Es por ello que el Salmo 23 habla de una copa que está reposando, rebosar
es sinónimo de abundancia, cuando algo rebosa es porque se sale de los bordes
de un recipiente, lo cual significa que hay mucho en su interior, y una copa
que está rebosando es porque está más que llena, está desbordando de llena.
El Señor en su palabra menciona muchas veces las cosas abundantes, como dar
sabiduría en abundancia, también el hacer las cosas mucho más abundantemente
de lo que pedimos o entendemos como dice el libro de Efesios, habla también
de darnos vida en abundancia, abundancia de gracia, abundancia de bendición,
abundancia de gozo y abundancia de paz, todo lo que Dios quiere dar a sus
hijos es en abundancia, por esa razón dice que nuestra copa está rebosando.
Dios quiere darnos abundancia de Él en nosotros, pero somos nosotros los que
debemos dejarnos llenar hasta los bordes y más y más de Él, Dios no pone
límites para derramar Su amor y Su presencia en nosotros, somos nosotros
los que ponemos la copa, somos nosotros las vasijas, somos nosotros quienes
debemos disponer nuestro corazón para recibir la llenura de Su Espíritu Santo
en nosotros para que nuestras copas estén siempre rebosando. Deja que El
Señor sea tu pastor y vacíe tu copa de todo aquello que este ocupando Su
lugar en tu vida y deja que llene tu copa hasta rebosar, con abundancia de
gozo, de amor, de paz, de vida, abundancia de Su presencia para que no te
haga falta nada. Anhela en tu corazón recibir la llenura del Señor deja que tu
Pastor llene tu copa y que de Su presencia siempre estés rebosando!
Quiero que hagamos una oración: Señor llena mi copa! Lléname de ti Señor,
yo quiero recibir de ti, que tu sola presencia sea suficiente para llenar mi
corazón, mi alma, mi vida entera. Pastor de mi corazón vacía mi copa de todas
aquellas cosas que no son agradables a ti y derrama de tu amor sobre mi vida,
lléname de ti Señor, que siempre mi copa esté rebosando. Anhela mi corazón
tener abundancia de ti en mí! Contigo nada me falta!
“…ciertamente el bien y la misericordia…”
Dwight L. Moody, un destacado evangelista del siglo XIX fue abordado en su
oficina una vez por una mujer que necesitaba consejería. Ella alegaba que dos
hombres la estaban siguiendo. Cada vez que ella se subía al tranvía de la ciudad,
ellos se subían detrás de ella. Cuando ella se bajaba, ellos se bajaban. Con un
tic nervioso en su cuello, insistía en que incluso había sido seguida hasta esa
oficina por estos dos hombres. Moody podía detectar fácilmente que esta
preciosa mujer estaba sufriendo de algún tipo de delirio mental. No había nadie
siguiéndola. Pero para tranquilizarla él le dijo: “Esos dos hombres que te siguen
son hombres de David. Sus nombres son Bien y Misericordia”. Él entonces
abrió su Biblia en el Salmo 23:6 y le mostró: “Ciertamente el Bien y la
Misericordia te seguirán todos los días de tu vida”. Con alivio ella exclamó:
“Qué maravilloso. Siempre me he preguntado cómo se llamaban”. Ese día la
mujer se fue en paz, consolada al saber que eran el bien y la misericordia que
la seguían.
Sea lo que sea que estés viviendo hoy, lo que enfrentes mañana, lo que
enfrentarás la próxima semana, ese no es el capítulo final. No es el final de
la historia. Estaremos por siempre y para siempre en casa con el Señor. Esa
es la esperanza que nos mantiene.
Creo que algunas veces la forma como usamos el Salmo 23 es un tanto cursi,
yo diría…sentimental, porque en ocasiones no nos damos cuenta de qué tan
rico y qué tan práctico es para áreas esenciales de nuestras vidas. Es un salmo
que nos lleva en una progresión de toda nuestra vida cristiana, y trata en solo
seis versículos, literalmente con cada situación, cada estación y cada
circunstancia que pudiéramos enfrentar desde ahora hasta que lleguemos al
cielo. Déjame leerte el pasaje y entonces analizaremos el versículo 6.
«Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida,
y en la casa del Señor moraré por largos días».
Vemos que hay una progresión aquí; vamos de lugares de descanso, de frescura
y relajación, a la restauración; cuando Su pueblo se extravía, el Señor lo dirige,
dirige a Sus ovejas por sendas de justicia, correctas.
Después, algunas veces los hace atravesar y los lleva por esos lugares muy
duros, por valles de profunda oscuridad, y aún ahí Su presencia está presente
—en medio de esas experiencias. Y también el Señor está con Su pueblo en
presencia de sus enemigos. ¿Hay algún momento en toda esta progresión
donde el Señor no está presente? ¿Hay algún momento cuando no está
trabajando? ¿Hay algún momento cuando Él no está activo a favor de Su
pueblo?
La respuesta a estas preguntas me hace pensar que más vale que te asegures
de ser una de Sus ovejas, porque si lo eres, nunca vas a tener que vivir un
momento de la vida tú solo.
Podrías preguntar, «bueno, y ¿qué de mi futuro? ¿Y si esto o aquello pasa?
¿Qué tal si mi vida se cae a pedazos? ¿O si pierdo mi trabajo? ¿O si mi esposo
pierde su trabajo? ¿O si nunca me caso? ¿O si no tengo hijos? ¿O si pierdo
este hijo? ¿O si quedamos en bancarrota? Y tantas otras cosas en las que
podemos pensar. Pero ¿sabes qué? Algunas de estas cosas tal vez pasen.
Algunas de esas cosas van a pasar, pero Dios todavía está ahí. Él está presente.
Él está vivo. Él está activo. Él está trabajando en los corazones y en las vidas
y a favor de Su pueblo.
El versículo 6 nos dice lo que podemos anticipar. Sí, podemos anticipar
problemas desde aquí hasta el cielo y algunos de ellos muy serios. No pretendo
minimizarlos, pero lo que estoy diciendo es que hay una realidad mucho mayor
que cualquier problema que puedas enfrentar desde ahora y hasta que llegues
a la presencia del Señor.
Este texto nos habla de la vida equilibrada que Dios nos ha prometido. Es una
vida entre el ya y el todavía no de Dios. Eso significa que una vida equilibrada
tiene que ver con perspectiva y expectativa. La perspectiva nos relaciona con
el ya y la expectativa con el todavía no.
Si usted ha tratado de montar en una bicicleta sabe que el equilibrio es vital
para mantenerse en ella. En días recientes vimos en las noticias a un individuo
cruzando el Gran Cañón sobre una cuerda, la hazaña fue televisada a nivel
nacional y millones de personas pudimos ver como este señor caminó sobre la
cuerda, balanceándose con una vara sin ningún problema. Caminar sobre una
cuerda con los precipicios del Gran Cañón bajo sus pies, se debió a la práctica
y al equilibrio pero sabemos que el equilibrio jugó un papel muy importante,
ya que expertos en esta disciplina, con años de experiencia, han perdido el
equilibrio por un segundo y han caído al vacío para no levantarse más. También
la vida cristiana requiere de mucho equilibrio para poder vivirla de una manera
que agrade a Dios.
El hombre es un ser que, en cualquier área de su vida, tiende a tomar partidos
y a irse a extremos. Cuando nos dejamos llevar por nuestra mente, nuestras
experiencias, nuestro pasado o nuestro dolor, buscamos evadir a toda costa
ciertos pensamientos y ciertas verdades para tratar de sentirnos más cómodos,
más dignos, más felices, o más perfectos. Hay un dicho común que dice que
“todo en exceso es malo” y la Biblia tiene un ejemplo claro. La miel es buena
y Dios nos dice que la comamos (Proverbios 24:13). Debemos comer lo que
nos baste o sea suficiente, ya que el exceso de ella puede hastiar (Proverbios
25:16). No es bueno comer más miel de lo debido (Proverbios 25:27).
Es indiscutible que en muchas iglesias cristianas, a menudo hay un énfasis en
un lado de la realidad espiritual, más que en otra. Es común que en el
cristianismo moderno se encuentren iglesias donde se pone más énfasis en lo
más “positivo”, que en lo “negativo”. Es común ver congregaciones donde
parece que la gente es feliz escuchando un evangelio rebajado o diluido con el
agua de la opinión popular; donde nunca se desafía al público, y donde se
busque que cada uno de los que asistan se sientan con la mayor comodidad
posible. Muchos allí se centran más en ofrecer perdón, que en ofrecer santidad
y justicia; se limitan a hablar de la obra que hizo Jesús en el pasado, sin
atender a la obra que nosotros debemos hacer por Él en el presente, guiados
por la justicia y la obediencia a Dios.
En otras iglesias, por el contrario, el evangelio se presenta como si éste fuera
la carga más dura y difícil de sobrellevar. El énfasis es en "todo lo malo", y
muy poco de lo bueno: o solamente en lo que bueno de ellos mismos, y en
todo lo malo de los demás. No es raro escuchar de la existencia de lugares
religiosos guiados por líderes legalistas y rigurosas doctrinas, reglas farisaicas y
protocolos humanos que terminan haciendo que la gente allí se sienta casi todo
reprendida y/o lastimada; donde muchos se sientan los más miserables del
mundo, y les cueste trabajo al final creer que Dios pueda perdonarlos, por
causa de sus errores. Muchos allí se sienten faltos de fe porque su religión,
denominación o grupo religioso se limita a ver más el infierno, el pecado y el
diablo mismo, que a encontrar el cielo, el amor y al Espíritu Santo obrando
en la Tierra en la vida de los creyentes.
Así que este salmo nos muestra que hay un balance entre la perspectiva y la
expectativa del hijo de Dios.
En primer lugar la vida equilibrada posee una correcta perspectiva.
Según el diccionario la palabra perspectiva se refiere a un término que se
relaciona con el arte y, es por ello por lo que se define como el arte de
representar en una pintura los objetos tal y como aparecen en el plano real.
... Por otro lado, la perspectiva es el modo de analizar una determinada
situación u objeto, es un punto de vista sobre una situación determinada.
¿Cómo analiza el salmo 23 la perspectiva de la vida de una oveja de Dios?
Primero la perspectiva se relaciona con la afirmación. La afirmación nos
introduce en el campo de la seguridad. El texto comienza diciendo
“ciertamente”. En el Salmo 23, aprendemos que hay una relación cercana e
inseparable entre el Buen Pastor y Sus ovejas. Un vínculo inquebrantable los
une como si fueran uno solo. El versículo 6 apoya esta idea y lo evidencia
claramente. David empieza el versículo resaltando la certidumbre de esta unión
indisoluble. Esta realidad se ve en la primera palabra “ciertamente”. No hay
duda de que lo que aquí se afirma debe ser creído con una seguridad absoluta.
No importa cuán oscuro sea valle, o cuán profundo sea el barranco, ciertamente
este bien y misericordia le pertenecen a las ovejas. La cercana presencia del
Pastor con Su tierno amor es una verdad indisputable. Su preocupación nunca
debe ser puesta en duda, ni su cuidado cuestionado. Con la certeza del
irrevocable amor pactal de Dios, Su gran bondad está firmemente
comprometida con Su rebaño.
David no dijo lo contrario a ciertamente, como tal vez, quizá, a lo mejor,
quien sabe, sino que dijo “ciertamente” No tuvo duda, sino que David está
completamente seguro de que así será, que la bondad y la misericordia de Dios
le seguirán y le alcanzaran. Y esta completa seguridad de David nos enseña que
la tarea de Cristo, como el buen pastor, nunca debe ser puesta en duda, ni
su cuidado cuestionado, ¿Por qué? Porque nunca debemos olvidar que Dios es
fiel a su pacto, que en su soberanía, Dios decidió tomarnos como su rebaño.
De manera que esta seguridad del “Ciertamente”, se fundamenta en una
unión indisoluble entre Cristo como pastor, y nosotros como las ovejas de su
prado. Lo que teológicamente nos habla, de una unión pasada, presente y
futura, como lo veremos a continuación.
En segundo lugar la perspectiva nos habla de combinación. La combinación nos
introduce a la fidelidad. El texto a continuación nos dice que “que el bien y
la misericordia”. Mientras el pastor yacía cada noche a la puerta del redil,
miró hacia atrás durante el día y agradeció que el Señor los había bendecido
con bondad y misericordia. Como anciano, David repasó su larga vida y llegó a
la misma conclusión. A pesar de sus pecados y fracasos, le siguieron la bondad
y la misericordia, que es el equivalente en el Antiguo Testamento de Romanos
8:28. ¿Cuál es la promesa? «Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán
todos los días de mi vida». No importa lo demás que pase, una cosa es segura.
De hecho, algunas de sus traducciones tienen una nota al margen que dice:
«Solo el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida». Hay
confianza, hay certeza. No hay duda. No hay inseguridad. «Ciertamente el
bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida». Y ves esto en
contraste con la maldad de la que leímos anteriormente en este salmo. «No
temeré mal alguno». Hay maldad en este mundo, pero no temo porque la
bondad de Dios, que vence a la maldad, me sigue todos los días de mi vida.
La bondad y la misericordia son como un par de guardaespaldas, siempre
cuidándome, siempre siguiéndome, siempre cerca, la bondad de Dios presente
a pesar de la presencia de la maldad. También vemos la bondad de Dios en
contraste con los enemigos. «Preparas mesa delante de mí en presencia de mis
enemigos». Aquí está Dios. Hay enemigos persiguiéndonos para dañarnos y para
destruirnos, pero también está la bondad de Dios y Su misericordia
persiguiéndonos a lo largo de todo el camino. Por otro lado la bondad de Dios
aparece en la Escritura como grande, rica, abundante, satisfactoria,
perseverante y universal. Eso es lo que significa que la bondad me siga todos
los días de mi vida. Cuando David testifica que el “bien” lo seguirá, él usa una
palabra hebrea que cuando se usa como adjetivo, significa “hermoso” o
“placentero”. Representa la manera atractiva con la que Dios muestra Su
amor por Sus ovejas. Dios es perfectamente bueno en Su carácter e
impecablemente bueno en Sus acciones. Por lo tanto, Él solo puede hacerle
bien a Su amado rebaño. Esto se evidencia en cómo Él cuidadosamente vela
por las muchas necesidades de Sus ovejas. David también testifica que la
“misericordia” le sigue. Esto es el amor incondicional del Buen Pastor para con
aquellos que el Padre ha escogido y le ha encargado. Él los ama con Su amor
soberano que jamás podrá ser extinguido. Aun cuando somos infieles, Él
permanece fiel a nosotros.
En tercer lugar la perspectiva nos habla de confirmación. La confirmación nos
introduce con la estabilidad. El texto dice “me seguirán todos los días de mi
vida”. El verbo hebreo traducido “seguir” muestra estas dos virtudes —el bien
y la misericordia— como si persiguieran activamente a David. Se puede decir
que estos dos componentes gemelos del amor divino son perros ovejeros que
ayudan al pastor a acorralar su rebaño. Ellos siguen al rebaño para guiarlo en
la dirección correcta. Cuando las ovejas se desvían, estos perros las traen de
vuelta. Cuando disminuimos el paso, ellos nos impulsan a seguir adelante. Así
que es con el bien y la misericordia que se tira de la retaguardia. Ellos nos
acercan constantemente al Buen Pastor. Esta persecución puede recordarnos
los días en que David huía de Absalón. David testifica que no importa las
amenazas que lo han perseguido o acosado, siempre hay un perseguidor más
grande que lo acompaña: el bien y la misericordia. Aunque ha sido acosado por
aquellos que tratan de hacerle daño, él permanece confiado en que este amor
divino seguirá cada uno de sus pasos. Está convencido de que este amor divino
estará con él hasta el fin. Aquí está la perseverancia del Pastor en el cuidado
de Sus ovejas. Aun cuando David se encontraba en situaciones de vida o muerte,
la bondad de Dios estaba muy cerca. Sin importar la prueba, Su bondad
amorosa siempre lo acompañaba. Cuando David afirma que estas bendiciones
gemelas “me seguirán”, está enfatizando cuán personales son para él. El punto
aquí es que este cuidado divino no está dirigido hacia un grupo anónimo de
ovejas sin nombre de una manera general e inespecífica. Al contrario, David
sabe que el enfoque de Dios está fijo sobre él como una oveja particular llamada
por su nombre. Esta misericordia perseguirá a David “todos los días de [su]
vida”. No habrá un solo día en que este fiel favor no lo siga de cerca. Estas
dos partes del amor de Dios le pisarán los talones todo el día, cada día y por
el resto de su vida. Nunca habrá un día en que el bien y la misericordia de
Dios no estén cerca de nosotros. Nunca podremos escapar del fiel amor de
este Buen Pastor.
Debido a que Su bondad y Su misericordia me persiguen, mi pasado está
cubierto. Su misericordia… es decir, el amor de Dios inagotable, Su amor firme.
Su misericordia que perdona todas mis iniquidades y las pone detrás de mí, y
no las recuerda nunca más, ¡aleluya! La bondad y la misericordia de Dios cubren
mi pasado. Quiere decir que mi presente está seguro, estoy siendo cuidada, Su
bondad y Su misericordia me persiguen. Esto significa que mi futuro está
asegurado. Siempre voy a estar cuidado por la bondad y la misericordia de
Dios. No necesito preocuparme o estar asustado, o quedarme sin dormir en
las noches, o estar obsesionado con el futuro. No vayas por ahí, por ese
camino. No nos enfoquemos en esas cosas porque lo único que sabes a ciencia
cierta acerca de tu futuro es que la bondad y la misericordia de Dios te van
a seguir todos los días de tu vida. No busques problemas. No sabes qué va a
pasar. Lo que sí sabes es que el bien y la misericordia de Dios te van a seguir
todos los días de tu vida. Como lo dije anteriormente esa palabra seguir se
podría traducir mejor como perseguir. Su bondad y Su misericordia me van a
perseguir todos los días de mi vida. Así que David está diciendo, como rey y
pastor aquí, que el amor de pacto de Dios ha estado con él cuando todo iba
bien, cuando estaba en verdes pastos y junto a aguas de reposo. El amor de
Dios que guarda el pacto y Su bondad estuvieron conmigo cuando caminé por
el valle de profunda oscuridad. Así que estoy seguro, por experiencia, que
puedo ver hacia el futuro y saber que Su amor infalible me va a seguir todos
los días de mi vida. Dios es bueno cuando nosotros no lo somos. Dios es
misericordioso cuando nosotros hemos pecado. Sabemos que todos los días de
nuestras vidas no vamos a ser buenos, no vamos a ser siempre fieles. Pero
Dios siempre es bueno. Él siempre es y va a ser fiel. Hay cosas que son duras.
Hay valles de profunda oscuridad. Pero incluso en esos valles, cuando miro hacia
atrás, veo que Él ha estado conmigo. Su bondad y Su misericordia me han
perseguido. Siempre me han perseguido, siempre, siempre. Con un corazón
lleno de gratitud, podemos decir: «gracias, Señor». No solo ha sido cierto en
años anteriores, sino que también será cierto todos los días de mi vida. El
bien y la misericordia siempre van a estar en mi camino, siempre me van a
perseguir.
¿Saben otra cosa que pienso que también significa? No solo tenemos esa gran
promesa, ese gran aliento –no importa donde estemos, no importa a donde
vayamos, no importa lo que esté pasando alrededor de nosotros, no importa
la clase de enemigos que estén alrededor, Su gracia y Su misericordia siempre
van a estar en nuestro camino, persiguiéndonos– pero creo que también quiere
decir que como resultado, a donde quiera que vayamos en el transcurso de
nuestras vidas, podemos dejar un rastro de la bondad y la misericordia de Dios
para aquellos que vienen detrás. Él nos persigue con Su bondad y Su
misericordia. Ellas me seguirán todos los días de mi vida. Y mientras camino,
detrás de mí queda un rastro de la bondad y la misericordia de Dios que
bendice a otros. Es la fragancia de la que habla Pablo en el Nuevo Testamento,
la fragancia de Cristo. Otras personas nos ven y ven lo que hemos pasado o lo
que estamos pasando. Ven cómo respondemos y cómo confiamos en el Pastor.
Ellos ven cómo la bondad y la misericordia están trabajando en nuestras vidas
al compartir nuestro testimonio, el mensaje que proclamamos con nuestra vida,
«esto es lo que Dios ha hecho por mí. «Ciertamente el bien y la misericordia
me seguirán todos los días de mi vida». Ahora, espero que esto no suene como
un tipo de fe tipo utópica. Espero que hayas visto que en este salmo está la
realidad de la muerte, de la oscuridad, de la maldad y los enemigos. Él no nos
promete (de este lado de la eternidad) una vida libre de estos. Pero nos
promete un camino a través de ellos y abundancia en medio de ellos. Nunca
fue la intención de Dios que camináramos por esta vida cristiana aferrándonos
a la vida, enterrados bajo las circunstancias, miserables, agotados, fatigados,
derrotados, abrumados, en temor. Aunque tristemente esta es la manera en
que muchos cristianos viven. El enemigo tal vez sea tu pasado. Tal vez seas
tú mismo. Tal vez sean hábitos pecaminosos. Tal vez sean otras personas. Tal
vez sean tus circunstancias. Esas cosas existen. Pero ¿has visto en este salmo
que podemos vivir en un lugar de abundancia incluso en medio de las presiones
y de los problemas?
Hemos visto que la vida equilibrada debe tener perspectiva. Es una perspectiva
con afirmación, combinación y confirmación.
Ahora en segundo lugar la vida equilibrada debe tener expectativa. Ahora no
sólo debemos pensar en el ahora sino en el después. Hay muchas personas que
solo piensan de una manera horizontal y no de una manera vertical. Tres
palabras importantes nos hablan de nuestro destino y el salmista las describe
como un lugar, un hogar y un morar.
Primero veamos nuestras expectativas como un lugar. “Y en la casa”. Esto
nos habla de una realidad. Para muchas personas el cielo o la eternidad parece
algo etéreo. Cree en cosas que no son reales. “El pensamiento de morir y el
enigma de lo que habrá después, es el latir de mi conciencia”. Esta frase del
escritor y filósofo español Miguel de Unamuno es una de las muchas sentencias
que se han escrito en el mundo literario acerca de uno de los temas sobre los
que más preguntas se han vertido sin poder encontrar una respuesta que nos
alivie o nos satisfagan. ¿Hay vida después de la muerte? ¿El cielo existe? ¿Nos
espera alguien después de la vida? La batería de preguntas que nos podríamos
plantear sobre este tema es tan amplia como el número de testimonios que
han afirmado tener algún tipo de visión o experiencia más allá de la muerte.
Hasta el punto de que estas mismas experiencias han acabado conformando un
subgénero literario tan exitoso como controvertido. Uno de los últimos trabajos
editados en España es El cielo es real (Zenith), que cuenta la historia de un
niño de 4 años que estuvo a punto de morir y que asegura que, durante su
paso por el quirófano, visitó el cielo y allí conoció a Jesús, a Dios y San Juan
Bautista. El periodista Víctor- M.Amela recogió su testimonio para La Contra
y sus reflexiones crearon un importante debate en las redes sociales. El libro,
escrito por su padre, que es pastor de una iglesia americana, ha vendido más
de nueve millones de ejemplares en todo el mundo y ha alimentado las
esperanzas de creyentes y adeptos que consideran este testimonio una prueba
más de que hay vida después de la muerte, a la vez que ha levantado la crítica
de las mentes más racionales. Una filósofa asegura que “la muerte se tiene que
vivir de cara, igual que la vida”. Aún así, parece que la sociedad occidental no
está preparada para afrontar este tema: La muerte sigue siendo el gran tabú
cultural de nuestra sociedad; vivimos de espaldas a ella y con un gran pacto
de silencio por el que se tiende a alejar de este tema a los más débiles, como
niños o personas enfermas”. La psicoterapeuta Concepción Poch se expresa en
los mismos términos: “La actitud occidental ante la muerte es la de escapar
de ella y hacer ver que no existe”. En su opinión, “no es que la gente acuda
a las consultas preocupada por la muerte, pero sí que detecta que “la
anticipación de la muerte nos paraliza y lo que hace es que dejemos de vivir
el presente”. Elizalde recurre a la legislación para ejemplificar hasta qué punto
huimos de la muerte: “La ley sólo contempla tres días de luto por la muerte
de una persona cercana, mientras que por una baja maternal te dan cuatro
meses. No he escuchado ninguna voz pública quejarse de que tres días para un
luto son pocos, cuando son una miseria”. Para la psicóloga, “vivir de espaldas
a la muerte nos desquicia mucho como sociedad y como personas”. Aunque no
sea uno de los temas que suelen protagonizar las conversaciones en un bar
entre amigos o familiares, son muchas las personas que tienen miedo a la
muerte, ya sea a la suya particular o a la de sus seres queridos. Estamos aquí
en un abrir y cerrar de ojos, somos un puntito en la nada y, sin embargo, la
eternidad, sea en el cielo o en el infierno, no tiene fin. ¿El cielo es real?
¿Podemos contactar con seres queridos ya fallecidos? ¿Existe la reencarnación?
¿Y el infierno? Son las preguntas que muchos se hacen y muchos dicen que
parece que existan respuestas concluyentes para estas preguntas. Sin embargo
el salmo 23 nos dice que si existe y es una realidad. Por lo demás lo que
está claro es que, como decía el escritor argentino Jorge Luis Borges, “la
muerte es una vida vivida. La vida es una muerte que viene”.
En segundo lugar vemos la perspectiva como un hogar. Esto nos habla de
intimidad. No es cualquier casa es la casa de Jehová. Lo que hace atractivo la
eternidad no es el lugar en el que vivimos sino que es la persona con quien
convivimos. La presencia de Dios cambia todo indistintamente en el lugar que
estemos lo vital de nuestra eternidad es la intimidad constante con Dios. No
vamos un hotel vamos a una casa que le pertenece a Dios.
En tercer lugar vemos la perspectiva como un disfrutar. Esto nos habla de
hospitalidad.
En el Salmo 23, David presenta la esperanza de habitar con Dios de dos
maneras. Primero, la casa de Dios es descrita como el fin del viaje para Su
pueblo. Usando las imágenes de pastoreo del éxodo mismo, David presenta al
Señor como su Pastor a lo largo de esta vida. Las representación cambia
entonces a la de la hospitalidad: a medida que la guianza culmina con la llegada,
el Pastor se convierte en anfitrión. Curiosamente, la transición de la metáfora
de una oveja conducida por su pastor a la de un huésped honrado por su
anfitrión ocurre a través del «valle de sombra de muerte» (v. 4). Entonces,
para David la esperanza de habitar con Dios en Su casa era una realidad para
el futuro, una escatología. La expectativa de David era segura ya que él mismo,
como pastor, entendía que la llegada no era una carga para las ovejas, que a
menudo son temerosas, necias y caprichosas. Más bien, la guía, el cuidado y la
protección de las ovejas, junto con su destino, era una carga impuesta al
pastor. En segundo lugar, la casa de Dios se presenta como el principio de la
gloria eterna. Sin duda, los deleites y las alegrías de la casa de Dios se prueban
en esta vida, especialmente entre el pueblo de Dios en la adoración del Día de
celebración. Además, el Señor ciertamente había tendido una mesa en el
desierto a lo largo de los viajes de Israel, pero estos casos, por bendecidos que
fueran, son meros anticipos del banquete que Dios ha preparado para Su pueblo
en la «casa» de una gloriosa nueva creación. Ungir la cabeza con aceite y servir
en la copa hasta que se rebose, son descripciones simbólicas que muestran una
hospitalidad generosa (v. 5). Aquí Dios es presentado como un antiguo
anfitrión del Cercano Oriente que generosamente honra y sacia a sus invitados
con una abundancia extravagante.
Recapitulando entonces hemos visto que la vida equilibrada tiene perspectiva.
Esa perspectiva es una afirmación, una combinación y una confirmación. Pero
en segundo lugar hemos hablado de expectativa. Esa expectativa es de un lugar
real, de un hogar real y un disfrutar real.
Si quieres vivir una vida verdaderamente equilibrada, solo puedes mirar a una
persona en toda la historia como modelo: Jesús. Si lo pones en el centro de
tu vida, estará más equilibrada. Piensa en tu vida como una rueda. El centro
de la rueda es un centro. Todos los rayos de tu vida (que representan tus
relaciones, tu familia, tu carrera, tus metas, etc.) provienen de ese centro.
Todos construimos nuestras vidas alrededor de algún tipo de centro. La
pregunta es, ¿cuál será tu centro? ¿Será tu familia? ¿Será tu carrera? ¿Será
dinero? ¿O será Jesús? ¿Cómo sabes en lo que estás construyendo tu vida?
Eche un vistazo a lo que más le importa. Eso es lo que te está impulsando.
El centro de tu vida es fundamental para desarrollar una vida equilibrada. Un
centro sólido conduce a una vida sólida. Un centro débil y endeble conduce a
una vida débil. Cuando escucho que la gente me dice que sus vidas se están
deshaciendo, generalmente significa una cosa: tienen un centro defectuoso. Algo
más que Dios, ha tomado prioridad en sus vidas. El eje no solo crea estabilidad,
sino que también controla e influye en todo lo demás sobre tu vida. Lo que
pongas en el centro de tu vida también será tu fuente de poder. El poder de
una rueda siempre emana del centro hacia afuera, nunca al revés. Haz de Jesús
el centro de tu vida y te proporcionará la estabilidad, el control y el poder
que necesitas para tu vida. La Biblia dice: “Busquen el reino de Dios por encima
de todo lo demás y lleven una vida justa, y él les dará todo lo que necesiten”
(Mateo 6:33 NTV). No te preocupes por hacer que Jesús sea el primero en
tu vida. Ponlo en el centro de tu vida. Déjalo dirigir tu vida, influenciarla,
potenciarla y darle estabilidad. Haz eso y todas las otras áreas de tu vida,
desde tu familia hasta tu carrera profesional hasta tus objetivos, encontrarán
equilibrio en Jesús.