un paisaje roto

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Tres cuartas partes de los 36 millones de personas con el VIH o el sida en el mundo viven en África, al sur del Sáhara. Una epidemia que está diezmando silenciosamente las naciones más pobres de la Tierra; una tragedia que se desarrolla con lentitud, aunque a una escala monumental. A menudo las historias de las personas que mueren a causa del sida son también las historias de las personas que lo combaten: cada fotografía representa un acto de valor, y cada uno de los protagonistas pide comprensión y prevención.

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Título original:A Broken Landscape. HIV & AIDS in Africa

Producción y edición:Chris Boot

Diseño:SMITH

Traducción:Maite Rodríguez Fischer

Coordinación de la edición en lengua española:Cristina Rodríguez Fischer

Primera edición en lengua española 2002

© 2002 Art Blume, S.L.Av. Mare de Déu de Lorda, 2008034 BarcelonaTel. 93 205 40 00 Fax 93 205 14 41E-mail: [email protected]© 2001 Network Photographers Limited, Londres© 2001 de las fotografías Gideon Mendel

I.S.B.N.: 84-95939-00-2

Impreso en Italia

Todos los derechos reservados. Queda prohibida la reproducción totalo parcial de esta obra, sea por medios mecánicos o electrónicos,sin la debida autorización por escrito del editor.

CONSULTE EL CATÁLOGO DE PUBLICACIONES ON LINEINTERNET: HTTP://WWW.BLUME.NET

Mi trabajo sobre el VIH y el sida en África no habría sido posible sin la ayuda y la creatividad de

Positive Lives, sus voluntarios y socios, el Terence Higgins Trust, Network y la Fundación Levi Strauss.

Estoy en deuda con el W. Eugene Smith Memorial Fund, ActionAid (Ayuda en Acción) y el personal

y los fotógrafos de Network.

Lyndall Stein ha sido un colaborador, consejero y amigo muy valioso durante todos estos años.

También quisiera agradecer a Chris Boot, Stu Smith, Carolyn Watts, Colin Jacobson, Neil Burgess,

Mitchell Warren, Alice Wynne Wilson, Nancy Khuswago, Tim Manchester, Thoko Luthuli, Nick

Partridge, doctor Peter Haselau, Joseph Cabon, Stephen Mayes, Mike Kemp, Jaqueline Batoringaya,

hermana Gloria, Lesley Lawson, capitanes Dean Pallant y Lena Jwili, doctor Aschwanden, David

Goldblatt, doctor Ros Coleman, doctor Mara Rossi, Amanda Stone, Kevin Ryan, doctor Nathan

Nshakira, David Nyirongo, Laurence Watts, Paul Kwangere, Sarah Stewart, Adam Hooper, Alick

Mukuba, Mike Spry, Daniel Kalinaki, Joe Hanley, Glen Brent, Kevin Toolis, Rod Morris, Nicole

Nogrette, Gary Wilson, doctor Ade Fukoya, Mia Diehl, Michelle McNally, Mark Porter, Peter Bussey,

Vivien Hamley, Busi Chamane, Christian Aid, CAFOD, PSI, Fortune Magazine, Guardian Weekend,

L’Express y Kodak Professional. Mi compañera Sarah Macauley ha sido mi fuente de inspiración

y crítico durante todo el proceso.

Detrás de cada fotografía hay individuos, familias, cuidadores, organizaciones e instituciones,

demasiado numerosas para nombrarlas a todas, cuya bondad y ayuda práctica no se olvidarán.

Finalmente debo rendir homenaje a las personas que he fotografiado, la mayoría de las cuales

conviven con el VIH o el sida, que me dieron la bienvenida a sus vidas con tanta generosidad y que

han sido suficientemente valientes para dejarse fotografiar, creyendo que estas imágenes lograrán

el cambio.

Gideon Mendel, julio de 2001

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UN PAISAJE ROTO VIH

Y SIDA EN ÁFRICA

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Noerine Kaleeba. Introducción

Joseph Gabriel. Mwanza, TanzaniaMartha Mukaratirwa. Headlands, ZimbabueWiseman Thabede. Municipio de Enseleni, SudáfricaSamkelisiwe Mkhwanazi. Ngwelezane, SudáfricaHospital de la Misión. Matibi, ZimbabueHospitales. KwaZulu-Natal, SudáfricaHospital estatal. Nkhotakota, MalawiEliza Myeni. Nkhotakota, MalawiMiriam Mbwana. Nkhotakota, MalawiMzokhona Malevu. Municipio de Enseleni, SudáfricaSipho Gamede. Municipio de Enseleni, SudáfricaFunerales. Copperbelt, ZambiaAsistencia domiciliaria. Chikankata, ZambiaAsistencia domiciliaria. Ndola, ZambiaAsistencia domiciliaria. Bukoba, TanzaniaHuérfanos. Copperbelt, ZambiaFamilia Mwila. Chilonga, ZambiaFamilia Gatsi. Chinhoyi, ZimbabueThembeka Sibiya. Municipio de Enseleni, Sudáfrica

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Peter Mguni. Municipio de Enseleni, SudáfricaPlacidia Karugendo. Bukoba, TanzaniaUnidad infantil. Ngwelezane, SudáfricaNazareth House. Ciudad del Cabo, SudáfricaPlanta de montaje de Ford. Silverton, SudáfricaMina Lonmin. Rustenberg, SudáfricaRose Kamuriwo. Chinhoyi, ZimbabueEducadores sobre el sida. Hlabisa, SudáfricaReina Ntuli. Durban, SudáfricaCompañeros educadores. Distrito de Bukoba, TanzaniaTeatro Angeningo. Pangani, TanzaniaFlorence Kumunhyu. Iganga, UgandaSusan Atuhura. Kampala, UgandaClub antisida. Lusaka, ZambiaNomhlahla Zungu. Ngwelezane, SudáfricaFazeko Kuzwayo. Durban, SudáfricaReverendo Gideon Byamugisha. Kampala, UgandaFestival juvenil contra el sida. Chinhoyi, ZimbabueCampaña de Tratamiento en Acción. Durban, SudáfricaConferencia «Romper el silencio». Durban, Sudáfrica Reverendo Gideon Byamugisha. Epílogo

130132134136140142148152158162164168178182184186188192194196

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Oficialmente tenemos camas para 110 pacientes, pero en la actualidad tenemos unos 130 internos y 250 externos cada día. Es difícil decir con exactitud cuántos han muerto de sida porque ya no tenemos reactivos para las pruebas y no hemos podido realizarlas. Tenemos cerca de una muerte por día.

No tenemos equipo, no tenemos personal, no tenemos medicinas. Ni siquiera tenemos esparadrapo, por lo que hemos de utilizar cinta adhesiva para sujetar las sondas de los sueros o entablillar los brazos de nuestros pacientes. Nos quedamos cortos en cualquier aspecto de esta epidemia. DOCTOR MAURICE BONONGWE, DIRECTOR

Hospital estatal. Nkhotakota, Malawi Entre el 35 y el 40 % de las enfermedades de los pacientesdel hospital están relacionadas con el sida.

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Asistencia domiciliaria. Chikankata, ZambiaEl camión del hospital de Chikantaka visita los pueblos vecinos comoparte de su programa de asistencia domiciliaria.

Aquí resulta difícil pagar una aspirina. Nuestropaís dedica 6,50 USD per cápita a la sanidadal año, y tenemos más de 300.000 personas consida, por lo que es imposible cuidarlas a todas enhospitales u hospicios. Así que el equipo de sidaen nuestro hospital comenzó a buscar solucionesalternativas. Decidimos intentar ayudar a laspersonas en sus casas, donde podemos visitarlas,darles consejo y enseñar a sus familias a cuidarlas.

Funciona. La asistencia a domicilio utiliza lafuerza de la familia y satisface el deseo dela mayoría de los zambianos de morir en casa.También descubrimos que los vecinos sentíancuriosidad. Aprendimos que el paciente era elpunto de entrada no sólo a la familia, sino a todala comunidad. Nos dimos cuenta de que el cuidadoy la prevención están muy relacionados.

También hemos entrenado en cuidados yprevención a voluntarios de 16 pueblos. Nuestrafilosofía de «asesorar a la comunidad» desafíaa las personas a cuestionar sus costumbres.En muchos casos éste ha sido el motivo del cambio.DAPHETONE SIAME, DIRECTOR DE GESTIÓN SOBRE EL SIDA

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Asistencia domiciliaria. Chikankata, ZambiaEl camión del hospital de Chikantaka visita los pueblos vecinos comoparte de su programa de asistencia domiciliaria.

Aquí resulta difícil pagar una aspirina. Nuestropaís dedica 6,50 USD per cápita a la sanidadal año, y tenemos más de 300.000 personas consida, por lo que es imposible cuidarlas a todas enhospitales u hospicios. Así que el equipo de sidaen nuestro hospital comenzó a buscar solucionesalternativas. Decidimos intentar ayudar a laspersonas en sus casas, donde podemos visitarlas,darles consejo y enseñar a sus familias a cuidarlas.

Funciona. La asistencia a domicilio utiliza lafuerza de la familia y satisface el deseo dela mayoría de los zambianos de morir en casa.También descubrimos que los vecinos sentíancuriosidad. Aprendimos que el paciente era elpunto de entrada no sólo a la familia, sino a todala comunidad. Nos dimos cuenta de que el cuidadoy la prevención están muy relacionados.

También hemos entrenado en cuidados yprevención a voluntarios de 16 pueblos. Nuestrafilosofía de «asesorar a la comunidad» desafíaa las personas a cuestionar sus costumbres.En muchos casos éste ha sido el motivo del cambio.DAPHETONE SIAME, DIRECTOR DE GESTIÓN SOBRE EL SIDA

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