un proceso de aprendizaje a través de su...
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Un proceso de aprendizaje a través de su mirada.
NURIA PÉREZ CABRERO
Trabajo Fin de Grado | Aula 3
Curso 2017/2018 | cuatrimestre de primavera
Alberto Morell Sixto, tutor
Antonio Juárez Chicote, coordinador
Antonio Aznar López, adjunto
Departamento de Proyectos Arquitectónicos
Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Madrid
Universidad Politécnica de Madrid
! En colaboración con:
César Delgado González
Carmen Oliver Marzo
José María Corchete
María Dolores Gallego
Ovidio Antón Alonso
Carmen Fernández Ruiz
Ofrasio Navarro Navarro
Nandi Lorenzo
Palabras clave:
Sentidos, percepción, espacio, invidente, ocularcentrismo, experiencia.
RESUMEN.
En la cultura occidental el conocimiento adquirido a través del ojo se
ha antepuesto históricamente a la información proporcionada por el
resto de los sentidos. Este paradigma que todavía está vigente en la
actualidad, se manifiesta también en el campo de la arquitectura y el
diseño. Por este motivo, se plantea como hipótesis tratar la percepción
del espacio desde la carencia del sentido de la vista.
¿Cómo se conocen entonces los lugares?, ¿qué papel juega la forma?,
¿cómo intervienen los sentidos y qué nos aporta cada uno? Éstas, son
algunas de las primeras preguntas que surgen ante este planteamiento,
donde la apariencia y las imágenes son sustituidas por la experiencia y
las emociones.
Los testimonios de distintas personas invidentes sustentarán la
investigación, que no pretende ser un manual en términos de
accesibilidad, sino una reflexión más amplia sobre el espacio y el
carácter exhibicionista que está adquiriendo la arquitectura en los
tiempos que corren.
Key words:
Senses, perception, space, blind, oculo-centrism, experience.
ABSTRACT.
In Western culture the knowledge acquired through the eye has
historically overshadowed information contributed by the other senses.
This paradigm, which is still valid today, also manifests itself in the
field of architecture and design. For this reason, it is hypothesized how
space perception changes when we lack the sense of sight.
How is architecture experience from blindness? What role does shape
play? How do the senses intervene and what does each of them provide
us? These are some of the first questions that arise when facing this
approach, in which appearance and images are replaced by experience
and emotions.
The testimonies of several blind people will sustain the research, which
does not pretend to be a manual in terms of accessibility, but a broader
reflection on space and the performance stance that architecture is
acquiring nowadays.
ÍNDICE.
01.0 Introducción _____________________________ 12
01.1 Motivación y objetivos _______________________________ 14
01.2 Punto de partida ____________________________________ 18
01.3 Metodología de trabajo ______________________________ 24
02.0 Desde la ceguera __________________________ 28
02.1 La visión del espacio ________________________________ 30
02.2 Moverse en el vacío _________________________________ 36
02.3 Percepción distorsionada _____________________________ 40
03.0 Implicación de los sentidos __________________ 46
03.1 La memoria del olfato: aromas extinguidos _______________ 48
03.2 El volumen del espacio: composiciones acústicas ___________ 52
03.3 Los límites del tacto: rozando el espacio _________________ 58
04.0 El arquitecto ciego _________________________ 66
05.0 Conclusiones _____________________________ 70
06.0 Bibliografía ______________________________ 74
07.0 Anexos ___________________________________78
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01.0 INTRODUCCIÓN.
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BAYER, Herbert. (1932) El metropolitano solitario. Detalle. Buhl Collection.
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01.1 MOTIVACIÓN Y OBJETIVOS.
Esta investigación parte de cuestionarse el paradigma visual en el que
nos encontramos inmersos en la cultura occidental. Esta cultura del
espectáculo y la apariencia se ha ido introduciendo en todos los aspectos
de nuestras vidas, incluida la arquitectura, surgiendo términos como
estetización1 de la arquitectura, arquitectura espectáculo, arquitectos
estrellas etc. En la dinámica de los concursos, generalmente públicos, o
en los encargos de obras de arquitectura los autores saben que lo
importante es el poder de seducción de la presentación, para convencer
con imágenes idealizadas. Y así terminan por convertirse en obra vacía
y sin usuarios; mucha piel, pero generalmente, con poco contenido, que
diluye por tanto los proyectos en un oculocentrismo sin más sentido que
el espectáculo y el ego del artista.
Pallasmaa en Los ojos de la piel cita el ensayo de Martin Jay2 quien
detalla como la cultura moderna se centra en la visión a través de
campos tan diferentes como la invención de la imprenta, la iluminación
artificial, la fotografía, la poesía visual y la nueva experiencia del
tiempo.
1 LEACH, Neil. (2001) La an-estética de la arquitectura. Barcelona: Editorial Gustavo Gili; 160 páginas; traducción de Fernando Quesada. 2 JAY, Martin. (1993) Downcast Eyes: The Denigration of Vision in Twentieth-Century French Thought. University of California Press.
15
“La arquitectura ha fijado su razón de ser en mostrar su mejor ángulo para una cámara digital; la naturaleza volumétrica y tectónica de un edificio se ha rendido ante la fotografía y su mundo plano.”
PALLASMAA, Juhani. Los ojos de la piel. (pág. 36)
Además la interacción del ser humano con la arquitectura no es la del
espectador que contempla la postal de un edificio, más bien se trata de
un actor activo que penetra a un conjunto de escenarios desde un punto
de vista dinámico que recorre interiores, asciende niveles, se detiene en
detalles y trata de conceptuar en su mente una impresión coherente.
Sin embargo, nos hemos convertido en espectadores ciegos del mundo
que nos rodea. La hegemonía del ojo domina últimamente todas las
disciplinas de las artes plásticas donde el distanciamiento entre la
persona y la obra es cada vez más patente.
Por este motivo, se plantea como hipótesis tratar esta cuestión desde la
perspectiva de una persona, que por unos motivos u otros, prescinde del
sentido de la vista, y entender de qué manera se comprende así el mundo
que nos rodea.
¿Podría la experiencia de una persona invidente dar solución al
problema ocularcentrista de la arquitectura contemporánea?
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Esta investigación tratará de encontrar otras lecturas del entorno
distintas de las que planteaban filósofos como Heráclito, Aristóteles o
Santo Tomás de Aquino, quienes consideraban la vista el más noble de
todos los sentidos y le otorgaban a ella el conocimiento verdadero.
Esta visión de larquitectura desde la postura de los invidentes no parte
ni quiere acabar en un manual en términos de accesibilidad para adaptar
los edificios, lo que ya se presupone, sino en un diseño del espacio
dónde todo ello esté integrado y sea válido para todas las personas.
Por tanto, el trabajo consiste en extraer nociones respecto a los
mecanismos de percepción espacial de los invidentes, conocer los
alcances de sus procedimientos de aproximación a la arquitectura y sus
formas de conocimiento y comprensión de los problemas.
En resumen, se pretende aunar una serie de reflexiones sobre el espacio
desde otro punto de vista, el de la ceguera, que no pretende encontrar
verdades absolutas, sino extraer un aprendizaje para mejorar en el
futuro ejercicio de proyectar. Recapacitar sobre las experiencias que
nos puedan ofrecer y los recursos de los que se ayudan para
desenvolverse en los edificios, nos darán pistas seguro del camino a
seguir que debemos tomar los arquitectos.
“El artista, dotado de una sensibilidad fuera de lo estadísticamente normal, modificará los elementos que definen una imagen o un hecho para hacerlos evidentes a un colectivo al que pasó inadvertido.”
LUZ ARQUÉ, Mercé. Arte-ceguera. (pág. 18)
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Notes on blindness. (2016) Dirigida por James Spinney y Peter Middleton. Netflix. Subtítulos en español. (1h 30m)
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01.2 PUNTO DE PARTIDA.
El documental titulado Notes on Blindness, dirigido por James Spinney
y Peter Middleton, supuso un claro punto de partida en el enfoque del
trabajo y la investigación acerca del mundo interior de la ceguera.
A la edad de 45 años, el escritor, teólogo y profesor de religión de la
Universidad de Birmingham John Hull se quedó ciego. Con el fin de
darle sentido a la conmoción que supuso su vida, comenzó a mantener
un diario a través de cintas de audio donde narraba la experiencia de
irse quedando ciego poco a poco y su nueva forma de adaptarse al
mundo. Después de su publicación en 1990, Oliver Sacks describió el
trabajo como "el relato más extraordinario, preciso, profundo y
hermoso de la ceguera que he leído. Es para mí una obra maestra".
Posteriormente en 2016, con acceso exclusivo a estas grabaciones
originales, los directores británicos decidieron realizar el documental
Apuntes sobre la ceguera dónde rodaron secuencias para todas esas
experiencias que Hull había documentado a través de una grabadora de
audio.
En una de estas escenas el protagonista narra un apunte sobre la
experiencia de oír llover:
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NOTES ON B LINDNESS
+----------------------------+ 1 1 1 1
+----------------------------+ 1 1 1
1
1 1
+----------------------------+ 43:27
20
- A note on the experience of hearing rain falling.
+----------------------------+ 1 1
1
+----------------------------+ 1 1 1 1
1
1
1 1
+----------------------------+ 44:01
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“Esta tarde he ido a la puerta de casa y estaba lloviendo. Me he quedado plantado unos minutos, perdido en la belleza del momento. La lluvia resalta los contornos de lo que te rodea, pues introduce una capa de un sonido diferenciado y concreto, que colma por completo el entorno audible. Si pudiera haber algo equivalente a llover dentro de casa; entonces la habitación entera adquiriría forma y dimensiones. En vez de estar solo, aislado, preocupado interiormente, te otorgan un mundo. Te relacionas con un mundo. Te aborda un mundo. ¿Por qué esta experiencia le llega a uno por ser hermosa? El conocimiento es hermoso. Es hermoso conocer.
Apuntes sobre la ceguera. (42’ 35”)
Durante esta escena aparece una secuencia de planos dónde llueve sobre
los tejados, la carretera o un vehículo aparcado a los que se superponen
los diferentes sonidos que este fenómeno produce sobre ellos. Esos
murmullos a los que una persona vidente no pone la suficiente atención,
son capaces de componer el espacio, darle dimensiones y materialidad.
Con este efecto que produce la lluvia en la mente del Hull se recrea
después una escena imaginaria en la que el agua invade la casa;
golpeando gota a gota una butaca de tela, un fregadero metálico y otros
objetos del hogar, donde el protagonista anhela la lluvia como una
posible vía de conocimiento en los espacios interiores.
Ante esta situación se comprende que la percepción del ciego radica en
los detalles que al vidente, abstraído en conocer a través del ojo
principalmente, se le escapan.
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Es por ello, que desde la percepción del mundo que tiene una persona
ciega podrían recuperarse aquellos matices que recientemente echa de
menos la arquitectura que se proyecta.
Con esta referencia como punto de partida el trabajo se ha orientado a
la recopilación de testimonios de personas invidentes a través de audios;
usando en cierto modo, los mismos medios de comunicación que utiliza
este colectivo a través del lenguaje verbal.
Huir del abuso de la imagen, supone una oportunidad única para
concentrarse en escuchar el medio, la naturaleza y el espacio que nos
rodea. Este entorno del que mayoritariamente tomamos fotografías para
enmarcar, publicar o difundir se compone de muchos otros factores que
ni los ojos ni la cámara son capaces de captar.
Por este motivo y para que la investigación siga un discurso coherente
se ha evitado el excesivo bombardeo de imágenes cuyo contenido
deberá ser sometido a descripciones orales para el entendimiento de los
que no ven; que tendrán sin duda en un futuro, acceso al trabajo que se
ha realizado.
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DESCARTES, René. (1637) Figura del ciego en la Dióptrica de Descartes. El discurso del método.
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01.3 METODOLOGÍA DE TRABAJO.
Desde el primer momento parecía necesario recopilar testimonios
directos de personas invidentes para complementar la base teórica que
sustenta la investigación. Es por ello, que el trabajo se ha volcado en
una búsqueda personal de respuestas a través de llamadas telefónicas,
correos electrónicos y encuentros con personas invidentes, todos ellos
afiliados a la ONCE.
Para realizar las entrevistas se ha preparado una batería de preguntas.
Las cuestiones abarcan diversos temas relacionados con el espacio
como la percepción, los estímulos, la orientación, el confort o incluso
cuestiones más personales como el silencio o el color.
Todas estas conversaciones han sido registradas mediante una
grabadora de audio y posteriormente transcritas para poder reflexionar
sobre ellas y su contenido. (Consultar 07.0 Anexos)
Las preguntas han ido evolucionando a medida que se producían estos
diálogos, por lo que se puede entender la investigación como un proceso
de aprendizaje abierto.
Por último se ha de puntualizar que ninguno de las personas invidentes
que han participado en el trabajo es ciego de nacimiento. Todos ellos
aunque perdieron la vista hace mucho tiempo, en algún momento vieron
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por lo que su psicología está conformada con arreglo a la visión y su
perspectiva es más cercana al mundo que nosotros conocemos.
Para este primer acercamiento dialogar con personas ciegas de
nacimiento hubiese sido más complejo ya que no existe pretensión
alguna de reconstruir en la mente lo que no se ha conocido.
Carmen Fernández, una mujer que ya nació con glaucoma y aunque
pudo ver en algún momento nunca con demasiada nitidez me
comentaba:
“Hay cosas que yo no las he tenido nunca, por ejemplo la expresión
de una cara. Yo no echo de menos eso, por lo tanto no te lo
reconstruyo. […] Yo recuerdo, que para mí una cara era una zona
de color piel con una línea rosa y una zona más oscura que
correspondería a los ojos, pero nunca la he visto entonces eran
todas iguales. Yo no invento caras para la gente, en ese sentido
tampoco estoy preocupada por las dimensiones de la sala en la que
entro.”
Una persona ciega de nacimiento tiene una psicología diferente a una
persona que haya perdido la vista por accidente, de joven o de mayor.
Un ciego de nacimiento tampoco entiende que un camino en un paisaje
al fondo se vea más estrecho, porque para él el camino es siempre igual
de ancho. Tampoco comprendería que un pintor pintase ese mismo
camino hacia arriba, ya que para él siempre es horizontal. No conoce la
perspectiva ni la profundidad.
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“La propia representación en perspectiva se convirtió en una forma simbólica que no solo describía, sino que también condicionaba la percepción.”
PALLASMAA, Juhani. Los ojos de la piel. (pág. 19)
En la primera parte del ensayo de Diderot se narra la conversación con
un ciego de nacimiento dónde pueden interpretarse claramente las
diferencias en el caso del reconocimiento de figuras geométricas.
“Nosotros combinamos puntos coloreados; él sólo combina puntos palpables o, para hablar con más exactitud, sólo combina sensaciones táctiles que guarda en la memoria.”
DIDEROT, Denis. Carta sobre los ciegos para uso de los que ven. (pág. 22)
La mente del ciego de nacimiento funciona de manera muy distinta a la
del vidente o una persona que no ve. Él no imagina; porque para
imaginar hay que colorear un fondo, y separar de ese fondo unos puntos,
dándoles un color diferente al del fondo.
El ciego de nacimiento, como no puede colorear, ni por lo tanto figurar
como lo entendemos nosotros, sólo tiene memoria de sensaciones
tomadas a través el tacto, que él transfiere a diferentes puntos, lugares
o distancias y con las que compone figuras.
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02.0 DESDE LA CEGUERA.
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02.1 LA VISIÓN DEL ESPACIO.
¿Qué es el espacio? Una pregunta un tanto compleja para aquel que ve.
En el diccionario de Oxford se define como el “Medio físico en el que
se sitúan los cuerpos y los movimientos, y que suele caracterizarse
como homogéneo, continuo, tridimensional e ilimitado.”
Si recurrimos al término del latín spatium, éste se refiere a la materia,
terreno o tiempo que separa dos puntos.
¿Significa lo mismo para aquel que no ve? Me pregunté después de leer
esta definición. César Delgado, fisioterapeuta, profesor de judo y
escultor me respondió rápidamente en una de las entrevistas:
“Yo vivo en el espacio que tú no ves. Nuestra percepción es
inversa. Tú puedes ver todos los objetos, lo que no puedes ver es el
vacío porque está todo lleno de mancha y color al cien por cien.
Cuando tú ves una mesa desde lejos tú le llamas mesa, a la forma
y al color. Yo le llamo mesa también pero lo que sucede es que mi
espacio se limita y a ese límite, a través de una visión analítica y
no global, lo llamo mesa.”
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Haciendo referencia al término spatium antes mencionado, para el
ciego no existen dos puntos a no ser que los perciba, por lo tanto para
el invidente el espacio es infinito y el lugar dónde ocurre todo.
Según Caffarena3 la realidad espacial del ciego es secuencial en
contraposición a la simultaneidad con que se presenta la realidad del
vidente. El espacio se centra en el cuerpo de uno mismo y su posición
se conoce por la cantidad de tiempo durante el que uno ha estado en
movimiento. Las personas no están presentes a menos que hablen y los
objetos no se encuentran a determinadas distancias, todo está en
movimiento, viene y va, aparece y desaparece… todo es temporal.
Sin embargo, la forma en la que los invidentes perciben el espacio no
puede ser calificada como frágil o momentánea por el hecho de que
estas personas definen el espacio durante el transcurso de su recorrido.
“Sin duda la arquitectura es un arte espacial, como se dice, pero también un arte temporal. No se la experimenta en sólo un segundo.”
ZUMTHOR, Peter. Atmósferas. (pág. 41)
La experiencia de nuestro cuerpo, de aquello que oímos, olemos o
tocamos, no se limita al instante presente, se almacena durante mucho
tiempo. Por ello, es importante analizar y considerar a la memoria como
3 CAFFARENA, María. “El Arquitecto Ciego I”. HipoTesis, Madrid, número 6, 2010.
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una extensión de la experiencia perceptiva y no considerar la relación
con los sentidos anclada a un solo instante.
De acuerdo con los estudios psicológicos de varios investigadores
como Gibson4 y Katz5 los ciegos no solo pueden percibir el espacio,
sino apreciarlo y reconstruirlo en su memoria.
Esta capacidad para interrelacionar las percepciones extraídas mediante
el oído, el tacto, el gusto y el olfato para comprender el entorno, ofrece
con frecuencia una concepción abstracta del espacio, que no por ello
menos compleja que la que brindan los ojos.
“Pero si la imaginación de un ciego no es más que la facultad de recordar y de combinar sensaciones de puntos palpables y la de un hombre que ve, la facultad de recordar y de combinar puntos visibles o coloreados, se infiere de ello que el ciego de nacimiento percibe las cosas de manera mucho más abstracta que nosotros y que en las cuestiones de pura especulación, tal vez sea menos propenso a equivocarse.”
DIDEROT, Denis. Carta sobre los ciegos para uso de los que ven. (pág. 24)
A la vez, es preciso notar que ese conocimiento más puntual, agudo y
fragmentado, carece de la pretensión de establecer una visión global,
absoluta e integradora del objeto.
4 GIBSON, J. (1966) The senses considered as perceptual systems. Boston: Houghton Mifflin. 5 KATZ, D. (1925) Der aufbau der Tastwelt. Leipzig: Barth. Traducido al inglés por L. E. Krueger (1989) The world of touch. Hillsdale, NJ: Lawrence Erlbaun Associates.
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En el caso de los ciegos la carencia del sentido de la vista los obliga a
potenciar y educar precisamente aquellos sensores que no tendrían
participación en el mundo de la imagen y a crear procedimientos
distintos de aproximación y conocimiento de las formas y los espacios.
En el dibujo (figura 1) que encontramos más abajo se observa el caso
de un paciente que dos días después de la operación que le hizo
recuperar la vista, le pidieron hacer un dibujo de un autobús.
Llama la atención la abstracción del autobús en un conjunto de figuras
geométricas sencillas y la desproporción entre ancho y alto. Las
ventanas bastante exageradas bien podrían representar la percepción
táctil de ellas que tal vez se siente desde el interior.
Figura 1. LANGTON GREGORY, Richard. (2001)
Recovery from Early Blindness: A case study.
University of Cambridge.
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También es importante puntualizar que la percepción de las cosas y
los lugares tiene mucho que ver con significados socialmente
compartidos, por lo que el lenguaje verbal es vital para intercambiar
conocimientos y estimaciones de la realidad entre ciegos y videntes.
“Este ciego juzga muy bien las simetrías. La simetría, que tal vez es un asunto de pura convención entre nosotros, lo es, en muchos aspectos, entre un ciego y los que ven. A fuerza de estudiar, mediante el tacto, la disposición que exigimos entre las partes que componen un todo para calificarlo de hermoso, un ciego consigue hacer una justa aplicación de este término. Pero cuando dice esto es hermoso, él no juzga, simplemente aplica el juicio de los que ven.”
DIDEROT, Denis. Carta sobre los ciegos para uso de los que ven. (pág. 11)
Tal y como expresa Diderot, la postura de las personas invidentes ante
lo que se concibe como “bello” viene determinado en numerosas
ocasiones por los juicios de valor que realizan los que les rodean. Esto
se ha confirmado durante las entrevistas, pero no ha sido unánime, ya
que tal como mencionaba Carmen Marzo existe un abanico de
conceptos que pueden asociarse a la belleza.
“El sonido de los pájaros, a veces la fuentes, una música que me
inspire paz y tranquilidad, canciones pegadizas, determinadas
voces, por ejemplo, cuando nos leen los libros. (…) una textura
suave, escuchar el sonido de la naturaleza, determinadas
poesías…”
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02.2 MOVERSE EN EL VACÍO.
Como consecuencia de nuestro sometimiento a la fuerza de la gravedad,
ésta nos proporciona la conciencia del plano del suelo. La gravedad
imprime una dirección y un sentido del que es imposible escapar. El
plano horizontal y la línea vertical sobre él, son la representación de la
orientación inicial del hombre.
Partimos entonces de un plano horizontal “permanente” donde la
persona que no ve comienza a desplazarse. Sin embargo, ante esta
circunstancia, es necesario conocer un hecho que César Delgado relató
durante una de las conversaciones en su jardín:
“Un gran disparate que te dicen las personas videntes es:
«Vaya usted recto.» ¿Y qué es recto? Recto es la persona que
ve aquello de enfrente y se dirige allí, pero como te he dicho
antes que una parte del cuerpo es más fuerte que otra no
puedes ir recto. Si te ponen en una explanada, en lugar de ir
recto irías haciendo círculos.”
Y así es. El Instituto Max Planck de Cibernética Biológica explica que
diversos estudios confirman que si andamos, nadamos, conducimos o
navegamos sin ver, sin visibilidad o sin ningún tipo de referencia, antes
o después terminaremos haciendo círculos, pues parece imposible para
el ser humano poder moverse en línea recta sin referenciar su posición.
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Por este motivo, entre otros, las personas invidentes requieren
constantemente de referencias táctiles, auditivas u olfativas para
desplazarse en el espacio y desenvolverse en él correctamente.
En la imagen (figura 2) aparece la Celda Blanca del artista
norteamericano James Turrell donde experimentó con los límites de la
percepción, creando una habitación oscura aislada completamente de
toda excitación posible de los sentidos.
Los resultados mostraron que aunque en un principio está situación
favorecía una atmósfera relajada, con el paso del tiempo, los individuos
experimentaban malestar y desasosiego ante la falta de estímulos.
Figura 2.
TURRELL, James. (1992) Soft Cell. Serie: Perceptual Cells.
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Ante esta realidad en la que vive el invidente, dónde nada existe hasta
que se encuentra, es necesario tener ciertas nociones espaciales que le
otorguen la soltura y destreza suficientes para desenvolverse en cada
contexto.
Esto está muy relacionado con la orientación, que se refiere a la
posición en relación con lo que está delante o detrás, a izquierda o a
derecha, lo que está arriba y lo que está abajo. Es decir, conocer la
disposición del cuerpo respecto a las referencias fijas que nos rodean o
los puntos cardinales.
Esta habilidad que a través de unos recursos u otros tenemos para
orientarnos videntes e invidentes, es únicamente posible gracias al
sentido de la cinestesia, que a través de un conjunto de sensaciones de
origen muscular o articulatorio nos informa acerca de la posición de las
partes del propio cuerpo en el espacio.
Por lo tanto la habilidad de desplazarse y moverse en el entorno es el
resultado de la interrelación entre el sentido propioceptivo y el resto de
los comúnmente llamados tradicionales, que posibilita al mismo
tiempo, referenciar todas las partes del cuerpo y las situación de los
objetos que componen nuestro hábitat para establecer relaciones
mesurables de proximidad.
Carmen Fernández manifiesta que las distancias son relativas y que
muchos de los ciegos las miden poco. Cuando no se tienen datos
numéricos aproximados se mueven en parámetros de más cerca, más
lejos, más que y menos que.
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02.3 PERCEPCIÓN DISTORSIONADA.
La percepción es la conexión entre el exterior y la mente. Para Norberg-
Schulz el hombre configura su idea de espacio a través de un conjunto
de esquemas mentales, que se sustentan en la acción y la percepción.
Conviene dejar sentado desde el principio la diferencia entre estímulo
y percepción.
El estímulo pertenece al mundo exterior y produce un primer efecto o
sensación en la cadena del conocimiento. Es de orden cualitativo, como
el calor, el frío, lo duro, lo suave, lo amarillo o lo azul. Es toda energía
física, química, electromagnética, mecánica o térmica que excita o
activa a un receptor sensorial.
En cambio, la percepción pertenece al mundo individual interior, al
proceso psicológico de la interpretación.
Esta interpretación del espacio es inherente al cuerpo humano por lo
que se define como una perspectiva absolutamente antropológica y
antropométrica, ya que la escala arquitectónica está siempre
determinada por la medida inconsciente de nuestro cuerpo en relación
con el espacio.
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“Contemplamos, tocamos, escuchamos y medimos el mundo con toda nuestra existencia corporal, y el mundo experiencial pasa a organizarse y articularse alrededor del cuerpo. Nuestro domicilio es el refugio de nuestro cuerpo, de nuestra memoria y de nuestra identidad. Nos encontramos en constante diálogo e interacción con el entorno, hasta el punto de que es imposible separar la imagen del yo de su existencia espacial y situacional.”
PALLASMAA, Juhani. Los ojos de la piel. (pág. 76)
Indagando sobre la percepción apareció un asunto recurrente durante
las entrevistas, donde los ciegos manifestaban percibir realidades muy
distintas a las que perciben los videntes.
Según Mercé Luz Arqué6 la percepción es el proceso de discriminación
entre el estímulo e interpretar sus significados; por lo tanto podemos
decir, que aquello que percibimos no es, ni mucho menos, una copia
fiel del mundo exterior.
Carmen Fernández, lo ejemplificó muy bien narrando su experiencia de
esquiar en la nieve, donde en ausencia de la vista, las percepciones y
impresiones se modifican hasta convertirse casi en opuestas.
“Yo he hecho algo de esquí, entonces cuando vas esquiando
mi sensación de velocidad, por ejemplo, no depende de la
velocidad real que llevo, sino del aire y del ruido que hago.
6 Jefa de Departamento Cultura y Ocio de la Fundación ONCE desde julio de 2007.
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Si yo voy despacito pero hace mucho viento, tengo mucha
mayor sensación de velocidad, que si voy muy deprisa pero no
hace nada de viento.
Supongo que tú la velocidad la mides por lo deprisa que pasan
las cosas a tu alrededor. Yo esa información no la tengo,
entonces mi información que es la del viento y la del rozamiento
me da una información equivocada, claramente.”
Al hilo de esto, otro tema de interés que surgió a través de los
testimonios registrados, fue la asociación de estímulos y sensaciones
por parte de los invidentes, que comúnmente consideramos
independientes: como las palabras y los sabores, o los sonidos y los
colores, por ejemplo.
“La vista también se transfiere al gusto; ciertos colores y detalles delicados evocan sensaciones orales. La lengua siente subliminalmente la superficie de una piedra pulida delicadamente coloreada.”
PALLASMAA, Juhani. Los ojos de la piel. (pág.71)
Estos casos de cruce de los sentidos se denominan sinestesia, lo que
significa que la estimulación de un sentido produce la activación
involuntaria y automática de otro.
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Esto explica algunas de las frases que se exponen a continuación
recogidas durante las entrevistas:
“El caso es que a mí me gusta andar sobre la nieve, y el ruido
que hace… rasss! Me parece que estoy andando sobre harina.”
Loli Gallego
“También hay sonidos que parecen que tienen color. Hace
poco discutía con un amigo porque yo oía una flauta y le decía
– Qué bonito sonido, suena azul. Y él decía – Pues a mí la flauta
me suena a verde.” José Corchete
“Los días de la semana para mí tienen color; los viernes son
blancos. Inlcuso los nombres de persona también tienen color,
por ejemplo, las que se llaman Ana también son blancas,
porque de las vocales, la «a» es blanco puro, blanco nuclear”.
Loly Gallego
La historia de las artes está llena de sinestetas. Uno de los más
conocidos es Wassily Kandinsky, que describió su primera experiencia
sinestésica tras asistir en Moscú a la representación de la ópera
Lohengrin de Wagner en 1913.
“Los violines, los profundos tonos de los contrabajos, y muy especialmente los instrumentos de viento personificaban entonces para mí toda la fuerza de las horas del crepúsculo. Vi todos mis colores en mi mente, estaban ante mis ojos. Líneas salvajes, casi enloquecidas se dibujaron frente a mí.”
KANDINSKY, Wassily.
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Figura 3.
Composición 8 (1923) Wassily Kandinsky, Museo Solomon R.
Guggenheim, Nueva York.
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03.0 LA IMPLICACIÓN DE LOS SENTIDOS.
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Ofrasio Navarro, en el patio de su casa mientras comprueba lo húmedos que están sus zapatos. Fuente: elaboración propia.
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03.1 LA MEMORIA DEL OLFATO.
Aromas extinguidos.
A pesar de la dificultad de comunicar las sensaciones percibidas por el
olfato, este es el estímulo que permea de manera más profunda en la
memoria.
La percepción del olfato no tiene ningún filtro ni interpretación posible,
ya que ofrece una conexión neurológica directa entre el cerebro y el
entorno físico, por lo que sus implicaciones son las más poderosas en la
construcción y evocación de un recuerdo.
La falta de un lenguaje que lo describa ha eliminado referencias
históricas. Las descripciones que históricamente se refieren a este
estímulo son las correspondientes a cuestiones de sanidad e higiene
(putrefacción o epidemias) pero escasamente se refieren a lo emocional
o simbólico.
Con la modernidad este estímulo se elimina, pues con la higiene,
desaparecen los olores y no existe asociación intencional entre los
aromas y los espacios, conduciéndonos a percepciones espaciales
inodoras y anodinas. El nombre del aparato sanitario “inodoro” tiene
que ver con esto.
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Es por este motivo que según las entrevistas los olores orientan
puntualmente en la escala de la ciudad, donde se convierten en puntos
de referencia para verificar el camino que se está siguiendo o el lugar al
que se quiere llegar; pero no se asocian con sensaciones, recuerdos o
experiencias sino que informan de la funcionalidad del mismo; la
papelería huele a tinta, la panadería a pan y la cafetería a café.
Carmen Fernández Ruiz expone así su opinión sobre este sentido:
“El olfato es una cosa muy circunstancial y azarosa. (…) No
me fiaría yo ni un pelo de ninguna información basada en el
olfato. (…) Los olores te pueden dar pistas pero cosas en todo
caso muy anecdóticas.”
Esto demuestra que el olfato es una vía aún por explorar en el campo
de la arquitectura y que como expone Palacios7 a través de los aromas,
el arquitecto puede crear lenguajes de reconocimiento u orientación
ligados a los recorridos de los espacios para enriquecer la experiencia
de los mismos.
Otra importante consideración acerca de los colores y sus características
la hacen Rubin y Elder8 quienes dividen los olores en dos categorías
según su dispersión: olores localizados en su fuente o punto de origen
y olores ambientales presentes en toda una atmósfera.
7 PALACIOS, María Dolores. (2014) Cuerpo, distancias y arquitectura: la percepción del espacio a través de los sentidos. Tesis Doctoral: Escuela Técnica Superior de Arquitectura.
8 RUBIN, Arthur. ELDER, Jaqueline. (1980) Building for people. Behavioral Research Approaches and Directions. Washington DC.
50
El problema con los olores ambientales es el mismo que sucede con la
vista, nos adaptamos a lo que no cambia. Esta es la razón que expone
Marc Crunelle9 para la falta de datos acerca de los aromas de las
ciudades a lo largo del tiempo porque los pobladores pierden la
sensibilidad olfativa al aroma de su entorno.
No obstante, más de uno de los participantes han descrito como el olor
suponía el primer estímulo al aterrizar en un territorio extranjero.
“Yo estuve en Grecia y su olor me sugería o recordaba a mi
pueblo, por el Mediterráneo.” Carmen Fernández
“Una de las cosas que a mí más me llamo la atención es que
cuando fui a Francia, Francia olía distinta que España.” César
Delgado
“Yo por ejemplo estuve en Buenos Aires y huele diferente, en
México huele diferente. Estuve en la China y en la China no
tiene nada que ver. Lo primero que te impacta al llegar en la
ciudad es el olor, por la forma en que cocinan y tal, todo huele
diferente.” José Corchete
El olor arraiga al ser humano a un lugar, lo transporta y le permite
reconocerlo e identificarlo como suyo.
Es por ello, que estableciendo atmósferas olfativas con variables de
temperatura y humedad se puede conseguir que el primer contacto con
el lugar traspase la frontera de los ojos.
9 www.lavilledessens.net
51
José Corchete durante el ensayo para el concierto del festival “Visibles” de Arte Inclusivo en Madrid. Fuente: elaboración propia.
52
03.2 EL VOLUMEN DEL ESPACIO.
Composiciones acústicas.
La arquitectura habla de su forma a través del sonido. Los sonidos son
omnidireccionales, vienen de todas las direcciones, al contrario que la
visión que enfoca en una dirección. La vista nos aísla mientras que el
oído nos sumerge e integra.
La acústica es una disciplina fundamental para entender y trabajar en
las dimensiones y, dentro de ella el control del tiempo de reverberación.
La reverberación es la ligera permanencia del sonido una vez que la
fuente original ha dejado de emitirlo. Ésta brinda información del
tamaño y del volumen, de la naturaleza y texturas de los materiales así
como de los objetos y personas que habitan ese espacio. Nosotros
recibimos el sonido a través de dos vías: el sonido directo y el sonido
que se ha reflejado en algún elemento, en el caso de la arquitectura, los
límites de un espacio.
Durante el gótico, se alcanzó la mayor explotación de las cualidades
reverberantes de la piedra, y junto con la música se le imprimió un sello
tridimensional y sonoro a la arquitectura, que se construyó por y para el
sonido.
53
Volviendo a la definición de Ochaíta y Huertas10 se considera el espacio
lejano un entorno más o menos grande que no es abarcable mediante
los brazos y por tanto sólo es accesible para las personas carentes de
visión utilizando información de otras modalidades sensoriales, como
la audición, el movimiento y la propiocepción.
Al igual que otros mamíferos como murciélagos y delfines, el ser
humano también viene equipado con su propio sistema biológico de
sónar, aunque mucho más rudimentario.
La mayoría de los invidentes reconocen los límites del espacio en mayor
o menor medida a través de la ecolocalización: el empleo de la reflexión
de una onda sonora en los objetos para conocer su ubicación espacial.
José Corchete lo demostró durante la entrevista en la barra de la
recepción de la Sala Tarambana (figura 4) en Carabanchel antes de
actuar.
“Yo por ejemplo ahora mismo estoy hablando aquí, y yo sé que
hay una pared ahí más o menos y sé a qué distancia está. (…)
Mi voz rebota ahí y sé que está ahí la pared. Y yo por el ruido
que oigo reverberar ahí al fondo [da tres palmadas] más o
menos yo me hago una idea de lo que me preguntas, del espacio
de la sala, de las dimensiones. O incluso de la altura si fuera
un techo muy alto.
10 OCHAÍTA, Esperanza. HUERTAS, Juan Antonio. Conocimiento del espacio, representación y movilidad en las personas ciegas. Universidad Autónoma de Madrid, 1988, páginas 124-137.
54
Figura 4.
Esquema en planta y sección de la Sala Tarambana
donde se realizó la entrevista a José Corchete y Loly
Gallego. Fuente: Elaboración propia.
“Este ruido te orienta cuando caminas [taconea dos veces], porque
tú oyes tus pasos rebotar e inconscientemente en el oído te estás
haciendo una composición del lugar acústica.” José Corchete
55
Emma Tracey11 asegura que hay diferencias entre la ecolocalización
pasiva en la que la persona se ayuda escuchando los ecos casuales para
orientarse y la ecolocalización activa en la que el sujeto emite un sonido
para generar un eco.
Daniel Kish, el presidente de la organización World Access for the
Blind explicó brevemente cómo funciona este último proceso en una de
sus conferencias:
“Los chasquidos son emisiones de sonido que salen y rebotan en las superficies de mi alrededor, al igual que la ecolocalización de un murciélago. Regresan a mí con patrones, con información, igual que la luz lo hace con ustedes. Y mi cerebro, gracias a mis padres, se ha activado para formar imágenes en mi corteza visual, que ahora llamamos sistema de imágenes, a partir de esos sistemas de información, como también lo hace su cerebro. Yo llamo a este proceso actualización de la ecolocalización. […] Yo no uso los ojos, uso el cerebro.”
Daniel Kish: How I use sonar to navigate the world. TED Talks. (13m 08s)
Gracias al sonido que genera golpeando su lengua contra el techo del
paladar, a razón de dos o tres chasquidos por segundo, Kish puede
detectar si se encuentra frente a un árbol, una puerta o un coche en
medio de la calle. La reverberación o el eco que su chasquido genera al
rebotar contra estos objetos, es lo que le permite construir una imagen
del lugar en el que se encuentra.
11Periodista invidente que cubre la discapacidad para el programa de entrevistas Ouch! y el sitio web de BBC News.
56
Este proceso radica en la capacidad de la persona para medir el retraso
entre el sonido emitido y su eco, y en establecer una correspondencia
entre ese tiempo y la distancia a la que este objeto se localiza.
El arquitecto londinense Richard Mazuch12 explica como el sonido
puede verse afectado por numerosos factores como la temperatura, el
polen, el CO2 y el CO, o la humedad, que por ejemplo, ralentiza el
sonido.
Sobre este tema también contestaron algunos de los participantes en lo
que respecta a la climatología y su incidencia en el espacio abierto y la
orientación en la ciudad.
Para aquellos que viven en zonas con un clima lluvioso como es el caso
de Andrés residente en Asturias, la lluvia no suponía un problema
añadido, sin embargo para la mayoría de los invidentes ésta genera un
ruido que no les permite percibir los sonidos con claridad. Esto apunta
a que la adaptación al medio y al entorno influye en la percepción
considerablemente.
“Cuando hay niebla así baja es como que las voces se
amortiguan o cuando hay nieve, cuando nieva es terrible. Se
oye todo como atenuado, hay como un colchón de fondo y te
orientas pero porque no oyes.” José Corchete
12 MAZUCH, Richard. The Listening Architect, Sound Education London 2012. Youtube.
57
César Delgado en su taller explicando cómo esculpir una mano en bronce. Fuente: elaboración propia.
58
03.3 LOS LÍMITES DEL TACTO.
Rozando el espacio.
En primer lugar debemos distinguir dos tipos de percepción ligadas al
sentido del tacto: la percepción táctil (tacto pasivo) y la percepción
háptica (tacto activo).
La percepción táctil propiamente dicha hace referencia a la información
adquirida exclusivamente a través del sentido cutáneo y supone una
posición pasiva que se mantiene a lo largo de todo el tiempo que dura
el procesamiento de la estimulación. En ella se hace uso del tacto
pasivo, dónde la piel informa de factores del medio circundante como
la temperatura, la humedad, la densidad o la ventilación.
A través de esta percepción el Sol funciona como una referencia muy
común en la mayoría de los invidentes ya que su recorrido diario de
Este a Oeste no varía. Es por ello que, tanto en la naturaleza cómo en la
ciudad, se convierte en una referencia fundamental para establecer los
puntos cardinales.
A través de la interacción de los elementos de la naturaleza con los
cuerpos, la arquitectura se manifiesta para un invidente, que puede
detectar la presencia y geometría de los volúmenes por diferentes vías.
Según la inercia térmica de los cuerpos, los muros y los objetos
desprenden pequeñas cantidades de calor que una persona ciega es
59
capaz de percibir. Dentro de esta percepción, según César Delgado,
existe un caso que les dificulta enormemente.
“Todavía desorienta más el sol entreverado. (…) Si estás
pasando por un sitio dónde hay sombra, sol, sombra, sol, es
igual a frío, calor, frío, calor y no eres capaz de distinguir si
hay un objeto o no.”
El viento, cuando lo hay, según Carmen Marzo también transmite
información sobre los límites del espacio.
“Hay una percepción que no sé cómo denominarla, si hay una
esquina, vas a notar que el aire viene de otro sitio, no solo del
frente sino del lateral.”
A través de la piel recibimos por lo tanto avisos de lo que nos rodea,
pero también sensaciones que son producto de la relación con las
atmósferas en las que nos encontramos inmersos.
Dice Pallasmaa en Los ojos de la piel que existe una fuerte identidad
entre la piel desnuda y la sensación de hogar. Considera que la
experiencia del hogar es esencialmente una experiencia de calidez
íntima, y que el espacio de calidez alrededor de una chimenea es el
espacio de intimidad y confort finales.
60
La percepción kinestésica se refiere a la información proporcionada
exclusivamente por los músculos, tendones, las vísceras y el sistema
locomotor y nos mantiene al tanto sobre nuestro esquema corporal, los
movimientos que realizamos, la posición en la que estamos y la
orientación corporal respecto a otra referencia.
Cuando esta percepción se combina con la táctil se denomina
percepción háptica y es la que proporciona al perceptor información
válida acerca de los objetos del mundo.
Esta es la forma habitual de percibir nuestro entorno cuando utilizamos
el sentido del tacto de una manera propositiva, activa y voluntaria. Se
dice que en las puntas de los dedos se situaría el alma de aquel que fuese
ciego y sordo de nacimiento.
“El ojo es el órgano de la distancia y de la separación, mientras que el tacto lo es de la cercanía, la intimidad y el afecto. El ojo inspecciona, controla e investiga, mientras que el tacto se acerca y acaricia.”
PALLASMAA, Juhani. Los ojos de la piel. (pág.47)
El sistema háptico en el invidente es la principal fuente de información
en lo que denominan Ochaíta y Huertas13 como el espacio cercano.
13 OCHAÍTA, Esperanza. HUERTAS, Juan Antonio. Conocimiento del espacio, representación y movilidad en las personas ciegas. Universidad Autónoma de Madrid, 1988, páginas 124-137.
61
Lo definen como el área que las personas invidentes pueden abarcar con
su cuerpo. Este espacio más inmediato a la persona se conoce a través
de dos vías:
El bastón blanco, con longitudes desde los 90 hasta los 160
centímetros es la herramienta más utilizada para desplazarse
de manera autónoma. Es útil en espacios interiores usando la
técnica de la diagonal siempre cerca de un perímetro que sirva
como guía; o en espacios exteriores mediante la técnica del
contacto constante o la técnica de los dos puntos cuando las
superficies son muy rugosas e impiden el correcto
deslizamiento del bastón.
A través del propio cuerpo en movimiento y la extensión de
todas sus extremidades.
“¿Qué creéis que son los ojos?, le dijo el señor de… «Es –le respondió el ciego– un órgano en el que el aire actúa como el bastón sobre mi mano.» […] «Esto es tan cierto –prosiguió el ciego– que cuando coloco mi mano entre vuestros ojos y un objeto, mi mano os es presente, y el objeto ausente. Lo mismo ocurre cuando busco algo con mi bastón y encuentro otra cosa».”
DIDEROT, Denis. Carta sobre los ciegos para uso de los que ven. (pág. 13)
62
Volviendo a cuestiones de orientación pero ahora desde la geometría de
los cuerpos César Delgado comentaba:
“La peor figura geométrica para un invidente es el círculo, ya que
nunca te dice dónde está el norte o dónde está el sur, de ahí que los
ciegos prefieran las mesas cuadradas.”
Extrapolando esta cita a la escala de la ciudad sucede lo mismo. La
retícula o trama ortogonal es la estructura espacial que más facilidades
presenta a la hora de orientarse.
También cabía la duda de que un trazado hipodámico pudiese responder
a lo contrario, dado que la repetición de líneas o calles paralelas pudiera
generar una confusión constante para ellos, pero no es así. Cómo solo
existen dos direcciones en una retícula, haciendo uso de la memoria, se
limitan a contar, la tercera a la derecha o la quinta a la izquierda.
César hace hincapié en la perpendicularidad del ángulo recto ya que un
chaflán o cualquier diagonal pueden hacerte perder la orientación del
espacio, porque la mente no es capaz de calcular con exactitud los
grados de oblicuidad que estás girando.
Durante este transcurso en la ciudad el ciego toma como referencia los
límites del espacio y el perímetro físico de la arquitectura para leer el
lugar.
Con esta idea, Imafuji Akira planteó una vivienda (figura 5) para que
una persona ciega viviese en ella.
63
Figura 5. IMAJU, Akira. Mención de Honor, Shinkenchiku Residential Competition
1992. “Casas sin estilo”. Resvita UHF, número 1.
El muro es un elemento que juega un papel fundamental en la
percepción espacial de los invidentes como referencia táctil. Tocando
las paredes una persona ciega puede sentirse libre y segura. Del mismo
modo en que se siente amenazado donde otros se sienten a salvo, se
puede sentir libre donde otros se sienten encerrados.
En este el proyecto el muro pasa de ser el límite del espacio a ser la
estructura del mismo.
Sin embargo, relativo al tacto activo en el espacio lejano antes
mencionado, lo único que importa es el pavimento, en contacto
constante con el pie. Importa el rozamiento que opone al movimiento,
la absorción del sonido del mismo, donde favorecen los textiles como
64
alfombras o la madera y la calidez de las texturas que pueden resultar
más o menos agradables. Nandi Lorenzo comentaba sobre esto:
“En Asturias se utiliza mucho el pavimento que es como roca,
que son como trocitos de piedra y para ellos eso, les destroza.
Es un obstáculo a la hora de moverse con el bastón. Les frena.”
Para el invidente aquello que se escapa del área que la mano puede
alcanzar es difícil recomponerlo de forma nítida. Es por ello que
agradecen enormemente interactuar con maquetas como me explicaba
José Corchete:
“Por mucho que te expliquen cómo es una pirámide si no la ves en
pequeño no te puedes hacer una idea. (…) Tú entras en una iglesia
y por mucho que te expliquen, hay una espacialidad tan grande que
no puedes hacerte una idea.”
En el Museo Tiflológico de la Fundación ONCE en Madrid están
representadas muchas de las obras más significativas del mundo para
que a través de maquetas puedan conocerlas en su totalidad y
comprender la magnitud de su escala.
Este procedimiento que sigue la mano para leer la textura, el peso, la
densidad y la temperatura generando multitud de secuencias
perceptuales interrelacionadas con la forma, supone un proceso de
asimilación mucho más lento que el que ofrecerían los ojos. A pesar de
ello, César Delgado revela que las simetrías agilizan la percepción y
facilitan a la mente en la tarea de figurar los objetos y lugares.
65
Maqueta sobre un acordeón de cajas aritméticas. César Delgado expone sus mecanismos de proyecto. Fuente: elaboración propia.
66
04.0 EL ARQUITECTO CIEGO.
Otra de las cuestiones planteadas durante este proceso de trabajo fue ¿Qué
podríamos aprender de un ciego que ejerciera la profesión de arquitecto?
Esta es la cuestión que me llevó a ponerme en contacto con César Delgado
González y he tratado de relatar brevemente de qué manera se aproximó al
proyecto a través de las conversaciones mantenidas con él.
[…]
De repente una llamada me abrió un mundo de posibilidades. La chica que
tenía al otro lado del teléfono me dijo algo así como “yo conozco a la
persona indicada que puede ayudarte en todo esto”. Y así conocí a César
Delgado; fisioterapeuta, profesor de judo, escultor y arquitecto de su propia
casa en la sierra oeste de Madrid donde aunó todas sus pasiones, intereses
y trabajo bajo el nombre de Centro Háptica de Investigación Propioceptiva
inaugurado en 2011.
Su residencia, dónde están incluidas una sala de pintura, dos talleres de
escultura y un tatami para dar clases de judo fue diseñada por él mismo,
desde el proyecto hasta la dirección de obra, contando con un arquitecto
titulado que pudiera firmarlo.
Esto lo convertía en la oportunidad perfecta para entender cómo se puede
proyectar desde la ceguera total, cómo es el proceso y qué factores toman
prioridad a la hora de diseñar.
Lo primero fue encontrar un espacio suficiente para distribuir los espacios
que él necesitaba para cada actividad.
67
Se quejaba de que los constructores estaban acostumbrados a hacer cajas
de zapatos a escala más grande y todo muy ortogonal, por lo que decidió
buscar su propia parcela donde poder diseñar libremente; y buscando el
equilibrio entre el presupuesto y la ubicación acabó en Robledo de Chavela
con una parcela de unos 1500 m2.
Lo primero que hizo fue cercarla para no tener problemas a la hora de medir
y tener siempre unos límites marcados, y lo segundo comprobar las normas
urbanísticas del municipio. A partir de ahí empezó a construir una maqueta
en dos plantas definiendo el perímetro de máxima ocupación que le
permitía la norma y la edificabilidad máxima.
Una condición que fijó desde el principio fue que todo el proyecto y los
espacios estuvieran en función de los cánones de la sección aúrea por lo
que esto determinaba muchas de las dimensiones.
Sorprende oír esto de una persona que no ve, cuando la proporción áurea
hace referencia a cuestiones estéticas y de armonía visual, sin embargo,
César ya había justificado sus intereses muchos años antes.
Tuvo la oportunidad de probar una investigación que estaba desarrollando
en relación al número de oro con un grupo de personas invidentes en
Galicia. Él había elaborado 20 rectángulos de madera de proporciones
heterogéneas, y de entre todos ellos, uno correspondía con la llamada
divina proporción. Los repartió entre los participantes siguiendo siempre
el mismo método: ofrecía dos rectángulos de la serie de veinte y les pedía
descartar uno ellos en función de cuál simplemente les gustaba más,
entregándoles uno nuevo tras haber hecho el descarte. Tras los sucesivos
descartes un alto porcentaje de los invidentes habían elegido el rectángulo
68
de la razón dorada por lo que demostró que esto no era una cuestión
exclusivamente visual.
Fuera, en el exterior necesitaba un espacio ajardinado para colocar la
piscina por lo que creó un zócalo elevado cuyas dimensiones y ubicación
venían determinadas por la orientación y el sol. Creía necesario que el
espacio de la piscina fuera el sitio que más horas de sol recibiera a lo largo
del día, por lo que en la maqueta de trabajo que exprimió al máximo
durante todo el proyecto, colocó un arco que fuese de noreste a suroeste (el
recorrido estimado que hacía el Sol). Este arco estaba desdoblado, dejando
en medio un espacio dónde cabía un cordón que podía mover, del que
colgaba una bombilla. Según pasaban las horas, él iba modificando la
posición de la bombilla y verificando dónde daba la sombra y dónde hacía
sol en función de la temperatura y alguna consulta a familiares videntes.
Para el resto de plantas y la distribución interior fabricó un tablero en
acordeón forrado con cajas aritméticas que le proporcionó la ONCE, donde
las piezas que habitualmente se encajan en las casillas para realizar
operaciones matemáticas, conformaban los límites de los espacios y
servían también para acotar las medidas que él recopilaba a la vez en su
memoria. A través de las llemas de los dedos tanteó múltiples posibilidades
tanto en planta, como alzado y sección hasta llegar a una solución final que
tuvo que dibujar.
Mediante un tecnígrafo con un fieltro debajo delineó los planos trabajando
con agujas. Pinchando el papel iba creando un dibujo en bajo relieve que
al darle la vuelta a la cartulina se convertía en altorrelieve para poder leerlo
de nuevo. De esta manera medía las sombras en la maqueta y las trasladaba
al papel, diseñando dónde tenían que estar los paramentos y a qué distancia.
69
Para darle los planos al arquitecto ponía papel de calco de carbón de
diferentes colores debajo de la cartulina, generando los distintos planos que
debían ser redibujados para entregarlos en el colegio de arquitectos. Los
interiores, sin embargo, fueron fotografiados directamente de la maqueta
desmontable que también se utilizó en obra constantemente.
Otra de las condiciones fue diseñar que todas las esquinas del perímetro
fueran redondeadas debido a un problema personal de salud de su mujer,
por lo que tuvo que detallar encuentros que no existían en ladrillo o los
obreros desconocían como ejecutarlos. Pero no los dibujó, sino que los
realizó en el viejo taller que tenía entonces en Madrid cortando con la radial
y puliendo las aristas.
Las medidas interiores de las salas también eran resultado de las
necesidades que él tenía. Consideró que la altura máxima que trabajaría en
escultura serían 3 metros por lo que definió la altura de la planta baja. Y si
en algún momento necesitaba trabajar esculturas de más altura lo haría al
aire libre. Esto definió también la anchura de las puertas y las dimensiones
que requerían los radios de giro para poder mover las piezas; al igual que
la ubicación y elección de algunas ventanas para poder sacar el cableado
específico de máquinas como el cincelador y el compresor trifásico.
Todas estas decisiones fueron resultado de un trabajo constante a través la
mano, de la funcionalidad que requería el conjunto, de trasladar sus propios
intereses, y en definitiva, de diseñar una obra proyectando constantemente
desde lo general al lo particular y de los particular a lo general haciendo
uso de todos sus sentidos excepto la vista.
70
05.0 CONCLUSIONES.
El acercamiento a la ceguera para conocer otra manera de
concebir el mundo y percibir la arquitectura ha sido sin duda, un
proceso apasionante. No solo por la riqueza de los testimonios que se
han recogido, sino por cómo se ha llegado a ellos; cara a cara con cada
uno de los invidentes que han colaborado en la investigación.
Esta metodología de trabajo se ha convertido en el hilo conductor de
una investigación constantemente abierta, que ha ido tomando forma en
función de las respuestas que se iban obteniendo.
Los encuentros han permitido establecer conversaciones de lo más
heterogéneas pero teniendo siempre un punto de partida común:
reflexionar sobre el espacio desde la carencia del sentido de la vista y
sus formas de aproximación al mismo a través de la percepción.
El enunciado propuesto no puede estudiarse sólo desde el campo de la
arquitectura ya que supone un proceso mucho más complejo donde
intervienen áreas del conocimiento como la psicología, la antropología
o las emociones entre otras. No obstante, se ha intentado acercar el
trabajo lo máximo posible al ámbito que nos concierne.
71
En primer lugar ha sido importante comprender cuál es la
dimensión del espacio de una persona ciega. Mientras que para el
vidente la apreciación de los límites del espacio a través del ojo es
prácticamente constante en todas las situaciones, en el caso de los
invidentes podríamos hablar de un espacio “infinito”, dónde los límites
son intermitentes y solo aparecen en la medida que los otros sentidos
puedan percibirlos. Allí donde la mano o el oído no tienen alcance los
contornos se desdibujan y se vuelven difusos, dando lugar a
interpretaciones personales y reconstrucciones del espacio donde la
imaginación y la memoria trabajan de forma conjunta.
La realidad del vidente es mucho más estática e invariable. La vista no
ofrece las mismas oportunidades de configurar distintas versiones de un
mismo lugar. De hecho, si la percepción de una obra arquitectónica
puede generar múltiples lecturas cuando dos personas han visto lo
mismo, es porque la implicación del resto de los sentidos en la
experiencia es fundamental.
Por lo tanto la percepción de la arquitectura de una persona que no ve,
presenta un abanico de escenarios imaginarios posibles que en ningún
caso deben considerarse, como menos válidos.
La segunda reflexión ha tratado sobre la supremacía de la
funcionalidad en la arquitectura para los invidentes. Esta cuestión, que
por razones obvias de movilidad y uso ocupa el primer lugar, no excluye
la presencia de un sentimiento romántico de lo bello, que abarca otros
parámetros sensoriales como el confort acústico, aromas atractivos o
72
superficies pulidas que agradan especialmente al tacto. Esta
combinación entre el funcionalismo y la sensorialidad es sin duda el
tema del que los arquitectos se han de encargar en el presente.
Teniendo en cuenta que el 80% de la información del entorno la
recibimos a través del sentido de la vista, parece complicado dejar a un
lado las imágenes seductoras que nos cautivan. Sin embargo, el
compromiso de la arquitectura debe consistir en encontrar el perfecto
equilibrio entre las diferentes percepciones, donde todas ellas se
complementen para proporcionar una experiencia completa dirigida
todas las personas.
Por último, cabe destacar un asunto recurrente en el desarrollo
de la mayoría de las entrevistas: la discrepancia que se produce entre
las percepciones y sensaciones que tienen los ciegos respecto a la
realidad que conocemos los videntes. Muchos de los invidentes
mencionaban que los sentidos les facilitan una información distinta de
la que tendrían si contasen con el sentido de la vista. De esta afirmación
podemos extraer un aprendizaje que bien puede trasladarse al terreno
de la arquitectura.
Analizando en qué circunstancias esto sucede y aplicando las
conclusiones posteriormente extraídas, la arquitectura podría
sorprendernos no sólo a través de la retina y los trampantojos que a
veces son utilizados. Un juego entre percepción y realidad facilitaría la
activación del resto de los sentidos que permanecen adormecidos en una
cultura dominada por el ocularcentrismo.
73
Estas son solo pequeñas pinceladas de todo el aprendizaje tanto
académico como personal que ha supuesto este trabajo en mi formación
como arquitecto. La investigación sigue abierta y con ella la intención
de seguir desarrollándola en un futuro, ya que aquello que la
arquitectura esconde detrás de una imagen retiniana, es en mi opinión,
lo más emocionante.
74
06.0 BIBLIOGRAFÍA.
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77
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Risco. Canal Extremadura. (54m 53s)
Chris Downey: Design with the blind in mind. (2013) TED Talks.
Subtítulos en español. (11m 40s)
Daniel Kish: How I use sonar to navigate the world. (2015) TED
Talks. Subtítulos en español. (13m 08s)
Julián Treasure: Why architects need to use their ears. (2012) TED
Talks. Subtítulos en español (9m 51s)
Notes on blindness. (2016) Dirigida por James Spinney y Peter
Middleton. Netflix. Subtítulos en español. (1h 30m)
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07.0 ANEXOS.
Aquí se recogen algunas de las
conversaciones que se han producido
durante el transcurso de la investigación.
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Entrevista a JOSÉ MARÍA CORCHETE.
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La mala acústica de los lugares nos mata. El ruido, cuando hace reverberancia, eso tenlo en cuenta, es el número uno para nosotros inconveniente en un sitio; que haya mal sonido. Y el mal sonido es, por ejemplo, si estás en un bar con mucha gente gritando y encima el sonido reverbera. De hecho en la ONCE, nos quejamos. En la cafetería de la ONCE, que es muy grande, pusieron unas cosas que hacen que suene el sonido bien, como unas pirámides de corcho o no sé qué, estratégicamente puestas. Pero no forran toda la pared, son unos cacharros que ponen en unos sitios estratégicos de la sala que esta estudiado por ingeniería acústica y cambió el sonido completamente.
* ¿Te sientes más cómodo en espacios abiertos o espacios cerrados?
Pues mira, eso depende, porque si el espacio cerrado es agobiante; por ejemplo ahora mismo aquí se está supera gusto, pero si ahora aquí hubiese veinte personas en la barra hablando todos a la vez, sería insoportable. El espacio abierto depende, si es un espacio abierto al aire libre… Yo por ejemplo si me voy al monte es donde mejor me oriento, en la naturaleza por supuesto, con el sonido natural de la tierra. Tú percibes por ejemplo si estás en un sitio donde hay roca donde hay árboles pero los que ya estamos acostumbrados que perdimos la vista de pequeños, sabemos distinguir el entorno. Más o menos tú sabes el entorno en el que estás porque el sonido es distinto. Cuando hay un bosque con hojas en el suelo, tú pisas, las oyes y sientes como rebota tu voz. ¿Cómo rebota tu voz en el espacio abierto incluso? Sí, eso lo percibimos, si el suelo absorbe la voz de una manera o de otra lo notas. Cuando llueve, según el clima, también oyes diferente.
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* Hace poco vi un documental que justo hablaba de eso, de cómo afecta la lluvia en la percepción del espacio.
Sí, cuando hay niebla así baja es como que las voces se amortiguan o cuando hay nieve; bueno, cuando nieva es terrible. Se oye todo como atenuado, hay como un colchón y te orientas peor porque no oyes. Es que este ruido [taconea dos veces] te orienta cuando caminas, porque tu oyes tus pasos rebotar e inconscientemente en el oído te estás haciendo una composición del lugar acústica.
* ¿A través de que estímulos recibes más información sobre el espacio? Cuando llegas a un lugar nuevo, ¿qué es lo primero que percibes?
Es el oído todo. O sea lo que te da sensación de amplitud y de orientación. Como la orientación tiene mucho que ver con el oído, que está en el oído medio, pues claro nosotros percibimos a través de él. Yo no sé cómo funciona anatómicamente pero yo sé que nosotros la sensación de espacio, por ejemplo; yo sé que ahora mismo estoy hablando aquí y yo sé que hay una pared ahí más o menos [señala con la mano izquierda la pared que se encuentra a su lado], sé a qué distancia está y no la veo.
* ¿Independientemente de la materialidad?
Sí, mi voz rebota ahí y sé que está ahí la pared.
Hombre sonaría distinto por ejemplo si fuese de cristal o si fuese de corcho, pero de todas formas tú sabes que ahí se termina el espacio. Yo por el ruido que oigo reverberar ahí al fondo [da tres palmadas] yo me hago una idea más o menos de lo que me preguntas, del espacio de la sala, de las dimensiones o de la altura; si fuera un techo muy alto. Es todo acústico, toda la referencia que tenemos es acústica.
* ¿Las superficies acristaladas influyen negativamente en esta percepción?
Sí porque reverbera. Pero bueno si es cristal grueso, por ejemplo hay un intercambiador de autobuses que diseñaron muy sabiamente en Plaza Castilla que nos encanta, porque tiene una acústica amortiguada.
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Es todo de cristal, sin embargo no reverbera, porque debe ser el suelo o las columnas o haber algo que se come el sonido y hace que te orientas perfectamente, no hay eco. Y sin embargo, la estación de Atocha, por ejemplo, es mortífera para nosotros.
* ¿Tienes algún ejemplo más donde tú te sientas muy cómodo?
Sí, Atocha por ejemplo es un infierno para nosotros, sobre todo si hay mucha gente. Sin embargo la estación de Chamartín; como referencia te digo que nos movemos mucho en esos sitios, el que la diseñó también acertó porque el sonido es perfecto para orientarte. Forma un rectángulo así largo y luego tiene en el suelo algunas marcas, pero es más el sonido que lo que tocas en el suelo.
* O sea que muchas veces influye antes la acústica que el tacto, ¿no? Sin embargo, yo tenía más asociado la prioridad del sentido del tacto ante la falta de la vista.
Sí, mira, te voy a poner un ejemplo; yo estudié historia del arte, porque estudié en el conservatorio que me lo pedían. Hombre, hay una parte la pintura y tal que se me escapa mucho y lo estudiaba en plan teórico, pero la arquitectura por ejemplo; yo estudiaba el románico, y te ibas a una iglesia románica pero por mucho que te digan tú no puedes hacerte una idea, porque los arcos están ahí arriba y no los puedes tocar. O sea, si tú tocas una columna y solo tocas piedras, no puedes hacerte una idea. Ahora, cuando realmente cobra realidad es cuando ves maquetas y hay muy buenas maquetas. De hecho tenemos un museo en la ONCE, que te recomiendo que vayas un día a verlo, que está en la C/ La Coruña ahí en Tetuán, que hay unas maquetas… pero maquetas enormes, está por ejemplo la Alhambra de Granada. Entonces ahí puedes tocar los monumentos más celebres del mundo y ya te haces una idea, porque por mucho que te expliquen cómo es una pirámide si no la ves en pequeño no te puedes hacer una idea. Y además las iglesias góticas se abren, está por ejemplo la Catedral de Burgos, hay unas reproducciones buenísimas a escala real. Se levanta el techo y puedes tocar por dentro; tocas las naves, las dovelas, los arcos y te haces una idea de cómo es, porque tú ves la disposición de todo. Porque claro, tu entras en una iglesia y por mucho que te expliquen hay una espacialidad tan grande que no puedes hacerte una idea. Por mucho que te expliquen, hay una bóveda ahí arriba, dices sí, pero joder la tengo que tocar.
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Y si te suben y la tocas vas a tocar solo un nervio y ¿dónde está lo demás? Entonces así es realmente la forma, para responderte un poco lo del tacto.
El tacto es muy limitado, porque tú cuando tocas a tu alrededor, tocas esto [estira ambos brazos simulando el diámetro del cuerpo]. Y cuando llevas el bastón para tocar en la calle el suelo, es lo que alcance el palito que es un metro y medio, entonces la acústica es fundamental, es lo que más nos ayuda. O sea, es todo para nosotros.
* Y en el caso del olfato, ¿te proporciona mucha información?
Bueno sí, sí que da. Yo mira, si estoy buscando una tienda de… «¡Uy! Aquí hay una frutería», y los bares, cuando buscas los bares huele a café. El olfato nos guía más de lo que nos pensamos. O cuando dices mira una tienda de bolsos, o una zapatería, porque huele. Y las ciudades huelen distintas las unas de otras. Yo por ejemplo estuve en Buenos Aires y huele diferente. En México huele diferente. Estuve en la China y en la China no tiene nada que ver. Lo primero que te impacta al llegar en la ciudad es el olor, por la forma en que cocinan y tal, todo huele diferente. Por ejemplo en Bruselas los puestos de patatas fritas estos que están en la calle, pues claro, también huelen. Cuando asan castañas y dices «¡Ay! Por aquí asan castañas.» El olfato te da muchas referencias también, pero el oído es fundamental.
* ¿Para ti existe el silencio? Y en caso de que sí, te relaja o todo lo contrario.
Depende si tú deseas el silencio. Yo por ejemplo he estado mucho haciendo acampada y me gusta mucho esa paz que hay, sí. Mi madre es de un pueblecito de Asturias y a veces cojo, me voy con el perro y me siento en el medio del monte y digo «¡Qué silencio!»; ese silencio absoluto que claro que me gusta pero porque no necesitas en ese momento orientarte, pero si te pones a funcionar no.
En la naturaleza hay más silencio y te encuentras mejor porque no hay tanta interferencia de ruido. Es más fácil situarte porque todo suena, hay olores, la dirección del viento, de dónde viene el sol. Yo me he llegado a orientar en el monte muchas veces o en una playa grande porque te fijas de donde viene el viento. Yo esa mañana sé que el viento viene de
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la izquierda de la playa, aunque de repente puede girar y te das cuenta, pero sabes que en principio está viniendo de la izquierda y te orientas. O sabes que el sol a esa hora te da por detrás, por la espada, y tú dices pues ahora me voy a casa. Si te desvías o te pierdes, también lo notas porque el sol ahora me está dando de lado. Para este tipo de cosas nosotros nos fijamos en los detalles y a veces utilizamos trucos un poco como de rastreador, como un olor. Tienes que prescindir de la vista y tienes que tirar de otros recursos. Sobre todo los que somos ciegos casi de nacimiento, desde pequeños como yo, que perdí la vista a cierta edad con 7 o 8 años pero ya veía mal y tenía problemas. Lo que sí es verdad que una persona que con 20, 30 o 40 años pierde la vista le es mucho más difícil porque tiene que aprender todos estos recursos que nosotros aprendemos de niños inconscientemente, sin darnos cuenta.
Volviendo un poco al tema el silencio nunca puede ser malo, tú en un sitio donde hay silencio te orientas perfectamente, donde no te orientas es cuando hay ruido. Por ejemplo, cuando vas por la ciudad y hay mucho tráfico o hay una obra con martillos de estos de compresión eso a nosotros nos mata. De hecho, con los perros eso nos salva, porque el perro te salva de la situación. Él hace una ruta, te enganchas y sabes que el perro te va a sacar de ahí, pero cuando vas con un bastoncito tocando imposible… Si hay un ruido muy grande en la ciudad es horrible, no oyes el semáforo que pita, no oyes si los coches realmente están en una dirección o en otra... Sí, el ruido es matador.
Hay un tema arquitectónico que sí te voy a contar. Hay determinadas estaciones de metro aquí en Madrid de líneas antiguas, que como son estrechitas y tienen muy buena acústica, nos orientamos muy bien; pero hay unas estaciones de metro modernas, de estas grandotas que les tenemos pánico, las evitamos. Es como estar dentro de una catedral, es un sonido absolutamente amplio y tú no sabes dónde están las paredes, tienes miedo a caerte a la vía y cuando viene el tren ese sonido se amplifica. La verdad es que ahí serán muy bonitas y muy funcionales pero para nosotros son peores. En las chiquititas de las líneas estas antiguas nos orientamos perfectamente.
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* ¿Cómo te desenvuelves en la ciudad en cuanto a los recorridos que realizas?
Nosotros los memorizamos con los recursos que tienes de orientación y acústica; dices cruzo dos calles, luego llego, luego tuerzo a la izquierda… como cualquiera, usando tus recursos. Pero si no sabes ir a un sitio tienes que buscarte la vida, o preguntar, como cualquiera. Nosotros ahora usamos mucho el Google Maps, como nos habla el iPhone, usamos el navegador, lo usamos en modo peatón o le preguntas a Siri, «¿Dónde estoy?», en caso de que te pierdas. Eso está resuelto. Luego los perros también nos ayudan mucho, porque se aprenden las rutas y las memorizan, pero el perro no está para llevarte a un sitio desconocido, el perro está para que no te caigas. El perro se para cuando hay un escalón, se para cuando hay que bajar una escalera, te esquiva los obstáculos si hay un agujero, y si hay un peligro se interpone. Ellos están para eso.
* Sobre los colores, ¿tú los recuerdas y los asocias con lo que te rodea?
Yo los recuerdo, lo que me pregunto es como los imaginan los que no vieron nunca, pero yo sí los recuerdo. Lo que pasa que también me han dicho, que el recuerdo que tenemos de los colores a lo mejor no es real, porque nadie sabe cómo los imaginas, quiero decir, que se pueden distorsionar.
También hay sonidos que parecen que tienen color, a veces nosotros lo comentamos entre nosotros, como los instrumentos. Claro la percepción de cada uno es diferente, yo por ejemplo hace poco discutía con un amigo porque yo oía una flauta y le decía «¡Ahí va! Qué bonito sonido, suena azul.» Y él decía «Pues a mí la flauta me suena a verde. Y yo le respondí «Pues ya no estamos de acuerdo, a ver quién tiene razón. »
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Entrevista a MARÍA DOLORES GALLEGO.
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* ¿Te sientes más cómoda en espacios abiertos o espacios cerrados?
Según. Los espacios abiertos, si son por ejemplo muy muy abiertos a veces te pueden despistar. Es verdad que en la naturaleza hay mucho menos ruido pero también es más difícil orientarse, porque está todo excesivamente abierto… Hombre si tienes referencias sí, pero depende de donde sea; yo no lo veo tan fácil. Un espacio cerrado o por ejemplo en la ciudad o algo que tiene calles que está más estructurado, te sientes más segura. En la naturaleza si vas con alguien o vas con el perro no hay problema, pero tu imagínate eso yendo con un bastón… A no ser que te conozcas mucho algo y tengas algún tipo de referencia, como un sendero, o aquí está el río entonces sí, te sientes más a gusto porque es verdad que hay menos ruido.
* ¿A través de que estímulos recibes más información sobre espacio? Cuando llegas a un lugar nuevo, ¿qué es lo primero que percibes?
Por los sonidos. Es verdad que por ejemplo, si estás buscando imagínate una cafetería y vas por la calle, entonces vas un poco haciendo las dos cosas, escuchando a ver si oyes platos, las tazas, el típico ruido de cafetería, de cubiertos de vajilla y a la vez vas un poco con el olfato a ver dónde huele a café, dónde huele a bar… Aunque a veces ocurre que a lo mejor tu oyes ruido de vajilla pero resulta que es la puerta de al lado y te despista precisamente a lo mejor el olor que huele mucho a café.
Yo creo que primero el oído, pero luego si vas buscando algo en concreto; si vas buscando la panadería, sabes que huele mucho a pan, pero ante todo primero el oído.
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* ¿Podrías decirme algún lugar en el que te encuentres más cómoda y otro que te parezca más estresante?
Por comparar, por ejemplo, yo me siento bien… te cuento un poco. En el metro hay líneas o zonas muy fáciles para nosotros porque son como de pasillos perpendiculares y no tienen más, pero estas estaciones de ahora tan modernas que son como muy abiertas, que se ve todo desde arriba eso para nosotros es fatal. Son techos tan altos y retumba todo tanto que para nosotros es fatal. Yo reconozco que estéticamente son muy bonitas, tan amplio, que se ve todo y tal, pero para nosotros… Buff, por ejemplo la estación de Atocha es horrible, es una estación que te pierdes y dices «Madre mía dónde estoy.»
* Sobre los colores, ¿tú los recuerdas y los asocias con lo que te rodea?
Yo ya nací con problemas de vista pero tuve resto visual hasta los trece años más o menos así que sí, recuerdo los colores. Yo si es verdad que los asocio por ejemplo con los días de la semana; para mí tienen color, para mí los viernes son blancos. Para mí abril es como que te digo, como moradito, pero es que para mí incluso los nombres de personas también tienen color. Por ejemplo a mí las que se llaman Ana son también blancas, porque lo que de las vocales, la “a” para mí es blanca, un blanco puro, blanco nuclear. Entonces los colores sí, sí que los recuerdo. A lo mejor ahora hay algunos que yo que sé, si me dicen color camel, o colores que hay ahora colores nuevos que me pierdo un poco, pero más o menos sí, sí que los recuerdo.
* ¿Para ti existe el silencio? Y en caso de que sí, ¿te relaja o todo lo contrario?
Pues mira te digo, a mí lo que es el silencio y tal sí que me gusta alguna vez, pero cuando vas a un sitio como por ejemplo alguna vez que he ido a una iglesia o una capilla más pequeña que está todo tan en silencio que a mí me parece que suena algo, no sé cómo explicarte. De estas veces que hay un silencio, que dices no oigo nada, y al final si te concentras algo suena o a lo mejor tú te lo imaginas.
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Pero sí, a mí no me disgusta el silencio creo que a veces es necesario, importante y que te lleva a meterte un poco más en ti, en tus cosas, en tus pensamientos.
* José me ha hablado de cómo influye la climatología en la percepción. ¿Para ti también cambia cuando nieva o cuando llueve?
Sí, sí, con la nieve y con la lluvia, es horrible. Sobre todo si sales y está lloviendo porque cuando te pones el paraguas, para nosotros es un rollo, porque el paraguas te hace como un efecto que cómo te diría yo… te hace cambiar el sonido, porque como está arriba, es como una sensación de que te cierra y cuando vas por la calle ¡buah!, no es que estés sordo pero oyes como de forma diferente y claro, a nosotros eso nos influye. Pero si por ejemplo dices, no voy a llevar paraguas porque si llevo el perro o el bastón y el paraguas me pierdo, entonces te pones un gorro o una capucha y dices «¡Ay no! Es que no oigo, oigo menos todavía que con el paraguas.» También oyes a los coches que hacen más ruido y es horrible, te orientas peor.
La nieve no sé, la nieve es que cuando nieva mucho, si no retiran la nieve en las aceras como que no notas los bordillos, como si dijéramos está todo con la capa esta de la nieve… Como con una misma piel. El caso es que a mí me gusta andar sobre la nieve, el ruido que hace así como «Rassssss», me parece que estoy andando como sobre harina
Eso sí, a mí claro que me gusta la nieve en la montaña o sitios así, que vas ahí y no te preocupas tampoco de nada, te dedicas a andar y a escuchar ese crujido que tiene de la nieve al caminar, es bonito.
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Entrevista a CARMEN OLIVER MARZO. OVIDIO ANTÓN ALONSO.
16 | 05 | 2018
* Cuando llegas a un lugar nuevo, ¿qué es lo primero que percibes?
La luminosidad y las referencias. Si el lugar me resulta amplio, estrecho, es decir, cierta idea o percepción de dónde estoy, relativa claro. Yo sí que percibo si hay un portal que es amplio o es estrecho, en fin siempre hay algunos datos.
* ¿Y eso como lo percibes?
Seguramente por la proximidad de las paredes. O me dirijo hacia el fondo o lo más normal es que localice una pared para que me sirva de guía.
* ¿A través de qué estímulos recibes más información sobre el espacio en el que te encuentras?
A través del oído básicamente. Sonidos y percepción que no sé cómo denominarla, si hay una esquina, vas a notar que el aire viene de otro sitio, no solo del frente sino del lateral o si hay algún espacio abierto. Aunque también nos sirve mucho el desarrollo del tacto a través del pie.
* ¿Qué estructuras espaciales o tramas geométricas facilitan la orientación?
El hecho de puedas tomar referencias, es decir, no es lo mismo entrar en un sitio amplio donde siempre te puedes dirigir al frente pero existe una mayor incertidumbre, que si de alguna forma tomas una referencia, ya sea un bordillito, una pared o lo que sea.
Cuanto más regular sea el trazado mucho más fácil, de hecho yo a veces he intentado moverme por esta zona (Bravo Murillo), por las callejuelas y claro, no tiene el trazado del Barrio de Salamanca por ponerte un ejemplo.
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* ¿Qué tipo de superficies respecto a la información que recibe el pie facilitan la orientación?
Cualquier tipo de variación, cualquier textura. Por ejemplo estamos acostumbrados a localizar texturas que indican pasos de cebra, otras que indican el semáforo, algunas que indican entrada de carruajes, bordillos. Aunque los bordillos hay una cosa muy curiosa; cuando son así redondeados, si llegas antes que la otra persona pues tienes un problema.
* ¿Podríais ordenar los cinco sentidos según su importancia a la hora de orientarse?
Si tienes resto visual es muy importante, yo cuando veía lo usaba para meterme entre un coche y otro, para localizar determinadas cosas; sin embargo, cuando el resto visual es mínimo o no existe a la hora de orientarme el oído sin duda el primer, después el tacto, el olfato y el último seria el gusto.
El olfato es curioso porque es algo que también desarrollamos de forma natural e instintiva y entonces a veces vamos buscando un bar o un restaurante y dices «¡Ahí se oyen platos!» o huele a comida como una pastelería que también tiene un olor característico cuando pasas.
* Y en tu caso Ovidio al tener resto visual…
Lo mío es una especie de visión global que es como no ver nada concreto bien pero tener una visión de maqueta para que te orientes. Y luego desarrollas mucho la visión en mapa; a ver cómo te lo explico. Mi hermano y yo tenemos una gran orientación de pasar por sitios y de ir a sitios para poder volver ahí inconscientemente porque lo has desarrollado. Si yo cojo un mapa y te señalo que donde vamos a ir está por esta zona, no voy a leerlo pero tú mira a ver por esas calles que tiene que ser la calle tal. Y tú que es la que lees bien, la encuentras. A mí me llaman el GPS humano. Si vamos por una carretera y tenemos que desviarnos en Mérida por ejemplo, cuándo sé que ya vamos llegando, a lo mejor te digo léeme en por qué kilometro vamos, y si me dices en el 320, te digo pues ahora como en 10km te vas a encontrar los paneles azules y tienes que coger las A-66 con la palabra Sevilla porque si no vas para Badajoz.
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Si bajamos a la calle y me dices quiero ir a Orense con General Perón yo ya estoy procesando, y te digo en línea recta de llegaría así.
En espacios cerrados teniendo resto visual, no localizas las cosas pero si la generalidad, yo me meto en el Kinépolis y tengo que saber que las salas están divididas en dos alas y dentro de cada una seis hacia un lado y seis hacia otro. Ya para ver los números me tengo que acercar. Todo lo que sea ver o leer algo tengo que hacer el recorrido. Si es la globalidad, no tengo problemas.
La percepción háptica o táctil es una percepción analítica. Una cosa que tenemos también es una especie de memoria muscular que es la que a veces te ayuda a recordar. Hay veces que hay cuestiones que a vosotros no se os ocurriría memorizar porque no lo necesitáis y a nosotros sí. Por ejemplo, cuando quedas con alguien y no vas con frecuencia a esa dirección pues entre nosotros decimos es por la fila de dentro, el portal cuarto y del automático (telefonillo) la fila de dentro empezando por abajo para no tener que estar peguntando cuál es el tercero D. O por ejemplo, con la pared a la izquierda te vas dirección Plaza de Castilla, hay un McDonalds que lo dejas a tu izquierda y sigues esa calle.
Cómo ha dicho ella es como si fuera tacto, realmente lo que estás desarrollando es algo más que la ubicación, porque es lo que estás usando. Yo al tener resto visual, a lo mejor pongo el tacto antes que el oído.
* ¿Cómo definiríais el espacio vital?
Yo lo identifico con el espacio a través del cual se desenvuelve mi vida. El espacio más inmediato que forma parte de mi vida.
Mi espacio de confort, con sus cosas buenas y sus cosas malas. Ese espacio de confort físico, geográfico en el cual tú sientes que dominas, con más o menos dificultad pero que manejas.
Es aquel, que en nuestro caso, yo me he dado cuenta a medida que he ido perdiendo visión, que cuando vas por espacios desconocidos acumulas cierta tensión. No sabes lo que te vas a encontrar, tienes que disminuir la velocidad, ir un poco más alerta. De hecho es un riesgo.
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Yo los percances más grandes que he tenido han sido en sitios dónde yo me encontraba con una buena movilidad y desenvoltura sin tomar precauciones porque eran espacios habituales pero me ha variado sin conocerlo un elemento importante. En el portal de un sitio donde vivía porque habían puesto una trampilla, otra vez volviendo al colegio mayor que volvía deprisa, habían cambiado una parada de autobús y no habían tapado donde estaba la anterior y me caí.
* ¿Os sentís más cómodos en espacios abiertos o cerrados?
Si va uno solo es más seguro el espacio cerrado, otra cosa es que podamos disfrutar del espacio abierto en contacto con la naturaleza. Pero vamos, más seguro en espacios cerrados.
En un espacio conocido, cerrado o abierto, porque si no es conocido incluso siendo cerrado no me siento seguro. Yo me siento muy inseguro en el aeropuerto. En este tipo de espacios si son muy grandes es como si estuviera en el campo.
Un sitio que no me gusta nada, aunque he ido sola a veces, es el Corte Inglés, cuando te dicen al fondo, y pase usted a la derecha y por no sé dónde… es realmente terrorífico.
* ¿Cómo influye la voz en los retratos de casa persona?
El que no tiene visión ninguna es capaz de tener una percepción cuando tú le hablas y de ver en ti sinceridad, de ver en ti honestidad, sensibilidad por lo que estábamos hablando en la calle, que el 80% de la percepción del ser humano la recibe a través de los ojos y engañan.
Eso yo lo he desarrollado bastante como persona y como psicóloga, muchas veces la información no verbal, gestual, la mirada transmite mucho. Para nosotros es muy importante los matices de la voz, un determinado silencio, una respuesta más o menos rápida, una respuesta que refleja más reflexión… todo esos matices te especializas un poco en captarlos.
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Una vez vino Victoria Abril porque tenía que representar en una película a una persona que no veía y una de las cosas que más le intrigaba era como ligábamos. Porque claro sin dirigir la mirada… y yo decía anda que no hay matices en la voz, momentos de más o menos aproximación, de más o menos calidez, de entrada sé que una persona me gusta o no me gusta simplemente oyéndola hablar. La percepción del tono, la forma de decir las cosas, las pausas, incluso la voz que uno tiene a nosotros nos hace sentir más o menos atractiva. Y dicen los psicólogos que transmite mucha más información. En principio desarrollas otras estrategias para suplir en la medida de lo posible aquello de lo que no dispones.
Hay características que percibes aunque no sea visualmente por otros medios… yo te puedo decir si quien está a mi lado es alto, más o menos delgado, se mueve con más o menos agilidad, en fin, una serie de cosas sólo cogida de su brazo.
Lo que me dijo Puri Santamarta, atleta paralímpica, haciendo el Camino de Santiago fue: «Yo sé agarrándote así del brazo cuándo vas a girar hacia la derecha o hacia la izquierda antes de que inicies el giro.»
De hecho nosotros intentamos ir siempre un poquito más atrás de la persona, la distancia suficiente para que te dé cierta capacidad de reacción.
* ¿Te sientes cómoda en el agua? ¿Es fácil orientarse?
Yo sí me encuentro cómoda en el agua, a mí me encanta y me tranquiliza… la orientación por la dirección del oleaje si no me sumerjo mucho, aunque no suelo ir sola.
* ¿Cómo influye la climatología en la percepción?
Yo te puedo hablar de la lluvia, que tiene una influencia negativa a la hora de desenvolvernos en espacios abiertos. Tienes que ir con el paraguas y el bastón, con lo cual es difícil… el ruido, el sonido de la lluvia o del viento como que te resta posibilidad de orientación. No son situaciones demasiado gratas.
A mí la nieve me causa mucha inseguridad porque se vuelve todo con un mismo color, mismo plano y ahí sí que la desorientación es total.
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Entrevista a CÉSAR DELGADO GONZÁLEZ.
17 | 05 | 2018
Para nosotros a la hora de orientarnos lo peor son por ejemplo las estaciones de tren porque son muy abiertas. Nosotros tenemos que tener referencias, es decir que tengas una pared, un relieve en el suelo, que tengas cosas que te relacionen. Antes éramos muy conformes con el metro porque eran pasillos más estrechos y te conocías muy bien todos los espacios porque eran espacios con referencias. En cuanto te separan las paredes y te dejan campo abierto ya no tienes referencias y la orientación es mucho más difícil, porque no sabes si estás mirando al norte al sur o donde estás mirando.
* Pero por ejemplo, si entras a una catedral, ¿cuánta información te proporciona el tacto?
Si no tocas nada no te da ninguna información, eso sí hay una información acústica. Es decir hay distintas maneras que hacen los ciegos para orientarse. Oh bien hacen [silva] o [chasca los dedos]. Esto, les orienta a qué distancia está la pared, rebota el sonido y te das cuenta de la amplitud de esa sala. Incluso hay muchos que para buscar una puerta hacen así, [pitos de nuevo] y ya se van por la puerta.
* ¿A través de que estímulos recibes más información sobre el lugar donde te encuentras?
A ver el primer estímulo va a ser siempre el oído. Tú vas a ir a un espacio y de momento no sabes si hay escalones o si no hay, si hay objetos bajos, no sabes que estructura hay interna por lo que lo primero va a ser el oído. El oído te va a dar el espacio en su conjunto, si es un sitio muy diáfano o si es pequeño. Por ejemplo en un piso nada más pasar el umbral te das cuenta que hay paredes, que es un sitio recogido que el sonido no se difunde, no se expansiona entonces no se pierde y sabes que estas en un sitio recogidito. No lo estas tocando ni lo estas captando de ninguna manera pero tienes una idea como de conjunto.
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Eso te lo da esa especie de rdar, o visión facial como la denominan los americanos, que te está dando idea del espacio.
Si vas a una estación de autobuses o a un campo de futbol, pues allí te das cuenta en seguida por dos cosas, una por el sonido, por la propia voz en cuanto tú hablas o haces cualquier ruidito te das cuenta de que aquello es muy diáfano y luego también por el estrato acústico que te está diciendo que no hay objetos próximos. Hay un tipo que yo conozco que es músico y ya está jubilado que es el ciego más orientado que he conocido, se llama Adalberto Martín.
Cuando tenía tres añitos sus padres fueron con él al Hospital de La Paloma y mientras estaban en el hall el niño estaba aburrido de que los adultos estuvieran hablando pero no sabía dónde estaba la puerta ni donde estaba nada, entonces en un momento dado hizo así con el pie [taconea dos veces] y salió corriendo. Solo haciendo eso se dio cuenta de donde estaban las puertas. Notó por donde se escapaba el sonido y salió volando. Eso se llama ecolocalización. En la escuela de fisioterapia que pertenece a la Autónoma y está en Mirasierra, se hizo una prueba: se les puso pelotitas de pin-pon, fíjate que son pequeñas, colgando del techo e hicieron un poco de entrenamiento para acabar pasando por la sala y no tocar ni una. Si te educas en eso llegas a tener gran destreza.
* ¿Qué estructuras espaciales o tramas geométricas facilitan la orientación?
Lo peor que hay para los ciegos en una estructura arquitectónica o geométrica en un espacio o en una sala es el círculo, porque el círculo nunca te indica donde está el norte y donde está el sur, entonces los ciegos prefieran las mesas cuadradas.
Lo peor que hay es que una puerta esté semi-abierta porque entonces te das de narices con el filo de la puerta. Las puertas para los ciegos tienen que estar abiertas o cerradas, a medio abrir no porque te pegas con ellas.
Lo más orientativo para saber en qué parte estas de una sala o de una estructura son las cosas perpendiculares.
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* Y si lo extrapolamos a la escala de la ciudad, ¿sucede lo mismo?
Sí, lo peor que hay para un ciego son las plazas porque las plazas no te orientan con la perpendicularidad. Los ciegos queremos como el barrio de Salamanca, manzanas completamente cuadradas.
* O sea que facilita más la orientación una retícula o trama ortogonal que una casco antiguo muy irregular.
Claro, si es ortogonal mucho mejor porque te está orientando siempre que tú vas al norte, al este, al oeste o al sur. Yo pensaba que a lo mejor la repetición de todas las calles paralelas podría producir el efecto contrario. No, porque lo que haces es contar, es decir, es la tercera a la derecha. Si que es verdad que si hay una característica, por ejemplo que la segunda calle hace un chaflán o hay una diagonal te va a recordar, volvemos a lo mismo siempre con la memoria, que no es Santa Catalina y es Santa Gerarda, ya es una referencia. Pero lo ideal en principio es la perpendicularidad. Porque una diagonal o un chaflán no sabes cuantos grados de oblicuidad tiene, entonces ya te desorienta, porque si fuesen 45 grados exactos todavía, pero lo mismo son 30 que son 60, entonces ya pierdes la orientación del espacio.
* ¿Qué tipo de superficies respecto a la información que recibe el pie facilitan la orientación?
Lo ideal es que haya variación en la superficie que estás pisando, es decir que una parte a lo mejor sea muy pulida y otra muy rugosa… Por ejemplo, una de las cosas que han hecho mal es que en muchas estaciones de metro han puesto un relieve cerca del andén pero es de goma, un material semiduro y ¿qué es lo que pasa? Que tú vas deprisa porque has oído que está el metro y la goma en lugar de patinar un poquito, te frena y te vas de narices por la velocidad que llevas, por la inercia. Lo ideal es que haya esa rugosidad pero que no te frene en seco, sino que te oriente en el sentido de que te informe de que estás en ese punto pero que no te frene.
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* ¿Podrías ordenar los cinco sentidos según su importancia a la hora de orientarse?
¿Y quién te ha dicho a ti que hay cinco sentidos? Tú ahora estás sentada así que tu pierna derecha estírala un poquito hacia delante. ¿Sabes ahora mismo sin mirarla como tienes la pierna derecha? Sí. ¿La tienes que mirar? No. ¿La tienes que oler? Tampoco. ¿La tienes que oír? No. ¿La tienes que gustar o saborear? No. ¿La tienes que tocar? No. ¿Y por qué lo sabes?, si ya te he repasado los cinco sentidos. Por otro sentido que se llama cinestesia.
Por la propiocepción, es un sentido propioceptivo, se llama cinestesia: cine– significa movimiento y –estesia sensibilidad, es decir, sensibilidad del movimiento. Ese es el más importante. Es el sentido que se desarrolla en la vida intrauterina, ósea el feto cuando va a orientarse hacia el canal del parto se va inclinando hacia abajo y lo hace por propiocepción. Los sentidos propioceptivos los hay introceptivos que son los que te informan de cómo está tu parte interna del cuerpo y extroceptivo que son los que te informan cómo están todas las articulaciones de tu cuerpo en el espacio. Tú cuando vas a coger un vaso no lo coges así ni así, lo coges así, y es porque tú lo sientes, sobretodo el ciego… El ciego necesita de la propiocepción, para yo coger esto yo no estoy viendo mi mano pero sé lo amplia que está mi apertura de los dedos, ¿por qué? Porque hay un sentido extroceptivo que se llama cinestesia. Siento como estoy abriendo y cerrando y no lo veo, ni lo huelo, ni lo oigo, ni lo gusto, pero lo siento. Ese es el principal sentido que no te enseñan en la escuela.
Entonces fíjate tú si será importante que ahora yo te pregunto: si tú no ves, ¿puedes vivir? Sí. Si fueses ciega y sorda ¿podrías vivir? También. Y si tú fueses ciega, sorda y tuvieras anosmia ¿podrías vivir? También. ¿Y sin gusto? También. ¿Y sin tacto? También. Torpemente, sería difícil pero vivir vivirías. Pues sin la cinestesia no podrías vivir, es incompatible con la vida, su falta. Si tuvieras carencia de este sentido no sabrías cómo hay que masticar, cuánto tienes que abrir la boca, cómo tienes que abrir los ojos o los párpados para mirar, como tienes que mover tus brazos para coger las cosas o tus piernas para caminar, y lo peor, como tienes que abrir tu garganta para deglutir. Es incompatible con la vida, luego la persona se muere.
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Así que es el sentido más importante para un ciego, la cinestesia, porque es el que te va a orientar como tienes tu cuerpo en el espacio, si está mirando a la derecha, a la izquierda, respecto de otra referencia.
Cuando te dicen vaya usted recto, eso es un gran disparate que te dicen las personas videntes, pero ¿qué es recto? Recto es la persona que ve aquello de enfrente y se dirige allí pero como te he dicho antes que una parte del cuerpo es más fuerte que otra no puedes ir recto. Si te ponen en una explanada, en lugar de ir recto irías haciendo círculos.
La cinestesia lo primero, para saber cómo está tu cuerpo en el espacio y luego ya el oído y el tacto. Pero de qué te sirve el tacto si por ejemplo, imagínate tú un campo de futbol cubierto todo de hierba… ¿cómo vas por ejemplo a los vestuarios que están en la parte de una de las porterías? Tú no sabes si estás yendo a lo largo o estás yendo a lo ancho, estás yendo perpendicular a la portería o enfrente a la portería y ahí el tacto no te sirve para nada, si el suelo es todo igual de hierba. Qué te sirve ahí, primero la cinestesia que te va a orientar si estás yendo en un sentido o en otro y luego ya el oído, que oigas algo allí…
Por ejemplo, yo hacía una cosa cuando iba con María José a la playa porque si te metes en el mar, el mar tiene un oleaje que te va arrastrando lateralmente y apareces en la Conchinchina de donde tienes la toalla. ¿Qué hacíamos? Poníamos un transistor y entonces la musiquita del transistor te orientaba. Entonces yo me metía en el mar profundo y cuando quería saber dónde ir sacaba la cabeza y me ponía a escuchar donde estaba el transistor.
Si estás en un interior pequeñito para que te sirve el oído si lo que te sirve es saber que la tercera puerta es la que da salida al ascensor. Así que depende de dónde y de cómo, el tacto puede ser importante en un sitio estrecho, el oído en un sitio muy amplio.
* ¿El olor diferencia espacios? ¿Y ciudades?
Una de las cosas que a mí me llamo la atención es que cuando fui a Francia, Francia olía distinta que España. Y una de las cosas que me llamó mucho la atención es que estuve en las cuevas del Drach y lo que observé es que fuera había una ambiente que yo con la persona que me acompañaba me decía pues yo no huelo nada y yo le decía «¿Hombre
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no me digas que no hueles nada?» Estaba todo el ambiente lleno de un aroma no sé qué planta sería pero muy atractivo y agradable, y eso pues también te orienta y tiene relativa importancia en los lugares.
* ¿Y cuánto te aporta en el día a día en la ciudad?
También. Tú dices estaré donde quiero ir o no estaré, y dices sí sí porque huele a gasolina, estoy cerca de una gasolinera o bien a lo mejor pasas y no sabes si te has equivocado de calle y no no que huele a la pastelería. Antes yo me acuerdo que salías de la puerta del metro de Sol y te pegaba de la Mallorquina un tufo a pasteles de aquí te espero así que esas cosas también orientan claro.
* ¿Te sientes más cómodo en espacios abiertos o espacios cerrados?
Cerrados. Es más fácil orientarse. En espacios abiertos sobre todo si hay ruidos, por ejemplo, en una estación de tren o una estación grande de metro es mucho más difícil.
* ¿Qué estímulos necesitas recibir para sentirte más seguro?
Tacto. Fundamental.
* ¿Te sientes cómodo en el agua? ¿Es fácil orientarse?
No, en el agua es muy difícil orientarse a no ser que tengas una referencia de sonido como lo que te he dicho antes. En el mar solo te puede orientar el oído, ahí sería lo más importante.
A mí el mar si me gusta, porque es muy cómodo nadar, flotas mejor que en la piscina pero sin embargo a mí la arena me molesta mucho. Me gusta más nadar en el mar porque necesitas menos esfuerzo, el mar te da más flotabilidad.
* ¿Cómo influye la climatología en la percepción?
El sol desorienta y la oscuridad facilita, pero no la oscuridad, ojo, el silencio que hay en ella no porque sea de noche. El sol desorienta pero todavía desorienta más el sol entreverado, es decir, entre sol y sombra porque a nosotros también nos sirve de orientación la temperatura, es decir, la pared o los objetos, emiten un poquito de calor, muy tenue pero
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si tú estás pasando por un sitio donde hay sombra, sol, sombra, sol, entreverado pues es frío, calor, frío calor. Entonces no sabes si es un objeto o no es un objeto. El sol te da calor y ya te está orientando. Tú vas por una calle y si el sol lo tienes a la izquierda tú sabes que vas bien pero si empieza a haber sol y sombra ya no sabes ni para dónde estás.
* ¿Qué materiales dirías que desprenden más olor?
Por ejemplo la goma. Ahora en los comercios utilizan muchos espráis de ambientador y te desorientas mucho porque tú por ejemplo notas cuando es un comercio de telas o una droguería porque huele como a pinturas como a barnices… hasta incluso una papelería que huele como a lápiz, como a tinta.
Ahora cada vez hay menos ciegos puros y eso hay que tenerlo muy en cuenta. Un ciego es un ciego de nacimiento siempre, aunque a todos les llamemos ciegos en realidad un ciego solamente es un ciego de nacimiento, lo demás es una persona que no ve. Y es completamente distinto. Por ejemplo, si tú ahora cierras tus ojos tú no eres ciega pero no ves, si estás una semana entera con los ojos cerrados no ves pero no eres ciega, si estás un mes tampoco, si estás un año tampoco, y si estás toda la vida tampoco, es decir tú no puedes ver pero no eres ciega.
Una persona ciega de nacimiento tiene una psicología especial y eso es completamente distinto a una persona que haya perdido la vista por accidente o de adulto o de mayor. A partir de los 9/10 años esa persona no es un ciego, es una persona que no ve. Porque toda su psicología está conformada con arreglo a la visión.
Tú a un ciego no le puedes explicar porque no lo va a entender nunca de ninguna manera que cuando tú vas por ejemplo por el parque o por la naturaleza y tienes un camino, allí al fondo se ve más estrecho. Y dirá pero si el camino es siempre igual de ancho, cómo es que se ve más estrecho, no lo puede entender, la perspectiva. Si tú le muestras un cuadro o una pintura y entonces el pinto ha hecho un camino que está más estrecho al fondo y que lo pinta hacia arriba, entonces el ciego te dice pero como puede pintarlo hacia arriba si el camino es horizontal. Igual que el color no te molestes en explicárselo a un ciego. No le puedes decir que la nieve es muy clarita, porque qué es claro y qué es oscuro.
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Cuando tú cierras los ojos tú no estás viendo objetos pero estas viendo oscuridad. Cuando tú entras en un cuarto oscuro con la luz apagada por la noche estás viendo oscuridad, no los objetos que reflejan la luz. Ahora bien, ¿tu rodilla ve oscuridad? ¿Qué sensación visual tiene tu rodilla? Ninguna. A tu rodilla le da lo mismo que haya sol, notara el calor pero nunca la luz, pero tampoco cuando apagues por la noche la luz y estés a oscuras tus ojos si verán oscuridad pero tu rodilla no sentirá la oscuridad. Pues eso es lo que sienten los ciegos por los ojos, nada, ni oscuridad ni nada, no es que lo vean todo negro es que no ven nada. Eso es un ciego de nacimiento.
* ¿Tú lo ves todo negro?
No verás, mi caso es especial, que no único., pero es muy curioso. Tú si te frotas los ojos vas a ver una serie de lucecitas o chiribitas que te dura aproximadamente 30 segundos y luego se va desvaneciendo y desaparece. Yo estoy viendo fosfenos pero super potentes, como soles, son manchas abstractas como fuegos artificiales en movimiento donde están integrados todos los colores del arcoíris preciosísimos, mucho más que los de la realidad y no puedo apagar. Constantemente, las 24 horas.
En la caverna de Platón hay unos encadenados que están frente a un muro y detrás está la entrada de esa gruta y por donde entra la luz, entonces están viendo sus sombras en la pared pero son en gris, en blanco y negro, por lo que no saben del color y además lo están viendo en un plano luego no tienen noción de la profundidad, sino en dos dimensiones por lo que para ellos el mundo es en dos dimensiones y en blanco y negro. Pero uno rompe las cadenas y se escapa, se sale de la gruta y entonces descubre que el mundo tiene color y además descubre que el mundo tiene profundidad porque se mueve en el espacio, que no es bidimensional sino tridimensional y vuelve a la gruta a explicárselo a sus amigos encadenados y sus amigos encadenados le matan.
Si tú no pudieras nunca moverte, gracias a la cinestesia que habíamos hablado al principio tu comprendes que hay profundidad pero si fueras paralitica de nacimiento y no pudieras ni abrir tus ojos o parpadear no sabrías con que ves porque los ojos solamente son entrada de luz, el que ve es el cerebro, o no pudieras taparte los oídos, no sabrías con qué oyes.
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Ahora bien, como tú te has movido desde chiquitita has aprendido que eso que estás viendo tiene una perspectiva.
Si no tuvieras cinestesia jamás sabrías que el mundo es tridimensional.
El tacto no entiende de colores, lo que sí sabemos es que los colores oscuros absorben más el calor que lo colores claritos, pero no porque se puedan diferenciar a través del tacto.
La percepción inversa, el espacio que es lo que te importaba se capta de forma inversa en el vidente que en el ciego. Es decir tú entras aquí en la cocina y tú ves todos los objetos, lo que no puedes ver es el vacío porque no hay vacío en realidad, todo está lleno de color. Tú puedes pintar en un cuadro muchas cosas y dejar un espacio sin pintar, eso sería una especie de vacío pero aquí en la realidad no puedes hacer ese vacío porque está todo lleno de mancha y color al 100%. Sin embargo, para el ciego es todo lo contrario, lo que tiene es espacio. Entonces cuando tú ves esta mesa desde lejos, tú le llamas mesa, a la forma y al color le llamas mesa. El ciego si no tiene objetos vive en el espacio que tú no ves, porque está todo lleno de color. Si yo avanzo aquí está la mesa, pero para mí no es la mesa, yo le llamo mesa también pero lo que sucede es que mi espacio se limita, se ha acabado con una cosa rígida. Y a este terminarse el espacio yo lo llamo mesa. Pero yo no estoy viendo la mesa, estoy viendo el límite del espacio, el límite rígido. Si se termina aquí el espacio con esta forma [toca una silla] lo llamo silla. Tú estás viendo directamente la silla pero yo solamente veo este borde y todavía no sé lo que es. El vidente tiene visión global o sincrética sin embargo el ciego tiene visión analítica.
Yo vivo en el espacio, el vidente no ve el espacio y el ciego solo ve el espacio. El espacio se termina, el espacio se limita y lo llamo mesa, lo llamo silla o lo llamo lo que sea. Es una visión inversa, en negativo.
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Entrevista a CARMEN FERNÁNDEZ RUÍZ.
21 | 05 | 2018
* ¿Qué es el espacio?
Aquello donde se ubican las cosas y las personas. El entorno en el que te puedes mover y hay cosas.
* ¿De qué manera mides las distancias o las dimensiones?
Las mido poco. Conceptualmente es un dato que si lo tengo lo sé y si no lo tengo me muevo en unos parámetros de más cerca, más lejos, más que y menos que.
Hay una cosa que es bastante importante y va a interferir en bastantes preguntas. Hay dos o casos bastantes distintos. Uno es la persona que recientemente ha dejado de ver pero que ha tenido la vista y ha manejado una serie de parámetros que al dejar de ver en su cerebro están y los echa de menos. Y otro caso diferente es la persona que nunca ha tenido esos conceptos.
Yo nací con glaucoma y por lo tanto ciega aunque tenía un resto visual, nunca demasiado grande que fue a menos hasta que a los 45 años se quedó en 0. No en cero, que podría interpretarse como oscuridad sino en nada. Es distinto nada de oscuridad, oscuridad es la ausencia de luz, pero para tener ausencia de algo tienes que saber que es ese algo.
Hay cosas que yo no las he tenido nunca, como por ejemplo una cara, la expresión de una cara. Yo no echo de menos eso por lo tanto no te lo construyo, incluso aunque la hayas conocido un poco ligeramente… yo recuerdo, que para mí una cara era una zona de color piel digamos con una línea rosa, una zona más oscura que correspondería a los ojos, pero nunca la he visto entonces eran todas iguales. Yo no invento caras para la gente, en ese sentido tampoco estoy preocupada de las dimensiones de la sala en la que entro. Ahora bien, si es un sitio con mucho eco, te da la sensación de más grande que si es la misma dimensión con menos eco porque está más llena de cosas. Te puedes hacer una idea a veces si o a veces no.
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Esas dimensiones las puedes intuir más o menos acertadamente en función del eco, del tipo de vibración del sonido y demás. Y eso como varía en función de los materiales y de lo llena o vacía que esté la sala, puede ser verdad o no.
Una sala vacía se oye completamente distinta a una sala llena. Eso se nota muchísimo en los bares. Hay bares que estando llenos o estando vacíos el sonido se queda donde se produce, la mesa en la que estás. Tú oyes tu mesa bien y hay más mesas que hablan. Y hay bares dónde el sonido se multiplica porque rebota, por eco, etc. En uno se absorbe por el entorno y se queda dónde estaba más o menos y en otros sitios se multiplica y hay un ruido ensordecedor.
Entonces en función del tipo de sonido te da una mayor sensación de amplitud y de tamaño más grande que si el sonido es más pequeño que entonces te llega tu sonido inmediato pero no te llega el de la otra punta.
* ¿Cómo definirías el espacio vital?
A mí no me gusta que me toquen, y probablemente nunca me lo hay preguntado pero igual un paso o un metro. No necesito mucha distancia pero no me gusta que me toquen, salvo que sea necesario.
* ¿Podrías ordenar los sentidos según su importancia a la hora de orientarte?
El primero es el oído. Para orientarte realmente necesitas un poco de sentido común pero no es un sentido. El olfato es una cosa muy circunstancial, muy azarosa. Además la pastelería de aquí cerca me la acaban de cerrar pues ya no puedo saber que llego a la esquina de Juan Bautista de Toledo porque ya han quitado la pastelería; no puedo fiarme de que huele a pan. Muy circunstancialmente o puntualmente si aquí huele bien ya he llegado a la cafetería de todos los días, pero es puntual, eso no es fiable. El oído si, el tacto no, porque no vas tocando.
* Cuando llegas a un lugar nuevo, ¿qué es lo primero que percibes?
Tú cuando llegas a un sitio en general, no llegas azarosamente, sabes que estás buscando algo, la casa de una amiga, una cafetería, un museo o algo. Tú ya partes de un prejuicio porque tienes información.
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En nuestra conversación y en la convivencia con el resto de la gente te agrada saber que es un sitio bonito y haces una visión intelectual de que es un sitio bonito. Y tú por mecanismos inverosímiles has elegido en tu mente que la madera te gusta o no te gusta, acabas formándote una opinión pero todo esto está muy mediatizado por lo intelectual y la conversación y la información que te dan los demás. Yo no entro en un sitio y no me creo ninguna imagen previa, entonces lo que sí aprecio y valoro mucho de los sitios desde luego en los públicos es el ruido.
* Para alguien que no ha visto nunca, ¿qué significa lo bello?
Como yo convivo con gente en mi vida diaria que habla de sitios feos o sitios bonitos pues yo asumo que un sitio bonito es un sitio que en principio tenga una cierta armonía y luego dependerá de los gustos.
Para mí no es demasiado importante la parte física. Lo es en el sentido de dónde quedamos o quiero que mi casa sea una casa bonita y quiero que la gente venga y se encuentre que la casa es bonita, algo que he consensuado con mis amigas y con mi hija. Si la tuviera que hacer yo sola pues en función de la imagen que me apetezca dar pues elegiré unas cosas u otras. Pero básicamente donde tú te encuentres a gusto, ¿no? Sí, pero eso no depende de que sea bonita o fea, sino que tendrá que depender de que el sofá sea como o incómodo.
* ¿Puedes identificar dónde están las ventanas o las puertas?
Ventanas ni lo sé ni me importa casi. La puerta lo sé por dónde he entrado y la ventana si paso por delante de ella y noto el sol. También puede haber un foco o punto de calor y yo confundirme.
* ¿Qué estructuras espaciales o tramas geométricas facilitan la orientación?
Principalmente, a mí al menos las simetrías me ayudan mucho y la regularidad. La calle de Santa Hortensia tiene forma de U y eso desconcierta y desorienta mucho porque resulta que has girado y
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sigues en la misma calle. A mí eso me descoloca mucho, sin embargo tener las calles perpendiculares me parece que facilita mucho la orientación. Sé que es más feo y monótono pero a mí me viene mejor.
El único riego que tienes en una simetría es que como la desorientes en un momento determinado pues haces lo contrario a lo que quieres pero a poco orientado que sea una simetría te facilita mucho.
* ¿La temperatura influye en la orientación?
Que yo haya notado no.
* ¿Te sientes más cómoda en espacios abiertos o cerrados?
Depende de muchas cosas, del ruido, de la compañía o de lo que te apetezca en ese momento. Uno está más protegido en entornos cerrados pero también es mucho más agradable que te del aire.
* ¿La orientación en la naturaleza es fácil?
No.
* ¿Qué lugares son más estresantes o agobiantes?
Ruidosos. A mí me parece estresante el tráfico por ejemplo, el autobús, el camión… o en locales cerrados el ruido se multiplica mucho. A mí el ruido de manera creciente me doy cuenta de que cada vez me molesta más.
* ¿Cuál es tu lugar favorito?
La playa me encanta, estoy cómoda en la arena, estoy muy agusto en el agua. También pasear por un sitio con árboles. En interior me encantan las cocinas y me gusta y vivo mucho en mi habitación pero todo esto tiene mucho que ver con haber vivido en un internado donde era mi refugio. Y la cocina me parece un sitio acogedor, que también supongo que está vinculado a experiencias como que en casa de mis padres había una salita de estar pegada a la cocina y tal.
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* ¿Te sientes cómoda en el agua? ¿Es fácil orientarse?
En el agua más o menos tranquila sí porque las olas te dan una pista aproximadamente de por dónde vas. Si no tienes el sol muy encima, sino que te viene de un lado pues a lo mejor también te ayuda.
* Si recuerdas los colores, ¿los asocias con lo que te rodea?
Yo lo colores los he visto, creo que los recuerdo. De alguna manera sí, creo que le pongo colores a las cosas, pero cosas que están cercanas a mí. Si yo llego a tu casa no le pongo color a nada. Tengo que reconocer que de pequeña si descubría colores en las voces, pero no colores nítidos sino sensaciones de color. En las letras también, pero no sé por qué, es absolutamente aleatorio.
* ¿En qué espacios o lugares se escucha mejor?
Yo creo que dónde hay mucha tela y mucha madera el sonido se absorbe mucho mejor y no pasea por las paredes o se multiplica.
* ¿Puedes reconocer como es el pavimento sin tocarlo con las manos a través de la información que recibe el pie?
Depende del calzado que leves pero un poco sí. Yo puedo apreciar si es liso, rugoso, muy rugosos, si son adoquines, si es muy irregular…
* ¿Diferenciarías el material por cómo se oyen tus pasos al caminar?
En exterior menos que en interior, pero en tu casa puedes distinguir si es madera o azulejo por el sonido.
* ¿Qué superficies ralentizan el movimiento?
Cuando se clava en una hendidura. Los pavimentos abotonados donde se marcan los cruces atascan el bastón pero está justificado. El bastón desliza mejor y es más agradable de llevar cuanto más lisa sea la superficie.
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* ¿Qué texturas te resultan más agradables y cuáles menos?
Las suaves, las amorosas. Y hablando en materiales de construcción los que sean más lisos y pulidos.
* ¿El olor diferencia espacios? ¿y ciudades?
Puede, lo que pasa es que es una cosa muy subjetiva y muy poco fiable y muy variopinta. No me fiaría yo ni un pelo de ninguna información basada en el olfato. Pero en cambio yo estuve en Grecia y sí me sugiere o me recuerda a mi pueblo, por el Mediterráneo. Supongo que está más en función de vegetales… los olores te pueden dar pistas, pero cosas en todo caso muy anecdóticas.
* ¿Normalmente eres consciente de a qué altura estás?
Soy consciente a nivel intelectual, pero físico no. Yo sé que si hemos subido 200 escalones estoy muy alta o si estoy oyendo el ruido de los coches muy abajo. A través de esos dos datos, si me los quitas, no sé a qué altura estoy.
* ¿Cómo influye la climatología?
La lluvia influye en todo, porque hace mucho ruido y por lo tanto te dificulta discriminar el resto de los ruidos, porque los esconde. La nieve, no sabría explicarlo, pero si suele dar una sensación de mayor silencio. A igualdad de ruido exterior, la nieve da mayor silencio.
Yo que he hecho algo de esquí, cuando vas esquiando mi sensación de velocidad por ejemplo no depende de la velocidad real que llevo sino del aire y del ruido que hago. Si yo voy despacito pero hace mucho viento, tengo mucha mayor sensación de velocidad que si voy muy deprisa pero no hace nada de viento. Supongo que la velocidad la mides por lo deprisa que pasan las cosas a tu alrededor. La información que yo tengo, que es la que me da el viento me da una información equivocada claramente.
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Agradezco profundamente por su colaboración a todas las personas que han influido de una manera u otra en la realización de este trabajo, y en especial a ti, que lo has inspirado, Valentín.